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Sócrates llamó “virtud” aquello que era común para toda la raza humana y en todas las
circunstancias, por ejemplo, la justicia, la valentía o el autocontrol. De esta manera no sólo
se opuso al relativismo de los sofistas, sino que extrajo de todas las virtudes aquellas que
hoy llamaríamos “virtudes morales”. Por esa razón a Sócrates se le considera como el
fundador de la ética. La ética, como ciencia o como disciplina filosófica fue iniciada por
Sócrates, quien fue el primero que teorizó sobre los conceptos morales básicos: lo bueno y
la virtud, Sócrates estaba rodeado de los sofistas cuya doctrina tenia como características el
escepticismo, el relativismo y subjetivismo.
Sócrates no compartía esta manera de pensar, pues decía que si no se acepta la validez del
conocimiento, no habrá ciencia ni moralidad porque la ciencia es la base de la moralidad,
pero lo más importante para Sócrates era la virtud, sobre lo cual expresó “el mayor bien del
hombre es hablar de la virtud todos los días de su vida” ya que la virtud es el hábito de
obrar bien, la virtud es entonces el único bien y solamente la virtud nos puede traer una
felicidad perpetua e inalterable, porque la virtud siempre tiene la medida justa: nada le
falta”.
La ética platónica, que recoge detalles del pensamiento socrático y que será posteriormente
ampliada, corregida y conceptualizada por Aristóteles, es eudemonista, dado que se orienta
al logro del bien supremo del hombre, esto es, a su felicidad. El bien supremo consiste en el
desarrollo de la personalidad, de su alma, de forma que adquiera el estado en que debe
hallarse y, por ello, sea feliz. Platón creyó siempre que nadie optaría por el mal a sabiendas.
Pensaba que si alguien actuaba o elegía hacer algo malo era debido a que se imaginaba que,
en realidad, lo que hacía era bueno, aunque de facto fuese todo lo contrario; si uno se deja
arrastrar por la maldad es porque, sostenía Platón, no conocía el verdadero bien, o porque
cede temporalmente a la pasión, obnubilándose durante un tiempo hasta que reconozca, él
mismo, que el bien aparente le parecía el bien auténtico. Esto, sin embargo, no exculparía al
individuo de responsabilidad moral, porque sería autor de una falta grave, al permitir que la
pasión dominara sobre su razón,
Ética según aristoteles
Con respecto a la ética Aristóteles propone que todo lo que conduce al hombre a su propio
bien y al logro de sus verdaderos fines es una acción buena y todo lo que lo desvía de ese
objetivo es una acción mala.
Aristóteles trata de explicar el Bien como fin último. Para ello cree necesario remitirse a la
ciencia ética individual y luego a la ciencia ética política.
El objeto de la ética individual o moral, son las obras humanas y se parte de los juicios
morales para establecer principios generales, con el supuesto que existen en el hombre
tendencias naturales innatas hacia la armonía, la coherencia y el equilibrio, sabiduría que
constituye la base de la ética natural.
Por lo tanto para Aristóteles existe una naturaleza humana, una forma “a priori” de ser del
hombre con valores absolutos.
Para Aristóteles la felicidad es el fin al que aspira todo hombre, relacionada con la actividad
virtuosa no transitoria sino durante toda la vida, entendiendo por virtudes la moral y el
intelecto, reconociendo que para lograrlo es necesario contar con medios externos.
Para ser bueno, dice Aristóteles, se necesita desarrollar un buen carácter, el cual se
desarrolla por medio del accionar virtuoso, ya que el hombre tiene ya una predisposición
habitual hacia la virtud. La virtud es la disposición a elegir en base a las reglas del hombre
virtuoso, con capacidad de discernimiento moral al tomar decisiones, o sea que posea la
sabiduría práctica esencial para saber que es lo que tiene que hacer según las
circunstancias.
Para Aristóteles, el hombre prudente es aquel que pueda ver el bien del hombre en todas las
circunstancias.
La ética de Aristóteles se basa en que todo hombre tiende hacia un bien, por tal motivo es
que algunos filósofos llaman a Aristóteles el creador de una ética de bienes porque este
supone que cada vez que el hombre hace algo lo hace en busca de un bien.
2. Dado que la verdad sobre el bien humano es una meta que continuamente hemos de
estar persiguiendo, cabe preguntarse si acaso no será ilusorio creer que la alcanzamos en
cada momento. La respuesta de Sócrates es que la vedad habita en el fondo de nosotros
mismos, y que podemos llegar a ella mediante la introspección y el diálogo. Se cuenta
que, en su juventud, nuestro autor adoptó como lema de su vida la inscripción que
figuraba en la fachada del templo de Apolo en Delfos:"Conócete a ti mismo". De este
modo, el autoconocimiento fue para él la vía idónea para penetrar en los misterios de
todas las cosas, incluidas las cuestiones morales. Pero en este proceso de "alumbramiento
de la verdad" nos podemos ayudar mucho unos a otros, de un modo semejante a como
algunas personas ayudan a las parturientas a dar a luz. Este símil sirvió de base para que
Sócrates llamase mayéutica (es decir, el arte de ayudar a parir) a su propio método de
diálogo encaminado a la búsqueda de la verdad.
La ética de Platón puede parecer ingenua pero merece considerar un aspecto que tiene que
ver con algunas problemáticas actuales. Por ejemplo muchos expertos sostienen que la
delincuencia es producto entre otras causas de la exclusión de bienes culturales y bienes
materiales, es decir son aquellos que quedan afuera de la educación y la justicia social.
Por ello puede tener vigencia lo que Platón hace 2.300 años planteaba que quien no
realiza actos buenos es porque es ignorante. En nuestro caso la ignorancia es no poder
tener acceso a aquellos derechos que tenemos como ciudadanos.
También Platón plantea a la felicidad como una meta individual y colectiva. En este
punto hay movimientos populares que sostienen que en la actualidad uno de los objetivos
básicos de cualquier proyecto debería ser la felicidad del pueblo.
Universidad de Oriente
Núcleo de Bolívar
Catedra: Ética
Profesora: Bachiller: