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Gérard, Arnaud. Acústica del suri-siku. Una genial acomodación de alturas de sonido que permite
una multi-pentafonía. En: Revista Boliviana de Física, Nº 6, septiembre 2000, pp. 68-78, Instituto de
Investigaciones Físicas UMSA y Sociedad Boliviana de Física. La Paz, 2000
Se volvió a publicar para los etnomusicólogos en una versión simplificada con la siguiente
referencia:
Gérard, Arnaud. Acústica del suri-siku. Una genial acomodación de alturas de sonido que permite
una multi-pentafonía. En: La Música en Bolivia. De la Prehistoria a la Actualidad. Fundación Simón
I. Patiño. Cochabamaba 2002
ACÚSTICA DEL SURI-SIKU
Una genial acomodación de alturas de sonido que permite una
multi-pentafonía
1.- RESUMEN
Se trata de una siringa unitaria, nativa aymara, de 17 tubos que se interpreta con la técnica
entrecruzada “iraqhata arkaqhata” y es utilizada en los Andes centrales de Bolivia. Su forma
musical es muy peculiar, una frase musical en modo pentatónico se repite luego en una
modulación a la quinta inferior y la estrofa termina con una coda en esta última tonalidad. Pero en
los lugares de interpretación se pudo observar que en el mismo instrumento no sólo son utilizadas
estas dos escalas sino también otros pares de escalas pentatónicas, llegando a 5 tonalidades
diferentes registradas in situ. Después de evaluar el comportamiento promedio de dos “tropas” de
instrumentos, resalta nuevamente una escala con 7 intervalos iguales (de 171,4 cents) en una
octava cuya generación de frecuencias se efectúa según el algoritmo de
7
2n f 0 (n = 1, 2, 3, ...).
La escala así creada contiene las escalas pentatónicas registradas y entra perfectamente dentro
de los anchos de dispersión. De esta manera el intervalo de segunda mayor es de 171,4 cents y el
de tercera menor de 342,8 cents.
2.- INTRODUCCIÓN
Este artículo es una continuación del anterior trabajo sobre los ayarichis que fue presentado en la
XI Reunión de la SOBOFI [Gérard, 1998]. Aquella vez se encontró que ciertas siringas del centro y
Sur de Bolivia tenían escalas (sucesiones de alturas de sonido) con una sola clase de intervalos
iguales entre si. Para los ayarichis de Tarabuco se encontró 6 intervalos de 200 cents en una
octava y para los ayrachis de Caiza D son 5 intervalos de 240 cents aproximadamente. Aquí se
analiza otro instrumento que presenta una conducta similar: el suri-siku, pero con otro tipo de
intervalo y con una finalidad distinta.
3.- DEFINICIÓN
Sin lugar a duda, el suri-siku (o sikuris o sikuras según la región) es una de las siringas más
espectaculares. Su música tiene toda la fuerza telúrica de los Andes, impregnada de la cultura
aymara la más ancestral. Es una flauta de Pan unitaria, nativa aymara, de 17 tubos, de doble fila.
Tiene una hilera secundaria de tubos que no es tañida directamente y que suena en subrégimen
debido al aire remanente que proviene de la insuflación en el tubo de la hilera principal, tal como se
explicó en trabajos anteriores (Gérard, 1999 y 1997) y por tanto sirve de modificador de timbre. Se
encontró suri-sikus con doble hilera phallqa (proporción 1/1 abierto) pero también con proporción
2/3 bordón, se trata en realidad de un “rekinto” adjuntado como segunda hilera.
En los sikuris (o sikuras o cajanis o suri-sikus), así como para los ärachis aymaras, cada
instrumento tiene la totalidad de las notas de la escala en una fila, pero es igualmente interpretada
en forma intercalada “iraqhatha – arkaqhata” (hoquetus la llama Baumann [Baumann, 1980]).
Particularmente en los suri-sikus, la respuesta de arka es sobre la misma nota que ira, como una
especie de eco permanente.
