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Psicopatología I

Sección 04
Nanyely Esther de la Cruz Belén
2020-3100690
Evaluación y diagnostico clínicos. Sistemas actuales de clasificación de los trastornos
psicopatológicos.

1. Identificación de los trastornos. Principios fundamentales de clasificación.


Sistemas de clasificación en psicopatología dsm y cie.
2. Valoración crítica de los sistemas de clasificación actuales necesidad utilidad
efectos y defectos.
3. Modelos conceptuales
1. Modelos de estudio características y funciones
2. Modelo médico o biomédico de enfermedad mental
3. Modelos intrapsiquico de psicopatología.

Respuestas
1. La identificación de estos genes susceptibles proporciona una gran esperanza,
siendo actualmente un objetivo más real y tangible el desentrañamiento de las
bases moleculares y bioquímicas de algunas patologías.
El creciente número de genes que se han identificado augura un buen futuro para
el tratamiento de los trastornos psiquiátricos.

Los genes identificados y las vías de los genes y las proteínas que ellos implican
proporcionarán nuevos objetivos para nuevas armas terapéuticas.
La genética psiquiátrica parece estar preparada para significativos avances en
nuestro conocimiento y comprensión de las bases de la genética molecular de las
enfermedades mentales.

La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) es una clasificación


diagnóstica estándar internacional para una amplia variedad de condiciones de
salud. La CIE-10 señala que los trastornos mentales "no es un término exacto",
aunque generalmente se utiliza "para dar a entender la existencia de un conjunto
clínicamente reconocible de síntomas o comportamientos asociados en la mayoría
de los casos con angustia y con interferencia con las funciones personales. " (OMS,
1992). El capítulo V se centra en "trastornos mentales y del comportamiento" y
consiste en 10 grupos principales:

F0: Orgánicos, incluidos los trastornos sintomáticos, mentales.


F1: Trastornos mentales y de comportamiento causados por el uso de sustancias
psicoactivas.
F2: Trastornos de esquizofrenia, esquizotípico y delirios.
F3: Trastornos del humor (afectivos).
F4: Trastornos neuróticos, somatomorfos y relacionados con el estrés.
F5: Síndromes del comportamiento asociados con alteraciones fisiológicas y
factores físicos.
F6: Trastornos de personalidad y de comportamiento en personas adultas.
F7: Retraso mental.
F8: Trastorno del desarrollo psicológico.
F9: Trastornos conductuales y emocionales con inicio en la infancia y adolescencia.

Además, un grupo de "trastornos mentales no especificados".


Dentro de cada grupo hay subcategorías más específicas. CIE incluye trastornos
de la personalidad en el mismo dominio que otros trastornos mentales, a diferencia
del DSM. La OMS está revisando sus clasificaciones en esta sección como parte del
desarrollo del CIE-11 (la revisión finaliza el año 2018) y un "Grupo Consultivo
Internacional" se ha sido establecido para guiar el proceso.

DSM-IV
El DSM, en su primera versión, al igual que la CIE, surge de la necesidad de
confeccionar una clasificación de trastornos mentales consensuada, debido al
escaso acuerdo tanto en los contenidos que debería incluir como en el método de
conformación por parte de los psiquiatras y psicólogos.
Entre las causas que influyeron en la creación del DSM están la necesidad de
recoger datos de tipo estadístico en relación a los trastornos mentales y la
necesidad de una nomenclatura aceptable para los pacientes con enfermedades
psiquiátricas graves y neurológicas, en todo el país.

El DSM-IV es un instrumento realizado a partir de datos empíricos y con una


metodología descriptiva, con el objetivo de mejorar la comunicación entre clínicos
de diferentes orientaciones, y entre clínicos en general e investigadores. Todo esto
no tiene la pretensión de explicar las diversas patologías, ni de proponer líneas de
tratamiento farmacológico o psicoterapéutico, como tampoco de adscribirse a una
teoría o corriente específica dentro de la psicología o psiquiatría.

