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EN SU LABERINTO
Análisis y propuestas
para una salida
ISBN 978-950-808-826-0
1. Educación
ISBN 978-950-808-826-0
Prólogo ......................................................................................................................... 9
Este que tienes en tus manos, es un libro audaz que se ofrece como hilo de
Ariadna para una escuela que se embrolla en su propio laberinto. Fue escrito
de manera colaborativa entre muchas manos que, a lo largo de los años, se
fueron encontrando y estrechando en los pasillos de ese laberinto.
Aunque el conocimiento mutuo entre algunos de los responsables
de estas páginas se cuenta por décadas, fue recién en Diciembre del año
2014, con ocasión del cierre de un seminario del doctorado en Humani-
dades y Artes con mención Educación de la Facultad de Humanidades y
Artes de la Universidad Nacional de Rosario, cuando por primera vez co-
menzó a tomar forma un discurso polifónico sobre una suerte de Nuevo
Mundo Educativo (NME). A partir de entonces, durante los primeros meses
de 2015, comenzó una creciente convergencia de voces que se fueron
arrimando a conversar sobre la necesidad de dar por concluidos los labe-
rínticos intentos de reconstrucción de la escuela moderna. Así, se fueron
organizando entre ellos para pensar el modo de pasar a otra cosa. Su-
cedió entonces que José Romero, Pedro Romero, Jorge Noro y Roberto
Igarza y Natalia Repetto, dieron el primer paso en la organización de re-
uniones para conversar sobre eso, e inmediatamente después se fueron
sumando otras voces: Jorge Murillo, Claudio Altisen, Florencia Sadone y
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Nicolás Pombo, sin contar a los interlocutores en quienes fueron abrevando
por asesoramiento, apoyo técnico y, sobre todo, para alentar un intercam-
bio de ideas que nutriera a la conversación con los aportes de estudiosos
de otras disciplinas. Así, a lo largo de dos años, trabajó sin premura y sin
demora un grupo integrado por profesionales con distintas trayectorias,
procedentes de recorridos intelectuales diversos. Un grupo que conversó
sobre sus experiencias en el sistema educativo (unos como docentes, otros
como directivos y también funcionarios, otros como profesionales ligados
al campo y, en definitiva, todos como estudiantes y padres de estudiantes).
Un grupo en el que compartieron y debatieron las lecturas. Y en el que fue-
ron escribiendo lo que entre todos estaban investigando.
Desde el principio el grupo se dio a sí mismo el tiempo conveniente
para detenerse a pensar, organizando para eso un calendario de reunio-
nes de trabajo semanales, en las oficinas de la FUNPEI (Fundación para los
Estudios Internacionales), en la ciudad de Rosario. Esas reuniones les per-
mitieron avanzar sin pausa en el proyecto del NME.
Con el propósito de evitar el encierro sobre sí mismos, y el consi-
guiente riesgo de efecto pasteurizante por un tipo de trabajo intelec-
tual homogeneizador, pusieron a prueba sus ideas mientras las iban
moldeando. Escogieron las más provocativas y las expusieron mediante
diversos formatos ante auditorios diferentes (académicos y no académi-
cos), en Rosario y en Buenos Aires.
Para ayudarse en la tarea de provocar a la reflexión profanando la sa-
cralidad escolar mediante una propuesta lúdica, y con el propósito de hacer-
se entender de una manera asequible, diseñaron, por ejemplo, una baraja
de cartas (con una imagen y un breve texto explicativo de cada una) que
utilizaron como instrumento en las presentaciones, para invitar al auditorio
a jugársela con ideas nuevas. También filmaron microvideos explicativos en
los que los miembros del grupo de investigación hablaron sobre algunos
tópicos en los que estaban trabajando, e hicieron animaciones digitales
para visualizar alguna posible plasmación fáctica de sus ideas, incluso en lo
arquitectónico. Luego distribuyeron ese material en las redes sociales, y di-
señaron un sitio Web para su proyecto de investigación. Todavía más: Jorge
Noro escribió un cuento en paso de comedia, metaforizando aspectos del
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malestar docente que da pie al planteo de NME. Luego Pedro Pilo Romero y
Florencia Nizzo junto con Santiago Roldán, adaptaron el cuento a un guión
para un cortometraje que fue filmado por Rolling Films en la ciudad de Ro-
sario, contando con la actuación protagónica de Hugo Arana y la participa-
ción de estudiantes de la Universidad del Cine.
En Agosto de 2016, a través de la FUNPEI, el proyecto Nuevo Mundo
Educativo pasó a formar parte de la Cátedra del Diálogo y la Cultura del En-
cuentro (conformada por una red internacional de instituciones públicas y
privadas), bajo la denominación: Capítulo Rosario. Educación y Cultura.
En Diciembre de 2016, a solicitud del Instituto de Cooperación Lati-
noamericana (ICLA) de la Universidad Nacional de Rosario, el Rectordo de
dicha Universidad creó mediante la Resolución 4930/16, la Cátedra: Estudio
y análisis prospectivo del paradigma para una nueva educación, dependiente
del Rectorado de la UNR. Y designó como directores y coordinadores de esa
Cátedra a los miembros del equipo de investigación del NME. La Cátedra
fue creada para constituir un espacio de referencia académica en relación
al debate del paradigma educativo vigente, su crisis, su evolución y nueva
formulación. Así como también para desarrollar investigaciones en pos de
una nueva visión y una nueva infraestructura desde donde pensar la géne-
sis de la transformación del sistema educativo escolar… y luego transferir
esos conocimientos al campo académico y a la sociedad.
Ahora, en el año 2017, la Editorial Homo Sapiens publicó este libro
que estás leyendo, el cual se propone como el primero de una colección so-
bre temas referidos a un nuevo sistema educativo pensado desde el NME.
Respecto de la forma concreta en la que escribimos este libro, nos pa-
rece oportuno comentarte que, además de tratar sobre el NME, es el NME…
Lo es porque fue escrito de manera colaborativa tal y como funcionan las
cosas en el dispositivo educativo en el que pensamos. Después de un con-
cienzudo proceso de estudio y diálogo, el texto alcanzó una coherencia ar-
gumental suficiente, que no implica homogeneidad ni expurgación de las
diferencias. Se presenta, entonces, de manera unitaria y no como una mera
compilación, lo que en realidad es una trama hecha de hilos diferentes, que
fueron tejidos en la relación dialogante entre cuatro escritores con miradas
singulares. El resultado es un corpus textual en sintonía. Es el fruto de un
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diálogo plural que asimila sin negarlas las líneas de discusión divergentes al
interior del equipo. Las recupera semánticamente, las redefine en términos
del proyecto que nos ocupa, y las relanza en la argumentación. Así el sujeto
de grupo se mantiene en movimiento reflexivo y crítico, sin que un discurso
homogeneice al resto, sin que ninguno deba renunciar a la discursividad que
lo habita, sin que nadie resulte borrado como sujeto de enunciación. En esto
no transa el NME, y por eso escribimos este libro de ese modo. Porque enten-
demos que así funciona el dispositivo educativo en el que pensamos.
De ahí también la forma coloquial e interrogativa que le dimos al
despliegue argumental en las páginas de este libro, porque así es NME…
un dispositivo de relacionamiento comunitario articulado a partir de pre-
guntas que abren campos de problematización sobre lo que acontece en
lo que está sucediendo.
Desde nuestra perspectiva eso se hace mediante relaciones entre
pares que, a pesar de la diversidad de puntos de partida y de trayectos,
pueden asimismo arribar a puntos de llegada compartidos, e incluso a la
publicación de un libro que no sea la compilación de una mera sumatoria
de capítulos yuxtapuestos.
La organización articulada que elegimos para este libro consiste en
cuatro capítulos. El capítulo primero trata sobre el lugar que tiene un plan-
teo como el del NME en las teorías que se cruzan (no sin conflicto) en las
disputas hegemónicas por la educación. El capítulo segundo trata de res-
ponder a la cuestión sobre quiénes aprenden y sobre los desafíos actuales
para los aprendizajes. El capítulo tercero trata sobre cómo se enseña en un
nuevo territorio pedagógico como el planteado por NME, y el cuarto sobre
las marcas subjetivantes de quienes enseñan.
Esperamos que este trabajo ayude a encontrar la manera de horadar
la inercia, aligerando la pesadez que se va adhiriendo en el trajín cotidia-
no de la vida escolar. No tenemos la posta, porque no escribimos desde la
estatura de los iluminados, pero confiamos en que estas páginas servirán
para invitar a los lectores a remover lo que hace obstáculo a la posibilidad
de pensar y de crear otra escuela. Vamos entonces a abrir este libro, para
abrir interrogantes. Vamos, lector, a enfrentar juntos ignorancias nuevas.
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CAPÍTULO I
El Nuevo Mundo Educativo
en la disputa hegemónica
por la Educación
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Estados nacionales y sus consecuencias: empobrecimiento de proletarios
y agricultores en Italia y del gauchaje en Argentina. Allí la escuela tendrá
un rol estelar en la conformación de un proceso civilizatorio con valores
unificados socialmente. Al mismo tiempo y desde un pensamiento anta-
gónico, Emile Durkheim publica en 1902 en París, “La Educación Moral”
en la que ponía en el corazón de la educación aquellos valores que el
italiano atribuía a la escolaridad de la burguesía triunfante. Osea Gramsci
teoriza e interviene en el presente. Era una “intervención interpretante”
como lo definimos en el Nuevo Mundo Educativo (NME) y ya lo veremos
más adelante.
Volviendo a la hegemonía, es común sostener que la distribución
de valores y saberes para la vida social son una forma de construir el
vivir juntos. De igual manera, lo es interpretar qué cosmovisiones encar-
nan o solapan dichas propuestas. Ahora bien, en los tiempos de Gramsci
y Durkheim —que más adelante recrearemos conceptualmente— el siste-
ma escolar era monopólico en la materia. Hoy, en cambio, de la disputa
participa todo un ecosistema mediático-cultural-tecnológico en el que
la escuela es madre “no reconocida”. Educación y hegemonía demanda
poner en escena una doble disputa: por un lado la que se da al interior
del propio sistema escolar que sufre las quejas continuas de sus actores
y el desprestigio social y por otro, la que se da en las tensiones entre los
otros distribuidos de símbolos y significados.
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de la doble disputa hegemónica actual, salvo que sólo decidamos dete-
nernos en las ingenierías económicas de la administración de lo existen-
te. Por eso necesitamos replantear el lugar de la escuela, sin destruirla,
pero convirtiéndola en un dispositivo que funciona desde otro lugar y con
otro sistema de referencias.
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destinatarios, la competencia no forzada de los nuevos distribuidores
del conocimiento, la crisis biográfica de los maestros y hasta su pro-
puesta espacial; parecen golpear los pórticos escolares. Habitualmen-
te, para atemperar la situación, los análisis académicos solían recurrir
a la “paradoja de los padres”. Se trata de estudios estadísticos en los
que los padres eran extremadamente críticos con el sistema escolar
y marcadamente amables y satisfechos de la escuela de “su hijo”. No
hay seguridad hoy que la continuidad de esos estudios sobre un mismo
campo obtenga resultados constantes.
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proponen y plasman en las escuelas e instituciones, pero es relativo el
impacto en el sistema y la extensión en el tiempo. Vale recordar a Montes-
sori, Agazzi o más cercanas, las hermanas Cossettini.
Por ello, hemos compuesto una lectura de la educación escolarizada
en términos de ciclos que mantienen viva la historia en nuestro diseño
conceptual y a su vez, permite ver el fenómeno en perspectiva.
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Jacques Ranciere cuenta que el Mayo Francés implicó dos cuestiones
importantes. La primera relacionada con el protagonismo generacional que
convocaba a transformar las estructuras sociales, políticas y económicas. En
definitiva la esperanza de un mundo nuevo. La segunda, la constatación de
que —en aquel momento de la cultura— aparecía un pensamiento original,
único, definitivamente nuevo. Leer a Foucault —dice— implicaba un cambio
vital, una manera distinta de mirar el mundo, la percepción que al fin se lo
entendía. Incluso no se priva de acotar que el tiempo ha transformado a los
pensadores en más importantes que sus pensamientos y a sus estéticas en
más importantes que sus contenidos.
La acotación de Ranciere es certera. El pensamiento de Foucault su-
pone la “auscultación”, la deconstrucción —si Derrida lo permite— de las
articulaciones de poder y los mecanismos de ejecución que ordenaban la
sociedad moderna en su versión capitalista. En este aspecto, valdría pre-
guntarse hasta qué punto el paradigma descripto en “Vigilar y Castigar”
sigue explicando la esencia del despliegue del sistema escolar vigente.
La disciplina, la docilidad de los alumnos, la organización cualitativa y
cuantitativa del tiempo, la evaluación como ejercicio expreso del poder
y hasta el diseño del espacio como complemento invisible de la finalidad
escolar; son los temas de Foucault y también son los temas de hoy. La
historia no se fugó. Los tres ciclos antes mencionados que se constituyen
en verdaderos paradigmas son los que aún disputan la hegemonía del
sistema educativo actual.
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Refieren a discusiones propias de la evolución científica y sus correlatos de
aplicación o las transformaciones político-culturales. Lo cierto es que bue-
na parte de ellos se incorporaron al dispositivo escolar en forma de inno-
vación, de reforma, o de experiencia. Más allá de ello y de los aportes va-
lorables de muchas teorías y debates, nos interesa no abandonar aquella
dimensión originaria. Los tiempos marcan un nuevo debate sobre la hege-
monía que definirá el futuro del sistema educativo. Se impone una lectura
comprensiva con su debido sustento histórico, político y cultural. Con tal
objetivo, aún a riesgo de ser cuestionados en la simplificación —que espe-
ramos se comprenda en su intensión— quisiéramos plantear tres ciclos o
paradigmas hegemónicos: Moderno, Neoliberal y Pos-estructuralista.
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lugar, la paulatina conformación de los Estados Nacionales que pusieron
en debate la cuestión de la soberanía como sitial final de la legalidad y la
legitimidad interna y de la autodeterminación externa. Conformación que
acompañaba la creciente migración del campo a la ciudad como respuesta
al cambio de modelo productivo de la revolución industrial. Y finalmente
un nuevo corpus de conocimiento de la mano del Iluminismo que aportaba
una nueva y racional manera de entender el mundo. Límite, frontera, fami-
lia, proletario, ciudadano, contrato social, autoridad, ciencia, etc., fueron
conceptos del nuevo orden depositario de la fe.