Ivan Gutiérrez y Vladimir Veliz [Gutiérrez, Veliz, 1992], dan una preciosa información sobre las
medidas:
Dentro de este estudio no se ha encontrado otras medidas. En el Norte de Potosí se usa también
la medida 31 cm. En Condo, los sikuluriris no pudieron construir la medida 28 cm, argumentando
que existía antes pero se había perdido. La variación tonal entre los dos extremos encontrados
sería apenas de un semitono. Pues la medida 31 cm da una altura aproximada de Do# (tropa
medida) y la medida 28 cm (construido por el autor) da la altura Re. Gérard Borras [Borras, 1995]
presenta tan sólo la medida 31 cm (30,6 y 30,7 cm).
E# D# C# B A# G# F# E# D# C# B A# G# F# E# D# C#
Fig. 1: Notas del suri-siku liku medida “31”, de la nota Mi#+2 (a la izquierda) a Do#o (a la derecha)
(agudos a la izquierda)
Los cuadros 6 y 7 (anexo 2) de los intervalos sucesivos no logran indicar gran cosa, el
comportamiento es caótico. Son intervalos que fluctúan al azar entre 118 y 221 cents. Ni siquiera
existe correlación entre las dos tropas, que son tropas (del mismo tamaño) realizados por dos
maestros fabricantes expertos, como son Marcelino Canaviri Silva, de Condo; y Fortunato Quispe
de Oruro (en total fueron 24 instrumentos medidos). Pues es una dispersión debida a las
desigualdades dejadas entre alturas de sonido del mismo nombre para crear pulsaciones, efecto
deseado dentro de la estética andina [Gérard, 1999].
Los intervalos numéricos, tomando como nota de referencia el Do# más grave (tubo 17) para la
primera tropa son:
Tubo 10 11 12 13 14 15 16 17
Nota Do# Si# La# Sol# Fa# Mi# Re# Do#
Suri Liku 1,9839 1,8195 1,6577 1,4819 1,3516 1,2251 1,1202 1,0000
B. T. 2,0000 1,8877 1,6818 1,4983 1,3348 1,2559 1,1225 1,0000
Cuadro 1: Intervalos numéricos del bloque generador del suri-siku evaluados a partir de las razones de las
longitudes, comparado con la escala bien temperada
60
40
20
0
-20
-40
-60 C# B# A# G# F# E# D# C#
Escala bien temperada
Diferencia de alturas (cents)
40
20
0
-20
-40
-60
-80
C# B# A# G# F# E# D# C#
Fig. 2: Gráfica superior: Comportamiento de la escala (octava baja, tubo 10 a 17) del suri-siku (tropa 1)
relativamente a la escala bien temperada (está evaluada a partir de los intervalos numéricos del cuadro 1
procedentes de las longitudes de los tubos). Gráfica inferior: Comportamiento de la escala a partir de las
alturas medidas, se ha realizado un promedio sobre 36 alturas de sonido en cada caso, es un promedio
tomando las octavas grave y aguda de las 2 tropas medidas (agudos a la izquierda)
De las gráficas de la figura 2 y de los cuadros 1 y 4 se confirma plenamente lo que se había
señalado anteriormente, las notas Si# (segundo punto desde la izquierda) y Mi# (sexto punto) se
encuentran bastante por debajo de la nota bien temperada (-45 y -25 cents respectivamente,
partiendo de las longitudes). Pero se nota otra desviación que no se había notado antes, la del Fa#
que está alto relativamente a la escala bien temperada (+40 cents para las longitudes). Este
procedimiento, mediante la comparación de las longitudes, permite prever las intenciones acústicas
históricas ancestrales. Entonces, lo que ocurre aquí es que está bajado el Mi# y está subido el Fa#
para dilatar el intervalo Mi# - Fa# (si fuese una escala diatónica sería un semitono) y el Si# está
bajado, de igual modo para dilatar el intervalo de semitono.
Volviendo al cuadro 4 , se ve lo que ocurre realmente con el promedio de las alturas de sonido de
toda la tropa. El Mi# está bajo de 62 cents, el Fa# está alto de 28 cents y el intervalo Mi# - Fa# es
de 190 cents (cuadro 6) y efectivamente los intervalos contiguos se achicaron; por otro lado para el
tubo 12 se lee la nota Si + 49 cents lo que equivale a Si# - 51cents y el intervalo Si# - Do# es de
153 cents. Lo mismo se confirma para las octavas superiores y también para la tropa 2 de
Fortunato Quispe. Indudablemente se presenta una tendencia hacia un intervalo único que fluctúa
de 134 a 221 cents en la primera tropa y de 118 a 219 cents en la tropa 2 (orqo malas y likus).
