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Etno-multiterritorialidad
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INDICE
AGRADECIMIENTOS
A MANERA DE PROLOGO
INTRODUCCIÓN
El espacio geográfico………………..…………………………………………………..17
¿Existe la Etno-multiterritorialidad?........................................................................76
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CAPITULO IV: "LA GENTE DEL SUR”: MIGRACIÓN Y ASEN-TIMIENTOS EN
PUERTO PEÑASCO Y ESTACIÓN PESQUEIRA, SONORA, MÉXICO
De uvas y migrantes……………………………………………………………...........164
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AGRADECIMIENTOS
Esta parte es indiscutiblemente el lugar donde uno comete el error casi siempre de
olvidar a muchas personas que colaboraron de manera directa o indirecta con este
trabajo. A pesar de esto, es necesario e indispensable mencionar a todas aquellas
personas, e incluso lugares, que son memorables para la realización de esta
investigación.
Antes que nada quiero agradecer a las familias Zapotecas, Triquis y Nahuas de
Estación Pesqueira y Puerto Peñasco en Sonora, México. La experiencia de vida de
cada una de estas familias es un lugar común también para mí. Soy hijo de una familia
de migrantes que para finales de los años sesenta recoge, en costales y maletas, sus
sueños y temores para llevarlos consigo en un viaje que, en aquel entonces, duró
cerca de tres días. Esto me hace tener un vínculo fuerte con estas familias que no sólo
me brindaron sus historias sino también, en muchas ocasiones, todos sus recursos
disponibles para salir adelante en las estancias de campo. Mil gracias.
En Sonora también hay muchos amigos y amigas que colaboraron conmigo para llevar
a cabo el trabajo de investigación, a Macrina Restor, Carmen Arellano y a la Dra.
Patricia Aranda del Colegio de Sonora, mi agradecimiento por todo su apoyo. A la
entrañable amiga Melissa le debo los recorridos por la ciudad de Hermosillo para
ubicarme, salud y vale.
A finales de los años sesenta, en un viejo Dodge Chrysler modelo 53, la familia
Castellanos Domínguez llega desde Chiapas a una nueva y entonces pequeña ciudad
de Cuernavaca, en Morelos, México. Yo soy parte de esta familia. Ahora, más de 40
años después, tratar de sentirme parte de varios lugares era motivo de preocupación
constante. Mi práctica profesional me condujo a enrolarme en las investigaciones
sobre migrantes. Sentía compartir un lugar común, historias de vida que de pronto se
hacían presentes en la mía.
Platicar sobre sus lugares de origen o bien sobre sus viajes al norte del país o incluso
cruzar la frontera con Estados Unidos, eran relatos que me recordaban momentos de
mi propia vida. Una luz instantánea me transportaba a la frontera con Guatemala, las
veces que íbamos a la “Mesilla”1. Los ejércitos postrados alrededor de las ciudades,
una frontera y ciudades que vivían aún, en aquel entonces, procesos de violencia muy
fuertes. Quizá es ésta, la violencia, la que en la actualidad vivimos como un eje
transversal en nuestras vidas. Los migrantes, principalmente indígenas, no dejan de
contar en sus historias situaciones por demás violentas. Falta de empleo en sus
comunidades, maltrato en los viajes y en los lugares de destino, incumplimiento de los
acuerdos o contratos laborales, pésimas condiciones de salud y vivienda, sufrimiento.
A pesar de lo anterior, los migrantes indígenas, todos ellos y ellas lograron situarse en
lugares que poco a poco se fueron sintiendo como propios. Ya no son más los lugares
de destino sino los puntos nodales para reconstruir la vida de sus familias. El destino
no es llegar, sino seguir transitando desde estos nuevos y sólidos puntos de la
geografía. Son ya sus colonias, sus hogares.
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Nombre local que se le da a uno de los puntos fronterizos entre Guatemala y Chiapas, cercano a la ciudad de
Comitán.
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Me recorre otra imagen la cabeza, Chiapas y Morelos unidos en el año de 1994. Viejo
y nuevo Zapatismo se muestran delante de mí como un referente, un indicador de
pertenencia. Ambos lugares, tan distantes, se me presentan como mis lugares,
aquellos donde yo soy, donde yo estoy, aquellos que añoro pero vivo al mismo tiempo.
Me preguntaba si esto era posible o bien estaba ante un trastorno de identidad. Me
preguntaba si esto mismo sentirían las familias de migrantes con las que convivía en
cada trabajo, ya fuera en Baja California, Jalisco, San Luis Potosí o bien, ahora en
Sonora, México. Esto último me conduce a preguntarme sobre la posibilidad de
reconstruir nuestra vida, y más aún la colectiva, en distintos lugares. ¿Somos capaces
de territorializar nuestra experiencia humana de vida en diversos puntos del espacio
geográfico? sin duda, vivir en un mundo desterritorializado, desanclado, no era del
todo mi apreciación, ni profesional, ni cotidiana. A pesar de que en la vida de los
migrantes este “aparente proceso de desterritorialización” se vuelve casi condición
necesaria, no era posible afirmarlo sin antes reconocer la cara opuesta.
Recuerdo como era todo un ritual preparar el viaje a la frontera con Guatemala.
Hablaban los familiares con los celadores2 para saber cómo estaba la situación del
cruce de cosas en la frontera. Alistaban la comida, pedían pan para tomar temprano
con el café, todo esto antes de la salida por la mañana. Viajar a la frontera y comprar
la vajilla llegada de China que se introducía por Belice era casi uno de los objetivos
principales del viaje. Recuerdo los chicles de cardamomo y cómo los adultos
disfrutaban con aquel calor de una cerveza gallito. Ahora, las cervezas gallito se
venden en paquetes de seis en los grandes supermercados de cadenas
trasnacionales y la loza china se ofrece en los tianguis de muchas ciudades.
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En Chiapas celador se le llama al guardia fronterizo o policía de aduana.
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Aun así, en la memoria se encuentra siempre ese mi otro lugar, mi otro territorio, aquel
ligado a la frontera con Guatemala, a la ciudad de Comitán, a San Cristóbal. Éstos
lugares se unen con Morelos y siento que son parte, los dos, de una nueva
territorialidad personal y de familia que nos permiten no vagar por el mundo sino, más
bien, situarse en él.
Las familias zapotecas, nahuas y triquis, con las que he platicado en este trabajo
también fincan sus raíces en varios lugares. Los rituales en los cerros. Cerros que
marcan un paisaje difícil de encontrar en el noroeste mexicano. Los muertos que viajan
en fotos o bien que reviven en las celebraciones del día de muertos o en las pláticas
familiares. Por supuesto los santos, vírgenes y otras entidades que no faltan en los
altares o, más aun, en las capillas ya construidas en las colonias o lugares de actual
residencia.
Los lugares dejan de ser fuente de empleo para convertirse también en fuente de
identidad, no son solo asentamientos sino asen-timientos. Ambos aspectos forman
parte de la vida que reconstruyen estas familias. No son más migrantes sino
radicantes como ellos se autodenominan. La territorialidad aparece como formadora
de sentido, el cuál orienta las acciones que emprenden cada una de éstas familias,
cada uno de estos grupos.
Este trabajo une esa preocupación y esa vivencia. Pensar-se y sentir-se parte de uno
o varios lugares es no estar perdido en un nihilismo existencial negativo, sino
reconstruirse formando parte de cada uno de esos lugares y a su vez cada lugar
asumiéndolo como propio.
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INTRODUCCIÓN
Desde mediados de los años ochenta, del siglo XX, la migración hacia las zonas
agrícolas del noroeste mexicano de personas pertenecientes a diversos grupos
étnicos; de varios estados del sur del país, se mostró como uno de los factores
fundamentales en el desarrollo de una economía destinada a la exportación. Ya para
principios de los noventa y con la implementación del Tratado de Libre Comercio con
América del Norte (TLCAN) esta migración no sólo aumenta, sino que, también
empieza a establecer flujos y rutas migratorias que conforman circuitos por los que los
migrantes van encontrando empleo.
Aparecen en la lista de dichas rutas y circuitos los nombres de Baja California, Sinaloa,
Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, San Luis Potosí, Jalisco, Nuevo León. Valles como
el de San Quintín; en Baja California, México; despiertan el interés de muchos
estudiosos debido a la conformación de colonias con una identidad étnica fincada en
los pueblos del sur del país, principalmente Oaxaca. Regiones como las de Guaymas,
Culiacán, los Mochis, Costa de Hermosillo, Caborca, el Valle de Arista; son nombres
de los lugares a los que los migrantes frecuentan como zonas en las que se contrata
personal, sobre todo en las labores agrícolas.
Existe otro proceso que se presenta desde finales de los años ochenta del siglo
pasado. A partir del diseño, creación e impulso de megaproyectos, como el Plan
Puebla Panamá en el sureste mexicano o la Escalera Náutica en el norte del país, las
zonas de turismo, sobre todo las que ofrecen playa y sol, también detonan la llegada
de trabajadores indígenas empleados para la edificación de hoteles o casas habitación
destinadas a los visitantes nacionales o extranjeros. Esta migración se vincula más a
ciudades-puerto en las que el turismo se convierte también en una “oportunidad” para
ofrecer las artesanías que cada familia indígena elabora o comercializa.
A pesar de lo anterior, pasada ya la mitad de los noventa, los migrantes indígenas se
van quedando en algunos de los lugares que anteriormente solo se consideraban
destinos temporales. Este proceso de asentamiento se logra entre muchos otros
factores, no sólo por considerar que son lugares donde hay trabajo “todo” el año, sino
también por la posibilidad de comprar un lote o pedacito de tierra.
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Con las reformas al artículo 27 constitucional y a la Ley Agraria en el año de 1992, se
promueve la creación del PROCEDE (Programa de Certificación de Derechos
Ejidales y Titulación de Solares Urbanos), programa que permite principalmente a los
ejidatarios tener el dominio pleno de sus tierras; las cuales pueden destinarse a la
venta.
Para el caso tanto de Puerto Peñasco como Estación Pesqueira en Sonora; México,
esta situación implicó, por un lado; la compra de terrenos con playa o cercanos al mar
por fraccionadores o agencias de bienes raíces; así como la renta de tierras para la
plantación de productos de exportación como las frutas por parte de empresarios
agrícolas nacionales y extranjeros. Por otro lado, se dio inicio a la compra de terrenos
ya lotificados y con títulos de propiedad por los entonces migrantes que se fueron
asentando en los lugares de mayor auge agrícola (para el caso de Estación Pesqueira
esto sucede) o en los alrededores de las zonas turísticas (como en Puerto Peñasco).
Los empleos proporcionados por el fomento e impulso dado a los cultivos de
exportación y al turismo, la compra o “invasión” de terrenos ejidales, así como la
identificación con el resto de los “paisanos del sur”, se vuelven algunas de las
condiciones necesarias que permiten a los migrantes decidir establecerse en estos
lugares. Al cabo de más de quince años, los lugares de asentamiento son vistos ya
no sólo como zonas de trabajo o como lugares donde se logran obtener los recursos
económicos para la subsistencia. Más que espacios contenedores de recursos, se
vuelven espacios dadores de sentido y significado.
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Utilizo el adjetivo clásico para hacer referencia a los trabajos que se concentran principalmente en los flujos
migratorios, en las condiciones laborales de los trabajadores agrícolas o bien en las formas de organización
sindical o étnica de los jornaleros agrícolas.
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expansión capitalista global de las empresas turísticas o agrícolas, no sería posible
entender la relación entre cultura y espacio, identidad y territorio; entre grupos étnicos
con matriz mesoamericana asentados en los espacios del noroeste de nuestro país e
incluso en el extranjero. Sin embargo, dicho sea de paso, este trabajo prioriza
fundamentalmente la relación entre cultura y territorio, entendido este último como un
componente del espacio geográfico.
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cultura, de hibridación cultural, de espacios trasnacionales, de cultura global, etc. En
el último apartado de este capítulo precisamente se recupera la discusión de éstas
ideas y se confrontan con la propuesta de un geógrafo brasileño (Rogério Haesbaert)
que habla de la des-territorialización y la re-territorialización como parte de un
proceso humano global que acontece de manera mucho más presente en la
actualidad. Este autor, discute la idea de la desterritorialización y plantea la
multiterritorialidad como la cara opuesta al proceso anterior. Este planteamiento es
fundamental, para mi trabajo, sobre todo para comprender cómo los grupos étnicos
asentados en Sonora, México; retoman los espacios y se los apropian, pasando éstos
a formar parte de una territorialidad ampliada, de una multiterritorialidad.
En cuanto a la identidad, retomo a Giménez (1994, 2007, 2009) para distinguir entre
la identidad individual y colectiva, ambas forman parte de lo que se denomina
identidades sociales. En base a los atributos (de pertenencia social y
particularizantes), la lucha por el reconocimiento y la interacción social entre los
sujetos, es como cada individuo finca las bases de su identidad. En esta misma
discusión se habla de identidades colectivas y de cómo éstas si bien no tienen una
psicología y conciencia propias, si presentan atributos que permiten darle sentido a la
acción de los actores colectivos.
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En el mismo tenor de ideas, es la identidad étnica, como parte de las identidades
colectivas, uno de los aspectos que retomo en la discusión sobre las identidades.
Hago una reflexión en torno a conceptos como etnicidad, grupo étnico o bien grupos
etnolingüísticos. A pesar de las diferentes concepciones para comprender la diferencia
cultural o la diversidad étnica, recupero la idea de comunidades primordiales de
Giménez (2007, 2009), planteamiento que retoma la noción de auto reconocimiento
de los grupos étnicos para situarse a sí mismos de acuerdo a sus propias formas de
solidaridad y lealtad.
El vínculo fundamental entre identidades étnicas y territorio está dado, desde mi punto
de vista, en lo que Giménez (2007, 2009) ha denominado Apego Socio territorial.
Dicho apego, entre los grupos étnicos, se construye partiendo de una emotividad o
afectividad que da cuenta del valor que se le tiene al espacio geográfico. De esta
forma, el territorio se presenta como un ente simbólico relevante en las relaciones
sociales e interétnicas, convirtiéndose en un geo símbolo.
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A todo lo anterior le llamo “el primer acercamiento”; es decir, los primeros pasos para
conocer la realidad que investigo en este trabajo. De la participación en dichos
proyectos nace la inquietud por conocer las formas de territorializar, o bien, de
apropiarse de los espacios geográficos de los lugares de destino por parte de las
familias indígenas asentadas en los estados del noroeste de México.
En el capítulo cuarto inicio con la presentación del contexto tanto de los cultivos de
exportación; así como, de las agroindustrias y los proyectos turísticos implementados
en Sonora y en el marco de la globalización. Relaciono el proceso migratorio y las
diversas historias de las familias que participan; tanto de una migración hacia la zona
agrícola de Estación Pesqueira, como a las zonas de desarrollo turístico de Puerto
Peñasco.
Abro una reflexión y presento algunas de las condiciones que les permite a los
migrantes convertirse en asentados y después en radicantes. Esto frente a las familias
originarias sonorenses que radican en los lugares que se eligieron para el estudio.
Considero que si bien es la afectividad o la emotividad lo que permite la pertenencia
socio territorial, ésta se presenta como una forma de apego a los “nuevos” lugares de
asentamiento, de manera que este proceso se muestra en lo que llamo
“asentimientos”.
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Los asentimientos son espacios geográficos, espacios de vida y vividos, apropiados,
valorados y de pertenencia, en los que se reconfiguran las identidades étnicas y se
reconstruyen los lazos culturales con los territorios de origen. Presento el proceso
tanto migratorio de las familias como el proceso de asentamiento de las mismas y
cómo este proceso empieza a cobrar sentido como lugar de pertenencia para cada
una de éstas familias indígenas.
Para que los complejos turísticos (hoteles, zonas de playa, restaurantes, zonas
residenciales, etc.) se construyeran fue indispensable la mano de obra de trabajadores
de la construcción. La principal fuente de mano de obra fueron los migrantes indígenas
llegados de los estados del sur del país como Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Estado
de México, etc. Una vez ocupadas en la construcción, varias familias indígenas; de
diversos grupos etnolingüísticos, establecieron sus talleres artesanales y lograron que
sus familias tuvieran un local comercial para ofrecer sus mercancías.
Uno de los lugares donde se establecieron fue la colonia Obrera. En este capítulo
hago una descripción del asentamiento en dicha colonia y recupero la característica
de diversidad existente en ella, ya que viven familias en su mayoría nahuas, pero
también, mixtecas, purépechas, yaquis, tohonoo’dam, etc. La composición pluriétnica
de esta colonia y su ya histórico proceso de colonización por parte de familias
indígenas del Sur, sitúa a ésta como un ícono en el establecimiento de los,
inicialmente, migrantes.
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En el último apartado lo que resalto es la estrategia de territorialidad étnica, entendida
ésta como una forma flexible de conocer y apropiarse de los espacios geográficos
donde se han asentado. Para el caso de Puerto Peñasco; son los Nahuas los que
tienen una mayor presencia en la colonia Obrera. Las familias nahuas manifiestan su
territorialidad no sólo al concentrarse en una colonia de migrantes o bien de “gente del
sur”; también su estrategia territorial está relacionada con la compra o invasión de
terrenos en otras zonas de Peñasco (ejidales o privadas). En estos nuevos
asentamientos o “invasiones” viven los descendientes de las primeras familias
llegadas a Peñasco desde los años ochenta del siglo XX. La estrategia territorial
implica también el establecimiento de fronteras étnicas; éstas se establecen, entre
otras cosas, con la ritualidad y la celebración a ciertas deidades de envergadura mayor
como son la santa cruz, la virgen de Juquila o también la celebración a los muertos.
El capítulo seis habla del caso de Estación Pesqueira, un lugar donde la agricultura
de exportación cobra un auge muy fuerte a partir del proceso de reconversión
productiva del campo sonorense y de la firma del Tratado de Libre Comercio con
Estados Unidos y Canadá.
Inicio describiendo la historia del lugar para dar paso al proceso de asentamiento de
los migrantes indígenas llegados como jornaleros agrícolas a los campos de uva de
mesa. Una vez que se fueron parcelando las tierras ejidales y se incrementó la
producción y exportación de uva de mesa para el mercado estadounidense, las
familias indígenas zapotecas y triquis principalmente, logran establecerse e iniciar un
proceso de apropiación territorial.
En uno de los apartados describo la llegada de las familias a Estación Pesqueira y
también como van convirtiendo este espacio de trabajo en espacio de identidad y
pertenencia. Esto último se logra con la llegada de la imagen del santo patrón del
pueblo de Coatecas Altas (en Oaxaca); pueblo Zapoteco del que salieron la mayor
parte de las familias asentadas en Pesqueira. La fiesta al santo patrón, San Juan
Evangelista, la celebración a los muertos, al Señor del Tercer Viernes y a la virgen de
Juquila; son algunos de los ejemplos a partir de los cuales el espacio deja de ser sólo
un contenedor de recursos o bien un lugar de trabajo y se convierte entonces en un
hogar.
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La multiterritorialidad étnica en el caso de los Zapotecos y Triquis asentados en
Estación Pesqueira se hace presente cuando se entrelazan los territorios originarios
con los nuevos asentamientos, esta unión se ha logrado por supuesto no sólo por los
viajes que realizan las familias a su pueblo en otras celebraciones o rituales, sino
también incluso por las imágenes y representaciones simbólicas con las que unen
ambos espacios.
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CAPITULO I
El espacio geográfico
De inicio cabe plantearse una primera distinción que realiza Neil Smith (2006:60)
“…se han distinguido dos concepciones particulares del espacio: el espacio absoluto
y el espacio relativo…” generalmente, el espacio absoluto corresponde a lo que
comúnmente se entiende por receptáculo, contenedor o espacio vacío, marco de
referencia universal en el que todo lo real ocurre (Smith: 2006: 61).
Este sentido o forma de concebir el espacio tiene que ver con la distinción realizada
por Newton entre espacio y materia. Algunos de los primeros estudios en el ámbito
geográfico corresponden a esta visión del espacio. En esta visión del espacio se pone
de relieve no la dinámica de las relaciones sociales dadas en el espacio ni las
características de movilidad del espacio, sino más bien su pasividad, su condición
estática.
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A su vez, antes de Newton, el espacio que vivían los seres humanos era un espacio
vinculado a la materia, un espacio relativo donde las relaciones espaciales y las
materiales estaban indiscutiblemente unidas.
Para Milton Santos (2006: 203) “…cada actividad tiene un lugar propio en el tiempo y
4
un lugar propio en el espacio…” con esto, Santos reconoce al tiempo y al espacio
dentro de un marco de referencia histórico en el que el espacio principalmente muda
o cambia, así mismo en la historia como en los modos de producir de cada sociedad.
Producir y producir espacio, dice Santos (2006: 203), son dos actos indisociables. El
espacio para este autor es creado como una segunda naturaleza, como una
naturaleza socializada o transformada. Dice Santos (2006) “…Aquello que es creado
por la vida no puede ser muerto o inmóvil…” basta, dice el autor, que una planta o
animal sea incorporado al proceso de producción para que tanto el tiempo como el
espacio sean modificados. De manera que la producción es para Santos (2006) una
utilización consciente de los instrumentos de trabajo con un objetivo definido. En una
por demás visión contemporánea de las relaciones mundiales de producción y
consumo, Santos plantea que el espacio social es mucho más que un conjunto de
hábitats, que las relaciones actuales en la sociedad han traspasado los límites locales
e incluso nacionales y con esto, el espacio se ha tornado no sólo total, sino social-
mundial.
Otro autor vinculado a la geografía crítica es David Harvey. Este autor plantea; en su
libro “the condition of posmodernity” (1977), una de las características que
fundamentan la producción del espacio social. La reconfiguración del espacio
geográfico se logra a partir del cambio en la plataforma de producción del capitalismo,
ya que es a partir de la acumulación flexible del capital como se reconfiguran las
relaciones sociales y de poder en el mundo, esto marca el paso de lo que el autor
4
Traducción propia. Referencia tomada del libro “Por uma Geografía Nova” Santos Milton 2006.
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llama un proceso Fordista a uno post-Fordista de producción capitalista, de manera
que las relaciones sociales y las “formas espaciales” (también llamadas rugosidades
por Milton Santos) se transforman marcando la pauta para la conformación de un
“nuevo espacio social”. 5
5
Información tomada de la entrevista realizada a este autor en Zürich, el 18 de enero del 2004; en el marco del
Foro Social Mundial de Davos en Suiza. Este entrevista fue publicada originalmente en la revista gallega
Tempos Novos. Se encuentra disponible en el sitio http://www.archivo-chile.com
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Puedo decir ahora que el interés de mi trabajo está fincado en el espacio social, al
cual denominaré: Espacio Geográfico. Autores como Neil Smith (2006: 74) afirman
entonces que el espacio geográfico es:
Entendido de esta manera, el espacio geográfico es un producto social con una carga
histórica que lo vincula no sólo al modo de producción en el que se desarrolla una
sociedad en la actualidad, sino también a las formas espaciales (rugosidades)
preexistentes; así como, a las formas de concebirlas o representarlas.
De esta manera, si bien mi trabajo lo sitúo en el espacio geográfico que parte del
espacio social; el cual es relativo, sería ingenuo pensar que el capitalismo opera solo
en éste ámbito, ya que necesita crear ambos espacios (relativo y absoluto) para
operar.
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Cuando investigo lo que sucede tanto en Puerto Peñasco como en Estación
Pesqueira, se observa lo anterior: por un lado, para la producción de hortalizas y frutas
de exportación fue necesario establecer el Tratado de Libre Comercio (TLC) y generar
las condiciones necesarias de flexibilidad laboral en las que se han contratado a
migrantes indígenas de las regiones más pobres y marginadas de nuestro país; por
otro lado, estas agro empresas necesitan de las características propias de los lugares
donde han establecido sus cultivos (cercanía a la autopista Hermosillo-Nogales-
Arizona, condiciones climatológicas para el cultivo de la vid, acceso a recursos
naturales como el agua, establecimiento de campos agrícolas donde se lleva a cabo
todo el proceso de producción, etc.).
Sucede lo mismo con los megaproyectos turísticos. A pesar de las reformas laborales
y del “libre tránsito” por la zona fronteriza en el marco del TLC, los empresarios del
sector servicios necesitan explotar las condiciones locales de los lugares para ofrecer
dichos servicios: Hoteles de lujo, zonas de playa-sol, lugares recreativos o de
descanso, consumo mayor de agua, etc.
En síntesis, como dice Smith (2006: 84) “…A través de sus acciones, esta sociedad
no acepta más la idea del espacio como un contenedor, sino se asume su productora;
nosotros no vivimos, actuamos y trabajamos “en” el espacio en tanto que viviendo,
actuando y trabajando producimos espacio…” es en el marco de la producción social
del espacio como entendemos el espacio geográfico, espacio social en el cual se
desarrolla nuestro trabajo. Sin embargo, en las últimas décadas se ha venido
hablando de una co-producción del espacio, es decir, como dice Lindón y Hiernaux
(2006:19):
“…Hay momentos, en los cuales la teoría geográfica concibe, en los distintos campos, al
espacio como un producto de la sociedad. Pero en otros, el espacio aparece como el productor
de la sociedad y aún, dentro de las tendencias más recientes, surge la perspectiva de una
coproducción mutua: el espacio como productor de la sociedad y al mismo tiempo, como
producto social…”
No cabe duda que este último planteamiento se vuelve una recomendación acertada
para el entendimiento de la territorialidad étnica tanto en Puerto Peñasco como en
Estación Pesqueira, ya que los ahora radicantes viven este doble proceso: Se van
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organizando o identificando con el lugar de acuerdo a las condiciones laborales y
sociales que encuentran (trabajo en los campos agrícolas como jornaleros, indígenas
del sur del país, no originarios, vendedores ambulantes en las zonas de playa de los
lugares de turismo, etc.) y a su vez, a lo largo del tiempo y como parte del proceso de
apropiación de los lugares, sacralizan los espacios convirtiéndolos en una
territorialidad menos ajena.
Desde finales del siglo veinte y principios de éste nuevo siglo, muchos de los procesos
de cambio a nivel mundial trastocan dos de los conceptos básicos de la humanidad:
el tiempo y el espacio. Es el espacio una de las dimensiones que se empiezan a
recuperar en la discusión no sólo de la geografía como ciencia, sino en muchas de las
ciencias sociales y humanidades. Existe una reflexión intensa entorno al espacio o a
conceptos referidos a éste como por ejemplo: territorio, fronteras, trasnacionalidad,
lugar, etc. A partir de ésta reflexión, se da inicio a un insólito interés de miradas
diversas sobre lo que podemos llamar la “espacialidad de la vida social”. Incluso hay
quien declara al siglo XXI como el “siglo espacial” (Peter Gould, 1996; citado en Lindon
y Hiernaux, 2006:8).
22
Este impulso, que se presenta sobre todo en la tradición geográfica anglosajona,
planteó el redescubrimiento de la dimensión cultural en la ciencia geográfica y por
supuesto el acercamiento a la metodología, preocupaciones e incluso técnicas
antropológicas. Para este trabajo es muy importante tener claro dos aspectos de la
geografía humana que nos permiten entender su relación directa con la antropología:
El primer aspecto tiene que ver con diversos autores y temáticas que han sido
abordados desde las escuelas de geografía humana en Inglaterra y Estados Unidos,
principalmente; y la escuela francesa de geografía humana. En éstos tres países se
retomaron los trabajos clásicos realizados en Alemania por autores del siglo XIX como
Humboldt, Ritter y Ratzel; quienes fueron influenciados por la sensibilidad y
planteamientos del romanticismo alemán de la época. De esta manera, a lo largo de
la trayectoria de la conformación de la geografía como ciencia, durante todo el siglo
XIX se reconocen dos grandes tradiciones geográficas, esto lo señalan Lindón y
Hiernaux (2006:12-13):
“…En los últimos doscientos años la geografía se ha consolidado en forma rizomática: una
efervescencia considerable se ha podido observar a partir de los dos troncos que instituyeron
la geografía en el siglo XIX, la escuela alemana y la francesa…la geografía humana
contemporánea, en sus diversos campos, se ha construido y reconstruido entre dos
tradiciones fuertes: la anglosajona y la francófona…estas dos tradiciones siguen perdurando
como tales, es decir, diferenciadas entre sí. Esto no niega que ha habido autores de una de
ellas que se han acercado a la otra y viceversa…”
23
El segundo aspecto se refiere a la noción de campos de la geografía humana, noción
que integra no sólo los referentes materiales de estudio de la geografía, sino también
las formas de estudiarlos y el tipo de mirada con la cual se estudian. Campo es
entonces un ámbito abierto y transversal a partir del cual se conocen las problemáticas
espaciales de manera integral.
Partiendo de lo anterior, el trabajo que realizo tiene mayor “influencia” de la tradición
francófona también denominada “geografía social o geografía humana”. Sin embargo,
a pesar de que el tema de la territorialidad cruza diversos campos, son el campo de
la “geografía cultural” y el de “las geografías de la vida cotidiana” los dos campos que
estrictamente se relacionan con mi tema y trabajo de investigación.
El campo de la geografía cultural tiene como principios fundamentales no sólo el
estudiar los aspectos culturales del espacio, sino también, el espacio visto a través de
los cristales de las diferentes culturas (Fernández: 2006: 220). Para este enfoque o
manera de estudiar el espacio, la realidad espacial es compleja y es producto tanto
de los fenómenos de la naturaleza como de la actividad de los grupos humanos.
De esta manera, tanto Carl Sauer como Franz Boas, consolidan un enfoque
geográfico que poco a poco se denominaría: Geografía Cultural. Este campo de la
geografía humana que proviene desde el siglo XIX en Alemania y se consolida en
Norteamérica en el siglo XX, en la llamada escuela de Berkeley con Sauer, retoma
muchos de los planteamientos metodológicos de una naciente ciencia llamada
Antropología.
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Sauer tenía claras dos cuestiones metodológicas que no se deberían perder de vista;
una de ellas era entender al paisaje como un objeto físico, y la otra; era realizar una
investigación basada en un fuerte trabajo de campo, metodología que retoma del
antropólogo polaco Bronislaw Malinowski.
El caso de Franz Boas es por demás ilustrativo en cuanto a la relación entre geografía
humana y antropología. Conocido más por su trabajo antropológico y creador del
llamado relativismo cultural, Boas es también un geógrafo cultural por excelencia. Le
corresponde a Boas la defensa de la diversidad cultural y el compromiso hacia las
distintas culturas, aspectos que retoma la geografía cultural norteamericana. Boas
recupera de Malinowski no sólo el trabajo de campo, como método antropológico, sino
también la observación participante, la cual formaría parte de la metodología de la
geografía cultural.
