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El autor es Doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad de Caen, Francia desde 1984.
Es profesor titular en el Centro de Actualización del Magisterio en Michoacán (CAMM) y
Coordinador General de la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior en
Michoacán (COEPES)
Se han escrito muchos y variados ensayos sobre la investigación social y, particularmente, sobre
la investigación en educación. Algunos de estos trabajos resultan ser muy interesantes por el
género de información que presentan; otros, lamentablemente sólo relatan lo mal que está la
educación en las instituciones y no es extraño que en este tipo de trabajos se perciba cierto grado
de amargura intelectual y un marcado escepticismo.
Una de las preocupaciones básicas de los investigadores noveles o de los estudiantes que
requieren documentar una tesis o un artículo para divulgación, es saber cómo distinguir una
información relevante para el propósito perseguido de otra que, aún estando en el mismo texto y
contexto, no lo es. Y es probable que estas preocupaciones las tengan también los científicos y los
investigadores con experiencia cuando estructuran sus protocolos de investigación y sus marcos
teóricos. Por lo que se puede afirmar que no hay recetas o moldes para colar la información; la
mejor receta para resolver estos problemas se deriva de la práctica de la investigación, de la duda
metódica y de la experiencia.
Pero entonces, ¿cómo distinguir un buen trabajo de investigación o un buen artículo o informe
sobre algún tema investigado? O incluso, ¿cómo distinguir un buen libro temático de otro, cuando
el tema es atractivo pero ignoramos su contenido?
Por otra parte, la referencia a la cientificidad, aún en nuestros días, es identificada con pruebas
objetivas y datos estadísticos sobre observaciones, encuestas, cuestionarios o entrevistas
aplicados a grupos muestrales de profesores, alumnos o ciudadanos que emiten una opinión en
torno al tema estudiado por el investigador. Sin embargo, la simple presentación de datos
estadísticos o gráficas comparativas en un reporte de investigación o en un artículo sobre el
proceso investigativo no garantiza ni su cientificidad ni su relevancia explicativa sobre el problema
estudiado.
En resumen, la adopción del contenido de un artículo sobre los temas educativos de nuestro
interés tiene que ver más con la experiencia técnica del lector para ubicar con precisión los
conceptos temáticos; con las preferencias conceptuales e ideológicas vigentes en cada sujeto; e
incluso, con su estado de ánimo. Por lo tanto, la distinción de una información relevante en un
artículo o informe de investigación pasa más por la subjetividad que por la capacidad objetiva de
cada sujeto, pero siempre le será de gran utilidad contar con un conjunto de criterios básicos para
distinguir la relevancia de la información temática y, en este caso, puede ser de mucha utilidad el
conocimiento teórico y el manejo metodológico de las técnicas de análisis de contenido.
En lo que se refiere a la distinción de un buen libro sobre un tema de nuestro interés, funciona
bien el hecho de abrirlo en cualquier página del texto; si es bueno, algo interesante encontrará allí
el sujeto; en caso contrario, es recomendable buscar otras alternativas de información.
Pero hasta aquí seguimos con dudas sobre la relevancia de una fuente informativa; y me parece
que estamos frente a un problema metodológico. Lo más frecuente es que busquemos respuestas
en los libros, en los artículos de revista o en los reportes de investigación pero pocas veces
entablamos el diálogo y la controversia con los autores de dichas fuentes. Probablemente porque
de manera imaginaria estamos frente a una autoridad en la materia de la cual esperamos
soluciones; pero no nos atrevemos a hacer preguntas y a polemizar sobre sus puntos de vista. Y es
en ese momento que tenemos frente a nosotros la posibilidad de generar ideas y diversas
soluciones a nuestras inquietudes de investigación.
