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PEQUEÑA HISTORIA DEL SISTEMA ELÉCTRICO EN VENEZUELA

No fue sino hasta el siglo XVIII cuando comenzaron a surgir estudios más profundos sobre la
electricidad y sus posibles aplicaciones. Entre los descubrimientos y sus investigadores e
inventores, encontramos que, en 1752, Benjamín Franklin estudió la naturaleza del rayo y creó
el pararrayos, a través de su trabajo experimental. Para el año 1800, Alejandro Volta logró
establecer un flujo eléctrico entre un conjunto de discos alternados de materiales conductores,
como el cobre y el zinc, separados por un conductor húmedo. Es decir, diseñó la primera
batería, a la que luego se llamó pila voltaica. Con este aparato su creador logró establecer una
corriente eléctrica.

Investigadores como Oersted en 1819, Biot y Savart en 1820, formalizaron en relaciones


matemáticas las dependencias que existían entre la electricidad y el magnetismo, después de
haber comprobado cómo influía el paso de una corriente eléctrica sobre una brújula. Alrededor
de 1830 Michael Faraday evidenció, a través de sus experimentos, la inducción de una
corriente eléctrica a partir de otra, y representó los campos magnéticos a través de las líneas
de fuerza y la noción de campo. Años más tarde, y basado en los trabajos de Faraday, James
Maxwell relacionó matemáticamente los campos eléctricos con los campos magnéticos, y
formuló las ecuaciones del electromagnetismo que hoy llevan su nombre; con ellas se
encuentra que la velocidad de propagación de las ondas electromagnéticas y de la luz son
iguales, concluyendo que la luz también tenía que ser un fenómeno electromagnético.

Con el paso del tiempo, y gracias a la consolidación de la teoría electromagnética, surgieron


avances tecnológicos como el telégrafo creado por Morse (1835), el teléfono inventado por
Graham Bell (1869) y la primera lámpara eléctrica diseñada por Edison (1881).

Mientras tanto en nuestro país, el sistema de iluminación evolucionaba lentamente desde el


candil de aceite de coco al farol de gas. Una de las primeras inclusiones tecnológicas derivadas
del electromagnetismo que se estableció en Venezuela ocurrió durante la presidencia de José
Tadeo Monagas en 1856, con la primera línea telegráfica entre Caracas y La Guaira. En 1875,

Guzmán Blanco nacionalizó este dispositivo de telecomunicación, extendiéndolo por todo el


país. En 1882, la revista caraqueña El Cojo Ilustrado publicó un artículo cuyo titular era “La Luz
Eléctrica es la Luz del Porvenir”. El presidente Guzmán Blanco también inició el proyecto de red
urbana de teléfonos para Caracas (1883). Ese mismo año, en conmemoración del centenario
del natalicio del Libertador, se instalaron algunas redes eléctricas en el Teatro Municipal y en
los alrededores del Capitolio, en el lugar donde estuvo el Palacio de Justicia.

En 1888, llegó el alumbrado público a Maracaibo, siendo la primera ciudad del país con un
completo sistema de iluminación. En 1895, se iluminaron las calles de Valencia; dos años más
tarde las de Caracas y, en 1910, las de Puerto Cabello y Ciudad Bolívar. Barquisimeto brilla en
1914. Poco a poco, las otras ciudades de nuestro país se fueron iluminando con energía
eléctrica. El sistema de generación de electricidad para estas ciudades consistía en calderas de
vapor abastecidas por carbón o leña. Para ese momento, algunos empresarios venezolanos
consolidaron la primera compañía de servicio de electricidad llamada The Maracaibo Electric
Light, funcionó en la ciudad de Maracaibo; esta empresa más tarde se llamó Energía Eléctrica
de Venezuela (ENELVEN).

Pocos años antes, en 1891 en Alemania, se logró transmitir energía eléctrica a larga distancia
con bajas pérdidas energéticas. El ingeniero Zuloaga conoció estos avances y proyectó la idea
de un alumbrado eléctrico para Caracas, inspirado en un sistema hidroeléctrico que
aprovecharía las caídas de agua del río Guaire. En 1895, fundó la empresa La Electricidad de
Caracas (ELECAR) e inició la construcción de la primera planta generadora de electricidad
ubicada en el sector El Encantado en Petare.
Las plantas eléctricas también comenzaron a extender sus servicios rápidamente hacia las
principales poblaciones del país. En 1895, el ingeniero Carlos Lares lleva el sistema de energía
eléctrica a la ciudad de Mérida. Así, para inicios del siglo XX, se comenzaron a sustituir los
antiguos tranvías de vapor por tranvías eléctricos.

