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Gabriela Novaro, Ana Padawer y Ana Carolina Hecht

(coordinadoras) Educación, pueblos indígenas y migrantes: reflexiones desde México,


Brasil, Bolivia, Argentina y España; coordinado por Gabriela Novaro; Ana Padawer;
Ana Carolina Hecht.- 1a ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Biblos, 2015.
396 p.; 14x20 cm.- (Antropología y Educación)

ISBN 978-987-691-332-4

1. Antropología Cultural. 2. Pueblos Originarios. I. Rockwell, Elise. II. Novaro,


Gabriela, coord. III. Padawer, Ana, coord. IV. Hecht, Ana Carolina, coord.
07-109-A15 --- 192 Copias

CDD 306

Educación, pueblos
indígenas y migrantes
9eÅe_iones desde 4t_ico, )rasil,
)olivia, ArNentina y ,sWa|a

Pr}loNo de ,lsie 9ocRwell Revisión: Laura Martínez


Ilustración de tapa: Jorge Garnica, extraído de la obra Tecnoescritura
Diseño de tapa: Luciano Tirabassi
Armado: Sofía Vizza

© Los autores, 2015


© Editorial Biblos, 2015
Pasaje José M. Giuffra 318, C1064ADD Buenos Aires
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penada por las leyes 11.723 y 25.446.

Esta primera edición fue impresa en Imprenta Dorrego,


Avenida Dorrego 1102, Buenos Aires, República Argentina,
Editorial Biblos en noviembre de 2015.
Antropología y Educación
Índice PARTE II
Pueblos indígenas y educación: entre la escuela
y las organizaciones comunitarias
La relación entre la escuela y la comunidad
indígena en México. Un reto sociocultural
Adriana Robles y Ruth Paradise ..................................................... 141
Mujeres indígenas. Trayectorias educativas de
tres referentes comunitarias en la Argentina
Mariana García Palacios, Ana Padawer,
Ana Carolina Hecht y Gabriela Novaro .......................................... 161
Prólogo Aprendizajes y vida cotidiana entre niños y niñas xakriabá
Conversaciones en torno a la educación Ana Maria R. Gomes, Rogério Correia da Silva
con pueblos indígenas/migrantes y Verônica Mendes Pereira ...............................................................199
Elsie Rockwell .................................................................................... 11
“Cuando los antropólogos son indígenas”. Una
PARTE I discusión sobre la producción académica
Situación educativa de los pueblos indígenas y migrantes de autoría indígena en Brasil
Mariana Paladino ............................................................................227
Interculturalidad y educación en la Argentina.
Discusiones en torno a un concepto polisémico La socialización indígena y escolarización
Ana Carolina Hecht, Mariana García Palacios, Noelia Enriz y de niños menores de siete años
María Laura Diez...............................................................................43 Mario Yapu .......................................................................................255
Una mirada a los procesos de educación PARTE III
escolar de los pueblos indígenas en Brasil Migración y educación: transmisión de saberes y
Maria Aparecida Bergamaschi..........................................................65 procesos de identificación en clave étnica y nacional
De las teorías educativas a las prácticas políticas. Escolarización indígena en México. Entre
Repensar la educación en Bolivia bajo los procesos migrantes, políticas interculturales
gobiernos de Gonzalo Sánchez y Evo Morales y nuevos encubrimientos
Denise Y. Arnold.................................................................................89 Gabriela Czarny Krischkautzky y Elizabeth Martínez Buenabad ....285
Diversidad e interculturalidad. Una propuesta Educación y migración en la Argentina: expectativas
conceptual, metodológica y política para familiares, mandatos escolares y voces infantiles
su abordaje en el ámbito educativo Gabriela Novaro y María Laura Diez ............................................. 311
Rosa Guadalupe Mendoza Zuany, Yolanda Jiménez Naranjo,
Gerardo Alatorre Frenk y Gunther Dietz ........................................ 113
Diversidad, desigualdad y abandono escolar. Estudiantes
migrantes en el sistema educativo español PRÓLOGO
Margarita del Olmo .........................................................................341
Conversaciones en torno a la educación
Políticas lingüísticas. De los sutiles mecanismos con pueblos indígenas/migrantes
de regulación y gobierno de las migraciones
Adela Franzé Mudanó .....................................................................367 Elsie Rockwell

Sobre los autores ..........................................................................393

Este libro es el fruto de una larga conversación, sostenida du-


rante años entre investigadores de cinco (o más) países, en múltiples
encuentros académicos y personales. A la vez, los textos retoman
otras muchas voces provenientes de los lugares precisos en que los
antropólogos hacemos nuestro trabajo, pues las conversaciones en el
campo son la fuente principal para comprender cómo tradiciones y
migraciones confluyen y desembocan en los muy diversos procesos
sociales y culturales que ocurren en, contra y en torno a las escuelas
en sociedades marcadas por la desigualdad.
Esta colección tiene una cualidad importante: permite vislum-
brar las conexiones entre dos temas que a menudo se mantienen
separados: indígenas y migrantes. Ambas son categorías armadas
históricamente desde el poder para cercar o excluir a sectores de
la población considerados como “otros”, es decir, producen “efectos
de Estado” (Trouillot, 2001). Como muestran los autores, la cons-
trucción y la vigilancia de fronteras internas y externas, utilizando
clasificaciones diversas (de género, raza, casta, etnicidad, lengua,
religión), han contribuido históricamente a la fragmentación de ma-
yorías y a la redefinición de ciudadanías. No obstante, tomando estas
categorías como punto de partida, los autores también descubren po-
blaciones en movimiento que han ocupado espacios sociales, como las
escuelas, y a las que les imprimen sus lógicas propias.
En esta introducción me pregunto cómo podemos reconocer la
diversidad de voces y de prácticas sin reificar esas categorías cul-
turales avaladas de manera creciente por el imaginario neoliberal.
El riesgo constante es, como decía Althabe (1996), caer en la trampa

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de (re)producir la diferencia al intentar comprenderla. Los sistemas la diversidad cultural y lingüística; también debe recordarnos que
de categorización de las políticas públicas y educativas “contribuyen todos somos los mismos homo sapiens.
a construir aquello que en apariencia describen” (Franzé).1 Solo el Si bien los regímenes coloniales e imperiales han mantenido
compromiso real con quienes nos ofrecen sus voces en el campo pue- en el poder lo blanco y lo europeo durante siglos, su dominio no ha
de potenciar y socializar las tácticas inventadas por diversos grupos sido absoluto. Para nuestra región, recordemos la alta proporción de
para habitar viejos y nuevos territorios y transformar paulatina- la población nativa y afrodescendiente, frente a la población ibéri-
mente las relaciones de saber y de poder (De Certeau, 2000). ca (en sí diversa) en las tempranas colonias iberoamericanas. En la
Los autores de este volumen asumen ese compromiso al denun- confluencia entre las poblaciones nativas y las recién inmigradas –
ciar el esencialismo y reconocer la historicidad de los complejos pro- voluntarias y forzadas– al continente, todos se apropiaron de insti-
cesos culturales y educativos. Varios autores convergen en una críti- tuciones, objetos y saberes de los demás, cambiándolos de sentido y
ca matizada pero certera a políticas y prácticas educativas dirigidas de forma, adecuándolos a nuevas realidades. Tanto en la península
hacia los pueblos indígenas y migrantes, iluminando un panorama ibérica como en el continente americano se integraron artefactos y
en general desolador. Otros presentan estrategias de invención y de conocimientos provenientes de regiones africanas a los acervos aho-
apropiación cultural propias de los pueblos y documentan trayecto- ra conocidos como nacionales e indígenas. El dominio lingüístico
rias de resistencia individual y colectiva que han logrado darle sen- tampoco fue total: lenguas amerindias como el náhuatl sirvieron por
tido a sus experiencias educativas. siglos como linguas francas y el español naciente tomó como propias
En lo que sigue, ofrezco primero una reflexión sobre la difícil miles de voces ajenas. Las amalgamas resultantes no eliminaron ni
tarea de hablar de la diversidad, de nombrarla; segundo, examino la diferencia ni la desigualdad.2
algunas paradojas que sugiere la lectura del conjunto de los capítulos, A diferencia de la polarización de lo caucásico/negro en las re-
y que abren brechas para la investigación futura. Tercero, resumo giones angloamericanas, en las iberoamericanas se construyeron
lo que los autores han encontrado en localidades precisas sobre los configuraciones demográficas complejas y cambiantes.3 La clasifica-
efectos de la Educación Intercultural Bilingüe realmente existente. ción racial abarcaba decenas de categorías, aunque siempre orde-
Finalmente, recupero la esperanza que encontramos en procesos edu- nadas mediante un gradiente de color que mantenía jerarquías y
cativos generados o transformados por los propios pueblos de tradi- fronteras internas. El esquema no estaba exento de racismo, pues
ción indígena y migrante fuera o dentro de las instituciones escolares. siempre dominaron los “más castizos” y se subordinaron a los “más
morenos”, pero las mezclas eran reconocidas, y las categorías adscri-
tas se transformaban constantemente, incluso a lo largo de las vidas
Categorías sociales, categorías estatales individuales.
Después de la separación de las naciones americanas de sus
¿Quiénes son los indígenas y los migrantes? Una perspectiva de metrópolis ibéricas, las nomenclaturas cambiaron: las castas se
muy larga duración relativiza estas categorías. Cabe siempre la pre- descartaron, los indios se convirtieron en indígenas y los afrodes-
gunta: ¿Dónde empieza una población y dónde termina otra, si todos cendientes en mestizos, y todos gozaron, en principio, de derechos
somos descendientes mixtos de nativos y de migrantes de diferentes ciudadanos bajo la consigna de igualdad. No obstante, las prácticas
lugares, y a la larga todos somos descendientes relativamente recien-
tes de poblaciones africanas (denominación también arbitraria)? La 2. Una manera de ver la configuración demográfica latinoamericana es en tér-
convivencia, el matrimonio y la procreación continuas entre perso- minos de lo que Darcy Ribeiro (1969) denominaba las poblaciones “trasplan-
nas de “diferente” origen a lo largo de milenios no sólo ha enriquecido tadas”, que ocuparon territorios, negocios y poderes, y por otro lado las pobla-
ciones “testimonio” y las poblaciones “nuevas”, que ponían el trabajo y la vida.
3. En Estados Unidos, la regla de “la gota de sangre negra” determinaba
que todo hijo de anglosajón y negro quedaba en la categoría de negro. Hasta
1. Las referencias a autores sin año pertenecen a capítulos del presente volumen. 2000, no hubo categoría censal para poblaciones mestizas.
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reales delataron procesos estatales diferenciadores bajo la pretendi- Después de esta historia, lo que resalta es que diversos hom-
da política de homogeneización. La igualdad ciudadana se pospuso bres y mujeres, jóvenes, comunidades y redes, están en movimien-
en tanto no se llevara la luz de la civilización –occidental– al pueblo. to. ¿Cómo hablar de estos movimientos sin recurrir a los conceptos
Así, la calidad de alfabetizado devino condición para ejercer el voto y de raza y etnia (que se disuelven tan fácilmente uno en el otro)? ¿Es
el cargo político. Siempre hubo unos “otros” a tratar como diferentes posible hacerlo sin asignarles el lugar de los otros que no son noso-
o a ocultar como inexistentes. En lugar de desaparecer bajo las polí- tros? ¿Sin exigirles el conocimiento de una lengua originaria (uni-
ticas homogeneizadoras, la diversidad se multiplicó en ambos lados dad por lo demás difusa y móvil) para tener derecho a sus histo-
del Atlántico a lo largo de los siglos. rias, y de la lengua nacional para otorgarles derechos ciudadanos?
Durante el siglo veinte, se reclasificó a la población de las nacio- Es un dilema múltiple. Ante ello, ha sido atinado hablar de pueblos
nes iberoamericanas. La celebración del mestizo y la denominación en el título de este volumen, recuperando la noción polisémica de
lingüística parecían ser menos racistas, pero tuvieron un efecto esta- pueblo utilizada en el Convenio OIT 169 y reivindicada por el mo-
dístico significativo: redujeron “el problema indígena” a una fracción vimiento indígena latinoamericano (Castellanos Guerrero, 2013).
de lo que era anteriormente (por ejemplo en Tlaxcala, de 55% “indí- La ventaja es que pueblo tiene la doble acepción de localidad y de-
genas puros” se pasó a contabilizar a 18% “hablantes de lenguas in- positaria de la soberanía (Roldán Vera, 2007), así como un vínculo
dígenas” de 1920 a 1930), y segmentaron a la población indígena en histórico con la educación popular (también ambiguo) en el mundo
grupos cada vez más pequeños, muchos de ellos de menos de cien ha- iberoamericano.
blantes nativos. Esta “construcción de minorías” (Burguière y Grew, Estudiar estos pueblos y sus movimientos sólo tiene sentido si
2000) estableció la engañosa equivalencia entre “etnia” y “lengua”. se les localiza en la profunda y creciente desigualdad mundial (He-
A pesar de movimientos indígenas –como Barbados II– que contra- cht, García Palacios, Enriz, y Diez). Para ello, es ineludible recu-
rrestaban la fragmentación, los regímenes neoliberales lograron im- perar el concepto de clase social, no como índice de estratificación
poner el discurso de la multiculturalidad y la práctica de distinguir por ingreso, sino como relación social (Thompson, 1977). La franca
a ciertos sectores de la población como minorías, ocultando las rela- reformulación del 99% contra el 1% propuesta por Ocupa Wall Street
ciones de poder. Esta historia ha impregnado las políticas educativas ha invertido la relación entre mayorías y minorías, al ubicar como
destinadas a los pueblos indígenas en toda la región, como consta en única minoría real (la mínima fracción de) el 1% que concentra el
este volumen (Hecht, García Palacios, Enriz y Diez, Mendoza Zuany, poder y el dinero. La contradicción fundante entre capital y trabajo
Jiménez Naranjo, Alatorre Frenk y Dietz). (Harvey, 2014) genera desigualdades por la explotación directa o in-
Con todo ello, y a pesar del exterminio masivo de la población directa de las clases trabajadoras. Aquí se encuentra otro nexo entre
originaria del continente americano, el ocultamiento de los sobre- indígenas y migrantes, pues los que van en busca de trabajo y vida
vivientes bajo el calificativo de ciudadanos, y su restauración como en tierras ajenas han sido expulsadas de las propias, poco importa
minorías étnicas, en números absolutos, hoy habitan en la región si en su generación o en las anteriores. Como desplazados e ilegales,
iberoamericana entre cinco y seis veces más personas identificadas se les obliga a vender su fuerza de trabajo por debajo del valor. La
como indígenas que en el momento de las independencias. Además, etnicización y racialización facilitan la explotación, al profundizar
cientos de miles de descendientes de la población original del con- diferencias y debilitar alianzas posibles. Todo ello contrarresta la
tinente han emigrado a la península ibérica, a juntarse con inmi- baja tendencial de la tasa de ganancia.
grantes provenientes de otras partes del mundo. De hecho, es casi Los pueblos –sus integrantes o representantes (siempre difícil
imposible calcular los números, pues tanto las categorías nacionales de determinar)– despliegan múltiples tácticas para ganar terreno
y raciales como las lingüísticas y étnicas son arbitrarias y mutables, frente a esa fracción minoritaria. Negocian con los aparatos esta-
como lo muestran varios capítulos de este volumen. Lo que es claro tales asumiendo o rechazando las identidades que les asignan como
es que existen profundos vínculos tejidos entre pueblos indígenas y condición para otorgarles derechos; también reclaman identidades
migrantes a lo largo de cinco siglos. propias, nombres que ellos mismos se dan. A veces, como en el caso

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que conozco de Tlaxcala, juegan con ello: muchos habitantes se con- rural se confunde con lo “aislado”, a pesar de que existen pueblos
sideran los verdaderos mexicanos, hablantes de la lengua siempre como los mazahuas de México, tradicionales comerciantes que han
conocida como el mexicano (y no el náhuatl), y llaman españoles a viajado por amplios circuitos desde hace siglos (Robles y Paradise).
la mayoría que vive en el país y sólo habla español. No es extraño La colonización invadió territorios habitados y conservados por los
entonces que en varios capítulos las estadísticas de autodesigna- pueblos; desplazó a miles hacia zonas de refugio y movió a otros
ción étnica o lingüística den saltos extraños que no cuadran con hacia enclaves mineros y plantaciones. La delimitación y legisla-
la experiencia social (Arnold, Czarny y Buenabad, del Olmo). La ción progresiva de sus territorios liberó grandes extensiones para
pertenencia a cualquier “categoría” es móvil: muchos pueblos se han la extracción de recursos naturales. Como hace siglos, el cercado del
incorporado a lo largo de décadas a luchas campesinas y obreras, a común ha expulsado hacia las urbes contemporáneas a cientos de
movimientos armados, urbanos, estudiantiles y populares, a colec- miles de personas. En sus nuevos asentamientos, algunos pueblos
tivos en defensa del agua y la tierra, y a muchas otras expresiones reclaman un reconocimiento étnico; otros reproducen antiguas soli-
de rebeldía que resisten a la fragmentación multiétnica impuesta daridades sin asumir la identidad (Czarny y Buenabad).
por el capital y el imperio. Algunos también han participado en los Las migraciones forjan nuevas distinciones. Los indígenas ma-
movimientos indígenas y migrantes, aunque la fuerza de los pue- yoritarios en Bolivia se convierten en minorías en los enclaves bo-
blos no se puede apreciar sólo por el destino de estos movimientos, livianos periféricos de Buenos Aires (Arnold; Novaro y Diez). En su
que suelen ser contingentes y mudables. En los procesos educativos, propia tierra, los censos también los redujeron a fracciones hablan-
su presencia toma mil formas y produce los efectos paradójicos que tes del aymara, quechua, guaraní, y otras lenguas con menos ha-
son tema de muchos capítulos en este volumen. blantes. Los pueblos responden a esta segmentación reivindicando
como emblemas nacionales y transnacionales bolivianos distintivos
indígenas como la madre tierra y el vivir bien. En España, el despla-
Paradojas reveladas en los textos zamiento también opera transformaciones; la distinción arbitraria
entre “inmigrantes” y “extranjeros” construye fronteras internas
Dentro de este panorama general, los capítulos de este volumen con fuertes implicaciones de clase y raza (Franzé).
ponen al descubierto numerosas paradojas que no nos permiten ge- Si bien quienes emigran de sus tierras suelen perder la perte-
neralizar más allá de los territorios estudiados, pero que sugieren nencia a su pueblo, varios capítulos muestran cómo algunos recu-
líneas de reflexión y de indagación más amplias a futuro. peran lazos bajo nuevas formas. Mujeres casadas con hombres fue-
reños logran integrarlos a la red de origen; otras se trasladan lejos
para sobrevivir pero mandan a los hijos de regreso con los abuelos
La pertenencia rural, urbana y transnacional (García Palacios, Padawer, Hecht y Novaro). Difícilmente perduran
estos vínculos con el lugar de origen más allá de la tercera genera-
Ranchos, ayllus, sedes, aldeas, comunidades, barrios, villas, ción, aunque también hay quienes regresan a vivir a la tierra de los
colonias, periferias, enclaves: los lugares que habitan las personas antepasados, y producen “migraciones de retorno” (Czarny y Buena-
cuyas vidas se documentan en estos capítulos son variados. Tierra/ bad). Otros aprenden a significar sus orígenes desde nuevas posicio-
territorio, arraigo/destierro, inclusión/exclusión son dimensiones nes –la militancia política o la academia, por ejemplo (García Pala-
constantes pero movedizas tanto para indígenas (en el sentido de cios, Padawer, Hecht y Novaro; Paladino). Se reinscriben en redes y
oriundo de un lugar) como para migrantes. movimientos horizontales, incluso transnacionales, reconfigurando
Una larga tradición colonial y antropológica acotó lo indígena los contornos territoriales de pertenencia. Estos pueblos se recono-
a lo rural, negando la historia urbana de muchos pueblos prehis- cen como “comunidades extraterritoriales” o “morales”, o “diásporas
pánicos y de los habitantes indígenas de las nuevas ciudades. Lo indígenas”, que mantienen vínculos políticos o culturales (Czarny y
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Buenabad). Es necesario valorar estas redes para contrarrestar la en cambio, es común que asignen raza y etnicidad a quienes perci-
arbitrariedad de la dicotomía indígena-migrante. ben como indígenas o migrantes.4 Los pueblos marcados como di-
ferentes son los que han sido obligados a trasladarse –esclavizados,
perseguidos o refugiados– de una región a otra, o de un continente
Legalidad-ilegalidad a otro. Los migrantes desplazados por razones económicas, políticas
o bélicas suelen visibilizarse como “personas de color”. En los países
La pertenencia social no coincide con la pertenencia legal. La receptores, etnicidad y raza se funden, pero sirven para separar a
ciudadanía nació como categoría que borraría las distinciones here- los migrantes –y a sus hijos– de los “verdaderos” nativos y de los
ditarias, pero la negación de derechos ciudadanos restablece distin- “extranjeros” considerados blancos (Franzé; Hecht, García Palacios,
ciones en la población mundial de indocumentados y desplazados. Se Enriz, Diez; Padawer, Hecht y Novaro).
conceden derechos limitados a condición de adaptarse a las socieda- Lo paradójico desde luego es que muchos movimientos sociales
des receptoras y asumir como propias costumbres y lenguas ajenas se han apropiado de identidades étnicas y aun raciales con toda la
(Franzé, del Olmo). Apelar a derechos respaldados por el Convenio ambivalencia y riesgo que ello implica. Levantadas como banderas
OIT 169 y varias declaraciones internacionales obligan a comprobar de resistencia, estas identidades adquieren cierta fuerza innegable,
identidades fijas. En las áreas grises entre la legalidad y la ilega- como lo muestran las historias de La Raza y Black is Beautiful en
lidad, las comunidades apelan a los derechos humanos (naturales) Estados Unidos, así como las organizaciones de migrantes bolivia-
que trascienden la legislación nacional o internacional (Hecht, Gar- nos en Buenos Aires (Novaro y Diez). Sus movilizaciones sin duda
cía Palacios, Enriz y Diez). Sin embargo, los organismos que pro- logran solidaridades y derechos, aunque perduren las estructuras
mueven esos derechos, a menudo los interpretan como individuales, que asocian pobreza y color de piel.
negando pertenencias colectivas, incluso familiares, reconstruidas
con enorme esfuerzo de generación en generación. Junto con ello au-
menta la tendencia grave de criminalizar la migración y la indigen- Diversos caminos de género
cia, otra manera de colocar a los indígenas en la ilegalidad incluso
en sus propios países (Czarny y Buenabad, del Olmo). Con el género, también lo biológico se confunde con lo social,
y se presuponen esencias culturales en torno a la posición de las
mujeres en diferentes pueblos. Algunos capítulos (García Palacios,
El deslizamiento entre etnia y raza Padawer, Hecht y Novaro; Gomes, da Silva y Pereira; del Olmo) re-
velan las paradojas de género como dimensión que atraviesa a las
Las clasificaciones de etnia y raza son problemáticas, pues su de identidades indígenas y migrantes. Frente a situaciones de vio-
construcción está cargada de historias de colonización y domina- lencia local, según un testimonio, “fuimos las mujeres que salimos
ción. Las características asociadas a estas categorías son insoste- primero” (García Palacios, Padawer, Hecht y Novaro). Los caminos
nibles: no existen razas como realidades biológicas o genéticas y la que escogen las mujeres indígenas para preservar lenguas y cos-
caracterización étnica a menudo se desliza hacia lo biológico y lo tumbres, para casarse fuera de la casa paterna o para dar opcio-
corporal. Muchos discursos públicos atribuyen rasgos culturales a nes a sus hijos muestran lo complejo de la dimensión. La migra-
fenotipos y conductas sociales a genes. La paulatina pérdida de las ción trasnacional parece acentuar la opción por movilizarse como
lenguas también refuerza la identificación racial de poblaciones que mujeres como parte de reivindicar compromisos con sus pueblos.
tienen herencias culturales diversas. El acceso a la escolaridad ha marcado trayectorias alternativas
Etnicidad y raza se asignan desde el privilegio y son objeto para las mujeres, opciones que también llevan a una solidaridad de
de luchas políticas. En la actualidad, quienes gozan del “privilegio
blanco” no suelen autoadscribirse a grupo étnico o racial alguno; 4. No fue el caso, desde luego, de la proclamada superioridad racial de los
llamados arios por el régimen nazi, y prácticas similares en otros contextos.

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género. Para algunas, migrar implica renunciar a lazos de paren- compromiso con su gente (García Palacios, Padawer, Hecht y Nova-
tesco y seguir estudiando para poder devenir líderes (referentes) ro). No siempre se sostiene una asociación entre un distanciamiento
de sus gentes. Otras muchas, pronto abandonan la opción escolar, cultural y el alejamiento político.
regresan al campo o al país de origen con afán de cultivar (ellas) las
chacras, atender el taller, o defender el agua y la lengua. Esta com-
plejidad desafía los estereotipos y las polarizaciones de lo femenino La cultura emblemática y la cultura vivida
y lo masculino.
En toda historia de movimiento individual y comunitario, la
advertencia en contra de la esencialización de la cultura es crucial
Visibilización/invisibilización (Mendoza Zuany, Jiménez Naranjo, Alatorre Frenk y Dietz). La dis-
tinción entre cultura inscrita y cultura vivida (Roseberry, 1989) da
La pretensión estatal de homogeneizar lengua y cultura na- pistas para evitarlo. En varios casos se alude a los usos emblemá-
cionales tuvo efectos paradójicos: por un lado hizo impensable la ticos de la cultura convertidos en capital simbólico para la política
diversidad real de las poblaciones, y por otro lado generó procesos nacional e internacional. Los intelectuales críticos de las metrópolis
de invisibilización de quienes no concordaban con el ideal nacional. angloeuropeas ya usan conceptos como “la pachamama” para apelar
En contextos de desigualdad una estrategia común ha sido evadir a la resistencia al modelo capitalista. Cabe preguntarse en cada caso
el estigma de ser identificado como indio o migrante (Hecht, García si esta apropiación política ajena de los símbolos autóctonos apoya a
Palacios, Enriz y Diez). Los estudiantes lo muestran: se “mimeti- los movimientos indígenas y potencia alianzas más amplias.
zan” o “disfrazan”; niegan ser hablantes de las lenguas originarias. Las resistencias autogestionadas pueden disfrazarse de otras
Usan diversas tácticas para ocultar su origen, como pertenecer a maneras, aparentemente ajenas y urbanas. Adoptar ciertos modos
religiones que dan margen al reacomodo (García Palacios, Padawer, ajenos de hablar, conocer, vivir, trabajar no siempre parece amena-
Hecht y Novaro), o ingresar a carreras como la antropología, que zar la identificación comunitaria o el arraigo a una localidad (Berg-
permiten una reflexión sobre lo propio (Paladino). maschi y Robles y Paradise). La participación en organizaciones re-
En contraparte, varios estudios destacan el efecto de visibi- ligiosas o cívicas ajenas puede fortalecer lazos comunitarios (García
lización que han tenido las políticas educativas multiculturales e Palacios, Padawer, Hecht y Novaro) En tal sentido, cabe preguntar-
interculturales (Hecht, García Palacios, Enriz y Diez, Novaro y se: ¿Qué es lo propio, qué es lo ajeno? En los términos de Guillermo
Diez). El reconocimiento de derechos indígenas generó discusiones Bonfil (1991), la clave de lo propio no reside en el origen de las prác-
que desarmaron el binomio etnia-lengua y ampliaron la gama de ticas o símbolos culturales, sino en el control sobre su apropiación
criterios de pertenencia y autoadscripción. Con la ambigüedad re- y reproducción. Retornar al análisis de la experiencia individual o
sultante, algunas comunidades siguen luchando por ser reconocidos colectiva particular con el entorno cultural vivido es, en ese sentido,
como pueblos con derechos propios, y otros aprovechan la coyuntura condición para evitar usos esencialistas de la diversidad.
para redescubrir sus raíces y retomar sus lenguas (Bergamaschi).
En algunos casos, la visibilización segmentó a colectividades más
amplias (como los nahuas) o asimiló a grupos nativos a sus homóni- Perder o revitalizar las lenguas
mos transnacionales.
La mimetización estratégica siempre corre el riesgo de volverse La larga historia de lenguas no indoeuropeas se refleja en la
permanente: los guaraníes mantienen por ello cierta cautela para gama de prácticas y de tendencias documentadas. En América La-
no “dejar abierta la puerta” a los blancos de quienes desconfían tina sobreviven cientos de lenguas, pese a siglos de exterminio y
(Bergamaschi). No obstante, encontramos historias de las mujeres de imposición del español, portugués y francés. Lo paradójico es
referentes que salieron de sus comunidades, pero mantuvieron un
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que quienes las prohíben o las imponen, quienes las demandan o Buenabad). La escolaridad facilita la movilidad social individual,
enseñan, no siempre han sido los mismos. Los evangelizadores de aunque generalmente no en la medida de las expectativas creadas;
diversas denominaciones han vacilado entre la proscripción y la uti- también crea nuevas jerarquías al interior de los grupos (Czarny y
lización de las lenguas indígenas (siempre saneadas). Muchas comu- Buenabad; Yapu; Paladino). Al interior de las comunidades se re-
nidades han resistido el exterminio de lenguas, pero también han producen distinciones de una escala mayor como efecto fractal, por
exigido que las escuelas enseñen la lengua nacional. Las familias, ejemplo entre familias fundadoras y allegadas. En algunos peque-
las madres, en algunos casos han preservado las lenguas, insistien- ños poblados las diferencias religiosas, laborales y lingüísticas se
do incluso en evitar los préstamos, y en otros casos han hecho todo disuelven en una identidad comunal que contrarresta posibles con-
lo posible por enseñar la lengua nacional a sus hijos, al grado de flictos; en otros, estas diferencias encubren alineaciones políticas
prohibir el uso de la propia lengua en el hogar. El panorama es más y elevan fronteras infranqueables (Barth, 1969). Estas tensiones
complejo de lo que perciben las políticas del lenguaje. explican parte de la violencia interna que obliga a muchos, tanto
Hay pueblos indígenas –incluso sin el sistema de reservación indígenas como migrantes, a trasladarse de nuevo para preservar
o tutela– que en algún momento de su historia decidieron abando- las vidas de los suyos.5
nar sus lenguas para poder luchar por sus tierras con las armas del No obstante, la principal desigualdad de indígenas y migran-
poder (Gledhill, 2004). Hay comunidades que han iniciado la difícil tes frente a las sociedades circundantes tiene causas estructura-
tarea de revitalizar la lengua por la vía no escolar, reestableciendo les a mayor escala, vinculadas al modo de producción capitalista
la comunicación entre abuelos y nietos, a veces en torno a otras prác- (Hecht, García Palacios, Enriz y Diez; Bergamaschi). Un efecto vi-
ticas como la cacería y la pintura (Gomes, da Silva y Pereira). Por sible en los estudios presentados es la transferencia de costos de
otra parte, el gran movimiento migratorio que recorre el mundo ha la reproducción de la fuerza de trabajo a las propias familias y co-
llevado a un replanteo profundo del multilingüismo, en contra del munidades, a las redes de seguridad social informal, y al trabajo
ideal modernista de una nación=un territorio=una lengua. El mul- impago de muchos miembros de las familias. Incluso se transfiere
tilingüismo se entiende ahora como atributo de las situaciones y no el costo de muchos aprendizajes que requiere la producción a gran
de las personas (Blommaert et al., 2005); justo son los indígenas y escala del capital, pues muchos trabajos –en el sector agrícola, de
migrantes quienes mejor han aprendido a manejarse en los espacios salud, de alimentación, de fabricación artesanal– paradójicamente,
multilingües, que son lo normal en el mundo. requieren los saberes culturales tradicionales o comunales (agríco-
la, alimenticia, de salud, artesanal, etc.). Esta observación nos lleva
al tema central del volumen: los procesos de educación.
La persistente desigualdad

A menudo enunciada pero rara vez analizada, una profunda Lo paradójico de la educación
desigualdad siempre acompaña la situación social de los indígenas y de y para indígenas y migrantes
migrantes. Los capítulos muestran algunas maneras de abordar las
historias de estos pueblos sin desvincularlos de la “desigualdad sub- ¿Qué significa todo esto para nuestro campo específico, la edu-
yacente” (Mendoza Zuany, Jiménez Naranjo, Alatorre Frenk y Dietz). cación en sentido amplio, dentro o fuera de las escuelas? ¿Cómo re-
En primer lugar, varios autores reconocen las desigualdades sumir el conjunto de paradojas y contradicciones que encontramos
internas en los pueblos. La desigualdad de acceso a la tierra y el en el campo y que marcan incertidumbres en el camino a tomar?
territorio distingue a quienes pueden seguir aprendiendo a culti-
var o cazar para el autoconsumo, y quienes se ven obligados buscar
5. Un tema emergente, no resaltado en este volumen, es el reclutamiento de
empleo como jornaleros migrantes y en nichos económicos despre- jóvenes en el negocio de las drogas y las armas, que divide familias y pueblos
ciados por los demás (Gomes, da Silva y Pereira; Arnold; Czarny y enteros; esto ya es fuerte en México, como lo ha sido en otros países.

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Otras formas de aprender, otras maneras de conocer formal y tan deliberado como la acción escolar, y mucho más exitoso
en sus resultados.
Primera certeza: desde la perspectiva indígena se da uno cuen- Las maneras de transmitir conocimientos entre generaciones
ta de lo extrañas que son las formas escolares de aprender y de en los pueblos indígenas no son un rasgo exclusivo de ellos, sino
socializar a los niños. El aprendizaje situado en la práctica (Lave, una dimensión común a la vida campesina que proporciona herra-
2011) a menudo se contrapone a la experiencia de aprender dentro mientas para la sobrevivencia rural en sociedades desiguales en
del aula; sin embargo, documentar las maneras indígenas de con- muchas partes del mundo (Berger, 1979). A pesar de su fuerza, la
cebir el aprendizaje también echa luz sobre experiencias educativas transmisión intergeneracional de conocimientos y de lenguas se ha
que ocurren en muchos oficios y situaciones, incluso escolares. roto muchas veces en la larga trayectoria de los pueblos (originarios
Cuatro capítulos abordan centralmente la educación infantil o no); se ha interrumpido por centenares de historias de migración
indígena entre los quechua (Yapu, Arnold), aymara (Arnold), kain- temporal o permanente de toda o parte de las familias y comunida-
gang y mbyá guaraní (Bergamaschi) y xacriabá (Gomes, da Silva des. El principio de “aprender en la práctica” perdura, no obstante,
y Pereira). Los autores describen aprendizajes situados en los mo- y el proceso ha sido descrito para muchos oficios, como parteras,
dos de vivir y convivir. Muestran concepciones de los adultos sobre sastres, músicos, deportistas, santeros, pilotos y hackers (de León,
cómo los hijos llegan a “ser personas” pasando por etapas que no co- 2005; Lancy et al., 2010; Lave, 2011). Paradójicamente, esta tradi-
rresponden a edades sino a la paulatina inserción en la vida social ción conocida como el “aprender haciendo” coincide con propuestas
(Yapu). Observar, ensayar, imitar, jugar, hablar, entender, cumplir, pedagógicas de hace siglos (Froebel, Freinet) que tanta dificultad
se reiteran como momentos del desarrollo de los niños. Los capí- han tenido para encontrar cabida en la enseñanza escolar.
tulos también describen prácticas específicas, como la resistencia Los autores de los capítulos problematizan la relación del
ante las bromas adultas de los niños mbyà guaraní (Bergamaschi). aprendizaje en la práctica con las exigencias de un mundo en tran-
En un “sistema educativo paralelo” quechuas y aymaras enseñan sición (Gomes, da Silva y Pereira). Sitúan los casos en el contexto de
“prácticas textuales del lugar” (tejido, canto, trenzado y música ins- la grave destrucción ambiental y la migración forzada a las urbes
trumental) a los hijos (Arnold). Las familias procuran una forma- que amenaza con destruir los medios (amazónicos, serranos) en los
ción de los hijos en los quehaceres de la vida desde pequeños (Yapu). que ciertos saberes y haceres tienen sentido. Las políticas públicas
Descalificar estas prácticas como meros aprendizajes manuales, o han enunciado respeto a las formas propias de educar a las futuras
peor aún, como explotación del trabajo infantil, es desconocer sus generaciones, sin embargo poco sucede más allá del orden legisla-
profundos sentidos educativos y culturales. Aprender a cazar puede tivo. Incluso Bolivia, nación plurinacional por definición, no parece
ser importante para alimentarse y aprender a adornar las casas cambiar de fondo la forma escolar que intenta integrar estas prác-
remite a todo un mundo simbólico y estético (Gomes, da Silva y Pe- ticas y saberes indígenas (Arnold). Se plantea la pregunta: “¿cómo
reira). la lógica escolar que proviene del Estado podrá reconocer y respetar
Resaltan en estos estudios dos cualidades: la autonomía de los las singularidades educativas indígenas?” (Yapu).
niños y niñas para determinar qué tareas hacen y cuándo las em-
prenden, y el respeto como eje de la relación con los prójimos y con la
naturaleza (Yapu; Paradise y de Haan, 2009). Los mayores (adultos, Educación escolar para los pueblos
hermanos mayores) pueden vigilar y modelar el proceso, pero no lo indígenas y migrantes
intentan controlar ni evaluar en plazos fijos. Estas pautas contras-
tan con lo que se observa en los sistemas escolares. Aunque la ma- Los pueblos indígenas tienen una relación antigua con la edu-
nera indígena de educar a los niños puede ser vista como informal cación formal. En tanto poblaciones mayoritarias en nuestros paí-
desde nuestra mirada, desde lo local aparece como un proceso tan ses iberoamericanos, siempre han estado, en menor o mayor propor-
ción, en las aulas. Asistían a escuelas diseñadas para ellos por las
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misiones, los evangelistas (como el Instituto Lingüístico de Verano) ha mostrado tanto los efectos diferenciadores de la escuela homogé-
y las fundaciones humanitarias, o bien contrataban a maestros de nea como los efectos homogeneizadores de la escuela diferenciada.
primeras letras por su cuenta. En países como México, han asisti-
do durante décadas a escuelas rurales que se establecían en sus
pueblos con la intención de integrarlos a la nación (Robles y Para- Las decepciones con la Educación
dise). Durante siglos las autoridades y los educadores han debatido Intercultural Bilingüe
la cuestión de las lenguas indígenas como objeto y como medio de
instrucción, y la intención de ofrecer una educación diferenciada o La lectura de este volumen pone en evidencia numerosas con-
darles cabida en la educación común. Algunos argumentaban que la tradicciones generadas por esta ola de políticas conocidas como
enseñanza bilingüe, o el método indirecto, era de hecho la mejor vía Educación Intercultural Bilingüe. En algunos países, la EIB na-
para lograr la castellanización. No es cuestión reciente. ció como importante alternativa a la opción “multicultural” que es-
La formación de los sistemas educativos reforzó la intención de tablece sistemas educativos diferenciados, a menudo por criterios
unificar como nación a territorios delimitados de manera arbitra- religiosos, subvencionados por el Estado, como ocurre actualmente
ria, y a poblaciones autóctonas y ajenas. La permanencia tanto de en muchos países europeos. Promotores de la EIB enfatizaban un
indígenas como de migrantes en escuelas públicas pasaba por mi- “diálogo intercultural”, un acercamiento entre poblaciones de dos o
metizarse al ser parte del imaginario nacional. Sin embargo, esas más “culturas” y la elaboración de programas educativos que incor-
escuelas uniformes, comunes para todos, terminaban por establecer poraran saberes y prácticas provenientes de todas ellas. A lo largo
vías de diferenciación: escuelas rurales y urbanas, escuelas de pri- de dos décadas, los significados y usos del concepto se han ido di-
mera, segunda y tercera, escuelas especiales y particulares, salidas versificando, tanto en la política educativa como en el ámbito acadé-
laterales hacia la educación vocacional. Para obligar a los “otros” a mico, como queda claro en este volumen (Mendoza Zuany, Jiménez
acudir a las aulas se tomaron medidas como multas, grados prepa- Naranjo, Alatorre Frenk y Dietz).
ratorios, internados y becas; pero también había prácticas que los El análisis de relaciones interculturales tuvo un sentido ex-
excluían, como el cierre de las escuelas unitarias, la extensión de cepcional en América Latina (Godenzzi, 1996; González Apodaca,
permisos por necesidad o trabajo, la expulsión por falta de zapatos 2009), ya que partía del reconocimiento de las relaciones asimétri-
o útiles, la falta de cupo real en las aulas. Un motivo fundamen- cas, producto de la colonización, entre grupos indígenas y clases
tal para migrar hacia zonas urbanas y otras naciones ha sido la dominantes. Proponía centrar el análisis en la relación entre saber
búsqueda de opciones educativas para los hijos; así han proliferado y poder. Por otra parte, quienes propusieron este concepto siempre
otras modalidades escolares en las regiones de atracción de migran- insistieron en que el “diálogo intercultural” debiera ser para todos,
tes: las aulas de enlace, los requisitos para ingresar a los cursos re- no sólo para los indígenas. La propuesta se oponía a décadas de
gulares, las vías paralelas de certificación de segunda, las escuelas educación diferenciada en la tradición indigenista del continente.
privadas para los pobres, todos marcan la diferenciación oficial de Al oficializarse, el concepto “intercultural” fue perdiendo su
un sistema en principio común para todos. fuerza política y analítica y adoptando un sentido prescriptivo y pe-
Ante el paulatino aumento de años obligatorios de escolariza- dagógico (Hecht, García Palacios, Enriz y Diez). En el uso común
ción y los requisitos de certificación para cualquier trabajo “formal”, actual ha desaparecido la atención a las relaciones de poder que
los educadores buscan crear puentes entre los saberes de los pueblos atraviesan cualquier intento de establecer un “diálogo intercultu-
y los programas oficiales. En las últimas dos décadas, renacen pro- ral”. Además, el término intercultural tiende a reificar “dos cultu-
gramas de educación oficial diferenciada. Muchas de estas alterna- ras”, como si fueran sistemas cerrados coherentes y separados, y no
tivas se han agrupado bajo el rubro de la Educación Intercultural el resultado de complejos procesos dinámicos, históricos y contra-
Bilingüe, EIB, bajo el supuesto del derecho de los pueblos a una edu- dictorios entrelazados.
cación en sus propias lenguas y culturas. La historia de largo plazo

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Varios capítulos de este libro describen efectos de los programas En cuanto al lugar que ocupan los componentes culturales en los
emprendidos durante las últimas décadas bajo el auge de la EIB, que programas hay debates: ¿Se les reserva horas especiales a cargo de pro-
han sido avalados por nuevas leyes nacionales y convenios interna- fesores indígenas, o bien se intenta integrar referencias a las culturas
cionales y cuentan con considerable financiamiento nacional e in- locales en todas las asignaturas? (Gomes, da Silva y Pereira). Ambas
ternacional. Como dice una voz citada: “Por más que se hable de la soluciones, con pocas excepciones, parecen jerarquizar los contenidos
Educación Intercultural Bilingüe, en muchas partes no existe” (Gar- escolares y dejar en posición inferior, colonizada, los conocimientos de
cía Palacios, Padawer, Hecht y Novaro). Retomemos algunos de los los pueblos. Dada la planeación centralizada, los maestros encuentran
problemas. poco margen para recoger los saberes particulares que tienen sentido
en cada una de las comunidades indígenas (Yapu). El concepto usado
de interculturalidad acusa un profundo desconocimiento de discusio-
Programas EIB unidireccionales para los otros nes contemporáneas que han transformado la noción esencialista de
cultura de antaño en un concepto relacional, procesual y dinámico,
Concebida originalmente como política para todos, en el mundo situado en tiempo y espacio (Rosaldo, 2000; Bhabha, 1995).
ibérico y latinoamericano la Educación Intercultural Bilingüe pronto En los capítulos se destacan las contradicciones entre las for-
se convirtió en una oferta diferenciada para indígenas y migrantes. mas de concebir el aprendizaje en los pueblos indígenas y la tradición
Los programas están a cargo de aparatos estatales u organismos no escolar occidental. Esto es particularmente impactante en la rápida
gubernamentales especializados cuyo personal adquiere intereses generalización de la educación inicial, orientada a dar “estimulación
particulares en sostener el discurso y los recursos destinados a la temprana” a los infantes indígenas de 0 a 4 años, que intervienen
EIB. La enseñanza se orienta hacia la asimilación de los pueblos en los ciclos de socialización propios de los pueblos (Yapu). La in-
indígenas o migrantes a la “sociedad mayoritaria” que los engloba. compatibilidad entre contenidos escolares y referentes culturales
En lugar de fomentar un diálogo bidireccional, los pocos programas propios parece preocupar menos que los choques entre las pautas de
destinados a la población no-indígena o no-migrante sólo incorporan aprendizaje locales y las exigencias escolares de explicitación formal
algunos elementos emblemáticos y el discurso de tolerancia a la di- y ordenamiento progresivo del aprendizaje. Las prácticas que en los
versidad, aunque incluso este logro se ve amenazado por la creciente pueblos son “asumidas como responsabilidad común”, al trasladar-
adhesión ideológica al inminente “choque de civilizaciones”. se hacia las escuelas sufren una transformación pedagógica radical
(Gomes, da Silva y Pereira).
Escolarización y pedagogización de las culturas
Escrituración de las lenguas indígenas
Otra vertiente problemática ha sido la forma de incluir conoci-
mientos provenientes de las culturas de los pueblos en los progra- La distancia entre lo escolar y lo propio se agudiza con las len-
mas EIB. En muchos materiales se encuentran leyendas, rituales y guas de los pueblos indígenas y migrantes. Resulta problemática
atuendos étnicos fuera de contexto y escenarios agrarios tradiciona- la escritura alfabética de las lenguas nativas establecida por aca-
les con poca evidencia de la compleja relación campo y ciudad (Czar- démicos o profesionales indígenas, ya que no concuerdan con las
ny y Buenabad). Si bien los programas visibilizan y valoran aspectos variantes mutables y diversas que se hablan y comprenden en las
de la vida de los estudiantes que antes no tenían cabida en las aulas, localidades donde las lenguas siguen vivas. Un caso estudiado es
también los transforman en objetos escolares con nuevo sentido. La el de Bolivia, en el que versiones escritas del aymara o del quechua
reducción de los conocimientos culturales al texto impreso parece son desconocidas por quienes hablan esas lenguas de manera coti-
convertirlos en elementos folklóricos que los estudiantes no recono- diana (Arnold). En varios programas, los materiales didácticos usan
cen como suyos (Novaro y Diez; Yapu; Arnold).
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normas cultas y ortografías particulares (de sectas o partidos) que pueblos con éxito, en gran medida se debe a los bonos económicos o
no son aceptadas por otros hablantes.6 Las lenguas habladas con- asistenciales que se ofrecen. Es difícil calcular el impacto de progra-
vertidas en objetos escritos enseñados en clase pierden todo sentido. mas de subvenciones monetarias (becas) condicionadas al envío de
Una de las formas en que esto sucede es la presentación de textos los hijos a la escuela sobre las prácticas de familias condenadas por
escritos en lengua indígena mediante instrucciones orales en la len- políticas económicas a una pobreza extrema. ¿Cuántos enviarán a
gua nacional; se invierte así la práctica común en las asambleas lo- sus hijos a las escuelas a pesar de no acordar con los contenidos o las
cales de mantener la interacción oral en la lengua local, aunque se formas de enseñanza? En Bolivia, a pesar de que los centros educati-
lean y produzcan textos en español o portugués. vos iniciales violentan los ritmos y las prácticas propias de crianza,
En el caso de los migrantes en países europeos también se en- los padres aceptan mandar a sus pequeños hijos para que reciban
cuentran distancias entre las lenguas habladas y las escolares, por alimentación (Yapu). Lógicas similares explicaban el auge de las
ejemplo en intentos de enseñar el árabe culto a hablantes de las escuelas albergue del indigenismo en México, donde permanecían
distintas variantes del árabe utilizado en los países magrebís (Roc- los hijos semanas enteras lejos de sus familias, para poder recibir
kwell, 2012). En general, la EIB para pueblos migrantes internos alimentos mínimos, a condición de olvidar sus lenguas maternas.
(Czarny y Buenabad) y transnacionales (Novaro y Diez; Franzé; del Estas medidas no tienen en cuenta los efectos de las formas
Olmo) ha eliminado la atención a las lenguas que manejan los estu- escolares en sí mismas sobre la educación infantil, por más que se
diantes; el componente bilingüe se transforma en la enseñanza de incluyan elementos propios de las propuestas interculturales y bi-
la lengua oficial como segunda lengua. En algunos casos, se trata de lingües. Ningún contenido cultural escolarizado puede sustituir la
una versión de la lengua oficial en “código restringido”, una variante transmisión intergeneracional de las lenguas, los saberes y prácti-
empobrecida en que se les enseña más bien a “evitar el choque cul- cas propios de los pueblos. Asistir a la escuela escinde relaciones
tural” y “conformarse […] con el nicho que se les asigna” (Franzé). sociales y tiempos de vida que respaldan esa transmisión, sobre todo
con programas como la escolarización inicial o el traslado de niños a
albergues o internados lejanos.
Contribuir a la desigualdad al reconocer la diferencia Varios estudios tienden a mostrar que los programas diferen-
ciadores, incluso si pretenden ser interculturales, pueden agudizar
Ciertas críticas a las políticas de EIB señalan que, pese a sus la discriminación y el racismo hacia los estudiantes indígenas o mi-
antecedentes en el reconocimiento de derechos de los pueblos, no han grantes. La colocación de niños y niñas en escuelas o clases especia-
logrado superar a la escolarización homogénea que tendía a reforzar les, como las “Aulas de enlace” (del Olmo), la distinción arbitraria
la desigualdad (Novaro y Diez, del Olmo). El riesgo de esta limita- entre migrantes y extranjeros en la enseñanza del español (Franzé)
ción es que la atención diferenciada unidireccional sólo “articula ar- y los albergues especiales para niños migrantes jornaleros (Czarny
mónicamente” a los otros en sociedades profundamente desiguales y Buenabad), tienden a estigmatizar a los usuarios y a veces los des-
(Hecht, García Palacios, Enriz y Diez). tinan a sistemas de enseñanza “de segunda”. Se produce en el ima-
La escolarización diferenciada y selectiva contribuye a una des- ginario social una disposición generalizada que etiqueta a ciertos
igualdad interna, al crear élites al interior de las comunidades que sectores de población como receptores obligados de estos servicios
logran concentrar poder y colocarse como maestros y funcionarios educativos “diferentes”. La tendencia a la etnicización o racializa-
de las instituciones indigenistas. Sin embargo, el problema más gra- ción de esos mismos sectores agrava la discriminación a la que están
ve es estructural. Si la escolarización ha podido incursionar en los sujetos. Por ello es explicable cierto rechazo generalizado de la Edu-
cación Intercultural Bilingüe entre los pueblos a los que se les des-
6. Muchas ortografías siguen el supuesto de que es posible lograr una re- tina (Hecht, García Palacios, Enriz y Diez; Franzé; Novaro y Diez).
presentación fonética exacta de las lenguas (que ninguna escritura europea
tiene) y desconocen la variación natural de toda lengua, o bien multiplican el
problema de producir tantas ortografías como comunidades haya.

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Propuestas educativas no ancladas complejos entornos de entrecruces culturales y lingüísticos en que
en las comunidades siempre se encuentran insertos. Una orientación central ha sido ga-
rantizar el acceso a las lenguas oficiales que tanto los trámites como
El carácter centralizado de muchos programas de EIB ayuda a los trabajos demandan. Los pueblos siempre se han apropiado de
explicar estos efectos. Los programas suelen emanar de instancias saberes, tecnologías y armas ajenas para poder ampliar la gama de
nacionales o internacionales con fuerte financiamiento, y ser organi- respuestas posibles a las condiciones de subordinación, sin desaten-
zados por especialistas, en lugar de ser propuestos y diseñados por der las redes y reglas propias de convivencia. Algunos pueblos, como
los propios pueblos. El discurso multicultural o intercultural enun- los guaraníes, apuestan a poder lidiar con lo que viene de afuera,
ciado desde gobiernos de cualquier signo político (Arnold), se ha dis- poniendo en práctica sus “astucias” para subordinar esos elementos
tanciado de las realidades comunitarias y educativas de los pueblos. a sus propios intereses (Hecht, García Palacios, Enriz y Diez).
Incluso donde los movimientos elevan sus propias propuestas educa- Esta lógica explica ciertas respuestas que los pueblos indíge-
tivas, las condiciones de su implementación pronto llevan a una con- nas han tenido ante la oferta escolar. Por ejemplo, han reiterado que
centración en cuerpos técnicos bilingües (Bergamaschi). Ha sido di- la escuela no es un lugar para “ir a jugar” (Yapu), sino un lugar
fícil llevar a cabo acciones comunitarias, que respeten las decisiones que, justamente, tiene que ser formal, permitir apropiarse de cono-
locales, dentro de sistemas educativos construidos bajo la impronta cimientos que no se consiguen de otra manera en el mundo cam-
liberal de “forjar nación”. Así, han sido descartadas propuestas que pesino. “Saber cómo lidiar con las cosas del blanco” como dicen los
intentaban fortalecer el arraigo comunitario con la incorporación de guaraníes, incluyendo sus extrañas formas de interactuar, deviene
tecnologías apropiadas para dar medios de vida viables a los jóvenes el objetivo principal de la escolarización (Bergamaschi). Cuando la
indígenas de hoy (Arnold), o a tomar en cuenta las dinámicas socia- escuela está ubicada en la aldea o pueblo indígena, los estudiantes
les y ambientales del entorno actual de los pueblos indígenas. no se sienten en “minoría”, y pueden tomar para sí lo que les sirve
Nos enfrentamos así a un doble dilema, en el que no parecen de los conocimientos ajenos sin sufrir la estigmatización (Robles y
ser pertinentes las propuestas educativas “comunes” pero tampoco Paradise). En cambio, cuando deben migrar a ciudades para seguir
las “diferenciadas” (Novaro y Diez). ¿Qué salidas habrá frente a este estudiando niveles superiores, se convierten en minorías; la relación
dilema? Afortunadamente, los estudios reportados en esta colección con ese otro conocimiento y esa otra lengua se puede volver, enton-
nos dan pistas acerca de posibles caminos para ir construyendo me- ces, más conflictiva y es ahí donde aparecen las estrategias de resis-
jores experiencias educativas para los hijos de indígenas y de mi- tencia y de distinción.7 Al seguir por esa vía, arriesgan el desarraigo
grantes. de sus propias comunidades, aunque no todas las familias optan por
llevar a los hijos por ese camino. En otros casos, seguir estudiando
es resultado de una decisión individual de salir al ruedo, aprender la
Voces y prácticas de los pueblos en lengua sobre la marcha y mimetizarse para acceder a niveles supe-
relación con las escuelas riores de los sistemas escolares que los excluían, para luego buscar
la forma de devolver al pueblo algo de lo logrado (Paladino; García
El trabajo más fino de estos textos permite comprender las ma- Palacios, Padawer, Hecht y Novaro).
neras en que hombres y mujeres, niños y jóvenes, utilizan y trans- Es común escuchar que muchas comunidades valoran la educa-
forman las ofertas escolares estatales y mirar dimensiones de “una ción escolar como espacio en que los hijos pueden aprender la lengua
escuela en movimiento” (Bergamaschi). dominante, y difícilmente aceptan la propuesta de una instrucción
Los indígenas y los migrantes siempre han construido estrate- en, o de la lengua propia, pues consideran que ellos ya la enseñan.
gias para hacerse de los conocimientos necesarios para sobrevivir,
vengan de donde vengan. Gran parte de este proceso de aprendizaje 7. La tesis de doctorado de Valeria Rebolledo Angulo (2015) muestra este
ha seguido los caminos del aprendizaje descrito antes, dentro de los proceso con niños chinantecos en México.
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No obstante, esta respuesta no es universal y los posicionamientos conclusión de los estudios (Bergamaschi, Yapu, Robles y Paradise).
a veces son ambiguos (Yapu) o difieren entre familias y entre co- En tal sentido, en ocasiones se han descalificado algunas apropia-
munidades (Paladino; Robles y Paradise). Las comunidades mbyà ciones indígenas de las escuelas como poco “auténticas”, ya que no
guaraníes que se sienten seguras del dominio y uso cotidiano de su siempre incorporan elementos simbólicos de las culturas autóctonas
lengua suelen ver en la escuela un espacio para aprender a lidiar y a menudo asumen como propias formas “no-indígenas” de celebrar
con el portugués para poder relacionarse con el entorno diglósico. las fiestas cívicas y las clausuras. No obstante, su presencia oculta
En cambio, entre pueblos que tienen historia de desprecio y pérdida algo más profundo, lazos de compromiso comunitario que mantie-
de las lenguas nativas, como los kaingang, cobra sentido el esfuer- nen el tejido social en torno a las escuelas (Robles y Paradise).
zo por valorar y revitalizar la lengua mediante acciones escolares A un nivel más profundo, al ocupar espacios escolares, maes-
(Bergamaschi). Por otra parte, la presencia de maestros bilingües tros –especialmente los bilingües– y niños logran modificar las
dispuestos a conversar en la lengua local o por lo menos comprender formas de aprender; imponen normas de colaboración, ritmos de
las formas de aprender de los alumnos pueden ser vistos de manera trabajo y circunscripciones territoriales más acordes con la vida co-
positiva, incluso con miras a aprender la lengua extraña. munitaria. Se construyen a diario prácticas escolares específicas,
Algo similar sucede en algunas “aulas de enlace” y en cursos de distantes de la prescripción oficial; los niños imponen formas de
español para migrantes en España, con la correspondiente dinámi- aprender que concuerdan “con modos de interacción característicos
ca entre estudiantes y maestros (del Olmo, Franzé). En estos casos, de la cultura local” (Gomes, da Silva y Pereira). Al mismo tiem-
la oferta especial tiende a conducir a los estudiantes hacia destinos po, es posible encontrar prácticas entre maestros hablantes de las
escolares y laborales subordinados, por lo que desde los estudiantes lenguas de sus estudiantes que permiten una comunicación fluida
y sus familias surge la demanda por aprender el español de manera multivocal (Rebolledo, 2015), o, incluso, que experimentan con la
formal y el rechazo hacia una enseñanza de la lengua “restringida”, producción de pequeños textos, producidos localmente, escritos en
infantilizada. la propia lengua, sin preocuparse por la ortografía “correcta” de la
En todo caso, pese a la preocupación generalizada por “la versión académica de la lengua. En los niveles superiores, llegan
muerte de las lenguas”, es hora de tomar en serio la constante exi- cada vez más estudiantes de los pueblos, y asumen cada vez más
gencia de acceso a las lenguas dominantes, sin considerarla señal la defensa de sus identidades. Pese a la exigencia de escribir los
de una “falsa consciencia” lingüística. Esa valoración tiene raíces trabajos en las lenguas oficiales, los estudiantes indígenas de an-
lejanas en las luchas por conservar tierras y defender los derechos tropología utilizan sus lenguas en el trabajo de campo y sobre todo
y por lidiar en múltiples planos con los hablantes de esas lenguas. construyen sus propias interpretaciones de las realidades comuni-
A la vez, importaría reforzar los otros espacios –en los medios, las tarias (Paladino). En Chiapas, también han defendido el derecho
artes, las ciencias, la política e internet– en que las lenguas de los de elaborar la tesis en sus propios idiomas (Jan Rus, comunicación
pueblos están construyendo una paridad real frente a las lenguas personal). Esta diferenciación de la experiencia escolar desde abajo,
nacionales, pues en pocas escuelas para indígenas o migrantes se por quienes la viven cotidianamente, transforma en sentidos ines-
ha logrado una enseñanza bilingüe equilibrada (Mendoza Zuany, perados las políticas educativas estatales.
Jiménez Naranjo, Alatorre Frenk y Dietz). Algunos capítulos relatan salidas que consisten en complejos
Si bien en el terreno de los contenidos y de las lenguas, la edu- entrelazamientos de experiencias escolares y no escolares en la
cación formal no parece dar cabida a los diálogos interculturales tal construcción de destinos precisos (Novaro y Diez; García Palacios,
como se plantea en los proyectos, es posible que en otros aspectos Padawer, Hecht y Novaro). Son recurrentes los itinerarios que com-
la presencia de los pueblos sí haya logrado transformar las culturas binan diferentes experiencias laborales con experiencias escolares
escolares. Los padres de familia son partícipes de lo que pasa en las que tienen lógicas propias. Algunos individuos rechazan las ofer-
escuelas, están en los patios, y a menudo reordenan las maneras tas diseñadas para ellos por “los otros”; otros asumen identidades
de sostener la escuela, de realizar las actividades y de celebrar la étnicas estratégicas con las ventajas que les dan, pero resisten las

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categorías que los encierran como ciudadanos de segunda y limi- propias del mundo indígena, aunque pautada por la normalización
tan sus posibilidades de desarrollo profesional (Paladino). Sin duda, de la escuela occidental moderna, constituya otra escuela, fecun-
hay migrantes en España que negocian su inclusión en escuelas dando el sistema educacional” (Bergamaschi).
“regulares” en lugar de aulas especiales, o su reclasificación como
“extranjeros” para tener acceso a mejores clases de la lengua domi-
nante (Franzé, del Olmo). Todos eligen formas de transitar por los Una invitación a la lectura
sistemas educativos mimetizando las maneras de los demás (aun-
que, ¿no todos lo hacemos?), reproduciendo las prácticas escolares El volumen reedita discusiones de larga data y nos plantea pre-
de idéntica forma pero con distinto fondo. Los migrantes internos y guntas serias sobre el papel de la antropología en la educación. Es
externos a menudo deben transitar hacia carreras técnicas y no por necesario recordar cómo desde su nacimiento la etnología se entrelazó
la vía universitaria. No ha de extrañar, entonces, que ellos expresen con procesos colonizadores y en no pocos casos (como África del Sur
el deseo de ser enfermeras y médicos, abogados o ingenieros, como durante el Apartheid) avaló sistemas educativos diferenciados que se-
cualquiera. pararon tajantemente a los pueblos colonizados. No obstante, se puede
También hay historias en la dirección contraria; algunos pue- esperar que la antropología –y sobre todo los estudios etnográficos–,
blos campesinos se reconstituyen en el encuentro entre abuelos y permitan ahora comprender procesos complejos que entrelazan la
nietos e integran a quienes, viniendo de lejos, se asientan entre ellos. educación con la diversidad y la desigualdad, documentando maneras
Un proceso fascinante es la recuperación de la lengua materna, o en que será posible salir de los dilemas que enfrentamos. En estas
lengua abuela, por jóvenes adultos que sólo tienen una memoria historias contemporáneas de las regiones ibéricas y latinoamerica-
pasiva del habla de sus antepasados. Las historias de reproducción nas, marcadas por el creciente desempleo, el despojo y la violencia,
intergeneracional de los conocimientos culturales y las lenguas son los movimientos sociales en los que participan los pueblos indígenas
complejas, no lineales. Es así que nos puede sorprender encontrar y migrantes prometen marcar cambios para los que venimos atrás.
la transmisión de saberes de cacería que perduran más allá de lo
esperable en contextos de cambio (Gomes, da Silva y Pereira). Para
sobrevivir en el mundo actual, algunos grupos recuperan antiguos Referencias bibliográficas
saberes que permiten conservar el medio y conseguir alimento,
A LTHABE, Gerard (1996), “Construction de l’étranger dans la France urbaine
como puede ser la recolección; otros elaboran productos artesanales
d’aujourd’hui”, en D. Fabre (ed.), L’Europe entre Culture et Nations, Pa-
que adquieren nuevo valor de cambio en el orden mercantil circun-
rís, Editions de la Maison des Sciencis de l’Homme.
dante. Todas estas vías marcan caminos para enriquecer el acervo
cultural que aportará saberes y prácticas para la construcción de BERGER , John (1979), “Epílogo”, en Puerca tierra, Madrid, Alfaguara. http://
soria-goig.com/despoblacion/despo_03.htm (fecha de consulta: 7 de sep-
otro mundo posible.
tiembre de 2015).
Estas prácticas coexisten, desde luego, con la violencia simbó-
lica y la coerción material inherentes a la forma escolar y a la co- BHABHA, Homi (1995), El lugar de la cultura, Buenos Aires, Manantial.
lonización cultural. Sin embargo, son generadas desde abajo y son BARTH, Fredrik (ed.) (1969), Ethnic groups and boundaries. The social orga-
reflejo de las tácticas y “maneras de hacer” de quienes resisten a la nization of culture difference, Oslo, Universitetsforlaget.
dominación (de Certeau, 2000). No desconocen los autores la fuerza BLOMMAERT, Jan, James COLLINS y Stef SLEMBROUK (2005), “Spaces of multi-
de procesos de discriminación y exclusión, explotación y desigual- lingualism”, en Language and Communication, Nº 25, pp. 197-216.
dad, y el incumplimiento de la promesa de una educación acordada
BONFIL BATALLA, Guillermo (1991), Pensar nuestra cultura, México, Alianza.
con y por los pueblos. Mientras tanto: “La apuesta es que el caos
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[ 38 ] [ 39 ]
PARTE I
Situación educativa de los pueblos
indígenas y migrantes
estadísticas del último censo poblacional (Indec, 2ñ1ñ) se calcula,
Interculturalidad y educación en la Argentina aproximadamente, un total de cuarenta millones de habitantes, de
los cuales el 2,4ü se declara indígena o descendiente de algún pueblo
Discusiones en torno a un concepto polisémico1 originario3 y el 0ü como nacido en el extranjero. Cabe señalar que
la Argentina es, en la actualidad, el principal centro de atracción de
Ana Carolina Hecht, Mariana García Palacios, movimientos migratorios intrasudamericanos. Las investigaciones
Noelia Enriz y María Laura Diez sobre los movimientos migratorios contemporáneos advierten sobre
la consolidación de nuevas pautas de asentamiento: la mayor concen-
tración de esta población inmigrante se sitúa en las regiones metro-
politanas, siendo la población proveniente de Paraguay y Bolivia, la
más importante en términos demográficos (Pacecca y Courtis, 2ññ8;
Benencia, 2ññ7; Cerruti y Binstock, 2ñ12).
Esta diversidad poblacional que presenta la Argentina, así como
otros países de la región, aparece tematizada en los espacios educa-
Introducción tivos a través de la incorporación de estudiantes pertenecientes o
identificados como indígenas y como inmigrantes4 (o simplemente
Al igual que otros países del contexto latinoamericano, la Argen- migrantes). Históricamente, el Estado abordó de diferentes formas
tina se caracteriza por una enorme diversidad socioétnica. En la ac- su relación con aquellos “otros”, a los que construyó como represen-
tualidad se define como un país pluriétnico y multilingüe, compuesto tantes de la diversidad poblacional. En los ámbitos escolares esta ca-
por población criolla, población migrante (mayoritariamente de paí- racterística se expresa de un modo particular, ya que allí coní uyen
ses limítrofes y latinoamericanos) y más de una veintena de pueblos sujetos de distintas comunidades que han sido interpelados por el
indígenas (atacama, ava guaraní, chané, charrúa, chorote, chulupi/
nivaclé, comechingón, diaguita, diaguita cacano, diaguita calchaquí, 3. En la Argentina los criterios censales para la identificación de los pueblos
guaycuru, guaraní, quechua, huarpe, kolla, kolla atacama, kolla gua- indígenas son el autoreconocimiento de la pertenencia o la ascendencia por
rani, kolla tastil, tilián, lule, lule vilela, mapuche, mapuche tehuel- tener antepasados originarios. Esta condición de autoreconocimiento posibi-
lita que cualquier sujeto individual pueda declarar su identidad en diferen-
che, mbyá guaraní, mocoví, mocoví toba, ocloya, omaguaca, selkánam/ tes ámbitos sin que ello sea cuestionado. En contraste con las modalidades
ona, pilagá, ranquel/rankulche, sanavirón, tapiete, tehuelche, qom/ que conceptualizan lo indígena por valores sanguíneos o bien por ser hablan-
toba, tonokoté, tupí guarani, wichí).2 Lingüísticamente, además del te de una lengua, esta forma de reconocimiento es ampliamente superadora.
No obstante, es importante destacar que la identidad indígena ha sido sub-
español y las lenguas de migración, se hablan catorce lenguas indíge- alternizada en el discurso nacional de modo tal que adscribirse a ella pueda
nas con diferentes grados de bilingüismo (en algunos casos se trata ser entendido como una marca negativa, y por lo tanto una marca que pocos
de la primera lengua que aprenden los niños en sus hogares, mientras sujetos estén dispuestos a llevar. En el último censo nacional resulta un
porcentaje significativamente mayor que en otros países de la región como
que en otros casos están cayendo en desuso). Según las estimaciones Brasil. Esto no sólo es fruto de la posibilidad de autoreconocimiento indivi-
dual, sino de procesos de reconocimiento de colectivos que habían sido consi-
derados extintos por la historia canonizada (como es el caso de la población
1. Para la realización de este capítulo nos basamos en una versión de un es- huarpe o bien la población charrúa).
crito previo titulado “Pueblos indígenas y escolarización: los usos del concep- 4. El término inmigrantes refiere a una categoría social compleja. Como tal,
to de interculturalidad en el debate educativo contemporáneo” y publicado es necesario enfatizar su carácter histórico y dinámico. Hace referencia a
en la revista Educación, lenguaje y sociedad de la Universidad Nacional de distintas categorías de sujetos. Por un lado, en términos de estatus jurídico-
La Pampa por M. García Palacios, A.C. Hecht y N. Enriz (2ñ14). político designa a quienes son concebidos como extranjeros (Sayad, 1984).
2. Información extraída del Mapa Educativo Nacional del Ministerio de Edu- Por otro lado, señala tanto a población que ha atravesado la experiencia de
cación de la Nación (http://www.mapaeducativo.edu.ar/pueblos_indigenas, la movilidad migratoria, como a quienes no, tal suele ser el caso de los “hijos
fecha de consulta: 12 de octubre de 2ñ14). de inmigrantes” (García Borrego, 2ññ0).

[ 43 ] [ 44 ]
Estado como “diferentes”. Esto parece haberse dado particularmen- en la problemática,5 el análisis de algunas de las principales fuentes
te en el caso de indígenas y migrantes de países latinoamericanos. legales y documentos normativos, así como en una revisión de revis-
Nos referimos al lugar que históricamente ha jugado la escuela tas locales y regionales de temáticas antropológicas y de educación
como institución de Estado, en la consolidación de relatos sobre la publicadas desde 2000 hasta la actualidad.6 Con este relevamiento
identidad nacional y en las formas de clasificación de la población se busca conocer de qué modo es entendido el concepto tanto en la
que se incluye y excluye de lo considerado común (Novaro, 2012; Pui- normativa como en las publicaciones académicas, así como el núme-
ggrós, 2006). En este punto, se advierte la forma crucial en que la di- ro de producciones se destinan a la temática.
námica poblacional, el despliegue de un proyecto de país y la forma En síntesis, el objetivo de este capítulo contiene tres aristas
hegemónica en que se categorizan y designan los sujetos, se articu- en las que nos detendremos. Primero, abordar brevemente el tra-
lan en políticas de identidad que habilitan y cercenan derechos. Los tamiento histórico de la diversidad socioétnica dentro del sistema
pueblos indígenas y la población migrante desde fines del siglo XIX educativo. Segundo, reflexionar sobre los usos de la interculturali-
han sido objeto de sucesivas políticas, tanto por su invisibilización dad en las políticas públicas recientes, y finalmente, focalizar el eje
como por su señalamiento, por la negación o por la sobremarca de en la discusión conceptual en torno a dicha noción en el campo de la
la diferencia. Tomando prestadas palabras de Bhabha (2010) refe- antropología y de la educación.
ridas a los procesos culturales en los Estados Nación poscoloniales,
la nación se expresa como un “laboratorio de diferencias culturales”,
siempre inestable y ambivalente. En todo caso, lo que se pone en evi- Escolarización de la población indígena
dencia y se entiende como crucial para el análisis antropológico es la y migrante en la Argentina
definición de la “normalidad”, junto con la de “nacionalidad”, parti-
cularmente en una institución del Estado como la escuela, orientada El modelo educativo sarmientino,7 de mediados del siglo XIX,
a la transmisión de un conjunto de saberes y representaciones so- tuvo como principal objetivo generar un sistema escolar homogenei-
ciales consideradas legítimas hacia las jóvenes generaciones (Diez, zador para la población urbana o periurbana. Esto no implicó la au-
2014). sencia de escuelas en zonas rurales, pero sí la escasa incorporación
En la actualidad, junto al reconocimiento de la presencia de po- de las particularidades rurales al modelo escolar (Puiggrós, 2006).
blaciones indígenas y migrantes en los contextos urbanos y rurales La homogeneidad, entonces, contemplaba centralmente la “integra-
del país, la interculturalidad se ha posicionado como concepto clave ción” al conocimiento de la lengua, historia y geografía hegemónicas.
de las discusiones e intervenciones de especialistas y gestores de Se incorporaban al espacio escolar, fundamentalmente, aquellos ni-
las políticas educativas. La interculturalidad emerge como parte de ños y niñas cuyas familias podían financiar el acceso a la educación,
una respuesta en permanente revisión a los tradicionales modelos
homogeneizadores. A lo largo de las últimas décadas se ha confi-
5. Nos referimos a la participación tanto en espacios de docencia y gestión,
gurado como perspectiva política y social frente a un escenario que como en eventos científicos y equipos de investigación dirigidos por Gabriela
históricamente fue abordado a partir de proyectos y nociones como Novaro desde 2004 y radicados en el Programa de Antropología y Educación
las de aculturación y asimilación. Es decir, se presenta como el con- del Instituto de Antropología de la Facultad de Filosofía y Letras, Universi-
dad de Buenos Aires.
cepto clave desde el cual interpretar y gestionar las relaciones entre
6. Las publicaciones revisadas están disponibles en buscadores de internet,
colectivos sociales catalogados desde su otredad. como Scientific Electronic Library Online (Scielo) y se trata de Ava, Publicar,
Nuestro punto de partida es la recurrencia con la que se usa la Revista Intersecciones, Cuadernos SEANSO, Cuadernos Jujuy, Revista An-
categoría de interculturalidad en los ámbitos de políticas públicas des, Claroscuro, Historia de la educación –anuario–, Runa, Papeles de traba-
jo, Revista del Museo de Antropología de Córdoba.
–especialmente en educación–, por ello nos preguntamos cuáles son
7. En referencia a Domingo Faustino Sarmiento quien fue presidente de la
las referencias conceptuales detrás de esa noción. Para dar cuenta de Argentina entre 1868 y 1874, y se destacó por su impronta en la constitución
esta cuestión nos basamos en nuestra experiencia de investigación del sistema educativo del país.
[ 45 ] [ 46 ]
no sólo por los gastos que generara, sino por la pérdida que suponía escuelas públicas comienza a desarrollarse a fines del siglo XIX con
el ingreso tardío de un hijo o hija al mercado de trabajo. La pequeña la creación de colonias y reducciones indígenas. En este período
porción de la población indígena que se sumó a la escolaridad en emergen las escuelas públicas para los hijos de los indígenas que
dicho proceso, lo hizo sin que se contemplaran sus especificidades y trabajaban en los ingenios azucareros (Giordano, 2004). En ese mo-
más aún, frente a un modelo europeizante y urbano. mento, los sentidos construidos en torno a la educación para indíge-
Organizaciones por fuera del aparato estatal, frecuentemente nas se centran en el disciplinamiento de los niños para incorporarlos
vinculadas a la militancia política, social o religiosa (Almirón et al., posteriormente en el sistema de trabajo (Artieda y Hecht, 2012), algo
2013), desarrollaron experiencias importantes de intervención sobre que también se dio en otros sectores de la sociedad en condiciones de
los espacios de socialización y escolarización en contextos comuni- desigualdad. Las experiencias sistemáticas de Educación Intercul-
tarios indígenas. Estas eran experiencias de bilingüismo y alfabeti- tural Bilingüe (EIB) comenzaron después de la sanción de la ley pro-
zación en lengua indígena (también de castellanización) que, si bien vincial Nº 3258 de las comunidades indígenas en 1987. A partir de
han constituido antecedentes ineludibles de la institucionalización esa época y hasta la actualidad puede caracterizarse a esta provin-
de una perspectiva escolar intercultural, se sostuvieron como inicia- cia como una de las más progresistas en cuanto al reconocimiento
tivas informales por fuera de la órbita estatal. de los derechos indígenas en lo escolar, ya que se destaca legislación
La inclusión de poblaciones indígenas en las estructuras esco- que oficializa a las lenguas indígenas en la provincia y que postula
lares en distintas provincias se ha dado de forma paulatina en las la creación de las escuelas públicas de gestión social indígena.
últimas décadas del siglo XX, en el mejor de los casos, mediante Es paradigmático el caso de la provincia de Buenos Aires ya que
diversas experiencias en escuelas públicas, privadas, laicas, confe- según los datos censales es la provincia con mayor diversidad pobla-
sionales, etcétera. Tomemos, a modo de ejemplo, el caso de las pro- cional y la mayor cantidad de población indígena del país, sobre todo
vincias de nuestro país en las que hemos desarrollado nuestras in- en los centros urbanos y sus periferias.8 A su vez, la Ley de Educa-
vestigaciones: Misiones, Chaco y Buenos Aires. ción Provincial (Nº 13.688, 2007) sostiene entre sus intereses: “Pro-
En la provincia de Misiones, provincia ubicada al noreste del mover la valoración de la interculturalidad en la formación de todos
país, el acceso de poblaciones indígenas a la educación escolar se los alumnos, asegurando a los Pueblos Originarios y las comunida-
dio a partir de la década de 1970. En escuelas de distintos pueblos, des migrantes el respeto a su lengua y a su identidad cultural” (art.
algunas familias incorporaban a sus hijos a la escolaridad. A fines 16, inc. 16). No obstante, la propuesta educativa provincial no ofrece
de dicha década se alojaron escuelas de gestión privada y de práctica experiencias de EIB como en las otras dos provincias mencionadas.
confesional católica en territorios de la población indígena. Se convo- La provincia de Buenos Aires pone en evidencia las limitaciones que
có para la tarea a maestras del Paraguay, con el convencimiento de tradicionalmente han existido al pensar la interculturalidad desde
que hablarían la misma lengua, lo que beneficiaría el vínculo con los una perspectiva urbana.
niños y sus familias. Este dato no era correcto, ya que las docentes La relación entre la población migrante y la escolaridad ha
eran hablantes de otra variante del guaraní, por lo que se trunca- tenido un recorrido propio. Señalábamos unos párrafos antes que
ron las posibilidades de la incorporación de los niños indígenas a la el modelo sarmientino con el que se estructuró el sistema escolar
escolaridad. Recién, durante la primer década de 2000 se dio inicio se caracterizó por su impronta homogeneizante. La inclusión de la
a un programa intercultural de frontera (básicamente con las es-
cuelas lindantes con Brasil), y unos años más tarde se expandieron
las iniciativas de educación bilingüe para las poblaciones indígenas 8. Según el Censo 2010 en la provincia de Buenos Aires se reconocen como
locales mediante la incorporación de auxiliares bilingües (español- indígenas o descendientes de indígenas 299.311 personas. En la Encuesta
mbyá guaraní) en las instituciones con matricula mbyá guaraní. Complementaria de Pueblos Indígenas realizada en la provincia de Buenos
Aires, según datos publicados en 2006, se reconoce la existencia de guaraní,
En el caso de Chaco, también una provincia del noreste del país, tupí guaraní, toba, kolla, mapuche, diaguita/diaguita calchaquí, tehuelche,
según Artieda y Rosso (2005), la escolarización de los indígenas en rankulche, huarpe y ona.

[ 47 ] [ 48 ]
población migrante de ultramar9 fue parte central de ese mandato efectos sobre las trayectorias escolares futuras. La educación secun-
fundacional de la escuela en la Argentina. Sin embargo, en el campo daria no registra la misma relación, el porcentaje de jóvenes en ese
educativo no ha habido propuestas específicas y sistemáticas desti- nivel disminuye notablemente, allí las cifras de abandono escolar
nadas a atender la especificidad del fenómeno migratorio, conside- profundizan los índices del total nacional (Cerrutti, 2009).
rando que el flujo de población que históricamente traspone fronte- En síntesis, el tratamiento histórico de la diversidad socioét-
ras conforma escenarios cambiantes (Pacecca y Courtis, 2008). Las nica en el campo educativo ha sido muy complejo y con variados
dinámicas migratorias registradas a lo largo de un siglo y medio, en matices según se trate de indígenas o de migrantes, así como entre
el que cambió el origen de la población extranjera junto con los patro- el nivel nacional y el provincial, y entre las distintas jurisdicciones
nes de asentamiento, instalaron al mismo tiempo nuevos y variados provinciales. Las tendencias parecen recorrer cierto camino sinuo-
desafíos. Estos, sin embargo, no produjeron iniciativas tendientes a so que va desde la homogenización y asimilación hasta las políti-
pensar, como problemáticas intrínsecas de la escuela, las condicio- cas focalizadas, dirigidas a poblaciones indígenas, y donde la día-
nes de inclusión de poblaciones cuya presencia tensiona viejos man- da compensación/guettización e integración parecen ser las claves
datos asociados al nacionalismo y la normalización, aun en vigen- elegidas por las instituciones escolares para vincularse con los que
cia. Es relativamente reciente y fragmentada la asociación entre la consideran “otros”. En el siguiente apartado, desarrollaremos as-
problemática indígena y migrante en los debates sobre educación y pectos del reciente surgimiento de las políticas de reconocimiento
diversidad e interculturalidad. étnico, y junto a ellas el concepto de interculturalidad en el campo
Los estudios sobre migración y escuela tienden a enfatizar pre- educativo.
cisamente la forma subordinada de inclusión de poblaciones que,
siendo en muchos casos hablantes de otras lenguas y registrando
recorridos formativos y escolares previos en sus países de origen, La interculturalidad como política educativa
ingresan a las escuelas en condiciones de desigualdad. Esto se pre-
senta de forma más dramática para colectivos frente a los que a la El discurso de la interculturalidad en la Argentina se integra
marca de la extranjeridad, se suman las referidas a la etnicidad y tardíamente al derecho y a los lineamientos de política educativa.
la pobreza. Si consideramos a la población inmigrante limítrofe y En contraste, países como México, Perú, Ecuador y Bolivia registran
entre ella a la proveniente de Bolivia –sobre la que hemos trabajado un recorrido anterior, algunos con varias décadas ya en la región.
más específicamente en nuestras investigaciones– se puede obser- En la Argentina, a partir de algunos cambios políticos datados en
var que se trata de una población que apuesta fuertemente por la las últimas tres décadas –como la llegada de la democracia y los
inclusión de las jóvenes generaciones al sistema escolar. Práctica- nuevos paradigmas sobre la pluralidad cultural–, se vienen desa-
mente la totalidad de los niños y niñas de hasta trece años de edad rrollando una serie de políticas de reconocimiento de la diversidad.
asiste a la escuela (Censo, 2001). Sin embargo, se advierte sobre una En este capítulo, puntualmente nos interesa detenernos en los pro-
forma subordinada de inclusión: la inserción en circuitos escolares yectos educativos tendientes a incluir a las poblaciones catalogadas
devaluados, el desconocimiento y desvalorización de sus trayectorias como étnicamente diferentes o desiguales.
formativas previas, prácticas que inciden en el silenciamiento de sus La EIB surge como una política educativa que tiene como des-
voces o en la folklorización de sus referencias culturales, el reiterado tinatarias a las “minorías étnicas”, quienes no sólo se encuentran
señalamiento de su condición de extranjeros (Novaro y Diez, 2011). interpeladas por su diversidad lingüístico-cultural, sino que además
La reconstrucción de algunas de estas particularidades de la esco- subsisten en entornos de extrema desigualdad y pobreza. La legisla-
larización de los niños y niñas migrantes, permite suponer posibles ción concerniente a EIB en el país se plasma en las siguientes nor-
mativas: Resolución 107 del Consejo Federal de Cultura y Educación
9. Esta conceptualización hace referencia a quienes migraran desde el con- (1999); Resolución Nº 549 del Ministerio de Educación Ciencia y Tec-
tinente europeo. nología de la República Argentina (2004); Documento del Programa
[ 49 ] [ 50 ]
Nacional de Educación Intercultural Bilingüe de la Dirección Nacio- La equiparación (interculturalidad = indígenas) en el contexto
nal de Programas Compensatorios Subsecretaría de Equidad y Cali- argentino es muy compleja por varias razones. Por un lado, por
dad Educativa del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de el isomorfismo que suele asociar área indígena con zonas rurales,
la República Argentina (2004); Ley de Educación Nacional Nº 26.206 invisibilizando la alteridad en el espacio urbano. Gordillo y Hirsch
(2006); Documento para la Modalidad de Educación Intercultural (2010) advierten sobre el dinamismo de todo posicionamiento iden-
Bilingüe en el Sistema Educativo Nacional del Consejo Federal de titario y en particular se detienen sobre los procesos de desplaza-
Educación (2010) y Resolución Nº 105 del Consejo Federal de Cultura miento y emergencia étnica en el país, que configuran una zona
y Educación (2010). geográfica o mapeo étnico en constante movimiento. Teniendo en
Estas normativas toman como puntapié y base de sus declara- cuenta que en la mayor parte de los centros urbanos del país hay
ciones al art. 75, inciso 17, de la Constitución Nacional. En términos núcleos indígenas, los autores insisten en la necesidad de atender
generales, y por la relevancia de las leyes mencionadas cabe señalar a la gran dispersión espacial de grupos, superando una visión está-
que en la Ley de Educación Nacional Nº 26.206 (2006) no aparecen tica que los concibe “como anclados de manera rígida en geografías
menciones a la “interculturalidad”, con excepción del capítulo dedi- acotadas” (18). Por otro lado, porque además de población indígena
cado a la EIB. Puntualmente, esta ley define a la EIB como una hay numerosos colectivos o agrupamientos definidos en términos
de las ocho modalidades educativas (Educación Técnico Profesional, étnicos o nacionales (tal es el caso de una parte importante de la
Educación Artística, Educación Especial, Educación Permanente población migrante latinoamericana) que no son considerados y, en
de Jóvenes y Adultos, Educación Rural, Educación en Contextos consecuencia, sufren formas sutiles de discriminación en el mar-
de Privación de Libertad, Educación Domiciliaria y Hospitalaria) co de una política que se propone inclusiva. Por último, porque se
destinada a los tres primeros niveles de la estructura del sistema dejan fuera de la relación intercultural y de los beneficios que se
educativo (inicial, primario y secundario).10 Esta definición reserva supone promovería la EIB a aquellos grupos considerados como re-
la EIB como derecho de los pueblos indígenas y otros contingentes presentantes de los parámetros desde los que parten las propues-
considerados diferentes, y no a la población en general. De esta for- tas educativas caracterizadas como “comunes” o “normales”.
mulación se destaca que la propuesta de modalidades parece supe- Vale detenernos brevemente en este punto y revisar la forma
rar la visión guettizadora y compensatoria de la educación, en la que limitada de concebir lo indígena. En principio, como fuertemente
determinados grupos son marcados como depositarios de una políti- asociado a la ruralidad o a la vida en comunidad, entendiendo a
ca específica. No obstante, el estrecho foco de alcance de esta política ésta como un entorno claramente delimitado social y territorial-
reinstala dudas sobre el posible alcance de esta transformación. En mente, que se vincula al aislamiento, ghetto o enclave. Desde este
este sentido, si bien entendemos que subyace a este lineamiento la punto de partida, los nucleamientos territoriales urbanos no son
necesidad de responder y atender requerimientos específicos con el concebidos como espacios de asentamientos reconocidos donde pen-
propósito de garantizar la igualdad en el derecho a la educación, en sar las problemáticas indígenas. Por otro lado, se advierten las di-
lugar de aquella idea compensatoria de las anteriores propuestas, en ficultades de pensar la “interseccionalidad” (Anthias, 2006). Tal es
la práctica, la reducción de los destinatarios de la EIB “sólo a los in- el caso de las poblaciones inmigrantes o extranjeras, hablantes de
dígenas”, hace perder de vista la transversalidad que debieran tener lenguas indígenas o identificadas con repertorios culturales vincu-
estas propuestas y, finalmente, excluye a los estudiantes migrantes lados a pueblos indígenas, sobre las que ha tendido a privilegiarse
y no-indígenas. la marca de extranjeridad.
Así, notoriamente, el término interculturalidad suele circuns-
cribirse a una cuestión indígena, tal como se sostiene en la Re-
10. Si bien en Ley de Educación Nacional se menciona al cuarto nivel educati- solución N° 107 (CFCE, 1999: 107) donde se afirma: “Es intercul-
vo, en la Argentina las instituciones de educación superior se rigen a partir de
la ley N° 24.521 sancionada en 1995 y por una serie de normas reglamenta- tural en tanto reconoce el derecho que las poblaciones aborígenes
rias que posibilitan su aplicación y no hacen menciones a la interculturalidad. tienen a recuperar, mantener y fortalecer su identidad así como

[ 51 ] [ 52 ]
a conocer y relacionarse con otros pueblos y culturas coexistentes las que se establece este diálogo ya que como menciona el
en los ámbitos local, regional, nacional e internacional”. Se parte Documento Balance y perspectiva de la Educación Inter-
de una noción de interculturalidad en la que los protagonistas son cultural Bilingüe en la Argentina «es muy difícil hablar
solamente los portadores de marcas étnicas de otredad y que im- de interculturalidad en una situación de opresión en la
que un sector social está disminuido. Para llegar a la in-
plica una relación, un vínculo, con otros no marcados étnicamente.
terculturalidad tenemos que ponerlos en un plano de rela-
Esta concepción invisibiliza el proceso histórico y político por el
tiva igualdad de condiciones». (2010: 9)
cual se erigen como universales las pautas socioculturales de un
grupo determinado, el cual se “desmarca”, al mismo tiempo que se Sin embargo, como lo hemos mencionado previamente, la in-
construyen como particulares y específicas las pautas de los grupos terculturalidad en el campo educativo parece traducirse y restrin-
que, de este modo, aparecen marcados (Briones, 1998). girse en términos pedagógicos, en el mejor de los casos, como un
Es importante tener en cuenta que, por su parte, en el Docu- contenido o una estrategia de trabajo en el aula y, en general, sólo
mento para la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe en en el nivel retórico. De ese modo, no se contempla como algo que
el Sistema Educativo Nacional del Consejo Federal de Educación atañe a la construcción de una sociedad intercultural donde se res-
(2010) –resultado del trabajo conjunto y articulado en distintos Se- pete y se valore la diversidad lingüístico-cultural. Asimismo, es un
minarios y Encuentros de carácter nacional y regional, organiza- concepto que constantemente tiene que interpelar al orden social
dos por la Modalidad entre 2008 y 2010– la discusión sobre inter- para no omitir las relaciones de desigualdad y subalternidad.
culturalidad se plantea en términos amplios (transversales, para En términos generales, en las políticas públicas, las propues-
todos y todas, etc.), a pesar de que las acciones para la modalidad tas que refieren a la interculturalidad se han vuelto recurrentes.
tienen como únicos destinatarios a los niños y las niñas indígenas. Si bien existen iniciativas en este sentido, especialmente en las
Incluso llama la atención la construcción circunscripta de inter- áreas de educación y salud, en el último tiempo y de modo inor-
culturalidad considerando que desde la Ley de Educación Nacional gánico ha habido algunos avances en materia judicial. La presen-
hasta el presente se le asigna un rol protagónico a los agentes indí- cia de un discurso intercultural, se hace explícita allí donde se
genas en esta definición de políticas, teniendo un papel importante intenta dar cuenta del reconocimiento de las particularidades de
el Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas (Ceapi). una población específica. En el caso de la educación, se trata de
En el citado documento se sostiene: una política pensada para las poblaciones indígenas, mientras que
en el caso de la salud, en ocasiones también refiere a poblaciones
Un enfoque pedagógico con perspectiva intercultural
se propone reforzar la capacidad de diálogo entre personas
migrantes. En ambos casos, se pone de manifiesto una distancia
y poblaciones diferentes, sin que ello implique por esto de- con una “identidad nacional” de habla hispana, asociada a pautas
jar de ser diferentes, así como la construcción de puentes culturales hegemónicas y prácticas sanitarias occidentales e hipo-
de comunicación que permitan el acercamiento y la ex- cráticas. Otros casos de colectivos étnico-nacionales suelen ser en-
presión plena de las diferencias, sean éstas culturales y/o tendidos sólo en términos de “colectividades” –sólo por citar algún
lingüísticas. […] El concepto de interculturalidad apare- caso las colectividades alemanas o polacas. Es relevante destacar
ce en América Latina hace más de tres décadas asociado en este caso, que se trata de un concepto que no está expresado en
a las luchas y reivindicaciones de los pueblos indígenas términos de política pública dirigida al conjunto de la población,
de la región, que reclamaban y aún reclaman no sólo re- como una transformación del colectivo social mayor. Es decir que,
conocimiento legal sino también la puesta en práctica de
en definitiva, si bien las políticas que incluyen la interculturalidad
sus derechos (territoriales, culturales, educativos, entre
como eje en la actualidad no forman parte de las políticas compen-
otros) para el logro de una activa participación en la vida
nacional. Así, la interculturalidad si bien se propone como
satorias, se encuentran permeadas por dichas ideas en la medida
el inicio de un diálogo democrático entre culturas diver- en que pugnan porque “estas poblaciones otras” se incorporen al
sas, debe, a su vez, atender a las situaciones desiguales en sistema educativo, sanitario, etc. hegemónico del Estado. No existe
[ 53 ] [ 54 ]
una declaración a nivel nacional referida a lo intercultural que Interculturalidad: sentidos y usos del
permita que cualquier ciudadano o ciudadana pueda reclamar ser concepto en el debate académico
parte de políticas interculturales; sólo existe esa posibilidad para
quienes son previamente signados como posibles beneficiarios de Como expresamos al comienzo de este texto, partimos de con-
estas políticas, fundamentalmente, poblaciones indígenas. Esto templar la recurrencia con la que se usa la categoría de intercultu-
claramente queda ejemplificado en el análisis de la definición de ralidad en los ámbitos de las políticas públicas –especialmente en
la EIB, ya que la existencia de una política de EIB no supone que educación. En este punto, nos preguntamos cuáles son las fuentes
toda la sociedad argentina es ahora destinataria de la misma, sino teóricas que discuten y analizan esta noción; cómo aparece este con-
que se desarrollará en ciertos sectores del país, allí donde existe cepto, no ya en los documentos de las políticas, sino también en el
una identidad que sea entendida por el Estado en términos de alte- debate académico; y finalmente, si existen puntos de contacto y di-
ridad. Los señalamientos dan cuenta de que se trata de un debate vergencia entre estos usos. Para ello nos basaremos en el análisis
de Estado, en el que la escuela y la concepción de lo escolar en tér- de una serie de publicaciones para recabar cuántas producciones se
minos del sistema nacional, están profundamente implicadas. Los destinan a la temática y de qué modo es entendido el concepto.
cambios normativos y el lugar que ocupa la EIB en las estructuras Para comenzar, cabe señalar cierta congruencia entre lo que
ministeriales no parecen haber logrado generar transformaciones ocurre en los lineamientos de las políticas educativas de carácter
en la forma de pensar las condiciones de interculturalidad en las intercultural –desarrollados en el apartado anterior– y los ámbitos
que se expresa la experiencia escolar. La “sociedad nacional” soste- académicos, en los que también se advierte un proceso lento de defi-
nida en una noción monocultural del Estado, no se beneficia de esa nición del tema como tópico de investigación y reflexión teórica. En
diversidad ni la incorpora a sus mensajes, sino que por el contra- cuanto a la visibilidad de estas discusiones dentro de la antropolo-
rio, se contrae y promueve acciones para que esos “otros” alcancen gía, parece presentarse como un área marginal, ya que no hemos
las condiciones necesarias para ser incluidos desde el diálogo e encontrado notable producción al respecto. Esta constatación resultó
intercambio. contraria a lo que suponíamos, en tanto en los congresos de antropo-
La referencia a aspectos interculturales que se realiza des- logía se amplían y proliferan las mesas en las que se debate en torno
de el ámbito jurídico también presenta aristas complejas. No hay a estas cuestiones, aunque no todas las producciones provengan de
una definición institucional clara que permita saber en qué casos la antropología, sino más bien, por ejemplo, del campo educativo.
se debe recurrir a asesoramientos o peritajes que impliquen dar A partir de lo recabado, las cuestiones que resultaron más evi-
cuenta de lo intercultural. Que este aspecto sea considerado, forma dentes y reiteradas refieren a que se trata de un concepto central-
parte de la potestad de los magistrados a cargo. Cuando entra en mente vinculado a la cuestión indígena y a los campos educativo,
consideración, suele implicar la presencia de indígenas, en general, sanitario y jurídico. La interculturalidad aparece como una cate-
como acusados de cometer algún ilícito o delito. Pese a la inexisten- goría particularmente apropiada para problematizar los procesos
cia de un criterio acordado, casos de diversa índole han incorporado escolares, las políticas de tenencia de tierras, las nociones de salud/
la palabra de investigadores e investigadoras o especialistas que enfermedad. Uno de los primeros señalamientos al respecto refiere a
permitieran comprender la complejidad de las situaciones conflicti- lo limitado y circunscripto del tratamiento de la temática intercultu-
vas y colaboraran en la dilucidación acerca los roles que se otorgan ral. La interculturalidad suele aparecer referida al abordaje crítico
a las percepciones culturales de los sujetos en la disputa de los con- de prácticas discriminatorias hacia ciertos colectivos, o bien a las
flictos. Entre los más resonantes, están los juicios por cuestiones necesidades específicas de poblaciones acotadas.
territoriales (cf. Hecht, Szulc, Colángelo y García Palacios, 2012; En el presente relevamiento tomamos en cuenta las publicaciones
Cardin, 2013). Especialmente controvertidos son aquellos que que se realizaron desde 2000 hasta la actualidad (diciembre, 2013),
abordan cuestiones de género, prácticas sexuales y minoridad (cf. considerando once revistas periódicas, estables, locales y vinculadas
Tarducci, 2013 y Bidaseca, 2011). con el área de antropología y educación. Seleccionamos aquellas que

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tuvieran versión digital disponible, porque esto asegura su mayor ac- lo que representa en términos teóricos, otro modelo de interpretación
ceso y difusión. Entre las revistas locales consideramos necesario que de la sociedad, es decir un modelo que homogeneiza dos grupos que
las mismas representasen las producciones de distintas provincias, aparecen claramente diferenciados en el “encuentro”. Así, el sesgo en
entre ellas: Córdoba, Buenos Aires, Jujuy, Salta y Misiones. El total de la biculturalidad supone que hay dos referentes culturales, esenciali-
artículos publicados en dichas revistas en el período analizado es de zados o claramente delimitados, desconociendo el carácter conflictivo
597, de los cuales treinta tratan sobre temáticas vinculadas con per- e histórico de las identificaciones étnicas en la cotidianeidad escolar.
sonas migrantes o indígenas, once versan sobre cuestiones relativas Desde nuestra perspectiva analítica, al hablar de la intercultu-
a la niñez y etnicidad, y cinco se dedican a la educación intercultural. ralidad, señalamos la importancia de atender a las particularidades
La baja proporción de textos publicados en revistas naciona- que en cada contexto regional definen las relaciones –sean armonio-
les que se dediquen a la interculturalidad y la educación refuerza sas o conflictivas– entre conjuntos, agrupamientos o comunidades.
nuestra pregunta inicial referida a las particularidades de la noción Es decir que el análisis de las relaciones de poder y desigualdad de-
de interculturalidad, ya que parece ser un concepto poco abordado viene fundamental para pensar de qué modos se configuran las rela-
por la investigación en el ámbito local, pero que en el campo políti- ciones entre los grupos. No obstante, la interculturalidad como cate-
co constituye y conforma un referente en torno al cual se deman- goría teórica, según lo recabado, parece circunscribirse simplemente
da el acceso a derechos constitucionales de una gran cantidad de a un sinónimo de alteridad, en tanto su uso aparece “describiendo” la
sujetos, aun cuando su alcance sea limitado. A su vez, las produc- presencia de grupos considerados “otros” y no como puntapié analíti-
ciones encontradas se caracterizan por un uso no problematizado co de las relaciones entre los grupos. Un claro ejemplo en ese sentido,
del término interculturalidad, al que generalmente se alude por la son las escasas ocasiones en las que las discusiones teóricas en torno
simple presencia de población indígena o bien por tratarse una re- a la interculturalidad cruzan su análisis con las variables de clase,
gión geográfica en que habita población indígena. Este uso aparece desigualdad y poder. El análisis realizado permite advertir el uso de
estrechamente ligado al modo en que la legislación lo utiliza. En ese una noción restringida de cultura, desde la que con mayor o menor
sentido, podemos encontrar aquí intersecciones entre este uso del intencionalidad se promueve la despolitización del discurso de la di-
ámbito académico y aquel uso de la legislación, a partir del cual se versidad. La preeminencia de estas nociones puede advertirse en la
tensionan nociones amplias y restringidas del término: donde la in- exclusión de la referencia a la desigualdad social, bajo el supuesto
terculturalidad se piensa como eje de una política general, pero que falso de que la desigualdad no se puede eliminar pero las diferencias
se aplicará allí donde exista un tipo de sujeto específico. culturales pueden articularse armónicamente (Alonso y Díaz, 2004).
En gran medida, estos usos dejan al concepto de interculturali- Otro aspecto destacable del uso de la noción de interculturalidad
dad naufragando en la falta de precisión conceptual, ya que el térmi- en las producciones aludidas dentro del campo de las investigaciones
no no es discutido ni reelaborado, sino aplicado acríticamente, en oca- en educación, es que se lo aborda con un tono valorativo, que en ge-
siones desde una concepción romántica de diálogo e intercambio, sin neral es de tipo positivo: como si este concepto per se implicara una
considerar las relaciones de poder y desigualdad en el “encuentro”. acción positiva de puente. Esto se expresa especialmente en las alu-
En acuerdo con lo señalado por Dietz (2012) para el contexto mexica- siones a la interculturalidad como herramienta de mediación. Por el
no, en la Argentina los debates existentes en el campo educativo en contrario, dentro de los sentidos atribuidos a la interculturalidad, nos
torno al rendimiento y éxito escolar de niños y niñas provenientes interesa destacar el intento de promover la construcción de un cono-
de minorías (étnicas, culturales, religiosas, etc.) han sido la puerta cimiento que permita dar mayor visibilidad a elementos que han sido
de entrada del multiculturalismo a la escuela, y del específico deba- históricamente ignorados sobre procesos formativos, que dan cuenta
te teórico sobre la interculturalidad. De este modo, las discusiones de la diversidad de modos de imaginación, percepción, cognición y ac-
en torno a la interculturalidad viran hacia la escuela y consecuen- ción de distintos grupos sociales, y de la forma desigual en que están
temente se produce una “pedagogización” del discurso intercultural. representados en narrativas y prácticas escolares (García Castaño et
Ejemplo de esto es que sea utilizado como sinónimo de biculturalidad, al.1999; Tadeu da Silva, 2008; Walsh, 2009; Diez et al., 2011).
[ 57 ] [ 58 ]
De este modo, entendemos que la antropología tiene mucho estudios económicos, políticos o religiosos. De ese modo, se pierde de
para aportar al debate en este campo. Coincidimos con la propuesta vista la potencialidad que tiene la noción de interculturalidad, que
de Dietz (2012) de que es necesario comparar y contrastar las di- podría colaborar para problematizar la temática de la ciudadanía y
mensiones teóricas y prácticas de las prescriptivas y descriptivas del el derecho indígena en el marco de las relaciones interétnicas en el
discurso intercultural. Separar cuando la interculturalidad se con- seno del Estado. O sea, se solapa la discusión, aún pendiente, sobre
sidera una intervención y cuando se discute su impronta conceptual. la construcción de Estados-nación catalogados como monoculturales
Y justamente, en cuanto a esto último, el desafío no saldado en estas sobre territorios reconocidos como pluriculturales o plurinacionales.
discusiones en torno a la interculturalidad apunta a conocer sin fol- Por último, queremos cerrar este escrito reflexionando sobre la
clorizar ni exotizar al otro, sin darle un tratamiento reduccionista y necesidad de ampliar los usos del concepto, considerando las posibles
reificante, sino focalizando en los contactos e interacciones y en las limitaciones y aplicaciones acríticas del término, así como también
disputas, procesos históricos y complejas relaciones de poder. problematizando su campo de aplicación y expandiéndolo a diversas
dimensiones sociales. Consideramos importante abrir este debate no
sólo en ámbitos académicos, sino también y fundamentalmente, en
A modo de cierre ámbitos de gestión y entre los mismos colectivos que reivindican de-
rechos apelando a la categoría.
La categoría de interculturalidad es polisémica, está en boga
y figura en la agenda de debates de gestores de políticas públicas
y en la discusión conceptual de académicos de diversas disciplinas. Referencias bibliográficas
En este capítulo nos propusimos revisar su uso tanto en fuentes le-
gales y documentos normativos como en la producción teórica en el A LMIRÓN, Victoria S., Teresa A RTIEDA y Ana PADAWER (2013), “Acciones de
campo de la antropología y la educación argentina. A continuación, alfabetización en comunidades indígenas qom y wichí del Chaco (1964-
y a modo de cierre, queremos enfatizar algunos de los aspectos más 1973)”, X RAM, Situar, actuar e imaginar antropologías desde el Cono
relevantes de este cruce entre la revisión del concepto en el plano de Sur, julio, Universidad Nacional de Córdoba.
la discusión teórica y el de sus aplicaciones. A LONSO, Graciela y Raúl DÍAZ (2004), “¿Es la educación intercultural una modi-
En primer lugar, se destaca lo limitado y restringido de su uso: ficación del statu quo?”, en Raúl Diaz y Graciela Alonso (comps.), Construc-
la interculturalidad se entiende como algo propio de indígenas y/o mi- ción de espacios interculturales, Buenos Aires, Miño y Dávila, pp. 75-96.
grantes. Así, se concibe casi como un sinónimo de diferencia –enten- A NTHIAS, Floya (2006), “Género, etnicidad, clase y migración: intersecciona-
dida en términos eurocéntricos– y no como transversal o atribuible lidad y pertenencia translocalizacional”, en P. Rodríguez (ed.), Feminis-
a toda la sociedad y a todos los temas de investigación. Como suele mos periféricos, Granada, Alhulia.
suceder en otros campos problemáticos, como el de las relaciones de A RTIEDA, Teresa y Ana Carolina H ECHT (2012), “El tratamiento de lo indígena
género, la dimensión relacional de la interculturalidad se desdibuja. en los estudios de Historia de la Educación en la Argentina. Diálogos con
La interculturalidad se concibe como un atributo sólo de los “otros”: la Antropología”, XVII Jornadas Argentinas de Historia de la Educación,
los indígenas y los migrantes. Pero, a su vez, esta relación de uni- Universidad Nacional de Tucumán.
vocidad entre interculturalidad y diferencia trae aparejados otros A RTIEDA, Teresa y Laura ROSSO (2005), “Propuestas educativas para aboríge-
corolarios como el isomorfismo entre indígenas y ruralidad, o cierta nes del norte argentino en las fases del proceso de proletarización. 1884-
invisibilización de numerosos colectivos o agrupamientos definidos 1922”, en A. Ascolani (comp.), El sistema educativo en Argentina. Nuevas
en términos étnicos y nacionales detrás de la categoría de indígena. perspectivas históricas, Rosario, Laborde Editor.
En segundo lugar, resulta interesante notar que, si bien nues- BENENCIA, Roberto (2007), “La inmigración limítrofe”, en Susana Torrado
tro recorte se circunscribe sólo a lo escolar, prácticamente no encon- (comp.), Población y bienestar en la Argentina del primero al segundo
tramos reflexiones que trasciendan este campo, como por ejemplo en Centenario. Una historia social del siglo XX, t. I, Buenos Aires, Edhasa.

