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EL KAIROS Y LA REVELACION

INTRODUCCION
Hablamos de buscar a Dios y la Biblia dice:
No, Dios te busca a ti.
¿Y como te busca?
Revelándose y manifestándose a ti.
¿Determino yo la Revelación?
No, Dios determina la REVELACION (ILUMINACION)
¿Cuándo?
En Su KAIROS
¿Qué es el Kairos y el Kronos?
En la Biblia podemos encontrar pasajes donde Dios se manifiesta a un personaje en un momento determinado y
con una finalidad precisa. Este tiempo ha sido reconocido e identificado como el “momento de Dios”, el “cuando
de Dios” o el “tiempo de Dios”.
Para describir este “momento de la manifestación” se han utilizado diversas expresiones o vocablos a lo largo de
ambos Testamentos.
En el Nuevo Testamento, que está escrito en el idioma griego, se utiliza en forma frecuente el vocablo Kairos para
identificar la oportunidad de una manifestación de Dios.
Cabe señalar, que también podemos encontrar en las Escrituras otros vocablos diferentes a Kairos, expresando
también la misma idea.
En contrapartida, el tiempo que está ligado al hombre casi permanentemente, es identificado con la palabra
Kronos. Así, encontramos en el Nuevo Testamento los dos conceptos de tiempo, siendo ambas palabras las más
representativas.
Kairos es una expresión griega que tiene varias acepciones : “ tiempo señalado por Dios” ; “tiempo de crisis” ;
“tiempo oportuno”; “tiempo correcto” ; “tiempo esperado”; “medida de tiempo adecuada” ; “medida justa”, etc.
En el Nuevo Testamento, Kairos es utilizada más de 80 veces. En cada oportunidad, es para expresar el “cuando”
de Dios, Dios de la eternidad.
Tiene que ver con la acción de Dios en el mundo. Es el momento de Dios y a diferencia del Kronos, el Kairos
destaca la calidad y el significado de dicho momento.
HECHOS 1:7 No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad
¿Qué es la Revelación?
Es la revelación (iluminación) o manifestación de Dios en el hombre y/o en el mundo.
Es Dios alcanzándonos a nosotros con Su Verdad y no nosotros alcanzando la Verdad de Dios.
El cristianismo bíblico considera que mientras Dios no haya hablado, todavía no habremos oído o tenido acceso a
alguna Verdad divina, la que sólo se da a través de la Revelación o Iluminación.
EFESIOS 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de
revelación en el conocimiento de él,
Ambos elementos – Kairos y Revelación – nos permiten comprender mejor como opera Dios y cuales son sus
métodos para intervenir y manifestarse al ser humano.
Es entender como trabaja Dios. Es importante que estos tópicos sean bien comprendidos.
A la luz del Evangelio y del cristianismo estos dos elementos son esencialmente sobrenaturales.
Esta reseña de lo que es el Kairos y la Revelación también nos permite darnos cuenta que los parámetros que el
mundo ha manejado para poder entender a Dios, han estado equivocados.
EL KAIROS & EL KRONOS
El Kairos es el “cuando” de la manifestación divina, de lo que Dios realiza.
Cuando se nombra el Kairos, se hace referencia al tiempo de Dios para hacer lo que tiene que hacer. Está
absolutamente en función de las determinaciones de Dios, de cuando Dios quiere las cosas. Dios fija los tiempos y
los momentos por Su soberana voluntad.
EFESIOS 1:9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en
si mismo, 
1:10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en
los cielos, como las que están en la tierra.
Muchas veces el tiempo de Dios va a diferir radicalmente del momento que nosotros queremos o pensamos que tal
cosa deba suceder.
Es el tiempo que Dios maneja y que el hombre no puede intervenir.
Cuando aparece esta expresión en la Biblia, se refiere al criterio oportuno de Dios.
1 TESALONICENSES 5:1 Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que
yo os escriba. 
5:2 Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;
El Kronos, que también fue establecido por Dios, considera por ejemplo: el día con 24 horas; que existan las
estaciones; que tengo que llegar a una hora convenida, etc.; todo esto en función a nuestra realidad temporal
humana. De la palabra Kronos se deriva cronómetro, cronológico, etc. y es el tiempo medido y cuantificado.