En esta etapa, de principios del siglo XX, la geografía francesa, que prefiere hablar de
geografía humana y no de geografía cultural, también recupera los planteamientos de
la geografía alemana y construye sus propios razonamientos. Retoman la idea del
paisaje y construyen una propuesta metodológica entorno a este concepto utilizando
la noción de géneros de vida (genres de vie) de Paul Vidal de la Blanche. Algunos
alumnos de Vidal de la Blanche como Jean Brunhes y Marc Bloch mostraron en sus
estudios la manera en la que los pobladores de un lugar modificaban el paisaje en el
que se encontraban.
25
Bloch junto con Lucien Febvre forman una de las escuelas historiográficas más
prestigiadas de Francia, la de los Annales, en la que también participaría Fernand
Braudel más tarde (Fernández: 2006: 223).
Hasta este momento, mediados de los años noventa, tanto la geografía cultural
norteamericana como la geografía humana francesa retoman los principios del
pensamiento alemán del siglo XX. Uno de estos principios era que los diferentes
pueblos se especializaban, mediante la construcción de herramientas, técnicas y
métodos, para adaptarse al medio. Cada una de éstas “escuelas” siguió su propio
camino, pero abrevó de la misma fuente de pensamiento.
El contacto entre geógrafos y antropólogos ha sido una constante desde finales del
siglo XIX y se fortalece en todo el siglo XX. Ejemplo de ello son los trabajos de Philippe
Bouache (cuencas hidráulicas), Vidal de la Blanche (región natural, región histórica),
Christaller (regiones económicas), Sauer (área cultural), Wissler (área cultural) que se
van entrelazando con trabajos de antropólogos como Malinoswky, Boas, Kroeber,
Radcliffe Brow, Julian Steward, Ángel Palerm y Eric Wolf; a lo largo de más de un
siglo.
En el ámbito internacional, para finales de los años setenta del siglo XX, el enfoque
cultural en geografía parece renovarse. El geógrafo sueco Torsten Hägerstrand
propone un enfoque que desvía la mirada de las colectividades hacia las “biografías
26
cotidianas” dentro de una comunidad urbana. Su propuesta fue identificar las
actividades espaciales de las personas como si fuesen geografías individuales y trazar
los recorridos realizados por dichos individuos como mapas espacio-temporales que
hablaran de la experiencia territorial de una colectividad (Fernández: 2006: 226). A
partir de este momento, autores como James Duncan, en Estados Unidos; o bien,
Denis Cosgrove y Peter Jackson, en el Reino Unido, empiezan a hablar de la
importancia de las percepciones del individuo, de los procesos de interiorización de la
cultura y de las representaciones individuales como aspectos fundamentales para
comprender las áreas culturales.
En Francia, Armand Frémont insiste en las geografías del “espacio vivido”, como
recurso básico de la geografía social o humana. Se empieza a comprender que la
cultura no es una realidad superior a la vida cotidiana, sino que más bien a partir de
la vida cotidiana es como se van construyendo los aspectos culturales de apropiación
y uso del espacio. Se habla entonces, ya para mediados de los años ochenta, de una
“Nueva Geografía Cultural” que aplica un método más fino y laborioso para descifrar
los usos del espacio de un grupo social, este cambio de escala permite estudiar
sutilezas de la cultura impresas en el espacio por los individuos y entender como
producen sus paisajes o usan sus espacios (Fernández: 2006: 226-227).
27
De esta manera la geografía cultural reconoce, no sólo a las minorías étnicas dentro
de sus sociedades y a las clases subordinadas; sino también, a las sociedades y
culturas diversas que tienen una intervención en el espacio.
A partir de las anteriores observaciones, podemos ahora decir que la dimensión
espacial se enriquece con la perspectiva cultural o de las diversas culturas,
particularmente del conocimiento antropológico. De esta manera las formas precisas
del espacio como los territorios, regiones u otros espacios específicos son analizados
en tanto su producción y sus representaciones.
28
Las Geografías de la Vida Cotidiana (GVC) retoman varios ámbitos de estudio: El de
las prácticas espaciales (desplazamientos, prácticas que permanecen en un lugar, los
escenarios de comportamiento y los patrones o rutinas); el de la información espacial
(conocimiento espacial de los sujetos vinculado a las prácticas y las rutinas que sigue
diariamente); el de los sentidos o significados ligadas a estas prácticas (la subjetividad
espacial como por ejemplo el concepto de lugar, el sentido del lugar, el arraigo, el
espacio vivido, los espacios alienados, la territorialidad, topofilia, etc. ); y por último, el
de la experiencia espacial que integra a los anteriores.
Durante el inicio de los años noventa del siglo XX y hasta los primeros años de este
siglo XXI, es Guy di Meo (1998), geógrafo francés del equipo de investigación de la
Société-Environnement-Territoire de la Universidad de Pau, quién se consolida como
el continuador y pilar fundamental de la discusión sobre el espacio vivido.
29
En su libro “Géographie sociale et territoires” (1998)6, Di Meo propone una por demás
interesante caracterización del espacio geográfico. Este autor propone la hipótesis de
que son cuatro los elementos que fundamentan o caracterizan al espacio geográfico:
La materia que constituye a todas las cosas, el espíritu que le atribuye una
significación, las tres dimensiones del campo de la percepción humana (largo, ancho
y alto) y los grupos sociales cuyas lógicas guían la acción individual.
Por espacio producido (espace produit) entiende tanto realidades muy concretas y
tangibles (caminos, rutas, habitaciones) como las representaciones inmateriales de
ellas (el territorio, la línea aérea). Así pues, el espacio producido por la acción social
como por sus representaciones, incluye tanto las determinaciones de orden
sociocultural como la organización económica de las sociedades.
6
Este libro a pesar de ser muy importante para los estudios de territorialidad o bien de cultura y su relación con
el territorio, aún no ha sido traducido.
7
Con esto el autor se refiere a la conciencia como aquella que da forma a todo lo que observamos y percibimos,
el espacio Kantiano para el autor es la forma de todos los fenómenos. En esta concepción del espacio los
fenómenos exteriores o bien aquellos captados por los sentidos también se enlazan con las representaciones o
bien, las concepciones o percepciones de dichos fenómenos.
30
Para explicar el espacio percibido y representado (espace perçu et représenté) Di
Meo (1998: 29) utiliza una formulación de Kant para plantear que “…un espacio
geográfico no puede existir aparte de sus percepciones y sus representaciones
humanas…”
Para comprender el principio de la representación social del espacio o de todas las
cosas considera que todo el pensamiento emana de dos sistemas cognitivos en
interacción. Uno procede de sus asociaciones, inclusiones, discriminaciones y
deducciones, es el sistema de pensamiento; el otro, el de la representación es el que
controla, verifica y selecciona con la ayuda de nuestras propias reglas lógicas. El
segundo forma un meta-sistema que trabaja y transforma la materia liberada por la
primera, con la ayuda de la información social de la que dispone (Di Meo, 1998: 29).
Para el autor, no hay acto de percepción intencional que no reciba la doble influencia
de la inteligencia y de la imaginación del sujeto que percibe, toda percepción así se
carga de un contenido social (Di Meo, 1998:30). De esta manera nuestras
representaciones de la realidad son más o menos deformadas por los filtros
individuales y sociales. El espacio percibido y representado es un aporte muy
interesante para la geografía social ya que comprende la construcción social y material
del espacio, pero a su vez, la interpretación diferente de éste.
31
El espacio global y total, el espacio vivido, recupera tres dimensiones:
Con estas tres dimensiones se construye lo que Di Meo (1998:31) llama o concibe
como la Meta-estructura Espacial. Esto es un sistema regulador de origen social o
socio-territorial, más así, psicológico, forjado por cada una de las unidades del espacio
vivido.
Por último, el espacio social (espace social) que para los geógrafos corresponde a la
imbricación entre los lugares y las relaciones sociales, constituye desde su punto de
vista un ensamble organizado, un sistema de posiciones sociales que se definen los
unos en relación con los otros. De tal forma que el espacio social es un revelador de
las tensiones entre los actores sociales en su práctica del espacio y en la ideología
que guía esta práctica. En consecuencia, las relaciones de los seres humanos en el
espacio geográfico se adaptan a un espacio social vivido a la manera de cada
individuo.
Todas estas maneras de concebir el espacio geográfico nos permiten comprender la
forma espacial en que se organiza y estructura toda la percepción humana de lo
exterior; aunque Di Meo aclara que éstas maneras de concebir el espacio geográfico
no escapan a las rugosidades8 del espacio físico. El autor muestra que en sus
propuestas se refuerza el planteamiento y la convicción en cuanto a la fusión dialéctica
de los mundos concretos, materiales y de las representaciones que les inducen.
Dice Di Meo (1998: 34-35) “…los tres conceptos de espacio, representado, social y
vivido, ellos mismos se forjan por el encuentro de la forma espacial y del espacio
producido, por los objetos vivos y los objetos de su conciencia, abierta ampliamente
por las vías del territorio…” 9
8
Estas “rugosidades” son propuestas por Milton Santos (2008) como formas espaciales existentes que muestran
de manera concreta la existencia de sociedades en el pasado y que pueden ser reapropiadas por las sociedades del
presente, “momentos que se cristalizan en memorias” diría el autor citando a Lefevbre.
9
Traducción propia. Tomada del libro “Géographie sociale et territoires”, Gui Di Meo, 1998, ediciones Nathan.
32
Con respecto a Guy Di Meo, Lindón (2006:383) señala lo siguiente:
Para Lindón (2006: 384-385), otro geógrafo suizo, Claude Raffestin, ha insistido en el
tema de la territorialidad, definiendo tres formas para abordarla: como defensa de un
territorio, como apropiación y como relación con la alteridad. Este último punto es sin
duda el punto neurálgico de la relación con mi trabajo, ya que recupera la posibilidad
de comprender como los grupos etnolingüísticos llegados a Sonora, se relacionan con
otros grupos sociales, logrando tejer una red de relaciones o territorialidad propia.
33
Por último, para el caso de Latinoamérica, el tema de la territorialidad ha sido poco
abordado, podemos recuperarlo solo en algunos ejemplos como es el caso de los
trabajos de Gilberto Giménez y recientemente del geógrafo brasileño, Rogério
Haesbaert. Este último ha destacado, como dice Lindón (2006:385), “…por la
articulación entre la territorialidad y la construcción de las identidades…”
Para los dos estudios de caso que propongo en Puerto Peñasco y Estación Pesqueira,
este corpus teórico de la geografía humana pasando por los campos de la geografía
cultural y el de las geografías de la vida cotidiana (GVC), es indiscutiblemente
necesario para comprender cómo los grupos etnolingüísticos, asentados tanto en las
zonas de cultivo como en las de turismo, no sólo hacen del espacio físico un lugar
común y cotidiano, sino también un lugar que se fortalece a partir de los mitos,
imágenes o representaciones creados en ellos y nutridos desde un lugar de origen al
cual pertenecen dichos grupos. Sin embargo, las relaciones sociales que se
establecen en estos lugares no son neutras, muestran los conflictos y las posiciones
políticas que ocupan cada uno de los actores en dichos lugares. Las zonas de estudio,
en este sentido, se conforman a partir de lugares habilitados para vivir, de lugares
imaginados y soñados que se constituyen en territorios.
Una vez planteado un marco muy general de referencia teórica sobre la discusión del
espacio, pasaré a retomar las propuestas más específicas de autores que definen de
una manera más concreta y quizá más particular al territorio. Inicio retomando las
consideraciones de Gilberto Giménez (1996, 2007a, 2009). Para el autor, hay una
distinción entre espacio y territorio. El primero es la materia prima del territorio,
mientras que el segundo resulta de una apropiación y valorización del espacio
mediante la representación y el trabajo.
34
1. Como geosímbolo10 o espacio de inscripción de la Cultura,
2. Como marco o área de distribución de instituciones o prácticas culturales
espacialmente localizadas (cultura etnográfica) y,
3. Como objeto de representación y de apego afectivo, es decir, como símbolo de
pertenencia socio-territorial (topofilia)11
10
En su trabajo sobre Territorio y Cultura (Giménez, 1996:14-16) retoma la definición de Bonnemaison
(1981:256) “…un lugar, un itinerario, una extensión o un accidente geográfico, que por razones políticas,
religiosas o culturales, revisten a los ojos de ciertos pueblos o grupos sociales una dimensión simbólica que
alimenta y conforta su identidad…”
11
Apego afectivo al territorio. Lo que nos recuerda que es familiar, conocido, lo seguro, lo bello, etc.
12
Cuando hablo de formas objetivadas me refiero a lo que Giménez (1996:13-15) denomina “espacio de
inscripción de la cultura”; y cuando hablo de formas subjetivadas a lo que él llama “ la interiorización o
incorporación del espacio a su sistema cultural”.
13
Proceso al que llamo asentimientos.
35
para con el lugar de residencia actual. A su vez pienso que éste sentimiento de
pertenencia al territorio se gesta en lo que Giménez (2009: 20-23) llama “memoria de
los orígenes”, la cual requiere de la territorialidad para inscribirse.
Incorporando a Di Meo (1998) como otro autor que me permite entender qué es el
territorio, retomo su clasificación entre el componente espacio social y el componente
espacio vivido del territorio. El primero tiene que ver con estos lugares de la biósfera
tejidos por el entrelazamiento de las relaciones sociales y espaciales. El espacio vivido
expresa la relación existencial, necesariamente subjetiva, que el individuo socializado
establece con la tierra. Es impregnado de los valores culturales que reflejan, para cada
uno, la pertenencia a un grupo localizado (Di Meo:1998: 37).
Para Di Meo (1998:38-39) tanto el espacio social como el vivido forman el territorio,
pero a esto hay que agregarle cuatro características más:
36
relación emocional del ser humano con la tierra y; en tercer lugar, revela el orden de
las representaciones colectivas, sociales y culturales. Falta atender el carácter
multiescalar del territorio, ya que éste puede ser local, regional, nacional o
supranacional. Para el caso que trabajo, si bien parto de estudios de caso locales, no
desdeño la posibilidad de entender que éstos lugares forman parte de un retícula en
la que las otras escalas están presentes.
Por último, Giménez (1996) ya hablaba de un concepto que se acerca a lo que ahora
veremos como multi-territorialidad. Propuso el concepto de la “re-territorialización
simbólica” como la reconstrucción de geo símbolos en contraposición a la idea de la
desterritorialización de la cultura.
37
En este sentido, recupera la idea de Lefebvre (1974) quien plantea que un territorio se
puede comprender como un “espacio-proceso” o bien como un “espacio socialmente
construido”. Para Lefebvre –dice Haesbaert- esta construcción espacial se lleva a
cabo de dos maneras: como dominación y como apropiación.
38
Es así como plantea un cuadro (ver cuadro1) donde establece las características
particulares de cada tipo ideal del territorio (Haesbaert: 2004: 4)
CUADRO 1
TIPOS IDEALES DE TERRITORIO SEGÚN HAESBAERT
A su vez dice: “…lo fundamental es percibir la historicidad del territorio, sus variaciones
conforme al contexto histórico y geográfico…” (Haesbaert: 2004: 4-5), en este sentido
su reflexión muestra la “historicidad del territorio” como un proceso en el que se
entrelazan espacio-tiempo, dominación político económica y apropiación subjetiva
simbólica. Muestra con esto su concepción del espacio como producto, retomando a
Lefebvre; es decir, como proceso-producto de interacción de las relaciones sociales y
de poder a lo largo del tiempo .
Con lo anterior Haesbaert muestra que las dos vías para territorializarse o bien
construir procesos de territorialización son: la dominación y la apropiación. Estos
procesos a su vez tienen que ser estudiados y comprendidos a la luz de los sujetos
que llevan a cabo la construcción de territorios. Estos sujetos pueden ser desde las
empresas, iglesias, el Estado o diversos grupos sociales. De esta manera, el énfasis
puesto en los sujetos que llevan a cabo dicha territorialización manifiesta una postura
clara en la crucial atención que se debe poner en las relaciones sociales concebidas
también como relaciones de poder en Haesbaert. De esta manera el autor pone
énfasis en lo que llama la multiplicidad de poderes entendida como las múltiples
39
manifestaciones del territorio y la territorialidad, así como los múltiples agentes-sujetos
presentes en dicha expresión de éstos (Haesbaert: 2004: 3).
Es en este último sentido en el que la territorialidad como proceso social se manifiesta
como una acción política “…pues está íntimamente ligada a un modo de cómo las
personas utilizan la tierra, como ellas mismas se organizan en el espacio y como ellas
dan significado a un lugar...” (Haesbaert, 2008:3)
40
mudanza cuantitativa (por la multiplicidad de territorios que se colocan a nuestra
disposición) y cualitativa (en la medida en que tenemos ahora la posibilidad de
combinar de una forma inédita una intervención y una vivencia, en una enorme gama
de diferentes territorios). De tal forma que la multiterritorialidad contemporánea tiene
como condición básica la presencia de una gran multiplicidad de territorios y su
articulación en forma de territorios-red.
Aunado a lo anterior el autor manifiesta la existencia también de dos tipos de lógicas
que dan sustento a los llamados territorios-zona y a los territorios-red. Estas dos
lógicas serían, una lógica territorial zonal, más vinculada a la política estatal unilateral;
y una lógica territorial reticular, vinculada más a las lógicas de organización flexibles
en zonas o espacios más allá incluso de los estados nacionales. Sin embargo, para el
autor ambas lógicas se interpenetran, se mezclan de tal modo que afectan la
hegemonía de los territorios-zona estatales (Haesbaert: 2004: 7).
El autor aclara también que la multiplicidad de territorios se entiende en su propuesta
no como la suma de territorios que se conectan como espacios, sino más bien en el
sentido de “territorios plurales”, retomando la propuesta de un antropólogo colombiano
(Zambrano: 2001) que distingue entre territorios plurales y pluralidad de territorios. De
acuerdo con este autor colombiano (Zambrano: 2001 citado en Haesbaert: 2004:8-9)
los territorios plurales son “…una multiplicidad de espacios diversos, culturales,
sociales y políticos con contenidos jurisdiccionales en tensión que producen formas
particulares de identidad territorial…”, mientras que la pluralidad de territorios se
define en términos de la conjunción-yuxtaposición de diferentes o diversos territorios
en un constante y permanente proceso de organización/diferenciación. De esta
manera, Haesbaert retoma la concepción de territorios plurales no sólo como
multiplicidad de territorios (reunión de varios de ellos) sino como también una
pluralidad de jurisdicciones.
41
Siguiendo con la perspectiva política del planteamiento de Haesbaert, cabe
mencionarse la distinción que hace entre territorio y territorialidad. Dice este autor que
algunos autores reducen la territorialidad a una dimensión simbólico-cultural del
territorio, definiéndola como aquello que hace de cualquier territorio un territorio. Sin
embargo, para Haesbaert, la territorialidad es algo abstracto sin reducirla a un carácter
de abstracción analítica solamente, sino más bien es una abstracción en sentido
ontológico, en el que en cuanto imagen o símbolo de un territorio existe y puede
inferirse eficazmente como una estrategia político-cultural. Osea que el poder –dice
Haesbaert- en un sentido simbólico también precisa ser debidamente considerado en
nuestras concepciones de territorio “…es justamente por hacer una separación tan
rígida entre territorio como dominación (material) y territorio como apropiación
(simbólica) que muchos ignoran la complejidad y la riqueza de la multiterritorialidad en
que estamos inmersos…” (Haesbaert: 2004: 10-11).
42
Haciendo una síntesis de la exposición de Haesbaert podríamos decir que el autor
define la multiterritorialidad como: “…la capacidad de integrarnos a distancia
influenciando y de alguna forma integrando nuevos territorios…la multiterritorialización
(sería) experimentar diferentes territorios al mismo tiempo reconstruyendo
constantemente el nuestro…” Haesbaert (2007:1)
En este sentido como dice Giménez (2008:28): “…un mismo sujeto puede vincularse
subjetivamente de muchas maneras con muchos territorios a la vez. Se puede
abandonar físicamente un territorio sin perder la referencia simbólica y subjetiva al
mismo mediante la comunicación a distancia, la memoria, el recuerdo y la nostalgia...”
Con esto último propone, como novedad, la diversidad o conjunto de opciones mucho
mayor de territorios/territorialidades con las cuales podemos jugar en una velocidad
mayor de acceso y tránsito por esas territorialidades y dependiendo nuestra condición
social también mucho más opciones para deshacer o rehacer constantemente esas
multiterritorialidades. De esta manera podemos comprender en el autor la propuesta
de observar el proceso de construcción-reconstrucción de territorios ya sea en sus
modalidades de red-flujos o bien zonas.
43
Llegamos pues con Haesbaert (2004:18-20) a lo que pudiera ser una definición de
territorio:
“…como espacio dominado-apropiado manifiesta ahora un sentido multiescalar y
multidimensional que sólo puede ser debidamente aprehendido dentro de una concepción de
multiplicidad, de una multiterritorialidad… pensar multiterritorialmente es la única perspectiva
para construir otra sociedad al mismo tiempo más universal e igualitaria y más
multiculturalmente reconocedora de las diferencias humanas…”
44
CAPITULO II
Hay que hacer una distinción necesaria en el ámbito de las identidades sociales. Esta
se refiere a la construcción de la identidad desde lo individual y desde lo colectivo.
Como dice Giménez (2007: 60) “…Si bien se puede hablar legítimamente de
identidades individuales y de identidades colectivas, la identidad se predica en sentido
propio de los sujetos individuales dotados de conciencia y psicología propia14, y sólo
por analogía de los actores colectivos (grupos, movimientos sociales, partidos
políticos, comunidades nacionales)…” esto es que, podemos hacer referencia a la
construcción de identidades por sujetos individuales, así como de los atributos de
éstos y analizar las características propias de este proceso, pero también, podemos
hacer referencia de lo mismo a las colectividades o grupos, sí y solo si, se entiende
que éstos no tienen en sí mismos una conciencia y psicología propias.15
Más adelante retomaré la distinción entre grupos y colectividades que plantea
Giménez (2007) para referirme específicamente a las identidades étnicas. Por el
momento volvamos a la primera distinción entre identidad individual y colectiva.
14
Las letras cursivas aparecen en el texto original.
15
Giménez (2007) habla de esto con la noción de hipostatización falsa o bien psicologización abusiva de las
colectividades. Pp. 60
16
Las cursivas aparecen en el texto original.
45
Aunado a lo anterior, el autor habla de la identidad individual (y por similitud, la
identidad colectiva) como un fenómeno cualitativo que se establece en términos de
una relación social y principalmente se forma, se mantiene y se manifiesta en y por
los procesos de interacción y comunicación social (Habermas, 1987:145; retomado
por Giménez: 2007:61). Con esto queda claro que la identidad es relacional, forjada
en la interacción y considerando a los sujetos como actores en este proceso.
Si bien la identidad se define en términos de una auto reflexión y percepción del sujeto
en cuestión, ésta se construye también a partir del reconocimiento por aquellos con
los que interactúa. Giménez (2007: 67) manifiesta este suceso con la distinción entre
identidades internamente definidas e identidades externamente imputadas17, o bien
en otros términos, entre identidades privadas e identidades públicas. En base a lo
anterior, la identidad se presenta como un compromiso o negociación entre
autoafirmación y asignación identitaria (Giménez: 2007: 66). Además, agrega el autor,
retomando el concepto de “looking glass self” de Cooley (1922) que:
“…En términos interaccionistas diríamos que nuestra identidad es una “identidad espejo”, es
decir, que ella resulta de cómo nos vemos y cómo nos ven los demás. Este proceso no es
estático sino dinámico y cambiante…” (Giménez: 2007: 66).
17
Ídem.
46
Además, en esta lucha por el reconocimiento, los grupos de migrantes, ya asentados,
utilizan la identidad étnica para construir espacios públicos desde su matriz cultural
mesoamericana, dignificando los espacios habitados; en estos términos se puede
decir también que la lucha por el reconocimiento en un contexto de globalización y
frente a empresas capitalistas que cohabitan junto con estos grupos los espacios,
implica pensar y rediscutir la nación a partir de sus experiencias concretas.
Hay que señalar también que las empresas trasnacionales definen territorios y
confrontan a las naciones, de manera que el reconocimiento esta dado, hasta cierto
punto, por estos actores que operan los capitales que fluyen hacia México.
Ahora bien, si tomamos en cuenta a Giménez en el sentido de que la identidad se
presenta como un medio de distinción principalmente de un sujeto frente a otros,
entonces tendríamos que reconocer los atributos o cualidades a partir de los cuales
se logra esta distinción o diferencia. Giménez (2007: 62) plantea dos series de
atributos distintivos:
Los primeros, explica el autor, son los que contribuyen a marcar las similitudes entre
un sujeto y otros, son éstos atributos los que permiten reconocer en un sujeto su
relación y más aún su pertenencia a otras categorías, grupos o colectividades. Los
segundos, continuando con Giménez, son los que determinan la “unidad
idiosincrásica” del sujeto en cuestión, marcando así la diferencia entre los sujetos
debido a las características particulares de cada uno de ellos.
47
Es decir, el individuo lejos de definirse solamente por sus características particulares,
tiene una serie de espacios de interés en los que, o a partir de los cuales, también va
adquiriendo conciencia de sí mismo y logrando reconocimiento. Algunos de los
espacios de interés o en términos de Giménez (2007: 63) categorías o grupos de
pertenencia más relevantes del sujeto individual serían: la clase social, la etnicidad,
las colectividades territorializadas (localidad, región, nación), los grupos de edad y el
género. Según el contexto – agrega Giménez- dichos grupos de pertenencia
adquieren mayor relevancia.
Con respecto a la segunda serie de atributos, aquellos que nos marcan la diferencia
y nos hacen únicos (atributos particularizantes), Giménez (2007:64) establece cinco
que son los principales, sin ser los únicos:
• Los caracteriológicos
• Los estilos de vida
• La red personal de relaciones íntimas
• El apego-afecto a cierto conjunto de objetos materiales y;
• La biografía incanjeable o identidad íntima
48
Para Giménez (2007: 64-66), los atributos caracteriológicos tienen que ver con el
conjunto de características tales como disposiciones, hábitos, tendencias, actitudes y
capacidades. Estos atributos pueden tener un significado preferentemente individual
o también relacional.
El segundo tipo de atributos está caracterizado por los estilos de vida entendidos como
las preferencias personales en materia de consumo, aunque para el autor, los estilos
de vida constituyen “…sistemas de signos que nos dicen algo acerca de la identidad
de las personas. Son indicios de identidad…”
Con relación a la red personal de relaciones íntimas, concepto que retoma de Morin
(2001: 69), Giménez dice que se presenta como una extensión de uno mismo, un “otro
yo” que cada quien tiende a formar, un círculo cercano de personas entrañables para
quienes nuestra ausencia sería una lamentable pérdida o bien al contrario, un círculo
íntimo de personas que con la ausencia de ellos cada uno de nosotros nos sentiríamos
vivir en una soledad insoportable.
Muy relacionado con el anterior, el apego afectivo a cierto conjunto de objetos
materiales vendría siendo otro de los atributos que nos particularizan. Estos objetos
materiales serían nuestra casa, nuestro auto, una mascota, un libro, un repertorio
musical, un retrato, un paisaje, etc.
Por último, la llamada biografía incanjeable. Esta se da en términos de una historia de
vida. Es una narración íntima acerca de nosotros mismos que muestra niveles o
grados de conocimiento profundo de nuestro ser o bien devela capas profundas de
nuestra personalidad. Esta característica o atributo se da en el marco de relaciones
interpersonales dice Giménez (2007).
49
Con respecto a las identidades colectivas, hay que rescatar primero lo que en líneas
anteriores se había dicho, no tienen una conciencia propia, voluntad o incluso un
“carácter” propio. Giménez (2007) plantea a su vez que éstas no constituyen entidades
discretas, homogéneas y nítidamente delimitadas, no constituyen un dato o
componente “natural” del mundo social, sino más bien dice que se presentan como un
acontecimiento formado al calor de un complicado proceso social. Para el autor, los
grupos “…se hacen y deshacen, están más o menos institucionalizados u
organizados, pasan por fases de extraordinaria cohesión y solidaridad colectiva, pero
también por fases de declinación y decadencia que preanuncian su disolución…”
Giménez (2007: 67).
Siguiendo a este autor podemos decir que algunas de las principales características
de las identidades colectivas son: su capacidad de diferenciarse del entorno y definir
sus propios límites, así como de establecer una “duración temporal”. Retomando a
Melucci (2001), Giménez plantea que la identidad colectiva se concibe en el marco de
lo que Melucci llamó “la acción colectiva”; es decir, una serie de prácticas sociales
que:
• Involucran simultáneamente a cierto número de individuos o grupos
• Exhiben características morfológicas similares en la contigüidad temporal y
espacial
• Implican un campo de relaciones sociales y,
• La capacidad de la gente involucrada para conferirle sentido a lo que hace o va
a hacer (Melucci: 2001, 20; citado por Giménez, 2007: 68)
50
Son éstos actores los que portan una identidad colectiva. Sin embargo, las
características que moldean o nos permiten reconocer dicha identidad Giménez las
retoma de Melucci (2001) y dice que al menos son cuatro los elementos que nos
muestran la identidad colectiva de los actores:
A partir de lo anterior, Giménez (2007: 69) plantea que las identidades colectivas
pueden ser vistas como “…“sistemas de acción” y no como “sujetos” que actúan con
la unidad de propósitos que le atribuyen sus líderes e ideólogos e incluso sus
oponentes…”. Giménez (2007) retoma tres aspectos básicos en el pensamiento de
Melucci (2001) con respecto a la definición de identidad colectiva. El primer aspecto
tiene que ver con las “orientaciones de la acción” (fines, medio y campo de la acción).
El segundo aspecto tiene que ver con un lenguaje común al que son incorporadas las
orientaciones de la acción; y el tercer aspecto, tiene que ver con la incorporación de
las orientaciones de la acción y del lenguaje común, a un conjunto determinado de
rituales, prácticas y artefactos culturales. A partir de lo anterior, los sujetos, o bien, los
actores colectivos, asumen las orientaciones de la acción definidas como valor o como
“modelo cultural” susceptible de adhesión colectiva.
Hay otros dos aspectos que agrega a estos elementos que acabo de señalar. Habla
del involucramiento emocional 18 o bien, del cómo la identidad colectiva, definida en el
ámbito de la acción, involucra no sólo determinaciones racionales u objetivas sino
también aspectos emocionales, la identidad es un “sentirse parte de” un grupo o
colectividad. Para mi trabajo este aspecto es muy importante en cuanto a que los
grupos étnicos, como veremos en subcapítulos posteriores, se adhieren a un espacio
geográfico reconociéndose parte de él o bien sintiéndose pertenecer a él.
18
Las cursivas aparecen en el texto original.
