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Desembocadura

Nelson Moncada
DESEMBOCADURA

1
2
I

3
Agua mestiza

Cruzo el mar de cuerpos humanos, 


toco intenciones y voces confundidas, 
entro y salgo y no diferencio 
mi mescolanza, mis voces, 
soy una larga agua mestiza,
tengo diez brazos 
y no tengo cuerpo, 
tengo una marea que es dueña 
y su mandato se funde con los dioses.

Poco a poco mi voz olvida los caminos


a los oídos repetidos, 
de pronto mi diálogo de árbol
cruza los milenios como el sueño de un niño.
Ninguna infancia es tan larga
como el rastro de mis pasos en los segundos.

4
Porvenir roto

Nacer y morir, dos ecos


recíprocos, siempre duelen
un par de ojos que se abren con cuchillos.
Sin el parto no hay ayer
ni porvenir, el dolor que más prefiero
es el de la piel nueva.
Y siempre el mismo río
de la memoria nos abre su regazo
y suenan sus piedras y brilla
con luz de origen.

Hay siluetas con ojos tan profundos


que sonríen por la vieja cicatriz
en el momento del cuchillo y del trueno.

Y entonces brilla
y brillará el cristal del que venimos
mientras la muerte no nos alcanza.

5
Palo Santo

Médula, crepita, calipso intenso;

desde lo cavernícola huelo la madera quemada,


lo huelo hace mil años, lo huelo ahora,
puente vulnerado por lo sempiterno.

Entro en un bosque algo trágico y ritual,


me pierdo a voluntad por un camino
de tierra, por senderos de ramas, me pierdo
para ser encontrado, la madre profunda estira sus brazos
y regreso a la tierra catacumba.

¿Qué espíritu enterró sus sueños


en la carne viva del palo santo?
¿Qué tragedia desentierra el fuego?

Tus estelas develan caminos de aura,


sabiduría de peumos, magia de canelos,
historia de cipreses, rituales de fuego;
danza tribal que la sangre recuerda.

6
Desde lo ancestral quemo el palo santo,
y las historias vuelven del recuerdo milenario.

7
Desembocar es el verbo

Desembocar es el verbo 
comunicado con la altura. Asumido en la lentitud de un cuerpo
amortajado 
por bajas voces devorando genitales
me atrevo a mirar luz al borde de la encandilación.

Es crudo tocar a dios recién salido del barro.

Desemboco de arriba hacia abajo, y traigo con mi agua


un segundo destruido como un río en un espejo roto.
Paso mojando con la nostalgia de mis días improbables pupilas,
azarosos rincones donde llega mi rastro.

Y con mi agua se mezclan los días de soledad 


interrumpida por bellísimas alternativas de mí,
una alteridad sensible 
como una lengua mordida.

8
Desembocadura

¿Cuál es la manera para no ver


un hermoso desfile de cuerpos
cada vez que abro los ojos?
¿Cómo dejar de ver carne repetida,
cómo dejar de tocar y morder carne,
en ceremonias de humo y fuego?

En un segundo todo es cierto, y todo es


como las voces milenarias repiten en voz baja,
todo es cierto, desde arriba todo es tan evidente,
desde arriba a abajo,
desde el agua al agua,
la divinidad es efímera
cuando estoy tejido con sangre oscura.
Hermano de sangre oscura, todo es cierto.
Dame la mano y tocarás el agua
de la que vengo, conocerás
el río del que venimos,

9
sabrás el océano que somos sin saber.
Cuando los ojos están abiertos
solo hay agua por las calles,
agua confundida en los edificios,
agua cruzando las avenidas.

10
Desembocadura

Todo y nada, sombras de lo infinito,


en el todo se infiltra la nada y entre ambos horizontes me busco;
deslizado con ternura como una hoja que baila
balanceada en el vientre de las estaciones, soy de ambos
y de ninguno.
Acá y allá, hay un tren que me lleva
a otro lugar; desde que tengo cuerpo
que voy y vuelvo.
Quisiera cerrar los ojos una noche tranquila,
y mecerme en las lagunas quietas, sobre sus sábanas
que reflejan la luna.

Soy el niño que sumaba las sombras


de las mariposas, soy los ojos que se cerraban para escuchar,
y el mismo segundo arde adentro, pero soy más viejo,
tiembla un poco el edificio del tiempo, el ayer
tiene nuevos ayeres, y el mañana sigue sonriendo.

11
¿Es la misma pregunta sin huesos? ¿Es la misma
eteridad sin cárcel?
¿Ha cambiado la brújula que guía mis palomas?

2
El mundo ha cambiado
porque pasé más tiempo mirando por la ventana,
simplemente.
El mundo ha cambiado, ¿yo también?

De tu rostro al mío estallan soles y abismos;


otrora fuimos la misma gota de agua.
El río de la sangre no es una flecha al horizonte.
Hay cascadas y estanques, el mundo no es el mismo.

He visto a los ojos al otro, y no me habitó,


quedó en la mitad del camino, como paloma ebria
no anidó en mis rocas brillantes.
He visto al otro en sus ojos, los cristales lo apuntaron,
suma y resta de espejos, superposición de siluetas,
en mi huella en el barro intenté buscarte.
¿Estás ahí?

12
3
Y no quiero sino fabricar miel de la sombra,
no quiero sino morder un costado de lo oculto
y fermentar a la luz de los siglos
y escurrirme entre fronteras imaginarias,
y renacer en frutas posibles.

13
Luego de la siesta de 15 minutos

Lo inverosímil del átomo


lo dudoso del infinito
y del finito.
Lo inseparable de la voz que escucho al despertar
de su segundo próximo, la cuerda que no
concibo deshilachada,
lo frágil de un mundo tejido, lo bello
de un hilo interminable.
El amor que no debiera ser cuestionado,
lo real que se debate el protagonismo,
el sentir
que debiera ser el saber, la superposición
del planeta frente a unos ojos, lo que pesa
un asteroide y un corazón latiendo.
Lo interminable, lo verdadero, lo irreal de lo
que existe.

