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La Ciudad Afortunada

Ciudades, Geopolítica y Relaciones Internacionales (2027082)

Universidad Nacional de Colombia


Facultad de Artes
Jorge Ivan Ramirez Tamayo
jiramirezt@unal.edu.co
9 de diciembre de 2020

Es común escuchar al ciudadano del común referirse a Bogotá usando la frase “2600
metros por encima de las estrellas”, además con frecuencia se escucha también al
ciudadano referirse a Bogotá como un nicho de delincuencia, una ciudad extremadamente
gentrificada o una ciudad que no cuente con una identidad cívica definida en comparación a
sus homólogas a nivel nacional. Hoy en día se reconoce la ciudad de Bogotá como una de
las ciudades más cosmopolita del mundo, además de ser un centro del arte y de la cultura a
nivel nacional e internacional. Las decisiones más importantes que constan el futuro del
país, se toman en la ciudad de Bogotá. Es pertinente además mencionar que la ciudad de
Bogotá representa el tercer centro hispanohablante más grande de todo el globo, lo cual lo
hace un centro urbano de magnitud esencial. Ya habiendo mencionado tantas cosas de
amplia envergadura sobre la ciudad de Bogotá, un aspecto crucial y muy poco abarcado en
la coyuntura distrital se centra en como esta logra mantenerse con los recursos naturales
anexos. Se le puede preguntar a un Bogotano de donde viene su agua, y este posiblemente
no dimensione, ni sepa cual es la fuente de la cual se alimentan la gran mayoría. Aún no se
dimensiona la envergadura y la fortuna que tienen los bogotanos en lo que concierne a la
cantidad y calidad del recurso hídrico en la ciudad.

Para el año 2050, se prevé que dos tercios de la humanidad va a estar ubicada en entornos
urbanos (ONU, 2019), parte de eso se centralizará en dos condiciones urbanas principales:
Una generada por la vertiginosa concentración en áreas urbanas en la población de
comunidades en proceso de desruralización; y otra condición urbana generada netamente
por la concentración de capital, del poder y de los recursos de bienestar social en las
naciones que presenta altos índices de desarrollo (Queiroz, 2007). Esto implica que cada
vez la demanda de recursos hídricos en las zonas urbanas se acercara a un punto de total
insostenibilidad. Además el cambio climático en la influencia antropogénica en los recursos
naturales está afectando de sobremanera la cantidad y la calidad de los recursos hidráulicos
alrededor del mundo.

A pesar de los crecientes problemas que presentan las grandes metrópolis, la ciudad de
Bogotá presenta muy buenos indicadores respecto a la cantidad y calidad del agua, siendo
posiblemente la metrópolis más afortunada en margen de capacidad de recursos hídricos.
Pero a qué se debe esta fortuna de la ciudad en ese ámbito?

El distrito capital se encuentra ubicado en la sabana de Bogotá, emplazada en el altiplano


cundiboyacense, y aledaña a los páramos circundantes de Sumapaz y Chingaza, los cuales
pertenecen a la formación montañosa ubicada en la cordillera oriental de los andes. La
morfología de este altiplano tiene como frontera por el oriente con los cerros de Monserrate
(3.152 m.s.n.m.) y Guadalupe (3.260 msnm) que determinan en gran parte las
características hídricas de esta área y han jugado favorablemente en la conformación de la
red hidrográfica de la ciudad. Esto permite la generación de un drenaje natural que se
convierte en los afluentes de los principales ríos que están presentes en la ciudad: Torca,
Salitre, Fucha y Tunjuelo.

Un factor importante es el amplio cambio de altura que permite que el agua fluya de manera
adecuada en la ciudad desde los cerros orientales que tienen un importante gradiente de
altura desde más de los 3.200 m.s.n.m. alcanzar los 2.540 m.s.n.m. en la zona baja de la
ciudad de Bogotá (Fuente: Capa “Curva de Nivel” del Catálogo de objetos geográficos del
mapa de referencia para el Distrito Capital. IDECA. 2014). Básicamente la ciudad cumple
características topográficas idóneas para el drenaje de agua desde los cerros orientales.
Esto se evidencia en los registros presentados, donde se muestra que hace más de 20.000
años la Sabana de Bogotá era un gran lago, el cual sufrió el quebrantamiento de uno de sus
bordes y se desagua por lo que hoy conocemos como el Salto de Tequendama. Por lo que
Bogotá en un principio conectaba hidrológicamente la zona alta oriental y el río Bogotá
ubicado en el occidente de la ciudad. Actualmente en toda la cuenca del río Bogotá se
distribuye de la siguiente manera.

