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 ACTO DE CONTRICIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS ANTES


DE LA NOVENA

Pésame Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido.


Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me
pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan amable como Vos y
porque con mis pecados, he sido causa de la pasión y muerte de mi Redentor
Jesús. Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo
firmemente ayudado por tu divina gracia, no pecar más y apartarme de todas
las ocasiones de pecado. Jesús mío, misericordia, misericordia y perdón.

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, que con tu divino y saludable contacto santificaste el


madero de la Santísima Cruz, para lavar con ella y con tu sangre preciosa, las
manchas de mis pecados; me pesa de todo corazón todos los que contra Ti he
cometido en mi vida, propongo una y mil veces la enmienda y espero de tu
piedad infinita me los has de perdonar.

PRIMER DIA:
Puesto en la presencia  de alguna imagen de Cristo crucificado o de la
Santísima Cruz se dirá el:

Te saludo, Cruz Santísima, con todos los nueve coros de Celestiales Espíritus
y doy al Señor con todos ellos, todas cuantas gracias puedo, porque se dignó 
honrarte haciendo de Ti trono de la Majestad Divina, para remedio del mundo,
crédito de sus milagros y reparo de aquella primera caída, porque seas
alabada. Amén.

Cinco Padrenuestros y cinco Gloria.


ANTÍFONA

¡Oh! Cruz Santísima, más resplandeciente que todos los astros y más santa
que los santos; para el mundo célebre, para los hombres amable; que sola
fuiste digna de contener en tu gremio todo el rescate del mundo; dulce leño,
dulces clavos, dulces penas que toleradas en ti por mi Señor Jesucristo, fueron
el remedio nuestro. Salva a todos los cristianos que en este día repiten tus
alabanzas.
V.  Te adoramos Cristo y te bendecimos.
R.  Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh Cruz Santísima!  Nobilísima entre todos los árboles frondosos, que
hermoseas el jardín ameno de la militante Iglesia; reina del Padre, astro del
Hijo, sello del Espíritu Santo; honra y gloria del mismo Crucificado, crédito de
las maravillas de Dios, oliva frondosa, cedro escogido de Dios, palma
encumbrada en el jardín de la Iglesia, ciprés excelso, trono sagrado del
Omnipotente Rey, árbol de la vida y fuente de la bienaventuranza, te adoro y
humildemente te alabo, y doy a Dios muchas gracias, poniendo debajo de tus
misteriosos brazos  mi necesidad presente con todas las de la Iglesia, para que
por tu virtud se digne el Señor remediarlas, si ha de ser para servirle, bien de
mi alma,  aumento de la virtud y crédito de ti misma, que es lo que yo más
deseo y sobre esto, una acertada, feliz y dichosa muerte, y que por ti me reciba
el que por ti se dignó redimirme, que es mi Señor Jesucristo, que con el Padre
y el Espíritu Santo vive y reina  por todos los siglos. Amén.

Tres Ave Marías a la Santísima Virgen de Dolores y la siguiente:

ORACIÓN:
Soberana Emperatriz de los cielos, que al pie de la Santísima Cruz padeciste
tan agudos dolores, y por dignación suprema quedaste constituida en Madre de
todas las criaturas, dígnate afligidísima Señora de patrocinar mis peticiones y
socorrer las necesidades de mi alma, que yo te prometo no apartarme  ya de la
Santísima Cruz  y acompañarte siempre en tus dolores, sintiendo tantas penas
por la ingratitud que te causaron mis pecados, para que así consiga con tu
amparo y por el santo madero de la Santísima Cruz, los frutos de la redención
que en ella nos otorgó vuestro Hijo Jesús. Amén.

(Aquí la petición y después los Gozos)


GOZOS
Sea alabado mil veces
El Santísimo Madero
De la Cruz, en que obró
Jesús, el remedio nuestro

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Y la sagrada pasión
De Redentor tan supremo,
Que siendo Dios se humanó
Para redimir a su pueblo.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Y bendito los dolores


De la Reina de los cielos,
Que como piadosa Madre
Le acompañó en los tormentos.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Así sea por los siglos,


Y de los siglos eternos,
Para que así para siempre,
La Santa Cruz adoremos.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Amén, oliva preciosa,


Amén, escogido cedro,
Amén, encumbrada palma,
Ciprés de la Iglesia excelso.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero
Amén, árbol de la vida,
Amén, hasta que en el cielo,
Por siglos y eternidades,
Tus alabanzas cantemos.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Salve, escala de Jacob,


De pecadores consuelo,
Por donde el arrepentido,
Ha de subir hasta el cielo.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Salve, muy preciosa vida,


Y de Dios amado centro;
Pues el licor de su viña
Lo entregó a mi alma y mi cuerpo.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Salve, fructífera oliva,


Luz de la paz, y medio
Que aplacas de un Dios airado,
Los enojos más severos.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Salve, milagrosa nave,


Que al tímido pasajero;
Cercado el bermejo mar,
Lo llevas a feliz puerto.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero
Benditas adoraciones,
Cruz bendita, te ofrecemos,
Pues no tiene el cielo más
Que los que en tus brazos vemos.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Tú eres la insignia y señal


Del cristiano verdadero,
Tú nos guardas y defiendes
De los enemigos nuestros.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Salve, Santísima Cruz,


Salve, dulcísimo leño,
Árbol cuyo fruto es Cristo.
Mi Redentor verdadero.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Salve, levantada palma


Que te elevas a los cielos,
Laurel y triunfo feliz
Del Hijo de Dios eterno.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Salve, cedro misterioso


Tálamo y florido leño
En cuyos brazos Jesús
Durmió de la muerte el sueño.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero
Salve instrumento sonoro
Donde el Cisne más supremo
Entonó dulces canciones
Al morir por mi remedio.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Salve arca soberana,


Que encierras el gran misterio
Del purísimo tesoro,
De todo el mundo remedio.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

Salve, báculo y descanso,


Del Pastor, divino sueño;
Que por buscar el rebaño
Ha dado el último aliento.

