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¿Es justo responsabilizar a los profesores?

Hay que entender que se les está pidiendo a los profesores


adaptar cursos a formatos que nunca lo habían hecho. No sé si en
escuelas haya muchos profesores expertos en formación online y lo más
seguro es que no.

Hay que entender que estamos en una situación de contingencia


y emergencia sanitaria a nivel mundial. Es lo mismo que cuando
vemos a médicos cubiertos con bolsas de basura, claramente dices que
no es lo ideal, pero es lo que necesitas para salir de la emergencia. Aquí
hay que entender que todos los actores debemos colocar de nuestra
parte, porque los padres tampoco pueden exigirle a un
establecimiento que cumpla con un estándar en un contexto
donde estamos todos en emergencia, los lugares están cerrados, las
coordinaciones internas dentro de los establecimientos son súper
complicadas. Hay que dejar de mirar la educación como un servicio
(cliente) porque tenemos que pensar que hay que tener una mirada más
empática con lo que está pasando, tanto los profesores, apoderados
como los sostenedores.

 ¿Esta brecha de internet puede aumentar a su vez la


brecha en acceso a la educación entendiendo hacia
donde está avanzando el proceso educativo que es el
camino no presencial?
Justamente estaba leyendo hoy quienes plantean que hay que declarar
internet como un servicio básico, casi tan básico como el agua y la luz
porque en el contexto que estamos ahora ya tener internet no es un
lujo. Por ejemplo, con la educación online necesitamos que la educación
llegue a todos y no está llegando a todos porque no tienen internet. En
las escuelas se les da un computador, por lo cual ese acceso está
cubierto en cierta medida, pero no así internet. No te sirve de nada
tener un computador si no puedes tener una clase online con un
celular con datos que se te acaban en una hora.

No hay que esperar a una nueva contingencia para esto, lo que hay que
pensar es que las estrategias digitales y tecnológicas son bastante
eficientes pues ahora es un virus pero después pueden ser otras las
contingencias. Por eso hay que entregar internet a las familias de mayor
vulnerabilidad, capacitar capital humano en las escuelas, colegios y
universidades para alfabetizar digitalmente pero que no sea un curso de
Excel o Word, que sea cómo construir una educación online. Tiene que
haber una respuesta desde las políticas públicas pues estamos
en un contexto global cada vez más inesperado. 
Grover Pango Vildoso, vicepresidente del Consejo Nacional de Educación
(CNE) y exministro de Educación, saludó la decisión del Ministerio de
Educación de poner en marcha la educación a distancia y sostuvo que se
necesita más precisiones ya que existe mucha confusión sobre su
funcionamiento.
Puso como ejemplo que se debería precisar la labor de los docentes en la
educación a distancia, debido a que actualmente “se les recarga de labores
inútiles que no benefician a los alumnos”.
“Si los profesores están confundidos cómo no van a estar confundidos los
padres de familia. No está definido lo que debe hacer el profesor en esta
emergencia. Es complicado dar una solución a todo el abanico de diferencias
de la realidad educativa, pero hay que ir avanzando de a poco. No hay que dar
trabajos inútiles a los profesores, primero resuelvan qué es lo que esperan de
ellos en esta nueva coyuntura”, indicó a través de Red de Comunicación
Regional (RCR).
Mencionó que “los profesores viven un momento de desconcierto y desolación”.
“Se les encarga cosas que no se van a necesitar este año, pero con el
argumento de que la emergencia no es descanso como si fueran un grupo de
haraganes, se les sigue haciendo trabajar en cosas que no van a ser útiles ni a
ellos ni a los niños”, remarcó.
“Este es un capítulo delicado porque no hay una respuesta clara y oficial,
porque esos profesores necesitan manejar de la mejor manera los recursos
tecnológicos. Muchas veces los profesores ‘saben’ menos que sus estudiantes
y eso hiere la dignidad de los maestros, pero no se trata de capacitar por
capacitar, se trata de dar a los profesores el respaldo permanente de cosas
que les van a ser útiles”, subrayó.
Señaló que “este es un momento muy delicado como para recargar de
responsabilidades a los profesores”. “Por ejemplo, hoy me enterado de que se
le ha dado la orden a los profesores de registrar a todos los alumnos que tienen
conexión de internet en sus celulares y en sus casas. En este tipo de situación,
un director de colegio debe ser un líder y no un apéndice de la Unidad de
Gestión Educativa Local”, dijo.

