Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTERMITENTE
Clase 1 – Tipos de Ayuno y Antropología del
Ayuno
AudioFit | www.audiofit.org
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
o Perspectiva evolutiva
o Perspectiva histórica
RESUMEN
BIBLIOGRAFÍA
Hola compañero/a, bienvenido/a a esta primera clase del nuevo curso sobre el Ayuno
Intermitente en AudioFit. A lo largo de este curso voy a explicarte:
Y, en definitiva, te explicaré todo lo necesario para que entiendas en mayor profundidad este
protocolo de alimentación y sepas utilizarlo.
Yo soy Roberto García, soy Técnico Superior en Dietética, realizo asesoramiento dietético online,
y difundo información sobre nutrición, entrenamiento y mentalidad a través de mi canal de
YouTube “Salud Realista”, y a través mis redes sociales en Instagram y Facebook con el mismo
nombre (Salud Realista).
Quiero aprovechar para recordarte que también tienes disponible en AudioFit mi otro curso
sobre “Cómo crear un menú saludable”, el cual puede complementar perfectamente este curso,
y del cual ya tienes disponible su examen para que puedas conseguir tu certificado.
Te agradezco mucho tu apoyo y que aprendas conmigo escuchando mis cursos en AudioFit,
escribiéndome tus dudas sobre mis clases y siguiéndome en Salud Realista.
- YouTube:
• “Salud Realista” - Nutrición, entrenamiento y mentalidad:
https://www.youtube.com/channel/UC3ze1rKfOrRCyblMcWiTwQg
En el caso de seres humanos con sobrepeso, la restricción calórica a corto plazo, es decir,
durante un período aproximado de unos 6 meses, puede mejorar significativamente varios
factores de riesgo cardiovascular, la sensibilidad a la insulina y la función mitocondrial (2).
Se ha comprobado en varios estudios que la restricción calórica puede tener una serie de efectos
beneficiosos, principalmente en seres humanos adultos con sobrepeso, más allá de la pérdida
de peso y afectando sobre una mejoría de diferentes apartados de salud. Sin embargo, la gran
mayoría de los seres humanos tienen dificultades para mantener una restricción calórica diaria
durante largos períodos de tiempo (3), dificultando el conseguir esta mejoría sobre la salud y
sobre la composición corporal con este sistema.
Desde hace ya algunos años, el Ayuno Intermitente (IF) se introdujo como una alternativa a la
restricción calórica continuada y se ha vuelto cada vez más popular. Incluso ha parecido mostrar
en diversas pruebas que puede producir beneficios similares a la restricción calórica continuada,
al menos en cuanto a la pérdida de peso, a la salud cardiovascular y a ciertas adaptaciones
metabólicas (4-8).
Es decir, es un protocolo donde se limitan las horas durante las cuales se come y durante las que
se ayuna, pero no obliga a comer ningún grupo de alimentos ni los limita, por lo que puede
usarse junto a métodos de alimentación como la dieta paleo, el ciclado de carbohidratos, las
dietas cetogénicas, pueden planearse dietas en Ayuno Intermitente con déficit energético, sin
déficit o con superávit, y de muchas otras formas.
Existen diferentes tipos o formas de realizar este Ayuno Intermitente, de las que hablaremos un
poco más adelante en esta clase, y donde la principal diferencia reside en la duración del ayuno
y cada cuánto se realiza.
Creo conveniente el destacar que parte de los beneficios que se observan del Ayuno
Intermitente suceden al juntarlo con un déficit energético. Es decir, que hacer el Ayuno
Intermitente con una alimentación normocalórica reduciría los posibles beneficios que se le
También tengo que aclarar que muchos de los resultados y conclusiones extraídos sobre el
Ayuno Intermitente se han obtenido de estudios en ratones, y que no siempre se han
contrastado con estudios en humanos a pesar de que sí existe información teórica y teorías
formuladas sobre cómo esos resultados en animales podrían extrapolarse en humanos, así que
en este curso sobre el Ayuno Intermitente mi intención es repasar la evidencia y todos los
apartados que trataremos en el curso, pero teniendo esto claro, e intentaré darle el enfoque
adecuado a las conclusiones, según haya o no evidencia en humanos y lo viable que puedan ser
o no se ciertos efectos de estos ayunos.