Este es el marco en el que se inscribe la partida de nacimiento de la
escuela. Una familia como aliada pero con límites funcionales claros, una
enciclopedia explicativa y metodológicamente racional por conocer y un
ciudadano-obrero que era esperado por la sociedad y mercado. Todo ello
bajo un credo utópico legítimo llamado Progreso.
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consecuente no será otra que la postulación de un sistema educativo
cuya función central sea la homogeneización.
Esto es, la construcción de una identidad común de la que puedan
ser parte los distintos. Un conjunto de valores que actúen como una
zona liberada de las diferencias. Ricos y pobres necesitan losmismos
próceres, las mismas jerarquías, la misma disciplina. Varias décadas
posteriores el mismo Parsons se admiraba de la ciclópea tarea de la
escuela en igualar tanta diversidad.
Ahora bien, la prédica de Durkheim, que bien podría homologar-
se a la sarmientina, partía de la necesidad de construir una república
socialmente unida en escenarios complejos. La modernidad republica-
na necesitaba un núcleo duro de valores que “todos” debían aprender,
respetar y vivir iluminados por el faro escolar. El docente como pa-
radigma, la evaluación unánime, el modelo edilicio, la organización
espacio-temporal y otras herramientas aún vigentes, pensadas y prac-
ticadas eran parte del dispositivo.
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mercado industrial naciente. Lo mismo ocurre con Sarmiento y su en-
vidiable pluma pregonando la civilización del nomadismo rural del
gauchaje. La homogeneización es una necesidad política, un modelo
social y una de las razones de ser del sistema escolar.
Sin adentrarnos en el debate sociológico que encierra la institu-
cionalidad moderna, es importante destacar que la pedagogía que da
sustento al proceso homogenizador formateóla escolaridad posterior.
Muchos acotarán que la afirmación es arriesgada. Sin embargo, el cú-
mulo de innovaciones, interrogantes, modelos escolares, aportes psi-
cológicos o psicopedagógicos y hasta jurídicos, no representan en el
día a día escolar un cuestionamiento que implique el fin del objetivo
primario. Homogeneizar y escolarizar son aún sinónimos, más aún en
épocas de cambios y crisis. La pregunta entonces es clara. ¿Por qué el recla-
mo? El NME sostiene que los cambios irreversibles de los sujetos educativos
hacen imposible su cometido, incluso la actualidad valórica de su propósito
sin caer en un dispositivo represivo (más castigos) o excluyente (servicio
militar para algunos o escuela para otros). Homogeneizar es parte de la
conformación estructural del sistema que se inicia en la propia puerta de
ingreso a la escuela. Las innovaciones didácticas aportan mejoras pero es-
tán destinadas a reciclar el formato original.
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Pero tan revolucionario como ello, es que la escuela asigne (anticipe)
roles sociales con una legitimidad absoluta. Quién ingresa, quién es
normal, cuál es el grado de inteligencia, cuáles son las cualidades de
adaptación o quién sustituye la identidad vertical por la horizontal son
prácticas que terminan en una evaluación objetiva y poderosa. Evaluar
es seleccionar.
Hemos trabajado mucho en el NME al respecto. No somos iguales
por naturaleza cuando el parámetro de evaluación es único, automáti-
co y temporalmente idéntico. Pero hay una igualdad en dignidad que
implica un Derecho Humano que la nueva escolaridad debe asumir. Al
igual que la homogenización, la evaluación necesita repensarse en tér-
minos de estructura del dispositivo mismo.
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palabras, la teoría crítica supone la exposición de los principios no enun-
ciados en una formulación clásica.
24
¿Cuál fue el verdadero impacto de las teorías críticas? ¿Hasta qué
punto provocaron la mutación esperada en el sistema escolar?
25
¿La emergencia neoliberal representaun nuevo paradigma o
es una reformulación del pensamiento liberal que originó el
sistema educativo fundacional?
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El punto de partida en materia de educación está vinculado a una
relación directa entre crisis y calidad. El problema de la educación no
debe buscarse en su extensión sino en su eficiencia y en su eficacia.
Los resultados —observados en términos de productividad— que asom-
bran a padres y gobiernos deben explicarse como una crisis de geren-
ciamiento. No se trata de recursos, se trata de su empleo, de su uso.
Este problema de gestión invade el sistema en su conjunto, empieza en
el propio Ministerio y llega hasta la organización del aula. El razona-
miento es que si el producto alumno que esperamos no es satisfactorio
(las quejas así lo muestran) se debe a las fallas existentes en la cadena
de su formación. Si el mercado es el mejor ordenador de la vida social
también lo será para la escuela. Competencia, premios, castigos o in-
centivos necesitan un marco de libertad.
De allí surge la idea de mejorar incorporando de manera estructu-
ral la demanda. Se analiza el Estado como responsable de servicio, tal
como lo enunciaba el propio pensamiento liberal. Es decir, el mono-
polio de la oferta se ejerce de manera directa o por control al sistema
privado. Los padres, como representantes de la sociedad, participaban
en forma instrumental, como acompañantes. Se evalúa entonces que la
debilidad de la demanda impide la competencia como clave del cam-
bio y la mejora del producto alumno. La solución será trabajar fuerte-
mente sobre los padres que, como buenos consumidores, deben tener
la posibilidad de optar por la educación que desean. Si la demanda
presiona, la oferta mejora o desaparece.
El sistema de libre elección de centro escolar se encuentra presente en
buena parte de la bibliografía teórica del neoliberalismo. Sustentado en
una ruptura de la histórica financiación pública de la oferta, el modelo teó-
rico goza de una contundente eficacia en su presentación social: el silencio
del niño o adolescente ante su derecho a la educación es sustituido por un
promocionado y audible derecho de los padres a reclamar y exigir por las
prestaciones educativas que reciben sus hijos.
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En la práctica, el razonamiento es tentador. Si los padres y la socie-
dad tienen el monopolio de la queja ¿por qué no dejarlos elegir?
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Se parte delretiro del Estado en su rol de “educador” para posicionar-
lo como garante de las reglas del juego del sistema. La utopía a conseguir
es un modelo de competencia en el que cada familia pueda elegir libre-
mente la escuela a la que desea concurrir. En el camino hacia el ideal se
trabaja en el presente con avances diversificados tales como: cambiar di-
rección escolar en management educativo, optimizar las aulas en métricas
productivas, evaluación de rendimientos, etc. De algún modo, la calidad
se convirtió en el nuevo fetiche sustitutivo del viejo progreso aspirado en
el ciclo moderno.
La educación es una industria de mano de obra numerosa, intensiva
y alto costo que indudablemente irá perdiendo terreno ante otras indus-
trias del conocimiento que no requieren tales condiciones.Ante ello, las
propuestas de optimización de la eficiencia y la eficacia resultan indispen-
sables. Las mismas son teórica y prácticamente bastante conocidas: el bi-
nomio evaluación-calidad con corrientes apelaciones al sentido común se
impuso como idea y como política. La calidad adquiere una índole objetiva
que sirve como orientación amplia, que va desde la ejecución del financia-
miento público hasta un indicativo de las inversiones globales.
Para ello es importante establecer un rendimiento académico están-
dar cuyos resultados permitan un constante análisis de los factores en jue-
go en el resultado. Docentes, alumnos, infraestructura, etc. son observados
como un engranaje “productivo”. Allí se interviene premiando, castigando
o en algunos casos estableciendo “rankings” de jerarquía.
Si bien no existe una aplicación en estado puro del modelo, sí es no-
table la hegemonía de los argumentos que lo sostiene: la incorporación
de la lógica del consumidor ha logrado convertirse en criterio de juicio ha-
bitual. Muchos ciudadanos juzgan la actuación docente, el estado edilicio,
los derechos laborales y hasta el rendimiento escolar con criterios de costo
y beneficio. Los propios centros privados suelen argumentar en su defen-
sa la conocida fórmula de la “doble imposición”. Se trata de un argumento
propuesto por el propio Hayek en los albores del pensamiento neoliberal
consistente en demostrar que el déficit público obliga a tomar un servicio
privado sin que ello repercuta en la baja de las cargas impositivas. Prue-
bas objetivas, resultados promocionados, discusiones sobre la profesión
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docente, homologación de contenidos básicos curriculares centralizados y
únicos son —entre otras tantas— medidas establecidas.
La crisis del Estado Benefactor implicó el desmoronamiento de buena
parte de las virtudes del paradigma moderno sea en su concepción origi-
naria “humanista liberal” como en los aportes en términos de justicia de la
reacción crítica. Ante ello, el paradigma neoliberal avanzó como un com-
plejo conceptual presentado en términos de actualización o adaptación
temporal. Una suerte de nueva ingeniería del sector público neutra e ins-
trumental. Los juicios sociales se convierten a menudo en juicios escolares
donde la especulación de costos y beneficios es parámetro de evaluación y
comportamiento.
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Si bien resulta complejo establecer un sistema categorial común es po-
sible detenernos al menos en las lógicas y objetivos del sistema conceptual
pos-estructuralista. Así aparecen los análisis de las relaciones de poder sub-
yacentes y la definición del lenguaje como una fuerza que supera la función
reflexiva del discurso para convertirse directamente en perfomativa como dos
tópicos constitutivos. De esta manera, se emprende un cuestionamiento y una
crítica profunda a toda la racionalidad moderna manifiesta tanto en el propio
pensar filosófico como en las estructuras sociales emergentes, pasando por
el arte, la antropología y también la educación. Todo conocimiento será visto
como contingente en tanto su relación directa con las condiciones de produc-
ción, lo que finaliza en un punto final del reino epistemológico de la verdad.
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El posicionamiento parece una crítica terminal del sistema esco-
lar. ¿Cuál sería el contenido de estos tres tópicos?
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existe como resultado de los aparatos discursivos y lingüísticos que lo cons-
truyeron. Tal análisis del sujeto moderno como una construcción discursiva,
demuestra el desplazamiento central efectuado por el pos-modernismo
y por el estructuralismo: del paradigma de la conciencia al paradigma del
lenguaje. Esta perspectiva puede ser sintetizada por el concepto de discurso
tal como lo utiliza Foucault y por el cuestionamiento del presupuesto de la
transparencia del lenguaje efectuada por Derrida. Si pensamos en el sujeto
consagrado por la escuela en su matriz fundacional (hombre, blanco, hetero-
sexual, etc.) podemos mensurar la dimensión de la crítica pos-estructuralista.
Finalmente, los aspectos relativos a la disciplina se sustentan en la
unidad del binomio poder y saber. El conocimiento y su despliegue es parte
de un conjunto de relaciones que están lejos de la vocación y la neutrali-
dad. Su objetivo no es otro que la búsqueda de la disciplina, sea ella social,
laboral o escolar. Este es el planteo central de MichelFoucault. En la escuela
todo es disciplina: su forma de entender el conocimiento, su edificio, sus
modelos de conducta y también sus paradigmas teleológicos. El pos-es-
tructuralismo es una crítica contundente de la sociedad disciplinar. Crítica
epistemológica, social y política. La escuela es abordada entonces como
herramienta sistémica que la genera y garantiza. Junto a ella se despliega
también una fuerte crítica a los intelectuales como intérpretes finales —y
ocultos— de los intereses que la sociedad moderna representaba.
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La percepción política que apunta al pos-estructuralismo como fun-
cional al paradigma neoliberal procede de muchos actores anclados en el
pensamiento crítico. Lo interesante de observar allí es cómo se solapan
discursos y conceptos en un juego de conveniencias argumentales. Una
suerte de guerra de posiciones en la que no se ha dudado en asumir el
paradigma criticado con el único objeto que no se desmorone la propia
racionalidad argumental.
Este movimiento se ha tornado altamente perjudicial para los pro-
pios actores del sistema y es uno de los puntos de partida que ha mo-
tivado la reunión de voluntades que dieron origen al NME. Proponer un
complejo argumental que aporte certidumbre, presente y perspectiva a
la educación actual.
34
¿Cuáles serían los principales ejes conceptuales de este cambio es-
tructural que ustedes denominan NME?
La propuesta del NME está edificada sobre un trípode conceptual
que podría enunciarse en: la idea de nuevo mundo como abordaje del
presente y los conceptos de memoria cíclica y salto re-evolutivo como
partes de una dialéctica temporal que vinculan ese presente con el fu-
turo y el pasado.
En este marco, el concepto de Nuevo Mundo marca nuestra relación
con el hoy, con la contemporaneidad. Alain Badiou dice que una buena
vida es una vida con ideas. La explicación es sencilla: la idea despierta la
voluntad de querer; la idea transforma. La conclusión apresurada invitaría
a una felicidad plena y global en tanto todos portamos ideas para vivir. Sin
embargo el francés encuentra allí el verdadero problema de la felicidad:
la mayoría de las ideas se convierten en mercancía y por lo tanto más tem-
prano que tarde son arrebatadas al sujeto. Solo queda el sabor amargo de
la soledad. Evitar este círculo vicioso del despojo supone dos actitudes: la
primera tomar distancia del circuito cotidiano de mercantilización “ideoló-
gica” y la segunda, desplegar una sensibilidad ante un acontecimiento que
dispara la novedad como toma de posición.
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siempre en el clivaje “conservador”. La educación repite sus problemas,
también sus soluciones provisorias y hasta sus debates.
El presente es intempestivo y porque irrumpe debe pensarse a la dis-
tancia. Quizás la re-lectura que Giorgio Agamben hace de las meditaciones
intempestivas de Nietzsche arroje una herramienta valiosa de la distancia
“en el presente”. El movimiento del pensamiento debe iniciarse oponién-
dose a las razones que dominan por orgullo, preeminencia, lugar común o
resistencia a una época determinada. Es cierto en este punto, que un lar-
go trayecto de práctica y lectura de muchos autores que respondían a los
distintos paradigmas, así como su aparición desfigurada en la cotidianidad
educativa, han facilitado este primer paso. A veces primó el debate concep-
tual y otras —por qué no confesarlo— el cansancio de la repetición.
