Está en la página 1de 1

Quiero escribir.

No sé realmente qué y sumado a esto me falta mucha práctica en el uso del


teclado. Pero “para mañana es tarde” - dice el dicho….

He pensado acerca de la oración y escribir en estado de oración. Aprender a escribir en el Espíritu,


como entiendo que hace el pastor Mark en su libro “El hacedor de círculos”, - “orando sobre el
teclado” en sus textuales palabras.

Sé que necesito comenzar y establecer el hábito de la escritura, y no solo eso, y aún más
importante… el favor y la sabiduría del Señor.

Decido soñar en grande y aspirar (¿por qué no?) convertirme en escritor de un best seller y figurar
en el listado del “new york times” como uno de los más grandes escritores mundiales por su gran
influencia y millares de volúmenes vendidos. Para mí es completamente difícil, y más que difícil, es
imposible realmente. Y entonces…? Apoyarme en mi Dios, pues para los hombres es imposible,
pero para Dios todo es posible y… todo es todo ¿cierto? Pues si lo creyéramos de verdad, verdad;
nuestras oraciones serían osadas, del tamaño del Dios a quienes son dirigidas.

Hasta ahora no me he quedado sin nada que decir, pero aún no tengo norte, propósito claro, ni
estilo propio. Definitivamente ésta es una razón más para orar con diligencia y fervor por el favor y
la dirección divinas.

Mi razón me dice que ésta es una causa perdida, pero me animo reflexionando: ¿y si oro y recibo?

¿y si prospera más allá de mis locos sueños ésta empresa y pueda dedicarme al ministerio con
solvencia económica para ser de bendición a otros sin las cadenas de un empleo mediocre y
terriblemente mal remunerado?

LA ORACIÓN, qué gran tema¡¡ y cuánto necesitamos aprender a orar como Jesús, clamando día y
noche a él, que nos enseñe por su Espíritu a orar con poder y con mucha fe en sus promesas,
bondad e ilimitado poder.

Si el postrarnos delante del Señor fuera nuestro mayor placer cada día, deleitándonos en su
presencia, ¿nuestras vidas no serían radicalmente transformadas? Qué miope es nuestra
percepción acerca de la oración, quiera darnos Dios una visión clara y fresca del poder y del
privilegio de la oración; que ésta es la más poderosa herramienta de parte de nuestro Rey Jesús,
junto con su Palabra, para avanzar hacia el cumplimiento de la voluntad de ÉL, para nosotros sus
amados hijos

Termino por ahora este escrito para dedicarme a la oración, pues ésta no es para parlotear acerca
de ella sino para dedicarnos a la misma de manera práctica y apasionada. Si algo nos enseñó Jesús
es que aprendemos a orar, orando

También podría gustarte