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La Actividad Administrativa

En sentido general, se entiende por Actividad Administrativa toda actuación de la Administración


Pública. Tal actuación de la Administración puede estar orientada al mejor funcionamiento del
Poder Público (carácter interno), o al mejor funcionamiento de la Administración en ejercicio del
Poder Público (carácter externo).
Principios que rigen la actividad de la Administración Pública
- Principio de Legalidad Administrativa
Está previsto en el artículo 1º de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, y consiste en
el mandamiento de la ley de enmarcar toda la actividad de la Administración Pública dentro de las
limitaciones fijadas en ella. Es lo que en otras palabras se denomina “el carácter sublegal de la
actividad administrativa”, que no le permite a la Administración invadir competencias propias de
otros poderes, como es el caso de la creación de impuestos y contribuciones, el establecimiento de
delitos y sanciones, y la regulación o limitación de las garantías constitucionales, materias éstas
que tradicionalmente han sido reserva legal del legislador.
- Principio de Autotutela
Está previsto en los artículos 81, 82, 83 y 84 de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos, y consiste en la facultad que la ley le otorga a la Administración de corregir,
subsanar, convalidar y hasta reconocer la nulidad absoluta de los actos administrativos dictados por
ella.
- Principio de Irrevocabilidad de los Actos Administrativos creadores de Derechos
Está previsto, por interpretación en contrario, en el artículo 82 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos, que nos establece la posibilidad de la Administración de revocar
los actos administrativos, cuando no hayan creado derechos subjetivos a favor de los particulares.
Más aún, cuando esto ocurre la misma ley sanciona en el ordinal 2º del artículo 19 de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos, la nulidad absoluta del nuevo acto.
NOTA: Cabe destacar que los actos absolutamente nulos, de nulidad absoluta, no pueden crear
derechos ni surtir ningún efecto, por la naturaleza misma del vicio que los afecta. En
consecuencia, muy a pesar de haber dado la apariencia de surtir efectos, pueden ser revisados en
cualquier momento, de conformidad con el art.83 L.O.P.A.
- Principio de Inderogabilidad Singular de los Actos Administrativos
Tiene su fundamento en el artículo 13 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, bajo
el cual los actos administrativos de efectos generales no pueden ser vulnerados o derogados por
actos administrativos de efectos particulares, aún cuando fueren dictados por autoridad igual o
superior a la que dictó la disposición general.
- Principio de Valor Precedente, Irretroactividad e Irrevocabilidad de los Actos Administrativos
Encuentra su fundamento en el artículo 11 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos,
y establece que los criterios establecidos por la Administración pueden modificarse, pero no
pueden aplicarse a situaciones administrativas pasadas y ya decididas, salvo que sean más
favorables a los administrados. En este último caso, la Administración, cuando modifica su
criterio, no puede verse compelida a modificar los actos administrativos dictados con anterioridad y
ya firmes, consagrando con ello el principio de irrevocabilidad de los actos administrativos.
Los Actos Administrativos
El Acto Administrativo como tal, no es más que la exteriorización de la voluntad de la
Administración Pública.
El artículo 7 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, define el acto administrativo,
a los solos efectos de la ley, como toda declaración de carácter general o particular emitida por lo
órganos de la Administración Pública, de acuerdo con las formalidades y requisitos establecidos
en la ley.
En criterio de la cátedra, la definición de acto administrativo debe ser más amplia y abarcar otros
aspectos que la Ley Orgánica obvia en su definición, y que son esenciales para definir no solo el
concepto, sino la magnitud real de lo que representa el acto administrativo. Así, para la cátedra, el
acto administrativo es toda manifestación de voluntad de carácter sublegal, realizada por los
órganos del Poder Público en ejercicio de la funciones administrativas y de gobierno, con la
finalidad de producir efectos jurídicos determinados que puedan crear, modificar o extinguir una
situación jurídica de carácter individual o general.
Clasificación de los Actos Administrativos
a.- Según sus efectos
Efectos Generales: Son aquellos actos normativos que alcanzan a la colectividad en general o
pluralidad de sujetos en número determinado o indeterminado.
Efectos Particulares: Son aquellos actos no normativos que se aplican a un sujeto o muchos sujetos
que comienzan a surtir sus efectos a partir de su notificación a los interesados. Excepcionalmente,
por mandato de ley, deben ser publicados en Gaceta
Actos Administrativos Generales: Son aquellos que interesan a una pluralidad de sujetos, formado
por un número indeterminado o determinado.
Actos Administrativos Particulares: Son aquellos que interesan a un solo sujeto.
b.- Según el Contenido
b.1.- Definitivos o de Trámite
Esta clasificación se deduce de los artículos 9, 2 y 85 de la L.O.P.A.. Entendemos por acto
definitivo, aquel que pone fin al asunto administrativo, es decir, el que decide el asunto (62) o el
que pone fin al procedimiento administrativo (85).
El acto de trámite, por su parte, es en general un acto preparatorio para el definitivo.
Excepcionalmente, a tenor de los que establece el artículo 85, puede intentarse recurso contra el
acto de trámite “cuando imposibilite la continuación del procedimiento, cause indefensión o lo
prejuzgue como un acto definitivo”
b.2.- Creadores de Derechos o que establecen Obligaciones
Los creadores de derechos subjetivos o de intereses personales y legítimos a favor de los
particulares (art. 19.2 y 82 LOPA)
Artículo 19. Los actos de la administración serán absolutamente nulos en los siguientes casos:
1. Cuando así este expresamente determinado por una norma constitucional o legal.
2. Cuando resuelvan un caso precedentemente decidido con carácter definitivo y que haya
creado derechos particulares, salvo autorización expresa de la ley.
3. Cuando su contenido sea de imposible o ilegal ejecución.
4. Cuando hubieren sido dictados por autoridades manifiestamente incompetentes, o con
prescindencia total y absoluta del procedimiento legalmente establecido.
Artículo 82. Los actos administrativos que no originen derechos subjetivos o intereses legítimos,
personales y directos para un particular, podrán ser revocados en cualquier momento, en todo o en
parte, por la misma autoridad que los dictó, o por el respectivo superior jerárquico.
Los que crean obligaciones (art. 70 LOPA)
Artículo 70. Las acciones provenientes de los actos administrativos creadores de obligaciones a
cargo de los administrados, prescribirán en el término de cinco (5) años, salvo que en leyes
especiales se establezcan plazos diferentes.
La interrupción y suspensión de los plazos de prescripción se rigen por el Código Civil.
c.- Según la manifestación de voluntad
c.1.- Expresos:
Que son aquellos configurados de acuerdo con lo previsto en el artículo 18 de la LOPA. Cumplen
con los requisitos exigidos por la norma para la configuración de un acto administrativo.
Artículo 18. Todo acto administrativo deberá contener:
1. Nombre del Ministerio u organismo a que pertenece el órgano que emite el acto.
2. Nombre del órgano que emite el acto.
3. Lugar y fecha donde el acto es dictado.
4. Nombre de la persona u órgano a quien va dirigido.
5. Expresión sucinta de los hechos, de las razones que hubieren sido alegadas y de los
fundamentos legales pertinentes.
6. La decisión respectiva, si fuere el caso.
7. Nombre del funcionario o funcionarios que los suscriben, con indicación de la titularidad
con que actúen, e indicación expresa, en caso de actuar por delegación, del número y fecha
del acto de delegación que confirió la competencia.
