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Jaime Lerner

ACUPUNTURA URBANA

EDITORA RECORD
RIO DE JANEIRO – SAO PAULO
2003
INDICE

1
Introducción 4
Los coreanos en Nueva York 6
El Bello Cine Nuevo 7
La recuperación de un río 8
La ciudad prohibida 9
Cali 10
No hacer nada, urgentemente 10
Around the clock o La ciudad 24 horas
11
Gentileza urbana
12
Acupuntura para la música
15
Continuidad es vida 16
Los sonidos, los colores y los aromas de la calle
17
Un buen reciclaje 18
Gente en la calle
19
Smart car, smart bus
21
Compromiso de solidaridad
22
Usted conoce la ciudad donde vive?
O Diseñe su ciudad 23
Instrucciones para hacer una acupuntura urbana
25
Ocio creativo x mediocridad laboriosa
26
Auto-estima, una buena acupuntura
27
Luz es buena acupuntura
28
Aguapuntura 29
La tarjeta de movilidad 31
Eco clock 32
Forestación
32

2
Memoria producida 33
De parques, plazas y monumentos 34
La guía de una página
37
Colesterol urbano 37
Edificios con dignidad
38
Acupuntura del silencio 39
Ramblas y galerías 41
Puntada rápida no duele 42
Trompe l´oeil 44
Carta a Fellini 45
Como encontrar una persona en una ciudad
46
La presencia de un genio 48
Mercados y ferias 49
Una barra de bar
51
Amor a la ciudad
54

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Introducción

Siempre tuve la ilusión y la esperanza de que, con un


pinchazo de aguja, seria posible curar enfermedades. El
principio de recuperar la energía de un punto enfermo o
cansado por medio de un simple toque que tiene que ver con
la revitalización de este punto y del área a su alrededor.
Creo que algunas “magias” de medicina pueden, o
deben, ser aplicadas a las ciudades, porque muchas de estas
están enfermas, algunas casi en estado terminal. Así como la
medicina necesita de la interacción entre médico y paciente,
en urbanismo también es preciso hacer reaccionar a la
ciudad. Pinchar un área de tal manera que ella pueda ayudar
a curar, mejorar, crear reacciones positivas y en cadena. Es
indispensable intervenir para revitalizar, hacer un organismo
trabajar de otra manera.
Muchas veces me pregunto a mi mismo por que
determinadas ciudades consiguen hacer transformaciones
importantes y positivas. Encuentro innumerables y variadas
respuestas, pero una de ellas me parece común a todas estas
ciudades innovadoras: porque en ellas se propició un
comienzo, un despertar. Es lo que hace que una ciudad
reaccione.
Sabemos que el planeamiento es un proceso. Por mas
bueno que sea, no consigue generar transformaciones

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inmediatas. Casi siempre es una chispa que inicia una acción
y la consecuente propagación de esta acción. Es lo que llamo
una buena acupuntura. Una verdadera acupuntura urbana.
Que se podría clasificar como ejemplos de una buena
acupuntura urbana? El reciclaje de Cannery, en San Francisco.
El Parque Güell, en Barcelona. Algunas veces, es una obra que
propicia un cambio cultural, como fue el caso del Centro
Pompidou, en Paris, el Museo de Bilbao, de Frank Gehry, o
también la restauración del Grand Central Station, en Nueva
York.
Otras veces, la acupuntura urbana viene por medio de un
toque de genialidad, como la pirámide del Louvre, la
recuperación de Puerto Madero, en Buenos Aires, y el
conjunto de Pampulla, de Oscar Niemeyer, en Bello Horizonte.
Cosas pequeñas, como el Paley Park, en Nueva York. U obras
grandes, como las del Instituto del Mundo Árabe, de Jean
Nouvel, en París, y el Museo del Holocausto, de Libeskind, en
Berlín.
En algunos casos, las intervenciones se dan más por
necesidad que por deseo, para sanar heridas que el propio
hombre produjo en la naturaleza, como las canteras. Con el
tiempo, estas heridas crearan otro paisaje. El
aprovechamiento de estos paisajes y de las correcciones de lo
que el hombre había hecho mal es acupuntura de excelentes
resultados. Un ejemplo claro, óptimo, es la Ópera de Arame,
en Curitiba. O también el haber desechado el freeway de San
Francisco.
Además, los sistemas de transporte generan buenas
acupunturas urbanas para el mundo. Ellas están presentes en
las bellas entradas de las antiguas estaciones del metro de
París, en las estaciones de Norman Foster, en Bilbao, y en los
canales del Sistema Expreso, en Curitiba.

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Los coreanos en Nueva
York.

No siempre la acupuntura urbana se traduce en obras.


En algunos casos, es la introducción de una nueva costumbre,
un nuevo hábito, que crea condiciones positivas para la
transformación. Muchas veces una intervención humana, sin
planeamiento o sin realización de una obra material, acaba
convirtiéndose en una acupuntura.
Acostumbro decir que Nueva York debería levantar un
monumento al coreano desconocido. Los integrantes de este
pueblo prestan un servicio extraordinario a las ciudades con
sus grocery stores, sus deli stores, abiertas las 24 horas. Estas
tiendas garantizan no solo el abastecimiento, sino también
llevan animación a cualquier rincón de la ciudad. Tiene gente,
luz, las personas se encuentran cuando van a hacer sus
pequeñas compras. Todo eso genera más seguridad para la
comunidad.
Además de eso, funcionando ininterrumpidamente, las
tiendas establecen una referencia importante en la ciudad.
Por eso, esos coreanos desconocidos y sus pequeños
comercios ayudan a hacer una buena acupuntura urbana en

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Nueva York. Mejor que cualquier programa de animación
cultural podría hacer.
Muchos de estos puestos hoy presentes en Nueva York
recuerdan lo que representaba para París el mercado de Les
Halles de madrugada. Durante décadas el fue el corazón de la
ciudad, haciendo palpitar la vida de varias generaciones. Hoy
recuerdan los mercados que funcionan la noche entera en
varias ciudades del mundo. También en París, en la esquina
de las calles Seine y Bucci, una pequeña feria es una tradición
que el tiempo no apaga.
Ejemplos orientales tampoco faltan, como el mercado de
pescados de Tokio y su comienzo de actividad mucho antes
de que amanezca. Son momentos sucediendo en la venta de
polvos inmensos, arráez gigantes, una reunión de personas
empolvadas y entregadas a la tarea de hacer suceder el día
que se aproxima.
También acostumbro decir que toda esa gente que
trabaja de madrugada forma un equipo de vigilantes de una
ciudad que no puede parar de respirar. Ellos constituyen una
verdadera Unidad de Terapia Intensiva de la ciudad.

El Bello Cine Nuevo.

Es fundamental que una buena acupuntura urbana


promueva la conservación o el rescate de la identidad cultural
de una localidad o comunidad. Muchas ciudades hoy
necesitan de una acupuntura porque dejaron de cuidar su
identidad cultural. Un triste ejemplo de eso es el
desaparecimiento de los cines municipales.
En el pasado, los cines representaban para las personas
un espacio mágico de fantasía, de música, de utopía, de
realidad, de sueño, de esperanza. Y fueron también un punto
de encuentro fundamental para la ciudad.
Los cines influenciaron generaciones enteras, no solo en
el aspecto cultural. Eran lugares en donde las personas se
encontraban, discutían, se divertían y, frecuentemente,
llevaban esas discusiones a otros puntos de la ciudad. El cine
difundió la moda, la literatura, la danza, la música, la historia.

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Nada supera al cine en la posibilidad de registrar épocas
importantes de cada nación.
Esas salas de cine contarán y harán historia. Pero, en
gran parte de las ciudades del mundo, ellas están
desapareciendo. El bello cine de cada ciudad viene siendo
adaptado para otras actividades, dando lugar a
supermercados, templos etc. En muchas localidades, el cine
tradicional fue sustituido por las salas de los shopping
centers, pero esto es otra historia.
La memoria de la ciudad es nuestro bello retrato de
familia. Así como no se rompe un bello retrato de familia, y el
bello cine forma parte de este retrato de familia, no se puede
perder un punto de referencia tan importante para nuestra
identidad.
En el estado de Paraná, comenzamos a recuperar los
bellos cines municipales. Buscamos dotarlos de los mas
modernos equipamientos para tener condiciones de crear
circuitos de cine nacional y de cine de arte, muchas veces
relegados de las redes de cines de los shoppings. En verdad,
el Bello Cine Nuevo es un programa que refuerza nuestra
identidad cultural. Es una acupuntura urbana que intenta
curar-nos de la pérdida de memoria y de nuestra identidad.

La recuperación de un
río.

Mi llegada a Seul, la primera vez, parecía no ofrecer


sorpresas. Una antigua ciudad asiática más, impulsada por
una impresionante vitalidad, creciendo vertiginosamente en
su modernidad. Tanto que no parecía retratar sus más de 800
años.
Una demostración más del rápido hacer, en sus
inmensas avenidas y freeways, llegando a un centro caótico
donde las personas tenían que atravesar pasajes
subterráneos, subiendo y bajando, para simplemente cruzar

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una calle. Los vehículos rodaban por un asfalto perfecto, casi
como si se deslizasen por una alfombra roja.
Así fueron construidas y destruidas muchas ciudades,
dando privilegio a los vehículos. Bellas ciudades, históricas,
con jardines y palacios magníficos en arquitectura, rodeados
por automóviles, nuestros dragones.
La primera sorpresa en Seul fueron los llamados para
refrendar una intención poco común en la mayoría de las
ciudades. La municipalidad pretendía reservar buena parte
del espacio para el “ómnibus de Curitiba”, creando en varias
regiones de la ciudad una red de transporte colectivo ya
bautizada como BRT (Bus Rapid Transit).
La sorpresa mayor: el gobierno de Seul quería eliminar
un sistema de vías elevadas en el centro de la ciudad y
recuperar un riacho, el Cheonggyecheon, que recibía las
aguas del deshielo de los montes. El riacho, imagínense, fue
enterrado décadas atrás para que no se viera la degradación
y la polución de este y su vecindad. Encima de el fueron
construidas las vías elevadas.
La intención ahora es hacer a la localidad volver a ser lo
que era, con la recuperación del río y la revitalización del área
a lo largo de este. El proyecto es caro (cuesta mucho corregir
una gran ignorancia), pero el entusiasmo del intendente y su
equipo era grande. La intención de ellos también era abrir
espacios para los peatonales (city friendly for people). Apenas
llegamos, nos mostraron los proyectos. Todos tienen una
lectura muy clara. El diseño de la ciudad está claro, los
montes, el río revitalizado. Quiere decir, la ciudad está en la
cabeza de ellos. No tienen dudas de que todos los proyectos
serán realizados.
En Seul también tuve el privilegio de conversar con una
de las personas mas conocidas de la ciudad, Young-Oak Kim,
un filósofo formado en Harvard que después dejó la
universidad para cursar medicina. Al volver, el profesor Kim
enseñó filosofía durante dos años en un programa super
popular en Corea del Sur. Es un hombre muy famoso, que
ahora decidió ser periodista de temas importantes. Nuestra
conversación es una celebración. Tanta coincidencia en los

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pensamientos y en la simplicidad, síntesis de la filosofía
oriental.
El me hizo un diseño de ciudad. Y lo que me impresiona
mas: el lee la ciudad, el significado de cada región, de cada
localidad, de cada nombre, de manera mucho mas simple y
concisa. Ah, si las ciudades tuviesen menos vendedores de
complejidades y mas filósofos!

La ciudad
prohibida.

La historia nos cuenta que Pekín es una de las ciudades


más antiguas del mundo. A principios del siglo XV, fue
transformada en dos ciudades, separadas por muros. La
ciudad interior abrigaba a la antigua Ciudad Imperial, cercada
por un muro de diez kilómetros. Era la “Ciudad Prohibida”,
donde las zanjas definían los palacios de los emperadores. El
ultimo de ellos, Pu-Yi, fue derrocado en 1911 y expulsado de
la ciudad en 1924.
Pero Pekín de hoy está descaracterizada. No se ve más el
mar de bicicletas que era parte del paisaje de antes. Y en
cada bicicleta había una persona o más. Era una ciudad de
personas.
Hoy, Pekín es un campamento mas de predios
modernísimos, rodeados de estructuras viárias enormes,
freeways y los antiguos conceptos de anillos, radios etc. En la
“rosca” formada por el segundo y tercero anillo, un CBD
(Center Business District). Es una ciudad carretera.
Junto a la “Ciudad Prohibida” y a sus áreas más
próximas, aparece la textura de trechos pequeños de la vieja
ciudad. Una ciudad que hoy solo se reconoce en las películas
o en los libros.
Pekín necesita de una acupuntura para volver al lugar de
distinción que merece en el mundo. Menos carreteras, más
ciudad, más gente, más bicicletas. Tal vez esta sea la
acupuntura necesaria. Traer de vuelta el ómnibus y la calle.
Marcar el paisaje con sus estaciones. Tal vez sea otra la

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acupuntura necesaria. Que audacia! Querer hacer acupuntura
a los chinos!

Cali.

Una brisa con hora marcada. De noche, la plaza que vos


ves. La ciudad es segura, tranquila, matrimonios enamorados
y niños corriendo por los paseos. En algunos lugares vos ves
el alma de la ciudad. La parte antigua, los colores, las calles
animadas por un son distante de una salsa.
Lastima que un poco de la identidad de la ciudad se haya
perdido con las grandes avenidas, un súper dimensionamiento
exagerado. Para atravesarlas, hay que ir subiendo y bajando
por las pasarelas.
De repente, un shopping center antiguo, no cerrado, con
vegetación interna, un gran parque, el son de alguien tocando
en vivo, sin equipamiento electrónico. Nada de sonidos
estridentes molestando a las personas.
Mucho calor, pero, a las cuatro y media, cinco de la
tarde, una agradable brisa se apodera de la ciudad. Son los
dioses soplando. Por fin.
Pero la buena arquitectura es una casa que visité. El
arquitecto Benjamín Barney proyectó una casa con un poco
mas de 6 metros de largo y con patio. Además, la casa es una
patio con varias terrazas.
Tal ves en esa ciudad la buena acupuntura sea hacer
mas cosas pequeñas. Acentuar el río, que es una belleza, y
dejar la brisa soplar. Volverse a ese divino soplo como para un
sol de atardecer en una playa carioca.
Chévere!