51
El segundo aspecto tiene que ver con la permanencia de la identidad colectiva. Al
respecto, Giménez dice que dicha permanencia debe ser producida continuamente,
con esto recupera el carácter procesual de la identidad y concilia la idea de acción con
el tiempo pasado y futuro. De todo lo anterior se desprende la definición siguiente:
“…la identidad colectiva puede concebirse como la capacidad de un actor colectivo para
reconocer los efectos de sus acciones y para atribuir estos efectos a sí mismo…”
Giménez (2007: 70).
Tomando en cuenta lo anterior, habría que decir que para este trabajo lo más
importante sería comprender los procesos de construcción de la identidad de los
grupos étnicos asentados en Puerto Peñasco (nahuas de Ahuehuepan, Tlamacazapa
y San Juan Tetelcingo del estado de Guerrero) así como de aquellos asentados en
Estación Pesqueira (Zapotecos de Coatecas Altas y Triquis de San Juan Copala, en
Oaxaca).
Sin embargo, y aun partiendo de los aspectos que Giménez nos da como pautas para
la identificación de este proceso de construcción grupal de la identidad colectiva, será
entonces necesario hacer una revisión sobre los conceptos de etnicidad, étnico y
etnia, para poder comprender el marco teórico general cuando hablo de estos grupos.
53
los espacios generados a partir de las relaciones sociales. Su definición prioriza la
dinámica social y establece a la identidad étnica como relacional.
Ahora bien, Barth (1976) agrega a lo anterior una distinción necesaria entre la cultura
y el grupo étnico o lo que caracteriza a lo étnico. La distinción entre dichos aspectos
se establece porque para él lo étnico se caracteriza por las formas de organización
social concretadas en las normas, mientras que la cultura se manifiesta en los rasgos
particulares del grupo (valores, ideas, conductas). Para Barth (1976:7) “…lo
socialmente efectivo para definir al grupo étnico es la forma de organización social…”
y a su vez es en la auto adscripción y la adscripción por otros donde se definen dichos
grupos. De esta forma, la atención para definir a las identidades étnicas está puesta
en los límites que definen lo propio y lo extraño, antes que en el contenido cultural de
cada grupo.
Esta definición dada por Barth a mediados de los años setenta es una franca oposición
al culturalismo norteamericano que después de los años cincuenta define y caracteriza
a los llamados grupos étnicos a partir de sus rasgos culturales, muchos de los cuales
estaban dados por una visión etnocéntrica y arbitraria.
En un artículo reciente, Giménez (2009) realiza una revisión muy interesante sobre el
concepto de etnicidad. En éste, el autor sitúa en dos momentos históricos los
conceptos de etnicidad y de étnico o bien el de etnia. El primero de estos conceptos
(etnicidad) aparece en inglés por primera vez en la década de 1950 introducido al
ámbito de las ciencias sociales por el sociólogo estadounidense David Reisman,
mientras que los términos de etnia (sustantivo) y étnico (adjetivo) tienen una larga
historia que se puede rastrear desde la antigüedad clásica (Giménez: 2009: 36).
54
A finales de los años sesenta en la Universidad de Chicago se publica una revista
especializada para estudiar los fenómenos étnicos: Ethnicity (Giménez: 2009:37). El
objetivo fundamental de esta serie de estudios en Estados Unidos era la posibilidad
de comprender la formación, transformación y persistencias de las identidades étnicas
de éstos grupos, de manera que los estudios daban prioridad a considerarlos como
“…entidades culturales discretas y pre constituidas, las cuales se podían estudiar con
un enfoque objetivista y sistemático, ya que eran definibles en sí mismas a partir de
las características intrínsecas de los grupos y de las personas pertenecientes a ésos
grupos…” (Giménez:2009:38).
55
Con la aportación de Barth al estudio de los grupos étnicos se logra reconocer que no
son ya los rasgos culturales heredados o transmitidos e inmutables los que definen a
la etnicidad, sino más bien son el resultado de los procesos de interacción social entre
los grupos los que van mostrando las características culturales que los conforman.
Para Giménez (2009: 42) esta situación no resuelta en Barth se comprende a partir
de un rasgo fundamental: “la referencia a un origen supuestamente común”. Este
origen común sería el medio a partir del cual los rasgos culturales se vuelven
distintivos. La lengua, el territorio, la memoria, los mitos, la religión y otros rasgos
culturales se tornan significativos para un grupo, siempre y cuando estén orientados
a fortalecer una “consanguineidad imaginaria” que reivindica el origen común de todos
los miembros de ese grupo.
56
grupo, de manera que estas lealtades se presentan también como un mecanismo
coercitivo que refuerza la pertenencia a dicho grupo. Para Giménez (2009:45) “…son
las creencias las que funcionan como componentes de la conciencia colectiva de un
grupo orientando virtualmente sus prácticas…” en este sentido, los vínculos
primordiales serían esta percepción de pertenencia al grupo que les permite garantizar
la permanencia de éste en el tiempo y a pesar de la interacción con otros, creando así
una serie de lealtades que refuerzan dicha pertenencia y por lo tanto definen las
fronteras étnicas. Agrega Giménez (2009: 45-46) que:
“…En realidad, el debate entre los primordialistas y sus críticos parece, en el fondo un falso
debate. En efecto no se puede negar la especificidad de los vínculos étnicos en comparación
con otros vínculos, como los civiles, los políticos y los de clase….y esa especificidad solo
puede consistir en que se los percibe realmente como vínculos primordiales, debido a la
creencia en un parentesco de sangre…”
“…Es necesario entonces construir una perspectiva conceptual coherente, basada en los
datos de la realidad y en la conjunción de enfoques situacionales y procesuales, que den
cuenta tanto del contexto como de la historicidad de lo étnico…”
58
Por lo tanto, la identidad étnica la comprendo como una manifestación particular o
“forma específica” de la identidad social. Una característica fundamental de las
identidades étnicas será entonces su manifestación como representaciones colectivas
o sociales; es decir, se muestran siempre como imágenes, ideas o creencias, que
sobre nosotros mismos tenemos o nos formamos, o bien de los demás, y esto
específicamente con o a partir de la interacción con otros. Dichas imágenes sin
embargo orientan las acciones o conductas de los grupos con lo cual muestran su
carácter de evento social observable. Para algunos autores esto último se presenta
como una “ideología étnica” (Cardoso, 1976; Bartolomé, 2006), que viene siendo una
interpretación parcial e interesada, restrictiva, de la realidad. La ideología se presenta
de esta manera como el nexo entre cosmovisión y estructuras sociales (Broda:
2001:166).
Es entonces en el seno de las relaciones o sistemas de relaciones interétnicas donde,
a partir del contraste, podemos reconocer las diferencias organizadas como ideologías
étnicas que definen el carácter propio de un grupo étnico. Estas relaciones interétnicas
nunca están desprovistas de posiciones de poder y de relaciones de poder en las que
los mismos grupos étnicos se ven inmersos.
Para este autor es pertinente hacer la distinción entre grupo etnolingüístico o cultura
y grupo étnico. El primero de ellos se define como “…el conjunto de hablantes de
variantes de una lengua o de diferentes lenguas de una misma familia lingüística…”
(Bartolomé: 2006: 54). Mientras que, retomando a Barth, los grupos étnicos “…serían
básicamente una forma específica de organización social…” Aun cuando Bartolomé
retoma esta definición, aclara como ya lo vimos con Giménez, que la cultura es base
fundamental en la definición de lo étnico y no sólo el ámbito de lo organizacional.
59
Se ha usado de manera indistinta el concepto de grupo étnico y esto para este autor
implica no sólo un error académico, sino político, ya que se han establecido políticas
públicas que aluden a lo Nahua, lo Zapoteco y otros, que han terminado en fracasos
rotundos debido a que estos estados de conciencia étnica no existen del todo como
formas articuladas en lo organizativo.
El segundo aspecto que menciona Bartolomé (2006: 58-61) es el de la diversidad
como principio fundamental en la organización de las culturas indígenas, al menos en
México. Para el autor, no hay formas estándares de ser Nahua, Maya o Chinanteco;
sino más bien, formas heterogéneas culturales de organización, basadas en la
diversidad y no en la homogeneidad, aun cuando éstas sean o sigan siendo en su
conjunto depositarias de tradiciones culturales y lingüísticas comunes.
Por último, un aspecto también interesante en su propuesta es la definición de
etnicidad. Para este autor la etnicidad es la identidad étnica puesta en acción. Sería
entonces la manifestación política de la identidad étnica, un aspecto o elemento de la
identidad manifiesta en y por las relaciones interétnicas.
Aunado a lo anterior, Bartolomé deja claro que la etnicidad en momentos de mucha
confrontación étnica puede dar paso a la construcción de una identidad global
potencial que permita conjuntar a diversos grupos étnicos en una sola categoría como
lo Mixteco en California o bien lo Oaxaqueño en Sonora.
60
varios autores (Giménez, 1997, 2001, 2009; Bartolomé, 2006; De Oliveira 1976;
Batalla, 1998; Díaz Polanco: 2006; etc.) han expuesto como conceptos o procesos
específicos de las relaciones de poder y específicamente de las relaciones
interétnicas.
En el marco de las relaciones de poder debemos entender cómo los grupos étnicos
construyen sus identidades en confrontación con el Estado; para lo cual hacen uso de
sus presencias (Bartolomé:2006:74) y no de sus carencias. La manifestación de su
identidad étnica en el ámbito político, como el levantamiento armado del EZLN en
Chiapas manifiesta esta confrontación en la que la dignidad, la rebeldía y la justicia,
se anteponen a las carencias o bien las imágenes estereotipadas y discriminatorias
con las que el Estado confronta a los grupos étnicos como marginados, pobres,
ignorantes, retrasados, iletrados, etc.
Para dar paso al Apego Socio territorial, como una característica de las pertenencias
sociales que definen la identidad étnica, me permito establecer antes una breve
reflexión en torno a la relación entre identidad y afectividad.
Para Bartolomé (2006: 48) la identidad logra fincar sus bases en lazos emotivos. Dice
este autor: “…La capacidad convocatoria de la identidad se deriva precisamente de
ese contenido afectivo, derivado de la participación en un universo moral, ético y de
representaciones comunes, que la hace comportarse como una lealtad primordial y
totalizadora…” esto último muestra a su vez lo que Giménez (2009) llama
“consanguineidad imaginaria”, es decir, una serie de rasgos culturales que se tornan
significativos cuando éstos hacen referencia a un origen común, esto debido a una
carga emotiva que permite incluso no solo establecer una pertenencia afectiva al
grupo sino también lazos de solidaridad y lealtades que refuerzan la identidad étnica.
61
Por lo tanto, hacia el territorio se manifiesta también una emotividad o afectividad que
permite entender su apropiación y por supuesto el apego a él. Como dice Bartolomé
(2006: 51) el territorio es uno de los elementos de lo “afectivamente próximo” que
genera apego y pertenencia. Pasaría a ser un emblema de identidad o bien uno de
los signos emblemáticos de la identidad étnica.
Para Giménez (2009) las identidades territoriales tienen que definirse en términos de
pertenencia socio territorial. Esta pertenencia se define en base a la interiorización de
elementos simbólicos que se comparten o rasgos culturales compartidos, en las
lealtades generadas hacia el grupo y los roles que adquieren los actores con respecto
a éste. De manera que cuando hablamos de pertenencia socio-territorial se entiende
que es “…la dimensión territorial la que caracteriza de modo relevante la estructura
misma de la colectividad y de los roles asumidos por los actores…” (Giménez: 2009:
128).
El territorio se presenta como un ente simbólico con un papel relevante en la
interacción de los actores que le dan un sentido no sólo instrumental o como
contenedor de las relaciones humanas, sino como espacio de inscripción simbólica o
bien como geo símbolo. Los grupos étnicos encuentran en la territorialidad una
manifestación significativa de sus lazos de solidaridad y lealtad comunitarias; así
como, una forma de apego afectivo al espacio geográfico que se inscribe como un
aspecto del complejo cultural-simbólico compartido por la colectividad. 19
19
Lo que Giménez (2009: 128) llama topofilia.
62
En el actual proceso global, la pertenencia socio territorial no ha perdido sentido frente
a la gran movilidad que tienen los sujetos. De hecho se articula con otras pertenencias
sociales logrando darle un carácter multidimensional a las identidades sociales. Frente
a la avanzada homologante de la globalización, Giménez (2009: 130) afirma que los
territorios internos perduran “…aunque bajo formas modificadas y según
configuraciones nuevas…”
Para el caso de los grupos etnolingüísticos asentados en Sonora, tanto en Puerto
Peñasco, como en Estación Pesqueira, es el apego socio territorial lo que nos da la
clave para comprender la multidimensionalidad de la experiencia territorial humana
en dichos grupos. Es la multiterritorialidad la condición que nos permite comprender
cómo el apego socio territorial se asume como un valor simbólico-expresivo y una
carga emocional directa que muchas veces no necesariamente pasa por la mediación
de la pertenencia a una comunidad local fuertemente integrada desde el punto de vista
normativo (Giménez: 2009: 130). Sin embargo, en el caso de los migrantes indígenas
que poco a poco viven un proceso de asentamiento en los lugares de destino, la
pertenencia y el apego socio territorial se vuelven un emblema identitario, ya que el
territorio de origen se convierte en la tierra mítica que da cuenta del origen común o
de los “lazos de sangre” que los unen. El territorio en este sentido se vuelve móvil
(Bartolomé: 2006: 89).
Con esto último, pienso que específicamente en el caso del estudio de la territorialidad
étnica en Sonora, México, es indispensable llevar a cabo un acercamiento entre
enfoques disciplinarios. Lo resumiría en palabras de Giménez (2009:150):
“…De este modo se produce una situación paradójica: por un lado están las ciencias sociales
tal como las practican los antropólogos y los sociólogos, y por otro las ciencias sociales como
las practican los geógrafos de modo paralelo…Esta compartimentación absurda tiene que
terminar. Ha llegado el momento de acercarnos a los geógrafos para compenetrarnos con su
modo de trabajar y de plantear los problemas, cosa que han hecho ya, por su lado, los
historiadores siguiendo el ejemplo de Fernand Braudel…”
64
Las familias asentadas en Sonora pertenecen a diversos grupos etnolingüísticos, de
manera que la experiencia de apropiación subjetiva, cultural-simbólica de éstos, en
los espacios de asentamiento, tanto en Estación Pesqueira como en Puerto Peñasco,
necesariamente tiene que ser abordada a partir de su etnicidad, con esto no
estaríamos hablando sólo de territorio en general sino de una apropiación social étnica
del espacio a lo que Alicia Barabás (2008) llamará: Etnoterritorios.
Continúa la autora diciendo que para ella estas entidades anímicas sagradas se
manifiestan como un principio, una fuerza, un espíritu, se presentan en forma de
naguales o también en forma de santos católicos. Además dice que estas entidades
anímicas sagradas son espíritus pero pueden por lo tanto corporizarse, están
consustanciadas con los lugares que controlan; de esta manera Barabás (2008: 123)
plantea que para ella “…la territorialidad es un componente básico en las
cosmovisiones indígenas como la corporalidad…”
Bajo esta lógica de las entidades anímicas o dueños de los lugares podemos decir,
junto con Barabás, que las nociones de territorialidad devienen de una tradición
mesoamericana, pero han sido reconfiguradas hasta ser nuevas construcciones
65
culturales. Estas nuevas construcciones culturales o reconfiguraciones se dan como
parte de procesos sociales dinámicos y cambiantes, pero que a su vez persisten en
las concepciones y en las prácticas sociales.
Las relaciones entre estos seres y los humanos se realizan de diversas maneras, en
los rituales, a partir de la lógica del don y la reciprocidad, en niveles cosmológicos
verticales y horizontales, en la réplica de jerarquías y de organización social tanto en
el mundo sobrenatural de estos seres como en las sociedades de cada cultura.
A partir de esta breve síntesis de los elementos que propone la autora para reconocer
los territorios étnicos, plantea también una definición de éstos:
“…el territorio como espacio culturalmente construido por una sociedad a través del tiempo;
un espacio nombrado y tejido con representaciones, concepciones, creencias y prácticas de
profundo contenido mnemónico y emocional. Los territorios culturales estudiados son los que
habitan los grupos etnolingüisticos, de allí que les llamé etnoterritorios, entendiéndolos como
el territorio histórico, cultural e identitario que cada grupo reconoce como propio, ya que en él
no solo encuentra habitación, sustento y reproducción como grupo, sino también oportunidad
de reproducir cultura y prácticas sociales a través del tiempo…” (Barabás: 2008: 129)
Otro de los estudios socio territoriales que vinculan etnicidad, cultura y territorio es la
propuesta de Carlos Zambrano. El antropólogo colombiano Carlos V. Zambrano
(2006) en su libro “los ejes políticos de la diversidad cultural” hace una distinción que
retomo para mi trabajo. Habla de la diferencia existente entre la pluralidad de
territorios y los territorios plurales. Los primeros denotan a grandes rasgos la
cualidad de multiplicidad de territorios (Zambrano:2006:148), es decir, espacios
geográficos sujetos a un ordenamiento o disposición del mismo que muestra la
66
organización de la diversidad de los actores o sujetos que lo habitan. Mientras que los
segundos, los territorios plurales, el autor los define como:
A su vez, en cada caso de estudio que realizo, se tiene claro que son diversos los
actores que generan dicho proceso social de lucha en la apropiación del espacio
geográfico. No sólo actúan los distintos grupos etnolingüísticos (zapotecos, triquis,
nahuas, mixtecos) sino también otros actores como los agro-empresarios (para el
caso de Estación Pesqueira) o los empresarios turísticos (para el caso de Puerto
Peñasco); así como por supuesto también el Estado.
67
Este panorama permite acercarnos a la complejidad del tejido de relaciones sociales
en el que podemos situar la construcción de lo que me atrevo a llamar
etnomultiterritorialidad. Las relaciones interétnicas y con otros actores llevadas a cabo
por los grupos etnolingüísticos asentados en los lugares de estudio no son neutrales,
se encuentran permeadas por relaciones de poder.
Se trata de entender entonces, como dice Zambrano (2006: 151), que la apropiación
social y cultural del territorio es también una apropiación política, ya que “…es una
estrategia del espacio que delimita –interna y externamente- las relaciones sociales
entre las colectividades…” concebido así el espacio geográfico, cabe reconocer
entonces que la creación tanto de colonias o localidades en los lugares de
asentamiento, así como, de las representaciones cultural-simbólicas con las que se
apropian los grupos étnicos de dichos espacios son “estrategias étnicas” de
territorialidad que muestran parte de la lucha social por el espacio, lucha que se
exacerba en el contexto de globalización.
Otro de los aportes a los estudios socio territoriales son los trabajos de Laurent Faret
(2010) y de André Quesnel (2010) recopilados en un trabajo sobre migración y
movilidad territorial.20 En las propuestas de estos autores se muestra como la
“movilidad”, específicamente a partir de la migración, reconstruye o bien articula
espacios geográficos que se presentan como territorios migratorios.
La idea fundamental en ambos trabajos es la importancia que recobra la movilidad
social en el contexto de la globalización. Los desplazamientos de la población a escala
mundial han pasado por distintas etapas. Según Faret (2010: 28-29) las primeras
migraciones ubicadas antes de la Segunda Guerra Mundial buscaban “la estabilidad”
en los lugares o espacios a los que se migraba, ya que el objetivo era asegurar el
desarrollo demográfico y el control territorial. La segunda etapa se presenta después
de la Segunda Guerra Mundial cuando la población de migrantes tenía por objetivo
fundamental la movilidad misma, es decir, la intención era el flujo constante y temporal
a diversos lugares. En la actualidad, para este autor, la fase en la que la población
mundial se encuentra con respecto a la movilidad, particularmente la migración, está
dada en términos de las lógicas de circulación humana, de capitales, mercancías e
ideas que acompañan en sí misma a la migración.
20
Los trabajos de estos autores se recopilan en un libro denominado “Migraciones de Trabajo y Movilidad
Territorial”, del cual Sara María Lara Flores es la coordinadora. Este libro se publicó en el 2010 como parte de
un proyecto amplio sobre la articulación de las migraciones nacionales e internacionales, según la coordinadora.
68
Debido a lo anterior, el énfasis en los estudios de la movilidad social tendría que estar
enfocado a las lógicas de la movilidad las cuales para Faret son: la migración, la
circulación y los flujos. En el contexto actual en el que la globalización enlaza lugares
y grupos humanos, las dinámicas migratorias se vuelven muy complejas. Dicha
complejidad para Faret estaría dada por la transformación de los entornos migratorios,
los perfiles de los migrantes, las temporalidades del desplazamiento y las formas
espaciales del movimiento (Faret: 2010: 84-85).
Por último, para Faret (2010: 97-98), la integración migratoria vía los flujos, se referiría
“…simultáneamente a la conectividad de un territorio con el exterior, en términos de
información, de personas, de modelos…y a la posición que ocupa este territorio en
términos de dinámica económica respecto a un contexto nacional o regional más o
menos favorable…”
69
En una síntesis muy apretada puedo decir que en la noción de flujos migratorios,
espacios de circulación y campos migratorios se fundamenta la noción de un territorio
migratorio que define y articula espacios en los que los actores van creando las
condiciones necesarias para habitarlo e interconectar en experiencias cotidianas un
espacio de vida más amplio.
La idea de campo migratorio en Faret nos da la pista para entender otro concepto-
imagen: Los archipiélagos de Quesnel (2010). Este último autor hace una crítica
fundamental a los trabajos que sobre migración no han logrado comprender la
articulación espacial que genera la movilidad social, creando incluso una lógica
reticular del espacio a partir de la movilidad misma. Habla de circulación migratoria en
contraposición del concepto de movimientos migratorios. Nos dice Quesnel que el
objetivo fundamental en su trabajo es:
21
Cita el trabajo de Bonnemaison de 1996 sobre el archipiélago de Melanesia.
70
En los archipiélagos, se pone énfasis en cada componente territorial (isla) y sus
instituciones, así como en los actores locales y los recursos propios y extra locales
que movilizan. Por lo tanto, para el autor, la figura del archipiélago se presenta como
un recurso metodológico para poder articular las formas de la movilidad social con las
escalas territoriales y también los procesos de articulación o construcción de territorios
y espacios de vida de los grupos sociales e individuos.
Particularmente se centra en la movilidad laboral y cómo ésta se condiciona por los
mercados de trabajo, esto en el actual contexto global. A su vez, da importancia a los
actores (migrantes) que generan la circulación migratoria y establece un concepto que
habla de la “autonomía” o bien del margen de maniobra que tienen estos actores con
respecto a los procesos migratorios, este concepto de “proyecto migratorio” que se
construye de acuerdo a las condiciones locales de los contextos en los que se insertan
los actores, pero también de los perfiles de dichos actores.
Los actores bajo estas condicionantes crean economías de archipiélago fortaleciendo
la interconexión entre lugares y la circulación de bienes (informativos, materiales y
simbólicos). En el marco de la circulación migratoria y de los lugares interconectados
por los flujos migratorios, se establecen “nudos” que de la articulación entendidos por
el autor como lugares-territorio que se convierten en espacios de socialización,
lugares de poblamiento que entran en el sistema de lugares de los actores dándole
forma a los archipiélagos.
Los lugares-territorio son espacios de vida que cobran significado para los migrantes.
Son también dice Quesnel (2010: 32) territorios-piragua imagen que representa un
espacio, sus rutas y la gente que lo habita. Dice Quesnel: “…Cada lugar es un nudo,
una red más o menos estable que no existe sino por una relación estructural que
relaciona cada nudo con otros lugares…” (Bonnemaison: 1996: 115; citado por
Quesnel: 2010: 32).
Por tanto los nudos son márgenes urbanos, zonas de tránsito, espacios bussines,
como las zonas fronterizas. Sin embargo, no sólo son los lugares los que importan en
la concepción de Quesnel, sino también los “dispositivos puestos en marcha” de los
grupos que se organizan bajo una base territorial para su reproducción social. Son por
tanto los nudos formas espacializadas de la organización social de diversos actores,
que para el autor son principalmente trabajadores vinculados a los mercados
laborales.
71
En resumen, la figura de archipiélago en Quesnel muestra una representación de la
articulación entre movilidad social y espacio, a partir de dicha imagen se logra
entender cómo la movilidad social y sus diversas formas en las que se presenta
constituyen o forman territorios. En éstos actúan migrantes o bien otros actores que
van dando sentido a una dimensión reticular del espacio-relaciones a partir de los
flujos y los nudos. Los lugares-territorio son nuevas formas de socialización presentes
en la globalidad actual que se constituyen como espacios de vida de los migrantes a
mediano y largo plazo.
En general en ambas propuestas se retoma “la movilidad social”, en su manifestación
de circuitos migratorios o espacios de circulación, como procesos que, vinculados al
espacio geográfico, permiten la construcción de territorios migratorios en un contexto
de globalización o de mundialización del capital. En dichos lugares son los migrantes
y otros actores los que se convierten en protagonistas de la conformación territorial
reticular convertida en estrategia social.
72
En este trabajo, retomando a Rogério Haesbaert, la multiterritorialidad implica una
forma dialéctica de relación entre ambos procesos. Flujos y puntos de interconexión
forman parte esencial de la multiterritorialidad, incorporándose tanto la migración
como los asentamientos a la lógica de construcción de nuevos espacios
interconectados.
73
étnica son dos las características que no tendríamos que perder de vista: La condición
étnica de los grupos o bien su identidad étnica y la lucha de poder o de jurisprudencia
de estos espacios, los cuales no son neutros.
Por último, en este apartado, hago referencia a los trabajos que remiten a la relación
entre la identidad étnica, el espacio y en particular las fronteras. Algunos de ellos
desde distintos enfoques como, por ejemplo, toda la vertiente de los estudios del
trasnacionalismo originalmente propuestos por Michael Kearney desde mediados de
los años ochenta del siglo pasado con su ya famoso artículo: “The local and the Global:
The Anthropology of Globalization and Transnationalism”.22 Tal vez muy sintético, el
planteamiento general de estos trabajos gira entorno al concepto de comunidades,
identidades o espacios trasnacionales; los cuales son entendidos como procesos
anclados pero que trascienden uno o más Estados-Nación (Kearney:2008:52).
Aunado a la “escuela” del trasnacionalismo trabajos como los de Besserer (1999,
2002, 2004) y Velasco (2008) recuperan este planteamiento tomando como eje la
migración indígena trasnacional, fenómeno a partir del cual logran presentar la
compleja red de relaciones o articulaciones entre los emigrados y sus comunidades
de origen. Estos trabajos muestran la configuración de una nueva serie de
comunidades trasnacionales que se presentan como formas sociales, culturales e
identitarias en constante movilidad a través de las fronteras nacionales.
Una crítica fundamental a esta serie de trabajos que hablan del trasnacionalismo es
la que realizan Alicia Lindón (2008) y Liliana Rivera (2008). La primera autora finca su
crítica desde la perspectiva de la geografía humana para argumentar que los estudios
del trasnacionalismo hacen sólo referencia a un ámbito metafórico del espacio o bien
a un referente espacial simple, una visión geométrica y locacional. Para la autora, los
trabajos del trasnacionalismo se enriquecerían si transitaran de una concepción del
espacio como locacional a una concepción del espacio como lugar, resaltando los
espacios de vida y vividos por los migrantes y las comunidades creadas por ellos.
En el mismo tenor, Liliana Rivera habla de las formas simbólicas de apropiación del
espacio por los migrantes que radican en Estados Unidos, de esta manera hace eco
22
Uno de los trabajos más recientes sobre la relación entre el espacio y el trasnacionalismo es el libro de Daniel
Hiernaux y Margarita Zárate (coordinadores) ,“espacios y trasnacionalismo”, editado por la UAM en el año
2008. En el se reúnen trabajos que discuten la relación entre las categorías espaciales y las sociales para referirse
a los estudios de trasnacionalismo. Allí mismo se encuentra una versión en español del artículo de Michael
Kearney del cual hago referencia líneas arriba.
74
a la crítica de Lindón y reafirma que los estudios de trasnacionalismo tienen que
incorporar la noción de espacio de vida o de lugar en sus estudios.
En otro sentido, trabajos como los de Bartolomé (2008) y Giménez (2009) hablan del
ámbito de las fronteras y su relación con las identidades, en particular con la identidad
étnica. Bartolomé (2008:49-59) habla del proceso histórico de construcción de las
fronteras estatales que “…en ningún caso…de América Latina se corresponden con
las fronteras étnicas…” para el autor, en el caso de América Latina, las fronteras
estatales incluyen una serie de fronteras internas que muestran la expansión territorial
e ideológica del Estado sobre los pueblos originarios. Para Giménez (2009:27-28) las
áreas fronterizas son “…el lugar de las identidades exasperadas en conflicto, donde
las identidades dominantes luchan por mantener incuestionada su hegemonía,
mientras que las identidades subalternas luchan por el reconocimiento social…”, en
relación a las identidades étnicas, el autor nos da la pista diciendo que “…las áreas
fronterizas, lejos de ser el lugar de la desmemoria y el olvido, es, por el contrario, el
lugar de la reactivación de las memorias fuertes y de la lucha contra el olvido…”
75
y triquis, hacen del espacio geográfico. Uno de los objetivos si bien es mostrar la red
de relaciones sociales y los lazos de solidaridad en cada caso y lugar, también me
concentro en el ámbito espacial al tratar de entender la territorialidad de estos grupos
en sus lugares de asentamiento. Además, tanto Puerto Peñasco como Estación
Pesqueira son lugares desde los cuales, las familias nahuas, zapotecas y triquis,
logran tener una posibilidad de acceso a los Estados Unidos o bien en los últimos años
a Canadá.
23
Tomado de Hughes, Gerard; “El Dios de las sorpresas”, Narcea Ediciones, pp. 11-21 Madrid, 1988.
24
Retomamos el concepto de grupo etnolingüístico de la distinción que hace Miguel Alberto Bartolomé (1997)
entre Grupos étnicos y Grupos Etnolingüísticos, en el libro “Gente de Costumbre y Gente de Razón”. Los primeros
son portadores de una conciencia étnica e incluso política (etnicidad) de la defensa de sus derechos colectivos y
además son definidos en cuanto a sus fronteras y límites con respecto a otros grupos o formas de organización
colectivas. Los segundos se distinguen más por las variantes dialectales de una misma lengua, entre otros rasgos.
77
y convertirlo en lo que podríamos llamar una nueva territorialidad indígena o bien un
proceso de apego socio-territorial étnico.
Esto último se hace presente en casos como el del estado de Guerrero y Oaxaca
donde familias completas Nahuas, Zapotecas, Triquis o de otros grupos étnicos, han
migrado a nivel nacional o internacional y han reconstruido su vida en estos otros
lugares (Baja California, Sinaloa, Sonora o Estados Unidos). Lo anterior es un punto
de reflexión y discusión para la defensa y legislación de una nueva territorialidad étnica
ampliada.