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[ 61 ] [ 62 ]
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Introducción

Mirar la educación escolar indígena en Brasil es, necesaria-


mente, mirar hacia una escuela en movimiento. Esta procesuali-
dad, plenamente visible, muestra instituciones que están siendo
construidas en el seno de los territorios indígenas en todo Brasil y,
aunque presenten similitudes, dadas por la implementación de una
política nacional que define la educación escolar indígena específica,
diferenciada, bilingüe (o multilingüe), intercultural y comunitaria,
igualmente evidencian singularidades que revelan modos de vida
peculiares de cada uno de los pueblos originarios, así como procesos
históricos distintos. El movimiento que produce la escuela indígena
“haciéndose” es entendido, según Georges Balandier (1997), en una
relación de “orden y desorden”, propia de algo que está siendo cons-
truido. Por eso la educación escolar de los pueblos originarios exhibe
efervescencia, y no está exenta de conflictos y ambigüedades.
Son muchas las escuelas en territorios indígenas, y es especial-
mente notable el crecimiento en las últimas décadas a nivel nacional
y en todos los niveles educativos, desde la enseñanza fundamental
y secundaria hasta la superior. El Censo Escolar de 2012 registró
2.954 escuelas indígenas en veintiseis estados brasileños, con ma-
yor concentración en la región norte, donde se encuentran 1.830 o
sea el 62% del total.1 Si se compara el primer valor con las 1.392

1. Los datos relativos a la distribución de alumnos indígenas están en con-


sonancia con los datos referentes a la población indígena en Brasil: según el

[ 63 ] [ 65 ]
escuelas registradas por el Censo Escolar de 2002, se observa un La metodología privilegiada en las investigaciones que sus-
significativo aumento, de más del 100%, en una década. Este mismo tentan las reflexiones presentadas ha sido la etnografía, entendida
Censo apuntó 234.869 alumnos matriculados en escuelas indígenas, como práctica de convivencia junto a los pueblos amerindios, tanto
correspondientes en su mayoría a la enseñanza fundamental, con en las aldeas y en sus escuelas, como en la universidad. También
113.495 alumnos matriculados en este nivel de escolarización. se suma a la etnografía el estudio de documentos, tanto normati-
La presencia de estudiantes indígenas en las universidades vos actuales (la legislación de la educación escolar indígena vigente)
brasileñas también se intensifica cada año, haciéndose igualmente como históricos, provenientes de registros en diferentes épocas. Para
notar en los programas de posgrado (maestrías y doctorados), donde ampliar el alcance de esta mirada que considera la educación escolar
cada vez más investigadores afirman sus identidades étnico-cultu- indígena en Brasil, he recurrido a otras investigaciones que abordan
rales. Estimativos numéricos afirman la pujanza de esta presencia diferentes experiencias, mostrando un mosaico de formas y conteni-
indígena en la enseñanza superior: según Paladino (2012), hace diez dos singulares que componen el panorama nacional, confiriendo el
años había 1.300 universitarios indígenas, en su mayoría en institu- sentido a la educación escolar indígena en el país.
ciones privadas, con apoyo de la Fundação Nacional do Indio, Funai, El capítulo está organizado de la siguiente manera: en la pri-
o de instituciones extranjeras; en 2013 ya suman 72 instituciones, mera parte discurro sobre aspectos de la historia de la escuela junto
predominantemente universidades públicas, que ofrecen alguna mo- a los pueblos amerindios, señalando momentos y lugares de los pro-
dalidad de acceso a los pueblos originarios en función de las políticas cesos de escolarización, contemplando con mayor énfasis la histo-
afirmativas de gobiernos provinciales, el gobierno federal o de las ria reciente (en especial de las últimas cuatro décadas), evidenciado
propias instituciones. también la construcción de un conjunto de leyes, muchas de ellas
Frente a estas constataciones es importante presentar un pano- producidas por la injerencia directa de los movimientos indígenas.3
rama de los procesos de educación escolar indígena en Brasil, acom- A partir de una mirada más amplia, que abarca las políticas y la tra-
pañando la ampliación de la demanda-oferta y las transformaciones yectoria histórica, regulo la lente en una escala menor para mirar
de la institución escolar que han acontecido especialmente en las úl- la escuela, el aula de clase, las prácticas de escolarización que carac-
timas décadas. Este texto trata sobre la trayectoria de la educación terizan esa institución en el tiempo presente, así como los desafíos
escolar en Brasil a partir de las investigaciones que realizo y coordi- que hoy se le colocan, componiendo la segunda parte del artículo.
no acerca del tema, teniendo como referencia el trabajo desarrollado Esa mirada hacia el detalle, las vivencias cotidianas, cuenta con el
con los pueblos Guaraní y Kaingang y destacando a partir de allí apoyo de estudios etnográficos realizados en escuelas kaingang y
características, desafíos y contribuciones para pensar la educación y guaraní, y permite reflexionar teóricamente sobre el movimiento de
la interculturalidad.2 las escuelas indígenas constituyéndose como específicas y diferen-
ciadas. Como figuras fecundas de “desorden” en el escenario edu-
último Censo Demográfico (IBGE, 2010), a fines de 2010 fueron registradas cativo brasileño, presentan posibilidades para pensar la educación
817.963 personas indígenas, correspondiendo al 0.4% de la población brasi- escolar como un todo.
leña. Esta presencia se constata en todas las regiones de Brasil, aunque con
diferencias acentuadas: en la región norte se concentra un 37,4 % de la po-
blación indígena y, en contrapartida, en la región sur existe un 9,2% apenas, algunas escuelas del pueblo Kaingang y, en los últimos años, acompañó a los
aunque distribuida en todos los estados. Otro dato que muestra esta dispari- estudiantes indígenas en los cursos de grado y posgrado en la Universidade
dad: en el estado de Roraima (noroeste de Brasil), los indígenas representan Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS).
el 11% de la población; mientras que en Rio Grande do Sul (sureste del país) 3. Con la expresión “momentos y lugares”, Circe Bittencourt (2010-2013) con-
corresponden apenas al 0,3%, comprobando una distribución diferenciada, sidera la imposibilidad de una periodización de la historia de la educación
proveniente de procesos históricos también distintos (http://indigenas.ibge. escolar indígena en Brasil. La historia de la educación escolar indígena, por
gov.br, fecha de consulta: 18 de agosto de 2015). sus características específicas, configura algunos tiempos, no lineales, mar-
2. Desde 2000 desarrolló investigaciones sobre educación escolar indígena cados por pregnancias, sincronías y diacronías: una multiplicidad de “mo-
en Brasil. En los primeros tiempos acompañando la creación de las escuelas mentos y lugares”, relacionados con la trayectoria de cada pueblo, de cada
mbyá guaraní en Rio Grande do Sul, posteriormente amplié la mirada hacia comunidad, de cada experiencia escolar.
[ 66 ] [ 67 ]
Un poco de historia te en lo que se refiere a la actuación de misiones religiosas –no sólo
católicas–, que se mantuvieron conectadas a la enseñanza a través de
Al mirar hacia la educación escolar indígena en una perspectiva acuerdos firmados con la entidad indigenista, por los cuales las misio-
histórica, constatamos acciones educativas impuestas a los pueblos nes continuaron estableciendo escuelas en las comunidades.
indígenas desde el período colonial. En este sentido podemos citar las El ideario positivista que pautó el período y las acciones del SPI
prácticas introducidas por misiones religiosas de diferentes órdenes, elevó al máximo la concepción racista dominante del período colonial
con la finalidad de cristianizar a los nativos, que incluían en algunos que aludía al indio incapaz, sucio, desordenado, aquel que está fuera
casos la enseñanza escolar. Sin embargo, aún frente a un proceso colo- del lugar, impidiendo el progreso y la modernización. Bauman sos-
nial que intentó destituir la memoria colectiva de esos pueblos, las mar- tiene que “bajo la égida del estado moderno, la aniquilación cultural
cas del contacto fueron siendo apropiadas y resignificadas, constituyen- y física de los extraños y de lo diferente fue una destrucción creativa,
do cosmologías híbridas, pero no por eso menos indígenas. Los cambios demoliendo, pero construyendo al mismo tiempo; […]. Los extraños
impuestos por el colonialismo exigieron y todavía exigen de estas socie- eran por definición una anomalía a ser rectificada” (1998: 40).
dades, una constante reevaluación de las estrategias de contacto. Las acciones educativas dirigidas a los pueblos originarios tu-
Un ejemplo conocido en la historia colonial fueron las Misiones vieron consonancia con las acciones más amplias del Estado: Souza
Guaraníes que, por medio de poblaciones y prácticas sistemáticas de Lima (1995) afirma que el nativo era, para la corona portuguesa
catequesis (que incluían la enseñanza de la lectura y la escritura), durante los siglos XVI a XVIII, el “catecúmeno cristiano”, las accio-
intentaron inculcar valores propios del colonialismo, contribuyendo nes eran planificadas y ejecutadas en consonancia con la premisa
en la destrucción de la nación Guaraní y desplazando lejos de sus de cristianizar a los indígenas. En el siglo XIX, la civilización del
tierras a las parcialidades que no se sometieron a la acción de los nativo como súbdito del Emperador, implicaba incluirlos como parte
religiosos. Preocupados por instalar una moral cristiana, los misio- de la monarquía: se esperaba la contribución de la escuela5 para ha-
neros europeos no midieron esfuerzos para desmantelar institucio- cer sedentarios a los indígenas, cambiar sus hábitos, convertirlos al
nes como el chamanismo y los sistemas de parentesco. Esas prácticas catolicismo y al trabajo.
colonizadoras de cuño religioso se extendieron hasta el advenimien- Ya en el siglo XX, el nativo es idealizado como ciudadano nacio-
to de la República, cuando el Estado Nacional comenzó a mostrar nal, consciente de su pertenencia a la nación brasileña, integrado y
preocupaciones concretas respecto de la educación de las poblaciones disuelto en la imaginada sociedad nacional; sin embargo, contradic-
indígenas, implementando acciones dirigidas específicamente hacia toriamente, continuará sometido al poder tutelar, fuertemente ejer-
ellas. Las pocas iniciativas gubernamentales comprobadas en el siglo cido por el SPI. Souza Lima (1995: 199) dice que “el advenimiento
XIX no pasaron de la fase retórica, aunque fomentaron la creación de la República colocaría la necesidad de definirse y codificar las
de un organismo estatal dedicado exclusivamente al cuidado de los nuevas bases para el ejercicio de la ciudadanía”. En función de eso, el
indígenas, el Serviço de Proteção ao Indio e Localização dos Trabal- indio idealizado como ciudadano fue sometido al Estado Nacional, al
hadores Nacionais (SPILTN), más tarde denominado SPI. Creado en cual se vinculaba a través del poder tutelar, afirmado por el Código
1910, este organismo indigenista del Estado Republicano implementó
un intenso proceso de escolarización, buscando “la integración de los de carácter puramente laico con los indígenas” (Souza Lima, 1995: 11). Su
indios a la comunión nacional” y sus acciones se extendieron por casi principal acción fue demarcar tierras y, en consecuencia, crear “reservas”
todo el siglo XX. Aún considerando innovadoras las iniciativas del indígenas, colocando a estos pueblos bajo la tutela del Estado, con el objetivo
de territorializar e integrar a los nativos a la sociedad nacional. En este sen-
SPI respecto de la educación indígena (y en consecuencia, atribuyén- tido, el SPI creó un aparato civilizador en el centro de cada reserva, siendo la
dole ciertas rupturas en la conducción de las políticas relacionadas escuela una de esas iniciativas.
con los indios),4 se observa también cierta continuidad, principalmen- 5. Es importante destacar que hasta la creación del SPI (1910) las escuelas
eran para los pueblos indígenas exclusivamente iniciativas de misiones re-
4. El SPI fue el primer organismo gubernamental del Estado brasileño que ligiosas que actuaban desvinculadas de las acciones y del control del Estado
actuó como un “aparato de poder estatizado [que buscó] establecer relaciones monárquico brasileño.

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Civil de 1928, cuya “condición de huérfano e incapacidad civil relati- aprovechamiento de sus aptitudes individuales. (Ministério
va” se extendió hasta el final del siglo XX. do Interior, ley Nº 6.001, arts. 49 y 50, 1973)
En este sentido, observamos cierta continuidad, pues la escuela
para los indios comenzó a desempeñar funciones más controladas A partir de acciones de la Funai, pero principalmente de la
por el Estado, con el fin de educarlos y ubicarlos en determinados te- actuación de otras entidades que desencadenaron proyectos alter-
rritorios. Souza Lima ejemplifica estas intenciones en un fragmento nativos de educación escolar, los 70 del siglo XX evidenciaron un
del Informe del Ministério da Agricultura, Indústria e Comércio de movimiento de reconocimiento y preservación de las diferencias ét-
1912: “La desmoralización es un producto de la educación que reci- nicas, configurando una mayor participación de los pueblos indíge-
ben, a la cual como niños, fácil y francamente se encariñan. Todo nas en las decisiones y en la ocupación de los espacios. La Iglesia
muestra que habiendo educación, los indios salvajes deben progresar Católica cambió institucionalmente su actuación, orientada por los
moral, intelectual y prácticamente” (1995: 125). presupuestos de las conferencias episcopales de Medellín (1968) y
Por otra parte, el SIL o Instituto Linguístico de Verão, como Puebla (1978), creando grupos de trabajo como la Operação Anchieta,
se hizo conocido el Summer Institute of Linguistics de procedencia Opan (1969) y el Conselho Indigenista Missionário, CIMI (1972), que
norteamericana, se instaló en Brasil en 1956 y realizó un sinnúmero tuvieron un importante papel para desencadenar una discusión más
de convenios con instituciones oficiales con el objetivo de actuar con amplia, involucrando a las comunidades indígenas en las cuestiones
investigaciones y asesorías relativas a la escritura de las lenguas escolares.
indígenas. Este instituto, con respaldo académico e invitaciones Otras organizaciones, conectadas con la Iglesia Evangélica
oficiales, se estableció en diversas regiones de Brasil, produciendo (como el Conselho de Missão entre os Índios, Comin) y algunas insti-
documentos científicos sobre las lenguas indígenas y al mismo tiem- tuciones internacionales, también actuaron junto a los pueblos indí-
po actuando en el intento de evangelizar. Según Bruna Franchetto genas, estimulando la organización de los mismos. Del mismo modo,
(2001), en 1967 trabajaban en Brasil trecientos miembros del SIL, las universidades tuvieron un trabajo intenso, destacándose como
investigando cuarenta lenguas indígenas, sobre las cuales se rea- pioneras la Universidade Federal do Rio de Janeiro y la Universi-
lizó un gran número de publicaciones, especialmente descripciones dade Estadual de Campinas, que luego fueron seguidas por otras
gramaticales y cartillas adoptadas en muchas escuelas, además de instituciones universitarias que hasta hoy desarrollan investigacio-
materiales de cuño religioso, incluyendo traducciones de la Biblia. nes y consultorías, apoyando la educación escolar de los pueblos in-
La sustitución del Serviço de Proteção ao Índio por la Fundação dígenas. Asimismo en los 80, varios Núcleos de Educación indígena
Nacional do Índio, Funai, en 1967, no cambió substancialmente la –NEI– pasaron a funcionar conectados a Secretarías de Educación y
actuación del Estado en relación con los pueblos indígenas brasile- Universidades (Monserrat, 1989).
ños. En el ámbito escolar profundizó la articulación con el Summer Al tiempo que se verificaban estos movimientos que colocaron la
Institute of Linguistics y con eso la alfabetización bilingüe en las educación escolar en la agenda pública de los grupos indígenas que
escuelas indígenas pasó a ser más sistemática. Sin embargo en 1973, se organizaban políticamente de forma intensa, en 1979 fue realiza-
al disponer el denominado “Estatuto del Indio”, el Gobierno Federal do el primer Encuentro Nacional de Educación Indígena, seguido de
estableció nuevas normas para la Fuani. Sobre la educación escolar encuentros regionales que hicieron surgir y fortalecieron entidades
cabe destacar: indígenas, fomentando la discusión que, posteriormente, sistemati-
zó un conjunto de leyes que actualmente reglamenta la educación
La alfabetización de los indios se hará en la lengua de
los grupos a que pertenezcan y en portugués, salvaguar-
escolar específica y diferenciada de estos pueblos. De forma más ge-
dando el uso de la primera. La educación del indio será neral, podemos decir que un nuevo período se abre en la historia de
orientada para la integración en la comunión nacional me- la educación escolar indígena en el país a partir de la última Cons-
diante proceso de gradual comprensión de los problemas titución, haciendo surgir el “tiempo de los derechos” donde, como
generales y valores de la sociedad nacional, así como del destaca Claudino (201): “Nuestras demandas son fundamentadas
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en derechos asegurados por la Constitución Federal de 1988 y por de sus identidades étnicas, la valorización de sus lenguas y ciencia”
nuestra condición distinta de los demás súbditos de la llamada terra y reconociendo la necesidad de acceso al conocimiento de las demás
brasilis” (89). Organizaciones de las propias comunidades indígenas sociedades “indígenas y no indígenas” (Brasil, 1996).
eligieron como prioridad la demarcación de las tierras que histórica- Posteriormente, currículos, programas, materiales didácticos y
mente les pertenecen y reclamaron la institución de una escuela que formación de educadores, asimismo, podrán ser diferenciados, ade-
respete la tradición, la lengua y la memoria colectiva de cada pueblo. cuándose a los anhelos de cada comunidad. El Plano Nacional de
Como parte del “tiempo de los derechos”, que materializa con- Educação, PNE detalla tales proposiciones, al tiempo que estable-
quistas importantes en el ámbito de la educación escolar indígena ce metas y programas específicos para viabilizar, tanto en lo que
enfatizamos la legislación específica anteriormente citada, desenca- se refiere a los aspectos pedagógicos como financieros, la creación y
denada por la Constitución Federal. Aunque los pueblos indígenas funcionamiento de escuelas indígenas en todo el país, responsabi-
reconozcan el avance de la legislación, evidencian también la nece- lizando a los estados y municipios en su ejecución. Para efectivizar
sidad de seguir con un movimiento fuerte, organizado, afirmando el tales objetivos, el PNE propuso la creación de la “categoría escuela
reconocimiento de los derechos. Como investigadores sabemos que indígena”, con el objetivo de asegurar la educación intercultural y
la ley, por sí sola, no garantiza a priori una práctica escolar acorde bilingüe dentro de los sistemas de enseñanza. En su texto, explicita
con las aspiraciones de todos los pueblos amerindios, principalmente también la necesidad de promover más información sobre las socie-
porque son múltiples e heterogéneas las aspiraciones, que eviden- dades indígenas a la población brasileña en general, como forma de
cian la multiplicidad de pueblos y culturas, Sin embargo, tomamos combatir el desconocimiento, la intolerancia y el prejuicio en relación
la legislación como una muestra del camino recorrido en el reconoci- con esas poblaciones.
miento a las diferencias, contribuyendo para el cambio del escenario Los efectos de esta última proposición, sumados a la insistente
escolar en el inicio del siglo XXI. lucha de las organizaciones indígenas, se hacen sentir años después
En su artículo 231, la Constitución Federal expresa que: “Son al ser sancionada la ley federal Nº 11.645/2008. Esta normativa crea
reconocidos a los indios su organización social, costumbres, lenguas, la obligatoriedad del estudio de la historia y cultura indígena en
creencias y tradiciones, y los derechos originarios sobre las tierras todas las instituciones educativas públicas y privadas del país, abar-
que tradicionalmente ocupan, correspondiendo a la Unión demar- cando la enseñanza fundamental y secundaria. Aún se tiene poco
carlas, proteger y hacer respetar todos sus bienes” (Brasil, 1988). conocimiento sobre la implementación concreta de esta ley, que al
Este camino legal, que es reforzado en la legislación educativa espe- entrar en vigor plenamente podrá contribuir para cambiar las con-
cifica, abre la posibilidad para una escuela indígena que valorice los cepciones despectivas que predominan sobre pueblos indígenas en
saberes tradicionales, el uso de la lengua materna y la cosmología Brasil, constituyendo caminos para una relación más respetuosa y
de cada pueblo. Es así como se promulga la nota interministerial Nº equilibrada con las sociedades indígenas.
559/MJ/MEC de 1991 que orienta la transferencia de la educación Distintos documentos elaborados en el final del siglo XX re-
escolar indígena para el ámbito del Ministério da Educação, ya que glamentaron las leyes mayores y establecieron directrices para dar
hasta entonces era atribución del Ministério da Justiça, donde se cuenta del funcionamiento de las escuelas indígenas, creando legal-
sitúa la Funai. mente mecanismos para cualificar la educación diferenciada. En el
A partir de entonces, otros cambios se hicieron necesarios en contenido de esas leyes, por primera vez en la historia de la educa-
el escenario de las políticas educativas, con el objetivo de atender ción escolar brasileña aparece un actor importante, cuyo protagonis-
las escuelas indígenas en sus especificidades y respaldar su funcio- mo se hace sentir fuerte en este movimiento: el profesor indígena.
namiento. La Lei de Diretrizes e Bases da Educação Nacional (LD- Otros documentos legales recientes merecen destacarse para
BEN), en vigor desde 1996, asegura legalmente el uso de las lenguas comprender el movimiento instituyente de la educación escolar indí-
maternas en las escuelas indígenas, proporcionándole a las comuni- gena específica y diferenciada, ya que pese a que las leyes no son ga-
dades “la recuperación de sus memorias históricas, la reafirmación rantía de su ejecución práctica, son utilizadas como “herramientas

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de lucha”, en las palabras de los líderes indígenas. Uno de esos docu- colonial y tutelar. Sin embargo, los desafíos en instituir una escuela
mentos resulta de la elaboración final de la I Conferencia Nacional diferenciada son muchos, tanto por los obstáculos del Estado –que
de Educación Escolar Indígena, Coneei, realizada en noviembre de en última instancia es quien libera recursos y posibilita, en la prác-
2009 y precedida de algunas conferencias regionales y locales. tica, la elaboración de nuevos procedimientos–, como de los propios
El foco principal de las intervenciones registradas en la citada pueblos indígenas –que no cuentan todavía con parámetros consoli-
conferencia es la creación de un sistema propio de educación, propo- dados para gestionar esta institución. En la próxima sección focali-
sición reivindicada por el movimiento indígena que, de este modo, zaré la mirada en la escuela indígena hoy, para desplegar más pre-
coloca en el horizonte la posibilidad de autogestión de la educación cisamente la pluralidad de escuelas que actualmente funcionan en
escolar por parte de los propios indígenas. Sin embargo, reconoce a Brasil, apuntando conquistas y desafíos, conflictos y ambigüedades.
la vez, la distancia que todavía separa el sueño de las mencionadas
organizaciones indígenas de administrar su sistema de educación;
por ello el documento final de la Coneei concluye respaldando co- Escuelas indígenas en el plural
yunturalmente al sistema escolar indígena articulado al sistema
nacional en vigor. A pesar de haber una legislación única para las escuelas indí-
En este sentido, se orienta también un documento gubernamen- genas en Brasil, en el seno de la propia ley existe la previsión de la
tal (decreto 6.861/2009) que establece legalmente un modelo de or- especificidad, considerando que existen diferencias profundas que
ganización escolar para los pueblos indígenas respetando las territo- necesitan ser apreciadas. Y, efectivamente, existen en Brasil escue-
rialidades. Esta disposición se encuentra ya en ejecución en algunas las indígenas en plural: son muchos pueblos, sus historias, sus cul-
regiones de Brasil, y permite que las escuelas indígenas cuenten con turas, sus relaciones con el Estado y con otras sociedades y pueblos,
una organización propia, independientemente de los límites impues- con lenguas propias y niveles diferenciados en relación con la lengua
tos por las fronteras político-administrativas del Estado, y definida, oficial del país.
en cambio, en relación con los denominados “Territorios Etnoeduca- En algunas sociedades indígenas de Brasil la escuela está pre-
cionales”. Estos territorios, al estar delimitados por cada pueblo o sente desde hace mucho tiempo, en otras la institución escolar es un
grupo de acuerdo con las realidades locales y regionales, propician evento reciente y las personas están construyendo elementos para
un mayor protagonismo indígena en la conducción de las políticas comprenderla mejor. Sin embargo, una característica que afirma la
educativas. institución escolar de los pueblos originarios más allá de los atribu-
En 2012, por otra parte, fueron votadas y aprobadas importan- tos conferidos por la legislación y por el Estado es la escuela situada
tes deliberaciones legales referidas a las políticas de educación es- en Tierras Indígenas, que atiende exclusiva o prioritariamente es-
colar de los pueblos originarios, actualizando documentos del final tudiantes indígenas y que tiene, en su cuadro docente, profesores
del siglo pasado, agregando avances en la comprensión de la escuela indígenas. Otro aspecto que apunta una perspectiva política de la
indígena específica, diferenciada, intercultural, bilingüe o multilin- relación de los pueblos amerindios con la escuela es la voluntad, que
güe, comunitaria, agregando también orientaciones sobre la organi- de a poco se efectiviza, de protagonizar los procesos de educación
zación de los territorios etnoeducacionales y aspectos pedagógicos, escolar.
afirmando los modos propios de educación. Son, igualmente, muchos elementos los que diferencian las es-
Si nos atenemos a los documentos legales, visualizamos la edu- cuelas indígenas entre sí, y uno de ellos proviene de una primera
cación escolar indígena en Brasil como una realidad idealmente problematización planteada hacia la institución en una sociedad in-
constituida, con currículos diferenciados, con materiales didácticos dígena: ¿Qué esperan de la escuela, es decir, para qué quieren la es-
y procedimientos pedagógicos específicos, entre otras prácticas edu- cuela? Varias son las respuestas que se vienen produciendo: la escue-
cativas escolares que forman parte del ideario de reivindicaciones de la es el espacio para aprender el modo de vida de la sociedad no indí-
los pueblos originarios, preocupados en revertir siglos de imposición gena, la ciencia occidental, la lengua portuguesa; para relacionarse
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con las sociedades no indígenas que imponen, entre otras demandas, También pregunto para qué estudia el idioma kaingang en
la necesidad de la escritura para acceder a programas, proyectos, la escuela y sin titubear me dice: “para conquistar la tierra,
políticas para la salud, educación, acceso a la tierra; para dar conti- para tener nuestros derechos”. (Diario de Campo, agosto
nuidad a los estudios en el sistema de enseñanza fuera de la aldea, a de 2009)
través del acceso a secundarias y universidades.
Aunque estemos tratando aquí de una institución creada en y Éste y otros ejemplos muestran la escuela indígena como un lu-
para la sociedad moderna, concebida desde un modo de vida occi- gar de afirmación étnica. Amaral (2013), en su disertación de maes-
dental, blanco y cristiano, con funciones supuestamente ajenas a tría, realizada en la comunidad donde actúa como profesora indí-
las cosmologías indígenas, existen proyectos escolares en Tierras gena, describe la escuela como aliada en los procesos de afirmación
Indígenas que son considerados aliados en los procesos de afirma- étnica, revitalización de la lengua indígena y de prácticas cultura-
ción étnica. Observamos que en algunas tierras indígenas la escuela les de la tradición kaingang. La intelectual indígena, hoy también
contribuyó para retomar procesos propios de aprendizaje, con mate- asociada a la academia como investigadora, reconoce los maleficios
rias que contemplan aspectos de la cultura y de la historia propia de históricos sufridos por su pueblo, sometido a una escuela donde vi-
aquel pueblo, así como afirman lenguas originarias, históricamente vía cotidianamente la desvalorización de la lengua y de los procesos
desvalorizadas. Un trecho del diario de campo que registra el estu- propios de aprendizaje, pero reconoce que está también en las manos
dio etnográfico efectuado hace unos cuatro años entre los Kaingang de los profesores indígenas, integrados a los liderazgos de los movi-
muestra cómo los niños, alumnos de una escuela indígena localizada mientos que luchan por los derechos de los pueblos originarios, la
en un territorio tradicional aún no demarcado, tienen clara la fun- responsabilidad de transformar a la escuela de la aldea en una alia-
ción política de los aprendizajes que realizan allí: da, una institución que contribuye para la afirmación étnica.
Las imposiciones coloniales sobre los kaingang del sur de Brasil
En el aula el profesor habla kaingang con los niños,
intermedia algunas conversaciones usando la lengua por-
son modelos históricos de intentos de desarticulación étnica, prin-
tuguesa con quien no comprende por completo el idioma cipalmente en los siglos XIX y XX, cuyo territorio tradicional fue
indígena. El pizarrón está repleto de frases en kaingang, blanco de conquista e intrusión por parte de los movimientos migra-
con la traducción al portugués, que todos los alumnos co- torios, en su mayoría alemanes e italianos. De esa historia, Amaral
pian atentamente. Algunos, que van terminando la lección, se resiente; sin embargo, en su investigación enfatiza el movimiento
buscan tranquilamente y por sí solos otras actividades: van que llevan a cabo hoy para recuperar tierras, construir procesos de
hasta una mesa con muchos libros didácticos, los hojean, autoestima y valorización también en la escuela, contribuyendo para
los llevan para sus pupitres; otros se acercan a los com- que las personas tengan orgullo de su identidad indígena: “queremos
pañeros que aún copian del pizarrón y charlan en un tono los saberes indígenas en la escuela, traemos a los más viejos para
suave, casi imperceptible para quien está del otro lado del
contar historias, construimos un currículo que favorece el conoci-
aula. Llega el recreo, anunciado por el profesor y por el avi-
miento kaingang”, sostiene la investigadora (2013).
so de que la merienda está lista. Todos salen de la escuela y
se acercan a la casa del profesor donde el alimento escolar
Por otro lado, las escuelas en tierras indígenas tienen la fun-
es preparado (la escuela no tiene cocina propia y convive ción de presentar lo que viene de afuera, construir conocimientos
con muchas precariedades materiales, inclusive el edificio, que permitan dialogar con distintos pueblos, entre ellos los no indí-
construido por la propia comunidad kaingang). Los niños genas. Un ejemplo son las escuelas mbyá guaraní, también en el sur
se desparraman por el patio, sentados en las piedras o en de Brasil, que reconocen la fuerza de sus modos propios de apren-
las raíces de los árboles. Pregunto a una de las niñas sen- dizaje y saben que no necesitan a la escuela para la transmisión
tada a mi lado, qué aprende de importante en la escuela y de sus conocimientos. En general, son cuidadosos, pues intuyen la
ella prontamente responde: “el indioma”, refiriéndose a la acción homogeneizadora de la institución escolar. “Guaraní tiene su
lengua kaingang, llamada por ellos lengua india o indioma. sistema de educación, no es separado, está todo junto. Tiene la Opy

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[casa tradicional de encuentro colectivo y de rituales] y se enseña Reconocen los más ancianos que antiguamente no necesitaban
todo junto”, recordó un líder tradicional de la Tekoá Anhetenguá, ir a escuela, ni tampoco de centros de salud, pues había recursos
aldea mbyá guaraní situada en el municipio de Porto Alegre, estado (alimentos, medicinas) que les permitían vivir distantes de las ciu-
de Rio Grande do Sul. Al afirmar la educación de su pueblo, el líder dades. Pero identifican los nuevos tiempos con el surgimiento de
guaraní hace hincapié en su conocimiento, diferente de la otra for- otras necesidades, como revela el testimonio de Alexandre Acosta
ma de educación efectivizada por la escuela, una educación “separa- (60 años) registrado en la lengua guaraní en una reunión en enero
da”. Muestra claramente su entendimiento de que la escuela es ese de 2004 en la comunidad para pensar y decidir sobre la escuela que
otro mundo que entra en el modo de vida tradicional, que aunque se estaban creando:
modifique para seguir existiendo, mantiene una continuidad con los
Hoy necesitamos de escuela porque muchas veces las
modos de vida ancestrales, por medio de un hilo significado por la cosas de los blancos son decididas en el papel escrito. Mu-
tradición. Al hablar de la escuela, estratégicamente, deja registra- chos de nosotros no sabemos leer ni escribir. Tal vez por eso
das las diferencias entre las dos formas de vivir y de educar.6 la escuela sea un camino que permita manejar todos esos
Pero, ¿para qué quieren la escuela? Atentos al movimiento y conocimientos más allá de la escritura y, también, para bus-
celosos de su cultura, los líderes de las aldeas guaraníes muestran car nuestros derechos. Muchos jóvenes y adultos no saben
preocupación en “llevar con cuidado” el proceso de escolarización de leer ni escribir. Antes mi padre no me enseñaba a hablar
su pueblo, en un sinnúmero de interrogaciones que dirigen a sí mis- en portugués, cuando me mandaba a hacer alguna cosa.
mos. ¿Por qué el guaraní quiere escuela? ¿Para qué sirve la escuela? Mucho menos mis abuelos, no me enseñaban a hablar en
¿Por qué necesitamos la escuela? ¿Para leer y escribir o para qué portugués, por eso hoy no sé hablar mucho. Hoy mis hijos
hablan el portugués y me ayudan a hablar porque yo fui
otro fin? ¿Qué otros aprendizajes traerá para nuestros hijos? ¿Cómo
criado en el medio de la jungla, lejos de la ciudad, por eso no
es esa escuela diferenciada? ¿Qué traerá la escuela para la aldea?
sé hablar portugués. Hoy necesito de escuela porque pienso
¿Cómo será en diez años? ¿Cuáles son las reglas que pautarán la para el futuro de mis hijos. Cuando ellos crezcan no quiero
vida dentro de la escuela? ¿Qué enseñará la escuela? que queden como yo, sin saber hablar y sin entender. Eso
Una de las respuestas, repetida muchas veces por líderes que no quiero para ellos. Por eso quiero que haya una escuela
discuten este asunto, siempre relacionado con las políticas más am- dentro de la aldea, para enseñar a leer y a escribir y para
plias en las cuales se insertan las escuelas, apunta hacia lo que es defender los derechos de la comunidad y defender a los más
evidente en el primer contacto con una aldea mbyá guaraní, donde viejos. Y para que ellos puedan ayudarme también, ayudar
todos hablan la lengua originaria, donde los modos de vida tradicio- a los padres a buscar sus derechos. Por eso quiero escuela,
nales son afirmados y evidenciados en el espacio cotidiano: pero para hablar y decir eso que mis padres y mis abuelos
quieren. (Traducción del guaraní por Marcos Moreira)
Es importante conocer el sistema del blanco y la len-
gua del blanco, para saber cómo lidiar con las cosas del
blanco, encaminar nuestros reclamos, nuestros proyectos. Entre los mbyá la escuela suele ser mantenida en las aldeas
El estudio es bueno para el niño y para el adulto, que sabrá aunque con cierta desconfianza, y en general, solicitan que se dicte
entender mejor el sistema del blanco –dicen los guaraníes. el mismo contenido que en las escuelas no indígenas. Al estudiar
(Diario de Campo, Julio de 2004) la perspectiva invasiva de esa institución en el seno de muchas so-
ciedades indígenas, los guaraníes calculan las pérdidas e inclusive
lamentan los perjuicios que podrá acarrear. Pero existe también una
apuesta en la fuerza de esas sociedades, que saben lidiar con lo que
viene de afuera, y como dice Michel de Certeau (1998: 45) “aunque
6. Según Balandier (1997): “La tradición sólo actúa en tanto portadora de un
dinamismo que le permite la adaptación” (38). En este sentido, la tradición estén compuestas con vocabularios de lenguas recibidas y continúen
aquí es considerada en diálogo con el presente. sometidas a sintaxis prescriptas, ellas diseñan las astucias de otros
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intereses y de deseos que no son ni determinados ni captados por los Observando el acontecer diario en esas instituciones, resulta
sistemas donde se desarrollan”. evidente el esfuerzo que profesores indígenas hacen para adecuar-
Acompañando esas escuelas que fueron habitando de a poco los se al tiempo de la cultura escolar, que anuncia un horario fijo para
espacios guaraníes, auxiliados por lentes teóricas que permiten obser- iniciar y terminar el turno de estudio y de cada actividad, y que
var detalles pequeños y fuertes en las formas de organizar este nue- insiste en la presencia asidua de los alumnos todos los días. Sin em-
vo ambiente de aprender y enseñar, es posible observar movimientos bargo, lo que predomina en la práctica, es otro modo de lidiar con los
astutos que constituyen tácticas y estrategias de apropiación. Como horarios, con el control de las frecuencias diarias de los alumnos,
“figura de desorden” la escuela hace y es el movimiento; pero también como también fue registrado en una de las escuelas kaingang que
juega con el orden, componiendo desde la tradición para que la sociedad he acompañado:
guaraní mantenga una “apariencia de estabilidad” (Balandier, 1997).
El profesor está en la escuela con algunos niños (cua-
Inspirado por la física contemporánea, el autor francés explica tro o cinco). Están usando unos jueguitos y él enseguida me
el movimiento, el dinamismo que atraviesa a todas las sociedades, explica que tiene pocos alumnos pues una parte de la co-
como una relación orden-desorden: “el desorden portador de una in- munidad fue a la vecina ciudad de São Leopoldo (a causa de
finidad de posibles, de una inagotable fecundidad, es generador del la muerte de un pariente). Adopta una postura explicativa
propio orden” (ídem: 47). Para comprender la escuela en el seno de la como si le estuviésemos “demandando” un tipo de comporta-
sociedad guaraní, y que de muchas formas es también lo que sucede miento moralizador en relación a la baja asistencia. Pero al
en varias otras Tierras Indígenas que conocemos en Brasil, Balan- mismo tiempo se mantiene firme en sus acciones: la escuela
dier ofrece algunas claves en la perspectiva de la relación orden- tiene un modo kaingang de ser. (Diario de campo, agosto
desorden: “existe desorden cuando los elementos de un determinado de 2007)
conjunto, haciendo parte de este todo, se comportan como si no forma- Lunes no es un buen día para ir a Morro do Osso: ¡es
sen parte” (ibídem, el resaltado es nuestro). casi un feriado! En general es el día de cosechar lianas y los
De este modo se presenta la escuela entre los guaraníes, for- niños acompañan a sus padres. El profesor intentó expli-
mando (y no formando) parte, siendo exigida y rechazada al mismo car, en tono de disculpa, pero en la charla fuimos pensando
tiempo; o sea, marcada por la ambigüedad. No obstante, las escue- que es importante que los niños acompañen a sus familias
las indígenas, en su movimiento fecundo, muestran también otros y aprendan cosas que “los hacen indios”. Según el profesor,
si los niños quedan restringidos a la escuela puede suce-
modos de hacerse, con otras formas de organizar el tiempo, de or-
der que “sólo aprendan cosas de los blancos”. Otros niños
ganizar el espacio, al considerar el bilingüismo o el multilingüismo.
juegan en el patio, en el espacio entre las casas –adultos
Como figuras de desorden también en el escenario de la educación lavan ropa– escena común en este día. (Diario de campo,
escolar brasileña, presentan otros modelos, otros modos de progre- mayo de 2008)
sión, otros objetivos, otros currículos.
Considerando que tiempo y espacio son construcciones cultu- Ya había observado en las escuelas guaraníes comportamientos
rales, existen necesariamente otros modos de vivirlos –inclusive en similares a los constatados en esta escuela kaingang. Preguntado
la escuela, institución que históricamente refrenda el tiempo lineal, sobre el horario de funcionamiento de la escuela el profesor respon-
fijo–. En este sentido veo funcionar la escuela mbyá guaraní, exenta dió que funciona todos los días desde las 8 hasta las 12 horas. Pero
de relojes y accionada por el involucramiento, como un “tiempo del en la práctica el inicio de la clase está marcado por el ritmo de los
encantamiento”, donde cada uno esta allí por sus propias decisiones, niños llegando, uno a uno o en pequeños grupos. Las actividades
atento al acontecer, realizando su actividad, la mayor parte de las escolares empiezan cuando todo el grupo está en la escuela, es en-
veces en silencio –pero un silencio que dice, que es aprendizaje–, tonces cuando el profesor propone la actividad escolar.
como constató Kurroschi (2013), acompañando el espacio cotidiano En general, existe un involucramiento importante, cada alum-
de la Escuela Mbyá Guaraní Anhetenguá. no trabajando a su tiempo, sin palabras del profesor apurando o

[ 80 ] [ 81 ]
reclamando la finalización de la tarea, y la clase termina en el mo- La educación escolar indígena necesita también considerar
mento en que se deshace el involucramiento por la finalización de la otras formas de entender las etapas de la vida, así como la necesa-
actividad, o por alguna intervención verbal del profesor, anunciando ria convivencia de edades diferenciadas. Es común en las escuelas
que comenzó el recreo o la merienda ya está lista. Incluso en escuelas observar niños más grandes acompañados por sus hermanos más
“controladas” por directores no indígenas, existe una comprensión chicos, o en la clase de adultos, ver a los niños involucrándose en las
de una vivencia diferenciada del tiempo escolar y que, al respetar el actividades: en general, fluyen ambos aprendizajes, de los grandes y
ritmo de cada persona, no perjudican los aprendizajes. de los pequeños.
Al contrario, existe una comprensión por parte del docente in- La comprensión de que existe un pasaje más directo de la infan-
dígena, como explicó el profesor kaingang Dorvalino Refej Cardoso: cia a la adultez diferencia a la escuela indígena, dado que muchas
personas, consideradas jóvenes por nosotros desde las etapas de la
Cuando un alumno acompaña a su familia a otro lu-
gar y se queda varios días fuera de la escuela, el profesor
vida que la sociedad occidental formuló en la modernidad, son adul-
sabe que donde él esté también aprende cosas importantes. tas en su sociedad. La adultez no es motivo para que finalicen los
Cuando él [el alumno] vuelve a la clase, el profesor necesita estudios, y en consecuencia, es común que las mujeres frecuenten la
recibirlo bien, porque el alumno trae muchos aprendizajes clase con sus hijos pequeños, y que de vez en cuando los amaman-
de esos días que estuvo fuera. ten. Son pequeños detalles que hacen a la escuela diferenciada y que
conducen a que gestores de las políticas públicas para la educación
El cotidiano en las escuelas guaraníes muestra un sinnúme- escolar indígena a veces tengan dificultad en comprender su sentido,
ro de situaciones que hacen reflexionar sobre el tiempo vivido en la aunque cada día, también crecen y se profundizan diálogos. La pre-
escuela o relacionado a ella. El profesor indicado para enseñarles a sencia de profesores y gestores indígenas contribuye sobremanera
los adultos, conocedor de que en su escuela podrá arbitrar sobre los para una mayor comprensión y valorización de esas diferencias en
tiempos de funcionamiento, me explica en una oportunidad que, por el modo de constituir la escuela, descubriendo ante nuestra mirada
la mañana, dictará clase para los niños mientras que, por la tarde, otros paisajes en el escenario de la educación escolar brasileña.
lo hará para los adultos. “¿En qué días de la semana?”, indago, con Es así como es posible observar una cierta organización del es-
el objetivo de preparar mis visitas para observación de las clases: pacio escolar, que aunque mantenga el modelo del edificio escolar de
“Cuando da ganas, un día llegas y me ves enseñando” (diario de cam- afuera de la aldea, también considera las concepciones indígenas.
po, septiembre de 2003). En general, buscan la fluidez necesaria para sus modos de vida que
El tiempo determinado, medido, repartido que conforma el confrontan con la fijeza de los edificios plantados en el suelo, con un
tiempo escolar nos es familiar, pues nos confeccionamos en esa re- significado de “apartamento” de las personas, de distanciamiento de
lación, por medio de una homogeneidad que marcó progresivamente la vida, y del universo.
la escuela y asumió cierta naturalidad en la sociedad occidental. Tal Registré así la existencia de escuelas cercanas a las viviendas,
vez la preocupación de los guaraníes en relación a la escuela funcio- para que los adultos la “controlen” o existan bajo los ojos de los lí-
nando sistemáticamente en la aldea, y especialmente la necesidad deres, como la escuela kaingang Top Pãn del Morro do Osso, que
de negar el encuadramiento en la regularidad temporal que se suele cambiaba de lugar físico en la aldea cuando cambiaba de líder. Un
esperar de la escuela, se encuentre justificado en la medida que intu-
yen sobre la posible interferencia también en su temporalidad social,
de la acción que interfiere, que actúa sobre el mundo. “Uno es el que llamo el
pues la vivencia del tiempo en las aldeas se hace por la contempla- ser, o ser alguien, y que descubro en la actividad burguesa de la Europa del
ción, por la fruición de un mero estar.7 siglo XVI y el otro, el estar, o estar aquí que considero como una modalidad
profunda de la cultura precolombina […]. Ambas son dos raíces profundas
de nuestra mente mestiza –de la que participamos blancos y pardos– y que
7. Kusch (2000) explica el estar indígena como contemplación, como disposi- se da en la cultura, en la política, en la sociedad y en la psique de nuestro
ción para el mundo, un mero estar ahí nomás; en oposición al ser europeo, ser ámbito” (5-6).
[ 82 ] [ 83 ]
ejemplo opuesto a éste es el de una aldea guaraní que visité en el do Sul. En esa escuela, gran parte de los alumnos no tiene un domi-
estado de São Paulo. Allí la escuela, la unidad de salud, un espacio nio pleno de la lengua kaingang y usan mayoritariamente el portu-
que abriga la televisión y el garaje para el automóvil del profesor gués. Sin embargo, aprenden su idioma originario y la escuela im-
(único vehículo locomotor de la comunidad), se localizan en un lugar plementa actividades de valorización de la lengua, incentivando su
distante respecto de las casas de las personas y del espacio de la uso más allá de las actividades escolares (Medeiros, 2012). En otra
vida comunitaria tradicional. Explicaban que crearon esa disposi- escuela kaingang en la ciudad de Porto Alegre, acompañando la coti-
ción para separar claramente lo que es de juruá (no indígena) y lo dianeidad escolar durante el año, era nítida la creciente apropiación
que es de guaraní. y uso del idioma kaingang a partir de la escuela. De este modo, la
En otros trabajos mencioné el modo con que algunas escuelas escuela oficiaba como un espacio de afirmación de la memoria, de la
indígenas que observé usan el mobiliario escolar, volviéndolo de uso tradición y de la ancestralidad:
colectivo dentro y fuera de la institución, en detrimento de lo que
Aun contribuyendo de forma limitada a la adquisición
pregonan gestores no indígenas, que muchas veces imponen el uso de la lengua indígena, ya sea oral o escrita, me di cuenta
exclusivo de ese mobiliario para actividades escolares y restrictas que las clases de kaingang poseen un rol importante en
al interior del edificio que es destinado a la escuela. Aquí residen la valorización de la lengua originaria. En primer lugar le
situaciones que configuran incomprensiones en el encuentro de dos dan a esta lengua nativa de tradición oral el estatuto de
mundos: uno, el occidental, que glorifica los objetos, les da el estatuto lengua escrita, que, según Bruno Ferreira, “transforma
de propiedad privada (de la escuela), y otro el de sociedades indíge- algo que se sabe y se usa en conocimiento”. Luís Emílio,
nas, no afectadas del mismo modo por el largo proceso capitalista de viejo sabio del Irapuá, me dijo que “un pueblo que no tiene
industrialización y consumo, que crearon otros parámetros de rela- su lengua escrita deja de ser un pueblo”. (30)
ción con los objetos que no se encuentran atravesado por la lógica de
“patrimonialización” de los mobiliarios y equipamientos escolares.8 Aun con una legislación específica que en 2015 conmemora vein-
La relación con las lenguas orales y escritas igualmente con- ticinco años de su conquista inicial, la educación escolar indígena
figura escenarios diferenciados para las escuelas indígenas, pero enfrenta grandes desafíos en Brasil, principalmente para resolver la
también de modo específico en cada realidad. El bilingüismo o mul- diferencia entre un binomio poco comprendido en general: escuela di-
tilingüismo previsto en la legislación está presente, aunque con con- ferenciada versus escuela de calidad.9 Algunos profesores consideran
figuraciones diferenciadas. Existen muchos pueblos, entre ellos los que es posible cualificar la escuela indígena por medio de una “escuela
mbyá guaraní, quienes tienen el idioma originario como su primera de tiempo integral” para que los profesores enseñen los conocimientos
lengua y, en general, los niños sólo aprenden portugués en la es- escolares y quienes son reconocidos como portadores de saberes indíge-
cuela, estudiada como una segunda lengua o lengua adicional. No nas (que también deberían cobrar un salario), actuarían como “profe-
obstante, presencié también situaciones escolares en las que ocurrió sores de la tradición” para enseñar conocimientos amerindios por me-
cierto abandono de la lengua, como entre los kaingang, donde el des- dio de la oralidad. Estas opciones implican pensar cómo se organizaría
prestigio y la falta de respeto histórico son afrontados por las comu- este tiempo y este espacio de vida escolar, y la relación con el Estado
nidades y las escuelas, que hoy contribuyen a valorizar y revitalizar gestor de las políticas de educación escolar (que reconoce como profe-
la lengua indígena.
Eso fue destacado en una reciente investigación en la Escola
9. Líderes indígenas vienen preocupándose en debatir sobre esto: si la es-
Toldo Campinas, Setor Estiva, Terra Indígena Guarita, Rio Grande cuela diferenciada no abre posibilidades para una escuela poco cualificada,
poco cuidada por el poder público. Colocan la discusión para que profesores,
comunidades indígenas, gestores de las políticas públicas tomen en cuenta
8. Acto de identificación y registro de mobiliarios y equipamientos en insti- la necesidad de infraestructura acorde, edificios escolares bien construidos,
tuciones públicas (como por ejemplo, las escuelas), para que la propiedad de formación de profesores, materiales escolares diferenciados, entre otras ini-
esos bienes quede legalmente vinculada al Estado. ciativas gubernamentales que cualifican una escuela diferenciada.

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sores a personas que poseen, aunque sea un nivel mínimo de escola- que cuidar la puerta. Los blancos son muy rápidos, si abre la puerta
rización, de dominio de la lengua escrita y de la lengua portuguesa). entra cualquiera, tiene que tener cuidado”, afirmó un líder durante
Es también desafiante para cualificar la escuela diferenciada un seminario realizado en la aldea para profundizar el entendimiento
la formación de profesores porque, a pesar de que ya aparecen nue- de la escuela que quieren. La apuesta es que el caos creativo de una
vos paradigmas en cursos específicos y diferenciados, en general son escuela que se produce a partir de las concepciones propias del mundo
librescos y escolarizados. ¿Cómo formar profesores indígenas para indígena, aunque pautada por la normalización de la escuela occiden-
que construyan de hecho una escuela diferenciada? Seguramente tal moderna, constituya otra escuela, fecundando el sistema educativo.
partirá de una formación inicial y continuada, diferenciada, con Vimos en el transcurso de este trabajo que la historia de la edu-
otros lenguajes, otros tiempos, otros espacios. cación escolar indígena registra diferentes trayectorias, donde las
Recorriendo el camino que busca constituir posibilidades para acciones de las misiones religiosas y del Estado moderno que pre-
la educación escolar, destaco aquí una perspectiva organizativa de dominaron en los siglos XVI al XX, impusieron, primeramente, la
las escuelas indígenas que también desafía al protagonismo amerin- conversión e integración, aunque fueron suplantadas en las décadas
dio en la implementación de su educación escolar: se refiere a la polí- recientes por otro movimiento: autoría y protagonismo indígena des-
tica prevista en ley y en etapa inicial de implementación, configurada encadenados en las últimas décadas, a partir de la Constitución Fe-
por los territorios etno-educacionales y su potencial transformador. deral de 1988, lo que hace surgir la esperanza de “otros quinientos”
Además de pensar la organización de las escuelas a partir de aí os en el umbral de este milenio.
las características de cada pueblo, de su historia, sus creencias, su Tal vez, en el seno de esa escuela que se está haciendo específica
cultura, existe también la apuesta a que las respuestas provengan y diferenciada, que requiere y niega a un mismo tiempo el saber y
del territorio, de la tierra, del suelo; en consonancia con lo que dice el hacer que viene de afuera, donde los líderes suelen desconfiar del
Rodolfo Kusch (2000), pues según el autor, en el encuentro entre geo- modelo “blanqueador”, sea el espacio donde se piense la universidad
grafía y cultura, en la geocultura del hombre americano, se explica indígena, que no excluye la escritura, que no excluye el saber del
la relación del suelo con el pensamiento. otro, pero que tendrá también formas y contenidos propios.
Aliada a los territorios etnoeducacionales camina la necesidad Como vimos, la ampliación de la educación escolar indígena es
de un sistema propio, ya anunciado por los líderes indígenas en la I una realidad que atraviesa a todos los pueblos indígenas, del norte
Conferencia Nacional de Educación Escolar Indígena (Coneei), don- al sur del Brasil, dialogando con la enseí anza superior, buscada con
de cada pueblo tiene como base para organizarse su modo de vida, mayor intensidad en los últimos tiempos por líderes, por profesores
su territorialidad. En la perspectiva de un sistema propio de educa- y por comunidades indígenas. Estos afirman que la universidad, así
ción escolar, el poder político, las iniciativas y decisiones quedarán a como la escuela de enseí anza básica y el nivel medio, pasó a ser un
cargo de los pueblos originarios, seguramente con mayor autonomía espacio político de afirmación y de lucha. Expresan la necesidad de
para que construyan la escuela que anhelan: específica, diferenciada los conocimientos académicos para cualificar las relaciones con el
y de calidad. mundo no indígena, principalmente con el Estado y con las políticas
públicas, de las cuales llegarán a ser progresivamente protagonistas.
Palabras para concluir
Referencias bibliográficas
Situada en la frontera entre el mundo indígena y el mundo “de
A MARAL, Fátima Trindade (2013), “O protagonismo kaingang no espaóo da
afuera”, la escuela amerindia es un espacio de diálogo, un espacio para
escola indígena: práticas pedagógicas no espaóo escolar da aldeia”, diser-
la interculturalidad. Esta institución abre un pasaje entre la aldea y
tación de maestría, Programa de posgrado en Ciencias de la Educación,
el mundo de los blancos. Es un espacio de circulación, según los mbyá
Unijui.
guaraní, por eso muestran cuidado con la institución en la aldea: “tiene
[ 86 ] [ 87 ]
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gía, Facultad de Educación, UFRGS. Lozada, con el Plan Educativo del gobierno socialista-indigenista del
KUSCH, Rodolfo (2000), “Geocultura del hombre americano”, Obras comple- MAS (Movimiento al Socialismo) bajo el gobierno de Evo Morales.
tas, t. III. Rosario, Fundación Ross. En ambos casos, se considera la relación entre el marco de la ciu-
dadanía y el enfoque educativo, además de los procesos dialécticos
M EDEIROS, Juliana Schneider (2012), “Escola Indígena e Ensino de História:
mediante los cuales se buscaron articular las nuevas políticas edu-
um estudo em uma escola kaingang da Terra Indígena Guarita/RS”, di-
sertación presentada al Programa de Posgrado en Educación, UFRGS. cativas y luego administrarlas en la práctica.
Esta comparación se funda en dos períodos del trabajo de cam-
MINISTERIO DEL INTERIOR (1975), legislación, Fundación Nacional Indígena
po. El primero realizado sobre la Reforma Educativa de 1994, dicho
(Funai), Brasilia.
trabajo estuvo comprendido entre 1998 y 2000, y fue llevado adelan-
MONSERRAT, Ruth (1989), “Conjuntura atual da educação indígena”, en Lo- te con el lingüista Juan de Dios Yapita, algunos estudiantes reali-
retta Emiri, Ruth Monserrat , A conquista da escrita: encontros de edu- zamos visitas a comunidades rurales del Departamento de Oruro
cação indígena, San Pablo, Iluminuras.
(con estudios de respaldo en el Departamento de La Paz), trabajando
PALADINO, Mariana (2012), “Algumas notas para a discussão sobre a situação con métodos etnográficos (observación participativa, entrevistas es-
de acesso e permanência dos povos indígenas na educação superior”, tructuradas y no estructuradas, talleres con grupos focales, etc.). El
Práxis Educativa, N° 7, número especial, Ponta Grossa, pp. 175-195. segundo trabajo fue realizado entre 2005 y 2006, consistió en un es-
SOUZA LIMA, Antônio Carlos de (1995), Um grande cerco de paz: poder tutelar, tudio multisitio y desde un abordaje esta vez de investigación-acción:
indianidade e formação do Estado no Brasil, Río de Janeiro, Vozes. abarcó entrevistas en el Ministerio de Educación de aquel enton-
ces y la participación en reuniones con las organizaciones de base

[ 88 ] [ 89 ]
y movimientos sociales, entre otros, la Central Obrera Boliviano para convertir a los hablantes-pensantes de lenguas nativas, en
(COB), la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesino hablantes-pensantes en castellano, por tanto, la tendencia de la Re-
de Bolivia (CSUTCB), el Bloque Educativo Indígena y el Magisterio. forma en su totalidad de centrarse en los aspectos lingüísticos. Esta
Ese segundo proyecto se orientó hacia un nuevo planteamiento para Reforma duró hasta 2004 y, según las cifras, costó aproximadamen-
la educación secundaria en el país, en los albores del cambio político te 600 millones de dólares (Velazco Reckling, 1994).
que se suponía iba a ocurrir con la elección del gobierno del MAS a Según otras críticas, la Reforma Educativa de Gonzalo Sánchez
fines de 2006. Ambos trabajos deben comprenderse en el contexto de fue impuesta tanto por las elites nacionales como internacionales
los debates educativos asociados con cada coyuntura política. desde arriba hacia abajo, como parte de las políticas neoliberales
Para contextualizar estos debates es necesario aclarar desde que se proponían incorporar el multiculturalismo del país dentro de
ahora que la demanda por la primera Reforma Educativa en Boli- la hegemonía de los grupos dominantes, y así dividir la consolida-
via surgió desde las bases: los maestros rurales, la Central Obrera ción de cualquier oposición. Por ello, hubo muy poca identificación
Boliviana y la Confederación de Campesinos, quienes buscaron la con sus propósitos de parte de las poblaciones del país, los docentes,
aceptación de la diversidad de las lenguas y culturas indígenas y padres de familia, estudiantes y alumnos. La Reforma no cumplió en
quienes planteaban que la educación debería ser de una vez “inter- la práctica todas las expectativas que generó a su inicio.
cultural y bilingüe” (Mayorga, 2012). No obstante, en la práctica, la La esperanza era que, en la nueva coyuntura política del gobier-
Ley de Reforma Educativa (N° 1.565), promulgada en 1994, formó no de Evo Morales y el MAS, el modelo político de la ciudadanía y de
parte del paquete de reformas estructurales del gobierno neoliberal la misma nación iba a cambiar. Se hablaba de incorporar todas las
de Gonzalo Sánchez de Lozada y el partido MNR, exigido por orga- naciones del país (las treinta y seis naciones originarias e indígenas
nismos internacionales, y desplegado como parte de las llamadas identificadas hasta la fecha) dentro del nuevo Estado Plurinacional
“tres leyes malditas” dirigidas a la mayor descentralización del país de Bolivia, y de reconocer e incluir en la ciudadanía (e incluso en el
y el remodelado de la fuerza laboral. Según la Constitución Políti- nuevo parlamento) las diversas prácticas políticas, deliberativas y
ca del Estado de 1995, la Ley de Reforma Educativa, ya centrada electorales existentes de estas naciones. El simple reconocimiento
en la Educación Intercultural Bilingüe, iba a implementar la parte del otro que caracterizaba la interculturalidad neoliberal de la épo-
educativa de un nuevo modelo de la ciudadanía: tanto multicultural ca de Gonzalo Sánchez ya no era considerado suficiente; se le debía
como pluriétnico, que se suponía era para todo el país. Pero, a nivel acompañar con una redistribución de recursos, tanto a nivel hori-
práctico, se restringió la aplicación de la educación bilingüe y la in- zontal (entre los departamentos y regiones del país) como a nivel
terculturalidad a los pueblos originarios e indígenas de las áreas vertical (entre el gobierno central y las nuevas regiones, autonomías
rurales y no a las poblaciones indígenas ni blancas de las ciudades. indígenas y municipios).
Además, se lo aplicó sólo a nivel primario, y sin poder desarrollar el Entonces, ¿cómo iba a desplegarse el nuevo programa educa-
currículo diversificado anunciado como parte de sus medidas. En los tivo del gobierno de Evo Morales en la práctica? Identificamos en
hechos, la Reforma se centró en la región altiplánica del país, con el ensayo dos ejes nuevos en los primeros debates surgidos en tor-
menor énfasis en las tierras bajas. no a este programa. El primero tiene que ver con las maneras de
Según las críticas dirigidas a esta Reforma, sobre todo por los afrontar la situación colonizada del país y de sus poblaciones dentro
partidarios del MAS, la enseñanza-aprendizaje de la lengua en el de la nación, en lo que se comenzaba a denominar un programa de
contexto neoliberal anterior iba a servir para que los miembros de “descolonización” (inclusive se consolidó un viceministerio dedicado
aquellos grupos rurales e indígenas se transformaran en ciudada- exclusivamente a esta tarea). El otro eje concierne a la emergencia
nos de una nación en común. En este contexto, según los argumen- de un “proyecto nacional” en el país (como diría De Sousa Santos,
tos esgrimidos, la educación bilingüe –conjuntamente con el modelo 2005) para afrontar los errores del enfoque educativo previo y propo-
constructivista de enseñanza-aprendizaje, en que el protagonista ner alternativas pertinentes y viables a una escala mayor. Aquí nos
era el profesor y no el niño– iba a proveer el andamiaje necesario centramos en el nexo clave educación-producción.
[ 90 ] [ 91 ]
Las críticas a la Reforma Educativa de los años 90 servían como unidad. Los comentarios al respecto de los maestros eran que el ay-
una guía de base para llegar a propuestas alternativas que se iban mara escrito en los materiales no era del lugar, sino de La Paz, y
desarrollando en distintos talleres y documentos educativos de las que ellos no sabían cómo usarlos. Tampoco entendían los asuntos
organizaciones de base y de la oposición política en Bolivia durante pedagógicos de estos módulos. Cuando analizamos los materiales
el período incipiente de cambio de 2000 a 2005. Estos materiales en equipo y más detenidamente, nos dimos cuenta de que el aymara
proveían los datos para nuestro segundo proyecto educativo, que lue- de los módulos consistía en traducciones literales del castellano con
go tuvimos que convertir en propuestas. Pero sólo con la propuesta poco sentido. Además, encontramos que, a pesar del esfuerzo de la
política mayor de la elección del partido MAS, en diciembre de 2005, Reforma por expresar el nuevo contenido, visualmente, el aborda-
y los acuerdos de unidad y solidaridad de los pueblos originarios e je hacia la lecto-escritura alfabética predominaba en cada unidad
indígenas con ese partido, se ha podido lanzar el proyecto de país de enseñanza. Interpretamos este abordaje como un nuevo esfuerzo
en el que la propuesta educativa iba a funcionar. En el programa para traducir todo el mundo al papel. En las páginas de cada unidad
educativo del partido MAS, redactado en su Plan de Gobierno preli- de los módulos, las imágenes de los niños, sus actividades diarias, el
minar (de 2004), se perciben los inicios de este proceso. No obstan- cuerpo, la mano, los animales e inclusive los textiles del lugar, todos
te, estos procesos de cambio deberían pasar por todo el andamiaje eran expresados en papel. Esto ocurrió también con cualquier abor-
existente del sistema educativo y el pensamiento general del país, lo daje, en los módulos hacia las tradiciones orales del lugar en aymara
que no era nada fácil. Examinaremos estas etapas por turno, para (o quechua). El objetivo pedagógico siempre era el de escribirlas.
comprender mejor sus resultados. Registramos, además, en períodos de observación de las prác-
ticas del aula, que se enseñaba todo en castellano (en comunidades
quechua y aymara hablantes) y mediante prácticas de memorización
La Reforma Educativa de 1994-2004 y el en las que el ritmo y la repetición eran factores esenciales.
desarrollo de las nuevas propuestas actuales La observación participante que aplicamos como método, no era
suficiente para comprender las ramificaciones más profundas de las
Consideremos primero las críticas a la Reforma Educativa de prácticas diarias de los cuales éramos testigos. Nuestra participa-
1994-2004, según tres momentos u ondas que iban profundizándose. ción en los ritos nacionales al inicio de agosto, en torno a la bande-
La primera onda de críticas se centró en los fondos epistemoló- ra nacional (y su pirámide de base), en el Día del Indio (en que se
gicos e históricos de la Reforma. Nuestras investigaciones sobre la celebraba la contribución de las poblaciones andinas a la nación),
educación boliviana formaron parte de una serie de estudios etno- seguido por el Día de la Patria, (que celebra la fundación de Bolivia
gráficos y lingüísticos iniciados en los años 90 (Luykx, 1993, 1999; en 1825), nos sugería que no todo era lo que parecía. Sentimos que
Yapita, 1994; Alavi, 1999; Arnold, Yapita et al., 2000; Yapita y Ar- habíamos visto algo similar en otro lugar y en otra época (Arnold,
nold, 2003) que cuestionaron las bases intelectuales de la Reforma Yapita et al., 2000).
y percibieron en sus propuestas educativas, restos de las prácticas Una revisión intuitiva de los dibujos del cronista andino Gua-
coloniales de siglos atrás. Todos argüimos que era necesario enten- mán Poma de Ayala (ca. 1613), nos mostró que en aquellos ritos la
der esta historia larga antes de plantear alternativas viables. bandera con su pirámide de base sirvió simbólicamente como una
En un período de trabajo de campo en comunidades rurales versión contemporánea del usnu incaico (el lugar donde el Inca di-
(llamadas ayllu) en los departamentos de Oruro y Norte de Potosí, rigía sus súbditos en ciertas fechas del año), con todas sus dimen-
nos concentramos, al comienzo, en la recepción y el uso en la prácti- siones cosmológicas (Arnold, Yapita et al., 2000: 258-261). Desde
ca de los materiales (llamados módulos) producidos bajo el auspicio allí, pudimos asociar los ritos nacionales en que participamos con la
de la Reforma Educativa, en unidades educativas de regiones que contribución de las poblaciones regionales a la producción agrícola,
ya conocíamos. Nuestras primeras observaciones fueron que estos dado que la tierra se abre cada año al inicio de agosto, la misma
materiales estaban bajo llave en un estante de la dirección de la fecha en que el Inca antaño dirigía estos asuntos desde su usnu (con

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la misma forma de gnomon y pirámide de base) a las poblaciones educativo dual y dialéctico con dos universos simbólicos en tensión,
bajo su mando. en que el estado imponía sus propios intereses de un lado, mientras
Aún más al fondo, cuando los niños cantaban los ritmos de la los comunarios defendían sus propios intereses por el otro, y en que
alfabetización en el aula, entendimos que estaban participando en ambos conjuntos de intereses y sus respectivas prácticas educativas
las prácticas de siglos anteriores ¡de incentivar las lluvias! Pudimos se basaban en precedentes históricos desde siglos atrás. En el caso
documentar el hecho de que, históricamente, la práctica de llamar de los comunarios, notamos que aparte de las formas familiares de
a las lluvias con cantos rítmicos muy parecidos estaba a cargo de enseñar la lengua regional en casa y la lengua estatal en la escuela,
los niños, en virtud de su inocencia (cap. 9). Igualmente, cuando los existían en paralelo formas comunales de enseñar en casa las pro-
comunarios (o pobladores de los ayllus en su condición de ciudada- pias “prácticas textuales” del lugar: el tejido y el canto de parte de
nos) daban vueltas alrededor de la bandera nacional y su pirámide las chicas, y el trenzado y la música instrumental (de los pinquillos
de base, ellos estaban participando en la circulación de aguas, para y los instrumentos de cuerda: guitarras y charangos) de parte de los
mejorar la producción de estas tierras, en ritos que quizás fechaban varones, en un sistema educativo no oficial, en tanto que se apren-
al período incaico (Arnold, 2014). Notamos que estos ritos naciona- día la lectoescritura estatal en el aula. Encontramos que el sistema
les estaban muy ligados con el rito regional llamado uma turkaña: educativo no formal incluso tenía nexos históricos con las llamadas
“cambio de aguas” (Arnold, Yapita et al., 2000: 333-337). En este “calles” de los incas, que conocemos de los dibujos de Guamán Poma
contexto mayor, nos dimos cuenta de que, para los comunarios, has- de Ayala (230-231). El sistema educativo comunal, al igual que las
ta la escritura de letras en filas de los cuadernos de los niños, eran “calles” incaicas, funcionaban mediate grupos de sexo y edad, de tal
comparables con las filas de semillas en los surcos de sus chacras, en manera que las chicas aprendían a distintas edades los intervalos
preparación para una nueva cosecha anual de productos agropasto- claves en un camino de mayor complejidad técnica en el tejido y en
riles (y de escolares formados ya en los valores estatales) (capítulo 4). el canto, a la vez que los jóvenes aprendieran las etapas del camino
En paralelo, entendimos que el estatus y poder del maestro orientado a las técnicas del trenzado y la música.
rural en la comunidad no eran simplemente de un profesional de En términos interpretativos, nuestras investigaciones etnográ-
afuera ubicado en la comunidad por asuntos laborales, sino que este ficas nos ayudaron a percibir que la manera actual de enseñar las
estatus y poder se vinculaba a siglos de negociaciones jurídicas entre lenguas nativas en el aula, tanto en los programas internacionales
las comunidades rurales y el estado (el incaico, colonial y republi- de ayuda, (GTZ, Unicef) como en la Reforma Educativa de 1994, re-
cano), orientadas a perpetuar los derechos –y usufructo de las tie- iteraba la posición de la Iglesia en la colonia (mediante el Tercer
rras– de parte de estas comunidades (cap. 7). Nos dimos cuenta de Concilio de Lima de 1582-1584), en el sentido de que las lenguas na-
que era a causa de estos intereses en las tierras que los padres de tivas no se enseñaban como prácticas liberatorias de las poblaciones
familia preferían que sus hijos aprendieran en castellano (y no en andinas, sino como vehículos para cambiar los valores de aquellas
las lenguas regionales), precisamente, para que manejen mejor en poblaciones, y, en segundo lugar, para facilitar su transición al cas-
los centros urbanos cualquier pleito sobre tierras (argüido sobre la tellano (102-104).
base de títulos escritos en castellano como lengua de la burocracia Sobre todo, el enfoque de la Reforma Educativa de 1994-2004
estatal) frente a los tinterillos regionales y representantes del esta- en la lecto-escritura, como la práctica textual principal en los libros
do. Por estas razones, los padres de familia, a través de sus cargos de texto (llamados módulos), a pesar de su nuevo abordaje visual, no
comunales, atendían a los maestros rurales (de maneras serviles a tomó en cuenta la renuencia de las poblaciones andinas hacia la escri-
nuestros ojos), cumpliendo al pie de la letra las leyes coloniales, en tura en sentido europeo (desde la Conquista) y tampoco el repertorio
perpetuación del cumplimiento de la parte comunal de las normas de prácticas textuales alternativas (el tejer, el trenzar) que existen en
negociadas con el Estado en cuanto a estos derechos de usufructo. muchas áreas rurales de los Andes. Entonces, no solamente existía
Lo que percibimos operando (y lo que confirmaron los comu- un problema de traspasar desde L1 (la lengua materna) a L2 (la len-
narios en nuestros talleres de trabajo) era más bien un sistema gua aprendida en la escuela) sino también de TP1 (la práctica textual
[ 94 ] [ 95 ]
materna, es decir el tejer) a TP2 (la práctica textual aprendida en la 60 y 70, que percibieron el habla como la forma más primitiva y la
escuela, es decir la lecto-escritura en sentido europeo) (10-13). escritura como una elaboración posterior basada en el habla. Com-
Además, si bien la Reforma exploró nuevos métodos didácticos paramos, con estas ideas tan arraigadas entre las élites educativas
(el constructivismo) para la enseñanza-aprendizaje de la lectoescri- bolivianas, la idea alternativa desarrollada por el filósofo francés
tura, al mismo tiempo se hizo poco apoyo a la formación docente Jacques Derrida, en su libro De la gramatología (1971), que sostiene
para lograr estos mejoramientos en el aula. Como resultado, se se- que en muchos casos el habla es una elaboración posterior sobre un
guían muchos de los métodos tradicionales de aprendizaje por la me- soporte escrito en sentido amplio (se podría referir a la lectura de las
moria, en tanto que los libros de la Reforma estaban bajo llave en los hojas de coca, las señales en las rocas, las figuras en los textiles o la
nuevos estantes de los directores educativos regionales, igual que cerámica), y que inclusive la oralidad cuenta con formas de organi-
los documentos de tierras en el baúl de cuero “bajo tres llaves” del zación parecidas a la escritura (Arnold, Yapita et al., 2000: cap. 1).
período colonial (cap. 8). Para animar a los padres de familia y los Se pasó finalmente a una tercera onda de críticas a la Reforma
niños a aprender sus propias lenguas en el aula, a nuestro modo de Educativa de 1994, centrada en los aspectos jurídicos. En gran par-
ver, era necesario replantear algo mucho más radical: que sintieran te, estas críticas se basaron en los resultados del Censo de 2001 en
como algo propio y en sus propios términos los nuevos métodos de Bolivia y su análisis, leído desde la perspectiva de las leyes blandas
enseñanza-aprendizaje, y no como algo impuesto desde afuera por a nivel internacional (entre ellas el Convenio 169 de la Organización
los “expertos” no-hablantes de la burocracia estatal. Nuestra intui- Internacional de Trabajo y la Declaración Universal de Derechos
ción era que, como en la India, esto debería ir de la mano con desa- Lingüísticos, de Barcelona, 1996), que apoyan a los pueblos indíge-
rrollos en la tecnología del lenguaje, a modo de inspirar a los grupos nas y las políticas identitarias. Esta vez, se trataba de la relación
a recuperar e identificarse con su lengua propia. lenguaje-identidad y las maneras en que las políticas públicas (por
Una segunda onda de críticas, aún más profundas, de la Refor- ejemplo en la Reforma Educativa anterior a nivel primario) ignora-
ma Educativa de 1994, se centró en el examen de las teorías lingüís- ban la autoidentidad de las poblaciones mayoritarias del país.
ticas y sociales de fondo. Se criticaba que la enseñanza de las len- En el censo boliviano de 2001, la respuesta a una pregunta mul-
guas nativas del país, en manos de las élites y expertos no hablantes, tivariable, sugirió que 20.97% de la población nacional era aymara
tuviera como resultado que el aprendizaje de lenguas en la escuela hablante (1.462.285 habitantes mayores de 6 años), 30.47% quechua
fuera desasociado respecto de cómo habla la gente y lo que realmen- hablante (2.124.020 habitantes mayores de 6 años) y el resto una
te dicen. A menudo estos métodos de enseñanza-aprendizaje que se combinación de otros grupos andinos (uru-chipaya), grupos amazó-
escogieron en la Reforma, fueron basados en los métodos de inglés nicos (10% del total, el grupo más grande eran los guaraníes con
como segundo idioma y se ignoraron los métodos locales de enseñar 62.000 hablantes). Esto deja aproximadamente 30% de hablantes de
las lenguas en familia. Además, se pusieron a formar nuevas élites castellano en las poblaciones mestizo criollas, la mayoría en áreas
que hablaban una “variedad académica” de las lenguas nativas an- urbanas.
dinas (aymara y quechua), aprobada por la Reforma (Luykx, 2003). A pesar de los porcentajes de hablantes de lenguas nativas, los
De allí, estas élites imponían las nuevas teorías y métodos de la Re- datos del censo eran alarmantes, porque demostraron la disminu-
forma, pero sin mucho apoyo en las teorías lingüísticas en general. ción de la población total de estos hablantes, sobre todo la disminu-
Además, se ignoró casi por completo la pragmática y la poética. ción del total de los hablantes menores de doce años. En un estudio
En particular, percibimos que la aplicación de un enfoque que hicimos en 2005 sobre las actitudes hacia el lenguaje, también
saussureano hacia el lenguaje condujo a cierta manera de percibir se demostró que las actitudes de los hablantes hacia la práctica de
la relación oralidad-escritura. En esencia, como una consecuencia hablar aymara en la región de La Paz era comparable con las actitu-
de aplicar este enfoque basado en la escritura al habla, la oralidad des hacia sus propias lenguas de los indígenas de Canadá, un país
como tal, fue ignorada. Esta tendencia saussureana fue respaldada con un porcentaje mucho menor de hablantes de lenguas nativas en
por las ideas generadas por la escuela estructuralista de los años relación con la población en su totalidad (Sachdev et al., 2006).

