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TALLER DE REDACCION III

1. ¿Cuál de los siguientes verbos está en modo subjuntivo?

a) Hubiese llegado
b) Había llegado
c) Habré llegado
d) He llegado

2. El sufijo de la palabra recreativo es:

a) ivo
b) tiv
c) tivo
d)ativo

3. ¿Cuál es el lexema de la palabra santuario?

a) sa
b) san
c) sant
d) santua

4. El sufijo al, utilizado en palabras como arenal y lodazal, indica:

a) lugar
b) parte
c) acción
d) conjunto

5. El prefijo in significa:

a) ajeno
b) afición
c) negación
d) contrario

Las siguientes 7 preguntas, de la 6 a la 12, se contestan con base en el texto


que se presenta a continuación:

El viejo Lucas pasaba los dedos sobre el rejón del arado calculando el tiempo que
llevaba sin usarlo por la mancha que la herrumbre le dejaba en la mano, cuando
sintió unos pasos a su espalda y lo primero que vio fueron las polainas del soldado.

-El cabo que se llegue por el puesto, Lucas. Hay noticias que darle.
Lucas se puso en pie con una ligereza que ya no era para sus años, y buscó
afanoso la cara del soldado, pero el guardia dio media vuelta alejándose y Lucas se
quedo con una pregunta en los labios que le estaba quemando el corazón desde
veinte meses atrás.

Un momento después hincaba el pie en el estribo y por primera vez no supo calcular
instintivamente la altura del naranjo. Sintió las hojas y las espinas arañarle el
sombrero y metió las espuelas a la bestia.

Luego, al primer golpe del viento, unas hojas maduras del naranjo cayeron del
sombrero a la montura, y al verlas, Lucas tuvo un recuerdo de 15 años atrás.

Fue una tarde de chubascos y tierra caliente. Él mismo puso en las manos de
Fernandito la postura del árbol, y abriendo un hoyo en la tierra con sus dedos largos
y duros, le habló al hijo:

-Entiérrala bien y espera. De esta postura tú mismo vas hacer la mancera para el
arado.

Y la cosa se cumplió. Fue el único gajo que se le arrancó al naranjo, pero al llegar el
hijo a los veintidós años, desnudó la rama de su corteza mientras Lucas miraba
complacido las espaldas del mocetón donde la camisa empapada mostraba dos
lomas de músculos separadas al medio por la espina dorsal.

Todavía estaba el arado sujeto a su cabo de naranjo, todavía estaba en los dedos
de Lucas el polvo de la herrumbre. ¿Cuánto tiempo hacia entonces que la mano de
Fernando no apretaba la mancera con los bueyes por delante y las gallinas detrás,
cazando a picotazos los bichos del suelo?

No lo sabía justamente, porque unos meses antes de irse Fernando hubo muchas
aguas y la tierra no pudo ser arada entonces. Bueno, ¡qué más daba eso si ahora
iba a tener noticias!

Pensando así, Lucas no se dio cuenta que ya estaba en el lindero de don Federico
Luna, pero las patas de su caballo sobre el puente de madera le avisaron la noticia.

¡El viejo don Federico Luna!

Una vez le dijo, entre sonreído y malicioso, que hablaba demasiado del hijo. Todo
porque Lucas, sin intención, al mentar la gente a su Fernando, añadió por su parte:

-Miren ustedes, yo cojo un camino de noche y atrás Fernando me saca de perderme,


porque todo lo que van dejando de ver mis ojos, empiezan a verlo los suyos para él
y para mí. Y otra cosa es cuando me fallan las manos, sí, señor. Antes, de dos tajos,
yo cortaba un mangle nuevo. Ahora me voy poniendo viejo, lo hago de uno y
medio… ¿Por qué? ¡Ah!, porque detrás del golpe mío viene el de Fernando y con
medio tajo me acaba la obra el muchacho.
Y como viera en la cara de los compadres una sonrisita como en la de Luna,
sentenció para disimular su adoración del hijo:

-No porque yo lo quiera para mí y de ahí le vea la gracia y la exagere, no. Yo digo
que mi muchacho es completo, pero también digo que los hijos son como las
semillas de la ceiba, que hay que darlas para otras tierras y para otros hombres.