8. El sello de la oficina.
El original del respectivo instrumento contendrá la firma autógrafa del o de los funcionarios que lo
suscriban. En el caso de aquellos actos cuya frecuencia lo justifique, se podrá disponer mediante
decreto, que la firma de los funcionarios sea estampada por medios mecánicos que ofrezcan
garantías de seguridad.
c.2.- Tácitos
Son aquellos actos (que no son tales) deducidos de la aplicación del artículo 4 LOPA, el cual prevé
la figura del silencio administrativo negativo para aquellos casos en los cuales la administración no
resuelve un asunto o un recurso dentro del lapso previsto para ello.
Artículo 4. En los casos en que un órgano de la administración pública no resolviere un asunto o
recurso dentro de los correspondientes lapsos, se considerara que ha resuelto negativamente y el
interesado podrá intentar el recurso inmediato siguiente, salvo disposición expresa en contrario.
Esta disposición no releva a los órganos administrativos, ni a sus personeros, de las
responsabilidades que le sean imputadas por la omisión o la demora.
Parágrafo único: La reiterada negligencia de los responsables de los asuntos o recursos que dé
lugar a que estos se consideren resueltos negativamente como se dispone en este artículo, les
acarreará amonestación escrita a los efectos de lo dispuesto en la Ley de Carrera Administrativa,
sin perjuicio de las sanciones previstas en el artículo 100 de esta ley.
En este sentido debemos indicar que la figura del silencio administrativo, tuvo su fundamento de
origen en el artículo 67 de la Derogada Constitución de la República de Venezuela, hoy artículo 51
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela) pero su base legal reside en el
artículo 2 de la LOPA, refiriéndose éste al derecho de los ciudadanos a dirigir instancias o
peticiones a la Administración y de obtener oportuna respuesta.
Históricamente, hasta la fecha de promulgación de la derogada Ley Orgánica de la Corte Suprema
de Justicia, y con la excepción de la derogada Ley de Regulación de Alquileres, y de las
situaciones previstas en los Decretos 2867 y 2868 del 19/09/78 (G.O. 31.577 del 21/08/78),
relativas al otorgamiento de los permisos de bomberos y sanitarios, no existía normativa alguna
que controlara o regulara la inactividad de la Administración en defensa de los derechos de los
particulares o administrados, quedando resuelto el asunto con la formalización de una norma que
garantiza de alguna manera que los administrados no se encontraran en estado de indefensión, cual
es el artículo 4 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, que establece:
Artículo 4. En los casos en que un órgano de la administración pública no resolviere un asunto o
recurso dentro de los correspondientes lapsos, se considerara que ha resuelto negativamente y el
interesado podrá intentar el recurso inmediato siguiente, salvo disposición expresa en contrario.
Esta disposición no releva a los órganos administrativos, ni a sus personeros, de las
responsabilidades que le sean imputadas por la omisión o la demora.
Parágrafo único: La reiterada negligencia de los responsables de los asuntos o recursos que dé
lugar a que estos se consideren resueltos negativamente como se dispone en este artículo, les
acarreará amonestación escrita a los efectos de lo dispuesto en la Ley de Carrera Administrativa,
sin perjuicio de las sanciones previstas en el artículo 100 de esta ley.
d.- Según su impugnabilidad
d.1.- Actos Firmes
Son aquellos actos que no pueden ser impugnados en vía administrativa.
d.2.- Actos No Firmes
Aquellos que de conformidad con el artículo 85 LOPA pueden ser impugnados.
Artículo 85. Los interesados podrán interponer los recursos a que se refiere este capítulo contra
todo acto administrativo que ponga fin a un procedimiento, imposibilite su continuación, cause
indefensión o lo prejuzgue como definitivo, cuando dicho acto lesione sus derechos subjetivos o
intereses legítimos, personales y directos.
e.- Según su Ejecución
Este se restringe al Acto Administrativo Material de Ejecución, previsto en el artículo 78 LOPA, en
el cual se señala que “ningún órgano de la administración podrá realizar actos materiales que
menoscaben o perturben el ejercicio de los derechos de los particulares, sin que previamente haya
sido dictada la decisión que sirva de fundamento a tales actos”, que se identifica con los previstos
en el artículo 8 de la misma ley, que señala que “los actos administrativos que requieran ser
cumplidos mediante actos de ejecución, deberán ser ejecutados por la administración en el término
establecido. A falta de este término, se ejecutarán inmediatamente”; que se distingue del acto
formal en cuanto a que para la realización del primero se requiere la existencia de un acto
administrativo previo que sirva de fundamento a tales actos materiales.
Requisitos de Validez de los Actos Administrativos
La clasificación doctrinal de los requisitos para la validez de los actos administrativos los separa en
requisitos de fondo y requisitos de forma.
a.- Requisitos de fondo:
De acuerdo con la normativa existente, son cinco: competencia, base legal, objeto, causa o
motivos, y finalidad del acto administrativo.
a.1.- Competencia
Es la aptitud de obrar de las personas que actúan en el campo del derecho público, particularmente
de los sujetos de derecho administrativo, que determina los límites entre los cuales pueden
movilizarse los órganos de la Administración Pública y representa la esencia de ese órgano.
La competencia es de texto expreso, es decir, solo puede ser ejercida cuando expresamente se
establece en la ley. En consecuencia, la competencia es de ejercicio obligatorio para el
funcionario, por lo que no es potestativo del órgano ejercerla o no, salvo que tenga autorización
legal expresa.
La competencia puede ser atribuida en la ley por razón de la materia, territorio, tiempo o del grado
o jerarquía que tiene el funcionario, y tiene su fundamento legal en diversas normas.
El artículo 3 de la LOPA, por ejemplo, nos indica que “los funcionarios y demás personas que
presten servicios en la administración pública, están en la obligación de tramitar los asuntos cuyo
conocimiento les corresponda...”
El artículo 6 de la LOPA, por ejemplo, que en el caso de mora o retardo en el cumplimiento de
obligaciones que causen daño patrimonial, “el funcionario a quien competa la tramitación del
asunto, además de las sanciones previstas en esta ley, será responsable civilmente por el daño
ocasionado a la administración.”
El artículo 12 de la LOPA, por ejemplo, se refiere igualmente a la competencia al regular los
límites de la discrecionalidad, al hacer referencia a la autoridad competente.
El artículo 18, ordinal 7 de la LOPA igualmente hace referencia a la competencia al hacer
referencia a las desviaciones de competencia, y exigir además en los casos de actuar por delegación
la mención expresa del acto que le confirió la competencia.
El artículo 19, ordinal 4 de la LOPA, también hace referencia a la competencia y la establece, por
argumento en contrario, como requisito para la validez de los actos administrativos, al señalar la
falta de ésta como vicio de nulidad absoluta.
Por último, hacemos referencia al artículo 36 de la LOPA, al establecer la inhibición de los
funcionarios administrativos en los asuntos cuya competencia les esté legalmente atribuida, en los
casos previstos en la ley.
a.2.- Base Legal
Se refiere a la necesidad de que todo acto administrativo sea dictado aplicándose las reglas
jurídicas adecuadas, y que además concuerden con la situación de hecho que da origen al acto
administrativo. Es, en sentido estricto, la norma o normas del ordenamiento jurídico que
autorizan la actuación administrativa en relación a un caso concreto específico, que condiciona la
motivación como requisito de forma, en cuanto a que debe expresar los fundamentos legales del
acto, como lo exigen el artículo 9 y el ordinal 5º del artículo 18 de la LOPA.
Artículo 9. Los actos administrativos de carácter particular deberán ser motivados, excepto los de
simple trámite o salvo disposición expresa de la ley. A tal efecto, deberán hacer referencia a los
hechos y a los fundamentos legales del acto.
Artículo 18. Todo acto administrativo deberá contener:
1. Nombre del Ministerio u organismo a que pertenece el órgano que emite el acto.
2. Nombre del órgano que emite el acto.
3. Lugar y fecha donde el acto es dictado.
4. Nombre de la persona u órgano a quien va dirigido.
5. Expresión sucinta de los hechos, de las razones que hubieren sido alegadas y de los
fundamentos legales pertinentes.
