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SEMANA 24

ACTIVIDAD: REFLEXIONAMOS SOBRE EL PECADO COMO RAIZ DE


LOS CONFLICTOS PERSONALES, FAMILIARES Y SOCIALES

Estimado estudiante, gracias por tu atención y ser parte de Aprendo en


casa de Educación Religiosa.

Iniciamos nuestra actividad orando:


Padre, envía tu Espíritu de amor y perdona mis pecados,
purifícame, sáname, restáurame, renuévame con la Sangre
Redentora de tu Hijo; ayúdame a tener un corazón como el Suyo,
un corazón humilde y generoso capaz de perdonar, arranca de mí
el corazón de piedra y dame un corazón de carne. Amén.

Con esta actividad, queremos que reflexiones, sobre el pecado como la raíz de
los conflictos personales, familiares y sociales para lograr nuestro pleno
desarrollo personal y comunitario.

Identifica la situación y cuestiónate con la interrogante:

Al menos 13 personas murieron y otras seis resultaron


heridas el sábado 22 de agosto en una estampida dentro
de un club nocturno en el distrito de los Olivos, tras una
redada policial.
Según informaron las autoridades, en el local había unas 120
personas, a pesar de que debido a la pandemia del covid-19 y por
disposición del gobierno nacional, están prohibidas las reuniones
sociales. Al llegar la policía, algunos de los participantes intentaron
escapar, lo que provocó una aglomeración y conllevó a que se
asfixiaran y golpearan algunos de ellos.

 ¿De qué manera afectó el accionar de estos jóvenes a


su vida, a sus familiares y a la sociedad? ¡Cuál crees que es la causa de esa
forma de actuar?

Informarte y reflexiona el texto bíblico de Romanos 7,18-19.

“El querer está a mi alcance, el hacer el bien, no.


De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal
que no quiero.”
Dios nos da la vida y con ella la inteligencia, la voluntad y la libertad. Para vivir
en libertad nos ha dotado de una conciencia y una ley natural que está inscrita
en nuestro ser y que ha sido expresada claramente en los mandamientos y en el
mensaje y la vida de Jesús. Por lo tanto, Dios no puede ser responsable del mal
uso que hagamos de aquello que nos ha dado.
Estos versículos de san Pablo a los Romanos nos hacen caer en cuenta de una
realidad de la que quizás poco somos conscientes, y que opera dentro de nosotros
arrastrándonos a obrar de manera incorrecta. Es la fuerza del pecado.
El pecado es, por lo tanto, una negativa a colaborar con el plan de Dios en una
circunstancia determinada y las consecuencias de este desorden se revertirán
contra el mismo hombre que peca y contra sus semejantes trayendo
consecuencias en los siguientes niveles:
a) Nivel personal: Hastío, desánimo, desesperación, ansiedad, falta de paz,
depresión, soledad, temor, culpa.
b) Nivel familiar: Divorcios, conflictos familiares, etc.
c) Nivel social: Injusticias, explotaciones, leyes en contra de la vida, etc.
Piensa simplemente cuántas veces te has propuesto dejar tal o cual, pecado,
vicio o acción que sabes que no agrada a Dios y que destruye tu vida
o la de tus hermanos. Fíjate cuántas veces lo has logrado. Todo esto lleva a
concluir que sólo con la ayuda de la gracia podemos vencerla. No son nuestros
buenos propósitos los que nos dan la victoria, sino el poder de Cristo resucitado
actuando en nosotros.
A esta actuación de Dios se corresponde con el arrepentimiento y la penitencia
que nos llevará a la conversión. Sólo la gracia es efectiva contra el veneno del
pecado. Si verdaderamente quieres salir de tu pecado y que florezca en ti la vida,
conviértete en un joven de oración. Dale oportunidad a Dios de luchar tus
batallas: Él es el único que las puede ganar.

Ahora tienes un reto mayor:

 Teniendo en cuenta que el pecado es la raíz de los males, escribe 3


pecados que te hacen daño, a tu familia y a la sociedad y ¿Cómo crees
que puedes mejorar?
 ¿Cómo puedo saber si algo es pecado?
 ¿De qué manera el pecado puede destruir la vida de la persona, la
familia y la sociedad?
 ¿Cómo puedo vencer el pecado en mi vida cristiana?

 Oramos en familia meditando el Salmo 51, 3-5


Ten piedad de mí, Oh Dios, en tu bondad, por tu gran corazón borra mi
falta. Que mi alma quede limpia de malicia purifícame de mi pecado.
Pues mi falta yo bien la conozco y mi pecado está siempre ante mí; contra
ti sólo pequé, lo que es malo en tus ojos yo lo hice por eso en tu sentencia
tu eres justo, no hay reproche en el juicio de tus labios.

RECUERDA: El pecado es una negativa a colaborar con el plan de Dios y Él


no puede ser responsable del mal uso que hagamos de nuestra libertad.

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