78
Debido al proceso de globalización o a la expansión mundial del capital, los pueblos
originarios viven un proceso de desterritorialización al abandonar sus territorios de
origen y buscar la vida en otros lugares ajenos, contratándose como jornaleros
agrícolas en los cultivos de exportación, en las agro-empresas o bien en otros empleos
del sector servicios. No solo en el Noroeste y en la región norte de México, sino
llegando a lugares lejanos como el norte de Estados Unidos o incluso hasta Canadá.
Este proceso migratorio ha suscitado un hecho importante. Muchas de las familias
provenientes de pueblos originarios se han quedado o establecido en diversos lugares
donde encuentran “trabajo todo el año”. Lugares del Norte de México (Baja California,
Sinaloa, Sonora y otros) y también diversos sitios en Estados Unidos (California,
Washington, New York) se han convertido en nuevos asentamientos indígenas que
permiten a las familias reconstruir sus lazos de solidaridad y de pertenencia, incluso
les permite construir un “nuevo” territorio.
Con respecto al tercer elemento a considerar, retomo los espacios de vida (espace
de vie) y los espacios vividos (espace vécu) de Di Meo (1998). A partir de estos
conceptos puedo comprender, como posibilidad, la apropiación del espacio a partir de
la emotividad que se va consiguiendo con la convivencia diaria y con las
representaciones que se hacen del mismo.
Para el caso de las familias llegadas del sur del país tanto a Puerto Peñasco como a
Estación Pesqueira este proceso se explica por varios aspectos: La oferta de empleo
de cada uno de los lugares, los circuitos migratorios, la red de relaciones parentales
en cada lugar-destino, la posibilidad de adquirir lotes o predios, el inicio de festividades
vinculadas al ámbito religioso, los casamientos entre familias indígenas de distintos
grupos etnolingüísticos o bien entre familias indígenas del “sur” con familias mestizas
de Sonora y la continua frecuencia con la que se recorren lugares como “la playa”,
“nuestra colonia”, los “campos agrícolas”, “el cerro de medio camino”
Toda esta gama de situaciones y lugares van conformando a lo largo de más de 20 o
25 años de estancia en Peñasco y Pesqueira una territorialidad propia. Lo más
interesante para poder comprenderla es conocer las estrategias que cada grupo
etnolingüístico construye para hacer del espacio geográfico un nuevo “asentimiento”.
79
Los asentimientos serían entonces estos espacios apropiados vía la emotividad o
afectividad que le da un sentido de apego y pertenencia al grupo, con lo cual logran,
a lo largo de un tiempo medianamente largo, establecer sus lazos de consanguineidad
imaginaria y fincar las bases de su identidad en un territorio. La territorialidad se
expresa de esta manera como una forma fundamental para cimentar la cultura,
partiendo de un origen común y proyectando hacia el futuro su identidad étnica, con
lo cual, cada grupo genera poco a poco un espacio propio en un lugar que primero se
presentaba como ajeno, logrando entonces no solo llegar a un lugar de asentamiento,
sino construir “asentimientos”.
Cobra sentido señalar que la multi- territorialidad étnica es un nuevo ejercicio de los
pueblos originarios por defender su sobrevivencia como culturas en un capitalismo
salvaje que avasalla pueblos y personas. Esta práctica cotidiana de los grupos
etnolingüísticos es una forma de defender el mínimo espacio habitable para
reproducirse como pueblos originarios. Por último, puedo decir que la
multiterritorialidad implica la construcción de flujos y puntos de interconexión que nos
permiten aprehender el territorio-red global en el que ahora nos movemos y que
últimamente lo hemos hecho más consiente.
80
CAPITULO III
El contacto con las regiones agrícolas del noroeste de México se inició formalmente
desde el año 2006 al participar en otro proyecto de investigación sobre migración
nacional. En este proyecto de la UNAM, logré conocer principalmente Baja California
Norte y también Sonora; así como las historias de migración de varias personas
pertenecientes a distintos grupos etnolingüísticos, principalmente llegados de estados
del sur de México como Guerrero y Oaxaca.
Observé también otro fenómeno que me dejó intrigado desde entonces: La
apropiación espacial de los lugares donde se asentaban estos migrantes. Esta
territorialidad estaba incluso manifiesta en el discurso político en defensa de los
derechos colectivos como pueblos indios a pesar de no encontrarse en sus territorios
originales.
81
De este conocimiento previo de las causas de la migración étnica hacia el noroeste
de México, del proceso de asentamiento en los lugares de llegada, de la participación
laboral diversificada en los procesos productivos de cada cultivo y empresa agrícola,
pero sobre todo de las historias de vida de las familias de migrantes o asentados, nace
la intención de continuar con un trabajo que diera cuenta de la forma en la que estas
familias pertenecientes a diversos grupos étnicos se apropian del espacio y expresan
su territorialidad en lo que yo entiendo como una estrategia cultural e incluso política.
De acuerdo a lo anterior, la investigación debía partir desde otro enfoque. No sólo era
imprescindible reconocer las trayectorias migratorias de los sujetos, sino también
comprender la forma en la que se apropiaban del espacio en los lugares de destino o
de asentamiento. Para esto último se hacía indispensable encontrar una línea teórica
que me permitiera abordar el tema o la discusión sobre territorio y cultura vinculado a
la identidad étnica.
Son los planteamientos y la reflexión de Guy di Meo, Gilberto Giménez y Rogério
Haesbaert, los que retomo. Estos tres autores son los que principalmente, desde el
ámbito de la geografía humana, establecen un eje fundamental que traza la propuesta
teórica y metodológica de mi trabajo. Giménez ha sido quien, en México, ha elaborado
una propuesta muy interesante y acabada sobre la perspectiva del espacio en
términos culturales, discutiendo y reflexionando sobre el territorio, la identidad y la
cultura. Es con este enfoque y propuesta teórica con la que, partiendo de la geografía
humana (cultural o social) abordo el tema de la territorialidad étnica en Sonora,
México.
Para el caso del estado de Sonora, la mayor parte de los estudios enfocados a la
población indígena han sido escritos describiendo las preocupaciones de la población
indígena originaria o local. Varios son los trabajos del Colegio de Sonora (COLSON),
82
el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) y la Universidad
Autónoma de Sonora (antropología y sociología), que han recuperado la problemática
sociocultural presente entre la población indígena “migrante” o “gente del sur”
asentada sobre todo en las zonas de agricultura de exportación. Varios trabajos se
enfocan a los problemas de salud, derechos laborales y seguridad, entre otros, que
viven las familias indígenas asentadas en zonas como la de Estación Pesqueira,
Caborca o Costa de Hermosillo. A su vez existen también algunos trabajos que
mencionan la situación de las familias indígenas asentadas en las zonas de turismo
como Puerto Peñasco. Sin embargo, muy pocos trabajos abordan la relación entre
éstas familias o grupos etnolingüísticos y el espacio.
Es por supuesto muy importante también, conocer las condiciones de vida en estos
lugares, el acceso a los servicios de salud y educativos, la situación en términos de
condiciones de trabajo, sus alternativas organizativas y la cobertura que logran los
programas gubernamentales en estos nuevos territorios étnicos. Todos éstos son
aspectos que se requieren identificar; para este caso, en los poblados de Estación
Pesqueira y Puerto Peñasco en el estado de Sonora.
83
Por lo anterior, es necesario reconocer; por un lado, los lugares de asentamiento de
la población indígena migrante en el estado de Sonora, pero también; por otro lado,
situar en el contexto del desarrollo económico-productivo del Estado a dichos
asentamientos de población y en este sentido poder establecer las características
generales de la población indígena empleada en la agricultura y en el sector servicios,
particularmente en las actividades relacionadas con el turismo. De tal manera que,
partiendo de la necesidad de investigar esta realidad social, se ha hecho un estudio
que muestra la localización de dichos centros de población y su caracterización para
que se logre comprender y explicar la existencia, o no, de un proceso sociocultural de
creación de territorios en los que conviven diferentes representaciones sociales
indígenas (triques, mixtecos, zapotecos, nahuas con pápagos, purépechas, otomíes
y mestizos).
84
d) ¿Cuál es la historia del proceso de asentamiento y construcción de colonias o
localidades donde conviven población indígena migrante o “gente del sur” y
población originaria del estado de Sonora?
e) ¿Podemos hablar de una nueva territorialidad étnica en el estado de Sonora en
la que conviven grupos originarios con grupos etnolingüísticos mixtecos,
nahuas, triquis y zapotecos?
f) ¿Qué prácticas socio territoriales realizan los grupos etnolingüísticos asentados
en Estación Pesqueira y Puerto Peñasco?
g) ¿Cómo se construye un consenso en la visión de estos grupos para darle
sentido al lugar donde se asientan?
h) Existe relación entre la cosmovisión mesoamericana de los grupos étnicos del
sur de nuestro país con los grupos étnicos originarios del norte para la
reapropiación cultural del territorio?
i) ¿Qué relación existe entre los procesos de producción de las agroindustrias y
las inversiones en la industria turística con respecto a la construcción de la
territorialidad indígena en los dos casos a investigar en Sonora, México?
85
La investigación tuvo como base dos estudios de caso: Uno de ellos en la localidad
de Estación Pesqueira, seleccionada por ser una localidad cuya población se disparó
gracias a la llegada de familias, principalmente indígenas, que se emplearon en las
distintas fases del proceso de producción de uva de mesa y algunas otras hortalizas
(pepino, calabacita, pimiento, chile, otros); así como la localidad de Puerto Peñasco,
seleccionada también por su gran dinamismo en el sector turístico, lo cual tuvo como
consecuencia la llegada de familias indígenas tanto para la industria de la construcción
como para el sector servicios.
86
Es importante señalar que los dos casos son un parteaguas en el reconocimiento de
los nuevos patrones de asentamiento y construcción de territorialidades indígenas
que, en este siglo XXI y en un contexto de globalización, se están presentando. Fue
por esto necesario realizar un estudio etnográfico que permitiera tener contacto e
información de primera mano con dichos actores.
Es fundamental hacer una reflexión acerca del trabajo o método etnográfico desde
dos vertientes: Su pertinencia como método de trabajo en la recopilación de datos que
nos permiten una aproximación y reivindicación de la diferencia cultural, y segundo,
desde el compromiso ético y político que implica dicho trabajo.
Haciendo alusión a un artículo de Bartolomé (2005: 29-59) denominado “en defensa
de la etnografía aspectos contemporáneos de la investigación intercultural”, retomo
en esta parte del capítulo la importancia que tiene el método etnográfico no sólo en la
labor científica antropológica, sino en el ámbito de las relaciones humanas. El autor
sitúa la práctica etnográfica en un nuevo contexto en el que no sólo se habla sobre los
“indios” sino con ellos y muchas veces para ellos. En este sentido, la práctica
etnográfica responde ya a un consumo cultural distinto al de las empresas del
colonialismo de las potencias económicas del siglo XIX o al de las instituciones del
Estado Nacional “integrador” del siglo XX. En la actualidad los mismos “objetos de
estudio” se presentan como sujetos actuantes y constructores de su propia realidad,
así como, del discurso de la misma. Una mayor cantidad de intelectuales indígenas o
simplemente personas de los diversos grupos étnicos participan de la crítica en la
exposición, bien organizada o no, de sus universos culturales, vía los estudios
etnográficos.
Otro elemento que rescata Bartolomé (2005) es la importancia de la etnografía como
un proceso de conocimiento mutuo en el que, o a partir del cual, podemos iniciar lo
que él llama un “diálogo intercultural”. Por eso para el autor “…Con todas las
limitaciones derivadas tanto de la formación personal del etnógrafo como de sus
mediatizaciones académicas, la práctica etnográfica continúa siendo una tarea
necesaria…” (Bartolomé:2005:36).
87
Resalta también que la tarea etnográfica y antropológica en general es anti-exótica
por excelencia ya que “…no supone una visión fugaz y estética de los otros, sino una
convivencia que compromete nuestra cotidianidad y nos involucra en redes
personales, políticas, simbólicas, afectivas y culturales que ya nunca más nos podrán
ser ajenas…” (Bartolomé. 2005: 40).
Con respecto al ámbito ético y político del trabajo etnográfico, Bartolomé (2005) señala
principalmente que éste tipo de trabajo no debe hacerse en un vacío ético y que
además todo trabajo etnográfico tiene un potencial uso político. El vacío ético al que
se refiere tiene que ver con la relación que se establece con los sujetos culturalmente
distintos a nosotros, habla por ejemplo de una distinción entre “informantes” e
“interlocutores”. Es desde el punto de vista de los segundos y bajo una relación
afectiva con éstos como se realiza un diálogo equitativo e intercultural, en el que los
interlocutores cuestionan nuestro discurso e interpretación acerca de sus culturas o
bien incluso cuestionan nuestra cultura misma. Es necesario concebir el trabajo
etnográfico en el marco de nuevas relaciones con las personas con las que nos
vinculamos, para lograr esto es necesaria una actitud ética y una conducta personal
orientada al respeto y diálogo que permitan mayores lazos de amistad y confianza
(Bartolomé: 2005: 44).
Por último, hace referencia a la obra de Lewis Carrol “Alicia a través del espejo”, en la
que Alicia trasciende las fronteras refractivas del espejo y penetra en el mundo que
éste contenía (Bartolomé: 2005:49). En este sentido Alicia encuentra un universo
aparentemente caótico, pero “ordenado” bajo distintas lógicas y actores. Alicia se ve
obligada así a aceptar estas lógicas distintas partiendo de reconocer su propia
ignorancia sobre el mundo de los otros y la indudable legitimidad de la diferencia.
El juego de espejos como refractario de imágenes de la realidad, pero a su vez como
escondite de realidades o mundos diversos, nos hace pensar en la posibilidad y
riqueza de dicho método, siempre y cuando seamos conscientes de trascender el
reflejo y buscar más allá de esa proyección para comprender “…aquello que hace al
otro ser lo que es, sin necesidad de intentar traducirlo en términos casi siempre
ajenos…” (Bartolomé: 2005:51).
88
El juego de espejos implica también que el método etnográfico no sólo se construye
en relación al ámbito de la razón, sino también en un marco de afectividad. La
etnografía permite una búsqueda científica, pero también una compleja experiencia
afectiva. Análisis y reflexión se mezclan con vivencia para la comprensión de las
diversas lógicas detrás del espejo o bien para la relación equitativa entre diferentes.
89
introducirse a Estados Unidos con éxito y que genera una demanda de mano de obra
desde mediados de los años ochenta muy importante; por lo que los migrantes
indígenas logran encontrar una mejor remuneración y un lugar donde poder
establecerse.
Hasta aquí podemos decir que todo pareciera estar claro. El tema central de la
investigación versa sobre la relación entre cultura, identidad y territorio, el problema
de investigación se plantea en términos de una serie de preguntas o ejes que
conducen la investigación: ¿Cómo se apropian del espacio geográfico las culturas o
grupos étnicos asentados en Puerto Peñasco y Estación Pesqueira en Sonora,
México?, ¿existe una territorialidad étnica nueva en Sonora, México?, ¿hay una
participación de los grupos étnicos o indígenas originarios de Sonora en esa nueva
territorialidad étnica?, ¿Cómo se lleva a cabo la convivencia o relaciones interétnicas
entre estos grupos étnicos originarios y asentados, así como con los grupos de
mestizos sonorenses?.
Estas y otras preguntas más orientan el trabajo de investigación de manera que
simplemente habría que establecer las técnicas con las que trabajaría y elaborar los
instrumentos para aplicarlos en campo. Sin embargo, todo esto se ve cuestionado al
cabo de dos sucesos.
Primero, la decisión de tomar como eje teórico no sólo la discusión sobre territorio y
territorialidad desde la perspectiva teórica de la geografía humana, sino también el
concepto de multiterritorialidad empleado por el geógrafo brasileño Rogerio
Haesbaert (2004). En segundo lugar, la decisión de sustentar mi trabajo en otro
método que esencialmente ha sido utilizado en la antropología, me refiero a la
etnografía.
A finales del año 2010 decido realizar trabajo de campo y encuentro, a partir de los
datos recuperados en esta estancia, que existe la posibilidad de entender a la
multiterritorialidad étnica como una propuesta que se construye por cada grupo
étnico asentado en los lugares donde decido trabajar. Son los zapotecos del pueblo
oaxaqueño de Coatecas Altas quienes a partir de la primera celebración a su santo
patrón en Estación Pesqueira, Sonora, me dan la pauta para imaginar y reorientar la
propuesta metodológica.
90
Los zapotecos asentados en Estación Pesqueira, Sonora, llegados en su mayoría del
pueblo de Coatecas Altas, situados en el Distrito de Ejutla, en la Región Valles
Centrales de Oaxaca; son los que me involucran en la organización de la primera
fiesta patronal realizada por ellos en honor a su santo patrón San Juan Evangelista.
Al involucrarme en dicha celebración y su organización, así como en el registro de la
misma, se fueron presentando nuevos datos que me permitieron hasta ese momento
considerar otros aspectos metodológicos.
Los zapotecos han dado inicio, casi de manera simultánea, a la celebración de su
santo patrón tanto en Sonora, México como en Madera California en Estados Unidos;
en estos dos lugares dicha celebración marca la pauta para sostener la hipótesis de
lo que llamo la etno-multiterritorialidad. La celebración de este santo patrón se lleva a
cabo de manera simultánea en al menos tres lugares: Coatecas Altas, Oaxaca;
Estación Pesqueira, Sonora y; Madera, California, en Estados Unidos. La celebración
de este santo se sustenta en un mito de fundación del territorio de origen y en la
historia oral que cuenta la llegada de la imagen del santo a estos dos últimos lugares.
Una vez encontrado esto en campo, decido repensar la estrategia metodológica. Sería
necesario ahora, si partimos de la concepción teórica sobre la multiterritorialidad,
establecer el método etnográfico como indispensable en la recolección de datos
primarios o de primera mano para comprender dicho proceso en el caso de cada grupo
etnolingüístico asentado tanto en Estación Pesqueira, como en Puerto Peñasco,
Sonora.
En base a lo anterior decido establecer al menos tres principios en la estrategia
metodológica a seguir:
Primero.- La investigación debe tener como sustento epistemológico la complejidad o
el llamado por Morin (1994) “pensamiento complejo”; entendiendo que éste nos
permite orientar la investigación no en el ámbito parcelado de un disciplina, sino en la
posibilidad de la comprensión articulada de diversas disciplinas y de distintos procesos
relacionados con el tema eje de mi investigación. La complejidad como dijera el mismo
Morin lleva consigo la contradicción de abrir las expectativas hacia una gama amplia
de entendimiento, pero a la vez no escapa de la reducción de dicho entendimiento.
Parto de la idea de que complejidad y completud no son lo mismo, la realidad no es
una y única sino diversa y compleja y por lo tanto hasta donde sea posible trataré de
lograr establecer una relación amplia entre los fenómenos abordados.
91
Segundo.- El trabajo de investigación debe estar sustentado en la etnografía y en el
estudio comparativo de casos como base primordial en la recolección de datos y
comprensión del mundo de vida cultural en los lugares de origen, en los lugares desde
donde planteo mi investigación (Sonora) y tal vez, si así se requiere, en otro lugar
desde donde se haga posible la territorialidad étnica de cada grupo cultural.
Para el caso de los triquis, la estrategia territorial es distinta, si bien ellos se encuentran
en Pesqueira, la mayor parte de población se concentra en la Costa de Hermosillo en
la llamada colonia Miguel Alemán, allí es donde celebran a Cristo Rey el tercer viernes
de la semana santa y en este lugar es donde se encuentra el líder principal de su
organización “Movimiento Único de Lucha Triqui” (MULT). Sin embargo, los triquis
también han hecho suyo el espacio geográfico en Baja California, específicamente en
el Valle de San Quintín, en términos de la multiterritorialidad tendría que visitarlos en
este lugar para sustentar la existencia de esta experiencia humana y cultural de
apropiación espacial, sin embargo por falta de tiempo y recursos lo dejaré para una
investigación futura.
92
Por otro lado, en Puerto Peñasco, son los Nahuas el grupo etnolingüístico que tiene
una mayor presencia y que además mantiene no solo vínculos con sus territorios de
origen (sub región del Balsas) sino que también al parecer se han establecido en otros
lugares como Sinaloa, Quintana Roo, Morelos, Cd. De México, etc.
En el caso de los Nahuas asentados en Puerto Peñasco, hasta el momento, en base
a trabajo de campo, distingo al menos cuatro pueblos de pertenencia en los territorios
de origen: San Juan Tetelcingo, Ahuehuepan, Copalillo y Tlamacazapa.
Hay una relación muy cercana entre las personas de San Juan Tetelcingo y
Ahuehuepan, que se explica, en parte, a la colindancia que existe entre estos pueblos
en los territorios de origen. Esta relación la logré constatar en campo debido a dos
factores hasta ahora principales: Los matrimonios y compadrazgos y la celebración a
la Santa Cruz. En el capítulo cinco describiré en detalle estas formas de relación social
entre los grupos por ahora solo las menciono.
Las familias, diez aproximadamente, que pertenecen a Copalillo también logran tener
una relación cercana con las familias que son de Ahuehuepan y San Juan Tetelcingo;
sin embargo, un punto que distingue su relación es el hecho de que al menos cuatro
de las diez familias pertenecen a la Iglesia de Pentecostés y a otra llamada The Family
of God, es decir, han convertido su práctica religiosa al cristianismo no católico. Esta
pertenencia a un grupo religioso distinto del católico les aleja de la celebración a la
Santa Cruz y de las prácticas del compadrazgo y padrinazgo, las cuales son eje
fundamental de la identidad étnica de éstos grupos desde los territorios de origen.
Una mención especial es el caso de las familias de Tlamacazapa. Los tres pueblos
nahuas mencionados anteriormente comparten no sólo lazos sociales y culturales,
sino incluso vínculos espaciales cercanos. Los tres pueblos se encuentran dentro de
la llamada sub región del Balsas que se identifica por algunos autores (Broda, J. y
Good: 2004; Good: 1988:) particularmente por una estrecha e histórica convivencia
de pueblos Nahuas desde antes de la llegada de los españoles. Pero en el caso de
las familias de Tlamacazapa, su relación en los territorios de origen en el estado de
Guerrero es distante de los otros pueblos nahuas. En Puerto Peñasco esta diferencia
se logra observar tanto en su discurso de la identidad étnica, como en sus relaciones
comerciales, sus actividades económicas, sus alianzas matrimoniales (con mestizos
de Sonora); así como particularmente su celebración de la Santa Cruz. Esta última
93
celebración para las familias Nahuas de Tlamacazapa es más una fiesta popular que
un acto ritual de mayor sacralidad como lo representa para las familias de Ahuehuepan
y San Juan Tetelcingo que lograron ubicar sus cruces en un sistema de cerros llamado
“el cerro de medio camino”.
94
Complejidad e interdisciplina: Una relación necesaria
Sin embargo, en este trabajo quiero abordar estos aspectos desde la perspectiva
teórica que orienta al trabajo mismo. Para poder elaborar esta investigación sobre la
territorialidad étnica en Sonora, y más aún, para poder construir un orden lógico en la
exposición sobre la existencia de una etnomultiterritorialidad, los aspectos
metodológicos y las técnicas deben ser expuestos con mayor precisión.
95
Para este trabajo el esfuerzo fundamental radica en al menos incorporar a la reflexión,
estudio y comprensión del proceso de apropiación territorial de los grupos étnicos, las
orientaciones teórico-metodológicas de la geografía, la sociología y por supuesto la
antropología. Sin perder de vista los objetivos de la investigación, pero reconociendo
en las otras disciplinas posibilidades de explicación del fenómeno social que investigo,
hecho mano de propuestas teóricas, conceptos y reflexiones de las disciplinas arriba
mencionadas.
96
Con esto quiero decir que se hace necesario no establecer un camino metodológico
único y reduccionista, sino más bien abrir la posibilidad del conocimiento a la inmensa
multi-dimensionalidad de la realidad espacial o bien a la complejidad de la misma, sin
que esto implique del todo la completud o una verdad absoluta.
Partiendo de este primer principio, se hace necesario establecer cómo los diversos
grupos etnolingüísticos asentados en Sonora hacen suyo el espacio donde se
encuentran, se territorializan o bien viven de manera exacerbada su territorialidad
desde una particular forma de vida cultural. Para lograr esto recurro entonces a la
propuesta metodológica de la llamada geografía humana.
Algunos de los elementos de la Geografía Humana, que se recatan en el trabajo,
tienen que ver con la reconstrucción de elementos espaciales que se obtienen en
campo como son: las trayectorias, los recorridos, el mapeo de éstos, la reconstrucción
de las representaciones sociales sobre los territorios de origen y su conexión con los
“nuevos” asentamientos, la recuperación de los circuitos migratorios, etc. Algunos de
estos elementos nos permiten establecer un marco espacial de referencia donde se
van dando los procesos de construcción de la territorialidad étnica de cada familia
perteneciente a distintos grupos. En este último sentido, es como hablo de la
posibilidad de espacios de vida y vividos por los diversos actores.
25
Ver el apartado de Anexos, donde se muestran las guías de entrevista y de observación.
97
etnográfico de los casos presentados. En Geografía Humana se han llamado también
mapas mentales a los espacios dibujados desde la memoria de los sujetos e impresos
ya sea un medio audiovisual o en papel. En este sentido presento también material
fílmico y mapas que nos indican la forma en la que las personas reconstruyen o viven
sus espacios y los “marcan”.
Utilizo también la lluvia de ideas para colectar información de los jóvenes que habitan
los dos lugares del estudio y que no conocen “el Sur”, esto con la finalidad de
comprender las imágenes que se construyen de los territorios originarios por parte de
los diversos actores.
Realizo también cuadros estadísticos sobre los cultivos de uva o bien sobre la
importancia de los destinos turísticos en Sonora. La interpretación de estos datos y
los de población son parte de las técnicas utilizadas.
98
CAPITULO IV
“…no es un proceso económico sencillo, ni tampoco señala una “lógica” inevitable del capital,
sino que es una vasta estrategia política. Esta estrategia se impuso esencialmente por el
capital internacionalizado, en coordinación con los gobiernos neoliberales que, a
consecuencia de la crisis, llegaron al poder. La política económica de liberalización y
desregulación tiene como meta crear las condiciones políticas institucionales adecuadas para
una transformación en la correlación de fuerzas de las clases, tanto nacional como
internacional; he aquí la condición para la reorganización técnica de la producción
capitalista…” Hirsch (1996: 102).
99
No es fortuito, además, que ambas industrias necesiten del espacio geográfico y local,
más aún, que construyan también territorialidades ligadas a dicha expresión global del
capital mundial. El territorio no sólo se disputa entre los grupos etnolingüísticos
asentados en Sonora, sino también entre ellos y dichas empresas.
Como dijera David Harvey (2014:149,153,): “el capital se esfuerza por producir un
paisaje geográfico favorable a su propia reproducción y subsiguiente evolución…debe
ser capaz de resistir el choque de la destrucción de lo viejo y estar dispuesto a
construir un nuevo paisaje geográfico sobre sus cenizas…”
Algunas de las condiciones locales a partir de las que se puede entender el
establecimiento de ambas industrias tienen diversas fuentes. Una de éstas es el
proceso mundial de apertura comercial y de fronteras. La firma del Tratado de Libre
Comercio con América del Norte (TLCAN) entre nuestro país, Canadá y Estados
Unidos, es sin duda el gran paso que articula a México al engranaje mundial de
expansión del capital, ya que construye una región de competencia contra otras como
la del MERCOSUR (Mercado Común del Sur), Unión Europea, etc. La entrada en
vigor para la mayor parte de los productos mexicanos agrícolas se dio en 1994, sin
embargo se defendió a la cebada, por ejemplo, con ciertos aranceles-cuota para que
sólo hasta 2003 se liberara y en 2008 quedaban completamente liberados maíz, fríjol
y leche en polvo.
La ley de inversión extranjera publicada en 1993 por el gobierno mexicano también es
un marco legal de reformas internas que permiten el beneficio de la inversión de capital
extranjero en México. Otra de las condiciones es el marco legal de la tenencia de la
tierra representado en las reformas al artículo 27 constitucional, reformas que
permiten el dominio pleno de las tierras por sus propietarios, sobre todo en la
propiedad social (ejidal y comunal). Estas reformas permiten el acceso “libre” a un
mercado de tierras que en lo general beneficia a la inversión extranjera a partir de la
renta de las mismas o bien se convierte en un paraíso para las empresas inmobiliarias
en el caso de las zonas turísticas. Otro factor ha sido la relación entre los gobiernos
de ambos Estados Sonora-Arizona.
La firma del TLCAN permite a los productores nacionales y a los capitales extranjeros,
para el caso de las empresas agrícolas, establecer grandes áreas de cultivos de frutas
y hortalizas que en la zona norte y noroeste del país logran tener mayores “ventajas
comparativas” con respecto a otros cultivos tradicionales (maíz, fríjol, caña de azúcar,
algodón o trigo) sobre todo de granos básicos y oleaginosas.
100
Este despunte de la exportación de frutas frescas y hortalizas se logra a partir también
de una demanda mundial sustentada en una percepción de cambio en la dieta para
lograr mayores condiciones de salud en la población.
A escasos dos años de puesto en operación el TLCAN, ya para 1996, México contaba
con una plataforma de exportación de aproximadamente 908 empresas exportadoras
de alimentos. Algunos de estos alimentos fueron camarón congelado, legumbres y
frutas, jugo de naranja, café tostado, abulón en conserva, fresas congeladas, azúcar,
atún congelado y carnes (Sandoval, et. Al. 1998:86). La mayor parte de estos
productos en ésta época se destinaban hacia Estados Unidos, Canadá, Japón,
España y algunos países de América Latina.
TABLA 1
EXPORTACIONES AGROPECUARIAS Y AGROINDUSTRIALES
COMPARATIVO ENERO 2009 VS ENERO 2010
Valor (Miles de Dólares)
ENERO ENERO VARIACION %
2009 2010 2010/2009
Agropecuaria y Agroindustrial 1,211,379 1,178, 850 -2.7
Agropecuaria Y Pesca 675, 155 716,319 6.1
Agropecuaria 630,912 670,864 6.3
AGRICOLA
Tomate fresco o refrigerado 161,998 177,233 9.4
Otras legumbres y Hortalizas 86,685 102,465 18.2
frescas
Coles frescos o refrigerados 15,058 14,930 -0.9
Plátano fresco o seco 4,192 4,224 0.8
Uvas frescas o secas pasas 211 191 -9.5
Melón, sandía y papaya, frescos 19,048 19,181 0.7
Fresas Frescas 15,459 18,846 21.9
Otras Frutas frescas 2,182 3,407 56.1
Trigo duro 4 0 ---
Maíz 7,410 5,259 -29.0
Sorgo de grano 2 0 ---
Algodón sin cardar ni peinar 3,666 2,349 -35.9
Fuente: Construcción Propia con cifras preliminares del Banco de México. 201126
26
Los datos de la tabla se tomaron de cuadros estadísticos sobre comercio exterior que proporciona el Servicio
de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la SAGARPA.