Sin embargo, ambos tiempos son establecidos por Dios. Aquí no existe dicotomía, ya que no podemos decir que lo
material lo maneja el hombre y Dios controla sólo el ámbito espiritual. Dios es el Señor tanto del Kronos como del
Kairos.
La relación entre el Kairos y el Kronos equivale a comparar lo sobrenatural y lo natural; la eternidad y lo
temporal; lo infinito y lo finito; al Cielo y la Tierra.
Dios no viola al Kronos ni a las leyes naturales que el mismo estableció, pero muchas veces prescinde de estas
leyes naturales y del Kronos, dando lugar a lo sobrenatural, incluso en la esfera de lo natural. No viola las leyes, ya
que estas leyes le pertenecen a El.
Cristo realizó innumerables milagros, prescindiendo de las leyes naturales para cumplir un propósito suyo mayor,
motivado por amor, atendiendo Su soberana y perfecta voluntad para la humanidad.
EL KAYROS EN EL PLAN DE DIOS
El Kairos es utilizado por Dios en el plan salvífico de Su creación.
Dios quiere salvar al hombre y quiere enmarcarlo dentro de Su voluntad perfecta. Esta voluntad perfecta de Dios
implica necesariamente Su Kairos. Entender el Kairos es absolutamente determinante para vivir una vida cristiana
bíblica y en el Espíritu.
Por lo general, vivimos de acuerdo a una vida regida por el Kronos, la que nos induce, a veces o frecuentemente, a
vivir un cristianismo vacío y muchas veces sin sentido, en un esfuerzo de moralidad humana. La razón es simple,
ya que el hombre ha manejado a través de su realidad cronológica el entendimiento de lo que significa relacionarse
con Dios.
Pero Dios tiene sus propios términos y sus propios patrones de cómo acercarse al hombre.
El problema de la humanidad ha sido poder entender los términos de Dios para que esta relación sea un hecho real.
CONOCER EL KAIROS
El Kairos es el “momento” de Dios y dentro de Su propósito para el ser humano, Dios quiere que Su tiempo sea
conocido por el hombre.
Reconocer el momento de Dios es un desafío muy grande para el ser humano, ya que muchas veces va a ir contra
lo que el considera racional y lógico, para sujetarse a lo sobrenatural en la esfera de Dios.
El Kairos es manejado desde el Cielo y el cristiano, en comunión íntima con Dios y conforme a Su voluntad, sabrá
reconocerlo y sujetarse a él.
Si nosotros comprendemos el Kairos, vamos a entender también que nuestra vida cristiana está relacionada
absolutamente en cada detalle con el propósito de Dios, dentro de Su plan general para nuestra vida.
Concretamente, lo que queremos es sujetarnos al Kairos, de modo que el tiempo de Dios sea nuestro tiempo y así
los términos en que viviremos el cristianismo serán satisfactorios a Dios, aunque no necesariamente al mundo.
En la medida que vayamos madurando en Cristo, mayor sensibilidad y comprensión vamos a tener en cuanto al
Kairos de Dios y más entendidos estaremos en la voluntad de Dios para nuestra vida.
Lo que hace Dios, el porque y el como nos ayuda de sobremanera en nuestra fe.
Un buen ejemplo de una visión desde el Kairos es como se ve la vida y la muerte.
Dios no hace distinción en lo que para nosotros puede ser una fuerte experiencia, en cuanto al significado de vivir
y morir.
EL CONCEPTO KAIROS EN EL NUEVO TESTAMENTO
En el Nuevo Testamento, que está escrito en idioma griego, no siempre se usa la palabra Kairos para definir el
mismo concepto, sino que también son utilizados expresiones o vocablos que delatan un momento de voluntad
divina.
Mas cuando se identifica la palabra Kairos en algún pasaje bíblico en griego, no se tendrá dudas que se esté
refiriendo a un tiempo o momento establecido por Dios.
En la versión original griega la palabra Kairos fue utilizada en más de 80 oportunidades.
Algunos ejemplos relacionados con Cristo donde se utiliza el concepto, aunque no necesariamente la palabra
Kairos, identificada con un subrayado:
JUAN 7:6 Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto. 
7:7 No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son
malas. 
7:8 Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido.
