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Luego a principios del siglo XVI, con la llegada de los españoles, se inicia la guerra de
conquista. A pesar de la superioridad de las armas del español, los heroicos caciques y
sus pueblos resistieron hasta teñir con su sangre estas tierras. Finalmente, vieron
desaparecer su libertad ante el poder europeo.
El Cura de la Candelaria:
Hasta 1960, el camino para ir a las haciendas La Concepcion, Casarapa, El Carmen, Vega
Arriba y Vega Abajo, comenzaba cerca de la actual urbanización del Torreon. Por ese
camino se atravesaba la quebrada de Gueime, allí se podia ver un montón alto de piedras
con una cruz encima. La leyenda cuenta que en ese lugar falleció el cura de la Candelaria
hacia 1920 aproximadamente.
A diario el sacerdote salía a visitar las haciendas, pero un mal día un desconocido le
propino heridas con un arma blanca, lo que causó su muerte. Mientras estuvo marcado el
sitio, la gente lo consideraba sagrado, algunos le arrojaban monedas para comprarle flores
al difunto.
El encantador de serpientes:
La Burriquita
Con antecedentes bien lejanos en el cultor Trino Navarro.” El de curupao”, quien bajaba
de la montaña a veces con su caballo decorado con flores de papel y naturales y otras
veces con la celebre “burriquita guarenera”, que divertía a chicos y grandes.
Pasado el tiempo, hacia los años setenta. Llega a Guarenas la familia de José Isabel
Segovia, cultor de la “Burriquita de Petare”: Su hija, Carmen Segovia de galindez elaboro
una que fue bailada muchísimas veces por “ El morocho” de las clavellinas.
Otra versión es la de Juan Pelúo, de “El Parque” y desde el año 1990 aproximadamente,
disfrutamos de esta sana y tradicional diversión guarenera a través de la ágil interpretación
del cultor juvenil Manuel Sánchez, quien ostenta con orgullo y emoción la responsabilidad
de mantenerla y difundirla en la actualidad.
La Viejita de Guarenas
Manifestación cultural de la ciudad, creada por el maestro Miguel Parra y heredada por
el cultor Rodolfo Toro.
Una noche el maestro soñó que estaba en una plaza montando a caballo sobre una
señora y que ella lo bailaba al son de la música. Así cristalizo su sueño.
El Trapiche de Guarenas
El valle de Guarenas es regado por el Río Curupao y otros afluentes que descargan allí
sus aguas. Estas aguas regaban anteriormente los campos para que Guarenas llegara a
producir caña de azucar. Esta caña llegó a ser estimada como la mejor de toda Venezuela;
el azucar, fue estimada superior a la de origen cubano. De allí la necesidad de que se
construyeran muchos trapiches en esta zona.
Hasta la década de los años 60, eran avrios los trapiches o moliendas de caña que
permanecían activos, entre ellos: "El cercado", "Guayabal", "El Recreo", "Maturín", "La
Fundacion", "Santa Cruz", "Trapichito", "La Concepción", "Casarapa", "El Carmen", "San
Pedro" y "Auyare". Ellos dominaban la actividad económica de nuestro terruño.
Museo José Félix Ribas de Guarenas
Se dice que luego que José Félix Ribas fuera capturado y muerto por realistas en
Tucupido, su cabeza fue velada en esta casa el 12 de marzo de 1815, cuando era
conducida a Caracas. Por ello la casa es patrimonio histórico nacional desde 1981, su
arquitectura responde a la topología predominante en Venezuela a finales del siglo XVIII y
principios de siglo XIX; Zaguán, patio, muros de adobe, paredes de tapia. En la actualidad
funciona el museo Antonio María, en el que se exhiben muestras de la cultura popular
venezolana.
Asimismo, en la casa de los Mendoza se preparaba el menú del día a los visitantes. Se recuerdan los
pancitos llamados “Cariño” de los hermanos Urbina. Las galletas dulces preparadas por la señora
Chapellín y el delicioso vino hecho a base de miel. Elaborado por Miguel Chapellín. Los deliciosos
manjares de la Señora Carmen Cecilia Vásquez. Igualmente, se podían disfrutar los exquisitos
majaretes, el tequiche y otros platos realizados por las hermanas Cabriles.
Por otra parte, en las distintas parroquias y colegios se presentaba el Nacimiento del Niño Jesús,
tradición que se mantiene hasta la actualidad.
Se realizaban las misas de aguinaldos desde el 16 hasta 24 de diciembre. En la plaza Bolívar y sus
alrededores, luego de la misa, se efectuaba las grandes patinatas, así como también los guareceros
podían degustar de las arepitas dulces y el café negro.
El abrazo de “Año Nuevo” era dado entre familiares, amigos y vecinos, saliendo a las calles y a la
plaza Bolívar, se acostumbraba a brindar y compartir con hallacas, ponche crema, pan de jamos y
dulces típicos de la zona como los dulces elaborados por la familia Mendoza, entre los cuales
destacan: pelota, dulce de lechosa y cabello de ángel, conserva de coco y de sidra, mermeladas de
extraordinario sabor.
Cuenta Elio Bolívar, que hace muchos años, en el Cerro de las Animas, parte alta de Guacharacal,
hoy barrio Las Palmas, se colocaba antes de las doce de las noches del 31 de diciembre, un bambú al
que se le agregaba carburo y agua, lo que causaba una reacción y explotaba fuertemente produciendo
el cañonazo, el cual era esperado por la gente del pueblo para darse el tradicional abrazo de Año
Nuevo, este trabaja estaba a cargo del Señor Eusebio Antonio Gil “Petrón”, quien con entusiasmo se
encargaba de este oficio anualmente, así como también de organizar las tardes de toros coleados de
Guarenas.
Dentro de otros recuerdos gratos de las Navidades guareneras de ayer destaca el nombre de Jesús
Maria Marrero, quien cumplía todos los 25 de diciembre con la bella tradición de llenar toda una
habitación con juguetes de calidad, muñecas, pelotas, carros entre otros, para regalar a todos los
niños del pueblo. Igualmente a las viejitas les obsequiaba una botella de vino, un corte de tela, una
cobija. Sin ticket, sin hacer cola ni anotarse en una lista, asistían tanto personas humildes como de
posición a recibir los regalos de Navidad.