LA PRÓXIMA DESPENSA GLOBAL

¿Por qué invertir en agricultura en América Latina y el Caribe (ALC)?

(Resumen ejecutivo adaptado)

Esta lectura es un resumen ejecutivo adaptado de la introducción al

monográfico “La Próxima Despensa Global. Cómo América Latina
puede alimentar el mundo”, escrito por Ginya Truitt Nakata y Margaret
Zeigler para el BID. Con esta lectura aprenderás por qué se considera
que la región de América Latina y el Caribe está en una posición
inmejorable para convertirse en una de las principales fuentes de
alimento en el mundo, los pasos a seguir por la región para enfrentar
los retos relativos a productividad, agricultura sostenible y cambio
climático, y cómo hacer que los pequeños y medianos productores
puedan acceder a las cadenas de valor.

Introducción los efectos del cambio climático junto con la

Se estima que la población mundial en 2050 alcanzará
los 9.000 millones de habitantes. Hará falta aumentar
la producción alimentaria en 60% para satisfacer
las necesidades de alimentación de esta población.
Pero también para satisfacer las necesidades de
combustible (como etanol), fibra (como algodón)
y de la industria, por lo que se estima que la
producción agropecuaria deberá duplicarse para
la fecha. Esto al tiempo que “los agricultores afrontan
degradación de la base de recursos naturales y la
creciente competencia por tierra y agua”.
Será importante, por tanto, seguir el enfoque de
“agricultura de conservación” trazado por la
Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO). Con ello se
busca “asegurar que las tierras agrícolas mantengan
su capacidad para producir en el transcurso del
tiempo”, con prácticas que perturben mínimamente