3. El proceso de la investigación
El proceso investigativo es, ante todo, interlocución, cuestionamiento y discusión con el texto y
su contexto; es un proceso de búsqueda intencionada; en el cual habremos de tomar decisiones
sobre lo relevante para la investigación y lo que no lo es para nuestro objeto de estudio. Pero lo
más importante es el conjunto de reflexiones que vamos generando en el proceso de investigación
en esa constante polémica que entablamos entre los autores, los factores del contexto
sociocultural en que vivimos (y donde se sitúa nuestro problema) y nosotros mismos. En
consecuencia, un ensayo temático es altamente importante cuando cumple con tres criterios
básicos: presenta y desarrolla un tema interesante; es producto de la creatividad del sujeto y
aporta elementos de teoría o de metodología que pueden ser aplicados por los sujetos
interesados en el tema de referencia; o dicho en otros términos, decir cosas interesantes es muy
importante pero lo es también la forma como se comunican dichas cosas a los demás, más allá de
su utilidad pragmática.
Una advertencia que es importante situar en este momento es la siguiente: habremos de dudar
de la confiabilidad y cientificidad de un artículo o de un reporte de investigación donde se señalan
únicamente hechos negativos y también donde se hace una apología de hechos, situaciones y
personajes. Y la investigación social, particularmente la educativa, cae con frecuencia en esta
trampa; pues el sujeto investigador es presa fácil de la miopía intelectual y de la ideología que
profesa, lo cual se convierte en obstáculo infranqueable para la realización de trabajos científicos
donde se exige una prudente distancia entre el sujeto y los hechos; entre lo que él cree y lo que en
realidad es. Investigar es buscar con intención; es diseñar y realizar un proyecto con disciplina de
trabajo y ética profesional. Y no hay nada más negativo en la formación de profesionales de la
educación que un profesor que enseña investigación pero no la hace porque no sabe hacerla. O
bien, un docente enseña cómo planificar una clase y él es desorganizado para realizarla. En estos
casos, valen más los ejemplos que los discursos; pues estas discrepancias siembran en los
estudiantes incertidumbres y miedos a la investigación, pues se les han ido creando imágenes
distorsionadas de la teoría investigativa que les distancian cada vez más de las lecciones y de las
experiencias tan formidablemente formativas de la investigación que se realiza.
Tampoco podemos caer en el simplismo de decir que la investigación educativa es algo sencillo;
pues la superficialidad no es duradera y más pronto que tarde genera decepciones y
resentimientos en los alumnos hacia sus profesores. La investigación educativa, como cualquier
otro género investigativo, exige un proyecto, conocimiento y disciplina de trabajo; mucho estudio;
reflexión y sistematización de información; y, por supuesto, exige la capacidad de saber presentar
los resultados de investigación a través de artículos, conferencias o libros de manera amena e
interesante que atrapen al lector en su contenido. Pues no debemos olvidar que los datos y los
conocimientos que hayamos encontrado en un proceso de investigación pueden ser, en sí mismos,
muy importantes, pero si no los comunicamos ni los discutimos con los demás, pierden relevancia
social.
Sin embargo, los estudiantes actuales están más informados y seguramente investigan cómo da
su clase su próximo profesor y qué le gusta que le digan; qué tipo de trabajos suele pedir y cómo
califica las tareas. Si bien lo que se acaba de mencionar es un cliché, no dista mucho de la realidad
cotidiana en una gran parte de nuestras aulas.
Con el afán de ser congruente entre el discurso y el hecho, enseguida se presentan algunos
esquemas para el diseño de proyectos de investigación y de docencia que pueden ser útiles para
los interesados en el tema. Y para los más interesados aún, también se incluyen algunos modelos
detallados para planificar los proyectos de investigación y las clases de un curso; sin dejar de
señalar, por supuesto, que los modelos son representaciones estáticas de una concepción de la
realidad y, por lo tanto, no son ni completamente objetivos ni mucho menos exhaustivos e
incluyentes.
Un proyecto de investigación (i) debe contener, por lo menos, cinco elementos básicos:
Objetivos o hipótesis.
Documentación temática.
Enseguida se presenta un ejemplo del encuadre temático de una clase sobre la polémica en
torno al objeto de estudio de la Sociología de la Educación. Cabe señalar que ésta es sólo la
experiencia del autor de este documento como docente de cursos de licenciatura y de posgrado.
