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Airaos pero no pequéis

Efesios 4:26

Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo

La ira es una de las fuerzas más destructivas de la sociedad y dentro de


la iglesia ha hecho mucho daño

Pablo no le está diciendo a nadie que se enoje, pero si advierte que


puede pasar entre dos personas muy relacionadas entre sí.

La ira puede llegar a ser muy obsesiva y dominar la vida de las


personas, por eso da este consejo que no se ponga el sol es decir nos da
pasos para tratar nuestra ira. Porque, porque cuando pasa de un día ya
se convierte en rencor y amargura y lo peor no es eso sino que eso no
es que puede sino que da lugar al diablo (acusador)

Ira en este caso es parorgismós,


Es decir paroxismo,8 y puede significar reaccionar frente a la provocación
a la ira, pero no quedar ahí, sino seguir buscando el origen del agravio y
no la solución.

Es como si Pablo dijera: “Mantened ese disgusto bajo control para la


rápida solución”. Enojarse y no pecar presupone que las palabras no han
producido amargura. La puesta del sol podría referirse no al cambio de
día calendario sino a no dejar que el agravio se anide en el corazón, y en
su lugar actuar como enseñó el Señor Jesús (Mt. 18:15–20).

Sal 4:4 Si se enojan, no pequen; en la quietud del descanso nocturno


examínense el *corazón.

El sentido es sencillamente, “Que vuestra Ira no esté mezclada con


pecado”. La ira en sí misma no es necesariamente pecaminosa.

Se la atribuye aun a Dios (1 R. 11:9 Cuando Dios se enojó con Salomón


; 2 R. 17:18; Sal. 7:11; 79:5; 80:4, 5; Heb. 12:29), y a
Cristo (Sal. 2:12; Jn. 2:15–17 Cuando azoto a los negociantes en el
templo).

Sin embargo, la ira, especialmente con relación al prójimo, degenera


fácilmente en odio y resentimiento.

Amar al pecador al mismo tiempo que se odia su pecado requiere una


buena porción de gracia.
Una exclamación como, “no puedo soportar a este individuo”, es
algo que sale a veces aun de labios de miembros de la iglesia con
referencia a otros. Es por esta razón que el apóstol añade de inmediato:
No se ponga el sol sobre vuestro airado estado de ánimo

Habiendo hablado sobre la ira, el apóstol apunta ahora a aquello en que


fácilmente puede
degenerar la ira, vale decir, el espíritu de resentimiento, de airado
estado de ánimo, el semblante
huraño que es señal de odio y de actitud que no perdona.

El día no debe terminar así. Antes que amanezca un nuevo día, no, sino
antes que el sol se ponga lo que para el
judío significaba el final de un día y el comienzo del próximo—el perdón
genuino no sólo debe
haber llenado el corazón sino que debe, en todo lo posible, haberse
manifestado abiertamente
de modo que el prójimo haya sido beneficiado mediante esta bendición.

El consejo de Pablo es sano, porque cuanto más aplazarnos el zanjar


nuestras diferencias, menos probable es que lleguemos a remediarlas
Si hay un disgusto entre nosotros y otra persona, si hay problemas en
una iglesia o en una sociedad en la que se reúne la gente, la mejor
manera de resolverlos es en seguida. Cuanto más se deje crecer, más
amarga se hará.

“nunca te acuestes enojado”. Prosigue… y no deis al diablo punto de


apoyo. Literalmente “Y no deis lugar al diablo”. diábolos es también
la palabra normal para calumniador.

El diablo rápidamente aprovechará la oportunidad para cambiar


nuestra indignación, sea justa o injusta, en agravio, rencor, fuente de
ira, resistencia al
perdón. Pablo se hallaba muy consciente de la realidad, poder, y engaño
del diablo, según lo
muestra en 6:10. Lo que da a entender, por tanto, es que desde el
comienzo mismo el diablo
debe ser resistido (Stg. 4:7). No debe concedérsele lugar alguno,
ninguna entrada, ningún
punto de apoyo donde colocar un pie. No se le debe ceder en ningún
punto ni transigir con él
en aspecto alguno. No debe dejársele ninguna oportunidad para
aprovechar nuestra ira y lograr
sus siniestros propósitos.

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