La Biblia utiliza aquí la palabra Kairos en las tres ocasiones, indicando que también sus seguidores estarían sujetos
a un “momento de Dios”.
1 TESALONICENSES 5:1 Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que
yo os escriba. 
5:2 Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;
EFESIOS 1:10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que
están en los cielos, como las que están en la tierra. 
GALATAS 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 
6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.  
Cabe recordar, que también existen varios pasajes bíblicos en la versión original griega con “momentos de Dios”,
donde el vocablo Kairos fue reemplazado por otras expresiones.
Es el caso siguiente, donde no aparece la palabra Kairos en la versión griega, pero la idea está implícita.
JUAN 7:30 Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora.
En la Biblia leemos que los judíos intentaron innumerables veces quitarle la vida a Jesús.
En todas estas oportunidades fallidas, Cristo señalaba que Su Kairos no había llegado todavía.
Otro caso donde se utiliza la palabra Kairos:
JUAN 8:19 Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí
me conocieseis, también a mi Padre conoceríais. 
8:20 Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún
no había llegado su hora. 

Jesús está diciendo aquí, que el momento que deben suceder las cosas con El, no está determinado por ningún
hombre. Esto está determinado en el Cielo.
Jesús estaba sujeto a ambos tiempos como Dios-hombre, pero el Kairos tenía la supremacía.
JESUS, SEÑOR DEL KAIROS
En los siguientes versículos podemos reconocer a Jesucristo hablando por el poder de Dios, al quedar implícito que
El es el Señor del Kairos.
JUAN 10:17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
JUAN 10:18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para
volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Al referirse al momento de su muerte, queda claro que va a ser de Su voluntad, tanto la oportunidad como el
momento mismo de su muerte.
JUAN 17:1 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu
Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 
LUCAS 23:46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y
habiendo dicho esto, expiró.
Estos textos de Juan y de Lucas nos transmiten con claridad acerca del momento que Jesús muere, señalando que
su muerte no fue consecuencia de las heridas, sino que fue determinado por El.
LA REVELACION
Cuando nos referimos a la Revelación o Iluminación, es la revelación de Dios en el hombre.
Es Dios alcanzándonos a nosotros con Su Verdad por Su Espíritu y no nosotros alcanzando la Verdad de Dios.
La Revelación no es el fruto de mi dedicación, consagración o de mi búsqueda de las cosas de Dios. La Revelación
o Iluminación es el propósito, voluntad o palabra de Dios manifestados al hombre.
La revelación de Cristo y Su obra viene, por ejemplo, a una persona que está en tinieblas y por esa Revelación la
persona es alumbrada, recibe a Cristo y es salva. A partir de este momento va a vivir toda su existencia cristiana en
base a la revelación de Cristo.
No puede sostenerse un cristiano en la Verdad sin la revelación del Espíritu.
Cuando un individuo se convierte, se supone que ha recibido esa Revelación o Iluminación inicial. Se da por
sentado que la persona convertida tendrá una relación íntima y real con la persona de Jesucristo.
Esta comunión con Jesús, que es personal y creciente, madurará en el tiempo en la medida de su entendimiento con
la persona de Cristo. Así, el cristiano irá recibiendo más Iluminación, la que a su vez le producirá más cambios,
creciendo este en su vida cristiana.
Es el conocimiento sobrenatural de Cristo el que nos transforma aquí, en este mundo natural.
EFESIOS 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de
revelación en el conocimiento de él,
El cristianismo es esto: conocer a Cristo.
1:18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y
cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
Aquí se habla de una intervención de Dios, de Su Espíritu que viene a prepararnos y a injertar adentro de nosotros
el pensamiento de Dios. El nos capacita para entender lo que Dios quiere que entendamos, en contraposición del
esfuerzo, sacrificio y dedicación que podamos hacer para realzar nuestra vida cristiana. Cualquier cosa que venga
por otro conducto es teología racionalista, lograda con recursos humanos.
El Evangelio es la llave celestial que abre la compuerta de la eternidad, para que lo que es de Dios sea
verdaderamente manifestado, revelado y conocido por nosotros.
El Evangelio ha sido la llave que Dios ha utilizado para llegar al hombre y Cristo es el medio.