De esta manera, pensar el presente necesita como primer paso una
desconexión y un desfase, a través de una distancia con respecto a un
“hoy” con el que no se coincide. El gesto nietzscheano no tiene que ver
con una actitud de nostalgia; simplemente indica que la condición de ser
contemporáneos establece una relación singular con el propio tiempo. Se
adhiere a éste y, a la vez, se toma distancia desconfiando del espíritu que
la época arroja como verdadero en apariencia.
El presente educativo presenta grados variables de conflictos. Las
demandas de protagonistas, espacios y resultados reconocen una perma-
nencia que para toda una generación ya parece insuperable. Ante ello, el
pensar discurre entre nostálgicas consignas que se reparten equitativa-
mente entre los demandantes y los prometeicos demandados. La nove-
dad es solo un modo de ser, un mero comportamiento ante la confronta-
ción. Desconfiar del espíritu de época es el primer gesto de novedad del
NME. Aún del discurso futurista, que aparece en escena como el banquete
de los sueños, para los que sufren insomnio.
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Lo sería si la distancia no toma en cuenta el acontecimiento. Es co-
mún interpretar los acontecimientos como eventos destacados de la vida
individual o colectiva. En el decir vulgar es una apelación lingüística que
supone un exceso, una situación extraordinaria o al menos poco habitual.
(“fue todo un acontecimiento”). Badiou lo ubica en otro registro; el acon-
tecimiento es una ruptura en el conocimiento de una situación. En otras
palabras, se toma distancia, se desconfía del espíritu de época, para lue-
go provocar una nueva lectura de la realidad, una verdadera ruptura en el
campo del saber en el que se actúa.
La operación habitual supone que “saber” de una situación impli-
ca un conjunto de símbolos o conceptos que la expliquen o den cuen-
ta de ella representándola. Explicar los hechos con el conocimiento
vigente. Acercase al acontecimiento es, en cambio, dejar emerger la
verdad que el mismo trae y no ha sido considerada por el saber de la
época. El francés presenta un ejemplo explicativo sumamente claro. Si
imagináramos una contemporaneidad con la Revolución Francesapo-
dríamos relatar y simbolizar los hechos con los conocimientos históri-
cos o sociales disponibles. Ahora intentar simbolizar el acontecimiento
es poder dar cuenta de la irrupción de la burguesía como hecho nuevo,
histórica pero también conceptualmente.
El acontecimiento es siempre novedad y como tal resiste, excede la
conceptualización tradicional. Intentemos un ejemplo educativo con la
advertencia del “presente distante” ya enunciado y será fruto de un ex-
tenso análisis en el capítulo II de este volumen. Referirnos habitualmente
a los “alumnos” y su larga lista de hechos promocionados en torno a con-
ductas, aprendizajes o resultados supone relatar las peripecias escolares
infanto-juveniles. Es decir, analizar el cada vez más traumático tránsito de
la ignorancia al aprendizaje requerido. El complejo conceptual supondría
partir del “sujeto ignorante” escolarizado hijo de la larga iniciada en la
modernidad en su versión actual.
El acontecimiento, en cambio, sería la irrupción de un nuevo sujeto
escolar: el aburrido y el fastidiado. Como lo definía un padre: “el pro-
blema de mi hijo en la escuela no es que mi hijo no aprende —más allá
que le va muy mal—, el problema es que se aburre”. Ya abundaremos
37
en conceptualizaciones sobre los nuevos sujetos que resisten a la com-
prensión simbólica de la lógica del alumno, lo importante es que el NME
representa un intento de abordaje de “los acontecimientos” de sistema
educativo presente.
Ahora bien, como el mismo Badiou sostiene, el acontecimiento nece-
sita siempre de una “intervención interpretante”, es decir sujetos compro-
metidos que observando los síntomas se comprometan con la necesidad
de sub-vertirlos. Por ello, nuestro modo de abordar el presente es lo exac-
tamente opuesto a una actitud contemplativa.
En conclusión, el concepto Nuevo Mundo en su dimensión educativa
supone pensar con distancia el presente y a la vez dejarse interpelar por el
acontecimiento. Las usinas intelectuales y decisoras se muestran —muchas
veces— insuficientes en su reiteración simbólica y en su diagnosis epidér-
mica. La intervención interpretativa es una obligación subjetiva y colectiva
y como tal siempre es novedad. Para decirlo con Zizek, comprometerse con
los “acontecimientos” es la imposición de un Nuevo Mundo.
38
Fukuyama sostiene que hemos llegado al final de la historia acce-
diendo a una animalidad post-histórica de la mano de la universalización
del modelo de vida americano. La afirmación es el sustento más promo-
cionado de su pensamiento y acompañó el postulado triunfo del pensa-
miento neoliberal. Sin embargo, es importante detenerse en su segundo
núcleo argumental referido a ¿qué hacer con la enorme cantidad de “his-
toria” aún presente en la vida de nuestras sociedades? El japonés sostiene
que ese es el lugar del snob y de la resistencia, y que en ambos casos la
explicación es similar. Opera una suerte del síndrome del “té japonés”.
Uno puede repetir fórmula, ceremonia y hasta vestuario, pero la historia
ya no está allí. Su significado ha sido vaciado, el fin no es el olvido es con-
sumación del tiempo (Derrida) en el que la memoria resulta inútil.
El problema planteado en El Fin de la Historia como justificación del
triunfo de un modelo de capitalismo pone en escena una tensión central
de los escenarios sociales de este tiempo: la tensión entre historia como
memoria y la historia como simple recuerdo. En otras palabras, la tensión
entre significado y fábula.
La educación está colmada de historia presente. En muchos casos
son banderas de defensa y en otros, repetición de políticas destinadas a
la calma social. La lógica del recuerdo ha operado como refugio conser-
vador de la propia sobrevivencia del sistema. El apoyo social apelando a
los recuerdos paternos ha colaborado incluso como sustento conceptual.
De esta manera, la lógica del recuerdo solapa su despliegue en los inte-
reses de los actores con posiciones que resulta interesante develar. Ante
un presente criticado en sus protagonistas y resultados, el recuerdo opera
como certeza. Es común observar padres clamando por la repetición de sus
experiencias escolares exitosas; docentes por el prestigio perdido, analis-
tas proponiendo reformas para volver a los antiguos resultados o Estados
promocionando medidas para recomponer el Edén perdido.
Podríamos llenar páginas exponiendo indicadores obedientes con la
lógica del recuerdo. También podríamos aportar futuristas tecnológicos,
que de la mano de Fukuyama, postulan el fin de la experiencia moderna
de la escolaridad (fin de la historia) y el inicio de una aventura posmoder-
na que nos depara resultados asombrosos a tiro de pantalla. No debemos
39
olvidar entre los pregoneros de la consumación, los que piden el retiro de
los recuerdos para permitir el ingreso de “los ángeles administradores” que
pondrán orden y racionalidad a la plenitud alcanzada.
El NME postula la memoria cíclica. Esto es, la sustitución de la lógica
de recuerdo por lógica del discernimiento. Ello supone, asumir la “historia
presente” en el sistema educativo en la dialéctica continuidad-ruptura. To-
mar la herencia como tarea es asumir una memoria de futuro. La memoria
se constituye así como el fin de la nostalgia, el fin de un simple amontona-
miento documental y burocrático destinado a repetirse sin interrogantes.
Si el sistema educativo es una herramienta esencial de la historia de
la emancipación humana (Guiddens), la lógica del discernimiento implica
asumir dicha estructura emancipatoria para recuperar su función teleoló-
gica. La ruptura paulatina con “el recuerdo” y la continuidad de los propó-
sitos.La apelación a su condición de cíclica apunta a un ejercicio lacaniano
(o benjaminiano diría Aggamben) de relación con el pasado. Al ejercicio
habitual de “presente-pasado-futuro”; se opone una dialéctica “presente-
futuro-pasado”, en el que la memoria opera como significante de un “habrá
sido”. Es en la necesidad de pensar y hacer una nueva página educativa en
el que la memoria es un significante que pondera la novedad.
40
Simplificando categorías: primero fueron los niños ignorantes, lue-
go las mujeres, más tarde los adultos, los discapacitados, etc. La memoria
de una irrenunciable vocación universalista supone incorporar nuevas di-
mensiones cualitativas y cuantitativas para su cumplimiento. Reinstalar el
corazón expansivo de la escolaridad para nuevos olvidados, mutando sus
lógicas y re interpretando su utopía.
La lógica de recuerdo provoca la reacción ya mencionada. El recuer-
do sin significado que lleva a la mera repetición como resistencia, so-
brevivencia o silencio conservador. La memoria cíclica supone —en este
caso— su incontenible tendencia expansiva constituida en Derecho Hu-
mano. Intangible teleológico movilizante que demanda el presente en
perspectiva y se ancla (re-significa) en la memoria del sistema. La consig-
na de la memoria cíclica del NME implica la permanente actualización de
pasados no concluidos del ciclo fundacional, de la dimensión de justicia
liberadora de los críticos, del diagnóstico de la parálisis de los neolibera-
les o de las nuevas conceptualizaciones subjetivas de los pos-estructuralis-
tas. Creemos que éste es el lugar de la historia en la educación por-venir,
como significante que otorga nuevos sentidos pero además recupera las-
fuerzas auténticas del sistema.
41
los dispositivos en discusión. Dicha matriz profundamente humanista
implica una nueva dialéctica de perspectiva que conduce a lo que lla-
mamos “educación personalista”.
El punto de partida apunta a la necesidad de recuperar el “yo con-
creto” en su unicidad y dignidad, desarrollado en su entorno cultural
(memoria cíclica). Este “yo concreto” es más que un anónimo homolo-
gado, que un depositario de una conciencia de la clase o de la cultura
y es más que un mero consumidor. El segundo movimiento supone el
encuentro con “un otro distinto” que solo se iguala en su dimensión de
dignidad. De ese “cara a cara”, de ese encuentro de “rostros” para decir-
lo con Lévinas, emerge el colectivo comunitario que actualiza la cultura
como tercer movimiento.
Reiteremos el ejemplo del punto anterior con los niños y jóvenes que-
van diariamente a la escuela.El punto de partida es una ruptura, una esci-
sión con la cultura escolar presente. El NME parte de las personas concretas,
reales, únicas (jóvenes y niños) desarrolladas en entornos culturales diver-
sos. Por lo tanto, “no son alumnos”, pues implicaría una homogeneización
despersonalizante. El colectivo escolar se produce en “el encuentro” con un
otro y como consecuencia —como fruto— se produce la cultura escolar. No
es la cultura escolar y social —como dice Gramsci— la que produce el en-
cuentro sino que es el encuentro el que produce la cultura. De esta manera,
la escuela es definida como “comunidad de seres concretos” que desplie-
gan su dignidad colectiva. Ese encuentro de dignidades es el fundamento
de sus derechos, de su justicia.
La misma dialéctica re-evolutiva es necesaria para los educadores
o para el encuentro pedagógico que trabajaremos ampliamente en los
capítulos III y IV. En el caso de los docentes, se debe partir de una ruptu-
ra con los paradigmas vigentes que van desde el abnegado y vocacio-
nal evangelizador laico hasta el profesional sin músculo metodológico
pasando por el asalariado del conocimiento. Se trata de las personas
concretas, de biografías personales, no absolutamente homologables
que asumen y son parte una memoria cíclica (herencia). Ellas viven un
doble encuentro con un “otro” educador y un “otro” educando. Y es allí,
en el encuentro de dignidades que nace la cultura escolar, sea en forma
42
de reclamo o lucha ante el estado de cosas, de ciencia (o técnica) ante la
necesidad de producir y distribuir conocimiento o de conciencia colecti-
va como nuevo impulso teleológico.
Los intentos de trabajar sobre la praxis vacía del cumplimiento la-
boral o de la insuficiencia de la ciencia restan y cercenan la dignidad de
los educadores. El trabajo es cumplimiento sin teleología sustentado
en “recuerdos” vacíos y la capacitación científica es accesorio que ja-
más recupera un “yo único y creador” destinado a imprimir su propio
aporte a la cultura colectiva.
El salto re-evolutivo implica la definición de la educación como he-
cho vital inalienable. Define así su imposibilidad de mercantilización
propio de su consideración como fenómeno artificial. No implica la recu-
peración del “sujeto inmóvil” moderno en términos de metafísica de la
presencia. Es la postulación de una dialéctica que funda una “metafísica
del encuentro”. Una nueva cultura sustentada en el rostro del “otro” como
intriga que desafía, inquieta e impulsa.
43
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47
CAPÍTULO II
El Nuevo Mundo Educativo
entre las nuevas ignorancias
y aprendizajes
49
didácticamente podríamos decir que el aprender connotó una especie de
fuerza interior que involucró todo su ser (mente, corazón, alma, psiquis).
Aprender es una forma de estar en el mundo, comportarse en la sociedad
y de alguna manera, también, de subjetivarse. Mucho ha trabajado la an-
tropología, la biología o la sociología al respecto pero a los fines de nues-
tros propósitos es importante concentrarnos en la modernidad. Aparece
allí una experiencia institucionalizada de aprendizaje que moldea aún
buena parte de nuestro pensar y actuar. Los interrogantes e insuficiencias
que pesan sobre ese orden moderno explican “el acontecimiento” —diría
Badiou— que subyace en la pregunta.
50
Volviendo a los que aprenden; ustedes reconocen el éxito de la
escuela. ¿Qué sucede hoy? ¿Cambiaron los alumnos, los conteni-
dos, la forma de aprender?
51
estructural en las formas de aprender o educarse. Es difícil, poder identifi-
car las características particulares de las mutaciones u observar condicio-
nes de homogeneidad. Algunos manifiestan que estamos en la etapa del
Aprendizaje Invisible o también Difuso. Polvo cósmico se atreve a llamarlo
Henry Kissinger. Con ello se alude a que la educación está diseminada en
toda la sociedad y trasciende los límites de la escuela. Impacta hasta en la
propia familia; nunca hubo tanta distancia como hoy entre una madre y
una abuela. Pero más allá de las denominaciones, podemos observar que
las competencias centrales de los aprendizajes están asociadas al dominio
de la Imagen, el Tiempo y las Relaciones entre las Cosas y las Personas. Con
ello no queremos decir que se abandona la escritura. Seguramente whats-
happ no lo permitiría y la escuela tampoco. Hacemos mención a la crecien-
te aparición de lo visible, de la imagen. Ello implica una mutación en las
concepciones del aprendizaje. Escribir demanda un esfuerzo. Visualizar es
espontáneo y natural. No se trata de observar la cuestión en términos an-
tagónicos: ver o escribir. Se trata de observar el aprendizaje en términos
semióticos, es decir de lenguajes. La imagen también es un lenguaje.