No hacer nada,
urgentemente.

En mi primera gestión como intendente de Curitiba, en


una de las primeras decisiones que tuve que tomar, recibí una
nota de una asociación de pobladores que contenía un pedido

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muy extraño. La solicitud era para que la municipalidad no
hiciese nada en esa vecindad.
Ordené al Secretario de Obras que verificase esta
situación. Descubrimos que el pedido, a pesar de insólito,
tenía un origen lógico. La municipalidad estaba realizando
obras en la región – corrección de perfiles en calles no
pavimentadas – y el recelo de los pobladores era de que las
máquinas terminen cubriendo con tierra un pequeño estanque
de agua.
Mi resolución del asunto fue breve, pero decisivo: “a la
Secretaría de Obras, no hacer nada, urgentemente”. Algunas
veces, en la vida de una ciudad amenazada por decisiones
que pueden perjudicarla, es necesario no hacer nada,
urgentemente.
Treinta y dos años después, en Lisboa, tomo un auto
para dar una vuelta, y la primera persona que veo en la
ciudad es Alvaro Siza Vieira, arquitecto respetadísimo y
solicitado en el mundo entero. Sería como salir por primera
vez por Río de Janeiro y encontrar a Oscar Niemeyer. Y ahí
estaba Siza Vieira, tranquilo, inspeccionando una obra. Genios
aparecen, muchas veces, sin la lámpara mágica.
Veo las colinas, lindas colinas, es el Tejo. En los diarios,
noticias sobre nuevos proyectos para Lisboa. Túneles,
viaductos, la Expo 98 dejó contribuciones, pero era un área
decadente que fue renovada.
En la Lisboa de la avenida de la Libertad, de Rocio, de las
Colinas, talvez la mejor acupuntura sea no hacer nada,
urgentemente.
PD.: Que tal una pequeña osadía: pintar el elevador de
Santa Justa con el color del ladrillo?

Around the clock o La Ciudad 24


horas.

En Zócalo, centro histórico de la ciudad de Méjico, al final


de la tarde, comienzo a sentir miedo de desaparecer en la
multitud. Una inundación de gente. La mayoría son
vendedores ambulantes, que procuran garantizar su día a día,

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en una subsistencia difícil. La pregunta que se hace en esas
megaciudades es como conciliar el sector formal con el
informal. Las respuestas hasta ahora son infructíferas e
injustas.
Entonces, porque no promover la convivencia entre el
sector formal de comercio establecido con el informal? La idea
que se me ocurre es de establecer un acuerdo de horarios.
Los ambulantes podrían iniciar sus actividades después
de las seis de la tarde, trayendo más vida a la ciudad después
del horario comercial tradicional. Y traerían también más
seguridad a su alrededor. Un sector ayudaría al otro, pues
ambos mantendrían el comercio local siempre a todo vapor.
Al final, el comercio ambulante, en sus varias
modalidades, es una institución tan antigua como la ciudad.
Miren las ferias libres, por ejemplo. Durante determinado
horario, en una determinada región, la feria libre se habilita
más temprano que el comercio normal, después toda su
estructura es retirada rápidamente. Eso funciona tan bien!
Una estructura móvil que viene temprano y se va. Algunas
ciudades, como Shangai, Honk Kong y Curitiba, tienen ferias
nocturnas. Son puntos de encuentro muy agradables, en una
hora mas relajada.
Aquí la acupuntura se da con el movimiento del reloj.

Gentileza
urbana.

Hace algunos años, un grupo de gente muy buena de


Bello Horizonte, entre ellas mi viejo amigo Valério Fabris
consiguió imponer respeto entre las personas con actitudes
que estimulaban el amor por su ciudad. Cada gesto en este
sentido es una gentileza urbana.
Desde entonces, surgirían periódicamente acciones e
ideas creativas que reflejen la conciencia de las personas de
que la gentileza urbana es indispensable en la vida de la
ciudad.
Ya es famosa la historia de la vaquita de la calle
Leopoldina, una escultura en el medio de paseo público que

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fue adoptada por los pobladores de Bello Horizonte. Hace
algún tiempo ella fue atacada por inadaptados y casi
destruida. Un ciudadano atravesó la ciudad con un balde de
arena y cemento y la re hizo. Cada tanto la vaquita aparece
con cara nueva, con colores nuevos, contribución del pueblo
que de ella tanto gusta.
En el barrio san Geraldo, una ama de casa armó un
pesebre en la sala. Ella no cierra su puerta y recibe con
simpatía a quien quiera conocer su pesebre. En otro barrio de
Bello Horizonte, el equipo de recogedores de basura trabaja
siempre cantando. Así la capital minera fue ganando la
tradición de la gentileza urbana.
Existen personas que realizan su actividad con placer o
que canalizan hacia la ciudad su alegría.
Oscar Niemeyer, al colocar sus esculturas en la arena de
la playa Leme, hizo una gran gentileza urbana.
En Curitiba, un dentista, al terminar su jornada de
trabajo, va a la ventana y hace sonar un silbato.
En Puerto Alegre, una emisora de radio tiene una cabina
en la calle de la playa. Las entrevistas son acompañadas por
el pueblo. La invitación de expresar tus ideas en la cabina es
una verdadera gentileza urbana.
Cuando yo trabajaba en Río de Janeiro, había en el
equipo un buen designer. Un día, que jamás olvidaré, llegó a
la oficina vestido de payaso. Se sentó frente a la mesa de
dibujo y trabajó el día entero silenciosamente, como siempre
hacía. Al final de la jornada, nos contó que a partir de ese día
no iría mas a trabajar porque decidió hacer lo que siempre
soñó: ser payaso de circo. Había estado haciendo un curso sin
contarle a nadie. En ese momento, recibió sus primeros
aplausos.
Hace algunos años, fui a oír al trío de Hélcio Milito, un
genio del bossa nova. Como se abran dado cuenta, eso fue
hace mucho tiempo. Pero no me olvido un gesto de verdadera
gentileza urbana. Después del show, el dueño del bar, al ver
que estaba teniendo dificultades para conseguir un taxi a esas
horas, me llevo en su auto hasta la puerta de mi hotel.
En Maripá, una pequeña ciudad al oeste de Paraná, la
municipalidad plantó orquídeas en las calles. La flor es tan

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bonita que la población devolvió la gentileza del gobierno con
otra gentileza urbana: nadie toca las orquídeas.
En Roma, hay otra bella historia de gentileza urbana, que
me contó Domenico de Masi, un gran y querido amigo. Todos
los viernes, un grupo de habitantes de un edificio de la ciudad
organiza una exposición de un cuadro de un pintor en el
ascensor del edificio. Vos subís y vas admirando la obra. Pero
la gentileza no termina ahí: vas bajando las escaleras y
tocando el timbre de los departamentos. Cada habitante y su
familia hablan del cuadro, cuentan historias del artista y
ofrecen café. Cada semana un cuadro nuevo, con un artista
diferente. esa gentileza urbana es realmente muy bonita.
En Salvador, Carlitos Brown mantiene un escuela de
música en una favela. Los sábados, el organiza verdaderos
conciertos en el local. Una empresa graba un CD del show y
las ganancias de las ventas van para los pobladores.
Mi yerno Bas me contó la historia de los “jardines
flotantes de los limpiadores de ventanas de edificios” en
Nueva York. En las plataformas usadas para la limpieza de
vidrios, un arquitecto tuvo la idea de colocar cajas de plantas
y flores, que así quedarían “estacionadas”, convirtiéndose en
jardines flotantes frente a los departamentos. Una gentileza
increíble.
En los pasados 80, la ciudad de Curitiba decoraba todos
los ómnibus en la época de Navidad. La decoración con
árboles de temas navideños, con las lucecitas, era una gran
gentileza para las personas que tenían que trabajar en el día
de Navidad. Con los ómnibus recorriendo la ciudad, la
gentileza también extendía la alegría de la Navidad a toda la
población.
Algunas veces la gentileza urbana se refleja en una
persona, como el ya fallecido publicista Sergio Mercer. La
muerte de Sergio Mercer fue un momento muy triste en la
vida de Curitiba. Hombre de excelente carácter, publicista
talentoso, dueño de un texto primoroso. Esos comentarios
sobre el eran comunes en toda Curitiba.
Mercer era un curitibano especial. El era la cara y el
pensamiento de la ciudad. Sabia todo sobre música, literatura,
era un gran crítico, y un amigo siempre leal. Aparte de todo,

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tenia otro don extraordinario: era un encarrilador de
conversaciones. Si la charla en el grupo se dirigía hacia un
asunto feo, Mercer corregía el rumbo, y la encarrilaba para un
tema mejor y mas agradable.
El tenia la manía de dirigir, hacer arreglos en cualquier
momento. Adoraba el tango y tenía un bandoneón imaginario.
Podías verlo “tocando”, hasta con la cinta de terciopelo en la
rodilla.
Toda la ciudad en el entierro, recordando la figura
querida. Un primo de el al encontrarme me entrego un CD,
con extractos de un cantante de tango, conseguido a duras
penas: “Tenía guardado para darle a Mercer pero, en su
ausencia, quería que vos, como uno de sus mejores amigos, la
tenga.”
Recordé que también había comprado una antología
sobre tango, que guardaba para dar a Mercer. Salí del
cementerio con un peso en el corazón.
Antes de volver a casa, pasé por el restaurante para
llevar algunas cosas, pues nadie tenia ganas de salir.
Encuentro a Monica Rischbieter con unos amigos, todos
tristes, pues también habían ido al entierro. Se me ocurrió
entonces, regalar a Monica el libro que pretendía dar a
Mercer.
También me vino la idea de lanzar el Día Nacional de
Mercer, en el que cada persona daría un regalo a un amigo. El
día es el 6 de marzo, fecha en que Curitiba perdió a este gran
amigo. Como ya no podríamos regalarle a Mercer, en su
homenaje es el día de regalar a los amigos.
Sería una gran gentileza urbana, algo que Mercer
siempre hizo por la ciudad.
El jugador Vampeta, de la selección brasileña, hizo un
acto de extrema gentileza con su ciudad, la pequeña Nazaré
das Farinhas, en Bahía. Cierta ves, el estaba en la ciudad y le
pidieron una ayuda de 20 reales porque el techo del cine se
estaba cayendo. Vampeta fue a ver el edificio, que estaba en
estado deplorable. Es un edificio histórico. El Cine Río Blanco
es uno de los más antiguos del país, de 1927. Vampeta
compró el cine y restauró el edificio. Dicen que la

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inauguración fue la mayor fiesta en la historia de Nazaré, con
la presencia de Ronaldinho y todo.
El cine no da ganancias. Vampeta paga a los empleados
de su propio bolsillo. Además de las sesiones de cine, el local
ofrece cursos de teatro y arte para más de 80 niños de las
favelas. A Vampeta ni le gusta el cine, pero no dudó en hacer
una gentileza urbana a los pobladores de su ciudad natal.

Acupuntura para la
música.

En Antonina, ciudad litoral de Paraná, existe un plato


típico que es cocinado en una olla de barro sellada con
“pirao”. Es una delicia llamada “barreado”.
En su versión más tradicional, el destape de la olla es
anunciada con fuegos artificiales. Pero lo que hace que el
momento sea aún más bonito es el himno de Antonina,
cantado a la hora de retirar la tapa de la olla.
Cada ciudad tiene su gesto, y su música. Algunas
ciudades tienen más de una música, que inmediatamente nos
proyectan al paisaje local. “Copacabana”, “Corcovado”,
“Garota de Ipanema”, “Ciudad Maravillosa”.
Roma, Chicago, Nueva York, San Francisco, todas estas
ciudades tienen músicas que se tornaron universales porque
las celebraban. Al oírlas, haces inmediatamente la lectura de
la ciudad.
Cuando se habla del tango o de Carlos Gardel,
inmediatamente nos recordamos de Buenos Aires. Podes
hasta asistir a un bello espectáculo de tango en cualquier
lugar, pues compañías de mucha calidad hacen giras por el
mundo, pero nada se compara a un tango en Buenos Aires.
Estés donde estés, el tango siempre acarreará la sangre
porteña.
La samba es una de las marcas de la cultura de Río. Y
tenemos buenos sambistas por todo el país. Pero, cuando
llega el Carnaval, el lugar de la samba es la avenida. En eso
Río de Janeiro es invencible, porque produce en la avenida la
mayor ópera del mundo, con más de 80 mil protagonistas.

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Cuando una música o un ritmo asume la identidad de
una ciudad, o de un país, puede crear una buena acupuntura
urbana. Ella puede ser constatada en lo cotidiano, como el
sonido de cajas de fósforos en las cantinas de la esquina
carioca, la percusión en las calles de Bahía, o el hip hop de los
parlantes gigantes acarreados por los african-americans en
las calles de Estados Unidos.
Hay canciones que son verdadera acupuntura. Algunas
de ellas pasarán a ser tatuajes: Gilberto Gil, Caetano Veloso,
Milton Nascimento, Dorival Caymmi y Vinicius darán color a
las ciudades y nos impregnarán para siempre.
Es difícil imaginar a Bahía sin Caymmi, Joao Gilberto, Gil
y Caetano: es difícil sentir Minas sin la música de Milton
Nascimento.
Es también difícil captar a Brasil sin Villa-Lobos o Ary
Barroso.
Hay canciones que, cuando hablan de una ciudad,
parecen diseñar la ciudad para vos. La música hace surgir una
fotografía de la ciudad en tu mente.
Pero fue de Antonio Carlos Jobim la melodía que hizo a la
ciudad parecer mejor. Y si parece mejor, resulta mejor.

Continuidad es
vida.

