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Clase 1
En esta primera clase, vamos a analizar los elementos esenciales de la teoría que se “esconde” detrás
de la curva de la demanda y su forma. Hasta este momento hemos resumido las decisiones del
consumidor con la curva de demanda. Como hemos visto, la curva de demanda de un bien refleja la
buena disposición del consumidor para pagar por ese bien. Cuando el precio de un bien aumenta, los
consumidores están dispuestos a pagar por menos unidades, de manera que la cantidad demandada
disminuye.
Cuando usted entra a una tienda, enfrenta miles de bienes que podría comprar. Sin embargo, debido
a que sus recursos financieros son limitados, no puede comprar todo lo que quisiera. Por consiguiente,
considera los precios de todos los bienes ofrecidos y compra varios que, dados sus recursos, satisfagan
mejor sus necesidades y deseos.
La teoría de conducta del consumidor pretende explicar los principios que orientan a los individuos
cuando demandan bienes y servicios. Los patrones de comportamiento observados en la demanda del
mercado se explican por el proceso de elección mediante el cual los individuos buscan la canasta de
bienes de consumo más preferida dentro del conjunto de canastas que pueden adquirirse1.
1
(Mankiw, 2012)
1
4.1. La restricción presupuestaria2.
A la mayoría de las personas les agrada incrementar la cantidad o la calidad de los bienes que consume;
tomarse unas vacaciones más largas, manejar automóviles más caros y lujosas o comer en mejores
restaurantes. Las personas consumen menos de lo que desean debido a que su gasto está restringido
o limitado por su ingreso. Iniciamos nuestro estudio de la elección del consumidor examinando el
vínculo entre el ingreso y el gasto.
Primero consideramos la forma en la cual el nivel de ingreso del consumidor limita la cantidad que
gasta en piza y Pepsi. Suponga que el consumidor tiene un ingreso de $1000 mensuales y que gasta
todo su ingreso en pizas y Pepsi. El precio de la piza es $10 y el de una lata de Pepsi $2. El gráfico a
continuación muestra las canastas3 de consumo que el consumidor puede elegir. El eje vertical mide
el número de latas de Pepsi y el eje horizontal el número de pizas.
Cómo se puede ver están marcados tres puntos. En el punto A el consumidor no compra ninguna Pepsi
y consume 100 pizas. En el punto B, el Cantidad
consumidor no compra ninguna piza y de Pepsi
consume 500 latas de Pepsi (éstos son B
500
los puntos extremos). En el punto C, el
consumidor compra 50 pizas y 250
latas de Pepsi. El punto C, que se
encuentra exactamente a la mitad de C
250
la línea que va de A a B, es el punto en
el cual el consumidor gasta una
cantidad igual ($500) en piza y Pepsi.
Estas son solo tres de las muchas
canastas entre piza y Pepsi que el A
consumidor puede elegir. Todos los
50 100 Cantidad
puntos en la línea de A y B son puntos
de pizas
posibles. Esta línea, llamada
restricción presupuestaria.
Restricción presupuestaria muestra las canastas de bienes que el consumidor puede consumir
con el ingreso que percibe y dado el precio de los bienes.
2
(Mochón & Carreón, 2011, pág. 147)
3
Por “canasta” entendemos la combinación de distintos bienes o servicios que elegimos para comprar o que
simplemente están disponibles para poder adquirirlos.
2
la distancia vertical dividida entre el cambio en la distancia horizontal. Del punto A al punto B, la
distancia vertical es de 500 latas y la distancia horizontal es de 100 pizas. Por consiguiente, la pendiente
es de 5 latas por piza. (En realidad, debido a que la restricción presupuestaria tiene pendiente negativa,
la pendiente es un numero negativo. Pero para nuestros propósitos, podemos ignorar el signo de
menos.)
3
4.2. Preferencias: lo que desea el consumidor4
Todos los individuos tomamos diariamente una multitud de decisiones de consumo: ¿trasladarnos en
autobús o taxi? ¿Desayunar café o té? ¿Comprar una computadora personal nueva o conformarnos
con la antigua? Al estudiar la conducta de los
consumidores, lo que pretendemos es entender los
principios que orientan a los individuos cuando
demandan bienes y servicios.