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En el mismo censo, con la pregunta “¿Qué lengua habla Ud.?”, rechazan que sus hijos aprendan en la escuela según las modalida-
el total de hablantes de lenguas nativas fue 49.95% (lo que algunos des de la educación bilingüe, queriendo la hispanización y el aban-
piensan que no es accidente). Con respecto a la pregunta sobre autoi- dono de las lenguas nativas en favor del inglés y otras lenguas del
dentidad, según las cifras oficiales, el 62% de la población nacional mercado mundial. Para García Linera (ibídem), la otra opción fue
se consideró indígena. El lingüista catalán-boliviano Xavier Albó cambiar la conformación política del país a una situación en que las
calculó, sobre la base de las mismas estadísticas censuales, que esta lenguas nativas podrían alcanzar los niveles de prestigio y poder en
cifra base sube a más de 70% cuando se agrega el resultado de la el mercado laboral y en la sociedad en general, sin abandonar la len-
pregunta sobre la autoidentidad (comunicación personal). gua materna, y quizás a una situación en que el hablar una lengua
Desde los años 70, hubo una demanda de parte de los pueblos nativa sería precisamente lo que dé a alguien la oportunidad y valor
indígenas de que se hicieran oficiales algunas de las lenguas nati- para alcanzar estos trabajos: él daba el ejemplo del nuevo presidente
vas habladas en Bolivia. No obstante, se reconoció esta condición de Bolivia, Evo Morales, quien (según García Linera) habla tanto
recién en 2000, en un decreto supremo (N° 25.894), y aun así, se aymara como quechua, además del castellano.
limitó esta condición a solamente 33 de las 37 lenguas nativas del
país. Siguiendo las recomendaciones de la Declaración Universal de
Derechos Lingüísticos, de 1996, Albó reiteró en 2001 que se debería Repensar la teoría y práctica educativa
hacer oficial al castellano en todo el territorio nacional y a las len- en Bolivia bajo el gobierno del MAS
guas nativas en sus territorios y áreas de influencia, aprovechando
el proceso educativo para introducir estos cambios (Albó, 2001). En los meses anteriores a la elección de 2005 (en la que ganó
Conjuntamente con estas demandas jurídicas y el análisis de la masivamente el partido MAS), en el contexto de varias comisiones
situación lingüística del país, otras críticas analizaron las relaciones de trabajo y agrupaciones de intelectuales, iniciamos nuestro pro-
entre la lengua y el mercado laboral. La economista boliviana Eliza- yecto de investigación sobre la educación secundaria. Con este nuevo
beth Jiménez (2000), demostró que los indígenas hacen solamente el impulso, comenzamos a repensar la ruptura anterior entre cultura e
4% de los trabajos calificados, el 28% de los trabajos semicalificados, interculturalidad, y entre la educación bilingüe y la lengua hablada
y el 67% de los trabajos más vulnerables y precarios. Álvaro García en general. Trabajando con las organizaciones de base, buscamos de-
Linera (2003), antes de ser nominado vicepresidente de Bolivia (del sarrollar puentes, al nivel de la educación secundaria (el enfoque de
partido MAS), usó estos datos para respaldar su crítica del estado una nueva ola de reformas educativas pendientes), entre el enfoque
boliviano, que él caracterizaba como monocultural, monolingüís- saussureano previo y un enfoque nuevo derivado de la pragmática.
tico y monoconstitucional. García Linera desarrolló sus argumen- Prestamos atención especial a lo que iba a ser el modelo paradigmá-
tos para vincular estos patrones en el mercado laboral con lo que tico ideal para el programa educativo del MAS: la Escuela-Ayllu de
él llamó la “acumulación de capital lingüístico”. Señaló que en los Warisata, lanzado en los años 30 por el campesino aymara y autori-
niveles inferiores del mercado donde los trabajos son más precarios, dad del lugar Avelino Siñani y el profesor rural Elizardo Pérez.
se hallan hablantes monolingües de lenguas nativas, en tanto que A la vez, nos pusimos a repensar la interculturalidad, hasta
en los niveles superiores con trabajos de más estatus y prestigio, se entonces el tendón de Aquiles del programa de Educación Intercul-
hallan hablantes monolingües de castellano o aquellos que hablan tural Bilingüe. Después de más de diez años, todavía no existía un
el inglés con L2. Entre estos dos polos, se ubican las generaciones de consenso sobre su significado o su aplicación en la práctica, y las de-
migrantes rurales a las ciudades, quienes han aprendido a hablar finiciones existentes dependían mucho del contexto: desde qué lugar
castellano a la fuerza, luego a hablarlo bien, después a escribirlo del sistema educativo se hablaba (desde el Ministerio de Educación
en la escuela y, finalmente, a escribirlo a nivel universitario, ya en y Culturas, desde el magisterio, desde los padres de familia, desde
la segunda o tercera generación de descendientes. Para García Li- los expertos, desde la iglesia). Planteamos que una vía para seguir
nera, es a causa de este mercado laboral que los padres de familia era convertir en la práctica el nexo teórico que propuso el sociólogo
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portugués Boaventura de De Sousa Santos (2002) entre el “reconoci- conocimiento, otros saberes y otras posiciones epistemológicas en un
miento cultural” y la “redistribución de recursos”: lingüísticos, cul- sistema educativo para todos (De Sousa Santos, 2005). Inspirado por
turales, financieros, técnicos, tecnológicos, productivos (Arnold con lo que iba pasando en otros países del continente, en vez de repetir el
Calla, 2005). Souza Santos visitó Bolivia varias veces durante aquel contenido de currículos ya pasados de moda desde hacía décadas, se
período y pudimos conversar sobre sus ideas, que ya estaban implíci- hablaba de una forma didáctica-pedagógica sobre la base de proyectos
tas en el Plan Educativo del MAS, por lo menos a nivel teórico. y problemas, centrados en sus aspectos productivos (Ramírez, 2004).
Llegamos a advertir que no era suficiente reconocer las diferen- La propuesta de 2004 del Bloque Educativo Indígena, una
cias (de lenguas, de epistemologías) dentro del aula sin cambiar al alianza no partidaria de diez organizaciones indígenas, los coloniza-
mismo tiempo las cosas fuera del aula, comenzando con el sistema de dores (los altiplánicos que migraron a las tierras bajas) y los campe-
administración de la escolarización a lo largo del país (en el minis- sinos de las tierras bajas y altas, fundada en el marco de los CEPO
terio, a nivel departamental o a nivel municipal). Se percibía como (Consejos Educativos de Pueblos Originarios), servía como base para
un problema fundamental en las gestiones anteriores la falta de vi- una propuesta en común. Esta propuesta insistía en que las etapas
sión en el uso de los fondos disponibles de la Ley de Participación de aprendizaje, el contenido curricular, las formas de gestión y ad-
Popular de 1994 (otra reforma de Gonzalo Sánchez de Lozada), para ministración del sistema educativo, todas, deberían ir dirigidas a la
sensibilizar y descentralizar plenamente el sistema educativo o para producción regional, y a los patrones de pensamiento de los pueblos
desarrollar los nexos necesarios entre la educación y la producción, indígenas y originarios. Merece subrayar que esta propuesta nunca
por lo menos a nivel municipal. exigía una educación esencialista y predominantemente intracultu-
Por tanto, era todavía necesario desarrollar un sistema inter- ral para indígenas, separada del sistema nacional, sino una educa-
cultural de administración o gestión que reconociera las diferencias ción centrada en la preparación de estos jóvenes en los quehaceres
de horarios basadas en los ciclos agrícolas y productivos en general. necesarios para mejorar sus posibilidades de afrontar con éxito sus
Al nivel mayor, era necesario transformar un aparato estatal hege- retos en el mundo.
liano (monocultural y monolingüístico) en un modelo alternativo que
reconociera las diferencias en su interior. Según De Sousa Santos,
esto incluiría el desarrollo de estrategias de desarrollo de identidad Las políticas educativas en el plan
nacional y, a la vez, de soluciones prácticas que permitieran la mayor de gobierno del MAS
descentralización administrativa y la autodeterminación en gene-
ral, a nivel municipal y en los territorios indígenas. Este tipo de De estos debates e insumos conceptuales, en los primeros meses
solución también debía privilegiar la equidad entre regiones y entre del gobierno del MAS, se desarrolló la propuesta de la Educación In-
los centros urbanos y las áreas rurales. tercultural Bilingüe o EIB, de la Reforma Educativa de 1994-2004,
En la nueva oportunidad dada por la elección al MAS, en vez a lo que Albó llamó la propuesta de EIIPPP: la Educación Intra e
de repetir los discursos multiculturales entre diferencia e igualdad, intercultural, Participativa, Productiva y Plurilingüe, lo que actual-
o la insistencia, políticamente correcta, de la interculturalidad de mente se llama la educación productiva comunitaria.
la Reforma Educativa de 1994-2004, o bien los reclamos por un in- Al inicio, el Plan de Gobierno del MAS de 2006, en su pilar de
cipiente diálogo de saberes (que ocultaba las relaciones de poder al educación y cultura, reconoció el conjunto de ideas en circulación
fondo), el reto ahora era encontrar maneras de crear un sistema edu- antes de su elección. En la práctica, se planteó la Ley Elizardo Pérez
cativo que reforzara la identidad en su aspecto intracultural. Aquí, y Avelino Siñani para refundar la educación y revalorizar la cultura,
los valores del conocimiento local o los conocimientos regionales se al desarrollar una educación sostenida en la intra e interculturali-
vuelven los valores universales. Nos dimos cuenta que los centros de dad, fortaleciendo la plurinacionalidad y el plurilingüismo. La nue-
enseñanza-aprendizaje en todos los niveles, deberían ser sitios de una va ley proponía superar el “colonialismo interno existente” que no
“ecología de saberes” compartidos, para así incluir otros sistemas de tomó en cuenta la identidad de los Pueblos Indígenas y Originarios o

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PIO, acompañado por una revaloración “de los saberes, en la gestión desarrollar también una educación vinculada a los pisos ecológicos
y organización del currículo y los centros educativos”. En el mismo y regiones culturales y productivas, tomando en cuenta “las caracte-
sentido, se buscaba “el desarrollo y fortalecimiento de pensamien- rísticas y vocaciones productivas, organización social y comunitaria,
tos educativos y pedagogías nacionales desde nuestra identidad, fi- y cosmovisión” de estas regiones.
losofía, realidad y experiencias educativas, como la Escuela Ayllu En resumen, la estrategia de la propuesta del MAS en aquellos
de Warisata”. A nuestro modo de ver, el uso en estas propuestas del años era la de “refundar la educación para refundar el país”, con una
término saberes implica ya la intromisión de cierto esencialismo en “educación fiscal y pública, única y gratuita”, y así “igualdad para
estos planes, puesto que tratan estos saberes como si fueran fijos en todos” (respaldada con programas educativos de “igualación de opor-
el tiempo y el espacio. En la práctica, los saberes de las personas y tunidades”). La nueva educación intra e intercultural, comunitaria y
de los grupos se moldean constantemente, según las influencias del solidaria, se definiría “con base en la plurinacionalidad y el plurilin-
entorno. güismo del país, y de aplicación en todo el sistema educativo nacional,
Con el plan educativo de MAS, se procuró también superar la ámbitos urbano y rural”. Sería una educación biocosmocéntrica, con
pobreza, pero ya con una redefinición de la naturaleza de los pobres, dos facetas: primero, educación para la producción social, tanto inte-
percibidos como “grupos sociales a quienes se les niega el uso y la lectual como material, y segundo, educación como parte de la cons-
posibilidad de producir información, conocimiento y tecnología, así trucción del “vivir bien”. En la misma coyuntura, se acuñó este térmi-
como el acceso a servicios básicos”. Con un posicionamiento cada vez no para el nuevo Estado que iba surgiendo, aunque en la práctica fue
más socialista del partido MAS, se veía esa pobreza en Bolivia como una traducción literal del “Estado de bienestar” vigente en otros paí-
“producto de la acumulación irracional del capital”, y la desigualdad ses del mundo, con poco sentido en las lenguas nativas de los Andes.
por ingreso “que es la más alta de la región latinoamericana”.
Como corolario, se buscó superar la educación existente como
manifestación de la “desigualdad”, lo que se expresó “con mayor in- El ejercicio del plan educativo del MAS en la práctica
tensidad en las poblaciones de mujeres, áreas rurales, indígenas,
zonas suburbanas, personas con discapacidad, y niños, niñas y ado- A casi una década del gobierno del MAS: ¿qué tanto del Plan
lescentes trabajadores”, en favor de una educación que iba a cons- Nacional de Transformación de la Educación Boliviana se ha logrado
truir “igualdad de oportunidades educativas” para estos sectores, en la práctica, y qué dificultades se perciben en el camino? Aquí mis
y generar mecanismos equitativos de distribución de bienestar. La comentarios derivan de la experiencia personal de participar como
solución para el MAS era dar prioridad a la “igualdad de oportuni- invitada en varias reuniones oficiales y no oficiales sobre temas edu-
dades educativas” para tales sectores, al fortalecer la participación cativos, como oyente y como ponente.
de la sociedad en la formulación de políticas públicas en educación. En mi opinión, la Ley de la Educación Boliviana Avelino Siñani-
En cuanto a la conformación del Proyecto Nacional, se planteó Elizardo Pérez N° 070, debatida durante la Asamblea Constituyente
que la educación se vincule de una vez con la realidad económica, (2006-2007) y aprobada al final en 2010, fungió como un documento
para que se pase de un país monoproductor y vendedor de materia de intenciones más que un plan operativo. Si bien se convierte la EIB
prima, y de una producción a pequeña escala dispersa, a una educa- en la EIIPPP a nivel de la retórica, hubo pocas indicaciones respecto
ción que genere ciencia y tecnología, y desarrolle procesos de forma- de cómo aplicar este programa en la práctica. Como muchos aspec-
ción técnica y tecnológica. Se arguyó que la educación, en general, tos del gobierno del MAS, se ha aprovechado de los debates de perío-
se ha desarrollado al margen de esta realidad, concentrándose en su dos anteriores sin convertirlos en programas realizables, mientras
rol de “satisfactor de aspiraciones”. La solución sería una educación que la ideología monolítica del partido buscaba silenciar cualquier
“que genere y/o adapte ciencia y tecnología, y desarrolle procesos de debate al respecto en la sociedad boliviana. Sobre todo, la ley no pro-
formación técnica y tecnológica, vinculándolos con tecnologías apro- veía una propuesta viable a las demandas sociales masivas para una
piadas”. De la visión hegemónica de territorio y geografía, se iba a
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educación que haga puente entre las humanidades y la parte técnica país que no aceptaron estos criterios. Aun así, en la práctica no hay
y tecnológica. ningún programa oficial de enseñanza de lenguas nativas en las
En la práctica de la gestión del MAS, el discurso sobre “consen- unidades educativas en el país, aparte de los cursos dirigidos por
sos societales” basados en las propuestas educativas anteriores iba algunos maestros con una vocación especial en este desempeño. En
a ceder en favor de una abierta intromisión de asesores educativos La Paz, sólo se han desarrollado cursos de aymara en la Escuela de
de países aliados en la lucha hacia el socialismo, sobre todo de Ve- Gestión del gobierno (dirigidos a funcionarios estatales), en los que,
nezuela y Cuba. Esto ocurrió con la ayuda de un equipo de maestros igualmente, se enseñan las formas de lectoescritura de las lenguas
cubanos, en uno de los programas educativos “más exitosos” (según nativas del país desarrolladas en la Reforma Educativa de 1994.
los partidarios del MAS): el Programa Nacional de Erradicación del Otro de los ejes centrales de la gestión del MAS, en la llamada
Analfabetismo, principalmente de adultos, que buscaba la “forma- “descolonización” de la educación, provocó pugnas con una parte de
ción técnica y ciudadana”. Esta propuesta se condujo exclusivamente la Iglesia por la insistencia del primer Ministro de Educación del
en castellano, sin tomar en cuenta las lenguas regionales y las for- MAS (Félix Patzi) en el carácter laico del sistema (impulsado, en
mas textuales regionales. Simplemente se anunció que el país ¡ya los hechos, por las iglesias evangélicas del país) de la educación fis-
no tenía gente analfabeta! Este abordaje iba en contra de todas las cal boliviana, cuando en principio el sistema ha tenido ese carácter
críticas de la anterior Reforma Educativa (que igualmente entendía desde 1952.
al analfabetismo como una mala hierba que habría que arrancar, en Aun así, en la práctica, la descolonización se volvió la palabra
vez de entender la larga historia de una pugna de prácticas textua- de moda en la gestión educativa del MAS, al igual que la intercultu-
les), e ignoró por completo los criterios de la educación bilingüe de ralidad durante la gestión anterior; con relación a ambas, nadie sabe
facilitar la alfabetización al realizarla en la lengua materna. lo que quieren decir pero hay mucho debate al respecto.
¿Cómo el MAS ha optado por la nueva vía de erradicación de Como parte de la noción de descolonización, se ha propuesto
analfabetismo? En su Plan Educativo, se perciben ciertas contradic- la revalorización de los “conocimientos locales”, que por lo menos
ciones entre las propuestas por una mayor diversidad (vía los ejes de reconocieron la importancia de la “ecología de conocimientos” y su
la interculturalidad y multiculturalidad dentro de la nación-Estado) articulación en los centros de aprendizaje del país. Pero nuevamente
y otras para mayo “igualación de oportunidades”, que tienden a op- la práctica ha sido otra: se ha exigido que cada una de las naciones
tar por soluciones más homogéneas; es decir, tensiones entre los as- originarias e indígenas elija una persona mayor de sesenta años
pectos indigenistas y socialistas de su ideología. para preparar el nuevo currículo de primario y secundario en su re-
Relacionado con ello es el hecho de que, si bien se han despedido gión, y luego se ha extraído a estas personas mayores fuera de con-
a 160 de los 200 funcionarios anteriores del Ministerio de Educación, texto, se las ha llevado hacia la ciudad de La Paz, para trabajar con
para reemplazarlos con funcionarios del MAS en el ya redenominado los equipos técnicos del Ministerio de Educación y Culturas. Esta
Ministerio de Educación y Culturas (MEC), todavía se cuenta con la tendencia de esencializar los pensamientos de los pueblos del país y
anterior Dirección de Educación Intercultural Bilingüe, manejada fijarlos en un tiempo inmemorial e inalterable iba a caracterizar los
por los expertos de la Reforma Educativa de 1994. Bajo su dirección nuevos contenidos curriculares, realizados por expertos en la “cos-
y en alianza con sus contrapartes en los CEPO (Consejos Educati- movisión de los pueblos”, muchos de ellos refugiados de la Reforma
vos de Pueblos Originarios), se ha decidido recuperar las formas de Educativa de 1994, pero ya transformados políticamente (Lozada,
escribir el Aymara de la Reforma, esta vez respaldado por decreto, 2007). “Cosmovisión indígena” también se ha vuelto una expresión
cuando estas formas de escritura han sido precisamente aquellas de moda en esta coyuntura esencialista, aunque es notable que nun-
más criticadas por los educadores y lingüistas en las gestiones de ca se hable de la cosmovisión mestiza o criolla, y menos aún de la
gobiernos anteriores (Alavi, 1999 y 2006; Yapita con Arnold y López, cosmovisión europea o norteamericana. Se funge como otro término
1999). Al mismo tiempo, se silenció cualquier debate y cualquier in- esencializador, y por su uso, sugiere que algunos tienen filosofía y
centivo de colaboración con los lingüistas en las universidades del otros tienen cosmovisión.

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Otro fenómeno que acompaña el acercamiento masista hacia obligados a reiterar su posición al respecto, en contra del esencialismo
la decolonización es el respaldo de un posicionamiento centrado en y en favor de un universalismo, pero con tilde andino-amazónico.
“epistemologías en conflicto”, en donde se sataniza todo lo blanco y Con respecto al análisis actual de la situación educativa del
occidental, y se idealiza todo lo indígena y andino (Arnold y Calla, país, una generación de pesquisas (Lizárraga y Neidhold, 2011; Sa-
2005). Esta tendencia ha penetrado los medios masivos de comuni- aresranta et al., 2011; Gutierrez y Fernández, 2011) realizadas por
cación, además de las universidades y otros centros de debate. Puede estudiantes de la Universidad PIEB (Programa de Investigación Es-
que sea parte de lo que Gayatri Spivak (1990) y Stuart Hall (1996) tratégica en Bolivia) sobre temas educativos vigentes –educación y
llaman una fase de esencialismo estratégico. Hall, un intelectual producción, educación y tecnología, educación y género, educación
negro, reconoce la importancia de esta estrategia en países coloni- indígena– se presentó a los expertos del MEC, pero sus resultados
zados, para poder recuperar la dignidad de un pasado lejano y dis- han sido pasados por alto en los programas educativos oficiales. Lo
minuir los traumas de la colonización y la colonialidad insistente que demuestran estos estudios es que la situación en las áreas ru-
actual. Pero Hall también prevé un momento en esta lucha en que rales y periurbanas del país, especialmente con respecto a las opor-
se pasa del esencialismo estratégico cerrado a una situación más tunidades de las jóvenes, y las posibilidades de aprender una edu-
inclusiva y que mira hacia afuera a las exigencias de la globalización cación vinculada con lo productivo y lo tecnológico, no ha cambiado
actual. En Bolivia, además, estos discursos públicos “antioccidenta- desde la década previa.
les” van acompañados, en la práctica, por una disminución de la par- En parte, esta falta de cambio en lo educativo se debe al he-
ticipación indígena en las posiciones de poder del segundo gobierno cho de que la propuesta del nuevo Programa Educativo del MAS de
del MAS, en relación con el gobierno iniciado en 2005. armar un Proyecto Nacional basado en el desarrollo del nexo edu-
Estos debates ideológicos se centraron en los niveles superio- cación-producción, se dejó a un lado desde los primeros meses del
res del sistema educativo, donde muchas veces las posiciones de los gobierno cuando se renegociaron los contratos con los transnaciona-
ideólogos masistas y los estudiantes receptores de estas políticas son les por los hidrocarburos y se decidió el destino de los ingresos en
opuestas. Percibimos estos choques en las universidades indígenas (en el nuevo fondo de IDH (Impuesto Directo de los Hidrocarburos). De
el Altiplano, los valles orientales y tierras bajas) construidas durante ese impuesto, se distribuyeron U$S 30 millones en cuotas de 200Bs
la gestión del MAS y dirigidas a recuperar las prácticas tradiciona- (aprox. U$S 40) anuales a todos los niños de los primeros cinco años
les de los pueblos indígenas y originarios del país (en la agricultura, de primaria en escuelas fiscales (no en las privadas), a modo de in-
pastoreo, textiles y otras artesanías). Allí, los maestros urbanos con centivar la matriculación, permanencia y culminación del año esco-
sus visiones idealistas y nostálgicas hacia lo que ellos perciben como lar, en el programa del Bono “Juancito Pinto”, sin ninguna garantía
las prácticas andinas tradicionales chocan insistentemente con una del destino educativo de estos fondos. Otra vez, Bolivia permane-
nueva generación de jóvenes nacidos en estas mismas áreas rurales, ce como un país (y población nacional) dependiente de ingresos, en
quienes, a diferencia de sus maestros, se muestran más entusiasma- vez de un país innovador en vías de desarrollar su propio aparato
dos en desarrollar las nuevas tecnologías en boga a nivel mundial que productivo. Por otra parte, el eje educación-producción, en vez de
cualquier tecnología desarrollada endogámicamente. Nuevamente, se conformar parte de un Proyecto Nacional liderado por el Ministe-
trata de un choque de paradigmas centrados en la educación indígena, rio de Educación y Culturas, se ha quedado en el nivel municipal,
entre las ideas manejadas por los de afuera de estos pueblos, con su traspasando la iniciativa al Ministerio de Salud como parte de las
tendencia a optar por un abordaje esencialista, y los miembros de es- nuevas políticas de seguridad alimentaria y disminución a cero de
tos grupos que tienden a optar por una educación más universal, pero la malnutrición de los niños menores de cinco años.
combinada con la percepción del mundo desde las localidades y desde Los resultados del muy criticado Censo Nacional de 2012 confir-
sus propias lenguas. Ante estas posiciones arraigadas de los exper- maron muchas de las tendencias delineadas en el presente ensayo.
tos educativos actuales, una y otra vez los representantes de la pro- En relación al censo de 2001, la cifra de hablantes de las lenguas
puesta original de 2004 del Bloque Educativo Indígena se han sentido nativas ha disminuido dramáticamente, en el caso del quechua de
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2.124.020 (el 30,47%) a 1.680.384 (el 17,43%), el aymara de 1.462.285 a cambiar sus prácticas, a la vez que se proponen otras maneras de
(el 20,97%) a 1.021.513 (el 10,60%). El sentido de autoidentidad de los formar y reclutar una nueva generación más visionaria de maestros.
encuestados con un pueblo indígena ha disminuido de forma igual- Pensamos que una de las vías en el futuro es lograr un buen
mente dramática, de 62% (versus 41% que no se identificó) en el cen- planteamiento para el Proyecto Nacional de Bolivia y consensuar las
so de 2001 a 38% que se identifica versus 58% que no se identifica necesidades educativas para realizarlo. Sustituir a esta tarea por
en el censo de 2012, es decir, invirtiendo los porcentajes anteriores. soluciones políticas, sean el neoliberalismo del MNR o el socialismo
Existe hasta ahora todo un debate al respecto al grado de intromi- del MAS, para dictar el contenido curricular y las maneras de ense-
sión política en estas nuevas cifras, el marco de las preguntas cen- ñar y evaluarlo, siempre lleva el peligro de fomentar un programa
suales y las maneras de interpretar los resultados. De todos modos, educativo sin norte y así dejar otra generación de excluidos. Al mis-
estos resultados confirman el rumbo ideológico del MAS durante su mo tiempo, la posibilidad para lograr esta vía exige la mejor articu-
gestión, de pasar de un enfoque proindígena en sus primeros años lación entre las demandas de las varias poblaciones del país y una
del gobierno, a un enfoque prosocialista. forma del socialismo menos monolítica, más abierta al debate y más
Merece subrayarse que las tensiones entre los valores de las interesada en las prácticas diarias del aula, en toda su diversidad.
poblaciones indígenas y del socialismo no se limitan a la esfera edu-
cativa; son de larga data y cada vez más intensas, a medida que se
sienten los intereses globalizantes en la región (Bebbington y Hum- Referencias bibliográficas
phreys, 2010). Esto se ve con toda claridad en la conocida lucha de
A LAVI M., Zacarías (1998), “Los textos escolares y la calidad lectora en el
las poblaciones indígenas del Tipnis (el Parque Nacional Isiboro Sé-
contexto de la Educación Intercultural Bilingüe de la Reforma Educa-
cure) en las tierras bajas de Bolivia, contra las políticas dominantes tiva”, XII Reunión Anual de Etnografía, 1998, t. III, La Paz, Musef, pp.
de Bolivia centradas en el desarrollismo-extractivismo y la supuesta 443-457.
necesidad de construir la carretera transoceánica Villa-Tunari-San
– (1999), “El colonialismo lingüístico y educativo en Bolivia”, ponencia pre-
Ignacio de Mojos en pleno territorio indígena. Tampoco habría que
sentada en el simposio “La gestión del multilingüismo: ¿qué futuro para
olvidar que estas políticas nacionales, a su vez, están impulsadas por los idiomas indígenas minorizados?”. http://www.reseau-amerique-lati-
los intereses mayores de dos países socialistas, Brasil y la China, de ne.fr/ceisal-bruxelles/ET-DH/ET-DH-7-ALAVI%20MAMANI.pdf (fecha
relacionarse mediante el traslado transnacional de los productos de de consulta: 19 de agosto de 2015).
sus mercados masivos a través de esta carretera. Similares tensio-
– (2010), “La estandarización y la normalización de las lenguas originarias:
nes se registran en otros países de la región. la lengua aymara”, ponencia presentada en la XXIV Reunión Anual de
Etnología-RAE-Lingüística Educación Intercultural Bilingüe y Orali-
*** dad, La Paz, Museo Nacional de Etnografía y Folklore.

¿Por qué estas carencias de gestión en un gobierno que tuvo A LBÓ, Xavier (2001), “El decálogo para una buena normalización en lenguas
54% del voto nacional cuando llegó al poder? El educador Guillermo originarias”, en Ronald Grebe y Utta von Gleich (comps.), Democratizar
la palabra, las lenguas indígenas en los medios de comunicación de Boli-
Mariaca (2006: 86-91) ha criticado fuertemente la postura del pri-
via, La Paz, Universität Hamburg, Goethe Institut, Universidad Católi-
mer Ministro de Educación del gobierno del MAS, el sociólogo Félix
ca Boliviana, pp. 67-86.
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Introducción
ricana, Centro de Estudios y Cooperación para Latinoamérica (Cecal),
Barcelona, año 7, Nº 17, pp. 49-70. En los últimos años hemos presenciado un espectacular incre-
mento de los temas relacionados con el carácter multicultural de las
sociedades nacionales, hasta ahora consideradas “monoculturales”
según la noción europea del Estado-nación homogéneo. Con esta u
otras expresiones equivalentes, se han empezado a producir reflexio-
nes e investigaciones de muy distinto tipo por parte de profesionales
de diversos campos pero, muy especialmente, de la antropología y de
las ciencias de la educación. Algunos sostienen que este nuevo ám-
bito de estudio está estrechamente relacionado con el resurgimiento
y la redefinición de las identidades étnicas indígenas en el contexto
del posindigenismo latinoamericano. Otros insisten en que son más
bien los nuevos flujos migratorios del sur hacia el norte los que han
obligado a que se replanteen aspectos que configuran nuestra vida
social y cultural desde ámbitos disciplinares muy diversos. De una u
otra manera, todos ellos contribuyen al debate acerca de la diversi-
dad y de la interculturalidad.
En este contexto, los enfoques teóricos y políticos del multicul-
turalismo, de la interculturalidad y de la educación intercultural
ofrecen diversas pistas no sólo para el análisis de las problemáticas
actuales, sino también para visualizar posibles ámbitos y formas de
involucramiento de los académicos en la construcción de un mundo
más justo, más sustentable y más respetuoso de la diversidad. Ya no

[ 112 ] [ 113 ]
se trata únicamente de buscar solidarizarse con las luchas de “los de los Estudios Interculturales como ámbito de investigación. Para
otros”, sino de asumirse como un sector con problemas y demandas ejemplificar, haremos referencia, principalmente, a propuestas de
específicas, y desplegar estrategias políticas para lograr los cambios educación superior intercultural en México, abarcando a la intercul-
deseados, en nuestras propias instituciones y en los ámbitos donde turalidad en sus vertientes pedagógica y política.
nos movemos. En particular, se requiere idear nuevas modalidades
de colaboración entre académicos, estudiantes y una amplia gama
de actores sociales, en torno a intereses y utopías compartidas, y con Cultura, identidad, lo multi, lo inter
la posibilidad de incidir en las políticas públicas. y la diversidad: precisiones conceptuales
La labor de los antropólogos y educadores se ha dirigido, en
muchos casos, a la comprensión de los problemas que viven las et- Cabe hacer la distinción entre los modelos basados en el recono-
nias y otros sectores sociales marginados o excluidos, y a partir de cimiento de la diferencia y aquellos que hacen énfasis en la interac-
estos análisis hemos buscado formular propuestas, esperando que ción entre miembros de la diversidad de grupos que componen una
encuentren canales para convertirse en acciones o lineamientos de determinada sociedad. El siguiente cuadro ilustra cómo estas dos
política pública. Es decir, la generación de conocimiento en sí misma corrientes abordan el plano fáctico y el plano normativo o prescrip-
contribuye parcialmente a la construcción de sociedades intercul- tivo (cf. gráfico 1).
turales; por ello se requiere una investigación que conduzca a una
aplicación del conocimiento a través de estrategias concretas de inci- Gráfico 1. Tipos de discursos en los estudios interculturales
dencia para el diseño y la implementación de políticas intercultura- Plano fáctico Multiculturalidad Interculturalidad
les, por ejemplo en el ámbito educativo. Hoy día difícilmente puede o de los hechos Diversidad cultural, 9elaciones interttnicas,
= lo que es linN…xstica, reliNiosa interactorales,
evaluarse la pertinencia del quehacer antropológico y educativo sin
interlinN…xsticas,
hacer referencia a estos grandes retos que enfrenta la humanidad, interreliNiosas
tanto en términos de la deteriorada convivencia entre las personas
y entre las colectividades humanas como de la relación entre éstas Plano normativo Multiculturalismo Interculturalismo
o de las WroWuestas Reconocimiento de la Convivencia en la
y el medio natural del que dependen. Son retos de la humanidad socioWolxticas y tticas diferencia diversidad
entera, y por lo tanto de cada ser humano, de cada colectivo, de cada = lo que deberxa ser  PrinciWio de iNualdad  PrinciWio de iNualdad
institución, incluyendo ciertamente a las instituciones educativas.  PrinciWio de  PrinciWio de
diferencia diferencia
En esta contribución proponemos primeramente una delimita-  PrinciWio de
ción conceptual de las nociones básicas de cultura, identidad, multi- interacci}n Wositiva
culturalidad/ismo, interculturalidad/ismo y diversidad. Nos centra- Fuente: Dietz (2012), a partir de Giménez Romero (2003)
remos en precisar, analizar y discutir los presupuestos conceptua-
les de origen antropológico que rigen y vertebran este debate, pero
que a menudo no se explicitan suficientemente. Asimismo, se ofrece Nuestro foco de atención es la dimensión inter, más que la di-
una contextualización de los llamados Estudios Interculturales y mensión multi; como ya señalamos, el enfoque intercultural nos pa-
su relación con la educación intercultural, que constituye nuestro rece particularmente fértil –teórica y políticamente– para enfrentar
principal ámbito de investigación y acción. En la segunda mitad los retos actuales de la diversidad cultural en América Latina.
del capítulo se presentan y desarrollan: 1) una propuesta metodo- La diversidad cultural está siendo abordada extensamente por
lógica para la investigación etnográfica con enfoque intercultural, la antropología y la etnología, considerando sobre todo las relacio-
que considera la tríada diversidad-diferencia-desigualdad, y 2) una nes que se establecen entre individuos o colectividades de distintas
reflexión sobre la construcción de políticas educativas intercultu- etnias o distintos países. Los cada vez más amplios movimientos
rales que concrete la aplicación del conocimiento generado a partir migratorios son un fenómeno que está generando, no sin fricciones,
[ 114 ] [ 115 ]
muy diversas interacciones entre los culturalmente diferentes. Sin necesario, previa o paralelamente, alterar las correlaciones de fuer-
embargo, aquí nos referiremos a algo mucho más amplio: una di- zas, no sólo entre distintos actores sino también entre distintos sis-
versidad de diversidades; con ello hacemos alusión a la presencia temas de producción, validación y circulación de saberes (sobre estas
de elementos de carácter cultural en diversas formas de diversidad luchas en el plano epistemológico ver De Sousa Santos, 2009).
social. Por ejemplo, podemos hablar de culturas juveniles, porque En el marco de estas precisiones conceptuales, sobresalen las
reconocemos una dimensión de interculturalidad en las relaciones nociones de cultura e identidad. Consideramos que muchas de las
intergeneracionales. De manera análoga observamos, por ejemplo, acciones que han pretendido interculturalizar la escuela comparten
diversidad cultural en situaciones de interacción entre académicos, un concepto substancialista, primordialista y objetivista de la cul-
activistas, organizaciones campesinas y autoridades gubernamen- tura (Dietz, 2012). Y que ello ha contribuido a la reetnificación de
tales. Hay múltiples fuentes de diversidad en nuestras sociedades, numerosos procesos culturales bajo modelos de etnificación esencia-
donde se entretejen de manera cada vez más compleja factores de lizada, con una visión de la cultura muy folclorizada, favoreciendo
distinta índole. Proponemos definir y analizar lo específicamente el desarrollo de contenidos curriculares que incluyen esporádica y
cultural de las diversidades en estrecha relación e intersección con superfluamente contenidos étnicos en sus prácticas escolares (Jimé-
otras fuentes y dimensiones, con el objetivo de evitar caer en simpli- nez Naranjo, 2012a). Bajo esta interpretación cultural, las culturas
ficaciones, “culturalizaciones” y esencializaciones de la diversidad. son consideradas como algo objetivable que pueden ser aprehendidas
La diversidad cultural aparece, desde esta perspectiva, como una a través de procesos cognitivos y verbalizables y, por tanto, conver-
potencial riqueza y a la vez como un reto: ciertamente todos podemos tidas con frecuencia en contenido (especialmente escolar). De esta
enriquecernos en el contacto con los otros, los diferentes a nosotros, manera, los procesos culturales son considerados autónomos e inde-
pero no siempre es fácil desarrollar los códigos comunes indispensa- pendientes de los vínculos sociales en los que se producen y reprodu-
bles para entendernos o, con una perspectiva más ambiciosa, para cen en la comunidad (Jiménez Naranjo, 2009).
actuar en conjunto. Alejándonos de esta posición, consideramos que los procesos
Por otro lado, cabe asentar la diferenciación entre una aproxi- culturales están rutinizados (Giddens, 1995) y habitualizados
mación fáctica, que nos permite describir, analizar y entender lo que (Bourdieu, 2001) en la vida cotidiana de las instituciones y contextos
sucede, y la aproximación prescriptiva, que ofrece elementos para en los que se producen y reproducen. Por esta razón, cuando habla-
orientar una acción transformadora, tanto la que corresponde a las mos de la construcción curricular desde la perspectiva intercultural,
llamadas “instancias de poder” como la que puede impulsarse desde consideramos importante desplegar una mirada procesual, praxeo-
el ámbito de poder de cada quien. El término interculturalidad hace lógica y contextual de la interacción que tiene lugar entre escuela
referencia a los hechos (la coexistencia de múltiples culturas en un y comunidad y, particularmente, sus condicionantes institucionales
tiempo y espacio determinados), en tanto que el de interculturalismo (Jiménez Naranjo, 2009).
remite a los retos que necesitamos enfrentar con miras a la cons- En estrecha vinculación con un enfoque sustancialista, pri-
trucción de un mundo con más justicia, más equidad y más posibili- mordialista y objetivista de la cultura emerge la presencia de un
dades de coexistencia pacífica entre los diferentes. enfoque esencializado de la identidad, contribuyendo así a confun-
Una última precisión terminológica: la noción de intercultura- dir constantemente procesos de adscripción identitaria con procesos
lidad ha tendido a asociarse con el diálogo y la tolerancia. Si nos habitualizados y rutinizados en las prácticas culturales. A causa de
remitimos a los hechos, toda relación intercultural está atravesada esta conceptualización etnificante de los procesos culturales, sucede
por conflictos y casi siempre hay un diferencial de poder entre las que la intervención intercultural no va más allá del rescate de prác-
partes. Nos referimos al poder político, económico y cultural, sin ex- ticas como la lengua, las danzas, el vestido, la comida, la medicina
cluir las inequitativas formas de distribución del poder dentro de tradicional o la tradición oral (Franzé, 1998). En particular, quedan
las familias y las comunidades. Los conflictos pueden gestionarse, sin indagarse los nuevos significados que adquieren en el medio es-
pero no suprimirse. Y para el establecimiento de diálogos puede ser colar prácticas que han sido buscadas, analizadas, sistematizadas y

[ 116 ] [ 117 ]
trasladadas a otros contextos bajo procesos de rutinización especí- es decir subnacional de los Estados-naciones, como aquellos sobre la
ficos y particulares, y sobre todo, muy diferentes a los propios pro- diversidad “exógena”, producto de la transnacionalización y la crecien-
cesos de rutinización comunitaria. Por ello, consideramos que sería te “diasporización” de las migraciones contemporáneas (Dietz, 2012).
necesario: a) reconocer los procesos culturales comunitarios más Uno de los ámbitos institucionales donde más desarrollo pro-
allá de aquellos que forman parte de los “emblemas de contraste” gramático ha habido es el de la llamada “Educación Intercultural”
(Giménez, 1994: 172) en los procesos identitarios; b) reconocer que (Jiménez Naranjo, 2012b). Sostenemos que esta educación intercul-
la reproducción y la producción de determinados procesos culturales tural, la propuesta normativa de “interculturalizar” tanto el curri-
requiere de mecanismos diferenciados a la reproducción y produc- culum como la praxis escolar en las sociedades occidentales, no cons-
ción identitaria, y c) aceptar que los procesos culturales son procesos tituye una mera adaptación a una “multiculturalización de facto” de
socialmente ubicados y que difícilmente se pueden convertir en pro- estas sociedades ocasionada por los movimientos migratorios o por
cesos discretos, independientes de sus lazos sociales, aprehensibles las reivindicaciones étnicas, sino que forma parte de un proceso más
únicamente a través de prácticas cognitivas y por tanto, difícilmente amplio y profundo de redefinición y reimaginación del Estado-nación
“transportables” al aula. Lo cual implica a nuestro juicio tanto acep- de cuño europeo así como de las relaciones que actualmente se tejen
tar su transformación en prácticas cognitivas en el ámbito escolar entre el Estado y la sociedad (Dietz, Mendoza Zuany y Téllez, 2008).
como trabajar en pro de su carácter social y ubicado dentro del espa- Dichos procesos de redefinición nacionalitaria e identitaria distan
cio escolar (Jiménez Naranjo, 2012a). mucho de ser armónicos u homogéneos: abarcan asimismo las re-
acciones antiimigratorias, xenófobas y asimilacionistas que varios
Estados-nación implementan para hacer frente al desafío de la di-
Los estudios interculturales versidad y al reconocimiento de los derechos de las minorías.
y la educación intercultural El entramado de relaciones normativas, conceptuales y empí-
ricas que se establecen entre “interculturalidad” y “educación” no
Atraídos por el estudio de las identidades étnicas, de las di- es dominio exclusivo del quehacer pedagógico. Aunque la educación
námicas migratorias y de la diversidad cultural, y acicateados por intercultural se ha ido convirtiendo en campo privilegiado –a veces
la necesidad de contribuir, hasta donde podemos, al tránsito hacia incluso en “coto vedado”– de la investigación y docencia pedagógicas,
sociedades menos asimétricas, desde el ámbito universitario hemos este ámbito puede y debe estudiarse asimismo desde otras discipli-
promovido el intercambio y la sistematización analítica de los apor- nas y subdisciplinas. Es desde esta perspectiva que buscamos des-
tes que han ido haciendo, personal o colectivamente, investigadores, cribir de forma etnográfica, analizar de forma contrastiva e interve-
docentes, grupos de investigación, institutos universitarios, ONG, nir de forma propositiva en la educación intercultural. Nos interesa
partidos políticos, sindicatos, etc. (Mendoza Zuany, 2008). Tales el estudio interdisciplinario de las estructuras y procesos intergru-
aportaciones representan los cimientos sobre los cuales nos propo- pales e interculturales de constitución, diferenciación e integración
nemos iniciar la construcción de un edificio –la interculturalidad– de las sociedades contemporáneas a partir de las “políticas de iden-
cuya estructura estaría ensamblada por distintas disciplinas o cam- tidad” características de los actores que conforman estas sociedades
pos de estudio (el derecho, la historia, la sociología, la antropología, y Estados supuestamente “posnacionales”, tal como se articulan en
la pedagogía, la lingüística y otras). las medidas de “interculturalización” y diversificación de los actores,
El término de “Estudios Interculturales” ha sido acuñado para espacios y procesos educativos tanto “formales” como “no formales”.1
designar este campo emergente de preocupaciones transdisciplina-
rias en torno a los contactos y las relaciones entre individuos y en-
tre colectivos, que tanto en la esfera vivencial como institucional se 1. Empleamos las comillas en estos términos porque la distinción formal/
no formal resulta hasta cierto punto artificial o forzada en una época de
articulan en contextos de diversidad y heterogeneidad cultural. Ello vertiginosos flujos de comunicación y constante innovación en los enfoques y
incluye tanto los estudios que se centran en la diversidad “interna”, metodologías de educación.
[ 118 ] [ 119 ]
Nos interesa, asimismo, contribuir en la medida de lo posible al para de ahí establecer vínculos con marcos teóricos y conceptuales
tránsito hacia sociedades menos asimétricas, en particular median- que nos ayuden a interpretar y a generar soluciones aplicadas y
te procesos de educación intercultural. Estos procesos incluyen, por orientadas a la vivencia de la interculturalidad como una propuesta
un lado, la formación de profesionistas capaces de aplicar enfoques utópica.
interculturales a su profesión y de promover la comunicación entre La investigación intercultural aborda la realidad desde distin-
actores cultural y socialmente diversos; por otro lado, la formación tos posicionamientos en relación con la cultura. Se requiere, por una
de educadores interculturales que se insertarán en la labor pedagó- parte, una perspectiva intracultural, que tome en cuenta las ver-
gica en entidades educativas, formales o no. siones desde la propia lógica cultural para su revalorización, para
La educación intercultural aparece como una estrategia políti- el empoderamiento y autoestima del grupo cultural afianzando la
ca y pedagógica para la “gestión de la diversidad”, como a menudo es identidad a través del contraste con “los otros”, “los diferentes”. Ade-
denominada, que coadyuva para avanzar en, al menos, dos ámbitos más, es necesaria una perspectiva intercultural, que ponga en con-
de transformación social: tacto a las visiones internas con las externas, que visibilice la diver-
sidad, que valore la interacción entre posicionamientos y prácticas
a) En el plano cotidiano de las relaciones sociales, es una vía culturales. Y por último, se requiere una perspectiva transcultural,
para “permeabilizar” las identidades, es decir para desnatu- enfocada en particular a las relaciones estructurales de desigualdad
ralizar los prejuicios de los que somos portadores, resignificar y las asimétricas relaciones de poder, a sabiendas que también están
la percepción de “los otros” y desesencializar nuestras ads- presentes en las dimensiones intra e intercultural (gráfico 2).
cripciones de pertenencia.

b) En un plano más general, la educación intercultural aporta


elementos para la construcción de formas participativas de
gobernanza, es decir la ocupación de espacios de poder con DIVERSIDAD DIFERENCIA
base en la articulación de saberes, haceres y poderes de ac-
tores culturalmente diversos, incluyendo los de quienes han
sido históricamente invisibilizados en nuestros países. Asi- • Intercultural
mismo, es implementada a través de políticas educativas • “Intersticial”, híbrido • Intracultural
• Transversal • Identitario (emic)
específicas que son construidas a partir de la aplicación del = “Eje pragmático” • Horizontal
conocimiento sobre lo “intercultural”. Praxis (observable) = “Eje semántico”
Discurso (verbalizado)

Desigualdad, diferencia y diversidad: DESIGUALDAD


modelo metodológico

La investigación intercultural aspira a ser crítica, dialógica,


• Transcultural
participativa, relevante y aplicable a la diversidad de contextos geo- • Estructural (etic)
gráficos. Asimismo, reconoce la existencia de un pluralismo meto- vertical
= “Eje sintáctico”
dológico y la riqueza que representa recurrir a métodos etnográfi- Estructuras subyacentes
cos, cualitativos, cuantitativos, participativos, etc., para atender la de poder históricamente
construidas
complejidad de lo “intercultural”. Aborda múltiples fenómenos que
se aprehenden desde lo experimentado cotidianamente, lo vivencial,

[ 120 ] [ 121 ]
Gráfico 2. Desigualdad, diferencia y diversidad colectivas, así como de sus reclamos y reivindicaciones discursivas.
en los Estudios Interculturales
Sin embargo, en segundo lugar, estas identidades tienen que ser con-
Fuente: Dietz (2012)
textualizadas con respecto a las relaciones y asimetrías de poder
Este esquema tiene el objetivo analítico de distinguir, caso más amplias y contrastadas en sus interrelaciones, interacciones e
por caso: a) lo que en un determinado fenómeno o situación empí- interferencias mutuas.
rica constituye una dimensión de diferencia identitaria a nivel de Para analizar estos procesos interculturales e identitarios, en
discurso actoral (“nosotros” vs. “los otros”); b) lo que refleja diver- su carácter multifacético y multidimensional, hemos distinguido tres
sidades vivenciales en la práctica de la interacción cotidiana, y c) ejes analíticos complementarios, a los que ya hicimos alusión al ha-
aquello que va más allá del discurso y de la práctica de los actores, blar de la tríada desigualdad-diferencia-diversidad (Dietz, 2009a).
i.e. lo que es producto de estructuras subyacentes de asimetrías Cada una de ellas constituye, por sí sola, todo un paradigma acompa-
y desigualdades de poder históricamente construidas. Aunque es- ñado de ejes que son parte de un modelo etnográfico tridimensional:
tas desigualdades subyacentes se reflejan en las estrategias iden-
titarias de diferencia y en las prácticas de interacción habituali- a) Históricamente, el paradigma de la desigualdad, centrado en
zadas e internalizadas, nos parece importante distinguirlas como el “análisis vertical” de estratificaciones sobre todo socioeco-
un nivel estructural a tener en cuenta. nómicas (teoría marxista de clases y conflictos de clases que
A través de la crítica de las nociones esencializadas de cultura pueden generar análisis simplificadores), pero también gené-
y etnicidad y sus redefiniciones desde la perspectiva constructivista ricas (crítica feminista del patriarcado), ha desembocado en
y poscolonial, se proporciona una nueva base conceptual para re- respuestas educativas compensatorias y a menudo asimila-
formular el tratamiento educativo de la diversidad y la intercultu- doras, que identificaban el origen de la desigualdad en caren-
ralidad. Como ya se ha discutido más extensamente en otro lugar cias y handicaps respecto a la población dominante; se trata,
(Dietz, 2003), para poder alcanzar este objetivo de reconceptualizar por tanto, de un enfoque universalista que refleja su fuerte
y reorientar las tareas educativas en términos de diversidad cul- arraigo tanto teórico como programático en un habitus mono-
tural, se requiere de una definición contrastiva, no sustantivista, lingüe y monocultural (Gogolin, 1994), clásico en la tradición
pero mutuamente interrelacionada de cultura y etnicidad, para así occidental del Estado-nación y de “sus” ciencias sociales. El
poder distinguir entre fenómenos “intraculturales”, “intercultura- eje sintáctico remite a lo que de forma subyacente estructura
les” y “transculturales” relacionados con la diversidad cultural. Las los sentidos y las prácticas de los actores. Nos conduce a un
prácticas culturales, por un lado, y los discursos de identidad fre- enfoque etnográfico-institucional y se estudia a través de las
cuentemente etnificados (Gingrich, 2004), por otro lado, tienen que contradicciones entre lo etic y lo emic.
estar sincrónicamente delimitados unos de otros y diacrónicamente
reconstruidos como productos culturalmente híbridos. Estos produc- b) El paradigma de la diferencia, por el contrario, impuesto a
tos son el resultado de procesos continuos y estrechamente tejidos de partir de los nuevos movimientos sociales y de sus “políticas
comunicación, identificación y etnogénesis intracultural, así como de de identidad” específicas, ha generado un “análisis horizon-
patrones interiorizados de comportamiento e interacción intracultu- tal” de las diferencias étnicas, culturales, de género, edad y
ral rutinarizados (Giddens, 1995). generación, orientaciones sexuales y/o (dis)capacidades (Zar-
Para evitar reproducir nociones esencializadas de diversidad lenga Kerchis y Young, 1995), promoviendo de forma segrega-
e interculturalidad, que acaben reiterando añejas clasificaciones y da el empoderamiento de cada una de las minorías mencio-
jerarquizaciones raciales y étnicas de “nosotros” versus “ellos”, la nadas. Para ello, se ha recurrido a un enfoque particularista
diversidad como herramienta analítica y como propuesta política y multicultural que en no pocas ocasiones acaba ignorando
tiene que comenzar por reconocer y descifrar el sesgo sustanciali- y obviando desigualdades socioeconómicas y condiciones es-
zado, temporalizado y territorializado de diferentes identidades tructurales (García Castaño, Granados Martínez y Pulido
[ 122 ] [ 123 ]
Moyano, 1999). El eje semántico remite a los discursos ver- entre diferentes tipos de actores, gubernamentales o no-guberna-
balizados de los diferentes actores pedagógico-institucionales mentales, comunitarios o académicos etc.). Por ello, proponemos dis-
que elaboran modelos de educación intercultural, didácticas tinguir y definir de la siguiente manera estas tres dimensiones:
y diseños curriculares, así como a los discursos individuales
que confluyen en la práctica escolar. 1) la dimensión “intercultural”, centrada en las complejas ex-
presiones y concatenaciones de praxis culturales y pedagó-
c) Por último, el enfoque de la diversidad surge a partir de la gicas que responden a lógicas subyacentes, tales como de-
crítica tanto del monoculturalismo asimilador como del mul- terminadas culturas comunitarias subalternas que vienen
ticulturalismo que esencializa las diferencias. A diferencia de resistiendo diversas olas de colonización, de globalización, la
los anteriores, este enfoque parte del carácter plural, multi- cultura organizacional de los movimientos multiculturalistas
situado, contextual y por ello necesariamente híbrido de las que reivindican determinados aspectos de la diversidad cul-
identidades culturales, étnicas, de clase, de género etc. que ar- tural yüo biológica; y la cultura académica occidental –inserta
ticula cada individuo y cada colectividad éWood, 2003; Reay, actualmente en una transición desde un paradigma rígido,
David y Ball, 2005). La correspondiente estrategia de análisis monológico, “industrial” y “fordista” de la educación superior
es intercultural, i.e. relacional, transversal e “interseccional”, hacia otro más flexible, dialógico, “posindustrial” y “ecológico”
haciendo énfasis en la interacción entre dimensiones identi- éTouraine, 1981; De Sousa Santos, 2005);
tarias heterogéneas éGiménez Romero, 2003; Dietz, 2007). El
eje pragmático se refiere al estudio de la praxis observable de 2) la dimensión “interactoral”, que analiza las pautas y canales
la interacción entre actores, afectada tanto por la estructura de negociación y mutua transferencia de saberes entre dife-
socioeconómica y política subyacente como por los discursos, rentes actores institucionales, organizacionales yüo comunita-
a través de una perspectiva etic. rios, quienes proporcionan memorias colectivas éHalbwachs,
1950), saberes localizados y contextualizados acerca de la di-
De este modo, la gráfica 2 resume las implicaciones y comple- versidad cultural y biológica de su entorno inmediato éGarcía,
mentariedades conceptuales de estos tres ejes propuestos aquí para 2002), y, por último,
el análisis intercultural tanto de constelaciones como de proposicio-
nes de “tratamiento” o “gestión” de la diversidad. 3) la dimensión “interlingüe”, que escudriña las competencias
A partir de esta distinción de tres ejes articuladores de distintas no sustanciales, sino relacionales que hacen posible la tra-
“gramáticas de la diversidad”, los procesos concretos de negociación, ducción entre horizontes lingüísticos y culturales no sólo he-
interferencia y transferencia de saberes y conocimientos heterogé- terogéneos, sino sobre todo asimétricos, entre las “culturas
neos entre los diversos grupos que participan en una situación de íntimas” éLomnitz Adler, 1995) de los actores locales subal-
interacción heterogénea son analizables en tres dimensiones comple- ternizados, marginados yüo silenciados históricamente y las
mentarias éDietz, 2009a) que a continuación se explicarán. A menu- “interculturas” exógenas; ello genera competencias interlin-
do el debate conceptual sobre la diversidad y la interculturalidad se gües e intergeneracionales éNauck, 2001), que trascienden los
centra casi en exclusiva en lo que nosotros denominamos el nivel in- dominios lingüísticos específicos de una o dos lenguas y que
tercultural en sentido estricto, soslayando y sobreentendiendo otras generan un espacio intersticial éBhabha, 2002) de comunica-
dimensiones, que denominamos interlingües e interactorales. Nue- ción entre actores heterónomos.
vamente, hacemos estas distinciones para no caer en la tentación de
“culturalizar” fenómenos que no son culturales en el sentido estricto, Analizando mediante este triple contraste de dimensiones los
sino más bien lingüísticos éinterrelaciones entre las lenguas y sus ha- procesos de generación de conocimientos y saberes, se articula una
blantes en contextos de multilingüismo) o actorales éinterrelaciones novedosa diversidad epistémica, hasta ahora sólo constatada yüo

[ 124 ] [ 125 ]
postulada, pero no estudiada empíricamente. Esta diversidad epis- Hacia la construcción intercultural y
témica se puede y debe insertar dentro de un proyecto educativo participativa en procesos de políticas
institucional de tal forma que las diferentes fuentes y trayectorias educativas: la incidencia en lo político
cognoscitivas, lingüísticas y culturales generen nuevos espacios aca-
démicos “interseccionales” (Leiprecht y Lutz, 2005) y genuinamente Las políticas educativas en torno a la población indígena en
diversos. Estos espacios son interseccionales en la medida en que no América Latina, y particularmente en México, han sido emblemá-
subsumen saberes etnoculturales y etnocientíficos bajo la tradición ticas de la noción que tiene el Estado sobre la composición y natu-
monológica de la escuela o universidad occidental, sino que institu- raleza ideal de la “nación” y su relación y tratamiento de la diversi-
cionalizan en su propio seno la diversidad. dad en diferentes momentos históricos. Los nuevos retos implicados
Por consiguiente, la diversidad se debe concebir no como una en el reconocimiento del carácter multicultural de los Estados han
suma mecánica de diferencias, sino como un enfoque multidimen- impactado directamente el ámbito educativo a través de replantea-
sional y multiperspectivista que estudia las “líneas de diferencia- mientos que parten de instrumentos jurídicos y políticas públicas
ción” (Krüger-Potratz, 2005), de identidades, emblemas identitarios que reviertan y superen el sesgo indigenista “asimilacionista y acul-
y prácticas discriminatorias. No será la esencia de un discurso de turador”. Así, por ejemplo, el sector de la educación superior se incor-
identidad específico, sino las intersecciones entre esos discursos di- pora recientemente a la discusión del tratamiento de la diversidad
versos y contradictorios lo que constituya el “objeto” principal del en- (Mendoza Zuany, 2009; Dietz, 2012) y a la promoción de igualdad
foque de diversidad (Tolley, 2003). La noción de interseccionalidad, de derechos y oportunidades, anteriormente limitada básicamente a
que originalmente proviene de los debates feministas y multicul- la educación básica a través de la oferta de educación intercultural
turalistas sobre la racialización de las mujeres de origen africano, bilingüe para la población indígena (Jiménez Naranjo, 2009).
americano, latino y, en general, minoritario o subalterno, nos obliga Algunas de las respuestas en el ámbito de la política pública
a centrarnos en el análisis de la consolidación de actitudes y activi- educativa a todos los niveles han sido, en alguna medida, transfe-
dades discriminatorias, que a menudo se refuerzan mutuamente, y ridas de soluciones generadas en otros contextos –como el europeo,
en el impacto que estas múltiples fuentes de discriminación tienen en el que una fuente muy visible de diversidad cultural es la inmi-
en los procesos de formación y de transformación de la identidad de gración (Dietz, 2004)– y a través de organizaciones internacionales
un determinado individuo (Agnew, 2003). gubernamentales y no gubernamentales que colaboran con instan-
De esta manera, la investigación realizada desde un enfoque in- cias gubernamentales nacionales. Paralelamente, se han diseñado
tercultural y sobre lo intercultural (la diversidad cultural, actoral y políticas atendiendo a las demandas de pueblos y organizaciones
lingüística) abre la posibilidad de pensar nuestras disciplinas, nues- indígenas y a los contextos particulares que caracterizan las pro-
tros vínculos interdisciplinarios, nuestros sujetos de investigación blemáticas nacionales y los contextos regionales en distinta medida.
y nuestras relaciones de colaboración e intercambio de saberes con Sin embargo, en América Latina las demandas de pueblos indígenas
diversos actores, desde una perspectiva que desestima el valor de la y otras minorías, como la afrodescendiente, ponen de relieve no sólo
homogeneidad y enfatiza el diálogo y la apertura (desarrollándolos la necesidad de construir verdaderas alternativas interculturales en
tanto como sea posible), con base en una apuesta por la transforma- el ámbito de la educación, sino también de hacerlo a partir de proce-
ción social y política y el reconocimiento activo y comprometido de la sos participativos de política pública para definirla, implementarla
diversidad desde el ámbito micro hasta la esfera macro. y evaluarla.
Así, nuestro aporte se refiere al proceso mismo de política pú-
blica y a su reconceptualización a la luz de la interculturalidad. Es
preciso resaltar que, a través de la historia de México, la política
educativa ha sido fundamentalmente una política gubernamental,
es decir, diseñada, implementada y evaluada por el gobierno sin
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intervención del “público” o sus destinatarios (Cabrero Mendoza, partir de mecanismos participativos y/o iniciativas propias, varian-
2000). Esta diferenciación es clave para el carácter intercultural del do en cada contexto nacional y regional.
proceso de política pública, en el cual participación y diálogo de sa- Concebimos que el proceso de políticas educativas es comple-
beres y haceres (Alatorre Frenk, 2009) van de la mano. jo –no lineal, no generalizable, no destinado a atender poblaciones
Asimismo, desde el gobierno se transmite generalmente una con- homogéneas–, que preferentemente debería emanar de abajo hacia
cepción lineal y simplista del proceso de política pública, buscando arriba (Shore y Wright, 1997; Wedel y Feldman, 2005) y nutrirse del
ejercer control desde arriba; se nos presenta una secuencia de pasos encuentro y diálogo entre prácticas culturales, entre actores sociales
donde la participación sólo tiene cabida en la definición de agenda y el y entre lenguas y formas de comunicación diversas (Dietz, 2009). La
diseño. Esta concepción de un proceso lineal podría considerarse una construcción intercultural de políticas públicas en el ámbito educa-
simplificación de lo que ocurre en la realidad; ahí esos pasos ocurren tivo, que se remite a la construcción intercultural de saberes (García
simultáneamente, se alteran y adaptan a contextos específicos incor- Canclini, 2004) y a la colaboración intercultural en la producción de
porándose experiencias y retroalimentación de los “usuarios”. Desde conocimientos (Mato, 2008a), supone una dinámica de diálogo de sa-
una perspectiva gubernamental, las adaptaciones son en muchas oca- beres y haceres (Alatorre Frenk, 2009) en la que la participación de
siones consideradas fracasos, deslegitimando así la retroalimentación los diferentes actores involucrados sea parte del proceso y no de una
de los destinatarios, y en ese sentido la participación es atacada es- fase –generalmente constreñida al diseño–. Entendemos por cons-
tructuralmente. Esto a su vez tiene una profunda relación con el ca- trucción intercultural de política pública el proceso por el cual se
rácter generalizante de las políticas, es decir, su aplicabilidad general definen agendas, diseñan, implementan y evalúan programas sobre
en contextos diferenciados; y con la concepción de los usuarios como la base de un diálogo de saberes de los actores involucrados, tanto
una población homogénea en términos de necesidades y demandas. tomadores de decisiones como los tradicionales usuarios, participan-
De facto, la educación intercultural no ha sido producto de una do activamente para lograr llevar a la práctica el tratamiento de
política pública única y consensuada en cada Estado, sino de un pro- la diversidad. La participación es central desde nuestra perspectiva
ceso de diseño e implementación creativo que ha involucrado a una (Mendoza Zuany, 2012).
multiplicidad de actores académicos, políticos y sociales. En América En este sentido, tres premisas sustentan dicha construcción
Latina, por ejemplo, las instituciones educativas de nivel superior intercultural y participativa: 1) el diálogo de saberes y haceres cons-
que se pueden denominar “interculturales” emergen a partir una tituye un mecanismo para procesos de políticas públicas pertinen-
multiplicidad de actores, con propuestas diferenciadas derivadas de tes; 2) el proceso de políticas públicas no es lineal, ni generalizable,
su posicionamiento político, su grado de institucionalización, su no- ni destinado a atender a una población homogénea sino un proceso
ción de interculturalidad, su afinidad con los proyectos estatales de complejo para atender a una población diversa en contextos de des-
“nación”, etc. (Mato, 2008a y 2009). Concretamente en México, se igualdad, y 3) la construcción intercultural de políticas está funda-
identifican dos tipos de universidades: 1) las universidades intercul- mentada en la participación, es flexible y adaptable lo cual permite
turales que han sido creadas a través de la Coordinación General de generar respuestas desde y para los distintos grupos que demandan
Educación Intercultural Bilingüe (CGEIB) de la Secretaría de Edu- pertinencia de la oferta educativa (Mendoza Zuany, 2012).
cación Pública (SEP) y que han sido consideradas por algunos secto- El diálogo es central para integrar saberes, formas de hacer
res académicos y sociales como portadoras de una interculturalidad las cosas, visiones, etc., que trasciendan y superen  la visión gu-
“institucionalizada” (Muñoz, 2002), y 2) universidades que no han bernamental/institucional/hegemónica de las problemáticas y so-
sido acogidas por la CGEIB y que ofrecen una formación profesional luciones en torno a la educación intercultural, para incorporar la
alternativa a la propuesta intercultural “oficial” con diversos gra- participación de actores, tales como: estudiantes, docentes, actores
dos de reconocimiento y con vínculos con organizaciones indígenas locales y regionales, directivos, y por supuesto, hacedores e imple-
y campesinas. A su vez, las instituciones educativas y sus actores se mentadores de políticas públicas desde las instancias gubernamen-
han constituido como hacedoras de dichas políticas desde abajo, a tales.  La participación es fundamental, y se requiere ir más allá

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de las modalidades pseudoparticipativas de consulta, empleadas con más que aglutina y procesa las propuestas y compila los documen-
demasiada frecuencia para legitimar políticas gubernamentales. En tos rectores y generales que dan las directrices generales al proce-
este sentido, es preciso hacer la distinción entre políticas públicas so. Para ello, las instancias gubernamentales necesitan asegurar
y políticas gubernamentales a partir de la participación o no de la una fluida comunicación directa con las instituciones que impulsan
ciudadanía en su proceso (Cabrero Mendoza, 2000). procesos educativos (escolarizados o no), así como con una amplia
Surge así la pregunta sobre el carácter de la participación y sus gama de actores implicados. De lo anterior, se derivan elementos
características al vincularse con un diálogo de saberes en este pro- para analizar la potencialidad de dichos mecanismos participativos
ceso intercultural de construcción de políticas públicas. Se parte de en la construcción intercultural de políticas públicas educativas a
la idea de que la participación implica acciones que, más allá de ex- nivel superior:
presar opiniones y visiones individuales y colectivas, se constituyen
en acciones implementadoras y evaluadoras de prácticas que por sí • Cuestionar la consulta como mecanismo de participación por
mismas contienen posiciones e ideales de transformación del ámbito excelencia dado su limitado alcance a impactar todo el proceso
educativo.  Así, la participación tiene como condición la incidencia de política educativa, así como su carácter casi exclusivamente
y acción en ámbitos de toma de decisiones, independientemente de legitimador de toma de decisiones ajenas a las realidades y ne-
su coincidencia con las visiones gubernamentales/institucionales so- cesidades locales y regionales en términos de la oferta académi-
bre el tema en cuestión. Una participación con enfoque intercultural ca y su pertinencia cultural y lingüística;
implica la incidencia y acción en ámbitos de toma de decisiones ca- • Ampliar el sentido y los alcances de la participación en el proce-
racterizada por valerse de un diálogo de saberes como fundamento so de política educativa para que sus productos sean resolutivos
epistemológico, teórico y  metodológico. Asimismo implica creativi- e impacten en todas las fases y en ámbitos que se han reser-
dad a la hora de la implementación, sin por ello considerar que se vado los funcionarios/académicos sin dialogar con los saberes,
transgreden objetivos que han sido consensuados, siendo capaces de haceres, expectativas, etc., de los actores locales a quienes va
innovar, atender necesidades específicas de los contextos donde se dirigida la oferta académica;
ubica la oferta académica. • Dimensionar que la construcción intercultural de políticas edu-
¿Qué condiciones tendría idealmente la participación en el pro- cativas y el papel de la participación en la toma de decisiones
ceso de políticas públicas en el ámbito educativo? En primer lugar, la académicas y en la vinculación con las regiones implican com-
participación tendría que ser parte de los procesos institucionales, batir la asimetría entre los saberes locales y regionales y los
lo cual introduciría la flexibilidad e innovación en los mismos, para insumos propios que los tomadores de decisiones e implementa-
así, por ejemplo, permitir implementaciones diversificadas que res- dores de la política educativa. Se trata de introducir lógicas que
pondan a necesidades específicas y aspiraciones de los actores comu- operan en las comunidades, de romper con paradigmas hegemó-
nitarios y académicos insertos en dichas instituciones. En segundo nicos que constriñen la capacidad de innovación educativa que
lugar, las instituciones educativas tendrían que contar con espacios puede provenir del diálogo de saberes.
colegiados para el aterrizaje de políticas educativas en sus institu-
ciones y para su adaptación a las condiciones particulares, así como La propuesta es una política educativa entendida a través de
la generación de retroalimentación e incidencia real hacia arriba. referentes como la participación efectiva y sustancial, y no instru-
Ello implica que las instituciones a su vez generen espacios para que mental y legitimadora de decisiones gubernamentales o “de Estado”;
los estudiantes, los padres y madres de familia, los profesores, los di- el diálogo de saberes en el que se conjunten visiones, modos de hacer,
rectivos, las comunidades, las ONG, etc., ofrezcan insumos concretos propuestas, etc., para generar nuevas formas de dar solución a las
y retroalimentación al proceso. demandas sociales en materia educativa; la interculturalidad como
En este sentido, las instancias gubernamentales no son las úni- método dialógico y no sólo como adjetivo retórico de un nuevo tipo de
cas involucradas en el proceso de política pública, sino sólo un actor programas que atienda marginal y superficialmente la diversidad
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cultural y la desigualdad que la acompaña. La interculturalidad indispensable para poner en marcha estrategias pedagógicas y po-
tiene una dimensión normativa que se refiere a un diálogo respe- líticas que tengan como elementos centrales el diálogo de saberes y
tuoso en que se exprese la diversidad; en dicho diálogo se ejercen haceres, así como la participación.
derechos de los pueblos indígenas, en su calidad de ciudadanos y Nuestro campo de acción específico ha sido la educación inter-
de grupo cultural (De la Peña, 2005). Lo anterior no excluye que el cultural, y en este ámbito derivamos saberes de estudios empíricos,
diálogo de saberes ocurre en medio de disensos, conflictos, visiones tanto en los distintos niveles de la educación escolarizada como en
encontradas de los actores que participan en el proceso de política experiencias de educación al margen de instituciones y que emergen
pública generando discursos y llevando a cabo prácticas que pueden de iniciativas civiles, para los cuales hemos aportado pistas concep-
ser dispares. El diálogo de saberes ocurre entre actores diversos, a tuales y metodológicas que contribuyan no sólo a la generación de
través de discursos concretos y de prácticas rutinizadas que han de conocimiento sino también a su aplicación. Estos estudios muestran
constituir el proceso de construcción intercultural de políticas edu- con claridad la necesidad de ir más allá de tematizar diferencias
cativas interculturales. culturales a menudo etnificadas y folclorizadas en el currículo ofi-
cial; hace falta “interculturalizar” de forma transversal y estructu-
ral tanto el currículo prescriptivo como la praxis escolar, vinculando
Conclusiones de esta manera los planes y programas educativos (con su énfasis en
la inclusión de contenidos étnicos, en muchas ocasiones etnificantes)
Los retos de los Estudios Interculturales en los ámbitos peda- con el currículo como “vida cotidiana, práctica educativa y realidad
gógico y político son amplios, y confluyen en la continua construc- curricular” (Díaz Barriga, 2003:1). De esta manera puede incidirse
ción de sociedades interculturales, capaces de enriquecerse a par- concretamente en la transformación de los actores, espacios y proce-
tir del diálogo entre diversos saberes y cosmovisiones. En éstas, el sos educativos para una interculturalización del currículo más allá
tratamiento que se le da en cada caso y contexto a la diversidad es de una etnificación de los contenidos escolares. Se trata de transfor-
una tarea transdisciplinaria y muy compleja que considera la tria- mar la práctica educativa, es decir la vida cotidiana de las escuelas,
da diversidad-diferencia-desigualdad como hechos innegables a los para ir más allá de una visión curricular intercultural centrada, casi
cuales debe darse un tratamiento específico dependiendo de cada exclusivamente, en los contenidos escolares. Por ello, nuestra apro-
contexto. Más allá de la “gestión de la diversidad” hemos constatado ximación etnográfica no se limita a la generación de conocimiento
la pertinencia de un enfoque que considera una diversidad de diver- profundo sobre los sentidos, las prácticas y las estructuras en donde
sidades, dada la importancia de las configuraciones identitarias y se llevan a cabo experiencias de educación intercultural o con aspi-
los prejuicios y estereotipos vinculados al género, la clase social, la raciones de interculturalidad; nuestra intención ha sido promover
generación, etc. Han resultado fértiles las aproximaciones teóricas que los sujetos sean activos intérpretes de sus propios discursos,
y metodológicas orientadas a las relaciones entre distintas configu- prácticas y estructuras en las cuales se insertan y esto ha implicado
raciones culturales, entre distintos actores y entre distintos códigos un pluralismo epistemológico y metodológico que nos ha acercado a
lingüísticos. métodos participativos y a la Investigación Acción Participativa.
Desde esta perspectiva de interculturalidad nuestras socieda- Se trata de retos clave para trascender la monoculturalidad hoy
des y culturas muestran sus complejas y permanentes hibridacio- hegemónica, y poder así transitar hacia sociedades más justas y sus-
nes, fusiones y diferenciaciones, ayudando a dejar atrás cualquier tentables.
pretensión sustancialista. Podemos observar cómo del seno de las
tensiones sociales surgen nuevas perspectivas teóricas y políticas,
y en particular cómo los procesos de innovación educativa permi-
ten nutrir embriones de futuros posibles. Las nociones aquí presen-
tadas contribuyen a sentar las bases del diálogo interdisciplinario

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Pedagógica y Departamento de filosofía de la UAM-Iztapalapa, pp. 25-62.

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PARTE II
Pueblos indígenas y educación: entre la
escuela y las organizaciones comunitarias
ayudan a fortalecer y definir el vínculo entre escuela y comunidad,
La relación entre la escuela y la y también sirven para revitalizar y actualizar la vida comunitaria.
comunidad indígena en México Empezamos este capítulo con una breve descripción de los dos
pueblos rurales donde llevamos a cabo la investigación. Ubicamos
Un reto sociocultural a las dos escuelas primarias como herederas de una larga y rica
tradición de la escuela rural mexicana que empezó con la Revolución
Adriana Robles y Ruth Paradise de 1910. Mostramos cómo han podido desarrollar la relación escuela-
comunidad a partir de esta tradición, logrando incluso revitalizarla,
a través de una descripción de cómo participan en la vida escolar
de distintas maneras. En particular enfocamos dos tipos de prácti-
cas socioculturales: primero el mantenimiento de las escuelas con el
trabajo organizado colectivamente por la gente de la comunidad, y
después su organización y participación en las festividades escolares
en las que se tiende a borrar la distinción entre escuela y comunidad.
En este capítulo describimos la relación entre escuela y co- Concluimos con una discusión de las implicaciones para la vida so-
munidad que han construido durante varios años los padres de cial y cultural de estos dos pueblos con el hecho de haber construido
familia y el personal escolar en dos pueblos con población indíge- tan fuerte y significativa relación escuela-comunidad.
na mazahua del Estado de México. Los mazahuas son uno de los,
aproximadamente, sesenta y cinco grupos lingüísticos oficialmente
reconocidos, en México. Radican en el centro del país desde tiempos La escuela al servicio de la comunidad:
prehispánicos, con raíces culturales claramente identificadas como una tradición arraigada
mesoamericanas. Mostramos cómo, en el caso de los dos pueblos
donde se llevó a cabo el estudio, por su forma particular de aten- Las dos comunidades donde se llevó a cabo este estudio se en-
der las escuelas primarias de sus comunidades, han contribuido de cuentran, aproximadamente, a 140 kilómetros al noroeste de la
manera importante a su funcionamiento, tanto en términos mate- Ciudad de México. Son pueblos rurales que pertenecen al munici-
riales como sociales. Su interés en la escuela, sus expectativas y su pio mexiquense de San Felipe del Progreso, oficialmente reconocido
participación plena en las actividades escolares, junto con una dis- como mazahua. La mayoría de los habitantes son mazahuas; sólo
posición positiva por parte del personal escolar han propiciado que una parte minoritaria de su población se identifica como no indígena
la relación escuela-comunidad se fortalezca y prospere, a la vez que aunque en gran parte comparten las mismas raíces históricas y cul-
varias prácticas sociales propiamente mazahuas tengan presencia turales. Sus actividades económicas básicas son el cultivo de maíz y
en las escuelas. el cuidado de animales domésticos: borregos, gallinas y patos. Mu-
Todos los días los adultos de las comunidades se involucran en chos de los hombres y adolescentes varones se dedican al comercio
distintas actividades escolares, tanto académicas como no académi- itinerante de pequeños productos manufacturados –como trastes o
cas, y mediante su participación muchos de los quehaceres y rituales vajillas de plástico–, y algunos pasan temporadas trabajando de al-
escolares han ido transformándose. Buscamos reconocer las formas bañiles en las ciudades cercanas, donde también algunas mujeres
de organización social mazahua y los valores colectivos implícitos jóvenes trabajan como trabajadoras domésticas.
que han ido introduciéndose en las escuelas gracias a esta participa- Una de las comunidades tiene una población cercana a los 600
ción directa de la comunidad en la vida escolar. Además, identificar habitantes. La otra es uno de los tres asentamientos más amplios
estas prácticas nos permite dar cuenta de su función sociocultural: de la región, con 1.880 habitantes. Han construido sus casas al lado
de las milpas. La gran mayoría de la población en los dos pueblos

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son bilingües, pero en grados distintos. Aunque algunos de los más mazahua ni introducir prácticas pedagógicas especiales que toma-
grandes sólo hablan el mazahua, sí entienden el español. Y de la ran en cuenta la cultura mazahua. Sin embargo, como se mostrará
misma manera, aunque al reverso, las nuevas generaciones ya no más adelante, en todo el plantel escolar existe un ambiente de co-
hablan el mazahua, aunque sí lo entienden. Como uno de los oficios laboración característico de la gente mazahua por el tipo de inte-
tradicionales mazahuas es el comercio itinerante, y dado que una racciones entre maestros y alumnos y entre maestros y padres de
buena parte de la población en algún momento u otro ha partici- familia.
pado en la migración temporal a las ciudades más cercanas, prin- Empezamos nuestra investigación a fines de los 80 en las es-
cipalmente el Distrito Federal, no se cuestiona la conveniencia de cuelas, con observaciones etnográficas en las aulas y otros espacios
manejar el español. Hasta sólo relativamente recién se ha mostrado escolares, así como con entrevistas a maestros, directivos y padres
interés en valorar de manera explícita su idioma, y se puede decir de familia y algunas visitas con las familias en sus hogares. Hemos
que para la gran parte de la población sigue siendo un asunto que vuelto para realizar otros trabajos de campo en 1989, 1995, 2002
no llama mucho la atención. Aun así, se puede decir que el mazahua y 2012, y hemos ampliado la investigación para incluir la observa-
nunca ha estado en peligro de dejar de usarse o de desaparecer. ción de las comunidades y entrevistarnos con algunas familias con
En su vida cotidiana muchas de las prácticas socioculturales de las que hemos mantenido contacto.
gente mazahua se pueden identificar como informadas por y arrai- Para el buen funcionamiento de cualquier escuela es indispen-
gadas en lo que se ha llamado la civilización mesoamericana. En sable que haya no sólo aceptación sino también apoyo por parte de
este sentido se encuentra mucha continuidad entre la cultura de la los padres de familia. En contextos urbanos este apoyo implica que
gente indígena de las distintas regiones del país y la de la población les proporcionen a los niños los materiales escolares necesarios,
rural. Aunque ésta se reconoce como mestiza y ya no se identifica con que los ayuden en las tareas académicas que realizan en casa y que
sus raíces indígenas, en su vida diaria sí comparte la mayoría de las fomenten una actitud positiva y de respeto hacia el maestro. Es
mismas creencias y costumbres que la gente indígena de la misma común que la escuela no se considere responsabilidad de los padres,
región (Bonfil Batalla, 1994). Celebra junto con los indígenas los mu- ni tampoco se les pide a ésta ni a los maestros que desempeñen
chos ritos tradicionales de los pueblos, por ejemplo los relacionados un papel en la comunidad. Así la relación escuela-comunidad se
con la cosecha y las celebraciones religiosas como el Día de Muertos. reduce al mínimo, o incluso es inexistente; se desarrolla de manera
En el caso de los mazahuas, las festividades anuales que se llevan a casi exclusiva a partir de las relaciones entre el personal escolar
cabo en el Centro Cultural Mazahua ubicado en un pueblo cercano, (maestros, director) y las familias de los niños.
son celebradas tanto por gente mazahua como no mazahua. De hecho, en estos contextos cuando se busca promover una
En México hay escuelas de diferente tipo de la Secretaría de relación más amplia, surgen más dificultades que acuerdos: los pa-
Educación Pública. En las zonas rurales los niños indígenas pueden dres de familia no muestran interés ni se sienten responsables por
asistir a escuelas del sistema intercultural bilingüe o a las escuelas la escuela en su conjunto, ni a los maestros les parece correcto que
estatales estándar que tienen una mayor cobertura en el país; estas se los responsabilice del bienestar de la comunidad. Así, la escuela
últimas se identifican históricamente y hasta la fecha como escuelas se introduce en la comunidad, pero no llega a ser parte fundamen-
rurales. tal de ella por el supuesto compartido de que es una institución
Las dos escuelas primarias de las comunidades observadas son foránea que no ha surgido de la misma comunidad y por tanto no se
escuelas rurales y han atendido a tres generaciones de estudiantes. le integra plenamente.
Sus maestros han sido formados para que enseñen con los mismos Por ejemplo, en un estudio llevado a cabo en España en contex-
programas y libros de texto que se utilizan en todas las escuelas tos urbanos, Fernandez Enguita (1995) encontró que la relación de
primarias del país, y aunque todos los alumnos y algunos de los los padres de familia con la escuela se daba más bien como un des-
maestros de estas dos escuelas son mazahuas, no se ha hecho nin- encuentro, por la indiferencia y la poca participación de los padres
gún intento formal de incluir en el currículo aspectos de la cultura de familia en los asuntos escolares. Los padres se preocupaban por
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el desarrollo y aprendizaje de sus hijos, pero no mostraban interés mestiza y culturalmente homogénea. El papel de los maestros era
por el bien común de la escuela. clave en este nuevo esquema. Se esperaba que ellos vivieran en los
En contextos rurales de América Latina las expectativas so- mismos pueblos, que compartieran los mismos intereses materia-
bre la relación escuela-comunidad tienden a darse en otros tér- les y morales de la comunidad y que actuaran como catalizadores
minos. Se espera que la participación de los padres de familia y para el desarrollo. En las noches enseñarían a los adultos a leer y
el tipo de apoyo que presten vayan más allá de una preocupación escribir y trabajarían fuera de la escuela en muchas actividades
por el aprendizaje de sus hijos. Por otro lado, también se preten- conducentes a lograr el progreso de la comunidad en su conjunto.
de que los maestros provean servicios y desempeñen papeles en la Rompió con el viejo esquema de que la escuela sólo educaba
comunidad que no se relacionan directamente con el aprendizaje a los niños, al margen de la comunidad; convirtió la escuela y la
de sus alumnos. En la práctica no siempre se logra una relación comunidad en una sola, educando por igual a los niños, jóvenes y
escuela-comunidad que cumpla con estas diversas expectativas de adultos, de esta manera, la escuela rural se convirtió en la alia-
manera satisfactoria. da de los campesinos ayudándoles a solicitar tierras, ampliación o
A propósito de una investigación realizada en escuelas rurales restitución de tierras, aguas y bosques; no solamente enseñó a leer
de Colombia, Tezanos, Muñoz y Romero (1983: 120) señalan: y escribir, sino puso a su disposición de la comunidad las disposi-
ciones agrarias, abanderó las luchas por mejorar los salarios de los
En nuestro estudio la relación escuela-comunidad
aparece más bien como una no relación […]. En muy pocos
trabajadores asalariados, realizó una actividad de extensionismo
casos la escuela responde realmente a las necesidades co- al contar con la parcela escolar, la casa del maestro, el teatro al
munales […]. Las funciones de la misma [Junta de Padres aire libre, talleres de alfarería, carpintería, herrería, hojalatería,
de Familia] se reducen prácticamente al logro de fondos cestería y de tejido de sarapes o telas; se convirtió en divulgadora
financieros para el mantenimiento y mejoramiento de la de las ventajas del cooperativismo; ayudó a mejorar las condiciones
escuela, fundamentalmente, en lo que hace referencia a de vida de los campesinos al impulsar campañas de limpieza e hi-
su planta física y dotación. giene, de vacunación, construcción de calles y caminos, concursos,
preparación de alimentos; impulsó el deporte, cría de animales, in-
En el caso de las escuelas rurales de México, después de la troducción de nuevos cultivos y mejoramiento de los propios; formó
Revolución de 1910 se establecieron expectativas claras y explicitas grupos musicales, de danza y teatro y ayudó a desarrollar la uni-
sobre la relación escuela-comunidad, basadas principalmente en dad nacional (Escuela rural mexicana).
el apoyo que proporcionaban los maestros a la comunidad (Sáenz, En las descripciones de esta nueva escuela rural se reconocía
1928; Ramírez, 1981 y Aguirre Beltrán, 1973). La misión de la es- el apoyo imprescindible que brindaban las personas de la comuni-
cuela rural se definía en términos de su papel para promover el dad a su funcionamiento:
desarrollo integral de las comunidades rurales:
La casa fue donada por el pueblo: 2,300 comunida-
La escuela rural mexicana, con el acento puesto en des, de las 3,400 donde tenemos escuelas, construyeron
la comunidad, requiere un maestro de características par- exprofeso el edificio escolar. Cuando lo hicieron, todo el
ticulares […] los antiguos valores pedagógicos se invier- pueblo contribuyó con dinero, con materiales y con trabajo
ten, lo que antes era trabajo de simple extensión ahora es y muchas veces los niños también ayudaron. Después de
el trabajo propiamente nuclear; despertar a los pueblos la iglesia, la casa de la escuela es la mejor del lugar, y
adormecidos. (Aguirre Beltrán, 1973: 30) aunque tan pequeña es la población que en cada caso el
valor material de la finca parece insignificante, una esti-
La escuela proporcionaría lo necesario para que los pueblos mación conservadora del costo que en conjunto […] llega
rurales se integraran a la nueva nación moderna, visualizada como a casi dos millones de pesos. El Gobierno Federal no paga

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un centavo de renta por casas para sus escuelas rurales. sigue siendo de central importancia, ya no se construye de la misma
(Sáenz, 1928: 18) manera ni para los mismos propósitos. Mientras que la escuela rural
mexicana más tradicional fue diseñada para promover el desarrollo
Durante décadas, muchas de estas escuelas –llamadas primero y la modernidad –pensados desde la identidad nacional mestiza y
como Casas del Pueblo y después como rurales– funcionaban con la desindianización–, aquí la relación escuela-comunidad se lleva a
más o menos éxito, siempre en favor de la promoción de una cultura cabo mediante actos sociales definidos que realiza la gente mazahua
nacionalista homogénea y de “la incorporación del indio a la civiliza- desde una matriz cultural propia, lo que implica una confluencia de
ción”. En este contexto “la lengua, las costumbres y la organización otros matices culturales más bien indígenas.
de los grupos originalmente americanos son consideradas rezagos o
supervivencias de una etapa de la humanidad” ya superada (Agui-
rre Beltrán, 1981: 25). Rafael Ramírez, uno de sus principales pro- Dos comunidades mazahuas y sus escuelas:
motores, describió la educación rural en los siguientes términos: “En conocimiento y convivencia
primer lugar, que es un proceso que abarca, no sólo a la generación
joven, sino también a la adulta, y en segundo lugar, que consiste en En los dos pueblos, los maestros suelen visitar las casas de los
transportar a la gente de planos inferiores de vida a planos cada vez niños antes de que empiece el año escolar, para asegurarse de que
más elevados” (1981: 172). los padres de familia inscriban a sus hijos dentro del plazo esta-
Aunque, aparentemente, esta visión de la escuela rural revo- blecido. De hecho, lograr la asistencia regular de los niños es un
lucionaria de principios de siglo XX tenga poco que ver con lo que reto constante; muchos padres no consideran necesario que todos
sucede en las escuelas de los dos pueblos descritos en este capítulo, sus hijos asistan a la escuela, sino sólo uno o dos de ellos.1 Los maes-
es parte de un contexto histórico que ha dejado huellas profundas tros intentan convencerlos de que los estudios de todos los hijos son
en lo que se refiere a las expectativas sobre la relación escuela-co- importantes, de que los manden a la escuela aunque eso comporte
munidad. Muchas veces se percibe en el discurso de los maestros que inviertan dinero y que los hijos no puedan contribuir al bienes-
de ambas escuelas un matiz subyacente que refiere las nociones de tar de la familia con su trabajo en la medida en que se esperaría.
“progreso” y “deficiencias” debidas al contexto rural. Y aunque tien- De igual manera, los mismos niños no dan tanta importancia a sus
den a definir su labor en términos académicos más que nada, tam- asistencia regular a la escuela. A veces esto implica que los maestros
bién reconocen que es necesario e importante que se acerquen a la estén dispuestos a intentar convencer más que a imponer normas de
comunidad e interactúen con la gente del pueblo. De hecho, como asistencia, es decir, a ser flexibles.
se describe más adelante, en la relación escuela-comunidad siguen Por ejemplo, un niño de sexto grado dejó de asistir a clases por
apareciendo de manera central los dos ejes de la educación rural un problema familiar que lo obligó a permanecer en casa durante
señalados por Ramírez: se enfatiza, primero, la participación de los una temporada. El maestro y la directora buscaron a la mamá del
adultos, y después, la promoción de ciertos modos de vida, lo que se niño y llegaron a un acuerdo para que no dejara sus estudios por
puede llamar el “quehacer sociocultural”, que Ramírez refiere como completo, flexibilizando su horario. En otra ocasión la directora de
“planos de vida”, aunque con un giro importante. una de las escuelas tuvo que amenazar a un grupo de niños de quin-
Enseguida, mostraremos que en el caso de estos dos pueblos to y sexto grado que había desarrollado el hábito de no regresar a
donde realizamos el trabajo de campo no sucede que los maestros en- la escuela después del recreo con tal de no interrumpir su juego de
tren a la comunidad desde la escuela para introducir cambios, como fútbol en las afueras de la escuela.
se previó en el caso de la escuela rural tradicional, sino que más bien
es la gente de los pueblos la que se presenta en la escuela para que
1. Son varias las razones por las que sólo envían a algunos de sus hijos a la
los cambios se produzcan. Aunque la relación escuela-comunidad escuela, dependiendo de la familia. A veces mandan a la escuela a los más
pequeños o a los más grandes, y escogen indistintamente a niñas o a niños.
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En cuanto al apoyo de los padres de familia hacia la escuela, las solicitudes de los profesores; por el contrario, casi siempre lo ha-
suele consistir en que donen los materiales y la mano de obra necesa- cen inmediatamente.
rios para construir nuevas aulas o para hacer reparaciones; además, Aquí nos interesa destacar el aspecto social de la relación es-
cuando pueden, aportan las cuotas establecidas por la directora y la cuela-comunidad, que no es propiamente escolar-académico; más
Asociación de Padres de Familia. Pero, como se verá más adelante, bien se caracteriza por el vínculo colectivo entre los familiares de
la participación de los familiares va más allá de estos apoyos básicos los niños y la escuela, como cuando asisten juntos a una celebración
que aseguran el funcionamiento de la escuela. escolar, hacen la limpieza profunda de las instalaciones, arreglan los
Oficialmente, desde la escuela, se intenta normar la relación jardines o participan en festivales, como el del Día de las Madres.
entre los padres de familia y la escuela a través de la Asociación Las escuelas observadas son de puertas abiertas (se cierran las
de Padres de Familia, donde existe una estructura jerárquica en la rejas, pero sin candados ni seguros). Esto permite que entren per-
que hay un presidente, un vicepresidente, un secretario, seis vocales sonas de la comunidad en cualquier momento del día. Incluso, hace
y un tesorero que maneja las cuotas voluntarias. Sin embargo, tal quince años, una de las escuelas tenía averiada la puerta de entra-
estructura oficial no funciona como se espera en estos pueblos maza- da, y el patio era lugar de paso durante todo el día, porque también
huas; sirve fundamentalmente para cubrir el requisito de que exis- se mantenía abierta la puerta trasera.
ta. Esto se debe a que dicha estructura rígida es incompatible con el En estos dos pueblos mazahuas el uso amplio de la escuela es
estilo de participación de los familiares de los niños y con sus formas común: la utilizan para reuniones de todo tipo, relacionadas o no con
de organización social tradicional en las que no existen formalidades asuntos escolares. En gran medida, esto se debe a que los edificios y
explícitas en cuanto a tiempos y entregas de documentación, y en las los patios de las escuelas son espacios amplios y en ellos caben más
que se involucran de distintas maneras dependiendo de la actividad. personas que en cualquier otro recinto de la comunidad. Este uso fre-
Aunque las relaciones formales e informales entre escuela y cuente de la escuela para acontecimientos que no son propiamente es-
comunidad en estos dos pueblos son muy diversas, se pueden distin- colares también nos habla de su papel primordial entre los habitantes.
guir claramente dos aspectos: el escolar y el social. El primero está Una mirada sobre la vida comunitaria en los pueblos indígenas
enfocado en lo académico, en la forma de presentación de los estu- de México nos sirve para entender el aspecto cultural de su relación
diantes y en la utilización de los materiales necesarios para el aula. con la escuela y por qué los mazahuas llevan muchas de sus activi-
Se da de manera personal: el profesor cita al familiar2 del alumno en dades a ella. Luis Villoro (2003: 29) resume algunas prácticas indí-
la escuela para indicarle, por ejemplo, cómo se deben forrar y coser genas de la siguiente manera:
los cuadernos para que no se deshojen, de qué manera deben rea-
En muchas comunidades indias su sustento económi-
lizarse algunas tareas, cómo deben ser los uniformes de los niños, co, la tierra […] no es una mercancía, sino un bien común; el
cuál será la cooperación económica para alguna actividad, etcétera. trabajo colectivo es muy importante, al igual que el disfrute
La comunicación puede darse a través de recados escritos que de todos en la fiesta. La relación con los otros implica reci-
los profesores mandan a la familia por mediación de los alumnos, procidad de servicios: el tequio, el cumplimiento de cargos,
quienes los leen a los familiares. El hecho de que muchas veces los son servicios desinteresados a los que todo individuo está
padres no puedan apoyar a sus hijos con las tareas que asignan los obligado; en correspondencia, todos, ante sus dificultades,
maestros se debe a que, como ellos mismos lo han dicho, “aprendie- son objeto de ayuda colectiva […]. Las decisiones se toman
ron de otra manera”, por ejemplo diferente a como se enseña actual- en asambleas, en las que participa toda la población, mode-
mente matemáticas en la escuela. Esto no les impide que atiendan radas por un “consejo de ancianos”.

Como veremos, estas características de la vida en comunidad,


2. Los padres de los niños no son los únicos que atienden los asuntos escolares;
en general, cualquier familiar va a la escuela cuando se solicita la presencia con sus conflictos y contradicciones, permean las actividades escolares
de los padres. Pueden ser tías, abuelas, los hermanos grandes, etcétera. con una intención en favor del bien común. Es habitual la presencia

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discreta de algunos familiares de los niños en la escuela durante mi- colaborar por diferentes razones. Esto crea tensión entre las perso-
nutos o hasta horas: se quedan fuera de los salones para hablar con un nas, pero generalmente resuelven la situación asignando otro traba-
profesor o para esperar a los niños, o simplemente permanecen en los jo a quien faltó, o mediante una penalización en dinero por el trabajo
pasillos o en el patio. Son participantes y testigos de lo que sucede allí. no realizado. La limpieza es, verdaderamente, a profundidad, sobre
La relación escuela-comunidad tiene varias aristas que se co- todo en los baños de niños y niñas, que por lo general se encuentran
rresponden con la organización social de las comunidades mazahuas sucios. Los participantes llevan el jabón y los utensilios necesarios
cuando los familiares de los alumnos asisten a los planteles de ma- para este trabajo colectivo.
nera colectiva. Las actividades que llevan a cabo tienen que ver con El mantenimiento de la escuela también incluye la poda de ár-
el trabajo colectivo gratuito o con relaciones de solidaridad. boles y arbustos. El delegado, que es la autoridad política electa para
representar a los mazahuas en algunos espacios –como la escuela–,
coordina a los familiares y a los niños para que arreglen las áreas
Mantenimiento de la escuela: verdes. Es una labor muy pesada que implica varias horas de trabajo
un trabajo colectivo entre los mazahuas a pleno sol. No todas las personas llegan en el mismo momento, sino
que se van incorporando poco a poco. Todos llevan los instrumentos
En la siguiente descripción situacional veremos cómo la organi- pertinentes: machetes, picos y alguna hoz, de acuerdo con lo que va-
zación del trabajo colectivo gratuito de las personas de la comunidad yan a arreglar. Empiezan, por ejemplo, la poda sin haber seccionado
aparece también en la escuela cuando se trata de su mantenimiento. específicamente una zona y avanzan en la tarea hasta terminarla
Los mazahuas llaman a esta organización colectiva faena, una forma por completo. Hay un acuerdo implícito de que se trata de acabar la
tradicional de participación mesoamericana, que ya se ha extendido tarea y no de repartir el trabajo de manera equitativa. Aunque los
a muchas escuelas rurales. En las escuelas observadas no se cuenta familiares de los alumnos pueden ser convocados por el profesor, son
con personal que limpie el edificio todos los días, por lo que maestros, ellos quienes se organizan para que todo funcione bien. Se involu-
alumnos y familiares de los niños se encargan de ello de diferentes cran en la tarea de tal manera que la escuela siempre se mantenga
maneras. Una de ellas es que a diario, al final de la jornada, los pro- en buenas condiciones. La limpieza profunda del edificio resulta ser
fesores piden a los niños que barran el salón y recojan los papeles que un verdadero apoyo a la escuela. Gracias a estos trabajos colectivos
hayan dejado en las bancas. Los niños guardan sus útiles y, lenta- y voluntarios se conservan en buen estado las escuelas observadas;
mente, van moviendo las bancas a un rincón del salón, para barrer un sin este trabajo de la comunidad el deterioro material de las escuelas
espacio amplio. Es una actividad que los niños ejecutan por relevos y sería evidente.
les lleva, más o menos, media hora. También en las mañanas, antes En palabras de Villoro al describir cómo es la comunidad indí-
de que lleguen los maestros, algunos niños se encargan de barrer el gena mesoamericana, “La comunidad tiene por fundamento el servi-
patio. O después de una celebración especial con comida y música, los cio, no el cálculo del propio beneficio. Cada quien tiene la obligación
niños y los maestros sacan las bancas de las aulas y las acomodan en de prestar una contribución al bien común. El servicio ha de ser re-
el patio. Mientras las mamás barren y recogen la basura en el patio, cíproco: nadie está dispensado de él, pues es el signo de pertenencia
los niños y los maestros acomodan las bancas de nuevo dentro de las a la comunidad” (2003: 26). Las faenas en la escuela son un servicio
aulas sin que haya organización formal de esta labor. que los mazahuas valoran. Los familiares asisten habitualmente a
De manera similar los familiares de los niños participan, dos ellas sin conflictos. En este mantenimiento escolar vemos una cola-
o tres veces al año, en una limpieza profunda de la escuela. Esto boración horizontal por parte de todos, sean adultos o niños. Cola-
significa que casi todos los padres de familia –en su mayoría las boran en una tarea por el bien común, como suele suceder en otros
madres– limpian el salón cuidadosamente: lavan el piso, las bancas, ámbitos; por ejemplo, en la limpieza de la iglesia de la comunidad.
los vidrios, la puerta y todo lo que se les ocurre. Decimos que asis- Este trabajo colectivo, también llamado a veces tequio, tequitl
ten casi todas las madres porque siempre hay alguien que no puede o, simplemente, trabajo, es lo que Good (2005) identifica como el
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concepto organizador central de la vida nahua, reconociendo las raí- destinados a los gastos que les demandará el festejo de graduación.
ces profundas de una organización social colectiva mesoamericana De cualquier modo, la gente cambia de empleo con mucha frecuencia
que permite la integración de diferencias y contradicciones a nivel porque las condiciones laborales son muy precarias en esta zona. Por
de pueblo: su parte, los patrones suelen quejarse de que los empleados no duran
mucho en sus puestos, pero tampoco les ofrecen mejores escenarios
Este concepto incluye todas las actividades necesarias
para la reproducción material pero no las privilegia: el te-
para incentivarlos a quedarse.
quitl incluye empresas tan diversas como las siguientes: ha- Lo que sigue es la descripción de una típica fiesta de graduación
blar con otros, dar consejos, compartir conocimientos […] cu- en ambos pueblos. El día señalado, la escuela permanece de puertas
rar […] beber y comer en fiestas, participar en rituales”. (276) bien abiertas para que entre quien quiera hacerlo. Los familiares de
los niños y el delegado se encargan de barrer el plantel, limpiarlo y
rentar sillas, lonas y el equipo de sonido para los bailes. Los maes-
Una fiesta de graduación: de la escuela a la comunidad tros llegan temprano y decoran sus salones. Sin prisa, entran y salen
personas de la escuela. En una ocasión, el equipo de sonido rentado
La fiesta de fin de cursos de las escuelas primarias en los pue- no llegó a la escuela, pero un señor se ofreció a ir por otro a un pueblo
blos mazahuas se desarrolla en dos espacios a la vez: el escolar y el cercano.
comunitario. Así se prevé desde su inicio. Una fiesta de graduación El arreglo personal de los participantes es esmerado en este
requiere mucho trabajo colectivo gratuito desde su planeación hasta día, sobre todo el de las mujeres, que usan vestidos formales, sean
su ejecución. El aspecto social de la fiesta abarca tanto el espacio es- tradicionales o modernos. Algunas calzan zapatos de tacón que, si
colar como el comunitario no sólo porque la fiesta continúa en la casa es posible, estrenan entonces. Las madres de los estudiantes suelen
de los estudiantes, sino por la forma de participación de las personas llevar ropa tradicional indígena, y encima de la enagua, un delantal
en ambos recintos. No son dos fiestas: es una sola con dos momentos planchado. Las alumnas que se gradúan se arreglan el cabello en
diferenciados. la estética local, con peinados elaborados que comienzan a hacerles
Todas las personas de la comunidad saben que después de la desde las cinco de la mañana porque la demanda es mucha.
celebración escolar del Día de las Madres, en mayo, empieza a pre- A la fiesta de graduación asisten familiares, amigos y personas
pararse la fiesta de fin de cursos: la de graduación de los alumnos de de la comunidad. En especial acuden los familiares migrantes que
sexto grado, en julio. No es la única fiesta que se organiza antes del trabajan en diversos estados del país, en la Ciudad de México e –in-
cierre del ciclo escolar, pero tal vez sea la más concurrida. En estas cluso– en Estados Unidos. Ellos suelen ser “los padrinos” de los estu-
comunidades muchos niños sólo cursan la educación primaria, así diantes que terminan la educación primaria. Ser nombrado padrino
que dicho festejo es una forma de celebrar el cierre de su escolari- es una distinción social importante, un compromiso que unirá a las
zación. personas y a las familias de por vida. Los padrinos pagan la comida
Los preparativos para la fiesta de graduación son diversos tanto para los invitados y les dan regalos a sus ahijados: una medalla de
en la escuela como entre las personas de la comunidad. Se planean oro, ropa, juguetes, etcétera.
los bailes por grado; se organiza la limpieza profunda de la escuela, La envoltura de los presentes suele ser de papel llamativo, de
la preparación de la comida y la compra de ropa, zapatos y regalos flores, y con grandes moños; si brilla, es mejor. Pareciera que cuanto
para los graduados. También se asignan los padrinazgos (más ade- más grandes son las cajas, más afecto se muestra. Los regalos son
lante explicamos en qué consiste esta figura), se agenda la bendición evidentes para las personas de la comunidad porque se trasladan
del sacerdote en algunos casos, etcétera. desde las casas hasta la escuela y se van acumulando junto a la
En torno a la fiesta, los familiares de los niños despliegan una familia del estudiante, que está sentada disfrutando de la fiesta.
estrategia laboral que llamaremos por proyecto. Esto quiere decir Los regalos pueden ser, en palabras de Goffman (1979: 59), “señales
que sólo trabajan el tiempo necesario para reunir suficientes fondos centrales”, objetos que anuncian una reivindicación territorial.