Muchos de los grandes problema urbanos ocurren por


falta de continuidad. El vacío de una región sin actividad o sin
vida se puede sumar a los vacíos de los terrenos baldíos.
Rellenarlos sería una buena acupuntura.
Es importante también incluir la función que falta a
determinada región. Si solo existe actividad económica y
falta gente, es esencial incentivar la población. Si lo que
ocurre es la falta de actividad, lo importante es incentivar los
servicios.
Si un terreno está vacío, es importante traer alguna cosa
para ese espacio. Hace algunos años, al sentir la desaparición
de algunos cafes, que eran verdaderos puntos de encuentro,

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instalamos en el área de peatonales de Curitiba un café
provisorio.
Un terreno, cuando está vacío, tienen que ser rellenados
inmediatamente, preferentemente con alguna actividad de
animación. Defiendo hasta la posibilidad de que se instalen
estructuras provisorias para consolidar algunas actividades
hasta que surjan nuevos proyectos. Es la acupuntura de
nuevas estructuras a través de instalaciones de estructuras
portátiles, que puedan ser colocadas en el local hasta para
garantizar vida, revitalizar una región, generando la función
urbana que estaba faltando.
Si falta actividad, si falta entretenimiento durante la
noche, traiga una estructura de entretenimiento. Si, por otro
lado, estaba faltando población, se deben traer poblaciones.
Pero todo eso rápidamente, casi instantáneamente.
La mezcla de funciones es importante. Y la continuidad
del proceso es fundamental. Continuidad es vida.

Los sonidos, los colores y los aromas de


la calle.

El vendedor ambulante muchas veces es cazado por los


fiscales burocráticos. Es una pena, pues el es nada más que
un comerciante, algunas veces, reconozco, actuando de forma
ilegal. Pero el debe ser visto con ojos más generosos, dada la
amplitud de su actuación.
En verdad, el vendedor de hot dog en Nueva York, de
agua de coco en el Noreste, las vendedoras de “acarajé” en
Bahía, el hombre que grita “mate, mate!” en las playas de
Río, las vendedoras de frutas en el Caribe, con sus vasijas en
la cabeza, todos tienen un componente de identidad muy
fuerte. Ellos aumentan el sonido, el aroma, el color, y eso
hace que nuestra identidad se sustente.
Durante años viví frente a una fábrica de galletas en el
barrio Cabral, en Curitiba. Cada día de la semana era
producido un tipo de galleta. Los jueves, por ejemplo, era día
de la galleta de coco, y la región entera sentía aquel
agradable aroma.

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La fábrica ya cerró, pero todos los jueves todavía siento
el aroma de la galleta de coco. En la parte sur de la ciudad,
todo el mundo sentía el aroma del Mate León siendo
fabricado. Muchos tienen historias semejantes de sus
ciudades.
El afilador de cuchillos, el vendedor de frutas, los
servicios anunciados y prestados a domicilio, el grito de los
titulares de los diarieros, algunos de esos sonidos tal vez
hayan desaparecido de las ciudades.
Nuevas señales surgen. El hombre-sándwich de San
Paulo y de otras ciudades terminaron transformándose en un
gran site en que las oportunidades son comunicadas. Pero el
sonido, el color y el aroma de las ferias y de los ambulantes
no pueden desaparecer.
Terrible es una ciudad que no huela ni hieda.

Un buen
reciclaje.

Cada ciudad tiene su historia, sus puntos de referencia.


No me refiero solamente a aquellas construcciones que son
clasificadas como marcas importantes del patrimonio histórico
de la Nación. Me refiero, principalmente, a los edificios que
pertenecen a la memoria de la ciudad y que son puntos
fundamentales de la identidad, del sentimiento de pertenecer
a una ciudad. Sea una determinada fábrica, un punto del
antiguo tranvía o uno de aquellos puestos de venta que tenían
todo ingenuamente expuesto.
Pero como ya no es más posible recuperar esas áreas y
revivir esas antiguas actividades, tenemos que encontrar
nuevos usos, nuevas actividades que traigan vida. No hay
nada que agrade más a una vecindad, y hasta a una
población entera, que el reaprovechamiento de esos espacios.
San Francisco, en los Estados Unidos, hizo una de los
primeros reciclajes urbanos importantes, transformando en
puntos de animación una antigua fábrica de chocolate, la
Ghirardelli, y una fábrica de enlatados, la Del Monte, que se
convirtió en The Cannery. Las dos fueron recicladas al final de

20
los años 60 y se convirtieron en atracciones del tradicional
Fisherman´s Wharf.
A partir de los años 70, los reciclajes comenzaron a
aparecer en el mundo entero con proyectos brillantes, como
el teatro de Sesc en San Paulo, y otros en Europa,
principalmente las estaciones de tren en Londres.
En 1971, Curitiba transformó un antiguo pañol de pólvora
en un pequeño teatro – el Teatro Pañol. Luego, una antigua
fábrica de cola se convirtió en un Centro de Creatividad.
También merecen ser citados el Puerto Madero, en
Buenos Aires, y parte de la estación de Julio Prestes, en San
Paulo, transformada en una magnífica sala de conciertos.
Buenos y malos ejemplos aparecieron. El mas importante
fue el resultado conseguido con la revitalización de edificios
antes abandonados que ganaron, en la mayoría de las veces,
importantes equipamientos culturales. Fueron óptimas
acupunturas.
Pero recientemente, verdaderas heridas hechas por el
hombre en el paisaje, como canteras y exploraciones de
cuevas de arena, acabaron convirtiéndose en parques,
teatros. Pero una ves Curitiba innovó, con la Ópera de Arame,
la Cantera Paulo Leminski (espacio para shows y
representaciones al aire libre con capacidad para más de 80
mil personas) y sucesivos parques que retratan la
contribución de varias etnias a la vida de la ciudad.
Así mismo el valle del río Iguazú, con sus cuevas, que
terminaron ahorrando al estado entero un desastre ambiental.
Cuando hubo derramamiento de aceite en el río Iguazú, fue a
través de esas cuevas que se fue represando el aceite. No en
la primera, ni en la segunda, pero en la décima cueva de
arena el derramamiento fue estancado y, a partir de ahí, fue
realizado un intenso trabajo de limpieza. Pero es el rediseño
de estas cuevas, que fueron transformadas en filtros, lo que
está limpiando el río. Y que eran esas cuevas? Una herida que
el hombre hizo en el paisaje.
Pero fue una herida transformada en solución. Los
nuevos diseños de esas cuevas están devolviendo vida al río
Iguazú.

21
Gente en la
calle.

Algunas veces, me quedo observando como una gota de


helado va juntando las hormigas. O como, en un bar o
almacén de un barrio bien pobre, la luz y la animación atraen
a las personas. Pero son principalmente las personas quienes
atraen a las personas. El hombre es actor y espectador de ese
espectáculo diario que es la ciudad.
Una buena acupuntura es ayudar a atraer gente a la
calle, crear puntos de encuentro y, principalmente, hacer que
cada función urbana catalice bien el encuentro entre las
personas. Una terminal de transporte, por ejemplo, no
necesita parecerse a una estación de ruta. El también puede
ser un buen punto de encuentro.
En Estrasburgo, en Francia, los diseños de las terminales
y de tranvías (TRAM) crean puntos de encuentro
agradabilísimos. En Seúl, vi una estación de metro que tenia
recreación infantil en una de sus áreas de circulación,
inclusive con un pequeño planetario. En Curitiba, terminales
con capacidad para 500/800 mil pasajeros/día son plazas
agradables.
Cuanto más se entienda la ciudad como integración de
funciones, de renta, de edades, mas encuentro, más vida ella
tendrá. El diseño del espacio público es importante. La Place
de la Bourse, en Lyon, la Plaza del Sol, en Barcelona, el
Gammeltorv, en Copenhague, el Tsukuba Centre Square, en
Japón, y el Pioneer Courthouse Square, en Pórtland, son
magníficos ejemplos de cómo crear buenos espacios públicos
y al mismo tiempo generar una transformación positiva en la
ciudad.
Para el estudiante en la calle también es fundamental. En
muchos lugares, el estudiante es excluido del espacio en la
ciudad, limitado a estructuras que por convención se los llama
campus universitario. A veces, el espacio es tan vacío que es
un verdadero “matorral” universitario. Luego el, el estudiante,
necesita convivir más con la ciudad para tener una visión más
generosa de la sociedad. Sino, el va a recibir gotas de
información de una sociedad con la cual poco convive. Se

22
imaginan una Sorbonne fuera de París, o Columbia fuera de
Nueva York, o Berkeley separada de la ciudad? O la
Universidad de Heidelberg, la Facultad de Derecho de San
Paulo, lejos de la malla urbana?
Así como las estructuras centralizadas de algunos
campus, es posible traer sectores dentro de la ciudad,
principalmente los relacionados a seminarios, actividades
culturales etc. O entonces llevar la ciudad al campus.

Smart car,
smart bus.

Muchas son la discusiones sobre el transporte del futuro.


La discusión mayor es centrada en el automóvil del futuro, y
las exposiciones de automóviles son cada vez más avanzadas.
Vi, hace unos tres años, una exposición de MoMA que trataba
de explorar el aspecto de la tecnología y del diseño del auto
del futuro.
Pero el verdadero smart car todavía no apareció. Cuando
es avanzado en su diseño no es avanzado en “engine”. Y los
autos que tienen un motor evolucionado, híbrido en relación a
varias posibilidades de energía, no son avanzados en el
“design”. Es más, los que son adecuados a la ciudad,
menores, con baja velocidad, no lo son en relación a la
carretera. Ahora, si hay necesidad de dos autos, porque no
pensar en un dos en uno, auto+bike, algo como un auto de
carretera que tenga un auto urbano en el porta equipajes.
El smart bus ya existe, es aquel que tiene algunas
condiciones esenciales. Carril exclusivo (no necesariamente
pintado, pero si un espacio propio) y frecuencia máxima en la
operación. Embarque y desembarque en la misma parada,
con pago de pasaje antes de entrar al ómnibus y líneas
directas intercaladas.
No tengo dudas de que el transporte del futuro es el de
superficie. Mas rápido de implantar, costo hasta de 100 veces
menor por kilómetro, y que puede ser perfectamente
integrado a las líneas de metro existentes. El camino es dar al

23
ómnibus la misma performance que un metro, o sea,
“metronizar la superficie”.
La smart bike también ya la tenemos. Es la que no se
mezcla con el tráfico normal, ni molesta en la vereda. Es la
bicicleta en su propio camino, a lo largo de los ríos, canales,
trazados ferroviarios. Pero será posible utilizar una smart bike
como paraguas: abrirla y usarla cuando sea necesario.
El smart taxi es lo que menos concuerda con el ómnibus
o el metro. El es el que da más alternativas al ciudadano. Eso
significa que el no podría competir con los otros medios de
transporte. El smart taxi es lo que alimenta al transporte
público, entregando al pasajero en el punto del sistema más
próximo, evitando la necesidad de mismo espacio y del mismo
itinerario. Para ser alimentado, el tendrá que participar de
tarifa integrada. Quien diría, el taxi como socio del transporte
público.
El smart peatón es el que puede utilizar todo, inclusive
los estacionamientos de automóviles, utilizando para eso una
tarjeta de movilidad. El peatón smart va a exigir, como
consumidor, equipamientos, tiendas y servicios que también
estén a su disposición para su comodidad. Pero tendrán que
ser smart shops, smart movie theatres.
Y el smart reader es el que no deja de lado este libro.

Compromiso de
solidaridad.

Se puede hacer una buena acupuntura urbana con un


profundo compromiso de solidaridad? Hace décadas
convivimos con las consecuencias de injustas desigualdades
sociales, que acaban marginando parte de la población de
bajo nivel económico en las ciudades. El papeleo producido
por diagnóstico, seminarios y simposios sobre ese problema
alcanzaría para cubrir buena parte de las favelas del mundo.
En general, la población marginada vive en montes y
fondos de valles. Fue la salida que encontraron para la falta
de alternativas. Cómo llevar infraestructura a esas áreas,
cómo resolver el problema de la basura que, acumulada,

24
contamina y a veces acaba enterrando a sus habitantes?
Cómo resolver los problemas de empleo, y lo más terrible, el
problema de la violencia y las drogas?
Algunas ciudades, como Curitiba, consiguieron resolver
el problema de la basura con los programas de compra de
basura o cambio por vale-transporte. Eso funciona hace más
de 13 años.
Hace unos 25 años, propuse una solución para llevar
infraestructura a la favela. A través del pasamano de la
escalinata se llevaría agua y luz, haciendo que los caños y
tubos entren por el techo, por la ventana. El desagüe sería
canalizado por los cantos de la escalinata. Todo muy simple,
con una única condición: no tocar el terreno.
Áreas de recreación, que también recibirían sectores de
servicios y relacionarían al habitante con su ciudad. En cuanto
al empleo, la propuesta es una zona libre en la favela. Librar
de impuestos a todas las industrias y servicios que generen
empleo dentro de la favela. Eso propiciaría una aproximación
con el resto de la ciudad para intercambiar servicios; esas
actividades comenzarían en los bordes de los montes y fondos
de valles. Todo eso, con certeza, ayudaría a disminuir la
violencia.
Para que haya seguridad en las favelas es fundamental
generar actividades en todas las áreas. La instalación de
restaurantes comercios, puntos de servicio, iluminación y
otros equipamientos urbanos es una forma de hacer eso y
promover la integración. La subida al monte para la
integración social es buena acupuntura urbana. Rápida, sin
más diagnósticos ni grupos de estudio.

Conoce Ud. la ciudad donde vive? o Diseñe su


ciudad.

Una buena acupuntura urbana sería incitar el


conocimiento de cada uno sobre su ciudad. Cuantas personas,
en verdad, conocen su propia ciudad? Difícilmente alguien
respeta lo que no conoce. Pero como respetar si no entiendes
tu ciudad?