Este instrumento es extremadamente ingenioso ya que si se habla de las escalas utilizadas en las
melodías de este género, se va a encontrar algo muy original. En el género de suri sikuris, se
acostumbra tocar primeramente la primera frase musical en una escala pentatónica en la mitad
aguda del instrumento (izquierda), que se repite dos veces. Luego se repite nuevamente esta
melodía un par de veces pero en una modulación a la quinta justa descendente de la anterior y en
esta misma última tonalidad se agrega una segunda frase final a modo de coda. Es decir que esta
segunda parte es tocada con una escala pentatónica que se encuentra a la quinta descendente de
la anterior y el instrumento queda así dividido en dos mitades, cada una con una configuración de
escala pentatónica. Pero no acaba aquí. Otras melodías empiezan también en la parte aguda del
instrumento, en otra escala pentatónica (otra tonalidad) que a su vez tiene su modulación a la
quinta descendente en la mitad inferior del instrumento (derecha). Se pudo observar así la
utilización de varias tonalidades diferentes en la parte aguda del instrumento y sus modulaciones
en la parte grave (5 escalas pentatónicas observadas, a pesar que el instrumento permite 7
escalas de este tipo); o sea que se está hablando de una gran variedad de tonalidades diferentes,
y todas ellas a partir de un solo bloque generador que es esta escala de Do#.
Sin embargo, ¿cómo puede explicarse esto? Dentro de una escala diatónica mayor sólo se
encuentran tres escalas pentatónicas. Aquí va a jugar un papel preponderante el desplazamiento
de la nota Si# hacia el Si natural y de la nota Mi# hacia el Mi natural, y a veces estarán como el
uno o como el otro. Son ambivalentes por encontrarse entre Si y Do por una parte y entre Mi y Fa
por otra parte.
Las tres escalas pentatónicas posibles en la escala diatónica de Do# son La# modo “B” menor,
Re# modo “B” menor y Mi# modo “B” menor. Las escalas de Sol# y Do# modo “B” menor no serían
posibles si la escala de 7 notas fuese normal. Asimismo se utilizará ciertas enarmonías en el
desarrollo de las escalas.
E# D# C# B# A# G# F# E# D# C# B# A# G# F# E# D# C#
Agudos Graves
Escala generadora
E# D# B# A# G# E# D# C# A# G# E# D# C#
Mi# menor La# menor
D# C# A# G# F# D# C# B G# F# D# C#
Re# menor Sol# menor
D# C# B G# F# E C# B G# F# E C#
Sol# menor Do# menor
F Eb Db Bb Ab F Eb Db Bb Ab Gb Eb Db
Fig. 3: Algunas de las posibilidades de tonalidades pentatónicas, en el suri-siku; el instrumento está partido en
dos mitades: la melodía tocada en la mitad superior se repite en una modulación a la quinta justa descendente
en la mitad inferior. El Si# desplazado hacia el Si natural juega el papel de Si y Si# y el Mi# desplazado hacia
el Mi natural juega el papel de Mi y Mi#. Los tubos “en blanco” no tocan la melodía pero sí se usan para hacer
“glissandos” (agudos a la izquierda)
Aparte de estas observaciones in situ, las transcripciones musicales efectuadas [Gérard, 1999]
confirman plenamente el uso de estas escalas.
Parece que esta acomodación fue lograda por búsqueda auditiva al tanteo, es decir probando y
probando hasta lograr la escala deseada y luego copiar el instrumento; y esto es exactamente lo
que hacen los “siku luriris” de Condo, copian un instrumento muestra [Gérard, 1999]. Los artesanos
constructores de Walta instalados en La Paz ya sacaron la medida (tupu tisi) de una muestra.
Para tener una idea del intervalo de tercera menor así creado, en la primera escala presentada se
tiene el intervalo Mi# - Sol# y sumando los intervalos Mi# - Fa# y Fa# - Sol # se encuentra
342 cents.
