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Es común escuchar al ciudadano del común referirse a Bogotá usando la frase “2600
metros por encima de las estrellas”, además con frecuencia se escucha también al
ciudadano referirse a Bogotá como un nicho de delincuencia, una ciudad extremadamente
gentrificada o una ciudad que no cuente con una identidad cívica definida en comparación a
sus homólogas a nivel nacional. Hoy en día se reconoce la ciudad de Bogotá como una de
las ciudades más cosmopolita del mundo, además de ser un centro del arte y de la cultura a
nivel nacional e internacional. Las decisiones más importantes que constan el futuro del
país, se toman en la ciudad de Bogotá. Es pertinente además mencionar que la ciudad de
Bogotá representa el tercer centro hispanohablante más grande de todo el globo, lo cual lo
hace un centro urbano de magnitud esencial. Ya habiendo mencionado tantas cosas de
amplia envergadura sobre la ciudad de Bogotá, un aspecto crucial y muy poco abarcado en
la coyuntura distrital se centra en como esta logra mantenerse con los recursos naturales
anexos. Se le puede preguntar a un Bogotano de donde viene su agua, y este posiblemente
no dimensione, ni sepa cual es la fuente de la cual se alimentan la gran mayoría. Aún no se
dimensiona la envergadura y la fortuna que tienen los bogotanos en lo que concierne a la
cantidad y calidad del recurso hídrico en la ciudad.
Para el año 2050, se prevé que dos tercios de la humanidad va a estar ubicada en entornos
urbanos (ONU, 2019), parte de eso se centralizará en dos condiciones urbanas principales:
Una generada por la vertiginosa concentración en áreas urbanas en la población de
comunidades en proceso de desruralización; y otra condición urbana generada netamente
por la concentración de capital, del poder y de los recursos de bienestar social en las
naciones que presenta altos índices de desarrollo (Queiroz, 2007). Esto implica que cada
vez la demanda de recursos hídricos en las zonas urbanas se acercara a un punto de total
insostenibilidad. Además el cambio climático en la influencia antropogénica en los recursos
naturales está afectando de sobremanera la cantidad y la calidad de los recursos hidráulicos
alrededor del mundo.
A pesar de los crecientes problemas que presentan las grandes metrópolis, la ciudad de
Bogotá presenta muy buenos indicadores respecto a la cantidad y calidad del agua, siendo
posiblemente la metrópolis más afortunada en margen de capacidad de recursos hídricos.
Pero a qué se debe esta fortuna de la ciudad en ese ámbito?
Un factor importante es el amplio cambio de altura que permite que el agua fluya de manera
adecuada en la ciudad desde los cerros orientales que tienen un importante gradiente de
altura desde más de los 3.200 m.s.n.m. alcanzar los 2.540 m.s.n.m. en la zona baja de la
ciudad de Bogotá (Fuente: Capa “Curva de Nivel” del Catálogo de objetos geográficos del
mapa de referencia para el Distrito Capital. IDECA. 2014). Básicamente la ciudad cumple
características topográficas idóneas para el drenaje de agua desde los cerros orientales.
Esto se evidencia en los registros presentados, donde se muestra que hace más de 20.000
años la Sabana de Bogotá era un gran lago, el cual sufrió el quebrantamiento de uno de sus
bordes y se desagua por lo que hoy conocemos como el Salto de Tequendama. Por lo que
Bogotá en un principio conectaba hidrológicamente la zona alta oriental y el río Bogotá
ubicado en el occidente de la ciudad. Actualmente en toda la cuenca del río Bogotá se
distribuye de la siguiente manera.
Imagen 3: Usos del suelo en la cuenca del río Bogotá. Fuente: CAR
Se puede observar en la imagen 3, que existe un aprovechamiento amplio en el ámbito
agrícola debido principalmente al potencial hídrico que cuenta la zona. Se ve que la cuenca
presenta un amplio aprovechamiento de sus recursos hídricos. Ya habiendo hecho un
pequeño contexto de cómo funciona brevemente el contexto hidrológico de la ciudad, es
pertinente hablar de los sistemas que se encargan de abastecer la ciudad, que pueden ser
la razón por la cual Bogotá cuenta con uno de los mejores sistemas de abastecimiento que
posee cualquier metrópolis.
Al día de hoy Bogotá cuenta con tres sistemas principales de abastecimiento de agua
potable. Agregado Norte, Chingaza y Tunjuelo, son los tres sistemas de embalses que
surten de agua a los cerca de diez millones de personas que habitan en Bogotá y Soacha,
al igual que al más de medio millón que reside en municipios aledaños como Cajicá, Chía,
Cogua, Cota, Gachancipá, Nemocón, Sopó, Tabio, Tenjo, Tocancipá y Zipaquirá. De esos
sistemas previamente mencionados hay que recalcar de manera muy directa el tesoro que
representa el sistema Chingaza para la comunidad bogotana. Debido a la conexión con el
páramo de Chingaza, los embalses de Chuza y San Rafael que conforman Chingaza,
presentan una recarga natural que los mantiene en equilibrio, es decir la entrada y salida de
agua se mantiene perfectamente balanceada. El sistema puede perfectamente sobrepasar
la demanda promedio de los habitantes de la ciudad (120 litros por habitante diarios), lo cual
sitúa la ciudad en una seguridad hídrica de alta envergadura. Si se esquematiza el
abastecimiento de la ciudad, tendría el siguiente aspecto.
-CAR (2006) Plan de Ordenación y manejo de la cuenca hidrográfica del río bogotá. Bogota
D.C
-Secretaria distrital de Ambiente (2015) Descripción y contexto de las cuencas hídricas del
distrito capital. Bogota D.C
-Diana Andrea Gómez, 2020. “El cambio climático y la respuesta de las grandes potencias.
El caso de Estados Unidos y China”. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
-Galgano F.A. (2013). Disasters and conflict: the Ogaden war of 1977. PA (Pensilvania)
Geograph 51 (2).