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MALFORMACIONES ANORRECTALES

Las malformaciones ano-rectales (MAR) son la causa más frecuente de obstrucción


intestinal congénita; su incidencia ha sido estimada con rangos variables: desde uno en
1500 hasta cada 5000 nacidos vivos según distintas series internacionales. En un centro
pediátrico de referencia las MAR son afecciones corrientes. De acuerdo con los criterios
actuales con el concepto de MAR se incluye a la totalidad de anomalías caudales
congénitas que acompañan al ano imperforado; de manera que más allá del defecto ano
rectal, en la valoración global de la malformación adquieren gran importancia las
alteraciones urogenitales y esqueléticas concomitantes.

CLASIFICACION Y ANATOMIA DE LAS MALFORMACIONES ANO-RECTALES


Se han propuesto múltiples clasificaciones de las MAR. Entre las recientes la más
difundida ha sido la de Wingspread formulada en 1984, en la que atendiendo a la posición
del recto las divide en altas, intermedias y bajas; esta clasificación sin embargo, no ofrece
utilidad en términos de pronóstico y tratamiento. Por considerarla de mayor validez a
estos fines, seguimos la clasificación propuesta por Alberto Peña (Figs. 1, 2 y 3) que
describe claramente la totalidad de las variantes observadas y orienta las estrategias de
los tratamientos. En la misma se definen las características de las distintas fístulas rectales
en cada sexo así como las malformaciones más complejas, lo que permite comprender la
anatomía quirúrgica en cada variedad y contribuye a facilitar la evaluación mediata de los
resultados funcionales
TRATAMIENTO.
El tratamiento se hace con un procedimiento llamado colostomía (en que se hace una
abertura en la barriga y se conecta el final del recto a una bolsa para recoger las heces), y
con cirugía para corregir el defecto, y que varía dependiendo del tipo y de las otras
anomalías que haya.
CUIDADOS DE ENFERMERIA.
Cuidados al nacimiento:

• Realizar examen clínico perineal en busca de referencias anatómicas de MAR

. • Colocar una SOG de gran calibre para evitar la distención abdominal. • Valorar la presencia de
meconio.

• Colocar un colector de orina para pesquisar la presencia de meconio en la misma.

• Asistir en la realización de estudios complementarios como invertograma, colostograma y/o


genitografía.

• Considerar la necesidad de administración de oxígeno o presión positiva a través de la


valoración continua del patrón respiratorio, gases en sangre y saturometría continua. La distención
abdominal puede llevar a dificultad respiratoria restrictiva o viceversa.

Cuidado de la ostomía:

• Valorar la coloración de la mucosa intestinal. La misma deberá ser rosada indicando una
adecuada perfusión tisular.

• Observar la presencia de sangrado, edema, dehiscencia, oclusión, evisceración, prolapso,


estenosis o granulomas en el ostoma.

• Detectar signos de infección periostoma así como cantidad y características del exudado. Se
realizará cultivo bacteriológico del exudado.

• Evaluar la necesidad de colocar un apósito o bolsa colectora sobre el ostoma de acuerdo a la


cantidad y las características de las deposiciones.

• Utilizar productos llamados “de barrera” para evitar la irritación/ lesión de la piel periostoma.
Los mismos no deberán contener alcohol.

• Elegir el sistema colector de acuerdo a cada ostomía y paciente, teniendo siempre en cuenta
que cuente con un poder de adhesión que garantice la movilidad del niño y prevenga la irritación
de la piel periostoma.

• La piel deberá higienizarse con agua tibia pudiendo utilizar jabón neutro. No se deberá frotar la
misma. Deberá estar seca antes de colocar la bolsa de colostomía.
• El aro deberá adaptarse alrededor del ostoma evitando ser comprimido, pero sí aislando la piel
periostoma de la materia fecal.

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