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Leyes de la Física aplicado a las organizaciones

Autor: Josue Márquez CI: 24.471.739

Tercera Ley de Newton: Ley de acción y reacción.

“Todo cuerpo que es sometido a la acción de una fuerza, reaccionará con otra
fuerza de igual magnitud, de igual dirección pero de sentido contrario”.

Toda empresa nunca debe perder de vista la razón fundamental para la cual fue
creada, es decir, su meta, bien sea en ofrecer al cliente un producto y/o un
servicio.

Particular atención debe prestarse al hecho de cuando se piense en introducir


cambios en estos productos y/o servicios, ya que la naturaleza del ser humano en
primera instancia conducirá a rechazarlos y, las consecuencias para la empresa
pueden ser desastrosas con estos cambios. En estos casos, los cambios se
pueden comparar con la fuerza de acción y el rechazo del cliente puede
compararse con la fuerza de reacción. Ejemplos han ocurrido en la historia, que
aun manteniendo la calidad de un producto ya conocido en el mercado, por el
simple hecho de que se le cambia la etiqueta, si la empresa previamente no ha
hecho una campaña publicitaria de ese cambio de etiqueta, el cliente en primera
instancia tenderá a rechazarlo.

Principio de Arquímides: “Todo cuerpo sumergido parcialmente o totalmente en


un fluido, recibe una fuerza de empuje de abajo hacia arriba, igual al peso del
volumen del fluido desplazado”.

Mientras más grande sea el público (clientes) que deba ser atendido, en forma
proporcional debe crecer el área de planificación, logística, operaciones y
mercadeo; de lo contrario la empresa puede correr el grave riesgo de que su
producto o servicio ofertado sea muy requerido por el público, y la empresa no se
encuentre preparada para atender masivamente esa gran cantidad de público, lo
cual implicaría a mediano y largo plazo la triste consecuencia directa de que
parte de ese público no será atendido y, buscará otros productos en el mercado,
que aún a sabiendas de tener menor calidad, el cliente se siente atraído hacia
ellos porque la empresa si los atiende. En este caso, el crecimiento masivo de los
clientes es comparable al peso del objeto que se encuentra flotando en el fluido y
la preparación de la empresa para atender a este público encontrará analogía con
el empuje citado por Arqímides en su principio.

Ley de la gravedad: “Todo cuerpo que es lanzado verticalmente hacia arriba recibe
una aceleración que siempre será vertical y dirigida hacia el centro de la tierra.
Esta aceleración siempre tendrá un valor constante de 9,8 ”
La ley de la gravedad es fácilmente comparable con el comportamiento
empresarial en base al refrán que cita “Todo lo que sube tiene que bajar”. Este
“subir” puede ser referido bien sea al valor económico del producto y/o servicio
ofrecido por la empresa, como también con el grado de aceptación por parte del
público para ese bien o servicio que ofrece la empresa; de allí la importancia
gerencial de saber prever los momentos de “crisis” en que los clientes se sientan
atraídos por otros productos similares a los que ofrece la empresa debido a que
son más baratos, como también las crisis internas de la empresa debidas a la
preferencia del cliente por otros productos o servicios análogos que se hayan en el
mercado, en ese instante, así como la gravedad no espera para ejercer su
influencia sobre cualquier objeto que se encuentra en la superficie terrestre, la
decisiones gerenciales preventivas no pueden hacerse esperar ante los cambios
preferenciales de los clientes.

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