La pandemia del coronavirus genera narrativas negativas sobre el cuerpo en tanto vector de contagio
y, en ese sentido, portador de la enfermedad y la muerte. Lo excepcional es que no podemos
controlar la capacidad destructora de nuestro cuerpo porque, a diferencia de otras epidemias, nada se
ve, nada se siente, nada se palpa hasta que es muy tarde. 

La gran prueba de la educación virtual: ¿Cómo


un docente puede entusiasmar a sus estudiantes?
No ha sido una tarea fácil implementar las clases virtuales en escuelas
privadas, en especial en una coyuntura como la de ahora. ¿Cómo se debería
medir su calidad? ¿Qué rol juegan los padres en este contexto? RPP
Noticias consultó con especialistas al respecto.
Esto último realizado de manera apresurada y sin entrenamiento ha
tenido a los docentes agobiados y a los padres preocupados.
Los educadores consultados para este informe coinciden en señalar
que se debe romper la idea de querer tener una clase virtual de la
misma manera que una presencial.
La educadora Liliana Muñoz, vicedecana de la Facultad de
Educación de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, indica
que la educación virtual tiene tres características propias: a) maneja
dos tipos de comunicación (sincrónica y asincrónica), b) es
flexible y c) es autónoma.
Por sincrónica se entiende el contacto directo que puede tener el
docente con los estudiantes, a través de tecnologías como Zoom o
videollamadas. Por asincrónica se refiere al material de lectura,
power points, audios que el estudiante debe revisar.
La educación virtual también es flexible, porque permite a los
estudiantes manejar sus tiempos cuando se les encarga acceder a los
materiales que el docente les dejó. “Tiene que tener un tiempo de
interacción el maestro, pero también el estudiante tiene que
interactuar con sus materiales. […] En la flexibilidad hay que
considerar que no todos en casa tienen una computadora para cada
integrante de la familia, así que en ese sentido los horarios se van
flexibilizando”, estima Muñoz.  
Desarrollo de la autonomía

La autonomía también es una capacidad clave en la educación virtual, debido a


que permite que el estudiante se plantee metas y partir de ello empiece a
estudiar. “Lo que hay que promover es que los estudiantes se vuelvan
autónomos. ¿Cómo un docente logra eso con el estudiante? Motivándolo,
incentivándolo, promoviendo que se fije metas en función del propósito de la
enseñanza”, indica Muñoz.

El educador Paul Neira, gerente de TLF y miembro del Consejo


Nacional de Educación, coincide y añade que la autonomía es una
competencia que no era explotada en el sistema educativo tradicional
que tiene la percepción de un salón de clases con un docente parado
y un estudiante sentado. En ese contexto, “la autonomía en el
aprendizaje no encontraba espacio para desarrollarse”.

“La oportunidad que nos ofrece el entorno de aprendizaje en línea o a


distancia es permitirles a los estudiantes, a muy temprana edad, que
comiencen a experimentar progresivamente la adquisición de una
habilidad y competencia que es fundamental para la vida adulta
profesional, que es la autonomía”, explicó.

“¿En qué sentido? En tener un horario, disciplina, objetivos claros,


dedicar tiempo determinado a cumplir con las exigencias
del aprendizaje que el curso o modulo les plantea”, sostuvo.

l reto para los docentes

Para los educadores, la calidad de la enseñanza virtual debe evaluarse con


los aprendizajes adquiridos por los estudiantes. La familia juega un rol más
activo en ese resultado que cuando las clases eran presenciales. “Ahora los
padres comienzan a visibilizar lo complejo que es conseguir aprendizajes en
estudiantes. Estamos asistiendo a un experimento mundial donde se está
visibilizando el trabajo cotidiano y paciente que hacen los docentes todos los
días”, sostuvo Neira.

Los docentes también tienen sus propios retos con las clases virtuales al tener
que adaptar sus clases pensadas originalmente para el aula a un ambiente
virtual. “Este es el aprender-haciendo de docentes, de estudiantes y de
padres”, sostiene Muñoz. La especialista agrega que en este momento los
docentes deben saber diferenciar cuáles son los contenidos más
relevantes para sus estudiantes en esta coyuntura.  