Pero bien lejos había ido a dar ahora su Fernando, pensó, y enderezo por la vereda
que iba al cuartel. Bien lejos tanto que él no podía saberlo. Porque una tarde vino el
cabo con el teniente y dos números, y se levantó comité o cosa así, en la misma
casa de Lucas, y la juventud de la zona vino a inscribirse.

Luego pasó el tiempo y un día vino la orden para que Fernando saliera de la casa a
la capital. Hubo pocas palabras. La vieja estuvo un rato prendida al cuello del hijo y
luego los veinte meses justos sin salir de la casa. Él, por su parte, acompañó al
mocetón hasta el caballo y el muchacho, quizás por no tener mucho que decirle, o
acaso por callar lo mucho que pensaba, se volvió al arado y logrando una sonrisa:

-No me pruebe la mancera nueva hasta que yo vuelva, viejo. Quiero yo darme el
gusto.

Así habían pasado las cosas al principio. Luego vinieron los comentarios:

-Dicen que el mundo se está cayendo a pedazos.

-¡Oiga, que no es de creerlo! Dicen que la tierra se queda hirviendo y no hay semilla
que le venga bien, luego que pasan sobre ella, lo mismo de un bando que de otro.

Todos los comentarios hablaban de lo mismo, sólo que el viejo Lucas tenía una
sentencia en la boca y muy mal humor para decirla por respuesta:

-No hagan caso, basura de muchas bocas siempre crece más al decirse.

Pero por lo bajo era como darles la espalda a las cosas que estaban mucho más allá
de las montañas azules… ¿Total, para qué?... No había más que una razón:
Fernando no fallaba nunca, y si dijo que volvería a apretar con sus manos el cabo
del arado, allí estaría para hacerlo alguna vez.

En este punto de sus reflexiones, el viejo Lucas sintió que el caballo se inclinaba de
atrás, y vio que estaba subiendo la lomita frente al puesto de la rural. Metió los ojos
en el portalito y miró las cosas de siempre: los taburetes recostados a los lados de la
puerta y un muchacho del poblado con camisa gastada de un guardia, limpiando
unas botas en el portal.

Lucas recordó las palabras del cabo: “Cuando haya cartas no se las mando con
nadie, no, señor, con gusto se las guardo yo mismo”.
Esto había sido lo último que hablo con el militar tres meses antes, cuando le
entregara la primera carta de Fernando, y Lucas suspiró ahora:

-¡Este cabo cumple su palabra!

Así pensando sin desmontarse siquiera, se apareó al portalito saludando. Más en la


silla del cabo había otro hombre. El viejo lo reconoció enseguida y se enderezó
sobre la bestia. Era el alcalde de barrio, pero al momento la voz y los pasos del cabo
vinieron desde el otro extremo del portal:

-¡Desmóntese, Lucas, aquí dentro lo esperamos!

Lucas quiso responder, mas comprendió que había algo evasivo en la actitud y los
pasos del militar. Entonces se desmontó ligero detrás de él.

-¿Qué pasa, cabo, no hay cartas?

-Mire, esto es para usted y tenemos que informarle. – Esta vez hablaba el alcalde,
tendiéndole un objeto de metal entre los dedos.

- Tome, Lucas –y el viejo vio ahora el objeto. Era una cadenita de metal, cifrada-.
Esto era de su hijo. Se lo ponen a los soldados para identificarlos.

-¿Era?

La palabra quedó en el aire, y parecía no tener respuesta nunca más, hasta que el
cabo levantó la cabeza:

-Ha muerto en campaña, Lucas.

Había que conocer el viejo Lucas para saber por qué pasó aquello.

Ninguno de los hombres pudo entenderlo. Lucas dio media vuelta, y cuando el cabo
quiso alcanzarlo en el portal ya estaba sobre la montura de su caballo. Luego las
cosas empezaron a borrarse ante sus ojos, y supo que había pasado el puente de
don Federico Luna porque otra vez le avisaron las patas de su caballo.