Imagen 1: Leyenda Hidrogeológica de la cuenca del Rio Bogota. Fuente: CAR


Se puede observar en la primera imagen que en Bogotá predomina la existencia de
acuíferos de mediana a alta productividad, siendo una de los entornos urbanos con más
riqueza hídrica en américa latina. Es de amplia importancia en el momento de hablar de
riqueza hídrica, hablar de cómo se comporta la lluvia en la región. En la cuenca del río
Bogotá llueven aproximadamente 760mm de agua en promedio anualmente, los cuales
están distribuidos de la siguiente manera.

Imagen 2: Hietograma de precipitación anual promedio de la estación de Tabio, localizada


en la cuenca del río Bogotá. Fuente: Lopez.C (2016)

En la imagen se observa cómo se distribuye mensualmente la lluvia en la región, dando a


indicar que se tienen dos periodos intensos de lluvia, los cuales se localizan en Abril y en
Octubre, meses ya coloquialmente conocidos como los meses en los cuales caen
cantidades amplias de lluvia. Esto sirve para indicar que también el clima favorece a la
ciudad en la tarea de acumular y drenar agua por sus cauces naturales y artificiales. Y eso
se plasma en la cantidad de aprovechamiento de este recurso que existe en la cuenca. En
la siguiente imagen se muestra como esta estructurado el uso del suelo en la cuenca
principal.

Imagen 3: Usos del suelo en la cuenca del río Bogotá. Fuente: CAR
Se puede observar en la imagen 3, que existe un aprovechamiento amplio en el ámbito
agrícola debido principalmente al potencial hídrico que cuenta la zona. Se ve que la cuenca
presenta un amplio aprovechamiento de sus recursos hídricos. Ya habiendo hecho un
pequeño contexto de cómo funciona brevemente el contexto hidrológico de la ciudad, es
pertinente hablar de los sistemas que se encargan de abastecer la ciudad, que pueden ser
la razón por la cual Bogotá cuenta con uno de los mejores sistemas de abastecimiento que
posee cualquier metrópolis.

Al día de hoy Bogotá cuenta con tres sistemas principales de abastecimiento de agua
potable. Agregado Norte, Chingaza y Tunjuelo, son los tres sistemas de embalses que
surten de agua a los cerca de diez millones de personas que habitan en Bogotá y Soacha,
al igual que al más de medio millón que reside en municipios aledaños como Cajicá, Chía,
Cogua, Cota, Gachancipá, Nemocón, Sopó, Tabio, Tenjo, Tocancipá y Zipaquirá. De esos
sistemas previamente mencionados hay que recalcar de manera muy directa el tesoro que
representa el sistema Chingaza para la comunidad bogotana. Debido a la conexión con el
páramo de Chingaza, los embalses de Chuza y San Rafael que conforman Chingaza,
presentan una recarga natural que los mantiene en equilibrio, es decir la entrada y salida de
agua se mantiene perfectamente balanceada. El sistema puede perfectamente sobrepasar
la demanda promedio de los habitantes de la ciudad (120 litros por habitante diarios), lo cual
sitúa la ciudad en una seguridad hídrica de alta envergadura. Si se esquematiza el
abastecimiento de la ciudad, tendría el siguiente aspecto.

Imagen 4: Esquema de abastecimiento del sistema Chingaza. Fuente: Acueducto de


Bogota
En el esquema se pueden observar los tres cuerpos hídricos que alimentan el sistema más
importante que abastece la ciudad de Bogotá. Otra de las grandes ventajas que presenta
este sistema se sustenta en su calidad de agua, debido a que es una fuente aislada e
inalterada que es constantemente recargada por los procesos hidrológicos presentes en la
zona. El indicador más importante para medir la calidad del agua se denomina como IRCA
(Índice de Riesgo de calidad de Agua), presenta valores excelentes para el agua
proveniente del sistema chingaza. Se podría afirmar que Bogotá cuenta con una seguridad
hídrica de amplia robustez y envergadura, y viene siendo un ejemplo de cómo se puede
aprovechar de manera adecuada los recursos naturales para abastecer una ciudad; y ante
las crecientes amenazas impuestas por el cambio climático, un sitio como Bogotá es un
oasis situado en américa latina.

La importancia de esto se centra en que desde 1950 globalmente el suministro de agua