Lo fácil que es tocar


el dolor con los dedos, el deseo con la boca,
el éxtasis con los ojos, lo desnudo que es el mundo
sin sangre que hierva, lo confuso de un mundo

14
sin ojos para verlo,
y lo inverosímil del átomo y lo confuso del pensamiento.

15
Escena con mariposas

1
Cazar una mariposa

no es cosa fácil
porque sensible y leve
se escapa cada vez que roza
el hilo de mi mirada
y el de mi menos delgada
intención.

2
¿El cadáver de una mariposa
ilumina u oscurece?

16
Cuando miro el fuego

Puedo estar mirando el deseo del alma


de encontrar su origen y estallar hacia afuera
y perder su forma e improvisar
como materia que se resiste a ser…

Cuando miro al fuego,


puedo estar interpretando un castigo
si es que acaso busco un castigo…
cuando miro el fuego podría
acordarme del infierno…

Podría predecir
animales posibles, aprender los espasmos
de la sangre, entrar en infancias desatadas…

Son las menos veces


que cuando miro el fuego
estoy mirando realmente el fuego.

17
Tres formas del fuego

Hay una mujer que sonríe


en el lugar en que estalla mi mirada,
y el estallido es de flores y venas.

Hay una mujer que sonríe


en todos lados, miro un cuerpo muerto
de ausencia, y lo lleno con ojos,
y de pronto es orientado a la luz;
una partícula de polvo que así brilla
a la luz de las cortinas abiertas.

Ahora sí.

Hay una mujer en el lugar en que pongo los ojos,


no antes del trueno, es como un nacer 
fugaz
de dos mundos que se desconocían.

18
Voluntad

Si pudiera estirar este capricho celeste


de imitar a la flecha en ese campo minado
donde llueven años, donde pesa el calor
de seguir y seguir existiendo,
por Dios, tendría en mis manos flores de colores
que aún existen en mi tumba
de aquel luminoso mañana.

La guitarra suena cuando lo dispongo…


¿pero quién pasa tocando mis cuerdas?
Desafino cuando existo gris,
pero en esta circunstancia celeste
en que soy menos que dios
solo por respeto, toco mis cuerdas
con gracioso dominio
como si la voluntad fuera
el títere que pongo en mis manos.

19
Mil flechas

El futuro de las flechas me ahoga.


Es demasiado aire esperado, exceso de mañana.
Hace tiempo que el tiempo me hace perder tiempo.

De vez en cuando me rompe un costado


el filo de la mariposa o algo así de nostálgico,
y sangro entonces por el costado, sangro tiempo,
por el desagüe tiempo,
por mis calles tiempo.

Recuerdo cuando abrí el ojo mortal.


Cuando me di cuenta, al mirar mis manos, que eran mías.
Recuerdo cómo mil flechas fueron lanzadas desde dentro,
hacia más allá que afuera, y amé
ese pulso secreto, sin ahogarme demasiado,
pero veloz, con el alma de la flecha en la sangre.

Sin embargo hoy el aire ahoga


trazado de telarañas infinitas.

20
La palabra libertad

La palabra libertad es más grande


que algunas bocas pronunciando sin tocar
aquello que buscan
en una oscuridad parecida a un ojo muerto.

Pero soy libre y digo libertad


aunque se rompa mi boca, solo por pedir prestada
la luz de un día que nace por primera vez,
solo por sentir un viento de alas,
solo por quemarme el corazón
brevemente por el fuego milenario.

Libertad, despiertan pájaros en mi silencio


libertad, pero quizás no tengo los pies, libertad,
hay tantas como prisiones,
tantas como prisioneros.

Si buscaras mi libertad serías un prisionero.

21
Soy el niño que estira el tiempo

Soy el niño que estira el tiempo.


No decidí mi rostro, pero él decidió la piedra
Los árboles suben y bajan
el agua entra y sale
se retuerce y cambia sus nombres.

Y las piedras están


y luego están.

Soy el niño que estira el tiempo,


conozco trampas de inmortalidad, sé hacer trucos
con humos y espejos, puedo dormir mi vida
en las sombras de mariposas,

soy el niño que estira el tiempo, puedo hacer con él


lo que quiera, menos hacerlo pasar;
menos entrar en él y volverme ceniza.

22
Caracolísimo

Si es que ninguna voluntad

de destello me interrumpe lo humano

estaré hasta más allá de la muerte

caminando detrás de los días

Como algunos fantasmas rumiando y como algunos

restos de amor acumulados detrás de la lengua.

La última forma de luz

es iluminar lo lejanísimo.

23
Piedra y tiempo

Piedra y tiempo son dos aristas


del mismo pasillo, la cordillera tiene los gestos
de una paciencia milenaria: hay algo
virgen en todo esto.
Hay una ausencia de profanación,
una piedra no mordida por turbulencias
ni por la velocidad de todo aquello
que una mano toca, ese necesario sentido
de las cosas, la dirección que el hombre
engendra, ese gesto de individuo
en cada esquina construida, cada calle;
espejos y maniquíes que gritan intenciones
y relojes y cadenas que insisten un lugar
en el barro del que somos.

Al fondo de los ojos


miro en la cordillera la inocencia
que precede al nacimiento.

24
Machu Pichu

1
y si mil años antes
en un terreno de piedras y nubes
otra estrella hubiera guiado mi noche?
y si el cóndor revolviera
mandatos divinos en el aire
cuando había dios y cóndor?
y si el altar de estrellas
fuera más mapa que las calles
más tiempo que los segundos?
y la sangre sacrificada, y los ojos hacia el cielo
de nuestras entrañas?

