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ACTUACION ENFERMERA ANTE PARADA CARDIORESPIRATORIA (PCR) EN

UCI, U.CORONARIA y REANIMACION

INTRODUCCIÓN.

La parada cardio-respiratoria (PCR) es una de las principales causas de muerte, y se


considera un problema sanitario de primera magnitud para la Salud Publica. En el
mundo industrializado afecta entre 30 y 55 personas por cada 100.000 habitantes/año
y con una supervivencia que en el mejor de los casos no llega al 8%.

En España, extrapolando las cifras descritas en otros países de muertes por PCR solo
hospitalarias y subsidiarias de reanimación; y teniendo en cuenta el número de
ingresos hospitalarios anuales, según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo,
podría estimarse que supera la cifra de 19.000 al año.

Existe la evidencia de que puede reducirse la mortalidad y las secuelas que causan las
PCR en el hospital si se mejora la respuesta asistencial. Las técnicas de RCP, tal como
las conocemos actualmente son una herramienta muy eficaz, ya que la PCR constituye
una urgencia vital e inmediata. Requiere una actuación rápida y correcta, que no
puede improvisarse ni demorarse, para salvar la vida del paciente, siendo fundamental
garantizar una respuesta óptima a esta situación.

En nuestro país el Protocolo de Reanimación Cardiopulmonar es el promulgado por el


Plan Nacional de RCP de la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades
Coronarias (SEMICYUC), basado en las recomendaciones establecidas por el European
Resuscitation Council (ERC), la American Heart Association (AHA) y el International
Liaison Committee on Resucitation (ILCOR).

Tras una PCR en el ámbito hospitalario y más aún en Unidades de Críticos, la división
entre SVB y SVA es arbitraria y en la práctica, el proceso de resucitación es un
continuo. El personal clínico debe ser capaz de llevar a cabo la resucitación
cardiopulmonar (RCP) en todos sus aspectos.

El presente documento pretende facilitar el trabajo clínico que incluye un conjunto de


actividades y/o procedimientos relacionados con la actuación de enfermería ante la
parada cardiorespiratoria en adultos, en el contexto de nuestras unidades de Críticos
(UCI, U. Coronaria y Reanimación).

La gran responsabilidad al enfrentar situaciones de paro cardiorrespiratorio no


puede dejarse al azar y todo servicio de Medicina Intensiva debe mantener sistemas
organizados de respuesta a tales situaciones.

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OBJETIVOS

Objetivo principal
Responder de forma adecuada a situaciones de PCR y/o cualquier agravamiento rápido
y alarmante de un paciente que ponga en riesgo su vida y requiera de ayuda
inmediata.

Objetivos específicos
1. Detectar y tratar de forma precoz las situaciones susceptibles de desencadenar una
Parada cardiorrespiratoria.
2. Sustituir inicialmente y restablecer posteriormente las funciones básicas
respiratoria, circulatoria y de prevención del daño cerebral hipóxico.
3. Incidir en la importancia de la Desfibrilación temprana.
4. Realizar los cuidados inmediatos postparada cardiorespiratoria.

CONCEPTOS ESENCIALES

Paro cardiorrespiratorio (PCR).


Situación clínica que cursa con interrupción brusca, inesperada y potencialmente
reversible de la circulación y de la respiración espontánea. Si esta situación de muerte
clínica no se revierte en los primeros minutos de evolución, desemboca
irremediablemente en la muerte biológica.

Resucitación cardiopulmonar (RCP).


Comprende un conjunto de maniobras estandarizadas de aplicación secuencial
encaminadas a revertir el estado de PCR, sustituyendo la respiración y la circulación
espontáneas e intentando su recuperación, de forma que existan posibilidades
razonables de recobrar las funciones cerebrales superiores. La RCP tradicionalmente se
divide en 2 niveles: el básico y el avanzado.
El básico es el que puede realizar cualquier persona, sin necesidad de tener una
formación sanitaria, ya que los conocimientos y destrezas necesarias para su
realización son muy sencillos y de fácil aprendizaje. En cambio, la RCP avanzada debe
realizarla personal sanitario y para efectuarla se precisa de formación específica y de
equipamiento adecuado.

Soporte Vital.
Engloba al concepto de RCP y es más amplio que este, pues incluye la prevención de
las situaciones críticas, el manejo de las emergencias en el escenario donde se
producen y los cuidados intensivos iniciales.