101
Como se aprecia en la Tabla anterior (ver Tabla1) los principales cultivos de frutas y
hortalizas frescas son los que han tenido un auge creciente desde la entrada en vigor
del TLCAN. Algunas de las cifras sobre las exportaciones principalmente de cultivos
agrícolas, en comparativo entre el año 2009 y 2010, muestran como algunos de los
llamados cultivos “tradicionales” como el maíz, algodón, sorgo o trigo, han reducido
de manera definitiva su potencial de exportación, frente al incremento considerable de
las hortalizas y frutas frescas.
Particularmente en Sonora, en las regiones de Caborca, Costa de Hermosillo o bien
ahora en Estación Pesqueira (perteneciente al Distrito de Desarrollo Rural de
Hermosillo), éste proceso de incorporación al mercado mundial de exportación se liga
a lo que algunos productores sonorenses llamaron “reconversión productiva”. La
apertura comercial significó para varios de los estados del norte del país una
transformación profunda en las agroindustrias. Principalmente en la agroindustria de
alimentos.
TABLA 2
CIERRE DE LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA PARA EL ESTADO DE SONORA POR
DISTRITO, SUPERFICIE SEMBRADA, COSECHADA Y VALOR DE LA
PRODUCCIÓN PARA EL AÑO 2000
ESTADO SONORA
Ciclo: Ciclicos y Perennes 2000
Modalidad: Riego + Temporal
Sup. Sembrada Sup. Cosechada Valor Producción
Distrito
(Ha) (Ha) (Miles de Pesos)
1 AGUA PRIETA 3,720.00 3,718.00 55,009.99
2 CABORCA 62,036.00 60,480.00 1,404,406.26
3 CAJEME 250,964.00 249,076.00 2,423,930.61
4 GUAYMAS 13,193.00 12,008.00 317,827.97
5 HERMOSILLO 63,262.00 61,856.00 1,944,923.56
6 MAGDALENA 9,929.00 8,970.50 123,827.15
7 MAZATAN 5,832.00 5,777.00 20,093.02
8 MOCTEZUMA 10,919.00 6,205.00 56,732.97
9 NAVOJOA 111,395.00 110,424.00 1,063,607.59
10 SAHUARIPA 3,061.00 2,822.00 15,414.37
11 URES 12,526.00 12,526.00 115,669.50
546,837.00 533,862.50 7,541,442.98
Fuente: SIAP-SAGARPA, 201227
27
Se pueden consultar los datos en la página www.siap.gob.mx en la sección de agricultura/producción anual.
102
Para el año de 1999, a sólo cinco años de entrado en vigor el TLCAN, el valor de la
producción en Sonora de los cultivos cíclicos y perennes, de riego y temporal, era de
$8,614, 894.50 con una superficie total cosechada de 560,536 Has. Para el año dos
mil la superficie cosechada disminuyó a 533,862.50 Has. Con un valor de
$7, 541,442.98; sin embargo, como observamos en la Tabla 3, el total de la superficie
cosechada para el año 2010 fue de 594, 339 Hectáreas con un valor de $ 21, 239,
135.21 Esto habla del fuerte impulso que después del TLCAN ha tenido el sector
agrícola en Sonora.
TABLA 3
CIERRE DE LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA PARA EL ESTADO DE SONORA POR
DISTRITO, SUPERFICIE SEMBRADA, COSECHADA Y VALOR DE LA
PRODUCCIÓN PARA EL AÑO 2010
ESTADO SONORA
Ciclo: Ciclicos y Perennes 2010
Modalidad: Riego + Temporal
Sup. Sembrada Sup. Cosechada Valor Producción
Distrito
(Ha) (Ha) (Miles de Pesos)
1 AGUA PRIETA 2,714.00 2,662.00 63,446.41
2 CABORCA 63,007.60 62,212.00 4,782,936.73
3 CAJEME 268,076.00 266,027.00 5,989,639.76
4 GUAYMAS 13,423.00 13,263.00 1,244,024.47
5 HERMOSILLO 71,998.00 71,633.00 5,087,121.34
6 MAGDALENA 9,496.50 9,496.50 368,061.92
7 MAZATAN 5,905.00 5,904.00 53,879.58
8 MOCTEZUMA 6,433.50 6,386.50 108,707.07
9 NAVOJOA 141,786.00 141,786.00 3,212,117.72
10 SAHUARIPA 2,685.00 2,657.00 23,832.23
11 URES 12,388.00 12,312.00 305,368.00
597,912.60 594,339.00 21,239,135.21
Ahora bien, para el Distrito de Desarrollo Rural de Hermosillo que es donde se localiza
Estación Pesqueira (una de nuestras localidades del estudio) los datos muestran un
impresionante crecimiento. Apenas para el año 2000 el valor de la producción para
este Distrito era de $1,944, 923.44 con una superficie cosechada de 61, 856
Hectáreas. Pero a diez años de distancia y a pesar de que la superficie cosechada no
aumentó del todo en una proporción muy grande (hablamos de 71, 633 Hectáreas) el
103
valor de la producción pasó a ser de $ 5,087, 121.34 Este dato es por demás
revelador de la importancia de la agricultura.
La política de modernización del campo en Sonora se anuncia de esta manera como
un proceso de reconversión productiva en el que los cultivos tradicionales dejarían de
ser sembrados, y cultivos como las frutas y hortalizas destinadas a la exportación
tomarían un dinamismo mayor que permitiría impulsar el desarrollo económico del
agro sonorense. Los cultivos con un alto valor agregado vendrían a darle a Sonora un
rostro distinto.
Un ejemplo de este cambio que muestra la articulación de las economías locales con
la mundial o global es el caso de las hortalizas y frutas para el caso de Sonora. Entre
1999 y 2004 la superficie sembrada de hortalizas pasó de 29 990 a 39 921 hectáreas,
más de 13 mil hectáreas, casi un 50% más para 2004 con respecto a 1999.
En cuanto a las frutas frescas, la de mayor importancia ha sido sin duda la uva
industrial y de mesa. Aunque la uva industrial recientemente ha perdido en Sonora el
interés de los agricultores debido a la sobreoferta en el mercado, la falta de
financiamiento, la incertidumbre y caída de los precios; así como una competencia
muy fuerte con los viñedos de Baja California que tienen mejores condiciones y
producen cerca del 90% de la producción a nivel nacional (Armenta: 2004:121). La
uva industrial se destina principalmente a cuatro sistemas productivos: uva pasa, jugo
concentrado, producción de aguardiente y vinos de mesa.
104
TABLA 4
SERIE HISTORICA DEL CULTIVO DE UVA INDUSTRIAL, SONORA
2000 -2010
En la tabla 4 se observa como desde el año 2000 han venido en decremento no sólo
la superficie destinada al cultivo de uva industrial, sino también los rendimientos, el
volumen y el valor de la producción.
Sin embargo, con respecto a la producción de uva de mesa (fruta fresca de consumo
directo en el hogar) la situación es diferente. La superficie sembrada de uva de mesa
en 1996 era de 10 mil hectáreas, en el ciclo 2003-2004 se elevó a casi 16 mil
hectáreas, representando un incremento de casi un 60%. Es sin duda este cultivo lo
que ha hecho que Sonora sea considerado el estado número uno en la producción de
uva de mesa del país.
Existen en Sonora al menos 4 variedades de uva de mesa que se puede decir son las
de mayor importancia para su cultivo y exportación: Perlette, Flame, Sugraone y Red
Globe. Cada una de éstas aparece según el orden de cosecha que se da casi siempre
a inicios de mayo y concluye al menos 40 días después.
105
Los principales destinos de exportación para este cultivo son Estados Unidos,
Canadá, Europa y recientemente Japón y España. Como se aprecia en las Tablas 5
y 6 la producción se destina desde 1998 a 2008 al mercado internacional.
TABLA 5
DESTINOS DE EXPORTACION DE UVA DE MESA, SEGÚN VARIEDAD DE UVA
(cajas) EN SONORA PARA EL AÑO 1998
TABLA 6
DESTINOS DE EXPORTACION DE UVA DE MESA, SEGÚN VARIEDAD DE UVA
(cajas) EN SONORA PARA EL AÑO 2008
Red
2008 Perlette Flame Sugraone Otras Total
Globe
Exportación a E.U.A./
2,439,902 7,061,929 5,589,182 640,707 459,197 16,190,917
Otros
Mercado Nacional 558,524 333,934 1,541,677 874,014 159,351 3,467,500
En las tablas anteriores se puede apreciar como cada una de las variedades de uva
de mesa sembradas en Sonora tiene una importancia muy relevante en el mercado
internacional, sobre todo para el de Estados Unidos. Los productores de uva de mesa
sonorenses han encontrado un nicho de mercado y un tiempo exacto en el que se
introduce esta uva a dicho mercado estadounidense. Entre los meses de mayo y junio,
28
Para consultar estos datos ver: www.aalpum.com.mx
106
la producción de uva de mesa chilena29 deja de enviar fruta a Estados Unidos, es en
este momento en el que la producción de uva sonorense logra introducirse de manera
exitosa. Entre los meses de mayo-junio en Estación Pesqueira la población aumenta
de 6 mil personas hasta 35 mil personas, según datos de las autoridades locales. Esta
explosión demográfica ocurre precisamente por la necesidad de mano de obra para
la cosecha inmediata de la producción de uva de mesa sonorense. Hay que resaltar
que la mayor parte de esta mano de obra es no sólo de gente llegada del “Sur” de
nuestro país, sino también en su mayoría de diversos grupos etnolingüísticos,
destacando Zapotecos, Triquis y Mixtecos.
La producción de uva de mesa de exportación varía según zonas, a continuación en
las Tablas 7 Y 8 se muestra la diferencia de estas zonas de producción de acuerdo a
los años 1998 y 2008.
TABLA 7
PRODUCCIÓN DE UVA DE MESA (cajas), SEGÚN ZONA DE PRODUCCIÓN EN
SONORA PARA EL AÑO 1998
1998 Hermosillo Caborca Total
Exportación a E.U.A. 7,826,816 2,921,318 10,748,134
Exportación a Canadá 370,380 - 370,380
Exportación a Europa 644,047 286380 930,427
Exportacion a Otros Paises 80,713 9493 90,206
Mercado Nacional 583,352 1123109 1,706,461
Totales 9,505,308 4,340,300 13,845,608
Fuente: aalpum, Sonora, 2012
TABLA 8
PRODUCCIÓN DE UVA DE MESA (cajas), SEGÚN ZONA DE PRODUCCIÓN EN
SONORA PARA EL AÑO 2008
29
Cabe recordar que según datos de la FAO y OMC, Chile es el principal productor de uva de mesa en el cono
sur junto con Sudáfrica y Australia.
107
La localidad de Estación Pesqueira, lugar donde se realizó la investigación, pertenece
al municipio de San Miguel de Horcasitas, a 30 minutos de la capital. Pesqueira queda
comprendida dentro de la zona del Distrito de Desarrollo Rural de Hermosillo. Son
básicamente Hermosillo y Estación Pesqueira los lugares donde se desarrolla la
producción de uva de mesa.
En las tablas anteriores queda por demás demostrado como la producción en la zona
de Hermosillo ha crecido de manera impresionante en tan sólo diez años. En este
tiempo ha pasado de 9, 505,308 cajas de uva de mesa en 1998 a 15, 089,697 cajas
para el año 2008. Para el año 2010 la producción de uva de mesa en esta zona no ha
disminuido. Según datos del SIAP-SAGARPA, la superficie de uva de mesa para el
año 2012, así como el valor de la producción y otros datos se muestran en la tabla
siguiente:
TABLA 9
PRODUCCIÓN DE UVA DE MESA, EN
SONORA PARA EL AÑO 2012
30
Entrevista realizada en mayo del 2014.
109
sur de México desde hace más de 15 años. Estas familias llegan a Estación Pesqueira
muy cerca de Hermosillo y se quedan a vivir, logrando ahora pertenecer a este lugar
y hacerlo suyo, la vida de estas familias no deja de estar ligada al cultivo de la uva de
mesa.
31
Consultarlo en: Revista Pueblos, de información y debate, N° 22, julio de 2006 www.revistapueblos.org
32
Ver el barómetro del turismo de la OMT.
110
El llamado “paraíso del ocio” como sustento de la economía capitalista mundial se
fortalece con los tratados de libre comercio y con las reformas estructurales en los
países que se ha tratado de implementar un neoliberalismo económico. Para el caso
de México las reformas al artículo 27 constitucional han sido un proceso muy
provechoso para las industrias inmobiliarias, como dice Buades (2006:41-42):
“…En un desarrollo paralelo al que experimentaron las Baleares hace 20 años, la próxima
frontera es la transferencia de inversión del sector turístico al de la construcción residencial,
donde la falta de control y la expectativa de beneficios se maximizan. Prueba de ello ha sido
la modificación de la Ley mexicana de Impuesto Sobre la Renta en 2004 para favorecer los
llamados “fideicomisos inmobiliarios” cobijados en el atractivo turístico…”
33
Datos tomados del artículo “Turismo, la globalización invisible de Joan Buades, Julio 2006.
111
ejemplo carreteras, aeropuertos, puertos navales, autopistas, centrales eléctricas,
plantas potabilizadoras de agua, etc. Todo esto para la expansión turística y a costa
de la inversión social (educación, alimentación, salud, vivienda, etc).
Una de las instituciones en nuestro país que realiza el fomento de la expansión del
turismo es FONATUR (Fondo Nacional de Fomento al Turismo) en el marco de la
Secretaría de Turismo (SECTUR). Las cifras en inversiones turísticas privadas
correspondientes al año 2010 las da la misma SECTUR. Para el año de 2009 la
inversión privada total en el sector turístico fue de 2,957.58 MDD (millones de dólares).
Mientras que para el año 2010 el total fue de 3,526.21 MDD. La mayor inversión,
según tipo de proyecto34, se realizó en el rubro de hospedaje con una inversión de
1,679.06 MDD junto con las inversiones turísticas inmobiliarias que alcanzaron para
este mismo año 1,148.21 MDD.Indiscutiblemente, la industria del turismo representa
efectivamente uno de los “procesos silenciosos de la Globalización”.
En este mismo sentido, otro dato interesante que plantea la SECTUR35 es que en el
período de enero-marzo del 2011 el número de turistas internacionales (tomando en
cuenta los turistas y excursionistas fronterizos) aumentó en un 0.5% con respecto al
mismo período en 2010. La mayor parte de los turistas internacionales son de Estados
Unidos, Canadá, España, Francia e Italia. Sin embargo, las divisas tuvieron una
disminución para el mismo período entre los mismos años, pasaron de ser 3,656 MDD
para el 2010 a 3,326 MDD en 2011. Disminuyeron también: el gasto promedio en
dólares, el número de cuartos ocupados, el número de vuelos y pasajeros nacionales
e internacionales, así como otros indicadores.
34
Los proyectos, según clasificación de la propia SECTUR serían: Hospedaje, Alimentos y Bebidas,
Esparcimiento, Servicios Complementarios e Inversiones Turísticas Inmobiliarias.
35
Ver Resultados de la actividad turística. Cifras preliminares, enero-marzo 2011. SECTUR www.sectur.gob.mx
112
En el año 2005 el huracán Wilma afectó a Cuba, México y la Costa este de Estados
Unidos. Por otro lado, ya desde el año 2006, se deja ver un proceso de recesión
económica en Estados Unidos, proceso que se presenta con mayor fuerza en el año
2008 afectando el poder adquisitivo de sus habitantes y por lo tanto su posibilidad de
viajar con frecuencia. En Agosto del 2007 el huracán Dean también afectó al turismo.
Aunado a lo anterior, hay que mencionar que la imagen y percepción del riesgo en la
zona fronteriza mexicana debido a los actos de violencia por parte del crimen
organizado y la llamada “guerra contra el narcotráfico”; así como, la dificultad de
acceso en algunos puntos de ella, forman parte de las condiciones que influyeron en
la disminución del flujo de visitantes hacia nuestro país. La epidemia del virus H1N1
(influenza) fue otro de los factores que en definitiva no solo pararon la inversión
privada turística, sino también, el desarrollo de esta industria en general, más aún en
México.
36
Ver revista SONARIDA pp. 29-43 año 10 N° 20 Julio-Diciembre 2005, Hermosillo, Sonora, México.
113
Bacochibampo” a través del proyecto Escalera Náutica enfocado a modernizar la
infraestructura náutica, aeroportuaria y carretera que impulsará el desarrollo turístico
de los Estados del Mar de Cortés y atraerá para el año 2010 más de cinco millones
de turistas y más de seis mil embarcaciones, pues “…Se calcula que la afluencia
turística en los cuatro estados que integran el megaproyecto tendría un crecimiento
37
de más del 800%...” ; además, Guaymas situó nuevos vuelos aéreos para
acrecentar el turismo y la captación de divisas, los destinos son: Hermosillo,
Chihuahua y Tucson en Arizona.
En el Golfo de Santa Clara también se impulsó el proyecto “Santa Clara Beach
Resort”; asimismo, está en funcionamiento el tren turístico de lujo “Tucson-Barranca
del Cobre”, igual que la ruta marítima entre los puertos: Guaymas, Santa Rosalía y
Baja California Sur. Según las cifras de la Secretaría de Turismo (SECTUR: 2008), del
total de visitantes que recibió México, en el año 2007, el 78.5% se concentró en la
región de la frontera norte, mientras que el 21.5% (19.8 millones) restante tuvo como
destino el resto del país.
37
Navarro Sandoval Roxana Berenice “La importancia del turismo en la economía sonorense” Pág. 32
38
Cifras oficiales de la Secretaría de Turismo del padrón nacional de proyectos de inversión, inversión privada
identificada en el sector turístico para los años de 1997-2010. Consultarlas en www.sectur.gob.mx
114
A su vez, el megaproyecto de la Escalera Náutica implementado e impulsado en el
gobierno de Vicente Fox consistía a grandes rasgos, según consta en el documento
básico de la SEMARNAT del 11 de Julio del 200139, en la promoción de un nuevo
producto turístico: el turismo náutico. Aprovechando lo existente y con un mínimo de
inversiones, se trataba de brindar una oferta integral de infraestructura y servicios de
apoyo náutico, carretero y aéreo, que permitieran a México captar el potencial
desarrollo del mercado náutico de la Costa Oeste de Estados Unidos. Estados como
Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa, lograrían el desarrollo regional
integral de al menos 13 municipios costeros. El municipio de Puerto Peñasco, en
Sonora, es uno de estos trece municipios costeros contemplados en dicho desarrollo.
Sin embargo en una nota reciente del periódico peninsular digital se escribe lo
siguiente con respecto al proyecto de la Escalera Náutica:
“…El mega proyecto turístico del siglo XXI, la Escalera Náutica iniciado con Vicente Fox, en
el que se contemplaba la creación de marinas que comunicarían a los estados de Baja
California Sur, Baja California, Sonora y Sinaloa a través del Mar de Cortés, fue cancelado y
puesto en venta por el actual presidente Felipe Calderón.
El proyecto se formalizó en 2001, en La Paz, Baja California Sur y de él se esperaba una
gran derrama económica para el noroeste resultado del turismo dada su cercanía
estratégica con el oeste estadounidense. Sin embargo, después de casi diez años el Fondo
Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) ha puesto en venta las nueve escalas creadas
con una inversión pública de 1,500 millones de pesos.
El proyecto planeado para concluir en 2025, sólo llegó a la primera etapa de construcción.
Las escalas ofertadas incluyen las de La Paz y Santa Rosalía, en Baja California Sur,
mismas que ya están en operación. En Baja California se subastarán las marinas de San
Felipe y de Santa Rosalillita; Puerto Peñasco y Guaymas, en Sonora; Mazatlán y
Topolobampo, en Sinaloa y San Blas en Nayarit.
El paquete portuario incluye superficies de tierra propiedad de FONATUR, infraestructura y
los bienes muebles destinados a la operación de cada una de las marinas privadas, las
instalaciones físicas de las estaciones de servicio para el suministro de combustible y la
transmisión de los derechos en zona federal de cada una de las escalas náuticas.
La subasta que hará el gobierno federal no podría pasar desapercibida en inversionistas
extranjeros y nacionales, entre lo que se encuentran el Grupo DOMOS, de José Luis
Azcúnaga; Promotora del Desarrollo de América Latina (IDEAL), que pertenece al Grupo
Carso de Carlos Slim; Performance Boats/JAR Estate, de Roberto Aboumrad Ayub; Grupo
Ferro Minero, de José Antonio Rivero Larrea; C&C Marine Services, de Francisco Coppel,
comprar u operar la escala náutica de Mazatlán, Sinaloa; Nautikos, del Reino Unido,
representada en México por Rodrigo Pidal; Grupo HOMEX, de Juan Carlos Torres Cisneros;
Luis Chico Pizarro, y Carlos León de la Barra…” 40
39
Ver www.semarnat.gob.mx
40
Nota periodística de Javier Cruz Aguirre del día 28 de enero del 2012. El Peninsular Digital.com periódico de
Baja California. Consultarlo en www.peninsulardigital.com
115
No cabe duda que el proyecto debido a la recesión económica en Estados Unidos vino
a detener las proyecciones que se tenían para esta región del noroeste de nuestro
país. Ya en las visitas de campo a Puerto Peñasco, logré ver como se habían
abandonado las construcciones de hoteles y zonas residenciales turísticas cercanas
a la playa. Los habitantes de la Colonia Obrera, colonia de asentamiento pluricultural
y donde se encuentran las familias Nahuas con las que trabajo en esta investigación,
fueron afectadas por esta crisis, ya que la mayor parte se dedica a la elaboración y
venta de artesanías destinadas a los turistas.
Las familias indígenas que llegan tanto a Puerto Peñasco como a Estación Pesqueira,
ambos lugares en el Estado de Sonora, siguen una serie de trayectorias que van
formando un ciclo migratorio. Por supuesto que cada trayectoria y ciclo seguido por
estas familias tienen características distintas, debido tanto al contexto de cada
industria (turística y agrícola) como por los procesos locales e históricos de los lugares
de origen.
Como se muestra en el mapa 1, las familias Nahuas inician sus trayectorias
migratorias saliendo del estado de Guerrero (estado donde se localizan las
comunidades a las que pertenecen) a partir de finales de los años sesenta, pero con
un mayor auge a partir de los años setenta. Son cuatro los lugares de donde provienen
estas familias: Ahuehuepan que son los que llegan primero, San Juan Tetelcingo,
Copalillo y Tlamacazapa; este último cercano a la ciudad de Taxco. Cada una de las
familias esta indudablemente ligada a la elaboración y venta de artesanías. A su vez,
estas familias no solo dependen de su actividad artesanal, sino que siguen vinculadas
a los ciclos agrícolas de sus lugares de origen y por supuesto a los ciclos rituales
vinculados con éstos.
En el libro “haciendo la lucha, arte y comercio Nahuas de Guerrero”, Catharine Good
Eshelman (1988) describe de una manera por demás interesante la relación histórica
de los pueblos Nahuas que se encuentran en la subregión del Balsas con el comercio,
principalmente, con el comercio de la sal desde los años 20´s y 30´s. Aunque en el
propio libro establece que en entrevistas realizadas en Ameyaltepec, los entrevistados
dijeron que dicho comercio era de hecho una actividad muy antigua.
116
Es a partir de la crisis del comercio de la sal en los años cuarenta, aproximadamente,
que las familias Nahuas buscan una serie de estrategias de reproducción para
solventar dicha crisis. El trabajo como jornaleros en la zafra o corte de caña en el
vecino estado de Morelos, el trabajo como cargadores de camiones o peones en
Iguala o Chilpancingo, como braceros en Estados Unidos o bien probando en la
siembra de ajonjolí, son algunas de las actividades y estrategias que emprenden
(Good: 1998:177-188).
Pasados los años noventa el puerto de Guaymas, en Sinaloa, y los Cabos San Lucas,
en Baja California; se fortalecen como zonas de turismo internacional. La llegada de
familias canadienses y norteamericanas, personas adultas de la tercera edad
(denominados snowbirds) que en temporada de invierno se internan a México para no
padecer las heladas en sus lugares de origen, dan pie a un crecimiento y expansión
de dichas ciudades.
117
Las familias Nahuas llegan de esta manera a otros “nuevos” destinos y dan inicio a la
construcción de redes familiares o de paisanaje (por barrios, localidad o subregión)
que brindan el piso firme para la construcción de plataformas comerciales desde
donde se ofrece su artesanía.
Puerto Peñasco no es la excepción en esta dinámica. El auge dado a este municipio
fronterizo y costero se muestra con una impresionante inversión en infraestructura
hotelera, de servicios, inmobiliaria y otras que hacen de Peñasco un destino
preferente. Su cercanía con Arizona lo hace la salida más cercana al mar (Mar de
Cortés) para los pobladores de este estado norteamericano. Cambia Peñasco su
tradicional economía basada en la pesca (sobre todo de camarón) a una economía
basada en el turismo y el negocio inmobiliario.
Las familias Nahuas llegan desde antes de 1995 a Peñasco para iniciar el camino ya
recorrido en otros puertos o zonas turísticas del noroeste mexicano. Como dice don
Juan Belén, originario de Tlamacazapa (pueblo Nahua del estado de Guerrero):
“..Todo eso hay paisanos míos, andan por Morelos, Puebla, Morelia…todo eso, bueno no hay
pueblo donde no haya paisanos míos… Yo aquí [Peñasco] yo llevo catorce años cuando yo
llegué ya había otros paisanos…”
IMAGEN 1
118
MAPA 1
119
“…aquí en al año 84, 1984, salimos allá de Coatecas, por la causa de que no llovía, no, no
ganábamos y mejor buscamos, pues, buscamos a ver dónde... Este andaba yo por Tapachula
Chiapas. A Tapachula en el año 74. Allí fuimos a corte de algodón. Pues antes ganando bien
poco pues, a 30 centavos el kilo de algodón, y le echamos ganas de sol a sol… de sol a sol y
ganábamos, ganaba yo como de 80 a 90 kilos de parece a razón de 30 c, muy poco lo que
se ganaba pues….es un, es un campo, mucha gente, mucha gente y mucho calor, uh, no
aguantaba yo, nomás aguanté como 2 meses, me regresé pa’ la casita. Y ahí busqué otra,
otro lugar, Salina Cruz, Salina Cruz Oaxaca, y ahí estuve trabajando de albañil, ganaba yo
$15 diarios. Como unos 3, 4 meses, si como 3, 4 meses y de ahí volví a otra casa y lo mismo,
ahí ganaba yo una feriecita, ajá $90 a la semana. Tapachula, después Salina Cruz. Después
fui México también. Anduve ahí fui ahí era, ahí aprendí de albañil, México, sí, si, a este,
Tlalpan, Tlalpan, Joya, yo conozco todo por ahí, San Pedro Mártir. Trabajamos este mercado,
mercado de abastos, y trabajamos Indios Verdes, cerca de donde está la villa de Guadalupe.
Ahí trabajé como 6 meses, o hasta más creo como 2 zafras estuve ahí, ahí si ganamos una
feria. Ahí trabajé de albañil en año 80, 81…. Ahí ganaba $1000 la semana. Yo mandaba dinero
a mi familia… Ajá, cuando terminaron las obras nos dijeron no pues ora si se terminó,
garramos y nos fuimos para el pueblo. Trabajamos con la yunta, pero vimos luego que no
llovía pues, no llovía, no llovía y no llovía, y la milpa ya está así mira, y compramos fertilizante
para echar la milpa, y no ira, no salió nada. Mejor vendí mi yunta, ¡vámonos! pa la Baja,
Sinaloa o Sonora, ahí hay trabajo, la gente de allá llegaban aquí y luego regresan y cuentan
que hay mucho trabajo en tal parte...” (Enrique, 2008)
120
información de paisanos o parientes. Aunque en algunas ocasiones también se migra
a otros lugares después de estar en Sinaloa como al estado de San Luis Potosí. A
pesar de que las rutas migratorias pueden ser desde Coatecas hacia Sinaloa y Baja
California, también existen otras vías que incorporan destinos como la Ciudad de
México, San Luis Potosí y Sonora u otros estados.
En el mapa 2 se presentan las rutas migratorias que siguieron los pobladores de
Coatecas desde los años setenta hasta los noventa y que continúan en la actualidad
hacia los Estados Unidos de Norteamérica.
MAPA 2
MIGRACION DE ZAPOTECOS DE COATECAS ALTAS A CHIAPAS, DISTRITO
FEDERAL, SINALOA Y SONORA, MÉXICO; ENTRE LOS AÑOS 70´S Y 90´S
ESTACION PESQUEIRA
121
En general, las condiciones del viaje y de los lugares a donde se llega son todas
historias de condiciones indignantes y de pocos servicios. Cada familia deja una
historia en particular, pero deja también un pueblo, una identidad y llega a lugares en
los que el “inicio” es de bastante sufrimiento. No hay luz, agua, no tienen un lugar
donde cocinar, llegan a conseguir trabajo y mientras tanto duermen en las plazas
públicas; aun consiguiendo trabajo, los campamentos son también en esas fechas y
hasta ahora indignantes.
Baños comunes con poca higiene, venta de alcohol sin control, violencia intrafamiliar,
enfermedades, falta de seguridad social, jornadas extra de trabajo, salarios muy bajos,
maltrato, discriminación, etc. A pesar de todo esto, las familias zapotecas llegadas de
Coatecas, logran establecerse en un primer momento en los campamentos instalados
por los dueños de los ranchos para la gente migrante llegada del sur; después, en
otro momento, logran iniciar la compra de sus lotes donde poco a poco construyen su
casa.