Fue mucho tiempo después, cuando ya estaba medio curado del muñón del naranjo
y la hierbaluisa ahogaba las azucenas de los canteros. El cabo Pérez interrumpió
una mañana en el sitio en busca del viejo:

-Ahora nunca se sabe de fijo dónde está- dijo la vieja, vestida de negro y medio
asomada a la puerta-. A veces por la casa de tabaco; otras por los corrales, pero
siempre por donde menos haya con quién hablar.

El militar dio las gracias, y paso entre paso de su trotón, anduvo por el batcy hasta
que vio al viejo cerca del pozo, recostado al brocal y desatornillando la mancera del
arado.
Los ojos del cabo miraron por un momento el rejón oxidado, y tirando de las riendas
fue a desmontarse frente a Lucas.

-¿Cómo andamos, viejo Lucas?

-Ya puede ver haciendo que se hace.

Su voz sonó baja, pero profundamente. Era otra voz y otro hombre que no levantaba
la cara de lo que hacían sus manos.

-Sabe, Lucas, yo vengo a ver si me da una manita si puede.

-Usted dirá.

-El caso es que la capitanía no para de tenerlo a uno en jaque. Hoy son unos
maderos que conseguir y mañana un censo a la carrera, todo pedido por circular de
ordeno y hágase.

-Sí, señor.

-Ahora… Usted sabe que la guerra sigue todavía…

-Sigue.

-Pues como ayuda a la causa piden material desechado, lo que no sirva para nada,
hierro viejo, digamos.

-Sí, señor.

-Y claro, yo no puedo dejar que mi puesto quede mal. Algunos cacharros que no
sirvan tengo que conseguirme. Malo que esto no es una zona de industria, que si no,
en un ingenio lo conseguía todo de un golpe.

-Tiene razón, sí, señor.

-Pero, bueno…-y el cabo se detuvo, corriendo la vista sobre el rejón entre las
piernas del viejo Lucas-, pedazo a pedazo lo consigo si usted me da una mano con
ese rejón.

-¿Este arado, cabo?

-Ése y lo que pueda, si hay más.

Lucas calló un instante sin quitar los ojos del cabo y luego, apretando entre sus
manos la mancera del arado:

-Dígame… ¿Para qué quieren el hierro?


-Bueno…, para ganar la guerra… Dicen que todo el material que se consiga siempre
es poco.

-¿Poco para matar, no?

-Justo, Lucas.

Los dos hombres se callaron. El cabo Pérez no entendía los ojos del viejo ahora.
Estaban muy lejanos de los suyos, y porque no los entendía fue que creyó añadir
una hermosa razón para el corazón de Lucas:

-Mire, tal vez este hierro sirva para matar al que mató a su hijo; así son las cosas de
la vida, Lucas. Todo llega a su tiempo.

Lentamente, como si fuera creciendo desde el mismo suelo, el viejo se puso en pie.
Ahora una extraña luz le brillaba en sus ojos, como el día en que dijo adiós al hijo en
el lindero.

-Cabo, y ese que mató a mi hijo, ¿no será un muchacho como él, con veintidós años
y unos pobres en su casa esperando que regrese?

-Ése…, es un enemigo, Lucas.

Lucas no preguntó más. Se le fueron las manos para el arado, tiró del tornillo libre de
la tuerca, zafo el rejón, y levantándolo en sus brazos dio dos pasos hacia el brocal
del pozo. La voz del cabo sonó extraviada a su espalda:

-¿Qué va a hacer, Lucas?

Pero el viejo no contestó nada. Por él habló el chapuzón profundo en la entraña del
pozo, y cuando se volvió, sus brazos estaban limpios de carga, dispuestos a levantar
del suelo la mancera, hecha con el gajo arrancado de allí donde todavía estaba
curándose al sol el muñón del naranjo crecido.

Ornelio Jorge Cardoso

(Adaptación)

6. El cuento anterior está relatado desde el punto de vista del

a) protagonista.
b) personaje testigo.
c) narrador objetivo.
d) narrador omnisciente.

7. Por su importancia dentro del texto, el personaje del cabo Pérez se clasifica
como

a) ambiental.
b) principal.
c) individuo.
d) tipo.

8. Ante la guerra, el viejo Lucas asume una actitud de

a) intransigencia.
b) indiferencia.
c) desconfianza.
d) rechazo.