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Con relación al compadrazgo practicado en el contexto de la sobre los niños, los animales, su vida en el pueblo y en las ciudades,
fiesta escolar, se puede señalar que “En la práctica, estos vínculos el trabajo, etcétera. A veces, algunos maestros también son invita-
crean sistemas de obligaciones y apoyos complementarios o, a veces, dos a este espacio para seguir festejando. Los niños juegan entre
tensiones, ya que todo el mundo está sujeto a diferentes presiones la milpa de junto a la casa o en las veredas cercanas. Los padrinos
y lealtades en distintas situaciones” (Good, 2005: 287). También el ocupan un lugar central en las fiestas de las casas y reciben atención
compadrazgo es una configuración del territorio en la que hay varios especial en la conversación y por parte de la familia.
aspectos por considerar. Uno de ellos es el arreglo de “redes” que los En las fiestas que presenciamos era evidente que los familiares
actores sociales van construyendo y que ligan entre sí a las personas de los alumnos y otros mazahuas se apropiaron del espacio escolar
para influenciarse y relacionarse. al convivir en él y usarlo de esta manera. Goffman (1979: 47) ha
La fiesta dura varias horas en la escuela. Los alumnos, familia- llamado a este tipo de interacción social “reivindicación situacional
res e invitados pasan el tiempo socializando, siguiendo un programa del territorio”. Los territorios situacionales “forman parte del equipo
organizado por los maestros y el director. Por micrófono, el director fijo en el contexto pero se ponen a disposición del público en forma de
dirige un discurso de bienvenida a los invitados y habla de la impor- bienes reivindicados mientras se usan”. En términos formales, este
tancia de que los niños hayan terminado la primaria; asimismo, de acontecimiento se origina en la institución escolar, en clara referen-
su futuro escolar y del buen comportamiento que se espera de ellos. cia no a la comunidad sino al desarrollo individual de los jóvenes,
Después los niños de todos los grupos bailan una pieza musical. El como reconocimiento de sus logros académicos.
de los alumnos de sexto grado es el número principal. Los niños Tanto la ceremonia de entrega de certificados oficiales como la fe-
practican las coreografías diariamente durante más de un mes. Se cha en que se celebra están pensadas para marcar la transición de la
visten con ropa ad hoc; por ejemplo, a los más pequeños les compran vida de cada alumno, ligada fuertemente a las definiciones académi-
trajes de vaquero, de muñecos, de osos, de perros, etcétera. La gente cas e institucionales. En dicha ceremonia no hay ninguna referencia
aplaude al término de cada baile. directa a la vida en la comunidad; sin embargo, se caracteriza como
Los alumnos varones de sexto grado visten de manera formal, un acontecimiento social que sirve para reunir a gran parte de los po-
con traje, y las mujeres, con vestido largo. Se les suele requerir que bladores en torno a las actividades de la escuela, en un rito que revita-
repitan el baile principal a petición del público. Los familiares se liza los lazos comunitarios, la circulación del trabajo y la reciprocidad
divierten, gozan plenamente la ocasión y piden más coreografías que y que fomenta las relaciones de compadrazgo. Es decir, con este tipo de
los alumnos hayan preparado. Para cerrar la fiesta de graduación en actos escolares se van reforzando las relaciones no sólo entre la escue-
la escuela, el director le entrega a cada niño “sus papeles” (en un fol- la y la comunidad, sino las que constituyen el tejido social de la propia
der decorado especialmente para este acontecimiento): el certificado comunidad. Para muchos niños, con esta ceremonia se cierra su etapa
de estudios de la educación primaria y su copia del acta de nacimien- escolar y, de alguna manera, su niñez también porque muchos de ellos
to. La gente aplaude a cada alumno que recibe sus documentos y que empiezan a trabajar en lugares cercanos a sus comunidades.
va pasando por la mesa desde la cual el director y algunos profesores
presiden el acto.
Cuando se termina la ceremonia escolar, la gente socializa por El sentido sociocultural de la escuela
más de media hora en el patio de la escuela y luego se retira a su en el contexto mazahua
casa para continuar festejando. Las casas también permanecen de
puertas abiertas para que las personas pasen a felicitar al recién Este momento escolar, en el que participan los padres de fa-
graduado y a comer un taco. De hecho, los terrenos de las casas ma- milia y otros miembros de las dos comunidades mazahuas, implica
zahuas no están bardeados. Algunas familias rentan lonas y sillas actividades que van mucho más allá de un mero acto escolar que da
para esta fiesta privada, y a la vez abierta a la comunidad. La gente cuenta de un logro académico. Desde que empiezan los preparativos
come e ingiere bebidas alcohólicas mientras conversa durante horas personales, familiares e institucionales hasta su celebración.
[ 155 ] [ 156 ]
En este proyecto se invierten recursos personales y comunales querer quitar el festejo de sexto grado de la primaria”. Finalmente,
de distintos tipos. Hay familiares que viven fuera de sus comunida- se pudo realizar la fiesta anual de graduación como era costumbre. Al
des pero que regresan a ellas para asistir a esta fiesta y poder reen- respecto, Bonfil (1994: 192) señala: “El ejercicio cíclico de tales prác-
contrarse con sus parientes y otros miembros la comunidad. Muchas ticas es, por una parte, la afirmación periódica de la existencia del
veces esto implica que viajen desde lugares lejanos, como la capital grupo, una manifestación colectiva de su permanencia que se expresa
de México u otra ciudad de la república. Dado que muchos de ellos simbólicamente en el cumplimiento de «la costumbre»”.
no trabajan bajo contrato formal, no pueden solicitar vacaciones, así
que el viaje suele implicar que abandonen sus empleos.
Los preparativos mismos convocan a gran parte de la comuni- Reflexiones finales
dad. La gente adquiere compromisos sociales y amarra redes de rela-
ciones. Tanto personal como colectivamente, todos se involucran en Gracias al protagonismo de los padres la escuela ha servido en
la fiesta, a veces comprando muchos artículos para ella, y terminan estas dos comunidades mazahuas para fortalecer sus redes sociales
tomando las riendas del festejo por encima de las autoridades esco- y sus relaciones comunitarias tradicionales. La gente de la comuni-
lares. Asimismo, resuelven las dificultades que van apareciendo, de dad se ha apropiado de la escuela al involucrarse en tareas como el
acuerdo con sus propias maneras de organizarse y trabajar juntos, mantenimiento del plantel y la organización de las fiestas, que se
de manera similar a cómo se organizan para el mantenimiento de la han convertido en actividades organizadas y llevadas a cabo acor-
escuela descrito anteriormente. des con sus propias prácticas y valores socioculturales. Bonfil iden-
Para sacar adelante la fiesta de graduación, los mazahuas te- tifica este tipo de prácticas, que transforman y resignifican como,
jen y activan una red muy extensa. Los padrinos suelen aceptar con “apropiación”, un proceso de resistencia cultural mediante el cual
agrado el “compromiso” con la familia del estudiante. El niño, por un grupo “adquiere el control sobre esos elementos culturales ajenos
su parte, se reafirma como persona social al recibir los regalos de su y [los pone] al servicio de sus propios propósitos, de sus decisiones
padrino, porque esto lo ubica y lo compromete en una red de reciproci- autónomas” (195).
dad. En diferentes plazos, la activación de esta red producirá las con- En contraste con la intención de la escuela rural mexicana revo-
secuencias esperadas. Por ejemplo, los padrinos le darán hospedaje al lucionaria, ya no son solamente los maestros quienes, desde la escue-
ahijado para que siga estudiando, ya sea en la cabecera municipal o la, provocan un cambio cultural en la comunidad, sino la comunidad
en la ciudad, según donde residan. también está produciendo cambios en la escuela, promoviendo que
En pueblos como los observados, donde sólo hay escuela prima- sus propias costumbres y valores se hagan presentes en ella.
ria, es importante prever el cobijo en una casa de gente conocida que Por su parte, la mayoría de los maestros y demás personal esco-
esté dispuesta a seguir apoyando al graduado en sus estudios. Así, la lar se han mostrado flexibles e incluyentes. Como se ha mencionado,
comunidad aprovecha la fiesta escolar para fortalecer una red social la escuela rural es una institución que históricamente ha entrado
que se ha tejido con el tiempo. a las comunidades con actitud abierta, adaptándose a las circuns-
Además, en el festejo se combinan diversos elementos cultura- tancias sociales y culturales, haciéndose “permeable” a los procesos
les que los mismos pobladores producen y controlan. De hecho, ellos culturales y sociales del entorno (Rockwell, 2005). Las dos escue-
muestran mucho interés en mantener la tradición. Esto fue evidente las que referimos aquí han tenido que flexibilizarse por la presencia
en un fin de ciclo escolar, cuando una directora propuso a los padres constante de las personas de la comunidad y también porque depen-
de familia que el festejo fuera austero y que se economizara en la com- den de ellas.
pra de zapatos, en los peinados, la música, los arreglos florales, etcéte- Identificar y comprender la naturaleza sociocultural de la rela-
ra. Los familiares, en asamblea, coincidieron en que la propuesta de ción escuela-comunidad que se ha desarrollado en estos dos pueblos
la directora no era aceptable y decidieron manifestarse en la Jefatura mazahuas permite apreciar sus consecuencias positivas. Aunque no
del Sector Escolar por la “necedad de la directora y los maestros de se han reconocido de manera explícita, es evidente el vasto sentido

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que la escuela tiene para la comunidad. Además, es muy cuestio- ESCUELA RURAL M EXICANA, UNAM. http://biblioweb.tic.unam.mx/dicciona-
nable que las escuelas pudieran funcionar sin esa relación fuerte y rio/htm/articulos/terminos/ter_e/esc_ruralmex.htm (fecha de consulta:
multifacética, no sólo por el apoyo material y personal que garanti- noviembre de 2013).
za, sino también por la actitud positiva que promueve en los niños FERNANDEZ ENGUITA, Mariano (1995), La profesión docente y la comunidad
frente a la escolarización y los maestros. El hecho de que los padres escolar. Crónica de un desencuentro, Madrid, Morata.
estén presentes físicamente, que tengan voz en la toma de decisiones G OFFMAN, Erving (1979), Relaciones en público, Madrid, Alianza Universi-
y que sean protagonistas en actos escolares como los descritos arriba taria.
contribuye a que la escuela sea una institución más familiar para los
G OOD, Catherine (2005), “Trabajando juntos como uno: conceptos nahuas del
niños indígenas, a que se sientan como en casa y participen en un grupo doméstico y la persona”, en David Robichaux, Familia y parentesco
ambiente sociocultural conocido. Esto puede cambiar el sabor de la en México y Mesoamérica, México, Universidad Iberoamericana.
experiencia escolar de manera significativa.
R AMIREZ, Rafael (1981), La escuela rural mexicana, septiembre, Nº 80, año
Habrá que reconocer que la relación escuela-comunidad no exis-
6, México. http://biblioweb.tic.unam.mx/diccionario/htm/articulos/ter-
te sólo para apoyar a la escuela en cuanto al aprendizaje y desarrollo minos/ter_e/esc_ruralmex.htm (fecha de consulta: 19 de agosto de 2015).
académico de los alumnos. En los casos aquí descritos se puede decir
ROCKWELL, Elsie (2005), “La apropiación, un proceso entre muchos que ocu-
que el acento más importante está puesto en el deseo de crear una
rren en ámbitos escolares”, Memoria, conocimiento y utopía. Anuario de
escuela que sea parte de la comunidad, o sea, “una escuela estrecha-
la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación, N° 1, Barcelona, Po-
mente vinculada con el pueblo […] en busca del ascenso comunal” mares, pp. 28-38.
(Corona, jefe del Departamento de Educación y Cultura Indígena en
SAENZ, Moisés (1928), La educación rural en México, México, Talleres Gráfi-
1923, citado por Aguirre Beltrán, 1981: 24, nota al pie).
cos de la Nación.
Para Moisés Sáenz (1928: 25) no había dudas sobre dónde poner
el acento en la escuela rural tradicional: T EZANOS, Araceli, Guillermo MUÑOZ y Emiliano ROMERO (1983), Escuela y
comunidad: un problema de sentido, Bogotá, Universidad Pedagógica
La escritura y la lectura tendrán naturalmente que Nacional.
figurar en él [programa], pero siempre en subordinación a
los grandes objetivos que se persiguen, porque el ideal no VILLORO, Luis (2003), De la libertad a la comunidad, Madrid, FCE.
es enseñar a leer, a escribir o a contar, es sencillamente
enseñar a vivir.
Tal vez un énfasis en la vida comunitaria y la integración de la
escuela a la comunidad, sin demasiada o ninguna referencia a asun-
tos académicos, pueda servir para cuestionar el sesgo creciente de
la escuela como una institución primordialmente –si no es que úni-
camente– preocupada por la enseñanza de contenidos académicos.
Referencias bibliográficas
AGUIRRE BELTRÁN, Gonzalo (1973), “Teoría y Práctica de la Educación Indíge-
na”, SepSetentas, Nº 64, México, Secretaría de Educación Pública.
BONFIL BATALLA, Guillermo (1994), México Profundo, México, Grijalbo.
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que nos permita dar cuenta de estos recorridos biográficos, y así di-
Mujeres indígenas lucidar algunos procesos de interrelación entre la historia indivi-
dual y la social. En este sentido, tendremos en cuenta reflexiones
Trayectorias educativas de tres referentes que vinculan lo etnográfico y lo biográfico, ya que consideramos que
comunitarias en la Argentina las trayectorias sociales nos permiten describir distintas posiciones
ocupadas por los sujetos en los espacios sociales, cuyos sentidos sólo
Mariana García Palacios, Ana Padawer, Ana pueden ser definidos relacionalmente teniendo en cuenta sus capa-
Carolina Hecht y Gabriela Novaro cidades de acción y los condicionamientos sociohistóricos específicos
(Cragnolino, 2006; Diez, 2011; García Palacios y Hecht, 2012; Pa-
dawer, 2012).
Al considerar las trayectorias educativas y de liderazgo de las
referentes indígenas –mbyá guaraní, toba/qom y migrante andina–,
nos interesa analizar los procesos de transmisión y apropiación de
los saberes que se consideran vinculados al ejercicio del liderazgo: de
Introducción qué maneras se aprende a ser referente, a través de qué experien-
cias formativas dentro y fuera de ámbitos institucionales –especial-
Desde hace tiempo, nuestras investigaciones se concentran en mente las escuelas–, y de qué modos las mujeres transforman en
el análisis de las relaciones entre procesos educativos e identifica- sus propias prácticas esos saberes transmitidos por sus antecesores.
ciones étnico-nacionales, trabajando particularmente con población En este sentido, nuestras reflexiones retomarán aportes de diversos
que se autoidentifica como toba/qom, mbyá y migrante andina.1 En campos de estudios de las ciencias sociales: educación, género, etni-
este trabajo desarrollaremos un tema de interés común: las trayec- cidad y acción política.
torias educativas de tres mujeres –Elizabet, Jachuka y Clementina–, En principio, es fundamental tener en cuenta que la escolari-
que se han constituido como referentes políticos para sus colectivos zación de los grupos etnolingüísticos minorizados de la Argentina
de pertenencia, destacándose por el nivel educativo alcanzado y sus siempre ha resultado compleja, ya que tradicionalmente los mode-
lugares de liderazgo.2 Realizaremos una lectura comparativa, pro- los escolares presuponían una homogeneidad en su alumnado como
blematizando tanto sus recorridos en ámbitos escolares y religiosos, punto de partida y como meta.3 Históricamente, la escuela ha sido
como los procesos formativos en contextos familiares, comunitarios poco permeable a la pluralidad de lenguas, culturas y religiones.
y extracomunitarios, ya que consideramos como hipótesis de trabajo Recién en los últimos treinta años se reconoce como un derecho la
que esos contextos institucionales han sido los que les permitieron ir Educación Intercultural Bilingüe (en adelante, EIB) formulada lue-
construyendo su lugar de protagonismo político. go del advenimiento de la democracia a partir de la intersección de
Para efectuar este trabajo analítico comparativo desde una pers- legislaciones escolares y otras referidas a derechos étnicos diferen-
pectiva etnográfica, utilizaremos entrevistas y material documental ciales (Hecht, 2014).
No obstante, con anterioridad a esta política estatal se desa-
rrollaron experiencias educativas para diversas poblaciones, sobre
1. Esta noción remite en la Argentina a población procedente fundamental-
mente de Bolivia identificada con marcaciones de nacionalidad y de etnici- todo en el marco de instituciones religiosas. Al respecto, varias
dad. Clementina, la mujer con la que trabajamos, podría ser también aludida
como quechua-boliviana o quechua migrante. 3. Para un análisis más detallado con respecto a la escolarización de los pue-
2. Los nombres de las referentes han sido incluidos en el texto con su au- blos indígenas y de los colectivos migrantes en la Argentina, ver el capítulo
torización. Cabe aclarar que para su presentación, en algunas instancias “Interculturalidad y educación en la Argentina: reflexiones a propósito de
hacemos uso del estilo indirecto sintetizando sus relatos, mientras que en un concepto polisémico”, de Hecht, García Palacios, Enriz y Diez, en este
otras incluimos citas textuales en bastardillas. mismo libro.

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investigaciones previas han reflexionado sobre este histórico vínculo Gómez, 2008). Por ello, sostenemos que la cuestión de género ha sido
y, más específicamente, sobre cómo han impactado en la educación un importante condicionamiento a las oportunidades educativas y
destinada a los pueblos indígenas del país (Artieda y Liva, 2010; de construcción de un liderazgo étnico-político de nuestras interlocu-
Nicoletti, 2008; García Palacios, 2012; Hecht, 2014). En el caso de toras, lo que otorga una especificidad en sus trayectorias, marcadas
la población mbyá, resulta significativo señalar que las primeras por la superación de barreras étnicas, de clase y género en el acceso
escuelas con la modalidad de EIB han sido instituciones privadas a la escuela y a la política. Los estudios de género nos permiten abor-
asociadas a la Iglesia Católica. La educación estatal reconoció mu- dar no sólo la diversidad de asignaciones sociales según los sexos en
cho más recientemente las experiencias de escuelas a las que asiste los diferentes contextos socioculturales e históricos, sino también
población indígena y de zona de frontera (Enriz, 2011; Borton et al., incorporar las desigualdades que atañen a “las mujeres” entre sí, ya
2010). En el caso de la población toba/qom, las primeras propuestas sea en virtud de sus diferentes modos de vincularse con los manda-
de alfabetización se dieron en el marco de las iglesias evangélicas. tos hegemónicos de género o a cuestiones de clase o étnicas (Moore,
En el contexto de una escolarización que no respetaba ni apreciaba 1999).
las particularidades de las lenguas y culturas indígenas, las mi- El impacto de las desigualdades de género, así como también de
siones protestantes que tenían como objetivo difundir la religión y las desigualdades étnicas y de clase en los procesos educativos, ha
promover la apropiación de la Biblia, ofrecían un espacio en el cual sido analizado en las aproximaciones etnográficas sobre la educa-
se podían explorar nuevas herramientas de comunicación bilingüe, ción escolar (Woods y Hammersley, 1995). En las líneas de reflexión
dado que la alfabetización incluía tanto a la lengua indígena como que articularon la clase y la etnicidad en los procesos escolares, dis-
al español. En consecuencia, se promovieron acciones para que la tintos trabajos permitieron considerar las apropiaciones que los su-
lengua nativa se materialice en el orden de la escritura (Wright, jetos realizan en sus experiencias interculturales de vida (Rockwell,
2003). En el caso de la población andina migrante, las iglesias tam- 1997), lo que a su vez contribuyó con el reconocimiento de que las
bién han tenido un lugar destacado en la formación y sostenimiento experiencias formativas exceden el ámbito de lo escolar.
de escuelas sobre todo en las zonas rurales de Bolivia y, además, la En el caso particular de las trayectorias de las tres mujeres,
formación religiosa ha estado presente en los contenidos formativos es importante considerar cómo la experticia en el dominio del bilin-
y particularmente en la formación de maestros hasta años recientes. güismo y la historia de relación de cada colectivo con el Estado Na-
Estos vínculos históricos entre el Estado, las iglesias y las co- cional son dos rasgos decisivos en la configuración de sus biografías
munidades fueron influyendo sobre las relaciones de liderazgo en las y en la construcción de un liderazgo étnico-político. A su vez, como
comunidades indígenas, donde es posible observar formas considera- en numerosas ocasiones el liderazgo suele recaer en gran medida en
das más tradicionales, articuladas con otras producidas a partir de quien puede movilizar más redes sociales (sea por parentesco, por
la dialéctica del contacto, conquista y colonización (Bartolomé, 1971; pertenencia a las iglesias, por contactos con instituciones guberna-
Tamagno, 1992; Wilde, 2003; Gorosito, 2005; Gordillo, 2006; Gómez, mentales y ONG, con empleadores no indígenas), también influyen
2008). Estas figuras de liderazgo incluyen, entre otras, a los nuevos los lazos que las mujeres han construido en su pasaje por los diversos
referentes políticos, religiosos (pastores indígenas) y también a los espacios sociales.
dirigentes de los barrios conformados más recientemente en zonas Todas estas dimensiones de análisis adquieren distintos ma-
urbanas. tices según se considere una trayectoria u otra. Así, por ejemplo,
En los relatos de las mujeres con las que trabajamos, los pro- con respecto a las referentes de las comunidades qom y mbyá, al
cesos de aprendizaje ligados al liderazgo étnico-político aparecen ser estos colectivos definidos étnicamente como población originaria
claramente atravesados por la cuestión de género: implican la incur- frente al Estado Nacional, cobra fuerza un posicionamiento en lo que
sión en un ámbito considerado como de dominio masculino que, con podríamos denominar “alteridad interna” en términos de reconoci-
las especificidades de cada colectivo, tradicionalmente ha implicado miento de derechos. Su condición de mujeres no parece ser el rasgo
que las mujeres permanezcan mayormente fuera de él (Moore, 1999; aglutinante más fuerte de los grupos en los que participan, aunque
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sí las destaca en un ámbito mayoritariamente masculino. En el caso en tanto referentes de sus colectivos de pertenencia, lo que en cierta
de los grupos en los que participa la referente andina migrante, no forma abre un camino menos transitado por sus pares.
se asume con la misma claridad que en los casos anteriores una Elizabet es una mujer qom que actualmente tiene 46 años y na-
identificación étnica en las eventuales demandas al Estado, sino ció en Pampa del Indio, provincia de Chaco (noreste de la Argentina).
que aparece la condición de mujer migrante como rasgo aglutinante Por ambas líneas de parentesco, es nieta de líderes indígenas, por un
principal y por lo primero es concebida como “alteridad externa” en lado, políticos (como el cacique Hua’inolec), y por otro, de religiosos
términos de reconocimiento de derechos. (como el fundador de la Iglesia Evangélica Unida). Por tal razón,
Entonces, ya contextualizadas en esta presentación las discu- siente que ha heredado su posición de liderazgo y que ha contado con
siones conceptuales en las que inscribiremos nuestro análisis, en la fuerza de sus antepasados y sus bendiciones.
este capítulo nos proponemos a continuación dar cuenta de estas Elizabet se crió en Pampa con sus cinco hermanos y sus padres
tres historias y su análisis a través de cuatro apartados. En primer en un hogar muy humilde. Recuerda que desde la escuela primaria
lugar, haremos una breve presentación de sus recorridos biográfi- se posicionó como líder, en ese momento porque hablaba algo de es-
cos. Luego, reflexionaremos acerca de cómo las propuestas de los pañol y no tenía vergüenza en decir cosas, preguntar. Inicialmente
ámbitos escolares y religiosos fueron apropiadas por las tres muje- hablaba mezclando el toba con el español, y recién en su recorrido
res posibilitando la construcción de trayectorias de vida marcadas escolar aprendió a hablar mejor en castellano. La escuela primaria
por el reconocimiento étnico y la reivindicación de derechos. En el fue difícil para ella porque quedaba muy lejos, tenía que realizar
tercer apartado, abordaremos otros espacios que influyeron en esta largas caminatas con sus parientes y amigos para llegar, no obstan-
construcción. Nos referimos a los ámbitos comunitarios y familia- te esto, continuó estudiando. Se define como una persona curiosa
res, donde las tres mujeres también aprendieron a ser referentes en que siempre quiso aprender de los demás. En este sentido considera
permanente relación con un “afuera” representado inicialmente en que lo importante es no autodiscriminarse, ya que a pesar de contar
la escuela, las iglesias y luego en otras instituciones. Por último, con malos recuerdos –especialmente de lo que vivió en la escuela
analizaremos los procesos de transmisión cultural, considerando las secundaria donde era la única estudiante indígena–, siempre siguió
continuidades y discontinuidades que las mujeres vislumbran en re- adelante.
lación con las nuevas generaciones desde su particular perspectiva A los 11 años Elizabet comenzó a colaborar en la Iglesia Evan-
como referentes. gélica Bautista donde tenía una función asignada: controlar que los
niños asistan a la escuela dominical. Se considera una persona muy
religiosa y encuentra que la cultura toba se ha disfrazado dentro del
Tres mujeres: breve presentación de Evangelio y eso ha permitido que se mantenga a través del tiempo.4
sus recorridos biográficos Reconoce que dentro de la iglesia le han enseñado muchas cosas,
pero fundamentalmente recibió el apoyo y estímulo para seguir es-
En tanto nos hemos propuesto dar cuenta de las trayectorias de tudiando. Tal es el caso de un pastor de esa iglesia que le regaló una
vida de tres mujeres, resulta indispensable conocer algunos de los bicicleta cuando estaba en el secundario, lo que facilitó sus trasla-
aspectos clave de sus recorridos, tal como ellas los han presentado dos en ese momento; luego ofreció ayudarla económicamente con sus
en las entrevistas. Cabe señalar que consideramos que cada relato
de vida se construye integrando todos aquellos elementos del pasado 4. El Evangelio es un movimiento religioso que articula elementos cultura-
les que se consideran tradicionales entre los tobas/qom con el evangelismo
que el sujeto considera relevantes para describir, entender o repre- pentecostal. Diversos estudios señalan que este movimiento representó para
sentar la situación actual y enfrentarse prospectivamente al futuro estos grupos una posibilidad doble: por un lado, la posibilidad de incorpo-
(Bolívar y Domingo, 2005). En ese sentido, no se puede soslayar que rar ciertos rasgos culturales doqshi (blancos) y por otro, dar continuidad,
aunque no sin conflictos, a elementos de las creencias y prácticas rituales
parte de lo relatado sobre ese pasado tiene que ver con su presente propias, los cuales, sin embargo, aparecen muchas veces estigmatizados (Ce-
riani y Citro, 2005).

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estudios superiores: le costeó los gastos para estudiar Enfermería cultura”, por eso tienen que estar al lado de los hombres, no detrás
Universitaria en la Universidad Nacional del Nordeste, en Corrien- de ellos. En su caso, no sólo atiende el cargo sino que también realiza
tes –donde era la única aborigen– hasta que en segundo año le “fue las tareas domésticas; esa es una gran diferencia con sus colegas,
mal” y perdió esa ayuda, por lo que regresó a Pampa donde comenzó hombres que sólo atienden su función de referentes. Por otra parte,
a trabajar como empleada doméstica y a estudiar en el magisterio ella lucha porque se reconozca que su cargo no consiste en represen-
de noche. tar a las mujeres, sino a los tobas/qom en general.
Al tiempo y a través de su padre, Elizabet consiguió un pues- Jachuka tiene actualmente 37 años y nació en la comunidad
to como administrativa del Instituto del Aborigen Chaco (Idach)5 y mbyá Tamanduà, próxima a Veinticinco de Mayo, en la provincia
se mudó a Resistencia. Allí conoció a su marido que era policía de de Misiones (noreste de la Argentina). Considera que Tamanduá es
la Casa de Gobierno, donde también funcionaba el Idach. Él es un ideal para vivir porque tiene la propiedad comunitaria legal de la
chaqueño criollo aunque, recuerda Elizabet, luego de su matrimo- tierra, situación que no es común entre las aldeas de la provincia.
nio reconoció tener una bisabuela wichí. Evoca que muchos tobas la Actualmente residen allí unas treinta familias, la mayoría empa-
“castigaron” porque rechazaron el hecho de que ella formara pareja rentada con ella.
con un criollo pero ellos pudieron salir adelante: tuvieron dos hijos Su abuelo Dionisio Duarte, actualmente de 89 años y guía es-
(una niña y un niño), ambos bautizados en el catolicismo y que se piritual (opygua) de la comunidad, fundó Tamanduá acompañado de
autorreconocen como indígenas. Ninguno de ellos habla la lengua su esposa Aurora. Durante muchos años fue cacique (mburuvicha),
qom, aunque según ella la entienden. Le hubiese gustado enseñarles así como también lo fue el padre de Jachuka, Bonifacio Duarte. La
más el idioma, pero está “siempre a las corridas”; de todas formas pareja tuvo nueve hijos pero hace diez años se separaron; si bien la
les transmite valores culturales, como todo lo relacionado con la na- madre de Jachuka se trasladó a Brasil con algunos de sus hermanos,
turaleza. esto no ha impedido que permanezcan en contacto regular. Jachuka
En el Idach, Elizabet comenzó su carrera política como vocal re- señala que “todos mis hermanos tienen un rol en la sociedad mbyá”.
presentando al pueblo toba, luego de varias elecciones fallidas. Es la Algunos son auxiliares docentes indígenas (ADI), otros agentes sa-
primera mujer funcionara del organismo. Para ella, pensar en una nitarios, caciques, y el más joven trabaja con una ONG como docu-
política indígena diferente podría llevar a los qom incluso a formar mentalista en Brasil.
un partido político propio, distanciado de la política partidaria que Jachuka cursó la primaria en Tamanduá en una escuela creada
a su juicio ha dividido a sus hermanos. Para ella, ser dirigente no se a instancias de su abuelo. Recuerda que cuando era chica, a los 12
relaciona con los estudios, sino con llevarse con la gente y escuchar o 13 años, ya “iba pululando” por los espacios donde estaban los re-
sus necesidades: por eso se define como servidora de su comunidad, ferentes políticos, lo que le mostró un panorama de preocupaciones
enfatizando incluso que “su patrón” son las comunidades indígenas. que de otro modo no hubiera advertido. Para comenzar la secundaria
En este sentido su función como dirigente consiste en transmitir en se tuvo que ir de su comunidad: a su juicio esta salida obligada con-
el Idach las privaciones de su pueblo; le preocupa principalmente el tribuyó en el mismo sentido a su carácter de referente.
tema de salud en las comunidades, la educación superior y la migra- Jachuka pudo realizar sus estudios secundarios en una Escuela
ción a la ciudad. Normal en la ciudad de Aristóbulo del Valle porque la alojaron en un
Según cuenta, no ha sido fácil el camino que ha debido seguir albergue municipal, y los fines de semana “los pasaba con unas mon-
como mujer y como indígena. Para Elizabet las mujeres tienen es- jas” para evitar los largos traslados. Recuerda muy emotivamente
píritu de fortaleza y han sido históricamente las “cuidadoras de la su experiencia en la secundaria urbana, donde “se volvió invisible”
como indígena para sus compañeros, estrategia que le permitió esta-
blecer lazos y permanecer en la institución.
5. El Idach es una entidad autárquica que surge con la ley provincial N°
3.258 (1987) con la finalidad de promover los derechos de los indígenas cha- Siendo referente de la comunidad de Tamanduá, Jachuka co-
queños. menzó a viajar periódicamente a Posadas, la capital provincial, para
[ 167 ] [ 168 ]
efectuar trámites. Allí conoció al padre de su hijo, se casó y se tras- le permiten reflexionar sobre las miradas esencialistas acerca de los
ladó con él a la ciudad de Buenos Aires, donde vivió unos diez años indígenas que se desarrollan fuera de las escuelas, y rescatar asimis-
y comenzó a criar a su único hijo. Jachuka señala la importancia mo el debate dentro de la EIB. Es así como cuestiona a los que dicen
de su familia en su recorrido biográfico, ya que ellos no pusieron que los mbyá no pueden usar celulares, a los maestros que asumen
obstáculos cuando quiso formar pareja con un no-indígena, contra- burocráticamente la EIB y a los mbyá que dicen que en la escuela sólo
riando lo que la mayoría de sus congéneres en la comunidad solían quieren que se enseñe a leer y escribir castellano. En su perspectiva
hacer. Jachuka regresó a Misiones hace unos diez años y se separó las escuelas, como cualquier contexto de aprendizaje de los niños y ni-
recientemente, pero tanto ella como su ex pareja se ocupan alterna- ñas, deben incluir la cultura mbyá para que sea significativo lo que se
damente de su hijo, actualmente de 14 años, que asiste a una escuela enseña; asimismo, plantea desafíos en relación a la identidad étnica
secundaria. y nacional, plasmada en los rituales escolares fial saludo a la bandera
En la narración de su historia personal, Jachuka recuerda un le sigue el aguyjevete, a cargo de los estudiantes y que se efectúa de
hito vinculado a su trayectoria de referente: en 1996 participó junto modo similar al saludo efectuado en contextos comunitarios, aprendi-
con su abuelo, su papá, y su hermano de un proceso posreforma cons- zaje que se ha recuperado desde el trabajo en la escuela(.
titucional denominado Proceso de Participación Indígena fiPPI(.6 Clementina tiene actualmente 67 años, nació en el Departa-
Allí, Jachuka fue elegida junto a otras dos mujeres para leer, en el mento de Potosí fiBolivia(, y llegó a la Argentina en 2000. Su familia
Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional, el texto final de era muy humilde. Cuando era pequeña, la madre la envió a vivir
las deliberaciones. con una tía suya que se desempeñaba como maestra en la zona del
Sus experiencias juveniles, sus diez años en la Ciudad de Bue- Chaco boliviano. Clementina recuerda que sus condiciones de vida
nos Aires y su vida cotidiana actual como empleada del Instituto allí eran mejores que con su familia de origen: asistía regularmente
Nacional de Asuntos Indígenas fiINAI( y alumna de antropología en a la escuela, podía llevar alimento y ropa limpia, lo que le permitió
la Universidad Nacional de Misiones, dan a Jachuka un horizonte tanto una mayor continuidad en los aprendizajes como la posibilidad
muy amplio de experiencias e interlocuciones.7 de dimensionar su situación personal y familiar.
Jachuka valora especialmente su trabajo actual en una EFA de Tiene recuerdos muy vívidos de la escuela, sus amigas, las di-
modalidad EIB que funciona en Yacutinga fiGobernador Roca(, don- versiones conjuntas, los paseos, las escapadas, los castigos físicos de
de dicta “Lengua y Literatura Mbyá”, que enfoca de un modo am- docentes y padres. Al terminar la primaria, se trasladó y comenzó la
plio como espacio de fortalecimiento en el trabajo sobre la cultura secundaria en Potosí. Su padre fue veterano en la guerra del Chaco,
mbyá. Ya que sus alumnos hablan y escriben mbyá, constituye un donde murió. Cuando un tiempo más tarde murió también su madre,
desafío reflexionar y profundizar ciertos aspectos culturales, para lo un hermano mayor arregló su casamiento con un hombre al que ella
cual Jachuka suele consultar a otros referentes. Estas experiencias apenas conocía: “ahí me embaracé y ya tuve que dejar el colegio. Y
fue una vida triste, quería terminar el colegio, porque yo sabía cap-
6. El Programa de Participación de Pueblos Indígenas fiPPI( fue diseñado por tar lo que me decían”.
la Asesoría Jurídica del Equipo Nacional de la Pastoral Aborigen fiEndepa(,
suscripto por la Asociación Indígena de la República Argentina fiA IRA( y Clementina tuvo cinco hijos; cuatro de ellos viven en la Argentina
financiado por la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación. Tuvo como ob- fitres han terminado el secundario( y el quinto es maestro bilingáe en
jetivo promover la participación política de líderes indígenas de todo el país, Bolivia. Hizo su viaje a Buenos Aires buscando a su hija, que había
apoyándose en las movilizaciones desplegadas con ocasión de la Asamblea
Constituyente y la Reforma Constitucional de 1995. Entre junio de 1996 y venido siendo niña con una funcionaria del consulado argentino varios
septiembre de 1997 se realizaron reuniones de trabajo en cinco instancias: a años atrás. En su relato, Clementina asocia el inicio de sus acciones
nivel comunitario, zonal fivarias comunidades(, provincial, regional y un foro públicas con una visita a Escobar filocalidad del Gran Buenos Aires(,
nacional fiCarrasco, 1997(.
donde se sorprendió y entristeció por las condiciones de pobreza de sus
7. El INAI fue creado por la ley Nº 23.302 en 1985. Se trata de una entidad
descentralizada con participación indígena, cuyo principal objetivo es pro- paisanos, en particular de las mujeres. Al poco tiempo se radicó cerca
mover los derechos que la constitución reconoce a los pueblos indígenas. de allí, donde vivió trabajando en las quintas hortícolas con uno de

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sus hijos, que había migrado antes que ella. Allí se vinculó con otras pero le preocupa el futuro de “su organización” por la escasa partici-
mujeres que también intentaban organizarse y formaron una agrupa- pación de las socias y la ausencia de mujeres jóvenes.
ción. Trabajaron juntas hasta que disputas internas las dividieron y
Clementina formó su propia institución: la Asociación de Mujeres Bo-
livianas de Escobar. En esa localidad, la organización de Clementina Escuelas e iglesias en las trayectorias
coexiste en una relación que alterna la colaboración y ciertas tensiones educativas de las tres referentes
con otras organizaciones tales como la Colectividad Boliviana de Es-
cobar, que nuclea y es dirigida fundamentalmente por hombres y se Teniendo en cuenta el marco de las políticas educativas vigen-
aboca a actividades de acopio y comercialización de productos de huer- tes a nivel nacional y local, en este apartado nos focalizaremos en
ta y vestimenta, además de sostener propuestas recreativas y festivas. primer lugar en el acceso a la escolarización por parte de las tres
Una de las tareas que Clementina se propuso emprender pero mujeres, para luego analizar sus trayectorias en el sistema educa-
aún no concretó fue la organización de una guardería, cuyo propósito tivo en vinculación con los condicionantes étnicos, de género y de
era evitar accidentes a los niños y niñas que acompañaban a sus ma- clase. Más adelante, estudiaremos cómo el ámbito de las iglesias y
dres en las quintas, y complementar las ofertas estatales del barrio. sus agentes se entrecruzan con sus trayectorias escolares y atravie-
La asociación actualmente se dedica sobre todo a la gestión de do- san los aprendizajes construidos a lo largo de su vida. En todos los
cumentos y pensiones, funciona además como un espacio de reunión casos, intentaremos dar cuenta de los modos en que estas cuestiones
semanal donde las mujeres cocinan, tejen y hablan en quechua. impactaron en la construcción de su lugar como referentes.
Las mujeres que participan de la asociación son muy humildes
y muchas de ellas no saben leer ni escribir, por lo que Clementina
intentó en repetidas oportunidades organizar experiencias de ca- Ser mujer indígena y apropiarse de la escuela
pacitación de adultos. Concretó esta iniciativa en 2014 articulando
acciones con programas del Ministerio de Educacion de la Provincia La escolaridad para estas tres mujeres ha ocupado un espacio
de Buenos Aires. Asimismo, sostiene tareas de gestión de becas es- diferente, si bien hay una notable similitud en el recorrido de Eli-
colares y acompañamiento de jóvenes en la reinserción en la escuela zabet y Jachuka, en comparación con Clementina. Jachuka y Eli-
secundaria. En este sentido, relata distintas formas de colaboración zabet realizaron su escolarización primaria dentro o cerca de sus
con las escuelas del barrio para revertir lo que entiende es una li- comunidades de origen, y debieron trasladarse recién para estudiar
mitada participación de sus paisanos, ya sea porque no están alfa- la secundaria, nivel que pudieron concluir. Clementina se trasladó
betizados o por temor a la discriminación: “en la escuela ellos están para estudiar la primaria, y no pudo finalizar la escuela secundaria;
cerrados, no quieren abrirse porque piensan que los van a criticar”. probablemente en virtud de su menor permanencia en este nivel y a
Además de la asociación de mujeres, Clementina sostiene un su abandono por motivos extraescolares, sus reflexiones sobre este
programa de radio, contactos muy fluidos con las organizaciones de espacio aparecen menos explícitamente.
migrantes de otras localidades vecinas, diálogos frecuentes con el Para Elizabet y Jachuka, la escuela secundaria se presenta
consulado y la embajada, y diversas actividades vinculadas a la po- como un escenario en el que vivieron momentos difíciles, donde la
lítica del municipio. A su vez, si bien reside en Escobar, mantiene marcación étnica ha sido un aspecto decisivo ya que ambas, en ese
una organización de mujeres en Tarija (Bolivia), donde trabaja en la momento, eran las únicas indígenas dentro de la institución. Veamos
construcción de viviendas, por lo que realiza viajes anuales. En refe- un fragmento de la experiencia de Elizabet para comprender esta
rencia a estos viajes, con frecuencia señala sus intenciones de volver cuestión:
a vivir en su país de origen, donde “la vida es tranquila, acá es muy
En la escuela [primaria], no sentí tanto, pero […] me
arisca”. Con respecto a estos múltiples lazos, Clementina es cons- han pasado cosas más fuertes en la secundaria […]. En la
ciente de que es una figura conocida en numerosas instituciones,
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secundaria a mí me marcaron mucho de que “vos sos india, tengo tres añitos, entonces fue ella que le dijo a mis padres
piojenta, sucia, muerta de hambre” me decían... “vos sos una que si yo quería estudiar podía quedarme en Aristóbulo con
india muerta de hambre”. Y yo tal un día dije “Yo no soy las monjas amigas de ella los fines de semana
muerta de hambre, porque si no tengo para comer, tengo pes-
cado para comer”; fíjate lo que salió.
En la trayectoria formativa y escolar de Clementina es su tía
quien parece haber tenido un lugar relevante:
Precisamente, con respecto a este tipo de marcación, Jachuka
Desde muy chica en el Chaco me he criado, capaz por
relata que una de las estrategias que facilitó su escolarización con- todo eso tengo más palabras… cuando me fui con mi tía yo
sistió en mimetizarse con otros niños y niñas provenientes de las ya sabía pelar papas, de todo hacía […] en el Chaco vivía
zonas rurales, también objeto de discriminación en las aulas. En con mi tía, yo no vivía con mi mamá porque ella tenía mu-
cambio, a una de sus hermanas, que llegó dos años más tarde a la chos hijos y su hermana era profesora y… así “andá a que te
escuela, le resultó más dificil adaptarse al ambiente hostil: su su- acompañe” […] mi tía me mandaba de otra manera, siem-
frimiento por la soledad que derivaba de la discriminación por ser pre a la escuela bien prolijita, bien cambiadita, porque era
mbyá, la llevó rápidamente al abandono de la escuela. maestra […] casi 8 o 9 años viví con mi tía, y ella era muy
Al igual que Jachuka, Elizabet también da cuenta de sus estra- estricta, un poco mala; gracias a ella, capaz que he aprendi-
tegias y características personales a la hora de explicar su persis- do a entrar, defenderme.
tencia en el sistema educativo:
Se trata de la posibilidad de tejer redes que van más allá del
Yo tengo, me han dado diplomas de asistencia perfec-
ta. A pesar de que caminábamos tres kilómetros, yo siempre
espacio escolar pero que impactan en los itinerarios escolares, per-
iba. A mí me daba mucha curiosidad de saber la otra cul- mitiéndoles a estas mujeres sostener gran parte de los aprendizajes
tura, cómo era diferente el hablar, la forma de vestirse, en- que llegan a ser requeridos y valorados por los mecanismos escolares
tonces, yo quería también... La curiosidad era muy grande. (Rockwell, 2011). De este modo, no se trata solamente de redes de
relaciones que facilitan la asistencia, sino que también proporcionan
Elizabet y Jachuka no comparten solamente el hecho de haber ayuda en la alimentación, vestimenta, organización y horarios de
completado la secundaria, sino el haber llegado a cursar estudios estudio.
superiores (terciarios/universitarios), coincidiendo en la carrera ele- Otra cuestión a subrayar en las trayectorias escolares de Cle-
gida (enfermería), si bien ninguna de ellas dos pudo finalizarlos. mentina, Elizabet y Jachuka es el entrecruzamiento de las asigna-
Un aspecto interesante al reconstruir las biografías escolares ciones desiguales de género con las marcaciones étnicas y de clase.
de estas mujeres es la presencia de otras personas que las ayudaron, Mencionábamos que Clementina tuvo que abandonar su escolaridad
apoyaron e impulsaron en ese camino. En general se menciona a porque su hermano había arreglado su matrimonio:
un/a familiar, maestro/a o religioso/a que presta apoyo económico y
No terminé mi secundario yo, porque […] faltaban dos
afectivo y que las estimula en los estudios. Jachuka relata: años, apenas que murió mi mamá vinieron… había un jo-
En el albergue había una señora que nos cuidaba, nos ven… y mi hermano no era capaz de decirle “a mi herma-
cocinaba, nos ponía horarios para ir a educación física, a la na, ella tiene que estudiar” porque yo tenía un sueldo hasta
biblioteca. Yo ahí estaba en mi mundo, pero llegaba el fin de terminar mi profesión, mi papá era benemérito del Chaco…
semana y tenía ganas de ir a la comunidad, que no siempre yo estaba estudiando en Potosí… en un colegio, antes era
podía por falta de dinero, o si llovía se tapaba el puente. En- más fácil, terminar el… colegio y entrar a la normal. Pero
tonces me quedaba en casa de unas monjas, que eran ami- mi hermano no dijo “no, sino… cásate hermana te están pi-
gas de una señora que es antropóloga y trabajó muchos años diéndolo”.
con los mbyá acá en la provincia, me conoce a mí desde que

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Por otro lado, una de sus hijas interrumpió su escolarización Las iglesias en la educación de las jóvenes indígenas
cuando viajó a los 12 años a la Argentina. En cambio, sus hijos va-
rones tuvieron otros recorridos: dos han terminado el secundario y La reconstrucción de las trayectorias educativas posibilita si-
otro es, como dijimos, maestro bilingüe en Bolivia. tuar el análisis del espacio escolar realizado en el punto anterior
En el mismo sentido, las trayectorias educativas de larga dura- dentro de una trama compleja de instituciones y espacios por donde
ción de Elizabet y Jachuka parecieran destacarse sobre un trasfondo circulan las personas, y que habilitan sus diversas experiencias for-
de desigualdades que, más allá de afectar en términos generales a mativas. En los relatos de estas tres mujeres, las iglesias y lo reli-
los colectivos marcados étnicamente, también diferencian genérica- gioso se entrecruzan con sus referencias a la escolarización y a los
mente a varones de mujeres. De hecho Jachuka, haciendo un repaso aprendizajes construidos a lo largo de su vida.
sobre las dificultades para estudiar la secundaria en la actualidad, En el caso de Jachuka, ciertos agentes de la Iglesia Católica fue-
enfatiza su propia particularidad por haber finalizado este nivel de ron centrales para que ella, así como sucede con otros mbyá, pudiera
estudios, siendo indígena y mujer: continuar estudiando la secundaria e incluso el nivel terciario:
Es como en toda la sociedad, las mujeres tienen como Con las monjas todo bien, no estaba yo sola sino que
una limitación, pero más para las mujeres mbyá, que tienen había otros indígenas, mi primo que estudiaba el magisterio
que salir de la comunidad… pero yo pienso que si uno quie- y fue el primer mbyá que tuvo el título.
re, no tendría que haber ninguna limitación. Yo por ejemplo
fui a Buenos Aires, el destino me fue llevando. Recordemos que Elizabet es nieta de uno de los líderes religio-
sos qom del Chaco, uno de los fundadores de la primera Iglesia indí-
De este modo, cabe destacar que si bien encontramos heteroge- gena de la Argentina. Como ya hemos señalado, ella subraya el apo-
neidades entre las tres mujeres, el recorrido que han logrado den- yo material y simbólico de un pastor alemán para continuar con sus
tro de la escuela formal las posiciona diferencialmente con respecto estudios. Pero más allá de esta contribución, considera fundamenta-
a otras congéneres de sus mismas comunidades. El mayor nivel de les algunos aprendizajes en el contexto de las iglesias del Evangelio:
escolarización alcanzado las habilita para manejarse con mayor sol-
Yo lo que más destaco de mi infancia, es […] la escuela
vencia en ciertas actividades propias de su lugar de referentes. Al dominical, que es una escuela de ahí, cerquita de mi casa
respecto, Jachuka señala que si bien los caciques de antes tenían […]. Que me enseñaban por ejemplo a cantar... que yo can-
una preparación que los hacía idóneos para la tarea, hoy los caci- taba en el idioma. Y [mientras] cantaba [iba] como apren-
ques más jóvenes deben estar preparados para un mayor vínculo diendo cosas en el idioma. Y es hasta hoy en día, tal así que
con la sociedad no-mbyá y, por lo tanto, requieren de un dominio cuando yo voy a la iglesia, me dan mucha bendición, me dan
mayor del castellano: aunque “uno sabe que la sabiduría no viene de esa energía que suelo necesitar, y se acuerdan siempre de
ahí”, es un saber instrumentalmente importante. Con sus matices, cómo yo empecé y valoran mucho, digo, todo el trabajo que
en las tres referentes, la capacidad de leer y redactar documentos, estoy haciendo.
y la familiaridad con las instituciones del Estado en sus jerarquías,
aparecen como condiciones que no son imprescindibles para sus fun- Nos interesa subrayar dos cuestiones que se desprenden del
ciones, pero sí son facilitadoras para el desempeño; reconocidas como fragmento anterior: por un lado, la posibilidad que parecería ofrecer
tales por ellas y por sus coetáneos y coetáneas menos escolarizados la religión para la continuidad de ciertos “contenidos culturales” y,
y escolarizadas. por otro lado, los distintos aprendizajes que suelen valorarse entre
las personas que se “han entregado al Evangelio” y que guardan un
estrecho vínculo con saberes ponderados para el liderazgo.
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Con respecto a la primera cuestión, si bien existen distintos po- Como veíamos en el punto anterior referido a la escuela, ambas cues-
sicionamientos con respecto al lugar que los conocimientos y creen- tiones hacen referencia a los saberes que deben poseer los “nuevos
cias más tradicionales adquieren dentro del Evangelio, Elizabet pa- líderes” y, en este sentido, la participación en las iglesias contribui-
rece destacar la plasticidad del movimiento religioso a la hora de ría con lo referido al manejo de “los papeles”, lo que se convierte en
incorporar y dar cierta continuidad a algunos de estos elementos contextos más recientes en una importante habilidad de distinción
culturales: (Wright, 2003). Este matiz respecto del papel de la escritura y el
dominio del castellano es significativo porque, al menos explícita-
El toba entra en la religión evangélica disfrazando
nuestra cultura, para no perder en absoluto nuestra cultura.
mente y desde un discurso de reivindicación cultural, se discute la
Y la danza […]. Cada ritual era algo muy importante y hoy subordinación lingüística de hecho producida y reproducida a través
en día, siguen haciendo eso en las iglesias evangélicas, a de estos mecanismos.
través de los cantos cristianos. […] Por eso siempre digo que
nuestra cultura está muy disfrazada dentro del evangelio.
Aprender a ser referente: experiencias
Resulta interesante vincular esta posibilidad de expresión de formativas comunitarias y familiares
ciertos rasgos culturales dentro de un movimiento sociorreligioso,
con la participación de Clementina y otras mujeres bolivianas de En el apartado anterior, hemos abordado cómo las propuestas
Escobar en las fiestas y procesiones religiosas, en las que se relacio- de los ámbitos escolares y religiosos fueron apropiadas por estas mu-
nan con distintos centros de la Iglesia Católica. En estas ocasiones, jeres para construir una trayectoria de vida marcada por el recono-
las mujeres portan santos y vírgenes, participan de iniciativas de cimiento étnico y la reivindicación de derechos. En este apartado,
distintos curas párrocos y challan a la Pacha.8 En general, las oca- quisieramos desplegar cómo, si bien ese reconocimiento étnico-polí-
siones festivas religiosas parecen ser espacios para la visibilización tico se ve atravesado significativamente por las escuelas e iglesias,
de rasgos de prácticas andinas tradicionales que en la vida cotidiana implica al mismo tiempo (en ocasiones biográficamente con anteri-
no se hacen tan evidentes, posiblemente porque suelen ser objeto de dad) otros espacios de construcción, comunitarios y familiares, don-
discriminación. Así, las polleras, el trenzado del cabello, los cantos de Clementina, Elizabet y Jachuka aprendieron a ser referentes en
y bailes que no son habituales en la vida cotidiana de la localidad, permanente relación con ese mundo no-indígena representado en la
se despliegan año a año en los festejos del carnaval, el día de la in- escuela, las iglesias y otras instituciones.
dependencia de Bolivia, el día de los muertos, etc. De este modo, la Como hemos mencionado, las mujeres han sido tradicionalmen-
apropiación de los espacios religiosos aparece como posibilitadora de te excluidas del ámbito de lo político. En vinculación con el espacio
cierta continuidad en la transmisión de rasgos culturales considera- de lo familiar y comunitario, esta exclusión implica dos procesos
dos como tradicionales. que describiremos a continuación. En primer lugar, nos referiremos
Con respecto a la segunda cuestión que nos interesa analizar al proceso de aprendizaje de estas prácticas políticas de lideraz-
–los aprendizajes que suelen vincularse con las experiencias forma- go vinculadas al reconocimiento étnico, haciendo hincapié en qué
tivas en las iglesias–, resulta notorio cómo, más allá de los conteni- experiencias y a través de qué procesos se van configurando como
dos estrictamente religiosos, aparecen mencionadas frecuentemente referentes en los contextos familiares y comunitarios. En segundo
tanto la habilidad para hablar en público, como la lectoescritura. lugar, atenderemos a la vinculación de esas experiencias, concebidas
muchas veces en términos de “herencia familiar”, con las transfor-
8. La challa es un ritual andino de ceremonia a la Pachamama. Se suele maciones de las relaciones intergeneracionales y de género.
regar la tierra con alcohol pidiendo o agradeciendo a la Madre Tierra la con-
cesión de ciertos bienes. En la localidad donde trabajamos se realiza durante
las festividades nacionales de Bolivia y las religiosas.

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La formación política de una mujer indígena primera mujer funcionaria en la historia del organismo. Su proceso
de incorporación progresiva como referente es relatado de la siguien-
Para las referentes entrevistadas, los espacios formativos más te forma:
significativos en el ámbito del liderazgo han sido informales, en lo
Yo estaba haciendo el segundo año de magisterio y me
que podríamos denominar “comunidades de práctica” (Lave y Wenger, acuerdo que una noche, me han llegado así montón […] de
2007). Es decir, aprendieron las prácticas propias de esas actividades hermanos y le han propuesto a mi papá que yo pudiera ve-
observando a otros más experimentados e interviniendo cuando se nir [a trabajar al Idach] […]. Y bueno, acepté yo... [así que
daba la oportunidad. Así relata Jachuka su incorporación progresiva me] vine a vivir otra vez acá en Resistencia […]. Tenía que
en estas prácticas desde la infancia: “[cuando era chica, a los 12 o 13 hacer la contabilidad de sueldos. […]. Así que ya [estaba]
años] las niñas de mi edad estaban en el arroyo, divirtiéndose, y yo me trabajando en el Idach como empleada [administrativa] […]
quedaba en esas reuniones larguísimas, me fui ganando ese lugar”. cuando me preguntan si yo podía ser candidata vocal titular
Por otro lado, es interesante remarcar que ese espacio ganado se del área toba. Yo les digo “yo no sé qué voy a hacer, yo quiero
debió tanto al “estar” como al “irse”, ya que Jachuka se fue de Taman- trabajar pero no sé qué es eso”.
duá para comenzar la secundaria: “también veía otras cosas, te abre
la cabeza, valoras más lo tuyo”. En ese ir y venir de la comunidad, Este testimonio refiere a un pasaje de funciones administrati-
participar en las reuniones internas “con otra cabeza”, fue delineando vas a funciones políticas, que Elizabet completa con un relato de su
tempranamente su carácter de referente. En el relato de Elizabet participación en diversas asociaciones, acompañando y luego suce-
también se ven movimientos “hacia fuera” en los que, progresiva- diendo a su padre. Jachuka realiza una experiencia similar al in-
mente, se adquieren habilidades “hacia adentro”: corporarse en el Proceso de Participación Indígena en el Congreso
Nacional ya señalado, casi simultáneamente con un desempeño más
Empecé a salir con [un compañero del Idach a visitar
comunidades], y empecé como una lista [donde] yo era can-
local y administrativo como secretaria de una asociación de defensa
didata a vocal titular... Entonces, fuimos nosotros, íbamos de derechos indígenas:
a todos los lugares, [otro compañero] nos presentaba a no- Yo me decepcioné mucho de algunas personas que esta-
sotros cuando llegábamos y bien, claro... yo empezaba a ha- ban acompañando al pueblo mbyá, de repente me di cuenta
blar. ¡A mí siempre me gustó hablar! Y hablaba y hablaba... que los intereses que tenían no eran como me había imagi-
y lo que por ahí impresionaba era como yo hablaba mucho nado. Acordate que yo tenía 20 años… En la asociación el
solamente el idioma y a la gente le gustó muchísimo eso […]. Presidente era mbyá, éramos todos mbyá, pero por parte de
Entonces, hablé con mi papá y le dije: “Yo no sé si puedo”, y alguna de esta gente que acompañaba no había interés que
él me decía “Mirá, hija, vos tenés que ir y hacer esto. Porque la asociación se independice, se autogestione los recursos
vos tenés una meta, tenés que llegar”. económicos. […]. Yo dije que no podía seguir avalando esa
situación, hice un escándalo. Les dije que, por ejemplo, no
entendía cómo yo que era secretaria, no podía redactar una
En el fragmento puede observarse que ciertas habilidades o
nota; ellos la traían hecha y la tenían que firmar los caci-
características de la personalidad de Elizabet, cuyo aprendizaje po-
ques. Entonces yo renuncié y me fui a Buenos Aires.
demos situar más tempranamente, como la habilidad de hablar en
público, son puestas en juego en un nuevo escenario donde ella par- Por su parte, Clementina marca como hito de sus primeras in-
ticipa junto a compañeros más experimentados y junto a su padre tenciones de participar en espacios colectivos en la Argentina una
(veremos luego que lo mismo sucede con Jachuka). En este sentido, visita a Escobar, donde:
Elizabet recuerda que fue en el Idach donde comenzó su trayectoria
Ví a mi paisana así, con un chico colgado, una panza
como referente política más allá de la comunidad, donde, como ya di- enorme, la miré a mi compatriota y me dolió en el alma. En
jimos, fue elegida como vocal representando al pueblo toba, siendo la la Capital no había visto eso y me pregunté yo dentro de
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mí, “¿por qué trajinará así? ¿porque somos bolivianas?” […]. Elizabet y Jachuka, un desafío adicional lo constituyó el matrimonio
Después una vez fui a un festejo del Día de la Independencia con “no indígenas” (volveremos sobre esto con detalle en el punto
y era una tristeza, nadie hablaba, nadie agarraba el [mi- siguiente). Estas dos condiciones, que desde el sentido común com-
crófono]; decía dentro de mí “¿cómo no pueden decir «viva partido conspirarían con la “autenticidad étnica”, plantearon una
mi patria Bolivia», «viva el 6 de agosto, viva Simón Bolivar,
serie de desafíos para la construcción de un/a referente indígena,
viva Antonio Sucre»?”. Nadie llevaba el ánimo de sentirse
que fueron experimentados por estas mujeres de modo heterogéneo.
orgulloso; triste, triste era. […]. En el campo en Bolivia casi
no hay guarderías porque las mujeres no trabajamos como
Jachuka no rememora desarraigos ni conflictos acerca de su
aquí. Estando casada, siempre está el marido. La mujer tie- matrimonio con un no-indígena, sino prácticamente lo contrario: da
ne que cuidar el terreno, lavar la casa, cuidar él bebe, ese cuenta de la búsqueda de un lugar propio como referente, incluso
es un área de la mujer. Pero cuando entramos a la ciudad, hallándose lejos de la comunidad, lo que reconoce como una trayec-
también trabaja mi marido y también tengo que trabajar yo. toria poco habitual entre los mbyá. Esto, sumado a su participación
sucesiva en asociaciones civiles de defensa de derechos indígenas en
Es interesante advertir cómo en la trayectoria de Clementina Buenos Aires, le proporcionó la posibilidad de poner en perspectiva
no aparecen los relatos de aprendizaje progresivo a partir de la apro- el sentido esencialista habitualmente atribuido (y en ocasiones au-
ximación y el distanciamiento de los espacios organizativos locales toatribuido) a la identidad indígena, derivado de este horizonte más
que recuerdan Jachuka y Elizabet. Si bien en las entrevistas no se amplio de colectivos indígenas urbanos que llegó a conocer. Viviendo
hizo hincapié en el modo en que Clementina conoció las formas or- actualmente entre Tamanduá y Posadas, no piensa esta situación de
ganizativas, se observa cierta similitud con Jachuka y Elizabet en alejamiento espacial temporario de su comunidad como problemáti-
el sentido de que problematiza progresivamente las necesidades de ca, sino que la entiende como parte de las condiciones de vida que se
su colectivo de pertenencia tras la migración. Es así como propone le imponen por ser referente mbyá ante un organismo con sede en la
replicar en un nuevo contexto nacional una forma de participación capital provincial. Es así como relata:
ya conocida, que ella recrea ante nuevas necesidades que le plantea
[Mi marido] consiguió trabajo en Buenos Aires; él tenía
el contexto urbano. toda su familia allá, así que ahí nos vamos. […]. Entonces no
De este modo, en las historias personales se rescatan ciertos sé cómo, conozco a la gente de una organización […]. Resulta
hitos, momentos en que Clementina, Elizabet y Jachuka vislumbran que esta señora que tenía a cargo la organización me había
desde su relato contemporáneo cómo el espacio público de partici- visto en el Foro de Buenos Aires, me reconoció y me dice:
pación política se amplía de la propia comunidad local y se vuelven “estaría buenísimo que trabajemos juntas”. Primero empecé
referentes del colectivo. Estos recorridos no son lineales: a veces casi a trabajar con ella en el local de artesanías, como un trabajo
simultáneamente se van transitando espacios locales relativamen- más. Pero después me propusieron otras cosas, por ejemplo
te próximos a las comunidades, otros más alejados en las capitales que diera charlas en las escuelas, desde la mirada de una
provinciales o incluso en instituciones nacionales. Sea de un modo mbyá sobre la realidad de las comunidades. Y ahí uno tiene
dos posibilidades, o hace un show o cuenta la verdad. Y yo
u otro, estos recorridos van “descentrando” la reflexión sobre la re-
obviamente que contaba la verdad. Y me gustó, ese fue mi
ferencia étnico-política de los actores sociales más próximos (fami-
trabajo, me fui metiendo y fui conociendo gente indígena…
liares y líderes locales), otorgándole a estas mujeres una proyeccción Porque hasta ese momento mi realidad era la realidad, que
de su lugar como referentes a lo largo del tiempo, lo que les permite ser indígena es tener una comunidad, tener un idioma, vivir
poner en relación sus comienzos y su posición actual. dentro de la naturaleza… esa era mi visión de lo que era
Como anticipábamos, esta proyeccción extralocal que experi- ser indígena. Y había sido que no, me di cuenta que había
mentaron las referentes fue acompañada de migraciones o trasla- una diversidad de realidades, había mapuches viviendo en
dos a ciudades, cada vez más lejos de las “comunidades de origen” y la ciudad, kollas viviendo en barrios bonaerenses, tobas vi-
donde se intensificó el contacto con los no-indígenas. En el caso de viendo en Derqui, a mí me abrió la mente, me enriqueció.

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En el relato de Elizabet, y probablemente asociado al hecho de líderes en la participación política. En el caso de Clementina, las
que dentro del colectivo qom la migración es un fenómeno extendido, ideas de predestinación y de vocación acompañan su recorrido:
el traslado no le resulta problemático. En cambio, aparece más fuer-
Parece que es mi lugar, mi vocación, así comenzó, debo
temente el conflicto por la familia que formó: ser que nací. En Bolivia trabajé, hace años que cuidé a la
Porque dicen que nosotros tenemos que seguir nuestra gente. Viniendo a la Argentina, estoy trabajando en esto,
cultura y formar pareja con nuestra propia gente. Hasta hoy entonces habrá sido mi destino. Hay veces que me duele
en día me castigan con eso... Pero sin embargo, en el año 95 [refiere a que en esos días había consultado al médico por
descubro que la abuela de él, paterna, es hija de una wichí. distintas dolencias]… ando igual, me olvido del dolor, nací
[…]. Mi esposo decía “no me considero wichí”, pero él se ha con eso.
acercado a los tobas. Él entiende el idioma [qom], él trabaja
en la entrada de casa de gobierno, por ahí había épocas de Elizabet y Jachuka también refieren a la vocación, pero a dife-
artesanías, que ponían los hermanos ahí, a muchos yo le rencia de Clementina expresan claramente lo que podríamos llamar
presenté, porque él anda por todos lados conmigo, la gente una “herencia” del liderazgo, retomando una conceptualización pro-
ya lo conoce, alguno le habla en idioma y él le entiende. Por puesta por Elizabet, quien, como ya mencionamos, cuenta con líde-
ahí, no me tomé el trabajo yo de que empiece a hablar, pero
res políticos y religiosos dentro de su familia:
un día creo que va a salir hablando [ríe]... No como un wichí
más, sino más como un toba. [Para ser un dirigente indígena] yo creo que no tiene
[que ver] […] el saber estudiar, sino el saber cómo desenvol-
Un último aspecto que consideramos significativo con respecto verse. Como también poder llevar adelante a toda la deman-
a las interrelaciones entre la trayectoria individual y los vínculos da de la gente... porque es lo que yo aprendí. Yo aprendí,
comunitarios es que las dos referentes que comenzaron el estudio de porque era escuchar, sentarme a escuchar la necesidad de
una profesión (Jachuka y Elizabet), sostuvieron que se trató de una la gente... entonces, creo que sale por ahí. Muchas veces me
elección realizada en pos de objetivos comunitarios, no individuales. han preguntado “¿cómo pudiste ser?”. Yo creo que también
Para Jachuka, un poco uno lo lleva en la sangre... eso ya es la herencia de
los líderes que hay en mi familia... Y si vos te pones a charlar
[Los estudios universitarios] son una necesidad, una con todos, los que hoy sobresalen dentro de la provincia, es
herramienta, pero no como una realización personal, como porque han tenido sus raíces de un cacique, o de alguien.
mujer, como hombre, si terminaste tu carrera o no, sino por
lo que vos podés hacer por la comunidad.
Por su parte, Jachuka también se crió en una familia de refe-
En este sentido, varios han sido los movimientos que las vin- rentes: como ya señalamos, su abuelo paterno fue cacique y actual-
cularon con “el afuera”, a través de los cuales las referentes han ido mente es líder religioso de su comunidad; su padre también fue caci-
adquiriendo, de manera progresiva, habilidades que luego orienta- que, al igual que uno de sus hermanos. En parte, esto les permitió a
ron “hacia adentro”. ambas mujeres tener una mirada sobre el espacio público a partir de
la activa participación de su propia familia en ese ámbito. Sus tes-
timonios también nos ayudan a poner en tensión esta “herencia del
La “herencia del liderazgo”: vínculos liderazgo” con las desigualdades de género. Es así como Jachuka se-
intergeneracionales y relaciones de género ñala que en su familia, las posiciones de referencia fueron ocupadas
por varones en las anteriores generaciones, pero al mismo tiempo
En los relatos de las tres referentes resulta significativa la también reflexiona sobre cómo se jugaban de modo más complejo las
coincidencia respecto de una cierta inevitabilidad de su lugar como relaciones entre varones y mujeres en la cotidianeidad de la comuni-
dad y el grupo doméstico:
[ 183 ] [ 184 ]
A veces hablan que las mujeres mbyá son muy sumisas, Transmisión cultural y apropiación
y puede ser que externamente parezca eso, no todas son como de las nuevas generaciones
yo, que estoy acostumbrada desde chica a manejarme entre
hombres, o viajar entre cuatro o cinco dirigentes indígenas
En los puntos anteriores analizamos las trayectorias educati-
varones. Pero no es que internamente sean sumisas o hagan
vas (escolares y no escolares), poniéndolas en relación con la cons-
todo lo que el marido diga. […]. Cuando [mi abuelo] habla-
trucción de liderazgo de las referentes indígenas. Aquí nos interesa
ba se hacía un silencio absoluto, pero en las decisiones que
tomaba tenía mucho que ver lo que le decía mi abuela en la
vincular estos procesos con la perspectiva que Clementina, Jachuka
intimidad. y Elizabet despliegan acerca de la transmisión y apropiación de sa-
beres en relación con las identificaciones. Al poner este foco, es posi-
Si es recién en su generación cuando en la familia de Jachuka ble abordar la apuesta que las referentes realizan por la continuidad
habrá una voz pública femenina, en esto coincide plenamente con Eli- de prácticas y rasgos culturalmente legitimados, a la vez que distin-
zabet, quien también ocupa ese lugar político institucional inaugural guen prácticas heterogéneas y en ocasiones contradictorias con esos
de referente indígena mujer ante el Estado en su familia, y es quien principios. Consideramos que estas apuestas a futuro combinan el
también detecta las ambigüedades señalando cómo, por un lado, las deseo de continuidad en la adscripción, con las expectativas de que
mujeres son excluidas cotidianamente de los encuentros políticos y, las nuevas generaciones se incluyan en condiciones de mayor igual-
por otro, han desempeñado y desempeñan lugares de liderazgo que dad en la sociedad nacional.
no son reconocidos:
Yo ni sabía lo que era eso bien [de ser vocal]... Si bien
trabajaba en el Idach, como era muy joven, no es que me Las mujeres como guardianas de
daban mucha participación. Creo que también siempre la transmisión cultural
pasó. Mi mamá del tema política no sabía nada. Pero sin
embargo mi papá, en cuestiones de decisiones siempre eran Con distintos matices y énfasis, las tres referentes aluden al
los hombres nomás que se reunían […] por más que se hacía lugar de la mujer asociado a la continuidad de las tradiciones: en
en una casa, las mujeres estaban lejos, no eran partícipes de términos de una de ellas, son “guardianas de la transmisión de la
las reuniones, de las decisiones que tomaban […]. Mi paso cultura”. En principio, la afirmación del lugar de la mujer asocia-
al Instituto del Aborigen es un paso muy grande, porque soy da a la transmisión y reproducción cultural debe ser ubicada en el
la primera indígena funcionaria dentro del Instituto, soy la contexto de las múltiples tensiones que atraviesan sus colectivos de
primera indígena. Hemos tenido grandes cacicas y jamás
referencia. La constante vivencia de la discontinuidad cultural, la
vos leíste la historia de cacicas... y existen. Entonces, ¿qué
experiencia de que la misma, además de responder a la dinámica
pasa? No le han dado [lugar], creo que un poco de nuestra
gente hay un machismo terrible.
propia de los grupos, se vincula con el efecto de imposiciones de la
sociedad nacional, convierten a las expresiones relativas a la conti-
Así, en la mirada restropectiva sobre lo que significa ser una re- nuidad en un aspecto que no puede ser simplemente tildado de con-
ferente indígena en términos del aprendizaje realizado, los cambios servador, y que en muchas situaciones adquiere más bien el sentido
generacionales y la condición de género, es significativo el recono- de la resistencia a la compulsión con que se imponen cambios su-
cimiento que las tres referentes realizan respecto de las transfor- puestamente modernizadores en muchos aspectos de la vida de estos
maciones sociales y cambios en los derechos como indígenas y como pueblos, y especialmente, en las relaciones cotidianas de género e in-
mujeres. Esto habilita nuevos espacios de aprendizaje para consti- tergeneracionales. En segundo lugar, las mujeres efectivamente han
tuirse como referentes, así como la posibilidad de heredar –como estado históricamente asociadas fuertemente a la reproducción y la
mujeres– una experiencia en el liderazgo de sus antecesores gene- crianza; es desde esta posición, frecuentemente vivida a la vez como
ralmente varones.

[ 185 ] [ 186 ]
producto de una imposición y lugar de empoderamiento, que asumen mujer, las posibilidades de salir de las comunidades, conocer otros
su responsabilidad en la continuidad cultural. Veamos estos senti- contextos y así decidir:
dos en tensión en sus propios comentarios, como sostiene Elizabet:
Yo no sé si me autoproclamo como referente. Pero lo
Nosotras las mujeres, somos con mucha fuerza... yo que puedo decir es que como todo va cambiando, el rol de las
aprendí de todas mis ancianas, de mi madre […] que las mujeres, para mantener la cultura mbyá, es fundamental.
mujeres somos la fuente principal de energía en todos los Fortalecer desde la propia cultura pero también abrir otros
aspectos, porque nosotras somos las que damos lo que va a campos de conocimiento: capacitaciones, tener un panorama
ser la educación de nuestro futuro, hijos, nietos... porque de más amplio de lo que está pasando en las comunidades. Una
la mujer depende. Del hombre no, nunca está casi con los cosa que nos limita para luchar colectivamente por ciertas
hijos... O sea que las generaciones siguen siendo por el rol cosas, es el no estar comunicados, el desconocimiento de las
nuestro, como mujer... y nosotras además estamos incidien- situaciones. Y si bien las mujeres tienen un rol dentro de
do en la política indígena… las mujeres […] tenemos mucha las comunidades, hay situaciones nuevas ahora, puede ha-
fortaleza... es descubrir solamente el espíritu que tenemos. ber denuncias por abuso sexual, por ejemplo […]. Ahí tiene
Que siempre tenemos ese espíritu de fortaleza de ser cuida- mucho que ver el rol de la mujer, no es lo mismo que los
doras de nuestra cultura, entonces, es conocernos nosotras hombres estén decidiendo cosas solamente, tener un rol más
mismas para poder dar el paso… porque las mujeres somos activo. No digo que cambie la forma de ser de una cultura
las que percibimos la realidad a través de situaciones difíci- porque no es bueno eso, pero si las mujeres nos ponemos las
les que atraviesa a veces un pueblo, un país pilas realmente en las comunidades, seguir así como hace-
mos internamente pero también saber lo que está pasando
Parte de la transmisión que se piensa ligada a la continuidad se en otro lado.
vincula con el legado de saberes considerados tradicionales, muchos
de los cuales establecen diferenciaciones genéricas. Para el caso de Estas cuestiones referidas al rol femenino son también explí-
las mujeres tobas, Elizabet señala el rol de la mujer dentro de la fa- citas en el relato de Clementina acerca de su intervención desde la
milia y los aprendizajes ligados a la reproducción: asociación de mujeres migrantes. Allí, por un lado, se subraya cierto
protagonismo de las mujeres en la protesta colectiva ante hechos de
Mi abuela paterna. Que ella también fue la que me en-
seño a mí, por ejemplo, la que cuidó de mí cuando yo tenía,
violencia y xenofobia que se vivieron en la localidad –“y fuimos las
la primera menstruación […]. De ese día empieza tu ense- mujeres las que primero salimos”–, pero por otro lado, este reclamo
ñanza porque vas a empezar a conocer, lo que sería el macho sostenido por los derechos coexiste con miradas tradicionales acerca
y la hembra, la mujer y el hombre... Todo lo que es la fecun- de las asignaciones genéricas expresadas en conversaciones cotidia-
dación... Se empieza a... no es cualquiera la que te enseña, nas –“Con el feriado han faltado muchas socias porque tenían que
sino alguien mayor de tu familia. Puede ser tu madre, tu atender a sus maridos”–.
tía, o abuela... Es la que te viene a enseñar ese día todos los En definitiva, las tres mujeres entienden con distinto énfasis
cuidados. que una apuesta por la continuidad está atravesada por la cuestión
de género, y que también implica comprender cómo la posibilidad del
Por su parte, Jachuka piensa que sus desafíos en la transmisión mantenimiento de ciertas prácticas se vincula con la dinámica y el
cultural, como mujer referente, tienen que ver con el fortalecimien- cambio social. Sobre este último aspecto nos detendremos a conti-
to de las mujeres dentro pero también fuera de las comunidades. nuación.
Así, la condición de género en relación con el protagonismo femenino
se vislumbra en la novedad de las denuncias de violencia hacia la
[ 187 ] [ 188 ]
Continuidades y discontinuidades en la transmisión Yo creo que la cultura nuestra no es que uno ande con plu-
mas en la cabeza, o algo por el estilo, sino la forma esa de ser
Cuando las referentes hablan de continuidad en la transmisión indígena, sumiso, humilde, digamos, siempre guardando el
cultural, el contenido de la misma se asocia, con distintos matices, a respeto, hablando nuestra lengua materna. Hay códigos en
el ser indígena que son códigos muy lindos… bueno, que no
términos valorados positivamente: el legado, los orígenes, la heren-
pierdan. Y por más que sean abogados, sean profesionales...
cia, la tradición, lo que no debe perderse, una forma de ser, la lengua,
si uno llega a ese nivel de ser profesional, no cabe tampoco
los códigos, el conocimiento de los ancianos (que, según Elizabet, de que vengan a menospreciar al anciano que es el que nos
“enseñan más que ninguna universidad”), la buena alimentación, los dio a nosotros el camino, el que nos dio la sabiduría […].
conocimientos del monte, los rituales. Su experiencia de migración, Hoy en día cada uno, nuestros chicos, nuestros hijos conocie-
el asentamiento en las ciudades, el permanente ir y venir de los lu- ron facultades, están teniendo la posibilidad de otro nivel de
gares donde se criaron contribuye a una ponderación de la continui- enseñanza... pero la enseñanza sagrada es lo que debemos
dad cultural donde la afectividad tiene protagonismo. respetar y mantener. Podemos ser médicos, podemos ser doc-
Cuando hablan de cambio, los matices giran en torno a algo que tores, podemos ser contadores, lo que sea... pero sin perder,
se impone y de lo que ellas, sus colectivos de referencia y especial- lo que de tan sabio y tan rico, es lo que han legado nuestros
mente las nuevas generaciones, no pueden sustraerse: aluden en este antepasados.
sentido a la “imposibilidad” de permanecer “aislados”. Así, Jachuka
realiza una reflexión sistemática sobre el sentido de las transforma- En las tres referentes, el cambio aparece asociado a situaciones
ciones, valora los cambios en la legislación argentina y da cuenta de de contacto e imposición entre colectivos de pertenencia, y las motiva
la importancia de identificar en ese contacto “lo que nos sirve”: a reflexionar sobre la relación con aquellos que consideran más allá
de sus grupos de referencia: los “no indígenas” (en el caso de Elizabet
Yo lo que digo es que la vida va cambiando, hoy día
no podés tener esa perspectiva… ¿Por qué no vas a estudiar,
y Jachuka) y “los argentinos” (en el caso de Clementina). Estos con-
tener una profesión? Si no es que vas a dejar de ser mbyá, tactos y relaciones de imposición, lejos de ser excepcionales, se ex-
no vas a dejar de valorar tus costumbres... Adaptarte a todo presan tanto en cuestiones cotidianas e instituciones (matrimonios,
un mundo… Por lo tanto si un joven mbyá, una joven mbyá escolaridad, trámites, vecindad, relaciones con la Iglesia Católica),
tiene la mirada prejuiciosa de los que no son mbyá, o dice: como vínculos políticos institucionales (discusiones legislativas, ges-
“ah, vos no sos más indio porque usás celulares, porque usás tiones políticas, etcétera).
una netbook, tenés que ser primitivo para ser mbyá”… Me De este modo, por un lado, la práctica política parece una di-
parece que no pasa por ahí. Algunas personas piensan eso. mensión particularmente propicia para pensar en los contactos, los
Lo mismo la mirada de los antropólogos también a veces, cambios en sus grupos y en la forma de imaginar el futuro. Por otra
para ser mbyá tenés que mantener ciertas pautas cultura-
parte, considerando las dimensiones cotidianas e institucionales de
les, ser de X forma. Yo creo que los mbyá por suerte hablan
las transformaciones, y atendiendo especialmente a las relaciones
el idioma, recién aprenden el otro idioma secundario que
es el castellano cuando van a la escuela. Pero hay algunas
de género e intergeneracionales que acontecen asociadas a los lide-
prácticas que se van perdiendo con el tiempo, las culturas se razgos femeninos, nos detendremos brevemente en la relevancia de
van modificando. Entonces hasta qué punto tomo de la otra los cambios vinculados a los matrimonios y la descendencia (los que
cultura lo que realmente me sirve, esa es la cuestión. implican asimismo ciertas continuidades y discontinuidades respec-
to de saberes vinculados, en este caso, a la maternidad y la crianza).
Elizabet, por su parte, valora el cambio en distintos pasajes Respecto de los matrimonios, y como anticipábamos en el punto
como una estrategia para seguir siendo: anterior, las familias que conformaron Jachuka y Elizabet se cons-
tituyeron de manera coincidente con un rol de referente y un matri-
Mi esperanza es que la gente no pierda su cultura, que
puedan tener una mejor forma de vivir, no de sobrevivir […].
monio con un no indígena. En cuanto a la descendencia, podemos

[ 189 ] [ 190 ]
mencionar la reducción significativa del número de hijos que carac- los adultos no hacen esa práctica, obvio que los jóvenes la
teriza a estas tres mujeres respecto de sus progenitores. Jachuka van a ir dejando. Yo eso discuto en las asambleas, porque
fue criada en una unidad doméstica de nueve hermanos, mientras los dirigentes se quejan, cuando yo participo en el opy de
que ella tuvo un hijo solamente. Lo mismo sucedió con Elizabet, que las reuniones… algunos dicen que los jóvenes no valoran
nuestra cultura, que ya no quieren hacer esto… yo no soy
ha tenido solamente dos hijos, y en cierta medida con Clementina,
ni vieja ni joven, pero yo creo que los chicos, los jóvenes, los
quien si bien tuvo cinco hijos, se asumió como referente en momen-
adolescentes toman el ejemplo de lo que pasa adentro de las
tos en que su unidad familiar había comenzado a disolverse por la comunidades. Si los jóvenes no practican hoy, algo de res-
migración de sus hijos e hijas. ponsabilidad debemos tener los adultos. Es todo un proceso.
Como consecuencias de estos cambios en las relaciones de
alianza y descendencia asociados a un rol como referente comuni- Clementina, por su parte, expresa la preocupación porque las
tario, también podemos señalar transformaciones en los contextos tradiciones culturales de Bolivia “no se pierdan” y se transmitan
y modos de crianza de los hijos e hijas de las referentes, las formas a “los hijos que vienen de Bolivia, nacen allá y ya no saben dónde
de vivir su maternidad: los niños y las niñas vivirán su infancia en es”. Pero también es consciente de los problemas para asegurar la
contextos urbanos donde ellas desempeñan sus funciones, tendrán continuidad de las organizaciones entre las nuevas generaciones,
mayor acceso a la escolarización y, en algunos casos, menor dominio asumiendo ese mandato:
de la lengua indígena; pero también ellas mismas experimentarán
Me siento orgullosa, no tengo nada pero sé que ayudé
a veces severos contrastes con la forma de transcurrir el ciclo vital. a mucha gente […]. Pero ahora no sé a quién voy a dejar la
Es así como, para Jachuka, el matrimonio y la vida en Buenos Aires organización si me voy a Bolivia; yo luché tanto por esto, no
implicaron que sus experiencias como madre fueran diferentes a sus quiero que se pierda […], ¿quién va a continuar eso?
congéneres:
En el caso de las asociaciones de migrantes, reflexiones de este
Yo por ejemplo formé familia, me casé a los 20 años, era
casi vieja […] cuando llego yo a Buenos Aires, con 21 años,
tenor nos han llevado a preguntarnos acerca de cómo se pone en juego
ya había nacido mi hijo, todo el mundo me decía: –¡pero si la transmisión de una forma de acción política a los/as jóvenes, donde
sos una nena!; y yo me quería morir, era una noción de la se cruzan heterogéneas relaciones con el Estado, distintos saberes
edad totalmente diferente. y experiencias políticas, proyectos colectivos que se articulan con
proyectos personales. En tal sentido, no podemos ignorar distintos
La cuestión de las reelaboraciones y cambios en la transmisión trabajos que registran múltiples formas de asociación y acción de los
intergeneracional de saberes puede ser pensada con relación a la y las jóvenes en organizaciones donde la reivindicación identitaria es
crianza de los/as hijos/as y, de modo más general, con relación a las un tema relevante (Gavazzo, 2012), lo que permite matizar las per-
conceptualizaciones sociales acerca de la infancia y la juventud. Nu- cepciones que los y las adultos, en este caso Clementina, tienen sobre
merosos trabajos sobre la dinámica cultural e identitaria de los pue- las discontinuidades en la transmisión de formas de acción política.
blos indígenas y migrantes identifican la necesidad de reflexionar Si bien las continuidades y discontinuidades en la transmisión
sobre el lugar particularmente complejo donde se ubican los niños, de saberes a las jóvenes generaciones se expresa en toda dimensión
niñas y jóvenes indígenas así como las segundas generaciones de mi- de la vida social, las referentes mencionan con especial énfasis una
grantes, que estas referentes pueden percibir de modo privilegiado a preocupación por la “pérdida de la lengua”. En el caso de Elizabet,
partir de sus propias experiencias de vida. En este sentido, consul- aparece explícitamente esta reflexión en torno a sus propios hijos
tada sobre cómo viven los y las jóvenes la cuestión de la transmisión e hijas, como resultado del alejamiento de una comunidad y de un
cultural, Jachuka comentó: padre no indígena, pese a la voluntad explícita del progenitor de que
sus hijos puedan mantener la lengua de su madre:
Yo veo a las adolescentes que van haciendo lo que co-
tidianamente van viendo en la comunidad. Yo digo que si
[ 191 ] [ 192 ]
Mi hijo habla mejor el idioma que mi nena... Lo que Algunos padres dicen: “No sé por qué nuestros hijos
pasa es que mi nene, yo tenía una sobrina en mi casa y era tienen que aprender nuestra cultura en la escuela, si eso lo
con la que yo podía hablar todo el tiempo en el idioma... aprenden en la comunidad. En la escuela tienen que apren-
porque mi marido me está diciendo vos todo el tiempo tenés der lo otro, lo que no saben. Pero yo no sé si es así”.
que hablarles... Pero mi hija también, le hablo, le hablo en el
idioma y ella me entiende.