Lo que aquí se presenta es el encuadre temático (iii) que hace el profesor al iniciar el
tratamiento de un tema denominado ¿Qué estudia la Sociología de la Educación?
Ante la primera pregunta se puede afirmar que la Sociología de la Educación estudia el origen,
la organización, el desarrollo y los procesos de transformación de la sociedad. También estudia, de
manera específica, las relaciones de los sujetos que componen los grupos sociales. De igual
manera, se ocupa del estudio de las organizaciones, de las instituciones y, por supuesto, de los
movimientos sociales.
En primer término, puede hablarse de una sociología para la educación cuando la teoría social
existente puede ser "acomodada" para explicar los procesos educativos; no solamente áulicos sino
contextuales en general; sobre todo, cuando sabemos que la educación es un proceso social que
se ve influenciado frecuentemente por otros procesos sociales, ya sean de índole política, cultural
o económica.
Se puede hablar de una Sociología de la Educación cuando ya existe un cuerpo teórico
elaborado expresamente para explicar los procesos educativos y sus eventos adyacentes. Pero
entonces, ¿Qué estudia la Sociología de la Educación?
Ahora bien, ¿cómo se vincula la Sociología de la Educación con otras disciplinas científico-
sociales?
Lo mismo sucede con la Pedagogía como disciplina; es decir, tanto la filosofía como la sociología
y la psicología han aportado sus mejores conceptos y estructura teórica para la conformación de
un conjunto de disciplinas que estudian lo educativo; este conjunto se denomina Ciencias de la
Educación.
Educación y Sociedad
( Consenso o conflicto)
Por mucho tiempo se ha considerado que el enfoque marxista es portador del conflicto y que el
enfoque funcionlista se caracteriza por la constante búsqueda del consenso. No obstante, ninguna
sociedad está exenta del conflicto ni tampoco lo está ningún enfoque social que trate de explicar
de manera científica la dinámica social.
Cabe preguntarse, ¿cómo se introducen y cómo se establecen los procesos, los sistemas y los
valores en la sociedad?, ¿se implementan acaso sin ninguna reacción social? Evidentemente que
siempre existe un nivel de conflicto en el proceso de introyección social.
Desde el enfoque funcionalista, los nuevos sistemas de organización social se "socializan" para
disminuir la sensibilidad del conflicto. Los sistemas sociales sustentados en el funcionalismo y en
su variante de estructuralismo, se sustentan necesariamente en el concepto de estabilidad. Por lo
tanto, cuando la estabilidad se perturba es porque se genera algún tipo de conflicto. Cuando el
conflicto se instala, las tendencias más frecuentes para restablecer la estabilidad buscan, primero,
la explicación del problema; y las soluciones necesariamente han de implantarse a través del
diálogo. En resumen, no hay consensos absolutos, como tampoco los conflictos son permanentes;
pues ambos se rigen por dos de las principales reglas de la dialéctica: la negación de la negación y
la lucha de contrarios.
Sociología de la educación
Relaciones de Poder y Verdad
(En torno al Poder y el Discurso)
Los trabajos de Foucault abordan de manera poco ortodoxa pero eficaz el sentido del discurso
desde el poder; o el poder del discurso. Critica al discurso sin fundamento; el que no tiene
sustento práctico. El conocimiento se amplía y se consolida cuando se aplica y se replantea en un
contexto sociocultural concreto. "Las ciencias no progresan por deducción, sino por producción de
conocimientos"
... "Investigar la filiación histórica de los conceptos significa, entonces, remontarse al contexto que
le dio origen". En otros términos, el conocimiento por sí mismo tiene un valor importante; pero
este valor aumenta o es más representativo cuando se aplica en contextos similares a los que le
dieron origen. Más aún, en el campo de las ciencias sociales el conocimiento tiene un valor
circunstancial, limitado en tiempo y espacio.
Control de aprendizajes. Esquemas de trabajos y guías de estudio para los estudiantes; sistema de
evaluación de procesos y productos.
Productos académicos.