122
• La posibilidad de adquirir lotes o predios donde poder construir sus casas o
algún negocio que por lo general es una tienda de abarrotes
• El inicio de festividades vinculadas al ámbito religioso como las posadas, el
nacimiento de Jesucristo, la fiesta de la Candelaria, el día de muertos
• Uno de los más importantes es la celebración a Santos patrones, Vírgenes o
bien otra deidad sagrada que desde los lugares de origen se portan y que ahora
se instalan como “llegados” a un nuevo lugar con su pueblo (San Juan
Evangelista, Virgen de Juquila, Virgen de Guadalupe, Cristo del tercer viernes,
Santa Cruz)
• El nacimiento de una y hasta dos generaciones producto de los casamientos
entre familias indígenas de distintos grupos etnolingüísticos o bien entre
familias indígenas del “sur” con familias mestizas de Sonora
• La continua frecuencia con la que se recorren lugares como “la playa”, “nuestra
colonia”, los “campos agrícolas”, “el cerro de medio camino”
Para el caso de las familias Nahuas que llegan a mediados de los años ochenta al
municipio costero de Puerto Peñasco, la construcción de un lugar propio se inicia con
la “toma” de tierras en una colonia en la que el metro cuadrado se encuentra muy por
123
debajo de los costos del suelo costero. El metro cuadrado hace 22 años les costó
entre 100 y 200 pesos, por lo que comprar un lote de cien o ciento veinte metros
cuadrados representaba un gasto no muy grande, debido a las buenas ventas que
para ese entonces se tenían. La venta promedio de una familia de artesanos era de
entre 100 y 300 dólares diarios, esto en el período entre 1988 y 1990, cuando Peñasco
representó junto con Mazatlán, Guaymas, Rosarito y Cabo San Lucas, los “nuevos”
destinos turísticos de Playa y Sol en el noroeste mexicano.
Una vez asentadas las familias en estos lotes que lograron comprar, el siguiente paso
en la apropiación de sus lugares fue la lucha por los servicios públicos y por la
construcción de una zona de venta de artesanías que es prácticamente la puerta de
entrada a Sandy Beach, lugar residencial de personas norteamericanas y
canadienses.
Sin embargo, el lugar de asentamiento, la colonia obrera, no se pobló de manera
desordenada. El orden en el establecimiento tiene que ver con una localización
espacial de cada una de las familias Nahuas, según el lugar de origen. Las familias
Nahuas llegadas del pueblo de Tlamacazapa se localizan justo detrás de la avenida
de las artesanías, la que lleva a Sandy Beach. La mayor parte de las familias se
concentraron en tres manzanas y lograron colocar como centro de su localización a
una Cruz, la cual celebran cada 2 y 3 de mayo desde hace ya más de 20 años.
Por otro lado, las familias llegadas del pueblo de Ahuehuepan y de San Juan
Tetelcingo, ambos vecinos en el estado de Guerrero, concentraron sus lotes y casas
cercanos al Centro de Desarrollo Comunitario. La mayor parte de estas familias son
las que elaboran en sus casas-taller las artesanías en yeso que se venden en los
locales comerciales y en la playa de Puerto Peñasco. Algo muy particular en la historia
de estas familias es también la celebración que inicia de las posadas. Cada año, desde
hace más de 18 años las familias de ambos pueblos rescatan una tradición que les
permite dar inicio a la convivencia cultural en la colonia. La mayor parte de las familias
Nahuas de Ahuehuepan y San Juan Tetelcingo forman comités para organizar las
posadas y la celebración a la Virgen de Guadalupe. En esta celebración se organiza
cada familia para recibir a los peregrinos. La representación de la peregrinación es un
performance que permite a los pobladores recorrer las calles de la colonia y visitar las
casas donde se localizan los hogares de las familias Nahuas de ambos pueblos. Este
124
recorrido es una delimitación espacial, pero también sociocultural, para dar a saber al
resto de los habitantes quiénes son estas familias, de donde vienen y además, donde
se encuentran localizadas en Peñasco. Las posadas y la celebración a la Virgen de
Guadalupe, son el inicio de una organización social de las familias de estos pueblos
que poco a poco a partir de estas festividades van construyendo un consenso que
desemboca también en la celebración a la Santa Cruz.
En el quinto capítulo voy a describir de manera más detallada la celebración a la Santa
Cruz de cada grupo etnolingüístico. Solo mencionar que las familias de Ahuehuepan,
según entrevistados, inician un ritual hace 18 años, consistente en subir a un cerro
que denominan el Cerro de Medio Camino. Este Cerro está localizado a 50 kilómetros
de distancia de Puerto Peñasco y en el camino que lleva a Sonoyta, frontera con
Arizona en Estados Unidos. La celebración a la Santa Cruz en este cerro se realiza el
primero de mayo, se llevan ofrendas y se pide sobre todo por las buenas ventas. Es
muy interesante saber que muchos turistas norteamericanos celebran el día 5 de
mayo en Peñasco y esto da inicio a un período de tiempo de ventas (mayo, semana
santa, verano, vacaciones de fin de año). Si bien no hay bendición de semillas o
pedimento de lluvias ligado al ciclo agrícola y ritual del cultivo de maíz, el tiempo ritual
se adapta en un lugar especial (cerro de medio camino) para iniciar el período de
ventas, bendecido por la Santa Cruz.
Las familias de San Juan Tetelcingo asistían hasta el año 2010 al cerro de medio
camino junto con las familias de Ahuehuepan, solo que se dio un conflicto con los
ejidatarios propietarios de los terrenos donde se hacían los rituales y se llevaban
ofrendas a la Santa Cruz. Debido a lo anterior las familias de San Juan deciden
construir en la colonia obrera una capilla (capilla de la Sagrada Familia) punto o
“centro” que articula a sus familias.
Las familias de Copalillo, a pesar de tener una relación cercana con las de San Juan
y Ahuehuepan, la mayor parte de ellas han dejado el catolicismo y ahora se reúnen
en dos templos cristianos. Ellos no celebran a los santos o a la Virgen, tampoco a la
Santa Cruz. La mayor relación con las familias de otros pueblos está dada por las
estrategias comerciales de sus artesanías y por otro espacio de vida llamado “la
playa”.
De esta manera, para las familias Nahuas llegadas de estos cuatro pueblos, Puerto
Peñasco representa hace 20 años un lugar de oportunidad para la venta de
artesanías. Sin embargo, poco a poco cada lugar, principalmente la colonia obrera, se
125
convierte en un lugar no sólo de asentamiento sino en un espacio de vida y vivido, que
genera en sus prácticas de identidad su pertenencia socio territorial, se convierte así
en lo que denomino asen-timientos.
La historia de las familias Zapotecas y Triquis asentadas en Estación Pesqueira, tiene
algunas semejanzas con las familias Nahuas de Peñasco. El contexto por supuesto
cambia debido a que los ciclos agrícolas de producción de uva son diferentes a los del
turismo. Sin embargo es interesante reconstruir de manera general el proceso de
apropiación de Pesqueira.
La llegada de las familias Zapotecas y Triquis a Pesqueira se encuentra en el marco
de un circuito migratorio hacia el noroeste mexicano que inicia en Sinaloa (Mazatlán,
Culiacán, otros), Baja California (Valle San Quintín, La Paz, Tijuana, otros) para
después llegar a Sonora (Guaymas, Costa de Hermosillo, Caborca, Pesqueira). Se
incluyen por supuesto otros lugares-destino en estados como San Luis Potosí,
Chihuahua, Tamaulipas y, por supuesto, Estados Unidos.
La llegada a Estación Pesqueira se da a finales de los años ochenta del siglo veinte.
Las primeras familias viajan a Pesqueira debido a que se enteran por paisanos u otros
migrantes de la producción de uva y de los mejores precios en el pago de los jornales
durante la cosecha (mayo-junio). Entre 100 y 120 pesos diarios se ganaba en aquel
entonces, un pago mucho mejor a los 80 y 90 pesos diarios que se ofrecían en Sinaloa
por el corte de verdura (jitomate, pimiento morrón, pepino, etc.).
Cuando llegan las primeras familias, viven una situación muy difícil debido a las
dificultades para hablar el español y de conseguir un lugar para vivir. Los nativos
sonorenses radicados en Estación Pesqueira empiezan a ver a la gente llegada de
otros lugares y que hablaban un “idioma” distinto como fuereños o llamados también
“guachos”41. La producción y abundante cosecha de uva destinada al mercado
estadounidense generó una gran demanda de mano de obra jornalera que poco a
poco fue cubierta por las familias indígenas llegadas del sur de nuestro país
(principalmente de Oaxaca). Estas familias Zapotecas y Triquis llegadas de Oaxaca
inician su establecimiento en Pesqueira cuando los ejidatarios de Pesqueira inician la
renta y venta de sus tierras. Los lotes que se ofrecen y el buen pago por los jornales
que se tienen en este momento (principios de los 90´s) les permiten a las familias
comprar poco a poco un lote o bien hasta construir sus casas.
41
Término local para denominar a las personas no nacidas en Sonora, sean mestizas o indígenas.
126
Las familias recién llegadas en realidad pasan por un proceso de asentamiento en el
que algunas se instalan primero en los campos agrícolas y allí viven mientras se
realiza la cosecha; otras llegan directamente a la localidad de Estación Pesqueira y
se quedan en un principio en plazas públicas o sucedió también que algunas personas
empiezan a darles un lugar en sus patios; con el paso del tiempo las familias mestizas
instalan cuartos (cuarterías) que se rentan para que se queden con sus familias y
ocupen agua, letrinas y dormitorios por un pago semanal. Todas estas familias van
viviendo el ritmo de trabajo, del cultivo y de la misma localidad de manera que logran
sentirse al cabo de dos a tres años, parte del lugar.
Una vez que se dan las condiciones necesarias para que los ejidatarios inicien la
lotificación y la venta de los mismos, las familias hasta entonces de migrantes
comienzan a adquirir predios y comienzan la construcción de sus casas. Es muy
representativo, incluso para este trabajo, como la mayor parte de la localidad se
encuentra compuesta por secciones de casas en donde se han ubicado las familias
Zapotecas, a diferencia de las Triquis, pero a su vez, en Pesqueira se tiene clara la
ubicación de las calles y secciones donde viven “los oaxacos”42 y la ubicación de las
ya ahora pocas familias mestizas nativas sonorenses.
e
Termino utilizado por las familias mestizas nativas de Sonora para nombrar a las familias llegadas del sur de
nuestro país, sin distinción del grupo etnolingüístico al cual pertenecen.
127
IMAGEN 2
128
El paso mayor de estas celebraciones a una de dimensiones definitivas que marca la
pauta en el proceso de apropiación y de apego socio territorial es la celebración del
Santo Patrón de las familias Zapotecas de Coatecas Altas, este santo es San Juan
Evangelista. La llegada de una imagen muy clara del santo a fines del año 2010,
imagen traída desde el lugar de origen y que se ve envuelta en una serie de mitos,
logra fincar las bases definitivas de la identidad étnica Zapoteca en Estación
Pesqueira. La imagen es traída desde Oaxaca por una familia de migrantes que van
con rumbo a Estados Unidos. La imagen es descubierta por doña María Natividad,
una de las personas más ancianas en Pesqueira, quien decide organizarle la fiesta al
santo patrón. Lo interesante es que manda a construir en el “centro” de la zona
habitada por las familias indígenas tanto Zapotecas como Triquis, en un lote suyo, una
capilla dedicada a San Juan Evangelista. Platica Doña María que sólo hay dos
imágenes claritas del santo, una en Pesqueira y otra en Madera, California en Estados
Unidos.
Esta característica de la imagen motiva a la organización de las familias quienes
deciden, en noviembre 27, 28 y 29 del año 2010, celebrar la fiesta patronal en Sonora.
Algo muy interesante es un recorrido que hacen todos los invitados a la fiesta
(peregrinación llamada “la Calenda”) que marca, delimita el territorio Zapoteco en
Pesqueira. Sin embargo, hay paradas o estaciones del santo en casas de familias
mestizas sonorenses, lo cual habla de una especie de consenso simbólico propiciado
por el santo. Después de 22 años de habitar en Estación Pesqueira, las familias
Zapotecas y Triquis han iniciado ya la construcción de sus asentimientos.
129
CAPITULO V
MAPA 3
LOCALIZACIÓN DE PUERTO PEÑASCO, SONORA, MÉXICO
Fuente: www.puertopenazco.blogdiario.com
130
Las principales ciudades del municipio son su cabecera municipal y La Cholla, este
último es un lugar en donde se encuentran diversos complejos de desarrollo turístico
inmobiliario. Con sus 5,653.29 Km2 Peñasco representa uno de los ejemplos a nivel
nacional de potencialidad y oportunidades para el desarrollo de la industria turística y
la reactivación de la que fuera la fuente de ingresos más importante en Puerto
Peñasco: La pesca.
A 4 ½ horas de distancia de la capital de Sonora, Peñasco hasta hace 3 años se
perfilaba como el centro turístico más importante de la llamada Escalera Náutica e
incluso de la región Norte.
Aun cuando Peñasco ya cuenta con un aeropuerto con algunos vuelos chárter hacia
Phoenix, en la actualidad se construye un aeropuerto internacional que permitirá
ampliar la red de destinos y el número de vuelos al mundo. Con esta obra se plasma
la visión de hacer de este municipio un proyecto que a largo plazo se coloque como
uno de los destinos favoritos a nivel internacional.
IMAGEN 3
131
El acceso hacia Peñasco se logra también por vías terrestres como la carretera federal
San Luis Río Colorado- Sonoyta, la carretera Sonoyta-Puerto Peñasco y existe una
vía que enlaza a Puerto Peñasco de manera indirecta con Estados Unidos que es la
vía US Hwy 85. Cabe mencionarse que durante la estancia en el trabajo de campo en
el municipio logré observar por los medios locales de comunicación la inauguración
de la carretera costera que une a Puerto Peñasco con Guaymas en una extensión de
600 kms en total.
Su clima, sus playas, flora y fauna local, así como las reservas de la biosfera cercanas
a Peñasco como “el Pinacate y Gran Desierto de Altar” y la del “Alto Golfo de
California” son características por demás atractivas a los turistas, principalmente a los
llamados “pájaros de la nieve”43 que se instalan por temporadas en los diversos
lugares existentes para sus casas rodantes.
Según la información oficial registrada en el Plan Municipal de Desarrollo (2007-2009),
los asentamientos históricos de población en estas tierras datan de más de 30 mil
años. Grupos nómadas como los Malpaís, San Dieguito, y grupos pertenecientes a
las culturas llamadas Pinacateñas-Areneñas, forman parte de la población que
históricamente se encontraba por estos lugares. En la actualidad el grupo de los
Tohono O’odham (pápagos) son los que mantienen su lengua y tradiciones, así como
su territorio que está dividido entre México y Estados Unidos.
En entrevista realizada al cronista del Puerto el Señor Amaranto Celaya (2009), nos
mencionó que es en los años veinte cuando dan inicio algunos asentamientos en lo
que ahora es Puerto Peñasco. La principal fuente de atracción para la población que
se empezaba a establecer era la gran cantidad de Totoaba, pez que abundaba antes
en los ríos y arroyos cercanos a Peñasco, además este pez era muy preciado por su
abundante y rica carne. En la actualidad ya no hay gran cantidad de este pez y su
escasez se debe básicamente a su sobreexplotación y al deterioro de su hábitat.
Las personas de Estados Unidos conocieron a Puerto Peñasco por el establecimiento
de un hotel llamado el “Marine Club” (ahora llamado hotel de piedra) que según la
historia oral servía de refugio a diversos personajes de la mafia en los años de Al
Capone. Para ese tiempo, ya en los años cuarenta, para los Estadounidenses Puerto
43
Personas de la tercera edad llegadas de Estados Unidos y Canadá que residen de manera temporal cuando en sus
lugares de origen se encuentra en su apogeo la época invernal. Este tipo de turismo es uno de los más antiguos en
Puerto Peñasco.
132
Peñasco era conocido como Rocky Point. Otra de las historias alrededor de la
conformación del municipio es la que cuenta que Puerto Peñasco funcionaría como
salida al mar para el ejército de Estados Unidos durante la segunda guerra mundial,
debido a que este paso representaba un enorme apoyo para poder vigilar a los
japoneses por vía marítima.
En años recientes y según las cifras del Censo 2005 de Población y Vivienda del
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), Peñasco cuenta con
una población de 44, 875 habitantes representando el 1.9% del total de la población
para el Estado.
Según el Plan de Desarrollo Municipal (2007-2009) la población que no tenía su
residencia en la ciudad de Peñasco representa un 10% a comparación del 2.8% a
nivel estatal; esto marca la gran importancia de la estancia y proceso de asentamiento
de la población inmigrante en el municipio a partir del año 2000. Este aumento en la
población y además este fuerte proceso de asentamiento en el territorio municipal de
Peñasco se debe principalmente al desarrollo en la inversión turística, lo que generó
empleos hasta antes de la recesión económica en el país vecino.
La población ocupada en el sector terciario representa, en la localidad de Peñasco, el
62% con respecto al resto de las actividades económicas. Son el comercio, los
servicios inmobiliarios y el turismo, las actividades más importantes en las que se
ocupa la población económicamente activa, respectivamente. Es sin duda el turismo
la actividad económica con mayor dinamismo y potencialidad en Puerto Peñasco, a
pesar del contexto global de recesión económica y de la alerta sanitaria, el turismo
representa un futuro provechoso.
133
turismo es la oferta de espacios (trayler park) con todos los servicios para los
norteamericanos que viajan en automóvil. Sin embargo, mucho del desarrollo turístico
todavía se encuentra en proyecto, en 20 kilómetros de playa de la zona de Sandy
Beach existen 32 proyectos de condominios de lujo o viviendas de segunda residencia
que implican una inversión de 1200 millones de dólares. Asimismo se proyectan 35
hoteles de 3 a 5 estrellas en las zonas de Sandy Beach, Las Conchas y La Pinta.
Según los datos del censo de población y vivienda 2000 del INEGI, en el municipio de
Puerto Peñasco existen 403 personas hablantes de alguna lengua indígena en total;
de las cuales 140 hablan el náhuatl, 56 el mixteco, 20 el yaqui, 15 el zapoteco; 11 el
tarahumara, 10 el mayo, 9 purépecha, 6 coras, 5 Maya, 4 pápago, 2 huichol, 1
mazahua, 1 tlapaneco, 1 huasteco, 1 tzotzil, 1 chontal, 1 otra lengua, y hay 119 casos
reportados como no especificados.
Estos datos hablan por demás de la diversidad cultural establecida en este municipio
y que seguramente, aunque ahora se plantee solo como hipótesis, esta población
llegó a este lugar por la oferta de trabajo existente en el sector turístico. Los principales
estados de la república donde nacieron estas personas son: Baja California, Guerrero,
Oaxaca, Sinaloa y Sonora. Cabe destacar que el grupo étnico de mayor presencia son
los hablantes del nahuatl y que en su mayoría nacieron en Guerrero (124 personas
reportadas según el propio censo 2000 del INEGI). Durante la estancia en el trabajo
de campo para esta investigación me percaté de que efectivamente en la Colonia
Obrera, sitio electo para realizar la etnografía, la mayor parte de los habitantes,
hablantes de lengua indígena, pertenecen al grupo étnico Nahua y son provenientes
de la sub-región del Balsas; de pueblos como San Juan Tetelcingo, Maxela,
Ahuehuepan, así como de Copalillo y Tlamacazapa. Pueblos dedicados en su mayoría
a la siembra del maíz y a la elaboración de artesanía. Esto explica la conexión de su
asentamiento en Puerto Peñasco, lugar donde el turismo, sobre todo extranjero,
compra los “curios” o artesanías elaboradas por la gente Nahua de Guerrero,
principalmente.
Como se mencionaba anteriormente Puerto Peñasco surge como el nuevo centro
turístico del país y el lugar ideal para invertir en bienes raíces. Grandes y pequeños
empresarios vuelven su mirada hacia esta costa marítima del Desierto de Altar que en
134
gran medida posee terrenos federales y ejidales, y resulta ser zona virgen para los
negocios y particularmente para la actividad turística. Los estados de mayor demanda
son Arizona, Nuevo México y California.
Es importante recordar que hasta 1992 con la Nueva Ley Agraria, las tierras ejidales
no podían ser vendidas ni rentadas; sin embargo, a partir de su regularización donde
los ejidatarios obtienen títulos de propiedad, en Puerto Peñasco se ofertan superficies
destinadas a la actividad turística principalmente en detrimento de la demanda de
suelo urbano en la ciudad.
En este contexto tampoco extraña que no se haya contado con un programa de
vivienda social en un municipio que creció al 7.34% en 2005 y que las condiciones de
vida actualmente no sean acordes a un centro turístico de las dimensiones que se
proyecta. Me refiero al crecimiento desordenado de asentamientos humanos
irregulares por la escasa oferta de lotes y vivienda de parte del gobierno municipal a
importantes movimientos de la población inmigrante que llegaron a formar parte de la
fuerza laboral de la industria de la construcción. Así se formaron las colonias Nueva
Esperanza, Obrera, y López Portillo al norte de la ciudad; y así también empezó a
dibujarse un mosaico diferenciado del territorio entre el centro urbano original y los
nuevos asentamientos turísticos de la franja costera que algunos autores denominan
ciudad dual. Borja y Castells aluden a ésta específicamente cuando existe división
social en una ciudad polarizada, excluyente y segmentada. (Borja y Castells, 2001,
59-67).
Este fenómeno sugiere un mercado segmentado de tierras donde los precios
se elevaron muy considerablemente y donde las estrategias de planeación municipal
actuaron con discreción para estimar dichas tierras como fuente principal del banco
de reserva territorial; es hasta 2005 cuando el suelo urbano se agotó y el Plan
Municipal de Desarrollo Urbano y Turístico de Puerto Peñasco sugirió que los ejidos
San Rafael y Las Lágrimas fueran objeto de expropiaciones concertadas para
incrementar dicho banco de reserva.
Aunque forjada desde los años treinta, su crecimiento desordenado ha obedecido a
prácticas sociales y gubernamentales ausentes de la dirección de una política urbana
y principalmente a una política municipal de vivienda efectiva y sistemática. Los casos
de las colonias Nuevo Peñasco y San Rafael, la primera recientemente regularizada,
y la segunda, en proceso de regularización, son los ejemplos más recientes de los
asentamientos humanos irregulares en la periferia.
135
Una alta tasa de crecimiento poblacional de 7.34% registrada por INEGI en 2005, haría
suponer el boom de la industria de la construcción de vivienda social, lo cual no fue
así; si bien es cierto que la ciudad creció con nuevos fraccionamientos urbanos como
Brisas del Golfo y Nueva Aurora, también lo es que hubo otra área de mayor
afluencia en la dirección oriente de la ciudad; las emergentes colonias Nuevo Peñasco
y San Rafael.
La primera, un asentamiento humano irregular, inició su desarrollo en terrenos
federales que el municipio ha terminado por regularizar paulatinamente aunque no
ofrezca programas de vivienda social, servicios públicos municipales ni infraestructura
urbana. Se trata de una superficie de aproximadamente 3 hectáreas habitada por 200
familias que moran en viviendas de calidad precaria (cartón y lámina), calles de
terracería, abundantes baldíos, escasos comercios y nulas áreas de recreación. Las
condiciones de vida son muy malas debido a la falta de servicios básicos como agua,
luz, y drenaje. Las cuales suplen con conexiones ilegales a los postes de la Comisión
Federal de Electricidad, así como la entrega de agua por pipas de parte del
ayuntamiento, y las letrinas particulares; es de hacerse notar los arroyos de aguas
negras que salen de las viviendas hacia la calle formando bordes y hoyos peligrosos
para los peatones y carros que transitan por el lugar.
La dotación del ejido San Rafael es una dotación muy reciente, bastante generosa
para un número reducido de solicitantes, y con una posición envidiable en la periferia
oriente de la mancha urbana; colinda en sus extremos con dos rutas importantes: en
el extremo poniente con la carretera de Peñasco-Sonoyta, y en el extremo oriente con
la carretera Peñasco-Caborca. Todavía más, su terreno se extiende hasta la orilla
costera del Estero de Morúa, una zona turística exclusiva.
El ejido Las Lágrimas, otro de los ejidos colindantes a la mancha urbana, también
saltó al escenario principal debido a que es considerado en el PMDUT-PP como un
ente factible de vender suelo rural en el mercado de tierras del gran turismo. Las
autoridades municipales, por su parte, consiguieron convenir con las autoridades
ejidales la donación de 800 hectáreas para la reserva territorial aunque más tarde se
confirmaría su incremento en 3000 hectáreas desincorporadas en tres etapas de 1000
hectáreas cada una donde el 50% de las ganancias son para el ayuntamiento y el
resto es para los ejidatarios. Se asegura que la tercera etapa, donde el acuerdo inicial
136
era del 10% para el ayuntamiento, aumentó al 50% debido a las gestiones de la
síndico en turno. (II Informe de gobierno municipal de Puerto Peñasco, 15 de
septiembre de 2005 y Acta No. 2 de Cabildo, 20 de octubre de 2006).
Actualmente el espacio físico que ocupa la mancha urbana es de 1630
hectáreas y hasta 2007 el gobierno municipal solicitó la desincorporación de 300
hectáreas ejidales para fines de reserva territorial. Asimismo, la colonia San Rafael
que tampoco cuenta con los servicios públicos municipales se ha expandido por la
promoción de lotes vía ayuntamiento. Particularmente, se trata de una superficie de
396 hectáreas expropiadas por el gobierno municipal al ejido San Rafael con el
objetivo de agregarlas a la reserva territorial de la ciudad.
En este contexto de crecimiento urbano es donde se asienta la población de
migrantes, personas provenientes de varias partes del país, que llegan a emplearse
en la construcción y los servicios orientados al turismo. Este segmento poblacional de
bajos ingresos no tiene acceso a una vivienda digna con los servicios necesarios, por
lo que en los últimos tiempos en la zona urbana predominan las invasiones de predios
en los que se establecen estos nuevos pobladores y sus familias, en condiciones de
vida insalubres.
137
El siguiente patrón de asentamiento en la colonia se dio cuando, al inicio de los
ochenta, la gente llegada del “sur” inició con la toma de tierras (invasión) de lo que
llaman el “camino a la Choya”, ahora calle 32. Como era un paso obligatorio para llegar
a las zonas hoteleras, los vecinos de la colonia obrera iniciaron la pavimentación y
construcción de locales comerciales donde tienen concentrada la mayor parte de la
artesanía que ofrecen a los turistas.
El mercado de artesanías llegó a ser tan bueno, que muchas familias lograron
establecerse sin problema, solventar sus gastos de manutención e incluso enviar
dinero a las familias o integrantes de la familia que dejaron en sus pueblos.
Como dice Lara (2008: 140-141): “…Hace no menos de 26 años, la Confederación de
Trabajadores de México (CTM) inició el reparto y regularización de solares en el costado norte
de la vía. Si bien las familias locales ocuparon una buena parte de esta área, la colonia creció
con los obreros afiliados a este organismo. En reconocimiento a la gestión, el nuevo
asentamiento se bautizó como Colonia Obrera…”
MAPA 4
LOCALIZACIÓN DE LA COLONIA OBRERA, MPIO. DE PUERTO PEÑASCO,
SONORA, MÉXICO
138
El mapa anterior muestra como la colonia obrera colinda con la colonia ferrocarrilera,
la calle Dimas Noriega y el antiguo camino a la Choya. Entre estas calles se
construyeron las primeras casas de las familias mestizas de pescadores. A finales de
los ochenta el dueño de los terrenos, el señor Brown (llegado del estado de
Chihuahua) ofreció cambiar de lugar las viviendas para la construcción del Boulevard
(Lara: 2008: 141), sin embargo, las familias se negaron debido a la función que tenían
los lotes como talleres-casa y además como tienda hacia el frente, justo en el camino
hacia Sandy Beach.
Con el afluente de turistas y el descenso de la pesca, las familias de pescadores
fueron dejando la colonia. Las familias indígenas de artesanos comenzaron entonces
un proceso de asentamiento en esta zona que se consideraba “estratégica” debido a
su cercanía a la zona de playa. Al final, en el año 2000, siete familias de las que mayor
tiempo tenían de establecidas en la colonia gestionaron, ante los propietarios (el señor
Brown y el complejo turístico “las Palomas Resort”) y el municipio, un programa de
indemnización para 200 solares urbanos en lo que sería la ampliación de la colonia
Obrera (Lara: 2008: 142).
44
Los cálculos de población por AGEB´s se hicieron por la oficina local del INEGI en Hermosillo, Sonora, para
esta investigación. Dichos cálculos consideraron cinco AGEB´s (2433, 2490, 2503, 2804 y 2931) que conforman
el espacio urbano de la colonia.
139
TABLA 10
POBLACIÓN TOTAL Y POR SEXO,COLONIA OBRERA, PUERTO PEÑASCO
Población Población
Población total
masculina femenina
169 84 85
1075 559 516
1742 929 813
195 97 98
44 21 23
3225 1690 1535
TABLA 11
POBLACIÓN TOTAL, MASCULINA Y FEMENINA, DE 3 AÑOS Y MÁS, QUE
HABLA ALGUNA LENGUA INDÍGENA, COLONIA OBRERA, PUERTO PEÑASCO
Población Población
Población de 3
masculina de 3 femenina de 3
años y más que
años y más que años y más que
habla alguna
habla alguna habla alguna
lengua indígena
lengua indígena lengua indígena
18 11 7
46 21 25
240 131 109
46 27 19
14 8 6
364 198 166
140
A los datos anteriores hay que agregar que el INEGI (2011) calcula una población total
en hogares censales indígenas de 585 personas, dato que rebasa a las personas
consideradas indígenas solo por el criterio de la condición de hablante de alguna
lengua y la edad.
Del total de la población indígena en la colonia obrera un 47% nació en Guerreo, 13%
en Oaxaca y 32% ya son nacidos en Sonora (Lara: 2008: 159). Según Lara (2008:159-
160) del total de la población indígena asentada en la colonia obrera, hasta un 77%
son hablantes del náhuatl y 23% mixtecos. La principal razón por la cual llegaron estas
familias indígenas a Puerto Peñasco es la falta de empleo en sus lugares de origen y
la mayor parte de los que se dedican a la elaboración y venta de artesanías (57%)
pasaron al menos a un lugar antes de llegar a Peñasco (Lara: 2008: 161). Existen
otras razones para migrar como violencia en sus comunidades, falta de tierras,
problemas familiares, etc. En este mismo trabajo, Lara (2008:161) muestra que hasta
un 40% de las familias se dedican a la elaboración y venta de artesanía y la mayor
parte son Nahuas del estado de Guerrero.