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Diseñe su ciudad. Hice una propuesta durante una charla
en Cáli para más de 200 periodistas, en el Día del Periodista.
Hasta que punto, los que escriben, comentan diariamente
sobre la ciudad, tienen una visión global de ella?
El desafío que les hice a los periodistas fue en el sentido
de que no interesa solamente analizar si el intendente de
aquella ciudad es bueno o no. Cual es el valor para la ciudad
de las noticias sobre aquello malo que sucede, sobre las
deficiencias? Quería que alguno de ellos me diga de que
manera estarían realmente ayudando a su ciudad con su
trabajo.
Pero cómo puede uno mejorar su ciudad si no la conoce?
Qué hace por la ciudad, si ni siquiera es capaz de diseñarla?
Ahí es que está el punto más importante. Nosotros
aprendemos a conocer la ciudad por medio de algunas calles
y referencias. Los mapas, que pocos conocen, no tienen más
que el trazado de las rutas. Yo solo conocí los ríos de mi
ciudad cuando comencé a trabajar como arquitecto en el
Departamento de Urbanismo.
Sucede la misma cosa con los mapas de los estados (o
provincias) de un país. Lo que se conoce es un diseño político
de los municipios, un rompe cabezas cuyas piezas se encajan
para formar un estado, un país. Pero ese estado, ese país,
posee un diseño que nada tiene que ver con ese rompe
cabezas. Es el diseño de sus ríos, sus montes, las terrazas de
las mesetas, las cadenas de montañas donde están los
recursos naturales etc.
Claro que quien no vislumbra eso tiende a recibir ese
conocimiento a través de otros pocos. Pero no es la misma
cosa. Diseñe su ciudad. Haga una maqueta de su estado.
Diseñe su país.
Hace algún tiempo, como gobernador, comencé una
campaña que tenía la intención de hacer que todos ayudasen
a preservar los ríos, ya que grandes factores de polución son
los desagües – que estaría a cargo del gobierno – y la basura,
de la cual la población se debería encargar.
La campaña preguntaba a los niños: “Conoces el río que
pasa cerca de tu casa? Como podrían respetar esos ríos si no

26
los conocen? Y lo que es peor, casi todos ellos estaban
cubiertos, canalizados.
Identificamos los ríos, la idea era colocar, al lado de la
numeración de la casa, el nombre del río próximo a ella. Así,
las personas comenzarían a preservarlo.
En el Parque de la Ciencia, construido en Curitiba a partir
del reciclaje de un antiguo parque de exposiciones
agropecuarias, instalamos, entre otras cosas, una gran
maqueta de Paraná. Un paseo por la maqueta transfiere más
conocimiento que meses y meses de estudio de historia y
geografía.
En el mismo parque fue construido un planetario
indígena, para mostrar como los indios vislumbraban el
Universo y sus constelaciones. Esta idea maravillosa tuvo un
costo de apenas diez mil dólares, despreciable comparado con
el costo de un planetario tradicional.
Si los indios podían ver el diseño de esas constelaciones
y transferir ese conocimiento de generación en generación,
porque es que vos no conseguís diseñar tu propia ciudad?
Diseñarla sería una buena acupuntura urbana. Una ves
asimilada, sería un lindo tatuaje en la memoria.

Instrucciones para hacer una acupuntura


urbana.

No olvidar que la ciudad es el escenario de encuentro.


Congregadora por definición, la ciudad es el centro a partir del
cual se crean los códigos de convivencia.
El gran conflicto ideológico del mundo de hoy es la
globalización x solidaridad. Es necesario “globalizar la
solidaridad”, como dice Mario Soares.
Y la ciudad es también el ultimo refugio de solidaridad.
La ciudad no es el problema, es la solución.

27
El gran problema fue la separación entre las actividades
económicas y los asentamientos humanos. Se separó trabajo
y vida.
La ciudad es un estructura de vida y trabajo, juntos. La
ciudad es una integración de funciones. Cuanto más se
integren las funciones urbanas, cuanto más se mezcla renta,
edades, más humana será la ciudad.
Pensar en una ciudad sedimentada es como buscar su
diseño escondido. Extraña arqueología que va reviviendo
antiguas edificaciones, calles, puntos de encuentro, dando
nuevas funciones a valores que no eran caros. Es como
descubrir en un caleidoscopio aquel diseño perdido que va a
posibilitar el encuentro.
Es como dar un nuevo contenido a este diseño,
consolidándolo con el transporte de masa, con el uso de suelo
y con la osadía viaria que, cundo integrados en una sola
dirección, definen la estructura de una ciudad.
El automóvil es nuestra “suegra mecánica”. Tenemos
que mantener buenas relaciones con ella, pero no podemos
dejar que ella comande nuestra vida. Es necesario saber
relacionarse con el automóvil, pero no ser esclavo de el.
Las rutas son escenarios listos, demasiados caros para
servir a apenas una sola función. Por eso, pueden y deben
tener un uso múltiple y escalonado en el tiempo.

Ocio creativo x mediocridad


laboriosa.

Es posible hacer las cosas acertadas antes que las cosas


erradas? Según un principio universalmente consagrado, la
mediocridad laboriosa a veces gana a la creatividad ociosa.
Porque, para quien no se pregunta, para quien no ejerce
constantemente la autocrítica de sus actos, siempre le es más
fácil ejecutar ideas recibidas.

28
La mediocridad laboriosa, los vendedores de
complejidades, los acumuladores de datos desnecesarios y de
las búsquedas interminables e inconclusas ganan cada ves
más espacio. Pero, a veces, apenas un gesto creativo es una
acupuntura tan poderosa que hace avanzar.
Cuando estábamos implantando en Curitiba una de las
mejorías importantes del sistema de transporte, era necesario
conseguir el embarque en el mismo nivel. La primera batalla
era conseguir hacer un ómnibus biarticulado, un ómnibus con
gran capacidad. Teníamos que convencer a los fabricantes de
chasis que eso era posible, y que habría mercado para ello.
Conseguí por medio de Karlos Rischbieter, ex ministro de
Hacienda y ex miembro del Consejo de Volvo, una reunión con
la dirección de Volvo, en Gotemburgo, Suecia. Montamos un
estudio que hacia una evaluación de las ciudades que
tendrían necesidad de soluciones de superficie y un estudio
de viabilidad técnica para mostrar como eso podría funcionar
en Curitiba.
Tal fue nuestra sorpresa al ver que una poderosa
estructura como aquella no tenia más que una carpeta de
recortes de periódicos sobre transporte masivo. Fue una
vergüenza para ellos. Tanta vergüenza tuvieron que, dos
meses después, el vicepresidente vino a Brasil a comunicarme
que estaban dispuestos a comenzar a fabricar el chasis en
Curitiba, on line con el equipo de Gutemburgo.
Fabricado el chasis, la prueba era realizada a la
madrugada para ver si funcionaria con aquella distancia de
nuestras rutas y canaletas exclusivas para ómnibus. El
biarticulado era un baita ómnibus; cargaba 270 suecos (y 300
brasileros). Fue toda una gran victoria.
Pero lo importante también era conseguir agilizar el pago
de pasaje en el embarque. Para eso, era indispensable que el
pasajero pagase antes de entrar al ómnibus y que el
embarque se diese en el mismo nivel de la plataforma. El
pago fue fácilmente resuelto, con una boletería en la entrada
de la estación-tubo. La operación de embarque también tenia
que ser perfecta, para mantener la agilidad y evitar
accidentes. Por tanto, era esencial un impecable encastre
entre ómnibus y todo.

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El número de soluciones complejas y caras que nos
intentaron vender fue grande. Una de ellas era hacer la
aproximación del ómnibus al tubo de embarque por medio
electrónico. Todas las soluciones que nos presentaban eran
extremadamente caras. Tan caras como el costo de la propia
flota.
Hasta que el arquitecto Carlos Ceneviva llamo al chofer
que era el jefe de operaciones, Roberto Nogari, y le pregunto
si seria capaz de encostar el ómnibus en la estación tubo con
la puerta exactamente en la plataforma de embarque. El
chofer no titubeo y encostó perfectamente.
Ceneviva pregunto si el y los demás choferes eran
capaces de repetir siempre aquella operación con la misma
precisión. El chofer dio la solución de inmediato. Una pequeña
línea hecha en el vidrio del ómnibus y otra pequeña línea en
la estación tubo. Cuando las dos coincidían, estaba hecha la
operación, con perfección, agilidad y seguridad para los
pasajeros. El sistema funciona hace ya 11 años y nunca hubo
un solo accidente.
Fue una acupuntura creativa y una gran victoria sobre la
mediocridad laboriosa.

Auto-estima, una buena


acupuntura.

Qué tanto te gusta tu ciudad? Generalmente uno gusta


de su ciudad porque nació en ella. Pero qué pensás de tu
ciudad? La conoces, te sentís parte de ella? O las personas
que proyectan la tragedia ya te influenciaron a tal punto que
vos estas seguro de que no hay mas soluciones, que tu ciudad
es la que tiene la peor infraestructura, la más violenta, la más
injusta? Mas todavía si es una gran ciudad, donde son grandes
los problemas y es mas difícil justificar esa frustración por la
escala.
Pero la escala nada tiene que ver con la inviabilidad de
una propuesta. Ni la falta de recursos. Lo mas importante es
la visión correcta, es una competente ecuación de co-
responsabilidad. Lo que es necesario es un escenario, o una

30
idea, un diseño deseable. Y todos – o la gran mayoría – van a
ayudar a hacerlo. Ahí, en ese exacto momento de realización,
la auto-estima de la población hace a la ciudad avanzar.
Joinville, en Santa Catalina, decidió transformarse en un
centro de excelencia para la danza. El intendente comenzó la
campaña de lucha de Jô Braska Negrao para llevar a la ciudad
una filial del ballet Bolshoi de Moscú, y la ciudad entera
trabajo para eso.
Montreux, en Suiza, por una iniciativa de Claude Nobis,
paso a ser sede de uno de los festivales mas importantes de
jazz del mundo, y a ciudad entera vive ese momento.
Nueva Jerusalem, en Pernambuco, al enseñar la Pasión
de Cristo en varios locales, creo una gran auto-estima en la
ciudad, y también en el pueblo brasilero.
Provocar la auto-estima es una acupuntura fundamental.
Así sucedió con el transporte urbano y con la solución de la
basura en Curitiba. Así sucedió en Bilbao, en España, con el
Museo de Guggenheim y todas sus nuevas conquistas.

Luz es buena
acupuntura.

Ya hable de que la identidad es un componente


importante de calidad de vida. Que conocer la ciudad es
respetarla y también ser parte de ella. A partir de 1971,
Curitiba comenzó a reforzar su diseño y jerarquía viaria a
través de la iluminación publica. Esto es, el sistema de
iluminación publica paso a reforzar, a realzar la estructura
básica de la ciudad.
Por el tipo y la intensidad de la luz, podés saber donde
estás. Luz de sodio (400W) definía las vías estructurales,
donde hay transporte publico. Las líneas alimentadoras tenían
luces con otras tonalidades, y cuando llegas al centro, dentro
del anillo central, la iluminación era también de sodio.
La “lectura de la ciudad era extremadamente fácil y
ayudaba al propio poblador a conocerla mejor. Infelizmente,
aunque prosiguió durante años, esa lectura comenzó a
descaracterizarse, pero fue una acupuntura excelente.

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Muchas ciudades usan la iluminación publica para hacer
buena acupuntura. En Rótterdam, en Holanda, al
Schouwburgplein es transformada en un gran palco urbano en
que los propios usuarios pueden modificar la iluminación
pública, y el carácter de la plaza se transforma con efectos
que hacen el espacio flotar. En Ámsterdam, las luces de los
puentes reflejan sus arcos en los bellos canales. Además, toda
la ciudad es reflejada en el agua. En Rathausplatz, en St.
Pölten, Austria, la iluminación valoriza el espacio, la plaza.
Pero es en la Place del Terreaux, en Lyon, en Francia, que se
consigue efectos fascinantes al trabajar con luz y agua,
reflejando las fachadas de toda el área.
Pero, es el neón, que, a la noche, es el propio mensaje
suelto en el aire? En San Paulo, en los años 70, propusimos un
tratamiento con neón en el Valle de Anhangabaú. Sería una
acupuntura de neón.
Durante el proyecto de Río Año 2000, presentamos una
propuesta en que la idea era crear veredas en forma de ondas
en la Barra de Tijuca, realzadas en los bordes con neón, e
iluminar la playa y las ondas del mar dramáticamente.
Había una época, en París, en que podías marcar horas
para la iluminación de algunos monumentos. Bastaba llamar a
un departamento de la ciudad, decir el edificio y el horario,
pagar una tasa por el servicio, y ya tenias “luz propia” para
destacar una parte de la ciudad, o determinado monumento,
para una persona de quien gustases.
Nada es mas bonito que el Cristo Redentor iluminado en
lo alto del Corcovado. Tan lindo que la propia música de Tom
Jobim decia: “desde la ventana se ve el Corcovado, el
Redentor, que lindo!”

Aguapuntura.

Hace décadas, al asistir a una película de Jeanne Moreau


que se pasaba en una ciudad de Francia, me encante con esa
ciudad. En Annecy, los canales eran parte de la vida, tan
normales en lo cotidiano de esa ciudad, y encontré otro
paisaje encantador: el del lago Taillories.