2
Tengo más ojos cerrados que abiertos,
más piel por acariciar que incendio,
soy más la sombra que una estrella
busca levantar cuando brille.
solo existen las estrellas, y cuando no hay no estoy,
soy una sombra que camina
por las ciudades de piedra sin habitarlas.

25
Reemplazo del amor

Al placer se camina pero al amor se sube.


Sin embargo cuando no se conoce la altura,
ni las montañas, ni las nubes, ni lo que está sobre el cielo,
hay algo como un balbuceo de corazón
que uno besa y ama como si fuera amor.

Algo reemplaza al amor cuando este no existe.


Acaso un espejismo de lo mismo,
que es tan dulce como lo mismo,
pero luego vuelve a dar sombra.
Acaso un placer, un himen que se rompe, una soledad
interrogada,
por el fuego que quema sin criterio ni juicio,
solo se mueve el fuego adentro
quemando prójimos.

Y es lo mismo de lo mismo...
Acaso las ganas insoportables de amar
pueden reemplazar el amor.

26
Desembocadura

No quisiera perder el viento de alas


que te despeinaría cada vez
que te desataras en el verbo sonreír
o en el caminar, mirar o ser.

No quisiera dejar de subir


a esta montaña que me eleva
a la atmósfera que habitas en cada pétalo.

Quisiera no perder el viento de alas


no agotarlo
al retratar el fuego que me sale buscándote

Pero para estar seguro de este dilema


necesitaría una o dos libertades más.

Sería más grande el fuego que quemaría


que el bosque que sería en nuestro incendio.

27
Desembocadura

Las manos vienen con su paréntesis


de alma y luz de primeros años, como la puerta original,
la primera, la que mostró la herida
del trueno que me hizo mortal.

La luz de aquellos años…


la luz de aquellos años
¿cómo dejar de abrir el pasado para robar luz?
¿cómo se decía una plegaria?
Mis estalactitas causales
imprimen
caminos falsos para un devenir
de luz.
Algo, el cuerpo, el cuerpo me desobedecía; me dio regalos;
me dio las sombras del fuego, me dio aguas infinitas
que no quitaban la sed, me dio
de regalo la dulcísima miel
del segundo anterior y del siguiente.

¿cómo recuperar el presente?


¿cómo emerger de la luz cada mañana?

28
¿he olvidado para siempre los rostros
de mis niños?
Además, qué es ese rumor de cascadas rotas, ese remolino
de copas con sangre y granadas, y ese nudo de garganta,
ese dolor de piedra, del que sufre a cada oasis
de agua y flores cada exquisito desierto que te arrebatan.

29
Punto en el espacio

Soy un punto en el espacio, comprendes mi vértigo?


Soy un punto y contigo somos dos, y luego tres y cien.
Y qué son cien puntos en el espacio?

Tolero el miedo de la altura, y ver hacia abajo y tambalearme,


o estar muy abajo, más que nadie, y buscar el cielo,
pero estar muy al medio? Muy arriba y muy abajo?
Hermano en el espacio, comprendes mi vértigo?

Ah, recuerda cuando andabas por ahí diluido,


pero la vagina original te arrancó y te lanzó.
Ya nada puede hacerte pariente de lo que no eres,
ni ubicarte donde no estás.

La boca que tiene luz se abre nombrando cosas,


y cuando dice flor una flor existe en su espacio,
una florece y se marchita y pétalos y suave y bellísima que es la
flor,
entonces la boca se entretiene como si fuera la primavera,
pero, cuando la boca de luz dice mi nombre,
Por Dios, qué se ilumina y revela?

30
No escuché mi nombre, comprendes mi vértigo?

31
Profanación

Un eclipse de mosca insignificante


y muerte cotidiana; una moneda
un poco desdeñosa; se anulan un poco
sus dos caras dividiéndose cifras negativas,

aunque solo son ocurrencias


de alguien ocurriendo; muere una mosca,
nos revela un poco el misterio de no estar
sino por una sombra que permanece
cuando se va el sujeto.

No siempre entra por la vista


el cadáver de una mosca, sin duda es despreciable
y un virus seguro
que nos puede contagiar la muerte.

¿Qué hay de profanar el cadáver de una mosca?

Tanto manosearla le paso a quitar una pata


y prosigo y la analizo, materia azul
con un casco de seguridad para ver la dualidad

32
a larga velocidad; no le pude devolver la pata,
la dejo ahí, la tomo y la poso, cuerpo profanado,
la vanagloria de estar vivo en esta miel oscura,
la tomo y la poso como un lápiz o una botella,
como si nunca movimientos misteriosos,
nunca la llama milenaria
ni milagro de humildes sentidos.

33
Meditación negra

El espejo derramado de los días probables


me lleva y no, corre y no, inunda las calles
de lo que iba a ser. Paralelamente corro
sangre espesa de la mente, sangre liviana del latido,
como si un fantasma se desdoblara humano.
Siempre luego del derrame, siempre tejido etéreo
del llorado reducto seminal.
Como si un fantasma se riera fiera
se abalanza sobre un cuerpo para tener piernas
olvidando sin dejar atrás su eslabón heredado en su pena.
Felicidad y su espejo, leche liviana, trato de sorber sus gotas
y caen con frecuencia de luna, con ruleta de carne nerviosa,
un cuerpo nacido pero dudoso. Sorber cada gota lejana porque
sí.
Porque se quiere edificar un castillo con cada sonido que
merodea.
Porque el acertijo parece una geométrica energía, todo en su
tiempo
y lugar. Poesía para nadie, densidad lejanísima, última forma
de luz. Un río corre trayendo en su agua el resquicio de los días,
34
la meditación negra, la alquimia espejo del silencio.

