Está en la página 1de 4

Lunes 08 de abril

Querida Madre y Reina: Vengo hacia Ti a buscar el silencio que


afuera en el mundo lleno de ruidos, no es fácil encontrar. Hoy junto a
Ti, quiero encontrar la paz; quisiera agrandar mi corazón ya que
muchas veces no puedo rezar porque mi alma no puede descansar en
Ti.
Deseo renovarme interiormente en tu presencia, aquí ante tu
presencia, ante tu Hijo vivo y resucitado. Con mucha esperanza he
venido quisiera quedarme aquí espiritualmente para siempre y recibir
con el corazón abierto todo lo que tú me tienes preparado.

Madre, al mirar tu imagen, descubro que tú me miras como si


hubieras estado esperándome. Yo sé que quieres ser mi madre; Cristo
tu Hijo te dio esta gran misión desde la cruz cuando dijo a Juan: "He
aquí a tu Madre". Y Tú me aceptas tal cual soy; con todo lo que me
preocupa y alegra, con mis deseos y necesidades, con mis talentos y
miserias y en tu corazón encuentro hogar, seguridad y paz.

Madre, escribe mi nombre en tu corazón y no lo borres jamás;


desde allí enséñame el arte de descubrir el amor Misericordioso del
Padre en todas las circunstancias de mi vida. Edúcame para que
siempre pueda dar un sí dispuesto a la voluntad de Dios. Transforma
mi pequeño corazón, dame la fortaleza en el dolor, paciencia y valor
en las adversidades de la vida y dame la gracia que me impulse a
colaborar en la construcción del Reino de Dios en mi ambiente.

Por eso hoy nos entregamos a Ti consagrándonos:

Oh Señora mía. Oh Madre mía, yo me ofrezco todo a Ti y en


prueba de mi filial afecto te consagro en este día: mis ojos, mis oídos,
mi lengua, mi corazón, en una palabra todo mi ser; ya que soy todo
tuyo oh Madre de bondad, guárdame, defiéndeme y utilízame como
instrumento y posesión tuya. Amén.
Martes 09 de abril

Querida Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable


de Schoenstatt; vengo a Ti con ilimitada confianza a implorar
tu ayuda para obtener de Dios lo que humildemente pido.

Tu Hijo Divino te entregó a mí como madre. Sus palabras “He ahí a tu


Madre” me las dijo también a mí, y a ti te dijo: “He ahí a tu hijo”.

¡Aquí estoy, arrodillado a tus pies!

¡Qué consuelo tenerte como Madre!

Por lo tanto acudo a Ti en mi angustia. Recurro a Ti, Madre, Reina y


Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt, sabiendo que todos
tus hijos que han acudido a Ti han recibido tu protección y ayuda.

Tú misma has llevado a cuesta grandes penas. Como Madre dolorosa


permaneciste al pie de la cruz. Ahora que vengo a Ti con mi
dolor, ¿despreciarás esta humilde y angustiosa súplica?

¡No, nunca!

Tú eres la salud de los enfermos, el consuelo de los afligidos, el auxilio


de los cristianos. Me llena de consuelo especial, el hecho de que Tú
eres Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces.

Admirable de Schoenstatt, un título de honor que quiere


decir simplemente que eres maravillosa en todo momento y lugar.

Obtén para mí, de tu Hijo Divino, la respuesta a mi plegaria… (dila


aquí en silencio) y yo repetiré tu Magnificat y pregonaré la misericordia
de Nuestro Señor por toda la eternidad.
Amén.
Miércoles 10 de abril

Como contribución a tu capital de gracias, te ofrecemos todo lo


nuestro: lo que nos es difícil, los límites personales, nuestras cruces y
fracasos, el trabajo de cada día; pero también nuestras alegrías y
nuestros éxitos.

Madre y Reina, cuenta con nosotros, con nuestra buena voluntad


y disposición a crecer y a transformarnos. También nosotros
contamos contigo, con tu poder de Reina y tu bondad de Madre.
Nuestro lema será siempre: "Nada sin ti, nada sin nosotros".
Extiende tu manto protector sobre nuestra familia, para que podamos
ser viva imagen de amor y fe.

Con un corazón lleno de gratitud llegamos hacia tí. Tú nos


llamaste a sellar una Alianza de Amor contigo como Madre y
Educadora nuestra. Venimos a regalarte lo que somos y tenemos,
especialmente nuestro amor. Acógenos y transfórmanos en una
auténtica familia santa para gloria de la Santísima Trinidad.

Madre y Reina nuestra nos disponemos a formarnos según su


espiritualidad y a ser instrumentos en tus manos para la renovación
de la Iglesia y del mundo, en Cristo, Señor de la historia.

Reina nuestra, manifiesta tu poder de educadora en nuestro


amor y en nuestras vidas. Enséñanos a educar nuestra inteligencia,
voluntad y corazón. Que con la ayuda de las gracias que nos regalas
lleguemos a formar una familia que sea taller de hombres nuevos al
servicio de la Iglesia. Amén.
Jueves 11 de abril

Como contribución a tu capital de gracias, te ofrecemos todo lo


nuestro: lo que nos es difícil, los límites personales, nuestras cruces y
fracasos, el trabajo de cada día; pero también nuestras alegrías y
nuestros éxitos.

Madre y Reina, cuenta con nosotros, con nuestra buena voluntad


y disposición a crecer y a transformarnos. También nosotros
contamos contigo, con tu poder de Reina y tu bondad de Madre.
Nuestro lema será siempre: "Nada sin ti, nada sin nosotros".
Extiende tu manto protector sobre nuestra familia, para que podamos
ser viva imagen de la Sagrada Familia de Nazaret.

Cuanto llevo conmigo, lo que soporto, lo que hablo y lo que


arriesgo, lo que siento y lo que amo, los méritos que obtengo, lo que
voy guiando y luchando, lo que me hace sufrir y lo que me alegra;
cuanto soy y cuanto tengo, te lo entrego como regalo de amor para la
fuente de gracias del alma de quienes en Schoenstatt han puesto su
corazón; para conducir bondadosamente hasta allí, a los que, por
misericordia, quieras escoger y para que fructifiquen las obras que
consagramos a la Trinidad.

Amén.

Viernes 12 de abril

También podría gustarte