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SUB-CAPíTULO V

DEBERES DE LAS PERSONAS QUE INTERVIENEN


EN UN PROCESO

l. GENERALIDADES

El Código Adjetivo incorpora, entre otros, el principio de conducta procesal (CPC,


arts. IV TP Y 109 inc. 1), el cual impone a las partes, representantes, abogados y,
en general, a todos quienes participen en el proceso, la observancia de los
deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena fe. Bajo la denominación genérica
de conducta procesal se ha englobado un conjunto de principios destinados a
regular la correcta actuación de las personas que intervienen en un proceso, en lo
relacionado con el cumplimiento de normas éticas y de contenido moral. No
obstante que la conducta moral no es coercible jurídicamente para efectos de su
observancia, dentro de la tendencia de control minucioso adoptado por el Código
Adjetivo, la transgresión de los deberes antes referidos puede dar lugar a
determinadas sanciones.

II. DEBERES Y SANCIONES

Aparte de los deberes contenidos en el mencionado principio de conducta


procesal-veracidad, probidad, lealtad y buena fe- el Código Adjetivo contempla
diversos supuestos de inconducta procesal, derivados, por lo general, de la
actuación contraria a aquellos deberes, permitiendo al juez la imposición de las
sanciones correspondientes. Así por ejemplo, en términos muy amplios es pasible
de sanción aquel que en un proceso realice conductas ilícitas (CPC, arto IV TP in
fine), siendo el juez el único facultado para calificar la ilicitud. O también aquel que
realice conductas dilatorias (ídem, CPC, arto IV TP in fine), en cuyo caso bastaría
un análisis. más o menos objetivo para determinar la dilación malintencionada.

Más adelante se prevé y faculta sancionar la actuación con dolo o fraude (CPC,
arto 50 inc. 5) y la actuación temeraria y de mala fe (CPC, arto 109 inc. 2)
estableciendo en el arto 112 del CPC, para estos últimos casos, los supuestos en
que se considera que hubo una actuación de este tipo.
De otro lado, el legislador ha pensado también en aquellos supuestos de conducta
inapropiada que podrían generar inconvenientes con respecto al desarrollo mismo
del proceso, y por ello permite al juez sancionar todo tipo de alteración o
entorpecimiento de los actos procesales (CPC, arto 52 inc. 2), así como la
desobediencia de las partes o terceros a los mandatos del juez (CPC, arto 53 ¡ncs.
1 y 2; 109 inc. 5).

Por último, el Código Adjetivo es sumamente minucioso al prever sanción para


todo tipo de comportamiento impropio, aun cuando no sea con fines ilícitos,
dolosos, fraudulentos o temerarios, sino además cuando deriven de la propia
formación personal y nivel de educación de quienes intervienen en el proceso; así
por ejemplo no permite las expresiones orales o escritas en términos ofensivos o
vejatorios (CPC, arto 52 inc. 1) ni las expresiones descomedidas o agraviantes
(CPC, arto 109 inc. 3);
proscribe la falta de respeto en general (CPC, arto 109 inc. 4) y también la falta de
colaboración (CPC, arto 109 inc. 6).

En armonía con lo expuesto el Código Adjetivo establece como deberes de las


partes, sus abogados y sus apoderados los siguientes (CPC, arto 109):

Proceder con veracidad, probidad, lealtad y buena fe en todos sus actos e


intervenciones en el proceso.
No actuar temerariamente en el ejercicio de sus derechos procesales.
Abstenerse de usar expresiones descomedidas o agraviantes en sus
intervenciones.
Guardar el debido respeto al juez, a las partes y a los auxiliares de justicia.
Concurrir ante el juez cuando este los cite y acatar sus órdenes en las actuaciones
judiciales; y, Prestar al juez su diligente colaboración para las actuaciones
procesales, bajo apercibimiento de ser sancionados por inconducta con una multa
no menor de tres ni mayor de cinco Unidades de Referencia Procesal.