22 - 07 - 2019

35
Desembocadura

Entre los gemidos de la carne consumida

entre flechas que se lanzan al viento del instinto

entre voces rápidas que se atropellan


36
aquí estoy, entre medio del mundo

aquí estoy, escucho mi palpitar,

un corazón que debiera imitar


la furia de las campanas.

Desde esta montaña puedo ver otras más grandes.

2
Es la trampa del tiempo.
Me tomo un segundo ambiguo para enunciarla,
asumiendo el riesgo de desaparecer por la quietud.

Este último tiempo


tiempo
t i e m p o.

mi lengua es infértil y ciega


no puede apuntar, apenas roza
el objeto, apenas señala una dirección
37
horizontal,
apenas sirve para dibujar sombras sin alma.

Pasado el tiempo de mundo me vuelco hacia adentro


y lo único que me interesa es verme y replantearme
un destello de ola que vuelve a sí
para ser y nunca destruirse
por completo.

Este es mi discurso, una trampa de aire,


abro la boca para expulsar golondrinas
pero solo salen sus sombras
solo imitaciones de silbidos

solo una nota sin timbre, altísima.

En el fondo quiero decir que tengo problemas de amor,


y no sé decirlo, sé sufrirlo,
sé destruir el sentimiento y sé reinventarlo.

---Tengo el problema de amar la intención.---

No puedo amar porque no soy uno,


38
¿Hay sinónimos de lo indecible? En aquella habitación
de enunciados azules madruga mi lengua.

Ya no sé dibujar pájaros con mi tinta,


sé cuestionarlos, sé debatirlos,
no puedo ver sino alas separadas de su cuerpo,
sé reventar plumas, comprendo la metafísica
de los silbidos, puedo imitar la sombra de las plumas,
sé imitar su destello en forma de hambre eterna.

No sé declararme a una mujer,


sé odiarla por su belleza, sé destruirla
para hacerla letra, conozco el misterio de sus gemidos,
sé adorarla como una pintura que a mis ojos pertenece,
tomar su mano es un problema cuando la amo,
porque una mano amada es más miel
de la que puedo soportar.

¿Quiero verdaderamente la magia?

3
Cuando un cuerpo tiene mil sombras que mover
un leve movimiento de flecha
39
es la misma felicidad,
y esa felicidad, ese rumor siempre amarillo
siempre con el sonido de las hojas
que aquella tarde alta
sonaban en tu mano
que las trituraba,
es suficiente en este segundo
para atreverme y aventurarme
aquí
esta espiral contenida
este mensaje que intenta seducir
a aquel que está en otro lado…

Escribir este discurso es reinterpretar a Prometeo.

Cuando llego al cielo este se corre dos horizontes,

cuando tomo el agua la sed se enfurece.

Quiero mirar al centro de esta nada ambiciosa


para luego lanzarme al mundo como aquella
flecha divina,
40
salgo expulsado con frecuencia contra mis costados

mis costillas me lanzan a mis ojos


y de mis ojos salgo al mundo
y el mundo me devuelve al fondo del esqueleto.

Soy consecuencia de un arrebato,


de un diálogo furioso entre adentro y afuera,

y la poesía es ese niño que crié y dejé abandonado,

hoy no sabe ni leer ni escribir, pero dice

lo que no siento, y eso es una señal


de dónde no estoy.

Debo mencionar que miento,


porque la verdad es una escurridiza
entre mi falta de verbos y de ojos.

Siempre habrá libros para entender


cómo pensaba el hombre.
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Enuncio aquello
enuncio aquello
lo señalo con el dedo
Eso de ahí, eso que quizás no esté
eso persigo, eso amenazo con letra, eso intuyo con carne.
Escribir la palabra luz es humor celestial,
escribir una sombra de aquello es una burla, una referencia
virtual,
hay un puente, hay un puente qué horrorosa forma de
desperdiciar una sombra divina.

Quiero una frase que además de imitar la miel


lo sea.

Dormir con las tres mujeres que he amado en los últimos diez
minutos,
dormir con esas tres mujeres – flores y hacer
lo que hace el hombre con el deseo,
sobredosis de pétalos, amor y odio en un ramo primaveral,
flores flores exóticas, quiero sus tres miradas
en una, quiero un par de ojos que se excedan,
que miren como tres, quiero mirarla
42
toda la vida y la muerte en un amor de estrellas.

Quiero tenerlas y tener


la posibilidad
de estar amando.

Quiero dibujar el fuego


a ver qué es fuego en mí,
quiero luego ponerle nombres
un nombre de mujer, Francisca, Alondra;
o ponerle una intención, atravesar la utopía;
o moldearlo y recrear aquellos ojos
que al mirarme
me consumieron,
el fuego nunca, ha sido el fuego,
solo sirve en este mundo como una metáfora.

Escribir el ruido es multiplicarlo?

Mi intención era sacarlo como un mar alojado


entre las sienes,
un mar de cadáveres felices felices.

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Pero, el flujo y el reflujo?
Un día volverá el mar a alojarse
con una nueva colección de caracolas
deshabitadas.

¿Dirías que es dulce intentar decirlo?

Aquí escribo los detalles de mi traje:

mi traje no puede acercarse a una mujer


y decir sin decir que la ama.
No puede tocar a una mujer
sin tener débiles intenciones
no sexuales.
No tengo manos sexuales, no tengo piel de fuego,

¿y el sexo de los ojos? ¿Eso no te da placer?


¿No basta silbar en el viento una canción
que te traiga volando?
¿Y el sexo de los ojos? ¿No fue suficiente?
¿No te bastó para conocerme?

Observa cómo se mueven mis dedos


44
cuando te hablo
y te amo.

Observa cuánto digo y de cuántas formas.

Tengo mil maneras para no decirte algo.