Prendedme de vuestros clavos, preciosísimo


madero

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Señor mío Jesucristo, que te dignaste redimir al mundo eligiendo el


instrumento de la Santa Cruz, concédenos  por la virtud que
comunicaste a este sagrado leño, que merezcamos cargar la Cruz de
nuestro estado con resignación y perseverancia y que merezcamos
ver gloriosamente en el cielo tan lucido estandarte. Amén.

A LA SANTA CRUZ

Venid oh cristiano
La Cruz adoremos,
La Cruz ensalcemos
De nuestro Jesús.
Dichosa esa alma
Que tiene presente
A quien con ardiente
Afecto le amó.

¡Oh Cruz adorable


Yo te amo, te adoro.
De gracias tesoro,
Emblema de amor!

Quisiera imprimirte,
Grabarte en mi pecho,
En llanto deshecho,
Deshecho de amor.

¡Oh almas amantes!


Venid al reposo,
Jesús que amoroso
La Cruz abrazó.

SEGUNDO DIA

Te saludo, Cruz Santísima, con todos los Santos Patriarcas, y doy al


Señor con ellos todas cuantas gracias puedo, porque se dignó
honrarte queriendo que fueses adorada de las gentes, y lo que es más
de la Reina de los Angeles, con aquella adoración que sólo se debe a
su Majestad Santísima, que sea alabada para siempre. Amén.

TERCER DIA

Te saludo, Cruz Santísima, con los Santos Profetas, y doy al Señor


con ellos, todas cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte
poniendo en ti el fundamento de la militante Iglesia, adornada de los
siete sacramentos  y demás misterios que en virtud veneramos,
porque seas alabada en los siglos de los siglos. Amén.

t
CUARTO DIA

Te saludo, Cruz Santísima, con todos los Santos Apóstoles,  y doy al


Señor con ellos, todas cuantas gracias puedo, porque se dignó
honrarte haciendo que en tu virtud se convirtieran tantas almas, así de
obstinados pecadores como de apóstatas y gentiles, que alumbrados
de tu indeficiente luz abjuran de sus errores, confesando una fe, un
bautismo, una Iglesia, una verdadera ley y un Dios y Señor de todo,
que ser adorado para siempre. Amén.

QUINTO DIA

Te saludo, Cruz Santísima, con todos los Santos Evangelistas,  y doy


al Señor con ellos, todas cuantas gracias puedo, porque se dignó
honrarte haciendo que en tu virtud se salven tanta infinidad de almas,
siendo Tú la llave maestra que a todos les franqueas el Paraíso  para
gozarte en la gloria cantando a Dios alabanzas por toda la eternidad.
Amén

t
SEXTO DIA

Te saludo, Cruz Santísima, con todos los Santos Mártires,  y doy al


Señor con ellos, todas cuantas gracias puedo, porque se dignó
honrarte haciendo que en tu invención milagrosa se halle el más
precioso tesoro que venera nuestra fe, suscitando en él sus antiguas
maravillas con destrucción de los ídolos,  confusión de los gentiles y
crédito de su loable providencia, que sea alabada por siempre. Amén.

t
SÉPTIMO DIA

Te saludo, Cruz Santísima, con todos los Santos Confesores,  y doy al


Señor con ellos, todas cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte
obrando en tu virtud, aquel admirable triunfo que en las Navas de Tolosa
hizo cantar a los fieles la victoria con la vista rubicunda de su Santísima
Imagen, y sobre todo por el triunfo que consiguió del demonio, quedando
éste confundido y adorada la Majestad verdadera que sea ahora y siempre
venerada en la Santísima Cruz. Amé

OCTAVO DIA

Te saludo, Cruz Santísima, con todas las Santas Vírgenes y muy en


particular con la primacía de ellas  y doy al Señor con ellas, todas cuantas
gracias puedo, porque se dignó honrarte permitiendo el que fueses
restituida con gloriosa exaltación al mismo lugar en que antes te habías
visto exaltada por el autor de la vida, con el aplauso que ahora hace
venerarte como preciosa reliquia; llenando al mundo de admiración y
milagros, para que así confesemos lo que debemos a Dios en la Santísima
Cruz y que sea adorada para siempre. Amén.

NOVENO DIA

Te saludo, Cruz Santísima, con todos los justos de la tierra y cortesanos


del cielo; y doy al Señor con ellos, todas cuantas gracias puedo, porque se
dignó honrarte proveyendo en tu virtud muchos frutos, que redunda a la
Católica Iglesia, en la expulsión de demonios, extirpación de herejías,
dilatación de la fe, exaltación de su Santísimo nombre y demás misterios
que confesamos, para honra y gloria de Jesús que en la Cruz y con la Cruz
sea alabado eternamente. Amén.

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