Puede lograrse una aproximación a la escala descrita mediante una progresión geométrica. Se
supondrá que se trata de 7 intervalos iguales por octava. Entonces la razón de la progresión
geométrica es 7
2 1,104089... , por lo que se plantea la fórmula de recurrencia:
n
7
2n 27 n = ..., -2, -1, 0, 1, 2, ... (1)
60
40
20
0
-20
-40
-60
C# B# A# G# F# E# D# C#
Fig. 4: Comportamiento del primer tramo de la escala (media) de 7 intervalos iguales del suri siku
relativamente a la escala bien temperada (agudos a la izquierda)
La comparación de las escalas experimentales con el modelo de los intervalos iguales (fig. 2 y 4)
muestra una extraordinaria concordancia (considerando la enorme dispersión). Así que sin lugar a
duda, la tendencia es ésta.
Los intervalos de la escala pentatónica se volverían 171,4 cents para la segunda mayor y
342,8 cents para la tercera menor (cuando se salta un tubo), a pesar que en esta escala la tercera
mayor y la tercera menor tienen el mismo valor, lo que entra perfectamente dentro del rango de
fluctuación de estos intervalos (discrepancias máximas).
Este último algoritmo no es realizable con métodos puramente geométricos, sino efectuando
primeramente los cálculos, por lo que se quiso encontrar una fracción simple o una “razón andina”
[Gérard, 1999] y la única que se aproxima razonablemente a este valor es 11/10 =1,1000. Como
las proporciones de longitudes son inversamente proporcionales al intervalo numérico se tiene que
tomar los 10/11 de la longitud inicial. El defecto de esta aproximación es que el intervalo así creado
tiene un valor de 165 cents que multiplicado por 7 da un intervalo de octava de 1 155 cents que es
demasiado corta y ya no corresponde precisamente al comportamiento de la muestra.
6.- CONCLUSIONES
7
El modelo que consiste en una escala generada por una progresión geométrica de razón 2 da
excelentes resultados y puede servir como algoritmo de generación de esta escala. Todos los
intervalos sucesivos de la escala así creada son de segunda mayor (171,4 cents) y entran dentro
del dominio de fluctuación de la escala experimental (discrepancias máximas) y permiten tañer
melodías en 7 diferentes escalas pentatónicas entremezcladas (que incluyen las 5 tradicionales).
La segunda mayor (171,4 cents) es menor que la bien temperada (200 cents) y la tercera menor
(342,8 cents) es mayor que su equivalente bien temperado (300 cents)], pero ambas guardan el
carácter del intervalo señalado.
Esta es la tercera tipología de siringas andinas de Bolivia que presenta una escala con intervalos
sucesivos iguales entre si, de tal manera que se trata de una tendencia importante dentro del
comportamiento de las escalas musicales de las siringas andinas de Bolivia, tendencia incluida en
un universo de tamaño considerable que compete con el pentatonismo, sus variantes hexa y
tetratónicas y con el diatonismo; este último probablemente mestizo.
ANEXO 1: SIMBOLOGÍA
Para la simbología y nomenclatura, se envía al lector a los anteriores trabajos del autor en
bibliografía, principalmente “Acústica de las Siringas Andinas” [Gérard, 1999].
En los cuadros y figuras las notas musicales se anotan con la nomenclatura sajona, con la
siguiente correspondencia:
A = La; B = Si; C = Do; D = Re; E = Mi; F = Fa; G = Sol
ANEXO 2: FICHA TÉCNICA DEL SURI-SIKU Y REGISTRO DE LAS MEDICIONES
EPOCA DE UTILIZACION:
Fiestas patronales de tiempo seco (de junio a octubre). Para Corpus Christi asociado al solsticio de
invierno (junio); para el 2, 5 y 6 de agosto; en Paria para la fiesta de la Virgen de Asunta (15 de
agosto) [Gutiérrez Veliz, 1992] pero también para “q'oar” y “ch'allar” los campos en los meses de
julio y agosto.
