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Marcelo Mubarqui. – Calle G. Goethe 1573. - Bo. Crisol Norte.

– Córdoba

CONFERENCIAS ANIVERSARIO
I.C.E. en Porteña - Córdoba
11 y 12 de octubre de 2010
Lema: LA OBEDIENCIA – El Secreto de la buena vida.

Tema Nº5
Frutos de la Obediencia

Introducción:
Vivir bien no es el resultado de tener muchos bienes acumulados.
No es el resultado de hacer muchos deportes.
No es el resultado de viajar y conocer el mundo.
No es el resultado de tener fama y poder.

El secreto de la buena vida es obedecer a Dios.


No pasa por buscar la luz en nuestro interior y escuchar la voz de nuestra conciencia…
Pasa por escuchar la voz de Dios y obedecer lo que nos ordena para nuestro bien.

El secreto de la buena vida está en aquel que dijo “Yo soy el Camino, y la Verdad y la
Vida, nadie viene al Padre sino a través de mí”

Dios reveló a su pueblo las tremendas bendiciones que derramaría en la vida de quienes
le obedecen. Estas son leyes naturales y se cumplen en todas las personas, en todas las
épocas y en todos lo lugares.

Levítico 26:3
Si se conducen según mis estatutos, y obedecen fielmente mis mandamientos…

1. Una vida productiva.


Yo les enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos; la trilla
durará hasta la vendimia, y la vendimia durará hasta la siembra. Comerán hasta saciarse… Lev.
26:4-5

Sea o no de nuestro agrado, obedeceremos la voz del Señor nuestro Dios, a quien te enviamos a
consultar. Así, al obedecer la voz del Señor nuestro Dios, nos irá bien.
Jeremías 42:6

Hay personas cuya vida es una escalera ascendente en todo momento. Siempre están
creciendo en todo sentido. Jamás se estancan. Parece que no les pasan y no les pesan
los años. Mantienen una actitud frente a los problemas que parece sobrenatural.
Progresan en todo lo que emprenden. No digo que sean personas millonarias, pero son
personas a las que no les falta ningún bien.

Personas agradecidas a Dios por lo mucho o poco que tienen. Personas satisfechas y
plenas. Personas a las que les rinde el tiempo más que a los demás. Siempre tienen
tiempo para hacer algo más.

Personas que no se quejan ante las pruebas porque entienden que sus vidas están en las
manos de Dios. Personas que alaban a Dios en medio de las adversidades. Personas que

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descansan por las noches tranquilos porque su conciencia está en paz. Personas con
quien da gusto compartir un tiempo de charla y mates.

¿Te preguntaste alguna vez porque estas personas son así? ¿Será que Dios hizo el
reparto de humores y carismas de manera injusta? ¿Será que mi destino fue ser siempre
un perdedor? ¿Será que Dios me hizo un amargado empedernido? ¿Será que a Dios se
le acabaron las sonrisas cuando estaban repartiendo y a mí no me toco ninguna?

¿Será a caso que Dios me eligió como ejemplo de una vida de fracasos que va de mal en
peor? ¿Será este mi “karma” o mi destino responde a una maldición por lo que alguna vez
hicieron mis antepasado?

¿Te sentaste alguna vez a pensar porque muchas cosas te salen mal? ¿Crees en la
buena o mala suerte? ¿Por qué te embargaron el auto? ¿Por qué te embargaron el
sueldo?

¿Por qué estás a punto de que te rematen la casa? ¿Por qué tu hogar se está cayendo a
pedazos? ¿Por qué tu salud se está deteriorando cada día más?

Dios habla de las bendiciones de la obediencia. El premia tu obediencia. La vida de una


persona que obedece a Dios contrasta claramente con la de alguien que prefiere hacer su
vida a su antojo.

No estás encerrado en un destino maldito del que no puedas escapar como en las
culturas hindúes. La única solución a tu vida es la obediencia a la Palabra de Dios. El
quiere bendecir tu existencia. El quiere transformar tu destino. No es la voluntad de Dios
que vivas así.

2. Seguridad Interior.
…y vivirán seguros en su tierra. Lev. 26:5b

Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente
que construyó su casa sobre la roca. Mateo 7:24

Uno de los grandes flagelos de nuestro siglo es la inseguridad. Todos reclamamos


seguridad al Estado. Escuchamos con dolor las pérdidas de vidas humanas por la falta de
seguridad en las calles. Cada día el hombre vive más inseguro y temeroso, encerrado en
su mundo “seguro” que trata de construir.

