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JESÚS JARQUE GARCÍA

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CUENTOS
PARA PORTARSE BIEN
EN EL COLEGIO
Educación Infantil y Primaria

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Editorial CCS

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Vigesimosegunda edición: mayo 2014

Página web de EDITORIAL CCS: www.editorialccs.com

© Jesús Jarque García


© 2007. EDITORIAL CCS, Alcalá, 166 / 28028 MADRID

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución,
comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de la
propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la
propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos
(www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Diseño de portada: Olga R. Gambarte


Ilustración de portada: Daniel M. Simón
Ilustraciones de interior: Estrella Torres García
ISBN (epub): 978-84-9023-620-8
Composición Digital: Safekat

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A mis padres

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Índice

Portada

Créditos

Dedicatoria

Introducción

1. El conejo Bermejo, para niños charlatanes que no escuchan

2. La historia de Fantito, para niños con problemas de atención

3. La osa Rosa, para niños que no quieren trabajar

4. El ratón Antón, para niños que muerden a los otros

5. El gusanito Sito, para enseñar a trabajar muy bien

6. La cerdita Benita, para niños que marginan a los gorditos

7. El caracol Col, para niños que dicen palabrotas

8. El pulpito Moradito, para niños que desprecian a los demás

9. El pollito Pimpollito, para niños que lloran durante el período de adaptación

10. El pingüino Lino y sus amigos del zoo, para enseñar habilidades para hacer
amigos

11. La historia de Mario el canario, sobre el acoso escolar

12. La cebra Raya Negra, para la integración de alumnos discapacitados

13. El canguro Guro, para niños que llegan tarde a clase

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14. La ranita Nita, para niños que usan pañales en el colegio

15. Yito, el caballito de mar, para niños desobedientes

16. La jirafa Fita, para niños que no cuidan el material

17. El lorito Amarillito, para niños acusicas

18. La cabrita Blanquita, para niños que siempre quieren ser los primeros

19. La foca Kita, para niños que traen juguetes al colegio

20. La mariquita Paquita, para enseñar habilidades sociales adecuadas

21. El mono Chimpa, para niños que pegan

22. La hormiguita Guita, para niños que interrumpen para hacer pis

23. El dinosaurio Braulio, para niños que no hablan (mutismo selectivo)

24. La ardilla Lilla, para niños llorones

25. La caracola Carola, para fomentar la asertividad

26. La historia de Pardito y Chi-Lu, para la acogida de niños extranjeros

ANEXO I: Orientaciones para contar los cuentos

ANEXO II: Índice temático de valores

ANEXO III: Indice temático de comportamientos

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Introducción

En las aulas de Educación Infantil y en el primer ciclo de Primaria, nos encontramos con
niños que presentan dificultades de conducta, falta de hábitos y de habilidades de
interacción social. Algunas de estas dificultades son más habituales, por ejemplo:
desobedecer, estar en las nubes, pegar a los otros o decir palabrotas; en otros casos, los
comportamientos son menos frecuentes: morder, usar pañales o presentar problemas de
comunicación.
Cuentos para portarse bien en el colegio es una colección de 26 cuentos para niños de
tres a ocho años y en algunos casos se pueden utilizar también con niños mayores. Están
destinados principalmente a las maestras y maestros de niños/as de estas edades, con la
finalidad de ayudar a mejorar los problemas de conducta en clase y fomentar
comportamientos adecuados en el contexto escolar.
Cada cuento es independiente y está dedicado a una problemática concreta. Todas las
narraciones tienen un animal protagonista que es alumno en una escuela. La mayoría de
ellos presentan dificultades de conducta, como La osa Rosa que no quiere trabajar, o El
conejo Bermejo que no atiende a las explicaciones. Otros personajes ofrecen
comportamientos que sirven de modelo para los niños, como El pingüino Lino que tiene
un truco para hacer amigos o El gusanito Sito que trabaja muy bien en clase. Tres
cuentos están destinados a situaciones más específicas: alumnos extranjeros y sus
compañeros, la integración de alumnos discapacitados y el acoso escolar. Los cuentos
pretenden enseñar a los niños una estrategia (que suele llamarse «truco») para ir
superando las dificultades.
Son breves. Los cuentos largos en estas edades tienen el peligro de no mantener la
atención de los niños que más lo necesitan o de ser interrumpidos por necesidades tan
vitales como ir al baño. Utilizan un lenguaje que no ha tenido la pretensión de ser
literario, al contrario, lo más cercano y comprensible para estas edades. Tienen la
intención de ser próximos a la realidad de los niños, por ello, las situaciones,
comportamientos e incluso el desenlace de los mismos intenta ser creíble y realista para
servir de modelo veraz.
Las maestras y los maestros pueden utilizarlos en las situaciones que habitualmente
dedican a los cuentos en el caso de Educación Infantil, y en el área de Lengua o de
Conocimiento del Medio en el caso de Educación Primaria. Así mismo, pueden
introducirlos como actividades en los planes de acción tutorial.
Todos los cuentos se acompañan de un planteamiento educativo donde se concretan
los destinatarios, objetivos, contenidos, estrategia o «truco» que enseña, valores que

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transmiten y otros comportamientos para los que puede utilizarse el cuento. Además, se
han añadido unas actividades y orientaciones para trabajarlos, distinguiendo entre
Educación Infantil y Educación Primaria. Las actividades principales se centran en cómo
tratar desde el aula los problemas de conducta referidos, aunque también incluyen
actividades de comprensión, diálogo y profundización del cuento.
El cuento es un género muy particular. Contar un cuento es algo más que leerlo en voz
alta. Las maestras y maestros suelen ser auténticos artistas en esta labor: saben crear
ambiente, realizar «efectos especiales», añadir situaciones, acompañarlos de imágenes...
Se ha incluido un Anexo con orientaciones para aquellos que aún no dominan del todo
esta técnica. Por último, se han añadido dos índices temáticos: uno sobre
comportamientos que se trabajan en los cuentos y otro sobre los valores que intentan
transmitir, que pueden ayudar a la hora de seleccionarlos.
Los cuentos que componen Cuentos para portarse bien en el colegio, han surgido de
la práctica diaria y de las peticiones concretas que como orientador, he recibido de las
tutoras y los tutores a lo largo de cuatro años en una decena de centros escolares. Han
pretendido responder de la manera más eficaz posible a las situaciones demandadas. Han
tenido presentes también los consejos y orientaciones que amablemente me han ofrecido
estos compañeros/as, especialmente mi mujer, que también es maestra. Espero que este
libro pueda responder a todas estas intenciones y sea una contribución humilde, pero
efectiva y realista, a esta tarea apasionante de la educación.
Puertollano, noviembre de 2006.

Jesús Jarque García

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1. EL CONEJO BERMEJO

Para niños charlatanes que no escuchan

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños charlatanes y que no escuchan a los demás en las situaciones de grupo.
— Niños desde Educación Infantil hasta 3º de Educación Primaria.

Objetivos:
— Fomentar la capacidad de escucha.
— Utilizar estrategias de escucha en el aula.
— Comprender la importancia del lenguaje corporal en la comunicación.
— Comprobar las consecuencias en uno mismo y en los demás de no escuchar
adecuadamente.

Valores que transmite:


— El valor de la escucha.
— El respeto a los demás.
— La importancia del lenguaje no verbal (mirar a los ojos, no interrumpir...).
— Los buenos modales.
— Esfuerzo y superación de comportamientos inadecuados.

Truco que enseña a los niños:


— Cuando alguien nos habla debemos escucharle, prestarle atención mirándole a los
ojos, y asentir con la cabeza.
— Si alguien nos molesta en ese momento, le hacemos la señal de silencio y seguimos
escuchando.

Otros contenidos:
— El conejo como animal: cómo es, dónde vive, qué come...
— Vocabulario: parque zoológico, charlar, prestar atención...
— Conductas no verbales para escuchar: mirar a los ojos, asentir, no interrumpir...
— Habilidades sociales adecuadas y buenos modales.

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— Nuestras acciones tienen consecuencias en los demás.
— Diferenciar lo que hacemos, lo que pensamos y lo que sentimos.
— Las normas de clase.
— La familia y el tiempo libre.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Dificultades de atención.
— Fomentar habilidades sociales adecuadas y buenos modales.
— Mal comportamiento en el aula o alumnos que perturban el ritmo de clase.
— Alumnos que no respetan a los demás.
— Alumnos que no trabajan en clase.

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2. EL CUENTO

EL CONEJO BERMEJO
Había una vez un conejo que tenía (los años de los niños) y que estaba en la clase de (la
clase de los niños). Se llamaba Bermejo.
El conejo Bermejo era muy simpático y tenía muchos amigos en su clase. Pero había
una cosa que no hacía bien. Cuando la señorita coneja explicaba cómo se hacía una
ficha, el conejo Bermejo nunca la escuchaba; empezaba a mirar para todas partes y se
ponía a hablar con otro conejito que tenía a su lado. ¿Y sabéis lo que pasaba? Que ni
Bermejo ni el otro conejito se enteraban de cómo se hacía y luego la ficha la tenían que
repetir para hacerla bien, mientras los otros conejos ya podían ponerse a jugar. Eso
también le pasaba cuando la «seño» contaba un cuento. Tampoco escuchaba a sus
compañeros. Si algún conejito había ido de excursión con sus papás y al día siguiente lo
contaba en la clase, Bermejo se ponía a charlar y no se enteraba y el conejito que estaba
hablando se enfadaba porque no le prestaban atención y le molestaban.
Los conejitos estaban hartos, porque charlaba tanto que no podían escuchar las
explicaciones de su señorita.
Un día, el conejo Bermejo fue con sus papás a un parque zoológico: vio muchos,
muchos animales y se lo pasó muy bien porque estuvieron todo el día en el parque sus
papás y sus hermanos juntos. A la vuelta, en el coche, pensó Bermejo:
—Mañana, en el «cole», le voy a decir a la señorita que me deje contarle a los otros
conejitos todo lo que he visto en el parque. Y así fue. Todos los conejitos se pusieron en
un corro y la señorita les dijo:
—Ayer Bermejo estuvo en un parque muy bonito y os va a contar todo lo que vio.
Empezó a hablar, pero vio que los conejitos se ponían a charlar entre ellos. A él no le
gustó que no le miraran mientras hablaba. Todos los conejos estaban charlando y no le
hacían ni caso. Bermejo empezó a enfadarse y a decir:
—¡Eh! ¡Silencio! ¡Escuchadme!
Pero ni caso. Casi llorando le dijo a la señorita:
—¡Señorita! No me escuchan y no puedo contar mi visita al zoo.
Entonces una conejita levantó la mano y dijo:
—Señorita, no queremos escucharle, porque cuando usted explica, Bermejo no la
escucha y charla, cuando nosotros queremos contar algo, tampoco nos escucha, así que

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ahora nosotros no queremos escucharle a él.
Bermejo se puso muy triste porque se dio cuenta de que la conejita tenía razón: él
nunca escuchaba y cuando alguien estaba hablando él se ponía a charlar. Ahora
comprendía cómo se sentían los demás cuando él charlaba.
Se fue a su casa tan triste, que su mamá se dio cuenta y le dijo:
—¿Qué te pasa Bermejo? Estás muy triste y has llorado.
Bermejo se lo contó todo. La mamá le dijo que tenían razón, que si nunca escuchaba a
los demás, los demás ahora no querían escucharlo a él.
Pero su mamá le enseñó un truco:
—A partir de ahora, cuando alguien hable, lo vas a mirar a los ojos y lo vas a
escuchar, y no vas a charlar con nadie. Si alguien te quiere hablar en ese momento, le
señalas que guarde silencio (hacer la señal) y sigues escuchando. ¿Entendido?
Al día siguiente, llegó a la clase y se puso a escuchar a la señorita y a los otros
conejitos. Los que estaban a su lado querían hablar con él, pero él les hacía la señal de
silencio y seguía escuchando. Todos los días hacía el truco que le había enseñado su
mamá. Al principio le costaba mucho trabajo, pero poco a poco lo fue consiguiendo. Y
así, se enteraba de las fichas y cuando él contaba algo, los demás conejitos lo escuchaban
con atención. De esta manera volvió a estar contento en el colegio.
Y colorín colorado, el cuento del conejo Bermejo se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un conejo, un zoo, charlar, prestar atención y otras
expresiones que no entiendan los niños.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Cómo era el conejo Bermejo?, ¿cuántos años tenía?, ¿en qué curso estaba?, ¿cómo
iba al colegio?, ¿qué le pasaba?
— ¿Qué pasaba cuando no escuchaba?
— ¿Cómo se comportaría el conejo Bermejo en casa?
— ¿Qué le pasó cuando quiso contar su visita al zoo?, ¿cómo se sentía?, ¿qué le
contestaron sus compañeros?
— ¿Qué truco le enseñó su mamá?
— ¿Le resultó fácil practicar su truco?, ¿qué pasó al final?
— ¿Cómo se comportaba antes de saber el truco y cómo se sentía?, ¿después?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo del conejo Bermejo.
— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y después mostrarlo a los demás.
— Hacer una dramatización del cuento.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Durante los días siguientes al cuento, siempre que alguien va a hablar o el/la
maestro/a va a explicar, insistimos en el «truco»: cuando alguien nos habla lo
escuchamos y con nuestros gestos (mirar a los ojos, asentir...), le demostramos que lo
estamos escuchando. Si alguien de la clase nos quiere distraer, le hacemos la señal de

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silencio y seguimos escuchando. Para ello, en un lugar visible se coloca un dibujo
coloreado del conejo Bermejo, para tenerlo como referencia.
— El/la maestro/a reforzará con elogios a los que escuchan atentamente, intentando
ignorar a los que no lo hacen.
— Se pueden hacer pequeñas dramatizaciones o juegos de rol por parejas para entrenar
«el truco»: un niño cuenta algo que haya hecho durante el fin de semana y el otro
intenta escuchar y poner en práctica todas las conductas del truco. Después se
intercambian los papeles.
— Si se trata de un problema más generalizado y queremos hacer un tratamiento más
sistemático, se puede llevar a cabo un programa de conducta durante dos semanas.
Para ello, en una cartulina o en una hoja tamaño A3 se hace una tabla de doble
entrada: por un lado, el nombre de los niños, y por otro, los días de las dos semanas
(10 días). El cartel lo podemos decorar con dibujos alusivos al conejo Bermejo. Al
final de la jornada, en un momento de tranquilidad, revisamos con los niños si cada
uno ha practicado el «truco» del conejo Bermejo y ha escuchado atentamente en los
momentos previstos. A los que lo hayan conseguido les ponemos un punto verde en
el panel (o un dibujo alusivo, por ejemplo una zanahoria). Al final de cada semana
podemos premiar a los que tengan puntos verdes con un aplauso, un diploma o una
medalla sencilla hecha de cartulina alusiva a nuestro personaje, o colocando la foto
de los niños junto al dibujo del conejo Bermejo.
— El cuento se puede entregar a las familias para que lo lean y lo practiquen en casa.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las cuestiones planteadas para Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta sobre el cuento y la hagan a los demás.
— Imaginarse cómo sería el comportamiento de Bermejo en casa.
— ¿Cómo se sentían los demás por el comportamiento de Bermejo?, ¿sabía Bermejo que
se sentían así?
— ¿En qué momentos nos comportamos como el conejo Bermejo?, ¿por qué?
— ¿Cómo nos sentimos cuando no nos escuchan?
— ¿La gente suele escuchar a los demás?, ¿cómo suelen hacerlo?
— Inventar una parte del cuento, por ejemplo, en la que se explique cómo se comportaba
Bermejo cuando iba a casa de sus abuelos.

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y después enseñárselo a los demás.
— Hacer una dramatización del cuento.
— Leerlo en otra ocasión de forma dialogada. Se subraya lo que dice cada personaje
(narrador, el conejo Bermejo, la señorita, la conejita y la mamá), cada niño hace un
personaje y se lee en voz alta.
— Dibujar la secuencia del cuento en una cartulina a modo de cómic y contárselo a los
pequeños.
— Hacer un mural sobre la escucha a los demás.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Se utilizan las mismas que en Educación Infantil, insistiendo siempre en el truco.
— El programa de conducta se puede prolongar hasta tres semanas. Como refuerzo se
puede elaborar una nota sencilla para los padres en la que se felicita al alumno por su
capacidad de escucha en esa semana.

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— En Primaria se pueden trabajar mejor los juegos de rol: se trata de representar
brevemente situaciones habituales para practicar las estrategias que queremos
enseñar. Se distribuyen los chicos por parejas o pequeños grupos y a cada uno se le
asignan distintas situaciones: explicando algo a los demás, representando el papel del
profesor, un amigo que les cuenta algo interesante... Los demás pueden juzgar si han
puesto en práctica las estrategias adecuadas.
— En Primaria también son eficaces las autoinstrucciones. Se trata de pequeñas órdenes
que el niño tiene que repetir en su interior antes de los momentos críticos, en este
caso, el niño puede repetirse en su interior antes de una explicación: «Tengo que
escuchar al profesor atentamente».

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2. LA HISTORIA DE FANTITO

Para niños con problemas de atención

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que tienen leves problemas de atención en clase y que se distraen fácilmente.
— Alumnos desde Educación Infantil hasta 3º de Primaria.

Objetivos:
— Enseñar estrategias para prestar atención en el aula y recordar las instrucciones de las
tareas.
— Comprender las consecuencias de estar distraído en clase.

Valores que transmite:


— La responsabilidad.
— El valor del esfuerzo por atender en clase.
— La escucha a los demás.

Truco que enseña a los niños:


— Para atender en clase, hay que mirar sólo a la señorita, escucharla intentando repetir
en nuestro interior lo que ella dice.
— Para recordar lo que nos ha explicado, cerramos los ojos y nos imaginamos lo que nos
ha dicho y lo repetimos interiormente como una retahíla.

Otros contenidos:
— El elefante como animal: cómo es, dónde vive, qué come, algunas cualidades...
— Vocabulario: selva, memoria, sabio, «estar en las nubes», imaginación, prestar
atención, distraerse...
— Consecuencias de nuestros comportamientos cuando no somos responsables.
— Las normas de clase.
— Los sentimientos.
— Lo real y lo imaginario.

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Otros comportamientos que puede tratar el cuento:
— Niños que no escuchan.
— Niños que no trabajan en clase.
— Niños que perturban el ritmo de la clase.

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2. EL CUENTO

LA HISTORIA DE FANTITO
Había una vez, un elefante pequeño que tenía (los años de los niños de la clase) y ese
año iba a la clase de los elefantes de (el curso de los niños). Se llamaba Fantito.
Fantito iba muy contento al colegio porque se lo pasaba muy bien con sus compañeros
de la clase. Sin embargo, a Fantito no le gustaba nada tener que hacer fichas y trabajos
del «cole». En la clase no escuchaba a su señorita elefanta; siempre estaba pensando en
otras cosas. Unas veces pensaba en jugar con su hermanito por la tarde, otras se
imaginaba que era un «superelefante» que volaba y cosas así; otras veces se distraía
pensando qué estaría haciendo su mamá para comer. Fantito siempre estaba pensando en
otra cosa cuando la señorita explicaba. Por eso, cuando la señorita le preguntaba, Fantito
no sabía qué responder y la señorita, que era muy buena, le decía:
—Fantito, siempre estás en las nubes.
No es que Fantito pudiera volar de verdad, es una forma de decir que estaba pensando
en otra cosa.
Otras veces Fantito volvía a estar en las nubes, cuando la señorita explicaba cómo
tenían que hacer la ficha y cuando llegaba el momento, no sabía cómo hacerla.
Algunos días Fantito se esforzaba en escuchar, pero cuando se ponía a trabajar, volvía
a distraerse y a pensar en otras cosas y se olvidaba de su tarea.
Poco a poco, Fantito se fue sintiendo más triste, porque veía que no se comportaba
como los otros elefantitos de la clase. Además, muchas veces no podía irse a jugar con
sus amigos porque tenía que terminar su trabajo. Cuando peor se sentía era cuando los
otros elefantitos le decían a la señorita:
—¡Fantito está en las nubes!
La señorita se enfadaba con los otros elefantitos porque no le gustaba que fueran
acusicas.
Un día, cuando más triste se sentía Fantito, se encontró con el elefante más grande y
más viejo de la manada, tenía casi 80 años y era un elefante muy sabio. El elefante se
acercó a Fantito y le preguntó qué le pasaba. Al principio Fantito no era capaz de
contárselo, pero luego le explicó que en el colegio siempre estaba en las nubes. El
elefante sabio le dijo:

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—Fantito, los elefantes somos los animales con más memoria de toda la selva, te
enseñaré nuestro truco. Cuando estés en el colegio mira y escucha lo que explica tu
señorita, para eso mírala sólo a ella y escucha lo que dice, intentando repetir en tu
interior lo que ella va diciendo.
Fantito escuchó y le preguntó al elefante sabio:
—¿Y qué haré cuando no sepa hacer la ficha y me quede el último sin poder jugar con
los otros elefantitos?
El elefante sabio lo miró con cariño y le dijo:
—Cuando termine tu señorita de explicar la ficha, cierra los ojos e intenta imaginar lo
que vas a hacer, y repítelo en voz muy bajita, una y otra vez mientras vas haciendo la
ficha.
Fantito, le dijo:
—... Entonces, si la señorita nos dice que tenemos que colorear un cuadrado,
recortarlo y pegarlo en otra hoja, primero me imagino en un momento que coloreo, que
recorto y luego que pego un cuadrado y después empiezo a decirme: «colorear, recortar,
pegar; colorear, recortar, pegar...», ¿así hasta que lo termine?
El elefante sabio le contestó.
—Así es Fantito, así es como debes hacerlo.
—Muchas gracias elefante sabio —dijo Fantito.
Y se despidieron chocándose la trompa.
Fantito empezó a poner en práctica el truco que le enseñó el elefante sabio. Al
principio no le salía muy bien, pero poco a poco le fue sirviendo. Se puso muy contento
de ver que terminaba la ficha como los demás y podía jugar con sus amigos. La señorita
elefanta se puso tan contenta que un día hasta le dio un beso por lo bien que trabajaba.
Su mamá también le daba besos y abrazos. Desde entonces, Fantito tenía un truco para
no distraerse en la clase y llegó a ser de mayor, un elefante importante en la selva.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar y aclarar el vocabulario del cuento: qué es un elefante, qué significa la
expresión «estar en las nubes», qué es la memoria, etc.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Cómo era Fantito?, ¿cuántos años tenía?, ¿a qué clase iba?, ¿le gustaba el colegio?,
¿qué le pasaba?
— ¿Qué significa la expresión «estar en las nubes»?, ¿cuándo estaba en las nubes?,
¿cómo se distraía?, ¿qué consecuencias tenía su distracción?
— ¿Qué le contó al elefante sabio?
— ¿Qué truco le enseñó el elefante sabio?
— ¿Le resultó fácil practicar su truco?, ¿qué resultado le dio el truco?
— ¿Cómo se comportaba antes de practicar el truco y después?, ¿qué llegó a ser al final?
— ¿Qué hubiera pasado si nadie le hubiera enseñado el truco?
— ¿Cómo se comportaría Fantito en su casa?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de Fantito.
— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y después explicárselo a los demás.
— Dialogar sobre el tema del cuento: ¿A quién le pasa como a Fantito que está en las
nubes en clase?, ¿en qué pensáis cuando estáis en las nubes?, ¿a quién le pasa que
cuando tiene que hacer la ficha no se acuerda de lo que ha explicado la señorita?,
¿qué truco utilizáis para estar atentos en clase?
— Hacer una dramatización del cuento.

Estrategias para mejorar la conducta:

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— Insistir en el «truco»: durante los días siguientes al cuento, antes de la explicación o
de la realización de una tarea, el/la maestro/a recordará el truco de Fantito, cuando la
señorita explica la miramos sólo a ella e intentamos repetir en nuestro interior lo que
va diciendo. Cuando ha explicado cómo se hace una actividad (una ficha, por
ejemplo), cerramos los ojos y nos imaginamos los pasos que hay que seguir, después
repetimos como una retahíla lo que tenemos que hacer.
— En un lugar visible de clase se coloca un dibujo coloreado del elefante Fantito, para
tenerlo como referencia.
— Reforzar con elogios a los niños que prestan atención durante los momentos que se
requieren: explicaciones, durante los cuentos...
— Intentar repetir de vez en cuando, en voz alta, las instrucciones de la tarea a modo de
retahíla mientras la están realizando, por ejemplo: «Rodeamos el grande, coloreamos
el pequeño; rodeamos el grande, coloreamos el pequeño...».

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones planteadas para Educación Infantil.
— Que se inventen una pregunta sobre el cuento y se la hagan a los demás.
— ¿Tendrían los demás elefantes de la clase problemas de atención?
— Imaginarse cómo sería el comportamiento de Fantito en casa haciendo los deberes.
— ¿Nos cuesta trabajo prestar atención en clase?, ¿en qué momentos?, ¿por qué?
— ¿Qué «truco» utilizamos para estar atentos?, ¿y para recordar los pasos de las
actividades?
— ¿Cuáles son los momentos en que nos resulta más fácil estar atentos?
— Fuera del colegio, ¿en qué otras situaciones solemos «estar en las nubes»?
— Inventarse una parte del cuento, por ejemplo: cómo llegó a ser un elefante importante
de la selva.

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y después mostrarlo a los demás.
— Hacer un guiñol del cuento: en cartulina se dibuja cada personaje y se pega en un
palo. Representárselo a los niños más pequeños.
— Leerlo una segunda vez en forma dialogada: se subraya lo que dice cada personaje
(narrador, señorita, Fantito, elefante sabio) y lo leen en voz alta los niños elegidos.

Estrategias para fomentar la conducta:


— Se utilizan las mismas que en Educación Infantil, insistiendo en el truco.
— Enseñar algunas reglas mnemotécnicas sencillas: por ejemplo imaginar lo que
tenemos que memorizar, utilizar las iniciales de palabras...
— Hay otras estrategias para tratar a los alumnos con dificultades de atención, por
ejemplo, nombrar cada día a un alumno «grabadora» que estará atento a las

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instrucciones de la tarea mandada y si alguien no se acuerda de lo que tiene que
hacer, el alumno «grabadora» lo recordará en voz alta.

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3. LA OSA ROSA

Para niños que no quieren trabajar

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que no les gusta trabajar, que muestran cansancio o rechazan el trabajo escolar.
— El cuento es válido para niños desde Educación Infantil hasta 2º de Primaria.

Objetivos:
— Fomentar la capacidad de trabajo en niños que presentan dificultades en este aspecto,
enseñando estrategias para valorar y aprovechar el tiempo de trabajo en clase.
— Valorar y reconocer los frutos del esfuerzo y del trabajo.
— Comprender las consecuencias que para uno mismo tiene el no trabajar en clase.
— Respetar las normas y los tiempos de clase.

Valores que transmite:


— El valor del trabajo.
— El valor de la responsabilidad.
— El valor del esfuerzo.

Truco que enseña a los niños:


— Hacer en cada momento lo que toca.
— Cuando toca trabajar, trabajamos, y si nos cansamos, descansamos un poco y luego
seguimos.

Otros contenidos:
— La osa como animal: cómo es, dónde vive, qué come...
— Vocabulario: vergüenza, envidia...
— Tiempo de trabajo y tiempo de juego.
— Trabajar y no trabajar tiene consecuencias en nosotros y en los demás.
— Las normas de clase.
— El trabajo y las profesiones.

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Otros comportamientos que puede tratar el cuento:
— Dificultades de atención.
— Niños con poca tolerancia a la frustración.
— Niños que perturban el ritmo de la clase.

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2. EL CUENTO

LA OSA ROSA
Había una vez una osa que se llamaba Rosa. Tenía (los años de los niños) y estaba en la
clase de (la clase de los niños).
La osa Rosa iba contenta al colegio, porque tenía amigos en su clase y su señorita osa
era muy buena y la quería mucho. Pero a la osa Rosa no le gustaba mucho trabajar en la
clase. Si la señorita daba un dibujo para colorear, ella rápidamente decía:
—¡Me canso!
Y aunque la señorita osa le decía:
—¡Sigue un poquito más!
La osa Rosa no lo terminaba. Otro día la señorita dio una ficha del libro para hacer.
Todos los ositos se pusieron a trabajar, menos la osa Rosa que empezó a decir:
—¡Ay! No me gusta.
Y no la hizo.
Los ositos de la clase ya estaban empezando a aprender a leer y a escribir, pero a la
osa Rosa eso no le gustaba. Ella quería irse al rincón a jugar a la cocinita, pero no se iba
porque en la clase de la señorita osa, hasta que no se termina de trabajar, no se puede ir a
jugar. La señorita, a veces, se cansaba de decirle:
—Rosa, termina de hacer tu trabajo.
Pero la osa Rosa siempre decía:
—¡No tengo ganas!
Los otros ositos, a veces, tampoco tenían ganas, pero trabajaban porque tenían que
hacerlo y querían aprender las cosas que mandaba su señorita. Además, luego se ponían
muy contentos cuando su señorita les ponía en la hoja «muy requetebién» y hasta les
daba un beso.
Como no podía jugar cuando los otros osos estaban haciendo su trabajo, se aburría.
Intentaba charlar con ellos, pero le decían siempre:
—Rosa, no me hables ahora, que estoy trabajando y no me quiero equivocar.
Y la osa Rosa se aburría mucho. Como no hacía su trabajo, la osa Rosa no podía jugar
con los otros niños en el recreo, porque estaba terminando su tarea.