AGRIMONITOR
los suelos, mejoren su capacidad de producción y
los fortalezcan ante la erosión. Entre estas prácticas
se encuentra la “labranza cero”, que incluye la
retención de residuos de cultivos y la siembra
directa, que ya se practican extensamente en zonas
de Brasil, Argentina y Paraguay.
Para aumentar la productividad y, a la vez, proteger
el medio ambiente, harán falta mejores insumos y
nuevas tecnologías. La región de América Latina
y Caribe (ALC) está en una buena posición para
hacer frente a esta oportunidad de satisfacer la
creciente demanda mundial mejorando la productividad
de sus agricultores y productores.
El papel de ALC en la alimentación mundial
La región de ALC tiene casi un tercio de los recursos
de tierra cultivable y agua dulce del planeta, además
de gran biodiversidad en sus zonas tropicales. Por
todo ello, ALC puede jugar un papel clave en el
desafío de la seguridad alimentaria en el mundo y
además contribuir “a los avances mundiales en
medicina y ciencias agrícolas”. Más aún, la estabilidad
política, económica y civil de la región va en aumento
y, en relación a infraestructuras, sigue por delante
de otras regiones en desarrollo, avanzando en su
crecimiento y en la reducción de la pobreza
estructural. A diferencia de otras regiones en
desarrollo, ALC cuenta además con décadas de
experiencia institucional en la investigación
agropecuaria. Por todo ello, ALC “se encuentra en
una posición única para el crecimiento agrícola en
toda una amplia gama de productos alimenticios,
de fibra, combustibles y otros productos industriales”.
Para ello, se tendrá que tener en cuenta a los 14
millones de pequeños agricultores que generan
más de la mitad de alimentos que se producen en
la región. Se deberá apoyar su desarrollo mediante
programas que fomenten la compra local de
alimentos y la inversión del agricultor en la agricultura,
para así desarrollar la economía local y sus medios
de subsistencia.
De hecho, ALC juega ya un rol relevante como
exportador de alimentos, con un aumento continuado
de su participación en la producción mundial en
los últimos 50 años. “En 2011 produjo el 60% de
las exportaciones de soya del mundo y, entre 2006
y 2009, produjo el 45% del café y azúcar, el 44%
de la carne vacuna, el 42% de carne de pollo, el
70% del banano, el 12% de los cítricos, el 13% del
cacao y el 33% del maíz”.
La tasa de crecimiento de Productividad Total de
los Factores (PTF) de la región es 2,67% anual, gracias
en particular al crecimiento de PTF en Argentina,
Brasil, Chile, México y Perú, que han aumentado
su producción manteniendo el nivel de insumos
(tierra, mano de obra, fertilizante, maquinaria, ganado).
Según Global Harvest Initiative, si la región continúa
con su actual tasa de crecimiento, en 2030 será
capaz de satisfacer y exceder la demanda regional
de alimentos. Esto es de especial relevancia, porque
se estima que otras regiones serán incapaces de
satisfacer su creciente demanda de alimentos. Así,
se espera que Asia Oriental sea capaz de cubrir
solo el 79% de su demanda y África subsahariana,
solo el 25%. Por tanto, ALC podrá aumentar
significativamente su contribución a los mercados
mundiales de alimentos.
Si se tiene en cuenta el elevado porcentaje de la
población de ALC vinculada a la tierra y la tasa de
población rural en condición de pobreza extrema,
“el crecimiento del PIB generado por la agricultura
es hasta cuatro veces más eficaz en la reducción
de la pobreza que el crecimiento generado por
otros sectores”.
Los desafíos de la seguridad alimentaria en ALC
Aunque en general el aumento de los precios de
los productos agropecuarios ha beneficiado a la
región porque los productores han aumentado su
participación en el mercado mundial al aumentar
la eficiencia de su producción, el precio más alto
de los alimentos puede ser problemático para los
sectores con ingresos más bajos y sin acceso a
tierras productivas. Estas familias, principalmente
en zonas urbanas de ALC y en las islas del Caribe,
adjudican una gran parte de su presupuesto a la
alimentación. Un posible impacto del aumento de
precios a nivel internacional sería una escalada de
la inflación en aquellos países de ALC que son
importadores netos de alimentos, lo que incluye a
México, los países centroamericanos y del Caribe.
Varios estudios realizados a nivel mundial, entre
otros por el Fondo Internacional de Desarrollo
Agrícola (FIDA), el Banco Mundial o el Instituto
Internacional de Investigación sobre Políticas
Alimentarias (IFPRI), muestran “una clara correlación
