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2. Sumérgete
Ya te has hecho la promesa, te has comprometido. ¿Y ahora qué? ¿Hay
algún tipo de camino correcto para aprender? Matthew recomienda el
“enfoque maximizado de 360°”: no importa qué herramientas uses para
aprender el idioma, lo importante es que practiques todos y cada uno de los
días.
“Yo tiendo a querer absorber cuanto más mejor desde el principio, de manera
que, si estoy aprendiendo algo, lo llevo al extremo e intento usarlo a lo largo
del día. Conforme la semana avanza, intento pensar en ese idioma, intento
escribirlo e incluso me hablo a mí mismo en ese idioma. Para mí, en realidad,
todo consiste en poner en práctica lo que sea que estés aprendiendo, ya sea
escribiendo un email, hablando contigo mismo, escuchando música u oyendo
la radio. Rodearte y sumergirte en la cultura del idioma que estás
aprendiendo es extremadamente importante.”
Recuerda que el mayor beneficio de hablar otro idioma es poder comunicarte
con otros. Ser capaz de mantener una conversación sencilla es una
recompensa increíble en sí misma. Alcanzar metas de este tipo pronto hará
que te sea más fácil seguir motivado y practicando:
“Siempre tengo en la cabeza que, en realidad, se trata de adaptar la manera
en la que tú piensas a la manera en la que se piensa en ese idioma.
Obviamente no hay solo una manera en la que un hablante de español, de
hebreo o de holandés piensa, pero el truco está en usar el idioma para
construir tu propia realidad idiomática.”
3. Encuentra un compañero
Matthew aprendió varios idiomas junto con su hermano gemelo Michael,
¡quienes abordaron su primer idioma, el griego, cuando tenían solo ocho
años! Matthew y Michael, o los Super Polyglot Bros (como me gusta referirme
a ellos), adquirieron sus superpoderes a base de la tan tradicional rivalidad
entre hermanos:
“Estábamos motivados y todavía lo estamos. Nos empujamos el uno al otro a
seguir adelante. Si mi hermano se da cuenta de que yo estoy haciendo más
que él, se pone un poco celoso e intenta superarme (creo que eso es porque
él es mi gemelo, yo soy el original) y lo mismo en el sentido opuesto.”
Por lo tanto, aunque no tengas un hermano o hermana que te acompañe en
tu aventura para aprender idiomas, tener un compañero o compañera te
empujará a seguir intentándolo un poco más y a permanecer motivados:
“Creo que es un enfoque fantástico. Tienes a alguien con quien puedes
hablar y, al final, esa es la idea básica detrás del proceso de aprender un
idioma.”
4. Mantenlo relevante
Si tu objetivo desde el principio es mantener una conversación, es más
improbable que te pierdas en libros de texto y manuales. Hablar con gente
hará que el proceso de aprendizaje siga siendo relevante para ti:
“Estás aprendiendo un idioma para poder usarlo. No vas a hablar solo contigo
mismo. La parte creativa del asunto está en ser capaz de poner el idioma que
estás aprendiendo en una disposición diaria más general y útil, ya sea
escribiendo canciones, intentando hablar con gente o usándolo cuando vas al
extranjero. Pero no hace falta que vayas al extranjero, puedes ir al
restaurante griego que está al final de la calle e intentar pedir la comida en
griego.”
5. Diviértete
Usa tu nuevo idioma de cualquier forma que sea creativa. Los Super Polyglot
Bros practicaban el griego escribiendo y grabando canciones. Piensa en
alguna manera divertida de practicar tu nuevo idioma: haz un programa de
radio con un amigo, dibuja un cómic, escribe un poema o trata de hablar en él
con quien puedas. Si no eres capaz de encontrar una manera divertida de
practicar tu nuevo idioma, hay muchas posibilidades de que no estés
siguiendo el epígrafe 4…
8. Escucha
Tienes que aprender a caminar antes de aprender a correr. En el mismo
sentido, tienes que aprender a escuchar antes de aprender a hablar.
Cualquier idioma suena raro la primera vez que lo escuchas, pero cuanto más
lo escuchas más familiar se vuelve y más fácil te será hablarlo:
“Somos capaces de pronunciarlo todo, solo que no estamos acostumbrados a
hacerlo. Por ejemplo, el sonido de “r” fuerte no existe en la variante de inglés
que yo hablo, pero cuando estaba aprendiendo español había palabras con
esa “r” fuerte, como “perro” o “reunión”. Para mi, la mejor manera de aprender
a dominar ese sonido era oírlo constantemente, escuchándolo; luego, tratar
de visualizar o imaginar cómo se supone que hay que pronunciarlo, ya que
para cada sonido hay una parte específica de la boca o de la garganta que
hay que usar.”
Bonus: ¡Relax!
Nadie se va a molestar por que le hables en su idioma aunque sea mal. Si
empiezas cualquier interacción con un “Estoy aprendiendo el idioma y me
gustaría practicar…” la mayoría de la gente será paciente, te apoyará y te
animará a seguir. Incluso si hay aproximadamente mil millones de hablantes
de inglés no nativos en el mundo, la mayoría de ellos preferirá hablar su
propio idioma si tiene la posibilidad. Tomar la iniciativa de introducirse en el
mundo idiomático de alguien facilitará el trato y los pondrá en una disposición
más positiva:
“Está claro que puedes viajar al extranjero hablando solo tu idioma, pero le
sacarás mucho más partido si puedes sentirte cómodo en el lugar que estés,
siendo capaz de comunicarte, de entender y de relacionarte en cualquier
situación que puedas imaginar.”