PERSPECTIVA EVOLUTIVA
Los seres humanos también somos animales fisiológicamente, y esta “flexibilidad metabólica”
nos permite almacenar energía en forma de lípidos en los depósitos corporales de grasa durante
los períodos de tiempo en los que hay alimentos disponibles (lo que actualmente es en todo
momento), pero antiguamente y en entornos salvajes la disponibilidad de alimento era escasa,
dependía de la caza y de la recolección, y por eso esta adaptación de nuestro metabolismo es lo
que ha permitido la supervivencia de nuestra especie y de muchas otras durante la gran mayoría
del tiempo de nuestra existencia como especie.
Gracias a esta rápida adaptación desde la lipogénesis hacia la lipólisis, nuestro cuerpo puede
realizar actividades físicas demandantes durante períodos prolongados en los que no hay
alimentos disponibles (11). Por lo tanto, aquellos individuos en los cuales su cerebro y el resto
del cuerpo funcionan de forma óptima durante el estado de privación de alimentos o ayuno,
tendrían una amplia ventaja para su supervivencia.
Según el conocimiento actual de la evolución humana en sus primeras etapas y según los datos
obtenidos por diferentes sociedades de cazadores-recolectores, los humanos hemos
evolucionado en ambientes donde experimentamos períodos prolongados con poca o ninguna
comida de forma intermitente (12, 13), por lo que es normal que nos hayamos adaptado a esto.
De hecho, existen hipótesis sobre que las capacidades cognitivas superiores de los seres
humanos, en comparación con las de otras especies, evolucionaron como adaptaciones que nos
permitieron inventar herramientas y métodos para cazar, para domesticar animales, para
producir la agricultura, para mejorar el almacenamiento y el procesamiento de alimentos (14),
y, en consecuencia, aumentar nuestra probabilidad de sobrevivir.
Entre algunos de los primeros estudios científicos realizados en 1.914, se quiso comprobar la
posibilidad de utilizar el ayuno para tratar la diabetes tipo 1 y tipo 2, y esto condujo a que
diversos estudios sugirieran el ayuno como parte del tratamiento para la diabetes tipo 2,
mejorando la tolerancia a la glucosa, la sensibilidad a la insulina y ayudando a perder peso, entre
otros efectos, en un gran número de pacientes con diabetes.
A pesar de este uso útil y potencialmente beneficioso, es necesario sopesar también los posibles
riesgos, porque también se han encontrado diversos efectos negativos en la literatura médica
sobre el llamado “ayuno terapéutico”, entre los que se incluyen:
También se han conocido varias muertes durante o inmediatamente después del “ayuno
terapéutico”, mostrando síntomas o complicaciones como: acidosis láctica, obstrucción del
intestino delgado, insuficiencia renal y arritmias cardíacas (19).
Después de pegarte este pequeño susto, tengo que aclarar que las complicaciones que acabo
de enlistar solo se han producido durante o después de ayunos prolongados durante varias
semanas o incluso más, o incluso en casos de pacientes con patologías que favorecían la
aparición de complicaciones al seguir un ayuno durante mucho tiempo, y no se han encontrado
estos problemas en comprobaciones realizadas sobre métodos de ayunos más cortos, como en
el Ayuno Intermitente (IF) o, concretamente, con el Ayuno de Días Alternos (ADF), en los cuales
la restricción de alimentos está mucho más controlada y sobre los que existe mucha evidencia
reciente (20).
La reaparición del cada vez mayor interés sobre los posibles beneficios del ayuno a corto plazo,
como el Ayuno Intermitente o el Ayuno de Días Alternos, en humanos, es algo bastante reciente.
Y esto se debe, en buena parte, a que se han obtenido datos bastante positivos en estudios
sobre el Ayuno Intermitente realizados en animales, aunque progresivamente se van haciendo
comprobaciones de muchos de estos efectos en humanos.
Por último, no puedo olvidarme de mencionar que, a lo largo de toda la historia el ayuno
también ha estado presente, de una forma u otra, en muchas religiones, tanto en el Ramadán
para los creyentes musulmanes, como durante la cuaresma, y otros días señalados, en el
catolicismo, entre otros muchos ejemplos.