52
también debe serlo sobre “lo otro”. Vivimos rodeados de cosas, de mundos.
Como diría Leonardo Boff la educación tiene destino de una “nueva totali-
dad” (mundo y hermanos). Esta nueva revelación de la diversidad —totalidad
de personas y mundos— mediada o no por la tecnología se ha convertido
en el día a día de los niños y jóvenes una nueva forma de saber y aprender.
Muchas veces más fragmentada, desregulada, diversa y que no siempre es
omnicomprensiva como la escuela. Allí hay una tensión que en el NME con-
vocamos a explorar: entre un sujeto más libre que necesita nuevos destinos
y un sujeto consumidor que necesita nuevas y novedosas ofertas.
53
destinadas al esfuerzo y la abnegación como fórmulas de progreso. Si se
me permite una herejía provocadora: nuestras revoluciones fueron una
incansable lucha por el gobierno del dispositivo. Esa es la escuela en la
que aprendimos y que aún en su esencia sigue viva, más allá de propues-
tas pedagógicas y didácticas arriesgadas. En el fondo creemos, quizás por
el atributo de la legalidad suministrado por el Estado, que el monopolio
sigue vigente y vigoroso.
54
¿Los nuevos aprendizajes parecieran no estar regulados, ni
controlados y necesitarían salir de lo cerrado experimentando
una especie de expansión?
¿Lo domestico también sufre la crisis? ¿Es un factor más que ace-
lera la crisis de lo escolar?
55
Hablamos de un cambio profundo en materia de aprendizajes
con el fin de los monopolios. ¿No resulta un tanto alarmista? Se
ha anunciado muchas veces el fin o la crisis terminal de la escola-
ridad, ¿no es como alentar un cambio por miedo?
56
misma escuela de sus antepasados. Sin olvidar la recurrente defensa
que hacen los propios críticos del sistema ante los embates del neoli-
beralismo en boga.
Aquí es donde reside el problema, existe un amplio consenso que
revela una separación entre exigencia social y aporte escolar. El mismo
no deviene solo de la promocionada preparación laboral sino también de
la propia evolución de la cultura en términos de derechos o participación
(ej: las mujeres, la sexualidad, etc.). No se trata de predicar el apocalip-
sis de la escuela, pero tampoco vivir de los relatos del Eden. Las nuevas
formas de aprendizaje están ahí. No asumirlas es abandonar el mandato
público de garantizar derechos.
57
lo que hemos denominado Cuatro Nuevas Pedagogías. Dedicaremos
el Capítulo IV para analizarlas detenidamente pero como una apuesta
a nuevo itinerario de aprendizaje para todos los actores (niños, jóvenes,
docentes, directivos, nuevas profesiones, etc.)
58
del barrio. El barrio es el término medio de una dialéctica existencial y
social que comenzaba en la familia, pasaba por la escuela y terminaba
en la cuidad.
El nuevo ecosistema urbano impone la red de contactos (networ-
king) en función de diversos vínculos que trascienden lo territorial. Las
agendas sociales y culturales, nuevas tecnologías, modalidades de con-
sumo, gustos y tendencias son los factores que crean nuevas escalas de
vivencias. Se vive en un afuera permanente y creciente. En él hay orfan-
dad de espacio o territorio. Es la inmersión en una serie de códigos socia-
les abiertos, dinámicos con reconocimientos remotos e impersonales. Si
el barrio dejaba marcas, el networking no… solo objetos que se olvidan.
Hay una educación que se produce por fuera de la escuela que está habi-
tuada a formar a individuos que viven construyendo biografías sin terri-
torio. Estas subjetividades o mejor dicho muchas nuevas subjetividades
se quedan fuera de la escuela. Tradicionalmente, la Educación formaba
parte de forma exclusiva de lo público. Lo privado era un tema de las fa-
milias y del ámbito de las intimidades y por lo tanto quedaba afuera de
la escolaridad. Hoy una parte demasiado importante de la distribución
simbólica esta fuera del Estado o es social o es mercado.
59
bien ético” adaptado a las demandas. El problema no es tecnológico, ni
de innovaciones o emprendedores; ambas cosas aparecen muchas veces
como trajes nuevos que visten actores cansados e incómodos.
60
sistemática, todos los lugares donde se aprende, cómo y quiénes apren-
den. Mientras se defiende la enseñanza obligatoria, gratuita y universal, el
aprendizaje se ha convertido para muchos en una obligación legal de cer-
tificación. En la escuela no se aprende todo lo que requiere un ciudadano
de hoy. Los docentes nos hacemos cargo de la enseñanza, es precisamente
allí donde colocamos todas nuestras valencias. Pero no es sencillo garan-
tizar que el alumno aprenda la totalidad lo enseñado. Se registra un pau-
latino descontrol sobre los aprendizajes. En una entrevista publicada por
el Washington Post, Gardner, explicaba que los adolescentes pasan más
tiempo consumiendo lo que les ofrecen en los medios que cumpliendo
obligaciones escolares. El propio Ministerio de Educación lo reveló en una
encuesta en el 2014. En otras palabras no hay alumno tiempo completo ni
lo habrá. Lo mismo sucede con los docentes.
61
La evaluación de los aprendizajes es el indicador más sobresa-
liente del inconformismo sobre la educación.
62
CURVA DE APRENDIZAJES ESCOLARES
45
30
APRENDIZAJES
15
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13
ESCOLARIDAD
63
conocimientos se incorporan de forma casi espontánea en relación con
el entorno o en el desarrollo de la convivencia. Siendo tan solo espec-
tadores se puede aprender. También hemos advertido, que los nuevos
ecosistemas sociales exigen menos aprendizajes que hace tres o cuatro
décadas. La ignorancia, que hasta llegó a ser condenada éticamente, hoy
no solo se puede disimular más fácilmente, sino que en algunos casos
provoca algunos elogios. El conocimiento ya no impronta un carácter, ni
genera formas de actuar o relacionarse. Los effortless perciben que la ex-
plosión del conocimiento es tan inalcanzable que se relacionan con él de
manera utilitaria. También deducen que el conocimiento no avanza por el
esfuerzo individual, sino que pareciera tener un crecimiento autónomo e
inaccesible. La única opción que observan, es plegarse a él y utilizarlo en
la medida de las necesidades.
Por otra parte se preguntan sin remordimientos: ¿qué beneficios nos
aportan los aprendizajes que requieren esfuerzo? ¿Mis esfuerzos son pro-
porcionales a mis posibilidades de ascenso en la escala social? El escri-
tor español Vila Matas en su reciente novela “Aire de Dylan” se pregunta
incisivamente: ¿no será un nuevo tipo de rebeldía el simple cruzarse de
brazos ante una realidad que aparece como totalmente establecida e ina-
movible? Esta actitud parece ser un gesto de negación a convertirse en un
eslabón de la cadena de la sociedad del espectáculo. El protagonista de
la novela, el joven Vilnius, es un experto en el arte de encogerse de hom-
bros. Frente a la cultura del esfuerzo que le hace el juego a la tiranía de los
dueños del mundo y de la realidad mediática, cabe replegarse, tal y como
lo hacen en este libro Vilnius y los miembros de su fundada sociedad “Aire
de Dylan”. De todas maneras, esta cultura pos-moderna puede esconder
una aceptación pasiva que ya no cuestiona órdenes ni mundos. Un indivi-
dualismo anti posesión funcional al yo poseedor neoliberal.
64
Sin duda que hay alejamiento de la realidad por parte de los jóvenes
que se traduce en cambios en la lógica del compromiso. Los mayores nive-
les de movilización de estos grupos etarios son los voluntariados, que se
desarrollan en torno a causas parciales, diversas y algunas de ellas extre-
madamente recortadas.
Pero también se da lo que hemos denominado el “empacho simbóli-
co” o el hastío de los sentidos: falta de digestión y verdadera asimilación de
los alimentos simbólicos que no son aprovechados en su correcta propor-
ción. La inteligencia comienza a sentirse deslumbrada por la expansión de
lo diverso o lo múltiple y le resulta imposible poder crear acciones, realizar
agrupamientos o armonizaciones que den algún síntoma de estabilidad y
trazabilidad. La creciente expansión simbólica ha dejado a la conciencia en
un fuerte desorden e una marcada indeterminación. Cuando más peque-
ña sea la personalidad tanto más indefinida e inconsciente se torna, hasta
confundirse con la sociedad, perdiendo su propio carácter, que se disuelve
dentro de la totalidad del grupo. La voz interior se reemplaza por la voz de
las encuestas, las tendencias colectivas, los consensos telefónicos, la impo-
sición o la hegemonía de la publicidad.
65
una manera múltiple, la piel puede oír, los oídos son capaces de ver y los
ojos distinguen el frío del calor. La Ilustración que tiende a la cosificación
del saber hace callar al mundo fisiognómico.
66
¿Pueden describirlas? ¿Qué significa que el conocimiento de sa-
grado muta en profano?
67
En esta dirección tienen un papel fundamental las TICS
68
¿Cómo muta el conocimiento PESADO en conocimiento LIVIANO?
Sartre habilitó que la “nada” podía ser profunda y con ello daba un
paso a un proceso creativo de relevancia. La nada escapaba de toda su-
perficialidad o banalidad y podía dar seriedad a un ambiente de época.
En consonancia con la reivindicación de la nada, tal vez sea una pregunta
importante para estos tiempos: ¿lo liviano puede escaparse de un sentido
despectivo y de escasa importancia?
Susan Sontag contaba que al encontrarse en una calle de Los Ángeles
con Wim Wenders le preguntó qué hacía un hombre tan culto como él en
un país donde prácticamente no existía la cultura. Y Wenders respondió:
“¡Imagina usted mayor felicidad que vivir en un mundo sin cultura!”. Se re-
fería, en efecto, a una liberación orgánica, física y mental del peso de la
cultura y de la cultura pesada. Liberación del sujeto de la cultura profunda,
autorizada para requerir esfuerzo y suma atención, para sentenciar entre lo
excelente y lo popular con una guillotina ilustrada.
69
El conocimiento no necesita del recuerdo, le parece un incómodo e
impaciente compañero. Prefiere la imaginación, lo que permite traspasar
el espesor de la objetividad y permite captar “lo común” y lo necesario. El
conocimiento padece desde hace algunas décadas una relación conflictiva
con la razón y un acercamiento más sugestivo con la imaginación; tal vez
por qué el mundo estético tiene cada vez más relevancia. El conocimiento
se hace promedio y termina por tener menos gravidez. La confusión de li-
viano con pasajero nos lleva a un análisis insuficiente de fenómeno. Por un
lado hay una crítica fundada en cánones tradicionales que sobre sólidos
fundamentos termina concluyendo que la nueva distribución simbólica no
es válida por su carácter utilitaria y descartable. Por otro, el problema es
la velocidad y los modos de aprehensión que ella genera; que claramente
distan mucho de la paciente reflexión. Es necesario separar el prejuicio o
el combate conceptual pre-juicioso para poder abordar las verdaderas di-
mensiones del llamado “conocimiento liviano”.
70
en una escala de valoraciones. Tiende a lo bajo, tiene un giro en su mirada,
es mucho más pedestre y solo pretende abrazar lo cotidiano y lo diario.
De alguna manera, no está dispuesto más a callar el mundo fisiognómico,
sacrificándolo en el altar de la cosificación y la objetividad.
71
Estas mutaciones del conocimiento parecen haber modificado la
misma naturaleza de la ignorancia. ¿Es la ignorancia el objetivo
central de la educación? ¿Podemos hoy ser más ignorantes? ¿La
ignorancia también ha mutado? ¿Tiene otras manifestaciones?
72
¿Cuáles son estos nuevos tipos de ignorancia que el equipo
de NME ha identificado? ¿Qué significa que la ignorancia ha
evolucionado?
73
conductas cotidianas, modos de relacionamientos, consumos y hasta
para generar caprichosos futuros efímeros. La multiplicidad de los fenó-
menos pone en duda la trazabilidad vital conocida. La generación adulta
fue educada (superó la ignorancia) sobre una línea de tiempo marcada-
mente estable. Familia-escuela-trabajo-familia suponían edades, conoci-
mientos, habilidades y fenómenos previsibles. Hoy niños y jóvenes viven
multiplicidad de tiempos impactados por acontecimientos reales y ficti-
cios que no resultan sencillos de interpretar. El efecto Dunnig-Kruger, dos
psicólogos estadounidenses que ganaron el Nobel en el 2000, es intere-
sante al respecto. Es un estudio muy profundo sobre el comportamiento
de “los ignorantes” que tienden a sobrevalorar sus conocimientos de ma-
nera ilusoria. En su conclusión terminan postulando que todos somos ig-
norantes en tanto que unos sobrevaloran sus competencias y otros somos
incapaces de discernir su problema. La ignorancia sobre los fenómenos
nos lleva permanentemente a sobrevalorar ilusoriamente nuestros sabe-
res. Siempre hay un saber o una habilidad sobre la que resultamos igno-
rantes aunque parezca lo contrario. No comprenderlo, no interpretarlo es
sostenernos en la ilusión. Es uno de los desafíos más trascendentes de la
escolaridad a riesgo de convertirse ella misma en ignorante.
74
¿Qué significa esto?
75
Es precisamente de este complejo mundo material desde donde se activa
un novedoso proceso. Los objetos tienen algo dentro (¡Espíritu exclama-
ba Teilhard!) y hacen que pasen cosas en cada una de las personas que se
relacionan con ellas. Entre las cosas y las personas se da una combinación
(flujos sinérgicos) y un empalme con una gran carga de información que
sobrevive en los circuitos mentales y sensibles de cada individuo. Es preci-
samente “el gusto” que nos descubre las cosas. El mundo de las cosas cam-
bia a las personas. El significado de las mismas cambia o se renuevan en el
interior de cada hombre. El yo se va construyendo con esa información de
manera involuntaria y espontáneamente.