6. La decisión respectiva, si fuere el caso.
7. Nombre del funcionario o funcionarios que los suscriben, con indicación de la titularidad
con que actúen, e indicación expresa, en caso de actuar por delegación, del número y fecha
del acto de delegación que confirió la competencia.
8. El sello de la oficina.
a.3.- Causa
Está configurada por las situaciones de hecho que autorizan la actuación del funcionario y que
coinciden con los extremos legales que motivan la actuación.
Se refiere a los motivos, presupuestos fácticos o supuestos de hecho, que provocan la actuación
administrativa, por lo cual la Administración al actuar debe hacerlo tomando en consideración tales
presupuestos, y que lo mismos se correspondan con la base o fundamentación legal que autorizan
su actuación.
El artículo 9 L.O.PA., por ejemplo señala que “Los actos administrativos de carácter particular
deberán ser motivados, excepto los de simple trámite o salvo disposición expresa de la ley. A tal
efecto, deberán hacer referencia a los hechos y a los fundamentos legales del acto.”
El artículo 12, por su parte establece que “Aún cuando una disposición legal o reglamentaria deje
alguna medida o providencia a juicio de la autoridad competente, dicha medida o providencia
deberá mantener la debida proporcionalidad y adecuación con el supuesto de hecho y con los fines
de la norma, y cumplir los trámites, requisitos y formalidades necesarios para su validez y
eficacia.”
El artículo 18, en su ordinal 5º, donde establece que para la configuración del acto administrativo
se requiere la “expresión sucinta de los hechos, de las razones que hubieren sido alegadas y de los
fundamentos legales pertinentes”, constituye quizás el elemento más importante para el control de
la legalidad de los actos administrativos.
a.4.- Objeto
Se refiere al efecto práctico que se pretende obtener con el acto administrativo. Debe ser
determinado o determinable, debe ser posible y debe ser lícito. Tal afirmación tiene su basamento
legal en el artículo 19 de la L.O.PA. en su ordinal 3º, en el cual prescribe que los “actos
administrativos serán absolutamente nulos cuando su contenido sea de imposible o ilegal
ejecución.”
Pero además de estos requisitos, la ley prevé otros elementos formales, como lo establecido en los
artículos 62, en los cuales señala que el acto administrativo que decida el asunto resolverá todas las
cuestiones que hubieren sido planteadas, tanto inicialmente como durante la tramitación.
a.5.- Finalidad
Toda actividad administrativa está condicionada por la ley, siempre, a la consecución de
determinados resultados. Por esta razón, la Administración debe ceñirse obligatoriamente a los
fines prescritos en la ley, no pudiendo así perseguir fines distintos a los previstos por el legislador.
b.- Requisitos de forma:
Se clasifican en tres grandes grupos: la formalidades procedimentales del acto, la motivación del
acto, y la exteriorización del acto.
b.1.- Formalidades procedimentales
Toda manifestación de voluntad de la Administración debe alcanzarse de conformidad con el
procedimiento establecido en la Ley, no sólo para la formación de los actos administrativos, o
procedimiento constitutivo de los actos, sino también para el procedimiento legalmente pautado
para la impugnación de los actos administrativos en vía administrativa.
b.2.- Motivación
Este requisito de forma encierra más que la expresión sucinta de los hechos y fundamentos legales
que dan origen y soportan el acto administrativo, encierra la obligación del funcionario de
pronunciarse sobre todas las cuestiones alegadas por el particular sobre el asunto que se desea
resolver con el acto, así como también debe pronunciarse sobre aquellas cuestiones que aún sin
haber sido alegadas estén relacionadas o hayan sobrevenido como consecuencia del acto o durante
la tramitación de asunto.
b.3.- Exteriorización
Este aspecto no es otra cosa que la exigencia de la L.O.P.A. de que los actos administrativos sean
expresos, procurando con ello garantizar el derecho a la defensa que tiene el administrado y, a tal
efecto, establece en su artículo 18 lo que debe cumplirse para que el acto tenga total validez.
Eficacia de los Actos Administrativos
Al referirnos a la eficacia de los actos administrativos, debemos referimos a tres aspectos que son
de importancia: el momento en el cual los actos comienzan a surtir sus efectos, la consecuencia de
dichos efectos, y la cesación de los efectos del acto.
Aquí una vez más ratificamos el ya estudiado Principio de Irretroactividad de los Actos
Administrativos, conforme al cual los actos administrativos solo surten efectos hacia el futuro.
El criterio definido en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos es que el acto será
eficaz solo cuando el interesado tenga conocimiento formal del mismo y su contenido.
Si el acto administrativo es de efectos generales, comenzará a surtir sus efectos a partir de su
publicación en la Gaceta Oficial de la entidad político-territorial a la que pertenece el órgano que
dicta el acto en cuestión; mientras que si es de efectos particulares, comenzará a surtir sus efectos a
partir de la notificación que del mismo se le haga al interesado.
La eficacia del acto administrativo podrá estar sometida a condición o término, pero los mismos
deben ser de texto expreso, es decir, deben estar previstos en una norma. En consecuencia, la
Administración no puede facultativamente someter la eficacia del acto a condición o término
alguno pues estaría viciando el acto de ilegalidad por incompetencia.
La Publicación
Conforme a la establecido en el artículo 72 de la Ley Orgánica, deberán ser publicados en la
Gaceta Oficial que corresponda a la unidad político-territorial que tome la decisión, los actos
administrativos de carácter general o que interesan a un número indeterminado de personas, así
como aquellos de carácter particular que exija la Ley.
A saber, el acto administrativo que declare la pérdida de la nacionalidad derivada, que a pesar de
ser un acto individual, por disposición de la Ley de Naturalización debe ser publicado.
Igualmente señala el artículo 72 de la Ley Orgánica, que los actos administrativos de efectos
generales referentes a asuntos internos de la Administración quedan exceptuados del requisito de
publicación.
Así pues, solo deben ser publicados los actos administrativos generales cuando van a producir
efectos hacia los particulares, es decir, hacia los administrados.
La Notificación
Prescribe el artículo 73 de la Ley Orgánica, que deben ser notificados, a los fines de que surtan sus
efectos, todos los actos administrativos de carácter o efectos particulares que afecten los derechos
subjetivos, o los intereses legítimos, personales y directos del interesado.
En consecuencia, solo cuando el interesado conoce expresa e individualmente el contenido del acto
administrativo es que el mismo comienza a surtir sus efectos.
La notificación podrá efectuarse personalmente o por medio de una publicación en prensa. La
primera está prevista en el artículo 75 de la Ley Orgánica, y la segunda en el artículo 76 de la
misma ley.
A tenor de lo que establece el artículo 75, la notificación se entregará en el domicilio o residencia
del interesado o de su apoderado, y se exigirá recibo firmado, dejando constancia de la fecha en
que la recibe y del contenido de la misma, y del nombre y Cédula de Identidad de quien la recibe.
Por su parte el artículo 76 prevé que cuando fuere impracticable la notificación de la forma prevista
en el artículo 75 de la ley Orgánica, la misma se efectuará mediante una publicación del acto en un
diario de mayor circulación de la entidad territorial donde la autoridad que conoce del asunto tenga
su sede, y en su defecto, la publicación se hará en un diario de gran circulación de la Capital de la
República.
Toda notificación deberá contener, de conformidad con la Ley, a) el texto integro del acto
administrativo, b) los recursos que puedan intentarse o interponerse en contra del acto
administrativo, con expresión de los términos para ejercerlos, y c) los órganos o tribunales ante los
cuales deben interponerse.