9. ¿Qué tipo de tiempo maneja el autor?

a) Atemporalidad.
b) Juegos temporales.
c) Tiempo psicológico.
d) Tiempo cronológico.

10. El clímax del cuento se presenta cuando

a) Fernando sale hacia la capital.


b) Lucas se dirige a recibir noticias.
c) el viejo se entera de la muerte de su hijo.
d) el cabo visita al viejo para pedirle su cooperación.

11. El autor del cuento tiene un estilo

a) fluido.
b) lacónico.
c) afectado.
d) reiterativo.

12. ¿Qué tipo de ideas predominan en el cuento?

a) Filosóficas
b) Históricas
c) Religiosas
d) Éticas

13. Elija la opción que tiene una proposición adjetiva que modifica al núcleo
del sujeto de la oración principal.

a) Los instrumentos de cuerda destacan en los conjuntos de cámara, los cuales


predominaron durante el barroco.
b) Algunos compositores dedicaron su producción exclusivamente a los instrumentos
de cuerda, lo cual es significativo.
c) Los instrumentos de cuerda, que son numerosos en la orquesta sinfónica alternan
su voz con los instrumentos de aliento.
d) Algunos compositores modernos se valieron de los instrumentos de cuerda para
crear música microtonal, cuya trascendencia es notable.

14. Elija la proposición adjetiva que modifica al complemento circunstancial

a) Quiero que vayas a la tienda que está en la esquina.


b) Ramón es quien dará la bienvenida a los industriales.
c) Llegó la madera que servirá para el librero y el escritorio.
d) Fernando representa a los que se encargan del proyecto de construcción.

15. Cuál de las siguientes opciones contiene una oración especificativa?

a) El vaso, que era de vidrio cortado, se rompió.


b) Ernesto subió a la roca donde rompen las olas.
c) Corrimos a la casa que está al otro lado del bosque.
d) Laura, cuya casa es colonial, cambiará la decoración.

16. Cuál de los siguientes enunciados contiene una perífrasis?

a) La exposición se va a realizar en un local de la universidad.


b) Se expondrán solamente obras de pintores nacionales.
c) Los cuadros son en general de tendencia figurativa.
d) Las obras acusan una vuelta al realismo más puro.

17. Qué significado tiene el prefijo pen?

a) Sobre
b) Bueno
c) Casi
d) Bajo

18. El español tiene su origen en la lengua

a) latina
b) hebrea
c) persa
d) celta

19. Qué opción presenta la definición de Etimología?

a) Ciencia que ordena las palabras por su significado.


b) Disciplina lingüística que estudia la articulación de los sonidos.
c) Disciplina lingüística que estudia cuando un sonido adquiere significado.
d) Ciencia que estudia el origen y estructura de las palabras a través del tiempo.
20. Qué significa el prefijo latino super?

a) Más allá.
b) Por encima.
c) En lugar de.
d) En medio de.

21. Cuál es el significado del prefijo super?

a) Oposición.
b) Por encima.
c) Volver atrás.
d) Intercalación.

22. Cuál de los siguientes prefijos significa ¨debajo¨?

a) Inter-
b) Tras-
c) Sub-
d) Re-

23. Cuál de las siguientes oraciones contiene una proposición adverbial de


modo?

a) Desarrollamos ese tema, según lo indicó el asesor.


b) Encontraré ese texto antiguo en donde quiera que esté.
c) Se le veía más agotado a medida que avanzaba la enfermedad.
d) Trabajaba más de lo que se acostumbraba en esa compañía.

24. ¿En cuál de los siguientes enunciados se encuentra un verbo en modo


subjuntivo?

a) Einstein concibe las cosas que componen el mundo como relojes.


b) Los grandes pensadores redujeron la noción de tiempo a su expresión más
amplia.
c) Heráclito decía que el tiempo es ese río en el que nunca nos bañamos dos voces.
d) Los restos fósiles harán que nos acerquemos a una interpretación filogenética del
pasado.

25. Elija la inflexión verbal que se encuentra conjugada en modo subjuntivo.

a) Ha sido
b) Haya sido
c) Hubo sido
d) Había sido
En las preguntas 26 y 27 elija la palabra o palabras que completan
correctamente el enunciado que se presenta en cada caso.