fresca ha decaído en un 60% mientras la población ha aumentado en un 150%. El consumo
aumentará en más del 40% en las próximas décadas, dos quintas partes de la población
mundial, presentan serias dificultades relacionadas con el agua (Galgano, 2013, p.13). La
crisis de este recurso proyecta ser bastante extensa en el futuro, siendo el acceso al agua
limpia y saneamiento uno de los principales objetivos de desarrollo sostenible pactados por
la ONU, donde se enuncia que el acceso a agua, saneamiento e higiene es un derecho
humano, y sin embargo, miles de millones de personas siguen enfrentándose a diario a
enormes dificultades para acceder a los servicios más elementales. Aproximadamente
1.800 millones de personas en todo el mundo utilizan una fuente de agua potable que está
contaminada por restos fecales. Unos 2.400 millones de personas carecen de acceso a
servicios básicos de saneamiento, como retretes y letrinas. La escasez de agua afecta a
más del 40% de la población mundial y este porcentaje podría aumentar. Más del 80% de
las aguas residuales resultantes de la actividad humana se vierte en los ríos o en el mar sin
ningún tratamiento, lo que provoca su contaminación (ONU, 2010). Estos son pronósticos
bastante alarmantes ante la coyuntura actual, y a pesar de eso la ciudad de Bogotá
presenta indicadores que le permiten sobrellevar adecuadamente estas problemáticas,
además el gobierno nacional se planteó para el 2030, generar condiciones aptas para que
el 100% de la población cuente con acceso a agua potable a nivel nacional. En la siguiente
gráfica se muestra el ámbito de proyección respecto al indicador previamente mencionado.
Imagen 5: Proyección de abastecimiento de agua potable en el país para el año 2030.
Fuente: Departamento nacional de planeación

Ya habiendo hablado extensamente de los positivos asociados al agua que ingresa a la


ciudad, es pertinente hablar de los negativos asociados a las salidas de las aguas
residuales en la ciudad. Actualmente Bogotá recibe aproximadamente 800 toneladas de
residuos sólidos diariamente, siendo apenas tratadas el 20% de las aguas residuales en la
ciudad. Esto es un problema de gran envergadura, por que lo que excreta Bogota va a ir
acumulandose en afluentes de mayor magnitud como lo es el río Magdalena y luego los
diferentes océanos y ecosistemas. Hoy el tratamiento de aguas de la ciudad es realizado
principalmente por la planta de tratamiento de aguas residuales localizada en el salitre, la
cual se puede observar en la siguiente imagen.

Imagen 6: Proyección de abastecimiento de agua potable en el país para el año 2030.


Fuente: Departamento nacional de planeación
Con el fin de evitar el no tratamiento de los residuos sólidos generados en la ciudad, se
plantea la construcción de una nueva planta (Canoas), que tiene como fin mitigar lo más
posible los impactos antropogénicos en la capital del país.

Este tema resulta de amplia envergadura y no es muy dimensionado en la coyuntura política


nacional actual. No se habla en los grandes medios de comunicación de la amplia
necesidad que tiene el país en contar con adecuados sistemas de saneamiento. Cuando
esto no existe en una sociedad se presentan ausencias de condiciones urbanas de calidad.
Según Queiroz, debido a estos eventos tendremos el resultado plasmado en la generación
de dos condiciones urbanas. Una, generada por la vertiginosa concentración de la población
en las áreas urbanas de aquellos países que están en pleno proceso de desruralización; y
otra, la condición urbana generada por la concentración del capital, del poder y de los
recursos de bienestar social en las naciones desarrolladas (Queiroz, 2007). Por eso se debe
garantizar la importancia de los sistemas de abastecimiento y tratamiento con el fin de
poder generar una amplia calidad de vida en el entorno social de la ciudad, y por eso se
pone como caso de estudio a la ciudad de Bogotá; por que es un ejemplo de comodidad
presente en el ámbito de seguridad hídrica a nivel mundial. Pero a pesar de esos ámbitos
positivos es de vital importancia crucial establecer políticas que permitan la preservación del
recurso hídrico no solo en Bogotá, sino en todo el territorio nacional.
Referencias

-CAR (2006) Plan de Ordenación y manejo de la cuenca hidrográfica del río bogotá. Bogota
D.C

-Pacheco, K. (2019) Clima y Sociedad en la Sabana de Bogotá 1690-1870. Universidad


Nacional de Colombia. Bogota.D.C

-Jimenez, W. (2008) Instrumentacion y Analisis de la variación espacial y temporal de la


precipitación en la respuesta de una cuenca urbana. Caso de estudio campus universidad
nacional de colombia sede Bogota. Universidad Nacional de Colombia. Bogota.D.C

-Secretaria distrital de Ambiente (2015) Descripción y contexto de las cuencas hídricas del
distrito capital. Bogota D.C

-Lopez, C (2016). Análisis de la distribución espacial y temporal de la precipitación en la


cuenca del Río Chicú, Sabana de Bogotá, Colombia

-Acuña, P. (2011), “La Polis y la Civitas”, en Bitácora de urbanismo y planeamiento.


Disponible en [https://pavsargonauta.wordpress.com/2011/05/09/la-polis-y-la-civitas/], 24 de
octubre de 2016.

-Diana Andrea Gómez, 2020. “El cambio climático y la respuesta de las grandes potencias.
El caso de Estados Unidos y China”. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

-Galgano F.A. (2013). Disasters and conflict: the Ogaden war of 1977. PA (Pensilvania)
Geograph 51 (2).

-Ingesam (2013). Diseños planta de tratamiento de aguas residuales canoas.

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