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Esa imagen permaneció tan fuerte en mi memoria que,
años después, al desembarcar en Ginebra para participar de
un encuentro sobre la calidad de vida en Arc-et-Senans
(antiguas minas de sal reales de Claude-Nicolas Ledoux), al
tomar un taxi del aeropuerto para la ciudad, vi un cartel que
decía: Annecy 32 Km. Mi decisión fue rápida. Minutos después
estaba andando por los canales de Annecy, buscando el lugar
exacto que tenía grabado en mi memoria. Me hospede dos
días en un pequeño hotel en frente.
Estuve en Venecia años antes y ya me había emocionado
con el paisaje, con la historia y con el encanto de una ciudad
que es patrimonio de la humanidad. Pero Venecia también es
un escenario que atrae a los turistas además de su gente.
Annecy es una Venecia casera.
Pero no quiero hablar de las ciudades en que el agua
tiene presencia tan fuerte, como Río de Janeiro, Honk Kong,
Berna, Ámsterdam, Ginebra, Foz de Iguazú. Me quiero referir a
las ciudades que usan el agua para hacer acupuntura urbana.
O mejor dicho, aguapuntura.
Y también de las ciudades que enyesan sus canales,
cubren los ríos, crean desastres ambientales. Ciudades que
dan la espalda a las costas a los ríos y que continúan
descaracterizándolos, transformándolos en lugares de
inundación, desagüe y basura. En actitudes de no
reconocimiento de ríos que hicieron a su historia.
Pero existen ciudades como Seul, que esta rescatando el
río Cheonggyecheon. Como Curitiba, que transforma al Iguazú
en un proyecto de limpieza desde su naciente hasta su
desembocadura. No es necesario que esos ríos y canales sean
grandes. En París, se recupero el antiguo canal de San Martín,
que marcaba a París dos años bohemios. En Freiburg,
Alemania, los espacios del centro son conectados por la
integración del antiguo sistema de pequeños canales – bäckle
-, con poco mas de 30 centímetros, que son una marca
constante en los espacios públicos. También en Lyon, en la
Place des Terreaux, donde el agua y la luz hacen un pas-de-
deux tan bonito en un escenario singular.
Increíble fue para mi haber revalorizado los lagos de los
ríos Belen, Barigüi, Iguazú y las Canteras. Entretanto, la mas

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bonita de todas las aguapunturas fue aquella realizada por
Coppola en la película “En el fondo del corazón” (One from
the Heart), en el que el hace proyectar en las calles mojadas
de una ciudad falsa el neón de Las Vegas que también es
artificial. El resultado fue maravilloso: una acupuntura falsa en
una ciudad falsa.
La tarjeta de
movilidad.

Acupuntura no es siempre una transformación física.


Algunas veces es una buena idea que puede hacer mejor la
vida de una ciudad. Las grandes ciudades enfrentan
problemas de circulación terribles y a consecuencia la
degradación que la preocupación excesiva por el automóvil
acarreó.
Así también las ciudades que revirtieron esta nefasta
tendencia y dieron prioridad al transporte publico, que
hicieron caer al uso excesivo del automóvil, todavía enfrentan
esos problemas, porque la costumbre, el vicio de querer llegar
a las áreas más densas, todavía continúa.
Ciudades como París y Londres, que poseen redes
completas de metro y sistemas de transporte en superficies
de calidad, todavía tienen porcentajes elevados de uso del
automóvil. Qué hacer con esta parte de la población que
insiste en el automóvil?
Londres tomo la primera medida radical, con el cobro de
peaje para la entrada de automóviles al centro, creo que la
idea de reducir el acceso de autos al centro se podrá repetir
en muchos lugares.
No es nada en contra de los automóviles. La idea es
usarlos adecuadamente. No dejar que él inviabilice la ciudad.
Creo que la gran solución para eso será la creación de una
tarjeta de movilidad.
La tarjeta, pre paga, podrá ser usada en todos los
deslocamientos dentro de la ciudad. Desde el estacionamiento
en la periferia del centro, donde se deja el automóvil y se
toma el metro u ómnibus, también pagos con la misma
tarjeta, que puede servir inclusive para el taxi.

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La solución para una movilidad más racional es la
integración de todos los medios de deslocamiento. El secreto
es no permitir que el auto, taxi, ómnibus, sistemas de
transporte de superficie, metro compitan por el mismo
itinerario. La tarjeta de movilidad, al exigir integración rápida
para que la alternativa sea buena, transforma a cada persona
en dueño de un BMW – bus, minibús, walking, o bus, metro,
walking.

Eco
clock.

Una idea que no exige transformación física, pero si


solidaridad al prójimo y a las generaciones futuras. Se ha
intentado mucho motivar a las poblaciones del mundo entero
con el desarrollo sustentable. Pero las explicaciones son
confusas, ora académicas, ora panfletarias, y en ellas no hay
conocimiento, apenas entusiasmo.
Las personas, muchas veces, creen que no hay nada que
hacer, y entran en el club de los que protegen la tragedia. La
minoría no ayuda porque también proyecta los pronósticos
catastróficos, como si las cosas continuasen siempre así. Pero
cómo cambiar si las personas no saben que hacer?
Mire, es tan simple. Si quiere ayudar al medio ambiente,
no basta con que se sienta un paciente terminal. Comience
con dos cosas muy simples: separe su basura orgánica de la
reciclable y use menos su automóvil. Estará ahorrando
energía, estará salvando árboles y contribuyendo a que su
país sea menos dependiente de otros. ahorre más y
desperdicie menos.
Por eso propongo la creación de un eco clock para cada
casa. Es un reloj marcador para registrar la proporción de
aquello que gasta en relación a lo que ahorra. Si la proporción
es mayor que 1, esta contra su próximo, contra el medio
ambiente, pues está gastando más de lo que ahorra. Si no

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ahorra nada es un irresponsable, pues el marcador del eco
clock va a registrar infinito, el índice de la irresponsabilidad.
Y si su eco clock marca el índice de irresponsabilidad,
habrá castigo inmediato. No tendrá derecho de hablar
tonteras sobre el medio ambiente en el bar con los amigos. Ni
podrá ser presidente de una ONG.

Reforestación.

La vegetación puede ser una buena acupuntura urbana.


Ciudades que no tienen grandes atractivos en determinadas
regiones cambian radicalmente cuando son reforestadas.
Muchas ciudades consiguen ganar unidad por medio de la
vegetación intensa.
Shangai tiene árboles cada cuatro metros, en todas las
calles. Además del paisaje y la sombra que producen, son
apoyo importante para los bambúes que visten las ropas
puestas a secar. Son verdaderos espantapájaros de ropa y
bambú.
Alguien podría imaginar lo que sería la margen de Río sin
los árboles en sus calles transversales? El árbol es la
acupuntura que cura el dolor de la ausencia de sombra, de
vida, de color, de luz.
Curitiba planto un millón de árboles en menos de dos
décadas. El comienzo fue un gesto de verdadero gentileza
urbana. Para garantizar la irrigación de todos estos pequeños
árboles plantados en la calle, se le solicito apoyo a la
población. El gobierno municipal lanzó una campaña que
decía: “La Municipalidad da sombra y vos, agua fresca.”
En muchas ciudades, los conjuntos habitacionales son
áridos por causa de la uniformidad y por la ausencia de
árboles. Durante la ejecución de programas habitacionales,
que primaban por la diversificación por medio de la mezcla de
renta, la ciudad de Curitiba, además de plantar árboles en las
calles, pedía a cada habitante que escogiese un árbol
fructífero de su patio trasero.
El diseño de las calles no podía echar ninguno de los
árboles existentes, y las vías eran desviadas por los árboles.

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La manía de arrasar con la tierra en toda urbanización nueva
acabó.

Memoria
producida.

“La Historia es como una hondita. Cuanto más estiras,


más lejos alcanza”, decía Aloísio Magalhaes.
Identidad, auto-estima, sentimiento de pertenencia, todo
tienen que ver con los puntos de referencia que una persona
posee en relación a su ciudad.
No me canso de repetir que en mi calle tenía todo.
Andaba y confirmaba la hora en el reloj de la Estación
Ferroviaria. Cuando no, era el pito de la fábrica de al lado de
mi casa que anunciaba la hora. O el aroma del Café de los
Ferroviarios, después de pasar la noche leyendo o estudiando,
donde iba a tomar mi café. Allí, en la plaza de la estación,
había un avión de lona, que el fotógrafo usaba como
escenario para las fotos de los niños.
El aroma de la tabaquería donde compraba mis tiras
cómicas, las vías de los tranvías. Todavía hoy puedo imitar el
sonido de ellos llegando a la estación. El aroma del barniz de
los lustradores de muebles en frente. El sonido de la plancha
de la lavandería de al lado. Las máquinas del periódico en
frente, o los números de circo ahí cerca. El hotel elegante, las
estaciones de radio, el patio de la municipalidad, las
orquestas del Club Curitibano.
Todo eso puede parecer nostálgico, pero no se olvida. Y
cuando no existe? Se fabrica? No, se busca. Alguna cosa que
rescata un momento y enaltece otros. Acupuntura de la
memoria?
En los Estados Unidos, la ciudad de San Francisco hizo
esto, contando la historia de los edificios descritos en los
libros de Dashiell Hammett, o en las películas de Humphrey
Bogart. Es la memoria de ficción.
Río de Janeiro también, con la historia del bossa nova,
donde comenzó el primer show el Beco das Garrafas, la calle
Nascimento Silva, los bares.

37
Los artistas de cualquier época siempre van a ayudar.
Ellos cantaron y escribieron sobre el lugar. Personas van a
juntar eso más adelante, sedimentando en nuevas historias.
En San Juan, Puerto Rico, una plaza marca el lugar
donde, por primera vez, se preparó una piña colada. En el
París de Hemingway, el Ritz será siempre tan importante
como los monumentos de la ciudad.

De parques, plazas y
monumentos.

A una plaza vas; en un parque te perdés. Una plaza, a


veces, es para vos ver lo que la rodea; un parque es para vos
lo que está dentro de el.
No es simple así. Plazas y parques son como cuadros:
dependen mucho del marco. Es importante saber con cual
trabajar.
Más difícil es el passe-partout. Algunas plazas necesitan
de marcos pequeños, y de un gran passe-partout.
Y algunos parques pasan por la ciudad, sin marco ni
passe-partout. Que palabra más apropiada.
Una plaza tiene que tener entradas. Ellas son abiertas a
todos, pero con entradas, ellas parecen ser especiales para
vos.
Ellas son pequeñas, y pueden pertenecer a millones. A
veces son enormes, y parecen no pertenecer a nadie.
Abiertas, cerradas, cercadas, cubiertas, lo que las
caracteriza es el sentimiento de pertenencia.
La Place des Vosges, en París, sin duda pertenece a la
casona que la rodea, magnífico.
El Gramercy Park, en Nueva York, rodeado de edificios,
mantiene una estrecha relación con la entrada de los predios.
Las plazas cubiertas de los predios nuevayorquinos
pertenecen a millones. Son pequeñas, pero abrigan espacios
dignos.
Una gran plaza en un gran ensemble en los alrededores
de París, o en un conjunto habitacional en Brasil, nos dan la
sensación de que no pertenecen a nadie.

38
Ya las pequeñas plazas italianas nos dejan ser parte, y se
incorporan inmediatamente a nuestra memoria.
Una de las menores plazas del mundo, la Place de
Furstenberg, en Paris, da la sensación de solo pertenecerte a
ti.
Que decir de los parques. Inmensos, súper ocupados,
como el Golden Gate Park, en San Francisco, lleno de
equipamientos y atracciones.
Los que sirven de marco el paisaje natural, como el
Aterro do Flamenco, en Río, o los parques franceses que crean
perspectivas para monumentos, como el de las Tullerías.
O los que son enmarcados por los predios que lo rodean,
como el Central Park, en Nueva York.
Los parques para todos, como los parques ingleses, o
aquellos definidos por catedrales de árboles, como el Jardín
Botánico, en Río, o los macizos de candelabros, las araucárias
del Parque Barigüi, en Curitiba.
Los que me agradan son los patios pequeños, como los
dos pequeños hoteles franceses, entre ellos el patio del hotel
de l´Abbaye o el del Relais Christine en París.
Los patios españoles con sus fuentes que van goteando
minutos, o el patio del Pelourinho, en Salvador, que tiene
color y aroma.
No me gustan los monumentos de gente que no tiene
afecto, o aquellos que están muy por encima del pueblo, con
frases que pretenden defender al pueblo.
Soy partidario de una buena acupuntura de afecto, como
la idea de Allan Jacobs, famoso urban designer americano,
que propuso una calle de estatuas, donde cada uno podría
homenajear a amigos y parientes, pagando por las mismas.
Así, podrías, desde ya, pasar bellos momentos en compañía
de futuros monumentos.
Importantes también son los gustos, no se los puede
descuidar. En Curitiba la comunidad polonesa quería retribuir
a la ciudad por la creación del Bosque del Papa, en homenaje
a la visita de Juan Pablo II a la capital paranaense. Decidieron
encomendar a un asistente de Pietro Bardi una escultura del
Papa.

39
En una fecha importante, allí estábamos, el gobernador y
yo, como intendente, presentes en la inauguración. La banda
tocando, un inmenso panel cubría la estatua, que hasta aquel
momento era desconocida.
La banda ahora toca con suspenso. Al sonar de los
tambores, sube el panel y aparece la estatua del Papa. Fue un
horror. El Papa parecía un “Exu”, con sus ojos de resina
sintética. Fue un dios nos libre.
Ni el intento de socorro de la banda dio resultado. Una
viejita polonesa, seguida de un séquito furioso, sacudía su
sombrilla, como una bayoneta lista a acabar con el
responsable de aquella obra.
Los momentos de conflicto y conciliación de la
comunidad polonesa tuvieron sus momentos de aprensión.
Parecía una asamblea de la Naciones Unidas. Una comisión
me pidió que retire la estatua, lo que rechacé. Como podría yo
censurar una obra artística?.
Después de unas semanas conseguí una solución
salomónica. Intentaría usar una vegetación que encubriese la
estatua, y la comunidad polonesa nos daría un relieve para
ser colocado en una de las placas. Con el cuidado de que el
relieve, esta vez, fuese parecido al Papa.
Parecía que el problema estaba resuelto. La estatua sería
camuflayada y la medalla en relieve marcaría la visita del
Papa, si no hubiese ocurrido un “milagro” junto a la estatua.
La noticia del milagro se expandió, y el pueblo solo quería las
gracias de la estatua. Y el medallón está allá, completamente
olvidado.

La guía de una
página.