Aquí aparece una realidad relevante desde la perspectiva social. La
desigualdad existente en nuestras sociedad es la máxima invitación a la
ignorancia de la cosas de vastos sectores sociales. Los esfuerzos por superar
la pobreza no son suficientes. Hay personas que viven en mundos materia-
les inertes y rudimentarios. En esos mundos, la materia no enseña. En este
sentido, la escuela tiene un nuevo lugar para recuperar lo aspiracional. Por
ello, desde el NME pensamos que los nuevos dispositivos de aprendizaje
también requieren una profunda reformulación de lo material. La ignoran-
cia de las cosas traerá aparejado enormes dificultades a la hora de pensar
la tarea escolar en su lucha igualatoria.
76
dio en llamarse compensación; que no es otra cosa que un cambio en el
ambicioso proyecto de igualación moderno por uno que está preocupado
en lógicas de sobrevivencia. La escuela conocida, más allá del excepcional
esfuerzo humano y pedagógico de los docentes, no aparece como respues-
ta certera de nuevos horizontes. Una enorme cantidad de estudios sobre
las formas culturales en la marginalidad, sus tipos relacionales, sus formas
organizativas, sus códigos y sus concepciones de futuro demuestran que la
escuela ya no es performativa para ellos. Lo mismo ocurre en toda América
Latina, la región más desigual del planeta o en Europa con la aparición de
los inmigrantes. Es importante reflexionar este punto con detenimiento.
Buena parte del futuro escolar como proyecto público ampliado, ambi-
cioso y utópico depende de esta realidad. En el NME creemos que la des-
igualdad será la batalla de fondo que tendrá el sistema para superar los
desafíos que le plantean las nuevas ignorancias.
Los Ni-Ni son la expresión más cruda y menos equívoca de los hastia-
dos, fastidiados, molestos o aburridos de la sociedad. En parte, son fruto
de la pos-escuela. Es decir, han pasado por ella pero no encontraron allí
los lineamientos de un proyecto colectivo, social y de por-venir del cuál ser
parte. No son analfabetos. Son amplios sectores juveniles que se niegan a
construir biografías emparentadas con sentidos vitales tradicionales. Este
amplio y creciente sector de jóvenes siente que el tiempo es “corto” y que
por lo tanto no hay posibilidad de creer en un futuro posible. Este senti-
miento profundo va siendo dominado por el fastidio. Lo cierto es que los
Ni-Ni son la expresión más notable o las puntas de un iceberg de los que
muchos nos negamos a observar: una combinación de descreimiento, im-
posibilidad de reconocerse, marginación y fastidio.
77
¿Los Ni-Ni son un fenómeno juvenil de los países emergentes?
78
proceso de construcción biográfica. De allí entonces que hay que diferen-
ciar a Ni-Ni que “están” en la escuela y trabajan y Ni-Ni que no están en la
escuela ni trabajan pero ambos segmentos sociales están atravesados por
denominadores comunes que “improntan” este fenómeno juvenil.
No, pero son los únicos que ya no manifiestan ninguna clase de control
para expresarlo. No les importa, sobre ellos pesa fuertemente el desencan-
to de las jerarquías. Bajo marcos afectivos tradicionales muy a menudo se
79
empuja en forma cotidiana para llevar adelante este hastío. Estos grupos
no tienen marcos afectivos que mitiguen esta realidad y están dispuestos a
mostrarse sin ninguna clase de vestimentas simbólicas.
80
mejor interpretan el futuro. El manejo de las nuevas tecnologías y la crea-
ción de tendencias hegemónicas que dominan los nuevos ecosistemas cul-
turales no lo hacen por si mismos ser los protagonistas reales. El consumo
no es reflexión. Crear falsas autonomías juveniles esconde un prejuicio
poco educativo que termina fomentando prácticas discriminatorias, indivi-
dualistas y fuertemente conservadoras.
81
gue preocupada por la transferencia en el núcleo mismo del aprendizaje.
Y esa transferencia lo centro en el nudo comunicacional del docente. Todo
ello hoy es posible solo parcialmente porque se han resquebrajados los
rituales del alumno. Sin rituales, el hecho educativo se desdibuja. Cuando
hay ritual aquel niño que esta fuera de la ley renuncia a sí mismo y acep-
ta un proceder diferente. La Educación hoy se concreta en un proceso de
comunicación-evaluación-aprendizaje. Y la evaluación se da en forma si-
multánea con el aprendizaje. Si no hay evaluación no se da el aprendizaje.
La evaluación es garantía de aprendizaje. En el corazón de la didáctica no
está la comunicación sino la evaluación.
82
un nuevo dispositivo que leyendo “los acontecimientos” recupere la tarea
del sistema educativo. En segundo lugar, tal propósito resulta poco factible
sin distinguir recuerdos de memoria. Los primeros pueden conducirnos a
negar la realidad emergente. La segunda a recuperar los valores univer-
sales y la dimensión utópica. La escuela debe asumir el nuevo ecosistema
cultural-tecnológico porque es allí donde viven sus protagonistas. Debe
discernir aquello que pertenece a la lógica evolución de las nuevas rela-
ciones entre los hombres y de éstos con las cosas y aquella dimensión que
entiende el saber en una relación casi metafísica con el consumo. Educar es
discernir como base de un nuevo empoderamiento individual y colectivo.
En tercer lugar, desde el NME pensamos un dispositivo, que en su dimen-
sión pedagógica, de cuenta de las nuevas biografías de sus protagonistas
cotidianos. Las nuevas dimensiones —no solo racionales— del conocimien-
to, las nuevas formas de aprender solo son posible en el supuesto de una
Comunidad de Encuentros de personas. Por ello, la dimensión pedagógica
que planteamos en el capítulo siguiente aparece como respuesta ante las
nuevas ignorancias, recuperando la compañía, el “cara a cara”, rompiendo
la evaluación-aprendizaje como autoridad lejana y corrigiendo errores sin
esperar mega-evaluaciones. El NME pretende un cambio estructural que
solemos llamar re-evolución educativa.
83
84
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87
CAPÍTULO III
El Nuevo Mundo Educativo entre
las nuevas ignorancias
y aprendizajes
89
los niños), se convirtió en el lugar teórico para el abordaje teórico y pres-
criptivo sobre el tema. Lo curioso es que no fue usado entre los griegos,
ni entre los romanos. No usaron la palabra pedagogía, aunque si crearon
y utilizaron la figura del pedagogo, que no era una ocupación prestigiosa
sino oficio de esclavos. Los pedagogos no eran los maestros que efectiva-
mente brindaban la educación en las diversas disciplinas, sino los esclavos
(tutores) que solamente acompañaban a los niños, obedeciendo las órde-
nes de la familia. Con el paso del tiempo, tales esclavos u hombres de con-
fianza de la familia, se convirtieron efectivamente en educadores, porque
como mentores o preceptores estaban todo el tiempo con el educando y
le brindaba una educación para todos los momentos de la vida. Pero esta
“acción” convertida en “estudio, reflexión y tratado” refleja mucho de lo
que nosotros mismos estamos empeñados en hacer. Se trata de cambiar, de
generar nuevas prácticas pedagógicas y, a partir de allí, construir el marco
teórico necesario, porque ese fue el recorrido de la educación convertida
en pedagogía.1
1. El término PEDAGOGÍA empieza a ser utilizado a finales del siglo XVI y aparece en escritos de
Juan Calvino (1536) en una obra apologética y didáctica que presentaba las verdades de fe
de la Iglesia reformada: La Institución Cristiana. Curiosamente Comenio no usa la palabra
Pedagogía, sino que todas sus propuestas educativas aparecen bajo la denominación de la
DIDÁCTICA. En 1762 fue aceptado e incorporado por la Academia Francesa. Finalmente fue
Ernesto Cristian Trapp (1745-1818), en su obra Ensayo de una Pedagogía (1780), el prime-
ro en aplicar el concepto de Pedagogía como ciencia de la educación y enfatizó sobre la ne-
cesidad de una pedagogía basada en investigaciones psicológicas. Por su parte Inmanuel
Kant escribe su obra Pedagogía en 1803, un pequeño tratado —un opúsculo con el material
de sus clases en la universidad— en el que enfatiza la importancia de la educación en la
formación del hombre, asociado al concepto de educabilidad. Kant habla de la necesidad
de crear y disponer de una ciencia que trate del fenómeno educativo de manera rigurosa,
porque cree que la Pedagogía no ha alcanzado aun el nivel que se requiere. Johann Fre-
derick Herbart, escribe el Tratado de Pedagogía General en 1806 reclamando el carácter
científico a la Pedagogía porque era sostenida por la psicología y la ética.
90
Es verdad. Si hablamos de enseñanza debemos referirnos necesaria-
mente a las prácticas pedagógicas modernas, aunque tengamos que remi-
tirnos a numerosas variantes: Tratado de Pedagogía, Pedagogía General,
Pedagogía social, Pedagogía infantil, Pedagogía crítica, Pedagogía del
aburrido, Pedagogía del oprimido, Pedagogía de la esperanza, Pedagogía
tradicional, Pedagogía de la autonomía, Pedagogía del ocio, Pedagogía
del cuidado, Pedagogía emancipadora, Pedagogía de la liberación. Cada
una de ella remite a diversos autores, trabajos, prácticas y especialidades.
Pero en todos los casos, se trata de un PEDAGOGIA UNICA que funcionaba
como el engranaje clave que ponía en funcionamiento y mantenía en mar-
cha la escuela moderna, la poderosa “máquina de educar”.2
91
compromiso ni iniciativa, sino que esperan y se disponen a responder a las
órdenes impartidas. Como en las ceremonias religiosas, los ministros o el
pastor son quienes la presiden y la ordenan, ya que los feligreses que asis-
ten no tienen posibilidad alguna de intervenir en la definición en las forma-
lidades del culto. Un docente llega al aula y a cada encuentro pedagógico,
sabiendo que todo depende de su iniciativa: él tiene que organizar previa-
mente los contenidos curriculares y disponer el tema que debe presentar
o desarrollar en la clase, y bajo su responsabilidad queda la selección de
los recursos y de las estrategias didácticas, el cálculo del tiempo, el manejo
del espacio, los métodos dispuestos para las explicaciones y enseñanzas,
las actividades e intervenciones de los alumnos en clase, la asignación de
sus obligaciones y, llegado el momento, el proceso de evaluación (cuya co-
rrección y acreditación se juegan en sus manos, y no necesariamente en
presencia de los estudiantes).
92
si evalúan, si promueven como corresponde. En épocas de vigencia del
NORMALISMO extremo, un docente no estaba para crear, para innovar o
para adaptarse a las situaciones particulares, sino para aplicar de ma-
nera rigurosa y estricta el modelo de enseñanza que oportunamente
había aprendido y ejercitado en su formación.
Esa referencia a corrientes pedagógicas que pusieron el acento en
el educando y en su quehacer, permite recordar las innovaciones que se
producen entre 1930 y 1950, cuando la escuela moderna gozaba de una
envidiable salud y reinaba gloriosa en el paisaje de la modernidad. Los
movimientos de la Escuela Nueva detectan las disfunciones del sistema,
y pretenden efectuar numerosos ajustes, sin que se ponga en cuestión o
se transforme el sistema mismo. No se quita a los maestros, pero se hace
subir a los alumnos al centro del escenario. Las escuelas deben seguir
siendo escuelas, pero aparecen en la agenda educativa temas como el
interés, el juego y la alegría, la significatividad de los contenidos, los ma-
nejos de los tiempos, de la distribución del espacio, centralidad del sujeto
que aprende y el nuevo rol de los docentes.3
Cada una de las propuestas marca un tipo de Nueva Escuela, e in-
corporan a sus experiencias aquellos aspectos que la escuela nunca
tuvo o lo fue perdiendo con el paso del tiempo y la universalización
de la oferta en mano del estado. De alguna manera cada innovación se
distingue por lo que hace y construye un ideal, marcando lo que debe-
ría tener la escuela. Si todos hablan de la actividad y el protagonismo
de los alumnos, de libertad, alegría, juego, bienestar, espontaneidad,
actividad, experimentación, interés y libre manejo de los espacios, es
porque todas estas dimensiones estaban ausentes en las aulas y en la
PEDAGOGIA de las escuelas a las que debían concurrir todos los niños,
respondiendo a las disposiciones del sistema educativo vigente. Sin
embargo —en los hechos y desde una perspectiva histórica— el impacto
fue muy limitado.
3. Citemos por ejemplo: María Montessori y la Casa dei Bambini, Rosa y Carolina Agazzi y la
Casa De los Niños de Mompiano, Olga y Leticia Cossettini y la Escuela Serena
93
Entonces, en la práctica, ¿toda la iniciativa y todo el poder en el
proceso pedagógico están concentrados en el docente que tiene
una responsabilidad única?
94
están preestablecido según su uso. El espacio, la arquitectura material,
social y cultural garantizan siempre que el docente domine la práctica
del lenguaje profesoral. Si el DOCENTE falta, los alumnos no asumen es-
pontáneamente la iniciativa de seguir con el tema, completar las ejercita-
ciones, debatir los temas pendientes, resolver situaciones problemáticas
o anticipar temas o problemas que podrán revisar con el profesor. Si el
DOCENTE falta (y no hay quien cumpla su rol en el aula), se suspende la
función, se posterga la ceremonia, se abandona el lugar.
95
¿Qué modelo opera en estos casos? ¿Por qué no se producía
ningún hecho educativo sin la presencia insoslayable de los
docentes?
96
mencionados. El maestro se mantuvo dentro de los muros de la escuela,
trabajando en el aula y al frente de sus clases. Los alumnos debían regresar
a sus hogares con el compromiso personal y familiar de completar allí los
trabajos, las tareas, los deberes y los aprendizajes (estudiar y prepararse
para ser evaluados). Es la práctica que aun rige en nuestros días: la tarea de
aprender no se realiza en el aula, sino que debe ser procesada fuera de la
escuela y sin la presencia de los docentes. Por supuesto que esta PEDAGOGÍA
ÚNICA se asocia con las didácticas y sus variados modelos de intervención.
Sin embargo, es necesario aclarar que no se trata de una “didáctica única”,
sino una PEDAGOGÍA ÚNICA, que puede albergar y promover numerosas di-
dácticas. El NME supone didácticas variadas, creativas e innovadoras, pero
no pone allí el eje de su intervención sino en la PEDAGOGÍA porque propone
un dispositivo más general e integrador.
