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ARQUEOLOGIA

BIBLICA
BIBLIOTECA BIBLICA
CRISTIANDAD

La dirige
A. DE LA FUENTE ADÁNEZ

J. FINEGAN: Manual de Cronología Bíblica.

G. E. WRIGHT: Arqueología Bíblica. Con 220 ilustraciones.

ANTIGUO TESTAMENTO

O. EISSFELDT: Introducción al Antiguo Testamento. 2 tomos.


W. EICHRODT: Teología del Antiguo Testamento. 2 tomos.
M. NOTH: El mundo del Antiguo Testamento.

R. DE VAUX: Historia Antigua de Israel. 2 tomos.


E. JENNI/C. WESTERMANN: Diccionario teológico manual del Antiguo
Testamento. 2 tomos.

NUEVO TESTAMENTO

J. LEIPOLDT/W. GRUNDMANN: Él mundo del Nuevo Testamento.


3 tomos.
Tomo I: Estudio bistórico-cultural.
Tomo II: Textos y documentos.
Tomo III: Ilustraciones.

J. JEREMIAS: Jerusalén en tiempos de Jesús. Estudio económico y social


del mundo del Nuevo Testamento.

V. TAYLOR: Evangelio según san Marcos.

P. BONNARD: Evangelio según san Mateo.

R. E. BROWN: Evangelio según san Juan. 2 tomos.


G. ERNEST WRIGHT

ARQUEOLOGIA
BIBLICA

EDICIONES CRISTIANDAD
Huesca, 30-32
MADRID
Publicaron este libro
THE WESTMINSTER PRESS, Filadelfia, y GERALD DUCKWORTH, Londres
con el título
BIBLICAL ARCHAEOLOGY

Lo tradujo al castellano
J. VALIENTE MALLA

Derechos para todos los países de lengua española en


EDICIONES CRISTIANDAD, S. L.
Madrid 1975

Depósito legal: M. 24.867.-1975 ISBN: 84-7057-183-4

Printed in Spain by
ARTES GRÁFICAS BENZAL - Virtudes, 7 - MADRID-3
Prefacío ................................................................................... 23
Prólogo a la segunda edición ..................................................... 24
CAP. I: Arqueología bíblica ...................................................... 25
Arqueología y teología bíblicas, 25. El desarrollo de las cien-
cias, 27.-Las «piedra de rayo», 28.-La recuperación de civili-
zaciones perdidas, 29. :Desarrollo del método arqueológico, 33.-
Bibliografía, 39.
CAP. II: Gigantes en la tierra ................................................... 41
El hombre prehistórico, 42.-Los primeros «gigantes», 46.-Bi-
bliografía, 55.
CAP. III: Los Patriarcas ........................................................... 57
El lugar de origen de los Patriarcas, 58~Los Patriarcas en Ca-
naán, 65.-Bibliografía, 75.
CAP. IV: Forasteros en Egipto ................................................. 77
Trasfondo histórico de la estancia en Egipto, 79.-Moisés y el
éxodo, 84.-La ruta del éxodo, 87.-Bibliografía, 97.
CAP. V: La conquista .............................................................. 99 LAURA
La conquista y su trasfondo histórico, 101.-La caída de Jericó,
112.-La caída de Betel-Ay, 115.-La campaña de Judea, 116.-
Conclusiones, 120.-Bibliografía, 122.
CAP. VI: En los días en que los jueces juzgaban ......................... 123 PERLA
El período de los jueces en Israel, 126.-Diferencias entre is-
raelitas y cananeos confirmadas por la arqueología, 127.-Datos
arqueológicos sobre los filisteos, 129.-Las ciudades cananeos,
132.-Los primeros profetas, 137.-Bibliografía, 140.
CAP. VII: Dos actitudes religiosas: Israel y Canaán ..................... 141
La alianza, 142.-Dios y los dioses, 145.-Los dioses de Canaán,
152.-El culto, 159.-Israel y la religión de Canaán, 166.-Bi-
bliografía, 172.
CAP. VIII: La edad de oro ........................................................ 173
Saúl (hacia 1020-1000 a. C.), 175.-David (hacia 1000-961 a. C.),
177.-La «ciudad de David», 181 -Salomón en toda su gloria
(hacia 961-922.a. C.), 186.-Monopolio de Salomón sobre la
industria metalúrgica de Palestina, 192.-El templo de Salomón,
196.-El templo desde el punto de vista arquitectónico, 201.-
El ajuar del templo, 202.-Significado teológico del templo,
205.-Bibliografía, 209.
CAP. IX: División y decadencia ................................................... 211
Arqueología y política, 213.-La dinastía de Omri (hacia el
876-842 a. C.), 218.-La dinastía de Jehú (hacia el 842-745
a. C.), 227.-La caída de Israel, 231.-Bibliografía, 237.
CONTENIDO

CAP. X: Los últimos días de Judá ............................................. 239


Datos arqueológicos relativos a la campaña de Senaquerib en el
701 a. C., 239.-Judá durante el siglo vii a. C., 2511-Nabuco-
donosor, 254.-Bibliografía, 262.
CAP. XI: La vida cotidiana en Israel .......................................... 263
La agricultura, 263.-La ciudad, 269.-El vestido, 273.-Artes
y oficios, 279.-Bibliografía, 290.
CAP. XII: El tizón salvado del incendio ..................................... 291
La comunidad palestinense entre los siglos vi y iv, 291.-Exilia-
dos en Mesopotamia y Egipto, 300.-Palestina en la época hele-
nística, 304.-El Antiguo Testamento, 308.-Descubrimiento de
manuscritos del Antiguo Testamento, 312.-Bibliografía, 318.
CAP. XIII: Palestina en tiempos de Jesús .................................. 319 DIEGO
Palestina en tiempos del nacimiento de Jesús, 319.-Los vecinos
de Judea, 330.-Los esenios, 336.-La arqueología y los evan-
gelios, 342.-La vida cotidiana en los tiempos del Nuevo Tes-
tamento, 348.-Bibliografía, 357.
CAP. XIV: La Iglesia en el mundo ......................................... ... 359 ANA MARIA
Datos arqueológicos sobre las primitivas iglesias cristianas de
Oriente, 360.-Primer viaje misionero de Pablo, 365.-El valle
del Lico, 368.-Efeso, 370.-Las primeras iglesias de Europa,
373.-Atenas, 377.-Corinto, 380.-Roma, 384.-La Iglesia en
el mundo, 395.-Bibliografía, 401.
1. La roca de Behistún en Persia .......................................... 32
2. Vista aérea del montículo de Meguido después de las excava-
ciones. La zona AA es la correspondiente a la puerta de la ciu-
dad y los palacios cananeos. a zona BB es la de los establos del
lado este, de la época de Salomón, y de los templos cananeos.
La zona CC corresponde a los establos del lado sur ............... 33
3. Sir Flinders Petrie y Lady Petrie en el jardín de la American
School of Oriental Research. Jerusalén, mayo de 1939 ............ 34
4. El padre L. H. Vicent (izquierda) y W. F. Albright (centro)
examinando la cerámica de la última ocupación cananea de Betel
para fechar la conquista de la ciudad por los israelitas ......... 34
5. La American School of Oriental Research en Jerusalén ......... 36
6. Un corte en el montículo de Meguido, en que se advierten los
distintos niveles de ocupación ........................................... 37
7. Dolmen del Valle del Jordán, con las colinas de Palestina occi-
dental al fondo ................................................................. 42
8. Cavernas prehistóricas del Wadi Mugharah ......................... 43
9. Murallas neolíticas de Jericó. La más antigua, en el fondo, alcan-
za aún una altura superior a los 5,50 metros ..................... 45
10. Cráneo del Neolítico, con rasgos modelados en barro, según apa-
reció en las excavaciones de Jericó .................................... 45
11. Pintura mural de un edificio excavado en Teleilat el-Ghassul, en
el Valle del Jordán (ca. siglos xxxvI-XXXIII a. C.) ................ 46
12. Murallas de Meguido, correspondientes al estrato XVIII, de
ca. 2800 a. C. (Bronce primitivo II) ................................. 47
13. Cabeza en bronce de un personaje importante, probablemente
Sargón de' Acad, hallada en Nínive ....... ............................. 48
14. Vista aérea de las ruinas del palacio de Mari ..................... 51
15. Cabeza en diorita, fechada en la I dinastía de Babilonia; quizá
represente a Hammurabi (tamaño natural) ........................... 52
16. Maqueta del templo escalonado de Babilonia tal como se hallaba
en tiempos de Nabucodonosor (según Unger) ..................... 54
17. Tablilla de Nuzi ............................................................ 62
18. Idolos domésticos (del tipo llamado terafim) procedentes de
Nuzi ................................................................................ 63
19. Caravana de asiáticos que se dirigen a Egipto a las órdenes del
«Jefe de un País Extranjero, Abi-sar» ................................. 66
20. Excavaciones en Jericó, donde se encontró una tumba fechada
en el siglo xvii a. C., con los restos de una mesa de madera, un
féretro, un cuenco, cestillos y cerámicas .............................. 67
21. Figurita egipcia con inscripción, rota intencionadamente en el
curso de una ceremonia de maldición .............................. 68
22. El montículo de Guézer, visto desde el norte ........................ 69
23. Tres templos y un altar para holocaustos, aparecidos en el estra-
to XV (hacia 1900 a. C.) de Meguido ................................. 70
24. Gran altar para holocaustos encontrado en Meguido ............ 71
25. Estelas de Lejjun (Transjordania) .................................... 74
26. Estela funeraria de un funcionario egipcio de la VIII dinastía,
de poco después del 2000 a. C., en que se advierte la figura tí-
pica en que eran representados los funcionarios .................. 79
27. Graneros egipcios. En el registro superior aparecen llenos de
grano, y vacíos en el inferior .......................................... 80
INDICE DE ILUSTRACIONES

28. Relieve egipcio en que aparecen individuos consumidos por el


hambre. Procede de Sakkarah, V dinastía (ca. 2500-2350 a. C.). 81
29. Plano de Jasor (Galilea), mostrando la ciudadela (abajo) y el
gran recinto que se extiende hacia el norte, construido original-
mente quizá como defensa de un gran campamento de los hicsos. 82
30. Ramsés II niño, protegido por Hórus, el dios halcón; grupo ha-
llado en Tanis. Las palabras egipcias que designan el disco solar
(figurado sobre la cabeza del niño), niño y la planta que éste
tiene en su mano componen el nombre «Ramsés» ............... 85
31. Menfis. Estatua colosal de Ramsés 11 ................................. 86
32. Mapa con la ruta del éxodo y la conquista ........................ 89
33. El Monte Sinaí ................................................................ 90
34. Monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí .................. 91
35. Wadi Feiran, en el Sinaí, con un bosquecillo de palmeras y
tamariscos, lugar donde probablemente acampó Israel cuando se
dirigía hacia el Monte Sinaí ............................................. 92
36. Reconstrucción del tabernáculo del desierto (según Conrad
Schick) ............................................................................. 94
37. Bajorrelieve del templo de Bel, en Palmira (época romana). Se
advierte una tienda-santuario portátil .................................. 95
38. Estela de Merneptá, en que se menciona la derrota de Israel ... 102
39. Ain el-Qudeirat, cerca de Cades Barnea ............................... 103
40. Puerta de la ciudad y palacio de los reyes cananeos de Meguido,
ca. 1200 a. C. (estrato VII A) .......................................... 106
41. Marfil encontrado en Meguido. Aparecen un rey cananeo sen-
tado sobre su trono sostenido por querubines, la reina, un mú-
sico que toca la lira y cautivos .......................................... 106
42. Cimientos del gran templo-fortaleza de Meguido, de los si-
glos XVI-XIII. En Siquén ha aparecido otro edificio semejante,
pero de construcción aún más sólida ................................. 107
43. Llanuras de Siquén, tomadas desde el Monte Garizín. Al pie
de la montaña se advierte el cercado del pozo de Jacob, las
ruinas de la Ciudad antigua, en el valle, al extremo izquierdo,
y el Monte Ebal, que se alza inmediatamente detrás, con la
aldea de Askar en la parte inferior de la ladera .................. 110
44. Vista general de las excavaciones de Jericó ........................ 112
45. Tinaja conteniendo grano, de ca. siglo xvi, hallada en Jericó ... 113
46. La moderna aldea que ocupa el emplazamiento de la antigua
Betel, vista desde el este ................................................ 116
47. El montículo de Laquis. La eminencia que se ve en el centro
corresponde a las ruinas del antiguo palacio judaíta. A la de-
recha, encima del mojón, se halla la puerta de la ciudad. El
cerco excavado alrededor de la parte alta del montículo sigue
el trazado del muro inferior de época judaíta.' Sobre la terraza
que se advierte a la izquierda del centro se hallan los restos
del templo cananeo destruido probablemente por los israelitas.
Vista tomada desde el noroeste ....................................... 117
48. Reconstrucción del templo cananeo de Laquis ..................... 118
49. Cananeos en Egipto ...................................................... 124
50. Escena de la batalla naval entre las fuerzas de Ramsés III (iz-
quierda) y los «pueblos del mar» invasores (derecha), entre
los que se contaban los filisteos ....................................... 125
51. Carretas de los «pueblos del mar» atacadas por tropas egipcias. 125
52. Vaso de diorita de finales del período predinástico, fechado hacia
3000 a. C., hallado en una casa cananea del siglo xiv-xiii en
Betsemes (Palestina) ......................................................... 128
53. Ruinas de una casa en Betel, del período de los jueces ... ... 128
54. Cabeza humana figurada sobre el asa de una tinaja de almace-
INDICE DE ILUSTRACIONES

namiento. Apareció en las ruinas de Betel correspondientes al


período de los jueces .................................................... 129
55. Cerámica filistea de Betsemes ........................................... 130
56. El bíblico Valle de Sorec. En el centro se advierte el montículo
de Betsemes. Sobre la colina, al extremo derecho, se halla el
lugar donde vivió Sansón ................................................ 131
57. Instrumentos metálicos aparecidos en diversas excavaciones.
Los núms. 1 y 2 son rejas de arado de Guézer; el núm. 3,
un azadón de Tell Jemmeh, de hacia el siglo x a. C.; el núme-
ro 4, una aguijada de Sharuhen, de hacia el siglo xi a. C.; el
núm. 5, una azuela de Guézer; los núms. 6 y 7 son hachas de
Guézer, la primera de entre los siglos vii-i a. C., y la segunda,
de hacia el siglo x a. C. Los núms. 3 y 5 son de hierro; el resto,
de cobre o bronce ......................................................... 133
58. El montículo de Beisán, con el Jordán y las alturas de Trans-
jordania al fondo ......................................................... 136
59. Reconstrucción del templo norte del estrato V de Beisán. Po-
dría tratarse de la «casa de Astarot» mencionada en 1 Sm 31,10. 137
60. Sello mostrando a los dioses que dan muerte al dragón de siete
cabezas que representa el caos .......................................... 146
61. Vista aérea de las excavaciones de Ras Shamra. En el centro, a
la izquierda, pueden verse, junto al sector aún sin excavar, los
cimientos del templo de Baal. A la derecha de éste apareció la
biblioteca en la que se halló la mayor parte de las tablillas ...... 152
62. Estatuilla de bronce chapada de oro de un dios cananeo, posible-
mente El, aparecida en Meguido y fechable en el siglo xiii a. C.
aproximadamente ............................................................... 153
63. Relieve mostrando a un adorador en presencia del dios El, que
aparece entronizado. Procede de Ras Shamra ...................... 154
64. Estatuilla de bronce que representa a Baal. Procede de Ras
Shamra ......................................................................... 155
65. Bajorrelieve mostrando a Baal como dios de la tempestad. Des-
cubierto en Ras Shamra .................................................. 155
66. Impresión de un sello cilíndrico hallado en Betel, en que apare-
cen Baal y Astoret. El nombre de la diosa está escrito en el
centro con caracteres egipcios .......................................... 157
67. Modelo de hígado procedente de Meguido. Es de barro y sirvió
para conservar un presagio y su ulterior interpretación ......... 161
68. Plaquita en que aparece representada la diosa cananea de la fe-
cundidad con una serpiente enroscada en torno a su cuello ...... 161
69. Dibujo de una moneda acuñada en Biblos durante el siglo iii
a. C., mostrando un templo fenicio con una estela en su interior
como símbolo del dios que allí recibía culto ........................ 163
70. Objetos hallados en un edificio del siglo x en Meguido, entre
los cuales hay dos altares para quemar incienso ................... 163
71. Modelo de santuario. Procede de Beisán ........................... 166
72. Figurita-estela de una diosa madre cananea. Hallada en Bersemes. 168
73. Hoces de sílex procedentes de Tell Jemmeh ........................ 174
74. Ruinas de Gueba ......................................................... 175
75. Plano del palacio de Saúl en Gueba ................................. 175
76. Vaso de hacia el año 1000 a. C. Procede de Meguido y muestra
un hombre tocando la lira ............................................. 177
77. Antiguos proyectiles de honda. Los de la izquierda están hechos
de plomo y son de época romana. El que aparece a la derecha
sostenido por una mano es de piedra y de época israelita. Al lado
se ve un guijarro de río recogido en el Valle de Elá, donde se
dice haber tenido lugar el combate entre David y Goliat ...... 178
78. Antiguas fortificaciones del Ofel en Jerusalén. A la derecha se
ve un revestimiento de piedra; a la izquierda se ve una torre
INDICE DE ILUSTRACIONES

construida con sillares bien encajados, del tipo que aparece por
vez primera en época de Salomón. La cuidadosa excavación
estratigráfica dé los restos contenidos en el interior de estas
construcciones fue realizada primeramente por una expedición
dirigida, en el verano de 1961, por Kathleen M. Kenyon, si-
guiendo las zanjas abiertas por R. A. S. Macalister y J. G. Duncan
durante los trabajos que realizaron en el Ofel entre 1923 y
1925. La parte de las construcciones que aparece aquí a la vista
debe de ser relativamente tardía (de época intertestamental),
aunque recubre construcciones anteriores, quizá de finales de la
época judaíta ................................................................. 184
79. Restos de una puerta en el antiguo muro cananeo («jebuseo»)
de Jerusalén ................................................................... 185
80. El túnel hidráulico de Guézer. Vista tomada hacia arriba, en un
ángulo de aproximadamente 40 grados .............................. 185
81. El. túnel hidráulico de Meguido ......................... ............. 187
82. Reconstrucción del palacio de Meguido, correspondiente al es-
trato V A-IV B, del siglo x a. C. .................................... 188
83. Plano de la puerta salomónica de Meguido. El muro defensivo
que aparece unido a ella, sin embargo, es de fecha posterior, y
corresponde al estrato IV A, del siglo ix a. C. .................. 189
84. Reconstrucción de la puerta salomónica de Meguido, aunque los
accesos debían de estar provistos de dinteles en vez de arcos,
y serían visibles los batientes de madera que servían para ce-
rrarlos ........................................................................... 190
85. Ruinas de un sector de los establos de Meguido .............. :... 191
86. El muro de «casamatas» y lá puerta de la ciudad (izquierda)
erigidos por Salomón en Jasor .......................................... 192
87. Horno para la fundición del cobre, en Khirbet Jariyeh, junto
a la frontera edomita de la Arabá, al sur del Mar Muerto ...... 193
88. Lado sur de la fundición de Esyón-Guézer, mostrando la doble
fila de aberturas de aireación que atravesaban cada uno de los
muros ........................................................ ..............:..... 194
89. Querubines guardianes de un árbol sagrado :....................... 197
90. Palacio de Tell Tainat, en Siria, con capilla aneja, de hacia el
siglo viii a. C. ............................................................... 197
91. Reconstrucción del templo de Salomón, según Stevens, confor-
me a las indicaciones del profesor W. F. Albright y G. E.
Wríght .......................................... ......................... .. 198
92. Reconstrucción del altar de los holocaustos de Jerusalén, según
Stevens, basada en Ez 43,13-17 ....................................... 198
93. Reconstrucción del mar de bronce, según W. Morden ............ 201
94. Lavabo hallado en Ras Shamra .......... ............................... 204
95. Paleta, incensario y tridente, según ejemplares hallados en di-
versas excavaciones ......................................................... 204
96. Hadad, el dios de la tempestad, que en Canaán era llamado Baal,
en pie a lomos de un toro. Procede de Arslan-Tash, en el norte
de Siria, y data del siglo VIII a. C. .................................... 214
97. Emplazamiento de Azecá, en el Valle de Elá ..................... 216
98. Reconstrucción de las murallas de Tell en-Nasbeh ............... 217
99. Emplazamiento de Sainaría .............................................. 220
100. Sillares de la muralla de Samaría, período I ........................ 221
101. Capiteles protojónicos restaurados en el muro de los accesos de
la puerta israelita de Sainaría .......................................... 221
102. Marfiles del período israelita hallados en Samaría ............... 222
103. Planta de las construcciones israelitas que se alzaban en la cum-
bre del montículo de Samaría. El pequeño muro interior y el
palacio del primer período fueron cercados durante el segundo
con una gran construcción de casamatas. A la izquierda, entre el
INDICE DE ILUSTRACIONES

muro interior y el de casamatas, se halla el edificio en que fue-


ron hallados los fragmentos de cerámica con inscripciones .. 222
104. Reconstrucción de la puerta de la ciudad situada en lo alto del
montículo de Samaría, localizada al extremo derecho del plano
de la fig. 103 ............................................................... 223
105. Reconstrucción del conjunto meridional de establos en Meguido. 224
106. Reconstrucción del palacio del siglo ix a. C. en Meguido ...... 224
107. Residencia y ciudadela del gobernador israelita de Jasor en Ga-
lilea .................................................................... ...... 225
108. Estela de Mesá, rey de Moab, que conmemora su victoria ...... 226
109. Copia del obelisco negro de Salmanasar III. En el segundo
registro superior aparece Jehú de Israel besando el suelo ante el
monarca asirio ................................................................ 226
110. Relieves de Ramsés II (a la derecha) y probablemente de Sal-
manasar III (a la izquierda) esculpidos en los acantilados del
Río del Perro, en el Líbano ............................................. 227
111. Sellos hebreos del siglo viti a. C. a) a la izquierda, el de «Sema,
siervo de Jeroboán»; b) en el centro aparece el sello de «Usna,
siervo de Acaz»; a la derecha, arriba y abajo, el sello de Yotam,
con su correspondiente impronta, aparecido en Esyón-Guéber ... 229
112. Reconstrucción de la fundición de Esyón-Guéber .................. 230
113. Sargón II, el conquistador de Samaría. Relieve del Museo de
Turín ........................................................................... 235
114. Reconstrucción del palacio de Sargón II en Khorsabad ......... 235
115. Prisma de Senaquerib, en que se describen sus diversas campa-
ñas militares, incluida la de Judea en 701 a. C. .................. 240
116. Asedio de Laquis por Senaquerib, tal como se describe en un
relieve de su palacio de Nínive ....................................... 240
117. Judíos cautivos en Laquis ................................................ 241
118. Senaquerib sentado en su trono y recibiendo la sumisión de los
ancianos de Laquis ......................................................... 242
119. Reconstrucción de la Laquis judaíta, según H. H. McWilliams ... 243
120. Reconstrucción de la cimera de un casco perteneciente a un sol-
dado asirio, hallada en Laquis .......................................... 244
121. Cráneos hallados en una cueva de Laquis, mostrando los prime-
ros casos conocidos de trepanación para curar la conmoción ce-
rebral . ................................................................ .. 245
122. El túnel de Ezequías en Jerusalén .................................... 247
123. Inscripción hallada en el túnel de Ezequías ........................ 247
124. La tumba de Sobná (?) en Jerusalén ................................. 250
125. Babilonia en la época de Nabucodonosor, con la torre de Babel
y el templo de Marduk ................................................... 258
126. Sello de Elyaquín, mayordomo de Joaquín ........................ 259
127. Sello de «Yezanías, siervo del rey» .................................... 259
128. Sello de Ajimélec, de Laquis .......................................... 259
129. Sello de «Godolías, que está sobre la casa» ........................... 259
130. Carta IV de Laquis ...................................................... 260
131. El calendario agrícola de Guéber ....................................... 264
132. Moderno arado-sembradora de Alepo, en Siria, semejante al tipo
usado en la antigua Mesopotamia ....................................... 265
133. Un gran silo para el almacenaje de grano, excavado en el estra-
to III (siglo viii a. C.) de Meguido ................................. 266
134. Lagar judaíta, hallado en Betsemes .................................... 267
135. Industria de tintorería hallada en Debir .............................. 275
136. Pasador y fíbula, el primer tipo de «imperdible» .................. 278
137. Muchacha cananea. Reconstrucción según los marfiles de Me-
guido .................................................................... 279
138. Peinado de una dama cananea, según una plaquita de Debir que
representa a la diosa de la fecundidad .............................. 279
INDICE DE ILUSTRACIONES

139. Taza para cosméticos (a) y diversas formas de la cerámica ju-


daíta de los siglos VIII-VII, procedentes de Debir .................. 281
140. Tinaja de almacenamiento con sello real en las asas (izquierda).
A la derecha puede verse la impronta sobre el asa de un reci-
piente del mismo tipo. Encima dé la figura se leen las letras
lmlk («pertenecientes al rey»), y debajo, el nombre de la ciudad,
hbrn (Hebrón) ................................................................ 283
141. Horno para la fundición del cobre, hallado en Tell Qasile, cerca
de Tell Aviv ................................................................ 285
142. Plano de una tumba judaíta de Betsemes .............................. 286
143. Un escriba portando una caja de plumas y un atado de tablillas
de madera, en presencia del rey Bar-rekub. Relieve descubierto
en una sala del palacio real de Senjirli, Turquía .................. 287
144. Tumba de Darío 1 (522-486 a. C.) en Nagsh-i-Rustam, Irán ...... 294
145. Pers¿polis. Escalinata monumental en piedra. Siglos vi-v a. C. 294
146. Sellos oficiales de la provincia de Judea durante los siglos v-iv. 296
147. Moneda judía del siglo iv, conservada en el Museo Británico,
y que en algún tiempo se tuvo por la única representación del
Dios de Israel, por leerse las tres letras yhu (Yahu, forma tar-
día de escribir el nombre de )?ahvé). Estas letras se leen hoy
Yehud, «Judea» .............................................................. 297
148. Maqueta de una residencia nobiliaria del período persa, en
Laquis .......................................................................... 298
149. Reconstrucción del palacio de Tobías en Transjordania. En el
grabado aparece la fachada .............................................. 299
150. Anfora griega aparecida en Samaria .................................... 299
151. Cuenco de plata del período persa, del mismo tipo que los ejem-
plares hallados en Palestina. Este procede de Chipre ............ 300
152. Documentos en papiro, cerrados y sellados, procedentes de Ele-
fantina .......................................................................... 301
153. Nícho de la tumba de Apol6fanes, en Marisa ..................... 305
154. Una de las torres circulares de Samaria erigidas, a comienzos
del período helenista, para reforzar las antiguas defensas israe-
litas ,........ ........................ ................... ..................... 307
155. Lámparas de los períodos persa, helenista y romano. Están he-
chas conforme a modelos griegos, excepto (a), que data de los
siglos ii-i a. C. La imitación más antigua es (b), defínales del
siglo v y comienzos del iv; la más tardía es (d), que correspon-
de al período entre el siglo i a. C. y el II d. C. Los tipos (c)
y (e) corresponden a los siglos ii y i a. C. ........................ 308
156. Cueva IV de Qumrán. Puede advertirse la dificultad del acceso. 313
157. Manuscrito de Isaías hallado en la cueva I de Qumrán, abierto
por Is 39-40. Nótense las correcciones insertas en el texto, la
forma en que se confeccionaba el rollo con hojas de pergamino
cosidas unas a otras y el dorso ennegrecido por el uso en tiem-
pos antiguos .......................................... ........................ 314
158. Mesas con fragmentos de manuscritos procedentes de Qumrán,
distribuidos para su estudio en el Museo de Palestina de Jeru-
salén ............................................................................ 315
159. Fragmento de un notable manuscrito de Samuel I-II, aparecido
en la cueva IV de Qumrán. Presenta un texto muy semejante al
que se utilizó para hacer la versión de los Setenta ............... 317
160. Altat y escalinata del templo de Augusto en Samatía ............ 319
161. Vista aérea de Cesarea, mostrando: 1) el puerto de Herodes;
2) la ciudad de los cruzados; 3) el moderno asentamiento judío;
4) el antiguo teatro; 5) el antiguo estadio; 6) el antiguo anfi-
teatro; 7) la antigua muralla romana, y 8) y 9) antiguos acue-
ductos romanos ............................................................... 321
INDICE DE ILUSTRACIONES

162. Mapa en relieve de la antigua Jerusalén, en que se han trazado


las murallas, la explanada del templo y la Iglesia del Santo Se-
pulcro. La Ciudad de David quedaba en la colina situada directa-
mente al sur (izquierda) de la explanada del templo. Abajo
aparece la hondonada del Cedrón; a la izquierda y arriba, el
Valle de Hinnón. Entre la Ciudad de David (Ofel) y la colina
occidental se hallaba el Valle del Tiropeón, que hoy se encuen-
tra relleno en gran parte de escombros .............................. 323
163. La «Torre de David» junto a la antigua puerta de Jaffa en Jeru-
salén. La construcción de la franja inferior conserva restos de
una de las torres defensivas mandadas construir por Herodes ... 324
164. Reconstrucción de la Torre Antonia, situada en el ángulo nor-
oeste de la explanada del templo en Jerusalén ..................... 326
165. Arco del Ecce-Homo, Jerusalén ....................................,..... 327
166. Pavimento del patio de la Torre Antonia .............................. 327
167. El Muro de las Lamentaciones, mostrando los sillares de la cons-
trucción herodiana a lo largo del costado sudoccidental del re-
cinto del templo ............................................................ 327
168. Plano del templo de Herodes con sus pórticos ..................... 328
169. Inscripción herodiana en que se prohibe a los gentiles el acceso
al templo .. . ....... ........... .... .. 328
170. Masada, sobre los acantilados del Mar Muerto, con las ruinas
del palacio herodiano aún visibles en lo alto y el muro romano
de asedio, construido en 73 d. C., visible en la parte baja ...... 330
171. Sela, fortaleza natural en que se hallaba situada la capital del
antiguo Edom, Petra ....................................................... 331
172. Tumbas excavadas en la blanda roca arenisca de Petra ............ 331
173. Templo nabateo de Jebel et-Tannur, Transjornadia ............... 332
174. El dios Hadad. Estatua aparecida en Jebel et-Tannur ............ 333
175. El lugar alto de Robinson en Petra ................................. 333
176. Fragmento de un cuenco nabateo decorado ........................ 334
177. Fortaleza nabatea de Qazr el-Feifeh, Transjordania, con restos de
un acueducto .................................................................. 334
178. Dique romano de Wadi Dhobai, en el desierto de Transjornadia. 335
179. Ruinas de la antigua Gerasa ............................................. 337
180. Khirbet Qumrán, el establecimiento de los esenios. Vista tomada
desde el farallón que domina la orilla occidental del Mar
Muerto ............... ... ..... . ..... ....... 339
181. La mesa de . barro y restos de un banco . hallados en la estancia
de Qumrán donde se copiaban los manuscritos ... .................. 339
182. Reconstrucción de la sinagoga de Cafarnaún ........................ 345
183. Inscripción de Teodoto, procedente de la Sinagoga de los Li-
bertos ........................................................................... 346
184. Plato de terra sigillata hallado en Beisán. Fue importado de
Arezzo, Italia, y está firmado por CamuriUS ........................ 351
185. Relieve de un altar dedicado a la Paz de Augusto por el Senado
romano el año 13 a. C. (Ara Pacis). Aparecen amigos y asisten-
tes del emperador Augusto formando una procesión religiosa.
Nótense las típicas vestiduras flotantes de los romanos, con am-
plios mantos, o togas, llevadas de diferentes maneras ............ 352
186. Diversos peinados de la mujer romana .............................. 353
187. Antiguos sepulcros monumentales del Valle del Cedrón, Jeru-
salén, datados en el período herodiano .............................. 354
188. Reconstrucción de la tumba de la reina Elena de Adiabene ...... 354
189. Osarios judíos de una tumba de Jerusalén ........................... 355
190. Lápida que cubría los huesos del rey Ozías después de su tras-
lado a un nuevo lugar ................................................... 356
191. Papiro Chester Beatty 11, el más antiguo manuscrito conocido
de las cartas paulinas (ca. 200 d. C.) ................................. 360
INDICE DE ILUSTRACIONES

192. Reconstrucción del baptisterio de Dura Europos en la galería de


arte de Yale .................................................................. 361
193. La sinagoga de Dura Europos, según la reconstrucción de
H. Pearson en el Museo de Damasco ................................. 362
194. Antioquía de Siria .......................................................... 363
195. Dibujo del cáliz de Antioquía .......................................... 364
196. Ruinas de un acueducto en Antioquía de Pisidia (o Galacia). 366
197. Monumentum Ancyranum de Ankara, Turquía, sobre el que se
grabó una descripción del reinado de Cesar Augusto ............ 367
198. Hierápolis y el Valle del Lico .................................... ..... 368
199. Plano de Efeso ............................................................. 370
200. Reconstrucción del pórtico del templo de Artemis en Efeso ... 371
201. Reconstrucción de la «Arkadiane» .................................... 372
202. Mapa del viaje de Pablo a Macedonia .............................. 374
203. Ruinas del ágora y la basílica de Filipos ........................... 375
204. Principales monumentos arqueológicos de Atenas .................. 378
205. El Areópago y la Acrópolis de Atenas .............................. 378
206. El canal de Corinto ......................................................... 380
207. Plano de la antigua Corinto .......................................... 381
208. Avenida de Lequeo en Corinto .......................................... 382
209. Inscripción de Erasto, Corinto .......................................... 383
210. Una calle de Pompeya ................................................... 385
211. Calzada romana cerca de Alepo, Siria ................................. 387
212. Miliarios romanos recogidos cerca del río Arnón en Transjor-
dania ............................................................................ 387
213. El Foro Romano. Al fondo, el Arco de Tito y el Coliseo ...... 388
214. Relieve del interior del Arco de Tito, en que aparece represen-
tado el cortejo triunfal que entra en Roma llevando el botín
tomado en el templo de Jerusalén .................................... 389
215. El Foro Romano. Vista tomada hacia la colina del Capitolio ... 390
216. Una catacumba romana ................................................... 391
217. Estatua de Cristo como Buen Pastor ................................. 392
218. Mausoleos descubiertos en un antiguo cementerio romano bajo
la nave central de la iglesia de San Pedro en Roma ............... 394
219. Sarcófago romano pagano hallado en el cementerio existente
bajo la iglesia de San Pedro en Roma ................................. 395
220. Reconstrucción del monumento erigido en memoria de San Pe-
dro el año 160 d. C. ................................................... 396
PREFACIO

Se publica esta obra con la intención de ofrecer un sumario de


' los descubrimientos arqueológicos que ilustran directamente la his-
toria bíblica, a fin de hacer más inteligible la situación de la Biblia
en el mundo antiguo y su relación con ese entorno.. Nuestro libro,
por consiguiente, sigue el hilo del relato bíblico y dispone sus ma-
teriales cronológicamente. Sin embargo, no trata de ser una histo-
ria sagrada, sino un simple complemento a la misma. En diversos
lugares del texto, y especialmente en el capítulo VII, se hace un
modesto intento de introducir. a l lector en el amplio mundo de la
teología comparada de los tiempos antiguos. Sin embargo, ni desde
un punto de vista teológico ni desde el histórico pretende ser nues-
tra obra exhaustiva. Su carácter es puramente introductorio y se-
lectivo, limitándose a presentar las áreas más importantes de la
investigación y los descubrimientos realizados. En ella nos hemos
tomado gran libertad en el uso de las traducciones bíblicas.
Doy las gracias de manera muy especial a las siguientes perso-
nas: los profesores W. F. Albright, J. Bright, F. M. Cross Ir. y
F. V. Filson, que leyeron diversas porciones del manuscrito y me
asesoraron con sus valiosos consejos; a la señorita Nancy Renn, que
me prestó una valiosa colaboración para preparar el capítulo XIV;
a los señores G. K. Shafer y L. A. Sinclair, que pasaron a máquina
el manuscrito con gran cuidado y exactitud; al señor Ch. F. Stevens,
que puso toda su habilidad en la confección de los dibujos. Estoy
particularmente agradecido al señor H. Rees por su cuidadosa re-
visión del manuscrito para darle claridad y fluidez y por haberse
encargado de redactar los índices.
G. ERNEST WRIGHT
McCormick Theological Seminary,
Chicago, 4 de junio de 1955
PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION

En esta segunda edición no se han introducido cambios en la


estructura del volumen. A lo largo del texto, sin embargo, se han
hecho algunas correcciones y se han recogido nuevos datos en los
capítulos V, VIII, IX y X, con la sola intención de poner los temas
al día. Me siento especialmente abrumado y agradecido a causa del
gran número de lectores que han expresado su aprecio a la primera
edición, no simplemente por haberla adquirido hasta agotarla, sino
especialmente por sus palabras, sus cartas y sus sugerencias. He de
expresar mi gratitud, asimismo, a Gerald Duckworth & Co. Ltd.
por su interés, comprensión y paciencia, al igual que al doctor Paul,
Meacham y a la Westminster Press, que tanto acierto han tenido al
confeccionar este libro en los Estados Unidos, a pesar de los enor-
mes gastos que ha supuesto la inclusión de las numerosas ilustra-
ciones.
G. ERNEST WRIGHT
Harvard Divinity School,
18 de abril de 1962
CAPITULO I

ARQUEOLOGIA BIBLICA

Recuerda los días antiguos, considera los años de las pasadas


generaciones; interroga a tu padre, y te indicará; a tus ancianos, y
ellos te dirán ( Dt 32,7).

La arqueología bíblica es una parte y es preciso tomar en serio la historia


especial de la arqueología general. El ar- para comprender la fe bíblica, la cual afir-
queólogo bíblico, sea o no excavador, ma rotundamente el significado de la his-
estudia los descubrimientos de las exca- toria. El investigador bíblico ha de ser
vaciones a fin de entresacar de ellos todos un estudioso de la vida antigua, y la ar-
los hechos que puedan arrojar una luz queología le ayuda a conocer las caracte-
directa, indirecta o incluso difusa sobre rísticas del pasado. Al reconstruir la his-
la Biblia. Debe interesarse por la estrati- toria de los tiempos bíblicos, hallamos
grafía y la tipología, disciplinas en que se muchos períodos que no resultan bien
basa la metodología de la arqueología mo- conocidos por los documentos escritos
derna y de las que hablaremos en este llegados hasta nosotros. Un ejemplo es
capítulo. Pero su principal interés no se el período patriarcal de la vi da israelita
refiere a los métodos, vasijas o armas en que nos presenta el Génesis. ¿Quiénes
sí, sino al entendimiento y la exposición fueron esos hebreos? ¿Cuándo vivieron
de la Sagrada Escritura. y cómo ha de encajarse su movimiento en
la historia antigua? El Génesis tan sólo
insinúa las respuestas a estas preguntas.
ARQUEOLOGIA Y TEOLOGIA El material que contiene fue transmitido
BIBLICAS oralmente a lo largo de muchas genera-
ciones antes de ser puesto por escrito, y
La Biblia, a diferencia de las demás li- nos es necesario recuperar su fondo origi- -
teraturas religiosas, no se centra en una nal si queremos contestar a las preguntas
serie de enseñanzas morales, espirituales del historiador. Esto sólo puede hacerse
y litúrgicas, sino en el relato de un pue- por medio de la investigación arqueológi-
blo que vivió en un tiempo y en un lugar ca, cuyos resultados debemos seleccionar
concretos. El hombre bíblico, a diferencia y emplear cuidadosamente, pues no tene-
de otros hombres, había aprendido a con- mos otros medios para introducirnos en el
fesar su fe narrando lo que había sucedi- período en cuestión.
do a su pueblo y viendo en ello la mano Naturalmente, se podría preguntar:
de Dios. En otras palabras: la fe fue « ¿Para qué necesitamos todo este esfuer-
transmitida mediante un relato histórico, zo histórico cuando lo que nos interesa
26 ARQUEOLOGIA BIBLICA

de la Biblia es su fe y sus ideas religio- años, cuando «desde el caos de la prehis-


sas?». Pero ¿qué es la fe bíblica sino el toria la Biblia se proyectaba como una
conocimiento del significado de la vida especie de fósil monstruoso, sin pruebas
a la luz de lo que hizo Dios en una his- que demostraran su autenticidad y su
toria determinada? Según la Biblia, no origen en un mundo humano como el
se da un conocimiento de Dios al margen nuestro»'. No obstante, han surgido nu-
de los acontecimientos reales de este dra- merosos problemas históricos, como ve-
ma humano y de las especiales responsa- remos en las páginas que siguen, y por
bilidades que el mismo Dios nos ha im- añadidura hay en la Biblia una interpreta-
puesto en él. La fe y el conocimiento en ción de los acontecimientos y de la expe-
la Biblia se fundan en un compromiso riencia que no está sujeta a comprobación
total con el Dios que domina la historia histórica o arqueológica. La afirmación
y en la lealtad, obediencia y esperanza que de que en el siglo xiii a. C. se registró en
están enraizadas en él, y que, lejos de la Palestina meridional una violenta ola
suponer una deserción ante los aconte- de destrucción se ve comprobada por las
cimientos de la historia, exigen una in- excavaciones. La idea de que tal destruc-
serción en ellos. t Aún más: el hombre ción se debió a la invasión israelita es una
bíblico pudo expresar su fe tan confiada- razonable deducción histórica. En cambio,
mente porque comprendía que los acon- decir que esa guerra fue dirigida por Dios
tecimientos que describe habían sucedido para sus justos fines en la historia cons-
realmente. Si queremos tomarlo en serio, tituye una interpretación de fe que no es
también deberemos tomar en serio su objeto de comprobación histórica. La re-
historia: cuanto mejor la conozcamos, surrección de Cristo fue una certeza ínti-
más claramente veremos lo que él dice ma de los primeros cristianos, pero esto
sobre ella. Así, pues, el profundo estudio es algo que la arqueología nunca podrá
del arqueólogo es el resultado de un vital iluminar. De aquí que el arqueólogo bí-
interés por la historia que la Biblia nos blico esté irremediablemente condiciona-
ha transmitido) No podemos, por consi- do en su trabajo. No puede probar que la
guiente, pensar que el conocimiento de la Biblia sea verdad, pero sí puede iluminar
historia bíblica es accesorio para la fe La -y de hecho ilumina- su situación en
teología - y la arqueología b íblicas deben_ la historia, así como los acontecimientos
,ir de_ la manó si queremos 1 y el fondo cultural que afectan a la fe bí-
significado o de la Biblia . blica. En esta tarea el arqueólogo desem-
Sin embargo, el estudio de la arqueo- peña generalmente un papel positivo para
logía pone al teólogo ante un grave e la exposición bíblica, pero también tiene
inevitable riesgo. ¿Qué pasaría si descu- que desempeñar a veces un papel negati-
briéramos que el relato bíblico no res- vo. Quizá el ejemplo más claro de esta
ponde a los hechos? No tenemos más última posibilidad se halle en el descubri-
remedio que afrontar tal eventualidad, ya miento de la antigüedad del pasado del
que no es posible comprender bien la na- hombre. Dado que este descubrimiento
turaleza de la Biblia si no conocemos su está íntimamente ligado al desarrollo de
ambiente y trasfondo. De hecho, la ar- la arqueología bíblica, es necesario que le
queología ha concretado e iluminado el dediquemos aquí algunas palabras,
relato bíblico en tantos puntos cruciales
que sería ingenuo definirlo como un «cú-
mulo de mitos y leyendas». La situación ' W. F. Albright, Recent Discoveries in Bible
Lands, sup. a Young, Analytical Concordance
actual no es la de hace ciento cincuenta ( Nueva York »1936) 1.
ARQUEOLOGIA Y TEOLOGIA 27

Cuando los primeros eruditos cristia- márgenes de la versión de la Biblia utili-


nos reconstruyeron la historia del mundo, zada en la Iglesia de Inglaterra; y suce-
su fuente principal fue el Antiguo Testa- dió lo que con muchas notas marginales
mento. ¿Qué edad tenía la tierra y la vida en el curso de la historia: que pronto se
sobre ella? Había un documento conciso la consideró tan santa como el texto mis-
y preciso que les informaba de cuanto mo, no siendo omitida hasta la edición
querían saber. Los grandes Padres de los revisada de 1885.
tres primeros siglos, que conocían poco Con el Renacimiento surgió un nuevo
o nada de hebreo, emplearon exclusiva- interés por la Antigüedad pagana, y du-
mente la versión griega de los Setenta y rante los siglos siguientes un número cada
de ella aprendieron que la creación de la vez mayor de viajeros traía noticias de
tierra y del hombre debía fecharse unos ruinas que todavía se conservaban en
seis mil años atrás. Esto resultaba intere- Oriente. La teoría tradicional de la edad
sante para algunos, pues el Señor creó este del hombre no podía permanecer indiscú-
mundo en seis días y un día es para él tida ante tan gran interés por lo antiguo.
como mil años. La Historia del Mundo de sir Walter
Eruditos posteriores, como Eusebio y Raleigh, publicada entre 1603 y 1616,
san jerónimo, al estudiar el texto hebreo contenía una premonición de lo que iba
redujeron la cifra a cuatro mil años, pero a acontecer cuando informaba al lector
dentro de tales límites todos estaban de de que «en tiempos de Abrahán todas las
acuerdo La historia del hombre no yace partes del mundo entonces conocidas es-
en las tinieblas; Está definida y delimita- taban desarrolladas... Egipto tenía mu-
da: comienza con el acto creador de Dios chas ciudades magníficas..., y éstas no
entre cuatro y seis mil años antes de Cris- construidas con ladrillos, sino con piedra
labrada..., cuya magnificencia necesitaba
to.)Y la mayoría estaba también de acuer-
un antepasado mucho más antiguo que lo
do en que este acto creador se redujo a
que se había supuesto» z. Las generacio-
seis días de veinticuatro horas:,
nes siguientes vieron el desarrollo de
Tal era el punto de vista comúnmente
muchas ramas de la ciencia, y la investiga-
mantenido en toda la cristiandad hasta ción del siglo pasado coincidió en remon-
mediados del pasado siglo. Lutero, en su tar el origen del hombre muchos milenios.
Comentario al Génesis, declaraba:(« Cono-
cemos por la autoridad de Moisés que
hace seis mil años el mundo no existía»!
EL DESARROLLO DE LAS CIENCIAS
Calvino coincidía en, esta apreciación; en
cambio, 'Melanchton, queriendo ser más
Dos ciencias que desempeñaron un
exacto, situaba la fecha real de la creación
i mportante papel en dicha investigación
en el año 3963 a.. C., fecha que varía sólo
en unos años de la señalada por san je- fueron la geología y la biología. Cuando
rónimo. Un clérigo irlandés, el arzobispo se conocían relativamente pocas especies
Ussher, destacó como la mayor autoridad de fauna no había dificultad en suponer
en la materia con la publicación de sus que el arca de Noé fue suficientemente
gran e para conservar a todas ellas. Sir
Anales del Antiguo y Nuevó Testamento
Walter Raleigh, admitiendo un centenar
en 1650. Sus cálculos mostraban que el
hombre fue creado el 4004 a. C., y sus
opiniones fueron aéeptadas como definiti- Citado por A. D. White, A History of the
vas.., editor incluyó esta cronología, Warfare of Science with Theology ( Nueva York-
para mayor comodidad del lector, en los Londres 1923) vól. I, 254.
28 ARQUEOLOGIA BIBLICA

de diferentes especies animales, pudo rada posteriormente y se aplicó a todos


mostrar que un piso del arca sería capaz nuestros antepasados antediluvianos: Un
de contenerlas. Otro piso podría contener erudito fijó la estatura de Adán en 37,70
el alimento; un tercero, las aves, y aún metros y la de Eva en 36,20 m. (!).
quedaba una amplia habitación para los Pero el problema no tardó en compli-
ocupantes humanos. En los siglos siguien- carse para tales explicaciones simplistas.
tes, sin embargo, el número de especies Se observó que cuanto más antiguo era
aumentó en varios miles, y el asunto del el estrato de la roca, mayor era el núme-
arca se hizo cada vez más espinoso. ro de restos de especies animales ahora
Pero lo peor vino después. William extinguidas. Además, la distribución de
Smith, conocido como «el padre de la geo- las especies no era uniforme en el globo.
logía inglesa», había probado en 1799 Estos problemas no podían explicarse fá-
que las rocas se presentan en estratos, y cilmente con el recurso exclusivo a los
que el orden cronológico de éstos puede primeros capítulos del Génesis. Por últi-
determinarse por el carácter de los fósiles mo, la publicación de la gran obra Prin-
contenidos en ellos. Este problema de los cipios de Geología (primera edición en
fósiles no era nuevo. Los primeros Padres 1830-33), de sir Charles Lyell, el más
de la Iglesia habían mantenido que los eminente geólogo de su tiempo, presenta-
fósiles eran restos de los animales que se ba una mina de información, según la
habían ahogado en el diluvio de Noé. cual la tierra no fue formada en seis días
Aprovechando la información de William y la presencia de fósiles en los varios es-
Smith, un tal Joseph Townsend publicó tratos rocosos difícilmente podía explicar-
un libro titulado El carácter de Moisés se por un único diluvio universal de cua-
como historiador confirmado por su re- renta días.
lato de acontecimientos desde la creación
al diluvio (1813). Un libro de texto para
el estudio de la Sagrada Escritura en Es- LAS «PIEDRAS DE RAYO»
tados Unidos durante el siglo xi , la In-
troducción al estudio de la Biblia le Hor- Otra línea de investigación estaba inte-
ne (primera edición en 1827), informaba resada en las «piedras de rayo». Durante
al estudiante de que «la narración mosai- siglos se habían ido descubriendo piezas
ca del diluvio se ve confirmada por los de piedra tallada o pulimentada, las ma-
restos fosilizados de animales pertenecien- yores de las cuales se tenían por rayos
tes a un mundo anterior, los cuales apa- y las pequeñas por saetas Eran veneradas
recen en todos los rincones del globo, porque, según la creencia popular, fueron
frecuentemente en las cimas de las más empleadas como armas en la guerra ce-
elevadas montañas, y es de notar que los leste durante la cual Satán y sus cohortes
restos de animales pertenecientes a una habían sido arrojados de la presencia de
parte del globo aparecen a menudo en Dios.!: Se pensaba obviamente que tales
otra parte muy distante». Se creyó tam- instrumentos divinos poseían un gran va-
bién que ciertos fósiles demostraban la lor mágico y eran regalos dignos de reyes.
existencia de los gigantes mencionados en En el siglo xI, el emperador de Constan-
la Biblia, a los cuales también se referían tinopla envió una de,tales «hachas celes-
los Padres de la Iglesia. San Agustín su- tes» como regalo al emperador de Roma.
puso que un diente fosilizado descubierto En el siglo siguiente, un obispo pretendía
en el norte de Africa pertenecía a uno de que tales piedras eran un medio elegido
tales gigantes. Esta creencia fue reelabo- por Dios para asegurar el éxito en la gue-
LAS «PIEDRAS DE RAYO» 29

rra y la seguridad en el mar o en la tierra Huxley (1863) y La descendencia del


contra el rayo celeste. Todavía en el si- hombre de Darwin (1871) se sintetizaron
glo xvii, un embajador francés regaló un los datos y surgió el origen y la historia
hacha de piedra al príncipe-obispo de Ver-- del hombre que conmovió al mundo reli-
dún, pretendiendo que sus virtudes para gioso e intelectual en sus cimientos. Con
la salud eran, según se decía,. de cierta esto quedaron abiertas nuevas perspecti-
i mportancia. vas del futuro y del pasado y fue difícil
En el siglo xviii fueron escritas varias hacer los necesarios reajustes mentales.
disertaciones sobre el origen y empleo de
estas «piedras de rayo»; se demostró que
habían sido hechas y empleadas por razas LA RECUPERACION
primitivas de hombres.. Durante la prime- DE CIVILIZACIONES PERDIDAS
ra parte del siglo pasado se descubrió
además que muchos de estos utensilios
estaban juntos en los estratos geológicos Otro punto de investigación, uno de
con huesos de animales extinguidos hacía . los que aquí más nos interesan, fue la re-
cuperación. arqueológica de las antiguas
mucho tiempo. civilizaciones del mundo bíblico. Las re-
Uno de los más importantes de estos ferencias literarias de las grandes naciones
descubrimientos fue hecho por un geólogo del Próximo Oriente eran pocas y frag-
francés llamado Boucher de Perthes, y mentarias, conservadas aquí y allá en citas
publicado en 1847. Durante varios años, de autores griegos y latinos. Además, una
un equipo de hombres habían estado ex- buena parte de estas referencias contenía
cavando bajo su dirección en las terrazas datos erróneos y la imagen del Antiguo
del valle del Somme, cerca de Abbeville, Oriente que ofrecía era oscura y defor-
en Francia. Se descubrieron miles de uten- mada.
silios en las diversas terrazas, enterrados Durante los siglos xvii y xviii nume-
en restos geológicos muy por encima del rosos viajeros volvieron a Europa hablan-
presente nivel del río Somme. Boucher do de las maravillosas ruinas que todavía
creyó al principio que estos utensilios se conservaban en Persia, Mesopotamia
habían pertenecido a hombres que se aho- y Egipto. Poco después de 1600 llegó a
garon durante el diluvio, pero pronto se Europa la primera muestra de ciertos ca-
vio que eran indicio de algo completa- racteres en forma de cuña (hoy llamados
mente diferente. Mientras sus descubri- cuneiformes); procedía de las ruinas de
mientos eran recibidos con escepticismo Persépolis, capital de los reyes persas.
y violenta oposición, varias comisiones También procedentes de Babilonia llega-
de destacados especialistas visitaron el ron unas cuantas tabletas de arcilla con
valle y se convencieron de que los resul- escritura. El viajero que trajo todo este
tados habían sido correctamente descri- material, Pietro della Valle, creyó qué
tos. Otros descubrimientos efectuados en eran un curioso tipo de escritura antigua.
Inglaterra, en América y en el continen- La obra de dos de los máximos eruditos
te europeo corroboraron la natural deduc- de los siglos xvi y xvii, Joseph Scaliger y
ción de que la historia del hombre es mu- Athanasius Kírcher, puede considerarse
cho más larga y complicada de lo que el como revolucionaria para el conocimiento
testimonio del Antiguo Testamento había que se tenía de la historia y la cronología
hecho suponer. Con la publicación de la del mundo pregriego; de hecho, parece
Antigüedad del Hombre de Lyell (1863), haber sido Kircher el que primero llamó
El lugar del hombre en la naturaleza de la atención sobre la escritura jeroglífica
30 ARQUEOLOGIA BIBLICA

egipcia. En 1798 Napoleón Bonaparte misterio de los jeroglíficos con ayuda de


marchó con su ejército a Egipto. Aunque la traducción griega y un caudal de infor-
la intención primaria de su expedición era mación sobre aquel notable pueblo fue
la conquista militar, llevó consigo a los poco a poco reunido y estudiado. De he-
más insignes eruditos de Francia; éstos, cho, pronto se reunió una asombrosa can-
mientras el ejército cumplía con su deber, tidad de datos.
perseguían otros fines más pacíficos, re- Los antiguos egipcios de Wilkinson
corriendo Egipto, copiando y describiendo (1836) es todavía una obra fascinante y
todo lo que veían. Poco después fueron rica en información, dado que de todas
publicados los enormes volúmenes de la las fuentes disponibles se sacaron nume-
obra Description de l'Égypte (1809-13)",.- rosos detalles sobre la vida egipcia.
una magnífica publicación digna del pa-` Los acontecimientos se sucedían más
tronazgo de un emperador. Así, Europa lentamente(en Mesopotamia. Una serie
entró por primera vez en contacto con los de brillantes conjeturas dio lugar al des-
tesoros artísticos y monumentales del an- ciframiento del antiguo persa, pero el acá-
tiguo Egipto y se sorprendió ante el es- dico (nombre dado hoy al cuneiforme asi-
plendor de esta desaparecida civilización. rio y babilónico) constituía un difícil
/'Pero el más importante objeto hallado rompecabezas. Finalmente, gracias a una
por esta expedición no fue descubierto por serie de inscripciones escritas en persa
los eruditos, sino por el ejército. Un ofi- antiguo y en acádico, se llevó a cabo el
cial francés de artillería, mientras dirigía desciframiento. La más importante de es-
las excavaciones para un fuerte cerca de tas inscripciones fue la Roca de Behistún,
Rosetta, en el delta del Nilo, tropezó con que ha sido llamada la «Piedra de Ro-
un bloque de granito negro cubierto de setta» de Persia. En una escarpada roca
escritura. Se trataba de la hoy famosa cercana a Behistún, en Persia, a unos no-
Piedra de R Rosetta, que proporcionó la venta metros sobre la llanura, Darío el
clave para el desciframiento de los jero- Grande (522-486 a. C.) esculpió tres
glíficos egipcios (escritura en dibujos). Se inscripciones que recordaban su triunfo
sobre todos los enemigos en la revuelta
comprobó que era una piedra monumental
que siguió a su coronación (fi. 1). Una
erigida por los sacerdotes en honor de
un decreto promulgado por el rey hacia estaba en persa antiguo, otra era una
traducción al elamita y la tercera una
195 a. C., en el que se les concedían cier-
traducción al babilónico. Un oficial del
tos honores y se les exoneraba del pago
ejército inglés, el mayor Henry Rawlin-
de impuestos. Estaba dividida en tres par-
son, con gran peligro de su vida, copió la
tes y escrita en dos idiomas. La parte su- primera y la tercera de estas inscripciones
perior presentaba el texto egipcio en la entre 1843 y 184.7; resultaron ser la clave
antigua escritura jeroglífica; la interme- para penetrar en los secretos de las lite-
dia, en demótico, la escritura cursiva or- raturas asiria y babilónica 3 Naturalmen-
dinaria egipcia, y la tercera en griego, que te, muchos se mostraron escépticos, pero
era el lenguaje oficial de la época A pesar la exactitud del desciframiento fue final-
de que la piedra nunca llegó a Francia,
sino que fue capturada por los ingleses
cuando éstos arrebataron Egipto a los ' Rawlinson no pudo copiar la inscripción ela-
franceses en 1801 y depositada en el Mu- mita debido a ciertas dificultades. Lo ha hecho
seo Británico, inmediatamente atrajo la recientemente el profesor George Cameron, de
la Universidad de Michigan. Cf. su elocuente
atención de varios especialistas_ En 1822 informe Darius Carved History in Ageless Rock:
el francés Champollion había resuelto el «National Geographic Magazine» (1950) 825-44.
RECUPERACION DE CIVILIZACIONES PERDIDAS 31

mente confirmada mediante una impre- nocidos por los eruditos de su tiempo.
sionante demostración por parte de la Entre ellos había tratados históricos y
Royal Asiatic Society en 1855. Se envia- listas cronológicas de sucesos, informes
ron copias de una de las inscripciones astronómicos, tablas de medidas y . trata-
que habían sido halladas -recientemente a dos matemáticos que revelaban un sin-
cuatro destacados especialistas en acádico. gular conocimiento de la materia, sin
Cada uno preparó una traducción inde- igual en cualquier otro pueblo oriental
pendiente, y cuando la Society publicó los antiguo.(Había épica religiosa, himnos y
resultados, se vio que las cuatro estaban oraciones, en las que se reflejaba a veces
sustancialmente de acuerdo.) Los alema- una profundidad de sentimiento religioso
nes fueron los últimos en convencerse, apenas inferior a la de los salmos israe-
pero hacia 1880 todos estaban persuadi- litas. Había listas de los signos cunei-
dos de que estos extraños signos podían formes, ejercicios gramaticales, tablas de
leerse realmente. sinónimos, textos bilingües, listas de plan-
Entre tanto, excavadores franceses e in- tas, piedras, animales, ciudades, templos,
gleses trabajaban en las ruinas asirias de dioses, países, meses y años, lo cual ha
Nínive, Korsabad y Calah, donde fueron sido la fuente principal para la prepara-
excavados los grandes palacios de los re- ción de gramáticas y diccionarios. Las car-
yes asirios, los cuales habían desempeñado tas y memoriales de reyes y altos funcio-
un papel tan importante en la historia de narios nos hablan sobre la administración
Israel entre el período de Elías y el de del gobierno y sobre la vida de las perso-
jeremías. Pronto el Museo Británico de nas privadas. Se nos informa sobre re-
Londres y el Louvre de París exhibían a vueltas, impuestos, tributos y reparación
un público sorprendido y entusiasta las de edificios y canales, pues la estabilidad
estatuas y los relieves escultóricos que en del país dependía de estos últimos. Mu,
un tiempo adornaron estos palacios. Sin chas de las tabletas trataban de temas
necesidad de leer un solo carácter cunei- médicos; se alude incluso a un aviso en-
forme, la gente fue iniciada en las cos- viado a un médico para que atendiera a
tumbres de los antiguos asirios, los cua- una de las damas de la Corte. La astrolo-
les causaron tantos problemas a Israel, gía parece haber sido una de las ocupacio-
en la vida y éxitos de los reyes y, al mis- nes más populares de los hombres cultos,
mo tiempo, en toda la civilización del pero es uno de los legados menos impor-
Asia occidental perteneciente a la época tante de este notable pueblo.
de los profetas hebreos, dado que los es- Mientras se estudiaba esta literatura,
cultores representaron cuidadosamente a uno de los colaboradores del Museo Britá-
todos los pueblos con los que habían en- nico, George Smith, descubrió los relatos
trado en contacto a través de la guerra babilónicos de la creación y del diluvio,
oo,,por
por otras causas. lo cual supuso un duro golpe para el pun-
el descubrimiento más importan-- to de vista tradicional sobre estos aconte-
te fue el de la -aran biblioteca del rey cimientos. Destacados especialistas de la
Asurbanipal (ca. 669-633 a. C.) por el segunda mitad del siglo pasado quedaron
excavador inglés Layard y su socio Ras- inmediatamente convencidos de que las
sam. Este rey había reunido y copiado fuentes últimas del relato bíblico de la
miles de documentos de toda clase y los creación y del diluvio debían buscarse en
había almacenado en dos de sus palacios el mismo ciclo de tradiciones que había
de Nínive. Abarcaban prácticamente to- inspirado estos relatos, mucho más crudos
dos los campos del saber y la ciencia co- y politeístas, de los babilonios.
1. La roca de Behistún en Persia.
EL METODO ARQUEOLOGICO 33

2. Vista aérea del montículo de Meguido después de las excavaciones.

DESARROLLO DEL METODO descubría ahora que estos montículos es-


ARQUEOLOGICO taban constituidos por estratos sucesivos
de antiguas ciudades. La más elocuente
Tales descubrimientos, por muy impor- descripción del destino común a las civi-
tantes y estimulantes que fueran, no ha- lizaciones del Antiguo Oriente es, sin
cían sino preludiar lo que había de venir. duda, la de Jos 8,28: «Y Josué incendió
En 1870 el periodista alemán Heinrich Ay y la convirtió en un tell para siempre,
Schliemann comenzó a trabajar en la Tro- en desolación hasta el día de hoy».
ya homérica, y por primera vez se supo Pero ¿cómo datar los estratos arqueo-
la verdadera naturaleza de los peculiares lógicos descubiertos? Excavar en las rui-
montículos en forma de cono truncado nas de los palacios y tumbas de Asiria o
que aparecen por toda el Asia occidental. Egipto presentaba relativamente pocos
El nombre semítico de estas, elevaciones problemas cronológicos, pues abundaban
del terreno es tell. Se trata de montículos inscripciones o relieves por los que era
formados por las ruinas de ciudades des- fácil saber a quién pertenecían. En cam-
truidas (fi. 2). Del mismo modo que bio, la cuestión se complicaba en los paí-
William Smith había observado que las ses pobres como Palestina, donde las ins-
rocas inglesas formaban estratos, así se cripciones relativas a algún rey datable
3
34 ARQUEOLOGIA BIBLICA

la arqueología del Próximo Oriente sir


Flinders P,etrie (fi. 3). Tras varios años
de experiencia en Egipto, comenzó a exa-
minar un montículo del sur de Palestina
llamado Tell el-Hesi, quizá el lugar de la
Eglón bíblica. Allí descubrió el interesan-
te hecho de que los estilos y formas de
la cerámica diferían en los distintos nive-
les del montículo y que, por consiguiente,
el estudio de la cerámica era decisivo. Re-
conoció que algunas de las piezas que ha-
bía hallado eran del mismo tipo que había
encontrado anteriormente en Egipto, don-
de las había podido fechar por medio de
las inscripciones. Así pudo hacer su famo-
sa profecía: «Una vez catalogada la cerá-
mica de un país, tenemos en nuestras
manos la clave de toda futura exploración.
Una simple mirada a un montículo de rui-
nas, incluso sin excavarlo, mostrará a cual-
quiera que conozca el estilo de la cerámica
tanto como semanas de trabajo puedan
revelar a un principiante».
Desde aquel día nuestro conocimiento
de los tipos de cerámica ha aumentado
3. Sir Flihders y Lady Petrie.
tremendamente. Dada una suficiente can-
tidad de piezas enteras o rotas de un de-
terminado estrato, es posible establecer
raras veces aparecen en condiciones que la fecha de ese estrato (il. 4). Gran aten-
indiquen la fecha del nivel en que han
sido encontradas, Nos hallamos, por ejem-
plo, ante una casa o una tumba que no
tiene nada de particular. ¿A quién per-
teneció 'y cuándo? Este problema preocu-
pó no poco a los primeros arqueólogos.
Uno de ellos decidió que las ruinas de la
fortaleza del rey Saúl en Gueba carecían
de interés porque databan de tiempos de
las Cruzadas. El muro herodiano que de-
li mita el área del templo en Jerusalén, y
que data en realidad de la segunda parte
del siglo i a. C., se atribuyó a la época
de Salomón. Una serie de tumbas perte-
necientes al siglo i d. C. fue catalogada
como la necrópolis de los reyes de Judá.,
La clave que se necesitaba para resolver
el problema de la cronología fue descu-
bierta en 1890 por el gran patriarca de 4. El padre Vicent y W. F. Albright.
EL METODO ARQUEOLOGICO 35

ción se ha prestado también a los métodos bíblicas reafirmaron rápidamente la con-


de excavación. Antes de 1910, la inmensa fianza en la Biblia, pues la gente podía
mayoría de las excavaciones fue una sim- ahora ver con sus propios ojos las refe-
ple «caza de tesoros». En los montículos rencias a personas y acontecimientos que
se abrían trincheras con el propósito de la Biblia refleja o menciona. En 2 Re
encontrar edificios y objetos interesantes 18-19, por ejemplo, tenemos el relato
y curiosos. Hoy la arqueología se ha con= bíblico del asedio del rey asirio Senaque-
vertido en un trabajo riguroso y preciso. rib contra Judá, incluyendo su capital,
La fotografía, la medición, el dibujo, el Jerusalén, y su mayor fortaleza, Laquis.
inventario y la clasificación han adquirido Como resultado de las excavaciones ingle-
tal exactitud que, una vez terminada la sas en Nínive, se pudo leer la narracíón
excavación, es posible hacer sobre el pa- que el mismo Senaquerib escribió de este
pel una reconstrucción del montículo en acontecimiento y ver los relieves del muro
la que todos los objetos puedan ser colo- de su palacio, donde había una artística
cados en su sitio. Entonces será posible representación del asedio y rendición de
descubrir la historia de la ciudad, sus re- Laquis, con hombres y mujeres judíos
laciones culturales, la vida de sus habitan- contemporáneos del profeta Isaías que
tes y las destrucciones sufridas. Esta cui- eran llevados al cautiverio (ils. 115-17).
dadosa excavación nos ha permitido: no- El creciente número de excavaciones,
tar las diferencias entre las primeras ciu- particularmente en la misma Palestina, y
dades israelitas y las de los, cananeos que el desarrollo, desde la primera guerra
los hebreos no pudieron expulsar, rastrear mundial, de los métodos arqueológicos
los indicios de la conquista israelita de y lingüísticos han contribuido a aumentar
Canaán, seguir las vicisitudes del pueblo nuestra confianza en el relato bíblico den-
elegido en los siglos posteriores y conocer tro de los períodos históricos conocidos.
las devastaciones del ejército babilónico El descubrimiento de numerosos docu-
de Nabucodonosor, cuando sucumbió el mentos antiguos y el creciente conoci-
reino de Judá el 587 a. C. miento de las gramáticas de los idiomas
La conmoción inicial que los progresos antiguos ha hecho posible penetrar en la
científicos causaron al estudioso de la cro- mentalidad antigua y entender al hombre
nología bíblica fue reemplazada por una bíblico de un modo más profundo que an-
creciente confianza. Como resultado del tes. La geografía bíblica ha identificado
trabajo de los científicos, se fue compren- la mayoría de los lugares que la Biblia
diendo que los primeros capítulos del Gé- menciona. El adelantado en este campo
nesis no debían tomarse como un informe fue Edward Robinson: los resultados de
literal y objetivo sobre el hombre prehis- sus viajes a Palestina en 1838 y 1852,
tórico, sino como una interpretación teo- publicados en sus Investigaciones bíbli-
lógica del mundo en relación con Dios, cas (3 vols.), fueron revolucionarios para
presentada desde el punto de vista común la exacta identificación de los lugares bí-
a la Antigüedad. Así, pues, la validez de blícos. Ningún explorador le igualó antes
la doctrina de estos capítulos no se ve de 1920; pero a partir de esta fecha se
afectada por su «ciencia»; actualmente se ha hecho mucho para corregir, matizar y
suelen leer como una especie de poesía completar su obra y la de otros mediante
teológica que es más «verdadera» y dura- el empleo del criterio basado en la cerá-
dera que lo que pueda escribir un cientí- mica para identificar lugares. W. F. Alb-
fico 'fiel a los hechos conocidos. Aún más, right y Nelson Glueck son los principales
las excavaciones efectuadas en las tierras investigadores modernos que han seguido
36 ARQUEOLOGIA BIBLICA

sus pasos, pero con un conocimiento de la de la Universidad de Chicago en Megui-


cerámica que les ha permitido decir qué do, entre 1925 y 1939 (¡l. 6); los del
ruinas eran realmente antiguas y a qué pe- University Museum de Filadelfia en Bei-
ríodo pertenecían. sán (fi. 58-59), entre 1921 y 1933; los
Ya hemos aludido al carácter satisfac- de la expedición inglesa en Laquis (1932
torio de las primeras excavaciones. Fue de a 1938; cf. il . 47-48 y 118) y en Jericó
gran importancia, tanto para la historia (1930-36, y especialmente los de Kathleen
como para el método arqueológico, la ex- Kenyon, 1952-58; cf. il. 44); los de la
cavación Harvard, realizada en Samaría Universidad Hebrea en Jasor (1955-58),
( fi. 100-105), capital del reino de Israel, y los de la expedición Drew-McCormick
entre 1908 y 1910 y dirigida por los nor- en Síquén (desde 1956).
teamericanos G. A. Reisner y Clarence El método de excavación puede sinte-
S. Fisher. Los importantes descubrimien- tizarse de la manera siguiente. Mediante
tos hechos por estos hombres y por otra la exploración externa, el excavador ha
expedición al mismo lugar bajo la direc- localizado el montículo tell donde desea
ción del arqueólogo inglés J. W. Crow- excavar y ha reunido los medios necesa-
foot, entre 1931 y 1935, serán descritos rios, _que incluyen un equipo adecuado,
en subsiguientes capítulos. Aquí comen- instrumentos de medición, picos, espuer-
taremos el método arqueológico que des- tas, libros de inventario, etc. Contrata
arrollaron y que, bajo la' inspiración de obreros y comienza a excavar. A poca
C. S. Fisher, ha sido empleado en las profundidad suele encontrar muros de
excavaciones efectuadas posteriormente antiguos edificios. Los desentierra ponien-
en Palestina, si bien otros han intro- do especial atención en los niveles del
ducido numerosos perfeccionamientos. suelo que separan unos objetos de otros.
Entre las principales excavaciones que El montículo está compuesto de varios
han seguido y desarrollado el método estratos o niveles de edificación, uno bajo
Reisner-Fisher debemos mencionar las otro hasta llegar al suelo virgen o roco-
siguientes: los trabajos de la American so, y es de importancia vital distinguirlos.
School of Oriental Research (il. 5) ba- Las varias habitaciones o sitios de los
jo la dirección de W. F. Albright, es- hallazgos se enumeran, se dibujan en pla,
pecialmente su excavación de Tell Beit nos y se fotografían. Cada uno de los
Mirsim, en el sudoeste de Judá, entre objetos descubiertos se etiqueta y se re-
1926 y 1932; los del Oriental Institute gistra a fin de no olvidar el nivel y el
lugar donde se halló. Los objetos que
están fuera de lugar por haber caído desde
arriba o subido desde abajo deben ser
identificados en la medida de lo posible.
Así, cuando se termine el trabajo, los pla-
nos y las notas permitirán reproducir so-
bre el, papel la localización original de
cada cosa. Este es en resumen el método
estratigráfico, que consiste en excavar por
niveles o estratos y recoger los objetos
hallados en cada estrato. El montículo
que encierra las ruinas de Beisán (il. 58),
por ejemplo, contiene dieciocho diferentes
5. La American School en Jerusalén. estratos en unos 25 m. de restos acumu-
EL METODO ARQUEOLOGICO 37

6. Corte del montículo de Meguido con los distintos niveles de ocupación.

lados durante cuatro mil años de ocupa- Sin embargo, no es posible excavar co-
ción intermitente. El pequeño montículo rrectamente una ciudad antigua ni inter-
de Tell Beit Mirsim (el Debir o Quiryat- pretar su historia sin conocer la tipología.
Séfer de la Biblia) contiene diez estratos Esta es sencillamente la clasificación de
en unos 6 m. de residuos, acumulados los varios tipos de objetos descubiertos
en un período de dos mil años. El tamaño y el estudio de su historia. Una joya, una
medio de estos montículos palestinenses punta de flecha, una lámpara o una jarra
varía considerablemente porque había ciu- pueden pertenecer a un determinado tipo
dades pequeñas y grandes. Tell Beit Mir- o clase, y es necesario recoger de las de-
sim, por ejemplo, comprendía sólo tres más excavaciones cuantos datos sea posi-
hectáreas dentro de sus muros. En cam- ble sobre la historia de este tipo y sobre
bio, la vecina Laquis tenía la notable ex- cómo su estilo varió y evolucionó durante
tensión de ocho hectáreas, mientras que su historia. En posesión de este conoci-
el montículo de Meguido (il. 2) incluye miento, el excavador puede observar las
cinco hectáreas en su circunferencia. clases de objetos que se encuentran en un
Durante las excavaciones de Samaría, estrato dado y datar el conjunto, dado
en 1930-35, y de Jericó, en 1952-58, que sus formas peculiares aparecen sola-
Kathleen Kenyon introdujo una serie de mente dentro de un determinado período.
importantes modificaciones en el método La excavación moderna ha perfeccionado
de excavar. Especialmente significativo es sus métodos estratigráficos y aumentado
el análisis de los escombros, su colorido, sus conocimientos tipológicos, hasta tal
las estriaciones en su tipo y contextura punto que, usando los dos juntos, el buen
y la relación exacta con las estructuras excavador conoce exactamente el terreno
existentes. Para ello es preciso efectuar que pisa, puede interpretar lo que encuen-
«calas», es decir, cortes en el montículo, tra y no se ve forzado a recurrir a elabo-
excavando zanjas de prospección en ángu- radas hipótesis.
lo recto a los muros en vez de horizon- Con el empleo de estos métodos en
tales a ellos, dibujando y fotografiando Palestina y otros países de la Biblia, la
todos los resultados. Esto muestra qué es segunda mitad del siglo pasado asistió a
un estrato. Es el nivel o superficie de ocu- una notable revolución en nuestra manera
pación, junto con los muros y los escom- de entender el mundo antiguo y el lugar
bros que, encima o debajo, forman parte de la Biblia dentro de él. Los especialis-
del mismo. Los materiales que aparezcan tas pueden ahora narrar con gran detalle
entre un nivel y otro deben ser analizados el primer gran esfuerzo del hombre para
porque pueden ser un relleno para nue- erigir una civilización compleja. Mientras
vas edificaciones y pertenecer a un perío- el centro del segundo esfuerzo estuvo en
do anterior. Grecia y Roma, el drama anterior se cen-
38 ARQUEOLOGIA BIBLICA

tró en las tierras de Egipto, Síria y Me- ofrecen un marco al relato. Es una pena
sopotamia. Esta es la región donde tuvo que este deseo de «dar la razón» a la
lugar el primer desarrollo de la agricul- Biblia presida gran parte de las obras
tura, donde fueron fundadas las primeras asequibles al lector medio. Los datos han
ciudades (ca. 7000 a. C.), donde se inven- sido mal empleados y las deducciones sa-
taron los métodos de escritura (a partir cadas de ellos son con frecuencia erró-
de ca. 3500 a. C.), donde se formaron los neas, equivocadas o verdades a medias.
primeros grandes Estados (ca. 3000-2000 Nuestra preocupación no debe ser la
antes de Cristo) y donde se emplearon «prueba», sino la verdad. Debemos es-
los recursos de esos Estados por primera tudiar la historia del pueblo elegido exac-
vez para construir un imperio. Al aumen- tamente del mismo modo que la de cual-
tar sus conocimientos, al intensificar la quier otro pueblo, corriendo el peligro
organización de la comunidad y dominar de destruir la singularidad de esa histo-
los recursos naturales, el hombre intentó ria. Si no estamos dispuestos a correr ese
someter a su poder la mayor extensión riesgo, nunca llegaremos a la verdad.
posible de tierra. Sin embargo, podemos decir rotunda-
En esa época de la historia humana la mente que a quienes no han temido co-
nación de Israel vivió en Palestina, fue rrer ese riesgo la literatura de Israel y
destruida y dispersada entre las naciones la de la Iglesia se les presenta con más
y escribió un testimonio magnífico de su claridad que antes. Ahora estamos en con-
fe, actualmente conservado en nuestro diciones de valorar esta literatura porque
Antiguo Testamento, que, al llegar la ple- disponemos de puntos de referencia en su
nitud de los tiempos, fue el terreno en propio tiempo. Ahora vemos que aunque
que echó sus raíces la Iglesia cristiana. la Biblia surgió en el mundo antiguo, no
La Biblia es el testimonio de la acción pertenecía enteramente a él; que aunque
especial de Dios en la primera gran época su historia y su pueblo se asemejan a los
del hombre; por ella se afirma su signifi- de las naciones vecinas, la Biblia irradia
cación y el señorío de Dios sobre todas una atmósfera, un espíritu, una fe mucho
las edades. más profundos y radicalmente diferentes
En esta perspectiva, el estudioso de la de los de cualquier otra literatura anti-
Biblia no tiene por qué preguntarse si la gua.'El progreso de la arqueología y de
arqueología «da la razón» a la Biblia. El la crítica textual, literaria e histórica no
sabe que este problema recibe una res- han nublado nunca el hecho de que los
puesta afirmativa en el sentido de que escritores bíblicos fueron los gigantes re-
las lenguas bíblicas, la vida y las costum- ligiosos y literarios de la Antigüedad, aun-
bres de sus pueblos., su historia y sus con- que ellos nunca lo dijeran. Ellos simple-
cepciones son iluminadas de innumera- mente pretendían dar testimonio de lo
bles maneras por los descubrimientos ar- que Dios había hecho y de que cuanto
queológicos. Esta literatura ya no surge se realizaba por medio de ellos era obra
del caos de la prehistoria «como una es- de Dios, no suya.)
pecie de fósil monstruoso sin pruebas Los problemas que inquietaron a nues-
para demostrar su autenticidad» ,,El estu- tros padres durante los últimos tres siglos
dioso sabe también que la intención pri- ya no parecen serios a los modernos estu-
maria de la arqueología bíblica no es diosos de la Biblia Pocos de ellos se mo-
«probar», sino descubrir. La inmensa lestan en «probar» la Biblia, pues saben
mayoría de los «hallazgos» ni prueban que ésta se mantiene por sí misma que,
ni desaprueban; llenan el trasfondo y en muchos aspectos,ha sufrido mas «por
EL METODO ARQUEOLOGICO 39

culpa de sus amigos bienintencio dos nos quieren que creamos que la Biblia
que de sus enemigos honrados». Como refleja un estadio de la evolución cultu-
ha escrito el profesor Albright,, «culmi- ral y biológica tan primitivo, que ya no
nando y trascendiendo todas las religio- tiene sentido para el hombre moderno» 4.
nes antiguas, la Biblia representa la máxi- Tenemos para con los exegetas y arqueó-
ma' revelación de Dios al hombre cuando logos de la Biblia una deuda permanente
éste llegó a su madurez. Por lo menos por la perspectiva en que ahora podemos
habían pasado- cien mil años desde que ver y usar esta literatura sagrada.
el hombre aprendió a fabricar utensilios
y han pasado menos de dos mil años desde
que se cerró el canon. Sin embargo, algu- Op. cit., 43.

BI BLIOGRAFIA

A. D. White, A History of the Warfare of Desde la Edad de Piedra al cristianismo (San-


Science with Theology ( Nueva York 1896); tander 1959).
contiene una mina de estimulante información Como tratados especiales sobre la historia de
acerca de las materias tratadas en la primera las excavaciones en Palestina se recomiendan las
parte de este capítulo. siguientes obras: C. C. McCown, Ladder of Pro-
Para la historia de las excavaciones en las tie- gress in Palestine ( Nueva York-Londres 1943);
rras bíblicas durante el pasado siglo, cf. Explo- W. F. Albright, The Archaeology of Palestine
rations in Bible Lands during the 19th Century and the Bible ( Nueva York 1932) cap. I;
( Filadelfia 1903); es indudablemente la mejor W. C. Graham y H. G. May, Culture and Con-
obra. Para un breve panorama referido única- science ( Chicago 1936) 314-37; R. A. S. Maca-
mente a Mesopotamia, cf. el fascinante relato lister, A Century of Excavation in Palestine
de Seton Lloyd Foundations in the Dust(Lon- ( Londres 1925); F. J. Bliss, The Development
dres-Nueva York-Toronto 1947). También me- ol Palestine Exploration ( Nueva York 1906);
rece citarse A. Parrot, Discovering Bíblical G. A. Barton, Archaeology and the Bible ( Fila-
Worlds ( Londres 1955). delfia '1937) cap. IV.
Como complemento a lo anterior se recomien- Para responder a la pregunta «¿Qué es la
dan las siguientes obras: W. F. Albright, Recent arqueología bíblica?», cf. l a interesante exposi-
Discoveries in Bible Lands, suplemento de la ción de N. Glueck, The Other Side of the
Analytical Concordance de Young (ed. rev., Jordan ( New Haven 1940) cap. I.
Nueva York 1955) y publicado como separata Sobre cómo se ha de excavar, cf. K. M. Ken-
por The Biblical Colloquium (731 Ridge Ave., yon, Beginning in Archaeology (Nueva York
Pittsburgh 12, Pa., USA). Del mismo autor, 1952).
CAPITULO II

GIGANTES EN LA TIERRA

En aquel tiempo los gigantes (nefilim) habitaban la tierra


( Gn G,4).

Los israelitas tenían varias tradiciones fragmentos de cerámica fechables dos si-
acerca de los aborígenes de su país. Esta- glos después del año 2000.a. C., en que
ban convencidos de que habían sido hom- habían sido consignados los nombres de
bres de talla gigantesca, y les daban diver- los enemigos de la corona. Su lista se
sos nombres: nefilim, refaím, los descen- escribía sobre unos recipientes de arcilla
dientes de Anac, los emim y los zuzim o que luego eran rotos en pedazos. La prác-
zamzummim. Los emim y zuzim eran lo- tica obedecía a razones mágicas. Del mis-
calizados sobre las márgenes del Jordán, mo modo que se rompían los recipientes,
mientras que de los hijos de Anac se creía también los rebeldes, según se creía, iban
que habían ocupado las inmediaciones de a ser destrozados. Entre aquellos rebeldes
Hebrón. Og, rey de Basán, al este del se menciona una tribu palestinense cuyo
mar de Galilea, era tenido por uno de los nombre coincide prácticamente con Arias
últimos refaím; su famoso lecho de hie- y que debía de comprender al menos tres
rro, según los israelitas, medía 4 m. de clanes, ya que se nombran tres jefes. - No
largo por 1,80 m. de ancho (Dt 3,11). es seguro, sin embargo, que haya alguna
Los espías israelitas enviados por Moisés relación entre estos anaquítas..y los de la
desde el desierto para que hicieran un Biblia, pero se trata del único descubri-
reconocimiento de la «tierra que mana miento que guarda cierta relación con los
leche y miel» regresaron con este terro- nombres de los aborígenes conservados
rífico informe: «La tierra que hemos cru- por los israelitas.
zado y explorado es una tierra que devora En cuanto a la existencia de gigantes,
a sus habitantes; el pueblo que hemos hemos de decir que en el Próximo Orien-
visto en ella es de gran estatura. Hemos te no ha aparecido prueba alguna de que
visto allí nefilim, hijos de Anac: parecía- hubiesen existido allí gentes de una esta-
mos saltamontes a su lado y así nos veían tura fuera de lo normal, aunque conoce-
ellos» (Nm 13,32s). mos las razones que dieron origen a se-
Desgraciadamente, la arqueología no ha mejante tradición. Los espías de Israel
hallado prueba alguna de la existencia se lamentaron de que las ciudades del país
de aquellas gentes, salvo, quizá, una ex- eran grandes y que sus muros se alzaban
cepción. Se trata de los hijos de Anac. hasta el cielo (Dt 1,28; Nm 13,28). Hoy
En Egipto ha aparecido gran número de sabemos que no exageraban. Era lógico
42 GIGANTES EN LA TIERRA

que hablasen de gigantes después de ha-


ber vivido la sencilla existencia de los
nómadas en el desierto del Sinaí-Madián
y encontrarse de pronto ante las ciudades
cananeas «alzadas sobre sus montículos».
Porque aquellas ciudades poseían mura-
llas cuyo espesor llegaba a veces a los
4,50 m. y aún más y se alzaban a una
altura de 15 m. Muchas veces estaban
construidas de bloques enormes. No es de
extrañar que aquellos hombres se sintie-
ran «como saltamontes». Los israelitas no
eran una excepción en este sentido. Los
antiguos griegos tenían las mismas ideas.
Al contemplar las murallas de algunas de
sus más antiguas ciudades, llegaron a la
conclusión de que sólo podían ser obra
de gigantes; en consecuencia, circulaba
entre ellos la tradición de que tales mu-
rallas habían sido construidas por los cí-
clopes, no la raza de hombres con un solo 7. Dolmen del Valle del Jordán.
ojo de que habla Homero, sino unos ar-
tífices de talla gigantesca venidos de Asia
Menor. De ahí deriva nuestro término
«ciclópeo». de gigantes. En Europa aún se dice entre
las gentes del pueblo que los dólmenes
son tumbas, casas, lechos o mesas de gi-
EL HOMBRE PREHISTORICO gantes. No cabe duda de que los israelitas
y otros habitantes de Canaán, a la vista
' En Palestina, tierra adentro, y especial- de aquellos enormes monumentos, creían
mente en Transjordania, pueden verse que eran obra de gigantes, exactamente
aún grandes tumbas llamadas dólmenes igual que las gentes de Europa. En Escan-
(il. 7) y enormes piedras erectas, a veces dinavia, por ejemplo, subsisten tradicio-
de casi 5 m. de altura, conocidas con el nes acerca de una raza mítica de gigantes,
nombre de menhires. No es fácil atribuir- llamados jóten; un investigador bíblico
les una fecha, aunque datan por lo me- dijo hace algunos años muy acertadamen-
nos del 2000 a. C. y hasta es posible que te que los refaím eran para los israelitas
tengan la misma antigüedad que los dól- lo mismo que los hünen para los germa-
menes, que probablemente han de si- nos y los jóten para los escandinavos.
tuarse a finales de la Edad de Piedra, Como ya hemos dicho en el capítulo an-
ca. 9000-5000 a. C. Estos monumentos terior, una de las más antiguas tradicio-
no son exclusivos de Palestina, sino que nes de la raza humana es que nosotros
aparecen también en Siria, Asia Menor, somos los descendientes degenerados de
Armenia, Kurdistán y en varios países unos gigantes míticos, a los que incluso
europeos, como Irlanda, Inglaterra, Fran- se han dedicado desde hace siglos esta-
cia, España y Cerdeña. Lo curioso es que tuas en ciudades como Londres, Amberes
allá donde se han conservado algunas tra- y Douai.
diciones relativas a ellos se habla siempre ¿Hay alguna prueba arqueológica a fa-
EL HOMBRE PREHISTORICO 43

g. Cavernas prehistóricas del Wadi Mugharah.

vor de la existencia de una raza o razas acerca de aquellas gentes, ya que sólo
de gigantes prehistóricos? La respuesta han sido hallados algunos instrumentos
es sencilla: no hay ninguna. Parece que líticos usados por ellas. Era la época gla-
antes del 3000 a. C. los hombres del ciar, y cuando el hielo no cubría zonas
Próximo Oriente eran de talla algo menor tan meridionales como Siria y Palestina,
que la normal.en nuestros días. A partir los hombres que vivían allí buscaban re-
de esa fecha, debido sin duda a una me- fugio en las cuevas, que les servían de
jor alimentación, la estatura media fue habitación incluso durante los períodos
aumentando paulatinamente hasta alcan- cálidos. Las excavaciones practicadas en
zar las proporciones del hombre actual. muchas de estas cavernas han convertido
Por supuesto, se daban excepciones, exac- a Palestina en uno de los grandes centros
tamente igual que en nuestros días, y por de investigación por lo que se refiere al
ello se nos habla de hombres de gran paleolítico y al mesolítico. En un valle
talla, como Og, Goliat y sus hermanos. abierto al mar, al sur del monte Carme-
Pero las excavaciones nos dicen que no lo, dos cavernas dieron a conocer una
podemos hablar en iodo alguno de una docena de esqueletos pertenecientes a una
raza de gigantes. «raza» mixta relacionada con el hombre
Por lo que nosotros sabemos, el hom- de Neanderthal (fi. 8) y fechable en el
bre pobló el Asia occidental durante la mesolítico'. Aquellas gentes vivían de la
primera etapa del paleolítico, hace unos
doscientos mil años por lo menos, o qui- ' D. A. E. Garrod y D. M. A. Bate, The Stone
zá en fecha anterior. Sabemos muy poco Age of Mount Carmel (Oxford 1937).
44 GIGANTES EN LA TIERRA

caza y de la recolección de frutos espon- su artesanía, un cervatillo recostado, es


táneos. Pero el dato más interesante es una pieza soberbia, juzgada incluso con-
que ya en época tan temprana poseían forme a los criterios modernos. Se ponía
ciertas creencias religiosas acerca de la también sumo cuidado en el enterramien-
vida en el más allá, como manifiestan los to de los muertos. En la tumba se depo-
cuidados puestos en el sepelio de sus sitaban los adornos que el difunto había
muertos. Dado que se advierten en sus usado en vida, lo que podría ser indicio
restos ciertos signos de mezcla racial, ha- de una creencia en la prolongación de la
bremos de utilizar con muchas reservas vida física.
el término «raza». La sangre pura jamás El neolítico, que para el Próximo
ha existido en tiempos históricos. Oriente suele fecharse hoy entre el octa-
La última glaciación se había retirado vo y el quinto milenio antes de Cristo,
hacia el año 8000 a. C.; el período com- señala la época en que empiezan a cons-
prendido entre el 10000 y el 8000 a. C. truirse los primeros poblados y se dan los
puede considerarse como de transición; primeros tanteos para establecer una vida
ha sido llamado, no con demasiada pro- comunitaria más compleja. Algunos de
piedad, «mesolítico». - Los hombres co- los más importantes y esclarecedores des-
menzaron entonces a cambiar su género cubrimientos relativos a ese período se
de vida, pasando de una economía con- han producido en el famoso lugar bíblico
sistente en la simple recolección de alí- de Jericó, que en aquella época era ya
mentos a una producción de los mismos. una aldea bastante grande, con los edifi-
Este período puede estudiarse actualmen- cios más antiguos de todo el mundo y una
te en las cavernas de Palestina mejor que muralla defensiva hecha de grandes blo-
en ningún otro sitio. Ha aparecido gran ques de piedra (fi. 9). Una de las cons-
número de esqueletos pertenecientes a un trucciones parece ser un templo, pues en
tipo humano esbelto, de cabeza alargada, sus inmediaciones se hallaron objetos re-
ligiosos, entre ellos figuras de barro, po-
cuyos individuos medían entre 1,50 y
siblemente ídolos, distribuidas en dos gru-
1,60 m. de estatura, muy semejantes a
pos, cada uno de los cuales está formado
los más antiguos pueblos históricos co-
por un varón, una mujer y un niño. Tam-
nocidos de Egipto, Siria y Palestina. Qui-
bién puede decirse que se dan en este
zá pertenecían. al grupo del que descen- emplazamiento las primeras obras mode-
dían los semitas. Reciben el nombre de Jadas en barro; se trata de varios cráneos
«natufienses» por el del Wadi Natuf, al sobre los que han sido figuradas con ba-
noroeste de Jerusalén, donde aparecieron rro las facciones (il. 10)'. Fue entonces
sus restos. Estaban más adelantados que cuando se descubrió que el barro puede
sus predecesores. Todavía practicaban la endurecerse al contacto con el fuego, lo
caza y daban muerte a gran número de que, en consecuencia, dio origen a la in-
gacelas, animal que abundaba mucho en vención de la cerámica; con ello aparece
aquella época, pero también conocían la por primera vez la más común entre las
pesca y, 1o que es más importante, habían pertenencias del hombre.
aprendido a sembrar y cosechar cereales, Sigue luego una etapa de transición ha-
entre ellos la variedad probablemente más
antigua de trigo entre las conocidas. Es
2
posible que hubieran domesticado ya el Un resumen de las importan, tareas des-
perro y que lo emplearan en la caza. Sa- arrolladas recientemente en el emplazamiento de
la antigua Jericó en K. M. Kenyon Digging up
bían hacer vasijas de piedra y tallar el Jericho ( Londres-Nueva York 1957); íd., Ar-
hueso. Ciertamente, uno de los restos de queología en Tierra Santa (Barcelona 1963).
EL HOMBRE PREHISTORICO 45

9. Murallas neolíticas de Jericó. 10. Cráneo neolítico de la zona de Jericó.

cia los tiempos históricos conocida con el tarlas, pero son indicio de un sorpren-,
nombre de «calcolítico», de chalcos, «co- dente grado de refinada actividad imagi-
bre», y lithos, «piedra». Si bien el hueso nativa. Hacia 3500 a. C. estaban ya cons-
y la piedra seguían siendo los materiales truidos en Mesopotamia los primeros
más comúnmente utilizados en aquella grandes edificios públicos y se desarro-
época para la fabricación de instrumentos, llaba una escritura ideográfica que al co-
hacia el 4000 a. C. o poco después se des- rrer de los siglos iría perdiendo paulatina-
cubrió el secreto de la fundición del co- mente toda semejanza con sus orígenes
bre, con lo que se inició el-primer boom figurativos. La religión se desarrollaba y
en las tierras bíblicas. En el norte de Siria florecía; los templos eran instituciones
y en Mesopotamia se fabricaba una bellí- dotadas de gran poderío e influencia; los
sima cerámica con decoración refinada y intelectuales de la época eran capaces de
en una sucesión de estilos que no sería disertar acerca de cosas tan abstractas
superada, ni siquiera igualada, salvo raras como el «alma», lo «divino», la «huma-
excepciones hasta los tiempos de los gran- nidad», lo «santo», la «bondad», la «pu-
des ceramistas atenienses contemporáneos reza» y la «verdad». La civilización de
de Sócrates y Pericles, en el siglo v a. C. esta época ha recibido el nombre de «cul-
En Palestina han sido descubiertas varias tura de regadío», ya que estaba circuns-
viviendas cuyos muros estaban enlucidos crita prácticamente a los valles y llanuras
y decorados con complicadas escenas en que era posible tal técnica. Construir
(il. 11). Nos resulta imposible interpre- y conservar un complicado sistema de
46 GIGANTES EN LA TIERRA

aquella época ya constituían una amplia


base de subsistencia.
Es evidente que aquellos hombres tan
alejados de nosotros no alcanzaban una
talla gigantesca. Pero puede afirmarse con
toda certeza que llegaron a un alto nivel
intelectual. Nos hemos acostumbrado a
considerar «primitiva» a toda la huma-
nidad anterior a los atenienses, y esta idea
no concuerda con los hechos. Si por «pri-
mitivo» queremos significar la incapaci-
dad para volar en avión o para compren-
der que la tierra gira en torno al sol,
entonces estará justificado el empleo del
término. Pero si por «primitivo» enten-
demos la incapacidad para leer y escribir,
para pensar en abstracto, para edificar
ciudades y «maravillas» arquitectónicas,
para lograr una profunda visión religiosa
y moral, para desarrollar un arte y una
literatura geniales y -para sentir el orgullo
de haber conquistado tales cimas intelec-
tuales con el propio esfuerzo, apenas ten-
dríamos justificación alguna para aplicar
ese término a partir del cuarto milenio
antes de Cristo.
11. Pintura mural del Valle del Jordán.

LOS PRIMEROS «GIGANTES»


canales y represas significa organizarse
para regular la vida y proteger los dere- Hacia el 3250 a. C. hemos de situar
chos de cada cual. Esta es probablemente el comienzo de una nueva era. Se le da
una de las razones que explican la apari- el nombre de Edad del Bronce primitivo,
ción de los primeros Estados organizados aunque esta aleación era rara antes del
en Mesopotamia y Egipto. segundo milenio antes de Cristo. Se pro-
Hay también pruebas de que la pobla- dujo una repentina explosión de prospe-
ción ganó algo en estatura a lo largo de ridad. En Palestina se construyeron mu-
este período. Se explicaría por una mejor chas ciudades fortificadas;_ Jericó, Ay y
alimentación, pues sabemos que por en- Meguido entre otras fueron dotadas de
tonces se habían logrado «domesticar» grandes murallas defensivas (il. 12).
los cereales básicos, así como los frutales Abundan las muestras de un comercio
y otras especies vegetales, objeto de cul- muy extendido y de prosperidad material.
tivo: trigo, cebada, uvas, aceitunas, higos, En Egipto y Mesopotamia tenemos los
dátiles, cebollas, ajos, lechugas, melones, comienzos de las edades dinásticas, y a
habas, guisantes y otras muchas especies, partir de este momento existen ya noti-
que a partir de entonces fueron mejoran- cias de una sucesión de reyes, excelsos o
do y se tornaron más delicadas. Pero en sin relieve alguno, que establecieron los
LOS PRIMEROS «GIGANTES» 47

12. Murallas de Megüido, correspondientes al estrato XVIII, de ca. 2800 a. C.

primeros grandes imperios. Hay una ar- en guerra permanente unas con otras.
quitectura monumental, se desarrolla la Aunque débil desde un punto de vista
escultura y se graban inscripciones. Em- político, Lagas era importante por su agri-
piézan a surgir grandes personalidades cultura y su comercio. Pero sus sacerdotes
qué sacaban la cabeza y los hombros por y dignatarios estaban muy corrompidos.
encima de sus contemporáneos. Tendre- Al subir Urukagina al trono emprendió
mos que mencionar algunos de estos «gi- una reforma administrativa, poniendo fin
gantes en la tierra» como ejemplo de las a la injusta opresión de los pobres por los
respectivas civilizaciones. sacerdotes y los malvados que violaban
Nuestro primer «gigante» quiza sea el las «leyes justas» del dios Ningirsu. Fue-
primer gran humanitario que conocemos. ron precisamente aquellas «leyes justas»
Era rey de la ciudad de Lagas, en el sur las que sirvieron de base para que, mu-
de Mesopotamia, y se llamaba Urukagina chos años después, compusiera Hammu-
(siglo xxy a. C.). Era sumerio, pertene- rabi su famoso código. Esta fue tan sólo
cíente al pueblo de los más antiguos habi- una de las aportaciones de los emprende-
tantes conocidos de Mesopotamia. Aque- dores sumerios, cuya cultura habría de
llas gentes estaban organizadas en una constituir el cimiento de la civilización
serie de ciudades-estados, entre las que babilónica posterior. Poseían una extensa
destacaban Lagas, Ur, Kis y Erek. Vivían literatura, gran parte de la cual se está
48 GIGANTES EN LA TIERRA

recuperando de las ruinas de la ciudad de


Nippur. Su sistema de escritura, su idio-
ma, sus creencias religiosas y grandes poe-
mas épicos, como los de la Creación y el
Diluvio, pasaron a constituir la herencia
clásica de los posteriores pueblos meso-
potámicos, del mismo modo que la cultura
griega se ha convertido en la herencia clá-
sica del mundo occidental.
Nuestro segundo «gigante» fue el pri-
mer constructor de un Imperio histórica-
mente conocido. Era un semita llamado
Sargón (cf. fi. 13), fundador de-la dinas-
tía de Acad (ca. 2360-2180 a. C.) y el más
grande entre los monarcas mesopotámicos
del tercer milenio. Sumerios y semitas
habían convivido en Mesopotamia duran-
te mucho tiempo; bajo la dinastía de
Acad lograron los semitas dominar el
país. Sargón consiguió extender su pode-
río a toda Mesopotamia y, al menos du-
rante cierto tiempo, a Siria. Incluso se le
atribuye el haber organizado expediciones
que llegaron a países tan remotos como 13. Cabeza en bronce hallada en Nínive.
el sur de Arabia y Asia Menor. Sus haza-
ñas se hicieron tan famosas que vino a
ser como el Carlomagno de su tiempo. tructor de la gran pirámide de Egip-
to, Khufu, al que los griegos llamaron.
Sobre él se escribió un poema titulado
Cheops. Reinó como faraón en fecha no
El Rey de la Batalla, que circuló durante
más tardía que el 2500 a. C. y llegó a ser
siglos y del que llegaron algunas copias más famoso que el mismo Sargón, pues
hasta Asiria, Asia Menor y Egipto. Re-
los griegos estimaron que su pirámide era
sulta muy curioso que en época mucho una de las siete maravillas del mundo.
más tardía se contara de él un relato sor-. Fueron los egipcios un pueblo excesiva-
prendentemente parecido al de la infancia mente conservador. Usos y costumbres se
de Moisés. Se nos dice que era de humilde conservaron durante siglos sin apenas
cuna, que su madre lo dio a luz en secre- cambio alguno. Una de las cosas que más
to, lo puso en un canastillo y lo dejó sorprenden en relación con Egipto es que
abandonado a la corriente del Eufrates, los potentados dedicaban, al parecer, casi
de donde fue salvado por un hortelano, todo su tiempo a prepararse un enterra-
que lo adoptó y crió, hasta qae finalmen- miento digno y unos funerales que les
te llegó a ser rey. La dinastía fundada asegurasen la felicidad en el más allá. Al
por Sargón dio impulso a una verdadera menos tal es el caso de los reyes y los
revolución en el arte; la destreza de sus nobles. La dotación de sus complicados
artistas apenas sería superada por los mis- sepulcros se convirtió en un grave pro-
mos egipcios durante los dos milenios si- blema económico, y más adelante daría
guientes. ocasión a las actividades de las bandas
Nuestro tercer «gigante» es el cons- formadas por los ladrones de tumbas.
LOS PRIMEROS «GIGANTES» 49

Cheops y los restantes faraones de la tro de un faraón que vivió poco antes de
época de las pirámides fueron monarcas Cheops. Imuthes era un hombre tan sa-
absolutos, quizá los más absolutos que bio en el campo, por ejemplo, de la ar-
nunca haya conocido el mundo. Para quitectura y de la medicina, que su fama,
aumentar más aún su prestigio fueron di- en vez de disminuir, más bien fue aumen-
vinizados y su persona resultaba tan in- tando con el paso del tiempo. Reciente-
accesible como lo fuera en otros tiempos mente ha sido excavado un hermoso tem-
el emperador del Japón! Una tradición plo que construyó para su señor; se trata
nos informa de que se tardó veinte años del más antiguo edificio en piedra labrada
en construir la gran pirámide y que en descubierto hasta el momento. Imuthes
sus obras intervinieron constantemente fue el primer arquitecto que convirtió en
cien mil hombres. Podemos creerlo, a la edificio de piedra la vieja estructura de
vista de aquella mole imponente. Su altu- adobes y zarzos. Siglos más tarde aún
ra era de 144 m. y estaba formada por corrían de boca en boca sus proverbios,
más de dos millones de bloques de piedra y dos mil años después de su muerte se
caliza, cada uno de los cuales pesa dos convirtió en el dios de la medicina, al
toneladas y media por término medio. Los que los griegos identificaron con su Escu-
bloques fueron colocados sin la ayuda de lapio.
las modernas grúas, sin más recurso que A continuación hemos de mencionar
la fuerza humana. Cuando se terminaba toda una serie de «gigantes» egipcios, cu-
de colocar una capa de bloques, se levan- yos nombres nos son desconocidos, pero
taba hasta igualar su altura una rampa que se inmortalizaron por sus notables
por la que se arrastraban las piedras que composiciones literarias, según nos hizo
iban a formar la capa siguiente. A pesar notar el difunto profesor James Henry
de las dificultades que semejante obra su- Breasted en su libro The Dawn of
ponía, los bloques de piedra y las placas Con-science. Uno de l os ha sido l amado «el
de granito que formaban el revestimiento primer gran poeta de la literatura univer-
encajaban con una precisión que todavía sal»; su obra es 'un diálogo dramático
admira a nuestros ingenieros más capaces. entre el autor y su alma. El pobre, a se-
Esta obra sólo pudo ser realizada por un mejanza de Job, estaba abrumado por una
rey que era considerado como un dios, a serie de infortunios, a consecuencia de lo
cuyo servicio estaban todos los recursos cual toma la resolución de renunciar a la
del país. Esta hazaña de Cheops . es tan lucha y suicidarse, ya que la hermosura
asombrosa, que en nuestros días no faltan del más allá le parece preferible a la vida.
quienes pretenden ver en su pirámide una Su alma trata de disuadirle. Sigue una
clave para resolver todos los enigmas de larga disputa en que cada cual defiende
la vida. Nótese, sin embargo, que los con energía su alegato. El hombre se que-
egiptólogos de nuestros días no van tan ja de las amarguras de la vida y de que
lejos, pues piensan que el «secreto de las «no hay ningún justo; la tierra está en
pirámides» ya ha sido resuelto sin ningún manos de los que hacen la iniquidad».
recurso a lo misterioso. Con la negrura de esta existencia contras-
Imhotep, o Imuthes, como fue llama- ta la felicidad de una vida junto a los
do por los griegos, fue un «gigante» en el dioses en el más allá. La vida es una dila-
campo del saber. Fue realmente el primer tada enfermedad de la que sólo es posible
investigador del mundo de que tenemos sanar con la muerte para entrar en un
noticia. Lo sorprendente es que no era hermoso jardín. A todo esto replica el
un rey, sino simplemente el primer minis- alma que la vida en el más allá no es sino
4
SO GIGANTES EN LA TIERRA

una vana esperanza y que la única solu- malvados, serán restablecidos en todo el
ción al problema de la existencia no es el país, mientras que se logrará expulsar a
suicidio, sino el ahogar las penas en el los invasores.
placer. Vive tu vida en plenitud mientras Otros escribieron en la misma época
estás aquí; después no hay nada. De esta sobre la justicia social, pidiendo que el
manera discurre la argumentación, hasta pobre y el oprimido fueran tratados con
que, finalmente, se convence el alma, equidad. Conocido es el relato del Labra-
pues gana la partida el cuadro de la her- dor Elocuente, un hombre despojado por
mosura de la vida en el más allá. un funcionario, pero que lleva su quere-
Nuestro autor escribía tódo esto poco lla ante la Corte y allí se defiende con
antes del 2000 a. C., en un época en que tanta elocuencia que el monarca termina
Egipto, y, para el caso, todo el Próximo por hacerle justicia. El largo diálogo en
Oriente, atravesaba un período de desór- la sala del tribunal contiene una acusa-
denes y dificultades, una auténtica edad ción válida para todos los tiempos contra
oscura. Había guerras civiles y todo tipo la corrupción, y una perspicaz exposición
de invasores tenía el camino despejado. sobre las responsabilidades que incumben
Estos invasores recibían en Mesopotamia a los que ejercen cargos públicos. Pero
el nombre de «occidentales», o amorreos, lo más interesante es que tales alegatos
y no cabe duda de que algunos de ellos a favor de la justicia social se pronuncian
causaron quebraderos de cabeza a los en Egipto apenas finalizada la época del
egipcios, en cuyo suelo brotan la deses- imperialismo absoluto. También merece
peración y el pesimismo del poeta. Como tener se en cuenta que la gran pirámide es
tantas veces ha ocurrido, cuando se tam- esfuerzo del hombre por
balean los pilares de la civilización, los el mayor asegu-rarse la pervivencia eterna por medi os
hombres empiezan a revisar las viejas puramente físicos. El intento fracasó y,
ideas y a poner en tela de juicio las con- a parecer, así se reconoció inmediatamen-
vicciones aceptadas en su tiempo. te. En todo caso, ya durante la misma .
De la misma época conocemos otros época de las pirámides empezaron a lle-
escritos en que se expresan muchas ideas narse las tumbas de los llamados «textos
elevadas. Un padre amonesta a su hijo de las pirámides», himnos mágicos y con-
para que recuerde siempre que «más acep- j uros destinados a prestar ayuda al difun-
table es la virtud del justo que el toro to durante su viaje hasta el cielo, como
(ofrecido en sacrificio) del que hace la si los medios físicos no bastaran para con-
iniquidad». Otro escritor, de nombre ducirle hasta allí y se hicieran necesarios
Ipuwer, compuso una serie de «adverten- todos los recursos de la magia. En las
cias». Muchas de ellas vienen a ser una obras de esos hombres a que antes nos
denuncia de la situación horrible de su hemos referido va implícita la idea de que
época. El país está sumido en la mayor ni los grandes amontonamientos de pie-
anarquía; el gobierno paralizado; «un dras ni la magia (ni ambas cosas a la vez)
hombre ve en su hijo a un enemigo» y son suficientes, a menos que el difunto
«un hombre hiere a su hermano de la haya practicado la justicia y la bondad.
misma madre». « ¡Ay de mí por la miseria Al iniciarse la Edad del Bronce medio,
de este tiempo!». Pero Ipuwer no deja hacia 1900 a. C., encontramos gran nú-
a sus lectores sin esperanza. Esta época mero de «gigantes», entre los que sólo
miserable desembocará en unos tiempos podremos mencionar unos pocos. No omi-
mejores en que los nobles y honrados, tiremos el nombre de Zimri-Lim, rey de
desplazados, ahora por la chusma y los la ciudad de Mari, en el Eufrates superior,
LOS PRIMEROS «GIGANTES» 51

14. Vista aérea de las ruinas del palacio de Mari.

en el siglo xviii a. C. Ha sido excavado era uno de los lugares más impresionantes
su palacio a partir de 1936; durante la de todo el mundo (fi. 14). De hecho, una
primera campaña desarrollada en este lu- de las cartas de.la biblioteca, escrita por
ga~ fueron exhumados los archivos con- un tal Hammurabi, rey de Alepo, dice
sistentes en 20.000 tablillas de arcilla. como sigue: «A Zimri-Lim digo: Así dice
Unas 5.000 eran cartas dirigidas a este Hammurabi, tu hermano, el príncipe de
monarca por reyes, funcionarios y gentes Ugarit [Ras Shamra, en la costa siria] me
del pueblo de toda Mesopotamia. Estos ha escrito como sigue: Hazme ver la casa
documentos han revolucionado nuestras de Zimri-Lim. Yo desearía verla. Ahora,
ideas sobre el Asia occidental en aquella pues, te envío al príncipe su hijo».
época, incluyendo la rebaja en unos dos- Zimri-Lim logró organizar su Estado
cientos años de la fecha correspondieñte con notable eficiencia. Se llevaban regis-
al gran monarca babilónico Hammurabi. tros exactos y minuciosos; hay, por ejem-
Mari parece haber sido en esta época plo, dos tablillas de gran tamaño, de unos
el Estado más importante de toda la 30 cm. de longitud, cada una de las cua-
zona, con una extensión de aproximada- les contiene casi mil nombres de artesa-
mente 5.00 kilómetros desde la frontera nos pertenecientes a diversos gremios.
de Babilonia hasta el límite de Siria. El El país no estaba totalmente ocupado y
palacio de Zimri-Lim, consistente en una se prestaba gran atención a la defensa.
agrupación de cerca de trescientas estan- Se creó un sistema muy completo para la
cias sobre una superficie de 200 hectáreas, transmisión de mensajes mediante hogue-
15. Cabeza en diorita, tal vez de Hammurabi. 1 dinastía babilónica.
LOS PRIMEROS «GIGANTES» 53

ras, de forma que las noticias podían di- los dioses. Resultado de ello fue que se
fundirse por todo el Estado en muy pocas desarrollaron mucho los diversos recursos
horas; una práctica que más tarde se apli- adivinatorios; los adivinos babilónicos ha-
caría en el reino de Judá. Algunas tribus brían de desparramarse por todo el mun-
que causaron quebraderos de cabeza a do civilizado. Buen ejemplo de ello es el
Zimri-Lim llevan el mismo nombre que Balaán del Antiguo Testamento. La mo-
la tribu hebrea de época posterior, Benja- derna astrología se remonta en última
mín, que significa «hijos de la mano de- instancia, a través de los griegos, hasta
recha», es decir, del sur. Durante mucho esa misma fuente 3.
tiempo se creyó que el nombre «Da- Mari fue conquistada en tiempos del
vid», aparecido en aquellos textos como mismo Zimri-Lim por otro de nuestros
un título, significaba «capitán». En 1958, «gigantes», Hammurabi de Babilonia
sin embargo, el gran lingüista acádico (ca. 1728-1686 a. C.; cf. il. 15). Ham-
B. Landsberger logró probar, al parecer, murabi fue el segundo gran monarca de
que se trataba de una interpretación erró- la Mesopotamia meridional, después de
nea. Una de las cartas comunica a Zimri- Sargón, como hemos visto. Supo situarse
Lim un oráculo de parte de un vidente a la cabeza de un gran Imperio que se
extático o «profeta». El vidente dice que mantuvo durante siglo y medio, para ser
una divinidad le ha ordenado escribir a finalmente destruido hacia 1550 a. C. por
Zimri-Lim para que se ofrezcan comidas los hititas de Asia Menor. Bajo su man-
a la «sombra» del anterior rey, su padre. dato, Babilonia, que anteriormente había
El remitente añade. «Yo lo escribo a mi sido una pequeña ciudad relativamente
señor,, a fin de que mi señor haga lo que poco importante, se convirtió en la segun-
le parezca mejor» (cf. cap. IV, infra). da maravilla del Asia occidental, quizá
De gran interés es un conjunto de mo- más impresionante y prodigiosa aún que
delos de hígado en barro hallados en una Mari, pues era al mismo tiempo centro
de las estancias del palacio. Se utilizaban comercial de un próspero Imperio.
en la adivinación, una práctica a la que se El dios de Babilonia Marduk amplió
prestaba especial atención en la Corte. su zona de dominio con aquellas conquis-
Las gentes de Mesopotamia no se preocu- tas y se convirtió en divinidad tutelar de
paban de la vida en el más allá tanto co- todo el país. La más famosa construcción
mo los egipcios. Al parecer, no estaban de Babilonia era su templo en forma de
totalmente seguros de que hubiera nada torre, con el santuario levantado sobre
parecido a la inmortalidad para el hombre una gran construcción escalonada (il. 16).
común. Uno de sus grandes poemas refe- Llevaba el nombre de Etemenanki, que
ría las aventuras del héroe Guilgamés, significa «la casa de la terraza del cimien-
que, en un determinado momento, se sin- to de cielo y tierra». Ya en aquella época
tió abrumado por un morboso miedo a la tan remota era una de las maravillas del
muerte y se empeñó en conseguir la in- mundo. Aún se alzaba mil años después,
mortalidad, aunque no logró coronar su cuando Nabucodonosor mandó reparar el
intento. En consecuencia, las gentes de
Mesopotamia (igual que los israelitas) se ' Véanse sobre los descubrimientos de Mari
G. E. Mendenhall, «The Biblical Archaeologist»
interesaban ante todo en lograr vivir la 11 (1948) 2-19; A. Parrot, Mari, une ville per-
vida presente con tanta plenitud como due (París 1948); M. Noth, Covenant-Making
les fuera posible. Para ello era preciso in Light of a Text from Mari, en The Laws in
the Pentateuch and other Studies (Filadelfia
aplicar unas técnicas capaces de rasgar el 1967) 108-117; R. de Vaux, Historia antigua
velo del futuro y revelar la voluntad de de Israel I ( Ed. Cristiandad, Madrid 1975) 79ss.
54 GIGANTES EN LA TIERRA

edificio y completarlo, dejándonos con-


signadas sus dimensiones. Comprendía
siete pisos; el inferior medía unos 90 m.
de lado y el superior se elevaba otros
tantos sobre la base. Babilonia, una ciu-
dad poliglota, con aquella enorme torre
que sólo cedía en dimensiones ante la
gran pirámide, era el escenario más ade-
cuado para el relato bíblico de la confu-
sión de lenguas. Se podía ciertamente
describir a Babilonia como «una ciudad
con una torre cuya cima llegará hasta los
cielos» (Gn 11,4). 16. Maqueta de templo babilónico.

Aparte de haber establecido una efi-


ciente administración, se hizo acreedor de hecho, por el pueblo de su misma ciu-
Hammurabi a una fama duradera sobre dad, a causa de sus fechorías 4. No es éste
todo por su código legal grabado en una el primer caso de actividades democráti-
estela de diorita. El gran monarca, en cas en los tiempos antiguos, ya que re-
estrecho contacto con todas las partes de cientemente se han señalado pruebas de
sus dominios, sintió la necesidad de dar la existencia de primitivas instituciones
uniformidad a la administración de justi- democráticas en Mesopotamia 5 .- También
cia. En este monumento aparece represen- podríamos aludir al primer «Walt Dis-
tado en el momento de recibir del dios ney» de la historia, que parece haber di-
sol, Samas, la orden de promulgar su có- rigido uno o varios alfares en Palestina
digo. De hecho, recogió y sistematizó las hacia 1500 a. C. Decoraba sus caracterís-
viejas leyes y costumbres de sumerios y ticos vasos con animales hábilmente fi-
acádicos, completándolas y estableciendo gurados, con peces y pájaros. Sus produc-
sanciones de forma que respondieran me- tos se exportaban hasta lugares tan re-
jor a las necesidades reales de su impe- motos como Chipre y Tarso 6.
rio. Este código ha despertado siempre el El desfile de «gigantes», por tanto,
interés de los investigadores bíblicos, ya continúa. Pero ya hemos dicho lo sufi-
que, al igual que otras colecciones ante- ciente para describir el escenario en que
riores o más recientes de leyes del Asia aparecerán los hebreos. Si bien es verdad
occidental, contiene el mismo tipo de que las gentes de las tierras bíblicas antes
formulaciones y hasta ciertos preceptos de que llegaran allí los israelitas no eran
que aparecen también en algunas primi-
tivas leyes israelitas.
l Podríamos mencionar otros muchos ' Cf. R. H. Pfeiffer y E. A. Speiser, One
«gigantes», como, por ejemplo, Kussihar- Hundred New Selected Nuxi Texts: «Annual
be (ca. 1500 a. C.), de la ciudad jorita of the American Schools of Oriental Research»
de Nuzi en Mesopotamia septentrional. 16 (1936) 59ss.
' Th. Jacobsen, Primitive Democracy in An-
Su fama se deriva únicamente del hecho cient Mesopotamia: « Journal of Eastern Stud-
de que fue' uno de los primeros grandes ies» 2 (1943) 159-72.
bandidos del Asia occidental que hoy co- Cf. W. A. Heurtley, «Quarterly of the
nocemos; pero lo que más nos asombra Department of Antiquities in Palestine» 8
(1938) 21ss; G. E. Wright, «The Biblical Ar
no es tanto su bandolerismo, sino el que chaeologist» 2 (1939) 16-20; íd., The Bible and
pudiera ser llevado a juicio, como lo fue the Ancient Near East ( Nueva York 1961) 91.
LOS PRIMEROS «GIGANTES» 55

de estatura gigantesca, la verdad es que gió en una etapa tan «primitiva» de la


habían logrado desarrollar una civiliza- historia de la humanidad que apenas pue-
ción que no puede calificarse en modo da decir ya nada a los hombres de nues-
alguno de «primitiva», tal como se suele tros días. En el terreno religioso significó
entender este término, Cuando Israel en- una revolución radical, pero al mismo
tra en el escenario de la historia le habían tiempo asimiló, pulió y completó todo lo
precedido muchos espíritus altamente ci- mejor que había producido el mundo an-
vilizados. No podemos suponer, por con- tiguo. Y de esta forma se convirtió en el
siguiente, que el Antiguo Testamento sur- producto más noble de aquel mundo.

BIBLIOGRAFIA

Para una visión histórica del Próximo Orien- Remitimos también al lector a las siguientes
te preisraelita, cf. W. F. Albright, De la Edad obras: H. Frankfort, The Birth of Civilization
de Piedra al cristianismo (Santander 1959) in the Near East ( Londres 1951); R. J. Braid-
cap. III, que hemos utilizado ampliamente para wood, Prebistoric Men ( Chicago '1957); íd., The
nuestro anterior capítulo. Se hallarán referencias Near East and tbe Foundations of Cívilization
técnica§ a los temas tratados. Cf. también del ( Eugene 1952); G. E. Wright, The Bible and
mismo autor The Old Testament World, en the Ancient Near East, 78-88. En todas estas
The Interpreter's Bible I ( Nueva York 1952) obras se hallarán numerosas referencias a fuen-
233-71; íd., Arqueología de Palestina ( Barcelona tes primarias y datos.
1962) caps. III y IV; J. Bright, La historia de
Israel (Bilbao 1966) 27-49.
CAPITULO III

LOS PATRIARCAS

El Señor dijo a Abrán: Sal de tu tierra nativa y de la casa de


tu padre, a la tierra que te mostraré ( Gn 12,1).
Tus siervos son pastores desde la juventud hasta hoy; lo mismo
nosotros que nuestros padres ( Gn 46,34).