Ahora bien, en el caso de que la notificación deba hacerse mediante publicación en prensa, además
de los requisitos anteriores, deberá contener mención de que el al interesado se le tendrá por
notificado una vez transcurridos 15 días de la fecha de publicación.
Cuando la información contenida en la notificación sea errada, y el interesado hubiere intentado
alguna acción improcedente, entonces el tiempo transcurrido no será tomado en cuenta a los
efectos de determinar el vencimiento de los lapsos que le corresponden para interponer el recurso
apropiado.
Por su parte, cuando la notificación no contenga todas las menciones exigidas en la Ley se
considerarán defectuosas y no producirán ningún efecto.
Ejecutividad y Ejecutoriedad de los Actos Administrativos
La ejecutividad y ejecutoriedad es una de las consecuencias de la eficacia de los actos
administrativos, fundamentado en la presunción de legalidad que los acompaña por mandato del
artículo 8 de la L.O.P.A., en el entendido de que al notificarse el acto administrativo se presume
que es válido y legítimo, y produce sus efectos de inmediato y continúa produciéndolos hasta que
sea anulado o revocado.
La ejecutividad en materia administrativa equivale a afirmar que el acto administrativo no requiere
de un procedimiento o declaratoria formal por parte del órgano judicial para que dicho acto
adquiera el carácter de título ejecutivo, por eso pueden ser ejecutados de inmediato. Tal carácter de
ejecutividad se desprende del contenido del artículo 8 de la Ley.
La ejecutoriedad, por su parte, se refiere a que la Administración no tiene que acudir ante el órgano
jurisdiccional para solicitar la ejecución de la decisión, sino que ella misma puede ejecutarla.
Constituye una característica de los actos administrativos que crean obligaciones o prohibiciones y
además, por ser una facultad de la administración, le concede el privilegio de ejecutar el acto, pero
no la obliga.
Este principio de ejecutoriedad se encuentra regulado en los artículos 78 y siguientes, pero implica
la necesidad de que exista un acto previo que sirva de fundamento a la ejecución, salvo que
disposición expresa deba ser encomendada a la autoridad judicial, como cuando la Administración
liquida un impuesto, y emite una planilla de liquidación a cargo de un contribuyente, la
Administración tiene que acudir a la Jurisdicción e intentar juicio por cobro de bolívares, pero la
planilla tendrá el carácter de título ejecutivo.
La ejecutoriedad tiene como característica fundamental, a causa de la presunción de legitimidad y
legalidad de los actos, la no suspensión de los efectos de los actos por razón de la interposición de
recursos, circunstancia ésta que se encuentra regulada en el artículo 87 de la Ley Orgánica, que
señala textualmente que “la interposición de cualquier recurso no suspenderá la ejecución del acto
impugnado, salvo previsión legal en contrario”.
En cuanto a lo expresado en el párrafo anterior, tenemos dos situaciones de excepción bien
conocidas. La primera se verifica en los casos en los cuales el acto administrativo se encuentra
viciado de nulidad absoluta, y la segunda se verifica en los casos en los cuales el acto
administrativo pueda causar un daño irreparable.
Firmeza de los Actos Administrativos y Cosa Juzgada Administrativa
La firmeza del acto implica estabilidad de lo decidido, más no conlleva o significa que haya
cercenamiento de la garantía que tienen los particulares de poder atacar el acto.
La firmeza se produce cuando se han agotado todos los recursos en contra del acto, o cuando el
acto no ha sido impugnado en los lapsos previstos para ello y éstos han caducado. Así, cuando el
interesado no interpone el recurso que corresponda contra el acto administrativo en el lapso preciso
establecido por la ley, el derecho a impugnar se extingue y, en consecuencia, el acto queda firme.
Esto significa que ningún interesado tiene derecho a pedir la revisión del acto.
La firmeza de los actos administrativos no sólo implica su estabilidad en el sentido de que son
inimpugnables, sino que también implica que no son libremente revisables de oficio por la
Administración, excepto por el caso del acto que no crea derechos a favor de los particulares, o de
aquel viciado de nulidad absoluta.
La Cosa Juzgada Administrativa, o cosa decidida administrativa, existe como principio de
irreversibilidad e irrevocabilidad del acto administrativo que ha creado derechos a favor de los
particulares, pero para ello debe reunir las siguientes condiciones:
1. Tiene que ser jurídicamente válido y no estar viciado de nulidad absoluta, ya que de ser así
puede ser revocado por esa causal, de conformidad con el artículo 83 de la Ley Orgánica.
2. Debe ser un acto administrativo individual, toda vez que los generales son esencialmente
revisables y derogables bajo el criterio establecido en el artículo 7 de nuestro Código Civil,
que establece que las Leyes se derogan por otras Leyes, y asimismo los Reglamentos.
3. Tiene que haber creado derechos a favor de los particulares, pues de no ser así siempre podrá
ser revisado y revocado por la Administración, de conformidad con el artículo 82 de la Ley
Orgánica.
Definitividad y Firmeza del Acto Administrativo
El acto firme es aquel que no puede ser revocado, revisado o impugnado.
El acto definitivo es aquel que pone fin a un asunto o procedimiento, independientemente de que
pueda ser atacado o impugnado, es el acto previsto en el artículo 62 L.O.P.A., que de conformidad
con el artículo 85 de la misma ley, es el que puede ser impugnado.
Existen también actos administrativos, que si bien no ponen fin al asunto, imposibilitan la
continuación de un procedimiento, causan indefensión o prejuzgan como definitivo el asunto.
Estos actos también son impugnables, casos éstos previstos en el artículo 85 L.O.P.A..
Actos Administrativos que causan estado
El acto administrativo que causa estado es aquel que agota la vía administrativa. No es
necesariamente el que pone fin al asunto, pues éste puede ser dictado por un funcionario inferior y
admitiría recurso; es aquel que agota la instancia administrativa por no existir jerárquico ante quien
impugnar.
La ejecución forzosa de los Actos Administrativos
La ejecución forzosa es la posibilidad que tiene la administración de imponer, mediante la
utilización de medios coactivos, el cumplimiento de sus obligaciones a los particulares. Sin
embargo, es necesario que la ejecución forzosa esté expresamente prevista en una ley, y debe ser
realizada dentro de los límites y por los medios que la ley establezca.
La Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos prevé dos medios de ejecución forzosa, según
se trate de ejecución por el obligado, o de ejecución subsidiaria.
En el caso de que el acto de ejecución sea personalísimo por el obligado, la ley prevé como medio
de ejecución forzosa la imposición de multas sucesivas, mientras permanezca en rebeldía.
En el caso de que un acto no requiera de ejecución personal, y pueda ser de ejecución subsidiaria,
entonces la Administración por sí misma o por medio de una persona que ella designe, podrá
realizar la ejecución forzosa del acto, a costa del obligado.
Además de estos medios de ejecución forzosa previstos en la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos, existen otros medios regulados de ejecución forzosa en leyes especiales. Es el
caso por ejemplo de las leyes relativas a las aduanas, en las cuales el incumplimiento de actos
administrativos concretos prevé como sanción administrativa, el comiso de los bienes introducidos
de contrabando.
Fin de los Actos Administrativos
De acuerdo a lo que establece la L.O.P.A., los actos administrativos pueden finalizar por tres
motivos:
a. En virtud del propio acto
b. En virtud de alguna abstención del interesado
c. En virtud de otro acto administrativo que revoque el anterior o de un acto judicial que lo anule
a. En virtud del propio acto
i. Por agotamiento: que es la forma más normal de extinción, y se produce cuando el acto
logra la finalidad para la cual fue dictado.