Es cierto que muchos de los estudios sobre el ayuno prolongado y sobre el Ayuno Intermitente
han extraído sus efectos beneficiosos, como por ejemplo sobre la pérdida de peso, creando un
déficit o una restricción de calorías ayudados por la limitación en el número de horas durante
las que sí es posible comer, y es que en este sentido, una parte de los efectos beneficiosos que
se extraen del Ayuno Intermitente pueden obtenerse también al seguir una alimentación con
déficit energético que permita una distribución equitativa o más habitual de las comidas sin
realizar ningún período de ayuno, es decir, solamente por el hecho de crear un déficit mantenido
en el tiempo.
Pero sí que hay algunos efectos que son más propios del realizar Ayuno Intermitente, y
comprobaréis más sobre esto a lo largo de todo el curso mientras vamos explicando los
diferentes apartados.
A continuación, vamos a revisar en qué consisten algunos de los tipos de ayuno que podemos
encontrarnos y cuáles son los más destacados.
Primero, y para dejar bien clara la diferencia, tengo que empezar explicándote de qué estamos
hablando al nombrar el concepto de “Restricción Calórica”. Aunque muchas veces se hable de
ayuno haciendo referencia a un déficit energético, debido a la comparativa que siempre se ha
hecho entre sus efectos en la literatura científica, en este curso el concepto de Ayuno
Intermitente no implica necesariamente un déficit calórico en el conjunto diario o semanal, sino
que solamente se restringe o se elimina el consumo de calorías durante los períodos de ayuno
y se come durante los períodos de alimentación, pudiendo igualar o incluso superar las
necesidades calóricas totales diarias o semanales para mantener el peso durante estas comidas
que sí se realicen.
Aunque durante las horas de ayuno haya una restricción calórica (que es en buena
parte culpable de las adaptaciones que suceden durante el Ayuno Intermitente), en las
horas de alimentación puede igualarse el consumo calórico del Metabolismo Basal o
del Gasto Energético Total diario.
Esto es lo que quiero dejar claro sobre la Restricción Calórica para que podamos entendernos a
lo largo del curso.
En el apartado de esta clase donde te he narrado la perspectiva histórica sobre el ayuno y sobre
el ayuno terapéutico, ya he descrito algunos de los efectos negativos que se observaron del
ayuno prolongado con estas características. Y es que, efectivamente, muchos de los efectos
negativos del ayuno prolongado no suceden en un protocolo de Ayuno Intermitente, donde el
ayuno se realiza durante un corto plazo de tiempo.
Esto también nos permite entender que, el alarmismo creado por el miedo a seguir algún
protocolo de ayuno intermitente es, en muchos casos, exagerado, y aprenderás más sobre todos
los procesos que se dan en el ayuno y sus tiempos, a lo largo del curso, de forma que tú mismo
o tú misma entenderás el por qué.
Vamos con las explicaciones sobre en qué consiste cada uno de estos tipos.
Para que un protocolo de Ayuno Intermitente pertenezca a este tipo, debe consistir en:
El más conocido y utilizado es el que he nombrado antes, el Ayuno 16/8, donde se permanece
durante 16 horas en ayuno y durante las 8 horas restantes es posible comer. Es en estas horas
de alimentación durante las cuales se consumirán las calorías y los nutrientes que se adapten a
nuestro objetivo.
Como tal vez ya te hayas dado cuenta, aunque el protocolo de Ayuno 16/8 es el más extendido
y conocido, también es posible realizar adecuadamente este tipo de Ayuno Intermitente
utilizando otros rangos horarios como, por ejemplo:
Entre otros posibles ejemplos. Así que no pasa nada si tus horarios en el trabajo, estudios o tu
estilo de vida no te permiten seguir el 16/8, simplemente ajusta tus horas de ayuno y de
alimentación a lo que te sea posible realizar dentro de las indicaciones que te he dado sobre los
rangos horarios permitidos en este tipo de ayuno.
Una vez que tengas tus horarios claros, es recomendable que mantengas esa distribución a lo
largo de los días para beneficiarte de sus efectos.