97
ámbito necesario para el trabajo escolar. (4) Vigencia de un tiempo úni-
co, reticulado como el espacio del que participan todos los actores. (5)
Predominio de la linealidad, el texto, la escritura, el libro. (6) Paso de lo
particular a lo universal. (7) Representación axiológica: esfuerzo, sacrifi-
cio, trabajo, futuro, (rechazo del placer y el ocio). (8) Referencia necesaria
a los principios éticos y al obrar moral como sostén. (9) Docente como
construcción, ideal y modelo de referencia.
98
de todos los actores —en cada una de las escuelas— van tomando su
propio protagonismo, van sumando compromisos y responsabilidades,
y el resultado del proceso educativo es el producto de muchas volun-
tades que se encuentran solidariamente en el NUEVO MUNDO EDUCA-
TIVO. Mediante este SALTO EVOLUTIVO intentamos una nueva ubicación
de la educación dentro del plano público, social y cultural. Conforma
un conjunto de propuestas que pretenden una reagrupación de fuerzas
y sentimientos en toda una nueva infraestructura educativa, propone
una nueva manera de organizar y suministrar la educación, no sólo en
el sistema sino en todas las instituciones.
Sin que sea considerado como una comparación formal entre di-
versas profesiones, sino un simple ejercicio de analogía, en la moder-
nidad, el ejercicio profesional en las diversas disciplinas también era
un compromiso único y personal. La medicina, por ejemplo, se concen-
traba y se ejercía en la profesión del médico, y un médico era el lugar
único de consulta autorizado al que se recurría para todas las patolo-
gías. El derecho encontraba en el abogado el referente para cualquier
litigio, que no reclamaba especializaciones, porque las dominaba a to-
das. Y lo mismo podemos decir de los contadores, los arquitectos y los
ingenieros. Todas se consideraban —como la docencia y la educación—
un ejercicio único, que se encarnaba en los profesionales que asumían
todos saberes y los compromisos. Se recurría a ellos con la convicción
y la certeza de encontrar en ellos todas las respuestas y la solución de
los diversos problemas.
Pero en la actualidad sabemos que se ha producido un cambio: no
hay UNA medicina, UN ejercicio del derecho, UN estudio contable o UN
tipo de arquitecto, sino pluralidad de profesionales que van atendiendo
a diversas demandas y necesidades de los clientes o pacientes, con sus
especialidades y otros actores asociados. Conviene recordar que, cuando
las profesiones optaron por la especialización y la diferenciación en las
funciones, ganaron en conocimiento y seguridad en los tratamientos y en
la resolución de los problemas, pero perdieron una cuota de poder.
99
¿Qué es lo que acontece en la educación y en la escuela? ¿Ha
sufrido los mismos cambios y ha protagonizado las mismas
transformaciones?
100
Si la PEDAGOGÍA ÚNICA no satisface las expectativas actuales, ¿qué
tipo de pedagogías propone el NUEVO MUNDO EDUCATIVO?
101
¿Podemos describir mejor el salto evolutivo que reclama otra
pedagogía? ¿Hablamos de varias pedagogías como una nove-
dad del NME?
102
PEDAGOGÍA ÚNICA
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
DE LOS ALUMNOS. FUERA DEL LUGAR
Y TIEMPO ESCOLAR.
103
que cada uno decide (estudio, trabajos, deberes, obligaciones, prepara-
ción para los exámenes, las exposiciones, las evaluaciones).
Esa es la razón por la que la pedagogía que se expande —según el
NME— termine definiendo y proponiendo CUATRO PEDAGOGIAS, porque
son CUATRO los momentos que intervienen en la pedagogía única, ni cin-
co, ni tres. El momento del aprendizaje de los alumnos no debe ser con-
siderado como un quinto momento, sino como un nexo necesario entre
la enseñanza y la evaluación. Para el NME la construcción de ese nexo es
clave pensar y definir la educación del futuro. Nunca puede ser conside-
rado como un nuevo momento porque en realidad funcionó siempre en
la escuela del pasado como un supuesto imprescindible en la educación,
hasta que lentamente y con la crisis de la escuela asociado con la emer-
gencia de un nuevo ecosistema social, dejó de funcionar.
¿Y por qué proponemos la puesta en marcha, la creación de las
CUATRO PEDAGOGÍAS? Porque interpretamos que es la única manera
de poner bajo sospecha y en cuestión un tipo de trabajo docente, de
compromiso educativo, de organización institucional, de ordenamien-
to de espacios y de tiempos que responde a un modelo de PEDAGOGIA
UNICA. Todos los intentos de rectificación o ajuste de cada uno de los
cuatro momentos —como innovación, como reforma o como propuesta
de transformación— han ido obteniendo logros muy parciales e insu-
ficientes (y en general muy cuestionado) porque la matriz original es
tan fuerte, tan sólida, tan propia de la máquina instalada hace mas de
400 años, que es necesario meterse en la trama, organizarla diferente,
rediseñarla, para lograr que se opere el SALTO EVOLUTIVO.
1 2 3 4
104
Nuestra propuesta es otorgar a cada PEDAGOGÍA la tarea y responsa-
bilidad de cada uno de los momentos que la función del docente y en la
pedagogía única concentraba. En cada una de las aulas y de las escuelas. Lo
que pensamos desde el NME es expandir esa concentración que desborda
las posibilidades del docente y lograr que se potencien cada uno de los
momentos. También consideramos importante fortalecer cada una de es-
tas PEDAGOGÍAS con la presencia de profesionales educadores especializa-
dos y articulados entre sí en un marco institucional diseñado para tal fin.
En el capítulo siguiente se abordarán específicamente los caracteres del
docente tradicional, único y disciplinado, y los dispositivos para pensar un
educador-docente diferente.
105
trataba de un cuidadoso proceso de des-composición, de de-construcción.
Lo que hicimos fue des-montar los pasos, revisar categorialmente cada una
de las acciones, operar sobre ellas una mirada crítica e histórica, para po-
der construir con ellas un nuevo discurso, nuevas categorías, nuevo edifi-
cio. Habiendo descubierto por qué cada uno de estos momentos estaba allí
en la PEDAGOGÍA (única) de la escuela, podíamos re-construir, re-significar
y potenciar el sentido educativo de cada uno de ellos. Sabíamos cómo se
habían instalado en la pedagogía esos cuatro momentos, pero habíamos
constatado el agotamiento del proyecto original. Como buen proceso de
de-construcción se trataba de desarticular el funcionamiento tradicional,
invertir las categorías vigentes para re-construir, re-componer, poner en
funcionamiento un nuevo dispositivo que le diera forma al NME. Las CUA-
TRO PEDAGOGÍAS no son una simple prolongación de los momentos refe-
renciados, sino una construcción que pretende ofrecer una nueva manera
(nunca la única) de pensar y diseñar la educación en sus diferentes niveles;
y que pueda tener mayor posibilidad de éxito frente a las demandas de la
sociedad y la cultura.
Y cabe agregar algo más. Las CUATRO PEDAGOGÍAS son mucho más que
los diversos momentos por donde transitaba y transita la PEDAGOGÍA ÚNICA.
No se trata solamente de fraccionar y darle vida propia a las diversas partes.
Significa constituir en PEDAGOGÍA, en una forma de presencia y acompaña-
miento, una forma de educación y atención del otro, a cada una. En el DI-
SEÑO, en la COMUNICACIÓN, en el ENTRETENIMIENTO, en la INVESTIGACIÓN se
constituye una forma de ser y de hacer, diversos dispositivos dentro del dis-
positivo escuela, y la posibilidad de generar actores, educadores, docentes
que puedan especializarse en cada una de ellas, aunque funcionen dentro
de una trama de relaciones y articulaciones.
106
EL NME es una propuesta de cambio estructural que pretende poner
la educación como gran causa social del siglo XXI. En este sentido el deba-
te por la Pedagogía es uno de los lineamientos centrales de una propues-
ta. Y es una respuesta —limitada por cierto— a las voces de insatisfacción,
a los gritos que se oyen que golpean las puertas de las instituciones edu-
cativos. Pareciera que la escuela de nuestros días no puede oírlos, pero
abriendo las puertas y saliendo al encuentro hay mucho para oír y ver,
y mucha necesidad de pensar en estas CUATRO PEDAGOGÍAS. Porque son
otros los docentes que han roto su biografía única y tienen otro proyecto
profesional para ejercer su tarea en la escuela. Pero también hay otros su-
jetos de aprendizajes —como ya lo hemos desarrollado anteriormente—
que no puede ingresar a la escuela de siempre o que no puede ser conte-
nido por la pedagogía única y reclama otras presencias, otros discursos,
otra relación pedagógica. Los ignorantes, los fastidiados, los aburridos,
los inútiles, los descreídos no pueden incorporarse a la escuela, y si lo
hacen, no puede educarse en ella o definir un proyecto. Porque el cono-
cimiento ha pasado de la sistematización y el ordenamiento del pasado,
que permitía escolarizar su presencia y encerrarlo en un diseño curricular
y en lecciones de aulas, a una explosión, a una desmesura que no puede
ser abarcado por el universo escolar y de la educación formal. No es sólo
un cambio en las PEDAGOGÍAS, no es una alteración de las didácticas vi-
gentes que nacieron y se desarrollaron al calor de la PEDAGOGÍA ÚNICA,
sino el cambio de un paradigma: el paso de lo único, limitado, ordenado,
encerrado, sistematizado, a lo “demasiado”, a lo diverso, a lo ilimitado.
El NME ha tomado conciencia de todos estos fenómenos y ha intentado
dar un salto para compartirlo con todos. El verdadero desafío de la edu-
cación no es ya la pobreza (aunque haya mucho que hacer con ella), sino
la desigualdad, y solamente otro tipo de PEDAGOGÍAS puede contribuir a
resolverla, iniciando un largo, trabajoso camino.
107
Es necesario rescatar la articulación plena entre todas las pedago-
gías, para que no se convierta en un sistema de producción seriada que
se va armando de manera secuencial, sino como un todo dinámico don-
de partes se cruzan, se asocian, se superponen constantemente. Para lo-
grarlo, el dispositivo articula las CUATRO PEDAGOGÍAS en una nueva trama
donde se cruzan y relacionan diversidad de actores en interacción móvil,
intercambiable y sinérgica. Atrás debe quedar el dispositivo segmentados
y fijado en compartimentos estancos, propios un ordenamiento rígido.
Mientras el DISEÑO, la COMUNICACIÓN y el ENTRETENIMIENTO son los que
se vuelven operativos en la praxis educativa con la presencia, la partici-
pación, el encuentro de todos los actores, la GESTION es la que envuelve
el conjunto porque es su visión integral y holística (investigación) la que
permite ordenar, dar sentido, armar, revisar y monitorear la marcha del
nuevo educativo. Tanto el tiempo como el espacio escolar atraviesan con
formatos nuevos todas las PEDAGOGÍAS.
Podemos señalar que hoy para enseñar y para saber cómo enseñar
no alcanza la PEDAGOGÍA ÚNICA, porque han estallado otras dimensiones
antropológicas y sociales: necesitamos ir en la búsqueda de nuevas ideas,
métodos y lenguajes. Y allí, donde la escuela comienza a sentirse incómo-
da, confundida, extraña e gnorada, el NME educativo desembarca con una
propuesta que instala VARIAS PEDAGOGIA como una forma de intervención
que ayude a pensar y a construir desde otro lugar la realidad educativa es-
colar. Pretende des-articular el pensamiento, de-construir conceptos y ca-
tegorías, para armar un MUNDO EDUCATIVO NUEVO, que no es continuidad
del anterior, sino un verdadero SALTO EVOLUTIVO.
108
CLASES (COMUNICACIÓN), sino que la responsabilidad pedagógica se inicia
en la PLANIFICACIÓN, en la definición y en el armado de los recursos (DISE-
ÑO), se prolonga en el acompañamiento y el cuidado de todos y de cada
uno de los estudiantes en los procesos de APRENDIZAJE y EVALUACIÓN, en
procesos institucionalizados y con la presencia permanente de los educa-
dores (ENTRETENIMIENTO), y reclama un marco de que le ponga vigilancia
y orden al funcionamiento articulado de la escuela para lograr una traba-
jo armónico y eficiente (INVESTIGACIÓN Y GESTIÓN). Este es el esquema que
sinteriza la idea y que reclama transformaciones arquitectónicas porque el
espacio-tiempo de la escuela también sufre transformaciones que rompen
con la rígida, reticulada y escindida concepción de la PEDAGOGÍA ÚNICA con
su ordenamiento moderno del espacio y del tiempo, uno de los pilares del
funcionamiento de la escuela tradicional.
109
¿Cómo impactan estas tendencias en la educación? ¿Necesita re-
diseñarse?
Los que primero entendieron el tema del diseño son todos los proyec-
tos educativos que —desde inicio del siglo XX— propusieron innovaciones
en el sistema educativo. Lo que estaban instalando era una ruptura del mo-
delo tradicional, del diseño único, normalizado y obligado, y armaban una
modalidad de enseñanza, de actividades, de aprendizaje, de evaluación,
de aula, de edificio o de tiempo re-diseñada, cambiado, distinto.
Pero además, el diseño fue instalando nuevos espacios alternativos
e impensados de educación, aunque los mismos nunca se hayan imagina-
do como propuestas formales. Mientras la escuela renunció al diseño, por-
que había nacido desconociéndolo, fuera de ella el mundo y la sociedad
se vieron invadidos por el diseño y fueron apareciendo diversos trayectos
de convivencias más inestables entre la sociedad, el estado y el mercado
con una modalidad diseminada y ambiental en el que abundan propuestas
educativas. La educación tiene muchos lugares o vidrieras para vender sus
productos y sus ofertas. La educación ingresa como un producto evasivo,
omnipresente, horizontal e inmanejable, sin poder ser sometida a vigilan-
cia (panóptica) o control que pierde y confunde poco a poco la antigua vi-
sión de lo público y lo privado y se sumerge en la densidad de un entrama-
do creciente de interrelaciones. Y en todo esto es clave el papel del DISEÑO,
por el juego de seducción que habilita la posibilidad de elegir.
Este proceso crece incesantemente en todas las direcciones. La deman-
da de educación y conocimiento ha tomado una escala diferente que ha
sobrepasado la dimensión reconocida vertical o descendente. Su potencia
acumulativa y expresiva no alcanza a ser canalizada en forma dominante
bajo la relación estado-sociedad y exige nuevos espacios y vinculaciones. Los
sistemas educativos tradicionales, no bastan para satisfacer las crecientes y
cambiantes necesidades de aprendizaje del nuevo ecosistema urbano.