Ej.: multa, demolición de un inmueble
ii. Por decaimiento: que se produce cuando el acto pierde su eficacia por circunstancias
sobrevivientes, que hacen desaparecer un supuesto de hecho o de derecho que lo
sustentaba.
Ej.: Nombramiento de un funcionario
iii. Por estar sometido a condición o término resolutorio: si es por condición resolutoria,
quiere decir que el acto será eficaz mientras no se verifique la condición
(acontecimiento futuro e incierto); si es por término extintivo (acontecimiento futuro y
cierto), al verificarse el hecho se extingue. Ej.: Exoneración de impuesto por ubicación,
cumplimiento de la fecha de cumpleaños
b. Extinción en virtud de una omisión del interesado:
Es lo que se denomina “Caducidad del Acto Administrativo”, y consiste en la pérdida de eficacia, o
extinción del acto por el incumplimiento de una obligación de parte del destinatario o beneficiario
del acto.
Ej.: Registro de una marca
c. Extinción en virtud de otros actos estatales
Ej.: Revocación y Anulación
PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS
Tipos de Procedimientos:
En primer lugar se distingue entre el procedimiento general previsto en la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos, y el procedimiento especial previsto en leyes especiales, el cual se
aplicará con preferencia al ordinario en las materias que constituyan la especialidad (art.47).
En segundo lugar, la ley distingue tres tipos de procedimientos administrativos, el simple, que se
verifica en los casos en los que no se requiere sustanciación (art.5); el ordinario, que constituye el
procedimiento de aplicación general (art.48 y ss.); y el sumario, que procede por decisión expresa
de la Administración (art.68).
En tercer lugar, procedimientos que requieren sustanciación y procedimientos que no requieren
sustanciación.
Por último, y a efectos prácticos, los actos administrativos pueden agruparse en dos grupos: los que
se inician de oficio y los que se inician a instancia de parte.
Términos y Plazos
En el desarrollo de cualquiera de los tipos de procedimiento, la ley impone la obligatoriedad, tanto
a los autoridades y funcionarios, como a los administrados, de respetar y los lapsos y términos
(art.41).
Los lapsos y términos se contarán a partir del siguiente de aquél en que se haya tenido lugar la
notificación o publicación del acto administrativo (art.42), y se realizará por días, por meses o por
años.
Los términos o plazos que estén establecidos por años, se computarán exclusivamente por días
hábiles, salvo disposición en contrario, entendiendo por días hábiles los días laborables de acuerdo
al calendario de la Administración Pública.
Los lapsos establecidos por meses o por años concluirán en día igual al de la fecha del acto del mes
o año que corresponda para completar el número de meses o años fijados. En todo caso, si el lapso
debe cumplirse en un día de que carezca el mes, se entiende vencido el último de ese mes, y si
dicho día fuese inhábil, el término o lapso respectivo expirara el primer día hábil siguiente.
Es de hacer notar, que en aquellos casos en los que los administrados tengan dificultad para acudir
ante el órgano de la Administración, se entenderá que aquél actuó en tiempo hábil cuando los
documentos correspondientes hubieren sido remitidos por correo con anterioridad al vencimiento
de los términos o plazos, siempre que haya constancia de la fecha de remisión.
A los efectos del párrafo anterior, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones (hoy Ministerio
de Infraestructura), dictó Resolución Nº 1304 de fecha 30-12-81, con el reglamento para la
recepción y remisión de documentos por correspondencia, en la cual se impone la obligación a las
oficinas de IPOSTEL de recibir y remitir las peticiones que los administrados dirijan a la
Administración Pública, lo cual deberá ser hecho siempre por correo certificado, siguiendo el
siguiente procedimiento:
La remisión de documentos a la Administración Pública deberá hacerse necesariamente en
originales y copias, en sobre abierto. El funcionario a cargo de la recepción de correspondencia
certificada de la oficina respectiva, estampará su firma y el sello de la oficina en la parte
superior derecha, con indicación de la fecha y hora de la presentación. Posteriormente
entregará al interesado los documentos para que éste los introduzca dentro del sobre,
verificando el funcionario el cierre del mismo, quien devolverá las copias y el respectivo recibo
con indicación del número de documentos sellados y firmados.
Cuando el interesado tenga interés en conocer la fecha de entrega de la pieza, podrá solicitar el
servicio de “Aviso de Recibo”, de conformidad con la Ley de Correo.
Procedimiento Simple:
Está previsto en el artículo 5 de la Ley, en el cual se establece de forma expresa, lo siguiente:
“A falta de disposición expresa toda petición, representación o solicitud de naturaleza
administrativa dirigida por los particulares a los órganos de la administración pública y que no
requiera substanciación, deberá ser resuelta dentro de los veinte (20) días siguientes a su
presentación o a la fecha posterior en la que el interesado hubiere cumplido los requisitos
legales exigidos. La administración informará al interesado por escrito, y dentro de los cinco
(5) días siguientes a la fecha de la presentación de la solicitud, la omisión o incumplimiento por
este de algún requisito.”
En este sentido cabe señalar que lo preceptuado en el artículo citado, solo se aplica en los casos en
los que no existe normativa especial prevista para el trámite de una petición, representación o
solicitud, siempre que la petición, representación o solicitud no requiera sustanciación.
De igual forma establece como plazo máximo veinte (20) días hábiles administrativos, que se
contarán a partir del día en que se haga la petición, representación o solicitud ante la
Administración Pública, siempre que la misma cumpla con todos los requisitos exigidos por la
autoridad que deba conocer del trámite. No obstante, si la solicitud no cumpliere con los requisitos
exigidos, la autoridad correspondiente debe informar al interesado de las omisiones dentro de los
cinco días siguientes al recibo de la misma, para que tales omisiones o errores sean subsanados. En
este caso, el lapso de veinte (20) días para dar respuesta a la petición, representación o solicitud,
empezará a contarse a partir de la fecha en la que sean subsanados los errores.
Procedimiento Ordinario:
Procedencia:
La Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos no es especialmente clara sobre cuando debe
aplicarse este procedimiento. No obstante, de la normativa que rige cada procedimiento en
particular, se deduce que siempre que se requiera sustanciación del expediente, o cuando se inicie a
instancia de parte, o que puedan imponerse sanciones, o bien sea que puedan lesionarse los
intereses o derechos de los particulares como consecuencia del procedimiento, deberá seguirse el
procedimiento ordinario, con la finalidad de garantizar al particular su ejercicio del derecho a la
defensa, salvo que la Administración decida seguir el sumario, lo cual requeriría decisión expresa.
Iniciación:
El procedimiento ordinario puede iniciarse de oficio o a solicitud de parte (art.48), y cuando el
funcionario sustanciador en un procedimiento sumario, debido a la complejidad del caso, decida
que se siga el procedimiento ordinario (art.68).
Iniciación de oficio:
Cuando un procedimiento se inicia de oficio, bien sea por que se recibe una denuncia o como
consecuencia de la actuación de un funcionario, debe existir una decisión formal que acuerde la
apertura del procedimiento, la cual debe constar por escrito en el expediente (art.48).
La audiencia del interesado:
Aperturado el expediente, debe notificarse de tal hecho, de conformidad con las previsiones del
artículo 73, al particular cuyos derechos subjetivos o intereses legítimos, personales y directos
pudieren resultar afectados, para que dentro de los diez (10) días siguientes expongan sus pruebas y
aleguen sus razones.