Prontamente, se fueron extendiendo hacia las principales poblaciones del país las plantas
generadoras de electricidad. Sin embargo, no se tenía un adecuado control y supervisión
gubernamental sobre el funcionamiento de las compañías, principalmente privadas, que
prestaban este servicio, esto ocasionaba que la generación y transmisión de energía eléctrica
tuvieran diferencias de tipo técnico. Por ejemplo en Caracas, el suministro eléctrico era de 24
horas, mientras que algunas poblaciones sólo contaban con 4 a 10 horas diarias de
electricidad.

En 1947, se creó la Corporación Venezolana de Fomento (CVF), que, entre otras funciones,
buscaba diseñar un sistema integral de producción, transmisión y distribución de energía
eléctrica en Venezuela.

En 1959, se promovió la construcción de termoeléctricas e hidroeléctricas, y se logró


interconectar las centrales La Mariposa y La Cabrera, ubicadas en el estado Miranda. Durante
los años 1959 a 1968, se revisó el plan nacional de electricidad. Para dar inicia a la
construcción de obras y equipamiento de algunas estructuras de suministro eléctrico, se
concretaron algunos convenios entre empresas del Estado como la Compañía Anónima de
Administración y Fomento Eléctrico (Cadafe), la empresa de Electrificación del Caroní C.A.
(Edelca) y la empresa privada Electricidad de Caracas (Elecar).

En este mismo período, se inició la construcción de la central hidroeléctrica Simón Bolívar, en


la cuenca del río Caroní, Guri, estado Bolívar; convirtiéndose en una de las obras más
importantes del país y de Suramérica. Esta central junto a otras obras del mismo tipo como la
Hidroeléctrica José Antonio Páez, en Mérida; la Ruiz Pineda, en Táchira; y la Rodríguez
Domínguez, en Portuguesa, generarían el 59% de la electricidad de consumo nacional.

Actualmente, nuestro país en búsqueda de alternativas energéticas, desarrolla el Proyecto


Parque Eólico, en la región falconiana de Paraguaná, para aprovechar, como recurso natural
para la generación de energía eléctrica, el característico y constante viento de esta región. Este
parque eólico está ubicado en Amuay y Los Taques, y ya su primera fase está en marcha.

Actualmente, los proyectos energéticos en el país buscan alcanzar los mayores beneficios para
las comunidades, con el menor impacto ambiental, y aprovechar, al máximo, los recursos
naturales que tenemos en nuestra geografía. El propósito es disminuir el consumo del
combustible fósil y, al mismo tiempo, diversificar las fuentes primarias de energía eléctrica.

En la línea de tiempo que se muestra a continuación, verás algunos resultados científicos y


tecnológicos de investigaciones realizadas por la humanidad, desde finales del siglo XVIII hasta
el siglo XXI, así como los avances y progresos que al respecto se sucedían en el país
PRINCIPALES GENERADORES DE ENERGÍA ELÉCTRICA EN VENEZUELA

La principal fuente de energía en nuestro país y, en general, para la mayoría de los países del
mundo es el petróleo y sus diferentes derivados. Como sabes, muchas de las actividades que
realizamos son posibles gracias al uso de combustibles fósiles. Sin embargo, hemos
desestimado la importancia de reflexionar sobre el consumo de este medio energético, no sólo
por ser un recurso no renovable, sino por el impacto contaminante que tiene sólo con su
transporte.

Del mismo modo ocurre con la electricidad, que resulta una necesidad para la humanidad tan
cotidiana que olvidamos reflexionar sobre la magnitud de los procesos que intervienen en su
generación, y en el cuidado que debemos hacer de los recursos naturales empleados como
fuente primaria de los diversos sistemas que generan energía eléctrica.

Así tenemos que las centrales hidroeléctricas aprovechan de los ríos la energía de su
movimiento para generar electricidad. Las centrales termoeléctricas queman derivados del
petróleo, carbón o gas, para aprovechar la energía térmica. Las centrales eólicas aprovechan
las velocidades del viento y su permanencia en el año para convertir esta energía cinética. Así
ocurre con todos los procesos energéticos que derivan en energía eléctrica.

En nuestro país tenemos principalmente centrales hidroeléctricas y termoeléctricas que nos


suministran a nivel nacional toda la electricidad. Aunque, estamos diversificando los proyectos
energéticos para aliviar la demanda que tienen las centrales más grandes, con el menor
impacto ambiental posible y aprovechando los recursos naturales de nuestra geografía
eficientemente.