26. Tengo que emprender mi camino antes de que la noche se me _______


encima

a) echase
b) echará
c) echa
d) eche

27. La ciudad desapareció con el terremoto y no ______ ni huella de su


existencia

a) dejó
b) dejará
c) deja
d) dejaba

28. Elija el vocablo morfema griego que significa “corte”, “disección”.

a) Tomia
b) Algia
c) Tipia
d) Genia

29. El prefijo hiper significa

a) sobre, exceso
b) debajo, defecto
c) cerca, alrededor
d) proximidad, según

30. ¿Cuál de las siguientes palabras tiene la terminación genérica griega que
significa “relativo a “?

a) Hepatitis
b) Arcaísmo
c) Génesis
d) Ética
31. Elija el vocablo que etimológicamente significa “en ninguna parte”

a) Utopía
b) África
c) Isomorfismo
d) Idiosincrasia
32. ¿Cuál de las siguientes palabras significa inundación?

a) Hecatombe
b) Monomanía
c) Cataclismo
d) Hidrósfera

Las preguntas 33 y 34 se contestan con base en el siguiente comentario


periodístico.

Hace unos días estuvo en México la coreógrafa Constanza Hool, y recordamos


cuando a ella le leímos Los gitanos poemas de Pushkin, y nos dijo emocionada: “
¡Qué platico os! ¡Yo lo podía danzar!”.

Esto sirvió para que ella interpretara en la Universidad de las Américas, el poema “.
Tienda de Sueños”, pues consideró que de la poesía, cuando tiene un ritmo literario
adecuado y una melódica “línea ideatoria” que surge de la corriente del
pensamiento, es factible realizar una danza con la adaptación de la música.

En el caso del poema de Pushkin “Los gitanos”, cuando lo usó como toma Vasilonko
(que vimos en parís, Francia,, en 1967), nos pareció que el simple argumento lleno
de colorido y dramatismo ya encerraba una invitación al movimiento danzado.

Además, las palabras que hacían síntesis de profundas sensaciones y


pensamientos, mantuvieron una línea melódica plenamente definida. Y no hablamos
de lo que podría ser un decorado para acciones de gitanos, pues todo mundo sabe
la energía de matices que esas personas tienen en sus decorados naturales
comprendiendo el vivo vestuario. El propio Dostoievski hace un comentario al
referido poema: “Los gitanos” revela un pensamiento potente, profundo y
plenamente ruso”.

La nueva versión de este toma moscovita se titula simplemente “Aleko”, que es un


personaje que abandona a los suyos para unirse a una tribu de gitanos (experiencia
que tuvo Pushkin). Aleko únicamente lleva como equipaje sus ardientes sueños de
bondad y de belleza, Aleko busca algo y no sabe lo que desea. Aleko es vagabundo
ruso, representante también del ruso desheredado, desasido de los rutinarios
menesteres y que desea caminar, “porque la dicha está en alguna parte fuera de él,
en otras tierras, tal vez en algún rincón de Europa o Asia…”, Aleko encontró a una
mujer muy hermosa, pero era de barro. “Ella le puso una máscara a la verdad….¿La
dicha estará más allá de estas tierras?”. Así termina esta obra que se tomó danza y
que el ballet ruso ya no ha querido reponer. ¿Por qué?
33. ¿Cuál de las siguientes ideas aparece en el texto?

a) La música y la poesía difieren sustancialmente.


b) Los poetas se basan en la música para escribir.
c) Entre música y poesía hay una relación estrecha.
d) Mediante la poesía se puede comprender la música.

34. De acuerdo con el comentario anterior, ¿cuál es la actitud del autor?

a) Indiferente.
b) Objetiva.
c) Agresiva.
d) Irónica.

35. Elija la oración que contiene una proposición adverbial final.

a) Te regaño porque no entendiste.


b) Para que llegaras pronto, levántate temprano.
c) Ya que no me lo había devuelto, le pedí el libro.
d) Te daría mi apoyo siempre que lo pidieras oportunamente.

36. Elija la oración que contiene una proposición adverbial causal.

a) Suponemos que se enojó, pues no ha vuelto.


b) Con el objeto de ganar me preparé.
c) Es tan lista que aprueba todo.
d) Si yo fuera tú, madrugaría.