Iniciación a instancia de parte:
El escrito:
La solicitud, que debe hacerse por medio de escrito, debe reunir todas las menciones exigidas en el
artículo 49 de la ley, conforme a lo cual debe hacerse constar: a) el organismo al cual está dirigido;
b) la identificación del interesado, y en su caso, de la persona que actúe como su representante, con
expresión de los nombres y apellidos, domicilio, nacionalidad, estado civil, profesión y número de
cédula de identidad o pasaporte; c) la dirección del lugar donde deben hacerse las notificaciones
pertinentes; d) los hechos, razones y pedimentos correspondientes, expresando con claridad la
materia objeto de la solicitud; e) debe hacerse referencia a los anexos que se acompañan; f)
mención de cualquier otra circunstancia que exijan las normas legales o reglamentarias; g) la firma
del interesado o interesados.
El registro de la solicitud:
La solicitud respectiva debe ser presentada en el registro de presentación de documentos, en el cual
debe dejarse constancia de su presentación, expidiendo al presentante recibo de la misma, con
indicación del número de registro que corresponda, lugar, fecha y hora de presentación
(recordemos que es esta la fecha que se utiliza para el cómputo del lapso). El mismo efecto surte la
copia fotostática del documento presentado, diligenciada y numerada por los funcionarios del
registro.
En todo caso, los funcionarios del registro deberán advertir a los interesados de las omisiones y de
las irregularidades que observen en la petición, pero sin que puedan negarse a recibirla.
Cuando el organismo de la Administración carezca de una oficina de registro de presentación de
documentos, el solicitante presentará su petición, representación o solicitud directamente ante la
oficina que deba conocer del asunto.
Advertencia de omisiones:
El funcionario que deba iniciar las actuaciones, debe comunicar al interesado las omisiones o faltas
observadas en la solicitud, en relación a los requisitos enumerados en el artículo 49, a los efectos
de que el solicitante proceda a subsanarlos en un plazo de 15 días hábiles. Dicha comunicación
consiste en una notificación en la forma prescrita en el artículo 73 y siguientes.
Cuando el interesado presentare oportunamente el escrito o solicitud con las correcciones exigidas,
y esta fuere objetada por la Administración, debido a nuevos errores u omisiones, el interesado
podrá ejercer el recurso jerárquico contra la segunda decisión, o corregir nuevamente sus
documentos conforme a la indicaciones del funcionario.
Cabe destacar que este caso, conjuntamente con el previsto en la Ley de Registros y Notarias,
constituyen la excepción al orden de interposición de los recursos administrativos que prevé que no
podrá interponerse el recurso jerárquico sin la interposición previa del recurso de reconsideración.
Cuando el documento o petición se haya presentado por correo, de acuerdo a las previsiones
reglamentarias correspondientes, la notificación para que el administrado subsane omisiones o
fallas observadas en el escrito o solicitud, podrá hacerse también por correo.
Paralización del procedimiento:
En los procedimientos que se inician a instancia de un particular, si se paralizan durante dos meses
por causas imputables al interesado, conforme a lo previsto en el artículo 64, se opera la perención.
No obstante, como la ley no es clara respecto de este punto, hay quienes sostienen que el término
para que opere la perención comienza a partir de la fecha en que se notifique al interesado de la
paralización.
Sustanciación del procedimiento
De conformidad con lo establecido en el artículo 53 de la Ley, toda autoridad que deba conocer de
un asunto, cumplirá todas las actuaciones necesarias para el mejor conocimiento del asunto, y es
responsabilidad de la Administración impulsar el procedimiento en todos sus trámites.
Al iniciarse cualquier procedimiento administrativo, se ordenará la apertura del expediente, la cual
deberá constar en auto expreso, y se procederá a la notificación del interesado conforme a lo
previsto en el artículo 73 de la Ley.
Cuando el asunto sometido a la consideración de una oficina administrativa guarde relación íntima
o conexión con cualquier otro asunto que se tramite en dicha oficina, el Jefe de dicha oficina podrá
de oficio o a solicitud de parte, ordenar la acumulación de ambos asuntos, con la finalidad de evitar
decisiones contradictorias. En cualquier caso, la orden de acumulación es un acto formal que debe
constar en el expediente.
De igual manera, cuando así se requiera, la autoridad administrativa que conozca de un asunto,
podrá solicitar de otras autoridades u organismos los documentos , informes o antecedentes que
estime convenientes. Cuando la solicitud provenga del interesado, éste deberá indicar con claridad
la información necesaria para obtener la información. Cuando la documentación se solicite de
funcionarios del mismo organismo, la misma deberá ser evacuada en un lapso no mayor de quince
(15) días, si no el lapso para evacuar la información solicitada será de veinte (20) días. Estos
lapsos no son cerrados, toda vez que el funcionario requerido, cuando así lo considere podrá
solicitar una extensión del plazo, que no podrá exceder del doble del ya indicado.
La omisión de informes no suspende la tramitación del expediente, salvo disposición expresa en
contrario, sin perjuicio de la responsabilidad en que incurra el funcionario por omisión o demora.
Todos los medios de prueba establecidos en los Códigos Civil, de Procedimiento Civil, Orgánico
Procesal Penal y demás leyes, son aceptados para la demostración de los hechos relevantes para la
decisión de un procedimiento.
Todos los interesados y sus representantes tienen el derecho de examinar el expediente en cualquier
estado y grado del procedimiento. Todos los documentos que integran o conforman un expediente
pueden ser leídos y copiados, con excepción de aquellos calificados como confidenciales por el
superior jerárquico mediante acto motivado.
Terminación del procedimiento
Ningún procedimiento podrá exceder de cuatro (4) meses, salvo que medien circunstancias
excepcionales que así lo requieran, de las cuales deberá dejarse constancia, con indicación de la
prórroga o prórrogas que se acuerden, las cuales no podrán exceder, en conjunto, de dos meses.
Procedimiento de Inhibición
En cuanto a la participación del funcionario en los procedimientos administrativos, debemos
considerar tres aspectos fundamentales de su participación en los mismos, que son: la
imparcialidad, la inhibición y la imparcialidad.
La imparcilidad:
Tiene su fundamento en el artículo 30 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos que
expresamente señala que la actividad administrativa se desa-rrollará con arreglo a principios de
economía, eficacia, celeridad e imparcialidad, y que las autoridades superiores de cada
organismo velarán por el cumplimiento de estos preceptos cuando deban resolver cuestiones
relativas a las normas de procedimiento, so pena de ser sancionados con fundamento en las
previsiones de los artículos 3 y 100 de la misma ley. De los mencionados artículos se desprende la
obligación de los funcionarios de tramitar los asuntos cuyo conocimientos les corresponda y su
responsabilidad por las faltas en que incurran, y la sanción que les corresponde por tal concepto.
Artículo 3. Los funcionarios y demás personas que presten servicios en la administración
pública, están en la obligación de tramitar los asuntos cuyo conocimiento les corresponda y son
responsables por las faltas en que incurran.
Los interesados podrán reclamar, ante el superior jerárquico inmediato, del retardo, omisión,
distorsión o incumplimiento de cualquier procedimiento, trámite o plazo, en que incurrieren los
funcionarios responsables del asunto.
Este reclamo deberá interponerse en forma escrita y razonada y será resuelto dentro de los
quince (15) días siguientes. La reclamación no acarreará la paralización del procedimiento, ni
obstaculizará la posibilidad de que sean subsanadas las fallas u omisiones. Si el superior
jerárquico encontrare fundado el reclamo, impondrá al infractor o infractores la sanción
prevista en el artículo 100 de la presente Ley sin perjuicio de las demás responsabilidades y
sanciones a que hubiere lugar.
Artículo 100. El funcionario o empleado público responsable de retardo, omisión, distorsión o
incumplimiento de cualquier disposición, procedimiento, trámite o plazo, establecido en la
presente Ley, será sancionado con multa entre el cinco por ciento (5%) y el cincuenta por
ciento (50%) de su remuneración total correspondiente al mes en que cometió la infracción,
según la gravedad de la falta.
