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Santiago, diecinueve de febrero de dos mil veintiuno.

Vistos y teniendo presente:

Primero: Que, en estos autos Rol Nº79.287-2020,

caratulados “Muñoz y otros con Municipalidad de Hualpén”,

sobre juicio ordinario sobre indemnización de perjuicios

por falta de servicio, se ha ordenado dar cuenta de los

recursos de casación en el fondo formalizados por ambas

partes en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones

de Concepción que confirmó la de primera instancia que

acogió la demanda, sólo en cuanto condenó a la demandada al

pago de una indemnización de perjuicios por $10.000.000.-

para cada actor, por daño moral.

I.- En cuanto al recurso de casación en el fondo

deducido por la parte demandante:

Segundo: Que el arbitrio denuncia, la infracción de

los artículos 19 inciso primero, 20, 1698 inciso primero,

2314, 2316, 2329 y 2330 del Código Civil; del artículo 160

del Código de Procedimiento Civil y del artículo 44 inciso

primero de la Ley N°18.575 Orgánica Constitucional de Bases

Generales de la Administración del Estado. Sostiene

también, una conculcación al espíritu general de la

legislación y a la equidad natural, en lo relativo al

principio de responsabilidad y rechazo a la impunidad.

Sostiene que la infracción se produce en la regulación

del monto de la indemnización de perjuicios, el cual no

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repara íntegramente el daño moral demandado y experimentado

a consecuencia del fallecimiento del hermano de los

actores, de modo que lo que se reprocha es que si bien se

da por acreditado el daño moral, es en el análisis de la

gravedad del daño donde se incurre en el yerro pues se

soslayan las trágicas circunstancias del deceso y la

juventud de la víctima con quien los actores mantenían una

estrecha relación, sin perjuicio de las dantescas

circunstancias de la muerte y porque el joven recién había

abandonado el hogar paterno para cursar estudios superiores

en la ciudad de Talcahuano.

En consecuencia, afirma que la sentencia yerra en la

consideración de la entidad y extensión del daño moral, de

modo que la fijación de una cantidad tan exigua no

proporciona la satisfacción frente al sufrimiento

experimentado en el caso, lo que obsta al principio que

todo daño debe ser reparado íntegramente, más aún cuando la

propia sentencia descartó la aplicación del artículo 2330

del Código Civil.

Tercero: Que, como puede advertirse el reproche del

arbitrio en análisis se reduce a la disconformidad con el

monto de la indemnización de perjuicios regulado en la

sentencia impugnada. Sobre el particular, baste señalar que

esta Corte ha resuelto en reiteradas oportunidades la

improcedencia de impugnar a través del recurso de casación

la regulación del monto establecido por los sentenciadores

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como indemnización del daño moral. En efecto, una vez

acreditada la existencia del referido perjuicio a través de

los distintos medios de prueba previstos en la ley, toca a

los jueces de fondo establecer prudencialmente el monto de

aquél, para lo cual aprecian la magnitud y el impacto que

el hecho ilícito o la falta de servicio ha tenido en la

vida de quien demanda la indemnización. Es así como se ha

dicho que "tratándose del monto de dicho detrimento -daño

moral- éste fue apreciado por los jueces del fondo, en

atención a que el sufrimiento, dolor, o molestia que el

hecho ilícito ocasiona en la sensibilidad física o en los

sentimientos o afectos de una persona, lo que constituye

una apreciación subjetiva que queda entregada sólo a

criterio y discernimiento de aquellos, valoración que no

acepta revisión de este tribunal, por la vía de la casación

en el fondo" (CS Rol Nº 679-2002 y 10.254-2017 por

mencionar sólo algunas).

Cuarto: Que, sin perjuicio de que lo anterior es

suficiente para rechazar el recurso de casación en estudio,

es preciso consignar el examen que realizan los

sentenciadores de segundo grado refiriéndose precisamente a

la apelación que dedujeron los actores sobre este mismo

punto, a saber, que “en cuanto a la pretensión de obtener

un aumento de las indemnizaciones de perjuicios si bien los

actores son hermanos del fallecido y se encuentra

suficientemente acreditado el daño moral por ellos

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experimentado a consecuencias de la muerte éste, lo cierto

es que los montos de la indemnización fijados para cada uno

de los demandantes, aparecen para esta Corte como adecuados

al daño causado a ellos, y se encuentran acordes a los

rangos en que se mueve el baremo jurisprudencial

estadístico sobre indemnización de daño moral por muerte,

para el caso de un fallecido varón, que es hermano de quien

demanda y con el cual no vivían juntos, en que en el 53% de

los casos la indemnización no supera las 348 UF. Asimismo,

si se atiende únicamente a la relación de ser los

demandantes hermanos del fallecido, la mediana se ubica en

las 435 UF. Por consiguiente, la indemnización fijada en

autos, ascendente hoy al equivalente a 349 UF, resulta

prudente y ajustada al daño sufrido por los demandantes,

adecuándose, también, a criterios de igualdad procesal y

predictibilidad jurídica, propios de la exigencia que un

estado de derecho le formula a los órganos

jurisdiccionales”.