El apóstol Pablo es un buen ejemplo, ya que el estaba muy bien preparado intelectualmente. Toda su preparación
académica de nada le sirvió cuando necesitó de la Revelación espiritual para recibir el verdadero conocimiento que
viene del Cielo.
Opuesto a Pablo, la falta de formación que tenía Pedro no fue una limitante, porque Dios tampoco dependía de la
ignorancia de Pedro para revelarse a el.
ROMANOS 9:16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
Por eso la vida cristiana es una vida sobrenatural, ya que proviene de la intervención de Dios.

EFESIOS 1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la
operación del poder de su fuerza, 
1:20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, 
1:21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este
siglo, sino también en el venidero; 
1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 
1:23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. 
Fue voluntad del Padre, que todo pasara por Cristo,
1 CORINTOS 1:21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría,
agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 
1:22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 
1:23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles
locura; 
1:24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. 
1:25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. 
1:26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni
muchos nobles; 
1:27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios,
para avergonzar a lo fuerte; 
1:28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 
1:29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. 
1:30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación,
santificación y redención; 
1:31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
La Biblia es la revelación completa de Dios al hombre, pero su lectura o estudio no implica que produzca
necesariamente una revelación de Dios para mí. De hecho, un buen porcentaje de la población tiene la Biblia a su
alcance, pero siguen en ceguera espiritual.
El problema, más bien, es que no conocemos la forma de operar de Dios. El hombre no tiene ningún recurso para
determinar la Revelación, ni para discernirla.
Dios ha establecido sus términos de cómo El hace las cosas.
Dios tendrá que hacerse oír y entender, entrando en nuestra intimidad, atravesando todas nuestras capas cerebrales
y del corazón.
La Revelación llega cuando la certeza de las palabras de Dios se convierte en convicción dentro de nosotros,
mediante el Espíritu de Dios.
Cuando Dios quiere hacerse entender, lo consigue por más ignorante sea la persona. Esa persona va a saber que
Dios le habló y no le van a quedar dudas de que así sucedió.
LA REVELACION Y LA FE
La FE es un don de Dios y viene junto con la Iluminación de la Verdad revelada, porque dice la Escritura en:
ROMANOS 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Cuando la Palabra está siendo revelada por el Espíritu, ésta viene acompañada por la Fe.
Por eso, sin la Revelación o Iluminación, la Fe no existe.
Muchas personas siguen leyendo las palabras reveladas en la Biblia y no entienden nada.
Aunque leamos la Palabra revelada por Espíritu Santo a los apóstoles y tengamos certeza que es Revelación, sin
cuestionarla, ésta no será necesariamente una Revelación para mí.
Para que esta certeza sea una Revelación, es necesario que el mismo Espíritu que vino a los apóstoles para hablarle
estas cosas, deba ahora venir y operar de modo que yo pueda entender y recibir de igual forma que ellos esas
mismas verdades.
Sin Revelación de la Verdad no hay cambio de vida. La letra sin el Espíritu no produce cambio.
LA REVELACION SEGÚN EL APOSTOL PABLO
En la Biblia encontramos muchas referencias acerca de la Revelación, como en los escritos del apóstol Juan, donde
el mismo Cristo habla bastante acerca de la Revelación.
Ahora, el personaje bíblico que más enfatiza la Revelación es el apóstol Pablo, como vemos en estos textos
bíblicos.
1 CORINTOS 2:1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con
excelencia de palabras o de sabiduría. 
2:2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.
Alguien que podría hablar en esa época de cualquier tema era el apóstol Pablo, ya que además de rabino, el era
académicamente muy preparado, pero opta por el mensaje de Cristo, sobre cualquier otro tema.
2:3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor;
Pablo se ha colocado en completa dependencia de Dios, para poder entregar el Mensaje, de modo, que sea Dios el
que entregue el mensaje por intermedio de el.
2:4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración
del Espíritu y de poder,
Las palabras que Pablo hablaba eran inspiradas por el Espíritu de Dios. Es un mensaje de Dios respaldado por Su
poder.
2:5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. 2:6 Sin
embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes
de este siglo, que perecen.
Según los textos originales, cuando Pablo se refiere a los príncipes de este siglo, se está refiriendo realmente a los
líderes religiosos. 
2:7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos
para nuestra gloria, 
2:8 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían
crucificado al Señor de gloria. 