La inhibición
La regulación concreta de la ley en cuanto a la imparcialidad de los funcionarios, está en la
obligación que le impone la ley de inhibirse cuando esté comprometida su imparcialidad.
a. Causas de inhibición
Están previstas en el artículo 36 de la L.O.P.A., cuyo texto señala que los funcionarios
administrativos deberán inhibirse del conocimiento del asunto cuya competencia les esté
legalmente atribuida, en los siguientes casos: a) cuando personalmente, o bien su cónyuge o algún
pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad. tuvieren interés en el
procedimiento; b) cuando tuvieren amistad intima o enemistad manifiesta con cualquiera de las
personas interesadas que intervengan en el procedimiento; c) cuando hubieren intervenido como
testigos o peritos en el expediente de cuya resolución se trate, o si como funcionarios hubieren
manifestado previamente su opinión en el mismo, de modo que pudieran prejuzgar ya la resolución
del asunto, o, tratándose de un recurso administrativo, que hubieren resuelto o intervenido en la
decisión del acto que se impugna. Quedan a salvo los casos de revocación de oficio y de la decisión
del recurso de reconsideración; d) cuando tuvieren relación de servicio o de subordinación con
cualquiera de los directamente interesados en el asunto. Exceptuando de tal obligación a los
funcionarios que tengan a su cargo la expedición de certificados adoptados en serie o conformen a
modelos preestablecidos, de modo que les resulte en extremo difícil advertir la existencia de causas
de inhibición.
b. Oportunidad para la inhibición
Siguiendo lo previsto en el artículo 37 de la ley, dentro de los dos (2) días hábiles siguientes a
aquel en que el funcionario comenzó a conocer del asunto o en que sobrevino la causal, debiendo
plantear su inhibición en escrito razonado, y remitir sin retardo, el expediente a su superior
jerárquico.
c. Decisión de la Inhibición
La procedencia o no de la inhibición debe ser decidida dentro de los 10 días siguientes a la fecha de
recepción del expediente por el funcionario superior.
Cuando sea procedente, el funcionario superior designará en la misma decisión un funcionario de
igual jerarquía que conozca del asunto. Cuando no existiere dicho funcionario, designará entonces
un funcionario ad-hoc.
Cuando no fuere procedente la inhibición, devolverá el expediente al funcionario inhibido quien
continuará conociendo del asunto.
MEDIOS DE IMPUGNACION DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
De acuerdo con lo previsto en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, los recursos
que pueden interponerse en contra de los actos administrativos constituyen los medios de
impugnación contra los mismo. Son medios jurídicos o vías jurídicas formalmente establecidas,
otorgadas a los interesados (administrados) para proteger sus derechos contra los actos dictados por
la Administración, cuando tales actos lesionan un derecho o interés legítimo, personal y directo del
administrado. Además se trata de un medio administrativo porque es una vía jurídica de
impugnación que se intenta ante la propia Administración, que sólo puede ser interpuesta por el
interesado, es decir, el titular de un derecho, o de un interés legítimo, personal y directo.
Los recursos administrativos tienen un doble fundamento. Por una parte se fundamentan en el
derecho de petición del interesado, previsto en nuestra Carta Magna y en la L.O.P.A. (art. 2); y por
otra parte se fundamentan en una prerrogativa de la Administración, que denominamos potestad de
autotutela, que le permite revisar sus propios actos.
Características comunes de los recursos administrativos
1. Elementos Generales
a. Elemento subjetivo
Este elemento subjetivo se dirige a determinar quién puede recurrir, así como precisar ante
quién se interpone el recurso y quién debe decidirlo.
i Legitimación activa
Corresponde intentar el recurso al interesado, de conformidad con el artículo 22 de la
L.O.P.A., en sí, todas aquellas personas que tengan la titularidad de un derecho, o un interés
legítimo, personal y directo que se vea lesionado por el acto administrativo impugnado.
ii Administración competente
Se refiere a que el órgano de la Administración que conozca del recurso debe ser aquél que
tenga competencia en el asunto, como ya hemos mencionado, bien sea porque la misma está
expresamente atribuida en una norma jurídica, así como por la materia, por el territorio, y
por el ámbito político-territorial (nacional, estadal o municipal).
b. Elemento objetivo
Este elemento objetivo se refiere al acto administrativo de efectos particulares que ponga fin a
un asunto, lo prejuzgue como definitivo, cause indefensión o impida la continuación de un
procedimiento cuando dicho acto lesione sus derechos subjetivos o intereses legítimos,
personales y directos, pues de conformidad con lo previsto en el artículo 85 L.O.P.A., el objeto
de los recursos administrativos es siempre un acto administrativo de esas características, ya que
los de efectos generales no pueden ser recurridos.
c. Elementos formales
Se refiere a los requisitos o formalidades requeridas para la interposición de un recursos
administrativo, previstos en el artículo 86 en concordancia con el 49 de la L.O.P.A., en los
cuales se señala que todo recurso administrativo deberá intentarse por escrito y observando los
siguientes extremos:
1. El organismo al cual está dirigido.
2. La identificación del interesado, y en su caso, de la persona que actúe como su
representante con expresión de los nombres y apellidos, domicilio, nacionalidad, estado
civil, profesión y número de la cédula de identidad o pasaporte.
3. La dirección del lugar donde se harán las notificaciones pertinentes.
4. Los hechos, razones y pedimentos correspondientes, expresando con toda claridad la
materia objeto de la solicitud.
5. Referencia a los anexos que lo acompañan, si tal es el caso.
6. Cualesquiera otras circunstancias que exijan las normas legales o reglamentarias.
7. La firma de los interesados.
Cuando el recurso no llenare los requisitos exigidos, no será admitido, pero la decisión deberá
ser motivada y notificada al interesado.
El error en la calificación del recurso por parte del recurrente no será obstáculo para su
tramitación, siempre que del escrito se deduzca su verdadero carácter.
2. Carácter no suspensivo
Este principio de no suspensión de los efectos de un acto administrativo cuando se interpone un
recurso administrativo, está fundamentado en el artículo 87 de la Ley, que textualmente señala que
la interposición de cualquier recurso no suspenderá la ejecución del acto impugnado, salvo
previsión legal en contrario o cuando, dentro de los parámetros del mismo artículo, su ejecución
pudiera causar grave perjuicio al interesado, o si la impugnación se fundamentare en la nulidad
absoluta del acto.
3. Los motivos del recurso
En términos generales, los motivos del recurso administrativo pueden ser de cualquier naturaleza.
Pueden estar fundamentados en motivos de hecho, de oportunidad, de conveniencia o de derecho.
Por lo tanto, quien intenta un recurso administrativo de reconsideración o jerárquico, puede alegar,
tanto razones de ilegalidad como de mérito.
4. La decisión del recurso
Por constituir una reclamación que se formula ante la propia Administración, con-tra acto dictado
por ella para que lo revise, la Administración cuando revisa el acto, dicta otro acto que es
igualmente de carácter administrativo y de efectos particulares, con el cual puede confirmar el acto
impugnado, revocarlo, modificarlo, sustituirlo por otro, u ordenar la reposición en caso de vicios en
el procedimiento, sin perjuicio de la facultad que tiene la Administración para convalidar los actos
viciados de nulidad relativa.
Cabe señalar que en la decisión del recurso debe ser plena, y resolver todos los asuntos que se
sometan a consideración de la Administración, dentro del ámbito de su competencia, así como
todos los asuntos que surjan con motivo del recurso, aunque no hayan sido alegados por el
interesado.
