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INSPECTORIA SAN LUCAS - VENEZUELA

Motivación a la Novena
Con ocasión de celebrar un año más la
Solemnidad de la Santísima Virgen Inmaculada, el 8
de diciembre, fecha en que comenzaron y terminaron
nuestras mayores cosas. Como Congregación
Salesiana y llevando la propuesta a nuestra querida
Familia Salesiana, presentamos esta Novena para
profundizar aún más en nuestra espiritualidad
mariana.
Nuestro Padre Don Bosco, vivió una profunda
unión con la Iglesia universal de su tiempo,
difundiendo el dogma mariano de la Inmaculada
Concepción. Dice la Carta de Identidad de la Familia
Salesiana, en su numeral 11:”…les propuso a María
Inmaculada, presentándola como la educadora de las
energías de amor y apoyo eficaz para su crecimiento
humano y cristiano”.
Retomando el final del artículo 34 de nuestras
Constituciones Salesianas, que cita: “La Virgen María
es una presencia materna en este camino. La
hacemos conocer y amar como a la mujer que creyó y
que auxilia e infunde esperanza”.
Es por ello que hemos soñado esta novena,
inspirada en una canción católica llamada “Contigo
María” de la cantante Athenas, una canción que ha
servido para contagiar a muchos jóvenes en el amor
hacia nuestra Madre. Así como el próximo aguinaldo
de nuestro Rector Mayor que nos llama a no perder la
esperanza.
Querido hermano Salesiano, queridos
miembros de nuestra Familia Salesiana, no perdamos
una oportunidad de unirnos en oración por la
humanidad. Necesitamos unir nuestras fuerzas para
decir con voz fuerte: Contigo María, Nace una
esperanza.
Con Garelli y tan solo una Ave María, en el día
de la Inmaculada, hemos visto cuántas cosas grandes
han sucedido. Preparemos el corazón para seguir
confiando que María nos acompañará y ayudará en
nuestra misión, en medio de los jóvenes pobres y
más necesitados.
Temática de la Novena
Día 1: Contigo María, Madre y Guía.
“Quiero caminar contigo María, pues tú eres mi Madre y eres mi guía”.

Día 2: Contigo María, Humilde y Santa.


“Tú eres para mí el más grande ejemplo de Santidad y de humildad”.

Día 3: Contigo María, Madre Amorosa.


“Quiero caminar contigo María, no sólo un momento, todos los días. Necesito
tú amor de Madre”.

Día 4: Contigo María, Intercesora ante Dios.


“Tú intercesión ante el Señor”.

Día 5: Contigo María, Llévame al Cielo.


“Guía mis pasos, llévame al Cielo”.

Día 6: Contigo María, No tengo Miedo.


“Bajo tu manto, no tengo miedo”.

Día 7: Contigo María, Llena de Gracia.


“Llena de Gracia, Ave María”.

Día 8: Contigo María, Ofrezco mi Vida.


“Hoy yo te ofrezco, toda mi vida”.

Día 9: Contigo María, Nace una Esperanza.


“De tu mano María, renace nuestra esperanza en Dios”.
ORACIONES PARA
TODOS LOS DIAS
Oración Inicial
Virgen Inmaculada, Purísima de los
ángeles y de los hombres. Alabanzas
te damos porque contigo nace una
esperanza; en tu “Hágase en mí”, nos
haces conocer la voluntad y grandeza
de Dios. Que, como hijos del Padre,
también sintamos la alegría de la
Gracia, que sale al encuentro de cada
uno de nosotros. Para que,
conociéndoles, le amemos, amándole
le poseamos y poseyéndole le
gocemos con la esperanza puesta en
tu corazón y en su amor. Amén.

Oración Final
Jesús Redentor nuestro, Hijo de María
Inmaculada. Así como desde el primer
instante de su concepción, le colmaste
de gracias. Te rogamos humildemente
por la intercesión de tu Madre, nos
inspires un aprecio singular de la divina
Gracia, y que así siempre seamos
portadores de esperanza en esta
humanidad que tanto lo necesita.
Amén.
Día 1: Madre y Guía.
Reflexión
Madre Querida, quiero caminar junto a ti, ya que eres mi guía. Contigo, puedo confiar que
voy a puerto seguro. Eres a la que Dios le confió la vida del mismo Jesús, porque sabía que
le podías guiar, en toda su misión y vida. Por eso hoy, te encomiendo mi caminar, para
que cada día me ayudes a vivir como tu hijo amado, en Santidad. Quiero caminar contigo,
Madre de la Esperanza, hoy y cada día de toda mi vida.
Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria.