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Pero lo peor ocurrió un día. Como los ositos ya sabían leer y escribir un poco, porque
habían trabajado mucho, la señorita osa invitó a los papás, a las mamás y a los abuelos a
venir un día a la clase para que vieran cómo leían los ositos. Y así fue, se presentaron en
la clase, se sentaron y la señorita dio a cada osito un trocito de un cuento muy facilito
para que se lo leyeran a los papás. Todos los ositos fueron leyendo, algunos leían muy
bien, otros se atrancaban un poquito. Los papás estaban muy contentos. Hasta que le
tocó a la osa Rosa. Como no había trabajado nada en la clase no sabía nada de nada y se
quedó callada.
—¿Qué te pasa, Rosa? —le preguntó la señorita.
—Que no se leer nada —dijo la osa Rosa.
Se puso muy colorada y empezó a llorar. La mamá de la osa Rosa preguntó:
—¿Y por qué mi hija no sabe leer?
Entonces la señorita le dijo a la osa Rosa:
—Explícaselo a tu mamá.
—Porque cuando los otros osos estaban aprendiendo yo no quería trabajar y nunca
tenía ganas y no hacía nada en clase y aunque la señorita me lo decía, siempre decía que
no me gustaba hacer nada —dijo la osa Rosa casi llorando.
La mamá de la osa Rosa se puso muy triste y sintió mucha vergüenza de ver que su
hija era la única de su clase que no sabía leer. Como la osa Rosa lo pasó tan mal y sintió
envidia de los otros ositos que se iban a casa tan contentos con un cuento de regalo, le
pidió perdón a la señorita y le prometió a su mamá y a la «seño» que a partir de ahora
trabajaría en la clase.
Y así fue. Desde ese día, cuando tocaba escribir o dibujar o colorear, la osa Rosa
también lo hacía. Al principio le costó mucho y se cansaba, pero descansaba un ratito y
luego seguía. Ese fue su truco: trabajar cuando mandaban el trabajo. Si se cansaba,
descansaba un poquito y luego seguía. Poco a poco se fue cansando menos y empezó a
gustarle hacer las tareas del «cole». Los otros ositos se lo decían a la señorita:
—La osa Rosa ya trabaja y puede venir luego a jugar con nosotros.
Y aprendió tantas cosas que en la fiesta de fin de curso leyó delante de todos los papás
y lo hizo tan bien que su mamá se puso muy contenta y la señorita osa le dio muchos
besos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un oso, sentir vergüenza y sentir envidia.
— Cuáles son los personajes del cuento.
— ¿Cómo era la osa Rosa?, ¿cuántos años tenía?, ¿a qué curso iba?, ¿cómo era en el
colegio?
— ¿Qué hacía la osa Rosa cuando mandaba trabajo la señorita?, ¿qué es lo que le
gustaba hacer?
— Cuando no trabajaba Rosa, ¿se aburría o se divertía?
— ¿Los otros ositos se cansaban?
— ¿Por qué no podía ir a jugar a la cocinita cuando estaban trabajando los otros ositos?
— ¿Qué le pasaba cada día por no trabajar?
— ¿Qué le pasó el día que invitaron a los papás, a las mamás y a los abuelos para que los
ositos les leyeran un cuento?
— ¿Qué truco le enseñó su mamá?, ¿le resultó fácil o difícil practicar el truco?
— ¿Qué pasó al final?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de la osa Rosa.
— Hacer un dibujo libre sobre alguna parte del cuento, según las secuencias del mismo,
y explicárselo a los demás.
— Hacer una dramatización del cuento.
— Dialogar sobre cuáles son las actividades que más les gusta hacer en clase y las que
más trabajo les cuesta.
— Recordar y resaltar todas las cosas que han aprendido en el último trimestre.

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Estrategias para mejorar la conducta:
— Insistir en el «truco» del cuento: en cada momento hacemos lo que toca y cuando toca
trabajar lo hacemos, si nos cansamos, descansamos un poco y seguimos hasta
terminar nuestro trabajo. Durante los días siguientes, cuando van a comenzar las
sesiones de trabajo, se alude de manera preventiva a la osa Rosa y se recuerda el
truco: «Ya sabéis, si alguno se cansa, descansa un poquito y luego sigue».
— En un lugar visible colocamos un dibujo coloreado de la osa Rosa, para tenerlo
presente como referencia.
— El/la maestro/a reforzará con elogios a los niños que trabajan y que terminan su tarea.
— Si hay un grupo de niños que les cuesta especialmente aprovechar el tiempo de
trabajo, se puede llevar a cabo un programa de conducta con todo el grupo durante
dos semanas. Se hace una tabla de doble entrada: por un lado el nombre de los niños,
por otro, los días de las dos semanas (10 días). El panel se puede realizar en A3,
decorado con dibujos referentes a la osa Rosa. Al final de la sesión de trabajo más
importante de la jornada, por ejemplo, antes de salir al recreo, revisamos con los
niños si hemos aprovechado el tiempo de trabajo y aplicado el «truco» de la osa
Rosa. A los que lo hayan realizado se les coloca en el día correspondiente del panel
un punto verde (o cualquier otro dibujo alusivo: la cara de un oso, una estrella...). Al
final de cada semana podemos premiar a los que tengan puntos verdes con un
aplauso, un diploma sencillo, una medalla alusiva a la osa Rosa o una nota para los
padres.
— El cuento se puede entregar a las familias para que lo lean en casa y lo refuercen.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las cuestiones planteadas para Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta sobre el cuento y la planteen a los demás.
— ¿Qué fue lo que le hizo cambiar a la osa Rosa?
— ¿Cómo se sentían los otros ositos al ver a la osa Rosa?
— En la clase de la osa Rosa tenían como norma que durante el tiempo de trabajo no se
podía jugar, ¿cuáles son las normas de nuestra clase?
— ¿Cómo suele actuar nuestra madre o nuestro padre cuando tiene que trabajar aunque
no le apetezca?, ¿qué pasaría si nuestra madre o nuestro padre no hiciera su trabajo
cuando no tuvieran gana?
— Inventarse una parte del cuento añadiendo, por ejemplo, cómo se comportaba la osa
Rosa en casa cuando le mandaban deberes.
— ¿Qué trabajo de clase es el que os cuesta más y cuál os gusta más?
— Cuando llegan a casa, unos chicos prefieren hacer los deberes cuanto antes y después
jugar, otros prefieren descansar, jugar y después hacerlos, ¿qué hacéis vosotros?

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y después mostralo a los demás.
— Hacer una dramatización del cuento.
— Leerlo una segunda vez en forma dialogada: se subraya lo que dice cada personaje:
narrador, osa Rosa, señorita, madre de la osa Rosa, ositos de la clase y después se lee
en voz alta.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Se pueden utilizar las mismas actividades que para Educación Infantil, insistiendo
sobre todo de manera preventiva en el «truco» de la osa Rosa y prestando especial
atención y elogiando a los niños que trabajan y aprovechan el tiempo (solemos

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prestar más atención a los que no trabajan), ya que la atención y el elogio actúan
como refuerzo.
— El programa de conducta puede seguirse con las mismas orientaciones que en
Educación Infantil, con algunas matizaciones: se puede prolongar durante tres
semanas; los refuerzos, en lugar del aplauso o el diploma, pueden sustituirse por una
nota a los padres o un fin de semana sin deberes.

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4. EL RATÓN ANTÓN

Para niños que muerden a los otros

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que suelen morder a los demás cuando les molestan, cuando se disputan un
juguete, un espacio, ser los primeros, etc. Es su forma habitual de defenderse y de
hacerse valer.
— Niños de Educación Infantil. En Educación Primaria es más raro la aparición de estos
comportamientos, por lo que no ofreceremos actividades específicas para esta etapa.

Objetivos:
— Corregir y eliminar el hábito de morder a los otros niños del aula.
— Utilizar comportamientos y habilidades adecuadas de resolución de conflictos.
— Ayudar a comprender las consecuencias en uno mismo y en los otros de la propia
agresividad.

Valores que transmite:


— El autocontrol.
— La resolución adecuada de conflictos.
— Soportar pequeñas frustraciones.
— Respeto a los demás.

Truco que enseña a los niños:


— El truco queda muy bien expresado en la retahíla: «Se muerde a los alimentos, a los
demás no».
— Cuando queremos algo, o algo nos molesta, lo pedimos por favor y lo hablamos con
el otro pero no agredimos.

Otros contenidos:
— El ratón como animal: cómo es, dónde vive, de qué se alimenta...
— Vocabulario: morder, herida, médico, reloj, avergonzarse y costumbre.
— Nuestro comportamiento tiene consecuencias en los demás y en nosotros mismos.

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— Comestibles y no comestibles.
— Habilidades sociales adecuadas: pedir por favor, expresar los propios sentimientos y
la conducta asertiva.
— El cuerpo, el dolor y la enfermedad.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños agresivos.
— Fomentar habilidades sociales adecuadas.
— Niños impulsivos.
— Niños con poca tolerancia a la frustración.
— Niños que no respetan a los demás.

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2. EL CUENTO

EL RATÓN ANTÓN
Había una vez un ratón que tenía (los años de los niños) y que estaba en la clase de los
ratones de (la clase de los niños). Se llamaba Antón. Antón era muy simpático e iba muy
contento al colegio.
Un día otro ratón se sentó en su silla y Antón empezó a empujarle para que se quitara.
Como el ratón no se quitaba, Antón se puso muy furioso y le dio un mordisco en el
brazo. El otro ratón empezó a llorar porque le había hecho mucho daño.
Al oír los gritos, la señorita ratita preguntó qué pasaba. El ratón le dijo llorando que
Antón le había dado un mordisco en el brazo. La señorita ratita le remangó el jersey y,
efectivamente, allí estaban todos los dientes marcados y la piel poniéndose morada.
La señorita llamó a Antón. Éste le dijo a la señorita que el ratón se había sentado en su
sitio y no se quería quitar. La señorita le dijo muy seria:
—Se muerde a los alimentos, pero no a los demás. Que sea la última vez que haces
eso.
Pero no fue la última vez que lo hizo. Antón tenía esa costumbre, siempre mordía a los
demás ratoncitos de la clase. Que no le prestaban un juguete, Antón daba un mordisco.
Si le empujaban en la fila, Antón daba otro mordisco. Si se metían con él, también
mordía. Pero además, en su casa también lo hacía. A su hermanito también le dio un día
un bocado, porque le estaba molestando.
La señorita ya no sabía qué hacer con él. Unas veces lo dejaba reflexionando y no
podía jugar. Otra vez se lo dijo a su mamá, pero nada: Antón seguía mordiendo.
Una vez, le dio un mordisco tan fuerte a una ratita de la clase que se llamaba Sarita,
que le hizo muchísima sangre. Fue una herida muy grande. La llevaron al médico y le
tuvieron que coser un poco la herida. Además los papás de la ratita la tuvieron varios
días en casa, sin ir al «cole», para que la herida se le curara mejor.
Desde ese día ningún ratón quería jugar con el ratón Antón, porque tenían miedo de
que mordiera como hizo a Sarita y le tuvieran que coser la herida.
Pero Antón seguía mordiendo. Hasta que un día ocurrió lo siguiente: en una discusión,
fue a morderle a otro ratoncito en el brazo, se lo agarró y le mordió como siempre, con
todas sus fuerzas; pero resulta que el ratoncito al que le mordió llevaba puesto un reloj y
Antón mordió el reloj. Como lo hizo con tanta fuerza, a Antón se le partió el diente y

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empezó a echar mucha sangre. La señorita tuvo que llamar a sus papás y se lo llevaron al
médico.
Estuvo varios días sin ir al colegio. Le tuvieron que pinchar porque la herida del
diente se puso muy fea, y claro, como se le rompió al morder a otro, el «ratoncito
Pérez», no le trajo nada.
Cuando volvió al colegio, la señorita ratita, habló con él:
—¿Has visto Antón lo que te ha pasado por morder a los demás? Además, ningún
ratón quiere estar contigo. Se muerde a los alimentos, pero a los demás no.
Antón miraba a la señorita muy avergonzado. Y la señorita siguió diciéndole:
—A partir de ahora, en lugar de morder, pide las cosas por favor, o di que te están
molestando, pero no hay que morder.
Luego delante de todos los ratoncitos, le preguntó al ratón Antón si iba a volver a
morder. Y dijo que ya no mordería más. Entonces la señorita que era muy buena, le dijo
a los otros ratoncitos que fueran sus amigos y se juntaran con él.
Y así fue. A Antón algunas veces le daban gana de morder, pero cuando iba a hacerlo,
los otros ratoncitos le recordaban:
—¡Se muerden los alimentos, a los demás no!
Y entonces no mordía.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener presentes las instrucciones para contar un cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un ratón, una herida, un médico, un reloj, sentirse
avergonzado, tener una costumbre y otras expresiones que no entiendan los niños.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Cómo era el ratón Antón?, ¿cuántos años tenía?, ¿a qué clase iba?, ¿cómo iba al
colegio?
— ¿Qué hacía el ratón?, ¿cuándo mordía a los demás?
— ¿Qué le pasó a un ratón que no se quitaba del sitio de Antón?
— ¿Qué le pasó a una ratita que se llamaba Sarita?
— ¿Cómo se le rompió al ratón Antón un diente?
— ¿Por qué los ratoncitos ya no querían ser amigos de Antón?
— ¿Qué le trajo el «ratoncito Pérez» al ratón Antón?
— ¿Qué le repetían la señorita ratita y los ratoncitos de la clase al ratón Antón para que
no mordiera?
— ¿Qué debía hacer el ratón Antón en lugar de morder a los demás?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear un dibujo del ratón Antón.
— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y después enseñárselo a los demás.
— Hacer una dramatización del cuento.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Por un lado, para tratar la conducta hay que enseñar el «truco»: en las situaciones
habituales en las que muerden deben de emplear habilidades sociales adecuadas a su
edad: pedir las cosas por favor, expresar que algo les molesta, no les gusta o no les

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apetece; expresar asertivamente lo que les corresponde (que es su turno, que una cosa
es suya, etc.) y en último término recurrir a la maestra como figura de autoridad.
— Por otro lado, prestar especial atención y por tanto reforzar con elogios a los niños
que utilizan adecuadamente las habilidades sociales para resolver los conflictos, para
que sirvan de modelo que imitar.
— En un lugar visible de la clase, se puede colocar un dibujo coloreado del ratón Antón,
para recordar el truco de manera preventiva y tenerlo como referencia.
— Entrenar el truco, para ello, lo mejor es hacer alguna dramatización en un momento
de la clase en la que por parejas se representan situaciones habituales en las que el
niño muerde insistiendo en cómo debe actuar. Por ejemplo, representar la situación
de un niño que ocupa la silla de otro. En las dramatizaciones pueden actuar en primer
lugar dos niños con habilidades adecuadas, para más adelante hacer participar a los
niños que suelen morder.
— Cuando un niño muerda, por un lado recordar con todos la retahíla: «Se muerde a los
alimentos, a los demás no»; y por otro, adoptar medidas del tipo «tiempo fuera», por
ejemplo, cuando un niño muerda, se le aparta a un lugar aburrido, pero controlado
por la maestra (por ejemplo, una silla de la clase) durante unos minutos
determinados, generalmente tantos minutos como años tenga el niño.
— El cuento se puede entregar a las familias para que lo lean y lo practiquen en casa.

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5. EL GUSANITO SITO

Para enseñar a trabajar muy bien

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— El cuento está pensado para reforzar a los alumnos que trabajan bien y a los que no lo
hacen, ofrecerles un modelo adecuado de trabajo y conducta en clase.
— Niños desde Educación Infantil hasta 3º de Primaria.

Objetivos:
— Enseñar estrategias de trabajo bien hecho y el comportamiento adecuado en el aula.
— Fomentar la capacidad de esfuerzo.
— Comprobar las consecuencias positivas del trabajo bien hecho.

Valores que transmite:


— El trabajo bien hecho.
— El esfuerzo.
— El respeto a los demás.
— La constancia.
— Compañerismo.

Truco que enseña a los niños:


— Para realizar bien el trabajo, hay que poner mucho cuidado, aunque no se termine el
primero, atender a las explicaciones y si no se tienen ganas, se trabaja más despacio
o se descansa un poco.

Otros contenidos:
— El gusano de seda como animal: cómo es, de qué se alimenta, en qué se transforma...
— Vocabulario: deprisa-despacio, tiempo de trabajo y tiempo de juego.
— El trabajo bien hecho en clase: colorear bien, no doblar las hojas, limpieza...
— Comportamientos adecuados en clase: escuchar las explicaciones, hablar bajito,
ayudar a los otros compañeros, etc.

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— Las consecuencias del trabajo bien hecho: satisfacción personal, sentido de
capacidad, felicitación y valoración de los otros.
— El colegio y las normas de clase.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños que no trabajan en clase.
— Niños con baja tolerancia a la frustración.
— Niños con mal comportamiento en clase.

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2. EL CUENTO

EL GUSANITO SITO
Había una vez un gusanito de seda que se llamaba Sito. Sito tenía (los años de los niños)
e iba a la clase de (el curso de los niños). Sito era un gusanito muy bueno y muy
simpático.
Sito iba muy contento a la escuela de los gusanitos de seda. Lo mejor era que Sito
trabajaba muy bien.
Sito hacía las fichas que le mandaba su señorita gusano, poniendo mucho cuidado y
haciéndolas muy bien: coloreaba cada cosa como decía la «seño», no manchaba las
hojas, ni tampoco doblaba los picos como hacían muchos gusanitos de la clase. Para ello,
ponía mucha atención cuando la señorita explicaba cómo hacer el trabajo y si de algo no
se acordaba, se lo preguntaba antes de hacerlo.
¡Qué bien hacía las cosas Sito! Casi nunca acababa el primero, porque lo hacía con
cuidado, pero no le importaba, porque su mamá le decía que tenía que aprender y hacer
las cosas bien hechas. De todas formas, otros gusanitos acababan antes, pero luego
tenían que repetir la ficha porque la habían hecho deprisa y mal.
Sito casi siempre se ganaba un «muy requetebién» de su señorita. Aunque otras veces
tampoco le salían las cosas del todo bien.
Sito escuchaba las explicaciones de su señorita, porque aprendía muchas cosas de ella,
aunque algunas veces los otros gusanitos charlaban y no podía oírla bien. A Sito le daba
pena algunas veces de su señorita, porque decía que le dolía la cabeza de lo que
charlaban los gusanitos. Como Sito quería mucho a su señorita, no quería que le doliera
la cabeza por su culpa. Por eso cuando hacía sus trabajos, lo hacía en silencio o si
hablaba era muy bajito.
Otras veces, Sito ayudaba a sus compañeros de mesa a hacer las tareas. Les decía
cómo tenían que recortar o pegar alguna cosa. Por eso a Sito lo querían todos los
compañeros de la clase.
Sito también se cansaba algunas veces y otras no tenía ganas de trabajar, pero seguía
trabajando más despacito o descansaba un poco. Él se había dado cuenta de que sus
papás también se cansaban de su trabajo y sin embargo, lo hacían.
En otros momentos, a Sito le apetecía ir a jugar cuando estaba coloreando, pero sabía
que un ratito es de trabajo y otro de juego y así jugaba con más ganas y se lo pasaba

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mejor, porque veía que los que no trabajan y siempre juegan, luego se aburren de tanto
jugar y no aprenden nada.
Su señorita algunos días le felicitaba y le daba besos, aunque otras veces tenía que
estar pendiente de los gusanitos que eran traviesos y tenía que llamarles la atención y
regañarles.
Así que el gusanito Sito aprendió mucho en su clase. La señorita le quería mucho,
porque trabajaba muy bien y todo lo que enseñaba lo aprendía. Sus papás y sus abuelos
estaban muy orgullosos de él y Sito estaba muy contento de ser capaz de hacer las cosas
bien y de aprender mucho.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un gusano de seda, qué es trabajar deprisa y
despacio, estar pendiente, sentirse orgulloso...
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Cómo era el gusanito Sito?, ¿cuántos años tenía?, ¿a qué curso iba?
— ¿Cómo trabajaba el gusanito Sito?, ¿por qué?
— ¿Cómo se comportaba en clase el gusanito Sito?, ¿por qué?
— ¿Siempre terminaba el primero?, ¿qué les pasaba muchas veces a los que terminaban
los primeros?
— ¿Siempre tenía ganas de trabajar?, ¿qué hacía cuando no tenía ganas de seguir
trabajando?
— ¿Le querían sus compañeros de clase?, ¿por qué?
— ¿Por qué estaban orgullosos sus abuelos y sus papás?
— ¿El gusanito Sito estaba contento?, ¿por qué?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo del gusanito Sito.
— Hacer un dibujo del cuento y enseñarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Dialogar sobre qué se entiende en esta clase por trabajo bien hecho.

Estrategias para fomentar la conducta:


— Se puede colocar en la clase un dibujo coloreado del gusanito Sito en un lugar visible,
para tenerlo siempre de referencia. Durante las semanas posteriores a la narración del
cuento, antes de iniciar las actividades que requieren especial cuidado, pueden

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recordarse las normas del trabajo bien hecho (según las tenga establecidas la
señorita), aludiendo al gusanito Sito.
— El/la maestro/a prestará más atención y reforzará con elogios a aquellos alumnos que
realizan el trabajo bien hecho.
— Llevar a cabo un programa de conducta durante dos semanas, si se quiere hacer un
trabajo más sistemático. Para ello se establecen los criterios que la señorita entiende
por «trabajo bien hecho» y se les comunica a los niños. En una cartulina o en una
hoja de A3 se hace una tabla de doble entrada, en la columna vertical se pone el
nombre de los niños y en la fila horizontal los días de clase de las dos semanas del
programa. En un momento tranquilo de la jornada o cuando van terminando las
actividades, se valora el trabajo de cada niño y si lo ha realizado conforme al criterio
se concede un punto verde (o un dibujo alusivo al gusanito Sito, por ejemplo un
gusanito sonriente). Al final de la semana podemos «premiar» a los que tienen
puntos verdes con un aplauso, con una medalla realizada en cartulina o colocando su
foto junto al dibujo del gusanito Sito.
— Se puede entregar a las familias para que lo lean y lo trabajen en casa.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Imaginarse cómo sería el comportamiento del gusanito Sito en su casa.
— El cuento está pensado para Educación Infantil, ¿cómo se comportaría el gusanito
Sito en nuestro curso?
— El gusanito Sito no era perfecto, ¿qué cosas eran las que más le costaban?
— ¿Por qué a veces no nos gusta hacer el trabajo bien hecho?
— Inventarse una parte del cuento: por ejemplo, qué actividades solía hacer por las
tardes fuera del colegio.

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Dibujar en varias cartulinas o viñetas, las normas básicas de trabajo de la clase.
— Inventarse pareados sobre las normas de trabajo y esfuerzo en clase, por ejemplo: «Si
tu trabajo bien quieres hacer, ninguna arruga en la hoja puede haber».

Estrategias para fomentar la conducta:


— Se puede desarrollar un programa parecido al de Educación Infantil, con algunas
variaciones: puede prolongarse hasta tres semanas. Los criterios de trabajo bien
hecho serán evidentemente diferentes y como refuerzo puede utilizarse una nota a los
padres en la que se felicita al alumno por el esfuerzo y trabajo realizado durante la
semana.

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6. LA CERDITA BENITA

Para niños que marginan a los gorditos

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— El cuento está pensado para corregir actitudes y comportamientos de rechazo y burla
hacia los alumnos que están gorditos.
— Alumnos desde Educación Infantil hasta 3º de Primaria.

Objetivos:
— Corregir y eliminar actitudes y comportamientos de burla y rechazo hacia los
alumnos que están gorditos.
— Fomentar el respeto a los demás.
— Comprender las consecuencias en los demás y sus familias de las burlas y rechazos.

Valores que transmite:


— El respeto y aceptación de los demás, a pesar de las diferencias.
— La integración.
— La belleza interior de las personas.
— Compañerismo.

Truco que enseña a los niños:


— Al igual que no nos gusta que se burlen de nuestros defectos físicos, a los demás
tampoco les gusta que nos burlemos de los suyos.

Otros contenidos:
— El cerdo como animal: cómo es, dónde vive y de qué se alimenta.
— Vocabulario: plan, fecha especial y pecas.
— Los sentimientos cuando se burlan de nosotros.
— Habilidades sociales adecuadas.
— Alimentos saludables.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:

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— Niños que no respetan a los demás.
— Acoso escolar.
— Niños que comen chucherías.

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2. EL CUENTO

LA CERDITA BENITA
Había una vez una clase de cerditos de (los años de los niños). Los cerditos iban al
colegio muy contentos con su profesor cerdito. En esa clase había una cerdita que se
llamaba Benita. La cerdita Benita iba muy guapa al colegio, porque su mamá le ponía un
lazo muy bonito en la cabeza.
La cerdita Benita estaba un poco gordita. Unos le echaban la culpa a que comía
cucherías, otros a que su mamá también estaba gordita. No sabemos por qué, pero la
cerdita Benita estaba un poco gordita.
Poco a poco los otros cerditos comenzaron a meterse con ella. Le decían:
—Qué gorda estás Benita.
Primero era sólo algún cerdito, pero poco a poco fueron haciéndolo casi todos los de
la clase.
A la cerdita Benita no le gustaba que se metieran con ella, porque a nadie le gusta que
se metan con él.
Unos días más tarde, empezaron a comportarse todavía peor: no la dejaban jugar. Si
estaban jugando a los maestros y llegaba la cerdita Benita y pedía jugar con ellos, le
decían:
—Tú no juegas que estás muy gorda.
Ese día la cerdita Benita llegó muy triste a su casa, tan triste que no tenía ganas de
comer. Su mamá que era muy lista se dio cuenta de que algo le pasaba a su hija. La
cerdita Benita le contó a su mamá lo que le pasaba. La mamá también se puso muy triste,
porque a ninguna mamá le gusta ver triste a su hija.
El profesor cerdito también se dio cuenta de lo que estaba pasando con Benita. Un día,
al profesor cerdito se le ocurrió un plan. Se presentó en la clase y dijo:
—Queridos cerditos: la semana que viene es mi cumpleaños. Nunca invito a mis
alumnos a mi cumpleaños, pero este año es una fecha especial. Habrá sorpresas para
todos los que invite a mi fiesta, aunque a algunos no los podré invitar.
Los cerditos de la clase se quedaron muy pensativos. Por una parte era una alegría ir a
la fiesta de cumpleaños de un profesor, porque nunca habían ido. Por otro lado, eso de
que habría sorpresas para todos les hacía mucha ilusión porque seguro que las sorpresas

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de su profesor iban a ser muy buenas. Pero lo más extraño era que algunos cerditos no
pudieran ir.
El día antes de su cumpleaños, el profesor cerdito dijo en la clase:
—Mañana es mi «cumple». Lo voy a celebrar en mi casa y ahora diré quiénes son los
invitados. El cerdito Rando no puede ser invitado, porque tiene las orejas muy grandes.
Todos se rieron del cerdito Rando.
—La cerdita Picia tampoco, porque está muy flaca.
Se volvieron a reír.
—El cerdito Kily no puede venir a mi fiesta porque tiene pecas en la cara y la cerdita
Bora tiene un lunar en la cara, tampoco puede venir...
Y así, poco a poco el profesor cerdito fue nombrando a todos los cerditos de la clase y
alguna cosa de su cuerpo: uno tenía los dientes torcidos, otros tenían los brazos muy
largos; todos tenían algo. Y dijo:
—Sólo vendrá la cerdita Benita, además es la única que no se ha reído.
Claro, la cerdita Benita no se reía de los demás porque sabía lo mal que se pasaba
cuando se reían de ella.
Benita fue a la casa del profesor y conoció a su señora y a sus hijos y se trajo una
sorpresa. Los otros cerditos sintieron mucha envidia y comprendieron que no estaba bien
lo que habían hecho metiéndose con ella. También se dieron cuenta de que todos
tenemos algo por lo que los demás se pueden reír de nosotros: las orejas, el color del
pelo, estar gordo, estar flaco... Además no está bien reírse de los otros. Así que se
volvieron a hacer amigos de Benita y se dieron cuenta de que era una cerdita muy
simpática y que dibujaba muy bien. Como se volvieron a portar tan bien, el profesor
cerdito invitó a toda su clase a su casa cuando hacía buen tiempo y se pudieron bañar en
su piscina y se lo pasaron bomba.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un cerdo, plan, fecha especial, las pecas, quedar
pensativa...
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Cómo era la cerdita Benita, cuántos años tenía, a qué curso iba, por qué estaba
gordita?
— ¿Cómo se portaban los cerditos con Benita?
— ¿Cómo se sentía la cerdita Benita?, ¿y su mamá?, ¿se daba cuenta el profesor cerdito?
— ¿Cómo ayudó el profesor cerdito a Benita?
— ¿Por qué dejó de invitar a cada uno de los cerditos de la clase?, ¿por qué sólo invitó a
Benita?
— ¿Qué sabía hacer muy bien la cerdita Benita?
— ¿Qué pasó al final?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de la cerdita Benita.
— Hacer un dibujo del cuento y mostrarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Se puede comentar con los niños algunos aspectos de la alimentación adecuada y el
daño de las chucherías.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Se puede colocar en la clase un dibujo coloreado de la cerdita Benita en un lugar
visible, para tenerlo siempre de referencia. Durante las semanas posteriores al
cuento, si hay actitudes de rechazo hacia ese alumno en concreto, se recuerda la

63
figura de la cerdita Benita de manera preventiva, con alusiones del tipo: ¿os acordáis
de cómo se llamaba esa cerdita?, ¿qué le pasaba?, ¿debemos burlarnos de las
personas que están gorditas?, ¿por qué?
— Es adecuado que el/la maestro/a valore especialmente otras cualidades del alumno
objeto de las burlas, para que el chico también sea valorado por los demás.
— Llevar a cabo un programa de conducta durante dos semanas. El tratamiento debe ser
que se va a valorar a los niños que respetan y no se burlan de los demás, en general,
para no centrar el problema en los obesos. En una cartulina o en una hoja de A3 se
hace una tabla de doble entrada, en la columna vertical se pone el nombre de los
niños y en la fila horizontal los días de clase de las dos semanas del programa. Se
comenta a los niños que recibirán un punto verde (o un dibujo alusivo como la cara
de un cerdito sonriente) cada uno que haya tratado con respeto y sin burlas a los
demás. En un momento tranquilo de la jornada, se hace una revisión rápida de los
comportamientos y se asignan las puntuaciones. Al final de la semana podemos
«premiar» a los que tienen puntos verdes con un aplauso, o con una medalla
realizada en cartulina.
— Se puede entregar a las familias para que lo lean y lo trabajen en casa.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Comentar de qué se suelen burlar y cómo se sienten los niños que son objeto de
burlas.
— ¿Cómo solemos reaccionar cuando un compañero se burla de otro?, ¿cómo
deberíamos de actuar?
— Si tú hubieras sido el profesor cerdito, ¿qué hubieras hecho?
— Comentar sus hábitos de alimentación.
— Inventarse una parte del cuento: por ejemplo, cómo era la familia del profesor cerdito
o cómo se lo pasaron el día que todos fueron a su casa y se bañaron en la piscina.

