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PERCEPCIONES E IMÁGENES DEL DESARROLLO ESTADOUNIDENSE

EN LA OPINIÓN PÚBLICA ESPAÑOLA (1898-1914)


El “Tío Sam” se merienda la isla de Cuba. Las alforjas del “Tío Sam”. Dibujo satírico del diario mexicano El Independiente.
Viñeta satírica de la revista italiana L´Asino. ABC, 16/10/1906. ABC, 3/1/1914.
“Yo quisiera poder interrogar a los admiradores de esa civilización que
se nos aparecía como la aurora de un mundo nuevo, como una
sociedad perfecta y práctica, como un pueblo compuesto de almas
generosas y nobles entregadas a la paz y al trabajo. ¿Qué lección de
moral nos han dado en esa guerra, que aún parece mantener caliente
la sangre derramada? ¿Dónde está la raza superior y perfecta que ni
siquiera ha sabido respetar las elementales nociones del derecho de
gentes? ”.

PÉREZ GUERRERO, J.: “La raza latina”, Revista Contemporánea, vol. CXV-
VI (30 de septiembre de 1899), p. 608.

Napoleone Colajanni

“¿Cree Stead que Inglaterra y los Estados Unidos , con


todos sus millones de publicaciones, ejercen en el
mundo influencia que pueda compararse con la de
Francia ?”.

ARAUJO, F.: “La americanización del mundo”, La España


Moderna, núm. 167 (noviembre de 1902), p. 167.
MARK TWAIN EDGAR ALLAN POE WALT WHITMAN EDITH WHARTON

Presencia de relatos estadounidenses en La España Moderna, 9/1898-6/1914.


Una de las muchas imágenes publicadas sobre la Exposición de San Luis. Estreno de la ópera Salomé de Strauss en Nueva York.
ABC, 22/9/1904. ABC, 24/2/1909.

“En las cosas de arte, los críticos yanquis andan, sobre poco más o menos, a la misma altura que la masa
del público, y el público americano –me refiero al gran público, al popular- salió descorazonadísimo del
estreno, porque le habían dicho que era una ópera americana, escrita sobre un libro americano, y esperaba
encontrar alguna canción de negros o un cake-walk de esos que se pegan al oído…¡Vayan ustedes a saber! ”.

CADENAS, J. J.: “ABC en París. La Fanciulla del West”, ABC, 17 de diciembre en 1910, p. 5.
Artículo sobre el explorador norteamericano Frederick Albert Cook.
Actualidades, 15/9/1909.

Innovación urbana en Nueva York. Cinta transportadora que Fotografía del puente de Brooklyn.
facilitaba a los carruajes la subida de las calles en cuesta. ABC, 12/1/1904.
ABC, 1/9/1911.
“El internacionalismo en unión de la democracia, sigue siendo la
característica de los Estados Unidos […] América ha edificado una
sociedad, en la cual, es la única misión del Gobierno, hacer que la
justicia prevalezca”.

THE READER: “Revista de revistas. Lo que América puede enseñar a Europa”, Nuestro
Tiempo, núm. 180 (diciembre de 1913), pp. 93-94.

“La independencia de los hombres políticos está viciada, y los votos se


compran tan descaradamente que nadie protesta contra la lista de
pensiones […] En un país de hombres tenidos por libres, no hay, en
realidad, sino esclavos”.

TERÁN, L. de: “Revista de revistas. Peligros de la república americana”, Nuestro Tiempo,


núm. 99 (mayo de 1907), p. 79.
Una conferencia del profeta Elías en Nueva York. Sufragistas norteamericanas apoyando la candidatura de Woodrow Wilson.
Blanco y Negro, 7/11/1903. ABC, 13/9/1912.

El wiggle-woggle, novedosa forma de entretenimiento en los Estados Unidos. Reproducción de la tragedia de Altona (Pensilvania). Un individuo desconocido
Actualidades, 6/10/1909. lanzó un tranvía por una pendiente, provocando la muerte de once personas.
ABC, 14/7/1906.
2. Colaboración de periodistas europeos
en diversas revistas culturales y
traducción de diarios de viaje.

1. Difusión de artículos y viñetas 4. Recepción de ideas procedentes


3. Traslación y continuación de algunas
de procedencia extranjera. del ámbito latinoamericano.
polémicas que estaban desarrollándose
fuera de nuestras fronteras.
“¿Pero es que pierde la civilización porque sean árbitros de los destinos de este pueblo los
norteamericanos? De ningún modo […]. La masa popular siempre aprovecha cuando el Gobierno
lo tienen personas más capaces y honradas, aunque sean extranjeras”.

SINCERO, P.: “Cuestiones filipinas” Nuestro Tiempo, núm. 80 (25 de julio de 1906), p. 44.

“Excepto en lo que se refiere al nombramiento de los funcionarios más elevados, el Presidente de


los Estados Unidos goza de más prerrogativas que un Monarca Constitucional, y se diferencia de
éste […] en que, mientras el Monarca constitucional debe ser ajeno en absoluto a las luchas de los
partidos y se mantiene en elevada esfera, atento muy especialmente a sancionar los cambios de
política que demanda la opinión pública, manifestada en las elecciones o en otra forma, el
Presidente americano es, ante todo y sobre todo, hombre de partido que va a ocupar la más alta
magistratura de su país para desarrollar una política determinada”.

CUBILLO, L.: “La elección presidencial en los Estados Unidos”, Nuestro Tiempo, núm. 46 (octubre de 1904), pp. 83-84.

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