¿Qué nos dicen los descubrimientos ar- riores de Israel, que encontramos en los
queológicos en relación con los orígenes libros de Samuel y de los Reyes. Las dis-
del pueblo hebreo, de los Patriarcas de tintas unidades narrativas, sin embargo,
Israel, Abrahán, Isaac y Jacob? No hace se han conjuntado en un argumento com-
falta decir que de estos personajes no apa- pleto, de forma que vienen a constituir
rece noticia alguna más que en la Biblia. una proclamación de las acciones y pro-
Lo ocurrido con esos descubrimientos es mesas de Dios en relación con los funda-
que han logrado levantar el velo que antes dores del pueblo. Más tarde se entendió
nos ocultaba la visión de su época. Como que los acontecimientos del pasado entra-
consecuencia sabemos nosotros mucho ñaban la promesa del futuro.
más que sus descendientes, los israelitas, Los primitivos hebreos estaban organi-
sobre la clase de personas que eran, su zados según una forma patriarcal de so-
lugar de procedencia, su forma de vida, ciedad. Daban por supuesto, en conse-
sus creencias, 'el puesto que ocupan y lo cuencia, que todos los demás pueblos, a
que significan en el marco histórico de las semejanza de ellos mismos, podían remon-
grandes naciones del pasado. tar su ascendencia hasta un antepasado
Hemos de advertir desde el primer mo- común; que todo pueblo y toda tribu
mento que aún es mucho lo que quisiéra- tenían un patriarca que les había dado
mos saber, pero que de momento no es origen. También ocurría con frecuencia
posible. Los relatos acerca de los Patriar- que el narrador hebreo personificara al
cas, como los cantos homéricos sobre la grupo, es decir, que utilizara el nombre
guerra de Troya, eran poemas históricos del supuesto antepasado patriarcal de un
que no se pusieron por escrito hasta mu- pueblo para designar a éste. De tal modo,
chos siglos después de circular oralmente. cuando leemos los relatos acerca de Esaú
Se transmitían de generación en genera- y Jacob, por ejemplo, nos resulta difícil
ción bajo una forma semipoética. Fueron saber en cada caso concreto si el narrador
pulidos al ser narrados una y otra vez du- original se refiere a estos personajes o a
rante siglos hasta convertirse en hermosas las tribus a las que se suponía que habían
composiciones épicas, muy diferentes de dado origen. Tan difícil resulta distinguir
los relatos sobre David y los reyes poste- la historia personal de la historia tribal,
58 LOS PATRIARCAS

que algunos investigadores han llegado nada de verdadera importancia en cuanto


incluso a suponer que todo el relato tiene a los relatos sobre los Patriarcas; otros se
carácter tribal. Otros, en cambio, piensan pasaron al extremo contrario al suponer
que esto es ir demasiado lejos, pero se que todos y cada uno de los detalles ha-
trata, en todo caso, de un tema que el ar- bían sido comprobados. Ninguna de estas
queólogo no puede aclarar. dos posiciones puede considerarse correc-
En aquel proceso de reelaboración de ta. Importa mucho aclarar qué ha hecho
los relatos se modernizaron algunos deta- y qué no ha hecho la arqueología.
lles históricos. Así, por ejemplo, en el
Génesis hay varias alusiones al camello,
como cuando un siervo de Abrahán toma EL LUGAR DE ORIGEN
consigo una caravana de camellos y mar- DE LOS PATRIARCAS
cha hacia Aram en busca de una esposa
para Isaac (Gn 24). La arqueología nos ¿De dónde era Abrahán? Sus descen-
informa, sin embargo, de que el camello dientes, los israelitas, nos dirán más tar-
no estaba generalizado como animal do- de que era de Padán Aram, que signifi-
méstico por aquella época, por lo que ca «Campo de Aram». El Génesis habla
también de «Aram de los dos ríos»
deberíamos leer «asno» en vez de «came- (en hebreo, Aram-Naharain; Gn 24,10).
llo». Otro caso es la noticia de que en También tenemos la noticia de que la
la costa sur de Palestina se hallaban asen-
ciudad más importante de aquella zona,
tados los filisteos ( Gn 21,34; 26), pero en torno y dentro de la cual se movía la
hoy sabemos que esto no ocurrió hasta familia de Abrahán, era Jarán (Gn 11,31;
cinco o seis siglos más tarde (cf. cap. VI, 28,10).
infra). Tanto el camello como los filisteos ¿Dónde se halla situada esta comarca?
son ejemplos de modernización. Los he- Se trata del país comprendido entre los
breos posteriores se limitaban a poner al cursos superiores de los ríos Tigris y
día sus relatos. ¿Qué narrador moder- Eufrates, entre Cárquemis al oeste y Ní-
no de historias populares no haría otro nive al este. Por la misma zona discurren
tanto? dos afluentes del Eufrates: el Balikh y el
Es posible que nunca logremos probar Jabor (Khabur). La principal ciudad situa-
que Abrahán existió realmente, que hizo da a orillas del Balikh era Jarán; lobre
esto o aquello, que dijo esta o la otra el Jabor se hallaba Gozán, la moderna
cosa, pero lo que podemos probar es que Tell Halaf ( 2 Re 17,6). Precisando más,
su vida y su época, tal como aparecen por consiguiente, Padán Aram era la re-
reflejadas en los relatos que nos hablan gión situada a orillas de estos dos afluen-
de él, encajan perfectamente en el cuadro tes, especialmente el Balikh, junto al que
del segundo milenio, cosa que no ocurre se asentaba Jarán.
con respecto a cualquier otro período Esta era, pues, la patria de los Patriar-
posterior. Tenemos aquí una conclusión cas. No sólo procedía de allí Abrahán,
de extrema importancia, una de las apor- sino que cuando éste y sus descendientes
taciones más valiosas que haya podido bajaron a Canaán, no dejaron de mante-
hacer la arqueología al estudio del Anti- ner estrechos contactos con sus parientes
guo Testamento durante los últimos cua- que habían quedado en las inmediaciones
renta años. No la supieron apreciar de- de Jarán. El texto actual de nuestro An-
bidamente las anteriores generaciones de tiguo Testamento nos dice en Gn 11,31
investigadores bíblicos. Algunos opinaban que el padre de Abrahán, Téraj, emigró
que la arqueología nunca podría decir a Jarán desde Ur de los Caldeos, una gran
58 LOS PATRIARCAS

que algunos investigadores han llegado nada de verdadera importancia en manto


incluso a suponer que todo el relato tiene a los relatos sobre los Patriarcas; otros se
carácter tribal. Otros, en cambio, piensan pasaron al extremo contrario al suponer
que esto es ir demasiado lejos, pero se que todos y cada uno de los detalles ha-
trata, en todo caso, de un tema que el ar- bían sido comprobados. Ninguna de estas
queólogo no puede aclarar. dos posiciones puede considerarse correc-
En aquel proceso de reelaboración de ta. Importa mucho aclarar qué ha hecho
los relatos se modernizaron algunos deta- y qué no ha hecho la arqueología.
lles históricos. Así, por ejemplo, en el
Génesis hay varias alusiones al camello,
como cuando un siervo de Abrahán toma EL LUGAR DE ORIGEN
consigo una caravana de camellos y mar- DE LOS PATRIARCAS
cha hacia Aram en busca de una esposa
para Isaac (Gn 24). La arqueología nos ¿De dónde era Abrahán? Sus descen-
dientes, los israelitas, nos dirán más tar-
informa, sin embargo, de que el camello
de que era de Padán Aram, que signifi-
no estaba generalizado como animal do-
ca «Campo de Aram». El Génesis habla
méstico por aquella época, por lo que también de «Aram de los dos ríos»
deberíamos leer «asno» en vez de «came- (en hebreo, Aram-Naharain; Gn 24,10).
llo». Otro caso es la noticia de que en También tenemos la noticia de que la
la costa sur de Palestina se hallaban asen- ciudad más importante de aquella zona,
tados los fílisteos (Gn 21,34; 26), pero en torno y dentro de la cual se movía la
hoy sabemos que esto no ocurrió hasta familia de Abrahán, era Jarán (Gn 11,31;
cinco o seis siglos más tarde (cf. cap. VI, 28,10).
infra). Tanto el camello como los filisteos ¿Dónde se halla situada esta comarca?
son ejemplos de modernización. Los he- Se trata del país comprendido entre los
breos posteriores se limitaban a poner al cursos superiores de los ríos Tigris y
día sus relatos. ¿Qué narrador moder- Eufrates, entre Cárquemis al oeste y Ní-
no de historias populares no haría otro nive al este. Por la misma zona discurren
tanto? dos afluentes del Eufrates: el Balikh y el
Es posible que nunca logremos probar Jabor (Khabur). La principal ciudad situa-
que Abrahán existió realmente, que hizo da a orillas del Balikh era Jarán; sobre
esto- o aquello, que dijo esta o la otra el Jabor se hallaba Gozán, la moderna
cosa, pero lo que podemos probar es que Tell Halaf (2 Re 17,6). Precisando más,
su vida y su época, tal como aparecen por consiguiente, Padán Aram era la re-
reflejadas en los relatos que nos hablan gión situada a orillas de estos dos afluen-
de él, encajan perfectamente en el cuadro tes, especialmente el Balikh, junto al que
del segundo milenio, cosa que no ocurre se asentaba Jarán.
con respecto a cualquier otro período Esta era, pues, la patria de los Patriar-
posterior. Tenemos aquí una conclusión cas. No sólo procedía de allí Abrahán,
de extrema importancia, una de las apor- sino que cuando éste y sus descendientes
taciones más valiosas que haya podido bajaron a Canaán, no dejaron de mante-
hacer la arqueología al estudio del Anti- ner estrechos contactos con sus parientes
guo Testamento durante los últimos cua- que habían quedado en las inmediaciones
renta años. No la supieron apreciar de- de Jarán. El texto actual de nuestro An-
bidamente las anteriores generaciones de tiguo Testamento nos dice en Gn 11,31
investigadores bíblicos. Algunos opinaban que el padre de Abrahán, Téraj, emigró
que la arqueología nunca podría decir a Jarán desde Ur de los Caldeos, una gran
LUGAR DE ORIGEN DE LOS PATRIARCAS 59

ciudad sumeria situada cerca del golfo la única excepción de que ambos nombres
Pérsico; pero se trata de una referencia comienzan con dos variedades distintas
muy oscura. El texto más antiguo de la del sonido h en el original. Darán era
Biblia que conocemos, la traducción grie- una próspera comunidad durante los si-
ga realizada en el siglo iii a. C., no hace glos xix y xviii y es mencionada fre-
alusión alguna a esta ciudad. En conse- cuentemente en cartas y documentos con-
cuencia, muchos investigadores creen que tempgráneos.
«Ur» representa aquí alguna corrupción El segundo de los hermanos de Abra-
textual o una adición posterior. En cual- hán es Najor, a cuya ciudad envió
quier caso, podemos asegurar con toda Abrahán en busca de Rebeca (Gn 24,10).
tranquilidad que el país con que los Pa- También Najor nos es bien conocida;,
triarcas estaban más estrechamente rela- como ciudad, por los textos de Mari
cionados era Darán; aparte de que apenas (cf. infra) y los documentos asirios. Aun-
hay rastro alguno de influencias sudmeso- que el montículo que la oculta no puede
potámicas en sus tradiciones. ser identificado hoy con absoluta seguri-
¿Cuál era el trasfondo étnico de los Pa- dad, se trata sin duda de una ciudad ve-
triarcas, según el Antiguo Testamento? cina de jarán. Lo mismo puede decirse
A los niños israelitas de épocas posterio- del padre de-Abrahán, Téraj, que aparece
res se les enseñaba a decir: «Un nómada en el nombre de otra ciudad: Til-Turákhi.
(o fugitivo) arameo fue mi padre» (Dt El bisabuelo de Abrahán fue Serug, cuyo
26,5 ). Su país de origen, como ya hemos nombre coincide con el de otra ciudad
dicho, era el «Campo de Aram» o «Aram (Sarugi) situada al oeste dejarán. Otro
de los dos ríos». Los parientes de jacob, antepasado aún más remoto es Péleg,
Betuel y Labán, son llamados «arameos», nombre que ha sido identificado con el
es decir, «hombres de Aram» (Gn 25,20; de la ciudad llamada Phaliga, junto al
28,5; 31,20.24). La tradición bíblica, por Eufrates, cerca de la desembocadura del
consiguiente, es que los Patriarcas eran jabor.
arameos, miembros de un pueblo que más Todo esto supone una situación muy
tarde se haría famoso en la historia por notable. La identificación de un nombre
sus emprendedores comerciantes y que con una antigua ciudad puede ser mera
llegaría a crear un gran Imperio con capi- coincidencia, pero aquí se trata de mu-
tal en Damasco. Dicho esto, ,¿qué noticias chas identificaciones para la zona en que
puede aportarnos la arqueología acerca se sitúa la patria de Abrahán. Estos nom-
de la patria y el trasfondo étnico de los bres bíblicos de los hermanos y antepa-
Patriarcas? ` sados de Abrahán son probablemente
otros tantos nombres de clanes patriar-
cales que éstos pudieron dar a las ciuda-
1. Nombres de ciudades des que fundaron o tomar de las ciudades
de Padán Aram y aldeas de que se hicieron dueños duran-
te las perturbaciones ocurridas en torno
El primer dato interesante consiste en al año 2000 a. C.
que muchos de los nombres que llevan
los antepasados de Abrahán en el relato
de Gn 11,10ss han resultado ser nom- 2. La invasión «amorrea»
bres de ciudades situadas en las inmedia- de hacia el 2000 a. C.
ciones dejarán. Uno de los hermanos de
Abrahán se llama precisamente Harán, ¿En qué consistieron aquellas pertur-
casi exactamente igual que la ciudad, con báciones a que hemos aludido? Una ex-
60 LOS PATRIARCAS

plicación a propósito de las mismas ven- momento en que la autoridad política


dría bien para esclarecer el tema que nos central da muestras de debilidad irrum-
ocupa: la identidad de los Patriarcas. En pen los beduinos y lo arrasan todo a su
torno al año 2000 a. C. se produjeron paso... Al igual que ocurre con las aguas
varias invasiones de «bárbaros» en todos del océano, es posible contener a los be-
los países cultivados del Próximo Orien- duinos, pero si los diques se debilitan,
te, con lo que sufrió un colapso temporal no hay medio de oponerse al empuje de
su floreciente civilización, incluso en el su fuerza destructora... Siempre tienen
Egipto de la época de las pirámides. En la posibilidad de retirarse al desierto,
medio de la oscuridad que se hace en la donde son pocos los que están capacita-
historia a consecuencia de aquellos hechos dos para seguirles, y siempre están prepa-
parecen destacarse algunos datos. Los in- rados para irrumpir en las tierras fértiles
vasores lograron consolidarse sobre todo a la primera señal de debilidad que se
advierta en ellas. Son capaces de vivir
en el norte de Siria y en Mesopotamia,
con poco más que nada y están dotados
donde los babilonios les dieron el nom-
bre de «occidentales», que en el Antiguo de la paciencia que sabe aguantar durante
Testamento se ha conservado bajo la for- generaciones. Se puede aplicar a los be-
ma de «amorreos». Se trataba, con toda duinos aquello de que los débiles here-
probabilidad, de varios grupos íntima- darán los frutos de la tierra. Sólo cuando
mente relacionados entre sí, uno de los los beduinos se apoderan de los bancales
de tierra fértil y se convierten, por la
cuales pudo ser muy bien el de los
fuerza de las circunstancias, en agricul-
arameos que se establecieron en Padán
Aram, o al menos un grupo cuyos des- tores, quedan sometidos a las fuerzas de
cendientes serían los posteriores arameos. crecimiento y decadencia, de las que es-
taban a salvo mientras vivían en sus con-
Poco después del 2000 a. C., según sabe-
diciones nativas. Pero siempre quedan a
mos, aparecen Estados «amorreos» por
sus espaldas algunos de sus parientes en.
toda aquella zona. Mari, Jarán, Najor, número bastante para que continúe la
Catna, Ugarit son otras tantas ciudades lucha perpetua, cuya victoria final co-
«amorreos», con reyes «amorreos». La rresponderá inevitablemente a los be-
misma Babilonia se convirtió en capital duinos»'.
de un Estado amorreo que hacia 1700 La oleada de los «amorreos» es una de
(según la cronología más reciente) aparece las primeras grandes invasiones semíticas
gobernado por el gran Hammurabi. Pa- que conoce la historia.
rece probable que los amorreos y otros Lo que a nosotros nos interesa de todo
pueblos con ellos emparentados llegaran esto es que la zona de Jarán, de donde
hasta Palestina y Egipto, causando per- procedían los Patriarcas, fue uno de los
turbaciones en ambos países. nuevos centros de asentamiento de pue-
¿Quiénes eran estos invasores? Se tra- blos semitas justamente en la época en
ta, evidentemente, de pueblos semitas que se supone que vivieron allí esos
nómadas que vivían en los confines del Patriarcas. Por añadidura, los nombres
gran Creciente Fértil. Desde la Antigüe- «Abran» en la forma Abamram) y «Ja-
dad hasta nuestros tiempos ha habido una cob» (en la forma Jacob-el) son conoci-
lucha permanente entre esos pueblos. De dos como nombres personales entre los
las comunidades civilizadas del interior
del Creciente ha dicho muy bien Nelson
Glueck: «Parece ser constante la lucha ' N. Glueck, The Other Side of the Jordan
entre el desierto y la tierra fértil. En el ( New Haven 1940) 6-7.
LUGAR DE ORIGEN DE LOS PATRIARCAS 61

«amorreos». En la misma biblioteca de ambos términos, que entre ellos se da al-


Mari se menciona frecuentemente una guna relación, aunque sólo sea indirecta.
tribu de «benjaminitas», que andaba cau- Se ha señalado también que casi todas
sando perturbaciones en aquella zona. las referencias del Antiguo Testamento
Este nombre coincide con el de la poste- a, los «hebreos» corresponden a la época
rior tribu israelita de Benjamín, aunque, de los Patriarcas y al período de la estan-
por supuesto, la identidad entre ambos cia en Egipto. Al analizar estas referencias
grupos no pasa de lo referente al nombre. con mayor detenimiento se observa que
Otro de los grupos perturbadores co- el término suele emplearse: a) cuando
nocido en Mari era el de los hapiru. En un egipcio habla a un israelita; b) cuando
los documentos primitivos aparecen con un israelita se identifica ante un egipcio;
frecuencia gentes que llevan este nombre c) cuando se nombra a los israelitas como
y se nos presentan bajo una diversidad de grupo junto con otros pueblos o grupos.
condiciones, como bandoleros, soldados Un israelita no emplearía este término al
mercenarios, cautivos, funcionarios oficia- dirigirse a otro individuo de su misma
les, rebeldes y esclavos. En tiempo de comunidad, pero lo usaría para hablar
paz trabajaban en diversos menesteres al con un egipcio. El término «hebreo», al
servicio de los pueblos sedentarios. Pero igual que «hapiru», no se referiría origi-
en épocas de turbulencia arrasaban las nalmente, con toda probabilidad, a un
áreas urbanas o se colocaban como merce- determinado grupo racial, sino más bien
narios bajo el mando del más fuerte. Es a una condición que colocaba al individuo
posible que este término no sirva para en la categoría' de extranjero. El asunto
designar a una determinada nación, reli- no está claro en modo alguno, pero pro-
gión o lengua, sino más bien a una con- bablemente hemos de tomar todo ello
dición social o legal. Por el momento re- como un indicio más de que los «he-
sulta difícil precisar más. Según un inves- breos» patriarcales del Antiguo Testa-
tigador, E. Mendenhall, este nombre se mento descendían de los pueblos nóma-
explicaría, en sus diversos usos, como das o seminómadas que invadieron Me-
un término para designar a las gentes que sopotamia en torno al año 2000 a. C. Los
viven sin sujeción a una determinada co- mismos Patriarcas, en sus desplazamien-
munidad jurídica y que no viven some- tos hacia el sur, camino de Palestina, for-
tidas del todo a las leyes y costumbres de maban parte de aquellas invasiones. Se-
la misma. Aunque no podemos estar to- guramente hablaban el mismo dialecto
talmente seguros de ello, parece que el que sus parientes de Mesopotamia, aun-
término se aplicaba a las gentes nómadas, que algún tiempo después, ya instalados
sin asentamiento fijo, entre otras, y que en Canaán, adoptarían otros dialectos lo-
mantenían una amenaza constante contra cales muy semejantes.
las comunidades civilizadas limítrofes con
el desierto arábigo.
En Gn 14,13 se llama a Abrahán «el 3. Las costumbres patriarcales
hebreo», y es la primera vez que este y las tablillas de Nuzi
término aparece en la Biblia. Anterior-
mente, los investigadores estaban prácti- Hay aún otra prueba a favor del ori-
camente concordes en cuanto a la identi- gen normesopotámico de los Patriarcas.
ficación de «hapiru» con «hebreo». Las Más interesante que cuanto llevamos di-
recientes investigaciones han venido a cho en orden a aclarar las costumbres
complicar el problema, pero todavía pa- patriarcales es la luz que arrojan los ar-
rece probable, dada la gran semejanza de chivos descubiertos en Nuzi, una ciudad
62 LOS PATRIARCAS

situada al sudeste de Nínive. Algunas de


las costumbres a que se alude en el Gé-
nesis resultaban muy oscuras, y hasta se
diría que los mismos narradores israelitas
posteriores no las comprendían bien. Los
nuevos datos aportados por las tablillas
de Nuzi (il. 17) nos ayudan a explicarlas,
ya que estos documentos nos revelan un
derecho consuetudinario semejante al de
los Patriarcas, pero distinto de cualquier
otro de los conocidos en épocas posterio-
res. Las gentes de Nuzi eran hurritas, un
pueblo mencionado en la Biblia con el
nombre de joritas, que hasta hace poco 17. Tablilla de Nuzi.
era considerado comúnmente como un
grupo de «cavernícolas» palestinenses,
quizá una raza más de «gigantes». Hoy cimiento de Isaac cambiaría luego la situa-
sabemos que se trata de un pueblo ar- ción del presunto heredero.
menoide, no indoeuropeo, que invadió En el relato sobre Jacob parece que
el norte de Mesopotamia y fundó un gran la máxima preocupación de sus esposas
estado en la zona «amorrea» durante los era la de darle hijos. Cuando una de ellas
siglos xvi y xv, adoptando muchos ele- no lo lograba, suplía la deficiencia ofre-
mentos de la anterior cultura «amorrea», ciendo su propia esclava al marido (Gn
incluidas con toda probabilidad las cos- 30,3). Sara, esposa de Abrahán, dijo a
tumbres a que aludimos. éste en cierta ocasión: «Mira, el Señor
En Gn 15,2 aparece Abrahán queján- me ha hecho estéril. Entra, te ruego, a
dose a Dios de que no tiene ningún hijo mi esclava; quizá por ella tenga yo hijos».
y que habrá de heredarle un tal Eliezer, (Gn 16,2). Ahora sabemos que eso era
al parecer «el más viejo de su casa, que conforme a las costumbres de la época.
administraba cuanto poseía» (Gn 24,2). El matrimonio tenía como fin engendrar
Dios le responde: «Este (siervo) no te hijos, no la mutua compañía en primer
heredará, sino el que saldrá de tus entra- lugar, y era absolutamente necesario que
ñas, ése te heredará». la familia se multiplicase de una u otra
¿Qué significa esto? ¿Cómo es que el forma.
heredero de Abrahán habrá de ser un La venta que hace Esaú de sus dere-
extraño, un siervo de confianza? Algunas chos de primogenitura a Jacob tiene tam-
tablillas de Nuzi nos lo aclaran. Era cos- bién paralelos en las tablillas de Nuzi, en
tumbre que las parejas sin descendencia que un hermano vende un bosque que ha
adoptaran a alguien como hijo. Este que- heredado ¡por tres ovejas! Se diría que
daba obligado a cuidar de sus padres este trato fue tan desigual como el que
adoptivos mientras vivían y ocuparse de hicieron Esaú y Jacob: «Esaú dijo a Ja-
que al morir tuvieran una honrosa sepul- cob: `Por favor, dame de comer un poco
tura. A cambio de estos servicios hereda- de ese guiso rojo...' Y Jacob replicó:
ba todas las propiedades. El trato, sin `Véndeme primero' tu primogenitura'.
embargo, quedaba anulado, al menos en Y Esaú dijo: `Estoy que me muero (de
parte, en el momento en que naciera un hambre); ¿de qué me sirve la primogeni-
hijo. Parece que Eliezer había sido adop- tura?' Y Jacob dijo: "Júramelo antes'.
tado como hijo por Abrahán, pero el na- Y lo juró a Jacob y le vendió su primo-
LUGAR DE ORIGEN DE LOS PATRIARCAS G3

genitura. Entonces dio Jacob a Esaú pan tunado Labán, que le nacieron otros hijos
y el guiso de lentejas, y él comió y be- (Gn 30,35)..Jacob, entre tanto, había 1o-
bió» (Gn 25,30-34). grado acumular una buena fortuna gra-
Las bendiciones orales y las últimas cias a unas prácticas que, si bien no eran
voluntades eran tenidas por válidas tanto ilegales, resultaban en realidad moralmen-
en Nuzi como en la sociedad patriarcal. te «turbias» (cf. Gn 30,31-31,12), por lo
Aquellas bendiciones eran algo muy serio que decidió marcharse y regresar a Ca-
y se consideraban irrevocables. Recorde- ncán. Así lo hizo, pero a escondidas,
mos cómo Isaac mantuvo su palabra a mientras que Raquel se apoderaba de los
pesar de que Jacob había obtenido sus dioses o ídolos domésticos. Si bien se ha
bendiciones con falsedad. «Isaac se estre- discutido en qué podían consistir exacta-
meció con un fuerte temblor y dijo: `El mente estos terafim (Gn 31,19.34.35),
que trajo la caza y me la puso delante y de lo que no cabe duda es de que se tra-
yo comí..., ése será bendito'» (Gn 27,33). taba de los dioses domésticos, pues «dio-
La costumbre mandaba que Isaac man- ses» se les llama en Gn 31,30.32. Al pa-
tuviera su palabra aun en el caso de que recer, y según las noticias de Nuzi, poseer
la bendición hubiera sido recibida por un aquellos ídolos era de la mayor impor-
impostor extraño a la familia. En su lecho tancia. No sólo garantizaban una vida
de muerte, Jacob designó a Judá como su próspera, sino que también aseguraban
sucesor en la condición de jefe de la fa- a quien los tuviera en su poder la pose-
milia: «Judá, en cuanto a ti, tus herma- sión de la herencia. No es de extrañar, por
nos te alabarán..., los hijos de tu padre consiguiente, que Labán se sintiera más
se inclinarán ante ti» (Gn 49,8). En Nuzi preocupado por la pérdida de sus terafim
hubo un caso en que una de aquellas que por la ausencia de sus hijas, el esposo
«bendiciones» fue dada por buena inclu- de éstas y todo lo que se llevaban. Tam-
so ante un tribunal, reflejando unos ni- bién, según las leyes de Nuzi, se explica
veles superiores a los de nuestros días. que preguntara lleno de indignación:
Pero quizá lo más interesante sea la «¿Por qué me has robado mis dioses?
explicación de las relaciones entre Jacob (Gn 31,30).
y Labán, gracias a las tablillas de Nuzi. Si pensamos que Jacob, de acuerdo con
Este relato (Gn 29-31) había resultado las leyes de que tenemos noticia por'
hasta ahora difícil de entender, pero en Nuzi, era hijo adoptivo de Labán, pode
la actualidad se explica fácilmente a la mos comprender por qué éste le dijo:
vista del derecho consuetudinario de
Nuzi. Labán, al parecer, no tenía here-
deros varones, de forma que adoptó por
hijo a Jacob y le dio por esposas a sus
dos hijas: Lía y Raquel. La norma era,
sin embargo, que si Labán tenía un hijo
después, éste habría de tener parte en la
herencia y recibir los dioses domésticos,
o terafim (fi. 18). Sólo en el caso de que
no naciera ningún hijo habrían de pasar
los terafim a poder de Jacob. Otra de las
normas era que Jacob no podría tomar
otras esposas, bajo pena de perder sus
derechos.
Parece que con el tiempo fue tan afor- 18. Idolos domésticos procedentes de Nuzi.
64 LOS PATRIARCAS

«Las hijas son mis hijas, los niños son Pero esta influencia no se extendió a las
mis niños y los rebaños son mis rebaños, creencias en cuestión. Por otra parte, ya
y todo cuanto ves es mío» (Gn 31,43). desde, la publicación en 1876 de la obra
En su condición de Patriarca, estaba La- de George Smith The Chaldean Account
bán en perfecto derecho de ejercer su of Genesis, todos han podido advertir las
autoridad sobre toda aquella familia. Si estrechas semejanzas existentes entre los
les permitió seguir viaje hacia Canaán relatos mesopotámicos y los hebreos.
sería probablemente a causa de la alegría ¿Cómo puede explicarse que este país,
de verse libre de su astuto yerno o por- el más alejado de Israel de todos los del
que éste se hubiese hecho entre tanto Próximo Oriente, ejerciera influencia tan
más fuerte que el mismo Labán. Todo grande en las ideas bíblicas acerca de los
este relato, a la luz de los archivos de orígenes?
Nuzi, nos muestra dos grupos de hábiles La mayor parte de los investigadores
arameos, cada uno de los cuales tiene ra- bíblicos ha supuesto que Israel adoptó
zón en parte y en parte resulta culpable, aquellas concepciones durante la época
maquinando constantemente trampas le- en que se impuso el poderío asirio, entre
gales. los siglos ix y VII, así como durante el
cautiverio en Babilonia, en el siglo vi. Los
israelitas desterrados sufrieron, hasta cier-
4. Ideas de los Patriarcas sobre, to punto, la influencia de las concepcio-
el origen de la humanidad nes babilónicas, pero la consecuencia más
decisiva del exilio, sin embargo, no fue la
Lo que pudieran pensar los Patriarcas tendencia a asimilar elementos gentiles,
israelitas acerca de los orígenes de la hu- sino, al contrario, a diferenciarse cada vez
manidad es un problema para el que no más, a separarse de los que les retenían
poseemos una solución satisfactoria. El
Antiguo Testamento se inicia propiamen- cautivos. En cuanto a la etapa anterior,
te con una exposición sobre este tema, recordemos que los asirios eran maestros .
en que se dan noticias al lector acerca de en el arte de la guerra, pero no en el del
numerosas cuestiones relacionadas con los pensamiento, una actividad más tranquila
orígenes del mundo y del hombre. Pero en la que destacaban los babilonios. En
¿a qué etapa o etapas de la historia israe- consecuencia, cada vez son más los inves-
lita corresponden estas exposiciones? No tigadores que van adoptando la conclu-
cabe duda de que reflejan las creencias y sión de que las antiguas tradiciones rela-
la fe de los dirigentes israelitas de la opi- tivas a los orígenes se remontan a un
níón desde el siglo x al siglo v. Pero ¿se período anterior. De hecho, parece más
remonta alguna de estas creencias al pe- probable que fuesen los mismos Patriar-
ríodo patriarcal? cas los que trajeron consigo de Mesopo-
Es un dato interesante que ninguno de tamia algunas de las tradiciones relativas
los relatos hebreos acerca de la creación a la creación, el paraíso, el diluvio, los
o el diluvio incluidos en Gn 2 y 6-9 pre- relatos sobre Nemrod (Gn 10,8ss) y la
senta semejanza alguna con lo que halla- torre de Babel (Gn 11). ¿Cómo explicar
mos en la literatura egipcia o cananea. El de otro modo que Israel los poseyera y
hecho resulta especialmente curioso, ya que Canaán los ignorase?
que los israelitas vivieron durante mucho Dejaremos la comparación entre las
tiempo como vecinos de ambos pueblos, concepciones bíblicas y las babilónicas
que además tuvieron una gran influencia para el cap. VII; aquí nos limitaremos
en la literatura y en la religión de Israel. a indicar que el relato sobre la torre de
LOS PATRIARCAS EN CANAAN 65

Babel debió de originarse en una época bablemente a la realidad, ya _que los nó-
en que Babilonia y su gran zigurrat se madas o seminómadas del tipo patriarcal
hallaban en todo su esplendor y eran bien nos son hoy bien conocidos gracias a las
conocidos, es decir, entre el 1800 y el pinturas y documentos antiguos. Quizá
1530 a. C., antes de que la ciudad fuera sea mejor imaginárnoslos como verdade-
destruida por los hititas, aunque el zi- ros ganaderos, algo entre. los nómadas
gurrat fuera erigido posiblemente ya en actuales y los rancheros ,y cowboys ame-
el siglo xxiv a. C. (il. 16). Además es ricanos del siglo pasado.
interesante advertir que la montaña en Un relato egipcio contemporáneo en
que, según el relato babilónico del dilu- que se nos cuentan las aventuras de un
vio, quedó varada el arca se encuentra individuo llamado Sinuhé (hacia 1900 an-
precisamente al este de Mesopotamia, tes de Cristo) ilustra muy bien aquel gé-
mientras que en la narración hebrea se nero de vida. El personaje en cuestión
habla de las montañas de Ararat o Arme- era un alto funcionario del gobierno egip-
nia, situadas precisamente al norte de cio que se vio obligado a huir de su pa-
Darán. El relato de la torre, por consi- tria por razones políticas. Después de
guiente, indica su posible antigüedad, muchas dificultades y aventuras llegó al
mientras que el del diluvio nos dice que país del «este» (Kedem) en Siria, que con
se trata de una tradición no babilónica, toda probabilidad debe de ser el mismo
sino del norte de Mesopotamia. «país de los hijos del este (Kedem)» al
Es evidente, por tanto, que los datos que marchó Jacob (Gn 29,1). Si bien el
arqueológicos concuerdan con la tradición Kedem o «Este», al que huyó Sinuhé,
bíblica, que fija el lugar de origen de los no hubo de ser necesariamente Padán
Patriarcas en las inmediaciones dejarán. Aram, ciertamente se halla en la misma
En consecuencia, ya podemos dar respues- zona. Allí se encontró Sinubé con un
ta a preguntas como «¿quiénes eran los jefe amorreo como podían serlo Labán,
Patriarcas y de dónde procedían?». Abrahán o Jacob. El jeque se alegró de
verlo (porque otros egipcios que se halla-
ban allí lo identificaron) y lo hizo miem-
LOS PATRIARCAS EN CANAAN bro de su tribu, dándole su hija mayor
por esposa. A Sinuhé le pareció que aqué-
El Génesis nos presenta a los Patriar- lla era una tierra que manaba «leche y
cas como hombres que vivían del produc- miel»: «Era una tierra buena... En ella
to de sus ganados, de sus rebaños de había higos y uvas. Daba más vino que
ovejas y cabras, errantes por las tierras agua. Mucha era su miel, abundantes sus
montañosas de Palestina entre Dotán y aceitunas. Todo (tipo de) fruto se daba
Berseba, siempre pensando en pastos y en sus árboles. Había allí cebada y trigo.
manantiales, estos últimos no muy abun- No tenían fin los ganados (de todas cla-
dantes en una tierra cuya superficie ro- ses). Me hacían pan como asignación dia-
cosa está formada por calizas blandas y ria, vino como provisión de cada día, me
porosas. No eran agricultores, por tanto, guisaban carne y me asaban caza, además
sino nómadas. Al llamarlos «nómadas», de las piezas cobradas en el desierto, por=
sin embargo, quizá nos sintamos incli- que salían a cazar para mí y me traían las
nados a imaginarlos como gentes rudas, piezas cobradas, además de lo que cogían
incultas, al estilo de los hombres que mis perros» 2.
todavía pueden verse en los territorios
semidesérticos de la actual Síria o Trans- 2 J. A. Wilson, en J. B. Pritchard (ed.), An-
jordania. Semejante idea no responde pro- cient Near Eastern Texts (Princeton 1950) 19-20.
s
66 LOS PATRIARCAS

i 1111

19. Caravana de asiáticos que se dirigen a Egipto.

Sinuhé nos sigue contando lo mucho Un relieve egipcio contemporáneo (ha-


que se engrandeció y que, al llegar a vie- cia 1900 a. C.) nos ofrece nuevos detalles
jo, sintió nostalgia de su propio país. Re- sobre la vida de los Patriarcas. En él apa-
gresó a Egipto e hizo las paces con el recen representados los miembros de una
faraón. familia de semitas seminómadas, treinta
De todo este relato lo que ahora nos y siete en total, en el momento de entrar
interesa es la descripción de la vida tri- en Egipto (fi. 19). Lo primero que llama
bal de los «amorreos», pues podemos la atención son los asnos. Por entonces
estar seguros de que la vida de los Pa- ni los camellos ni los caballos estaban
triarcas sería muy parecida. El relato nos suficientemente domesticados para su uti-
informa también de las estrechas relacio- lización habitual. El asno, por consiguien-
nes que había por entonces entre Siria y te, era el animal de carga, como en la
Palestina por un lado y Egipto por otro. actualidad, pero sin el complemento del
Entre ambas comarcas iban y venían los caballo o el camello. También merece
mensajeros. El idioma egipcio era enten- atención el aspecto de los personajes: su
dido al menos por una parte de los indi- larga nariz prominente, el cabello corto y
víduos que se movían en torno al jeque. la barba de los varones, las abundantes
Sinuhé no era el primer egipcio llegado cabelleras, sujetas por una cinta, de las
a instalarse en aquella región. Todas estas mujeres y las multicolores indumentarias
circunstancias hacen que el viaje de Abra- de lana. Los hombres llevan faldellines
hán a Egipto resulte no sólo posible, sino y sandalias, mientras que las mujeres cal-
muy dentro de lo normal en aquellos días zan zapatos y se cubren con largas túnicas
(Gn 12). sujetas a un solo hombro. Sus armas son
LOS PATRIARCAS EN CANAAN 67

la lanza, el arco compuesto y el bastón


arrojadizo o maza. Uno de los hombres
lleva a las espaldas un odre y una lira
de ocho cuerdas entre las manos.
Este relieve posee el máximo interés
por ser aproximadamente contemporáneo
de Abrahán y por mostrarnos el aspecto
que ofrecerían el Patriarca y su familia.
También nos indica que no hemos de
atribuir un excesivo primitivismo a su
género de vida, si bien es cierto que
aquellas gentes debían de parecer toscas,
montaraces y primitivas a los ojos de los
egipcios, sirios y mesopotámicos, mucho 20. Excavaciones en Jericó.

más civilizados. De hecho, los amorritas


parecían tan despreciables a los antiguos
habitantes de Mesopotamia que en un
antiguo poema encontramos las siguien- pastos (Gn 37,17). En todos estos sitios
tes observaciones despectivas acerca de había, al parecer, antiguos lugares sagra-
ellos: dos en los que Abrahán y Jacob erigieron
altares y cipos en relación con el culto
El arma es (su) compañía... allí practicado.
Que no conoce sumisión,
que come carne cruda, En este cuadro hay muchas cosas inte-
que no tiene una casa en toda su vida, resantes desde el punto de vista de la
que no entierra a, su compañero'. arqueología. En primer lugar, todos los
sitios mencionados se hallan en la región
También es interesante observar que montañosa de Palestina, una comarca de
Abrahán, Isaac y Jacob aparecen relacio- la que hoy sabemos qué estaba muy poco
nados con ciertos parajes montañosos de poblada en aquellos tiempos y densamen-
Palestina. Abrahán tiene especiales co- te cubierta de bosques, en los que no
nexiones con Mambré, al-sur de Jerusa-. faltaban extensiones adecuadas para el
lén: «Y Abrahán alzó su tienda y marchó pastoreo. En la tierra de Canaán, entre
y habitó junto a las encinas de Mambré, el Mediterráneo y el Jordán, ningún lugar
que están en Hebrón» (Gn 13,18). Allí mejor que éste, con sus bosques y su
estaba la caverna de Macpela, que Abra- escasa población, para que los Patriarcas
hán compró y que se convirtió en la cá- conservaran sus hábitos de vida nómada.
mara funeraria de los Patriarcas (véase De hecho, las ciudades con que aparecen
fi. 20). Isaac, por su parte, parece que relacionados son los principales asenta-
pasó casi toda su vida en Berseba y sus mientos de aquella zona durante el pe-
inmediaciones (Gn 26,23; 28,10), mien- ríodo comprendido entre el 2000 y el
tras que Jacob aparece más estrechamen- 1700 a. C. Dotán, Betel y Siquén tenían
te relacionado con la zona situada al norte vida por entonces. En Siquén, el «pozo
de Jerusalén, especialmente con Betel y de Jacob» es hoy un santuario y su anti-
Siquén (Gn 33,18; 35,1). Sus ganados se güedad se remonta por lo menos a tiem-
alejaban incluso hasta Dotán en busca de pos de Jesús (cf. Jn 4), aunque no es
posible determinar hasta qué fecha ante-
' Cf. W. F. Albright, De la Edad de Piedra rior a ésta se podría remontar su exis-
al cristianismo (Santander 1959) 103s. tencia.
68 LóS PATRIARCAS

Las investigaciones arqueológicas no


han determinado aún la antigüedad de
Hebrón y Berseba, si bien es seguro que
los pozos situados en las inmediaciones
del segundo emplazamiento se remontan
a épocas muy remotas. De Hebrón se nos
dice que fue fundada «siete años antes
que Soán en Egipto» (Nm 13,22). Soán
era una ciudad del delta del Nilo que
tuvo diversos nombres a lo largo de su
historia, entre ellos, probablemente, 'el
de Ramsés, la ciudad almacén edificada
o reedificada por los hebreos durante su
esclavitud (Ex 1,11). Ha sido excavada
y se sabe que fue reconstruida por los
hicsos hacia el 1700 a. C. Hebrón, por
consiguiente, fundada por la misma épo-
ca, probablemente con el nombre de Quir-
yat-Arbá (Gn 23,2; 35,27), evidentemen-
te no existía en tiempos de Abrahán, lo
que explicaría que el Patriarca aparezca
relacionado con Mambré. En el relato se
nos dice únicamente, en dos notas expli-
cativas, que Mambré es Hebrón, con lo
que se pretende decir que Abrahán an-
duvo por aquellos parajes, pero que la
ciudad en sí aún no existía.
¿Qué sabemos de los cananeos que,
según se nos informa, ocupaban el país
por aquella época? Desgraciadamente
nuestras noticias al respecto son muy es-
casas y proceden tan sólo de los restos
materiales hallados en el emplazamiento
de sus ciudades. Durante el período cen-
trado en el año 2000 a. C. se diría que 21. Figurita egipcia con inscripción.
la actividad urbana fue muy escasa en
Palestina, mientras que a comienzos del
siglo xix se inicia una era totalmente entonces en unas condiciones de vida nó-
nueva (Bronce medio II); el número de mada o seminómada; las únicas ciudades
ciudades y la riqueza de la cultura mate- mencionadas son Jerusalén y Ascalón. El
rial aumentaron rápidamente. Se han ha- segundo grupo, los textos de Bruselas,
llado algunas figuritas y piezas de cerá- data de la segunda mitad del siglo xix
mica egipcias con listas de los enemigos (il. 21). En éstos se mencionan numero-
asiáticos de Egipto en esta época. El gru- sas ciudades con los nombres de sus reyes,
po más antiguo, los textos de Berlín, se indicio de un aumento de la actividad
fecha en el siglo xx a. C. De estos docu- urbana. Entre las ciudades enumeradas
mentos se deduce que Palestina se hallaba se encuentran Jerusalén, Siquén, Acó
LOS PATRIARCAS EN CANAAN 69

22. El montículo de Guézer, visto desde el norte.

(Acre), Acsaf (cerca de Acre), Tiro, Jasor Otra de las grandes ciudades cananeas
(en Galilea), Astarot (en Basán), Pella (al era Meguido (il. 2), la fortaleza que vi-
otro lado del Jordán, frente a Beisán), etc. gilaba el paso por el monte Carmelo entre
También aparece el término Shutu, que la llanura de Sarón y la gran planicie de
probablemente es el nombre antiguo de Esdrelón. Los descubrimientos más im-
Moab, al este del Mar Muerto, que tam- portantes en este emplazamiento, por lo
bién parece haber sido consignado en el que se refiere a la época de los Patriarcas,
texto hebreo de Nm 24,17. fueron hechos por el Oriental Institute
Las excavaciones nos han demostrado de la Universidad de Chicago en 1938-39.
que una de las grandes ciudades cananeas Muy interesantes son un lote de objetos
de la época era Guézer, situada sobre una egipcios y un conjunto formado por tres
de las alturas que bordean la llanura cos- templos (il. 23), cuya estructura es exac-
tera al sudeste de Jafa (il. 22). Estaba tamente igual en los tres casos; consistía
defendida por una fortísima muralla. Las en un pórtico con columnas in antis y una
estatuas y otros objetos de procedencia estancia rectangular en la que se hallaba
egipcia hallados entre 1902 y 1909 por antiguamente instalada la estatua de la
el arqueólogo inglés Macalister, datables divinidad que allí recibía culto. Los tem-
hacia el 1900 a. C., indican que esta ciu- plos estaban juntos y posiblemente eran
dad debió de ser una avanzada egipcia ya las «casas» de tres divinidades distintas.
en el período patriarcal. Este importante Detrás de los templos se hallaba el gran
descubrimiento nos indica que al menos «lugar alto», una estructura circular de
la llanura costera de Palestina se hallaba 9 m. de diámetro en la base y 2 m. de
dominada por Egipto en aquella época. altura (il. 24), a la que se sube por una
70 LOS PATRIARCAS

23. Tres templos y un altar para holocaustos encontrados en Meguido.

serie de escalones situados al lado este. de Sodoma y Gomorra, el valle que corre
Al pie de ella se halló gran cantidad de a lo largo del Jordán y el Mar Muerto
huesos de animales. Este lugar alto estaba estaba tan bien abastecido de aguas como
destinado a quemar los holocaustos; los el jardín del paraíso (el Edén) o la tierra
huesos eran los restos de los animales sa- de Egipto. Luego nos informa de la des-
crificados. Tenemos aquí un indicio de la trucción de Sodoma y Gomorra y de la
religión de los cananeos contemporáneos civilización que se desarrolló en la llanu-
de Abrabán. Con toda probabilidad era ra: «Entonces el Señor hizo llover del
casi idéntica a la practicada en períodos cielo sobre Sodoma y Gomorra azufre y
posteriores. En otro capítulo describire- fuego del Señor, y asoló aquellas ciuda-
mos su naturaleza. des y toda la llanura y todos los habitán-
Además de la llanura costera y de la tes de las ciudades y cuanto crecía sobre
planicie de Esdrelón había otra zona en la tierra... Y Abrahán... miró hacia So-
tiempo de los Patriarcas que contaba tam- doma y Gomorra y hacia toda la comarca
bién con varias ciudades y disfrutaba de de la llanura, y vio cómo el humo se
una vida próspera. Era la Transjordania elevaba de la tierra como el humo de un
oriental y el valle del Jordán. Algo se nos horno» (Gn 19,24-28).
dice al respecto en Gn 13,10-13: «Y Lot Esta descripción nos hace pensar en
alzó sus ojos y contempló toda la llanura seguida en un tremendo movimiento sís-
del Jordán, que estaba bien regada por mico. Posiblemente se trata de la única
todas partes, antes de que el Señor des- referencia explícita de la Biblia a un terre-
truyera Sodoma y Gomorra, como el jar- moto acaecido en el valle del Jordán, aun-
dín del Señor (el Edén), como la tierra que nosotros sabemos que tales fenóme-
de Egipto, según se va hacia Soar..., y nos sísmicos han sido allí muy frecuentes
Lot moró en las ciudades de la llanura a lo largo de la historia y que algunos de
y acampó hasta las inmediaciones de So- ellos constituyeron verdaderas catástrofes
doma». en que perecieron millares de personas.
Tenemos aquí una interesante tradi- Es bien sabido que el valle del Jordán
ción, pues el Génesis nos cuenta con estas se halla a nivel inferior del mar y que es
palabras de que, antes de la destrucción la depresión más profunda de su género
LOS PATRIARCAS EN CANAAN
71

24. Gran altar para holocaustos encontrado en Meguido.

en toda la tierra. Se formó a consecuen- nómadas asentadas en aquella zona du-


cia de un gran fallo geológico que va des- rante los siglos anteriores al 2000 a. C.,
de Asia Menor, pasando por Siria y Pa- precisamente cuando Palestina y Egipto
lestina, hasta Africa; en sus inmediaciones entraban en la edad oscura a causa de la
no dejan de ser frecuentes estos fenóme- irrupción «amorrea», edificaron por aque-
nos. Si en el valle del Jordán hubiera llos parajes una serie de aldeas. Pero re-
volcanes, podríamos pensar qué el «azu- pentinamente, hacia los siglos xx y xix,
fre y el fuego del Señor bajando del cielo» estas aldeas fueron abandonadas por al-
aludirían a una erupción volcánica. Pero guna razón misteriosa y sus habitantes,
como realmente no hay ninguno, hemos al parecer, retornaron a la vida nómada.
de suponer que se trata de un terremoto, Lo mismo podía.verse en el Négueb (sur
a menos que hayamos de considerar mí- de Palestina), que Abrahán atravesó en
tico todo este relato. A propósito de esto su viaje a Egipto 4.
entra en liza la arqueología. Por otra parte, W. F. Albright ha lo-
Siendo director de la American School grado determinar el emplazamiento de
of Oriental Research de Jerusalén, Nelson Sodoma y Gomorra, así como el de Soar.
Glueck llevó a cabo una minuciosa explo-
ración en Tra_nsjordania oriental, al este Cf. N. Glueck, The Age of Abraham in tbe
y al sur del Mar Muerto, entre 1932 y Negeb: «The Biblical Archaeologist» 18/1
1939. Descubrió así que las poblaciones (1955) 2-9.
72 LOS PATRIARCAS

Demostró con toda probabilidad que ac- En última instancia, es posible que el
tualmente se hallan bajo las sombrías capa 14 del Génesis nos pueda dar aún
aguas del extremo sur del Mar Muerto. más luz sobre la fecha en que han de si-
Esto hace imposible excavarlas o saber tuarse los Patriarcas. Tenemos en ese
algo más acerca de ellas. Excavó dos yaci- pasaje el relato de una expedición de
mientos de las inmediaciones y halló que pillaje emprendida por cuatro reyes meso-
habían sido abandonados hacia el siglo xx potámicos en Transjordania, en que fue-
antes de Cristo, como las restantes ciuda- ron derrotadas y saqueadas las ciudades
des de la Transjordania meridional. Ex- de la llanura. Hoy es bien conocido el
plorando el valle del Jordán al norte del camino seguido por los cuatro reyes, pues
Mar Muerto, tanto Albright como Glueck se trata de una antigua ruta que atraviesa
hallaron que había sido un próspero cen- Transjordania, a la que los israelitas pos-
tro de civilización durante aquel período, teriores dieron el nombre de «la calzada
pero su población disminuyó súbitamente del rey» (Nm 20,17; 21,22): Antigua-
a partir de entonces. mente, muchos investigadores identifica-
Estos descubrimientos nos ofrecen los ban a uno de aquellos reyes, Amrafel, con
únicos datos objetivos que la arqueología el gran monarca babilónico, Hammurabi,
está en condiciones de aportar en relación pero hoy es insostenible semejante iden-
con Abrahán. Si éste fue contemporáneo
del hundimiento de las ciudades de la tificación. Por ahora no es posible identi-ficar a ninguno de los cuatro reyes, pero
llanura, es probable que viviera entre los podemos confiar en que algún día posee-'
siglos xx y xrx a. C. Pero no podemos remos más noticias sobre ellos. La expe-
estar absolutamente seguros de esta fe- dición podría explicarse muy bien por la
cha, ya que es posible que las ciudades existencia de minas de cobre al sur del
de la llanura perecieran algo después de Mar Muerto, que eran explotadas, lo que
que fueran abandonadas las ciudades del explicaría la prosperidad de los habitan-
sur de Transjordania. Resulta, sin embar- tes de aquella región antes del repentino
go, difícil de entender la expedición de
pillaje emprendida por los reyes orienta-
del segundo milenio antes de Cristo. Para un
les, de que se nos informa en Gn 14, si punto de vista que sitúa a los Patriarcas varios
es que la zona se hallaba abandonada y siglos más tarde, cf. la detallada y estrictamente
aún no estaban en marcha las explotacio- razonada exposición de H. H. Rowley, From
nes de las minas de cobre al sur del Mar Joseph to Josuah ( Londres 1950); C. H. Gor-
don, Introduction to Old Testament Times
Muerto (cf. infra). Tenemos, sin embar- (Ventnor, N. J. 1953) 103-4. Por otra parte,
go, un dato a que atenernos y que -ello D. N. Freedman, en un estudio sin publicar,
reviste el máximo interés- concuerda ha razonado que el argumento a partir de las
con tradiciones bíblicas posteriores. Los genealogías, en que estos investigadores se apo-
yan principalmente, no es válido, ya que las
datos conservados por los sacerdotes ju- genealogías no conservan ninguna noticia relati-
daítas nos informan que Abrahán partió va a la época anterior a la conquista de Canaán,
de Mesopotamia unos seiscientos años an- excepto la designación genérica de los clanes
tes del éxodo de los israelitas de Egipto, y las tribus. Así, por ejemplo, cuando Nm 16,1
habla de «Córaj, hijo de Yishar, hijo de Quehat,
es decir, hacia 1900 a. C. s. hijo de Leví», esto quiere decir únicamente que
un individuo llamado Córaj ben Yishar pertene-
cía al clan Quehat de la tribu de Leví. No se
s
Esta fecha que atribuimos a Abrahán es, puede argumentar a partir de tal pasaje, por
por supuesto, muy conjetural. Todo lo que con consiguiente, que sólo median tres generaciones
este capítulo pretendemos afirmar es que los entre el período patriarcal y la conquista, pues
relatos en torno a los Patriarcas se entienden anteriormente al período de Moisés no se con-
muy bien sobre el trasfondo de los comienzos serva una información genealógica exacta.
LOS PATRIARCAS EN CANAAN 73

y misterioso abandono de sus asentamien- sus obligaciones, por lo que replica: «Yo
tos urbanos unos veinte siglos antes de te vendo la tierra y te vendo con ella la
la época de Cristo. caverna» (v. 11). Se negó a dividir su
Hay otros muchos detalles de los rela- propiedad, de forma que Abrahán se vio
tos sobre los Patriarcas que pueden ser obligado a convertirse en feudatario a
ilustrados mediante los descubrimientos cuenta de toda la tierra. También es inte-
arqueológicos. Aquí, sin embargo, nos resante la mención de los árboles en el
limitaremos a dos de ellos. El primero es v. 17, ya que los documentos hititas de
la caverna de Macpela en Mambré (He- compraventa enumeran exactamente su
brón), la cámara sepulcral de los Patriar- número en cada transferencia de este tipo.
cas. Este tipo de enterramiento familiar Hay una segunda costumbre relaciona-
es hoy bien conocido gracias a la arqueo- da con las creencias de los Patriarcas. Al
logía (il. 20). Muchos de los que han menos en tres ocasiones erige Jacob este-
sido excavados se utilizaron durante va- las en los lugares donde ha tenido una
rias generaciones. Era costumbre enterrar experiencia religiosa. Después de su sue-
a los muertos con grandes cantidades de ño en Betel erigió una de ellas, hizo un
cerámica y otros objetos que el difunto voto a Dios y puso por nombre al lugar
había usado en vida. Los recipientes cerá- «Betel», que significa «casa de Dios» (Gn
micos contenían alimentos para el consu- 28,18ss). Cuando Jacob y Labán hacen
mo de las sombras de los muertos en el su alianza de paz e invocan a Dios como
más allá. testigo y parte en aquel pacto, erigen una
El relato de cómo Abrahán compró una estela (Gn 31,44ss). En Siquén alzó una
caverna a Efrón el hitita (Gn 23) se ha tercera estela, y recibió el nombre de
interpretado habitualmente como una há- «Dios, el Dios de Israel» (Gn 33,20, don-
bil transacción por parte de Efrón, en que de hemos de leer «estela» en vez de «al-
éste obtiene un precio excesivo. Reciente- tar»). No está del todo claro el signifi-
mente, sin embargo, ha estudiado este cado de esta costumbre. Pero las estelas
episodio a la luz del derecho hitita Man- nos son bien conocidas, ya que se ha des-
fred R. Lehmann e. El código legal hitita cubierto buen número de ellas (il. 25).
hallado en Boghazkóy, capital de aquel
Imperio, en la actual Turquía, especifica Parecen haber sido erigidas ante todo
que si alguien compra toda la propiedad como piedras conmemorativas en recuer-
del vendedor, estará obligado a prestar do de una teofanía, un voto o un rito de
algunos servicios feudales, cuya naturale- alianza sagrada e incluso de un antepasa-
za exacta desconocemos. La transferencia do o funcionario importante.
de las tierras hititas llevaba consigo la En cuanto a la religión de los Patriar-
sumisión a estas obligaciones feudales, a cas poco es lo que se puede decir con
menos que se adquiriera tan sólo una par- certeza La tradición, sin embargo, ha
te de la propiedad del vendedor. En la conservado el nombre genérico aplicado
segunda requisitoria de Abrahán ante el a la divinidad de la familia patriarcal. Era
consejo de la ciudad, el Patriarca especifi- conocida como «el Dios de los padres»
ca que desea comprar únicamente la ca- o «el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob».
verna situada al extremo de la tierra de Albrecht Alt y Julius Lewy han recogido
Efrón (Gn 23,9). Efrón, sin embargo, ve un buen número de ilustraciones pertene-
la oportunidad de descargarse de todas cientes a la Antigüedad pagana de este
tipo de divinidades familiares que los Pa-
triarcas solían elegir libremente como
6 Cf. la bibliografía al final de este capítulo. divinidades tutelares personales, con las
74 LOS PATRIARCAS

que establecían una especial relación con-


tractual o de alianza. El dios en cuestión
otorgaba una protección especial a la fa-
milia o clan; las generaciones sucesivas lo
volvían a elegir y renovaban con él aque-
lla especial relación. Es muy probable que
tengamos en este hecho, al menos en par-
te, el trasfondo de la posterior alianza
entre Dios e Israel. «El Dios de los pa-
dres» fue identificado con Yahvé (Ex 3)
y pasó a ser el Dios de Israel, mientras
que Israel, en una elección libre, se con- 25. Estelas de Lejjun (Transjordania).

virtió en su pueblo. La mentalidad de la


familia patriarcal siguió pesando en las noteísmo se remonta a una fecha tan an-
ideas del pueblo siglos después de que se tigua. La veneración de El Elyón («Dios
convirtiera en una nación y hubiera ad- Altísimo») por Abrahán en Jerusalén in-
mitido en la unidad de la alianza a otros dicaría que el caso es más bien al contra-
muchos grupos de origen extraño. rio (Gn 14). El dios El era la divinidad
El nombre propio de la divinidad de suprema de los panteones «amorreo» y
los Patriarcas no nos es conocido con cananeo y nada nos obliga a suponer que
exactitud, pero se ha conservado uno de en la tradición original subyacente a Gn
sus títulos. Es el de «Saday» (Gn 17,1; 14 signifique cualquier otra cosa.
Ex G,3), del que W. F. Albright ha de- Aquí dejamos a los Patriarcas de Is-
mostrado que se trata de un término me- rael. Si bien no hemos dicho todo lo que
sopotámico cuyo significado es «el de la hoy sabemos en relación con ellos, al me-
montaña». De hecho, en la Antigüedad nos se puede asegurar que con los ante-
era frecuente el uso del símbolo de la
montaña para señalar la poderosa y temi- riores párrafos hemos indicado suficiente-mente que los últimos treinta o cuarenta
ble majestad de un determinado dios. La años de investigación arqueológica nos
traducción que suele darse de Saday, han dado la oportunidad de conocer la
«todopoderoso», por consiguiente, no se vida y la época de Abrahán, Isaac y Jacob
aleja mucho de la idea original contenida de una forma que hasta ahora no había
en este título. El nombre de Saday apli- sido posible. Se ha añadido un nuevo
cado al dios familiar de los Patriarcas no capítulo a la historia de Israel y se ha
significa, sin embargo, que hayamos de hecho una aportación interesantísima a
suponer que en la historia hebrea el mo- los estudios bíblicos.
BIBLIOGRAFIA

Dado que los materiales a que nos referimos York 1928): interesante relato popular de la
son el resultado de investigaciones recientes, no expedición del autor y el profesor Albright en
están recogidos en la mayor parte de los ma- busca de Sodoma, Gomorra y Soar en 1924,
nuales. Los libros más importantes son los del cuyo resultado fue establecer que las ruinas de-
profesor W. F. Albright, a cuya labor se debe ben de hallarse actualmente bajo las aguas del
la mayor parte de nuestros descubrimientos: De extremo sudeste del Mar Muerto.
la Edad de Piedra al cristianismo (Santander N. Glueck, The Other Side of the Jordan
1959) cap. IV, sec. A y B; Recent Discoveries ( New Haven 1940) cap. V; íd., The River
in Bible Lands, supl. a Young, Analytical Con- Jordan ( Filadelfia 1946) cap. III; íd., Rivers
cordance ( Nueva York 1955) cap. XI; The in the Desert ( Londres-Nueva York 1959).
Archaeology of Palestine and the Bible ( Nueva A. Alt, Der Gott der Vüter (Leipzig 1929).
York '1935) cap. III, sec. 2. J. Lewy, Les textes paléo-assyriens et l'Ancien
Otras obras en cuyas notas se hallarán más Testament: «Revue d'Histoire des Religiops»
amplias referencias bibliográficas: J. Bright, La 110 (1934) 29-65, esp. 50ss.
historia de Israel ( Bilbao 1966) 53-109; R. de M. R. Lehmann, Abraham's Purchase of
Vaux, Les patriarches hébreux et les découver- Machpelah and Hittite Law: «Bulletin of the
tes modernes: «Revue Bibliqúe» 53 (1946) American Schools of Oriental Research» 129
321-48; 55 (1948) 321-47; 56 (1949) 5-36; (1953) 15-18.
H. H. Rowley, Recent' Discoveries and the Para un punto de vista completamente dis-
Patriarchal Age, en The Servant of the Lord tinto sobre las tradiciones del Génesis, según el
and other Essays ( Londres 1952) 271-305. El cual la arqueología apenas puede prestar ayuda
estudio reciente más importante es el de R. de alguna para el estudio de los materiales tradi-
Vaux, Historia antigua de Israel ( Ed. Cristian- cionales de este tipo, cf. M. Noth, Historia de
dad, Madrid 1975) 171-285. Israel ( Barcelona 1966) 56-60; íd., Het die
C. H. Gordon, Biblical Customs and the Bibel doch recht?, en Homenaje a Günther
Nuzu Tablets: «The Biblical Archaeologist» 3 Dehn ( Neukirchen 1957) 16-19.
(1940), la exposición más completa de las cos- Para la crítica de esta postura, cf. J. Bright,
tumbres patriarcales a que hemos hecho refe- Early Israel in Recent History Writing ( Lon-
rencia en la primera parte de este capítulo. dres 1956); G. E. Wright, History and the Pa-
J. P. Harland, Sodom and Gomorrah: «The triarchs: «The Expository Times» (1960) 3-7; la
Biblical Archaeologist» 5/2 (1942); 6/3 (1943), correspondiente réplica en G. von Rad, History
la mejor y más detallada exposición acerca del and the Patriarchs: «The Expository Times»
problema de la localización y destrucción de (1961) 213-16; M. Noth, Der Beitrag der Ar-
estas ciudades. chäologie zur Geschichte Israels ( Oxford 1959),
M. G. Kyle, Explorations in Sodom ( Nueva supl. a «Vetus Testamentum» 7 (1960).
CAPITULO IV

FORASTEROS EN EGIPTO

Y los patriarcas, movidos por la envidia, vendieron a José para


Egipto. Pero Dios estaba con él y lo libró de todas sus tribulacio-
nes, y le otorgó gracia y sabiduría delante del faraón, rey de Egipto,
que le puso por gobernador de Egipto y de toda su casa ( Hch 7,
9-10).
Hizo portentos a la vista de sus padres, en el país de Egipto,
en el campo de Soán (Sal 77,12).

El éxodo de Egipto y la liberación de ma importancia para Egipto, de forma


la esclavitud fue el acontecimiento señero que fuera de la Biblia no aparece rastro
de la fe y de la historia de Israel. Fue alguno de ellos. Sin embargo, aquellas
una acción singular en que Dios se reveló tradiciones debían de tener alguna base
como Señor soberano de la historia e histórica. En primer lugar, el relato bíbli-
hizo de Israel un pueblo para su servicio co recoge de pronto una serie de nombres
y le dio un puesto entre las naciones. Así egipcios, especialmente en relación con la'
fue cómo los israelitas aprendieron a co- tribu de Leví: Moisés, contracción de un
nocer quién era su Dios a partir de los nombre más largo, deriva de un verbo
acontecimientos históricos y a proclamar egipcio que significa «engendrar, engen-
su propia fe al narrar las obras de Dios drado». El mismo componente verbal apa-
como una historia. Las acciones poderosas rece en otros nombres egipcios, como Tut-
de Dios en Egipto y en el desierto eran mosis y Ramsés (il. 30), en que las pri-
un signo, una maravi a en que se mani- meras sílabas son nombres divinos y el
festaba un poder superior a todos los resto indica que ese dios ha engendrado
poderes de este mundo. Dios era el único a la persona designada. Otros nombres
capaz de hacer que tanto la naturaleza levíticos de origen, al parecer, egipcio son
como el corazón obcecado del faraón le los de Fineés, Jofní, Pasjur y posiblemen-
sirvieran. Pero, además, y por razones que te también Jur y Merarí.
sólo el mismo Dios conocía, puso su amor Pero en la historia de José han obser-
en un pueblo indefenso y lo eligió como vado los investigadores que algunos nom-
especialmente suyo. Se creía, pues, que el bres egipcios sufrieron evidentes altera-
conocimiento de Dios se había manifes- ciones a lo largo del tiempo. Así, por
tado en las cosas que realmente iban su- ejemplo, los nombres de Putifar (perte-
cediendo. neciente al jefe que compró a José como
Sin embarga, aquellos acontecimientos esclavo; Gn 37,36), Potifera (suegro de
lecisivos para Israel no tenían la mis- José), Asenat (su esposa egipcia) y Zafnat-
78 FORASTEROS EN EGIPTO

Panej (nombre egipcio de José; Gn 41, magos en Egipto (Gn 41,8), que «todo
45) no estaban en uso, por lo que nos- pastor (asiático) es abominación para los
otros sabemos, en tiempos de José, sino egipcios» (Gn 46,34; cf. 43,32), que en
que empezaron a utilizarse comúnmente Egipto se conocieron hambres de siete
a partir de la época de David. En otras años, que los ciento diez años que se atri-
palabras: había una tendencia a moder- buyen a José eran la duración típica de la
nizar los relatos, del mismo modo que vida feliz y próspera, según las inscrip-
ocurrió con las narraciones anteriores so- ciones egipcias, y que el embalsamamien-
bre los Patriarcas. Y es interesante adver- to o momificación de José y Jacob (Gn
tir que esto mismo ocurrió de nuevo con 50,2.26) era la forma habitual en que se
motivo de la traducción griega del Pen- preparaban los cuerpos de los difuntos
tateuco durante el siglo iii a. C. i mportantes antes de darles sepultura.
En segundo lugar, se ha señalado mu- Los regalos que hace el faraón a José al
chas veces que el colorido egipcio del re- ser éste nombrado primer ministro res-
lato sobre la estancia en aquel país resulta ponden perfectamente a las costumbres
muy fiel y que indudablemente se debe egipcias: «Y el faraón tomó de su propia
a la mano de quienes lo conocían muy mano el anillo de sello y lo puso en la
bien. Sabemos, en efecto, que los egip- mano de José, y lo vistió con ropas de
cios atribuían suma importancia a la in- lino exquisito y rodeó su cuello con una
terpretación de los sueños. Putifar hizo a cadena de oro. E hizo que marchara mon-
José «superintendente de su casa», un tado en su segundo carro, y ante él iban
título que viene a ser traducción exacta gritando: `¡Doblad la rodilla!'» (Gn 41,
del que llevaban algunos servidores im- 42s).
portantes de las casas de los grandes no- También se ha indicado que las diez
bles egipcios. El faraón le otorgó un car- plagas (Ex 7-12) tienen como base otras
go que llevaba un título semejante en la tantas calamidades que aún en nuestros
administración de sus dominios (Gn 41, días azotan a Egipto. Cuando el Nilo al-
40); por otra parte, recientemente se ha canza su mayor caudal, en el mes de agos-
demostrado que el título oficial israelita to, frecuentemente se vuelven sus aguas
de «el que está sobre la casa» corresponde de color rojo, a causa de la presencia de
exactamente al cargo de primer ministro, grandes cantidades de microorganismos.
o visir en Egipto, que era el verdadero En determinadas circunstancias se impu-
gobernante del país, cuyo poder sólo cedía rifican las aguas y no pueden beberse. Se
ante el del faraón. conocen también las plagas de ranas, es-
Otros títulos, como los de «jefe de los pecialmente en septiembre, sobre todo
reposteros» o «jefe de los coperos» (Gn cuando decrece el número de los ibis,
40,2), también aparecen en las inscrip- aves que se alimentan de renacuajos y
ciones egipcias. Sabemos que el aniversa- liberan al país de su presencia. La des-
rio natalicio del faraón era una fecha muy composición de las ranas muertas expli-
festejada, en que quizá se diera la liber- caría la tercera y cuarta plagas de los
tad a algunos presos, lo que nos recuerda mosquitos y la de los tábanos; en tales
la fiesta que el faraón ofreció a sus servi- circunstancias no es extraño que se pro-
dores en el día de su nacimiento, cuando paguen enfermedades entre los ganados
el repostero mayor y el copero mayor fue- y los hombres (quinta y sexta plagas).
ron sacados de la cárcel, uno para morir Las tormentas de granizo, aunque raras,
y otro para recuperar su puesto (Gn 40, tampoco son desconocidas, mientras que
20). También sabemos que había muchos la langosta ha causado destrozos de pro-
TRASFONDO HISTORICO 79

porciones catastróficas en numerosas oca-


siones en todo el Próximo Oriente. Las
espesas tinieblas (novena plaga) pueden
explicarse como consecuencia de una te-
rrible tempestad de arena y polvo causa-
da por el khamsin, el viento cálido del
desierto, que es una de las más penosas
características de la primavera egipcia. El
khamsin sopla de dos a cuatro días cada
vez, y de las «espesas tinieblas» se dice
que duraron tres días (Ex 10,22). Estos
«terrores» naturales de Egipto, al pro-
ducirse juntos y con especial severidad,
pudieron dar a Moisés y al faraón la
i mpresión de que eran otras tantas mani-
festaciones de la ira del Dios de Israel.
La historia de José pudo ir adquiriendo
a lo largo de los siglos ciertos detalles de
otros relatos populares que en principio
nada tenían que ver con este personaje.
El relato egipcio de los dos hermanos es
la historia de Anubis y Bitis. Bitis era el
menor, y le fue encomendado que cuidara
de todas las propiedades del mayor, del 26. Estela funeraria de funcionario egipcio.
mismo modo que José fue puesto al fren-
te de todos los asuntos de su amo Puti-
far, capitán de la guardia. La afectuosa
relación que mediaba entre los dos her-
TRASFONDO HISTORICO DE
manos se vio perturbada por culpa de la
LA ESTANCIA EN EGIPTO
esposa de Anubis. Cierto día en que Bitis
entró en casa para coger grano para sem-
Como ya hemos dicho, la posición al-
brar, trató la esposa de seducirlo. El se
canzada por José en Egipto está perfec-
resistió enérgicamente, pero nada dijo a tamente ilustrada por inscripciones y re-
su hermano. Aquella misma tarde, teme- lieves. José no sólo ocupaba el segundo
rosa de las consecuencias, la esposa se puesto después del faraón, sino que en
quejó a su marido de haber sido tratada vistas de la gran hambre que se aproxima-
indecorosamente por Bitis, lo que obligó ba fue encargado de vigilar todo lo con-
a éste a huir para salvar su vida. Este cerniente a las cosechas y graneros. A juz-
relato ofrece coincidencias tan notables gar por los documentos egipcios, podemos
con el de José y la esposa de Putifar (Gn pensar que en su persona acumulaba dos
39,7ss), que los investigadores lo han cargos importantes: el de «gobernador»,
considerado, en general, como una adi- o primer ministro y jefe del gobierno, y
ción mitológica a la vida de José. Otros el de «superintendente de los graneros»
elementos de la narración del Génesis han (cf. il. 26). Varios eran los cometidos del
sido explicados de forma similar, pero primer ministro; no sólo actuaba como
ninguno tan claramente como éste. ministro del interior y primer magistrado,
80 FORASTEROS EN EGIPTO

luta confianza. También diremos más ade-


lante que José pudo vivir en una época
en que Egipto estaba bajo el dominio de
soberanos extranjeros y que su elevación
al poder no sería cosa desacostumbrada.
Tampoco lo es el episodio bíblico de
los siete años de hambre que padeció
Egipto. Varias inscripciones nos hablan
del hambre que se extendió en ocasiones
por todo el país; dos funcionarios al me-
nos, al hacer consignar sobre los muros
27. Graneros egipcios. de sus tumbas el relato encomiástico de
sus propios actos meritorios, cuentan en-
tre éstos el haber distribuido alimentos
sino que en ocasiones tenía que intervenir a los hambrientos «en cada año de nece-
también como oficiante del culto público. sidad» (cf. fi. 28). Una inscripción del
El cargo de «superintedente de los gra- siglo ii o comienzos del siglo i a. C. nos
neros» fue excepcionalmente importante ha conservado la tradición de que Zoser,
en Egipto durante todos los tiempos, ya monarca de la III dinastía (ca. 2700 a. C.),
que la total riqueza y la estabilidad del imploró al dios Knum a causa de una
país dependen de sus cosechas (il. 27). terrible hambre que duraba ya siete años
El superintendente tenía que velar para y que se le prometieron tiempos de abun-
que nunca faltaran las provisiones; en la dancia. Dijo el rey: «Yo estaba afligido
vida del país era una solemnísima ocasión en el gran trono, y los que moran en el
el día en que ' el superintendente presen- palacio estaban afligidos de corazón a
taba al soberano la «cuenta de las cose- causa de un gran mal, porque el Nilo no
chas». Cuando había «una cosecha mejor había crecido en siete años durante mi
que en treinta años», el funcionario re- época. Faltaba el grano, los frutos estaban
cibía especiales honores del rey, era un- secos y se agotaba todo lo que les servía
gido y se le imponían valiosos collares. de alimento... El niño gemía; el joven
Algunos han pensado que resulta ex- aguardaba; el corazón del anciano estaba
traño el hecho de que un extranjero como sumido en la tristeza... Los cortesanos
José alcanzara una posición de tanta auto- pasaban necesidad. Los templos se cerra-
ridad en Egipto. Sin embargo, un estudio ban... Todo estaba vacío»'.
detenido de los funcionarios egipcios re- Durante el hambre bíblica, según se
vela que eso no era cosa totalmente des- nos dice, los hermanos de José, junto con
conocida en Egipto. Durante el Imperio otras muchas personas, bajaron de Canaán
nuevo (a partir del 1570 a. C.) hubo es- a Egipto en busca de alimentos (Gn 41,
clavos que se convirtieron en favoritos de 57). Finalmente, por deseos del faraón,
los reyes, llegando a situarse a veces en Jacob y. su familia, integrada por setenta
puestos de gran autoridad. A semejanza personas, se trasladaron a Egipto con to-
de muchos poderosos monarcas (por ejem- das sus pertenencias y se establecieron en
plo, los sultanes turcos de la Edad Me- la tierra de Gosén (Gn 46,27ss). En algún
dia), los faraones, al parecer, sentían cier- momento se pensó que esta tierra de Go-
ta desconfianza con respecto a sus propios
súbditos y trataban de rodearse de indi-
viduos que les fueran bien conocidos y ' Cf. J. A. Wilson, en J. B. Pritchard (ed.),
en los que pudieran depositar una abso- Ancient Near Eastern Texts, 31.
TRASFONDO HISTORICO 81

28. Relieve egipcio en el que aparecen individuos consumidos por el hambre.

sén era mencionada en ciertos documen- Wadi Tumilat. Este wadi (término árabe
tos egipcios, pero hoy sabemos que se para designar el cauce fluvial seco excep-
trata de una interpretación errónea. Es to en la estación de las lluvias) es un
posible que esa comarca fuera conocida estrecho valle que une el Nilo con el lago
bajo el nombre de «el país de Ramsés» Tímsá y tiene una longitud de unos 60
( Gn 47,11) y también con el de «el cam- kilómetros. Tanto en la Antigüedad como
po de Soán» (Sal 78,12). Esta última de- en nuestros días la zona que se extiende
nominación aparece frecuentemente en a lo largo del Wadi Tumilat, especialmen-
documentos egipcios como nombre de la te hacia el norte, es una de las comarcas
comarca que se extiende en torno a la más ricas de Egipto, realmente «lo mejor
ciudad de Soán, o Tanis, en el sector de la tierra», como se afirma en Gn 47,
oriental del delta del Nilo. «Ramsés» se 11. El gran explorador americano Edward
refiere aquí al nombre de la misma ciu- Robinson informaba en 1838 que por
dad, pero no en tiempos de José, sino a aquellos años producía unas rentas supe-
partir de 1300 a. C., cuando la ciudad riores a las de todas las demás provincias
fue reconstruida por el gran faraón Ram- egipcias y que había allí más ganados y
sés II (ca. 1290-1224 a. C.). Si bien no apriscos que en cualquier otra región. La
podemos tener la seguridad de que la población estaba formada a medias por
tierra de Gosén abarcara toda la zona inmigrantes y aún eran muchos los que
que delimitan estos dos términos geográ- conservaban sus costumbres nómadas.
ficos, sabemos con certeza que se hallaba Esta era exactamente la situación en tiem-
situada allí y que comprendía al menos pos de José, según podemos deducir tanto
la región conocida actualmente como de la Biblia como de los documentos
6
82 FORASTEROS EN EGIPTO

egipcios. Si había una región egipcia en nas. A lo largo de los siglos siguientes
que pudieran asentarse los hebreos, era debió de ser muy elevado el número de
precisamente ésta. familias como ésta. No debe sorprender-
Dos inscripciones egipcias nos infor- nos, por consiguiente, que en Egipto no
man de que los funcionarios fronterizos se haya conservado noticia alguna acerca
egipcios acostumbraban a franquear el de Jacob y los suyos.
paso a los beduinos de Palestina o el Sinaí ¿Es posible decir exactamente cuándo
para que penetraran en Egipto en tiem- ha de situarse la presencia de José en
pos difíciles y se instalaran en la zona de Egipto? Desgraciadamente, la respuesta
Gosén. Una de ellas, fechada hacia 1350 tiene que ser negativa. Hay, sin embargo,
antes de Cristo, nos informa que uno de ciertos indicios sobre los que hemos de
estos grupos, «que no sabe cómo iban a decir algo.
subsistir, han venido suplicando un hogar Poco antes del 1700 a. C. entró Egipto
en el dominio del faraón..., según la cos- en una edad oscura que habría de perdu-
tumbre de los padres de tus padres (es rar unos ciento cincuenta años. Se debió
decir, todos los faraones) desde el prin- a la invasión de unos asiáticos a los que
cipio.. . ». Se ve, por consiguiente, que era los egipcios dieron el nombre de hicsos,
costumbre muy antigua de los faraones «monarcas de los países extranjeros». Es-
permitir a aquellas gentes la estancia en tos forasteros, a los que tanto odiaban y
sus dominios.. despreciaban los egipcios, consiguieron
La segunda inscripción contiene un in- crear un gran Imperio, del que formaban
forme de un funcionario fronterizo a su parte al menos Palestina y el sur de Siria
superior, de hacia 1230 a. C., dando cuen- (cf. fi. 29). En lugares tan lejanos como
ta de que se ha permitido a ciertos bedui-
nos edomitas el paso por la fortaleza del
distrito de Sucot (Theku) en el Wadi
Tumilat, para que apacienten sus gana-
dos en las cercanías de Pitón, «para
que subsistan, junto con sus rebaños, en
los dominios del faraón... ». El término
egipcio «subsistir» es en este caso el que
se usa habitualmente para indicar el man-
tenimiento en época de hambre. Podemos
suponer, por consiguiente, que la entrada
de la familia de Jacob en Egipto se pro-
dujo bajo las mismas circunstancias en
una época anterior. Especial interés revis-
ten para nosotros los nombres de Sucot
y Pitón que aparecen en este texto, ya
que se trata de ciudades mencionadas tam-
bién en la Biblia, cuyo emplazamiento ha
sido objeto de discusión. Más adelante
nos ocuparemos de este problema. La fa-
milia . nómada de Abisar, que aparece
figurada en el momento de penetrar en
Egipto hacia el año 1900 a. C. (il. 19),
estaba formada por treinta y siete perso- 29. Plano de Jasor (Galilea).
TRASFONDO HISTORICO 83
Creta y Mesopotamia se han encontrado espías enviados por Moisés para inspec-
objetos que pertenecieron a uno de sus cionar el país de Canaán, un escriba inter-
más grandes monarcas. Terminaron por poló la siguiente extraña noticia: «He-
ser expulsados de Egipto después de su- brón fue edificada siete años antes que
frir su capital, Avaris, un estrecho asedio, Soán (Tanis) en Egipto». Esto significa
siendo expulsados hasta Palestina, donde que la fecha fundacional de Hebrón no
también sufrieron un asedio de tres años caería muy lejos del 1720 a. C., lo que
en la fortaleza de Sharuhen (probable- explicaría que se hable con tanta frecuen-
mente la moderna Tell el-Far`ah, al sud- cia de «las encinas de Mambré» en los re-
este de Gaza). Ciertarnente, varios empla- latos sobre los Patriarcas, en vez de He-
zamientos palestinenses que, según han brón, aunque los autores bíblicos sabían
probado las excavaciones, fueron destrui- que ambas designaciones se referían al
dos durante el siglo xvi, nos han dado la mismo lugar. Pero muchos investigado-
medida de la intensidad que revistió la res se han hecho estas preguntas: «¿Por
campaña egipcia para recuperar el Impe- qué los hebreos posteriores, ya instalados
rio asiático de épocas anteriores. en Palestina, fijaron la fundación de He-
Durante mucho tiempo se discutió el brón conforme a la de Avaris por los
emplazamiento exacto de la capital de los hicsos? ¿Qué tenía que ver Israel con los
hicsos, Avaris, pero recientes excavacio- hicsos?». La deducción lógica es que de-
nes parecen haber zanjado la cuestión, al bió de haber hebreos relacionados con la
menos según opinan casi todos los inves- actividad de los hicsos y que se hallaban
tigadores, aunque la discusión no ha fina- en Egipto cuando tuvo lugar la fundación
lizado. Estaba situada probablemente en de Tanis 2.
San el-Hagar, en el delta, lugar del que Por otra parte, en Ex 12,40 se nos dice
ahora se cree que llevó sucesivamente los que «el tiempo que los hijos de Israel
nombres de Avaris antes del 1500 a. C., moraron en Egipto fue de cuatrocientos
«Casa de Ramsés» entre 1300-1100 a. C. treinta años». Gn 15,13 redondea esta
aproximadamente, y, por último, Tanis cifra y habla de cuatrocientos años. Al
(que equivale al de Soán) a partir de 1100 cotejar estas cifras con el pasaje de Nm
antes de Cristo. Han sido excavadas algu- 13,22, algunos investigadores se han sen-
nas de las enormes fortificaciones de tido obligados a recordar la era tanita de
Avaris en tiempo de los hicsos, pero uno los cuatrocientos años. Más adelante ve-
de los objetos más importantes hallados remos cómo al menos algunos israelitas
en la ciudad de Avaris-Ramsés-Tanis fue se hallaban en Egipto cuando se celebró
la estela o piedra monumental «del el aniversario tanita, de forma que senti-
año 400». Fue erigida por un funcionario mos la sospecha de que la era de Tanis
de Ramsés II y por su orden para con- debió de ser conocida por los hebreos.
memorar el año 400 de la fundación de Estas razones y algunas más han hecho
la ciudad por un monarca hicso. Esto nos que la mayoría de los investigadores sitúe
la entrada de José, de su padre y de sus
da como fecha para la fundación de Ava-
ris la de cuatrocientos años antes de este
aniversario. Esta fecha caería entre 1320 2 No faltan investigadores que rechazan este
y 1300 a. C., lo que significa que la fun- punto de vista. Creen que la ciudad de Ramsés
dación de Avaris por los hicsos se sitúa estaba situada no en Tanis, sino en Cantir, al-
entre 1720 y 1700 a. C. gunos kilómetros más al sur. Por otra parte,
algunos muestran ciertas dudas en cuanto a la
Ahora bien, en el libro de los Números interpretación de la «estela de los cuatrocientos
(13,22), en medio del relato sobre los años».
84 FORASTEROS EN EGIPTO

hermanos en Egipto en tiempos de los tructuras sociales no aparezcan reflejados


hicsos. Suponiendo que la capital fuese en la historia de José: «José compró para
la ciudad de Avaris, en el delta, podemos el faraón toda la tierra de Egipto, pues
comprender la impresión que se despren- todos los egipcios vendían sus campos,
de del relato de José, en el sentido de porque apretaba el hambre; así la tierra
que la tierra de Gosén no se hallaba a vino a ser propiedad del faraón; y a todo
gran distancia de la capital y de que los el pueblo lo hizo siervo, de un extremo
hebreos tenían fácil acceso a la corte. a otro del país. Sólo dejó de comprar las
Antes y después del período hicso, los tierras de los sacerdotes, porque el faraón
faraones egipcios tuvieron su capital en les pasaba una porción, y vivían de la
Tebas, en el Alto Egipto. Avaris, al orien- porción que les daba el faraón; por eso
te del delta, fue utilizada como capital no tuvieron que vender sus campos» (Gn
únicamente por los hicsos (hacia 1700 a 47,20-22).
1575 a. C.) y por los faraones de la Estos son algunos de los rasgos de la
XIX dinastía a partir de 1300 a. C. En historia de José que parecen relacionados
consecuencia, si suponemos que la fami- con la situación de Egipto en el período
lia de Jacob entró en Egipto antes o des- de los hicsos. En relación con la crono-
pués del período hicso, no habrá modo logía, los más significativos parecen ser
de explicar la obvia implicación relativa la posible conexión entre la tradición is-
al emplazamiento de la capital, a no ser raelita y la era tanita (especialmente Nm
13,22) y el hecho de que el relato bíblico
que, en este sentido, afirmemos que la
tradición se equivoca. implique la localización de la capital egip-
La noticia de que José compró para el cia en el delata del Nilo o sus inmedia-
ciones en tiempos de José.
faraón toda la tierra de Egipto durante Hemos de admitir, sin embargo, que
los años de carestía puede tomarse como todo esto no nos proporciona la certeza
un nuevo indicio acerca de la fecha que que nosotros desearíamos tener. Si fuese,
hemos de atribuirle (Gn 47,13ss). Antes posible fijar una fecha para el éxodo, po-
de los hicsos, la tierra egipcia era en gran dríamos hacer nuestra cuenta retrocedien-
parte propiedad de poderosos nobles. Una do unos cuatrocientos treinta años (Ex
vez expulsados aquellos extranjeros de 12,40), lo que nos daría una datación
todo el país, nos encontramos con que ha aproximativa. Tendremos que fijarnos en
desaparecido por completo en el Estado el éxodo y ver qué nos dice la arqueología
erígido por los faraones de la XVIII di- acerca de este tema.
nastía toda la antigua nobleza terratenien-
te y que su lugar había sido ocupado por
una burocracia de funcionarios del gobier- MOISES Y EL EXODO
no. Las masas que trabajaban los campos
y las grandes haciendas eran los siervos, El libro del Exodo comienza diciéndo-
prácticamente esclavos, del faraón. Aun- nos que después de la muerte de José y
que no podamos estar absolutamente se- su generación fueron los israelitas fecun-
guros de ello, es probable que semejante dos y se multiplicaron hasta el extremo
revolución social fuera impulsada, cuando de que llenaban todo el país. Entonces
no impuesta, por los hicsos, que habían «surgió en Egipto un nuevo rey que no
llevado a cabo un cambio social de pro- había conocido a José»; este monarca,
porciones semejantes en Palestina. De to- preocupado por el problema que le plan-
das formas, resulta difícil aceptar que teaba aquella minoría, ordenó que el
estos cambios tan importantes de las es- pueblo fuera enviado a trabajar en las
MOISES Y EL EXODO 85

construcciones proyectadas por el gobier- Desde tiempo atrás se venía admitiendo


no. De esta forma se construyeron dos que esta ciudad debía identificarse con la
ciudades: Pitón y Ramsés (Ex 1,11). gran capital de Ramsés II, a la que este
Por diversas inscripciones sabemos hoy monarca dio el nombre de «Casa de Ram-
que en las inmediaciones de todos los sés». Si bien se sabía que esta ciudad es-
países civilizados del Próximo Oriente tuvo situada en algún lugar del delta
merodeaban siempre bandas de pueblos oriental, había permanecido ignorado su
nómadas que en tiempos de paz trabaja- emplazamiento exacto hasta que recientes
ban en diversos oficios por cuenta de las excavaciones han venido a demostrar que
poblaciones sedentarias. Egipto no era probablemente estuvo situada en Tanis s.
una excepción y los textos nos hablan en Henos notado antes que este lugar fue
ocasiones de un grupo extranjero, el de también la capital elegida por los hicsos.
los apiru (cf. cap. III, supra), algunos de Pero los grandes faraones de la XVIII di-
los cuales, por ejemplo, son representa- nastía (a partir del 1570 a. C.) se trasla-
dos acarreando piedra para los templos daron a Tebas, en el Alto Egipto, de for-
edificados por Ramsés II (1290-1224 ma que la anterior capital permaneció
antes de Cristo), en cuyo reinado, como abandonada por los monarcas casi durante
veremos, debieron de ser edificadas por
los hebreos las ciudades de Pitón y ' De estar situada en Cantir, algunos kilóme-
Ramsés. tros más hacia el sur, no tendría eso importancia
Después de muchos años de discusio- alguna para la argumentación que sigue.
nes e incertidumbres han sido, finalmen-
te, localizadas las ciudades de Pitón y
Ramsés, de que se dice que fueron edifi-
cadas gracias al trabajo forzado de los
israelitas. Pitón ha sido identificada con
un antiguo emplazamiento del Wadi Tu-
milat, conocido actualmente con el nom-
bre de Tell er-Retabeh (o Ertabeh). Cuan-
do el gran patriarca de los arqueólogos,
sir Flinders Petrie, excavó este emplaza-
miento en 1905-1906, lo identificó con
Ramsés, pero 'otras investigaciones pos-
teriores demostraron que se trataba de un
error. Se vio que Pitón había sido una
ciudad antigua, pero la construcción más
bella de aquel lugar resultó ser el templo
edificado por el gran constructor que fue
Ramsés II (1290-1224 a. C.). No apare-
ció ninguna otra construcción regia de un
monarca anterior, y ello nos autoriza a
sacar la conclusión de que si los israelitas
fueron obligados a trabajar en las obras
del rey en aquel emplazamiento, debió eso
de ocurrir en tiempos de Ramsés II.
Pero es la ciudad de Ramsés la que
nos ha proporcionado pruebas más claras. 30. Ramsés II niño, protegido por Horus.
86 FORASTEROS EN EGIPTO

31. Menfis. Estatua colosal de Ramsés 11.

cuatrocientos años, según han indicado vos del Estado. Se llevaron a cabo gran-
tanto las excavaciones como las inscrip- des planes de construcción, según nos
ciones. Hacia 1290 a. C. subió al trono cuentan numerosas inscripciones halladas
Ramsés el Grande y trasladó su capital en su emplazamiento. Se erigió un tem-
al delta (il. 30-31). No sabemos exacta- plo espléndido al antiguo dios de los
mente cuál pudo ser el motivo, pero es hicsos, Set, que se siguió considerando
de suponer que trataría de situarse en señor de la ciudad. La entrada al templo
mejor posición para vigilar el Imperio estaba flanqueada por dos estatuas colo-
asiático o por deseo de vivir en una ciu- sales del faraón, de más de 12 m. de al-
dad con la que había tenido ciertas rela- tura, que se alzaban por encima de los
ciones su familia desde tiempo atrás o i mponentes pilonos y eran visibles desde
por ambas cosas a la vez. En cualquier muchos kilómetros de distancia. También
caso, la ciudad recibió un nuevo nombre se erigieron numerosos obeliscos, y los
conforme al del mismo faraón y se fue poetas cantaron los esplendores de la
convirtiendo en una de las mayores capi- ciudad y la riqueza de la comarca en que
tales egipcias, a la que únicamente Tebas se hallaba situada, a la que llegó a darse
superaba. Lo sabemos por un poema egip- el nombre de «la tierra de Ramsés», tan
cio que se refiere a ella diciendo que identificado luego con esta región orien-
«ninguna la iguala en su semejanza a Te- tal del delta que los escribas israelitas, al
bas». Allí se instaló la sede del gobierno, referirse a los tiempos de José, lo utili-
donde . se depositaban todos los archi- zaban en conexión con una época en que
86 FORASTEROS EN EGIPTO

31. Menfis. Estatua colosal de Ramsés II.

cuatrocientos años, según han indicado vos del Estado. Se llevaron a cabo gran-
tanto las excavaciones como las inscrip- des planes de construcción, según nos
ciones. Hacia 1290 a. C. subió al trono cuentan numerosas inscripciones halladas
Ramsés el Grande y trasladó su capital en su emplazamiento. Se erigió un tem-
al delta (fi. 30-31). No sabemos exacta- plo espléndido al antiguo dios de los
mente cuál pudo ser el motivo, pero es hicsos, Set, que se siguió considerando
de suponer que trataría de situarse en señor de la ciudad. La entrada al templo
mejor posición para vigilar el Imperio estaba flanqueada por dos estatuas colo-
asiático o por deseo de vivir en una ciu- sales del faraón, de más de 12 m. de al-
dad con la que había tenido ciertas rela- tura, que se alzaban por encima de los
ciones su familia desde tiempo atrás o imponentes pilonos y eran visibles desde
por ambas cosas a la vez. En cualquier muchos kilómetros de distancia. También
caso, la ciudad recibió un nuevo nombre se erigieron numerosos obeliscos, y los
conforme al del mismo faraón y se fue poetas cantaron los esplendores de la
convirtiendo en una de las mayores capi- ciudad y la riqueza de la comarca en que
tales egipcias, a la que únicamente Tebas se hallaba situada, a la que llegó a darse
superaba. Lo sabemos por un poema egip- el nombre de «la tierra de Ramsés», tan
cio que se refiere a ella diciendo que identificado luego con esta región orien-
«ninguna la iguala en su semejanza a Te- tal del delta que los escribas israelitas, al
bas». Allí se instaló la sede del gobierno, referirse a los tiempos de José, lo utili-
donde . se depositaban todos los archi- zaban en conexión con una época en que
LA RUTA DEL EXODO 87

Ramsés aún no había subido al tronó al mando de Josué y empeñados en la fase


( Gn 47,11). más importante de la conquista, hacia el
Lo que más nos interesa ahora es que tercer cuarto del siglo xiii. Esto significa
si los israelitas formaron parte de los que Ramsés II, que reinó durante la ma-
batallones de trabajadores que edificaron yor parte de ese siglo, debió de ser el
la ciudad de Ramsés, sólo pudo ocurrir faraón del éxodo mosaico. El libro del
eso en tiempos de Ramsés II (1290 a Exodo parece dar a entender que el «nue-
1224 a. C.) o quizá de su padre, pero vo rey que no había conocido a José»
no antes. Hace tiempo, cuando la identi- ( Ex 1,8) murió antes de que los israelitas
ficación de estas ciudades resultaba aún salieran de Egipto, acontecimiento que
dudosa, pudieron pensar los investigado- tuvo lugar en tiempos de su sucesor (Ex
res que las «ciudades almacenes» de Ex 2,23; 4,19). De ahí se seguiría que el
1,11 quizá habían sido edificadas en época faraón bajo cuyo mandato empezó a ser
anterior, posiblemente bajo la reina Hat- oprimido el pueblo sería el padre de Ram-
sepsut o el faraón Tutmosis III, en torno sés II, Seti I (1308-1290 a. C.). Esta
a la fecha de 1500 a. C., y que el autor estirpe regia procedía de Tanis. Seti 1
de Ex 1,11 nos daba simplemente el nom- inició la reorganización del Imperio en
bre que luego recibiría la ciudad bajo Palestina y ,el sur de Siria y, por la «estela
Ramsés II, no el que llevaba anterior- de los cuatrocientos años», sabemos que
mente. Fundándose en la noticia de 1 Re fue él quien inició las obras para restau-
6,1, que fecha el éxodo cuatrocientos rar la antigua ciudad de los hicsos con
ochenta años antes de la edificación del intención de convertirla en su propia ca-
pital. Su hijo Ramsés II prosiguió la
templo salomónico de Jerusalén, sacaban
la conclusión estos investigadores de que tarea del padre, dio a la ciudad su nom-
el éxodo hubo de ocurrir hacia 1440 a. C. bre, restauró el Imperio y combatió a los
o poco antes. Pero una vez localizada la hititas en Asia Menor hasta que se firmó
un tratado de paz hacia 1270 a. C. A par-
ciudad de Ramsés en el antiguo emplaza-
miento de Tanis, nos vemos obligados a tir de esta fecha, sus intervenciones en
explicar de otra manera esa fecha. Pero los asuntos asiáticos se hacen cada vez
más raras.
de esto hablaremos en el capítulo siguien-
te. Hoy sabemos que si se atribuye algún
valor histórico a la tradición del Exodo LA RUTA DEL EXODO
sobre las ciudades almacenes (y no hay
motivo alguno para dudar de ello), hemos Bajo la enérgica jefatura de Moisés, los
de afirmar que los israelitas debían de israelitas fueron finalmente autorizados a
hallarse en Egipto al menos durante la abandonar Egipto. ¿Hacia dónde marcha-
primera parte del reinado de Ramsés II. ron? ¿Qué camino siguieron? ¿En qué
Después de las intensas excavaciones rea- punto cruzaron el mar? ¿Qué es el maná?
lizadas en aquel emplazamiento por Ma- ¿Qué significan los relatos de las codor-
riette, Petrie y Montet, no se ha encon- nices (Ex 16,13; Nm 11,31)? ¿Dónde se
trado allí ningún objeto perteneciente a halla el monte Sinaí? Hoy podemos dar
la XVIII dinastía. La ciudad fue destrui- respuesta a algunas de estas preguntas.
da por Amosis I (1570-1546) y proba- La salida de Egipto se nos narra de la
blemente no fue ocupada de nuevo antes siguiente forma: «Y los israelitas marcha-
de finales del siglo xiv. ron de Ramsés hacia Sucot... Y les se-
Como veremos en el capítulo siguiente, guía una multitud inmensa... (Ex 12,
los israelitas se hallaban ya en Palestina, 37s). Y sucedió que cuando el faraón
88 FORASTEROS EN EGIPTO

dejó marchar al pueblo, Dios no los guió Tumilat. Cuando el sitio fue excavado
por el camino del país de los filisteos, por Naville en 1883, se identificó con
aunque era el más directo, porque dijo: Pitón, creyendo haber exhumado varios
`No sea que, al verse atacados, se arre- almacenes. Pero a juzgar por las numejo-
pientan y se vuelvan a Egipto'; Dios hizo sas inscripciones halladas allí, hoy se cree
que el pueblo diese un rodeo por el de- que este lugar se identifica no con Pi-
sierto hacia el Mar Rojo (Ex 13,17s)... tón, sino con Sucot, y que los «alma-
Partieron de Sucot y acamparon en cenes» descubiertos por Naville son en
Etán, al borde del desierto (13,20)... realidad los cimientos de una gran forta-
El Señor dijo a Moisés: `Di al pueblo que leza de cuya existencia en aquel lugar
se vuelvan y acampen en Fejirot, en- tenemos noticias.
tre Migdal y el mar, frente a Baal Safón; Hoy es notorio que los traductores del
poned los campamentos mirando al mar' Antiguo Testamento sufren una confu-
(14,1-2)». sión al traducir yam sup por «Mar Rojo».
¿Podemos seguir este itinerario en un Realmente habría que decir «Mar de las
mapa? Antes de que fuera localizada Cañas» o «Marismas»; por otra parte, no
Ramsés, eso resultaba imposible, y nume- es posible identificar hoy este paraje con
rosos investigadores dudaban de la histo- el brazo norte del Mar Rojo conocido
ricidad del relato sobre la base de que actualmente como golfo de Suez. En pri-
toda esta geografía resultaba errónea. mer lugar, en el Mar Rojo no hay caña-
Pero con nuestros actuales conocimientos verales. Por otra parte, el relato implica
sobre el delta estas objeciones han sido que el Mar de las Cañas formaba la barre-
superadas en su mayor parte. Partiendo ra entre la tierra egipcia y el desierto. Tan
de Ramsés, los israelitas decidieron pru- pronto como se logró cruzar el mar, los
dentemente no seguir el camino que lleva fugitivos hebreos se hallaron ante el terri-
directamente hacia Canaán o la península ble desierto sin agua, lo que pronto hizo
del Sinaí (cf. fi. 32). Esto los hubiera con- surgir las murmuraciones por miedo y
ducido directamente a la gran fortaleza descontento. Si se hubiera querido aludir
fronteriza de Zilu (Thel), cerca de la mo- al Mar Rojo habría sido preciso tener en
derna Qantarah, lugar por donde actual- cuenta la necesidad de atravesar una an-
mente cruzan'el canal de Suez los viajeros cha faja desértica antes de llegar a sus
que pasan de Egipto a Palestina, y de allí orillas.
al camino, muy frecuentado y vigilado, Pero si el Mar de las Cañas no es el
que lleva a Canaán, «el camino del país Mar Rojo, ¿dónde se encuentra aquél?
de los filisteos». El faraón Seti I nos dejó El Exodo supone que hubo un recorrido
en su inscripción de Karnak, en el Alto por territorio egipcio hasta llegar al de-
Egipto, una enumeración de las fortalezas sierto (desde Sucot hasta Etán), luego un
egipcias que jalonaban esta ruta. De ahí recorrido en dirección contraria, que situó
que los israelitas se encaminaran hacia el a los israelitas frente al Mar de las Cañas,
sudeste, en dirección a Sucot, que dis- al otro lado del cual aparecía el desierto,
taba unos 50 km., y a partir de aquí si- y finalmente el cruce milagroso del mar,
guieran un camino hacia el Sinaí por el al que siguieron los tres días sin agua en
que no resultaría tan fácil seguirles: «el el desierto, antes de llegar a las aguas
camino del desierto por el Mar Rojo». amargas de Mará (Ex 15,22). En un texto
Sucot se hallaba situada en el emplaza- que describe las maravillas de Ramsés-
miento de la moderna Tell el-Maskhutah, Tanis se nos dice que cerca de la ciudad
unos 14 km. al este de Pitón y el Wadi había dos masas de agua. Una era «el
LA RUTA DEL ÉXODO 89

32. Ruta del éxodo.

agua de Horus», que se identifica con el una linea fortificada, ninguno de cuyos
Sijor de dos pasajes del Antiguo Testa- bastiones puede ser localizado con segu-
mento (Is 23,3 y Jr 2,18). La otra «el ridad, si se exceptúa Zilu (Thel), que
pantano de los Papiros», nombre que nos guardaba el punto en que la calzada pe-
recuerda inmediatamente el «Mar de las netraba en Palestina, el «camino del país
Cañas» de la Biblia (de hecho, la palabra de los filisteos». El relato del paso del
egipcia coincide con la hebrea sup). Esto mar sugiere que el problema con que se
significa que se cruzó el mar en un punto enfrentaba Israel era precisamente el de
no muy alejado de Ramsés. Al construir- eludir la peligrosa presencia de aquella
se el canal de Suez, la topografía del dis- fortaleza. Después de llegar a Sucot y
trito comprendido entre el golfo de Suez avanzar en dirección al borde del desierto
y el lago Menzalé, cerca del Mediterrá- en Etán (lugar aún no identificado), Is-
neo, quedó un tanto alterada, desapare- rael se volvió en dirección nordeste y
ciendo al menos uno de los dos lagos, el acampó «frente a Fejirot, entre Mig-
antiguo lago Balá. El Mar de las Cañas, dal y el mar, ante Baal Safón». Fejirot
que cruzaron los israelitas, se hallaba pro- y Migdal aparecen en inscripciones egip-
bablemente en esta misma zona, quizá en cias, pero aún no han sido identificadas
una prolongación del actual lago Menzalé con seguridad. Ha sido localizada, en
hacia el sur. cambio, Baal Safón. Un documento fe-
En los tiempos bíblicos vigilaban los nicio publicado durante la Segunda Gue-
faraones sus fronteras orientales mediante rra Mundial menciona el dios «Baal Safón
FORASTEROS EN EGIPTO

33. El Monte Sinaí.

y todos los dioses de Tahpanhes». Este norte. A lo largo del Mediterráneo se


último lugar ha sido localizado como la desarrolla una franja de terreno arenoso
moderna Tell Defné (la griega Tafne); se de unos 25 km. de anchura, al sur de la
trata de la ciudad egipcia a que fue lleva- cual se va elevando una meseta de guijo
do jeremías después de la caída de Jeru- y bloques calizos que se extiende unos
salén y el asesinato de Godolías (Jr 43, 250 km. en dirección sur. Sigue después
7-9). Baal Safón era un dios cananeo, y el la mayor elevación de la península, con
documento aludido prueba que le había sus masas de granito, cuyo pico más alto
sido dedicado un templo en la ciudad. alcanza cerca de 2.400 m. sobre el nivel
La consignación de este nombre en el del mar. Entre estas montañas se encuen-
Exodo significa con toda probabilidad una tran las antiguas minas de cobre y tur-
alusión a este santuario y a la ciudad en quesas a que los egipcios enviaban regu-
que se hallaba emplazado, lo que vendría larmente expediciones. También se sitúa
a confirmar la localización del paso del aquí el emplazamiento tradicional del Si-
mar por un punto situado muy al norte. naí (il. 33-34), donde Moisés recibió la
La ruta seguida por los israelitas a tra- Ley y constituyó del pueblo una nación
vés del Sinaí no aparece del todo clara; mediante la alianza con el Señor.
los investigadores no están de acuerdo en Cierto número de investigadores opina
cuanto a la localización exacta del monte que el monte Sinaí ha de situarse en el
Sinaí (u Horeb). El Sinaí es una penín- antiguo Madián, al sudeste de Edom, en
sula de forma triangular, con una longi- Arabia. La principal base para este punto
tud aproximada de 415 km. por una an- de vista es la creencia de que Ex 19 re-
chura de 240 km. en la base, situada al fleja una erupción volcánica, lo que obli-
LA RUTA DEL EXODO 91

34. Monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí.

garía a situar la montaña sagrada en una titud una localización geográfica. Sal 29,6
región de volcanes. Esto nos llevaría has- dice que las montañas del Líbano y del
ta Madián, la única zona en que, según Sarión danzan como un becerro salvaje
nuestras noticias, se daban semejantes al oír la voz de Dios, y, sin embargo, no
fenómenos. Pero los mismos datos pueden nos atreveríamos a decir sobre esta base
interpretarse en el sentido de una fuerte que se trata de montañas volcánicas. De
tormenta de montaña, y, en cualquier hecho, sabemos que no lo eran.
caso, el Antiguo Testamento describe fre- Según Dt 1,2, el viaje desde Cades
cuentemente las apariciones de Dios en Barnea hasta el monte Horeb (Sinaí) duró
términos tomados de fenómenos naturales once días, tradición que podría derivar
tan terroríficos, que resulta imposible ser- del tiempo necesario para recorrer esa
virse de ellos para determinar con exac- antigua ruta de peregrinos. Es posible
92 FORASTEROS EN EGIPTO

35. Wadi Feiran, en el Sinaí, con un bosquecillo de palmeras y tamariscos.

que en Nm 33 se conserven las etapas egipcio de Serabit el-Khadem, ya que,


de esta ruta y que Elías las recorriera aquel nombre parece significar «fundi-
(1 Re 19,1-8). Lo cierto es que la loca- ción»; Rafidín, cerca de la santa monta-
lización tradicional del monte Sinaí con- ña (Ex 17,1; Nm 33,14), coincidiría con
cuerda muy exactamente con esta ruta. Wadi Refayid, etc.
Por otra parte, resulta difícil comprender Numerosos detalles de la peregrinación
que la Iglesia situara el lugar santo en el por el desierto han sido ilustrados por los
paraje más inaccesible y peligroso para los exploradores que han recorrido la penín-
peregrinos, especialmente en una época sula. Así, resulta que el maná se sigue
en que se tendía exactamente a hacer lo dando actualmente en las espesuras de
contrario, a menos que la tradición fuese tamariscos que hay en los valles del Sinaí
tan antigua y estuviera tan firmemente central. Un hombre puede recoger más
establecida que no hubiera posibilidad de un kilogramo en la estación alta, que
alguna de ser discutida. Finalmente, es viene a caer en junio. Se trata de una sus-
posible identificar algunas de las estacio- tancia parecida a la miel, cuyos granos
nes situadas a lo largo dé la ruta con pueden tener desde el tamaño de una ca-
cierta probabilidad (cf. fi. 35) y precisa- beza de alfiler hasta el de un guisante.
mente en dirección hacia las montañas Lo producen dos especies de cochinillas
situadas al sur del Sinaí. Así, Elim (Ex que succionan en gran cantidad la savia
15,27; Nm 33,9) sería el oasis de Wadi de los árboles para proveerse del nitró-
Gharandel, a unos 100 km. de Suez; geno que necesitan y luego expulsan el
Dofca (Nm 33,12) sería el centro minero sobrante en forma de miel. La rápida eva-
LA RUTA DEL ÉXODO 93

poración endurece en seguida las gotas y gran asombro del Cuerpo de camelleros,
les da consistencia de granos que pueden un gran chorro de agua limpia. Moisés,
recogerse fácilmente. No es necesario de- que había vivido bastante tiempo en el
cir que este maná no hubiera podido cons- Sinaí antes del éxodo, podía muy bien
tituir la base alimenticia de los israelitas, conocer estas propiedades de las rocas en
pero pudo proporcionarles el azúcar nece- determinadas zonas del Sinaí.
sario, aparte de que el descubrirlo en ple- Según la tradición israelita, Moisés
no desierto debió de constituir un acon- tomó esposa en la familia de un sacerdote
tecimiento que sorprendería gratamente madianita, llamado Jetró en un documen-
al pueblo.. to y Regüel en otro (Ex 2,16ss y 18,1ss).,
En dos ocasiones o en dos versiones del La familia del hijo de Regüel, Jobab, se'
mismo suceso se dice que los israelitas incorporaría más adelante al pueblo israe-
hambrientos se alimentaron con las co- lita: «Vente con nosotros, que nosotros
dornices que por bandadas llegaban desde nos portaremos bien contigo» (Nm 10,29
el mar y cubrían el suelo del campamento y Jue 4,11); aquel grupo era el de los
( Ex 16,13 y Nm 11,31). Todos los otoños, llamados «quenitas», nombre que significa
en septiembre y 'octubre, grandes banda- «herreros», lo que quiere decir que algu-
das de codornices cruzan el Mediterráneo nos madianitas se dedicaban a la minería
procedentes de Europa para invernar en del cobre. Madián se localiza al este y
Arabia y Africa. Después de cruzar el mar, sudeste del golfo de Aqaba, una región
caen completamente exhaustas en las ori- conocida precisamente por abundar mu-
llas del Sinaí y resulta muy fácil cogerlas cho en cobre. También han sido halladas
a mano. Es de suponer, por tanto, que el minas de cobre en la Arabá, el valle que
«mar» de que se habla en Nm 11,31 es corre hacia el sur desde el Mar Muerto,
el Mediterráneo. Por consiguiente, duran- así como en la zona del monte Sinaí tra-
te sus correrías por el desierto debieron dicional. Aquellas minas eran explotadas
los israelitas de permanecer algún tiempo más intensamente en la Antigüedad que.
en las proximidades del Mediterráneo, a en nuestros días. Podemos suponer, por
menos que unas circunstancias climatoló- tanto, que además del pastoreo, los ma-
gicas especiales obligaran a las aves a po- dianitas tenían también como fuente de
sarse en otra zona, como, por ejemplo, el ingresos el provechoso negocio del cobre.
golfo de Suez o el golfo de Aqaba. Hacia 1500 a. C. estos herreros seminó-
En otra ocasión logró Moisés extraer madas, al servicio del gobierno egipcio en
agua de. una roca mediante el recurso de las minas del Sinaí, utilizaban el alfabeto
golpearla con su vara (Ex 17,6 y Nm 20, más antiguo que se conoce. Era el alfa-
11 ). El mayor C. S. Jarvis, antiguo gober- beto inventado y desarrollado por los ca-
nador británico del Sinaí, informa que vio naneos en Siria, que después tomarían los
realmente cómo tal cosa ocurría. El Cuer- israelitas y los griegos. Los mineros de
po de camelleros del Sinaí se había dete- Madián y del Sinaí, por consiguiente, no
nido en busca de agua y se hallaba exca- han de ser considerados como un pueblo
vando pozos en las laderas rocosas de un miserable y mal alimentado, a semejanza
valle por las que goteaba un hilillo de de casi todos los modernos habitantes del
agua entre las hendiduras de un bloque Sinaí. Eran, ciertamente, más prósperos
calizo. Mientras cavaban, alguien golpeó y mantenían estrechos contactos comer-
la roca misma, cuya dura y pulida superfi- ciales con Egipto y Palestina. En relación
cie se quebró, dejando al aire las masa con esto es interesante notar que, según
porosa del interior, de la que brotó, con una teoría sustentada por cierto número
94 FORASTEROS EN EGIPTO

usarían más adelante para construir el


templo de Salomón, así como el de lien-
zos tejidos con pelo de cabra, y el de
pieles de carnero y de cordero para le-
vantar el tabernáculo son indicios de una
vida nómada y que probablemente repre-
sentan una tradición auténtica. Además,
sabemos que los antiguos árabes, antes de
36. Reconstrucción del tabernáculo del desierto.
Mahoma, poseían tiendas sagradas portá-
tiles que podrían compararse con el ta-
bernáculo israelita (cf. il. 37). Las super-
vivencias se han mantenido hasta época
moderna y sabemos de tribus árabes que
poseen un objeto portátil cuya función es
parecida a la del arca. Es el centro visible
de investigadores bíblicos durante el últi- de la atención por parte de diversos cla-
mo medio siglo, Yahvé, el Dios que se nes, que se consideran sus propietarios,
apareció a Moisés en una zarza ardiendo porque se cree que Alá siente especial
y le manifestó su intención de convertirse complacencia en servirse de ese objeto
en Dios de Israel, era en su origen el dios como de su morada. Un explorador nos
tribal de los quenitas, o madianitas, que informa que si el camello que lleva el ob-
habrían comunicado a Moisés el nombre jeto en sus lomos se pone en movimien-
de su divinidad tutelar. Las pruebas a fa- to, toda la tribu lo sigue, y el campamen-
vor de esta teoría son, sin embargo, muy to se instala donde el animal se detiene.
débiles. Cuando la tribu se siente amenazada por
En el campamento israelita, una vez un poderoso enemigo y teme la derrota,
que el Sinaí quedó atrás, se nos dice que el objeto sagrado se lleva al mismo campo
el centro de atención era la tienda o ta- de batalla y con él a la cabeza ataca la
bernáculo en que estaba depositada el arca tribu a su enemigo 4.
de la alianza (cf. il. 36). Aquél era, según Esta descripción explica perfectamente
se afirmaba, el lugar en que moraba Dios, la función del arca entre los israelitas du-
y allí se le presentaban peticiones y se rante su peregrinación por el desierto.
reunía la asamblea. Las descripciones de También era ella el punto central de aten-
la tienda y del arca se consideran hoy ción para todas las tribus. Hacia donde
como idealizaciones de los posteriores avanzaba el arca iba también todo Israel.
autores sacerdotales. Sería interesantísimo Cuando el arca se detenía, se paraba igual-
saber algo más acerca de ellas. Desgra- mente el pueblo. Durante el combate apa-
ciadamente, sin embargo, la arqueología recía el arca en medio de la refriega, y
no nos puede prestar ninguna ayuda, ya en torno a ella se agrupaban los comba-
que nada parecido se conocía entre los tientes, que se sentían fortalecidos por su
pueblos contemporáneos, aparte de que presencia. Así, Nm 10,35s nos informa
es muy poco lo que sabemos sobre la vida de que «cuando el arca se ponía en mar-
de los pueblos nómadas de aquella época,
como los madianitas y quenitas, o, para
el caso, acerca de ninguno de los pueblos Sobre una posible referencia a un palladíum
de Arabia. Casi todo lo que podemos de- portátil del dios cananeo El, cf. W. F. Albright,
cir es que el empleo de la madera de The Furníture of El ín Cananite Mytholagy:
«Bulletin of the American Schools of Oriental
acacia, en vez del cedro y el olivo, que se Research» 91 (1943) 39-44.
LA RUTA DEL EXODO 95

37. Bajorrelieve del templo de Bel, en Palmira (época romana).

cha, Moisés decía: `¡Levántate, Señor! y tres millones de almas. Es notorio que
Que se dispersen tus enemigos, huyan de la península del Sinaí no hubiera podido
tu presencia los que te odian'. Y cuando ofrecer medios de vida a un número tan
se detenía el arca, decía: `Descansa, Se- elevado de personas. Tres o cinco mil se-
ñor, entre las multitudes de Israel'». ría una cifra más razonable. No sabemos
Nada hemos dicho aún acerca del nú- qué población tenía Egipto por aquella
mero de personas que participó en el misma época, pero un autor del siglo i
éxodo y en la peregrinación por el desier- antes de Cristo nos informa que en su
to. En Nm 1 y 26 aparecen dos censos, época era de unos siete millones de habi-
del primero de los cuales dice el compi- tantes. En la más importante batalla en
lador que fue realizado directamente por que participó durante toda su vida, la de
Moisés con ocasión del éxodo, mientras Cades de Siria, el faraón Ramsés II con-
que el segundo sería el recuento después ducía un ejército de cuatro divisiones que
de los cuarenta años pasados en el de- escasamente totalizaban 20.000 hombres.
sierto. Se ha dicho que ambos son pro- Si las cifras que da el libro de los Núme-
bablemente variaciones de la misma lista; ros representaran realmente el total de
ambos estiman el número de los varones los individuos que tomaron parte en el
en algo más de 600.000. Si a esta cifra éxodo, el ejército israelita, formado por
añadimos mujeres y niños, la población 600.000 hombres, hubiera resultado ca-
total censada subiría a una cifra entre dos paz de vencer a todo lo que el faraón
96 FORASTEROS EN EGIPTO

pudiera oponerle, aunque sólo fuera en «tienda». Así, la cifra que se da en la


virtud del peso aplastante del número. primera lista para la tribu de Manasés,
Nos vemos obligados, por consiguiente, 32.000, significaría realmente, según este
a suponer que las cifras fueron completa- investigador, 32 tiendas para 200 perso-
mente reelaboradas por los historiadores nas, o seis personas por tienda o familia.
israelitas posteriores, o que representan La cifra total de los que participaron en
un censo que resultó trastrocado en los el éxodo' quedaría reducida entonces a
documentos y que en realidad pertenece unas cinco o seis mil almas, que resulta
a época posterior. Esto último es lo más más razonable. Esta es la explicación que
probable. El único censo que se recuer- suelen aducir quienes tratan de mantener
da en toda la historia de Israel es el el valor de las listas del censo para la
mandado hacer por David (2 Sm 24). época de Moisés. Si bien se trata de una
W. F. Albright señaló hace ya algunos hipótesis tentadora, los expertos en he-
años la posibilidad de que estas listas de breo no han podido aceptar esta interpre-
Nm correspondan al censo de David más tación del término objeto de discusiones.
que al de Moisés. Tendremos que buscar otra explicación,
Sir Flinders Petrie ha ofrecido una in- por consiguiente, al estilo de la que antes
geniosísima explicación de tales cifras, hemos propuesto.
que, de resultar aceptable, resolvería el A continuación nos ocuparemos de la
problema de una vez. En vez de traducir conquista de Canaán, dejando para el ca-
el término hebreo «millar» como un nu- pítulo VII todo lo relativo a la religión
meral, lo entiende como «familia» o y la Ley mosaicas.
BIBLIOGRAFIA

La obra básica sobre geografía del delta del Londres 1931); W. M. F. Petrie, Researches in
Nilo es la del egiptólogo inglés A. H. Gardiner, Sinai ( Londres 1906).
prácticamente repartida en diversos artículos: Hemos de mencionar también unas obras
The Delta Residence ol the Ramessides: «Jour- que, si bien están ya un tanto anticuadas, con-
nal of Egyptian Archaeology» 5 (1918) 127-38, servan en gran parte su valor: Palmer, The
179-200, 242-71; íd., The Geography of the Desert of the Exodus (1871), y Robinson, Bibli-
Exodus, an answer to Professor Naville and cal Researches, vol. I (1841).
others: «Journal of Egyptian Archaeology» 10 Para el conocimiento del trasfondo egipcio
(1924) 87-96; íd., The Geography of the Exodus,
en Recueil d'études égyptologiques dédiées á la se recomiendan las obras de Breasted, A History
mémoire de Jean-Franjois Champollion ( París of Egypt ( Nueva York 1912), y de Erman, Life
1922) 203-15. in Ancient Egypt ( Londres-Nueva York 1894);
Resulta difícil consultar esos estudios por ha- la segunda edición de esta última obra está más
llarse sólo en bibliotecas muy importantes, pero al día, pero no ha sido traducida del alemán.
los trabajos de Gardiner están resumidos en En cuanto a las investigaciones más recientes,
Peet, Egypt and the Old Testament ( Londres cf. W. F. Albright, De la Edad de Piedra al
1922). cristianismo (Santander 1959) 140, 150s, 158-60;
Después de las anteriores publicaciones, casi íd., Archaeology of Palestine and the Bible
todos los investigadores sitúan la ciudad de ( Nueva York 1935) 143-51; John Bright, La
Ramsés en Tanis, lo que obliga a reformar en historia de Israel ( Bilbao 1966) 113-136. La
parte las anteriores conclusiones, como hizo el obra básica hoy es la Historia antigua de Is-
mismo Gardiner en Tanis and Pi-Ramesse: rael, de R. de Vaux, que dedica al tema toda
A Retractation: «Journal of Egyptian Archaeo- la parte II del tomo 1, 289-448.
logy» 19 (1933) 122-28. Cf. también W. F. Alb- Téngase en cuenta también: F. M. Cross, The
right, «Bulletin of the American Schools of Tabernacle: «The Biblical Archaeologist» 10/3
Oriental Research» 109 (1948) 15-16, ron nue- (1947); F. S. Bodenheimer, The Manna of Sinai:
vos datos. «The Biblical Archaeologist» 10/1 (1947) 2-6-
Para noticias interesantes sobre el Sinaí, Ambos artículos han sido publicados de nuevo
cf. A. Lucas, The Route of the Exodus of the en D. N. Freedman y G. E. Wright (eds.), The
Israelites from Egypt ( Londres 1938); C. S. Jar- Biblical Archaeologist Reader (1961) 76-80,
vis, Yesterday and To-day in Sinai (Edimburgo- 201-28.
CAPITULO V

LA CONQUISTA

Escucha, Israel: tú vas a cruzar hoy el Jordán, para conquistar


pueblos más grandes y fuertes que tú, ciudades más grandes y for-
tificadas hasta el cielo... ( Dt 9,1).
Y el Señor estuvo con Judá, que se apoderó de las montañas,
pero no pudo expulsar a los del llano, porque éstos tenían carros
de hierro (Jue 1,19).

Para los israelitas, las acciones más en siervo de Sem (Gn 9,25-26). También
importantes de Dios en beneficio de su se han hecho realidad la bendición de Ja-
pueblo habían sido dos: liberarlo de la cob y el anuncio de Balaán: la estrella de
esclavitud de Egipto y haberle dado una Jacob ha prevalecido, y David reina en
tierra buena por morada. Ambas acciones medio de las naciones (Nm 24,17 y Gn
eran celebradas en cánticos y relatos. To- 49,10)
davía podemos percibir el temblor de El libro de Josué forma parte de una
emoción que los impregnaba por las esca- «Historia de Israel en la tierra prometi-
sas porciones literarias que nos traen su da», que abarcaría también los libros de
eco desde las nieblas del pasado. Moisés Jueces, Samuel y Reyes. Como el compi-
ante el faraón, el drama a los pies del lador de esta gran obra estaba muy influi-
Sinaí, la persistente obcecación de aquel do por la teología del Deuteronomio, li-
pueblo guiado por Dios, pero que no ter- bro que incorporó coma introducción a
minaba de creer, la caída de Jericó, la toda esta historia, ha sido llamado «his-
conquista de Ay, la derrota de la alianza toriador deuteronomista». Cuando pudo
cananea son argumento de otros tantos disponer de documentos anteriores, los
relatos, aparte de los problemas históri- citó ampliamente, como ocurre en 1 y
cos y teológicos que en ellos pueden ir 2 Samuel. En otros lugares compuso li-
implicados. bremente partiendo de las fuentes de no-
Los libros de Josué, jueces y Samuel ticias y tradiciones que tuvo a mano. El
narran una sucesión de triunfos, hasta el relato de la conquista de Canaán por Jo-
momento en que las más imponentes for- sué fue, en gran parte, fruto de su propia
talezas cananeas quedan destruidas (La- labor redaccional, si bien es notorio que
quis hacia 1220 a. C., Meguido, Beisán, se sirve de documentos escritos y en oca-
Jerusalén y, finalmente, Guézer poco des- siones orales de época anterior. Su idea
pués del año 1000). Durante el reinado de la conquista es que se produjo una lu-
de David queda enteramente cumplida la cha larga y tenaz, pero que el éxito final
profecía de Noé: Canaán se ha convertido sólo fue posible gracias a una campaña
100 LA CONQUISTA

inicial, espectacular y triunfante, desarro- pítulo 13 enumera las principales zonas


llada por Josué. Esta campaña compren- que quedaban por conquistar. Creía que,
dió tres fases: 1) el establecimiento de gracias al poder de Dios, se habían lleva-
una cabeza de puente segura en la región do a cabo grandes hazañas, pero también
montañosa central, gracias a la captura pensaba que muchos de los antiguos ha-
de Jericó y Ay y a la alianza gabaonita bitantes habían sido dejados sobre el te-
(Jos 6-9); 2) la campaña del sur, que dejó rreno para que pusieran a prueba a Israel
intacta Jerusalén, pero logró conquistar (Jue 2,20-23) y posiblemente también
todo el resto del territorio que más ade- para impedir que las fieras se multipli-
lante ocuparía la tribu de Judá (Jos 10); casen por falta de alguien que las contu-
3) una campaña en Galilea, que, si bien viera (Dt 7,22). Más aún, hoy está claro
logró la ocupación del territorio, dejó in- que Jue 1 no constituye un antiguo relato
tactas todas las ciudades fortificadas, con unitario de la conquista original. Desde
excepción de Jasor (Jos 11). el punto de vista de la historia territorial,
La primera impresión es que todo el ha de tomarse como una colección de
territorio fue devastado y sometido. Sin fragmentos misceláneos correspondientes
embargo, los investigadores han señalado a fechas distintas y con diverso grado de
siempre el cap. 1 del libro de los jueces credibilidad.
como prueba de que la realidad fue muy Sea cual fuere la postura que adopte-
distinta, ya que, al parecer, cada tribu mos con respecto a la conquista, habre-
tiene sobre sí la responsabilidad de con- mos de tener en cuenta dos grupos de
quistar el territorio que le corresponde. datos arqueológicos. Uno de ellos sugiere
En vez de una sola campaña unitaria bajo que en la Palestina del siglo xiii se pro-
Josué, la ocupación de la tierra fue un dujo una gran perturbación, muy violen-
largo proceso llevado a término no por ta, que significó el final de muchas ciu-
él mismo, sino mediante una serie de lu- dades cananeas importantes. Otro gru-
chas por parte de cada una de las tribus. po de esos datos corresponde al período
Puestos a elegir entre una de las dos ver- de los «jueces» israelitas durante los si-
siones, casi todos los investigadores an- glos xii y xi, y nos indica que ésta es
tiguos suponían que los materiales de una de las épocas más revueltas y caóticas
Jue 1, más antiguos, merecían mayor de la historia del país. Cada una de las
confianza, mientras que el relato poste- ciudades excavadas hasta el momento fue
rior del libro de Josué debía mirarse con destruida de una a cuatro veces, por lo
gran desconfianza, por tratarse de una menos, durante aquellos dos siglos. Sin
exageración, por no decir otra cosa más embargo, apenas puede establecerse corre-
fuerte. lación alguna entre las diversas destruc-
Sin embargo, hoy se ha impuesto una ciones, salvo en mínimos casos. Esto viene
profunda modificación del punto de vista a sugerirnos justamente lo que indica el
sustentado por los investigadores. Por de libro de los jueces, en concreto, que las
pronto, una lectura más atenta de la luchas eran incesantes y predominante-
obra del historiador deuteronomista en mente de carácter local.
Josué deja completamente claro que, si Si conjuntamos los datos históricos con
bien atribuye a su personaje un éxito los arqueológicos, podemos trazarnos un
espectacular en su penetración por todo cuadro semejante a éste: durante el si-
el país, tiene al mismo tiempo conciencia glo xiii hubo una campaña israelita vio-
de lo mucho que aún quedaba por hacer lentísima, que logró éxitos positivos. Su
(cf. Jos 11,13.22). De hecho, en el ca- intención era destruir el sistema de las
SU TRASFONDO HISTORICO

ciudades-estados cananeas, debilitando el obrar los formidables carros. De ahí la


poder local hasta conseguir que resultara afirmación d° que Judá «no pudo expul-
posible el asentamiento de los recién lle- sar a los que vivían en la llanura, porque
gados, sobre todo en las zonas montaño- éstos contaban con carros de hierro» (Jue
sas. Durante los siglos que siguieron, sin 1,19). Esta debilidad de las tácticas israe-
embargo, fue preciso no sólo reducir las litas fue minuciosamente expuesta al rey
ciudades-estados que habían permanecido de Damasco por sus oficiales en época
i mbatidas, sino mantener además una lu- mucho más tardía. El Dios de los israeli-
cha constante con los antiguos dueños tas, dijeron, «es un dios de las monta-
del territorio, que, si bien habían sido ñas... ¡Luchemos contra ellos en la llanu-
desalojados de sus más importantes cen- ra!» (1 Re 20,23).
tros de poder, aún estaban en condiciones
de ofrecer resistencia a los israelitas que
se iban apoderando de sus tierras. En LA CONQUISTA Y SU
realidad, se hace difícil imaginar que la TRASFONDO HISTORICO
conquista y el asentamiento pudieran ha-
berse realizado de otro modo, ya que la Entre 1500 y 1200 a. C. era el Próxi-
geografía histórica del país, junto con los mo Oriente un hervidero de intensa acti-
vidad política, religiosa y comercial. Las
datos arqueológicos, hace que nos resulte
ciudades situadas a lo largo de la costa
hoy imposible admitir los puntos de vista
siro-palestinense debían de ofrecer un co-
de los anteriores investigadores, para
lorido cosmopolita. Los nombres perso-
quienes la conquista no fue otra cosa que
nales aparecidos en cartas y documentos
un proceso gradual de ósmosis. comerciales descubiertos en esta zona, así
Por otra parte, apenas puede sorpren- como la variedad de escrituras e idiomas
dernos leer que hasta los tiempos del pri- empleados, nos dicen que los cananeos se
mer rey de Israel, Saúl, el pueblo sólo codeaban constantemente con hititas de
fue capaz de ocupar la mayor porción de Asia Menor, hurritas (joritas) del Eufra-
la zona central de Palestina, o región tes superior, amorreos, parientes próxi-
montañosa, junto con una parte de Trans- mos de los israelitas, egipcios, asirios,
jordania, comarcas que siempre habían babilonios y hasta indoeuropeos de las
resultado difíciles de dominar para las comarcas persas. También aparecerían por
potencias extranjeras. Los invasores no allí ocasionalmente griegos de las islas y
estaban preparados para realizar opera- chipriotas; al menos, hasta allí llegaban
ciones de asedio, y al principio no pudie- mercancías de Grecia y Chipre a bordo
ron apoderarse de fortalezas como Bei- de navíos de carga. Indudablemente, ha-
sán, Taanac y Meguido, en la gran lla- bía gentes que se sentían orgullosas de su
nura septentrional de Esdrelón, o Dor saber y contentas de que les hubiera to-
y Guézer, que guardaban las accesos a cado vivir en tales tiempos.
las comarcas montañosas desde la costa Podemos, por consiguiente, imaginar-
( Jue 1,27ss). Los éxitos de los israelitas nos el avance de las tribus hebreas en el
se debieron en gran parte a los ataques paso de su existencia nómada hacia las
por sorpresa. Acostumbrados a la lucha áreas sedentarias de la actividad urbana
a pie, sin más armas que el arco, la hon- y agrícola como una irrupción de «bárba-
da, palos, piedras y algunas espadas y ros» incultos en un escenario consciente
lanzas, quedaban los israelitas en enorme de su propia condición civilizada. El pue-
desventaja cuando tenía lugar la batalla blo de Israel nunca había tenido mucho
en campo abierto, donde podían mani- que ver en la creación de un mundo de
102 LA CONQUISTA

Libia está arruinada,


Khatti (el país hitita) se halla en paz;
La tierra de Canaán ha sido saqueada
con toda clase de daños.
Ascalón es llevada cautiva;
Guézer es derrotada;
Yanoam ha sido hecha
como si no existiese.
El pueblo de Israel está desolado,
no tiene retoño;
Palestina se ha convertido
en una viuda para Egipto'.

La forma en que aparece escrito el


nombre de «Israel» en este documento
egipcio indica que se alude a este pueblo
no en calidad de_ nación establemente ins-
talada, pero que resulta lo bastante peli-
groso como para enumerarlo entre los
enemigos del faraón. Por supuesto, se sir-
ve éste generosamente de la hipérbole
con propósitos de propaganda (a seme-
j anza de algunos modernos comunicados
de guerra), pues los hechos habrían de
probar más adelante que Israel distaba
mucho de hallarse desolado y sin retoño.
El valor de esta alusión a Israel con-
siste en que nos da la prueba de que en
el año 1220 a. C. un grupo que más ade-
38. Estela de Merneptá. lante daría su nombre a toda la nación'
había puesto el pie en los territorios que
habrían de ser su patria, aunque por el
artes y refinamientos que hacen la vida momento no constituyera una nación
más fácil y más lujosa. Todo esto lo fue- asentada Por otra parte, ya en el capítulo
ron absorbiendo imperfectamente de sus anterior indicábamos que si Israel tuvo
vecinos, pero la aportación que los israe- algo que ver con los proyectos reales de
litas estaban llamados a hacer a la civili- construcciones en Egipto, en las ciudades
zación iba a consistir en algo más perma- de Ramsés y Pitón (Ex 1,11), una parte
nente y valioso. No es de extrañar, por al menos de este pueblo debía de perma-
tanto, que las primeras ciudades israelitas necer aún en Egipto durante los primeros
sean tan pobres que hasta resulte difícil
excavarlas.
La primera alusión a Israel fuera de la ' Según la versión de W. F. Albright; cf. tam-
Biblia se debe al faraón Merneptá, hacia bién J. A. Wilson, en J. B. Pritchard (ed.), An-
cient Near Eastern Texts, 378. Ascalón y Gué-
1220 a. C. En el quinto año de su reina- zer eran ciudades importantes del sur de Pales-
do hizo erigir este monarca una estela tina, la primera en la costa, al norte de Gaza,
monumental (il. 38) en la que se grabó y la segunda cerca de la llanura costera, según
un canto de victoria que narraba las ha- se baja del país montañoso por el camino de Je-
rusalén a Jope. Yanoán era una importante
zañas del soberano, compuesto en verso ciudad cananea de Galilea, al norte del lago
por él o por uno de sus poetas: Hulé, en el valle del Jordán.
SU TRASFONDO HISTORICO 103

39. Ain el-Qudeirat, cerca de Cades Barnea.

años del reinado de Ramsés 11 (1290 a en este intento (Nm 13-14), regresaron
1224). En consecuencia, la hipótesis más a Cades Barnea, en el desierto de Sin, y
razonable es que el éxodo de Moisés de- en esta zona pasaron la mayor parte del
bió de ocurrir durante la primera mitad tiempo que duró su peregrinación. Hay
del siglo xiii. allí tres manantiales importantes que pu-
Entre el éxodo y la conquista se des- dieron ser utilizados por los israelitas,
arrolla el período de peregrinación por los uno de los cuales aún conserva su anti-
desiertos de Sinaí, Farán y Sin, cuya du- guo nombre, «Kadesh». Pero el mejor de
ración se cifró en unos cuarenta años (una todos es Ain el-Qudeirat, que riega un
generación; la cifra tradicional es única- pequeño valle muy fértil (il. 39); su nom-
mente un número redondo para indicar bre antiguo era quizá Hazar-addar. Fue
la duración). En el capítulo anterior de- en esta zona donde tuvo que hacer frente
jábamos a los israelitas a mitad de su Moisés a una serie de rebeliones, unas
peregrinación, porque ignoramos el itine- en pos de otras, hasta el punto de que la
rario exacto que siguieron y el orden en moral de los israelitas descendió tan bajo
que se sucedieron los acontecimientos que la conquista resultaba ya imposible.
más notables. Según el relato que cono- Después de mucho tiempo -prosigue
cemos, parece que los israelitas partieron el relato- se decidió atravesar Transjor-
del Sinaí y se dirigieron directamente a dania e intentar la penetración en el país
Canaán, con el propósito explícito de in- de Canaán desde el este en vez del sur.
vadir el país desde el sur, pasando por Se enviaron mensajeros al rey de Edom
Berseba y Hebrón (cf. fi. 32). Al fracasar ( Nm 20,14ss), solicitando permiso para
104 LA CONQUISTA

atravesar su territorio por la «calzada calzada del rey, y por ello fue la primera
del rey». Se alude aquí a un viejo camino víctima de la conquista. La batalla de
que atravesaba Transjordania, el mismo Yahaz, el primer gran triunfo de Israel,
que utilizaron, por ejemplo, los cuatro fue celebrada en cánticos y proverbios,
reyes de Gn 14 cuando marcharon contra de los que se ha conservado una parte en
las ciudades de la llanura. Algunos explo- Nm 21,27-30. Og, el famoso rey gigante
radores modernos han establecido el tra- de Basán, cuyos dominios al norte del
zado de esta calzada desde Aqaba, en el Yaboc tenían por capitales las ciudades
brazo oriental del Mar Rojo, pasando por de Edrey y Astarot, fue el siguiente en la
Edom, Moab, Galaad y Basán, hasta pe- lista, siendo derrotado en la batalla de
netrar en Siria. Los romanos la pavimen- Edrey. De esta forma se completó la pri-
taron, y ha sido puesta de nuevo en uso mera fase de la conquista; Israel se en-
por el gobierno jordano. Israel prometió contró dueño del territorio transjordano
no salirse ni a derecha ni a izquierda de comprendido entre el río Arnón y el país
esta calzada y pagar los alimentos y el de Basán, pero Edom y Moab habían
agua que necesitaran. Se negó la autori- quedado intactos.
zación, y los israelitas no trataron de ha- El arqueólogo Nelson Glueck pasó casi
cer nada por la violencia. El itinerario toda la década de 1930 a 1940 exploran-
exacto que siguieron resulta un tanto os- do Transjordania, una zona deficiente-
curo, pero, al parecer, avanzaron siguien- mente conocida hasta aquel momento.
do el límite occidental de Edom, la pro- Después de examinar centenares de anti-
funda depresión de la Araba, que cruza- guos emplazamientos y una vez fechada
ron hacia el este por el límite norte, que la época de su ocupación mediante los
coincidiría poco más o menos con el río fragmentos de cerámica que pudo recoger
Zered (el moderno Wadi el-Hesa) z. Tam- in situ, le fue posible trazar los límites de
bién se dio un rodeo para no penetrar en los antiguos reinos de Amón, Moab y
Moab, siguiendo su límite oriental, en Edom. También descubrió el hecho im-
los confines del desierto, hasta llegar al portante de que su fundación no fue an-
río Arnón. Entre los israelitas y el Jordán terior al siglo XIII. Durante unos seiscien-
se extendía ahora el reino de Sijón, com- tos años antes de esa fecha, los habitan-
prendido entre el Arnón y el Yaboc. tes de la zona habían llevado una existen-
También Sijóri les negó el paso por la
cia nómada, sin asentarse en núcleos de
población. Luego, repentinamente, entre
z En el Pentateuco se conserva el recuerdo 1300 y 1100 a. C., surgieron ciudades
de dos rutas diferentes. Los redactores sacerdo-
tales del libro de los Números sugieren la ruta por toda la Transjordania meridional. Se-
que describimos aquí. Lo sabemos por la pre- gún el relato bíblico, los reinos de Moab
sencia en su lista de la ciudad de Punón (un y Edón ya estaban constituidos en la épo-
centro minero, la moderna Feinán) al extremo ca de la conquista, lo que confirmaría, al
oriental de la zona norte de la Arabá (Nm 33,
43). Los autores elohísta (Nm 21,4) y deutero- parecer, que la fecha de Moisés no puede
nomista (Dt 2,1-8), sin embargo, han conservado situarse antes del siglo xiii. Se ha replica-
la tradición de otra ruta; Israel habría marcha- do que los edomitas, moabitas, amoni-
do siempre hacia el sur, hasta Esyón-Guéber, en
el golfo de Aqaba, a fin de rodear Edom por tas y amorreos de la época de la conquista
el este y subir por el paso del Wadi Yitm. Por podían hallarse aún en una etapa de no-
supuesto, es posible que ambas tradiciones ten- madeo y que los descubrimientos de
gan una base en la realidad, pues no todo el Glueck no contradicen en modo alguno
pueblo debió de marchar necesariamente por la
misma ruta. Pero se trata de algo que no tene- una datación anterior al siglo xiii, ya que
mos medios de comprobar. los pueblos nómadas dejan pocas huellas
SU TRASFONDO HISTORICO 105

susceptibles de ser descubiertas más tar- sultado. En consecuencia, se nos dice,


de. Esta hipótesis, sin embargo, contra- mandó Balaán a Balac muy de mañana
dice a los supuestos de la narración bí- que preparase siete altares y siete sacrifi-
blica. Además, algunas de las ciudades cios, a continuación de lo cual ambos
mencionadas en el relato de la conquista ofrecieron un sacrificio en cada uno de
fueron evidentemente fundadas durante los altares. Luego se ordenó a Balac que-
el período en cuestión: Jesbón, por ejem- darse junto a los sacrificios mientras Ba-
plo, capital de Sijón, o Mataná (Nm 21, laán establecía cuál era el presagio, es
19), probablemente la moderna el-Medei- decir, la palabra divina. Cada detalle del
yineh, una de las ciudades que los israe- relato responde a las normas de adivina-
litas atravesaron, y Yazer (Nm 21,32), a ción que nos son conocidas y que incluso
la que Moisés envió espías una vez con- han llegado hasta nuestros días, pues se
quistado Sijón. creía que los mejores resultados solían
Después de la derrota de Og prosigue obtenerse por la mañana, antes de la sa-
el libro de los Números con la desdichada lida del sol. La primera adivinación no
historia de Balaán (caps. 22-24). Balac, tuvo éxito, o al menos la respuesta obte-
rey de Moab, estaba evidentemente muy nida no fue nada buena, desde el punto
preocupado por los éxitos de los israelitas. de vista de la conveniencia de Balac. En
Incapaz de hacer algo más efectivo, soli- consecuencia, ambos se trasladaron a otro
citó los servicios de un mago para malde- lugar en que eran de esperar mejores re-
cir a Israel, pensando que se podría im- sultados ( Nm 23,13). Se repitió el mismo
pedir el avance del pueblo mediante la procedimiento, pero el presagio fue el
magia. Aquel especialista se llamaba Ba- mismo. Hubo un tercer intento. El nú-
laán, y para conseguir su colaboración, mero tres desempeñaba un cometido muy
tuvo Balac que enviar a buscarlo muy importante en la magia babilónica y Balac
lejos, a la ciudad de Petor, «que está jun- no hubiera cedido hasta haber hecho tres
to al río (el Eufrates)», identificada, gra- veces la prueba. Marcharon a otro lugar,
cias a algunas inscripciones, con un em- repitieron los ritos, pero Balaán prescin-
plazamiento situado en el Alto Eufrates. dió repentinamente de la adivinación (Nm
Se ha señalado que la intervención de Ba- 24,1), quizá por miedo a perder su fama
laán es un buen ejemplo de la manera en de adivino, y comenzó a pronunciar pro-
que actuaban los adivinos mesopotámicos fecías. El resultado de todo ello fue qué
(baru). Los babilonios, mucho más pre- Balac se sintió muy disgustado y se negó
ocupados de esta vida que los egipcios, a pagar el precio pactado. Este relato re-
cuyos pensamientos estaban siempre fijos sulta perfectamente comprensible si estu-
en el más allá, desarrollaron unos com- diamos la figura de Balaáü cómo si se
plicado"! métodos de adivinación y pre- tratara de un baru babilónioo. No es de
dicción mediante augurios de todos los extrañar que se tomara como paradigma
tipos imaginables. Durante el segundo de lo que no debe ser una persona
milenio, estos métodos, así como los adi- (cf. 2 Pe 2,15; Jds 11; Ap 2,14). La
vinos, se propagaron por todas partes. En magia no tenía poder alguno contra los
la ciudad palestinense de Beisán ha sido planes del Dios de Israel.
hallado el sello personal de uno de ellos. En aquella época era el país de Canaán
Se observaba un ritual establecido, y cada una provincia egipcia organizada sobre el
una de las acciones adivinatorias había de sistema de las ciudades-estados. Las ciu-
atenerse a normas fijas, pues de lo con- dades más importantes, gobernadas por
trario no se podía garantizar un feliz re- un rey nativo, o «gobernador», asegura-
10 6 LA CONQUISTA

patricios (algo así como la caballería me-


dieval) y de unos batallones de infantería
formados por plebeyos o siervos. Por las
excavaciones sabemos que el centro de
una ciudad de este tipo estaba formado
por el palacio del rey, a cuyo alrededor
se apiñaban las viviendas de los siervos
y del pueblo bajo, a veces no mayores
que una simple choza. Debido a que el
príncipe tenía un poder absoluto sobre
sus siervos y, súbditos, estaba en condi-
ciones de formar batallones de trabaja-
Palacio de los reyes de Meguido.
dores forzados para la edificación de enor-
40.
mes bastiones defensivos en torno a la
ciudad, lo que explica que aquellas pobla-
ciones aparecieran a los ojos de los israe-
bán el dominio de cierta porción de terri- litas como «ciudades fortificadas hasta
torio en sus inmediaciones (il. 40-42). el cielo» (Dt 1,28; cf. Nm 13,28).
Los «gobernadores» locales no sufrían También había comisarios egipcios en-
molestia alguna mientras pagaran sus tri- cargados de recoger el tributo o vigilar
butos y aportaran la colaboración exigida las obras que se hacían por cuenta de la
para los grandes proyectos de construc- corona; eran los «inspectores», que, de
ciones de los monarcas egipcios. Estaba ordinario, tenían a sus órdenes contin-
en vigor un tipo de sistema feudal. Los gentes de tropas formadas en su mayor
príncipes locales contaban con el apoyo parte por esclavos o mercenarios. La bu-
de un cuerpo de carros mandado por los rocracia egipcia, sin embargo, estaba no-

41. Marfil encontrado en Meguido.


SU TRASFONDO HISTORICO 107

42. Cimientos del gran templo-fortaleza de Meguido.

toriamente corrompida, y la administra- tas cincuenta en total, halladas en los ar-


ción resultaba enormemente deficiente chivos del faraón Amenofis IV (Ekna-
durante los reinados de los faraones dé- tón, ca. 1377-1360 a. C.) en la ciudad
biles, así como excesivamente opresiva, egipcia de Tell el-Amarna. El inicial des-
con toda probabilidad, en cualquier época. cubrimiento se debió a una campesina
Lo cierto es que no escaseaban las revuel- egipcia en 1887; desde esta fecha se
tas, y las excavaciones realizadas en las han sucedido otros muchos, incluyendo
ciudades de aquella época demuestran que algunos procedentes de las ruinas de va-
las condiciones iban de mal en peor. La rias ciudades palestinenses. Estas car-
población se fue reduciendo en número, tas fueron enviadas casi todas por re-
al paso que se empobrecían cada vez más yes y funcionarios a la corte egipcia.
las casas, las tumbas, las fortificaciones Las procedentes de Canaán revelan una
v los niveles de las obras de arte. Esta situación tan caótica, con conjuras y con-
debilidad y corrupción internas podrían traconjuras, con acusaciones contradic-
explicar, en parte al menos, la facilidad torias, que resulta prácticamente impo-
con que los israelitas lograron penetrar sible distinguir la verdad de la men-
en un país dominado por sus antiguos tira. Varias cartas se quejan de las per-
dueños. turbaciones causadas por un pueblo al
Nuestra principal fuente de noticias que se da el nombre de hapiru (pro-
sobre Canaán durante la época en cues- nunciado en Canaán como `apiru), tér-
tión es una serie de cartas, unas trescien- mino de algún modo relacionado con
108 LA CONQUISTA

«hebreos» (cf. cap. III, supra). Numero- tes venidas de fuera. En las cartas no se
sos investigadores llegaron a pensar que hace alusión alguna a una invasión; los
estas cartas probaban que existió una atacantes a quienes se da el calificativo
gran invasión por gentes venidas del de- de `apiru procedían de otras ciudades-
sierto, que en algún sentido debía de estar estados 4 .
relacionada con la conquista de Palestina Los estudios de W. F. Albright sobre
por los hebreos s. Pero los investigadores la geografía política del período de Amar-
que más recientemente han dedicado su na han puesto en claro que hacia 1375
atención a estas cartas afirman que en antes de Cristo había cuatro ciudades-
ellas no hay prueba alguna de semejante estados principales en el sur de Palesti-
invasión. Los `apiru son considerados en na s. Eran éstas: 1) Guézer; 2) Jerusalén;
las cartas como bandidos, grupos al mar- 3) Laquis, y 4) el territorio de un rey lla-
gen de la ley, algunos de los cuales al me- mado Suwardata, que dominaba la zona
nos estaban formados por mercenarios central de « Judea», probablemente con
mal pagados a los que se unía un número sede en Hebrón. Por otra parte, parece
cada vez mayor de gentes que se sentían que Yarmut empezaba a desempeñar pre-
excesivamente oprimidas. Por otra parte, cisamente entonces un papel independien-
este mismo término es aplicado por algu- te menor, mientras que Eglón era sede
nos reyes a sus vecinos y ejércitos, que de un residente o comisario egipcio con
se apoderan por la fuerza de ciudades y una guarnición de la misma nacionalidad.
territorios. El rey de Biblos, por ejemplo, Sin embargo, en el libro de Josué (capí-
da por sentado que todo aquel que le tulos 10-12) cuenta esta zona con no me-
quite sus territorios es un enemigo del nos de nueve ciudades-estados: Guézer,
faraón, y llama `apiru a quienes hacen Jerusalén, Laquis, Hebrón, Yarmut, Ma-
tal cosa. Sin embargo, los acusados, a su queda, Eglón, Libná y Debir. Las mura-
vez escriben también al faraón y procla- llas de esta última (la moderna Tell Beit
man su lealtad. Este término, por consi- Mirsim) no fueron erigidas en este pe-
guiente, se usa en el sentido de una acu- ríodo antes de finales del siglo xiv. De
sación genérica, como cuando entre nos- ahí que, desde un punto de vista geopo-
otros se llama comunista al individuo lítico, resulte imposible relacionar el li-
cuyo comportamiento no nos es grato. bro de Josué con el período de Amarna.
Resulta, por tanto, imposible ver en todo En vez de ello hemos de centrarnos en
esto una prueba de una gran invasión o el siglo xiii, momento en que el poderío
relacionar las perturbaciones a que alu- de las antiguas grandes ciudades-estados
den las cartas con la penetración israelita había disminuido y cuyo número había
en Palestina, ya que los `apiru estaban aumentado considerablemente, quizá con
realmente dentro del país y no eran gen- ayuda de-los egipcios, que se atendrían
al principio de «divide y vencerás».
En este punto hemos de referirnos al
' H. H. Rowley, From Joseph to Joshua ( Lon- factor geográfico en la conquista. El cen-
dres 1950), cree que la migración patriarcal de
la familia de Jacob a Palestina ha de fecharse en
este momento posterior y que está relacionada
con los apiru del período de Amarna (cf. es- ' Este párrafo se basa en un estudio no pu-
pecialmente su capítulo III). Por otra parte, blicado del profesor G. E. Mendenhall; cf. tam-
T. J. Meek, Hebrew Origins ( Nueva York-Lon- bién M. Greenberg, The Hab/piru ( New Haven
dres '1950), cree que las cartas reflejan, en par- 1955), y J. Bottéro, Le probléme des Habiru:
te al menos, la invasión de Josué, si bien es «Cahiers de la Société Asiatique» 12 (1954).
verdad que sitúa la penetración de Moisés en ' Cf. «Bulletin of the American Schools of
Palestina siglo y medio después (cf. su cap. I). Oriental Research» 87 (1942) 32-38.
SU TRASFONDO HISTORICO 109

tro de la Palestina occidental es una zona desde esta fecha hasta los tiempos de los
abrupta y montañosa, cuya altura alcanza jueces la comarca montañosa estaba muy
en algunos puntos los 1.100 m. sobre el poco poblada. Es muy probable que es-
nivel del mar. Estas alturas vienen a ser tuviera espesamente cubierta de bosques,
una prolongación de la cadena que forman con pastizales muy aptos para la cría de
las montañas del Líbano en el norte; está ganado mayor, los rebaños de ovejas y
formada por calizas blandas muy porosas, de cabras. Los Patriarcas recorrieron una
dando por resultado la escasez de aguas y otra vez aquella comarca montañosa
superficiales. Esta cadena montañosa está con sus recuas y rebaños, mientras que
limitada hacia el oeste por la gran llanura los hombres de la tribu de José recibieron
marítima que se extiende a orillas del la recomendación de que se abrieran es-
Mediterráneo. Al este discurre la profun- pacio para habitar con sus ganados en el
da depresión del valle del Jordán, debida monte Efraín limpiándolo de bosques
a un fallo geológico que discurre desde (Jos 17,15). En la época de los jueces
Asia hasta muy dentro de Africa. Hacia cambió este panorama, como tendremos
el norte se interrumpen las montañas para ocasión de ver en el capítulo siguiente'.
dar espacio a la llanura de Esdrelón, que Los hebreos, por consiguiente, obtuvie-
se une al Jordán por el valle de Yezrael. ron su «espacio vital» en el mundo civi-
Esta llanura era una de las grandes reser- lizado ocupando aquellas zonas que se
vas de trigo en la Antigüedad (un granero hallaban escasamente pobladas y que los
real egipcio en la época de la conquista) demás habían encontrado difíciles de do-
y en ella se encontraban algunas de las minar.
ciudades bíblicas más famosas, como Me- Antes hemos notado cómo hubo tres
guido, Taanac, Enganín, Sunán y Yez- fases en la conquista de la Palestina oc-
rael. La Palestina oriental, o Transjor- cidental, según el relato del libro de Jo-
dania, es una meseta cuya altitud me= sué. Con la campaña de Jericó y Ay se
dia alcanza los 600 m. sobre el nivel del logró un primer avance sobre la zona
mar, que va descendiendo, sin solución montañosa central; luego siguieron una
de continuidad, hasta el desierto arábigo. campaña en Judea y otra en Galilea. Pero
Israel logró establecerse en la cadena lo curioso es que no se dice ni una palabra
montañosa de la Palestina occidental y sobre la conquista de la Palestina cen-
en Galaad, al otro lado del Jordán. Nin- tral s. Sin embargo, se trata de una región
guna de estas dos zonas era centro de ci-
vilización sedentaria. El núcleo cultural das por la misma época y aun antes, pero nin-
de Palestina, desde épocas muy anterio- guna de ellas se encuentra situada a lo largo de
res, se hallaba en la llanura que discurre la cordillera central de Palestina.
a lo largo de la costa, en Esdrelón, y ' La intensiva ocupación de la zona montaño-
sa fue posible, desde un punto de vista técnico,
j unto al Jordán. Por lo que nosotros sa- por el invento de la cal para el revoco de las
bemos, las ciudades más importantes de cisternas (cf. p. 267, infra).
la zona montañosa eran Jerusalén y Ay, Con la única excepción de la noticia sobre
la derrota de algunos reyes pertenecientes a esta
fundadas poco antes del 3000 a. C. e. Pero zona, según Jos 12,17.18.24. La fuente y el ca-
rácter de la lista de reyes del cap. 12 no están
6 Las recientes excavaciones realizadas en Tell del todo claros, si bien es fácil demostrar que
l1-Far<ah, al nordeste de Siquén (quizá la bíblica no todas sus ciudades fueron capturadas, como
Tirsá), demuestran que ésta era también una Jerusalén, Guézer y Meguido. La lista es; al
i mportante ciudad, establecida posiblemente a parecer, una compilación sumaria de distintas
mediados o en la primera mitad del cuarto mile- fuentes tradicionales; por ejemplo, su mención
nio. Otras ciudades, como Guézer, Jericó, Me- de la derrota de los reyes de Ay y Betel (vv. 9
guido, Beisán y Khirbet-Kerak, fueron funda- y 16; cf. infra).
LA CONQUISTA