En caso contrario, las partes, sus abogados, sus apoderados y los terceros
legitimados responden por los perjuicios que causen con sus actuaciones
procesales temerarias o de mala fe. Cuando en el proceso aparezca la prueba de
tal conducta, el juez, independientemente de las costas que correspondan,
impondrá una multa no menor de cinco ni mayor de veinte Unidades de Referencia
Procesal. Cuando no se pueda identificar al causante de los perjuicios, la
responsabilidad será solidaria (CPC, arto 110). Además de ello, cuando el juez
considere que el aboga-
do actúa o ha actuado con temeridad o mala fe, remitirá copia de las actuaciones
respectivas a la Presidencia de la Corte Superior, al Ministerio Público y al Colegio
de Abogados al cual pertenece el letrado, para las sanciones a que pudiera haber
lugar (CPC, arto III).

De acuerdo al Código Adjetivo hay temeridad o mala fe en los siguientes casos


(CPC, arto 112):

Cuando sea manifiesta la carencia de fundamento jurídico de lademanda,


contestación o medio impugnatorio.
Cuando a sabiendas se aleguen hechos contrarios a la realidad.
Cuando se sustraiga, mutile o inutilice alguna parte del expediente.
Cuando se utilice el proceso o acto procesal para fines claramente ilegales o con
propósitos dolosos o fraudulentos.
Cuando se obstruya la actuación de medios probatorios.
Cuando por cualquier medio se entorpezca reiteradamente el desarrollo normal del
proceso; y, Cuando por razones injustificadas las partes no asistan a las
audiencias generando la dilación del proceso.

En el caso que cualquiera de los partícipes en un proceso civil falte a los deberes
de veracidad, probidad, lealtad y buena fe, o incurra en alguno de los supuestos
calificados como actos de inconducta procesal antes referidos, el juez está
facultado para imponer las sanciones que correspondan o estime pertinentes,
amparándose tanto en las normas anteriormente citadas del Código Adjetivo como
también en los arts. 8 párr. 2° y 9 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

No existe un régimen único y puntual que indique la sanción que corresponde a


talo cual hecho, pues la intención del legislador ha sido dar cierta libertad al juez
para la aplicación de las sanciones, salvo casos específicos en que la sanción se
señala expresamente.

III. DISTINCiÓN DE SANCIONES

Ahora bien, la aplicación de las sanciones tiene que ver, desde luego, con la
calidad que ostenta el infractor (parte, abogado, tercero, etc.) y con la magnitud de
la infracción. Las partes, por ejemplo, pueden ser pasibles de amonestaciones o
apercibimientos a título de advertencia (en caso de expresiones ofensivas y
similares por ejemplo), pero por hechos más graves (falta de probidad y veracidad,
deslealtad, conducta ilícita y dilatoria, dolo, fraude, temeridad, mala fe,
desobediencia) o tam-
bién por reiterar las faltas menores, procede la aplicación de multas (sanciones
pecuniarias). De ser el caso, las partes pueden ser sancionadas con medidas que
supongan la afectación de su situación procesal, como ocurriría por ejemplo por la
alteración o entorpecimiento de los actos procesales, en cuyo caso procede la
expulsión y la aplicación de los apercibimientos que correspondan como si no
hubieran asistido a la actuación procesal (CPC, arto 52 inc. 2).

Los abogados y terceros pueden ser pasibles también de amonestaciones y


multas en los casos indicados para las partes, incluyendo la expulsión del acto
procesal. Ahora, en el caso de los abogados procede, según el caso, la
suspensión en el ejercicio de la profesión (CPC, arto III y LOPJ, arts.9 y 292), Y en
el caso de los terceros procede inclusive la detención por causa de desobediencia
(CPC, arto 53 inc. 2).

Por último, para todos los intervinientes en el proceso procede, por mandamiento
judicial, la obligación de resarcir los daños y perjuicios causados a las partes o
terceros con motivo de inconducta procesal (CPC, arto 110), sanción que por lo
general se traduce en el pago de una suma de dinero a favor del perjudicado.

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