Está en la página 1de 2

“DESCANSANDO EN EL AVIÓN”

Una mañana de invierno una de las azafatas del avión que estaba en pleno vuelo se dirigía por el pasillo del avión hacia la
cabina de mando después de atender a los pasajeros. Entonces se acercó a uno de los pilotos y le informó que la cabina de descanso
estaba libre. Ell hombre se levantó y se marchó a dormir un rato. Cuando el piloto entró en la pequeña cabina estaba totalmente
oscura, pero al apoyar una mano en una de las camas notó que alguien estaba allí recostado. Sin embargo, él recordaba lo que la
azafata le había comunicado: “la pequeña cabina estaba vacía”. El piloto, alumbró con una linterna de bolsillo hacia la cama y
observó con sorpresa que había una niña de unos cinco años tumbada allí.La arropó con la manta y sin hacer mucho ruido salió de la
habitación y cerró la puerta.
Luego fue a buscar a la azafata y le contó lo que había sucedido. Ésta, le dijo que era imposible porque no iban niños en ese
vuelo. El piloto no se lo podía creer, él había tocado con sus propias manos el cuerpo de la pequeña e incluso había notado su
respiración mientras dormía.
Entonces la azafata con cara de preocupación le dijo – ¿Ve usted esa pareja de allí al fondo? ¿ La ve?- repetía, dirigiéndose
con la cabeza hacia una joven pareja con los rostros pálidos y demacrados.
Sí, sí, por supuesto que los veo… afirmó el piloto, ¿pero qué tienen que ver ellos en la historia? , preguntó con cara de
intriga.
Se dirigen al entierro de su hija, ella va abajo en un ataúd, junto con el resto de mercancías…contestó ella.
El piloto se quedó pálido al escuchar la noticia y salió corriendo a la cabina donde vio a la niña. Allí no había nadie. Se acercó
al baño a refrescarse la cara y al mirarse al espejo se dio cuenta de que había escrito algo con un pequeño dedo, decía: Gracias por
arroparme…

“LA LEYENDA DE LAS MONEDAS DE ORO”