No debemos soslayar que la educación se asoma por otras venta-
nas, que poco tienen que ver con la renuncia, la abnegación, la ascesis, o
110
la disciplina, y apelan al descubrimiento natural y simple de los nuevos
conocimientos: virtualidad, internet, entretenimiento, producción artís-
tica, deportes, cultivo de espiritualidades globales, nuevos nombres o
eufemismos para viejos oficios u ocupaciones conforman algunas de las
propuestas o llamados más cautivantes. Su fuerza o poder no radica en
las normas o las instituciones que se van generando, sino en un elevado
consenso o red de las personas y sus motivaciones dinamizadas por una
“discursividad publicitaria” quien organiza con peso creciente el sentido
cultural de las sociedades.
En casi todos estos casos las USINAS que le dan energía a estas propues-
tas e ideas se alimentan del DISEÑO y el REDISEÑO permanente para sorpren-
der, provocar admiración, inhabilitar el pensamiento fuerte y crítico, y lograr
un rápido reconocimiento y la compra por parte de los interesados.
Entre los diseños curriculares que cada sistema educativo define téc-
nica y políticamente, y las clases que cotidianamente se dan en las aulas
de las instituciones educativas, hay un abismo, un largo trayecto que suele
ser saldado por la preparación técnica y profesional de los docentes, pero
sobre todo por la industria editorial que se encarga de seleccionar, ordenar,
sistematizar, diseñar y producir los recursos con los que los profesores pla-
nifican, organizan y dan sus clases. Y también los recursos o materiales que
los alumnos utilizan como instrumentos de aprendizajes. La producción
tradicional de las editoriales han sido los MANUALES, los LIBROS DE TEXTO
de cada asignatura, los LIBROS DE LECTURA. Compiten entre sí para lograr la
aceptación y la elección por parte de las instituciones y los docentes, que
son quienes determinan el uso que harán los alumnos de sus producciones.
En esta labor editorial es clave el DISEÑO. Por eso, el equipo redactor origi-
nal suele estar constituido por docentes experimentados o especializados
111
que son los responsables de la seriedad en los contenidos. Pero con
posterioridad, interviene un ejército de diseñadores y creativos que se
encargan del producto final. Como manejan con habilidad el mercado
han sabido sumarles otras ofertas adecuándose al ritmo de los tiem-
pos: video-películas y documentales, soportes digitales de las clases
y de los mismos manuales, sistema de consultas presenciales y a dis-
tancia, dispositivos armados para asistir al docente en diversos temas
o dificultades, cursos y capacitaciones, diversas acreditaciones para ac-
ceder al sistema o ascender en él. La industria editorial —que se maneja
con los criterios del mercado— se convierte en un mediador clave entre
las disposiciones políticas y técnicas del ministerio y la implementa-
ción real de las decisiones curriculares. Hasta tal punto funciona como
industria y mercado que los promotores de venta son quienes —como
lo hacen los visitadores médicos en el caso de los fármacos— se con-
tactan con los maestros y profesores para ofrecer el “producto”. Para
muchos docentes, la editorial es quien finalmente los hace profesores
o maestros, los instala en el aula y les resuelve los problemas, aunque
dispongan de una adecuada preparación en los institutos formadores:
son los que en definitiva deciden contenidos y metodologías.
112
mediaciones que se utilizan para facilitar el trabajo de los docentes en
las restantes pedagogías, y orientar el trabajo y los aprendizajes de los
alumnos. Por una parte debe lograr el respeto y el rigor en el mane-
jo del saber, de las fuentes, de los documentos, de los conocimientos,
de la información, de los materiales, de los avances incesantes de las
disciplinas; pero también reclama la creatividad, la imaginación y la
innovación en los recursos y en las metodologías. Funciona como una
didáctica situada, pensada para y desde la intervención institucional,
para el dispositivo en marcha, una didáctica dinámica y nómade que
no se siente cómoda en ningún formato, sino que va migrando en to-
dos los sentidos para asegurarse el funcionamiento de las pedagogías
mencionadas. Renuncia a los formados estándares, a los patrones, a
los modelos generalizados para producir lo que se requiere para cada
grupo y los docentes que están a su cargo. Como si fuera una cocina, la
PEDAGOGÍA DEL DISEÑO y la planificación arma los platos con un menú
creado para cada grupo y para cada alumno, y atendiendo a los carac-
teres del docente que será el encargado de presentarlo, de acercarlo a
la mesa, de servirlo. No hay una producción en serie y un alimento que
sale al instante porque ya está pre-armado y dispuesto en la cadena de
producción. Cada plato de esta PEDAGOGÍA es plato de autor y quiere
llegar allí con el sabor, la textura, la presentación y la temperatura de-
seada. Por eso afirmamos que el dispositivo no opera de forma imper-
sonal y general, forzando la adaptación de los sujetos al dispositivo,
sino que el empeño en la producción estratégica se orienta en pos de
adecuar el dispositivo a las demandas de los sujetos.
La PEDAGOGÍA DEL DISEÑO funciona como una producción permanen-
te que tiene en cuenta muchas variables: los docentes comunicadores y
sus competencias, el tipo de sujetos que aprenden (en cambio constan-
te), los cambios en las disciplinas y en los saberes, el manejo de diversos
soportes y nuevas tecnologías, los procedimientos más adecuados para
asegurar los aprendizajes y los recursos para la evaluación que debe
transformarse en acreditación.
113
¿Quiénes trabajan en la PEDAGOGÍA DEL DISEÑO?
Trabajan los docentes porque son los expertos en cada uno de las
disciplinas. Trabajan docentes y especialistas en didáctica y metodo-
logía porque ayudan a determinar los procedimientos de enseñanza y
de aprendizajes pertinentes y más aconsejables. Pero trabajan muchos
otros profesionales que acompañan en el diseño y en las nuevas tecno-
logías. Los que dirigen el trabajo y coordinan los equipos son los exper-
tos pedagógicos en transposición didáctica que definen y preparan los
contenidos para cada grupo y en cada etapa. Sustituyen a los docentes
en su tradicional “preparación de sus clases”, en sus planificaciones y
armado de tácticas para el trabajo de aula. Trabajan sobre un currícu-
lum básico dispuestos por las políticas públicas. Y se trata de un Currí-
culum en diseño, recreación y revisión permanente porque se cierra en
la institución trabajando sobre la riqueza del conocimiento y la cultura,
y respondiendo siempre a un contexto con múltiples variantes. Pero de
este equipo participan todos los demás especialistas que suman sus sa-
beres y competencias para lograr el mejor diseño.
Todo esto supone una labor sobre los lenguajes visuales y textua-
les, sobre los soportes impresos o digitales, sobre las imágenes estáticas
o dinámicas, sobre las bases de datos y bibliotecas, sobre la selección y
eventual rediseño de lo ya existente en la industria cultural audiovisual y
del software, incluso comprometiendo aquellas intervenciones tecnológi-
cas sobre el mismo edificio. Y todo eso de manera adecuada a cada edad,
grupo y situación. Por eso funciona como una usina, una cocina, un taller
creativo dedicados a la producción material, sostén estratégico y logístico
para fortalecer la buena marcha de todos los procesos.
Esta pedagogía se ha vuelto otra PEDAGOGÍA, una expansión de la
PEDAGOGÍA ÚNICA que el docente siempre vivió como un compromiso
personal (realizada fuera de la institución y como parte de su labor
profesional): con esta PEDAGOGÍA DEL DISEÑO se especializa la función,
confiando en la experiencia educativa de los docentes expertos, los
114
que dominan los conocimientos, la comunicación y los mecanismos de
la enseñanza y del aprendizaje, dispuestos a elaborar los recursos para
el trabajo de los colegas.
Trabajan en equipos (colectivo) que van construyendo la coheren-
cia y la sistematización progresiva de los saberes. Incorpora al mundo
de la didáctica las herramientas de comunicación, diseño y publicidad:
“publi-pedagogía”. Es una pedagogía que se integra con docentes y otros
especialistas, preparados para la tarea: psicopedagogos, guionistas, pro-
ductores de contenidos, expertos en tecnologías de la comunicación, di-
señadores, curadores de contenidos, editores, expertos en comunicación.
Ocupan —arquitectónicamente— un lugar central y muy comunicado por-
que funcionan como un laboratorio creativo y equipado, dentro de las
instituciones o centros, o bien asociando solidaria y sinérgicamente va-
rias instituciones o centros próximos.
115
diversas líneas de trabajo). Para atender a esta variedad, los temas pueden
presentarse como novedad, pueden anticiparse como agenda de trabajo
o pueden construirse con el aporte colaborativo de todos (red de rastreo
y producción del conocimiento). Estamos ante una nueva manera de pen-
sar, enunciar y transmitir el conocimiento, Entre las operaciones retóricas
hemos destacado la persuasión. Persuadir significa poner en marcha —con
creativa laboriosidad— el arte de atraer sin violentar y eso implica la puesta
en juego de procedimientos semánticos, discursivos y organizativos.
Esta PEDAGOGIA que funciona asociada con lo estético, es el centro
de trasmisión sistemática de la cultura, de los conocimientos que han sido
diseñados previamente para la comunicación, en diálogo permanente
con los docentes responsables, que no son meros ejecutores, sino acti-
vos interlocutores con los diseñadores. Es el ámbito donde lo Pedagógico
se hace COMUNICACIÓN y la comunicación, SEDUCCIÓN, porque se impone
conquistar a los interlocutores, a los grupos de alumnos para que puedan
acceder a las diversas disciplinas y a sus principales temas y problemas.
En la atracción, en la persuasión, en la seducción está el verdadero poder
pedagógico ya que no se trata de imponer y transmitir solamente los sa-
beres dispuestos.
116
profesión y trabajan con un pie puesto en los contenidos y el otro en los
recursos metodológicos, en diálogo permanente con los DISEÑADORES
y dispuestos a cambiar en cada momento las estrategias para lograr sus
objetivos. Tal vez sea la pedagogía que más conserva la impronta fun-
damental de la tradición del docente, pero reconfigurada por la pre-
sencia de otros actores y docentes, medios y recursos que contribuyen
a lograr los mejores resultados en la tarea.
Es mucho más que una réplica del modelo tradicional o una aplica-
ción del mismo recurso (enseñar, explicar), asistido por tecnología ac-
tualizada y creativa. Aunque se responde a los lineamentos curriculares
que establece el sistema, los encuentros están abiertos a la posibilidad
de abordar otras cuestiones, interrogantes o problemas que surgen del
entorno social, de la institución o de la vida de los estudiantes (con sus
propias redes de aprendizaje ubicuo). La comunicación rompe con las
divisiones de las disciplinas e intervienen con planteos problemáticos,
inter o multidisciplinarios para lograr que sea la misma realidad la que
demande y dispare la presencia de los conocimientos o de las teorías.
El docente comunicador tiene una presencia fundamental en el NME y
desempeña su rol con una formación que le permite llegar siempre a
los grupos diversos, al mismo tiempo que maneja los conocimientos y
saberes propios de cada disciplina. Por eso lo imaginamos con un gran
manejo del discursos, de los tonos, de la escena, de los grupos, del au-
ditorios, de los signos que le permiten interactuar con todos y con cada
uno de los estudiantes. El instrumento esencial es la palabra (en todas
sus formulaciones, especialmente la palabra pronunciada y en diálogo
permanente), no sólo la palabra del maestro, sino la palabra de todos
los actores, y el respaldo de todas las tecnologías.
117
Pero entonces, ¿se requiere otro tipo de docente, con una forma-
ción acorde a todas estas exigencias?
118
según las propuestas de la PEDAGOGÍA DEL DISEÑO pero también por la inte-
racción con cada uno de los grupos, los tiempos, los espacios de los encuen-
tros. Por momentos es el docente que conduce el encuentro, que comunica,
expone, enseña, transmite. Pero también es ese mismo docente que orga-
niza y coordina el diálogo o el debate con todos los alumnos sobre un tema
previamente anunciado, una película, una noticia, un acontecimiento, una
situación problemática. O el que ha definido un tema de investigación pro-
puesto y articulado con la PEDAGOGÍA DEL DISEÑO y sabe que los alumnos
tendrán el acompañamiento y el respaldo de los tutores pedagógicos de
la PEDAGOGÍA DEL ENTRETENIMIENTO. Un docente muy versátil, con gran
capacidad de adaptación, fiel exponente de su profesionalidad que sabe
encontrar el lugar y el momento justo para generar el mejor clima relacio-
nal (empatía) para la comunicación pedagógica. El mejor docente de esta
PEDAGOGÍA es el que logra cautivar a sus alumnos, sacar lo mejor de ellos,
seducirlos con el saber, entusiasmarlos y afianzar un compromiso con los
verdaderos aprendizajes propios de cada disciplina, respetando también
los gustos y las preferencias de cada uno.
Pero además hay un dato que no es menor: el docente es despoja-
do de factores de poder que manejaba en el pasado: (1) el decidir qué
es lo que debe dar y (2) administrar los instrumentos de evaluación
(aprobar, reprobar, hacer repetir, acreditar). Eso impide que se cierren
las puertas de las aulas, de los laboratorios, de los lugares de encuen-
tros, y que por ella ingresen, pasen, actúen, se sienten otros actores.
Esas dos funciones ya no le pertenecen. Su autoridad no se sustenta en
el poder de decidir qué hacer y a quien aprobar, sino en su capacidad
para COMUNICAR el saber. Su autoridad docente se respalda en su tarea,
que consiste en generar la mejor enseñanza para despertar las posibi-
lidades de los aprendizajes de todos.
Los docentes responsables son profesionales que dominan su disci-
plina, pero sobre todos son profesionales en la transposición, en el saber
enseñar. La experiencia los ha hecho versátiles, creativos, seguros, en-
tran a escena con todas las posibilidades, pero se ajustan al programa, al
guión o a la partitura, y tienen un gran poder seducción, de empatía y de
comunicación.
119
¿En qué consiste la PEDAGOGIA DEL ENTRETENIMIENTO? ¿Por qué se
usa ese nombre?