Por último, resulta significativo que aún con heterogeneidades, Conclusiones


las tres mujeres expresan reiteradas inquietudes por lo escolar, que
como vimos al comienzo del capítulo fue una institución central en la El objetivo principal de este capítulo ha sido reconstruir ana-
formación como referentes, pero que además se ha transformado en líticamente las trayectorias de estas mujeres que realizaron un
una dimensión muy relevante de las demandas políticas indígenas recorrido biográfico poco frecuente, y lograron convertirse en refe-
en pos de la transmisión cultural. Las tres referentes expresan pre- rentes. Centralmente, nos interesó dar cuenta de cómo se apropia-
ocupaciones por la inclusión educativa en términos de mayor igual- ron de las propuestas formativas escolares y extraescolares para
dad, y especialmente por garantizar la presencia y permanencia en construir una trayectoria de vida marcada por su afirmación iden-
todos los niveles (con referencias específicas y enfáticas a la secun- titaria y reivindicación de múltiples derechos.
daria y las universidades). Con respecto a la resolución de estos pro- El atravesamiento de las relaciones de género y las referencias
blemas, las tres referentes hacen alusión a situaciones de vergüenza, de base étnico-nacionales en las trayectorias de las tres referentes
incipientes desarrollos curriculares que se expresan especialmente ofrecen clivajes constitutivos comunes y también diferenciados. Esto
en la limitada inclusión de la lengua indígena –“por más que se ha- hace que las referencias asumidas a lo largo del tiempo posean ras-
ble de la EIB, en muchos lugares no existe”–, y plantean interrogan- gos similares en ciertos aspectos y distintos en otros, donde puede
tes sobre iniciativas tendientes a consolidar propuestas educativas adquirir predominancia una representación en términos genéricos o
diferenciadas. En vinculación con este último aspecto, entre las tres en términos étnicos, según el caso y el momento.
mujeres se observan matices: las referentes indígenas qom y mbyá Por otra parte, la herencia del liderazgo les permite a algunas
encuentran un espacio relativo para encausar propuestas diferen- de estas referentes aproximarse desde una perspectiva biográfica
ciadas en las políticas de EIB (lo que no necesariamente implica que a los cambios generacionales en torno al papel de los referentes en
las propuestas de EIB aparezcan para ellas y sus pueblos como el las identificaciones étnicas y, especialmente a las relaciones del co-
único espacio legítimo y acabado para una educación diferenciada), lectivo con la sociedad no indígena y con el Estado. Recordando las
mientras que Clementina, al tiempo que reitera su preocupación por intervenciones de abuelos o padres, ponderan sus actividades y ven
la inclusión en las ofertas educativas comunes, explicita en forma similaridades pero también diferencias sustantivas, en términos de
menos clara sus propuestas autonómicas (la más cercana de las cua- género y también de generación.
les la encontramos representada en la iniciativa que luego de varios Las tres referentes dan cuenta de distintos modos en que los li-
años no ha podido concretarse, de crear una escuela boliviana en derazgos fueron cambiando, acompasándose a un contexto que tam-
terrenos de la Colectividad Boliviana de Escobar). bién se modificaba, sobre todo en términos de la relación entre las
Jachuka rescata los debates dentro de la EIB: cuestiona a los comunidades indígenas y la sociedad no-indígena, pero también en
maestros y las maestras cuando asumen burocráticamente la mo- términos de una alteridad externa definida, en contextos de migra-
dalidad, y también a los y las mbyá que demandan que la escuela ción, en términos nacionales.
se limite solamente a enseñar a leer y escribir castellano, porque su Los cambios generacionales tienen que ver, en parte, con las
perspectiva es que las escuelas tienen que ser espacios donde la cul- nuevas habilidades requeridas. Aquí resulta significativo señalar
tura mbyá (como cualquier contexto/entorno de los/as niños/as) debe que la penetración de la acción estatal en los colectivos indígenas
estar presente para que sea significativo lo que se enseña: y migrantes latinoamericanos ha intensificado la importancia del

[ 193 ] [ 194 ]
manejo de la escritura y, de manera general, de conocimientos vincu- CARRASCO, M. (1997), “El movimiento indígena anterior a la reforma consti-
lados a las instituciones de gobierno (saber cómo “moverse” en orga- tucional y su organización en el Programa de Participación de Pueblos
nismos públicos). Por otro lado, los cambios generacionales también Indígenas”, ponencia presentada en la  II Reunión De Antropología del
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los referentes. En una mirada retrospectiva, las referentes indígenas CERIANI CERNADAS, César y Silvia CITRO (2005), “El movimiento del evangelio
advierten que en el transcurso de tres generaciones el liderazgo polí- entre los Toba del Chaco argentino. Una revisión histórica y etnográfica”,
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tico se transformó: pasaron de dedicarse prioritariamente a interve-
ca Latina, Iquique, Campus, pp. 111-170.
nir en problemas internos o entre las comunidades, a atender hoy en
día aquellas dificultades externas, entendiendo por esa exterioridad CRAGNOLINO, Elisa (2006), “Trayectorias sociales y apropiación de la cultura
escrita en un grupo de mujeres de Córdoba”, VIII Congreso Argentino de
el acceso a políticas públicas de salud, escuelas, tierras; es decir a
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la relación con el Estado. Como respondiendo a un debate implíci-
to sobre qué implica formar parte hoy de una comunidad indígena DIEZ, María Laura (2011), “Biografías no autorizadas en el espacio escolar.
(y en consecuencia, qué implican los liderazgos), estas funciones son Reflexiones en torno a ser migrante en la escuela”, en Gabriela Novaro
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entendidas como una ampliación de la intervención política de los/as
sos de identificación en niños indígenas y migrantes, Buenos Aires, Biblos.
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Informes etnográficos, España, Paidós, pp. 13-22.
dad civil, organizada por diversas entidades, pasó a participar de
WRIGHT, Pablo G. (2003), “Colonización del espacio, la palabra y el cuerpo en manera activa del escenario político del país. Los movimientos indí-
el Chaco argentino”, Horizontes antropológicos, Nº 9 (19), pp. 137-152. genas también se organizaron e hicieron presentes. Ferreira (2001),
al comentar los cambios ocurridos en el período, apunta el siguiente
hecho:
Al fin de los años 70, aún durante el periodo militar,
empezaron a surgir en el escenario político nacional orga-
nizaciones no gubernamentales direccionadas hacia la de-
fensa de la causa indígena […]. La realización de asambleas

[ 197 ] [ 199 ]
indígenas en todo el país, a partir de 1974, resultó en la con las demás escuelas del sistema educativo, abriendo la posibili-
articulación de liderazgos indígenas hasta entonces aisla- dad de que la escuela indígena establezca su forma de funcionamien-
dos del escenario político nacional. Organizaciones indíge- to, sus objetivos y los medios para alcanzarlos.
nas se fueron creando […]. Individuos y grupos asociados a En setiembre de 1999 fueron aprobadas por la primera vez las
la CPI/SP, al CPI/AC, al CEDI, al CTI, al ANAÍ, al CIMI
Directrices Curriculares Nacionales de la Educación Escolar Indí-
e à OPAN1 pasaron a desarrollar, a partir de ese período,
gena, por medio del Parecer 14/99, que determina la estructura y el
experiencias con educación escolar en áreas indígenas. Ta-
les experiencias fueron –como aún son– marcadas por el
funcionamiento de la escuela indígena y propone acciones en favor
compromiso político con la causa indígena, en el sentido de de esta modalidad de enseñanza. El Parecer fue reglamentado por
ofrecer a las poblaciones educación formal compatible con la Resolución 3/99 que crea, en el ámbito de la Educación Básica, la
sus proyectos de autodeterminación. (87-88) categoría “escuela indígena”, reconociéndole “la condición de escuela
con normas y ordenamientos jurídicos propios”, garantizándole au-
Es pues, en el contexto de redemocratización brasileña (con pos- tonomía pedagógica y curricular. En opinión de Grupioni (2008: 85),
terioridad a la dictadura militar iniciada en 1964), que la lucha por “tal definición rompe con la forma mediante la cual los sistemas de
la escuela indígena gana fuerzas y da un salto en cuanto a la legisla- enseñanza venían tratando esas escuelas”.
ción que la reglamenta. Tal hecho ocurrió gracias a la participación En 2009, la 1ª Conferencia Nacional de Educación Escolar Indí-
conjunta de diferentes etnias indígenas que ejercieron fuertes pre- gena marcó un nuevo momento en la historia de la legislación bra-
siones al Congreso Nacional durante la elaboración y la aprobación sileña sobre las escuelas indígenas. La temática de esa Conferencia
de la Constitución Federal de 1988. fue construida a partir de los asuntos que venía discutiendo la Comi-
A partir de esta Constitución fueron garantizados varios dere- sión Nacional de Educación Escolar Indígena (Coneei) en el ámbito
chos fundamentales de las sociedades indígenas. En este contexto, local, regional y estatal,2 pudiendo ser sintetizada en tres grandes
con los “llamados proyectos alternativos y los encuentros de edu- líneas directrices: 1) La creación de un sistema propio de educación
cación para indios” (Ferreira, 2001: 87), fueron tomando fuerzas escolar indígena que efectivice los derechos educativos, lingüísticos
las primeras iniciativas para proponer una escuela que atendiera y culturales de los pueblos indígenas y que dé cuenta de la diversi-
a los intereses de los pueblos indígenas. Comenzaron también a ser dad indígena brasileña; 2) La implantación de territorios etno-edu-
implementados a partir de 1988, en todo el país, los programas de cativos, fruto del decreto Nº 6.861, que define esa nueva forma de
educación escolar indígena, que pasaron a usar prerrogativas no re- organizar la gestión de la educación escolar indígena;3 3) La creación
conocidas a las demás escuelas, como el derecho de enseñanza en la
lengua indígena y la gestión comunitaria. 2. La Coneei es hoy una comisión compuesta por 33 miembros, siendo veinte
representantes indígenas, ocho representantes del gobierno (MEC, Ministe-
En el Título VIII de las Disposiciones Generales de la LDB/96, rio de Educación y Cultura; Funai, Fundación Nacional del Indio; Andifes,
los arts. 78 y 79 tratan específicamente sobre la Educación Escolar Asociación Nacional de Dirigentes de Instituciones de Enseñanza Superior;
Indígena, dejando suficientemente claras cuáles son las responsabi- Consed, Consejo Nacional de Secretarios de Educación; Undime, Unión Na-
cional de los Dirigentes Municipales de Educación) y cinco organizaciones
lidades y especificidades de la educación escolar indígena. Estos ar- de la sociedad civil: ABA, Asociación Brasileña de Antropología; ANPED,
tículos acentúan la diferenciación de la escuela indígena en relación Asociación Brasileña de Investigación en Educación; Abralin, Asociación
Brasileña de Lingüistas; CIMI, Consejo Misionario Indigenista; RCA, una
red que integra varias organizaciones no gubernamentales indígenas y no
1. Operación Amazonia Nativa (OPAN), fundada en 1969; Consejo Indige- indígenas.
nista Misionario (CIMI), organismo vinculado a la CNBB (Conferencia Na- 3. El decreto Nº 6.861 refiere a la Educación Escolar Indígena y define su
cional de Obispos do Brasil) fundado en 1972; Centro Ecuménico de Docu- organización en territorios etno-educacionales (TEE), señalando, entre otros
mentación (CEDI), fundado en 1974, pasando a Instituto Socio ambiental aspectos, que: la educación escolar indígena será organizada con la parti-
(ISA) en 1994; Comisión Pro-Indio de São Paulo (CPI/SP), fundada en 1978; cipación de los pueblos indígenas, observado su territorialidad y respetan-
Comisión Pro-Indio de Acre (CPI/AC), fundada en 1979; Asociación Nacional do sus necesidades y especificidades; y que cada TEE comprenderá, inde-
de Acción Indigenista (ANAÍ), fundada en 1979. pendientemente de la división político administrativo del país, las tierras
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de una política para el acceso y la permanencia de los estudiantes Una mejor adecuación de la distribución de los estu-
indígenas en la enseñanza superior pública del país. diantes por los diferentes niveles y modalidades de ense-
Las Directrices Curriculares Nacionales para la Educación Es- ñanza exige un esfuerzo mayor por parte de los sistemas
colar Indígena en la Educación Básica fueron reformuladas en 2012, de enseñanza del país, en el sentido de garantizar y am-
pliar los programas de formación de profesores indígenas,
e innovaron en cuanto no se restringieron a los ocho años de la ense-
tanto a Nivel del Magisterio en la Modalidad Normal como
ñanza fundamental (tal era el alcance del documento de 1999), pues
en el Nivel Superior; construir, reformar y equipar las es-
incorporaban también orientaciones para la Educación Infantil, cuelas indígenas, aprovisionándolas con equipamientos y
Secundaria y para la Formación Superior de profesores indígenas. materiales didáctico pedagógicos propios, que permitan el
De acuerdo con los datos contenidos en El Parecer del CNE/CEB ejercicio y la práctica de la educación intercultural y dife-
13/2012 (aprobado el 10 de mayo de 2012): renciada deseada por las comunidades indígenas y garanti-
zada en la legislación educativa brasileña. (11)
En términos de vinculación administrativa, los da-
tos revelan que la mayor parte de las escuelas indígenas
hoy está supeditada a los municipios, ya que existen 1.508 Considerando las Directrices de 2012, es posible concluir que
escuelas municipales (53,17%) y 1.308 escuelas indígenas en Brasil se ha venido estructurando un corpus legal conforme al
estatales (46,13%). En esas escuelas estudian 194.449 estu- propósito de que los grupos indígenas puedan ejercitar el derecho a
diantes indígenas, distribuidos por los veinticinco Departa- una educación diferenciada (Grupioni, 2008).
mentos de la Federación que registran escuelas indígenas Tenemos, por lo tanto, un contexto histórico que asoció la crea-
(datos de 2010). De estos estudiantes, 151.160 estaban en ción de escuelas a la lucha de los pueblos indígenas por su autonomía
la primaria, entre los que 109.919 estaban matriculados en y participación como protagonistas en las dinámicas de la sociedad
los años iniciales, y apenas 41.241 estaban en los años fina- brasileña; y un aparato legal progresivamente constituido que gene-
les; 19.565 estaban matriculados en la Educación Infantil;
ró una nueva realidad en las aldeas, expresado en el aumento de las
10.004 en la Secundaria y 15.346 en la modalidad de Edu-
actividades de educación escolar en diferentes niveles. Es a partir de
cación de Jóvenes y Adultos. En términos de porcentaje, la
situación de matrícula de estudiantes indígenas en 2010 es
ese cuadro que, en la sección siguiente, vamos, entonces, a abordar
la siguiente: Educación Infantil 10%, Primaria total 77,5% la vida diaria de los niños y niñas del pueblo indígena Xakriabá,
(siendo Años Iniciales 72,7% y Años Finales 27,3%). Secun- localizado al norte del Estado de Minas Gerais. Este colectivo étnico
daria 5%, Educación de Jóvenes y Adultos 7,5%. (11) en los últimos veinte años está profundamente marcado por la pre-
sencia de la escuela en sus distintos aspectos.
Ante estos datos oficiales, es posible verificar un gran desequi- En el Estado de Minas Gerais, a partir de 1995, la Secretaría
librio en la progresión de los años de estudio por los niveles y mo- Estatal de la Educación (SEE/MG) instituyó el Programa de Implan-
dalidades de enseñanza. Esa es una situación que ha marcado la tación de las Escuelas Indígenas (PIEI-MG) en convenio con la Uni-
expansión de la escuela indígena en el país, a pesar de registrarse, versidad Federal de Minas Gerais (UFMG), la Fundación Nacional
en años recientes, una pequeña mejora en ese cuadro. Por lo tanto, del Indio (Funai) y el Instituto Estatal de Floresta (IEF). En 2006,
como proponen las directrices: a partir de la institución del Programa de Apoyo a la Formación Su-
perior y Licenciaturas Interculturales Indígenas (Prolind-MEC), fue
indígenas aunque sean éstas descontinuas, en el caso de que sean ocupadas creado en la UFMG una primera cohorte de estudiantes que se for-
por pueblos indígenas que mantienen relaciones intersocietarias caracte-
rizadas por raíces sociales e históricas, relaciones políticas y económicas, maron como profesores indígenas, la que tituló 110 Xakriabá en 2011.
filiaciones lingüísticas, valores y prácticas culturales compartidas. Hasta A partir de 2009, con el Programa de Apoyo al Plan de rees-
2013, en diferentes regiones del país, fueron pactados por el MEC veintidós tructuración y expansión de las Universidades Federales (Reuni-
TEE, con planes de acción definidos, a pesar que muchos de ellos no están
implementados. Existen aún diversos pueblos que no decidieron la configu- MEC), el curso denominado Formación Intercultural de Educadores
ración de su TEE. Indígenas (FIEI-UFMG) pasó a tener una oferta anual regular y,

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nuevamente, en el grupo diplomado en 2013, contamos con la pre- de modo que se llegó en 2003 al 8o grado, en 200/ a la secundaria
sencia de 17 xakriabá. De lo antedicho surge que, en poco menos de y en 2006 a la Educación Infantil. De acuerdo con datos de la SEEü
veinte años, ese pueblo indígena pasó a participar de todos los nive- MG, ya en 2008 había más de 2./ 00 alumnos matriculados y más
les de formación escolar, incluyendo la universidad. de doscientos profesores indígenas actuando en las treinta y cuatro
escuelas que funcionaban en la tierra indígena xakriabá.4
Así, para la comunidad indígena xakriabá, en los últimos quin-
Un caso específico: las escuelas indígenas xakriabá ce aáos se pasó de una situación de completa precariedad en cuanto
al funcionamiento de las escuelas, a una situación donde la oferta
escolar obligatoria fue universalizada para casi toda la población de
la Tierra Indígena, no sólo permitiendo, sino exigiendo la presencia
diaria de profesores y alumnos en las escuelas de las aldeas.
A pesar de que la asistencia diaria a la escuela remite direc-
tamente a los niáos y jóvenes, eso no significa que la vida de la co-
munidad quede fuera de ella, pues la institución escolar se articula
como un espacio diferenciado que antes no existía. En ese sentido,
este rápido proceso de escolarización que fuera impulsado por los
propios xakriabá, trajo significativos cambios para la vida de las co-
munidades, especialmente en las relaciones entre adultos, niáos y
jóvenes, en un contexto en el cual la mayoría de los adultos no fueron
escolarizados ni tampoco dominan la escritura.
Por otro lado, en las escuelas los niáos y jóvenes comienzan a
tener una convivencia específica con un grupo más amplio de coetá-
neos õcompaáeros( con los que no mantenían relaciones anteriormen-
te. Las redes de parentesco que organizan el tejido social xakriabá
Localización de la Tierra Indígena Xakriabá. Minas Gerais, Brasil. Mapa: Silvia Magalhães.
continúan teniendo inñuencia en las dinámicas de las aldeas, inñu-
El Territorio Indígena Xakriabá se sitúa en el extremo norte de yendo inclusive sobre la organización escolar õMachado, 2007(. Pero,
Minas Gerais, en el municipio de São João das Missões õSan Juan sin duda, las escuelas incluyen una nueva convivencia, de un mismo
de las Misiones(, contando actualmente con una extensión de 60 grupo de edad, organizado por el hecho de que son alumnos de una
mil hectáreas, y una población de alrededor de 8.000 personas. Los misma escuela o clase.
xakriabá utilizan actualmente un registro dialectal del portugués, Una tercera transformación, por último, se vincula con la pre-
sobre el cual aún no existen estudios lingüísticos. sencia de la escuela, ya que cambia materialmente el cotidiano de
Cuando fue instituido el PIEIüMG se verificó un aumento sig- los adultos y la rutina familiar dado que, durante el periodo escolar,
nificativo en la escolarización de la población xakriabá, que contaba niáos y jóvenes no están involucrados en las actividades organizadas
solamente con quinientos estudiantes registrados en el documento en el contexto familiar.
de diagnóstico realizado por la SEEüMG en 1fifi4. El número de ma-
triculados en las escuelas indígenas de Minas Gerais aumentó rápi- 4. Desde el punto de vista administrativo hay siete escuelas que funcionan
damente a partir de 1fifi7, cuando las escuelas indígenas pasaron a en varios establecimientos localizados en las diversas aldeas de la Tierra
depender del Estado. Inicialmente, la meta era implementar estable- Indígena Xakriabá9 E.E. Indígena Morro Falhado õen siete establecimien-
tos(; E.E.Indígena Xukurank õen tres(; E.E.Indígena Riacho dos Buritis
cimientos que ofrecieran cursos de 1o a 4o grado de la escuela prima- õen seis(; E.E. Indígena Bukinuk õen siete(; E.E.Indígena Kuhinãn õen dos(;
ria, pero a partir del 2000, la extensión de los grados fue inevitable, E.E.Indígena Bukimuju õen siete(; E.E. Indígena da Aldeia da Prata õen dos(.
[ 204 ] [ 20/ ]
Como puede observarse en el gráfico, que representa la evolu- Los xakriabá participan regularmente del “Programa de Ac-
ción de la matrícula en las escuelas xakriabá de 1997 a 2013, la ceso y Permanencia de los Estudiantes Indígenas en la UFMG”,
expansión de la escolarización aún es creciente: que se ha visto acompañado también por un aumento del número
de jóvenes que ingresan en diferentes cursos en las instituciones de
enseñanza superior con diferentes perfiles contemplados en la Ley
3000
de Cuotas que están presentes en la región, así como en ciudades
2500 cercanas de la tierra indígena.
Esa implantación, así como la expansión de escuelas en Tierras
2000
Indígenas, expresa un claro cambio en la garantía de los derechos
1500 educativos de ese pueblo y permite explicar su crecimiento significa-
tivo en los últimos años. Como hemos anticipado, ese rápido proceso
1000
de escolarización, impulsado por los propios indígenas, trae consi-
500 go significativas transformaciones en la vida de las comunidades. A
continuación, analizaremos este aspecto de la expansión de la escue-
0
1997 2000 2003 2006 2013 la indígena en la vida de los niños y niñas xakriabá.

Número de alumnos matriculados a lo largo de los años. Evolución de la matrícula en las escuelas
xakriabá. Fuente: SEE-MG, enero de 2014.
La escolarización, las formas de sociabilidad
Además de los 127 profesores xakriabá que se diplomaron por y de aprendizaje entre los niños xakriabá
la FIEI-UFMG entre 2011 y 2013, se ha mantenido el ingreso anual
regular de jóvenes xakriabá en la formación de profesores a nivel uni- Los reflejos de la intensificación de la escolarización sobre el
versitario. Además, está en funcionamiento desde 2010 el “Programa contexto de vida de los niños xakriabá ya fue objeto de algunos estu-
de Acceso y Permanencia de los Estudiantes Indígenas en la UFMG”, dios: Pereira (2003, 2013), Gomes (2003, 2006), Pereira et al. (2007),
que contempla un número de plazas anuales destinadas a indígenas Evangelista (2006), Machado (2007). Entre sus conclusiones pode-
para diversos cursos de esta universidad, programa que se mantuvo mos destacar que la escuela, así como en muchos otros lugares del
después de la institución de la Ley de Cuotas para la Enseñanza Su- mundo, establece entre los xakriabá un nuevo oficio para los niños: el
perior (ley N° 12.711/2012) que reglamentó la reserva de plazas para de alumno. Esto implica que los niños y niñas pasaron a frecuentar-
negros, pardos (mestizos, de acuerdo a las categorias estadísticas ofi- la diariamente; que han aprendido a leer, escribir, a hacer cuentas
ciales en Brasil) e indígenas en las universidades federales.5 y también a realizar sus tareas escolares en el horario extra turno.
En la tentativa de que niños y familias se apropien de este nue-
5. La ley N° 12.711 instituyó la reserva de 50% de plazas (vacantes) para vo oficio de alumnos sin soslayar las demás tareas realizadas por
estudiantes que hayan cursado la secundaria integralmente en escuelas pú- los niños, es posible observar algunas negociaciones y arreglos fa-
blicas; y, dentro de esas, la reserva proporcional de vacantes para negros,
pardos e indígenas, establecido el valor en relación a la población del Esta- miliares, como por ejemplo el hecho de que los niños mayores lleven
do donde está instalada la institución, según el último censo del Instituto consigo a la escuela a sus hermanos menores (aún cuando no hayan
Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El decreto de reglamentación alcanzado la edad escolar), a causa de que tienen la responsabilidad
considera el porcentaje de las tres categorías definidas en el censo –negros,
pardos e indígenas– tomadas en su conjunto, lo que prácticamente inviabili- de cuidarlos cotidianamente.6
za la entrada de indígenas a través de las plazas generadas por la ley en vir-
tud de que el número de indígenas es considerablemente menor. En función 6. No podemos despreciar que la presencia de los niños menores en las escue-
de esa dificultad, el propio texto legal previene la posibilidad de la creación las pueda tener otra explicación. A lo mejor sea porque la escuela también se
y mantenimiento de programas de vacantes suplementares específicas sólo constituye en un local de novedades, de sucesos para los mismos. De la mis-
para indígenas. ma forma como ocurre en la aldea, los niños tienen libre tránsito también en

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Nuestras observaciones junto a las familias y en la escuela – fundamental para avanzar en las reflexiones, análisis y prácticas
cuyas profesoras son, en los casos estudiados, todas xakriabá– nos que refieren a la educación diferenciada propuesta a partir de la es-
revelan cómo los propios niños y jóvenes, comparten un código cultu- cuela indígena. Ese “aprender haciendo” se refiere a una infinidad
ral común que contribuye a la construcción de prácticas escolares es- de situaciones en que niños y niñas se encuentran inmersos en las
pecíficas orientadas a partir de modos de interacción característicos prácticas de sus comunidades, prácticas que cada vez más incluyen
de la cultura local. Es lo que también observó Machado (2007: 26): novedades incorporadas a partir de la modernización y de la intensi-
ficación del contacto con el mundo externo a las aldeas.
Las diferencias de género e interacción entre pares
son acciones que forman parte de la propia estructura de
Frente al tema y en la necesidad de adoptar un enfoque sobre las
participación de la aldea, y que por ser común a los suje- prácticas, la elección del abordaje del aprendizaje situado elaborado
tos que frecuentan la escuela, son también reapropiadas por Jean Lave (Lave y Wenger, 1991) se justifica a partir de algunas
en contexto escolar. La manera en que esas estructuras precisiones que nos interesa realizar en nuestras investigaciones te-
de participación forman parte de la interacción en el aula niendo en cuenta, especialmente, que estamos ante un contexto de
evidencia una construcción y reconstrucción original de la cambios intensos en todos los niveles de la sociedad xakriabá.
cultura escolar, reforzando el carácter específico y diferen- En primer lugar, el enfoque de Lave (ob. cit.) es relevante por-
ciado de las escuelas indígenas xakriabá. que considera el aprendizaje como un aspecto inseparable de la prác-
tica social, y por lo tanto, enfoca las prácticas en su conjunto, en
Partiendo, por un lado, de indagaciones que intentaron detectar lugar de enfocar situaciones identificadas solamente con la partici-
el impacto que el proceso de escolarización tendría sobre el cotidiano pación de los niños. El aprendizaje es visto como fruto de un proceso
de vida de los niños xakriabá, así como, por otro, de investigaciones de carácter situado, mediado por la diferencia de perspectivas entre
realizadas en las escuelas que nos condujeron al conocimiento de los coparticipantes.
procesos propios que caracterizarían la educación entre los xakria- Al considerar que el aprendizaje está situado en ciertas formas
bá, adoptamos, a partir de un determinado periodo, un enfoque que de coparticipación y no se trata de un fenómeno que se da priorita-
buscaba como locus de observación la aldea y su cotidiano, así como riamente en la mente de las personas, la observación enfoca en las
las prácticas culturales de las cuales participaban los niños. Así, en formas de participación en la práctica y en sus cambios, en lugar de
el enfoque de las investigaciones sobre los niños xakriabá hemos pri- privilegiarse procesos cognitivos. Esta práctica social que envuel-
vilegiado, en los últimos años, el estudio sobre su modo de participa- ve coparticipantes posee un tipo específico de estructura de parti-
ción en las prácticas que caracterizan la vida diaria, los momentos cipación, en la cual el aprendiz adquiere habilidades a través de su
rituales y festividades de su grupo social. dedicación concreta en el proceso y en función de las condiciones de
Una noción muy presente en los estudios que tratan sobre el su Participación Periférica Legitima (Legitimate Peripheral Partici-
proceso de aprendizaje y las formas de sociabilidad de los niños in- pation o LPP) en el contexto de una comunidad de práctica (Lave y
dígenas está sintetizado en la expresión “aprender haciendo”. Está Wenger, 1991). Sin dedicación no hay aprendizaje; éste ocurre cuan-
presente en las descripciones sobre la vida de los niños en las aldeas: do la propia dedicación es sostenida por el sujeto que participa.
en la realización de tareas, en la observación de lo que los adultos Tal perspectiva se contrapone a las descripciones basadas en el
hacen y en las lecturas que los niños hacen de este universo a par- establecimiento de estructuras y códigos predefinidos (Hanks, 1991:
tir de sus juegos. Consideramos que identificar y reflexionar sobre 16). En este sentido, el aprendizaje no constituirá un cuerpo discreto
esas especificidades desde las características del pueblo xakriabá es de conocimientos abstractos que son transportados y reacondiciona-
dos a contextos posteriores (lo que supone estructuras autoconte-
nidas donde se desarrollan el aprendizaje y la comprensión). Como
la escuela. Encontramos niños pequeños acompañados por los niños mayores
en situaciones escolares o no. Ellos tanto pueden estar estudiando, cuanto alternativa, la perspectiva de Lave se centra en las contribuciones
simplemente visitando la escuela en la compañía de sus pares. productivas de los actores para establecer el orden social. Adquieren
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importancia en esta concepción aspectos como la negociación, la es- inclusivas de estar localizado en los campos de participación defini-
trategia y aquello que es imprescindible: la acción. dos por una comunidad. No existiría, por eso, una noción lineal de
En este sentido, Lave y Wenger proponen una revisión de las adquisición de habilidades, ni se trabajaría con la idea de la existen-
ideas acerca de cómo se da el proceso de aprendizaje, resignificando cia de una periferia como contrapunto a la existencia de un centro
con esto el lugar y el papel de la acción y su relación con las repre- o núcleo. Para los autores, la idea de participación periférica corres-
sentaciones mentales del individuo. Para ellos, aquello que puede pondería al estar localizado en el mundo social. Las localizaciones
explicar la acción no es pensado de forma aislada, sino en una rela- y las perspectivas cambiantes serían parte de las trayectorias de
ción estructura-proceso: una acción genera en un momento posterior aprendizaje de los actores, del desarrollo de sus identidades y de las
representaciones mentales. En la acción, tanto la representación formas de tornarse miembro del grupo.
mental del individuo (estructura) cuanto su ejecución habilidosa En este sentido, una característica muy notable de la forma de
(proceso) son vistos como aspectos que se interpenetran profunda- inserción del niño xakriabá en su propio proceso de socialización es la
mente uno en el otro. idea de corresponsabilidad, confirmada por la observación de Perei-
En esta relación entre estructura y proceso está contenido el ra et al. (2007: 8). De acuerdo con las autoras, la corresponsabilidad
cambio. La estructura “es más un resultado variable de la acción puede ser observada “cuando [el niño] participa en la posición de ser
que su pre condición invariante”. A partir de esta perspectiva se pro- guiado por quien es el mayor y más experimentado, así como cuando
duce la transposición del problema de las representaciones mentales tiene que responder por la conducción de quien es menor y menos
hacia el problema de los marcos de la participación “transposición experimentado”. O sea, existe una contemporaneidad de la posición
compuesta por un sutil y radical cambio desde una estructura inva- de maestro y aprendiz, de la disposición de guiar y ser guiado que es
riante hacia una que estructura menos rígida y más profundamente continuamente actualizada en las diferentes prácticas compartidas.
adaptiva” (Hanks, 1991: 17). Con esas nociones, buscaremos abordar brevemente la infancia
La PPL es una característica del aprendizaje como actividad vivida por los niños xakriabá a partir de dos prácticas sociales fuer-
situada. La participación periférica constituye una noción compleja, temente marcadas por la división de género. Por una parte, la prác-
pues implica considerar las estructuras sociales que involucran a tica de caza, donde participan los niños de la aldea Brejo do Mata
su vez relaciones de poder. Cuando el sujeto se mueve hacia parti- Fome (Pantano del Mata Hambre), una de las aldeas más expuestas
cipación más intensiva, adquiere también una posición de empode- a los cambios actuales y donde existe una de las escuelas de presen-
ramiento. Pero periferia también es un término positivo, entendido cia más antigua en la región. Por otra parte, la práctica de pintura
no en el sentido de una participación parcial, sino en el de un tipo de casas de toá, donde participan niñas de Caatinguinha, aldea que
de participación posibilitada (y por ello también legitimada); esto no contaba con ningún adulto o joven alfabetizado cuando se crearon
sugiere una apertura, un modo de ganar acceso a fuentes del enten- las escuelas indígenas en 1997. Nos interesa aproximarnos a estas
dimiento a través del involucramiento creciente en la comunidad de prácticas porque revelan aspectos ligados a las tradiciones locales
práctica. que se creía habían desaparecido; y porque, al verificar su presen-
La definición anterior de periferia se relaciona con el concepto cia, podemos preguntarnos sobre las condiciones de posibilidad de
de participación plena, que pretende hacer justicia a la diversidad de su permanencia prolongada, considerando el contexto social mayor
relaciones implicadas en las variadas formas de tornarse miembro de intensos cambios.
en una comunidad. No en cualquier forma de coparticipación ocurre Al momento de realizar el trabajo de campo entre los xakria-
el aprendizaje, por lo que los autores se preguntan: “¿cuáles serán bá, pudimos destacar una fuerte división de género en las tareas
las formas de compromisos sociales que proporcionan el contexto realizadas cotidianamente: niñas y mujeres por una parte, y niños
apropiado para que el aprendizaje tome lugar?”. y varones por otra. Eran tareas de los hombres las actividades co-
La idea de periferia adoptada en ese abordaje sugiere que exis- tidianas dirigidas a la producción y el sustento de la familia: el uso
ten formas múltiples, variadas y más o menos comprometidas e del hacha y el machete; la cría de animales; la construcción de casas,

[ 210 ] [ 211 ]
la fabricación de tejas, de cercas, de utensilios empleados en el es- Lo que nos llamó la atención más poderosamente en nuetros
pacio doméstico (platos de madera, cucharas de palo, morteros); la estudios fue que, a pesar de ser una prerrogativa masculina, encon-
realización de pequeñas reparaciones. Eran tareas de las mujeres trabamos a las mujeres y los niños al lado de los hombres trabajando
el cuidado de la casa y de los niños, la preparación de los alimentos, el campo, aunque de formas diferentes y dando sentidos distintos a
la producción de harina de mandioca, la preparación de remedios, su tarea. Las mujeres trabajaban en el campo al mismo tiempo que
la realización de bendiciones y partos, y la producción de piezas de cuidaban de la casa y de la familia.
cerámica. En familias con las más diferentes constituciones (con los ma-
Curiosamente, y discrepando respecto de esta división en tér- ridos presentes, monoparentales, con los hombres trabajando en el
minos de género, en relación al trabajo en el campo y en el cultivo corte de la caña de azúcar, con pocos o muchos hijos, con hijos peque-
de alimentos las tareas eran atribuidas tanto a hombres como a mu- ños o mayores, con niños o niñas) pudimos observar una infinidad
jeres, aunque de forma diferenciada y complementaria. En tal sen- de arreglos en la organización diaria para que mujeres y niños par-
tido el trabajo en el campo fue identificado como una actividad del ticipen del trabajo en el campo, donde se planteaban los siguientes
universo masculino, aunque estaba muy presente en la vida de las dilemas cotidianos: ¿dejamos a los niños menores en casa solos o los
mujeres y niños, principalmente a causa de las grandes migraciones llevamos al campo?; ¿dejamos a la niña o niño mayor cuidando de los
realizadas por los hombres a lo largo del año para trabajar en indus- menores o los llevamos para que nos ayuden en el trabajo?; ¿vamos
trias de la caña de azúcar. al campo sólo los adultos o mandamos a los niños mayores solamen-
Teixeira (2008) realiza una rica descripción de la vida de las te?; ¿trabajamos en el horario en el que los niños van a la escuela, o
familias cuyos hombres realizan estas migraciones temporarias, durante todo el día? Al respecto, concluyó coincidentemente Texeira
atendiendo a la organización familiar, la negociación de los viajes, (2008: 131) en su estudio:
la educación de los hijos, la administración compartida de la casa
Se puede percibir que hay innumerables arreglos fa-
y la autonomía de la mujer, el trabajo en el campo, la migración de miliares que posibilitan la participación de las mujeres y
familias completas y la comunicación a la distancia. de los niños en el trabajo del campo, cuyas características
Santos (2010), por su parte, considera el significado simbólico dependen del tamaño de la familia, de la salud, de las mu-
de los viajes como dominio de la relación con los de afuera. El trabajo jeres, de la edad de los hijos y de redes de sociabilidad con
fuera de la comunidad constituye una alternativa al trabajo en el vecinas y parientes más cercanas.
campo y sinónimo de una “comida más segura y diferente”. Garantía
también para conseguir dinero y a través de éste, el acceso a otros Aunque los hombres y mujeres trabajajen juntos en tareas como
bienes: televisiones, refrigeradoras, motocicletas, ganado. la limpieza del terreno (desmalezamiento), la cosecha, o en deter-
A pesar de las migraciones de los hombres, en nuestras inves- minadas etapas de los mismos procesos, encontramos que algunas
tigaciones identificamos una rutina importante entre los xakriabá actividades eran más específicas de los grupos de los hombres, con
orientada al trabajo en el campo, la que contrastaba con el bajo retor- la participación de los niños como aprendices en tareas tales como
no que traía esta actividad en la mesa de las familias, lo que permite derribar arbustos y árboles, el uso del machete o el hacha y la con-
reconstruir otros sentidos atribuidos por el grupo al trabajo en el fección de cercas. A pesar de la participación continua de niñas y
campo y la importancia que tal acción desempeña en la constitución mujeres en la actividad del campo, esas actividades eran considera-
de su identidad.7 das responsabilidad de los niños y hombres. Los niños se iniciaban
7. La baja productividad del campo entre los xakriabá se relaciona con el
régimen de lluvias propio de la región semiárida donde se sitúa la Tierra los límites de la Tierra Indígena, cuyo estudio técnico fue realizado por la
Indígena, así como al hecho de que en su demarcación no se contempló el Funai recientemente. A partir de ese momento, los xakriabá ocuparon parte
acceso a cursos de agua perenes. En función de eso, y del crecimiento demo- de las tierras identificadas en los estudios de la Funai, y disputan hoy en la
gráfico de los últimos veinte años, los xakriabá solicitaron la ampliación de justicia el derecho a la revisión de los límites de sus territorios.
[ 212 ] [ 213 ]
así en una participación direccionada hacia la producción y sustento En la aldea Brejo do Mata Fome: el
de su grupo familiar. territorio de los niños cazadores
En otros estudios sobre el tema se advirtió también una dife-
rencia de percepción de mujeres y hombres sobre el trabajo del cam- Los niños cazadores xakriabá aquí descritos viven en la aldea
po. Las mujeres valorizan el trabajo en el campo como momentos de Brejo do Mata Fome, una de las más grandes de la Tierra Indígena
intercambio con los hombres y de cohesión de la familia; mientras con aproximadamente 2.000 habitantes y 300 familias. La aldea es
que los hombres relacionaban el trabajo de la tierra al sustento de considerada un polo comercial y el centro político de la reserva, por
la familia y al movimiento político de lucha e identidad indígena lo cual es llamada por los xakriabá también con los apelativos de
(Teixeira, 2008). “sede” o “Funaia” (aludiendo al organismo estatal a cargo de la pro-
Orientados por estas marcas de la organización social del grupo blemática indígena, Funai). Aunque su apelativo se extiende a toda
es que pasamos entonces a describir otras dos prácticas presentes en la aldea, la “sede” constituiría en rigor una pequeña parte de la
la actualidad, en las que participan niños y niñas marcadas también misma, caracterizada por la gran concentración de casas y urbani-
por la división de género: la práctica de cacerías, conducida por los zación que contrastan con el resto, donde están concentrados en un
hombres y niños de la aldea Brejo do Mata Fome, y la práctica de único lugar los predios públicos (escuela, la iglesia, los almacenes,
pintura de las casas de toá, llevada a cabo por las mujeres y niñas de talleres y hospital), así como algunas de las viviendas.
la aldea Caatinguinha. La mayor parte de la población ocupa la parte suroeste de la al-
Esas dos prácticas fueron identificadas y acompañadas en dos dea. En esta región, las casas están distribuidas de forma dispersa
contextos de investigaciones diferentes (Pereira, 2003; Silva, 2011), a lo largo de un arroyo o al borde de la carretera. Cada familia cons-
pero ambas constituyeron una sorpresa para los propios procesos de truyó su casa en el terreno donde vivieron sus parientes hace varias
investigación. En el caso de Caatinguinha, el desconcierto provino generaciones o en aquellos que fueron redistribuidos después de la
del hecho de ser una práctica femenina direccionada a una actividad salida de los ocupantes ilegales en el periodo de reconquistas de las
masculina: la construcción de casas. Las casas pintadas de toá son tierras y demarcación del territorio, al final de la década de 1980.
una marca distintiva de la aldea, que es conocida entre los propios Las familias de la aldea del Brejo do Mata Fome tienen una
xakriabá como “el lugar de la tradición”. fuerte tendencia a seguir una formación virilocal: las mujeres cuan-
En el caso de las cacerías entre los niños del Brejo do Mata Fome, do se casan se trasladan a vivir junto a la familia del marido. Sin
lo que nos sorprendió fue su notable presencia entre los niños consi- embargo, en relación con los vínculos y prestación de obligaciones
derando la casi extinción de la caza en la Tierra Indígena. Pudimos al grupo familiar son ambilineares, o sea que las familias tienen
reconstruir la persistencia de su centralidad asociada al pasaje de los obligaciones y contacto diario tanto con la familia del esposo como
niños desde el mundo doméstico (marcadamente femenino), al mundo con la de la esposa.
de los hombres (con las actividades y modo de inserción en la vida de La cacería constituye una práctica de reproducción reconocida
la familia y de la comunidad que lo caracterizan). Junto con el trabajo como tradicional entre los xacriabá, siendo responsable por defini-
en el campo y la cría de animales, se configuraba un universo de expe- ción del régimen alimentario, así como una actividad que remite
riencias que marcaba el ethos masculino de ese pueblo indígena, pese a las relaciones de las personas con el bosque y sus habitantes. A
a que esta aldea convive con la migración pendular de un porcentaje pesar de una serie de factores que promovieron prácticamente su
significativo de hombres jóvenes y adultos hacia el trabajo de baja ren- extinción o reducción drástica, tales como la disminución de los ani-
ta fuera de la Tierra Indígena ya desde mediados de los años 60. males y los cambios en el modo de vida del grupo, en este colectivo
Cabe resaltar que las dos prácticas aquí presentadas tienen étnico, pudimos constatar que la práctica de la cacería establece
una común referencia que relaciona a los xakriabá con el territorio, aún fuertes referencias en la constitución identitaria del grupo.
una vez que expresan dominio y conocimiento del mismo y de sus Los niños aprendían a cazar aún pequeños, a los seis años apro-
potencialidades. ximadamente, acompañando a los hombres adultos en sus salidas

[ 214 ] [ 215 ]
por los bosques. Observamos que dos actividades eran fundamentales animales (reptiles y aves) que habitaban en un bosque cercano a su
para las cacerías y cuentan con la colaboración de los niños: el en- casa, montando trampas. Según ellos, aprendieron a cazar con su abue-
trenamiento de varios de los sentidos que les permiten localizar las lo comenzando por acompañarlo en sus cacerías. Según nos contaron,
madrigueras de los animales, y el oído para detectar los movimientos un momento que marcó sus experiencias como nuevos cazadores fue
de esos animales en el bosque. cuando su abuelo les pidió que fueran a cazar ya no en su compañía,
El relato que sigue traduce este aprendizaje. En nuestras visitas sino en la de un niño menor y sin experiencia. Cuando volvieron, sus
a la Tierra Indígena xakriabá tuvimos la oportunidad de conocer a abuelo les hizo algunas preguntas sobre cómo habían procedido duran-
don João de Prisca. Según la opinión de algunos de los informantes, te la cacería y fue a partir de ese momento que, juzgando su abuelo que
era muy conocido en la región como un cazador experto que, aún hoy, ellos estaban ya suficientemente preparados, pasaron a cazar solos.
salía a cazar. Cuando joven, don João tenía como compañeros de cace- Es interesante resaltar que por ser el bosque un lugar de caza
ría no solamente a otros cazadores adultos sino también a numerosos de los niños, se constituye en un territorio en que se establecen otras
niños; hoy en día cazaba acompañado solamente por sus nietos. maneras de percibir y de caminar. Esa manera de caminar y de mirar
Don João escogía los niños menores que aún no habían aprendido está directamente relacionada a la atención específica que los niños
a cazar para acompañarlo. Pero los niños no sólo lo acompañaban en asumen durante el momento de cacería, aproximándose a lo que De-
la cacería, tenían una participación fundamental para el éxito de la leuze (1988) denominó el “mirar animal”, o “mirar para la embosca-
tarea, pues prestaban a don João uno de los sentidos del cual él ya no da”. Acompañándolos durante las cacerías, percibíamos que los senti-
disponía con tanta eficiencia, que era la audición. Aunque la actividad dos de los niños estaban más afinados, atentos a los ruidos y a los mo-
era conducida por alguien muy experto, el niño era incluido en una vimientos que sucedían a su alrededor. A medida que caminábamos,
situación de codependencia, pues éste no conseguía cazar sin la ayuda ellos iban identificando la presencia de los animales que circulaban
de sus nietos, aun considerando la situación de aprendizaje en la que por aquel espacio en aquel momento.
los niños se encontraban. En esa situación, tal como anticipamos en Durante la investigación observamos que cazar requería de habi-
las secciones anteriores, se destaca con claridad la fundamental par- lidad y precisión y, entre los conocimientos necesarios para tal labor,
ticipación de los novatos en la comunidad de práctica. destacamos la lectura de las huellas de los animales que circulaban
En el relato de los otros adultos sobre como aprendieron cuando por el territorio, habilidad que entre otras funciones permitía saber
niños a cazar con don João, destacaban como una de las tareas impor- cuál sería la trampa más adecuada para ser utilizada. El conocimien-
tantes que desempeñaban, aún como aprendices, aprender a localizar to acerca de la construcción y el montaje de diversos tipos de trampas
las “camas” de los animales en el bosque, o sea, el lugar donde los destinadas a los variados tipos de animales era otra habilidad fun-
animales dormían y el territorio donde vivían. Un hecho importante damental, que contribuía en el éxito de la cacería. Y, finalmente, era
en ese aprendizaje de la cacería era el reconocimiento por parte de los necesario el conocimiento sobre las etapas de montaje de una trampa,
adultos de las habilidades de los niños, consideradas como una destre- desde la elección de los lugares de emplazamiento, la disimulación
za que se desarrollaba en una situación real de caza, compartiendo el (con el objetivo de evitar que los animales perciban la presencia de
niño junto con los adultos de momentos de involucramiento periférico trampas), hasta la vigilia en espera de la captura.
alternados con momentos de participación más activa, cuando él mis-
mo contribuía de forma efectiva para el éxito de la cacería.
Otro aspecto significativo en relación con las diferentes formas de En la aldea Caatinguinha: el territorio
participación está relacionado con la forma en que los niños llegan a la de las niñas pintoras
posición de poder salir a cazar solos, que describiremos a continuación.
Reginaldo y Darley eran niños de 10 y 12 años que conocimos Las descripciones aquí presentadas son el resultado de las ob-
en nuestro trabajo de campo, nietos de don João de Prisca con quien servaciones de una práctica recurrente entre las mujeres de la aldea
aprendieron a cazar. Eran eximios cazadores y atrapaban pequeños Caatinguinha, la que es denominada “pintura de casas con toá”.
[ 216 ] [ 217 ]
Las casas pintadas con toá, aldea Caatinguinha, Xakriabá. Foto: Verônica Mendes.

En un Territorio Indígena caracterizado por diferentes configu-


raciones en las más de treinta aldeas, pudimos recuperar el cotidiano
de vida de los niños que vivían en la aldea Caatinguina. Está forma-
da por cerca de sesenta domicilios, que componen una extensa red
familiar, con gran dispersión en el espacio y precarias condiciones
para la producción agropecuaria en función de la escasez de agua.
Una actividad recurrente, incluso para los niños, es buscar
agua para uso de las familias en lugares a veces distantes. Las
observaciones conducidas junto a las familias revelaron formas de
transmisión de tradiciones locales –como la construcción de casas de
barro y pintura con toá– que informan sobre los procesos de aprendi-
zaje que ocurrían en la aldea, caracterizados por la interacción entre por todos lados, en todos los momentos, característica observada en
adultos y niños, y entre los niños de diferentes edades, casi siempre muchos otros pueblos indígenas de Brasil.
envueltos en una misma actividad aunque con diferentes formas de En los espacios próximos a la casa, los niños participaban de
participación. las tareas cotidianas de su grupo. Pudimos ver niños de poco más de
El cotidiano de Caatinguinha estaba marcado por la omnipre- 4 años realizando pequeños servicios como reunir pequeños pedazos
sencia de los niños en todo lo que sucedía en la aldea. Ellos estaban de madera para los fogones, reuniendo a los cerdos, desgranando

[ 218 ] [ 219 ]
maíz o porotos. En esas ocasiones, estaban siempre acompañados de las pinturas. Esa interacción no era inmediatamente visible, y sólo
otros niños mayores o de un adulto. Solían además acompañar a los asumía esa configuración completa cuando llegaba el momento de la
padres en alguna tarea en el campo y ya siendo estos niños mayores, pintura en sí, cuando el grupo después de los preparativos, se reunía
además de realizar las tareas de la casa y del campo, cuidaban de en torno de una casa para decorarla. En esa red poco visible, aunque
los niños menores. actuante, iban adquiriendo el know how que haría de ellas maestras
Los niños menores estaban siempre cerca de sus casas, no sa- en pinturas de casas de toá. Así, podían encaminarse desde la con-
lían en largas caminatas ni asistían a eventos distantes, aún dentro dición de aprendices hacia la condición de maestras, perpetuando
de la aldea. Cuando eran mayores se podía identificar más clara- la tradición del trabajo con barro como una de las marcas aún hoy
mente una división de género que demarcaba la diferencia de la edu- presentes entre los xakriabá.
cación entre niños y niñas en la aldea. Los niños disfrutaban de más
autonomía y circulaban más a gusto dentro del territorio. Las niñas,
en cambio, frecuentemente se mantenían más involucradas en las Consideraciones finales
tareas del espacio doméstico. Especialmente en el caso de las niñas
mayores era posible observar las restricciones para desplazarse por Nuestro desafío fue intentar presentar el contexto actual de in-
el territorio, que ocurría casi siempre en grupo. tensos cambios entre los xakriabá, caracterizado por alteraciones
La participación difusa de los niños en todos los ambientes, la en las prácticas que marcan la vida cotidiana de las aldeas, y en
libertad de circulación y la posibilidad de hacer o no hacer las cosas particular intensas transformaciones en la vida de los niños. En las
representaba el contexto de aprendizaje en este caso. Esos aspectos dos situaciones analizadas, buscamos identificar aspectos que mar-
permitían a los niños estar presentes, observar a los adultos y, por can el lugar del niño en la sociedad indígena xakriabá, a partir del
estar completamente inmersos en el cotidiano de la vida del grupo, análisis de los modos de participación de niños y niñas en prácticas
aprender. Aprender “vagabundeando”, esa fue la expresión que nos específicas de su grupo social.
sorprendió y marcó las investigaciones siguientes, pues de esa forma Esta concepción buscó profundizar la noción, muy presente en
singular los adultos de esta aldea resumían el modo propio de apren- relación con el proceso de aprendizaje y socialización del niño indí-
der esas actividades: jugando, “malinando”, mirando, haciendo algo gena, sintetizada en la expresión “aprender haciendo”. Para muchos,
“igual al de los adultos” pero a su modo. la expresión “aprender haciendo” explicaría satisfactoriamente la
Podemos decir que la participación de los niños en la vida de idea de aprendizaje y socialización en comunidades indígenas ya que
la aldea era periférica y necesaria, una condición de su proceso de esta expresión remite a la idea de que la participación del niño en la
tornarse xakriabá. Era periférica en el sentido de que sus tareas es- vida cotidiana de la aldea, en la realización de las tareas propias de
taban relacionadas a su condición de niño, de su situación de apren- los niños, en la observación de las tareas de los adultos y su repro-
diz, e incluso desde el punto de vista del grado de responsabilidad en ducción en sus juegos, constituyen los elementos necesarios para el
relación con las actividades comunes. aprendizaje de componentes importantes de su sociabilidad.
Esa situación no estaba necesariamente vinculada a la edad, A partir del abordaje de las prácticas y de la atención a los modos
pero sí a la competencia que cada niño poseía para realización de la de participación tal como son propuestos por Lave y Wenger (1991),
tarea, lo que puede ser descripto específicamente en el caso de la par- pudimos ir más allá de estas constataciones iniciales y concluir que
ticipación de las niñas en la práctica de decorar las casas con el toá. esta forma de coparticipación del niño sucede inicialmente de forma
El trabajo de campo mostró que las niñas observaban, y con- periférica y legitimada por los participantes involucrados, aumen-
tribuían como podían y cuando podían para la realización de las tando gradualmente en términos de compromiso y complejidad. Nos
pinturas. Las madres conducían la tarea, seguidas por las hijas ma- restó preguntarnos (como recuerdan los mismos autores) qué otros
yores mientras las menores acompañaban el proceso y se dedica- tipos de compromisos en la sociedad xakriabá vienen generando con-
ban a funciones tales como ayudar a amasar el barro para elaborar textos propicios al aprendizaje y a la socialización, teniendo en vista
[ 220 ] [ 221 ]
el horizonte de cambios más amplios en que las actividades y accio- En relación con estas cuestiones que refieren a lo que puede
nes de los niños se sitúan. ser llamado la “circulación de la cultura” en y por la escuela (Perei-
No obstante, cuando procuramos relacionar el conjunto expre- ra, 2013) podemos afirmar que, aun cuando los conocimientos loca-
sivo de habilidades aprendidas por niños y niñas a partir de sus les son incorporados en las asignaturas escolares y se establece un
participaciones en las actividades del campo, de la pintura de casas calendario escolar especifico para no obstaculizar el tiempo de las
o de las cacerías con sus procesos de escolarización, surgen algunos demás prácticas familiares y comunitarias, tales conocimientos y
apuntes relevantes, que señalaremos a modo de cierre. prácticas se tornan casi insustanciales en términos de su incidencia
De las investigaciones realizadas surge que estos conocimien- para garantizar la permanencia de los niños en la escuela. Sobre
tos que provienen de la participación periférica legítima en las acti- todo cuando se trata de los niños varones, cuya trayectoria es mar-
vidades de las aldeas son abordados en la escuela indígena a partir cada por el frecuente abandono de la escuela para asumir el trabajo
de las llamadas “clases de cultura”, las que se desarrollan en las fuera de la Tierra Indígena, que empieza a ocurrir ya a partir de los
escuelas xakriabá en cuatro situaciones específicas: con las clases doce o trece años (Teixeira, 2008).
del profesor de Cultura; en las clases de Prácticas Culturales; en las En función de esto, consideramos necesario renovar nuestra
clases de Uso del Territorio; y en las clases de Arte (Pereira, 2013). mirada hacia lo que está sucediendo en las aldeas y en las escuelas,
A raíz de los cambios normativos y políticos reseñados al co- hacia las prácticas concretas que se vienen desarrollando, en todos
mienzo de este trabajo, los profesores xakriabá que se desempeñaban los sentidos y direcciones. Las dos prácticas analizadas tienen, en
en las escuelas de las aldeas analizadas eran casi todos diplomados este sentido, un importante potencial para desarrollar actividades
o estaban en proceso de graduación (con excepción del profesor de sostenibles desde el punto de vista socio cultural (por su inserción
Cultura, que era reconocido por la comunidad y así mismo indicado cotidiana de la aldeas, en el modo de vida y en el imaginario xakria-
para su nombramiento, aún sin tener ninguna preparación escolar bá) y desde el punto de vista socio ambiental.
previa). Bajo la forma de estas cuatro asignaturas fue como, en la Estas actividades pueden presentar alternativas para las mu-
organización pedagógica de su escuela, los xakriabá introdujeron los chas dificultades enfrentadas por los xakriabá en cuanto a la ca-
conocimientos locales en las dinámicas escolares, amparados en la lidad de vida en las aldeas y a sus proyectos de “bien vivir”. Son
normativa. prácticas en la que se proyectan nuevos horizontes –como los pro-
Sin embargo, en el análisis de la conducción cotidiana de esas yectos culturales y los programas de manejo de caza– que retan la
actividades surgieron controversias y contradicciones (Pereira, creatividad y la capacidad de adaptarse de ese pueblo que tiene una
2013). Mientras para algunos la cultura indígena debía estar pre- larga historia de resistencia, y en especial de sus niños y jóvenes que
sente en todas las clases y ser responsabilidad de todos los profe- serán protagonistas en la construcción de nuevas posibilidades para
sores indígenas, para otros debía ser conducida por los docentes a su propio futuro.
cargo de las asignaturas específicas. La dimensión institucional y de
mercado (a través de las remuneraciones docentes) se sobreponía así
a las prácticas que antes de la inclusión de la escuela eran asumidas Referencias bibliográficas
como interés y responsabilidad común.
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Es importante señalar que esta controversia se ha desarrollado
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presentada en la Facultad de Educación de la Universidad de San Pablo.
de una gran diversidad de respuestas e iniciativas, que en ocasiones
oscilan en intentar corresponder con lo que es socialmente atribuido CONSTITUIÇÃO FEDERAL (1988), Constituição da República Federativa do Brasil.
a la escuela, y en otras ocasiones intentando retomar el sentido edu- EVANGELISTA, Luciana Mendes (2006), As práticas culturais cotidianas da
cativo atribuido a la comunidad como un todo (y no solamente a una criança indígena Xakriabá e o início da freqüência escolar, monografía,
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[ 224 ] [ 225 ]
autores o coordinadores de investigación, gestándose modalidades
“Cuando los antropólogos son indígenas” de construcción de conocimiento que reúnen más voces y perspec-
tivas.
Una discusión sobre la producción Sin embargo, estos estudios tienen escasa visibilidad y se co-
académica de autoría indígena en Brasil noce muy poco sobre sus resultados, procesos metodológicos, formas
de construcción de conocimientos y los impactos que tienen en sus
Mariana Paladino comunidades o grupos de pertenencia. Luciano y Barroso-Hoffmann
(2010) indican como posibles razones para ello, la fuerte competencia
que existe de parte de las producciones de investigadores no indíge-
nas sobre la temática indígena, que continúan dominando el merca-
do editorial y el espacio académico. Es decir, aún impera la visión
de que son los “blancos” los que poseen los conocimientos y verdades
sobre los pueblos indígenas. Desde nuestra posición entendemos que
no se trata de substituir una producción por otra, sino de garantizar
Introducción espacios para todos, condición importante para construir una activi-
dad intelectual crítica y descolonizadora.
En Brasil, el reconocimiento de la especificidad y la intercultu- Teniendo en cuenta estas consideraciones, en este trabajo se
ralidad de la educación escolar indígena tienen una trayectoria de pretende analizar la producción académica de indígenas en el área
más de treinta años. Sin embargo, esta perspectiva se circunscribe de las ciencias sociales, principalmente en antropología, con la in-
a la educación primaria y, en menor medida, a la secundaria. La tención de discutir las temáticas y metodologías planteadas en sus
problematización acerca de la inclusión de la diversidad y el diálogo estudios y sus semejanzas, diferencias y rupturas con las modali-
intercultural en la educación superior ha sido más reciente. Algunos dades de antropólogos no indígenas. Este análisis se apoyó en la
autores (Paulino, 2008; Amaral, 2010; Freitas y Harder, 2011) plan- lectura de artículos, monografías, disertaciones y tesis de autoría
tean que, a partir de las políticas de acción afirmativa, se ha logrado indígena, así como también en entrevistas e informaciones recolec-
diversificar el perfil del estudiantado, es decir, facilitar el ingreso tadas en internet. Como estos textos se encuentran dispersos y, en
de sectores históricamente excluidos de este nivel educativo. Pero muchos casos, tienen poca visibilidad, realizamos un relevamiento
no hubo una transformación equivalente en la matriz curricular de para identificar las universidades que tienen mayor número de es-
las carreras universitarias, en los conocimientos considerados legí- tudiantes indígenas recibidos, a partir de una red de relaciones y
timos, en las relaciones de autoridad entre profesores y alumnos, y conocimiento previo sobre el tema. A continuación, entramos en con-
en las formas de evaluación, entre otros aspectos. A pesar de esta tacto con esas instituciones para solicitar la producción académica
situación, las estimaciones indican que actualmente hay ocho mil de autores indígenas, y también analizamos la que está disponible
estudiantes identificados como indígenas en la educación superior en internet, así como la que se encuentra publicada en libros, capítu-
de grado y aproximadamente cien realizando estudios de posgrado los de libros y revistas, por cierto, aún muy escasa.
(maestrías y doctorados) en todo Brasil. Este trabajo se divide en tres apartados. En el primero, se pre-
En estos roles como universitarios e investigadores indígenas, senta un breve panorama de la situación de los pueblos indígenas en
impactan en las formas de interlocución entre científicos sociales y la educación superior en Brasil, lo cual se justifica para comprender
pueblos indígenas. De ser tradicionalmente objetos de estudio, tra- las condiciones en las que se desarrolla la formación de intelectuales
ductores e informantes, han pasado, crecientemente, a ser colabo- indígenas. En el segundo, se analiza la producción académica de au-
radores e interlocutores de los procesos de investigación, o incluso toría indígena en antropología, con foco en las temáticas abordadas
y en las metodologías empleadas. Por último, en las conclusiones, se

[ 227 ] [ 228 ]
plantean una serie de cuestionamientos acerca de los desafíos que pasó de 1.187 en 2002 a 17.586 en 2012 (Censo Escolar de Educación
enfrentan los intelectuales indígenas para el reconocimiento de su Básica, 2012). A esto habría que agregar los que estudian en escue-
producción e inserción en el mercado de trabajo. las primarias y secundarias en el ámbito urbano, cuya presencia
se sabe significativa, aunque no existan informaciones estadísticas
fidedignas al respecto.
Breve panorama de la situación de la En la actualidad, se estima que hay cerca de ocho mil estudian-
educación superior indígena en Brasil tes indígenas en la educación superior en Brasil. Dentro de esta can-
tidad, aproximadamente 1.500 cursan las llamadas “licenciaturas
De acuerdo con Souza Lima y Barroso-Hoffmann (2007), la de- interculturales indígenas”, que forman a los maestros indígenas,
manda indígena por acceso a la educación superior en Brasil respon- y el resto realiza carreras universitarias convencionales (Almeida,
de a dos necesidades: la formación de maestros indígenas y la forma- 2014). Es decir, la llamada perspectiva intercultural3 en la educación
ción de cuadros en otras áreas de conocimiento. La primera resulta, superior se refiere y aplica a la formación de maestros indígenas,
en gran parte, de la necesidad de ajustarse a las normativas y leyes pero no se extiende a otro tipo de cursos y carreras.
nacionales que exigen a los maestros su titulación en la educación Hasta fines de la década del 90, el único órgano de gobierno
superior. La segunda se vincula al estado de las relaciones actuales que atendía parcialmente la demanda indígena por educación su-
entre pueblos indígenas y Estado y la importancia de formar cuadros perior era la Fundación Nacional del Indio (Funai),4 a través de la
dentro del movimiento indígena, que puedan asumir de una forma concesión de auxilio financiero a estudiantes indígenas, que –por lo
calificada los procesos de interlocución e intervención en las políticas general– lo destinaban al pago de las mensualidades de las universi-
públicas, en favor de los derechos e intereses indígenas. También dades privadas a las que asistían, ya que la mayoría estaba inscripto
se requiere de una formación para enfrentar los desafíos surgidos en este tipo de instituciones por ser de más fácil acceso que las públi-
a partir de los procesos contemporáneos de territorialización, que cas, las cuales someten a sus candidatos a exámenes de ingreso muy
incluye gestión ambiental y manejo de proyectos de etnodesarrollo o rigurosos y competitivos.5 El apoyo económico ofrecido por la Funai
desarrollo sustentable. A su vez, Luciano (2009)1 llama la atención
sobre el hecho de que la demanda por educación superior resulta del
3. Explicar los sentidos y usos del concepto de interculturalidad en Brasil
propio avance del proceso de escolarización vivido por los pueblos requeriría un artículo en sí. Sin embargo, se considera importante aclarar
indígenas en Brasil en los últimos años. Las estadísticas son ilus- que en este trabajo se lo utiliza siguiendo categorías nativas (sea de las polí-
trativas de este proceso: la población indígena brasileña, según el ticas públicas, sea del campo académico o de las organizaciones indígenas),
que a pesar de sus diferencias, coinciden en asociar interculturalidad a una
último censo realizado por el Instituto Brasileño de Geografía y Es- modalidad adecuada y propia para los pueblos indígenas, que supone garan-
tadística, comprende a 817.963 individuos (IBGE, 2010).2 El número tizar, al mismo tiempo, valorización de sus tradiciones y saberes y el acceso
de alumnos indígenas que está cursando la escuela primaria en las a los conocimientos de la “sociedad envolvente” (conocimientos y habilidades
propias de la tradición occidental).
comunidades pasó de 117.000 en 2002 a 167.338 en 2012. El de alum-
4. Órgano que desde 1967 coordina las políticas indigenistas nacionales, ubi-
nos en la educación media o secundaria ofrecida en las comunidades cado dentro del Ministerio de Justicia.
5. Algunos estudios sobre Brasil muestran que la mayoría de los estudiantes
1. Gersem dos Santos Luciano, de la etnia baniwa, es un líder de gran tra- que están en las universidades públicas han realizado sus estudios primarios
yectoria en el movimiento indígena. Ha sido el primer indígena a formarse y secundarios en colegios privados, y contrariamente, los estudiantes de las
como antropólogo en el país y se desempeñó, durante la segunda presidencia universidades privadas provienen de escuelas públicas. Esto refleja tanto la
de Lula da Silva, como coordinador de la Educación Escolar Indígena en el baja calidad de la educación pública (problema que no se circunscribe a las
Ministerio de Educación. escuelas indígenas, sino a las escuelas frecuentadas por sectores populares),
2. En el último censo fueron identificadas 305 etnias que hablan 180 len- como el carácter productivista y tecnocrático de la educación privada, que des-
guas diferentes y representan 0,4 % de la población brasileña, aunque este de los niveles inferiores forma a sus estudiantes según los contenidos que se-
porcentaje varía mucho según las regiones. Por ejemplo, en la Amazonia, en rán evaluados o considerados en los exámenes de ingreso universitarios (des-
algunos municipios, constituyen más de 50% de la población. cuidando o ni siquiera considerando otro tipo de contenidos y competencias).
[ 229 ] [ 230 ]
a estudiantes indígenas no formaba parte de una política o progra- (BID), con el objetivo de promover la inclusión en la universidad de
ma de promoción por parte de este órgano a la educación superior poblaciones víctimas de discriminación racial, especialmente afro-
indígena. Se producía de forma aleatoria, para dar respuesta a de- descendientes e indígenas.8 El programa consistió en apoyar finan-
mandas particulares y, muchas veces, sobre la base de relaciones de cieramente a los cursos que diferentes organizaciones de la sociedad
clientelismo que se establecían con algunos grupos o familias indí- civil promovían para preparar a este segmento de alumnos para el
genas. Se sabía poco acerca de los criterios de adjudicación de los au- ingreso a la universidad. Es decir, no rompió con la lógica meritocrá-
xilios y la cantidad de estudiantes beneficiados. A partir de 2006, se tica del sistema universitario brasileño, apenas se orientó a intentar
instituyó una normativa para el otorgamiento de las becas. Entre las mejorar el desempeño académico de alumnos pertenecientes a las
reglas, consta un documento para comprobar la “identidad indígena” camadas históricamente excluidas de la universidad.
(a partir de una carta de un líder de la comunidad),6 el “desempeño En el siguiente gobierno –primer mandato del presidente Lula
académico” del alumno y también el requisito de que presente una da Silva–, se institucionalizó por primera vez el tema de la diver-
propuesta de trabajo a ser desarrollada, durante o después de la ca- sidad como política del Ministerio de Educación y se reunieron los
rrera en su comunidad o en alguna organización indígena, buscando programas de educación de jóvenes y adultos, la educación rural, la
promover así un “compromiso” del estudiante con la causa indígena. educación ambiental, la educación escolar indígena y la educación
En los últimos años, la Funai ha establecido convenios con al- para la diversidad étnico-racial, que estaban dispersos en varias
gunas universidades del país que implementaron acciones afirma- secretarías y coordinaciones, en una nueva secretaría, llamada Se-
tivas para el ingreso de estudiantes indígenas, con el objetivo de cretaría de Educación Continua, Alfabetización y Diversidad. Bajo
garantizar su permanencia.7 También con las universidades que sus auspicios, el respaldo a los cursos de preparación para el ingreso
coordinan las licenciaturas interculturales, apoyando en algunas universitario fue perdiendo fuerza, ya que estimuló prioritariamen-
acciones, como el transporte de los maestros indígenas durante los te –como forma de acción afirmativa– la implementación de “siste-
períodos de curso, la compra del material didáctico, acompañamien- mas de cuotas”,9 lo cual se esperaba que beneficiara a una mayor
to técnico y pedagógico, entre otros. cantidad de alumnos.
Desde el Ministerio de Educación, la primera acción promovida
para la inclusión de los pueblos indígenas en la educación superior
fue el “Programa Diversidad en la Universidad”, implementado en
8. Las acciones afirmativas eran una reivindicación antigua del movimiento
2002 por la Secretaría de Educación Media y Tecnológica, a fines negro brasileño, pero entraron recién en la agenda pública en los primeros
del segundo mandato del presidente Fernando Henrique Cardoso, años del siglo XXI, en el contexto de la III Conferencia Mundial contra el
a través de un convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo Racismo, la Discriminación Racial, Xenofobia y Formas Correlatas, en 2001.
El gobierno de Fernando Henrique Cardoso nombró una comisión para ela-
borar la posición de Brasil en la conferencia, que agrupaba integrantes del
6. Si bien ha sido un instrumento elaborado para evitar que personas no movimiento negro. El grupo reivindicó acciones afirmativas como forma de
indígenas se beneficien del auxilio, por otro lado, ha sido criticado por re- romper con las desigualdades raciales y entre ellas fue enfatizada la políti-
flejar una visión anquilosada de la identidad indígena, asociada a la vida ca de cuotas para el acceso a las universidades públicas (Peria, 2004). Sin
comunitaria y rural, y desconsiderando una gran cantidad de población que embargo, como el gobierno se oponía a las cuotas, decidió crear un programa
vive en las ciudades y que no necesariamente tiene vínculos con líderes co- –que se llamó Diversidad en la Universidad– que prestase apoyo financiero
munitarios. y estimulase la acción de las entidades que desarrollaban cursos prepara-
7. En estos convenios se delimita una división de competencias. En gene- torios para el ingreso a la universidad dirigidos a mejorar el desempeño de
ral, la Funai se compromete a pagar becas integrales o parciales para que la población negra e indígena en los exámenes de ingreso (Almeida, 2008).
los alumnos cubran gastos de vivienda y transporte y también facilita la 9. Esta es la forma más común de referirse a las diversas modalidades que
adquisición de materiales didácticos. A su vez, la universidad se comprome- las universidades crean para reservar un cierto porcentaje de vacantes para
te –según los casos– a apoyar con alimentación gratuita en los comedores segmentos de la población que se considera que están excluidos de este nivel
universitarios, gastos de fotocopias, asistencia médica y acompañamiento educativo (afrodescendientes, indígenas, alumnos de bajos recursos socioe-
pedagógico. Ver Almeida (2014) para un mayor conocimiento sobre el apoyo conómicos, alumnos provenientes de escuelas públicas, alumnos con defi-
de la Funai a la educación superior indígena. ciencias físicas, entre otros).

[ 231 ] [ 232 ]
Simultáneamente, el gobierno nacional creó el “Programa Uni- ofrecen licenciaturas específicas e interculturales para la formación
versidad para Todos” (Prouni) en 2004, coordinado por la Secretaría de maestros indígenas.
de Educación Superior (SESU), con el objetivo de facilitar el ingreso Si bien esta enumeración sucinta de políticas públicas podría
de alumnos de bajos recursos a las universidades privadas, ya que ofrecer una visión optimista del estado avanzado de la educación
prevé la concesión de becas. Un porcentaje de las mismas está des- superior indígena en Brasil, es importante observar que se trata
tinado a candidatos negros e indígenas. También la Secretaría de principalmente de acciones que buscaron, por un lado, la formación
Educación Continua, Alfabetización y Diversidad (Secad), en articu- de maestros indígenas bajo la modalidad de las licenciaturas inter-
lación con la Secretaría de Educación Superior implementó, en 2005, culturales (a través del Prolind, que sin embargo no funcionó como
el Programa de Apoyo a la Formación Superior y a las Licenciaturas una política permanente, sino a través de convocatorias) y, por otro,
Indígenas (Prolind), destinado a garantizar la creación y manuten- el ingreso de indígenas a carreras universitarias convencionales,
ción de licenciaturas para la formación de maestros indígenas. sea estimulando a las instituciones públicas para que implementen
En 2007, la Presidencia de la República de Brasil (segundo sistemas de cuotas (a través del Reuni y más recientemente la Ley
mandato del presidente Lula da Silva), a través del decreto Nº 6.096, de Cuotas), sea ofreciendo becas para el pago de las universidades
creó el Programa de apoyo a Planes de Reestructuración y Expan- privadas (a través del Prouni). Estas políticas han privilegiado el
sión de las Universidades Federales (Reuni), con el fin de promover ingreso a la educación superior, pero aún no se ha elaborado una
la expansión de la educación superior en todo el país y creación de política pública que promueva la permanencia y el acompañamien-
campus en el interior, lo cual benefició indirectamente el ingreso de to de los alumnos indígenas de una forma consistente. Las becas
estudiantes indígenas. otorgadas por la Funai y, más recientemente, por el Programa Beca
Por último, es importante mencionar la sanción de la ley N° Permanencia del Ministerio de Educación abarcan a un número pe-
12.711/2012, conocida como “Ley de cuotas”, que obliga a las uni- queño de estudiantes indígenas y aún una gran cantidad se sustenta
versidades nacionales a implementar acciones afirmativas para el gracias a su propio trabajo o al apoyo de sus familiares u otro tipo
ingreso de alumnos provenientes de escuelas públicas, negros e in- de redes. Por otro lado, los que reciben becas por estos programas
dígenas10 y el programa de Beca Permanencia, coordinado por el Mi- no alcanzan a cubrir los gastos que requieren la manutención en las
nisterio de Educación, que fue lanzado en mayo de 2013.11 ciudades donde estudian, sobre todo, teniendo en cuenta que muchos
Hoy se estima que son más de cien las instituciones de ense- de ellos tienen hijos o familia para mantener. También debemos con-
ñanza superior públicas con programas de acceso diferenciado para siderar que estas políticas muestran una visión limitada de la idea
pueblos indígenas en las carreras convencionales y veintitrés las que de “apoyo a la permanencia”, entendida como auxilio económico.12
12. Son pocas las universidades que no reducen la cuestión de la permanen-
cia al apoyo económico y desarrollan acciones más amplias, como tutorías,
10. Esa ley estaba en discusión en el congreso desde 1999, sin embargo, no acompañamiento social y pedagógico, incentivo a la participación de estu-
era aprobada, hasta que finalmente se sancionó en agosto de 2012. Las uni- diantes indígenas en proyectos de investigación y extensión, realización de
versidades nacionales que ya venían implementando acciones afirmativas cursos y celebración de eventos con el fin de visibilizar su presencia y valo-
antes de esta ley, lo habían hecho por resolución de los propios consejos aca- rizar los conocimientos y culturas indígenas en la universidad. Entre ellos,
démicos y, en parte, estimuladas por el Programa Reuni, que prevé mayor cabe destacar dos Programas de permanencia –que han sido referencia para
presupuesto para las universidades que promuevan tal tipo de acciones. Por otros–: el programa Red de Saberes, ejecutado en conjunto por la Universi-
otro lado, existen en Brasil universidades estaduales (provinciales) que tam- dad Católica Don Bosco, la Universidad Estadual de Mato Grosso do Sul,
bién promueven acciones afirmativas para el ingreso de negros e indígenas. la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul y la Universidad Federal de
Éstas han sido aprobadas por las asambleas legislativas (leyes estaduales). Grande Dourados; y el programa E’ma Pia, coordinado por el núcleo Insiki-
11. Desde mayo a diciembre de 2013, se han adjudicado mil becas a estu- ran de la Universidad Federal de Roraima. Los mismos fueron financiados
diantes indígenas por medio de este programa, con valor de 900 reales, lo por la Fundación Ford, por medio del proyecto “Trilhas do conhecimento. O
que representa poco más del doble de otras modalidades de becas disponibles ensino superior indígena no Brasil”. Para más informaciones sobre estos dos
para alumnos de grado de carácter universalista. Así y todo, este valor es programas, véase en línea: http://www.rededesaberes.org y http://www.insi-
muy bajo para los costos de vida e inflación del país. kiran.ufrr.br/emapia.htm (fecha de consulta: 19 de agosto de 2015).
[ 233 ] [ 234 ]
Cabe observar que ni la Funai ni el Ministerio de Educación cuen- un número significativo cursando estudios de grado y de posgrado en
tan con estadísticas sobre evasión o conclusión de los estudios de los antropología y ciencias sociales.14
estudiantes indígenas, para poder evaluar las dificultades encontra- Al leer los trabajos académicos producidos por los mismos, sur-
das por los mismos y la eficacia (o no) de las políticas antes mencio- gieron algunos interrogantes: ¿Cuáles son las temáticas de estudio
nadas. Tampoco se han promovido acciones para la transformación y las preocupaciones que los guían? ¿Existen especificidades en su
curricular de las carreras convencionales, para que puedan incluir producción científica? Si es así, ¿qué nuevas miradas, perspectivas,
y dialogar con los conocimientos indígenas. Estos tópicos represen- conocimientos y cuestionamientos introducen? ¿Estos trabajos con-
tan preocupaciones y reivindicaciones importantes de estudiantes, testan las representaciones que la antropología clásica y contempo-
líderes y organizaciones indígenas que, sin embargo, no han sido ránea ha elaborado sobre los pueblos indígenas?
atendidas. Como plantea Souza Lima (2008), aún hay poca compren- Para comenzar, consideramos importante realizar algunos co-
sión por parte del gobierno y de las universidades de que las accio- mentarios sobre las trayectorias de estos indígenas antropólogos,15
nes afirmativas para los indígenas deberían asumir características que introducen informaciones relevantes para comprender mejor su
distintas a las aplicadas a las otras poblaciones destinatarias de ta- producción intelectual.
les políticas (negra o afrodescendiente, población de bajos recursos
económicos, etcétera), ya que no es lo mismo instituir una política
orientada a la garantía de un derecho individual que a la garantía de Sobre las trayectorias de vida de
derechos colectivos a grupos o poblaciones que deciden mantenerse los indígenas antropólogos
culturalmente diferenciados, como es el caso de los pueblos indíge-
nas. Es así que para los mismos la educación superior representa Considerando las referencias biográficas que los autores reali-
mucho más que la posibilidad de carrera y ascensión individual, sino zan a lo largo de sus trabajos, llama la atención la complejidad de sus
que interesa principalmente como herramienta de lucha colectiva trayectorias de vida, que reflejan su pasaje por diferentes tipos de es-
por derechos y bienestar. pacios, cargos y militancias políticas y religiosas. La mayoría (doce
En este contexto debe entenderse la producción académica de de los catorce indígenas antropólogos considerados aquí), ejerció en
intelectuales indígenas, cuya gran mayoría ha realizado sus estudios algún período de sus vidas el cargo de maestro o profesor. De hecho,
en carreras convencionales, con poco o nulo apoyo gubernamental. este cargo les posibilitó la construcción de redes que facilitaron o in-
centivaron su formación antropológica. Al ser personas con dominio
del portugués y de la escritura, algunos de ellos fueron traductores
Análisis de la producción académica de de antropólogos y ese contacto fue el que motivó, en varios de los ca-
autoría indígena en ciencias sociales sos, la decisión de estudiar esta disciplina; y después representó un
apoyo concreto durante la formación universitaria.
Aquí enfocaremos en la producción académica de indígenas que El pasaje de la condición de maestro, a ser mediador y traductor
hicieron estudios de maestría y doctorado en antropología, hemos de antropólogos y de otros investigadores aparece de forma clara en
relevado la presencia de catorce indígenas antropólogos.13 El número
puede parecer poco significativo, sin embargo, podemos suponer que
14. Cabe observar que algunos programas de posgrado en antropología,
esta cantidad crecerá en los próximos años, porque actualmente hay como el del Museo Nacional (Universidad Federal de Río de Janeiro) y el
de la Universidad Federal de Amazonas han creado una política de acceso
diferenciado para indígenas, atendiendo ciertas especificidades y demandas,
por lo cual el acceso de indígenas en esos programas es muy significativo.
13. En Brasil, según la Asociación Brasileña de Antropología-ABA, no se 15. El uso de la categoría “indígenas antropólogos” y no “antropólogos indí-
considera antropólogo a quien tiene solamente formación de grado, sino a genas” se debe a asumir las nociones de algunos de ellos que anteponen su
quien tiene maestría o doctorado en antropología. condición de indígenas a la identidad profesional.

[ 235 ] [ 236 ]
el caso de Tonico Benites (2009), kaiowá guaraní de Mato Grosso do Después yo pensaba mucho cómo haría para ser investiga-
Sul, quien comenta en su disertación de maestría que: dor de mi propia lengua.
Nací y crecí en el Puesto Indígena Sassoró, donde co-
mencé a ir a la escuela en la sede de la Misión Evangélica
Y el de Rosilene Pereira (2013: 27), joven de la etnia tucana, de
Caiuá, a comienzos de los años 80. Mi familia extensa es la región del Alto Río Negro, estado de Amazonas:
originaria del tekoha (espacio territorial) Jaguapiré, de El contacto con el historiador Ricardo Bessa Freire en
donde fue expulsada por estancieros en la década del 70, 1994 me instigó a realizar anotaciones sobre el origen de
por lo cual tuvo que trasladarse a Sassoró. Los miembros de mis abuelos, cómo fue el proceso de contacto de mi pueblo y
mi familia lucharon mucho para poder volver a Jaguapiré, sobre los colegios donde los niños a partir de los siete años
consiguiendo retomar una parte de esa área sólo en 1980. eran internados. La lectura del “libro de las Canoas” (1994)
Fue exactamente en ese período de intensos conflictos con y una fotocopia de una de las cartas de Curt Nimuendajú,
estancieros del municipio de Tacuru (MS), que comenzó mi donde el etnógrafo narraba sobre la última fiesta de Da-
historia como estudiante, para ser más tarde maestro, des- bucuri en las inmediaciones de Iapanoré, que recibí del
pués ayudante de investigación y finalmente investigador historiador y antropólogo Márcio Meira, me incentivaron
del pueblo Guarani Kaiowá. a realizar anotaciones sobre los conflictos y cambios que
Frente a las diversas preguntas hechas por antropó- provocó la llegada de misioneros salesianos y recordar his-
logos, investigadores, autoridades del gobierno y dirigidas torias de mi familia. La curiosidad e inquietud acerca de
a los más ancianos de Jaguapiré en lengua portuguesa, lo que investigadores de diferentes regiones brasileñas y
comencé a dedicarme a traducir e intermediar en estas en- extranjeros hacían en la región del Río Negro, me llevaron
trevistas y conversaciones. Así comenzó mi historia como a querer ser una investigadora también.
traductor e informante. (13)16
Otro aspecto compartido en la trayectoria de estos indígenas
También es el caso de Mutua Mehinaku (2010: 7), que habita el antropólogos es que la mayoría ocupó cargos directivos en organi-
Parque Indígena de Xingu en Mato Grosso: zaciones indígenas y algunos fueron agentes pastorales. Varios
mencionan también el hecho de ser hijos de líderes “tradicionales”
Cuando Bruna17 iba a la aldea Ipatse para hacer su
investigación, yo la acompañaba ayudándola en la traduc-
(caciques, chamanes u otros tipos de especialistas dentro de sus so-
ción de las palabras kuikuro; mientras hacía eso, anotaba ciedades) o de líderes (brokers), que actuaron en la aproximación de
algunas cosas que ella me explicaba y también le consulta- su pueblo con misioneros u otros agentes importantes, buscando una
ba mis dudas con el portugués. Así trabajábamos juntos, mejoría en las condiciones de vida de su grupo. Como han señalado
enseñando uno al otro. Entonces me quedaba observando y otros autores (Benites, 2009; Paulino, 2008; Souza, 2010) es posible
admirando, porque la veía trabajando y escribiendo, y ella establecer una vinculación entre el hecho de haber tenido una esco-
segmentaba las palabras para entender la semántica y la larización más avanzada que la mayoría de la población de la misma
morfología de cada palabra. Entonces me interesé aún más, etnia con la condición de ser miembro de un grupo de parentesco de
tuve ganas de estudiar también la lengua kuikuro. Cuando mayor prestigio o poder. Esta posición destacada les garantizó con-
ella explicaba el sentido de las palabras, yo me decía a mí
tacto con misioneros, antropólogos, indigenistas, entre otros agen-
mismo: “¿Cómo es que ella sabe eso? Soy hablante nativo
tes, o sea la construcción de un capital social.
de esa lengua y no entiendo nada de lo que ella explica”.
Cabe llamar la atención que de los catorce antropólogos, ocho
son del Alto Río Negro, región ubicada en el noroeste de Amazonas:
16. Esta cita y las siguientes fueron traducidas por mí del portugués al cas-
tellano.
17. Se refiere a Bruna Franchetto, antropóloga y lingüista del Museo Nacio-
nal de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
[ 237 ] [ 238 ]
uno baniwa, dos tarianos, dos piratapuia, uno tuyuka, dos tukanos.18 ñande rehe? ¿Por qué mandaron que hagan ésto con noso-
Los otros seis son de las siguientes etnias: uno kaiowá guaraní (pue- tros? Mba’erepa Karai ndoipotavei jajevy ñadereko hague
blo que habita en Mato Grosso do Sul), dos terena (también de Mato pe, ndoipotavei jajeheka? ¿Por qué no nos dejan más vivir,
Grosso do Sul), uno maytapu (que vive en el estado de Pará), uno cazar y pescar en nuestros lugares de origen? Fueron estas
cuestiones y las discusiones fuertes que de allí resultaron,
kuikuru (del Parque Indígena del Xingú, en Mato Grosso), uno fulni-
que me incentivaron a rumbear para el campo de la an-
o (del estado de Pernambuco, nordeste del país). No hay aún indígenas
tropología. Desde niño oía y participaba de conversaciones
antropólogos provenientes de la región sur y sudeste del país. sobre los “karai antropólogo”, y lo que los ancianos decían
Es relevante también mencionar que la mayoría realizó su edu- sobre ellos acerca de que eran de los blancos que más nos
cación primaria no en las llamadas escuelas “interculturales, especí- escuchaban y respetaban nuestro modo de ser y vivir (ñan-
ficas y diferenciadas”, que comenzaron a gestarse en Brasil primero de reko). Es el “karai antropólogo kuera”. Los Kaiowá creen
de forma alternativa a las escuelas oficiales, a fines de los 80, comien- y confían en el antropólogo, que es siempre recordado como
zos de los años 90, y después fueron asumidas por el Estado; sino que un blanco que es capaz de dar atención y colaborar en la
estudiaron en escuelas dirigidas por misiones católicas o protestantes búsqueda de posibles soluciones, conforme las demandas
o las escuelas de la Funai que tenían un fuerte sesgo integracionis- y los reales intereses de las familias kaiowá. Éste es otro
ta. En este sentido, varios mencionan en sus trabajos, el sufrimiento motivo que me incentivaba a conocer la antropología y sus
conocimientos. (Benites, 2009: 17)
padecido en los primeros años de escolarización, principalmente el
“choque” de conocimientos, actitudes, valores y visión de mundo que Mientras yo aprendía los conocimientos del mundo
enfrentaron. A pesar de eso, enfatizan que este tipo de escuela les occidental, mi padre estaba preocupado conmigo por el he-
proporcionó una formación que les permitió continuar su educación cho de que no estuviese aprendiendo las tradiciones (ritos
escolar ya fuera de sus comunidades y adquirir una disciplina o cierto xamánicos) de mi pueblo. Esto me llevó a reflexionar acerca
habitus que facilitó que se adaptasen a un ambiente hostil a la diver- de que, a pesar de convivir con los no indígenas en la aca-
demia, debía aprender y documentar los rituales Tuyuka,
sidad cultural y a los conocimientos indígenas, como es el ambiente
de acuerdo a las enseñanzas de los xamanes Tuyuka. Este
universitario.
fue uno de los motivos que me llevó a cursar maestría en
Otro aspecto compartido entre los intelectuales indígenas con- el área de las ciencias sociales. En el estudio académico vi
siderados aquí es que la mayoría destaca que su búsqueda por for- una posibilidad de cualificarme para que al volver al alto
mación universitaria y especialmente en el área de las ciencias so- Río Negro pudiese contribuir al fortalecimiento de las tra-
ciales o antropología, se debió a una decisión personal, vinculada a diciones indígenas. (Dutra, 2010: 20)
la necesidad de tener más conocimiento frente a los desafíos de sus
actividades cotidianas como líderes, maestros, etc. Así, predomina De este modo, se percibe que existe la expectativa de que la for-
cierto discurso sobre el carácter “instrumental” de los estudios uni- mación universitaria, y la antropología en especial, proporcionen cono-
versitarios, principalmente de posgrado: cimientos técnicos y científicos que les permitan luchar por derechos
y contribuir para la mejoría de las condiciones de vida de sus pueblos.
Aún en mi niñez oía y me deparaba con ciertas pre-
guntas que se repetían continuamente: Mba ‘erepa arami
También que les dé herramientas para registrar, salvaguardar y luchar
vetei karai kuera ñadereko pa? ¿Por qué los karai nos tratan por un reconocimiento de los conocimientos y saberes “tradicionales”.
de esa forma? Mba’e repa arami karai omanda, ojapouka El grupo de autores indígenas considerados aquí concluyó sus
estudios en antropología a partir de 2001, sin embargo, la mayoría
18. Esto pudo haber estado favorecido por el convenio entre el Programa de lo hicieron a partir de 2010 (diez de los catorce). Esta reciente forma-
Antropología de la Universidad Federal de Pernambuco con la Federación de ción de indígenas en el área de antropología contrasta con la trayec-
las Organizaciones Indígenas de Río Negro (Foirn), sustentado en relaciones
personales entre algunos profesores investigadores de esa universidad con toria antigua de estudios etnográficos en el Brasil.
los pueblos indígenas del Alto Río Negro.

[ 239 ] [ 240 ]
Sobre las temáticas de estudio la literatura sobre esta temática. Nos referimos al hecho problema-
tizado por Silva (2001) acerca de la implicación de los antropólogos
Entre los trabajos analizados, predomina como objeto de inda- con experiencias de escolarización alternativas a la oferta escolar
gación la temática de la educación escolar indígena, lo cual puede oficial de cuño integracionista, ha provocado en algunos casos, se-
haberse motivado por la función ejercida por la mayoría de los auto- gún la autora, que se defiendan una serie de discursos sobre los
res, que como ya mencionamos, ha sido o continúa siendo maestro o impactos de la escolarización en los pueblos indígenas que se basan
profesor y por el deseo de entender cuestiones que formaban parte de en nociones estáticas y esencialistas acerca de la cultura y los pro-
su cotidianeidad. Así, un número significativo ha optado por inves- cesos identitarios, contradiciéndose con el conocimiento disciplinar
tigar desde una perspectiva etnográfica procesos de escolarización que problematiza estas nociones. Así, discursos como el que entien-
ocurridos al interior de sus comunidades: los impactos de la actua- de que la educación de sesgo integracionista provocaría “pérdida
ción de diferentes agencias o instituciones educativas (misiones reli- cultural” o “desvalorización de la identidad indígena” o el contraste
giosas y Estado) y las apropiaciones que las comunidades han hecho establecido entre una “educación indígena propia” (tradicional) y
de tales propuestas. Otros, con una perspectiva más abarcadora, “educación escolar” (entendida como forma de socialización exóge-
analizan políticas de educación escolar indígena a nivel nacional. na), son frecuentes en el campo y engloban fenómenos que en ver-
Aun los que no tienen como foco principal el análisis de la edu- dad son mucho más complejos. Al contrario, los trabajos de autores
cación escolar indígena y estudian, por ejemplo, procesos de orga- indígenas expresan visiones dinámicas de nociones como cultura,
nización política, territorialidad, cosmología, no dejan de referirse identidad, tradición y modernidad, y muestran cómo existen apro-
a la presencia e influencia de la escuela, ya sea atendiendo a cómo piaciones diferenciadas no sólo entre pueblos indígenas diferentes,
actuó históricamente, interfiriendo en la prohibición de prácticas y sino también al interior de la misma etnia, inclusive de la misma
rituales tradicionales, o cómo influencia en el contexto contemporá- comunidad. De este modo, discuten varios puntos de vista en jue-
neo en la organización comunitaria, en nuevas formas de liderazgo, go y las experiencias diversificadas según la posición social y las
en la participación en la política partidaria, en la motivación de las divisiones internas al grupo. Ésta es sin duda una característica
familias para trasladarse al espacio urbano, entre otros asuntos. Es importante de esta producción académica.
decir, la presencia o los efectos de la escuela son un aspecto que difí- Varios de los trabajos analizados cuestionan la perspectiva
cilmente deja de ser mencionado en la producción académica indíge- simplista de considerar a la escuela o bien como herramienta de do-
na. Esto llama la atención y contrasta con la poca atención que tra- minación y colonización o como herramienta para la revitalización
dicionalmente los antropólogos no indígenas le han dado a la escuela cultural, argumentos que tienen en común la idea de que esta ins-
en contextos indígenas, privilegiando asuntos que tendrían mayor titución tiene el poder de redefinir o modelar las identidades cultu-
legitimidad en el medio académico, como religión y parentesco. rales y desconsidera las resistencias, oposiciones o reelaboraciones
Retomando las cuestiones iniciales planteadas al comienzo de a esos dos proyectos. Es interesante también el énfasis que dan a
este artículo, surge el cuestionamiento acerca de si existe en los tra- la relación entre escolarización y relaciones políticas a nivel local
bajos de autores indígenas una mirada específica sobre los procesos de las comunidades indígenas, al analizar las disputas en torno a
de escolarización que contraste significativamente con las miradas la elección de cargos de maestros y directores y cómo la aceptación
y producciones de científicos sociales no indígenas. Si bien es di- de los mismos depende mucho más de su inserción en determinados
fícil responder esta cuestión en una forma genérica, ya que estos grupos de parentesco que de las cualidades o habilidades “objetivas”
estudios ofrecen enfoques particulares y singulares, referidos en pretendidas por el Estado. Especialmente los trabajos de Gersem
la mayoría de los casos a los propios pueblos de pertenencia de los Luciano y Tonico Benites, antes citados, muestran la dificultad de
autores, en primer lugar es importante destacar la complejidad y implementar proyectos de educación escolar indígena intercultura-
riqueza de los abordajes, el modo en que evitan caer en dicotomías les, más allá de las trabas político-burocráticas de gobiernos anti-
o argumentos esencialistas que muchas veces están presentes en indígenas, pues aún en gobiernos locales coordinados por indígenas
[ 241 ] [ 242 ]
no se observan mejoras. Para estos autores no se trata de falta de otras políticas públicas indigenistas en las aldeas han cau-
capacidad indígena, sino del resultado de alianzas políticas con gru- sado impacto exactamente sobre las familias y no sobre una
pos tradicionales de poder o con grupos que buscan la continuidad totalidad de una “comunidad indígena” o “cultura kaiowá”
de prácticas tutelares. Considerando estas cuestiones, Gersem Lu- genérica e indefinida, como los agentes de Estado y algunas
ONG entienden y estigmatizan a las familias indígenas.
ciano defiende la idea de que no basta crear un grupo de intelectua-
les indígenas y colocarlos en la gestión de políticas públicas, es nece-
sario que esté presente el rol estratégico de control y presión de las Estas diferencias entre las familias extensas Kaiowá se refle-
organizaciones indígenas, que puedan evitar o denunciar manipu- jan en opiniones diferentes y aceptación o rechazo a la implementa-
lación y cooptación de indígenas en partidos o gobiernos corruptos. ción de la educación diferenciada e intercultural:
Otra característica en común de estos estudios es el interés por
Frente a las situaciones descriptas, muchos integran-
entender los procesos de apropiación de la escuela por parte de los tes de las familias están de acuerdo y participan normal-
miembros de sus comunidades, interés compartido por investigadores mente de estos eventos (prácticas rituales religiosas y pro-
no indígenas, pero que sin embargo percibo que se distingue en una fanas, torneos deportivos, entre otros), mientras que otros
cuestión importante: mientras que un grupo considerable entiende es- líderes y miembros de otras familias están en desacuerdo,
tos procesos de apropiación a partir de las cosmovisiones indígenas critican y se sienten ofendidos por los actos fomentados por
abordadas como una totalidad homogénea, los intelectuales indígenas la escuela. Aunque las intenciones del proyecto político pe-
lo hacen a partir de modos de ser de grupos específicos, clanes, fami- dagógico de la escuela indígena sean buenas al querer refor-
lias extensas. Existe una preocupación en analizar las especificidades zar las tradiciones Kaiowá, algunas actividades, sin embar-
go, crean un clima de incomodidad y malestar frente a los
al interior de una misma etnia, evitando una visión genérica. Espe-
procedimientos cotidianos de las familias extensas. Estas
cialmente observo esto en los trabajos de Tonico Benites (2009: 23),
familias, por motivos culturales no critican directamente
quien llama la atención sobre los “modos de ser” de cada familia ex-
ni responden de modo agresivo a los actos observados en el
tensa kaiowá guaraní, que imprimen estilos comportamentales espe- ámbito escolar, ya que culturalmente es considerado inmo-
cíficos y formas diferenciadas de relacionarse con la educación escolar: ral reaccionar con rabia. […]. Una parte hace por obligación
En la actual situación histórica, las familias extensas cosas que no podrían ni deberían realizar al interior de sus
kaiowa, en lugar de desintegrarse, perfeccionaron estrate- familias, en virtud de prohibiciones familiares y reglamen-
gias al flexibilizar su organización (Mura, 2004), cada una tos tradicionales de la religión de cada una […]. Se pone
de ellas produciendo un modo de ser peculiar (teko laja kue- así en evidencia la necesidad y la urgencia de repensar las
ra), conformando una realidad contemporánea como siendo actividades de las escuelas indígenas en vigor y reproducir
caracterizada por el teko reta: el modo de ser múltiplo de con- constantemente un nuevo proyecto político pedagógico que
juntos de esas familias indígenas kaiowá. El teko reta conti- tome en consideración todos estos factores. De este modo,
nua siendo, sin embargo, un ñande reko, “nuestro modo de entiendo que la escuela indígena en las aldeas debe aten-
ser”, siempre contrapuesto al karai kuera reko, modo de ser der a las demandas reales de las familias interesadas, y
del no indio. no tener el papel de caricaturizar y juzgar a los elementos
culturales apropiados y resignificados por los Kaiowá. Al
Partiendo de estas observaciones, se puede afirmar que contrario, debe estar a servicio de la diversidad de ser y de
la modalidad de tradición de conocimiento construido por vivir de cada familia extensa contemporánea. (101-103)
cada familia kaiowa genera las diferencias, ya sean interna
o externamente al grupo étnico (Barth, 2002a). Al ser las fa- Vemos cuestionamientos tanto hacia la educación de modalidad
milias extensas relativamente autónomas unas en relación a integracionista o catequética, como a la modalidad intercultural,
las otras y siendo ellas las motoras de la tradición indígena mostrando que puede resultar en prácticas que provocan malestar
(Mura, 2004), la introducción e interferencia de la escuela y
tanto a los niños, niñas y jóvenes estudiantes, como a sus parientes,

[ 243 ] [ 244 ]
si se realizan desde una perspectiva estereotipada o guiada más Siguiendo la idea de Wacquant (2002) de participación obser-
por lo que actores no indígenas entienden como apropiado, que por vante, podemos problematizar su doble condición de investigado-
las reales demandas y necesidades de grupos de parentesco y et- res y miembros de las comunidades o grupos que investigan, lo
nias específicas. Así, percibimos que estos autores consideran a la cual –según ellos mismos relatan– representa un facilitador y un
educación escolar una herramienta importante para los pueblos in- obstáculo al mismo tiempo. Facilitador en términos de acceso y co-
dígenas, pero también compleja, permeada por diferentes visiones, municación, pero obstáculo en virtud del hecho que su posición en
prácticas y apropiaciones, y no exenta de conflictos, que sin embargo determinado grupo de parentesco puede cerrar las puertas o difi-
deben ser negociados y dirimidos según sus propias decisiones y no cultar la comunicación con otros grupos. Tal vez por ese motivo, se
por la presión de prácticas tutelares. verifica que en la mayoría de los casos los interlocutores en la in-
Algunos proponen también la revisión de conceptos, como el vestigación fueron los propios parientes consanguíneos o miembros
de interculturalidad, cuestionando tanto el hecho que se han va- con los que establecen relaciones de alianza política.
ciado de contenido al formar parte de un discurso oficial, como el A pesar de esa familiaridad, ciertas dificultades y extraña-
hecho de que reflejan una visión sobre las relaciones entre socie- mientos están presentes. Veamos algunos relatos:
dad, cultura y naturaleza que no se corresponden a las visiones
Sentí una sensación extraña al mirar a mis parientes
de mundo de los pueblos indígenas. Es decir, plantean que aún y amigos y realizar una etnografía. Tuve la impresión de
las categorías que han sido creadas para dar espacio al “otro”, extrañamiento de mí misma. ¿Quien soy? ¿Qué estoy ha-
como la de diversidad, multiculturalismo o interculturalidad, no ciendo? ¿Para qué? (Pereira, 2013: 29)
escapan a la visión dualista y fragmentada de lo que histórica-
En la observación participante, a pesar de ser miem-
mente se ha consolidado como conocimiento occidental legítimo
bro del grupo investigado, sentí algunas dificultades durante
y, por lo tanto, no expresan las formas en que algunos pueblos
ciertos momentos. Como afirma Gilberto Velho (1978: 49), “lo
indígenas comprenden la organización del mundo y las relaciones que siempre vemos y encontramos puede ser familiar, pero
de alteridad. no necesariamente conocido y lo que no vemos y encontramos
puede ser exótico, pero hasta cierto punto conocido”. Pero es-
taba consciente de que era el autoexorcismo del cual habla Da
Sobre las metodologías de investigación Mata, o sea, volví a redescubrir los conocimientos tradiciona-
les de mi propio pueblo, de mi propia sociedad […]. Recuerdo
Si bien la metodología común a los trabajos analizados sigue un hecho que me ocurrió durante la grabación de un rezo
procedimientos típicos de las ciencias sociales, ciertas condiciones tradicional de “defensa”. Mi tío me orientó que aquellos sabe-
del trabajo de campo, su propio rol y las relaciones que establecen res no eran para repasar a otros, principalmente a personas
desconocidas o de otras etnias. Según él, los mismos rezos o
con informantes e interlocutores, son diferenciados.
recitaciones pueden ser utilizados tanto para el bien, como
En primer lugar, es importante observar que los datos que
para causar mal o hasta matar a otros. (Oliveira, 2007: 28)
se presentan no resultan solamente de la investigación, sino que
se basan, también, en una memoria construida a partir de haber Este último relato plantea un debate que viene cobrando impor-
estado en las situaciones y eventos que se describen o analizan. tancia en el campo que se refiere a la divulgación y “propiedad” de
Algunos se apoyan en recuerdos y vivencias de la infancia o en rela- los saberes indígenas: si deberían quedar con los especialistas, cir-
tos de parientes y ancianos de su comunidad; otros en experiencias culando según los modos tradicionales de cada pueblo, o si deberían
más recientes, en las que ocuparon a menudo roles protagónicos constituirse en un “patrimonio” de toda la sociedad.
o relevantes como líderes o representantes. En cualquiera de los Algunos investigadores indígenas también problematizan las
casos, estos recuerdos y experiencias son utilizados como fuente de diferencias entre la lógica de autorización de las investigaciones se-
información y reflexión para sus investigaciones. gún las exigencias de agencias e instituciones científicas y las formas
[ 245 ] [ 246 ]
y dinámicas de comunicación y de transmisión de conocimientos e antropólogo es siempre víctima de sus propios conceptos al
informaciones presentes en sus comunidades, como Rosilene Pereira buscar comprender los conceptos nativos. Es un problema
analiza: grave para la metodología comparativa. ¿Y cómo queda en-
tonces mi caso, donde los conceptos nativos son mis con-
Decidí hacer campo de la forma como vi que hacían los ceptos y los conceptos antropológicos, que estoy estudiando,
citados investigadores en épocas pasadas. Conversé con mi son los conceptos de los otros?
directora, organizamos una guía de entrevista, cronogra-
¿Cómo es posible hacer antropología en casa cuando la
ma y, con apoyo del Instituto Brasil Plural (CNPQ, Fapeam,
antropología es de la casa de los otros?
Fapesc), partí de Manaos el día 30 de enero de 2012 para
Muchas palabras son difíciles de traducir en portu-
trabajo de campo con destino a la ciudad de São Gabriel da
gués, muchas veces el conocimiento contenido dentro de
Cachoeira y Santa Isabel de Rio Negro. Una de las primeras
una palabra (aki) es casi imposible de ser explicado en otra
tareas fue conseguir que los líderes de la Foirn firmasen un
lengua, muchas veces el traductor no consigue aclarar… y
acuerdo de autorización y apoyo para la realización de mi in-
el investigador que se arregle, un rompecabezas para mon-
vestigación. Pasaron muchos días para conseguir esa firma.
tar (o desmontar) otro rompecabezas. (Mehinaku, 2010: 13)
Para mí fue todo muy extraño, teniendo en cuenta que mi
objeto de estudio se centraba en mi propio grupo familiar: mi La iniciativa de esta investigación se reveló ardua,
madre, padre, hermanos, tíos y tías. […]. Cuestión extraña pero gratificante. La mayor barrera fue transponer a la
pasar por una organización representativa, siendo que mi ob- lengua portuguesa, la percepción y los análisis que surgie-
jeto trataba de mi propio grupo familiar. Además, en la jerar- ron de la vivencia (observación participante) de campo, en
quía ancestral, eso sería incompatible, por eso no le comenté virtud del autor pertenecer al grupo indígena hablante de
nada a mi padre. Como conocedor del asunto que me preocu- la lengua Terena. Aún hace eco en mis oídos la sabiduría
paba investigar, él se enojaría al saber ese procedimiento de tradicional recibida de los más ancianos, que solían no sólo
autorización y yo tendría problemas para realizar mi trabajo. contar historias, como también tomar decisiones en esos
Es una situación difícil cuando la esfera estatal se sobrepone momentos, apoyadas en el diálogo y el consenso con sus
a nuestros valores, ya que cuestiona la forma cómo pensamos compañeros. (Baltazar, 2010: 85)
nuestra forma de organización. (Pereira, 2013: 28-29)
A pesar de que el texto académico pueda dar voz a los
nativos y hacer posible que el lector conozca y oiga las múlti-
Su relato problematiza la ética y los procedimientos burocráti- ples voces; continúa siendo de autoridad del autor, o sea, del
cos que cada vez más son exigidos por los órganos que financian las etnógrafo. Porque la organización textual es del etnógrafo
investigaciones y la ética y “etiqueta” considerada adecuada en cada que escribe, o sea, la problemática, según el modo como en-
contexto indígena. tiendo a Clifford, está en la separación entre los conocedores
Otro aspecto problematizado por estos autores es el de la “tra- orales y los letrados. Hay una confrontación donde los letra-
ducción”, es decir el hecho de que pese ser hablantes de la lengua dos de alguna forma marginan a los conocedores orales y
eso se da en la producción del resultado final cuando el etnó-
nativa de sus interlocutores o informantes, el proceso de trasladar
grafo recibe el reconocimiento académico. […] Por lo tanto,
ideas y conocimientos al lenguaje académico es sumamente comple-
los indígenas no están exentos de esta problemática, pero
jo, así como las emociones y sensaciones que se hicieron presentes en
una discusión reflexiva puede contribuir a no marginar a
el contexto de la comunicación: los conocedores de la oralidad. (Pereira, 2013: 28)