Venezuela es un país rico en cuencas hidrológicas, en ríos caudalosos, abundantes en


minerales y en vida. Nosotros, como población que hacemos vida en este territorio, hemos
sacado provecho de estas realidades, por ejemplo, utilizando los ríos como medios de
navegación y también generando energía a partir de estas características naturales.

Así, para la década de los años 60 y 70, se plantearon grandes proyectos de generación de
energía eléctrica. Se construyeron centrales hidroeléctricas en diferentes sectores de nuestra
geografía, que han permitido obtener de la energía cinética de sus ríos la generación de la
electricidad para gran parte de nuestro territorio.

De la cuenca del Caroní que ocupa una superficie de 92.712 km2, se aprovecha su caudal
estimado en 4.817 m3/seg para grandes centrales hidroeléctricas: el Simón Bolívar ubicado en
Guri, Manuel Piar en Tocoma, Francisco de Miranda en Caruachi y Antonio José de Sucre en
Macagua. Estas centrales generan, en conjunto, 16.136 MW de potencia.

Aprovechando estas realidades geográficas se construyeron las represas hidroeléctricas en


cada desnivel topográfico, para que la energía potencial gravitatoria que tienen estas grandes
masas de agua se convierta en energía cinética, es decir, la energía asociada a la velocidad
que este fluido adquiere a medida que cae.
DISTRIBUCION DE LA ENERGIA ELECTRICA EN ZONAS RECIDENCIALES,
COMERCIALES, AGRICOLAS, INDUSTRIALES, OTRAS

Como ya vimos, el usar nuestros recursos de manera irresponsable produce impacto


ambiental. Por ello, resulta importante impulsar los cambios culturales necesarios en nuestra
población sobre el uso eficiente y consciente de la electricidad. A continuación verás
información para el uso racional y eficiente de la energía eléctrica, analizada según sus usos.

Uso residencial

En nuestros hogares, encontramos cualquier cantidad de artefactos electrodomésticos: nevera,


licuadora, microondas, televisión, computadora, plancha, entre muchos otros. Cada uno de
ellos tiene un consumo establecido de acuerdo con su tecnología y especificaciones técnicas
(Potencia).

Al conectar algún artefacto eléctrico, estamos consumiendo potencia eléctrica por hora, y en
consecuencia, estamos utilizando recursos naturales de nuestro país en su generación. Si
prestas atención en tu casa, es probable que veas estos artefactos y la misma iluminación
conectados de manera permanente, sin obtener beneficio de ellos. De ser así, estarían
haciendo un uso indebido del recurso natural que se requirió para generar esa energía
consumida en tu hogar. Sea agua, viento, gas o cualquier otro recurso, estarían
desaprovechándolo.

La compañía venezolana que se encarga de desarrollar, proporcionar y garantizar un servicio


de electricidad permanente, es la Corporación Eléctrica Nacional (CORPOELEC). En el uso
residencial es importante conocer los bienes de consumo eléctrico, saber la potencia por hora
que consumen y seguir las recomendaciones acerca de cómo usarlos eficientemente, puede
ello garantizar el gasto justo y necesario de energía eléctrica.

Uso industrial, comercial y oficial

Las industrias, oficinas, centros comerciales y locales son escenarios de trabajo que requieren
permanentemente, durante largas jornadas diarias, la conexión de sistemas eléctricos como
aires acondicionados, equipos de computación, iluminación; todos ellos consumen altos niveles
de electricidad (potencia alta), por lo que es importante el diseño de un plan de consumo
eficiente, así como promover una inversión para mantener los equipos e instalaciones en
óptimas condiciones y para renovarlos por equipos de tecnologías más ecológicas.

En zonas agrícolas

La distribución y consumo de energía eléctrica en áreas rurales comenzó en 1963, cuando la


Comisión Ejecutiva hidroeléctrica del Río Lempa, CEL,1 inició un plan piloto. El termino rural
utilizado es restringido, pues se confunde con agrícola; en efecto, se señala que "el consumo
rural está integrado por el consumo domestico y el consumo agrícola, que es el más
importante; este ultimo comprende el suministro de energía eléctrica a los beneficios de café y
algodón, a los ingenios de azúcar, a los sistemas de riego y a los equipos eléctricos de
implementación agrícola"2. Se dejan al margen totalmente las actividades rurales que no
pertenecen al rubro agrícola y que en la medida que se avanza en el desarrollo económico
cobran más importancia, sirviendo de drenaje de la mano de obra campesina hacia sectores
secundarios y terciarios en el sitio.
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación
Liceo bolivariano Antonio Nicolás Briceño
Valera estado Trujillo

Elaborado por: Enmanuel José Simancas Rodríguez C.I:


fecha: 28 de mayo de 2020

Ensayo 01: Energía eléctrica y alternativas

LA IMPORTANCIA DE LAS ENERGIAS ALTERNATIVAS


Uno de los indicadores más precisos en relación con el bienestar y la prosperidad de la
sociedad es el consumo energético. No obstante, es más que conocido el carácter no
renovable de las fuentes fósiles, las cuales son sumamente limitadas.

