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Poema: Fiesta brava

Autor: Miguel Ángel Silva

Fiesta brava que no es fiesta


solo un vil asesinato,
del arte pierde el ornato
y a la muerte es una apuesta.
Arte que a muchos molesta
perdiendo así su bravura,
pues se esconde en la cordura
de inocente aficionado,
dejando el arte de lado,
dando paso a la tortura.

Cayendo el sol de la tarde


procesión bordada en oro,
van a asesinar a un toro
haciendo de ello un alarde.
Coso de un valor cobarde,
moderno circo romano.
Arte de un pensar insano,
vestigios de una grandeza.
Socavón de gran pobreza.
miseria del ser humano.

Abren puertas los toriles


y el toro sale asustado.
Por el sol encandilado
apenas ve los perfiles.
Un mozo de artes pueriles
el toro al caballo arrima,
y el picador se le encima
sin piedad y con aplomo,
hunde la vara en su lomo
y el castigo no escatima.

Dislocado en su fiereza
el toro mengua el derrote,
y el torero en su capote
muestra una falsa destreza.
Con gran saña y con firmeza
le clava sendas cuchillas,
fugándose en volandillas
deja al toro en su dolor,
derrotando con vigor
aquel par de banderillas.
Feria de cruel alegría
tiene a un toro ya cansado,
pues sus bríos le han robado
en brutal carnicería.
Se escucha una algarabía:
¡olé! gritan al torero
y éste cual majo guerrero
después de usar la muleta,
toma el estoque el coleta
para hundirle aquel acero.

Respiración apurada,
su sangre ya lo va ahogando.
Su verdugo está mirando,
es su final bocanada.
Solo espera la estocada,
ya se perfila el torero.
Con firme afán tesonero
y en punta de zapatilla,
en rápida volandilla
hunde un estoque certero.

Ya le ha llegado la suerte
y el toro premia su raza.
Se está cayendo la plaza
pues se resiste a su muerte.
Por ser un astado fuerte
han llamado al puntillero,
quien acierta con esmero
en la nuca su puntilla.
Y bajo un sol que no brilla
muere un toro sabanero.

Fiesta brava que es suplicio


también una vil tortura,
pues quien la impulsa procura
un material beneficio.
Sin importar a su juicio
lo que encierra ese folclore,
y aunque el perdón se le implore
bufos irán aplaudiendo,
seguirá el toro muriendo
pues no tiene quien lo llore.

Miguel Ángel Silva


15/04/2017

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