Quinto: Que, así las cosas, los sentenciadores no

incurrieron en el error de derecho que se les imputa en el

recurso presentado por la parte demandante, razón por la

cual éste no puede prosperar por adolecer de manifiesta

falta de fundamento.

II.- En cuanto al recurso de casación en el fondo

deducido por la demandada:

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Sexto: Que, mediante el recurso de casación en el

fondo, se denuncia infracción a los artículos 2314, 2329 y

2330, todos del Código Civil. En primer lugar, afirma el

recurrente que la muerte de la víctima no tiene relación de

causalidad directa y necesaria con la acción u omisión que

se imputa al municipio; que la sentencia no considera la

existencia de causas y sucesión o secuencia de

acontecimientos que pueden contribuir a la producción del

resultado dañoso, como lo es que el vehículo era conducido

por una persona que lo hacía en estado de ebriedad, que

habría efectuado una mala maniobra y que perdió el control

del vehículo, precipitándose hacia la barrera que separa

ambas pistas de la Avenida Las Golondrinas.

Aduce que la relación de causalidad requiere que su

acción constituya efectivamente la causa del daño y no sea

una mera condición que haya contribuido a producirlo, por

cuanto en la producción del daño pueden concurrir diversos

factores que interfieren en la relación causal, tales como

la intervención de terceros o de la víctima, o la conducta

omisiva de ésta última. Recalca que, en este caso, debe

entenderse que la sentencia recurrida ha vulnerado el

aspecto normativo de la relación de causalidad, por cuanto,

ante la frecuente coexistencia de causas y sucesión o

secuencia de acontecimientos que pueden contribuir a la

producción de un resultado dañoso, han acudido los autores

y la jurisprudencia a criterios tales como la causalidad

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adecuada o eficiente, para justificar la imputabilidad que

puede atribuirse al autor de un hecho por las consecuencias

que de éste hayan derivado; de acuerdo a este criterio,

para que la conducta sea imputable al agente se requiere

que su acción constituya efectivamente la causa del daño y

no sea una mera condición que haya contribuido a

producirlo. Subraya que, a su entender, la causa principal

o eficiente del accidente y de la muerte del hermano de los

actores es el estado de ebriedad del conductor del vehículo

siniestrado, debiendo estimarse que el mal estado de la

barrera es solo una mera condición que contribuye a

producir el daño pero no es la causa del mismo, sin que

pueda colegirse que los desperfectos de la vía sean la

causa del accidente, los que sólo resultan ser causa del

posterior fallecimiento de la víctima, y no la causa del

accidente en cuestión, por lo que no ha podido configurarse

la relación de causalidad necesaria para atribuir

responsabilidad al Municipio de Hualpén.

Finalmente, esgrime la infracción al artículo 2330 del

Código Civil, señalando que ella se produce, al desechar la

sentencia la alegación subsidiaria de rebaja de la

indemnización de perjuicios por exposición imprudente de la

víctima al daño, al abordar el vehículo sabiendo que el

conductor se encontraba en estado de ebriedad

(circunstancia acreditada en sede penal) y que fue

ratificada por su propia declaración como testigo,

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circunstancia no fue correctamente ponderada por el

tribunal.

Séptimo: Que la sentencia impugnada estableció como

hecho de la causa, que el hermano de los actores, sufrió un

accidente de tránsito con consecuencias fatales, puesto que

el conductor del móvil en el cual se trasladaba perdió el

control chocando con la barrera de contención ubicada en el

bandejón central de la Avenida Las Golondrinas, la que se

encontraba en mal estado, por lo que uno de sus fierros

atravesó íntegramente el tórax de don Gonzalo Esteban Muñoz

Arias, provocándole la muerte el día 09 de octubre de 2014.

Octavo: Que, sobre la base del hecho ya referido, los

sentenciadores estimaron que se configura una falta de

servicio de parte de la Municipalidad del Hualpén, al no

haber dado cumplimiento a su obligación legal de velar por

el buen y apropiado estado de dicha barrera de contención,

esto es, mantenerla en condiciones adecuadas y cumpliendo

el fin para el cual fueron puestas en ese lugar, sin que

motivo alguno pudiere justificar el incumplimiento de esta

obligación, pues, tal como lo señala la normativa legal que

le es aplicable, la administración, mantención y

señalización de los bienes nacionales de uso público

ubicados dentro del territorio comunal, recae esencialmente

en el ente municipal.

Ahora bien, respecto de la existencia de la relación

de causalidad y del hecho acreditado de que el conductor

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del móvil siniestrado se encontraba en estado de ebriedad

al momento de los hechos, la sentencia dictaminó en el

motivo vigésimo segundo que, con los antecedentes que obran

en autos “no queda más que entender, que el daño causado

fue sufrido por causa directa de la falta de servicio de la

demandada, ya que producido el accidente de tránsito,

estando la reja de contención en buenas condiciones no

hubiese fallecido el señor Muñoz Arias, considerando que

ninguno de los demás ocupantes del vehículo siniestrado

falleció producto del accidente, sino que solamente el que

fue atravesado por el fierro de la barrera en mal estado.