entre el crecimiento agrícola y la reducción de la
pobreza rural”, junto al aumento de la seguridad
alimentaria, y entre la inversión en agricultura y el
alivio del hambre en las regiones productoras. No
así en ALC, donde, a pesar de que la producción
AGRIMONITOR
agropecuaria creció un 37% entre 1999 y 2009, la brecha de rendimiento, entre el rendimiento
pobreza rural se mantuvo en el 53%. agropecuario potencial y actual. Por ejemplo, Brasil
ha puesto en marcha un Registro Ambiental Rural
Algunos países en ALC han equiparado seguridad (CAR) como herramienta para integrar los objetivos
alimentaria con soberanía alimentaria como resultado de producción alimentaria y conser vación
de las abruptas subidas de precios y el potencial medioambiental. A través de ese Registro se controla
conflicto social de ello. Sin embargo, las consecuencias la deforestación, se hace un seguimiento por vía
de esto podrían ser perjudiciales para los sectores satelital, y se vinculan los distintos usos de las tierras
de población residentes en áreas de escasos recursos con incentivos y beneficios fiscales y financieros.
agropecuarios. Para estabilizar la oferta de alimentos
y precios hace falta mejorar la capacidad productiva Además, el aumento de los huracanes, inundaciones
de la región en general y extender el comercio y sequías relacionados con el cambio climático
interregional con “convenios comerciales para aumentan el riesgo de los agricultores y dificultan
exportar los productos de la región”. el desafío de aumentar la productividad agropecuaria.
Los países centroamericanos son especialmente
vulnerables, ya que sufrieron los 10 huracanes más
Producción agropecuaria sostenible en ALC fuertes de los 10 últimos años. Los aumentos de
temperatura afectaron los sistemas agropecuarios
La sostenibilidad debe formar parte esencial de de subsistencia en los Andes Centrales y los cambios
las decisiones políticas y en los patrones de
empresariales que se tomen precipitación tuvieron un
en relación con la impacto significativo en el
productividad agropecuaria. Según Global Harvest C o n o S u r. Ta m b i é n e l
Aunque 32,6% del aumento retroceso en los glaciares y
de las tierras para agricultura Initiative, si la región otras alteraciones de las
en el último medio siglo f uentes de agua dulce
corresponden a ALC, su continúa con su actual tasa tendrán un grave impacto
participación en el aumento en ciudades y valles, e
de la producción agropecuaria de crecimiento, en 2030 intensificarán los procesos
mundial fue de solo 14,3% de desertificación. En cuanto
en el mismo periodo. será capaz de satisfacer y a las islas del Caribe, el
número de huracanes
La Secretaría de la Convención exceder la demanda peligrosos se está duplicando
Marco de las Naciones Unidas cada 10 años y en la
sobre Cambio Climático regional de alimentos. actualidad estos países no
(CMNUCC) ha establecido tienen la capacidad financiera
que la mayor causa directa de abordar la adaptación
de la deforestación es la al cambio climático.
agricultura. Aproximadamente un 30% del efecto
del calentamiento debido a la acción del hombre Aunque las estimaciones del impacto económico
y los gases de efecto invernadero (GEI) proviene del cambio climático varían considerablemente, se
de la agricultura. La región ya ha perdido 40% de considera que, de no poner en marcha políticas
sus bosques originales, esenciales para frenar el agropecuarias inteligentes que aumenten la
cambio climático y preservar la biodiversidad. productividad agropecuaria, la resistencia de los
Además, el 70% del agua dulce que se extrae se cultivos y la mitigación de los GEI, los impactos y
usa para la agricultura, con lo que el uso de los costos de mitigación para la región supondrán un
recursos hídricos también juega un papel importante. 137% de su PIB actual de aquí a finales de siglo, lo
que afectará al papel que pueda jugar la región en
Por tanto, será esencial aumentar la productividad la seguridad alimentaria mundial.
agropecuaria; es decir, producir más con menos
tierra, mano de obra, fertilizante, ganado y energía.
Y, con ello, evitar la expansión continuada hacia Acelerar la agricultura en ALC
zonas forestales. Se debe invertir en mejorar el uso
de los insumos, incluido el agua de riego, y el La planificación de la productividad agropecuaria
manejo y cuidado del ganado para reducir su a largo plazo requiere un compromiso para desarrollar
contribución a los GEI, y así reducir también la el sector agropecuario y aprovechar las oportunidades