Una diferencia paradigmática reside en el requisito del DSM-IV de que el paciente


afectado debe estar limitado por los síntomas, criterio éste que no aparece en la
CIE-10. El sistema DSM-IV se centra, en general, en principios más
psicopatológicos, mientras que los capítulos de la CIE-10 están estructurados a
partir de la patogenia.

2. Son tres los requisitos de cualquier sistema de clasificación: comunicación, control


y comprensión. El primer objetivo de una nosología es el de capacitar a los que la
utilizan para comunicarse entre sí sobre los fenómenos patológicos que tratan en
común. La comunicación implica el utilizar nombres que funcionen como símbolos
eficientes para resumir grupos de datos. La capacidad de predecir el curso y el
resultado de un trastorno, incluso, si uno no es capaz de tratarlo, proporciona una
forma limitada de control. La comprensión significa el entender la causa y el
proceso patológico del trastorno.

3. Modelos Conceptuales
 Los modelos de estudio o modelos de ortodoncia, como también se les conoce,
son una réplica exacta de la estructura dental del paciente, que se elabora en
un yeso especial para esta tarea. Esta prueba o herramienta permite que el
ortodontista tenga información precisa sobre la mal oclusión del paciente, en
una forma tridimensional.
 El modelo médico supone epistemología y nosología. Es decir, es un modelo, no
una teoría. Por tanto, define un proceso a través del cual generar más
conocimiento.

Según este modelo, la gnosología permite definir categorías de trastornos.


Estos trastornos se manifiestan mediante signos y síntomas. Además, es posible
distinguir unos trastornos de otros mediante el diagnóstico diferencial.

Se denomina modelo médico a la consideración de los trastornos mentales


mediante el diagnóstico diferencial. Este tipo de diagnóstico, en consecuencia,
requiere formación específica en psicopatología y en la clasificación de
trastornos. Actualmente están formados para ello el médico y los profesionales
en psiquiatría y psicología.

El modelo médico de corte biologicista espera encontrar marcadores biológicos


para la enfermedad mental (como determinar los niveles en sangre de alguna
sustancia, o alguna alteración cromosómica o genética específica, o alguna
imagen cerebral), sin embargo no se ha encontrado ningún marcador biológico
para ninguna enfermedad mental. Generalmente se refieren a características
biológicas en un sentido estadístico, cuyo origen causal es muy discutible.

La realidad es que las enfermedades mentales no son mucho como las


enfermedades físicas. Sólo tenemos que pensar en la forma en que unas y otras
son diagnosticadas, para darnos cuenta de ello.

En la medicina general, el diagnóstico típicamente procede a través de la


identificación de signos que indican la presencia de la enfermedad. En el caso
de diabetes, por ejemplo, es posible determinar si el paciente tiene la condición
al medir sus niveles de glucosa en la sangre. El paciente puede haber estado
experimentando síntomas como sed y cansancio. Estos síntomas, aunque
indican la posible presencia de enfermedad, no son suficientes para un
diagnóstico de diabetes. El médico se apoya en los resultados de un examen de
sangre (un signo) para hacer un diagnóstico confiable.

 Modelo Intrapsiquico es el propio individuo el que dictamina sobre su estado o


situación, lo que se suele traducir en manifestaciones verbales o
comportamentales (quejas sobre la propia infelicidad, sobre la incapacidad
para afrontar un problema...). Una variante de este criterio es el alguedónico,
que hace referencia al sufrimiento personal, propio o ajeno, como elemento
definitorio de la presencia de una psicopatología. El principal problema de este
criterio es que las personas son conscientes de sus problemas.

Pero no todas las personas que manifiestan infelicidad o angustia son


catalogables de psicopatológicas. El criterio subjetivo no tiene en cuenta los
efectos que un comportamiento anormal produce en el contexto social
inmediato de la persona que lo exhibe (algo que sí lo tiene en cuenta el
alguedónico). Sin embargo este tipo de criterios resulta insuficiente, aunque en
la práctica hay que tenerlos en cuenta.

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