Asimismo, este tipo de combustible produce serios problemas de contaminación. Estas razones
son más que suficientes para ponerse a pensar en la necesidad de un proceso de sustitución
de las energías convencionales por energías alternativas. No caben dudas de que la
importancia de este cambio es enorme, por lo que en este caso en especial trataremos sobre
las características y las ventajas de esta clase de fuentes energéticas.

Una energía alternativa, o más precisamente una fuente de energía alternativa es aquella que
puede suplir a las energías o fuentes energéticas actuales, ya sea por su menor efecto
contaminante, o fundamentalmente por su posibilidad de renovación.
 
El consumo de energía es uno de los grandes medidores del progreso y bienestar de una
sociedad. El concepto de crisis energética aparece cuando las fuentes de energía de las que se
abastece la sociedad se agotan. Un modelo económico como el actual, cuyo funcionamiento
depende de un continuo crecimiento, exige también una demanda igualmente creciente de
energía. Puesto que las fuentes de energía fósil y nuclear son finitas, es inevitable que en un
determinado momento la demanda no pueda ser abastecida y todo el sistema colapse, salvo
que se descubran y desarrollen otros nuevos métodos para obtener energía: éstas serían las
energías alternativas.
 
Las fuentes renovables de energía se basan en los flujos y ciclos naturales del planeta. Son
aquellas que se regeneran y son tan abundantes que perdurarán por cientos o miles de años,
las usemos o no; además, usadas con responsabilidad no destruyen el medio ambiente. La
electricidad, calefacción o refrigeración generadas por las fuentes de energías renovables,
consisten en el aprovechamiento de los recursos naturales como el sol, el viento, los residuos
agrícolas u orgánicos. Incrementar la participación de las energías renovables, asegura una
generación de electricidad sostenible a largo plazo, reduciendo la emisión de dióxido de
carbono. Aplicadas de manera socialmente responsable, pueden ofrecer oportunidades de
empleo en zonas rurales y urbanas y promover el desarrollo de tecnologías locales.

Desde sus inicios, CORPOELEC ha implantado y desarrollado estrategias para promover el


uso racional y eficiente de la energía eléctrica, en función de optimizar el sector eléctrico y, a su
vez, la calidad de vida de los venezolanos y venezolanas.

UREE tiene como objetivo fundamental ejecutar políticas y acciones en materia tecnológica,
educativa, comunicacional y regulatoria, para promover el hábito del uso racional y eficiente de
la energía eléctrica en toda la población venezolana, a fin de preservar el ambiente y
resguardar nuestra soberanía energética.
El Uso Racional y Eficiente de la Energía se ha convertido en política de Estado ya que hoy
somos conscientes de la importancia de generar un cambio cultural en todos los venezolanos y
venezolanas en la forma como usamos nuestros recursos. Este proceso nos permite contribuir
con el medio ambiente al reducir las emisiones de gases tóxicos y controlar la huella ecológica,
además del crecimiento de la demanda de electricidad en nuestro país donde se ha
incrementado la demanda en horas pico entre 5 y 6% durante los últimos años. Esto equivale a
la construcción de parques de generación de más de 2.000 MW cada año. Con un uso
adecuado de los recursos energéticos podemos dirigir estas inversiones hacia proyectos
sociales de alto impacto en el Buen Vivir de nuestras comunidades, al tiempo que contribuimos
a mantener a la Madre Tierra.

El acceso a la energía eléctrica pretende mejorar las condiciones de vida de los habitantes
rurales y disminuir la inequidad social. Bajo esta premisa, analizamos la electrificación como vía
para alcanzar el Buen Vivir y favorecer el desarrollo productivo en las parroquias rurales. Las
entrevistas con la población local, sector privado, técnicos de las administraciones públicas y
políticos locales muestran la importancia de este servicio por su impacto positivo en la salud y
educación de las personas, en la participación de la mujer en el mercado de trabajo, en la
reducción de la exclusión social y, en la actividad económica local. En este contexto, la agencia
colectiva y las políticas de los gobiernos locales son elementos clave para estimular el
desarrollo rural a partir del uso productivo de este servicio en sectores como la agroindustria y
el turismo, con gran potencial de desarrollo en este territorio.

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