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6° Religión Unidad 0
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UN INESAFA INCLUYENTE”
IDENTIFICACIÓN
ÁREA: Educación religiosa
GRADO: 6° - NIVEL: SECUNDARIA
FUNDAMENTACIÓN CONCEPTUAL
LOS MÁRTIRES EN LA VIDA CRISTIANA
Un mártir era una persona que moría por su fe religiosa y, en muchos casos, era torturada
hasta la muerte.
Los mártires cristianos de los tres primeros siglos
después de Cristo eran asesinados por sus convicciones
religiosas (a veces eran crucificados como Cristo) de la
misma manera que los prisioneros políticos romanos o
arrojados a los leones en un espectáculo de circo. Sin
embargo, algunos historiadores de la Iglesia, como por
ejemplo John Fletcher y Alfonso Ropero afirman que ha
habido más mártires cristianos en el siglo XX que en el
conjunto de los diecinueve siglos anteriores.
Los mártires son nuestros maestros de vida. Ellos nos descubren lo que todos llevamos dentro.
En ellos queda patente la realidad profunda de nuestra vida, el valor absoluto de Dios, la
primacía de la vida eterna, la seguridad de la fe, la firmeza del amor y la fuerza del Espíritu
Santo para vencer todas las dificultades que podamos encontrar en este mundo.
La memoria de los mártires nos muestra que vivimos en un mundo difícil, en el que operan los
poderes del Mal y al que no nos podemos entregar ni someter. No es posible un cristianismo
conformista. El deseo de evitar los conflictos no puede ser un deseo primario ni una norma
general. La primacía del amor, la fidelidad a la misión recibida puede ponernos en situación
de conflicto aunque nosotros no lo queramos. La naturaleza testimonial de la vida cristiana, la
novedad y la radicalidad de la doctrina de Jesús y del mandamiento del amor universal nos
expone a los conflictos contra los poderes de este mundo, cuando estos pretenden organizar
APRENDO EN CASA: “PROMOVIENDO AMBIENTES DE APRENDIZAJE CON SENTIDO HUMANO PARA
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la vida a favor del bien de algunos contra el bien, los derechos y hasta la vida de los más
débiles.
No debemos buscar positivamente los conflictos, ni
debemos centrar nuestra vida en la denuncia de los
pecados de los demás. El centro de la vida cristiana es el
amor, la alabanza, el servicio a los demás, el anuncio de
la gracia y de las misericordias de Dios. Pero vivimos en
un mundo donde reina el pecado, y por eso hay que tener
en cuenta la posibilidad de que surja la incomprensión,
la marginación, el rechazo y en último extremo la
persecución violenta. El Señor nos lo tiene advertido. Seguirle a Él puede traernos muchas
dificultades, podemos acabar en los tribunales, pueden terminar con nosotros pensando que
con nuestra muerte dan gloria a Dios. Por eso Él nos promete su ayuda. Él acompaña y asiste
a sus discípulos en las dificultades. Los conforta con la fuerza del Espíritu que es la fuerza del
amor, de la seguridad, de la cercanía.
La vida cristiana consiste en el amor, estamos llamados a vivir como hijos de Dios, en
Cristo y como Cristo, reunidos en la familia de Dios que es la Iglesia.
Esta manera de vivir es hermosa y proporciona la verdadera paz y la verdadera alegría que
todos deseamos y necesitamos para ser felices. Pero requiere la conversión del corazón, el
cambio de vida, la renuncia a la codicia y a las mil idolatrías de este mundo. Por eso puede
producir rechazo y violencia de quien no quiere renunciar al dominio del mundo. Por eso la
vida cristiana, por muy apacible que sea, la misión evangelizadora de la Iglesia, por muy
considerada que sea, puede encontrarse con una reacción de rechazo y de violencia que le
obliguen a aceptar el martirio como precio de su fidelidad y esplendor de su verdad.
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Fuente:
https://conferenciaepiscopal.es/la-memoria-de-los-martires/
https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A1rtir