Dios sabe que desde que hemos salido de la seguridad del Edén el hombre ha vivido con
miedo permanente. Lo primero que atinaron a hacer Adán y Eva cuando desobedecieron
fue esconderse porque tuvieron miedo. ¿Quién les enseñó lo que era el miedo? Ellos se
sintieron inseguros. El miedo es una consecuencia del pecado y la desobediencia.

Caín estaba aterrorizado de saber que alguien podía tomar venganza por la muerte de
Abel y pidió custodia a Dios. Según el diario Nación del 31 de mayo de 2009 Argentina es
uno de los principales consumidores de ansiolíticos y antidepresivos del mundo. Hoy las
enfermedades más comunes están relacionadas a los trastornos que genera la
inseguridad: Fobias de todos los colores, estados de pánicos, depresión, estrés, etc…

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La inseguridad no surge solamente por el temor a la violencia física, o al robo sino


también por el temor de perder un empleo, de fallar como padres, de no cubrir las
expectativas de un puesto laboral, de no ser el hijo que mis padres soñaron.

Dios bendice con seguridad interior al que deposita su confianza en sus promesas y
cumple con sus mandamientos. Nada debería temer el hijo de Dios que vive de acuerdo a
su Palabra.

Como la imagen de un niño que descansa en los brazos de su padre, así los hijos de Dios
deberíamos habitar seguros sin temor al futuro.

3. Paz y Descanso.
Yo traeré paz al país, y ustedes podrán dormir sin ningún temor. Quitaré de la tierra las bestias
salvajes, y no habrá guerra en su territorio Lev. 26:6

Si hubieras prestado atención a mis mandamientos,   tu paz habría sido como un río;
  tu justicia, como las olas del mar. Isaías 48:18

Otro grito que incesantemente se escucha por parte de la sociedad es la necesidad de


Paz. Tenemos la bendición de habitar un suelo en el que hoy las guerras no son una
realidad latente. Sin embargo no hay paz en la sociedad. Tenemos una capacidad
extraordinaria para inventar problemas y recrear nuestras propias crisis.

Estoy convencido que la falta de paz en nuestro pais no se debe a las guerras sino a la
desobediencia de los preceptos que Dios ordenó para nuestro bien. De manera
sistemática nuestro país viene rebelándose a cada principio de la Palabra de Dios
provocando la ira de Dios y sufriendo las consecuencias.

El hombre que no tiene sus cuentas arregladas con Dios nunca podrá tener una paz
verdadera. ¿Cómo se puede dormir con la intranquilidad de no tener resuelta nuestra
eternidad?

¿Cómo se puede acallar la voz de la conciencia que nos recuerda que no hemos
obedecido a Dios? La conciencia es un atributo que todos los seres humanos tenemos.
Allí están grabados los mandamientos de Dios. Hay algo interior que nos acusa y nos
pone intranquilos cuando violamos alguna norma. Es Dios quien nos diseñó así.

No puedes luchar contra tu conciecia. Ella siempre te acusará y te quitará la paz. Ellá te
hablará por las noches cuando el ruido del mundo se calla. No hay paz ni tranquilidad
cuando hacemos lo que nuestra conciencia no aprueba.

Los cristianos tenemos la mente de Cristo, dice Pablo. Esto se logra leyendo y meditando
en la Palabra de Dios hasta el punto en que empezamos a pensar como Dios desea que
pensemos y vemos el mundo desde la perspectiva de Dios. Es allí cuando nuestra
conciencia es confiable y merece ser escuchada para disfrutar de paz interior y bienestar
general. “La mejor almohada es una buena conciencia”

Salmos 4:8
En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.

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Salmos 127:2
Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de
dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño.

4. Crecimiento integral
Yo les mostraré mi favor. Yo los haré fecundos. Los multiplicaré, y mantendré mi pacto con
ustedes. Todavía estarán comiendo de la cosecha del año anterior cuando tendrán que sacarla
para dar lugar a la nueva. Lev. 26:9-10

Te amará, te multiplicará y bendecirá el fruto de tu vientre, y también el fruto de la tierra que juró
a tus antepasados que les daría. Es decir, bendecirá el trigo, el vino y el aceite, y las crías de tus
ganados y los corderos de tus rebaños. Deuteronomio 7:13

Hagamos un balance de los últimos cinco años de nuestra vida. ¿Consideras que fueron
de menor a mayor? ¿Consideras que has crecido en algún aspecto de tu vida además de
los años que acumulaste? ¿Has crecido en amistades? ¿Has crecido familiarmente?
¿Has crecido en madurez espiritual? ¿Has crecido económicamente? ¿Has crecido
laboralmente? ¿Han crecido las responsabilidades que te confiaron? ¿Has crecido
intelectualmente por medio del estudio? ¿Has crecido en tu ministerio?

Muchas veces tememos hacer este tipo de evaluaciones por que sabemos de antemano
los resultados de la encuesta.