43. Llanuras de Siquén, tomadas desde el Monte Garizín.

importante, en la que se asentaron las ¿Cómo explicar tan curiosa situación?


tribus de José: Efraín y Manasés. En ¿No podría ocurrir que los israelitas con-
época posterior sería el territorio corres- taran con amigos o parientes que estu-
pondiente al reino del norte, así como el vieran desde mucho antes en posesión de
escenario de las actividades proféticas de aquellos territorios, con los que harían
Ellas, Eliseo, Amós y Oseas. La capital una alianza?
de esta región desde tiempos muy anti- Muchos investigadores piensan que ése
guos era Siquén, ciudad situada entre el fue el caso. Los dueños de Siquén eran,
monte Ebal y el monte Garizín, cuya im- por aquella época, unos hebreos que nun-
portancia nos ha sido revelada por las ca habían estado en Egipto y que, por
excavaciones (fi. 43). Sin embargo, nada consiguiente, no tomaron parte en el éxo-
se nos dice de que Josué la conquistara, do o que habían formado parte de otro
pero resulta que fue el punto de cita para éxodo anterior. Quizá habían estado en
las ceremonias de la alianza que nos des- Egipto con los hicsos o incluso habían
cribe Jos 8,30-35, en que intervinieron formado parte de las mismas migraciones
todas las tribus, después de la conquista de éstos y habían sido expulsados de
de Ay (cf. Dt 27) y, según Jos 24, cuan- Egipto cuando lo fueron los reyes ex-
do estuvo completa la conquista. tranjeros, terminando por asentarse en
SU TRASFONDO HISTORICO

esta zona hacia 1550 a. C. Judá e Israel, habían venido trabajando en aquel yaci-
en épocas posteriores, nunca perdieron la miento, pero sin las ventajas de los mo-
conciencia de las muchas cosas que los dernos métodos arqueológicos. Pudimos
diferenciaban, y es posible que hayamos interpretar y fechar una doble línea de
de situar el origen de esas diferencias pre- fortificaciones con dos puertas de acceso
cisamente en la época que ahora estu- a la ciudad en el período hicso; fueron
diamos. violentamente destruidas por los egipcios
Es posible que nunca lleguemos a co- ca. 1550 a. C., cuando éstos se apodera-
nocer todos los datos de esta situación, ron por conquista del Imperio hicso.
pero hay diversos indicios de que Siquén Desde el siglo xvii a. C. o tal vez en fe-
estaba en poder de unas gentes que nunca cha anterior, a lo largo de la Edad del
formaron parte del éxodo principal bajo Bronce (1500-1200 a. C.), la ciudad ha-
Moisés. Sabemos, por ejemplo, que un bía sido a todas luces la más fuerte y
siglo antes de Josué toda la zona de Si- el centro hegemónico del poder sobre
quén estaba bajo el dominio de un pueblo toda la zona comprendida entre el te-
que no mostraba al faraón o a sus vecinos rritorio de Jerusalén y Guézer en el
más respeto que el estrictamente necesa- sur, hasta Meguido, en la llanura de
rio. Estas noticias nos vienen de las cartas Yezrael, en el norte. Además, todo in-
de Tell el-Amarna a que antes nos hemos dica claramente que no sufrió destruc-
referido. El rey de Siquén en aquella ción alguna durante el siglo xiii. El
época era un tal Lab'ayu, que dominaba mayor quebranto soportado por esta
un amplio sector de la zona montañosa ciudad después del 1550 a. C. parece si-
desde su capital. Su correspondencia con tuarse no en tiempos de Josué, sino más
el monarca egipcio, como la de otros re- bien hacia 1100 a. C. El gran templo del
yes, estaba escrita en babilónico, pero tan «Señor de la Alianza» (cf. fi. 42) fue eri-
plagada de términos y expresiones cana- gido ca. 1650 a. C. y siguió utilizándose
neos que bien podría haberse escrito en durante el período israelita antes de que
su idioma propio. Protegido por las sel- fuera destruido por Abimelec en la época
váticas alturas de esta zona, podía permi- de los jueces, según las noticias conteni-
tirse adoptar un lenguaje altanero poco das en Jue 9. Si este templo hubiera sido
corriente en estas cartas. Incluso cita un considerado como una construcción pura-
antiguo proverbio cananeo sobre la hor- mente pagana de los enemigos de Israel,
miga para aleccionar al monarca egipcio: era natural que Josué lo destruyera, lo
«Si alguien aplasta a las hormigas, ellas mismo que hizo con los templos de La-
no lo aceptan (pasivamente), sino que quis y Jasor.
muerden la mano que las hiere» (cf. los En todo caso, desde hace mucho tiem-
proverbios sobre este mismo insecto en po se ha advertido que Gn 34 se basa en
Prov 6,6 y 30,25). Fue asesinado por sus una tradición que supone ciertas relacio-
enemigos, pero sus hijos continuarían nes de los hebreos con Siquén, referidas
manteniendo la misma actitud. a unos acontecimientos más antiguos que
En 1956 inició la Drew-McCormick- no fueron necesariamente alterados por
American Schools of Oriental Research la estancia en Egipto y el éxodo. Incluso
Expedition la delicada tarea de fechar, durante la permanencia en Egipto debió
bajo la dirección arqueológica del que de quedar esta ciudad bajo el dominio
esto escribe, las ruinas que habían sido de los hebreos, es decir, que había un
exhumadas por anteriores misiones, que grupo de clanes hebreos y cananeos uni-
en 1913-1914 y desde 1926 hasta 1932 dos entre sí por una alianza, que daban
LA CONQUISTA

44. Vista general de las excavaciones de Jericó.


La ciudad, situada en el sur del valle del
Jordán sufrió repetidas destrucciones en el
segundo milenio a. C., una de ellas la que
nos narra la Biblia en el libro de Josué, 6,
consumada hacia el año 1355 a. C. Las ex-
cavaciones han revelado restos mucho más
antiguos pertenecientes a la Edad de Piedra,
del Hierro y del Bronce medio.

culto a una divinidad llamada «Baal- surgir un Israel unido y con una común
berit», «Señor de la Alianza» (cf. Jue 8, herencia nacional.
33; cf. 9,46), y que conservaban el re-
cuerdo de sus relaciones con el grupo
israelita. De otro modo no encontraría- LA CAIDA DE JERICO
mos medio de explicar la tradición que
se refleja en Jos 24, donde Josué aparece Cerrando el paso a cualquier invasor
sellando la alianza con un Israel unido, que se dirija hacia las montañas del inte-
en que se exige rechazar a los ídolos. La rior desde la zona sur del valle del Jor-
ceremonia, por otra parte, tiene lugar en dán, se alza la fortaleza de Jericó (il. 44).
una ciudad que no ha sido conquistada. El relato bíblico nos dice que su destruc-
Parece verosímil que en esta ceremonia ción por los israelitas fue en realidad una
hay unas gentes que no tomaron parte intervención maravillosa de Dios, que
en la alianza original del Sinaí, pero que hizo que la ciudad cayera después de mar-
ahora aceptan sus estipulaciones y reco- char siete días su pueblo procesionalmen-
nocen como propio al Dios que las esta- te en torno a ella (Jos 6). Sea cual fuere
bleció. Sólo de esta forma hubiera podido la causa física, lo cierto es que hoy sabe-
LA CAIDA DE JERICO

mos que la ciudad sufrió una terrible des-


trucción o una serie de destrucciones
durante el segundo milenio antes de Cris-
to y que permaneció prácticamente de-
sierta durante varias generaciones (cf. la
maldición de Josué, Jos 6,26 y 1 Re
16,34).
Jericó ha sido intensamente excavada,
hasta el extremo de que ya no queda
prácticamente ninguna porción estimable
sin remover. Sus primeros excavadores
fueron los investigadores alemanes Sellin
y Watzinger, que trabajaron allí entre
1908 y 1910. Entre 1930 y 1936 una
expedición inglesa dirigida por el profe-
sor John Garstang llevó a cabo ulteriores
excavaciones, que dieron como resultado
unos descubrimientos de enorme impor-
tancia. Se supo entonces que la ciudad
había sido fundada a finales de la Edad
de Piedra, antes de la invención de la
cerámica, lo que hacía de Jericó la ciudad
más antigua de toda la Palestina excavada
hasta aquel momento.
En cuanto al período que ahora nos 45. Tinaja conteniendo grano.
ocupa, Garstang creía haber encontrado
pruebas sobradas de una destrucción por
obra de Josué. Llamó «Ciudad D» a la de ladrillos quemados, cenizas grises, res-
del siglo xv, y supuso que estaba dotada tos del enlucido de los muros, los depósi-
de un fuerte muro doble de ladrillo que tos de materias carbonizadas. La inclina-
circundaba la cumbre del montículo. El ción que presentaba la base del muro
muro interior era de unos 3,50 m. de exterior sugería los efectos de un terre-
ancho y había sido construido sobre otro moto, en que pudo consistir la interven-
muro anterior, el de la «Ciudad B» (de ción divina a que se alude en el libro de
hacia 2500 a. C.). La fortificación exte- Josué. Dentro de la ciudad, los residuos
rior tenía unos 2 m. de anchura. Los dos del incendio alcanzaban en algunos pun-
muros sustituían a la imponente fortifi- tos un espesor de 60 cm. Por otra parte,
cación de piedra con talud de ladrillo los restos de víveres almacenados, como
erigida más abajo, adosada a las laderas las grandes tinajas llenas de grano, suge-
del montículo, como defensa de la «Ciu- rían que la ciudad había sido destruida
dad C» del Bronce medio II (siglos xvii al poco tiempo de haber recogido las co-
y XVI). sechas.
El excavador manifiesta las pruebas de Sobre el montículo, por encima de la
una violenta destrucción de los muros fuente, se descubrió la única prueba de
defensivos de la «Ciudad C». Los ladri- una estratificación de las ruinas entre la
llos habían rodado ladera abajo. Testimo- Edad del Hierro y el Bronce medio (es
nio de un gran incendio eran las capas decir, desde el período israelita, pasando
LA CONQUISTA

por el de Josué, hasta los siglos xvi y hasta ahora conocida (fi. 9). Pero el re-
xvii). Los arqueólogos alemanes hallaron sultado más sorprendente de estos traba-
en aquel lugar un edificio fuertemente jos fue el descubrimiento de que allí no
construido y alargado. Se consideró im- hay resto alguno del período comprendido
propiamente como una construcción «hi- entre 1500 y 1200 a. C. El montículo ha
lani», por juzgarlo del tipo de edificios sufrido una erosión tan intensa que casi
conocidos con este nombre en Siria. En todos los restos posteriores al tercer mi-
realidad, lo más probable es que haya de lenio antes de Cristo han desaparecido de
interpretarse como un granero (miskenet su cumbre. Los dos muros que rodeaban
en hebreo; cf. 1 Re 9,19), a juzgar por la parte más elevada de la ciudad antigua,
otros edificios similares hallados en otros que Garstang asignaba a su «Ciudad D»
lugares de Palestina, como ha demostra- y que creía haber sido destruidos por un
do W. F. Albright. Todos ellos, incluido terremoto y un incendio en tiempos de
éste de Jericó, datan de los siglos x o ix. Josué, resultaron ser del tercer milenio
Estaba tan fuertemente construido, segu- y representar tan sólo una parte de los
ramente para alejar los efectos de la hu- catorce muros o lienzos de muro edifi-
medad y evitar el ataque de los roedores, cados sucesivamente durante aquel pe-
que salvó de la erosión las construcciones ríodo.
que se hallaban en el subsuelo. Garstang Tales resultados significan que todo lo
excavó debajo de este edificio una cons- que se había escrito durante las tres dé-
trucción muy fuerte a la que dio el nom- cadas anteriores a estos descubrimientos
bre de «refugio», o «edificio intermedio», acerca de la fecha en que Jericó había sido
y debajo de ella los almacenes o viviendas tomada por Josué, al igual que sobre el
de los siglos XVII-XVI. problema de si Josué la pudo tomar real-
Juzgando por las piezas de cerámica mente, si resulta que ésta cayó en el si-
más tardías halladas en la zona del «edi- glo xiv, lo tenemos superado. La tarea
ficio intermedio» y en tres tumbas, creyó llevada a cabo por K. Kenyon y sus cola-
Garstang que la ciudad había sido des- boradores ha demostrado que apenas con-
truida por Josué no más tarde del 1385 tamos con prueba alguna para determinar
antes de Cristo. Supuso que el «edificio en qué estado se hallaba la ciudad con-
intermedio» representaba una reocupa- quistada o la fecha de su caída. Todos los
ción del lugar después de esa fecha. restos que pueden asignarse con cierta
W. F. Albright, quien esto escribe y, re- seguridad al período comprendido entre
cientemente, K. Kenyon han llegado in- 1400 y 1200 a. C. son unas cuantas pie-
dependientemente a la conclusión de que zas de cerámica procedentes de las tres
la cerámica más tardía de la «era de Jo- tumbas y de la zona situada sobre el ma-
sué» debe fecharse más acertadamente en nantial, así como, posiblemente, el «edi-
la segunda mitad del siglo xiv. ficio intermedio». De todo esto se puede
De 1952 a 1958 volvió a trabajar en deducir que en la época de la conquista
el emplazamiento de Jericó otra expedi- no habría allí aquella imponente ciudad
ción de la British School of Archaeology, que se buscaba en las primeras excava-
bajo la dirección de K. Kenyon. Se halla- ciones. Si en tiempos de Josué había algún
ron muchas más pruebas a favor de una muro de fortificación, no sería éste más
ocupación muy antigua de este lugar, in- que el bastión del siglo xvi reconstruido,
cluyendo una muralla erigida antes de la aunque, no hay pruebas de que fuera re-
invención de la cerámica, que resultó la utilizado. La Jericó de tiempos de Josué
más antigua fortificación de una ciudad apenas sería otra cosa que un fortín. Pero
LA CAIDA DE BETEL-AY 115

aquélla. fue la primera victoria conseguida cho, el mismo nombre incluso significa
por los invasores en Palestina occidental, en hebreo «la ruina» y la verdadera de-
y el recuerdo de la imponente ciudad que nominación de la ciudad original nos es
allí se alzó en otros tiempos debió de hoy prácticamente desconocida, aunque
influir indudablemente en la forma en que algunos piensan que fue el de Betavén.
sería narrado más adelante el aconteci- ¿Cómo, pues, ha de explicarse el relato
miento. Sin embargo, todas estas obser- bíblico en este punto?
vaciones no pasan del nivel de las suge- Se han sugerido tres teorías principa-
rencias, ya que por, el momento hemos de les: 1) La primera, que todo el relato es
confesar que somos absolutamente inca- pura invención de época posterior para
paces de explicar el origen de la tradición explicar la presencia de aquellas ruinas.
acerca de Jericó. Los israelitas que contemplaban aquel
emplazamiento llegarían con toda natura-
lidad a la conclusión de que Josué des-
LA CAIDA DE BETEL-AY truyó la ciudad, ya que ésa era la única
gran conquista de que tenían noticia.
2) La segunda es que los habitantes de
Según el relato bíblico, la primera ciu- Betel, lugar situado a algo más de 2 km.,
dad conquistada por -Josué en la zona ocuparon momentáneamente Ay para ha-
montañosa propiamente dicha fue Ay. Se cer frenie al avance de los invasores. Lo
llevó a cabo este ataque por razones es-
tratégicas; la ciudad fue incendiada y malo es que en Jos 8 se alude varias
«convertida en un tell (montón de rui- veces al «rey de Ay» y se nos dice expre-
nas) para siempre» (Jos 8,28). samente que Josué «lo colgó de un árbol
hasta la tarde». 3) La más probable de
Pero resulta que este relato nos pre- todas es la teoría del profesor Albright,
senta un cúmulo de dificultades. Ay ha que es una combinación de las otras dos.
sido excavada, y resultó ser una pequeña Consiste en que el relato sobre la con-
ciudad próspera y fuertemente defendida quista de Betel sería transferido en época
de los siglos xxxiii y xxiv a. C. La prin- posterior a la antigua «Ruina» (Ay) para
cipal construcción hallada en su interior explicar de algún modo su existencia. Sa-
es un hermoso templo, bellamente cons- bemos que Betel siguió habitándose mien-
truido, al que servían de protección las tras que Ay permanecía en ruinas. En
imponentes murallas. Un emplazamiento apoyo de esta explicación está el hecho
tan reducido, con aquella construcción y de que el libro de Josué nada dice sobre
unas defensas tan desproporcionadas, in; la toma de la ciudad de Betel, a pesar de
dica que debía de ser el centro religioso que en jueces 1,22-26 (cf. también Jos
de una confederación de ciudades-estados, 12,16) se conserva el recuerdo de su
un paralelo palestinense de la liga sume- destrucción. Es lógico suponer que Betel
ria, aproximadamente contemporánea, de caería antes de que los gabaonitas pusie-
la Baja Mesopotamia, cuyo centro religio- ran en marcha su confederación (Jos 9).
so era la ciudad de Nippur. Fue destruida En todo caso, por aquella época se ha-
totalmente hacia 2400 a. C. y ya no fue llaba Betel en pie (il. 46) y era una ciudad
habitada de nuevo hasta que se instaló próspera, como han demostrado las exca-
allí hacia el 1000 a. C. un grupo de is- vaciones practicadas allí por el profesor
raelitas. Todo ello significa que la ciudad Albright en 1934 y continuadas después,
había permanecido en ruinas durante todo entre 1955 y 1960, por J. L. Kelso. Du-
un milenio antes de la conquista. De he- rante el siglo xlil fue destruida la ciudad
LA CONQUISTA

46. La moderna aldea que ocupa el emplazamiento de la antigua Betel.

por un tremendo incendio. El que esto LA CAMPAÑA DE JUDEA


escribe tuvo el privilegio de participar
en la primera excavación; ni un princi- Si es cierto que Josué se decidió a em-
piante en las tareas arqueológicas hubiera prender una campaña para conquistar el
podido dejar de advertir que tenía allí territorio que más adelante ocuparía Judá,
delante las pruebas más claras de la peor una campaña en que era preciso eludir
destrucción sufrida por la ciudad a lo y aislar las fuertes ciudades-estados de
largo de toda su historia. Los restos de Jerusalén y Guézer, hemos de admitir
los muros caídos y la tierra calcinada, que Jos 10 describe precisamente la úni-
mezclada con cenizas, alcanzan en algunos ca forma en que hubiera podido llevar
sitios un espesor de casi 1,50 m. La ciu- a cabo su empresa. La fuerza de este te-
dad cananea destruida era bellísima, con rritorio radicaba en las ciudades bien
casas estupendas, con pavimentos enlosa- defendidas de las tierras bajas de Judea,
dos o estucados y alcantarillado. Compa- la llanura de la Sefela, entre la comarca
radas con estas casas, las miserables vi- montañosa central y la llanura costera.
viendas de la siguiente ciudad eran la Cuando siglos más tarde Senaquerib y
auténtica pobreza. La diferencia entre Nabucodonosor invadieron Judea, prime-
ambas es tan completa que apenas puede ro sometieron aquellas ciudades fortifica-
caber duda de que se trata de la destruc- das, entre las que destacaba Laquis, des-
ción llevada a cabo por los israelitas. pués de lo cual resultó relativamente fácil
LA CAMPAÑA DE JUDEA

47. El montículo de Laquis.

apoderarse de la comarca montañosa. de que su rey no entre a formar parte de


A finales del siglo pasado presentaba el la coalición. Evidentemente, no advirtió
relato de Josué notables dificultades a la gravedad de la situación hasta que ya
causa de la localización que solía hacerse fue demasiado tarde. Una vez derrotada
entonces de algunas de las ciudades men- la coalición, después de la caída de las
cionadas. En la actualidad, todas las loca- ciudades de la llanura, compareció tardía-
lidades enumeradas en ese capítulo han mente para ayudar a Laquis, pero este so-
sido identificadas con un alto grado de corro ya no tuvo eficacia alguna y sus
probabilidad, excepto una de ellas, Ma- tropas, que luchaban solas, también fue-
queda. ron derrotadas (Jos 10,33) 9.
Según el relato bíblico, cinco reyes ca- Los gabaonitas, que confiaban en su
naneos se sintieron alarmados por la de- alianza con Josué, reclamaron su ayuda
fección de cuatro ciudades gabaonitas (Jos 10,6) y él subió de noche con su
ante Josué, «porque Gabaón era una gran
ciudad, como una de las ciudades reales» 9
Fijamos aquí la atención especialmente en
(Jos 10,2). Una coalición la atacó. Estaba Guézer por haber sido utilizado muchas veces
integrada por el rey de Jerusalén, su jefe este versículo para negar la historicidad del ca-
e impulsor, el rey de Hebrón, el de Yar- pítulo. Se ha afirmado con frecuencia que, dado
mut, el de Laquis y el de Eglón (notemos, que sabemos que Guézer no fue capturada por
Josué, el v. 33 es un completo anacronismo (así,
de paso, que son mencionados en primer muy recientemente, H. H. Rowley, From Joseph
lugar los dos reyes del país montañoso, to Joshua, 45 y 100). Sin embargo, el autor de
luego los tres reyes de la llanura, y éstos este versículo no dice que fuera capturada la
siguiendo un. orden de norte a sur). Te- ciudad misma, sino que se limita a consignar
la noticia de que un contingente de esta ciudad
niendo en cuenta la importancia de la llegó demasiado tarde para socorrer a Laquis
ciudad de Guézer, nos sorprende el hecho y que fue derrotado.
LA CONQUISTA

ejército desde el campamento de Guilgal,


en el valle del Jordán, hasta el país mon-
tañoso y sorprendió a la coalición (Jos
10,9). Las fuerzas de ésta huyeron por el
único paso por el que podían retirarse (el
de Bejorón, también llamado valle de
Ayalón). En los versículos siguientes (Jos
10,16-27) se describe cómo Josué encon-
tró y dio muerte a los cinco reyes y a sus
hombres, que, en huida desorganizlda, se
ocultaron en la caverna de Maqueda. Des-
pués de esto arremetieron los israelitas
y conquistaron Libná, en las puertas del
valle de Elá (donde David daría muerte
más tarde a Goliat).
48. Reconstrucción del templo de Laquis.
La siguiente ciudad que guardaba el
acceso por otro valle hacia el país mon-
tañoso era Laquis, como era de esperar, la época del faraón Merneptá (1224 a
aparece a continuación en la lista (Jos 1216 a. C.) y no antes. De ahí se sigue
10,31-32). Sus ruinas han sido descubier- que el «año 4» que se menciona debe de
tas en la moderna Tell ed-Duweir (il. 47 ser el del reinado de Merneptá o de uno
y 48), excavada entre 1932 y 1938 por de sus dos sucesores que llegaron a reinar
una expedición británica bajo la dirección cuatro años o más. La vasija, por consi-
de J. L. Starkey, asesinado luego por los guiente, ha de fecharse en las dos últimas
árabes en 1938. Las excavaciones practi- décadas del siglo xiii. Lo más importante
cadas en diversos lugares del montículo de este hallazgo, como ha señalado el
han proporcionado pruebas más que sufi- profesor Albright, es que todos los frag-
cientes de la terrible destrucción sufrida mentos aparecieron juntos en medio de
por la ciudad en el siglo xiii, lo mismo las ruinas causadas por la destrucción, lo
que en Betel. Entre los abrasados escom- que demuestra que se rompió precisamen-
bros de la ciudad se halló además una te al ser destruida la ciudad. Por otra par-
vasija, muy ordinaria, que resultó ser un te, la vasija era un objeto de tan escaso
objeto interesantísimo. Después de re- valor que resultaría difícil que nadie lo
componer los veinticinco fragmentos en recogiera como parte del botín. Era una
que apareció rota, se vio que había sido pieza muy tosca de cerámica con unas
utilizada para consignar ciertos datos, al indicaciones escritas en su superficie que
parecer por un recaudador egipcio de im- a nadie llamarían la atención, pues aque-
puestos. Este había escrito en egipcio so- llas gentes, que llevaban tanto tiempo bajo
bre la vasija las cuentas de las entregas dominio egipcio, estarían muy acostum-
de trigo correspondientes a la cosecha bradas a verlas. En consecuencia, puede
local. Fue tan cuidadoso que consignó decirse que la vasija no sería muy vieja
las fechas de las entregas, todas las cuales cuando se rompió, ya que estos cacharros
correspondían al cuarto año de un faraón, baratos solían durar muy poco. Si el
cuyo nombre, sin embargo, no se dice. «año 4» consignado en la escritura se re-
¿De qué faraón se trataba? Los espe- fiere al reinado de Merneptá, podemos
cialistas en escritura egipcia afirman que decir con seguridad que Israel «pasó a
la hallada en la vasija ha de fecharse hacia cuchillo» a Laquis en una fecha muy pró-
LA CAMPAÑA DE JUDEA

xima al año 1220 a. C. En cualquier tomarla, dio Josué un rodeo hacia el


caso, Laquis debió de ser destruida por sudeste para apoderarse de la última for-
Israel entre 1220 y 1200 a. C.'°. taleza que aún quedaba incólume, Debit,
En la historia de la campaña de Judea o Quiryat-Séfer (Jos 10,38-39). El profe-
dirigida por Josué se nos dice que después sor Albright la ha localizado, con alto gra-
de la destrucción de Laquis acampó Is- do de probabilidad, en la moderna Tell
rael frente a Eglón, luchó contra ella y la Beit Mirsim, en que se han practicado ex-
tomó, pasando a cuchillo a sus habitantes. cavaciones bajo su dirección. Entre 1250
Hoy se cree que Eglón se hallaba situada y 1200 a. C. aproximadamente, según se
en el emplazamiento de la actual Tell pudo comprobar, fue totalmente destrui-
el-Hesi, en el mismo borde de un grupo da, sus defensas desmanteladas y la ciu-
de colinas que se alzan sobre la llanura, dad incendiada hasta el punto que la
vigilando la entrada del siguiente valle capa de cenizas alcanzaba en algunos pun-
que conduce hacia la zona montañosa si- tos un espesor de casi un metro. Al igual
tuada al sur de Laquis. Este es el lugar en que en Betel, la nueva ciudad edificada
que Flinders Petrie, que empezó a exca- sobre las cenizas era tan distinta de la
varlo en 1890, descubrió por vez primera anterior que forzosamente hemos de pen-
la importancia de la cerámica para estable- sar en que fue construida por nuevos
cer una cronología. Por las excavaciones habitantes, un pueblo que hubo de ser
realizadas entre 1890 y 1893 por Petrie Israel o gentes próximamente emparen-
y su sucesor, Bliss, sabemos que la ciudad tadas con él.
fue destruida hacia el 1200 a. C., pero En cuanto a la campaña de Josué en
los resultados han sido tan deficiente- Galilea, se nos dice que la única ciudad
mente publicados que no podemos preci- fortificada que destruyó fue Jasor, que
sar mucho en cuanto a la datación. por entonces era la más importante de
Con la mayor parte de la llanura en toda la región (Jos 11,10-13). El empla-
manos de los israelitas, era de esperar que zamiento de esta ciudad fue localizado
éstos ascendieran hacia el país montañoso por Garstang el año 1926 en el magnífico
por el paso que conducía hacia Beit Yi- montículo de Tell el-Qedah, unos 16 km.
brín. La siguiente ciudad de la lista es, a l norte del mar de Galilea, cerca del
lógicamente, Hebrón (Jos 10,36-37), una lago Hulé, al borde de la gran ruta que
localidad de no fácil defensa. Después de une Egipto, Palestina, Siria, Asia Menor
y Mesopotamia. El montículo es uno de
los mayores de Palestina; tiene una su-
`° Olga Tufnell, Lachish IV. The Bronze Age
( Londres 1958) 37, sugiere la posibilidad de que perficie de unas diez hectáreas. Al norte
la ciudad cayera en manos de los filisteos más del mismo hay una enorme extensión
adelante, en el siglo xii, ya que en las ruinas de rectangular, de más de 900 m. de largo
la destrucción apareció un escarabeo atribuido
a Ramsés III (ca. 1180-1149 a. C.). W. F. Alb- por 600 m. de ancho, resguardada donde
right, sin embargo, ha observado que dicho ob- el terreno lo exige por un terraplén de
jeto ostenta un nombre que fue llevado tanto cerca de 15 m. de altura, por cuyo lado
por Ramsés II como por Ramsés III y que no oeste, al exterior, había además un gi-
hay pruebas que obliguen a atribuirlo al segun-
do mejor que al primero. Lo cierto es que, gantesco foso seco. Ya desde las explo-
aparte de la vasija a que antes hemos aludido, raciones de Garstang se supo que se tra-
la única prueba estratigráfica realmente segura taba de un recinto para albergar los ca-
sobre la caída de la ciudad de la Edad del Bron- ballos y los carros del ejército hicso, el
ce consiste en las ruinas de un pequeño templo
erigido en la pendiente del montículo (La- pueblo que creó un Imperio que abarcaba
chish 77. The Fosse Temple, Londres 1940). Siria, Palestina y Egipto hacia 1700 a. C.,
120 LA CONQUISTA

gracias al empleo de aquella nueva arma CONCLUSIONES


de guerra (cf. pp 82-83, supra; plano
en la il. 29). Las numerosas pruebas de las terribles
¿En qué momento conquistó Israel destrucciones sufridas por las ciudades de
esta enorme ciudad? Garstang hizo varios Betel, Laquis, Eglón, Debir (Quiryat-Sé-
sondeos allí y creyó haber encontrado fer) y Jasor durante el siglo xiii sugieren
pruebas de que la ocupación cananea fi- con toda claridad que se llevó una campa-
nalizó hacia el 1400 a. C. Entre 1955 y ña planificada del orden de la descrita en
1958 una expedición israelí perfectamen-
Jos 10-11. Su intención era evidentemen-
te equipada realizó excavaciones en el te destruir el poderío de aquellas ciuda-
montículo, bajo la dirección de Yigael des-estados, si bien es cierto que algunas
Yadin. Con gran sorpresa de todos resul- de ellas fueron cuidadosamente eludidas,
tó que la última ciudad cananea había seguramente porque resultaban demasia-
ocupado no sólo el montículo, sino ade- do fuertes. Podemos sacar la conclusión
más todo el recinto. Jasor, por consi- de que en el siglo xiii una parte al menos
guiente, con una población que puede de la que más tarde sería la nación israe-
calcularse en 40.000 almas, ocupando lita logró penetrar en Palestina en el cur-
una superficie de unas 70 hectáreas, era so de una invasión cuidadosamente pla-
ciertamente una de las mayores ciudades neada, cuyo propósito primario no era
de toda Siria y Palestina, y bien merecía apoderarse de un botín, sino ocupar terri-
la calificación que se le da en Jos 11,10: torios. Quedan aún numerosos problemas
«Porque Jasor era la cabeza de todos por resolver, entre ellos los que nos plan-
aquellos reinos». Pero fue violentamente tean Jericó, Ay y Siquén. Los últimos
destruida no en 1400 a. C., como había cincuenta años de investigación, sin em-
creído Garstang, sino en el curso del si- bargo, han servido para llevar a cabo una
glo xiii, quedando el recinto norte más tarea que nos hace esperar confiadamente
o menos abandonado y siendo ocupado que en el futuro sabremos muchas más
únicamente el montículo. La entrada, cosas.
fuertemente defendida, del recinto, o ciu- En conclusión, podemos afirmar que
dad baja, ha sido parcialmente exhumada. ciertos datos de la Biblia no son fáciles
Un bello templo cananeo, con su ajuar de armonizar con la fecha del siglo XIII
aún in situ, un santuario lleno de estelas para el éxodo y la conquista, que desde
erigidas en honor de los jefes difuntos y un punto de vista arqueológico resulta
muchas casas con numerosos vasos do- virtualmente segura. Leemos en 1 Re
mésticos son otros tantos testimonios de 6,1: «Y así fue que cuatrocientos ochenta
que la ciudad fue violentamente destrui- años después de que los hijos de Israel
da cuando se hallaba plenamente habita- salieron de la tierra de Egipto, en el año
da. En el montículo mismo pudo verse cuarto del reinado de Salomón..., empezó
que la ocupación subsiguiente fue más a construir la casa del Señor». Según los
pobre, reducida y modesta. En otras pa- últimos estudios de la cronología bíblica
labras: para Jasor hay las mismas pruebas de esta época (los de W. F. Albright y
claras de haber sido destruida en el si- M. B. Rowton), el año cuarto de Salo-
glo xiii que para las ciudades del sur, món, cuando el rey comenzó a edificar
Betel, Laquis y Debir, mientras que Si- el templo, era aproximadamente el 959
quén ofrece un sorprendente contraste, antes de Cristo. Cuatrocientos ochenta
como ocurre también en el caso de Me- años antes de esa fecha, según el versícu-
guido y Beisán (cf. cap. VI, infra). lo citado, tuvo lugar el éxodo, es decir,
CONCLUSIONES

hacia el 1439 a. C. ¿Cómo conciliar esta del siglo xiii, eso significa que José y su
fecha con la que asignamos al éxodo mo- familia debían de hallarse en Egipto hacia
saico, el siglo xiii? el año 1700 a. C., es decir, exactamente
Sabemos que los israelitas suponían en las mismas fechas en que los hicsos
que entre el éxodo y la época de Salo- dominaban en Egipto. Esa es precisamen-
món habían transcurrido doce generacio- te la época en que sitúa la mayor parte de
nes. Así, por ejemplo, en 1 Cr 6,lss y los investigadores la entrada en Egipto.
también en 6,50ss se nos da la genealogía Que no es posible armonizarlo todo
de los sumos sacerdotes del templo de con tanta sencillez como parecen indicar
Jerusalén. Por 2 Sm sabemos que Sadoc estas líneas es algo que se desprende cla-
y Ajimás fueron sacerdotes de David; ramente de pasajes como el de Jue 11,26,
el primer Azarías que se menciona, por donde Jefté dice al rey amonita que
tanto, debió de serlo en tiempos de Salo- Israel lleva en posesión de sus territorios
món, y entre este sacerdote y Aarón me- de Transjordania trescientos años; ¿de
dian doce generaciones. dónde saca ahora Amón, en fecha tan
El estudio del Antiguo Testamento nos tardía, que el territorio le pertenece? Si
indica además que los israelitas contaban atribuimos a Jefté la fecha del siglo xi
una generación como cuarenta años (los antes de Cristo, la conquista de Trans-
primitivos griegos hacían exactamente lo jordania habría de remontarse al siglo xiv
mismo); doce generaciones por cuarenta según este pasaje. Los comentaristas sos-
años cada generación dan la suma de pecharon hace tiempo de este dato redon-
cuatrocientos ochenta años. Suponiendo, do, ya que sumando los años que gober-
sin embargo, que la duración real de cada naron los jueces sucesivos y los períodos
generación fuese de veinticinco años (en- intermedios de opresión hasta llegar a
tre Salomón y el éxodo), como efectiva- Jefté se obtiene un resultado de trescien-
mente sabemos que era la duración de la tos diecinueve años. Una coincidencia tan
vida, por término medio, de los reyes y notable sugiere que el dato de trescientos
los nobles en el Próximo Oriente, enton- años se dedujo artificialmente de la mis-
ces las doce generaciones de veinticinco ma cronología del libro de los jueces, de
años de duración nos darían una cifra la que sabemos que es excesivamente es-
que situaría el éxodo hacia el tercer cuar- quemática, ya que algunos de los jueces
to del siglo xiii, aproximadamente cuan- fueron contemporáneos de los períodos
do debió de ocurrir según lo que indican de opresión, no sucesivos unos y otros,
las pruebas arqueológicas. como nos los presenta el libro. Si no se
En Ex 12,40 se dice que los hijos de puede explicar el dato de una manera se-
Israel pasaron cuatrocientos treinta años mejante a ésta, entonces tendríamos que
en Egipto. Ahora bien, este dato no es dar por seguro que el hecho de no haber
un múltiplo de cuarenta y no hay motivos permanecido todo Israel en Egipto ha
para dudar de su exactitud 11 Si el éxodo dejado su huella en el relato bíblico y
tuvo lugar aproximadamente a comienzos que ciertas tradiciones relativas a los pa-
rientes que ya estaban instalados en Ca-
" Esto mismo no es absolutamente seguro, ya ncán han permanecido al lado de las tra-
que la traducción griega aplica este dato no sólo diciones predominantes, las que nos ha-
a la duración del tiempo pasado en Egipto, sino
también al de la permanencia de los Patriarcas blan del éxodo mosaico y la conquista
en Canaán. subsiguiente.
BIBLIOGRAFIA

Remitimos al lector a las referencias que do- En T. J. Meek, Hebrew Origins ( Nueva
cumentan un artículo mío, The Literary and York '1950) cap. I, se hallará un valiosísimo
Historical Problem of Joshua 10 and Judges 1: resumen, con documentación exhaustiva, pero
«Journal of Near Eastérn Studies» 5 (1946) con una interpretación ligeramente distinta, de
105-14. Cf. también J. Bright, La historia de algunos datos; cf. también H. H. Rowley, From
Israel ( Bilbao 1966) 136-45; G. E. Wright, Joseph to Joshua ( Londres 1950).
The Bible and the Ancient Near East ( Gar- También se puede consultar A. T. Olmstead,
den City, N. Y. 1961) 88-94 y referencias; History o% Palestine and Syria (1931) capítu-
W. F. Albright, Arqueología de Palestina ( Bar- los XIV, XV y XVII. El profesor Meek, al que
celona 1962) 83-112. Nótese también que las sigue el profesor Olmstead, concluye que la
últimas excavaciones realizadas en Jericó han conquista mosaica del siglo xiii se dirigió direc-
alterado ciertos puntos del problema tal como tamente al sur de Palestina desde Cades, no
se planteaba anteriormente. Un resumen exce- rodeando Edom y Moab. En esta conquista to-
lente de estas excavaciones lo ofrece K. Kenyon, maron parte únicamente las tribus de Leví y
Díggíng up Jerícho (Londres-Nueva York 1957); Judá con los elementos afiliados a la última.
íd., Arqueología en Tierra Santa (Barcelona Parece improbable que todas las tribus integra-
1963) cap. VIII. das en el Israel posterior tomaran parte en la
Son especialmente recomendables cuatro ar- fase de la conquista desarrollada en el siglo xiii,
tículos de W. F. Albright, Archaeology and the pero seguramente nunca llegaremos a saber si,
Date of the Hebrew Conquest of Palestine: en efecto, Leví y Judá fueron las únicas. En
«Bulletin of the American Schools of Oriental todo caso, resulta difícil eliminar la tradición
Research» 58 (1935) 10ss; Further Light on the bíblica del itinerario a través de Transjordania,
conservado en Nm 20-33; Dt 2 y Jue 11,15ss,
History of Israel from Lachish and Megiddo: así como la estrecha relación del éxodo y el
ibíd. 68 (1937) 22ss; The Israelite Conquest oj Sinaí con las tribus septentrionales, o de José.
Canaan in the Light o/ Archaeology: ibíd. 74 Sobre la importante labor de una escuela distin-
(1939) 11ss; A Case of Use-Majesté in Pre- ta, cf. l a referencia consignada al final de la
Israelíte Lachish, with Some Remarks on the bibliografía del cap. 111, supra. Especialmente
Israelite Conquest: ibíd. 87 (1942) 32 ss. R. de i mportante es la monografía de A. Alt, Die
Vaux, op. cit., II, 17-195. Landnahme der Israeliten in Palestina, en Kleine
En cuanto a los importantes descubrimientos Schriften zur Geschíchte des Volkes Israel I
realizados por Yigael Yadin, cf. los correspon- ( Munich 1953) 89-175; cf. también Josua, ibíd.,
dientes resúmenes en «The Biblical Archaeolo- 179-92.
gist» 19-22 (1956-59). Una exposición más am- Para un estudio reciente sobre las cartas de
plia de los resultados de la expedición a Siquén Amarna, cf. E. F. Campbell, The Amarna Let-
en sus tres primeras campañas, en L. E. Toombs ters and the Amana Period: «The Biblical
y G. E. Wright, «Bulletin of the American Archaeologist» 23 (1960) 2-22, y sobre todo
Schools of Oriental Research» 161 (1961). R. de Vaux, op. cit., 1, 114-119.
CAPITULO VI

EN LOS DIAS EN QUE LOS JUECES JUZGABAN

Por entonces no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le


parecía bien (Jue 21,25).
El Señor se encolerizó contra Israel..., los vendió a los enemi-
gos de alrededor... Entonces el Señor hacía surgir jueces, que los
libraban de las bandas de salteadores; pero ni a los jueces hacían
caso, sino que se prostituían con otros dioses (Jue 2,14.16-17).

Durante los siglos xiii y xii una serie siglos precedentes. A mediados del si-
de acontecimientos catastróficos puso tér- glo xii ya no estaba el gobierno egipcio
mino en el antiguo Próximo Oriente a la en condiciones de afirmar su soberanía
«Edad del Bronce» e introdujo una nueva sobre Palestina y el sur de Siria. Excep-
Edad: la del Hierro. Estos términos ar- tuando un breve período bajo Tiglat Pi-
queológicos se basan en el hecho de que, léser I (ca. 1116-1078 a. C.), Asiria fue
si bien el cobre y el bronce se siguen uti, incapaz de mantener un Imperio muy ex-
lizando como metales más comunes, junto tenso. Entre tanto, los cananeos (il. 49),
a ellos empieza a aparecer desde ahora el cuyos territorios seguían bajo el dominio
hierro en cantidad suficiente para inducir nominal de Egipto, sufrían duros reveses.
cambios profundos en la arquitectura, la A lo largo del siglo xiii, diversas inva-
construcción de barcos y armas y espe- siones en Transjordania habían estableci-
cialmente en la agricultura, como luego do los reinos de Edom, Moab, Sijón y
veremos. ¿Qué acontecimientos pusieron Og: Los dos últimos fueron eliminados
término a la Edad Antigua e introduje- por los israelitas que atravesaron el Jor-
ron una Nueva? dán para hacerse dueños de la mayor par-
Consistieron en varias invasiones y en te del país montañoso central. Durante
la decadencia del poder en Egipto, Asia el siglo xii se vio invadida la Siria orien-
Menor y Mesopotamia. Resultado de todo tal por los arameos, que serían más tarde
ello fue que, por vez primera desde hacía bien conocidos en Israel a causa de la
muchos siglos, Palestina y Siria se vieron rápida expansión de uno de sus reinos,
libres de dominadores extraños. Las in- el que se estableció en Damasco. Es pro-
vasiones bárbaras pusieron fin al Impe- bable que al otro lado del Jordán se ins-
rio hitita del Asia Menor. Muchos hititas, talaran en el mismo período los amoni-
sin embargo, permanecieron en Siria, don- tas, que dieron su nombre a la ciudad que
de siguieron dominando el panorama cul- fue su capital y quc sobrevive en la ac-
tural, del mismo modo que habían im- tualidad en Ammán, capital del reino
puesto su poder político durante los dos jordano. Ramsés III de Egipto (ca. 1175
124 EN LOS DIAS EN QUE LOS JUECES JUZGABAN

49. Cananeos en Egipto.

a 1144 a. C.) fue atacado por pueblos que gobernada por un «señor», o «tirano»,
se vieron obligados a emigrar del mundo conforme al modelo egeo, y todas eran
griego, los llamados «pueblos del mar», independientes entre sí, si bien los cinco
que en los años precedentes a su derrota señores actuaban habitualmente de común
por este faraón (fi. 50-51) fueron eviden- acuerdo cuando estaban en juego asuntos
temente responsables de la destrucción importantes, lo que suponía cierto domi-
sufrida por cierto número de ciudades a nio centralizado, del que, por otra parte,
lo largo de las costas de Siria y Palestina, nada sabemos en concreto. Más al norte,
incluidas Ugarit (Ras Shamra), Sidón y en Dor, principal ciudad de la llanura de
Tiro. Un numeroso grupo de estos «pue- Sarón, se estableció otro grupo de los
blos del mar», los pelast (filisteos), se «pueblos del mar», llamado Tjikal (posi-
apoderó de la costa mediterránea com- blemente se trataba de gentes oriundas
prendida entre Jope y Gaza, donde se de Sicilia, a cuyos habitantes llama Ho-
establecieron; más adelante sería conocida mero en la Odisea «sikel»). De ellos nos
esta región por el nombre de aquellas han llegado noticias, pero no a través de
gentes (Filistea), que con el tiempo pa- la Biblia, sino del relato egipcio de We-
saría a designar toda la zona, ya que nues- namón, un agente que viajó hasta Siria
tro término «Palestina» es una herencia en busca de madera de cedro hacia el
que de ellos hemos recibido. año 1100 a. C. Al detenerse en Dor, quizá
Los filisteos se organizaron en torno a para reponer provisiones, uno de sus
cinco ciudades principales (Gaza, Ascalón, acompañantes se fugó con las alhajas que
Asdód, Ecrón y Gat). Cada una de ellas, llevaban para el pago de la madera. We-
con su correspondiente territorio, estaba namón trató entonces de conseguir que
EN LOS DIAS EN QUE LOS JUECES JUZGABAN 125

50. Escena de la batalla naval entre Ramsés III y los «pueblos del mar».

FANE

51. Carretas de los «pueblos del mar» atacadas por los egipcios.

el príncipe de Dor ordenara la captura del logrado consolidarse lo suficiente para


ladrón, obligándole esto a detenerse va- iniciar una rápida y sorprendente expan-
rios días en aquella ciudad, aunque no sión gracias al comercio. Se establecieron
logró recuperar los bienes robados. colonias en Chipre y se enviaron expedi-
Después de los continuos golpes sufri- ciones comerciales hacia el Occidente me-
dos con tantas invasiones quedaron los diterráneo. Al menos a partir del siglo ix
cananeos dueños de la costa que se ex- hubo en Cerdeña una colonia minera ins-
tiende al oeste del Líbano, así como de talada por estos cananeos (llamada pro-
cierto número de ciudades del interior, bablemente Tarsis), como sabemos por
que ahora se hallaban aisladas. Estas fue- una inscripción cananea hallada en aque-
ron cayendo poco a poco, mientras pasaba lla isla. Los griegos dieron el nombre de
Tiro a ser capital de un nuevo Estado que Fenicia al nuevo Estado, y hacia el año
surgió en el norte; hacia el siglo x había 800 a. C. tomaron de él su alfabeto.
126 EN LOS DIAS EN QUE LOS JUECES JUZGABAN

EL PERIODO DE LOS JUECES el arca de la alianza, que se hallaba depo-


EN ISRAEL sitada en el santuario central de Siló.
A falta de una autoridad única, los diver-
Durante el siglo xii y la mayor parte sos grupos corrían, en consecuencia, cons-
del xi estuvo empeñado Israel en la con- tante peligro de sufrir los ataques de ban-
solidación de las posiciones ocupadas en das de depredadores y «opresores» de
la comarca central de Palestina, librando todo tipo: moabitas, amonitas, cana-
continuas batallas, muchas de ellas de ca- neos, filisteos, madianitas. Para defen-
rácter local, contra otros invasores y las derse, los israelitas dependían de jefes
ciudades-estados que aún quedaban en que surgían espontáneamente en casos de
manos de los cananeos. Las excavaciones necesidad. Con el tiempo, sin embargo,
sugieren que fue éste un período de anar- las presiones, especialmente por parte de
quía por falta de un gobierno central fuer- los filisteos, se hicieron tan fuertes que al
te que impusiera la paz. En Betel, unos cabo fue necesaria una autoridad central.
15 km. al norte de Jerusalén, las excava- ¿Por qué fueron llamados «jueces»
ciones de 1934 revelaron las huellas al aquellos hombres que libraban a Israel
menos de cuatro destrucciones por el fue- de sus «opresores»? La respuesta parece
go durante los dos siglos. Cierto número hallarse en su mismo carácter. Los jueces
de ciudades israelitas fue destruido en han sido llamados jefes «carismáticos».
torno al año-1050 a. C., seguramente a Es decir, que se les seguía por creer que
manos de los filisteos. La gran ciudad sep- estaban dotados de una especial gracia
tentrional de Meguido sufrió repetidos divina. Poseían algo -valor para el com-
descalabros entre la época en que fueron bate, sabiduría, honradez o cualquier otro
destruidos su gran fortificación y el pala- don especial- que los colocaba aparte
cio cananeos (il. 40), durante la segunda de los hombres comunes. Dado que entre
mitad del siglo xii, y su reconstrucción individuos y clanes surgían constantes
completa como centro de operaciones bajo disputas, era lógico que se recurriera pre-
David y Salomón, en el siglo x (il. 82-87). cisamente a unos hombres a los que se
En aquella época era muy notable la tenía por poseedores de un poder divino
diferencia, en cuanto a organización polí- para que ellos zanjaran las querellas. En
tica, entre Israel y los pueblos vecinos. consecuencia, los héroes, del tipo que fue-
Estos se hallaban altamente, organizados. se, terminaban por convertirse en jueces.
En Transjordania, Edom, Moab y Amón La naturaleza carismática de la autoridad
se habían constituido en monarquías. Los israelita durante este período es un rasgo
cananeos seguían con su sistema de ciu- notable del pueblo elegido, al que nada
dades-estados, cada una con su propio es comparable de cuanto observamos en
rey. Así, Jerusalén, Guézer, Meguido, los pueblos vecinos.
Taanac y Beisán mantuvieron todavía Se ha indicado que en épocas posterio-
durante algún tiempo su independencia res otros pueblos mediterráneos presen-
bajo el gobierno de monarquías locales. tan paralelos con la organización tribal
En contraste con la fuerte organización de Israel y su confederación en torno a
política de los grupos de que estaba ro- un santuario central. Los autores clásicos
deado, Israel era tan solo una confedera- nos han conservado cierto número de esos
ción muy libre de tribus que tenían como paralelos por lo que respecta a Grecia e
vínculo común no una figura política cen- Italia, incluido el número de doce tribus.
tral, sino un nexo religioso, una «alian- Uno de sus elementos más característicos
za». El símbolo material de este. nexo era era la existencia de un santuario central
DIFERENCIAS ENTRE ISRAELITAS Y CANANEOS 127

que constituía un vínculo religioso me- no había sido posible dominar. ¿Es posi-
diante el cual se mantenía unida la estruc- ble, realmente, excavar en una ciudad que
tura política. Gracias a los datos conser- permaneció en poder de los cananeos du-
vados en el Antiguo Testamento y la luz rante este período completo y observar
aportada por las excavaciones de los in- si había alguna diferencia entre aquel
vestigadores daneses en 1926 y 1929, pueblo e Israel? Un eminente historiador
podemos reconstruir la historia del san- del Próximo Oriente escribió en cierta
tuario israelita de Siló durante el período ocasión: «Los descubrimientos arqueoló-
de los jueces. Una vez finalizada la con- gicos... en Palestina no han arrojado tan-
quista fue trasladado el tabernáculo desde ta luz como se esperaba sobre la antigua
Guilgal, cerca de Jericó (Jos 18,1). Du- cultura de Palestina. Un importante re-
rante la primera mitad del siglo xi estuvo, sultado para el historiador es que apenas
encargado de su custodia el sacerdote Elí. puede señalarse diferencia alguna en los
Allí acudió Ana a ofrecer un sacrificio y estratos de una ciudad entre lo que es
allí se preparó también Samuel para el hebreo y lo que es cananeo. Ambas cul-
sacerdocio (1 Sm 1ss). Después de la gran turas son imposibles de diferenciar, como,
derrota que los filisteos infligieron a los probablemente, ocurría de hecho con am-
israelitas en Eben-ha Ezer (1 Sm 4), no bos pueblos»'. Esta afirmación es en par-
se nos dice explícitamente lo que ocurrió te correcta, ya que los israelitas, a seme-
con Siló ni las consecuencias políticas que janza de los arameos, no tenían una cul-
aquel hecho supuso para Israel, ante todo tura urbana propia y, en consecuencia,
porque el narrador está interesado prima- adoptaron la del país en que se estable-
riamente en contarnos el destino que cupo cieron. Pero hoy sabemos también que
al arca de la alianza en el país de los fi- esas palabras son una exageración, ya que
listeos. Sin embargo, jeremías, en su fa- hay ciertas diferencias muy notorias.
moso sermón del templo, profetizaría Un cuidadoso estudio de las construc-
más tarde que el templo de Jerusalén ciones, los utensilios metálicos y diversos
iba a ser destruido del mismo modo que objetos pequeños, fechados mediante la
lo fue Siló (Jr 7, 12ss; 26,6ss). Los des- cerámica, nos ofrecen un cuadro bastante
cubrimientos arqueológicos corroboran es- completo del período de los jueces y de
tas noticias; Siló, efectivamente, fue des- los primeros reyes de Israel. En el país
truida por los filisteos hacia el 1050 a. C. montañoso, por oposición a las llanuras,
Durante los treinta años siguientes se vio hay numerosos emplazamientos que pa-
Israel bajo el dominio de los filisteos, rece que fueron ocupados por los israe-
mientras que el arca permanecía en Quir- litas y que nos ofrecen una idea de la cul-
yat-Yearín, temida tanto por los filisteos tura de los invasores. Como nómadas con
como por los israelitas. escasos conocimientos de las artes propias
de la vida sedentaria, estaban poco fami-
liarizados con ciertas cosas que sus pre-
DIFERENCIAS ENTRE ISRAELITAS decesores en aquellas tierras conocían
Y CANANEOS CONFIRMADAS POR perfectamente. Las ciudades reales de los
LA ARQUEOLOGIA cananeos, como Betel, Betsemes y Quir-
yat-Séfer (Debir), por ejemplo, poseían
En el capítulo anterior indicábamos un grado relativamente más elevado de
que los israelitas se establecieron firme
mente en la zona montañosa central,
mientras que a su alrededor se mantenían ' H. R. Hall, The Ancient History of the
en pie las grandes fortalezas cananeas que Near East ( Nueva York 1913) 440-41.
EN LOS DIAS EN QUE LOS JUECES JUZGABAN

civilización. Se había desarrollado y flo-


recía un arte nativo. Había casas bien
construidas, con pisos pavimentados o
solados de mortero. Las ciudades conta-
ban con un sistema de alcantarillado.
Trabajaban activamente los metalúrgicos,
artesanos del cobre, del bronce, del plo-
mo y del oro. Se desarrollaba un activo
comercio exterior con Siria, el Egeo y
Egipto. Se llegaba incluso a comprar va-
sos a los ladrones egipcios de tumbas,
que por esta época desarrollaban exten-
sas operaciones, con gran escándalo de
sus compatriotas, pero satisfechos del 52. Vaso de diorita, de ca. 3000 a. C.
mercado seguro que habían encontrado
en Canaán para el producto de sus sa-
queos. No es raro, por consiguiente, en- poblado de Tell en-Nasbé), Gueba, Bet-
contrar entre las ruinas de una vivienda sur y Debir (Quiryat-Séfer). La civiliza-
cananea hermosos vasos egipcios de pie- ción que podemos reconocer a través de
dra fabricados unos mil quinientos años sus ruinas difiere mucho de la que veía-
antes (fi. 52). Pocas eran las casas, inclu- mos en las ciudades cananeas. Las casas,
so de los siervos que trabajaban en los donde las había, distaban mucho de estar
dominios de los nobles, que no poseye- bien construidas, y no poseían ninguna
ran algunos codiciables objetos de arte de las comodidades que veíamos en las
de procedencia extranjera. El sistema construcciones cananeas. Se recogían pie-
feudal de las ciudades-estados cananeas dras y con ellas se levantaban muros sin
está perfectamente certificado por el mis- poner cuidado alguno en que formaran
mo carácter de las poblaciones, en que hiladas bien asentadas (il. 53). Para relle-
el alcázar real aparece rodeado por las nar los huecos se encajaban piedras de
cabañas de la gente común. Aquellas ciu- menor tamaño. Por lo que conocemos
dades estaban protegidas por murallas y
torres que flanqueaban las puertas, todo
ello levantado gracias a batallones de tra-
bajadores forzados que el rey estaba
siempre en condiciones de organizar.
El contraste entre aquellas ciudades y
las primeras edificadas por los israelitas
es muy notorio. Entre 1200 y 1000 a. C.
se pobló el país montañoso de ciudades
por vez primera en toda su historia, lo
que indica un fuerte aumento de la po-
blación allí establecida (que es idéntico
a decir que atestiguan un poblamiento
por los israelitas). Varias de estas ciuda-
des han sido excavadas: Siló, Betel, Ay,
Mispá (si es que ha sido correctamente 53. Ruinas de una casa en Betel.
identificada esta ciudad con el moderno Pertenece a la época de los jueces.
DATOS SOBRE LOS FILISTEOS 129

violento. En Israel no se emprendería


un programa de construcciones militares
en gran escala hasta la época de David
y especialmente de Salomón, cuando se
implantó el sistema de los batallones de
trabajadores forzosos bajo un fuerte go-
bierno centralizado. Apenas tenemos da-
tos para determinar qué forma de orga-
nización social prevalecía, si bien en un
período posterior la forma en que están
construidas las ciudades difiere un tanto
del sistema cananeo y es prueba de un
estilo de vida más democrático. Antes
del 1050 a. C. aproximadamente apenas
hay pruebas, por lo que se refiere al
país montañoso, de un comercio aprecia-
ble con los restantes países, aunque oca-
sionalmente aparecen algunos vasos filis-
teos o cananeos procedentes de las llanu-
ras. Después de esta época abundan cada
54. Figura sobre el asa de una tinaja. vez más los objetos importados, especial-
mente de Fenicia y Chipre, y la cultura
internacional comienza a introducirse en
el país montañoso.
no puede decirse que se pusiera ninguna
atención en planificar la ciudad. Los mu-
ros de las casas forman entrantes y sa- DATOS ARQUEOLOGICOS
lientes sin ritmo ni justificación aparen- SOBRE LOS FILISTEOS
tes. De hecho, el tipo normal de casa es
mucho más pobre que las de los labra- En torno al país montañoso, limitán-
dores cananeos. dolo por el oeste y el norte, se hallaban
En estas ciudades el arte es muy rudo los distritos que no habían podido ocu-
(fi. 54), ya que no había una tradición par los israelitas. A lo largo de la costa,
que lo respaldara. Por otra parte, apenas hasta el sur de Jope, se extendía el país
había riquezas y tal vez ni siquiera de- de los filisteos. Cuando se realizan excava-
seos de adquirir objetos lujosos en otros ciones en sus ciudades aparecen grandes
países. Aún no era bien conocido el arte cantidades de su característica cerámica.
de modelar y cocer elegantes vasos cerá- Como norma general, resulta muy difícil
micos o, al menos, no hay pruebas de relacionar un determinado tipo de cerá-
que en este primer período contaran los mica con un grupo racial. La primitiva
israelitas con alfareros capaces de hacer cerámica israelita, por ejemplo, parece
buenas cerámicas de pasta fina o cons- haber sido fabricada en gran parte con-
truir hornos en que el calor alcanzara la forme a los tipos desarrollados por los
temperatura necesaria para cocer a fon- cananeos que rodeaban a Israel; prácti-
do sus vasos de gruesas paredes. Cuando camente sólo se observa la diferencia de
había murallas defensivas, eran de esca- que la primera es más basta y carece del
so grosor, construidas aprisa y sin arte, refinamiento artístico de la segunda. Por
difícilmente aptas para resistir un ataque ahora, en consecuencia, apenas podemos
9
130 EN LOS DIAS EN QUE LOS JUECES JUZGABAN

55. Cerámica filistea de Betsemes.

hablar de cerámica «israelita» enteramen- el que discurre la actual carretera de


te distinta de la «cananea». Jerusalén a Jope. Es posible que esta
Pero cuando nos hallamos ante cerá- ciudad lograra mantener cierta indepen-
micas fabricadas en la llanura costera dencia política, aunque no tenemos noti-
meridional, cambia el panorama por com- cias claras de este hecho. En todo caso,
pleto. Incluso un principiante en arqueo- los restos arqueológicos indican que la
logía palestinense aprende en seguida a ciudad estaba económicamente dominada
distinguir estos barros finos, bien coci- por los filisteos. La otra es Betsemes,
dos, sus formas características y sus de- que vigila el valle de Sorec, por el que,
coraciones, especialmente los motivos de pasa el actual ferrocarril entre Jerusalén
espirales y aves (fi. 55). Esta cerámica y Tel-Aviv (fi. 56). Al principio era esta
tiene su centro precisamente en la zona población una ciudad fronteriza de la
en que se establecieron los filisteos, tribu de Dan. Cuando aumentó el pode-
mientras que cuanto más nos alejamos río filisteo, sin embargo, aquella tribu
de ella, más raros se vuelven los ejem- se vio reducida a un territorio tan exi-
plares hallados. Por añadidura, sus for- guo que decidió emigrar y buscarse un
mas más características no responden a espacio más amplio al norte del Mar de
los modelos cananeos, sino a otros bien Galilea (Jue 18). A juzgar por el relato
conocidos en el mundo griego, del que de la captura del arca y de los estragos
sabemos que procedían los filisteos. En que su presencia causó entre los filisteos
consecuencia, podemos dar a estas cerá- (1 Sm 6), parece que Betsemes, a don-
micas el calificativo de «filisteas» con de llegó el arca de regreso a Israel, se
toda propiedad. hallaba en poder de los israelitas por
En los límites entre Filistea e Israel aquella época (poco después del 1050
han sido suficientemente excavadas dos antes de Cristo). Sin embargo, la cultura
ciudades, y ello ha bastado para darnos material de esta ciudad apenas se dife-
idea de la energía y habilidad de los rencia de las que hallamos en otras po-
filisteos. Una de estas ciudades es Gué- blaciones de la llanura filistea. Aunque
zer (il. 22), que vigila el Wadi Al¡, un ocupada por israelitas, Betsemes se ha-
paso natural hacia el país montañoso por llaba indudablemente bajo el dominio
DATOS SOBRE LOS FILISTEOS

56. El bíblico Valle de Sorec, donde vivió Sansón.

político y económico de los filisteos, si- Durante muchos siglos permaneció os-
tuación que era probablemente habitual curo el sentido del v. 21, especialmente
en casi toda la región fronteriza entre la porque se desconocía el significado del
llanura filistea y el país montañoso de término pim (= medio siclo). Pero en
los israelitas.. las excavaciones han aparecido pequeños
En 1 Sm 13,1,9-22 tenemos una noti- pesos con este término grabado, y ahora
cia interesante, que ilustra el bloqueo está claro el sentido general, si bien no
económico que los filisteos mantenían lo están del todo algunos nombres de
contra los israelitas en la época en que los utensilios agrícolas. Se nos dice en
subió al trono Saúl: este pasaje que los filisteos no permitían
«Por entonces no se encontraba un que hubiera herreros en el país monta-
herrero en tierra de Israel, porque el ñoso, de forma que los israelitas no pu-
plan de los filisteos era que los hebreos dieran equiparse de armas para la gue-
no se forjaran espadas ni lanzas. Todos rra. En consecuencia, los labradores se
los israelitas tenían que bajar al país veían obligados a descender a territorio
filisteo para aguzar su reja, su azada, su filisteo para aguzar sus herramientas
hacha y su hoz. Por aguzar una reja o ( fi. 57) y, al mismo tiempo, se les exigía
una azada les cobraban medio siclo, y un precio exorbitante por aquel servicio.
dos tercios de siclo por un hecha o una Con toda probabilidad, sin embargo,
aguijada. Y así sucedió que, a la hora hay algo más que podemos deducir del
de la batalla, en todo el ejército de Saúl pasaje citado. El metal más utilizado
no había más espada ni lanza que las de desde el año 4000 a. C. para la fabrica-
Saúl y su hijo Jonatán...». ción de armas y utensilios era el cobre,
132 EN LOS DIAS EN QUE_ LOS JUECES JUZGABAN

que resulta fácil de fundir y trabajar. seguro, en consecuencia, que el hierro


Los broncistas habían aprendido desde fue introducido en Palestina por los filis-
hacía mucho tiempo a mezclar con este teos, que habrían conocido el beneficio
metal pequeñas cantidades de estaño, de este metal en el norte. Al llegar a su
que aumentaban su dureza, y lo conver- nuevo país de asentamiento, sin embar-
tían en bronce. El hierro, por otra parte, go, mantuvieron un «monopolio» sobre
no se hizo de uso común hasta después el comercio del hierro y guardaron celo-
del 1200 a. C. Anteriormente al 1000 samente los secretos de su producción.
antes de Cristo parece haber sido uno El metal empezó a utilizarse en Israel
de los productos mágicos del Asia Me- únicamente cuando los primeros reyes
nor, valorado casi tanto como el oro y de este pueblo, Saúl y David, lograron
la plata, no porque escaseara, sino por- quebrantar el poderío de los filisteos;
que los secretos del proceso de su fundi- ello significó una revolución económica
ción, más bien complicado, parecen ha- que produjo rápidamente una elevación
ber sido celosamente guardados por los del nivel de vida para la gente común.
hititas. Cuando el monarca hitita quiso
hacer un regalo al famoso faraón Tutan-
LAS CIUDADES CANANEAS
kamón (hacia 1350 a. C.), le envió un
puñal de hierro forjado, un presente raro Los filisteos, por consiguiente, fueron
y una verdadera novedad. A lo largo de los más peligrosos opresores de los israe-
todo el período de los Jueces hubieron litas durante el período de los jueces, y
de sufrir los israelitas una y otra vez las dieron ocasión a aquellas grandes haza-
consecuencias de no poseer este metal ñas que más adelante serían cantadas en
tan importante para la construcción, la poemas y relatos, entre los que destacan
agricultura y la guerra, con lo que se los de Sansón y el combate de David
hacía aún más dura su pobreza en cultu- contra Goliat. Pero hubo además otros
ra material. Para empezar, fueron inca- opresores, de los que sabemos muy poco.
paces de expulsar a los cananeos de las Uno de ellos fue el misterioso Cusán
llanuras, ya que éstos poseían «carros Risatain, un rey de la zona del alto
de hierro» (Jos 17,16; Jue 1,19). Eufrates, de donde habían venido siglos
Del pasaje de 1 Sm 13, que antes he- antes los Patriarcas (Jue 3,8). Otro fue
mos citado, deducen los investigadores Eglón, rey de Moab, que moraba al otro
que los filisteos fueron el principal obs- lado del Jordán, en la zona que confina
táculo que impidió a Israel utilizar el con las orillas del Mar Muerto (Jue 3,12).
hierro durante el período de los jueces. Las tribus de Galaad, también al otro
Las excavaciones nos han hecho saber lado del Jordán, tuvieron algunas difi-
que este metal se introdujo en Palestina cultades a causa de las ambiciones terri-
para la confección de grmas y joyas du- toriales de sus vecinos amonitas, que
rante el siglo xii, pero que hasta finales dieron ocasión al famoso voto de Jefté
del siglo xi y comienzos del x no lo uti- (Jue 11,30) y al curioso incidente del
lizaría en la fabricación de aperos agrí- sibbolet, mencionado en Jue 12. Al pa-
colas. En las tumbas filisteas aparece el recer, entre los efraimitas de este lado
hierro, mientras que en el país monta- del Jordán y los galaaditas del otro sur-
ñoso el primer instrumento de hierro gió una diferencia a propósito de los in-
que conocemos es una reja de arado pro- cidentes ocurridos con los amonitas.
cedente de la fortaleza de Saúl en Gue- Cuando los efraimitas trataban de regre-
ba (ca. 1010 a. C.). Podemos dar por sar cruzando el río, se encontraron con
3 s

57. Instrumentos metálicos aparecidos en diversas excavaciones.


134 EN LOS DIAS EN QUE LOS JUECES JUZGABAN

que los hombres de Galaad se habían Entre todos estos opresores, no fue-
hecho dueños de todos los vados. Cuan- ron los cananeos los menos importantes.
do llegaba un individuo y decía: «Dejad- Los israelitas sólo muy poco a poco pu-
me pasar», los galaaditas le preguntaban: dieron subyugarlos. Para el 1200 a. C.
«¿Eres efraimita? » Si el otro contestaba habían logrado eliminarlos casi en su
que no, le pedían que pronunciara la totalidad del país montañoso, pero en el
palabra sibbolet. Si decía sibbolet, que llano, donde podían maniobrar sus ca-
no es la pronunciación correcta, echaban rros de hierro, aún se mantenían incólu-
mano de él y lo mataban. Casi todo el mes las poderosas ciudades fortificadas.
Antiguo Testamento se escribió en el Caso típico era el de Meguido y Beisán,
dialecto hablado en Jerusalén, y este in- en el norte. En el ángulo noroccidental
cidente nos indica la presencia de ciertas del montículo de Meguido se elevaba a
diversidades dialectales entre los israeli- comienzos del siglo xii el palacio del
tas ya en aquella temprana época. rey cananeo, una hermosa y fuerte cons-
Los israelitas hubieron de sufrir tam- trucción levantada sobre las ruinas de
bién opresión por parte de otro grupo edificios anteriores, a la que se había
de madianitas, o árabes, que organizaron incorporado la puerta de acceso a la ciu-
una expedición contra la Palestina sep- dad, fuertemente defendida (il. 40). Era
tentrional, llegando hasta el valle de Yez- un palacio mucho más rico que cualquie-
rael, donde les hizo frente y derrotó ra de los levantados por los israelitas
Gedeón. Esta expedición reviste especial ricos de épocas posteriores, y probable-
interés, ya que, según nuestras noticias, mente tan grande y lujoso como el que
fue aquella la primera ocasión en que se se construyó Salomón. Entre sus cimien-
hizo amplio uso del camello. Antiguos tos se hallaba la cámara del tesoro,
relieves y documentos indican que el ca- del que desaparecieron todas las rique-
mello, tan comúnmente utilizado en el zas allí guardadas, salvo algunos objetos
Próximo Oriente hoy, no fue domesti- menudos, al ser destruido el edificio en-
cado en gran escala hasta la época a que tre 1150 y 1125 a. C. Sobre el pavimen-
aludimos, seguramente por tratarse de to, en un confuso amontonamiento, ha-
un animal muy indócil y difícil de ma- llaron los excavadores buen número de
nejar. Los nómadas antiguos, incluyendo objetos de oro, marfil y alabastro, que,
a los Patriarcas hebreos, eran muy dis- sin importancia para los saqueadores,
tintos de los actuales, ya que con sus son valiosísimos para nosotros, ya que
recuas de asnos y sus rebaños de ovejas claramente manifiestan la cultura y ri-
y cabras nunca podían alejarse mucho queza que formaban el ambiente de
de los abrevaderos. La domesticación del aquellos monarcas cananeos. Los marfi-
camello significó un cambio en la vida les son obras de la artesanía típicamente
de los árabes. Los nómadas podían reco- cananea, y se utilizaban principalmente
rrer ahora grandes distancias a lomos de en labores de marquetería en cofres,
camello y vivir en zonas donde no era muebles y paneles de cedro que recu-
posible el pastoreo. La expedición de brían los muros de las «salas de recep-
los madianitas, por consiguiente, debió ción». En esta colección hay también ca-
de parecer cosa terrorífica a los israelitas zoletas, figurillas, peines y tableros de
del norte, y no es de extrañar que «los j uego, todo ello realizado en marfil. En
israelitas tuvieran que valerse de las cue- una plaquita aparece figurado el mismo
vas de los montes, las cavernas y los re- rey, o un personaje semejante, sentado
fugios» (Jue 6,2). en un tronc y bebiendo en una pequeña
LAS CIUDADES CANANEAS 135

copa. Ante él está la reina y un músico ce descrita con intenso colorido en los
que pulsa las cuerdas de una lira, que versículos 6-8, a los que sigue la exalta-
nos recuerda a'David cuando tocaba la ción de la victoria lograda contra ellos
lira (no el arpa) ante el taciturno Saúl. en la llanura de Esdrelón (vv. 19ss):
Es interesante el trono del rey, pues
está sostenido por esfinges aladas o leo- En Taanac, junto a las aguas de Meguido,
no ganaron ni una pieza de plata.
nes con cabeza humana, seres fantásticos Desde el cielo combatieron las estrellas,
que, como sabemos, eran llamados «que- desde sus órbitas combatieron contra Sisara.
-rubines» por los israelitas (il. 41). En el El torrente Quisón los arrolló...».
capítulo VIII veremos cómo este rey
cananeo era entronizado precisamente Quienes hayan estudiado la geografía
sobre querubines, lo que hizo pensar a de la llanura de Esdrelón se harán inme-
los constructores del templo de Salomón diatamente esta pregunta: ¿Dónde se dio
que Dios quedaría también entronizado, exactamente la batalla? Deducimos que
aunque invisible, entre los querubines en ese antiquísimo escenario de luchas
del santo de los santos. Entre otros ob- que es la zona próxima a Meguido, a las
jetos interesantes se encontró una caja puertas del paso por el que discurre la
para útiles de escritorio sobre la que ha- gran calzada internacional que viene de
bía una inscripción egipcia en la que se la llanura de Sarón. Allí se encuentran
decía haber pertenecido a un egipcio, las «aguas de Meguido», el «torrente
«enviado real a todos los países extran- Quisón». Este curso fluvial contornea el
jeros». montículo de Meguido y brota en unos
La causa exacta de la terrible destruc- manantiales cercanos. Sí tal es el caso,
ción sufrida por la ciudad durante el ter- ¿por qué se identifica luego el lugar de
la batalla como situado «en Taanac»,
cer cuarto del siglo xii nos es descono-
cida. En todo caso, parece que hemos una ciudad que dista unos seis kilóme-
tros en dirección sudeste? Por supuesto,
de fechar el Cántico de Débora (Jue 5 ) se trata de un texto poético y no pode-
durante el período en que la ciudad se mos tomarlo demasiado al pie de la
hallaba en ruinas y antes de que fuera letra; con todo, resulta muy extraño que
ocupada de nuevo. Este gran poema épi- el autor no nos diga que la batalla tuvo
co a que nos referimos es considerado lugar en Meguido, la mayor y más fuer-
como uno de los más antiguos monu- te de las ciudades, situadas en la llanura
mentos de la literatura israelita de cuan- de Esdrelón. El profesor W. F. Albright
tos han llegado hasta nosotros, pues fue nos da la explicación de que la victoria
escrito ciertamente por un testigo pre- debió de ocurrir en unas fechas en que
sencial de los acontecimientos descritos. Meguido se hallaba en ruinas y desha-
Su estilo es espontáneo y vivo, hasta el bitada. Taanac, en consecuencia, sería la
punto de que nos parece escuchar el fra- ciudad más próxima utilizada como refe-
gor de la batalla y el retumbar de los rencia para situar el campo de batalla,
cascos de los caballos. A lo largo de sus sin perjuicio de recurrir asimismo a las
versos campea un nacionalismo intenso «aguas de Meguido». De ser exacto todo
v un entusiasmo religioso centrados en ello, el Cántico de Débora ha de fechar-
la confianza de que el Señor del Sinaí se probablemente hacia el 1100 a. C.,
librará a su pueblo de las manos de to- o poco antes o después, pues las excava-
dos sus adversarios. La situación a que ciones atestiguan que entonces se halla-
se veían reducidas las tribus israelitas ba en ruinas Meguido. No podemos estar
centrales a causa de sus opresores apare- absolutamente seguros, ya que, natural-
13 6 EN LOS DIAS EN QUE LOS JUECES JUZGABAN

58. El montículo de Beisán, con el jordán al fondo.

mente, son posibles otras explicaciones sores fueron rescatadas de las ruinas en
sobre la situación. Pero ésta es, con mu- que yacía la fortaleza anterior y levan-'
cho, la más plausible y verosímil. tadas de nuevo. Su Imperio apenas le
Beisán era otra ciudad fortificada del sobrevivió, y en el tercer cuarto del si-
valle del Jordán, al este de Meguido, glo xii el dominio egipcio de Palestina
que defendía el valle de Yezrael, paso había llegado a su término. Aquella fue
natural entre el Jordán y la gran llanura la gran oportunidad para Israel, pero
de Esdrelón (il. 58). Durante tres siglos aún sería necesario que sus opresores
se esforzaron los egipcios por dominar descargaran sobre el pueblo muchos gol-
aquella zona, vigilando todos los accesos pes antes de que éste llegara a estable-
desde cualquier punto de Palestina. De cer la unidad política.
hecho, Esdrelón había sido uno de los Beisán fue reedificada durante el si-
graneros privados del faraón. A comíen- glo xii, probablemente por los descen-
zos del siglo xii, Ramsés III, en un in- dientes de la antigua guarnición egipcia
tento desesperado de restaurar el Impe- de «pueblos del mar», o filisteos. Re-
rio asiático de sus abuelos, reedificó cuérdese que después de la última bata-
Beisán como puesto fronterizo, y esta- lla librada por el rey Saúl, los filisteos
bleció allí, al parecer, una guarnición de le cortaron la cabeza y la colocaron en
gentes de los «pueblos del mar». En la la «casa», o templo de Dagón en Bei-
ciudadela se le dedicó una estatua, mien- sán, mientras que su armadura era depo-
tras que las estelas -piedras monumen- sitada en el templo de Astarot (Astar-
tales- erigidas por dos de sus antece- té, il. 59), y el cuerpo pendía de los
LOS PRIMEROS PROFETAS 137

su tutela a ciertos individuos inspirados


que se sentían movidos a hacer una pro-
clamación extática. En 1 Sm tenemos las
primeras noticias de un grupo o gremio
organizado de estas personas, a las que
se da el nombre de «profetas». Anterior-
mente, se nos dice, si un hombre desea-
ba preguntar algo al Señor, solía acudir
a un «vidente», pero ahora se daba el
nombre de «profeta» a quien atendía
estas demandas (1 Sm 9,9). En 1 Sm
59. Reconstrucción del templo de Belsán. 10,5 explica Samuel a Saúl que siga su
camino y «tropezarás con una banda de
profetas que bajan del alto, con arpa,
muros de la ciudad (1 Sm 31,10; 1 Cr tamboril, flauta y cítara, y se pondrán a
10,10). Estos templos han sido obvia- profetizar. Entonces el espíritu del Se-
mente excavados; de hecho; las ruinas ñor te arrebatará y tú profetizarás con
de esta ciudad resultan valiosísimas por ellos y te sentirás cambiado en otro
la luz que arrojan sobre la religión ca- hombre». Si bien no sería ésta la pri-
nanea, pero dejaremos el estudio de este mera vez que apareció la profecía extá-
tema para nuestro capítulo siguiente. tica en Israel (cf. Nm 11,24-29), al me-
Beisán caería por fin en manos de los nos fue entonces cuando empezó a ser
israelitas durante el siglo x, como de- reconocida oficialmente e integrada en
muestran las excavaciones, probablemen- las instituciones religiosas por una auto-
te en tiempos de David. ridad sacerdotal.
Para quien trabaja con los informes No hemos de creer que la profecía
de los excavadores, los descubrimientos extática es un fenómeno exclusivo de
de Meguido, Beisán y la llanura filistea Israel; por el contrario, se ha dado en
resultan muy reveladores, ya que ilus- diversas religiones de todo el mundo.
tran con mucha claridad la situación en Ciertamente, su misma aparición en Is-
tiempos de los jueces. Israel atravesaba rael pudo ser debida a una inspiración
una etapa formativa como nación, apren- de fuera. En el relato egipcio de Wena-
diendo muchas cosas de los pueblos ve- món (ca. 1100 a. C.), a que ya hemos
cinos, pero al mismo tiempo en conflicto aludido, el autor nos explica que mien-
continuo, y oprimido muchas veces por tras el príncipe de la ciudad fenicia de
ellos. No es de extrañar que los triun- Biblos «hacía sacrificios a sus dioses, el
fos ocasionales fueran celebrados en can- dios arrebató a uno de sus jóvenes y
ciones y poemas, como el de Débora en éste quedó poseído». Se nos dice tam-
Jue 5, o como los consignados en los bién que el signo egipcio para la palabra
libros, hoy perdidos, de Yasar y de las «poseso» es una figura humana violen-
Guerras del Señor. tamente agitada o en actitud de sufrir
una convulsión epiléptica z. Parece que
el rey de Biblos interpretó el suceso
LOS PRIMEROS PROFETAS como un signo de que el dios egipcio,

Según la tradición israelita, Samuel,


sacerdote y juez sobre todo Israel, fue 2 J. A. Wilson, en J. B. Pritchard (ed.),
evidentemente el primero en tomar bajo Ancient Near Eastern Texts, 26.
138 EN LOS DIAS EN- QUE LOS JUECES JUZGABAN

Amón, había llegado realmente a Biblos. mensajero que los sacrificios aludidos
El resultado fue que se concedió audien- han de hacerse en el día decimocuarto
cia a Wenamón, y después de muchas del mes siguiente.
negociaciones y dificultades pudo éste Mayor interés ofrece una carta en que
conseguir la madera de cedro que había el dios Adad, de la ciudad de Kallassu,
ido a buscar allí. exige que el rey le entregue con destino
Pero en Israel no se consideró el éx- al sacrificio determinado número de ani-
tasis la nota principal o más caracterís- males machos. El dios explica al rey a
tica de la profecía. El profeta era ante través de sus mensajeros que es él,
todo un mensajero de Dios, enviado para Adad, Señor de Kallassu, el que ha co-
comunicar algo de parte del Señor. De locado al rey sobre sus propias rodillas,
ahí que sus proclamaciones comenzaran le ha hecho subir al trono de su padre
de ordinario con la advertencia: «Así y le ha otorgado una residencia. Tenga
dice el Señor». De este modo se presen- presente el rey que si no hace la entrega
taba el profeta como enviado de Dios (de los animales), «yo soy el Señor del
para comunicar una palabra que, en pro- trono, de la tierra y de la ciudad, y todo
piedad, no era suya. Cuando era atacado, lo que te he dado te lo puedo quitar.
lo único que podía aducir en su propia Si, por el contrario, él cumple mi deseo,
defensa era afirmar que «el Señor me yo le daré tronos y más tronos, casas y
ha enviado» (cf. Jr 26,2.15; 28,15). más casas, tierra y más tierra, ciudades
Hasta hace poco se creía que el oficio y más ciudades; y le daré también la
profético así entendido era exclusivo de comarca del este y la del oeste».
Israel. Pero en los archivos de la ciudad El funcionario regio que comunica
de Mari, en el Eufrates superior (cf. ca- este mensaje al monarca explica que todo
pítulo II, supra), han sido descubiertos esto es cuanto le han dicho ciertos indi-
varios interesantes paralelos fechables viduos llamados los apilu del dios. Sigue
en ca. 1700 a. C. En sus informes escri- luego diciendo que cuando estaba en,
tos al rey de Mari comunican los funcio- Mari tenía la costumbre de transmitir
siempre al rey los mensajes de los apilu
narios a veces que un hombre de un masculinos y femeninos, y que ahora
dios, que tiene tales o cuales señas, se continúa con la misma práctica. Aún
ha presentado con un mensaje para el más, un apilu del dios Adad, de la ciu-
rey, pretendiendo que el dios le ha en- dad de Khalab, ha llegado con un men-
viado para que sean comunicadas al rey saje de parte del dios para el rey, afir-
las palabras del dios. Tres cartas están mando que aquél se dispone a poner en
relacionadas con los mensajes proceden- manos de éste «el país desde el este
tes del dios Dagán en la ciudad de Tirca hasta el oeste» 3 .
(es decir, del dios cuya residencia o tem- La mayor parte de los textos relacio-
plo se hallaba en la ciudad de Tirca).
Uno de estos mensajes alude a un sueño
en que Dagán asegura al rey la victoria 3 'Q. Ad. Lods, Une Tablette Inédite de
sobre los benjaminitas hostiles, pero exi- Mari, Intéressante pour PHistoire Ancienne du
Propbétisme Sémitique, en H. H. Rowley (ed.),
ge que el rey envíe mensajeros que ex- Studies in Oíd Testament Propbecy (Edimbur-
pongan en presencia del dios todos los go 1950) 103-10; A. Parrot y G. Dossin (eds.),
asuntos de gobierno. Otro mensaje pide Archives Royales de Mari 11 (1950) carta nú-
al rey que ofrezca sacrificios por el espí- mero 90; 111 (1948) carta núm. 40; M. Noth,
History and tbe Word of God in the Old
ritu de su predecesor. En un tercer men- Testament: «Bulletin of the John Rylands
saje explica Dagán al rey a través de su Library» 32 (1950) 194206.
LOS PRIMEROS PROFETAS 139

nados con oráculos divinos en Mesopo- indudablemente surgió ésta. El Antiguo


tamia corresponde a la categoría de la Testamento ofrece numerosas ilustracio-
adivinación. Los expertos obtenían men- nes de esta comunicación profética de
sajes divinos estudiando ciertos signos oráculos divinos, por ejemplo, los men-
de diversos tipos; por ejemplo, inspec- sajes divinos comunicados a Elí por un
cionaban el hígado de las víctimas sacri- hombre de Dios innominado (1 Sm 2,27-
ficiales, los eclipses, las estrellas, etc. De 36), a Saúl por Samuel, a David por
hecho, las tropas de Mari contaban con Natán (2 Sm 7 y 12); a Jeroboán I por
los servicios de un adivino para cada Ajías (1 Re 11,29ss; 14,1ss), etc. Sin
una de sus secciones. Sin embargo, los embargo, no podemos dejar de señal r
textos a que , antes nos hemos referido una gran diferencia entre los oráculos
tienen que ver con otro tipo de del Dios de Israel, especialmente los que
funcio=narios. Se trataba de personas que ha- comunicaban los grandes profetas, y los
bían recibido del dios un mensaje oral, de los distintos dioses al rey de Mari.
enviadas además por el mismo dios para En los oráculos de Mari, la función for-
comunicarlo verbalmente. El mensaje se mal del apilum era semejante a la del
recibía en virtud de la inspiración y era profeta, pero el contexto y el panorama
comunicado cuando el mensajero se pre- del contenido eran más bien limitados.
sentaba, de repente y sin que nadie se La preocupación principal de los diver-
lo hubiera pedido. El término apilum sos dioses era conseguir que el rey les
con que se designa este tipo de mensa- dedicara mayor atención, así como a sus
jeros deriva evidentemente de un verbo templos y a sus sacrificios. Se hacían
que significa «responder», «replicar». promesas y amenazas, pero todo depen-
Este verbo, al igual que el término co- día de que el rey otorgara o no los favo-
rrespondiente del Antiguo Testamento, res materiales solicitados. Muchos pro-
podía usarse para la revelación comuni- fetas israelitas se preocupaban sin duda
cada por una divinidad a alguien que alguna de cosas igualmente materiales y
acudía a consultarla (cf. 1 Sm 14,37; sin mayor alcance, pero los más eminen-
26,6.15). El apilum, «el que responde», tes eran instrumentos carismáticos de
es el que contesta en nombre de la di- Dios, hombres que interpretaban las in-
vinidad. tenciones y la intervención del Señor en
Teniendo en 'cuenta que el éxtasis, la historia de su tiempo. La diferencia
aunque se daba en el movimiento pro- esencial entre ambos tipos de ministerio
fético israelita, no era su rasgo más ca- profético radica no en la forma, sino en
racterístico, los textos de Mari antes la fe que les servía de base. A esta dife-
mencionados parecen describir un fenó- rencia. en la fe dedicaremos en seguida
meno paralelo al de la profecía, del que nuestra atención.
BIBLIOGRAFIA

Para un panorama actualizado de este perío- Tienen especial importancia tres artículos de
do, cf. W. F. Albright, The Old Testament recientes investigadores israelíes: A. Malamat,
World, en Interpreter's Bible 1, 261-64; íd., Cushan Rishathaim and the Decline of the
Arqueología de Palestina ( Barcelona 1962) 83- Near East around 1200 B. C.: «Journal of
112; íd., The Song of Deborah in the Light Near Eastern Studies» 13 (1954) 231-42; Trude
of Archaeology: «Bulletin of the American Dothan, La civilización filistea a la luz de los
Schools of Oriental Research» 62 (1936) 26-31; hallazgos arqueológicos en Palestina y Egipto
íd., De la Edad de Piedra al cristianismo (San- (en hebreo): «Eretz Israel» 5 (1958) 55-66;
tander 1959) 168-77; íd., Archaeology and the las conclusiones de la autora están resumidas
Religion of Israel, 95-119. Las dos últimas en su artículo Arcbaeological Reflections on
obras contienen numerosas referencias a infor- the Philistine Problem: «Antiquity and Sur-
mes y materiales de primera mano. Cf. tam- vival» 2/2-3 (1957) 151-64. Cf. también el
bién J. Bright, La Historia de Israel ( Bilbao comunicado del autor basado en la obra de
1966) cap. 4. la señorita Dothan, Philistine Coffins and
Cf. igualmente G. E. Wright, Archaeologi- Mercenaries: «The Biblical Archaeologist» 22/3
cal Remarks on the Period of the Judges and (1959) 54-66.
Early Monarchy: «Journal of Biblical Litera- Un estudio de los «pueblos del mar» en la
ture» 60 (1941) 27-42; íd., Iron: the Date of historia antigua en W. F. Albright, Some
its Introduction into Common Use in Pales- Oriental Glosses on the Homeric Problem:
tine: «American Journal of Archaeology» 43 «Ámerican Journal of Archaeology» 54 (1950)
(1939) 458-63; íd., The Literary and Historical 162-76. Cf. también R. de Vaux, op. cit., II
Problem of Joshua 10 and Judges 1: «Journal 40-53.
of Near Eastern Studies» 5 (1946) 105-14; [Entre la bibliografía reciente debe mencio-
R. de Vaux, Historia antigua de Israel II narse a J. L. McKenzie, The World of the
( Ediciones Cristiandad, Madrid 1975) 201-321. Judges (Englewood Cliffs, N. J. 1966)].
CAPITULO VII

DOS ACTITUDES RELIGIOSAS: ISRAEL Y CANAAN

Porque, ¿cuál de las naciones grandes tiene unos dioses tan


cercanos como el Señor nuestro Dios, siempre que lo invoca-
mos? (Dt 4,7).

Antes de seguir adelante con la histo- tenían sus ciudades-estados gobernadas


ria, de Israel hemos de detenernos a es- por señores o «tiranos» dispuestos a
tudiar la fe israelita en relación con las unirse para actuar en ocasiones críticas,
religiones de los pueblos vecinos. Sólo mientras los restantes pueblos tenían re-
desde hace unos años han avanzado sufi- yes, Israel seguía manteniendo su orga-
cientemente los estudios arqueológicos nización tribal, cuyo símbolo de unidad
para permitirnos hablar con seguridad era el arca depositada en un santuario
de la teología del antiguo politeísmo central. Las tribus se mantenían unidas
que rodeaba a Israel. Esto significa que en torno a aquel santuario mediante un
ahora podemos destacar ciertos rasgos, al vínculo sagrado, la alianza. Las decisio-
describir la fe bíblica, que antes no esta- nes y la administración de justicia es no-
ban del todo claros. Podemos hacerlo torio que incumbían en gran parte a los
porque poseemos más datos acerca de la ancianos de cada tribu. Se tenía a Dios
relación existente entre aquella fe y su por jefe directo del pueblo, de forma
entorno, así como de las reacciones que que no se estimaba necesaria una auto-
tal situación provocó. ridad política permanente. Cuando se
Al emprender nuestro estudio de tema planteaba una situación crítica suscitaba
tan dificultoso, un buen punto de par- Dios un jefe, al que confería un don es-
tida sería la diferencia entre la organi- pecial de su Espíritu, que le otorgaba
zación nacional israelita y la de los pue- la capacidad de hacer frente con éxito a
blos vecinos. Ya hemos aludido a ello la crisis. El término griego para designar
en el capítulo anterior. Estamos en deu- ese don es charisma; de ahí que califi-
da con la escuela alemana de investiga- quemos a esos jefes de «carismáticos».
ción bíblica de Alt por haber llamado la Surgían espontáneamente en momentos
atención sobre la importancia capital de críticos, y su misión no se transmitía a
este dato'. Mientras que los filisteos sus hijos al morir ellos. De ahí que nin-
guna familia estuviera en condiciones de
asegurar y perpetuar la autoridad polí-
' Cf. M. Noth, Das tica en su seno (es decir, hasta que se
System der zwütf Stam-me Israels(Stut gart 1930); A. Alt,DieSta-
atenbildung der Israeliten 'in Palästina ( Leipzig estableció la monarquía y David aseguró
1914). el trono).
142 ISRAEL Y CANAAN

Todo ello indica claramente que Israel que contraen obligaciones parejas. En
constituía una sociedad religiosa de ca- Israel, sin embargo, la alianza entre Dios
rácter especial, que al principio se resis- y el pueblo no se establece entre iguales,
tió a aceptar la típica organización polí- sino entre un gran señor y un pueblo
tica de aquellos tiempos, ya que poseía que se compromete a prestarle un leal
una forma propia de autoridad en virtud vasallaje. El Señor ofrece la alianza a su
de su adhesión común al Dueño divino. pueblo como un don gracioso; promete
La autoridad carismática se hundió bajo guiarlo y protegerlo, pero siempre que
la presión de los filisteos y se terminó la nación le sea fiel, no siga a otros se-
por establecer una monarquía «a seme- ñores y obedezca sus mandatos. De ahí
janza de todas las naciones» (1 Sm 8,5), que si realmente existe algún paralelo
no sin que dejaran de oponerse algunos, con la alianza israelita, hayamos de bus-
ya que ello suponía una ruptura radical carlo en los acuerdos establecidos entre
con las costumbres antiguas (cf. Jue un señor y sus vasallos, si es que se da
8,23; 1 Sm 8 y 12). ¿De qué tipo era efectivamente tal cosa.
aquella primitiva vinculación sagrada de El profesor G. E. Mendenhall, de la
Israel? Universidad de Michigap, ha encontrado
ciertos paralelos, notablemente próximos
LA ALIANZA y muy ilustrativos, en los tratados inter-
nacionales del Asia occidental durante
Es posible que el estudio comparativo el segundo milenio a. C.' Estos tratados
de este tema que mayor repercusión ha pueden ser de dos tipos, el tratado pari-
tenido sea el que ha llevado a cabo el tario entre iguales y el tratado de vasa-
investigador danés J. Pedersen al inter- llaje entre un gran rey y uno de sus va-
pretar la alianza israelita en términos de sallos. Aquí nos interesa el segundo. Un
las modernas alianzas que entre sí esta- soberano se diferencia de un rey ordi-
blecen los actuales beduinos en Arabia Z. nario en que es «el Gran Rey» (2 Re.
El relato de Jacob y Labán (Gn 31) es 18,28; Os 5,13'), el «Rey de reyes» y
una alusión bíblica a este tipo de pactos. «Señor de señores»; es decir, que no es
Se establecía la paz entre dos clanes y se un rey entre otros reyes, hasta el punto
le daba una sanción divina. En el noma- de que no se aplica a sí mismo este títu-
dismo vivían las gentes y se movían en lo, sino que se trata de un personaje que
una sociedad estabilizada mediante alian- se arroga cierta autoridad sobre los otros
zas. La idea de una alianza nacional gobernantes. Y éste es precisamente el
entre Dios e Israel significaba una adap- puesto que reclama para sí el Dios de
tación de este tipo de alianza, según se Israel, el de un Soberano con autoridad
creía, en que la vida humana y la divina sobre todos los restantes poderes de la
entraban en una relación que implicaba tierra, «Señor de las huestes», al que
mutuas promesas y obligaciones. evidentemente no se aplicaba con fre-
Es obvio, sin embargo, que una alian-
za como la establecida por Jacob y La- ' Cf., de este autor, Covenants Forms in
bán es un tratado paritario entre iguales Israelite Tradition: «The Biblical Archaeolo-
gist» 17/3 (1954); reimpreso en la monografía
del mismo, Law and Covenant in Israel and
= Cf., de este autor, Israel I-II ( Copenhague tbe Ancíent Near East ( Pittsburgo 1955).
y Londres 1926) Introducción y 2' parte; tam- ' El último pasaje contiene una alusión al
bién, del mismo, Der Eid be¡ den Semeten rey asirio, que ha sido traducida a veces como
(Studien zur Geschichte und Kultur des islam. «rey Yareb», pero que hoy se lee malki rab,
Orients 3; Estrasburgo 1914). «el gran rey».
LA ALIANZA 143

cuencia el título de «rey» en los prime- los poderes extranjeros mediante otros
ros tiempos de la historia del pueblo. acuerdos. Con ello el Gran Rey atendía
El profesor Mendenhall define la alian- a sus propios intereses, al paso que no
za como un compromiso vinculante en entraba en la cuestión de las relaciones
virtud de un juramento prestado por dos internas del rey vasallo con sus propios
comunidades jurídicas cuando no hay súbditos. Esto nos recuerda el primer
otro procedimiento o medio legal de san- mandamiento impuesto a Israel, que pro-
ción. En los tratados de vasallaje del se- híbe a éste cualquier trato con otros dio-
gundo milenio a. C., en que un súbdito ses (Ex 20,3; cf. 34,14), así como las
se liga mediante juramento, pueden dis- estipulaciones de la alianza establecida
tinguirse seis elementos: en Siquén bajo Josué: «Quitad de en
1) El tratado típico comienza con la medio los dioses a los que sirvieron
identificación del Gran Rey, que es quien vuestros padres al otro lado del río
otorga el tratado: «Así dice X, el Gran ( Eufrates) y en Egipto; y servid al Se-
Rey... », etc. Esto nos recuerda inmedia- ñor» (Jos 24,14). En Israel, los Diez
tamente los típicos pasajes primitivos del Mandamientos determinaban las obliga-
Antiguo Testamento sobre la alianza, en ciones religiosas, pero dejaban amplia
que Dios habla en primera persona: «Yo libertad en cuanto a la conducta de la
soy el Señor» (Ex 20,1-2) o «Así dice vida civil interna. Como después ha se-
el Señor, el Dios de Israel» (Jos 24,2). ñalado el profesor Mendenhall, las diver-
2) Sigue luego una exposición por- sas estipulaciones contenidas en el Libro
menorizada del trasfondo histórico de de la Alianza (Ex 21-23) en relación con
las relaciones entre el. Gran Rey y el va- el derecho civil no se dieron originalmen-
sallo, en que se subrayan especialmente te con la intención de que constituyeran
las benéficas intervenciones del primero. un derecho constitucional para regular
No se trata nunca de una enumeración la conducta moral. En vez de ello, se
estereotipada, sino de un relato histórico, trataba de casos típicos o descripciones
y su propósito es ligar al vasallo con el de procedimientos legales que se consig-
monarca mediante el afecto, de forma naban por escrito con propósito de ofre-
que el primero acepte de mejor grado cer una información. Así, el término he-
sus obligaciones. Lo mismo ocurre en el breo para significar «ley» es torá, que
Antiguo Testamento. A la exposición de quiere decir «enseñanza, instrucción».
la Ley precede en el Antiguo Testamen- También el babilónico Código de Ham-
to la narración histórica de todo cuanto murabi (ca. 1700 a. C.) es una colección
Dios ha hecho en beneficio de su pue- de normas comunes y decisiones de la
blo; la historia se narra en términos de corte en que no aparece referencia algu-
12s intervenciones divinas. Fue el Señor na a la obediencia a la ley; no se men-
quien sacó al pueblo de la servidumbre cionan los deberes que implica la justicia.
de Egipto (Ex 20,2) y le dio una tierra La codificación de semejantes normas
para habitar (cf. especialmente la cere- daba en realidad una información con
monia de la alianza en Jos 24,2-13). vistas a unificar el país o (en el caso de
3) Una vez dadas las pruebas de la Israel) eliminar las diferencias tribales
bondad del soberano para con su vasallo, en el derecho común, de forma que hu-
el tratado presenta a continuación las biera un «derecho» y una justicia para
estipulaciones de la alianza, consistentes todo el pueblo; sólo más adelante, a par-
en una enumeración de las obligaciones tir del siglo vii, se usó este derecho co-
que incumben al vasallo. Entre ellas apa- mún, tal como había sido consignado por
rece siempre el deber de no ligarse con escrito, a modo de un derecho constitu-
144 ISRAEL Y CANAAN

cional para imponer y respaldar la con- nes que recaerán sobre quien guarde o
ducta moral. En el período primitivo quebrante el tratado. En esto consiste la
permitía el Soberano divino mucha ma- única sanción del pacto, que, en conse-
yor libertad en las decisiones pertene- cuencia, se apoya tan sólo en una base
cientes al ámbito de la vida cotidiana. puramente religiosa, de forma que sus
4) El tratado típico de vasallaje esti- estipulaciones rebasan el nivel de lo es-
pulaba a continuación que el documento trictamente jurídico. No sabemos si los
fuera depositado en el santuario del va- más antiguos pactos israelitas entre Dios
sallo y que se leyera públicamente a in- y el pueblo contenían fórmulas semejan-
tervalos regulares, aunque no siempre se tes. Pero es importante observar que el
especificaba el plazo. En Israel hallamos Libro de la Alianza, el Código de Santi-
previsiones semejantes, como, por ejem- dad y la ley deuteronomista concluyen
plo, en el caso de la alianza bajo Josué siempre con semejantes advertencias ex-
en Siquén (Jos 24,26) y en Dt 31,9-13, hortatorias (Ex 23,20-33; Lv 26; Dt 27
donde se dice que Moisés escribió «esta y 28; cf. Jos 8,34).
ley» y la entregó a la custodia de los El profesor Mendenhall ha advertido
sacerdotes encargados de cuidar del arca asimismo que las estipulaciones de los
(es decir, del santuario central) con la tratados de vasallaje son vinculantes tan
advertencia de que fuera leída «cada sie- sólo mientras viven las partes. Cuando
te años» en pública asamblea. Dos estra- muere uno de los interesados hay que
tos de la tradición del Antiguo Testa- renovar el tratado. Esto explicaría las
mento afirman también que el Decálogo ceremonias de renovación de la alianza
de la alianza original del Sinaí estaba en Israel, así como la fórmula que apa-
depositado en el arca (Ex 25,16.21; rece en Dt 5,2-3, en el sentido de que la
1 Re 8,9), que sería colocada, cuando alianza original- se estableció en el Horeb
ello fue posible, en el santuario central. (Sinaí), pero la actual se hace «no con
5) La quinta sección del tratado típi- nuestros padres», sino con «todos nos-.
co en cuestión estaba dedicada a invocar otros que hoy estamos vivos». Menden-
a los dioses de las partes respectivas hall señala además que los hititas y los
como testigos de la alianza, concluyendo romanos no poseían un término para sig-
con una afirmación resumida sobre to- nificar el concepto de «alianza», y que
dos los dioses, concretamente sobre las al mismo tiempo los términos mesopotá-
montañas y los ríos, el cielo,y la tierra, micos nunca aparecen en estos tratados.
los vientos y las nubes, que son los tes- Esto debe impedirnos suponer, como
tigos «de este tratado y de este juramen- tantas veces se hizo anteriormente, que
to». En Israel, por supuesto, no apare- la idea de alianza es tardía en Israel,
cen estos testigos. En Jos 24 dice Dios: precisamente por el hecho de que el tér-
«Vosotros sois testigos», es decir, que mino no aparece en todos los lugares en
los testigos no son los dioses, sino los que podríamos esperar encontrarlo.
mismos miembros del pueblo. Resulta, Parece muy probable, por consiguien-
sin embargo, interesante advertir que te, que la fe israelita se explicitó en un
cuando los profetas presentan a Dios re- marco tomado y adaptado de los trata-
criminando a Israel por haber violado la dos internacionales del segundo milenio
alianza no es raro que se invoquen como antes de Cristo. Todo ello sirvió al pue-
testigos los cielos y la tierra (cf. Is 1,2; blo para interpretar su vida en términos
Os 2,21-22; Miq 6,2). de lealtad y devoción al Señor que tanto
6) Finalmente, el tratado concluye había hecho en su favor y que se había
con una serie de bendiciones y maldicio- ligado además a él con un pacto solem-
DIOS Y LOS DIOSES 145

ne, lo que hacía concebir el pecado como trar la afirmación sumaria de que eran
un acto de deslealtad y rebelión. Ello testigos también las montañas y los ríos,
vendría a sugerir también el trasfondo el cielo y la tierra, los vientos y las nu-
de tantos términos del vocabulario reli- bes. Es decir, que los dioses eran en rea-
gioso israelita que sabemos tomados del lidad los elementos y los poderes del
ámbito jurídico. Por lo que dicen nues- universo, personificados y cada cual con
tras noticias, ningún otro pueblo de su nombre propio. La sede primaria de
aquella época interpretó toda su vida la vida divina era, por consiguiente, la
n cional tan absolutamente en términos naturaleza, y la vida de la naturaleza era
e una alianza solemne con un solo So- la vida de los dioses. En tiempos históri-
berano divino. Una razón de ello sería cos (es decir, a partir del año 3000 an-
ciertamente el hecho de que en Israel no tes de Cristo), sin embargo, la creciente
había más que un solo foco de atención complejidad de la vida nacional y de la
en el orden religioso. Había un solo Dios sociedad significó que los dioses hubie-
al que tributar reverencia, culto y obe- ron de asumir por necesidad una mayor
diencia, mientras que los restantes pue- responsabilidad de carácter social, aun-
blos relacionaban su vida nacional con que raras veces, por no decir nunca, sig-
una pluralidad de dioses organizados, a nificó tal cosa que perdieran su relación
no dudarlo, a modo de una jerarquía primaria con la naturaleza.
administrativa, de forma que el mundo ¿Cómo hubiera sido posible formular
se concebía como un estado cósmico, una doctrina de la creación cuando fuera
pero que, en todo caso, no favorecía del universo no había nada que lo crea-
una concepción sencilla y unitaria del ra? El pensamiento, cuando trataba de
significado de la vida y de la vocación explicarse el universo, no podía ir más
como hallamos en Israel. Esta visión de allá del caos estático, primordial, que se
la vida de Israel en el marco de la alian- concebía como el océano tenebroso, las
za, sin embargo, no bastaría por sí sola «profundidades» de que brotaban las
para explicar todas las diferencias fun- aguas saladas y dulces que regaban la
damentales de su concepción religiosa. tierra. Estas «profundidades» eran perso-
Si Israel interpretaba su propia historia nificadas en Mesopotamia como Apsu y
en términos de una alianza otorgada por Tiamat. La creación se inició por vía de
Dios, conforme al esquema del tratado procreación sexual a cargo de esta pareja
de vasallaje, ello fue posible no sólo por formada por un elemento masculino y
el hecho de que su culto era unitario, otro femenino, que dieron origen a una
sino también por el mismo carácter de serie de dioses, los diversos elementos
su Dios, sus planes y sus intenciones, del universo tal como entonces se con-
que se concebían de modo muy distinto cebía. Se impuso el orden después de
que en el caso de los dioses del politeís- una lucha cósmica entre los dioses, en
mo. De este factor nos ocuparemos a que las fuerzas más recientes y activas
continuación. salieron victoriosas frente al caos estáti-
co, procediendo luego a imponer el or-
den universal. Uno de los dioses más
DIOS Y LOS DIOSES jóvenes fue proclamado rey para que di-
rigiera el combate. Se dio muerte a Apsu
Antes nos hemos referido a los testi- por medios mágicos; Tiamat fue dividi-
gos de los tratados internacionales. Eran da en dos, y una de las mitades se con-
los dioses de las respectivas partes, y al virtió en cielo, mientras que de la otra
final de cada lista no resulta raro encon- se formaba la tierra. Los dioses también
lo
146 ISRAEL Y CANAAN

se dividieron, la mitad en el cielo y la


otra mitad en la tierra, cada cual con
sus respectivos deberes. El hombre fue
creado como esclavo de los dioses, para
sustituirlos en el trabajo de la tierra. Se
estableció una asamblea divina que go-
bernaba el Estado universal, y a su cargo
quedaron las decisiones de mayor impor-
tancia. Aquella asamblea eligió un rey
humano y le encargó que cuidara del
orden sobre la tierra. Así, el Código de 60. Sello de los dioses y el dragón.
Hammurabí nos presenta a este monarca
recibiendo del sol divino, Samas, el en-
cargo de compilar las leyes; aquel dios creación mediante un acto que se conci-
tenía como cometido primario en el uni- be a modo de una masturbación El or-
verso el de asegurar el orden soberano. den social sobre la tierra quedaba asegu-
Pero la ley no era una revelación; el rey rado por el hecho de que el soberano
la presenta como algo suyo y habla de reinante no era un ser humano, sino una
«mi ley», «mis palabras» y «mi justicia». encarnación divina, el hijo del Sol.
La sociedad, por consiguiente, no era ni En Canaán (Siria y Palestina), la doc-
un orden natural ni un orden revelado; trina de la creación se asemejaba eviden-
era una invención humana regida por un temente a la de Babilonia en sus rasgos
rey elegido por los dioses. La vida era esenciales, aunque no es mucho lo que
un negocio incierto, y la batalla de la sabemos acerca de ella. La creación era
creación, si bien había terminado con descrita como un combate entre Baal, el
una victoria inicial, tenía que ser librada rey de los dioses, y el dragón primordial
y ganada de nuevo cada año en un rito del caos, llamado Leviatán (Lotán) o
de Año Nuevo, en que el rey asumía el Mar(Yam;cf. i.60).Enundocumento
papel de rey de los dioses en el drama religioso cananeo se aplican a este ser
ritual. los mismos adjetivos con que es descrito
En Egipto, el sol (Ra) había librado en Is 27,1: la «serpiente huidiza», la
de una vez para siempre aquel combate «serpiente tortuosa», el «dragón en el
contra el dragón del caos y las tinieblas, mar». El Antiguo Testamento contiene
pero también tenía que renovarlo cada varias alusiones a este símbolo del caos,
año e incluso cada día. Sin embargo, en al que aplica los términos de «serpien-
Egipto no se miraba la vida como algo te», «dragón» o «monstruo», así como
tan precario, a diferencia de lo que ocu- «Ráhab», «Leviatán» y «Mar» (por
rría en Mesopotamia. La victoria era ejemplo, en Sal 74,13s; 89,10; Job 3,8;
siempre segura; el orden universal y la Is 51,9; Am 9,3). La «bestia» del Apo-
sociedad eran cosas estáticas y rítmicas, calipsis tiene, en última instancia, este
fijadas en el orden de la creación. De ahí mismo origen; a su destrucción siguen
que se adoptara otra postura con respec- estas palabras significativas: «El mar ya
to a la creación, en que se subrayaban la no existe» (Ap 18,1). Esto quiere decir
gloria y la plenitud del orden presente. que la Biblia puede servirse de las figu-
Así ha de entenderse la aparición de la ras mitológicas para simbolizar el poder
colina primordial que surge del océano creador de Dios y su dominio sobre el
del caos, sobre la que el sol divino, el caos del mundo, aunque en Is 27,1 y en
rey primordial, empieza a procrear la Ap ese caos no es tanto el de la natura-
DIOS Y LOS DIOSES 147

leza, sino más bien el de la historia. Ya pular de que «yo moriré cuando me lle-
no sirve para significar el caos, sino el gue mí hora» nos recuerda el mesopotá-
pecado y el extrañamiento del mundo mico simtu, o hado. Según el moderno
con respecto a Dios. marxismo, el mundo camina inexorable-
Los politeístas, por consiguiente, con- mente hacia una sociedad sin clases a
cebían la creación como un combate en- través del choque de unas fuerzas con-
tre los diversos poderes de la naturaleza, flictivas; así ha de ser en virtud de algo
mientras que el orden universal venía a inmutable que existe en el universo y
ser resultado de una armonía entre va- que hace que las cosas ocurran inexora-
rías voluntades; pero, ¿qué era lo que blemente de este modo. De hecho, mu-
mantenía en orden la naturaleza, con lo chas filosofías no cristianas han creído
que, a su vez, también estaban de acuer- en la existencia de un cierto principio
do las voluntades divinas? Se suponía racional fijo en el universo que explica
que en el mundo, al tiempo de la crea- el orden y la marcha que en él se obser-
ción, se había establecido un cierto prin- van. Uno de los motivos de que las lla-
cipio de orden, al que los mismos dioses madas religiones «mistéricas» del mundo
quedaban sometidos. Los griegos desig- griego alcanzaran tanta popularidad radi-
naban a este principio con el nombre de ca en que prometían la liberación del
moira, «hado», «destino», lo convenien- hado. También el cristianismo prometía
te y adecuado. Los egipcios hablaban de una liberación, aunque con relación al
maat, término habitualmente traducido pecado y a los poderes de las tinieblas,
por «verdad», «justicia», pero en reali- ya que la fe bíblica no admitía ningún
dad era «la fuerza cósmica de armonía, principio de orden universal en sí ni
orden, estabilidad. y seguridad, que viene creía en nada parecido al simtu babiló-
desde la primera creación..., algo inmu- nico o al determinismo humano. Creer
table, eterno y cósmico» a lo que todo en el Dios de la Biblia significa una nue-
estaba sometido y que confirmaba el va concepción de la personalidad, de sus
statu quo, especialmente el gobierno per- problemas y del lugar que el hombre
manente del faraón, la regia encarnación ocupa en el mundo. Además, el orden
del dios. En cuanto a Mesopotamia, pa- universal no es algo fijo y eterno; Dios
rece que los términos parsu y simtu tie- ha entablado una lucha con un mundo
nen este mismo valor. Parsu significa extraño, de forma que lo que ahora se
una fuerza más poderosa que los mismos ofrece a nuestra mirada no es lo último.
dioses, un orden universal sin el que los Una de las cosas más importantes que
dioses no serían nada. La humanidad observamos en la naturaleza es su movi-
tiene su simtu, o hado, un destino que miento ordenado en el ciclo del día y la
se le asignó ya antes de que empezara noche y en el retorno de las estaciones.
a existir. Esta concepción ha sobrevivido En los ambientes politeístas se creía que
a través de los filósofos griegos, desem- la vida y la historia se desarrollaban con-
bocando en algunas formas del moderno forme a un ciclo semejante al de la na-
determinismo; significa que hay algo fijo turaleza. Todo estaba sometido a este
en la misma constitución del universo, ritmo. El fin supremo de la vida y de la
que hace comportarse a las cosas en la sociedad consistía en mantener un acuer-
forma en que se comportan. El dicho po- do perfecto con los dioses, que eran los
poderes de la naturaleza, y de esta for-
ma moverse con ellos en aquel ciclo sin
S
J. A. Wilson, The Burden of Egypt fin. Esto significa que los escritos reli-
( Chicago 1951) 48. giosos fundamentales del politeísmo no
148 ISRAEL Y CANAAN

tenían primariamente como foco de aten- tituyen más bien descripciones poéticas
ción la historia o la vida del hombre so- y coloristas de unas verdades inaccesibles
bre la tierra. Ciertamente, aparecen con a la ciencia con sus limitaciones. Esto
frecuencia héroes humanos de los que quiere decir que las mayores y más pro-
se narran diversas historias; pero los re- fundas verdades de la vida y de Dios
latos básicos se refieren a la vida de los han de ser presentadas por el hombre
dioses, que es la vida de la naturaleza. en su lenguaje limitado, para lo cual no
Los relatos acerca de los amores y las tiene más remedio que servirse de pala-
luchas de los dioses nos parecen irreales bras, expresiones e imágenes que no son,
y sin importancia alguna para nuestra según le consta, trasuntos exactos de lo
vida. Para los politeístas, sin embargo, que quiere expresar, pero que, a pesar
eran una realidad, pues explicaban la de todo, reconoce como verdaderas, en
forma en que se desarrolla el mundo, y el sentido de que le revelan la verdad
la vida debía ajustarse a ese modelo uni- definitiva. Sin embargo, el uso del tér-
versal. El término «mito», aplicado a la mino «mito» para presentar la fe bíblica
literatura religiosa politeísta, ha sido de- se presta a confusiones, ya que nada pue-
finido sugestivamente por el profesor de haber tan diferente como la Biblia en
George E. Mendenhall como «el modelo conjunto con respecto a la mitología po-
divino, original e intemporal, cósmico, liteísta. La Biblia es ante todo literatura
conforme al cual se configura la vida». histórica en que se toman muy en serio
El poema babilónico de la creación, al las tradiciones de un pueblo acerca del
que antes nos hemos referido, en que el pasado y los hechos históricos del pre-
rey de los dioses derrota al caos, estable- sente, y ello en orden a presentar y con-
ce el modelo cósmico al que había de fesar su fe. Esta literatura no es irreal
atenerse toda vida. En él se fundamen- en el sentido de aparecer alejada y como
taba y sancionaba el orden imperante en desentendida de la vida humana ordina-
la sociedad mesopotámica; la derrota de ria. No hay ningún modelo cósmico divi-
todas las fuerzas extrañas a Mesopota- no del tipo politeísta al que deba confor-
mia constituía una legítima aspiración. marse la vida. La naturaleza no consti-
Pero cuando aquella sociedad se acabó, tuye el centro de atención; el pensamien-
el mito perdió su vigencia. Los dioses y to bíblico se interesa por la naturaleza
sus mitos murieron junto con la sociedad simplemente porque ésta es el escenario
a que servían de legitimación. en que se sitúa la historia, pero la vida
Cierto número de teólogos recurre en de la naturaleza no es necesariamente la
nuestros días al término «mito» para vida de Dios, que tiene su propia vida
explicar determinadas características de independiente, pero que al mismo tiem-
la Biblia: su visión del mundo como un po ha mostrado sus intenciones y sus
pequeño espacio protegido por los cie- planes con respecto a la vida del hom-
los, en medio de las grandes «profundi- bre mediante grandes y continuas inter-
dades», su interpretación de la historia venciones en la historia. De ahí que la
en términos de una intervención divina, vida y la historia no dependan del ritmo
y muchos de sus relatos, como el de de la naturaleza ni se muevan en sentido
Adán y Eva, la alianza con Dios, los mi- cíclico, como la misma naturaleza, sino
lagros, la encarnación y resurrección de conforme a la dirección que Dios quiere.
Jesús, etc. Ello puede ser un procedi- Ocurren con frecuencia desviaciones oca-
miento legítimo, en el sentido de que sionadas por la rebeldía del hombre, pero
tales cuestiones no caen dentro de los Dios nunca queda vencido, sino que es
límites de nuestra ciencia, sino que cons- Señor incluso del mal que pueda haber
DIOS Y LOS DIOSES 149

en el mundo. El hombre no está sujeto ció la primera semana del mundo y puso
a un modelo intemporal, cósmico; la in- los cuerpos celestes para señalar las esta-
tegración en el ciclo natural no es el ciones. Esto significa que al mismo tiem-
tema de la Biblia. La historia no gira po que hacía el mundo también creaba
en un círculo impuesto por un designio el tiempo del mundo, que es el marco
celeste e intemporal. Al contrario; el de la historia. De ahí que la creación no
hombre es criatura de Dios, con una vo- sugiriera a los hebreos un modelo cósmi-
cación terrena, que ha de realizar en el co intemporal, sino, al contrario, el co-
amor obediente al Señor, que le ha pro- mienzo del tiempo y de la historia.
metido todo lo bueno de la tierra, inclui- ¿De dónde le vino a Israel semejante
da la vida, sus bendiciones y la abun- concepto de Dios, que habría de llevarle
dancia material. El modelo a que ha de a considerar de ese modo la creación?
ajustarse la vida es la obediencia en el No lo sabemos a ciencia cierta, pero po-
contexto de la promesa divina y su rea- demos suponer que adquirió sus conoci-
lización en la historia. La historia, por mientos acerca de Dios de una manera
consiguiente, avanza hacia un fin; la distinta que el politeísmo. Algo hubo de
vida humana ha de ajustarse a la volun- sucederle a este pueblo en su historia
tad activa y personal de Dios, en el ple- que llevó a algunos de sus hombres a
no conocimiento de la promesa y del fin forjar una concepción radicalmente nue-
en el tiempo que Dios ha creado. va de lo divino. Según la misma Biblia,
En otras palabras, la Biblia no es una aquel acontecimiento fue evidentemente
mitología típica, pues el Dios a quien el éxodo de Egipto. Un gran Poder, ma-
confiesa es Señor de la historia. No es yor que el faraón o cualquier otro que
ni la naturaleza ni un elemento de la na- hubiera en el mundo, libró a su pueblo
turaleza personificados. Es independien- de la esclavitud que padecía en Egipto.
te, el origen increado, el Creador de la Y al hacerlo demostró su dominio sobre
naturaleza y de todo cuanto existe. Como las fuerzas de la naturaleza. Y en los
Creador es distinto de cuanto él mismo acontecimientos subsiguientes volvió a
ha hecho; como Señor es distinto de manifestar, al menos a grandes rasgos,
cuanto cae bajo su dominio. Este es el cuáles eran sus planes e intenciones. Ha-
motivo de que Israel no considerara la bía liberado a los esclavos de sus cade-
creación como un combate, sino como nas y los había constituido en una nueva
un acto del Dios único. Gn 1, por con- sociedad que estaría dedicada al culto y
siguiente, empieza hablando del Dios servicio exclusivos de su Dios. A lo lar-
que existe antes de la creación. El pen- go de los siglos siguientes se vería con
samiento hebreo, por otra parte, hablaba creciente claridad que aquel pueblo era
también, al igual,que los politeístas, de sólo la primicia, ciertamente conforme
unas profundidades acuosas y de unas al designio divino, el modelo del reino
tinieblas primordiales. El término que universal que Dios se disponía a instau-
significa «profundidad» es tehom, cuya rar sobre la tierra. De ahí el enorme in-
raíz original es la misma que la del voca- terés que Israel sentía por la historia,
blo babilónico Tiamat. Pero esa «profun- hasta el extremo de ser el primer pueblo
didad» no es un dragón o una persona. que conservó y puso por escrito un re-
Los hebreos desmitificaron la antigua lato coherente de su propia historia, ya
versión politeísta de la creación. Dios que los acontecimientos que se suceden
dijo... y existió; como Dios es bueno, sobre la tierra son manifestaciones de
también es bueno todo cuanto hizo. En Dios; narrarlos es tanto como proclamar
el desarrollo de su obra creadora estable- la propia fe. Las ideas básicas de la Bi-
150 ISRAEL Y CANAAN

blia acerca de Dios son las que se dedu- pre independiente de todo lo que ha
cen de los acontecimientos históricos. En creado.
ellos se centraba toda la atención, no en Pero esta doctrina israelita de la inde-
los poderes de la naturaleza exclusiva- pendencia divina, ¿significa acaso que se
mente. Esto es lo que llevó a Israel a ha eliminado por completo el misterio
desmitificar la historia de la creación de la naturaleza? ¿Se ha convertido la
consignada en los mitos de la Antigüe- naturaleza simplemente en un «ello»?
dad y a sacar en conclusión que Dios es No es posible dar una respuesta tajante
el Creador único por ser al mismo tiem- a estas preguntas, Resulta dudoso que
po el Señor de todas las cosas. Israel rechazara totalmente la visión po-
El hecho de que Dios haya manifesta- liteísta de la naturaleza en que ésta apa-
do sus planes en la historia y haya dado rece viva y llena de poder. En Gn 1 los
el ser a una nueva sociedad significa que cuerpos celestes no son seres divinos,
ésta tiene ante sí la vida y la vocación como lo eran en el politeísmo; son sim-
como una tarea y un fin. La sociedad plemente luminarias de Dios, que las ha
era creación específica de Dios, a la que fijado en el firmamento del cielo. Sin
fue revelado también el orden a que embargo, las palabras del v. 26 («haga-
debe ajustarse. El hombre ha recibido mos al hombre») y las de Gn 3,22 ( ' el
una gran responsabilidad al servicio de hombre pecador se ha hecho «como uno
Dios, ya que el Señor ha establecido con de nosotros») indican que Dios tenía a
su criatura la más estrecha de las rela- su lado otros seres sobrenaturales. En el
ciones y la ha dignificado con los man- sueño de Jacob (Gn 28,10-17) aparece
datos que le ha impuesto. De ahí que una escala que une la tierra con el trono
cuando Israel consignó por escrito su celeste de Dios, por la que suben y ba-
propia versión de la creación, su con- jan ángeles, o mensajeros celestes. Esto
cepto del hombre resultó muy distinto nos presenta una idea de Dios como
del que prevalecía en el politeísmo. El ejerciendo el dominio sobre la tierra a
hombre poseía dignidad y valor, no por- través de sus ángeles, que son los encar-
que albergara en su interior una porción gados de cumplir sus órdenes. En Is 6 y
de la sustancia divina, sino por haber en otros muchos pasajes proféticos pare-
recibido una libertad que lo convierte cidos se presenta a Dios como sentado
en un ser responsable, al estilo de un en su trono celeste y rodeado de sus mi-
rey vasallo con poderes para gobernar nistros angélicos. En otras palabras, se
la tierra y posibilidad de comunicarse di- imagina a Dios como si tuviera un trono
rectamente con su Señor. El hombre es y un palacio o un templo en el cielo, con
la cumbre de la creación y depende en numerosos seres que le están asociados
absoluto de su Señor, al que debe la de algún modo. En Gn 6,1-4 se ha con-
vida y todo lo bueno que posee, pero del servado un viejo fragmento mitológico
que también ha recibido una responsabi- para explicar cómo en otros tiempos la
lidad y una voluntad libre para aceptarla tierra estaba habitada por gigantes, de
y cumplirla. De ahí se desprende que la los que se afirma que eran la descenden-
dignidad del hombre es algo que le ha cia de los «hijos de Dios» que se unie-
sido otorgado por Dios y que se deriva ron con' las «hijas de los hombres». La
del conocimiento de Dios; el hombre no expresión «hijos de Dios» servía habi-
posee una «chispa» divina ni puede con- tualmente para designar a los dioses del
vertirse en Dios o tan siquiera «unirse» politeísmo cananeo, pues se creía que
o «confundirse» con Dios a través de un eran literalmente hijos de los dioses ma-
proceso místico. Dios se mantiene siem- yores y de varias diosas. En los círculos
DIOS Y LOS DIOSES
israelitas se adoptó esta misma expresión tributaba culto eran los servidores de
para designar los ejércitos celestes de Dios, que vivían a su lado en el palacio
Dios. En otras palabras, se creía que divino. Por otra parte, la literatura de
Dios tenía a sus órdenes un ejército ce- la época no nos deja duda alguna de que
leste, del mismo modo que el jefe del aquel ejército de los cielos al que se ren-
panteón politeísta mandaba sobre todos día culto era el sol, la luna, los planetas
los restantes dioses. Esto no hubiera y las estrellas. Los defensores de la fe
constituido nunca un problema serio de luchaban contra el culto a cualquier cosa
por sí a no haber sido por el hecho de que hubiera en el cielo o en la tierra,
que la curiosidad humana y la tendencia excepto a sólo Dios (por ejemplo, Dt 4,
a la contaminación religiosa llevaron al 19: «Si levantas tus ojos a los cielos y
pueblo a equiparar a los ángeles con las ves el sol, la luna y las estrellas, todo
divinidades paganas de la naturaleza y el ejército del cielo, ten cuidado de no
a atribuirles un culto independiente. dejarte seducir y darles culto»). Sin em-,
Esto es precisamente lo que ocurrió bargo, se siguió identificando a los cuer-
una y otra vez en los distintos períodos pos celestes como miembros de la corte
de la historia israelita. Si exceptuamos divina, incluso en los círculos piadosos
la época en que Jezabel trató de intro- (por ejemplo, Neh 9,6; Sal 148), que
ducir en Israel el Baal de Tiro como no les tributaban culto. Vemos también
dios nacional, apenas tenemos datos en cómo los profetas invocan a todo el ejér-
el sentido de que fueran muchos los is- cito del cielo y de la tierra para que sea
raelitas que pensaran en desechar al Dios testigo en la querella de Dios contra
que los había salvado y había hecho de Israel (por ejemplo, Is 1,2), pero sabe-
ellos una nación. Lo que en realidad tra- mos que con ello no pretendía dar a en-
taron de hacer en ocasiones fue convertir tender lo que habría querido significar
su religión en un politeísmo al aceptar el un politeísta. Sin embargo, vemos en
culto de los dioses paganos; y hasta ha- todo esto que Israel no rompió tan radi-
brían justificado su proceder diciendo calmente con las ideas politeístas como
que no rechazaban a su gran Señor, sino para aceptar que la naturaleza es una
que se limitaban simplemente a prestar cosa completamente inanimada. Al igual
la atención que merecían a aquellos per- que los primeros filósofos griegos, los
sonajes de su corte celeste de los que israelitas siguieron pensando que los ele-
dependía el crecimiento de las mieses y mentos de la naturaleza poseían una vida
la fecundidad de los rebaños y ganados. psíquica propia, y en este sentido se
La política oficial de Judea en el si- aproximan más a los puntos de vista mo-
glo vii, bajo el rey Manasés, se propuso dernos que los científicos del siglo xix.
aliviar las tensiones entre este Estado y Cuando la materia se concibe como ener-
sus amos asirios. Una de las formas en gía, ya no es del todo correcto decir que
que se trató de conseguirlo fue la intro- es «inanimada», aunque tampoco pueda
ducción de diversas prácticas paganas, afirmarse que posea un psiquismo.
incluidos los altares para el culto del Dejando a un lado el politeísmo en
.ejército del cielo» en el mismo patio general, fijaremos ahora nuestra atención
del templo de Jerusalén (2 Re 21). El en aquella religión que, entre todas las
hecho de que este culto se desarrollara demás, causó mayores perturbaciones a
en el palacio (templo) de Dios significa, Israel. Se trata de la religión de Canaán,
conforme a las ideas antiguas, que Mana- la que practicaban los vecinos más cer-
sés pretendía inculcar al pueblo la creen- canos de Israel, cuyos dioses aparecen
cia de que aquellos seres a quienes se con frecuencia en las páginas del Antiguo
15 2 ISRAEL Y CANAAN

61. Vista aérea de las excavaciones de Ras Shamra.

Testamento. Hasta hace pocos años, Apenas había pasado un mes y se realizó .
nuestros conocimientos de la religión ca- uno de los más importantes descubri-
nanea se reducían en gran parte a lo que mientos de este siglo. Consistió en la
de ella nos han conservado las páginas exhumación de la escuela y la biblioteca
del Antiguo Testamento y a algunos pá- de un colegio de escribas anexo a un
rrafos de las escrituras fenicias, recogi- templo. La mayor parte de las tablillas
dos principalmente por autores posterio- de la biblioteca estaban escritas en una
res. Hoy, sin embargo, hemos recuperado nueva y extraña escritura; pero pronto
parte de su literatura religiosa, perdida fueron descifradas por los especialistas
durante muchos siglos. en lenguas semíticas, uno de los cuales
En 1928, un labrador que trabajaba había sido condecorado por el gobierno
en su campo descubrió accidentalmente francés en premio a su brillante labor
una rica tumba en Minet el-Beida (Puer- como especialista en claves del enemigo
to Blanco), en el norte de Siria. El des- durante la Primera Guerra Mundial. Esta
cubrimiento fue comunicado al Departa- biblioteca nos ha proporcionado noticias
mento sirio de Antigüedades; en abril más precisas sobre los dioses cananeos.
de 1929 se iniciaron las excavaciones en
aquel lugar a cargó de una misión fran-
cesa. En un montículo conocido por los LOS DIOSES DE CANAAN
árabes como Ras Shamra («cabeza del
hinojo») se descubrió la antigua ciudad El término genérico cananeo para ex-
a que correspondía el puerto (il. 61). presar la idea de «dios» o «divinidad»
LOS DIOSES DE CANAAN 153

era El; los «dioses» eran designados


unas veces mediante el plural de esta voz
o con la frase «hijos de dios», que real-
mente significa, en la manera semítica
de expresarse, «miembros de la familia
divina». El dios supremo, el jefe de to-
dos los dioses y cabeza de la familia di-
vina, recibía el nombre de El. Señor
indiscutido de todos los dioses, se pre-
senta, sin embargo, como una figura más
bien pálida que, al parecer, apenas inter-
viene en los asuntos humanos. Su mora-
da se sitúa muy lejos, «en la fuente de
los (dos) ríos, en medio de las fuentes
de las dos profundidades». Estas profun-
didades, según se creía, rodeaban la tie-
rra y se prolongaban por debajo de ella,
pero acá y allá rompían la costra de la
tierra y por estas hendiduras brotaban
los manantiales y los ríos de aguas dul-
ces, así como los océanos de aguas sala-
das. En las fuentes de estos «ríos» o
«profundidades» se hallaba, al parecer,
el mundo inferior, y allí habían de acu-
dir los dioses cuando deseaban consultar
a su padre y señor.
Se le conoce con diversos nombres:
«el padre del hombre», así como de los
dioses; el «toro padre», una típica me-
táfora en que se le compara con el se-
mental en medio de un rebaño de vacas
y terneras (!); «el padre de años»;
«creador de criaturas». En las tablillas
de Ras Shamra, a que antes nos hemos
referido, parece que es concebido como
un dios benigno, bondadoso, que nunca 62. Estatuilla de dios cananeo.
niega lo que se le pide, aunque siempre
era necesario solicitar de él lo que se
deseara obtener (cf. il. 62-63). Otras
fuentes de información, sin embargo, pa- huyen también ciertas aberraciones. Un
recen insinuar que no siempre fue así, relato cuenta que sedujo a dos mujeres
sino que obtuvo su actual posición ma- y que éstas le dieron cada una un hijo,
tando a su padre, el Cielo, y castrándolo. Aurora y Ocaso; el dios permite luego
La tradición nos dice también que mató que sean conducidos al desierto (como
a su hijo favorito por alguna razón, cor- ocurrió con Agar e Ismael en la historia
tó la cabeza a su hija y ofreció a su de Abrahán).
«hijo unigénito» como sacrificio al Cielo. Parece que la esposa de El era Aserá
En la literatura de Ras Shamra se le atri- (nombre de la diosa en el Antiguo Tes-
15 4 ISRAEL Y CANAAN

una causa de extravío para Israel (Dt


5,7; 12,3; 16,21; Miq 5,14; etc.).
Hijo o nieto de El y Aserá, y uno de
los dioses más importantes, era Baal
(il. 64-65). El término cananeo baal sig-
nifica simplemente «señor», y podía apli-
carse a cualquiera de los dioses, pero el
Señor o Baal por antonomasia era, según
se creía, el gran dios bajo cuyo dominio
estaba la lluvia y, por consiguiente, tam-
bién la vegetación. Puesto que aquellas
gentes dependían por completo de la re-
gularidad de las lluvias y la vegetación,
resulta perfectamente comprensible que
atribuyeran la máxima importancia al
dios bajo cuyo dominio caían aquellos
fenómenos. Baal moraba en una monta-
ña situada en el lejano norte, que algu-
nos identifican con un monte situado en
el norte de Siria, al que los griegos die-
ron el nombre de Monte Casio. Quizá
63. Adorador en presencia del dios. se hallaban allí la «Santa Montaña» de
Tiro, mencionada en Ez 28,14, y el
«Monte Sión en las lejanías del norte
tamento). Parece que dio a El una fami- (Safón)» de Sal 48,2. Es incierta la iden-
lia muy numerosa, no menos de setenta tificación exacta de esta montaña, pero
dioses y diosas, algunos de los cuales es probable que originalmente -se pensara
destacarían mucho en la sociedad divina. que quedaba muy lejos, en los confines
Si bien originalmente era la diosa madre, del mundo, allá donde cielo y tierra se
en la práctica del culto sus funciones en tocan.
el mundo se mezclan frecuentemente con Baal recibe varios nombres. Era «Za-
las que corresponden propiamente a las bul (el Exaltado), Señor de la Tierra»,
diosas de la fecundidad. En el Antiguo cuyo reino era «eterno, para todas las
Testamento tenemos varias alusiones a generaciones». También se le llama «Se-
Aserá. Jezabel introdujo en Israel cuatro- ñor del Cielo» y «el Jinete de las Nu-
cientos profetas de A"será (1 Re 18,19), bes»; este último título se aplica tam-
y Manasés hizo colocar su imagen en el bién a Dios en Sal 68,4. El título de
templo (2 Re 21,7). El símbolo de su Zabul que se aplica a Baal se ha conser-
presencia en un lugar de culto era el ár- vado también en el Antiguo Testamento.
bol sagrado o la estela erigida junto al El desdichado rey Ocozías resultó grave-
altar. Ajab plantó uno de estos árboles mente herido al caerse por una ventana
o erigió una estela en Samaría (1 Re del segundo piso de su palacio; perdida
16,33), y lo mismo hizo Manasés en la fe en el Dios de Israel, envió mensa-
Jerusalén (2 Re 21,3). El pueblo debía jeros al dios Baal-Zabul (no Zebub) de
de estar muy familiarizado con este tipo Ecrón. Es posible que en la época del
de objetos, pues en la Biblia leemos Nuevo Testamento, «Baal-Zabul» se hu-
constantemente la orden de cortarlos, biera, convertido en una forma de desig-
quemarlos o derribarlos, pues suponían nar a Satán (por ejemplo, Mt 12,24).
LOS DIOSES DE CANAAN 155

64. Estatuilla de Baal en bronce.

Como dios de la tormenta, Baal tenía


una voz poderosa, el trueno. Sólo él rei-
na sobre los dioses y, según las palabras 65. Bajorrelieve con Baal.
que se le atribuyen, procura que los dio-
ses y los hombres engorden, porque sólo
él da satisfacción a los habitantes de la
tierra. Su gran enemigo era Mot, la to de la actividad violenta de la natu-
Muerte, en cuyas manos cayó y fue raleza. Anu era el jefe pasivo del pan-
muerto, por lo que cesaron la vegetación teón, mientras que Enlil era la fuerza
y la concepción. Mot, se nos dice, tiene activa. El y Baal ocupaban posiciones
en sus manos el báculo de la esterilidad semejantes; es posible que sus relaciones
y de la viudez, y el poder de hacer que reflejaran las que median entre un rey
cese la producción de la viña. y su primer ministro; el segundo es el
Baal, «Señor», era originalmente el que desarrolla de hecho la actividad ad-
título del dios, no su nombre propio. ministrativa del gobierno.
Este era Hadad, aunque a partir de los Es interesante advertir que en Israel
siglos xv-xiv a. C. se empezó a utilizar se atribuyeron a Dios algunos de los
casi exclusivamente el título. Las relacio- títulos y funciones de estas divinidades
nes entre El y Baal en el gobierno divi- cananeas, especialmente de Baal. El y
no eran semejantes a las que mediaban baal son títulos que se aplican a Yahvé,
entre los dos grandes dioses de Mesopo- el Dios de Israel. Saúl y David pusieron
tamia, Anu y Enlil. Anu era el cielo y a sus hijos nombres como Isbaal, que
la fuente de toda autoridad. Enlil era significa «hombre de Baal» o «Baal exis-
la tempestad y personificaba el elemen- te», y Beeliada, que significa «conozca
156 ISRAEL Y CANAAN