Las preguntas 37, 38, 39 y 40 se contestan con base en el fragmento de un


ensayo que se presenta a continuación:

La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida.


El mexicano no solamente postula la intrascendencia del morir, sino la de vivir,
nuestras canciones, refranes, fiestas y reflexiones populares manifiestan de una
manera inequívoca que la muerte no nos asusta porque “La vida nos ha curado de
espantos”. Morir es natural hasta deseable cuanto mas pronto mejor.

Nuestra indiferencia ante la muerte es nuestra otra cara ante la vida… matamos
porque la vida, la nuestra, la ajena carece de valor. Y es natural que así ocurra: vida
y muerte son inseparables y cada vez que la primera pierde significación, la segunda
se vuelve intrascendente. La muerte mexicana es el espejo de la vida de los
mexicanos. Ante ambas el mexicano se cierra, las ignora.

El desprecio a la muerte no está reñido con el culto que le profesamos. Ella está
presente en nuestras fiestas, en nuestros juegos, en nuestros amores y en nuestros
pensamientos. La muerte nos seduce. La fascinación que ejerce sobre nosotros
quizás brote de nuestro hermanísimo y de la furia con la que rompemos. La presión
de nuestra vitalidad construida a expresarse en formas que la traicionan, explica el
carácter mortal, agresiva o suicida, de nuestras explosiones. Cuando estallamos,
además, tocamos el punto más alto de la tensión, rozamos el vértice vibrante de la
vida. Y allí, en la altura del frenesí sentimos el vértigo: la muerte nos atrae.

Calaveras de azúcar o de papel de china, esqueletos coloridos de fuegos artificiales,


nuestras representaciones populares son siempre burla de la vida afirmación de la
nadería o insignificación de la humana existencia, adornamos nuestras casas con
cráneos, comemos el día de los difuntos panes que aparentan huesos y nos
divierten canciones y chascarrillos en los que ríe la muerte pelona, pero toda esa
fanfarrona familiaridad no nos dispensa de la pregunta que todos nos hacemos: la
pregunta ¿Qué es la muerte? Nos hemos inventado una nueva respuesta.

El mexicano en tanto a la muerte, la adula y la festeja, la cultiva, se abraza a ella,


definitivamente y para siempre, pero no se entrega, todo esta lejos del mexicano,
todo lo extraño y un primer término, la muerte, la vida.

El mexicano no se entrega a la muerte sino que se entrega al sacrificio. Y al


sacrificarse a su destino al que alguien reciba.

El culto a la vida, es de verdad, profundo y total; es también culto a la muerte, ambas


son inseparables. Una civilización que niega a la muerte, acaba por negar a la vida.
La perfección de los criminales modernos no es nada más una consecuencia del
progreso de la técnica moderna y la popularidad de la “Murder Story” no son sino
frutos (como los campos de concentración y el empleo de sistemas de
experimentación colectiva) de una concepción optimista y unilateral de la existencia.

Cuando el mexicano mata – por venganza, placer o capricho, - mata a una


persona, a un semejante. Los criminales y estadistas modernos no matan, suprimen
y experimentan con seres que han perdido ya su calidad humana. En los campos de
concentración primero se degrada al hombre; una vez convertido en objeto se le
extermina en masa. El criminal típico de la gran ciudad más allá de los móviles
concretos que lo impulsan realiza en pequeña escala lo que el caudillo moderno no
hace en grande.

Octavio Paz.

37. En el ensayo anterior, el estilo del autor es:

a) Satírico
b) Sencillo
c) Festivo
d) Florido

38. ¿Cuál es el tema del ensayo anterior?


a) El festejo de día de muertos
b) El culto por la muerte entre los mexicanos
c) El concepto de la muerte en México
d) El significado de la muerte para los mexicanos

39. Paz, aborda el tema con:


a) pesimismo.
b) jactancia.
c) rechazo.
d) ironía.

40. ¿Cómo se clasifica el ensayo anterior?

a) ensayo crónica
b) ensayo polémico
c) ensayo periodístico
d) ensayo interpretativo

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