AGRIMONITOR
que se presentan, a través de intervenciones políticas
y de financiación pública y privada para una inversión
estratégica. Aquellos países que realizaron inversiones
a largo plazo están viendo sus frutos diez años después.
Se deben fortalecer las cadenas de valor en el
sector agropecuario, desde el agricultor hasta el
consumidor. Para ello, se deben mejorar la eficiencia
y la productividad de productores y agricultores,
a través de las nuevas tecnologías y del acceso a
herramientas y capacitación adecuadas, a fin de
hacerles “mejores custodios de la tierra y los
recursos naturales”.
Por ejemplo, gracias a una mayor especialización
en el procesamiento poscultivo que en otras regiones,
los exportadores de ALC experimentan los beneficios
de generar productos agropecuarios de mayor
valor añadido.
Por otro lado, la reestructuración de las industrias
de procesamiento y distribución de alimentos, con
la proliferación de supermercados que suponen
más del 60% de las ventas al por menor de alimentos,
sitúa a ALC a la vanguardia de estos cambios.
En los países en desarrollo, los mercados de alto
valor registran el mayor crecimiento dentro del
mercado agropecuario. Entre ellos, es notable el
aumento en la demanda de carne en todo el mundo,
aunque especialmente en relación al auge de la
clase media en China. Vinculado a esto, está también
el aumento de la demanda de soya y maíz para
alimentación animal. Por ejemplo, la industria
cárnica brasileña representa el 27% del PIB del
país, siendo el mayor exportador de los últimos 10
años gracias a las inversiones para cambiar los
sistemas de producción. En los próximos años,
Brasil podría abastecer entre 45% y 60% de la
demanda de carne vacuna mundial gracias a las
exportaciones a los mercados asiáticos y a Oriente
Medio, en particular a Irán.
En los últimos 25 años, las exportaciones de ALC
a Estados Unidos y Europa han caído desde el 57%
hasta el 45% en la actualidad, frente al 30% que
suponen las exportaciones al resto del mundo. El
crecimiento de ALC en esos mercados rivaliza con
el crecimiento de Europa y duplica al de EE.UU.
Sin embargo, desarrollar las oportunidades que
brinda la reestructuración del sector y acceder a
los mercados formales a nivel regional y mundial
supone cumplir con ciertos requisitos que los
pequeños y medianos productores no pueden
cumplir. Les faltan los conocimientos técnicos
necesarios para mejorar sus prácticas y la capacidad
financiera para mejorar los insumos (“semillas de
alta calidad, equipo y productos para mejorar la
salud animal y proteger los cultivos”). Tampoco
pueden asumir los costos adicionales relacionados
con “una infraestructura deficiente e inadecuada
de transporte, almacenamiento y procesamiento”,
y con el cumplimiento de normas de calidad sanitaria
y fitosanitaria. Todo esto limita la capacidad de
estas comunidades agropecuarias para entregar
sus productos a los mercados y, en consecuencia,
aumenta la pérdida de productos y desvincula a
estas comunidades de las oportunidades de negocio
que las harían más prósperas y, con ello, productivas.
La importancia de los bienes públicos
El crecimiento de la productividad agropecuaria
está vinculado a la inversión en bienes públicos
esenciales como son la infraestructura rural, la
investigación y desarrollo (I+D), la extensión
agropecuaria y el desarrollo de estándares para
su cumplimiento en el sector. Estas inversiones
deberán “crear un entorno favorable que fomente
la inversión privada en la productividad agrícola”
que, a su vez, movilice recursos adicionales que
fomenten las habilidades y capacidades de los
productores para que, junto a un mejor acceso a
la financiación, ayuden a mejorar su productividad.
Existen estudios que demuestran que el retorno
de las inversiones públicas en bienes públicos es
entre dos y seis veces mayor que los subsidios de
insumos y que, con ello, además, se fomenta la
conservación de los recursos naturales. Sin embargo,
la tendencia continuada en la región es a ofrecer
subsidios directos a los productores.
Según un estudio de 10 países de la región, “solo
el 45% de los desembolsos totales del Gobierno
en zonas rurales se destinaban para bienes públicos
como generación y transferencia de tecnologías,
conservación del suelo, protección de la sanidad
vegetal y animal, comunicaciones y servicios de
información, infraestructura vial en zonas rurales
y servicios sociales”.
El papel de los pequeños y medianos
agricultores
Los pequeños y medianos agricultores juegan un
papel muy relevante para abordar la seguridad
alimentaria local y nacional, tanto en relación a la
producción para los mercados locales como para
mejorar los ingresos en las zonas rurales, además
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de ser, en los países en desarrollo, los mayores
inversionistas en el sector agropecuario. Más aún,
siguen produciendo gran parte de los alimentos
de primera necesidad. En Brasil, por ejemplo,
producen el 70% de estos alimentos y en la totalidad
de ALC, representan el 80% de las fincas, el 35%
de las tierras de uso agropecuario y generan 64%
del empleo agropecuario. Por tanto, deben ser “el
foco central de cualquier estrategia para aumentar
la inversión en el sector”.
A pesar de todo esto, según la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL), de media,
el 53% de la población rural en ALC es pobre. En
gran parte, esto es debido a una falta de inversión
necesaria en el sector que favorezca su crecimiento.
Para poder mejorar su producción y sus vínculos
a los mercados, los pequeños y medianos agricultores
deben poder mejorar su acceso a insumos y
tecnologías: mejores semillas, fertilizantes y
pesticidas, maquinaria y asistencia técnica, a través
del acceso a servicios de crédito y financiación.
Además, para evitar entrar en competencia directa
con los grandes productores, se debería fomentar
la diversificación de sus productos hacia otros, más
allá de los productos básicos. Por tanto, la inversión
deberá centrarse en su capacidad de agregar valor
más allá de ampliar la producción de cultivos
tradicionales, aunque se deberá estudiar su capacidad
de establecer negocios rentables con cultivos de
preferencia en las dietas tradicionales para “abordar
los desafíos relacionados con la inseguridad
alimentaria y el acceso a alimentos en muchos
países de ALC”.
Por último, se debe mejorar su capacidad de cumplir
con contratos de calidad y entrega oportuna, para
así satisfacer los estándares internacionales
requeridos por los mercados de exportación.
Derechos de propiedad de la tierra
Mejorar y abaratar los procedimientos para el
registro de transacciones con bienes inmuebles y
la expedición de títulos de propiedad de la tierra,
y los plenos derechos que todo ello conlleva, otorga
una mayor seguridad y estimula las inversiones en
El texto completo del informe en el que se basa esta lectura se puede consultar aquí.
la tierra y en su capacidad de producción a largo
plazo por parte de los agricultores. Además, poder
usar la tierra como garantía mejora el acceso al
crédito que, a su vez, genera “incrementos adicionales
en la productividad y los ingresos agrícolas”.
Estándares de calidad alimentaria
Los estándares, reglamentos y coordinación entre
sistemas comerciales a nivel regional y mundial,
son de gran importancia para garantizar los niveles
de calidad e inocuidad que permitirán a los productos
agropecuarios acceder a los mercados mundiales
y regionales.
Esto adquiere mayor importancia en vista de los
cambios en la distribución y venta al por menor,
que requieren mayor trazabilidad y documentación
de los alimentos producidos. Por eso, cada vez
más, “las normas de calidad representan la condición
más importante del acceso al mercado”.
Todo esto requiere buenas prácticas por parte de
los agricultores, con un adecuado manejo en el
proceso de poscosecha y almacenamiento, y es
importante para mejorar su competitividad y
fiabilidad como proveedores, y así atraer capital
de inversión y convertirse en empresas más rentables.
América Latina se encuentra en una muy buena
posición para jugar un papel de extrema
relevancia en el mercado agropecuario y en
la seguridad alimentaria mundial en el futuro,
por delante de otras regiones en desarrollo.
Sin embargo, ello requerirá un gran esfuerzo
de inversión pública y privada en bienes
públicos que ayuden a mejorar la productividad
del sector y la infraestructura rural, fomentando,
a la vez, un desarrollo sostenible en un entorno
desafiante de cambio climático. Para ello, la
región deberá ser capaz de conectar a la gran
proporción de pequeños y medianos agricultores
a los mercados agropecuarios regionales y
mundiales a través de un mejor acceso a
insumos, nuevas tecnologías y crédito, y su
adaptación a estándares de calidad y trazabilidad
de los productos.
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