Baal». Uno de los guerreros de David de Canaán, junto con las cuales se adop-
se llamaba Baalías, que significa «Yahvé taron también diversas formas de metro
es Baal». Esto no significa que los pa- y poesía.
dres de estos niños rindieran culto al Uno de los peligros del politeísmo
Baal cananeo, sino que se daba este títu- consistía en que los distintos santuarios,
lo a Yahvé. Sin embargo, era tanto el con sus rivalidades, tendían a fragmen-
peligro de confusión y sincretismo, que tar la personalidad de un dios o una
a la larga se terminaría por eliminar el diosa. Así, en el Antiguo Testamento se
título de baal. Oseas, por ejemplo, se habla de muchos baales, aunque, de he-
cuenta entre los que lucharon contra el cho, los teólogos cananeos creían que se
uso de ese título. Dios dice al pueblo trataba de un solo dios. Es probable
a través de este profeta: «Arrancaré de que, para contrarrestar esta tendencia,
su boca los nombres baal, y ya no se- se introdujera el llamado «plural mayes-
rán recordados más en su(s) nombre(s)» tático». El nombre de la diosa Astoret
(Os 2,19). Otro término cananeo que aparece frecuentemente en plural (Asta-
significa «señor», Adón, no tropezó con rot). Una importante ciudad de Trans-
tantas dificultades, y siguió en uso como jordania se llamaba así (Di 1,4, etc.), y
título divino. Elyón, que significa «exal- es muy improbable que a una ciudad se
tado», «altísimo», era también otro títu- le pusiera el nombre de «Astorets». Este
lo cananeo frecuentemente aplicado a plural debía de tener otro significado.
Yahvé. En el Antiguo Testamento, aparte de
Como «rey» o soberano del universo, «Yahvé», el nombre más frecuentemente
extendía Baal evidentemente su dominio aplicado a Dios es el de «Elohim», un
a numerosos ámbitos que Yahvé recla- plural utilizado también para significar
maba para sí; de ahí que muchas ideas «dioses», aunque cuando es aplicado a
y expresiones relacionadas con el prime- Yahvé se refiere ciertamente a un solo
ro fueran transferidas al segundo. Esto dios. Hoy sabemos que el mismo térmi-
resulta especialmente cierto con respecto no, aplicado a un solo dios, se usó en
a la tempestad, que Baal personificaba. Canaán antes que en Israel. Por ejemplo,
El rayo se convirtió en dardo de Yahvé, en las cartas de Tell el-Amarna, de ha-
y el trueno, en su voz (Sal 18,8.14). Las cia 1375 a. C., los escribas cananeos
apariciones dramáticas de Dios sobre la llaman al faraón egipcio «mis dioses, mi
tierra podían ser descritas como una dios-sol», mientras que los escribas no
tempestad, con negras nubes o humare- cananeos utilizan el singular «mi dios».
das, truenos o sonidos de trompeta, re- Sin embargo, el faraón era uno solo, no
lámpagos y temblores de tierra (Ex 19, varios. El plural debió de utilizarse para
16ss; 1 Re 19,11-12). El salmo 29, designar la totalidad de las manifestacio-
dominado por este tipo de imágenes na- nes, atributos y personalidad de un dios;
turalistas, fue originalmente, según hoy era una manera de subrayar la unidad
se cree, un himno a Baal, que se aplicó en la multiplicidad.
luego a Yahvé. Es Yahvé y no Baal el La esposa de Baal era Anat, diosa del
que «hace parir a las ciervas» (Sal 29,9), amor y de la guerra, a la que los egip-
el que da las bendiciones del cielo (la cios representaban como una mujer des-
lluvia), del abismo (los manantiales y los nuda sobre un corcel al galope, blan-
ríos), de los pechos y del seno (Gn 49, diendo escudo y lanza. En un poema de
25; Dt 33,13ss). Ciertamente, según sa- Ras Shamra se describe una de sus san-
bemos ahora, los salmos hebreos están grientas correrías. Por alguna razón deci-
llenos de imágenes naturalistas tomadas dió ejecutar una matanza; acuchilló, hi-
LOS DIOSES DE CANAAN 15 7

rió y mató desde la orilla del mar (el


oeste) hasta el oriente. Llenó su templo
de hombres, atrancó las puertas y les
arrojó sillas, mesas y escabeles. Pronto
se vio bañada en sangre hasta las rodi-
llas; más aún, hasta el cuello. «Su híga-
do se henchía de gozo; su corazón esta-
ba lleno de alegría». Una vez satisfecha,
lavó sus manos en sangre y se entregó
a otras ocupaciones.
Sin embargo, a pesar de su carácter
belicoso y cruel, era también la diosa del
amor y de la fecundidad. En este sentido 66. Sello cilíndrico encontrado en Betel.
se asemejaba a la diosa Astarté, o Asto-
ret, como es llamada en el Antiguo Tes-
tamento. Eran las diosas tutelares de la
fecundidad de los seres humanos y ani- pudo tener otra idea distinta: concreta-
males. Son llamadas en un texto egipcio mente, que la esposa de Baal era Aserá.
«las grandes diosas que conciben, pero Al menos eso es lo que daría a entender
no paren». Su función queda aún más la asociación de ambas divinidades en
clara cuando advertimos que un autor el culto de Jezabel (1 Re 18,19).
griego posterior; Filón de Biblos, citan- Y así podríamos continuar con la lista
do antiguas fuentes fenicias, dice que de los dioses. Se nos habla también de
Astarté tuvo dos hijos llamados «deseo Dagón, el dios del grano, que era una
sexual» (Pothos) y «amor sexual» (Eros). vieja divinidad adoptada por los filisteos
En el Antiguo Testamento se nos dice como cabeza de su panteón, cuya imagen
muy poco de Anat, y mucho, en cambio, les dio tantos quebraderos de cabeza
de Astoret. Salomón edificó a esta últi- cuando el arca fue llevada a su presen-
ma un altar por deseo de una de sus cia (1 Sm 5). En Ras Shamra era con-
esposas (1 Re 11,5), un objeto que un siderado, al parecer, hijo de El y padre
autor posterior designaría como la «abo- de Baal, pero en la religión cananea pa-
minación de los sidonios» (es decir, feni- rece haber sido relegado a la sombra por
cios) en 2 Re 23,13. La armadura de su hijo. También se nos -habla de Resef,
Saúl fue colocada después de su muerte dios de la peste y señor del mundo inte-
por los filisteos en el templo de Astoret rior'; de Sulmán, o Salim, dios de la
en Beisán (1 Sm 31,10), una construc- salud y el bienestar, cuyo nombre forma
ción arrasada por David cuando éste con- el segundo elemento del de la ciudad de
quistó la ciudad (il. 59). Jerusalén; de Kosar (o Kathar), el há-
Es probable que entre los mismos ca- bil inventor y artesano que hace todo
naneos no hubiese unanimidad acerca de lo bello y maravilloso, desde joyas, he-
cuál de estas diosas era la esposa de rramientas y armas hasta las hermosas
Baal. En Ras Shamra era Anat. En el mansiones de los dioses. Este dios era
Antiguo Testamento, sin embargo a Baal también el patrono de la música y, pro-
suele asociársele Astoret (cf. fi. 66), lo bablemente, de la poesía y de los instru-
que nos hace suponer que para los ca-
naneos palestinenses ella era la esposa 6
Su nombre aparece en Hab 3,5, aunque a
de Baal (cf. Jue 2,13; 10,6; 1 Sm 7,4; veces se oculta en la traducción como «carbo-
12,10). Jezabel de Tiro, sin embargo, nes ardientes» o «plaga».
15 8 ISRAEL Y CANAAN

mentos; tenía su morada favorita en tener en cuenta algunos datos sobr e el


Egipto, la gran patria de las bellas artes. clima palestinense. Desde abril hasta
Hay otros muchos dioses de menor cate- finales de octubre no se conoce la lluvia,
goría, de los que no tenemos por qué aparte de algunos chubascos ocasionales
ocuparnos aquí. e intempestivos. Sólo pueden desarrollar-
Los dioses y diosas mayores de Ca- se las plantas capaces de aprovechar el
ncán eran representados como una asam- rocío para absorber la humedad que ne-
blea de gobernantes en medio de los cesitan. Hacia finales de octubre comien-
hombres, en figura humana, aunque ha- zan las lluvias y continúan durante el
bía otros muchos seres divinos de menor invierno hasta finales de abril. El ínvier-
categoría, que se concebían en figura de no, por consiguiente, forma una sola es-
aves, de otros animales o de seres híbri- tación lluviosa, aunque los israelitas so-
dos. Al menos eso es lo que nos da a lían dividirlo en dos partes: las lluvias
entender el arte contemporáneo. Pero lo tempranas (yoreh) y las lluvias de pri-
que más nos sorprende es que las accio- mavera (malgos). Muy a comienzos de
nes de los dioses no parecen estar regi- la primavera, en febrero, se siembra el
das por ninguna norma moral. Del mis- grano, y la cosecha tiene lugar en mayo
mo modo que la pureza y la bondad no o junio, aunque el momento exacto varía
iban necesariamente unidas, tampoco la conforme a la estación y a la zona del
condición divina y la rectitud moral te- país. En abril, como consecuencia de las
nían que darse juntas. Los dioses, cier- lluvias, toda la campiña aparece cubierta
tamente, vivían conforme a un nivel de verdor y flores silvestres de todas
moral inferior al de la sociedad en con- clases. Hacia finales de mayo desaparece
junto, a juzgar por los antiguos códigos. todo esto, y el paisaje se muestra seco,
Vivían su propia vida, el hombre no exceptuando los árboles y los matorrales
tenía derecho a juzgarlos y nunca se pre- de espinos, que son capaces de sobrevi-
tendió que fueran un modelo a imitar. vir durante la estación seca.
La intención primaria de los relatos Las gentes se preguntarían por qué
acerca de los dioses era ofrecer una ex- sucedían así las cosas. Los cananeos, que
plicación del mundo y de las fuerzas que personificaban a las fuerzas de la natura-
actúan en el universo. Fundamentalmen- leza, tenían una respuesta razonable. La
te tiene la mitología este rasgo en co- lluvia y la vegetación, que eran manifes-
mún con cierta teología moderna: con- taciones de un mismo ser, Baal, perecían
cretamente, que el mundo fue creado a cada primavera después de una gran ba-
través de un conflicto y que sigue mar- talla con la muerte (Mot) o con los
chando gracias a la continua lucha de «devoradores», que en Ras Shamra eran
unas fuerzas conflictivas: la salud, la luz un grupo de seres que cumplían la mis-
y el orden pugnan sin cesar contra las ma función. Así, durante el verano, la
fuerzas de la muerte, las tinieblas y el muerte y las fuerzas destructivas reina-
caos. Así, hay relatos sobre la batalla ban sin oposición. ¿Por qué vuelven lue-
entre la Muerte y la Vida, o la vegeta- go a caer las lluvias? Porque la muerte
cíón, entre la Noche y el Día, entre el es derrotada por la amorosa y, al mismo
Caos y las fuerzas del Cosmos. tiempo, guerrera esposa de Baal y éste
Mencionaremos tan sólo el mito que vuelve otra vez a la vida. ¿Por qué la
llegó a hacerse más popular en Canaán, tierra se cubre de verdor en primavera?
aunque sus elementos se hallan presen- Porque se unen Baal y la fertilidad, su
tes y son muy conocidos en todo el Pró- esposa, personificada como Anat o AL
ximo Oriente. Para entenderlo hemos de toret.
EL CULTO 159

Los períodos de sequía y hambre eran Vamos a volver al Señor:


él, que nos despedazó, nos sanará;
explicados seguramente de la misma for- él, que nos hirió, nos vendará.
ma. El relato de Ras Shamra en que En dos días nos sanará;
Baal era muerto a manos de los «devo- al tercero nos resucitará;
radores» es posible que no se refiriera y viviremos delante de él.
al ciclo anual, sino a una sequía. En todo Esforcémonos por conocer al Señor:
su amanecer es como la aurora,
caso, se dice que después de su muerte y su sentencia surge como la luz.
«El completó siete años, ocho ciclos Bajará sobre nosotros como lluvia temprana,
anuales, mientras que él (Baal) estaba como lluvia tardía que empapa la tierra.
cubierto con la sangre de sus hermanos (Os 6,1-3)
como una vestidura, con la sangre de
sus compañeros como un manto». Du- Las alusiones a Dios, que resucita a
rante ese tiempo «cesó el rey de dar jui- su pueblo al tercer día, y a su venida
cio, las mujeres ya no llevaban agua de para salvarnos, igual que las lluvías del
la fuente, del pozo del templo dejó de invierno, necesariamente han de traernos
brotar agua y el sonido del trabajo se a la memoria el mito cananeo de Baal,
interrumpió en el taller», Una vez que si bien es verdad que el contenido teoló-
la muerte fue destruida, uno de los dio- gico de este pasaje es completamente
ses tuvo un sueño en que vio cómo distinto. Formas de pensamiento muy
conocidas se reutilizan para comunicar
los cielos llovían aceite; verdades nuevas.
los arroyos fluían miel. También es posible que la insistencia
Así supe que Baal vive triunfante,
que el príncipe, señor de la tierra, existe. del Antiguo Testamento en que Yahvé
es el «Dios vivo» sea una manera de re-
accionar contra la fe en el Baal que mue-
Este mito del dios que muere y resu- re y resucita. Así, Hab 1,12: «¿No eres
cita era común a todo el Próximo Orien- tú, Señor, desde antiguo mi santo Dios
te. En Babilonia recibía el nombre de que no muere?».
Tammuz, y su esposa (amor y fecundi-
dad) era Istar. Esta,misma pareja era en
Egipto la formada por Osiris e Isis, CULTO
mientras que en Grecia tenemos a Ado-
nis y Afrodita. Los relatos de los respec- Si bien poseemos datos abundantes
tivos países, al igual que el de Canaán, acerca de la mitología del antiguo Próxi-
aparecen elaborados de muy diversas mo Oriente, no es mucho en cambio lo
maneras, pero el argumento básico es que sabemos sobre las prácticas del culto
siempre el mismo. y las actitudes religiosas del hombre co-
No cabe duda de que también los mún. Antes hemos aludido a la creencia
israelitas conocían perfectamente este en que la naturaleza está viva y llena de
mito, pues en muchos lugares hallamos fuerzas extrañas que el hombre no es
indicios de ello, si bien no es posible se- capaz apenas de dominar. Fundamental-
ñalar uno por uno los pasajes del caso mente, en consecuencia, la religiosidad
y afirmar sin lugar a dudas que tal es práctica era una combinación de fe, ma-
su trasfondo. Parece probable, por ejem- gia y superstición. La vida era un asunto
plo, que el profeta Oseas (hacia 740- desesperadamente serio, y era absoluta-
735 a. C.) utilizó términos, frases e imá- mente necesario disponer de los medios
genes tomadas de los ritos baálicos de adecuados para dominar las fuerzas que
Canaán, Así, en el siguiente pasaje la rodeaban. De otro modo sería ímpo-
160 ISRAEL Y CANAAN

sible vivir y prosperar. La religión, por ños, y nos viene en seguida a la -memo-
consiguiente, se centraba en torno a. una ria el relato sobre el rey bita Mesá
variedad de actos, 'regulados por largas (2 Re 3,27). La antigu literatura ar-
listas de preceptos, cuyo objeto era lla- queológica daba mucha' importancia a
mar la atención de los dioses y lograr esta costumbre, ya que en las excavacio-
que hicieran prósperos los caminos del nes aparecían tantas tinajas con huesos
hombre. En aquella religiosidad apenas de niños. Pero hemos de tener en cuenta
había nada cuyo objeto fuera mejorar al que la mortalidad infantil alcanzaba pro-
individuo. La sociedad había establecido porciones muy elevadas, y podemos estar
sus leyes, que recibían una sanción reli- seguros de que la mayor parte de los
giosa, pero la atención se dirigía prima- enterramientos infantiles que han apare-
riamente hacia aquellas acciones rituales, cido no corresponde a sacrificios de ni-
externas, capaces de lograr que los dio- ños. Por otras muchas alusiones sabemos
ses se mostraran más favorables.. también que había diversos tipos de adi-
En esta idea del culto ocupaba un vinación y que se practicaban varios mé-
puesto capital el sacrificio, en que eran todos para predecir el futuro (il. 67). Ya
ofrecidos los productos de la tierra y de señalábamos a propósito del relato de
los ganados, a veces incluso los propios Balaán que los mesopotámicos eran con-
hijos. Estos sacrificios habían de reali- siderados expertos en todas estas prácti-
zarse en determinados lugares sagrados, cas, pero es posible que los cananeos, al
y su presentación a los dioses estaba re- correr del tiempo, llegaran a aventajarlos
gulada por normas precisas. Al correr de (cf., por ejemplo, Dt 18,10).
los siglos los ritos sacrificiales se hicie- Pero la religión cananea giraba espe-
ron cada vez más complicados y fue ne- cialmente en torno a la fecundidad y el
cesario que un grupo de personas, exper- sexo. El culto, por consiguiente, se orien-
tos conocedores de la ley, cuidara de que taba ante todo conforme a la necesidad
los sacrificios fueran ofrecidos de forma de lograr que la tierra, los ganados y los
adecuada, que era la más apta para lo- seres humanos fuesen fecundos y fruc-
grar atraerse la atención de los dioses. tíferos. Es probable que muchos de los
Aquellas personas eran los sacerdotes, relatos mitológicos se representasen al
mediadores entre los dioses y los hom- vivo en las diversas festividades religio-
bres, que presentaban las demandas de sas, y que muchas de estas representacio-
éstos en la forma más conveniente. nes tuvieran un fuerte matiz sensual en
La religión de Canaán, tal como nos la acción y en las palabras. Esto vale
es conocida a través de los documentos sobre todo en relación con las fiestas de
de Ras Shamra y el Antiguo Testamen- primavera, cuando se suponía que tenía
to, implicaba sin duda alguna ciertos lugar la unión de Baal (lluvia y vegeta-
complicados sistemas rituales, sobre todo ción) con la diosa de la fecundidad. En
en lo referente al sacrificio. Sabemos que todo caso, sabemos que la prostitución
como víctimas se utilizaba buen número sagrada, tanto de hombres como de mu-
de especies animales, entre ellas varias jeres, era cosa excesivamente común y
aves; becerros y novillos; carneros, ove- que se practicaba en nombre de la reli-
jas, corderos, cabritos, ciervos, venados, gión en los diversos centros de culto. La
machos cabríos y toros salvajes; voláti- fecundidad personificada como diosa se
les, especialmente palomas, etc. Por nu- convertía realmente en una prostituta
merosas alusiones bíblicas y de autores que, curiosamente, era llamada «la san-
romanos sabemos también que en oca- ta». En Egipto era representada como
siones se practicaba el sacrificio de ni- una mujer desnuda, en pie sobre un
EL CULTO

67. Modelo de hígado hallado en Meguido.

león, con un lirio o ramo de lirios en


una mano y una o dos serpientes en la
otra.
Estas representaciones egipcias son tan
parecidas a las que hallamos en plaque-
tas de barro encontradas en gran número
en todas las ciudades de la Palestina ca-
nanea tardía, que apenas puede cabernos
duda de que las plaquitas también repre-
sentan a la diosa de la fecundidad en su
aspecto de «la santa», aunque no esta-
mos seguros de cuál era su nombre
(il. 68). Este tipo de plaquitas parece te-
ner su origen en Mesopotamia, donde
representaba a la diosa madre, pero los
cananeos alteraron esta representación, 68. Diosa cananea de la fecundidad.
subrayando sus rasgos sexuales, de for-
ma que no nos queda duda alguna acerca
de cuál era el tema del máximo interés
en la religión cananea. ros extremos y en el peor caso única-
Ahora bien, el hecho de que tales pla- mente podía despertar los instintos más
quitas fueran tan comunes nos lleva a bajos del ser humano. La religión, tal
suponer que debían de desempeñar un como comúnmente se practicaba en Ca-
i mportante cometido en la religiosidad naán, por tanto, debió de ser algo sór-
del pueblo llano. Es posible que se dido y degradante, juzgada desde nues-
creyera en la virtud de aquellos objetos tros puntos de vista. Así la veían, al
mágicos y sagrados para otorgar la fecun- parecer, los círculos religiosos israelitas.
didad a quienes los poseyeran. El lirio En el Deuteronomio encontramos una
representaba probablemente el atractivo prohibición expresa de aquellas prácticas,
carnal de la diosa, mientras que la ser- y precisamente en nombre de la reli-
piente es símbolo de fecundidad. gión:
Este interés por el sexo que manifies- «No habrá prostitutas sagradas entre
ta la religión cananea llegaba a verdade- las hijas de Israel, ni entre los hijos de
11
162 ISRAEL Y CANAAN

Israel habrá prostitutos sagrados. Tú no la grasa; Lv 17,6). os sacerdotes reci-


llevarás el salario de una ramera ni la bían la parte qué les correspondía, y el
paga de un perro a la casa del Señor tu resto era consumido por los adoradores
Dios por un voto (es decir, como com- (1 Sm 2,12ss; 9,22ss). Por los relatos
plemento de un voto ofrecido a Dios), sobre Samuel y Saúl sabemos que en los
pues ambas cosas son abominación para lugares altos había estancias destinadas
el Señor tu Dios» (Dt 23,17-18). a la celebración de estos banquetes, y en
El culto ordinario se desarrollaba casi una de estas fiestas se sirvió a Saúl la
siempre en los «lugares altos», obvia- porción más selecta de una víctima: el
mente altares erigidos en emplazamien- muslo y el rabo (1 Sm 9,24).
tos elevados. La gente, al parecer, creía Según el Antiguo Testamento, los lu-
que resultaba más fácil atraer la atención gares altos cananeos poseían otros obje-
de los dioses desde los montes que desde tos sagrados además del altar. Había un
los valles; esto nos recuerda las palabras árbol o un bosquecillo sagrado, o una
de Jeremías, según el cual los idólatras estela, que los escritores proféticos exor-
practicaban su culto «sobre toda colina tan al pueblo a derribar. También tene-
y bajo todo árbol frondoso» (jr 2,20). mos noticias de que estos objetos eran
El mejor ejemplo de altar cananeo para considerados, al parecer, símbolos de la
quemar sacrificios fue hallado en Me- diosa madre, Aserá. El árbol sagrado
guido, y data del 1900 a. C. aproxima- abundaba mucho en la religión del anti-
damente (il. 24). Es de gran tamaño, y guo Próximo Oriente, como sabemos no
mide unos 2 m. de alto por 9 m. de diá- sólo por los textos, sino también por el
metro en su base. Seis escalones llevan arte antiguo. Aparece ya en el jardín del
hasta lo alto, y a sus pies apareció gran Edén (Gn 2,17); pero sobre este objeto
número de huesos de diversas especies no sabemos ni mucho menos lo que
animales, restos de las ofrendas o sacri- desearíamos saber. En la mayor parte de
ficios que habían sido quemados sobre los lugares altos cananeos se -hallaban
el altar. Los lugares altos de Ramá, don- también estelas sagradas. Ya nos hemos
de sacrificó Samuel (1 Sm 9), y Gabaón, referido a esta clase de monumentos en
donde ofreció sacrificios y oró Salomón relación con la historia de los Patriarcas
cuando subió al trono (1 Re 3), induda- y su religión (cf. cap. III, supra), y
blemente poseían altares de este tipo. buen número de ellos ha aparecido en
Digamos de paso que estos pasajes y Palestina y Transjordania (il. 25). Se han
otros varios del Antiguo Testamento nos aducido sólidos argumentos para relacio-
dicen algo acerca de las prácticas sacri- nar estas estelas con la veneración de los
ficiales comunes a todas las gentes del antepasados; esto querría decir que las
Próximo Oriente en aquella época. El estelas se erigían como monumentos con-
adorador llevaba ordinariamente los pro- memorativos, lo que haría de ellas el
ductos de sus campos, rebaños y apris- antecedente de las modernas losas sepul-
cos al lugar alto (Ana ofreció un toro crales. Es difícil, sin embargó, explicar-
de tres años [1 Sm 1,24], y Salomón, las en su totalidad por esta función úni-
un millar de holocaustos», aunque no camente. En los lugares altos, si el árbol
se especifica de qué tipo de animales se sagrado es el símbolo de la diosa madre,
trataba). Se ofrecían plegarias y se ha- es posible también, aunque no seguro,
cían votos; al parecer, también había que la estela fuese símbolo de El o Baal.
una fiesta sacrificiol. Sobre el altar se En algunas representaciones posteriores
quemaban únicamente algunas porciones de templos fenicios aparece la estela ocu-
selectas de las víctimas (especialmente pando el centro del santuario, precisa-
EL CULTO 163

presión «imagen del sol», o «imagen»,


según las versiones; los diccionarios he-
breos recientes la traducen por «estela
del sol», pensando en los obeliscos egip-
cios (cf. Lv 26,30; 2 Cr -14,3; 34,4.7;
Is 17,8; 27,9; Ez 6,4.6). El término
hebreo es hammanim (siempre en plu-
ral), y los traductores, que no están se-
guros acerca de su significado, lo supo-
nen derivado de un término raro que
significa «sol». Pero esta explicación era
tan sólo una conjetura y pocos se die-
ron por satisfechos con ella.
En las distintas excavaciones practica-
das en Palestina aparecieron pequeños
altares de piedra con «cuernos» en los
ángulos; los más antiguos proceden de
Meguido, y fueron hallados en un san-
69. Moneda acuñada en Biblos. tuario del período israelita, fechables en
tiempos de David o poco después (a co-
mienzos del siglo x). Son altares muy
mente en el lugar en que podría espe- pequeños para haber sido utilizados en
rarse ver colocada la estatua de la divi- la combustión de los sacrificios, y sólo
nidad (il. 69). podrían haber servido para quemar in-
A partir de 1100 a. C. aparece común- cienso. Recientemente apareció uno de
mente en los santuarios cananeos el al- estos objetos en Palmira, al norte de
tar, o altares, para quemar incienso Siria, y pertenece a un período posterior,
(il. 70). En unos ocho pasajes oscuros con seguridad, pero con el término a
del Antiguo Testamento aparece la ex- que nos referimos inscrito sobre su

70. Objetos hallados en Meguido en un edificio del siglo x.


164 ISRAEL Y CANAAN

superficie. Eso nos autoriza a revisar las el piso del cubículo interior había sido
traducciones de nuestras biblias y poner pintado de color azul claro, y todo el
en lugar de la antigua «imagen del sol», interior debió de hallarse profusamente
errónea, «altar de incienso». A juzgar decorado.
por los pasajes' en que aparece esta pala- Se han conservado los restos de un
bra, los círculos religiosos ilustrados de templo cananeo de Laquis destruido hacia
Judá e Israel tenían por pagano este 1220 a. C. en una terrible devastación
objeto y condenaban su uso, junto con llevada a cabo por los hebreos (il. 48).
el de los árboles, los postes y las estelas, Los muros se hallaban en parte enroje-
en los más severos términos. cidos como los de un horno y algunos
Pero los lugares altos eran únicamente objetos de vidrio se habían fundido.
santuarios campestres. En las ciudades También aparecieron fragmentos de mar-
cananeas había templos construidos con fil ennegrecidos y calcinados en otros
mayor refinamiento. Era creencia común casos. Los restos carbonizados de las vi-
que los dioses, al igual que los hombres, gas yacían en el mismo lugar en que
necesitaban casas para vivir. Uno de los habían caído. A juzgar por los objetos
mitos de Ras Shamra nos habla de la hallados se puede asegurar que el edifi-
erección de un templo para Baal; este cio fue reducido a escombros cuando se
templo y otros muchos parecidos han hallaba en pleno uso como santuario. En
sido excavados en Palestina y Siria. En torno a los muros enlucidos había ban-
Beisán ha sido descubierta toda una se- quetas para las ofrendas. A uno de los
rie de templos fechables entre los si- costados había nichos practicados en el
glos xiv y x (il. 59). La estancia princi- muro para guardar las vasijas cuando no
pal del templo, en su forma típica, tenía eran utilizadas. Al frente aparecía la pla-
un acceso en acodo, pues se consideraba taforma elevada para el ídolo, a la que
inconveniente que los curiosos pudieran se ascendía por tres gradas, frente a las
ver el interior desde fuera. El techo de cuales había un hornillo partido en dos,
la cámara principal se apoyaba en dos utilizado quizá cómo un pequeño altar.
columnas, cuyas basas y capiteles eran A la derecha se encontraba un soporte
de piedra, mientras que el fuste era de hueco, y encima de él una vasija aguje-
madera. La estancia se hallaba rodeada reada en el fondo, que se usaría para
por una especie de banqueta corrida y hacer libaciones sagradas. Al lado había
baja, sobre la que probablemente se co- un nicho para las lámparas (candiles de
locaban las ofrendas. Una escalinata lleva aceite con una torcida en el pico). A la
hasta un cubículo, el «santo de los san- izquierda había un depósito de cerámica
tos», en el que, sobre una plataforma, para recoger ofrendas o desperdicios. En
se hallaba colocado el objeto al que se la trasera del_ edificio había otras dos
rendía culto, probablemente una imagen estancias que servirían como almacenes
del dios (cf. también fi. 48). Delante de o para los sacerdotes. Es probable que
las gradas había un altar para sacrificios dentro del santuario no se quemara otra
o para quemar incienso. Nótese que tan- cosa que incienso, mientras que en el
to el tabernáculo de los israelitas como exterior existía un altar para los holo-
el templo de Salomón tenían pequeños caustos, como en los templos posteriores
altares situados delante de la entrada del que nos son mejor conocidos.
«santo de los santos»; al que había en Entre los escombros que rodeaban la
el tabernáculo se llamaba «altar del in- plataforma y en el depósito de cerámica
cienso» (Ex 30,1; 1 Re 6,20; 7,48). En apareció gran cantidad de huesos perte-
uno de los casos se pudo apreciar que necientes a diversas especies de animales
EL CULTO 165

y aves. Se podían reconocer cuatro clases cíones de estas pequeñas figurillas de


distintas de cuadrúpedos: ovejas (o ca- metal, por ejemplo, en Hab 2,19:
bras), toros y dos especies silvestres,
como la gacela y la cabra montés. Es ¡ Ay del que dice a un leño: Despierta, levanta;
a la piedra muda, Dime un oráculo!
muy importante observar que todos los Está forrado de plata y oro,
animales eran jóvenes y que los huesos por dentro no tiene alma.
identificados correspondían siempre a la
parte superior de la pierna derecha. Esto Las imágenes de metal bien conserva-
es justamente lo que cabría esperar, con- das que han podido hallarse responden
forme a la norma bíblica referente a los exactamente a esta descripción; están he-
sacrificios pacíficos. Sobre el altar se chas de cobre o bronce y chapadas de
quemaban únicamente las partes grasas, plata u oro, normalmente imitando las
sin huesos, y la porción destinada a los vestiduras (il. 62). En las ciudades israe-
sacerdotes era la paletilla derecha (Lv 3; litas no se ha encontrado ninguna de
7,32). Es de suponer que el resto sería estas imágenes; más adelante nos ocupa-
consumido por los oferentes fuera del remos del posible significado de este
templo o en una cámara adyacente. Den- hecho.
tro del templo, por consiguiente, era de Han aparecido numerosos objetos que
suponer que sólo apareciesen huesos co- se utilizaban en el culto de los santua-
rrespondientes a las porciones destinadas rios. Ya hemos aludido al soporte hueco
a los sacerdotes, y esto exactamente es sobre el que se colocaba una vasija agu-
lo que se vio en el santuario de Laquis. jereada en el fondo. Se utilizaba para
Algunos de los huesos mostraban señales derramar un líquido sagrado, una liba-
de haber sido cocidos, lo que indica que ción. Un ejemplar de Beisán tiene pe-
la carne sería hervida, seguramente fuera queñas figuras de palomas en las asas y
del santuario. Recordemos de paso que asomando a través de ventanitas, con
el pecado de los hijos de Elí consistió serpientes enroscadas a su alrededor. Las
precisamente en violar esta costumbre palomas y las serpientes parecen simbo-
establecida. En vez de aguardar a que lizar ciertos aspectos de las diosas de la
fuera retirada la grasa de la carne coci- fecundidad. También han aparecido cier-
da y tomar luego la porción que les ro número de modelos de santuarios
correspondía, se apropiaban de lo que les (il. 71), de diversas formas; en uno de
apetecía, que eran las porciones mejores ellos aparecen representados la serpiente,
(1 Sm 2,12ss). la paloma, el león y tres divinidades. Si
En contraste con Egipto y Mesopota- bien sabemos que estos objetos se utili-
mia, en Palestina y Siria han aparecido zaban en el culto de los santuarios, igno-
muy pocas imágenes divinas de gran ta- ramos cuál sería su función exacta, aun-
maño. Si las había en Beisán y Laquis que hay representaciones mesopotámicas
como parece probable, estos ídolos se- en que estos objetos aparecen como so-
rían rescatados de entre las ruinas para portes para depositar ofrendas o conte-
reutilizar el metal de que estuviesen he- niendo plantas sagradas.
chos. Se han descubierto piedras monu- Los cananeos y los semitas en general
mentales con figuras pintadas de dioses creían que bajo tierra se halla el mundo
sobre ellas, así como grandes cantidades inferior, llamado en el Antiguo Testa-,
de pequeñas figurillas de metal, princi- mento « Seol» o, simplemente, «la hoya».
palmente masculinas, la mayor parte de Cuando moría un hombre, descendía al
las cuales corresponde a Baal. En el An- mundo inferior y allí moraba en compa-
tiguo Testamento abundan las descríp- ñía de las «sombras» de los que le ha-
166 ISRAEL Y CANAAN

había utilizado en vida, de los que ten-


dría necesidad, según se creía, en el
mundo inferior. Los objetos más común-
mente hallados en estas tumbas son jo-
yas, armas y cerámica. Platos, copas y
jarras han formado parte invariablemen-
te de todos los ajuares funerarios desde
que se inventó la cerámica, y en ellos se
depositaban alimentos y bebidas para
que sirvieran de provisión al difunto en
su viaje al Seol (il. 20).
Tal era, brevemente, la postura de
Canaán. ¿Cuál fue la reacción de Israel
ante ella?

ISRAEL Y LA RELIGION DE CANAAN

A lo largo de la exposición que hemos


hecho de la religiosidad cananea han ido
apareciendo citas bíblicas en número su-
ficiente para evidenciar; hasta cierto pun-
to, el influjo del mundo semítico en
general y del cananeo en particular sobre
la vida de Israel. Las ideas de los he-
breos sobre el orden cósmico, el cielo,
71. Modelo de santuario. la tierra y el mundo inferior eran las
mismas que profesaba todo el mundo
semítico. Asimismo, en Israel imperaba
la concepción, de que la forma más ade-
bían precedido. Era aquél un lugar in- cuada de culto consistía en el sacrificio
hóspito y tenebroso al que iban a parar de un animal y en la ofrenda de ciertos
todos, sin que importara cómo hubieran dones al santuario, al que se entregaban
vivido antes. En otras palabras, la reli- principalmente las primicias de los cam-
gión cananea ignoraba las ideas de cielo, pos, los ganados y los apriscos. Muchas
resurrección, premios y castigos en el de las normas que regían la ofrenda del
más allá, y lo misma puede decirse de la sacrificio eran comunes a diversos pue-
religión de Israel (hasta los últimos si- blos; hoy sabemos que los ritos sacrifi-
glos antes de la Era cristiana), pues los ciales de que nos habla el libro del Leví-
israelitas compartían con todos los de- tico se tomaron de Canaán. Indicio de
más pueblos semíticos una misma heren- ello es el descubrimiento de los huesos
cia en este aspecto. En consecuencia, las correspondientes a la - paletilla derecha en
costumbres funerarias son idénticas en Laquis. Por ciertos documentos cananeos,
Canaán e Israel. Las tumbas eran comu- especialmente las tablillas de Ras Sham-
nes para todos los miembros de una mis- ra, sabemos que al menos algunos tipos
ma familia (cf. la caverna patriarcal de de sacrificio llevaban en Israel el mismo
Macpela). Los cuerpos eran depositados nombre que en Canaán. Esto nos hace
junto con ciertos objetos que el difunto recordar la afirmación de Amós (5,25)
ISRAEL Y LA RELIGION DE CANAAN 167

en el sentido de que la elaboración de- creación del mundo, a pesar de que mu-
estos ritos sacrificiales no se remontaba chos israelitas complacientes comprome-
a los tiempos de Moisés, tal como pre- tían su patrimonio religioso al rendir
tendían los sacerdotes, y, sin duda, tenía culto a los dioses y diosas de Canaán.
razón el profeta al exclamar: «¿Acaso También nos sorprende la prohibición
me ofrecisteis en el desierto sacrificios, de tener imágenes. «No te harás una
ofrendas durante cuarenta años, casa de i magen esculpida» ni «dioses fundidos»
Israel?». ( Ex 20,4; 34,17). Se trata de un manda-
Basta una lectura superficial del Anti- miento muy significativo, pues nada
guo Testamento para advertir que los igual aparece en el mundo circundante.
círculos religiosos ilustrados de Israel po- La arqueología ofrece pruebas de la an-
dían pensar de una manera, mientras tigüedad de este mandamiento en Israel,
que la masa del pueblo era más compla- ya que hasta el momento no ha sido
ciente con los puntos de vista del mundo hallada imagen alguna de Yahvé entre
entorno, y estaba dispuesta a adoptar las ruinas de ninguna ciudad israelita.
muchas prácticas de sus vecinos, hasta el Es interesante el dato de que las ciuda-
punto de que muchos hebreos, especial- des cananeas poseen toda una serie de
mente en sus primeros tiempos como figuritas, en cobre y bronce, de divini-
nación, se volvieron politeístas o poco dades masculinas, casi todas las cuales se
menos. Fueron tantas cosas las que Is- identifican como de Baal. Pero cuando
rael imitó de Canaán que entre los in- llegamos a las ciudades israelitas, las se-
vestigadores bíblicos ha estado muy ríes de figuritas se interrumpen. Sin em-
difundida la idea de que antes de que el bargo, los hebreos estaban familiarizados
movimiento profético de reacción se pu- con este tipo de imágenes, como lo indi-
siera en marcha, la religión de Israel, can las continuas denuncias del Deute-
al igual que su cultura material, era tan ronomio, Jeremías, Habacuc e Isaías. En
semejante a la cananea que resulta vir- la ciudad de Meguido, por ejemplo, se
tualmente imposible establecer entre am- removió una gran cantidad de escombros
bas una diferencia en cuestiones de im- pertenecientes a los cinco primeros nive-
portancia vital. Pero una vez tomada les de ocupación (todos ellos israelitas),
nota de las semejanzas, los préstamos y sin que se descubriera una sola de estas
el sincretismo, fijémonos ahora en algu- i mágenes'.
nas diferencias. Pero, al mismo tiempo, por contraste,
Lo primero que advertimos en rela- en todas las excavaciones de antiguas vi-
ción con el concepto israelita de Dios es viendas israelitas aparecen grandes canti-
que se le supone solitario, sin ningún dades de figuritas que representan a la
otro ser a su mismo nivel. A lo largo de
todo el Antiguo Testamento es presenta-
' Una excepción a esta regla apareció en las
do como un «Díos celoso», es decir, que excavaciones realizadas el año 1958 en Jasor,
no quiere en modo alguno que el pueblo consistente en una efigie metálica de un dios
caiga de nuevo en el politeísmo, y exige cananeo depositada, junto con otros objetos
que sólo a él rinda culto y obedezca. también metálicos, en una tinaja, entre ellos
un hacha (cf. «The Biblical Archaeologist» 22
Dios no tiene ni esposa ni familia. De [19591 13). Sin embargo, dado que se trataba
hecho, el hebreo bíblico no posee un tér- de piezas heterogéneas de metal recogidas no
mino propio para decir «diosa». Los sabemos con qué propósito, no podemos afir-
círculos religiosos ilustrados no pensa- mar apenas nada en relación con esta figura,
ya que ignoramos de dónde procedía o para
ban, evidentemente, que fuera necesario qué había de servir. Este hallazgo se ha fecha-
un aspecto femenino para explicar la do ca. siglo xi a. C.
16 8 ISRAEL Y CANAAN

mo, en la masa del pueblo. Las gentes


tendrían aquellas figuritas no por razo-
nes teológicas, sino más bien mágicas,
y verían en ellas una especie de amule-
tos de la «buena suerte». No resultaría
sorprendente que en estos círculos poco
ilustrados y muy tolerantes de Israel
apareciera de vez en vez una imagen
de Yahvé, pero el hecho es que el pue-
blo, al parecer, estaba convencido sim-
plemente de que a Dios no se le adora
de esa forma. Hay, por consiguiente,
pruebas claras a favor de la antigüedad
del segundo mandamiento, y, por deduc-
ción, también del primero. Y estas dos
prohibiciones se cuentan sin duda alguna
entre los rasgos distintivos de la fe is-
raelita.
Ya hemos aludido antes al hecho de
que la mitología típica no es caracterís-
tica de la literatura bíblica. El vocabula-
rio israelita de los nombres para desig-
nar a Dios no se toma del ámbito de la
naturaleza, sino exclusivamente del mun-
do social humano. Dios es señor, rey,
juez, pastor, padre, esposo, etc. Estos
términos eran aplicados también a los
dioses del politeísmo, pero se añadían a
otras expresiones, más importantes, to-
madas de la naturaleza, como cielo, tem-
pestad, los cuerpos celestes, la fecundi-
dad, etc. Según la Biblia, la naturaleza,
obra creada por Dios, no contiene formas
en que fijar primariamente la atención
religiosa. La presentación bíblica de la
divinidad en forma humana exclusiva-
mente (antropomorfismo) es un testimo-
nio de las relaciones personales de Dios
72. Figurita de diosa cananea. con la historia y con la sociedad huma-
na, pues la única imagen que cabe for-
marse de Dios es la estampa espiritual
diosa madre, con indicios suficientes de de una persona con la que el hombre
que cada vivienda poseía una o varias de puede establecer relaciones personales.
ellas. Ciertamente, no son tan sensuales Dado que la historia adquiere un va-
como los ejemplares cananeos (il. 72), lor peculiar como ámbito en que se ma-
pero no por ello dejan de constituir una nifíesta la intervención orientadora de
prueba indiscutible de un sincretismo Dios y la revelación de esa actividad, no
muy difundido, con ribetes de politeís- existe un modelo cósmico, intemporal,
ISRAEL Y LA RELIGION DE CANAAN 169

al que deba ajustarse la vida. En vez de pecados. Lo mismo hacía el adorador en


ello, el Dios personal actúa, y también Israel, pero con mucha menos fe en el
debe actuar el hombre. La intervención poder de los ritos, sin que importara
de Dios en la historia tiene carácter de demasiado su ejecución minuciosa para
mediación, es decir, que elige a quien reconciliarse con Dios, a menos que se
quiere y lo orienta hacia el cumplimien- diera simultáneamente un verdadero
to de sus designios, sin que importe que arrepentimiento y una auténtica «conver-
el individuo en cuestión sea o no cons- sión» en la vida. El sistema sacrificial no
ciente de este hecho. El pueblo bíblico poseía ningún poder mágico para obligar
estaba convencido de que formaba una a la divinidad; era tan sólo un medio
comunidad nueva, establecida específica- que el mismo Dios había otorgado a Is-
mente por Dios mismo a través de una rael, y que estaba dispuesto a aceptar
serie de acciones maravillosas, y a la que de sus fieles como forma adecuada de
el Señor había revelado un orden con- rendirle adoración. Pero el pecador «de
forme al que habría de desarrollarse su mano alzada», que no tenía respeto a
vida sobre la tierra. El orden social, por Dios ni a sus semejantes, no podía espe-
consiguiente, no era ni una imposición rar que Dios acogiera complacido sus
humana (como en Mesopotamia) ni un muestras de religiosidad.
orden de creación (como en Egipto), sino Tanto la Ley como los Profetas insis-
una revelación especial que explicaba el ten en la actitud adecuada y en el ver-
significado de la vida diaria y fundamen- dadero arrepentimiento, pues de otro
taba una vocación. La religión bíblica es, modo los ritos carecerían de todo valor.
por consiguiente, la única que dignifica Quedaba así descartado todo el mundo
el trabajo humano hasta este extremo. de la magia pagana, incluido el culto a
El trabajo y toda la actividad moral que los espíritus, la astrología y la adivina-
éste implica, sin embargo, no tienen la ción; lo mismo se hizo con el mundo de
finalidad de implantar el reinado de Dios los demonios; que en el politeísmo era
sobre la tierra. Dios mismo se preocupa responsable de tantas miserias, aunque
de su reinado y se servirá de las obras en la época de transición entre ambos
humanas según juzgue conveniente. El Testamentos se permitió que un sector
trabajo lleno de fe es el servicio de amor de este mundo demoníaco se instalara
y obediencia que presta el hombre a su en los recién inventados dominios de
Señor, y el hombre ha de cumplir este Satán.
servicio porque Dios se lo ha mandado Finalmente, podemos decir que, si
y porque Dios es Dios. La historia es el bien Canaán ejerció un profundo influjo
campo de batalla entre Dios y las fuer- en determinadas esferas de la vida israe-
zas que de él se han extrañado, pero el lita, incluidas ciertas formas del culto, la
futuro está en manos de Dios y se cum- salmodia, el arte, la arquitectura y la
plirán los planes que el Señor manifiesta cultura material, hay una curiosísima di-
en, el presente. ferencia religiosa, además de las que ya
Para rendir culto a este Dios no había hemos mencionado. Se refiere a la his-
inconveniente en recurrir a ciertas fór- toria de los orígenes del mundo, según
mulas que ya habían sido aplicadas por aparece narrada en Gn 1-11. Por lo que
los politeístas, pero su fin y su intención nosotros sabemos, las influencias paga-
diferían en ambos casos. En el politeís- nas sobre estas tradiciones proceden de
mo se presentaba el individuo con sus Mesopotamia, no de Canaán. Ciertamen-
ofrendas ante la divinidad para obtener te, tradiciones como las de la torre de
sus favores y conseguir el perdón de sus Babel (Gn 11), Nemrod (Gn 10), el di-
170 ISRAEL Y CANAAN

luvio (Gn 6-9) y los números 7 y 10 decidieron acabar con la humanidad me-
que aparecen respectivamente en las dos diante una inundación, el dios Ea advir-
listas de los héroes antedíluvianos (Gn 4 tió a Utnapistim y a su esposa que cons-
y 5) son seguramente muy antiguas en truyeran un navío y se salvaran los dos
Israel, y su relación con fuentes meso- j unto con varias parejas de seres vivos.
potámicas debe remontarse al período Después de la tempestad, Enlil se arre-
patriarcal, cuando los Patriarcas vivían pintió de haber provocado aquella inun-
aún en Mesopotamia. Estas tradiciones dación -un acto temerario- y otorgó
son demasiado antiguas como para supo- a Utnapistim la vida eterna. Sin embar-
ner que se debieron al influjo de los do- go, revela a Guilgames que en el fondo
minadores asirios de Palestina durante del mar hay una planta capaz de reju-
los siglos viii y vii a. C., mientras que venecer al hombre. Él héroe consigue
Canaán, según nuestras noticias, no po- apoderarse de ella, pero la pierde en se-
seía nada semejante. guida porque le es arrebatada por una
El caso más conocido, por supuesto, serpiente en su viaje de regreso. La con-
es el del relato de la gran inundación secuencia es que las serpientes pueden
que cubrió la tierra y destruyó todos los renacer, pero la humanidad, privada de
seres vivos, exceptuados los que se sal- esta planta, no tiene esperanza alguna
varon con Noé en el arca. Desde tiem- de vivir eternamente.
pos antiguos se sabía que los babilonios El relato bíblico del diluvio presenta
poseían un relato semejante gracias a los tantas semejanzas con el babilónico que
escritos de un babilonio llamado Beroso, parece clara la dependencia del pri-
del siglo iii a. C. En 1872 publicó mero con respecto al segundo. No sólo
George Smith su descubrimiento de una- el argumento general del relato, sino
versión más antigua de este relato, que también los pormenores de la construc-
había encontrado en la biblioteca de ción de un navío, la suelta de unas aves
Asurbanipal, en Nínive, en 1853. Des- al terminar la inundación, incluidos la
pués hemos sabido que esta versión paloma y el cuervo (el relato babilónicó
depende de fuentes aún más antiguas, habla además de una golondrina), y los
que posiblemente se remontan al tercer sacrificios ofrecidos por el héroe del di-
milenio antes de Cristo. luvio después de que el navío toca tierra
El diluvio babilónico se narra en el en una montaña, son comunes a ambos
Poema, de Guilgames, una larga compo- relatos.
sición poética sobre el antiguo rey de Las diferencias consisten, en primer
Uruk, al sur de Babilonia, que, muy afli- lugar, en que el navío babilónico tocó
gido por la dura realidad de la muerte, tierra en las montañas Zagros, al este de
contemplada al fallecer su amigo Enkidu, Mesopotamia, mientras que el arca bíbli-
se propuso conquistar la inmortalidad. ca «se posó sobre las montañas de Ara-
Después de muchas aventuras, logró rat», en Armenia. Esto significa que el
atravesar las aguas de la muerte y encon- relato del Génesis se basa probablemente
trar a Utnapistim, el único mortal que en una versión de Mesopotamia septen-
había conseguido la vida eterna. Pero trional. En segundo lugar, el relato babi-
Utnapistim no pudo prestarle ayuda al- lónico tiene como rasgo típico el poli-
guna, ya que, en su caso, la inmortalidad teísmo. Cuando se desató la inundación,
era un don singular concedido por Enlil, hasta los mismos dioses se asustaron y
el dios de la tempestad, en circunstan- subieron a los cielos más altos, agazapán-
cias que nunca volverían a repetirse. En dose como perros y aferrándose a los
tiempos muy remotos, cuando los dioses baluartes del cielo. Cuando se retiró la
ISRAEL Y LA RELIGION DE CANAAN

inundación, los dioses, que habían per- aún, el yacimiento no mostraba signos
manecido durante tanto tiempo sin ali- de una interrupción, como consecuencia
mento, olfatearon el suave aroma del del diluvio, como podría esperarse si
sacrificio ofrecido por el héroe y «se aquél hubiera constituido una catástrofe
arracimaron como moscas» sobre él. En total:
tercer lugar, ambos relatos difieren por También han aparecido indicios de va-
completo en cuanto al sentido y propó- rias inundaciones en Kis, Fara y Nínive,
sito. En el relato bíblico, el diluvio ya en Mesopotamia, pero no en otros luga-
no es un acto temerario e irresponsable, res donde hubiera sido de esperar. Por
sino un ejemplo de la justicia de Dios, otra parte, no hay dos de estos niveles
que interviene en la historia para des- de inundación que puedan fecharse en
truir a los pecadores, aunque conserva un mismo período. Todas aquellas inun-
un resto para empezar de nuevo. daciones fueron de carácter puramente
local, y no sobrepasaron el tipo de ca-
Mucho se ha escrito acerca de la his-
tástrofe que aún en nuestros días suele
toricidad del diluvio,, sobre todo desde
producirse cuando los ríos Eufrates y
que Sir Leonard Woolley descubrió un Tigris se desbordan ocasionalmente. He-
estrato «diluvial» en las excavaciones de mos de sacar la conclusión de que el re-
Ur, en Babilonia meridional, el año 1929. lato del diluvio es una exageración de
Este arqueólogo expresó la seguridad de alguna de aquellas inundaciones locales
haber encontrado una prueba del diluvio o que se trata, y ello es mucho más pro-
bíblico en su libro Ur o f the Chaldees, bable, de una antigua tradición que se
cuyas ideas han sido entusiásticamente remonta a los finales de la Edad de
compartidas desde entonces por muchos Piedra, cuando los límites de los océa-
manuales y obras de divulgación. nos aún no coincidían con los actuales.
Desgraciadamente, los datos de la si- Datar esta tradición en época tan remota
tuación no permiten al investigador ser haría posible explicar la amplia difusión
tan confiado. Al parecer, Woolley cavó en toda la tierra de tantas y tan diversas
unos cinco pozos a través de los estratos versiones de una inundación catastrófica.
más antiguos de ocupación en Ur, pero Sin embargo, por alguna razón que nos
sólo en dos de ellos encontró depósitos es desconocida, los cananeos, vecinos de
de sedimentación. De ello se deduce, ló- Israel, no poseían este relato entre sus
gicamente, que aquella inundación no tradiciones. Por lo que se refiere al Asia
llegó a cubrir toda la ciudad de Ur, sino occidental, sólo en Babilonia e Israel
tan sólo una parte de la misma. Más hay noticias del mismo.
BIBLIOGRAFIA

H. Frankfort y otros, El pensamiento prefi- Entre otras publicaciones, merecen especial


losófico (2 vols.; México '1967) es un exce- mención las siguientes: J. Bright, Has Archaeo-
lente estudio de la teología del politeísmo. logy Found Evidence of the Flood?: «The
W. F. Albright, Archaeology and the Reli- Biblical Archaeologist» 5/4 (1942) 55-62;
gion of Israel ( Baltimore 1942), especialmente W. L. Reed, The Asherah in the Old Testa-
los caps. III y IV, sobre la religión de los ca- ment ( Fort Worth 1949), aunque debo indicar
naneos y los primeros israelitas. que no estoy de acuerdo con este autor en
un punto de su cuidadoso estudio, a saber:
M. J. Dahood, Ancient Semitic Deities in que el tipo de objetos designados con este
Syria and Palestine, en S. Moscati (ed.), Le nombre es siempre una efigie de madera, y
antiche divinitá semitiche: Studi Semitici I no, en ciertas ocasiones, un símbolo de ma-
( Roma 1958). dera; H. Wallace, Leviathan and the Beast in
G. E. Wright, The Old Testament Against Revelation: «The Biblical Archaeologist» 11/3
its Environment ( Londres y Chicago) es esen- (1948) 61-68; G. E. Wright, The Terminology
cialmente una elaboración de los datos que of Old Testament Religion and its Signifi-
hemos resumido brevemente en este capítulo. cance: «Journal of Near Eastern Studies» 1
Cf. también J. Bright, La Historia de Israel (1942) 304-414; íd., How Did Early Israel
( Bilbao 1966) 146-81. Dif f er f from Her Neighbors?: «The Biblical
El P. R. de Vaux dedica un capítulo a Árchaeologist» 6/1 (1943).
«Canaán y la civilización cananea» en su ex- [Sobre la idea de la creación en Israel pue-
celente Historia antigua de Israel I, pp. 137- de verse el excelente libro de R. Renckens Así
161. pensaba Israel. Creación, Paraíso y Pecado
Traducciones recientes de los poemas meso- Original ( Madrid 1960). Sobre la divinidad si-
potámicos de la creación y el diluvio por guen siendo básicas las dos obras de G. von
S. N. Kramer y E. A. Speiser en J. B. Prit- Rad, Teología del AT, 2 vols. (Salamanca
chard (ed.), Ancient Near Eastern Texts (Prin- 1972-73), y W. Eichrodt, Teología del AT,
ceton 1950) 37ss y 60ss. En el mismo volu- 2 vols.: I, Dios y pueblo; II, Dios y mundo-
men (pp. 129ss) se hallarán traducciones de Dios y hombre ( Ed. Cristiandad, Madrid 1975):
tres poemas ugaríticos (de Ras Shamra) por Sobre las relaciones con Canaán es fundamen-
H. L. Ginsberg. Cf. también. A. Heidel, The tal W. F. Albright, Yabweh and the Gods of
Babylonian Genesis ( Chicago 1942) y The Gil- Canaan ( Londres 1966. Cf. igualmente C. J. La-
gamesh Epic and Old Testament Parallels buschagne, The incomparability of Yabweh in
( Chicago 1946). the Old Testament ( Leiden 1966)].
CAPITULO VIII

LA EDAD DE ORO
Entonces todos los ancianos de Israel se reunieron y fueron
a entrevistarse con Samuel en Ramá. Le dijeron: «Mira, tú eres
ya viejo, y tus hijos no se comportan como tú. Nómbranos un
rey que nos gobierne, como se hace en todas las naciones...». El
les dijo: «Estos son los derechos del rey que os regirá: a vuestros
hijos los llevará para enrolarse en sus destacamentos de carros y
caballería y para que vayan delante de su carroza... A vuestras
hijas se las llevará como perfumistas, cocineras y reposteras. Vues-
tros campos, viñas y los mejores olivares os los quitará para dár-
selos a sus ministros. De vuestro grano y vuestras viñas os exigirá
diezmos, para dárselos a sus funcionarios y ministros. De vuestros
rebaños os exigirá diezmos. ¡Y vosotros mismos seréis sus escla-
vos! (1 Sm 8,4-17).

La época más espectacular y de mayor de que disfrutaban los campesinos y de


grandeza que conoció Israel se desarro- la prosperidad que alcanzó todo el pue-
lla inmediatamente antes y después del blo. Después de la caída de Siló, hacia
año 1000 a. C. Fueron aquéllos los días 1050 a. C., la situación del pueblo ya
de unas personalidades espléndidas e in- no podía ser peor, con las guarniciones
teresantes -Saúl, David y Salomón- filisteas establecidas en el país montaño-
que dieron ser al Estado de Israel y en so (por ejemplo, 1 Sm 10,5; 13,3) y con
breve plazo lo convirtieron en una na- los propios hebreos sirviendo como mer-
ción de no pequeña importancia en el cenarios en los campamentos filisteos
mundo contemporáneo. En el curso de (1 Sm 14,21). La gran hazaña de Saúl
dos generaciones, aquellas tribus, unidas consistió precisamente en árrojar a los
apenas entre sí por una alianza religiosa, filisteos fuera del país montañoso, mien-
sin otra fuerza para mantener su inde- tras que David se encargaría de reducir
pendencia que la autoridad espontánea su fuerza y sus territorios hasta lograr
de unos jefes carismáticos, se convirtie- que nunca más volvieran a constituir una
ron en Estado fuerte y unido. Aquel amenaza seria. A partir de este momento
pueblo, pobre hasta la desesperación, al- desaparece la hermosa cerámica filistea,
canzó de pronto un alto grado de pros- de excelente factura, con sus graciosos
peridad material y de riqueza. cisnes y sus formas armoniosas. De he-
La arqueología nos ha aportado prue- cho, la cultura material de las llanuras
bas más que suficientes de la abundancia se asemeja cada vez más a la de las zo-
174 LA EDAD DE ORO

nas montañosas, haciendo así patente el el hierro al cobre y al bronce con ven-
desplazamiento del centro de gravedad taja en la fabricación de otras herramien-
político y económico. Por primera vez tas, dada su mayor dureza. Ya se podían
en la historia es el país montañoso el usar clavos de hierro en los edificios,
que marca el «tono» cultural de Pales- mientras que los de bronce siempre ha-
tina, no al contrario, como hasta enton- bían resultado demasiado blandos. Está
ces había ocurrido. Ahora mandaban los clara la importancia de la noticia de
ejércitos de Israel; enérgicos gobernan- 1 Cr. 22,3: «David preparó hierro en
tes trazaban planes para una futura pros- abundancia para los clavos de las puer-
peridad; se inicia un activo comercio con tas y las ensambladuras». Nuestros des-
otros pueblos. cubrimientos nos hablan también de un
Apenas cabe exagerar la importancia aumento de la población, de una mejora
de la derrota infligida a los filisteos y de de las construcciones y de la fabricación
la instauración de un fuerte gobierno de la cerámica, y de una elevación del
central. Ello significó, por una parte, la nivel general de vida. Todo esto aparece
puesta en marcha de una revolución in- claro en las excavaciones, que nos ponen
dustrial. Roto el poderío de los filisteos, en contacto con el primer boom israelita.
la fundición del hierro dejó de ser un Este gran avance de la cultura mate-
secreto y se convirtió en un bien común. rial parece haber ido acompañado de los
La primera herramienta agrícola fechable correspondientes progresos en la vida del
con seguridad es una reja de arado en- espíritu. Al parecer, la literatura israelita
contrada en Gueba, la capital de Saúl. conoció su siglo de oro en tiempos de
A partir de entonces, cada labrador po- David y Salomón. De David se cuenta
seía hachas, azadones, rejas de arado, que fue un poeta y un músico muy há-
hoces y podaderas de hierro. Con ello bil, mientras que Salomón pasa por
mejoraron indudablemente los métodos haber sido un prolífico autor de poemas
agrícolas. y proverbios (1 Re 4,32). Si bien es cier-
Las podaderas y hoces de hierro des- to que de la obra de ambos no es mucho
plazaron a los toscos aperos de pedernal lo que se nos ha conservado, otros es-
( fi. 73) que venían utilizándose desde la critos que han llegado hasta nosotros
Edad de la Piedra. También reemplazó indican que el genio literario israelita
alcanzó un notable desarrollo. El más
extraordinario documento de aquella
época es la historia áulica de David
( 2 Sm 9-20; 1 Re 1-2), un verdadero
testimonio de primera mano acerca de
aquel rey David, que nos lo describe
como un hombre de carne y hueso, muy
hábil y de gran atractivo personal, pero
lleno al mismo tiempo de faltas. El anti-
guo Próximo Oriente no tiene nada que
ofrecernos comparable a este documento,
ya que se trata de un relato vivo, direc-
to y digno de confianza, en que los he-
chos son presentados sin ninguna defor-
mación tendenciosa, hecho raro entre los
historiadores oficiales de cualquier go-
73. Hoces de sílex. bierno, especialmente en el Próximo
74. Ruinas de Gueba. 75. Plano del palacio de Saúl.

Oriente, donde las crónicas de palacio al hecho de que el pueblo creyó que es-
suelen ser dechados de fanfarronería. taba dotado de dones especiales que le
habían sido otorgados por el Señor,
como, efectivamente, era el caso. Se di-
SAUL ferenciaba de los jueces, como Otoniel,
(hacia 1020-1000 a. C.) Barac y Gedeón, sólo por el hecho de
que su jefatura era permanente, no oca-
Las únicas noticias directas que la ar- sional, elegido con esta condición a cau-
queología nos ha proporcionado sobre la sa de la crisis filistea. Pero llevó a cabo
época de Saúl proceden de las excavacio- pocos cambios en la organización del
nes llevadas a cabo en su capital de Gue- Estado. Al igual que en épocas anterio-
ba (fi. 74). Allí aparecen los restos de res, las tribus estaban unidas tan sólo en
su palacio (¡un notable y romántico des- la medida que lo exigieran un peligro
cubrimiento!), que, ciertamente, se ha- común y una necesidad compartida por
llaba en ruinas, sobre las que más tarde todas ellas. No se impuso un sistema re-
se elevaron unas obras de fortificación. gular de tributación. En vez de ello,
La verdad es que no se trataba de gran aquella sencilla corte se sostenía, al
cosa; más que palacio parece una forta- parecer, gracias a los donativos espon-
leza que difícilmente hubieran conside- táneos. Cuando Salomón terminó por
rado morada digna y cómoda los monar- exigir tributos regulares, esta medida
cas de Egipto, Siria o Mesopotamia. Sin provocó un descontento general.
embargo, era, a pesar de todo, la resi- No ha de sorprendernos, por consi-
dencia regia de Saúl, muy en consonan- guiente, el hecho de que Saúl instalara
cia con lo que de este personaje sabemos su corte en su misma ciudad natal de
por los relatos del libro primero de Sa- Gueba, a unos cinco kilómetros al nor-
muel. te de Jerusalén, en una colina que sirve
Saúl no era un gobernante rico, ins- de puesto de vigilancia sobre toda la co-
truido y cosmopolita, sino, ante todo, marca situada en torno. A sus pies dis-
un guerrero, que sacaba los hombros y curría, y aún discurre, la ruta principal
la cabeza a todos los demás israelitas, lo que enlaza con Betel, Siló y Siquén ha-
que significa que medía más de 1,80 m. cia el norte. Sobre esta colina se esta-
de estatura. Era un héroe carismático, bleció un poblado hacia el 1200 a. C.,
exactamente igual que tantos jueces que poco después de que finalizara la fase
le habían precedido, y debía su posición principal de la conquista. No se disponía
176 LA EDAD DE ORO

de una provisión fácil de agua, pero el tible, dado el nivel a que se encontraba
pueblo había aprendido ya a hacer enlu- la nación.
cidos de cal y a construirse buenas cis- Los hallazgos de aquella fortaleza son
ternas excavadas en la roca blanda de la otras tantas pruebas de la sencillez de
colina. Un siglo después, o en fecha lige- vida en aquel momento. Aparecieron
ramente posterior, sobre la aldea se aba- puntas de flecha en bronce y proyectiles
tió una gran catástrofe. Las vigas de para honda, las armas más comunes por
conífera que soportaban los techos ardie- entonces. Se hallaron también una reja
ron, los muros de piedra de las vivien- de arado en hierro, una piedra de amo-
das se hundieron y donde antes se ha- lar, cerámica, torteras de husos, pulido-
bía alzado una ciudad sólo quedaron ras para alisar los pavimentos y grandes
escombros cubiertos de las negras ceni- tinajas para almacenar provisiones (gra-
zas que hallarían luego los arqueólogos. no, vino y aceite), todo exactamente
Parece que todo ello corresponde a la igual que cuanto aparece en las demás
destrucción de que nos habla Jue 20, viviendas israelitas de aquella época. Lo
consecuencia de una contienda entre mismo puede decirse de la cerámica, casi
tribus. toda de usos comunes y escasamente
El palacio-fortaleza edificado por Saúl ornamentada. Abundan los toscos y en-
sobre las ruinas del poblado anterior, negrecidos recipientes de cocina, al igual
como todas las viviendas mejoradas de que los cuencos y copas, cubiertos mu-
su época, tenía al menos dos pisos, el chas veces de un engobe rojo o una capa
superior destinado a vivienda de la fami- de barro y pulimentados mediante una
lia. Un doble muro rodeaba la fortaleza, pequeña espátula de hueso o un guijarro
el exterior muy grueso, de una anchura que deja sobre la superficie líneas para-
que varía entre los 1,95 y 2,25 m. Se lelas o reticulados más brillantes después
utilizó en su construcción piedra apenas de la cochura. Los vasos más finos eran
desbastada, y los intersticios se rellena- los pomos de color negro, muy pulimen,
ron con piedras más pequeñas y lascas. tados, para guardar perfumes o ungüen-
Este sistema de construcción venía apli- tos, así como los jarros de color ocre o
cándose desde siglos atrás y todavía está rosado que en ocasiones aparecen deco-
en uso en Palestina. Los puntos más rados con bandas horizontales de tonos
débiles del recinto eran, por supuesto, rojos o achocolatados.
los ángulos, que un eventual atacante Aquel palacio-fortaleza estaba bien de-
hubiera podido destruir con facilidad, en fendido, pero lo cierto es que fue arra-
prevención de lo cual fueron reforzados sado aún en vida de Saúl. No sabemos
por potentes torres, sobre las que po- cuándo pudo ocurrir semejante catástro-
drían situarse los defensores y arrojar fe, pero las pruebas de que así fue resul-
piedras y flechas contra el enemigo. Des- tan concluyentes. Tal desastre sólo pudo
conocemos las medidas exactas de la deberse a la intervención de los filisteos.
construcción, pero debían de ser al me- Todo debió de ocurrir antes de la gran
nos 51 por 34 m. o quizá más. Se tra- batalla de Micmás, descrita en 1 Sm 13
taba, por tanto, de una construcción bas- y 14. En cualquier caso, el palacio fue
tante grande, mayor de lo conocido hasta reconstruido inmediatamente y según el
entonces entre los israelitas. Pero su rús- mismo trazado anterior, aunque los mu-
tica simplicidad es justamente lo que ros son menos gruesos y más regulares.
cabría espe ar en tiempos de Saúl. Una No sabemos cuál pudo ser el destino de
construcción más refinada hubiera sido la nueva construcción después de la
demasiado do para lo que entonces era fac- derrota y muerte de Saúl en el Monte
DAVID 177

76. Vaso procedente de Meguido, de hacia el año 1000 a. C.

Gelboé (1 Sm 31). Sería nuevamente nes para sus hermanos, que servían en
destruido o fue cayendo poco a poco en el ejército de Saúl, que por entonces
ruinas, sobre las que un siglo después desarrollaba una campaña contra los filis-
o algo más tarde los judaítas edificaron teos en el Valle de Elá, en las fronteras
una torre más fuerte, pero de dimensio- de Judá. David fue presentado a Saúl
nes más reducidas. cuando se ofreció a pelear contra el or-
gulloso gigante filisteo Goliat. El joven
salió victorioso del combate por haber
DAVID sabido utilizar hábilmente su honda, un
(hacia 1000-961 a. C.) arma que un autor moderno ha califica-
do de «terrorífica» después de haber
Hay dos tradiciones acerca del encuen- visto cómo se servía de ella una mano
tro de David y Saúl. La primera nos experta. La honda utilizada en tiempos
dice que David fue presentado al rey antiguos consistía en dos largas cuerdas
para que calmara el «espíritu malo» que con un ensanchamiento de cuero o de
atormentaba al monarca, y que era «há- lana cosido a ellas. Poniendo un guijarro
bil músico, fuerte y valiente, hombre de en esta pieza de la honda y volteándola
guerra y prudente al hablar y de hermo- sobre la cabeza, la piedra se dispara con
sas facciones» (1 Sm 16,18). Se suele tremenda fuerza al soltar uno de los
creer que el instrumento que tocaba Da- cabos. Recordemos que poco tiempo an-
vid era el arpa. Pero hoy sabemos que tes de David había en Israel una tropa
se trataba de la lira, que nos es bien co- selecta de setecientos benjaminitas zur-
nocida por antiguas representaciones dos que eran capaces de disparar piedras
(il. 76). con la honda contra un cabello sin errar
La segunda tradición nos cuenta que el golpe (Jue 20,16).
cuando David era aún un muchacho mar- Se usaban piedras de buen tamaño,
chó en cierta ocasión a llevar provisio- de cinco a ocho cm. de diámetro, de
12
178 LA EDAD DE ORO

77. Antiguos proyectiles de honda.

pedernal o piedra caliza (il. 77). En cual- la línea del carácter de David, a juzgar
quier yacimiento arqueológico de Pales- por lo que de él sabemos, independien-
tina aparecen en tanta cantidad que es temente de la forma en que ocurrieran
frecuente regalarlas como recuerdo. La exactamente los acontecimientos. Al
honda era una de las principales armas igual que Saúl y los jueces anteriores,
usadas en la guerra, y a lo largo de toda tampoco David fue elegido' como jefe
su existencia las ciudades de entonces permanente del pueblo en virtud de un
podían contar con que les serían arro- derecho hereditario al trono, sino por
jados en cantidades ingentes aquellos haber demostrado que poseía dotes ex-
proyectiles. traordinarias, charismata, recibidas direc-
No es ahora nuestro propósito resol- tamente de Dios. Esto hace de él, por
ver el problema que plantean los dos consiguiente, el último de los grandes
relatos acerca del encuentro de David héroes carísmátícos de Israel, pues al
con Saúl o aclarar sí fue efectivamente final de su reinado el trono de Jerusalén
David quien dio muerte a Goliat, tenien- pasó a ser hereditario. Antes hemos in-
do en cuenta la afirmación posterior de dicado que ninguno de los pueblos veci-
que tal hazaña fue realmente llevada a nos de Israel poseía un sistema de go-
cabo por Eljanán (2 Sm 21,19) y otra bierno comparable al de éste, en que los
versión, aún más tardía, de que el muer-
to fue Lajmí, hermano de Goliat (1 Cr ciente propone que el verdadero nombre de
20,5)'. Ambas versiones están muy en David seria Eljanán, y que «David» seria me-
ramente un título. Por las cartas de Mari se
pensó que el término «david» era de uso fre-
' Numerosos investigadores creen que el re- cuente en el Eufrates superior hacia 1700 a. C.,
lato auténtico es el de 2 Sm 21,19; la muerte pero únicamente con el significado de «capi-
de Goliat seria atribuida más tarde a David, tán», En 1958, sin embargo, B. Landsberger
mientras que 1 Cr 20,5 significaría un intento demostró que en Mari no se conocía semejante
de armonizar ambas noticias. Otra solución re- título.
DAVID 179

jefes eran elegidos libremente, rasgo tan ron el Creciente Fértil durante el segun-
típico de Israel hasta este momento. Se do milenio. Cuando Israel se dedicaba a
trata de un ejemplo más de las diferen- consolidar sus posiciones en Canaán, los
cias religiosas y sociales existentes entre arameos se habían extendido hacia el
Israel y sus vecinos. sur, creando uno de sus Estados más
El desarrollo de Israel bajo Saúl y fuertes en la zona que se extiende en
David se dio de mano con el incremento torno a Damasco y convirtiéndose rápi-
del poderío militar. David fue reuniendo damente en los más importantes merca-
su propia banda de guerreros profesio- deres y comerciantes del Asia occiden-
nales estrictamente leales a su persona tal. Dos noticias contenidas en inscrip-
y a nadie más. Más adelante, cuando ya ciones asirias nos informan de que en
había sido proclamado rey, este pequeño tiempos de Asur-rabi II, contemporáneo
ejército admitió nuevos contingentes ex- de David, los arameos se habían apode-
tranjeros, los quereteos y los peleteos, rado del territorio del Eufrates superior,
probablemente cretenses y filisteos, pero que durante un siglo había formado par-
en todo caso gentes de origen egeo cu- te del Imperio Asirio. De ahí se sigue
yos antepasados se habían establecido en que esa conquista debió de tener lugar
Palestina unos dos siglos antes. Había antes de que David derrotara y sometie-
también unos seiscientos guerreros de la ra a Hadadézer, el monarca arameo. Por
ciudad filistea de Gat bajo el mando de ironías del destino, en consecuencia, es
Itay (2 Sm 15,18). A este ejército per- posible que la victoria de David signifi-
sonal se debieron en gran parte los éxi- cara la salvación del Imperio Astrio en
tos guerreros de David, ya que las tro- unos momentos de extrema debilidad,
pas inexpertas que podían reclutarse en cuando se hallaba a punto de ser arra-
las diferentes tribus nunca hubieran po- sado por las hordas arameas. En todo
dido dar cuenta de las poderosas fuerzas caso, estos informes de las fuentes asi-
que se les oponían. En 2 Sm 8, sobre rias vienen a corroborar la importancia
todo, se nos da cuenta de las victorias y la grandeza del ejército reclutado por
logradas por David. Sabemos que ante David.
todo procuró consolidar sus dominios ¿Qué organización iba a tener el nue-
mediante la conquista de las ciudades vo Estado? ¿Era preciso crear un órga-
cananeas de Beisán y Jerusalén, entre no de gobierno, y, en caso afirmativo,
otras, que aún se mantenían indepen- qué ministerios había de incluir? Recien-
dientes. Luego sometió a los moabitas, temente se han aducido pruebas de que
filisteos, amonitas y edomitas, impo- David debió de fijarse en el modelo
niéndoles pesados tributos y prestaciones egipcio para poner en marcha su propia
personales. Finalmente, lo más notable administración. Se han conservado dos
de todo, sometió el gran Estado arameo, listas de funcionarios de David, corres-
cuyas principales ciudades eran Damasco pondientes quizá a distintas etapas de
y Sobá. Como resultado de todo ello, su reinado. La más antigua es la de 2 Sm
Israel se convirtió en el más poderoso 8,16-18, y la más tardía la de 2 Sm 20,
de los pequeños Estados que ocupaban 23-25. Al frente de todo el ejército se
los territorios comprendidos entre el hallaba Joab, mientras que Benayas sería
Eufrates y Egipto. el jefe de la guardia personal de David.
Entre los antepasados de Arán y los Los rivales Sadoc y Abiatar eran sacer-
de Israel, como hemos indicado en el dotes, y el último sería desterrado por
capítulo II, existía una antigua relación Salomón, que sospechó de sus activida-
étnica. Se trata de gentes que invadie- des políticas. Hay otros dos cargos que
180 LA EDAD DE ORO

revisten especial interés. Josafat era «re- lutamente seguro el origen egipcio del
gistrador»; ¿cuáles podrían ser sus fun- escriba de David.
ciones? Se ha supuesto que estarían re- David no tuvo un primer ministro,
lacionadas con los archivos y los anales. ya que, al parecer, se encargó personal-
Pero no resulta difícil, por pasajes mente de gobernar. A partir de Salomón,
posteriores, demostrar que esta ocupa- sin embargo, en cada una de las listas
ción no responde a la importancia atri- de funcionarios hallamos uno que lleva
buida al cargo. Lo interesante es que el el título de «el que está sobre la casa»,
término hebreo original es un equivalen- es decir, sobre la casa real (cf. especial-
te exacto del título que ostentaba en mente 1 Re 4,6; 18,3; 2 Re 18,18).
Egipto el «heraldo real», el funcionario Este cargo corresponde al del visir, o
que regulaba las ceremonias palaciegas primer ministro, egipcio. En Egipto se
y actuaba como intermediario entre el nos han transmitido noticias bastante
monarca, los demás funcionarios y el precisas sobre su cometido. Cada maña-
pueblo. También estaba encargado de na comparecía ante el monarca, le pre-
disponer todo lo necesario para los via- sentaba su informe y recibía instruccio-
jes del rey, y en general era el ministro nes. Después de celebrar una entrevista
real de relaciones públicas. con el secretario del tesoro, mandaba
Otro funcionario importante desde los abrir las puertas de palacio y daba co-
tiempos de David era el «escriba». Tam- mienzo la jornada oficial. Por sus manos
bién este oficio tiene su equivalente en pasaban todos los asuntos del país. To-
Egipto. Su titular estaba encargado de dos los documentos importantes osten-
la correspondencia interior y exterior, y taban su sello. Todos los departamentos
su cometido era el de un secretario pri- estaban bajo sus órdenes: justicia, obras
vado del rey y al mismo tiempo secre- públicas, hacienda, ejército, etc. Este fue
tario de Estado. Los copistas posteriores, el cargo desempeñado por José, al que
al parecer, no estaban muy seguros de dijo el faraón: «Tú estarás sobre mi
cómo se llamaba el personaje que ocupó casa, y mi pueblo se gobernará conforme
este cargo con David, ya que su nombre a tu palabra; sólo te precederé yo por
se corrompió en la transmisión, pero pa- ocupar el trono» (Gn 41,40). En Israel,
rece haber sido Sausá, Sisá o algo pare- lo mismo que en Egipto, el primer mi-
cido. En todo caso, se trata de un nom- nistro tenía unas vestiduras característi-
bre indudablemente egipcio, y es, por cas de su oficio, gobernaba en nombre
tanto, muy posible que David enviara a del rey durante las ausencias o enferme-
buscar a aquel país un funcionario que dades de éste, y en un pasaje se le llega
desempeñara este cargo, un hombre de a dar el título de «padre» del pueblo
confianza, inteligente y que -era lo más (Is 22,21).
importante- supiera escribir. Es intere- Al lado de este grupo de funcionarios,
sante notar que los dos hijos de este in- David parece haber tenido consigo una
dividuo fueron escribas bajo Salomón, organización honorífica, los «Treinta»
y que a uno de ellos se da el nombre (2 Sin 23,13.24; etc.). Con el tiempo,
de Elijóref. El original hebreo de este esta designación dejó de referirse a un
nombre resulta difícil de reconstruir, grupo integrado exactamente por ese
pero con ayuda de las versiones del An- número de individuos, y pasó a designar
tiguo Testamento podemos decir que un cuerpo militar honorífico, una «legión
probablemente era «Elijaf», que signi- de honor», a la que pertenecían hombres
fic «Jaf (Apis, un dios egipcio) es mi valerosos, «los fuertes», que se habían
dios». De ser ello cierto, resultaría abso- distinguido por sus hazañas de excepcio-
LA «CIUDAD DE DAVID»

nal bravura. Uno de ellos había dado eminencias separadas por un barranco
muerte a ochocientos hombres en un que en época romana llevaba el nombre
solo combate; otro, a trescientos; un de Tiropeón (cf. fi. 162). El promon-
tercero dio muerte a un egipcio de gran torio situado al este se llamaba Ofel, y
talla que llevaba una lanza en la mano, con este nombre se le menciona por pri-
pero él le atacó con un bastón, le arran- mera vez en Miq 4,8, mientras que la
có la lanza y con ella lo mató (2 Sm colina del oeste sería conocida más tarde
23,21). Recientemente se ha indicado con el nombre de Sitón. Hacia el oeste
que en Egipto había una organización y el sur discurre el Valle de Hinón,
parecida, y es posible que David se ins- que se usaba, al parecer, como un basu-
pirara en ella para crear la suya. rero; en tiempos del Nuevo Testamento
se tomaría como sinónimo del infierno,
quizá por las hogueras que ardían allí
LA «CIUDAD DE DAVID» constantemente. Al este, separando el
Ofél del Monte de los Olivos, discurría
Cuando David fue constituido rey de el torrente Cedrón, en que se hallaba
Israel y de Judá, se encontró con el pro- situada la principal reserva de agua de
blema de que era preciso habilitar una que se abastecía Jerusalén, la Fuente de
capital neutral. Si se establecía en He- Guijón o de la Virgen. Este manantial
brón, los israelitas podían acusarle de brota de una gran hendidura de la roca,
favoritismo hacia Judá. Si elegía una ciu- de cerca de cinco metros de largo. Al
dad del norte, israelita, los otros harían extremo occidental de la hendidura hay
lo mismo. Para eliminar ambas posibili- una caverna hacia la que corren las
dades, decidió apoderarse de una ciudad aguas. Normalmente, todo el líquido se
situada en las fronteras entre el norte escapa hacia el valle por el extremo este
y el sur, que aún permanecía en poder de la hendidura, pero en tiempos anti-
de un grupo cananeo conocido como los guos había allí un muro que retenía el
jebuseos. De esta forma se convirtió Je- caudal y hacía que el agua corriera hacia
rusalén en la nueva capital regia. Como la caverna. El nombre de «Guijón» sig-
fue tomada por el ejército personal de nifica «Borbotón», pues la fuente no
David, pasó a ser posesión suya, y se le produce un caudal continuo, sino que
impuso el nuevo nombre de «Ciudad de las aguas se recogen en un depósito sub-
David» (2 Sm 5,9). Se nos. dice que terráneo y brotan de manera intermiten-
David reforzó sus defensas, que con ayu- te, con una frecuencia que varía confor-
da de obreros fenicios se construyó en me a las estaciones. Hacia el sur, en el
ella un palacio, reacondicionó allí el ta- punto de confluencia de los valles del
bernáculo y llevó a la ciudad el arca de Hinón y el Cedrón, hay una segunda
la alianza, de forma que a partir de fuente, En-Roguel, donde se celebró la
aquel momento Jerusalén se convirtió gran fiesta preparatoria de la entroniza-
también en el centro religioso de sus ción de Adonías cuando David se acer-
dominios. caba al término de su vida (1 Re 1).
La ciudad de Jerusalén se halla situa- Esta fuente se halla situada en terreno
da en la zona montañosa que ocupa el abierto y no pudo defenderse, como se
centro de Palestina, a unos 750 m. de hizo con la de Guijón.
altura sobre el nivel del mar, en un A partir de 1867 se han venido prac-
punto en que las colinas rocosas se en- ticando numerosas excavaciones en Jeru-
sanchan para formar una pequeña mese- salén y ha sido recuperado gran número
ta, al sur de la cual se alzan otras dos de restos correspodientes a la ciudad an-
182 LA EDAD DE ORO

tigua. Sabemos que el lugar estuvo ocu- 2,40 m., había restos del período hele-
pado ya desde el 3000 a. C., en que se nístico, fechables en los siglos III-II a. C.
datan los restos más antiguos; el actual A partir de este nivel y hasta alcanzar
nombre de «Jerusalén» aparece en tex- los 6 m. de profundidad, los restos ha-
tos egipcios ya en 1900 a. C. Pero el llados contenían cerámica de todos los
rasgo más característico de este emplaza- períodos anteriores, pero por debajo de
miento es que no se encuentran signos los 6 m. volvía a aparecer la cerámica
de que se llegara a formar un tell, es helenística. La única explicación parece
decir, un montículo formado por la su- ser ésta: si los habitantes de la ciudad
perposición de restos correspondientes a se dedicaron en el siglo ii a hacer una
una ciudad sobre los de otra. Las exca- explanación y a arrojar los desechos por
vaciones han demostrado que la ciudad encima de los muros, los primeros mate-
del Antiguo Testamento se hallaba situa- riales en caer serían los correspondientes
da en el Ofel, donde se han llevado a a su propio tiempo, y después irían los
cabo casi todas las excavaciones. Allí han de épocas anteriores. Finalmente, al esta-
aparecido los restos de las más antiguas blecerse de nuevo en aquel sitio, volve-
fortificaciones, pero dentro de ellas no rían a arrojar los desechos de su época
hay una estratificación de las ruinas. sobre los escombros que antes habían
Sólo de una manera puede explicarse tirado. Parece que, efectivamente, eso es
esta curiosa situación, y es que los res- lo que ocurrió.
tos antiguos se barrieron del emplaza- Todas estas observaciones -son necesa-
miento de la ciudad y se arrojaron lade- rias para entender la desalentadora afir-
ras abajo en algún momento entre los mación de que en Jerusalén no se ha
siglos ii y i a. C. Resultado de ello es realizado ningún descubrimiento que
que en la actualidad pueden hallarse en pueda fecharse con seguridad en tiempos
las laderas del Ofel grandes cantidades de David y Salomón. Sabemos dónde
de desechos y abundancia de fragmentos vivieron y alzaron sus edificios, pero
cerámicos y otros restos cuya datación prácticamente todo lo que no sean las
va desde el tercer milenio hasta los si- fortificaciones de la ciudad ha sido des-
glos ii y i a. C. Esto nos recuerda la truido. El mismo amasijo de las compli-
interesante noticia transmitida por Jose- cadas defensas del Ofel resulta muy difí-
fo, el historiador judío, de que a co- cil de desenmarañar y fechar con cierto
mienzos del siglo ii se edificó en aquel grado de seguridad. La primera gran de-
emplazamiento una fortaleza siria que, fensa fue trazada en torno a un sector
hacia 140 a. C., fue demolida hasta los de la colina. Fue una obra tremenda, de
cimientos por el patriota judío Simón, unos 8 m. de anchura en el nivel más
que además ordenó realizar una explana- elevado que ha aparecido y de unos
ción de la colina, en que se emplearon 12 m. en la base. Este muro estaba cons-
tres años. Que esto fue realmente lo truido con sillares tallados a golpe de
ocurrido se ha confirmado ulteriormente martillo, a veces de tamaño considerable,
por un hallazgo realizado con motivo de e irregularmente ensamblados, utilizán-
las excavaciones practicadas a lo largo dose piedras pequeñas para rellenar los
de las fortificaciones de la ciudad. Entre huecos. Entre ambas caras se hizo un
los muros y fuera de ellos se encontra- relleno de grandes bloques de piedra.
ron grandes depósitos de desechos. El En dos lugares al menos, donde se esti-
primer metro y medio estaba lleno de mó que la construcción no era suficien-
cerámica árabe. Debajo de este primer temente sólida para resistir un asedio, se
nivel, a una profundidad entre 1,80 y alzaron grandes bastiones en talud de
LA «CIUDAD DE DAVID» 183

cara al exterior (il. 78). Al oeste se ha de la ciudad, donde vaciaba las aguas
encontrado un acceso fuertemente defen- en un estanque, llamado el «estanque
dido (il. 79). En diversos puntos, donde viejo» (Is 22,11), en la misma desem-
se requería mayor protección, se erigie- bocadura del Tiropeón y extramuros de
ron varias torres. la ciudad.
Este imponente sistema de fortifica- Fue precisamente en el arranque de
ciones se ha venido llamando «jebuseo», este acueducto donde Isaías tuvo su fa-
por creer que fue erigido por los mora- moso encuentro con Ajaz (Is 7,3), si es
dores preisraelitas de Jerusalén. Ha sido que el «estanque superior» de este pa-
reparado en diversos lugares; al lado y saje ha de identificarse con la fuente de
por encima de él se construyeron nuevos Guijón, como parece probable. En otro
muros, que han sido llamados con fre- lugar (Is 8,6) se refiere Isaías al agua
cuencia «davídicos» y «salomónicos». que fluía por este acueducto como «las
Pero la verdad es que todas estas atri- aguas de Siloé, que corren mansamente»,
búciones no pasan de meras conjeturas, y se sirve de ellas como una imagen del
ya que son muy escasos los elementos comportamiento de Dios para con Israel,
de datación. En cualquier caso, aquel y que el pueblo ha rechazado. A conse-
promontorio que avanzaba en punta so- cuencia de ello, afirma Isaías, el Señor
bre el valle se prestaba a una poderosa traerá sobre ellos las aguas del Eufrates,
obra defensiva, y los yebuseos se sen- «fuertes y muchas, y hasta el rey de
tían perfectamente seguros detrás de sus Asiria con toda su gloria». Aquel con-
murallas, provocando a David y gritan- ducto discurría en parte bajo tierra y en
do que bastarían unos cuantos «ciegos parte a cielo abierto. En consecuencia,
y cojos» para impedirle que tomara la se carecía de la adecuada protección para
ciudad. llegar hasta el agua en tiempo de gue-
A lo largo de toda la historia de la rra. Este fue el motivo de que Ezequías
ciudad se puso gran cuidado en asegurar obstruyera el. conducto antes de 701 a. C.
el aprovisionamiento de agua, contando y construyese su túnel (il. 122), del que
con el caudal que brotaba de la fuente hablaremos en el capítulo X. En esta
de Guijón. Testimonio elocuente de ello fecha sería ya el acueducto indudable-
es el complicado sistema de túneles que mente muy antiguo, pero, por desgracia,
se halla en sus inmediaciones. Uno de sobre su datación exacta nada podemos
los primeros intentos de llevar el agua decir, pues nos hallamos en el mismo
más cerca de los que habitaban dentro caso que con respecto a las murallas.
de los muros consistió en abrir un túnel Los cuidados que se tomaron en Jeru-
que desembocaba en una estancia sobre salén con vistas a un adecuado abasteci-
un profundo pozo. Desde la estancia se miento de agua en tiempos de asedio nos
excavó a través de la roca un pasadizo hacen recordar cierto número de instala-
semicircular que medía unos 38 m. en ciones que, con el mismo fin, se llevaron
dirección al manantial. Desde allí, y por a cabo en todo el país. Los mejor cono-
un profundo pozo, podían bajarse cubos cidos son los túneles hidráulicos cana-
y tinajas para recoger el agua. neos de Guézer, Gabaón y Meguido.
El segundo intento parece que tuvo Los de Guézer y Gabaón son semejantes
por motivo el deseo de hacer más có- al de Jerusalén, que acabamos de descri-
moda esta operación. En la escarpa ro- bir; permitían bajar por una serie de
cosa, bajo el borde de la meseta, se gradas hasta el manantial, sin necesidad
excavó un acueducto que iba desde la de salir fuera de las murallas. En Gué-
fuente de Guijón hasta el extremo sur zer se llegaba hasta un manantial situa-
78. Antiguas fortificaciones de Ofel en Jerusalén.
LA «CIUDAD DE DAVID» 185

80. Túnel hidráulico de Guézer.

79. Puerta en el muro de Jerusalén. de forma que el agua fluyera desde el


manantial hasta la base del pozo, reco-
rriendo una distancia de poco más de
do a unos 40 m. por debajo de la super- 50 m. Este túnel y su correspondiente
ficie actual del montículo; los escalónes pozo se excavaron por lo menos en el
del túnel bajan en un ángulo de 38 o 39 siglo XIII O XII y siguieron en uso casi
grados (il. 80). durante toda la historia subsiguiente de
En cuanto a Meguido, se excavó en la ciudad, hasta que el montículo fue
época cananea un ancho pozo de más abandonado en el siglo Iv a. C. (il. 81) s.
de 24 m. de profundidad (cf. il. 2), -que
llegaba hasta el lecho rocoso. Luego se
prolongó la excavación en sentido hori- ' Para la descripción de los túneles hidráuli-
zontal y en. dirección al manantial, situa- cos de Jerusalén, Guézer y. Meguido, confrón-
do al extremo del montículo, mientras tese H. Vincent, Underground Jerusalem ( Lon-
dres 1911); R. A. S. Macalister, The Excava-
que otro grupo de obreros perforaba tion of Gezer l ( Londres 1912) 256ss;
desde el manantial' en dirección al mon- R. S. Lamon, The Megiddo Water System
tículo. Previamente se habían hecho los ( Chicago 1935). Resulta difícil fijar la historia
cálculos precisos para que, al encontrarse exacta del túnel de Gabaón. A su lado había
un gran «estanque», en la actualidad un pozo
los dos grupos que perforaban el túnel, escalonado, de unos 10,5 ms. de anchura y
el error posible en cualquiera de las dos profundidad; los escalones descienden tallados
direcciones no sobrepasara el medio me- en la roca, hasta el agua, que se recoge en
tro'. Luego se rebajó el nivel del túnel, una cueva. En esta cueva fue hallada una va-
sija de ca. siglo vii, mientras que todo el pozo
escalonado se rellenó durante los siglos vi-v
2 El túnel hidráulico de Ezequías en Jerusa- antes de Cristo. Esta instalación, por consi-
lén se excavó de manera semejante. Era, sin guiente, es de suponer que sea posterior al
embargo, mucho más largo, y también fue ma túnel; cf. J. B. Pritchard, «Biblical Archaeolo-
yor el margen de error (cf. pp. 241ss, infra). gist» 19 (1956) 66-75.
186 LA EDAD DE ORO

A partir del siglo xiv, todas las ciu- 1 Re 10,28-29, de acuerdo con W. F. Al-
dades tenían prácticamente en cada casa bright, como sigue:
una o más cisternas en el subsuelo para «Y los caballos de Salomón provenían
recoger el agua de las lluvias invernales. de Egipto y de Cilicia [en Asia Menor,
Algunas de estas cisternas son tan gran- donde se criaban caballos muy buenos].
des que podrían abastecer del agua nece- Los mercaderes del rey se los procuraban
saria a varias familias o incluso a toda en Cilicia al precio, corriente; de Egipto
la comunidad durante un buen período se traía cada carro al precio de seiscien-
de tiempo. En el montículo de Laquis se tos siclos de plata y cada caballo (de
cavó a comienzos de la época israelita Cilicia) al precio de ciento cincuenta.
un pozo en vez de un túnel. Cuando se Y así (a este precio) los entregaban por
encontró, la boca aparecía cegada por la medio de ellos a todos los reyes de los
construcción del muro defensivo exte- hititas y a todos los reyes de Arán [la
rior. Después de mucho esfuerzo se con- zona de Damasco y más hacia el nor-
siguió limpiarlo y pudo verse que medía te] ».
más de 40 m. de profundidad y que aún El siclo, como la actual libra esterlina,
manaba agua hasta una altura de cerca era ante todo una medida de peso, y re-
de 5 m. sobre el fondo. sulta difícil de calcular en moneda actual.
Sin embargo, tenemos la impresión de
que un carro egipcio debía de costar mu-
SALOMON EN TODA SU GLORIA cho a Salomón, y nos asombra pensar
(hacia 961-922 a. C.) por cuánto lo revendería luego él a los
reyes arameos del norte.
David dio al reino toda su extensión También se nos informa de que, para
y poder, pero a Salomón correspondió controlar el comercio de Arabia, mandó
añadirle esplendor. David fue un guerre- construir Salomón, con ayuda de los feni-
ro; Salomón, en cambio, parece que se cios, una flota con base en Esyón-Gué-.
propuso como ideal la imagen de un ber, el puerto situado en el brazo nor-
gran señor rico, mundano y culto, y, oriental del Mar Rojo, al sur de Edom.
como tal, se puso afanosamente a la ta- Esta flota hacía un viaje cada tres años
rea de introducir una nueva nación en a Etiopía y el Yemen, es decir, que em-
el mapa del mundo civilizado. Desgra- pleaba en la ida y vuelta un año entero
ciadamente no poseemos tantas noticias y parte de otros dos. Aquellos navíos
sobre su personalidad como desearíamos, regresaban cargados de oro, plata, marfil
y tampoco sabemos mucho sobre los y dos clases de monos' (1 Re 9,26 y
acontecimientos que jalonan su reinado. 10,22). La visita de la reina de Sabá,
Sin embargo, nuestras fuentes nos ha- sin duda alguna, tuvo por objeto no
blan de sus grandes construcciones y de sólo contemplar el esplendor de Salo-
sus actividades comerciales. Fortificó Je- món, sino establecer con el rey una serie
rusalén, construyó en la ciudad su pala- de acuerdos comerciales en mutuo bene-
cio, los edificios administrativos y el ficio. Varios descubrimientos arqueológi-
templo. También edificó por todo el cos de gran importancia han venido a
país «ciudades de aprovisionamiento», demostrar que Salomón fue también un
así como las «ciudades para los carros y gran magnate del hierro y del cobre y
para la caballería». Fue un gran comer- que levantó la mayor fundición jamás
ciante, que traficaba con carros y caba-.
llos y abastecía de ellos a todos los pue- ' No pavos reales, como traducen algunas
blos vecinos. Hoy podemos traducir versiones.
SALOMON 187

conocida en todo el antiguo Próximo


Oriente, pero de esto hablaremos más
adelante.
Para mantener su espléndida corte y
financiar aquel vasto programa de cons-
trucciones 'hubo de recurrir Salomón a
los impuestos sobre el pueblo, aparte de
los tributos que percibía de los reinos
vasallos. Con este fin dividió el Israel
del norte en doce distritos administrati-
vos, cuyas demarcaciones sólo correspon-
dían aproximadamente a las de las anti-
guas tribus (1 Re 4,7ss), colocando al
frente de cada uno de ellos un funciona-
rio cuyo principal cometido consistía en
asegurar que su distrito aportara durante
un mes de cada año las provisiones que
exigía la corte. Esto debió de constituir
una pesada carga para los distritos, a
juzgar por las cantidades de alimentos
que consumía la corte, y que, según se 81. Túnel hidráulico de Meguido.
nos dice, consistían en treinta cargas de
flor de harina y sesenta cargas de hari-
na, diez bueyes cebados y veinte bueyes de tierra, que aún se eleva al costado
de pasto, cien reses menores y numero-' occidental hasta alcanzar los 7 m. Esta
sas piezas de caza, así como otros tipos terraza medía unos 31 m2, aunque en el
de cérvidos (1 Re 4,22-23). siglo siguiente fue ampliada hasta alcan-
Los arqueólogos han descubierto va- zar los 77 m2. A este tipo de palacio o
rios indicios de esta distribución por dis- ciudadela sobre una plataforma debía de
tritos en diversos lugares. En Betsemes responder el Milló («¿relleno?») que
(il. 56), por ejemplo, una de las más David hizo en Jerusalén (2 Sin 5,9). La
i mportantes ciudades del distrito origi- única finalidad que cabe atribuir a estas
nalmente ocupado por la tribu de Dan, construcciones con grandes naves, que
es probable que se haya encontrado la aparecen en diversos lugares de toda Pa-
residencia del jefe de distrito; Ben-De- lestina, como ha demostrado el profesor
quer, aunque no ha sido totalmente exca- Albright, es la de almacenar grano y
vada. En sus inmediaciones se hallaban otras provisiones. Los gruesos muros y
los cimientos de una gran construcción los pisos elevados servían evidentemente
con tres largas y estrechas naves. Los para evitar el robo de las mercancías allí
muros eran muy gruesos, y el piso se guardadas. De ser ello cierto, como pa-
hallaba originalmente muy por encima rece, tendríamos aquí las pruebas de
de los actuales cimientos. En la ciudad aquellas «ciudades de aprovisionamien-
de Laquis (il. 47), en el distrito de Judá, to» del tipo que se dice haber sido cons-
apareció una organización semejante, con truido por Salomón. Las construcciones
la residencia y el edificio de gruesos mu- de Betsemes y Laquis, sin embargo, son
ros al lado, con sus largas y estrechas anteriores a la época de Salomón; proba-
naves. El palacio se hallaba erigido so- blemente fueron edificadas por David.
bre una terraza con el interior relleno Esta conclusión, basada en la fecha de
188 LA EDAD DE ORO

82. Reconstrucción del palacio de Meguido. Siglo ix a. C.

la cerámica hallada en las ruinas, tiene La gran ciudad de la llanura de Esdre-


gran importancia, pues podría resolver lón, Meguido, nos ha proporcionado nue-
un problema que ha venido preocupando vos datos sobre las construcciones salo-
a los investigadores. Mientras que Salo- mónicas. El gobernador de la provincia
món dividió el norte de Israel en distri- de Meguido vivía en un palacio fortifi-
tos administrativos, según 1 Re 4,7ss, cado, defendido por su propia muralla,
no se dice que hiciera nada parecido en en el que se penetraba por una puerta
el sur, en Judá. ¿Significa esto que otor- cubierta (il. 82). Esta fue, al parecer, la
gó a Judá una situación privilegiada, residencia de Baaná, hijo de Ajilud
como muchas veces se ha supuesto, de (1 Re 4,12). El patio había sido terra-
forma que los habitantes del sur no te- plenado y pavimentado con mortero de
nían que pagar los mismos impuestos cal. El muro presenta una construcción
que sus vecinos del norte? La respuesta
sería hoy que Salomón no organizó admi- con seguridad una organización gubernamental,
nístrativamente Judá porque ya lo había ya que ciudades y lugares se enumeran por
hecho David anteriormente. La única distritos administrativos, pero datan esta lista
descripción detallada de los distritos en tiempos del rey tosías, en el siglo vli, y la
utilizan para ilustrar la historia de este reina-
administrativos de Judá es la que apa- do. Cf. M. Noth, Historia de Israel ( Barce-
rece en Jos 15,21-62, aunque, en su for- lona 1966) 201s, con las referencias allí cita-
ma actual, esta enumeración data de los das. F. M. Cross Jr. y G. E. Wright han
tiempos de Josafat, en el siglo zx s. aducido nuevas consideraciones que sugieren
una datación en el siglo ix; cf., de estos
autores, The Boundary and Province Lists o/
' Los investigadores alemanes Albrecht Alt the Kingdom of Judah: «Journal of Biblical
y Martin Noth han probado que Jos 15 refleja Literature» 75 (1956) 202-36.
SALOMON 189

83. Plano de la puerta salomónica de Meguido.

que será típica de Israel a partir de este contrarse con' tales construcciones, puesto
momento, aunque probablemente fue co- que Meguido era una de las ciudades
piada de los fenicios. En vez de edificar dedicadas por Salomón al acuartelamien-
todo el muro con sillares bien escuadra- to de carros. El grupo de establos situa-
dos, se insertaban a intervalos de aproxi- do al este fue construido a lo largo de
madamente un metro fuertes pilastras de una calle pavimentada que corría hacia
sillares finamente labrados, mientras que el sur a partir de la puerta de la ciudad.
entre pilastra y pilastra se tendía un ce- El modelo típico de establo poseía espa-
rramiento de mampostería rústica. La cios para dos filas de caballos que daban
finalidad de este edificio era, probable- frente a un pasadizo central. Estaba em-
mente, administrativa en primer lugar, pedrado con cantos rodados. Había pos-
aunque es posible que también sirviera tes con amarraderos, que servían además
de acuartelamiento para un corto núme- como soportes de la techumbre, separan-
ro de soldados en funciones de policía. do los pesebres de piedra, uno para cada
Los arqueólogos que han trabajado en caballo. En la parte sur de la ciudad se
Meguido nos dicen que la ciudad del adosaron al muro cinco de estos esta-
siglo x poseía a sus costados este y sur blos juntos, con las puertas a un gran
unos establos para albergar caballos en patio pavimentado en cuyo centro se
número de unos cuatrocientos cincuenta instaló un abrevadero (il. 105). La mu-
(cf. fi. 85, 105). Ciertamente, de acuer- ralla del período de los establos era una
do con 1 Re 9,15-19, era de esperar en- sólida construcción de unos 3,5 m. de
EDAD DE ORO

W. F. Albright y el que esto escribe,


estaba fortificada mediante un muro de
casamatas que se extendía entre pesadas
torres o baluartes hasta llegar a la puer-
ta. No sabemos exactamente qué son las
otras grandes construcciones que cerraba
este muro junto a la residencia del go-
bernador (fi. 82), ya que los trabajos
desarrollados por Yadin han demostrado
que el fuerte muro en «entrantes y sa-
lientes», así como los mayores complejos
de establos, corresponden al estrato IVA,
del siglo ix. Sin embargo, es muy pro-
84. Reconstrucción de la puerta de Meguido.
bable que los establos fuesen el desarro-
llo de unas obras iniciadas por Salomón
en el estrato VA-IVB.
espesor, con entrantes y salientes (fi. 83 Quizá la más espectacular entre las
y 84) por la parte en que giraba siguien-
obras de fortificación salomónicas de
do la curva del extremo del montículo. Meguido es la puerta de la ciudad en el
Durante la primavera de 1960 dirigió extremo norte del montículo (il. 83
Yigael Yadin, de la Universidad Hebrea, y 84). Desde la llanura inferior se acce-
una pequeña cata exploratoria en Me- de a la puerta por una escalinata o por
guido. Bajo la pesada fortificación en una rampa que serviría para los carros
«entrantes y salientes» descubrió otras y carretas, para atravesar luego una
dos líneas defensivas unidas por muros puerta doble, sin duda alguna cubierta
perpendiculares, que formaban un tipo para asegurar una mejor defensa. Des-
de defensa llamado «muro de casama- - pués de atravesarla y girar bruscamente
tas», conocido anteriormente en los ni- a la izquierda, se llega a la puerta prin-
veles correspondientes al siglo x en di- cipal, también cubierta y protegida por
versos centros provinciales de Judea, torres flanqueantes. Dos grandes batien-
como Betsemes y Debir. Esta construc- tes de madera, asegurados a unos postes
ción no hubiera podido aguantar un fuer- verticales, giraban en cajas de piedra. En
te ataque con arietes, a menos que los momentos de peligro se cerraban los ba-
espacios intermedios -«casamatas»- se tientes y se atrancaban por dentro. Ha-
llenaran de tierra, pero constituía una bía además cuatro accesos, uno detrás de
buena base para instalar encima una otro, y cada cual con su «sala de guar-
ancha plataforma de madera con parape- dia», en que podían replegarse los ba-
tos en que los defensores tenían amplio tientes y que además servían para que
espacio para maniobrar. Además de esto, la guardia, parcialmente protegida, ma-
había señales de que en los puntos más niobrara para impedir cualquier intento
vulnerables se levantaron torres o ba- de forzar las puertas. Es interesante el
luartes bien construidos. Debajo de uno dato de que el plano de las puertas salo-
de los complejos formado por establos mónicas de Meguido (estrato VA-IVB),
halló Yadin uno de estos baluartes. Esto con sus cuatro accesos, es precisamente
significa que nunca se había investigado el que describe Ezequiel como plano de
realmente la verdadera ciudad salomó- las -puertas que conducen al patio del
nica. Llamada «estrato VA-IVB» por templo de Salomón (Ez 40,5-16). Por
SALOMON

85. Ruinas de un sector de los establos de Meguido.

otra parte, la puerta del estrato IVA, 4,15). Ya hemos hecho referencia a los
del siglo ix, sólo tiene tres accesos, y trabajos de investigación realizados en
dos la del estrato III, del siglo viii. este yacimiento por un equipo de la Uni-
Lo más singular en relación con la versidad Hebrea bajo la dirección de
puerta salomónica y el baluarte del mis- Yigael Yadin (il. 29 y p. 83). En la ciu-
mo período descubierto por Yadin es el dad del período israelita había grandes
hecho de que están hechos de sillares edificios oficiales, incluida la residencia
finamente labrados y encajados, un tipo del gobernador, así como los locales ad-
de construcción que aparece ahora por ministrativos de los siglos ix y VIII (es-
primera vez en Israel, indudablemente tratos VIII al V; fi. 107). La zona en
por influjo fenicio. Desde este momento que se hallaban todas estas construccio-
hasta el siglo viii, este tipo de construc- nes estaba rodeada por una muralla de
ción, con sillares perfectamente encaja- casamatas perteneciente al estrato X, del
dos, caracterizará todas las obras arqui- siglo x (il. 86). El muro era del mismo
tectónicas regias en Israel y en Judá tipo que los hallados en Meguido, Bet-
(il. 100). semes y Debir, aunque en el siglo ix se
Otro centro provincial del gobierno erigió encima un sistema defensivo más
israelita era Jasor, capital administrativa compacto, lo mismo que ocurrió en Me-
de la Galilea oriental (Neftalí; 1 Re guido. Dentro de este muro se incluía
192 LA EDAD DE ORO

86. El muro de las «casamatas» y la puerta de lasor.

una puerta de cuádruple acceso (il. 86). recuerdo del pasado y en su lugar se
Si bien el tipo de construcción no es tan estableció un gobierno centralizado.
fino como el de la puerta de Meguido
del siglo x (estrato VA-IVB), sus dimen-
siones son exactamente las mismas. En MONOPOLIO DE SALOMON
los planos de las excavaciones de Guézer SOBRE LA INDUSTRIA
ha encontrado Yadin una puerta seme- METALÚRGICA DE PALESTINA
jante, en que hasta ahora no se había
reparado. De este modo, el pasaje de Las exploraciones desarrolladas por
1 Re 9,15, en que se nos dice que Jasor, Nelson Glueck en el gran valle de la
Meguido y Guézer fueron las ciudades Arabá, al sur del Mar Muerto, y en
fortificadas por Salomón a continuación Esyón-Guézer, el puerto marítimo de
de Jerusalén, ha tenido una elocuente Salomón en el Mar Rojo, nos han reve-
confirmación arqueológica. lado un aspecto insospechado de las acti-
Todo ello, por consiguiente, nos apor- vidades comerciales de aquel monarca.
ta '• s pruebas de que David y Salomón Al este de la Arabá se alzan las forma-
introdujeron grandes cambios en la vida ciones rocosas más arcaicas de Palestina
de Israel. El sistema de los distritos, go- y Transjordania. Estas rocas están for-
bernados por funcionarios designados madas por areniscas blandas y contienen
por el rey de Jerusalén, significó el fin numerosas vetas de minerales de cobre
del viejo sistema tribal, que sólo serviría y hierro. Las exploraciones han puesto
en adelante para fines genealógicos. La en claro que estos minerales eran explo-
confederación de las tribus pasó a ser un tados durante el período de Salomón y
SALOMON Y LA INDUSTRIA 193

87. Horno para la fundición del cobre en Khirbet Jariyeh.

en los siglos siguientes con mayor inten- Estos campamentos cercados eran segu-
sidad que en cualquier otra época de la ramente necesarios para asegurar el pací-
historia. Recordemos una descripción de fíco desarrollo de todas las operaciones,
la tierra prometida que nos ofrece el pero, como ha indicado su excavador,
Deuteronomio (8,9): «Cuyas piedras son también tenían otro objeto: el de impe-
hierro y de cuyas colinas podrás extraer dir que los obreros se fugaran, En otras
cobre». palabras, se trata de campos de concen-
Cerca de las minas aparecen pequeños tración, pues es muy probable que las
hornos en que el mineral recibía su pri- minas estuvieran atendidas por esclavos,
mer tratamiento (fi. 88). A su alrededor tanto cuando estaban bajo dominio israe-
se amontonaban las escorias, que hoy lita como cuando, más tarde, se apode-
son un excelente indicio para el investi- raron de ellas los edomitas. Pocos para-
gador en sus exploraciones. Cerca de jes de la tierra resultarán menos adecua-
algunos de estos montones de escorias dos para un trabajo tan duro. El agua
se encontraron recintos cercados que ro- había de traerse normalmente de muy
deaban las cabañas de los mineros y los lejos, y por todas partes no se veía otra
hornos de fundición, con más montones cosa que desolación; el calor era tan te-
de escorias en los espacios intermedios. rrible que los trabajos sólo podrían ha-
13
194 LA EDAD DE ORO

88. Lado sur de la fundición de Esyón-Guéber.

cerse durante el otoño, el invierno y la restos del puerto, pero en su lugar fue
primavera. Ningún israelita libre hubiera exhumada una gran fundición, la mayor
ido a trabajar allí, como no fuese a la que ha aparecido en el Próximo Oriente
fuerza, y es probable que sólo esclavos ( fi. 88 y 112). Su primera construcción
del gobierno estuvieran adscritos a esta data del siglo x, casi con seguridad, por
clase de trabajos. Durante los comienzos tanto, de los tiempos de Salomón. En el
de la Era cristiana, muchos siglos des- ángulo noroccidental de la gran construc-
pués, hay autores por cuyas noticias sa- ción fue descubierto un enorme edificio.
bemos que los trabajos mineros en uno Se advirtió en seguida que era una es-
de estos emplazamientos eran ejecutados tructura de un tipo nuevo, pues los
por trabajadores esclavos, criminales o muros de las estancias presentaban do-
cristianos, condenados a esa pena a causa bles filas de agujeros que los atravesa-
de sus fechorías o sus convicciones. ban. A través de la parte media de los
Aún más sorprendente que estos des- muros maestros discurre un sistema de
cubrimientos fue el de Esyón-Guéber. El conducción de aire en el que desembo-
arqueólogo comenzó a excavar pensando can los agujeros de la fila superior, que
que encontraría las ruinas del puerto ma- sólo podían ser chimeneas, y todo el con-
rítimo de Salomón, ya que fue allí pre- junto no era otra cosa que un gran hor-
cisamente donde el monarca botó su no de fundición. Áquí se traía el mineral
flota (1 Re 9,26). No aparecieron los que recibiera su primer tratamiento a
SALOMON Y LA INDUSTRIA 195

pie de mina y luego se depositaba en das en el siglo siguiente, pero cuyo ras-
crisoles dentro del horno. Después se tro ha desaparecido por completo, aun-
llenaba la cámara interior de leña y ma- que las reconstrucciones, si de tales se
tojos y se le prendía fuego. El tiro de trata, se han conservado bien.
las chimeneas hacía que el fuego alcan- Al describir este emplazamiento, su
zara la temperatura suficiente para fun- descubridor dice lo siguiente:
dir el metal, que luego se convertía en «Es fácil imaginar las condiciones
lingotes para su embarque. Los hornos existentes hace unos tres mil años, cuan-
que se han descubierto en Palestina se do por primera vez se concibió la idea
encargarían luego de refundir el metal de edificar este lugar y luego se llevó a
y convertirlo en utensilios por fundición la práctica tan brillantemente. Fue nece-
o a martillo. Las manchas verdosas que sario reunir miles de trabajadores, darles
el cobre ha dejado sobre los muros de albergue, alimentos y protección en el
la fundición y de los hornos a que nos lugar elegido para levantar los edificios.
hemos referido constituyen la prueba De hecho, la mayoría estaba integrada
final, si es que era necesaria, del carác- probablemente por esclavos, a los que
ter y el uso a que estaban destinadas era preciso vigilar y estimular en el tra-
aquellas construcciones. bajo. También hubo que reclutar técni-
A primera vista, uno de los rasgos cos de todo tipo. Fue necesario formar
singulares de la fundición de Esyón-Gué- grandes caravanas para el transporte de
ber es su mismo emplazamiento. No hay los materiales y alimentos, y poner en
agua en sus inmediaciones y es uno de marcha una eficaz organización comercial
los parajes más ínhóspitos de toda la que canalizara la productiva corriente de
zona. A un lado se hallan las colinas de materiales en bruto y productos elabo-
Edom, que se adentra en Arabia. Por rados o semielaborados. Sólo había un
el otro se divisan las de Palestina, que hombre, por lo que nosotros sabemos,
se prolongan hacia el Sinaí. En conse- que poseyera - la fuerza, la riqueza y la
cuencia, la fundición queda en medio de perspicacia necesarias para emprender y
una corriente de aire, de cara a la furia desarrollar aquella empresa tan compli-
de los vientos y de las tempestades de cada y especializada. Esta persona era el
arena que soplan por la Arabá desde el rey Salomón. Sólo él en su época tenía
norte. Y ésta debió de ser orecisamente la capacidad, la visión y el poder reque-
la razón que motivó el que se eligiera ridos para establecer un importante cen-
aquel lugar. Las chimeneas del horno es- tro industrial y el correspondiente puer-
taban orientadas hacia el norte, con lo to marítimo a una distancia relativamen-
que se aseguraba suficientemente un te tan grande de la capital, Jerusalén...
fuerte tiro. Su amplia red de actividades se extendía
El plano de la fundición era sencillo. desde Egipto hasta Fenicia, desde Ara-
Se hallaba en el centro de un gran patio bia hasta Siria. Esyón-Guéber representa
fabril, a cuyo alrededor, por la parte, de una de sus más grandes realizaciones,
fuera, se desarrollaba una hilera de cá- aunque haya permanecido desconocida
maras de fundición y viviendas. Estas hasta hoy» 6.
estancias se apoyaban en un muro que
rodeaba el gran patio y que probable-
mente servía también como muralla de-
fensiva. Es posible incluso que todo el
conjunto estuviera rodeado de murallas 6
N. Glueck, The Other Side ol the Jordan
aún más fuertes, que fueron reconstrui- (New Haven 1940) 98-99.
196 LA EDAD DE ORO

EL TEMPLO DE SALOMON tenida velada intentando recomponer el


plano conforme a las medidas que dan
Hasta ahora no nos hemos fijado en los pasajes citados, para lo que podrá
el lugar donde Salomón desplegó su ma- recurrir también a la ayuda de los dic-
yor interés como constructor. Se trata cionarios y comentarios bíblicos. Hace
de Jerusalén, la ciudad en que hizo le- tiempo se cayó en la cuenta de que la
vantar su palacio, el templo y los edifi- visión de Ezequiel en el capítulo 41 de
cios administrativos. La ciudad jebusea su libro contiene unas mediciones deta-
del Ofel, conquistada por David, resul- lladas que concuerdan con las de 1 Re 6
taba demasiado estrecha para los planes y al mismo tiempo las suplementan, has-
de Salomón, que, en consecuencia, hizo ta el punto de que quizá conserven en
terraplenar un amplio espacio hacia el parte los datos de una extensa descrip-
norte y lo incluyó en la ciudad mediante ción del templo salomónico perdida hace
nuevas murallas. Allí, con ayuda de los mucho tiempo. No faltan, sin embargo,
fenicios, emprendió su obra, y desde investigadores que dudan en fiarse mu-
aquellos tiempos hasta nuestros días ésta cho de esta descripción, a causa de su
ha sido la zona sagrada más famosa de fecha y su carácter visionario. Sin embar-
la historia universal. go, el peso de los últimos descubrimien-
La más grande entre sus maravillas tos ha llevado a numerosos arqueólogos
arquitectónicas fue el templo, una obra a fiarse cada vez más de ella.
espléndida en que el rey puso su mayor Pero aun conociendo las dimensiones
interés. Fue construido ante todo como del templo, algunos datos sobre su pla-
una capilla real, cuyos sacerdotes eran no y la descripción de la forma en que
fue construido, no nos sería posible ima-
miembros de la corte y estaban directa-mente a las órdenes del rey. El centro ginárnoslo sin saber algo más acerca de
religioso de ;Israel y Judá quedaba de la forma en que las gentes de aquella
este modo unido a la corte real, con lo época construían sus templos. ¿Adónde
que se palió el peligro de desunión que hemos de dirigir nuestras miradas? ¿Es-
amenazaba al pueblo. Ningún sumo tudiaremos los grandes templos egipcios
sacerdote podría erigirse en jefe del Es- para reconstruir el de Salomón conforme
tado, como ocurría, por ejemplo, en a aquel modelo? Algunos lo han inten-
Egipto. tado, pero, según nuestras noticias, no
Se han hecho diversas tentativas para han acertado. ¿Tomaremos como orien-
reconstruir idealmente el templo, pero tacíón los grandes templos mesopotámi-
hasta hace pocos años se carecía de da- cos? También lo han hecho así muchos
tos arqueológicos suficientes para ello, investigadores, uno de los cuales al me-
lo que permitió a muchos escríturístas nos quería ver en la «casa» (como la
dar rienda suelta a su imaginación arqui- Biblia llama frecuentemente al templo)
tectónica y artística. Hoy ha cambiado de Salomón un típico templo asirio. Hoy
la situación, pues se han realizado diver- sabemos también que esta teoría es
sos descubrimientos que inciden directa- errónea.
mente en este problema. El libro primero de los Reyes nos
El primer paso para esta reconstruc- informa de que Salomón se aseguró la
ción del templo consiste en estudiar la ayuda de Jirón, rey de Tiro, que le pres-
descripción y las dimensiones que nos taría su concurso material y sus consejos
ofrecen 1 Re 6 y Ez 41. Quien posea técnicos. De esta forma, mientras Israel
dotes para la arquitectura o le interesen ponía la mano de obra, Jirán proporcio-
los rompecabezas podrá pasar una entre- nó los arquitectos y los artesanos espe-
EL TEMPLO DE SALOMON 197

89. Querubines guardianes del árbol sagrado.

cializados que llevarían adelante los pla-


nos de construcción y dirigirían las
obras. Para hacernos una idea de cómo
era el templo de Salomón, por consi-
guiente, habremos de estudiar primero'
qué clase de edificios acostumbraban
levantar los artesanos fenicios. ¿Cuáles
eran sus habilidades en este terreno?
Desgraciadamente, no son bien cono-
cidos el arte y la arquitectura religiosos
de Fenicia en esta época, ya que se han
realizado pocas excavaciones en los nive-
les contemporáneos de sus ciudades. Pero, 90. Palacio de Teli Tainat, en Siria.

por las noticias que es posible sacar de


acá y de allá, estamos hoy en condicio-
nes de levantar un tanto el velo de este tina, y es de suma importancia el hecho
misterio. Los diversos tesoros artísticos de que su plano resulta muy semejante
que han sido descubiertos, consistentes al del templo de Salomón en Jerusalén.
en colecciones de marfiles, en plaquitas Por supuesto, otros varios edificios de
para chapar o para labores de incrusta- este período han sido designados con el
ción, nos permiten imaginarnos lo que nombre de templos. Esto es cierto espe-
se quiere significar cuando se nos habla cialmente en relación con Palestina, don-
de los «querubines y palmas y flores de toda construcción de regular tamaño
abiertas» en 1 Re 6,35 (cf. il. 89). Las ha sido catalogada como un templo por
excavaciones del Instituto Oriental de la unos u otros en diversos momentos, a
Universidad de Chicago en Tell Tainat menos que hubiera pruebas evidentes de
(la antigua Hattina), en Siria, han exhu- lo contrario. Hoy, sin embargo, podemos
mado la pequeña capilla del siglo viii afirmar categóricamente que en Palestina
que edificaron los monarcas de esta ciu- no se ha descubierto ni un solo templo
dad (il. 90). Se trata del único templo (distinguiendo este tipo de construcción
contemporáneo de los reyes israelitas de los santuarios) correspondiente al pe-
descubierto hasta ahora en Siria o Pales- ríodo entre el 1000 y el 600 a. C, De
198 LA EDAD DE ORO

91. Reconstrucción del templo de Salomón.

ahí la gran importancia de la capilla re- ( fi. 91). Acercándonos a la entrada por
cientemente exhumada en Tainat. Otros el este, advertimos que todo el edificio
descubrimientos han venido a ilustrar se alza sobre una plataforma de 2,70 m.
aspectos diversos del templo salomónico; de altura aproximadamente (Ez 41,8) '.
a los que nos referiremos en el lugar Una escalinata de diez gradas nos lleva
correspondiente. hasta la entrada, a ambos lados de la
Imaginémonos por un momento que cual se alzan dos columnas exentas, lla-
nos hallamos en lugar del sumo sacerdo- madas «Firme» y «Fuerte» (1 Re 7,21),
te israelita, y que podemos penetrar en nombres que probablemente correspon-
los edificios y echar una mirada en torno dían a las primeras palabras de las ins-
cripciones que ostentarían en su superfi-
cie. Estas columnas estaban hechas de
bronce, y su altura, incluidas las basas

' La medida habitual de longitud entre los


hebreos era el codo. El codo ordinario tenía
44,5 cms., y es el que hemos tenido en cuenta
aquí a efectos de simples cálculos. Es posible,
sin embargo, que en el templo se aplicara el -
codo sagrado o real, que medía unos 52 cms.
Si pretendiéramos ser absolutamente exactos,
en este caso tendríamos que añadir proporcio-
nalmente esta diferencia a las medidas que
damos a continuación. [Sobre el templo de
Salomón cf. J. Jeremias, Jerusalén en tiempos
92. Reconstrucción del altar de los holocaustos. de Jesús ( Madrid, Ed. Cristiandad 1975)].
EL TEMPLO DE SALOMON 199

y los capiteles profusamente labrados, en otra (Ez 41,18ss). La luz, difusa que
sería de aproximadamente 11,25 m. La cae desde lo alto, el delicioso olor a ce-
circunferencia de los fustes mediría unos dro, la delicada decoración de los muros,
5,40 m. Su finalidad no está clara pero la altura de la estancia, las ofrendas y el
se ha sugerido que vendrían a ser unos ajuar, pero sobre todo el saber que en
pebeteros gigantescos para quemar el sa- la estancia siguiente se encuentra el tro-
grado incienso. Su enorme tamaño debió no de Dios, hacen sentir la santidad, el
de constituir un espectáculo impresionan- misterio atrayente y temible a la vez,
te para los israelitas, y la tarea de fun- la certeza de una presencia que inspira
dirlas no resultaría fácil ni siquiera en temor.
nuestros días. Pero todo esto no es sino En torno a la estancia se halla colo-
el principio de las maravillas del templo, cado el ajuar sagrado: el candelabro de
que nos atrae no tanto por sus dimen- oro, la mesa de los panes presentados
siones cuanto por su armonía, belleza y y el pequeño altar embutido (¿o cha-
buen gusto. pado?) de oro. Este último aparece
Después de subir las gradas y atrave- directamente ante una nueva escalinata
sar la puerta, nos hallamos en el-vestí- que conduce a la cámara siguiente y
bulo, conocido como el Ulam, una estan- mide 90 cm. en cuadro por la base
cia de 4,50 por 9 m. aproximadamente; y 1,35 m. de alto. De haber vivido en
frente a nosotros se abre una puerta una ciudad cananea varias generaciones
doble, de 4,45 m. de anchura, decorada atrás, no nos resultaría desconocido este
con palmeras, flores y querubines de elemento, pues los cananeos acostumbra-
entalladura, que brillaban al darles la ban colocar una mesa o altar igual en
luz, por el oro embutido en la obra es- sus templos y precisamente ante las
cultórica (1 Re 6,35). Atravesando esta gradas que conducían al «santo de los
puerta, entramos en la estancia más am- santos», situado en alto, y en que se ins-
plia del santuario, el Hekal, el «lugar talaba la imagen del dios. En este pe-
santo», - en el que la luz penetra por va- queño altar se depositaban ofrendas de
rias ventanas (1 Re 6,4) practicadas en incienso, que se suponían muy agrada-
los muros bajo el techo, lo que nos per- bles a la divinidad.
mite contemplar el interior. La estancia Rodeando el altar y subiendo los pel-
mide 18 m. de largo por 9 m. de ancho daños, abrimos otra puerta igual que la
y 13,50 m. de alto; el piso es de ma- anterior, pero más pequeña, y penetra-
dera de ciprés y las paredes están forra- mos en el «lugar santísimo», o «santo
das de cedro, de forma que no podemos de los santos», que en realidad se llama-
ver los bien escuadrados sillares de que ba Debir, «oráculo», pues aquélla era la
han sido construidos los muros y los ci- morada especial de Dios: La estancia tie-
mientos, con los que nos habíamos fami- ne forma cúbica, de unos 9 m. de lado,
liarizado en Meguido. El techo es plano, y carece en absoluto de ventanas. Sólo
apoyado en grandes vigas de cedro. la ilumina la luz que penetra por la
Puertas y muros se decoran con palme- puerta desde el Hekal; también esta cá-
ras, flores abiertas, cadenas (2 Cr 3,5) mara exhala el perfume del cedro y ello
y querubines, todo ello tallado en la ma- nos indica que sus paredes están cubier-
dera y embutido de oro. Las palmeras tas de esa madera procedente de los
dividen los muros en paneles y en cada famosos bosques que Jirán posee en el
uno de éstos aparece un querubín de do- Líbano. Pero nuestra atención se siente
ble rostro, uno de hombre, mirando en inmediatamente atraída por las finas
una dirección, y otro de león, mirando líneas de dos grandes querubines escul-
200 LA EDAD DE ORO

pidos en madera de olivo, de cuatro 13-17, su aspecto general era el de- uno
metros y medio de altura y chapados de de aquellos templos escalonados babiló-
oro. Sus rostros nos miran, y sus alas, nicos (zigurrat; fi. 92). Estaba compues-
cada una de 2,25 m. de largo, aparecen to de tres pisos, los dos inferiores pro-
extendidas, como si aquellas criaturas se yectándose al exterior 45 cm. más que
dispusieran a emprender el vuelo; las el siguiente, de forma que en torno a
alas proyectadas hacia afuera tocan los ellos se formaba un rebaje. La platafor-
muros norte y sur de la cámara, y las ma superior era un gran hornillo para
que se tienden hacia dentro se tocan quemar los sacrificios; tenía unos 5,40
a mitad de la estancia. Resulta difícil metros de lado, y en sus cuatro esqui-
ver en la oscuridad, pero lo más proba- nas sobresalían unos «cuernos» de 45
ble es que el arca se encuentre deposi- centímetros de alto. Era llamado harel,
tada en el suelo, entre los querubines, que probablemente significa «montaña
bajo las alas extendidas de éstos, en el de Dios», lo que evidentemente es una
centro de la estancia (1 Re 8,6). etimología popular para explicar un tér-
Salimos del Debir caminando reveren- mino acádico que se referiría al mundo
temente de espaldas, y después de cerrar inferior o a la montaña cósmica en que
las dobles puertas, abandonamos con ra- se creía que moraban los dioses. Al cos-
pídez el interior del templo y recorre- tado este había una escalinata seguida
mos la plataforma que lo rodea por el que llevaba hasta la parrilla del altar.
exterior. Tenemos mucho espacio para Todo el conjunto se apoyaba sobre una
movernos, ya que hay una anchura de plataforma que le servía de cimiento,
2,25 m. entre la base del edificio y el asentada sobre el pavimento, llamada
borde de la plataforma. En los costados «fondo». Este curioso nombre se tomó
norte y sur se abren sendas puertas. Pe- probablemente de Babilonia, donde la
netrando por una de ellas nos encontra- plataforma en que se apoyaba la «torre
mos con una escalera que conduce a dos de Babel» (Etemenanki) recibía el.nom-
pisos. superiores, en cada uno de los cua- bre de «fondo de la tierra» o «fondo
les puede verse una serie de pequeñas del mundo inferior».
estancias, cuyos techos se apoyan en un El «mar de bronce» es un gran reci-
rebaje de los muros maestros del tem- piente de 4,5 m. de diámetro y 2,25 m.
plo. Cada uno de los pisos es 45 cm. de alto (il. 93). Está hecho de bronce
más ancho que el inferior, y las peque- fundído; el metal alcanza un espesor de
ñas estancias sirven, al parecer, para 7,60 cm. y el borde aparece como un
guardar los tesoros del templo, los mu- trenzado, «a semejanza del borde de una
chos objetos usados en el culto. copa, parecido a una flor de lirio» (1 Re
Volviendo a la fachada del templo y 7,23ss). Descansa sobre doce toros agru-
situándonos junto a las grandes colum- pados de tres en tres, dirigida cada terna
nas, «Firme» y «Fuerte», podemos ob- hacia uno de los cuatro puntos cardina-
servar todo el. patio que se extiende les. Se calcula que el recipiente pesaría
delante. Los más espectaculares objetos entre 25 y 30 toneladas, algo descomu-
que se ofrecen a nuestra vista son el nal; podríamos compararlo con la gran
gran altar de los sacrificios y el mar de campana de San Pablo de Londres, que
bronce, ambos de enormes dimensiones. pesa tan sólo diecisiete toneladas y me-
Del altar se dice que tenía 4,50 m. de dia. El mar de bronce y los fustes de las
alto y que era de base cuadrada, con grandes columnas del templo debieron
9 m. de lado probablemente (2 Cr 4,1). de suponer toda una hazaña técnica por
A juzgar por la descripción de Ez 43, las dificultades que presentaría su fundi.
ARQUITECTURA DEL TEMPLO 201

es muy probable que tuviera un signifi-


cado simbólico. El mar tenía gran impor-
tancia en la mitología de Canaán y Babi-
lonia. Para los babilonios era la fuente
última de toda vida y fecundidad, pero
también era la morada del Leviatán ca-
naneo, el dragón del caos. El mar de
bronce de Salomón, por consiguiente, al
igual que los querubines y las columnas,
tenían tras de sí una larga historia de la
teología y el simbolismo de Canaán, y
93. Reconstrucción del mar de bronce. por este motivo fue colocado en el tem-
plo. Pero tenía un destino seguro. Valía
demasiado el metal de que había sido
ción. No tenemos más remedio que hecho. El rey Ajaz retiró los toros que
asombrarnos ante el genio de Jirán, el le servían de base para pagar el tributo
broncista, que, «lleno de ciencia, cono- al rey asirio en el año 734 a. C., y los
cimiento y habilidad para toda clase de babilonios rompieron el recipiente y se
trabajos en bronce», fundió aquellas pie- llevaron los fragmentos después de la
zas en los barrizales del valle del Jordán, toma de Jerusalén el 587 a. C. (2 Re
no lejos del punto en que desemboca en 16,17 y 25,13).
este río el Yabic (1 Re 7,13ss.46). Se
nos dice también que «el peso del bron-
ce no se podía calcular». Podemos creer EL TEMPLO DESDE EL PUNTO
que todo el metal que se empleó en las DE VISTA ARQUITECTONICO
construcciones de Salomón hubiera alcan- Después de nuestra rápida visita a
zado un precio prohibitivo de no ser por todo el edificio del templo y una vez
el hecho de que el rey poseía las minas examinados los principales objetos insta-
de la Arabá, de las que se extraía el mi- lados en su explanada, podemos detener-
neral que luego era fundido en sus gran- nos a reflexionar sobre cuanto hemos
des hornos de Esyón-Guéber. visto. Hoy sabemos que todos sus ele-
Una noticia posterior nos dice que el mentos, uno por uno, encajan perfecta-
mar de bronce servía para las abluciones mente en el panorama del arte asirio.
de los sacerdotes (2 Cr 4,6). En cual- 1) El esquema de edificio con vestí-
quier caso, contenía unos 45.000. litros bulo y columnas exentas nos va siendo
de aguas, que se destinaban a uno u cada vez más familiar por los datos que
otro tipo de abluciones. Pero ¿por qué estamos adquiriendo acerca de la arqui-
se le dio el nombre de «mar»? Josefo, tectura asiria. Se ha discutido si las dos
el historiador judío, nos dice que se hizo grandes columnas estarían en la misma
así a causa de su tamaño. Sin embargo, puerta o flanqueándola por la parte de
fuera. En el templo asirio excavado por
La cifra que da 1 Re 7,26 para la capaci- el Instituto Oriental en Tainat se hallan
dad del mar de bronce ha sido considerada colocadas en el acceso al vestíbulo. Pero
anacrónica. De este problema se ha ocupado un pasaje de 2 Cr (3,15-17) afirma ex-
un astrónomo con ayuda de los últimos datos plícitamente que «Salomón hizo delante
sobre la medida hebrea de capacidad llamada
«bat»; cf. C. C. Wylie, On King Solomon's de la casa dos columnas... Y colocó las
Molten Sea: «The Biblical Archaeologist» 12/4 columnas delante del templo, una a la
(1949) 86-90. derecha y otra a la izquierda». Ha apa-
202 LA EDAD DE ORO

recido cierto número de paralelos en el El templo de Salomón, por consiguien-


Próximo Oriente con los que pueden te, era un típico templo fenicio. Salo-
compararse las columnas de Jerusalén. món, que se había empeñado en dar a
2) Otra conexión de la arquitectura Israel un puesto - digno en el mapa del
del templo con el norte de Asiria y Feni- mundo civilizado, tomó de sus vecinos,
cia es el detalle del revestimiento de ce- culturalmente más avanzados, todo el
dro que se hizo en el interior. Se trata ajuar y las suntuosidades del culto. De
de algo prácticamente desconocido en este modo, la arqueología puede confir-
Mesopotamia, pero en el norte tenemos mar por su cuenta lo que ya sospechá-
varias ilustraciones de esta técnica. Como bamos por el relato del Antiguo Testa-
de paso, 1 Re 6,36 nos dice que los mu- mento. que el reinado de Salomón señaló
ros del patio del templo estaban cons- el momento cumbre del sincretismo reli-
truidos «con tres hiladas de sillares y gioso en Israel. Las concepciones religio-
una hilada de vigas de cedro». Este deta- sas originales de Israel se corrompieron
lle parece tener paralelos estrictos en a causa de la adopción de ciertas ideas
Ras Shamra, en Asiria, mientras que en paganas, y ello precipitó el gran conflic-
otros lugares se aplicó un sistema pare- to profético cuyo objeto era precisamen-
cido, a base de combinar la madera con te combatir aquellas novedades. Salomón
el ladrillo o la piedra. fue un personaje cosmopolita; pero el
3) Pero lo más fenicio de todo es la destino de Israel según los grandes pro-
decoración labrada, las palmeras y las fetas desde los tiempos de Elías en ade-
flores abiertas (a las que hay que añadir lante consistía precisamente en ser un
las cadenas mencionadas en 2 Cr 3,5) pueblo «separado», resistente a la co-
colocadas a modo de encuadramiento de rrupción pagana que se extendía a su
los paneles, así como los querubines que alrededor y entregado al verdadero co-
ocupaban el interior de éstos. Diversas nocimiento de su Dios y a la tarea de
colecciones de marfiles fenicios, con fuer- hacer que «la justicia se derrame cómo
te influencia del arte egipcio, nos mues- las aguas». Israel, por consiguiente, es-
tran en qué consistía este tipo de deco- taba preparado para contemplar la des-
ración. Al mismo género corresponden trucción de todo aquello que significó la
los capiteles, profusamente trabajados, obra salomónica y el triunfo definitivo
de las columnas, con su «labor de lirios", », de los planes de Dios.
decorados con «encajes y trenzados de
cadenas», en que aparecía insertado gran
número de granadas fundidas en metal EL AJUAR DEL TEMPLO
(1 Re 7,15ss).
4) No cabe duda de que los fenicios La conclusión que hemos establecido
tomaron de los egipcios la idea de ilu- acerca de Salomón y de su templo se ve
minar las estancias mediante ventanas confirmada aún más por los objetos de
colocadas bajo el techo, por encima de culto que se destinaron al servicio del
las cámaras laterales y alrededor de la mismo. Examinemos algunos de ellos.
estancia más amplia. También parece Ante todo, ¿qué eran los querubines?
probable que el tipo de edificio a que ¿Por qué se colocaron dos de aquellos
corresponde el templo represente una tremendos seres alados en el «santo de
etapa en la larga historia de nuestras los santos» y por qué se destacaban sus
modernas catedrales, que a través de la figuras sobre los muros y las puertas?
arquitectura griega y romana se rémonta En el siglo i d. C. se había olvidado
hasta la de Asiria y Egipto. ya su origen y el historiador judío Jo-
EL AJUAR DEL TEMPLO 203

sefo nos cuenta que «nadie puede decir bras: «Y cabalgó sobre un querubín y
cómo eran». De lo que podemos estar voló» (2 Sm 22,11; Sal 18,10; cf. Ez
seguros es de que no se parecían en 10,20). Al parecer, en la religión israeli-
nada a los encantadores jóvenes alados ta, igual que en otros cultos del Próximo
del arte renacentista, cuya figura se re- Oriente, se creía que los querubines eran
monta a los cupidos alados del arte gre- los seres de que se servían los dioses
corromano. Algunos investigadores pen- para trasladarse de un lugar a otro. Re-
saron que se trataba de los grandes toros cordemos que en Gn 3,24 se dice que
alados tan difundidos en Mesopotamia. fueron colocados dos querubines al orien-
Pero, si examinamos el arte de Palestina te del Edén para guardar el árbol de la
y Siria, advertiremos que aquellos mons- vida. Esta es exactamente la idea que
truos eran prácticamente desconocidos subyace a los querubines y las palmeras
en está zona. Al cabo de un proceso de que aparecían tallados sobre los muros
eliminación nos encontramos con que un y las puertas del templo. En el arte feni-
querubín sólo podía ser una cosa: una cio es muy frecuente el motivo de los
esfinge alada, es decir, un león con alas dos querubines enfrentados con el árbol
y cabeza humana. Este es el ser alado en medio de ellos. Los querubines guar-
más popular en el arte fenicio y apa- dianes del árbol son un tema muy co-
rece reproducido en muchos objetos ar- mún en las series de marfiles, y este
tísticos encontrados en casi todas las hecho, junto con el pasaje citado del
excavaciones practicadas en esta zona. Es Génesis, nos aporta un nuevo indicio del
lo único a que podían parecerse los que- significado religioso que se atribuía a
rubines. aquellos extraños emisarios divinos.
¿Por qué se recurrió a estas figuras Además del altar y el mar de bronce,
para adornar el templo? Entre los mar- se dice que el artífice traído por Salo-
files de Meguido aparece una placa en món, Jirán, fabricó otros muchos uten-
que se nos muestra a un rey cananeo silios de varias clases para los servicios
sentado en su trono (il. 41); es de hacia sacrificiales del templo. Se fundieron
1200 a. C. El trono es una silla a la que diez lavabos y sus correspondientes so-
sirven de soporte dos querubines. Otros portes con ruedas, todo en bronce. Se-
reyes cananeos fueron representados en gún el cronista, servían para lavar los
tronos semejantes. Del mismo modo que instrumentos que habían sido empleados
los monarcas eran entronizados sobre para quemar los sacrificios. En las exca-
querubines, también el Dios de Israel vaciones han aparecido recipientes de
es designado muchas veces como «el que este tipo, con o sin ruedas. Uno de ellos,
se sienta (o está entronizado) sobre los encontrado en Ras Shamra, tiene grana-
querubines». En la religión oficial israe- das que penden del recipiente (il. 94),
lita estaba prohibido hacer imágenes de que es otro de los adornos descritos al
Dios; se creía, por tanto, que su presen- hablar de los capiteles que remataban
cia invisible tenía por trono los dos las columnas «Firme» y «Fuerte» (1 Re
grandes seres híbridos colocados en el 7,20).
«santo de los santos», del mismo modo Es poco lo que sabemos en relación
que eran representados tantos dioses y con los candelabros de oro y la mesa
reyes del Próximo Oriente. de los panes presentados. Los descu-
¿Cuál era el significado religioso de brimientos arqueológicos nos sugieren
los querubines? La verdad es que se tra- varias posibilidades, pero nada hay abso-
ta de algo muy vago. Un fragmento de lutamente seguro en ninguno de ambos
un antiguo himno contenía estas pala- casos. ¿Qué podemos decir, por otrá
204 LA EDAD DE ORO

95. Paleta, incensario y tridente.

94. Lavabo hallado en Ras Shamra. nocidos poemas de Ras Shamra, pero los
contextos no nos ayudan a identificarlas.
También resultan un tanto misteriosos
parte, sobre las paletas y los tenedores los «despabiladores». Ni siquiera se sabe
(2 Cr 4,16), las tenazas, copas, despabi- si el término hebreo correspondiente sig-
ladores, calderos, cucharones y badiles nifica eso en realidad. A juzgar por su
(1 Re 7,49ss)? Si realmente se trata de raíz, cabría pensar que se trata de un
instrumentos religiosos de uso frecuente, instrumento para avivar las mechas de
alguna posibilidad habrá de identificar- las lámparas. Los «calderos» son otro
los. Lo cierto es que podemos hacerlo instrumento imposible de identificar,
en algunos casos, pero no en todos. pero el contexto bíblico sugiere que
Se conoce una paleta de Meguido, fe- debía de consistir en un recipiente para
chable hacia el 1300 a. C.; en Betsemes las libaciones, en los que probablemente
ha aparecido otro objeto semejante, de se recogía la. sangre de los sacrificios
la misma época (fi. 95). De acuerdo con para verterla sobre los cuernos del altar
ciertos pasajes del Génesis y de Núme- o en cualquier otro punto en que se
ros, en relación con los sacrificios y el deseara efectuar una libación con sangre
altar se usaban unos tenedores. En el ( Ez 43,20). Los recipientes para las liba-
relato de Elí (2 Sm 2,13ss) se utiliza ciones nos son bien conocidos por los
este instrumento para sacar la carne de relieves mesopotámicos, pero aún no han
los recipientes en que se cuece. En las sido identificados como tales y con toda
excavaciones se han hallado varios ejem- seguridad en Palestina.
plares de estos tenedores de tres púas, Afortunadamente, nos son bien cono-
utilizados desde tiempos muy antiguos. cidos los «cucharones». El significado .
Las tenazas serían de un tipo grande primario del término hebreo con que
que aparece con cierta frecuencia en las son designados es el de «palma»; en Pa-
excavaciones. Las «copas», en cambio, lestina y Siria han aparecido numerosos
no han podido ser identificadas hasta recipientes con una mano esculpida por
ahora. Debieron de utilizarse en el culto la parte convexa (con lo que el recipien-
cananeo, ya que el nombre con que son te viene a corresponder a la palma de
designadas aparece tres veces en los co- la mano), fechables entre el 1000 y el
SIGNIFICADO TEOLOGICO DEL TEMPLO 205

600 a. C. (il. 95). En el recipiente des- en este sentido, podía ser llamado «hijo»
emboca un tubo hueco, lo que nos plan- de Dios (2 Sin 7,14; Sal 2,7). La reale-
tea la cuestión de para qué serviría. La za tenía en todas partes una misma fina-
explicación más obvia y convincente es lidad: asegurar una justicia interna y ex-
que se trataba de incensarios; el tubo terna y, al mismo tiempo, constituir una
hueco permitiría soplar para que se que- garantía de defensa (1 Sin 8,20). Por las
mara mejor el incienso. Un relieve egip- leyendas que han aparecido entre los do-
cio parece confirmar esta teoría. Lo malo cumentos de Ras Shamra, en el norte de
es que en estos instrumentos apenas han Siria (cf. capítulo VII, supra), sabemos
aparecido señales de fuego. Otra expli- que el ideal cananeo era un rey «que
cación es que se utilizaban para hacer j uzga la causa de la viuda, resuelve el
libaciones; el mango hueco se conectaría caso del huérfano», palabras que resul-
con otro recipiente que, al ser inclinado, tan muy familiares al lector habitual de
haría fluir el líquido en cuestión hacia la Biblia (cf. Is 1,17; Jr 22,3). Es muy
la cazoleta del «cucharón». Es ésta una probable que cuando Israel adoptó de
explicación muy forzada, pero todo lo sus vecinos la monarquía tomara tam-
anterior nos obliga a reconocer que la bién las concepciones con ella relaciona-
opinión del lector será tan buena como das, unos ideales que constituirían la
cualquier otra. Los «badiles» no han base de la imagen del Mesías, el gober-
sido identificados, pero es de suponer nante ideal de los tiempos futuros 9.
que se utilizarían para llevar al altar o Una de las principales funciones reli-
retirar de él las brasas. giosas del rey en Babilonia consistía en
La explicación que hemos dado acerca presidir las fiestas de Año Nuevo, en
de los instrumentos que componían el que tenía importancia capital la repre-
ajuar del templo demuestra que es aún sentación de un drama sagrado en que
mucho lo que está por hacer, pero al volvía a librarse y ganarse el combate de
mismo tiempo ilustra el hecho de que la creación. El monarca hacía el papel
es imposible una traducción exacta del del rey de los dioses en aquel drama;
Antiguo Testamento sin una previa la- era creencia que con ello quedaba ase-
bor arqueológica y una mayor atención gurado para un año más el orden de la
a sus resultados. naturaleza. Aquellos dramas del politeís-
mo se apoyaban en el principio de la
magia simpática, en la idea de que lo
semejante produce lo semejante. En su
SIGNIFICADO TEOLOGICO DEL TEMPLO acción imitativa, el rey podía identifi-
carse con un dios y llevar a cabo lo que
En el antiguo mundo politeísta, la el mismo dios había hecho, pues para la
realeza y el templo eran dos institucio- mentalidad politeísta lo semejante se
nes que conjuntaban el mundo divino y identifica en cierto modo con aquello a
el humano. En Egipto, el monarca rei- que se asemeja. Además del drama divi-
nante era el hijo encarnado del sol divi- no del combate de la creación, había
no, En Mesopotamia era el representante otras grandes celebraciones litúrgicas en
elegido por los dioses para regir la socie- que el rey representaba el papel prota-
dad terrena. De este modo, el trono
recibía un respaldo divino, y su ocupante
era considerado «hijo» adoptivo de los 9
H. L. Ginsberg, Ugaritic Studies and the
dioses. En Israel se concebían las cosas Bible:: «The Biblical Archaeologist» . =8/2
de manera semejante, y por ello el rey, (1945) 50.
206 LA EDAD DE ORO

gonista, y que por celebrarse en el tem- rrenos y la intervención de la dinastía


plo lograban que la naturaleza se siguie- davídica al servicio de Dios en aquella
ra comportando con el mismo orden que victoria (por ejemplo, Sal 2 y 110), lo
hasta entonces. De esta forma, el rey se cierto es que toda la obra pasada o fu-
identificaba además, en las correspon- tura se atribuía a Dios. En estas ceremo-
dientes ceremonias, con el dios de la llu- nias no tenía prácticamente nada que
via y la vegetación, mientras -que una hacer la magia simpática. El rey nunca
sacerdotisa se convertía en la diosa de se convertía en Dios mediante unos re-
la fecundidad. Su unión era la unión de cursos sacramentales.
los poderes vitales de la primavera. «Así, Sea lo que fuere de todo ello, lo que
en virtud de una acción querida por el no puede negarse es la importancia del
hombre, se logra una unión divina en la templo y del rey en la vida pagana. De
que está la potencia omnipresente y vi- lo que ocurriera en el templo dependían,
vificadora de que depende, como dice según se afirmaba, la estabilidad y el
nuestro texto, `la vida de todos los paí- orden sociales y de la naturaleza. El tem-
ses' y también el manso fluir de los plo era, en verdad, «nada menos que la
días, la renovación de la luna 'a lo largo casa de Dios..., la puerta del cielo»
de todo el nuevo año»'°. En la celebra- ( Gn 28,17) y «los cimientos en que se
ción de los ritos del templo, el rey pa- asienta la plataforma de cielo y tierra»
gano recreaba el mundo ordenado me- (nombre que se daba al templo escalo-
diante su combate contra el caos, y ase- nado de Babilonia). No cabe duda de
guraba la fecundidad y la vida nueva de que en Israel no faltarían gentes deseo-
la naturaleza en la primavera y el otoño. sas de aplicar esta misma concepción al
Algunos investigadores creen que en rey y al templo de Jerusalén, pero no
Israel se celebraban unas fiestas de Año lograron atraerse en este sentido a un
Nuevo comparables a las de Babilonia sector importante de la población. La
y que el rey israelita las presidía en el alianza del Sínaí había establecido una
templo de Salomón. En estas fiestas or- relación entre el pueblo y la divinidad
ganizadas por la dinastía davídica, los que era anterior a la surgida más tarde
enemigos de Dios ya no eran los drago- con la realeza y el templo, y nunca se
nes del caos, sino los adversarios histó- consintió que los ritos sacramentales
ricos que rechazaban el reinado del Se- obtuvieran precedencia alguna sobre la
ñor. La derrota de los poderes hostiles lealtad a la alianza y la obediencia voca-
se celebraba en aquellos ritos como si cional. Ciertamente, cuando aparecían
ya hubiera tenido lugar o estuviera a los síntomas de semejante inversión,
punto de ocurrir. Otros investigadores también surgían inmediatamente hom-
se sienten muy seguros de que no hay bres dispuestos a alzar la voz en nombre
tales paralelos entre las fiestas reales del viejo estilo y denunciar al rey, a los
babilónicas y las que los monarcas israe- sacerdotes y al templo.
litas celebraban en el templo. Si bien es En Israel, sin embargo, se siguió
cierto que en éste se desarrollaban unos usando la expresión «casa de Dios»
servicios de culto en que podían em- como nombre del templo y lo mismo
plearse algunos salmos para cantar la se hizo con el término «palacio» (hekal).
victoria de Dios sobre sus enemigos te- Parece ser que el antiguo Próximo
Oriente no conocía un término especial
para designar un edificio religioso, como
'° Th. Jacobsen, El pensamiento prefilosó- nuestro «templo». Se trataba simplemen-
fico T (México '1967) 261s. te de la casa o palacio de un dios, que
SIGNIFICADO TEOLOGICO DEL TEMPLO 207

se imaginaba como una mansión en que (cf. Sal 50,12-13). Todo el sistema sacri-
residía el señor divino junto con su fami- ficial, si bien externamente se parecía
lia y sus servidores humanos. Estos ser- a los que estaban vigentes en el politeís-
vidores humanos, los sacerdotes, estaban mo, tenía un contexto y. una finalidad
al frente del templo y sus propiedades, distintos. Se creía que era ante todo un
pues su verdadero cometido consistía en don revelado por Dios a Israel. Era una
asegurar la satisfacción de todas las ne- acción que Dios aceptaba con valor de
cesidades del dios. Los súbditos del se- adoración, alabanza, acción de gracias,
ñor divino podían acudir a él y solicitar comunión y sobre todo de expiación por
su ayuda para resolver los problemas los pecados cometidos, con tal de que
que tuvieran planteados. Cuando reali- esos pecados no fueran muestras de pre-
zaban estas visitas, acudían con sus do- sunción y rebeldía, cometidos «con mano
nes, que eran obligatorios cuando el dios alzada», signos de un corazón endureci-
era dueño de la tierras, o voluntarios, do y desleal. Para esta clase de pecados
cuando se trataba de obtener del dios no podía servir de nada el sacramenta-
una audiencia favorable. El culto diario lismo.
consistía esencialmente en proveer a las Un interesante problema relacionado
necesidades del dios. Los sacrificios, con el templo en el mundo antiguo era
ofrendas y libaciones eran el alimento el siguiente: ¿cómo podía concebirse
y la bebida que el dios necesitaba; esta que un dios cósmico -el cielo, la luna,
creencia en las necesidades físicas de la la tempestad, el sol- viviera en una
divinidad parece que nunca llegó a espi- casa terrena? Este problema lo es para
ritualizarse, al menos según los textos nuestras mentalidades lógicas y no deja-
que han llegado hasta nosotros. Cual- ron de planteárselo algunos israelitas,
quier babilonio escéptico y desilusiona- como veremos, pero no lo era para los
do podía, por tanto, sacar la conclusión politeístas. El templo antiguo estaba
de que, si era cierto que el dios necesi- lleno de simbolismos cósmicos, hasta el
taba hasta ese punto de sus servicios, punto de que se-concebía como una es-
éstos le podían ser negados, para que el pecie de microcosmos, una réplica en mi-
dios aprendiera a «correr detrás de ti niatura del mundo cósmico en que vivía
como un perro» ". Recordemos también la divinidad. Puesto que lo semejante
lo que se dice en el poema babilónico se identifica con lo semejante, el templo,
del diluvio, de que hemos hablado en que es semejante al universo, viene a ser
el capítulo VII, supra; cuando se retiró en cierto modo este mismo universo, y
la inundación y el héroe diluvial pudo la divinidad infinita puede morar en él.
por fin ofrecer su sacrificio, los dioses Su presencia quedaba indicada por la
estaban tan hambrientos que se «arraci- imagen que la representaba en el edifi-
maron como moscas en torno al sacrifi- cio. Para Israel, una imagen semejante
cador». carecía de vida y era una simple obra
En Israel, sin embargo, la concepción humana; el politeísmo era presentado
antropomórfica de Dios tenía ciertos como un culto a los ídolos, un fetichis-
límites. El Señor no sólo trascendía las mo, la veneración de cosas hechas con
categorías del sexo, sino que tampoco las manos. Pero un politeísta hubiera
tenía necesidades físicas que el hombre sido incapaz de entender esta crítica. So-
estuviera en condiciones de remediar bre la base de que lo semejante es lo
semejante, la imagen que representaba a
la divinidad era la misma divinidad. Pero
" Ibíd., 282. la i magen no la limitaba; la divinidad
208 LA EDAD DE ORO

estaba numinosamente presente en la tar su nombre y como casa de oración,


i magen, pero sin dejar de ser al mismo o más bien como centro de la atención
tiempo una potencia cósmica. Se acudía religiosa hacia el que se dirige la plega-
al encuentro del dios en el templo, pero ria. El templo viene a ser, por consi-
también se experimentaba su poder en guiente, una muestra de que Dios se
la naturaleza. El problema de la trascen- acomoda a las necesidades humanas.
dencia y de la inmanencia no tenía sen- Esto es algo completamente distinto de
tido para un politeísta, porque había la visión politeísta, que consideraba el
sido resuelto mediante un rico sacramen- templo como el palacio de un dios don-
talísmo. de los servidores humanos de éste aten-
Seguro que Salomón, al edificar su dían a sus necesidades físicas y trataban
templo, no tenía menos conciencia de de aplacarlo con dádivas.
este problema que los politeístas. Aquel Cómo interpretaban el significado del
templo era simplemente la «casa de templo los sacerdotes que estaban a su
Yahvé», cuya presencia se creía invisi- cuidado y atendían a sus servicios es
blemente entronizada en la oscuridad cosa no del todo clara. En la teología
sobre los querubines del santo de los sacerdotal era una noción clave la idea
santos, la estancia más retirada. Este de la presencia de Dios en medio de su
problema fue captado y discutido al co- pueblo. Esta presencia constituía la se-
rrer del tiempo. La solución más atrevi- guridad y la bendición del pueblo; para
da y original es la que hallamos en los Ezequiel, la visión de Dios abandonando
escritos deuteronómicos (es decir, en el el templo fue la señal de que estaba
libro del Deuteronomio y en la historia dispuesto, a destruirlo (Ez 10-11). Pero
deuteronomista de Israel en Palestina,, la misma terminología usada indica que
desde Josué hasta 2 Reyes). Por ejem- los sacerdotes tenían conciencia de ese
plo, con motivo de la dedicación del problema. El término comúnmente em-
templo aparece Salomón en el acto de pleado para designar la morada de un
pronunciar una conmovedora plegaría en hombre sobre la tierra era yasab; los
que dice: sacerdotes tenían buen cuidado de no
«Pero, ¿vivirá realmente Dios en la aplicarlo a la presencia de Dios en el
tierra? Ni el cielo ni el cielo de los cie- templo; la «morada» de Dios se hallaba
los te puede contener. ¡Cuánto menos en los cielos. El término usado para indi-
esta casa que yo he construido! Ahora, car la presencia de Dios en la tierra era
atiende a la plegaría de tu siervo y a su sakan, una antigua palabra del lenguaje
súplica, oh Yahvé mi Dios..., que tus de los nómadas que significa «acampar»,
ojos estén abiertos hacia esta casa noche «plantar la tienda». Mediante el empleo
y día, sobre el lugar del que dijiste: `Mi de una terminología técnica se sugería
nombre estará allí'... Y escucha las sú- que, si bien la «morada» de Dios está
plicas de tu siervo y de tu pueblo, Israel, en el cielo, el misterio de su presencia
cuando oren hacia este lugar. Sí, escucha se conoce también en la tierra, porque
desde el cielo, tu morada; y cuando los Dios «ha acampado» en medio de su
escuches, perdónalos» (1 Re 8,27-30). pueblo 12
En estas palabras va implícita la nega-
ción de que Dios pueda habitar, como
un ser humano, sobre la tierra, la idea " El primero que parece haber trabajado

en que se apoyaba toda la concepción sobre esta terminología sacerdotal ha sido


F. M. Cross, Jr.; cf. provisionalmente su ar-
politeísta. La morada de Dios es el cielo. tículo The Tabernacle: «The Biblical Archaeo-
El templo sirve simplemente para osten- logist» 1013 (1947) 65-68.
SIGNIFICADO TEOLOGICO DEL TEMPLO 2Ó

En el Nuevo Testamento se recoge ahora queda desplazado el templo como


esta distinción. Por ejemplo, las pala- signo de la presencia de Dios en medio
bras de Jn 1,14 se traducen literalmente: de su pueblo, porque Cristo es esa pre-
«Y la Palabra se encarnó y acampó entre sencia; él es el templo nuevo (Jn 2,21;
nosotros, llena de gracia y verdad». Pero cf. Ap 21,22).