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Leerlo posteriormente de forma dialogada: se subraya lo que dicen los distintos
personajes (narrador, cerditos de la clase y profesor cerdito) y se lee en voz alta.

Estrategias para fomentar la conducta:


— Se puede desarrollar un programa parecido al de Educación Infantil, con algunas
variaciones: puede prolongarse hasta tres semanas. Como refuerzo puede utilizarse
una nota a las familias en las que se felicita al alumno por su actitud de respeto a los
demás durante esa semana del programa. También puede reforzarse realizando una
actividad especial (una sesión de juegos de mesa o un fin de semana sin deberes) si
entre toda la clase suman un número de puntos verdes.

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7. EL CARACOL COL

Para niños que dicen palabrotas

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— El cuento está pensado para corregir a los niños que utilizan palabrotas.
— De manera indirecta también va destinado a las familias de los niños que es el
contexto donde suelen escuchar y aprender este tipo de expresiones.
— Niños desde Educación Infantil hasta 2º de Primaria.

Objetivos:
— Corregir a niños que utilizan palabrotas.
— Enseñar buenos modales.
— Comprobar los efectos que los malos modales tienen en los demás.

Valores que transmite:


— Buenos modales en el lenguaje.
— El respeto a los demás.
— Habilidades sociales adecuadas.

Truco que enseña a los niños:


— Las personas que dicen palabrotas están enfadadas y se ponen muy feas.

Otros contenidos:
— El caracol como animal: cómo es, dónde vive, de qué se alimenta...
— Vocabulario básico: los estados de ánimo y sus expresiones faciales: felicidad,
alegría, tristeza, enfado, miedo...
— Habilidades para hacer amigos.
— Nuestras acciones tienen consecuencias en los demás.
— Los sentimientos y sus expresiones faciales.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:

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— Niños con malos modales.
— Fomentar habilidades sociales adecuadas.
— Niños con baja tolerancia a la frustración.
— Niños que perturban el ambiente de clase.

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2. EL CUENTO

EL CARACOL COL
Había una vez un caracol que tenía (los años de los niños). Iba a la clase de (el curso de
los niños). Se llamaba Col. El caracol Col iba muy contento a su clase y la «seño» y los
otros caracoles lo querían mucho.
Un día el caracol Col se enfadó con una caracolita que no le prestaba un juguete y dijo
una palabrota muy fea. La caracolita se asustó y se puso a llorar, porque había oído una
palabrota muy fea. El caracol Col no sabía qué era la palabrota que había dicho. Se la
había oído a su papá un día que lo vio muy enfadado.
Pero cada día que pasaba, el caracol Col decía cada vez más palabrotas: cuando se
enfadaba, cuando alguien le llevaba la contraria o cuando discutía con otros caracolitos.
Las palabrotas eran tan feas que los otros caracolitos guardaban sus cuernos para no
oírlas. Otras veces cuando se acercaba el caracol Col se escondían en su concha, porque
temían que dijera otra palabrota.
La «seño» lo escuchó una vez decir una palabrota y se puso muy triste, porque quería
mucho al caracol Col. Pero cuando las decía, el caracol Col se ponía muy, muy feo y a la
señorita caracola le dolían los oídos y la cabeza. Así que lo tuvo que dejar sin jugar en
un recreo.
Los otros caracoles ya no querían ni jugar, ni sentarse con el caracol Col. La señorita
les preguntó:
—¿Por qué no queréis jugar con el caracol Col?
—Porque dice palabrotas y mi mamá me ha dicho que no se dicen esas cosas —dijo
un caracolito.
—A mí me duelen los cuernos cuando el caracol Col dice esas cosas —dijo una
caracolita de su clase.
El caracol Col se dio cuenta de que por decir palabrotas nadie quería ser su amigo, ni
jugar, ni invitarlo a los cumpleaños, ni nada de nada.
La señorita caracola le preguntó al caracol Col:
—¿Por qué dices esas cosas y dónde las has aprendido?
El caracol Col empezó a hablar, con ganas de llorar:

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—Algunas palabrotas las he oído a los mayores, o en la tele, pero no sabía que eran
palabrotas. Algunos mayores, en lugar de regañarme se reían cuando las decía y por eso
yo no sabía que eran palabrotas —dijo el caracol Col.
—Luego, cuando me enfado, se me escapan sin querer —siguió explicando el caracol
Col.
La «seño», como quería mucho a todos los caracolitos de su clase y también al caracol
Col, les enseñó una cosa:
—Fijaos en los que dicen palabrotas: siempre gritan, se ponen muy feos y como
molestan a los demás, no tienen amigos. Además siempre están enfadados. Las personas
felices y contentas, no dicen palabrotas.
Y siguió explicando la señorita:
—Cuando alguien os diga una palabrota decidle esto: los que dicen palabrotas,
siempre están enfadados y se ponen muy feos.
Desde ese día el caracol Col empezó a dejar de decir palabrotas. Algunas veces se le
escapaba todavía alguna, pero entonces los otros caracoles le decían:
—¡Los que dicen palabrotas, siempre están enfadados y se ponen muy feos!
Así el caracol Col volvía a tener amigos y a ser muy feliz.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un caracol, qué son palabrotas, explicar los distintos
estados de ánimo que aparecen en el cuento y sus expresiones faciales: alegría,
tristeza, enfado...
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Cómo era el caracol Col, cuántos años tenía, a qué curso iba?
— ¿Qué le pasaba al caracol Col?, ¿en qué situaciones decía palabrotas?
— ¿Dónde había aprendido a decir las palabrotas?, ¿sabía lo que querían decir esas
palabras?
— ¿Qué hacían los demás caracolitos de la clase cuando decía las palabrotas?, ¿qué
hacía la señorita?
— ¿Qué le dijo la señorita para que dejara de decir palabrotas?
— ¿Qué le decían los caracolitos cuando todavía se le escapaba alguna palabrota?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo del caracol Col.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Enseñar alternativas: ¿qué podemos decir cuando estamos muy contentos y cuando
nos enfadamos?

Estrategias para mejorar la conducta:


— Se puede colocar en la clase un dibujo coloreado del caracol Col en un lugar visible,
para tenerlo siempre de referencia. Durante las semanas posteriores al cuento, si

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algún niño utiliza palabrotas, se hace referencia al caracol Col y se puede repetir la
retahíla: «Los que dicen palabrotas siempre están enfadados y se ponen muy feos».
— El/la maestro/a debe reforzar y prestar especial atención a los niños que utilizan un
lenguaje adecuado.
— Llevar a cabo un programa de conducta durante dos semanas, en el caso de que sea
un problema más o menos extendido (varios niños utilizan palabrotas) y queramos
hacer un tratamiento más sistemático. Para ello en una cartulina o en una hoja de A3
se hace una tabla de doble entrada, en la columna vertical se pone el nombre de los
niños y en la fila horizontal los días de clase de las dos semanas del programa. Se
comenta a los niños que recibirán un punto verde (o un dibujo alusivo como un
caracol sonriente) cada niño que haya utilizado un lenguaje adecuado, sin palabrotas,
durante el día. En un momento tranquilo de la jornada, se hace una revisión rápida y
se asignan las puntuaciones; aquellos que hayan dicho palabrotas, no recibirán el
punto. Al final de la semana podemos «premiar» a los que tienen puntos verdes con
un aplauso o con una medalla realizada en cartulina, con el dibujo del caracol Col.
— Se puede entregar a las familias para que lo lean en casa. Este cuento está
especialmente indicado para que lo conozcan los padres, ya que suele ser en el
contexto familiar donde los niños aprenden este lenguaje.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Comentar dónde se suelen aprender las palabrotas y en qué situaciones las solemos
utilizar.
— Inventarse una parte del cuento: por ejemplo, cómo se comportaba el caracol Col en
su casa.

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Leerlo posteriormente de forma dialogada: se subraya lo que dicen los distintos
personajes (narrador, caracolitos de la clase, señorita y el caracol Col) y se lee en voz
alta.
— Se pueden trabajar los distintos estados de ánimo y sus expresiones faciales. Para ello,
algunos niños tienen que expresar distintos estados anímicos con sus rostros y los
demás tienen que adivinarlos

Estrategias para tratar la conducta:


— Se puede desarrollar un programa parecido al de Educación Infantil, con algunas
variaciones: puede prolongarse hasta tres semanas. Como refuerzo puede utilizarse
una nota a las familias en las que se felicita al alumno por utilizar un lenguaje
adecuado. Puede reforzarse el comportamiento realizando una actividad especial (ver
una película educativa, una clase de pasatiempos, una sesión de juegos educativos en
los ordenadores) si toda la clase suma un determinado número de puntos verdes.

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8. EL PULPITO MORADITO

Para niños que desprecian a los demás

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— El cuento trata distintos comportamientos que suelen producirse en el aula, pero
especialmente las habilidades sociales inadecuadas, niños que desprecian a los demás
o a sus pertenencias.
— Niños desde Educación Infantil hasta 2º de Primaria.

Objetivos:
— Cambiar la actitud de los niños que desprecian las cosas de los demás y tienen mal
comportamiento en clase.
— Enseñar habilidades sociales adecuadas.
— Comprender los efectos que los malos modales tienen en los demás.

Valores que transmite:


— El respeto a los demás.
— Habilidades sociales adecuadas: saludar, despedirse, dar las gracias, pedir por favor...
y los buenos modales.
— El esfuerzo.
— Compartir.

Truco que enseña a los niños:


— Ser amable con los demás, hacer en clase lo que toca en cada momento, hacer
cumplidos.

Otros contenidos:
— El pulpo como animal: cómo es, dónde vive, de qué se alimenta...
— Vocabulario básico: el fondo del mar, el color morado...
— Nuestras acciones tienen consecuencias en los demás.
— Comportamientos adecuados e inadecuados.
— Habilidades sociales para hacer amigos.

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— Los animales marinos.
— Los sentimientos.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños con malos modales.
— Niños que no quieren trabajar.
— Niños que incumplen las normas de clase.
— Enseñar habilidades sociales adecuadas.
— Niños que perturban el ambiente de clase.

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2. EL CUENTO

EL PULPITO MORADITO
Había una vez hace mucho, mucho tiempo, en el fondo del mar un pulpo pequeño que
tenía (los años de los niños de la clase), que estaba en el curso (el curso de los niños). Se
llamaba Moradito, porque era de color morado. Cuando empezó el curso, Moradito iba
contento al colegio y casi todos los pulpos de su clase eran sus amigos.
Pero poco a poco, si algún pulpito traía un juguete, Moradito decía que él tenía más y
más bonitos y que esos eran muy feos. Lo decía sin saber que los otros pulpitos se
ponían tristes porque no les gustaba que Moradito dijera cosas feas a sus juguetes.
Otras veces, si los otros pulpitos estaban coloreando, Moradito dejaba su sitio y se iba
al rincón a jugar. A los pulpitos de su mesa no les gustaba, porque siempre eran los
últimos en terminar y la señorita pulpo decía que esa mesa siempre era la última en
terminar.
Moradito llegaba tarde y empujaba a los demás para sentarse. Moradito se metía con
otros pulpitos, les quitaba las cosas y hasta un día le pegó a un pulpito en la cara. Poco a
poco, los demás pulpitos dejaron de juntarse con él.
A la señorita no le gustó que nadie quisiera estar con Moradito y se lo preguntó a los
pulpitos de la clase. Una pulpita que explica muy bien las cosas le dijo a la «seño»:
—Es que Moradito dice que nuestras cosas son feas y que él tiene más y que siempre
las suyas son mejores.
Otro pulpito saltó y dijo:
—Además, él hace lo que quiere y no hace el trabajo como los demás.
Otro más dijo:
—Y es un pegón, si tienes algo que le gusta te pega y te lo quita.
Cuando Moradito escuchó lo que decían los pulpitos de la clase se fue poniendo triste
y dándose cuenta de que no tenía amigos. Pensó que era verdad lo que decían los otros
pulpitos pero que él muchas veces lo hacía sin darse cuenta. Poco a poco se le quitaron
las ganas de ir al colegio.
Una tarde, Moradito estaba en el fondo del mar, muy solito y triste y lo vio su
señorita. Se sentó a su lado y le preguntó:
—¿Qué te pasa Moradito, te veo muy triste?

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Al principio no quería contárselo pero luego se lo contó, porque su señorita era muy
buena.
—Estoy muy triste porque ningún pulpito de la clase quiere ser mi amigo y ya no me
gusta el colegio —dijo Moradito.
La señorita le dijo:
—Moradito, a veces tratas mal a tus compañeros y por eso no están a gusto contigo.
—Es verdad —dijo Moradito—, pero muchas veces es que no me doy cuenta o se
meten conmigo y yo reacciono así. ¿Qué puedo hacer para que los pulpitos sean mis
amigos? —preguntó Moradito.
Entonces la señorita pulpo le dijo:
—¿De verdad quieres tener amigos en la clase...? Te enseñaré un truco: tienes que
hacer tres cosas. Primero, tienes que ser amable con los otros pulpitos: pedir las cosas
por favor, dar las gracias, saludar a los pulpitos cuando llegues y despedirte cuando te
vayas.
Moradito escuchaba con atención a su señorita.
—Lo segundo, es hacer en clase lo que toque en cada momento: si toca trabajar en la
mesa, trabajar; si toca jugar, ir al rincón a jugar y si toca escuchar a la señorita,
escucharla con atención. ¿Me estás entendiendo? —dijo la señorita.
Moradito movió la cabeza diciendo que sí.
—Y lo tercero, no decir que las cosas de los otros son feas y las tuyas son las más
bonitas. Ponte a practicar este truco y verás como empiezas a tener amigos.
¿Y sabéis lo que pasó...? que Moradito empezó a pedir las cosas por favor, a llegar a
tiempo y saludar a todos antes de empezar; si tocaba jugar ir a jugar y sitocaba hacer una
ficha ponerse a hacerla muy requetebién y a no decirle cosas feas a lo que los otros
pulpitos traían al «cole». A veces le costaba trabajo y se olvidaba del truco de la señorita,
pero fue cogiendo práctica y a los otros pulpitos les empezó a gustar estar con él.
Moradito se sentía más feliz y tenía muchos amigos pulpitos en la escuela del fondo
del mar. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un pulpo, cómo son, dónde viven, cómo es el fondo
del mal, animales marinos...
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Cómo era el pulpito Moradito, cuántos años tenía, a qué curso iba?
— ¿Qué hacía el pulpo Moradito cuando un pulpito traía un juguete?
— ¿Qué hacía Moradito cuando tocaba colorear la ficha?, ¿y qué le pasaba a los pulpitos
de su mesa?
— ¿Qué más cosas hacía Moradito?
— ¿Por qué no quisieron ser sus amigos?
— ¿Cómo le dijo la señorita que tenía que ser amable con los demás pulpitos?
— ¿Qué le dijo la señorita a Moradito que tenía que hacer cuando tocaba trabajar y
jugar?
— ¿Qué le dijo la señorita que tenía que decirle a los demás pulpitos cuando traían cosas
al «cole»?
— ¿Cómo se comportaría el pulpo Moradito en casa?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo del pulpo Moradito.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Se puede colocar en la clase un dibujo coloreado del pulpo Moradito en un lugar
visible, para tenerlo siempre de referencia. Durante las semanas posteriores al

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cuento, puede insistirse en las tres conductas que fomenta el cuento: habilidades
interpersonales básicas (saludar, despedirse, dar las gracias y pedir por favor), hacer
en cada momento lo que toca (jugar, trabajar...) y hacer cumplidos a los demás.
— Entrenamos el truco: en las rutinas diarias de clase se entrenan los saludos,
despedidas y peticiones. Así mismo, se trabajan los distintos momentos y actividades
(tiempo de jugar, tiempo de trabajar, tiempo de escuchar, tiempo libre...). Por tanto,
se puede insistir en entrenar la conducta de hacer cumplidos. Para ello se pueden
hacer dramatizaciones: un niño tiene que hacer un cumplido a otro sobre su vestido,
su trabajo o cualquier otra cosa. Al principio la maestra puede enseñar algunos
cumplidos.
— El/la maestro/a debe reforzar y prestar especial atención a los niños que practican,
aunque sea inconscientemente, los tres trucos de la señorita pulpo: hacer cumplidos,
hacer en cada momento lo que toca y saludar, despedirse y hacer peticiones
adecuadamente.
— Llevar a cabo un programa de conducta durante dos semanas en el caso de que
queramos trabajar alguna de esas tres conductas o las tres. Para ello, en una cartulina
o en una hoja de A3 se hace una tabla de doble entrada, en la columna vertical
aparece el nombre de los niños y en la fila horizontal los días de clase de las dos
semanas del programa. Las conductas que se van a trabajar tienen que estar muy
claras para los niños. Se les comenta que recibirán un punto morado (o un dibujo
alusivo, como un pulpito sonriente) si cumplen las conductas definidas durante el
día. En un momento tranquilo de la jornada, se hace una revisión rápida y se asignan
las puntuaciones a aquellos que hayan cumplido las conductas positivas. Al final de
la semana podemos «premiar» a los que tienen puntos morados con un aplauso o con
una medalla realizada en cartulina con el dibujo del pulpito Moradito o colocando su
foto junto al pulpito Moradito.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Imaginarse una entrevista de la madre de Moradito con la señorita donde le cuenta
cómo se comporta.
— Ampliar el final del cuento, poniendo ejemplos de cómo se comportaba el pulpito
después, cómo se volvieron a hacer amigos y de cómo le felicitaba la señorita.
— ¿Cómo nos sentimos cuando los demás desprecian nuestras cosas?
— ¿Solemos hacer cumplidos a los demás?, ¿por qué?, ¿cómo nos sentimos cuando nos
hacen cumplidos?

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Leerlo posteriormente de forma dialogada: se subraya lo que dicen los distintos
personajes (narrador, pulpitos de la clase, señorita y el pulpito Moradito) y se lee en
voz alta.

Actividades para fomentar la conducta:


— Se puede desarrollar un programa parecido al de Educación Infantil, con algunas
variaciones: puede prolongarse hasta tres semanas. Como refuerzo puede utilizarse
una nota a las familias en las que se felicita al alumno por su comportamiento
adecuado con los compañeros. Puede reforzarse la conducta realizando una actividad
especial (juegos de mesa, ver una película educativa...) si toda la clase suma una
número de puntos morados.
— En Primaria, es más efectivo realizar juegos de rol: por parejas tienen que preparar la
representación de conductas adecuadas de saludos, despedidas, peticiones y sobre
todo, entrenar la conducta de hacer cumplidos.

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9. EL POLLITO PIMPOLLITO

Para niños que lloran durante el período de


adaptación

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que lloran durante el período de adaptación o no quieren ir al colegio.
— Niños de Educación Infantil de tres años o que se incorporan nuevos en esta etapa.
— No se proponen actividades para Primaria porque este comportamiento no es habitual
en esas edades.

Objetivos:
— Animar a los niños que no quieren ir al colegio durante el período de adaptación.
— Enseñar las cosas positivas de la asistencia al colegio.
— Comprender las repercusiones en los demás que tiene el no querer asistir a la escuela.

Valores que transmite:


— La responsabilidad.
— El esfuerzo y cumplimiento del deber.

Truco que enseña a los niños:


— No hay que llorar porque mamá viene a recogernos al final de la mañana, aprendemos
muchas cosas y jugamos con los compañeros.

Otros contenidos:
— El pollito como animal: cómo es, cómo nace, de qué se alimenta, dónde vive...
— Actividades habituales en el colegio.
— Nuestras acciones tienen consecuencias en los demás.
— Los sentimientos.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños que no les gusta el colegio.
— Niños con baja tolerancia a la frustración.

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2. EL CUENTO

EL POLLITO PIMPOLLITO
Había una vez un pollito que tenía tres años y que se llamaba Pimpollito. Como tenía
tres años, tenía que a ir al colegio. Unos días antes de empezar, su mamá gallina le contó
que iba a ir a la escuela, que conocería otros pollitos, que aprendería muchas cosas...
Pero llegó el primer día de colegio. Su mamá lo llevó de la mano y el pollito Pimpollito
no iba muy contento. Cuando llegó al colegio empezó a ponerse triste. Su mamá lo dejó
en la clase y le dio un beso. Entonces el pollito Pimpollito empezó a llorar y se agarró a
su mamá. Pero la señorita gallina le dijo a la mamá que tenía que irse. Pimpollito
empezó a llorar porque pensó que su mamá ya no volvería más, porque no conocía a los
otros pollitos y porque tampoco conocía a la señorita gallina y no sabía que era buena.
Ese día estuvo toda la mañana llorando y hasta vomitó una vez. No quería jugar, ni
cantar, ni nada. Además había otros pollitos que también lloraban. Al final, cuando llegó
la hora, su mamá fue a recogerlo.
El pollito Pimpollito no quería volver al colegio nunca más. Quería quedarse en su
casa con su mamá, despertarse tarde, pasar toda la mañana jugando en su casa, pero tuvo
que volver al «cole» al día siguiente. Lloró mucho, le pidió a su madre que no lo llevara,
le dijo que le dolía la tripa, pero la madre de Pimpollito no le hizo caso y lo llevó. Su
mamá se ponía triste de verlo así, pero sabía que tenía tres años y tenía que llevarlo al
«cole» como todos los demás pollitos de la granja.
Pasaron muchos días y Pimpollito seguía llorando en el «cole». Ya casi ningún pollito
lloraba. La señorita estaba nerviosa porque cuando quería explicar un juego, Pimpollito
lloraba, cuando quería cantar una canción, Pimpollito lloraba, y cuando quería contar un
cuento... ¿Qué hacía Pimpollito? ... lloraba.
Los otros pollitos estaban un poco hartos. Su mamá y su papá también estaban
preocupados y Pimpollito también lo estaba pasando mal, porque con tanto llorar ni
podía jugar, ni aprender las canciones y se le estaban poniendo los ojos rojos, rojos.
Hasta que un día, el pollito Pimpollito pensó cuando estaba en la escuela:
—No sé por qué lloro tanto si mi mamá viene siempre a por mí, si la «seño» es muy
buena y nos enseña muchas cosas, si es muy divertido jugar con mis compañeros... Así,
que esa fue la primera mañana que ya no lloró más. Cuando la mañana terminó la
señorita se lo dijo a su mamá:
—Pimpollito no ha llorado nada esta mañana.

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La mamá se puso muy contenta, porque ella también estaba triste, aunque no se lo
había dicho a nadie.
Desde ese día el pollito Pimpollito no lloraba en el «cole», hacía en cada momento lo
que mandaba la señorita. Unas veces las tareas le salían bien y otras regular. Algunos
días se lo pasaba muy bien, otros se aburría un poco, pero casi siempre aprendía cosas
nuevas. Todos estaban contentos: su «seño», su mamá, su papá, sus abuelos y él
también.
Empezó a gustarle tanto el colegio que a veces, en su casa jugaba a que él era el
maestro y sus muñecos, los pollitos de la escuela.
Y colorín colorado, el cuento del pollito Pimpollito se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un pollito, una gallina, un gallo, cómo son estos
animales, dónde viven, qué producen. Explicar expresiones como preocupado o
ponerse nervioso.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Cómo era Pimpollito, cuántos años tenía, a qué curso iba...?
— ¿Por qué lloraba el pollito Pimpollito?
— ¿Qué hacía el pollito para no ir al colegio?, ¿y qué hacía su mamá?
— ¿Cómo se sentían el papá y la mamá de Pimpollito al ver que lloraba tanto para no ir
al colegio?
— ¿Por qué dejó de llorar Pimpollito?
— ¿Cómo se sintieron sus padres, su señorita y sus abuelos cuando Pimpollito dejó de
llorar?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo del pollito Pimpollito.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Comentar qué es lo que más les gusta del colegio.

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10. EL PINGÜINO LINO Y SUS AMIGOS
DEL ZOO

Para enseñar habilidades para hacer amigos

91
1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— El cuento presenta formas genéricas de relacionarse con los demás: una forma tímida,
encerrándose en su propio caparazón; una forma más agresiva; y la forma adecuada y
asertiva que es la que muestra el pingüino Lino. Está pensado para fomentar en los
niños habilidades básicas y adecuadas de relación con sus iguales.
— Niños desde Educación Infantil hasta 4º de Primaria.

Objetivos:
— Enseñar pautas adecuadas para hacer amigos y relacionarse con los demás.
— Mostrar otras formas poco eficaces de hacer amigos: ser agresivo con los demás o
demasiado tímido y sus consecuencias.

Valores que transmite:


— Las habilidades de interacción personal adecuadas.
— Los buenos modales.
— El respeto a los demás.
— El lenguaje no verbal en la comunicación.

Truco que enseña a los niños:


— Para hacer amigos: saludar, sonreír y ser amable, hablar, animar a los demás y
felicitarles si algo hacen bien.

Otros contenidos:
— El pingüino, la tortuga y el león como animales: cómo son, dónde viven, cómo
viven...
— Vocabulario básico: el zoo y expresiones como «andaban con libertad».
— Formas de comportarse con los demás y sus consecuencias: tímida, agresiva, amable
y simpática.
— El lenguaje no verbal.
— La amistad y el compañerismo.

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Otros comportamientos que puede tratar el cuento:
— Niños tímidos y con dificultades para hacer amigos.
— Niños agresivos con los demás.
— Tratamiento de casos de acoso entre iguales.
— Niños que perturban el ambiente de clase.
— Niños que se incorporan nuevos.