Durante años cultivé el hábito de, en cada ciudad, en


cada viaje, hacer de la misma una guía de una página. El

40
objetivo era no perder tiempo, en los pocos días en que me
quedaba en la ciudad, para saber lo que existía, lo que
acontecía de novedad, lo que era bueno. A veces, en dos o
tres días en Nueva York o París, perdía gran parte del tiempo
para informarme.
En esa guía, yo diseñaba el mapa de la ciudad en uno de
los lados de la hoja. O sea, la manera como yo entendía la
ciudad. Al otro lado, colocaba la agenda, como hoteles,
restaurantes, horarios y locales de exposición, y otras cosas
que no podía dejar de ver, como conciertos y espectáculos.
Luego algunos amigos comenzaron a pedir mi guía
prestada. A la vuelta de sus viajes, ellos me devolvían una
copia, aumentando lo que habían encontrado de novedad. Y
así la guía iba siendo constantemente actualizada.
No podemos olvidarnos de los niños, que también
merecen una guía de una página. Ella puede ser la tapa del
cuaderno escolar, donde los niños tendrían un mapa de la
ciudad, y lo que es más importante: irían conociéndola. Al otro
lado de la guía, los niños podrían relacionar las cosas que más
les gustan de la ciudad, e intercambiar esas informaciones
con sus compañeros. O más aún el mapa del estado en
relieve, una pequeña maqueta con la cual podrían entender
su estado, sus principales ríos y accidentes geográficos. Esta
guía sería más útil que aprender para que sirve el Máximo
Común Divisor – para lo cual hasta hoy no encuentro una
explicación.

Colesterol
urbano.

Cual es la buena acupuntura para el exceso de colesterol


urbano? Bueno, primero vamos a explicar lo que es esa
enfermedad. Colesterol urbano es la acumulación, en nuestras
venas y arterias, del uso excesivo del automóvil. Eso afecta el
organismo y hasta la mente de las personas. Luego ellas
comienzan a pensar que todo se resuelve con el automóvil.
Preparan entonces la ciudad solo para el automóvil.

41
Viaductos, vías rápidas… y las emisiones de gases de los
autos.
La solución: usar menos, evitar el uso del automóvil
cuando hay buena alternativa de transporte colectivo en los
itinerarios de rutina.
Es el buen colesterol.
Pero pensar a la ciudad en función al automóvil es otro
problema. El shopping center fuera de la ciudad induce a la
falta de ejercicio, impide la caminata por la ciudad.
Y separar las funciones urbanas –esto es, vivir aquí,
trabajar allá, y tener actividades que hacer en otro lugar-
provoca un desperdicio de energía. La consecuencia es el
aumento de la presión para el congestionamiento, para el
tiempo que se pierde, para la polución, para el stress.
Y cuantas veces, al garantizar espacio para los
automóviles, niegas a tus hijos un área para que ellos
jueguen?
El buen colesterol es el uso controlado del auto. Y la
buena acupuntura es colgar las llaves por algunas horas.

Edificios con
dignidad.

La sensación de pertenencia. Esta es la sensación que


algunos de los buenos edificios antiguos me producen cuando
observo la calle.
Ellos pertenecen a la calle.
Se abren hacia la calle con grandiosidad. Luego, se abren
para sus habitantes con generosidad. Grandes entradas,
portales, puertas, lobbies, abrigos. No dejan a nadie al
desabrigo, parecen querer acogernos.
Al contrario de un edificio moderno, que esconde sus
entradas, o las deja para los laterales, considerando esta
relación secundaria.
Otra sensación que un edificio antiguo nos ofrece, es el
de contemplar la eternidad. Como si alguien desde arriba
estuviese mirando.

42
Luego, el coronamiento es importante. Este se conecta
con la calle y la inmortalidad. Como si el coronamiento del
lugar fuese una especie de reverencia a los tiempos futuros.
Los edificios modernos, no. Simplemente terminan,
aumentados con extraños edificios pequeños, cajas de agua,
antenas de TV, cajas de elevadores, exhibiendo sus entrañas.
Cuando mucho, una cobertura egoísta bien tratada, o un
nuevo piso falso, una piscina, para favorecer a un privilegiado.
No hay en ellos el sentimiento de comunidad, de pertenencia,
que los grandes edificios tuvieron. Por eso, creo que los
antiguos edificios reverencian a la ciudad, en sus diferentes
épocas.
Un Chysler Building, un Crowne Building, una estación de
tren inglesa, todos ellos tienen ese compromiso. Cuál es el
compromiso del edificio moderno? Negarnos la entrada,
esconder el lado público, y reservarse a pocos.
De vuelta, sus entrañas o su egoísmo.
En su inmediatismo, se candidata la demolición humana,
porque se transforma en depósito viejo desolado.

Acupuntura del
silencio.

Las ciudades tienen sus sonidos. En muchas de ellas, el


son natural de la ciudad difícilmente es oído, pues hay una
invasión sonora, con ruidos que se mezclan con el son de la
ciudad. Es una pena. El son natural forma parte de la
identidad de la ciudad.
Tuve una experiencia maravillosa en Ferrara, Italia. Es
una ciudad que me da la seguridad de que existe la
posibilidad de un silencio que nos permita oír los sonidos de la
ciudad. O sea, no es un silencio total, sino la ausencia de una
violación de los sonidos de la ciudad.
Se oyen las conversaciones, se oyen los sonidos del
ambiente de la ciudad. Esto solo aumenta la belleza de
Ferrara, una ciudad tradicional, histórica, con una de las más
antiguas universidades de Europa. Hay muchos jóvenes en
Ferrara, existen hasta áreas bastante animadas, pero, igual,

43
se puede oír a la ciudad. Son sonidos reales, sin mezclas, el
son puro de una ciudad viva. Ferrara tiene su son en estado
puro.
El son de una ciudad no tiene que ver con su escala, ni
con la ausencia de barullo. Barcelona es una ciudad
barullenta, pero este es su son en estado puro. Es una faena
normal. El son de las ramblas, de las conversaciones, forma
parte de la identidad de la ciudad. En la barullenta Barcelona
también existe un silencio que nos permite oír el son de la
ciudad.
Los ejemplos de Ferrara y Barcelona hablan de días
normales. Tratan del son que forma parte del día a día de las
ciudades. Pero hay ciudades que, en ciertos días, días
especiales, también tienen sonidos especiales. Acompañar el
son en estos días, en estas ciudades, es un momento mágico.
En el día de Yom Kippur, en Jerusalén, se puede oír el son
de este momento mágico. Poco a poco, la ciudad va
silenciando, los ruidos disminuyen, no hay más sonidos,
apenas susurros.
Los autos paran. Hay pocos autos, como en un fin de
semana o feriado. Ni uno! Ni un auto. Las calles vacías.
Adultos y niños caminan en las pistas de los automóviles. Los
autos, todos estacionados, como si estuviesen abandonados.
Nada de barullo de camiones, ómnibus, camionetas, nada de
motores, nada, absolutamente nada rueda sobre las calles.
Hay un gran susurro en la ciudad y las personas andan
silenciosamente, calzando tenis o alpargatas. Nada que haga
ruido. Hay un voluntad inmensa de pasearse por la calles, sin
miedo de los antiguos ocupantes. Las conversaciones
producen una especie de murmullo. Un santo susurro.
En el Día de Perdón todo para en Jerusalén. En otras
ciudades hay un pequeño movimiento, pero en Jerusalén todo
para. Es una ley que todos respetan, religiosos o no. Viejos,
jóvenes, niños caminan para las sinagogas, acarrean sus
libros, otros visten sus taleisim en la calle.
Grupos de jóvenes conversan sentados en la calle. La
salida de la sinagoga se extiende por las calles, la
conversación dura horas y horas. Dejando de lado la religión,
de repente te das cuenta de que es una gran conversación.

44
Calles sin autos me hacen pensar en la idea de una
huelga de autos. Un acuerdo que todos los habitantes de
todas las ciudades del mundo deberían hacer para saber
como las ciudades quedan mejores sin los autos. Que el
silencio es importante como calidad de vida, hasta para
seleccionar mejor los sonidos de la ciudad.
El Yom Kippur va terminando. Se aguarda la salida de la
primera estrella. Las personas se van encaminando hacia el
inmenso patio del Muro de los Lamentos, a la espera del son
del shofar. Trompetas que hicieron derrumbar murallas ahora
tocan para un pueblo que ancló su identidad en este muro.
Algunas piedras. Por milenios estas piedras fueron referencia.
En Estambul hay un momento mágico diario. Al final de
la tarde, cuando los musulmanes inician sus oraciones a la
puesta del sol, se hace un silencio repentino. Un silencio que
permite apenas que sea oído el son de la ciudad en esta hora
especial.
Es una transformación instantánea e increíble. Una
metrópolis movida, dinámica, con casi diez millones de
habitantes, que de repente se silencia. Una voz hace eco por
todos los minaretes de la ciudad. En este momento, el son de
la ciudad es la comunicación de la fe.
Una buena acupuntura del silencio es permitir que el son
normal de las ciudades pueda ser oído. Hacer silencio para
depurar el verdadero son. Afinar el son de la ciudad. Mi sueño
era ser un afinador del son de las ciudades. Antiguamente,
había aquellas personas que tenían la noble misión de
encender las lámparas de gas que iluminaban las ciudades. Yo
quería ser el afinador del son.

Ramblas y
galerías.

Puede el simple diseño de una calle influenciar en el


comportamiento de una ciudad? La acupuntura hecha en las
ramblas de Barcelona parece responder a eso.
Barcelona es una de las ciudades más animadas del
mundo. O, tal vez, aquella con más vida. Y no se puede dar

45
crédito solamente al espíritu catalán por esa animación. Aquí
hubo una suma de circunstancias.
Barcelona es unas de las ciudades mas densas del
mundo, el espíritu del catalán, el mediterráneo, las razones
históricas, pero el diseño de la rambla es el escenario ideal
para la vida urbana.
Durante la madrugada ella ya está animada. Y la fiesta
que se da durante el día muestra lo que es un buen punto de
encuentro. Ahí, las personas son actores y espectadores de
ese espectáculo que es la ciudad.
Sí, existen otras ciudades que tienen músicos, mimos y
magos en las calles. Existen, pero en ninguna de ellas pasa
esto con tanta frecuencia.
Parece una película, cada parte de la rambla ya es en sí
un gran bazar.
Todas las ciudades tienen galerías. Algunas muy simples,
tiendas de un lado y del otro, otras grandiosas, como la
galería Vittorio Emanuele, en Milán. Es el punto de encuentro
más bonito de la ciudad. O como la galería de las tiendas
GUM, e Moscú, o la galería Lafayette, ésta es una tienda de
departamentos en París.
Pero la ciudad que tiene el mayor y el más variado
número de galerías es precisamente París. Las galerías
Viviente e Colbert, interconectadas, son magníficas. Así como
el Passage des Panoramas, cerca de la Bourse. Lo que me
encanta de esas galerías no es solamente el hecho de que
sean antiguas y cubiertas. Es la cualidad de las tiendas, el
detalle, las vitrinas. Ah, si, y vender encajes, cintas, adornos
de globos, cajas de música con la misma dignidad de quien
vende las cosas más preciosas del mundo.
Pero la mayor arma, y la más pesada, se encuentra en
las galerías de la plaza del Palacio Royal: los guerreros de los
ejércitos de soldaditos de plomo ahí están. Hasta las
condecoraciones se pueden comprar en esas tiendas, y salir
mas adornado que mariscal en día de desfile.

Puntada rápida no
duele.

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En la acupuntura, lo importante es que la puntada sea
rápida.
No se puede imaginar acupuntura con la aguja siendo
introducida con presiones demoradas y dolorosas. Luego, la
acupuntura exige rapidez en la puntada precisa.
La misma cosa sucede con la acupuntura urbana. Fue
así que en Curitiba, en 1972, se implantó la primera zona de
peatonales. Esa operación fue hecha en 72 horas.
Todavía me acuerdo de que, al presentar el proyecto, la
reacción de los comerciantes fue contraria y muy fuerte.
Sabíamos que la idea era de difícil ejecución, pues la obra
podría ser interrumpida por demandas judiciales. Era
imperioso que el trabajo fuese rápido, muy rápido. La
previsión dada por mi Secretario de Obras era de, como
mínimo, algunos meses. Insistí en la rapidez y en el plazo de
48 horas. Tengo la certeza de que fui considerado loco. Hasta
que el secretario me busco y me dijo que la obra sería posible
en un mes. Lo rechacé nuevamente, y así fueron apareciendo
nuevas propuestas para la ejecución del proyecto: preparar
antes el mobiliario; grupos especiales para hacer los pisos en
cada cuadra.
El tiempo fue siendo reducido hasta que el secretario
llegó al límite: una semana. Me opuse y conseguí un acuerdo
para un plazo de 72 horas. Comenzaríamos un viernes a la
noche y entregaríamos la obra a la población el lunes de
noche.
En el caso en que el pueblo no aprobase el cambio,
siempre podríamos reestablecer lo que había antes. Pero era
necesario que el pueblo viese la obra completa. Y así fue
hecho.
Al día siguiente de la inauguración, uno de los
comerciantes que encabezaba la queja contra el proyecto me
presentó un nuevo pedido: que las obras continuasen y
abarcasen más regiones.
La Opera de Arame, que aprovechó el espacio de una
antigua cantera, fue ejecutada en 60 días. La intención no era
batir record, pero hay obras que, por razones especiales,
tienen que ser rápidas. En el caso de la Opera de Arame, la

47
razón era no perder la oportunidad de realizar un Festival
Internacional de Teatro. Una disputa política entre el
gobernador y los patrocinadores hizo que se prohíba la
realización del festival en Teatro Guaíra, el principal de la
ciudad. Surgió entonces de ejecutar la obra de la Opera de
Arame a tiempo para ser la sede del festival. Comenzamos el
día 15 de enero.
Dos meses después, el día 18 de marzo, inauguramos el
teatro. Para que la obra fuese ejecutada en tan poco tiempo,
trabajamos solo con un tipo de material, tubos de acero. Solo
usamos una concurrencia para mano de obra. Fue una odisea.
Otra obra ejecutada muy rápidamente fue el Parque de
Passaúna, que necesitaba ser terminado antes de que un
nuevo gobernador asumiera. El gobernador de la época, era
también políticamente contrario, pero entendía la necesidad
de la protección de los manantiales, e hicimos un parque en
28 días, antes del tiempo que lleva un levantamiento
topográfico. Todo fue decidido y ejecutado en la obra. La
Universidad Libre del Medio Ambiente también fue un record,
ejecutada en dos meses.
Más recientemente, el Nuevo Museo, o Museo Oscar
Niemeyer, fue ejecutado en cinco meses. Pueden imaginarse
como es compleja una obra como esa, pero teníamos la
oportunidad de reciclar un antiguo edificio de Oscar Niemeyer,
magnífico y audaz proyecto de los años 60 transformado en
Secretarías de Estado.
Transformar un espacio burocrático en un espacio
destinado a la creatividad, identidad, arte, desing,
arquitectura y ciudades era importante. Una vez más era
necesaria la rapidez.
Y el museo está ahí, revelando la genialidad de Oscar
Niemeyer, en una obra cuyo costo, 12 millones de dólares, es
muy inferior a una franquía del Guggenheim.
La rapidez de esas acupunturas tenía un objetivo: evitar
que la inercia de los vendedores de complejidades, la
mezquindad y la política inviabilizasen momentos y obras
fundamentales.