4
Luego de la velocidad
propuesta y alcanzada de cabeza en el mundo
viene esta calma, este reflujo, el momento
en que el mar se recoge para volver a arrojarse
contra las piedras. Algo más allá de mí
me toma y me hace volver a inhalar.

Estoy complaciendo a la sombra de un demonio?

Esta hambre es un placer de la carne?


El alma se cansa, este es el cansancio.
Y debo descansar, debo tenderme en el pasto
que puede ser silencio o música literal,

45
el alma se cansa y es una felicidad
haberla hecho moverse.

Qué lástima, de algún modo


modo
m o d o,
sentirme protegido
al encontrar una fórmula para vivir.

La fórmula del ir y venir, diástole y sístole…

Lástima? Debiera hacerlo por un tiempo,


acaso aprendí algo

y ya se acaba la poesía en mi modo


-sí es que la hubo alguna vez-.

Queda una cosa por decir… o solo diré algo más:


experimenté una nueva forma de estar solo.

46
Desembocadura

Tiempo tiempo tiempo tiempo tiempo tiempo tiempo

Me cuesta pensar. Pensar es dirigirme en una dirección,


no tengo esa fuerza; pensar es ubicarme en un punto en el todo,
no soy tan agudo.

47
Si por mi fuera me saldría un rato de la ilusión de tiempo,
me saldría como bajándome de un tren...
me dedicaría años para ver una pintura de arte,
otro año para cerrar los ojos y recuperarme de la obnubilación,
otro año para acariciar cada pétalo del campo,
y otros miles de años para entrar en los museos de mujeres.

Quizás algo ocurre aquí dentro, en cada recodo,


mínimo como arrepentimiento de moscas,
en cada intención de espacio debo replantearme 
desde el uno al infinito mis formas en el agua,
debo repetir mi nombre en una lengua que no conozco,
una lengua altísima como un árbol al lado de una colina de hojas
por las que suben las hormigas.

Mis manos se mueven como un molino


confundido que trata de adivinar
las direcciones del viento. Mis manos están cortadas,
mis manos están cortadas, mis manos están cortadas, mis manos
están cortadas.
Al fondo de todo hay un verbo secreto,
inaccesible, al fondo de los huesos y las formas,
al fondo de los códigos de piel
48
y demonios que se dicen bellos
hay un verbo que no se detiene
desde el primer trueno que deviene en huesos
- justo en el espacio en que estamos y luego somos hombres -.

Insisto, insisto, hay un verbo,


insisto y las formas se toman la tinta, quizás la única forma de ver
es periféricamente, nunca se ve el punto deseado, quizás la
belleza son los buenos intentos errados
de apuñalar la verdad con la mirada,

insisto, hay un verbo


que dejé de enunciar con mi vida...
hay un verbo minúsculo sutil ancestral celeste oculto 
discreto misterioso humano,
que dejé de enunciar con la mirada
y con mis sonrisas,
como perder a un ángel para siempre,
y desde siempre por lo tanto
puesto que lo perdemos y es un pasado y un futuro
que te arrebatan.

Cada vez la belleza se vuelve más un recuerdo.


49
Nada más terrible que locura sin arte.

Los libros de la buena memoria

Caen las gotas, revientan su armadura contra el pavimento,

y bautizan los días melancólicos. Caen y entregan

su blanda armadura, desgarran su vestido en las ventanas,

cristales entre el abismo y el abismo.

50
Un abismo es el día, horadado esclavo que cruza cuestiones sin
resolver,

solo interrogaciones largas como el traje del árbol sobreviviente.

Algunos decretos que no pacté se abalanzan encima

y desconozco mis calles. Cruzar las avenidas entre remolinos y


recodos

suspendidos como enredaderas; entonces buscas otra esquina.

Un árbol cuyo techo resguarda, de silencio.

Un paradero de hojas, sillas en las ramas, tras un muro


imponente

de espigas, cerca del río sin descubrir.

Me pierdo y luego me encuentro, entre fortalezas, altos muros


contra gigantes,

duendes maliciosos y secretos mosquitos y arañas.

Telarañas duras, como un velo en la sombra.

Y todo aquello es cierto, la dirección secreta en que practico la


desaparición.

Aquel hogar escondido entre los arbustos, es cierto.

Y los conjuros que practico. Prendo fuego a las fotos terribles,

hago cruces sobre rostros, maldigo los simbólicos cuchillos, y


levanto mi propio altar

51
omnipresente. Repito los nombres hasta agregarlos a mi piel,
una tautología

de santos y difuntos, hasta que los aprendan las paredes.

Tras una puerta secreta vivo los milenios que se perdieron.

Desembocadura
Me freí la cabeza imaginando otro día,
no, otro mundo, no, no,
otro esqueleto, me pausé peligrosamente
dibujando cada costilla y la mueca frente al abismo

52
del todo revelado.
Estrellé contra mis ojos los muros desaparecidos
pero que siguen allí, a la vista de todos desaparecidos.
El mañana que tenemos al frente, hecho ruinas, entre bosques,
jeroglifos, entre voces explícitas y animales extintos.
Arquitecturas
inefables que acaparan el mañana más que todo auto volador.
Y la cabeza y el cuerpo reventado
de lentitud, peligrosa pausa parecida a lo eterno
cierra sus sentidos en un ritual de emerger contenido
en un puro pensamiento.
Imagino cada cabello, trenzo cada arruga mística,
y gracioso bailo frente al fuego. Dibujo. Y el reemplazo de las
botellas,
un ave canta sobre el cielo y escucha una respuesta. Dibujo.
Algo menos que una acción pero más que un pensamiento,
susurro.
Imagino cada arruga y mirada verde
pero a veces el retrato no es más que este mundo.

53
Alto!

Caer de silencio en silencio


por la grieta de mi esqueleto.