Cuando traducimos nuestra lengua para otra len- Estos relatos expresan la complejidad de la escritura de la
gua, la mayor parte de la traducción sólo va a aproximar etnografía a partir de su doble condición de miembros del grupo e
la semántica de las palabras y frases, sin jamás encon- investigadores. Sin embargo, observamos que sus textos siguen el
trar un equivalente exacto. En el caso de los conceptos, el patrón convencional en cuanto formato y estructura de otros textos

[ 247 ] [ 248 ]
académicos. No se percibe una innovación, tal vez a causa de las los interpelan menos sobre los resultados o hallazgos de sus estu-
propias exigencias de programas de posgrado y agencias de apoyo a dios y más sobre su capacidad –por poseer un capital cultural/social
la investigación. La discusión sobre la presentación de los resultados concretizado por el título universitario– para intermediar/ayudar/
de investigaciones en otros formatos, atendiendo a la supuesta inclu- proponer soluciones para las problemáticas que atraviesan. Es decir,
sión de la diversidad en la educación superior y que puedan expresar la relevancia y valorización que adquieren investigadores e intelec-
mejor conocimientos y experiencias que no son fácilmente captados tuales indígenas para sus comunidades aparece estrechamente vin-
a través de la escritura convencional, recién está comenzando a ser culada a la capacidad de los mismos para contribuir efectivamente
debatida en el ámbito académico brasileño. a las necesidades y proyectos de sus grupos de pertenencia. De he-
cho muchos mencionan que sienten una exigencia mayor que la que
usualmente es esperada de los antropólogos no indígenas.
Consideraciones finales Este último aspecto se vincula con una discusión que adquie-
re relevancia tanto al interior del movimiento indígena como en el
El breve análisis de la producción académica de indígenas antro- medio indigenista y académico: el del “retorno” de los intelectuales
pólogos desarrollada hasta aquí, nos permite plantear algunos cues- indígenas, que cada vez más se entiende no vinculado a la presencia
tionamientos que pueden ser relevantes no sólo para el caso brasileño, física dentro de las tierras indígenas, sino a la contribución que su
sino también para pensar en procesos paralelos que ocurren en otros trabajo puede tener en diversas áreas, lo cual involucra la partici-
países de Latinoamérica. pación en una serie de instancias y espacios estratégicos de poder.
Uno de ellos se refiere al impacto y los “usos” que estas produc- Sin embargo, son raros los casos de indígenas con formación
ciones tienen en el ámbito académico, en las agencias gubernamen- superior que consiguen empleo en órganos públicos o cargos de con-
tales y no gubernamentales y al interior de las propias comunidades sultoría en ONG. También son pocos los que están insertos en la
indígenas. Debido a que son resultado no sólo de etnografías reali- universidad como profesores. Esta situación pone en evidencia la di-
zadas en el contexto de estudios de grado y posgrado, sino que se ficultad que profesionales e intelectuales indígenas enfrentan en el
alimentan de los conocimientos y experiencias que los autores cons- mercado de trabajo –a no ser en el área de educación y de salud al
truyeron como actores que ocupan u ocuparon roles importantes en interior de los territorios tierras indígenas–.
sus comunidades o en el movimiento indígena, presentan reflexiones Frente a este cuadro, consideramos que el Estado, así como pro-
que podrían contribuir a la reformulación de proyectos escolares y mueve acciones afirmativas para el ingreso de estudiantes indíge-
proposición de políticas públicas más adecuadas a las perspectivas nas en la educación superior, debería promover políticas de fomento
y demandas reales de los pueblos indígenas. Sin embargo, por las para la publicación y divulgación de trabajos académicos de autoría
informaciones que hemos podido recabar, percibimos que sus hallaz- indígena y su inserción en un mercado de trabajo justo y coherente
gos son poco utilizados por gestores de políticas públicas o, incluso, con su formación y calificaciones.
por organizaciones no gubernamentales que defienden propuesta de Otra cuestión central para debatir es si la presencia de indí-
educación intercultural. En el ámbito académico se evidencia que genas en la universidad está, de hecho, contribuyendo en la trans-
aún es escaso el espacio dado a estas producciones, por ejemplo, como formación de la lógica monocultural y cientificista de la educación
bibliografía en las disciplinas de los programas de antropología de superior, en la inclusión de conocimientos indígenas, en la creación
grado y posgrado. de nuevas líneas de investigación y en la gestación de nuevas formas
En relación con los impactos que dichas investigaciones tienen de producción de conocimientos. A pesar de que existen experiencias
en los pueblos o comunidades indígenas en los cuales se desarrolla- muy interesantes en este sentido, algunos autores apuntan que aún
ron, si bien no hubo posibilidad de acompañar tales procesos, sobre estamos lejos de alcanzar esas transformaciones, así, es de suma
la base de relatos de los propios indígenas antropólogos en el con- relevancia profundizar los debates y las acciones para promover la
texto de conferencias o seminarios, se percibe que las comunidades interculturalidad de los saberes universitarios.
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Si bien a nivel internacional la primera infancia ya fue temati-
zada desde hace décadas en las políticas educativas (Unesco, 2007) y
las investigaciones de las ciencias sociales y humanas (De León, 2005;
Torrico y Yapu, 2003), en Bolivia sólo se puso en evidencia a partir de la
reforma educativa de 1994 en el plano legal y, sobre todo, con la aplica-
ción en políticas públicas. En efecto, esta reforma enfatizó en la educa-
ción inicial y amplió su significado y su alcance etario entre 0 y 6 años,
ya que antes el tema se reducía al kínder o la educación preescolar
como una preparación o adiestramiento para la educación primaria,
cubriendo el rango niños de 5 a 6 años de edad. Por otro lado, dentro del
nuevo marco constitucional vigente desde 2009, en 2010 se aprueba la
nueva ley educativa 070 Avelino Siñani y Elizardo Pérez (ASEP) (ME,
2010), en la que los conceptos centrales son la plurinacionalidad, la des-
colonización, la interculturalidad y el vivir bien, con cuya aplicación
se busca valorar y recuperar los saberes y conocimientos indígenas y
ancestrales, es decir, la educación está más estrechamente relacionada
con la comunidad de los padres de familia (Yapu, 2010).
Para el presente trabajo, retomamos una investigación reali-
zada entre 1997-1998 acerca de la socialización de niños quechuas
en edad preescolar y el primer año de primaria. El estudio se de-
sarrolló en el municipio de Tarabuco ubicado al sureste de Bolivia,
especialmente en dos comunidades en las que algunas familias fue-
ron la base para la descripción de las prácticas de socialización de
niños en familias indígenas (Yapu y Torrico, 2003). En este texto nos
centramos en la socialización familiar de los niños indígenas meno-
res de seis años; la escolarización sólo es un referente para poner en
[ 253 ] [ 255 ]
discusión la tendencia a ver la primera infancia y su educación como (1991; 1998) y Aries (1973) se ha escrito bastante acerca de ella.
transición a la primaria. Siguiendo aquella investigación, intentamos Philippe Aries fue sin duda uno de los estudiosos que rompió la
mostrar que las prácticas de socialización de estas comunidades ru- visión lineal entre la infancia y el mundo adulto en Occidente, pro-
rales permiten un desarrollo relativamente autónomo de los niños vocando la realización de diversas investigaciones (Kehily, 2009;
como personas o sujetos desde temprana edad, que la educación de los Jenks, 1992; Corsaro, 1985; Cunningham, 1995; Boltanski, 1984;
niños no es directiva ni formal, ni separada de las relaciones sociales Chamboredon y Prévot, 1973). En pocas palabras, Aries sugería
de los adultos, pero no por eso se puede calificar de adultocéntrica. que la infancia moderna es una construcción histórica que remonta
Los niños tienen un espacio y tiempo particular donde los abuelos, principalmente al siglo XVIII y mostró cómo la vida social de los
hermanos, parientes y sus pares juegan un rol importante. En el es- niños y su tratamiento evolucionó desde la Edad Media, juntamente
tudio hacemos hincapié en el rol del lenguaje, el juego, la convivencia con el de la familia. La convivencia de los niños y adultos, el espa-
entre pares, la imagen que los adultos tienen de los niños, etcétera. cio doméstico común y no especializado en la casa, los juegos entre
Este análisis toma relevancia hoy cuando el Estado “plurina- pares, el trabajo industrial, el uso de la vestimenta, la emergencia
cional” de Bolivia reconoce a las culturas indígenas proponiendo la de la vergüenza o el pudor, en especial, el sexual, el desarrollo del
“educación sociocomunitaria y productiva”, donde la educación infan- sentimiento y la afectividad hacia la infancia, etc., fueron progre-
til se encuentra vinculada a los procesos productivos y lógicas socia- sivamente canalizados, según Aries, a través de la racionalidad in-
les locales, de la familia y la comunidad. La pregunta es ¿cómo la dustrial capitalista y burguesa (Aries, 1973; Flandrain, 1964).
lógica escolar que proviene del Estado podrá reconocer y respetar las Es evidente que el horizonte mental europeo fue cambiando
singularidades educativas indígenas? hacia la centralidad de la niñez. El niño se convertía así en el cen-
Se debe considerar que en estas sociedades rurales no existen, tro de atención del cuidado de la familia nuclear que también había
por ejemplo, rangos de edad bien definidos en el tránsito de la niñez a cambiado, ligada a la transformación de la sociedad, la ampliación
la adolescencia y a la juventud; la formación de la “persona” constituye del espacio público definido por el Estado, la economía industrial de
un largo proceso marcado por ciertos “ritos de paso” que la antropo- mercado y su impacto en el destino laboral de la mujer, la cultura
logía ha estudiado desde principios del siglo XX (Van Gennep, 1992). de la higiene y la salud, el avance de las disciplinas científicas como
Dicho de otro modo, la discusión gira en torno a la socialización la psicología, la pedagogía y la didáctica. De manera que a princi-
de los niños principalmente en las familias; si bien las políticas edu- pios del siglo XX el desarrollo infantil llegó a ser objeto de diversas
cativas no son el objeto directo de nuestra reflexión resulta necesario perspectivas psicológicas como el enfoque sociocultural de Vygots-
considerarlas para plantear estos temas. Vale aclarar que hablamos ky (2007 y 1995), la teoría psicoanalítica de Freud (1984; Jolibert,
de “políticas”, en su sentido amplio aludiendo a cómo los pueblos in- 2001) y la psicología evolutiva de Piaget (Dolle, 1993). Las ciencias
dígenas toman decisiones y practican relaciones sociales locales en de la salud avanzaron hacia estudios de nutrición y tratamiento
la formación de niños y personas que a veces pueden ir en senti- de las enfermedades de los niños dando nacimiento a la Pediatría
do contrario de las políticas estatales, pero, a su vez, mencionamos y estudios de la sexualidad infantil. Finalmente, se publicaron los
cómo el Estado avanza en la ocupación de los confines de las culturas primeros estudios antropológicos de Mead sobre Samoa (1928; 1935,
y familias bajo el discurso de la responsabilidad social y pública. en traducción francesa: 1963: 381-395) que esbozan diversas activi-
dades e interrelaciones de los niños con los adultos y sus pares y de
Malinowski (1932) quien, en su libro La vida sexual de los salvajes,
Contextualización temática de la describe el comportamiento de los niños trobriandeses con relativa
infancia y la primera infancia autonomía respecto a los adultos. Ambos autores dan los primeros
pasos en el estudio de los niños en culturas no occidentales.
La infancia como periodo evolutivo con entidad propia tiene una Siguiendo estos antecedentes, hemos estudiado los niños que-
historia relativamente corta, pero desde los estudios de Durkheim chuas del sureste de Bolivia. Antes de presentar el estudio, vale la

[ 256 ] [ 257 ]
pena situar la discusión de la escolarización frente a la socializa- sobre la educación incaica prehispánica y colonial (Alaperrine-Bou-
ción de niños indígenas que, en general, se ha ubicado en la encruci- yer, 2007; Gonzáles, 2004) se refieren a niños mayores, de diez a
jada de la primera infancia abordada con relación a temas sociales doce años y de las élites.
acerca de las familias pobres y, por otra parte, con relación a la Los estudios de Martínez (1999) sobre la educación primaria en
exclusión e inclusión de las culturas indígenas. las últimas décadas del siglo XIX y los años 20 del siglo XX, reflejan
Desde los autores clásicos como Kant (1991), Durkheim (1991, la ambigüedad de las políticas liberales y las reformas educativas
1998), Piaget (Dolle, 1993), Vygotsky (1995; 2007) que pusieron de frente a los medios sociales populares, en particular, los niños indí-
relieve los problemas de educación moral, cultural y lingüística de los genas. Estas políticas se presentan envueltas en una ideología de la
niños y la primera infancia, hasta los años 60 y 80 del siglo XX (Jenks, pedagogía activa, racionalista y científica. Escobari (2009), por su
1992; Kehily, 2009; Boltanski, 1969; Chamboredon y Prévot, 1973; parte, ilustra la relación que hay entre la clase popular y los niños
Plaisance, 1986; Becchi y Julia, 1998), la historia social de la infan- que viven en pobreza, y la intervención del Estado y los grupos de
cia ha destacado la producción de normas y prácticas de intervención la clase media y alta, que hacen trabajo social con niños pobres, a
relacionadas con la situación de niños de clases populares urbanas. principios del siglo XX en la ciudad de La Paz. Muestra cómo sur-
La creación de los primeros espacios educativos institucionalizados gen sujetos benefactores desde la sociedad civil, especialmente, del
o formales dedicados a los niños de clases populares, sobre todo de medio católico, dado que para el Estado los niños menores de siete
niños menores, estuvo ligada a la industrialización y las condiciones años de edad de áreas urbanas y más aún de áreas rurales no eran
sociolaborales de las clases populares del siglo XIX. La atención de una prioridad.
niños de familias pobres que ingresaban al trabajo industrial textil Ambos aportes plantean temas de niñez y relaciones sociales
u otro requería instituciones específicas; los niños abandonados en la de clase, conflicto de valores morales, higiene y limpieza ligados a la
calle y los niños trabajadores motivaron a los higienistas y pediatras evolución del trabajo doméstico de la mujer, así como la intervención
ocuparse de estos grupos. de las ciencias educativas con la reforma educativa liberal encabe-
En América Latina, la niñez ha sido tratada de manera similar zada por Georges Rouma (Martínez, 1999). En esta perspectiva no
a lo que Aries sugirió en su estudio sobre Europa. había lugar para el conocimiento de las culturas indígenas y la in-
El trabajo de Rodríguez y Mannarelli (2007) presenta más de fancia en estas culturas. De manera que durante más de un siglo y
treinta estudios sobre la diversidad de condiciones y facetas de la medio, los indígenas fueron excluidos de la razón modernizante. Si
niñez en América Latina. Para el caso de la Argentina, Ponce (2006) se los estudiaba era desde la óptica de las ciencias eurocéntricas con
resume temas sociales, de salud y educación, de los niños menores el fin de integrarlos en el Estado-nación republicano (1825), cuya
de seis años que ingresan al sistema educativo, desde fines del si- señal evidente se mostró en el periodo de los gobiernos liberales de
glo XIX. En la línea de Rodríguez y Mannerelli, Ponce comparte la principios del siglo XX. Hasta que este Estado-nación ingresó en
idea de que los niños latinoamericanos fueron objeto de aplicación crisis y reapareció el tema de las identidades indígenas a mediados
de diversas corrientes ideológico-sociales y pedagógicas desde el si- de los 80. Actualmente, con el gobierno de Evo Morales, desde 2006,
glo XIX. Entre otras cosas, muestra cómo el trato de la niñez estuvo los indígenas son parte de los debates y prácticas políticas. Lo que
relacionado con grupos sociales marginados en la Argentina, ilus- no significa que la educación de los niños indígenas esté resuelta.
tra la tensión existente entre la educación doméstica (familiar) y la Al contrario, si no se problematiza adecuadamente el tema, corre el
educación escolar, o los conflictos pedagógicos entre los positivistas riesgo de ser escolarizada bajo los mismos patrones educativos del
y los froebelianos, para quienes el juego era una herramienta de siglo XX, como algunos estudios (Gutiérrez y Fernández, 2011) han
aprendizaje. ilustrado, pues la escuela actual en proceso de cambio recoge poco
En Bolivia, desafortunadamente, existen escasos estudios his- o nada de los saberes indígenas de los ayllus (organización política
tóricos sobre la educación de niños menores andinos. Los estudios indígena andina).
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La socialización de la niñez indígena en edad y desarrolla sus capacidades, debe dejar la casa y salir al
en Tarabuco, Bolivia campo. Entre las prácticas muy valoradas por los niños pequeños
están los “juegos” entre pares. Los juegos sirven para desarrollar
Existen diversos matices conceptuales de socialización, que van la inteligencia porque permiten definir y aplicar estrategias para
desde perspectivas asimilacionistas de las personas en colectividad, fomentar la oralidad a través de discusiones y disputas que acompa-
hasta las que dan mayor espacio y autonomía a la formación como ñan estos juegos. Para la oralidad y desarrollo de la memoria Carter
actores (Dubar, 1996). A los fines de este estudio la socialización se y Mamani destacan los cuentos que se practican entre pares y entre
entiende por el proceso social, cultural y político de formación de los adultos y niños. El ingreso a la escuela representa un nuevo espacio
niños entre 0 y 6 años que viven en situaciones de pobreza, relacio- para los niños y marca otra etapa de la niñez.
nes complejas de tensión y solidaridad con sus pares y los adultos, en Por su lado, Arnold y Yapita, en dos capítulos de su libro El
contextos de libertad y de restricciones, donde, entre otras cosas, se rincón de las cabezas (2000), muestran a los niños qaqachakas de
destaca el uso de la lengua. Oruro (zona altiplánica y Este de Bolivia) como partícipes activos
Con el uso de la lengua nos referimos a dos planos: como una en las prácticas productivas y reproductivas sociales, económicas y
dimensión del proceso de socialización vinculada a la formación de políticas (conflictos y guerreras) permeadas por su cosmovisión que
las personas y como un recurso metodológico que permite describir envuelve al hombre andino y su medio ambiente. El estudio mencio-
e interpretar la interacción social apoyado en observaciones y entre- na las características de lucha entre pueblos (hay que recordar que
vistas con familias de dos comunidades: Pisili y Cororo.1 los qaqachakas son pueblos guerreros) desde tiempos ancestrales,
en medio de las que los niños, las wawas, toman diversas funcio-
nes simbólicas como tributos (relación entre comunidad y el Estado),
Estudios sobre la niñez indígena en Bolivia “yuntas”, “flores” o “angelitos” que, en general, representan funcio-
nes ambivalentes que se encuentran en las fronteras de las relacio-
Antes de presentar algunos resultados de nuestra investiga- nes entre hombre y mujer, lo ajeno y lo propio, los muertos y los vivos,
ción, es útil mencionar los estudios sobre la niñez indígena y cam- los humanos y las deidades, el hombre y la naturaleza, etc. (174-199).
pesina en Bolivia. Por un lado, Carter y Mamani (1989) describen el En otros términos, los niños tienen un espacio específico pero están
nacimiento de los niños aymaras y sus primeros pasos en el mundo entre los adultos por sus diversas funciones simbólicas.
social con sus pares y adultos en la comunidad de Irpa Chico. Los au- Más recientemente, Yapu (2010)2 compiló estudios sobre la pri-
tores destacan los signos de embarazo en la mujer, el “trato” o cuida- mera infancia en Bolivia, con el propósito de apoyar a las políticas
do de la placenta, las actividades de la mujer en el periodo prenatal públicas actuales proporcionando información sobre las prácticas y
y posnatal, la participación del varón y de las parteras, los espacios representaciones de socialización de niños entre 0 y 6 o 7 años en
y los tiempos de los diferentes actores en el proceso de socialización, culturas aymara, quechua y guaraní. La mayoría de los estudios del
el rol de los juegos entre los niños (pares) y diversos “ritos de paso” libro (Carter y Mamani, Terceros, y otros) tratan de reflejar las expe-
que los adultos practican con relación a los niños en edades de 0 a riencias indígenas de socialización. Por ejemplo, describen los ritos
7 años. En la educación de los niños se aplica la fuerza física, los católicos de “bautizo” o de la “confirmación” y el rutuchi que significa
valores y todo un conjunto de símbolos (Platt, 2001). La educación corte de pelo. Este rito se cumple entre los tres y cinco años de edad
implica también capacidades biológicas y fisiológicas, actividades del niño. Hasta entonces el cabello del niño no es tocado ni cuidado.
que movilizan la corporalidad, como poder moverse, ponerse de pie, Los cabellos crecen en forma de mechones que serán cortados en
sentarse. Como veremos más adelante, a medida que el niño avanza este rito. Es un rito menor en su alcance social porque compromete

1. Las dos comunidades se encuentran en el municipio indígena de Tarabuco, 2. Mario Yapu (comp.), Primera infancia: experiencias y políticas públicas en
Chuquisaca, Bolivia. Bolivia. Aportes a la educación actual, La Paz, PIEB, 2010.

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sólo al padrino, los padres y algunos familiares cercanos. En el rito identificar de qué modo en la socialización se plasman diversos mé-
existen varios pasos entre los cuales hay que señalar la recolección todos pedagógicos indígenas, en el sentido de etnométodos, sugerido
de dinero para el niño a medida que se cortan los mechones. Este por Harold Garfinkel, como un proceso significativo de las prácticas
dinero constituye el primer capital del niño. Carter y Mamani dicen cotidianas (Yapu y Torrico, 2003).4
que para las culturas indígenas este rito es el primero que indica la La investigación está centrada en la educación y socialización
transición e ingreso a la sociedad, es el paso de la infancia a la niñez. informal no escolarizada, en las familias y la comunidad. Este tipo
A través de estos ritos los adultos muestran también la preocupación de estudios no son nuevos a nivel internacional, pero sí en Bolivia.5
porque el niño no tenga dificultades económicas o no sufra pobreza El presente artículo se focaliza en la caracterización de ciertos
en el futuro (a eso responde, simbólicamente, la recolección del dine- hitos sociales que marcan el denominado “desarrollo infantil” de ni-
ro y de otros productos). ños entre 0 y 6 o 7 años de edad; concepto que hemos denominado
El libro reporta, asimismo, las actividades y el valor que repre- como la construcción social y cultural de la niñez y de las personas.
sentan la salud, la educación y los castigos –sanciones– de los niños Para su demostración nos hemos basado principalmente en el dis-
en sus primeros años. De manera general, se constata la ausencia de curso de los adultos y los posibles campos lexicales o familia de pala-
reglas rigurosas de enseñanza positiva e inductiva desde los adultos, bras que se conforman y construyen en torno a este proceso;6 en las
pues los niños tienen un espacio y tiempo de libertad para mirar, ob- observaciones de la vida cotidiana de los niños y el trato que reciben
servar y ensayar, y seguir lo que los adultos hacen; la concepción de de sus pares y de los adultos, y, finalmente, en entrevistas. Todo este
la salud infantil está muy ligada a las creencias del mundo natural material fue transcrito en quechua y, en algunos casos, fue transcri-
y simbólico en que viven, los males y las enfermedades de los niños to y traducido al castellano.
están asociados a lugares y momentos de la experiencia vivida por
ellos; y, los castigos físicos son escasos, sobre todo en la primera in-
fancia de 0 a 3 años. En suma, las diferentes contribuciones reflejan
4. El estudio se propuso hacer microetnografías de las familias y las aulas
formas diferentes de socialización de los niños indígenas y la relati- escolares. En el trabajo con las familias se hicieron observaciones, grabacio-
va autonomía del “mundo infantil”. nes y entrevistas. En la comunidad de Cororo el trabajo de campo fue rea-
lizado por Carmen Terceros y en la comunidad de Pisili trabajó Cassandra
Torrico. Las dos investigadoras hablan quechua y los datos fueron recogidos
en quechua y en castellano. Se registraron las prácticas y el habla de los
Socialización de los niños de Tarabuco adultos, especialmente, de las madres, hacia los niños menores de seis años,
en particular, con niños entre 0 y 3 años.
El estudio sobre la socialización de niños entre 0 y 6 ó 7 años in- 5. Por ejemplo, los estudios de De León (2005), han focalizado en el lenguaje
y la construcción de las emociones y argumentaciones de los niños indígenas
tenta mostrar la construcción social y cultural de la niñez en la zona de México y, de manera más general, en la socialización de los niños indíge-
de Tarabuco, mediante una aproximación a algunas familias de nas (2009). Desde otro punto de vista Ferreiro (1998) abordó igualmente el
dos comunidades quechuas con características culturales similares lenguaje y la niñez, el aprendizaje de la lectoescritura en edad temprana o la
alfabetización temprana (McLane y McNamee, 1999). Estos dos últimos apor-
(por ejemplo en ambas prima la oralidad), pero con niveles de bilin- tes se refieren a contextos letrados que influyeron en las reformas educativas
güismo quechua-castellano distintos.3 La investigación se proponía de los 90, en cambio, nuestro estudio se sitúa en contextos de cultura oral.
6. En este punto el enfoque de análisis difiere de la propuesta etnometodo-
lógica y se aproxima más a lo que en los 70 Eugenio Coseriu (1977), propuso
3. Tarabuco es un municipio rural con comunidades indígenas muy diversas a partir del concepto “campo lexical”. El mismo se entiende como una herra-
en cuanto al nivel de bilingüismo. En el momento de la investigación había mienta de análisis estructural en semántica, que igualmente puede ser útil
una tensión en las comunidades porque la reforma educativa de 1994 pro- en las ciencias sociales (Coseriu, Eugenio, Principios de semántica estructu-
ponía la educación intercultural y bilingüe, es decir que la enseñanza debía ral, Madrid, Gredos, 1977). Cuseriu define el campo lexical como un conjunto
comenzar por la lengua materna quechua y luego transitar gradualmente al de lexemas unidos por un valor lexical común –esto es del campo– donde los
castellano. Ante esta política varias comunidades, como Cororo, se opusie- términos son distintos pero están asociados por el contenido temático; en
ron, en cambio en Pisili los padres de familia lo aceptaron. general, en la base está un concepto o concepto base o archiconcepto.
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Para orientar la discusión hacia la escolarización, a continua- y peleas. Ante esta situación los adultos son indiferentes o por lo
ción resumimos algunos temas afines a la socialización y educación menos mantienen bastante distancia: los niños son niños y resuel-
de niños tarabuqueños en las familias y la comunidad. Se trata de ven a su modo sus convivencias (t’unas kanku, wawas o wawasllaraq
caracterizar este concepto a través de sus principales dimensiones kanku, que se traduciría por “todavía son niños”).
como el cuerpo infantil, los procedimientos manuales, mentales y Los niños menores de un año (sobre todo los recién nacidos) es-
de habla, los imaginarios, etc., que se expresan en los juegos, la es- tán en la casa o con la madre fuera de ella. Tradicionalmente, las
critura, la salud del cuerpo, la vida cotidiana individual y colectiva, madres cargan los niños en la espalda. Estos niños forman parte del
los conocimientos y aprendizajes, la imagen y representación de los mundo natural u objetual, pero tienen significados simbólicos am-
niños. Presentamos a continuación algunos de estos temas. bivalentes que oscilan entre lo positivo y lo negativo. Así, cuando el
niño se enferma, para su curación se rastrean los lugares por donde
haya pasado el niño junto con su madre algún día y donde fuese posi-
Sensación de ver la comunidad ble encontrar las causas del mal. Dicho de otro modo, esta experien-
cia infantil es producto de las contingencias biológicas, situadas en
Cuando uno visita las comunidades rurales, como Cororo y Pi- espacios y tiempos precisos, pero envuelta en un universo simbólico,
sili, puede encontrar desde unas cuantas casas agrupadas y otras muy distinto al occidental.
aisladas (llamados ranchos) (Pisili) hasta comunidades que toman Algo similar sucede en la formación social de los niños. Retomo
la forma de un pequeño “pueblo” (Cororo), donde los niños de dos a aquí un ejemplo de Carmen Terceros (2010: 84-92) sobre la tensión
cuatro años, de acuerdo a las horas del día, están en la casa o fuera comunicativa entre la hermana mayor y el menor (de dos años y me-
de ella con las madres; cuando ya caminan están solos o en grupo dio) de la comunidad de Cororo. La autora describe un diálogo entre
entre niños vecinos, y van a ciertos lugares donde acampan o a los estas dos personas en torno a un objeto (el queso). La investigadora
riachuelos cercanos donde juegan con agua y barro. Es común ver ofrece un pedazo de queso a la hermana mayor, quien mostrando
niños semivestidos (o semidesnudos) o vestidos con ropa usada nor- el queso pregunta al niño imataq kay (¿qué es esto?) y el niño no
teamericana de bajo costo. responde fácilmente a lo que es o ve. El diálogo consiste entonces
Como se señaló, los menores de dos años se encuentran con la en hacer que el niño identifique lo que ve y cuando él no responde la
madre en casa o salen al campo para atender los cultivos de terrenos hermana repite la pregunta o bromea acerca de cómo no va a saber.
o de pastoreo. Los mayores de seis años van a la escuela. En algu- El niño por su lado busca alternativas de respuesta o retirarse del
nas comunidades se abrieron los Centros Integrales de Desarrollo “desafío”. La idea es mostrar los procesos interactivos-lingüísticos
Infantil (CIDI) desde mediados de los 90 donde los padres de familia argumentativos y la formación de los afectos y emociones en los ni-
llevan a los niños menores de seis años diariamente o algunos días ños. Soslayando las técnicas de análisis interaccional y logro de com-
de la semana. Estos centros promueven una formación integral, pero petencias comunicativas, desde la lectura de la socialización destaco
los padres de familia les llevan principalmente para que los niños lo siguiente: el ejercicio aporta elementos para conocer cómo estas si-
reciban alimentación, para que sean “gorditos”, dicen ellos. tuaciones constituyen espacios de posicionamiento de los niños como
La observación de la vida social entre adultos y niños o entre “actores sociales”, ya que en las interacciones verbales adulto-niño,
pares, permite registrar la relación rutinaria, bastante ritualizada estos últimos aprenden a “defenderse” por sí mismos (o en grupos)
entre estos actores; se registra también que la “distancia” entre ellos frente a la intervención de los adultos que se burlan (hacen bromas)
no refleja un “sentimiento infantil” que la sociedad moderna produjo o les amenazan (tienen poder). En esas situaciones difíciles, los ni-
(Aries, 1973). Los niños pequeños viven entre ellos unidos por jue- ños construyen argumentos y evitan pasar vergüenzas, resisten, ne-
gos cuyos recursos son la tierra, las piedras, los palos, el agua, etc., gocian, etcétera. Esto sugiere que la vergüenza (como el honor) es
recursos que en otros momentos del día sirven también para los con- también una construcción social y cultural. De manera que la fuerza
flictos, pues la vida infantil conjuga convivencias de paz, tensiones psíquica de los niños indígenas se forja en la resistencia social desde

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la primera infancia: resistir, no rendirse pronto, no tener vergüenza, c) Kamachi: hay niños que son kamachis o llegan a ser tal, es
etcétera. Y, en esa relación asimétrica, los niños construyen su pro- decir que obedecen. Los padres dicen wawayqa kamachiña,
pia identidad de ser niños. para afirmar que su hijo ya cumple tareas. Ya pueden dejarles
encargos o mensajes (aunque aún son poco fiables), pueden
solicitar que hagan tal o cual actividad y los niños cumplen
Algunos momentos significativos de (salvo que exista una rebeldía expresa). Es decir, kamachi
socialización (niños de 0 a 7 años) designa al niño que camina, habla, recibe y lleva mensajes,
cumple demandas, tareas y funciones; sobre todo ya entien-
Para ampliar más la idea de socialización de niños rurales, en den. Estos niños ya tienen yuyay o entendimiento (aunque en
la investigación resaltamos tres momentos importantes, soslayando crecimiento), por tanto ya están “habilitados” para la aplica-
otros submomentos que se distinguen en cada uno de ellos. Los mo- ción de sanciones y castigos.
mentos son procesos complejos donde se entrecruzan diversas carac-
terísticas de los niños, por tanto estamos conscientes de la esquema- Estas características señalan típicamente las situaciones y ac-
tización de nuestras descripciones. Hemos tipificado estos momentos tividades infantiles, pero no son campos lexicales cerrados. Existen
como el de lat’ay, de wampu y kamachi. usos metafóricos más amplios. Por ejemplo, el devenir kamachi es
un largo proceso que no está delimitado por un criterio de edad sino
a) Lat’ay: este término designa la situación y condición en que los por las condiciones en que el niño, adolescente y joven indígena ha
niños son totalmente dependientes de los adultos porque ape- de encontrarse: las responsabilidades de trabajar, de tener pareja
nas pueden moverse e interactuar. Para su vida requieren de (matrimonio), tener ingresos, cuidar a los hermanos menores, cui-
los otros-adultos. Se asocia a sulluwawa (niño feto) cuyo cuerpo dar la casa, traer agua o leña. En otras regiones rurales, entre los
es débil y lábil. No habla. Sonríe y ríe (aunque no se distingue adultos kamachi designa un cargo de servicio que los comunarios
del todo; las madres interpretan el movimiento bucal y facial del deben cumplir.
niño y dicen achirikushanña o asirikusanña que significa “ya Del mismo modo, wampu es una característica que apunta a
está riendo”). Los adultos describen e interpretan los movimien- ciertas acciones de torpeza que las personas adultas pueden tener
tos corporales de los niños. En otras palabras lat’ay indica un igualmente. En cambio, el sulluwawa (primera fase de lat’ay) casi
momento en que el niño apenas gatea y se desplaza por el suelo forma parte del mundo de objetos o de los signos infantiles.
con el apoyo de las manos. Dura hasta lograr ponerse de pie y ca-
minar, y para ello las mamás se esfuerzan en hacer dar saltitos
(thunkuchiy) y pasos. Paralelamente el niño comienza a hablar. Aprendizaje, conocimiento y formación
de las personas
b) Wampu: cuando los papás o mamás dicen wampitullaraq
wawayqa quieren decir “mi hijo es torpe todavía” o “aún no Josef Estermann escribió un libro referido runasofia, cuyo sen-
entiende”. Estos niños ya se paran y caminan, comen solos tido se aproxima a una filosofía andina de la persona. De esto nos
y hablan pero aún no entienden totalmente los mandatos, se interesa el runa que puede traducirse como persona y runayay como
dedican a jugar, caminar, pero no pueden cumplir las tareas devenir persona, formarse o llegar a ser persona. Indica un proceso
eficazmente, por eso se les dice en quechuañol sunsitullaraq largo de educación y formación que se asocia al logro de cualidades
kanku (aún son sonsos, bobos, no entienden todavía). Enton- como el respeto, seriedad, garantía y valor en la palabra, saber, co-
ces wampu designa el momento en que el entendimiento aún nocimiento y sabiduría. En el proceso interviene el desarrollo del
no está totalmente logrado y por eso el niño puede tener mu- entendimiento y la sabiduría que, en este caso, está profundamen-
chas equivocaciones y actos poco fiables (pero sin sanciones). te ligado al respeto. Estamos en el nivel de yuyay (entendimiento,
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memoria) y yuyaychay, es decir, la adquisición del entendimiento; que dejan hacer y experimentar hasta llegar a situaciones peligro-
que semánticamente incluye o está asociado con al aspecto instru- sas donde el niño corre riesgos y entonces frenan o impiden que con-
mental del conocimiento expresado en yachay (yuyay y yachay son tinúe con la actividad. Con esto se sugiere que la socialización de la
de la misma familia lexical y semántica, pero tienen distintas deno- niñez indígena se comprenda como un proceso con muchas tensiones
taciones). en las comunidades. Esta construcción va desde niveles casi obje-
Este camino largo de la educación indígena tiene las siguientes tuales y biológicos hasta niveles especulativos y míticos, situados en
características: contextos de relaciones sociales, políticas y reproductivas.

• El aprendizaje viene por el ejercicio y repetición, algunos han


dicho por imitación. Los juegos
• La observación y seguimiento de lo que los otros-adultos hacen
en situaciones reales (los adultos no hacen algo expreso para Los juegos tienen una relación especial con los niños y su edu-
mostrar a los niños, los niños participan en situaciones reales cación. Por eso vale la pena relevar algunos de sus aspectos. Según
de trabajo y deben aprender de ellas). Los niños menores de cua- describen Carter y Mamani (1989), los juegos forman parte de la
tro años en general participan en diversas actividades adultas: vida de los niños y a través de ellos aprenden distintos valores: com-
fiestas, reuniones-asambleas, trabajo, etcétera. partir, competir, ganar, perder, individual y colectivamente, imitar
• El tiempo de aprendizaje es largo y poco regulado. a la vida adulta, etc., pero también adquieren competencias cognos-
• El aprendizaje se vuelve lento no tanto porque los niños no citivas y técnicas porque miden sus fuerzas, distancias, capacidades
aprendan rápido sino porque las situaciones de demostración de cálculo, dependiendo del tipo de juegos que desarrollan. Según el
son poco frecuentes; por ejemplo, aprender a arar y manejar las momento infantil y sexo, la práctica de los juegos cambia. Inicial-
yuntas se hace en periodos anuales ya que estas actividades no mente el juego es algo propio de los niños que les distingue y opone
se realizan en cualquier momento. En cambio, otras actividades de los adultos, serios, responsables, que trabajan, etcétera. Los adul-
son reiterativas según las relaciones sociales, como el “saludo”. tos dicen que las wawas pukllalanku, es decir que “los niños juegan
• En la etapa wampu los niños cometen errores y deben repetir. nomás” (ellos son pukllay sikis, que se traduciría como tener gusa-
• No hay castigos o sanciones por estos errores y repeticiones por- nera en el trasero para jugar nomás). Estos criterios se mantienen
que se considera que no entienden aún. La sanción y el castigo hasta los jóvenes rurales (Cipca, 2014) porque a ellos no es la edad ni
sólo se aplica cuando el niño ya entiende el mensaje y no cumple. los estudios lo que les definen, sino las actividades de juego, deporte
• El cumplimento indica la eficacia del conocimiento, el yachay. y diversión que distinguen de la vida adulta relacionada con ir al
• Pero la formación de la persona, runayay está muy ligada a yu- servicio militar, casarse, tener ingresos propios, trabajar, etcétera.
yaychakuy o umachakuy que significa lograr entendimiento y Frente a esta visión del juego, la escolarización de la educación,
sabiduría, llegar a ser reflexivo. Esto implica además una cua- esto es, la creación de un espacio especial para aprender a leer, escri-
lidad social y no sólo individual: la del respeto. bir y contar (lugar de la instrucción elemental), lo que en Bolivia se
conoce como la “educación tradicional” –vigente desde la fundación
Como se puede notar, la socialización de niños –educación indí- de la república–, se define como lo opuesto del juego y la vida extraes-
gena de niños– indica un proceso –tiempo y espacio– relativamente colar. La escuela y su vida disciplinaria7 se oponen al juego y a la
autónomo frente a los adultos, en el sentido que no funciona como la vida infantil. Los padres de familia ven que la escuela no es el lugar
escuela que es un espacio y tiempo especializado separado de la vida de juego, es un espacio técnico-funcional donde sus hijos aprenden
social real; la educación indígena no es directiva, positiva e inducti-
va. Es más bien una pedagogía negativa por cuanto que los adultos 7. En sus dos acepciones de disciplina: como orden en el comportamiento
no delinean lo que el niño debe aprender y cómo debe hacerlo, sino individual y social y como división en áreas de conocimientos y de saberes.

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algo distinto de lo que ellos conocen como campesinos e indígenas. personas y defenderse, abrirse hacia los otros y superar la timidez,
La escuela enseña a leer, escribir y contar en castellano. Además, acostumbra a la escuela y es una oportunidad para aprender nue-
para ellos, esta institución es educativa porque sanciona, castiga y vas habilidades sociales. En suma, los padres muestran interés en
disciplina, es seria, y por eso se opone a la vida del niño vinculada el desarrollo integral del niño y reconocen el valor de la educación
al juego. Así, cuando los padres de familia llevaban a sus hijos a los inicial, pero ante la comparación de este nivel con el primario, en
CIDI u otros centros de educación inicial, hablaban sobre todo de general el peso se inclina hacia este último al que consideran como
la alimentación y de destrezas de lectoescritura, y esperaban que el más importante; por ende, el nivel inicial debe ser un medio para
sus hijos dejasen de jugar porque, como ellos decían, en la casa y la adaptarse a la primaria (Vogler, Crivello y Woodhead, 2008; Perei-
comunidad juegan nomás (pukllallanku). ra, 2009).
En esta circunstancia fue muy difícil hacer que los padres de Según las edades de ingreso, la educación inicial no formal aco-
familia rurales aceptaran la propuesta de la reforma educativa de ge niños desde corta edad hasta los cinco años. La educación inicial
1994 porque esta reforma asumió que el juego era formativo, que como los CIDI brinda atención mediante diversas modalidades con el
mediante el juego los niños aprendían. Muchos padres de familia objeto de prestar apoyo al crecimiento, desarrollo y aprendizaje de los
se opusieron radicalmente. Ahora bien, la pregunta es ¿cómo se ha niños y niñas, al mismo tiempo que se ocupa de la salud, nutrición e
generado esta visión de la escuela en los padres de familia? La hipó- higiene, desarrollo cognitivo, social, físico y afectivo, hasta el ingreso
tesis que proponemos es que mucho de esta opinión no corresponde a la escuela primaria. Algunos servicios de los Centros provocan,
al mundo propiamente indígena quechua sino a la historia escolar- no obstante, quejas, por ejemplo por la dotación del mismo desayuno
tradicional de las familias. escolar repetitivo (api y galletas en el área rural), la falta de parque
infantil, de agua potable y el mal estado de los baños, las agresiones
de parte de sus compañeros, etc. Estas últimas son más comunes en
La percepción de la educación inicial contextos urbanos porque en comunidades rurales los Centros aco-
como transición en zonas rurales gen niños de la misma comunidad que se conocen previamente.
Según Biruhett:
Diversos trabajos promovidos por los organismos internacio-
Los padres y madres de familia han dicho que no quieren
nales y los gobiernos nacionales han enfocado la niñez desde el mandar a sus hijos al kínder porque no es obligatorio y porque
punto de vista de la escolarización y varios de ellos han abordado es caro por el uso de material que se hace en manualidades y
específicamente la “transición” de la educación inicial a la primaria la otra cosa que ellos dicen es que sólo van a jugar y no hacen
(Pereira, 2009; Vogler, Crivello y Woodhead, 2008; Ames, 2010). En tareas. Si en el kínder van a hacer tareas los vamos a mandar,
un contexto de urbanización y migración permanentes, la escue- pero tareas con una mirada escolarizada, entonces si hacen
la es un medio de conexión con el mundo “exterior” y los padres tareas, el kínder es bueno, la guardería es buena. Ha ocurrido
de familia la valoran también a partir de este ángulo. En reali- alguna vez que he llegado a un centro infantil y he visto a gua-
dad, ellos juzgan la escolarización de la educación y de sus hijos guas de dos años haciendo redonditos en el cuaderno, porque
a partir de su propia experiencia escolar que se refiere al logro de tiene que ver con información, con prestigio escolar, etcétera.8
competencias sociales o de lectura, escritura y aritmética. En ese
sentido, se sostiene que la percepción de la educación inicial por Los padres de familia tienen una visión de la escuela bastante
parte de los padres y madres es positiva porque facilita la adapta- sancionadora, castigadora, instruccionista e instrumental, donde el
ción de los niños al primer año de primaria, aligera la transición juego no tiene lugar (Yapu y Torrico, 2003). Y nuevamente aparece el
del hogar a la escuela, inicia en el aprendizaje y el conocimiento
escolar (leer, escribir y contar), propicia que el niño establezca re- 8. Birhuett, Elisabeth (especialista en educación inicial), entrevista, La Paz
laciones con sus pares y maestros, permite hacer amigos con otras (U-PIEB), 2010.
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tema del rol que cumple el juego en la socialización doméstica y esco- bien formados; así se proyectaba una nación mestiza y racialmente
lar de los niños. Como hemos sugerido, el juego de los niños pequeños blanqueada. Por parte de los indígenas la educación escolar también
no está estrechamente relacionado con el aprendizaje escolarizado formaba parte de las tempranas reivindicaciones en tanto que la
sino con la vida social entre sus pares y los adultos. En la familia alfabetización –en castellano– fue considerada como herramienta
y la casa el juego del niño corresponde a actividades naturales de para la autonomía en las negociaciones y disputas.
aprendizaje que son numerosas y no están estrictamente reguladas,
son actividades individuales (en cada juego el niño pone a prueba
su posibilidad de imaginar, atacar y resistir, su capacidad física y Estrategias normativas de escolarización
psíquica, como una educación moral para poder asumir y superar la
“vergüenza” de las derrotas, etc.) y colectivas y abiertas (referidas al Una de las estrategias modernas de objetivación del sujeto ha
desarrollo de liderazgo, organización, solidaridad, etc.), cuyos pro- sido el discurso y, más precisamente, las normas que definen lo que
cesos conllevan improvisaciones en el desarrollo de una “mente no es niñez o primera infancia. Como sugerimos anteriormente, a lo
escolarizada”, para utilizar la idea de Gardner (1997). largo de los últimos siglos, no sólo se ha desarrollado un sentimiento
social y cultural particular de la infancia y la primera infancia sino
que los Estados han establecido progresivamente normas que han
La institucionalización de la infancia: evolucionado desde una visión proteccionista y medical hacia otra
primera infancia y escolarización más abierta e integral. Desde 1924 hasta 1989 distintas normas in-
ternacionales han intentado determinar edades y criterios de salud
Hasta aquí hemos mostrado la niñez indígena desde las co- de los niños. Por ejemplo, la Declaración de los derechos del niño de
munidades rurales y la postura ambigua de los padres de familia la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1959 oficializó la
cuando tienen que encarar el sistema escolar. En este último acápite infancia como el periodo del ciclo vital y la Convención de las Nacio-
desarrollaremos los avances de la institucionalización de la infancia nes Unidad de 1989 definió la infancia como el rango de edad entre
y la primera infancia, y la intervención de parte del Estado. Es decir 0 y 18 años, incluyendo la adolescencia, pero sin precisar la primera
la concepción del niño y su objetivación. Veremos a los niños, las infancia de 0 a 6 años y apenas menciona el inicio de la educación
normas y estrategias del Estado. primaria a los 6 o 7 años de acuerdo a cada país.
Tal como hemos sugerido en la contextualización de este tema, Estas normas orientan a que cada país implemente sus políti-
las tendencias ideológicas y políticas han mostrado tensiones cons- cas nacionales acerca de la infancia, pero dado que expresan la ten-
tantes en las relaciones con los pobres y los indígenas, sea para in- dencia universal de los derechos de los niños, no permiten visibilizar
cluirlos, asimilarlos o mantenerlos excluidos de los sistemas sociales las particularidades culturales e indígenas. En Bolivia, la primera
dominantes. En concreto, los indígenas eran un “problema” para los infancia es aún un espacio bastante difuso, que, como hemos dicho,
políticos e intelectuales. Hubo diversas interpretaciones de los indí- estuvo más a cargo de las familias y especialmente de las madres de
genas. Unos los consideraban como seres con inteligencias concretas familia con una educación de tipo más doméstica. Es por eso que fue
o empíricas, por tanto había que dotarles de una educación manual difícil cuantificar la población infantil hasta el día de hoy.
que formaría la fuerza laboral del Estado-nación en formación; otros El Código de la Educación Boliviana (CEB) de 1955 fue el pri-
los veían como propensos a la superstición, lo que requería una edu- mer paso importante que planteó la educación de niños menores de
cación empírico experimental. A nivel de la lengua, la tendencia era 6 años de manera integral. Destacó el rol primicial del hogar y la
castellanizarlos. Detrás de estas formas de ver a los indios, la po- familia en el cuidado y estímulos de los niños, en sus emociones,
lítica de escolarización que se diseña desde el Estado apunta a la dinamismo, sensibilidad, lenguaje y afectividad; en la salud puso
modernización del Estado-nación que significa castellanizar, educar de relieve la relación entre la nutrición, desarrollo biológico y el
bajo la imagen europea con disciplina, orden, higiene, con cuerpos

[ 272 ] [ 273 ]
aprendizaje, asimismo, dio pautas para el afianzamiento de habili- años, tres años en la familia y la comunidad bajo modalidad no esco-
dades y destrezas para el aprendizaje de la lectoescritura. larizada para fortalecer la identidad cultural y tener la familia como
La norma involucra la familia en la estimulación temprana de base de prevención y promoción de la salud; y dos años en la familia y
los niños garantizando el desarrollo de su potencial psicológico, el comunidad bajo modalidad escolarizada, lo que se asemeja a los kín-
lenguaje, la comunicación, la socioafectividad, la cognición, la psico- deres o educación preescolar anteriores, salvo que ahora se incluye el
motricidad y la creatividad de forma integral. Para su cumplimien- desarrollo de habilidades espirituales y actitudes de autonomía.
to, el CEB en su capítulo IV y artículo 23 propone dos instancias: La Constitución Política del Estado (2009) en su artículo 17 es-
casas-cuna y escuelas maternales que atienden a niños desde su tablece que toda persona tiene derecho a recibir educación en todos
nacimiento hasta los tres años (para brindarles las estimulaciones los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e in-
requeridas para su desarrollo integral), los kindergartens, para ni- tercultural, sin discriminación. El Plan de Desarrollo Económico de
ños de tres a seis o siete años de edad (Serrano, 1981). Se precisa 2007 propone un modelo de desarrollo social comunitario para “vivir
que los kindergartens estén destinados a ofrecer actividades técni- bien” que articula varias estrategias de desarrollo como la economía
co-pedagógicas y servicios complementarios destinados a favorecer y producción (Bolivia productiva), la participación social y política
el desarrollo psicomotor, intelectual y socioafectivo del niño. En los (Bolivia democrática) y las relaciones entre países (Bolivia sobera-
hechos, la norma se aplicó muy parcialmente, sólo en las ciudades y na) y la mejora de la calidad de vida (Bolivia digna). En esta última
además en el último año de los kindergartens. estrategia se incluye el tema de la educación con la reducción de
La ley N° 1.565 de 1994 introdujo el concepto de educación ini- las tasas de mortalidad infantil y materna, el transformar la vi-
cial con una perspectiva integral, tomando en cuenta la sociedad sión, concepción y aplicación de la educación en el nivel inicial en sus
boliviana pluricultural y multilingüe, con respeto y valoración de las modalidades de “educación regular” y de “educación alternativa” del
costumbres, tradiciones y lengua materna originaria. La educación sistema educativo nacional. Esto es en cuanto a las normas genera-
inicial como servicio educativo global no fue obligatoria ni constituyó les. Desde 2010, el Ministerio de Educación ha diseñado un Curricu-
prerrequisito para ingresar al nivel de educación primaria. La pro- lum Base Nacional sin una información sistemática sobre la niñez
puesta pedagógica de esta reforma educativa destaca el aprendizaje de 0 a 6 ó 7 años y menos sobre la niñez indígena. Como se puede ver,
activo a través del juego con la manipulación de diversos materiales; estas políticas educativas a través de sus leyes y reglamentos tratan
propone el desarrollo de la corporalidad a través del movimiento y de aprehender directa o indirectamente la primera infancia.
de lo cognitivo mediante el trabajo cooperativo en interacción con el
entorno social, los conocimientos previos (manejo de objetos, léxi-
cos, expresiones) y experiencias que permiten a los niños construir Algunos temas de reflexión como conclusiones
sus conocimientos. El aprendizaje fue definido como producto de la
interacción social. Se distingue entre la modalidad cuna, para los En la relación entre la escolarización y las prácticas de socia-
menores hasta tres años, donde realizan actividades de estimula- lización de los niños (de 0 a 6 años) en las familias, hemos querido
ción temprana, destinadas a favorecer el desarrollo integral, y la enfatizar lo que sucede en estas últimas. Hemos sugerido que las
modalidad de jardín donde se realizan actividades de aprestamiento relaciones emergentes de esta vida social conforman una experien-
que favorezcan el desarrollo integral de las funciones básicas cog- cia pedagógica indígena bastante abierta, informal y no directiva
noscitivas, psicomotrices, socioafectivas, creativas, y de lenguaje y para los niños, donde el rol de los adultos es bastante distinto de lo
comunicación. que sucede en la escuela y la sociedad urbana. En esta relación se
Por último, la ley 070-Avelino Siñani y Elizardo Pérez (ASEP) de produce un espacio relativamente autónomo para el desarrollo del
2010, en su artículo 12, define la Educación inicial en familia y comu- niño indígena, su educación y aprendizaje son más lentos y disper-
nitaria como la base de la formación integral del niño en la familia y la sos, pero a la vez son más propios. La convivencia entre pares resul-
comunidad, siendo éste el primer espacio educativo. El ciclo tiene cinco ta también importante. Asimismo, quisimos sugerir que en estas
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culturas no se enfatizan los aspectos afectivos o sentimientos de la que requiere de un desmontaje profundo del Estado moderno pues,
niñez, muy particular a la sociedad y cultura occidental, como ya ha- de otra manera, corre el riesgo de desandar su propia historia. Lo
bía señalado Aries. Los niños indígenas se socializan en contextos y cual no sería novedad dado que la historia de la infancia en América
mundos materiales de restricciones y de representaciones simbólicas Latina y Bolivia siempre ha reproducido las mismas tendencias de
que probablemente responden a formas distintas de pensar la niñez. ideas pedagógicas eurocéntricas (Alzate Piedrahita, 2003; Rodrí-
Con todo, falta mucho por investigar en las culturas indígenas con guez y Mannarelli, 2007; Varela, 1986).
relación a la primera infancia en su especificidad; lo que se ha hecho Al respecto, hemos sugerido que los niños menores campesi-
y, se continúa haciendo, es adoptar puntos de vista con sentimientos nos indígenas tienen un mundo relativamente autónomo frente a
humanitarios paternalistas, o bien, se califica directamente a estas los adultos, donde el criterio etario no es suficiente ni determinante
culturas como supersticiosas, por los ritos practicados en torno a la para ser niño, adolescente o joven. Las identidades de estos actores
vida infantil. están marcadas por ciertos ritos de paso o de prácticas sociales que
Ahora bien, desde el Estado y las políticas públicas, las situacio- los tipifican. Por ejemplo, a la pregunta ¿hasta qué edad se define
nes sociales de los indígenas están asociadas, en general, a la pobre- primera infancia? se responde a veces “hasta el ingreso a la escuela
za (lo que es cierto si se consulta los índices de desarrollo humano y primaria”, es decir el criterio etario es apoyado por lo institucional,
de pobreza). Esto ha hecho que el Estado intervenga en las socieda- el ingreso a la escuela como un rito o una prueba, como para los jó-
des indígenas bajo el lema de la lucha contra la pobreza, olvidando, venes es el cuartel o el matrimonio. Lo mismo sucede con los ciclos
si no excluyendo, la dimensión cultural, simbólica y lingüística de los de la educación inicial comunitaria en la familia o en la escuela que
pueblos indígenas: su identidad. son establecidos por el Estado. A la familia corresponden los niños de
Por otro lado, es cierto que en los últimos treinta años el discur- 0 a 3 años y a la escuela los de 4 y más años. En el primer ciclo las
so de la interculturalidad y reconocimiento de los pueblos indígenas prácticas educativas son muy diversas mientras que en el segundo se
ha abierto temas como la intraculturalidad, es decir, valorar más el aplican criterios estrictamente escolares. Los padres de familia valo-
mundo indígena. Aunque la visión hegemónica de la infancia sigue ran e impulsan más este segundo momento porque responden a sus
siendo la que viene desde el Estado como objeto nutricional y de sa- expectativas de futuro para sus hijos: el kínder como transición a pri-
lud o como etapa de preparación para la educación primaria. De esta maria. En este punto ellos coinciden con el discurso oficial del Estado.
manera se estaría replicando la concepción hegemónica de la niñez En otras palabras, el Estado y sus instituciones definen los gru-
en función de la escuela, la familia nuclear, la división del trabajo y pos de niños, de manera que el proceso de colonización del espacio
el mercado del mundo actual. Donde los niños se ven como pequeños infantil desde el Estado prosigue actualmente. A esto se suman los
adultos y se convierten en objetos de inculcación de valores, de inver- problemas de migración de los indígenas. Pues muchos padres de
sión afectiva (sentimiento de infancia) y económica (capital humano). familia indígenas, por las condiciones productivas y de vida en áreas
Este riesgo está presente porque la aplicación de la política edu- rurales, emigran a zonas urbanas donde residen temporal y, a veces,
cativa actual está delegada a los docentes sin un diseño curricular definitivamente; lo que hace que cambien las prácticas de crianza de
que ayude en la inclusión didáctica de saberes indígenas de la niñez los niños (Yapu, 2010). En estas circunstancias, no es fácil distinguir
y sin un conocimiento sistemático de lo que se denomina, por ejem- hasta qué punto las expectativas de los padres de familia coinci-
plo, la “crianza de niños” en las culturas indígenas. den o discrepan con las acciones del Estado y no cabe duda que, en
Actualmente, algunos estudios han sugerido que existen dos contextos de pobreza, el Estado tiene las de ganar, pues los padres
niveles educativos que el Estado no puede controlar aún: el nivel de familia si bien se quejan de que los Centros educativos iniciales
superior y el nivel inicial. Ciertamente los niños de 0 a 3 ó 4 años se rompen los ritmos de sus actividades, aceptan sus servicios porque
encuentran aún bajo la responsabilidad de las familias y el Estado les proporcionan alimentos. Esta lógica de “dar” para que “asistan”
trata de ampliar sus políticas hasta niños de 0 años de edad. La los niños y las madres de familia a los centros educativos o de salud
pregunta es cómo el Estado Plurinacional ha de encarar este proceso se ha institucionalizado actualmente mediante la distribución de los

[ 276 ] [ 277 ]
diferentes bonos de salud y educación infantil. Esta afirmación un BOTASSO, P. Juan (2003), “Pueblos Indígenas y educación”, Revista Pueblos In-
tanto simplificadora se entiende considerando, por un lado, la políti- dígenas y Educación, Nº 52, Quito, Abya Yala, p. 5.
ca pragmática actual centrada más en la “lucha contra la pobreza” CARTER, William y Mauricio M AMANI (1989), Irpa Chico: individuo y comuni-
o el “desarrollo” del país, que en el potenciamiento de las culturas y, dad en la cultura aymara, La Paz, Juventud.
por el otro, la división y fragmentación de los grupos indígenas. Ha- CHAMBOREDON, Jean Claude y Jean P RÉVOT (1973), “Le «métier d’enfant». Défi-
brá que ver cómo evolucionan estos pueblos dentro del Estado Pluri- nition sociale de la prime enfance et fonctions différentielles de l’école
nacional actual para considerar a la escuela como un objeto real de maternelle”, Revue Française de Sociologie, N° XIV, pp. 295-335.
disputa de poder.
CIPCA (Centro de Investigación y Promoción del Campesinado) (2014), Jóvenes
Finalmente, habrá que preguntarse cómo la política educativa ac- rurales. Una aproximación a su problemática y perspectivas en seis regio-
tual concibe la niñez en general y la niñez indígena en particular por- nes de Bolivia, La Paz.
que no existen todavía estudios al respecto, y la propuesta curricular
CORSARO, William (1985), Friendship and peer culture in the early years, Nor-
nacional es demasiado amplia para percibir el detalle. La educación so-
wood, Ablex.
cioproductiva y comunitaria, si no aborda en su especificidad a los ni-
ños y lo que caracteriza a los niños indígenas, puede correr el riesgo de COSERIU, Eugenio (1977), Principios de semántica estructural, Madrid, Gre-
dos.
ocultar el lugar y el rol que ellos cumplen en las sociedades indígenas.
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PARTE III
Migración y educación: transmisión
de saberes y procesos de identificación
en clave étnica y nacional
[ 282 ]
El análisis que a continuación se presenta tiene dos focos para
Escolarización indígena en México hablar de indígenas migrantes y procesos escolares: uno referido a
la escolarización indígena en contextos urbanos y de migración, y el
Entre procesos migrantes, políticas otro a la escolaridad de la población indígena denominada jornalera
interculturales y nuevos encubrimientos agrícola migrante. Ambos focos han adquirido visibilidad y relevan-
cia social y política en los últimos quince años. Es interesante ver que
Gabriela Czarny Krischkautzky y Elizabeth Martínez Buenabad la caracterización de “migrantes” en este contexto discursivo ubica a
un tipo de población, generalmente, sectores pobres y bajo una mar-
ca étnica. Tal vez el concepto de “migrantes” se esté transformando
en esos reductos conceptuales que buscan abrir problemáticas, –que
son apropiadas por las políticas e instancias gubernamentales para
cubrir compromisos internacionales–, al mismo tiempo que permiten
ocultar las dinámicas de poder y reproducción de las desigualdades.
El texto inicia con algunos datos de la situación sociodemográ-
Introducción fica de la población indígena de México y su presencia en distintos
contextos del país, así como las instancias que se han creado des-
Este texto tiene como referente el trabajo de indagación que rea- de los últimos cambios constitucionales que reconocen que México
lizamos como parte del estado del arte (o del conocimiento) sobre el es una nación pluricultural y plurilingó e. Posteriormente, se plan-
campo de la investigación educativa de los últimos diez años que, en tea a modo introductorio, el tema de migración mexicana indígena
México, refiere a la escolaridad de la población indígena que vive fue- transnacional, principalmente Estados Unidos, y el de la migración
ra de los territorios considerados originarios, principalmente, en zo- indígena al interior de México, considerando que estos procesos han
nas urbanas, semiurbanas, así como en campos de trabajo agrícola.1 adquirido magnitudes que marcan nuevos escenarios analíticos, so-
En este ámbito de estudio, la noción de migración refiere a la salida ciales y políticos para entender también las identidades y comuni-
de personas y sectores de las comunidades de los enclaves reconocidos dades indígenas fuera de los territorios considerados “tradicionales”
por ellos, y en parte por el Estado nacional, como regiones indígenas.2 en México. En un tercer momento se puntualizan las principales
categorías y relaciones que vertebran el campo de estudios sobre la
problemática, centrado principalmente en las nociones de territorio,
1. Producto de esta indagación son los artículos: “Escolarización Indígena el binomio campo-ciudad, trabajo jornalero y el modo en que estas
en contextos urbanos y de migración” (253-281) y “Escolaridad de la pobla-
ción indígena jornalera agrícola migrante” (283-305), en Multiculturalismo categorías han configurado diferentes concepciones y acciones sobre
y Educación (2002-2011), Anuies-Comie, México. Este libro releva la situa- la presencia indígena en distintos contextos urbanos y escolares. Ha-
ción de los pueblos indígenas en distintos niveles del sistema educativo, y cia el final del texto se presentan los principales debates y hallaz-
los procesos étnicos en sectores diversos de las comunidades, incluyendo las
propuestas que van surgiendo como autónomas, así como las políticas inter- gos sobre lo que denominamos escolarización indígena migrante en
culturales emanadas desde el Estado. contextos urbanos, y escolaridad de la población indígena jornalera
2. No podemos hacer referencia aquí a lo que este concepto de “regiones in- agrícola migrante.
dígenas” tiene de complejidad y ambigó edad; sólo mencionar que en algunos
casos esas regiones son reconocidas como herencia ancestral por las mismas
comunidades, mientras que en otros casos y por las permanentes transfor-
maciones y divisiones políticas que han tenido esos territorios, ya no son
entendidos como los “territorios originarios”, sino más bien como las zonas
que han podido mantener los pueblos indígenas frente a los embates de apro-
piación desde la Colonia, el Estado Nacional posterior, y, más recientemente,
las expropiaciones del mercado transnacional y los grupos del narcotráfico.

[ 285 ] [ 286 ]
Comunidades indígenas, migraciones Esta cifra presenta, en la distribución geográfica interna, as-
y nuevas fronteras étnicas pectos relevantes que es necesario destacar: si bien la población in-
dígena se ubica mayoritariamente en los estados del Centro, Sur y
La investigación sobre lo que se ha llamado en la región “edu- Sureste del país (Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Yucatán, Puebla, Hi-
cación indígena”, se centró principalmente hasta inicios de los 90 dalgo, Guerrero, Quintana Roo, San Luis Potosí, Michoacán, Cam-
en las zonas rurales, regiones en las que han vivido y aún viven los peche), en los años recientes, los estudios sobre migración interna
pueblos indígenas. No obstante, y considerando que éstas han sido rural-urbana y migración urbana-urbana, revelan que los intensos
base real de asentamiento de esta población, el sesgo en la concep- desplazamientos indígenas han alterado y modificado su habitual
ción sobre lo cultural, en un sentido estático, también contribuyó a distribución, y ahora sus espacios de residencia se han ampliado por
no ver la existencia de individuos y comunidades indígenas viviendo todo el territorio nacional. De este modo, “es común observar gru-
y asistiendo a escuelas en distintas partes del territorio mexicano, pos de todas las etnias o lenguas indígenas residiendo en nuevos
principalmente en las zonas urbanas. A lo que nos referimos es que espacios: campos agrícolas, ciudades industriales, en ciudades fron-
la visión antropológica que en México orientó hasta los 80 el campo terizas, en ciudades y en centros turísticos, lugares en donde se han
de estudios, en la que lo indígena se ligó indefectiblemente con lo venido asentando de manera permanente”.6
rural, ha dificultado reconocer tanto el proceso de la compleja movi- Por otra parte, si bien es cierto que la migración ha propiciado
lidad como el de conformación de identidades indígenas en las que se que diversos pueblos y culturas entren en contacto, estas relaciones
puede ser indio o seguir reconociéndose como miembro de comunida- para el caso de los pueblos indígenas se dan de manera asimétrica.
des indígenas, viviendo afuera de la comunidad. Existen desigualdades sociales y económicas que desembocan en
Hablar hoy de México como país multiétnico, pluricultural y conflictos interétnicos los cuales tienen su origen en una constante
plurilingüe en donde los indígenas pueden ser reconocidos desde di- comparación y competencia entre miembros de distintas etnias. Las
versas dimensiones, forma parte de un discurso que busca presencia ciudades son los lugares donde la constatación cotidiana de las dife-
en lo “políticamente correcto”, pero que aún se encuentra lejos de rencias da pie a permanentes conflictos, lo que alimenta la aparición
transformaciones institucionales que permitan vivir en sociedades de ideologías y actitudes discriminatorias.
de este tipo. En esa dirección, en México, el derecho de cualquier ciudadano
Los más de 10 millones de indígenas,3 las 68 lenguas indígenas, a no ser discriminado bajo ninguna forma, fue discutido por los le-
más 300 variantes lingüísticas (Inali, 2012) dan cuenta de una par- gisladores en el marco de la Reforma Constitucional que aprobó el
te de esa multietnicidad. De acuerdo al Centro de Estudios Sociales Congreso de la Unión en materia de derechos y cultura indígenas en
y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados, el último agosto de 2001. Sin duda, se trató de un avance importante en ma-
Censo (2010) identificó a la población indígena incorporando otra teria jurídica. Asimismo, en 2005, se celebró un foro internacional
pregunta como la de autoadscripción étnica, a la ya clásica de ha- sobre la no discriminación en la ciudad de México, convocado por la
blar una lengua nativa,4 lo que tuvo un impacto significativo en las entonces representante de la Comisión Nacional para el Desarrollo
cifras. Así, de los 10.253.627 de indígenas identificados en el Censo de los Pueblos Indígenas. El tema central del mismo giró sobre pre-
(2005), se llegó a 16.102.646 personas consideradas indígenas.5 venir y sancionar las distintas formas de exclusión que establecen
relaciones de discriminación, las que no son sólo un tema nacional,
sino parte de una agenda política de primera importancia a nivel
mundial. En el foro se discutió la necesidad de garantizar formas de
3. Estimados en “hogares indígenas” por el II Conteo de Población y Vivienda
de 2005, Inegi, México. convivencia que reconozcan nuestras diferencias, nuestra diversidad
4. http://www.educacionyculturaaz.com/descargas/cesop-situacion-de-la-po-
blacion-indigena-en-mexico (fecha de consulta: 19 de agosto de 2015). 6. http://www.nacionmulticultural.unam.mx (fecha de consulta: 19 de agosto
5. Conociendo México, Inegi, 2012. de 2015).
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y las maneras en que los grupos humanos y las personas podemos mujeres y niños cada año buscan cruzar la frontera norte para llegar
construir nuestra existencia si queremos lograr sociedades incluyen- al “otro lado”, es decir, Estados Unidos. El flujo de población perma-
tes, mejores y más justas. nente que va y viene entre estos países nos indica que ser migran-
Pero, qué nos indica la realidad vivida en México, cuando una te es una realidad constitutiva de un amplio sector de la población
dependencia gubernamental como la Secretaría de Desarrollo So- mexicana. Según los datos de la muestra del censo mexicano levan-
cial levantó la primera encuesta nacional sobre discriminación, en tado en 2010, Estados Unidos es el principal destino de los emigran-
2005, dando cuenta que en México existe una cultura significativa tes de México. En el periodo 2005-2010 las personas que salieron
de discriminación ejercida sobre todo hacia los indígenas. En 2010, del país para ir a vivir en el extranjero representan 1% del total de
ahora bajo el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y población,7 donde el vecino país del norte concentra 89,5% del total
el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), se de los emigrantes, Canadá 2,4% y España 1%.8 En 2008, de acuerdo
levantó la Segunda Encuesta sobre Discriminación (Enadis, 2010). con cifras del Pew Hispanic Center, el número de personas de origen
Los resultados no variaron con respecto a la primera: el 43% de los mexicano residentes en Estados Unidos ascendió a 30,7 millones, de
mexicanos considera que la población indígena siempre enfrentará los cuales 11.8 son nacidos en México y el resto lo son en aquel país.
limitaciones sociales a causa de sus “características raciales” y que Si bien el tema de la migración a Estados Unidos implica a la ima-
los indígenas, para resurgir de la pobreza y adquirir un estatus de gen del migrante en México, lo que nos ocupa remite más bien a la
ciudadano, requerirán evitar su “comportamiento de indio”. migración interna y, particularmente, a la indígena.
Sería tema de otro texto señalar las causas y procesos que se Para relevar la migración interna en México, la Encuesta Nacio-
desencadenan en contextos de discriminación de todo tipo, no obs- nal de Jornaleros (ENJO, 2009),9 calculó que el 21,3% de las familias
tante, la conformación del Estado moderno del siglo XIX bajo su son migrantes, es decir, hay 434.961 familias de jornaleros migran-
ideología de lo “nacional” con una sola lengua e identidad cultural, tes a nivel nacional que se mueven entre Estados de la República; y
profundizó y desarrolló nuevos sistemas de clasificación que impli- por lo que se refiere a la población jornalera agrícola infantil en el
caron inclusiones y exclusiones. Hemos visto que las políticas edu- país, ésta asciende a un total de 711.688 menores de edad, aproxima-
cativas homogeneizantes contribuyeron a este fin. Por otra parte, damente el 39,1% de la población jornalera. De acuerdo con la ENJO,
hasta hoy, en lo que incidimos como ciudadanos, es en marcar la un 60% de estos niños, niñas y adolescentes se dedican al trabajo
diferencia cultural y social; lo que se ha hecho parte de la dinámi- remunerado como trabajadores agrícolas, un 10% al trabajo remune-
ca misma de los procesos de interacción social y la actualización de rado realizando en otros oficios y un 30% al trabajo doméstico.
fronteras étnicas. Un reflejo de ello es que para una gran parte de Si bien, dentro de estas cifras no se identifica qué porcentaje
la sociedad mexicana, los niños indígenas son vistos como “caren- de esa población es indígena, los estudios realizados en este rubro
tes” en distintos aspectos: se cree que como no hablan español o lo documentan que un elevado número de los niños que son jornaleros
hacen con formas propias, son ignorantes o atrasados. Por ello, la
mayoría de las veces los niños y jóvenes indígenas niegan su lengua, 7. Este porcentaje representa la medición oficial de personas que migran con
sus costumbres y tradiciones a fin de sobrevivir en una sociedad que visado y autorización de residencia, no obstante, la migración ilegal –sin pa-
margina a quienes son diferentes. peles– que busca cruzar la frontera México-Estados Unidos no se encuentra
reflejada en estas cifras.
8. De la población mexicana migrante a Estados Unidos los indígenas re-
presentan un importante sector, no obstante, carecemos de datos específicos
Sobre la migración mexicana sobre ello, aunque por las investigaciones de corte cualitativo sabemos que
transnacional e interna hombres y mujeres de diferentes comunidades indígenas de México compo-
nen también a esta migración.
9. Por jornaleros nos referimos al trabajador agrícola que cobra su salario por
Hablar de migración en México, nos remite a una poderosa ima- “jornada” o por día. Es tan precario su empleo que sólo se le pagan los días real-
gen presente a lo largo del siglo XX en la que millones de hombres, mente trabajados porque quizá al siguiente ya no sean necesarias sus manos.

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agrícolas y sus familias proceden de comunidades y regiones indí- como bajo rendimiento escolar, rezago en su enseñanza y deserción,
genas de todo el país. En este sentido, las investigaciones que desde que se agravan por las condiciones y circunstancias en que viven.
los 90 se comienzan a realizar, muestran que los campos de trabajo Indudablemente, el asunto de la migración transnacional e in-
agrícola10 se han transformado en enclaves multiétnicos y multilin- terna ha implicado en los últimos quince años cambios en las po-
gües. líticas educativas, así como en el avance en el reconocimiento de
Son las distintas necesidades económicas y sociales como la los derechos hacia los pueblos originarios o indígenas. Por ejemplo,
persecución silenciosa o conflictos políticos, las que obligan a los po- bajo la reciente Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB),
bladores indígenas a desplazarse y con ello, los contextos se recon- se incorporó en la descripción de planes y programas de estudio,11
figuran. En este escenario, lo rural y lo urbano no pueden contem- los cambios constitucionales en los que se reconoce que México es
plarse como ámbitos homogéneos; nos referimos a que la migración una nación pluricultural y plurilingüe, indicando que esa diversidad
y por ende la presencia de la diversidad étnica no sólo atañe a las está basada en los pueblos indígenas que habitaban el territorio des-
urbes de nuevo asentamiento, sino también a los cambios provocados de antes de la Conquista española.12 En este contexto se crean, ini-
en los pueblos de origen. En estos últimos, los constantes vaivenes ciando el siglo XXI, una serie de instituciones como la Coordinación
poblacionales, donde los indígenas se trasladan cada año a lo largo y General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB), el Instituto
ancho de la República y fuera de ésta, para vender su fuerza de tra- Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) desde donde se crea la Ley
bajo, están reconfigurando el paisaje considerado rural tradicional. General de Derechos Lingüísticos (2003),13 el Consejo Nacional para
También, un diagnóstico realizado por la Secretaría de Edu- Prevenir la Discriminación (Conapred), reorientándose el discurso
cación Pública (SEP, 2007), señalaba que existen en México 3,4 mi- educativo oficial dirigido a los pueblos indígenas. Entre esas pro-
llones de jornaleros agrícolas migrantes, de los cuales cerca de 1,2 puestas, la educación intercultural se plantea como propuesta para
millones son menores de 18 años de edad. Como podemos observar, todos, que debería estar presente desde el preescolar hasta la uni-
existen similitudes pero también algunas discrepancias entre las versidad (SEP, 2001), además de la continuación de la ya existente
cifras emitidas. No obstante, lo que sí es una realidad es que para propuesta de educación intercultural y bilingüe para zonas indíge-
atender las necesidades educativas de este grupo, considerando el nas a cargo principalmente de la Dirección General de Educación In-
lema de “derechos de la infancia a una educación de calidad”, se ofre- dígena (DGEI/SEP). Así, la educación ofrecida desde el Estado para
ció la propuesta diseñada específicamente por parte del Programa los pueblos indígenas comienza a optar por un discurso de derecho
de Educación Básica para Niñas y Niños de Familias Jornaleras aunque no de hecho, como se puede observar en los resultados de las
Agrícolas Migrantes de la SEP, el cual inicia desde finales de los investigaciones producidas a lo largo de la última década.
años noventa, y desde 2002 hasta 2013 se conoció como Pronim. Este
programa retoma los discurso y perspectivas oficiales de educación
intercultural para impulsar el trabajo en aulas multilingües y mul-
11. Reforma Educativa 2006 en Secundaria, Reforma Educativa 2009 en
tiétnicas en los campos de jornaleros migrantes. Primaria, reciente Acuerdo 592 y Plan de estudios 2011.
Diversas evaluaciones realizadas a este programa concluyen 12. Este reconocimiento es producto de las luchas y demandas de las orga-
que las y los niños jornaleros agrícolas migrantes dentro de México nizaciones indígenas iniciadas desde la segunda mitad del siglo XX que se
no reciben una atención educativa de calidad, y tienen problemas manifiestan en acuerdos internacionales como el Convenio 169 OIT (1989),
entre otros, y las diferentes expresiones que ello tiene en leyes y políticas
públicas en los países de América.
13. En su artículo 11, esta ley señala que los indígenas tienen derecho a ser
10. Principalmente los campos de trabajo agrícola más estudiados en estos educados en su propia lengua a lo largo de su educación básica. En conse-
procesos migratorios son los ubicados en los estados caracterizados por el cuencia se modificó la Ley General de Educación que contempla en su artí-
mayor rezago económico, presencia indígena y exportación nacional e inter- culo 7, fracción 4ta: “Promover mediante la enseñanza el conocimiento de la
nacional de jornaleros indígenas. Hablamos de Oaxaca, Guerrero, Chiapas, pluralidad lingüística de la Nación y el respeto a los derechos lingüísticos de
Veracruz, Puebla y, desde luego, Michoacán. los pueblos indígenas”.
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Revisando las categorías del campo de estudios o una superestructura determinada en “última instancia” por las
relaciones de producción. Es a mediados de los ochenta que se co-
El campo de estudios sobre el desplazamiento y presencia indí- mienza a retomar en México el estudio de la cultura y la etnicidad;
gena en distintas partes del territorio mexicano, lo que se ha deno- sin embargo, los estudios socioculturales en migraciones cobraron
minado migración indígena particularmente a los grandes centros relevancia hasta principios de los noventa.
urbanos, resulta un ámbito de indagación que en las últimas déca- Esta situación no es casual. Recordemos que la construcción de
das ha adquirido mayor presencia en la investigación antropológica la nación mexicana ha tenido en el mestizaje una de las formas más
y educativa. Principalmente, a partir de la visibilización de los in- evidentes de la violencia simbólica, que ha conducido, entre otros
dígenas en escenarios urbanos, el tema de lo que se ha denominado procesos, a la invisibilización de los indígenas, a su inexistencia ju-
“migración indígena”, reaparece. rídica como sujetos de derecho y a la ausencia de órganos de repre-
Gran parte de la investigación recupera, como referente para sentación política propios; en este sentido, el racismo y la violencia
este debate, los trabajos de Lourdes Arizpe (1975, 1978), quien in- –muchas veces encubiertas– contra las poblaciones originarias han
trodujo en los años 70 el tema de la migración indígena a la ciudad sido constantes a lo largo de la historia.
de México, estimulada a partir de los procesos de industrialización. Recientemente, como parte de los efectos de la movilización in-
Sobre ello, Arizpe (1975: 152-153) señalaba: “Es innegable que en las dígena de los años 90 en México, que incluye la demanda zapatista,14
ciudades de México cada vez se incrementa la presencia de grupos Nunca más un México sin nosotros, la presencia indígena en distintas
conformados por migrantes indígenas, cuestión que nos obliga a re- áreas semiurbanas y urbanas no puede ocultarse, la cual se suma a
flexionar en conjunto sobre las transformaciones del mapa étnico a los debates en torno a la noción de ciudadanía. Estos debates, tam-
fin de ajustar las estructuras existentes a la nueva composición de- bién presentes en los movimientos y organizaciones étnico-políticas
mográfica en las ciudades”. La autora analizó estos procesos en el en Latinoamérica, interpelan al modelo de Estado, heredado del si-
marco de los tópicos tradicionales de la antropología, como cambio y glo XIX, y ponen en escena temas abandonados como el derecho no
continuidad cultural. De igual forma documentó los cambios econó- sólo a una ciudadanía con equidad y justicia en distintos niveles –so-
micos, políticos, y sociales ocurridos en las comunidades de origen de ciales, políticos y culturales–, sino a ser tratados a partir de modelos
los migrantes y su inserción en la estructura ocupacional en la ciudad políticos y jurídicos apuntalados en ciudadanías étnicas (De la Peña,
de México. No obstante, en sus trabajos, lo étnico queda subsumido 1995) y ciudadanías interculturales (López, 2009).
por un problema socioeconómico. En su libro Indígenas en la ciudad En las últimas décadas, el tema de lo que se ha denominado
de México, el caso de las Marías (1975: 152-153), puede apreciarse con en México migración indígena, se ha trabajado en los estudios so-
mayor claridad esta postura cuando se lee: cioantropológicos que abordan tanto la migración nacional como
transnacional, bajo las nociones de comunidades en la extraterri-
Resulta incorrecto plantear el problema de las “Ma-
rías” como un problema étnico. Su posición socioeconómica
torialidad (Ohemichen, 2005), o comunidades morales (Martínez
está dada, no por sus características culturales sino por su Casas, 2007), o comunidades en la diáspora o en el exilio (Varese,
falta de educación y capacitación, su dependencia del tra- 2003; Czarny, 2008). Estas perspectivas parten de la base de que
bajo asalariado como fuente de ingresos […] en términos la comunidad indígena –categoría central de los estudios antropoló-
amplios puede decirse que no son pobres por ser indígenas gicos–, existe en distinta medida y cohesionada por diferentes cau-
sino por ser marginales. sas –políticas, religiosas, económicas–, las que permiten o ayudan a
sobrevivir en distintos enclaves. Esos análisis incluyen referencias
El determinismo económico no es exclusivo de la obra de Arizpe. a conflictos internos en las comunidades, marcados por los choques
En esas décadas, el estudio de la cultura estuvo ausente del ámbito
académico y en todo caso, arguye Oehmichen (2005: 22), adquiría 14. Este zapatismo refiere al levantamiento indígena en Chiapas en 1992,
el mismo estatuto de las ideologías: un mero “reflejo de la realidad” del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

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intergeneracionales, interétnicos, las nuevas jerarquías vinculadas podían considerarse rurales hoy son ubicadas como pequeñas ciu-
con lo escolar, así como el tema del género. Es decir, los análisis dades. Recuperando los últimos datos censales de Inegi (2011) en
sobre la migración no sólo hacen referencia a la alteración de las el que, como se mencionó antes, se identifican 16.102.646 personas
estructuras demográficas, sino también a la modificación de las con- como indígenas, lo sobresaliente estriba en que el 30% de esa po-
diciones socioeconómicas y culturales, las cuales tienen a su vez re- blación vive en ciudades de más de 100 mil habitantes, y alrededor
percusiones a nivel personal, familiar y comunitario. del 50% lo hace en ciudades y localidades de entre 2.500 y menos de
Otro de los andamiajes analíticos centrales que se observan 15.000 habitantes.
en este campo de estudios, aunque no muy problematizado en la in- Aunado a los estudios de migración, consideramos que la refe-
vestigación y que busca entender el proceso de escolaridad indígena rencia a la noción de territorio, como dimensión simbólica y material,
fuera de los territorios tradicionalmente señalados como indígenas es otra de las categorías presentes en estas líneas de investigación.
(rurales), es la relación campo-ciudad. Esta última relación –carac- Los trabajos de Gilberto Giménez (2003, 2004), son retomados para
terización dual– estableció diferencias de poder a través de resaltar analizar los fenómenos del arraigo, el apego y el sentimiento de perte-
identidades culturales en oposición, acentuando la idea de progreso nencia socioterritorial para diferentes grupos y en dimensiones diver-
y sujetos civilizados por vivir en ciudades versus sujetos atrasados sas. Concibe el territorio como el espacio geográfico apropiado por una
y bárbaros, definidos así por ser y reconocerse como campesinos.15 determinada relación social que, a su vez, lo produce y lo mantiene
Si para ser ciudadano en las nacientes naciones del siglo XIX había a partir de una forma de poder. Por esto, el territorio es, al mismo
que ser exponente de un modelo de civilización, inspirado en una tiempo, una convención y una confrontación porque éste es un espa-
noción de ciudad eurocéntrica y un modo de vida, entonces los que cio de conflictividad, sobre todo cuando se ve amenazado por un nue-
vivían fuera de ella, ¿qué serían? No obstante, la etnohistoria en vo asentamiento territorial. En este sentido, el espacio no es sólo un
América ha mostrado que los modelos civilizatorios son diversos y dato, sino también un recurso simbólico y por lo mismo, se constituye
que la misma noción de lo que se denomina hoy como ciudad, por en un objeto que permanece en disputa permanente entre los due-
ejemplo, ha existido desde tiempos remotos pero bajo otra concepción ños y aquellos que pretenden conquistarlo. Evidentemente, la lucha
vinculada a lo sagrado, al poder, a la vida/muerte. También, en las por la apropiación de los territorios para su explotación en búsqueda
últimas décadas, los geógrafos (Mançano, 2005) han replanteado la de recursos vendibles, en el mercado neoliberal, incrementada en los
relación campo-ciudad, redefiniendo la misma con base en nuevas últimos siglos, incide en las reconfiguraciones sociales, simbólicas,
conceptualizaciones sobre el espacio y el territorio. Si bien es cier- materiales y vitales, que los pueblos, las comunidades y los sujetos
to que no existe una definición unánime del concepto de ciudad, la realizan para subsistir y reproducirse en los viejos y nuevos espacios.
tendencia es a utilizar el aspecto demográfico en donde cada país Finalmente, otro de los conceptos que cruza diversas investi-
fija un volumen de población mínimo para considerar a un núcleo de gaciones relacionadas con movilidad indígena, en México, es el de
población como ciudad. “jornalero migrante”; no obstante, habría que dedicar un ensayo
En México, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e para discutir cómo y bajo qué preceptos antropológicos, étnicos,
Informática (INEGI) utiliza como límite cuantitativo el de 2.500 ha- culturales, sociales y hasta políticos se fue construyendo, al grado
bitantes como mínimo para comenzar a hablar de zonas urbanas de tipificar a una población específica como “niños, indígenas, mi-
o rurales, en tanto otras instituciones, como El Colegio de México, grantes jornaleros”. A los fines de esta reflexión, solamente señala-
propone por ejemplo, el de 15.000 habitantes. Indudablemente, la remos que no basta con etiquetar aquellos menores que salieron de
misma noción de ciudad está en debate; así, zonas que hace 50 años sus lugares de origen, acompañando a sus padres en la búsqueda
de mejoras de vida, respondiendo a un modelo de economía neoclá-
sico que sostiene que la migración rural se da por la diferencia de
15. Para un debate sobre la conformación de las ciudades latinoamericanas
del siglo XVIII y XIX, y su relación con las imágenes transferidas sobre un salarios entre zonas geográficas llevándolos a los campos agrícolas,
único modo urbano equivalente a civilización europea, ver Lozoya (2010). o bien a las zonas urbanas en donde se supondría que abundan las
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grandes ofertas laborales bien remuneradas. Este esquema adjudica para indígenas), negando identidades y adscripciones comunitarias
una valorización positiva imaginaria a las zonas receptoras que las para buscar supuestas integraciones a la sociedad nacional definida
“dibuja” como una alternativa deseable para quienes viven en condi- bajo una sola identidad y lengua.
ciones de pobreza, aunque la mayoría de las veces los nuevos territo- En México, las zonas conocidas como indígenas y rurales, opera
rios les deparan condiciones más desfavorables y discriminatorias. en la educación básica tanto el sistema educativo general (regular)
En fin, tendríamos que ir más allá para comprender cómo se fueron y paralelamente, desde 1978, el subsistema de Educación Indígena.
conformando estos adjetivos que, más tarde, se tornaron en francas Ambos trabajan con las directrices normativas, financieras y curri-
categorías analíticas correspondientes a programas nacionales de culares de la Secretaría de Educación Pública; no obstante, el sub-
desarrollo, a políticas institucionales y desde luego, a justificaciones sistema de Educación Indígena impulsa el trabajo pedagógico bajo
emanadas desde el propio Estado nacional. propuestas que han ido desde la educación bilingüe-bicultural a bi-
Después de indicar las principales categorías y relaciones que lingüe intercultural y luego como intercultural bilingüe.16 La oferta
se identifican en el campo de estudios sobre la población indígena educativa en estas regiones cubre principalmente el preescolar y
migrante, nos referiremos a su situación educativa abordando los primaria, y en menor medida la secundaria y el bachillerato.
debates y hallazgos presentes en dos ejes: escolarización indígena Así, para llegar a la educación superior –técnica, universita-
en contextos urbanos y de migración, y la escolaridad de lo que se ria– los que han logrado pasar por las etapas escolares básicas, han
denomina población jornalera agrícola indígena migrante. tenido que migrar tempranamente. Dejar las comunidades, es decir
migrar, es una experiencia presente entre los indígenas, y muy vin-
culada a lo escolar. Para ello, el desplazamiento se da a regiones que
Escolarización indígena en contextos cuenten con estos servicios, generalmente cabeceras municipales,
urbanos y de migración pequeñas y grandes ciudades.
La investigación sobre la escolaridad de niños y jóvenes indí-
En México, desde la creación de la Secretaría de Educación Pú- genas en escuelas del sistema general (regular),17 en este estudio en
blica en 1921 y con ella, la propuesta de educación gratuita, laica y zonas urbanas, vuelve a tocar un viejo tema en el campo: el sentido
obligatoria para todos los ciudadanos del país, se abrió una brecha y los usos de la escuela y la escolaridad para los pueblos indígenas.
en la que la oposición urbano-rural, actualizó viejos criterios sobre Las indagaciones han mostrado que el acceso por parte de jóvenes
tipos de población, y tras ello, imágenes construidas sobre la otredad indígenas a mayores niveles de escolaridad en el sistema general,
rural indígena, en las que lo urbano se relacionaba con lo alfabetiza- tiene varios y diversos significados. Documentan, por ejemplo, cómo
do y civilizado, y lo rural con lo analfabeto y no civilizado. la escolarización y profesionalización entre los miembros de distin-
Tal vez, como en muchos países de América Latina, las escuelas tas comunidades indígenas ha representado la introducción de una
impulsadas para las regiones rurales, –donde se ha ubicado a lo in-
dígena– se formularon como modelos “diferentes” que resultaron en 16. La educación indígena conocida bajo propuestas como EBB, EBI y EIB
tiene en México, como en diferentes países de la región, varias etapas, y se
modelos “diferenciados”. Es decir, bajo la idea de dar escuela y alfa- encuentra a cargo de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI)
betizar a todos, la educación rural y posteriormente también la lla- de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Desde esta instancia se han
mada indígena, crecieron como modelos paralelos al ofrecido en las impulsado propuestas y materiales educativos, así como acciones de actua-
lización para los maestros de educación indígena. Escuelas del nivel de se-
ciudades, en los que la desigualdad en distintos aspectos –condicio- cundaria y bachillerato con propuestas para educación indígena resultan
nes materiales y pedagógicas de las instituciones–, ha sido el rasgo experiencias recientes, las que se impulsan en alguna regiones.
característico. No obstante, con el crecimiento en las últimas déca- 17. Recordemos que lo que llamamos escuelas generales o regulares en Mé-
das de la educación básica en los países de la región –tanto en zonas xico refieren a que no trabajan oficialmente con una propuesta intercultural
y bilingüe como lo hacen supuestamente las escuelas que se denominan de
rurales y urbanas–, también los indígenas accedieron, silenciosa- educación indígena. No obstante, a las escuelas generales también llegan
mente, a distintos niveles escolares de tipo general (no específicos niños y jóvenes indígenas.

