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La perforación, los disparos, el acarreo y el transporte del material explotado son fuentes
generadoras de cifrables cantidades de polvo y como tales deberá dárseles especial atención a fin
de reducir el riesgo generado al mínimo. A fin de lograr un control adecuado del polvo es
necesario saber cómo, cuándo y dónde se genera, así como medir la proporción de polvo
generado que entra en suspensión. En general deberá considerase los siguientes principios
básicos, a fin de reducir el peligro de polvo en las minas subterráneas:
a) Mantener un control estricto en la fuente productora de polvo.
b) Diluirlo lo antes posible.
c) Filtrarlo convenientemente.
d) Evitarlo en lo posible.
18 µf
Donde:
- Vt = Velocidad límite de la partícula (m/seg).
- ƍs = Densidad de la partícula (kg/m 3).
- ƍf = Densidad de fluido (kg/m3).
- ds = Diámetro de la partícula actuante (m).
- µf = Viscosidad de fluido (kg /m-seg).
- ƍ = Gravedad (m/seg2).
Esta ley es aplicable solo para partículas cuyo tamaño sea tal que no permita la formación
de una estela turbulenta en su paso a través del fluido, de ello los límites de aplicabilidad
corresponden a lo siguiente.
42 micrones > ds > 1.7 micrones; para partículas que caen en aire.
Se entiende por diámetro equivalente de una partícula de polvo al diámetro de una esfera
de densidad unitaria que tenga la misma velocidad de sedimentación en el aire que la partícula
estudiada.
a) Evitar que el personal ingrese a la mina, circule o permanezca en las vías de retorno de
aire contaminado.
b) Prevenir la concentración de polvo empleando duchas de agua en todas las operaciones
que conlleven a la producción de partículas finas.
c) Mantener la roca fragmentada en condición húmeda hasta su extracción a la superficie.