120
entidades sumergidas en tiempo, que pueden perdurar y desarrollarse. El
desafío es percibir desde la razón y gozar con las emociones, el desarrollo
o la evolución de las cosas.
Desde el NME ubicamos la PEDAGOGIA DEL ENTRETENIMIENTO en el
corazón de la institución educativa —espacial, arquitectónica y simbó-
licamente— el lugar del sentir, del estar, del bien-estar, de la iniciativa
personal, del amar y del amor, del manejo autónomo de los tiempos, del
compromiso libremente asumido, de la variedad de ámbitos de reunión,
encuentro y trabajo. Y no como algo distante u opuesto a las actividades,
sino en articulación directa con la COMUNICACIÓN y el acceso a las diversas
disciplinas y sectores de la cultura. Mientras que en la escuela del pasado,
el aula era el lugar de privilegio, propio de la pedagogía única, en el NME,
el lugar de privilegio, por ser el lugar de los aprendizajes, es el patio, el
ámbito en el que se mueve la PEDAGOGIA DEL ENTRETENIMIENTO.
121
solidaria de las familias y en los propios sujetos de aprendizaje. Esa fue la
razón por la que sostuvimos que las CUATRO PEDAGOGIA no son sólo un des-
prendimiento fragmentado de los cuatro momentos de la pedagogía úni-
ca. Lo dijimos porque principalmente aquí hay una construcción que aso-
cia dos momentos del pasado: el proceso de aprendizaje que los alumnos
realizaban fuera de la escuela, y las estrategias y recursos de evaluación
que utilizaba el docente para certificar los aprendizajes. La PEDAGOGIA DEL
ENTRETENIMIENTO funciona como un lugar de articulación y de encuentro
de los procesos de aprendizajes, asistidos por los tutores docentes en la
geografía de la escuela, y las instancias de evaluación que se produce en el
mismo momento y lugar. En el NME éste es el lugar clave porque se juega a
fondo el crecimiento de todos y de cada uno, asegurando que se producen
los aprendizajes y que las evaluaciones permiten asegurar que las acredi-
taciones son reales, formativas, seguras, y no meramente formales.
Principalmente aquí puede producirse el SALTO re-evolutivo, porque
se hace lugar a un nuevo formato donde se reubican las variables de tiem-
po y espacio para educadores y educandos. Y de esta manera estalla el
alumno tradicional para convertirse en un nuevo sujeto de aprendizaje y
de autonomía. Y en ese estallido es posible que puedan ingresar y sentir-
se cómodos los ignorantes, los aburridos, los fastidiados, los inútiles y los
descreídos. Y también el movimiento (espacio–tiempo) funciona como una
creación permanente; el ESPACIO no es solo plano, reticulados, secuencia,
vertical, uni-direcccional, sino tridimensional, poliédrico; proponiendo
otra circulación de los actores y de la organización institucional. Es necesa-
rio que todos estén escolarmente ENTRETENIDOS, ocupados porque no hay
alternativa para no hacer nada. Hay muchas opciones y posibilidades de
elección. El tiempo y el espacio se adaptan a esta propuesta: libre circula-
ción y fluidez en los diversos espacios; final del encierro y múltiples lugares
para estar, compartir y hacer. Y un tiempo que pueda combinar libertad y
compromiso, horarios cerrados y manejo autónomo.
“Entretener” significa aquí: “acción de cuidar algo o a alguien, de
mantener algo en óptimo estado de funcionamiento.” Y puede asociarse
a mantener, sostener, cuidar, conservar, ayudar. Y también hay un sentido
que reúne a varios significados: “captar y mantener la atención”. Por eso la
122
PEDAGOGIA DEL ENTRETENIMIENTO es el lugar del estar, del permanecer en la
escuela-institución para poder hacer posibles los aprendizajes, los trabajos,
las obligaciones, en un clima solidario y común de producción, y con la pre-
sencia de diversos educadores, principalmente los TUTORES o ACOMPAÑANTES
PEDAGOGICOS, entendidos como docentes generalistas o de diversas discipli-
nas que velan por el trabajo de todos, asesoran, guardan, asisten, ayudan y,
llegado el momento, se hacen cargo de las evaluaciones pautadas.
123
diferencias: lo que los une y lo que los diferencia. Por eso se multiplica la
figura, la preparación y la función de los docentes que desempeñan otras
funciones bajo la figura de la TUTORÍA PEDAGÓGICA o el ACOMPAÑANTE PE-
DAGÓGICO. Pero también se asocian otros profesionales que contribuyen
a armar la educación que se requiere, en un espacio atravesado por un
tiempo plural, compartido, ajustado a las necesidades de cada biogra-
fía, de cada historia, de los diversos grupos que interactúan entre sí. Es el
espacio-tiempo para procesar la información y el conocimiento, para el
aprendizaje y la acreditación, sin que deban ser momentos diversos. Es
el lugar del desarrollo de los talentos que dialogan con las competencias
que socialmente se requieren.
124
un descanso y compartiendo el momento, en el salón de juego, (7) parti-
cipando de alguna actividad en el salón del cuidado físico o gimnasio, (8)
teniendo entrevistas o encuentros personales o grupales con psicopedago-
gos, psicólogos, médicos o docentes.
125
ingresan al NME educativos sin una debida preparación para la tarea, sino
que tienen la debida profesionalización del rol que desempeñan.
126
Todo debe ser procesado para que pase de modelo del pasado a las exi-
gencias actuales y de futuro: laboratorios, talleres, sala o centro de nuevas
tecnologías, servicios audiovisuales. La BIBLIOTECA, por ejemplo, es el lugar
de archivo y referencia de todos los materiales: los gráficos, los visuales, los
sonoros, los audiovisuales. Pero se debe redefinir la función de las mismas
pensando en las demandas del siglo XXI. No se trata de una Biblioteca que
guarda, atesora libros y publicaciones y aguarda la llegada de los lectores,
sino de una Biblioteca que amplía su base, incorporando todos los soportes
posibles (música, videos, películas, documentales, programas de los medios,
pinturas, música), que tiene recursos para consultar, ver, trabajar todos esos
materiales, y que —sobre todo— sale a buscar a los usuarios, para asegurar
su consulta y el uso. Se pueden asociar curadores de contendidos, especiales
para el mundo juvenil. Pueden estar concentradas en un lugar —próximo al
funcionamiento de la PEDAGOGIA DEL DISEÑO— o bien distribuida en numero-
sos lugares y asociada con todos los medios tecnológicos. Y siempre como un
lugar de producción de información y de consulta de todos.
No debería faltar —lo hemos señalado— una sala de juegos, con di-
versas opciones y con docentes auxiliares especialistas en el tema: todas
las variedades del juego como una alternativa simplemente lúdica o de
aprendizaje. Algo similar puede decirse del salón de mantenimiento físico
(gimnasio) con la posibilidad de realizar actividades de cuidado y desarro-
llo del propio cuerpo, monitoreados por profesionales de la especialidad.
Se supone, además, que el patio o lugar del ENTRETENIMIENTO está dotado
de múltiples pantallas para acompañar con música, imágenes, películas o
noticias la actividad de todos, y como lugares en donde los diversos grupos
pueden trabajar los materiales, audiovisuales y las nuevas tecnologías.
127
estudiantes. Y para eso se requiere recuperar la presencia y el rol de los
adultos. El NME no está pensado ni diseñado para obligar, sino para con-
vencer y seducir. Y los adultos no se imponen, ni necesitan bajar o impo-
ner órdenes, sino que aprenden a “hacerse cargo” mediante estrategias
de sostén vivencial, argumental y de acompañamiento. La escuela del
pasado era una escuela con una asimetría clara entre los adultos respon-
sables y los sujetos en crecimiento.
El progresivo deterioro de la escuela se fue llevando la figura del adul-
to y de la autoridad. Por eso, los alumnos (como muchos hijos) se han que-
dado huérfanos en un mundo demasiado ancho y ajeno, menesterosos y
a la intemperie en medio de la tormenta. Resulta muy difícil identificar en
los tiempos actuales lo que antes se denominaba una mayoría de edad o
el ingreso a la edad adulta, en la autonomía, en la responsabilidad de los
actos. Resulta imperioso reencontrarse, en la educación, con el adulto per-
dido. Desde allí se debe sacar al educando de la apatía, de la dispersión, del
abatimiento, del atascamiento, y sobre todo de la banalidad.
128
para que la ejerzan. No es una autoridad que se soporta con una obedien-
cia que se padece, sino una autoridad que se demanda porque es sostén y
cuidado, nutre y ayuda a crecer, respetando la autonomía. En los docentes
se debe hacer visible el gozo de estar colaborando con algo tan estupendo
como hacer posible e incrementar la unión profunda entre procesos vitales
y de conocimiento.
129
La evaluación no debe confundirse con los exámenes, las prue-
bas o las lecciones orales. Es un proceso mucho más complejo y una
intervención mucho más integral, y sirve para determinar si los cono-
cimientos que se comparten, los procedimientos que se enseñan y las
competencias que se buscan han logrado el nivel esperado de adquisi-
ción y desarrollo. La evaluación es siempre evaluación en proceso y de
procesos, porque lo que interesa es cómo se va adquiriendo una deter-
minada área de la cultura, cómo se van dominando los procedimientos
que la caracterizan. Y eso no se define sólo en un examen único, común
y homogéneo del que participen los alumnos de un grupo, sino que se
conoce a lo largo de un tiempo y a través de diversas intervenciones
para determinar finalmente que tales conocimientos, procedimientos
y competencias puede ser acreditados.
Hay otro principio clave que no puede soslayarse y que el NME edu-
cativo sostiene. Las CUATRO PEDAGOGÍAS abrazan, con todo lo que impli-
ca, a la diversidad y a la heterogeneidad, y las evaluaciones no pueden
ser únicas y homogéneas, sino que deben ser heterogéneas y acordes
a cada una de las individualidades, porque las evaluaciones comunes y
homogéneas suponen compartir el mismo espacio y el mismo tiempo
para llegar a los mismos resultados esperados. En la PEDAGOGÍA UNICA,
una prueba o un examen supone que todos pueden hacer en el aula y
en su banco lo prescripto en la misma unidad de tiempo. La misma es-
cuela que se proclama inclusora de los excluidos y heterogénea porque
está abierta a todas las historias, llegado el momento evalúa a todos de
la misma manera. Heterogeneidad implica la presencia de otro tipo de
docentes que se hace cargo de las diferencias, de las identidades, de las
individualidades, de las subjetividades. Y como tal —trabajando como un
tutor o acompañante pedagógico— se haga co-responsable de todos los
procesos que implican los diversos aprendizajes, hasta llegar finalmente
al nivel que se presupone se debe alcanzar. No se les pide a los enfermos
que se curen en el mismo tiempo, aunque compartan el lugar (hospital),
sino que los médicos y los auxiliares van observando la evolución a través
de sus historias clínicas, diagnósticos seriales y tratamiento.
130
¿Estamos hablando de otro tipo de evaluación, de un cambio de
paradigma que involucra también la forma de lograr los aprendi-
zajes para la acreditación? ¡Cuántos cambios que deben operarse!
131
de la vida, a la sociedad o al trabajo pueden representar instancias de
evaluación. Pero siempre con intervenciones complejas y basadas no es
actos, sino en procesos.
132
capacitación, a sus caracteres personales y a su propio proyecto profesional.
Quienes investigan y gestionan tienen que mantenerse activos y con la ma-
yor capacidad, porque deben sumar a la capacidad de reunir la información y
procesarla a través de la investigación, la función profética de interpretar los
signos institucionales, y la sólida autoridad para poder gestionar, intervenir,
orientar, definir, marcar el rumbo o consensuar las decisiones.
133
El ejercicio de la autoridad en la gestión no se personaliza, sino que
los integrantes expertos en cada una de las PEDAGOGIAS, rotan y se turnan
en la dirección y conducción del equipo. Son personas con mucha vitalidad
y energía (no es el lugar del descanso o de la tarea formal, administrativa o
pasiva), inquietas, con ideas, creativas, dinámicas, motivadoras, con ideas
muy claras. Y son equipos que duran un tiempo pre-determinado para ase-
gurar el funcionamiento de la organización y la innovación permanente,
para luego regresar a alguna de las pedagogías ya mencionadas.
134
que, además, pueda disfrutar de su tiempo, de sus espacios, del ocio o de
otras actividades aseguran una calidad de vida que también impacta en el
desempeño en cada PEDAGOGÍA.
El eje de estas PEDAGOGIAS es el alumno, el estudiante, el sujeto, en
el que piensan las CUATRO PEDAGOGÍAS, especialmente en el ENTRETENI-
MIENTO en donde el singulatim se convierte en un cuerpo a cuerpo para
escuchar, entender, acompañar, incentivar, promover. Y son esos mismos
alumnos los que tienen voz y llegada en la PEDAGOGIA DE LA INVESTIGA-
CION y la GESTION porque pueden manifestar las dificultades y los proble-
mas que observan, así como las fortalezas y debilidades que reconocen.
La única forma con que estos educadores pueden actuar es en insti-
tuciones que asumen compromisos laborales innovadores con la posibi-
lidad de armar equipos estables de trabajo, compromiso laboral en una
única institución, y encuentros o reuniones permanentes para alimentar
el funcionamiento del NUEVO MUNDO EDUCATIVO.
135
Los educadores, todos ellos, tienen diversos tipos de encuentros y re-
uniones de trabajo con sus colegas de cada pedagogía, con quienes com-
parten los diversos grupos y con la presencia de todos los actores institu-
cionales, presididas y coordinadas por quienes están al frente de la gestión
del centro. Las decisiones que se tomen en cada una de las reuniones son
vinculantes y de aplicación obligatoria. Para todas estas formulaciones se
imponen redefiniciones legales, una nueva modalidad de trabajo docente,
un marco laboral diverso, nuevo estatuto de derechos y deberes y la redac-
ción de nuevos contratos que comprometan por igual a las partes.
136
solo la ignorancia sino también el fastidio y la inutilidad. Para el NME las
aulas dejan de tener estructuras fijas y previsibles, espacios que arquitec-
tónicamente se repiten sin variaciones, verdadera jaulas que contienen y
encierran, condición para el aprendizaje homogéneo. Las aulas son tales
en la medida en que puedan hacer crecer alas para poder volar en todos
los espacios y tiempos, y hacia todas las direcciones.