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2. EL CUENTO

EL PINGÜINO LINO Y SUS AMIGOS DEL ZOO


Había una vez un zoológico donde vivían muchos animales. Era un zoo muy especial
porque no había jaulas y los animales andaban con libertad. Los visitantes podían verlos
desde un trenecillo que pasaba por el zoo.
Un día llegaron tres nuevos animales: una tortuga, un león y un pingüino que tenían
(los años de los niños). El pingüino se llamaba Lino. Estos tres animales eran amigos
porque habían vivido juntos en otro zoo. Al llegar, decidieron hacer un concurso:
—Veamos quién hace más amigos en el zoo —propuso el león.
—De acuerdo —dijeron la tortuga y el pingüino.
Comenzó la tortuga. Ella era tímida y vergonzosa y se asustaba con facilidad de los
demás. Fue andando muy despacio por el zoo, hasta que llegó a una plaza donde se
reunían muchos animales. Cuando ya estaba en la plaza los animales gritaron:
—¡Eh mirad! ¡Una tortuga, vamos a verla!
Todos corrieron hacia la tortuga y al llegar empezaron a preguntarle por su nombre y
de dónde había venido. La pobre tortuga se asustó al ver que los animales la rodeaban y
le preguntaban sin cesar y se ocultó en su caparazón.
Los animales insistían:
—¡Sal de tu caparazón! ¡Queremos conocerte!
Pero era imposible. La tortuga seguía escondida y sin querer salir. Los animales del
zoo se cansaron de esperar y decidieron marcharse de allí y dejarla en paz, así que la
tortuga ya no podía ganar el concurso de hacer amigos.
Era el turno del león que siguió buscando a los animales hasta que los volvió a
encontrar en otra plaza del zoo. Pensó el león:
—Con mi truco para hacer amigos ganaré el concurso.
Empezó a correr hacia los animales, a rugir muy fuerte y a enseñar los dientes. Los
animales al verlo gritaron:
—¡Un león! ¡Y viene muy furioso y gritando! ¡Huyamos!
Y salieron corriendo muy asustados.
El león gritaba y rugía más:

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—¡No huyáis, que quiero ser vuestro amigo!
Pero los animales se fueron a toda prisa.
La tortuga y el pingüino se acercaron y sonriendo le dijeron:
—¡Ja, Ja, Ja! Tampoco tu truco de gritar y rugir te ha servido para hacer amigos.
—A ver tú, pingüino Lino, si eres capaz de hacer amigos —le dijo el león un poco
enfadado.
El pingüino Lino fue marchando por el zoo y volvió a ver a los animales junto a una
fuente y pensó:
—Seguro que mi truco no me falla para hacer amigos y gano el concurso.
Claro, el pingüino siempre sonríe, es amable y nunca se queda callado. Se acercó a los
animales muy sonriente y les dijo:
—Buenos días, ¿qué tal estáis?
Porque Lino siempre saludaba cuando quería hacer amigos. Los animales se quedaron
un tanto sorprendidos. Mirándolos a los ojos les dijo:
—Me llamo Lino y he llegado hoy nuevo al zoo.
Y mirando al animal más cercano, le pregunto cómo se llamaba. Poco a poco todos los
animales le fueron diciendo su nombre. Lino siempre sonreía y era amable con todos, de
manera que muy pronto los animales confiaron en él y fueron sus amigos. Escuchaba lo
que le decían los demás y contestaba amablemente lo que le preguntaban y si algo no le
gustaba o no le apetecía, lo decía, pero sin enfadarse. Lino siempre animaba a los demás
y los felicitaba cuando algo les salía bien.
Así que la tortuga y el león reconocieron que Lino había ganado el concurso y que su
truco de ser amable, sincero, sonreír y felicitar a los demás era el mejor para ganar el
concurso de hacer amigos en el zoo.
Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es una tortuga, un león y un pingüino, cómo son estos
animales y dónde viven. Qué es un zoo, explicar expresiones como «andaban con
libertad» y otras que no comprendan los niños.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Qué concurso hicieron la tortuga, el león y el pingüino?
— ¿Qué truco intentó la tortuga para hacer amigos?, ¿y qué pasó?, ¿por qué no
conseguía hacer amigos con su truco?
— ¿Qué truco intentó el león?, ¿y qué pasó?, ¿por qué no consiguió hacer amigos con su
truco?
— ¿Qué hizo Lino para hacer amigos?
— ¿Lino rugía y estaba serio?, ¿qué hacía?
— ¿Qué hacía Lino cuando a otro animal algo le salía bien?
— Imaginaos cómo fue la despedida de la tortuga, el león y Lino del antiguo zoo.

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo del pingüino Lino.
— Hacer un dibujo de alguna secuencia del cuento, colocar todos en orden y volverlo a
contar.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Concretar y dialogar con los niños sobre cuándo nos comportamos como la tortuga,
como el león y como Lino.

Estrategias para fomentar la conducta:

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— Se puede colocar en la clase en un lugar visible, un dibujo coloreado del pingüino
Lino para tenerlo siempre como referencia. Durante las semanas posteriores al
cuento, puede insistirse en el comportamiento de Lino: saludar, sonreír, no quedarse
callados, ser amable, animar y felicitar a los demás y decir si algo no nos gusta sin
enfadarnos... También podemos recordar el comportamiento del león y de la tortuga
para hacer amigos.
— Entrenamos el truco: en las rutinas diarias de clase se entrenan los saludos,
despedidas, animar y felicitar a los demás... Se pueden hacer pequeñas
dramatizaciones con ellos: por parejas, se juega a que un niño intenta hacerse amigo
de otro o le pide prestado un juguete o le pide participar en un juego con los demás...
— El/la maestro/a debe reforzar con elogios y prestar especial atención a los niños que
emplean las habilidades sociales adecuadas, no sólo regañar a los que emplean las
inadecuadas.
— Llevar a cabo un programa de conducta durante dos semanas en el caso de que
queramos insistir de una manera más sistemática en las habilidades. Para ello, en una
cartulina o en una hoja de A3 se hace una tabla de doble entrada, en la columna
vertical se escribe el nombre de los niños y en la fila horizontal los días de clase de
las dos semanas del programa. Se comenta a los niños que recibirán un punto blanco
y negro (o un dibujo alusivo, como el rostro de un pingüino) si desarrollan las
habilidades adecuadas: saludar, ser amable, no quedarse callado, felicitar y animar a
los demás. En un momento tranquilo de la jornada, se hace una revisión rápida y se
asignan las puntuaciones a aquellos que hayan cumplido las conductas positivas. Al
final de la semana podemos «premiar» a los que tienen puntos blancos y negros con
un aplauso o con una medalla realizada en cartulina con el dibujo del pingüino Lino
o colocando su foto junto al dibujo de Lino...
— El cuento puede entregarse a las familias para que lo refuercen desde casa.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Imaginarse cómo vivían en el zoo anterior y por qué se trasladaron.
— Ampliar el final del cuento, por ejemplo, cómo fue su vida en el zoo, cómo Lino le
presentó a los demás animales a sus amigos la tortuga y el león.
— ¿Qué hacen los chicos que se comportan como la tortuga?, ¿cómo se sienten los
demás cuando nos comportamos así?
— ¿Qué hacen los chicos que se comportan como el león?, ¿cómo se sienten los demás?
— ¿Qué es lo que nos resulta más difícil de imitar del truco de Lino?
— ¿Qué truco solemos utilizar para hacer amigos?, ¿y los demás?

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y enseñárselo a los demás.
— Leerlo posteriormente de forma dialogada: se subraya lo que dicen los distintos
personajes (narrador, animales del zoo, león, tortuga y pingüino Lino) y se lee en voz
alta.
— Hacer un cómic o mural con los animales sobre consejos para hacer amigos.
— Inventarse pareados para hacer amigos.

Estrategias para fomentar la conducta:


— Se puede desarrollar un programa parecido al de Educación Infantil con algunas
variaciones: puede prolongarse hasta tres semanas. Como refuerzo puede utilizarse
una nota a las familias en las que se felicita al alumno por relacionarse
adecuadamente con los demás o un diploma al final del programa. Puede reforzarse
el comportamiento realizando una actividad especial (juegos de mesa, una merienda
en clase, etc.) si toda la clase suma una número de puntos blanquinegros.

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— En Primaria, es más efectivo realizar juegos de rol: se juega a dramatizar distintas
situaciones en las que participan por parejas y los demás son espectadores: iniciar
una conversación, hacer amigos, pedir participar en un juego. También se puede
realizar a modo de concurso, en el que un jurado puntúa las dramatizaciones.

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11. LA HISTORIA DE MARIO EL
CANARIO

Sobre el acoso escolar

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— El cuento describe una situación de acoso entre iguales y trata de analizar la situación,
cómo se inicia y la actitud de los distintos participantes.
— En Infantil puede contarse para prevenir y corregir actitudes del grupo frente a la
burla.
— En Educación Primaria, puede utilizarse hasta 4º curso, para tomar conciencia de
alguna situación que haya surgido o para prevenir al grupo.

Objetivos:
— Mostrar una situación típica de acoso escolar: el comportamiento de los distintos
participantes (víctima, espectadores y acosador), los sentimientos que aparecen en
cada uno de los participantes y las consecuencias que tiene sobre la víctima.
— Enseñar habilidades básicas para comportarse en esas situaciones, especialmente a los
espectadores y al acosador.

Valores que transmite:


— Resolución adecuada de conflictos.
— El respeto a los demás.
— El valor de que todos somos buenos en algo.
— El valor del compañerismo.

Truco que enseña a los niños:


— No participar en las burlas de un compañero, al contrario, salir en su defensa, porque
otro día pueden burlarse de ti.
— No dejarse llevar por la envidia, no podemos ser los más importantes en todas las
cosas, todos somos buenos en algo.

Otros contenidos:
— El canario como animal: cómo es, qué hace, dónde vive...

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— Vocabulario básico: las fiestas del colegio, lamentarse, hacer una prueba, la envidia,
las burlas, amenazar, sentirse mal, salir en su defensa y broma.
— Los comportamientos y sentimientos de cada uno de los personajes: víctima (Mario),
acosador (Kantarín) y espectadores.
— Estrategia adecuada a seguir por los espectadores de una situación de acoso.
— Las cualidades personales.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños agresivos con los demás.
— Niños envidiosos.
— Niños que suelen burlarse de los otros.
— Niños que perturban el ambiente de clase.

103
2. EL CUENTO

LA HISTORIA DE MARIO EL CANARIO


Había una vez unos canarios que tenían (la edad de los niños) y que ese año iban a la
clase de (la misma clase que los niños). En esa clase había un canario que se llamaba
«Kantarín», porque le gustaba mucho cantar y además lo hacía muy bien. A Kantarín
todos lo admiraban por lo bien que cantaba y porque además de cantar bien era uno de
los que mejor trabajaban de la clase.
En esa clase también había otro canario que se llamaba Mario. Mario era muy querido
por los canarios de la clase, porque era muy simpático y siempre ayudaba y animaba a
los demás.
En las fiestas de los papás, Kantarín siempre cantaba y se llevaba muchos aplausos y
felicitaciones. Pero ese año, en la fiesta de primavera, Kantarín se puso malo de la
garganta y no podía cantar. Todos se lamentaron porque nadie cantaba tan bien como él.
Hasta la señorita canaria estaba preocupada, porque no sabía qué hacer para la fiesta de
los papás, porque en las fiestas de los canarios era normal que se cantara. Entonces
Mario el canario como era tan simpático, le dijo a la señorita:
—Señorita, yo también sé cantar. Nunca lo he hecho en la escuela porque siempre lo
hace Kantarín, pero en casa canto mucho y mi mamá dice que lo hago muy bien, aunque
seguro que no tan bien como Kantarín.
La señorita le hizo una prueba y se quedó maravillada de lo bien que cantaba Mario el
canario. Aunque no lo hacía tan bien como Kantarín, a la señorita le alegró mucho que se
ofreciera para solucionar el problema.
El día de la fiesta, Mario el canario cantó y a todo el mundo le gustó mucho y recibió
muchos aplausos y muchos besos de los papás y de las mamás. Kantarín también fue a la
fiesta y vio cómo cantaba Mario, y al ver que todo el mundo lo felicitaba sintió mucha
envidia de Mario el canario, porque pensaba que ya nunca más lo iban a dejar cantar y ya
no iba a ser el más importante de la clase.
Cuando al día siguiente volvieron al colegio, Kantarín empezó a burlarse de Mario el
canario. Empezó a hacerlo como si fuera de broma, pero poco a poco se burlaba de él
más en serio: se metía con su cartera, con su pico, con sus plumas. Siempre lo hacía
cuando la señorita no lo veía y delante de los otros canarios. Los canarios de la clase, al
principio, también se reían, porque pensaban que era una broma, porque a Mario lo
querían todos.

104
Pero poco a poco aquello dejó de ser una broma. Si Kantarín se burlaba de Mario y
algún canario no se reía, Kantarín le decía amenazante:
—¿Por qué no te ríes? ¿Es que no te hace gracia lo que estoy diciendo?
Y entonces el canario se asustaba y prefería reírse de Mario antes que enfadar a
Kantarín al que todos comenzaban a tenerle un poco de miedo.
Mario el canario se sentía muy triste, porque Kantarín se burlaba de él y sabía que lo
hacía porque sentía envidia desde el día de la fiesta. Mario no quería quitarle el puesto a
Kantarín, pero más triste se sentía de ver que sus compañeros también se reían de él, por
miedo a Kantarín. Mario cada vez se sentía más solo, porque Kantarín les había dicho a
los canarios que no se juntaran con él.
Los canarios de la clase también se sentían mal, porque sabían que estaban haciéndole
daño a Mario, al que querían mucho, y que se reían de él para que Kantarín les dejara en
paz.
Uno de los canarios habló con los demás del grupo y les dijo:
—¡Ya está bien! ¿Os habéis dado cuenta de lo que estamos haciendo? Hemos dejado
de lado a Mario el canario y nos reímos cuando Kantarín se burla de él.
—Es verdad —dijo otro canario—. Mario no nos ha hecho nada y siempre ha sido
nuestro amigo.
Y una canaria muy simpática añadió:
—Y todo lo hacemos por miedo a Kantarín, pero debemos estar unidos.
Y así fue. Esa misma mañana los canarios se acercaron a Mario el canario y uno que
explicaba muy bien las cosas le dijo:
—Mario, te queremos pedir perdón por habernos burlado de ti y haberte dejado solo.
En ese momento apareció Kantarín muy enfadado y les dijo a los canarios:
—¿Qué hacéis aquí con Mario? ¿No veis lo feas que tiene las plumas? ¡Ja, ja, ja! —
empezó a reírse.
Los demás se quedaron en silencio. Entonces se enfureció y empujando a un canario
le dijo: —¿Es que no te hace gracia lo que digo?
—No, no me hace gracia —le contestó el canario— y tampoco me hace gracia que te
rías de Mario.
Los demás también contestaron lo mismo:
—A mi tampoco me hace gracia que te burles de Mario.
Kantarín se puso muy, muy furioso porque los demás no hacían lo que él quería y
empezó a insultar al canario que defendía a Mario. Los demás canarios lo defendieron y

105
otro canario le dijo:
—¡No vamos a dejar que nos insultes a nosotros también!
Kantarín se puso muy nervioso y comenzó a empujar al canario que le había
contestado.
Al oír el ruido de la pelea la señorita acudió para ver lo que pasaba. La señorita los
separó y los mandó al rincón hasta que se tranquilizaran. Cuando pasó mucho rato, les
preguntó qué había pasado. La canaria le dijo a la señorita:
—Kantarín llevaba muchos días burlándose de Mario y nos amenazaba si no nos
burlábamos también y además nos dijo que no fuéramos amigos de Mario.
—¿Es eso cierto, Kantarín? —preguntó la señorita.
Movió la cabeza diciendo que sí.
—¿Y por qué has hecho eso?
Entonces Kantarín empezó a llorar y le dijo:
—Es que el día que cantó Mario el canario todo el mundo le felicitaba y nadie se
acordó de mí y sentí envidia y creía que ya no iba a cantar nunca más, por eso la tomé
con él.
Entonces la señorita les dijo:
—¡Habéis hecho muy mal todos! Kantarín por haberse burlado de Mario por envidia y
haber intentando dejarlo solo y los demás canarios por haber colaborado con Kantarín.
Imaginaos que es a vosotros a quien os pasa. Mario lo ha debido pasar muy mal.
Y la señorita le dio un abrazo muy grande a Mario el canario y siguió diciendo:
—Nunca más, cuando un compañero se burle de otro le riáis la gracia y colaboréis en
las burlas, ¿entendido?
Los canarios movieron la cabeza sorprendidos porque nunca habían visto a la señorita
tan enfadada.
Así desde ese día, nunca la tomaron con otro canario y si alguno intentaba burlarse de
otro, los demás siempre salían en su defensa. A Mario lo quisieron mucho. Kantarín
volvió a cantar porque seguía haciéndolo muy bien. Aunque en algunas fiestas lo hacía
Mario y otras los dos juntos. A Kantarín ya no le daba tanta envidia, porque sabía que él
era buen cantor y no importaba que otro cantara bien y si le daba envidia, se aguantaba
pero no lo tomaba con nadie. También se dio cuenta de que no pasaba nada por no ser
siempre el canario más importante de la clase. Él era bueno cantando, otros eran buenos
en el deporte y otros en los estudios, todos eran buenos en algo.
Y colorín, colorado, la historia de Mario el canario se ha acabado.

106
3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un canario, cómo son, dónde viven, qué cuidados
necesitan, qué hacen...
— Explicar y comentar las expresiones que aparecen en el cuento: lamentarse, hacer una
prueba, amenazar, envidia, sentirse mal, salir en su defensa, la diferencia entre «en
broma y en serio».
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Cómo era Kantarín?, ¿y Mario?, ¿cuántos años tenían, a qué curso iban?
— ¿Por qué no podía cantar Kantarín en la fiesta de primavera de los papás?, ¿cómo lo
solucionaron?
— ¿Qué pasó el día de la fiesta; cómo lo hizo Mario; y qué pensó Kantarín?
— ¿Qué empezó a hacer Kantarín con Mario el canario?, ¿cómo lo hacía?, ¿qué hacían
los demás canarios de la clase cuando Kantarín se burlaba de él?, ¿por qué se reían
también de Mario?
— ¿Por qué se sentía triste Mario el canario?, ¿por qué se sentían tristes también los
canarios de su clase?
— ¿Qué decidieron hacer los canarios?, ¿cómo se lo tomó Kantarín?
— ¿Qué pasó cuando se enteró la señorita de lo sucedido?, ¿por qué la señorita regañó a
Kantarín y a los demás canarios?
— ¿Qué hacían a partir de ahora los canarios si alguno se burlaba de otro?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de Mario el canario.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.

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Estrategias para mejorar la conducta:
— Con idea de prevenir la aparición de estas conductas, se trata de incidir, por un lado,
en cómo deben actuar los demás cuando son espectadores de burlas hacia un
compañero; y por otro, de no llegar a la situación de burlarse de los demás por
envidia.
— Se puede colocar en la clase, en un lugar visible, un dibujo coloreado de Mario el
canario, para tenerlo siempre como referencia. Durante las semanas posteriores al
cuento, puede hacerse alusión a que no debemos burlarnos de los demás y cuando un
compañero se burle de otro no seguirle la corriente, al contrario, salir en defensa de
la víctima.
— Entrenamos el truco: se pueden hacer pequeñas dramatizaciones con ellos
representando la situación: un niño se burla de otro y los demás reaccionan como es
debido, saliendo en su defensa con frases como «no me hace gracia que te burles de
fulanito» o «de los compañeros no bromeamos»; y no favoreciendo las burlas.
— Dialogamos sobre las burlas: en momentos de asamblea, a propósito del cuento,
podemos dialogar con los niños sobre las burlas: cuándo y cómo lo hacemos; de
cómo nos sentimos cuando se burlan de nosotros y de cómo reaccionan los niños
cuando presencian que se burlan de un compañero.
— El llevar un programa de conducta de manera sistemática como hemos propuesto en
otros cuentos, no nos parece oportuno en los casos de acoso escolar. Parece más
adecuado realizar las actividades de entrenar el truco y de diálogo.
— Se puede entregar a las familias, si se considera oportuno, para que lo trabajen en
casa.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Inventarse más situaciones en las que Kantarín se metía con Mario.
— Inventarse qué decían los padres de Mario el canario o de los demás canarios.
— ¿Cómo solemos reaccionar cuando un compañero se burla de otro?, ¿cómo
deberíamos hacerlo?
— ¿Ocurre que algunos compañeros se burlan de otros por envidia o por miedo a dejar
de ser los más importantes?
— ¿Puede ser cierto que reaccionemos como los canarios del cuento que preferían
burlarse de su amigo Mario por miedo a Kantarín?, ¿por qué?
— ¿Pensamos a veces que tendríamos que defender a nuestros compañeros pero no nos
atrevemos?

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Leerlo posteriormente de forma dialogada: se subraya lo que dicen los distintos
personajes (narrador, Mario el canario, Kantarín, señorita y canarios de la clase) y se
lee en voz alta.
— Hacer un cómic o mural sobre cómo actuar cuando se burlan de un compañero
nuestro.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Contar el cuento y analizar una situación de acoso (cómo se inicia, las actitudes de
cada uno de los participantes y sus consecuencias), puede ser bastante efectivo para
sensibilizar a los alumnos.
— Además, puede ser interesante realizar juegos de rol: se juega a dramatizar distintas
situaciones en las que un compañero se burla de otro y hay unos espectadores. Sobre

109
todo se incide en cómo deben reaccionar los espectadores. Estas actividades pueden
tener cabida dentro del Área de Lengua Castellana, en el bloque de Comunicación
oral.

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111
12. LA CEBRA RAYA NEGRA

Para la integración de alumnos discapacitados

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— El cuento está pensado en el caso de que haya un alumno discapacitado en el aula, en
el ciclo o en el centro, o en el supuesto de que vaya a incorporarse.
— También puede estar destinado a niños que necesitan que se les sensibilice en la
integración de personas discapacitadas.
— Está orientado a niños de Educación Infantil y hasta 3º de Primaria.

Objetivos:
— El objetivo del cuento es fomentar conductas adecuadas para la integración en el
grupo de alumnos discapacitados, tales como evitar comportamientos de compasión
o de sobreprotección, que siempre se sientan acompañados, sobre todo en tiempos de
recreo, favorecer que participen y pensar en sus limitaciones a la hora de organizar la
clase y los juegos.
— Reconocer y aceptar las diferencias.
— Comprender las consecuencias de actitudes inadecuadas con las personas
discapacitadas.
— Reconocer que las personas discapacitadas también pueden integrarse y adaptarse a
las formas de vida normalizada.

Valores que transmite:


— La integración de las personas discapacitadas.
— Acogida y compañerismo.
— Actitudes adecuadas hacia los discapacitados (acompañarlos, ayudarles en lo que no
son capaces, prevenir barreras...) e inadecuadas (hacer las tareas que ellos son
capaces de hacer, avergonzarse de ellos, sobreprotegerlos...).

Truco que enseña a los niños:


— A los compañeros discapacitados podemos ayudarles sólo en aquello que no son
capaces de hacer por sí mismos.
— Los compañeros discapacitados necesitan sentirse siempre acompañados y poder
participar en las actividades que realizamos.

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— Tenemos que tener una serie de precauciones con los discapacitados, por ejemplo, las
barreras arquitectónicas.

Otros contenidos:
— La cebra como animal: cómo es, dónde vive, a qué otros animales se parece...
— Vocabulario básico: la selva, desplazarse, director y fiarse.
— Formas adecuadas e inadecuadas de relacionarnos con los compañeros que presenten
alguna discapacidad.
— Necesidades que suelen presentar estos compañeros: que les hagan compañía, de
autonomía personal de seguridad...
— El cuerpo y la salud.
— El colegio.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Aceptación de personas diferentes.
— Relación con niños enfermos.
— Aceptación de personas mayores.

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2. EL CUENTO

LA CEBRA RAYA NEGRA


Había una vez una cebra que se llamaba Raya Negra. Se llamaba así porque era una
cebra un poco especial. Había nacido con una sola raya negra muy grande en su cuerpo.
Como sabéis las cebras tienen muchas rayas negras, pero Raya Negra sólo tenía una, por
eso se llamaba así. Raya Negra tenía (los años de los niños). Además Raya Negra había
nacido con un problema en su patitas y no podía caminar ni mantenerse en pie. Para
desplazarse de un lado a otro, sus papás la tenían que llevar en una carretilla.
Sus papás no querían llevarla al colegio, porque su cebrita era diferente: temían que
no la quisieran y que no fuera capaz de aprender como las demás cebras de la escuela.
Además, como no podía andar, tenían miedo de que le hicieran daño.
Pero el director de la escuela habló con sus papás y les dijo que quería que Raya
Negra fuera al colegio. Raya Negra también decía:
—Yo quiero ir al colegio como las demás cebras de la selva y quiero aprender.
Así que los padres de Raya Negra se fiaron de lo que decía el director y la llevaron a
la escuela de las cebras.
Al principio todas las cebras se sorprendieron, porque nunca habían visto una cebra
con una sola raya y que además no pudiera caminar.
Como la señorita cebra era muy buena les dijo a sus cebritas:
—Todos vamos a poner de nuestra parte para que Raya Negra pueda aprender con
nosotros.
Y así fue. Pusieron una rampa en las escaleras para que pudiera pasar la carretilla de
Raya Negra. En la clase, tuvieron cuidado de no poner trastos por medio, para que la
carretilla pudiera pasar.
Poco a poco, todas las cebritas de la clase se hicieron sus amigas. Como la querían
tanto, una cebrita le quiso hacer la ficha a Raya Negra, pero ésta le dijo:
—No, no quiero que me hagas el trabajo. Quiero hacerlo yo.
—Pero a ti te cuesta mucho trabajo hacerlo y a mí no me cuesta nada —le contestó la
cebrita.
Y le dijo Raya Negra:

115
—Aunque me cueste trabajo quiero hacerlo yo, lo haré despacito pero lo quiero hacer
yo.
—¿No quieres que te ayudemos? —le preguntó de nuevo la cebrita.
—Sí. Me gusta que me ayudéis, pero sólo en aquello que soy incapaz de hacer sola, en
lo demás quiero hacerlo yo —le contestó Raya Negra.
—¿En qué quieres que te ayudemos? —le preguntó la cebrita.
Entonces le contestó Raya Negra:
—Me gusta que me llevéis al recreo, que inventéis juegos en los que yo pueda jugar, y
me gusta que nunca me dejéis sola y habléis conmigo.
Y así fue. Esforzándose y poco a poco fue aprendiendo muchas cosas, porque si se lo
hubieran hecho, no hubiera aprendido nada.
Y las demás cebritas la bajaban al recreo, jugaban a juegos en los que ella podía jugar
y siempre, siempre, había alguna cebrita haciéndole compañía y dándole conversación.
Raya Negra aprendió muchas cosas en la escuela y fue muy feliz. Sus papás también
se alegraron mucho de haberla llevado al colegio. Todas las cebritas querían a Raya
Negra. Cuando pasaron muchos años Raya Negra creció y trabajó como señorita en la
escuela de las cebras de la selva.
Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.

116
3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: cebra, selva, director, desplazarse, rampa y fiarse.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Por qué la cebra del cuento se llamaba Raya Negra?, ¿qué más le pasaba?
— ¿Por qué los padres no querían llevarla al colegio?, ¿Raya Negra quería ir?
— ¿Por qué los padres decidieron llevarla al colegio?
— ¿Qué pasó cuando llegó el primer día al colegio Raya Negra?
— ¿Qué hicieron en las escaleras para que pudiera subir Raya Negra?
— ¿Qué pasó cuando una cebra quiso hacerle la ficha a Raya Negra?
— ¿En qué quería Raya Negra que le ayudaran?, ¿qué quería que hicieran sus
compañeras en el recreo?
— ¿Qué hubiera pasado si sus compañeros le hubieran hecho las fichas a Raya Negra?
— ¿Qué llegó a ser de mayor Raya Negra?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo la cebra Raya Negra.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.

Actividades para fomentar la conducta:


— El cuento debería ayudar a fomentar la integración social de los alumnos especiales,
no con actitudes de sobreprotección, sino más bien favoreciendo que participen, que
siempre estén acompañados para darles conversación y ayudándoles sólo en aquello
que no pueden hacer por sí mismos.

117
— Se puede colocar en la clase, en un lugar visible, un dibujo coloreado de la cebra
Raya Negra, para tenerlo siempre como referencia. Durante las semanas posteriores
al cuento, puede insistirse en el comportamiento de las demás cebras en función de
las necesidades del alumno presente: necesidad de compañía, de evitar barreras, de
juego... pero haciéndolo siempre con la suficiente sensibilidad y tacto.
— El/la maestro/a debe reforzar con elogios y prestar especial atención a los niños que
tienen actitudes adecuadas hacia el compañero discapacitado del aula o del centro.
— También puede aplicarse a otras personas con limitaciones del entorno del niño, por
ejemplo los abuelos.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Imaginarse qué fueron contando las cebras a sus padres el día que llegó Raya Negra.
— Imaginarse qué dificultades encontraba Raya Negra en la selva, fuera del colegio:
para desplazarse, para jugar...
— Ampliar el final del cuento, por ejemplo, cómo era cuando llegó a ser maestra en la
escuela de la selva.
— ¿Conocemos personas que tengan algún tipo de problema: visual, auditivo...?, ¿qué
dificultades suelen tener?
— ¿Cómo solemos comportarnos con las personas que presentan alguna discapacidad?,
¿cómo deberíamos hacerlo?
— Las personas mayores pueden tener algunas dificultades como le sucedía a Raya
Negra, ¿cuáles pueden ser?