Cadena de supervivencia.
Comprende el conjunto de maniobras que deben llevar un orden para que sean
efectivas, si cualquiera de ellas se demora, no se hace o se hace incorrectamente, la
supervivencia resulta afectada.

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Compresiones de alta calidad.
Significa aplicar compresiones con la profundidad y la frecuencia correctas,
asegurándose de no permanecer apoyado sobre el tórax para permitir la
descompresión y manteniendo las interrupciones al mínimo absoluto.

Desfibrilación precoz.
Se podría decir que es la “llave para la supervivencia”. Los
mejores resultados en el tratamiento de la fibrilación
ventricular se logran cuando se desfibrila en los primeros 90
segundos. El objetivo es llevarla a cabo antes de los tres
primeros minutos.

La DF se consigue en un 90% de ocasiones si se efectúa en los primeros 90 segundos,


y es más eficaz cuando se hace RCP inmediata, de tal manera que por cada minuto de
retraso en la RCPB, la DF fracasa más y la probabilidad de supervivencia disminuye
en un 10%.

ACTUACION DE ENFERMERIA ANTE LA PCR EN UNIDADES CON PACIENTE


MONITORIZADO

Tras la detección de la PCR, la división entre soporte vital básico y soporte vital
avanzado es una línea muy fina y en la práctica, el proceso de resucitación se realiza de
forma continua y está basado en el sentido común. La prevención de la parada
cardiaca adquiere una importancia esencial y requiere formación del personal,
monitorización de los pacientes, reconocimiento del deterioro del paciente (signos
predictores) y una respuesta eficaz.

Nuestro primer paso será la aplicación de la denominada “cadena de supervivencia”,


esto es, el conjunto de maniobras que deben llevar un orden para que sean efectivas,
si cualquiera de ellas se demora, no se hace o se hace incorrectamente, la
supervivencia resulta afectada. El reconocimiento precoz del paciente que está
deteriorándose y la prevención de la PCR es el primer eslabón de la cadena y pone de
relieve la importancia de una monitorización intensa de forma que se pueda actuar, en
muchos casos, antes de que La PCR se produzca. Los pasos son:

Cadena de supervivencia según AHA en PCR intrahospitalaria.

1. Reconocer e identificar de forma precoz la situación de riesgo de parada cardiaca.

2. Pedir ayuda para que el tratamiento precoz pueda prevenir/revertir la parada.

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3. Iniciar RCP básica de forma precoz (en menos de 1 min). La RCP inmediata puede
doblar o triplicar la supervivencia.

4. Desfibrilación precoz. La RCP con desfibrilación en menos de 3 minutos tras el paro


pueden conseguir unas tasas de supervivencia del 49%-75%. Cada minuto de retraso
en la desfibrilación reduce la probabilidad de supervivencia en un 10%-12%.

5. RCP Avanzada y Manejo del síndrome postparada: Se debe iniciar la RCPA en


menos de 8 min (aislamiento de vía aérea, fármacos…). Aproximadamente el 70% de
los pacientes que recuperan la circulación espontánea, fallecen en los primeros días.
Por lo que se debe establecer los cuidados e intervenciones necesarias para restaurar y
mantener la calidad de vida.

Prevención de la PCR

En gran parte de los pacientes que sufren una PCR en el hospital existen signos clínicos
de deterioro en las horas previas a la parada cardiaca de forma que toma una especial
importancia una vigilancia intensa y avisar ante cualquiera de estos predictores de
PCR:

Cambio agudo en la frecuencia cardiaca (FC) del


paciente (menor de 40, mayor de 130 lpm).

Cambio agudo en la presión arterial sistólica


(PAS) del paciente, (menor de 90 mmHg).

Cambio agudo en la frecuencia respiratoria (FR)


(menor de 8, o mayor de 30 respiraciones por
minuto).

En paciente con oxigenoterapia, descenso agudo en la saturación de oxigeno (SatO2)


periférica a menos de 90%.

Cambio agudo en el nivel de consciencia (o convulsiones, o signos premonitorios de


accidente cerebrovascular)

Cambio agudo en el volumen urinario a menos de 50 ml en 4 horas.

Reconocimiento de la PCR

Reconocimiento de ritmo de PCR en el monitor.

Dar la alarma de PCR y pedir ayuda.

Solicitar carro de RCP y desfibrilador y dejar dispuesto para su uso el aspirador de


secreciones.

Si paciente previamente no sedado, valorar el nivel de consciencia.

