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Persépolis, la ciudad que marcó toda una civilización Darío I el Grande, rey de

Persia en el año 512 a. C., estuvo obsesionado durante mucho tiempo con la

PERSIA idea construir un inmenso complejo palaciego que, una vez estuviese en pie,
pasaría a ser la nueva capital del Imperio persa. Sin embargo, no podía tratarse
de cualquier ciudad. Debía ser una capital majestuosa, la más grande y

CIUDAD poderosa que todos los pueblos del Asia meridional hubiesen visto hasta ese
momento, una ciudad que se diferenciara de otras capitales como Susa,
Ecbatana o la propia Babilona. Fue así como cobró forma el proyecto de
Persépolis. En un principio, Persépolis se levantó sobre una terraza de 12

PERSEPOLIS metros de altura, que se localizaba en medio de la formación rocosa de Kuh-e-


Rahmat y bajo las ruinas de una antigua ciudad llamada Uvadaicaya.

El proyecto resultó tan ambicioso que el propio Darío pronto fue consciente de
que no llegaría a verlo terminado. Fueron su hijo Jerjes I y su nieto Artajerjes I
quienes dieron continuidad a la idea original y levantaron la gran capital. Se
construyó una gran puerta de entrada y un muro de 14 metros que circundó el
área interna del complejo. Muy cerca de allí se añadió la famosa apadana, una
sala donde tenían lugar las audiencias públicas, que constaba de 72 columnas
de 25 metros de altura cada una, así como la escalera de Persépolis, uno de
sus principales símbolos. El complejo, que se terminó en el año 424 a. C.,
rápidamente se consolidó como el símbolo del poderío persa y albergó las
instituciones administrativas más importantes del imperio. Tras su caída ante
los griegos, la ciudad decayó progresivamente hasta que en el siglo III d. C. ya
solo quedaban sus ruinas.

¿Qué se conserva de la antigua ciudad de Persépolis?

Es posible apreciar los relieves del palacio principal en el que se alojaban los
reyes del imperio, en cuyos grabados se distinguen figuras de hombres nobles
en las que charlan de forma amena o cargan flores y frutos redondos. Otro
atractivo turístico del complejo es el salón del trono, al lado del palacio
principal, que consta de 8 puertas de piedra decoradas con relieves y pinturas
en honor a los reyes de la dinastía o que retratan algunas escenas de
caza.También se pueden contemplar algunos capiteles y ciertos detalles de la
escalera y de la apadana, dos de las edificaciones más emblemáticas de
Persépolis.

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