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Leerlo posteriormente de forma dialogada: se subraya lo que dicen los distintos
personajes (narrador, Raya Negra, la señorita y las cebras) y se lee en voz alta.
— Hacer un mural sobre distintos tipos de discapacidad: visual, auditiva, motora, y sus
necesidades especiales básicas.

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120
13. EL CANGURO GURO

Para niños que llegan tarde a clase

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que habitualmente llegan tarde al colegio.
— Niños desde Educación Infantil hasta 2º de Primaria.

Objetivos:
— Corregir la actitud de llegar habitualmente tarde a clase.
— Enseñar estrategias sencillas para llegar a tiempo al colegio.
— Comprender las consecuencias que para uno mismo y para los demás tiene el llegar
tarde.

Valores que transmite:


— El valor de la puntualidad.
— Responsabilidad.
— El respeto a los demás y a las normas sociales.
— El esfuerzo personal.
— Autonomía personal.

Truco que enseña a los niños:


— Para llegar a tiempo al colegio hay que levantarse a la primera, vestirse solo y rápido,
tomarse el desayuno e ir al colegio directamente sin pararse por el camino.

Otros contenidos:
— El canguro como animal: cómo es, dónde vive, qué hace, cómo lleva a sus crías...
— Vocabulario básico: poner excusas, disculparse y sentirse satisfecho.
— Las consecuencias en uno mismo y en los demás de la falta de puntualidad (llegar
acelerado y perderse el inicio de las clases). Así mismo, las consecuencias positivas
de la puntualidad.
— El colegio y las normas.
— Conceptos temporales: tarde y temprano.

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Otros comportamientos que puede tratar el cuento:
— Niños con poca autonomía personal.
— Niños que perturban el ritmo de la clase.
— Niños que no cumplen las normas.

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2. EL CUENTO

EL CANGURO GURO
Había una vez un canguro que se llamaba Guro. El canguro Guro tenía (los años de los
niños) e iba a la clase de (la clase de los niños). A Guro le gustaba ir al colegio, pero
tenía un defecto: casi siempre llegaba tarde a la clase. Casi todas las mañanas, llegaban
los canguritos, colgaban los abrigos y se sentaban... después, la señorita canguro, que era
muy guapa, les daba los buenos días y les hablaba. Muchas veces, lo primero que hacía
la señorita canguro era contarles un cuento. Cuando todos los canguritos estaban
escuchando el cuento y querían saber el final... en ese momento llegaba el canguro Guro
con su mamá. ¡El pobre...! Como llegaba tarde, la mamá lo traía corriendo y llegaba que
no podía respirar. ¡Hasta que se quitaba el abrigo y se despedía! La señorita canguro era
muy buena y muy educada, pero le tenía que decir a la mamá de Guro:
—Siempre llega tarde, tenéis que llegar a tiempo.
La mamá de Guro se disculpaba diciendo:
—Si es que se viste muy despacio.
Otras veces decía:
—No se quería tomar el desayuno.
El caso es que por una cosa o por otra, el canguro Guro solía llegar tarde. Como
llegaba tarde, interrumpía el cuento y además no se enteraba y luego pedía que se lo
contaran otra vez a él.
Otras veces no se sabía lo que la señorita canguro había explicado y casi siempre
terminaba el último, porque como llegaba tarde, los demás ya habían empezado.
Muchas veces, los demás canguros protestaban porque ellos hacían el esfuerzo de
levantarse pronto, de vestirse deprisa, tomarse el desayuno en casa y venir al «cole» sin
pararse.
También el canguro Guro lloraba porque cuando llegaba tarde, si la señorita había
repartido los juguetes, a él le tocaba el que ya nadie quería.
Pero un día pasó una cosa. El canguro Guro llegó mucho más tarde. Las puertas del
colegio estaban cerradas y la madre de Guro tocó el timbre; era muy tarde. Don
Canguro, el director, salió muy serio a abrir la puerta:
—¿Qué hora es esta de llegar? —preguntó muy enfadado don Canguro el director.

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—Perdone don Canguro, pero es que me he quedado dormida y por eso venimos tarde
—dijo la madre del canguro Guro para disculparse.
—No, no, no, no, no —dijo más serio todavía don Canguro el director—. Usted todos
los días llega tarde que la veo desde mi despacho y todos los días pone una excusa: que
si el cangurito no se levanta, que si se viste despacio, que si se queda usted dormida.
Esto no puede ser. Lo siento, pero ya no puede pasar. Mañana intente llegar a tiempo —
y cerró la puerta.
La madre y el canguro Guro se quedaron muy avergonzados. La madre se tuvo que ir
a trabajar y se lo tuvo que llevar al trabajo. En el trabajo, el jefe regañó a la mamá:
—¡Que sea la última vez que trae a su hijo al trabajo! ¡Aquí se viene a trabajar no a
cuidar al hijo! —dijo muy enfadado su jefe.
El canguro Guro pasó un día muy aburrido porque en el trabajo no había canguritos y
tuvo que pasar toda la mañana en una habitación hasta que su madre terminó de trabajar.
Lo pasaron ese día tan mal que desde entonces el canguro Guro se levantaba a la
primera. Se vestía él solito muy rápido, se tomaba el desayuno sin ver la tele ni nada, y
su mamá y él iban deprisa al colegio. La primera vez los canguritos de su clase se
sorprendieron:
—¡Anda, si Guro no viene tarde!
Guro se sentía mejor, porque ya se enteraba de los cuentos y de las cosas que
explicaba la señorita; ¡ah!, y ya no era el último en terminar.
La señorita le felicitó y le dio muchos besos. Guro era tan puntual que a veces era el
primero de la clase en llegar al colegio.
Don Canguro habló con su madre y también la felicitó. El canguro Guro y su mamá se
sentían muy contentos y satisfechos porque vieron que no era tan difícil llegar a tiempo
al colegio.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un canguro, qué significan palabras o expresiones
como: disculparse, excusa, sentirse satisfecho, ser educada...
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?, ¿cuántos años tenía Guro?, ¿en qué curso
estaba?
— ¿Qué le pasaba a Guro el canguro?
— ¿Por qué llegaba casi siempre tarde a clase?
— ¿Y qué pasaba cuando llegaba tarde?, ¿le gustaba a Guro llegar tarde?
— ¿A los demás canguros les resultaba fácil llegar a tiempo?
— ¿Pero qué le pasó un día que los vio el director don Canguro?
— ¿Qué empezó a hacer Guro el canguro para llegar a tiempo?
— ¿Cómo se sentía desde que llegaba a tiempo el canguro Guro?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo del canguro Guro.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Comentar qué hacemos en nuestra clase al llegar.
— Qué truco utilizamos para llegar a tiempo.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Explicar las consecuencias de llegar tarde para el niño y sobre todo para los demás.
— Se puede colocar en la clase, en un lugar visible, un dibujo coloreado del canguro
Guro, para tenerlo siempre como referencia. Si hay casos de niños que llegan tarde,

126
se insiste en el truco (levantarse a la primera, vestirse solito y rápido, tomarse el
desayuno sin perder tiempo y venir directos al colegio).
— Dialogar con la familia sobre la importancia de la puntualidad desde Educación
Infantil, tanto por las consecuencias que tiene para la clase y el niño, como el modelo
de responsabilidad que le transmitimos. A algunos padres, al inicio de la Educación
Infantil, les cuesta comprender que el horario ya no es tan flexible como en la
guardería. Por tanto, se puede entregar a las familias para que también lo trabajen
desde casa.

127
4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Imaginarse y ampliar el cuento: cómo se levantaba, se vestía y desayunaba Guro.
— ¿Por qué es importante ser puntuales?
— ¿Nos cuesta ser puntuales?, ¿por qué?
— ¿Qué truco utilizamos para llegar a tiempo al colegio?
— ¿Cuáles son las consecuencias para uno mismo y los demás de la falta de
puntualidad?

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Leerlo posteriormente de forma dialogada: se subraya lo que dicen los distintos
personajes (narrador, señorita canguro, la mamá de Guro, el director, el jefe de la
mamá y los canguritos) y se lee en voz alta.
— Inventarse pareados para resaltar el valor de la puntualidad, por ejemplo: «Si quieres
ser un chico fenomenal, llega siempre puntual».

Estrategias para mejorar la conducta:


— Se pueden realizar actividades parecidas a las señaladas para Educación Infantil:
colocar el dibujo, recordar el truco adaptado a la edad. En niños de 1º y 2º de
Primaria, también puede facilitarse el cuento a las familias para que lo trabajen desde
el hogar.

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129
14. LA RANITA NITA

Niños que usan pañales en el colegio

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— El cuento va dirigido a los niños que todavía usan pañales, pero especialmente a sus
padres, que son los que pueden favorecer esta conducta.
— También a aquellos niños que en ocasiones, no controlan esfínteres.
— Preferentemente niños de Educación Infantil de tres y cuatro años.

Objetivos:
— Enseñar estrategias para los niños que todavía usan pañales o tienen dificultades para
controlar esfínteres.
— Comprender las consecuencias que a partir de cierta edad tiene el usar pañales.

Valores que transmite:


— La autonomía personal.
— El esfuerzo personal.

Truco que enseña a los niños:


— Dejar de usar pañales e ir al baño con cierta frecuencia a hacer pis, aunque no tengas
ganas.

Otros contenidos:
— La rana como animal: cómo es, dónde vive, cómo se alimenta...
— Vocabulario básico: el aseo personal, el pis, empeñarse y extrañarse.
— Las consecuencias de usar pañales a partir de una edad.
— La autonomía personal: aseo, comida, vestido, vida en el hogar...
— Nuestro cuerpo.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños con poca autonomía personal.

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— Niños que todavía no controlan totalmente el pis.

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2. EL CUENTO

LA RANITA NITA
Había una vez una rana que tenía (los años de los niños) y que iba a la clase de (la clase
de los niños). La rana se llamaba Nita. La rana Nita iba muy contenta al colegio,
aprendía muchas cosas y tenía muchos amigos.
Pero a la ranita Nita le pasaba una cosa: todavía usaba pañales. Las ranitas de su clase
ya no lo usaban e iban al baño solas. Pero a ella sus papás todavía no se lo habían
quitado. Al principio, ella no le daba importancia y estaba en la clase como los demás.
Pero pasaban los días y la rana Nita no se sentía cómoda con los pañales. Se hacía pis
en ellos y estaba incómoda porque se sentía mojada, cuando llevaba un rato olía a pis y
eso no le gustaba, porque la rana Nita era un poco presumida. Las otras ranitas de la
clase se metían con ella algunas veces y le decían:
—Pero Nita, que ya eres una ranita muy mayor para usar pañales.
Pero ella no decía nada.
La rana Nita cada vez se sentía peor: se metían con ella, se sentía que era muy mayor
para usar pañales, cuando se hacía pis se sentía mojada, le picaban las piernas y el
«culete»... hasta empezaron a salirle unas manchitas en la piel.
Así que un día no aguantó más y les dijo a sus papás:
—¡Ya no aguanto más. Quiero dejar de llevar pañales al «cole»!
—Pero, ¿por qué? Todavía no controlas bien y sin darte cuenta te puedes hacer pis en
el «cole» —le contestaron sus papás un poco preocupados.
—Si siempre llevo pañales, nunca aprenderé a estar sin ellos y a controlar el pis —les
dijo la ranita Nita con ganas de llorar. Y siguió diciéndoles:
—Además, siempre estoy mojada, cada vez soy más mayor, hago más pis y me mojo
más, me escuece la piel, huelo a pis y las ranitas no se quieren sentar conmigo.
Y siguió diciéndoles:
—Ya veréis como poco a poco lo consigo.
Como se empeñó tanto, sus papás la mandaron al día siguiente sin pañales al colegio y
se lo dijeron a la señorita rana:

133
—Nita hoy no trae pañales, así que se va hacer pis en la ropa —le dijo la mamá rana a
la señorita.
La señorita le contestó:
—¡Eso está muy bien! Ya era hora de que Nita viniera sin pañales. Verá qué pronto
aprende a controlarlo.
La mamá de Nita se quedó muy extrañada al ver que la señorita rana pensaba lo
mismo que su hija, que ya era hora de no usar pañales, porque su mamá seguía creyendo
que Nita era una bebé rana.
Ese día Nita estuvo un poco preocupada. Usó un truco: aunque no tuviera ganas, ella
iba al baño y hacía pis. Ese truco le salió muy bien. El primer día se sintió muy contenta
de no haber usado pañales y todos los de la clase le felicitaron. Al día siguiente hizo lo
mismo, estaba jugando con sus compañeras, se lo estaba pasando tan bien que se olvidó
de que no tenía pañales y se hizo pis encima.
La señorita, le dijo que no se preocupara. Llamó a su madre, la cambió de ropa y
siguió en clase.
Poco a poco, Nita se fue acostumbrando a no tener pañales y cuando tenía ganas de
hacer pis se acordaba de ir al baño. Algunos días se le olvidaba y se hacía pis encima.
Pero cuando pasaron unas semanas Nita ya no usaba pañales y no se hacía pis encima.
Estaba muy contenta porque se sentía muy limpia, ya no olía a pis, sino a la colonia
que le echaba su mamá. Nita se sentía muy contenta de haberlo conseguido y su mamá
también al ver que su hija rana ya iba haciéndose mayor.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es una rana, qué significan palabras o expresiones
como: empeñarse o extrañarse...
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?, ¿cuántos años tenía la ranita Nita?, ¿a qué
curso iba?
— ¿Qué le pasaba a la ranita Nita?, ¿la ranita Nita quería llevar pañales?, ¿por qué sus
papás querían que llevara pañales?
— ¿Qué le pasaba con los pañales?
— ¿Qué truco utilizó para no hacerse pis encima?
— ¿Controlaba al principio el pis? ¿Y qué pasó?
— ¿Consiguió finalmente no hacerse pis encima?, ¿cómo se sentía Nita?, ¿y sus papás?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de la ranita Nita.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Dialogar sobre lo que somos capaces de hacer solos respecto al aseo, vestido, comida,
vida en el hogar...

Estrategias para mejorar la conducta:


— La retirada de los pañales debe ser una decisión de los padres que puede ser apoyada
por el centro escolar. Para ello, puede convenirse un día desde el que se va a dejar de
usar el pañal. Unos días antes puede contarse el cuento en clase y en casa.
— Se puede colocar en la clase, en un lugar visible, un dibujo coloreado de la ranita
Nita, para tenerlo siempre como referencia. En las semanas posteriores al cuento, se

135
puede insistir en el truco. En los momentos previstos para ello, ir al baño a hacer pis
aunque no se tenga gana.

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137
15. YITO, EL CABALLITO DE MAR

Para niños desobedientes

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños desobedientes en la clase, que incumplen las normas y quieren ir a su aire.
— Preferentemente niños de Educación Infantil, también puede utilizarse en 1º y 2º de
Primaria.

Objetivos:
— Enseñar pautas elementales de cumplimiento de normas en clase, para niños que
suelen incumplirlas, que quieren ir a su aire e incluso que se muestran desafiantes
con ellas.
— Comprender que las normas tienen su sentido y las consecuencias que este tipo de
conductas tiene para ellos y para los demás compañeros de clase.

Valores que transmite:


— Cumplir las normas para el mejor funcionamiento de los grupos.
— El respeto a las normas y a las figuras de autoridad.
— El esfuerzo personal.
— Responsabilidad.
— Los buenos modales.

Truco que enseña a los niños:


— Cuando la maestra manda una cosa es por alguna razón, por tanto hay que cumplir lo
que dice sin protestar, aunque a veces no nos guste.

Otros contenidos:
— El caballito de mar como animal: cómo es, dónde vive...
— Los animales acuáticos.
— El colegio: las normas de clase.
— La vida en sociedad: las normas y las figuras de autoridad.

139
Otros comportamientos que puede tratar el cuento:
— Niños que no quieren trabajar.
— Niños con baja tolerancia a la frustración.
— Niños que no respetan a los otros.
— Niños que perturban el ambiente y el ritmo de clase.

140
2. EL CUENTO

YITO, EL CABALLITO DE MAR


Había una vez en el fondo del mar, una escuela a donde acudían los caballitos de mar.
En la clase de (la misma de los niños) había un caballito que se llamaba Yito.
Yito era un caballito muy protestón y desobediente: si la señorita mandaba colorear un
dibujo, Yito no hacía caso e intentaba irse al rincón con los juguetes. A la señorita
caballito de mar no le gustaba que fueran desobedientes porque decía:
—Si no obedecéis a la señorita no puede funcionar la clase y no aprenderéis nada.
Los demás caballitos eran muy obedientes y comprendían que a la escuela iban a
aprender, no a pasárselo bien y que para aprender hay que esforzarse y a veces, hacer
cosas que no nos gustan, aunque otras veces, aprender es divertido.
Además, Yito siempre se quejaba de todo: un día mandó la señorita hacer una tarea
por grupos y Yito empezó a protestar:
—A mí no me gusta y además no me apetece.
Los demás caballitos de mar lo miraban muy sorprendidos, porque nunca habían
contestado así a su señorita, a la que querían mucho.
Cuando llegó la hora, todos los equipos habían terminado menos el de Yito. Los
caballitos de su grupo estaban muy enfadados, porque querían hacer el trabajo, pero
como Yito no hizo su parte, no pudieron terminarlo.
Así que la señorita tuvo que dejar a Yito sin jugar para que hiciera su trabajo.
Como veis, Yito era desobediente y protestón. Todos estaban un poco hartos de que
siempre se negara a hacer las cosas.
Hasta jugando con los caballitos protestaba y desobedecía. Cuando jugaban al «pollito
inglés» (u otro juego con normas que conozcan los niños) siempre decía que no lo
habían visto y como nunca cumplía las reglas del juego, no querían jugar con él.
Pero un día, ¿sabéis lo que le pasó? Los caballitos estaban en el patio de recreo, como
llegó la hora, la señorita caballito de mar, avisó a todos los caballitos para volver a la
clase. ¡Claro! Como Yito era muy desobediente, no hizo caso a lo que decía la señorita y
siguió jugando como si nada. Los caballitos estaban ya entrando para la clase y el
caballito Yito seguía en el patio de recreo. Entonces, como ya no se veía la fila de los
caballitos de su clase, se sintió solo y empezó a correr. Cuando ya estaba cerca de la
puerta, empezaron a salir los caballitos de mar de las clases de los mayores que eran un

141
poco brutos y salían corriendo y sin cuidado. Sin darse cuenta empujaron a Yito que se
cayó al suelo, pasaron por encima y le hicieron mucho daño.
La señorita al llegar a la clase, se dio cuenta de que faltaba Yito y salió a buscarlo. Se
lo encontró en el suelo, lleno de heridas y muy malito. Tuvieron que llamar a su madre
para que lo llevara urgentemente al médico.
Lo tuvieron que vendar y ponerle una escayola, por lo que estuvo varios días sin ir al
colegio, en su casa.
Comprendió que eso le había pasado por desobedecer a la señorita y que cuando ella
manda una cosa es por algo. La señorita había mandado volver a la clase un poquito
antes, porque sabía que bajarían los mayores y que podían empujar a los caballitos que
eran más pequeños.
Desde ese día Yito intentó ser más obediente en la escuela. Así cuando la señorita
mandaba algo, lo hacía sin protestar, aunque a veces no le gustara. Al principio le
costaba mucho y a veces protestaba, pero poco a poco fue más obediente y se sentía más
contento y feliz.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un caballito de mar y alguna expresión que no
entiendan los niños.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?, ¿a qué curso iba Yito?
— ¿Cómo se comportaba Yito, el caballito de mar?, ¿qué hacía, por ejemplo, cuando la
señorita mandaba colorear?
— ¿Qué le pasaba a sus compañeros de grupo por culpa de Yito?
— ¿Por qué no les gustaba a sus compañeros jugar con Yito al «pollito inglés» (u otro
juego de grupo)?
— ¿Qué le pasó el día que no obedeció a la señorita y siguió jugando en el patio cuando
los demás se iban a clase?
— ¿Por qué mandó la señorita volver a clase?
— ¿Y qué empezó a hacer Yito a partir de entonces cuando la señorita mandaba algo?,
¿aunque no le gustara?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo del caballito Yito.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Dialogar sobre cuáles son las normas de la clase básicas y su razón de ser.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Como la desobediencia puede ser una conducta un tanto generalizada en el grupo, se
puede colorar un dibujo coloreado del caballito Yito, en un lugar visible del aula. En
las semanas posteriores al cuento, se puede hacer referencia a Yito de manera

143
preventiva cuando se recuerda una norma que algunos suelen incumplir o recordando
el truco: «Cuando la señorita manda una cosa, es por algo, acordaos del caballito
Yito que desobedeció a la señorita cuando volvieron a clase...».
— Además, durante las semanas posteriores en las que más se insiste sobre el
comportamiento, se debe reforzar elogiando y prestando especial atención a los niños
que obedecen y cumplen las normas básicas del aula.
— Es un cuento útil para entregar a las familias, para que lo refuercen desde casa,
adaptándolo a las normas básicas que tengan en el hogar.
— Si se quiere hacer un tratamiento más sistemático de este comportamiento,
proponemos un sencillo programa de conducta durante dos semanas. Para ello, en
una cartulina o en una hoja de A3 se hace una tabla de doble entrada; en la columna
vertical se escribe el nombre de los niños y en la fila horizontal los días de clase de
las dos semanas del programa. El cartel se coloca a la vista de todos. Se comenta con
los niños que recibirán un punto verde (o un dibujo alusivo, como la cabeza de un
caballito de mar) aquellos niños que durante el día hayan sido obedientes con las
normas básicas que la maestra determine (por ejemplo, no correr en la fila, tirar los
papeles en la papelera...). En un momento tranquilo de la jornada, se hace una
revisión ágil y se asignan las puntuaciones a aquellos que hayan sido obedientes, de
la manera más objetiva posible: a quien haya sido obediente, se le pone un punto
verde (o el dibujo alusivo) en su nombre y día. Al final de la semana se «premia» con
un aplauso a los que tienen puntos verdes, con una medalla realizada en cartulina con
el caballito Yito o colocando su foto junto al dibujo del caballito Yito, etc. Si pasadas
las dos semanas el comportamiento persiste, es necesario dejar unas semanas de
descanso y volver a retomarlo.

144
4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Ampliar el cuento inventándose cómo se comportaría Yito en casa.
— Dialogar sobre las normas de clase y del colegio: recordarlas, explicar las razones e
imaginarse qué pasaría si se incumplieran.
— ¿Qué normas pondríamos si fuésemos profesores?

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Hacer un mural sobre las normas básicas de clase.
— Inventarse pareados sobre las normas de clase para recordarlas.

Estrategias para mejorar la conducta:


— El programa de conducta puede ampliarse a tres semanas en Primaria y utilizar como
refuerzo una sencilla nota a las familias al terminar la semana, felicitando por su
comportamiento.

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146
16. LA JIRAFA FITA

Para niños que no cuidan el material

147
1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que no suelen cuidar el material: pierden los lápices o los rompen; doblan o
manchan las hojas de los libros...
— Preferentemente niños de Educación Infantil, también puede utilizarse en 1º y 2º de
Primaria.

Objetivos:
— Enseñar pautas elementales de cuidado del material.
— Comprender las consecuencias que el no cuidar el material tiene para sus
compañeros, para él mismo y para su familia.

Valores que transmite:


— Cuidado y respeto por las cosas.
— El trabajo bien hecho.
— El esfuerzo personal.
— Responsabilidad.

Truco que enseña a los niños:


— Con el material que nos entregan o nos compran los papás, tener cuidado y ser
cuidadoso a la hora de trabajar.

Otros contenidos:
— La jirafa como animal: cómo es, dónde vive, de qué se alimenta...
— Los colores.
— El colegio: el material de clase, las normas de trabajo de la clase, las cosas que
compartimos con los demás.
— Materiales y espacios de uso común.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:

148
— Niños que perturban el ambiente y el ritmo de clase.
— Niños que no quieren trabajar.

149
2. EL CUENTO

LA JIRAFA FITA
Había una vez una jirafa que se llamaba Fita. La jirafa Fita tenía (los años de los niños) e
iba a la clase de las jirafas de (la clase de los niños).
La jirafa Fita era muy alta, tenía unas manchas en la piel muy bonitas y dos
cuernecitos pequeños, como todas las jirafas.
Le gustaba ir al colegio y su señorita jirafa la quería mucho. Pero la jirafa Fita no tenía
mucho cuidado de las cosas: si para trabajar la señorita jirafa entregaba lápices de
colores, la jirafa Fita no tenía cuidado y a veces los tiraba al suelo o los rompía.
Tampoco tenía cuidado con los libros que la señorita entregaba y doblaba las hojas, las
manchaba mucho o las arrugaba, y así con todo. La jirafa Fita no tenía cuidado del
material: ni de las fichas, ni de los colores, ni de la «plasti»... de nada.
Sus papás también estaban un poco cansados de que la jirafa Fita no cuidara su
material porque todas las semanas tenían que comprarle algo que hubiera roto o que
hubiera perdido. Además, a sus papás les gustaba que su jirafa trajera los trabajos muy
bonitos y cuidados, como les pasa a todos los papás que les gusta que sus hijos hagan las
cosas muy bien.
En la clase de Fita, las jirafas estaban sentadas en grupos y a cada grupo la señorita les
daba su material. Un día la señorita les mandó a cada grupo que dibujaran un animal de
la selva. Un grupo empezó a dibujar un elefante. Otro grupo dibujó una cebra. El grupo
de la jirafa Fita quiso dibujar un león.
Como la jirafa Fita no cuidaba el material, nada más empezar, arrugó el folio en el que
dibujaba y pidió otro, pero la señorita le dijo que no podía darle otro, que siguiera
trabajando. Luego cogió el color «carne» y como no tuvo cuidado lo rompió. El color
«carne» es muy importante para hacer dibujos y hacía falta para dibujar el león.
Entonces la jirafa Fita le dijo a la señorita:
—Señorita he roto el color «carne» y sin él no podemos dibujar el león.
Pero la señorita le contestó:
—No puedo darte otro. Sólo hay un color «carne» por grupo. Si quiere prestártelo otro
grupo...
La jirafa Fita dijo en voz alta:
—¡Me dejáis alguno el color «carne»!