BIBLIOGRAFIA

Las obras más al día son las mencionadas in the Ancient Near East:: ibíd. 7/3 y 4
en anteriores capítulos: W. F. Albright, De la (1944); W. F. Albright, What Were the
Edad de Piedra al cristianismo (Santander Cherubim: ibíd. 1/1 (1938); íd., Two Cres-
1959) 177-82; del mismo autor, Archaeology sets f from Marisa and the Pillars of Jachin and
and the Religion of Israel, pp. 119-55; M. Bur- Boaz: «Bulletin of the American Schools of
rows, What Meant these Stones?, en cuyo ín- Oriental Research» 85 (1942) 18-27; H. G. May,
dice se encontrarán las páginas correspondien- The Two Pillars Before the Temple of Solo-
tes a los diversos temas; J. Bright, La Historia mon: ibíd. 88 (1942) 1_9-27; C. G. Howie,
de Israel ( Bilbao 1966) cap. 5, y el artículo The East Gate of Ezekiel's Temple Enclosure
de este mismo autor, The Age of King David: and the Solomon'c Gateway of Megiddo: ibíd.
«Union Seminary Review» (1942) 87-109; so- 117 (1950) 13-19; M. B. Rowton, The Date
bre la estratigrafía de la época, cf. G. E. Wright, of the Founding of Solomon's Temple: ibíd.
The Bible and the Ancient Near East ( Garden 119 (1950) 20-22; W. F. Albright, New Light
City) 94-96 y mapa 8. from Egypt on the Chronology and History
of Israel and Judah: ibíd. 130 (1953) 4-8;
En cuanto al reinado de Salomón, confrón- G. E. Wright, The Discoveries at Megiddo,
tese N. Glueck, The Other Side of the Jordan 1935-39: «The Biblical Archaeologist» 13/2
( New Haven 1940) caps. III y IV, sobre las (1950) 28-46; Y. Yadin, New Light on So-
minas y fundiciones de Salomón. lomon's Megiddo: ibíd. 23/2 (1960) 62-68; el
También merecen atención, entre otros, los mismo autor 'ha publicado 'informes anuales
siguientes artículos: G. E. Wright, Solomon's sobre las excavaciones de Jasor en ibíd. 19/22
Temple Resurrected: «The Biblical Archaeolo- (1956-59); del mismo, Solomon's ~y Wall
gist» 4/2 (1941); P. L. Garber, Reconstructing and Gate at Gezer: «Israel Explo ti n Jour-
Solomon's Temple: ibíd. 14/1 (1951); una nal» 8 (1958) 80-86. Cf. también A. alamar,
mesa redonda con intervención de H. A. Nel- The Kingdom of David and Solomon in its
son, A. L. Oppenheim, G. E. Wright y contact with Aram Naharaim: «The Biblical
F. V. Filson, The Signilicance of the Temple Archaeologist» 21 (1958) 96-102.
CAPITULO IX

DIVISION Y DECADENCIA
Así fue como se independizó Israel de la casa de David hasta
hoy. Cuando Israel oyó que Jeroboán había vuelto, mandaron a
llamarlo para que fuera a la asamblea y lo proclamaron rey de
Israel. Con la casa de David quedó únicamente la tribu de Judá...
Hubo guerras continuas entre Roboán y Jeroboán (1 Re 12,19-
20; 14,30).

La época dorada de los grandes reyes rara antes del 875 a. C., mientras que
no se prolongó más allá del siglo x. Damasco se adueñaría al poco tiempo de
A causa de la política seguida por Salo- Basán, al este del Mar de Galilea. Tam-
món, el reino terminó por dividirse. El bién Edom lograría independizarse du-
norte reclamó para sí el nombre de rante 'algún tiempo de Judá (cf. 1 Re
Israel y eligió por rey a Jeroboán, que 11,14-22), aunque más tarde, en la pri-
antes había sido funcionario de Salomón mera mitad, del siglo Ix, aparece de nue-
y había estado al cargo de los batallones vo bajo el firme dominio de la corte de
de trabajadores forzosos del norte. El Jerusalén (cf. 1 Re 22,47).
reino del sur, que adoptó el nombre de Judá se adhirió decididamente a la
Judá, se mantuvo fiel a la dinastía daví- dinastía davídica y centró su teología en
dica. La frontera entre ambos reinos se el rey y el templo. Israel, por su parte,
fijó en los antiguos límites tribales de la trató de volver al viejo ideal carismático,
porción asignada a Benjamín, unos quin- con sus reyes elegidos por Dios a través
ce kilómetros al norte de Jerusalén. Dejó de un profeta, como lo habían sido Saúl
de existir el gran Imperio creado por y David. De este modo, Jeroboán recibió
David. El Estado arameo, con capital en la sanción divina por mediación del pro-
Damasco, logró emanciparse y se inde- feta Ajías (1 Re 11,29-39), aunque luego
pendizó. En cuanto al reino de Amón, sería rechazado (1 Re 13,1-10). También
al otro lado del Jordán, había logrado Basá -fue igualmente elegido y rechazado
su independencia o la alcanzaría poco (1 Re 16,24), y lo mismo ocurrió con
después, a juzgar por la mención de un Jehú (2 Re 9,4-10; Os 1,4). Pero con
monarca independiente en este territorio aquel ideal chocaba el deseo que cada
que hace un documento del asirio Sal- rey tenía de fundar una dinastía, lo que
manasar III en 853 a. C. (cf. también dio ocasión a frecuentes revoluciones. La
2 Cr 20,1). Pronto perdería también dinastía de Omrí, cuya personalidad más
Israel su poder sobre Moab, al este del famosa fue Jezabel, consiguió mantener-
Mar Muerto, y no parece que lo recupe- se en el trono al menos durante cuarenta
212 DIVISION Y DECADENCIA

años (ca. 876-742 a. Q, mientras que política en el norte. Para empeorarla, el


la dinastía de Jehú, que siguió a aquélla, norte y el sur andaban constantemente
sobrevivió casi un siglo (ca. 842-745 enzarzados en mutuas querellas y gue-
antes de Cristo). Durante las dos últimas rras, al menos cuando los factores exter-
décadas de la historia independiente de nos se lo permitían.
Israel hubo cinco reyes que no habían A pesar de tales perturbaciones, sin
recibido la sanción divina y que pue- embargo, parece que el pueblo disfrutó
den ser considerados prácticamente como de una gran prosperidad. Israelitas y ju-
usurpadores. De ahí que Oseas pudiera daítas construían magníficas viviendas
decir de los israelitas en nombre de e importaban objetos extranjeros. No
Dios: «Han hecho reyes, pero sin con- tardaron en acostumbrarse a las comodi-
tar conmigo; han hecho príncipes, pero dades y lujos de la civilización. En algu-
yo no (los) conozco» (Os 8,4)'. Esta nos lugares, al menos, las excavaciones
situación trajo consigo la inestabilidad nos han revelado un aumento progresivo
de la población y una mejora del nivel
' Estas fechas, así como la mayor parte de de vida. El cuadro de conjunto que nos
las atribuidas a la monarquía davídica, están ofrece la arqueología, si no resulta de
tomadas de W. F. Albright, The Chronology extraordinaria riqueza, al menos indica
of the Davidic Monarchy of Israel: «Bulletin
of the American Schools of Oriental Research» una gran energía y una relativa estabili-
100 (1945) 16-22. Muchas de las fechas sólo dad. Resulta interesante sobre todo ad-
pueden considerarse aproximadas, por lo que vertir en aquellos lugares en que se nos
en obras de otros investigadores se verán otras han conservado manzanas enteras de vi-
diferentes. La cronología es un tema excesiva-
mente complicado; la razón de que adoptemos viendas israelitas cómo la casa hebrea en
aquí la que propone Albright es que su siste- conjunto había mejorado con respecto a
ma se funda casi exclusivamente en un sincro- la vivienda de los campesinos cananeos
nismo, en vez de atenerse a los cálculos pos-
teriores de los escribas, que sabemos erróneos de los siglos xrv y xrir, cuando se pro-
en varios puntos. Por ejemplo, las noticias dujo la decadencia de la cultura cananea.
más recientes sitúan el comienzo de las obras Si bien seguían existiendo batallones de
en el templo de Salomón en el año 959 a, C. trabajadores forzosos en régimen militar,
con un alto grado de probabilidad, y ello signi- que se empleaban en las construcciones
ficaría que Salomón reinó desde ca. 961 hasta
922 a. C. estatales, la mayor parte de la población,
Desde el 922 a. C. hasta la caída de Israel tanto en Israel como en Judá, disponía
en el 821 a. C. transcurre un período de 201 de suficiente tiempo libre para dedicarse
años, mientras que, si contamos la duración a mejorar las viviendas y cultivar con
de los reinados de los diversos monarcas de
Israel según el cómputo de los escribas, obten- mayor intensidad el país montañoso, en
dremos una cifra de 241 años para el mismo un grado que nunca se llegó a alcanzar
período. Según 1 Re 16,23, Omrí empezó a anteriormente.
reinar en el año trigésimo primero del rey
Asá de Judá, mientras que Ajab inició su rei- Aparecen ahora claras las consecuen-
nado el trigésimo octavo año de Asá (v. 29). cias de la conquista y el asentamiento de
Esto significaría que Omrí reinó unos ocho los hebreos. La cultura material de Pa-
años a lo sumo, mientras que el v. 23 dice lestina se vuelve muy uniforme, mien-
que su reinado duró doce años. Esta última
cifra es probablemente resultado de un cálcu- tras que los restos de las culturas cana-
lo: se han sumado los años de Tibní, rival de nea y filistea de las llanuras han desapa-
Omrí, a los del mismo Omrí, cuando ambos recido ya casi del todo bajo la presión
no son sucesivos, sino contemporáneos (Al- del dominio económico de las poblacio-
bright, ibid., nota 15). nes asentadas en las colinas. Por otra
2 «Conocer» se usa aquí, como en tantos
otros pasajes, por ejemplo, en Am 3,2, en el parte, se inicia una etapa de más de tres
sentido de «elegir». siglos en que las costumbres del pueblo
ARQUEOLOGIA Y POLITICA 213

se estabilizan y cambian tan poco que capa de hormigón de metro y medio de


el arqueólogo encuentra dificultades para espesor las grandes ruinas en que se ha-
establecer claramente unas fases cultura- bía convertido el templo del «Señor de
les. Buena ilustración de ello es la cerá- la alianza» después de ser destruido por
mica, que es la fuente principal de datos Abimelec (Jue 9), y encima se construyó
para determinar fechas en todos los pe- un enorme granero oficial. Allí se reco-
ríodos de la antigua Palestina. Entre el gían evidentemente los tributos pagados
900 y el 600 a. C., estilos y modas cam- en grano, vino y aceite por la provincia
bian tan lentamente que resulta especial- del «Monte Efraín».
mente difícil datar los restos correspon- Una fase de las actividades de Jero-
dientes a este período. Al cabo de mu- boán nos plantea cierto número de pro-
chos esfuerzos, estamos hoy en condicio- blemas. Se nos dice que, al haberse con-
nes de fechar una colección característica vertido Jerusalén en capital religiosa de
de platos, vasos y tinajas hacia los si- todo Israel, Jeroboán temió que ello pu-
glos ix-viii y VIII-vII, pero eso es todo diera crear divisiones y causar perjuicios
lo que podemos afinar con cierto grado a la estabilidad de su propio trono. En
de certeza. Esta estabilidad de la cultura consecuencia, mandó hacer dos becerros
refleja cierta tranquilidad en la forma de (o mejor, toros) de oro y los erigió en
vivir y de pensar, no obstante las nume- dos ciudades consagradas por anteriores
rosas conmociones políticas. tradiciones: Dan, al norte del Mar de
Galilea, y Betel, a poco más de quince
kilómetros al -
ARQUEOLOGIA Y POLITICA norte de Jerusalén. En am-bos lugares estableció servicios de culto
y mandó a su pueblo que acudiera a
Esa era la situación por lo que respec- ellos para adorar en vez de ir a Jerusa-
ta al pueblo. ¿Qué ocurría entre los re- lén (1 Re 12,26ss).
yes y gobernantes? Este es el problema: ¿cómo hay que
Jeroboán, se nos dice, «edificó» Si- interpretar estos dos becerros? ¿Se su-
quén para que le sirviera de capital en ponía que eran ídolos que representaban
el norte (1 Re 12,25). Fue una decisión al Dios de Israel? Muchos dirigentes re-
lógica, ya que esta ciudad había sido la ligiosos del país parecen haberlos inter-
más importante de todo el país desde pretado en este sentido más tarde, o al
hacía por lo menos mil años. La expre- menos creyeron que suponían un peligro
síón «edificó Siquén» seguramente signi- de idolatría para el pueblo y una ocasión
fica que fortificó la ciudad, y es proba- para apartarse de las auténticas tradicio-
ble que hayamos descubierto algunas de nes de Israel. Como consecuencia, el re-
las obras realizadas por Jeroboán. Es evi- dactor de los libros de los Reyes consi-
dente que reparó la antigua muralla de- deró a Jeroboán como el monarca más
fensiva; una parte al menos de estas malvado que jamás tuvo Israel.
reparaciones ha sido descubierta, y se No es probable, sin embargo, que Je-
puede comparar con el tipo de muralla roboán creyera apartarse del Dios de
salomónica de Meguido. Al noroeste se Israel, que le había otorgado el trono
reutilizó la vieja puerta de época cana- por mediación del profeta Ajías. El pro-
nea, una enorme construcción con tres blema está en saber si Jeroboán pensaría
accesos sucesivos y cubierta a modo de que los becerros eran imágenes de Dios
una torre (del tipo que se puede ver en o más bien que Dios cabalgaba invisible-
la fi. 40). Hacia el año 800 a. C. o poco mente a lomos de los becerros, del mis-
después se recubrieron con una gruesa mo modo que en Jerusalén se creía que
21 4 DIVISION Y DECADENCIA

estaba invisiblemente entronizado bajo salén. Y saqueó los tesoros de la casa (el
los querubínes. La arqueología nos ofre- templo) de Yahvé, y los tesoros de la
ce una respuesta 'clara. Los pueblos veci- casa del rey... Y se llevó todos los escu-
nos acostumbraban a representar a sus
dioses en pie sobre el dorso de ciertos
animales o incluso sentados en tronos
sostenidos por animales (il. 96). En esta
segunda concepción se inspiró Salomón
para disponer su templo de Jerusalén.
Jeroboán, en cambio, pensaría en la pri-
mera, y los becerros no serían otra cosa
que el pedestal sobre el que se creía que
el Señor invisible asentaba su presencia.
Esta es al menos la conclusión a que nos
llevan los datos aportados por la arqueo-
logía. Por otra parte, los autores poste-
riores hablan ciertamente de los becerros
como si se tratara de ídolos, y parecen
haber tomado al pie de la letra las pala-
bras de Jeroboán, cuando éste dijo al
pueblo: «He aquí tu Dios (no «dioses»,
como dicen algunas versiones), oh Israel,
el que te sacó de la tierra de Egipto»
(1 Pe. 12,28). Puede ser que la verda-
dera respuesta a nuestro problema esté
en la diferencia entre la idea oficial y la
práctica efectiva que se difundiría entre
el pueblo. En Jerusalén no estaban auto-
rizados los adoradores a penetrar en el
templo, lo que impedía que se formaran
ideas erróneas acerca del carácter real de
los querubines. En Betel y Dan, por el
contrario, los becerros estaban plenamen-
te a la vista de los adoradores, y una
gran mayoría de las masas incultas cree-
ría sin duda alguna que rendía culto a
lo que veía, el mismo becerro. Esto,
a su vez, significaba una aproximación
a la religiosidad cananea, en que El y
Baal eran representados frecuentemente
en figura de toros.
La primera gran desgracia desde la
época de Saúl se abatió sobre ambos
reinos hacia el 918 a. C. Poco es lo que
nos dicen acerca de ella nuestros libros
de los Reyes:
«El año quinto del rey Roboán, Si-
sac, rey de Egipto, subió contra Jeru- 96. Hadad, dios de la tempestad.
ARQUEOLOGIA Y POLITICA 21 5

dos de oro que había hecho Salomón» un fragmento de piedra monumental, o


(1 Re 14,25s). estela, erigida por este soberano. Las in-
Este soberano egipcio, sin embargo, vestigaciones arqueológicas también nos
se forjó una idea más elevada de su cam- han revelado o nos han hecho sospechar
paña; hizo que sus artífices labraran que varias ciudades fueron total o par-
sobre los muros del gran templo de cialmente destruidas, entre ellas Debir,
Karnak, en el Alto Egipto, el relato de Tell Jemmeh (¿Yorda? ), al sur de Gaza,
sus victorias contra los asiáticos. Apare- y hasta la gran fundición salomónica de
ce allí el faraón combatiendo en presen- Esyón-Guéber. En Sharuhen, al sur de
cia del dios Amón, que, en compañía de Gaza, en la localidad de la moderna Tell
una diosa, le presenta diez filas de cau- el-Far`ah, han sido exhumadas unas enor-
tivos. Cada uno de estos cautivos simbo- mes fortificaciones que se creen haber
lizaba una ciudad o lugar, con el corres- sido construidas por Sisac. En torno
pondiente nombre escrito debajo. Por a la ciudad fue levantada una muralla
estos nombres podemos conocer la am- de ladrillo cuya anchura llegaba a cerca
plítud de su campaña. El relato bíblico de 7 m. De ser cierta la atribución a
da a entender que sólo Judá sufrió sus Sisac, ello significaría que este faraón
consecuencias, pero, al parecer, la guerra no se limitó a emprender correrías oca-
se extendió a toda Palestina, pues la lis- sionales, sino que llevaría a cabo una
ta incluye ciudades de Esdrelón, Trans- ocupación por la fuerza y que en sus
jordania, las zonas montañosas de Israel construcciones emplearía millares de tra-
y Judá, e incluso Edom. Aparece una bajadores.
interesante alusión al «Campo de Abrán», Pero los días del egipcio estaban con-
posiblemente la zona de Hebrón, y esta tados y la muerte le sorprendió antes de
es la primera vez que una fuente extra- que pudiera consolidar sus conquistas.
bíblica confirma la conexión de aquel No tuvo sucesores tan enérgicos o hábi-
Patriarca con esta localidad palestinen- les como él. De uno de ellos se cuenta
se a. Sisac trataba de restaurar el gran que intentó emular las hazañas de su
Imperio egipcio de otros tiempos, y predecesor, pero el narrador judaíta afir-
como su ejército estaba formado por ma que el rey Asá de Judá logró derro-
tropas bárbaras africanas de Libia y Nu- tarlo (2 Cr 14,9ss). De esta forma, Judá
bia, podemos imaginarnos la devastación e Israel se hallaron de nuevo con las
que producirían a su paso (cf. 2 Cr manos libres para pelear entre sí al mar-
12,2ss). El mismo soberano era un libio gen de toda injerencia extraña.
cuyos antepasados habían servido como Es probable que a continuación de la
mercenarios en Egiptp y cuyos descen- conquista abortada de Sisac comenzara
dientes habían logrado poder suficiente Roboán a fortificar el reino de Judá. El
para apoderarse del mismo trono. peligro acechaba por todos lados; no
Las excavaciones han venido a confir- tuvo más remedio que tomar enérgicas
mar la amplitud y dureza de aquellas medidas que hubieran sido innecesarias
devastaciones. En Meguido ha aparecido en tiempos de Salomón. En 2 Cr 11,5-10
se enumeran las ciudades «edificadas»
en este momento, y es probable que las
' Recientemente, sin embargo, se ha suge- excavaciones hayan encontrado el - testi-
rido que esta lista debe leerse en boustrophe- monio de estas obras en dos lugares:
don (método consistente en escribir las líneas Volveremos a hablar de Laquis, una de
de un documento alternativamente de izquier-
da a derecha y de derecha a izquierda). De las principales fortalezas de Judá, en el
ser así, la lectura sería dudosa en este caso. capítulo X, pero sus grandes fortifica-
21 6 DIVISION Y DECADENCIA

97. Emplazamiento de Azecá, en el Valle de Elá.

ciones, de las que en gran medida depen- Azecá (il. 97), que, según se ha descu-
día la seguridad de los reyes judaítas, bierto, fue dotada de una ciudadela 'for-
fueron levantadas probablemente por tificada en lo alto del montículo. Su pla-
Roboán (il. 119). La ciudad recibió una no nos recuerda el del palacio-fortaleza
doble muralla y una puerta bien defen- de Saúl en Gueba, pues su esquema
dida. Las torres, distribuidas a interva- constructivo viene a ser el mismo, aun-
los en torno al montículo, daban a los que en el caso de Azecá las dimensiones
defensores un buen punto de apoyo para son el doble. Era un recinto defensivo
repeler a los atacantes que intentaran al que se acogía el pueblo en tiempos de
abrir brecha con sus arietes. Eran tan guerra, y su finalidad venía a ser la mis-
seguras las fortificaciones de esta ciudad ma que la de los fuertes durante las gue-
que un monarca asirio que por fin logró rras de los americanos contra los indios.
expugnarlas se sintió tan orgulloso de Flanqueando la calzada que llevaba
su hazaña como para mandar esculpir hacia el norte, de Jerusalén a territorio
una descripción del asedio sobre los mu- de Israel, se alzaban cuatro ciudades im-
ros de su palacio (il. 116-18). Este acon- portantes en los quince primeros kilóme-
tecimiento tendría lugar en el año 701 tros: 1) Gueba, capital de Saúl, a cerca
antes de Cristo. de cinco kilómetros de Jerusalén; 2) Ra-
Al norte de Laquis, en el Valle de Elá má, a unos ocho kilómetros, en direc-
y cerca del lugar en que, según la tradi- ción norte; 3) un lugar llamado actual-
ción, obtuvo David su victoria sobre mente Tell en-Nasbeh, a unos once
Goliat, se alzaba otra de las más impor- kilómetros; 4) Betel, santuario real junto
tantes fortalezas judáítas, la ciudad de a los límites de Benjamín, la ciudad is-
ARQUEOLOGIA Y POLITICA 217

98. Reconstrucción de las murallas de Tell en-Nasbeh.

raelita situada más al sur y distante unos la ciudad medía originalmente unos 6 m.
quince kilómetros de Jerusalén. Tres de de anchura y más aún en la base. En
estas ciudades han sido excavadas: Gue- algunos puntos fue reforzado hasta darle
ba, Tell en-Nasbeh y Betel; todas ellas un espesor de casi 8 m. Había torres a
han aportado indicios de la rivalidad intervalos. En la parte inferior se añadió
existente entre Israel y Judá. Uno de los un revestimiento con mortero de cal para
ángulos del ruinoso palacio de Saúl en evitar que la muralla pudiera ser escala-
Gueba fue reconstruido como pequeña da desde fuera. Algunos lienzos de estas
fortaleza durante los siglos rx-vru, pre- fortificaciones se elevan aún a una altura
sumiblemente con intención de proteger de 7,50 m., pero originalmente debieron
la frontera septentrional de Judá. En la de ser aún más altos, aunque nos resulta
misma época fue fortificada Betel, si i mposible determinar hoy exactamente
bien sólo han sido exhumados escasos su elevación. Al nordeste estaba la puer-
restos de la muralla defensiva. ta fuertemente defendida. Largos bancos
Nuestras pruebas más claras han sido corridos de piedra se hallaban adosados
descubiertas en Tell en-Nasbeh. Las for- a los muros de las estancias que forma-
tificaciones de la antigua ciudad que ocu- ban el interior de las torres y rodeando
paba aquel emplazamiento fueron recons- el patio de acceso; servían para las re-
truidas hacia el 900 a. C., hasta hacer de uniones de los ancianos y de las asam-
ellas una de las obras defensivas más bleas de la ciudad antigua en que se
importantes de todo el reino judaíta debatían los asuntos públicos.
(il. 98). El enorme muro que rodeaba Unas fortificaciones de tal envergadu-
21 8 DIVISION Y DECADENCIA

ra sólo pudieron construirse mediante el sinado por uno de los jefes de su ejér-
recurso de las levas de trabajadores for- cito, Zimrí. La mayor parte del ejército,
zosos, y ello nos trae inmediatamente a sin embargo, negó su apoyo a Zimrí y
la memoria el curioso incidente consig- en su lugar eligió por rey a Omrí, otro
nado en 1 Re 15,16-22. Se nos cuenta oficial. Omrí puso cerco a la capital de
en este pasaje que hubo guerras conti- Israel, que por entonces lo era Tirsá;
nuas entre Asá de Judá (hacia 913-873 cuando Zimrí comprendió que no tenía
antes de Cristo) y Basá de Israel (hacia escapatoria posible, prendió fuego al pa-
900-877 a. C.) mientras vivieron ambos lacio real sobre sí. Al cabo de pocos
monarcas. «Y Basá... subió contra Judá años había consolidado Omrí su posi-
y construyó [fortificó] Ramá para poder ción, convirtiéndose en cabeza de la más
ir y venir sin temor alguno a Asá, rey famosa dinastía que Israel tuvo a lo lar-
de Judá». Asá reunió una fuerte suma go de toda su historia (1 Re 16,8ss). Su
de oro y plata y la envió a Benadad hijo, Ajab, tomó por esposa a Jezabel,
de Damasco para inducir a éste a que hija de Itto-baal (Etbaal), sacerdote
atacara a Israel. Benadad accedió y tirio de Astarté, que pocos años antes
logró apoderarse de algunas ciudades si- se había apoderado del trono fenicio des-
tuadas en el extremo norte de Israel. pués de dar muerte a su predecesor, lo
Basá se vio obligado a interrumpir sus mismo que había hecho Zimrí. Tanto
obras en Ramá, de lo que se aprovechó David como Salomón habían tomado por
Asá, que «hizo una leva en todo Judá, esposas princesas extranjeras por razones
sin excepción; se llevaron las piedras y diplomáticas, pero ninguna de ellas ha-
la madera de Ramá con que Basá la es- bía tenido, al parecer, la firmeza de ca-
taba fortificando. Y Asá edificó [forti- rácter y la personalidad, el celo y la im-
ficó] con aquellos materiales Gueba piedad de Jezabel. La política de ésta
[probablemente Guibeá en este caso] y
provocó una sangrienta revolución enca-
Mispá». bezada por el gremio profético dirigido
Muchos investigadores creen que la
por Elías y Eliseo, que daría por resul-
actual Tell en-Nasbeh ocupa realmente
tado, unos cuarenta años más tarde, el
el emplazamiento de la antigua Mispá,
y que la enorme muralla que circunda exterminio completo de la casa de Omrí.
este emplazamiento, que las excavacio- 1 Re 16 nos da en sólo siete versícu-
nes han demostrado datar de esta época, los las únicas noticias bíblicas acerca de
es la fortificación levantada por Asá, en Omrí. Pero esta información, combinada
gran parte utilizando la piedra traída de con los hallazgos arqueológicos, nos lo
Ramá. Lo cierto es que se trata de unas presenta como un soberano muy capaz.
fortificaciones judaítas con finalidad de- También los lejanos asirios tuvieron no-
fensiva frente a Israel. En este sentido, ticias de él, hasta el punto de que en
constituyen un buen testimonio de la muchas ocasiones hablan de Israel como
enemistad y la situación de guerra fra- del «país de Omrí» o la «casa de Omrí»,
tricida en que entraron Israel y Judá a incluso mucho tiempo después de que
la muerte de Salomón. la revolución a que hemos aludido des-
truyera los últimos restos de la dinastía.
LA DINASTIA DE OMRI Pero nuestros datos más directos pro-
(hacia el 876-842 a. C.) ceden de las excavaciones practicadas en
Samaría. Siquén, la capital natural de
El hijo y sucesor de Basá en Israel, Israel, no era un lugar de fácil defensa.
Elá, reinó tan sólo dos años y fue ase- En consecuencia, Basá, Elá y Zimrí ha-
LA.DINASTIA DE OMRI 219

99. Emplazamiento de Samaría.

bían utilizado Tirsá como capital, al nor- lén». Se ha sugerido que estas palabras,
deste de Siquén. en su redacción original, tendrían su
W. F. Albright sugirió en 1930 que mejor datación en el primer medio siglo
la localización más probable de Tirsá era de la historia de Israel, cuando Tirsá
la moderna Tell en-Far'ah, un gran mon- era la capital y podía compararse con
tículo situado a unos once kilómetros al Jerusalén. Difícilmente hubiera podido
nordeste de Siquén, junto al camino que decirse semejante cosa acerca de Tirsá
conduce a Beisán y el Valle del Jordán. cuando fue destruida y reemplazada por
El año 1947 comenzó a excavar en aquel la notable ciudad de Samaría.
sitio una expedición dirigida por el pa- Omrí, después de establecer una firme
dre R. de Vaux, de la Escuela Bíblica alianza entre su reino y Samaría, eligió
de los dominicos en Jerusalén. Resultó una nueva capital, la colina de Samaría
que su primera ocupación había tenido (il. 99), a unos 11 kilómetros al noroeste
lugar en el cuarto milenio a. C., que de Siquén, junto a la ruta de Esdrelón,
durante la Edad del Bronce había sido Galilea y Fenicia. El primer arqueólogo
una floreciente ciudad y que su destruc- de Palestina, Edward Robinson, ha es-
ción tuvo lugar hacia finales del siglo x crito sobre este emplazamiento: «La vis-
o comienzos del ix a. C. El P. de Vaux ta desde la cumbre presenta un esplén-
descubrió un gran edificio levantado dido panorama del fértil valle y las
poco después, con indicios de no haber montañas que lo circundan, todo salpi-
sido terminado de construir nunca. Lo cado de grandes poblados, y abarcando
interpretó como el palacio de Omrí, que incluso una buena porción del Medite-
este monarca abandonó antes de termi- rráneo... El emplazamiento de esta capi-
narlo cuando decidió trasladar su capital tal... es excepcional; resultaría difícil
a Samaría. En el Cantar de los Cantares hallar en toda Palestina un lugar en que
(6,4) se dice que la amada es «hermosa hasta tal punto se combínenla fortaleza,
como Tirsá..., espléndida como Jerusa- la fertilidad y la belleza. Por todos estos
220 DIVISION Y DECADENCIA'

motivos aventajaba a Jerusalén. Sería la La ciudad de Samaría resultó muy di-


capital de Israel a lo largo de dos si- fícil de excavar. La 'razón de ello está en
glos... Durante todo este tiempo iba a que experimentó una intensa ocupación
ser la sede de la idolatría, como lo ates- antes y después de la época de Cristo;
tiguan las continuas denuncias de los los constructores de las épocas helenís-
Profetas, que muchas veces la emparejan tica y romana alzaron allí edificios enor-
en este aspecto con Jerusalén. También mes cuyos cimientos llegaban a la roca
sería éste el escenario de muchas de las viva, lo que revolvió y a veces eliminó
acciones de los profetas Elías y Elíseo, por completo los estratos correspondien-
relacionadas con las hambres que azota- tes a la ocupación israelita. Los restos
ron al país, la inesperada abundancia de de la época israelita, por consiguiente,
que disfrutó Samaría y las varias libera- son hoy escasos y se hallan en un estado
ciones de la ciudad, amenazada por el caótico, ruinoso y revuelto. Es posible
poder de los sirios» `. seguir hasta cierto punto el contorno de
Las primeras excavaciones practicadas los edificios y los muros, porque Omrí
en Samaría entre los años 1908 y 1910 y sus sucesores emplearon arquitectos de
estuvieron dirigidas por dos grandes ar- asombrosa capacidad y energía. Los res-
queólogos americanos, G. A. Reisner y tos de sus construcciones que conocemos
C. S. Fisher, y significaron el comienzo son lo mejor que hasta ahora ha apare-
de una nueva etapa en la técnica arqueo- cido en la Palestina israelita en cuanto
lógica. Anteriormente la arqueología ha- a edificios se refiere. Incluso donde han
bía consistido casi exclusivamente en una desaparecido los edificios es aún posible
búsqueda de tesoros. Se cavaban zanjas seguir su trazado, pues aquellos arqui-
a lo largo y a lo ancho de los montícu- tectos no se limitaban a asentarlos sobre
los, sin prestar apenas atención a los la roca viva, sino que nivelaban ésta e
niveles o estratos de ocupación. Reisner incluso practicaban trincheras en ella
y Fisher desarrollaron el método estra- antes de proceder a la cimentación.
tigráfico, que se preocupa ante todo de Reisner y Fisher creyeron poder dife-
excavar con toda atención por zonas, en renciar tres fases en las construcciones
vez de practicar zanjas, examinando y re- israelitas. Atribuyeron la primera a Om-
contando cuidadosamente todos los obje- rí, la segunda a Ajab y la tercera a Jero-
tos hallados. El objetivo que Reisner y boán II (ca. 786-746 a. C.). Entre 1931
Fisher se propusieron fue excavar nivel y 1935 se practicaron nuevas excavacio-
por nivel, sacar planos de todos los edi- nes en aquel emplazamiento, esta vez
fícíos, enumerar todos los objetos apare- bajo la supervisión del arqueólogo inglés
cidos, de forma que luego fuera fácil J. W. Crowfoot. Se descubrieron nuevos
reconstruir sobre el papel el montículo datos que obligan a fechar la tercera fase
entero una vez finalizados los trabajos no en época israelita, sino hacia el año
de excavación, restituyendo cada muro 300 a. C. Por otra parte, las dos fases
y cada objeto a su lugar correspondiente. israelitas fueron estudiadas con mayor
Este método científico de excavación es detenimiento y divididas en seis perío-
el que se ha aplicado en todo el Próximo dos, todos comprendidos entre el 875
Oriente a partir de la Primera Guerra antes de Cristo, cuando Omrí estableció
Mundial, y a él se deben los enormes la ciudad, y el 721 a. C., cuando fue
progresos realizados por la arqueología. destruida por los asirios.
El período primero corresponde con-
' E. Robinson, Biblical Researches in Pales- juntamente a Omrí y Ajab; esto signifi-
tine II (1841) 307, 309. ca que Omrí dio comienzo a las edifica-
LA DINASTIA DE OMRI 221

ciones, pero debido al poco tiempo que


duró su reinado, hemos de suponer que
las obras fueron completadas por su hijo
Ajab s. Las fortificaciones consistían en
un muro que cercaba la cumbre del mon-
tículo, donde se levantaban un palacio y
un gran patio (ils. 100 y 103). Este con-
junto se hallaba, a su vez, cercado por
otros dos muros, el primero un poco por
debajo y sobre una terraza, y el otro
circundando la base de la colina. La obra
de cantería revela una técnica tan estu-
penda que nada se le puede comparar de
100. Sillares de la muralla de Samaria.
cuanto hasta ahora ha aparecido en Pa-
lestina. El muro interior que defendía la
cumbre no era de proporciones excepcio-
nales, con metro y medio de espesor, pero
los sillares estaban tan cuidadosamente Entre las ruinas de la ciudad aparecie-
escuadrados y encajados y los cimientos ron en gran número los fragmentos de
asentados con tanto esmero, normalmen- marfiles usados en otros tiempos para
te en trincheras excavadas en la roca chapar y decorar cofres y muebles sun-
viva, que hubiera resultado muy difícil tuosos (il. 102). La mayor parte de estas
abrir brecha en él. La puerta de este piezas corresponden al siglo siguiente;
recinto de la cumbre daba visiblemente nos traen a la memoria las palabras de
hacia el este y con toda probabilidad Amos sobre los que se recuestan en le-
estaba precedida por un patio monumen- chos de marfil (Am 6,4; cf. también
tal cuyos muros llevaban adosadas pilas- 3,15). En Arslan Tash, en el norte de
tras con capiteles «protojónicos» (ils. Siria, han aparecido los restos de uno
101 y 104). Se encontraron tres ejempla- de esos lechos decorados con marfiles,
res completos y fragmentos de otros tres. y una de las piezas ostentaba el nombre
Corresponden a un tipo del que también de Jazael, rey de Damasco contemporá-
han aparecido muestras en Meguido y neo de Jehú, el monarca israelita (hacia
Transjordania, introducido probablemen- el 842-815 a. G). El más antiguo de los
te en Israel por los arquitectos fenicios
de Salomón. Sus formas armoniosas, con-
sistentes en un triángulo central enmar-
cado por dos volutas, debieron de ser
muy familiares tanto a los israelitas
como a los judaítas. Luego serían des-
arrolladas por los griegos hasta fijar el
tipo de capitel jónico, tan difundido en
todo el mundo occidental.

5 La fecha dada aquí es la del autor, no la


de los arqueólogos; cf. mi artículo Israelite
Samaria and Iron Age Chronology: «Bulletin
of the Amer.. Schools oí Or. Research» 154
(1959) 13-29. 101. Capiteles protojónicos de Samaría.
102. Marfiles dei período israelita hallados en Samaría.

t03. Planta de las construcciones israelitas en el montículo de Samaría.


LA DINASTIA DE OMRI 22 3

trucciones levantadas en aquel lugar. En


su forma original medía unos 10 m. de
largo por 4 m. de ancho. La roca se ha-
bía excavado en principio - hasta una pro-
fundidad de cerca de un metro. Para
formar el pavimento se habían asentado
pesadas losas de piedra cogidas con mor-
tero; en el fondo y los costados se prac-
ticó un fino revoco con una masa a la
que se mezclaron cenizas vegetales, tan
duro como la misma cantería. Desgracia-
damente no podemos estar seguros de
que el estanque corresponda al primer
período, pero resulta tentadora la idea
de relacionarlo con el que se menciona
en 1 Re 22,38.
En cuanto a las relaciones exteriores,
el reinado de Ajab estuvo jalonado por
los conflictos intermitentes con el Esta-
do arameo de Damasco. Es posible, sin
embargo, que en el 854-853 se estable-
104. Puerta de la ciudad de Samaria. ciera una tregua momentánea, pues se
nos dice que el monarca israelita entró
a formar parte de una coalición en la
que se integraron Damasco y otros va-
marfiles samaritanos, sin embargo, per- rios Estados, entre ellos Amón y quizá
tenece a los tiempos de la dinastía de también Egipto, contra Salmanasar III
Omrí. Por 1 Re 22,39 sabemos que Ajaz de Asiria. Los asirias hacían por enton-
se mandó construir una «casa de marfil», ces sus primeros intentos decididos de
es decir, un edificio cuyo interior estaba extender su poder por toda Siria y Pa-
decorado con marfiles, y es posible que lestina. El año 853 a. C. se dio la gran
los arqueólogos dieran con las ruinas de batalla contra la coalición en Carcar, jun-
esta construcción, a juzgar por la gran to al río Orontes, al norte de Damasco.
cantidad de piezas de marfil aparecidas Por alguna razón, esta batalla no se men-
dentro y en las inmediaciones de los ci- ciona en la Biblia y nos es conocida
mientos de uno de los edificios excava- únicamente por los documentos de Sal-
dos. El estilo de estos marfiles es indu- manasar. Este monarca nos informa de
dablemente fenicio y sirio, y podemos que los tres principales reyes de la opo-
suponer con seguridad que se trataba de sición eran Hadadézer, de Damasco, con
objetos de arte importados o hechos por 1.200 carros, 1.200 jinetes y 20.000
artistas extranjeros. hombres de a pie; Irlhuleni, de Jamat,
Después de la muerte de Ajab, según con 700 carros, 700 jinetes y 10.000
1 Re 22,38, se lavó la sangre de su hombres de a pie; «Ajab, el israelita»,
carro en el «estanque de Samaría». En con 2.000 carros y 10.000 hombres de
el ángulo noroeste del recinto superior a pie. Los caballos y los carros de gue-
halló la expedición de Harvard un gran rra habían sido introducidos en Israel
estanque artificial que los arqueólogos por David y Salomón (2 Sin 8,4; 1 Re
dataron en el primer período de las cons- 10,26); Ajab los poseía en mayor núme-
105. Reconstrucción del conjunto meridional de establos en Meguido.

106. Reconstrucción del palacio de Meguido. Siglo ix a. C.


LA DINASTIA DE OMRI 223

107. Residencia y ciudadela del gobernador israelita en Jasor.

ro que cualquiera de sus vecinos, aunque pero no logró apoderarse de Damasco ni


Israel no utilizaba la caballería. Salma- penetrar en Palestina'.
nasar pretendió haber logrado una gran En Meguido y Jasor han aparecido las
victoria en Carcar. En una inscripción construcciones oficiales de la dinastía de
habla de haber dado muerte a 14.000 Omrí, que instaló en aquellas ciudades
soldados de la coalición, cuyos cadáveres los centros administrativos para Esdre-
formaban un paso sobre el Orontes, lón y Galilea. Se ha averiguado ahora
cantes de que allí hubiera un puente». que los establos de Meguido, capaces de
En otro lugar dice que el número de albergar al menos cuatrocientos cincuen-
muertos fue de 20.500, y esta cifra ta caballos para el tiro de los carros de
sumenta hasta alcanzar los 25.000 en Ajab, y que anteriormente se habían atri-
otra relación. Los investigadores tienen buido a Salomón, pertenecían realmente
por exageradas estas afirmaciones del al siglo ix (estrato IVA; cf. pp. 186ss,
monarca asirio. Aun en el caso de que supra). El magnífico palacio del gober-
hubiera logrado la victoria, debió de su- nador israelita de Meguido es un nuevo
frir tan fuertes pérdidas que no pudo indicio del poder, la prosperidad y la
apovecharla. Lo cierto es que en los
años siguientes retornó una y otra vez e
Cf. J $. Pritchard (ed.), Ancient Near
a Siria, pretendió haber salido victorioso, Eastern Texts, 276-81.
226 DIVISION Y DECADENCIA

108. Estela de Mesá, rey de Moab. 109. Obelisco de Salmanasar III.

energía administrativa de los monarcas que podía ser un gran almacén o gra-
descendientes de Omrí (il. 106). Aún nero oficial.
más impresionante es la residencia que A los tres años de la batalla de Car-
el gobernador israelita ocupaba en Jasor car aparece de nuevo el rey Ajab desa-
(il. 107). Aquel palacio - fortaleza fue fiando a los ejércitos de Damasco en un
evidentemente erigido por Ajab (estra- intento de recuperar el norte de Trans-
to VIII) y siguió en uso hasta que la jordania, pero perdió la vida en el cam-
ciudad fue destruida por Tiglat-Pilé- po de batalla. Después de su muerte y
ser III en el 733-732 a. C. (estrato V; durante el reinado de su hijo, Jorán (ha-
cf. p. 234, supra). Otro notable edificio cia el 849-842 a. C.), el rey Mesá de
de la época de Ajab es la construcción Moab logró independizarse (2 Re 1,1;
con pilastras que aparece a la izquierda 3,4ss). Mesá celebró este acontecimiento
del muro salomónico en la il. 86. No está erigiendo la que hoy conocemos con el
clara su finalidad, pero se ha sugerido nombre de «estela moabita». Este monu-
LA DINASTIA DE JEHU 227
mento fue descubierto en Dibón, capital
de Moab, por el joven arqueólogo fran.
ces Clermont-Ganneau en 1868 (il. 108).
Fue roto por los nativos, que esperaban
encontrar en su interior un gran tesoro,
pero casi todos los fragmentos pudieron
ser recuperados y se enviaron al Museo
del Louvre. En su estela nos dice Mesá
que Omrí de Israel había conseguido
humillar a Moab durante muchos años
a causa de que el dios moabita «Kemos
estaba airado con su tierra. Y le sucedió
110. Relieves de Ramsés II.
su hijo, que también se propuso: `Humi-
llaré a Moab'. Así habló en mis días,
pero yo he triunfado sobre él y sobre
su casa, mientras que Israel ha perecido «El tributo de Jehú, hijo de Omrí;
para siempre» 7. de él recibí plata, oro, un cofre saplu de
oro, un vaso de oro con el fondo en
punta, cubiletes de oro, copas de oro,
estaño, un cetro real (y) purukhtu de
LA DINASTIA DE JEHU
madera» a. El tributo fue evidentemente
(hacia el 842-745 a. C.) entregado después de la quinta campaña
de Salmanasar contra Damasco, a conti-
Los documentos asirios nos transmi- nuación de la cual marchó contra Feni-
ten la noticia de que Jehú ocupaba el cia. En sus inscripciones afirma haber
trono de Israel en el año 841 a. C., pues recibido tributo de Tiro, Sidón y Jehú,
en esta fecha se afirma que pagó tributo y que puso su propia imagen en el acan-
a Salmanasar. El monarca asirio nos ofre- tilado de Ba'lira'si. Este relieve puede
ce en su «obelisco negro» la primera verse aún, junto con los de otros sobera-
imagen que conocemos de los israelitas nos, entre ellos Ramsés II de Egipto (si-
(il. 109). El artista representó a Jehú en glo XIII), en el acantilado de la desem-
el acto de besar el suelo ante Salmana- bocadura del río del Perro, al norte de
sar. Detrás de él aparece una fila de Beírut (il. 110).
israelitas que portan diversos tributos. La rebelión de Jehú significó el final
Sobre las figuras aparecen estas palabras: de las alianzas que la dinastía de Omrí
había establecido con Fenicia y Judá, de
' Traducción de W. F. Albright, ibíd., 320. forma que Israel se quedó aislado. Ya no
Mesá sigue diciendo que Israel había ocupado volvería a ponerse de acuerdo con Da-
Madaba, al norte de Dibón, durante todo el masco para rechazar a Salmanasar. Entre
período de Omrí y «la mitad del tiempo de el 837 y el 805 a. C. no se vio Damasco
su hijo, cuarenta años». «Hijo» no puede to-
marse aquí como referido a Ajab, pues la Bi- amenazado nuevamente por Asiria, pero
blia afirma que la sublevación se produjo des-
pués de la muerte de éste. Si, por el contrario, ° Traducción de A. L. Oppenheim, de
el término puede ínterpretarse en el sentido J. B. Pritchard (ed.), Ancient Near Eastern
de «nieto» (como ocurre frecuentemente en la Texts, 281. La última palabra es el nombre
Biblia), queda resuelto el problema histórico, de algún tipo de objetos de madera, pero se
y se hace inteligible la cifra redonda de «cua- desconoce su significado exacto. Al llamar a
renta años»; así, F. M. Cross y D. N. Freed- Jehú «hijo de Omrí», el escriba, suponemos,
man, Early Hebrew Orthography ( New Haven usa el término «hijo» en el sentido de «suce-
1952) 39s. sor», no en el de descendiente.
228 DIVISION Y DECADENCIA

en esta última fecha el reino fue devas- los canteros como guías horizontales y
tado y hubo de pagar un fuerte tributo verticales para ajustar las hiladas. La
al sucesor de Salmanasar. Entre tanto, construcción es del mismo tipo que en
Jazael, rey de Damasco, al que los asi- el período anterior, el de Omrí-Ajab (pe-
rios se refieren llamándole «hijo de na- ríodo primero). Resultó una obra tan
die» (es decir, un hombre de origen ple- fuerte y tan vistosa que no nos extraña
beyo; cf. 2 Re 8,7-15 ), pudo descargar la noticia de que se siguió reparando y
golpe tras golpe sobre Israel y Judá, has- manteniendo en uso durante siglos, has-
ta que hacia el 810 a. C. no tuvo más ta que en 150 a. C. fue sustituida por
remedio Judá que pagarle tributo, e Is- el «muro defensivo helenístico», erigido
rael llegaba a una debilidad tan extrema para hacer frente a los macabeos.
que apenas podía defenderse (2 Re 12, Dentro de la ciudad hay abundantes
17-13,23). La ciudad de Meguido (estra- pruebas de que esta fase constructiva su-
to IVA) fue probablemente destruida en frió una extensa devastación, de forma
esta época. Después de la invasión de que el período tercero se caracteriza por
Sisac (ca. 918 a. C.) había sido preci- las abundantes reconstrucciones, inclui-
so llevar a cabo en esta ciudad conside- da, según se cree, la del palacio real.
rables obras de reparación, incluso una Los excavadores ingleses de Samaría,
nueva puerta con sólo tres accesos, en J. W. Crowfoot y K. Kenyon, parecen
vez de los cuatro que tenía la de Salo- creer que el muro de casamatas, edifica-
món. También se construyeron un nuevo do tan a seguido de las fortificaciones
palacio para el gobernador y numerosos originales, pudo ser obra de Ajab. Por
establos (ils. 105-106). Ahora, sin em- otra parte, W. F. Albright se inclina a
bargo, todo ello quedó destruido, pre- fecharlo en la época de la dinastía de
sumiblemente por Jazael, y se construyó Jehú, quizá en la primera mitad del si-
toda la ciudad del estrato III sobre nue- glo VIII. Pero si tienen razón los arqueó-
vos planos. logos al apreciar muestras de destrucción
Los restos son más difíciles de fechar en el período segundo, no sería invero-
en Samaría. El período segundo de la símil atribuir ésta a Jazael de Damasco,
capital israelita se caracteriza por un como es también el caso en la ciudad IV
nuevo y complicado sistema defensivo de Meguido. De ser ello así, el mismo
que reemplazó al muro interior de Omrí- Jehú habría construido las nuevas forti-
Alab en torno a la cumbre del montícu- ficaciones para reforzar las defensas de
lo. Por el norte, el oeste y en algún sec- su capital, aunque por ahora no pode-
tor del costado sur se construyó un mos afirmarlo con absoluta seguridad.
muro de «casamatas», es decir, que se De todas formas, Israel alcanzó la
unieron con lienzos transversales dos cumbre de su prosperidad durante los
muros paralelos. El muro exterior era de reinados de Joás y Jeroboán II (entre
aproximadamente 1,80 m. de anchura; el 801 y el 746 a. C.). El período terce-
el interior y los transversales tenían poco ro de Samaría, con su reconstrucción del
más o menos un metro. Por la parte palacio real, ha de fecharse probable-
norte, el ancho total de las defensas al- mente en esta época, quizá durante el
canzaba cerca de los 10 m. Los muros reinado de Joás. Los monarcas asirios
fueron cuidadosamente asentados en trin- andaban muy ocupados en resolver sus
cheras excavadas en el lecho rocoso, y los propios problemas internos y dejaron
sillares aparecen perfectamente encaja- prácticamente tranquilo el Occidente.
dos. Todavía pueden advertirse a inter- Este hecho, unido al carácter enérgico
valos unas líneas rojas que pintaron allí de los reyes israelitas, hizo posible que
LA DINASTIA DE JEHU 22 9

111. Sellos hebreos del siglo vici a. C

Jeroboán II reconquistara Damasco y dros, bellamente tallados, que se hacían


restaurase la antigua frontera davídica rodar sobre el barro fresco para que
del norte con el este de Siria 2 Re 14, dejaran su impresión. En Egipto y Pales-
25.28). El profeta Jonás, hijo de Amit- tina se usaban sellos para estampar, y en
tay, dio la sanción divina a esta empresa Egipto solían tener forma de escarabeo.
(2 Re 14,25), aunque para Amós signi- Siria y Palestina eran una zona donde se
ficó la oportunidad de predecir que al daban ambos tipos de sello, y se han
triunfo seguiría muy pronto la ruina de hallado muestras de éstos y de sus co-
la nación (Am 6,13-14). rrespondientés impresiones. Durante el
Los sellos israelitas más antiguos de período de los reyes, los sellos solían
datación segura que han aparecido co- tener en Palestina formato oval o redon-
rresponden a la dinastía de Jehú. En la do, con el dorso convexo. La superficie
Antigüedad, los personajes importantes del lado plano, en que iba la inscripción,
de Asia Occidental y Egipto tenían sus solía estar dividida en dos campos por
sellos personales, que utilizaban cuando una línea; en la parte superior iba el
querían firmar o sellar algún documento. nombre del dueño, normalmente prece-
Judá hubo de entregar el suyo a Tamar dido de la preposición «para» (con el
como prenda (Gn 38,18); al parecer lo significado de «perteneciente a»), y en
llevaba colgado de un cordón al cuello. la inferior se grababa el nombre del pa-
En Israel y Egipto también era común dre del dueño, al que solía anteponerse
la costumbre de llevar estos sellos en- la palabra «hijo»; por ejemplo, un her-
garzados en un anillo. Cuando Jeremías moso sello de cornalina adquirido en Je-
compró un campo a uno de sus parien- rusalén el año 1885 lleva la inscripción,
tes, se hicieron dos coplas del contrato. bellamente grabada, «para Jananías, hijo
Una quedó abierta, pero la otra se cerró de Azarías»; las letras aparecen enmar-
y selló (cf. fi. 152); ambas fueron depo- cadas por una línea ovalada, en cuyo bor-
sitadas en un recipiente para mayor se- de exterior hay una cenefa de granadas.
guridad (Jr 32,9-15). En Mesopotamia Había un tipo especial de sellos que
la forma más difundida de los sellos du- correspondía a los funcionarios reales.
rante milenios fue la de pequeños cilin- La inscripción típica dice así en estos
230 DIVISION Y DECADENCIA

ejemplares: «para X, siervo de X», o restitución a Judá, que le atribuye 2 Re


«para X, siervo del rey». En estos casos, 14,22. Elat es realmente el puerto de
el término «siervo» designa al individuo Esyón-Guéber, del que hablábamos en
que está al servicio del gobierno real. El nuestra exposición del reinado de Salo-
mejor sello de este tipo es el aparecido món. Estaba situado al sur del Mar
en Meguido el año 1904 (fi. llla). En Muerto y a orillas del brazo nororiental
el centro se ve un león, bellamente eje- del Mar Rojo, que recibe el nombre de
cutado, que lanza su rugido. Sobre la Golfo de Aqaba Allí había levantado
figura del animal hay un letrero: «para Salomón sus grandes fundiciones de co-
Sema», y debajo de él se leen las pala- bre que siguieron en uso después de su
bras «siervo de Jeroboán». Por la forma muerte. Durante los siglos x y ix, el
de las letras sabemos que en este caso horno de fundición y los edificios anejos
el monarca mencionado es Jeroboán II; cubrían aproximadamente sólo 6.000 m',
Sema era uno de sus funcionarios, aun- pero todo el conjunto se hallaba cercado
que no es mencionado en la Biblia. Otro por una doble muralla, con una puerta
sello lleva esta inscripción: «para Ab- de triple acceso, lo que suponía un sis-
días, siervo del rey». Este nombre nos tema defensivo suficiente para una gran
trae en seguida a la memoria a aquel ciudad (il. 112). Parece, sin embargo,
Abdías que fue primer ministro de Ajab, que aquel complejo fue destruido cuan-
durante la dinastía de Omrí, que arries- do Edom logró independizarse de Judá
gó su vida para salvar a cierto número hacia los años cuarenta del siglo rx. El
de Profetas (1 Re 18,3-4). La escritura, padre de Ozías logró someter de nuevo
sin embargo, es notoriamente posterior a Edom, y el hijo reconstruyó la fundi-
al siglo ix, y el sello en cuestión debió ción, a la que dio el nuevo nombre de
de pertenecer a un funcionario real de Elat. El arqueólogo que exploró este
fecha más tardía, que, por otra parte, yacimiento, Nelson Glueck, no sólo des-
nos es desconocido. Hay tan' sólo un cubrió los restos de las construcciones
sello hebreo entre los conocidos que de Ozías, sino que en ellas encontró un
pueda fecharse probablemente en el si- hermoso sello engarzado en cobre y por-
glo rx. En él aparece un toro, y encima tando la inscripción lytm («para Yotán»)
del animal se leen estas palabras: «para sobre la imagen de un carnero (il. lllc).
Semeías, hijo de Azarías»; se trata de un Si bien no podemos estar absolutamente
personaje no mencionado en la Biblia, seguros de ello, el dueño de este sello
aunque su nombre y el de su padre sean pudo ser el mismo hijo de Ozías, que
muy comunes.
En Judá, durante la primera parte del
siglo viii, el monarca de mayor renom-
bre fue Ozías, conocido también como
Azarías (hacia el 783-742 a. C.). Han
aparecido los sellos personales de dos de
sus funcionarios, cada uno de los cuales
se llama a sí mismo «el siervo de Uzzi-
yau (= Ozías)»; uno de estos funciona-
rios se llamaba Abiyau (= Abías) y el
otro Sebanyau (= Sebanías). Una de las
acciones de Ozías que podemos confir-
mar a través de las excavaciones arqueo-
lógicas es la reconstrucción de Elat y su 112. La fundición de Esyón-Guéber.
LA CAIDA DE- ISRAEL 231

llevaba aquel nombre, y que actuó como no puede probarse, viene bien como hi-
regente cuando su padre contrajo la le- pótesis para explicar el carácter peculiar
pra y antes de dar comienzo a su propio de aquellas ruinas 9.
reinado. En cualquier caso, se trata de
un nombre típicamente judaíta, y su
portador no creería necesario indicar LA CAIDA DE ISRAEL
cómo se llamaba su propio padre. Judá
En el 745-744, un nuevo monarca
perdió Elat y el resto de Edom a co-mienzos del reinado de Acaz, hijo de asirio ocupó el trono de Nínive como
Yotán, es decir, hacia el 734 a. C. (2 Re consecuencia de una sublevación. Se tra-
16,6). En la ciudad edomita que reem- ta de Tiglat-Piléser III (ca. 745-727 an-
plazó a la judaíta apareció en varias tina- tes de Cristo). Durante los primeros
jas la impresión del sello perteneciente años de su reinado se empleó a fondo
a un funcionario real de Edom. Sabemos con un poderoso ejército en Siria, ini-
que es así porque en la primera parte ciando la subyugación completa de toda
de este nombre, Qausanal, entra en com- la costa sirío-palestina. Pronto tuvo fir-
posición el de una divinidad edomita, memente sometido el norte de Siria,
Qaus. cuya zona oriental fue convertida,en pro-
A comienzos de 1956 el profesor vincia asiria bajo el mando de un go-
Y. Aharoni, de la Universidad Hebrea, bernador con sede en Arpad (cf. 2 Re
inició unas excavaciones en una elevada 18,34; 19,13).
colina llamada Ramat Rabel, al sur de Jeroboán II, el último gran rey de
Jerusalén, en territorio israelí. Se descu- Israel, murió antes de estos aconteci-
brió un fuerte que había sido erigido en mientos (hacia el 746 a. C.). A partir
el siglo viii a. C.; consistía en una pe- de este momento, y sin duda a causa de
queña área despejada y rodeada de fuer- las presiones asirias, todo son noticias de
tes muros de casamatas. En uno de los guerra civil y. frecuentes sublevaciones.
ángulos había sido levantada una casa Ozías, o Azarías, de. Judá reinaba aún
o pequeño palacio. Lo que más llamó la en Jerusalén, aunque estaba leproso y
atención del arqueólogo fue el tipo de confinado en una residencia aparte. Ti-
construcción aplicado en este conjunto, glat-Piléser se enfrentó en Siria a una
a base de sillares bien escuadrados y en- coalición encabezada por un cierto Azriau
cajados, a semejanza de lo que antes se (es decir, Azarías) de Yauda. Este últi-
había hecho en Meguido y Samaría (con- mo nombre es la forma asiría de «Judá».
fróntese il. 100). Esto significa que ¿Fue, por tanto, Ozías el jefe de la opo-
cuando aparece tal tipo de construcción, sición a Asiria en Occidente? Esto se
es que se trata de un edificio real. Pero ha considerado tan poco probable, espe-
en este caso resultaba que el emplaza- cialmente porque, al parecer, Tíglat-Pilé-
miento caía demasiado cerca de Jerusa- ser combatió contra las fuerzas de Aza-
lén como para interpretarlo en el sentido rías no en Palestina, sino en el norte de
de una residencia gubernamental o una Siria, que muchos investigadores han
fortificación de vital importancia. En pensado en la existencia de un Judá sep-
consecuencia, su descubridor hizo la inte- tentrional, cuyo rey llevaría el nombre
resante sugerencia de que Ramat Rahel
pudo ser la residencia construida para
Ozías en los últimos años de su reinado, ' Cf. Y. Aharoni, The Excavation at Ramat
Rabel: «The Biblical Archaeologist» 24/4
cuando este monarca había contraído la (1961) y «Bulletin of the Israel Exploration
lepra (2 Re 15,5). Sí bien esta opinión Socíety» 24 (1960) 73-116 (en hebreo).
232 DIVISION Y DECADENCIA

del Dios hebreo, Yahvé, en su forma de Tiglat-Piléser. Después de recibir mil


abreviada, que es la que se acostum- talentos de plata, Pul confirmó a Mena-
bra incluir en los nombres propios. Lo jén en el trono. El mismo Tiglat-Piléser
malo es, sin embargo, que no tenemos corrobora en una de sus inscripciones la
ninguna otra noticia acerca de ese su- afirmación de la Biblia. Dice que «aplas-
puesto reino septentrional, para el que, tó» a Menajén (evidentemente, no en
por otra parte, apenas queda espacio en- combate, sino en una guerra psicológica)
tre las ciudades-estados conocidas de de modo que éste «huyó solo, como un
Siria. En el siglo xix suponían muchos pájaro», y se postró a los pies del asirio,
investigadores que se trataba de Judá que sigue informándonos de que resti-
del sur y su rey Ozías, punto de vista tuyó su trono a Menajén, pero a condi-
que se ha vuelto a asumir de nuevo to. ción de que pagara un tributo de «oro,
En un momento en que Ozías era uno plata, vestidos de lino con bordados
de los monarcas más fuertes, con uno multicolores... ».
de los gobiernos más estables de toda Cuando la expedición de Harvard ex-
Siria y Palestina, parece difícil suponer cavaba en Samaría en 1910 las ruinas de
que existiera otro Estado también llama- un edificio situado al oeste del palacio
do Judá y con un rey del mismo nombre real, apareció un conjunto de sesenta y
que el monarca judaíta. De no ser así, tres cascotes con inscripciones en tinta
ello significa que en los años 744-742, sobre la superficie. Cerca se halló un
Ozías, o Azarías, de Judá era una de las fragmento de un recipiente importado
personalidades más destacadas del Asia de Egipto con el nombre del faraón
occidental y cabeza de la oposición a Osorkón II. Teniendo en cuenta que
Asiria. A pesar de que estaba leproso este monarca fue contemporáneo de la
y de que actuara como regente su hijo, dinastía de Omrí, los otros fragmentos
Yotán, los asuntos extranjeros seguirían cerámicos fueron atribuidos a esa época.
aún firmemente en sus manos. Murió Pero las ulteriores excavaciones y el mis-
hacia el 742 a. C., antes de que pudiera mo tipo de letra han venido a demostrar
alcanzarle la venganza de los asirios. En que corresponden al siglo viii. A prime-
todo caso, su nombre desaparece repen- ra vista, sin embargo, el contenido de
tinamente de los documentos asirios. estos documentos parece desprovisto de
Esta reconstrucción de los acontecimien- todo interés. Son típicas las siguientes
tos con base en la documentación descu- anotaciones: fragmento número 1, «en
bierta en Asiria da una nueva perspec- el año décimo. Perteneciente a Sama-
tiva de la historia y el poderío de Judá ryau de [la ciudad del Beryam, una
que no aparece en la Biblia. vasija de vino añejo. Pega (hijo) de Eli-
Tenemos noticias de que el 738 pagó sa, 2; Uzza (hijo de) ..., 1; Baala (hijo
tributo a Tiglat-Piléser el rey Menajén de) Elis"a, 1; Yedaías, 1»; fragmento
de Israel. En 2 Re 15,19 se dice que se número 8, «en el año décimo. De [la
vio obligado a pagarlo «cuando Pul, rey ciudad del Jaserot, perteneciente a Gad-
de Asiria, subió contra el país». «Pul», diyau, una vasija de aceite fino» 11 Re-
como sabemos, era un nombre personal sultó que estos fragmentos eran las rela-
ciones oficiales en que se recogían los
10 Cf. especialmente E. R. Thiele, The Mys- cargamentos de vino y aceite enviados a
terious Numbers of the Hebrew Kings ( Chica-
go 1951) cap. V, y «Journal of Near Eastern
Studies» 3 (1944) 155-63; W. F. Albright, " Interpretando el hebreo de los fragmentos
«Bulletin of the American Schools of Oriental según Y. Yadin, Recipients or Owners: «Israel
Research» 100, p. 18, n. 8. Exploration Journal» 9 (1959) 184-87.
LA CAIDA DE ISRAEL 233

Samaría desde las distintas ciudades y de ese siglo. Recientemente ha estudiado


distritos del área tribal de Manasés oc- con toda atención Y. Yadin el sistema
cidental. Se discute si aquellos produc- usado en el antiguo Israel para escribir
tos se remitían en concepto de pago de números, sirviéndose para ello de todo
i mpuestos o como producto de las tie- tipo de documentos accesibles ' 2. Su lista
rras propiedad de la corona. En todo revisada de números, correcta casi con
caso es seguro que pertenecían a la orga- absoluta seguridad, es como sigue:
nización fiscal del reino por uno u otro
concepto. 1 11 111 -l A (JA)
1 2 3 4 5 (6)
Las listas se fechan por el año del
reinado de un monarca cuyo nombre no (iiA) T -1A - ( =)
se expresa; ésta era la forma habitual 8 9 10 (20) 30
de consignar una fecha, pues no había
un calendario para contar los días, a se- Los signos que representan el 4 y el 5
mejanza de lo que hacemos nosotros. se venían interpretando hasta ahora como
Para datar un acontecimiento se daba el 5 y 10, respectivamente, y como 15
mes, el día del mes y el año del monarca cuando aparecían combinados. En la
reinante. En Mesopotamia se acostum- nueva interpretación, cuando se combi-
braba a designar los años por un acon- nan, se refieren únicamente al noveno
tecimiento o una persona y se guarda- año de un monarca. Según esto, todos
ban listas de los años conforme a sus aquellos documentos fueron escritos en
«epónimos», como se dice, junto con los los años noveno y décimo de cierto rey,
acontecimientos más señalados que en con tal de que sea cierto que el muy
ellos tenían lugar. Pero este sistema, por dudoso grupo de signos anteriormente
lo que nosotros sabemos, no estaba vi- interpretado como «17» haya de tomar-
gente en Palestina. se ahora como un error de escriba o
Se ha discutido la datación exacta de como una corrección que resultó ilegible
estos documentos, dentro del siglo viii, al final.
precisamente porque no se da el nombre Ahora bien, el año 738 a. C., cuando
del monarca en cuestión. La forma de Menajén pagó tributo a Tiglat-Piléser,
las letras ha sido objeto de un minucioso fue el año noveno del monarca israelita.
estudio paleográfico, pero todo lo que En consecuencia, el profesor Yadin su-
se puede decir es que se trata de una giere que los documentos de Samaría
escritura posterior a la de la estela de quizá daten de ese período, y que po-
Mesá (il. 108), que es del siglo ix y an- drían representar los impuestos adiciona-
terior a la del túnel de Siloé, de época les a que recurrió Menajén para pagar el
inmediatamente anterior al año 701 a. C. nuevo tributo. Esta sugerencia no es
(il. 123). Los años del rey se indican probable, pero los paleógrafos aceptan
mediante las palabras que significan no- de buena gana la posibilidad de rebajar
veno y décimo y por signos numerales la fecha de los fragmentos hasta la épo-
que generalmente se supone que indican ca de Menajén, y la finalidad que les
el año decimoquinto y decimoséptimo supone Yadin no es improbable.
del monarca. De ser así, éste sólo podría Uno de los datos significativos que
ser Jeroboán II (ca. 786-746 a. C.), ya aportan estos documentos es la enume-
que fue el único cuyo reinado se prolon-
gó diecisiete años o más dentro del si- 'z Y. Yadin, Ancient Judaean weights and
glo VIII; los fragmentos, por consiguien- the Date of the Samaria Ostraca, en Scripta
te, datarían de la década de los setenta Hierosolimitana III (Jerusalén 1960) 1-17.
234 DIVISION Y DECADENCIA

ración de ciudades y aldeas de esta zona, a Yahvé como Dios de la nación, no


acerca de las que teníamos noticias muy tuvo un impacto muy fuerte en un gran
escasas de tiempos antiguos. Algunos de sector del pueblo en cuanto al uso del
esos nombres sobreviven aún en los de título baal se refiere.
las modernas localidades, mientras que Los años cruciales, sin embargo, son
varios distritos corresponden a los nom- los que van del 735 al 732 a. C. Razín,
bres de los descendientes de Manasés rey de Damasco, y Pécaj, rey de Israel,
que se nos han conservado en Nm 26, formaron una coalición contra Asiria,
29-33 y 1 Cr 7,14-19; por ejemplo, pero se sintieron molestos por el hecho
Abiezer, Joglá, Jélec, Noá, Siquén y Se- de que el rey Acaz de Judá, nieto de
midá. Esto prueba una antigua sospecha Ozías, no quiso unirse a ellos. Acaz aca-
de los investigadores, es decir, que los baba de subir al trono (reinó entre el
hijos e hijas de Manasés, cuyos nom- 735-715 a. C. aproximadamente). Razín
bres aparecen en las listas bíblicas, re- y Pécaj se dispusieron a atacar Jerusa-
presentan en realidad otros tantos cla- lén, mientras que el corazón del rey y
nes, muchos de los cuales pueden ser los corazones de la gente «se estreinecie-
situados ahora, con ayuda de estos frag- ron como los árboles del bosque se es-
mentos, sobre un mapa. tremecen ante el viento» (Is 7,2). Acaz
Por otra parte, los nombres conserva- recurrió a Tiglat-Piléser: «Yo soy tu sier-
dos en los fragmentos resultan perfecta- vo y tu hijo. Ven y sálvame de la mano
mente bíblicos, aunque un número sor- del rey de Siria y de la mano del rey de
prendente de ellos contiene el elemento Israel, que vienen a atacarme» (2 Re
baal («señor»). Lo cierto es que los 16,7). El relato bíblico sigue diciendo
nombres compuestos con baal son al que Acaz envió un gran «presente» al
menos la mitad de frecuentes que los asirio; éste atendió el requerimiento, in-
compuestos con Yahvé. En los tiempos vadió Palestina, quitó a Israel el terri-
bíblicos era costumbre que los padres torio de Galilea, llevó un gran número
llamaran a sus hijos por sentencias bre- de sus habitantes al cautiverio (2 Re
ves que con frecuencia comenzaban o 15,29), puso sitio a Damasco, dio muer-
terminaban con el nombre o título de te a su rey y se llevó también numero-
un dios; así, Jonatán significa «Yahvé ha sos cautivos (2 Re 16,9).
otorgado»; Abdías, «siervo de Yahvé», El mismo Tiglat-Piléser nos confirma
etcétera. En el primitivo Israel se tomó este relato y añade nuevos pormenores.
de Canaán, para aplicarlo a Yahvé, el Empezó por ocupar la llanura filistea
título de baal, aparte de otros epítetos hasta Gaza, todo Neftalí (Galilea) y
divinos, pero surgió una reacción profé- Transjordania, para luego dar cuenta de
tica muy enérgica contra el uso de baal Damasco. Afirma además que los terri-
por el peligro que entrañaba de confun- torios arrebatados a Israel fueron con-
dir este título con el que ostentaba el vertidos en una provincia asiria: «Yo
dios cananeo de la tempestad, al que puse a mis funcionarios como goberna-
ahora se aplicaba casi como un nombre dores sobre ellos». Esto significa que,
propio (cf. Os 2,16s). Hasta ahora no como resultado de aquellas campañas,
conocemos nombres compuestos con baal Israel quedó reducido a un exiguo terri-
en Judá durante los siglos viiz y vii. torio en la zona montañosa al oeste del
Pero el hecho de que resulten tan fre- Jordán, mientras que Galilea pasaba a
cuentes en los fragmentos de Samaría convertirse en una simple provincia asi-
indica que la sublevación de Jehú, con ria. Nos enteramos ahora también de
su duro celo religioso, si bien reafirmó que Tiglat-Piléser introdujo la nueva po-
LA CAIDA DE ISRAEL 235

113. Sargón II. 114. El palacio de-Sargón II.

lítica de deportar gran número de los aunque parte de su costado oriental


ciudadanos más destacados de los terri- pudo derrumbarse hace mucho tiempo
torios invadidos, asentándolos en otras y caer por el talud del montículo. Los
regiones, mientras que poblaba las zonas muros de piedra de la fortaleza eran
conquistadas con gentes de diversas pro- muy gruesos; su anchura variaba de
cedencias. Este es el primer caso conoci- 2 a 2,50 m. La planta nos sugiere que
do de transvase de poblaciones para man- había un gran patio interior rodeado, al
tenerlas pasivas y sumisas. menos en tres de sus lados, por estan-
Fue en esta época cuando Jasor (es- cias. Se entraba en él desde la cumbre
trato V), con su gran palacio-ciudadela, del montículo, por el lado oeste, siguien-
como sede del gobernador de la Galilea do una estrecha calzada pavimentada y
oriental, quedó completamente arrasada; atravesando luego una puerta de unos
nunca volvería a ser ocupado aquel em- 5 m. de. anchura. Aquí estaba situado
plazamiento, si se exceptúan los peque- probablemente el cuartel general del
ños puestos de vigilancia instalados- allí nuevo comandante asirio, así como el
por las potencias dominadoras. Tam- acuartelamiento de las tropas encargadas
bién destruyó Tiglat-Píléser otro gran de mantener el orden.
centro provincial israelita, Meguido (es- Como secuela de la tremenda derrota
trato III). Esta ciudad sería reedificada sufrida por Israel en el 733 a. C., Pécaj
por el gobierno asirio como capital admi- fue asesinado en una revuelta; Oseas
nistrativa de la provincia asiria de Ga- fue proclamado rey (2 Re 15,30). Tiglat-
lilea. En la nueva ciudad del estrato II Piléser alude a estos acontecimientos
no volvió a utilizarse la vieja muralla cuando dice: «Derrocaron a su rey, Pé-
salomónica. El emplazamiento quedaba caj, y yo puse a Oseas como rey sobre
ahora dominado por un enorme palacio- ellos», con lo que da a entender que,
fortaleza situado al lado oriental del desde su punto de vista, los reyes vasa-
montículo; parte de sus construcciones llos eran entronizados únicamente en
se apoyaban sobre . la antigua muralla. virtud de la autoridad del monarca asi-
Este conjunto medía unos 66 m. de lar- rio. En Judá se mantenía Acaz en su
go por 47,25 m. al menos de ancho, actitud de vasallo fiel y obediente: Ti-
236 DIVISION Y DECADENCIA

glat-Piléser consigna su nombre entre los ne la inscripción distribuida en dos lí-


de otros reyes vasallos occidentales que neas ' 3.
le pagaban tributo. Acaz presentó su ho- Oseas, el último monarca israelita,
menaje personalmente a Tiglat-Piléser en evidentemente encontró insoportable el
Damasco, y a raíz de este hecho lo ve- peso del fuerte tributo que le habían
mos convertido en un hombre absoluta- i mpuesto los asirios. En 2 Re 17,3-4 se
mente desilusionado; cerró el templo de nos informa de que se convirtió en va-
Jerusalén y negó fidelidad al Dios que sallo de Salmanasar V (727-722 a. C.),
no le había respaldado, para adherirse a sucesor de Tiglat-Piléser, pero que, con-
los dioses paganos que prometían cum- fiado en la ayuda egipcia, pronto dejó
plir todos sus deseos (cf. 2 Re 16,10ss de pagar el tributo. Cuando Salmanasar
y 2 Cr 28). Isaías, por consiguiente, le atacó en el 724 a. C., trató evidente-
tuvo buenas razones para lanzar al rey mente de hacer las paces con el asirio,
su advertencia con motivo de su famoso pero éste «encontró traición» en él, lo
encuentro con Acaz: «¡Si no creéis en tomó prisionero y puso cerco a Samaria.
mí, no seréis firmes!» (Is 7,9). Acaz se En el 722 murió Salmanasar; Sargón II,
fue debilitando hasta el extremo de dejar su sucesor (ils. 113-114), se arrogó el
en manos de los filisteos varias ciudades honor de la victoria, muy a finales del
fronterizas (2 Cr 28,17s), mientras que 722 o a comienzos del 721 a. C. Sargón
Edom aprovechaba esta oportunidad blasona repetidas veces de esta victoria
para independizarse definitivamente del en sus inscripciones. En una de ellas
dominio judaíta, en el que ya nunca, vol- mandó grabar estas palabras: «Yo sitié
vería a caer. La gran fundición de y conquisté Samaría, tomé 27.290 de
Esyón-Guéber-Elat fue destruida en un sus habitantes como botín. Yo formé de
pavoroso incendio durante esta época, y entre ellos un contingente de 50 carros
sobre sus ruinas se edificó un nuevo (para la guardia real) e hice que los
establecimiento industrial bajo dominio demás (habitantes) asumieran sus posi-
edomita (Esyón-Guéber, período IV, en ciones (sociales). Puse sobre ellos uno
la terminología de los arqueólogos). La de mis funcionarios y les cargué con el
única vez que aparece el nombre de tributo del anterior rey» ta.
este rey en documentos contemporáneos, De este modo cayó el telón sobre el
aparte de la inscripción de Tiglat-Piléser, Israel independiente. Al poco tiempo
es en un sello perteneciente a uno de también una parte de la llanura filistea
sus funcionarios (il. 111b), en que lee- sería reorganizada como provincia asiria,
mos la frase «para Usna, siervo de de forma que sólo quedó Judá con una
Acaz». Se trata de un hermoso sello de sombra de independencia.
cornalina tallado en forma de escarabeo,
actualmente en la colección de Edward " C. C. Torrey, A Hebrew Seal from the
T. Newell. La mitad superior del lado Reign of Ahaz: «Bulletin of the American
que lleva la inscripción está dedicada a Schools of Oriental Research» 79 (1940) 27-28.
" Traducción de A. L. Oppenheim, en
un tema decorativo compuesto de sím- J. B. Pritchard (ed.), Ancient Near Eastern
bolos egipcios; la mitad inferior contie- Texts, 284-5.
BIBLIOGRAFIA

Para un panorama general de la arqueología W. F. Albright, The Excavation of Tell


en relación con este período, cf. W. F. Al- Beit Mirsim III: The Iron Age (Annual of
bright, Arqueología de Palestina ( Barcelona the American Schools of Oriental Researchs
1962) 131-43; íd., De la Edad de Piedra al XXI-XXII; New Haven 1943).
cristianismo (Santander 1959) 182-91; íd., R. S. Lamon y G. M. Shipton, Megiddo I
Archaeology and the Religion o f Israel, 155-64; ( Oriental Institute Publications XLII; Chica-
M. Burrows, What Mean These Stones?, párra- go 1939).
fos 101-2, 112ss y los índices, para referen- G. A. Reisner y C. S. Fisher, Harvard
cias específicas. Excavations at Samaria ( Cambridge 1924);
Sobre la estratigrafía comparativa de esta J. W. Crowfoot y otros, The Buildings at
época, cf. G. E. Wright, The Bible and the Samaria ( Londres 1942); íd., The Objets from
Ancient Near East ( Garden City 1961) 96-101; Samaria ( Londres 1957).
en cuanto al panorama histórico, cf. J. Bright, C. C. McCown, Tell en-Nasbeh (Berkeley y
La Historia de Israel ( Bilbao 1966) 235-92; New Haven 1947).
M. Noth, Historia de Israel ( Barcelona 1966) N. Glueck, The Excavations of Solomon's
213-44. Seaport: Ezion-geber: «The. Smithsonian Re-
La mejor obra para la consulta de inscripcio- porto (1941) 453-78; artículos de este mismo
nes históricas hebreas y asirias es actualmente autor en «Bulletin of the American Schools
la de J. B. Pritchard (ed.), Ancient Near of Oriental Research» 71, 75, 79 y 82; íd.,
Eastern Texts Relating to the Old Testament The Other Side of the Jordan ( New Haven
(Princeton 1950). Las restantes fuentes de in- 1940) cap. IV.
formación son las memorias de las excavacio- Y. Yadin y otros, Hazor I (Jerusalén 1958);
nes, entre las que conviene citar las siguientes: II (1959); III-IV (1961).
CAPITULO X

LOS ULTIMOS DIAS DE JUDA

El Señor se propuso destruir


el muro de la hija de Sión...
El Señor ha hecho lo que se proponía;
ha cumplido su palabra,
que tenía ordenada desde antiguo.
( Lam 2,8.17)

Judá disfrutó aún de una independen- cuando fue atacado por éste en el 711
cia limitada durante más de siglo y cuar- antes de Cristo (cf. Is 20); los asirios
to después de la destrucción de Samaría reorganizaron parte de la llanura costera
en el 721 a. C. Algunos restos fragmen- como una provincia de su Imperio. A la
tarios recogidos en Samaría indican que muerte de Sargón en el 705 a. C. ocupó
la ciudad fue nuevamente ocupada; entre el trono asirio Senaquerib. Ezequías evi-
éstos se cuenta una cerámica extranjera dentemente juzgó que había llegado el
que pudo ser llevada allí por los nuevos momento propicio. Aceptó los consejos
habitantes traídos de otras zonas del de las embajadas egipcia y babilónica y
Próximo Oriente por los asirios (2 Re se negó a pagar el tributo. Senaquerib
17,24). El rey Ezequías (ca. 715-687 organizó las represalias en el año 701
antes de Cristo) de Judá inició en segui- antes de Cristo, y a este monarca debe-
da una serie de maniobras para lograr la mos una amplísima información acerca
integración religiosa del norte y el sur, de los acontecimientos (il. 115).
pero con la idea de que todo ello des-
embocara también en una reunificación
política (2 Cr 29-31). De esta forma ha- DATOS ARQUEOLOGICOS
cía suya la aspiración de la dinastía daví- RELATIVOS A LA CAMPAÑA DE
dica a reinar sobre una Palestina unida. SENAQUERIB EN EL 701 A. C.
Al no lograr su objetivo político, enca-
bezó una coalición de pequeños Estados Según los anales de Senaquerib, Eze-
y, con la promesa del respaldo egipcio quías había intervenido en los asuntos
y babilónico, se sublevó contra Sena- de Filistea con ánimo de fortalecer a les
querib (2 Re 18-20). Es posible que pla- rebeldes locales, llegando a encarcelar en
neara su sublevación durante cierto tiem- Jerusalén al rey Padi de Ecrón, «desleal-
po antes de iniciarla abiertamente, pero mente, como si fuese un enemigo»: Se-
los anales asirios nos informan de que, naquerib habla luego del «despótico y
si bien el rey de Asdod buscó el apoyo orgulloso Ezequías», que, atemorizado,
de Judá contra Sargón, río lo recibió pidió la ayuda del rey etíope de Egipto.
240 LOS ULTIMOS DIAS DE JUDA

115. Prisma de Senaquerib.

Este le respondió enviando arqueros y de Gaza. De esta forma reduje su país,


tropas de carros y caballería, «un ejér- pero aún aumenté su tributo y los pre-
cito incalculable», pero fue derrotado, a sentes katru (debidos) a mi persona
resultas de lo cual Ezequías puso en (como su) soberano, que yo le impuse
libertad a Padi, que recuperó su trono ( más tarde) además del tributo anterior,
de Ecrón. Prosigue Senaquerib: y que tendría que entregarme todos los
«En cuanto a Ezequías, el judío [me- años. Ezequías mismo, al que había
jor, judaítal, no se sometió a mi yugo; abrumado el terrible esplendor de mi
yo puse cerco a 46 de sus ciudades más majestad, cuando las tropas selectas y
fuertes, bastiones fortificados y a innu- las irregulares que había reunido en Je-
merables aldeas pequeñas de las inme- rusalén, su residencia real, para fortale-
diaciones, y (las) conquisté por medio de cer(la), le habían abandonado, me envió,
rampas (de tierra) bien apisonada y arie- más tarde, a Nínive, mi ciudad señorial,
tes arrimados (a los muros), (combina- junto con 30 talentos de oro, 800 talen-
dos con) el ataque de soldados de a pie tos de plata, piedras preciosas, antimo-
(por medio de) minas, trincheras y obra nio, grandes cortes de piedra roja, lechos
de zapadores. Saqué 200.150 personas, (incrustados) de marfil, sillas nimedu
j óvenes y viejos, hombres y mujeres, ca- (incrustadas) de marfil, pieles de elefan-
ballos, mulos, asnos, camellos, ganado te, madera de ébano y de boj (y) toda
mayor y menor sin cuento, y todo esto clase de tesoros de gran valor, sus (pro-
lo tomé como botín. A él le tuve preso pias) hijas, concubinas, músicos y músi-
en Jerusalén, su residencia real, como un cas. Para entregar el tributo y prestar
pájaro en una jaula. Lo cerqué con terra- obediencia como esclavo, envió su men-
plenes a fin de hostigar a los que salían sajero (personal)» t.
por la puerta de su ciudad. Las ciudades
que yo había saqueado, yo las quité de ' Traducción de A. L. Oppenheim en
su país y las di a Mitinti, rey de Asdod; J. B. Pritchard (ed.), Ancient Near Eastern
a Padi, rey de Ecrón, y a Sillibel, rey Texts, 288.
LA CAMPAÑA DE SENAQUERIB 241

117. Judíos cautivos en Laquis.

Nótese que Senaquerib no pretende plataformas que coronan las torres dis-
haber tomado Jerusalén ni arrasado las tribuidas a intervalos se afanan los de-
ciudades judaítas. Al parecer, sitió un fensores judaítas con sus hondas y arcos,
gran número de ciudades fortificadas, mientras arrojan antorchas sobre las má-
incluida Jerusalén, y saqueó todo lo que quinas de asedio, hechas de madera. El
cayó en su poder, pero abandonó con su ejército asirio ataca ordenadamente con
ejército el país tan pronto como Eze- arqueros, lanceros y honderos, que apo-
quías cedió y se avino a pagar el pesado yan la acción de los zapadores. Por las
tributo que le fue impuesto. Según 2 Re laderas del montículo ascienden las ram-
18,14, Ezequías lo hizo cuando los asi- pas de tierra hasta tocar los muros de
rios acampaban frente a la gran fortale- la ciudad, y por ellas se han empujado
za judaíta de Laquis. hasta el pie mismo de las murallas gran-
Senaquerib se sintió orgulloso de su des vehículos con ruedas, en cuyo inte-
conquista de Laquis, hasta el extremo de rior, protegidos de la lluvia de proyec-
mandar que se realizara una larga des- tiles que cae desde arriba, trabajan los
cripción del acontecimiento en los bajo- zapadores, mientras algunos otros, pro-
rrelieves de su palacio de Nínive, donde vistos de recipientes colocados al extre-
fueron hallados hace un siglo por el pri- mo de largas pértigas, arrojan agua sobre
mor excavador inglés, A. H. Layard la parte superior de las máquinas, posi-
(ils. 116-118). Los :relieves muestran los blemente para evitar , que se incendien
progresos del asedio y la fortaleza a con el fuego de las antorchas.
punto de rendirse. La ciudad está cir- Aunque el combate está representado
cundada por una doble, muralla; en las en toda su furia, un grupo de judaítas,
16
242 LOS ULTIMOS DIAS DE DUDA

118. Senaquerib recibe la sumisión de los ancianos de Laquis.

hombres y mujeres, sale por una puerta 4,5 y 5 hectáreas, respectivamente, mien-
de la ciudad situada en un punto de la tras que el montículo de Laquis abarcaba
colina más bajo que los muros, visibles en su cumbre unas 7 hectáreas. La ciu-
a izquierda y derecha. Cerca aparece Se- dad estaba situada en la Sefela, o tierras
naquerib entronizado en todo su esplen- llanas de Judá lindantes con la llanura
dor, con su tienda ricamente aderezada filistea. Guardaba el paso que conducía
y su carro detrás. Los ancianos de la hacia Hebrón y servía de punto de apo-
ciudad, con sus blancas vestiduras, hin- yo a las pequeñas fortalezas que lo jalo-
can la rodilla ante el monarca asírio; naban. Era la clave defensiva de una
detrás de ellos hay una larga fila de ju- cadena de bastiones que corría de norte
daítas, hombres y mujeres, escoltados a sur en las tierras bajas y que había
por soldados asirios, con sus carretas y sido establecida por Roboán a finales
pertenencias, evidentemente dispuestos del siglo x.
a emprender el largo camino que los Este emplazamiento fue excavado en-
lleva al exilio. Frente al rey hay una tre 1932 y 1938 por una expedición bri-
inscripción que dice así: «Senaquerib, tánica dirigida por J. L. Starkey. Fue
rey del mundo, rey de Asur, sobre el uno de los mejores y más eficientes tra-
trono nimedu, y el botín de la ciudad bajos de cuantos se han llevado a cabo
de Laquis desfilando ante él». en Palestina. Desgraciadamente, Starkey
Laquis era una de las mayores ciudades fue asesinado por unos bandoleros ára-
de Palestina en aquella época, mayor in- bes en 1938, justamente cuando acababa
cluso que Jerusalén y Meguido (il. 119). de dar cima a su cuidadosa labor prepa-
Estas ocupaban una extensión de unas ratoria y se disponía a emprender la
LA CAMPAÑA DE SENAQUERIB 243

119. Reconstrucción de la Laquis judaíta.

exploración de los escombros de la ciu- turas de madera. Al costado occidental


dad cerca de la puerta y del palacio- del montículo se descubrió el camino
ciudadela. que ascendía por la ladera desde el valle
Ya hablaremos de los importantes hasta la puerta de la ciudad, que apare-
descubrimientos realizados por esta expe- cía defendida por un gran bastión exen-
dición al final del capítulo, cuando abor- to, incorporado un siglo más tarde a la
demos el tema de la destrucción de Judá línea defensiva exterior. En el relieve
por los babilonios. En cuanto al período asirío de Laquis aparecen claramente figu-
del 701 a. C., hay tres datos de especial rados los dos muros, así como la puerta
interés. El primero se refiere a las de- situada en un plano inferior, por la que
fensas de la ciudad. La cumbre del mon- salen los habitantes de la ciudad, y que
tículo se hallaba rodeada por un muro seguramente quiere representar el bas-
de ladrillo de unos 6 m. de ancho; unos tión avanzado. Las grandes rampas de
15 m. por debajo de este cinturón defen- tierra, que arrancan del valle hasta apo-
sivo, y siguiendo el contorno del mon- yar en los muros del bastión, posible-
tículo, había otro muro de piedra y la- mente formaban parte del dispositivo de
drillo de unos 4 m. de anchura. Los ataque asirio; en el relieve parece que
muros estaban construidos en entrantes el asedio se ha concentrado principal-
y salientes alternados, más frecuentes mente en la zona de la puerta. Uno de
estos últimos en los puntos donde la los objetos más interesantes que se ha-
línea defensiva tenía que dar un quiebro. llaron en el curso de las excavaciones
Sobre los salientes había torres y plata- fue una cimera de bronce que se hallaba
formas defensivas. Las plataformas, que en una masa de escombros calcinados
aparecen en los relieves de Senaquerib, al pie de la fortificación exterior (ilus-
estarían hechas probablemente de made- tración 120), con restos de tela 'y cuero
ra; las grandes cantidades de carbón ve- adheridos aún, y que debió de ir cogida
getal que aparecieron mezcladas con los con remaches a un casco. En el relieve
restos desparramados fuera de los muros asirio de Laquis aparecen los lanceros
procederían seguramente de estas estruc- protegidos con cascos rematados por ci-
244 LOS ULTIMOS DIAS DE DUDA

que se asentaba. Esta plataforma medía


en tiempos -del rey Ezequías unos 77 m.
de largo por 31,5 m. de ancho. Por el
lado occidental se levanta aún a una
altura de 7 m. Fue erigida por el siste-
ma de dobles muros con lienzos transver-
sales, rellenándose de tierra los espacios
intermedios. Esta estructura nos recuer-
da la ciudadela, llamada el Milló, que
levantó David en Jerusalén (2 Sin 5,9).
El término «Milló» significa «relleno»,
y probablemente se refiere a una obra
defensiva construida sobre un podio arti-
ficial, del que también serían ejemplos,
probablemente, los palacios de Laquis y
Betsemes (cf. p. 187, supra).
Finalmente apareció en Laquis una gran
hoya en la ladera noroccidental del mon-
120. Cimera de casco asirio. tículo, que en otros tiempos había sido
una gran tumba, a la que estaban asocia-
dos otros cinco pozos menores. Lo más
sorprendente resultó ser su contenido:
meras de este tipo. No se sabe, sin em- estaban llenos de grandes cantidades de
bargo, si este objeto pertenecería a uno huesos completamente sueltos y mezcla-
de los hombres de Senaquerib o a un dos. La tumba principal contenía los res-
soldado de Nabucodonosor, de un siglo tos de 1.500 cuerpos, al menos, pero
más tarde. los huesos formaban un revoltijo tan
El segundo dato importante es el he- confuso que resultaba imposible orde-
cho de que dentro de la ciudad se ha- narlos; las calaveras, separadas de las
llaba el palacio del funcionario provin- vértebras, habían rodado hacia los lados
cial del gobierno judaíta. Es probable de la cámara desde el montón que se
que este edificio fuera erigido en tiem- iba formando al arrojar en ella los hue-
pos de David, durante el siglo x. Adosa- sos. Algunos huesos y calaveras presen-
do al palacio apareció un almacén o gra- taban señales de fuego. Es evidente que
nero real de fuertes y espesos muros y todos aquellos restos procedían de otro
con grandes naves. Esta misma asocia- lugar y que habían sido recogidos para
ción de palacio y granero ha aparecido traerlos a éste después de descomponer-
también en la otra ciudad del país llano, se la carne o ser quemada. Sobre la
Betsemes, situada a unos veinticuatro masa compacta de huesos humanos y
kilómetros al norte de Laquis, y pertene- dispersos por los restantes pozos había
ciente también al mismo período tem- huesos de animales formando un estrato.
prano. A lo largo de los dos siglos si- ¡La mayor parte de ellos eran huesos de
guientes se dobló el volumen del palacio cerdo!
de Laquis, hasta convertirlo en una cons- Junto con los huesos aparecieron mu-
trucción imponente, a la vez ciudadela chos restos cerámicos, en su mayoría
y palacio. No queda prácticamente nada fragmentos rotos. Algunos de los platos
de la superestructura; únicamente es vi- y recipientes, entre los que había cerá-
sible hoy la gran plataforma sobre la mica de cocina, eran del tipo que rara
LA CAMPAÑA DE SENAQUERIB 245

121. Cráneos hallados en una cueva de Laquis mostrando la trepanación,

vez se encuentra en las tumbas, aunque ción de esqueletos inmaduros, que. nor-
es muy común en las ruinas de las vi- malmente se desintegran con tanta faci-
viendas. En otras palabras: este depósito lidad que no pueden conservarse una vez
no era un enterramiento ordinario, sino que han sido removidos» 2.
un lugar en que se depositaron los hue- Otro dato interesante es el hecho de
sos después de haber permanecido espar- que al menos tres de los cráneos habían
cidos en algún otro lugar junto con sufrido la trepanación (il. 121). Son los
abundantes restos de cerámica. Primero primeros ejemplares hallados en Asia
se cuidó de recoger los huesos humanos, occidental con rastros de tal operación.
para ocuparse después de los restos de (Posteriormente aparecieron otros en se-
animales. Starkey, el excavador de este mejantes condiciones y fechados en el
emplazamiento, sugirió al principio que siglo xvii, procedentes de las excavacio-
este depósito era testimonia de la lim- nes de Jericó.) En dos de estos cráneos,
pieza llevada a cabo en la - ciudad des- las huellas del cuchillo son aún tan visi-
pués del asedio de Senaquerib, y esta bles en el sitio donde se extrajo la pieza
explicación tiene muchas probabilidades ósea para aliviar la presión, cerebral que
de ser cierta. Esto aclararía el hecho de podemos dar por seguro que los pacien-
que el depósito apareciera formando un tes fallecieron casi inmediatamente. Lo
verdadero amontonamiento, los rastros
de fuego que presentan algunos huesos Z Observaciones de D. L, Risdon citadas por
y el que pocas de las personas enterra- Olga Tufnell, Lachish III; The Iron Age
das de este modo fuesen de edad avan- ( Londres 1953) 63. Hemos de añadir que la
zada. Los esqueletos, en conjunto, re- cerámica asociada con los restos pertenece, en
opinión del presente autor, al siglo viii o co-
sultaban, en opinión de un experto, mienzos del vll más que al período en torno
«considerablemente más jóvenes de lo al 600 a. C., lo que confirma los puntos de
que normalmente aparece en cementerios vista de Starkey. O. Tufnell, ibíd., 194, sugie-
antiguos o recientes». Por otra parte, re como otra posibilidad que la tumba «se
debiese a una limpieza total de enterramientos
«la hipótesis de que estos huesos eran idolátricos durante la reforma religiosa de Jo-
el resultado de una monda practicada en sías» (ca. 621 a. C.). En mi opinión, esto obli-
otro cementerio anterior es... inacepta- garía a suponer una fecha muy tardía para las
cerámicas y negar la opinión de D. L. Risdon,
ble, tanto por falta de personas de edad en el sentido de que los huesos no pueden
avanzada como por la elevada propor- proceder de un cementerio anterior.
246 LOS ULTIMOS DIAS DE JUDA

curioso es, sin embargo, que en el tercer Por lo que respecta a Jerusalén, los
caso el hueso había empezado a crecer únicos datos relacionados directamente
de nuevo lo suficiente para borrar las con la invasión de Senaquerib son los
huellas del cuchillo. El individuo en que tienen que ver con el abastecimiento
cuestión, por tanto, debió de sobrevivir de agua a la ciudad. En 2 Re se nos
bastante tiempo después de la operación. dice cómo el rey Ezequías «hizo el es-
Estos cráneos resultan un sorprendente tanque y la conducción y metió el agua
testimonio de los avances logrados por en la ciudad». Por otra parte, 2 Cr
la medicina en Judá durante la época 32,30 dice que «cerró el desaguadero
del profeta Isaías. superior de Guijón y canalizó el agua
La presencia de tantos huesos de cer- hacia el costado occidental de la ciudad
do en los pozos resulta extraña y nos de David». Estos pasajes indican que,
deja perplejos, habida cuenta de las nor- como preparación para un posible ase-
mas sobre alimentación que prohibían a dio, presumiblemente el de Senaquerib,
los judíos comer la carne de ese animal, dispuso el rey lo necesario para que la
y ello con buenas razones. Como es bien ciudad contara con un abastecimiento
sabido, la carne de cerdo se convierte suficiente de agua. El principal manan-
en un alimento peligroso con el calor. tial de que se surtía la Jerusalén antigua
Sabemos, sin embargo, que esta prohibi- era la fuente de Guijón, situada en el
ción no estaba vigente entre los vecinos valle adyacente al costado oriental de la
de Israel. No es imposible que los cer- colina del Ofel. Se trata de una fuente
dos hubieran sido llevados a Laquis por que tiene la peculiaridad de manar a in-
la intendencia del ejército asirio. tervalos, seguramente debido a un siste-
Casi trece kilómetros al sudeste de ma natural de sifones formado por va-
Laquis, junto al camino de Berseba, había rias cavernas en el interior de la roca. En
otra ciudad fortificada judaíta. Por las los primeros tiempos de la ocupación
exploraciones arqueológicas sabemos que por los cananeos (cf. p. 183, supra) se
también hubo de sufrir estragos a manos había practicado un túnel desde el ínte-
de Senaquerib en el 701 a. C. Se trata rior de la ciudad hasta un punto desde
de Debit (la moderna Tell Beit Mirsim), el que se podía extraer el agua deposi-
que fue. excavada por una expedición tada en una acumulación procedente del
americana dirigida por W. F. Albright manantial y utilizando para esta opera-
en cuatro campañas desarrolladas entre ción vasijas que se hacían descender has-
1926 y 1932. Es una ciudad mucho más ta el líquido; algunos han pensado inclu-
pequeña que Laquis; la zona incluida den- so que Joab abrió a David las puertas
tro de las defensas comprendía unas tres de la ciudad remontándose hasta ella por
hectáreas. Como en el caso de Laquis, sin este pozo, aunque eso no es del todo
embargo, la destrucción causada por Se- seguro (2 Sin 5,8; 1 Cr 11,6). En la
naquerib no fue completa. La intención primera época de la ocupación israelita
del monarca asirio no era arrasar el de la ciudad, el agua de la fuente se
país, sino simplemente someterlo a su recogía en una alberca llamada el «estan-
autoridad y obligarle al pago de un tri- que superior»; un acueducto, descubier-
buto 3. to por Shick en 1886, conducía las
aguas a lo largo del borde del montículo
3 La destrucción sólo parcial parece dedu- hasta el «estanque inferior», situado al
cirse también de las fuentes literarias. Con- extremo sur de la ciudad. Fue precisa-
fróntese R. P. Dougherty, Sennacherib and the
Walled Cities of Palestine: «Journal of Bibli- mente junto a esta conducción a cielo
cal Literature» 49 (1930) 160-71. abierto que venía del «estanque supe-
LA CAMPAÑA DE SENAQUERIB 24 7

«aguas de Siloé que fluyen mansamen-


te» (Is 8,6) eran probablemente las que
se deslizaban por este acueducto.
Ezequías, sin embargo, preparó un
nuevo depósito y lo incluyó dentro de
las fortificaciones de la ciudad, en el
sector sudoccidental de la misma; este
depósito es el «estanque de Siloé»
(Is 22,9.11). El rey mandó luego exca-
var un túnel (il. 122) bajo la colina para
llevar las aguas de Guijón hasta el depó-
sito, y evidentemente hizo que el ma-
nantial fuera recubierto, de forma que
su presencia no resultara visible a los
atacantes. En 1880 unos muchachos en-
contraron una inscripción (fi. 123) en el
túnel, a unos 7,50 m. de la boca de
122. Túnel de Ezequías en Jerusalén. Siloé. Esta inscripción de Siloé ha sido
durante muchos años el monumento epi-
gráfico más importante de la Palestina
israelita, hasta el extremo de que otras
rior» donde tuvo lugar la famosa entre- muchas inscripciones hebreas han sido
vista entre el profeta Isaías y el rey fechadas por comparación con la escri-
Acaz (Is 7,3). También fue allí donde tura que contiene la de Siloé. Sobre la
se estacionaron los oficiales del ejército roca del muro se alisó parte de la super-
de Senaquerib para invitar al pueblo de ficie para grabar la inscripción, de la que
Jerusalén a rendirse (2 Re 18,17). Las sólo quedan las seis líneas inferiores,

123. Inscripción hallada en el túnel de Ezequías.


248 LOS ULTIMOS DIAS DE JUDA

habiéndose perdido la mitad superior. llas, penetrando a continuación con nues-


Estas seis líneas se han traducido así: tras luces y cintas métricas en la mano.
« [ ... cuando] (el túnel) fue horadado. El agua tenía poca profundidad, no más
Y esta es la- forma en que fue excavado: de 30 cm., y en algunos sitios apenas
mientras [...] (estaban) aún (...) pico(s), alcanzaba los 7 o 10 cm., sin que se no-
cada' hombre frente a su compañero, y tara la corriente. El fondo aparecía por
cuando todavía faltaban tres codos por todas partes cubierto de arena arrastra-
excavar, [ se oyó] la voz de un hombre da por el agua. Todo el pasadizo está
llamando a su compañero, porque había excavado en la roca sólida, y tiene unos
un desajuste a la derecha (y a la izquier- 60 cm. d e anchura en todo su recorrido,
da). Y cuando el túnel fue perforado, ligeramente acodado, pero siguiendo en
los canteros perforaron (la roca), cada general una dirección NNE. Durante los
hombre frente a su compañero, pico con- primeros 30 m. tiene una altura entre
tra pico; y el agua fluyó desde el ma- 4,5 y 6 m.; a lo largo de los siguientes
nantial hasta el depósito unos 1.200 30 m. o poco más, aquélla se reduce a
codos, y la altura de la roca sobre la(s) 1,80 o 3 m.; luego ya es tan sólo de
cabeza(s) de los canteros era de 100 1,20 m., bajando cada vez más conforme
codos» 4. avanzábamos. Al cabo de 240 m., la
Los primeros en descubrir y explorar altura era tan escasa que sólo podíamos
el túnel en época moderna fueron el in- avanzar apoyándonos sobre las cuatro
vestigador americano Edward Robinson extremidades y casi tocando el agua con
y el misionero Eli Smith, que desarro- el cuerpo. Como no estábamos prepa-
llaba su labor en Siria. El viaje de Ro- rados para esto, pensamos que lo mejor
binson a Palestina en 1838 señala el era retroceder e intentar de nuevo la
comienzo de la moderna arqueología bí- operación desde la otra boca. Después
blica; su descripción del país y de cuanto de dibujar sobre la roca con el humo
en él pudo hallar constituye hoy todavía de las lámparas nuestras iniciales y la-
una lectura importante y provechosa. En cifra 800 [ = pies; 240 m.], como indi-
Jerusalén tuvo noticias de la creencia cación de nuestro avance por este lado,
común en que la fuente de Guijón y el regresamos con nuestras ropas mojadas
estanque de Siloé estaban de algún modo y manchadas.
comunicados entre sí, pero nadie había »Hasta tres días después (30 de abril)
tratado de averiguarlo. Se decidió a ha- no tuvimos oportunidad de completar
cerlo personalmente; su descripción de nuestra exploración y tomar las medidas
lo que pudo averiguar es como sigue: del pasadizo. En esta ocasión acudimos
«Habiendo llegado una tarde (27 de a la fuente de la Virgen; después de to-
abril) a Siloé con intención de tomar mar la distancia por el exterior (360
medidas del depósito, nos encontramos metros) hasta el extremo este de Siloé,
con que no había nadie en el lugar; dedujimos que, al haber recorrido ya
como el nivel del agua en el depósito 240 m. desde el extremo inferior, sólo
era muy bajo, aprovechamos esta opor- podían quedarnos unos 120 o 150 m.
tunidad para llevar a cabo nuestro pro- por explorar. Encontramos la abertura
pósito. Nos despojamos de nuestros za- correspondiente a la fuente superior tos-
patos y calcetines, y nos arremangamos camente construida con pequeños blo-
nuestras ropas por encima de las rodi- ques sueltos de piedra, cuya finalidad
era retener el agua en mayor cantidad
W. F. Albright, en J. B. Pritchard (ed.), dentro del estanque excavado. Después
Ancient Near Eastern Texts, 321. de ordenar a nuestros criados que reti-
LA CAMPAÑA DE SENAQUERIB 249

raran aquellas piedras, vestidos --o me- túnel sigue un trazado muy curvo. Salí-
jor, desvestidos- simplemente con un mos de nuevo por la fuente de Siloé.
par de holgados calzones árabes, pene- »Al abrir este pasadizo, es evidente
tramos en el pasadizo encorvándonos, que los obreros comenzaron por ambos
con la esperanza de alcanzar pronto el extremos y que se encontraron en algún
punto al que habíamos llegado desde el punto situado hacia la mitad. Por el ex-
otro extremo. El pasadizo es aquí, en tremo superior, la obra se desarrolló si-
general, mucho más bajo que por el otro guiendo el nivel del estanque allí situa-
lado; la mayor parte del recorrido sólo do; la excavación tendía a desviarse
pudimos hacerla apoyándonos en rodi- demasiado hacia el oeste bajo la monta-
llas y -manos; en muchos sitios única- ña; por ello, todos los cortes en falso
mente era posible seguir adelante com- a que antes hemos aludido iban hacia la
pletamente tendidos y arrastrándonos derecha. En el inferior parecía como si
sobre las espaldas. la excavación se hubiera hecho al prin-
»La arena acumulada en el fondo de- cipio siguiendo un nivel más elevado que
bía de alcanzar una altura considerable, el actual; cuando se estableció contacto
cegando en parte el canal; de otro modo con el túnel que se abría desde el otro
resultaría inconcebible que se hubiera extremo se vio que este nivel resultaba
podido excavar el pasadizo en la roca demasiado alto, por lo que se rebajó el
sólida. En cualquier caso, sólo una per- piso hasta conseguir que el agua fluyera.
sona hubiera podido avanzar al mismo El resultado fue que el fondo del extre-
tiempo; seguramente el trabajo se pro- mo sur del pasadizo quedó más bajo
longó muchos años. Hay numerosos gi- que en cualquier otro punto. La pen-
ros y zigzags. En algunos sitios, los diente de todo el piso es muy suave, de
obreros habían excavado por derecho en forma que ambos estanques quedan casi
un determinado sentido, pero después al mismo nivel... El agua fluye por el
de recorrer cierta distancia habían vuel- pasadizo mansamente y con escasa co-
to atrás para empezar de nuevo con un rriente» 5.
ángulo distinto, de forma que, a prime- La distancia medida por Robinson
ra vista, había un ramal que se desvia- (525 m.) viene a coincidir casi exacta-
ba. Examinamos con gran detenimiento mente con la longitud del túnel que da
todas estas falsas excavaciones, con la el P. H. Vincent en su estudio de las
esperanza de encontrar algún pasadizo antiguas obras hidráulicas de Jerusalén,
lateral por el que pudieran fluir las que es de 524,70 m. La diferencia pue-
aguas procedentes de otro sector, pero de explicarse por haberse tomado las
no encontramos nada semejante. El ca- medidas desde puntos extremos distintos
mino parecía interminablemente largo, o incluso por las dificultades con que
hasta el punto de sospechar en algún tropezó Robinson en sus exploraciones.
momento que nos habíamos adentrado En cualquier caso, las cifras vienen a
por un pasadizo distinto del que había- coincidir con la longitud de 1.200 codos
mos seguido la primera vez. Por fin, que da la inscripción de Siloé, ya que el
después de haber medido 285 m., lle- codo equivale a unos 45 cm.
gamos a nuestra anterior señal de los Al otro lado del valle, frente a la
800 pies, trazada en el techo con el fuente de Guijón y el montículo sobre
humo de las lámparas. Esto nos da un el que se alzaba la antigua ciudad de
total de 525 m., es decir, bastante más
que la distancia por el exterior, un resul- 5 E. Robinson y E. Smith, Biblical Researches
tado difícilmente imaginable, aunque el in Palestine I ( Londres 1841) 338-40.
250 LOS ULTIMOS DIAS DE JUDA