141
“…ah pues como unos cincuenta, paisanos que son de mi pueblo y otros paisanos que son
de otro pueblo, así que si ay mucha gente pero ya los que quedan allá son puros mayores,
ya los muchachos todos están por acá o para el otro lado…”
Son varios los destinos que forman la ruta migratoria de la venta de artesanías. Inicia
con el proceso de elaboración de las mismas en los pueblos de la sub- región del
Balsas en el estado de Guerrero, sigue la ruta en Cuernavaca, Morelos, pasa por la
Ciudad de México, continúa hacia Jalisco, Sinaloa y llega a Sonora:
“…Como dos años me fue bien, pero empezaron, estaban viendo que yo iba a vender ahí y
este, llegaron ellos y empezaron a llevar la misma mercancía pues…paisanos míos y de ahí
pues me salí, me vine para Guadalajara y de Guadalajara me fui a Zihuatanejo un año,no, lo
que pasa es que yo me trajo un señor este, que era de México pues, este el que me contrato
este, le estaba yo entregando este, muchos papeles amates, son cuadritos y este, entregue
como un año, le estuve entregando y entonces me fui a Guadalajara y entonces “¿sabes
qué?, si me quieres entregar mercancía llévame a Guadalajara” y le dije que si, enton’s yo
estaba viniendo a entregar a Guadalajara y cuando me dijo que ya se había cerrado el
contrato, este de la mercancía, me regrese otra vez para Zihuatanejo, estuve un año y de
Zihuatanejo brinque a Puerto Vallarta…”
La mayoría de los artesanos y familias que radican en la Colonia Obrera son familias
provenientes de pueblos como Ahuehuepan, San Juan Tetelcingo, Copalillo o
Tlamacazapa, que tomaron como destino final el puerto de Peñasco, en Sonora. Las
artesanías que elaboran son hechas en yeso, concha de mar y bisutería. Existe una
primera distinción en este sentido, ya que los que se dedican principalmente a la
elaboración de artesanía son las familias de Ahuehuepan y San Juan Tetelcingo,
mientras que los de Copalillo y Tlamacazapa se dedican al comercio. En el caso de
los de Tlamacazapa, se distinguen por la venta de plata, ya que desde su pueblo de
origen ellos se han especializado en la venta de esta artesanía debido a su cercanía
con la ciudad de Taxco.
Al inicio de los noventa y con el auge del Tratado de Libre Comercio con América del
Norte (TLCAN) se da pauta al desarrollo turístico como potencial económico en Puerto
Peñasco. La venta de artesanía representaba para las familias Nahuas un ingreso
altamente remunerable, ya que los precios por una pieza de artesanía estaban
alrededor de veinte y cien dólares la pieza.
La posibilidad de quedarse a vivir en este lugar también se presenta debido al auge
en los comercios. En síntesis la elaboración y venta de artesanías fue el motor
principal de la búsqueda de la vida en el norte, en Peñasco, ya que regresar implicaba
sufrir en sus pueblos.
142
Una vez llegados al lugar se han dedicado a elaborar sus artesanías y a la venta
ambulante o comercio “informal”. Sin embargo la estratégica cercanía con Estados
Unidos ha abierto la posibilidad de continuar la ruta de la venta artesanal a las
generaciones más jóvenes, aquellas que ya han crecido en colonias del norteño
estado de Sonora como La Obrera:
“…Sí, teniendo familia, este si quieres búscale en otro lado porque no hay nada pues, pues si
quiere ver, ahí hay ahí llegué… el compadre, el primo, ahí me dio chance y estuve viviendo
ahí como seis años…Ellos nacieron en otro pueblo que se llama Maxela, mi esposa es de otro
pueblito pues y ahí me hice una casita, para ellos. Cuando los traje de allá, ya habían
terminado su escuela…Ellos (sus hijos) son artesanos, namás que el otro se quiso lanzar para
Estados Unidos y el otro está en Puerto Vallarta, tiene su casita también fincada…Si, pura
artesanía, ahí en el pueblo son puros artesanos, se dedican buscando la vida…”
Si bien la llegada de cada una de las familias Nahuas está relacionada principalmente
con la falta de trabajo en sus pueblos de origen, las formas de apropiarse de la colonia
obrera nos permiten establecer una serie de diferencias que dan cuenta de la riqueza
cultural con la que es “marcado” el espacio geográfico.
Las primeras familias que llegan a Peñasco son las familias Nahuas que tienen su
origen en el pueblo de Ahuehuepan. Una de las primeras familias en llegar es la familia
Calixto. Esteban, quien es jefe de familia, cuenta que es un vecino de Ahuehuepan
quien por primera vez lleva al “norte” al hermano de Esteban y poco después se lo
llevan a él. Esteban llega directamente a Puerto Peñasco en el año de 1987. Una vez
en Peñasco también viaja a San Felipe, pero regresa con sus familiares que estaban
en Peñasco y allí es donde decide quedarse. Al principio muchas de las familias de
Ahuehuepan deciden no permanecer en Peñasco y solamente llegaban cuando los
tiempos de buena venta se presentaban, por ejemplo, en el período que va de marzo
a junio, en el verano y en el día del pavo (día de acción de gracias) a finales de
noviembre.
Como era por temporadas, las familias de Ahuehuepan, viajaban hacia Peñasco en
tiempos “buenos”. Al llegar a Peñasco se encuentra con un lugar donde la pesca y el
turismo estaban en su apogeo. Llegaban muchos “gringos” –dice Esteban- y en esa
época se vendía mucho. Esto hace que les guste el lugar por encontrar todo el tiempo
trabajo y buenas ventas. En la actualidad existen entre 10 y 15 familias originarias de
Ahuehuepan.
143
Después de las familias de Ahuehuepan llegan las familias de San Juan Tetelcingo
aproximadamente en el año de 1998, es decir, diez años después de las primeras
familias Nahuas llegadas de Ahuehuepan. Todas las familias coinciden en que en
esos años cuando ellos llegan la venta de artesanías era muy buena debido a la
afluencia de turistas que llegaban a la temporada de pesca deportiva.
Sin embargo, ahora la situación, para todas las familias ha empeorado. Después de
más de 13 o 18 años de habitar en Peñasco, la venta de artesanías ha bajado a tal
grado que sólo da para vivir. Desde su estancia en Peñasco, la distancia y lejanía de
sus pueblos hace que al menos algunas familias regresen una o dos veces al año:
“…Nosotros siempre hemos buscado que haya un poco más…y luego sentirte tan lejos de tu
pueblo, luego el frío…te hace pensar en regresar por allá…todo está allá más bonito y aquí
todo está desértico…nosotros vamos dos veces o por lo menos una vez al año tenemos que
ir…vamos en marzo al santo cristo de Cuetzalan, es el tercer viernes…luego estamos allí a
finales de agosto es la fiesta de la Natividad y luego ya nos regresamos…si a Tixtla vamos
por tradición todo el pueblo de San Juan, Ameyaltepec, vamos, sí…”
Joaquín (San Juan Tetelcingo)
144
“…Decidimos quedarnos por que estaba buena la situación no tanto por que estaba bonito,
aunque es muy bonito eh, la playa es algo diferente, por aquí puedes ir a la playa y el mar
se baja y juegan los niños y el mar esta bien tranquilo…váyase en zona hotelera esta muy
bonito, se enamora uno de la playa…pues ya para allá en Acapulco o Zihuatanejo la marea
está alta y el mar no baja y los niños no los puedes meter y aquí sí, aquí sí…¡sí cada
semana vamos! A mí me gusta salir con mis hijos, con mi familia…”
Joaquín (San Juan Tetelcingo)
“…Bueno mira yo llegué en el 94, pero la primer persona que llegó de mi pueblo de allá de
Tlamacazapa, fue un tío mío, el tiene aproximadamente 20 años aquí en Peñasco, fue el
primero que llegó y de allí, ora si que siguiendo al familiar ¿no?...sí, sí, las artesanías han
sido siempre parte de nuestros ingresos…esto viene de generación, el que inició fue un
bisabuelo mío, osea fue el que salió del pueblo a la ciudad de México…de donde nosotros
venimos, como a 50 kilómetros pasa el tren y él se iba allí pa agarrar el tren a la ciudad de
México y el fue el que sacó la artesanía del pueblo…hace unos 75 u 80 años, el pueblo se
llama el Naranjo allí pasa la vía…”
“…ah si, aquí en esta colonia pues ya sabemos de las personas ya nos conocemos desde el
pueblo los señores… desde todo, o sea que todos nos conocemos…si también convivimos
los de esa zona (San Juan Tetelcingo)…si hablamos el dialecto Náhuatl, si…si nos
hablamos y platicamos y así vamos, nos vamos a la playa a jugar un rato y a convivir con los
amigos y la familia también y ya platicamos así en nuestro idioma, hasta los niños les
hablamos en idioma, si mi hija la mayor si habla… (¿Los niños?) pues si, solo que lo
entienden cuando yo hablo, nada más me miran o me preguntan cuando le hablo a su
mamá, a mi hijo le hablo nada más en dialecto y se me queda mirando y ya le entiende que
quiero esto. Y por decir si yo le digo a mi esposa que me traiga las tortillas pero le hablo en
mi idioma le digo que significa que me traiga las tortillas y como que me dicen ellos: ¿oye
por que hablas así? Y yo les digo que es un idioma que yo hablo y nada más me dicen,
145
¿me lo puede enseñar? Si le digo y ya les explico, por que a veces me preguntan que quiere
decir esto o como se dice alguna cosa y les digo y hay veces que solo voy hablando en
idioma y nada más se me quedan viendo y pues me dicen, que, que quiere decir y que están
diciendo, pero pues unos no entienden ahorita, pero ya le van agarrando poco a poco si…ah
si, por ejemplo las posadas, las posadas las hacemos entre nosotros los de San Juan y
convivimos todos y aunque sea de otro pueblo también conviven con nosotros si de
diferentes pueblos, pero que también hablan dialecto como nosotros y también conviven con
nosotros en las posadas...”
“…por que nada más tenía yo mi tío, luego llegó un hermano, y ya después yo mande por
mis demás hermanos y ya me quede y ya la verdad es que mientras va llegando la familia te
acostumbras más por que está tu familia pero cuando llegué, pues yo ni me quería ir, por
que llegué aquí y si me quería ir, pero estaba chiquito…”
“…ahí estábamos nomás, como mi tía era hermana de mi mamá luego pues mi tía, me vine
con mi tía y mi tía ya estaba acá y duramos como dos años que estábamos viviendo allá. Y
yo cuando llegue, me paraba nada más ahí donde esta esa casita y miraba todo desierto,
nada más que la calle esa no estaba…”
Estas redes familiares y entre vecinos o paisanos, ya sea de pueblos de la región del
Balsas o de otros pueblos de Guerrero, ha permitido construir una estrategia de
apropiación de tierras y la formación de colonias, fortaleciendo de esa manera las
gestiones para la regulación de sus terrenos frente a las autoridades municipales,
frente a los ejidatarios dueños de las tierras y permitiéndoles también crear grupos de
vendedores ambulantes operando como grupos políticos de presión:
Un ejemplo del proceso anterior nos lo comentó en entrevista Néstor Campillo, líder
de la unión de vendedores ambulantes llamada “juegos pirotécnicos”, compuesta en
su mayoría por personas llegadas de la región del Balsas en el estado de Guerrero:
“…Es la colonia San Rafael. Entonces nosotros pedimos 250 terrenos para la gentes, que
necesitamos, que entre ellos vienen siendo artesanos, gente de, que vienen de, que ya
viven de tiempo aquí…Hay gente de para allá que la mayoría es también de la gente del
estado de Guerrero… Eran unos ejidos, eran unos ejidos. Nosotros se hizo un este, se hizo
146
un acuerdo por medio de los señores ejidatarios de que no queremos, nosotros no
queríamos este invadir terreno. Entonces yo fui directamente con el señor Fernando
Celaya, presidente de los… ellos, entonces hicimos un acuerdo por medio del municipio,
porque el municipio no tenía terrenos, y entonces dicen, pónganse de acuerdo para nosotros
involucrar al municipio y ellos porque ellos nos podían vender el terreno pero los servicios no
los podíamos obtener…”
“…pues antes de que yo viniera mis abuelos y mi papá trabajan a sembrar a sembrar maíz y
todo eso, sandías, calabazas y todo eso y yo pues iba, pero no les iba a ayudarles un poco
por que era chiquito, tenía yo como diez años pero iba a jugar nada más a agarrar los
chapulines que veía yo allá como se comen allá en mi pueblo, pues los iba yo a agarrar
nada más en una bolsa los echaba yo, por que ya luego los hierven y se los comen. Y había
veces que le ayudaba yo a mi abuelita a agarrar maíz…”
45
Entrevista realizada a don Juventino, uno de los pioneros en la formación de la colonia obrera. Don Juventino
es del estado de Guerrero, habla náhuatl y nació en Copalillo.
147
En los últimos años, la situación del comercio de artesanías ha sufrido una drástica
caída, ya que este sector del comercio depende indiscutiblemente del turismo y sobre
todo del turismo internacional. La crisis económica que afecta aún a Estados Unidos
mostró de manera muy clara la vulnerabilidad de nuestra economía atada a la
irremediable situación del país vecino. En Puerto Peñasco el turismo es la fuente
primordial de ingresos y al verse disminuido, la situación de la población en general
se ha visto lamentablemente encarecida, mucho más aquellos sectores vulnerables
como los artesanos y comerciantes indígenas tanto Nahuas como de otros pueblos.
148
Cuando la llamada “Gente del Sur” llegó a Puerto Peñasco la situación del sector
turístico era muy favorable y esto fue aprovechado por los artesanos y comerciantes
nahuas de Guerrero de manera que no era necesario hasta ese entonces solicitar
apoyos o ayuda a los programas de gobierno, sin embargo con la situación de recesión
económica y de crisis se hace indispensable el apoyo para poder continuar con los
talleres de artesanía y con la venta de ésta:
“…pero ahorita, ..muchísimo, por la necesidad de la gente que ahorita no hay para trabajar,
pero ahorita está su trabajo muy triste, el dinero pues anteriormente se vino por el trabajo,
que está bien, o que a veces iban para Guerrero y van, no pues …pero ahorita está toda la
gente aquí y ahí quedó ¿Por qué razón? Porque la economía está muy difícil, está muy
crítico y para ellos pues la verdad está muy difícil no, muy difícil, muy difícil, no hay personas
en la playa, no hay turismo, no tienen ni que comer, para empezar…. a la gente nos damos
cuenta, este, proyectos productivos ¿no?, que, lo que es, pero la verdad hasta el momento
pues no se nos ha llegado ese apoyo, ojalá. Ojalá que esto llegara a oídos de allá ¿no?,
porque yo sé que el principal pues está en México ¿no? Entonces aquí pues ya dicen,
vamos a hacer este proyecto, que tenemos que hacer, nosotros los vamos a apoyar a hacer
el proyecto, son puros artesanos, los artesanos, hay muchas personas que saben hacer
hamacas, entonces esas personas hacen un proyecto que les den, sea el material, sea el
dinero. ¿Con qué recursos van a poder comprar el material que van a hacer ellos? Entonces
de esa manera producir lo que es hacer hamacas, columpios, cunas para niños y pues la
verdad no se ha apoyado nada. Más que ahorita hasta el momento…” 46
Otro de los aspectos fundamentales a partir de los cuales pienso que van
construyendo una territorialidad étnica en Peñasco es la lucha por sus derechos como
residentes. En febrero del año 2011 se aprueba la ley indígena para el estado de
Sonora, en ella se hace referencia a los grupos indígenas que si bien no son
originarios del Estado, han llegado a él y se han establecido, con ésta ley se les
“reconoce”, al menos en el papel, una serie de derechos como residentes:
“…pues para nosotros los que estamos aquí ya como residentes, pues esa ley este, tiene
sus años de estarlo trabajando, se hizo una consulta y participamos en esa consulta donde
nosotros le quitamos la palabra migrante para ponerle residente..entonces quedó residentes,
migrantes y transeúntes que van de paso y les agregamos ciertas cosas que van de acuerdo
con nosotros por nuestro tipo de cultura y usos y costumbres y en eso se tomo en cuenta,
esta bien aprobado, mucha protección que muchas veces ni en el lugar de donde somos…”
Francisco Belén (Tlamacazapa)
46
Entrevista a Maestra de Primaria originaria de Copalillo, Gro.
149
Si hiciéramos una síntesis de las acciones que van propiciando una vida cotidiana en
Peñasco que les permite a las familias Nahuas considerarse pertenecer a este lugar,
construir un espacio de vida, podríamos decir que es, en un primer momento, la
relación con los familiares a partir de los cuales llegan y se instalan, la lucha por los
terrenos y las invasiones o compra que de éstos hacen, la organización en grupos de
trabajo sobre todo de comerciantes, la visita cotidiana a la playa en la zona de Playa
Bonita que es donde ellos todos los días venden sus artesanías, la comunicación en
su lengua o sociolecto para la convivencia cotidiana con sus paisanos, y por último, la
lucha en la ley indígena de Sonora para ser reconocidos como “residentes” y ya no
más como migrantes, lo cual posibilita su participación en las instituciones y por la
lucha de sus derechos colectivos.
“…Es que la gente, hay, tenemos gente, todo el tiempo trabajando para ellos, muchas
actividades, empecé porque ellos vienen de una raíz que se llama Tlamacazapa, ellos
hablan todos su dialecto, cien por ciento, son más indígenas, así lo que podemos decir,
cómo podemos pensarle para que no se oiga feo, gente de raíces realmente originarios. Y
entonces pues se dieron esa fiesta del día del tres de mayo, de que cuando hizo misa el
padre aquí dijo, cómo van a hacer esa misa, ¿son albañiles ustedes? No pues que no,
nosotros somos vendedores ambulantes. Bueno, pero es que queremos organizar esa cruz
porque esa cruz es no sé, para, es fe de nosotros…vamos a hacer esa misa, que esa viene,
se celebra aquí, y total que esa misa ya agarramos que cada año son creencias que
traemos ya de raíz, de raíz de allá de nuestro pueblo…” 47
47
Entrevista a Néstor Campillo, líder de la unión de vendedores ambulantes “juegos pirotécnicos”
150
“…que nosotros hacemos son cuando es Santa Cruz, esa sí se unen de Tlamacazapa y con
los de Guerrero. Es que para allá está cerca pues, no está separado, y es la misma lengua
que hablan en Tlamacazapa y Copalillo es la misma, entonces se entienden con ellos.,”48
48
Entrevista a Maestra de Primaria originaria de Copalillo, Gro.
151
símbolo sagrado como se muestra el “poder” o la “distinción” de la comunidad de
Tlamacazapa hacia el resto de los paisanos Nahuas. Esta celebración es una
manifestación no solo hacia las otras familias Nahuas asentadas, sino también es una
muestra de la representatividad de los pueblos Nahuas para el resto de la sociedad
indígena y mestiza de Peñasco. El gasto que hacen las familias de Tlamacazapa es
notorio, ya que se les da de comer a casi 400 personas el día 3 de mayo y se hace,
después de la misa, un baile toda la noche. Cada persona de Tlamacazapa copera
con 20 dólares o 200 pesos para la celebración. La organización la lleva a cabo un
comité que se elige el día 4 de mayo en un almuerzo que se da a las familias solo de
Tlamacazapa. En esta elección es muy interesante como el nuevo comité, conformado
por familias como los Catarino o los Belén, discuten la posibilidad de invitar a otros
grupos como “los Tolucos”49 para que colaboren con sus danzas el día de la fiesta.
A este cambio de comité le llaman “el relevo” y en el se juntan los del anterior comité
y las personas más allegadas que cooperaron. Se elige el nuevo comité y el nuevo
mayordomo va prendiendo las veladoras una por una hasta que se terminan todas las
que se dejan el día anterior en el altar por las personas que llegaron a la fiesta o a ver
a la cruz. El mayordomo nuevo tiene que hacer este pequeño ritual para mostrarse
ante todos como aquel que se encargará durante todo el próximo año de la
responsabilidad de organizar la fiesta a la Santa Cruz el día 4 de mayo, por las familias
de Tlamacazapa.
Hay una relación estrecha entre las familias de Ahuehuepan y San Juan Tetelcingo.
Todas ellas asisten cada año a un “sistema de cerros” (tres cerros) que se encuentran
a la mitad de camino entre Peñasco y Sonoyta. Allí construyeron una capilla y situaron
sus cruces, que cada primero, dos y tres de mayo, suben a visitar para ofrendarles.
En el año 2012 los de San Juan ya no subieron, solo algunas pocas familias y sólo se
subió a un solo cerro donde siempre han subido los de Ahuehuepan. Para los de San
Juan fue mejor construir una capilla y allí colocar su cruz. Hay que subir al cerro para
pedir buenas ventas y si se sube se persevera y si esto se logra, entonces podrán
obtener lo que se pidió.
Hace más de 20 años, las familias de Ahuehuepan inician con un ritual que ahora se
ha convertido en la muestra más clara de territorialidad étnica de los grupos Nahuas
49
Nombre local que se le da a las familias Otomíes llegadas de Toluca a la Colonia Obrera.
152
del sur llegados a Peñasco. En entrevista con Esteban Calixto, del pueblo de
Ahuehuepan y el iniciador del ritual a la santa cruz en el cerro llamado de “medio
camino”, pudimos constatar que éste ritual de subir el primero de mayo al cerro que
se localiza a la mitad del camino que va hacia Sonoyta, frontera con Estados Unidos,
se origina por una Teofanía:
“…Allí había una capillita abajo y siempre cuando, yo compraba figuras de palo fierro, y
entonces iba allá en Sonoyta a comprar las figuras y siempre en la capillita a mitad de
camino está la capillita que es de la Virgen de Guadalupe hay siempre pasábamos por que
somos creyentes católicos y un día…este…junté unas piedras yo que ocupaba yo y juí
subiendo hasta el cerrito hasta allá arriba ontá un cruz y pues hay taba la imagen…no sé de
quien es de un santito…San Judas Tadeo y una casita de madera y así estaba y pues lo
soñé, esa misma noche así con su vestido blanco y como una barba…y así como estamos
orita platicando y estábamos en el cerrito allí donde fui a recoger las piedras, allí estábamos
sentados viendo los carritos como pasan, viendo pasar los carros y me dijo pues…yo puedo
hablar por ustedes, puedo pedir, lo que quieras tu dime, pero puedes venir a visitarme
cuando quieras, cuando pases puedes venir a verme…”
153
puesta de ofrenda, pero de manera masiva, subían hasta doscientas o trescientas
personas en total y empezaron a hacer una plancha de cemento más grande para que
pudieran caber todos en el cerro; sin embargo, esto causó la molestia de los guardias
de la reserva de la biósfera del Pinacate, ya que precisamente el cerro se encuentra
dentro de los límites de dicha reserva, por lo cual, un día, al subir de nuevo para
colocar la ofrenda, llenos de sorpresa se dieron cuenta de que habían roto ya la
plancha de cemento, tiraron las cruces y las aventaron, rompieron las cosas que se
encontraban allí como veladoras y restos de la ofrenda anterior, esto sucedió como
en el año 2007 u 2008, ya que en el 2010 al entrevistar a algunas familias de San Juan
Tetelcingo me invitaron a la primera celebración de la Santa Cruz que se realizó en
una capilla denominada “la sagrada familia” donde llevaron la Cruz que los de San
Juan originalmente tenían en el cerro de medio camino (ver imagen 4).
El cerro de medio camino como algunos le llaman ahora, es sin duda un geo símbolo,
“es un sistema de cerros” en el que a partir de un teofanía se ha constituido un espacio
geográfico como referente identitario de las familias Nahuas principalmente de
Ahuehuepan y San Juan Tetelcingo, ya que las familias de Tlamacazapa celebran a
la Cruz que tienen en la esquina de la cuadra donde se asentaron en la colonia obrera.
Este sistema de cerros consta de tres cerros alineados en forma triangular
aproximadamente con una distancia entre ellos de entre 3 a 5 kilómetros. En un inicio,
las personas de San Juan Tetelcingo subían a uno de los tres cerros el día primero de
mayo, luego el día dos de mayo se subía al segundo cerro junto con los de
Ahuehuepan y por último el día 3 de mayo se culminaba en el tercer cerro.
Actualmente, logré comprobar en campo que, se realiza una solo visita a uno de los
tres cerros, en este lugar tanto la gente de Ahuehuepan como de San Juan Tetelcingo
(solo algunas familias) se ponen de acuerdo para poder llevar la ofrenda a la cruz de
color azul, cruz de agua, que se visita.
154
Algunos de los ingredientes son traídos desde Guerrero; por ejemplo los chiles, el
chocolate y algunas especias. La comida ritual se empieza a preparar dos días antes
de la “subida” al cerro. Las mujeres matan y pelan las gallinas, preparan la olla para
poder remojar en el agua caliente las hojas de maíz para los tamales y para meter a
las gallinas a cocinar. Las mujeres ponen la leña y muelen los ingredientes. Cabe
destacar que en la elaboración solo participan mujeres casadas. En esta ocasión,
Esteban le enseñó a su hijo a moler los ingredientes y le permitieron al hijo de Esteban
participar, quizá solo porque él fue quien junto con Esteban (su papá) dirigió las
peticiones a la Santa Cruz el día primero de mayo.
Ya que se tienen las gallinas cociéndose en la olla, la esposa de Esteban junto con su
hija prepara la masa para hacer los tamales. Se le agrega sal a la masa y se bate
hasta que tiene una consistencia suave y manejable para poder envolverlos en las
hojas de maíz. Se envuelven en hoja de maíz que también se trae desde los pueblos
del Balsas en Guerrero. Todo este procedimiento se lleva un día y una noche, justo la
noche anterior a la subida al cerro, ya que la ofrenda sacrificial se realiza el día primero
de mayo en el cerro de medio camino.
Las familias de Tlamacazapa y el resto de las familias Nahuas (Tetelcingo y
Ahuehuepan) si bien comparten el referente de ser paisanos, gente del sur llegada a
Peñasco, Nahuas o indígenas, residentes; a su vez establecen diferencias que
distinguen sus acciones y delimitan su identidad étnica.
b) La playa
155
De la colonia Obrera hacia la Playa caminando nos hicimos como 25 minutos.
Daniel50 y yo llegamos a un lugar que le llaman “la Bajada”, allí hay entrada a la playa
con carro y cobran 10 dólares o cien pesos; puede uno estar con su familia debajo de
una carpa. El mar es hermoso a la hora que fuimos (4 pm tiempo de Peñasco), el sol
no quema y se antoja meterse al agua. Nos topamos con paisanos de Guerrero que
venden cockteles de frutas, otros venden lentes, otros plata, collares, etc. Daniel, que
es de Ahuehuepan, dice que todo este lugar hasta llegar a otro donde empiezan los
grandes hoteles, ellos lo conocen como “playa bonita”. Se ve turismo, aunque son
pocas las familias. La mayor parte familias mexicanas de Chihuahua y algunas
personas extranjeras. Vamos caminando hasta playa bonita, para las personas de
Ahuehuepan este recorrido es el que siempre realizan para vender todos los días. Son
aproximadamente unos 20 o 25 kilómetros. Muchos de los vendedores ya tienen
“amigos” que son personas extranjeras (norteamericanas o canadienses) que les
compran seguido. Personas sobre todo de Estados Unidos que regresan cada 5 de
mayo a celebrar a Peñasco y esto da motivo al inicio del ciclo de ventas de las familias
Nahuas de la colonia Obrera. El ciclo de ventas a grandes rasgos es el siguiente:
Como se puede apreciar, las ventas inician prácticamente después del primero de
mayo, día en el que suben al cerro de medio camino. Si en sus comunidades se pide
por buenas lluvias y buenas cosechas, aquí se pide por buenas ventas y turismo.
Dice Daniel que el 5 de mayo es buena fecha de ventas ya que hay mucha “sabachada
o gabachada”51 y son buenos clientes. En la zona de “la bajada” esta una zona de
hoteles que se llaman plaza del sol, allí es como el lado mexicano de la playa; más
50
Daniel Solís es uno de los amigos Nahuas de Ahuehuepan con quien realice varios recorridos por la playa.
51
Nombre que les dan los Nahuas a las personas extranjeras o turistas en general.
156
adelante, en lo que es Playa Bonita, hay Trailer Park. En estos “parqueaderos” viven
por meses algunas personas, parejas o familias norteamericanas y canadienses
adultas, a ellos Daniel y los demás aprovechan a venderles. Daniel vende pescaditos
de madera pintados, ensaladeras de Guamúchil y esas dos cosas son de las que más
les gusta a los turistas.
Recorrer “la Playa” con las personas Nahuas de Peñasco me hace pensar en que de
ahora en adelante ya no podre ver de la misma forma a estos lugares. Ahora sé los
problemas que pasan en su casa, los hijos, su trabajo, las estrategias comerciales de
llevar sus productos hasta otros centros turísticos o incluso el extranjero, la
celebración a la Cruz y la consagración de este su nuevo lugar.
IMAGEN 4
CELEBRACIÓN A LA SANTA CRUZ, FAMILIAS DE TLAMACAZAPA
PUERTO PEÑASCO, SONORA, 2011
157
IMAGEN 5
CELEBRACIÓN A LA SANTA CRUZ, FAMILIAS DE SAN JUAN TETELCINGO
PUERTO PEÑASCO, SONORA, 2011
158
IMAGEN 6
OFRENDAS EN LA CELEBRACIÓN A LA SANTA CRUZ, FAMILIAS DE SAN
JUAN TETELCINGO, AHUEHUEPAN Y TLAMACAZAPA
PUERTO PEÑASCO, SONORA, 2011
159
CAPITULO VI
Tabla 12
Datos de Población de las localidades que conforman al municipio de San
Miguel de Horcasitas, Sonora, México
Población Población Población Total de
Nombre de la Ámbito total masculina femenina viviendas
localidad habitadas
San Miguel de U 480 245 235 144
Horcasitas
Los Ángeles R 201 104 97 59
(Fábrica de los
Ángeles)
Estación Pesqueira U 4,636 2,342 2,294 893
Como se logra apreciar en la tabla anterior, la localidad más importante del municipio
debido a la densidad de población que tiene es Estación Pesqueira. Este número de
población ha crecido debido al asentamiento de familias, sobre todo indígenas de los
estados del sur del país (Veracruz, Puebla, Tabasco, Chiapas), que se han quedado
año tras año. Algunos estudios locales también han demostrado que el flujo migratorio
52
http://mapserver.inegi.org.mx/mgn2k/?s=geo&c=1223
160
permite que la población aumente hasta 35 mil personas cada año entre los meses de
mayo y junio, esto debido al corte de la uva de mesa y la urgencia de los productores
para exportarla a los mercados internacionales (Haro, 2007). Esto ha incrementado el
número de familias indígenas en la localidad a tal grado que se afirma que es San
Miguel de Horcasitas el segundo municipio con mayor porcentaje de población
hablante de una lengua indígena en Sonora (Flores, et. al.; 2009: 83).