150
Pero todos los grupos le decían lo mismo:
—No, porque no tienes cuidado del material, lo rompes y nos quedamos sin color
«carne» que es muy importante para los dibujos.
Así que la jirafa Fita se quedó sin ese color y lo que es peor, todo su grupo se quedó
sin color y sus compañeros estaban muy enfadados. El dibujo les salió feísimo porque
tuvieron que colorear el león con el color amarillo y con el naranja y quedó horrible.
Las jirafas de su grupo no querían estar con Fita y eso le puso muy triste. Entonces la
señorita, que era muy buena, habló con ella.
—¿Qué te pasa Fita?
—Que las jirafas de mi grupo están muy enfadadas conmigo y no quieren que yo esté
en su grupo —le dijo la jirafa Fita muy triste.
—¿Y tú qué piensas? —le preguntó la señorita jirafa.
—Que tienen razón, que por mi culpa no han dibujado bien el león y siempre les
rompo el material y que no tengo cuidado —reconoció la jirafa Fita.
Entonces le dijo la señorita:
—Vamos a hacer una cosa: vas a traer un color «carne» para los de tu grupo y vas a
tener mucho cuidado a partir de ahora con el material y a lo mejor tu grupo vuelve a
estar contento contigo.
Y así fue. Se lo contó todo a su mamá. La mamá compró otra caja de colores donde
venía el color «carne». Como se había gastado mucho dinero, le dijo a su hija Fita que
esa semana no le compraba chucherías, ni cromos. La jirafa Fita llevó los colores y tuvo
mucho cuidado de todo el material. Tenía cuidado de no arrugar las fichas, tenía cuidado
de los colores, porque sabía que si se estropeaban, se estropeaban para todo su grupo.
A veces se le olvidaba de que tenía que ser cuidadosa con los folios y los arrugaba,
pero no pedía otro y seguía teniendo cuidado. Tan cuidadosa fue que la señorita la
felicitó y todas las jirafas de su grupo le dieron un abrazo y la querían mucho.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es una jirafa, los colores, prestar y alguna expresión
que no entiendan los niños.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?, ¿cuántos años tenía la jirafa Fita?, ¿a qué
curso iba?
— ¿Qué le pasaba a la jirafa Fita?, ¿en qué se notaba que no era cuidadosa con el
material?
— ¿Cómo se sentían los papás de la jirafa Fita?, ¿por qué?
— ¿Qué le pasó a su grupo una vez con el color «carne»?
— ¿Por qué se puso triste la jirafa Fita?
— ¿Qué pensaba la jirafa Fita de que no quisieran trabajar con ella sus compañeras?
— ¿Qué empezó a hacer la jirafa Fita para que su grupo estuviera contento?
— ¿Qué hacía ahora para cuidar el material?
— ¿Cómo trataría la jirafa Fita, las cucharas y los platos en casa?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de la jirafa Fita.
— Hacer un dibujo del cuento y enseñárselo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Recordar las normas de cuidado del material y presentación de los trabajos en clase.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Se puede colocar un dibujo coloreado de la jirafa Fita en un lugar visible, para tenerlo
siempre de referencia. Durante las semanas posteriores al cuento y de una manera
preventiva, se puede recordar el truco de la jirafa: tener cuidado con el material y ser

152
cuidadoso a la hora de trabajar. Incluso se puede repetir a modo de retahíla para que
los niños lo asimilen.
— Así mismo reforzaremos con elogios a los niños que cuidan el material y/o presentan
bien sus tareas escolares.
— Si se quiere hacer un tratamiento más sistemático de este comportamiento debido a
que sea un problema más generalizado, proponemos un sencillo programa de
conducta durante dos semanas. Para ello, en una cartulina o en una hoja de A3 se
hace una tabla de doble entrada; en la columna vertical se escribe el nombre de los
niños y en la fila horizontal los días de clase de las dos semanas del programa. Se
comenta con los niños que recibirán un punto verde (o un dibujo alusivo, como la
cabeza de una jirafa) aquellos niños que durante el día hayan cuidado el material (lo
han utilizado correctamente, no lo han roto y lo han guardado en el lugar adecuado).
En un momento tranquilo de la jornada, por ejemplo al finalizar las tareas, se hace
una revisión ágil y se asignan las puntuaciones a aquellos que hayan cuidado del
material: se le pone un punto verde (o el dibujo alusivo) en su nombre y día. Al final
de la semana se premia con un aplauso a los que tienen puntos verdes, con una
medalla realizada en cartulina con la jirafa Fita o colocando su foto junto al dibujo de
la jirafa. Si pasadas las dos semanas el comportamiento persiste, es necesario dejar
unas semanas de descanso y volver a retomarlo.
— Es un cuento útil para entregar a las familias, para que lo refuercen desde casa y
también cuiden los materiales del hogar.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Que amplíen el relato del cuento inventándose cómo trataba la jirafa Fita el material
en su casa o cómo podían ser las chucherías de una jirafa.

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Dialogar sobre el cuidado del material: por ejemplo, cómo nos sentimos si prestamos
algo y nos lo devuelven roto.
— También puede dialogarse sobre las cosas que compartimos en el colegio: el material,
el mobiliario, los servicios... y qué pasa cuando no lo cuidamos.

Estrategias para mejorar la conducta:


— El programa de conducta, puede ampliarse a tres semanas en Primaria y utilizar como
refuerzo una sencilla nota a las familias al terminar la semana, felicitando por su
comportamiento.

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155
17. EL LORITO AMARILLITO

Para niños acusicas

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que con frecuencia acusan y delatan a sus compañeros.
— Preferentemente en Educación Infantil, también puede utilizarse en 1º y 2º de
Primaria.

Objetivos:
— Corregir el comportamiento acusica de los niños de la clase y diferenciar las
situaciones en las que sí hay que informar a los profesores.
— Comprender las consecuencias que ese comportamiento tiene en la relación con los
demás niños.

Valores que transmite:


— El valor de la discreción.
— Habilidades para mantener a los amigos.
— El respeto a los demás.

Truco que enseña a los niños:


— No podemos estar constantemente vigilando lo que los demás hacen mal para
delatarlos.

Otros contenidos:
— El loro como animal: cómo es, dónde vive, qué hace, de qué se alimenta...
— Habilidades básicas para hacer amigos y mantenerlos.
— Qué cosas debemos decir a la señorita y qué cosas no es necesario.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños con pocas habilidades sociales.
— Niños con dificultades para hacer amigos.
— Niños que perturban el ambiente y ritmo de las clases.

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2. EL CUENTO

EL LORITO AMARILLITO
Había una vez un lorito que se llamaba Amarillito porque era de color amarillo.
Amarillito tenía (la edad de los niños) y estaba en (el curso de los niños). A Amarillito le
gustaba mucho el colegio y aprendía muchas cosas.
Pero el lorito Amarillito era muy acusica. Si un lorito se equivocaba cuando estaba
coloreando, se levantaba de la mesa y se lo decía a la señorita para que le regañara.
Siempre estaba pendiente de lo que hacían los otros loritos para chivarse a la «seño».
A la señorita lorito que era muy buena, no le gustaba que ningún lorito fuera acusica y
al final siempre regañaba a Amarillito diciéndole:
—Amarillito, te tengo dicho que no me gusta que seas acusica.
Pero nada, Amarillito seguía igual. Si un lorito insultaba a otro, ahí estaba Amarillito
chivándose a la señorita. Si otro lorito rompía un juguete sin querer, Amarillito a
chivarse.
Un día dos loritos estaban hablando de lo que iban a regalarle a otro lorito para su
cumple. Amarillito lo escuchó y fue a decírselo a la señorita.
Los loritos ya no podían más. Ya no querían estar con Amarillito. Cuando estaban
hablando y llegaba Amarillito decían:
—Silencio que viene Amarillito y se chiva a la «seño».
Amarillito le dijo un día a la señorita:
—Señorita, los loritos de la clase no se quieren juntar conmigo, si están hablando algo
y llego yo, se callan y no me lo quieren contar.
Entonces la señorita loro les preguntó a los loritos de la clase:
—¿Es verdad eso que me cuenta Amarillito?
Entonces una lorita que hablaba muy bien le dijo a la señorita:
—Sí, es verdad. Pero Amarillito es un acusica. Siempre está pendiente de lo que
hacemos para chivarse y si hablamos entre nosotros también se chiva. Así que no
queremos estar con él porque parece que no es nuestro amigo, sino un vigilante. Si
quiere que volvamos a ser su amigo, tiene que dejar de ser acusica.

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Aquello no le gustó nada a Amarillito y empezó a darse cuenta de que los loritos
tenían razón, que lo único que hacía era fijarse en lo que hacían mal sus compañeros y
chivarse a la «seño» para que los castigara. Además a Amarillito le gustaba que la
señorita pensara que él era el más bueno y el único que hacía las cosas bien. Pero no era
así, la señorita pensaba que era un acusica y eso no le gustaba.
El colmo fue un día que Amarillito estaba jugando sólo con un muñeco de la clase.
Sin querer al muñeco se le rompió el brazo. Amarillito pensó:
—Voy a ver si nadie se da cuenta y lo puedo arreglar.
Pero un lorito se dio cuenta. Amarillito le dijo:
—No le digas nada a la señorita que voy a intentar arreglarlo yo.
—Pues ahora debería hacer lo que haces tú, chivarme a la «seño». —le dijo el lorito.
—No, por favor, no le digas nada, voy a intentar arreglarlo —le dijo Amarillito.
Como el lorito era muy bueno, no se lo dijo y le ayudó a arreglarlo.
Entonces Amarillito se dio cuenta de que lo que hacía no estaba bien y que cuando te
equivocas no te gusta que se chiven. Desde ese día decidió dejar de ser acusica.
Poco a poco los demás loritos fueron confiando en él, ya le dejaban jugar y le
contaban sus cosas.
La señorita también se dio cuenta de que Amarillito dejaba de ser acusica y le felicitó.
Amarillito iba de nuevo contento al colegio y lo querían todos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un loro, qué es «estar pendiente» y otras expresiones
que no entiendan los niños.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?, ¿cuántos años tenía el lorito Amarillito?, ¿por
qué se llamaba así?
— ¿Qué le pasaba al lorito Amarillito?, ¿de qué se solía chivar?
— ¿Le gustaba a la señorita que el lorito Amarillito fuera acusica?
— ¿A sus compañeros, les gustaba que fuera acusica el lorito Amarillito?, ¿qué hacían
entonces?
— ¿Qué le pasó un día al lorito Amarillito con un muñeco?
— ¿Por qué decidió el lorito Amarillito dejar de ser acusica?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo del lorito Amarillito.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Dialogar sobre cuándo hay que contar a la señorita las cosas.
— Recordar situaciones en las que somos acusicas en clase.

Estrategias para mejorar la conducta:


— El comportamiento acusica suele estar bastante generalizado en los niños de
Educación Infantil. Para su tratamiento global, puede colocarse un dibujo coloreado
del lorito Amarillito en lugar visible de la clase para tenerlo de referencia y
recordatorio. Así cuando un niño venga acusando a otro, la señorita simplemente
hará alusión al lorito Amarillito.

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— Siempre que sea posible, ignorar al niño acusica.
— Si se quiere hacer un tratamiento más sistemático de este comportamiento debido a
que sea un problema más generalizado, proponemos un sencillo programa de
conducta durante dos semanas. Para ello, en una cartulina o en una hoja de A3 se
hace una tabla de doble entrada; en la columna vertical se escribe el nombre de los
niños y en la fila horizontal los días de clase de las dos semanas del programa. Se
comenta con los niños que recibirán un punto amarillo (o un dibujo alusivo, como la
cabeza de un lorito) aquellos niños que durante el día no hayan acusado a los demás
(salvo en las situaciones que la señorita establezca, por ejemplo si se agrede a otro
niño). En un momento tranquilo de la jornada, se hace una revisión ágil y se asignan
las puntuaciones a aquellos que hayan cuidado del material: se le pone un punto
amarillo (o el dibujo alusivo) en su nombre y día. Al final de la semana se «premia»
con un aplauso a los que tienen puntos amarillos, con una medalla hecha en cartulina
con el lorito Amarillito o se coloca su foto junto al dibujo del lorito Amarillito.
— Es un cuento útil para entregar a las familias, para que lo refuercen desde casa, que
también suele ser un contexto en el que se acusan entre hermanos.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Que amplíen el cuento inventándose cómo era también acusica en su casa con su
hermano.

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Hacer una lectura dialogada. Se subraya el texto de cada personaje: narrador, la
señorita, el lorito Amarillito, los loritos, la lorita de la clase, y se lee en voz alta.
— Dialogar sobre qué piensan que deben comunicar a los profesores y qué no es
necesario.
— Dialogar sobre algunas habilidades entre amigos: por ejemplo, guardar secretos, no
delatar ante los demás en cosas sin importancia, etc.

Estrategias para mejorar la conducta:


— El programa de conducta puede ampliarse a tres semanas en Primaria y utilizar como
refuerzo una sencilla nota a las familias al terminar la semana, felicitando por su
comportamiento.

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18. LA CABRITA BLANQUITA

Para niños que siempre quieren ser los primeros

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que tienen dificultades para esperar su turno y quieren ser los primeros: fila,
reparto y entrega de material, todo ello sin respetar a los demás.
— Para niños desde Educación Infantil hasta 3º de Primaria.

Objetivos:
— Corregir a los niños que quieren ser y llegar los primeros a toda costa, por
impulsividad.
— Aumentar las conductas de autocontrol en clase.
— Comprender las consecuencias que puede tener para los demás y uno mismo querer
ser el primero a toda costa.

Valores que transmite:


— El valor del autocontrol.
— El respeto a los demás.
— El valor del trabajo bien hecho.
— Las normas sociales: guardar turnos, ceder el paso...

Truco que enseña a los niños:


— No pasa nada por no ser el primero en clase, es más importante tener cuidado y
respetar a los demás.

Otros contenidos:
— La cabra como animal: cómo es, dónde vive, qué alimentos nos proporciona...
— El colegio: las normas de clase y los materiales de trabajo.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños impulsivos y con poco autocontrol.
— Niños que no respetan a los demás ni a las normas.

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— Niños con baja tolerancia a la frustración.

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2. EL CUENTO

LA CABRITA BLANQUITA
Había una vez una cabrita que se llamaba Blanquita, porque era de color blanco. Tenía
(los años de los niños) y estaba en la clase de las cabras de (el curso de los niños).
Blanquita iba muy contenta a su colegio y aprendía muchas cosas con su señorita cabra
que era muy buena.
Blanquita siempre quería ser la primera para todo, sin importarle las demás cabritas.
Cuando la señorita abría la puerta y se ponían todas las cabritas de la clase en fila,
Blanquita corría y empujaba siempre a las otras para intentar ponerse la primera.
Un día, la señorita cabra fue a repartir los desayunos y dijo que se pusieran en fila.
Blanquita no pudo esperar y salió corriendo porque quería ser la primera, corrió mucho
dentro de la clase, saltó por encima de una silla, se subió a una mesa, pisó las fichas de
las cabritas y en otra mesa tiró todos los lápices de colores que había. Así hasta que
consiguió ponerse la primera de la fila, aunque había una cabrita que había llegado antes.
Cuando la señorita cabra vio lo que había hecho no le gustó nada, le dijo que recogiera lo
que había tirado, que limpiara la mesa que había pisado, que pidiera perdón a la cabrita
que estaba la primera y que se pusiera la última de la fila. A la cabrita Blanquita no le
gustó nada que la pusieran la última de la fila, porque siempre quería ser la primera.
Lloró mucho, aunque no tenía razón.
Pero aquello se le olvidó pronto. Otro día, la señorita les dijo que podían irse a jugar a
una alfombra. Blanquita quiso llegar la primera para coger un juguete, pero ya lo tenía
otra cabrita muy buena; Blanquita se enfadó y le dio con sus cuernos. Le dio tan fuerte
que la cabrita cayó al suelo y lloró mucho porque le había hecho mucho daño, era muy
buena y no se esperaba que le pegaran.
Como veis, Blanquita siempre quería ser la primera. Algunas veces hacía sus trabajos
muy mal y no terminaba de colorear para terminar la primera, pero era peor, porque tenía
que repetirlo y entonces no era la primera.
Las demás cabritas estaban hartas: les empujaba o les pegaba para ser la primera.
Además, a las otras cabritas también les gustaba ser alguna vez las primeras. Pero nada,
Blanquita siempre igual.
Un día ocurrió lo siguiente. Al volver del recreo, Blanquita corrió mucho para ser la
primera, pero durante el recreo se había derramado zumo en el suelo y Blanquita se
resbaló. Como iba tan rápida, chocó muy fuerte contra una esquina y se dio un golpe
tremendo en la cabeza. Tan fuerte que se le partió un cuernecito y le salió un «chichón»

167
muy gordo. Lloró porque le dolía mucho. Se la llevaron al médico y tuvo que estar
muchos días en casa porque el doctor cabrito le pegó el cuerno y le dijo que tenía que
tener mucho cuidado porque si se daba otro golpe se rompería de nuevo el cuerno, le
dolería mucho y ya no tendría arreglo.
Como le dolía mucho y tenía miedo a que se le volviera a partir el cuerno, Blanquita
desde entonces siempre se quedaba la última en todo para que no la empujaran ni
golpearan. Así, cuando la señorita cabra repartía las fichas, Blanquita se quedaba sentada
para que no la empujaran. Menos mal que la señorita era muy buena y a veces, ponía a
Blanquita la primera en la fila y las demás cabritas la dejaban porque también eran muy
buenas y la querían.
Poco a poco, Blanquita se dio cuenta de que no pasaba nada por no ser la primera. A
Blanquita ahora le daba igual ser la primera o no, era más importante tener cuidado y no
hacerse daño ni empujar a las demás.
El cuerno se le pegó perfectamente y para que no se le notara dónde se había pegado,
su mamá le puso un lazo. Así Blanquita iba muy guapa al «cole».
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es una cabra, no tener razón y otras expresiones que no
entiendan los niños.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?, ¿cuántos años tenía la cabrita Blanquita?,
¿por qué se llamaba Blanquita?
— ¿Qué le pasaba a la cabrita Blanquita?
— ¿Qué hizo Blanquita cuando la señorita repartió los desayunos?
— ¿Qué le pasó cuando la señorita dijo que podían irse a jugar a la alfombra?
— ¿Que hacía para entregar la primera los trabajos?
— ¿Qué le parecía a la señorita que Blanquita quisiera ser la primera?
— ¿Por qué decidió dejar de ser la primera, qué le pasó?
— Cuando dejó de ser la primera, ¿de qué se dio cuenta?
— ¿Cómo se comportaría Blanquita en las tiendas?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de la cabrita Blanquita.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Dialogar sobre las situaciones en las que queremos ser los primeros en clase y las
consecuencias que eso tiene para los demás y para nosotros mismos.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Este comportamiento suele ser más generalizado cuanto más pequeños son los niños.
Para mejorar la conducta a nivel de clase, podemos colocar un dibujo coloreado por
los niños en un lugar visible de la clase, para tenerlo como referencia. Así podemos

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aludir a la cabrita Blanquita en los momentos críticos en los que quieren ser los
primeros: a la hora de repartir, ponerse en fila, etc.
— Otra forma de tratar la conducta es elogiar y atender a los que no son impulsivos e
ignorar a los que quieren ser los primeros: por ejemplo, si la señorita tiene que
repartir algo y dice que tienen que estar sentados en sus sillas, va repartiendo a los
que están sentados y elogiándolos, ignorando y saltando a los que estén de pie, hasta
que se sienten.
— Este cuento también se puede entregar a las familias para reforzarlo desde casa.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Que amplíen el cuento inventándose en qué situaciones de casa o de la calle la cabrita
Blanquita quería ser la primera sin respetar a los demás.

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Dialogar sobre las consecuencias que puede tener querer ser los primeros a toda costa
en otras situaciones, por ejemplo conduciendo.
— Comentar las normas de cortesía de ceder el paso, aunque seamos los primeros en
determinadas situaciones: por ejemplo, a las personas mayores, a los profesores...
— Inventarse pareados que sirvan de retahíla para recordar la conducta.

Estrategias para mejorar la conducta:


— El programa de conducta, puede ampliarse a tres semanas en Primaria y utilizar como
refuerzo una sencilla nota a las familias al terminar la semana, felicitando por su
comportamiento.

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19. LA FOCA KITA

Para niños que traen juguetes al colegio

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que suelen traer juguetes y cosas de casa, a pesar de que la maestra haya
decidido que no se traiga nada.
— Niños desde Educación Infantil hasta 2º de Primaria.

Objetivos:
— Corregir a aquellos niños (y a sus padres) que a pesar de no estar permitido traer
juguetes al colegio, lo siguen haciendo.
— Comprender que las normas del colegio tienen una razón y que por ello, hay que
respetarlas y cumplirlas.
— Comprender las consecuencias que en ocasiones tiene no respetar las normas del
colegio, concretamente la de no traer juguetes.

Valores que transmite:


— El respeto a las normas.
— Soportar pequeñas frustraciones.

Truco que enseña a los niños:


— Queda resumido en la retahíla: «Los juguetes de casa, para casa, y los juguetes de
clase, para la clase».

Otros contenidos:
— La foca como animal: cómo es, dónde vive, de qué se alimenta...
— El colegio: las normas del centro y de la clase...
— La familia: el padre, la madre, los tíos...

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños que no cumplen las normas básicas del colegio.
— Niños con baja tolerancia a la frustración.

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2. EL CUENTO

LA FOCA KITA
Había una vez una foca muy simpática que se llamaba Kita. La foca Kita tenía (los años
de los niños) y ese año iba a la clase de (la clase de los niños). Kita iba muy contenta al
colegio y todas las focas de su clase la querían mucho. La señorita foca era muy guapa y
quería mucho a las foquitas.
Era muy buena maestra y sabía enseñar muy bien. A la clase de la foca Kita no se
podían llevar juguetes de casa, ni otras cosas, porque en su clase había juguetes y
muchas cosas. Algunas foquitas querían llevar juguetes o pulseras al colegio, pero la
señorita foca decía:
—Los juguetes de casa, para casa, y lo juguetes de clase...
Y todas las foquitas decían:
—...Para clase. (Se puede hacer que los niños lo repitan.)
Algunos juguetes de la clase estaban estropeados, pero no importaba, cuando estás
jugando te lo pasas tan bien que no te das cuenta de cómo están los juguetes.
Pero la foquita Kita, algunos días, traía de su casa algún juguete. Cuando esto pasaba
la señorita le decía:
—Los juguetes de casa...
Y todas las foquitas repetían...
—... los juguetes de clase, para clase.
Entonces Kita se lo daba a su mamá y ésta se lo llevaba.
Algunas veces la señorita pedía a las focas que trajeran de casa una película para ver
en el colegio todos juntos, pero era lo único que dejaba la señorita foca.
Pero Kita siempre intentaba desobedecer y a veces traía cosas de casa escondidas en el
bolsillo para que ni la señorita ni su mamá las vieran.
Un día vino una tía de la foca Kita a verla desde muy lejos y le trajo una foca de
juguete muy bonita que nadie había visto una igual en ese pueblo. La foca Kita quiso
llevarla al colegio para que la vieran las otras focas y su señorita.
Cuando Kita llegó al colegio, la señorita le dijo lo de siempre:
—Los juguetes de casa...

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La mamá se puso muy pesada y le pidió a la señorita que por favor se la dejara ese día.
A la señorita no le gustó que la mamá tampoco quisiera cumplir las normas, pero le
dijo:
—Está bien, como es una foca de juguete muy original, la dejaremos encima del
mueble para que la veamos, pero no se juega con ella.
La foca de juguete era preciosa y Kita estaba muy ilusionada con su juguete.
La señorita foca fue al baño y entonces Kita no se aguantó y cogió la foca de juguete
del armario y se puso a jugar con ella. Enseguida, todas las focas querían cogerla y jugar.
Hasta que llegó una foca muy bruta que había en la clase y cogió el juguete por una pata
y dijo:
—Dame, que yo también la quiero ver —y tiró tan fuerte, que le arrancó la pata y le
rompió a Kita su juguete. Cuando se dio cuenta de que se había roto su juguete empezó a
llorar. La señorita foca volvió del baño y preguntó qué pasaba. Una de las focas se lo
explicó:
—Que Kita ha cogido el juguete del armario, todos lo queríamos ver, ella (señalando a
la foca bruta) cogió la pata y la arrancó. La foca bruta, dijo que había sido sin querer.
La señorita foca se enfadó porque Kita había sido desobediente y le dijo:
—Por eso no quiero que traigáis juguetes de casa, porque luego si se rompen...
¡Cómo lloraba de pena la foquita Kita de ver su foca de juguete rota! Luego llegó la
mamá y también la vio rota y le dijo a la señorita:
—Tenía usted razón. Ahora entiendo por qué no quiere que traigamos juguetes de
casa.
Y se fueron muy tristes porque no podían comprar otro juguete igual. El tío de Kita se
la pegó y se quedó casi arreglada. Así que Kita estaba más contenta porque podía seguir
jugando con ella.
Desde entonces, no llevó nada de casa al colegio y obedeció a su señorita foca y
siempre que una foca llevaba algo de casa se le decía:
—Los juguetes de casa, para casa, y los juguetes de clase, para clase.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es una foca, original, ponerse muy pesada y otras
expresiones que no entiendan los niños.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?, ¿cuántos años tenía la foca Kita?, ¿a qué
curso iba?
— ¿Se podían llevar juguetes a la clase de la foca Kita?
— ¿Qué le decían a la foca que llevaba un juguete de su casa?
— ¿Qué es lo que sí dejaba a veces la señorita foca que llevaran?
— ¿Qué trajo un día la foca Kita?
— ¿Qué pasó con la foca de juguete?
— ¿Por qué la madre comprendió que no se podían llevar juguetes?
— ¿Qué pasó finalmente con la foca de juguete?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de la foca Kita.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Dialogar sobre las normas básicas de la clase parecidas a las de no traer juguetes y su
razón de existir: llegar a tiempo, el tipo de desayuno...

Estrategias para mejorar la conducta:


— Cuando se ha impuesto la norma de no traer juguetes al colegio, la gran mayoría la
suelen cumplir y los que no la cumplen suele ser porque sus padres no colaboran,
para ello suele ser efectivo implantar la retahíla: «Los juguetes de casa, para casa, y
los juguetes de clase, para clase».

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— Si se cree conveniente, puede colocarse un dibujo de la foca Kita coloreado en un
lugar visible, para tenerlo como referencia, hacer alusión a él y a la retahíla cuando
algún niño traiga un juguete de casa.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Se puede dialogar sobre las normas de clase y del centro y su razón de ser.

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Puede hacerse una lectura dialogada, subrayando el texto de cada personaje: narrador,
Kita, señorita, foquitas, la foca bruta, una foca y la mamá de Kita, y después se lee en
voz alta.
— Elaborar murales con las normas de clase.

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180
20. LA MARIQUITA PAQUITA

Para enseñar habilidades sociales adecuadas

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— El cuento quiere fomentar habilidades sociales adecuadas; por tanto, es adecuado para
todos los niños desde Educación Infantil hasta 4º de Primaria.

Objetivos:
— Enseñar pautas elementales de relación con los demás y de conducta asertiva.

Valores que transmite:


— Las habilidades sociales adecuadas.
— La amabilidad y el respeto a uno mismo y a los demás.
— Compañerismo.

Truco que enseña a los niños:


— Enseña habilidades sociales básicas para relacionarse con los demás: saludar,
escuchar mirando a los ojos, animar a los demás, felicitar cuando hacen algo bien,
hacer cumplidos e interesarse por problemas de los demás.
— Así mismo enseña algunas conductas asertivas: por ejemplo expresar adecuadamente
aquello que nos disgusta.

Otros contenidos:
— La mariquita como animal: cómo es, qué hace, dónde vive...
— Las relaciones con los demás.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños con dificultades para hacer amigos.
— Niños tímidos.

182
2. EL CUENTO

LA MARIQUITA PAQUITA
Había una vez una mariquita que tenía (los años de los niños) que se llamaba Paquita.
Como todas las mariquitas, tenía sus alas rojas con puntitos negros. Ese año iba a la clase
de (la clase de los niños). Paquita era una mariquita muy simpática, que todos la querían
y sabía hacer muchos amigos. Era lo que todos admiraban de Paquita, que todo el mundo
quería estar con ella y que era la mejor amiga de todas las mariquitas.
Algunas que no la conocían pensaban que esto ocurría porque Paquita era muy guapa,
pero no era así. Paquita no era ni guapa ni fea, era normal; en su clase había mariquitas
más guapas que ella y no por eso las demás mariquitas estaban tan a gusto con ellas.
Otros pensaban que era porque Paquita trabajaba muy bien. Pero tampoco era por eso.
Paquita hacía sus trabajos y se esforzaba, pero otras mariquitas de la clase dibujaban o
coloreaban mejor y no eran tan buenas amigas como Paquita.
Os voy a contar cuál era el truco de Paquita para ser tan querida por los demás, tener
muchos amigos y que todos se sintiera a gusto con ella. Siempre que veía a alguien
conocido le decía sonriendo:
—Hola, ¿cómo estás?
Si alguna mariquita le contaba algo, Paquita siempre escuchaba mirando a los ojos.
Paquita animaba a las mariquitas de su clase cuando tenían que hacer algo, para que se
sintieran más tranquilas al hacerlo.
Un día la señorita mandó un dibujo y a una mariquita de su clase le salió precioso, fue
el más bonito. Paquita le dijo:
—¡Qué bonito te ha salido el dibujo, qué bien dibujas!
Siempre felicitaba a las demás cuando algo les salía bien, aunque lo hicieran mejor
que ella.
Paquita también hacía cumplidos a los demás. Un día una mariquita vino a la clase
muy guapa y Paquita le dijo:
—¡Qué guapa vienes hoy y qué lazo tan bonito te ha puesto tu mamá!
A las demás mariquitas les gustaba escuchar los cumplidos de Paquita y por eso la
querían tanto, porque a casi todo el mundo le buscaba algo para hacerle cumplidos.