UTILIDAD
Sentimiento subjetivo de placer o satisfacción que una
persona experimenta como consecuencia de consumir
un bien o servicio. (MOCHÓN, pág. 65)
La utilidad es una medida abstracta de la satisfacción o felicidad que un consumidor recibe de cierta
canasta de bienes. Los economistas dicen que un consumidor prefiere una canasta de bienes a otra, si
una le proporciona una mayor utilidad que la otra. Por lo tanto, suponemos que los individuos
maximizan su utilidad, lo que implica que eligen el conjunto de bienes de consumo que más prefieren
o que los hace más “felices”.
El concepto de utilidad permitió, hace más de un siglo, que los economistas establecieran el análisis
del que se deriva la curva de demanda, plantear nuevos enfoques sobre el comportamiento del
consumidor y explicarlo mejor.
Uno de los problemas a los que se enfrentaron los economistas fue la posibilidad de medir la utilidad,
cómo hacer para medir cuan feliz es una persona, o cuán satisfecha está por consumir determinados
bienes o servicios.
Otro grupo consideró poco realista pensar que la utilidad era cuantitativamente medible y prefirió
desarrollar una teoría que sólo exigiera poder comparar la utilidad que reporta el consumo de los
bienes y conocer cuáles obtienen mayor utilidad. Estos autores desarrollaron la teoría de la utilidad
4
(Mochón & Carreón, 2011)
4
ordinal. Esta teoría establece que el consumidor es capaz de ordenar las combinaciones o canastas de
un bien según sus preferencias. Con afirmaciones del tipo: “se prefieren las canastas de bienes A a la
B” no exige saber cuánto se prefiere una a la otra, es ordinal y permite explicar la demanda del
consumidor y establecer las propiedades generales de las curvas de demandas5.
Hoy la mayoría de los economistas rechaza el concepto de utilidad cardinal y señala que para explicar
la curva de demanda y el comportamiento del consumidor no es importante la medición de la utilidad,
es suficiente con suponer que ésta es ordinal y así poder deducir la curva de demanda.
Siguiendo con el ejemplo del apartado anterior, suponiendo que un consumidor tipo se enfrenta a la
disyuntiva de elegir entre consumir pizas o latas de Pepsi, las preferencias del consumidor le permiten
elegir entre diferentes canastas de consumo de piza y Pepsi. Si usted le ofrece a un consumidor dos
canastas diferentes, él elige la que mejor satisface sus gustos. Si las dos canastas satisfacen sus gustos
de igual manera, se dice que el consumidor es indiferente entre las dos canastas.
Así como hemos representado gráficamente la restricción presupuestaria del consumidor, de igual
manera podemos representar gráficamente sus preferencias. Hacemos esto con curvas de
indiferencia.
Una curva de indiferencia muestra las diferentes canastas de consumo que hacen que el
consumidor sea igualmente feliz, es decir que le reportan el mismo nivel de utilidad.
En este caso, la curva de indiferencia muestra las canastas de piza y Pepsi con las que el consumidor
se siente igualmente satisfecho.
En el siguiente gráfico se muestran dos de las muchas curvas de indiferencia del consumidor6. El
consumidor es indiferente entre las canastas A, B y C, porque todas ellas se encuentran en la misma
curva. No sorprende que, si el consumo de piza del consumidor se reduce del punto A al B, su consumo
de Pepsi se debe incrementar para mantenerlo igualmente feliz. Si su consumo de piza se reduce
nuevamente, del punto B al C, también se debe volver a incrementar la cantidad consumida de Pepsi.
La pendiente en cualquier punto en una curva de indiferencia es igual a la tasa a la cual el consumidor
está dispuesto a sustituir un bien por otro. Esta tasa se llama tasa marginal de sustitución7 (TMS). En
este caso, la tasa marginal de sustitución mide cuanta Pepsi requiere el consumidor para compensar
la reducción de una unidad en el consumo de piza.
5
(MOCHÓN, 2008, pág. 67)
6
Al conjunto de todas las curvas de indiferencia entre dos bienes se la denomina mapa de curvas de indiferencia.
