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Vida sacerdotal
Simón Martínez López
Marzo 31 de 2020
No cabe la menor duda que Dios es un ser exquisito, perfecto en cada detalle. Dios ha
trasmitido al hombre su esencia comunicativa, la cual, a su vez, es la esencia de la estética y
del arte. El referente supremo de la estética y el arte no es más que Dios. Su capacidad
creadora se manifestó de modo supremo en la meticulosidad de cada detalle que ha hecho
del hombre un ser inquieto por descubrir la esencia de dicha perfección. La perfección de
Dios se ha revelado a la humanidad por medio de Jesucristo, a este propósito Maurice
Chevalier1, asimila Jesucristo a Dios y que hace todo lo posible para comportarse como
cristiano con la esperanza de que, en el día del juicio, Dios lo acogerá como a hombre de
1
Sansen Rayon, El Dios de los artistas, 2
buena voluntad, dando a entender que Jesucristo es el molde estético de la vida espiritual de
todos los cristianos y que manifiesta en si mismo la grandeza de Dios.
A mi modo de ver, el hombre ha hecho del arte y la belleza una manera original de
inmortalizar lo mejor y lo peor que ha vivido la existencia humana, por ello, el arte se
convierte en un eje trascendental de la vida del ser humano. Todos los seres humanos
producimos arte, cuando hacemos del lenguaje artístico, el lenguaje de la belleza, parte de
nuestra existencia. No es necesario hacer grandes pinturas o grandes textos, solo es
necesario cargar de un sentido trascendental todo lo que hacemos para que adquiera alguna
de las características principales del arte: ser algo ritual, mágico o religioso. El concepto de
belleza es subjetivo, pero claramente hay obras artísticas que vienen cargadas de una
perfección y un impacto visual, auditivo o mental que definitivamente conectan con una
experiencia espiritual. Y algo sumamente bello y digno de recordar es afirmado por Juan
Pablo II en su carta a los artistas: En la «creación artística» el hombre se revela más que
2
Acero, José Ricardo “De lo espiritual en el arte. 9
3
Citado en Acero, José Ricardo “De lo espiritual en el arte
4
Ibídem.
nunca «imagen de Dios» y lleva a cabo esta tarea ante todo plasmando la estupenda
«materia » de la propia humanidad y, después, ejerciendo un dominio creativo sobre el
universo que le rodea. Puedo concluir este apartando reconociendo que el hombre artista es
un trasmisor de la esencia y la imagen de Dios.
La principal función del arte es transmitir los sentimientos del artista, sus experiencias, y
aquello que interpela su contexto vital. De este modo, la obra de arte se yergue como un
sujeto independiente de la vida del artista, expuesta a ser interpretada por todo aquel que
entra en contacto con ella. Por tal motivo, el artista debe tener algo que decir porque su
deber no es dominar la forma sino, adecuarla a un contenido.5La obra de arte adquiere un
alma, porque carga en ella la vida del artista, su contexto y lo hila a la vida de quien la
interpreta y su contexto.
En este punto es donde la espiritualidad entra a cobrar sentido dentro del mundo artístico.
La espiritualidad se encarga de cargar de vida y sentido cualquier producción. Tanto así,
que a mi modo de ver, una obra de arte se hace rica en espiritualidad gracias a dos factores
fundamentales: la dedicación y profesionalismo del artista; y en segundo lugar, la calidad
espiritual e intuitiva del receptor o de quien se siente interpelado por la obra de arte. Como
lo dice Acero, la obra de arte vive y actúa, colabora en la creación de una atmósfera
espiritual.
El carácter espiritual de la obra de arte recae como deber del artista, debido a que este
cuando la realiza no sólo da vida a su obra, sino que, por medio de ella, en cierto modo,
descubre también su propia personalidad6. Es decir, la obra de arte traduce la esencia del
artista y toca la esencia de quien se siente interpelada por ella.
Como lo cita Sansen7 en su texto, en el ardor del trabajo creador el artista experimentara la
presencia en él, actual y actuante, de su propio creador. "La creatividad humana comporta
innegables aspectos de dependencia , indicando que el creador humano crea por gracia de
5
Acero, José Ricardo “De lo espiritual en el arte. 12
6
Carta apostólica de Juan Pablo II a los artistas.
7
Sansen Rayon, El Dios de los artistas,5
Otro del cual es como el instrumento", es decir, el artista crea por gracia de Dios, ya que
cuanto somos y producimos proviene y confluye en Él.
La sensibilidad es una cualidad indispensable para todo aquel que se decide por acompañar
la vida espiritual de cualquier persona. Esta característica, que es potenciada por la
sensibilidad artística, permite ir más allá de las situaciones, de los intereses y
particularidades, permite en si, entrar en la mente de Dios para lograr comprender la vida
del ser humano.
La estética en mi vida se ha convertido en un canal de espiritualidad, de crecimiento
personal, y sobre todo, de aumento de mi capacidad de ser sensible a las realidades. Veo en
el arte una manera propia de evangelizar y atraer a muchas personas a la reflexión del
misterio de Dios, por ello, soy un fiel convencido que dios se manifiesta en cada obra de
arte.
Bibliografía
Acero, José Ricardo “De lo espiritual en el arte” Compendio de contenidos de clase
Carta apostólica de Juan Pablo II a los artistas.Carta apostólica
Sansen Rayon, El Dios de los artistas