De esta manera, a juicio de esta sentenciadora, es esta la

causa necesaria y directa, al momento de generarse el hecho

dañoso. Entonces resulta claro que la falta de servicio de

la parte demandada, en cuanto a que no cumplió con su

obligación de mantener las vías públicas en buen estado o

de tomar las medidas de resguardo que permitan prevenir un

peligro o riesgo para los ocupantes de las mismas, fue la

causa directa del fallecimiento del hermano de los actores.

No altera lo concluido, la circunstancia que el

automóvil siniestrado haya sido conducido, al momento de

ocurrir los hechos, por un conductor que lo hacía en estado

de ebriedad, ya que si bien puede haber sido determinante

en la pérdida de control del móvil, lo cierto es que si las

barreras hubieren estado en buenas condiciones, ella no se

hubiere incrustado en el cuerpo del fallecido.”

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Noveno: Que, entrando al análisis de los yerros

jurídicos denunciados, puede advertirse que un primer

reproche del recurso de nulidad dice relación con el

establecimiento de la relación de causalidad por cuanto, en

concepto de la recurrente, la causa inmediata y directa del

accidente fue el estado de ebriedad del conductor del

vehículo siniestrado y no una actuación que pueda imputarse

al municipio demandado.

Décimo: Que el fallo dejó asentado que la falta de

servicio de la Municipalidad del Hualpén se erigió como la

causa del fallecimiento de la víctima, cuya influencia se

consideró necesaria, descartando la incidencia que en tal

resultado tuvo el estado de ebriedad del conductor del

vehículo en que ella viajaba. En este orden de ideas, si la

barrera de contención de Avenida Las Golondrinas se hubiese

encontrado en buen estado, el hermano de los demandantes no

habría sufrido el traumatismo toraco-abdominal que le causó

la muerte, motivado precisamente por uno de los fierros de

la señalada barrera que atraviesa su tórax. Tal conclusión

se ve refrendada por el hecho de que los demás ocupantes

del vehículo resultaron solamente con lesiones, falleciendo

en el lugar solamente aquel de los pasajeros que fue

alcanzado por el fierro, que se hallaba expuesto producto

de la falta de mantención.

Undécimo: Que, lo razonado por los jueces del fondo

resulta acertado, y se aviene con los hechos fijados en la

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causa, los cuales han quedado inamovibles para esta Corte

al no haberse denunciado la infracción de leyes reguladoras

de la prueba.

Duodécimo: Que, finalmente, en cuanto a una supuesta

infracción al artículo 2330 del Código Civil, bastará para

su rechazo la circunstancia que la recurrente y demandada

en autos, no esgrimió dicha alegación durante la etapa de

discusión de la causa, apareciendo ella únicamente al

momento de deducirse el recurso de apelación, por lo que

constituye una alegación nueva tal como lo concluyeron los

sentenciadores en los motivos cuarto y quinto del fallo en

revisión, de modo que esta Corte se halla impedida de

revisar este aspecto del recurso de casación en el fondo,

lo cual permite desestimar este último capítulo del

arbitrio.

Décimo tercero: Que, por todo lo antes razonado, se

concluye que el recurso no podrá prosperar por incurrir en

manifiesta falta de fundamentos.

De conformidad, además, con lo que disponen los

artículos 764, 767 y 782 del Código de Procedimiento Civil,

se rechazan los recursos de casación en el fondo deducidos

por ambas partes, en lo principal de las presentaciones de

fecha veintisiete de junio de dos mil veinte, folios 45 y

47, en contra de la sentencia de diez de junio del mismo

año.

Regístrese y devuélvase.

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Redacción a cargo del Ministro señor Muñoz.

Rol 79.287-2020.

Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema


integrada por los Ministros (a) Sr. Sergio Muñoz G., Sra.
María Eugenia Sandoval G., Sra. Ángela Vivanco M., y los
Abogados Integrantes Sr. Álvaro Quintanilla P. y Sr. Pedro
Pierry A. No firman, no obstante haber concurrido al
acuerdo de la causa, los Ministros señor Muñoz por estar
con feriado legal y señora Sandoval por haber cesado en sus
funciones.

ANGELA FRANCISCA VIVANCO ALVARO HERNAN QUINTANILLA


MARTINEZ PEREZ
MINISTRA ABOGADO INTEGRANTE
Fecha: 19/02/2021 20:05:02 Fecha: 19/02/2021 20:05:03

PEDRO PIERRY ARRAU


ABOGADO INTEGRANTE
Fecha: 19/02/2021 20:05:03

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En Santiago, a diecinueve de febrero de dos mil veintiuno, se incluyó en el
Estado Diario la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. XNSDTJHXJZ

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