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Si paciente no intubado, comprobar brevemente que no hay respiración o que ésta no
es eficaz (jadeos, boqueos, gasping).

Valorar la existencia del pulso, durante no más de 10 segundos.

Si confirmamos PCR, iniciar maniobras de RCP (en menos de 1 min).

Inmediatamente después del reconocimiento de una PCR deben comenzarse las


maniobras de resucitación, se comenzará con soporte vital básico (SVB) hasta la
llegada de ayuda con el desfibrilador, momento en el que se continuará con el soporte
vital avanzado (SVA). Recordando que debe primar las compresiones de calidad sobre
la ventilación, y la desfibrilación precoz si lo precisa, sobre la RCP.

Secuencia C-A-B (compresiones, abrir vía aérea y ventilación)

En los primeros minutos tras la PCR, la PaO2 esta mantenida, de ahí que se prioricen
las compresiones para distribuir el O2 a tejidos y órganos.

Iniciar compresiones torácicas (30):

Frecuencia: 100 - 120 compresiones/minuto y profundidad de 5 cm.

Permitir que el tórax se expanda completamente tras cada


compresión.

Intentar cambiar la persona que hace las compresiones torácicas


cada 2 minutos.

Reducir al mínimo las interrupciones de las compresiones.

Asegurar permeabilidad de vía aérea:

Si no TOT: relación 30/2

Utilizar la maniobra frente-mentón para ventilar


adecuadamente.

Colocación de cánula orofaríngea (Guedell ).

Oxigenación:

Ventilación con Ambu conectado a una toma de oxígeno tan pronto como sea
posible. Si el paciente está conectado a respirador (VMI), valorar desconexión y
ventilación con Ambu para evitar alarmas de presiones. (Cuando se realiza RCP en
pacientes con TOT, el masaje cardiaco puede generar presiones intratorácicas
elevadas).

Seguir un ritmo de 10 -12 insuflaciones por minuto una vez aislada vía aérea.

Administrar suficiente volumen para producir una elevación normal del tórax.

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Evitar hiperventilar tanto en frecuencia como en volumen.

Circulación:

Asegurar un acceso venoso en cuanto sea posible.

Si ya tenemos vía venosa, comprobar


permeabilidad.

RITMOS DE PCR

Los ritmos cardiacos asociados con PCR se dividen en dos grupos:

DESFIBRILABLES: Fibrilación Ventricular / Taquicardia Ventricular Sin Pulso (FV / TVSP)

NO DESFIBRILABLES: Asistolia y Actividad Eléctrica sin Pulso (AESP).

La diferencia en el manejo de estos dos grupos radica en la necesidad de realizar la


desfibrilación en los pacientes con FV/TVSP. Las acciones subsiguientes son comunes
en ambos grupos (compresiones, manejo de vía aérea, oxigenación, uso de adrenalina,
identificación y corrección de factores causantes…)

TRATAMIENTO RITMO DESFIBRILABLE. (Ver Algoritmo)

En cuanto tengamos disponible el monitor-desfibrilador:

Si se dispone de parches de desfibrilación autoadhesivos utilizarlos preferiblemente, si


no utilizar palas convencionales, colocándolos sin interrumpir las compresiones
torácicas.

Identificar si se trata de ritmo de PCR desfibrilable, estos son: la Fibrilación Ventricular


(FV) y la Taquicardia Ventricular Sin Pulso (TVSP).

TVSP

FV

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En nuestras unidades se dispone de desfibriladores manuales, por
lo que debemos estar entrenados para identificar los diferentes
ritmos y actuar en referencia al ritmo identificado.

Si la descarga está indicada:

1. Cargar el desfibrilador mientras otro reanimador continúa las compresiones


torácicas. Una vez cargado, asegurarse de que ya nadie toca al paciente y administrar
la descarga. Al tratarse de monitores bifásicos, administraremos una descarga inicial
de 150-200J.

La descarga de la desfibrilación se deberá conseguir con una interrupción de las


compresiones de no más de 5 segundos.

2. Reiniciar inmediatamente RCP 30:2 durante 2 minutos y reevaluar el ritmo y pulso.

3. Si persiste ritmo desfibrilable dar una segunda descarga. Ir incrementando la carga


escalonadamente según la carga inicial que se haya realizado.

4. Repetir ciclo anterior.

5. Administrar Adrenalina 1mg y 300mg de Amiodarona tras la tercera descarga.

6. Si persiste situación, tras 5ª descarga administrar adrenalina 1mg y 150mg de


Amiodarona.