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jerarquización y distinción intracomunitarias, vía el saber escolar, investigaciones se aborda en determinados aspectos como la rela-
aspecto que no formaba parte de los horizontes epistémicos en mu- ción oralidad-escritura, la vitalidad lingüística, el uso de la len-
chas de las comunidades (Bertely, 2006; Czarny, 2008; Martínez gua entre pares indígenas para generar procesos de comprensión y
Buenabad, 2008, 2011; Chávez, 2010). Ya trabajos en los 80 como el empoderamiento, considerando las situaciones que presentan cada
de Vargas (1994), mostraron que los maestros indígenas se habían una de las comunidades en cuestión (Martínez Casas y Rojas, 2006;
transformado en una suerte de elite al interior de las comunida- López, 2008).
des por contar no sólo con un saber letrado en español –saber de Finalmente, una serie de investigaciones se han propuesto ob-
prestigio en la sociedad nacional mestiza–, sino además por haberse servar qué hacen las escuelas primarias generales bajo propuestas
transformado en intermediarios entre las comunidades y los gobier- interculturales que llegan como parte de las últimas políticas edu-
nos locales y nacionales, así como también con las iglesias de dife- cativas.19 Estos estudios (Raesfeld, 2008; Rebolledo, 2007; Czarny,
rentes adscripciones. 2010) señalan aspectos como la discriminación que viven los niños
En los últimos años, el desarrollo de propuestas para el acceso y niñas indígenas por parte de sus compañeros y también de los
a la educación superior de las poblaciones históricamente excluidas docentes; al mismo tiempo muestran la negación de los maestros
de este nivel como los pueblos indígenas, permitió la visibilización para reconocer, en primer lugar, la presencia de niños indígenas en
de nuevos profesionales indígenas en otros ámbitos –no sólo maes- las aulas. Los procesos de identificación de población indígena en
tros de educación básica–, lo que fue registrado por la investiga- escenarios considerados “mestizos” como las escuelas generales en
ción reportándose así otros aspectos del sentido de la escolarización las ciudades, se vincula en parte, con el tipo de noción cristalizada
indígena en el nivel superior.18 A través de los relatos y narrati- sobre lo indígena, existente en la sociedad mexicana, imagen en la
vas sobre los trayectos escolares vividos por jóvenes indígenas con que son indígenas los que visten ropas tradicionales, hablan lengua
distintas adscripciones culturales, comunitarias y lingüísticas, se indígena y viven en los pueblos y comunidades así considerados.
muestra que el arma de la profesionalización y el acceso a escena- Es decir, la idea de indígenas contemporáneos, con identidades que
rios y discursos legítimos, les ha permitido enfrentar y trabajar por retoman el pasado y el presente, parecen imposibles de pensarse
el reconocimiento de sus derechos, denunciando las desigualdades, en esquemas donde el mestizaje ha jugado y juega un lugar cen-
el racismo y la discriminación (Czarny, 2008; Martínez Buenabad, tral en el relato histórico instaurado como único legítimo, para la
2011; Bermúdez, 2010). En tal sentido, varios de estos profesionistas conformación de una identidad nacional. Estas investigaciones, fi-
encabezan organizaciones civiles y proyectos educativos y políticos nalmente, dejan al descubierto la potencialidad que podría tener
pensados desde las comunidades, en los que se busca una educación el discurso educativo intercultural si no se formulara como acción
que responda a los intereses y demandas propias. compensatoria. En este sentido, muestran que la noción de inter-
Las investigaciones también reformulan y muestran el modo culturalidad sigue presentándose como propuesta para atender la
de abordar y entender la conformación de identidades culturales, “diferencia” que aún mantiene un sesgo de desventaja en la formu-
las que se resignifican en los nuevos escenarios de interacción en lación pedagógica.
las ciudades, los barrios, el trabajo y las instituciones escolares El reto es grande; abrir las instituciones educativas a vie-
(Martínez Casas, 2007; Domínguez, 2012). Otras documentan los jos-nuevos actores que ahora bajo el lema de la diversidad y la
usos de la etnicidad y el papel que juegan las lenguas indígenas
en escenarios extraterritoriales y de fuerte tensión étnica como las 19. A partir de las políticas interculturales de 2001, se impulsó desde la
Coordinación General de Educación Intercultural Bilingüe (CGEIB) un pro-
ciudades. El tema del bilingüismo y del multilingüismo en estas grama para escuelas del Distrito Federal que recibe niños y niñas indígenas
procedentes de diferentes comunidades del país. Este programa que operó en
18. Nos referimos, por ejemplo, a la creación de la Universidades Intercultu- algunas escuelas del D.F., y también fue retomado en entidades (provincias)
rales en México que desde 2004 se han abierto en algunas regiones, y otros como Hidalgo y Nuevo León, se denominó Programa de Educación Intercul-
programas que impulsan el acceso y permanencia de estudiantes indígenas tural para niños y niñas indígenas, y contó con una serie de materiales de
en universidades convencionales. apoyo para los docentes así como con algunas acciones de actualización.
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interculturalidad, demandan como derecho el de ser reconocidos referidos al tema del trabajo infantil y los procesos jurídicos. Exis-
como diversos, y que esa diferencia no se traduzca nuevamente en ten trabajos como los de Teresa Rojas Rangel (2012) que analizan el
desigualdad. tema de niñez y migración como uno de los fenómenos económicos y
sociales más dramáticos del país. Particularmente, cuando los des-
plazamientos de sus territorios originales son forzosos y propiciados
Los estudios sobre la escolaridad de la por la pobreza y la desigualdad, lo que implica la necesaria incor-
población indígena jornalera migrante poración de las y los niños a las redes de explotación del trabajo in-
fantil como una posibilidad de sobrevivencia tanto individual como
Las investigaciones que se desarrollaron en los últimos diez familiar. Otros trabajos sobre el tema de infancia jornalera, como el
años sobre lo que se denomina escolaridad de la población indígena de Graciela Medécigo (2008), abordan la relación entre problemas ju-
jornalera migrante, presentan tres ámbitos de indagación. rídicos y el ámbito educativo, mostrando cómo los distintos modelos
El primero se centra en los estudios que tienen como referencia educativos que se les ofrece a los niños jornaleros tienen dificultades
al Pronim (Rojas Rangel, 2004; Medina Melgarejo 2007; Canabal no sólo en lo pedagógico, sino en la falta de atención a ciclos agrícolas
Cristiani 2010, entre otros). Éstos documentan las condiciones de que no coinciden con ciclos escolares generando el abandono esco-
marginación y exclusión que vive la población atendida, así como lar.22 Al tocar el tema de los derechos a la educación, estos trabajos
las acciones y límites del programa educativo que se impulsa en los son esenciales para comprender la identidad ciudadana y jurídica de
campos jornaleros desde finales de los años noventa, que amplía su las personas, para el ejercicio de sus derechos y obligaciones y, por
cobertura en últimas fechas al convertirse en prioritario en materia lo tanto, un instrumento de protección de las familias con el cual se
de políticas públicas. También informan sobre las rutas migrato- extendería la protección a la infancia y se reducirán las causas de
rias y el origen étnico de los estudiantes, la gran mayoría indígenas exclusión escolar.
provenientes de distintos estados de la república mexicana, pero el En este apartado no podemos dejar de mencionar la partici-
tema étnico no constituye su foco de relevancia analítica. pación de organismos e instituciones nacionales e internacionales
El segundo ámbito identifica la diversidad étnica y lingüísti- como Unicef en torno al tema de las niñas y niños jornaleros mi-
ca en las escuelas –principalmente primarias–, en estados que co- grantes mexicanos, su educación escolar y el trabajo infantil. En un
mienzan a reportar los procesos de migración en doble sentido: de reporte de su página electrónica, el organismo señala que en México,
la población migrante interna en México –identificando a población 3.6 millones de niños, niñas y adolescentes entre los 5 y 17 años de
indígena–, que busca trabajo y se ve expulsada de sus regiones de edad están trabajando de acuerdo al Módulo sobre Trabajo Infantil
origen; y de la población mexicana con distintos orígenes culturales de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE, 2007). No
y étnicos que residía en Estados Unidos y que en los últimos años re- obstante, como encuesta de ocupación y empleo en hogares, ésta no
torna a México, lo que se comienza a llamar migración de retorno.20 contempla a los niños y niñas ni adolescentes migrantes residentes
Dentro de esta población de retorno se localiza también la población en albergues colectivos en campos agrícolas, por lo que se dificul-
infantil jornalera migrante, que regresa a su comunidad de origen.21 ta  cuantificar el número de los que trabajan, a pesar de algunas
Finalmente, el último ámbito de análisis remite a los estudios cifras proporcionadas de manera oficial por algunas instituciones.
que documentan el tema de los infantes y adolescentes como suje- Unicef México ha incidido en el desarrollo de programas para esta
tos centrales en los procesos de migración nacional e internacional, población; así, junto con la CGEIB-SEP y la Organización de Estados

20. En México carecemos de una política y literatura del retorno en relación 22. Existen varias instituciones y programas que pretenden dar respues-
con la vasta obra que se ha escrito sobre la migración internacional. ta, aunque, en lo que se refiere a los menores, son dos: programa Modali-
21. Para esta temática ver: Muro González (2007), Arturo Guzmán Arredon- dad Educativa Intercultural para Población Infantil Migrante (M EIPIM) del
do, Olga Soto y María de Jesús Leyva (2001), Mónica Ayala, Ana Manríquez, Conafe y Programa Educación Primaria para Niñas y Niños Migrantes
Ana María Méndez y Leticia Castro (2012). (Pronim) de la SEP.

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Iberoamericanos (OEI), a través del proyecto Fomentar y Mejorar la los realizados en la ciudad de Guadalajara y su zona conurbada, Pa-
Educación Intercultural para Migrantes (Fomeim), Unicef 23 apoyó el chuca, Puebla, Monterrey, Xalapa y Mérida. En este sentido, resalta
desarrollo de diagnósticos  sobre la atención educativa brindada a el tema porque los indígenas en estas ciudades comienzan a ser visi-
esta población en los estados de Sinaloa y Baja California, con el bilizados como efecto de algunas acciones de política pública bajo la
objetivo de mejorar las políticas dirigidas a niños y niñas migrantes. educación intercultural.
Como corolario de estos tres ámbitos de indagación, se eviden- La discriminación y el racismo aparecen como centrales en to-
cian las condiciones inhumanas en las que viven a diario estos niños dos estos estudios y, en algunos casos, indican que las redes de paisa-
y, queda al descubierto una vez más, que el esfuerzo físico que les naje existentes resultan la base para soportar los distintos niveles de
exigen las jornadas intensas de trabajo, no les permite optimizar exclusión, tanto en contextos rurales como urbanos así como dentro
resultados favorables de aprovechamiento escolar. No obstante, las y fuera de las escuelas. Otros resaltan los procesos de socialización
políticas oficiales hacen uso de estas categorías –niños jornaleros extraescolares que favorecen la reproducción de prácticas culturales
migrantes– para supuestamente defender su derecho a la educación, propias y con ello, de pertenencia comunitaria y étnica, en escena-
al darles escuelas en los campos jornaleros, pero al mismo tiempo, rios extraterritoriales y de migración. Indudablemente, la crítica que
la noción de niñez y juventud trabajadora, sin derechos, es lo que se señalan las investigaciones a los actuales programas de educación
continúan ocultando. Estos señalamientos conforman parte de las intercultural y bilingüe en escuelas generales, abre el camino a re-
tensiones que se viven a diario en el territorio mexicano. Erradicar pensar otras concepciones que transformen la mirada de la diferen-
el trabajo infantil jornalero implicaría generar las condiciones para cia –sobre lo indígena– en tanto algo vulnerable y problemático, y
que los niños tuvieran posibilidades reales de acceso a los servicios con fuerte visión compensatoria, hacia nuevas concepciones de socie-
básicos y los impactos que resultan de su nutrición, salud, desarro- dades profundamente multiétnicas, multiculturales y multilingües.
llo, educación, y perspectivas futuras considerando, además, que “es Estos estudios, muestran las tensiones en los procesos de construc-
necesaria una protección especial de sus derechos”.24 En suma, el ción identitaria y cultural que afrontan los sujetos indígenas que se
tema no se ha situado suficientemente, ni en los ámbitos de tomas de escolarizan en escuelas de distintos niveles, en escenarios urbanos
decisiones institucionales ni a nivel de la ciudadanía. y de migración. Al mismo tiempo, identifican los usos que hacen los
indígenas de la escolarización para afrontar la discriminación. En
este sentido, hay mucho aún por indagar sobre el lugar asignado a
Conclusiones la escolaridad, la profesionalización y el ser bilingüe en los distintos
escenarios para afrontar dinámicas de poder que se juegan en el re-
Las investigaciones desarrolladas en los últimos años sobre la posicionamiento étnico en los escenarios locales y de migración.
escolarización indígena en contextos urbanos y de migración, repor- Uno de los temas que el conjunto de los trabajos en este campo
tan las condiciones de inserción a la vida urbana de las poblaciones dejan al descubierto es la interrogante, ¿de qué hablamos cuando
indígenas en distintas ciudades –en su mayoría de poblaciones que hacemos referencia a “indígenas urbanos”? Esta categorización es
han migrado de sus lugares considerados de origen–, así como la ex- un tema aún por profundizar. Por una parte, al resultar un cons-
periencia de escolarización de niños y jóvenes en escuelas de educa- tructo social del discurso académico, puede contribuir a “tipificar”
ción básica públicas del sistema general, aunque principalmente se poblaciones y no tanto a comprender entramados de reconformación
centran en la escuela primaria. La mayoría de los estudios analizan poblacional en sociedades multiétnicas y plurilingües. En este sen-
el tema en la ciudad de México y su zona metropolitana, siguiéndoles tido, nos preguntamos si a través de esta categorización no esta-
remos agregando adjetivos a los también denominados “indígenas”,
23. http://www.unicef.org (fecha de consulta: 19 de agosto de 2015). caracterizaciones que generalmente contribuyen a usos para ejercer
24. http://www.unicef.org/mexico/spanish/17044_17516.htm (fecha de con- dinámicas diversas de poder. Por otra parte, aunque debate inci-
sulta: 19 de agosto de 2015). piente, se ubica el tema de la construcción de sociedades plurales,
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democráticas e interculturales que permitan la existencia de la para todos, siguen operando para sectores que siguen siendo vulne-
igualdad y la diferencia, demandas expresadas por distintas organi- rados como los indígenas migrantes. En este sentido, seguir mante-
zaciones indígenas. niendo discursos de interculturalidad educativa por el hecho de con-
Finalmente, las investigaciones reportadas sobre escolaridad tar con niños, niñas y jóvenes indígenas en las aulas, no implica un
de niños indígenas migrantes jornaleros mexicanos, señalan que la tratamiento pedagógico potenciador de las diversidades, ni resuelve
situación de estos grupos es sumamente desfavorable en virtud de las inequidades de todo tipo que deben afrontar cotidianamente los
causas como el hacinamiento, el ejercicio de la violencia, flagrantes sujetos y las comunidades indígenas.
transgresiones a sus derechos y falta de acceso a distintos servicios
básicos en los lugares donde llegan a vivir para trabajar como jor-
naleros. Un punto a destacar es que gran parte de la investigación Referencias bibliográficas
desarrollada se articula en torno a la propuesta educativa que en
A RIZPE, Lourdes (1975), Indígenas en la ciudad de México, el caso de las Ma-
últimas fechas se conoce como Programa de Educación Básica para
rías, México, SEP Setentas-Diana.
Niños y Niñas Migrantes (Pronim) impulsada por la SEP. A partir
de evaluaciones realizadas, se identificaron las condiciones de imple- – (1978), Migración, etnicismo y cambio económico: Un estudio sobre migran-
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migración –interestatal, internacional y de retorno–, y la ausencia AYALA-DELVAL, Mónica, Ana M ANRIQUEZ-VILLAGOMEZ, Ana MENDEZ-P UGA y Irma
de derechos a una educación de calidad para las niñas y niños con- CASTRO-VALDOVINOS (2012), “Las estrategias de atención educativa a niños
siderados jornaleros indígenas migrantes. Importa señalar que los y niñas de familias jornaleras migrantes, desde la mirada del docente:
estudios muestran que lo rural y lo urbano no son contextos homo- el caso de la asesoría académica”, Revista de Educación y desarrollo, N°
géneos, y resaltan el tema de la diversidad étnica y lingüística, so- 21, pp. 73-82. http://www.cucs.udg.mx/revistas/edu_desarrollo/anterio-
res/21/021_Mendez.pdf (fehca de consulta: 13 de diciembre de 2012).
bre todo cuando en una misma aula, confluyen más de cinco etnias,
portadoras de sus propias lenguas y culturas, complejizándose los BERMÚDEZ URBINA, Flor Marina (2010), Del campo a la ciudad: los migrantes
procesos de enseñanza y aprendizaje. Estas investigaciones ponen indígenas en San Cristóbal de las Casas: análisis del proceso de escola-
énfasis en los alcances pero también en los vacíos y fracasos de las rización. De la educación primaria bilingüe intercultural a la educación
superior, tesis de doctorado en Pedagogía, México, UNAM.
políticas nacionales.
En suma, la migración de niñas, niños, adolescentes y mujeres BERTELY BUSQUETS, María (2006), “Configuraciones y reconfiguraciones étni-
ha venido en aumento y, con ello, la denuncia sobre la explotación in- cas en zapotecos migrantes analfabetos y escolarizados”, en María Ber-
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investigaciones y en distintos medios como periódicos, videos y do-
cumentales que muestran las difíciles condiciones antes expuestas. CANABAL CRISTIANI, Beatriz (2010), Diversidad rural. Estrategias económicas
Las instituciones gubernamentales deberían retomar los reportes y procesos culturales, México, Plaza y Vadés.
de investigación y proceder de manera coordinada a un análisis se- CHÁVEZ G ONZÁLEZ, Mónica (2010), Familias, escolarización e identidad étnica
rio y profundo donde, además de estar presentes los órganos respon- entre profesionistas nahuas y tenek en la ciudad de San Luis Potosí, tesis
sables de atender a estos grupos sociales, participen activamente los de doctorado en Ciencias Sociales, México, Ciesas.
especialistas en el tema y, sobre todo, los integrantes de las familias CZARNY, Gabriela (2008), Pasar por la escuela: indígenas y procesos de escola-
jornaleras. Todo ello con apego a una perspectiva de derechos y con ridad en la ciudad de México, México, Universidad Pedagógica Nacional.
la finalidad de escuchar sus voces y romper con las perspectivas que
– (2010), “Indígenas en la educación primaria general (regular). La per-
los tratan como víctimas, y no como ciudadanos y sujetos de derecho. sistencia de la exclusión en las políticas interculturales”, en Aleksan-
Queda al descubierto que las políticas educativas denominadas dra Jablonska y Saúl Velasco (coords.), La construcción de la política
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[ 309 ] [ 310 ]
Realizamos, en segundo lugar, algunas reflexiones sobre la
Educación y migración en la Argentina: transmisión de referencias de identificación en distintos contextos
expectativas familiares, mandatos formativos, a partir de los avances de dos investigaciones desarrolla-
das en espacios caracterizados por el alto componente de población
escolares y voces infantiles* proveniente de Bolivia. En el primer caso, se trata de una investiga-
ción en curso desarrollada entre familias, organizaciones y escuelas
Gabriela Novaro y María Laura Diez de un barrio conocido como “El barrio boliviano” de la localidad de
Escobar en la provincia de Buenos Aires. La otra investigación, se de-
sarrolló entre 2005 y 2009 en una escuela con un alto componente de
población migrante al sur de la Ciudad de Buenos Aires. La puesta en
relación de ambas investigaciones busca complementar las reflexio-
nes que se desprenden de ambos trabajos, considerando el foco en los
espacios familiares y comunitarios en una de las investigaciones y en
espacios escolares en la otra.
Comenzamos haciendo referencia a los procesos de transmisión
de la identificación étnica y nacional en clave territorial y genera-
Introducción cional y a la forma en que estos procesos se articulan con las expec-
tativas y demandas educativas de las familias y organizaciones de
En este texto nos proponemos aportar al campo de los estudios migrantes de Escobar.
sobre la migración y la educación centrándonos en los procesos de Nos detenemos luego en las trayectorias escolares de los niños
identificación étnica y nacional de la infancia en contextos familia- aludiendo a la situación relevada en una escuela del sur de la CABA,
res, comunitarios y escolares. advirtiendo situaciones como la alternancia entre la hipervisibilización
Iniciamos el capítulo mostrando un panorama de la migración y el silenciamiento y los efectos paradójicos de las estrategias de reco-
latinoamericana en la Argentina y en particular de la migración pro- nocimiento. Finalizamos dando la palabra a los niños migrantes de
cedente de Bolivia y de los niños bolivianos e hijos de bolivianos en esta institución, procurando, a través de sus voces, aproximarnos al
Buenos Aires. Realizamos también algunas reflexiones generales so- sentido que asumen para ellos las identificaciones étnicas y nacionales.
bre la situación educativa de la niñez migrante, deteniéndonos en las Es importante anticipar el peso variable que adquieren las mar-
formas subordinadas de inclusión educativa. Nos interesa discutir la cas de identidad en términos nacionales y las referencias vinculadas
vigencia del mandato nacionalista en las escuelas junto con los nue- a la etnicidad y al origen indígena de la población, en los procesos
vos paradigmas del multiculturalismo en educación. En este sentido señalados. En tal sentido, cuestiones que aparecen asociadas a la et-
advertimos las tensiones que atraviesa la población migrante entre nicidad, como el uso de las lenguas indígenas (quechua y aymara), la
la invisibilización y la marcación en múltiples espacios sociales, y transmisión de creencias y prácticas andinas (el festejo del día de los
particularmente en contextos escolares. muertos, el carnaval, el tinku, las alasitas) la participación en for-
mas organizativas que reproducen agrupamientos regionales y étni-
cos de Bolivia, se debaten hacia el interior de colectividades para las
* Una versión anterior de este trabajo fue presentada en el XIII Simposio
Interamericano de Etnografía de la Educación. UCLA Graduate School of que resulta clave articular estrategias de aglutinamiento y diferen-
Education y Information Studies, DIE Cinvestav (México), Conacyt (México), ciación frente al Estado y la nación argentinos. A partir de este reco-
y UPN (México), Los Ángeles, septiembre 2013: Novaro, Gabriela y María rrido dejamos planteados interrogantes en torno a ciertas imágenes
Laura Diez, “Procesos de identificación nacional en niños migrantes bolivia-
nos: entre la escuela, las familias y las asociaciones. Avances a partir de dos instaladas sobre la niñez migrante. Las situaciones analizadas dan
investigaciones en Buenos Aires”. cuenta del carácter ambiguo y flexible de sus identificaciones; esto
[ 311 ] [ 312 ]
permite cuestionar presupuestos de acuerdo a los cuales los procesos 1988; Benencia y Karasik, 1995). En las últimas décadas del siglo XX
migratorios implican o bien la pérdida de la referencia con la na- esta tendencia cambia, incrementándose el asentamiento en ciudades
cionalidad y las prácticas étnicas de origen como condición para la del centro y sur del país, con fines de radicación (Caggiano, 2005).
inclusión en el nuevo país, o bien estrategias de revitalización esen- Diversos trabajos señalan el sentido político con que se conso-
cialista de las mismas que obturan la vinculación con el espacio que lida una imagen de homogeneidad racial y cultural de la Argentina,
ahora se habita. En definitiva, en los casos analizados advertimos sostenida en relatos complementarios sobre la inmigración y los ex-
cómo la compleja articulación entre el deseo de inclusión en condi- tranjeros. Se destaca un componente racial en la oposición entre la
ciones de igualdad y la expectativa colectiva de distinción ponen en migración europea y latinoamericana (blanca-no blanca), así como un
cuestión las presuposiciones lineales sobre un futuro de integración imagen contrapuesta entre la migración de fines del siglo XIX como
o de guetización y aislamiento para estos niños. una oleada civilizatoria que aportó trabajo y cultura a la nación, y la
imagen de los migrantes latinoamericanos como una invasión incivi-
lizada que ocupa el territorio apropiándose de espacios y empleos que
La migración latinoamericana en la Argentina: no le corresponden (Pacecca y Courtis, 2008; Domenech, 2007).
viejas tendencias y nuevos escenarios Sin embargo, lejos de la imagen de invasión, la proporción de
migrantes latinoamericanos en el total de la población del país, se
En la Argentina el discurso hegemónico sobre la migración mantuvo relativamente constante a lo largo de la historia argentina,
acompañó la conformación del Estado Nacional; frases como “poblar representando aproximadamente el 3% de la población total.
el desierto”1 orientaron las políticas de fines del siglo XIX y principios La Argentina es en la actualidad el principal centro de atracción
del XX. La denominada Gran Oleada Migratoria procedente de Eu- de movimientos migratorios intrasudamericanos (Cerrutti y Binstock,
ropa se concentró en estos años llegando a constituir el 30% de la po- 2012), siendo la migración de origen paraguaya la primera población
blación del país y casi el 50% de la población de la Ciudad de Buenos extranjera en el país seguida de la proveniente de Bolivia (Censo 2010).2
Aires, según datos del censo de 1914. Este proceso se complementó Probablemente, la mayor visibilidad que asume la migración
con un discurso que enfatizaba el sentido civilizador de la llegada de latinoamericana reciente se vincule, como decíamos, con que en las
la población europea. Si bien la migración no fue la esperada por los últimas décadas esta migración ha tendido a asentarse cada vez más
ideólogos de la época (se trató sobre todo de europeos del sur, pobres en forma permanente en las áreas urbanas.3 Asociado a estos cambios
y con escasa escolaridad) la asociación entre migración y civilización en los patrones de asentamiento se refuerzan los discursos xenofó-
quedó relativamente instalada en el imaginario social. bicos hacia la población latinoamericana en general y en particular
Sin embargo, los europeos nunca fueron los únicos migrantes hacia los bolivianos, con relación a los cuales se suelen incorporar más
en nuestro país. Junto con ellos, desde la conformación de la nación claramente elementos racistas (alusiones discriminantes a rasgos fe-
y en forma más o menos constante, ingresaba población latinoameri- notípicos, asociaciones entre supuestas pautas culturales y predispo-
cana que, en principio, se localizaba temporariamente en los territo- siciones para la higiene, el trabajo y el aprendizaje, etcétera).
rios fronterizos para realizar trabajos rurales estacionales (Sassone, La inserción laboral de los inmigrantes bolivianos se produce en
general como pequeños cuentapropistas y como asalariados en sec-
1. La frase corresponde a las elites que definen la orientación del Estado a fines tores de mano de obra intensiva –en talleres de costura, en la cons-
del siglo XIX. Con “desierto” se aludía a los territorios del sur del país. Se legi- trucción y en la producción hortícola periurbana– frecuentemente en
timaba de esta forma el avance de la frontera sobre un espacio supuestamente
deshabitado. Durante la segunda parte del siglo XIX se organizaron campañas
militares sobre estos territorios con el objetivo de arrinconar y exterminar a la 2. De acuerdo al último censo la población de origen paraguaya supera el
población indígena. La política de poblamiento suponía que la población euro- 30% de los extranjeros en el país (550.713 personas), en tanto la de origen
pea inmigrante se asentaría en gran parte en las tierras apropiadas por el Es- boliviana es del 19% (345.272 personas).
tado producto de estas campañas, sin embargo la tendencia a la concentración 3. Actualmente alrededor de la mitad de la población migrante boliviana
de los territorios en grandes propietarios dificultó esta política. reside en el Área Metropolitana de Buenos Aires y la región platense.

[ 313 ] [ 314 ]
condición irregular y de sobreexplotación, situación que permite ad- la frecuente disgregación. En estas organizaciones se advierte cómo
vertir una pronunciada segmentación étnico-nacional del mercado el discurso nacionalista boliviano en ocasiones se articula con el dis-
de trabajo (Benencia, 2008; Pizarro, 2007; Vargas, 2005). Asimismo curso étnico, pero en ocasiones también invisibiliza y subordina el
se advierte también la tendencia a la feminización de las migracio- componente indígena de la población.6
nes limítrofes y al incremento en el componente de jóvenes (Cerruti, En los últimos años la situación de la población migrante lati-
2009).4 noamericana en la Argentina en el plano legal se ha modificado: la
En la población boliviana un aspecto que resulta relevante es la normativa migratoria (ley Nº 25.871/03) pone de relieve el derecho a
tendencia al asentamiento conjunto en ciertos lugares de los núcleos la salud y reunificación familiar, estableciendo el derecho irrestricto
urbanos o periurbanos facilitado por redes que encadenan contactos. a la educación para la población inmigrante cualquiera sea su con-
Numerosos autores hablan de la formación de barrios que parecie- dición de regularidad. Esta legislación busca poner fin a la llamada
ran funcionar como “enclaves bolivianos”, espacios donde se advierte Ley Videla (ley Nº 22.439), sancionada en 1981 durante la dictadura
la territorialización de la identidad migrante. Se registran así lo- militar. El cambio de normativa invierte el criterio de radicación de
calizaciones geográficas, “barrios de migrantes”, concentración en extranjeros, pasando del control policial a la propensión de su regu-
determinados espacios donde se despliegan prácticas (como ferias, larización. Junto con los cambios normativos, se registran nuevos
fiestas, ceremonias) donde la etnicidad o la nacionalidad se presen- procesos que irrumpen en el panorama político de los países de ori-
tan fuertemente escenificadas. Esta tendencia que algunos definen gen (discurso de valoración de lo latinoamericano, reforzamiento de
como “guetización”, responde a la segregación espacial,5 la situación los lazos sociales y económicos, etc). Recientemente cuestiones como
de discriminación en la nueva sociedad y la intención de fortalecer el derecho al voto de los extranjeros para la elección de autoridades
vínculos internos y mantener la continuidad de ciertas referencias de los municipios de residencia en la Argentina reconstituyen el pa-
identitarias nacionales, étnicas y regionales (Grimson, 1999; Gava- norama político local.
zzo, 2012; Pizarro, 2007). Todas estas cuestiones se hallan fuertemente presentes en las
Se registra también un fuerte proceso de asociación de los mi- dos localidades a las que nos referiremos a continuación, atraviesan
grantes. La reconstrucción de lazos sociales en condiciones de se- la vida de los adultos, los jóvenes y los niños, penetran los discursos
gregación y desigualdad aparece como condición fundamental para y prácticas escolares, enmarcan y se expresan cotidianamente en los
sostener el proyecto migratorio, en un contexto en el que el acceso a complejos procesos de identificación y las relaciones intergeneracio-
la vivienda y al empleo suelen fundarse en el apoyo inicial de otros nales en Escobar y el sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“paisanos”. Diversos especialistas (Caggiano, 2005; Ortiz, 2005; Pi-
zarro, 2007) se han detenido en las múltiples actividades que reali-
zan estas asociaciones (festividades, programas radiales, edición de Inclusión y exclusión educativa de niños
periódicos, etc), señalando a la vez su fragmentación y atomización, migrantes en las escuelas argentinas
la dificultad para definir referentes, consensuar propuestas y evitar
En la Argentina prácticamente la totalidad de los niños proce-
4. Cerruti (2009) señala que una de las características de la inmigración dentes de Bolivia de hasta 13 años de edad asisten a la escuela, pero
contemporánea de países limítrofes (Bolivia y Paraguay) y Perú, es el cre-
cimiento en la participación de las mujeres. Al mismo tiempo afirma que
estos grupos inmigratorios, son en promedio más jóvenes que otros grupos 6. Las vinculaciones complementarias y tensas entre lo étnico y lo nacional
inmigrantes. adquieren particulares sentidos en la población boliviana tanto en el país de
5. Es necesario advertir la relación entre los problemas habitacionales y la origen como en contextos de migración. Estas tensiones se advierten ade-
tendencia a la restricción del mercado inmobiliario en la región, como ele- más en los discursos políticos actuales que definen a Bolivia como un Estado
mentos que conforman un limitado marco de posibilidad para la radicación “plurinacional”, donde la diversidad cultural es un criterio para reivindicar
y acceso a la vivienda de población que migra en condiciones precarias de la existencia de naciones autónomas coexistiendo en relación a la misma
subsistencia. formación estatal.
[ 315 ] [ 316 ]
este porcentaje disminuye notablemente entre los jóvenes (Cerrutti, trabajo reciente (Diez y Novaro, 2014) señalábamos el posible desfa-
2009). Vale aclarar que la caída en los porcentajes de escolaridad saje que esta situación implica con relación a una política migratoria
entre la primaria y la secundaria es una característica de toda la que, como recién mencionamos, aparentemente ha virado hacia una
matrícula en la Argentina. Atendiendo a los números pareciera en- perspectiva regional y de derechos.
tonces que la situación de la población migrante no puede ser carac- De esta forma, en contextos escolares con alta presencia de po-
terizada por la mayor exclusión del sistema con respecto al resto de blación migrante como los que analizamos en Escobar y sur de la
la población, al menos en la escuela primaria. Sin embargo, en otros CABA, los nuevos mandatos de inclusión y atención a la diversidad
trabajos (Novaro y Diez, 2011) hemos profundizado cómo formas ponen a los docentes frente a un desafío sobre el que aún resultan
de exclusión menos evidentes se advierten teniendo en cuenta los insuficientes las respuestas institucionales.
circuitos escolares por los que gran parte de estos niños transitan,
y sobre todo, considerando sus formas subordinadas de estar en la
escuela: silenciamiento de sus voces, estereotipos sobre sus trayec- Migración y pobreza en dos localidades de
torias formativas previas y paralelas a la escuela, bajas expectati- la ciudad y la provincia de Buenos Aires
vas de desempeño, modelos de identificación en tensión con los de
otros espacios formativos que transitan. Sobre este último punto nos Como señalamos al principio, en este trabajo ponemos en rela-
detenemos en este trabajo entendiendo que la interpelación desde ción dos investigaciones desarrolladas con preguntas similares en
distintas identificaciones nacionales constituye uno de los aspectos localidades con un alto componente de población migrante. En 2010
que condensan las tensiones que atraviesan los niños en y entre dis- comenzamos una investigación entre familias y organizaciones de
tintos espacios formativos. inmigrantes procedentes de Bolivia que habitan un barrio conocido
En textos previos referidos a la investigación llevada a cabo en como “Barrio Boliviano” o “Villa Bolita” cercano a Escobar, partido
el sur de la CABA profundizamos también cómo la escuela sigue in- ubicado a 50 km. al norte de la Ciudad de Buenos Aires. El trabajo de
terpelando muy fuertemente a los niños migrantes desde el discurso campo se centró en el contacto con dos organizaciones –la Colectivi-
nacionalista y definiéndolos como extranjeros (Novaro, 2012). Seña- dad Boliviana de Escobar, y la Asociación de Mujeres Bolivianas de
lamos la coexistencia de paradigmas tradicionales de la nacionali- Escobar– con numerosas familias y con las dos escuelas de la locali-
dad –en muchos casos en sus versiones asimilacionistas y de fuer- dad. El otro trabajo, desarrollado previamente en el sur de la CABA
te estigmatización de los migrantes latinoamericanos– con nuevas (entre 2004 y 2009), estuvo focalizado en una escuela de nivel prima-
retóricas de la inclusión y la interculturalidad. Desde estos nuevos rio a la que asistían niños procedentes de Bolivia, habitantes de una
discursos, suelen desarrollarse propuestas de reconocimiento de la de las mayores villas de emergencia de la ciudad.7
diversidad asociadas a estrategias de hipervisibilización de las re- Se trata de dos situaciones en muchos sentidos semejantes y en
ferencias identitarias a través del estilo folklórico y festivo, desde otros claramente distintas. En ambos casos nos referimos a contex-
el cual se invocan los supuestos saberes y referencias tradicionales tos de pobreza y precariedad (tanto en el acceso a la vivienda como al
de estos grupos. Todo esto suele provocar un efecto de señalamiento trabajo) y en los que además se registran situaciones de discrimina-
más que de valoración (Novaro, 2011). ción con la población migrante. Se advierte también en ambas, aun-
Advertimos también que la interculturalidad con frecuencia es que con distinto énfasis y visibilidad, la preocupación de los padres
asumida en las políticas educativas en alusión a determinados suje-
tos y comunidades (fundamentalmente población indígena) y que la 7. En la Argentina se conoce como “villas de emergencia” a las barriadas
retórica de la interculturalidad no ha implicado cambios sustantivos urbanas o periurbanas surgidas sin mediar en principio una planificación
en las formas en que se define la escolaridad para el conjunto de la estatal, producto de ocupaciones de tierra urbana vacante (Cravino, 2008).
Las villas concentran la población con los niveles más elevados de NBI (Ne-
población, y tampoco la consideración de la situación educativa de cesidad Básicas Insatisfechas) de la ciudad y suelen emplazarse en terrenos
otros colectivos como la población migrante latinoamericana. En un con altos índices de contaminación ambiental.

[ 317 ] [ 318 ]
por la identificación nacional de niños/jóvenes migrantes bolivianos organismos internacionales y la Iglesia católica, y asociada a tareas
en el nuevo contexto de residencia, y las tensiones con los modelos de de reproducción, emprendimientos productivos, reparto de comida,
identificación escolares (sobre los que nos detendremos luego). En- etcétera.
tre las diferencias vale destacar la región de origen en Bolivia de La población boliviana del barrio, a pesar de reconocer fuertes
muchas de las familias (de la zona de Potosí en el primer caso y de lazos de parentesco y de proceder en gran medida de localidades cer-
Cochabamba en el segundo), la inserción en el mercado laboral (en la canas, lejos de homogénea, presenta una gran fragmentación entre
producción y comercialización hortícola y de vestimenta en Escobar; propietarios de terrenos, dueños de puestos en los mercados, peque-
en talleres textiles y en la construcción en la CABA), las caracterís- ños comerciantes, medieros, arrendatarios, peones en las quintas
ticas habitacionales (un barrio popular8 en el primer caso y una villa cercanas, etcétera.
en el segundo). En esta situación la prédica del nacionalismo y la recurrente
El “Barrio Boliviano” de Escobar, constituye un espacio fuerte- alusión a Bolivia –sobre todo en las celebraciones de la Colectivi-
mente asociado a la producción y la comercialización frutihortícola, dad– si bien implica la búsqueda de fortalecerse como colectivo en
aunque en los últimos años, las actividades fundamentales se vincu- una situación adversa (pobreza, problemas con la documentación,
lan cada vez más a la comercialización de productos hortícolas y de recientes ataques xenófobos a los quinteros bolivianos que llegaron,
productos industrializados, particularmente vestimenta. en 2000 y 2007 a secuestros, torturas y robos), podría asociarse
Se trata de un barrio históricamente habitado por migrantes; también a la generación de una mística nacionalista que opaque las
hasta mediados del siglo XX, sobre todo portugueses, italianos y lealtades étnicas y regionales y vele la desigualdad de las relaciones
japoneses. En la década del 60 comienza a llegar población desde entre sectores connacionales.
Bolivia, fundamentalmente de zonas rurales del departamento de En cuanto a la localidad del sur de la CABA, la misma se ca-
Potosí. En la década del 80 muchos de los migrantes bolivianos ha- racteriza desde principios del siglo XX como una zona de desarrollo
bían logrado cierta movilidad en la producción y comenzaron a ad- industrial.9 A partir de la década del 50, van consolidándose otros
quirir terrenos propios (Benencia, 1997 y 2008) y a insertarse cada rasgos distintivos como la presencia de conjuntos habitacionales pro-
vez más en el circuito de comercialización. En este contexto sur- ducto de distintos planes estatales de vivienda (que atrajeron prin-
gieron los intentos de crear una organización, que se consolidó con cipalmente sectores sociales de menores ingresos) y el desarrollo de
la institucionalización de la Colectividad Boliviana de Escobar en urbanizaciones informales (Di Virgilio et al., 2009). Esta localidad es
1991. Esta organización nuclea actualmente alrededor de quinientos parte de la Comuna10 que más ha crecido en términos demográficos.
miembros, organiza múltiples actividades festivas y deportivas y es Es al mismo tiempo, la de mayor concentración de población extran-
propietaria de importantes edificios vinculados a la comercializa- jera nacida en países limítrofes, de la cual la mitad es de origen
ción de productos frutihortícolas y vestimenta. boliviano.11
La Colectividad no es la única organización de migrantes del
barrio. Como anticipamos, hemos trabajado también con la Asocia- 9. A lo largo del siglo se instalan establecimientos pertenecientes a la indus-
ción de Mujeres Bolivianas de Escobar, organización mucho más pe- trias metalúrgica, textil, química; también se asientan otros emprendimien-
queña que formalizó su creación en 2005. Esta institución recupera tos productivos: tosquera y fábrica de ladrillos, lavaderos de lana, elaborado-
ras de sebo, curtiembres (Bordegaray, 2005).
y recrea formas de participación política de Bolivia, explícitamente
10. La CABA se organiza desde 2007 en quince comunas, que son unidades
buscando reproducir el modelo de los Centros de Madres, tipo de aso- de gestión política y administrativa descentralizadas con competencia terri-
ciación muy extendida en ese país, vinculada con la intervención de torial y patrimonial. El trabajo de campo que se llevó adelante, se localizó en
el extremo sur de la ciudad, dentro de la actual Comuna 8, que incluye las
8. Nos referimos con este término a un barrio de sectores económicos bajos localidades de Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo.
que, como en este caso, suelen ubicarse en la periferia urbana. Este tipo de 11. La población extranjera asciende al 23% de toda la población. Fuente:
asentamientos se originan en loteos baratos, con viviendas construidas por Dirección General de Estadística y Censos (Ministerio de Hacienda GCBA),
sus habitantes y acceso a algunos servicios públicos. EAH, 2012.
[ 319 ] [ 320 ]
En ese territorio se localiza una de las villas más grandes de Identificaciones nacionales y apuestas educativas
la ciudad,12 ubicada en la intersección entre barrios de edificios de en las asociaciones y familias migrantes
vivienda social (y monoblocks), un parque emblemático para las co-
lectividades bolivianas y un sector de urbanización tradicional en
cuadrícula, de casas bajas. Las condiciones de vida en esta localidad En el trabajo desarrollado en Escobar llegamos a las escuelas
del sur de la CABA se caracterizan por la precariedad en el acceso luego de un recorrido que nos permitió reconstruir la dinámica del
a la vivienda y el empleo aunque estas condiciones son variables: barrio, las organizaciones y familias de migrantes.13
la diferencia entre ser propietario o inquilino, vivir en distintos lu- En las organizaciones14 advertimos la constante puesta en acto
gares de la villa o haber migrado hace tiempo o recientemente, son de la doble pertenencia nacional y de la presencia de marcadores
elementos de diferenciación importantes. Las situaciones de violen- étnicos: en las actividades políticas y festividades los discursos, las
cia son denunciadas como parte de las tramas de interacción cotidia- escarapelas en el pecho, las marchas con banderas argentinas, boli-
nas, al mismo tiempo, ese espacio es señalado también como lugar vianas y con whipalas (símbolo de los grupos étnicos andinos, asu-
de encuentro, de solidaridad entre vecinos, de proyectos colectivos mida como símbolo patrio en 2008 por el Estado Boliviano), hablan
comunes (construcción de centros comunitarios, canchas de fútbol, de las referencias a un lugar dejado y también de la apropiación de
tendido de cableado eléctrico y cloacas) y de expresión de ciertas tra- la simbología del que ahora se habita. El carnaval, el día de la inde-
diciones como la danza de la Diablada organizada en la capilla local pendencia de Bolivia, el aniversario de Potosí (entre otros eventos)
(danza religiosa, originaria de la región de Oruro en Bolivia, en la son ocasión para la organización de multitudinarios eventos que ex-
que se tensionan rituales andinos prehispánicos y elementos de la plícitamente se proponen “mantener la identidad boliviana”, “pre-
religión católica). servar las costumbres y raíces bolivianas”, invocar la acogida que
En el territorio de la villa se hacen evidentes, como en mu- los inmigrantes han tenido en la Argentina, etc. En definitiva, se
chos otros espacios, los conflictos y las crisis de representatividad multiplica el despliegue de símbolos e íconos que marcan un territo-
de las asociaciones locales, en un contexto de disputa por recursos rio como propio, idealizan el espacio dejado y señalan la continuidad
que resultan escasos. En este marco, las organizaciones políticas y del pasado, al tiempo que abren la posibilidad de futuro en un nuevo
comunitarias, se encuentran atravesadas por referentes de distinta territorio.
filiación, asociadas a viejos y nuevos movimientos sociales, a orga- Resultan también significativas las propuestas que la Colectivi-
nizaciones partidarias o religiosas, etc.; las colectividades naciona- dad organiza para niños y jóvenes que funcionan como fuertes mar-
les aparecen en ese espacio con distintas alineaciones y niveles de cantes de nacionalidad, tales como el fútbol (donde los niños suelen
visibilidad. Si bien en muchos contextos la nacionalidad no aparece usar la camiseta de la selección de fútbol boliviana), los caporales
como referente central de la acción colectiva, en otros parece emer- (danza boliviana con raíces africanas que en la Argentina se desplie-
ger con mayor organicidad y visibilidad, como durante los procesos ga en festividades nacionales y religiosas), las bandas musicales con
electorales en Bolivia (“voto a Evo”), en la feria de los sábados o en instrumentos andinos.
las ligas de fútbol, todas situaciones donde se hace evidente el papel
de las organizaciones bolivianas. Las referencias a la nacionalidad
boliviana aparecen también articuladas con marcadores de etni-
cidad y regionalismos: en distintas festividades andinas como las
alasitas, en recreaciones del carnaval paceño, en ceremonias por la 13. Actualizamos y completamos aquí algunas precisiones sobre este trabajo
Pachamama en agosto, en la Festividad de la Virgen de Copacabana. que se publicaron en un texto previo (Novaro, 2014).
14. En el trabajo con la Colectividad y la Asociación además de charlas y
entrevistas presenciamos numerosos encuentros (particularmente en esta
12. Su población es de alrededor de 40.000 habitantes, de los cuales el 30% última), asistimos a múltiples festividades, acompañamos a las socias a ges-
corresponde con personas nacidas en Bolivia (UGIS, 2007). tiones con organismos de gobierno, eventos en el consulado, etcétera.

[ 321 ] [ 322 ]
Además del contacto con organizaciones hemos realizado un La construccián de la identidad parece desplegarse en este con-
seguimiento de las trayectorias migratorias de muchas familias.15 texto en relacián a la tensián entre continuidad y cambio, asociado a
Encontramos que los adultos se preguntan permanentemente por representaciones sobre “lo boliviano” y “lo argentino” caracterizados
las referencias de identificación que efectivamente operan en los ni- a partir de atributos vinculados a la dualidad tradicián-modernidad.
ños, advirtiendo que las jóvenes generaciones están siendo interpe- Lejos de valoraciones ó jas y constantes, junto con el deseo de inclu-
ladas por múltiples discursos. Resulta evidente la preocupación de sián en lo que se asocia a lo nuevo, se registra la nostalgia por la
los adultos migrantes por la transmisión de referencias a Bolivia en continuidad y la tradicián, la tranquilidad y la conó anza atribuidos
los niños nacidos allí que se han criado en la Argentina y en los que a Bolivia, que se opone a las imfigenes de inseguridad y desconó anza
muchos definen como “bolivianos de segunda generación” o “hijos de vinculadas a la Argentina.
bolivianos”. El sentido de estas categorías no es permanente ni uní- En consonancia con ello, la preocupacián por la transmisián de
voco. Las mismas se explicitan tanto en las organizaciones como en “una forma de ser” asociada a “lo boliviano” con atributos como res-
las familias y también en las escuelas. petuoso, trabajador, obediente, se fortalece en la representacián del
Los avances en los estudios migratorios nos permiten afirmar contacto con los argentinos como una potencial fuente de contagio
que la migración se produce como parte de un proyecto familiar, que de prficticas moralmente condenables como el robo, el consumo de
implica la consolidación de redes sociales anteriores y posteriores en drogas o alcohol: “Cuando crezca quiero que se vaya a Bolivia, acá los
los contextos de migración. Las proyecciones a futuro para los hijos chicos se echan a perder” émiembro de la Colectividad, padre de una
y las hijas y sus condiciones de radicación constituyen aspectos clave niña boliviana de once años(.
para la configuración de nuevos “hogares”, ocupan un lugar decisivo Esta reiterada preocupacián por la forma de ser, junto con la
en los proyectos familiares (García Borrego, 2003; Levitt, 2010). transmisián de saberes vinculados al trabajo familiar ésobre la pro-
Junto con la fuerte apuesta por la inclusión a la sociedad argen- duccián hortúcola, y cada vez mfis sobre la comercializacián en la
tina, advertimos en los contextos familiares el señalamiento de su venta en ferias y mercados(, dan cuenta de la preocupacián de las fa-
distinción como colectivo. Así, registramos reiteradamente la pro- milias porque las nuevas generaciones crezcan en las disposiciones
yección de videos sobre bailes y programas televisivos de Bolivia y que han heredado éen tí rminos de Mannhein, 1993: 62-93(, porque
Perú destinados a los niños, la apuesta por el carácter revelador que aprendan y se incorporen a prficticas que los deó nan como partici-
podría tener un viaje a Bolivia entre los hijos de bolivianos, expresa- pantes plenos y miembros del grupo éLave y Wenger, 2007(. Se trata
da por ejemplo por el comentario de un representante de la Colecti- de garantizar los procesos de sucesián en el amplio sentido de la
vidad en relación a sus hijos argentinos: “De Bolivia no saben nada, palabra, en contextos donde los sujetos al tiempo que experimen-
cuando vayan van a entender”. Asimismo se registran los quiebres y tan situaciones de pobreza, desarraigo y desposesián, se plantean
discontinuidades en las experiencias de distintas generaciones, en cotidianamente quií nes serfin sus hijos, junto con dilemas sobre su
palabras de mujeres de la Asociacián: “De vivir allí mis hijos no quie- asentamiento deó nitivo o la vuelta al paús de origen éNovaro, 2014(.
ren saber nada, a pasear no más van”, “quedarse allá, yo no creo que Nos preguntamos si la reiteracián de las interpelaciones identi-
mis hijos lo aguanten”, “mis hijos ya son así, ellos se han criado acá”, tarias de los adultos a los niños y jávenes como “hijos de” o “bolivia-
“ya están acostumbrados, hicieron su vida”. nos de segunda generacián” puede leerse como la naturalizacián de
la relacián entre generaciones y la herencia de un estigma éGavazzo,
2012( a la vez que como parte de un proyecto colectivo de aó rmacián
15. En particular con las mujeres de la Asociacián y con algunos de sus hijos nacional; esto es, como la imposicián de una pertenencia de los adul-
se reconstruyeron narraciones biogrfió cas buscando caracterizar recuerdos tos sobre los jávenes y tambií n como proyeccián de una referencia de
de su niñez, de las formas de crianza y de cámo los procesos migratorios identió cacián a la que estos mismos niños y jávenes adscriben.
atravesaron esas situaciones y sus hijos experimentaron estos procesos. Al
mismo tiempo realizamos el registro de numerosos contextos de interaccián Desde esta particular situacián, desde estas recreaciones mfis o
familiar. menos esencialistas de una supuesta identidad boliviana proyectada
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a los jóvenes o denunciada en su ausencia, se entienden algunos de La primera, lleva el nombre de un prócer argentino de la inde-
los reclamos de los adultos a las escuelas de la localidad e incluso pendencia, promotor de denuncias contra los abusos sobre los indios;
proyectos de mayor autonomía como la creación de una escuela “pro- según diversos testimonios fue creada respondiendo a demandas de
pia” de la Colectividad (que se discute reiteradamente en encuentros la Colectividad. La segunda fue creada cincuenta años atrás por ini-
y asambleas, pero no llega a concretarse). En los encuentros se habla ciativa de una junta vecinal; su nombre corresponde con un país asiá-
de crear una escuela “que tenga lo boliviano y también lo argenti- tico, en homenaje a “una de las principales potencias mundiales, […]
no”, “que los maestros sean paisanos”. El recorrido de esta propuesta un pueblo de esa tierra privilegiada plena de espiritualidad y a sus
inconclusa da cuenta de la dificultad para concretar instancias que habitantes radicados en la zona” (“Libro de oro de la escuela”, 2012).
articulen expectativas y demandas de la población migrante con el Esta última presenta mejores condiciones de infraestructura, y un
sistema educativo; en definitiva, habla de la compleja vinculación de equipo docente estable. Las observaciones que efectuamos en hora-
las organizaciones con el Estado. Los motivos de división se advier- rios de entrada y salida mostraron que existe un importante movi-
ten principalmente entre quienes apuestan por un establecimiento miento de población que habita cerca de la escuela de “los bolivianos”
privado que les permita mantener mayor autonomía y quienes du- hacia la “escuela de la ruta”. En las conversaciones informales con
dan de la viabilidad de esta propuesta. los padres reiteradamente nos mencionaron las gestiones realizadas
Las relaciones con las escuelas públicas del barrio alternan en- para que sus hijos asistan a esta última por considerarla mejor.
tre el deseo de inclusión –aludido por ejemplo en la preocupación En la primer escuela advertimos situaciones y propuestas de
porque los niños hablen correctamente el castellano, realicen tra- acercamiento, encuentro y convocatoria hacia la comunidad bolivia-
yectorias escolares largas, obtengan un título, se desenvuelvan “acá” na, si bien desde imágenes y símbolos bastante estereotipados: las
(en alusión a la Argentina)–, y la denuncia –más o menos silenciosa– pinturas de la entrada –con la bandera argentina y boliviana, una
de situaciones de discriminación. También se reiteran referencias a mujer con vestimenta típica del altiplano y un gaucho, figura típica
las formas escolares más disciplinadas en Bolivia (cuestión que ya de la literatura y el folklore rioplatense–, el izamiento de dos ban-
habíamos registrado en el sur de la CABA como un aspecto central deras, la entonación del himno boliviano en algunos actos. En la
de los reclamos de las familias a la escuela). En estas referencias se escuela cercana a la ruta lo andino, lo boliviano, lo indígena parecen
advierten situaciones de confrontación no siempre explícita entre las totalmente ausentes en la estética de puertas, paredes y actos, así
imágenes de infancia y de sujeto sostenidas por los padres y aquellas como en los objetivos propiciados en los proyectos institucionales.
atribuidas a las escuelas, desde las cuales es posible comprender las Carteleras y afiches presuponen la identificación con la religión ca-
expectativas puestas en la escolaridad. Podríamos simplificar esta tólica, con el idioma castellano, con los símbolos patrios y las efemé-
confrontación aludiendo a una imagen de niños más obedientes y rides argentinas, etc. En esta escuela, sin símbolos que invoquen las
sumisos “allá”, frente a lo que se caracteriza como un niño indiscipli- pertenencias de las familias de los niños, el discurso predominante
nado e irrespetuoso en las escuelas argentinas. parece ser el de la igualdad. En ella, los silencios y las ausencias
En la localidad hay dos escuelas una a la que se denomina habi- acerca de los migrantes en el discurso público plantean la necesidad
tualmente como “la escuela de los bolivianos” y otra aludida como “la de una reflexión específica que permita pensar conjuntamente lo que
escuela de la ruta”.16 Realizaremos una caracterización muy somera implica la igualación y lo que implica la negación.
de ellas con vistas a tener más elementos para comprender los posi- Claramente la “escuela de la ruta” es la institución más de-
cionamientos de los padres migrantes frente a la escolaridad. mandada en el barrio. En opinión de padres y representantes de la
colectividad boliviana esta escuela cuenta entre su matrícula con
16. En ellas trabajamos sobre todo en 2013 y 2014. Registramos actos esco- población en mejor situación socioeconómica, dando testimonio de
lares, entradas y salidas, recreos y clases de ciencias sociales. Consultamos que la dinámica escolar no es ajena a la fragmentación social y eco-
numerosa documentación (libros de memorias, proyectos institucionales,
carteleras, registros) y mantuvimos charlas con directivos, docentes, niños nómica del barrio. La preferencia por la “escuela de la ruta” abre por
y padres. un lado la pregunta sobre cómo operan las expectativas de distinción

[ 325 ] [ 326 ]
y continuidad de la identificación con Bolivia (que como vimos son La escuela lleva el nombre de una provincia ubicada al noroeste
fuertes en el barrio) en la relación con las instituciones escolares. de la Argentina. Sobre esa denominación se apoya cierta retórica
Por otro, muestra la tendencia recurrente a que en la Argentina las de “integración latinoamericana”, que recupera en los actos escola-
escuelas asociadas con la población indígena y migrante latinoame- res las relaciones históricas de la Argentina con Bolivia y Paraguay,
ricana (“la escuela de los bolivianos”) presenten situaciones de ma- para aludir de modos diversos a un territorio de alta movilidad po-
yor deprivación en términos materiales. Esto sin duda representa blacional y fronteras flexibles. Las banderas argentina, boliviana y
un importante factor para desplazarla como prioridad en la elección paraguaya, decoran el escenario, y los niños y niñas relatan, entre
de las familias. La “escuela de la ruta”, sostenida en el discurso igua- otras anécdotas, la presencia del embajador de Bolivia en algunos
lador y con una matrícula heterogénea de nacionales e inmigrantes, actos del Día de la Independencia.
claramente más desmarcada de los atributos nacionales y étnicos, Junto con ello, es posible advertir que la escuela interpela fuer-
reúne las características de las escuelas por las que con frecuencia temente a los niños y jóvenes en sus definiciones en torno a lo nacio-
transitan los niños migrantes en la Argentina. Para advertir las nal argentino; esto aparece en los discursos, los proyectos, las ruti-
múltiples aristas con que transcurren estos procesos nos resulta su- nas y rituales que organizan la experiencia escolar, y también en las
mamente sugerente volver a cuestiones que habíamos registrado en relaciones que los niños establecen con docentes y con otros niños,
las escuelas de la ciudad de Buenos Aires años atrás, en una institu- como puede verse en un documento de la institución:
ción en muchos sentidos comparable a esta última.
La escuela cumple así con una de sus funciones pri-
mordiales e históricamente asumida, que es la de incorporar
a la cultura nacional a los inmigrantes y a sus hijos. (Objeti-
Nacionalismo e interculturalidad en la escuela17 vos institucionales de la escuela en 2004 y 2006)
En el sur de la CABA colocamos el acento en el registro de múl- En las situaciones de clase, se reiteraba en los docentes la ex-
tiples espacios de interacción escolar y clases de ciencias sociales.18 plicitación de la “dificultad” de trabajar con grupos heterogéneos, en
Recordemos que se trata de una escuela a la que asisten niños que ocasiones como limitación propia, pero frecuentemente como resul-
provienen de la villa por lo que, en opinión de muchos docentes, la tado de las “carencias” o particularidades que los niños portaban
escuela en los últimos años se transformó, de una “escuela de barrio” ya sea por sus condiciones de vida, por la distancia en las experien-
en una “escuela de villa” cias formativas previas o en el repertorio cultural en el que se re-
ferenciaban, o por la nacionalidad de origen de ellos o sus padres.
Esta es una escuela con un buen proyecto, con un buen
equipo de docentes, donde se enseña, pero los padres del ba-
Registramos también algunas imágenes sobre el sistema educativo
rrio no mandan a sus chicos porque vienen los de la villa. boliviano, desde las que los docentes sostenían que los niños vienen
(Directivo, 2004) de trabajar de otra manera, por repetición, pero además que algunos
contenidos no se ajustaban a lo que nuestro sistema indicaba como
relevante y actualizado. Estas nociones homogeneizadoras impedían
ver particularidades y contingencias en los recorridos escolares rea-
les de los niños migrantes (Diez y Novaro, 2014) y frecuentemente
17. En este y el siguiente punto tomamos algunas reflexiones desarrolladas
por ambas en textos previos y avances de la tesis doctoral de María Laura justifican “bajar las expectativas” sobre sus aprendizajes.
Diez (2014). Entre otros ejercicios de nacionalización, registramos la pre-
18. Observamos diversas situaciones como recreos, entradas, salidas y so- ocupación por asegurar el acceso a la lengua estandarizada. Los
bre todo contextos de aula. Realizamos entrevistas a directivos, docentes, docentes reconocen la existencia de una multiplicidad de lenguas
alumnos y familias. Las observaciones se centraron en las propuestas de
enseñanza de contenidos escolares de ciencias sociales, como Los Pueblos en la población escolar (como lenguas maternas, lenguas indígenas
indígenas y La migración con niños de cuarto, sexto y séptimo grado. o variedades del castellano); a partir de esa descripción, pudimos
[ 327 ] [ 328 ]
registrar formas directas o sutiles de jerarquización de los reperto- palabras en lengua indígena, relatos de prácticas festivas), las redu-
rios lingüísticos. En ciertas situaciones de aprendizaje, las “otras” ce a una expresión folklorizada e incluso en ocasiones se vincula a la
lenguas aparecen como expresiones valoradas: esto se daba gene- emergencia de discursos de rechazo entre los mismos niños.
ralmente en el marco de las temáticas de Ciencias Sociales, como
contenidos específicos en los que, desde un formato folklorizado, se
invitaba a la participación de los niños y niñas hablantes de “otras” Las voces de los niños
lenguas a compartir sus conocimientos. Sin embargo, en innumera-
bles situaciones, son percibidas como formas erróneas de expresión, Detengámonos, por último, en las voces de los niños en el con-
no legítimas, que deben corregirse durante la escolarización: conser- texto escolar.19 Junto con la experiencia de tránsito generacional que
van cosas de su forma de hablar, no se las podés sacar (docente de 5º implican la niñez y la juventud, los niños viven también un tránsito
y 6º grado). territorial junto a los adultos de referencia. Al respecto, encontramos
En tres períodos distintos del trabajo de campo acompañamos que los niños refieren a estos procesos mediante relatos que remiten a
el desarrollo de secuencias de clase de Ciencias Sociales de dos te- la migración tanto propia como de sus padres, en un recorrido que en
mas curriculares específicos: “las migraciones” y “los pueblos indí- algunos casos los ha llevado a cambiar sucesivamente de región y lue-
genas”. Advertimos en todos los casos una clara preocupación de los go de país, movimiento no necesariamente lineal ni acabado. Entre
docentes por sostener temáticas que interpelaran a los niños y niñas otros aspectos, observamos que la migración empieza mucho tiempo
desde sus propias experiencias. Ello no fue acompañado, sin embar- antes de viajar a la Argentina. También registramos reiteradamente
go, de un proceso de revisión de ciertas representaciones sobre la mi- el papel activo de familias extensas que intervienen en la crianza de
gración latinoamericana contemporánea, sobre la cuestión indígena los niños en distintos momentos de la infancia. Advertimos tambien
y en general sobre las imágenes de carencia asociadas a espacios de la tensión explícita entre quedarse y volver. Muchos testimonios asi-
referencias de los niños y las niñas. El tratamiento de esos temas mismo daban cuenta también de la escuela como espacio referencial
tampoco fue acompañado de la incorporación sistemática y sosteni- para la socialización en el país de arribo (Diez, 2011 y 2014).
da de saberes que abrevaran en distintas experiencias formativas En la escuela, tanto los niños que migraron de Bolivia como
de los niños; la convocatoria a participar se vinculaba mayoritaria- aquellos cuyos padres lo han hecho, son vistos y señalados como bo-
mente a completar las frases de los docentes y aportar información livianos, independientemente del lugar de nacimiento. La categoría
solicitada selectivamente a algunos niños inmigrantes hablantes de nativa niños y niñas bolivianos que circula socialmente, conlleva un
lengua quechua o guaraní, por ejemplo para dar cuenta del pluralis- atributo de etnicidad junto con el de nacionalidad. Esta situación
mo cultural vinculado a los pueblos originarios. Hemos advertido en pone en evidencia la tensión entre el estatus jurídico de los sujetos
otros textos que estas prácticas suelen tener un efecto de marcación y la asignación de categorías sociales: a través de la tendencia a la
que convierte a los niños en objeto de expresiones descalificadoras de extranjerización de los hijos de los inmigrantes, o a su remisión o
parte de sus pares (Novaro, 2011; Novaro et al., 2008; Novaro y Diez, consideración, en tanto segunda generación, como bolivianos étnicos.
2011; Diez, 2014). Es importante destacar la centralidad que ocupa Bolivia como
De este modo, pudimos ver que la forma escolar (Vincent et al., aglutinante de las muchas y variadas formas en que los niños se
1994) imponía fuertes condicionantes sobre los modos habilitados de constituyen como sujetos sociales. En muchas ocasiones se la recu-
participación, el uso de la palabra, la relación entre distintos marcos pera en sentido crítico, en tanto señala, marca o fija a los niños y
de significación y las instancias en que las experiencias no escolares las niñas en una posición de la que algunos de ellos desean tomar
referidas a marcas de identidad étnicas y nacionales, se visibilizan.
Resultó llamativo advertir cómo el formato escolar, al mismo tiempo 19. En la escuela mantuvimos numerosas charlas y entrevistas con los niños
y nos detuvimos en la producción de relatos biográficos, procurando abordar
que habilita la visibilización de referencias centrales en la vida de la experiencia migratoria propia y de sus padres a través de la reconstruc-
los niños y las niñas tradicionalmente ocultos o silenciados (como ción de sus trayectorias.

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distancia. Se advierte que la dinámica generacional en el marco de Volver aparece en algunos como un deseo muy presente, que no
la migración siempre produce nuevas definiciones: deja de despertar preocupación. Es interesante considerar cuánto se
Milagros, una niña de 10 años, hizo durante una entrevista juegan en esos temores las características que asumió el propio pro-
una pregunta interesante: si yo nací en Buenos Aires y mi mamá en ceso migratorio, las dificultades enfrentadas, los afectos construidos
Bolivia ¿yo qué soy? Milagros se reconocía argentina, se afirmaba en uno y otro espacio, y el esfuerzo que requirió dar coherencia a las
como tal. Al mismo tiempo sus amigas eran mayoritariamente boli- experiencias de vida, teniendo en cuenta las continuidades y discon-
vianas, algunas habían migrado recientemente. Con ellas compar- tinuidades entre territorios y referentes de sociabilidad.
tía y reflexionaba acerca de las dificultades de la “adaptación” a la Una de las cuestiones que hacen evidente el esfuerzo de biogra-
escuela en la Argentina. fización20 que realizan los niños parece vincularse a las tensiones
Al mismo tiempo que podían señalar un distanciamiento con re- que vivencian en torno a la necesidad de “adaptarse” al contexto
lación a Bolivia, encontramos en los niños una profunda necesidad de nacional actual y sostener al mismo tiempo un repertorio cultural e
desplegar relatos complejos acerca de situaciones vividas por ellos o identitario amplio que les permita transitar por distintos escenarios
transmitidas por sus padres. Bolivia como referencia a un territorio, y reafirmarse como parte del colectivo boliviano.
a un espacio de origen, a afectos pasados y presentes, a un espacio En un contexto como el escolar, donde “lo boliviano” es utiliza-
que se reconfigura. Junto con la tendencia de los niños migrantes do frecuentemente como un atributo negativo, vale la pena detener-
a silenciar sus referencias de identificación étnicas y nacionales en se en los relatos de los niños en los que establecen comparaciones
contextos públicos, de aprendizaje formal y de interacción con niños entre sucesos y espacios de Bolivia y la Argentina, con una fuerte
“criollos”, advertimos el despliegue de estas referencias, manifesta- sobrevaloración del primero. Espacios descriptos con grandes adjeti-
ciones de nostalgia, valoración positiva e incluso idealización de su vaciones, escenarios naturales “más” grandes, abundantes, ricos, o
país de origen en conversaciones que no incluían la presencia de do- escuelas que “enseñan más”:
centes o de algunos niños del grupo; allí pudimos ver las huellas que
“Los ríos son más grandes. ¡Allá sí llueve! Si, no como
en ellos han dejado los procesos de movilidad y fragmentación de sus acá, llueve un montón, hay muchos lagos, todo”, “hay todo
familias. Bolivia se hacía presente en sus recuerdos, en sus proyectos tipo de animales”, “los cerros son enormes”.
y expectativas por un añorado o idealizado regreso, en sus sueños y
en sus miedos: “Las escuelas son más grandes, los patios”.
“Allá es más completo. Desde chiquito que te empiezan
Yo la otra semana, todas las noches lo soñaba con él
a enseñar cosas más avanzadas. En jardín te hacen ya es-
(su abuelo). Siempre a la noche sueño que yo estoy yendo
cribir, te hacen otras cosas. La suma, todo eso. Te preparan
a Bolivia, con mi mamá, con mi papá, y que por un cami-
mucho”. (Relatos de dos niñas de 12 años que cursaban 7º
no viene mi abuelito. Mi abuelito viene me dice: “vení, vení,
grado, nacidas una en Santa Cruz de la Sierra y otra en
vení” me dice. Y mi mamá me dice: “andá, vamos, vamos” y
Cochabamba)
yo empecé a correr: “esperame, abuelito” empezaba a gritar.
(Relato de una niña de 11 años que cursaba 6º grado, había
migrado desde Santa Cruz de la Sierra 3 años antes) Algunos niños que nacieron en la Argentina construían narra-
Mi papá me dijo que hasta el primer año [después] de ciones muy “vívidas” de la vida en aquel país:
primaria [me quede], y después me vaya para Bolivia por-
que acá hay mucha droga y mi papá piensa que me voy a
echar a perder. A mi sí me gustaría volver. A ver a mi fami-
lia, están casi todos, nomás estamos nosotros acá. (Relato 20. En el sentido con que Bourdieu (2011) señala el deseo de dar consistencia
de un chico de 13 años que cursaba 6º grado, había migrado y continuidad de establecer conexiones entre acontecimientos seleccionados,
frente a los acontecimientos de la vida real que se presentan de forma dis-
desde Potosí 5 años antes) continua y aleatoria.
[ 331 ] [ 332 ]
Ahí no se iba con los guardapolvos sin abrochar, sin a través de trayectorias heredadas. En esos relatos se cruzan as-
nada. Ahí no se iba así, ahí se iba planchadito, todo. Por eso pectos estructurales de los contextos que transitan y memorias que
mi mamá me hace cambiar todo, el planchado. (niño de 11 otorgan un marco de significación a los discursos. Es posible pre-
años que cursaba 6º grado, nacido en la Argentina, hijo de guntarse por las formas en que se configuran o producen las memo-
padres bolivianos)
rias migrantes atendiendo a las relaciones intergeneracionales en
las que en términos de Candau (2008), los procesos de transmisión
También se hace alusión a creencias e historias asociadas al te- encierran la voluntad de dejar huellas que favorezcan la apropiación
rritorio de Bolivia, y al conocimiento y valoración positiva de sucesos de los signos transmitidos y de crear una conciencia identitaria.
y líderes de la vida política de Bolivia, particularmente, de su actual Fundamentalmente, destacamos la centralidad de Bolivia como
presidente, Evo Morales. Registramos también situaciones donde el elemento que condensa un repertorio cultural, por momentos difu-
recuerdo parecía provocar angustia, sufrimiento. Una niña nos re- so, a veces idealizado y otras puesto entre paréntesis. Referente en
lataba sus deseos de volver: “no se sabe cómo olvidar”, y comentaba cuya definición se juegan procesos y contenidos que dan cuenta de
luego sus discusiones con la familia por no permitirle regresar. En disputas intergeneracionales y sentidos estratégicos de la identidad
otros casos, la prohibición de establecer contacto o comunicación con en contextos de dominación cultural y privación material. Los niños,
parientes en Bolivia resultaba un modo de favorecer la adaptación depositarios de distintas expectativas sociales, nos cuentan a tra-
(“Él se quiere volver. Ahora yo no lo dejo llamar por teléfono, porque le vés de sus relatos cómo se constituyen en sujetos sociales y llegan
hace mal, le da más resentimiento”, padre de un niño de 12 años). En- a ser miembros de un colectivo, mientras transitan el proceso de
tre las prohibiciones, como formas de discontinuar o posponer cier- escolarización que les exige frecuentemente un esfuerzo complejo de
tas prácticas en la infancia, los niños registran el lugar de la lengua desmarcación (Diez, 2014).
(con predominio de la lengua quechua, en este contexto). Si esto sucede en una escuela del sur de la CABA, donde no se
visibiliza tan claramente un proceso de afirmación nacional de parte
Cuando hablo [quechua] aquí me retan, no quieren que
hable. Mi papá me dice “no, acá no se habla quechua” me
de las familias, donde (en comparación con otros espacios habitados
dice. Ellos hablan entre ellos no más. Yo hablo con mi abue- por población migrante) son menos visibles las organizaciones es-
lita, porque ella no entiende el castellano. (Relato de una tructuradas a partir de la relación pasada y presente con Bolivia,
niña de 12 años que cursaba 6º grado, había migrado de es posible suponer que las tensiones identitarias de los niños serán
Cochabamba ese mismo año). tanto o más agudas en un barrio como Escobar donde las pertenen-
cias nacionales son objeto de disputa evidente.
Yo quería aprender quechua, tenía un cuaderno que
anotaba, pero mi mamá me dijo que mejor no, porque mi
Atendiendo a los procesos de subalternización referidos, al lu-
papá no quería, que cuando vaya algún día a Bolivia, que gar que la población inmigrante latinoamericana ha ocupado dentro
ahí querían que aprendiera, que ahí empiece a hablar. Que de los relatos históricos hegemónicos en el territorio argentino y a
ahí empiece a aprender el quechua de allá. (Relato de una la extranjerización del referente boliviano y andino, la complejidad
niña de 11 años que cursaba 6º grado, nacida en argentina, con que la nacionalidad se configura obliga a revisar el sentido y
sus padres migraron de Cochabamba). las formas con que Bolivia es evocada. Cuando los niños y niñas
hablan de Bolivia ¿de qué hablan? De la Bolivia contemporánea y
Las referencias reconstruidas en este contexto escolar remiten sus líderes, de leyendas y de sucesos con distinta profundidad tem-
así a procesos de continuidad y discontinuidad en la transmisión de poral, de las lenguas, de las ferias y las escuelas, de sus parientes
marcas identitarias asociadas a Bolivia. En tal sentido advertimos y amigos que allí viven. Hablan de registros que conviven en es-
la necesidad del ejercicio biográfico en los niños, no sólo cuando la cenarios simultáneos y contiguos. Por eso nos preguntamos cómo
migración ha sido parte de sus experiencias vividas, sino también pensar estas referencias en términos de colectivización: cuánto de
cuando la migración pasó a constituir un referente de identificación todo ello señala marcadores de pertenencia colectiva como vehículos

[ 333 ] [ 334 ]
activos de procesos de identificación en términos de nacionalidad o escolares como un colectivo en “situación de frontera”, en los difusos
de etnicidad. bordes de identidades que se presuponen claras. En concordancia
En ese mismo orden de ideas vale interrogarse por el sentido de con ello advertimos que, con relación a esta población, no son perti-
la continuidad y la herencia en términos de repertorios que juegan nentes ni las propuestas educativas comunes ni las diferenciadas.21
fuertemente en el presente de la infancia migrante. Aunque la na- Si bien nuestra intención ha sido complementar los avances
cionalidad no se hereda, lo cual parece representar desde el punto de las investigaciones desarrolladas en distintos espacios, dejamos
de vista de los niños cierta ventaja (como condición dinámica que planteadas algunas reflexiones comparativas y algunas preguntas
favorece tanto la adscripción como la desmarcación estratégica para acerca de la compleja relación entre las identificaciones nacionales
el caso de los niños nacidos en la Argentina), el trabajo desarrollado y étnicas en los contextos familiares, comunitarios y escolares. Ad-
en Escobar y el sur de la CABA da cuenta de que la reconstrucción de vertimos en el caso de Escobar la visibilización de lo nacional en con-
algunas referencias socio-territoriales asociadas a Bolivia, aparece textos familiares y de las organizaciones, al tiempo que registramos
como principio o requisito de socialización en las generaciones más cierta tendencia a dar un carácter menos público a lo étnico. En las
jóvenes. escuelas, sobre todo en los contextos de aprendizaje formal, tanto
de Escobar como del sur de la CABA esto aparece por momentos
invertido, pareciera que lo étnico (las imágenes que se presuponen
Reflexiones finales asociadas a lo andino, los términos en quechua, las costumbres atri-
buidas a los indígenas, las festividades y creencias) aunque sea en
La forma en que los niños experimentan sus olvidos y sus re- forma estereotipada, encuentra un lugar para desplegarse más claro
cuerdos, las marcas que se les imponen y las que deciden asumir que lo nacional.
o negar, los sentimientos de los adultos frente a las continuidades Los numerosos debates sobre el concepto de identidad dan cuen-
y discontinuidades en la transmisión de las referencias de identi- ta de los límites para la comprensión de este tipo de situaciones y
ficación a las nuevas generaciones, las apuestas educativas e iden- también de la siempre presente intención de superarlos. Esperamos
titarias de las organizaciones, las múltiples concepciones de sujeto que nuestro trabajo haya sido una pequeña contribución para adver-
en los espacios escolares hablan, en las dos localidades que hemos tir las complejidades de los procesos de identificación en la infancia
analizado, de trayectorias complejas, nunca lineales, donde el deseo y la necesidad de seguir enriqueciendo las categorías para el aná-
de permanecer siendo bolivianos o de mantener prácticas y atributos lisis de situaciones educativas en contextos de interculturalidad y
asociados a ello coexiste con proyectos de inclusión en una sociedad desigualdad.
que en muchas situaciones les exige dejar de serlo.
Hemos visto cómo en ambos casos, con distinto énfasis (posible-
mente asociado al peso de las organizaciones migrantes en Escobar a
diferencia de la CABA) se combinan estrategias, discursos y expecta-
tivas de distinción y de inclusión. Resulta posible desde allí discutir
un modelo vigente en el discurso social y en muchos espacios escola-
res de acuerdo al cual las opciones para los inmigrantes y sus hijos
son o bien integrarse o bien mantener sus referencias en Bolivia.
21. Con la sanción en 2006 de la Ley de Educación Nacional, en la Argentina
Advertimos también las limitaciones de las políticas y estrate- las propuestas de escolarización diferenciadas pasan a institucionarlizarse
gias escolares para trabajar con esta ambigüedad y con el carácter siguiendo una estructura de modalidades. Una de ellas es la Modalidad de
flexible, dinámico de las identificaciones nacionales. En la Argentina Educación Intercultural Bilingüe (EIB), concebida como orientación dirigida
a promover una propuesta particularizada en contextos de presencia indíge-
la población migrante (en particular la procedente de Bolivia que na. En el capítulo 1 (Hecht et al.) de este mismo libro se incluyen referencias
suma a las marcas nacionales las étnicas), se concibe en los discursos ampliatorias respecto de la modalidad de EIB en la Argentina.
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[ 339 ] [ 340 ]
dictadura franquista (1970), hasta el presente se han promulgado
Diversidad, desigualdad y abandono escolar siete leyes de Educación, cuatro desde gobiernos socialistas, dos (in-
cluidas la ley actualmente vigente, Lomce) desde el gobierno con-
Estudiantes migrantes en el servador del PP y una, durante la etapa de la Transición, desde un
sistema educativo español* partido de centro. El entramado de normas que las leyes han ido
introduciendo y también parcialmente derogando, proporciona el
Margarita del Olmo marco legal en el que se desarrolla la compleja vida diaria de estu-
diantes, docentes y personal de gestión. Esta vida transcurre a veces
en sintonía con ese marco legal, otras en franca oposición y protesta,
y en ocasiones navegando los márgenes y las ambigüedades, que son
las que proporcionan verdaderas posibilidades para ejercer la propia
capacidad de agencia de las personas que protagonizan el proceso
educativo.
No es mi intención ofrecer aquí un análisis del sistema educa-
Introducción tivo español, ni siquiera una etnografía de la vida en la escuela; sin
embargo, creo necesario comenzar mencionando, en líneas genera-
El presente capítulo está basado en un trabajo de campo etno- les, algunas de las ideas que caracterizan este sistema para con-
gráfico realizado entre 2005 y 2008 en el marco de un programa textualizar los argumentos que ofreceré en relación a los alumnos
educativo de atención a la diversidad, puesto en marcha por la Co- migrantes a lo largo de este texto. Mi objetivo es ofrecer un análisis
munidad de Madrid en 2003 con el nombre de Aulas de Enlace, y desde el margen y desde los marginados, a partir de un trabajo etno-
destinado a alumnos migrantes recién llegados del extranjero. Co- gráfico realizado entre estudiantes migrantes.
mienza con un epígrafe introductorio de contextualización dedica- El estado central es el responsable de legislar en materia de
do al sistema educativo español; a continuación se ofrecen algunas educación y por lo tanto promulgar las leyes, pero a partir de la ley
ideas generales sobre el alumnado migrante en las escuelas espa- de 1990 (Logse), la práctica de la educación es competencia de las
ñolas; sigue un epígrafe dedicado a analizar las Aulas de Enlace y comunidades autónomas que introducen las normativas necesarias
otras medidas semejantes en otras comunidades autónomas; finaliza y son responsables de una parte del curriculum.
hablando de la vida diaria de los chicos y chicas del Aula de Enlace, Las comunidades autónomas que tienen otra lengua oficial ade-
concluyendo con un resumen de sus trayectorias escolares más allá más del castellano ofrecen enseñanza en las dos lenguas a través
del programa a partir del cual se pretenden mostrar los efectos posi- de programas diferentes. En el País Vasco, por ejemplo, existen tres
tivos y las limitaciones de la medida. tipos de itinerarios (A, B y C): en castellano, en vasco o mixto, y las
familias pueden elegir en cuál prefieren escolarizar a sus hijas e
hijos. En Cataluña este tipo de oferta es más teórica que real, ya que
Sobre el sistema educativo español la mayoría de la enseñanza se produce en catalán.
En España, como en otros países, existen tres tipos de colegios:
Desde la primera ley que estableció la obligatoriedad de la en- públicos, privados y “concertados” (gestionados de manera privada
señanza en España (hasta los 14 años) en los últimos años de la pero financiados por el estado a cambio de cumplir la misma norma-
tiva que los colegios públicos); pero a diferencia de lo que ocurre en
* Agradezco a Fernando Monge la lectura del manuscrito y los comentarios y otros lugares, los colegios concertados tienen una presencia porcen-
sugerencias que han mejorado la argumentación y la claridad del texto final. tual muy importante, variable entre unas comunidades autónomas
El mismo agradecimiento debo a las editoras del libro.

[ 341 ] [ 342 ]
y otras, llegando a superar a los públicos en algunos lugares, por Este hecho combinado con el espíritu de la ley que promovía una
ejemplo en la Comunidad de Madrid. enseñanza individualizada, dio lugar al desarrollo de programas e
Esta proporción se debe al hecho de que durante la dictadu- incluso itinerarios alternativos al recorrido considerado “regular”,
ra franquista la educación estaba en manos de la iglesia católica que conduce a la universidad. Estos programas suelen englobarse
(salvo excepciones) y durante la transición política, para asegurar bajo la categoría de “programas de atención a la diversidad”, enten-
el derecho a la enseñanza gratuita de todos los españoles, el partido diendo como “diversa” a cualquier alumno o alumna que no sigue el
socialista reguló la existencia de los colegios concertados (ley LODE itinerario que conduce a la universidad.
de 1985), obligándoles a seguir las mismas normas que los públicos Antes de tratar estos programas me parece necesario mencio-
(excepto en la contratación de profesores) a cambio de la financiación nar las etapas del itinerario que se considera “regular”. Se divide
del estado. en tres tramos. El primero lo constituyen seis cursos de Enseñan-
Casi treinta años después, sin embargo, la proporción de cole- za Primaria; el segundo tramo está compuesto de cuatro cursos de
gios concertados no sólo no ha disminuido sino que ha aumentado, Enseñanza Secundaria Obligatoria (conocida como ESO); el terce-
a causa de la confluencia de distintos intereses; entre ellos, las pre- ro, Bachillerato, se divide en dos cursos académicos y termina con
siones de la Iglesia católica, el hecho de que la inversión por alumno las pruebas de acceso a la universidad, denominadas “Selectividad”
en un colegio público es más alta que en uno concertado por diversas hasta hace cuatro años, actualmente PAU (Pruebas de Acceso a la
razones (entre ellas un salario más bajo de los profesores, unas ins- Universidad):
talaciones más deficitarias, menos equipamiento, etc.), finalmente Entre los recorridos alternativos a este camino, cabe mencionar
cabe mencionar la preferencia de muchas familias por los colegios esencialmente tres programas. El primero se denomina Diversifica-
concertados que, a pesar de que deben seguir las mismas normas de ción y es presentado por los docentes como un programa destinado a
admisión de alumnos que los colegios públicos, en la práctica ejercen los estudiantes que, en opinión de los profesores, no van superar con
un margen de maniobra mayor a la hora de decidir a quiénes admi- éxito la enseñanza secundaria obligatoria (ESO) por el itinerario
ten y a quiénes no. regular. Les proporciona el título de Educación Secundaria Obliga-
La diferencia entre colegios concertados y públicos es muy im- toria a partir de una enseñanza más globalizada, al terminar pue-
portante, como se verá a lo largo del capítulo, para entender dónde den acceder a la Formación Profesional de primer grado (que exige
se escolarizan los estudiantes migrantes y por qué. En teoría la en- el título de la ESO), a los programas de Capacitación Profesional
señanza es gratuita para las familias, tanto en los colegios públi- Inicial (que no exigen el título de la ESO) o, prácticamente sólo de
cos como en los concertados. En la práctica, los colegios concertados forma teórica, se pueden reintegrar en Bachillerato o incorporarse
exigen “aportaciones” variables a las familias, muchas veces dinero al mercado de trabajo.
extra para material o equipamiento y en muchas ocasiones la nece- El segundo tipo de programas se agrupa bajo el término de
sidad de costear un uniforme para sus hijos e hijas (esto ocurre casi Compensatoria, y está destinado a alumnos y alumnas que, a partir
exclusivamente en los colegios concertados católicos). de una enseñanza más personalizada, reciben tutorías en las lagu-
La educación en España es obligatoria desde los 6 años hasta nas académicas que les impiden seguir las clases en el itinerario
los 16 (a partir de la misma ley de 1990 Logse), límite más alto res- regular, con objetivo de que una vez “compensadas” las carencias,
pecto de los 14 que habían sido establecidos por la ley de 1970, y por los estudiantes se puedan reintegrar al itinerario que conduce a la
debajo de los 18 años como en otros muchos países de la OCDE y universidad; en la práctica, sin embargo, estos alumnos y alumnas
concretamente en Europa. Esta medida fue muy polémica en su día, suelen estar destinados a la Formación Profesional de primer ciclo o
sobre todo para el profesorado que mostró su descontento en muchas al mercado de trabajo.
ocasiones y de diversas formas por la obligación de mantener escola- Finalmente existe otro grupo de programas “de atención a la
rizados a adolescentes que no “tenían ningún interés por estudiar”. diversidad” que se identifican oficialmente con el concepto de Edu-
cación Intercultural, y que se destinan exclusivamente a alumnos
[ 343 ] [ 344 ]
migrantes. En uno de estos programas, denominado Aulas de Enla- En el gráfico se puede apreciar un crecimiento sostenido y sus-
ce, es donde realicé mi trabajo etnográfico con alumnos y alumnas tantivo entre el curso 2002-2003 y el curso 2008-2009, en el que la
migrantes. cifra de alumnos migrantes llegó a alcanzar cerca de los 800.000.
Para finalizar estos apuntes generales sobre el sistema educati- Desde el curso 2008-2009 el número de estudiantes migrantes en
vo español, me gustaría mencionar los resultados de la última evalua- el sistema educativo español permanece estable coincidiendo con la
ción PISA 2012 (OCDE, 2014). En relación con los resultados acadé- crisis económica y financiera que comenzó en 2008. Entre el curso
micos, España puntúa 484 en Matemáticas (siendo el promedio de la 2011-2012 y 2012-2013 se aprecia un ligero descenso. En términos
OCDE 494 y el de la Unión Europea 489), 488 en lectura (promedio de generales se puede afirmar que aunque la cifra total de alumnos
la OCDE 496 y de la Unión Europea 489) y 496 en Ciencias (promedio migrantes no es especialmente significativa comparada con otros
de la OCDE 501, de la Unión Europea 497). Por ello, las conclusiones países de la OCDE, el crecimiento rápido durante la primera década
del informe afirman que: a) El rendimiento del alumnado español es del siglo XXI sí resulta significativa en la misma comparación.
inferior a la media de la OCDE, y b) El impacto del entorno socioe- Con respecto al porcentaje de distribución por comunidades au-
conómico y cultural en España es algo mayor que en la OCDE en su tónomas, se puede apreciar en el gráfico que en general, y con la ex-
conjunto (Instituto Nacional de Evaluación Educativa, 2013: 2). cepción de Madrid que es la capital del Estado, los migrantes comen-
La primera conclusión coincide con evaluaciones anteriores, sin zaron a asentarse en la periferia, en las costas (donde la industria del
embargo, es la primera vez que el organismo reconoce que el impacto turismo es mayor y la capacidad de empleo también); y, a excepción
socioeconómico de los estudiantes incide en sus resultados por enci- del País Vasco, en las comunidades más ricas antes que en las más
ma de la media de la OCDE y ello significa que el sistema educativo pobres. A partir de este análisis general, es necesario señalar que
español ha perdido equidad, al mismo tiempo que se mantiene en actualmente la distribución responde a una multiplicidad de factores
una tasa de rendimiento baja con respecto a otros países. que hace mucho más compleja la explicación, entre ellos el idioma
oficial de la comunidad, la existencia o no de programas para apoyar
la llegada de migrantes, el tipo de economía dominante en la región y
Sobre los alumnos migrantes la capacidad de la misma de generar empleo inestable, etcétera.
Atendiendo a los lugares de procedencia, el porcentaje por área
Según datos del Ministerio de Educación Cultura y Deporte geográfica distribuido por comunidad autónoma ofrece el siguiente
(2013: 8) la evolución del alumnado extranjero en el estado español gráfico para el mismo curso (Ministerio de Educación Cultura y De-
ha sido la siguiente: porte, 2013: 9).

Distribución porcentual del alumando extranajero


1.000.000
por procedencia geográfica. Curso 2012-2013
755.587 762.420 781.141 781.236 755.156 15,2%
800.000 703.497 16% 14,6%

610.702 12,7% 12,9%


530.954 11,6% 12,2%
600.000 12%
10,3%
460.518 9,1% 9,2%
402.117 7,1% 7,1% 7,4%
8,6% 8,8%
400.000 8%
307.151 6,3%
5,4%
4,6%
3,1% 3,7% 4,1%
200.000 4%

0 0%
ra ia a s ía ia s o n la a a a a ia id n a a) a)
2002-03 2003-04 2004-05 2005-06 2006-07 2007-08 2008-09 2009-10 2010-11 2011-12 2012-13 du li c C e u t t u r i a a lu c t a b r a r i a Va s c L e ó e lil n c h s p a ñ v a r r c i a n u r c a d r r a g ó a lu ñ ( I s l a ( L
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[ 345 ] [ 346 ]
Los quince países que a datos actuales aportaron el mayor nú- siglo XXI. La Comunidad de Madrid denominó Aulas de Enlace a
mero de migrantes, ordenados por orden de importancia, serían los este dispositivo, aunque otras comunidades autónomas (no todas ni
siguientes: Rumanía, Marruecos, Reino Unido, Ecuador, Colombia, tampoco las que más alumnos extranjeros reciben) pusieron en mar-
China, Bolivia, Alemania, Bulgaria, Portugal, Perú, Francia, la cha programas semejantes, con nombres parecidos y en la misma
Argentina, República Dominicana, Brasil.1 Pero hay que tener en época. Como mi propio trabajo está centrado en las Aulas de Enlace,
cuenta que ni los porcentajes se distribuyen igual en todas las co- voy a explicar a continuación en qué consiste el programa, para des-
munidades autónomas, ni coinciden exactamente con los lugares de pués ampliar el panorama identificando las diferencias más impor-
procedencia del alumnado. tantes con programas semejantes en otras comunidades, y de esta
Finalmente, la distribución de alumnos migrantes se reparte forma proporcionar al lector un contexto más rico.
entre colegios públicos, concertados y privados para el mismo curso
2012-2013 de manera que, en líneas generales, se puede afirmar que
el 80% del alumnado migrante está escolarizado en centros públicos, Las Aulas de Enlace y otros programas semejantes
mientras que un 19% aproximadamente en centros concertados y el
restante 1% en colegios privados. La proporción mejor distribuida Las Aulas de Enlace son, de hecho, parte de un programa más
entre centros públicos y privados la presenta el País Vasco, con un ambicioso denominado Escuelas de Bienvenida, que puso en marcha
69,9% en centro públicos y un 29% en concertados. El caso más des- la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid (el organis-
proporcionado es el de la ciudad de Melilla con un 97,7 en centros pú- mo encargado de la práctica educativa) a partir del curso escolar
blicos y un 2,2 en concertados. El caso de Madrid está más cercano a 2002-2003. El programa completo constaba de distintas actuacio-
la media con un 78% en centros públicos y un 16,4% en concertados nes, todas ellas destinadas a facilitar la incorporación de los alum-
(Ministerio de Educación Cultura y Deporte, 2013: 9). nos migrantes recién llegados del extranjero al sistema educativo de
Los alumnos y alumnas migrantes son destinatarios de dis- la Comunidad de Madrid: a) las Aulas de Enlace, espacios dentro de
tintos tipos de medidas o programas dependiendo de la Comunidad un colegio público o concertado donde se escolarizan por primera vez
Autónoma en la que residan, aunque todos están identificados con el los alumnos migrantes; b) actividades de ocio y tiempo libre, desti-
concepto de “Educación Intercultural”, y a su vez se engloban dentro nadas a fomentar la convivencia entre los alumnos migrantes de las
de las medidas de “atención a la diversidad”. Existen varios trabajos aulas de Enlace y el resto del alumnado del colegio, y c) formación del
de investigación dedicados a analizar la llegada de estudiantes mi- profesorado en Educación Intercultural.2
grantes al sistema educativo español, entre ellos me gustaría citar
el trabajo pionero de Adela Franzé (2002), y dos trabajos colectivos
más recientes que reúnen conclusiones de muchas investigaciones, 2. Un documento de funcionamiento interno que pude consultar el 11 de mayo
de 2007, gracias al permiso de la subdirectora de inspección educativa, justi-
García Castaño y Carrasco Pons eds. (2011) y Jociles y Franzé eds. ficaba así el programa: “Cuando los hijos e hijas de las familias inmigrantes
(2008). En ellos se ofrecen análisis de las trayectorias de los alumnos se incorporan a los centros docentes, se encuentran con mayores dificultades
y alumnas migrantes en las clases regulares y en diversos progra- para alcanzar los objetivos educativos a causa de diversos factores, entre los
que cobra especial relevancia el desconocimiento de la lengua vehicular del
mas y dispositivos. proceso de enseñanza y aprendizaje en aquellos casos en los que la lengua
Los primeros programas diseñados expresamente para atender materna no es el español. De igual manera los procesos de escolarización
las necesidades de alumnos procedentes de procesos migratorios se anterior, en los países de origen, constituyen un factor condicionante para la
integración del alumnado inmigrante en el sistema educativo español y, en
empezaron a poner en marcha a mediados de la primera década del este sentido, hay que señalar que estos procesos se caracterizan por la varia-
bilidad entre unos colectivos y otros, así como, en el caso de los procedentes
de países menos desarrollados, por su carácter irregular o inexistente. Por
1. Son datos para el 1 de enero de 2013, publicados por el INE (Instituto último, hay que señalar que la situación socioeconómica de la población in-
Nacional de Estadística) en una nota de prensa (http://www.ine.es/prensa/ migrante, en condiciones de precariedad y de pobreza en muchas ocasiones,
np788.pdf, fecha de consulta: 19 de agosto de 2015). constituye un factor básico a considerarse”.
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Durante los primeros años de existencia del programa las tres Los chicos y chicas deben permanecer en esta clase hasta que
áreas contaron con financiación y voluntad política para ser puestas adquieran suficiente competencia en español, aunque no se debe
en marcha, pero en la práctica sufrieron falta de coordinación (cada sobrepasar un periodo máximo de seis meses, que la normativa de
una dependía de un organismo diferente) y también experimentaron 2006 amplió hasta nueve (Consejería de Educación, 2006). En cuan-
resistencias por parte del profesorado. Por ejemplo, las actividades to adquieren un mínimo conocimiento de la lengua, deben asistir a
de ocio y tiempo libre exigían que los profesores trabajaran fuera del las clases regulares del curso que les corresponda en las asignaturas
horario escolar y durante los fines de semana sin que estuviera pre- de Educación Física, Música, Tecnología y Plástica, Idioma Extran-
vista ninguna remuneración adicional, por lo que en la práctica se jero y Matemáticas.
redujo prácticamente a las Aulas de Enlace y a algunas actividades Las aulas de Enlace pueden escolarizar hasta 12 alumnos y
extraescolares que los colegios subcontrataban a distintas empresas alumnas. En un principio se dividían en tres tipos: Aulas de prima-
y organizaciones una vez al año (talleres de teatro, cerámica, ma- ria (de 9 a 11 años), Aulas de secundaria (de 12 a 18) y mixtas (todos
gia, etc.), en horario escolar. El recorte presupuestario de los últimos juntos). Actualmente casi todas son mixtas.4
años a causa de la crisis económica acabó con las actividades de ocio Todas las comunidades autónomas han desarrollado normati-
y tiempo libre, y redujo drásticamente el número de Aulas de Enlace vas o recomendaciones dirigidas a la atención del alumnado migran-
en la Comunidad de Madrid.3 te, pero sólo algunas tienen programas similares a las Aulas de En-
El programa consiste en una dotación económica suficiente lace de la Comunidad de Madrid. Aunque mi conocimiento de ellos
para reservar un aula en un colegio público o concertado, contratar no es tan exhaustivo porque mi trabajo de campo fue realizado en
al profesorado (un profesor o tutor por aula en el caso de los colegios Madrid, sí he tenido oportunidad de leer las normativas, entrevistar
concertados, y uno a tiempo completo más uno a tiempo parcial en a profesores involucrados y, sobre todo, beneficiarme de trabajos aca-
los colegios públicos), y equiparla con el material necesario (ordena- démicos realizados por otros colegas. Me parece importante señalar
dor, libros, televisión, lector de DVD, etcétera). aquí algunas de las diferencias más significativas para ofrecer un
Los colegios pueden solicitar el Aula de Enlace o la inspección panorama más amplio sobre las medidas educativas destinadas a fa-
educativa puede recomendar al colegio que lo haga, pero en cualquier cilitar la incorporación de alumnos extranjeros. He seleccionado los
caso el centro escolar debe cumplir una serie de requisitos: a) aceptar casos de Andalucía, Murcia y Cataluña porque son los que cuentan
los términos del programa; b) disponer de un espacio adecuado; c) con un mayor y más antiguo desarrollo coincidiendo con las comuni-
comprometerse a escolarizar a los estudiantes en el propio colegio dades donde empezó a llegar el alumnado migrante.
después de que finalicen el programa; d) estar emplazado el colegio En Andalucía el programa se denomina ATAL (Aulas Tempora-
en una área de concentración significativa de migración; e) contar les de Adaptación Lingüística) y, por lo tanto, la medida está explíci-
con experiencia en la enseñanza de alumnos y alumnas que no ha- tamente centrada en el aprendizaje del español. En vez de los seis a
blan español, y f) disponer de programa de comedor, extraescolares y nueve meses de duración que tienen las Aulas de Enlace en Madrid,
posibilitar a los estudiantes el uso de las instalaciones antes de que las ATAL están diseñadas para un periodo de dos años, aunque la
empiecen las clases, después de que terminen y entre clase y clase. normativa aconseja a los profesores que den de alta a los estudiantes
No se trata de un programa obligatorio, pero la Comisión de Es- lo más pronto posible. A diferencia de lo que ocurre en Madrid, en
colarización (que recibe a los alumnos recién llegados a la Comuni-
dad de Madrid) se lo recomienda a los padres y madres de estudian-
4. A pesar de que la única evaluación que la Consejería de Educación ha
tes si no hablan español o tienen un desfase curricular significativo. hecho al programa recomendó la desaparición de las aulas mixtas por la
disparidad de edades. La evaluación se realizó para los tres primeros años
3. En el presente curso académico (2013-2014) existen solamente sesenta y de existencia de la medida (2002-2003, 2003-2004 y 2004-2005), sin embar-
nueve Aulas de Enlace Comunidad de Madrid según datos de la Consejería go los resultados no han sido nunca publicados. La subdirección general de
de Educación (2013: 52) y suponen una reducción considerable con respecto a inspección me permitió consultar los informes finales y tomar notas (véase
las 293 del curso 2008-2009 (Consejería de Educación, 2009: 30). Del Olmo, 2009).

