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Enunciado:

Dibujar la pirámide de población de Catalunya, 1940, y comentar el resultado, a


partir de los siguientes datos:

Solución:

El primer paso es convertir las frecuencias en porcentajes respecto al total. En


otras palabras, a partir de la distribución en números absolutos vamos a obtener
la estructura. En este sitio tienes también una entrada sobre el concepto de
“estructura” en demografía.
Por tanto, para saber cuál es el número total de habitantes, hay que sumar todos,
de ambos sexos y de todas las edades, con lo que se obtiene 2.889.966;

A continuación se calcula la tabla completa de porcentajes, dividiendo el número


de cada sexo y edad por el total de la población (p.Ej. los hombres de 0-4 años
son 86.169/ 2.889.966= 3,0%):

(Nótese que se divide cada valor por el total de la población, no por el total de su sexo. De
esta segunda manera, si se dividiese únicamente por el total de cada columna (es un error
muy frecuente hacerlo así), las dos partes de la pirámide, la derecha y la izquierda,
tendrían la misma superficie y no resultaría visible el mayor peso femenino: fíjate que las
mujeres no son el 50%, sino el 53,2% del total)
Una vez calculados los porcentajes, en caso de que los intervalos de edad
tuviesen la misma amplitud, ya podría dibujarse un gráfico de barras, situando a la

hizquierda los hombres y a la derecha


las mujeres.
Las proporciones del gráfico deben ser aproximadas a 2 x 3 (alto x ancho)

Sin embargo, en este caso, los intervalos son diferentes, y puede incurrirse en un
grave error si el gráfico construido adopta la forma de la derecha. En los 40-59 hay
20 edades simples, mientras que en los 60-64 años sólo hay cinco, de manera que
la impresión visual sólo refleja la mayor o menor agregación de edades.

Por tanto, para una correcta representación gráfica de los datos, primero debe
reconstruirse la tabla de porcentajes, distribuyéndolos en intervalos de edad
iguales.

Como en este caso el intervalo menor es de cinco años, ése es el intervalo que
conviene utilizar. La tabla reconstruida, y la pirámide resultante, adoptan la
siguiente forma:

Ahora sí, la forma de la pirámide cumple su función informativa. Resulta visible la


disminución de la natalidad provocada por la recién acabada guerra civil, así como
la inusual relación de masculinidad en las edades jóvenes y adultas, producto de
la sobremortalidad masculina provocada por la propia guerra.

No obstante, aún existe una incorrección en la gráfica, provocada por el grupo


abierto “65 i más”: su peso se ha representado en un intervalo de cinco años. El
resultado es el típico “gorro” de las pirámides, el error gráfico más común en
estudios y publicaciones.

En este caso la solución pertenece más a la “cocina” demográfica que a un


método estadístico riguroso. Consiste en redistribuir el peso de dicho grupo en
varios intervalos adicionales, haciendo que la forma de la pirámide resulte
coherente. Es únicamente el sentido común el que guiará dicha redistribución,
aunque la práctica y el conocimiento de la población representada son una buena
ayuda.

En este caso, para que la pirámide tenga este aspecto aceptable, se han repartido
los porcentajes de 65 y más de la siguiente manera (arbitraria, pero de buen
resultado en el gráfico):

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