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Segundo misterio doloroso

La flagelación del Señor


LECTURA DEL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: (Jn 18, 38-40 19,1)

Dicho esto, Pilato volvió a salir a donde estaban y les dijo: "No encuentro
ningún delito en él. Pero es costumbre vuestra que, por Pascua, os ponga
en libertad a un preso, ¿queréis que os suelte al rey de los judíos?" Ellos
volvieron a gritar, diciendo: “¡A ése no; a Barrabás!" Barrabás era un
delincuente. Entonces Pilato mandó azotar a Jesús.
¡Palabra del Señor! / Gloria a ti Señor Jesús!
MEDITAMOS:
Atado a una columna y curvado, caen sobre sus espaldas los crueles
azotes. Pilato no encuentra culpa en él, pero quiere congraciarse con el
populacho. El gobernador romano teme las consecuencias políticas que
pueda provocar liberar a Jesús. La multitud irracional, azuzada en sus
emociones por demagogos, prefiere que se castigue al inocente y se deje
en libertad al peligroso bandido. La mentira y la injusticia humana se
imponen. Aquí se inaugura la brutal represión que, por amor a Cristo,
sufrirán millones de Mártires a lo largo de la historia.

IMPLORAMOS:
Espíritu Santo, luz de la verdad y fuerza de los que actúan con justicia.
Asiste a: Gobernantes, legisladores, jueces, comunicadores y dirigentes
sociales; otórgales tu gracia para que no pisoteen nunca la dignidad de
sus hermanos, antes sean veraces y responsables servidores de los
pueblos, en especial de los más desvalidos y pobres. Amén.
Rezamos 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria.

JACULATORIAS:
 María es madre de gracia, madre de Misericordia. En la vida y en la
muerte, ampáranos gran Señora.
 Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados. Líbranos del fuego del
infierno. Y lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más
necesitadas de tu divina Misericordia.
Amén.

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