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Andalucía los alumnos se clasifican en diferentes niveles en función Pla recoge una serie de normativas y recomendaciones que explican
de su conocimiento de la lengua vehicular. Finalmente, los profeso- claramente qué es la acogida, cómo se debe de hacer y a través de
res no pertenecen al colegio en el que se encuentra la ATAL, sino que qué proceso. Otra diferencia significativa con respecto a las Aulas de
son contratados directamente por los responsables del programa, y Enlace de la Comunidad de Madrid la constituye la lengua vehicular
son responsables de varias ATAL en distintas escuelas al mismo en la que se instruye el catalán, de manera que las Aulas d’ acollida
tiempo. Los estudios señalan esta característica como una de las escolarizan al mismo tiempo y en el mismo lugar alumnos españoles
debilidades del programa porque existe una gran separación entre que no hablan catalán y extranjeros. Más allá de estas diferencias,
los alumnos y los profesores de las ATAL y los alumnos y profesores existen otras de menor importancia, tales como el hecho de que las
del resto del colegio, y esta separación, además, se prolonga más en normativas contemplen las necesidades emocionales de los estudian-
el tiempo (Ortiz Cobo, 2011). tes, que hagan especial hincapié en el refuerzo entre los estudiantes
La Comunidad Autónoma de Murcia ha desarrollado las Aulas de las Aulas d’acollida y los compañeros y compañeras de los cursos
de Acogida como un programa en tres fases. Durante la primera que de referencia y, finalmente determinen que la metodología de ense-
tiene unos tres meses de duración, los estudiantes aprenden español ñanza en el aula debe ser interactiva.5
de manera intensiva y se asocian a un alumno tutor que pertenece a Ninguno de los programas mencionados, ni el resto de los exis-
la escuela y con el que mantendrán la misma relación hasta el fin del tentes en otras comunidades autónomas (como los A, B y C que es-
programa. La segunda, que tiene una duración máxima de un año colarizan en castellano, vasco o mixto del País Vasco), así como el
académico, está dedicada a la enseñanza del español asociada a las resto de las recomendaciones más generales de otras comunidades
materias que se cursan, en algunos casos en las clases junto con el autónomas (como las de Galicia) hace mención de la lengua materna
resto de los compañeros de los cursos de referencia. En la tercera los de los estudiantes. A pesar de esto, por ejemplo en el caso de Madrid,
estudiantes se integran en las clases regulares aunque son asigna- se ha puesto en marcha en los últimos años de manera extensiva
dos, a tiempo parcial, a grupos más pequeños que tienen el objetivo de un plan de enseñanza bilingüe: si en principio podría pensarse que
reforzar el aprendizaje del español y resolver dudas en este sentido. este plan contemple las lenguas maternas de los inmigrantes, de
Aunque este programa cuenta con un mayor desarrollo que hecho las únicas lenguas que se incluyen en el plan son el inglés y el
el de las Aulas de Enlace, la práctica de ambos es muy parecida. francés, y en ningún caso las lenguas de origen de la mayoría de los
Sin embargo es necesario señalar dos diferencias importantes: la estudiantes migrantes.
asignación de un alumno tutor, que en Madrid no existe o al menos El gasto que se ha destinado a la creación de estos programas
no es normativa aunque algunas escuelas hagan uso de la figura del bilingües en los colegios públicos y concertados de la Comunidad de
alumno-mentor; y el proceso de selección de profesores, que en Mur- Madrid ascendió en el curso 2012-2013 a un total de 24.920 millones
cia requiere a los candidatos formación en Educación Intercultural y de euros, según datos de la Consejería de Educación de Madrid (2014:
en Enseñanza del Español como Segunda Lengua, mientras que en 33). Al mismo tiempo la inversión en el programa Aulas de Enlace
Madrid se aconseja, pero no son requisitos indispensables. ha sufrido una drástica reducción en la ciudad de Madrid,6 desde las
El gobierno de la Generalitat de Catalunya es el que ha diseñado 142 del curso 2008-2009 (Cucalón Tirado Ms, 2015: 164) hasta las 36
el programa más extensivo destinado al tratamiento de la diversi- del presente curso escolar 2013-2014 en la ciudad de Madrid, 69 para
dad en las escuelas y también el más diferente con respecto a las toda la Comunidad (Consejería de Educación 2014: 52).
Aulas de Enlace de la Comunidad de Madrid. La primera diferencia
significativa es que este programa está encuadrado en el Plan Inte-
gral de Ciudadanía e Inmigración de la Generalitat, basado en tres
5. Existen muchos estudios de las Aulas d’ acollida, pero me gustaría men-
conceptos clave: 1) pluralismo; 2) equidad, y 3) espíritu comunitario. cionar, en particular Carbonell (2006).
Una de las áreas del plan se denomina Pla d’acollida i 6. No dispongo de cifras totales para la Comunidad de años anteriores, ya
d’integració (Plan de acogida e integración) para las escuelas. El que la Consejería no las publica y tampoco las facilita a los investigadores.
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De estas 69 Aulas de Enlace actualmente vigentes, 24 se encuen- cursos de funcionamiento y los resultados de la evaluación fueron
tran emplazadas en colegios públicos y 45 en concertados (Consejería altamente positivos, reflejando las opiniones de todos los actores
de Educación 2014: 52). Es interesante cruzar estos datos con los to- educativos, incluidos los alumnos.
tales de estudiantes extranjeros en la Comunidad de Madrid distri- Las opiniones desfavorables proceden fundamentalmente de las
buidos por tipos de centro: en centros públicos se escolarizan 105.950 investigaciones académicas que se han llevado a cabo en las Aulas de
alumnos y alumnas (24 aulas de enlace) y en centros concertados so- Enlace, argumentando que: a) retrasan el proceso de inclusión de los
lamente 23.897 estudiantes (pero cuentan con 45 Aulas de Enlace). alumnos en la escuela; b) evitan la inmersión lingüística con hablantes
Los últimos datos ofrecidos me permiten subrayar dos argu- de la lengua; c) someten a los estudiantes a un doble proceso de aliena-
mentos. El primero es que los estudiantes migrantes están concen- ción porque en la mayoría de los casos tienen que reincorporarse a un
trados mayoritariamente en la enseñanza pública mientras que, colegio diferente al terminar el programa; d) las lenguas maternas no
paradójicamente, la inversión en programas dedicados al alumnado tienen ninguna consideración en el marco del programa; e) no se valo-
migrante en la Comunidad de Madrid favorece sustancialmente a ran los saberes con los que llegan los estudiantes, ni se construyen a
los colegios concertados en detrimento de los públicos. partir de ellos los procesos de enseñanza/aprendizaje, y f) el programa
El segundo argumento es que las Aulas de Enlace como medi- no consigue integrar con eficacia a los alumnos en el sistema educati-
da específica de atención al alumnado migrante se caracterizan por vo, ya que la mayoría termina abandonando la escuela.
una existencia corta (desde el curso 2002-2003), por haber sufrido El análisis que desarrollaré a continuación se inscribe dentro
una evolución en aumento hasta el curso 2008-2009 y de fuerte des- de las segundas perspectivas, con los matices necesarios y resca-
censo desde entonces, por un desplazamiento muy importante desde tando las ventajas del programa que mi posición en el trabajo de
la enseñanza pública a la privada-concertada y por ser una medida campo me ha permitido analizar. Creo que la dicotomía entre las dos
controvertida, objeto de una polémica polarizada entre opiniones perspectivas encontradas tiene que ver, fundamentalmente, con la
fuertemente favorables y duramente críticas de las que me gustaría manera de concebir la enseñanza. En las aulas se aprecia un patrón
hablar a continuación, porque las diferencias tienen mucho que ver que tiende a concebir los procesos de enseñanza/aprendizaje desde
con la forma de entender la enseñanza.7 una perspectiva homogénea, identificando el patrón con la regulari-
La mayor parte de las opiniones favorables proceden del ámbito dad y lo deseable, y la diversidad con las carencias que es necesario
escolar, del profesorado y el alumnado implicado directamente en compensar. Por eso diversidad y déficit son dos conceptos asociados
ellas, pero también del profesorado, equipos de orientación y equipos en los centros educativos y por parte de los profesores.
de dirección de los centros escolares cuyo ejercicio profesional no se Los investigadores estamos actualmente convencidos de la nece-
desarrolla en las Aulas de Enlace. Estas opiniones se basan, a gran- sidad de evitar planteamientos homogéneos en la enseñanza y basar
des rasgos, en los siguientes argumentos: a) el programa proporcio- los procesos de enseñanza/aprendizaje en la diversidad individual
na un lugar en el que empezar a construir el proceso de adaptación de las personas, que no se reduce ni a su lengua, ni a su pasaporte,
al nuevo sistema escolar y a la nueva lengua; b) brinda la oportuni- ni a su origen o a su discapacidad. Esta dicotomía me parece que
dad de incorporarse al sistema educativo de manera gradual; c) está es especialmente fácil de apreciar en cómo se concibe la enseñanza
basado en la heterogeneidad de los estudiantes (lenguas, lugares de de la lengua: mientras en la escuela se desea un uso del español lo
procedencia, nivel de competencia en la lengua vehicular, edades, más rápido posible y en todos los ámbitos y a costa de las lenguas
etc.), y d) por lo tanto, la diferencia y la diversidad son la norma de origen, las investigaciones sobre la adquisición de una segunda o
en vez de la excepción. Por otro lado, la Consejería de Educación de tercera lengua insisten en la necesidad de asentarla sobre la lengua
la Comunidad de Madrid encargó a la dirección general de inspec- materna y en lo importante que es desarrollar ambas.8
ción educativa la evaluación de la medida durante los primeros tres
8. Puedo apoyar esta afirmación con un episodio de mi trabajo de campo,
cuando la profesora del Aula de Enlace me contó que un alumno le había di-
7. He desarrollado más extensamente este argumento en Del Olmo (2012). cho que se le estaba olvidando su lengua materna. La profesora lo interpretó

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Los chicos y chicas en el Aula de Enlace ¡Qué bonito es España! Yo, cuando he venido a Espa-
ña, he visto por primera vez a mis padres, que hacía tres
Durante mi trabajo de campo en el Aula de Enlace de un colegio años que no veía. Después he visto los edificios grandes, el
concertado de la ciudad de Madrid tuve la oportunidad de conocer a metro… y me ha gustado muchísimo. Cuando después he
ido a casa con mis padres y mis primos, que estaban antes
43 estudiantes, 25 chicos y 18 chicas de edades comprendidas entre
que yo, aquí, he visto a mis padrinos y a unos amigos nue-
12 y 18 años, recién llegados a España, procedentes de Brasil (14),
vos. Hemos venido el sábado 3 de septiembre, hemos tenido
Rumania (13), China (4), Ucrania (4), Polonia (2), Bulgaria (2), Repú- suerte, porque hemos llegado tres días antes de cerrarse la
blica Dominicana (2) y Marruecos (1). piscina. Después de muchos días he hecho amigos y he juga-
No hablaban mucho sobre sus vidas ni sobre sus familias, y me- do al fútbol, al escondite, etc. Cuando he aprendido un poco
nos aún sobre sus casas en Madrid. Como cualquier otro adolescente, más español, he ido al colegio donde he visto a [las profeso-
sus conversaciones giraban en torno a la música, los teléfonos móvi- ras] y a otros niños nuevos para mí. Hemos jugado mucho
les, juegos de ordenador, sobre los chicos o chicas que les gustaban los niños de nuestra clase.
en ese momento, las fiestas a las que habían ido o las que estaban Después de unas semanas, [la profesora] nos ha dicho
planeando ir o simplemente critican a otros compañeros y compa- que todos los viernes íbamos a ver una película, y nos hemos
ñeras. Como yo viajaba con frecuencia, siempre aprovechábamos la cambiado a otra clase. En esta clase nueva, hemos traído
postres en Navidad, y hemos colocado una mascota que es
ocasión para hablar sobre los países que ellos habían visitado o en
un águila calva. Hemos aprendido más español y en el pre-
los que habían vivido, que era algo de lo que raramente se hablaba
sente estamos aquí. Creo que la semana que viene ¡¡¡voy a
en las clases. clase!!!9 (Alumno de 12 años procedente de Rumania)
Cuando coincidían en la clase estudiantes procedentes del mis-
mo país, preferían usar la lengua que compartían, en contra de las Mis primeras impresiones. Todo empieza hace siete
normas de la clase que exigían hablar siempre en español (a excep- meses cuando llegué a España, en la primera impresión no
ción de cuando llegaban por primera vez, cuando la profesora les me gustó, porque yo había llegado en el verano y hacía un
invitaba a sentarse con alguien que hablara la misma lengua). El calor insoportable, y también estaba cansado de las diez ho-
grado de competencia en español con el que entraban en el programa ras de vuelo. Por otro lado, yo estaba muy feliz, porque hacía
era muy diferente: algunos no sabían nada, otros estaban ligera- tres años que no veía a mi tía y a mi prima, que aquí vivían.
mente familiarizados con la lengua, algunos estudiantes hablaban Desde mi llegada, me he quedado un mes sin salir a la ca-
lle, porque no conocía a nadie, pero luego conocí a algunos
muy bien español porque lo habían aprendido de muchas maneras
chicos y con ellos fui a jugar al fútbol, en el Parque de […]. A
(viendo películas en la televisión, hablando con familiares o ami-
partir de aquí empecé a cambiar mi forma de ver las cosas.
gos, usando el español como lengua de comunicación en la calle –por A finales de septiembre, comencé a ir a las clases del Aula
ejemplo en algunas ciudades de Marruecos–), finalmente, para al- de Enlace, donde conocí personas nuevas de distintos países
gunos alumnos y alumnas su lengua madre era el español pero su y nacionalidad, y en esas clases aprendí a hablar y escribir
presencia en el programa era justificada por el profesorado y por la el castellano con sólo tres meses. Y con tres meses también
normativa sobre la base de un desfase curricular. me he apuntado al equipo de fútbol sala del colegio, y yo he
Algunos de los alumnos del Aula de Enlace escribieron sus pri- hecho cosas que en mi país nunca había imaginado, porque
meras impresiones sobre España en el periódico del colegio, ayuda- aquí las personas creen en sus alumnos.
dos y corregidos por la profesora: Hoy, si alguien me pregunta si tengo ganas de volver a
Brasil, le digo que no, porque España es un buen lugar para
vivir, pero el clima no me gusta mucho, y le digo también que
como un síntoma de su buen nivel y buen uso del español, y sin embargo yo le si vuelvo a Brasil es para viajar, y volver a ver a mis amigos
comenté que me parecía terrible que pudiera dejar de hablar con sus abuelos,
que le habían criado durante los últimos años. 9. Se refiere al curso de referencia.
[ 355 ] [ 356 ]
y familiares. Ahora digo a todos que quiero a España como muchas veces expresaban su deseo de que fuera del sexo opuesto y
mi segundo país. (Alumno de 15 años) “estuviera bueno o buena” (atractivo o atractiva).
En este ambiente de expectación, cuando llegaba el nuevo
Mis primeros días en España. Después de un largo alumno o alumna, normalmente estaba acompañado de su madre
viaje de tres días en autocar, llegué a España junto con mi o algún otro familiar. Llamaban a la puerta y la profesora salía de
madre. Por curiosidad estuve atenta a cada kilómetro desde la clase para presentar al nuevo estudiante a la dirección del cole-
cuando entré en este país. gio. Esta conversación solía durar unos diez minutos, durante los
Lo que más me extrañaba en primer lugar, era el cli-
cuales el resto de la clase chillaba y alborotaba mostrando un gran
ma. Hacía mucho calor, y tanto la hierba, como los árboles
nerviosismo y anticipación. La profesora solía volver a la clase sin el
eran verdes. La tierra me parecía distinta a la de mi país,
Rumania, pero al entrar en las grandes ciudades me di
estudiante (que volvería al día siguiente) pero con más información
cuenta que no era un país distinto al mío. El tráfico es igual. que compartía gustosamente con los futuros compañeros.
Las calles algunas anchas y otras estrechas. Los edificios Si el chico o chica recién llegado se quedaba ese día, entraba en
más o menos igual. (Alumna de 13 años) la clase con la profesora en medio de un gran ruido: todo el mundo
hablando alto y de prisa, y la profesora diciendo que se callen y que
Una de las historia de llegada más tristes me la contó una alum- no asusten al nuevo estudiante, lo que resultaba en una experiencia
na de 14 años que venía de Bulgaria y que había pasado los cuatro abrumadora. Dependiendo de su nivel de competencia en español,
últimos años mudándose de un lugar a otro en ese país con su padre, la profesora le pedía que se presente diciendo su nombre, de dónde
mientras su madre vivía en Madrid, habiendo cambiado su trabajo venía y cuántos años tenía. Si no entendía español, la profesora pro-
de profesora de universidad en Bulgaria por el de limpieza de casas curaba sentarle al lado de otro alumno que hablara su misma lengua
por horas en Madrid (sin contrato y sin seguro). Esta chica me contó y le daba el primer cuadernillo de ejercicios fotocopiados.
que después de despedirse dolorosamente de su queridísimo padre, Los ejercicios que la profesora le ofrecía a cada alumno que lle-
llegó al aeropuerto de Barajas en Madrid donde la esperaba su ma- gaba al Aula de Enlace (para hacer de manera individual y según su
dre, y que lo primero que su madre le dijo es que no la reconocía. nivel de competencia en español) habían sido recopilados por ella a lo
La profesora me contaba que la mayoría de estos chicos y chicas largo de los años y de cualquier fuente que le pareciera útil. Algunos
no vivían en casas o apartamentos con su familia, sino en habitacio- procedían del material que la Consejería de Educación proporciona-
nes en pisos que compartían con otras familias. Los chicos y chicas ba a los profesores para enseñar español como segunda lengua, pero
nunca mencionaban este tema, y alguna vez que empecé preguntán- la profesora consideraba que tenían un objetivo meramente comuni-
doles, enseguida cambié de conversación al ver su reacción negativa. cativo y carecían del contenido académico que ella consideraba iban
Esta situación se convertía en un gran obstáculo a la hora de hacer a necesitar al incorporarse a los cursos de referencia.
amigos en España, y también explicaba que cuando yo les pregunta- En opinión de la profesora ésta era la mayor debilidad del pro-
ba qué es lo que echaban más de menos de sus vidas antes de venir grama: que se centraba en la enseñanza de la lengua, pero no en los
a España, en vez de mencionar los amigos como yo creía que iban a contenidos curriculares. Por este motivo ella había recopilado mate-
hacer, hablaban de sus casas. riales con el lenguaje sencillo de cursos de primaria, pero adaptados
La llegada de un estudiante al Aula de Enlace siempre era a las áreas de Lengua, Matemáticas, Ciencias Naturales y Ciencias
anunciada por una llamada telefónica de los padres o parientes. A Sociales. Ella había realizado la secuenciación de los contenidos, de
partir de ese momento, la profesora contaba a la clase que iba a venir manera que un nuevo alumno se podía incorporar a la clase inmedia-
alguien nuevo y les decía cuántos años tenía, de dónde venía y si era tamente desde el principio recibiendo los cuadernillos de ejercicios
chico o chica. Este anuncio siempre era fuente de emoción y revuelo que realizaban individualmente, pero en un clima de cooperación.
para los estudiantes, que estaban esperando que llegue alguien más Las situaciones de los alumnos eran muy diferentes, y no sólo en
del mismo país y, en el caso de los alumnos y alumnas más mayores, relación a su nivel de competencia en español. Dependían también

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mucho del carácter, de lo que esperaban de la escuela, de cómo se de chicos y la hermana al de chicas. Esta forma de organizar las re-
sentían en relación a todo el proceso migratorio (que suele ser una laciones entre ellos también se presentaba durante los recreos, antes
decisión de las personas adultas de la familia y planificada por ellas, de entrar en las clases, a la salida de las mismas cuando los chicos
con poca participación de los chicos y chicas, generalmente). Pero es y chicas se esperaban unos a otros, en las visitas organizadas por el
indudable que la posibilidad de hablar en el propio idioma con otra colegio a distintas instituciones (biblioteca, jardín botánico, museos,
persona tenía una incidencia notable en el proceso de adaptación y etc.), en los momentos de apoyar a alguien durante las peleas y las
ajuste a la nueva vida. El problema es que la mayoría de los profe- discusiones.
sores pensaba exactamente lo contrario, por eso nunca se apoyaban Esta formación de grupos de género era una de las causas fun-
en el conocimiento de sus lenguas de origen ni en otras lenguas que damentales de su interés por hablar español, porque necesitaban
pudieran hablar (a excepción del momento de llegada de los/as estu- una lengua franca para relacionarse entre sí, tanto las chicas como
diantes al Aula). los chicos, y sobre todo a la hora de argumentar en contra del grupo
Algunos adolescentes se sentían amenazados e inseguros du- contrario. Compartir historias, opiniones y pelearse eran las acti-
rante mucho tiempo. En estos casos tendían a insistir en no quitarse vidades que tenían más interés para estos chicos y chicas, las de-
los abrigos, las gorras, las capuchas o incluso las mochilas. He visto más actividades parecían ser simplemente interrupciones de esta
algunos en la clase bajar la cabeza y apoyarla en el pupitre, como si atmósfera donde siempre se sentía una carga sexual que modelaba
quisieran protegerse de mundo a su alrededor y “apagarlo”. Las pro- los papeles sociales de hombre y mujer y lo que se esperaba de ellos.
fesoras reaccionaban al principio con respeto por esta actitud, pero Como adolescentes que eran, estaban empezando a tener interés en
pasados algunos días trataban de convencer al estudiante de que se el tema del sexo y el Aula de Enlace era un buen escenario de expe-
quitara el abrigo y lo colgara en la percha con los demás. Algunos rimentación.
se negaban por completo y las profesoras les dejaban tranquilos un El uso que hacían de los ordenadores cuando las profesoras
poco más de tiempo. no estaban delante estaba directamente relacionado con el mismo
La mayoría de los chicos y chicas que he conocido en el Aula tema. Algunos utilizaban distintos tipos de chats para ponerse en
de Enlace, a la semana de llegar ya habían conseguido hacer un contacto con los amigos y amigas que habían dejado en sus países
amigo o amiga dentro de la clase, sobre todo si tenían compañeros de origen, pero otras veces acudían a páginas web sexualmente
que venían del mismo país y hablaban la misma lengua. Se solían explícitas a hacer contacto o simplemente a satisfacer su inmensa
sentar juntos y la profesora se lo permitía durante un tiempo, pero curiosidad. La mayoría de estos chicos y chicas no tenía ordenado-
llegaba un momento en que empezaba a quejarse de que no hablan res en casa, así que utilizaban las horas que pasaban delante de un
en español, y solía culpar de esto al alumno o alumna más antiguo ordenador en clase, supuestamente haciendo ejercicios relacionados
en el programa. con el aprendizaje del español de manera académica o con materias
Los lugares donde se sentaban los estudiantes en la clase no específicas, como cualquier otro adolescente puede hacer en su casa
estaban pre-asignados, y ni siquiera tenían que ocupar siempre el con mayor libertad y tiempo.
mimo sitio, de manera que elegían las ubicaciones de acuerdo a sus Los chicos desarrollaban una enorme destreza cambiando de
preferencias, en función de los huecos libres que quedaban a la hora una página a otra en función de si la profesora podía o no ver qué
en que llegaban. He podido documentar etnográficamente que los tenían en la pantalla. Como mi papel en la clase era percibido por
estudiantes elegían sitios al lado de otros alumnos de sus mismos los estudiantes de manera diferente al de las profesoras (aunque me
lugares de procedencia, pero sólo al principio. La tendencia era a presentaran como una profesora más), no cerraban las páginas de
sentarse por grupos de género: los chicos con los chicos, las chicas contenido sexual explícito cuando las podía ver yo e incluso algunas
con las chicas. En el caso de que llegaran a la clase un hermano y veces me hacían partícipe de las conversaciones que querían man-
una hermana ocurría lo mismo, al principio estaban siempre juntos, tener por la red (consiguiendo que me ruborizara). Eran adolescen-
pero llegaba un momento en que el hermano se incorporaba al grupo tes atreviéndose a jugar con otros adolescentes, protegidos por el
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anonimato que les proporcionaba la red. Por supuesto los profesores consistía en terminarlos lo más deprisa posible, pero los chicos y
no sabían lo que estaban haciendo y yo siempre tuve claro que no chicas enseguida me enseñaron que se trataba de una táctica to-
tenía derecho a decírselo. talmente errónea: ya que los ejercicios son infinitos, no importa lo
A algunos de los chicos les encantaba jugar al fútbol (el fútbol rápido que uno termine, porque enseguida va a llegar otro, así que la
siempre era el deporte favorito aunque a veces jugaban al baloncesto táctica consistía en encontrar el ritmo adecuado para equilibrar las
para que se integraran las chicas de la clase, que se negaban a jugar expectativas de la profesora con otras tareas o conversaciones más
al fútbol pero consentían el baloncesto), incluso con la intención de interesantes.
dedicarse profesionalmente a jugar en el futuro. Esta actividad era En este sentido tengo que aclarar que mi interés fundamental
la única que compartían con chicos del resto del colegio, cuando no en el trabajo de campo estaba centrado en el análisis del proceso de
era así se refugiaban en el grupo del Aula de Enlace. incorporación de los estudiantes al sistema educativo español, pero
En el caso de las chicas, lo que les hacía salir del Aula de Enlace poniendo el acento en las relaciones sociales, más que en el apren-
era ligar (nunca vi a ningún chico del Aula de Enlace intentar ligar dizaje de la lengua propiamente dicho. La profesora, por otra parte,
con alguien de fuera del programa, pero sí a muchas chicas). Pasába- me llamaba continuamente la atención sobre los ejercicios que utili-
mos muchos recreos buscando el lugar estratégico ideal para obser- zaba, que había ido reuniendo de libros de lengua de cursos de pri-
var los movimientos de los chicos y para que las chicas fueran vistas maria porque tenían un lenguaje sencillo y muchas imágenes para
por ellos. Cuando esta forma de flirteo tenía lugar entre una chica del apoyar al texto. Pero los alumnos y alumnas del aula de enlace so-
Aula de Enlace y un chico de fuera de ella, se convertía en una opor- lían protestar por el nivel de los mismos, que les obligaba a repasar
tunidad para que todos los estudiantes que integraban el Aula de conceptos que ya conocían. La profesora insistía en que tenían que
Enlace se relacionaran con chicos y chicas del resto del colegio, y esta aprenderlos en español, pero a los adolescentes les resultaba aburri-
oportunidad era mucho más efectiva que las actividades planificadas do volver aprender las mismas cosas, aunque fuera en otro idioma,
desde la Consejería de Educación o desde la dirección del colegio para y a menudo interpelaban a la profesora porque se sentían tratados
que los alumnos del Aula de Enlace entren en contacto con los demás. como si no supieran todas esas cosas que ya conocían en otro idioma.
Los chicos solían venir a la clase a invitar a la chica en cuestión La mayor parte de los ejercicios implicaban además del objetivo
a que participe en determinada actividad, pero las chicas normal- de los mismos, una búsqueda de los verbos y la necesidad de con-
mente se negaban y sólo aceptaban cuando la invitación se extendía jugarlos en todas las personas y en presente pasado y futuro, por
a todo el grupo, porque de esta forma se sentían apoyadas. Excep- lo que la sensación de repetición era constante. Mi impresión era
tuando este tipo de oportunidades, alguna salida fuera del colegio al que los estudiantes tenían muy poco interés en los ejercicios y que
año y algún taller, los estudiantes del Aula de Enlace estaban muy los hacían, simple y llanamente, por cariño hacia la profesora. En
aislados del resto del colegio y se resistían a los intentos de las pro- este sentido yo les resultaba un poco útil, porque conocía algunas
fesoras de que establezcan relaciones fuera. de las respuestas, que inmediatamente compartían entre sí, lo que
Al igual que para los adolescentes, este tipo de situaciones cons- les daba tiempo para concentrarse en lo que les interesaba: los telé-
tituían para mí también los momentos más interesantes del día. El fonos, la música, hablar sobre los chicos y chicas que les gustaban,
resto del tiempo me resultaba muy aburrido (y revivía a través de lo que iban a hacer en el recreo o después del colegio, o llamar la
este aburrimiento mi propia experiencia en la escuela), a pesar de atención de alguien tomándole el pelo.
que me encontraba haciendo trabajo de campo. Mi sensación de cada Además de los ejercicios escritos, la profesora les ayudaba a
día era que el reloj se paraba totalmente en algún momento com- aprender y practicar el español a través de otro tipo de actividades,
prendido entre las 9 y las 9:30 de la mañana y que estábamos conde- tales como ejercicios de ordenador, discusiones en grupo sobre artí-
nados a hacer ejercicios infinitos. culos de periódico y una película semanal (elegida a medias entre
Mi primera (e ineficaz) aproximación al quehacer diario de las la profesora y los estudiantes), después de la cual tenían que hacer
ejercitaciones de gramática, ciencias sociales o ciencias naturales más ejercicios.

[ 361 ] [ 362 ]
La mayoría de los chicos y chicas no querían abandonar el En otro lugar he analizado las trayectorias de los chicos y chi-
Aula de Enlace cuando la profesora les decía que estaban listos cas al salir del Aula de Enlace fiDel Olmo, 2013(, concluyendo que la
para hacerlo. A excepción de un chico que se mostró desde el prin- mayor parte de los estudiantes que se integraron al Aula de Enlace
cipio con muchas ganas de incorporarse al aula de referencia, los con la intención de incorporarse pronto al mercado de trabajo tu-
demás alumnos y alumnas preferían permanecer el programa, vieron una transición por el sistema educativo espaáol de la que se
fundamentalmente por la profesora y los compañeros, pero tam- sentían satisfechos.
bién porque les asustaba y causaba mucha ansiedad el mundo más En cambio los alumnos y alumnas que más se destacaban y
allá de las paredes del Aula de Enlace. Algunos chicos y chicas se tenían expectativas de estudiar en la universidad, que contaban con
resistían activamente, llegando a fallar en los exámenes a propósi- expedientes acadñmicos excelentes, unas expectativas familiares
to para que la profesora no les considerara listos para salir. Pero la muy altas con respecto a sus estudios y que adquirieron con enorme
profesora les conocía demasiado bien como para dejarse engañar, rapidez la lengua vehicular, fueron viviendo un proceso progresivo
de manera que estas tácticas sólo les valían para retrasar unos de frustración, desesperación y daáo en su autoestima que les con-
días la salida. ducía a una situación de depresión. Los casos de los dos alumnos que
Un 20% de los estudiantes que conocí en el Aula de Enlace se ingresaron en Bachillerato fueron los más dolorosos: entraron en el
quedaron en el mismo colegio al finalizar su curso en el programa. Aula de Enlace con una imagen de sí mismos muy positiva, conven-
En algunos casos se marcharon de forma voluntaria a centros que cidos del esfuerzo que tenían que realizar para llegar a conseguir su
estaban más cerca de sus casas o porque se reunían con hermanos o objetivo de estudiar en la universidad, pero justo antes de perder el
primos en otras escuelas; pero algunos se tuvieron que ir en contra contacto con ellos antes de que se marcharan del colegio, parecían
de su voluntad porque el colegio sostenía que no disponía de plazas, más bien dos adolescentes perdidos en el mundo, paralizados sin sa-
a pesar de que las condiciones que establece la normativa del progra- ber por dónde continuar o quñ debían de hacer, sin entender quñ les
ma de las Aulas de Enlace exigen que el colegio disponga de plazas estaba pasando.
de escolarización suficientes para los alumnos que del programa.
Las profesoras del Aula de Enlace eran quienes decidían a qué
curso debían incorporarse, muchas veces por debajo de la edad que Conclusiones
les correspondía, pero en algunos casos eran los chicos y chicas los
que preferían escolarizarse en cursos por debajo de su nivel si con Creo que esta polaridad de resultados puede explicar muy bien
ello les garantizaban la permanencia en el colegio. Sólo cuatro de los la controversia en la que se han visto envueltas las Aulas de Enla-
alumnos que conocí continuaron en el colegio dos cursos después. ce, anticipada en el acápite anterior: ofrecen muchas ventajas para
Dos ingresaron en bachillerato, pero sólo una lo terminó, pese a lo crear un clima agradable a los estudiantes y permiten mitigar los
cual no pasó la prueba de acceso a la universidad. profundos cambios y duelos que sufren como consecuencia del pro-
La mayoría se incorporaba a uno de los itinerarios alternativos ceso migratorio. En este clima todos se sienten diferentes y todos se
al Bachillerato: a la Diversificación fique llamaban 3º ó 4º “fácil”( o a sienten apreciados desde sus distintas edades, lenguas, lugares de
la Compensatoria, que sólo teóricamente permiten la vuelta al itine- procedencia, niveles acadñmicos e intereses. En la creación de este
rario regular. Otros se integraban en programas de Garantía Social, clima es en el que se basa el profesorado y las autoridades educativas
más tarde llamados PCPI fiPrograma de Cualió cación Profesional para reclamar que se trata de una medida intercultural porque tra-
Inicial(, donde adquirían un aáo de entrenamiento en albaáilería baja a partir de la diversidad de los estudiantes. Pero el programa
y fontanería, o en el programa de “restauración” que les entrenaba sólo es efectivo para aquellos alumnos y alumnas cuyos intereses de
para ser camareros o camareras. Ninguno de los estudiantes de es- futuro están puestos de manera inmediata en el mercado de trabajo.
tos programas de PCPI consiguieron el título de haber superado la La medida no es suó ciente para conseguir que los estudiantes
Enseáanza Secundaria Obligatoria fiESO(. se puedan incorporar con ñxito al itinerario escolar “regular” que
[ 363 ] [ 364 ]
conduce a la universidad, porque los cursos de referencia no funcio- 358, pp. 111-128. http://www.revistaeducacion.educacion.es/re358_06.
nan desde una perspectiva intercultural basada en la apreciación de html (fecha de consulta: 19 de agosto de 2015).
la diversidad, sino desde un modelo de enseñanza homogéneo en el – (2013), “Re-Shaping Students’ Trajectories through Public Policy in Ma-
que todos tienen que ser evaluados de la misma manera y de acuerdo drid, Spain”, Anthropology in Action. Journal for Applied Anthropology
a una misma escala. Las únicas alternativas que existen para este in Policy and Practice, N° 20 (3), pp. 20-31.
modelo consisten en salir de él. En esta idea se basan los investiga- FRANZÉ, Adela (2002), Lo que sabía no valía: escuela, diversidad e inmigra-
dores para reclamar que se trata de una medida segregadora que ción, Madrid, Comunidad de Madrid.
pretende incorporar apartando y compensando a las personas que
GARCÍA CASTAÑO, Javier y Silvia CARRASCO PONS (eds.) (2011), Población inmi-
no cumplen los requisitos. grante y escuela: conocimientos y saberes de investigación, Madrid, Mi-
Lamentablemente, la progresiva reducción de las Aulas de En- nisterio de Educación.
lace y su inminente desaparición no están basadas en la idea de
G ÓMEZ, J.M. (2003), “Inmigración y escolarización en la región de Murcia”,
poner en práctica otras medidas más efectivas, sino en la idea de
Papeles de geografía, N° 37, pp. 105-134.
que la eficacia de la enseñanza debe ir unida a la evaluación (Ley
Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, Lomce, 2013), y Instituto Nacional de Evaluación Educativa (2013), “Pisa 2012 Informe in-
ternacional”, Boletín de Educación Educainee, N° 22, pp. 1-8.
que para que la evaluación sea justa, debe ser igual para todos; lo
que supone una apuesta más firme aún por un modelo de enseñanza JOCILES, María Isabel y Adela FRANZÉ (eds.) (2008), ¿Es la escuela el proble-
homogénea. ma? Perspectivas socio-antropológicas de Etnografía y educación, Ma-
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– (2012), “Buenas prácticas, ¿desde el punto de vista de quién? Una contribu-
ción a la controversia sobre las aulas de enlace”, Revista de Educación, N°

[ 365 ] [ 366 ]
la ley de extranjería vigente... Éstas y otras realidades semejantes,
Políticas lingüísticas reciben cobertura periodística más o menos destacada y concentran
las denuncias de los organismos de derechos humanos.
De los sutiles mecanismos de regulación Sin duda tales hechos constituyen la cara más dramática, vio-
y gobierno de las migraciones lenta y palmaria de un modo de acción sobre los flujos migratorios
en España y Europa. Reflejan, por lo demás, la (re)emergencia de
Adela Franzé Mudanó la dimensión expresamente securitaria del Estado, como deposita-
rio legítimo del monopolio de la violencia física, que parece ceder su
faceta social –la de garante de derechos universales– al amparo de
En estos caminos aún poco visitados una crisis que pone en entredicho el saldo coste/beneficio de la inmi-
por la antropología, donde lo social es y gración. Ciertamente, los recortes presupuestarios, bajo agresivas
existe sin encantamientos, donde lo banal se premisas neoliberales de “contención del gasto público”, minan los
enfrenta con lo técnico, donde los aspectos cimentos del llamado Estado del Bienestar. Éste se erigía en respon-
administrativos disfrazan las dimensiones sable de asegurar una serie de derechos básicos, –entiéndase bien,
morales, donde las fronteras entre aplicación
no como mero “dador”, sino como regulador de la relaciones sociola-
e implicación parecen ser las más indecisas,
borales– en el marco de un modelo de contrato social, actualmen-
es justamente donde los retos se tornan más
te en descomposición. La discusión sobre el “desmantelamiento” o
cruciales para el mundo contemporáneo y,
desde luego, para las ciencias sociales. “descentralización” del Estado, aplaudido por unos y denunciado por
D. Fassin, “Entre las políticas de otros, suele sin embargo quedar atrapada entre los márgenes del dis-
la vida y las políticas de lo viviente” curso de los saldos económicos netos, y sus diversas manifestaciones
cuantificables “no-monetarias”: excluidos/incluidos de la sanidad, de
la educación, de las becas escolares, del mercado de trabajo, de la ciu-
dadanía (legal), de la documentación que permite la residencia legal
Presentación a los extranjeros no comunitarios, etc. O bien en la denuncia –o aná-
lisis– de la activación de mecanismos represivos –el Estado penal–,
Refuerzo de barreras físicas,1 multiplicación y despliegue inusi- como instrumento de control de la incertidumbre, del descontento y
tado de fuerzas de seguridad en las fronteras; embarcaciones preca- de las eventuales revueltas sociales que el proceso de achicamiento,
rias a la deriva en el mediterráneo ante la mirada indiferente de los que lo es también en derechos, engendra.
servicios de salvamento; empleo de armas para rechazar la entrada A pesar de la innegable trascendencia de esta brutal realidad,
a inmigrantes que intentan llegar a nado a las costas españolas; poco se sabe, sin embargo, de los mecanismos ordinarios y las moda-
Centros de Internamiento de Extranjeros (CIES) en el limbo de la lidades sutiles de gestión de los derechos y garantías sociales, cuya
“alegalidad”; expulsiones “en caliente” –de personas que deben que- aparente trivialidad esconde, frente a la espectacularidad de los
dar bajo la custodia del territorio español–; redadas policiales a la saldos de la crisis y de sus modalidades restrictivas, su verdadera
“caza” de inmigrantes “ilegales” en los puntos centrales de tránsito naturaleza micropolítica: aquellos son constitutivos de un genuino
de las ciudades; endurecimiento de las regulaciones que desarrollan paradigma de gobierno.
Conviene no olvidar, como señala Fassin (2013), hoy más que
1. Las vallas de Ceuta y Melilla conforman una triple barrera física de varios nunca, la exigencia de atender a dichas realidades “banales”. Como
kilómetros de separación entre Marruecos y las ciudades autónomas españo- otras investigaciones ponen en evidencia (Ávila, 2012; Ávila y Malo,
las. Su propósito es dificultar la inmigración ilegal y el contrabando comer-
cial. Recientemente ha sido reforzadas, además, con las llamadas “concerti- 2010; Ávila y García, 2013; Parajuá, Ávila, Franzé y Devillard, 2012;
nas”, alambradas con cuchillas. Devillard, en prensa; Fassin, 2013; Franzé, 2013 y 2014; Laval y
[ 367 ] [ 368 ]
Dardot, 2013; Oliver, 2013) múltiples son los mecanismos que inter- Las políticas lingüísticas abordadas en este trabajo se encua-
vienen –formales e informales–, las instancias sociales en las que se dran en la llamada educación de adultos.2 El análisis se justifica me-
despliegan, los agentes y agencias involucrados, así como los ima- nos por el hecho –en sí mismo– de que el dominio de la lengua se haya
ginarios político-sociales que los sustentan, que toman parte en el convertido en objeto de políticas focalizadas, que por la lógica que las
acceso, desdibujamiento o aplazamiento de los derechos de ciudada- articula en tanto tales. Como se verá, de una parte, estos programas
nía, en particular de las poblaciones en situación más precaria y vul- interpelan la acción y la conducta de los sujetos a través de incitacio-
nerable. En el caso más específico que nos ocupa, el de la población nes menudas, que responden a una genuina intención re-educativa del
inmigrante, conlleva el planteamiento y replanteamiento continuo inmigrante, en la medida en que éste es presentado como un ser ya
de su identificación, pertenencia, legitimidad, reconocimiento como “enculturado” (en otra sociedad y “cultura”) que exige transformarse
sujeto de derecho y, lógicamente, también de las condiciones y requi- en el camino hacia su “integración” social. De otra, dicha empresa
sitos formales de acceso a la legalidad (a “los papeles”) . supone la equiparación del adulto inmigrante con un infante.
En este sentido, y consecuentemente, es preciso desplazar la Desde estos prismas, se trata de destacar la puesta en juego de
indagación desde las lógicas formales legislativas, enfocadas desde categorías de reconocimiento y apreciación que elaboran –y reflejan–
“arriba”, desde el “aparato” de bajo su forma puramente jurídico-res- el lugar que se le confiere en la sociedad que habita y construyen de
trictiva –o represiva– (Franzé, 2014), hacia las políticas menudas – facto su condición. De tal suerte, en última instancia, las políticas lin-
no sólo fronterizas, sino también “interiores”, en su doble dimensión güísticas y los metadiscursos sobre la lengua que articulan, son inte-
territorial y subjetiva– de gobierno y producción de la ciudadanía, rrogados en términos de los modelos de ciudadanía que les subyacen,
con el objeto de ir al encuentro de los dispositivos y técnicas de domi- incluyendo las formas de reconocimiento, desconocimiento y resigni-
nación sobre los otros y sobre el sí mismo que imponen. ficación de las “nuevas” ciudadanías que contienen (Del Valle, 2007).
Así pues, este trabajo parte de un hecho que podría conside- El análisis se basa en datos de campo y en un conjunto de mate-
rarse intrascendente: la concreción institucional de programas de riales relativos al programa de “español para inmigrantes”, en par-
enseñanza de español “para inmigrantes” que se distinguen taxati- ticular en los publicados bajo la rúbrica del Instituto Cervantes, que
vamente de los orientados al “español para extranjeros”. Se analiza se encuentran alojados en la web oficial –Centro virtual Cervantes–,
la intervención de organismos de Estado y discursos expertos en su en un apartado específico: La enseñanza de L2 para inmigrantes.3
delimitación, diferenciación y justificación, así como el contexto po-
lítico de regulación de las migraciones en el que se inscribe y al que
sirve. Estos programas han acabado por conectarse directamente El contexto actual de regulación de las migraciones
con los procesos de “documentación” de la población de origen inmi-
grante, en tanto para la obtención de la ciudadanía así como para Tan sólo algunos meses atrás –en abril de 2014– aparecía en
la solicitud o renovación de ciertos permisos de residencia o trabajo, la prensa la decisión adoptada por el Ministerio de Justicia de re-
se ha convertido en un requisito legal realizar un “prueba” de len- formar el procedimiento de tramitación y acceso de la nacionalidad
gua e “integración” (cultural). Mediante el examen del conjunto de
presupuestos que producen al inmigrante en el interior del discurso 2. La enseñanza obligatoria en España comprende entre los 6 y los 16 años,
sobre la lengua y a éste como usuario de la misma, se examina la esta última es la edad mínima para trabajar según la legislación. Existe una
considerable red de centros públicos de Educación de Personas Adultas, que
construcción de la inmigración en relación con la lengua –y “cultu- ofertan enseñanzas básicas (alfabetización, neolectores, graduado escolar
ra”– del país “de acogida”. –equivalente a la Primaria–) secundarias obligatorias y técnico-profesiona-
les, e incluyen la enseñanza de español. Está dirigida a población mayor de
18 años, o a mayores de 16 años que se encuentren fuera del sistema educa-
tivo “ordinario”.
3. http://cvc.cervantes.es/Ensenanza/biblioteca_ele/inmigracion/default.
htm (fecha de consulta: 19 de agosto de 2015).

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española. El anteproyecto de ley que será tramitado en el Parlamen- “difícil cobertura” por la población local. Además, el acceso a los de-
to en breve, establece que para obtenerla quienes la soliciten debe- rechos sociales básicos del extranjero no comunitario (salud, educa-
rán superar una prueba de “idioma y de conocimiento de la sociedad ción, becas, ayudas de servicios sociales, reagrupación familiar) se
española”, con el objeto de determinar –demostrar– un “suficiente supeditan a un conjunto de trámites y pasos que debe cumplir para
grado de integración”.4 su “regularización”. Por lo demás, la legislación diversifica las clases
El Ministerio público ha delegado en un organismo de Estado, de “permisos” (de residencia y trabajo, de residencia, de residencia
de la talla del Instituto Cervantes, la gestión y realización de las por reagrupación familiar, etc.), que crean distintas situaciones de
mencionadas pruebas. Sin embargo, contra las primeras impresio- dependencia,6 sujeta su obtención a requisitos variables y condiciona
nes, la “noticia” no debe llamar a engaño: este último “requisito”, es- su duración (2, 3, 5 años, e indefinida, sucesivamente).
trictamente hablando, no es del todo una novedad; ni tampoco lo es Con respecto a la nacionalidad, y en segundo lugar, también
la intervención del Cervantes.5 En todo caso, como se verá más ade- establece distinciones en función de la procedencia. Si bien, por regla
lante, la decisión ministerial sobre el papel del Instituto Cervantes, general todo ciudadano de otro país puede solicitarla a condición de
investido de la autoridad y legitimidad del Estado, pone de relieve demostrar haber contado con un permiso de trabajo o de residencia
su definitiva institucionalización y la centralización de su gestión. continuado –esto es sin perder la condición “legal” en el periodo con-
Pero, para comprender el papel que se hace jugar crecientemen- siderado e inmediatamente anterior a la solicitud–, el tiempo exigi-
te a las dimensiones lingüísticas y culturales en el encauzamiento do no es el mismo: mientras los extranjeros procedentes de ciertos
–y condicionamiento– de los proyectos migratorios de los sujetos, países (latinoamericanos –”iberoamericanos” dice la normativa–,
conviene detenerse previamente en la concreción de un modo de ac- Filipinas, Guinea Ecuatorial, Andorra y Portugal), pueden hacer-
ción política, del cual aquel no puede ser aislado. Éste responde a lo a los dos años de residencia o trabajo (legal), los procedentes de
un conjunto de procedimientos y prácticas –de variada entidad e in- otros países (por citar a los de emigración mayoritaria en España:
tensidad–, que, como señala Fassin (2005) si bien ponen en marcha Marruecos, China) deben esperar diez años cumpliendo la misma
lógicas profundamente desigualitarias, no adoptan la forma exclu- condición (residencia o trabajo continuado, “legal”). Recientemente,
siva de una “denegación directa”, se basan en modalidades de ges- además, la normativa ha establecido –junto a las pruebas de “len-
tión más sutiles y difusas (Devillard, 2013; Parajuá, Ávila, Franzé gua e integración”–, una nueva escisión discriminatoria, que afecta
y Devillard, 2014). desigualmente a los “nacionales de origen” y a “los españoles que
Al respecto, es necesario recordar, en primer lugar, que la le- no lo sean de origen”: éstos últimos podrán perder la nacionalidad
gislación vigente obedece a un principio básico de discriminación y “por razones de seguridad u orden publico” mediante resolución del
fragmentación, entre ciudadanos de la Unión Europea y los que no Ministerio de Justicia, además de por entrar en el servicio de armas
lo son. Por otra parte, aquella subordina el proyecto migratorio de o ejercer cargo político en un Estado extranjero.
los no comunitarios a un tipo de permisos de trabajo que se obtie- Todo ello pone de manifiesto, en primer término, los diversos
nen demostrando que no se perjudica a la población autóctona en marcajes basados en el “principio de diferencia”, instituida a par-
el mercado laboral, restringiendo las ocupaciones posibles a las de tir de las categorías naturalizadas que el Estado-nación prefigura
(Sayad, 2010). En segundo, cómo los prerrequisitos mencionados co-
4. La prueba de conocimiento del idioma no tendrán que realizarla los meno- locan a los migrantes en una gradación de posiciones subalternas
res que estén escolarizados en España ni aquellas personas originarias de
países en los que el español sea su lengua oficial. y dependientes respecto a otros (autóctonos, comunitarios, etc.; e
5. Desde su implementación el “examen” de nacionalidad se realiza mediante
entrevista oral por parte de los jueces de los registros civiles. En el caso de 6. Así por ejemplo, un permiso de reagrupación familiar –que permite la
permisos de residencia y residencia y trabajo, las pruebas de “suficiencia” residencia de menores o cónyuge– hace depender de la situación legal del
lingüístico/cultural son competencia –por el momento– de diversos agentes reagrupante la “regularización” de parejas y de los hijos, y ello mientras se
de la administración. En el caso de la de Madrid recae en manos de los tra- mantenga la relación legal que los vincula (matrimonio, representación legal
bajadores y las trabajadoras sociales de los Ayuntamientos. de un menor).
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incluso entre ellos mismos, a través de los vínculos de dependencia en las repuestas a los trámites; tasas que gravan distintos fases de
legal –matrimonio, patria potestad–) y constriñen su situación a las un mismo trámite, etc.7 (Parajuá, Ávila, Franzé y Devillard, 2014).
coyunturas políticas y del mercado laboral y los empleadores. A la Ningún proceso de “regularización” es, pues, realmente tan li-
vez, ella sienta las bases de la producción y reproducción de la ilega- neal como podría hacer pensar el sucinto listado de certificados a
lidad (o dicho de otra manera, a la llamada, “irregularidad sobreve- presentar y requisitos a cubrir, publicados por los ministerios cor-
nida”) por cuanto la continuidad de la permanencia “legal” depende respondientes.
de una combinación de factores escritos en letra pequeña y en las Ni tan siquiera la situación “regular”, en un momento dado,
propias aplicaciones de las normativas. asegura nada, menos aún cuando ella pende de un contrato de tra-
No obstante, lo dicho representa, en cierto modo, una foto fija. bajo y de ingresos demostrables (y suficientes, en función del número
A ello se suman no tanto las sucesivas modificaciones de las leyes de miembros de una familia): puede implicar retrocesos, estanca-
de extranjería, como la de las regulaciones de su aplicación y los or- mientos o una vuelta a empezar, para sujetos que incluso llevan en
denamientos que concretan unas y otras. Al respecto es importante el territorio décadas de vida.
señalar la relativa independencia de las “políticas” de extranjería res- Paralelamente se minimizan, cierran o redistribuyen, con el ar-
pecto de las, así llamadas, Leyes de Extranjería –“Ley Orgánica” en gumento de la reducción del gasto público, los servicios sociales, las
el Estado español, de estatus jurídico superior, cuya aprobación está prestaciones, los programas y proyectos de apoyo y atención destina-
sujeta a control parlamentario y por ende, al menos teóricamente, a dos a la población en situación vulnerable.
su coherencia con los principios constitucionales–. La aplicación de Demás está el señalar cómo la intensificación de estas formas
la ley, contra la imagen primera de vigilancia ciudadana, deriva de “indirectas” –no francamente “denegativas”– aquellas “otras modali-
actos jurídicos menores, no sometidos a escrutinio: basta con simples dades de gestión de lo intolerable” a las que alude Fassin (2005)–, su-
órdenes, reglamentaciones ad hoc de gobierno, para limitar drástica- peditan el acceso a los derechos a un cada vez mayor y más complejo
mente algunas figuras y convertirlas, de la noche a la mañana, de la enjambre de requisitos y papeleos, que involucran al inmigrante en
principal vía para conseguir “los papeles” en España, a nada o casi un continuo peregrinaje: aquellas trabajan con un tiempo largo, pero
nada. En ese sentido, el lenguaje garantista y normativista de “la tejido en el día a día, reforzando las dependencias, la incertidumbre,
ley”, exige atender a las ambigüedades a las que da lugar en sus usos ampliando las fuentes de sujeción, sometiendo la vida a un continu-
y aplicaciones. El cambio de los desarrollos normativos se ha acele- ado suspenso. Ponen en juego a la vez, el “principio de indiferencia”
rado en los últimos años, introduciendo progresivamente farragosas (Fassin, 2005) que subordina la protección (social, sanitaria, educa-
y mudables exigencias burocráticas, así como la multiplicación de tiva laboral...) de los “otros” en nombre de la disminución de riesgos
intrincados procedimientos que diversifican los rumbos administra- y de las desventajas de los “nacionales de origen”.
tivos para la “legalización” de la situación: certificaciones de distinto En tal sentido, y por último, es importante resaltar la mutación
orden según el tipo de documentación solicitada (permisos, nacionali- paulatina en el acceso a los derechos sociales. En la ley de extran-
dad); diversificación de las agencias competentes en la expedición de jería de 2000 la “integración entre población inmigrante y sociedad
cada certificación requerida (Servicios Sociales, ayuntamientos, ofi- receptora” aparecía como un objetivo transversal a todas las polí-
cinas de extranjería, Policía local, registros civiles, consulados); des- ticas públicas en términos teóricamente garantistas, incluyendo el
aparición o cambio de funciones de las entidades gestoras de las cer-
tificaciones; confusa información sobre los pasos a seguir en función
de la modificación y caducidad –casi cotidiana– de los criterios y nor- 7. Por poner sólo un ejemplo, la obtención de la nacionalidad el trámite se
mativas; solapamiento y contradicciones entre unas y otras, dilación gravará a partir del año próximo en €75, hasta ahora gratuito, cantidad que
será abonada al momento del solicitud, con independencia de que se conceda
o no. Los extranjeros deberán sumar a ello la matricula en el Instituto Cer-
vantes para la obtención de la certificación de las pruebas acreditativas de la
suficiente “integración” y conocimiento de la lengua.

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acceso al aprendizaje de las lenguas oficiales.8 En su desarrollo nor- mente a la obtención de la nacionalidad, como a la renovación o tra-
mativo posterior el lenguaje de las condiciones imperativas sustituye mitación de otros tipos de documentación que permiten, y constru-
explícitamente al de los derechos.9 Los requerimientos del llamado yen –parcialmente–, la legitimidad de la permanencia de los extran-
“informe de arraigo” –que permite la obtención de ciertos permisos– jeros no comunitarios en el territorio nacional, en el marco de una
constituyen una de las muestras más evidentes de dicho viraje. El crisis económica que sirve de coartada a la transformación profunda
esfuerzo ha de demostrarse. Junto a las pruebas de la permanencia de un modelo de contrato social, espoleando los mecanismos objeti-
(de un estar) más o menos duradero en España –por medio del certi- vos y los resortes subjetivos de alterización. El ambiguo lenguaje de
ficado de empadronamiento o de relación con instituciones públicas, las garantías se ha metamorfoseado en el del don, con la consecuente
medios de vida, y títulos habilitantes para la ocupación de una vi- obligada contraprestación: antes que asegurar los derechos económi-
vienda–; el arraigo (re)define y amplía el espectro de justificaciones cos, sociales y culturales que asisten a las poblaciones, los convierte
probatorias: a la “inserción en el entorno” –utilización de servicios en meritorios, y al sector afectado –la población inmigrante en este
públicos municipales, pertenencia a asociaciones, interacción con el caso, pero igualmente en otros campos a la población en situación de
vecindario, etc.–, al seguimiento de programas de inserción socio- vulnerabilidad social– en relativamente aceptable para la sociedad
laborales y culturales, y al grado de aprendizaje de alguna de las de “acogida” en función de pruebas de responsabilidad y esfuerzo,
lenguas oficiales.10 que se traducen en contradones de distinta naturaleza.
Así pues, el dominio de la lengua y su escrutinio, se añade a Pero tal como Ávila y Malo (2010) señalan, la deriva de las po-
las exigencias y pruebas que condicionan la entrada y permanencia, líticas actuales, materializada en dispositivos y acciones concretos,
tanto como las asociadas a la pertenencia–.11 Y ello concierne igual- traducen la impronta neoliberal. Ésta, lejos de limitarse –como tien-
de a pensarse comúnmente– a la reducción máxima de la interven-
ción del Estado en el mercado y al abandono de las políticas sociales,
8. El artículo 2 dice textualmente “Las Administraciones Públicas incorpo-
rarán el objetivo de la integración entre inmigrantes y sociedad receptora, contiene una forma específica y activa de gobierno, que fija e incide
con carácter transversal a todas las políticas y servicios públicos, promo- activamente en las reglas de juego de lo social, a través de la solici-
viendo la participación económica, social, cultural y política de las personas tud de los sujetos. El “momento neoliberal”, como sostienen Laval y
inmigrantes […] en condiciones de igualdad de trato. Especialmente […] de-
sarrollarán medidas específicas para favorecer la incorporación al sistema Dardot (2013), se caracteriza por tender a homogeneizar las formas
educativo, garantizando en todo caso la escolarización en la edad obligatoria, plurales de subjetividad en un “neosujeto” conformado en torno a
el aprendizaje del conjunto de lenguas oficiales, y el acceso al empleo como la figura de “empresa”: en el hombre como empresario de sí mismo,
factores esenciales de integración” (Ley Orgánica, Nº 4/2000).
comprometido plenamente en su realización “activa” y en su “auto”-
9. Real Decreto 557/2011, de 20 de abril, por el que se aprueba el Reglamento
de la Ley Orgánica 4/2000, sobre derechos y libertades de los extranjeros en realización. Las tareas burocráticas recurrentes, los obstáculos y
España y su integración social, tras su reforma por Ley Orgánica 2/2009. vericuetos administrativos, las reglas cambiantes, las “opciones”
10. Modelo del “informe de arraigo”: http://extranjeros.empleo.gob.es/es/In- –decisiones– a las que todo ello obliga a cada paso, e incluso las eva-
formacionInteres/Informes_CCAA_Entidades_locales/Informe_arraigo/ (fe- luaciones y valoraciones –de todo tipo, implicadas en cada trámite
cha de consulta: 19 de agosto de 2015).
y certificación consecuente– (que he descrito) y a las cuales deben
11. La concesión de la nacionalidad depende, entre otros extremos (Código
Civil, art. 22), de la “buena conducta cívica” y el “suficiente grado de inte- enfrentarse los inmigrantes sostenidamente en el tiempo, no sólo
gración en la sociedad española”. Lo que se conoce como “examen” de nacio- pueden verse como restricciones, sino en tanto formas de imposición
nalidad española, agrega un alto grado de discrecionalidad –e incertidum- que inducen, incitan e involucran desde su interior a los sujetos en la
bre– en la gestión efectiva de la “audiencia personal”, a la vez confronta a los
“inmigrantes” con cuestiones (literatura, geografía, historia general y políti- forja de aquella actitud.
ca, identificación de nombres, fechas, sucesos puntuales) e, incluso, según el Demás está decir que los sistemas educativos han estado his-
caso –en función de la procedencia y los estereotipos culturales-religiosos– a tóricamente dispuestos para un trabajo “sobre el otro” con el objeto
preguntas, si cabe de índole más “privada” si se asiste a la mezquita, a cuál,
si se mantienen o no vínculos con organizaciones políticas del país de origen, de instituir un “orden simbólico” en él (Dubet, 2008). Esto es, son
etcétera. dispositivos de conformación de poblaciones y sujetos concretos,
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adecuados a los modelos sociales, en general, y a los productivos en del Instituto, destacan por su abundancia y por las dimensiones de la
particular. Los programas de “español para inmigrantes”, como se enseñanza de la lengua que abarcan. Principalmente constan de una
mostrará, más por lo que dicen entre líneas que en su explicitud, guía docente con una programación curricular temática detallada,
exceden con mucho la función de pura traba burocrática para obsta- de sugerencias prácticas para el profesorado, y se ofrece igualmente
culizar del proceso de documentación legal. Están atravesados por un repositorio de unidades didácticas. Asimismo se compone de un
aquella lógica profunda a la que acabo de aludir. conjunto de artículos de expertos que aportan cobertura teórico-me-
todológica justificativa de la especificidad de la enseñanza para in-
migrantes. Si bien se trata de textos unitarios y en apariencia inde-
El Instituto Cervantes y el “español para inmigrantes” pendientes entre sí, en verdad, remiten unos a otros en una suerte de
diálogo, a través de referencias cruzadas explícitas, o indirectamente
Como se ha sugerido más atrás, antes del reciente anuncio a través de los contenidos temáticos que los vinculan.
ministerial de depositar en el Instituto Cervantes la gestión de las No pasa desapercibido que a la construcción de la cuestión lin-
pruebas de “lengua e integración”, desde hace casi una década éste güística y a la definición de las políticas públicas que la hacen efecti-
ha tomado parte en la construcción de una distinción de profundo al- va, subyace una demarcación que asocia “cultura-territorio” e “iden-
cance: entre el “español como lengua extranjera” y “español para in- tidad”. A propósito de la relevancia analítica, planteada por Del Valle
migrantes”. En efecto, el Instituto incorporó a sus principales líneas (2007), de resituar las políticas institucionales de promoción de la len-
de trabajo “La enseñanza de segundas lenguas a inmigrantes”, dis- gua española en los ordenes políticos y económicos a cuya producción/
tinguiéndola y desgajándola del objeto genérico –sin más adjetivacio- reproducción sirven, cabe constatar, en la misma línea, la estrecha
nes– que, desde su fundación en 1991, define su cometido de alcance dependencia de aquellas del contexto sociohistórico y económico que
transnacional: “la enseñanza y promoción de la lengua española”. define la relación con comunidades específicas a las que se dirigen
Como es sabido, la institución tiene entre sus funciones clave –y a las cuales las propias políticas contribuyen a construir–. En el
la de evaluar y expedir títulos oficiales y acreditativos del grado de marco de la relación entre España y la América hispanohablante y
competencia y dominio del idioma español de validez internacional de la dinámica global de los mercados nacionales e internacionales,
–el llamado DELE– y, en consonancia, de formar al profesorado au- señala el autor (2007), las instituciones encargadas de la promoción
torizado para ello. Asimismo es la encargada de marcar las líneas del español –Real Academia, Instituto Cervantes–, construyen una
metodológicas de enseñanza y de editar materiales didácticos acor- imagen retórica e imaginariamente liberada de las ataduras cultura-
des. Como corresponde a dichas funciones, las actuaciones del Cer- les y nacionales. La panhispanización del español que de ello resulta,
vantes en el ámbito de la enseñanza del español para inmigrantes, se se concreta mediante un conjunto de figuras del lenguaje que lo trans-
han plasmado también en la organización y promoción de cursos de forman imaginariamente en una “patria común”, lugar de encuentro
formación para profesores en esta materia, en la elaboración/edición y “territorio” de concordia. En este caso, pues, el borramiento discur-
de materiales didácticos, así como en el establecimiento de métodos sivo de las fronteras que asocian la lengua a un territorio nacional es-
de enseñanza específicamente diseñados y adaptados a dicha pobla- pecífico, permite la (re)caracterización del español como instrumento
ción.12 Los materiales publicados bajo la rúbrica del Cervantes o pu- “posnacional” al servicio de una “comunidad” panhispánica.
blicitados por él, se encuentran a libre disposición en la página web El caso aquí abordado sigue un patrón semejante, en la medida
en que su modelaje se asocia a una política de poblaciones y ciudada-
12. En 2005, junto con la Universidad de Salamanca, el Cervantes editó el nías, aunque es “inverso” en tanto instituye la diferencia y enfatiza
curso “Español como nueva lengua. Orientaciones para un curso de emergen- las fronteras –al contrario que aquel–, al renacionalizar la lengua.
cia destinado a inmigrantes adultos”, disponible en el sitio web del Instituto, En consonancia con el espíritu que sustenta la lógica general actual
junto a otros materiales. Diversas entidades colaboradoras del Cervantes
imparten hasta el momento, pero bajo su certificación, cursos de formación de gestión de las migraciones, abordado en el apartado anterior, ope-
para profesores de español en esta materia. ra clasificando, distinguiendo poblaciones y problemáticas que les

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afectarían y definirían diferencialmente en función de su pertenen- sociales, y organizan, a un tiempo, las relaciones de los grupos socia-
cia, permanencia territorial y reconocimiento de formas distintivas les entre sí y con el mundo que habitan (Woolard, ob. cit.).
de ciudadanía: inmigrante, extranjero, “autóctono”.
Habitualmente esa distinción se justifica en el discurso técni-
co-pedagógico, evocando las necesidades comunicativas particula- Un sujeto en la frontera
res que unos y otros sectores –extranjeros/inmigrantes– tendrían.
Varios son los mecanismos que contribuyen a soslayar la puesta en En la introducción al manual Español como nueva lengua.
relación de tales políticas con el contexto extralingüístico de su pro- Orientaciones del Instituto Cervantes para un curso de emergencia
ducción, interponiendo no pocos obstáculos a una interrogación que destinado a inmigrantes (2005), se afirma que éste sigue plenamente
se plantee despedagogizar el discurso sobre la lengua. Y es que con las directrices y los contenidos fijados por el Instituto para la ense-
las lingüísticas ocurre lo mismo que con todo enfoque de las políticas ñanza de L2 que se encuadra a su vez en el Marco Común europeo
en términos de “gobernanza” –entendidas tal y como suelen presen- (Consejo de Europa, 2002), llegando a identificar el programa de es-
tarse desde el marco burocrático de la acción institucional– en tanto pañol para inmigrantes, con el nivel inicial del programa de español
las enfocan desde la perspectiva de las “buenas”, “mejores” o más como lengua extranjera (A1).
“eficaces” prácticas. En efecto, la perspectiva formal de la lengua En efecto, ambos obedecen a los planteamientos teórico-meto-
suele capturar las consideraciones expertas concentrándolas en la dológicos “comunicativos”: se basan en una perspectiva del “uso” de
adecuación y eficacia de las metodologías, los materiales, los dispo- la lengua, funcional a las “tareas”, “temas” y “propósitos” concretos
sitivos, los programas... a aquellas “necesidades”. Al circunscribir que se supone el alumno debe afrontar “en situaciones y ámbitos es-
el debate al carácter técnico, aparentemente neutro –a una función pecíficos”, con el fin de desarrollar “las competencias” que, como nue-
pretendidamente comunicativa de la lengua–, se autonomiza a un vo hablante, éste requiere para desenvolverse en la vida cotidiana.
tiempo el discurso sobre el inmigrante del espacio en el que se en- Igualmente, se incorpora la dimensión “intercultural” que el Marco
gendra. Por decirlo de otro modo, enmascaran la definición y cons- establece con el objetivo de “favorecer la comprensión mutua y la
trucción del “problema” en y por el discurso que lo enuncia, de las colaboración”, y “vencer los prejuicios y la discriminación” (Consejo
prácticas que lo objetivan y de los dispositivos que lo concretan. Se de Europa, 2002).
elude así la interrogación por lo que hay de metacultural, contextual Sin embargo en su concreción programática, inmediatamente se
y esencialmente político en su formulación. Cuando menos, al poner advierte que las semejanzas se reducen al mínimo, ya que la abstrac-
en juego sistemas de categorización/diferenciación, las políticas pú- ta ambigüedad del discurso pedagógico deja de serlo, retraduciendo
blicas contribuyen a construir aquello que en apariencia describen, y y revelando, en última instancia– un conjunto de presunciones y exi-
por ello exigen ser examinadas en sus efectos (Agudo Sanchíz, 2011; gencias que tipifican la condición de inmigrante, construyendo “su”
Franzé, 2013; Gil Araujo, 2006; Shore y Wright, 2011). mundo y su relación con la sociedad de “acogida”. De un lado, puesto
Frente a las perspectivas “oficiales” y formales, que contienen que el “español para inmigrantes” se dirige a un sujeto que, como
sus propias estrategias de legitimación, se hace preciso –y se apues- se verá, no es de cualquier tipo y no se asimila jamás a la extran-
ta aquí por ello– un punto de vista “glotopolítico” (Woolard, 2012). jeridad. De otro, porque su enseñanza responde a una categoría de
Esto es, se apuesta por un análisis de la intervención en el espacio personas que están en el territorio, sin pertenecer a él, pero tampoco
social del lenguaje y de las ideologías que se expresan y actúan a están exactamente de paso. La enseñanza del español, tal como se
través de ella. El enfocarlas así –como ideologías situadas– exige plantea, satisfaría unas exigencias que obran exclusivamente sobre
restituir las condiciones sociohistóricas de su producción, resaltando el inmigrante y derivan de su condición: “el aprendizaje de la lengua
las dimensiones socioculturales que afectan la intervención sobre es prioritario para su integración” (Instituto Cervantes, 2005: 3)
el lenguaje. Porque las políticas no sólo hablan de la lengua, sino Eventualmente se señala que estos programas obedecen a
que contribuyen a construir nociones sobre la persona, los grupos las necesidades “inmediatas” de personas a las que en principio se
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retrata como “recién llegadas”; el propio título del curso –“de emer- Sin embargo, estos gruesos trazos no hacen justicia a los mati-
gencia”–, así lo sugiere. No obstante, puede identificarse cómo toma ces sobre los que aquella imagen se edifica. De un lado, puesto que la
cuerpo una categoría uniforme y sustantiva de sujeto, que habla utilidad refiere, ante todo, a las necesidades del inmigrante. De otra,
antes que de una coyuntura, de una condición social. Para decirlo porque éstas, en última instancia, remiten al universo de origen. En
brevemente, el inmigrante con el que y sobre el cual el programa efecto, las necesidades del inmigrante se definen, sin más como las
trabaja–, encarna una figura ajena, a la vez situada en las fronteras “básicas de supervivencia” o “vitales” (Villalba y Hernández, 2000),
–económicas, sociales, culturales y morales– de la sociedad que lo en consecuencia, las esferas de acción que se imaginan para él –en
cuenta entre sus habitantes. las que el uso de la lengua se torna útil– son las habitualmente aso-
ciadas al mundo de la reproducción de la vida en su acepción más
desnuda –alimentación, salud, vivienda, las necesidades “básicas”
La inmigración como mano de obra lo son porque el contexto de “origen” las ha creado, allí: se trata de
personas “obligadas” a migrar por las debilidades de orden económi-
La especificidad del programa se subordina directa y explícita- co, de bienestar social y político que engendran pobreza, desempleo
mente a las necesidades y características que se atribuyen a los in- y ausencia de horizontes, en el marco de regímenes políticos “que
migrantes en tanto categoría (grupo) diferenciada. Las razones de la ahogan el ansia de libertad” y el “desarrollo personal” (Instituto Cer-
migración se presentan como una evidencia totalizadora y acotada a vantes, s/f: 3). Y si tampoco son satisfechas aquí, es por efecto de
los puros fines económicos: “hemos partido de sus necesidades y ex- un desplazamiento forzado cuya génesis y consecuencias –aunque se
pectativas para diseñar una programación que les ayude a resolver aluda a las “desigualdades norte/sur”– se localizan en último caso en
situaciones de la vida cotidiana y a establecer contactos en el ámbito el origen. Ciertamente no se escatima la alusión a las necesidades de
laboral” (Instituto Cervantes, 2005: 7, resaltado mío). mano de obra del país receptor, sin embargo una vez más se achacan
El modelo comunicativo retraducido al contexto inmigratorio, al inmigrante: en gran parte aquellas son “imaginadas” por ellos,
–cabe no perder de vista que se basa en la focalización de la ense- cuyas percepciones se dejan azuzar por quienes regresan de vaca-
ñanza en los recursos lingüísticos considerados adaptados (“útiles”) ciones al país de origen “pertrechados de regalos”, como “héroes” y
a los “propósitos” del nuevo hablante–, deja ver la construcción de “triunfadores” (Villalba y Hernández, 2000: 3).
un sujeto reducido a la cualidad de hombre-trabajo. Las competen- No es de extrañar que en este contexto discursivo se le presu-
cias comunicativas a adquirir pivotan sobre el fin (¿último?, ¿úni- ponga al inmigrante la condición de irregular, tanto como un ingreso
co?) atribuido a la migración: obtener trabajo, trabajar. De hecho, y permanencia ilegítima en el territorio. El hecho de que la unidad
es aquella imagen explícitamente la que articula los contenidos del temática central esté dedicada a la “búsqueda de empleo”, el que
programa, cuyas áreas temáticas responden a actividades conside- entre los objetivos transversales del programa se encuentre el cono-
radas según un encadenamiento ineludible para lograrlo: presentar- cimiento de las reglamentaciones de “extranjería” y la comprensión
se y dar datos personales; conocer la ciudad, el barrio o el pueblo; de la relación dependiente entre “trabajo” y “legalidad”, o que las
utilizar el transporte público; hacer compras; ir al médico; buscar “competencias” a adquirir se concreten en el uso del español para
vivienda para alquilar; buscar empleo; empezar a trabajar; tramitar descifrar “anuncios de ofertas de trabajo”, “localizar lugares donde
papeles y hacer gestiones (Instituto Cervantes, 2005). En cualquier encontrarlas” (Instituto Cervantes, 2005: 63-67), lo ponen en eviden-
caso, con independencia del ordenamiento temático, lo que define la cia. “Una de las primeras necesidades que le surgen al inmigrante
lengua útil es lo que hace factible la existencia de la inmigración. La recién llegado a nuestro país, es la búsqueda de alojamiento y de
legitimidad de su presencia en un cuerpo sociopolítico del que no es trabajo”. No deja de haber, además, variadas alusiones a ello más o
natural, remite a una función productiva; esto es, que ella misma menos dispersas en las orientaciones al profesorado y en las unida-
produzca utilidad. des didácticas, entre otras, que actúan como soniquete reforzando
aquella idea.

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La ajenitud del inmigrante se deja ver –y hace sentir– tam- del “extranjero”. Como se verá, además, el tipo de código lingüístico
bién en las actividades mediante las cuales se expone –al alumno– empleado en uno y otro caso, tiende a reproducir imágenes de rique-
a situaciones que son las que lo categorizan y distinguen, simultá- za y pobreza cultural.
neamente, por su condición de exterior al cuerpo político-nacional.
“Presentarse y ofrecer datos personales”, conlleva no sólo hacerlo
a través del nombre y el apellido, o de la dirección postal o teléfono Descualificaciones fronterizas (coloniales)
que permitirían localizarlo aquí. El país de origen y la lengua ma-
terna adquieren una relevancia equivalente en la presentación de sí, Contra lo que podría parecer, la reducción a fuerza de trabajo
aspectos todos que recuerdan –a él y a los demás– que pertenece a no implica únicamente una suerte de construcción desocializada y
allí. Ello incluye asimismo saber hablar y describir los documentos descarnada de la condición inmigrante. Conlleva también la siste-
que se poseen y definen –oficialmente– la identidad: permisos de mática identificación del inmigrado con un sujeto escasamente cua-
residencia, de trabajo, pasaporte; y hasta localizar el país de origen lificado.
en un mapamundi. Cuando se trata de iniciar al aprendiz en ins- En el ámbito del trabajo, todo incita a pensar que lo que el mer-
trumentos –lingüísticos y procedimentales– destinados a acometer cado y las reglamentaciones de extranjería disponibles han convertido
“gestiones administrativas”, el universo que las compone concierne en lo objetivamente probable, con independencia de las cualificaciones
en exclusiva a las relacionadas con la legalidad y la legalización de de los sujetos reales, se hace pasar por atributo o rasgo inherente que
su situación, incluyendo otras diligencias derivadas: conocer los re- los define y determina su eventual inserción sociolaboral. La lengua a
quisitos para trabajar o residir en España, las categorías de permi- enseñar vinculada a dicho ámbito dibuja los contornos de lo factible,
sos existentes, “tramitar los papeles”, “solicitar permisos”, “empa- asociando la permanencia a la precariedad e inestabilidad laboral:
dronarse”, localizar los organismos que los tramitan. Por otra parte ello tiene su reflejo tanto en la tipología de puestos laborales que se
es invitado, en todas y cada una de las actividades propuestas, a re- mencionan sistemáticamente –peón albañil, peón jardinero, reparti-
conocer los contrastes culturales entre su país de origen y el “nuevo”. dor, dependiente, camarero–, en los lugares de trabajo –vivero, inver-
Sobre esta dimensión “socio-cultural” volveré más adelante. nadero, puerto, campo de cultivo, frutería, tajo de una obra–, así como
Sobresale, por contraste, que nada haya del ámbito del tiempo en el léxico de las herramientas de trabajo –cascos, guantes, arneses,
libre, del ocio, o de un intercambio ligado a la sociabilidad interper- mascarillas–. Pero, sobre todo, en los medios a través de los cuales ha
sonal ordinaria. Tanto es así que los recursos comunicativos que con- de procurárselo, aquellos dispuestos para los segmentos de población
ciernen al espacio público y a las relaciones con otros, se agotan en habitualmente asociados a la precariedad y la exclusión: bolsas de em-
el léxico de meros tráficos instrumentales: localizar servicios –ayun- pelo de ONG/parroquias/servicios sociales, carteles en escaparates.
tamiento, centro de salud, escuela, locutorio, mercado, transporte La presunta falta de cualificación laboral se extiende, por lo
público–; ubicar productos en una tienda o identificarlos mediante demás, a competencias y habilidades genéricas relativas al mane-
sus etiquetas, pedir ayudas en organizaciones de apoyo social, acla- jo de infraestructuras, códigos y espacios que se le presuponen tan
rar funciones y tareas en el trabajo, etc. Un somero recorrido por los ajenos como desconocidos. Resulta sorprendente la inclusión de ac-
modelos de examen del español como “lengua extranjera” de nivel tividades que capacitan no tanto para adquirir el vocabulario, como
inicial (A1), supuestamente equivalente a estos programas para in- para conocer y manipular, por ejemplo, un mapa: “Hay que tener
migrantes, pone de manifiesto inmediatamente el contraste entre en cuenta que para muchas personas es complicado interpretar un
los mundos de vida que se les supone respectivamente. Hacer turis- plano” (Instituto Cervantes, 2005: 37), o medios tecnológicos –“usar
mo, informarse de ofertas culturales –cine, teatro, conciertos–; es- un CD”–; o la sugerencia hecha al profesorado de utilizar material
cribir cartas y postales, acudir a casa de amigos –españoles–, hacer ilustrado para familiarizar al aprendiz con señales gráficas al uso
deportes, ir de compras, constituyen las situaciones comunicativas –las de tráfico, las que singularizan los transportes públicos como
que se atribuyen al horizonte cotidiano, cualitativamente distintivo, el tren, el autobús–, o las que identifican el material de protección
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laboral –cascos, arneses, etc.– e, incluso, para enseñarle a mane- Un trabajo sobre sí
jarse –y a reconocer– un supermercado y su organización interior,
mediante fotografías y dibujos, bajo el supuesto que “muchos adultos Podría sospecharse que el conjunto de atribuciones mencionado
inmigrantes proceden de culturas donde lo normal es efectuar la no necesariamente diferencia al inmigrante de otros sujetos de condi-
compra en mercadillos o zocos. Aquí se encuentran con la realidad ción social equivalente (baja, obrera, etc.). Sin embargo se comprende
de las superficies comerciales” mejor la lógica del discurso distintivo sobre la lengua, cuando se re-
Un examen comparativo algo más exhaustivo de los modelos de toman otros hilos que lo entretejen, tan fundamentales como comple-
“español para inmigrantes” y “español para extranjeros” –de nivel mentarios.
equivalente, A1– pone al descubierto sus semejanzas, respectiva- Impregnado de una función integradora el “español para inmi-
mente, con el “código restringido” y el “código elaborado” descritos grantes” trasciende una orientación meramente comunicativa de la
por Bernstein (1989). El primero se caracteriza por su estrecha de- lengua. Todo hace pensar que el imaginario del margen y la frontera
pendencia del contexto de uso particular, es indisociable de las situa- –económica, social, cultural– a través del cual se construye al in-
ciones, de los objetos designados, de las intenciones inmediatas, y en migrante en el programa, se dirigen implícitamente tanto al propio
tal sentido, recurre a frases cortas, domina lo implícito y las medias inmigrante como a los agentes que con él intervienen, anunciando
palabras, el gesto y las entonaciones. El “español para inmigrantes”, qué es ser un inmigrante, como ha de relacionarse con los demás, y
en efecto, abunda en un “repertorio reducido” y “simplificado” y en plantea el desafío –modalidades– de su remodelación y los esfuerzos
la recreación de situaciones “sencillas”: saludar, despedirse; dar y que conlleva su “integración”.
pedir indicaciones para llegar a un lugar; deletrear, pedir un billete En este contexto, el concepto de “competencia comunicativa”
de viaje, preguntar precios, hablar de síntomas y dolencias (Insti- funciona no tanto como herramienta didáctico-procedimental para
tuto Cervantes, 2005: 9-10). En cambio, el “español para extranje- acometer la enseñanza de la lengua en sus usos prácticos, sino, en
ros”, recuerda el “código elaborado”. Éste como producto que es de verdad, como una categoría analógica que permite un juego de tras-
la domesticación escritural del habla –de una relación escolástica ferencias ideológicas entre el espacio de la lengua y el espacio social.
y escolar con el lenguaje– (Lahire, 1998) exige un uso formalmente En efecto, el valor de las competencias lingüísticas se equipa-
articulado, junto al despliegue analítico y reflexivo de la experiencia ra al de las –así llamadas– socioculturales. La clásica definición de
en el lenguaje (introducir, concluir, precisar, puntuar, mantener un Hymes, se trae a colación una y otra vez en las fundamentaciones
hilo conductor a lo largo de todo el relato, privilegiar la coherencia, expertas del programa, recontextualizándola. De tal suerte se dibu-
etcétera). Aunque en apariencia se trata de situaciones igualmen- ja una empresa de “resocialización”: “Del mismo modo que un niño
te sencillas, “el extranjero” es expuesto al análisis de textos cortos para ser miembro de una comunidad debe saber mucho más sobre el
descriptivos o explicativos, a distintos registros –coloquial/formal–, habla que las reglas de la gramática, el inmigrante debe aprender
a leer instrucciones detalladas, etc. Así pues, se ponen en evidencia todo lo que hay de implícito en nuestras interacciones, para partici-
los presupuestos acerca de los aprendices que fundan uno y otro mo- par en ellas de forma efectiva y apropiada” (Villalba, y Hernández,
delo, tanto como su formulación desde una perspectiva, además de 2000: 106).13 La equiparación entre el niño y el inmigrante evoca
homogeneizante, “docta”. En efecto, tal como la investigación educa- todas cualidades de un ser opuesto al adulto, esto es en un proceso
tiva ha mostrado (Lahire, 1998; Bernstein, 1989; Labov, 1989) a los guiado de desarrollo y complejización de habilidades –intelectuales,
ojos eruditos o escolares, que creen erróneamente– que el habla es morales, comportamentales–. No obstante, ha de replantearse su
el registro directo de la cualidad del pensamiento, el código restrin- socialización, en tanto ser “enculturado”: “la persona está ya for-
gido suele considerarse, al contrario que el “elaborado”, elemental, mada, y emigra no sólo con su lengua sino con una visión cultural
resistente a la abstracción, y en todo caso propio de la infancia y de del mundo”. En consecuencia, “al igual que un niño en el proceso de
sujetos pre o semialfabetizados. Es esta imagen la que preside la
elaboración del modelo para inmigrantes. 13. Cfr. también Ríos Rojas (2008) e Instituto Cervantes (2005).

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socialización secundaria […] se enfrenta a procesos que tienen lugar las cuales las reglas gramaticales resultarían inútiles” se trata no
fuera de la familia, cuando va a la escuela e interactúa con otros sólo de aprender a hablar sino “de aprender a ser” (Ríos Rojas, 2008:
niños que no son de la familia”, el adulto emigrante ha de enfren- 17-18).
tarse a la adquisición de “competencias generales” que le permitan Esta visión no sólo enfatiza su cualidad de ser no apropiado y
“ser flexible y adecuarse a la cultura meta” (Ríos Rojas, 2008: 17-18). distante. Lo confronta –y construye– con posiciones “dominadas”
Así pues, mediante un juego del lenguaje, se le plantea una labor (por ejemplo: comprender las instrucciones del capataz) que se tra-
sobre su pasado: ella consiste en una reconfiguración de aquello que, ducen en gestos de subordinación o hipercorrección: los materiales
genéricamente, se atribuye a la pertenencia: a otra historia y a otra –fichas didácticas– resaltan muy especialmente las buenas formas
cultura –“otra familia”–. y las fórmulas de cortesía que preceden y suceden a las interaccio-
Dicha empresa encuentra su concreción en las unidades temá- nes “amables” (“buenos días”, “disculpe”, “gracias”, etc.). Resulta una
ticas y actividades propuestas bajo la etiqueta “habilidades intercul- obviedad señalar que se hace recaer sobre el inmigrante la respon-
turales”. Ellas propician que el alumnado inmigrante compare los sabilidad del modo de inserción en sociedad en la que habita. La in-
hábitos, usos y costumbres “propios de la cultura española” con las tegración que se dice favorecer, no parece depender, ni tener relación
de sus “países de origen” –saludar, despedirse, tratamientos forma- alguna, con la historia del país que habita, ni con las circunstancias
les e informales, distancia personal a mantener, modos presentarse, o condiciones presentes que en éste construyen su subalternización.
de solicitar algo, agradecer– con el objeto de “tomar consciencia” e El futuro de la “integración” se sugiere diferido y condiciona-
identificar las diferencias –sus diferencias–, para “controlar los pro- do a la “superación”, por su parte, de múltiples pruebas: incluyendo
blemas que acarrea el choque cultural” (Instituto Cervantes, 2005; las barreras culturales –que son propias–, la asunción de valores
Ríos Rojas, 2008: 18). y comportamientos, y aceptación de las subordinaciones legales y
Al desglosar la dimensión “sociocultural” del programa se ad- socio-morales, de la “cultura meta” (Villalba y Hernández, 2000:
vierte que la noción de “comunidad de hablantes”, vinculada teóri- 107). Tanto que el desarrollo del curso de lengua, en sus secuencias,
camente a la perspectiva pragmático-comunicativa en la que el mo- contenidos y actividades, resulta una suerte de cartografía del pere-
delo educativo se basa, asume los rasgos de una comunidad moral grinaje –objetivo y subjetivo– hacia la legitimidad.
y cívica, delimitada por los contornos del territorio-nación. En este
sentido se desvela lo que tiene de genuino instrumento de “socializa-
ción”: un trabajo sobre el otro, que incita a un trabajo sobre sí mismo A modo de conclusión
Más aún, la identificación de las diferencias, se formula como
una necesidad de conocer “la cultura meta” para evitar el etnocen- El análisis permite poner de relieve la articulación profunda
trismo, la discriminación y las actitudes negativas que, se dice, “di- de políticas diversas, a pesar de que incumben a distintas esferas
ficultan la comunicación e integración”. La instrucción en la nueva de la vida social. Pone de manifiesto cómo aquellas canalizadas por
lengua confronta al aprendiz con la sugerencia de focalizar “sus” instituciones públicas se encuentran moduladas por formas de “re-
hábitos, sobre todo las actitudes y formas de comportamiento que conocimiento” social diferenciales de los grupos a los cuales ellas se
rebajen la tensión o el malestar que eventualmente engendra su dirigen. Al igual que operan las lógicas burocrático-administrativas
presencia –por ejemplo: controlar el modo de hablar, en tanto puede que incumben directamente al “papeleo”, el inmigrante con el que
transmitir “enfado”, “irritación” o “engreimiento”; “mantener la dis- el programa de lengua trabaja, encarna una figura ajena y a la vez
tancia corporal”–. Resulta interesante señalar el ambiguo parale- situada en las fronteras –económicas, sociales y culturales– de la
lismo –y desplazamiento– que se realiza entre la lengua, la cultura sociedad que habita: un sujeto reducido a pura fuerza de trabajo,
y la modelación del sujeto. La dimensión “intercultural” a la que se al que se coloca en una posición de trabajador subalterno (precario,
apela, interpela únicamente al inmigrante, y le propone una “tras- inestable, en términos materiales y simbólicos) cuyo rasgo definito-
formación” interior: “Como afirma Hymes, existen reglas de uso sin rio es la pertenencia a otra historia y otra cultura.
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Lleva también a reflexionar sobre el modo en que las políticas De otro, inextricablemente ligado a lo anterior, el mecanismo que
lingüísticas públicas están permeadas por el “pensamiento de Esta- tiene que ver con el conformarse a un “lugar” a ocupar, no sólo geo-
do”, que pone en juego concepciones diferenciales y excluyentes de gráfico y cultural, sino más aun, social. Dichos mecanismos, tienden
la pertenencia. Tal y como sugiere Bourdieu (1997), el pensamiento un tupido velo sobre los racismos cotidianos (Chebel d’Appollonia,
de Estado es un modo que trasciende la esfera de los actos jurídicos, 1998) y sobre los procesos de demarcación de las “poblaciones en
afectando a las formas de categorización y cognición ordinarias a riesgo” –no sólo inmigrantes– mediante políticas focalizadas y un
través de las cuales se dota de sentido al mundo social, y en lo que discurso que las acota y luego exige la demostración del esfuerzo y
incumbe al tema abordado, al nosotros –nacional– en su relación la valía. Que acaban por revertir en las poblaciones vulnerables las
con la alteridad “no-nacional” –inmigrante– en diversas esferas de causas, justificaciones y explicaciones de su desamparo.
prácticas sociales. La definición del inmigrante como no-nacional
(Sayad, 2010); se manifiesta al punto que la lengua misma es el ob-
jeto que categoriza (separando y agrupando al mismo tiempo) clases Referencias bibliográficas
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amplios–, encuentran su correlato simétrico –en tanto duplicación y BERNSTEIN, Basil (1989), Clases, códigos, control, Madrid, Akal.
traducción pedagógica– en el programa de español para inmigran- BOURDIEU, Pierre (1997), “Espíritus de estado. Génesis y estructura del cam-
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Académico: Estudios Interculturales”. Doctor en Antropología for-
Sobre los autores mado en las Universidades de Gotinga y Hamburgo (Alemania).
María Laura Diez es profesora de la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad de Buenos Aires (Argentina) e investigadora del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Coni-
cet). Doctora en Antropología por la Universidad de Buenos Aires
(Argentina).

Noelia Enriz es profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la


Universidad de Buenos Aires (Argentina) e investigadora del Con-
sejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Doctora en Antropología por la Universidad de Buenos Aires (Ar-
gentina).
Denise Arnold es directora del Instituto de Lengua y Cultura Ay-
mara de La Paz (Bolivia) y profesora visitante en la Universidad Adela Franzé Mudanó es profesora del departamento de Antro-
Católica de La Paz. Doctorada en la University College de la Univer- pología Social de la Universidad Complutense de Madrid (España).
sidad de Londres. Doctora en Antropología por la Universidad Complutense de Madrid
(España).
Maria Aparecida Bergamaschi es profesora e investigadora de
la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (Brasil). Doctora en Gerardo Alatorre Frenk es docente de la Universidad Veracruza-
Educación por la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (Brasil). na Intercultural (México). Doctor en Antropología por la Universi-
dad Nacional Autónoma de México (México).
Elizabeth Martínez Buenabad es profesora e investigadora en el
Instituto de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Mé- Mariana García Palacios es profesora de la Facultad de Fi-
xico). Doctora en Antropología por el Centro de Investigaciones y losofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (Argentina).
Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas-DF, México). Doctora en Antropología por la Universidad de Buenos Aires (Ar-
gentina).
Rogério Correia da Silva es profesor de la Universidad Federal
de Minas Gerais (Brasil). Doctor en Educación por la Universidad Ana Maria R. Gomes es profesora e investigadora de la Universi-
Federal de Minas Gerais (Brasil). dad Federal de Minas Gerais (Brasil). Doctora en Educación por la
Universidad degli Studi di Bologna (Italia).
Gabriela Czarny es profesora e investigadora de la Universidad
Pedagógica Nacional (México). Doctora en Ciencias con especialidad Ana Carolina Hecht es profesora de la Facultad de Filosofía y Le-
en Investigaciones Educativas por el Departamento de Investigacio- tras de la Universidad de Buenos Aires (Argentina) e investigadora
nes Educativas (DIE, Cinvestav, México). del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Co-
nicet). Doctora en Antropología por la Universidad de Buenos Aires
Gunther Dietz es profesor e investigador en la Universidad Vera- (Argentina).
cruzana (México) y coordinador del grupo de investigación “Cuerpo

[ 393 ] [ 394 ]
Yolanda Jiménez Naranjo es investigadora en la Universidad Ve- Adriana Robles es investigadora del Departamento de Investiga-
racruzana (México). Doctora en Antropología Social por la Universi- ciones Educativas (DIE, Cinvestav, México). Doctora en Antropolo-
dad de Granada (España). gía Social por la Universidad Iberoamericana (México).
Verônica Mendes Pereira es investigadora de la Universidad Fe- Elsie Rockwell es investigadora del Departamento de Investigacio-
deral de Minas Gerais (Brasil). Doctora en Educación por la Univer- nes Educativas (DIE, Cinvestav, México). Doctora en Ciencias en la
sidad Federal de Minas Gerais (Brasil). especialidad de Investigaciones Educativas (DIE, Cinvestav, México).
Rosa Guadalupe Mendoza Zuany es profesora e investigadora Mario Yapu es Director Académico de la Universidad para la Inves-
en El Colegio de Veracruz (México). Doctora en Política del Departa- tigación Estratégica en Bolivia (U-PIEB). Profesor en la Universidad
mento de Política de University of York (Inglaterra). de San Francisco Xavier (USFX) de Chuquisaca. Doctor en Sociolo-
gía de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
Gabriela Novaro es profesora de la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad de Buenos Aires (Argentina) e investigadora del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Doctora en Antropología por la Universidad de Buenos Aires (Ar-
gentina).
Margarita del Olmo es investigadora del Departamento de An-
tropología del Instituto de Lengua, Literatura y Antropología del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC, España).
Doctora en Antropología Americana en la Universidad Complutense
de Madrid (España).
Ana Padawer es profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Buenos Aires (Argentina) e investigadora del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Doctora
en Antropología por la Universidad de Buenos Aires (Argentina).
Mariana Paladino es profesora e investigadora de la Universidad
Fluminense (Brasil). Doctora en Antropología por el Programa de
Posgraduación en Antropología Social (PPGAS) del Museo Nacional
de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil).
Ruth Paradise Loring es investigadora del Departamento de In-
vestigaciones Educativas del Centro de Investigaciones y de Estu-
dios Avanzados (DIE, Cinvestav, México). Doctora en Antropología
por la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos de Norteamé-
rica).
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