La historia de Estación Pesqueira esta relacionada a la construcción de la red
ferroviaria a mediados del siglo XIX y principios del XX. La mayoría de los puntos de
embarque y desembarque de las mercancías a lo largo del trayecto ferroviario se
fueron convirtiendo en estaciones de pasajeros y luego en localidades, Pesqueira y
las localidades vecinas de Zamora y San Pedro son parte de este proceso. La
ganadería y la agricultura, sobre todo de algodón, en esos años constituyeron los
principales motores de la economía regional. Como bien dice Flores (2009: 85):
“…El primer asentamiento se desarrolló sobre terrenos de la compañía Industrial del Pacífico
(dueña de la fábrica de hilados y tejidos de Los Ángeles53), y tierras de la familia Aguilar,
convertida en la referencia social de la nueva población…Con la construcción de la estación
y la donación de terrenos por parte de la Compañía Industrial del Pacífico, la localidad se
constituyó formalmente como Estación Pesqueira, dejando atrás el nombre “General Ignacio
Pesqueira”. De la estación, queda tan sólo un muro que formaba parte del almacén donde se
puede observar la fecha de inauguración: 1904… Entre las primeras familias establecidas en
la localidad se encuentran: los Sayas, Amarillas, Cubillas, Valencia, López, Carranza y
Bracamontes. Sus descendientes constituyen el grupo que don Bartolomé llama “del
Pesqueira de los “genuinos”, “de los fundadores”...Los primeros pobladores de Pesqueira
trabajaban para el ferrocarril, y sembraban terrenos con frijol, maíz, hortalizas y flores en
pequeñas huertas que crecían sin mayores conflictos de agua. Otros contaban con algunas
cabezas de ganado vacuno en pequeña escala. Fue la familia Cubillas quien comenzó a
invertir en los campos agrícolas de mayor escala…”
53
La Fábrica de los Ángeles (ubicada en le poblado con el mismo nombre) se enfocaba en la producción de
hilados y tejidos, principalmente la manta afelpada, mezclillas, kakis rayados y de lona. Su mercado principal se
estableció en la costa occidental de México y centro del país así como en algunos puntos de EU.
161
Fue en 1956 cuando, un norteamericano de nombre Jack Frankfurt, levantó la primera
cosecha de uva en los alrededores de Estación Pesqueira. Organizaba según los
pobladores locales, grandes fiestas de la cosecha de la vid. Mostró a la población
como eran las labores del cultivo de la vid y dio inicio a lo que sería después la
vocación productiva de esta localidad e incluso región de Sonora. Después de éste
inversionista vinieron otros que lograron establecerse gracias a varios factores:
162
MAPA 5
En este mapa se logra ver la expansión de los terrenos agrícolas dedicados al cultivo
de la vid, principalmente. En las más de 3 mil hectáreas ejidales se han establecido
campos agrícolas que obtienen un beneficio muy importante por el cultivo de la uva
de mesa. La tierra ejidal, que originalmente se dotó en 1935 por Lázaro Cárdenas a
los 60 beneficiarios de ese entonces, a razón de 20 hectáreas por cada uno de ellos54,
se ha convertido en una gran extensión “privada” o en renta, así como en áreas de
asentamientos humanos, sobre todo de familias indígenas que ya radican en
Pesqueira.
54
Datos obtenidos del informe final sobre los asentamientos de poblaciones indígenas en torno a zonas
agroindustriales y turísticas en Sonora, México; que entregó a la CDI, el equipo de investigación coordinado por
la Dra. Sara María Lara Flores en el año 2009.
163
De uvas y migrantes
El constante ir y venir de los pobladores en Estación Pesqueira era algo común desde
los años de su fundación, sin embargo, a raíz del cultivo de la vid, la necesidad de
contratar trabajadores no solo locales sino migrantes llegados de otros estados del
país fue una necesidad imperiosa. Ya para mediados de los años setenta del siglo XX,
llegaron familias mestizas de Guanajuato y Sinaloa, así como de Durango. Estas
familias no sólo lograron encontrar trabajo en los campos agrícolas, sino que muchos
de ellos se convirtieron en los nuevos ejidatarios de Pesqueira. Sin embargo, a pesar
de esta primera oleada de migrantes, a partir de 1985 es la fecha en la que van
llegando familias indígenas provenientes sobre todo del estado de Oaxaca. Ahora
sabemos, como ya se menciono en otro de los apartados de este capítulo, que estas
familias son zapotecas de Coatecas Altas y algunas otras triquis de varios pueblos
como Cerro Cabeza, San Miguel Copala, llano Nopal, Tilapa, Yotozani, Río Venado,
Cerro Pájaro y San Juan Copala.
Muchas de éstas familias indígenas habían tenido ya alguna experiencia migratoria,
ya sea en el estado de Chiapas en los años sesenta o bien en estados como Sinaloa
y Baja California a principios de 1980.
Todas estas familias se enteraron por paisanos que en Pesqueira había trabajo y
mejor pagado que en Sinaloa, además en las entrevistas realizadas a las primeras
personas que llegaron al lugar confirman que en Sinaloa las condiciones de vida y
trabajo eran muy malas, era un lugar sin agua, con mucho calor y además con muchos
mosquitos –dicen los entrevistados-.
En general, el proceso de producción de la uva de mesa es el siguiente:
164
Estas actividades se mezclan con las que se realizan en otros cultivos como las
hortalizas (calabacita, berenjena, chile, jitomate, pepino, etc.), por ejemplo, la siembra
en septiembre y agosto, la pizca en octubre y noviembre; así como la recolección de
un tipo de pasto que crece en los alrededores de Pesqueira llamado “bufe” en los
meses de septiembre y octubre.
Son los zapotecos los que cuentan con un gran número de familias asentadas o ya
radicando en este lugar desde hace más de quince años. La llegada a Pesqueira es
para la mayor parte de los zapotecos, el destino final de una serie de viajes a diversos
lugares, viajes que forman parte de la historia de migración que tienen estas personas.
Los viajes se inician en Tapachula Chiapas, cuando a finales de los años setentas y
principios de los ochentas viajan a este lugar a la pizca del algodón:
“… Como el setenta y cinco jué como ese entonces anduvimos pa’ llá..ponían carro desde
mi pueblo pa’ llá…a Tapachula si todo eso san Matías… allá le dicen finca como como aquí
el campo, allá le dicen finca…todo allá puro el algodón sembraban…¡no¡ bien barato que
pagaban, veinticinco centavo el kilo, pa’ ganar veinticinco pesos harto trabajo que
costaba…entre dos personas yo y mi esposa todo el día de trabajo pues cien kilos
cortábamos y era todo el día de trabajo en la pizca y cada quien cargaba u lona y se juntaba
cincuenta kilo y se llevaba al costal…duraba tres meses nomás y fuimos como seis años…”
“…antes juimos pizca de algodón, primero fue veinte centavos y después ya fue a peso el
kilo, entonces juimos como tres o cuatro veces, ya que regresamos fuimos a Pochutla,
sembramos milpa con mi papá allá se da la milpa..teníamos todo pollo, ganados…y salimos
de mi pueblo y venimos a Culiacán, año con año venimos a Culiacán, venimos como creo
siete años, viajamos con el tren…duramos una semana con el tren…”
165
MAPA 6
Distribución de población indígena en Estación Pesqueira. Enero
del 2009.
166
El viaje continuó por otros lugares, según se enteraban por familiares y paisanos, ya
que estaban siempre en busca de donde se pudiera ganar mejor o pagaran mejor:
“…de allí supimos que había trabajo en Sinaloa y salimos en tren desde Chiapas a Sinaloa, nos hicimos
una semana… allí estuvimos en el corte de jitomate, pepino, berenjena, pagaban como a 18 pesos el
día…De allí por familiares y paisanos supimos de Caborca y en tren nos venimos de Culiacán a Caborca
y así entre conocidos supimos de Pesqueira y llegamos a la Doce que le llaman en Costa de Hermosillo
y nos enteremos de aquí y llegamos…”
“…Luego mi hija vino a pedírmela mi yerno, tenía 14 años el muchacha y le di, entonces juimos con él
a los Mochis en Sinaloa y hay estuvimos y luego regresamos a mi pueblo a Coatecas Altas..luego
primero Culiacán y luego Mochis Sinaloa juimos corte de la uva …y luego la gente mis paisanos
contaron que se gana mejor aquí, no trabaja niño chiquito, pero el que trabaja gente grande gana mejor
aquí y más limpio el trabajo…”
Una vez que llegan a Pesqueira, desde hace más de quince años, deciden comprar
solares o lotes donde poder construir sus casas. Por estos lotes pagaron en esas
fechas cinco mil pesos por cada uno. Esta compra se hizo posible gracias a que, en
el contexto nacional la reforma al artículo 27 constitucional impulsada por Carlos
Salinas de Gortari permitía que las tierras ejidales pudieran ser vendidas, dando así
“certeza jurídica a la tenencia de la tierra”. Esto último se concretó con la creación del
Programa de Certificación de Derechos Agrarios el PROCEDE; a partir del cual los
ejidatarios podían adquirir sus certificados agrarios de propiedad de sus parcelas y
solares y con eso poder vender sus tierras sin necesidad de hacerlo vía asamblea
ejidal. En Pesqueira los ejidatarios ven esto como la oportunidad de lotificar y sacar
provecho de la venta de éstos lotes a la gente del sur que poco a poco llegaba con el
auge de la producción de uva de mesa.
Esta modificación a la ley agraria es aprovechada por los zapotecos en una primera
instancia, pero después por los triquis. En la actualidad, los lotes de 200 metros
cuadrados aproximadamente cuestan entre 20 y 25 mil pesos; aún así las familias
zapotecas siguen adquiriéndolos haciendo que Pesqueira se convierta en un pedazo
de Oaxaca en el noroeste mexicano.
A pesar de existir familias triquis, nahuas, tzotziles y de otros grupos etnolingüísticos,
son los zapotecos de Coatecas Altas los que han logrado ser mayoría en número pero
también en presencia en las actividades sociales realizadas en Pesqueira.
167
La historia de llegada de las familias Triquis es muy similar a la de los zapotecos. Ellos
provienen del municipio de San Juan Copala. Según un censo levantado por algunos
líderes triquis son 92 familias las que aparecen viviendo en Pesqueira. Algunas
familias tienen hasta 20 años de estar residiendo en Pesqueira. Llegan a Sinaloa y
Baja California, pero en Sonora llegan primero a Caborca y a Costa de Hermosillo, de
hecho es en Costa de Hermosillo donde ellos constituyen una colonia muy grande que
se conoce como “La Doce”. En La Doce se encuentra Don Tomás Hernández, líder
histórico de la organización Triqui MULT (Movimiento Único de Lucha Triqui) que tiene
una gran influencia en los otros liderazgos locales como los que hay en Pesqueira.
Los Triquis tienen otras estrategias organizativas, ellos han decidido organizarse de
manera más formal vía las asociaciones civiles, ya que para ellos es importante tener
este respaldo legal para poder apoyar a sus paisanos o bien a cualquier familia del
sur que quiera realizar algún proyecto o simplemente necesite de un apoyo. Esta vía
de organización u estrategia formal de organización esta más vinculada a la
posibilidad de ocupar cargos públicos.
En diciembre del año 2010 al llegar a la localidad de Estación Pesqueira, las familias
zapotecas estaban muy contentas por que habían dado inicio a la organización de la
fiesta a su santo patrón: San Juan Evangelista. En su pueblo natal de Coatecas Altas,
Oaxaca, la fiesta al santo patrón es el evento más importante para todas las familias
zapotecas. Cuando estas familias migraron desde mediados de los años setenta y
después de encontrar distintos destinos llegaron a Pesqueira, no imaginaron siquiera
la posibilidad en ese entonces de realizar dicha celebración en este nuevo lugar de
asentamiento. Después de veinte años aproximadamente de haber estado viviendo
en Estación Pesqueira, las familias zapotecas dan inicio a este acontecimiento.
La celebración está envuelta en una serie de acontecimientos increíbles que para las
familias son sagrados. En primer lugar, el santo patrón, San Juan Evangelista, es muy
milagroso y poderoso y éste poder radica en la forma en la que se presentó en la
comunidad hace ya mucho tiempo. En varias de las entrevistas realizadas a las
personas mayores o más grandes asentadas en Pesqueira, narraron lo que podría
denominar el mito de fundación del pueblo de Coatecas Altas. El mito narra la llegada
168
de una gran tormenta (“diluvio”) que no dejó que las personas salieran siquiera de sus
casas, la gente de esos tiempos, los abuelos de sus abuelos contaban que llovió por
muchos días y que el agua no paraba. Un día de pronto vieron como del cielo surgía
una culebra y caía sobre un cerro. Sorprendidos por el acontecimiento, muchos de los
pobladores llegaron al punto exacto donde había caído la culebra de agua y
encontraron la imagen de bulto de San juan Evangelista. Desde ese entonces realizan
una peregrinación de éste cerro hacia la iglesia donde se encuentra la imagen. En el
atrio de la iglesia -cuenta don Leonardo Hernández, uno de los primeros en llegar a
Estación Pesqueira hace ya 24 años- está la señal de la culebra que bajó del cielo,
era el nagual –dice él- del santo patrón. Esta versión la confirma doña María Natividad,
quien es la primera mayordoma del santo patrón aquí en Estación Pesqueira, ya que
recuerda que sus abuelos le contaban como el santo patrón tenía un gran poder y
sobre todo el poder de controlar el trueno y las lluvias.
Otra de las manifestaciones de poder del santo es la cualidad de “no dejarse tomar
fotos”. Dice doña María Natividad que han llegado al pueblo gente incluso extranjera
con grandes aparatos, cámaras muy grandes para tomarle video y fotos y siempre se
les han descompuesto o bien en las fotos que han tomado, la imagen del santo
siempre sale borrosa.
Estas dos características o manifestaciones de poder del santo San Juan Evangelista
se hacen presentes en Estación Pesqueira ya que la fiesta que por primera vez le
celebran ha sido por la llegada de una fotografía “clarita” del santo patrón. Una
comadre de doña María Natividad trajo en su maleta una foto muy clarita de San Juan
Evangelista, esta foto tomada en la iglesia del pueblo es la primera que llega de éste
santo y además en un tamaño grande. La señora que llevó la foto continuó con su
viaje hacia el Valle de San Quintín en Baja California Norte, pero antes hizo algo muy
importante: donó la foto del santo para que se pudiera hacerle una capilla y celebrarle
en Pesqueira. Doña María Natividad al ver la foto quedó impactada por la claridad con
la que se presentaba el rostro del santo, se sintió muy contenta y sintió “el gusto” por
celebrarle. Hablo con su hija y su yerno en Estados Unidos (Madera, California) y les
pidió que donaran un solar que no estaban ocupando para la construcción de la capilla.
Ellos accedieron y enviaron dinero para la celebración. Doña Natividad me mostró un
video en el que se observa la primera celebración en el año 2009 a San Juan
Evangelista en Madera California Estados Unidos. En el video se aprecian muchas
169
familias de Coatecas Altas que viven en este lugar y que por primera vez también en
ese año celebraron al santo patrón.
Es por demás sorprendente como en el año 2009 y un año después se llevan a cabo
por primera vez las celebraciones a San Juan Evangelista en los lugares donde los
migrantes se han establecido. Cuenta doña María Natividad que sólo dos fotos claritas
han salido del santo patrón y han salido del pueblo, curiosamente, éstas dos fotos son
las que se encuentran en Estación Pesqueira, Sonora y en Madera California en
Estados Unidos. Ella dice que el santo patrón nunca los ha abandonado y por eso es
necesario que se le celebre.
55
Doña Francisca Hernández es una de las primeras mujeres raiteras o que transportan trabajadores agrícolas a
los camos de cultivo, es además una de las líderes naturales del pueblo e impulsora del comité político que llevó
a la presidencia municipal al primer presidente oaxaqueño en Sonora en el año 2009.
170
saborear un atole, o como le dicen por allá en Sonora un “champurro” que es parte de
la comida ritual ofrecida a todos los asistentes a la misa del santo patrón. El convidar
o compartir el atole y tomarlo es un acto de integración a ésta “familia extensa” del
santo. De hecho en Coatecas Altas, en Oaxaca, el mismo acto de repartir el atole es
un acontecimiento que reafirma los vínculos entre familiares, la comunidad y el santo
patrón. Son los jóvenes quienes reparten los atoles y los cigarros, cargan la caja de
cerveza que se entrega a los mayordomos “viejos” y estos jóvenes mayordomos se
hacen cargo de la siguiente fiesta, la que se organizará el próximo año. Si bien se le
pide al santo o se le agradece por los beneficios recibidos, a su vez se le tiene que
ofrendar para tenerlo contento.
Son tres las mujeres que colaboran en la preparación del atole. La leña la consiguen
de los terrenos baldíos que existen en Pesqueira, de hecho doña María Natividad es
conocida precisamente porque es una de las únicas personas que compra y concentra
cargas de leña para después revenderlas a los paisanos que la ocupan diariamente.
Un día antes de preparar el atole, “Toño” el nieto de don Leucario Hernández, otra de
las personas mayores que tienen más tiempo de haber llegado a Pesqueira, estaba
organizando los bailes que se iban a presentar por la noche, el mero día del patrón.
Toño estudió la primaria y como ya no hubo “recurso” para seguirle pues solo estudió
un año la secundaria y tuvo que salirse para trabajar en el campo. Trabaja en el corte
de uva durante los meses de mayo y junio. Nunca ha ido a Oaxaca y sólo imagina que
hay muchos cerros y mucha agua como le cuenta su abuelito Leucario. Sin embargo,
Toño con el afán de participar en las actividades de la fiesta al santo patrón, vio por
internet un video de la Guelaguetza y desde entonces “copio” el vestuario y la música
para que, junto con otros jóvenes de su edad, presentaran estos bailes o guelaguetza.
La mayor parte de estos jóvenes son de una generación que ya nació en otro lugar
distinto a Oaxaca, tal vez en Baja California, algunos de ellos en Sinaloa y otros más
ya en Estación Pesqueira, Sonora. Por la noche los jóvenes presentaron sus bailables
e impactaron a todos los asistentes.
171
Algunos de éstos jóvenes el día 26 de diciembre estaban haciendo el torito que baila
después de la misa y las maremotas56 para la calenda57. Todo lo vieron en videos,
algunos ya han ido a Oaxaca y han visto como se organiza la fiesta, otros es la primera
vez que participan.
Después de la misa y la entrega del atole un “padrino o mayordomo viejo” se acerca
al santo para bendecir y limpiar a cualquier persona que quiera soltar o deshacerse
de alguna pena o mal que le aqueja. El Señor o persona que los limpia se vuelve
“padrino” de todos aquellos que necesitan de esta limpia. Los ahijados se
comprometen a guardar el orden y respeto, a como portarse para que el santo no los
castigue. A limpiarse o bendecirse pasan muchas personas y de todas edades.
Particularmente los bebés y niños pequeños se bendicen y se le pide al santo que los
cuide y que los haga crecer fuertes y muy sanos. Se curan de enfermedades, se les
pide por el trabajo e incluso en el año 2013 se llevaron racimos de uva para que el
santo bendijera los campos de cultivo y las cosechas, para que tuvieran buena
cosechas los “patrones” y ellos tuvieran trabajo. También se le pide buen clima para
que las uvas se logren y obtengan trabajo las familias.
56
Son unas esferas que se hacen con cartón y papel china de colores, se ocupan para el baile después de la misa y
se llevan en procesión (calenda) por los puntos que el santo recorre por el pueblo.
57
Así se le denomina a la procesión que se realiza el santo y sus devotos ya entrada la noche. El recorrido hace
paradas en las casas de los mayordomos y gente del comité que participó así como en las casas de las familias,
incluso nativas de Pesqueira, que aportaron algo a la fiesta. El recorrido “marca” el lugar que ahora es sagrado y
bendecido por el santo, se inicia por la capilla y se hace una vuelta en “u” de manera que se pasa por las calles
principales y se regresa al lugar de partida. Es como si el santo delimitara su comunidad, su espacio sagrado.
172
el espacio se habita de manera conjunta. Sin embargo, la calenda representa también
una distinción entre los que “somos” de un lugar y otro, entre los que hablamos un
idioma y otro, entre los que somos “oaxacos” y sonorenses. Pesqueira se vuelve el
lugar de origen de las familias indígenas y particularmente zapotecas, es un espacio
liminal el que se dibuja con el recorrido del santo. A partir de ese momento, la gente
muestra que su identidad, sus raíces, su memoria, su trabajo y su organización son
ya de Sonora y forman parte de su territorio.
IMAGEN 7
CELEBRACIÓN AL SANTO PATRON SAN JUAN EVANGELISTA, FAMILIAS DE
COATECAS ALTAS, EJUTLA, OAXACA
ESTACIÓN PESQUEIRA, SONORA, 2011
173
Construyendo la etno-multiterritorialidad: estrategias de
territorialidad étnica de Zapotecos y Triquis
174
a la mitad de Pesqueira. Si nos situáramos viendo hacia el norte, el tanque
blanco de agua quedaría localizado al noroeste de Pesqueira. Alrededor del
tanque y rumbo al sur de Pesqueira se han asentado la mayor parte de las
familias llegadas del sur del país. Los nombres de las calles rememoran sobre
todo personajes o espacios comunes sobre todo a las familias de Oaxaca.
Calles como Margarita Maza de Juárez, Oaxaca o Cerro Pelón, son recuerdos
del lugar de origen plasmados en este otro lugar. El segundo de ellos tiene que
ver con la distribución espacial de las familias mestizas y nativas de Sonora, la
mayor parte de ellas se encuentran asentadas en la calle principal de la
localidad, allí donde están la estación de bomberos, la agencia municipal, las
oficinas del DIF, la estación de policía, etc. Es una muestra de la concentración
de poderes que espacialmente delimitan la pertenencia de los nativos
sonorenses frente a la gente llegada del sur o también llamados “guachos”58. Y
en tercer lugar la distribución y asentamientos entre las familias zapotecas de
Coatecas Altas y las familias Triquis de San Juan Copala, a esto hay que
agregar que los migrantes recién llegados pertenecientes a diversos grupos
etnolingüísticos como tzotziles, tzeltales, nahuas y otros, se han establecido en
las “orillas” o zonas de nuevos asentamientos y lotificación en Pesqueira.
3. Las viviendas, los hogares. La mayor parte de las casas están diseñadas con
zonas que enarbolan la forma de distribución espacial del pueblo de origen.
Hay una prioridad al fogón-cocina que está fuera de la casa pero techado, los
dormitorios o cuartos levantados con cemento y tabicón, un solar comprado
junto al de los dormitorios para ocuparlo de patio donde se tienen a los animales
de corral y en algunos casos la capillita o nicho donde se tiene alguna de las
imágenes de la Virgen de Guadalupe, la de Juquila, san Judas Tadeo y otros
símbolos religiosos. Las familias zapotecas y triquis que son raiteros han
comprado hasta 2 o más de dos lotes (de 15 X 20-25 mts). Hay un caso
excepcional que es don Leonardo Hernández quien ha logrado comprar más
de 10 lotes.
58
Término local en Sonora que hace referencia a las personas que no son nativas de ese Estado.
175
4. El espacio sagrado. El inicio de éste espacio distribuido primero por la zona de
habitación de las familias zapotecas y triquis solamente fue creciendo como
círculo concéntrico hacia las zonas de habitación de las familias nativas de
Sonora, esto se logra gracias a la construcción de la capilla del santo patrón
San Juan Evangelista y a la procesión que cada año se realiza. A partir de ésta
celebración se ha movilizado la “comunidad” de Coatecas Altas residentes en
Pesqueira para que se logre. La peregrinación delimita, señala e invita a ser
parte de la “comunidad”, en ésta caben todos los que quieran, de Oaxaca y
Sonora, indígenas y mestizos, zapotecos y triquis, etc.
176
IMAGEN 8
ORGANIZACIÓN DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS TRIQUIS
ESTACION PESQUEIRA, SONORA, 2011
177
Reflexiones Finales
178
En este proceso de territorialidad étnica en Sonora, se incorporan los territorios de
origen como un solo sistema socio-territorial que forma ya una compleja red de
relaciones sociales y de poder, donde el espacio se vuelve eje articulador de la
identidad, de la lucha por la jurisdicción del territorio y de la interconexión de
experiencias cotidianas, volviendo a los espacios de trabajo en espacios de vida y
después en espacios vividos.
Son los datos recabados con las distintas técnicas y la forma de aproximarse a la
realidad, de las familias radicantes en Sonora, las que me permiten hablar de un
sustento etnográfico y vivencial en el estudio de la etno-multiterritorialidad. Si bien,
insisto, es una hipótesis de trabajo, en todos los capítulos muestro que dicha
propuesta teórico-metodológica se sustenta en una serie de procesos de investigación
179
en los que me he involucrado y que van dando forma a la propuesta. Desde los
trabajos propiamente vinculados a la migración indígena nacional o internacional,
hasta los que hablan del vínculo de dichos procesos migratorios con los mercados de
trabajo en el contexto de la globalización o expansión mundial del capital; he podido ir
reconstruyendo las historias y procesos de territorialidad étnica. Particularmente en el
caso de Sonora, los dos contextos (turismo y agro-industria) hablan de características
distintas en las que se desarrolla un mismo acontecimiento: el vínculo social y étnico
con el espacio.
Es importante destacar que la etnografía sigue siendo por excelencia, así lo creo, el
mecanismo o medio para abrir la posibilidad de encontrarse en el infinito mundo de
las diferencias culturales. La interculturalidad parte de un interés por reconocernos y
esto necesita una reflexión seria basada en una aproximación interdisciplinaria y una
metodología rigurosa pero sensible. Por esto último, en lo personal, sigo el camino en
defensa de la etnografía.
180
Es indiscutible que el capitalismo actual va dando forma a los espacios y construye
lugares desde los cuales impulsa su movilidad. En este flujo de capitales y de
mercancías, las personas llegadas a éstos, para emplearse ya sea como jornaleros o
peones en la construcción, forman parte de esta apuesta global de “aprovechamiento”
de las condiciones locales. De tal forma que podríamos decir que las familias
indígenas llegadas del sur forman parte de esta reserva de mano obra o de las
“ventajas comparativas” que tienen las empresas para producir mercancías u ofrecer
servicios.
Sin embargo, lo anterior deja de lado un pequeño detalle. Las personas llegadas a
estos lugares establecen también una relación con el espacio y lo hacen suyo no sólo
como fuente de empleo, sino como un lugar consagrado. Dicho proceso es
necesariamente emotivo. Cada lugar al que se llega se construye también como un
lugar que articula mitos, memoria colectiva, ritualidad, territorios de origen, etc. En
este sentido, los destinos a los que han llegado los migrantes los convierten poco a
poco en lugares de identidad, en espacios sociales desde la base de su identidad
étnica.
Hay que destacar que “llegan” por un proceso de desterritorialización y despojo desde
sus propios territorios de origen, al final de cuentas este proceso forma parte también
de la expansión mundial del capital y de su movilidad. La “llegada” de las familias a
los que llamo asen-timientos está llena de maltratos y violaciones a sus derechos
colectivos como pueblos, a sus derechos humanos como personas y a sus derechos
laborales como trabajadores. Puedo asegurar que nada del proceso migratorio está a
favor de las familias migrantes indígenas. Sin embargo, una vez establecidas y a lo
largo de este proceso de contacto y construcción de su propio espacio, van
sintiéndose identificados con los lugares y tomando “cierta distancia” de aquellos que
siguen migrando. Radicantes se nombran y esto lo dejan claro al mirar a los que
llegan en la temporada de cosecha de uva o de buenas ventas en el turismo, y a su
vez, lo dejan claro frente a las demás familias sonorenses originarias.
Algo interesante es reconocer que a partir del ámbito sagrado y de las relaciones de
parentesco; así como de la organización entre familias, se logra llegar a un consenso
y formar un vínculo común a pesar de las diferencias culturales. Puedo afirmar que,
por un lado; Nahuas, Triquis y Zapotecos están reconfigurando el espacio social y
étnico en el estado de Sonora; pero por otro, las empresas trasnacionales y los agro
181
empresarios están articulando una economía local al resto del mundo, con el riesgo
de que algún día las condiciones locales para dicha expansión ya no sean atractivas
y con esto, las familias indígenas, vuelvan al proceso de seguir buscando la vida.
182
Por todo lo anterior, me atrevo a decir que, la estrategia de las familias Nahuas
asentadas en Peñasco tiene que ver con la consagración de un espacio que recibe a
todos aquellos que forman parte de él y que se envuelven en una relación íntima y
sagrada con dicho espacio.
En el otro caso, la vida de una fruta, la uva de mesa; la de un santo, San Juan
Evangelista; y la de las familias Zapotecas y Triquis asentadas en Estación Pesqueira,
están indiscutiblemente ligadas. Es la memoria colectiva el punto nodal de estos tres
actores en un escenario en el que lo local y lo global se entrelazan. La vida de las
familias se reorganiza entorno al “gusto” de saberse y sentirse parte de un pueblo, aun
cuando lejos de él se viva, a través de imágenes o de realidades virtuales, el
sentimiento de pertenencia al terruño.
Las distintas estrategias, que cada familia asentada en Pesqueira ha realizado, están
sumamente ligadas a las identidades étnicas. No hay posibilidad de entender la
apropiación del espacio o la articulación de espacios (territorio de origen y nuevo
asentamiento) sin la memoria colectiva y las identidades de cada grupo
etnolingüístico. La llegada del Santo Patrón inaugura en el año 2010 un consenso
simbólico que permite no solo consagrar el espacio que habitan las familias, sino
hacerlo suyo integrando al resto de la población. Dejar de ser migrantes para ser
radicantes es un enorme paso en la vida social de las familias Zapotecas y Triquis.
Lograr una especialización en el trabajo, diferenciarse entre ellos, entre los mestizos
y ellos, entre los migrantes y ellos; hace que las familias encuentren un lugar propio.
Los Zapotecos inauguran una posibilidad muy profunda de pertenencia socio territorial
en Pesqueira, la cual se da partiendo de su espiritualidad étnica, de su vida interior
como pueblos, de sus mitos, de su historia, de sus vivencias. Por otro lado, las familias
Triquis reafirman su identidad en un nuevo lugar a partir de sus organizaciones
políticas. Ambas propuestas son las posibilidades de éstas familias de construir
nuevos territorios.
183
En la actualidad, en un momento en el que los flujos de energía, mercancías,
información y personas, se tornan incesantes, las vivencias espaciales surgen de lo
más profundo de nosotros y de las familias que viven en diferentes lugares. La
territorialidad se torna sagrada, vinculada a la vida interior y a la vida social por medio
de rituales, mitos y memoria colectiva. Los espacios son historia y vida, son espacios
de trabajo y de vida, son espacios del capital y de las personas. No hay forma de
entender el proceso espacial actual del capitalismo, sin saber cómo las personas viven
dicho proceso. No sólo son trabajadores, sino familias que se sustentan en lo que han
sido por siempre, Nahuas, Zapotecos o Triquis, quizá esto es lo único que hace que
no se pierdan en la inmensidad y arrebato de un proceso mundial que los envuelve en
una vorágine que al final, muchas veces, tiende a generar etnocidios.
184
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PUERTO PEÑASCO (ROCKY POINT), SONORA MÉXICO
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ESTACION PESQUEIRA, SONORA, MÉXICO
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