Aunque lo entenderás mejor en próximas clases, si decides realizar, por ejemplo, 18 horas de
ayuno y 6 horas de alimentación, estarás realizando este tipo de Ayuno Intermitente sin
problemas, pero deberías intentar no excederte cambiando el número de horas de ayuno y el
número de horas de alimentación en más de 2 horas todos los días o de forma muy frecuente.
Este es un protocolo adaptable, pero no puedes pretender seguir un protocolo sin seguirlo, así
que una vez que ya he hecho esta llamada al sentido común, simplemente sigamos.
Consiste en:
• Alternar los días de ayuno (durante los que no se consume ninguna cantidad de
alimentos ni de calorías);
• con días de alimentación (durante los cuales se come y se bebe sin controlar la cantidad
de alimentos ni de calorías consumidas).
Así, la mayoría de la semana se alterna un día de ayuno completo con un día de alimentación,
pero al final de la semana se realizan dos días seguidos de alimentación, el domingo y el lunes,
hasta que se vuelve a ayunar el martes. Este esquema se mantendría durante algunas semanas,
y se planificaría en función de un objetivo concreto.
Este protocolo en concreto puede llegar a resultar más o menos intenso para algunas personas
produciendo hambre extrema, o pueden percibirse resultados negativos en algunos datos,
especialmente si se prolonga su uso mucho en el tiempo, o si se realiza una nutrición inadecuada
en los días de alimentación, por lo que puede no ser un acercamiento adecuado para la mejoría
de la salud pública.
Este tipo de ayuno también consiste en alternar días de ayuno con días de alimentación, con la
diferencia respecto al protocolo anterior de que, en los días de ayuno, en lugar de ayunar
completamente, se consumen entre un 20% y un 25% de las calorías del Metabolismo Basal
(MB) de la persona.
en lugar de una restricción calórica completa. Esta forma de ayuno es la base de la conocida
dieta 5:2 (también conocida como “Restricción Energética Intermitente”), y en la cual:
Consiste en:
Debido a nuestra evolución como especie, nuestro organismo se ha adaptado al estado de ayuno
de forma intermitente a corto plazo o de duración media, y a lo largo de la historia hemos
utilizado el ayuno para uso médico o incluso por razones religiosas, ya que es posible observar
la obtención de algunos beneficios derivados de realizar ciertos protocolos de ayuno, aunque
también es posible sufrir efectos negativos si se aplica de forma inadecuada.
Después de la introducción y de la toma de contacto que hemos hecho con esta clase 1 sobre el
Ayuno Intermitente, entraremos en mayor detalle en próximas clases, explicando temas como:
No puedo despedirme sin pedirte que revises el resto de los cursos que tenemos disponibles
mis compañeros y yo en AudioFit, como mi otro curso sobre “Cómo crear un menú saludable” u
otros cursos sobre nutrición, entrenamiento, psicología deportiva y más temas, que
encontrarás en nuestra plataforma.
Si te ha gustado esta o alguna de mis otras clases, puedes seguir aprendiendo conmigo y
apoyarme a través de mi canal de YouTube “Salud Realista” y de mis redes sociales en Instagram
y Facebook, también con el nombre de Salud Realista. Será un placer encontrarte por allí.
- YouTube:
• “Salud Realista” - Nutrición, entrenamiento y mentalidad:
https://www.youtube.com/channel/UC3ze1rKfOrRCyblMcWiTwQg
Te envío un fuerte abrazo, muchas gracias por tu apoyo a AudioFit, y nos escuchamos en la
próxima clase.
2- Redman, L. M., & Ravussin, E. (2011). Caloric Restriction in Humans: Impact on Physiological,
Psychological, and Behavioral Outcomes. Antioxidants & Redox Signaling, 14(2), 275–287.
http://doi.org/10.1089/ars.2010.3253
3- Scheen, A.J. (2008). The future of obesity: new drugs versus lifestyle interventions. Expert
Opin Investig Drugs; 17(3), 263-267. https://doi.org/10.1517/13543784.17.3.263
4- Anton, S., & Leeuwenburgh, C. (2013). Fasting or caloric restriction for Healthy Aging.