48
Trompe
l’oeil.

A veces, la ciudad recurre a lo falso para salvar lo


verdadero. Es el caso de los vallados de obras que muestran
como quedará un edificio después de ser restaurado.
Fue lo que sucedió en la restauración de la Madeleine, en
París. Los paneles que cubrían las obras mostraban una
Madeleine hasta más bonita que la verdadera.
Otro ejemplo fantástico de trompe l´oeil es la decoración
ilusionista de la nave y del domo de la Iglesia del Gesú, en
Roma, construída un siglo después. O en la Iglesia de San
Ignacio de Loyola, donde la cúpula proyectada y no construida
fue cubierta con un trompe l´oeil, en una falsa perspectiva.
En Berlín durante la reforma de la Puerta de
Brademburgo, fueron instalados vallados gigantes para
esconder la obra. En ellos eran colocadas imágenes de la
ciudad, para crear una perspectiva diferente.
Un trompe l´oeil que no ayuda a la ciudad es el shopping
center, con las mismas tiendas, los mismos carteles, lo que no
permite que identifiques en que ciudad estas. Este es
realmente un trompe l´oeil que no ayuda.
Puede una buena vitrina puede ser un bello trompe l
´oeil. No conozco ciudad que tenga vitrinas mas lindas que
París. Es como ver un desfile de colores.
Todo tiene vitrina, desde el hotel más simple hasta las
tiendas más sofisticadas. Es un paseo por el mundo de quien
se esfuerza por mostrar lo mejor. Tal vez sea falso, pero el
orgullo y la auto-estima necesitan de acupuntura continua.
Muchos usan el recurso del trompe l´oeil para impactar,
crear una perspectiva falsa o acentuar un absurdo. Además,
esa es una discusión antigua, que me recuerda el diálogo
entre lo falso y lo verdadero:

Lo falso dice a lo verdadero: Yo llegué primero.


Lo verdadero responde: vos mal existís, y yo soy el fin.
Sin mi, dice lo falso, vos no serías verdadero.
Nosotros dos juntos, como soy falso, mentiré y seré
entero.

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Y vos, con tu verdad, puedes ser considerado falso.

En este caso, la acupuntura consiste en hacer a lo falso


trabajar para lo verdadero.

Carta a
Fellini.

Vivíamos la época más importante del cine italiano.


Fellini, Ettore Scola, Pasolini, Visconti y tantos directores
mágicos. Entonces, hubo un momento en que la ciudad de
Curitiba escribió una carta a Fellini. La historia es más o
menos esta:
Corría la noticia de que Federico Fellini vendría al Brasil
para una Bienal de San Paulo. Surgió un movimiento en
Curitiba para que Fellini visitase la ciudad. La idea era
homenajear al compositor Nino Rotta, autor de los versos
sonoros de la mayor parte de las películas de Fellini,
recientemente fallecido, dando su nombre a un auditorio que
se pretendía hacer en una cantera que, como intendente,
había desactivado.
Decidimos invitar a Fellini para inaugurar el auditorio
Nino Rotta. Pero cómo hacer esta invitación?
Los periodistas Aramis Milarch y Valêncio Xavier y un
gran número de cineastas y cinéfilos curitibanos entendieron
que la carta-invitación debía ser hecha por medio de una
película. La invitación sería hecha por personajes fellinianos
en varias partes de la ciudad. O sea, Curitiba sería descrita
para Fellini en su vocabulario.
El movimiento de los días siguientes fueron de creación
intensa. La película fue terminada. La cena final ocurría en la
propia cantera, con el pintor italiano Franco Giglio dando una
pernaccia a los directores de la película.
Y quien entregaría la carta? El propio Giglio, que, decían,
era conocido de Fellini. Solo que, a esa altura, la diversión de
hacer la película era tan grande que ya nos habíamos
olvidado de Fellini.

50
Pero la misión exigía proseguir hasta el fin. Allá fue
nuestro Franco Giglio con su Rosa para su Dulce Agua,
respondiendo a un llamado de la familia.
La timidez del amigo Franco Giglio, entretanto, nunca
permitió que la película-carta fuese entregada. Algunos años
después falleció sin completar la tarea.
Pero el gran auditorio en la cantera fue hecho y, al lado,
en otra cantera, construimos la Ópera de Arame.
Se que Fellini nunca supo que la voluntad de
homenajearlo creo una acupuntura tan bonita.
Ah, le película Carta a Fellini gano premios en varios
festivales de cine.

Como encontrar a una persona en una


ciudad.

Una ciudad tendría que permitir no solo el encuentro


entre las personas, sino también que las personas pudiesen
ser encontradas.
Encontrar una persona en Caracas, fuera de los puntos
más significativos, ya es difícil.
Las urbanizaciones no tienen muchas indicaciones.
En Tokio, mucho más difícil. Son códigos que cada ciudad
crea, con indicadores que solo sus habitantes entienden.
Y cómo encontrar una persona en Dulce Agua, en Italia?
Yo y mi mujer, Fani, bajamos en Nice. Pasamos por Monte
Carlo y, en la escalinata, nos acordamos que estábamos cerca
de San Remo, región donde vivía Franco Giglio, nuestro
pintore italiano.
En el puesto de gasolina me entero que ocho kilómetros
al norte de Ventimiglia hay un lugar llamado Dulce Agua,
cerca de las ruinas de un castillo, junto al río Nervia.
Tuvimos la sensación de que era solo gritar “Franco
Giglio” y lo encontraríamos. Franco, Franco Giglio, gritando
por las escalinatas.
Algunos minutos después, estábamos en frente a un
puente medieval de piedra. Ya del otro lado, damos el primer

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grito: “Franco, Franco Giglio!” un niño vino corriendo: “Il
pintore brasiliano? No bar do Pastio.”
Dentro del bar, una niebla de humo, el barullo agradable
de hombres bebiendo y conversando. Nuestro segundo grito:
“Franco, Franco Giglio!”
Un hombre nos toma de la mano y nos lleva a un solado.
“Franco, Franco Giglio.” Y el abrió la ventana.
Con solo tres gritos se puede encontrar una persona en
una buena ciudad.
Pero difícilmente un punto de encuentro tiene una
historia tan bella como la de Hachiko, en Tokio. Hachiko era
un perro akita que, en la década de 1920, pertenecía a un
profesor de la Universidad de Tokio, antigua Universidad
Imperial. Todos los días, Hachiko acompañaba al profesor
Eizaburo Ueno hasta la estación de Shibuya, donde el tomaba
el tren para el trabajo. Diariamente, a las tres de la tarde,
Hachiko volvía a la estación para aguardar el retorno de su
dueño.
El día 21 de mayo de 1925 el profesor Ueno sufrió un
derrame y murió en la universidad. Desde entonces, durante
casi nueve años Hachiko siguió yendo a la estación todas las
tardes para esperar a su amigo que nunca más volvería. El 7
de marzo de 1934, Hachiko murió en el mismo lugar donde
siempre esperaba al profesor.
La historia de Hachiko ya era famosa en la ciudad, y un
mes después fue colocada una escultura en su homenaje en
la entrada de la estación de Shibuya. La estatua en bronce,
con 91 centímetros, fue hecha por el artista Teru Ando.
Durante la Segunda Guerra Mundial, todas las estatuas fueron
confiscadas y derretidas para la fabricación de armas,
incluyendo la de Hachiko. En 1948, Takeshi Ando, hijo del
escultor de a estatua original, fue contratado para crear una
réplica, que fue colocada en el mismo lugar de la anterior. El
verdadero Hachiko fue empajado y está en el Museo de
Ciencias Naturales de Tokio.
La vida de Hachiko fue contada en un libro y en una
película llamada La Historia de Hachiko. Viajantes que pasan
por la estación de Shibuya pueden comprar regalos y
recordatorios de su perro favorito en la tienda Shibuya No

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Shippo. Un mosaico colorido de akitas cubre una pared cerca
de la estación.
El día 7 de marzo pasó a ser la fecha del Festival
Hachiko, en homenaje a la lealtad de los perros. Y, hace
decenas de años, la estatua de Hachiko es el principal punto
de encuentro de Tokio. Allí, a cualquier hora del día, siempre
habrá alguien mirando el reloj, en espera de un amigo.

La presencia de
un genio.

Claro que la presencia de genios marcó la vida de


muchas ciudades importantes del mundo.
En las ciudades italianas esto es incontable, con los
grandes maestros renacentistas como Miguel Angel, Da Vinci,
Ticiano, Botticelli.
Pero en ninguna de ellas se siente la presencia del genio
como en Barcelona. No hay muchas obras de Gaudí en la
ciudad. El Parque Güell, la Casa Milá, la Iglesia de la Sagrada
Familia, la Casa Batló, la Casa Vicens.
Sin embargo, Barcelona respira Gaudí. El parece estar en
todo, mismo en las obras que nada tienen que ver con el. Pero
mi genio preferido en Barcelona es Domenecq.
En Río, Oscar Niemeyer no tiene muchas obras. La Plaza
del Verso, el edificio del Ministerio de Educación, el Museo de
Arte Contemporáneo de Niteroi, pero Río es Oscar Niemeyer.
Es también Millôr, es Vinicius de Moraes, es Antonio Carlos
Jobim, es Cartola, es Burle Marx.
Bello Horizonte tiene mas obras de Niemeyer. Tiene a
Pampulla, entre otras, pero Bello Horizonte no es Oscar
Niemeyer.
Curitiba es Poty. Puerto Alegre es Mario Quintana. Bahía
es Caymmi, Gil es Caetano.
Pueden intentar racionalizar cualquier ciudad, pero un
genio es necesario.
Las ciudades necesitan de todo. Pero es bueno saber que
un genio es necesario.

53
Mercados
y ferias.

Por qué será que un mercado atrae tanto a la gente?


Muchas explicaciones: a la gente le gusta ver gente, el
mercado es tan antiguo como la ciudad, a la gente le gusta
ver a otros haciendo la misma cosa, a la gente le gusta ver
comida, a la gente le gusta ver la preparación, el manoseo.
Con la modernización de las ciudades, con la
globalización, comenzamos a recibir y comprar cosas
embaladas demás, listas demás, en espacios acabados
demás. No vemos más las cosas en estado puro. Por eso la
nostalgia de ver productos, frutas, verduras, carnes, pescados
en estado natural nos atrae.
El zoológico contemporáneo no va a ser más aquel que
tiene leones, jirafas, onzas, pelícanos, más un espacio que
tenia gallinas, bueyes, puercos, patos, pavos y carneros.
Por qué el mercado La Boqueira, en Barcelona, es uno de
los mejores del mundo? Porque es lindo, con sus vitrales
coloridos, y la manera como los productos son presentados es
atrayente. Las carnes, las frutas y las verduras tienen hasta
aroma a fresco; todo eso se transfiere a los vendedores, que
son muy alegres. Y es bueno sentir esto de mañana. Un café
de la mañana en un lugar dentro del mercado es increíble.
Todos nos cansamos de ver siempre las mismas cosas,
un shopping normal nos excluye de la ciudad, con sus tiendas
tan iguales al punto de que no sabes en que ciudad estas.
Pero las ferias y mercados siempre fueron puntos de
referencia en una ciudad.
París quedó peor después que demolieron Les Halles de
Balthard. Nada consiguió recomponer la vida que el “vientre
de París” proporcionaba.
Pero no necesitamos ir tan lejos. El Mercado de San Paulo
es un mercado importante. Y quedará mejor aún después de
su restauración y de la revitalización de toda el área del
Parque San Pedro, que ya están previstas.
El Mercado Municipal de Curitiba no tiene tanta tradición,
pero es un buen mercado.

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La nostalgia que el noresteño tiene de su región hizo que
surgiese en Río una feria tan atrayente como cualquier feria o
mercado del Noreste.
En Ámsterdam, el Albert Cuyp Marka, los lunes por la
mañana, o el Noorder Marka y el Waterlooplein en la cuadra
judaica son buenos como cualquier mercado europeo. La
Feskekorka, en Gotemburgo, Suecia, es una belleza de
mercado, pero no iguala a la diversidad del Gran Bazar de
Estambul, o el Bazar de Especias, ya con características
diversas.
Y que decir de ese mundo que es el mercado de peces
de Tokio? Parecemos buceadores sin escafandro en ese
inmenso mar de peces y polvos en la tierra.
Pero nada supera la riqueza, el placer de comprar, de
regatear, de un souk árabe. Normalmente, las calles son muy
estrechas, lo que lleva a los comerciantes a sentarse del lado
de afuera de la tiendita. Con el poco espacio que sobra, estas
obligado a mirar para un lado y para otro. El comerciante ya
consiguió lo que quería: atraer tu atención. Ahí estas perdido,
vas a acabar comprando. Ahora, haga como ellos, haga de
eso un placer. Es en las ciudades de las cuadras árabes que la
actividad comercial nos trae una salsa de identidad.
El tiempo, que siempre adiciona nuevas camadas a la
civilización existente, tiene la nostalgia de las cosas brutas,
que le permitía entrar, concluir, hacer alguna cosa.
Por eso, la moda más sofisticada busca locales más
rústicos, menos acabados, para sobresalir, hasta para ser
fotografiada.
Y el hombre busca, en el mercado, encontrar a su
prójimo, haciendo la misma cosa en locales animados.
El mercado es una acupuntura de identidad en una
época en la que muchas ciudades se descaracterizan.