Cada uno de nosotros conoce algún area de la vida en que no estamos obedeciendo a
Dios porque parece ser que no nos conviene. Recordemos que la obediencia es una
cuestión de fe. Aunque parezca que perdemos obedeciendo, en realidad estamos
ganando.

Cuando eres fiel a tu esposa obedeces a Dios y ganas


Cuando eres honesto y dices que no a un negocio turbio obedeces a Dios y ganas.
Cuando pones limites a tu temperamento para no reaccionar mal, obedeces a Dios y
ganas.
Cuando evitas ceder al ofrecimiento de productos que te producen adicción, obedeces a
Dios y ganas.
Cuando pones límites a tus hijos, obedeces a Dios y ganas tú y tus hijos.
Cuando decides no levantar algo que no te corresponde obedeces a Dos y ganas.
Cuando decides decir la verdad ante toda circunstancia obedeces a Dios y ganas.

5. Presencia de Dios asegurada.


Estableceré mi morada en medio de ustedes, y no los aborreceré. Caminaré entre ustedes. Yo seré
su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Lev. 26:11-12

Le contestó Jesús: El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra
vivienda en él. Juan 14:23

Fuimos creados para vivir con Dios y tener con Él una relación permanente y natural.
Cuenta la Biblia que nuestros primeros padres, Adán y Eva, caminaban con Dios y
conversaban con Él al aire del día. Esa era una relación cotidiana en un escenario
magnífico como lo fue el huerto del Edén. Dios les enseñaba como vivir en este nuevo
mundo que estaban descubriendo. Dios hablaba con el hombre y el hombre hablaba con
Dios. La relación era la de un buen padre aconsejando a su hijo.
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El hombre, vos y yo, fuimos creados con la necesidad de vivir cerca de Dios.

Dependemos de Él para todas las cosas como un niño depende de sus padres. Pero Dios
es un Dios santo. Un Dios que no soporta el pecado porque sabe lo perjudicial que es
para su creación, el hombre.

Dios no es un ser caprichoso al que se le puso en la cabeza que el pecado es malo. Dios,
quien conoce todas las cosas, sabe lo dañino y perjudicial que es para el hombre
desobedecer a sus mandamientos. Dios conoce cómo hemos sido creados y sabe que no
podemos sobrevivir mucho tiempo en este cuerpo lleno de maldad. Solo Él sabe lo que
nos hace bien y lo que nos hace mal. Necesitamos a Dios.

Dios nos dio la libertad de elegir obedecer o elegir ser rebeldes a sus consejos y el
hombre escogió mal. Adán y Eva debieron ser expulsados del Huerto del Edén por su
desobediencia. Su rebeldía les alejó de la presencia de Dios.

Dice la Biblia que todos hemos pecado y estamos lejos de la presencia salvadora de Dios.
¡Todos!. Estamos lejos de Dios y ese es la mayor de nuestras desgracias. Todos nuestros
problemas tienen su raiz de orígen en esta distancia abismal que el hombre tiene con
Dios.

Apelación Evangelística:

Pero… ¿Cómo podemos vivir cerca de Dios? ¿Podemos acercarnos a Él? Dios se acercó
a nosotros en la persona de Jesucristo. Ahora podemos acercarnos a Dios, porque Dios
tomó la iniciativa y se acercó primero a nosotros. La puerta de entrada para acercarnos
nuevamente a Dios es la obediencia. Pero… ¿Que debemos obedecer? Dios nos pide
solamente dos cosas: Confesar con nuestra boca que Jesús es el Señor y creer que Él
está vivo.

Necesitamos arrepentirnos de nuestras desobediencias y de las transgresiones a las


normas que Dios estableció para nuestro bien. Recién cuando lo hagamos, Dios habitará
en cada uno de nosotros. No solo “con” nosotros sino “en” nosotros. Dios quiere tener
contigo la misma relación que tuvo con Adán en el huerto. El quiere que tu relación con él
vuelva a ser una realidad que disfrutarás a diario.

¿Quieres obedecer a Dios y disfrutar de su presencia y las bendiciones que Él derramará


en tu vida? Acércate a Jesucristo porque él ya se acercó a vos.

Bendito Dios, creo que Jesús es el Señor, creo que él tiene poder para perdonar mis pecados, creo
que Jesús murió en la cruz ocupando mi lugar. Te pido perdón por mis pecados, porque entendí
que ellos te ofendieron a ti y lastimaron a mis semejantes. Necesito tu perdón. Quiero que Jesús
sea mi Señor. Quiero obedecerle. Quiero empezar de nuevo, pero esta vez junto a vos.

En el nombre de Jesús.
AMEN

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