124. La tumba de Sobná (7) en Jerusalén.

Jerusalén, hay una escarpadura rocosa varios investigadores, consiguió desci-


en la que se asienta hoy la moderna al- frarla. Su traducción es la siguiente:
dea de Silwan (Siloán). En esta escarpa-
dura pueden verse aún varias tumbas 1. Este es [el sepulcro de ...] yahu que está
antiguas (cf. il. 187). El arqueólogo sobre la casa.
No hay aquí ni oro ni plata,
francés Clermont-Ganneau descubrió a 2. sino [sus huesos] y los huesos de su es-
finales del pasado siglo una, situada en clava-esposa con él.
la aldea, que presentaba características Maldito sea el hombre
diferentes de las demás (il. 124). Se tra- 3. que lo abra.
taba de una cámara excavada en la roca,
que medía unos 4,35 por 2,25 m. El El estilo de este epitafio está muy
frente se había dispuesto como una fa- cerca del de los fenicios (o cananeos),
chada en la que se abría una puerta rec- y los detalles referentes al contenido de
tangular. Sobre la puerta, en un panel la tumba tienen paralelos en otras ins-
rehundido, había sido grabada una ins- cripciones funerarias sirias. El saqueo de
cripción, que Clermont-Ganneau mandó tumbas era una práctica tan habitual en
cortar y envió al Museo Británico de tiempos antiguos que resultaba insufi-
Londres. Estaba tan deteriorada que na- ciente formular sólo una maldición; ha-
die fue capaz de leerla; su descubridor bía que añadir explícitamente que en el
creía que había sido deliberadamente interior no había objetos valiosos. Ni
borrada con un martillo. esta declaración ni la maldición que la
Recientemente, el profesor N. Avigad, acompaña sirvieron de nada, pues la
de la Universidad Hebrea de Jerusalén, tumba había sido vaciada de su conte-
publicó un interesantísimo artículo sobre nido mucho tiempo atrás.
este texto de tres líneas e. Con ayuda de La fecha del epitafio no puede caer
fotografías y un calco en papel del ori- muy lejos del 700 a. C., ya que las letras
ginal, y contando con la colaboración de que lo componen son muy semejantes a
las de la inscripción de Siloé. Desgracia-
6 The Epitaph of a Royal Steward from damente, la piedra presenta un agujero
Siloam Village: «Israel Exploration Journal» justamente en el lugar donde estaría el
3/3 (1953) 137-52. nombre del personaje que mandó exca-
JUDA DURANTE EL SIGLO VII A. C. 251

var el sepulcro. Todo lo que sabemos es del propietario. Sin embargo, tenemos
que terminaba en -yahu (-ías en nuestras que estar de acuerdo con el profesor
Biblias) y que era un alto funcionario Avigad cuando afirma que este epitafio
real. Las palabras «que está sobre la es, después de la estela moabita (il. 108)
casa» son, en realidad, el título del pri- y la inscripción del túnel de Siloé, «la
mer ministro en Judá (cf. p. 180, tercera inscripción monumental más lar-
supra). ga en hebreo y el primer texto conocido
No podemos por menos de recordar de una inscripción sepulcral hebrea del
el pasaje de Is 22,15ss, en que el pro- período pre-exílico».
feta increpa al primer ministro de Eze-
quías en los comienzos de su reinado,
«Sobná, que está sobre la casa», por JUDA DURANTE EL SIGLO VII A. C.
haberse mandado hacer un sepulcro ex-
cavado en la roca, probablemente a la Manasés (ca. 687-642 a. C.), hijo y
vista de toda la ciudad y en la misma sucesor de Ezequías, fue calificado por
zona en que se encuentra la tumba que el autor deuteronomista como el peor
acabamos de describir. ¿Se trataría del de todos los reyes que tuvo Judá (2 Re
mismo funcionario mencionado en 2 Re 21). A él se debió el esfuerzo más enér-
18,18 y 19,2, contemporáneo de la inva- gico para convertir el yahvismo en una
sión de Senaquerib en el 701 a. C.? De religiosidad politeísta. Aceptando el cul-
ser así, por esta época se habría visto to de los planetas y las estrellas, practi-
reducido a la categoría de escriba real, cado por sus vencedores asirios, erigió
o «secretario de Estado», mientras que altares a las divinidades paganas en los
el puesto de primer ministro era ocupa- mismos atrios de la «casa» de Yahvé.
do por Elyaquín, como había predicho Esto significa que fomentó entre el pue-
Isaías (Is 22,21-23). Se ha observado blo la creencia de que los dioses paganos
repetidas veces que Sobná debía de ser eran miembros del ejército celeste de
extranjero, porque entre los funciona- Yahvé, y que le estaban asociados en el
rios es el único que se cita sin mencio- templo celeste lo mismo que en el de
nar el nombre de su padre, es decir, sin la tierra. A estas medidas se opuso la
dar su nombre completo. En todo caso, convicción antigua de que Yahvé nunca
se ha llegado a saber hace tiempo que había permitido que se rindiera culto a
«Sobná» es una abreviatura de ningún dios que no fuera él mismo.
Soban-yahu (Sobanías). La tumba a que nos Pero, al parecer, el rey suprimió sin
referimos fue excavada en vida de su contemplaciones toda oposición (2 Re
propietario, igual que la de Sobná; de 21,16).
otro modo no habría dicho que con sus Los emperadores asirios contemporá-
restos estaban depositados allí también neos de Manasés fueron Asarjaddón
los de su concubina favorita, o esclava- (681-669 a. C.) y Asurbanipal (669-ca.
esposa. De esta forma, la combinación 633 a. C.). Su máximo empeño durante
de la fecha, el lugar y el contenido del las décadas de los setenta y los sesenta
epitafio de esta tumba sugiere que puede de aquel siglo fue la derrota de Egipto.
tratarse realmente de la de Sobná. Lo consiguieron, y la caída -de Tebas, la
Desgraciadamente, sin embargo, nun- gran ciudad del Alto Egipto, en el 663
ca podremos estar completamente segu- antes de Cristo, sería recordada aún por
ros de esta identificación, a causa preci- el profeta judaíta Nahún muchos años
samente del agujero que tiene la piedra después («No», en Nah 3,8, era un
justamente donde iba escrito el nombre nombre de ciudad). Ambos - reyes men-
252 LOS ULTIMOS DIAS DE DUDA

cionan a Manasés en sus inscripciones. de Jerusalén compró Jeremías un campo


Asarjaddón nos ha dejado una lista de por 17 siclos de plata (Jr 32,9), que
doce reyes de la costa mediterránea que equivaldría al peso del metal de 7 dóla-
fueron obligados a proporcionarle la pie- res de plata. En cambio, sólo una parte
dra y la madera necesarias para construir del tributo impuesto a Ezequías por Se-
su palacio de Nínive. Entre ellos figuran naquerib (cf. supra) sumaba 800 talen-
los reyes de Tiro, Edom, Moab, Amón tos de plata, equivalente a 48.000 minas
y Gaza, Ascalón, Ecrón y Asdod, ciu- o al peso de 1.224.000 dólares de plata.
dades-estados de la llanura filistea. Ma- Entre el año 652 y el 647 a. C. se
nasés es mencionado como Manasi, rey produjo una grave sublevación contra
de Yaudi (Judá). Asurbanipal confeccio- Asiria a instigación de Babilonia. Esta
nó una lista semejante de reyes, llamán- sería la ocasión más lógica para la suble-
dolos «siervos que me pertenecen», aña- vación de Manasés descrita en 2 Cr
diendo que los obligó a acompañar a su 33,11, aunque no tenemos ninguna otra
ejército en el desplazamiento de éste por información sobre ella. Parece probable
sus territorios y a proporcionar tropas que las tribus árabes del desierto sirio
y barcos para apoyarle. En ambos casos, vieron entonces la oportunidad de pre-
Manasés es nombrado en segundo lugar, sionar sobre la Siria oriental y Transjor-
a continuación del rey de Tiro; esto dania. Asurbanipal reserva un espacio
significa que ocupaba un puesto impor- considerable en sus anales a la lucha
tante entre los reyes de Siria y Pales- contra los árabes, a los que hubo de
tina 7. combatir en Transjordania, especialmen-
Un texto asirio sin fecha, de finales te en territorios de Amón, Moab y
del siglo vrrt o comienzos del VII, men- Edom. El singular lamento por la caída
ciona los tributos enviados por los rei- de Moab conservado en Is 15-16 fue
nos de Amón, Moab, Judá y Edom. motivado probablemente por las irrup-
De Amón se recibieron dos minas de ciones de los árabes en Transjordaniá
oro; una mina de oro de Moab; dos mi- durante este siglo.
nas de plata de Judá, y probablemente El monarca judaíta que más se distin-
la misma cantidad de Edom $. guió durante este siglo fue el nieto de
No debió de ser un tributo muy pe- Manasés, Josías, que reinó desde apro-
sado para Judá, aunque no sabemos con ximadamente 640 hasta 609 a. C. El
qué frecuencia se le exigía el pago de asesinato de su padre, Amón, representó
tal cantidad. Según el cálculo actual, una probablemente un intento de sacudirse el
mina de Mesopotamia, que sumaba 60 si- yugo asirio por parte de algunos extre-
clos, a diferencia de los 50 siclos que mistas. Sin embargo, el grupo más mo-
tenía la mina siro-palestinense, pesaría derado, el «pueblo de la tierra», recu-
aproximadamente 685 gramos. Dos mi- peró el poder y puso a Josías en el trono
nas de plata mesopotámicas, por consi- a pesar de que éste era tan sólo un niño
guiente, equivaldrían a la cantidad de de ocho años (2 Re 21,19-26). Sus con-
metal de unos 51 dólares de plata. El sejeros, sin dejar de actuar con gran
valor adquisitivo de esta suma, por su- cautela, trazaron sus planes con mucho
puesto, sería entonces mucho mayor que cuidado, de forma que, cuando Josías
hoy. Por ejemplo, durante el asedio final llegara a la madurez, todo estuviera dis-
puesto para aprovechar la decadencia del
poder asirio.
' J. B. Pritchard (ed.), Ancient Near Eastern
Texts, 291 y 294. Los estudios recientes sobre cronolo-
° Ibíd., 301. gía asiria hacen posible establecer una
DUDA DURANTE EL SIGLO VII A. C. 253

correlación entre el movimiento indepen- Josías, recibió Jeremías su vocación


dentista de Judá y los acontecimientos como profeta de Dios (Jr 1,2). Sus pri-
de Asiría con cierta precisión 9 . En 2 Cr meros vaticinios sobre el peligro del
34,3 se dice que en el año octavo de norte, junto con los de. su 'contemporá-
Josías (633-632 a. C.) el rey «empezó neo Sofonías, fueron interpretados ante-
a buscar al Dios de David, su padre»; riormente por muchos investigadores
es decir, que rechazó los dioses de los como motivados por una gran invasión
amos asirios y se declaró abiertamente de hordas escitas procedentes de Arme-
en contra de la política sincretista de su nia y del sur de Rusia. Esta suposición
abuelo Manasés. Esta determinación, se basa únicamente en una noticia no
como hoy parece probable, siguió inme- verificada de Heródoto, el historiador
diatamente a la muerte del gran empe- griego del siglo v, que pretendía que los
rador asirio Asurbanipal. escitas invadieron el Asia occidental por
La muerte del sucesor de Asurbanipal, aquella época y la habían dominado du-
Asuretelilani, ocurrida hacia 629 a. C., rante «veintiocho años; su insolencia y
fue seguida inmediatamente por una se- opresión esparcieron la ruina por todas
rie de desórdenes en Asiria y Babilonia. partes a lo largo de ese período de
Se entabló una lucha por la sucesión; tiempo» '0. Parece cierto que los escitas
ningún rey se mostró bastante fuerte constituían una seria amenaza para los
para mantener sujeto el Imperio. Esta asirios a lo largo de sus fronteras sep-
fue la ocasión obvia para que el Estado tentrionales; pero si reconstruimos la
vasallo de Judá diera un segundo paso historia de aquella época partiendo de
aún más decisivo que el primero. En las fuentes arqueológicas, no hay prue-
2 Cr 34,3-7 se dice que tuvo lugar en el bas ni lugar para la dominación por par-
año duodécimo de Josías (629-628 a. C.) te de los escitas de que habla Heródoto.
y que consistió en una reforma religiosa En todo caso, la decadencia de Asiria y
total en que fueron destruidos todos los las esperanzas triunfantes de Judá des-
altares e imágenes de los ídolos, y no pués de las medidas de Josías bastarían
sólo en Judá, sino por todo el territorio para explicar las primeras proclamacio-
de Israel hasta Galilea. Semejante purga nes de Jeremías y Sofonías, ya que para
es inimaginable sin un dominio militar ambos profetas la quiebra del orden uni-
de las provincias asirias de Samaría y versal significaba la proximidad del Día
Meguido. En otras palabras: Josías, pro- del Señor como un día de juicio.
bablemente sin dejar de considerarse va- El hallazgo del antiguo texto legal, en
sallo nominal de Asiria, reafirmaba las el templo (una parte del Deuteronomio)
antiguas pretensiones davídicas a gober- durante el año decimoctavo de Josías
nar sobre una Palestina unida, para lo (ca. 623-622 a. C.) provocó otra refor-
cual se anexionó las provincias asirias ma religiosa aún más profunda, en la
septentrionales. que todo el culto sacrificial quedó limi-
Es probable que en Judá se respirase tado al templo de Jerusalén (2 Re
por entonces una atmósfera electrizada, 22-23). Este movimiento deuteronómico
pues se tendría la impresión de que al- constituyó un intento decidido de resu-
boreaba una nueva época. En el 628- citar el espíritu y la tradición legal de
627, durante el decimotercer año de la alianza mosaica primitiva como ideo-
logía animadora del recién restaurado
' Cf. F. M. Cross y D. N. Freedman, Jo- Estado. Por parte de Josías, la reforma
siah's Revolt Against Assyria: « Journal of
Near Eastern Studies» 12 (1953) 56-58. '° Heródoto, Hist. I, 104-106.
25 4 LOS ULTIMOS DIAS DE JUDA

significó probablemente la ruptura final litada que hiciera de amortiguador fren-


con Asiria. Sabemos que en el 623 a. C. te a los babilonios. Este fue el motivo
había cesado por completo el dominio de que acudiera a Jarán en ayuda de
del poder asirio sobre Babilonia, y que los asirios. Josías era contrario a Asiria,
el soberano de Babilonia, Nabopolasar, y sabía muy bien que sí Necó llegaba a
había consolidado sus posiciones y se dominar Siria y Palestina, sería imposi-
disponía a atacar a Asiria en su propio ble la supervivencia del recién restaura-
territorio. do Israel. Su única esperanza era impo-
En 1923, C. J. Gadd, del Museo Bri- ner un retraso a las fuerzas de Necó,
tánico, publicó parte de la Crónica Ba- obligándolas a montar un asedio de for-
bilónica. Este documento ofrece una in- ma que no pudiesen llegar a tiempo a
formación detallada, año por año, de la Jarán. Consiguió lo que se había pro-
caída del Imperio asirio. El punto cul- puesto, pero al precio de su propia vida.
minante se sitúa en 612 a. C., cuando «Parece, pues, muy probable que el últi-
la capital, Nínive, cayó ante las fuerzas mo de los grandes reyes judaítas perdió
combinadas de medos y babilonios. El su vida en un intento, verdaderamente
monarca asirio y su ejército se retiraron heroico y coronado por el éxito, de ven-
hacia la zona norte de Mesopotamia. En gar los terribles daños que su nación
el 609 o 608 a. C. fueron finalmente había sufrido a manos de Asiria».
derrotados por los babilonios con ayuda Las pruebas arqueológicas del asedio
de los medos en la batalla de Jarán. Se- sufrido por Meguido, en el que perdió
gún el texto de la Biblia, el faraón Necó la vida Josías, vienen dadas por la des-
de Egipto «subió contra el rey de Asiria trucción de la ciudad del estrato II en
hasta el río Eufrates; y el rey Josías sa- aquel emplazamiento. Como señalába-
lió a su encuentro, y él le dio muerte mos en el capítulo anterior, el elemento
en Meguido» (2 Re 23,29). Por la Cró- más destacado de Meguido a partir del
nica Babilónica, sin embargo, sabemos 733 a. C. era el gran palacio-fortaleza;
que Necó marchaba no en contra, sino que servía evidentemente como centro
en ayuda del rey de Asiria, hacia Jarán. administrativo asirio para la parte sep-
Por este motivo, las actuales versiones tentrional de Israel. Después de la ba-
de la Biblia traducen ahora así este ver- talla entre Necó y Josías, Meguido no
sículo: «El faraón Necó, rey de Egipto, volvió a recuperar nunca su importancia
subió a ver al rey de Asiria... ». como ciudad. A lo largo de los dos si-
¿Por qué hubo de arriesgar Josías de glos y medio siguientes no pasaría de
Judá su vida y su sueño de un Israel ser una pequeña aldea, quizá desprovista
unido en una batalla inútil contra un de fortificaciones, hasta que el montícu-
ejército egipcio al que nunca podría de- lo quedó totalmente abandonado durante
rrotar? M. B. Rowton ha sugerido re- el siglo iv a. C. Al morir Josías también
cientemente una respuesta a esta descon- murió Meguido como una de las gran-
certante pregunta sobre la base de las des ciudades de la antigua Palestina.
noticias que nos proporcionan las fuen-
tes bíblicas y arqueológicas ". Necó esta- NABUCODONOSOR
ba interesado en recuperar Palestina y
Siria para Egipto; para él significaba El faraón Necó pudo mantener su do-
una ventaja contar con una Asiria debi- minio sobre Siria y Palestina hasta que
fue derrotado por Nabucodonosor de
" Jeremíah and the Death of Josiah: «Jour- Babilonia en la tremenda batalla de Cár-
nal of Near Eastern Studies» 10 (1951) 128-30. quemis, en el norte de Siria, el año 605
NABUCODONOSOR 255

antes de Cristo. Durante los años si- y, como es de suponer, destruida por
guientes, los ejércitos babilónicos logra- Ozías en el siglo viii (2 Cr 26,6).
ron avanzar hasta las fronteras de Egip- Asdod y Ecrón habían sido arrasadas
to, barriendo en todas partes los últimos por los asirios, y la primera al menos
vestigios del poderío de Necó en Asia. también por los egipcios, de forma que
Joaquín de Judá se sometió en seguida en Jr 25,20 se puede hablar del «resto
y permaneció fiel durante cierto tiempo, de Asdod». Ascalón, situada en la costa
hasta que por fin se sublevó (2 Re a unos veinte kilómetros al norte de
24,1). Otro rey vecino no se sometió Gaza, queda, por consiguiente, como la
con tanta rapidez. Lo sabemos por una mejor posibilidad. El juicio pronunciado
carta escrita en arameo y aparecida en por Jeremías contra esta ciudad (Jr 47,
Saqqara, Egipto, el año 1924 y publi- 5.7) viene a confirmar esta posibilidad
cada por primera vez en 1948. Fue es- de que Nabucodonosor se apoderara de
crita por un rey de Palestina al faraón Ascalón; el mismo valor tiene el hecho
para pedir ayuda. Después de los salu- de que unas tablillas babilónicas de unos
dos, la carta, según la reconstrucción de diez años más tarde (cf. infra) mencio-
H. L. Ginsberg, dice así: nen entre los cautivos que viven en Ba-
«Esto [que he escrito a mi señor es bilonia a dos príncipes de sangre real de
para informarte de que las tropas] del Ascalón, retenidos como rehenes, así
rey de Babilonia han avanzado hasta como a varios capataces y marineros de
Afec y han empezado a... han tomado. la misma procedencia.
... Porque el señor de los reinos, el fa- Esta carta, por consiguiente, consti-
raón, sabe que [tu] siervo [no puede tuye una noticia que viene a complemen-
resistir solo al rey de Babilonia. Séale, tar las de 2 Re 23,24. Como J. Bright
por tanto, agradable] enviar una tropa ha señalado, «si Adón hubiera tenido
para socorrerm[e, porque tu siervo es un profeta hebreo en su corte, al menos
leal a mí señor] y tu siervo se acuerda hubiera podido ser advertido. Porque
de su benevolencia, y esta región [es los profetas nunca dejaron de denunciar
posesión de mi señor, pero si el rey de la locura que era confiar en Egipto
Babilonia la toma, pondrá] un goberna- (cf. Is 30; 31; 36,6; Jr 37,6ss). Sin
dor en el país y... » 12. embargo, el mísero Adón no contaba
Todo esto significa que Nabucodono- con ningún profeta capaz de prevenirle;
sor ha llegado hasta Afec (la moderna y hasta puede que, de tenerlo junto a
Ras el-`Ain, al norte de Joppe). Adón, sí, no le hubiese prestado oídos. Los
que es el remitente de la carta, debe de reyes de Judá no lo hicieron ...»' 3.
ser rey, por consiguiente, de una ciudad Hay otro motivo para considerar im-
situada más al sur de aquélla, segura- portante esta carta. Es uno de los más
mente una de las cinco grandes ciudades antiguos papiros arameos conocidos y la
de los filisteos (Gaza, Ascalón, Asdod, primera prueba de que el arameo empe-
Ecrón y Gat). Gaza queda eliminada, zaba a suplantar al acádico como idioma
porque era la residencia del gobernador diplomático internacional. Sabemos que
egipcio y no tenía rey propio. Gat des- el arameo era la lengua oficial en la cor-
aparece de la historia al ser conquistada te persa, y que ya en el 700 a. C. las
personas de cierta posición eran capaces
de hablarla (2 Re 18,26) y servirse de
` 12 Se hallará un estudio con bibliografía en ella para resolver sus asuntos. Sin em-
J. Bright, A New Letter in Aramaic, Writen
to a Pharaoh of Egypt: «The Biblical Ar-
chaeologist» 12/2 (1949) 46-52. " Ibíd., 50-51.
256 LOS ULTIMOS DIAS DE DUDA

bargo, hasta el descubrimiento de esta Parece que lo mismo ocurrió en Laquis.


carta no se supo que el acádico estuviera En el 598 a: C., según todos los indi-
en trance de ser sustituido por el ara- cios, la puerta de la ciudad, las fortifi-
meo en fecha tan temprana por lo que caciones y el palacio-ciudadela sufrieron
respecta a la diplomacia. Los persas no una violenta destrucción 15. Las construc-
introducían tres cuartos de siglo más ciones superiores del palacio, que eran
tarde una nueva costumbre, sino que se de ladrillo, se derrumbaron o fueron
limitaban a adoptar la que ya estaba demolidas, y sus restos se esparcieron
vigente. por todo el patio interior. El edificio no
Joaquín, rey de Judá, se sublevó con- sería reconstruido hasta el 500 a. C.
tra Nabucodonosor el año 599 a. C., 're- aproximadamente, cuando se convirtió
cibiendo el castigo consiguiente en el en residencia de un funcionario (cf. pá-
598 a. C. Menos de diez años después gina 244, supra). El muro interior que
volvería a sublevarse Judá bajo Sedecías, circunda la cumbre del montículo y la
y esta vez, en el 589-587 a. C., Nabu- puerta de la ciudad sufrieron tales daños
codonosor devastó por completo el país, que fue preciso reconstruirlos; la piedra
poniendo término prácticamente a toda necesaria para ello se extrajo de una
actividad y al comercio. Las pruebas de cantera situada en el sector sudoriental
ambas invasiones son perfectamente visi- de la ciudad. Las señales de que la ciu-
bles en dos de las fortalezas judaítas que dad fue destruida por completo en 589-
protegían el país montañoso y que 588 a. C. son tan elocuentes aquí como
quedaron reducidas a ruinas. Se trata de en Debir. «La cantería, convertida en
Debir y Laquis. Por lo que respecta a una masa blanquecina de cal salpicada
Debir, parece que el año 598 los ejérci- de rojo, se derramó como una corriente
tos babilónicos destruyeron las puertas líquida por la superficie abrasada del
de la ciudad y la fortaleza que se alzaba camino y el muro inferior, bajo el que
en el centro de la misma, aunque el res- se apilaban en montones negros las ma-
to de la ciudad se libró casi enteramente deras carbonizadas. En el ángulo bajo el
de la destrucción. Pero en la segunda muro norte del bastión y el parapeto
invasión fue arrasada la totalidad de este occidental fueron abiertas de nuevo las
emplazamiento, sus edificios y fortifica- brechas antiguas, que habían sido apre-
ciones sufrieron la demolición y el in- suradamente reparadas con lo primero
cendio, de forma que nunca más volvería que se tuvo a mano. Ciertamente, den-
a ser habitado aquel lugar. El arqueólo- tro de los muros no resultaba difícil se-
go que lo exploró pudo escribir: «Hasta
qué punto fue terrible aquel incendio
puede deducirse del hecho de que la pie- " O. Tufnell, Lachish 771: The Iron Age
dra quedó calcinada y los bloques salta- (Londres 1953) caps. I y II. El estrato en
ron en pedazos, mientras que los adobes cuestión de la ciudad es el del nivel III, cuya
destrucción data O. Tufnell en el 701 a. C.,
se cocieron hasta convertirse en ladrillos aunque Starkey, su excavador, lo fechaba en
rojos; las ruinas quedaron saturadas de 598. Después de un minucioso estudio de los
cal, que se fue adhiriendo a la cerámica materiales publicados, el que esto escribe cree
y otros objetos hasta que todo quedó que las pruebas no están a favor de las con-
clusiones de O. Tufnell, sino más bien en la
envuelto en una dura costra de cal»' 4 . dirección indicada por Starkey. Los argumen-
tos técnicos han sido expuestos en otro lugar.
" W. F. Albright, The Excavation of Tell Baste decir que ésta es también la opinión del
Beit Mirsim. III: The Iron Age ( Annual of profesor Albright; cf. «Bulletin of ¡he Ame-
the American Schools of Oriental Research rican Schools of Oriental Research» 132
21-22; New Haven 1943) 68. (1953) 46.
NABUCODONOSOR 25 7

ñalar por todas partes los indicios de 601 a. C., en la que fue derrotado Na-
destrucción» 16. Como consecuencia de bucodonosor. Fue seguramente en víspe-
todo ello, el lugar fue abandonado y no ras de esta batalla cuando el rey de
se volvió a ocupar hasta cerca de siglo Ascalón escribió su carta pidiendo ayuda
y medio más tarde. al faraón (cf. p. 255, supra). Por otra
Nabucodonosor no menciona estos parte, lá derrota de Nabucodonosor en_
acontecimientos en ninguna de sus ins- esta ocasión hace más fácil comprender
cripciones llegadas hasta nosotros, pro- que el rey de Judá, Joaquín, se rebelara.
bablemente porque no era costumbre de poco después.. En todo caso, sabemos
los babilonios jactarse de sus éxitos mi- que Joaquín murió o fue asesinado antes
litares, al estilo de los emperadores asi- de que llegara el babilonio, y su joven
rios. En vez de ello, el soberano de Ba- hijo, Jeconías, hubo de hacer frente a
bilonia prefería hablar de sus buenas las consecuencias (2 Re 24,10-12). En
acciones en honor de los dioses, edifi- los nuevos fragmentos de la Crónica se
cando y reparando los templos, por nos informa que Nabucodonosor, en el
ejemplo. Aparte de la Biblia, nuestra séptimo año de su reinado, llevó sus
principal fuente de noticias acerca del ejércitos al país de Khatti (Siria-Pales-
Imperio neobabilónico ha sido la Cró- tina) y puso cerco a Jerusalén. Tomó la
nica Babilónica, un documento oficial ciudad el segundo día del duodécimo
que se limita a consignar los principales mes de su séptimo año (15-16 de marzo
acontecimientos año por año (cf. supra). de 597 a. C.) y el rey fue hecho prisio-
D. J. Wiseman, del Museo Británico, nero. Esto no sólo confirma el relato
anunció en 1956 el descubrimiento de bíblico, sino que ofrece una mejor base
otras cuatro tablillas de esta Crónica. para aclarar la cronología de este perío-
Son especialmente importantes por el do. Si el duodécimo mes del año sépti-
hecho de contener la primera noticia ex- mo del reinado de Nabucodonosor es
trabíblica de la caída de Jerusalén ante realmente marzo-abril del 597, ello signí-
Nabucodonosor el año 598-597 a. C., al ficaría que su octavo año de reinado,
mismo tíempo que dan nuevas noticias que es al mismo tiempo el primero del
detalladas sobre diversos acontecimien- nuevo rey de Judá, Sedecías, sería el res-
tos del período comprendido entre el to del 597 y el período transcurrido
626 y el 594 a. C., con una laguna de hasta marzo - abril del 596 a. C. En
sólo seis años en el texto. Jr 52,28-29 se dice que los cautivos
Podemos mencionar en particular las fueron deportados de Jerusalén en los
siguientes noticias de los documentos re- años séptimo y decimoctavo de Nabu-
cién descubiertos: en el 605 a. C. no se codonosor. La segunda fecha menciona-
limitó Nabucodonosor a vencer a Necó da, por consiguiente, sería el undécimo
en Cárquemis; se nos dice además que año de Sedecías, que, según 2 Re 25,1-7,
aniquiló tan por completo el ejército fue la fecha en que Jerusalén cayó por
egipcio que apenas hubo supervivientes. segunda vez, la definitiva. El asedio final
Pero no pudo aprovechar inmediatamen- de Jerusalén, según se describe en estos
te la ventaja obtenida a causa de la versículos, tuvo lugar, por consiguiente,
muerte de su padre en Babilonia, adon- entre diciembre-enero del 589-588 y ju-
de hubo de regresar para, ser coronado. lio-agosto del 587 1'.
Hasta ahora se ignoraba la noticia de
una gran batalla con los egipcios en el
" Las fechas que damos parecen exigidas
por la cronología Babilónica. Nótese, sin em-
"
Lachish 111, 57. bargo, que una fuente citada en 2 Re 24,12
17
258 LOS ULTIMOS DIAS DE JUDA

las raciones de aceite y grano entregadas


por cuenta del gobierno a los cautivos
y artesanos especializados de nacionali-
dad diversa que vivían en Babilonia en-
tre los años 595 y 570 a. C. Entre los
marineros, músicos, carpinteros de ribe-
ra, artífices, domadores de caballos y
monos, oriundos de Egipto, Fenicia,
Asia Menor e Irán, son mencionados
también Yauquín, rey de Judá (como se
pronunciaba entonces el nombre de Joa-
quín), cinco príncipes de sangre real y
otros judaítas, además de los príncipes
de Ascalón. Uno de los documentos en
que es mencionado Joaquín se fecha en
el 592 a. C.
Esto sugiere que Joaquín era retenido
como rehén, con la esperanza de que
ello garantizara el buen comportamiento
de los judaítas, y que sería considerado
como el verdadero rey. Su tío, Sedecías,
puesto por Nabucodonosor en el trono
de Jerusalén, vendría a ser en este caso
una especie de regente. Ciertamente, mu-
125. Babilonia en tiempo de Nabucodonosor. chos judaítas seguían considerando a
Joaquín su rey, con la esperanza de que
algún día iba a regresar (Jr 28-29; nó-
En 1939 E. F. Weidner, que por en tese además que el libro de Exequiel
tonces trabajaba en Berlín, publicó algu- ofrece una serie de fechas conforme al
nas de las 300 tablillas aproximadamente cómputo de la cautividad de Joaquín).
que habían sido halladas años antes en No nos ha de sorprender, por consi-
las ruinas de un edificio abovedado que guiente, que en la genealogía del Mesías
se suponía haber sido la infraestructura sea este monarca, no Sedecías, el que
de los jardines colgantes de Babilonia sirva de eslabón de enlace con las gene-
(cf. il. 125), que los griegos tenían por raciones anteriores (Mt 1,11-12)' s.
una de las siete maravillas del mundo. Una nueva confirmación de que Joa-
Las tablillas contienen una relación de quín era considerado el verdadero rey
nos viene dada por un descubrimiento
y 25,8 fecha las dos cautividades en los años realizado en Palestina. Se trata de tres
octavo y decimonoveno de Nabucodonosor. asas de tinaja en que aparece estampado
Hoy se cree que estas cifras pueden represen- el rótulo «perteneciente a Elyaquín, ma-
tar un error de cálculo por parte de un escriba yordomo de Yauquín» (il. 126). Dos de
judaíta o, lo que es más probable, que respon-
den a un cómputo ligeramente distinto del se-
guido en la corte babilónica. Por ejemplo, si '° Cf. W. F. Albright, King Jehoiachin in
los años de un rey judaíta eran oficialmente Exile: "The Biblícal Archaeologíst» 514 (1942)
computados a partir del mes de Tisri (sep- 49-55; E. F. Weidner, Joiachin, Kónig von
tiembre-octubre) en vez de Nisán (marzo-abril), Juda, in babylonischen Keilschrifttexten, en
la destrucción de Jerusalén habría ocurrido en Mélanges syriens of f erts á M. René Dussaud II
el 586 a. C. (París 1939) 923-35.
NABUCODONOSOR 25 9

126. Sello de Elyaquín. 127. Sello de Yezanías.

128. Sello de Ajimélec. 129. Sello de Godolias.

ellas se encontraron en Debir, en el sur Entre los restantes sellos e improntas


de la Sefela (tierras bajas) judaíta, y otra de sello correspondientes a esta época
en Betsemes, en la zona norte de la hay otros dos que revisten especial inte-
misma Sefela. Los tres rótulos corres- rés. Uno de ellos, con una de las más
pondían al mismo sello. Esto indica que antiguas representaciones de un gallo,
entre los años 598 y 587 a. C. había un apareció en Tell en-Nasbeh (¿Míspá? ),
individuo llamado «Elyaquín» que admi- unos trece kilómetros al norte de Jeru-
nistraba como mayordomo de la corona salén (fi. 127). Perteneció a «Yezanías,
ciertas propiedades del rey Joaquín cuan- siervo del rey», un funcionario real
do éste se hallaba cautivo, y que tales judaíta mencionado en 2 Re 25,23 y
propiedades se habían respetado, es de- Jr 40,8 (cf. también Jr 42,1 y el «Ata-
cir, que Sedecías no se las apropió 19. rías» de 43,2, todos los cuales pueden
" Cf. también W. F. Albright, The Seal of
ser el mismo personaje). El otro es una
Eliakim and the Latest Pre-Exilie History of impronta de sello hallada en las ruinas
Judah: «Journal of Biblical Literature» 51 de Laquis (fi. 129; cf. también fi. 128).
(1932) 77-106. Lleva la inscripción «para Godolias, que
260 LOS ULTIMOS DIAS DE DUDA

está sobre la casa» era ostentado por el


funcionario que seguía inmediatamente
al rey en el mando sobre todo el país.
Su padre, Ajicán, era un alto funciona-
rio de la corte que había salvado la vida
a Jeremías después del famoso «sermón
del templo» pronunciado por el profeta
en 608 a. C. (Jr 26,24); su abuelo, Sa-
fán, había sido escriba o secretario de
Josías (2 Re 22,3.8-12).
Pero el hallazgo más importante de
los últimos días de Judá son las cartas
de Laquis. Starkey encontró el año 1935,
entre los escombros calcinados de uno
de los cuerpos de guardia anejos a la
puerta de la ciudad, dieciocho fragmen-
tos rotos de cerámica sobre los que se
habían escrito apresuradamente varias
cartas y listas. En 1938 se descubrieron
otros tres, uno en la calzada y dos en
una habitación del montículo, cerca del
palacio. La mayor parte de las cartas se
halla en pésimo estado de conservación
y sólo una tercera parte del texto resul-
ta inteligible. Según W. F. Albright,
«dado que constituyen el único corpus
de documentos en prosa hebrea clásica,
130. Carta IV de Laquis.
tienen un excepcional valor filológico,
aparte de la luz que arrojan sobre la
época de Jerusalén»'.
La mayor parte de estos documentos
está sobre la casa». Se trata sin duda son notas escritas por un tal Josías a
alguna del personaje que Nabucodono- Yaos, comandante de las fuerzas judaítas
sor puso como gobernador «sobre el de Laquis. Josías parece ser el jefe de un
pueblo que quedó en Judá» después de destacamento situado al norte de Laquis,
la caída de Jerusalén, y que no mucho en una posición desde la que podía
tiempo después fue asesinado (2 Re 25, observar las señales que hacían los de
22-26; Jr 40-41). La impronta había Azecá, una ciudad que vigilaba el paso
sido estampada sobre un pegote de Na- hacia el norte desde el Valle de Elá, en
rro pegado a un documento de papiro la Sefela. En la carta IV (il. 130) escri-
que fue destruido por la humedad. Como be: «Y sepa (mi señor) que estamos a
se encontró en Laquis, cabe pensar que la espera de las señales de Laquis, con-
fuera utilizado por Godolias antes de
que Nabucodonosor tomara la ciudad, lo
que nos sugiere que pudo ser uno de
» Cf. J. B. Pritchard (ed.), Ancient Near
los últimos judaítas que ocuparon el car- Eastern Texts, 322. Las traducciones que si-
go de primer ministro, ya que, como guen -son de Albright y están tomadas de esta
antes hemos indicado, el título «el que misma obra.
NABUCODONOSOR 261

forme a todas las órdenes que ha dado la ha enviado a mi señor». No sabemos,


mi señor, porque no podemos ver Aze- por supuesto, quién pudo ser ese profeta
cá». La situación que se refleja en las que llevó la carta, pero estos documen-
cartas puede ser la misma que nos des- tos nos indican que las cartas circulaban
cribe Jr 34,7: «Cuando el ejército del intensamente; también interesa advertir
rey de Babilonia luchaba contra Jerusa- la explicación detallada de Josías acerca
lén y contra todas las ciudades de Judá del modo en que recibió la carta que se
que aún se mantenían, Laquis y Azecá; disponía a remitir. La carta XVI contie-
porque éstas eran las únicas ciudades ne otra alusión «al profeta», de cuyo
fortificadas de Judá que aún resistían». nombre, sin embargo, sólo se conserva
Cuando Josías dice que «no puede ver la terminación -ahu (-ías en nuestras
Azecá», quizá da a entender que esta Biblias). Ha sido identificado con Urías
última ciudad ya ha caído, y que por (Jr 26,20) y con el mismo Jeremías,
ello ha dejado de enviar señales. En todo pero no podemos estar seguros de ello,
caso, sabemos por estos documentos que ya que serían varios los profetas cuyos
Judá tenía un sistema de señales, segu- nombres tendrían esta misma termi-
ramente a base de fuego o humo; por nación.
otra parte, el tono de las cartas delata En la carta VI se acusa a los prínci-
la angustia y el desorden que se han pes o funcionarios reales de «debilitar»
apoderado del país en estado de sitio. las manos del ejército y del pueblo; se
Para estas cartas en conjunto se ha su- trata precisamente de la acusación que
gerido la fecha del otoño de 589 (o esos mismos príncipes lanzaron contra
588) a. C. En la carta XX figuran las Jeremías (Jr 38,4):
palabras «el año noveno», es decir, del «A mi señor Yaós: haga Yahvé que
rey Sedecías. Es el mismo año de la mi señor vea esta ocasión con buena sa-
llegada de Nabucodonosor para iniciar lud. Quién es tu siervo (sino) un perro
el sometimiento de Judá: «En el año para que mi señor le haya enviado la
noveno..., en el décimo mes» (2 Re [car]ta del rey y las cartas de los prín-
25,1; esta fecha equivaldría aproxima- cipe[s, dicien]do: `Léelas, te ruego'.
damente a enero del 588 a. C., y el ase- Pero he aquí que las palabras de los
dio de Jerusalén se prolongaría hasta pr [ íncipes ] no son buenas (sino) para
julio del 587 a. C.; 2 Re 25,2-3; sin debilitar nuestras manos [y para aflojar
embargo, cf. nota 17, supra). las manos de los hom[bres] que lleguen
Judá se sublevó contra Nabucodono- a tener noticias de ellas. [... Y ahora],
sor a causa de la acostumbrada promesa mi señor, ¿no querrás tú escribirles, di-
de ayuda por parte de Egipto. Probable- ciendo: `¿Por qué obráis así [incluso]
mente se refiere a este asunto de la ayu- en Jerusalén? ¡Esto es lo que estáis ha-
da egipcia Josías cuando escribe en la ciendo al rey y a [su casa]!'.[Y], como
carta III: «Y se ha informado a tu sier- vive tu Dios, Yahvé, de verdad que
vo, diciendo: `El comandante del ejérci- desde que tu siervo leyó las cartas, no
to, Konías, hijo de Elnatán, ha regre- ha habido [paz] para [tu sier]vo...».
sado para marchar a Egipto; y ha enviado En Jerusalén no han aparecido indi-
aviso a Jodavías, hijo de Ajías, y a sus cios de la destrucción por Nabucodono-
hombres para obtener ... de él'». Y pro- sor. Pero no puede cabernos duda algu-
sigue Josías: «Y en cuanto a la carta de na de que la devastación fue tan absoluta
Tobías, siervo del rey, que llegó a Sa- como sugiere el libro de las Lamenta-
llum, hijo de Yaddua, a través del pro- ciones. La violencia que se abatió sobre
feta, diciendo: `¡Ten cuidado!', tu siervo Judá queda atestiguada no sólo por las
26 2 LOS ULTIMOS DIAS DE JUDA

excavaciones practicadas en yacimientos población, con cierto grado de bienestar


como Laquis, Debír y Betsemes, sino material, volviera a repoblar el país.
también por los testimonios arqueológi-
cos de que diversas ciudades fueron que- Haznos volver a ti, Señor, y volveremos.
dando una tras otra deshabitadas en esta Renueva nuestros días como antaño.
época. Algunas no volverían a ser ocupa- ¿O es que nos has desechado del todo?
¿Acaso te has irritado contra nosotros sin
das nunca de nuevo. Todo esto ocurrió medida?
dos siglos antes de que una numerosa (Lam 5,21s)

BIBLIOGRAFIA

Se hallarán los textos históricos importantes Historia de Israel (Barcelona 1966) 244-64. En
para este período en J. B. Pritchard (ed.), cuanto al problema., cronológico, confróntese
Ancient Near Eastern Texts ( Princeton 1950), D. N. Freedman, en The Bible and the
esp. 284ss; J. Finegan, Líght form tbe Ancient Ancient Near East ( Garden City 1961) 211-13.
Past ( Princeton 1946) es muy útil para estu- Todas estas obras contienen referencias biblio-
diar el trasfondo histórico, así como la Cam- gráficas más amplias.
bridge Ancient History. Para detalles más am- [Para el tema de este capítulo es hoy fun-
plios sobre la arqueología palestinense, con- damental el libro de A. Parrot Assur ( Ma-
fróntese W. F. Albright, Arqueología de drid '1970). Contiene magníficas reproduccio-
Palestina (Barcelona 1962) caes. 6 y 9. El nes de los descubrimientos de Laquis, Ur y
lector hallará otras fuentes en las notas de Mari y una bibliografía, tanto literaria como
este capítulo; además, J. Bright, La Historia arqueológica, al día].
de Israel (Bilbao 1966) 292-353; M. Noth,
CAPITULO XI

LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

Cuando el Señor tu Dios te introduzca en la tierra buena: tie-


rra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte
y la llanura, tierra de trigo y cébada, de viñas, higueras y grana-
dos, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado
el pan..., tierra que lleva hierro en sus rocas y de cuyos montes
sacarás cobre... ( Dt 8,7-9).

LA AGRICULTURA Los dos meses para cuidar las víñas;


el mes para los frutos de otoño'.
Entre las ruinas de Guézer, una anti-
Este documento, por consiguiente, es
gua ciudad a medio camino entre Jeru-
un calendario agrícola, y en él se nos
salén y la localidad costera de Joppe, se
describen algunas de las faenas que lle-
descubrió el año 1908 una pequeña pla- naban la vida del campesino israelita a
ca de caliza de unos 11 cm. de largo
lo largo del año. Nótese que los tres pri-
por aproximadamente la mitad de ancho
meros versos enumeran períodos de dos
(il. 131). Había sido evidentemente uti- meses. Siguen después tres tareas que
lizada por un estudiante para sus ejer-
duran un mes cada una, mientras que los
cicios hacia la época de Salomón, en el
dos últimos versos aluden sucesivamente
siglo x a. C., y mostraba señales de ha-
a períodos de dos meses y de un mes.
ber sido raspada repetidas veces para El documento presenta una estructura
borrar anteriores escritos y ser utilizada
cuidadosamente elaborada. No es, por
de nuevo. Pero las últimas palabras ga-
consiguiente, una ocurrencia repentina.
rrapateadas en ella eran aún legibles.
Parecen formar una enumeración rítmica 1) La enumeración empieza con la
recogida de la aceituna, que tiene lugar
de las faenas agrícolas, quizá con fina-
en otoño. Esto concuerda con el antiguo
lidad mnemotécnica, algo así como nues-
calendario hebreo, que aún persiste
tro «treinta días trae septiembre, con como calendario religioso en el judaísmo,
abril, junio y noviembre.. . ». La traduc-
en que el primer mes del año comienza
ción de aquel antiguo texto es como
aproximadamente en la segunda o terce-
sigue: ra semana de septiembre. Los dos pri-
Los dos meses para la recogida (de la aceituna);
los dos meses para sembrar (el grano); ' Según la interpretación de F. M. Cross. El
los dos meses para la siembra tardía. difícil término del sexto verso que traducimos
El mes para cavar el lino; por «ensilar» significa en realidad «pesar» el
el mes para cosechar la cebada grano, de acuerdo con una inscripción recien-
el mes para cosechar y ensilar. temente hallada.
264 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

131. El calendario agrícola de Guézer.

meros meses (septiembre-octubre y octu- volcar los capazos de aceituna en una


bre-noviembre) del típico año agrícola, cuba preparada al efecto; parte del acei-
por tanto, se emplearían principalmente te se extraía pisando el fruto (Miq 6,15)
en recoger la aceituna, y a esta opera- o machacándolo con un pisón; por este
ción seguiría el prensado del fruto para segundo procedimiento se extraía el acei-
obtener el aceite. Las principales fuentes te más fino, «de oliva molida» (cf. Ex
de riqueza en la antigua Palestina eran el 27,20). La pulpa podía prensarse des-
trigo, el vino y el aceite de oliva (por pués aplicándole peso hasta extraer por
ejemplo, Dt 7,13; Neh 5;11; Os 2,8). completo el aceite restante. En las loca-
Este aceite era la grasa más utilizada lidades judaítas de Debir y Betsemes
para cocinar (cf. 1 Re 17,14); también han aparecido grandes prensas para la ex-
servía para encender las lámparas, en tracción comercial del aceite, datables
forma de candiles con picos para sujetar entre los siglos x y vi a. C. Grandes cu-
la mecha. El aceite tenía también aplica- bas de piedra se llenaban de aceituna y
ciones en medicina, como emoliente para se ejercía presión sobre el fruto median-
golpes y heridas (cf. Is 1,6), para la te pesos unidos a una viga, uno de -cu-
limpieza de la cabeza y el resto del cuer- yos extremos quedaba inserto er. un
po y como excipiente para diversos tipos nicho practicado en el muro de piedra
de ungüentos. Para extraer el aceite de de la almazara, mientras que al otro
las aceitunas maduras es preciso recurrir extremo se ataban enormes piedras con
al prensado; la operación consistía en agujeros para pasar las sogas por ellos.
LA AGRICULTURA 265

132. Moderno arado-sembradora de Alepo, en Siria.

La Fiesta de las Cabañas, o de los Ta- de un arado de vertedera; lo más que


bernáculos (Dt 16,13-15) era en su ori- hacían era arañar la superficie hasta una
gen una celebración de las cosechas de profundidad de unos 8 o 10 cm.
otoño (cf. Ex 23,16) y estaba relaciona- Sabemos que en Mesopotamia se usa-
da con la extracción del aceite. ba un tipo de arado que llevaba incor-
2) Durante los dos meses siguientes porada una sembradora (cf. il. 132);
del calendario (noviembre-diciembre y ésta consistía simplemente en un tubo
diciembre-enero) se dedicaba el campe- conectado con un recipente, por el que
sino a sembrar el grano. Después de la iban cayendo las semillas conforme avan-
larga sequía del verano, las lluvias ha- zaba la reja del arado. Es dudoso que
bían empezado a caer a finales de octu- tal instrumento estuviera muy difundido
bre o comienzos de noviembre. Entonces en Israel. Lo más probable es que las
el israelita, al igual que el campesino semillas se esparcieran habitualmente a
árabe de nuestros días, empezaba a pre- voleo, después de lo cual se volvía a arar
parar la tierra con el arado. Este instru- el campo para enterrarlas. Las escasas
mento agrícola, en su forma típica, era referencias a la labor de rastrillar y ni-
una pieza de madera con una reja metá- velar el campo (cf. Is 28,24-25; Os 10,
lica; la fuerza de tracción estaba asegu- 11; Job 39,10) quizá aludan no al uso
rada por un par de bueyes (cf. 1 Re de instrumentos agrícolas especiales., sino
19,19). En época anterior al siglo x a. C., a la operación de arrastrar ramas detrás
las rejas de arado se hacían de bronce del arado para alisar la tierra y cubrir
o cobre, y las que aparecen en las exca- así la semilla. El campesino antiguo no
vaciones están habitualmente muy des- disponía de aperos muy especializados.
gastadas por el uso. La introducción del Su trabajo era lento y penoso, y la ex-
hierro, sin embargo, significó la posibi- tensión de los campos que podía cultivar
lidad de dar mayores dimensiones a las tenía que ser necesariamente muy redu-
rejas de arado, que, por otra parte, tra- cida.
bajaban mejor y resultaban más resisten- Entre noviembre y enero se hacía la
tes al desgaste. Aquellos instrumentos, siembra de los cereales básicos, el trigo
sin embargo, no podían realizar la labor y la cebada. También se cultivaban otras
266 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

133. Un gran silo para almacenaje de grano, en Meguido.

semillas, como el lino y la espelta. La a primeros de mayo, según las regiones,


espelta era una variedad inferior de y para la del trigo y la espelta en mayo-
trigo. junio se utilizaban pequeñas hoces. El
3) «Los dos meses para la siembra segador agarraba los tallos con una mano
tardía» se refieren a los cultivos cuya (cf. Sal 129,7; Is 17,5) y con la otra
plantación tiene lugar entre enero y mar- los cortaba por junto a la espiga. Antes
zo: mijo, sésamo, garbanzos, lentejas, del siglo x, las hoces estaban hechas de
melones y otras especies parecidas. esquirlas de pedernal (il. 73) engastadas
4) Los tres meses siguientes enume- en un mango de madera o hueso. Más
rados en el calendario agrícola de Guézer tarde consistían en pequeñas hojas cur-
son los destinados a recoger varias cose- vadas de hierro a las que se fijaba con
chas. «Cavar el lino», operación que se remaches la empuñadura de madera.
lleva a cabo en marzo-abril, consiste en La trilla se llevaba a cabo en las eras
cortar las plantas a ras del suelo para dispuestas especialmente al aire libre en
no estropear los tallos, que son puestos las inmediaciones de las aldeas. Los ha-
luego a secar (cf. Jos 2,6) y se utilizan ces se esparcían sobre el suelo y se sepa-
en la confección de cuerdas y telas para raba el grano de la paja mediante el re-
vestidos. curso de hacer que los bueyes lo pisaran
Para la siega de la cebada en abril o y luego pasando por encima el trillo,
LA AGRICULTURA 267

tirado por estos mismos animales. Había


tríllos de dos clases: unos estaban he-
chos probablemente de tablas planas,
mientras que otros se deslizaban sobre
pequeñas ruedas o rodillos (cf. Is 28,
27-28)'. Después de aventar y quizá cer-
ner el grano, era guardado en tinajas o
en silos. En. las excavaciones no es raro
encontrar estancias llenas de las grandes
tinajas que para este fin se utilizaban.
También eran frecuentes los pequeños
silos de paredes revocadas y excavados 134. Lagar judaíta.
en el subsuelo de las viviendas. En los
capítulos anteriores hemos aludido a los
grandes graneros oficiales hallados en julio, y este proceso continúa a lo largo
diversos lugares (cf. pp. 187, 244, su- de los meses siguientes. El producto
pra); en Meguido (il. 133) y en Bet- más importante de las viñas, por supues-
semes han sido excavados silos muy pro- to, era el vino, que en un país tan esca-
fundos, con las paredes revestidas de so de agua potable constituía la bebida
piedra. El de Betsemes, que debió de más importante. Para extraer el mosto
ser construido hacia el 900 a. C., medía se volcaban uno o dos capazos de uvas
unos 7 m. de diámetro por la parte su- en una pequeña tina, y el líquido se re-
perior y tenía una profundidad de cerca cogía en tinajas o en otros recipientes
de 5,75 m. Había sido excavado a través (il. 134) conforme se escurría por el
de los restos de las anteriores ciudades, fondo inclinado de aquélla. El procedi-
hasta llegar a la roca viva. miento normal consistía en pisar los ra-
En relación con la cosecha del trigo cimos. En la. Sefela judaíta han aparecido
en mayo-junio, el calendario de Guézer estos lagares en gran número, y es posi-
contiene término que el profesor ble que se utilizaran también para el
Albright ha interpretado como «fiesta». prensado de la aceituna.
Se referiría a la que se celebraba con 6) El último mes del calendario agrí-
motivo de las cosechas, y que más tarde cola se dedicaba a la recogida de los fru-
se conoció con el nombre de Pentecos- tos veraniegos, especialmente los higos,
tés. Siete semanas después de iniciarse las uvas y las granadas, durante agosto-
la recogida de, los cereales (Dt 16,9; septiembre. Los higos, además de las
cf. Ex 23,16), aproximadamente cuando las uvas, las aceitunas, el trigo y la ceba-
ya se le había dado fin, era obligado ha- da, eran uno de los artículos más impor-
cer una peregrinación al santuario cen- tantes en la economía palestinense. Junto
tral, con motivo de la cual se ofrecían con los dátiles, otorgaban el contingente
las «primicias» en el curso de una cele- más fuerte de azúcar en la dieta de los
bración llena de alegría y regocijo. antiguos; generalmente se ponían a secar
5) Los dos meses para cuidar las y luego se almacenaban en forma de tor-
viñas, junio-julio y julio-agosto, se refie- tas. Este «pan de higos» se utilizaba
ren a la limpieza de las cepas, que se incluso como recurso farmacológico. Eze-
llevaba a cabo durante los meses libres quías sanó de una úlcera al hacerse apli-
de otras ocupaciones después de la reco- car este remedio por prescripción de
gida de las cosechas. En el área de Gué- Isaías (2 Re 20,7); también sabemos
zer, las, uvas empezaban a madurar en que en la zona norte de Siria se reco-
268 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

mendaba su uso para curar cierta enfer- Las frutas más conocidas eran los higos,
medad de los caballos 2. uvas, granadas y los higos de sicomoro;
Una variedad especial de higos es la higos secos, uvas pasas y dátiles, junto
que produce el sicomoro. En la actuali- con la miel silvestre, aseguraban la pro-
dad sólo lo comen los más pobres, y es porción necesaria de azúcar en la alimen-
tenido por un alimento de bajísima cali- tación. La típica dieta diaria era proba-
dad. En tiempos bíblicos, sin embargo, blemente la que vemos ilustrada en las
se aplicaba un procedimiento para que raciones que Abigail, esposa de Nabal,
estos higos se desarrollaran más y resul- llevó a los compañeros de David: pan,
taran hasta agradables de comer. Para vino, grano tostado, uvas y pan de higo
ello se hacía una punción en cada uno (1 Sm 25,18). También les llevó cinco
de los frutos cuando aún estaban verdes, ovejas, pero la carne no solía entrar en
después de lo cual maduraban en segui- la dieta diaria, sirio que se reservaba
da. Entre los funcionarios de David para ciertas ocasiones festivas, como
había uno especialmente encargado de ocurre en la actualidad entre los campe-
vigilar los olivares y las plantaciones de sinos árabes.
sicomoros pertenecientes al rey (1 Cr Los animales domésticos más comunes
27,28); cuando el profeta Amós se iden- eran la oveja, la cabra, la vaca, el asno
tificó como un «cultivador de sicomo- y el perro. Las gallinas y los huevos no
ros» (Am 7,14) aludía a un trabajo nece- serían muy frecuentes- hasta el siglo v
sario para convertir en comestible un antes de Cristo, aunque la primera figu-
fruto que de por sí no lo era. ración de uno de estos animales aparece
Esta rápida ojeada al año agrícola nos ya en un sello encontrado en Tell en-
da una viva impresión de la simplicidad Nasbeh, unos trece kilómetros al norte
de la dieta alimenticia con que subsistían de Jerusalén (il. 127). Data de hacia el
aquellas gentes. El trigo y la cebada se año 600 a. C. Los camellos serían utili-
cocían o tostaban. También se reducían zados principalmente por los mercaderes;
a harina, moliendo el grano entre dos sobre todo por los que practicaban el
bloques de dura y negra piedra basáltica comercio con Arabía. Los caballos se em-
que traían los mercaderes desde el Jau- plearían casi exclusivamente como arma
rán, al este de Basán y el Mar de Gali- de guerra y para tirar de los carros. El
lea. La harina se mezclaba con aceite de asno era la bestia de carga, mientras que
oliva y luego se cocía en forma de finas para arrastrar los arados se preferirían
tortas. los bueyes, que en ocasiones también
Los productos vegetales más corrien- servían para tirar de las pesadas carretas
tes eran las lentejas, las duras habas y de dos ruedas. Las ovejas eran de la
diversos tipos de cucurbitáceas, como el variedad de gruesos rabos, y esta parte
pepino; la calabaza como tal era desco- era considerada como un bocado exqui-
nocida. Como condimentos se usaban las sito'. Las ovejas abastecían de carne
cebollas, los puerros y los ajos. Los gar-
banzos cumplían la misma función que
el maíz y los cacahuetes en la actualidad. ' Cf. Ex 29,22. En 1 Sm 9,24, la traducción
«porción superior» de algunas biblias es erró-
nea; la correspondiente expresión hebrea ha
' Los textos fragmentarios no pueden tradu- de traducirse por «el rabo gordo» (cf., por
cirse en su totalidad a causa de que el signi- ejemplo, Notes on the Hebrew Text and the
ficado de algunos términos es desconocido. Topography of the Books of Samuel [ Oxford
Han sido publicados por C. H. Gordon, Uga- 19131 75-76). Samuel reservó para Saúl el bo-
ritic Handbook II ( Roma 1947) textos 55:28- cado más exquisito, como solía hacerse con los
30 y 56:32-6. huéspedes a quienes se deseaba honrar.
LA CIUDAD 269

para las grandes festividades y de lana mas más importantes eran los derivados
para confeccionar vestidos. El rebaño, de la adecuada protección y el suficiente
sin embargo, incluía también cabras jun- abastecimiento de agua. Manantiales y
to con las ovejas; ambas especies eran pozos abastecían normalmente a aquellas
apacentadas juntas, como ocurre aún en comunidades, excepto en tiempos de ase-
la actualidad. También se comía la carne dio. A veces se tomaron medidas extra-
de las cabras, y su pelo se tejía para fa- ordinarias para proteger los manantiales
bricar tiendas de campaña (cf. el taber- y llevar el agua hasta el interior de las
náculo del desierto, Ex 26,7) y también, ciudades. En Jerusalén, Guézer y Megui-
probablemente, telas bastas. Con piel de do se excavaron largos túneles desde los
cabra se hacían los odres (en hebreo, manantiales hasta el interior de la ciu-
no'd) que servían para guardar y trans- dad (ils. 80 y 81). En Laquis se practicó
portar el vino (cf. Jos 9,4). Pero la un pozo de 44 m. aproximadamente de
cabra era estimada entonces, al igual que profundidad, con seguridad a comienzos
entre los árabes modernos, como pro- del período israelita. Se hallaba situado
veedora de leche, producto del que la en el ángulo nororiental del montículo,
cabra era el principal abastecedor. Hasta y su boca quedaba al ras de la parte más
hace pocos años, antes de la introduc- alta de las fortificaciones que formaban
ción de los nuevos métodos ganaderos, el recinto exterior. Cuando se limpió de
las vacas que poseían los árabes eran los escombros que lo cegaban, los arqueó-
unos animales desmedrados y huesudos logos descubrieron que aún manaba has-
que producían poca leche y menos carne. ta una altura de 4,80 m. desde el fondo.
A juzgar por las representaciones de ani- Los israelitas, sin embargo, se estable-
males vacunos que han llegado hasta cieron principalmente en las zonas mon-
nosotros, podemos concluir que la crian- tañosas del país, que hasta entonces no
za de este ganado era una industria mu- habían estado muy densamente pobladas.
cho más provechosa en la Antigüedad Una de las razones de que los cananeos
que entre los árabes actuales. Las vacas no ocuparan muy intensamente aquellos
eran de gran talla y muy robustas; la parajes fue precisamente la escasez de
variedad que se criaba en Palestina pa- agua. Es probable que los israelitas pu-
rece distinta de la que se da actualmente dieran hacerlo, hasta el punto de levan-
y mucho más vistosa. tar numerosas ciudades en aquella zona,
gracias a un invento de la Edad del Bron-
LA CIUDAD
ce tardío, realizado poco antes de la
conquista. Se trata de la cal viva que
El típico agricultor israelita no vivía luego se apaga con agua para formar un
en el campo, sino en la ciudad más pró- cemento impermeable. Durante los si-
xima. La vida siempre estaba en peligro, glos xiv y xiii a. C., la ciudad de Bet-
salvo en épocas en que el país contaba semes, en Judá, por ejemplo, contaba
con un gobierno excepcionalmente capaz, con un gran número de cisternas. Esta-
y la ciudad proporcionaba cierto grado ban excavadas en la roca viva y provis-
de seguridad. Las aldeas estaban siempre tas de estrechos pozos de acceso cons-
dentro del radio de acción de una ciudad truidos con mampostería de piedra a
fortificada en que el pueblo podía refu- través de los escombros de las ciudades
giarse en tiempos de guerra. Ciudades anteriores. No hubiera sido posible cons-
y aldeas solían edificarse sobre colinas truir estas cisternas sin contar con la
y cabezos que contaran con algún ma- posibilidad de revocar las paredes con
nantial en sus inmediaciones. Los proble- cal para hacerlas impermeables y evitar
27 0 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

que el agua se filtrara por la roca poro- riaba entre 1,50 y 2,10 m., y en él se
sa. Hemos de concluir, por consiguiente, construían otros muros transversales para
que la cal se abarató lo suficiente para unir los dos que corrían paralelos. Las
que se convirtiera en un artículo de uso estancias -«casamatas»- que de este
común. En cualquier caso, la típica vi- modo resultaban solían rellenarse de ri-
vienda israelita tenía a partir del si- pio para conseguir una estructura maci-
glo xii a. C. su propia cisterna en el za. Este sistema de construcción había
subsuelo, en la que se guardaban las llu- sido aplicado anteriormente por Saúl
vias invernales recogidas al caer de para levantar su fortaleza de Gueba
los tejados. (il. 75); también ha aparecido en las
Es muy poco lo que sabemos acerca fortificaciones salomónicas de Jasor, Me-
de las fortificaciones con que se prote- guido y Guézer. Parece haber sido des-
gían las ciudades israelitas en tiempos arrollado por los hititas en Asia Menor
de los Jueces (siglos xii-xi). Es evidente entre los siglos xiv y xiii; este mismo
que las diversas comunidades aún no pueblo lo introdujo, posiblemente, en
poseían la fuerza y cohesión necesarias Siria, de donde lo copiarían luego los
para emprender unas obras de defensa israelitas. Su más espectacular aplicación
suficientemente sólidas. Es posible que, en Palestina se hizo en las fortificaciones
tal como se hizo en Siquén y en Bet- de Samaría en tiempos de la dinastía de
semes, se reparasen y continuaran en Jehú (il. 103).
uso los muros y puertas de la época ca- El sistema de casamatas, sin embargo,
nanea. Las primeras fortificaciones israe- sólo esporádicamente fue usado por Is-
litas de cierta importancia que cono- rael. Las murallas de Salomón en Megui-
cemos por ahora son las erigidas en do y sus reparaciones efectuadas en una
tiempos de David en Betsemes y Debir muralla cananea de Guézer son los pri-
(la moderna Tell Beit Mirsim), en Judá. meros ejemplos en Palestina de la can-
Los muros de ambas ciudades no sólo tería a base de sillares perfectamente
son contemporáneos, sino idénticos en escuadrados. La solidez se lograba en
tamaño y tipo de construcción. En con- estos casos no meramente por la cons-
secuencia, hemos de suponer que fueron trucción de una doble muralla o acumu-
erigidos conforme a un mismo plan y lando materiales en cantidades masivas,
bajo idéntica supervisión. Eran muy dis- sino mediante la perfecta unión de silla-
tintos de los muros cananeos de épocas res bien escuadrados en las caras de los
anteriores. En vez de las grandes estruc- muros o, en los puntos menos críticos,
turas macizas a base de piedras sin la- dando a las puertas de las ciudades una
brar, mandó David erigir en ambas ciu- disposición más eficaz o intercalando pi-
dades, probablemente como medida de lastras a lo largo de los muros construi-
defensa frente a los filisteos, otro tipo dos con menos esmero. Por otra parte,
de fortificación conocido con el nombre la muralla principal de Laquis, construida
de «muro de casamatas». Consistía en por Roboán entre los años 920 y 915
un muro exterior de 1,50 m. de grueso antes de Cristo, era de casi 6 m. de an-
y otro interior de poco más de un me- chura y estaba construida de adobes. La
tro, que corrían paralelos en torno al muralla de Tell en-Nasbeh (¿Mispá? ),
montículo`. El espacio entre ambos va- unos trece kilómetros al norte de Jeru-
salén, de hacia el 900 a. C., estaba he-
` En Betsemes es posible que en el costa- cha de piedra sin labrar y revocada por
do oriental se reutilizara el muro cananeo, pero el exterior (il. 98). Originalmente era de
no lo sabemos a ciencia cierta. unos 6 m. de anchura, y en algunos pun-
LA CIUDAD 27 1

tos se reforzó hasta alcanzar casi los ocho ta. El sistema de drenaje solía extender-
metros. Tanto la muralla de Laquis como se a toda una zona al aire libre que pa-
la de Nasbeh contaban además con to- rece haber existido siempre dentro de
rres defensivas a intervalos, y ambas res- las construcciones de los accesos a la ciu-
pondían a la tradición cananea, que con- dad. Era la plaza del mercado y el prin-
fiaba la capacidad defensiva a la masa cipal punto de reunión de los habitantes,
de sus murallas. donde se resolvía casi la totalidad de los
La forma normal de acceso a la ciu- asuntos públicos y privados.
dades eran las puertas, una o varias, cu- El tipo de puerta que acabamos de
biertas y flanqueadas por torres o bas- describir podía variar en cuanto a los
tiones. Es probable que en Palestina no detalles, pero representa el modelo nor-
se aplicara aún en estas puertas la cons- mal de acceso, por el que podían pasar
trucción en arco. En vez de éste se usa- incluso los carruajes. De haber una se-
ba el sistema de dintel. Sobre los muros gunda puerta, solía ser más pequeña,
de los costados se tendían fuertes vigas, para uso exclusivo de peatones y, a lo
que, a su vez, soportaban las techumbres sumo, asnos. En Debir (Tell Beit Mir-
o unos pisos altos. El modelo típico de sim), Judá, esta puerta menor estaba
puerta entre el siglo x y el vii consistía flanqueada por un edificio de considera-
en dos, tres o cuatro pares de pilastras bles proporciones, una especie de torre
construidas perpendicularmente a los formada por varias estancias, probable-
muros maestros y formando profundas mente con un segundo piso todo alrede-
estancias o cámaras laterales desde las dor. Es probable que se utilizara como
que los combatientes podían defender posada pública para mercaderes y funcio-
los accesos de los posibles atacantes narios oficiales de paso. Las puertas es-
(il. 83). El acceso principal era el situa- taban bien construidas; los suelos apa-
do entre el primer par de pilastras, y so- recían revocados con mortero. Había
lía tener de 4 a 4,25 m. de vano, que además alacenas, un baño, vajillas, jarri-
podía cerrarse mediante dos batientes de tos para aceite, candiles y hasta tres pe-
madera. No se conocían aún los pernios sas del tipo usado en los establecimien-
metálicos; las hojas de las puertas arran- tos comerciales.
caban de grandes vigas verticales cuyos Las ciudades israelitas parecen haber
extremos estaban encajados en cubos de alcanzado su mayor densidad de pobla-
piedra por cada uno de los extremos. ción durante el siglo viii. En esta época,
Los arqueólogos han hallado muchos de los habitantes terminaron por desbordar
estos cubos de piedra, desgastados y pu- los estrechos recintos amurallados y em-
lidos por el uso prolongado. Las puertas pezaron a levantar sus viviendas en cual-
se atrancaban con grandes pasadores de quier punto que ofreciera facilidades
metal o madera que las trababan. En Si- para ello en sus inmediaciones. No es
quén y Tell en-Nasbeh, una de las pilas- raro encontrar que los escombros de an-
tras, laterales presentaba una hendidura teriores edificaciones llegaban a rellenar
que servía para escamotear el pasador el espacio intramuros hasta el extremó
de la puerta cuando ésta permanecía de que aparezcan las viviendas edificadas
abierta. encima de las mismas murallas. Caso
Bajo el pavimento de la puerta se típico en época muy antigua es el de la
construía, casi siempre en piedra, un al- casa de Rajab, la ramera, en Jericó (Jos
bañal por el que corrían las aguas proce- 2,15), que se levantaba sobre la muralla,
dentes del interior de la cíudad, con lo de forma que la ventana quedaba a ha-
que se evitaba que encharcaran la puer- ces de la cara exterior de aquélla. El
272 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

profesor Albright calcula que dentro de que podemos suponer que no estaría te-
las 31 hectáreas que cercaban los muros chada toda ella, y que una parte queda-
de Debir había entre 150 y 250 vivien- ría a cielo abierto. En las ciudades cer-
das. Escribe este autor: «Dejando aparte canas a las llanuras solían utilizarse
el número desconocido de personas que grandes cantidades de ladrillos, especial-
vivirían extramuros, podemos calcular la mente en las partes altas de los edifi-
población total de la ciudad en su perío- cios: Las partes techadas de las casas no
do más floreciente entre dos v tres podían tener mayor anchura que la lon-
mil» s. Sobre esta base podemos calcular gitud de las vigas empleadas para la te-
que Betsemes, con una extensión apro- chumbre. Solían ser de coníferas que
ximadamente igual, tendría el mismo crecerían en las inmediaciones; estos ár-
número de habitantes, mientras que las boles, probablemente, no alcanzaban gran
7 hectáreas de Laquis podrían haber al- altura y las vigas rara vez superarían los
bergado de seis a siete mil habitantes; 4 o 4,50 m. de largo. Las techumbres
Meguido, con una superficie de poco más que soportaban las vigas eran de mate-
de 5 hectáreas, tendría'entre 3.500 y riales muy combustibles, y los tejados
5000 habitantes. estarían hechos con paja mezclada con
Las viviendas israelitas construidas barro y cal. Era una techumbre muy
dentro de las murallas habían de adap- sólida, pero tenía el inconveniente de
tarse al espacio disponible. No parece que cada vez que llovía era necesario
que hubiera planificación alguna; cuando alisarla de nuevo para consolidar el ma-
se edificaba una nueva vivienda, los terial de la superficie y evitar que se
constructores tenían que amoldarse al form¿ran goteras. Esta operación solía
terreno comprendido entre los muros de hacerse con pequeños rodillos de piedra,
las casas adyacentes, que a veces forma- y, en consecuencia, muchas casas tenían
ban ángulos muy extraños. De ahí que su propio rodillo; los arqueólogos han
resulte rara la simetría en las construc- encontrado gran número de estos obje-
ciones. Entre los siglos x y vrri era prác- tos, que solían medir unos 60 cm. dé
tica común levantar una o dos filas de largo.
pilastras a lo largo del eje de la estan- La zona de la vivienda destinada al
cia principal. De estas pilastras arranca- sueño y al descanso era evidentemente
ban los tabiques divisorios, hechos de el piso alto y el mismo techo. Había nor-
ripio, con los que en ocasiones se acota- malmente escaleras de piedra o madera,
ban también las estancias laterales. Las pero cuando éstas no aparecen en las
pilastras tenían una doble finalidad: ser- viviendas bien conservadas es de presu-
vían para dar mayor firmeza a los tabi- mir que se utilizaban escaleras de mano.
ques divisorios y también para soportar La ley ordenaba que, para mayor segu-
el techo y en ocasiones un segundo piso. ridad, en torno a los tejados se constru-
A juzgar por algunas escaleras que se yera un parapeto (Dt 22,8). En el piso
nos han conservado bien, la altura de inferior, donde se desarrollaban las fae-
los techos solía ser aproximadamente de nas caseras, suelen encontrarse recipien-
1,80 m. En algunas casas, al menos, tes y tinajas para almacenar el grano,
la estancia principal, que ocupaba el morteros para molerlo, pilas de piedra
centro de la construcción, era tan grande excavada y variedad de platos, jarros y
pucheros, una o dos bocas de cisterna
s The Excavation of Tell Beit Mirsim III que abren el pavimento y un fogón. Los
( Annual of the American Schools of Oriental fogones solían hacerse acotando un espa-
Research 21-22; New Haven 1943) 39. cio con un murete en que alternaban las
EL VESTIDO 273

capas de barro y cascotes, en número de cios de este tipo servirían de residencia


cuatro; eran habitualmente circulares y sobre todo a los funcionarios provincia-
se elevaban sobre el pavimento unos les de la administración. Estas viviendas
treinta centímetros o más. Dentro de los estarían indudablemente bien equipadas
fogones, entre las brasas, se colocaban con sillas, mesas y lechos bajos de ma-
los pucheros para guisar, así como unas dera. Este mobiliario se asemejaría pro-
bateas convexas que servían para cocer bablemente al que encontramos repre-
tortas hechas con masa sin levadura. sentado en pinturas y relieves egipcios
Cuando se deseaba cocinar sin aplicación y cananeos; lo cierto es que tienen cier-
directa del fuego, se calentaban en los ta apariencia de «modernidad». La vi-
fogones piedras planas, luego se aparta- vienda de tipo medio, sin embargo, care-
ban a un lado las brasas, y el guiso se cería de tales refinamientos. Es probable
hacía sobre las piedras (en las modernas que no hubiera en ella muebles; los
placas de cocina sin llama directa se apli- lechos consistirían en fardos de paja ten-
ca el mismo principio). Los grandes hor- didos sobre el suelo, aunque a veces
nos para cocer el pan con levadura se- aparecen bancos de barro sobre los que
rían comunales, como en la actualidad. se extendería la paja como colchón.
En tiempos bíblicos las casas de este
tipo sufrirían frecuentes incendios como
consecuencia de los ataques enemigos. EL VESTIDO
Se incendiaban intencionadamente los
techos; cuando habían ardido las vigas, Casi todas las vestiduras usadas en la
toda la superestructura de los edificios Palestina bíblica estarían hechas de lana
se venía abajo. Esto significa que la acu- y lino. Llegó a ser un verdadero arte la
mulación de escombros dentro de los confección de telas lujosas a base de
muros de las ciudades era inevitablemen- estos materiales. Los conquistadores asi-
te muy grande a lo largo de varios si- rios de Siria y Palestina mencionan fre-
glos. La relativa estabilidad de la vida cuentemente - los vestidos lujosos entre
en Judá entre los siglos Ix y VII queda los artículos más preciados que se toma-
bien ilustrada por el hecho de que en ban como botín. Durante el siglo vill,
Debir el nivel de las calles tiende a ele- por ejemplo, Tiglat-Piléser III enumera
varse, mientras que los pisos de las ca- entre los objetos preciosos recibidos de
sas permanecían frecuentemente durante los reyes de Occidente, entre los que se
siglos a la misma altura. Esto nos sugie- incluyen los monarcas de Judá y Sama-
re que las casas nunca fueron destruidas ría; «vestidos de lino con bordados mul-
por completo a lo largo del período indi- ticolores, vestidos -de sus (industrias)
cado, sino que simplemente eran repara- nativas (hechos de) lana purpúrea os-
das para mantenerlas en uso. cura»
Del período de los Jueces, entre los Esta alusión subraya dos rasgos carac-
siglos xii y xI, datan dos grandes cons- terísticos de la indumentaria exterior
trucciones aparecidas en las ruinas de que solían llevar las gentes de Palestina
Betel (il. 53) y Betsemes. Eran grandes y Siria. El primero se refiere al gusto
casas de patio, en dos o tres de cuyos por los adornos en forma de franjas muy
lados se alzaban al menos dos pisos de vistosas, flecos y borlas que ribeteaban
estancias. Estos edificios debían de ser los vestidos. El segundo consistía en el
propiedad de ancianos o personajes de
cierto relieve en ambas ciudades. Una Cf. J. B. Pritchard (ed.), Ancient Near
vez instaurada la monarquía, los edífi- Eastern Texts, 282-83.
18
274 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

uso de una tintura especial de púrpura consistía en una habitación de unos


para las vestiduras de mayor precio. El 6 por 3 m., en uno de cuyos extremos
término «Cancán» tiene su origen proba- había dos grandes cubas y junto a ellas
blemente en esta industria y significaba unas pilas de poco fondo y un banco de
en un principio «País de la púrpura». mampostería. En los rincones próximos
Los cananeos habían aprendido a extraer había tinajas con cal apagada; en una,
del murex, un molusco que se cría, en el al menos, de estas estancias había una
Mediterráneo oriental, un colorante de tinaja llena de algo que parecía ceniza
tono carmesí fuerte que llegó a conver- gris, pero que probablemente era potasa
tirse en el más codiciado del mundo an- descompuesta. Las grandes cubas eran
tiguo. Resultaba tan caro que los vesti- bloques cilíndricos de piedra, de unos
dos teñidos con este color constituían 90 cm. de altura y otros tantos de diá-
un signo de rango elevado, como lo re- metro, con el fondo y tapadera planos.
flejan, incluso en nuestros días, expre- En su interior había una cavidad esférica
siones parecidas a «elevar a la púrpura». de unos 45 cm. de diámetro, cuya aber-
Los griegos daban a los cananeos el nom- tura era una boca estrecha de unos
bre de fenicios, evidentemente por el 15 cm. de diámetro. Por el borde de la
término que en su idioma designaba la cuba discurría un canalillo circular que
«púrpura». Había varios matices de este se comunicaba con el interior mediante
color entre el azul y el rojo. Por ejem- un agujero. Este canalillo servía para
plo, Salomón pide a Jirán de Tiro que recoger el precioso tinte que pudiera sal-
le envíe un artesano capaz de hacer, en- picar. Cerca había cierto número de
tre otras labores, «trabajos en púrpura, grandes piedras perforadas que probable-
carmesí y azul» y que al mismo tiempo mente se utilizaban para exprimir el tin-
enseñe a los artífices hebreos la manera te de los materiales teñidos.
de confeccionarlos (2 Cr 2,7). El velo La forma en que funcionaban estas
del templo estaba hecho «de azul y púr- tintorerías queda bien ilustrada por lo
pura y carmesí y lino fino» (2 Cr 3,14). que pudo observarse el año 1930 en una
Estos colores eran probablemente tonos moderna industria de Hebrón. El tinte
distintos del mismo tinte. usado hoy comúnmente es el ídigo, pro-
El profesor Albright descubrió que la cedente del este, y mucho más barato
ciudad de Debir se dedicaba, aparte de que los magníficos colorantes de la Anti-
las habituales faenas agrícolas, a la indus- güedad. La potasa y la cal apagada se
tria de los tejidos y la tintorería. Se ponían en las cubas y luego se añadía
hallaba situada al borde del Négueb, el tinte al cabo de dos días. En la pri-
o país del sur, donde pastaban induda- mera cuba se depositaba una pequeña
blemente grandes rebaños de ovejas. De cantidad de índigo y el doble en la se-
ahí que pudiera disponer de lana en gunda. Al tercer día se introducía el ves-
gran cantidad. Al excavar la ciudad tido a teñir. Tratándose de prendas ordi-
israelita apareció gran número de pesas narias, se consideraban suficientes dos
de telar, hasta el punto de que, al pare- baños en cubas -sucesivas, pero las telas
cer, había uno de éstos casi en cada más ricas recibían hasta diez baños. La
casa. Debía de haber además veinte o potasa y la cal tenían por finalidad fijar
treinta establecimientos dedicados al te- el tinte al tejido. Las cubas israelitas
ñido de las telas en toda la ciudad, eran demasiado pequeñas como para ha-
a juzgar por el número y distribución ber sido utilizadas en el teñido simul-
de los que han sido hallados en las exca- táneo de varias prendas. La razón es que
vaciones (il. 135). La instalación típica en el antiguo Próximo Oriente no se
EL VESTIDO 27 5

135. Industria de tintorería hallada en Debir.

teñían los vestidos, sino los hilos, que de «gremios de escribas». De modo se-
luego se mezclaban con otros de distin- mejante, «las familias de los que tejían
tos colores para obtener tejidos de colo- lino fino» (1 Cr 4,21) se refiere a una
res mezclados 7. asociación de tejedores. Por otra parte,
Resulta curioso el hecho de que toda el miembro de uno de estos gremios po-
la ciudad de Debir se dedicara a esta día ser llamado «hijo» del mismo (por
única industria. Parece ser que la expli- ejemplo, Neh 3,31: «Malkiyías, hijo del
cación está en que los artesanos y mer- [de los] orfebre[s]»). Es muy probable
caderes de la antigua Palestina estaban que en Debir las industrias de tintorería
asociados en gremios. Sabemos que estas estuviesen a cargo de los miembros de
asociaciones existían también en la anti- un gremio, que, a juzgar por paralelos
gua Babilonia y, según el Talmud, en posteriores, compraban y vendían a modo
Palestina en época posterior. Esta supo- de una cooperativa y poseían además un
sición se ve reforzada por diversas refe- sistema de asistencia mutua para preve-
rencias del Antiguo Testamento, en que nirse contra las posibles pérdidas $.
hallamos indicios de diversas asociacio- Se ha supuesto muchas veces que las
nes locales. Así, la expresión «familias gentes del período bíblico se vestían de
de escribas que vivían en Yabés» (1 Cr manera muy semejante a los modernos
2,55) ha de interpretarse en el sentido
Cf. especialmente I. Mendelsohn, Guilds
Cf. W. F. Albright, op. cit., 59-63; íd., in Ancient Palestine: «Bulletin oí the Ame-
The Archaeology of Palestine and the Bible rican School of Oriental Research» 80 (1940)
( Nueva York 1932) 119-21. 17-21.
276 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

beduinos árabes. Parece que no era así, de animal y una prenda confeccionada
aunque algunas de las prendas entonces con pelo de camello respectivamente
usadas pudieran parecerse más o menos (2 Re 1,8; Mt 3,4), es decir, la ruda
a determinados indumentos actuales. El vestimenta de los pastores. Ciertamente,
obrero y el soldado israelita parece que el manto peludo llegó a convertirse en
iban vestidos fundamentalmente con un una especie de distintivo del oficio pro-
corto faldellín (''exor) que llegaba casi fético (Zac 13,4). Sin embargo, el manto
hasta las rodillas (cf. ils. 49, 64-65). Los típico, hecho de lana o lino, era una
más caros estaban hechos de lino, mien- prenda de amplio vuelo, abierta por
tras que los más bastos eran de piel. delante y guarnecida con adornos en los
Elías y Juan Bautista llevaban faldelli- picos y en los bordes bajos; solía llevar
nes de este segundo tipo (2 Re 1,8; mangas o unos añadidos para cubrir los
Mt 3,4); la «faja» de la parábola, o sig- brazos. De llevar una prenda para cubrir
no dramatizado de Jeremías, era del la cabeza, raras veces sería parecida al
primero (Jr 13). Este faldellín se suje- gran pañuelo cuadrado, flotante, de los
taba con una especie de cinturón o árabes modernos, el kef fiyeh; lo más
«ceñidor» (hagorah). En algunas tra- frecuente sería el turbante, que, en el
ducciones de la Biblia se emplea impro- caso de personajes importantes, podía
piamente el término «ceñidor» al darlo convertirse en una pieza muy vistosa y
como equivalente no sólo de hagorah, adornada. Los soldados y la gente del
o «cinturón», sino también de «falde- pueblo llevarían una simple banda de
llín» ('ezor) y de la faja especial de los tela arrollada en torno a la cabeza,
sacerdotes ('abnet). Sin embargo, el ce- dejando caer uno de sus extremos a la
ñidor (hagorah) propiamente dicho era derecha sobre la oreja. En el «obelisco
una especie de faja que servía no sólo negro» de Salmanasar III aparecen los
para sujetar el faldellín, sino además israelitas llevando una especie de gorro
para llevar diversos objetos, como una ceñido que quizá se sujetara al estilo de
espada, un puñal, cosas de valor o pe- un turbante (il. 109).
queños bultos. Parece que se sostenía En el relieve de Senaquerib que repre-
anudando los extremos, y en ocasiones senta la toma de Laquis (cf. ils. 116-118),
uno de éstos, muy adornado, pendía a el soldado israelita aparece vestido de
un costado. Los mejores venían a ser faldellín, camiseta, «ceñidor» y turbante.
auténticas obras de arte de los tejedores A veces, la camiseta es muy larga y cu-
y estaban hechos probablemente de lana bre parte del faldellín hasta las caderas,
de diversos colores. Joab, comandante a no ser que el ceñidor lleve adherida
de David, estaba dispuesto a regalar un una banda de tela para cubrir la parte
«ceñidor» y diez piezas de plata al hom- superior de las caderas 9. Los ancianos
bre que matara a Absalón (2 Sm 18,11), y los notables de la ciudad, sin embargo,
y la mujer virtuosa descrita en Prov 31 están representados portando largas ves-
los confeccionaba para vender a los mer- tiduras blancas ceñidas, que se podían
caderes extranjeros (v. 24). poner y quitar por la cabeza. Llegan
La parte superior del cuerpo quedaba hasta casi el tobillo; las mangas, muy
al descubierto o se cubría con una espe- cortas, cubren el arranque de los brazos,
cie de camiseta sin mangas. Para prote- ' Algunos pretenden que los soldados llevan
gerse del frío se podía llevar encima un
largas túnicas que han recogido sobre sus ro-
manto (simlah), prenda de la que, al dillas y mantienen sujetas con los «ceñidores».
parecer, había modelos muy variados. Pero un estudio detenido del relieve no parece
Elías y Juan Bautista llevaban una piel apoyar este punto de vista.
EL VESTIDO 277

unos 5 cm. por debajo del hombro. Esta ba en un borde típico finamente traba-
vestidura es la túnica hebrea (ketonet). jado por el cuello, las mangas y los
Las que llevan los ancianos de Laquis picos, que colgaban al frente o a los
carecen de adornos y van sueltas, sin costados. Durante el bronce tardío, en-
ceñidor. Los varones israelitas llevaban tre los siglos xv-xiii, la indumentaria de
el faldellín o la túnica, ya que se trataba los israelitas se diferenciaba mucho de la
de la prenda de vestir básica. Por repre- típicamente cananea. En época posterior,
sentaciones de la época, sin embargo, las prendas exteriores presentaban una
sabemos que la túnica solía ir más rica- apariencia de espiral, como si se llevara
mente adornada que las representadas una pieza de tela de 30 a 40 cm., con
en los relieves de Salmanasar. La del un rico galón en el borde inferior, enro-
sumo sacerdote estaba tejida probable- llada en torno al cuerpo y por encima
mente de una sola pieza y era de lino; de la túnica (fi. 49).
llevaba mangas estrechas y en torno a la Como todos los asiáticos de aquella
cintura iba adornada con una hermosa época, los israelitas ostentaban una po-
faja ('abnet; Ex 28,39) 1°. Antiguas re- blada barba negra que les cubría las me-
presentaciones palestinenses y sirias indi- jillas y el mentón, pero el labio superior
can que la franja inferior de la túnica se llevaba normalmente afeitado. El ca-
y la abertura del cuello se adornaban a bello podía llevarse largo y recogido con
veces con galones multicolores; el vesti- una banda en torno a la cabeza o corta-
do se embellecía aún más con la adición do, igual que en nuestros días. Era nor-
de la faja (en cuanto al turbante cónico nal caminar con los pies descalzos, aun-
del sumo sacerdote, cf. il. 62). que muchos poseerían al menos un par
El artista del «obelisco negro» de Sal- de sandalias de cuero que se sujetaban
manasar representó a los israelitas del con cordones. El obelisco negro de Sal-
siglo ix vestidos del mismo modo que manasar muestra a los israelitas portan-
los sirios: largas túnicas con flecos y so- do botas altas con las -puntas vueltas a
bre ellas ropones o mantos también con la moda hitita. Este tipo de calzado pro-
flecos. Los últimos son probablemente bablemente resultaba raro en Israel; se
los me'il hebreros, una prenda exterior trataría de una importación extranjera
de lino o lana. No está claro en qué usada únicamente :por unos pocos, los
se diferenciaba ésta del manto (simlah) más ricos, y algunos funcionarios reales
a que antes nos hemos referido, a me- israelitas durante el siglo ix.
nos que se tratase de una versión más Ni los hombres ni las mujeres lleva-
rica que llevarían los personajes de alto ban botones; en lugar de éstos, para
fango. En todo caso, ambos indumentos sujetar mantos y ceñidores se usaba la
cumplían la misma función. Es posible fíbula, que es la primera variedad del
que esta clase de prendas se confeccio- «imperdible». Las fíbulas se introduje-
nara en diversos estilos, pero básicamen- ron en Palestina hacia el siglo x. Antes
te parece que era abierta, algo más ceñi- de esta fecha se acostumbraba a usar
da que la vestidura exterior de los para los mismos fines el pasador (ilus-
modernos beduinos, con amplias mangas tración 136), una especie de aguja gran-
que caían desde los hombros formando de con un agujero en medio al que se
pliegues (il. 102). Las prendas exteriores aseguraba un cordón. Se utilizaba inser-
no llevaban cuello, sino que el borde se tándolo en la tela y pasando el cordón
ajustaba a la garganta. El me'il remata- por detrás de la punta y la cabeza.
La indumentaria de las mujeres era
~ Cf. también Josefo, flnt., 111.7. semejante a la de los hombres, excepto
278 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

tipo de piedra no parece darse en el sur


de Palestina, y se piensa que tales obje-
tos se importaban de Siria, donde se fa-
bricarían probablemente con vistas a un
intenso comercio entre las gentes de las
aldeas. Estos pequeños recipientes tienen
base plana y una somera cavidad redon-
deada, en torno a la cual se desarrolla
el ancho borde plano, que suele ir deco-
136. Pasador y fíbula.
rado con un complicado dibujo geomé-
trico inciso que originalmente resaltaba
por llevar un retoque de color azul in-
que no llevaban el faldellín y muy pro- tenso. Estos recipientes de cosméticos o
bablemente se adornarían con mayor va- paletas se utilizaban para preparar el colo-
riedad de prendas que los varones, siem- rete que se aplicaba al rostro, para lo
pre que poseyesen medios para adquirir- cual se reducían a polvo en la cavidad,
las. Las vestiduras básica eran la túnica por medio de una espátula, los minera-
y el manto o ropón (il. 137). En el re- les usados al efecto. Cejas y pestañas se
lieve de la toma de Laquis, las túnicas de teñían con manganeso o antimonio (lla-
las mujeres aparecen iguales que las de mado puk o kuhl). La malaquita y la
los hombres (il. 117). Llevan además turquesa servían para pintarse los párpa-
un largo pañolón relativamente -estrecho dos, mientras que el ocre rojo se utili-
ajustado a la cabeza, desde la frente y zaba para avivar el color de los labios.
cayendo por la espalda hasta la orla de Los colores para fabricar cosméticos
la túnica. La descripción más detalladn alcanzaban precios tan altos, cuando eran
de los adornos con que se engalanaban de buena calidad, que Ezequías hubo de
las mujeres ricas es la que nos da Is 3, incluir el año 701 cierta cantidad de
16-23. Se riencionan en este pasaje hasta antimonio en el tributo que le obligó a
veintiún artículos de adorno, pero, como entregar Senaquerib de Asirla.
muchos de los términos empleados nos El peinado de las mujeres, a juzgar
resultan oscuros, sería inútil especular por las representaciones que conocemos,
acerca de ellos, ya que carecemos de los recibía mucho mayor cuidado que el de
suficientes datos arqueológicos al res- los hombres. La mayor parte de las mu-
pecto. jeres llevaría probablemente los cabellos
El uso de joyas y cosméticos de diver- largos, cuidadosamente cardados y ca-
sas clases era muy costoso. Ajorcas, bra- yendo por debajo de los hombros, pero
zaletes, anillos y cuentas de collar abun- también estarían muy de moda los pei-
dan en todas las excavaciones. Se hacían nados con el cabello recogido en alto,
de oro, plata, cobre, hueso, marfil y una las trenzas y los adornos. Los datos más
variedad de piedras vistosas. Eran de abundantes en este sentido son los que
uso frecuente los aceites perfumados; los nos proporcionan las plaquitas y figuri-
más finos se importarían, junto con el llas de la diosa pagana de la fecundidad.
incienso, del sur de Arabia. El objeto En todas estas representaciones se ad-
de tocador que con más frecuencia apa- vierten los peinados ricos, que sugieren
rece en Palestina a partir del siglo x es sin duda alguna la forma en que se arre-
un pequeño recipiente redondo, de unos glarían el cabello las mujeres acaudala-
10 cm. d e diámetro, hecho de una caliza das. Antes del siglo x, el peinado que
dura de grano muy fino (il. 139a). Este con mayor frecuencia ostenta la diosa
EL VESTIDO 279

ARTES Y OFICIOS

La primera impresión que tiene el ar-


queólogo ante las ruinas -y las manufac-
turas de Israel es que aquel pueblo era
comparativamente pobre y falto de inte-
rés por el arte. Eso resulta especialmen-
te cierto si se llega a Palestina después
de haber estudiado las ruinas de Grecia,
Egipto, Siria o Mesopotamia. Para el es-
pecialista en la Antigüedad griega o
egipcia, Palestina es el 'más desolado
138. Peinado de dama
cananea. y carente de interés de todos los países
del mundo antiguo, ya que son muy po-
cos los objetos de mérito artístico o las
ruinas arquitectónicas de proporciones
impresionantes que han aparecido en los
niveles anteriores a las épocas romana
o árabe. No se trata de una impresión
errónea; al contrario, la investigación en
la antigua Palestina tendrá siempre inte-
rés histórico y teológico, pero no esté-
137. Muchacha cananea. tico.
Por otra parte, esto no significa que
Israel careciera de una gran habilidad
artesana. Al contrario, esa habilidad apa-
rece patente en la manufactura de la ce-
puede describirse así: cabello partido en rámica. Sin embargo, la artesanía de la
medio y cayendo en dos amplios bucles cerámica no tenía por objeto primario
a los lados, enmarcando el rostro y en- una producción artística de objetos pre-
roscándose hacia afuera a la altura de ciosos. La cerámica israelita, como la del
los pechos (il. 138). Por otra parte, las antiguo Egipto, cumplía primariamente
figuritas de la diosa madre a partir del unos fines utilitarios. Nadie se atrevería
siglo x tienen un peinado que parece a negar que en Palestina se sentía un
un casquete corto, con flequillo y el ca- aprecio hacia las formas cerámicas muy
bello finamente trenzado o ensortijado superior al de los egipcios, de los que
(i1. 72); si el pelo se dejaba crecer por puede afirmarse en general que fabrica-
detrás, se recogía en trenzas que luego ron la cerámica menos interesante de
se sujetaban en hiladas sobre la frente. todo el mundo antiguo. Hemos de insis-
En cualquier caso, todo parece indicar tir en que los israelitas recibieron esta
que las mujeres' israelitas no eran en técnica y sus formas de los maestros si-
absoluto reacias al adorno de sus perso- rios. Pero aprendieron bien la lección,
nas, y que la «alta peluquería» era ca- y a partir del sigla x se muestran ya
paz de ofrecer una gran variedad de muy independientes. Más aún, citando
peinados para elegir.* No cabe duda las palabras de un especialista-
de que Isaías tenía toda la razón cuando -e-n- ce-á- - -mica moderna, «puede afirmarse con se-
las acusaba de ser irresponsablemente guridad que, en cuanto a los productos
frívolas (Is 3,16-23). comerciales, la habilidad artesana y las
280 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

formas superan a cuanto podemos ver fica, y los alfareros lo sabían muy bien,
en los productos actuales de idéntico que ese tipo de barros ha de cocerse con
destino... En conjunto, hoy no produci- sumo cuidado, a una temperatura más
mos formas mejores. Los mejores arte- baja de lo que admiten los preparados
sanos se acercaban a la perfección 'grie- con sílice, pues de otro modo la caliza
ga', y sus producciones tenían realmente puede descomponerse y los gases resul-
mayor viveza y frescura que gran parte tantes arruinan los recipientes.
de las formas, matemáticamente perfec- El torno de alfarero se conocía desde
tas, de los griegos... En el campo de la época muy temprana y se usó durante
cerámica, por consiguiente, hay que revi- toda la Edad del Bronce con gran habi-
sar la vieja opinión de que los israelitas lidad. Era del tipo de dos ruedas, como
carecían de talento artístico» 11 sabemos por la forma dual de su nom-
Parece que en el siglo ix a. C. se hizo bre ('obnaym; Jr 18,3). El barro que se
mucho por normalizar las formas, pues iba a modelar se depositaba sobre el dis-
son muy pocas las que no respondan a co superior, mientras que el inferior se
tipos bien conocidos (il. 139). Se resol- accionada a mano o con el pie 2 1 La ma-
vieron además diversos problemas fun- yor parte de las vasijas se modelaba a
cionales, siendo adoptada en general la torno pieza por pieza, pero tenemos indi-
solución válida más sencilla, de forma cios de que se aplicaban al menos dos
que pudo intensificarse la producción de técnicas para intensificar la producción.
recipientes. Como resultado de ello, hay En la manufactura de pequeños jarritos
algunas formas y técnicas que siguieron para contener aceites perfumados (ilus-
en vigor, sin alteración alguna, durante tración 139e) se colocaba sobre el torno
más de tres siglos, hasta la caída de una gran pella de barro, a la que se
Judá en 587 a. C. daba forma cónica aguda. En el pico del
La materia prima más comúnmente cono se formaba un jarrito, que se sepa-
utilizada era un barro local que, con la raba sin dejar de imprimir giro al torno,
cocción, adquiría un tono rojizo o rojizo para a continuación formar otra pieza
tirando a castaño. La tierra se mezclaba igual, hasta que se acababa todo el ba-
con agua para amasarla con los pies, un rro. Para las vasijas de mayor tamaño se
proceso al que se alude en Is 41,25. Los utilizaba otra técnica con vistas a inten-
restos que poseemos nos indican que el sificar la producción y abaratar los cos-
alfarero israelita era capaz de preparar tos. Se ha dicho que para fabricar uno
finos barros cuando se lo proponía, pero de estos recipientes «con la sola ayuda
que ordinariamente no lo hacía así, segu- del torno, sólo un experto era capaz de
ramente para obtener una producción lograr que la vasija conservara su forma
más abundante y barata. En la cerámica correcta a través de todo el proceso del
común, por ejemplo, en lugar de servirse secado y la cocción, para lo cual tenía
de arena; cuarzo o sílice en la mezcla que emplear además barro de la mejor
para evitar que el barro quedara dema- calidad. Comercialmente, sin embargo,
siado pegajoso, recurría a la caliza pul-
verizada, que podía hallar en grandes '2 $P ha afirmado que el empleo de tornos
cantidades cerca de su taller. Esto signi- accionados con el pie (ibid., 96) fue introdu-
cido por los griegos; cf. Eclo 38,29-30 (ca. 200
antes de Cristo), que seria la primera descrip-
" Cf. J. L. Kelso y J. P. Thorley, The Pot- ción de tal aparato en Palestina. Es dudoso,
ter's Technique at Tell Beit Mirsim, Particu- sin embargo, que el argumento del silencio
larly in Stratum A, en W. F. Albright, The tenga en este caso peso suficiente para confir-
Excavation of Tell Beit Mirsim 111, 100. mar tal tesis.
ARTES Y OFICIOS 281

este problema se resolvía empleando al- seados, después de lo cual podía cocerse
fareros menos expertos y barro más ba- sin mayor riesgo. Otros tipos de gran
rato. Se confeccionaba a torno una vasija tamaño, como los cántaros y lebrillos, se
de paredes gruesas y pesado pie hueco. fabricaban frecuentemente también por
Luego, cuando esta vasija adquiría con- este mismo procedimiento. Además de
sistencia como de cuero, se le daba a la ventaja que suponía el empleo de ba-
torno la forma y grosor de paredes de- rro más barato y jornales más bajos, este

M:Amc^

cms
cms a

139. Taza para cosméticos y diversas formas de cerámica judaíta de los siglos VIII-vii.
282 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

método servía para intensificar conside- va brillante después de ésta y produce


rablemente la producción» 13. un hermoso efecto. Los típicos tazones
La cerámica moderna presenta un as- israelitas de los siglos ix al vi a.. C. reci-
pecto muy distinto: del que tenía la de bían un engobe rojo en el interior y so-
la época bíblica por el baño vidriado bre el borde, al que luego se aplicaba
que se le suele aplicar actualmente. El una banda pulimentada en forma de es-
vidriado parece haber sido introducido piral que empezaba en el fondo y cubría
en Occidente por los árabes medievales, todo el interior hasta el borde (ilustra-
entre los que adquirió un fuerte des- ción 139b-c). Son los conocidos tazones
arrollo quizá por influjo de la porcelana de «pulimento circular», una de las for-
china. En cualquier caso, el alfarero mas que aprende a distinguir cualquier
israelita recurría a una técnica muy dife- principiante en materia de cerámicas pa-
rente para el acabado de sus vasos más lestinenses. El engobe y el bruñido redu-
finos. Consistía en un engobe que venía cían la porosidad de los vasos, aunque
a ser simplemente una fina capa de ba- ningún tipo de cerámica antigua siro-
rro de la mejor calidad que se aplicaba palestinense es completamente imper-
a pincel o por baño en las partes de la meable, excepto cuando las mismas ma-
vasija que el alfarero deseaba decorar. terias sólidas que contienen el aceite, la
Los mejores engobes eran los consisten- leche o el vino cierran los poros.
tes en barro muy tamizado y rico en La forma más bella lograda por los
contenido de hierro, disuelto en agua alfareros israelitas fue la del «decanta-
hasta darle una consistencia cremosa. Si dor de líquidos» de pulimento circular,
se deseaba obtener un tono rojo intenso, de los siglos VIII-VII (il. 139f). Aunque
se añadía un poco de ocre rojo para ele- en aquella época era una vasija estricta-
var el contenido en hierro. Los israelitas mente utilitaria, en su manufactura se
no añadían apenas decoración a sus cerá- ponía un gran cuidado. Incluso hoy, «se
micas, si se exceptúa la de algunas ban- deben incluir entre los productos verda- ,
das rojas o blancas en la parte superior deramente bellos y de valor ornamen-
de la curvatura de las ánforas o hacia tal» 'S, y en los mejores ejemplares el
la mitad de los jarritos y tinajas. La pulimento tiene tal brillo que a primera
decoración se reducía casi siempre al uso vista da la impresión de un vidriado.
del engobe o al pulimentado. Esta última Las grandes tinajas de almacenamiento
técnica consiste en cerrar bien los poros (il. 1391-m) están hechas con mucha
de la superficie pasando por ella un pu- habilidad; se afirma que «probablemen-
lidor de piedra, hueso o madera una vez te no habría eu Estados Unidos más de
que el barro estaba seco, pero antes de doce personas capaces de hacer este tipo
la cocción. Durante el siglo x y princi- de obras, cuyos tamaños ya no se fabri-
pios del ix esta operación se realizaba can a torno» 16 A comienzos del si-
generalmente a mano con los jarritos, glo viii parece que los reyes de Judá
tinajas y tazones. Después de esa época, se esforzaron por normalizar la capací-
se hacía mientras la vasija giraba en el dad de uno de estos tipos de tinaja. Lo
torno. Si no se aplica un calor excesivo sabemos por las improntas del sello real
en la cocción t°, el pulimento se conser- que se estampaban en las asas cuando el
barro aún estaba fresco, antes de la coc-
u Ibíd., 97. ción de los recipientes (il. 140). Esas
» Cf. íbíd., 105, donde se informa de las
pruebas realizadas para demostrar que un frag-
mento bruñido pierde su aspecto si se vuelve " Ibid., 129.
a cocer a una temperatura de 9701C. '° Ibíd., 136.
ARTES Y OFICIOS 283

vez terminado éste, el vino se guardaba


en jarras de dos batos, que se almácena-
han en otras bodegas cuya temperatura
se mantenía constante a- dieciocho gra-
dos gracias al abrigo de la roca subte-
rránea n.
Además de los tazones de «pulimento
circular», los «decantadores de líquidos»
y las tinajas con improntas del sello real,
había un tipo, muy popular y caracterís-
tico, de jarrito para perfumes con una
sola asa, (il. 139e). Es fácil reconocerlo,
no sólo por su forma, sino también por
ser de color negro, rasgo que resulta
raro en el conjunto de las cerámicas pa-
140. Tinaja de almacenamiento con sello real en las
asas.
lestinenses, que son de color rojo. El co-
lor negro se debe a una sustancia orgá-
nica que arde si se vuelven a cocer estos
vasos a alta temperatura. Se ha sugerido
i mprontas llevan en el registro superior que estos vasos eran sumergidos en le-
las letras lmlk (lam-melek), que signifi- che o en aceite antes de la cocción y que
can «perteneciente al rey», mientras que luego eran ligeramente pulimentados. Al
debajo aparece el nombre de una de cua- aplicárseles en el horno una temperatura
tro ciudades (Hebrón, Zif, Socó y Mem- relativamente baja, este tratamiento les
sat). Parece que la mejor explicación es daría un bello acabado de color negro
la que ofrece F. M. Cross, a saber: que satinado, que después de permanecer si-
las cuatro ciudades están relacionadas glos bajo tierra se ha convertido en ne-
con viñedos reales, cuya producción se gro mate.
recogía en estas jarras selladas, cuyo En las ciudades palestinenses se ha
contenido parece ser de dos batos israe- encontrado cierto número de hornos,
litas, una medida equivalente a unos pero no siempre resulta fácil determinar
veintidós litros. Las jarras, por tanto, si estaban destinados primariamente a
contendrían unos cuarenta y cuatro li- cocer cerámica o a fundir cobre. No es
tros, o algo menos, antes de colocarles i mprobable que sirvieran para ambos
la tapa de barro, que se sujetaba con fines. Una cueva de Meguido parece ha-
bandas de tela. En Gabaón, a unos tre- ber sido usada como taller de alfarería
ce kilómetros al noroeste de Jerusalén; durante los siglos viii y vii. Junto a la
una misión arqueológica dirigida por entrada se hallaban los restos de tres
J. B. Pritcher descubrió indicios de que hornos en forma de U. En uno de ellos,
existía una gran industria privada dedi- los extremos de la U aparecían aún co-
cada a la elaboración del vino. No sólo nectados con una chimenea, mientras
se descubrieron en gran número asas que en otro el interior estaba lleno de
inscritas de cántaros utilizados para guar-
dar el vino, sino que aparecieron tam- " Cf. P. W. Lapp, Late Royal Seals from
bién sesenta y tres bodegas de forma Judah: «Bulletin of the American Schools of
acampanada y excavadas en la roca. En Oriental Research» 158 (1960) 11-22; J. B. Prit-
chard, Industry and Trade at Biblical Gibeon:
algunas de ellas se recogía el mosto du- «The Biblical Archaeologist» 23 (1960) 23-29;
rante el proceso de fermentación, y una cf. también ibíd., 24 (1961) 19-20.
284 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

tinajas dispuestas unas sobre otras y en forma circular y están dotados de largos
varias filas, aún a medio cocer. Tres conductos de inyección que llevan el aire
hornos más, exactamente del mismo tipo, hasta la cámara de combustión. En- el
fueron descubiertos en Tell en-Nasbeh suelo de ésta se colocaban losas de pie-
(¿Mispá? ), a unos trece kilómetros al dra separadas, y sobre ellas apoyaban
norte de Jerusalén. No está claro cómo los crisoles de barro que contenían el
se cocía en ellos la cerámica. Es de supo- cobre. No se trata, probablemente, de
ner, sin embargo, que los vasos se api- hornos de fundición, sino de lugáres
laban en los brazos de la U y que se donde el metal en lingotes se trabajaba
prendía fuego en la boca del horno, si- para obtener piezas a molde. No es inve-
tuada al fondo de la U. Cuando se cerra- rosímil que estos mismos hornos se uti-
ba esta abertura, el tiro de la chimenea lizaran también para cocer cerámica,
arrastraría las llamas y el calor por enci- adaptando convenientemente el tiro y la
ma de la cerámica. intensidad del calor.
En Betsemes se halló un tipo primi- Durante el período israelita ya esta-
tivo de horno, del período de los jue- ban muy avanzadas las técnicas relacio-
ces, consistente en un solo brazo alarga- nadas con el trabajo del oro, el cobre,
do. Estaba hecho de piedra caliza, con el hierro, el plomo y la plata. En cual-
las superficies interiores calcinadas por quier comunidad bastante grande para
el calor. El piso aparecía cubierto de ce- mantenerlos habría obreros especializa-
niza. Si bien pudo utilizarse para cocer dos en las artes de la metalurgia, y en
cerámica, todos los indicios atestiguaban el Antiguo Testamento se nos dan noti-
que ciertamente sirvió para fundir co- cias de un grupo de herreros ambulan-
bre en pequeñas cantidades. El edificio tes, los quenitas, que se unieron en fe-
al que aparecía asociado este horno mos- cha temprana a Israel (Jue 1,16; 4,11;
traba haber estado destinado a la meta- cf. Nm 10,29). Durante milenios fueron
lurgia. Entre las ruinas abundaban los considerados el oro y la plata como me-
restos de escoria y cobre, así como tu- tales preciosos y un medio de compra-
bos de cerámica para la inyección de venta. El beneficio del cobre se inició
aire. El fuego que produce la madera ya en el 4000 a. C., y hacia esas fechas
o el carbón ordinarios al arder no es su- comienza el período que los arqueólogos
ficiente para fundir o moldear el cobre, llaman «Calcolítico». La «Edad del Bron-
a menos que se utilicen también canali- ce», término que los arqueólogos apli-
zaciones de aire o fuelles. Otro horno can al período comprendido entre el
del mismo tipo y situado exactamente 3200 y el 1200 a. C., no es una desig-
debajo del que acabamos de mencionar, nación muy feliz, ya que el metal predo-
anterior en dos siglos, presentaba bolas minante utilizado para la fabricación de
de escoria cristalizada adheridas a las armas e instrumentos era el cobre. No
paredes laterales y óxido verde de cobre sabemos en qué momento aprendieron
en torno al extremo cerrado. Otros hor- los metalúrgicos a endurecer el cobre
nos de un tipo más complicado para la para obtener bronce mediante la adición
fundición del cobre, fechados también de estaño. No es imposible que muchos
en el período de los Jueces, han apare- ejemplares de bronce llegados hasta nos-
cido en Tell Qasile, en las inmediaciones otros estuvieran hechos con mineral pro-
de la moderna Tell Aviv (il. 141), y en cedente de unos depósitos que contenían
Tell Jemmeh, al sur de Gaza, aunque la ya en estado natural la adecuada pro-
fecha de los hornos hallados en este últi- porción de estaño. En el Próximo Orien-
mo emplazamiento no es segura. Tienen te se han descubierto objetos de hierro
ARTES Y OFICIOS 285

fechables ya en el tercer milenio a. C.,


aunque en estos casos el metal procedía
de meteoritos. El complicado proceso de
la fundición y el trabajo de este metal
parece haber sido descubierto por pri-
mera vez -en Asia Menor, probablemente
en la Edad del Bronce tardío (ca. 1500-
1200 a. C..). Los filisteos lo introdujeron
evidentemente en Palestina; ya hemos
hablado antes jcf. pp. 130-32) de la revo-
lución económica que el uso de este me- Sección A-A ( Restauración)
tal a partir de la época de David pro-
vocó en Israel:
Entre los siglos x y VIII, al menos,
una de las más importante fuentes de
aprovisionamiento de cobre y hierro con
que contaba Israel eran las minas del
Wadi Arabá, al sur del Mar Muerto. El
«tueste» preliminar del mineral se lleva-
ba a cabo en pequeños hornos situados Plano del crisol y del conducto de aire
cerca de las minas (il. 87), mientras que
los lingotes para la exportación se pre- 141. Horno para fundir cobre.
paraban en la gran fundición mandada
construir por Salomón en Esyón-Guéber,
cerca del Mar Rojo (il. 112). En Israel,
por consiguiente, los hornos sólo tenían
que fundir de nuevo el metal para fabri-
car los objetos deseados. En el Próximo nas y llevan el correspondiente agujero
Oriente han aparecido muchos bloques en el centro para insertar el mango de
de piedra de distintas épocas con las madera, exactamente igual que las de
formas de diversas armas y herramientas nuestros días. Otros objetos de metal
excavadas en sus costados. Se trata de componen el amplio surtido habitual de
moldes abiertos en que se vertía el me- adminículos que cabría esperar: cinceles
tal y se dejaba enfriar. grandes y pequeños, punzones, agujas,
Las armas comúnmente fabricadas de imperdibles, pinzas, espátulas, bocados
metal eran puntas de flechas, lanzas y de caballo, piezas de armadura, brazale-
jabalinas, espadas y dagas, así como di- tes, ajorcas, cuencos, tazas y sus corres-
versos tipos de hachas de combate. Los pondientes asas, etc. Los cuchillos, en
instrumentos metálicos de uso más fre- general, no pueden distinguirse de las
cuente eran las rejas de arado, las agui- espadas cortas, que aparecen en grandes
jadas, las azadas y azadones (cf. il. 57). cantidades en cualquier excavación dé
El hacha ordinaria consistía en una hoja relativa importancia.
plana con uno de sus extremos afilado, Algunas de estas herramientas se usa-
que se unía con cuerdas al mango. Se ban indistintamente en trabajos de can-
conocía también la doble hacha, así tería o de carpintería, especialmente la
como el zapapico, un hacha-azadón y un azuela y quizá también el hacha. El tra-
hacha-azuela. Algunas de estas herra- bajo de los canteros con aquellos útiles,
mientas combinadas parecen muy moder- sin embargo, se veía facilitado por el
286 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

hecho de que se realizaba casi siempre


en la caliza blanda que forma la costra
rocosa de Palestina. Después del escua-
dramiento de sillares para los edificios,
la tarea más importante de los canteros
consistía indudablemente en la prepara-
ción de sepulcros. Los israelitas, al igual
que hicieran antes que ellos los cana-
neos, utilizaban como tumbas la mayor
parte de las veces las cuevas naturales
que abundaban en las faldas de los mon-
tículos en que se asentaban las vivien-
das o en las laderas de las colinas si-
tuadas en las inmediaciones. Se podía
ampliar estas cuevas, cerrar la entrada
natural y abrir una nueva desde arriba.
Donde no se podía disponer de una cue-
va natural, se cavaban pozos y desde el
fondo de éstos se prolongaba horizon-
talmente la excavación para practicar
cavidades laterales.
Dentro del período israelita, durante 142. Plano de tumba judaíta en Betsemes.
los siglos VIII y VII, las construcciones
en piedra revelan mayor cuidado que en
épocas anteriores. La tumba típica se
excavaba en forma semejante a una casa; por otra parte, tenía un acceso indepen-
se practicaba un acceso horizontal, a ve- diente, lo que parece indicar que se
ces con varios escalones descendentes trataría de una ampliación del plan ori-
(cf. il. 124) que conducían hasta la puer- ginal. Sobre los muros de estas excava-
ta. El frente se esculpía en la roca a ciones son aún visibles las huellas de las
modo de fachada, si bien la abertura que azadas de los canteros.
en ella se practicaba no era más que un Entre los oficios antiguos, el más difí-
pequeño cuadrado en el que luego se cil y exigente era el de los escribas
insertaba, de forma que encajara perfec- (il. 143). Lo incluimos aquí entre las
tamente, un bloque de piedra como ce- artes y los oficios porque, en la Anti-
rramiento. Dos o tres escalones condu- güedad, la escritura era practicada sólo
cen, en sentido descendente, desde la por especialistas. Eran muy pocos los
entrada hasta una cámara, rectangular en que sabían leer y escribir; quien pose-
tres de cuyos lados se habían dejado yera estos conocimientos, salvo raras ex-
unos bancos corridos de piedra a modo cepciones, hacía de ellos su profesión,
de lechos. En Betsemes ha aparecido pues no eran estimados, como en nues-
un complicado mausoleo familiar (ilus- tros días, por sí mismos, sino como un
tración 142). Consistía en un pequeño medio de ganarse la vida. Las tradicio-
patio a cielo abierto excavado en la roca, nes populares pasaban de generación en
al que se llega por una escalinata des- generación y se comunicaban oralmente.
cendente. Desde este patio se penetraba Uría persona educada no había de saber
en cuatro tumbas; con una de ellas es- leer y escribir necesariamente. No cono-
taba conectada una quinta tumba que, cemos exactamente qué indujo a poner
ARTES Y OFICIOS 287

143. Un escriba, con una caja de plumas y tablillas de madera.

por escrito los diversos documentos lite- ca. Correspondencia, contratos, facturas,
rarios del Antiguo Testamento, pero po- memoriales, etc., ocupaban la mayor par-
demos suponer que al menos las grandes te del tiempo a estos especialistas. Unos
colecciones de la tradición histórica y pocos entre ellos conocerían también la
los oráculos de los profetas fueron con- técnica lapidaria y se dedicarían a tallar
signados por escrito únicamente en épo- sellos para los personajes que deseaban
cas de crisis espiritual, especialmente por poner su nombre en los documentos que
el temor de que aquellas tradiciones se «firmaban» (ils. 111, 126-129). También
perdieran en medio de las conmociones sabrían grabar el nombre de los diferen-
y los cambios sociales y políticos. La tes pesos sobre las pequeñas piedras que
mayor parte de los escribas encontraba. se utilizaban para pesar oro y plata en
ocupación en el mundo de los negocios las balanzas. Los mercaderes solían He-
y al servicio de la administración públí- var consigo uno de estos instrumentos
288 LA VIDA COTIDIANA EN ISRAEL

y una bolsa con las correspondientes pie- letras e inventado por los cananeos algo
dras para pesar ( Dt 25,13; Prov 16,11). antes del 1500 a. C. 18
No es probable que Israel contara con A juzgar por los descubrimientos ar-
muchos especialistas capaces de grabar queológicos, hemos de pensar que Israel
inscripciones en grandes estelas y piedras contaba con pocos artistas dedicados a
monumentales, aunque en Egipto y Me- la confección de objetos en que se bus-
sopotamia había verdaderos gremios for- cara ante todo el valor puramente artís-
mados por expertos de este tipo al ser- tico. El interés de los artesanos se orien-
vicio del gobierno y dedicados también taba principalmente a la producción de
al adorno de las tumbas. Los escasos objetos útiles' en los campos de los tex-
ejemplos de inscripciones oficiales que tiles y los tintes, la cerámica y quizá las
hemos hallado en Palestina (la inscrip- industrias metalúrgicas. Hay indicios de
ción de Siloé, il. 123; otra contemporá- experiencias en el modelado de figuritas
nea de la anterior, perteneciente a la de barro, pero éstas rara vez poseen mé-
tumba ; de un primer ministro judaíta, rito artístico. Ello se debe a que nadie
cf. pp. 250-51; un fragmento anterior dedicó el tiempo necesario a perfeccio-
de una estela en que se ha conservado narlas desde el punto de vista estético.
una sola palabra, descubierto en Sama- En los pueblos vecinos se había desarro-
ría) muestran un tipo de escritura que llado el arte de modelar como un oficio
evidentemente estaba muy próximo del ligado a los templos y especializado en
que se usaba en los documentos oficia- la representación de los dioses. En Israel
les. No parece que hubiera un tipo de no había posibilidad alguna de utilizar
letra especial para las inscripciones gra- un elemento material para representar a
badas en piedra. Dios o a otros seres divinos subalternos.
En Ez 9,2 aparece el escriba como un En consecuencia, no había una industria
individuo «vestido de lino, con el recado de fabricación de ídolos. que diera a los
de escribir al costado»; es decir, que artistas la oportunidad de perfeccionar
vestía una larga túnica de lino y llevaba sus aptitudes en la confección de figuras
una caja para guardar los útiles de escri- de barro, piedra o cobre. Ciertamente,
tura sujeta en la faja o ceñidor. En la abundaban. las figuritas de la diosa ma-
caja había plumas de caña y tinteros. dre cananea (il. 72), como las represen-
Durante el período israelita, en Pales- taciones de animales y sobre todo de
tina se escribía sobre papiro, pieles de jinetes (éstos especialmente en los si-
animales, planchas de madera y fragmen- glos vIII-VII). Pero se trata de una pro-
tos de cerámica. Son muy raros los ejem- duccíón en masa y poco esmerada. Las
plares de tablillas de barro, al estilo de cabecitas de la diosa se hacían a molde
Mesopotarnia, con signos cuneiformes y luego se fijaban a un pequeño cilindro
(il. 17), e indudablemente son obra de de barro. En ocasiones se observan pro-
extranjeros. El término hebreo que signi- ductos confeccionados con moldes bien
fica libro (sepher) se refiere general- hechos, pero habitualmente éstos eran
mente a un rollo de cuero o papiro, con- muy rudos o se estropeaban por el uso
feccionado a base de unir varias hojas repetido.
hasta llegar a la longitud deseada (con-
fróntese fi. 157). El texto se escribía en ". El orden y el número originales de las
columnas sobre los rollos (cf.. Jr 36,23); letras han sido descubiertos en dos abecedarios
los israelitas tenían veintidós consonan- aparentemente iguales de Ras Shamra, en Siria
septentrional; cf. W. F. Albright, «Bulletin of
tes tomadas de un alfabeto consonántico the American Schools of Oriental Research»
original compuesto de treinta y siete 118 (1950) 12-14; ibíd. 119 (1950) 23-24.
ARTES Y OFICIOS 289

Los orfebres israelitas produjeron la mal alado con cabeza de ave) son los
usual variedad de artículos en oro, plata, temas más frecuentes.
hueso y piedra destinados al adorno per- Una razón de la relativa escasez de
sonal. Sin embargo, hasta ahora no han las obras de arte israelita podría ser el
aparecido ejemplares que puedan califi- hecho de que esta sociedad no estaba
carse de excepcionales y que ilustrarían estratificada en las principales ciudades
una obra realmente meritoria. Lo mejor en el mismo grado que ocurría en las
de la producción artística en Israel du- culturas paganas. Para que florezca el
rante los siglos ix y viii serían los mue- gran arte es necesario que haya patronos
bles de madera con incrustaciones o cha- ricos que lo impulsen y lo paguen. El
pados de marfil. Los marfiles de Samaría país israelita no era rico, y la impresión
(cf. fi. 102), utilizados para estos traba- que nos producen las ciudades de Israel,
jos, debían de ser obras de arte exqui- como Betel y Tell en-Nasbeh (¿Mispá? )
sitas, delicadamente talladas con una al norte de Jerusalén, o Deber y Bet-
gran variedad de motivos florales y ani- semes al oeste y sudoeste, es que los
males estilizados. Se enriquecían me- recursos disponibles estaban muy amplia-
diante el embutido de plaquetas de oro, mente repartidos. En las áreas que se
vidrio, lapislázuli y otras piedras colo-
readas. Su estilo y temas son egipcios, extendían. al margen de Jerusalén y Sa-
pero, como sabemos por diversas series maría no se daba una concentración de
de estas obras artísticas, el trabajo es la riqueza y el poder en manos de unos
sirio. De ahí que no pueda decirse que pocos. En consecuencia, no hay grandes
estos marfiles son una muestra del arte palacios que los arqueólogos puedan ex-
israelita; serían importados por los reyes cavar, excepto las residencias oficiales,
de Samaría o fabricados allí mismo por y son precisamente los yacimientos de
artífices extranjeros. ese tipo los que suelen proporcionar las
Entre el 3500 y el 1500 a. C., una vistosas piezas que se exhiben en los
parte de los artesanos más hábiles del museos. Podemos decir, por consiguien-
Próximo Oriente estaba dedicada a la te, que la cultura israelita era mucho
talla y grabado de sellos; después de la más democrática en la administración de
última fecha citada, el nivel artístico de sus recursos que, otras sociedades con-
estas piezas decae rápidamente. Los se- temporáneas, y ue este mismo hecho
llos israelitas son probablemente adapta- es uno de los factores que impedían el
ciones de ejemplares cananeos o fenicios. desarrollo de un gran arte en un país
Estos, a su vez, se basaban en el tipo realmente pobre. Todos estos hechos
egipcio de escarabeo-sello, y muchos de pueden resultar desalentadores para el
los motivos tallados por los lapidarios arqueólogo empeñado en la búsqueda de
eran, asimismo, de origen egipcio (ils. 111 objetos preciosos. En todo caso, sin em-
y 128). Los sellos israelitas muestran bargo, Israel nunca podría aspirar a ser
una mezcla de elementos sírios y egip- recordado por sus obras de arte, ya que
cios; el león, el querubín (un león alado la aportación que estaba llamado a hacer
con cabeza humana) y el grifo (un ani- a la civilización era de otro tipo.
BIBLIOGRAFIA

La mejor fuente de datos para el estudio ling, Biblisches Reallexikon (Handbuch zum
de los temas tratados en este capítulo se ha- Alten Testament I; Tubinga 1937); A. Lucas,
llará en las memorias de las excavaciones y en Ancient Egyptian Materials ( Londres 1926);
los estudios dedicados a las piezas aparecidas. R. J. Forbes, Metallurgy in Antiquity ( Leiden
Cf. especialmente W. F. Albright, Tell Beit 1950); F. S. Bodenheimer, Animal Life in
Mirsim III. The Iron Age ( Annual oí the Palestine (Jerusalén 1935); Everyday Life in
American Schools of Oriental Research 21-22; Ancient Times ( Washington 1951); G. Con-
New Haven 1943). Por otra parte, no hay un tenau, La Civilization Phénicienne ( París
estudio de conjunto, detallado y puesto al día, 21949); J. B. Pritchard, Ancient Near East in
de estos temas. Los diccionarios bíblicos de Pictures Relating to the Old Testament ( Prin-
tipo medio, especialmente la obra de Made- ceton 1954); E. W. Heaton, Everyday Life in
leine S. y J. L. Miller, Encyclopedia of the Old Testament Times ( Londres y Nueva York
Bible Lije ( Nueva York y Londres 1944) y el 1956).
Harper's Bible Dictionary ( Nueva York 1952),
pueden resultar útiles si se manejan con cui- Quizá la obra más importante en este terre-
dado. Hay una variedad de asuntos para cuyo no es aún la de G. H. Dalman, Arbeit und
estudio pueden prestar una buena ayuda los Sitte in Palestina (7 vols.; Gütersloh 1928-42).
volúmenes de la revista «The Biblical Archaeo- [ Dos obras fundamentales sobre el tema
logist» (cf. índices en cada quinto volumen, continúan siendo las de Johns-Pedersen, Israél,
al final). its Life and Culture, 2 vols. (Oxford 1926-
Además de estas obras, cf. también A. Rei- 1940), y S. W. Baron, Histoire d'Israél, vie
fenberg, Ancient Hebrew Arts ( Nueva York sociale et religieuse, 5 vols. (París 1957-1964).
1950); obra interesante sobre todo por sus lá- Es excelente en su sencillez la reciente de
minas; W. F. Albright, La arqueología de Pa- A. Chouraqui, La vie quotidienne des Hébreux
lestina ( Barcelona 1962) caes. 8 y 9; K. Gal- au temas de la Bible (París 1971).
CAPITULO XII

EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO


Os envié una catástrofe como la de Sadoma y Gomorra, y
fuisteis como tizón salvado del incendio (Am 4,11).
Que el Señor te reprima, oh Satán, que el Señor te reprima,
el Señor que ha elegido a Jerusalén. ¿No es éste un tizón salvado
del incendio? (Zac 3,2).

El título de este capítulo, tomado de LA COMUNIDAD PALESTINENSE


los versículos que acabamos de citar, vie- ENTRE LOS SIGLOS Vi Y IV
ne a ser un símbolo de la comunidad
judía que se fue formando lentamente a Nabucodonosor destruyó Judá de ma-
lo largo de los siglos vi y siguientes. Al nera tan espantosa que habrán de pasar
igual que el sumo sacerdote Josué, al que muchos años antes de que el país empie-
se refiere el profeta Zacarías, la nueva ce a dar señales de recuperación. De he-
comunidad era ciertamente un tizón re- cho, la vuelta a la antigua prosperidad
quemado, pero que, en el último mo- fue muy lenta, prolongándose este pro-
mento, fue salvado del incendio que esta- ceso a lo largo de tres siglos. Por otra
ba a punto de consumirlo por completo. parte, la nueva comunidad judía se esta-
Los datos arqueológicos que ilustran el bleció no en la totalidad de sus antiguos
período posexílico e intertestamental, sin territorios, sino en una zona relativa-
embargo, son menos abundantes que mente pequeña en torno a la ciudad de
para las etapas anteriores. En consecuen- Jerusalén.
cia, a lo largo de este capítulo no nos Al norte de Jerusalén son cuatro las
limitaremos a revisar los principales des- ciudades en que aparecen indicios de ha-
cubrimientos que guardan relación con ber sido ocupadas continuamente a lo
la historia de la comunidad entre los si- largo del siglo vi. Esto viene a corrobo-
glos vi y i a. C., sino que además anali- rar lo que se deduce del relato de 2 Re,
zaremos brevemente varios datos que a saber: que Nabucodonosor centró su
vienen a ilustrar el desarrollo de la lite- acción destructora en Jerusalén y Judá,
ratura sagrada de la comunidad, ya que dejando intacta las zonas situadas más
es. precisamente en este período cuando al norte. Esta ciudades son Tell en-
aquellos textos recibieron su redacción Nasbeh (¿Mispá? ), Betel, Samaría y Me-
final. guido. Ninguna de ellas ha dado en las
292 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

excavaciones objetos o restos arquitectó- a lo largo de menos de cuarenta kilóme-


nicos de especial importancia correspon- tros por la comarca montañosa central
dientes a esta época ni aparecen en ellas desde varios kilómetros al norte de Jeru-
indicios de una economía vigorosa. Lo salén hasta Betsur, al norte de Hebrón.
cierto es que una porción del montículo En el 440 a. C. se estimó que su pobla-
de Samaría parece haber sido intenciona- ción no llegaba a los 50.000 habitantes
damente recubierta de tierra extraída de ( Neh 7,66ss); por otra parte, aquellos
las colinas cercanas para plantar frutales hombres se hallaban rodeados de unos
o vides. Betel fue destruida y abandona- vecinos hostiles que constituían una se-
da poco antes del año 500 a. C., pero ria amenaza. El hecho de que la comu-
no sabemos a ciencia cierta quién pudo nidad pudiera establecerse se debió a la
ser el autor de tal devastación. La ciu- nueva política iniciada por el soberano
dad fue repoblada después y siguió habi- persa, Ciro, con respecto a los pueblos
tada durante el período romano. Tell vasallos. En una inscripción pública man-
en-Nasbeh y Meguido no fueron destrui- dada hacer en Babilonia después de la
das hasta el siglo iv, en que fueron caída de la ciudad en el 539 a. C., Ciro
abandonadas, pero tampoco en este caso hace saber cómo se apoderó de la ciudad
conocemos quién pudo ser el responsa- y lo que hizo después de tomarla. Afir-
ble. De todas las ciudades excavadas en ma que Marduk, el señor de los dioses
Palestina, Samaría es la única que ha re- de Babilonia, estaba enojado a causa de
velad¿ una ocupación continua a lo largo las impiedades en que había incurrido el
de todo el período que comprende la caí- rey del país (Nabonido) Z. Este era un
da de Jerusalén, el período intertestamen- «ser enfermizo» que se entremetía inde-
tal y la época del Nuevo Testamento'. bidamente en los asuntos religiosos, que
No es de extrañar, por consiguiente, que divulgaba plegarias incorrectas e inte-
nuestros conocimientos arqueológicos so- rrumpía el ciclo normal de los sacrificios
bre los períodos posexílico e intertes- y había llegado a convertir el culto de
tamental sean tan fragmentarios. Este Marduk en una abominación. El dios
mismo hecho es además un testimonio buscó en todos los países un «gobernan-
elocuente de las dificultades y privacio- te justo», y eligió a Ciro y lo estableció
nes que hubo de soportar la diezmada como señor del mundo. Como consecuen-
población. Sólo hay una etapa de la his- cia de ello, Ciro pudo entrar en Babilo-
toria del país que pueda compararse con nia sin necesidad de combatir, salvó a la
ésta, y es la anterior a Abrahán, cuan- ciudad de una catástrofe y dirigió inme-
do aquellas tierras aún no habían sido diatamente toda su atención a la tarea
ocupadas por una población estable de aliviar los sufrimientos del pueblo.
(ca. 2400-1900 a. C.). Puso fin a la política de deportaciones
Al establecerse una nueva comunidad que anteriormente habían seguido los so-
judía durante los siglos vi-v, sólo ocupó beranos asirios y babilónicos, que obliga-
una zona muy reducida que se extendía ban a las poblaciones sometidas a esta-
blecerse en nuevos territorios, lejos de
sus países de origen. Ciro afirma que
' La gran ciudad de Guézer, situada en las
laderas que se extienden entre Jerusalén y
Joppe, en la costa mediterránea, estuvo habi- ' El Baltasar del libro de Daniel (cap. 5)
tada durante la mayor parte de este período era hijo de este monárca y gobernante virtual
hasta que fue abandonada hacia 100 a. C. Las en lugar de su padre, que dedicaba toda su
memorias de las excavaciones7`sin embargo, no atención a los asuntos religiosos. El hijo no
son del tipo que suele proporcionarnos la in- llegó verdaderamente a ser rey, como podría
formación detallada que desearíamos. deducirse del libro de Daniel.
LA COMUNIDAD PALESTINENSE ENTRE LOS SIGLOS VI Y IV 293

reunió a todos los antiguos habitantes 2-4, en cambio, era de otro tipo y tenía
de los diversos países («les devolví sus una finalidad distinta. Era una proclama
moradas»), reedificó sus santuarios y les regia difundida por todo el Imperio y
entregó las imágenes de sus dioses que dirigida a todos los judíos. Si bien la co-
les habían sido quitadas s. rrespondencia y los documentos oficiales
Estas noticias nos permiten situar el solían hacerse en arameo, las proclamas
retorno de los exiliados en Babilonia con verbales habían de ir necesariamente en
mayor exactitud en su contexto propio. el idioma de los destinatarios. Cuando
Esd 1,2-4 y 6,3-5 nos ha conservado dos Esd 1,2 nos habla de «una proclama por
relatos del decreto en que Ciro permitió todo su (de Ciro) reino», hemos de ima-
el regreso a Jerusalén y la reconstrucción ginarnos a los heraldos del rey difun-
del templo. El segundo está en arameo diéndola de viva voz y mediante carteles
y ha sido considerado generalmente más en todos los lugares en que se hallaban.
digno de confianza que el primero, que establecidos los exiliados judíos, ya que
está en hebreo, aunque algunos ínvesti- ésta era la forma acostumbrada de pu-
gadores se inclinan a dudar de la auten- blicar las proclamas regias. En este de-
ticidad de los dos. Recientemente ambos creto se limita Ciro a decir qué Yahvé,
documentos han sido objeto de un cui- el Dios del cielo, le ha dado todos los
dadoso estudio a la luz de cuanto hemos reinos de la` tierra y le ha encomendado
llegado a saber acerca de los decretos re- reconstruir el templo de Jerusalén. Por
gios en el mundo antiguó, especialmente consiguiente, todos los que pertenezcan
en tiempos del Imperio persa °. Resulta- al pueblo de- Yahvé y lo deseen pueden
do de estos estudios ha sido la convic- retornar a Jerusalén, mientras que quie-
ción de que no hay motivos para dudar nes prefieran quedarse donde están ha-
de la autenticidad sustancial de ninguno brán de prestar su asistencia a los que
de los dos documentos. El segundo lleva retornen y darles lo que necesiten.
el título explícito de dikrona, un térmi- Algunos han objetado que no es admi-
no oficial arameo para designar un me- sible el estilo que se atribuye al decreto,
morial en que se consignaba una deci- ya que Ciro no se había convertido al
sión oral del monarca y que ponía en Dios de Israel, y resulta difícil imaginar
marcha una acción administrativa. No que se expresara de semejante forma
estaba destinado a la publicación, sino (cf. Is 5,4). Lo cierto es, sin embargo,
para que lo tuviera a la vista el funcio- que así acostumbraba a hacerlo. Ya he-
nario correspondiente, después de lo mos visto cómo en la inscripción de Ba-
cual era depositado en los archivos ofi- bilonia el rey dice acerca de -Marduk
ciales. Según Esd 6, fúe hallado en el virtualmente lo mismo que con respecto
edificio de los archivos imperiales de a Yahvé en el documento bíblico. De
Ecbatana, donde sabemos que Ciro tuvo hecho, el rey o la oficina que redactó la
su residencia durante el verano de su proclama contaría con la colaboración de
primer año de reinado (538 a. C.). un asesor judío, y éste se hallaría al tan-
El documento hebreo citado en Esd 1, to de lo que un gran profeta proclamaba
por entonces allá en Judea (confróntese
' Cf. J. B. Pritchard (ed.), Ancient Near Is 45,1ss). En cualquier caso, la menta-
Eastern Texts, 315-16. lidad pagana de la proclama regia queda
' Cf. especialmente E. J. Bickerman, The patente en la frase que identifica a Yah-
Edict of Cyrus in Ezra 1: «Journal of Biblical vé: «el Dios que está en Jerusalén»
Literature» 64 (1946) 249-75; R. A. Bowman,
Ezra and Nehemiah, en The Interpreter's (cf. Esd 1,3). Ningún yahvista conven-
Bible 111, 570-73, 613-16. cido hubiera utilizado esta expresión tan
294 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

144. Tumba de Darío 1 en Nagsh-PRustam, Irán.

145. Persépolis. Escalinata monumental en piedra. Siglos vi-v a. C.


LA COMUNIDAD PALESTINENSE ENTRE LOS SIGLOS VI Y IV 295

típica de un ambiente politeísta. Los he- saba demasiado, fue pronunciado unos
breos nunca habían aplicado antes de dos meses después de la sublevación de
esta época a Yahvé el título de «Dios Babilonia, encabezada por un hombre
del cielo», ya que los cananeos y los ara- que se hacía llamar Nabucodonosor. Los
meos se servían comúnmente del mismo trabajos se iniciaron de hecho un mes
para designar al gran dios de la tempes- más tarde. El segundo oráculo de Ageo
tad (Baal o Hadad). Sin embargo, duran- ( Ag 2,1ss), de unos dos meses después,
te el período persa se generalizó, quizá exulta ante la perspectiva del inminente
porque los mismos persas lo populariza- hundimiento de Persia y el resurgir
ron como inofensivo y aceptable para la del Estado judío; en su cuarto oráculo
mayor parte de los pueblos sometidos, ( Ag 2,20ss), fechado en diciembre, cuan-
hacia los que Ciro siempre se mostró do aún parecía que la sublevación de Ba-
respetuoso y lleno de tacto s. bilonia tenía éxito, el profeta afirmó
Durante el siglo vi los nuevos dirigen- explícitamente que el trono imperial se-
tes políticos de Judea fueron descendien- ría derribado, al mismo tiempo que daba
tes de la dinastía davídica, y ello hizo a entender que Zorobabel era el ungido
que muchos judíos concibieran esperan- del Señor. Casi todos los oráculos de
zas de una restauración política en un Zacarías son posteriores; en ellos se re-
Estado gobernado por reyes de la casa fleja la situación que siguió al triunfo
de David. El jefe del primer grupo que absoluto de Darío sobre sus enemigos,
regresó del cautiverio fue un cierto Ses- cuando la postura ambigua mantenida
basar, un nombre claramente babilónico por los judíos durante los años anterio-
(Sin-ab-usur o Samas-ab-usur), y al que res era lógicamente objeto de una minu-
las genealogías parecen atribuir la condi- cíosa investigación por parte de las auto-
ción de hijo del exilíado rey Joaquín, rídades de Persia» 6.
aunque lo extraño de su nombre hizo No sabemos si Zorobabel fue remo-
que su pronunciación se fuera corrom- vido de su cargo, pero está claro que
piendo (1 Cr 3,17-18: «Senasar»). Ha- ocurrió algo cuyas consecuencias fueron
cia 522 a. C., sin embargo, su puesto que las esperanzas de los judíos en la
estaba ocupado por su sobrino Zoroba- restauración de la dinastía davídica se
bel, o Zer-Babil («Retoño de Babilonia», vinieron abajo. A partir de este momen-
un nombre frecuente en aquel país). to, la provincia palestinense de Judea
La situación entre el 520 y 515 a. C., estuvo gobernada, en cuanto a los asun-
años en que fue reconstruido el templo tos internos, principalmente por los su-
de Jerusalén, sólo se aclara teniendo en mos sacerdotes, aunque la política a se-
cuenta las sublevaciones que por todos guir era dictada por un gobernador que
los rincones del Imperio surgieron cuan- nombraba la corte persa. El más famoso
do subió al trono Darío el Grande en de estos gobernadores fue Nehemías, un
el 522 a. C. (ils. 144-145). El profesor laico judío que había llegado a ocupar
Albright reconstruye aquella situación un puesto oficial en la corte de Artajer-
como sigue: jes I (465-424 a. C.) y que desempeñó
«El primer oráculo del profeta Ageo, sus funciones oficiales en Jerusalén du-
pronunciado afínales de agosto del 520, rante el tercer cuarto del siglo v. Reedi-
en que urgía a los hombres de Judea ficó los muros de la ciudad y emprendió
para que pusieran más ánimo en la re-
construcción del templo, que ya se retra-
W. F. Albright, The Biblical Period, en
L. Finkelstein (ed.), The Jews, Their History,
5
Cf. R. A. Bowman, ibíd., 572. Culture and Religion I (Nueva York 1949) 50.
296 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

cierto número de reformas. A partir de racteres hebreos. La tercera clase de se-


entonces, y durante el resto del siglo iv, llos lleva simplemente el nombre Yehud
la provincia disfrutó de un estatuto se- dentro de un círculo o un óvalo, sin nin-
miautónomo, con un régimen sacerdotal gún otro símbolo adicional (il. 146c). En
semejante al de Hierápolis, ciudad del este grupo la escritura ya no va en antí-
norte de Siria, con derecho a percibir guos caracteres, sino en el primitivo es-
i mpuestos y acuñar su propia moneda. tilo arameo de Palestina. Esto nos sugie-
re que durante los siglos v y iv estaba
en trance de abandonarse la antigua es-
critura y se adoptaban los caracteres ara-
meos, más recientes. En otras palabras:
el estilo de la escritura fue cambiando
al mismo ritmo que el idioma común-
mente hablado. En adelante, el hebreo
se hablaría únicamente en ciertos grupos
reducidos y conservadores, mientras que
la mayor parte de los judíos adoptaba el
idioma hablado en todo el Imperio per-
sa, es decir, el arameo. El cuarto grupo
de sellos consta de veintiocho ejemplares
aparecidos en Tell en.-Nasbeh, trece kiló-
metros al norte de Jerusalén, y de uno
procedente de Jericó. Las letras de las
improntas son en este caso msh, y la
forma de la escritura es idéntica a la del
tercer grupo (il. 146d). El significado
146. Sellos de la provincia de Judea. de estas letras, sin embargo, es un mis-
terio. Se ha sugerido que se trata de una
Una de las fuentes de información abreviatura de Mispá, ciudad que debía
acerca de este punto ha sido el descubri- de hallarse en el mismo emplazamiento.
miento de cuatro grupos de improntas que Tell en-Nasbeh o en sus cercanías,
sobre asas de jarras fechadas en los si- y que, según Neh 3,7, parece haber go-
glos v y iv (il. 146). El primer grupo zado de un estatuto especial en la admi-
tiene las consonantes de la palabra nistración persa. Recientemente, sin em-
Yehud bargo, una sugerencia más convincente
(la forma aramea oficial de « "Ju-dea») junto con un monograma consis- interpreta el rótulo como nombre de una
tente en una cruz dentro de un círculo ciudad, Mosá (cf. Jue 18,26), al noroeste
(i1. 146a). Este mismo monograma apa- de Jerusalén'. La aparición de estas im-
rece en documentos egipcios contempo- prontas de Judea, Jerusalén y el lugar
ráneos (cf. infra), pero allí sigue a las que esté representado por las letras msh
palabras lam-melek, «pertenecíente al sugiere la existencia de una floreciente
rey», lo que indica su carácter oficial. ' H. L. Ginsberg, «Bulletin of the Ame-
Un segundo grupo de improntas presen- rican Schools of Oriental Research» 109, 21-22.
ta una estrella dentro de un círculo. El autor explica la situación especial de Mispá
Entre las puntas de la estrella se leen como sigue: «Al parecer, era posesión de la
las letras que componen el nombre de Corona, y sus ingresos pasaban enteramente a
la hacienda privada del sátrapa de Transpo-
«Jerusalén» (il. 146b). Ambos grupos tamia.» Sin embargo, cf. N. Avigad, «Israel
presentan una escritura en antiguos ca- Exploration Journal» 8 (1958) 113-19.
LA COMUNIDAD PALESTINENSE ENTRE LOS SIGLOS VI Y IV 297

industria vinícola, con la que estarían


relacionadas estas vasijas selladas. Tam-
bién es posible qué el primer grupo sir-
viera como medida-patrón de capacidad.
Antes del período persa las sumas de
dinero en oro y plata se determinaban
pesando los metales en unas balanzas.
El metal amonedado hace su aparición
en el siglo v a. C. Los griegos fueron
los primeros en resolver el problema de
los intercambios mediante la invención
de la moneda, y pronto la copiaron los
persas. De hecho, algunas de las prime-
ras monedas asiáticas llevan la lechuza
de Atenea y se inspiran en el dárico
griego, lo que indica con suficiente clari-
dad cuál fue el modelo imitado. Durante 147. Moneda judía del siglo iv.
la segunda mitad del siglo v, y a lo largo
del siglo iv, aparecen en Judea monedas
con inscripción en hebreo (fi. 147). Mu-
chas de ellas llevan las letras que com- El Imperio persa estaba organizado
ponen el nombre de la provincia, en una serie de grandes unidades admi-
Yehud s. La más conocida, conservada nistrativas, las satrapías. Judea era una
en el Museo Británico, ostenta una ins- pequeña provincia de la quinta satrapía,
cripción que fue leída erróneamente que abarcaba los territorios de Siria y
Yahu (= Yahvé); también se creyó que Palestina, y recibió el nombre de «más
presentaba una imagen del Dios de Is- allá del río» (Transpotamia). Los veci-
rael bajo los rasgos del Zeus griego`. La nos más próximos de Judea eran la pro-
existencia de estas monedas indica que vincia de Samaría al norte, la de Amón
la provincia de Judea obtuvo una nota- al este del Jordán, la de Asdod a lo
ble autonomía local, con derecho a hacer largo de la costa meridional y la de
sus propias acuñaciones. Por otra parte, Arabia (conocida más tarde como Idu-
cuando el crónista hacía diversas refe- mea) directamente al sur. Judá pudo
rencias al dárico (1 Cr 29,7; Esd 2,69; constituirse en provincia gracias al decre-
8,27; Neh 7,70-72), podemos pensar que to real y por obra de los exiliados que
se trataba de una moneda que le era regresaron, pero en este proceso se vio
bien conocida. Estas referencias no peca- constantemente estorbada por sus veci-
ban de anacrónicas, como algunos han nos, especialmente por Samaría, que, evi-
creído, si exceptuamos el pasaje de 1 Cr dentemente, aspiraba a poner bajo su
29,7, en que el autor utiliza este térmi- dominio a Jerusalén. Los mismos judaí-
no en relación con una época en que la tas que no habían marchado al exilio
moneda aún no era conocida, aunque lo
hace simplemente para sugerir el peso Society» 14 (1934) 178ss; W. F. Albright,
o el valor de los dones ofrecidos al Light ,on the Jewish State in Persian Times:
templo. «Bulletin of the American Schools of Oriental
Research» 53 (1934) 20-22.
' Cf., por ejemplo, A. T. Olmstead, History
Cf. E. J. Sukenik, Paralipomena Palaesti- o/ Palestine and Siria ( Nueva York y Lon-
nensia: « Journal of the Palestine Oriental dres 1931) 620 y referencias.
29 8 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

ban probablemente muy adornados y en


ellos se incluiría el empleo de columnas;
algunas de las estancias del edificio te-
nían puertas y techos cubiertos con bó-
vedas de cañón. Estas bóvedas estaban
construidas por el mismo sistema que
con tanta profusión aplicarían más tarde
los romanos en sus construcciones por
todo el Próximo Oriente. No lejos del
palacio había un pequeño templo que
siguió en uso durante algún tiempo y
que no fue destruido hasta el siglo ii
antes de Cristo, cuando los judíos recu-
148. Maqueta de residencia nobiliaria. peraron el dominio sobre aquella loca-
lidad.
El Museo de Brooklyn adquirió recien-
eran opuestos a los recién llegados (Es- temente una pequeña colección de vasos
dras 4,4-5). La mayor tensión se produ- de plata. Se afirma que esos objetos fue-
jo en tiempos de Nehemías (después de ron hallados en la localidad de Tell el-
445 a. C.), siendo gobernador de Sama- Maskhutah (la bíblica Sucot), cerca del
ría Sanbalat; Tobías de Amón y Gué- Canal de Suez, en Egipto. Tres de los
sen de Arabia. Nehemías, sin embargo, vasos llevan inscripciones en arameo en
describe cómo logró desbaratar sus intri- que se dice que hán sido consagrados a
gas (Neh 2,19-20; 4; 6). El nombre de la diosa de Arabia del norte, Han-'Allat.
Sanbalat, de origen babilónico (Sin- Todos los nombres mencionados, con
uballit), aparece en documentos de, la excepción de uno, son norarábicos. Hay
época hallados en una comunidad judía uno que tiene especial interés: «Qainu,.
establecida en Egipto (cf. infra). Gué. hijo de Guésen (Gusam), rey de Que-
sen es mencionado en una inscripción dar». Tenemos aquí, por consiguiente,
de aquella época hallada en Hegra, Ara- una segunda referencia a Guésen fuera
bia'. Es posible que tuviera una de sus de la Biblia. Se acumulan las pruebas
residencias en Laquis, ciudad situada cerca de que el territorio gobernado por su di-
del extremo noroccidental de su provin- nastía era muy extenso e incluía el sur
cia (il. 148). Por las excavaciones sabe- de Judea, en que destacaba el centro de
mos que en el siglo v fueron reconstrui- Laquis, la antigua demarcación de Edom,
das en aquella ciudad las viejas murallas el norte de Arabia, el Sinaí y una parte
y la puerta judaítas, destruidas por Na- del Delta del Nilo.
bucodonosor, y que sobre las ruinas del Tobías de Amón, al igual que San-
antiguo palacio del gobernador judaíta balat, procedía de una familia que era,
se erigió una hermosa residencia. La ar- al menos nominalmente, yahvista, es de-
quitectura palestinense adquiere en ella cir, que adoraba al Dios de Israel. La
nuevos elementos introducidos probable- historia de esta familia puede seguirse
mente a partir de Mesopotamia. Los dos hasta comienzos del siglo ii, cuando
accesos principales al patio interior esta- muere su último representante. Procedía
de `Araq el-Emir, al norte del río Ya-
boc, en Transjordania, donde han apare-
'° Cf. R. A. Bowman, op. cit., 681-82 y cido las ruinas de un hermoso palacio
referencias. de estilo helenístico (il. 149); fue evi-
LA COMUNIDAD PALESTINENSE ENTRE LOS SIGLOS VI Y IV 299

dentemente construido por el último go-


bernador con que contó esta familia,
entre el 200 y el 175 a. C. A poca
distancia del palacio hay un grupo de
tumbas excavadas en la roca. En dos de
ellas - aún puede leerse, profundamente
grabado en la roca, el nombre de «To-
bías». No está claro si se trata del
Tobías contemporáneo de Nehemías o
de uno de sus descendientes; los inves-
tigadores andan divididos en sus opinio-
nes. Sabemos que en los comienzos del 149. Palacio de Tobías, Transjordania.
siglo iii había un gobernador amonita
perteneciente a esta familia que llevaba
el mismo nombre, pues se ha recuperado cen ornados de una fina decoración con
una carta escrita por él. Fue enviada a temas propios del desierto, especialmen-
Zenón, un funcionario al servicio del go- te palmeras, camellos, cabras monteses,
bierno egipcio de Tolomeo Filadelfo asnos salvajes y antílopes. Objetos simi-
(285-246 a. C.), y en ella se afirma que lares han aparecido en el sur de Arabia,
Tobías envía al rey cierto número de y en uno de ellos se encontraron aún
animales, entre ellos caballos, perros y restos del aromático incienso. Los altares
camellos. más tardíos del mismo tipo ostentan lis-
Entre los pequeños objetos hallados tas de las diversas clases de incienso. El
en las excavaciones de Palestina corres- sur de Arabia era la zona abastecedora
pondientes a este período, los más inte-
resantes son los vasos importados de
Grecia (il. 150). El arte de Atenas ha-
bía alcanzado sus más altas cimas en ar-
quitectura, literatura, pintura y decora-
ción durante el siglo v; la cerámica
decorada griega es la más bella que ja-
más haya producido la raza humana. Ha-
cia el 500 a. C. o poco -antes, todos los
pueblos de la costa asiática occidental
comenzaron a adquirir de los mercaderes
griegos aquellos codiciados objetos; sus
fragmentos aparecen hoy en casi todas
las ruinas de las casas que sirvieron de
vivienda a las familias acomodadas (con-
fróntese la lucerna griega de la fi. 155b).
Había un floreciente comercio con el
sur de Arabia, que encontró una salida
a lo largo de la costa meridional de Pa-
lestina. Lo sabemos por el descubrimien-
to de pequeños altares de piedra caliza
para quemar incienso. Son bloques cua-
drados con_ cuatro pies cortos y una con-
cavidad en lo alto. Los costados apare- 150. Anfora griega (Samaria).
300 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

del mejor incienso, y en esta época su bable, por consiguiente, que estos obje-
comercio con Siria, Palestina y Egipto tos de plata representen una nueva
hábía alcanzado su punto culminante. dirección hacia la que se orientaban los
Los albergues caravaneros jalonaban la artistas.
larga ruta, de unos 2.400 kilómetros,
que unía el país de las especias con el
Mediterráneo. La conquista árabe de EXILIADOS EN MESOPOTAMIA
Edom y el sur de Palestina abrió a este Y EGIPTO
comercio unas puertas más anchas que
nunca. El profeta Ezequiel era uno de los
Finalmente, entre los objetos de arte desterrados en Babilonia. Vivió en la
podemos mencionar también algunos va- ciudad de Tel-abib, junto al río Quebar,
sos de plata, extraordinariamente bellos o en las inmediaciones de aquélla. El río
y delicados, de esta misma época que era en realidad uno de los grandes cana-
han sido descubiertos en Guézer y Sha- les que servían para el riego; los babi-
ruhen (Tell el-Far'ah), al sur de Pales- lonios le daban el nombre de Kabar. No
tina. Una forma típica es el tazón y el sabemos exactamente dónde se hallaba
cuenco de plata con decoración agallo- Tel-abib, pero el nombre suena a babiló-
nada, el segundo provisto además de un nico, til-abubu, y significa «montículo
asa en forma de muchacha desnuda de la inundación». En esta época son
(cf. il. 151). Estas producciones artísti- muy frecuentes los nombres de ciudad
cas parecen haber sido típicas de todo que empiezan por til (en hebreo, tel, alu-
el Imperio persa; su centro principal pa- sivo al «tell», o montículo resultante de
rece situarse en Siria. En épocas anterio- la acumulación de escombros debidos a
res, los cananeos habían aplicado sus anteriores ocupaciones); muchos, tells
mejores talentos artísticos a la talla del antiguos, desocupados desde hacía mu-
marfil. Ahora el marfil se había vuelto cho tiempo, fueron poblados ahora de
muy escaso, una vez desaparecidas las nuevo.
manadas de elefantes salvajes que mero- La única ciudad de Babilonia en que
deaban por el Eufrates superior. Es pro- las excavaciones nos han dado pruebas
EXILIADOS EN MESOPOTAMIA Y EGIPTO 301

de que contaba con una colonia judía es


Nippur, al sudeste de Babilonia. Esta
ciudad fue exhumada por una expedición
americana de la Universidad de Pensil-
vania entre 1889 y 1900. En 1948 rea-
nudó los trabajos el Instituto Oriental
de la Universidad de Chicago, con la
colaboración del Museo de la Universi-
dad de Filadelfia. El descubrimiento más
importante realizado por la primera ex-
pedición fue el barrio de los escribas,
donde apareció la mayor parte de las 152. Papiros cerrados y sellados.
30.000 tablillas de barro, o documentos
hallados en aquella ciudad. Más de dos
mil de estas tablillas, fechadas entre el
2500 y el 1500 a. C., conservan parte
sacar también la conclusión de que,
de la literatura de la antigua civilización mientras un grupo regresó a Jerusalén y
sumeria, que fue el período clásico de trataba de reconstruir el templo, otros
Babilonia 11. En otro sector de la ciudad muchos se quedaron en Babilonia y lo-
se descubrieron más de setecientas tabli- graron abrirse camino allí. Lo cierto es
llas del siglo v a. C., que resultaron ser que numerosos vasos con inscripciones
los archivos de una gran empresa babiló- en hebreo nos sugieren que en Nippur
níca de banqueros y agentes comerciales, vivió durante siglos una colonia judía 12.
la firma «Murashu Hijos». Una de sus En cuanto a Egipto, las pruebas de la
funciones consistía en actuar como agen- existencia de una colonia judía proceden
tes del gobierno persa para la percepción de Elefantina. Consisten en los papiros
de los tributos de la zona. En sus archi- descubiertos en esta isla del Nilo, junto
vos aparecen largas listas de nombres a la primera catarata, en la frontera me-
personales en que se evidencia la gran ridional del país. Los primeros conjun-
mezcolanza de pueblos que moraba en tos de estos papiros fueron comprados
la ciudad y en sus inmediaciones. Para a los naturales y luego publicados por
nosotros es del máximo interés la gran investigadores ingleses y alemanes entre
1903 y 1911. Otro grupo vio la luz re-
cantidad de nombres hebreos que con-
tienen estos documentos. No puede ca- cientemente en el Museo de Brooklyn
(il. 152). Fue adquirido por un ameri-
bernos duda alguna, por consiguiente,
de que un número considerable de los cano, Charles Edwin Wilbour, en 1893;
antiguos desterrados de Judá se había mientras pasaba el verano navegando
establecido en aquella zona, siguiendo el por el Nilo. Murió en 1896 sin haber
consejo de Jeremías, que les urgía a pro- revelado su descubrimiento, y los papi-
curar el bien de la ciudad en que se ha- ros aparecieron en un baúl cuando la
llaban asentados, a rezar por ella y a colección de antigüedades que había re-
establecerse tranquilamente con vistas a unido pasó al Museo de Brooklyn a la
una larga estancia (Ji: 29,1-14). Podemos muerte de su hija ".