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Una barra
de bar.

Apoyo, sensación de conforto, mente despierta son


reflejos de una buena acupuntura.
Por eso, una buena barra de bar es importante. Los
españoles acostumbran decir que es bueno tener una buena
barra.
Una barra es importante en cualquier momento, en
cualquier lugar del mundo. Desde el antiguo almacén, donde
se compraban las cosas de casa, y se aprovechaba el
mostrador para una buena conversación, una tabernita de
aperitivo antes de llegar a la casa, hasta los sofisticados bares
de happy hours en las grandes ciudades.
Pequeño, grande, redondo, lo importante, además del
producto, la bebida y la comida, es la tolerancia y la
comprensión del barman. Desde las champanerias de
Barcelona a los irish bars de Nueva York, o el copetín de Río,
todos necesitan tener ese sentimiento de solidaridad. La
paciencia para oír historias repetitivas, que en su casa ya no
aguantan.
Cuál es la mejor barra? Una barra de copetín de Río tiene
la informalidad, la complicidad y el sentimiento de
celebración. De qué? No se. Tal vez celebrar la amistad de
quien todavía no conoce los defectos del otro.
Pienso en la barra del P.J. Clark`s, en Nueva York, que
tiene, o tenía, un diseño que ayuda a atajarse de la barra y
equilibrarse en la banqueta. O la barra de las cafeterías de
Nueva York, donde las conversaciones de las primeras horas
del día, en el breakfast, van ocurriendo mientras que el sonido
de las chapas y espátulas acompaña la preparación de los
huevos de todos los tipos, al son de un dueto de latinos de un
lado y americanos del otro, embelesados por una salsa en el
comienzo de la mañana.
Tiempos atrás, atravesaba e Central Park para ir a la
cafetería del Hotel Excelsior solo para ver la rapidez con que
un señor de 70 años atendía a los clientes y a toda la
vecindad. No se si todavía sigue allí, pero era una barra con la
velocidad de la luz.

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Además, la velocidad en la barra es esencial. La barra de
una tasca de Bilbao o San Sebastián, en España, tiene doble
fila de mozos y triple fila de clientes. “Tinto y jamón”,
butifarras, almejas, anguilas pasan con eficiencia barullenta.

En Berlín, el Gendarmenmarck, una barra con rueditas se


estira hasta la vereda para que la conversación se extienda
hasta allá afuera. Es una barra convertible como un auto
deportivo.
En los sushi-yas de Tokio, los platitos con sushis se
deslizan por una estera en la barra, delante del cliente. Dentro
de la barra, en forma oval o circular, están los sushimen,
trabajando veloz e incansablemente. El cliente solo tiene el
trabajo de acompañar el “desfile” en la estera y tomar el tipo
de sushi que más le apetece. Después, es solo contar los
platitos para cerrar la cuenta. En Tokio, además, hay bares en
esquinas tan estrechas que solo tienen la barra y no más que
una docena de banquetas.
La barra del mostrador representa lo que para el nadador
es el salto a la piscina. Una buena batida en la barra es un
zambullo en un nuevo momento del día en que, como dice
Nireu Teixeira, “la noche será como un filtro, solo quedarán
los buenos”.
Además, no que muchos bares existen en torno a una
piscina? El bar más bonito de Nueva York queda en
Williamsburg, Brooklyn, con una falsa piscina iluminada en un
antiguo garaje. Quiero ese iluminador en mi ciudad.
Un pub ingles da gran importancia a la barra. Algunos de
ellos tienen divisorias, una especie de reservado, o será un
confesionario? Se imaginan una película del viejo oeste sin
barra; en una escena de publicidad?
Los bares exigen un cierto atrevimiento en la
conversación, pues alguien tiene que tomar la iniciativa. Para
los jóvenes, un buen lugar para suspender la inseguridad;
para los solitarios un local para dividir la soledad.
Desde la barra de los bajo-rasantes en San Sebastián al
bar en frente al Bósforo, en Estambul, el mostrador es una
acupuntura contra la soledad, luego, a favor de la ciudad.

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Hay algunos especiales, como el de Boxe 32, en el
Mercado de Florianópolis, espacio democrático para los
habitúes del Mercado, y sofisticado para quien así lo quisiere.
Del pastel al champagne.
Otra barra de bar muy especial es el Maneko`s, en
Curitiba, que entró a la historia a causa de la única
solemnidad de transmisión de cargo de dueño de bar de que
se tiene noticia.
Antes de convertirse en Maneko`s, el bar se llamaba
Mano`s, y quedaba en una galería donde también trabajaba
mi barbero, Zé Trindade. Se llamaba Galería del Comercio,
pero si hubiese algún lugar parecido a una estación de metro
boliviano, seria esta galería.
Había en el lugar una serie de actividades extrañas, el
arreglador de muñecos y juegos, la tienda que restaura los
paraguas y, en el punto central de la galería, un patio de
juegos.
El gran punto de encuentro del local era Mano`s Bar,
donde las personas quedaban sentadas con vista hacia el
patio de juegos.
El 1 de junio de 1984, Mano transmitió el cargo al nuevo
propietario, Manuel Alves, en presencia de los clientes,
amigos, y con el compromiso de continuidad de la cocinera
Iza, del mozo Nilson Passarinho, y de mantener regularmente
la oferta de sus tradicionales picadas: la tortita de bacalao y el
“mocotó”.
Al contrario de muchos compromisos políticos, este fue
honrado y mantenido hasta hoy en el bar que, en 1988, fue
transferido a la alameda Cabral, a menos de 100 metros, con
el nombre de Maneko`s, el apellido del nuevo dueño.
La actitud de Manuel Alves fue un verdadero gesto de
gentileza urbana y solidaridad con la clientela.
Solo hay una cosa que la barra de bar a veces produce y
que precisa ser combatida con rigor: el pesado. Me contaron
que, en Poços de Caldas, había un dueño de bar que, al sentir
la aproximación de un pesado, hacia una señal. Era un aviso.
Pero que responsabilidad!

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Hay el sofisticado bar a vin, en París, donde podes probar
todos los vinos; hay los bodeguines de Río, fuente inagotable
de buenas picadas, buen chopp y un grupo de buena gente.
Ah, los bodeguines de Río. No hay como igualar su
simplicidad, simpatía y tolerancia. Porque la barra exige una
buena dosis de tolerancia, del dueño a los clientes, lo que es
un trazo de humanidad importante.
Y las barras de zinc en los cafés de tabac de París, donde
la mañana comienza con una tartine, un café, un vino o un
marc. No importa. Es la Marsellesa saludada en las tazas de
un Pernod.
Pero la solidaridad de los bares se mide por la proporción
de la barra del mostrador y por el número de mesas. La
solidaridad es mayor cuando la barra es mayor. Porque el
mostrador representa un estado de equilibrio, no solo en
relación a la bebida, mas, sobretodo, de reflexión y de toma
de decisión, igual si la decisión termina en la salida del
establecimiento. Ella está latente.
Amor a la
ciudad.

Qué tal si cada aguja de acupuntura fuera un gesto de


amor a tu ciudad? Comience diseñando su ciudad. Diseña su
vecindad y marque aquellas personas que conoce. Salúdelos
por su nombre. Es una buena acupuntura.
Compre en los almacenes y locales donde los dueños
están atendiendo. Otra buena puntada de amor a la ciudad.
Tome el ómnibus próximo y salude al chofer, al cobrador y a
los vecinos que están ahí. Punto para vos. Ande a pie y fíjese
en el diseño del piso, de las luminarias, en el itinerario. Otro
punto más para vos.
Oyó y reconoció un son habitual de la ciudad? Sintió
algunos aromas conocidos de alguna región? Más puntos.
Pidió al comerciante de la tienda donde acostumbra comprar
que no cierre con puertas de acero a la noche y así dejar que
el pueblo vea la mercadería en la vitrina? Más puntos.
Tiene un grupo de conversación, un café o bar que es su
punto? óptimo. Tiene su barbero, su banca de periódicos?
Todavía mejor. Es cliente de tiendas y servicios que dan frente

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a una calle? Más puntos. Su eco clock es menor que uno,
mejor.
Tiene en su memoria la ciudad como ella era, no
cuestiona la junk food, asiste a películas en cines de calle,
comenta después con los amigos en un restaurante? Mis
felicitaciones! Sós un ciudadano, curado por la acupuntura
urbana.
Sós capaz de captar momentos especiales en la vida de
una ciudad, de vislumbrar que cada ciudad puede ser mejor.
Depende de vos conocerla y sentir aquello que ella tiene
mejor, que es la solidaridad. Entonces, sós capaz de amar a
las personas de todas las ciudades.

Vamos todos a pensar en la ciudad.


Yo, de mi parte, pienso…

pienso en la placita de la calle 53 (Nueva York)


tan preciosa
que necesita ser cerrada
(para que nadie la robe)

pienso en las calles y canales de Annecy


una Venecia casera
y verdadera

en la vegetación cubriendo la fachada del hotel


de Fenice
et des Arts en Venecia
en pleno otoño

en las plazas cubiertas en Nueva York


pequeñas y grandiosas
al mismo tiempo

pienso en la velocidad de propagación


de la cultura, batiendo y rebatiendo en las
pared de las brownhouses y de los rascacielos.

pienso en la silueta de Nueva York

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de Koblenz
de Florencia
de Jerusalén
una gran ciudad tiene que tener un silueta

en los colores de las ciudades


ah, el color de Bolonia
del Farol de la Barra en Salvador

el gris de la calle Monfettard sangrado por los colores


de la feria
el color del mar visto desde la terraza del Amanda`s Bar
en San Juan,
en la dignidad de la Via dei Calzaiuoli en Florencia
en las mañanas foscas de mi nebulosa Curitiba

y murallas
pienso en la eternidad de las murallas de Jerusalén,
de China
y sus valles
pienso en las puertas y portales
pienso en la soledad de la Place de Furstenburg
un banco, un árbol y una
luminaria
y vos congregado con la multitud
de las personas que gustas
y solo con las personas que amas

pienso en los abrigos, que la ciudad debería ser un


gran abrigo

pienso en los ombrelones del Campo de`Fiori


en la fachada art-noveau de un edificio en París
en la galería Vittorio Emanuele, verdadera
catedral de los pasantes

pienso en las barras de Río


en los almacenes de Curitiba

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pienso en los bares y esquinas
en las plazas y en los patios de París
Place Dauphine
Place des Vosges
o en la plaza Mayor en Madrid
donde la mesa de un palmo
mide un palmo de prosa
donde la espera es más amena
marcando hora con vos mismo
con vos y otros

mirar un río como en París


hacia los canales, como en Venecia o Annecy
hacia el mar en San Juan
hacia otras personas en Champs-Élysées
hacia vos mismo, como en el Café Paraguas
en Barcelona

quedar en el bar de la ciclovía en Curitiba


en el Gramercy Park
en la vitrina de un bar en frente al
Museo de Historia Natural en Nueva York
en la plaza de Siena
en la plaza San Marco

en un copetín en Río del Fuego


a algunos metros de Navidad
en un atardecer en el Bosque del Papa, en Curitiba

conversar en el paseo público o en el deck del


Parque Barigüi
en Curitiba
en un brunch en el Café Bella Vista en San Francisco
en la Boca Maldita
o en las Ramblas de Barcelona
en un happy hour en un lobby de hotel
en Nueva York
en los cafés de Buenos Aires

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oír a la Sinfónica de Nueva York
un concierto de Benny Goodman en el
Church of the Heavenly Rest, en Nueva York
un coro en la plaza Garibaldi
o un bar de Río
un concierto en la Sainte-Chapelle
los Klezmatics en plena 2nd Avenue en Nueva York
Villa-Lobos en un barco en la Floresta Amazónica
el Despertar de la montaña en las calles de
Oro Negro
un concierto para flauta en el barrio gótico en
Barcelona

pienso en los caminos y paseos


el pequeño paseo atrás del Arco do Teles, en Río
el Paseo de Gracia en Barcelona
y el Carrer Moncada con sus museos
pienso en los matrimonios
de Steiner Street, en San Francisco
de Heidelberg
de Río del Fuego en Río Grande del Norte
de Olinda

pienso en los valles de

Jerusalén
Heidelberg
Assis
Oro Negro
Olinda

en los pasajes y galerías


en el pasaje rue de Seine-Dauphine
en la galería París en Budapest

en los puentes,
el puente Charles en Praga
el Pont-Neuf en París
los puentes de Annecy

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ni que hablar de los de Venecia

pienso en las iglesias


de Oro Negro y Saint Germain
en las catedrales del Domo en Milán
de Reims
y de la Sagrada Familia en Barcelona
o de la pequeña iglesia en Zumbi, Río Grande
del Norte

En San Francisco, en la sinfonía de una ciudad


en Edimburgo, un parque que cubre la
línea del tren
en Londres, la virtud de la pequeña escala
en Nueva York siempre se tiene la sensación
de que está comenzando
Liquidificador de ideas
donde se está solo en compañía
de todo el mundo
Roma, la ciudad donde el pasado
Está al lado
En fin, cada ciudad debería tener una personalidad
(o una canción que fluya) que fuese la persona
indicada para mostrarla, para sumar admiración
la ciudad es persona

Las ciudades, en qué época?


París en los años 20 y 60
Nueva York ahora
Barcelona en los años 60 o ahora
Río en los años 60
Curitiba en los años 70
Navidad ahora
Salvador en los años 70
Oro Negro
porque la ciudad en la que pienso ahora
quedará conmigo para siempre.

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