Si el trabajo académico institucional se lleva a cabo por medio de la modalidad curricular
modular, el diseño de cada módulo también se puede sujetar a cinco fases:
Aplicación y evaluación.
Como puede apreciarse, una investigación educativa es suficientemente consistente, en el nivel
metodológico, si cumple por lo menos con los cinco requisitos de diseño señalados y si se ha de
investigar cómo se planifica y se desarrolla una clase, la intención investigativa habrá de orientarse
a los cinco pasos básicos mencionados. O bien, si la intención del investigador es realizar una
investigación de corte curricular sobre la planeación institucional y los programas de los cursos
también puede considerar como básicos los cinco elementos de su estructura. Pero, ¿cómo se
estructura un artículo sobre temas educativos?
Si partimos del mismo número de elementos estructurales, un artículo consta de los siguientes
aspectos:
Síntesis analítica
Conclusiones puntuales
El cuerpo del artículo se apoya en esta estructura básica, pero su desagregación específica
puede tener tantos indicadores como subtemas quiera desarrollar el autor. Sin embargo, si
pretendiéramos evaluar la estructura y contenido de los artículos de divulgación científica
podemos analizarlos a partir de estos cinco puntos.
Datos generales: Se anotan los datos de la institución que patrocina la investigación; también se
precisan los datos del investigador.
b) La organización escolar donde se aplica la docencia (las tareas del profesor, lo que hace el
profesor, las tareas del alumno en clase y los productos de la docencia tanto del profesor como del
alumno).
Una vez definido el conjunto de ejes problemáticos, aparentemente independientes, aquí se hace
un esfuerzo de búsqueda y aplicación de Interdependencia; es decir, se trata de encontrar las
relaciones posibles entre dichos ejes para delimitar nuestro problema de investigación. La
delimitación de este problema puede derivar (y es deseable y recomendable) en un conjunto de
preguntas generales para delinear la orientación y los márgenes de investigación.
Hipótesis: Son explicaciones supuestas sobre la relación y comportamiento entre los sujetos o los
hechos en una situación u objeto de investigación. Una hipótesis implica por lo menos, en su
estructura, dos variables: una dependiente y otra independiente.
Definición de los constructos básicos de la investigación: Son las categorías principales o conjuntos
de información contextual, o problemas que comparten elementos y características similares, por
ejemplo: práctica pedagógica, curriculum, mercado del empleo, enseñanza y aprendizaje,
profesión docente, imagen social de la profesión docente, relaciones de poder institucionales,
capacitación y actualización.
Constructo No. 1: La práctica docente. La práctica docente es el ejercicio profesional del profesor;
en la práctica docente se evidencia el nivel de competencia teórica y técnica del maestro. La
investigación de este constructo puede orientarse hacia los campos siguientes:
a) A la docencia del profesor. Al nivel de preparación de su "clase" y de sus explicaciones; sus roles
más comunes, también caben en este campo los niveles de dominio de métodos de trabajo y
sistemas de evaluación del profesor.
d) A la institución. Interesa la forma en que la institución se relaciona con los estudiantes y los
profesores; reuniones de planificación y de evaluación, capacitación y actualización de profesores
(planta docente), claridad de normas y en procedimientos académicos y administrativos; apoyos
logísticos para el desarrollo educativo (bibliotecas, laboratorios, talleres e infraestructura física
adecuada).
Los indicadores que pueden guiar el estudio de este constructo son los siguientes:
Metodología docente empleada por los profesores. ¿Cómo hacen docencia los profesores?
Métodos y modos de transferencia curricular (cómo preparan su clase, cómo interpretan
contenidos y cómo conciben la organización los profesores del grupo.
Roles del estudiante frente al docente y frente a la institución.
Relaciones del profesor frente a la administración y frente a los estudiantes (clima actitudinal y
relacional entre profesores, estudiantes y la administración institucional.
Constructo No. 2: El curriculum. Con el propósito de tener una visión amplia que guíe a la
formación profesional o el ejercicio de la profesión (el profesor estudiante o en función docente)
es necesario encuadrar las investigaciones en dos perspectivas: una de carácter endógeno (a nivel
intrainstitucional) y otra de carácter exógeno (a nivel extrainstitucional).
