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UNIDAD II: El papel de la libertad personal en la Historia

“Ningún individuo puede trascender de esta sustancia; puede, sí, distinguirse de otros individuos, pero no del
espíritu del pueblo. Puede tener un ingenio más rico que muchos otros hombres; pero no puede superar el
espíritu del pueblo. Los hombres de más talento son aquellos que conocen el espíritu del pueblo y saben
dirigirse por él. Estos son los grandes hombres de un pueblo, que guían al pueblo conforme al espíritu
universal. Las individualidades, por lo tanto, desaparecen para nosotros y son para nosotros las que vierten
en la realidad lo que el espíritu del pueblo quiere. En la consideración filosófica hay que prescindir de
expresiones como: “Este Estado no habría sucumbido, si hubiese existido un hombre que... etc.” Los
individuos desaparecen frente a la sustancia universal, la cual forma los individuos que necesita para su fin.
Pero los individuos no impiden que suceda lo que tiene que suceder.” (Hegel, Filosofía de la Historia
Universal, Alianza Ed. p. 66).

“Cuando se examina este año decisivo de 1941, desde el cual la humanidad ha descendido a su difícil
situación actual, el historiador no puede menos que asombrarse ante el papel esencial de la voluntad
individual. Hitler y Stalin jugaron al ajedrez con la humanidad. En todos los aspectos esenciales, la
inseguridad personal de Stalin, su temor obsesivo a Alemania, fueron los factores que lo llevaron a firmar el
pacto fatal (Hitler firmó un pacto en el 39 de no agresión mutua con Stalin, y por eso avanzó sobre las
naciones de occidente. En 1941 invadió Ucrania y violó el pacto), y su ilusión –no la de los otros- lo
mantuvo en vigencia, como una cortina de falsa seguridad detrás de la cual Hitler preparó su ataque asesino.
Hitler, y nadie más, decidió librar una guerra de aniquilamiento contra Rusia, la canceló y la postergó y
después la repuso en el centro de su estrategia, para iniciarla del modo que él mismo eligió. Ninguno de
estos hombres representó fuerzas históricas irresistibles o siquiera poderosas (no obedecían a ningún factor
impersonal que los parara)…Vemos aquí precisamente lo contrario del determinismo histórico, la apoteosis
del autócrata individual. Es lo que sucede cuando se eliminan las limitaciones morales de la religión y la
tradición, la jerarquía y el precedente, de modo que el poder de suspender o desencadenar episodios
catastróficos no revierte sobre la benevolencia impersonal de las masas (masa en sentido positivo: si hacés
lo que la mayoría de la gente quiere es difícil que seas malo), y por lo contrario recae en las manos de
hombres que están aislados en la totalidad misma de sus naturalezas perversas” (Paul Johnson, Tiempos
Modernos, p. 382). (modus hodiermus:hodie es hoy. Lo moderno es el modo del presente de cada
momento. Lo moderno es lo de hoy, etimológicamente.)

MARX-ENGELS, MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA (Ed.Anteo, cap.1 p.48-49).

(Hay mucha fe en el proceso necesario en el Manifiesto)

"Finalmente, en los períodos en que la lucha de clases se acerca a su desenlace, el proceso de desintegración
de las clases dominantes, de toda la vieja sociedad, adquiere un carácter tan violento, tan agudo, que una
pequeña porción de esa clase reniega de ella y se adhiere a la clase revolucionaria, a la clase en cuyas manos
está  el porvenir (Ser clase revolucionaria es ser el futuro). Y así como antes una parte de la nobleza se pasó
a la burguesía (Revolución Francesa), en nuestros días un sector de la burguesía se pasa al proletariado (Es
decir, Marx y Engels), particularmente ese sector de los ideólogos burgueses que se han elevado
teóricamente hasta la comprensión del conjunto del movimiento histórico (Dandole sentido global al
proceso histórico).
De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía, sólo el proletariado es una clase verdaderamente
revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria; el
proletariado, en cambio, es su producto más peculiar.
Las capas medias -el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el artesano, el campesino-, todas ellas
luchan contra la burguesía para salvar de la ruina su existencia como tales capas medias. No son pues
revolucionarias sino conservadoras. Más todavía, son reaccionarias, ya que pretenden volver atrás la rueda
de la historia. Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente
al proletariado, defendiendo así no sus intereses presentes sino sus intereses futuros, cuando abandonen sus
propios puntos de vista para adoptar los del proletariado" (Volver a lo de antes: reaccionarios; los que
miran al futuro son los revolucionarios, los que quieren mantener todo como está con conservadores)
ERNST BLOCH, SUJETO-OBJETO, F.C.E. SOBRE HEGELISMO EN MARX (Neo marxista.
Escribe este libro exiliado de Leibzig buscando nuevas luces para el marxismo lejos del marxismo
soviético. Revitalizar la dialéctica histórica)