54
Zoom

un río corriendo
grueso vigor cristalino

55
fácil de concebir
de dibujar

luego
el agua toma su propio caudal
y el sonido el suyo

continua el mismo río sordo

luego otro camino toma la sombra


que es como un nuevo río oscuro
sin agua

y aunque nadie le viera alas


el peso del río como si existiera
eligió su recodo y partió
ya sin agua
con peso
lo mismo hizo el frío

hasta la humedad se divorció

56
Hacia atrás

Toma humo,
toma ceniza,
júntalos
hacia atrás

57
e inventas un poema maldito...

Que alguien querrá leer


para quemarse en su caminata
hacia adelante.

Sabor intelectual

1
Saborear la extraña suposición
que al poder enunciarla
existe en algún lugar.

58
Está.

Hay “eso” que es enunciado.

Es terrorífico pensar
las más remotas posibilidades
de enunciación
y saber que aún
con incoherencia
aquella suposición imposible
existe
dentro de ella
en un espacio.

2
Y busco aquel pensamiento
inenunciable
que termina enunciándose
termina existiendo; se ve menoscabada
su imposibilidad.
59
3
Un árbol sobre una piedra grande en un río
no perturbado hace 2053 años, aquel día
había perdido una rama
luego que un pájaro se estrelló en una persecución: la sombra
que entonces dibujó el árbol
hoy tiene un rostro
-con perversa risa-
formado con la luz que las ramas obstaculizan, pero nadie estuvo
ahí
para haberlo pensado.
La sombra mantuvo ese rostro por 180 días
lo que demoraron en crecer las ramas.
(imagen alojada en mis sensaciones,
como un recuerdo que no es mío).

Morder una fruta

Morder una fruta, hasta más allá del corazón,


más dentro que el espacio, ultrajar la fruta
entregada.
Repartir semillas sin condición,

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apenas sin tierra, en las piedras, en desiertos,
entregar el fuego primitivo al aire infecundo.
¿Se fragmenta en migajas el impulso de existir?
¿Cae en gotas la voluntad ardiente?
¿Se muere el cielo en cada estrella revelada?
El ímpetu de la flecha, la fuerza de la ola,
hablo del sol, de la potencia de las rocas

y quizás del gesto de las flores


y las voces del viento,
indistinto.

Marihuana

Emerge de la tierra tu raíz


como el largo discurso de lo desconocido,
la proclamación del éxtasis.
Emerge de la tierra tu caricia,
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planta que nos habla como los sueños.
Siempre hubo algo secreto
en la tierra madre que nos daba de comer,
en la tierra madre que nos trae
el rayo del sol y la flecha del agua.
Siempre algo secreto
fue esa red
de la que emergemos, raíz umbilical
que luego cortamos con metal oscuro.
¡Tu madre fue mi madre!
Las alas del ángel no parecen místicas
cuando siento tu caricia secreta,
cuando escucho la proclamación del bosque,
cuando en la fruta muerdo un órgano
familiar y erótico. ¿Quién es la madre si somos hermanos?
Emerge de la tierra tu raíz,
tu suspiro milenario, tu sangre de elixir,
y en mi cuerpo corres como un río que me excede.
Te apreté tan fuerte que casi no cupe yo
en ese espacio; te quiero dentro de mí
más que una costilla,
cuando invades y gritas como el bosque al poeta.
Flecha disparada de los milenios
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quieres cruzar por mi puerta;
encontraste rápido mi umbral, casi sin piedad,
casi luchando conmigo, casi creando el amor
empujándome al terreno
del delirio.

63
II

64
Los deseos de un alma que habla dormida

Que unos ojos con milenios me miren hasta el fondo


para encender la luz de una sola mirada; que una boca de
milenios me hable al oído
y me cuente el final 
para conocer el inicio,

o viceversa.

Que alguien camine por el espacio en el que estoy


para escuchar el ruido del agua
cuando cruza por el agua,
para aprender del ritmo y del cristal
de un solo eclipse,
y continuar luego,
continuar río abajo.

Que la soledad me mire a los ojos como en aquellos años,


y me toque su música y me haga su amor,
y me encuentre la pobreza y me sonría luego.

Que la soledad se vuelva niña


para volverme niño también
65
y olvidar la verdad
para serla.

Que la soledad se vuelva niña,


para que en nuestro amor de niños
solo existan primeras intenciones.

Intención del más allá

En el corazón que recogí en una orilla,

66
en las guitarras y en su aire en que fueron mujer, y viceversa,
en las cosas que llegaron de allá, las que simplemente llegaron,
las que por debajo de la mirada caminaron, y se instalaron detrás,
en el lugar de las luces y el origen, de modo que el mundo era del
porte del ojo,
las que llegaron brillando, oscureciendo, mordiendo, excitando,
besando y acariciando, olvidando y desapareciendo,

En todas las exageradas cosas


En todas las exageradas cosas
Presiento, con sospecha de perseguido, la intención de Alguien.

aquel sueño utópico

quiero recordar aquel sueño utópico,

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sin dañarlo, quiero retratarlo sin cambiar su presente,
quiero inmortalizarlo en el papel para hablarle, sin mezclar
su sangre con el agua de los días.

recuerdo el sueño, más que utópico, lúcido.


cada gesto se realizó en las alturas, con la sangre forjada con
divina fuerza, recuerdo bosques, recuerdo un viaje hacia más allá,
desde acá.
entro en una escuela, hablo con profesores y cruzo bibliotecas.
llevo libros bajo el brazo, o quizás aquí dentro, que ya terminaron
de nacer. verdaderas enredaderas, nidos de los que emerjo.

lo recuerdo con furia, pero no puedo retratarlo, acaso apenas


tocarlo, olerlo, apenas rozarlo
con la vista, y dejarlo volar libre, como las mariposas nacidas del
vientre,
que veo volar sin dañar un color de sus alas.