A disposición de los docentes hay una gran oferta de herramientas gratuitas en


línea para construir situaciones de aprendizaje. Por ejemplo, Google
Classroom o herramientas de Microsoft. Así, se puede lograr presentaciones
interactivas, encuestas en línea, videos y audios en vivo.

“Recursos para construir situaciones de aprendizaje en línea hay en el mundo.


Lo que falta son espacios de comunicación, formación y de fortalecimiento de
capacidades de docentes. Los docentes sí tienen capacidades, lo que pasa es
que necesitan experimentar, tener un acompañamiento de equipos de
personas con más experiencia que los ayude a terminar los pasos
rápidamente”, evaluó Neira.

Entonces, ¿cómo deberían ser los aprendizajes de una educación virtual?


Para Alberto Almendres, director de la fundación SM Perú, el docente
debería poder mantener la atención de sus alumnos en el momento en que
están conectados. Eso sí, señala, la comunicación interactiva no debería
exceder de los 40 minutos, que “es lo máximo de atención que puedan
prestar frente a una computadora”.  

El especialista indica que los estudiantes deben considerar la clase virtual


como divertida. “Deben pensar que ‘estoy conectado con mis amigos, estamos
interactuando con el profesor’. Y el docente va transmitiendo los conocimientos.
La idea de educación virtual no consiste en tener a un profesor con un
pizarrón”, indica.
“Es complicado decirles a chicos, que están en confinamiento, que sigan
atentos a la explicación del profesor, si lo único que él hace es estar leyendo.
Tiene que hacer que participen todos, que si han hecho una investigación, que
lo expongan ante todos. Que la clase sea ágil”, añade.

¿Y qué ocurre con los niños de inicial?

En el caso de los niños de inicial, el reto de las clases virtuales es aún mayor,
señalan los especialistas. Si bien los niños son nativos digitales, el estar frente
a una computadora por un tiempo determinado no sería lo adecuado. Una vez
más, el rol de la mamá y papá es fundamental.

“Es mejor que el o la docente de nido encarguen pequeñas acciones que los
niños puedan hacer en casa, disfrutando con la familia. No es tanto darle una
clase, sino hacerle participar con la familia”, manifiesta Almendres.

Neira recuerda que la evidencia señala que entre los 0 y 7 años se construye
con mayor riqueza el “conjunto de redes neuronales cognitivas en el cerebro de
una persona”. En ese sentido, si bien los niños deben recibir el cariño
socioemocional de sus padres, también deben contar con un guía profesional
en su desarrollo.

“Ahí entra el rol de los docentes del nido. Ya sea por videollamadas
por WhatsApp o por teléfono. Poder tener 10 o 12 minutos de interacción con
el estudiante”, indica.   

“Tiene que ser creativos para solicitar a los niños y niñas que bailen, escuchen
canciones y ofrecerles una tutoría personalizada. La profesora inicial debe
hablar con su estudiante, preguntarle cómo se siente, como está y que
después le deje estos procedimientos. Me parece que es la mejor
combinatoria”, dice el especialista, quien se mostró preocupado por interrumpir
el proceso de aprendizaje en los más pequeños por la pandemia.

Recomendaciones

Neira propone a los padres en estos días de cuarentena que establezcan con
sus hijos horarios claros, que respeten sus tiempos y que logren niveles de
concentración que les ayude a alcanzar sus objetivos de aprendizaje.

También plantea que los padres aprovechen las situaciones del día a día para
tener discusiones con los niños y adolescentes. Por ejemplo, dice,
las caravanas de personas que buscan regresar a sus regiones de origen.

“Entonces es una oportunidad para sentarte con tu niño o adolescente, no


importa el nivel lo que hay que graduar es la complejidad de la conversación, y
preguntarles: ‘¿Qué ves? ¿Cuál es el problema que están enfrentando? ¿Por
qué crees que está pasando lo que está pasando? ¿Qué soluciones podrías
plantear? Vamos a escribir al respecto’. Solo con ese ejercicio estás obligando
a que el estudiante haga lo que los seres humanos hacemos: enfrentarse a
problemas, tratar de entenderlos, buscar información y plantear soluciones y
después ponerlo en práctica”, dice.

Todavía queda la incertidumbre de cuándo los estudiantes retornaran a las


clases presenciales. En ese contexto, las clases virtuales se han vuelto una
salida rápida en esta emergencia sanitaria, cuyos primeros pasos los
estudiantes están experimentando poco a poco.

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