RECURSO DE RECONSIDERACION
1. Objeto del recurso
De conformidad con lo que establece el artículo 85 de la L.O.P.A., este recurso procede sólo contra
el acto administrativo de efectos particulares, definitivo y que aún no sea firme, cuando ponga fin a
un procedimiento, imposibilite su continuación, cause indefensión o lo prejuzgue como definitivo,
cuando el acto lesione los derechos subjetivos o intereses legítimos, personales y directos del
administrado.
La única excepción para la interposición de este recurso es contra el acto administrativo que haya
resuelto un recurso de reconsideración.
2. Interposición del recurso
Este recurso debe ser interpuesto en un lapso de 15 días hábiles siguientes a la notificación del acto
que se impugna, por ante la misma autoridad que dictó el referido acto.
Vencido el lapso de 15 días sin que se haya interpuesto el recurso, el acto queda firme y no podrá
ser atacado.
3. Decisión del recurso
El recurso será decidido por el funcionario que dictó el acto administrativo impugnado, dentro de
los 15 días hábiles siguientes al recibo del mismo, cuando la decisión no causa estado, pero si el
recurso debe ser decidido por una autoridad cuya decisión no admita recurso jerárquico (el propio
ministro por ejemplo, por haber sido éste quien dictó el acto que se impugna), entonces el recurso
deberá ser decidido dentro de lo 90 días hábiles siguientes.
Cuando el recurso no sea decidido dentro de los lapsos prescritos en la Ley, se entenderá que ha
sido resuelto negativamente, es decir, contrario a lo solicitado por el administrado, de conforme a
la previsto en el artículo 4º de la Ley Orgánica (silencio administrativo), y el administrado podrá
interponer el recurso administrativo siguiente, si la decisión no agota la vía administrativa, o
recurso contencioso-administrativo si agotara la vía administrativa, dentro los lapsos previstos en la
ley para ambos casos.
Cuando el recurso sea decidido dentro de los lapsos estipulados en la ley, entonces la decisión
deberá ser expresa, y versar sobre todos los asuntos que hayan sido sometidos a consideración de la
Administración por el interesado, así como sobre todos los asuntos que surjan con motivo del
recurso, aún cuando no hayan sido alegados por el recurrente. En su decisión, el funcionario podrá
confirmar el acto, modificarlo, revocarlo, reponerlo si encontré vicio en el procedimiento, o
convalidarlo si lo alegado fue un vicio de nulidad relativa. Sin perjuicio del derecho del recurrente
de intentar el recurso jerárquico contra este nuevo acto administrativo.
4. Efectos del recurso
Este recurso tiene tres efectos fundamentales:
a. Intentado el recurso de reconsideración, y decidido éste, no podrá intentarse nuevamente el
mismo recurso.
b. Una vez intentado el recurso y se opta por la vía administrativa de impugnación, mientras
no se decida el recurso, o transcurra el lapso para decidir, no puede el interesado acudir a la
vía administrativa.
c. El recurso de reconsideración constituye un requisito previo para la interposición del
recurso jerárquico, cuando el de reconsideración no causa estado o agota la vía
administrativa.
RECURSO JERARQUICO
1. Objeto del recurso
El acto recurrible en vía jerárquica debe ser también un acto definitivo que ratifique o decida no
modificar el acto impugnado en reconsideración.
2. Interposición del recurso
De conformidad con la Ley, el interesado debe intentar el recurso jerárquico ante el Ministro o ante
el superior jerárquico del organismo respectivo, dentro de los 15 días hábiles siguientes a la
decisión del recurso de reconsideración, o al transcurso del lapso previsto legalmente para que se
decidiera la reconsideración.
3. Decisión del recurso
La decisión del recurso jerárquico corresponde al ministro, o a la máxima autoridad jerárquica del
organismo de donde emanó el acto administrativo que decidió el recurso de reconsideración, dentro
de los 90 días hábiles siguientes a la recepción del recurso.
Cuando la decisión del recurso corresponda al ministro, y este no decidiere dentro del lapso
previsto, entonces operará el silencio administrativo previsto en el artículo 4 de la L.O.P.A., y
quedará abierta la vía contencioso administrativa, de conformidad con el artículo 93 de la L.O.P.A..
Sin embargo, si correspondiere la decisión del recurso al superior jerárquico de un instituto
autónomo, y éste no lo decidiere en el plazo previsto en la ley, entonces, al operarse el silencio
administrativo, quedará abierta la posibilidad de intentar un nuevo recurso jerárquico ante el
ministro de adscripción.
La decisión del recurso deberá ser expresa, y versar sobre todos los asuntos que hayan sido
sometidos a consideración de la Administración por el interesado, así como sobre todos los asuntos
que surjan con motivo del recurso, aún cuando no hayan sido alegados por el recurrente. En su
decisión, el funcionario podrá confirmar el acto, modificarlo, revocarlo, reponerlo si encontré vicio
en el procedimiento, o convalidarlo si lo alegado fue un vicio de nulidad relativa.
Cuando el recurso jerárquico, en cualquiera de sus modalidades sea decidido por el ministro dentro
de los lapsos estipulados en la ley, quedará agotada la vía administrativa, y el recurrente podrá
entonces acudir a la vía contencioso-administrativa.
4. Efectos del recurso
El efecto fundamental de este recurso es que agota la vía administrativa, dejando abierta la vía
contencioso-administrativa por ante los Tribunales de los Contencioso-Administrativo.
RECURSO DE REVISION
1. Objeto del recurso
Este recurso sólo procede contra un acto administrativo firme, cuestión ésta que lo distingue de los
recursos de reconsideración y jerárquico, que tienen previstos un lapso para su interposición
mientras que éste no, por condicionar su interposición a circunstancias inexistentes al momento de
decidir los recursos anteriores, las cuales se encuentran previstas en el artículo 97 de la L.O.P.A.,
cuyo texto expresamente señala:
“El recurso de revisión contra los actos administrativos firmes podrá intentarse ante el Ministro
respectivo en los siguientes casos:
1. Cuando hubieren aparecido pruebas esenciales para la resolución del asunto, no
disponibles para la época de la tramitación del expediente.
2. Cuando en la resolución hubieren influido, en forma decisiva, documentos o testimonios
declarados falsos por sentencia judicial definitivamente firme.
3. Cuando la resolución hubiese sido adoptada por cohecho, violencia, soborno u otra
manifestación fraudulenta y ello hubiere quedado establecido en sentencia judicial,
definitivamente firme.”
2. Interposición del recurso
Procede por ante el Ministro, contra un acto firme, dentro de los tres meses siguientes a la
aparición de cualesquiera de los supuestos previstos en el artículo 97 de la Ley Orgánica,
previamente citado.
3. Decisión del recurso
El recurso lo decidirá el mismo funcionario que lo recibe, el Ministro, dentro de los 30 días hábiles
siguientes a la presentación del recurso, y ante la decisión, bien sea expresa o tácita (silencio
administrativo), quedará agotada la vía administrativa y el recurrente podrá intentar recurso
contencioso-administrativo por ante esa jurisdicción.
RECURSO DE RECLAMO
Previsto en el artículo 3 de la Ley, aún cuando este recurso no representa un medio de impugnación
de los actos administrativos, constituye efectivamente una reclamación contra omisiones, retardos e
incumplimientos de los funcionarios, que los interesados pueden interponer ante el superior
jerárquico inmediato (no se trata del superior jerárquico absoluto). Este recurso equivale a una
queja que el interesado puede interponer ante la Administración, y debe satisfacer los extremos
previstos en el artículo 3ºde la L.O.P.A. y, además, como todos los demás recursos no tiene efectos
suspensivos.
Este recurso se puede intentar
tiene unos efectos determinados, entre ellos: a) el superior inmediato puede subsanar las faltas del
inferior

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