bajaba también de un automóvil desconocido, bajo mi mochila


contundente,
avanzo con gesto sereno, simplemente hacia más allá,
con bella suavidad, entre adversidades de viento,
cruzo bosques pasadizos y acogedores.
68
alguna libertad intensa elevaba los gestos, las flores, los
segundos.

recordarlo me cuesta, porque la mirada desgasta


el brillo del oro, por el polvo y las huellas digitales,
retratarlo me intranquiliza, porque quizás no fue un sueño.

para llegar a la utopía

69
para llegar a la utopía hay que romperse los sesos soñando,
hay que perder la vida soñando,
hay que jugar con los niños en las plazas aunque estén vacías,
hay que quemarse en el fuego de los ojos aunque estén dormidos,
hay que ver muertos en la tierra y vivos en el cielo,
hay que hacer todo eso, hay que ser fuerte y soportar el delirio,
hay que soñar a la fuerza, contra voluntad,

para llegar a la utopía


hay que vivir en ella

desembocadura

70
duele el devenir en el rostro que no hay,
en el aire que se roba los ojos y nariz,
y promueve gestos luminosos, porque es lo que anhela,
pronuncia sonrisas altas y miradas como flechas,
el aire que ya no soy yo, ni mi ausencia,
apenas el brillo de mi sangre
reventada por los siglos.

el devenir que me exige modos, me exige repetir mi fórmula,


y en cada verbo hay una magia que me apuñala,
el filo de una magia que dice alto, altísimo, más arriba,
arriba siempre, arriba como un designio celeste, porque no sé otra
dirección, porque para qué adelante y atrás, 
el devenir me interroga con sus verbos que son ineludibles
ocasiones de apuñalar la verdad o abrir un camino al inframundo,
donde hay movimientos sin espacio veo caminos en los que
puedo desenlazarme como una veta de fuego contenida.

entonces, ya con mi niño hecho un anciano por lo veloz, por lo


eterno de sus parpadeos, tomo el cristal que es la única garganta
que va quedando, un cristal gastado por la enunciación de falsas
sombras, y elevo el discurso, con la pasión de un beso amado sin
respuesta, elevo el discurso hasta dejar de envejecer. elevo el
71
discurso hasta penetrar el devenir como un largo orgasmo,
fecundando el mañana, al mismo tiempo que el ayer, como un
sexo que ensucie sábanas y paredes.

Nombres de la nada

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1
….el miedo de volverme loco.
No hay belleza infinita
en volverse loco sin gloria.
No hay gloria en una locura sin belleza,
No soy más que una piedra,
soy menos que ella.
Una piedra en el silencio de milenios
no se desborda, no titubea
no se cae hasta el fondo de ella para volver con ojos borrosos,
ella permanece donde está mientras no le den órdenes,
está a salvo de la locura
en su materia horizontal.

2
Qué extrañas son las fotos.
Estoy viendo una donde hay cuatro rostros,
y esos cuatro son como uno solo,
los cuatro rostros forman un quinto
que es el conjunto de los cuatro,
la redundancia es mi vicio,
porque lo simple
nunca fue simple
73
para los complejos.
Ese rostro sonríe unánime,
hijo de una complicidad amarilla.

3
Busco el día que me responda
con el amor de la montaña y la soledad.

4
Recuerdo la luz extraña de la montaña
nada
cierro los ojos como mirando el espacio
nada
el niño pasa deambulando en bicicleta por las calles
nada
ella mira el reloj mientras espera,

nada, nada, nada.

¿Qué es esta muerte? ¿Entenderla


fue el acto que le abrió las puertas?
Dejo de dormir, y todo es nada
nada
74
nada

nada

nada.

Tengo un papel trazado con las direcciones óptimas;


hay escritas en él más de un infinito de líneas,
quizás un poco menos,
todo depende de cuántos ojos
hayan en este mundo…

Desembocadura

75
Qué hacer con la sangre divina?
Corre por una larga vena, cruza mi corazón y me quema y no
quiero sino gritar atravesando los años.

Cómo enderezar el cuerpo acribillado de segundos oscuros?


Cómo rectificar según los decretos del día esperado?

El mundo desaparece de mi testimonio y me siento ardiendo


en mí, como un incendio sin precedentes ni víctimas, y entonces,
para qué el fuego si no incendiará lo que existe?

Cómo volver los ojos al hombre? cómo fecundar con inocencia


los úteros acumulados en una triste adversidad?

Coitus interruptus

76
No pude terminar el poema, no pude sentir el orgasmo en el
segundo preciso
en que iba el orgasmo,
no puedo terminar mi respiración, no puedo mirar a los ojos a
dios por un momento entero,
cuando voy en la mitad del momento me encandilo y como un
animal con fuego desconocido corro y me altero y me excito.

Puedo dibujar solo la mitad de las mariposas, porque cuando no


lo espero de pronto me mira con rostro perverso,
entonces rompo el lápiz, pero el lápiz agoniza medio muerto
como medio mueren mis enemigos cuando los acuchillo
con mi medio odio, mi furioso medio odio con mi sangre caliente
a la mitad.

Quiero mirar a los ojos a dios


pero siempre miro hacia otro lado.

O quizás, él corre su vista.

Los ojos de dios

77
No puedo ver a dios a los ojos.
Cuando camina hacia a mí, levantando flores y tumbas,
comenzando amaneceres, inaugurando flautas en el aire
le veo las manos, le veo los pies, huelo el aire que habita, pero los
ojos,
es demasiado, seguro no me recupero de tal encandilación.