183
Además si alguna mariquita había faltado a clase porque había estado enferma,
Paquita le preguntaba después cómo se iba encontrando.
Algunas veces, se portaban mal con Paquita. A Paquita no le gustaba que le cogieran
sus cosas sin permiso. Si alguna mariquita le cogía algo sin habérselo pedido, se lo decía
sin gritar:
—Sabes que no me gusta que cojas mis cosas sin decírmelo. Dámelo y la próxima vez
me lo pides.
Tampoco le gustaba que se metieran con ella o le dijeran cosas; a veces se metían con
sus antenas porque las tenía muy grandes. Cuando eso ocurría, Paquita lo decía muy
clarito sin enfadarse y sin llorar:
—No me gusta que te metas con mis antenas, porque yo tampoco me meto contigo.
Así que no vuelvas a hacerlo.
Pero si la mariquita seguía metiéndose con ella, no le prestaba atención y la mariquita
se cansaba y la dejaba en paz.
La señorita mariquita también la quería mucho, aunque a veces le tenía que regañar,
porque Paquita corría en la fila o terminaba mal sus fichas o charlaba demasiado en
clase. Cuando eso ocurría Paquita pedía disculpas e intentaba hacerlo mejor.
Este era el truco de la mariquita Paquita para ser buena amiga, relacionarse con los
demás y que la respetaran. Si queréis ser como Paquita, probad su truco, seguro que
funciona.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es una mariquita y expresiones como admirar, hacer
cumplidos, etc.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?, ¿cuántos años tenía la mariquita Paquita?, ¿a
qué curso iba?
— ¿Qué le pasaba a la mariquita Paquita?
— ¿La mariquita era la más guapa de la clase?, ¿era la que mejor trabajaba?
— ¿Qué hacía siempre que veía a alguien conocido?
— ¿Cómo escuchaba cuando alguien le contaba algo?
— Cuando a los demás le salían las cosas bien, ¿qué hacía?, ¿y si alguna mariquita venía
muy guapa?
— ¿Las mariquitas se portaban siempre bien con Paquita?, ¿qué era lo que no le gustaba
a Paquita que le hicieran?, ¿qué hacía entonces Paquita?
— ¿Era tan buena Paquita que la señorita nunca la tenía que regañar?
— ¿Es buen truco para hacer amigos el que utilizaba Paquita?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de la mariquita Paquita.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.

Estrategias para fomentar la conducta:


— Las habilidades sociales que aquí se nombran se deben trabajar de una manera
constante: saludar, escuchar mirando a los ojos, animar a los demás, hacer

185
cumplidos, felicitar, interesarse por los problemas de los demás y expresar lo que no
te gusta adecuadamente.
— En primer lugar, proponemos colocar en un lugar visible un dibujo de la mariquita
Paquita coloreado para tenerlo como referencia y recordatorio, especialmente cuando
haya que insistir en alguna de las habilidades mencionadas.
— Una segunda estrategia es prestar especial atención (mediante elogios y
reconocimiento en público) a los niños que espontáneamente las practiquen.
— Desplegar estas estrategias de manera espontánea siempre que sea oportuno. Por
ejemplo, hacer cumplidos a los chicos que vienen arreglados o felicitar cuando se ha
trabajado bien...
— Ni que decir tiene que los maestros tenemos que ser ejemplo para los niños de que
desplegamos estas habilidades con ellos, entre nosotros y con sus padres.
— Las pequeñas dramatizaciones sobre habilidades concretas suelen ser efectivas, sobre
todo para enseñar a hacer cumplidos, animar a los demás, interesarse por los
problemas, felicitar y expresar adecuadamente lo que no nos gusta. Se escoge a dos
niños y se les anima a que simulen una situación: por ejemplo, la que aparece en el
cuento cuando alguien nos coge algo sin permiso.
— Para un tratamiento más sistemático, proponemos un sencillo programa de conducta
durante dos semanas. Para ello, en una cartulina o en una hoja de A3 se hace una
tabla de doble entrada; en la columna vertical se escribe el nombre de los niños y en
la fila horizontal los días de clase de las dos semanas del programa. Se comenta con
los niños que recibirán un punto rojo (o un dibujo alusivo, como una mariquita)
aquellos niños que durante el día hagan alguna de las conductas que la maestra
seleccione de las expuestas en el cuento (no más de tres comportamientos). En un
momento tranquilo de la jornada, se hace una revisión ágil y a aquellos que hayan
puesto en práctica las conductas seleccionadas, se les pega la «mariquita» (o el punto
rojo) en su nombre y día. Al final de la semana se «premia» con un aplauso a los que
tienen puntos rojos o con una medalla hecha en cartulina con la mariquita Paquita o
se coloca su foto junto al dibujo de la mariquita Paquita.
— Es un cuento útil para entregar a las familias, para que desde casa refuercen y
potencien las habilidades sociales adecuadas.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Imaginarse cómo se comportaba la mariquita Paquita en casa.
— ¿Qué truco solemos utilizar para hacer amigos?
— De los trucos que practica la mariquita Paquita, ¿cuál es el que más nos cuesta o se
nos olvida practicar?
— ¿Cuál es el truco que más os gusta que practiquen con vosotros?
— ¿Y cuando nos hacen algo que no nos gusta, qué solemos hacer: aguantarlo,
enfadarnos, decirlo como hace Paquita...?

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Hacer un mural sobre las distintas habilidades sociales expuestas en el cuento.
— Inventar pareados sobre las habilidades que se trabajan: por ejemplo: «Si a tus amigos
quieres cuidar, siempre los has de saludar».
— A los más mayores se les puede pedir que preparen por grupos una presentación (por
ejemplo con el programa Power Point) sobre las distintas habilidades que se
exponen.

Actividades para fomentar la conducta:


— Se pueden aplicar las mismas que se exponen para Educación Infantil, con algunas
adaptaciones: en Primaria son más efectivas las dramatizaciones y los juegos de rol
de cada una de las estrategias. Se pueden llevar a cabo en el Área de Lengua, dentro
del bloque referido a Comunicación oral. El programa de conducta se puede
prolongar durante tres semanas, en lugar de dos, y como refuerzos se puede utilizar
mandar una nota a los padres.

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21. EL MONO CHIMPA

Para niños que pegan

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que pegan habitualmente como forma de reaccionar o que lo hacen de manera
impulsiva.
— Niños desde Educación Infantil hasta 3º de Primaria.

Objetivos:
— Corregir el comportamiento de pegar como forma habitual de resolver los problemas.
— Enseñar alternativas a la conducta de pegar a los otros como forma de reaccionar.
— Enseñar una estrategia concreta de autocontrol a los niños.
— Comprender las consecuencias negativas para uno mismo y para los demás de
resolver los problemas habituales pegando.

Valores que transmite:


— El valor del autocontrol.
— El respeto a los demás.
— Los modales.
— Soportar pequeñas frustraciones.

Truco que enseña a los niños:


— Cuando te vengan ganas de pegar: respira muy fuerte y cuenta muy despacio hasta
cinco, al terminar piensa cómo resolver el problema sin pegar.

Otros contenidos:
— El mono como animal: cómo es, cómo vive, de qué se alimenta, animales parecidos:
chimpancé, orangután, mandril...
— Vocabulario: manada, selva, resolver, irritado, sabio, controlarse...
— Técnicas de relajación.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:

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— Niños impulsivos.
— Niños agresivos.
— Niños con baja tolerancia a la frustración.

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2. EL CUENTO

EL MONO CHIMPA
Había una vez un mono que tenía (los años de los niños) y ese año iba a la clase de (la
clase de los niños). Se llamaba Chimpa. A Chimpa le gustaba ir al colegio y se lo pasaba
muy bien.
Un día, un monito de la clase se metió con su peinado y Chimpa se volvió y le dio una
patada sin pensárselo dos veces. Al otro monito le hizo mucho daño y empezó a llorar.
Los demás monitos se quedaron sorprendidos por la patada que había dado Chimpa. La
señorita, que era muy buena, lo consoló y mandó a Chimpa al rincón a pensar. Otro día,
Chimpa dijo que quería jugar a los maestros, pero otra monita dijo que quería jugar
mejor a las tiendas. Chimpa se enfadó y le dio un «tortazo». La señorita lo volvió a
mandar al rincón y le dijo:
—Chimpa: tienes las manos muy largas y le pegas a todo el mundo. Vete al rincón a
pensar.
Así que Chimpa todo lo resolvía pegando a sus compañeros. Si se metían con él,
pegaba; si no se hacía lo que él quería, también pegaba; si otro monito tropezaba con él,
también pegaba... Sólo sabía resolver los problemas pegando.
¿Sabéis lo que pasó? Que ningún monito de su clase quería estar con él, porque
siempre pegaba. A Chimpa se le quitaron las gana de ir al colegio, porque ya nadie
quería ser su amigo, y es que como pegaba tanto... Además casi todos los días tenía que
irse varias veces al rincón a pensar.
En la manada de monos había uno muy mayor que era muy sabio y se dio cuenta de
que a Chimpa le pasaba algo y que andaba muy irritado últimamente. Lo llamó y le dijo
hablando muy despacio:
—Hola Chimpa. He observado que andas un poco preocupado. Te veo siempre
enfadado y creo que no te quedan amigos. ¿Qué pasa?
—Sí, es verdad —dijo Chimpa muy serio—, que ninguno de los monitos de la manada
quiere ser mi amigo.
—¿Qué raro? —dijo el mono sabio muy pensativo—, los monitos son muy simpáticos
y se hacen amigos de todo el mundo. ¿Ha pasado algo?
—Creo que la culpa es mía —dijo Chimpa muy triste—, siempre resuelvo todo
pegando y nadie quiere estar conmigo.

192
—¿Y por qué pegas? —preguntó el sabio.
—No me doy cuenta. Me enfado y no me da tiempo a pensar. Cuando me quiero dar
cuenta ya les he pegado a mis compañeros.
—Eso no está bien —contestó el sabio—, los monos somos los más listos de la selva.
Pegar no es de ser listo. Los que no saben hacer otra cosa, pegan. Pero un mono tiene
que aprender a controlarse y resolver las cosas de otra forma. Te enseñaré un truco —le
susurró el mono sabio.
—Cuando ocurra algo y te vengan ganas de pegar, respira muy fuerte y cuenta muy
despacio hasta cinco: (la señorita imita al mono sabio haciéndolo muy despacio) uno,
dos, tres, cuatro y cinco. Cuando termines de contar, piensa cómo puedes resolverlo sin
pegar.
El mono Chimpa se fue contento por el truco que le había enseñado el mono sabio de
la manada y enseguida se puso a practicar.
Jugando en la arena un mono le quitó la pala y a Chimpa le dieron ganas de pegarle,
pero se acordó del truco, respiró fuerte y se puso a contar (se hace con los niños): uno,
dos, tres, cuatro y cinco. Después le dijo al mono:
—¿Por qué me has quitado la pala?
—Para llenar el cubo, ahora mismo te la devuelvo —le contestó el otro mono.
Chimpa se puso muy contento de que el truco daba resultado, había sido capaz de
controlarse sin pegar.
Todos los días practicaba su truco. Al principio se le olvidaba alguna vez y tenía que
irse al rincón a pensar. Pero poco a poco fue utilizándolo. Al no pegar, se sentía mejor y
a los demás monos ya les gustaba estar con él. Hasta la señorita mona se dio cuenta de
que Chimpa se controlaba y resolvía los problemas sin pegar. Así que le felicitó y le dio
un beso muy grande.
A Chimpa le volvió a gustar el colegio y tenía muchos amigos entre los monos de la
manada.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un mono, manada, selva, sabio, resolver, irritado,
controlarse, tener las manos muy largas y cualquier expresión que no entiendan los
niños.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Qué le pasaba al mono Chimpa?
— ¿Cuándo pegaba el mono Chimpa?
— ¿Qué hacía la señorita cuando Chimpa pegaba?
— ¿Qué le pasó al mono Chimpa por pegar a los demás monos de su clase?
— ¿Por qué resolvía todo pegando?
— ¿Qué hablaron el mono Chimpa y el mono sabio de la manada?
— ¿Cómo era el truco que le enseñó el mono sabio?
— ¿Cuándo fue la primera vez que intentó practicar el truco?
— ¿Qué pasó cuando el mono Chimpa comenzó a practicar bien el truco que le había
enseñado el mono sabio?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo del mono Chimpa.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Dialogar sobre cuándo solemos resolver los problemas pegando a los demás.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Como medida general, se puede colocar el dibujo del mono Chimpa coloreado en un
lugar visible de la clase para tenerlo siempre como recordatorio. Durante las semanas

194
posteriores al cuento (las dos semanas siguientes), se puede ensayar el truco con
todos: respiramos fuerte y contamos despacio hasta cinco; después decidimos cómo
actuar.
— Elogiamos y prestamos especial atención a los niños que muestren autocontrol, así los
presentamos como modelo de conducta para los demás.
— Si se quiere hacer un tratamiento más sistemático de este comportamiento debido a
que sea un problema más generalizado, proponemos un sencillo programa de
conducta durante dos semanas. Para ello, en una cartulina o en una hoja de A3 se
hace una tabla de doble entrada; en la columna vertical se escribe el nombre de los
niños y en la fila horizontal los días de clase de las dos semanas del programa. Se
comenta con los niños que recibirán un punto verde (o un dibujo alusivo, como la
cabeza un monito) aquellos niños que durante el día no hayan pegado a los demás.
En un momento tranquilo de la jornada se hace una revisión ágil y se asignan las
puntuaciones a aquellos que no hayan pegado: se le pone un punto verde (o el dibujo
alusivo) en su nombre y día. Al final de la semana se «premia», con un aplauso a los
que tienen puntos verdes, con una medalla hecha en cartulina con el mono Chimpa o
se coloca su foto junto al dibujo del mono Chimpa.
— Es un cuento útil para entregar a las familias, para que desde casa practiquen el
autocontrol.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Imaginarse cómo se comportaba el mono Chimpa en casa.
— Ampliar el final del cuento, por ejemplo, qué pasaría si se vuelve a encontrar con el
mono sabio.
— ¿En qué situaciones solemos reaccionar pegando a los demás?
— ¿Qué opináis de la frase del mono sabio: «Pegar no es de ser listo: los que no saben
hacer otra cosa, pegan»?
— ¿El truco que nos enseña el mono sabio, puede ser difícil de practicar?

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y mostrarlo a los demás.
— Hacer una lectura dialogada sobre el cuento: se subrayan los distintos personales
(narrador, señorita, Chimpa, mono sabio y otro mono) y cada niño lee su personaje.
— Inventar pareados que resuman la conducta.
— Hacer un mural donde se explique el truco del mono sabio.
— Con chicos mayores se puede hacer una presentación en Power Point sobre el cuento.

Actividades para fomentar la conducta:


— Se pueden aplicar las mismas que se exponen para Educación Infantil, con algunas
adaptaciones: en Primaria son más efectivas las dramatizaciones y los juegos de rol
para representar las distintas situaciones que los chicos suelen resolver pegando. Se
pueden llevar a cabo en el Área de Lengua, dentro del bloque referido a
Comunicación oral. El programa de conducta se puede desarrollar durante tres
semanas, en el caso de que sea una conducta generalizada.

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— Si se trata del caso particular de un niño, es más conveniente llevar a cabo con él un
«autorregistro». El niño tiene una hoja donde anota en cada hora de clase una estrella
si no ha pegado a los demás. Se puede llevar a cabo durante tres semanas: en la
primera semana cada día sin pegar, llevará una nota a casa en la que se felicita por su
conducta. En la segunda semana, la nota la lleva por cada dos días y en la tercera
semana cada tres días. Aunque la conducta de pegar persista se dejan dos semanas de
descanso y se retoma el programa.

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22. LA HORMIGUITA GUITA

Para niños que interrumpen para hacer pis

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1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que suelen interrumpir para ir al baño, en momentos inadecuados.
— Este comportamiento suele darse en Educación Infantil. Es poco frecuente en
Primaria, pero puede contarse en 1º y 2º si se da el caso.

Objetivos:
— Corregir a los niños que inoportunamente (durante los cuentos y explicaciones) piden
hacer pis.
— Comprender las consecuencias negativas que ese comportamiento tiene para el ritmo
de la clase y para los demás.
— Fomentar el autocontrol relacionado con el control de esfínteres.

Valores que transmite:


— El respeto a los demás.
— El autocontrol.
— Soportar pequeñas frustraciones.

Truco que enseña a los niños:


— Cuando nos entren ganas de ir al baño y estén contando un cuento o explicando algo,
te aguantas un poco y cuando veas que ya no molestas, pides permiso bajito y vas.

Otros contenidos:
— Las hormigas como animal: cómo son, qué hacen, dónde viven...
— Vocabulario y expresiones: castillo, fastidiar, estar harto...
— El colegio y la clase: tiempos y actividades.
— El cuerpo: el control de esfínteres y la autonomía personal.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños impulsivos.

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— Niños que no respetan las normas.
— Niños que perturban el ambiente de trabajo.
— Niños con poca autonomía personal.

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2. EL CUENTO

LA HORMIGUITA GUITA
Había una vez una hormiguita que se llamaba Guita. Guita tenía (los años de los niños) y
ese año iba a la clase de las hormigas de (la clase de los niños).
A Guita le gustaba ir al colegio y aprender muchas cosas, pero le pasaba una cosa: no
sabía esperar para pedir ir al baño a hacer pis. Un día su señorita hormiga estaba
contando el cuento de «La cigarra y la hormiga», que a las hormigas les gusta mucho.
En lo más interesante del cuento, Guita decía:
—¡«seño»! Me hago pis.
Claro, todas las hormiguitas, protestaban:
—¡Siempre igual, en lo mejor de los cuentos, tiene que interrumpir!
Otro día, la señorita hormiga estaba explicando una ficha que tenían que hacer
después las hormiguitas. Cuando ya estaba explicando lo más difícil, Guita dijo:
—¡«seño»! Me hago pis.
La señorita que era muy buena, le tenía que reñir:
—Guita, siempre interrumpes cuando estoy explicando algo importante.
—Pero es que me hago pis —decía la hormiguita Guita.
Las hormiguitas estaban hartas de que Guita interrumpiera siempre con sus ganas de
hacer pis. La señorita, que quería mucho a Guita, la llamó y le explicó:
—No puedes interrumpir cuando estoy explicando una ficha o cuando estoy contando
un cuento para hacer pis, porque molestas a las demás hormiguitas. Sólo por una
hormiguita, se fastidian las demás. Guita la miraba con atención y le dijo:
—Es que no me puedo aguantar.
—Sí que puedes aguantar un poco y no pasa nada. Cuando se está contando un cuento
o explicando algo y te entren ganas de ir al baño, te aguantas un poco y cuando veas que
no vas a molestar, entonces pides permiso.
Guita pensaba que no iba a ser capaz de aguantar las ganas, pero intentó practicar el
truco que le había enseñado su señorita.
Un día una hormiguita empezó a explicar cómo era un castillo que había visitado con
sus papás. Entonces a Guita le entraron ganas de ir al baño y probó a aguantarse un poco.

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Se dio cuenta de que no pasaba nada y de que no interrumpía la historia de su
compañera. Cuando ésta terminó le dijo a la «seño» muy bajito que si podía ir al baño y
vio que no pasaba nada.
Poco a poco, Guita aprendió a controlarse y a no molestar a los demás cuando tenía
ganas de hacer pis. La señorita, como se había dado cuenta de que Guita había mejorado,
dijo un día a las hormiguitas:
—¿Os habéis dado cuenta de que Guita ya no interrumpe los cuentos, ni las
explicaciones, con sus ganas de hacer pis? ¡Un aplauso para Guita!
Todas las hormiguitas le aplaudieron y Guita se puso muy contenta.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es una hormiga, un castillo, qué es fastidiar, estar harto
y otras expresiones que no entiendan los niños.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?, ¿cuántos años tenía la hormiga Guita, a qué
curso iba?
— ¿Qué le pasaba la hormiguita Guita?, ¿cuándo interrumpía para hacer pis?
— ¿Por qué las hormiguitas estaban hartas de eso?
— ¿Qué truco le enseñó la señorita?
— ¿Cuándo fue la primera vez que practicó el truco?
— ¿Por qué le dieron un aplauso a la hormiguita Guita?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de la hormiguita Guita.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Dialogar sobre cuáles son los momentos en los que no se puede interrumpir para
hacer pis.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Interrumpir para hacer pis puede ser habitual y casi incontrolable en niños de Infantil
de tres años, pero a pesar de ello debe enseñarse cuáles son los momentos en que no
se puede interrumpir. A partir de los cuatro años se les puede exigir que se controlen
en esos momentos.
— Se puede colocar un dibujo coloreado de la hormiguita Guita en un lugar visible de la
clase para tenerlo de referencia y recordatorio. Durante las semanas posteriores al

204
cuento y de manera preventiva, antes de contar un cuento, por ejemplo, la señorita
hará alusión a la hormiguita Guita y recordará el truco.
— Puede ocurrir que haya niños que aún no controlan esfínteres por diversos motivos y
que el aguantarse durante el cuento les resulte imposible. Para ello, los situaremos en
un lugar donde no molesten al salir y les enseñaremos a hacer una señal discreta para
poder salir sin molestar.

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4. ADAPTACIONES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA
— El cuento se puede utilizar en 1º y 2º de Primaria. Para cursos superiores, puede
resultar demasiado infantil.
— Las actividades previas y las preguntas de comprensión pueden ser las mismas. Puede
pedirse que inventen una pregunta sobre el cuento y se la formulen a los demás o que
amplíen el cuento inventándose cómo interrumpía en otros lugares distintos al
colegio.
— Puede hacerse una lectura dialogada: se subraya el texto de cada personaje: narrador,
señorita, hormiguitas, hormiguita Guita, y se lee en voz alta.
— En 1º y 2º de Primaria, sí deberían tener un control suficiente para no interrumpir
durante bastante tiempo. Una estrategia que resulta útil si el problema está más o
menos extendido, es entregar a cada niño una tarjeta cada mañana. Si quiere ir al
baño fuera de los tiempos establecidos (por ejemplo durante el recreo), puede
hacerlo, pero sólo una vez, entrega su tarjeta y ya no puede ir más.

206
207
23. EL DINOSAURIO BRAULIO

Para niños que no hablan (mutismo selectivo)

208
1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que presentan mutismo selectivo, es decir, que muestran muchas dificultades o
se sienten incapaces para hablar en la clase, pero que suelen hacerlo en otros
contextos: en el patio, en el hogar o en la calle.
— Puede utilizarse con niños desde Educación Infantil hasta 4º de Primaria.

Objetivos:
— Enseñar a los niños algunas estrategias para superar sus dificultades de comunicación
en clase.
— Comprender las consecuencias que esa conducta tiene en los demás compañeros, en
los profesores y en los padres.
— Ayudar a los demás niños a comprender cómo se siente el niño con dificultades para
hablar en clase.

Valores que transmite:


— La comunicación con los demás.
— La comprensión de los problemas de los demás.
— El esfuerzo personal.

Truco que enseña a los niños:


— El truco tiene varias fases: la primera consiste en contestar «sí o no» cuando nos
preguntan. La segunda, contestar muy bajito y cerca de las personas a las que
hablamos y la tercera es contar cosas interesantes que nos han ocurrido.

Otros contenidos:
— El dinosaurio como animal: cómo era, dónde vivía, qué pasó con ellos...
— El vocabulario: castillos, el problema del mutismo y alegrarse por dentro.
— Nuestros comportamientos tienen consecuencias en los sentimientos de los demás.
— Los sentimientos: tristeza, alegría, preocupación...
— La familia, la escuela y la comunicación.

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Otros comportamientos que puede tratar el cuento:
— Niños excesivamente tímidos.
— Niños poco comunicativos.
— Niños extranjeros con miedo a hablar.
— Niños con pocas habilidades sociales.

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2. EL CUENTO

EL DINOSAURIO BRAULIO
Había una vez un dinosaurio que tenía (los años de los niños) y que ese año iba a la clase
de los dinosaurios de (la clase de los niños). El dinosaurio se llamaba Braulio. Braulio
era muy bueno y le gustaba ir al colegio, pero le ocurría una cosa: en clase no hablaba ni
con los demás dinosaurios, ni con la señorita dinosaurio. No sabemos por qué, pero no
hablaba nada. Si la señorita repartía las fichas y se olvidaba de Braulio, no decía nada, se
aguantaba. Si tenía ganas de ir al baño, tampoco se atrevía a pedir permiso. Al principio
pensaban que no sabía hablar, pero sí que sabía, porque en el patio hablaba y gritaba
mucho y además, hablaba con sus papás. Pero en clase no era capaz de hablar. Tampoco
era porque le tuviera miedo a su señorita. La señorita dinosaurio era muy buena y quería
mucho a los dinosaurios y les enseñaba muchas cosas. A veces tenía que regañarles, pero
era cuando se portaban mal.
Los dinosaurios se sentían tristes porque Braulio no contestaba cuando le hablaban y
pensaban que no quería ser su amigo. Braulio también lo pasaba muy mal de ver que no
le hablaba a sus compañeros, ni a la señorita con lo buena que era, pero no podía
explicar lo que le pasaba. Todos los días iba al colegio pensando:
—Hoy voy a hablar en clase.
Pero luego, no sabía lo que le ocurría para no poder hablar.
La señorita estaba preocupada, porque además, como nunca contestaba, no sabía si
Braulio estaba aprendiendo mucho, poco o nada. Por eso habló con sus papás y les contó
lo que pasaba. Los papás le explicaron a la señorita que también ellos estaban
preocupados. Cuando los papás llegaron a casa, le dijeron a Braulio:
—Hemos estado con la señorita y nos ha contado que está muy preocupada porque no
hablas en clase.
Braulio les dijo:
—Ya lo sé, yo también estoy preocupado y quiero hablar, pero no sé qué me ocurre
que cuando llega el momento, no soy capaz.
—Está bien —dijo su papá que era un dinosaurio muy listo—, te enseñaré un truco:
empezarás contestando «sí» o «no» y lo harás muy bajito. ¿Serás capaz?
Braulio contestó:
—Creo que sí.

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Y así fue. Al día siguiente la señorita le preguntó que si necesitaba ir al baño.
Entonces Braulio se acordó del truco que le enseño su papá y dijo muy bajito:
—Sí.
Lo dijo tan bajito que la señorita casi ni se enteró, pero como a la vez que decía «sí»,
movía la cabeza, la señorita lo entendió. No quiso decir nada, pero se alegró de que
Braulio hubiera contestado por primera vez.
Braulio también se sintió muy contento porque el truco de su papá daba resultado y
aunque le había costado mucho trabajo, fue capaz de ponerlo en práctica. Al llegar a casa
lo contó muy contento y se alegraron mucho su papá y su mamá. Poco a poco a Braulio
le resultaba más fácil utilizar el truco de decir «sí» o «no», primero muy bajito y luego
era capaz de decirlo más fuerte. Pero todavía no era capaz de hablar.
Entonces su papá le enseñó otro truco:
—Mira Braulio —le dijo su papá—, ahora te enseñaré otro truco: te acercarás a la
señorita o a los dinosaurios y les hablaras muy bajito, hasta que te atrevas a hablarles
desde tu sitio.
Braulio se fue al colegio pensando en el truco que le había enseñado su papá.
—Acercarme y hablarles muy bajito —se decía Braulio.
En el colegio, la señorita repartió la plastilina y se olvidó de Braulio. Se acordó de su
truco y cuando la señorita se sentó, se acercó a su mesa y le dijo muy bajito:
—Señorita, no me ha dado plastilina.
La señorita se alegró mucho por dentro, pero no quiso decir nada para que Braulio no
se pusiera nervioso y le dijo:
—¡Anda es verdad! Me he olvidado de ti otra vez.
Braulio se sentía nervioso pero muy contento y deseando de llegar a casa a contárselo
a sus padres.
El truco de hablar muy bajito le siguió funcionando muchas veces. Hasta que un día
dio la sorpresa a todos. El domingo había estado de viaje con sus papás y había visitado
un castillo muy bonito. Tenía muchas ganas de contarlo y cuando llegó a clase y la
señorita preguntó qué habían hecho el fin de semana, levantó la mano y dijo que él había
estado en un castillo muy bonito. Sin darse cuenta empezó a contar todo lo que había
visto en aquel castillo y las cosas que su papá le contó sobre el mismo. Al terminar de
hablar todos se sintieron muy contentos de que Braulio hubiera hablado y contado sus
cosas y le dieron un aplauso muy grande. Braulio también se puso muy contento. La
señorita se alegró tanto que le dio un beso muy grande.
Desde ese día Braulio habló con todos los niños y con su señorita. Le seguía costando
trabajo, pero se esforzaba y ya siempre hablaba. A los dinosaurios les gustó mucho que

212
Braulio hablara porque contaba cosas muy divertidas y muchas historias que le contaba
su papá.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

213
3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es un dinosaurio, un castillo, qué quiere decir alegrarse
por dentro y otras expresiones que no entiendan los niños.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?, ¿cuántos años tenía Braulio?, ¿a qué clase
iba?
— ¿Qué le pasaba al dinosaurio Braulio?
— ¿A caso no sabía hablar?, ¿le tenía miedo a la señorita?
— ¿Hablaba cuando quería ir al baño?
— ¿Cómo se sentían los demás dinosaurios de la clase?, ¿por qué?
— ¿Cómo se sentía Braulio?, ¿intentaba hablar?
— ¿Por qué la señorita estaba preocupada?, ¿y sus papás? Y Braulio, ¿estaba
preocupado?
— ¿Cuál fue el primer truco que le enseñó su padre?
— ¿Qué truco le enseñó después?
— ¿Por qué la señorita no le dijo nada cuando Braulio le dijo «sí», aunque se alegrara?
— ¿Qué contó Braulio el día que se decidió a hablar?, ¿cómo se sintieron los
dinosaurios?
— ¿Le seguía costando trabajo hablar a Braulio?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo del dinosaurio Braulio.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.