"Marx se hace cargo, mutatis mutandis, de esta teoría (la de la astucia de la razón) (El Espíritu Universal no
va él a la guerra sino que manda lo finito a la batalla y él siempre se mantiene infinito, intocado por el
sufrimiento, no se expone a sí mismo a la lucha), poniéndola, al igual que a la dialéctica, sobre pies
materiales. La astucia de la razón se torna aquí, concretamente, en la fuerza del proceso de producción, que
acaba siempre imponiéndose y que es, para la dialéctica materialista, el poder que tira de los hilos de toda la
historia acaecida hasta nuestros días como "destino histórico" hasta ahora incomprendido.
Los hombres, en las épocas de las grandes transformaciones, ignoraban, o sabían sólo de un modo
fragmentario, qué era lo que se estaba ventilando, actuaban movidos por una "falsa conciencia", por una
pasión romántica, y dejándose llevar, casi siempre, de ideas demasiado elevadas. Pero el orden del día del
proceso de producción acaba siempre por imponerse: "Camilo Desmoulins, Danton, Robespierre, Saint Just,
Napoleon, lo mismo los héroes que los partidos y la masa de la revolución francesa cumplen, vestidos con
el ropaje romano y pronunciando frases romanas, la misión de su tiempo, que consistía en desencadenar e
instaurar la moderna sociedad burguesa" (Cita de Marx, El dieciocho brumario)....
...En esta dialéctica, a espaldas de los individuos y de su conciencia inmediata, es donde pervive lo que hay
de real y vivo en la filosofía hegeliana de la historia" (p.221)

GUARDINI Y LA LIBERTAD PERSONAL EN LA HISTORIA (En la línea de la afirmación de la


libertad personal. Al igual que Johnson que sería un católico liberal. Escribe estas obras con el contexto
de la terrible derrota moral de Europa. Hasta la primera no había habido grandes guerras europeas, era
un esplendor: colonización de Africa, industrialización, paz interna. La segunda guerra mundial no se
explica sin la primera: es peligroso hacerle pagar al derrotado ).

“De acuerdo con la concepción de los tiempos modernos, la Cultura es algo “natural”...en el sentido de los
Tiempos Modernos, en que la Naturaleza y el Espíritu forman un todo, el todo sin más, el mundo en el cual
todo se desarrolla según leyes supremas y que, por eso mismo, es necesario y bueno...
Pero el paso de la historia demostró que esta opinión era un error. El espíritu humano tiene la libertad tanto
de hacer el bien como de hacer el mal, de construir como de destruir...las cosas tomaron un camino
equivocado, las circunstancias actuales así lo indican. Nuestro tiempo lo siente y abriga las más hondas
inquietudes pero precisamente allí está su gran posibilidad: romper con el optimismo de los tiempos
modernos para poder ver la verdad” (“El fin de los tiempos modernos”, Ed. Sur, p. 74-75)

“Depende de los hombres que saben y que están dispuestos a obrar, el abrirse a la comprensión del hecho
que sustenta todo futuro: que el hombre mismo es responsable del curso de la historia y de lo que acontece
con la existencia del mundo y del hombre. El hombre puede hacer esto bien o puede hacerlo mal. Pero para
poder hacerlo bien, tiene que estar dispuesto a adoptar de nuevo aquella actitud que ya Platón consideraba
como el resumen de la obligación humana: la actitud de la 'justicia', es decir, la voluntad de ver la esencia de
las cosas y de hacer lo que, desde esta esencia, resulta justo” (Guardini, El Poder, Guadarrama, pag. 115).

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