7
Los economistas utilizan el término cambio marginal para describir los pequeños ajustes que realizamos a un
plan que ya existía. Es importante resaltar que aquí margen significa “borde”, y por eso los cambios marginales
son aquellos que realizamos en el borde de lo que hacemos. Las personas racionales a menudo toman decisiones
comparando los beneficios marginales y los costos marginales. (Mankiw, 2012, pág. 6)
5
Cantidad
de Pepsi
B
D
TMS
Cantidad
de pizas
Debemos observar que, debido a que las curvas de indiferencia no son rectas, la tasa marginal de
sustitución no es la misma en todos los puntos de una curva de indiferencia determinada. La tasa a la
cual el consumidor está dispuesto a intercambiar un bien por otro depende de las cantidades de otros
bienes que ya está consumiendo. Es decir, la tasa a la que un consumidor está dispuesto a intercambiar
piza por Pepsi depende de si se encuentra más hambriento o sediento, lo que a su vez depende de
cuanta piza y Pepsi está consumiendo.
Sustitutos perfectos. Suponga que alguien le ofrece pilas de monedas de cinco y diez centavos. ¿Cómo
clasificaría las diferentes pilas? Lo más probable es que lo único que le interese sea el valor monetario
total de cada pila. Si es así, siempre estaría dispuesto a intercambiar dos monedas de cinco centavos
6
por una de diez, sin importar el número de monedas en cada pila. Su tasa marginal de sustitución entre
las monedas de cinco y diez centavos sería un número fijo.
Complementos perfectos. Ahora suponga que alguien le ofrece paquetes de zapatos. Algunos de los
zapatos se ajustan a su pie izquierdo y otros a su pie derecho. ¿Cómo clasificaría los diferentes
paquetes? En este caso le podría interesar únicamente el número de pares de zapatos. En otras
palabras, usted clasificaría un paquete por el número de pares que pudiera reunir. Un paquete de 5
zapatos izquierdos y 7 derechos resulta únicamente en cinco pares. Obtener un zapato derecho más
no tiene valor si no hay un zapato izquierdo que lo acompañe.
Por supuesto, en el mundo real la mayoría de los bienes no son ni sustitutos perfectos (como las
monedas de cinco y diez centavos) ni complementos perfectos (como los zapatos derechos e
izquierdos). Más comúnmente, las curvas de indiferencia son convexas al origen, pero no tan convexas
como para convertirse en ángulos rectos.
7
4.3. Optimización: lo que elige el consumidor8.
El objetivo de esta unidad es comprender la forma en la cual el consumidor hace elecciones. Tenemos
las dos piezas necesarias para este análisis: la restricción presupuestaria del consumidor (cuanto se
puede permitir gastar) y las preferencias del consumidor (en que quiere gastar). Ahora unimos estas
dos piezas y consideramos la decisión del consumidor acerca de que comprar.
Considere una vez más nuestro ejemplo de piza y Pepsi. Al consumidor le gustaría terminar con la
mejor canasta posible de piza y Pepsi para él; esto es, aquella canasta ubicada en su curva de
indiferencia más alta posible. Pero el consumidor también debe terminar en una canasta en o por
debajo de su restricción presupuestaria, que mide la totalidad de recursos de los que dispone.
Para determinar en forma intuitiva el equilibrio del consumidor representemos gráficamente las curvas
de indiferencia y la restricción presupuestaria. Tal situación se describe en el gráfico siguiente.
La curva de indiferencia más alta a la que puede llegar el consumidor (I2 en el gráfico) es la que apenas
toca su restricción presupuestaria. El punto en el cual se tocan esta curva de indiferencia y la restricción
presupuestaria se llama óptimo. El consumidor preferiría el punto A, pero no se puede permitir ese
punto debido a que se encuentra por encima de su restricción presupuestaria. El consumidor se puede
permitir el punto B, pero este punto se encuentra en una curva de indiferencia más baja y, por
consiguiente, le proporciona menos satisfacción al consumidor. El óptimo representa la mejor canasta
de pizza y Pepsi disponible para el consumidor.
Cantidad
de Pepsi
Óptimo
B
Restricción Presupuestaria
Cantidad
de pizas
8
(Mankiw, 2012)
8
y Pepsi, y la pendiente de la restricción presupuestaria es el precio relativo entre la pizza y la Pepsi. Por
consiguiente, el consumidor elige el consumo de los dos bienes de manera que la tasa marginal de
sustitución iguale al precio relativo.
Hasta aquí hemos llegado con la optimización de la utilidad para un consumidor tipo, en la próxima
clase analizaremos cómo deducir la curva de demanda maximizando la utilidad del consumidor.