Experimental Gerontology, 48(10), 1003–1005. http://doi.org/10.1016/j.exger.2013.04.011
5- Barnosky, A.R., Hoddy, K.K., Unterman, T.G., Varady, K.A. (2014). Intermittent fasting vs daily
calorie restriction for type 2 diabetes prevention: a review of human findings. Transl Res.;
164(4), 302-311. https://doi.org/10.1016/j.trsl.2014.05.013
6- Harvie, M., Wright, C., Pegington, M., McMullan, D., Mitchell, E., Martin, B., … Howell, A.
(2013). The effect of intermittent energy and carbohydrate restriction v. daily energy restriction
on weight loss and metabolic disease risk markers in overweight women. The British Journal of
Nutrition, 110(8), 1534–1547. http://doi.org/10.1017/S0007114513000792
7- Varady, K.A. (2011). Intermittent versus daily calorie restriction: which diet regimen is more
effective for weight loss? Obes Rev.; 12(7), 593-601. https://doi.org/10.1111/j.1467-
789X.2011.00873.x
8- Mattson, M.P., Longo, V.D., Harvie, M. (2017). Impact of intermittent fasting on health and
disease processes. Ageing Res Rev.; 39, 46-58. https://doi.org/10.1016/j.arr.2016.10.005
9- Anton, S. D., Moehl, K., Donahoo, W. T., Marosi, K., Lee, S., Mainous, A. G., … Mattson, M. P.
(2018). Flipping the Metabolic Switch: Understanding and Applying Health Benefits of Fasting.
Obesity (Silver Spring, Md.), 26(2), 254–268. http://doi.org/10.1002/oby.22065
10- MacNulty, D. R., Tallian, A., Stahler, D. R., & Smith, D. W. (2014). Influence of Group Size on
the Success of Wolves Hunting Bison. PLoS ONE, 9(11), e112884.
http://doi.org/10.1371/journal.pone.0112884
11- Walker, A. K., Yang, F., Jiang, K., Ji, J.-Y., Watts, J. L., Purushotham, A., … Näär, A. M. (2010).
Conserved role of SIRT1 orthologs in fasting-dependent inhibition of the lipid/cholesterol
regulator SREBP. Genes & Development, 24(13), 1403–1417.
http://doi.org/10.1101/gad.1901210
13- De Vynck, J.C., Anderson, R., Atwater, C., Cowling, R.M., Fisher, E.C., … Hill, K. (2016). Return
rates from intertidal foraging from Blombos Cave to Pinnacle Point: Understanding early human
economies. J Hum Evol., (92) 101-115. https://doi.org/10.1016/j.jhevol.2016.01.008
15- Kastner M. Fasting. In: Kastner M, Burroughs H, editors. Alternative healing: The complete
AZ guide to over 160 different alternative therapies. Las Mesa: Halcyon Publishing; 1993. pp.
92–93.
16- Gilliland, I. C. (1968). Total fasting in the treatment of obesity. Postgraduate Medical Journal,
44(507), 58–61.
17- Fasting and obesity. (1978). British Medical Journal, 1(6114), 673.
18- Waterston, J.A., Gilligan, B.S. (1986). Wernicke's encephalopathy after prolonged fasting.
Med J Aust.,145(3-4), 154-155.
19- Kerndt, P. R., Naughton, J. L., Driscoll, C. E., & Loxterkamp, D. A. (1982). Fasting: The History,
Pathophysiology and Complications. Western Journal of Medicine, 137(5), 379–399.
20- Catenacci, V. A., Pan, Z., Ostendorf, D., Brannon, S., Gozansky, W. S., Mattson, M. P., …
Donahoo, W. T. (2016). A randomized pilot study comparing zero-calorie alternate-day fasting
to daily caloric restriction in adults with obesity. Obesity (Silver Spring, Md.), 24(9), 1874–1883.
http://doi.org/10.1002/oby.21581
21- Hatori, M., Vollmers, C., Zarrinpar, A., DiTacchio, L., Bushong, E. A., Gill, S., … Panda, S. (2012).
Time restricted feeding without reducing caloric intake prevents metabolic diseases in mice fed
a high fat diet. Cell Metabolism, 15(6), 848–860. http://doi.org/10.1016/j.cmet.2012.04.019
22- Patterson. R.E, Sears, D.D. (2017). Metabolic Effects of Intermittent Fasting. Annual Review
of Nutrition, (37), 371-393. https://doi.org/10.1146/annurev-nutr-071816-064634