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Guido usa esta fantasía para justificar la realidad que les rodea: los guardias
los tratan mal porque quieren el tanque para ellos y el número cada vez menor
de niños (que están siendo asesinados en las cámaras de gas) se debe a que
están escondidos para ganar puntos. Guido consigue convencer a Giosuè para
que no quiera marcharse diciéndole que van en ganando y sólo necesitan un
poco más de tiempo para volver a casa con el tanque. A pesar de estar
rodeados de horror, tristeza y muerte, Giosuè acaba creyéndolo todo gracias a
la convincente historia que le cuenta su padre y a su propia inocencia.
Un día, Guido se encuentra con el doctor Lessing que conoció en el hotel,
convertido en oficial de las fuerza armada nazi SS, que está eligiendo a los
prisioneros que serán enviados a las cámaras de gas; como el caso de Eliseo y
muchos otros que fueron enviados directamente a las cámaras de gas, porque
no se les considera útiles para trabajar.
Pero al ver a Guido, Lessing lo reconoce y no le envía a las cámaras, más bien
hace que trabaje como camarero en una cena que van a celebrar los altos
mandos militares del campo. Guido aprovecha para llevar a Giosuè con él y
sentarle en la mesa de los niños para que por un día coma bien. En un
momento de la cena, Guido tiene una charla con el doctor, quien le plantea un
nuevo acertijo para que le ayude a resolver, por lo que Guido queda
decepcionado debido a que había creído que el doctor iba a ayudarlo a él y a
su familia a salir con vida del campo de concentración.
Una noche se observa un gran revuelo en el campo: los alemanes se están
retirando ante la llegada del Ejército de los Estados Unidos porque la guerra ha
terminado, pero quieren matar a todos los prisioneros antes de que los aliados
les liberen. Guido ordena a Giosuè que se esconda hasta que todo se calme,
porque "están a punto de ganar el premio". Mientras, él va en busca de Dora
para marcharse todos juntos, pero es sorprendido y fusilado por uno de los
guardias. A la mañana siguiente, los alemanes han huido y Giosuè sale de su
escondite. De pronto aparece un tanque, que él cree que es su premio. Son
los estadounidenses, liberando el campo. Le recogen y por el camino, entre los
prisioneros liberados, Giosuè encuentra a su madre y le comunica que han
ganado.
Pudo sobrevivir al Sacrificio y emplear su fértil imaginación para proteger a su
pequeño hijo de los horrores de un campo de concentración nazi; aun
recibiendo tantos maltratos, abusos, mantuvo su buen ánimo, fuerza y entre
juegos, travesuras, le hizo ver y sentir que la vida es bella, está llena de
maravillas y felicidad. Aun en circunstancias tan difíciles, siempre hay una
esperanza para seguir y salir adelante.