Esta es una leyenda de terror típica de Córdoba. La historia trata sobre una antigua casa del centro de la ciudad que se dice
está encantada y cuenta que en ella hace mucho tiempo vivía una familia acomodada que tenía una hija pequeña y varias criadas a
su servicio.
Una noche mientras la hija de la familia dormía, escuchó unos ruidos en el pasillo, así que abrió lentamente la puerta de su
cuarto para mirar el pasillo que comunicaba a los otros cuartos. El pasillo era enormemente largo y oscuro, estaba lleno de cuadros.
Al final del mismo la niña vio lo que parecía ser un niño de su edad levantando una de las losas y metiendo algo dentro de un hueco
en el suelo. La niña no podía creer lo que veía relucir en la mano del muchacho, aparentemente eran monedas de oro.
Cuando el niño se fue, la niña salió y se dirigió hacia allí; entonces apareció una de las criadas con una vela enorme. La
joven también había visto lo que había pasado y quería sacar partido, así que decidieron que no dirían nada a nadie, todas las
noches se acercarían y con la ayuda de la luz de la vela levantarían la losa y sacarían las monedas hasta que no quedaran más. Todas
las noches, la niña se metía en el hueco bajo la losa e iba dándole monedas a la criada, quien las iba guardando en un enorme saco.
Una noche en medio de su labor, la vela comenzó a parpadear haciendo amagos de apagarse, la criada le dijo a la niña que
saliera del hueco, que ya tenían dinero de sobra. La niña le hizo caso y abandonó el escondrijo, pero en el último momento, una
moneda cayó del saco al hueco y, en un acto de avaricia y sin pensarlo siquiera, la muchacha se metió de nuevo en el hueco.
La criada intentó agarrarla pero no pudo, mientras le gritaba que por favor saliera de allí y dejara la moneda. En medio de
ese griterío la vela terminó de apagarse. En el momento justo en que el último rayo de luz salió de la vela, la losa se cerró ante los
ojos de la criada dejando a la niña dentro. La criada decidió no decir nada a nadie, los padres dieron a la niña por desaparecida, de
hecho hasta se mudaron de hogar.
Pero aún en la actualidad dentro de esa casa se siguen oyendo por las noches los gritos de auxilio de la niña que repiten
noche tras noche : “Por favor…socorro…sacadme de aquí…”
“LA CHAQUETA”
Un chico está estudiando un sábado para preparar sus exámenes de graduación. Para relajarse un poco decide ir a un pub
que está justo debajo de su casa. Se acerca a la barra y pide una coca-cola para despejarse.
De repente ve a una chica muy guapa y atractiva, era rubia, pelo largo, ojos claros y cuerpo frágil. Él se acerca a hablar con
ella aprovechando que estaba sola en un extremo de la barra. Se presentan y se pasan hablando un par de horas hasta que ella dice
que se tiene que ir a su casa ya que es muy tarde. El chico mientras va con ella a la puerta le intenta convencer de que le deje
acompañarle a su casa, ella se niega.
La chica sale a la calle y empieza a tiritar, esa noche hacía mucho frío y el chico en un acto de caballerosidad se quita la
chaqueta y la envuelve con ella, aprovecha la situación para abrazar a la chica y acompañarla la mitad del camino a su casa, ella le
pide que la deje continuar sola y él encuentra la excusa perfecta para volverla a ver otro día. Al dejarle la chaqueta podrá quedar de
nuevo en una cita con ella para que se la devuelva. Ella le da su dirección y se despiden con un tierno beso.
Al día siguiente su corazón parece que va a explotar cuando se acerca a la dirección que la chica le señaló. Lleva casi toda la
noche sin dormir pensando en ella y llama tímidamente a la puerta. Le recibe una mujer mayor que le pregunta quién es.
El chico pregunta por Laura, el nombre de la chica, y la mujer nerviosa y enfadada le recrimina que allí no hay ninguna Laura
y que vaya a hacer bromas pesadas a otro lado.
Desesperado por perder a su amor, el chico insiste y es entonces cuando advierte que junto a la mesita de entrada a la casa
hay una foto de Laura. La señala y le dice a la señora que ella es la chica a la que busca.
La mujer encolerizada le agarra de una oreja y le lleva a rastras hasta un cementerio cercano. Por el camino los ánimos se
van suavizando y la mujer le cuenta entre lágrimas que Laura era su hija menor, había fallecido años atrás. La encontraron muerta
camino a casa, al parecer una noche fría cuando volvía de divertirse con las amigas sufrió un ataque de asma del que no pudo
sobrevivir.
Al llegar al cementerio y sin mediar palabra el chico señaló una de las tumbas – “Esa es la tumba de Laura” – la mujer le
preguntó que como podía saberlo si nunca había estado…
Allí sobre su lápida estaba la chaqueta del chico.

“LA LEYENDA DE LAS GEMELAS”


Cuenta la leyenda urbana que en Inglaterra una madre dio a luz dos hermosas gemelas. Cuando cumplieron tres años la
familia salió a pasear, de regreso y mientras cruzaban la carretera para subir al coche que allí habían estacionado, sin darse cuenta y
en un abrir y cerrar de ojos, un vehículo atropelló a las gemelas. Las niñas murieron.
Dos años más tarde y ya superado el trauma, la madre quiso volver a tener hijos y tras nueve meses dio de nuevo a luz a
dos gemelas. Las niñas se parecían tanto a las que murieron que decidieron que no mencionarían nada de lo que sucedido a las
niñas.
Una navidad, tres años después, la familia salió de paseo al mismo lugar de siempre, al regresar, mientras cruzaban la
carretera que tanto pavor daba a la madre, las niñas se agarraron fuertemente a las manos de su madre y mientras se encontraban
en mitad del asfalto, las niñas le dijeron a su madre: “mamá… no nos sueltes, que aquí fue donde nos mataron”.

También podría gustarte