La perspectiva endógena nos permitirá saber cómo se gesta y cómo se desarrolla el curriculum
durante el proceso de formación del estudiante (práctica docente, relaciones institucionales,
métodos de trabajo, productos parciales y finales, organización institucional).
Y la perspectiva exógena nos permitirá acercarnos al enfrentamiento real del profesional egresado
en situación de trabajo. ¿Cómo localizar información para la realización de una investigación de
este género? Se puede partir primeramente de la construcción de instrumentos para obtener
información sobre los siguientes aspectos: génesis u origen del curriculum; ideología sustentante o
subyacente; perfil profesional explicitado (deseable); estrategias de operación del curriculum
(planificadas y aplicadas; no planificadas con anticipación pero aplicadas; reales o emergentes);
niveles de flexibilidad curricular (dichos y no dichos); sistemas de evaluación; tipo y enfoque de
contenidos (pertinencia, actualización y manejabilidad); organización institucional (administración
del curriculum) y atención a necesidades sociales del contexto externo y a necesidades específicas
(de calidad y de competencia académica) de los estudiantes.
Constructo No. 3: El mercado de trabajo de la profesión. El espacio situacional donde se ejerce una
profesión es el catalizador que permite evaluar los conocimientos, las habilidades, las capacidades
y destrezas que poseen los egresados de cualquier profesión para el desarrollo de sus actividades
profesionales; el interés por estudiar el mercado de trabajo va más allá de la simple comparación
entre los conocimientos que se requieren para enfrentarlo y lo que se aprende en las instituciones
educativas.
Este interés nos ubica en el necesario estudio de la congruencia entre el saber recibido y el saber
requerido; es decir, nos sitúa entre los niveles de competencia que se poseen y los niveles de
exigencia de competencias profesionales que exige el mercado de empleos.
Los indicadores básicos con los cuales se puede abordar el estudio del mercado de trabajo de una
profesión son: perfil profesional institucional versus perfil profesional de empleos; estudio de
necesidades e innovación curricular (diagnóstico de necesidades del empleo y sobre las
posibilidades de innovación en las instituciones educativas.
Análisis de datos. No se pueden analizar datos sin un marco teórico conceptual. El análisis de los
datos no es un acto espontáneo; también se planifica. El análisis de datos en una investigación, se
realiza con éxito cuando en el proyecto ha quedado claro cómo llevarlo a la práctica. El análisis de
datos puede ser estadístico o bien cualitativo; en el primer caso, se cuantifican frecuencias o bien
tendencias en torno a nuestro objeto de investigación (por ejemplo: las actitudes más frecuentes
de un profesor en el salón de clase en función de una lista previa de comportamientos docentes
en el aula. En el segundo caso (enfoque cualitativo) interesa el estudio de tendencias, preferencias
y opiniones en torno a las cuales el investigador describe, explica, y hace abstracciones.
Los recursos: Se señalarán los recursos necesarios para el desarrollo de la investigación: los
humanos (el investigador, los auxiliares), los materiales (recursos didácticos, cámaras, papel,
computadoras, máquinas de escribir, disquetes, vehículos, etcétera) y los financieros (el dinero
para las adquisiciones y para los desplazamientos de los investigadores.
Cronograma: En el cronograma es importante señalar el uso del tiempo para el desarrollo de cada
etapa de la investigación; preferentemente, se señalan días, meses o semanas requeridas para
cada conjunto de actividades importantes de la investigación. Sin embargo, para la planificación
del desarrollo específico de cada etapa, es recomendable -como disciplina de trabajo- señalar
fechas precisas a efecto de controlar tanto tiempos y actividades de cada etapa como el
seguimiento del trabajo investigativo.
i) Cfr. al final de este trabajo, en el punto 5, el desarrollo detallado del proyecto paso a paso.
iii) Encuadre de una clase de Sociología de la Educación, que el autor desarrolló con estudiantes de
la licenciatura en Educación Artística del CAAM, en octubre de 1996.
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