' Cf, H. V. Hilprecht, Explorations in Bible


" La publicación de este importante mate- Lands During the 19th Century (Filadelfia
rial ha sido emprendida recientemente por 1903) 289ss; especialmente, 408-10.
S. N. Kramer; cf., por ejemplo, su Sumerian " Sobre este asunto, además de un excelen-
Mytho1ogy (Filadelfia 1944). te análisis del contenido y significación de
302 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

Durante el siglo v a. C., Elefantina se recibieron respuestas de Delaías y Ba-


era una fortaleza, llamada Yeb, donde goas, quienes aconsejaron dirigir una
fue instalada una guarnición compuesta petición directamente a Arshames y ex-
de judíos, que erigieron allí su propio poner a éste todo el asunto. Se ha des-
templo. El sátrapa, o gobernador persa cubierto una copia de esta petición, fir-
de Egipto durante la segunda mitad del mada por cinco judíos que afirman tener
siglo v a. C. era un individuo llamado posesiones en la fortaleza. Asegura for-
Arsham (o Arshames). Por unas cartas malmente que, si se autoriza la recons-
recientemente publicadas, que este per- trucción del templo, no se harán allí
sonaje y sus funcionarios escribieron, sa- sacrificios de animales, «sino (sólo)
bemos que se ausentó de Egipto y mar- ofrendas de incienso, de alimentos [y de
chó a Babilonia y Susa entre el 410 y bebidas l » 15. No sabemos por qué mo-
el 408 a. C:, y que durante su ausencia tivo promete la comunidad judía de Ele-
se produjeron en el país algunos distur- fantina que en ningún modo se harán
bios t4. En los archivos de la colonia sacrificios de animales en el templo, caso
judía de Elefantina hay una copia de de que se permita su reconstrucción. Se
una carta enviada por los sacerdotes del ha sugerido que quizá se trataba así de
templo judío de Yeb a Bagoas, goberna- no ofender los sentimientos de Arsha-
dor de Judea, explicándole que el templo mes, que, como zoroastrista, reaccionaría
ha sido destruido y pidiendo su ayuda más favorablemente a esta petición si se
para reconstruirlo. La carta fue escrita le hacía aquella promesa, ya que su reli-
en noviembre del 407 a. C. y dice que gión detestaba la idea de contaminar el
en julio del 410 a. C., cuando Arshames fuego por el contacto con cuerpos muer-
se había ausentado de Egipto, los sacer- tos. Pero, teniendo en cuenta la tole-
dotes de un templo egipcio local conspi- rancia de los persas en cuestiones religio-
raron con un «miserable» llamado Vida- sas, esta sugerencia no parece muy acer-
ranag para arrasar y prender fuego al tada. Es mucho más verosímil que los
templo judío rival. Se trataba de un edi- judíos tomaran el acuerdo de hacer aque-
ficio antiguo y venerado, que databa «de lla promesa para no suscitar la oposición
los tiempos del reino de Egipto», antes por parte de los judíos de Jerusalén y
de que el persa Cambises conquistara el del comisario para asuntos judíos de la
país, es decir, de una época anterior al cancillería de Arshames. El «papiro de
año 525 a. C. Los sacerdotes judíos se la Pascua», del 419 a. C., anterior en
quejaban de que han escrito a Yojanán, algunos años, era una carta escrita a la
sumo sacerdote del templo de Jerusalén comunidad por uno de estos comisarios
( Neh 12,22-23), pero sin recibir respues- para asuntos judíos, y en ella se comu-
ta. También han escrito a Delayas y a nica que Arshames ordenaba que en Yeb
Selemías, hijos de Sanbalat, goberna- se celebrara la Pascua conforme a cier-
dor de Samaría. tas normas precisas. Estas normas con-
Un memorial sin fechar indicaría que cuerdan con las leyes del Pentateuco,
y ello sugiere que las órdenes de Arsha-
todos los documentos, cf. E. G. Kraeling, New
mes trataban de asegurar la uniformidad
Light on the Elephantine Colony: «The Bibli- en las prácticas judías a requerimiento
cal Archaeologist» 15 (1953) 50-67, donde se de los sacerdotes de Jerusalén. En cual-
hallarán referencias para ampliar bibliografía. quier caso, por los documentos del Mu-
Cf. también, del mismo autor, The Brooklyn
Museum Aramaic Papyri ( New Haven 1953).
" Cf. G. R. Driver, Aramaic Documents of " Cf. J. B. Prítchard (ed.), Ancient Near
the Flfth Century (Oxford 1954). Eastern Texts, 492.
EXILIADOS EN MESOPOTAMIA Y EGIPTO 303

seo de Brooklyn sabemos que el templo arameo, a las que también tributaban
fue efectivamente reconstruido; el com- culto. Pero es más probable que aque-
promiso de los judíos de Elefantina, por llos judíos tuvieran una visión religiosa
consiguiente, surtió efecto. más refinada de lo que esta hipótesis pa-
La misma existencia de un templo ju- rece sugerir. Todos los nombres, por
dío en Egipto constituye un indicio de consiguiente, habrían de interpretarse en
que se practicaba allí un tipo de culto el sentido de personificaciones' de ciertas
judío que los sacerdotes de Jerusalén no cualidades o aspectos de Yahvé, a los
dejarían de considerar heterodoxo. Des- que se atribuiría una existencia propia.
pués de la reforma del rey Josías en el En las religiones paganas se había dado
622 a. C. se estimaba ilegítimo el sacri- esta misma tendencia durante cierto
ficio de animales en otro altar que no tiempo, y resulta especialmente notoria
fuera el de Jerusalén. Otros indicios de en la concepción de la Palabra que pro-
heterodoxia son los que nos proporciona cede de la boca de una divinidad. Esta
uno de los papiros de. Elefantina, en que manera de hablar, aunque no el «refina-
aparece una lista de donantes y sus res- miento» mental, es ilustrada en Is 40,8:
pectivas aportaciones para el templo de «La palabra de nuestro Dios permanece
aquella comunidad. En la cuenta final se para siempre». En todo caso, los judíos
separa una porción para el culto de de Elefantina estaban imprimiendo a la
Yahu (forma en que estos judíos pronun- fe yahvista un giro un tanto cuestiona-
ciaban el nombre del Dios de Israel), ble bajo el influjo pagano.
otra porción para una divinidad llamada Estos documentos pueden tomarse
Bumbetel y una tercera para Anatbe- también como base para conjeturar, en
tel'b. El segundo de estos nombres divi- general, el efecto que la restauración de
nos significa «nombre de la casa de Judea tuvo sobre los restantes judíos del
Dios». El tercero se refiere a la diosa Imperio persa. De los libros de Esdras
cananea de la fecundidad, Anat, o signí- y Nehemías se desprende que en la se-
fica «signo de la casa de Dios». En otro gunda mitad del siglo v algunos judíos
documento se hace referencia a Anat- de Babilonia habían logrado interesar al
Yahu, que, tomado junto con Anatbetel, monarca persa en una reforma de la vida
parece sugerir que betel («casa de judía. En consecuencia, Esdras fue desig-
Dios») se usaba como nombre divino en nado alto comisario con plenos poderes
sustitución de Yahu, del mismo modo para reformar los asuntos religiosos ju-
que, por entonces lo aplicaban a otras díos conforme a «la ley de tu Dios, que
divinidades los paganos. Otro documen- está en tu mano», y para establecer una
to menciona también a Herembetel, cuyo organización independiente de la justicia
significado podría ser «santidad de la a cuyo cargo habrían de quedar los asun-
casa de Dios». tos legales judíos (Esd 7,11-26). La ley
La interpretación de estos nombres que está en manos de Esdras sería, se-
divinos ha provocado muchas discusio- gún los investigadores, una edición de
nes entre los investigadores. Una de las la ley del Pentateuco, posiblemente el
'hipótesis es simplemente que, si bien mismo Pentateuco en su redacción final,
los judíos de Elefantina veneraban a que los sabios judíos habrían compilado
Yahu ( Yahvé) como su Dios nacional, a partir de documentos anteriores en Ba-
tomaron otras divinidades del entorno bilonia. En cualquier caso, una vez ini-
ciado aquel movimiento, podemos enten-
der el significado del decreto enviado a
u Ibíd., 491. los judíos de Elefantina sobre la celebra-
304 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

ción de la Pascua, así como el hecho de del 432 a. C., es decir, a finales del rei-
que la colonia de Elefantina no obtu- nado de Artajerjes 1 11.
viera autorización para ofrecer sacrificios En las muchas cosas que nos enseñan
de animales. los documentos de Elefantina y otros de
Haremos una última observación acer- la misma época hay una de orden téc-
ca de los papiros de Elefantina. Hemos nico que reviste la máxima importancia.
advertido antes que hacia el 410 a. C., Se trata del conocimiento más intenso
cuando el templo egipcio fue destruido, del idioma arameo en el siglo v que
era sumo sacerdote en Jerusalén Yoja- este material ha hecho posible. Se trata
nán. Fue el único que no respondió a la del idioma oficial del Imperio persa y el
carta en demanda de ayuda para recons- que -mayor número de personas hablaba
truir el edificio. Cuando Nehemías mar- desde Babilonia hasta Egipto. Antes de
chó a Jerusalén, hacia el 445 a. C., el estos descubrimientos, las porciones ara-
sumo sacerdote era Eliasib (Neh 3,1). meas del libro de Esdras (4,8-6,18; 7,
12-26), incluidas las transcripciones de
Sus sucesores, según Neh 12,22, fueron
Yoyadá, Yojanán y Yadúa. El tercero los supuestos documentos oficiales de la
es el último sumo sacerdote conocido corte persa, no contaban con testimo-
del redactor del 1-2 Cr, Esd y Neh, y nios contemporáneos que los corrobora-
sen y ayudaran a interpretarlos. Ahora,
con él termina la historia consignada en sin embargo, podemos ver que el ara-
el Antiguo Testamento. Cuando Esdras meo de Esdras es precisamente el de su
retornó a Jerusalén, una de sus primeras época, mientras que los documentos ofi-
diligencias fue conseguir que todos los ciales corresponden al tipo general que
judíos asistieran a una asamblea provin- comúnmente asociamos con el régimen
cial. Acudió a la cámara de Yojanán (o persa.
Yehojanán), y allí se hizo la proclama
que convocaba a la asamblea (Esd 10,
6-8). Muchos investigadores creen que PALESTINA EN LA EPOCA
Yojanán debía de ser entonces sumo HELENISTICA
sacerdote, pues una proclama de este
tipo sólo hubiera podido emanar de la El Imperio persa se hundió ante el
oficina de una autoridad semejante. Sin conquistador griego Alejandro Magno
embargo, Yojanán, como hemos visto, entre el 333 y el 331 a. C., pero la
fue posterior a la época de Nehemías; muerte de éste en el año 323 a. C. puso
si en Esd 10,6-8 aparece como sumo término a sus sueños de unir el Oriente
sacerdote, ello significaría que Esdras y el Occidente en una gran hermandad
marchó a Jerusalén después, no antes dominada por la cultura griega. El Impe-
que Nehemías, como parece suponer el rio se dividió entre sus generales, y Pa-
cronista. En tal caso, Esd 7-10 habrá de lestina quedó convertida en una zona
considerarse fuera de su lugar debido, fronteriza entre los Seléucidas de Siria
y habrá de insertarse probablemente a
continuación del libro de Nehemías. Por
esta y otras razones, posiblemente la " Artajerjes I reinó del 464 al 423 a. C.
Los reyes más importantes que le sucedieron
mayor parte de los investigadores se in- son Darío II (423-404 a. C.) y Artajeries II
clina hoy a creer que Esdras marchó a (404-358 a. C.). Un análisis del difícil proble-
Jerusalén el año séptimo de Artajer- ma que plantea el orden en que se sitúan Es-
dras y Nehemías en R. A. Bowman, en The
jes II (Esd 7,7; 398 a. C.), no de Ar- Interpreter's Bíble III, esp. 561ss y 624, con
tajerjes I (458 a. C.), o poco después las referencias citadas.
PALESTINA EN LA ÉPOCA HELENISTICA 303

153. Nicho de la tumba de Apolófanes, en Marisa.

y los Tolomeos de Egipto. A lo largo tan en modo alguno exhaustivos. Casi


del siglo iii, hasta el 198 a. C., estuvo todos los datos que poseemos proceden
bajo dominio egipcio. Luego, los Seléuci- en su mayor parte de cinco ciudades. La
das se apoderaron del país y trataron de primera de ellas es Marisa, la Maresá del
unirlo a Siria mediante el vínculo de la Antiguo Testamento (Tell Sandahannah).
cultura helenística, con una mezcla de El gran montículo judío de Laquis, que
religiosidad griega y siria, con idioma, durante la dominación persa había sido
literatura, indumentaria y juegos gimnás- residencia del gobernador de Edom o
ticos griegos. Este movimiento. culminó Arabia (Mumea), queda ahora práctica-
bajo Antíoco IV Epífanes (175-163 an- mente abandonado. Su puesto como ca-
tes de Cristo), que trató de aniquilar el beza administrativa de la zona es ocupa-
judaísmo y dedicar el templo en lugar do ahora por Marisa, donde, a mediados
de culto al dios pagano Zeus. Ello pro- del siglo iii a. C., se estableció una co-
vocó la sublevación de los Macabeos e lonia de gentes oriundas de Sión y Feni-
hizo que el siglo ii a. C. resultara una cia, que enterraban a sus muertos en
época de sangrienta agitación. El perío- tumbas muy notables y profusamente
do de la independencia judía finalizó en decoradas, de las que se ha encontrado
el año 63 a. C., cuando los romanos se toda una serie. Los muros apareen cu-
apoderaron del país. biertos de decoraciones pictóricas muy
Los descubrimientos arqueológicos que ricas,, entre las que abundan las escenas
han de encajarse en este marco no resul- (il. 153), junto con numerosas inscrip-
306 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

ciones en griego y en arameo. Los nom- En Samaría, nuestra tercera ciudad,


bres personales son de origen griego, han sido halladas otras 2.000 asas de
fenicio y edomita (ídumeo). El plano de ánforas rodias y griegas de otras
la ciudad correspondiente al siglo ii se proce=dencias; tiene esto una explicación, pues
trazó de nuevo, y resulta sumamente también esta ciudad tenía tropas merce-
raro en Asia. Se edificó la ciudad al es- narias estacionadas bajo el mando de los
tilo de los asentamientos griegos, con su sirios. De hecho, a partir del siglo iii
perfecta planificación, con calles trazadas era Samaría una ciudad pagana con po-
a cordel que se cortan en ángulo recto blación mayoritariamente extranjera. Du-
y forman manzanas de casas, con su ágo- rante el período persa, la familia del
ra, o plaza del mercado rectangular jun- gobernador, Sanbalat, era, al menos no-
to a una de las puertas de la ciudad, minalmente, yahvista, pero con el adve-
abierta por uno de sus lados y rodeada nimiento del helenismo la antigua capital
de tiendas cuidadosamente construidas de Israel inició un brillante desarrollo
por los otros tres. Marisa es una ciudad como ciudad pagana. En tiempos de Ale-
importante, ya que constituye la más jandro Magno fue reparada y consolida-
viva manifestación de aquel proceso de da la vieja muralla israelita mediante la
helenización que por entonces se puso adición de numerosas torres redondas
en marcha en Siria, Palestina y el bajo bellamente construidas (fi. 154). Hacia
Egipto. el 150 a. C. se erigió una nueva muralla
•Otra ciudad importante en este mo- en torno a la cumbre del montículo, evi-
mento es Betsur, al norte de Hebrón, dentemente como una medida defensiva
escenario de varias batallas durante las frente a los macabeos. También han sido
guerras de los macabeos en el siglo ti. excavados los restos de un pequeño tem-
Como resultado de las excavaciones prac- plo de hacia el siglo iii; probablemente
ticadas allí en 1931 sabemos hoy que en fue destruí por los judíos entre 150
este lugar se edificó una fortaleza, pro- y100a.C
bablemente en el período persa, cuando Las excavaciones realizadas por la eX-
las relaciones entre Judea e Idumea se pedición Drew-McCormick a partir de
volvieron muy tensas. Judas Macabeo la 1956 en nuestra ciudad, Siquén, han
reconstruyó entre el 165 y el 163 a. C., dado a conocer cuatro estratos, una ex-
mejorando sus construcciones y haciendo tensa ocupación y la reconstrucción de
de ella un puesto avanzado frente a los la vieja ciudad entre ca. el 330 y el
sirios. Fue tomada, sin embargo, y posi- 100 a. C. Después de siglos de abando-
blemente reconstruida más adelante so- no, el viejo tell volvió a ser ocupado por
bre un plano helenístico por el general una población tan numerosa como la que
pagano Báquides hacia el 161 a. C. En allí vivió durante la gran época de la
esta localidad fueron descubiertas unas ciudad en tiempos antiguos.! ¿Cómo y
250 monedas de la época, pero el ha- por qué ocurrió tal cosa? Las diversas
llazgo más importante consistió en una explicaciones de Josefo y otras fuentes
gran cantidad de asas de ánforas vinarias antiguas resultan un tanto oscuras, y los
rodias, que se usaban para exportar vino investigadores no están de acuerdo sobre
del Egeo a Asia mercenarios extran- su interpretación. Sin embargo, a' juzgar
jeros que componían la guarnición de por los datos que poseemos acerca de
Bet-Sur podían ser griegos, pero en todo Siquén, parece que la interpretación ha
caso preferían con seguridad este vino de ser ésta:
i mportado al producto de las cepas lo- Cuando Alejandro Magno se presentó
cales. en Siria y en Palestina y puso cerco a
PALESTINA EN LA EPOCA HELENISTICA 30 7

154. Una de las torres circulares de Samaria.

Tiro en el 332 a. C., los samaritanos años en rival de Jerusalén. Esta situa-
sintieron la urgente necesidad de ganarse ción llegó a su término cuando Juan
el favor del macedonio y su aprobación Hircano organizó desde Jerusalén la des-
para el templo recién erigido en el Mon- trucción de la ciudad, probablemente du-
te Garizín. Incluso ofrecieron un contin- rante su conquista de Samaría en el
gente de 8.000 soldados samaritanos, 107 a. C. En todo caso, la serie de mo-
que Alejandro estableció más tarde como nedas halladas en esta ciudad finaliza en
guarnición en Egipto. Luego, por un mo- el 110 a. C. En el viejo tell no volvería
tivo que desconocemos, los samaritanos a levantarse ya una nueva ciudad, aun-
asesinaron al gobernador de Siria orien- que hoy sobrevive un pequeño resto de
tal y Palestina septentrional. Alejandro los samaritanos en la cercana Nablús, la
respondió rápidamente a este primer in- ciudad fundada por el emperador roma-
tento de sublevación, puso cerco a Sa- no Vespasiano en el año 72 d. C.
maría, probablemente a comienzos del Finalmente, la gran ciudad de Guézer,
331 a. C:, y convirtió la ciudad en pun- en las laderas situadas al sudeste de Jop-
to de estacionamiento para una guarni- pe, fue fortificada por los macabeos ha-
ción integrada por soldados griegos de cia el 140 a. C. Al parecer, contaba en
su ejército. Los samaritanos, expulsados aquella época con una abundante pobla-
de su capital, reedificaron Siquén y la ción judía; en las rocas que rodean la
convirtieron durante unos doscientos ciudad fue grabada, con caracteres ara-
308 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

sión de que a través del país se han im-


puesto unos cambios tan amplios y pro-
fundos a partir de la destrucción de
Jerusalén, que ahora ya todo es distinto.
Si se exceptúa el paisaje, apenas hay
nada que recuerde la época en que Israel
era dueño de todo el país. Todos los
b c .R=MME= cms. elementos materiales de uso común,
como lámparas, utensilios y joyas, han
cambiado radicalmente. Los viejos can-
diles cananeos e israelitas (il. 139d) dan
paso en el siglo Iv a las nuevas lucernas
griegas, más económicas (fi. 1556); du-
rante los siglos Iii y II, los alfareros
locales cambian de estilo y se aproximan
más a las modas imperantes en Atenas y
Corinto (fi. 155c y e). Sobrevivieron va-
rias formas de la época persa, pero
cambia la técnica de su confección. Se
e preparan ahora barros más finos y se
aplican temperaturas más altas para su
cocción. Las paredes de los vasos son
155. Lámparas persa, helenista y romana. más finas, más delicadas y frágiles. La
arquitectura se heleniza progresivamente
y el país se llena de extranjeros, algunos
de los cuales pegarían a convertirse en
filósofos y eruditos de fama. La misma
comunidad judía se divide por sus ten-
meos o hebreos, la inscripción «Límite dencias opuestas, hasta el punto de que
de Guézer», quizá en relación con el ca- no puede afirmarse que la sublevación
mino que estaba permitido recorrer en de los macabeos contara con las simpa-
sábado. Tanto Guézer como Bet-Sur fue- tías de todos los judíos. Prosigue la dis-
ron prácticamente abandonadas hacia el persión del pueblo judío por el mundo;
año 100 a. C. No sabemos exactamente la primera traducción de la Biblia he-
cuál fue el motivo, a menos que la ex- brea al griego se lleva a cabo durante los
tensión de los territorios bajo dominio siglos III y Ii en Alejandría, Egipto, ciu-
judío hiciera ahora innecesario mantener dad que por entonces era el centro inte-
guarniciones en aquellos puntos. Por lectual del mundo. Palestina, puente en-
otra parte, las ciudades paganas de Sa- tre Asia y Egipto, se encuentra ahora
maría y Marisa fueron destruidas por en la encrucijada del mundo, y de ello
los judíos . cuando Juan Hircano (135- dan elocuente testimonio, sobre todo en
104 a. C. ) logró apoderarse de una gran esta época, los restos arqueológicos.
parte del territorio que en otros tiempos
había pertenecido a David, tratando de
judaizarlo. EL ANTIGUO TESTAMENTO
Conforme nos acercamos el período
del Nuevo Testamento, las excavaciones Durante el período de que nos ocupa-
en Palestina nos dan ante lodo la impre- mos en este capítulo, los escritos qué
EL ANTIGUO TESTAMENTO 309

componen, el Antiguo Testamento reci- y los libros de los Salmos, Proverbios y


bieron prácticamente la forma en que Job. Esto no significa que el texto que-
han llegado hasta nosotros. Incluso se dara completamente estabilizado en este
abrió camino la idea de establecer un momento, sino que los libros estaban ya
canon de los escritos sagrados, ya que compuestos y que se consideraban partes
sus límites no estaban aún exactamente integrantes de una colección canónica es-
definidos. A causa del gran número de pecial. Hacia la época de Alejandro Mag-
j udíos de habla griega que vivían en no, por consiguiente, sólo nos plantean
Egipto, se hizo una traducción al griego algún problema los libros del' Eclesiastés,
de la colección de los escritos sagrados Ester, Cantar de los Cantares y Daniel.
en Alejandría durante los siglos iii y La arqueología presta un triple servi-
ii a. C. De este modo surgió la versión cio al estudio del Antiguo Testamento.
que conocemos con el nombre de los 1) En ocasiones ha dado a conocer
Setenta, , Su contenido coincide en ciertos paralelos literarios o el trasfondo
gene- el de las actuales biblias hebreas, de los escritos bíblicos. 2) Ha exhumado
si se exceptúan ciertos materiales adicio- un buen conjunto de antiguas inscripcio-
nales compuestos entre los siglos iv y nes que han permitido a los investiga-
n a. C. que fueron añadidos por los Se- dores seguir la historia del idioma y la
tenta. Hacia el año 100 a. C. estos ma- escritura hebreos. 3) También ha descu-
teriales, considerados marginales, fueron bierto antiguos manuscritos bíblicos que
excluidos del canon de Palestina, pero la han revolucionado el estudio del texto
Iglesia primitiva utilizó desde el princi- hebreo.
pio casi exclusivamente la Biblia griega, Los pueblos paganos de aquella época
con el resultado de que hasta nuestros no produjeron escritos que puedan com-
días, las Iglesias ortodoxas griegas y, con pararse con la literatura histórica y pro-
ciertas exclusiones, también la Iglesia ca- fética del Antiguo Testamento, incluido
tólica se atienen a las definiciones esta- el libro de Daniel. Como género literario
blecidas por los rabinos de Alejandría son caso único, y no puede señalarse un
para fijar el canon. Los protestantes, por trasfondo que los explique. Por otra
su parte, retornaron al canon palestinen- parte, el estudio de la poesía antigua,
se durante la Reforma del siglo xvi. especialmente la de los cananeos, según
La mayoría de los investigadores opi- nos ha sido dada a conocer gracias a la
na que cuando Esdras retornó del destie- biblioteca de Ras Shamra, en Siria, signi-
rro en Babilonia a Judea, con vistas a fica una ayuda inestimable para el estu-
imponer la reforma de la comunidad ju- dio de ciertas formas poéticas hebreas,
día, «conforme a la ley de tu Dios, que así como para el conocimiento del voca-
está en tu mano» (Esd 7,14), llevaba bulario y no pocas alusiones bíblicas. Un
consigo una edición del Pentateuco, pre- salmo como el 29, por ejemplo, no es
parada por los sacerdotes en el exilio. probablemente sino una adaptación de
Se da por supuesto que el Pentateuco, un original cananeo. Estos estudios, jun-
virtualmente como nosotros lo conoce- to con otros datos convergentes, han
mos, recibió entonces su redacción final. venido a invertir la tendencia que mos-
Con la obra del cronista a comienzos del traban las anteriores generaciones de
siglo iv se completó toda la colección de investigadores, para quienes la composi-
los materiales históricos. Cada vez resul- ción de casi todos los salmos había de
ta más claro que también en el curso del fecharse en el período posexílico y aun
siglo iv adquieren virtualmente su for- en tiempo de los macabeos en ciertos
ma definitiva el canon de los Profetas casos. Los datos con que hoy contamos
31 0 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

sugieren que ninguno de los salmos fue La sabiduría egipcia era famosa desde
compuesto en tiempo de los macabeos y antiguo; algunas de sus sentencias tie-
que la mayor parte de ellos es anterior nen semejanzas muy próximas en el libro
al exilio. La colección que hoy conoce- de los Proverbios. Lo cierto es que se
mos, sin embargo, recibió su redacción viene sospechando que debe de haber
final por la comunidad judía durante los alguna relación entre la egipcia Sabidu-
siglos v y iv. ría de Amen-em-opet'9 y Prov 22,17-
El libro bíblico que mayores afinida- 24,22, aunque resulta sumamente difícil
des muestra con la literatura pagana es precisar en qué consiste esa relación. El
el de los Proverbios. El tipo de prover- libro de los Proverbios, por consiguien-
bio epigramático que contiene deriva de te; vendría a ser en su mayor parte una
las composiciones de los sabios paganos; colección de observaciones morales, des-
se afirma, por otra parte, que la intro- cubiertas por los paganos y luego culti-
ducción de una escuela sapiencial en vadas en una escuela sapiencial israelita.
Israel se remonta al rey Salomón (con- No puede decirse que este libro fuera
fróntese 1 Re 4,29-34; Prov 1,1; 10,1; compuesto en una determinada época;
25,1). La tendencia anterior de los in- probablemente contiene materiales proce-
vestigadores suponía en general que el dentes de diversos orígenes y épocas dis-
libro de los Proverbios era el resultado tintas, aunque la redacción final del
de una escuela hebrea posexílica de sabi- libro muy bien pudo tener lugar ya en
duría superior. Hoy, sin embargo, sabe- los siglos v o iv a. C.
mos que la literatura gnómica era uno
de los géneros literarios más antiguos El libro de Job no tiene paralelos cer-
e internacionalmente difundidos en el canos en cuanto al género, el estilo o la
mundo bíblico. Por lo que respecta a profundidad de ideas. Su tema, sin em-
Mesopotamia, los proverbios más anti- bargo, el problema del justo doliente, es
guos están en sumerio, y sus fuentes se muy antiguo. Que ello es así puede
remontan sin duda alguna al tercer mi- advertirse en el mismo libro, en el que,
lenío antes de Cristo. Las alusiones a la según hoy sabemos, se emplea en cuanto
sabiduría contenidas en los escritos sa- a los nombres propios una nomenclatura
grados cananeos y los proverbios que los en uso ya en el segundo milenio antes
monarcas de aquella misma cultura citan, de Cristo. Por añadidura, el problema
en su correspondencia con el faraón egip- fue abordado varias veces en Mesopota-
cio durante el siglo xiv a. C. revelan el mia; de estas obras, la más famosa es el
interés de las gentes de Siria y Palestina Ludlul bel Nemegi («Yo alabaré al Se-
por este género antes de la llegada de ñor de la sabíduría») 20. Recientemente
los israelitas. Uno de aquellos prover- ha sido hallado en Nippur otro poema
bios cananeos decía así: «Si se maltrata sobre el mismo asunto, más antiguo aún,
a las hormigas, ellas no reciben (pasiva- pero en estado fragmentario y aún sin
mente el mal trato), sino que pican la publicar. El Job bíblico, por consiguien-
mano del hombre que las maltrata» te, se sitúa en una larga tradición de
(cf. dos antiguos proverbios hebreos so- reflexiones sobre el problema del mal.
bre las hormigas en Prov 6,6 y 30,25) ts. No sabemos cuándo alcanzó su forma

'" W. F. Albright, An Archaic Hebrew " Traducción de J. A. Wilson, en J. B. Prit.


Proverb in an Amarna Letter f from Central chard (ed.), Ancient Near Eastern Texts,
Palestine: «Bulletin of the American Schools 421-24.
m Cf, R. H. Pfeiffer, en ibíd.,
of Oríental Research» 89 (1943) 29-32. 434-37.
EL ANTIGUO TESTAMENTO

definitiva en Israel. La estructuración Daniel fueron establecidas hace tiempos.


del poema enmarcando la parte de verso En cuanto al libro de Ester, sin embar-
entre un prólogo y un epílogo en prosa, go, no hay confirmación arqueológica de
sin embargo, probablemente se llevó a la fecha y el carácter original. Este libro
cabo en Judea entre los siglos Vi y se parece a los relatos deuterocanónicos
iv a. C. de Tobías y Judit, que son de los si-
El libro del Eclesiastés, por su len- glos iii y ii a. C., aunque Ester quizá
guaje y contenido, ha de fecharse proba- date de un período ligeramente anterior,
blemente en el siglo iii a. C., aunque en torno al 300 a. C.
hasta ahora no se le ha encontrado nin- El estudio del cometido que cumple
gún verdadero paralelo arqueológico. En la arqueología en cuanto a ilustrar la
Egipto y Mesopotamia eran conocidos historia del idioma hebreo y su escritura
resultaría demasiado técnico para Ser in-
desde fecha temprana los poemas de
cluido en esta obra. Antes de 1925 reci-
tono escéptico, aunque el talante del
bía el especialista en hebreo generalmen-
Eclesiastés parece estar más influido por
te una formación previa en árabe clásico,
las ideas griegas que por las del Próxi- como el más importante de los idiomas
mo Oriente. emparentados con aquél. Si bien es cier-
El Cantar de los Cantares es una co- to que el árabe no ha perdido su impor-
lección de poemas amorosos redactada tancia por lo que se refiere al vocabu-
probablemente durante el período persa, lario y sistema verbal, los estudiantes
a juzgar por la presencia de ciertos tér- actuales reciben una formación, mucho
minos persas en él. Los poemas que con- más fundamental, en semítico norocci-
tiene, sin embargo, son muy anteriores dental, ya que hoy es posible reconstruir
y derivan probablemente de la lírica las etapas más antiguas del idioma he-
egipcia y cananea. Los paralelos más pró- breo a partir de fuentes contemporáneas.
ximos que se conocen son egipcios y da- Esta tarea se lleva a cabo a través del
tan del período comprendido entre el estudio de las inscripciones hebreas, ara-
1300 y el 1000 a. C. También en este maicas y fenicias, especialmente las uga-
caso, al igual que en el libro bíblico, los ríticas, escritas en el idioma de los docu-
cánticos se ponen alternativamente en mentos religiosos cananeos hallados en
boca del amante y de la amada, que se Ras Shamra, en el norte de Síría. Hoy
llaman «hermano» y «hermana» entre es posible seguir con notable exactitud
sí`. Las alusiones geográficas que con- la evolución de la escritura hebrea desde
tiene el Cantar de los Cantares, sin em- el 1500 a. C. aproximadamente hasta los
bargo, indican que sus autores son israe- tiempos modernos. Nuestros conocimien-
litas ". Los descubrimientos arqueológi- tos sobre este tema se han acumulado
cos realizados en Egipto han revelado
simplemente la existencia de un antiguo 23 Las alusiones históricas correspondientes
género literario con el que guarda rela- a los siglos in y u son tan minuciosas que el
ción el libro israelita. libro suele fecharse hacía 165 a. C., a finales
del reinado de Antíoco IV Epífanes (es decir,
La intención y la fecha del libro de después de la profanación del templo por este
monarca en 168 o 167 a. C,, pero antes de su
purificación por los judíos en diciembre de
_' Cf, J. A. Wilson, en ibíd., 467-69. 164 a. C.). Los relatos sobre Daniel contenidos
Cf. supra, p. 218, referencia a Tirsá que en la primera parte del libro son probable-
sugiere que al menos una parte del libro se mente anteriores a esta época, pero la arqueo-
compuso en fecha tan temprana como el logía no ha podido hacer prácticamente nada
900 a. C. para fijarlos históricamente.
31 2 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

con tal rapidez que un experto está aho- Teniendo en cuenta que los manuscri-
ra en condiciones de dar las fechas apro- tos hebreos medievales que poseemos
ximadas de los documentos descubiertos representan en su mayor parte una sola
sobre la base de la forma en que apare- tradición del texto, la crítica textual del
cen escritas las letras. De especial inte- Antigua Testamento ha resultado una
rés para el período que ahora estudiamos tarea difícil y no muy fructífera cuando
es el hecho de que, según sabemos hoy, se ha realizado con seriedad. Para re-
a comienzos del siglo II a. C. existía ya montarse más allá de la actual tradición
un tipo especial de escritura hebrea des- textual, los investigadores tienen que
arrollado por los escribas judíos que se recurrir a las diversas versiones, espe-
dedicaban a la copia cuidadosa de los cialmente a la de los Setenta. Sus prin-
textos sagrados, que, por otra parte, vie- cipales manuscritos, fechados en el si-
ne también a ilustrar el intenso estudio glo Iv , d. C., los códices Vaticano y
de la escritura que por entonces empezó Sinaítico, fueron durante mucho tiempo
a practicarse 2. las más antiguas copias conocidas del
Antiguo Testamento. Poco antes de la
última guerra, sin embargo, los a iros
DESCUBRIMIENTO DE MANUSCRITOS bíblicos Chester Beatty y _el John
DEL ANTIGUO TESTAMENTO H. Scheide, hallados en Egipto, llama-
ron , la atención de los investigadores.
El manuscrito hebreo utilizado en la Contienen porciones del Antiguo Testa-
actualidad por casi todos los investiga- mento griego y se fechan en los siglos III
dores cuando leen el Antiguo Testamen- o II d. C. Poco después de la guerra se
to en su idioma original data del si- publicó el papiro Nash, aproximadamen-
glo X d. C. Del siglo anterior proceden te de la misma fecha, con dos pequeños
dos porciones de la Biblia hebrea, una fragmentos del Deuteronomio en griego.
conservada en Londres y otra en El Si bien estos y otros manuscritos del
Cairo. La secta samaritana de Nablús, Antiguo Testamento son anteriores a los
en Palestina, posee el manuscrito más grandes documentos hebreos con que
antiguo de todos, fechado en el 655- contábamos, no ha sido posible hacer de
656 d. C. Antes de 1947 éstos eran los ellos un uso muy extenso para corregir
más antiguos manuscritos del Antiguo el hebreo. Entre el texto griego y el
Testamento en hebreo que se conocían, hebreo hay, por ejemplo, numerosas va-
con excepción del Papiro Nash, una sola riantes, pero, ¿hasta qué punto podemos
hoja hallada en Egipto y fechada aproxi- fiarnos del griego? ¿Era un buen texto
madamente en 100 a. C. Contiene los el que utilizó el traductor? ¿Cuántas de
Diez Mandamientos y la gemá ( Dt 6, esas variantes representan en realidad
4-5) y nunca formó parte de un rollo divergencias textuales y no simplemente
más largo, sino que era una hoja suelta libertades que se tomó el traductor? La
utilizada para la enseñanza o el culto. dificultad que supone resolver todos es-
tos problemas ha hecho que los investi-
' Un panorama reciente del estudio del idio- gadores se limiten cada vez más a fiarse
ma hebreo sobre su trasfondo histórico en del texto hebreo y a hacer menos correc-
W. J. Moran, en G. E. Wright (ed.), Tbe
Bible and the Ancient Near East, 54-72. En ciones sobre la base del griego'.
cuanto a la evolución de la escritura (paleogra-
fía), cf. F. M. Cross, ibíd., 133-202; para el
zs Cf. H. M. Orlinsky, The Septuagint-its
período anterior, cf. «Bulletin oí the American
Schools of Oriental Research» 134 (1954) Use in Textual Criticism: «The Biblical
15-24. Archaeologist» 9/2 (1946) 21-42.
MANUSCRITOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO 31.3

vestigadores de la American School of


Oriental Research y de la Universidad
Hebrea de Jerusalén.
Este s ibrimi nto fue el de la cue-
va 1, en la zona de Wádi Qumrán; los
manuscritos hallados en ella y_ otros que
aparecieron a continuación (il. 156) me-
recen calificarse quizá como el descubri-
miento más importante que jamás se
haya hecho en el campo de la arqueolo-
gía bíblica. El primer rollo aparecido en
1947 consiste en un libro completo del
profeta Isaías, en un notable estado de
conservación (il. 157). Entre los restan-
tes rollos había uno con el último tercio
del mismo libro y también un comenta-
rio sobre Habacuc.
A partir de 1949 se ha establecido
una competencia entre los beduinos y
los investigadores que tratan de encon-
trar nuevos manuscritos; los infatigables
beduinos han resultado, con mucho, los
ganadores. Resultado de todo ello ha
sido la recuperación de canastos enteros
de fragmentos recogidos al cribar el fino
polvo que contienen las numerosas cue-
156. Cueva 4 de Qumrán.
vas de toda aquella zona (il. 158) '. El
mayor conjunto de fragmentos de ma-
nuscritos - fue hallado por los beduinos
Sin embargo, el panorama ha empe- en la cueva 4 de Qumrán (il. 156) el
zado a cambiar como consecuencia del año 1952 y se completó con más frag-
fenomenal descubrimiento dé los rollos mentos procedentes de la misma cueva,
del Mar Muerto, iniciado en 1947. En aparecidos al ser excavada por el Depar-
la primavera de ese año, un pastor ára- tamento de Antigüedades de Jordania
be, llamado Mohammad Dib, de la tribu durante el otoño de aquel mismo año.
Taamireh, buscaba una oveja perdida En total, unas once cuevas de Qumrán
por los acantilados del extremo norocci- han proporcionado un importante con-
dental del Mar Muerto; - al tirar una pie- junto de materiales, mientras que otras
dra penetró ésta por casualidad en un del Wadi Murabba'at, situado a unos
agujero y el pastor oyó cómo daba con-
tra algo que sonó al romperse en peda-
zos. Pidió ayuda a otros individuos de » Un relato más detallado en F. M. Cross,
The Manuscripts of the Dead Sea Caves: «The
su tribu y penetró por la oquedad, que Biblical Archaeologist» 17/1 (1954) 2-21;
resultó ser una pequeña cueva en que J. C. Trever, The Discovery of the Scrolls:
había cierto número de ánforas, fragmen- ibíd. 11/3 (1948) 46-57; varios artículos en
tos de cerámica y rollos de pergamino. ibíd. 12/2 (1949); finalmente, el valioso relato
de un miembro destacado del programa de in-
Durante los meses que siguieron llega- vestigación, F. M. Cross, The Ancient Library
ron los rollos, a conocimiento de los, in- of Qumran ( Nueva York 1961).
314 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

157. Manuscrito de Isaías hallado en la cueva 1 de Qumrán.

veinte kilómetros al sur de Qumrán, han que, probablemente, ejercieron sobre el


proporcionado otros manuscritos de fe- Nuevo Testamento. Por ahora baste no-
cha algo posterior, en su mayor parte tar que los fragmentos de su biblioteca
del tiempo de la segunda sublevación que han llegado hasta nosotros pueden
judía del 132-135 d. C. fecharse en su totalidad antes del año
Los descubrimientos de Qumrán son 68 a. C.
los restos fragmentarios de una gran bi- -~GUna parte reducida de los fragmentos
blioteca que en, tiempos antiguos perte- de manuscritos recuperados procede de
neció a los esenios, una'secta judía que rollos que contenían libros bíblicos. La
se estableció en aquellos parajes por los mayor parte, sin embargo, corresponde
tiempos de Cristo. Se retiraron a esta a obras extrabíblicas, algunas ya conoci-
zona para formar una comunidad de la das y otras desconocidas hasta ahora.
Nueva Alianza, posiblemente en el si- Excepcional interés reviste el hecho de
glo i? a. C., pero se vieron forzados a que ya en los siglos il y i a. C. se escri-
dispersarse durante la primera subleva- bieran comentarios a las Escrituras. En-
ción judía contra Roma en el 68 d. C., tre éstos hay exposiciones de Isaías, los
cuando fueron sitiados por los romanos Salmos y algunos de los Profetas meno-
y su centro (¡l. 180) quedó destruido. res. A juzgar por estos hallazgos, el pe-
En el capítulo siguiente volveremos a ríodo a que corresponden fue de intensa
hablar de ellos para describir sus prácti- actividad literaria y profundo estudio de
cas y creencias, así como la influencia los escritos sagrados, con la consiguiente
MANUSCRITOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO 315

158. Mesas con fragmentos de manuscritos, procedentes de Qumrán.

redacción de una gran variedad de obras rios libros fueron copiados por la mis-
teológicas y apocalípticas directa o indi- ma mano.
rectamente inspiradas por aquellos es- Han aparecido fragmentos de más de
tudios,. , un centenar de rollos del Antiguo Tes-
Los manuscritos bíblicos se distinguen tamento. Excepción hecha del libro de
sin ninguna dificultad gracias a la cuida- Ester, todos los del Antiguo Testamento
dosa escritura empleada para copiarlos, están representados. Como era de espe-
así como por la calidad y el color del rar, Deuteronomio, Salmos e Isaías son
pergamino utilizado. Las hojas de perga- los que mayor atención reciben, y han
mino se cosían unas a otras para formar aparecido restos de unos doce rollos de
el rollo; las columnas del texto y las cada uno de ellos. Mediante el estudio
lineas que formaban cada una de éstas de la evolución que sigue la forma de
se calculaban y medían con gran exacti- la escritura (es decir, con ayuda de la
tud. En ocasiones, un copista omitía paleografía), ha sido posible clasificar
alguna palabra suelta o toda una línea, los fragmentos conforme al orden en que
y la parte que faltaba se escribía entre fueron escritos. Por ejemplo, los más
líneas o en los márgenes. Han sido ha- antiguos manuscritos bíblicos descubier-
llados tantos fragmento.s manuscritos tos hasta ahora son los fragmentos de un
que se ha podido identificar la mano de rollo de Samuel (4Q Smb) y otros de
diferentes copistas y establecer que va- jeremías (4Q Jra), que datan del año
316 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

200 a. C. aproximadamente. Puede ser dentro del medio siglo siguiente a la


que pertenecieran.a la biblioteca que los composición del libro.
esenios llevaron consigo a Qumrán y que Hasta estos descubrimientos' no pocos
sería el origen de los restantes manus- especialistas juzgaban el Eclesiastés del
critos allí copiados más tarde. De media- año 200 a. C. La presencia de un rollo
dos del siglo ti hay fragmentos del Ecle- de este libro en Qumrán, fechado hacia
siastés. El gran rollo de Isaías encontra- la mitad del siglo ii y compuesto con la
do en la primera cueva (1Q Isa) data escritura y la clase de pergamino usado
del 100 a. C. aproximadamente. De la para los libros bíblicos, sugiere que debió
misma época es un importantísimo y ex- de componerse originalmente mucho an-
tenso rollo que contiene 1-2 Sm (4Q tes del 200 a. C. Del mismo modo, los
Sma ); hay otra porción de Sm fechable investigadores estimaban que el libro de
en la primera mitad del siglo i a. C. Isaías debió de recibir su forma defini-
(4Q Sm°). Del siglo i d. C. hay un frag- tiva no mucho antes del 200 a. C. Sin
mento de Daniel (4Q Dnb); otra por- embargo, el gran rollo de Isaías proce-
ción del mismo libro (4Q Dna) fue co- dente de la primera cueva obliga a pen-
piada hacia finales del siglo i d. C., y sar que la disposición final de los capí-
una tercera (procedente de 1Q) data po- tulos estaba hecha mucho antes del si-
siblemente de la primera parte del mis- glo ii a. C. Estos y otros argumentos
mo siglo 27 Esta selección de los mate- parecidos han hecho que los investiga-
riales hallados ilustra el panorama cro- dores fijen fechas más tempranas para
nológico en que se sitúan estos docu- los últimos materiales del Antiguo Tes-
mentos, según las estimaciones de los tamento, con excepción del libro de
expertos que actualmente se dedican a Daniel.
su estudio. Se plantea, sin embargo, el problema
Es muy interesante el hecho de que del valor que puedan tener estos nume-
el libro de Daniel haya aparecido al me- rosos fragmentos para el estudio del
nos en tres copias. Ciertamente, 4Q Dna Antiguo Testamento. Aparte de Isaías,
data aproximadamente de siglo y medio en todo el conjunto de estos descubri-
después de ser compuesto el original, mientos no hay un solo libro bíblico
mientras que los fragmentos de otro que esté representado por un rollo com-
rollo aún más antiguo, procedente de la pleto. Pero lo más sorprendente es quizá
primera cueva, parecen datar de un siglo que, a la larga, los restos fragmentarios
después de la fecha inicial. Poseer frag- de la cueva 4 han de resultar más valio-
mentos de un libro bíblico copiado un sos que el Isaías completo de la cue-
siglo después de ser éste compuesto es va 1. La razón es que permiten un co-
algo que nadie se había atrevido a ima- tejo de todos los libros bíblicos, a veces
ginar dentro del campo de los estudios con más de un rollo por libro. La mayor
veterotestamentarios. Lo único que po- parte de los fragmentos presenta pocas
dría compararse sería el fragmento Ry- variantes significativas con respecto al
lands del Evangelio de san Juan, que la texto hebreo comúnmente aceptado; sin
mayor parte de los investigadores fecha embargo, cierto número de ellos prueba
la existencia de tradiciones textuales dis-
tintas. Los más sorprendentes son los
n Datos comunicados por el profesor textos que presenten llamativas semejan-
F. M. Cross, excepto lo relativo al fragmento
de Daniel mencionado en último lugar; sobre zas con los Setenta. Ello prueba que la
éste, cf. «The Biblical Archaeologist» 12/2 versión griega usa un texto hebreo per-
(1949) 33. teneciente a una tradición conocida y uti-
MANUSCRITOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO 31 7

exactitud. Al estudiar este documento,


los investigadores empezaron por 'escri-
bir una porción del texto medieval que
aparece en nuestras biblias hebreas y lo
superpusieron al texto hebreo retráduci-
do a partir del griego, para, finalmente,
repetir la operación con las porciones
conservadas del rollo de Qumrán. Al
comparar los tres textos y calcular el es-
pacio que ocuparían las porciones perdi-
das del documento de Qumrán, pudo
advertirse inmediatamente que el rollo
se aproxima mucho más al griego, con
sólo variantes ocasionales, en algunas de
las cuales representa una tradición mejor
que la del griego. De hecho, si se hubie-
ra conservado todo el rollo, hubiera sido
el texto de Samuel digno de mayor con-
fianza. En su estado actual, los fragmen-
tos recuperados hacen posible corregir
159. Fragmento de Samuel I-II. el texto hebreo en gran número de luga-
res con mucha mayor seguridad que
antes 28.
Los datos combinados de Qumrán y
lizada en Palestina antes de los tiempos Murabba'at sugieren que la fijación de
de Cristo y durante ellos. un texto oficial hebreo tuvo lugar en
Por ejemplo, uno de los más impor- Palestina entre la primera y la segunda
tantes rollos de la cueva 4 es una copia sublevación (es decir, entre los años 70
de 1-2 Sm (il. 159), escrito no mucho y 135 d. C.). Antes de esas fechas circu-
tiempo antes del nacimiento de Jesús laban, al menos en Qumrán, textos co-
(4Q Sma). Se han conservado diversas rrespondientes a tradiciones distintas.
porciones de veinticuatro de los treinta Los esenios poseían no sólo libros he-
y un capítulos de 1 Sm y de veintidós breos que resultan muy parecidos a los
de los veinticuatro de 2 Sm. Ahora bien, Setenta en sus lecturas textuales, sino
desde hace tiempo se ha reconocido que incluso copias de la misma Biblia en
el texto de Samuel se tomó de un ma- griego, pues de hecho se han descubier-
nuscrito que contenía numerosas corrup- to un fragmento de los Setenta en per-
ciones, mientras que la versión griega gamino y varios en papiros. Hoy ya no
presenta mejores lecturas y un sentido es posible afirmar que la Biblia hebrea
más claro. El rollo de Qumrán a que
nos referimos se aproxima de tal modo
a los Setenta que línea por línea es posi- Q2° Cf., provisionalmente, F. M. Cross, A New
Qumran Biblical Fragment Related to tbe
ble reconstruirlo sobre la base de unas Original Hebrew Underlying the Septuagint:
pocas palabras, y ello con un alto grado «Bulletin of the American Schools of Oriental
de probabilidad. Cada una de las colum- Research» 132 (1953) 15-26; del mismo autor,
nas en que está escrito el rollo tiene un resumen importante en «The Biblical
Archaeologist» 17/1 (1954) 17-20; asimismo,
unas dimensiones perfectamente calcula- The Ancient Library of Qumran, op. cit.,
das que es posible determinar con toda cap. IV.
31 8 EL TIZON SALVADO DEL INCENDIO

es siempre superior a la versión griega. ordinaria, pues permiten al investigador


En cada caso será preciso considerar se- remontarse más allá del texto hebreo
riamente el valor de las lecturas de esta comúnmente admitido y adentrarse en
última. un período en que la transmisión del
Los descubrimientos de Qumrán, por texto era más fluida y aún no habían
consiguiente, poseen importancia extra- .sido eliminadas las tradiciones variantes.

BIBLIOGRAFIA

No hay una sola obra que aborde exhaus- otra parte, aún no han sido objeto del adecua-
tivamente los diversos temas que hemos resu- do análisis.
mido brevemente en este capítulo. En las notas En cuanto a los rollos del Mar Muerto, en-
a pie de página ya hemos dado una serie de tre las numerosas obras publicadas sobre el
referencias sobre diversas materias en concreto. tema conviene destacar dos, de reducido volu-
Sobre el trasfondo de los períodos persa y men, cuyos autores forman parte del equipo
helenístico, cf. especialmente J. Finegan, Light internacional que estudia grandes cantidades
from the Ancient Past ( Princeton 1946) 192ss; de materiales aún sin publicar: F. M. Cross,
A. T. Olmstead, History of the Persian Empire The Ancient Library of Qumran ( 21961), y
(Chicago 1948). [Cf. R. Ghirshman, Persia J. T. Milik, Ten Years of Discoveries in the
(Madrid 1964), con espléndidas reproducciones Wilderness of Judaea ( Londres y Naperville
en negro y color de los monumentos de la 1959). Cf. también M. Burrows, The Dead
época]. Sea Scrolls ( Nueva York 1955), y More Light
En cuanto a los movimientos culturales y re- on the Dead Sea Scrolls ( Nueva York y Lon-
ligiosos del período helenístico, cf. especial- dres 1959); H. H. Rowley, The Zadokite
mente W. F, Albright, Desde la Edad de Pie- Fragments and the Dead Sea Scrolls ( Oxford
dra al cristianismo (Santander 1959) 202-30 y 1952), con una bibliografía muy completa y
referencias; M. Noth, Historia de Israel ( Bar- puesta al día en el momento de su publica-
ción; A. Dupont-Sommer, The Jewish Sect of
celona 1966) 264-356. [Obra fundamental es Qumran and the Essenes ( Londres 1954);
hoy El mundo del Nuevo Testamento, 3 to-
cf. también los números publicados desde 1948
mos (Madrid, Ed. Cristiandad, 1973). En el por las siguientes revistas: «The Biblical
tomo I se estudian todos esos movimientos, Archaeologist», «Bulletin of the American
en el II se ofrecen los textos de la época y Schools of Oriental Research», «Revue Bi-
en el III los monumentos artísticos]. blique».
La mejor exposición acerca de la arqueolo- [Sobre Qumrán y los rollos allí encontrados
gía palestinense de los períodos persa y hele- existe una bibliografía copiosísima. Puede ver-
nístico se hallará en C. Watzinges, Denkmáter se, con un amplio estudio, en Comentario bí-
Palástinas II ( Leipzig 1935) cap. 5, aunque blico «San Jerónimo» V ( Madrid, Ed. Cristian-
seria preciso añadir nuevos datos que, por dad 1972) 128-150].
CAPITULO XIII

PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

Jesús nació en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes


(Mt 2,1).

Una vez que los romanos se apodera-


ron de Palestina en el 63 a. C., el país
nunca volvió a recuperar su independen-
cia de tiempos pasados. Cuando en el
40 a. C. amenazaban los partos de Me-
sopotamia con apoderarse de Jerusalén,
entregaron los romanos la mayor parte
del país a un individuo llamado Hero-
des, que actuó en calidad de rey cliente
entre los años 37 a 4 a. C. Herodes era
de ascendencia idumea (edomita), pero
oficialmente judío de religión, pues su
pueblo había sido «convertido» a la
fuerza por Juan Hircano en el 125 a. C.
En realidad, sin embargo, era un fervien- 160. Templo de Augusto en Samaría.
te admirador de la cultura griega, y su
reinado se caracteriza por el triunfo com=
pleto del helenismo sobre las tendencias, dental. Como señalaba un siglo más tar-
más conservadoras, de los macabeos. de el historiador Josefa, «no había un
solo lugar de su reino adecuado para
este propósito que consintiera dejar sin
PALESTINA EN TIEMPOS DEL algo que redundara en honor del Cé-
NACIMIENTO DE JESUS sar»'.
Examinaremos en particular las ruinas
La mayor parte del territorio que en de tres ciudades que Herodes el Grande
otros tiempos perteneciera a los reinos transformó mediante su notable campaña
de Israel y Judá fue puesta bajo domi- de construcciones.
nio de Herodes, que pronto inició la La primera es Samaría;r. que resultó
tarea de embellecer y consolidar sus do- completamente cambiada ' y renovada.
minios, de forma que al morir estaba el Durante las guerras de los macabeos ha-
país lleno de maravillas arquitectónicas
realizadas conforme a la tradición occi- ' Guerra judía 1.21.
320 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESÚS

bía perdido sus fortificaciones, que fue- gular del templo era el típico de la épo-
ron reemplazadas durante los años 75-55 ca, lo mismo que la plataforma artificial
antes de Cristo, pero la ciudad distaba en que se extendía el atrio. Este edificio
aún mucho de su antiguo esplendor. En el es la ruina más impresionante que aún
año 37 a. C. se casó allí Herodes con puede verse en Samaria, y no resulta
su amada Mariamne, y siete años más difícil imaginar que el emperador se hu-
tarde la ciudad le fue formalmente entre- biera sentido muy halagado por esta ma-
gada por César Augusto. Era un lugar , ravilla construida en su honor, incluso
muy adecuado para convertirlo en una si hubiera sido erigida en la misma
fortaleza en que apoyar el dominio de Roma
toda la comarca, pero que al mismo Al 'este del templo, en el otro extre-
tiempo podría servir para que el rey die- mo de la ciudad, se hallaba el foro, una
ra una muestra elocuente de su gratitud gran plaza abierta y rodeada de tiendas,
de devoción hacia Augusto. Herodes ins- que venía a ser un elemento caracterís-
taló allí seis mil veteranos de guerra y tico de cualquier ciudad helenística. Fue
dio al lugar el nuevo nombre de Sebaste construido, probablemente también por
( Augusta), que es como ha venido lla- Herodes, durante el siglo i a. C. Aparte
mándose hasta nuestros días. del templo, sin embargo, los más hermo-
La nueva muralla de Herodes, cons- sos restos de la época herodiana son los
truida en torno a la parte inferior de la del estadio construido en un extremo
pendiente del montículo, cercaba una ex- del valle, al norte del montículo, pero
tensa zona que forma un óvalo irregular incluido a propósito dentro de los mu-
con un kilómetro de anchura por la par- ros de la ciudad. Consistía en un peris-
te más amplia. A lo largo de esta mura- tilo dórico rectangular, es decir, -'que se
lla se distribuyeron torres defensivas a hallaba cercado por un muro de piedra
intervalos regulares; la cantería parece y provisto de columnatas que soporta-
ser obra de artesanos locales. Era una ban una techumbre por la parte interior
buena fortificación, aunque no excepcio- del recinto. La arena, por supuesto, que-
nal. El mayor esfuerzo se dedicó a la daba a cielo abierto, pero los especta-
construcción de un magnífico templo en dores podían sentarse o permanecer de
honor de Augusto (fi. 160). Samaría se pie a la sombra. Tenía aproximadamen-
convirtió en una ciudad pagana, y el te 190 m. de largo por 57 m. de ancho,
templo idolátrico que la embellecía pue- que eran unas medidas normalizadas en
de tomarse como una curiosa evocación la Antigüedad para obtener una pista de
de la obra realizada allí mismo por Jeza- la misma longitud que la usada para los
bel, que ocho siglos •antes había habita- juegos olímpicos de Grecia (600_ pies
do en un palacio cuyas ruinas se encuen- olímpicos de largo). Otro estadio de
tran precisamente bajo el templo de Asia Menor, el de Mileto, tiene precisa-
Herodes. En lo alto de las ruinas que mente la misma longitud que el de Sa-
quedaban de la ciudad israelita y otras maría, aunque su anchura es sólo la
construcciones posteriores se erigió una mitad. Los muros del recinto estaban
plataforma que cubría el montículo y cubiertos de una gruesa capa de revoco
avanzaba por uno de sus extremos; en y pintados formando paneles alternantes
ella se alzaba un gran atrio de más de de colores rojo y amarillo, con un zócalo
67 m. de lado y casi cuadrado. Una esca- marmóreo amarillo en la zona inferior.
linata conducía hasta el templo, construi- En el revoco aparecieron numerosos le-
do sobre un podio para que resultara treros y dibujos groseros, los típicos
visible a larga distancia. El plano rectan- garrapateos que cabe esperar de los es-
PALESTINA AL NACER JESUS 321

161. Vista aérea de Cesarea.

pectadores en cualquier época. Los letre- y también ofreció los premios más im-
ros están en griego, aunque muchos de portantes de la 192 Olimpíada, evíden-
los nombres son latinos, como resulta temente celebrada allí, en su estadio.
normal en una ciudad habitada por una También se dice que dotó a la institu-
población tan heterogénea. ción olímpica cuando ésta se hallaba a
La introducción de los deportes grie- punto de hundirse por falta de recursos
gos, incluidas la carrera y la lucha, cons- económicos, de forma que la competi-
tituye un fenómeno relativamente tardío ción internacional no dejara de celebrar-
en Palestina. El estadio de Samaría era se cada cinco años.
realmente espléndido. Se utilizó durante La segunda ciudad de que hablaremos
siglos y sufrió'una reconstrucción en es= es Cesarea. (il. 161), situada en la costa,
tilo corintio hacia el siglo ii d. C. Sin a medio camino entre el Monte Carmelo
embargo, en los autores antiguos no apa- y Joppe. Antes'de Herodes era un lugar
rece nunca mencionado como un lugar sin importancia alguna, llamado «Torre
donde se celebraran competiciones fa- de Estratón». Cuando el rey terminó de
mosas. Por otra parte, sabemos que He- edificarla, resultó la ciudad una de las
rodes era muy aficionado a los 'juegos más bellas e importantes de toda Pales-
atléticos, y que ordenó celebrarlos en tina. Durante casi todo el período com-
Cesarea y Jerusalén. Según nos cuenta prendido entre los años 6 y 66 d. C.
Josefo, dispuso Herodes que en Cesarea fue residencia del gobernador romano
se celebrasen los juegos cada cinco años, del país. Allí fue llevado Pablo_ a juicio
21
322 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

ante Festo y Herodes Agripa antes de de la fotografía aérea~'Era el. lugar en


embarcar hacia Roma (Hch 25,23ss). que lucharon los gladiadores entre sí y
Allí estaba de guarnición el centurión con las fieras cuando Herodes inauguró
romano convertido por Pedro, y allí se oficialmente la ciudad el año 10 a. C.,
estableció, como consecuencia de aquella y donde centenares de judíos prisioneros
conversión, la primera iglesia cristiana perecerían en aquellas mismas luchas por
con gentiles entre sus miembros (Hch orden de Tito el año 70 d. C. La arena
10; 18,22). A comienzos del siglo ii de era de forma ovalada y medía poco me-
nuestra Era la ciudad se convirtió en nos de 90 m. de largo por 60 m. de
centro importante de la Iglesia cristiana. ancho. La construcción encerraba, por
Uno de los primeros grandes sabios que tanto, un espacio ligeramente superior
tuvo la Iglesia, Orígenes, enseñó en una al del mismo Coliseo romano; éste, inau-
escuela de Cesarea durante algún tiem- gurado por Tito el año 80 d. C., tiene
po, y el historiador Eusebio, que llegaría una arena de unos 84 m. de largo por
a obispo de Cesarea (315-318 d. C.), re- 52 m. de ancho. El anfiteatro herodiano
cibió allí su formación. El área que la parece constituir asimismo un nuevo
circunda fue una de las huertas más fera- fenómeno. La más antigua referencia
ces de Palestina hasta la Edad Media, literaria a este tipo de construcción es
cuando, al ser destruida en las guerras de hacia el año 30 a. C., y el primer
de los cruzados, empezó a ser invadida anfiteatro permanente que hubo en
por la arena. Hasta el siglo pasado, sin Roma fue construido el año 29 a. C. en
embargo, se extraía de sus canteras bue- el Campo de Marte.
na piedra de construcción, que se envia- Ya se ha hablado de la importancia
ba por mar hasta Joppe y Acre. del estadio de Cesarea para las competi-
Cesarea nunca ha sido excavada en ciones atléticas. El teatro era para los
realidad, pero aún son visibles los restos amantes de la cultura; allí se represen-
'de época romana que posee la ciudad. tarían sin duda alguna las antiguas, obras
Herodes tardó doce años (25-13 a. C.) dramáticas griegas, pero también se da-
en construirla. Se dispuso una escollera rían conciertos. Cesarea sería, por tanto,
de treinta metros de anchura y asentada una ciudad habitada por una población
a una profundidad de 36 m. bajo el cosmopolita que, en su deseo de imitar
agua, empleándose grandes bloques con las costumbres de Roma, se sentiría allí
intención de conseguir un puerto igual, completamente a gusto. Sería, por otra
según Josefo, que el de Atenas, cuando parte, un lugar en que los judíos piado-
no mayor. Los restos de esta escollera sos y conservadores se encontrarían en
son aún visibles en forma de dos len- medio del más exacerbado tipo de paga-
guas que desde tierra penetran en el nismo traído de fuera e implantado en
mar. También se levantó una muralla el suelo de su tierra santa.
semicircular para cercar la mayor parte La tercera ciudad que hemos de des-
de la ciudad con sus grandes edificios cribir como ejemplo de la transforma-
públicos. En su interior levantó Herodes ción llevada a cabo por Herodes en
un templo en honor de César, adornado Palestina es Jerusalén Entre otras cosas,
con una estatua colosal del personaje, un fueron reconstruidos los muros de la
anfiteatro un teatro, un estadio y un ciudad, se edificó un nuevo templo para
mercado: Aún son visibles las ruinas del el culto judío y se reparó una ciudadela
teatro, el anfiteatro y el estadio. El anfi- situada en el ángulo noroccidental de la
teatro ha sido descubierto recientemente explanada del templo,' a la que el rey
por los arqueólogos israelíes con ayuda puso el nombre de «Torre Antonia»;
PALESTINA AL NACER JESUS 323

cambió mucho a lo largo de los siglos,


pero sabemos lo suficiente acerca de este
tema para trazar las líneas generales de
la historia de la ciudad. -Los problemas
que planteaba la defensa en tiempos del
Nuevo Testamento ya no eran los mis-
mos que en el siglo x a. C.,-cuando
David se apoderó de aquel lugar. En
aquella ocasión sólo fue preciso reparar
las enormes fortificaciones cananeas de
la colina inferior (il. 78-79). Pero en los
tiempos del Nuevo Testamento aquellas
viejas murallas ya no tenían utilidad al-
guna, excepto quizá a lo largo del cos-
tado oriental, sobre el Cedrón. El prin-
cipal problema era ahora la defensa de
162.
las colinas oriental y occidental, así
Mapa en relieve de la antigua Jeru-
salén, con las murallas, la explanada como las zonas, suburbanas del norte, en
del Templo y la iglesia del Santo Se
pulcro. La ciudad de David quedaba
rápida expansión. Los límites oriental
a la izquierda de la explanada del y meridional de la ciudad contaban con
Templo. Abajo, el Cedrón, y arriba,
el valle de Hinnón. las defensas naturales que representaban
respectivamente las hondonadas del Ce-
drón y el Hinnón, que podía fortifi-
también se construyó Herodes su magní- carse con relativa facilidad. Más difícil
fico palacio. resultaba esta tarea en los sectores norte
En los tiempos de Jesús ya no se ha- y noroeste. El primer muro norte de
llaba el centro de Jerusalén en la colina que habla Josefo corría en dirección oes-
inferior (el Ofel), al sur de la explanada te a partir de aproximadamente la parte
del templo, como en los tiempos del media del recinto del templo. Un segun-
Antiguo Testamento (cf. 1 ,162). Ahora do muro arrancaba de junto al ángulo
quedaba hacia el oeste y el norte del noroeste, de la explanada del templo,
recinto sagrado. Por otra parte, el Valle hasta encontrarse con el anterior en un
del Tiropeón, que separaba los sectores punto coincidente o próximo a la actual
oriental y occidental de la ciudad, se puerta de Jaffa y la ciudadela. No es
encontraba ahora parcialmente rellenado seguro el trazado de este segundo muro.
con los escombros acumulados durante Si la iglesia del Santo Sepulcro coincide
siglos. En la época de los macabeos eri- exactamente con el lugar de la crucifi-
gieron los judíos una potente fortaleza xión y sepultura de Jesús, el segundo
en el emplazamiento de la vieja ciudad muro habrá de situarse de forma que
inferior, que en tiempos de Herodes era esta iglesia quede fuera del recinto amu-
llamada el Acra. El historiador judío rallado. Puesto que ello daría por resul-
Josefo nos dice que la ciudad inferior tado un trazado nada satisfactorio para
estuvo en otros tiempos más alta que la una fortificación, algunos investigadores
explanada del templo, pero que cuando han pensado que la iglesia actual no
los macabeos edificaron el Acra se excavó señala el lugar exacto de aquellos acon-
la cumbre de la colina y se rellenó el tecimientos, y que el segundo muro en-
valle que la separaba del templo. cerraría una mayor extensión, al mismo
La topografía de Jerusalén, por tanto, tiempo que se hallaría situado en un
324 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

163. La «Torre de David».

terreno más elevado. Hacia el 42 d. C., to del templo reedificó una fortaleza de
reinando Herodes Agripa, pocos años los macabeos y le puso por nombre An-
después de la muerte de Jesús, se inició tonia, en honor de Marco Antonio (ilus-
la construcción de un tercer muro situa- tración 164). Josefo nos dice que este
do áún más al norte que el segundo, bastión se elevaba sobre un precipicio
para cercar otro barrio que Josefo llama de unos 22 m, de altura, y que tenía
Bezethá. Las obras, sin embargó, no cuatro torres en sus cuatro ángulos. La
finálizarían hasta el período de la pri- del ángulo sudeste era alta, de unos
mera sublevación judía contra Roma el 32 m., de forma que se podía vigilar
66 d. C. desde ella cualquier incidente que se
Los muros primero y segundo existían produjera en el templo. En la Antonia
ya cuando Herodes fue constituido rey. se hallaba acuartelada una legión roma-
Luego, él mismo consolidaría estas de- na; Josefo interpretaba la Antonía como
fensas, sobre todo al adosarles tres gran- la fortaleza que guardaba el templo,
des y magníficas torres en los lugares en mientras que éste guardaba la ciudad 2.
que se unían. Estas torres tenían por
objeto reforzar el punto más débil, con-
cretamente el ángulo noroeste (il. 163). = Todo el sistema defensivo de la ciudad,
Directamente al sur de las torres edificó especialmente después de la construcción del
tercer muro, resultaba tan impresionante que
su suntuoso palacio. En el lugar en que llegó a causar admiración a los mismos roma-
el segundo muro se aproximaba al recin- nos. El historiador romano Tácito escribió
PALESTINA AL NACER JESUS 325

En Jerusalén se han practicado cuida- puerta de Jaffa, entre 1934 y 1940. Era
dosos estudios y repetidas excavaciones éste el punto en que se unían el primero
en época moderna; la mayor parte de las y segundo muros septentrionales, fortifi-
excavaciones, sin embargo, se realizó an- cado por tres torres herodianas. Johns
tes de 1930, sin que apenas se aplicaran encontró bajo el patio de la Ciudadela
las técnicas estratigráficas y el, estudio un muro preherodiano del siglo iii o
detallado de los fragmentos cerámicos. el ii a. C., que giraba hacia el sur y se
El resultado ha sido que, si bien se han hallaba reforzado por tres torres. Los
realizado notables hallazgos, la mayor cimientos de una de ellas aún sostienen
parte de ellos no puede fecharse.' Entre la obra de la actual «Torre de David»
las más importantes excavaciones se (il. 163). Los bloques de piedra utiliza-
cuentan, por ejemplo, las de F. J. Bliss dos en esta construcción son de gran
y A. C. Dickie, entre 1894 y 1897, en tamaño y pesan por término medio cin-
los restos de las murallas que bordean co toneladas, aunque algunos llegan a
el Valle de Hinn6n. Es posible que en- las diez. Están bellamente escuadrados
contraran el muro sur de Herodes en y tienen uniones muy perfectas. La cons-
torno a la colina occidental, pero no trucción se inserta en el muro anterior
podemos asegurarlo. Quizá el trabajo y es, indudablemente, lo que queda de
más interesante, desde un punto de vista una de las tres torres de Herodes. No
científico, haya sido el de C. N. Johns, es seguro que también sean herodianas
realizado en la Ciudadela, junto a la las otras dos torres halladas por Johns.
En todo caso, este descubrimiento viene
(Hist. V.11-12) que el año 70 d. C., Títo, por a fijar la situación del ángulo noroeste
una serie de razones, deseaba terminar el ase- de la ciudad herodiana.
dio de Jerusalén sin más demoras. «Pero la Las intensas investigaciones del famo-t,
posición dominante de la ciudad había sido so arqueólogo francés P. H. Vincent, de
robustecida mediante unas obras imponentes
que hubieran constituido una defensa comple- la Escuela Bíblica de los dominicos en
ta incluso para un lugar situado en campo Jerusalén, han localizado el emplaza-
llano. Dos colinas de gran elevación habían miento y el plano aproximado de la
sido valladas con muros a los que se había
dado hábilmente un sesgo oblicuo o habían Torre de Herodes y el ángulo noroeste
sido provistos de entrantes de forma tal que de la explanada del templo (il. 164).
el flanco de los atacantes quedaba expuesto a Este fue el lugar donde Pablo fue encar-
los proyectiles. La roca quedaba cortada a celado cuando un oficial romano le res-
pico; las torres se elevaban a una altura de
18 m. en aquellos puntos en que lo escar- cató del tumulto que se había formado
pado de la colina servía de fortificación, y a en el templo (Hch 21,27ss). En opinión
una altura de 36 m. donde el terreno era del P. Vincent fue también el lugar en
llano. Las defensas tenían un aspecto magní- que Jesús compareció en juicio ante Pi-
fico y vistas a lo lejos parecían poseer una lato, donde además sufrió burlas y escar-
elevación uniforme. En el interior había otras
murallas que rodeaban el palacio, y, eleván- nios (Mc 15). El nivel antiguo de la
dose a una altura señera, la torre Antonia, así calle se encuentra en este lugar unos
llamada por Herodes en honor de Marco An- 2 m. por debajo del actual. Prácticamen-
tonio. te, el único resto de las construcciones
»El templo se asemejaba a una ciudadela,
y tenía sus propios muros, que estaban cons- antiguas que aún se alza por encima del
truidos con mayor, esmero que los restantes. suelo es el arco del Ecce-Homo (il. 165),
Incluso las columnatas que lo rodeaban forma- así llamado porque, según la tradición,
ban un recinto admirable. Poseía un manantial desde aquí mostró Pilato a Jesús, coro-
inagotable; en la colina se habían practicado
subterráneos y había depósitos y cisternas para nado de espinas, a la multitud, y dijo:
recoger el agua de lluvia». «He aquí el hombre» (Jn 19,5). En rea-
326 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

164. Reconstrucción de la Torre Antonia.

lidad, sin embargo, este arco nunca tuvo en el lugar llamado `pavimento' (tithos-
relación alguna con la Torre Antonia o troton), en hebreo, Gabbatha.» En las
con los acontecimientos de la vida de losas se ven aún grabadas las rayas que
Jesús. Formaba parte de una triple arca- forman el tablero de un popular juego
da que hizo construir el emperador romano, con el que se entretendrían los
Adriano (117-138 d. C.) como entrada soldados que allí estaban acuartelados.
triunfal a la nueva ciudad que mandó Los restos más vistosos de las cons-
construir, y de la que estaban excluidos trucciones herodianas de Jerusalén son
los judíos. los pertenecientes a los grandes muros
El descubrimiento más importante en- edificados en torno a la gran explanada
tre los realizados por 'el P. Vincent se en que se alzaba el templo. Por aquella
cuenta el pavimento que cubría el suelo época el santuario de Jerusalén era un
en el patio de la Antonia (il. 166). Se lugar de peregrinación al que acudían
encuentra en el subsuelo del moderno los judíos de todos los rincones del
` 'convento y colegio de las Hermanas de mundo civilizado. Al reconstruirlo pensó
Sión, y, al parecer, cubre una superficie Herodes que era necesario habilitar un
{aproximada de 50 m2. Las losas utiliza- espacio mucho mayor que antes para dar
das para hacer este pavimento son de cabida a toda aquella multitud y, al mis-
, caliza dura, de unos 30 cm. de espesor mo tiempo, embellecerlo adecuadamente.
;' y cerca de un metro de lado. Este pavi- La actual explanada que puede admirar-
mento reviste especial interés por ser se en Jerusalén es el resultado de
quizá el mencionado en Jn 19,13: «Cuan- aquellas obras, aunque el atrio exterior
do Pilato hubo oído esto, mandó sacar no se extendía entonces tanto en direc-
fuera a Jesús y se sentó en el tribunal, ción norte como hoy. Para lograr un
PALESTINA AL NACER IESUS 327

166. Pavimento del patio de la Torre Antonia.

165. Arco del Ecce-Homo, Jerusalén.

espacio tan amplio era necesario cons-


truir una plataforma apoyada en colum-
nas y enormes bóvedas sobre una parte
del extremo sudoriental, donde el terre-
no se inclinaba en rápida pendiente. Este
gran sistema de bóvedas existe actual-
mente y lleva el nombre de «establos de
Salomón», ya que la tradición lo atribu-
yó a este monarca. No está claro por
qué se ha hablado de «establos», a me-
nos que se lo impusieran los cruzados,
que, a finales de la Edad Media, se dice
que utilizaron aquellas bóvedas para
estabular sus caballos.
Para consolidar la plataforma la cercó
Herodes con un enorme muro de con-
tención todo alrededor. A los costados
occidental, meridional y sudoriental del
recinto aún pueden verse restos de aquel
muro. Entre 1867 y 1870, Charles
Warren lo examinó en varios puntos
hasta una profundidad de 15 m., que es
la que tienen los cimientos, que se apo-
yan directamente en la roca viva. El
«Muro de las lamentaciones», al oeste,
es la más ilustre muestra de la construc-
ción típicamente herodiana (il. 167). La
parte superior de este muro es de cons- 167. El Muro de las Lamentaciones.
328 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

169. Inscripción herodiana prohibiendo entrar en el


templo a los gentiles.

ron e incendiaron el templo, ahogándolo


todo en uno de los más terribles baños
168. Plano del templo de Herodes. de sangre que ha conocido la historia.
Sólo dos sillares de piedra han aparecido
de los que pueda afirmarse que forma-
trucción posterior, pero las hiladas infe- ban parte de la construcción del templo.
riores de sillares son características de la Uno fue descubierto el año 1871 en un
fina construcción herodiana. Enormes cementerio (il. 169) y otro apareció mu-
bloques de piedra fueron cuidadosamen- tilado el año 1935 cerca de la puerta de
te escuadrados y encajados; los mayores San Esteban. Estuvieron colocados en
que se han podido observar tienen 4,80 las puertas que daban acceso al patio
por 3,90 m. ,En el costado occidental se interior y llevan una advertencia escrita
advierten los arranques de dos arcos; en griego, que dice así: «Ningún extran-
probablemente son restos de los puentes jero puede penetrar dentro de la cerca
que enlazaban la colina occidental con y muralla en torno al santuario. Todo
la explanada del templo, salvando de el que sea sorprendido (violando esta
este modo el Valle del Tiropeón. orden) será responsable de la (pena de)
En Josefo y en la Mishná ( Mid- muerte que de ahí se seguirá».
doth) se han conservado sendas descrip- El plano del templo ha sido fijado
ciones del templo. Evidentemente se tra- gracias a la tradición y el actual santua-
taba de una espléndida construcción rio. Todo lo que Herodes pudo hacer
comparable con los demás grandes tem- fue elevarlo, añadirle un magnífico pór-
plos del mundo romano (il. 168). Pero. tico y dotarlo de una complicada deco-
l a profecía que sobre aquél lanzó Jesús ración, de la que serían una muestra las
habría de cumplirse al pie de la letra. chapas de oro que lucían en la fachada.
Una vez dijo a sus discípulos: «¿Veis En torno al santuario se desarrollaban
estos grandes edificios? Pues no quedará hermosas columnatas cercando los pa-
piedra sobre piedra que no sea destrui- tios.!Frente a la catedral rusa, al norte
da» (Mt 13,2). Así ocurrió, efectivamen- de la ciudad antigua, se descubrió hace
te, el año 70 d. C., cuando los soldados algunos años una columna defectuosa
de Tito asolaron toda la ciudad, saquea- que estuvo destinada a ser erigida en
PALESTINA AL NACER JESUS 32 9

uno de los pórticos, pero que no llegó por toda Palestina pueden verse aún los
a ser movida de la cantera. Los pórticos, restos de otros edificios públicos erigi-
sin embargo, no llegaron a terminarse dos por Herodes: en Ascalón, Herodium
en tiempos de Herodes; lo cierto es que ( Montaña Franca, al sur 'de Belén), Ma-
las obras no finalizaron hasta seis años sada, junto al Mar Muerto ( fi. 170).
antes de que todo el conjunto fuera des- Qarn Sartabeh (Alexandrium, al norte
truido en el 70 a. C,,Aquel templo era, de Jericó) y la misma Jericó. Estas cons-
sin duda alguna, un edificio que podía trucciones, con excepción de parte- de los
compararse con los más espléndidos de palacios de Masada y Jericó, están aún
todo el antiguo Próximo Oriente, y el sin excavar s. Pero se ha escrito lo sufi-
mismo Tácito, un autor romano, decía ciente para sugerir la atmósfera tan dis-
de él que era «un templo de riqueza in- tinta que había en la Palestina de los
mensa». Se dice que Tito quedó enorme- tiempos de Jesús comparada con la de
mente impresionado al contemplarlo s. los reyes de Israel. Herodes el Grande
El templo era el recurso con que con- había trasformado el país, que había
taba Herodes para ganarse los ánimos vuelto a ser rico y próspero, muy pare-
de los judíos. Con la misma intención cido, desde el punto de vista de Hero-
mandó elevar otras dos grandes cons- des, al de los tiempos de Salomón, con-
trucciones, una en Hebrón y otra en las vertido de nuevo en un lugar donde
inmediaciones de esta ciudad. Se han en- podía vivir a gusto un hombre de gran
contrado restos de la típica construcción cultura, cuyas maravillas podían mos-
herodiana en el edificio que actualmente trarse con orgullo a 'los visitantes ilus-
cubre el emplazamiento tradicional de la tres. Pero, ¿estaban dispuestos los judíos
caverna de Macpelá, en que fueron se- a soportar aquel cosmopolitismo que in-
pultados Abrahán, Isaac y Jacob. El otro vadía su país bajo la dominación extran-
edificio se hallaba al norte de Hebrón, jera? Los días del esplendor herodiano
en el lugar de Mambré en que se supo- no llegarían más allá del siglo i de nues-
nía que en otros tiempos se hallaba la tra Era.
encina de Abrahán. Pero estos regalos
a la piedad judía no lograron borrar del
5 Cf. los informes preliminares de J. L. Kel-
todo la suspicacia, pues a cualquier par- so y J. B. Pritchard en «Bulletin of the Amer-
te que se dirigiera la mirada aparecían ican Schools of Oriental Research» 120 (1950)
continuamente las muestras de las afi- 11-22; 123 (1951) 8-17; «The Biblical Archae-
ciones paganas de Herodes. Se dice que ologist» 14/2 (1951) 34-43. En Masada inició
sus trabajos una misión israelí el año 1955;
el rey edificó un teatro y un estadio en cf. «Israel Exploration Journal» 7 (1957) 1-60,
la misma Jerusalén, el centro de la vida donde se hallarán datos arqueológicos sobre
judía. Dónde pudieran estar emplazados, este yacimiento. [Después de publicarse este
sin embargo, es un misterio. En direc- libro, una amplia expedición, patrocinada por
la Universidad Hebrea de Jerusalén y el De-
ción sur y a considerable distancia de partamento de Antigüedades del Gobierno de
la ciudad se descubrió un teatro a fina- Israel, y dirigida por el profesor de arqueo-
les del pasado siglo, pero no sabemos si logía Yigael Yadin, excavó. y estudió plena-
se trata de una construcción herodiana a. mente el recinto de Masada entre 1963-65. Los
hallazgos fueron extraordinarios: Palacio-Villa
En algunos otros lugares' dispersos del Norte, Palacio del Oeste, la sinagoga, la
capilla bizantina, etc. El propio Y. Yadin escri-
bió un libro, profusamente ilustrado en negro
3 Tácito, Hist. V.8; Josefo, Guerra judía y color, sobre las excavaciones y la historia de
VIA. Masada: Masada. La fortaleza de Herodes y el
' C. Schick, Quarterly Statement of the último bastión de los zelotes ( Barcelona
Palestine Exploration Fund (1887) 161ss. 1969)].
330 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESÚS

aquel episodio lo que sigue: «En Damas-


co, el gobernador del rey Aretas guarda-
ba la ciudad con intención de apoderarse
de mí; pero por una ventana que daba
sobre el muro me descolgaron en una
espuerta y así pude escapar de sus ma-
nos» (2 Cor 11,32). El hijo de Herodes
el Grande, Herodes Antipas, que reinó
en Galilea y Per ea (territorio de Trans-
jordania) entre el año 4 a. C. y el
39 d. C., al que Jesús llamó «esa zorra»
( Lc 13,32), se casó con la hija de Are-
tas. Con ocasión de una visita a Roma,
sin embargo, conoció a su cuñada He-
rodías y no paró hasta conseguir des-
posarse con ella. Por denunciar este
matrimonio inicuo fue encarcelado y lue-
go decapitado Juan Bautista (Mc 6,17-
29). La primera esposa de Herodes, la
hija de Aretas, huyó al lado de su pa-
dre, que organizó un ejército contra su
yerno, al que derrotó el 36 d. C.
Los nabateos, por consiguiente, eran
una potencia con la que era preciso con-
tar. Se habían establecido a lo largo de
las importantes rutas comerciales que
170. Masada.
unían Arabia con Siria. En Petra se re-unían las caravanas cargadas de mercan-
cías procedentes de Africa, el sur de
Arabia, la India y hasta China; desde
aquel punto partían de nuevo en direc-
LOS VECINOS DE JUDEA ción a Siria y Egipto, así como hacia
Italia y Grecia desde Gaza en Palestina.
Uno de los pueblos más enérgicos y Petra era uno de los grandes centros
mejor dotados del Próximo Oriente en mercantiles del Próximo Oriente, pero
tiempos de Jesús era el de los nabateos. era también algo más. Era un lugar de
El centro de su territorio se hallaba en impresionante belleza, asentado en un
las antiguas posesiones de Edom; Petra valle cercado por acantilados de arenisca
era la capital de su reino, la Sela, «Roca», roja. En las escarpaduras del valle habían
del Antiguo Testamento (il. 171). Su sido excavadas tumbas y mausoleos de
rey más famoso fue Aretas IV (9 a. C.- gran esplendor (il. 172), hasta el punto
40 d. C.), cuyos dominios incluían el sur de que la ciudad se convirtió en un es-
de Palestina (el Négueb), gran parte de pectáculo maravilloso que aún sigue cau-
Transjordania, el norte de Arabia y, a sando asombro a los turistas que visitan
finales de su vida, Damasco. A poco de suj restos. Aretas hizo por embellecer
convertirse Pablo, un funcionario del rey su capital lo mismo que Herodes en el
Aretas trató de apoderarse de él en Da- caso de Jerusalén. Han sido explorados
masco. El Apóstol escribió acerca de varios templos nabateos y «lugares al-
171. Seis, fortaleza natural en la que estaba Petra, capital de Edom.

172, Tumbas excavadas en la blanda roca arenisca de Petra.


332 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

173. Templo nabateo de jebe¡ et-Tannur, Transjordan¡a.

tos» sagrados. Nelson, Glueck excavó Las excavaciones demostraron que el


uno de estos templos en 1937. Se halla- edificio había sido construido en tres
ba situado en lo alto de una colina lla- fases; la parte correspondiente a las fa-
mada Jebel et-Tannur, al sudeste del ses segunda y tercera se había desarro-
Mar Muerto, y se asentaba sobre una llado en torno al santuario anterior, po-
gran plataforma frente al este y con un niendo sumo cuidado en no dañarlo. El
gran patio que precedía al santuario primer edificio fue erigido probablemen-
(il. 173). Es un buen ejemplo de la com- te en el año 7 a. C. Lb sabemos por
binación de tradiciones arquitectónicas una inscripción conmemorativa de la
griegas y semíticas, así como de la mez- consagración, que evidentemente fue re-
cla de las creencias religiosas. Sabemos utilizada en la segunda fase. En esta ins-
que la divinidad principal de los naba- cripción se dice que el monumento fue
teos era un dios llamado Dusares, pero erigido por un cierto Natayr'el «por la
en Tannur se había otorgado el primer vida de Haretat (Aretas), rey de los na-
puesto al dios sirio de la tempestad, bateos, que ama a su pueblo, y por la
Hadad (il: 174), identificado ahora con vida de Huldu, su esposa, en el año H»
el griego Zeus. A su lado había una divi- (del reinado de Aretas).
nidad femenina, Atargatis, identificada La mayor parte de los nombres naba-
con la Artemis griega, que evidentemen- teos parece de origen árabe, pero aque-
te era una personificación de las fuerzas llas gentes hablaban arameo. La inscrip-
de la fecundidad que llenan el mundo. ción de Tannur y otras descubiertas
LOS VECINOS DE JUDEA 333

están en arameo, aunque algunas son


bilingües, en griego y arameo. Durante
los años 1951 y 1952 se descubrieron
los primeros papiros que contenían do-
cumentos comerciales nabateos, en las
cuevas que se encuentran en las inmedia-
ciones del Wadi Murabba'at, a lo largo
de la orilla occidental del Mar Muerto.
Datan del siglo ii d. C. y muestran una
escritura cursiva, descifrada por Starcky,
de la Escuela Bíblica dominicana de Je-
rusalén 6.
En Petra se conservan los más bellos
«lugares altos» a cielo abierto apareci-
dos hasta ahora en el Próximo Oriente.
El primero fue hallado por G. L. Robín-
son en 1900 (il. 175). Está situado en
la cima de una escarpadura, por encima
y al sur del teatro romano, y consiste
en una explanada rectangular conseguida
en la roca, en uno de cuyos costados se
alzan dos altares también tallados direc-

174. El dios Hadad. Cf. «Revue Biblique» 61/2 (1954) 161-81.

175. El lugar alto de Robinson en Petra.


334 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

176. Fragmento de cuenco nabateo.

tamente en la roca 7 . W. F. Albright ex-


cavó otro santuario que ocupaba el pun-
177. Fortaleza nabatea.
to más elevado del recinto amurallado
de la ciudad. Consistía en una calzada
procesional que discurría en torno a una
roca sagrada. En Arabia han aparecido tes de la cocción una serie de temas flo-
otros paralelos de esta misma dispo- rales y de hojas estilizadas.
sición. Nelson Glueck ha establecido el limi-
La extensión y la intensidad de la te septentrional aproximado del reino
ocupación nabatea han sido estudiadas nabateo a lo largo de la mayor parte de
gracias a los fragmentos de cerámica su historia al advertir la ausencia repen-
aparecidos en los lugares habitados en tina de esta cerámica a partir de una
otros tiempos por este singular pueblo. linea trazada de este a oeste entre el
La cerámica nabatea resulta inolvidable extremo norte del Mar Muerto y el de-
para quien la. haya estudiado. Es increí- sierto. La cerámica nabatea aparece de
blemente fina y frágil, de forma que re- nuevo por todo el Négueb (sur de Pales-
sultan rarísimas las piezas completas tina), a partir de Berseba. En esta zona
(il. 176). Los mejores ejemplares son abundaban las ciudades y aldeas de los
copas sobre cuya superficie se pintó an- nabateos. Sólo en Transjordania contó
Nelson Glueck más de quinientas locali-
dades (cf. fi. 177). Las fortalezas vigila-
Este lugar alto se ha conservado tan per- ban las fronteras del reino y estaban
fectamente que causa el asombro de cuantos
lo visitan. En diciembre de 1934, un grupo distribuidas estratégicamente para prote-
formado por cuatro personas, entre ellas ger las rutas comerciales. Había verda-
C. H. Kraeling y este autor, empezó a seguir deras ciudades en zonas donde hasta
un sendero en que aún quedaban algunos es- ahora se había considerado prácticamen-
calones hacia la cumbre de la colina, sin saber
a dónde podría conducirles. Después de una te imposible que viviera un gran número
escalada agotadora, llegamos -de pronto al lugar de personas. De hecho, lo más asombro-
alto, sintiéndonos sorprendidos por la novedad so, en relación con los nabateos, es su
del descubrimiento, hasta que este autor lo capacidad para establecer una economía
identificó por lo que recordaba de las confe-
rencias dictadas por el doctor Robinson sobre agrícola en terrenos que a nosotros nos
Petra. parecen un desierto seco e inhabitable.
LOS VECINOS DE JUDEA 335

178. Dique romano de Wadi Dhobai, en el desierto de Transjordania.

El principal problema en estas zonas mero de diques (cf. ils. 177-178). Las
meridionales es la falta de agua. Esca- laderas se cubrieron de terrazas escalo-
sean los manantiales y durante el invier- nadas para evitar el arrastre de la tierra.
no llueve muy poco. Hasta hace pocos Cuando llovía, las aguas no podían fluir
años algunos investigadores estaban fir- hacia el valle, donde pronto hubieran
memente convencidos de que en tiempos desaparecido. Las cisternas se llenaban
bíblicos el clima tenía que ser muy dis- y los diques formaban pequeños lagos
tinto del actual. ~De otra forma, asegu- en que se remansaban las aguas; las te-
raban, no habría manera de explicar la rrazas impedían que el líquido fluyera
existencia de estas ciudades en pleno y lo retenían en las laderas. El subsuelo
desierto. Sin embargo, varios estudios se empapaba de agua y permanecía hú-
han venido a acumular pruebas de que medo a lo largo del cálido y seco verano.
no se han producido cambios importan- En nuestros días aún crecen los árboles
tes en el clima desde finales de la última y se mantiene la vegetación allí donde
época glacial, hace unos diez mil años siguen funcionando las terrazas y los di-
o algo más. Las exploraciones de Nelson ques de los nabateos. En el Négueb tra-
Glueck nos han proporcionado vivas tan los ísraelíes de imitar hoy a sus pre-
ilustraciones de la energía humana que decesores; para ello reparan muchas de
fue capaz de hacer posible la vida urba- las viejas construcciones nabateas y le-
na incluso en el Négueb palestinense. Se vantan otras a imitación de aquéllas.
logró conservar hasta la última gota de La vida del pueblo nabateo se prolon-
agua proporcionada por los manantiales ga desde el siglo i a. C. hasta el II d. C.
o las lluvias. Miles de cisternas, algunas En el 105-106 d. C. puso fin el empe-
de ellas de enormes dimensiones, apare- rador Trajano a la independencia del
cen por todas partes. Se construyeron país y lo convirtió en provincia romana,
canales y acueductos, así como gran nú- llamada Arabia Petrea (la «Arabia de
336 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

Petra»). No mucho después de esa fecha quizá fuese el deseo de asegurar una
desaparece la hermosa cerámica nabatea mayor protección a la frontera oriental
y llega a su término el esplendor del de los dominios romanos, al mismo tiem-
reino del desierto. Como dice Nelson po que se defendía la causa de la cultura
Glueck, «puede decirse, hablando en ge- helenística frente a los intereses semíti-
neral, que el pueblo nabateo es uno de cos y judíos. Históricamente, la referen-
los más notables entre cuantos han pisa- cia más antigua a la Decápolis aparece
do el escenario de la historia. Surgido en los Evangelios (Mt 4,25; Mc 5,20;
repentinamente de los desiertos de Ara- 7,31). El ministerio de Jesús, sin embar-
bia, llega en seguida a una posición de go, se limitaba a los judíos, y no tene-
gran poder, influencia y gloria, para hun- mos noticias de que llegara a predicar
dirse, con la misma rapidez, en el limbo en este territorio.
de la historia del que surgió, por culpa La ciudad que mejor ilustra lo que
de los romanos. Mientras tuvieron opor- era la vida en la Decápolis es Gerasa,
tunidad, los nabateos se convirtieron, a la que se llama frecuentemente «la
casi de la noche a la mañana, en gran- Pompeya de Palestina» (il. 179). Allí
des constructores de ciudades espléndi- sitúan algunos manuscritos antiguos el
das, únicas en la historia de la industria episodio del endemoniado que Jesús curó
humana. Fueron comerciantes, agriculto- (Mc 5,1 y Lc 8,26; cf. Mt 8,28). La ciu-
res, ingenieros y arquitectos de gran ca- dad estaba rodeada por una muralla; una
pacidad y energía. Las ruinas que ates- gran columnata enmarcaba la calle pavi-
tiguan su actividad constituyen al mismo mentada que atravesaba el centro de la
tiempo una prueba elocuente del esplen- ciudad, adornada además por los grandes
dor que supieron alcanzar» $. templos de Zeus y Artemisa, teatros,
Al norte de Nabatea, en tiempos del termas, un estadio y un mercado. En
Nuevo Testamento, había un grupo de época posterior llegó a contar con her-
ciudades federadas, cuyo número fue mosas iglesias. La mayor parte de los
originalmente de diez, que recibían el edificios monumentales aún visibles, sin
nombre conjunto de Decápolis. Entre embargo, data de la época posterior a la
ellas se contaban las mayores ciudades creación de la provincia de Arabia por
de la Transjordania, con la sola excep- Trajano, en el 106 d. C. Toda la ciudad
ción de Escitópolis (la Beisán del Anti- responde al modelo romano o helenísti-
guo Testamento), que se hallaba al oeste co, y viene a ser otro indicio de la pe-
del Jordán, al comienzo del paso que netración de la cultura occidental muy
conduce a la gran llanura del norte, Es- dentro de las fronteras de Palestina.
drelón (il. 58). Entre las restantes, las
mejor conocidas son Gerasa (la moderna
Jerash) y Filadelfia (la actual Ammán). LOS ESENIOS
Eran ciudades helenísticas cuya existen-
cia se remontaba a los siglos III O II Las principales sectas judías de Pales-
antes de Cristo. Con la llegada de los tina en tiempos de Cristo eran los sadu-
romanos, sin embargo, formaron una ceos, los fariseos y los esenios. Los sa-
unidad administrativa y quedaron bajo duceos formaban la aristocracia á&¡16-
el mando directo del gobernador roma- tal; eran conservadores y negaban toda
no de Siria. La razón de estas medidas doctrina que no tuvierá confirmación en
las Escrituras, entre ellas las creencias,
" The Other Side of the Jordan ( New Ha- relativamente tardías, en LA resurrección
ven 1940) 200. de los muertos y en las penas del infier-
LOS ESENIOS 337

179. Ruinas de la antigua Gerasa.

no. Lós fariseos eran los teólogos y le- una estricta disciplina ascética y ponían
gistas estrictos de la época; aceptaban en, práctica una moral «mejor que la de
las doctrinas evolucionadas del cielo y el los otros hombres»; no ofrecían sacrifi-
infierno, de la resurrección y la inmor- cios en el templo, «porque tienen unas
talidad, pero al mismo tiempo atribuían lustraciones más puras» '..Plinio el Vie-
gran autoridad a un cuerpo de interpre- jo, autor romano, los menciona en su
taciones orales de la Ley de Moisés, que Historia Natural (V. 17), obra publica-
consideraban estrictamente obligatorias. da poco antes de su. muerte, ocurrida
Uno de los problemas que más aguda- el año 79 d. C.. Afirma que vivían en la
mente discutían entre sí saduceos y fari- orilla occidental del Mar Muerto, y que
seos, que también habría de adquirir son «una raza solitaria, más extraña que
enorme importancia más tarde en la todas las demás del mundo».
Iglesia cristiana, era el de las relaciones Josefo dice que los esenios vivían en
entre Escritura y tradición, así como el rsos lugare- . os or to o el
de la función que corresponde a la se- país; Plinio, por su parte, da a enten der
gunda. Ambos grupos son severamente que su principal colonia se hallaba en
fustigados en el Nuevo Testamento, pero las inmediaciones del Mar Muerto. Este
ninguna alusión se hace al tercero, el de era el grupo que poseía los rollos del
los esenios. De ellos nos da noticias Jo-
sefo; el historiador judío afirma que sus Josefo, - Antigüedades judías XVIIII; con-
propiedades eran comunes, se atenían a fróntese también su Guerra judía II.8.
22
338 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

Mar Muerto, o de Qumrán, de cuyo des- edificio que ocupaba el emplazamiento


cubrimiento ya hemos hablado al final de una fortaleza de los tiempos de Juan
del capítulo anterior. La causa de que Hircano (135-104 a. C.). Sufrió serios
no haya aparecido la mayor parte de su desperfectos con motivo de un terremo-
biblioteca es seguramente que otros la to en el 31 a. C., pero se repararon los
descubrieron antes que nosotros, aún en daños y el edificio siguió en uso hasta
tiempos antiguos. Orígenes, un Padre que fue destruido por la Legión Décima
de la Iglesia del siglo irr d. C., dice en romana el año 68 d. C., poco antes de
su obra crítica sobre los textos del Anti- que Tito lograra apoderarse de Jerusalén
guo Testamento que utilizó libros he- (70 d. C.). Después de esto, sólo hubo
breos y griegos, entre ellos una traduc- allí un acuartelamiento para una guarni-
ción griega de los Salmos, hallada «en ción; esta última ocupación duró hasta
una tinaja, cerca de Jericó». Un patriar- finales del siglo i d. C. Los descubri-
ca nestoriano, Timoteo I, escribía hacia mientos más interesantes consistieron en
el 800 d. C. que un árabe había encon- un gran número de cisternas, un cemen-
trado cierto número de rollos en una terio con más de mil enterramientos,
cueva cerca del Mar Muerto, y que se las cocinas, los dormitorios comunes y
informó a los judíos del descubrimiento; un escritorio. En esta última estancia
éstos obtuvieron varios libros del Anti- había una gran mesa de argamasa (ilus-
guo Testamento y otros escritos hebreos. tración 181), un banco del mismo mate-
Durante el siglo viii d. C. se fundó una rial, una doble pila que servía para los
secta judía que se autodenominaba de lavatorios rituales de los copistas antes
los «karaítas» («escrituristas»); a partir o después de su trabajo con los textos
del 900 d. C. hay alusiones en autores sagrados y dos tinteros, uno de cerámica
karaítas y árabes a un antiguo grupo y otro de bronce. En su centro comuni-
llamado «gentes de la cueva», cuyos es- tario los esenios estudiaban día y noche
critos habían aparecido precisamente en las Escrituras y se empleaban incesante-
una cueva. Los karaítas se interesaban mente en la tarea de copiar rollos para
por las antiguas sectas judías a fin de su biblioteca. Tomaban su alimento en
demostrar que el judaísmo ortodoxo, o común y oraban juntos, aunque proba-
rabínico, no era el único tipo que había blemente tenían sus celdas individuales
existido. Pretendían sobre todo poner en las cuevas de los acantilados vecinos.
en tela de juicio la afirmación rabínica Por los documentos encontrados en
de que había un cuerpo auténtico de tra- las cuevas sabemos que la secta fue esta-
diciones orales tan antiguo como la ley blecida por su fundador, al que se desig-
escrita. na con el título de «Maestro de Justi-
Entre los rollos aparecidos en Qum- cia», en tiempo de los macabeos. Aquel
rán hay algunos documentos, especial- grupo se separó del resto de los judíos
mente el Manual de Disciplina, que nos «y de la morada de los hombres perver-
dicen sobre esta secta mucho más de lo sos para marchar al desierto y preparar
que hasta ahora sabíamos. Por otra par- allí el camino del Señor». La secta cita-
te, el centro de esta comunidad en ba en estas palabras el pasaje de Is 40,3,
Khirbet Qumrán ha sido excavado por al que, en su opinión, daban cumpli-
el Departamento de Antigüedades de miento de esta forma: «En el desierto
Jordania y la Escuela Bíblica de los do- preparad el camino del Señor; allanad
minicos en Jerusalén a lo largo de una en el desierto una calzada para nuestro
serie de campañas iniciadas en 1951 Dios». En relación con el resto de la
(il. 180). En este lugar se erigió un gran nación judía en general, los esenios se
LOS ESENIOS 339

180. Khirbet Qumrán.

181. Mesas y bancos de Qumrán.


tenían por una comunidad aparte, «uni-
dos (hasta formar) un santo de los san-
tos y una casa de comunidad para el
Israel que camina en la perfección» t°. las doce tribus del antiguo Israel. Todas
Al igual que los discípulos de Juan las propiedades eran comunes (cf. Hch
Bautista y los de Jesús, este grupo for- 4,32-37) y su vida se centraba en torno
maba una comunidad escatológica, es al estudio de la Escritura y la celebra-
decir, que se sometía a una disciplina ción de un sacramento consistente en un
especial y tomaba como tarea propia la banquete comunitario. Con unas palabras
preparación de los tiempos finales en que nos recuerdan las del Señor en la
que se instauraría el reino de Dios bajo última cena, un, sacerdote esenio iniciaba
la autoridad del Mesías. Esta comunidad la comida comunitaria extendiendo «su
resucitó la vieja idea israelita de la gue- mano para invocar una bendición con
rra santa, conservada especialmente en el las primicias del pan y del vino».
Deuteronomio, y estaba organizada a La vida de la comunidad tenía por
modo de un «ejército de salvación», en- objeto dar cumplimiento a los designios
teramente entregada a una formación y de Dios en la antigua comunidad de la
una disciplina rigurosas. A semejanza de alianza. Los esenios habían inaugurado
la comunidad del Nuevo Testamento, la Nueva Alianza y la vivían como una
parece que tenía por jefes a doce de sus anticipación del reino que había de ve-
miembros", quizá como un símbolo de nir. Entrar a formar parte del grupo
significaba romper los vínculos anterio-
'° The Dead Sea Manual of Discipline, res e iniciar un período de formación.
traducción de W. H. Brownlee (Bulletin of El neófito recibía, como signo de peni-
the American Schools of Oriental Research, tencia, un bautismo; pero, al igual que
Supplementary Studies 10-12; New Haven
1951), secs. VIII.13-14; IX.6. en el Nueva Testamento, el autor de
" Un pasaje de ibíd. VIII.1 habla de «doce aquella purificación se creía que era
laicos y tres sacerdotes». El profesor F. M. Cross Dios a través de su Espíritu Santo, «un
me informa de que los datos actualmente Espíritu dispuesto para la unidad en su
adquiridos indican que los doce laicos repre-
sentan a las antiguas doce tribus de Israel, verdad», que limpiaba al neófito del
mientras que los tres sacerdotes representan «espíritu de impureza». Sin embargo, a
a los tres clanes de la tribu sacerdotal de Leví. diferencia del bautismo cristiano, el rito
34 0 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

de los esenios se repetía a intervalos número de rasgos importantes. En am-


regulares como signo de purificación de bas había un bautismo de penitencia por
los pensamientos e intenciones malignos. el agua y el Espíritu, como ocurría asi-
Se insistía mucho no sólo en la bondad mismo en el caso de Juan Bautista. Tam-
de las acciones externas, sino también bién era rasgo característico de los tres
en la pureza de los pensamientos. Se movimientos la práctica de la posesión
celebraban frecuentes exámenes de con- comunitaria, el ideal de la «santa pobre-
ciencia ante los más ancianos. Se vigila- za». La autoridad ejercida por doce
ban con especial severidad y eran objeto miembros destacados; la intensa preocu-
de sanciones disciplinares la mentira, el pación por la pureza interior del grupo;
hurto, la intemperancia de carácter, el el nuevo estilo de vida, al que se daba
resentimiento o los deseos de venganza. el nombre de «el Camino»; la nueva
Según cierto pasaje, la corrección frater- congregación de «los Muchos»; la reac-
na seguía el mismo proceso que el indi- ción frente a los saduceos y los fariseos;
cado por Jesús en Mt 18,15-17. Primero la crítica del sistema sacrificial vigente
se reprendía al hermano descarriado pri- en el templo, son otros tantos que pare-
vadamente. Luego, la reprensión se hacía cen haber compartido los sectarios de
ante testigos. Finalmente, si no se había Qumrán y los cristianos de Jerusalén ".
logrado su enmienda, la acusación se lle- Otras semejanzas son las que se refie-
vaba ante toda la comunidad 12 En cual- ren a los métodos para interpretar la
quier caso, la reprensión había de hacer- Escritura, a las ideas y maneras de ex-
se «en amor y humildad y amorosa presarse. Uno de los rasgos caracterís-
devoción de los unos para con los otros. ticos de la Iglesia primitiva era su estu-
No se ha de hablar a un hermano con dio cuidadoso del Antiguo Testamento
ira, con resentimiento o con... espíritu y la interpretación de numerosos pasajes
maligno». Los esenios se tenían por de la Escritura como alusivos a los re-
hombres que habían elegido y seguían cientes acontecimientos que habían dado
«el Camino», un término que también origen a la Iglesia; estos acontecimien-
los antiguos cristianos aplicaban a su tos se interpretaban además como cum-
propia manera de vida (por ejemplo, plimiento de las antiguas promesas. Este
Hch 9,2). Uno de los nombres con que estudio de la Escritura desde una pers-
la comunidad se designaba a sí misma pectiva de expectación, en la seguridad
en conjunto era el de «los muchos». Un de que los acontecimientos y doctrinas
término semejante, cuando no una tra- del pasado tenían un sentido actual, no
ducción literal del mismo, se aplicó a la era precisamente el rasgo dominante en
comunidad de los primeros cristianos, la exposición rabínica de las Escrituras
aunque a veces, en las versiones, queda antiguas. Pero, por el contrario, era la
desfigurado al traducirse por «multitud» postura dominante entre los esenios, se-
(cf. Hch 4,32; 6,2.5; 15,12.30). gún podemos ver en sus comentarios
Uno de los descubrimientos más sor- bíblicos. Los hombres de Qumrán creían
prendentes que resulta del estudio de la ver en el Antiguo Testamento una serie
comunidad esenia del Mar Muerto con- de predicciones acerca de los aconteci-
siste, como todo lo anterior sugiere, en
la semejanza existente entre aquélla y la
primitiva Iglesia de Jerusalén en cierto " Cf. un resumen en S. E. Johnson, The
Dead Sea Manual of Discipline and the Jeru-
salem Cburch in Acts: «Zeitschrift für dio
Alttestamentliche Wissenschaft» 66 (1954)
' Ibíd. V.25-VI.1 y nota 3 de la p. 23. 106-20.
LOS ESENIOS 341

mientos de su propio pasado y del los dos espíritus es «en el interior del
«Maestro de Justicia». Poseían incluso corazón del hombre... Porque Dios los
catálogos de textos del Antiguo Testa- ha igualado hasta el tiempo del decreto
mento para probar sus creencias; entre y la creación de lo nuevo»,-para que «el
ellos había pasajes mesiánicos y otras alu- hombre conozca el bien (y el mal)».
siones que creían relacionados con el Este tipo de dualismo ético aparece
Mesías. Desde hace tiempo se ha suge- también en las páginas del Nuevo Tes-
rido que el autor del Evangelio de Ma- tamento, especialmente en Juan y en
teo debía de utilizar un catálogo de Pablo. En las cartas de Pablo' leemos
textos semejante, ya que aparece espe- muchos pasajes relativos a la lucha que
cialmente interesado en demostrar cómo se desarrolla en el mundo contra los
cada uno de los acontecimientos de la principados y potestades de las tinieblas
vida de Jesús da cumplimiento a alguna que se comportan como emisarios del
esperanza del Antiguo Testamento. «príncipe del poder del aire, el espíritu
Mayor interés aún reviste la teología que ahora actúa en los hijos de la des-
de Qumrán por su posible relación con obediencia» (Ef 2,2; 3,10). Pero en Pa-
el Evangelio de Juan. Los esenios, más blo hay un acento más militante; el com-
que cualquier otro grupo judío, parecen bate es duro, pero la victoria ya está
haber experimentado la influencia del ganada en Cristo. En Juan y entre los
pensamiento religioso iranio o zoroástri- esenios no se subraya tanto este aspecto
co. En éste, el mundo aparece como militante. En vez de ello hay una opo-
escenario de un conflicto entre dos seres sición casi estática a , las fuerzas adver-
primordiales que representan el bien y sas `. En 1 Jn 4,6 parece haber una
el mal, la luz y las tinieblas, la verdad traducción directa al griego de las ideas
y la mentira. Lo mismo se -advierte en de los esenios sobre los dos espíritus, al
la teología de los esenios, con la excep- hablar del «espíritu de la verdad y el
ción de que las dos fuerzas contendien- espíritu del error». En el Evangelio,
tes fueron creadas al prin cipio por el Paráclito o Consolador es el «espíritu
Diosa. «Del Dios del conocimiento vie- de la verdad» (Jn 14,17; 15,26; 16,13),
ne la existencia de todo cuanto es y todo que «os guiará hacia toda la verdad». El
cuanto será... El creó al hombre para uso joánico característico del término
que dominara el mundo y le asignó dos «verdad» se parece mucho al de los ese-
espíritus con que habría de caminar nios. La «verdad», por otra parte, es
hasta el tiempo de su visitación. Son los algo que se hace: «El que hace la ver-
espíritus de la . verdad y de la perver- dad camina hacia la luz» (Jn 3,21); esto
sión». Todos ls hombres son hijos de es justamente lo que hubiera dicho un
la luz bajo el gobierno del príncipe de esenio.
las luces o hijos de las tinieblas y de la El contraste entre luz y tinieblas des-
perversidad bajo el imperio del ángel empeña un cometido especialmente lla-
de las tinieblas. La vida presente es el mativo en san Juan y en los escritos de
campo de batalla entre ambos espíritus, Qumrán. -De un lado están los «hijos
y todos los espíritus al mando del ángel de la luz» (Jn 12,36), que no caminan en
de las tinieblas, o espíritu de perver-
sión, trabajan «para hacer caer a los " Sumario en W. F. Albright, Recent Dis-
hijos de la luz». El lugar donde luchan corveries in Palestine and the Gospel of John,
en W. D. Davies y D. Daube (eds.), Light on
the New Testament: Studies in its Background
" El credo esenio está resumido en el Ma- and Eschatology, in honor of C. H. Dodd
nual de disciplina; cf. op cit. III.13-IV.26. (Londres 1955).
34 2 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

las tinieblas, sino que poseen «la luz de El evangelio asenio de la nueva justicia
la vida» (Jn 8,12). Del otro se hallan en la Nueva Alianza queda muy lejos
«los que caminan en las tinieblas» y re- del evangelio cristiano del amor de Dios,
chazan la luz. Al hablar de este modo, del mismo modo que la figura de Cristo
san Juan usa casi exactamente las mis- resulta completamente distinta del ese-
mas expresiones que antes habían usado nio «Maestro de Justicia».
los esenios.
Los investigadores trataban de expli-
car antes el dualismo joánico por referen- LA ARQUEOLOGIA Y LOS EVANGELIOS
cia a las diversas corrientes filosóficas
de su tiempo, sobre todo las helenísticas El período que abarca el Nuevo Tes-
tardías de todos los matices. Pero siem- tamento es tan corto que no podemos
pre surgían dificultades, como no deja- esperar de la arqueología una ayuda tan
ron de señalar varios críticos. Los sor- valiosa como cuando se trataba del Anti-
prendentes descubrimientos de Qumrán guo, que se extiende a lo largo de unos
han vuelto a plantear la cuestión de mil quinientos años, desde Abrahán has-
nuevo; hoy se piensa que al menos una ta la composición de los últimos libros
parte del trasfondo del pensamiento joá- de la Biblia. Todo lo que pueden ofre-
nico ha de buscarse en la teología de los cernos las investigaciones arqueológicas
esenios palestinenses. En todo caso, hoy en orden a ilustrar la vida y la obra de
ya se afirma que los libros de los ese- Jesús y la implantación de la primitiva
nios nos presentan la posición más cer- Igleisa en Palestina es lo siguiente: 1) la
cana hasta hoy conocida al Evangelio de compleja situación cultural y política en
Juan y a los escritos de Pablo, al menos que se desarrolló el ministerio de Jesús;
por lo que se refiere al. trasfondo de las 2) varios detalles del relato evangélico,
ideas y al lenguaje empleado; el eslabón especialmente los referentes a la geogra-
que une ambas posturas sería la obra de fía; 3) datos sobre las tradiciones y el
Juan Bautista. El estudio de estos pro- texto de los evangelios.
blemas está tan sólo en sus comienzos En los párrafos anteriores de este mis-
y ocupará la atención de los investiga- mo capítulo ya hemos dado un breve
dores aún por muchos años. panorama de la situación cultural y polí-
A pesar de todas las semejanzas obser- tica. En cuanto a los detalles de interés
vadas entre el movimiento esenio y el histórico y geográfico, sólo mencionare-
cristianismo, las diferencias resultan aún mos aquí algunos a modo de ilustración
más llamativas. Los sectarios de Qumrán de la obra realizada.
eran legalistas conservadores que busca- El Evangelio de Lucas trata de situar
ban su salvación en el cumplimiento de el nacimiento de Jesús en el panorama
la Ley mosaíca, como preparación para de la historia contemporánea. Dice que
la venida del Mesías y de su reino. Cris- Jesús nació en Belén porque José y
to, en el sentir de los cristianos, inaugu- María hubieron de acudir a esta ciudad
raba un nuevo camino hacia el Padre. para empadronarse. Este empadrona-
Sufrió y murió en su condición de miento fue mandado hacer por César
Mesías; no aspiró al esplendor de un Augusto (27 a. C.-14 d. C.), siendo Ci-
reinado terreno. Su acción salvadora rino gobernador de Siria, y se dice que
se desarrolló en beneficio de todos los fue el primer censo a que se sometió la
pecadores, no simplemente de unos po- población (Lc 2,1-3). Conocemos varios
cos elegidos que habían llegado a la luz de estos casos en que se ordenó hacer
o para la santificación de sus seguidores. el censo con vistas a la percepción de
LA ARQUEOLOGIA Y LOS EVANGELIOS 343

tributos durante la dominación romana, resolvería la dificultad, y hasta podría


nuestros datos sugieren que esta prác- aducirse como confirmación un pasaje de
tia se inició precisamente en tiempos Tertuliano, Padre de la Iglesia, pero sólo
de César Augusto. Por otra parte, un pa- puede tomarse como una sugerencia, ya
piro egipcio indica que al menos en el que el texto griego no se presta fácil-
103-104 d. C. se llevó a cabo en Egipto mente a esa traducción.
un censo, al parecer, sobre la base del Jesús nació en tiempos de César
parentesco, con la correspondiente orden Augusto, pero su ministerio se desarro-
de que todos cuantos residieran fuera de lló durante el reinado de Tiberio (14-37
sus lugares de origen debían regresar a después de Cristo), siendo Poncio Pilato
ellos `. Esto podría aclarar el difícil pro- gobernador o procurador de Judea (26-
blema de por qué hubo de ir José desde 30 d. C.), Herodes Antipas tetrarca (go-
Galilea a Belén. bernante) de Galilea y parte de Trans-
También tenemos noticias referentes jordania ( 4 a. C.-39 d. C.), y su hermano
a Sulpicio Cirino. Se trata de un sena- Filipo tetrarca de la zona situada al nor-
dor romano enviado al Asia Menor con te y al este del Mar de Galilea (4 a. C.-
la misión de sofocar una sublevación en 34 d. C.). Lucas nos ofrece esta detalla-
el 10-7 a. C. Sabemos igualmente que da información en 3,1. Herodes Antipas
fue gobernador de Siria en el 6-9 d. C., y Filipo eran hijos de Herodes el Gran-
y que entonces se llevó a cabo un censo, de; Poncio Pilato era un funcionario ro-
que provocó una grave sublevación judía mano. Los romanos se habían encargado
en Galilea. Sin embargo, este censo tuvo de la administración de la provincia de
lugar demasiado tarde para que pudiera Judea, pero dejando el gobierno de cier-
coincidir con el nacimiento de Jesús, ya tas zonas en manos de gobernantes loca-
que Jesús nació antes de la muerte de les. Esto significa que las diferentes co-
Herodes el Grande, que se fecha en el marcas en que se desarrolló el ministerio
4 a. C. (Lc 1,5; Mt 2,1). Esto nos plan- de Jesús dependían de varios gobernan-
tea un problema cronológico que aún no tes. Sin embargo, parece que Jesús no
ha sido resuelto. Si bien Cirino pudo ser tuvo inconveniente alguno en moverse
gobernador en el 3-2 a. C., también esta con toda libertad sin obstáculos o pasa-
fecha cae después de la muerte de He- portes, y no sólo en Galilea, donde se
rodes. Una de las varias sugerencias que desarrolló la mayor parte de su ministe-
se han hecho para resolver la dificultad rio, sino también en el territorio de Fili-
es la de un especialista en historia de po (Mc 8,27), la Decápolis, y en las
Roma, que propone traducir Lc 2,2 de porciones palestinenses de la provincia
manera algo distinta de como suele ha- de Siria (Mc 7,24.3 l), así como en Ju-
cerse: «Este censo fue el primero du- dea. A mediados del siglo ii d. C., los
rante el mando de Cirino como prefecto diversos campamentos militares instala-
de Siria»; en vez de esto, el historiador dos en todas estas zonas estaban comu-
aludido propone traducir: «Este censo nicados entre sí y con el mundo exterior
fue el primero antes del que se hizo mediante una magnífica red de calzadas
siendo Círino prefecto de Siria» ". Esto romanas, pero en tiempos de Jesús no
había sido construida aún ninguna de
ellas.
'° F. G. Kenyon y H. I. Bell, Greek Papyri Las principales ciudades y aldeas men-
in the British Museum III ( Londres 1907) 125. cionadas en los evangelios son conocidas
" F. M. Heíchelheim, en T. Frank (ed.), An
Economic Survey of Ancient Rome VI (Bal- desde tiempo atrás. Hay, sin embargo,
timore 1938) 161. algunas que aún no han sido descubier-
344 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

tas, y probablemente nunca serán identi- 1-11). Esta ciudad se identifica tradicio-
ficadas a causa de una tradición textual nalmente con Kefr Kenna, a unós seis
confusa. Algunas han sido localizadas en kilómetros al norte de Nazaret, junto al
el curso de las exploraciones arqueológi- camino que lleva al Mar de Galilea. Allí
cas, combinando los datos de éstas con se enseña el lugar en que ocurrió el mi-
un estudio crítico de las fuentes anti- lagro y la fuente de que se tomó el
guas. Por ejemplo, en Jn 4,5-7 se dice agua. La realidad es, sin embargo, que
que Jesús, antes de encontrarse con la el nombre de la ciudad bíblica se ha
samaritana junto al pozo de Jacob, había conservado en el de la moderna Khirbet
marchado «a una ciudad de Samaría lla- Qana, a cerca de trece kilómetros al nor-
mada Sicar» (il. 43). Este lugar ha soli- te de Nazaret. En este lugar pueden ver-
do identificarse con la aldea de `Askar, se las ruinas de una antigua población;
al pie del Monte Ebal, pero se ha la superficie aparece sembrada de frag-
demostrado que `Askar es una población mentos de cerámica correspondientes a
relativamente moderna, y que su nom- los períodos romano y bizantino. Su
bre significa en árabe «campamento mí- emplazamiento concuerda con las notí-
litar». En consecuencia, es probable que cias de los peregrinos medievales, que
hayamos de preferir la versión siríaca nos hablan de un monasterio y una igle-
antigua, que en este punto lee «Siquén» sia que allí se alzaban en otros tiempos;
en vez de «Sicar». Siquén era una gran la última pretendía poseer una de las
ciudad ya en el Antiguo Testamento; vi- tinajas utilizadas para contener el agua
gilaba el paso entre los montes Ebal y que se transformó en vino.
Garizín, hasta que fue destruida por Del mismo modo, la localización de
Salmanasar V de Asiria en el 724 o 723. Cafarnaún, centro del ministerio de Je- ,
Fue reconstruida como capital de los sa- sus en Galilea, también ha sido discuti-
maritanos a finales del siglo iv a. C., da durante mucho tiempo. Casi todos
cuando Alejandro Magno se apoderó de los geógrafos de los siglos xvii al' xix,
Samaría para instalar en ella a sus solda- incluido el gran Edward Robinson en
dos, y floreció hasta ser destruida por 1838, acostumbraban a situar esta ciu-
Juan Hircano a finales del siglo ii a. C. dad bíblica en las ruinas llamadas Khan
En tiempos de Jesús y hasta nuestros Minyeh, en la orilla noroccidental del
días ha sido únicamente una pequeña Mar de Galilea. A comienzos de 1905,
aldea cuyas casas se alzan en torno al sin embargo, se emprendieron unas exca-
copioso manantial que riega aquella vaciones en lugar situado algo más al
zona. En las inmediaciones se halla el norte, llamado Tell Hum. Fueron exhu-
«Pozo de Jacob», donde tuvo lugar el mados, y en parte restaurados, los restos
episodio de Jn 4. de una hermosa sinagoga (cf. fi. 182);
Cuando se recorre la moderna Pales- hoy se acepta que este lugar responde
tina, los guías irán señalando uno por mejor que Khan Minyeh a los datos que
uno los lugares en que se desarrollaron poseemos sobre la antigua Cafarnaún.
los principales acontecimientos bíblicos. La cuestión, sin embargo, no está aún
Los turistas habrán de prestar escasa del todo zanjada, ni lo estará probable-
atención a la mayor parte de estas iden- mente hasta que se practiquen nuevas
tificaciones, aun en el caso de que se re- excavaciones. Algunas veces se ha dicho
monten a los tiempos de la Edad Media. que la sinagoga de Tell Hum es la mis-
Un ejemplo de ello es Caná de Galilea, ma en que Jesús predicó. Pero los ar-
donde Jesús realizó su primer milagro, queólogos creen que ha de fecharse en
la conversión del agua en vino (Jn 2, el 200 d. C., bastante después, por tan-
LA ARQUEOLOGIA Y LOS EVANGELIOS 345

manos y hasta los signos del zodíaco.