No puedo ver a dios a los ojos, no tengo tantos ojos, no puedo


verlo aunque quisiera.
Pero a decir verdad sí quiero verlo
y es quizás una manera de mirarlo.

campo de batalla

78
mi demonio golpea a mi ángel, y mi ángel le devuelve el golpe
porque recibe su golpe, porque pone la otra mejilla,
y de esa manera lo golpea.

soy un abierto campo de batalla…

de pronto mis ojos son la roca impenetrable,


soy el demonio,
de pronto mis manos no pueden tocar el agua,
soy el demonio
de pronto mis manos no pueden tocar el agua,
soy el demonio.
soy el demonio porque suena música oscura.

hay un conflicto entre mis sienes,


escucho ruidos de espada y gritos de guerra,
quiero salir expulsado como una estrella contenida,
soy el ángel,
necesito que el amor se apodere de mis ojos,
soy el ángel,
la ambición es una piel que debe caer,
soy el ángel.

79
Desembocadura

80
Tengo pendiente volver a ver a 
Dios
al centro de sus ojos. 
Intentando no fijarme en su recuerdo,
ni en espejismos del camino.

Dirigirle la palabra es abrir un puente


que hace tiempo no cruzo,
porque todo es distinto, 
porque guerrean entre sí la realidad y sus sombras,
porque cruzar y llegar al otro lado dejó de ser como respirar.

Porque el puente es de pronto muy largo, porque el río


debajo de él desborda de dientes, o quizás no hay río, o quizás
llueve, 
no lo sé,
porque de pronto anochece
y no puedo ver el final, ni el principio, ni mis manos
y se llena de señales, y hay más incertidumbre que puentes y ríos,

y en eso todo se deshace

y ya no estoy cruzando un puente


sino curándome de la realidad,
de la fiebre ardiente de la ilusión,

81
doliéndome de luces confundidas, invocando lo simple,
amarrándome a unas pequeñas manos hermanas,
como a amuletos que encierran en sí mismos
el camino hacia la luz.

Entonces hoy

El pasado y el futuro son largas vías


82
llenas de flores suculentas
y abismos falsos.
Salgo a merodear por ellos
por el placer de mirar,
por la sed de camino.

Pero son caminos en el aire,


son castillos de espejismos.
De hace tiempo que el tiempo es una bolsa ficticia.

Flotaba en el tiempo elevado hacia un cielo


inverso, entonces caer era subir,
entonces todo era nada.

Entonces todo era nada,


ay sí,
pero recuerdo ardientes arcoíris
y vulgares mariposas divinas.

83
Jardín olvidado

Ese jardín lo olvidó el tiempo

La paloma juega a lo mismo

sentada sobre el lomo del sabueso.

Los árboles improvisan su dominio,

aparecen entre las rejas, bajo el poste de luz,

entre las latas acaparadas.

Es el mismo jardín en que cayó

el balón de fútbol, el que ahora es un trapo.

Es el mismo jardín

al que acudo con sed de lo eterno,

con duda de mi sombra, me dejo caer

en su ilusión, como si la vereda que cruzo

hasta su puerta me trajera

a la piel ese niño que buscaba la pelota.

Las cosas se caen en su dimensión,

84
como un recuerdo que absorbe el tiempo,

todo cae en su gravedad, todo me mezclo

con su nostálgico idilio.

Despedida del tabaco

Dibujar un adiós dentro de las piedras

y que el viento no lo pase a buscar.

Y decir adiós…

Dibujo antes de crearte,

acaso para crearte, antes o después,

ningún momento encarcela un milagro.

Ninguna palabra establece lo que las palabras

amarran. Señalan algo, caes en aquello

pero hay tintas más poderosas

escritas como sangres casuales.

85
2

De pronto renuncio al poder de las cláusulas.

El trono del devenir lo disputo

a los cuerpos que seducen al aire.

Otros cuerpos debieran reinar lo sucedido.

Una palabra, ¿y si no me sometieran?

Quitaría diademas

a las coronas del tiempo.

Mientras esquivo las cláusulas,

de un poder que se me enajena

me permito caer

me de ti, más allá de tus manos.

Me permito caer, me obligaron algunos dientes

que tus besos clavaban, me recuerda caer

86
las heridas de mi piel

me lleva a tomar fuerza

las cima que regalas, cuando llego al paroxismo

de piedra que vive al caer infinita,

me permito recordar las aves negras

de la náusea que trae

tu beso traicionero.

Profanación

Luego de la siesta de 15 mins

Punto en el espacio

Porvenir roto

Mil flechas

Me freí la cabeza imaginando otro día

87
Los

Las emociones ciclicas del día

(Casi todos los singles + desembocaduras)

Desembocaduras + algunos singles

Marihuana

Palo santo

Meditación negra

Despedida del tabaco

Jardín

Otros exóticos

Mi ángel golpea a mi demonio

Sabor intelectual

88
Entre un padre y un hijo

Coitus interruptus

*ojo con sobre adjetivación

DESEMBOCADURA 56
Agua mestiza 57
Porvenir roto 58
Palo Santo 59
Desembocar es el verbo 61
Desembocadura 62
Desembocadura 64
Luego de la siesta de 15 minutos 67
Escena con mariposas 69
Cuando miro el fuego 70
Tres formas del fuego 71
Voluntad 72
La palabra libertad 73
Mil flechas 74
Soy el niño que estira el tiempo 75
Caracolísimo 76

89
Piedra y tiempo 77
Machu Pichu 78
Reemplazo del amor 79
Desembocadura 80
Desembocadura 81
Punto en el espacio 83
Desembocadura 85
Desembocadura 96
Profanación 99
Alto! 101
Zoom 102
Hacia atrás 104
Sabor intelectual 105
Morder una fruta 107
Marihuana 108
Los deseos de un alma que habla dormida 110
Intención del más allá 112
aquel sueño utópico 113
para llegar a la utopía 115
desembocadura 116
Nombres de la nada 118
Desembocadura 121

90
Coitus interruptus 122
Los ojos de dios 123
campo de batalla 124
Desembocadura 126
Entonces hoy 128

91

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