TRATAMIENTO DE RITMO NO DESFIBRILABLE. (Ver Algoritmo)

Para algunos autores la ASISTOLIA (ausencia de actividad eléctrica en el trazado del


ECG) no es una arritmia sino la manifestación sombría de un corazón agonizante. Los
pacientes que muestran asistolia en el monitor tienen tasas de supervivencia muy
bajas, apenas de 1% a 2%.

La presencia de alguna actividad eléctrica diferente de la fibrilación ventricular o de la


taquicardia ventricular en ausencia de pulso identifica la AESP (Actividad Eléctrica Sin
Pulso).

Si nos encontráramos ante una Asistolia, o Actividad Eléctrica Sin Pulso (AESP):

Asistolia AESP

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1. Iniciar inmediatamente RCP 30:2

2. Administrar Adrenalina en cuanto sea posible. Repetir si se precisa cada 3-5


minutos.

3. Reevaluar cada 2 minutos ritmo y presencia de pulso. Si ausentes reiniciar


maniobras de resucitación.

Si reevaluando cada paso se determina que todo ha sido ejecutado adecuadamente y


persiste la situación luego de veinte minutos, hay que considerar suspender las
maniobras.

No invertir más de 10 segundos en las reevaluaciones.


Ante duda, reiniciar las maniobras de RCP.

OTRAS ACTUACIONES ENFERMERAS EN SVA

Si bien es recomendable el mantenimiento de una vía aérea permeable y la colocación


de un tubo orotraqueal es el método de elección para sellar y mantener la vía aérea
permeable, no hay evidencias de que la Intubación orotraqueal (IOT) mejore la
supervivencia en caso de PCR.

La prioridad inicial, en caso de que el paciente no este intubado, será administrar una
oxigenación adecuada con Ambu y mascarilla, ayudándonos de cánula orofaringea,
hasta que se den las condiciones adecuadas para realizar la intubación.

Preparación del material para la intubación:

Laringoscopio (comprobando su correcto funcionamiento), tubo orotraqueal de varios


tamaños (comprobar la integridad del balón neumático), lubricante (tipo Silkospray ®)
y venda para la fijación del tubo. Colaborar en la intubación. Deberia realizarse en
menos de 30 seg.

No interrumpir las compresiones para administrar fármacos y lo menos posible para el


paso del TOT por las cuerdas vocales.

Preparación de fármacos, según las últimas recomendaciones:

Adrenalina 1mg, y amiodarona 300mg en FV/TVSP.

Si no se dispone de amiodarona, se puede utilizar como alternativa lidocaína.

No se recomienda la administración de medicamentos a través del tubo endotraqueal,


si no se puede conseguir un acceso intravenoso, los fármacos deben ser administrados
por vía intraósea.

No se recomienda la utilización rutinaria de atropina en la asistolia ni en la actividad


eléctrica sin pulso (AESP).

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Cuidados en el síndrome postparada.

Una vez asegurada la vía aérea y conseguida una estabilización inicial del paciente, se
iniciará la fase inmediata (primeros 20 minutos) del manejo en el síndrome postparada
procediendo a:

Valoración inicial.

Valoración del estado de consciencia (mediante la escala de Glasgow).

Monitorización de ECG y control de saturación de oxígeno por pulsioximetría (SpO2),


presión arterial, temperatura y glucemia.

Asegurar la continuidad de cuidados y registro de los mismos.

CONSIDERACIONES

Todos los profesionales sanitarios deberían ser capaces de reconocer una PCR, solicitar
ayuda y comenzar la resucitación.

Nunca se enfatizara suficientemente la importancia de las compresiones torácicas de


calidad ininterrumpidas.

En caso de FV/TVSP la desfibrilación precoz (- 3 min) es prioritaria.

Si es posible, asegure la vía aérea para permitir compresiones continuas.

Todo equipamiento de resucitación necesita ser comprobado regularmente y estar


listo para su uso.

LECTURAS RECOMENDADAS

Recomendaciones para la Resucitación 2015 del Consejo Europeo de Resucitación


(ERC). Resumen Ejecutivo. (Lectura obligada).

Actualización de las Guías de la American Heart Association (AHA) para reanimación


cardiopulmonar (RCP) y Atención Cardiovascular de Emergencia (ACE) de 2015.

Manual de Soporte Vital Avanzado de la SEMICYUC.

Libro del proveedor de SVCA-ACLS. Material complementario. (AHA).

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