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Introducción

Existen dos tipos de pavimentos, pavimentos flexibles y pavimentos rígidos. Su


principal diferencia se encuentra en las capas superiores las cuales reciben en
forma directa la carga del tránsito y las transmiten a las capas inferiores de forma
disipada. Es precisamente las capas inferiores lo que tienen principalmente en
común, denominadas como terracerías. Las capas de terracería son subrasante,
subyacente, terraplén y terreno natural. Es por este motivo que es trascendental
identificar y conocer las pruebas en materiales para terracerías, pues son
utilizadas en todo proyecto de pavimentos.

Los materiales que constituyen las capas de terracerías deben cumplir con una
serie de requisitos de calidad para ser aceptados y posteriormente aplicados.
Tales requisitos y los valores que deben alcanzar se encuentran especificados en
las normas vigentes. En el caso del terraplén se deben cumplir requisitos en
cuanto a un límite liquido máximo, Valor soporte de california (CBR) mínimo,
Expansión máxima y grado de compactación. La capa subyacente debe cumplir
los mismos requisitos, únicamente aumentando el grado de compactación
requerido. La capa subrasante debe cumplir requisitos y valores en cuanto a
tamaño máximo, límite liquido máximo, índice plástico máximo, Valor soporte de
california (CBR) mínimo, expansión máxima y grado de compactación. Se aprecia
que cuanto mas superficial sea la capa del pavimento el grado de compactación
aumenta, debido a que las cargas aplicadas se encuentran menos disipadas que
las capas inferiores.

Un dato importante acerca del material con el que se trabaja es la masa


volumétrica seca del lugar (MVSL), para definir el grado de compactación. Es por
tal motivo que existen varios métodos para su determinación. Algunos de ellos es
el ASTM D-1556 Masa volumétrica del suelo en el lugar por el método del cono de
arena, NMX-C-416-ONNCCE-2003 (trompa y arena) y ASTM D-2922 y D-3017
Método del densímetro nuclear. Los primeros dos son menos costosos y no
requieren un técnico con licencia especial pero hay lentitud en su desarrollo y un
error posible es en cuanto al acomodo de la arena. El ultimo proporciona
resultados más rápidos y es un método no destructivo. Sin embargo es muy
costoso, afecta la salud y necesita técnicos especializados. Los posibles errores
son debido a la presencia de rocas y distorsión en zonas encerradas.

Es posible realizar compactación dinámica haciendo uso de esfuerzos estándar y


modificado. La compactación dinámica tiene tres métodos alternativos (A,B y C).
Cada uno de estos tiene variaciones en cuanto a tamaño de molde, material (pasa
un número de malla que aumenta de A hasta C) No. De capas, golpes por capa y
utilidad. Esto último se refiere a que puede ser utilizado si un porcentaje del
material se retiene en la malla en cuestión. De tal modo que estos métodos de
prueba aplican solo para suelos (materiales) que tengan un 30% o menos en
masa de partículas retenidas en la malla 19,0 mm (¾ pulgada, método C), y que
no han sido previamente compactados en laboratorio; esto es, que no se reutilice
el suelo compactado. El método utilizado deberá ser el indicado en la
especificación para el material a ser ensayado. Si el método no está especificado,
la elección deberá basarse en la graduación del material.
En cuanto al CBR, es un ensayo de carga que usa un pistón metálico, de 0.5
pulgadas cuadradas de área, para penetrar desde la superficie de un suelo
compactado en un molde metálico a una velocidad constante de penetración. Se
define CBR, el parámetro del ensayo, como la relación entre la carga unitaria en el
pistón requerida para penetrar 0.1” (0.25 cm) y 0.2” (0.5 cm) en el suelo ensayado,
y la carga unitaria requerida para penetrar la misma cantidad en una piedra picada
bien gradada estándar; esta relación se expresa en porcentaje. Su importancia
radica en que es un ensayo que se puede utilizar tanto para evaluar como diseñar.
Se evalúan subrasantes o superficies de colocación de estructuras. Por otra parte,
se diseñan suelos para ser utilizados como materiales de base y subbase de
pavimento, o para rellenos estructurales.
Finalmente, referente ya a la ejecución de las capas, se hace uso de equipos
especializado para su conformación. El equipo utilizado debe ser el adecuado para
la construcción de terraplenes y para obtener la calidad especificada del proyecto.
Los equipos suelen estar conformados por motoconformadoras, tractores,
motoescrepas, cargadores frontales y compactadores. Primero es necesario
delimitar la zona de desplante del terraplén. Primero que nada es necesario
realizar las actividades de desmonte y despalme. Posterior a ello se realizan
escalones de liga y seguir con la preparación de la superficie. Previo a iniciar la
construcción de los terraplenes, se debe rellenar los huecos producto del
desmonte y despalme con material compactado, también compactando el terreno
natural en el área de desplante. Finalmente se realiza el tendido y la
conformación. Esto se realiza extendiendo el material proveniente de cortes o
bancos sobre la superficie, en una cantidad prefijada por estación de 20 metros. Si
se trata de material compactable, se preparará hasta alcanzar el contenido de
agua en compactación que indique el proyecto. Para el cuerpo del terraplén,
subyacente y subrasante, el material se extenderá en todo lo ancho del terraplén
en capas sucesivas con un espesor no mayor al que el equipo puede compactar.
Por último, la compactación se hará longitudinalmente, de las orillas hacia el
centro de las tangentes y del interior al exterior en las curvas, con un traslape de
cuando menos el ancho del compactador en cada pasada.

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