Estrategias para mejorar la conducta:

214
— Lo ideal es ayudar al niño desde casa y desde clase a poner en práctica las estrategias
que aparecen en el cuento: primero contestar «sí» o «no», más adelante susurrar lo
que quiere decir a los compañeros y a la maestra, hasta terminar hablando de cosas
que sean de su interés.
— Por ello, puede resultar interesante entregar el cuento a las familias para que ellas,
desde casa, apoyen estas estrategias.
— Por último, se puede colocar un dibujo del dinosaurio Braulio en un lugar visible para
tenerlo siempre de referencia y ayudarle a poner en práctica las estrategias.

215
4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo.


— Las mismas cuestiones planteadas para Educación Infantil.
— Que se inventen una pregunta sobre el cuento y se la hagan a los demás.
— Ampliar el cuento inventándose cómo sería Braulio en su casa o en el parque con
otros dinosaurios.

Actividades sobre el cuento y estrategias para mejorar la conducta:


— Las mismas que las propuestas para Educación Infantil.
— Puede hacerse una lectura dialogada: se subraya el texto de cada personaje (narrador,
Braulio, el papá de Braulio, la señorita).

216
217
24. LA ARDILLA LILLA

Para niños llorones

218
1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Niños que suelen llorar por cosas sin importancia, como forma de expresar su
frustración, cuando se les contradice o como estrategia para modificar las decisiones
de los adultos.
— Preferentemente niños de Educación Infantil. Puede utilizarse en algún caso en 1º y 2º
de Primaria.

Objetivos:
— Enseñar alternativas a los niños que lloran por cosas sin importancia.
— Comprender las consecuencias que tiene en los demás llorar por cosas sin
importancia.

Valores que transmite:


— Soportar pequeñas frustraciones.
— El valor del esfuerzo.

Truco que enseña a los niños:


— Si lloramos por cosas sin importancia, no nos harán caso cuando lloremos por algo
importante.

Otros contenidos:
— La ardilla como animal: cómo es, qué hace, dónde vive...
— Vocabulario: médico, incómodo, oscuro, vendarse los ojos y tener una manía.
— El cuerpo, el dolor y la enfermedad.
— Tiempo de jugar, tiempo de trabajar.
— Nuestra conducta tiene consecuencias en los demás.
— El colegio y las normas básicas.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:

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— Niños con poca tolerancia a la frustración.
— Niños caprichosos o desobedientes.
— Niños que perturban el ritmo de clase.

220
2. EL CUENTO

LA ARDILLA LILLA
Había una vez una ardilla que se llamaba Lilla. La ardilla tenía (los años de los niños) e
iba a la clase de (la clase de los niños).
La ardilla Lilla iba al colegio, como todas las ardillas, saltando por los árboles. En su
clase había otras ardillas y una señorita ardilla muy buena y que enseñaba muy bien.
Pero la ardilla Lilla tenía una manía y es que lloraba por cosas sin importancia. Un
día, estaban todas las ardillas trabajando en sus mesas. Lilla dijo:
—Señorita, ¿me puedo ir al rincón a jugar?
—No, Lilla, ahora toca trabajar. Cuando terminemos nos vamos a jugar —le contestó
la señorita ardilla.
Entonces Lilla se puso a llorar.
Otro día, estaba empujando en la fila y la señorita le regañó. Lilla se puso a llorar y así
siempre: si un trabajo le salía mal, la ardilla Lilla se ponía a llorar, si otra ardilla le
empujaba jugando: a llorar, si la señorita no la dejaba hacer algo: a llorar.
Las otras ardillas estaban un poco cansadas de oír llorar a la ardilla Lilla. Llorar es
normal pero no por cosas sin importancia. ¿Y sabéis lo que pasó? Que dejaron de hacerle
caso cuando lloraba.
Pero un día a la ardilla Lilla le dolía la tripa y empezó a llorar. Las demás ardillas
empezaron a decir:
—¡Otra vez está llorando la ardilla Lilla! ¡Qué pesada!
Y no le hicieron caso. La señorita ardilla tampoco le dio importancia, porque la ardilla
Lilla siempre lloraba y pensó que volvía a ser por algo sin importancia. La tripa le fue
doliendo cada vez más y la ardilla Lilla lloraba más y más. Como lloraba tanto y la
señorita era tan buena le preguntó:
—Pero ahora, ¿qué te pasa?
—¡Que me duele mucho la tripa! —dijo la ardilla llorando mucho.
—¿Quieres que llamemos a tu mamá?
La ardilla Lilla movió la cabeza diciendo que sí. La mamá vino y se la llevó al
médico, el médico le toco la tripa y le dijo que la tenía un poco pachucha. Pero se dio

221
cuenta de que tenía los ojos muy rojos y que los tenía malitos. Le preguntó a la mamá
que si lloraba mucho y la mamá le dijo al médico que sí.
—De tanto llorar se le han puesto los ojos malitos —dijo el médico—, le echaremos
unas gotas y se los vendaremos durante unos días, a ver si mejora.
Estuvo muchos días sin venir al colegio, porque el médico le puso unas vendas en los
ojos para que se le curaran. Cuando se vio en su casa con los ojos vendados, la ardilla
Lilla pensó que iba a dejar de llorar por cosas sin importancia.
Cuando volvió al colegio llevaba unas gafas muy oscuras para que no le diera la luz en
los ojos y se le curaran poco a poco. De esa forma la ardilla Lilla dejó de llorar por cosas
sin importancia: si algo le salía mal, se aguantaba, lo intentaba corregir y la próxima vez
lo hacía mejor.
Así, la ardilla Lilla se fue poniendo buena. Los ojos se le curaron y se sintió mejor de
no llorar tanto.
A veces lloraba, pero era por cosas importantes: cuando le dolía algo de verdad o
estaba triste. Entonces las demás ardillas se preocupaban de ella; ya sabían que la ardilla
Lilla no lloraba por cualquier cosa.
Así fue como la ardilla Lilla dejó de ser una llorona.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

222
3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: qué es una ardilla, qué significa «cosas sin importancia»,
qué es un médico, incómodo, oscuras y vendar los ojos.
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?, ¿cuántos años tenía la ardilla Lilla?, ¿a qué
clase iba?
— ¿Qué le pasaba a la ardilla Lilla?, ¿os acordáis de qué lloraba?
— ¿La mayoría de las ardillas de su clase lloraban por eso?
— ¿Qué hicieron las ardillas cansadas de oírla llorar?
— ¿Cómo se comportaría la ardilla Lilla en casa?
— ¿Qué le pasó un día con la tripa?
— ¿Qué le hizo el médico?
— ¿Cómo tuvo que volver al colegio la ardilla Lilla?
— ¿Dejó de llorar completamente la ardilla Lilla?, ¿por qué lloraba cuando se le curaron
los ojitos?, ¿y qué hicieron sus compañeras a partir de entonces?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de la ardilla Lilla.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Dialogar sobre cuáles son las situaciones que no son importantes para llorar.

Estrategias para mejorar la conducta:


— Se puede colocar el dibujo de la ardilla Lilla en un lugar visible de la clase para
tenerlo como referencia y recordatorio. Así cuando un niño llore por algo sin
importancia se puede aludir a la ardilla Lilla.

223
— La maestra puede prestar especial atención y reforzar con elogios a los niños que
soportan las pequeñas frustraciones sin llorar: cuando se les corrige o se les regaña,
por ejemplo.
— También se puede fomentar el uso de autoinstrucciones a modo de retahíla que
repetimos en voz alta para que el niño la interiorice: «No puedo llorar por cosas sin
importancia».
— Este cuento puede ser útil entregárselo a las familias para que lo refuercen desde casa.

224
4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Que amplíen el cuento inventándose cómo se comportaba la ardilla Lilla en su casa.

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Puede hacerse una lectura dialogada: se subraya el texto de cada personaje (narrador,
ardillas de la clase, ardilla Lilla, señorita y médico) y se lee en voz alta.

Estrategias para mejorar la conducta:


— En Primaria, suele ser más eficaz enseñar y utilizar las autoinstrucciones. Se trata de
pequeñas órdenes que el niño repite en su interior en los momentos más críticos. En
este caso puede repetir en situaciones en las que se siente frustrado: «No puedo llorar
por cosas sin importancia».

225
226
25. LA CARACOLA CAROLA

Para fomentar la asertividad

227
1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— Los destinatarios principales son niños tímidos que normalmente se encierran en sí
mismos y no protestan si otros compañeros no respetan sus derechos.
— Preferentemente niños de Educación Infantil. También puede utilizarse en 1º, 2º y 3º
de Primaria.

Objetivos:
— Enseñar estrategias concretas para comportarse de manera asertiva en las situaciones
habituales.
— Mostrar conductas contrarias a la asertividad y sus consecuencias.
— Comprender las consecuencias positivas de una conducta asertiva.

Valores que transmite:


— Defender los propios derechos.
— El respeto a uno mismo y a los demás.
— Los buenos modales.

Truco que enseña a los niños:


— Defender lo que es tuyo adecuadamente y decir si algo te gusta o no.

Otros contenidos:
— La caracola como animal: cómo es, dónde vive...
— Vocabulario: timidez, justicia y ensayar.
— Consecuencias de la conducta no-asertiva y de la conducta asertiva.

Otros comportamientos que puede tratar el cuento:


— Niños con pocas habilidades sociales.
— Niños tímidos.

228
2. EL CUENTO

LA CARACOLA CAROLA
Había una vez una caracola que vivía en el fondo del mar. Se llamaba Carola y tenía (los
años de los niños) y ese año iba a la clase de las caracolas de (la clase de los niños).
Carola iba muy contenta al colegio, pero era muy tímida y nunca protestaba por nada que
le hicieran, aunque fuera injusto. Por ejemplo, si en la clase alguien hacía algo malo y le
echaban la culpa, Carola no decía nada y se metía en su concha y claro, muchas veces la
castigaban sin tener la culpa. Si repartían cosas y se olvidaban de ella, Carola tampoco
decía nada. Se ponía triste y se escondía en su concha. Cuando alguna caracola de clase
se metía con ella, Carola se escondía en su concha y luego se lo contaba a su mamá.
Su mamá siempre le decía lo mismo:
—Carola no puedes seguir así, tienes que hacer algo cuando se meten contigo o
cuando te echan la culpa de algo que no has hecho. Tienes que defenderte.
Carola le contestaba:
—«Hacer algo»... es muy fácil decirlo, pero no se me ocurre otra cosa mejor que
esconderme en mi concha.
Entonces la mamá de Carola le enseñó algunos trucos para actuar. Casi siempre los
ensayaba en casa y después los ponía en práctica.
Primero su mamá le enseñó a defender su turno. Al día siguiente le tocaba a ella
repartir el material. Otra caracola se levantó para repartirlo, entonces Carola utilizó el
truco que le enseñó su mamá:
—Señorita, hoy me toca a mi repartir el material, mire la lista.
—Es verdad, Carola, tienes razón, ¡venga! Reparte el material —dijo su señorita, y es
que a su señorita se le olvidaban las cosas.
Así que Carola se sintió muy bien de haber defendido su turno y vio que no pasaba
nada. Bueno sí, que sintió un poco de vergüenza cuando lo decía. Cuando llegó a casa se
lo contó a su mamá y las dos se pusieron muy contentas, porque era la primera vez que
Carola no se escondía en su caracola.
Otro día le enseñó otro truco: a decir si algo le gustaba o no, y lo puso en práctica muy
pronto. Una caracola en el recreo empezó a meterse con su peinado. Carola se acordó del
truco y le dijo a la caracola:
—No me gusta que te metas conmigo, así que, por favor, no vuelvas a hacerlo.

229
La otra caracola se quedó sorprendida porque Carola no se había escondido en su
caracola y la dejó.
Así, poco a poco, la caracola Carola fue sintiéndose mejor. Alguna veces no sabía
cómo actuar y lo pasaba muy mal y volvía a esconderse en su caracola, porque seguía
siendo tímida, pero continuó practicando los trucos que le enseñaba su mamá.
De esa manera Carola se defendía un poco mejor. Si las caracolas decidían jugar a
echarse agua de la fuente, Carola les decía:
—No me gusta ese juego, además la señorita no quiere que juguemos a eso; y no
pasaba nada, unas caracolas se iban a jugar y otras se quedaban con ella. Si a la señorita
se le olvidaba repartirle material y la saltaba, se lo decía:
—Señorita, me ha saltado y no me ha dado el material.
Y la señorita contestaba:
—Es verdad, Carola, siempre se me olvidan las cosas.
Carola cada vez estaba más contenta con ella misma. También lo estaban sus papás
que veían que Carola era capaz de defenderse por sí sola. Y así fue como la caracola dejó
de ser tan tímida y comenzó a sentirse muy bien con ella misma. Si tú eres como Carola,
prueba sus trucos y te sentirás mejor.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

230
3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: caracola, tímido, ensayar...
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Qué le pasaba a la caracola Carola?, ¿qué pasaba cuando alguien le echaba la culpa
de algo que no había hecho?, ¿y si la olvidaban repartiendo el material?, ¿y si se
metían con ella?
— ¿Qué le decía su mamá? Y ella, ¿qué le contestaba?
— ¿Por qué se metía siempre en su concha la caracola Carola?
— ¿Qué truco tenía si se metían con ella?
— ¿Cómo se iba sintiendo Carola cuando dejó de meterse en su concha?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de la caracola Carola.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Dialogar sobre cómo debemos actuar en las situaciones habituales de timidez: alguien
no respeta nuestro turno, se meten con nosotros, nos pide que hagamos algo que no
queremos...

Estrategias para fomentar la conducta:


— En un lugar visible de la clase se puede colocar un dibujo coloreado de la caracola
Carola, para tenerlo siempre como referencia y aludir a él siempre que surja la
ocasión o creamos oportuno. Así se puede comentar: «Os acordáis de lo que le
pasaba a la caracola Carola...».

231
— Las pequeñas dramatizaciones o juegos de rol son lo más efectivo para el desarrollo
de estas habilidades.
— El/la maestro/a prestará especial atención y elogiará cuando presencie
comportamientos de tipo asertivos entre los niños.
— El cuento se puede facilitar a las familias para que lo trabajen también desde casa.

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4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Que amplíen el cuento inventándose cómo se comportaba la caracola Carola en otras
situaciones: comprando chuches, jugando en la calle...

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— Dialogar sobre cómo reaccionamos y cómo deberíamos hacerlo en las situaciones
habituales: si nos insultan, si nos piden hacer algo que no queremos...

Estrategias para mejorar la conducta:


— En Primaria las dramatizaciones y juegos de rol son más efectivos. Por parejas se les
asignan unas situaciones para que representen de cara a los demás cómo tendrían que
actuar. Estas actividades tienen cabida en el Área de Lengua, dentro del bloque
referido a comunicación oral.

233
234
26. LA HISTORIA DE PARDITO Y CHI-
LU

Para la acogida de niños extranjeros

235
1. PLANTEAMIENTO EDUCATIVO

Destinatarios:
— En principio el cuento está pensado para sensibilizar a la clase en la acogida de algún
compañero extranjero y puede contarse en Educación Infantil y toda la Primaria.
— En el caso de que no haya extranjeros en clase, también puede utilizarse para trabajar
este valor.

Objetivos:
— Desarrollar actitudes de acogida y respeto hacia los compañeros extranjeros.
— Comprender cómo pueden sentirse los alumnos extranjeros entre nosotros.
— Desarrollar entre los extranjeros actitudes de respeto y comprensión hacia la cultura a
la que se incorporan.
— Que los extranjeros comprendan algunas actitudes de los compañeros.

Valores que transmite:


— El valor de la acogida.
— El respeto a los demás.
— El compañerismo.

Truco que enseña a los niños:


— Además de comprender la situación, estrategias básicas de relación cuando un
alumno extranjero llega: enseñarle costumbres, palabras básicas y expresiones, etc.

Otros contenidos:
— El oso panda y el oso pardo como animales: cómo son, dónde viven, de qué se
alimentan...
— Los buenos modales.
— Ser extranjero, causas de la emigración, sentimientos de los emigrantes de añoranza,
los idiomas, las costumbres, etc.

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Otros comportamientos que puede tratar el cuento:
— Habilidades sociales adecuadas.
— Acogida de alumnos nuevos.

237
2. EL CUENTO

LA HISTORIA DE PARDITO Y CHI-LU


Había una vez un oso pardo que tenía (los años de los niños) y que ese año iba a la clase
(el curso de los niños). El oso se llamaba Pardito. En su clase todos los osos eran osos
pardos porque en ese país sólo había ese tipo de osos. Se llaman así porque son de color
pardo, como de color marrón. Pero al poco tiempo de empezar el curso llegó al pueblo
de los osos una nueva familia, pero esta familia era diferente, eran osos panda. Los osos
panda son de color blanco y negro. La familia venía de un país muy, muy lejano. En su
país había una guerra y era muy peligroso seguir allí, por eso decidieron ir a un país más
tranquilo.
Esta familia tenía un osito panda que tenía (los años de los niños) y por eso fue a la
clase de Pardito. El oso se llamaba Chi-Lu. Cuando Chi-Lu llegó a la clase por primera
vez, todos los ositos se sorprendieron porque nunca habían visto un oso panda y no
pensaban que pudiera existir otro tipo de osos que no fueran los osos pardos. Pero Chi-
Lu también se sorprendió de que hubiera osos que no fueran panda, como él, porque
Chi-Lu pensaba que todos los osos del mundo eran osos panda. A Chi-Lu todo le parecía
diferente.
La señorita osa, que era muy buena, le dio la bienvenida y le dijo a los osos de la clase
que lo saludaran. Los osos pensaron que era maleducado porque se quedó callado, pero
lo que ocurría era que Chi-Lu no entendía nada, porque él hablaba en otra lengua y los
osos panda se saludan de otra manera.
A algunos osos de la clase no les gustaba acercarse a Chi-Lu, quizá porque lo veían
muy diferente, pero Pardito siempre decía que no era tan distinto. Y es verdad, a Chi-Lu
le gustaba jugar, le gustaba aprender, se ponía enfermo y se reía como todos los osos.
Pardito fue el primero en hacerse amigo de Chi-Lu: le empezó a enseñar cómo se
saludaban los osos pardos, cómo se saludaba a la señorita y a los osos mayores y cómo
se despedía. También le fue enseñando el nombre de algunas cosas: el lápiz, el libro... y
cómo se pedía permiso para ir al baño o para jugar. A Chi-Lu le alegró mucho que
Pardito fuera su amigo y le enseñara cosas.
Poco a poco, Chi-Lu puso mucho de su parte y fue aprendiendo el idioma de los osos
pardos.
Chi-Lu, a veces, estaba triste y era normal: se acordaba mucho de la familia que había
dejado en su país: sus abuelos, sus tíos, sus primos. Además estaba preocupado por lo
que les pudiera pasar. También echaba de menos a sus amigos, su casa, su cuarto, los

238
juguetes que tuvo que dejar y los lugares donde iba a jugar. Cuando Pardito lo veía triste
le preguntaba:
—¿Estás triste? ¿No estás a gusto con nosotros?
—Sí estoy a gusto —contestaba Chi-Lu—, pero me acuerdo de mi país, de mi familia,
de mis amigos y de mis cosas.
Para la clase de Pardito era una suerte tener un oso panda y de otro país. Les enseñó
algunos juegos a los que se jugaba en su país y eran divertidos. Cuando la señorita
explicaba la primavera o la Navidad, Chi-Lu les contaba a los ositos cómo la celebraban
los osos panda y era sorprendente ver que las cosas se pueden hacer de forma diferente.
Y así fue como Chi-Lu fue un oso más de la clase. Todos lo querían mucho. A veces,
también charlaba demasiado y la señorita le tenía que regañar.
Se seguía acordando del país de los osos panda, pero cada vez estaba más a gusto con
los osos pardos y todo gracias a que los osos pardos lo acogieron, le enseñaron sus
costumbres, respetaron y admiraron las suyas y lo quisieron como uno más. También
Chi-Lu fue respetuoso con las costumbres de los osos pardos y se esforzó por estar a
gusto entre ellos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

239
3. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN INFANTIL

Actividades previas:
— Tener en cuenta las instrucciones para contar el cuento: crear ambiente, que los niños
estén cómodos y evitar interrupciones.
— Narrar el cuento de manera adecuada.

Actividades de comprensión:
— Comentar el vocabulario: oso panda, oso pardo, extranjero, costumbres, maleducado,
idioma...
— ¿Cuáles son los personajes del cuento?
— ¿Qué pasó en el colegio de Pardito?
— ¿Cómo se sentían los osos pardos al ver a Chi-Lu?, ¿cómo se sentía Chi-Lu al ver a
los osos pardos?, ¿por qué?
— ¿Por qué pensaron los osos pardos que Chi-Lu era un maleducado?
— ¿Qué cosas le enseñó Pardito a Chi-Lu?
— Chi-Lu, a veces, se sentía triste, ¿es que no estaba a gusto en el país de Pardito?
— ¿Qué cosas les enseñó Chi-Lu a los osos pardos?
— ¿Cómo terminó sintiéndose Chi-Lu en el país de Pardito?

Actividades sobre el cuento:


— Colorear el dibujo de Pardito y Chi-Lu.
— Hacer un dibujo del cuento y contarlo a los demás.
— Contar el cuento de manera dramatizada.
— Si hay alumnos extranjeros, dialogar sobre cómo se saluda en cada país, cómo se
dice: ¡Hola!, ¡Adiós!, Gracias...

240
4. ACTIVIDADES PARA EDUCACIÓN PRIMARIA

Actividades previas:
— Las mismas que en Educación Infantil.

Actividades de comprensión y diálogo:


— Las mismas cuestiones que las planteadas en Educación Infantil.
— Que los alumnos se inventen una pregunta y la planteen a los demás.
— Que amplíen el cuento inventándose cómo vuelve Chi-Lu a su país, o qué llega a ser
de mayor...

Actividades sobre el cuento:


— Hacer un dibujo libre sobre el cuento y contarlo a los demás.
— El cuento se puede realizar por los alumnos mayores mediante un mural o una
presentación en Power Point.
— Si hay alumnos extranjeros pueden contar cómo se sintieron al llegar y cómo se
sienten ahora, qué es lo que más les gusta de estar en España y lo que echan de
menos de su país.
— Pueden prepararse unos murales sencillos de cada país representado con los datos
básicos: mapa, bandera, personajes famosos, fotos... Así mismo pueden exponerse
las expresiones básicas en su lengua: saludos, despedidas...

241
242
Anexo I
ORIENTACIONES PARA CONTAR LOS CUENTOS

1. Crear el ambiente adecuado. Como siempre que se cuenta un cuento, hay que
crear el ambiente adecuado. Podemos hacerlo asignando en la clase un lugar o
«rincón» para ello. El momento de contar el cuento debe ser un momento
tranquilo para los niños. Por ejemplo, podemos bajar las persianas y dejar la clase
un poco más oscura; o tener la costumbre de poner una música tranquila instantes
antes de contar los cuentos, de manera que los niños asocien la música con la
escucha de un cuento. Es desaconsejable hacerlo con prisa o en momentos en los
que los niños puedan estar especialmente inquietos, por ejemplo, antes de
terminar las clases.
2. Los niños deben estar cómodos. Los niños deben estar cómodos escuchando el
cuento de manera que no se cansen y no se molestan unos a otros.
3. Prevenir interrupciones. Muy importante también es evitar interrupciones.
Podemos colocar un cartel en la puerta que diga: «Estamos contando un cuento,
no interrumpir». También a los niños se les tiene que enseñar a escuchar los
cuentos: que no se puede detener su narración, que no se puede ir al baño o que si
hay que salir no se pide permiso, se sale sin hacer ruido y no se vuelve a entrar
hasta que no se quite el cartel de no interrumpir.
4. Cómo leer el cuento. El/la maestro/a debe leer el cuento de una manera especial.
Debemos dramatizar su lectura: cambiando la voz, haciendo pausas adecuadas,
mirando a los niños, gesticulando, imitando sonidos de los personajes, siempre
según la personalidad y posibilidades del/de la maestro/a. Tened la libertad de
añadir todo aquello que creáis oportuno, sobre todo en lo que a descripción de
conductas negativas se refiere, pero siempre referidas al objetivo del cuento,
tampoco se trata de describir todas las conductas que hay en clase. Cada cuento
para un comportamiento.
5. Con la participación de los niños. En la medida de lo posible el cuento debe ser
interactivo: los niños pueden repetir algo que dice un personaje durante el cuento,
pueden terminar todos a la vez una parte («el conejo... para que ellos digan
«Bermejo»), etc.

243
6. Apoyar con imágenes si es necesario. El cuento se puede apoyar con imágenes,
aunque la imaginación de los niños es lo suficientemente rica como para no
necesitar ningún apoyo visual; podemos hacer unos dibujos sencillos sobre la
secuencia del mismo o utilizar unos dibujos de los personajes, pegados en un
palo de modo que se muestren cada vez que intervienen.

244
Anexo II
ÍNDICE TEMÁTICO DE VALORES
Los números indican los cuentos que trabajan esos valores

Autocontrol: 4, 15,18, 21, 22.


Autonomía personal: 10, 13, 14, 20, 22.
Compañerismo: 5, 6, 11, 12, 20, 26.
Compartir: 8, 12, 16, 19, 26.
Constancia: 3, 5, 12.
Empatía: 1, 4, 6, 8, 11, 12, 13, 16, 17, 18, 20, 21, 22, 23, 25, 26.
Esfuerzo: 1, 2, 3, 5, 8, 9, 13, 14, 15, 16, 23, 24.
Escucha y comunicación: 1, 2, 5, 10, 12, 17, 20, 23, 25, 26.
Habilidades sociales adecuadas: 1, 4, 7, 8, 10, 11, 12, 17, 20, 25, 26.
Integración y acogida: 6, 10, 12, 23, 26.
Modales: 1, 5, 7, 8, 10, 12, 15, 17, 20, 21, 25, 26.
Respeto a los demás y a las normas: 1, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 13, 14, 15, 17, 18, 19, 20, 21,
22, 25, 26.
Responsabilidad: 2, 3, 9, 13, 15, 16.
Soportar pequeñas frustraciones: 4, 11, 19, 21, 22, 24, 26.
Trabajo y buen hacer: 2, 3, 5, 12, 16, 18.

245
Anexo III
ÍNDICE TEMÁTICO DE COMPORTAMIENTOS
Los números indican los cuentos que trabajan esos comportamientos

Acoso escolar: 6, 10, 11.


Agresividad: 4, 10, 11, 21.
Alimentación: 6.
Alumnos nuevos: 9, 10, 23, 26.
Atención: 1, 2, 3.
Autonomía personal: 10, 13, 14, 23.
Baja tolerancia a la frustración: 3, 4, 5, 7, 9, 15, 18, 19, 21, 24.
Habilidades sociales adecuadas: 1, 4, 7, 8, 10, 17, 20, 23, 25, 26.
Impulsivos: 4, 18, 21, 22.
Integración: 6, 12, 23, 26.
Malos modales: 4, 6, 7, 8, 20.
No cumplen las normas de clase: 8, 13, 15, 16, 18, 19, 22.
No escuchan: 1, 2.
No respetan a los demás: 1, 4, 6, 11, 12, 15, 17.
No quieren trabajar: 1, 2, 3, 5, 8, 15, 16.
Perturban el ritmo y ambiente de clase: 1, 2, 3, 5, 7, 8, 10, 11, 13, 15, 16, 17, 22, 24.
Tímidos: 10, 20, 23, 25.

246
Índice
Créditos 5
Dedicatoria 6
Introducción 9
1. EL CONEJO BERMEJO 11
2. LA HISTORIA DE FANTITO 21
3. LA OSA ROSA 31
4. EL RATÓN ANTÓN 41
5. EL GUSANITO SITO 49
6. LA CERDITA BENITA 58
7. EL CARACOL COL 67
8. EL PULPITO MORADITO 76
9. EL POLLITO PIMPOLLITO 85
10. EL PINGÜINO LINO Y SUS AMIGOS DEL ZOO 91
11. LA HISTORIA DE MARIO EL CANARIO 101
12. LA CEBRA RAYA NEGRA 112
13. EL CANGURO GURO 121
14. LA RANITA NITA 130
15. YITO, EL CABALLITO DE MAR 138
16. LA JIRAFA FITA 147
17. EL LORITO AMARILLITO 156
18. LA CABRITA BLANQUITA 164
19. LA FOCA KITA 173
20. LA MARIQUITA PAQUITA 181
21. EL MONO CHIMPA 189
22. LA HORMIGUITA GUITA 199
23. EL DINOSAURIO BRAULIO 208
24. LA ARDILLA LILLA 218
25. LA CARACOLA CAROLA 227
26. LA HISTORIA DE PARDITO Y CHI-LU 235
247
Anexo I 243
Anexo II 245
Anexo III 246

248

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