2:9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, n i han subido en corazón de hombre, Son las
que Dios ha preparado para los que le aman.
2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de
Dios. 
2:11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así
tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 
2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos
lo que Dios nos ha concedido, 
2:13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el
Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.

Todos estos textos nos están señalando fehacientemente, que el mensaje del Evangelio tiene que ser predicado en
el poder del Espíritu Santo; no puede serlo de otra manera, si no serán palabras vacías o letras muertas, que no
cumplirán su propósito.
2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las
puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
El hombre no tiene acceso al conocimiento divino, a no ser que el propio Dios lo revele.
2:15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
2:16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. 
En ROMANOS, Pablo hace hincapié a la necesidad de renovar nuestra mente por medio de la Revelación.
ROMANOS  12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 
12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para
que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Significa que no os resignéis a este siglo; no os adaptéis o dejar moldear por esta generación,
La mente debe ser renovada, creciendo con la mente de Cristo y por lo tanto, pensando cada vez más como Cristo.
Es importante entender y experimentar este cambio.
Pablo señala aquí, en ROMANOS, que no debemos dejarnos moldear por el criterio de este mundo, pero si por la
mente de Cristo. Sabremos así cual es la voluntad de Dios, teniendo el mensaje de Dios claro.
Esto nos colocará inmediatamente en una posición antagónica al espíritu del mundo, a la conducta y valores de
nuestra generación. Esto hace que el cristianismo sea diferente. La frase bíblica de “están en el mundo, pero no son
del mundo “encuentra aquí su verdadero sentido.
Para que esto pase, todo nuestro formato mental debe ser desmoronado para implantar en nosotros la mente de
Cristo. Aquí empieza un proceso de renovación que va a continuar por toda la vida y que nos va a llevar a una
conducta diferente en nuestras vidas.
En esto consiste el arrepentimiento, ya que es más que pedir perdón a Dios por pecados que hemos cometido y
sentir tristeza por ellas. El arrepentimiento debe incluir el cambio de mente.
SIN REVELACION NI KAIROS = UNA RELIGION HUMANISTA
Tanto el Kairos como la Revelación de la Verdad divina están determinados en el Cielo y estampados
generosamente en la Biblia, ya que ambas tienen que ver con la manifestación de Dios en el mundo.
Al no reconocer y considerar el Kairos y la Revelación, lleva a que una religión sea humanista, porque deja a un
lado lo sobrenatural y el verdadero conocimiento divino.
Un correcto posicionamiento en la Revelación y del Kairos, nos permitirá reconocer cuan equivocado ha estado el
sistema religioso en su concepción de la vida cristiana.
La religión, que supuestamente es la portadora del mensaje de Dios, se ha movido en el Kronos, buscando a un
Dios secularizado, generando un cristianismo secularizado y humanizado, en vez de un cristianismo o una iglesia
sobrenatural.
La Revelación es resultado de un propósito y voluntad de Dios: son llevados a cabo por El, a Su MANERA y en
Su TIEMPO.
La Revelación no es resultado de nuestra dedicación, consagración o de búsquedas de las cosas de Dios.
Aquí es donde la religión se topa en su afán de promover al hombre, en tener que buscar y esforzarse para acceder
a la Verdad de Dios.
Estos dos elementos están hoy absolutamente ausentes en la religiosidad popular, aún utilizando el apellido
cristiano.
El problema que ha desarrollado el sistema religioso es que, al humanizar el Evangelio, deja de ser este un
Evangelio Cristo céntrico para convertirse en uno humanista.
Actualmente el cristianismo es más el producto de una elaboración humana, más que de Dios. Hemos bajado del
Cielo a la Tierra una versión de Dios, creando una versión secularizada y humanizada de lo que Dios quiere.
El Evangelio fue pensado y diseñado en el Cielo y esto de por sí nos dice que no podremos hacer aportes para
enriquecerlo más.
Al humanizar el Evangelio, de alguna forma lo estamos distorsionando, ya que estamos entronizando el engaño y
además formateándonos en una forma de pensar que no condice con los términos de Dios.
Resultado, no podremos obtener un Evangelio, ni un cristianismo, ni una Iglesia con un carácter sobrenatural con
la Verdad entronizada.
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