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Nombres: Código de estudiante

Ivan Rodrigo Lero Choque 219028133


Maricela Olmos Seas 214018407
Rossy Paniagua Claure 213106231
Silvia Mercedes Mamani 210212764
Edgar Coca Lino 219115727
Rosario Cejas Garcia 219050546
Vannesa Cobos Castro 218013604

Materia: Biopsicologia bio100 A2

LA CONDUCTA ES HEREDADA O ADQUIRIDA

INTRODUCCION.-
La conducta al ser un factor muy influenciable en el actuar de la persona, ha sido
considerada como el principal motivo de estudio para entender el comportamiento de la
persona.
La conducta ha sido considerada como un algo que se hereda a través de los genes, y en
otras ocasiones se cree que es algo que se aprende. Pero en si la conducta no solo es
un comportamiento o algún trastorno de la personalidad, la conducta lleva consigo un
antes y después en si mismo, es ello que hace posible que exista cientos y cientos de
comportamientos que predominan en el ser, antes de transformarse en personalidad.
ANALISIS.-
Según estudios que se han realizado a través de los años muchos padres se han sentido
impotentes ante determinadas conductas negativas en sus hijos, a menudo,
desesperados, son muchos los que abandonan: no saben cómo actuar. Sin embargo,
como explicaba una psicopedagoga y maestra de educación especial Mercedes Jiménez
Vera, “la conducta, buena o mala, no es algo que se manifieste por arte de magia ni
tampoco se hereda”. Pues ella cree que, los niños aprenden la buena conducta del mismo
modo que también aprenden la mala. Y, si es así, debemos ser optimistas: “Si la conducta
se aprende –afirma la psicopedagoga-, también podemos enseñarles a cambiarla”.  Criar
hijos bien educados no es tarea fácil. Además, “la forma que tenemos de reaccionar ante
nuestros hijos afectará su conducta en el futuro”, afirma la psicopedagoga. Lo primero e
imprescindible que se nos recomienda para enseñar a nuestros hijos a cambiar su
conducta es que seamos siempre positivos, muy positivos. “Debemos centrarnos, al
máximo, en lo que consideramos que estamos haciendo bien con ellos”,  afirma. A su vez
se habla de la:
Bendita rutina. Como ya es bien sabido, es muy importante establecer estructuras y
rutinas. A los niños les gusta saber, en todo momento, qué terreno están pisando: unas
estructuras y rutinas coherentes les ayudarán a sentirse más seguros. Marcando límites.
Hay que fijar unos límites. Los hijos deben tener bien claro, desde el principio y en todo
momento, qué les está permitido hacer y qué no. Y esta es una cuestión básica. El
comportamiento, una opción. Es que Hagamos del comportamiento una opción. Y si
hacemos responsables a nuestros hijos de sus actos, lógicamente, conseguiremos
que acepten las consecuencias. Es por ello que hay que empezar cuanto antes. Es más
que recomendable empezar el entrenamiento lo antes posible. Desde el primer momento,
se debe gestionar su comportamiento de un modo positivo y asertivo, con firmeza. El
poder de la recompensa. Siempre son preferibles las recompensas a los castigos.
Seamos inteligentes: una recompensa siempre funciona mucho mejor que una sanción, a
la hora de lograr el comportamiento que uno desea. Mejor, razonar. Los padres debemos
ser razonables y razonar siempre con los hijos. Pero para ello, no es necesario entrar en
peleas o discusiones inútiles y estériles. Si fijamos unos límites, debemos aferrarnos a
ellos. Flexibilidad. Se Debe mostrarnos flexibles. El control del comportamiento no tiene
nada que ver con ganar o perder. En ocasiones, es preciso ceder un poco para conseguir
lo que queremos. Castigos imposibles. No hay que amenazar nunca con un castigo que
no vayamos a se capaces de imponer. Esto solo debilita nuestra posición en el futuro. ¿Y
si pierdo los nervios? Es muy fácil perder los nervios cuando el niño no para de hacer
travesuras. Pero conviene no olvidar, bajo ningún concepto, que la ira no es una
estrategia de control efectiva. Un enfoque negativo, lo peor. Resulta difícil mantener una
actitud positiva, pero hay que recordar que un enfoque negativo solo empeorara las
cosas. Ni enfrentamientos... No debemos adoptar una actitud hostil. Cuando uno se
enfrenta a un niño que está agresivo, se debe intentar siempre mantener la calma en
lugar de adoptar una actitud beligerante. ...ni discusiones. Entrar en discusiones con ellos
es malgastar nuestras energías. ¡Para que discutir!: si hemos marcado unos límites justos
de ante mano, no será necesario, en teoría, discutirlos. Todos cometemos errores. Y, por
último, además de con nuestros hijos, debemos ser positivos con nosotros mismos. Todos
cometemos errores y lo que realmente cuesta, pero es muy importante, es adquirir la
capacidad necesaria para aprender de ellos.
CONCLUSION.-
La conducta como se la puede apreciar es un modo de comportamiento que dependiendo
de la persona se sabrá si se la adquirió o se la heredo, pues muchos autores afirman que
ello proviene de los genes, pero también el decir esto hace preguntar, y cómo fue que esa
conducta se formó en el anterior gen o persona de la cual se la heredo?, por ello debemos
considerar también que la conducta puede ser aprendida o adquirida a través de los años,
pues es más factible este último hecho en personalidades que han debido forjarse en el
tiempo, con todo lo que vivió para por fin tener la personalidad o conducta al actuar en el
diario vivir.
No es fácil determinar el origen de la conducta pero si se puede llegar a decir que puede
cambiarse la misma, con claros momentos en que la persona actúa o deriva uno que otra
personalidad que opta en un determinado momento.

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