12 15 27 25 19 28 31 27
45 45 90 70 63 60 90 75
19 35 25 19 14 0 11 23
27 50 35 27 20 0 15 33
Cuadro 5: Alturas de sonido, medias, desviaciones y discrepancias máximas del sikuris (rekintos)
INTERVALOS SUCESIVOS
ORQO MALAS Y LIKUS
Intervalo E# - D# D# - C# C# - B B - A# A# - G# G# - F# F# - E# E# - D# D# - C#
H
en cents 221 179 156 176 170 168 165 168 200
C# - B B - A# A# - G# G# - F# F# - E# E# - D# D# - C#
G# - F# F# - E# E# - D# D# - C# C# - B B - A# A# - G#
CUADROS PARTICULARES
ORQO MALA 1
tubo 1 tubo 2 tubo 3 tubo 4 tubo 5 tubo 6 tubo 7 tubo 8 tubo 9
Alt. son. E#+1 0 D#+1-20 C#+1-10 Bo+25 A#o-50 G#o-5 F#o+40 E#o-75 D#o+15
L (cm) 12,20 14,00 15,45 16,95 18,70 20,85 22,60 25,25 27,05
D (cm) 1,20 1,12 1,00 1,12 1,12 1,20 1,20 1,15 1,22
T = L/D 10 12 15 15 17 17 19 22 22
Cuadro 8: Alturas de sonido, longitudes de tubo, diámetros y tallas del orqo mala del sikuris
LIKU 1
tubo 1 tubo 2 tubo 3 tubo 4 tubo 5 tubo 6 tubo 7 tubo 8 tubo 9
Alt. son. E#+2-78 D#+2-65 C#+2+2 B+1+42 A#+1-70 G#+1-30 F#+1+15 E#+1- 40 D#+1-10
L (cm) 6,05 6,85 7,50 8,20 9,20 10,25 11,25 12,40 13,70
D (cm) 0,92 1,00 0,98 0,95 0,98 1,02 1,05 1,05 1,05
T = L/D 7 7 8 9 9 10 11 12 13
Cuadro 9: Alturas de sonido, longitudes de tubo, diámetros y tallas del liku del sikuris
REKINTO 1
tubo 1 tubo 2 tubo 3 tubo 4 tubo 5 tubo 6 tubo 7 tubo 8 tubo 9
Alt. son. B+2 0 A#+2-78 G#+2+10 F#+2+12 E#+2-30 D#+2-30 C#+2+20 B+1+12 A#+1-10
L (cm) 4,15 4,55 4,85 5,40 5,95 6,75 7,40 8,40 9,10
D (cm) 0,90 0,88 0,95 0,95 0,95 1,00 1,00 0,92 1,02
T = L/D 4 5 5 6 6 7 7 9 9
Cuadro 10: Alturas de sonido, Longitudes de tubo, diámetros y tallas del rekinto del sikuris
BIBLIOGRAFÍA:
Baumann, Max Peter. Andean music, symbolic dualism and cosmology. En: Cosmología y música
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Baumann, Max Peter. Música Andina de Bolivia. Centro Portales/Lauro y Cia., Cochabamba 1980.
Borras Gérard. Les Aérophones Traditionnels Aymaras dans le Département de La Paz (Bolivie).
Tesis de doctorado - Universidad de Toulouse-le-Mirail, Toulouse 1995.
D'Harcourt, Raoul y Marguerite. La Musique des Aymaras sur les Hauts Plateaux Boliviens.
Société des Américanistes, nouvelle série, Tomo XLVIII, pp. 5-133, Paris 1959.
D'Harcourt, Raoul y Marguerite. La Musique des Incas et ses Survivances. Librairie Orientaliste
Paul Geuthner, Paris 1925.
Gérard Arnaud. Acústica de los Ayarachis. En: Revista Boliviana de Física, Nº 4, año 4, Instituto
de Investigaciones Físicas – U.M.S.A. – Sociedad Boliviana de Física, La Paz 1998.
Gérard Arnaud. Acústica de las siringas andinas de uso actual en Bolivia (versión 4). Informe de
investigación U.A.T.F., inédito, Potosí 1999.
Gérard Arnaud. El rol acústico de las segundas hileras de tubos en los sikus tradicionales de
Bolivia. En: Anales de la Reunión Anual de etnología, MUSEF, tomo II, pp. 233 a 239, La Paz 1997
Gutiérrez, Veliz. El Papel de los guías en los Sikuris de Paria. En: Reunión Anual de Etnología
1992, Tomo II, pp.195-211, MUSEF, La Paz 1992.