Todas las sinagogas responden al tipo
arquitectónico del edificio basilical, cán
una gran nave central y dos laterales se-
paradas entre sí por filas de columnas.
El único resto seguro de una sinagoga
anterior al año 70 d. C. es una inscrip-
ción hallada en el Ofel, la ciudad baja
de Jerusalén, en 1913-1914 (il. 183). Su
texto dice así: «Teodoto, hijo de Vette-
no, sacerdote y presidente de la sinago-
182. Sinagoga de Cafamaún. ga, hijo de presidente de sinagoga y
nieto de presidente de sinagoga, ha edi-
ficado la sinagoga para la lectura de la
to, de los días de Jesús. Es posible que Ley y la enseñanza de los Mandamien-
en el subsuelo de este edificio o en al- tos, y (ha edificado) la hospedería y las
gún lugar próximo se encuentren otros cámaras y la cisterna de agua para refu-
restos del siglo i d. C., pero serían nece- gio de los forasteros que lo necesiten
sarias excavaciones muy minuciosas antes --(la sinagoga) que sus padres y los an-
de que pudiéramos llegar a estar seguros cianos y Simónides han fundado». Se
de ello. cree que el nombre familiar de Teodoto
Además de ésta de Cafarnaún, se cre- tiene que ver con la familia romana de
yó que otras sinagogas de Galilea se re- los Vetteni; ello indicaría que este per-
montaban a los tiempos de Cristo. Las sonaje o uno de sus antepasados era un
investigaciones más recientes, sin embar- judío liberto procedente de Italia. Se ha
go, han demostrado que no conocemos pensado, en consecuencia, que la inscrip-
los restos de ninguna sinagoga de época ción está relacionada con la «Sinagoga
anterior a finales del siglo ii d. C. Han de los Libertos» mencionada en Hch 6,9.
aparecido restos de más de cuarenta si- Fueron los miembros de esta sinagoga
nagogas por todo el país, que suelen los que más firmemente se opusieron a
dividirse en dos tipos. El primero co- la predicación de Esteban, el primer
rresponde a los siglos iii y iv d. C., y mártir cristiano.
de él son ejemplo las sinagogas apareci- La razón de que en Palestina no ha-
das en Cafarnaún y Corazín, en Galilea. yan aparecido sinagogas del siglo i d. C.
Eran construcciones que ostentaban una es que todas ellas serían destruidas des-
profusa decoración en sus piedras. El se- pués de la derrota de los judíos por los
gundo tipo corresponde al período bizan- romanos con ocasión de las dos subleva-
tino, y se fecha en los siglos v y vi d. C. ciones contra Roma, en los años 66-70
casi siempre. Fueron erigidas después de después de Cristo y 132-135 d. C. Una
que Rabbi Abun diera autorización ofi- tradición judía atribuye a los romanos
cial, en la primera mitad del siglo iv, la destrucción de 480 sinagogas sólo en
para decorar los edificios de las sinago- Jerusalén, cuando la ciudad fue arrasada
gas con mosaicos en los que aparecieran el año 70 d. C. Si bien es posible que
representadas ciertas especies de criatu- esta cifra peque de exagerada, los descu-
ras vivientes. En consecuencia, el rasgo brimientos arqueológicos certifican una
más notable de estas sinagogas tardías interrupción prácticamente total de la
es la presencia de ricos mosaicos con vida con motivo de la primera subleva-
representaciones de animales, seres hu- ción, en los años 66-70 d. C. Gueba y
346 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

183. Inscripción de Teodoto, procedente de la Sinagoga de los Libertos.

Betel, entre otras ciudades, ofrecen en y de la primitiva Iglesia en Palestina.


sus ruinas pruebas sobradas de las per- Recuerdos y documentos que pudieran
turbaciones ocurridas en aquella época. haberse conservado hubieron de' ser
La dureza inmísericorde de la represión transmitidos, casi siempre en forma de
romana y la hostilidad de las pobla- relato oral, a otras localidades fuera de
ciones gentiles que por entonces vivían Palestina por los cristianos que abando-
en Palestina lograron poner término naron el país inmediatamente antes o
casi total a la vida judía. Los cristianos después de la primera sublevación. Al
se vieron cogidos entre dos fuegos, tra- abordar el tema de las tradiciones rela-
tados como judíos por los paganos y tivas a los orígenes del cristianismo, el .
perseguidos por los judíos como traido- arqueólogo insiste en que es éste un
res. La comunidad esenia de Qumrán punto que nunca se puede ignorar 1s. No
fue destruida; una tradición posterior es, por tanto, accidental el hecho de que
dice que los cristianos supervivientes hu- nuestros actuales evangelios se escribie-
yeron a Pella, al otro lado del Jordán. ran fuera de Palestina. Se supone gene-
Las anteriores persecuciones desencadena- ralmente que el Evangelio de Marcas
das por los judíos hicieron que muchos fue compuesto en Roma, quizá muy
cristianos, entre ellos Pedro, marcharan poco antes de la sublevación judía. Los
a otros lugares para proseguir su tarea de Mateo y Lucas, y también los Hechos
misionera. de los Apóstoles, suelen fecharse más
Habida cuenta de esta situación, algu- tarde, entre el 80 y el 90 d. C., aunque
nos han sugerido que hemos de dar por
cierta una ruptura en la continuidad de '° Cf. W. F. Albright, op. cit., y Arqueolo-
la tradición acerca de la vida de Jesús gía de Palestina, 243.
LA ARQUEOLOGIA Y LOS EVANGELIOS 34 7

no se sabe exactamente el lugar en que 70 d. C. Su -utilización por la Iglesia dio


fueron compuestos. El Evangelio de Juan ocasión sin duda alguna a ciertos reajus-
suele relacionarse con Efeso, ciudad del tes y matizaciones diversas de aquellos
Asia Menor, y casi todos los investiga- materiales antes de que fueran consigna-
dores lo fechan hacia el 90 d. C. Sin dos por escrito, pero ya no hay razón
embargo, a pesar de que los evangelios alguna para suponer que se trate de un
fueron compuestos en lugares muy dís- documento nuevo, artificialmente com-
tantes de Palestina, ha de afirmarse que puesto, sin bases sólidas en las tradicio-
sus narraciones tradicionales enlazan con nes palestinenses de la Iglesia.
unos acontecimientos ocurridos en aquel El más antiguo testimonio manuscrito
país antes del año 70 a. C. y que du- de un libro del Nuevo Testamento es un
rante varias décadas se transmitieron fragmento del Evangelio de Juan conser-
oralmente antes de que fueran consigna- vado en la John -Rylands Library de
das por escrito y en su forma definitiva. Manchester, Inglaterra, publicado en
Muy pronto se advirtió que el Evan- 1935. Apareció en Egipto y se fecha en
gelio de Juan poseía ciertos rasgos que la primera mitad del siglo ii d. C. Esto
lo diferenciaban de los otros evangelios. prueba que el Cuarto Evangelio circu-
Más que ninguno de los restantes se laba en Egipto menos de cincuenta años
preocupa por interpretar la persona, los después de que fuera escrito. De la mis-
pensamientos y sentimientos internos de ma época aproximadamente son otros
Cristo. Se recogen los relatos no por el fragmentos más extensos de un libro de
valor que puedan poseer como tales, papiro que contenía un «evangelio des-
sino buscando ante todo su significación conocido». Se trata de cuatro episodios
espiritual, casi alegórica. En consecuen- de la vida de Jesús, dos de ellos cono-
cia, los investigadores tendían general- cidos por los Sinópticos (Mateo, Marcos
mente a fiarse más de Marcos, Mateo y y Lucas) y los otros dos no consignados
Lucas que de Juan, mientras que los lar- en ninguno de los evangelios canónicos.
gos discursos de este último se tomaban Sin embargo, el lenguaje de este docu-
como una exposición del evangelio dirí- mento se estima más próximo a Juan
gida a la mentalidad griega. En conse- que a los otros evangelios. Este manus-
cuencia, se estimó que en Juan hay me- crito, al parecer, contiene la obra de un
nos elementos, en comparación con los autor que conocía el evangelio de Juan
restantes evangelios, cuyos orígenes ha- y uno o varios de los Sinópticos, pero
yan de situarse en una auténtica tradi- además otros materiales que nos son
ción palestinense. Sin embargo, el estu- desconocidos. Esto nos recuerda la afir-
dio de los pasajes narrativos de Juan ha mación de Lucas, a saber: que en sus
hecho que últimamente empiece a pen- tiempos muchos habían acometido la ta-
sarse todo lo contrario. Por otra parte, rea de preparar narraciones de la vida
los nuevos datos aportados por los rollos y las enseñanzas de Jesús (Lc 1,1).
esenios, de que hemos hablado en la an- Los principales manuscritos del Nue-
terior sección de este mismo capítulo, vo Testamento son de los siglos iv y v.
han venido a configurar un trasfondo Fueron añadidos a los Setenta, o traduc-
palestinense para el pensamiento joánico. ción griega del Antiguo Testamento, de
Esto ha hecho gtié cada vez aparezca que, hemos hablado al final del capítulo
más claro que tanto los pasajes narrati- anterior. A éstos se añaden otros mu-
vos como las doctrinas del Cuarto Evan- chos manuscritos y 126 hojas sueltas
gelio deben de remontarse a una tradi- pertenecientes a antiguos códices del
ción oral palestinense anterior al año Nuevo Testamento conservadas en la
348 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

colección Chester Beatty; suelen fecharse LA VIDA COTIDIANA EN LOS


en el siglo III. Hoy puede decirse que TIEMPOS DEL NUEVO TESTAMENTO
el texto del Nuevo Testamento está res-
paldado por una tradición manuscrita El primer dato que hemos de consig-
más firme que la de cualquier otra obra nar a propósito de la vida en la época
de la Antigüedad. Ni los autores clásicos del Nuevo Testamento es el gran aumen-
antiguos ni los escritos sagrados de cual- to de población con respecto a los tiem-
quier otra religión cuentan con tantos pos del antiguo Israel. Durante los pri-
manuscritos para la comprobación y . co- meros cuatro o cinco siglos de nuestra
rrección de los respectivos textos. Era, la densidad de población aumentó
Es posible que el descubrimiento más sin cesar como consecuencia de la paz
extraordinario de manuscritos relaciona- romana. Se trata de algo evidente para
dos con el Nuevo Testamento sea el de todo el que se dedique a la arqueología
los fragmentos de papiro hallados en la en Palestina; el país tenía por esta época
localidad egipcia de Oxyrhynchus a co- al menos el doble de ciudades y aldeas
mienzos de nuestro siglo. Estos docu- que en el período israelita. Teniendo en
mentos contienen dichos famosos de Je- cuenta que aquí las cifras sólo represen-
sús escritos en hojas sueltas, probable- tan cálculos aproximados, se estima que
mente a lo largo de -los siglos III y Iv. en la Era cristiana había en Palestina y
La mayor parte de estas sentencias son Transjordania unos dos millones de ha-
variantes de las recogidas en los evan- bitantes, o quizá más, frente al millón
gelios, pero algunas son conocidas úni- de los tiempos de Isaías, allá por el año
camente por estos documentos. Por 700 a. C.
ejemplo: Este aumento de población significa
«Dice Jesús: `Si no tomáis (toda vues- que la tierra debía de cultivarse más
tra vida en) el mundo como un ayuno, intensamente. No cabe duda de que se
no hallaréis el reino de Dios; y si no introdujeron nuevos métodos de cultivo
tomáis (toda) la semana como un sábado, para aumentar el rendimiento de las co-
no veréis al Padre.' sechas. Uno de los datos que evidencian
»Dice Jesús: 'Yo aparecí en medio la intensificación de las explotaciones
del mundo y en la carne fui visto por agrícolas es la atención que se dedicaba
ellos, y hallé a todos los hombres ebrios, al problema del abastecimiento de agua
y entre ellos no encontré a ninguno se- y del riego en todo el Próximo Oriente.
diento; y mi espíritu se dolió por los La llanura de Cesarea, por ejemplo, era
hijos de los hombres, porque son ciegos un verdadero huerto en época romana,
de corazón y no ven'». mientras que en tiempos modernos ha
Estos y otros papiros son restos de permanecido hasta fechas muy recientes
evangelios y colecciones de los dichos de como una zona insalubre e improductiva
Jesús que hoy se han perdido; su descu- de pantanos. A través de la llanura se
brimiento estimula nuestro deseo de po- construyeron dos grandes acueductos,
seer cada vez más documentos del mismo uno para surtir a la ciudad y otro dedi-
tipo. Es, sin embargo, muy probable cado sobre todo al regadío. Si bien am-
que el cuidado especial que puso la Igle- bos fueron construidos después de la
sia primitiva en conservar los cuatro época del Nuevo Testamento, desde los
evangelios se deba al hecho de que éstos tiempos de Herodes debieron de existir
son precisamente los documentos en que obras hidráulicas semejantes, a juzgar
se han recogido los materiales más dig- por la amplitud de los trabajos llevados
nos de confianza. a cabo por este monarca. También se
LA VIDA COTIDIANA 349

han descubierto los restos de un acue- vieron muy difundidos hasta el siglo v
ducto mandado construir por Poncio Pi- antes de Cristo. Es probable, por consi-
lato para llevar a Jerusalén las aguas de guiente, que en el período helenístico-
unos estanques situados al sur de Belén. romano se iniciara un cambio importan-
Pilato se apoderó de ciertas cantidades te en el régimen alimenticio, paralelo a
del tesoro del templo para costear estas la introducción de nuevos avances en la
obras, y con ello causó un profundo dis- agricultura.
gusto a los judíos. La población de Jeru- Como ya hemos indicado, las mayores
salén en la época de Jesús se ha estima- diferencias entre los períodos del Anti-
do en unos 100.000 habitantes, y ello guo y el Nuevo Testamento se dan en
hace pensar que el acueducto era sin el campo del pensamiento y la cultura.
duda alguna necesario. Aquella obra se El influjo del pensamiento filosófico
realizó para satisfacer las necesidades de griego, que contaba con siglos de des-
los nuevos habitantes de la ciudad, pero arrollo, llegó en esta época a hacerse
hemos de pensar que por todo el país sentir profundamente en todas las men-
se levantarían construcciones semejantes tes cultivadas del mundo romano. Los
con presas que aseguraban los cultivos avances de las matemáticas, la geometría
de regadío. y la astronomía hicieron mejorar nota-
Otro indicio del aumento de la pro- blemente los métodos para medir el
ducción es el hecho de que se hicieron tiempo y el espacio. El contacto conti-
nuevas instalaciones en las industrias del nuo con gentes oriundas de todos los
aceite, el vino y la harina. Las grandes rincones del Imperio, Romano hizo que
piedras de molino movidas por asnos los horizontes del espíritu se dilatasen.
suprimieron en gran parte el penoso tra- La confección de nuevos mapas contri-
bajo que antes suponía la preparación buyó a dar una idea más exacta del
de la harina panificable. En todo el país mundo conocido. En las calles de las
aparecen grandes molinos y prensas para ciudades más importantes se oiría hablar
aceituna y uva. El Talmud prohibía ex- en diversos idiomas. Los más comunes
portar fuera de Palestina el vino, el acei- eran, evidentemente, el griego y el ara-
te de oliva y la harina, a fin de evitar meo, y casi todos, incluso los habitantes
que se produjera escasez de estos artícu- de las ciudades «modernas» u «occiden-
los. Palestina disponía de pocos exceden- tales», como Samaría y Cesarea, serían
tes de estas materias básicas para la capaces de entenderse en ambos, aunque
exportación. Galilea era el distrito que el griego sería allí el más hablado. Los
producía en mayores cantidades el me- soldados y funcionarios romanos habla-
jor aceite y vino, mientras que los dáti- rían entre sí el latín, mientras que los
les de Judea llegaron a ser famosos en judíos ortodoxos se entenderían en una
todo el mundo antiguo. variedad tardía del hebreo, un idioma
Se introdujeron nuevas variedades de que, según nuestros conocimientos, no
semillas y frutales, pero el régimen ali- era ni hebreo clásico ni arameo, a pesar
menticio venía a ser el mismo que en de sus semejanzas con ambos.
el Antiguo Testamento. Se empezó a cul- Se ha discutido mucho en qué lengua
tivar el arroz en las zonas que lo permi- se expresaría Jesús. No contamos con
tían, pero no debió de alcanzar una pro- medio alguno para saber si era capaz de
porción muy notable. Posiblemente, el hablar en latín o en griego, pero en su
cambio más importante en la dieta ali- predicación al pueblo se serviría del ara-
menticia se debió a la introducción_ cre- meo o del hebreo popular, fuertemente
ciente de pollos y huevos, que no estu- teñido de aramaísmo. Cuando Pablo se
350 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

dirigió al tumulto en el templo, se afir- miel o queso. El almuerzo se tomaba a


ma que lo hizo en hebreo (Hch 21,40). la hora sexta, el mediodía, y podía ser
Los investigadores, en general, entienden una comida muy variada, con carne, pes-
que se trata del arameo, pero también cado, caza y productos vegetales. Algu-
es muy posible que el idioma hablado nos tomaban una «merienda» a media
por entonces entre los judíos fuese una tarde, pero la comida más importante
forma popular del hebreo 19. del día era la cena, que habitualmente
Ya nos hemos referido a los profun- comenzaba a la hora nona (las tres de la
dos cambios que experimentó la arqui- tardé) cuando tenía categoría de banque-
tectura bajo el influjo occidental. En Pa- te y podía prolongarse mucho en este
lestina comienzan a aparecer los grandes caso. A esta comida precedía normal-
edificios de estilo romano, y en ellos se mente el baño, ya que los romanos, al
emplearía el recién inventado hormigón igual que los judíos, eran gente muy
romano. Sin embargo, desconocemos en aseada. Los manjares se tomaban con
gran parte cómo viviría el hombre co- los dedos; la cuchara se empleaba ya
mún y qué aspecto tendría su vivienda. para los caldos. La bebida común era el
Es probable que muchas gentes acomo- vino, nunca el agua, y eran desconocidos
dadas se construyeran casas de típico el café o el té. El vino se guardaba des-
estilo romano, como las que hemos po- de tiempos muy remotos en botas hechas
dido conocer por las ruinas de Pompeya, de piel de cabra, pero a partir de la
en Italia. La parte principal de estas época helenística, los gentiles al menos
construcciones consiste en un bloque se servían para el mismo fin de las ánfo-
cuadrado de estancias repartidas en tor- ras o grandes cántaros de boca estrecha
no a un patio porticado al que se llega y fondo puntiagudo.
a través del atrio, otro patio abierto Las hermosas bandejas y soperas usa-
que frecuentemente contaba con un es- das para servir los alimentos estaban
tanque en el centro para recoger las hechas probablemente de madera, bronce
aguas pluviales que caían de los tejados. o plata. Pilato utilizaría para lavarse las
El atrio venía a ser la zona de recepción manos una jofaina de metal (Mt 27,24).
y se abría directamente a la calle. Se dis- La cerámica de uso común era fina y de
ponía de buenos muebles que hacían la cuidadá factura, pero no de gran belleza.
vida más cómoda: excelentes lechos para Los estilos locales serían simplemente
los ricos o catres para los pobres; sillas, una prolongación de las tradiciones in-
taburetes y mesas. Los más al día adop- dustriales iniciadas durante el período
taron probablemente la costumbre griega helenístico. La cerámica más fina era la
de comer reclinados, pero no sabemos terra sigillata (como la llaman los ar-
hasta qué punto había penetrado entre queólogos) importada. Era un material
los judíos esta moda. Los Sinópticos di- compacto, de formas muy cuidadas, fa-
cen que Jesús «se sentó» en la última bricado con barro rojo y procedente casi
cena (Mt 26,20; Lc 22,14), mientras en su totalidad de Italia. Una vajilla de
que Juan parece sugerir que Jesús y sus este tipo sería relativamente barata en
discípulos estaban reclinados (Jn 13,23). Roma, pero constituiría un lujo en Pa-
Un romano como Poncio Pilato co- lestina. En 1867-1868 apareció un frag-
menzaría la jornada muy temprano, quizá mento con el sello del fabricante en
con un desayuno consistente en pan con Jerusalén; llevaba el nombre de Camu-
rius, un conocido alfarero de Arezzo, en
Italia; de tiempos de Tiberio y Claudio
" Cf. H. Birkeland, The Language ol Jesus
( Oslo 1954). (14-54 d. C.). Otros dos platos del mis-
LA VIDA COTIDIANA 35 1

el vestido debió de cambiar mucho por


influjo de las modas griegas; en las zo-
nas costeras de Asia y Africa sería muy
parecido al que podría verse en el Egeo
o en Roma (cf. ils. 185-186).
La prenda de vestir básica para hom-
bres y mujeres sería, como en épocas
anteriores, la túnica, normalmente con
mangas cortas o largas. La mayor dife-
rencia entre la túnica griega y la que
llevaban los israelitas antiguos, sin em-
184. Plato de terra sigillata hallado en Baisán.
Fue importado de Arezzo, Italia, y está fir. bargo, consistiría en que la primera era
mado por Camurius. más amplia y colgaba de los hombros
y las caderas formando pliegues. Los ni-
ños y los obreros llevarían un simple
mo alfarero (fi. 184) y dos más firmados faldellín o una túnica corta que llegaba
por cierto Publius Cornelius han sido hasta las rodillas. Las esculturas anti-
hallados en Escítópolis, la Beisán del guas, sin embargo, nos hacen pensar que
Antiguo Testamento, al sur del Mar de la túnica larga podía acortarse con ayu-
Galilea. Se han encontrado otras mu- da del ceñidor o cinturón, recogiendo
chas piezas de hacia el siglo i d. C., sus pliegues sobre el vientre. Había
excelentes testimonios del intenso co- también túnicas sin mangas que se suje-
mercio internacional que alcanzaba a taban a un solo hombro y dejaban los
todos los rincones del Imperio Romano. brazos libres para muchas tareas. El co-
También se importaron de la Galía lor más común y el preferido desde lue-
( Francia) algunas piezas de fecha algo go para la túnica era el blanco. Por esta
posterior. época ya han desaparecido las complica-
En cuanto a la indumentaria común- das telas hechas con hilos de varios colo-
mente usada por los palestinenses du- res, así como los galones vistosos y ricos
rante el siglo i d. C., es necesario estu- de otros tiempos. Cuando las prendas
diar con atención los monumentos del eran de color azul o rojo, se trataría de
período greco-romano que han aparecido tonos sólidos, ya que ahora se teñirían
en aquel país y en los territorios veci- las prendas confeccionadas, no los hilos
nos. Se trata de una tarea que aún no simplemente.
ha sido emprendida de modo sistemático. En cuanto a los mantos o ropones que
Al igual que veíamos en relación con el se llevaban sobre la túnica, las diferen-
período israelita, no podemos dar por cias entre la época del Nuevo Testamen-
supuesto que la moderna indumentaria to y las anteriores serían aún más nota-
árabe se parece a la que llevarían los bles. Había, por supuesto, una gran
palestinenses en la época que ahora estu- variedad de modelos. Sin embargo, el
diamos. Es muy posible que en tiempos rasgo más llamativo de la indumentaria
de Jesús se siguieran usando las mismas greco-romana era el uso que se hacía de
prendas de épocas anteriores, es decir, una gran pieza de tela susceptible de ser
el faldellín y el vestido ajustado, o tú- enrollada en torno al cuerpo o dejada
nica, que se sujetarían con una faja o caer a lo largo de él en una gran varie-
cinturón («ceñidor»), además del manto dad de formas. Es de suponer que esta
o el ropón en sus diversas formas. Se chlamys, como la llamaban los griegos,
tiene, sin embargo, la impresión de que o pallium en la nomenclatura latina, se-
332 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

185, «Ara Paciss dedicada a la Paz de Augusto por el Senado el año 13 a. C.

ría un verdadero engorro, y que se visten únicamente una de estas prendas


caería continuamente de los hombros, enrollada al cuerpo. De este tipo sería
se desajustaría y andaría suelta a tildas la vestidura que llevaba el joven, posi-
horas. Evidentemente, la manera de lle- blemente Marcos, al que echaron mano
var esta prenda sería cuestión de gusto los soldados en el huerto de Getsemaní,
personal y también de habilidad, aunque y que pudo librarse al soltarla rápida-
en ciertos casos podía mantenerse sujeta mente en su huida (Mc 14,51s).
mediante un broche o una hebilla al Un tipo especial de pallium era la
hombro. Si así lo deseaba, el usuario po- toga romana. En. Jerusalén se vería con
día cubrirse la cabeza con uno de sus frecuencia esta prenda, ya que era carac-
pliegues, aunque las mujeres obviamente terística de los ciudadanos romanos cuan-
se servían también de velos o pañolones do estaban en la ciudad; a los demás no
con el mismo fin. Es posible que, cuan- estaba permitido llevarla. El apóstol Pa-
do la túnica fuese blanca, lá'chlamys o blo la vestiría en muchas ocasiones sin
pallium se llevara de color. A veces se duda alguna, especialmente cuando com-
observan en los relieves personajes que parecía ante los tribunales romanos. Era
LA VIDA COTIDIANA 353

186. Diversos peinados de la mujer


romana.

una gran pieza de tela que se enrollaba en sus sepulcros en la época del Nuevo
en torno al cuerpo; uno de sus extremos Testamento que en los viejos tiempos de
caía por delante, sobre el hombro iz- Israel. En las inmediaciones de Jerusalén
quierdo; la tela quedaba luego pendiente hay gran número de tumbas correspon-
hasta el suelo y rodeaba la espalda, pa- dientes a este período, algunas de las
saba por encima o por debajo del hom- cuales son verdaderos monumentos ar-
bro derecho, ceñía la frente, y el otro quitectónicos. Las más conocidas son
extremo pendía a la espalda después de quizá las llamadas «Tumbas de los Re-
pasar sobre el hombro izquierdo. Había, yes», la «Tumba de los Jueces» y la
por supuesto, varios modelos de toga y «Tumba de Absalón» (il. 187). Ninguna
diversas maneras de llevarla, según las de ellas, sin embargo, se remonta a los
épocas y las formas de las otras prendas. tiempos del Antiguo Testamento, sino
También se usaban sombreros y caperu- que son de época herodiana o del si-
zas para protegerse la cabeza. El calzado glo i d. C. Las llamadas «Tumbas de los
consistía en sandalias, zapatos o botas. Reyes» son en realidad el monumento
Si llegaba a Jerusalén algún comerciante funerario de la reina Elena de Adiabene
de Mesopotamia, no resultaría difícil re- y su familia (il. 188); esta reina se con-
conocerlo por los largos pantalones que virtió al judaísmo y se trasladó a Jeru-
llevaba. salén no mucho antes de la primera su-
Las gentes acomodadas gastarían más blevación judía del 66-70 d. C. Su
23
354 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

187. Sepulcros dei período herodiano dei Valle dei Cedrón.

sarcófago, recuperado cuando se excavó


el mausoleo en 1863, lleva una inscrip-
ción bilingüe en hebreo y siríaco.
Entre los judíos era costumbre, cuan-
do los cuerpos de los difuntos se habían
descompuesto y el espacio disponible en
las tumbas era necesario para nuevos
enterramientos, recoger los huesos y co-
locarlos en pequeñas urnas de piedra,
que hoy se conocen con el nombre de
osarios (il. 189). Estos osarios han apa-
recido en gran número y se fechan entre
los siglos i a. C. y i d. C.; frecuente-
mente aparecen grabados en ellos los
188. Tumba de la reina Elena de Adiabene.
nombres de los difuntos, en hebreo o
arameo, pero a veces también en griego.
Los nombres suelen ser los corrientes en
cada época, incluidos los que leemos en de José»; si bien no se trata de Jesús
los evangelios o en los Hechos de los de Nazaret, la inscripción ilustra el he-
Apóstoles. Tenemos los siguientes ejem- cho de que ambos nombres eran frecuen-
plos: Jesús, Simón o Simeón, Judas, tes en aquella época. Entre las antiguas
Ananías, Safira, Salomé, Lázaro, Isabel, colecciones del Museo ruso del Monte
Miriam, etc. Hay incluso un «Jesús hijo de los Olivos apareció el año 1931 una
LA VIDA COTIDIANA 355

189. Osarios judíos en una tumba de Jerusalén.

sorprendente inscripción con el tipo de de cerámica de diversos tipos en torno


letra que suelen ostentar los osarios. De- al cuerpo del difunto. Originalmente ser-
cía: «Aquí fueron traídos los huesos vían aquellos recipientes para depositar
de Ozías, rey de Judá. ¡No abrir!» Es los alimentos que el muerto iba a nece-
posible que durante las reparaciones o sitar en el otro mundo, aunque más ade-
los movimientos de tierras realizados en lante es posible que se siguieran deposi-
Jerusalén en los siglos inmediatamente tando aquellas cerámicas en las tumbas
anteriores o siguientes al cambio de era simplemente por mantener la vieja cos-
se encontrara la tumba del rey Ozías y tumbre y con un sentido primariamente
que sus huesos fueran trasladados a otro simbólico. Hacia el siglo i d. C., los re-
lugar (il. 190). cipientes de cerámica siguen apareciendo
El contenido de las tumbas judías en en las tumbas, pero ya no en tan gran
esta época hace pensar que se habían número. De no haber ocurrido esto, nos
producido cambios en la actitud frente habría sido posible recoger datos crono-
a la muerte y el más allá. Ya no se acos- lógicos más abundantes a base de la
tumbra, como en épocas anteriores, a co- cerámica griega y romana. Los tipos de
locar en las tumbas grandes cantidades vasos utilizados en los ritos fúnebres
35 6 PALESTINA EN TIEMPOS DE JESUS

lacrimatorios de vidrio. Precisamente en


tiempos del Nuevo Testamento empieza
a difundirse el vidrio; la técnica del so-
plado de vidrio que permite una produc-
ción masiva no fue introducida hasta los
comienzos del reinado de César Augusto
(27 a. C.-14 d. C.). Durante los siglos
siguientes abundan cada vez más las
lámparas, con exclusión de otros tipos;
suelen aparecer varias en cada tumba.
Ello parece sugerir cierta relación entre
la luz y la vida eterna, de la que sería
un signo la lámpara. En cualquier caso,
parece que en tiempos de Cristo ya no
se creía en la necesidad de colocar una
adecuada provisión de alimentos junto
al cuerpo del difunto para que éste dis-
pusiera de ellos en la otra vida. Inde-
pendientemente de las ideas que tuvie-
190. Lápida del rey Ozías. ran los judíos acerca de la otra vida -y
eran varias las opiniones que circulaban
al respecto-, está claro que nadie pen-
eran pocos; los más notables son los saba que era posible procurar el bienes-
esencieros y pomos para ungüentos, las tar de los difuntos mediante unas ofrén-
lámparas y a veces algunos pequeños das materiales.
BIBLIOGRAFIA

En cuanto al trasfondo histórico de este y L. H. Vicent, Jérusalem de 1'Ancien Testa-


período, las noticias más pormenorizadas se ment (París 1954).
hallarán en Josefo, Antígüedades judías y Gue- Sobre las sinagogas antiguas, cf. E. L. Suke-
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cf. S. Vernon McCasland y M. S. Enslin, en Greece (Londres 1934), y H. G. May, Syna-
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Nashville 1951) 75-113; R. H. Pfeiffer, His- gíst» 7/1 (1944).
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1949); M. Noth, Historia de Israel (Barcelona de Qumrán y sus relaciones con el Nuevo
1966) 354-98. Testamento se hallan actualmente dispersos;
Los datos de la arqueología palestinense en cf., sin embargo, las obras citadas al final del
el siglo i d. C. se hallan dispersos en nume- capítulo anterior y K. Stendahl (ed.), The
rosas publicaciones. Los mejores resúmenes Scrolls and the New Testament ( Nueva York
breves son los de W. F. Albright, Arqueología y Londres 1957 y 1958).
de Palestina (Barcelona 1962) 157-77; C. Wat- Sobre la importancia de la arqueología para
zinger, Denkmaler Palastinas II (Leipzig 1935) el estudio del Nuevo Testamento, cf. especial-
cap. VI. Datos relacionados con algunas loca- mente J. Finegan, Light from the Ancient
lidades concretas especialmente en J. W. Crow- Past (Princeton 1946) 215-51, 305-31, cuyo
foot y otros, The Buildings of Samaria (Lon- estudio de los manuscritos del Nuevo Testa-
dres 1942); L. Haefeli, Caesarea am Mees mento resulta excepcionalmente bueno. Con-
(Münster 1923); A. Reifenberg, Caesarea: fróntese, además, A. C. Bouquet, Everyday
A Study in the Decline of a Town: «Israel Life in New Testament Times (Nueva York
Exploration Quarterly» 1 (1950-51) 20-32; 1954); F. M. Heichelheim, Roman Syria, en
T. Frank, An Economic Survey o f Ancient
C. H. Kraeling (ed.), Gerasa, City of the The Rome IV (Baltimore 1938) 121-257; Everyday
, Life e in Ancient Times ( Washington 1951).
Other Side of thea Jordan3(Ñew Havenk1940) [Dos obras de la máxima importancia sobre
cap. VI, y Explorations in Western Palestine: este período acaban de publicarse: J. Jeremias,
«Bulletin of the American Schools of Oriental Jerusalén en tiempos de Jesús (Madrid, Ed.
Research» 131 (1954) 6-15. Cristiandad 1975), y J. Leipoldt-W., Grund-
Los estudios básicos sobre la arqueología de mann, El mundo del Nuevo Testamento, 3 vo-
la antigua Jerusalén son los de J. Simons, lúmenes, el III de ilustraciones (Madrid, Ed.
Jerusalem in the Oíd Testament ( Leiden 1952), Cristiandad 1973-75)].
CAPITULO XIV

LA IGLESIA EN EL MUNDO

De noche tuvo Pablo uña visión: un hombre de Macedonia


se puso ante él como haciéndole señas y diciéndole: Ven a ayu-
darnos'. Y cuando hubo tenido esta visión, nos apresuramos a
marchar a Macedonia, convencidos de que el Señor nos llamaba
a predicarles el evangelio (Hch 16,9-10).

Al comienzo de la historia bíblica nos ¿En qué dirección se mueve el cris-


hallábamos en medio del mundo antiguo, tianismo a partir de su país de origen?
con Mesopotamia primero y después Inicialmente, durante el período que
Egipto como los dos grandes focos de abarca el Nuevo Testamento, avanza pri-
poder contemporáneos de Israel. Con mero hacia el norte y luego hacia el
aquel panorama de fondo tratábamos de oeste, sintiéndose arrastrado como por
entender los movimientos históricos y un imán hacia Roma, centro del mundo
culturales en medio de los cuales se for- en aquella época. La razón está en la
mó Israel como nación. Sin embargo, a nueva unidad que imponen al mundo el
través de toda esa historia nuestra aten- poder romano, la ley romana y la cul-
ción ha estado casi siempre centrada en tura greco-romana. El idioma griego, que
Palestina, escenario de los acontecimien- muchos de los primeros cristianos habían
tos que configuraron y pusieron a' prue- aprendido en Palestina, les permitió ha-
ba a la comunidad bíblica. Con los He- cerse entender casi en todos los rincones
chos de los Apóstoles y las epístolas del del Imperio hasta donde llegaron. En
Nuevo Testamento volvemos nuestra mi- cualquier ciudad importante del mundo
rada de nuevo al mundo entero, un mun- conocido había una comunidad judía, y
do mucho más amplio que el de Abrahán a estos judíos de la dispersión iba diri-
o Moisés. A partir del año 70 d. C., en gida en primer lugar la predicación de
que fue destruida Jerusalén, Palestina los misioneros. La administración pro-
deja de ser el centro de atención. El cris- vincial romana mantenía los caminos se-
tianismo echa sus más hondas raíces en guros y en buenas condiciones a través
otros ambientes, y el historiador del de todas las zonas a que se extendía el
cristianismo retorna a Palestina única- poder de Roma, de manera que se podía
mente cuando, pasados muchos años, viajar sin dificultades y con relativa
empiezan a establecerse allí las iglesias libertad, a cubierto de riesgos que no
cristianas y el país vuelve a ser la «tie- fuesen los del tiempo. Unicamente cuan-
rra santa» tradicional, la meta excepcio- do el cristianismo se ha asentado firme-
nal de las peregrinaciones. mente en las provincias romanas del este
360 LA IGLESIA EN EL MUNDO

de esa zona. Entre ellos hay un códice


con las cartas de Pablo, fechado hacia
el 200 d. C., que es anterior en ciento
cincuenta años a las restantes copial co-
nocidas de los escritos paulinos y poste-
ríor en menos de cien años al momento
en que aquellas cartas fueron recopila-
das y publicadas como un corpus unita-
rio (il. 191).
El códice es un libro en el sentido
moderno del término, cuyas hojas van
apiladas, en contraste con el rollo, en
que van cosidas unas a otras. Este últi-
mo formato era muy adecuado para pe-
queños documentos, cartas o libros cuya
lectura solía hacerse de corrido. Sin em-
bargo, tratándose de documentos más
extensos a los que hay que acudir con
frecuencia en busca de determinados pa-
sajes, el rollo resultaba obviamente un
formato menos manejable que el del
libro. Las pruebas de que hoy dispone-
mos indican que los cristianos debieron
de adoptar en seguida el códice como
formato casi exclusivo para sus libros
191. Papiro Chester Beatty 11.
sagrados. Durante el siglo iii d. C., por
ejemplo, cerca del 85 por 100 de todos
los manuscritos cristianos, por lo que
nosotros sabemos, corresponde al forma-
empiezan a aparecer signos de su pre- to de códice, mientras que los documen-
sencia en Mesopotamia y otras áreas tos no cristianos de la misma época son
independientes de Roma. en un 94 por 100 del tipo de rollo 1 .
Los restos arquitectónicos cristianos
más antiguos entre los descubiertos en
DÁTOS ARQUEOLOGICOS SOBRE Egipto, al igual que en la mayor parte
LAS PRIMITIVAS IGLESIAS de los países incluidos en el Imperio Ro-
CRISTIANAS DE ORIENTE mano, datan del siglo iv d. C., de la
época de Constantino (323-337 d. C.)
Los primeros indicios que encuentran y los años siguientes, cuando el cristia-
los arqueólogos en relación con las co- nismo pasó a ser la religión oficial pro-
munidades cristianas de Oriente apare- tegida por el gobierno romano. También
cen en Egipto. El gran número de frag- en Palestina se han descubierto numero-
mentos de papiro con textos del Nuevo sas iglesias construidas asimismo en los
Testamento hallados en aquel país de- tiempos de Constantino y posteriores,
muestra que a los cien arios de la muer-
te de Jesús había grupos de cristianos ' Resumen de los datos conocidos en
establecidos muy al sur, en Fayum. Los C. C. McCow, The Earliest Christian Books:
papiros Chester Beatty proceden quizá «The Biblical Archaeologist» 6 (1943) 21-31.
PRIMITIVAS IGLESIAS CRISTIANAS DE ORIENTE 361

192. Reconstrucción dei baptisterio de


Dura Europos.

entre los siglos iv y vi. Sólo en Gerasa sido construida, el 232-233 a. C. de


han sido descubiertas once al menos. nuestro calendario. Una de las estancias
Las iglesias del Santo Sepulcrá de Jeru- estuvo destinada a capilla, y más tarde
salén y de la Natividad de Belén fueron fue ampliada suprimiendo las mediane-
ambas construidas en tiempos de Cons- rías de otras dos estancias, de forma que
tantino, aunque en los edificios actuales en el espacio así formado podían per-
quedan escasos restos de las primeras manecer sentadas unas cien personas. En
construcciones 2. una pequeña habitación adyacente había
La iglesia más antigua excavada por un baptisterio (il. 192), en uno de cuyos
los arqueólogos se halló durante los tra- extremos se hallaba un arcosolio que co-
bajos realizados en Dura Europos, loca- bijaba,la pila del agua. En el fondo del
lidad de Siria oriental, junto al Eufrates, nicho, bajo el arco, había una escena
el año 1931-32. Aquella ciudad fue ocu- pintada sobre el muro mostrando a Cris-
pada por los romanos, que instalaron en to en figura de Buen Pastor que apa-
ella una guarnición en el año 167 a. C.; cienta a sus ovejas. La imagen de Cristo
su finalidad era constituir un puesto joven con una oveja sobre sus hombros
avanzado del Imperio. Parcialmente in- es un tema muy difundido en el primi-
cluida en las construcciones de la puerta tivo arte cristiano, como sabemos por
principal de la ciudad y un poco al sur las pinturas y esculturas aparecidas en
de ésta se hallaba una iglesia que en Italia. Otros murales presentan escenas
principio había sido residencia privada. bíblicas, como las de David y Goliat, la
Su planta correspondía a una serie de Samaritana, Pedro tratando de caminar
estancias en torno a un patio pavimen- sobre las aguas y la curación del paralí-
tado y a cielo abierto. Sobre un muro tico. Los primeros cristianos solían re-
enlucido había una inscripción en que unirse en las casas, y el edificio apare-
se consignó el año en que la casa había cido en Dura es un excelente ejemplo
de aquellas iglesias domésticas.
= Cf. J. W. Crowfoot, Early Churches in Hacia el norte de la puerta principal
Palestfne (Londres 1941). y en la misma calle en que se hallaba
362 LA IGLESIA EN EL MUNDO

situada la iglesia había una sinagoga,


cuyas obras finalizaron, según una ins-
cripción, el año 255 d. C. En este caso
se trata también de una vivienda priva-
da reacondicionada para el culto público
en el 245 d. C., antes de que fuera
reemplazada por la nueva sinagoga. Los
muros aparecían decorados, al igual que
los de la iglesia, con temas ornamentales
tomados de la Escritura (il. 193), entre
los que podían verse el sacrificio de
Isaac, el retorno del arca después de su
estancia entre los filisteos y diversas
escenas del éxodo, la historia de Moisés
y la de Job. Dura fue destruida al ser 193. Sinagoga de Dura Europos.
nuevamente ocupada por los sasánidas
de Mesopotamia, poco antes o después
del año 260 d. C. Poco después fue ran hallar muchos restos específicamente
abandonada, hasta que los. arqueólogos cristianos anteriores a ese momento. Mu-
de la Universidad de Yale y de la Aca- cho menos puede esperarse encontrar
demia Francesa de Inscripciones y Letras nada que ilustre directamente la vida de
la exhumaron de las arenas del desierto'. la Iglesia durante la segunda mitad del
En el resto de Siria, y para el caso siglo i d. C., cuando el número de los
en todo el mundo antiguo, prácticamen- cristianos era comparativamente muy re-
te no queda nada de las iglesias que ducido y éstos se hallaban dispersos en
pudo haber antes de la época de Cons- un ámbito muy extenso. Todo lo que
tantino; sin embargo, abundan las ruinas podemos hacer al respecto es, por con-
cristianas de los siglos Iv-vi d. C. La siguiente, seguir al apóstol Pablo en sus
razón de ello puede ser que casi todas viajes para ver cómo la arqueología ha
las iglesias existentes fueron quizá des- ilustrado el trasfondo geográfico y cul-
truidas en el curso de las violentas per- tural en que se escribieron las epístolas
secuciones del emperador Diocleciano, del Nuevo Testamento.
iniciadas a partir del 303 d. C. Los
arqueólogos, por consiguiente, no espe-
ANTIOQUIA DE SIRIA
3 Cf. M. I. Rostovtzeff, Dura-Europos and
its Art ( Oxford 1938) cap. IV. Para más deta- Empezaremos por Antioquía de Siria,
lles sobre la primitiva Iglesia cristiana, cf. la que después de Alejandría de Egipto y
memoria original de sus excavadores, C. Hop-
kins y P. V. V. Baur, Christian Church at Roma era la tercera ciudad del Imperio.
Dura-Europos ( New Haven 1934). [Cf. M. I. Fue el centro cristiano más importante
Rostovtzeff y otros, The Excavation at Dura- fuera de Palestina y punto de partida
Europos... Preliminary Reports I a IX (New
Haven 1929-1946): descripción de todos los desde el que Pablo emprendió sus viajes
monumentos descubiertos en Dura-Europos, de misión. Se halla situada a unos 480
como el mithraeum, la sinagoga y la basílica kilómetros al norte de Jerusalén, en el
cristiana. Es importante la obra de A. Grabar punto en que el Líbano y la cadena
El primer arte cristiano, 200-395 (Madrid montañosa que vertebra el Asia Menor,
1967) por las magníficas ilustraciones en negro
y color, con planos y trazados de la casa cris- el Tauro, se encuentran. El río Orontes
tiana de Dura-Europos]. rompe por entre las montañas en su
ANTIOQUIA DE SIRIA 363

194. Antioquía de Sida.

paso hacia el Mediterráneo (fi. 194). An- tro ganadero que abastecía al Próximo
tioquía fue fundada hacia el 300 a. C. Oriente romano, con ricos pastos entre
a orillas del Orontes y a unos 32 kiló- los bosques cercanos. Al igual que otras
metros del mar. A través de su ciudad grandes ciudades helenísticas, estaba cru-
portuaria, Seleucia, estaba en permanen- zada de un extremo a otro por una gran
te comunicación con las regiones occi- calle porticada, y es la única de que sa-
dentales del Imperio, mientras que era bemos que poseía un sistema de alum-
también punto de convergencia para to- brado público.
das las caravanas que aseguraban el co- En un lugar próximo, llamado Dafne,
mercio con todo el Próximo Oriente. había un famoso santuario consagrado al
Durante el siglo iv d. C. su población dios Apolo. En torno al santuario se ex-
masculina alcanzaba la cifra de los tendía una especie de parque público con
150.000 o 200.000 individuos, y pode- florecientes negocios en que se explota-
mos suponer que en la época de Pablo ban toda clase de vicios, hasta el extre-
llegaría a cifras muy parecidas. En esta mo de que las costumbres de Dafne lle-
ciudad surgieron famosas escuelas de garon a hacerse proverbiales y famosas.
filosofía, medicina y retórica. Contaba También eran conocidos los antioquenos
con una gran biblioteca y toda clase de por su humor procaz y su inclinación a
edificios para recreo de sus habitantes: poner motes. Muchos investigadores in-
teatros, anfiteatros, estadios y baños pú- terpretan la aparición del nombre de
blicos. Era también un importante cen- «cristianos» en Hch 11,26 como un ejem-
364 LA IGLESIA EN EL MUNDO

plo más de esa afición de los antioque-


nos a poner apelativos a todo el mun-
do. En esta ciudad tan profundamente
paganizada formó la Iglesia cristiana su
primer gran centro fuera de Palestina.
El médico Lucas, autor de un Evangelio
y de los Hechos de los Apóstoles, es te-
nido tradicionalmente por oriundo de
Antioquía, y también es posible que el
Evangelio de Matea fuera compuesto en
esta ciudad. Durante el siglo lil d. C.
vivió allí un notable erudito cristiano,
Luciano. A él se debe una edición crítica
de los Setenta y fue también fundador
de una escuela que se opuso a las ten-
dencias alegorizantes de los alejandrinos.
El erudito Teodoro y el orador Crisós-
tomo son dos de las máximas figuras de
aquella escuela entre los primitivos Pa-
dres de la Iglesia.
Entre los años 1,931 y 1939 realiza-
ron excavaciones en la antigua Antio-
quía y en su puerto, Seleucia, la Uni-
versidad de Princeton y los Museos
Nacionales de Francia. Es posible que
el descubrimiento más importante sean
195. Dibujo del cáliz de Antioquía. Apa-
los centenares de mosaicos que han dado recen en él las figuras de Cristo y
a conocer muchos datos acerca del arte los apóstoles rodeados de sarmientos.
Es una de las más bellas piezas de
e incluso los cultos paganos de los pe- la antigua orfebrería cristiana, se-
guramente de los siglos iv o v d. C.
ríodos romano tardío y bizantino. Los
restos arqueológicos y literarios han per-
mitido identificar una veintena de igle-
sias en la ciudad y sus inmediaciones, referido, los arqueólogos no han encon-
todas ellas del siglo iv d. C. o poste- trado otros restos relacionados con la
riores. Un mosaico del siglo vi muestra comunidad judía, a no ser un fragmento
una inscripción que posiblemente con- de mármol en que aparece parte de un
tiene una expresión bíblica: «Paz sea a candelabro de siete brazos 4.
tu entrada, a ti que miras (esto); gozo El objeto más famoso de esta zona es
y bendición a todos los que se detengan el «cáliz de Antioquía» (il. 195). Su des-
aquí». Antioquía tuvo en otros tiempos cubrimiento fue publicado en 1916. Con-
una gran colonia judía a la que se aso-
ciaba un numeroso grupo de conversos
griegos, los llamados «temerosos de Cf. B. M. Metzger, Antioch-on-the-Orontes:
Dios». Es probable que la Iglesia cris- «The Biblical Archaeologist» 11/4 (1948);
tiana reclutase sus primeros adeptos en- C. R. Morey, The Mosaics of Antioch ( Nueva
tre este último grupo. Sin embargo, con Yark 1938); finalmente, las publicaciones ofi-
ciales de la expedición que excavó el yaci-
la posible excepción de la frase que figu- miento, Antioch-on-the-Osontes I-IV (Prin-ceton1934-1948).
ra en un mosaico, a la que nos hemos
PRIMER VIAJE MISIONERO DE PABLO 365

siste en una copa lisa de plata rodeada de aquellas minas a cambio del pago de
de una funda exterior decorada con sar- 300 talentos. En Palestina aparecen cerá-
mientos y con las figuras de Cristo y los micas procedentes de la isla ya en 1600
apóstoles. Se pretendió que esta copa era antes de Cristo. Fue colonizada sucesi-
el Santo Grial, el cáliz que utilizó Jesús vamente por los. micénicos, los fenicios
en la última cena; las figuras que apare- y posteriormente por los griegos; en
cían en la decoración exterior fueron in- tiempos de Pablo los habitantes de Chi-
terpretadas como retratos del siglo i des- pre y su cultura eran predominantemen-
pués de Cristo. Se dio mucha publicidad te griegos, como ocurre incluso en nues-
a este descubrimiento y durante algún tros días.
tiempo éste fue el objeto más conocido Se afirma que Pablo y sus acompa-
de toda la Antigüedad., Sin embargo, los ñantes pasaron algún tiempo en cada
serios estudios de varios investigadores una de las dos principales ciudades de
han probado casi con absoluta seguridad la isla. Estas eran Salamina, donde había
que esta pieza data de los siglos Iv o un famoso templo consagrado a Zeus, y
v d. C., y que nada tiene que ver con Pafos, con el aún más famoso que el an-
la última cena del Señor. Sin embargo, terior dedicado a Afrodita, la diosa de
no deja de ser una de las más importan- la fecundidad. Las dos ciudades se halla-
tes piezas de orfebrería cristiana hoy co- ban en los extremos opuestos de la isla,
nocidas s. y la segunda era sede de la administra-
ción provincial romana. Allí se encon-
tró Pablo con Sergio Paulo, «hombre
PRIMER VIAJE MISIONERO DE PABLO inteligente», que ocupaba el cargo de
procónsul romano (Hch 13,7), o repre-
Saliendo de Antioquía y por su puer- sentantes del Senado romano para el
to, Seleucia, se embarcó Pablo en com- gobierno de la provincia. Una inscripción
pañía de Bernabé y Juan Marcos con descubierta por. el cónsul norteamericano
destino a Chipre, que distaba unos no- Louis P. di Cesnola durante sus explo-
venta y seis kilómetros (Hch 13). De raciones desarrolladas entre 1865 y 1877
aquella isla era natural Bernabé (Hch 4, menciona a Paulo como procónsul. Apa-
36), y a ella habían acudido ya algunos reció en Soli, al norte de Pafos, y se
misioneros cristianos durante la perse- fecha en el 55 d. C., pero alude a un
cución desencadenada en Jerusalén des- incidente sucedido en fecha anterior,
pués del martirio de Esteban (Hch 11, mientras ocupaba el cargo Paulo (hacia
19), probablemente porque allí se habían el 46-48 d. C.). Es la única referencia
establecido siglos antes nutridas colonias que tenemos de este procónsul fuera de
de judíos. la Biblia; es un dato interesante el hecho
Chipre debe su nombre a las minas de que Lucas mencione correctamente
de cobre que allí fueron objeto de una su nombre y cargo 6.
intensa explotación en tiempos bíblicos. Desde Pafos embarcaron Pablo y Ber-
En el año 12 a. C., César Augusto otor- nabé con destino al Asia Menor y pronto
gó a Herodes el Grande, el monarca llegaron a la provincia romana de Gala-
palestinense, la mitad de la producción cia. Predicaron y enseñaron en Antio-
quía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe
s
Para un estudio detallado de este tema,
confróntese especialmente H. H. Arnason, The
History of the Chalice of Antioch: «The Bib- " La inscripción fue cuidadosamente publi-
lical Archaeologist» 4/4 (1941) y 511 (1942). cada por D. G. Hogarth, Devia Cypria, 114.
366 LA IGLESIA EN EL MUNDO

196. Ruinas de un acueducto en Antioquía de Pisidia.

(Hch 13,14-14,24). Es probable que Pa- sistema educativo para los jóvenes inspi-
blo escribiera más tarde a las comunida- rado sin duda alguna por el helenismo.
des fundadas en el curso de esta misión La asamblea política de este tipo de ciu-
su Carta a los Gálatas. dades era designada mediante el término
El nombre de «Galacia» deriva de un griego de ekklesia, palabra que adopta-
grupo de galos que, procedentes de ron los cristianos para designar la nueva
Europa, se establecieron en la zona nor- «Iglesia» establecida en Cristo. Como
te de la provincia durante el siglo iii colonia romana, Antioquía se situaba en
antes de Cristo. A comienzos del si- la categoría más elevada de las ciudades
glo ii esta zona se convirtió en reino provinciales con una estratificación so-
asociado de Roma, que se fue ampliando cial perfectamente definida. En la cum-
gradualmente y, a la muerte de su últi- bre de esta jerarquía se juzgaban los ciu-
mo rey, ocurrida en el año 25 a. C., dadanos romanos de lengua latina, que
pasó a ser provincia romana. Antioquía tenían todos los privilegios jurídicos pro-
era la ciudad principal de esta provincia pios de los ciudadanos de la misma
(il. 196). Había sido fundada por Seleu- Roma. La masa de la población, sin em-
co I de Siria hacia el 300 a. C.; fue bargo, hablaría indudablemente griego,
declarada ciudad libre por los romanos pero sus miembros eran considerados
y, en el 11 a. C., colonia romana. En su simples «residentes», «moradores» (in-
condición de ciudad libre disfrutaba An- colae) y carecían de la plenitud de dere-
doquía de una forma electiva de auto- chos civiles propios de los ciudadanos
gobierno, con asambleas populares y un romanos (colon¡). Sin embargo, es indu-
PRIMER VIAJE MISIONERO DE PABLO 367

gido en Ancyra (Ankara), al norte de


Galacia. Este texto fue pósiblemente re-
dactado por el mismo Augusto hacia el
14 d. C. Describe la vida, y los hechos
del emperador, con la pretensión de dar
cumplimiento a las esperanzas religiosas
e incluso «mesiánicas» de su época. En
tiempos de Pablo aquellas esperanzas se
habían frustrado; el reino de los dioses
sobre la tierra no había sido instaurado.
Esta era, posiblemente, la atmósfera en
que se desarrolló la predicación de Pablo
en Antioquía, donde halló tantos indivi-
197. Monumentum Ancyranum. duos dispuestos a escucharle de buena
gana.
Las excavaciones practicadas en Antio-
dable que los incolae mantendrían la es- quía poco antes y a continuación de la
peranza de que, gracias a la situación Primera Guerra Mundial exhumaron al-
privilegiada de la ciudad, también ellos gunas importantes ruinas de la ciudad
se convertirían más pronto o más tarde romana de tiempos de Pablo. Entre_ ellas
en ciudadanos romanos, ya que Roma se cuentan las dos grandes plazas de
seguía la política de prometer la ciuda- Augusto y Tiberío unidas entre sí por
danía a todos aquellos cuya madurez se una escalinata, con los grandes arcos
juzgara suficiente. triunfales erigidos en honor de César
Pablo y Bernabé marcharon directa- Augusto. En la plaza de Augusto se alza-
mente desde Chipre a esta ciudad de ba el gran templo del dios Men, cuyo
Asia Menor. Al principio se limitaron símbolo era una cabeza de toro. Este
a hablar a la comunidad judía, y eviden- dios, considerado benefactor del pueblo,
temente en griego, pero en seguida lo. sobre el que derramaba las bendiciones
graron un éxito sorprendente entre los de la naturaleza, fue probablemente
gentiles, «y la palabra del Señor se di- identificado durante algún tiempo con el
fundió por toda la comarca» (Hch 13, mismo Augusto, hasta que llegó la hora
49). En Asia Menor pululaban las sectas de la desilusión. De época posterior, ha-
religiosas. El dios principal de Antioquía cia finales del siglo iv d. C., son las
era llamado «Men», pero probablemente ruinas de una gran iglesia cristiana, de
se prestaba mayor atención al culto de más de 60 m. de larga. La ciudad que
la diosa madre. Sin embargo, los anti- conoció Pablo era indudablemente de
guos dioses sólo con gran dificultad se gran belleza arquitectónica, espléndida,
acomodaban a la situación de los nuevos en que se combinaban el refinamiento y
tiempos. Uno de los grandes documentos la sencillez de lo griego con la compleji-
que circulaban por Asia Menor,. del que dad y fortaleza de lo romano'.
se ha encontrado parte de una copia en Las ciudades de Iconio, Listra y Der-
las excavaciones de Antioquía, era el be se hallaban situadas al sudeste de
Monumentum Ancyranum (il. 197), en
que se narraban los «Hechos realizados
por el divino Augusto». Otra copia del Cf. David M. Robinson, A Preliminary
Report on the Excavations at Pisidian Antioch
mismo se grabó en los muros del Augus- and at Sizma: «American Journal of Archaeo-
teum, un blanco templo de mármol eri- logy» 28 (1924) 435-444.
368 LA IGLESIA EN EL MUNDO

EL VALLE DEL LICO

Al oeste de la provincia de Galacia se


hallaba la de Asia. Siguiendo la ruta que
conduce de Antioquía a Efeso, se des-
cien de de las alturas de Frigia al valle
que riega el río Lico, cuyo curso recorre
unos 1 ometros hasta encontrarse
con e río ean ro, que seña a e cami-
no acta eso y e Mar Egeo. En el pe-
queño valle
_ alledel Lico, situado en la parte
198. Hierápolis, Valle dei Lieo. oriental de la provincia de Asia, h abía
tres ciudades principales. n cada una
dé iglesia e
trata de Colos as, Laodicea y Hieráonlis
(il. 198); dos cartas del Apóstol van diri-
Antioquía, jalonando la importantísima gidas a ellas. La Epístola a los Colosen-
ruta comercial y militar que llevaba a ses fue escrita en Roma, cuando Pablo
las puertas de Cilicia, el puerto de mon- se hallaba preso, poco después del año
taña que se abre hacia Siria. Iconio, la 60 d. C. Fue llevada a Colosas por uno
moderna Konya, distaba unos 96 kiló- de los discípulos de Pablo, llamado Tí-
metros de Antioquía. Unos 72 kilóme- quico, y debía ser leída también en la
tros más allá, pero al norte de Iconio, se iglesia de Laodicea ( Col 4,7-17). Tíquico
alzaba Derbe, con Listra á medio camino iba acompañado del esclavo fugitivo
entre ambas. Iconio era una ciudad más Onésimo, convencido por Pablo de que
antigua que Antioquía, a juzgar por las debía regresar junto a su amo, Filemón,
tradiciones asociadas a ella, y también en Laodicea o Colosas, y portador del
había sido totalmente helenizada. Listra hermoso escrito que es la Carta á File-
y Derbe eran localidades menores y se món. Este personaje debía de ser uno
hallaban situadas cerca del extremo su- de los dirigentes de las iglesias del valle
deste de la provincia de Galacia; allí del Lico, y su casa era el lugar donde
el pueblo bajo, evidentemente, hablaba se reunía una de aquellas comunidades
un dialecto local (Hch 14,11). En una de cristianas (Flm 2).
estas dos ciudades logró Pablo una de Pablo pudo pasar por el valle del Lico
sus más famosas conversiones, la de Ti- camino de Efeso en su tercer viaje de
moteo, hijo de padre griego y madre misión. Tanto en el segundo como en el
judía (Hch 16,1). La falta de datos ar- tercer viaje partió de Antioquía de Siria,
queológicos, sin embargo, nos impide llegó a Tarso, pasó las Puertas de Cilicia
decir algo sobre estas ciudades'. y giró un viaje de inspección por las
iglesias de Galacia. En el segundo viaje,
por consiguiente, atravesó la zona norte
` Todavía hoy resulta el mejor resumen el de la provincia de Asia y llegó hasta el
de` W. M. Ramsay, The Cities of St. Paul norte de Grecía. En el tercer viaje pasó
(Nueva York 1908) partes III y IV, y St. Paul.
The Traveller and the Roman Citizen ( Nueva directamente de Antioquía de Galacia a
York 1896) caps. V y VI. A sir William Efeso. La ruta seguía el curso del Lico
Ramsay se debe, más que a ningún otro eru- hasta alcanzar el río Meandro; sin em-
dito, cuanto conocemos sobre el ambiente ar-
queológico, histórico y cultural de la perma- bargo, las iglesias de las tres ciudades
nencia de Pablo en Asia Menor. del Lico no fueron fundadas, evidente-
EL VALLE DEL LICO 369

mente, por Pablo en persona, sino por un depósito elevado y -j-ub rías de cerámica o obstruidas por los depósitos os de cal.
sus discípulos, mientras el Apóstol se ha-
llaba en Efeso. Uno de aquellos discípu- .El agua se llevaba ciudad mediante
los era un colosense llamado Epafras acueductos
( Col 4,12s), forma abreviada de Epafro- desde unos manantiále erma es e as
dito. proximi a _es, por lo que el líquido lle- garía templado.
Ninguna de las tres ciudades del Lico
ha sido excava da, Pero - se han fiado sus Hierápolis, mencionada en Col 4,13,
respectivos em lazamientos y an si o le hallaba unos diez kilómetros al norte
ex ora as as ruinas. o osas , a más de Colosas, al otro lado del valle. La
antigua de las tres, fue identifícada en ciudad antigua se alzaba sobre una terra-
1835 por W. J. Hamilton, que además za por encima del nivel del valle. Ladera
vio numerosas ruinas de la ciudad anti- abajo corren las aguas de unas fuentes
gua; a partir de esa fecha, las piedras termales que, indudablemente, estarían
superficiales de las mismas han sido uti- consagradas a las viejas divinidades de
lizadas para edificar modernas construc- la naturaleza. Aún son visibles dos tea-
ciones en los alrededores. Una inscrip- tros, el más pequeño del período hele-
ción procedente de este lugar menciona nístico y el mayor de época romana. Las
a un cierto T. Asinio Epafrodito, pero ruinas de este último resultan verdade-
es muy dudoso que este personaje sea ramente impresionantes; aún están en su
el Epafras compañero de Pablo. Por otra lugar los asientos, y el frente mide cerca
parte, algunos creen que el nombre del de cien metros de ancho. Al costado
Apóstol aparece en un altar de mármol occidental de la ciudad, junto al borde
procedente de Laodicea. de la meseta, todavía se ven las ruinas
Colosas se hallaba al extremo superior de unas grandes termas, y junto a ellas,
u oriental del valle, mientras - las del gimnasio. Al igual que otras ciu-
c ea quedaba a unos ` diecinueve kilóme- dades helenísticas, se hallaba ésta par-
ros a occ tida en dos por una gran avenida porti-
hacia el 250-240 a. C. como un cam a- cada. A lo largo de ella pueden verse
mento mi atar que defendía las frontera aún varias tumbas, mientras que a las
rio e ntíoco II_ afueras de la puerta norte ha sido loca-
d iria. Está emplaza da sobre lizado el cementerio. Según la tradición,
uena eminencia e terreno y ocupa una Felipe el evangelista, del que se habla
su erficie de os os kilómetros cua- en Hch 21,8, -pasó los últimos años de
drado s; aún son visi es as ruinas de su vida en esta ciudad; una de las cuatro
dos teatros, , o, s e ie- iglesias cristianas que en ella han apare-
ra procedentes de la puerta oriental y cido había sido edificada en su honor.
un Gimnasio o e edificio para anos nu Así lo refiere una inscripción: «Eugenio
có~. En el Apocalipsis se reprocha a la el mínimo, archidiácono que está al car-
iglesia de Laodicea no ser ni fría ni ca- go de (la iglesia de) el santo y glorioso
liente, sino tibia, y se le acusa de preten- apóstol y teólogo Felipe». Quizá el cris-
der que es rica y no necesitar nada, tiano más famoso de esta ciudad fue un
cuando en realidad es pobre y miserable. individuo llamado Papías, autor de una
Los investigadores creen que se alude a Exposición de los Oráculos del Señor,
la próspera vida comercial de la ciudad que nos es conocida a través de las citas
y a un rasgo característico e sus abaste de otros autores posteriores. Vivió a fi-
cimien tos nales del siglo i d. C. y en el primer
de agua. Todavía aparecen a entre las ruinas de Laodicea los restos de cuarto del siglo ii d. C.; tenía especial
24
370 LA IGLESIA EN EL MUNDO

199. Piano de Efeso.

interés en poner por escrito las tradicio- EFESO


nes orales relativas a Jesús, que fue
recogiendo de labios de «los, ancianos» Durante su tercer viaje de misión se
o padres de la comunidad cristiana. detuvo Pablo en Efeso más de dos años.
En las tres ciudades del valle del Lico Después de visitar sus iglesias de Gala-
había numerosas e influyentes comuni- cía, «atravesó las regiones altas y llegó
dades judías. Varias inscripciones dé a Efeso» (Hch 19,1). Esta era la princi-
Hierápolis las mencionan, pero al correr pal ciudad de la provincia romana de
del tiempo se fueron extinguiendo, pro- Asia, y sus habitantes alcanzaban la ci-
bablemente absorbidas en su mayor par- fra al menos de un cuarto de millón
te por la Iglesia cristiana. Por esta y ( fi. 199). A unos cinco kilómetros al
otras razones, el cristianismo de aquella oeste se hallaba el mar Egeo; el río
zona presentaba ciertos rasgos peculia- Caister, que desembocaba en el mar, en
res, incluida la rígida observancia de las aquella época era navegable hasta Efeso,
festividades judías y una mezcla del cul- que gracias a ello venía a ser el centro
to a los ángeles y prácticas ascéticas. En de convergencia para el comercio marí-
su Carta a los Colosenses advierte Pa- timo con Occidente y las rutas carava-
blo a la Iglesia de los peligros que todo neras con Oriente. Igual en importancia
ello entrañaba (Col 2) 9. a las grandes ciudades -orientales, como
Antioquía de Siria y Alejandría de Egip-
to, Efeso era un lugar muy ventajoso
' Un cuidado sumario histórico y arqueoló- para la predicación de Pablo.
gico del valle del Lico en S. E. Johnson,
Laodicea • and its Neighbors: «The Biblical Obras literarias e inscripciones apor-
Archaeologist» 1311 (1950). tan un cúmulo de datos acerca de la
EFESO 371

abundancia de que disfrutaba la ciudad. ban a una altura de más de 16,50 m.


Según Estrabón, era el mercado más im- Al menos algunas de estás columnas
portante de toda Asia Menor. Parte no llevaban decoración escultórica hasta una
pequeña de su riqueza y su fama era altura de 6 m. (il. 200). La base del
debida al culto de Artemis, la diosa ma- altar principal era un cuadrado de 6- m.
dre, identificada por los romanos con de lado, y detrás de él se elevaba la es-
Diana. Su culto estaba relacionado con tatua de la diosa, de la que se afirmaba
la fecundidad de los seres humanos, los que «había caído de Júpiter» (Hch 19,
ganados y los rebaños. Su trasfondo 35), es decir, que pudo haber sido talla-
era asiático más que romano o griego, da en un gran meteorito. Tejas blancas
y aquel culto se asemejaba mucho al de de mármol cubrían las techumbres y
la fecundidad que practicaron los cana- todo •el edificio estaba decorado con es-
neos y que tan atractivo resultaba para culturas, excelentes pinturas y mucho
los israelitas. Era un culto popular, y oro.
todo confirma la afirmación de Deme- El mes de Artemision (marzo-abril)
trio, el platero, en el sentido de que era era la ocasión en que los curiosos y de-
la diosa «a quien toda Asia y el mundo votos que acudían a la ciudad proporcio-
veneran» (Hch 19,27). naban al templo y a los comerciantes
El templo de Artemis en Efeso era cuantiosos ingresos. Quizá fueron aque-
considerado una de las siete maravillas llas multitudes las que retuvieron a Pa-
del mundo antiguo. Fue excavado siste- blo en Efeso hasta después de Pentecos-
máticamente por el arquitecto inglés tés; en su primera Carta a los Corintias
J. T. Wood. Después de seis años de
incesantes trabajos, fue hallado el 2 de
mayo de 1869 al nordeste de la ciudad
propiamente dicha, a los pies de la coli-
na sagrada de Ayassoluk. Las primeras
construcciones se remontan al siglo viii
antes de Cristo y apenas eran otra cosa
que un recinto en que se hallaban inclui-
dos una plataforma, un árbol sagrado, un
altar y, posiblemente, una imagen de
madera. Hacia el 550 a. C., el templo
fue reconstruido, aumentándose sus di-
mensiones y suntuosidad. Aquel conjun-
to duró hasta que, según la tradición,,
fue incendiado en el 356 a. C. Su lugar
fue ocupado por el edificio helenístico
iniciado el año 350 a. C. y terminado
a expensas de Alejandro Magno. Este
templo permaneció en pie hasta el 262
después de Cristo, en que fue destruido
por los godos.
La plataforma que le servía de base
medía aproximadamente 72 m. de ancho
por 125 m. de largo. El templo en sí
tenía más de 48 m. de ancho por 102 m.
de largo, y sus cien columnas se eleva- 200. Templo de Artemis en Efeso.
372 LA IGLESIA EN EL MUNDO

afirma el Apóstol: «Permaneceré en Efe-


so hasta Pentecostés, porque se me ha
abierto una puerta grande para una la-
bor eficaz, y hay allí muchos adversa-
rios» (1 Cor 16,8s). Las consecuencias
económicas de la predicación de Pablo
y el celo por los dioses crearon un cli-
ma propicio a los tumultos.
La estancia de Pablo en Efeso tocó a
su fin con la algarada que provocó el
platero Demetrio, cuyo nombre posible-
mente ha aparecido en una inscripción.
Pablo había logrado disuadir a muchos
de su intención de adquirir capillitas de 201. Reconstrucción de la •Arkadianea
plata, con el resultado de que Demetrio
alzó su voz contra aquel hombre que
afirmaba «que no hay dioses hechos con queología, que inició sus excavaciones
las manos» (Hch 19,26). Las turbas se en 1896 y publicó los resultados en cua-
arremolinaron en torno a Pablo cuando tro grandes volúmenes 1°. Prácticamente
éste apareció en el gran teatro situado todos los edificios importantes de la ciu-
en la ladera occidental del monte Pión, dad antigua han sido exhumados. La
que se eleva por encima de la ciudad. plaza del mercado, que los griegos lla-
Aquel teatro tenía aproximadamente maban agora y los romanos forum, era
166,5 m. de diámetro y se dice que en un gran cuadrado a cielo abierto, rodea-
él cabían 24.550 personas. Su aspecto do de columnatas y diversos edificios
resultaba impresionante y se hallaba importantes. La avenida más impresio-
adornado de numerosas estatuas. nante de la ciudad era la «Arkadiane»,
La tradición sitúa la «prisión de Pa- que iba desde el teatro hasta el puerto
blo» en un edificio militar de la colina y recorría una distancia de unos 520 m.
de Astiages, al lado occidental de la ciu- (i1. 201). Estaba pavimentada con losas
dad, aunque la actual fortaleza es de de mármol y tenía una anchura aproxi-
época muy posterior. Al sudeste del tea- mada de 11 m. Una columnata recorría
tro, Wcod identificó un edificio circular cada uno de sus lados, y detrás de estos
de unos 15 m. de diámetro como la soportales se abrían las tiendas.
tumba de Lucas, pero estudios ulteriores Numerosas inscripciones aparecidas en
han demostrado que se trata de un ,, se- la ciudad aportan datos interesantes para
pultura familiar griega o de un enterra- el arqueólogo que estudia la etapa cris-
miento en que se recogieron los cuerpos tiana. La alusión de Hch 19,13 a unos
de cierto número de soldados. exorcistas recuerda la popularidad que
Las excavaciones de J. '1 '. Wood se en Efeso tenían los especialistas en fór-
desarrollaron entre 1863 y 1874. Toda mulas mágicas y conjuros; los autores
la historia del templo fue posteriormente griegos y romanos se refieren a éstos
,estudiada por D. G. Hogarth en el curso con el nombre de «escritos efesinos». La
de unas excavaciones por cuenta del Mu- fórmula «yo te conjuro por. .. », utilizada
seo Británico en 1904-1905. Es posible,
sin embargo, que los trabajos más im- s° Forschungen in Ephesos,
veróf fentlicht
portantes realizados en este lugar hayan von ósterreichischen archaeologischen Institute
sido los del Instituto Austríaco de Ar- (1906-1937).
LAS PRIMERAS IGLESIAS DE EUROPA 373

por los magos judíos semipaganizados dose en razones internas, dudan de que
del pasaje aludido, parece haber sido la fuera escrita personalmente por Pablo;
habitual de los exorcismos. En Hch 19, es muy posible que la redactara un dis-
18 se habla propiamente de «fórmulas cípulo.
mágicas». Los «asiarcas» de Hch 19,31 Quizá el acontecimiento más impor-
son frecuentemente mencionados en las tante de la historia cristiana relacionado
inscripciones de Efeso; «asiarcas» era un con Efeso sea el concilio ecuménico del
título que ostentaban los promotores del año 431 d. C. Fue motivado por el cis-
culto al emperador en la provincia de ma entre Nestorio, patriarca de la igle-
Asia. En Hch 19,35 se alude al «magis- sia de Constantinopla, y sus seguidores,
trado de la ciudad»; este personaje, a entre los que se incluía la escuela de
juzgar por las inscripciones, era algo más Antioquía de Siria, y el resto de la Igle-
que un simple magistrado, pues ocupaba sia, a cuyo frente se hallaba Cirilo, obis-
realmente el cargo de primer funcionario po de Alejandría. El punto de discordia
público. En el mismo pasaje se mencio- era la doctrina acerca de las naturalezas
na a Efeso como «guardiana del templo» humana y divina en Cristo, y la cuestión
de Artemis, y una de las inscripciones de si María debía ser llamada «Madre
dice exactamente lo mismo. Este título, de Dios», como afirmaba Cirilo, o sim-
sin embargo, se usaba en Efeso y en plemente «Madre de Cristo», como de-
otros lugares para indicar que la ciudad fendía Nestorio. El concilio se celebró
tenía a su cargo el culto del emperador en la efesina iglesia de Santa María.
romano. Esta iglesia, que ha sido excavada, fue
El éxito de la predicación de Pablo erigida hacia el 350 d. C. sobre los res-
en aquella gran ciudad debió de ser im- tos de una gran escuela pagana, o mu-
portante. El Apocalipsis, libro escrito seum. Tenía una longitud total de cerca
hacia finales del siglo i d. C. en la isla de 145 m. y su planta tiene el aspecto
de Patmos, no lejos de Efeso, recuerda de un santuario doble, con un ábside en
aquellos comienzos de la Iglesia y exhor- cada uno de sus extremos. En las actas
ta a los cristianos a «darse cuenta de oficiales del concilio, redactadas por Ci-
dónde han caído» (Ap 2,5). Tradicional- rilo y los suyos, se da a esta iglesia el
mente se cree que la Carta a los Efesios nombre de «Santa María, María Madre
fue escrita desde Roma, aproximadamen- de Dios» o simplemente el de «la gran
te al mismo tiempo que la Carta a los iglesia» ".
Colasenses, y que fue llevada a Asia por
Tíquíco (Ef 6,21), el discípulo de Pablo
que también llevó consigo la Carta a los
Colosenses a la ciudad del valle del Lico. LAS PRIMERAS IGLESIAS DE EUROPA

Las semejanzas que presentan ambas car-


tás son tan notorias que resulta difícil En su segundo viaje de misión partió
separarlas. Sin embargo, los datos que Pablo de Antioquía de Galacia, atravesó
nos han transmitido los primeros Padres la zona norte de la provincia de Asia y
de la Iglesia y el mismo contenido de la llegó a Tróade, junto al mar Egeo. Esta
Carta a los Efesios indican que con toda ciudad se hallaba unos quince kilómetros
probabilidad el manuscrito original no
llevaba este título de «Efesios». Lo más
probable es que se tratara de una carta " Para un análisis cuidadoso de la arqueo-
pastoral dirigida a todos los cristianos logía de Efeso, cf. los artículos de M. V. Par-
vis y F. V. Filson en «The Biblical Archae-
de Asia. Muchos investigadores, fundán- ologist» 8/3 (1945).
374 LA IGLESIA EN EL MUNDO

202. Viaje de Pablo a Macedonia.

el sur del extremo occidental del Heles- y Neápolis llevaba dos días de navega-
ponto. Hoy no es más que un conjunto ción (fi. 202). Según tenía por costum-
de ruinas abandonadas, pero durante la bre, no se detuvo Pablo en la ciudad
época romana fue uno de los principales portuaria, sino que marchó inmediata-
puertos de Asia. Una ruta marítima muy mente tierra adentro, hacia la población
frecuentada la unía con la terminal de la más importante, Filipos en este caso.
gran calzada, la Vía Egnatia, en Neápo- Hoy esta ciudad yace en ruinas y está
lis y Filipos. La Vía Egnatia era una totalmente deshabitada; queda a unos
calzada pavimentada que cruzaba Mace- trece kilómetros de Neápolis, en un
donia hasta Dirraquio, en la costa adriá- puerto de montaña. Sus principales mo-
tica. En este punto se tomaba el barco numentos han sido excavados por la Es-
que hacía la ruta de Bríndisi, en Italia, cuela Francesa de Atenas entre 1914
donde comenzaba la Vía Appia, que ter- y 1938. .
minaba en Roma. La Vía Egnatia era el principal medio
El hecho de que Pablo se encontrara de comunicación con que contaba Fíli-
en Tróade cuando tuvo la visión que pos; sobre sus losas pueden verse aún
reclamaba su presencia en Grecia (Hch las rodadas que dejó el paso de inconta-
16,9-10) sugiere que la decisión de mar- bles carros. Al costado oeste de la ciu-
char al continente europeo no significó dad se excavó una gran puerta monu-
una alteración repentina e impremedita- mental por la que pasaba la calzada, que
da de sus planes anteriores. Estaba en kilómetro y medio más allá atravesaba
aquel puerto preparado :para embarcar, un riachuelo. Este es el único lugar a
y la visión serviría para darle la seguri- que pueden referirse las palabras de
dad de que su marcha entraba en los Hch 16,13: «El sábado acudimos fuera
planes de Dios. El trayecto entre Tróade de la puerta de la ciudad a la orilla de
LAS PRIMERAS IGLESIAS DE EUROPA 375

203. Ruinas dei ágora y la basílica de Filipos.

un río, donde suponíamos que estaría el no ha sido posible determinar su empla-


lugar de oración». Evidentemente, en zamiento exacto.
la ciudad no había ninguna sinagoga; En la llanura de Filipos se dio la gran
la comunidad judía seguramente contaba batalla que decidió el dominio sobre
con muy pocos miembros, y algunos de todo el Imperio Romano a la muerte de
ellos se juntaban los sábados en algún Julio César. En el año 42 a. C., Antonio
lugar junto al río. Dentro de la ciudad y Octavio derrotaron allí a Bruto y Ca-
se ha excavado el foro romano (fi. 203). sio, .los asesinos de César. Para celebrar
Era el centro de la vida ciudadana; me- su victoria otorgaron los ganadores a la
día unos 90 m. de largo por 45 m. de ciudad el título de colonia romana, y en-
ancho, y el espacio abierto quedaba do- tre sus primeros ciudadanos (coloni) se
minado por varios templos que se alza- contaron los veteranos de aquella guerra.
ban a los lados. Los restos que hoy Probablemente datan de este momento
pueden verse proceden de una recons- la gran puerta monumental y la amplia-
trucción efectuada en el siglo ri d. C., ción de la ciudad, que anteriormente
pero probablemente ilustran el estado sólo era una pequeña aldea en torno a
del foro en tiempos de Pablo, al menos su acrópolis.
en cuanto al plano general. Al costado Si se exceptúan los restos de algunas
norte del foro se alzaba un podio flan- iglesias bizantinas, entre los que desta-
queado por escalinatas en dos de sus can las enormes pilastras de la basílica
lados. Era el tribunal de los oradores o Derekler, una iglesia casi tan grande
magistrados, e indudablemente señala el como el foro, apenas quedan huellas del
lugar, al que Pablo y Silas fueron lleva- cristianismo. Una inscripción griega fe-
dos a juicio y se les condenó a la cárcel chada en el 262-263 d. C. dice así:
( Hch 16,19s). Un autor antiguo afirma «Aurelio Capitón, presbítero junior de la
que la prisión y otros edificios públicos Iglesia universal, de_ dicó este monumen-
ocupaban los costados del foro, pero aún to a sus padres y a su esposa, Bebia
37 6 LA IGLESIA EN EL MUNDO

Paula, y a su hijo amadísimo, Elpido.» mados «politarcas». El mismo término


Una de las iglesias a que más afecto aparece en algunas otras inscripciones.
tuvo Pablo fue precisamente a la que También en Hch 17,6 se emplea este
fundó en aquella ciudad. Su Carta a los término para indicar los funcionarios a
Filipenses, a diferencia de sus restantes cuya presencia fueron conducidos los
escritos, da a entender que en el seno cristianos a causa del tumulto que pro-
de aquella su primera comunidad cristia- vocó la predicación de Pablo. Esta pala-
na en suelo europeo no existían graves bra es desconocida en el resto de la lite-
problemas internos. Escribió evidente- ratura griega, y los datos arqueológicos
mente esta carta cuando se hallaba en- vienen a confirmar una vez más la exac-
carcelado en Roma, para agradecer un titud del relato de Lucas en este punto.
donativo que sus conversos le habían Pablo envió dos cartas a la iglesia que
enviado. Habla como lo hace un pastor fundó en esta ciudad. Son las primeras
a la porción amada de su rebaño, dando que escribió, y evidentemente lo hizo
a los suyos noticias de la situación en en el curso de aquel mismo viaje misio-
que se encontraba y consejos espirituales nero, después de su llegada a Corinto
acerca de la vida cristiana. Uno de los (50-51 d. C.). Indican que allí los con-
problemas a que se refiere es una que- versos procedían en su mayor parte de
rella entre dos mujeres, Evodia y Sínti- la gentilidad y que se habían sentido
que, a las que exhorta a «la unanimidad profundamente impresionados por las
en el Señor» (Flp 4,2). enseñanzas de Pablo acerca de la otra
La siguiente gran ciudad situada en el vida, en contraste con las desesperadas
recorrido de la Vía Egnatia y en que lamentaciones de los funerales paganos,
Pablo fundó una comunidad cristiana que aún podemos leer grabadas sobre
fue Tesalónica, distante unos 112 kiló- las tumbas. En estas inscripciones surge
metros de Filipos; es la moderna Saló- de vez en vez cierta esperanza en la
nicá, la ciudad más importante de Gre- inmortalidad, pero el sentimiento que
cia después de Atenas. No ha sido predominaba en el mundo griego acerca
posible realizar allí excavaciones muy de la muerte era de absoluta desespe-
amplias, ya que la ciudad moderna tiene ranza. La predicación de Pablo, sin em-
sus edificios sobre las ruinas de los anti- bargo, suscitó varios problemas. Los te-
guos. La ciudad fue fundada hacia el salonicenses vivían en la esperanza de la
año 315 a. C. y se le puso el nombre de segunda venida de Cristo, que creían
la hermana de Alejandro Magno. La Vía inminente, por lo que abandonaban sus
Egnatia es aún su medió de comunica- quehaceres en el mundo actual. Por aña-
ción más importante, y en un determi- didura, sentían una gran angustia a cau-
nado punto pasa bajo el triple arco eri- sa de los que morían antes de haberse
gido por el emperador Galerio (305-311 producido aquella segunda Venida de
después de Cristo). La entrada a la ciu- Cristo. Las cartas de Pablo tienen la in-
dad por la parte oeste se hallaba en tención de corregir aquellas ideas erró-
otros tiempos abierta también por otro neas y poner orden en una situación que
arco romano, llamado la Puerta de Var- estaba conduciendo a una anarquía des-
der, que se alzaba aún en 1876, en que integradora 12
fue desmontada para hacer sitio a una
moderna edificación. En esta puerta ha- Z Cf.
` además W. A. McDonald, Archae-
bía una inscripción, actualmente en el ology and St. Paul's Journeys in Greek Lands:
«The Biblical Archaeologist» 3/2 (1940) 18-24;
Museo Británico, en que eran menciona- J. Finegan, Light from the Ancient Past ( Prin-
dos varios funcionarios de la ciudad lla- ceton 1946) 269-71.
ATENAS 377

ATENAS los circular en que se reunía la comisión


ejecutiva del consejo ateniense de los
Dejando atrás Tesalónica y Berea, ciu- Quinientos; el Bouleuterion, donde cele-
dades de Macedonia, marchó Pablo a braba sus sesiones este consejo; el san-
Atenas, donde aguardó la llegada de Si- tuario de la madre de los dioses, el tem-
las y Timoteo. Ya estaban lejos los días plo de Apolo Patroos y la Estoa de
en que la ciudad se hallaba en la cumbre Zeus Eleutherios. El templo de Ares
de su esplendor, allá por el siglo v a. C., avanzaba ligeramente hacia el centro del
pero aún era uno de los grandes centros espacio abierto. Hacia el norte, los tra-
mundiales del saber filosófico, la arqui- bajos arqueológicos se han visto limita-
tectura, la poesía y el arte. En la actua- dos por la presencia de modernos edifi-
lidad posee aún algunos de los más no- cios, pero es probable, que por allí se
tables y mejor conservados monumentos encuentren la Estoa Poíkile, donde se
de la Antigüedad (fi. 204). hallaban expuestas famosas pinturas his-
La Escuela Americana de Estudios tóricas y donde el filósofo Zenón expli-
Clásicos viene realizando desde 1930 caba sus doctrinas.
uno de los estudios arqueológicos más Julio César y Augusto financiaron pro-
serios y sistemáticos de todo el mundo en bablemente una ampliación del ágora
el ágora griega de Atenas. No sólo ha griega hacia el este, que es conocida
sido excavado en su totalidad este anti- como ágora romana. Fue aquella una
guo centro de la ciudad, sino que se empresa de grandes vuelos, y las nuevas
está restaurando conforme a un proyecto construcciones consistían en tiendas y ar-
cuyo costo se eleva a un millón de dóla- querías flanqueando un espacio abierto
res; se trata posiblemente de los traba- rectangular. Al oeste del ágora griega se
jos de mayor envergadura que jamás se elevaba suavemente la ladera de una co-
hayan realizado en una localidad del lina baja, llamada Kolonos Agoraios, en
mundo clásico. En esta ágora y en la la que aún pueden verse los restos del
sinagoga disputaba diariamente Pablo templo de Hefesto, dios del fuego y de
con los judíos, las gentes devotas y cuan- la metalurgia. El hallazgo de numerosos
tos por allí aparecían (Hch 17,17). El restos de talleres metalúrgicos en las
ágora era el centro político, comercial y laderas que rodean el templo hace segu-
social de las antiguas ciudades griegas; ra la identificación.
consistía en un gran espacio al aire libre Siguiendo hacia el sur y contorneando
rodeado de. edificios públicos, religiosos la base de la Acrópolis se llega a un
y administrativos. La avenida de las Pan- nuevo grupo de construcciones, entre las
ateneas cruzaba diagonalmente el ágora que se han identificado el Odeion de
ateniense de noroeste a sudeste. Por el Pericles, donde se celebraban concursos
espacio que se abría hacia el sur se ex- musicales, y el Teatro de Dioniso, varias
tendía el Odeion, donde se celebraban veces reacondicionado, donde se daban
concursos de música y oratoria. El pri- sesiones de teatro. Más hacia el sudeste
mer edificio exhumado por la Sociedad se encuentra el grandioso Olympieion,
Arqueológica griega, antes de que ini- el templo consagrado a Zeus Olímpico.
ciara allí sus trabajos la Escuela Ameri- Era el mayor templo de toda Grecia;
cana de Estudios Clásicos, fue la gran medía 106 m. de largo por 40,50 m. de
Estoa de Atalo, al costado este. En el ancho en su base y se alzaba a una altu-
lado sur aparecieron dos grandes estoas ra de más de 27 m. Su construcción fue
paralelas. Entre los edificios identifica- iniciada hacia el 530 a. C. y en tiempos
dos al costado oeste se cuentan el Tho- de Pablo aún no había sido terminado.
Biblioteca

! oo
de Adriano
Hephaisteion
°
Mercado Romano
T
Ereópago Erechtheion Monumento

o
Propil
Victoria Apiera
p
fui

r
de Lisícrates

- Odeón Arco d
de Adriano
u Pericles
Odeón de Teatro
Herodes A tico e
d Dioniso f, 1
...Olympieion

204. Principales monumentos arqueológicos de Atenas.

2b5. El Areópago y la Acrópolis de Atenas.


ATENAS 379

El templo siguió en ese estado hasta que religión y la educación. El lugar en que
el emperador Adríano (117-138 d. C.) celebraba sus sesiones se designaba tam-
ordenó dar cima a la construcción. Aún bién con el nombre de Areópago, y por
se alzan allí quince de sus enormes co- ello no podemos estar absolutamente
lumnas. seguros de si los Hechos ' de los Após-
A la famosa Acrópolis (il. 205), una toles hablan de la colina o del tribunal.
colina de 153 m. de altura, se accede Este parece que se reunía ocasionalmente
normalmente por la puerta monumental en la Estoa Regia, situada probablemen-
situada al oeste, los Propíleos. Casi to- te en el ágora. Es muy verosímíl, sin
das las construcciones del famoso recinto embargo, que Pablo pronunciara su dis-
datan de la época dorada de Pericles, el curso en la colina, ya que éste era el
siglo v a. C. Hacia el sur se alzaba el lugar donde habitualmente celebraba el
pequeño templo de la Victoria sin alas, tribunal sus sesiones.
recientemente reconstruido, mientras que El otro problema que plantea el dis-
en la ladera norte se hallaba el bello curso de Pablo es su cita de una ins-
templo llamado Erechteion. Corona la cripción «a un dios desconocido». En
colina el extraordinario Partenón, que Atenas no ha aparecido aún ninguna ins-
albergaba la estatua de oro y marfil con cripción de este tipo. Pausanias y otras
que Fidias, el escultor de Pericles, repre- obras posteriores, sin embargo, hablan
sentó a la diosa Atenea. Pausanias, un de «dioses desconocidos»; por otra par-
viajero que vísitó Atenas entre los años te, en Pérgamo, ciudad de Asia, se ha
143 y 159 d. C., menciona en un no- descubierto un altar consagrado «a los
table relato de su estancia en la ciudad dioses desconocidos». No hay nada ex-
una estatua colosal de bronce, la Atenea traño, por consiguiente, en la referencia
Promachos, la diosa que rige el combate, que hace Pablo.
erigida sobre la Acrópolis; desde el mar La estancia de Pablo en aquel centro
podían ver los navegantes el reflejo del cultural fue breve; no sabemos que escri-
sol sobre su yelmo y su lanza ". biera ninguna carta a los cristianos que
Cuando el investigador del Nuevo allí pudiera haber. Pero no debieron de
Testamento lee el pasaje en que se narra pasarle inadvertidas las obras de arte y la
la breve estancia de Pablo en Atenas, el arquitectura de la ciudad. Sus maravillo-
episodio que más llama su atención es sos templos y sus finas expresiones de
el discurso del Apóstol en el Areópa- religiosidad constituyen un vivo trasfon-
go (Hch 17,19-31). La rocosa colina do al intento, por parte de Pablo, de
baja, de unos 113 m. de elevación, que utilizar el lenguaje característico de los
recibe el nombre de Areópago, o Colina filósofos griegos al proclamar: «Dios,
de Ares, se halla un poco al noroeste de que hizo el mundo y todas las cosas que
la Acrópolis (fi. 205). Allí se reunía el hay en él..., no mora en templos hechos
tribunal ateniense que se ocupaba de los con las manos. Ni se le sirve con manos
asuntos políticos y religiosos. En tiem- de hombre, puesto que nada necesita,
pos de Pericles había sido principalmen- sino que él da a todos vida y aliento y
te un tribunal que resolvía casos crimi- todas las cosas... Y puesto que somos
nales, pero en época romana volvió a progenie de Dios, no hemos de pensar
entender de nuevo en lo relativo a la que la divinidad se asemeje a oro, plata
o piedra, esculpidas por arte e ingenio
del hombre. Dios soportó los tiempos
" Pausanias, Descripción de Grecia 1.28,2. de esta ignorancia, pero ahora manda a
380 LA IGLESIA EN EL MUNDO

todos los hombres y en todas partes que


se arrepientan» ".

CORINTO

De Atenas pasó Pablo a Corinto en


su segundo viaje de misión. Se detuvo
allí por espacio de un año y seis meses;
más adelante escribiría a aquellos cris-
tianos sus dos Cartas a los Corintios.
Corinto dominaba la ruta que unía por
el estrecho istmo de su nombre la Gre-
cia central y el Peloponeso; era, por tan-
to, un centro natural para el tráfico ma-
rítimo que unía Lequeo al oeste con
Céncreas al este. Los navíos pequeños
eran arrastrados a lo largo del corto
trayecto que separaba ambas ciudades,
mientras que los cargamentos más pesa-
dos se transportaban por tierra y se
volvían a embarcar de nuevo. De lo con-
trario, los barcos tenían que hacer el
peligroso recorrido de 320 kilómetros
en torno a la península. El canal que se 206. El canal de Corinto.

abrió por el punto más estrecho del


istmo entre 1881 y 1893 tiene una lon-
gitud de 6.343 m. y sigue prácticamente La ocupación del lugar se remonta al
el trazado que se planeó y empezó a cuarto milenio a. C., y su historia mues-
ejecutar en tiempos de Nerón, el año tra indicios de varias invasiones, des-
66 d. C. (il. 206). Su situación hacía de trucciones y subsiguientes vueltas al es-
Corinto un gran centro comercial, y Cé- plendor. En el 146 a. C. fue destruida
sar Augusto la convirtió en capital de la por los romanos, pero quizá no tan por
provincia romana de Acaya y sede del completo como antes se pensaba. Des-
procónsul que la mandaba. pués de permanecer abandonada un cen-
Las excavaciones sólo fueron posibles tenar de años volvió la ciudad a conocer
a partir de 1858, cuando un terrible te- buenos tiempos con la instalación de
rremoto obligó a abandonar la antigua una colonia romana en su solar. Cuando
Corinto (il. 207). En 1896 obtuvo auto- Pablo la conoció estaba en plena recons-
rización la Escuela Americana de Estu- trucción y expansión.
dios Clásicos para excavar las ruinas y En el centro de la ciudad se hallaba
desde ese momento no han cesado los el ágora, o plaza mayor, circundada por
trabajos para despejarlas y estudiarlas. i mportantes edificios cívicos y religiosos.
La avenida de Lequeo, procedente del
norte, desembocaba en el ágora (il. 208);
" Cf. también W. A. McDonald, Archae- algunas construcciones parcialmente con-
ology and St. Paul's Journeys in Greek Lands,
II, Athens: «The Biblical Archaeologist» 4/1 servadas indican que a la calle se abrían
(1941) 1-10; J. Finegan, op. cit., 272-78. numerosas tiendas y talleres, sin duda
CORINTO 38 1

207. Plano de la antigua Corinto,

parecidos a aquél en que Pablo ejerció que daban acceso al ágora consistían en
su oficio junto a Priscila y Aquila una amplia escalinata que en otros tiem-
( Hch 18,2s). A la derecha, inmediata- pos se. hallaba cubierta por una puerta
mente antes del punto en que la avenida monumental. Al pie de esta escalinata
desembocaba en la plaza, había una gran se halló una inscripción que decía: «Si-
sala con. columnas, o basílica. Los roma- nagoga de los Judíos». Aunque es pos=
nos destinaban este tipo de edificios a terior a la época de Pablo, indica que
las actividades judiciales y cívicas, y de la sinagoga en que éste predicó no se
ahí tomarían más tarde los cristianos la hallaría lejos del ágora.
planta de naves separadas por hileras de Los costados del ágora estaban ocupa-
columnas para sus iglesias. A la izquier- dos por basílicas, templos y pórticos con
da se encontraba el peribolos de Apolo, tiendas. En una de estas tiendas se en-
uno de los muchos santuarios consagra- contró un bloque de piedra que original-
dos a este dios, y la fuente cubierta de mente había servido de escalón; en él
Pirene, el manantial más importante de puede leerse la inscripción: «Lucio, el
que se surtía Corinto y que aún sigue carnicero»; podría ser un indicio del sec-
manando en la actualidad. Los propíleos tor de tiendas que estaba destinado en
382 LA IGLESIA EN EL MUNDO

208. Avenida de Lequeo en Corinto.

el ágora para mercado de carnes, al que cionado como procónsul de Acaya. Indi-
alude Pablo en 1 Cor 10,25, aunque ca que Galión ocupó su cargo en Corinto
entre las ruinas de las tiendas que había el año 51 o el 52 d. C. Puesto que el
en la avenida de Lequeo han aparecido pasaje de Hechos parece indicar que lle-
otras inscripciones, si bien no tan se- vaba poco tiempo como procónsul cuan-
guras. do Pablo fue llevado a su presencia,
El amplio y despejado espacio abierto éste debió de llegar a Corinto hacia el
del ágora estaba dividido en dos planos, 50 d. C.
con una diferencia de altura entre am- Abandonando el ágora por el ángulo
bos de casi 2,50 m. La hermosa y fi- noroeste, y siguiendo esta misma direc-
namente construida tribuna del nivel ción, se llegaba al templo de Apolo. Aún
superior avanza hacia la parte baja en la se alzan sobre su solar siete macizas co-
parte central del ágora. Fue probable- lumnas dóricas construidas en el siglo vi
mente esta plataforma el lugar donde antes de Cristo; en tiempos de Pablo
Pablo compareció ante Galión y el pue- debía de ser aquél un edificio muy no-
blo se amotinó (Hch 18,12-17). En Del- table. Los numerosos santuarios, templos
fos, al otro lado del golfo de Corinto, y fuentes indican que en la antigua Co-
ha aparecido una inscripción en la que se rinto se rendía culto a muchos dioses
menciona a Galión; se trata de una ins- que habían sido llevados allí por los
cripción fechable, y el personaje es men- nuevos habitantes que acudían de todas
CORINTO 383

209. Inscripción de Erasto, Corinto.

partes. Destacaban el templo de Afrodi- ta a los Corintios revelan que su autor


ta, la fuente Glauke y el templo de conocía muy bien a aquellas gentes y sus
Asclepío, dios de la salud. ocupaciones. A propósito de ello, nada
Al noroeste de la ciudad había dos mejor que citar las propias palabras del
teatros; el más pequeño era el Odeion, principal excavador de la ciudad, el pro-
o sala de conciertos; el mayor estaba fesor Oscar Broneer:
dedicado a diversas representaciones y «Cuando el Ápóstol decidió adoptar el
tenía una capacidad de 18.000 personas estilo de vida de un jornalero, que se
sentadas. Un bloque de piedra reutiliza- mezclaba libremente con los ciudadanos
do en el pavimento y aparecido cerca de y los forasteros en todas las cosas, indu-
la zona de los teatros conserva una ins- dablemente tuvo un acierto. Sacamos la
cripción (fi. 209) en que se dice que conclusión de que se unió a la procesión
aquel pavimento fue mandado hacer por que se encaminaba a celebrar los Juegos
Erasto, en su cargo de comisario de Istmicos (1 Cor 9,24-27), donde pudo
obras públicas (aedilis). Se le suele ver a los corredores que competían por
identificar generalmente como el Erasto la `corona corruptible' de la victoria. El
que se hizo discípulo de Pablo y su co- término está bien elegido para designar
laborador (Hch 19,22). En Rom 16,23 la corona otorgada al vencedor, que esta-
Pablo lo llama oikonomos, o «canciller» ba hecha de laurel marchito. Había visto
de la ciudad. Era, por consiguiente, un a los pugilistas empeñados en su cruel
personaje de relieve y una, excepción a y a veces mortal combate, con los puños
las palabras del Apóstol a los corintios, forrados de tiras de cuero para hacer los
cuando afirma que no había muchos sa- golpes más contundentes. Cuando escri-
bios ni poderosos ni nobles según la bía a los corintios venían a la mente del
carne entre los que habían sido llamados Apóstol numerosas expresiones tomadas
(1 Cor 1,26). de aquellas peleas. También había obser-
Numerosos pasajes de la primera Car- vado cómo la multitud acudía ante los
384 LA IGLESIA EN EL MUNDO

tribunales en que se administraba justi- uno más. Una ojeada a las ruinas de la
cia rigurosa, aunque habitualmente con antigua Corinto y a los abundantes ma-
honestidad, conforme a la normas roma- teriales arqueológicos reunidos en el mu-
nas, y exhortaba a los cristianos a diri- seo no dejará de añadir fuerza y viveza
mir entre ellos sus diferencias o incluso a las expresiones familiares con que Pa.
a tolerar pacientemente la injusticia me- blo trataba de inculcar su mensaje a to-
jor que comparecer ante el tribunal de dos sus oyentes»'S.
los infieles. Había visto a los campesi-
nos arar sus campos y recoger sus cose-
chas en las fértiles llanuras que se ex- ROMA
tendían delante de la ciudad, donde
los labradores cavaban la tierra alrede- La Carta a los Romanos es el más ex-
dor de las cepas y recogían los racimos, tenso e importante de los escritos pauli-
cuyas uvas habían dado fama de siglos nos que conocemos. Fue evidentemente
a Corinto. Sin duda que entabló muchas escrita desde Corinto, durante la estan-
veces conversación con los pastores que cia de Pablo en esta ciudad en el curso
llevaban a pastar sus ganados o volvían de su tercer viaje de misión. El hecho
a sus casas al atardecer llevando la leche de que el Apóstol se tomara el traba-
del ordeño; sus lectores no tendrían difi- jo de escribir aquella carta indica que en
cultad alguna en entender sus palabras: Roma existía ya una importante comu-
`¿Quién planta una viña y no come de nidad cristiana. Afirma que desde hace
sus frutos? ¿Quién cuida un rebaño y mucho tiempo desea visitar a «los ama-
no se aprovecha de su leche?... El labra- dos de Dios en Roma», pero que se ha
dor, debe arar con esperanza y el segador visto impedido de hacerlo. Ahora, sin
segar con la seguridad de que participará embargo, tan pronto como recoja la co-
en la cosecha' (1 Cor 9,7-10). No tenía lecta que las iglesias por él fundadas
escrúpulos cuando se trataba de comer envían a Jerusalén, piensa marchar a Es-
la carne adquirida en el mercado y que paña y detenerse en Roma de camino
había sido sacrificada a los dioses paga- hacia allá (Rom 15,23-29). No mucho
nos, y de buena gana habría aceptado después llegaría efectivamente a Roma
una invitación de sus amigos no cristia- (probablemente entre el 58 y el 60 des-
nos a celebrar una fiesta en un templo pués de Cristo), pero en calidad de pre-
pagano (1 Cor 8,10), pero en este caso so por haber apelado al tribunal del
prefería sacrificar su libertad por no cau- César al ser detenido por las autoridades
sar escándalo a sus hermanos en la fe de Palestina. Pablo era ciudadano ro-
que no tenían unas convicciones tan fir- mano y las leyes de Roma le otorgaban
mes. Aunque era libre, se había hecho aquel privilegio.
`servidor de todos, judío para los judíos, Los restos de la Antigüedad han sido
como quien no tiene ley para los que estudiados en Italia, al igual que en
viven sin ley', y podía afirmar sin exa- Grecia y Palestina, probablemente con
geración: 'Me he hecho todo para todos, máyor cuidado y de forma más exhaus-
a ver si puedo salvar a algunos por cual- tiva que en otros países del mundo. Los
quier medio'. En el cumplimiento de su
vocación visitaba Pablo todos los barrios " O. Brooner, Corinth: Center of St. Paul's
de la ciudad y se hacía presente en cual- Missionary Work in Greece: «The Biblical
quier lugar donde se reunieran los hom- Archaeologist» 14/4 (1951) 95-96; cf. también
W. A. McDonald, Archaeology and St. Paul's
bres para trabajar o para divertirse, y les Journeys in Greek Lands, III, Corint& «The
hablaba no como un extraño, sino como Biblical Archaeologist» 513 (1942) 36-48.
ROMA 385

Pablo desembarcó, al llegar a Italia,


en Putéoli (Hch 28,13), en la orilla nor-
te de la Bahía de Nápoles, puerto más
apto que Ostia, el de Roma, para alber-
gar grandes navíos. En Putéoli encontró
el Apóstol un grupo de cristianos con
los que permaneció una semana antes
de partir hacia la capital. No quedaba
lejos de allí Pompeya, la ciudad que
veinte años después perecería ahogada
por una lluvia de cenizas y piedras vol-
cánicas a causa de una repentina erup-
ción del Vesubio, ocurrida el año 79
después de Cristo. Desde 1763 viene
desarrollando el Estado italiano excava-
ciones sistemáticas en Pompeya, cuyo
resultado es que la ciudad ha sido ya
exhumada casi por completo (íl. 210).
En las ruinas de esta ciudad tenemos el
panorama más completo del vivir de una
población antigua que jamás nos haya
ofrecido la arqueología. Allí aparecen to-
dos los edificios públicos de la época,
pero mayor interés aún poseen las nu-
merosas casas privadas y las tiendas, que
nos otorgan una visión muy completa
de la vida cotidiana de la población. En-
tre las tiendas, por ejemplo, están las
de los plateros, pasteleros, panaderos,
tintoreros, un herrero, un escultor, un
cirujano, un curtidor y hasta un expen-
americanos, por ejemplo, han mantenido dedor de bebidas calientes. Las casas son
tres importantes escuelas arqueológicas generalmente de ladrillo cubierto de es-
para el estudio del mundo antiguo en tuco; los muros de las casas y de los
Roma, Atenas y Jerusalén. En estos paí- edificios públicos estaban pintados, fre-
ses han trabajado con mayor o menor cuentemente con complicadas escenas his-
continuidad especialistas ingleses, alema- tóricas o mitológicas. La presencia de
nes y franceses desde mediados del pa- los judíos en la ciudad está atestiguada
sado siglo. Italia, sin embargo, ha sido por una de estas pinturas murales, que
una zona privilegiada a causa del interés representa seguramente el juicio de Sa-
que han mostrado el Estado italiano y lomón (cf. 1 Re 3,16-28). Hay también
la Iglesia católica hacia las tareas arqueo- una inscripción garrapateada en un muro,
lógicas. Roma y Pompeya son dos de las que dice: «Sodoma, Gomorra», y que
ciudades más fascinantes de todo el mun- debe de ser judía.
do para el arqueólogo que las visita a Los lectores de Los últimos días de
causa del esfuerzo y cuidado con que allí Pompeya, la famosa novela de Bulwer-
se estudian los monumentos de la Anti- Lytton, recordarán cómo el autor descri-
güedad. be a los cristianos de Pompeya antes de
25
386 LA IGLESIA EN EL MUNDO

la destrucción de la ciudad. Sin embargo, Las veinticinco letras pueden combinarse


hasta 1936 no encontraron los arqueo- para formar dos veces las palabras PA-
logos ningún indicio de que allí hubiera TER NOSTER, con las que comienza la
cristianos. Ese año, M. della Corte advir- Oración del Señor, y quedan las letras
tió una extraña fórmula grabada sobre A y O, la representación latina del Alfa
una columna que acababa de ser exhu- y Omega, que se aplica a Dios en Ap 1,
mada, recordando que en 1925 había 8; 21,6 y a Cristo en Ap 22,13. Puede
sido encontrada parte de la misma en pensarse también en un judeocristiano
otro lugar. Decía así: que recurre a la visión de Ezequiel como
trasfondo para expresar simbólicamente
ROTAS su nueva fe.
OPERA Las probabilidades están más a favor
T E"N E T de la segunda o tercera posibilidades, y
AREPO ello significaría efectivamente que en
SATOR Pompeya había un grupo de cristianos,
quizá durante la persecución de Nerón
y en los años siguientes, es decir, apro-
En Dura Europos, junto al Eufrates, ximadamente a partir del 64 d. C. Sin
donde apareció la más antigua iglesia embargo, el mismo carácter críptico de
cristiana excavada hasta el momento, se semejante combinación de letras impide
encontraron cuatro muestras de la mis- tomarla como un indicio histórico deci-
ma combinación de letras; en Cirences- sivo `. Más tarde, a punto de estallar la
ter, Inglaterra, ha aparecido esta misma Segunda Guerra Mundial, apareció en
inscripción sobre los muros de un edifi- una casa la huella de algo que parece
cio romano. En época medieval aún era haber sido una cruz, y ésta es la prueba
conocida esta fórmula y se utilizaba con más fuerte de que en Pompeya había
fines mágicos. Se ha discutido mucho cristianos. En todo caso, sin embargo,
cuál puede ser su significado. Algunos podemos afirmar que serían muy pocos;
piensan que puede tratarse de una fór- de otro modo, habrían aparecido huellas
mula judía, basada en Ez 1 y 10. RO- más abundantes de su presencia.
TAS significa en latín «ruedas»; OPE- Entre Putéoli y Roma había una dis-
RA, «obras»; TENET, «sostiene»; ARE- tancia de unos 240 kilómetros, y el tra-
PO podría ser el nombre de un ángel; yecto coincidía en su mayor parte con la
SATOR es «sembrador». La traducción calzada conocida como Vía Appia. Esta
podría ser: «El sembrador, Arepo, sos- ruta, al igual que las demás calzadas im-
tiene como obras las ruedas». Se supone portantes de Italia, desembocaba en la
que algún judío imaginó al ángel de Vía Sacra de Roma, que atravesaba a su
Ez 10,2 sembrando carbones encendidos vez el centro de la ciudad por el Foro
que va tomando de entre las ruedas del Romano. Las calzadas romanas son indu-
carro de Dios, y que utilizó esta fórmula dablemente las muestras más importan-
como un símbolo del juicio divino sobre tes de la ingeniería vial durante los tres
Roma. primeros siglos de nuestra Era; su tra-
Es posible, sin embargo, que el autor zado se fue ampliando gradualmente por
de la fórmula fuese un cristiano. La todo el Imperio Romano, especialmente
letra T se usó en fecha temprana como
símbolo de la cruz, mientras que la pa-
labra TENET se repite en sentido hori- » Cf. F. V. Filson, Mere There Christians
in Pompeii: «The Biblical Archaeologist» 2/2
zontal y vertical para formar una cruz. (1939) 13-16.
ROMA 387

211. Calzada romana en Alepo, Siria.

al servicio de las necesidades de tipo mi-


litar, hasta el punto de que en provin-
cias tan alejadas como Inglaterra o Pa-
lestina se llegó a formar una red regular
de calzadas. En su forma típica medía 212. Millarios romanos en Transjordanla.
unos 4,20 m. de anchura (ils. 211-212).
La caja del camino se consolidaba cuida-
dosamente con hormigón y sobre esta Corso Umberto I. Comienza al lado del
capa se colocaban, perfectamente unidos Capitolio, en el punto en que hoy se
entre sí, grandes bloques de piedra dura. alza el blanco monumento a Víctor Ma-
Resultaba una calzada tan perfectamente nuel II, atraviesa la Piazza Venezia,
construida que venía a ser prácticamente donde las multitudes acudían a aclamar
indestructible. Otra de sus más notables a Mussolini, que las arengaba desde el
características era la tendencia a mante- balcón del palacio, y corre recta hacia
ner siempre la misma dirección, sin tener el norte, para terminar en las afueras de
en cuenta los obstáculos; los últimos no- la ciudad. Bajo ella, a una profundidad
venta kilómetros de la Vía Appia son de 4,50 a 6 m., se encuentran aún las
casi tan rectos como una flecha al atra- losas de la vieja Vía Flaminia romana.
vesar pantanos y colinas en dirección a Los habitantes de Roma en la Anti-
Roma. güedad vivían casi todos en grandes ca-
Se supone que la Ciudad Eterna con- sas de pisos, cuya altura, al menos en
taba en tiempos de Pablo con más de las calles principales, fue limitada por un
un millón de habitantes. Una inscripción decreto de César Augusto a 21 m. Era
aparecida en el puerto de la ciudad, Os- tal la multitud que se apiñaba en la ciu-
tia, en 1941 dice que eil el año 14 d. C. dad que el problema de procurarle ali-
la población llegaba a los 4.100.000 mentos y otros recursos resultaba enor-
habitantes, pero en esta cifra deben de memente difícil, sobre todo si se tienen
incluirse los de toda la comarca circun- en cuenta las proporciones desorbitadas
vecina. Las calles de la ciudad moderna que alcanzaba el desempleo. Se tomaron
siguen muchas veces el mismo trazado complicadas medidas para alimentar a
que las antiguas. Por ejemplo, el eje los desempleados . y a los pobres que no
principal de la Roma moderna es el fuesen esclavos y lograr que no cundiera
388 LA IGLESIA EN EL MUNDO

213. El Foro Romano. Al fondo, el Arco de Tito y el Coliseo.

entre ellos el descontento. Para ello se bre las que fue construida Roma. Se
arbitró un sistema de racionamiento, se penetraba en él por el extremo este,
recurría a donaciones ocasionales de tri- donde hoy se alza el Arco de Tito
go y se procuraba que nunca faltaran las (il. 213). Este monumento fue erigido
distracciones. En el punto en que la Vía el año 81 d. C. en honor del conquista-
Appia penetraba en el corazón de la ciu- dor de Jerusalén; en su interior hay
dad, por ejemplo, tenía que contornear, unos relieves en que está representado
en dirección norte, la colina del Palatino el cortejo triunfal en que son llevados
para esquivar el Circo Máximo. Esta era a Roma los objetos tomados como botín
la mayor entre varias construcciones del en el templo el año 70 d. C. (il. 214).
mismo género dedicadas a las competi- Al otro extremo de la gran explanada
ciones de carros. Medía 540'm. de largo del Foro se alzaba la colina del Capito-
y, después de ser ampliado por Nerón lio, con su gran templo consagrado a
(54-68), tenía capacidad para 250.000 Júpiter, el más importante de los dioses
espectadores sentados. Entre los teatros, romanos, y el Tabularium, edificio a
el mejor conservadó es el de Marcelo, prueba de fuego en que se guardaban
construido en el año 11 a. C., con capa- los archivos oficiales. A la izquierda se
cidad para 14.000 espectadores. alzaba la colina del Palatino, donde fue-
El Foro Romanó, centro del mundo ron construidos los grandes palacios de
en tiempos de Pablo, se extiende entre los emperadores. En el Foro pueden ver-
las dos colinas centrales de las siete so- se aún los restos de varios edificios que
ROMA 389

nos públicos. Hacia el norte y al ex-


tremo del Capitolio se encontraba la an-
tigua prisión estatal, llamada Carcer
Mamertinus, cuyas bóvedas son aún visi-
bles en el subsuelo de la iglesia de San
Giuseppe de' Falegnami. Según una anti-
gua tradición, allí fue encarcelado Pablo,
pero, naturalmente, no hay modo de
probar la exactitud de esa tradición.
Cerca del límite oriental del Foro se
alza el Coliseo, el mayor edificio de la
Roma antigua y moderna. En tiempos
de Pablo aún no había sido edificado,
214. Relieve del Arco de Tito.
pues lo mandó construir Tito, y las
obras finalizaron el año 80 d. C., su
nombre original era el de Anfiteatro Fla-
vio. Se alzaba en el mismo lugar que
Pablo pudo contemplar (il. 215). Uno anteriormente ocupó un lago artificial en
de ellos, situado hacia el sur, era la Ba- medio de los jardines del palacio de Ne-
sílica Julia, dedicada por Julio César en rón, donde sufrieron tortura y fueron
el 46 a. C. Dado que allí funcionaba el abrasados muchos cristianos el año 64
principal tribunal de justicia, no es im- después de Cristo. El Coliseo podía aco-
probable que dentro de sus muros reci- modar 50.000 espectadores, a los que se
biera Pablo la sentencia de muerte. En- ofrecía como diversión una variedad de
frente, hacia el norte, había otro edificio combates sangrientos que costaron la
similar, la Basílica Emilia. De ella se vida a muchos gladiadores y mártires
tomaron veinticuatro hermosas columnas cristianos, sin hablar de los millares de
de mármol frigio (procedente de Gala- fieras.
cia, en Asia Menor) para reconstruir la Los más antiguos indicios de la pre-
iglesia constantiniana que fue erigida so- sencia de los cristianos en Roma proce-
bre el emplazamiento tradicional de la den de los cementerios. Las leyes roma-
tumba de Pablo. Esta iglesia, San Paolo nas ordenaban que todos los lugares de
fuori le mura (San Pablo Extramuros), enterramiento quedaran fuera de los lími-
fue terminada en el 398 d. C. y perma- tes de la ciudad. En consecuencia, a lo
neció en pie durante más de mil cuatro- largo de las calzadas que conducen a
cientos años, hasta que quedó destruida Roma han aparecido muchos cemente-
en 1825. Entre las dos basílicas, al ex- rios. Durante el siglo i d. C., los roma-
tremo del Foro, se hallaba el Rostrum, nos acostumbraban a incinerar sus muer-
la tribuna desde la que se pronunciaban tos, cuyas cenizas se recogían en urnas
las arengas y discursos públicos. A su que eran depositadas en bóvedas prepa-
lado se hallaba el Miliarium Aureum, radas al efecto, o mausoleos. En el si-
una columna dorada erigida el año 28 glo ii se generalizó la costumbre de la
antes de Cristo en la que se grabaron inhumación, y las personas acomodadas
los nombres de las principales ciudades usaban sarcófagos profusamente decora-
situadas sobre el mapa de las calzadas dos (il. 219). Los judíos y los cristianos
romanas y las correspondientes distan- no estaban a favor de la cremación, pro-
cias. Era el punto a partir del cual se bablemente a causa de sus ideas sobre
medían todas las distancias de los cami- la resurrección de los muertos. En vez
390 LA IGLESIA EN EL MUNDO

215. El Foro Romano.

de incinerar los cadáveres, les daban se- más antiguos de este cementerio se re-
pultura en cámaras subterráneas, que, montan probablemente al siglo i d. C.
por motivos de conveniencia, se fueron El hecho de que eran judíos se manifies.
convirtiendo en galerías, o catacumbas. ta muy frecuentemente en los símbolos
Las catacumbas judías más bellas y cui- que aparecen sobre los muros, de los
dadas descubiertas hasta el momento se cuales el más común es la menorah, o
encuentran en Sheikh Abreiq (Bet- candelabro de siete brazos.
Se'arim), en el norte de Palestina. Segu- Las catacumbas cristianas eran mucho
ramente era éste un famoso cementario más numerosas y complicadas (il. 216).
judío, pues allí fueron enterrados piado- En las inmediaciones de la ciudad han
sos judíos que habían vivido en lugares sido descubiertas unas treinta y cinco o
muy distantes entre los siglos ii y v des- más, y la longitud total de sus galerías
pués de Cristo n. En las inmediaciones ha sido calculada en más de 800 kiló-
de Roma han aparecido numerosas cata- metros. Los más antiguos enterramientos
cumbas judías. La más antigua se en- que en ellas se hicieron datan de poco
cuentra cerca de Monteverde, al otro antes del año 150 d. C., unos ochenta
lado del río Tíber, frente a la zona prin- o noventa años después de la muerte de
cipal de la ciudad; los enterramientos Pablo. Es posible que haya catacumbas
más antiguas, pero, de ser así, se encuen-
17 Cf. B. Maisler, Beth Shéarim: Report on
tran probablemente dentro de la ciudad
the Excavation during 1936-1940, 1 (Jerusalén actual, en ciertas áreas no habitadas an-
1950). tes de las grandes ampliaciones suburbia-
ROMA 391

216. Una catacumba romana.

les de los siglos ii y III. Las tumbas se y III d. C. 'Muchos de los motivos y
alinean unas sobre otras en los muros decoraciones se tomaron directamente
de las galerías subterráneas. En la blan- del arte pagano, incluyendo las pequeñas
da roca volcánica se excavaban nichos figuras aladas, los Brotes o amoretti, que
horizontales en los que eran depositados en el Renacimiento fueron interpretados
los cuerpos envueltos en bandas de tela como querubines. Uno de los símbolos
al estilo judío; los nichos se cerraban cristianos más frecuentes era, por su-
con ladrillos o losas de mármol. Una for- puesto, el pez. Esta figura había sido
ma más suntuosa de tumba consistía en utilizada ya en el arte pagano, pero los
excavar un gran nicho semicircular en la cristianos se sirvieron de ella a causa de
pared; en su interior se disponía una que las cinco letras de la palabra griega
caja para depositar el cuerpo y se cubría que significa «pez» eran las iniciales de
con una losa horizontal. las cinco palabras griegas que significan
Son bien conocidas las catacumbas «Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador».
como lugares en que los cristianos se Otra figura común en el primitivo arte
reunían para celebrar el culto en épocas cristiano era la del Buen Pastor, en que
de persecución, pero también son impor- Cristo aparecía representado como un
tantes para el estudio del primitivo arte joven que lleva un cordero a hombros.
cristiano. Ciertamente, constituyen la Esta imagen aparece sobre el baptisterio
principal fuente para este tipo de estu- de la primitiva iglesia de Dura, junto al
dios por lo que se refiere a los siglos ii Eufrates, y su ejemplar más bello en
392 LA IGLESIA EN EL MUNDO

Roma es una estatuita de la misma épo- removidas se utilizaron para terraplenar


ca aproximadamente (siglo iii d. C.; el valle, cubriendo el cementerio allí
fi. 217). existente. El volumen de este relleno se
El emplazamiento tradicional de la
tumba del apóstol Pablo se halla bajo el
altar de la iglesia de San Pablo Extra-
muros. La primera construcción que allí
se levantó fue mandada hacer por Cons-
tantino, pero más tarde se amplió hasta
convertirse en un edificio monumental
que fue consagrado por el papa Siricio
muy a finales del siglo iv. Aquel lugar
era un antiguo cementerio romano, a
j uzgar por las tumbas que en el mismo
fueron excavadas en 1838.
Quizá las investigaciones más intere-
santes en busca de antiguos restos cris-
tianos en Roma han sido las excavacio-
nes practicadas bajo las criptas del altar
de la iglesia de San Pedro.
Según la tradición, Pedro y Pablo fue-
ron martirizados en Roma hacia finales
del reinado de Nerón, aproximadamente
entre los años 64 y 68 d. C. La tumba
tradicional de Pedro se hallaba bajo el
altar de la iglesia de San Pedro, la prin-
cipal y mayor del catolicismo. En 1941,
cuando se trataba de encontrar un lugar
adecuado para el sepulcro de Pío XI, se
iniciaron las exploraciones y excavacio-
nes en el subsuelo de la iglesia. Uno de
los primeros logros de esta investigación
consistió en un nuevo estudio de la pri-
mera iglesia erigida en aquel lugar por
Constantino a comienzos del siglo iv. Se
trataba de un lugar muy poco a propó-
sito para construir en él una gran iglesia.
Quedaba en medio de un cementerio que
ocupaba todo el terreno que se extiende
desde la colina del Vaticano por la lla-
nura hasta el río Tíber; el monumento
más impresionante de este cementerio
que aún puede verse es la tumba del
emperador Adriano (117-138 d. C.), co-
nocida hoy con el nombre de Castel
Sant'Angelo. Para construir la iglesia,
Constantino debió de desmontar parte
de la colina del Vaticano, y las tierras 217. Cristo como Buen Pastor.
ROMA 39 3

calcula en más de cuarenta mil metros arriba probablemente representaba a Pa-


cúbicos de tierra. blo o a Cristo, pero en este caso la iden-
Entre los escombros que rellenan el tificación no es segura.
subsuelo del edificio constantiniano, bajo Bajo el altar actual y la Con f essio
la actual nave de San Pedro, aparecieron Petri se encuentran los restos del monu-
dos alineamientos de mausoleos en que mento erigido por Constantino sobre la
algunas familias romanas acomodadas en- tumba tradicional de Pedro. Bajo éste
terraron a sus muertos entre los siglos ii se halla otro memorial aún más antiguo,
y iv d. C. (ils. 218-219). Muy pocos cris- erigido hacia el año 160 d. C. en un es-
tianos fueron enterrados allí, y sus sepul- pacio abierto rodeado por mausoleos pa-
cros datan casi siempre del siglo iv. En ganos (fi. 220). Este era el «trofeo», o
el siglo irr, sin embargo, fue adquirido memorial mencionado por el presbítero
allí por algunos cristianos un pequeño Gayo, que escribió hacia finales del si-
mausoleo cuya bóveda y muros fueron glo ii contra la herejía de un cierto Pro-
recubiertos de mosaicos. Estos mosaicos clo, difundida por Asia Menor. Este últi-
son los más antiguos que han aparecido mo era un montanista convencido de
como decoración de una tumba cristiana. que era inminente el fin del mundo; en
El fondo es de amarillo brillante con apoyo de su pretensión de que sus creen-
hojas y zarcillos verdes. En uno de los cias se fundaban en la antigua tradición
muros aparece un pescador; en otro, de la Iglesia señalaba las tumbas de Fe-
Jonás cuando es engullido por una ba- lipe y sus cuatro hijas en Hierápolis de
llena; sobre un tercer muro se ve una Asia. Gayo le replica: «Pero yo puedo
figura, muy dañada, que quizá represen- mostrarte los trofeos de los apóstoles.
ta al Buen Pastor. Decorando la bóveda Pues si vas al Vaticano o si marchas por
hay una figura de Helios (el Sol), guian- el camino de Ostia, encontrarás los tro-
do un carro del que tiran cuatro caballos feos de los que fundaron la Iglesia en
encabritados y llevando en su mano Roma» 's. En otras palabras, Gayo está
izquierda una esfera que representa el en condiciones de señalar en Roma los
mundo. Esta figura pagana se utilizó monumentos levantados en memoria de
probablemente para representar a Cristo Pedro y Pablo.
como «Sol de Justicia», «Sol de Sal- Bajo el emplazamiento del memorial
vación». erigido el año 160 d. C. hay otros ente-
Otra familia cristiana adquirió un rramientos aún más antiguos, algunos
mausoleo pagano a finales del siglo iri, quizá del 70 d. C., y una cavidad u hoyo
en el que, junto a una figura pagana del cuadrado en que había unos huesos que
dios Apolo, los cristianos representaron pertenecieron a un anciano de robusta
dos cabezas, una sobre otra. La más complexión, pero, al parecer, no se trata,
baja está trazada con minio y luego lía de una verdadera tumba. Es imposible,
sido rehecha en parte con carboncillo. por tanto, como declaró Pío XII, iden-
Representa a un anciano con la cabeza tificar estos huesos como los restos de
calva, barba puntiaguda y entrecejo pro- san Pedro con cierto grado de seguridad.
fundamente arrugado. A su lado se lee Se discute el valor de estos hallazgos
un letrero: PETRUS, que lo identifica para la localización de la tumba de Pe-
como Pedro; al nombre sigue una plega- dro. Si bien hay acuerdo general en que
ria dirigida al apóstol, en que se invoca Pedro llegó probablemente a Roma a
su intercesión a favor de todos los cris-
tianos cuyos cuerpos yacen sepultados
junto al suyo. La cabeza situada más. » Eusebio, Hist. Eccl. H.25,7.
218. Mausoleos descubiertos bajo la iglesia de San Pedro, Roma.
LA IGLESIA EN EL MUNDO 395

219. Sarcófago pagano encontrado bajo la iglesia de San Pedro, Roma.

finales de su vida, donde sufriría el mar- vista, y esto significa que nos hallamos
tirio, algunos investigadores protestantes en una posición incierta 19
no están seguros de que pueda afirmarse
sin lugar a dudas que su tumba se en-
cuentre bajo la iglesia de San Pedro. La LA IGLESIA EN EL MUNDO
persecución de Nerón revistió tales ca- El mundo romano en que penetró el
racteres que siempre queda la posibilidad cristianismo estaba lleno de una gran
de que el cuerpo de Pedro no pudiera diversidad de creencias religiosas, igual
ser recuperado o identificado. Por otra que el nuestro. Casi todos eran politeís-
parte, es indudable que se mantendría tas, es decir, creían en muchos dioses
el recuerdo del lugar en que el apóstol que eran concebidos como seres perso-
fue martirizado. Por ello es posible in- nales, pero que en realidad representa-
terpretar el monumento del siglo iI ha- ban las potencias y los principios obser-
llado bajo el actual altar de San Pedro vados o experimentados en la madre
simplemente como un cenotafio que con- naturaleza, sobre la tierra y el cielo. Las
memoraba el lugar donde ocurrió el mar- personas educadas, por otra parte, tenían
tirio. No hay pruebas de que los cristía- unas creencias mucho más refinadas.
nos sintieran un interés especial por las
reliquias o los sepulcros antes de finales " Cf. R. T. O'Callaghan, Recent Excavations
del siglo II, y esto hace posible que la Underneath the Vatican Crypts: «The Biblical
tumba de Pedro nos sea y permanezca Archaeologist» 12/1 (1949); íd., Vatican Ex-
siempre desconocida. En todo caso, los cavations and the Tomb of Peter: ibid. 16/4
(1953). Cf. también O. Cullmann, Peter: Dis-
datos actualmente conocidos no bastan ciple, Apostle, Martyr (Londres y Filadelfia
para refutar claramente ese punto de 1953) 132-52.
220. Reconstrucción del monumento en memoria de San Pedro, año 160 d. C.
LA IGLESIA EN EL MUNDO 397

Eran monoteístas, panteístas o ateos, o sus mejores garantías. El Eclesiastés,


cualquier cosa intermedia. Para hombres que forma parte del Antiguo Testamen-
como el orador Cicerón (106-143 a. C.) to, presenta notables semejanzas con este
o el historiador Livio (59 a. C.-17 d. C.), punto de vista.
la antigua religión era buena y necesaria Mayor influencia tuvo probablemente
para mantener el orden social; buena el estoicismo. Según esta escuela, Dios
para las masas y para el Estado, aunque, es la razón del universo, y todo indivi-
por supuesto, el hombre inteligente ya duo posee en su interior una centella o
no podía aceptarla como no fuera rein- fragmento de esta mente divina o espí-
terpretándola en términos de unos idea- ritu universal. Los dioses en que cree el
les humanos. Sin embargo, era preciso pueblo son en realidad seres intermedios,
tener mucho cuidado para no destruir manifestaciones o daimones de la gran
la fe de las masas, pues, de otro modo, unidad divina de todas las cosas. Los
los hombres podían dejar de ser buenos viejos relatos sobre los amores y peleas
ciudadanos. La religión puede ser útil, de los dioses no han de tomarse al pie
decía un romano cínico; siendo ello así, de la letra, sino que deben entenderse
los hombres deben seguir creyendo y alegóricamente, como expresiones imagi-
ofreciendo sacrificios. nativas de una verdad profunda. Pero
Otros, en número muy escaso, eran los estoicos estaban interesados ante
ateos convencidos y atacaban las viejas todo en resolver el problema del huma-
creencias por considerarlas meras supers- no vivir. Puesto que cada individuo
ticiones. Muchos más se sentían profun- lleva en su interior una porción de la
damente escépticos y hablaban de la reli- razón divina, ha de vivir de acuerdo con
gión con indiferencia o frivolidad, pero ella y sin dejarse esclavizar por sus pa-
en tiempos de apuros retornaban rápida- siones. La vida del hombre debe des-
mente a ella o a ciertas supersticiones. arrollarse de acuerdo con la naturaleza,
Entre tanto, los filósofos se habían afa- es decir, en. armonía con la razón uni-
nado durante varias generaciones en el versal. Más aún: puesto que todos los
intento de ordenar unos sistemas en que hombres poseen esta centella divina,
se unieran la fe y la razón. Uno de estos también han de vivir unidos como ciu-
sistemas era el de los epicúreos, que dadanos que comparten unos ideales co-
afirmaba la existencia de incontables dio- munes.
ses eternos, pero negaba al mismo tiem- En la época del Nuevo Testamento,
po que intervinieran directamente en el ideas como las últimas mencionadas for-
mundo. Los dioses no necesitan que les maban un fuerte trasfondo que respalda-
demos culto, pero es natural que nos- ba las aspiraciones supremas del Imperio
otros lo hagamos, sobre todo a, causa de Romano, especialmente tal como había
nuestras ideas elevadas y por seguir la sido establecido por César Augusto.
costumbre. Sin embargo, lo que realmen- A los ojos del poeta Virgilio (70-19
te interesaba a los epicúreos no eran los antes de Cristo), por ejemplo, la nueva
dioses, sino el hombre y el problema de era inaugurada por Augusto marcaba la
en qué consiste el supremo bien huma- culminación de todos los esfuerzos des-
no, que no puede ser otra cosa que el arrollados desde el principio de los tiem-
placer, mientras que en el dolor sólo se pos por erigir una civilización estable c
ve un mal. El placer, por otra parte, no permanente en que viviría una
puede consistir en algo momentáneo, humani-dad unida por los vínculos del espíritu.
sino que ha de abarcar toda la vida. De una comunidad auténticamente universal
ahí que la sencillez y la templanza sean fundada sobre los elementos indestructi-
398 LA IGLESIA EN EL MUNDO

bles de la personalidad humana, más guiente, no suponía allí ninguna nove-


allá de las diferencias de raza y color. dad. En Roma, sin embargo, el culto al
El poder del Estado estaba al servicio emperador era una innovación que fue
del mantenimiento del orden para el i mponiéndose gradualmente bajo el in-
bien común, consistente en la seguridad, flujo de lo oriental, pero siempre sobre
la libertad, la dignidad humana y la con- la base de la idea romana del genius di-
vicción de que el hombre posee una ca- vino que residía en cada hombre y lo
pacidad innata para hacer realidad sus guiaba. Así, el genius, o doble divino
ideales. del emperador, era, teóricamente, el ver-
Estas ideas tan nobles, sin embargo, dadero objeto de aquel culto, aunque en
ejercieron escasa influencia sobre la reli- la práctica el hombre común no llegaba
giosidad del hombre común. El politeís- probablemente a establecer tan sutil di-
mo, con sus numerosos dioses, siempre ferencia entre lo divino y lo humano.
se mostró tolerante hacia las divinidades En medio de aquel ambiente, el ju-
nuevas. En el mundo romano se desarro- daísmo era considerado como una reli-
lló a lo largo de varios siglos un proceso giosidad horrible. El historiador romano
de sincretismo, de forma que los anti- Tácito, que escribía durante el reinado
guos dioses griegos fueron identificados del emperador Trajano (98-117 a. C.),
con los romanos, y todos ellos con los trató de describir el origen del pueblo
de Asia Menor, Siria y Egipto. El triun- judío, y para ello recogió unas opiniones
fo de la cultura helenística trajo consigo que resultan puras fantasías desde un
este sincretismo universal. Por otra par- punto de vista histórico. Luego prosi-
te, surgieron y fueron introducidos en gue: «Cosas sagradas para nosotros, en-
Roma numerosos cultos de origen grie- tre ellos carecen de toda santidad, mien-
go, asiático y egipcio. Eran las religiones tras que admiten lo que para nosotros
«mistéricas», a las que eran admitidos está prohibido... Este culto, aunque
los neófitos mediante ritos especiales de extraño, cuenta con el respaldo de su
iniciación. Luego participaban en unas antigüedad; todas sus demás costumbres,
ceremonias secretas que habitualmente a la vez perversas y repugnantes, deben
servían para comunicar el sentimiento su fuerza a su misma maldad... Entre
de la exaltación emotiva, la purificación sí son inflexiblemente honestos y siem-
y la salvación. El origen de la mayor pre están dispuestos a mostrar compa-
parte de estos cultos ha de buscarse en sión, aunque miran al resto de la huma-
la antigua religión de la naturaleza con nidad con todo el odio que se guarda
el - culto al dios muerto y resucitado de para los enemigos... Todos los que se
la vegetación; al correr del tiempo esta convierten a su religión... reciben esta
idea primitiva se reutilizó como un me- primera lección que se les inculca: des-
dio para asegurar la renovación del alma preciar a todos los dioses, odiar a su
individual. país y no estimar en nada a los padres,
En esta atmósfera religiosa se fomentó los hijos y los hermanos... Los judíos
el culto al emperador, iniciado en tiem- tienen ideas puramente espirituales acer-
pos de Augusto y promovido como un ca de la divinidad, que creen una en
medio para unificar el Imperio. En las esencia. Llaman impíos a los que repre-
provincias orientales, desde la época de sentan a Dios en figura humana con
Alejandro Magno había sido costumbre materiales perecederos... La religión in-
deificar a los gobernantes en vida o des- día es insulsa y mezquina» w.
pués de muertos. El culto a Augusto y
a los emperadores sucesivos, por consi- m Tácito, Hist. V.2-5.
LA IGLESIA EN EL MUNDO 399

Lo más grande y más santo para el mente preparada para la defensa, pero
politeísta romano era condenado como nunca destinada a la conquista». Des-
impiedad por el judío. Los romanos, en pués de la caída de Jerusalén en el año
consecuencia, miraban a los judíos como 70 d. C., surgió paulatinamente un ju-
enemigos de su religión. En la época del daísmo rabínico aún más estricto, con el
Nuevo Testamento, según los autores resultado de que se ahondó cada vez
contemporáneos, prácticamente en todas más el abismo que lo separaba del pa-
las ciudades había elementos judíos, con ganismo y los conversos escasearon en
la consecuencia de que la religión de adelante.
éstos era bastante bien conocida. Por El cristianismo tuvo desde-el primer
otra parte, los judíos eran considerados momento una posición menos favorable
por los romanos como una nación, y en que el judaísmo porque era considerado
cuanto tal les habían sido concedidos simplemente como una secta desgajada
ciertos privilegios. Desde mediados del de éste y no tenía derecho a. disfrutar
siglo i a. C., con Julio César, adoptó de los privilegios concedidos a una na-
Roma la política de permitir a los judíos ción o pueblo. Antes del siglo ii d. C.,
el libre ejercicio de su religión, cierto el cristianismo y los cristianos apenas
grado de autonomía local en materias atraen la atención de los autores clási-
jurídicas, la exención del servicio militar, cos; cuando éstos los mencionan, es en
la dispensa de comparecer ante los tribu- tono de desprecio e indiferencia. Mien-
nales en día de sábado, cte. De ahí que, tras que a los judíos, considerados como
si bien en ocasiones se desataba la perse- una nación, se otorgó el privilegio de
cución contra los judíos, casi siempre quedar libres del culto a los dioses y al
era con carácter local, mientras que su emperador, esta libertad en modo algu-
situación dentro del Imperio quedaba no fue extendida a los cristianos. De ahí
protegida por decreto imperial. que la situación jurídica del cristianismo
Por otra parte, y a pesar de las ene- resultara siempre insegura, con el agra-
mistades, los judíos se ganaron muchos vante de que la negativa a adorar al
simpatizantes por su piedad inconmovi- emperador y a los dioses nacionales se
ble, la armonía que reinaba en sus co- juzgaba como un delito de alta traición
munidades locales, su laboriosidad, hon- perseguido por la ley.
radez, sus reducidas exigencias y su La primera persecución desencadena-
desprecio de la muerte. Todos los anti- da contra los cristianos por traición con-
guos autores paganos coinciden en admi- tra el emperador tuvo lugar en Asia
tir que en todos los países eran muchos Menor bajo el reinado de Domiciano
los gentiles que obedecían los preceptos (81-96 d. C.) y quedó reflejada en el
de la ley mosaica o al menos se dejaban Apocalipsis. En Asia Menor el culto al
influir por ellos. En la misma Roma emperador estaba muy arraigado y con-
muchos se abstenían de los negocios en taba con universal aceptación; era natu-
sábado, porque el día de descanso sema- ral que se produjera la persecución a
nal les resultaba evidentemente muy gra- propósito de la lealtad debida al Impe-
to. Sin embargo, por muy elevado que rio. Para Juan de Patmos, autor del
fuera el número de los prosélitos y «te- Apocalipsis, sin embargo, el asunto esta-
merosos de Dios», el judaísmo nunca ba claro: la fidelidad a Cristo y el culto
constituyó, como el cristianismo, una al emperador eran cosas absolutamente
amenaza para la religiosidad pagana. incompatibles. Juan habla de Pérgamo,
Como ha dicho cierto autor (Gibbon), centro del culto al emperador en la pro-
el judaísmo era una religión «admirable- vincia de Asia, como del «trono de Sata-
400 LA IGLESIA EN EL MUNDO

nás»; llama «testigo fiel» a cierto Anti- »Nerón ofreció sus jardines para el
pas que pertenecía a aquella comunidad espectáculo y se exhibió él mismo en
( Ap 2,13) y alude a los que «fueron el circo, mezclándose con la plebe en tra-
decapitados por el testimonio de Jesús je de corredor de carros o montado en
y por la palabra de Dios y que no han uno de éstos. De ahí que, aun tratán-
adorado a la bestia» (Ap 20,4). dose de criminales que merecían un cas-
Tácito escribió con cierto detalle so- tigo extremado y ejemplar, surgiera un
bre la primera persecución de Nerón, en sentimiento de compasión; pues parecía
la que evidentemente perdieron, la vida que eran exterminados no por razón del
Pedro y Pablo. El año 64 d. C. un terri- bien público, sino para saciar la crueldad
ble incendio destruyó gran parte de la de un solo hombre» z'.
ciudad de Roma; el pueblo atribuyó a Sin embargo, el cristianismo, a dife-
Nerón aquella catástrofe, pensando que rencia del judaísmo, consideró un deber
el emperador se proponía alcanzar la glo- sagrado la difusión del evangelio y tuvo
ria de edificar una nueva ciudad a la el valor de romper con todos los obs-
que daría su propio nombre. Prosigue táculos que encontró en su camino. Las
Tácito: gentes educadas despreciaban la nueva
«En consecuencia, para alejar de su religión, a la que tachaban de supersti-
persona aquella murmuración, Nerón ciosa; las masas odiaban a sus adeptos
cargó la culpa e infligió las más refina- por «ateos» y se inclinaban cada vez
das torturas a una clase odiada por sus más a atribuir todos los reveses nacio-
abominaciones, a la que la plebe 'daba nales a la ira de los dioses por la difu-
el nombre de cristianos. Cristo, de quien sión del cristianismo. Pero nadie pudo
traía sus orígenes este nombre, sufrió la detener aquel avance. En medio de la
última pena durante el reinado de Tibe- quiebra del paganismo, el evangelio ofre-
rio a manos de uno de nuestros procu- cía una nueva esperanza y una nueva
radores, Poncio Pilato, y una supersti- seguridad, sobre todo a los pobres y a
ción sumamente dañina, reprimida de los oprimidos. Durante la primera parte
este modo por el momento, volvió a bro- del siglo ri se produjo en Asia Menor
tar de nuevo no sólo en Judea, fuente un abandono general de las religiones
primera del mal, sino incluso en Roma, populares; los templos se quedaban va-
donde todo lo detestable y vergonzoso cíos y los funcionarios responsables se
de cualquier parte del mundo encuentra sentían alarmados. En esta decadencia
su centro y se divulga. En consecuencia, religiosa irrumpe el cristianismo con
se detuvo ante todo a los que se confe- energía y audacia, dispuesto a arriesgar-
saron culpables; luego, con base en sus lo todo, hasta la misma vida, por la
delaciones, quedó convicta una multitud causa de Cristo. A la larga también logró
inmensa, no tanto del crimen de haber una victoria a los ojos de los intelectua-
incendiado la ciudad, sino más bien de les paganos. Los sueños en un orden
odio contra la humanidad. Además de nuevo concebidos por César Augusto,
ser condenados a muerte, se-les infligió basados en el idealismo clásico, habían
toda clase de escarnios. Cubiertos con fracasado prácticamente en el siglo iii.
pieles de fieras fueron despedazados por Mientras tanto, la doctrina cristiana so-
los perros y así perecieron; otros fueron bre el hombre y la sociedad se iba con-
crucificados o condenados a las llamas virtiendo en una esperanza de salvación
y quemados para que sirvieran de ilumi- para una cultura moribunda.
nación nocturna al extinguirse la luz
del día. ` Anal. XV.44-
BIBLIOGRAFIA

El mejor sumario de las materias a que se obras de A. G. Mackinnon, The Rome of the
refiere el presente capítulo es sin duda la obra Early Church ( Londres 1933). Obra muy docu-
de J. Finegan, Light from the Ancient Past mentada y con muchos detalles es la de
(Princeton 1946) 252-459, donde se citan nu- L. FriedIánder, Roman Life and Manners
merosas referencias. En las notas a pie de pá- under the Early Empire I-IV (Londres '1913).
gína ya hemos remitido a los resúmenes sobre El vol. III, 84-214, contiene un interesante
descubrimientos arqueológicos de las ciudades estudio de la religión, incluidos el judaísmo
más importantes publicados en «The Biblical y el cristianismo, en el Imperio. Cf. también
Archaeologista. Los estudios más documenta- el excelente volumen de J. Carcopino, Daily
dos sobre Asia Menor en tiempos del Nue-
vo Testamento son, por supuesto, los de Life in Ancient Rome ( New Haven 1940).
W. M. Ramsay. En la nota 8 hemos citado Quizá el mejor análisis dé la victoria del cris-
dos de sus libros que revisten especial interés tianismo sobre el mundo de las ideas en la
para el investigador del Nuevo Testamento. antigua Roma sea el de C. N. Cochrane,
Hay otras muchas obras de carácter más téc- Christianíty and Classical Culture: A Study of
nico que se encontrarán con facilidad en cual- Thought and Action from Augustus to Augus-
quier biblioteca bien surtida. tine (Londres 1940).
La bibliografía sobre Roma y el mundo ro- Hay, por supuesto, varios aspectos del tema
mano es muy extensa. De especial interés es que hemos omitido en nuestro capítulo. Por
la obra dirigida por T. Frank, An Economic ejemplo, mucho podría hablarse de los papíros
Survey of Ancient Rome (6 vols.; Baltimore griegos y su significado para el estudio de la
1933-1940). época del Nuevo Testamento; cf. A. Deiss-
En cuanto a la ciudad de Roma en el si- mann, Light from the Ancient East ( Nueva
glo i d. C. y siguientes, cf., entre otras, las York 1927).

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