Día 2: Humilde
y Santa.
Reflexión
Oh Virgen María, acabas de oír, el más sorprendente
anuncio: “Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a
quién pondrás por nombre Jesús”. Y tú, humilde y
santa, has dicho:” He aquí la esclava del Señor”. Qué
alegría tenerte como el mayor ejemplo de Santidad y de
humildad, y de saber que en ti se cumplió la profecía:
“Porque miró el Señor la bajeza de su esclava, me
llamarán dichosa todas las generaciones”. Aquí estoy
Madre, quiero aprender tu lección y también imitar tu
conducta. Hazme humilde y Santo en este camino
emprendido.

Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria.

Día 3: Madre Amorosa.


Reflexión
Contigo María, quiero caminar todos los días de mi vida. Eres mi Madre Amorosa, que me
conforta. Me acompañas en los momentos alegres y en los de incertidumbre. Así como
tuviste en tus brazos a Jesús en el pesebre, quiero sentirte cerca de mí, con la confianza
que me escuchas, me amas y caminas conmigo. Quiero arrullar mi silencio con tu amor de
Madre. No será difícil, porque tengo la plena certeza de que nunca me dejas.
Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria.
Día 4: Intercesora ante Dios.
Reflexión
Medianera de intercesión, que, así como en las bodas de Caná, estés atenta cuando se me
acabe el vino de la alegría y/o deje de sentirme hijo de Dios. Que pueda siempre escuchar
tu voz diciéndome: “Hagan lo que Él les diga”. Camino lleno de esperanza porque voy de
tu mano que intercede y que es de una madre que nunca abandona. Tengo la seguridad
que, cuando te pida algo, habrá una respuesta pintoresca, porque aun, en el bullicio de la
fiesta, estás atenta para servir e interceder.
Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria.

Día 5: Llévame
al Cielo.
Reflexión
Caminar contigo en la esperanza es sentirse dichoso,
porque te puedo decir “Llévame al Cielo”, para
contemplar tu amor y sobre todo encontrarme con
Jesús. Hoy siento que eres mi Maestra y eres mi mayor
modelo de discípula, siempre serás mi modelo a seguir
para vivir en plenitud el Cielo Prometido. Madre
amable, cuando el pueblo camina en tinieblas, le das la
alegría de ver un gran resplandor, porque brilla la luz
de Jesús en ti.

Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria.

Día 6: No tengo Miedo.


Reflexión
María, Virgen y Madre, me resuenan las palabras: “He aquí tu Madre”. ¿Cómo tener
miedo si Jesús me confió a la Inmaculada como madre? A la que me guía, acompaña,
enseña y protege. Como Juan, te llevo a mi casa, a mi corazón, a mi vida, para así sentirme
seguro con tu amorosa compañía. Tú que estuviste en Pentecostés para vivir la efusión del
Espíritu Santo, acompáñame y haz que viva un nuevo Pentecostés contigo.
Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria.
Día 7: Llena de Gracia.
Reflexión
Ave María, eres la madre de mi Señor, eres llena de Gracia. Cooperar con la misión de Jesús, te
hace ser la estrella de muchas almas. La voluntad de Dios estaba tan clara en aquella joven.
Simplemente nos regala su FIAT. Y con ese FIAT, “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.
Gracias Madre por tu “Hágase” y por ser bendita entre todas las mujeres.

Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria.

Día 8: Ofrezco Mi Vida.


Reflexión
Santísima Madre, cada día que te conozco más y que
siento tu amor, sólo quiero decirte: te ofrezco mi vida,
soy todo tuyo. Oh Madre Amable, Madre Admirable y
Auxiliadora te ofrezco todo mi ser, porque todo lo que
poseo es tuyo; eres la esperanza de mis días. El
caminar contigo me hace vivir grandes cosas y sentir
cómo Dios hace de mí su obra, cuando me dejo guiar
por tu amor. Cuando estabas en plena juventud,
ofreciste tu vida. Hoy, ayúdame a seguir tu ejemplo y
ofrecer mi vida al servicio de los demás.

Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria.

Día 9: Nace
Una Esperanza.
Reflexión
Celestial Princesa, Madre en el dolor y en la alegría. Tú, que fuiste fiel hasta el extremo,
fiel en la cruz, fiel a Jesús. Guía mis pasos como lo hiciste con aquella Iglesia Naciente,
porque siempre tuviste en tu corazón la esperanza de la Victoria sobre la muerte en la
Cruz. Madre, en el Calvario, en medio de aquél océano de amargura, fuiste consuelo para
tu Hijo, fortaleciendo y dando esperanza. Tú, que eres auxilio de tus hijos frente a cada
dificultad, alienta y fortalece, con la confianza que siempre nos enseñaste. Porque todo lo
colocaste en manos de nuestro Padre, el Buen Dios.
Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria.

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