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Emociones expresadas, emociones superadas

Una guía para lograr el equilibrio psicológico a través de la gestión de nuestras emociones.
Por Ciara Molina
Piensa, siente y actúa
En los últimos años es de observarse un incremento en enfermedades o trastornos asociados
a la mala gestión emocional, y si tomamos en cuenta la premisa con la que trabaja la autora:
las personas pensamos, nos emocionamos y actuamos, lo que nos lleva a que si pensamos
en positivo, sentimos en positivo y actuamos en positivo recuperamos la paz interior.
Algo que es innegable es que la actitud determina el estado de ánimo, por lo tanto muchas
veces no es la situación la que determina lo que pensamos, sentimos y hacemos sino más
bien la actitud que asumimos ante eso que nos pasa, lo importante es salir de la zona de
confort que muchas veces aprisiona. Si tomamos en cuenta eso podemos afirmar que el
único responsable de mis emociones soy yo mismo, yo elijo de acuerdo a mis creencias o
experiencias vividas de tal forma que si existe un cambio en uno de los tres eslabones de
pienso, siento y actuó eso produce un cambio en los otros dos.
La interpretación que se hace de la vida, lleva a activar una serie de mecanismos de defensa
para sobrevivir. Y es ahí donde entra la psicología cognitiva la cual va ayudar a las
personas a identificar los patrones de pensamiento, así lograr modificar la emoción y por
ende la forma de actuar.
Pensamientos positivos o negativos, tú eliges
Los pensamientos negativos generan una enorme cantidad de malestar, desde cambios de
hábitos hasta pérdida de control de la realidad, sintiendo sobre todo tristeza, irritabilidad y
alteraciones psicosomáticas. Los pensamientos positivos por su parte provocan todo lo
contrario, como: manifestaciones de felicidad, bienestar, amor y salud física además de
potenciar el optimismo, reconocer que el estar en paz mejora la comunicación con uno
mismo y con los demás, activa la voluntad, incrementa la creatividad, mejora la memoria,
la atención, normaliza el nivel de azúcar, la secreción de endorfinas, en la sangre entre
otros. Estas últimas se producen a partir de sensaciones agradables o cualquier situación en
la que se experimenta sentirse bien. Por lo tanto hacer lo que nos gusta produce endorfinas
y las endorfinas hacen que las cosas nos gusten.
Algo importante es ejercitar el cerebro en su parte racional como en su parte emocional,
iniciando con tener una actitud positiva, receptiva a los momentos agradables, como lo
menciona el doctor Wayne Dyer, “te conviertes en lo que piensas, quieras o no”, por lo que
el primer paso es cambiar la forma de pensar, creer que somos capaz de hacerlo, además de
visualizar lo que queremos atraer y dejar que llegue en el momento adecuado. En si tomar
conciencia de que tenemos el control sobre la emoción que nos provoca cierta situación y
actuar de forma adecuada, armonizando lo uno piensa, lo que uno siente y como actuamos.
Empecemos por realizar afirmaciones positivas, a fuerza de tanto decirlo se convierte en
realidad, lo cual permite realizar cambios en la perspectiva que tenemos del mundo, y por
lo tanto en la vida diaria, con ello nos damos cuenta que somos los dueños de nuestro
propio destino.
Muchas veces la imagen que tenemos de nosotros mismos y como nos percibimos,
determina lo que hacemos. Realizar el dibujo de uno mismo ayuda a ser consciente de esa
imagen y permitirnos realizar cambios positivos .

Sensación, emoción y sentimiento.


Trabajar con pensamiento, emoción y conducta son objetivos que se propusieron los
psicólogos Peter Salovey y John D. Mayer en los años noventa llamándolo inteligencia
emocional. Definiéndola como la habilidad de percibir, entender, razonar y manejar
emociones de uno mismo o de los demás, incluyendo la capacidad de ser conscientes de
estas emociones y como afectan o interactúan con el resto de inteligencias, cognoscitivas o
tradicionales.
Sensación, emoción y sentimiento son conceptos que se tienden a confundir habitualmente,
por lo que entenderemos como sensación la impresión meramente física que se percibe a
través de los sentidos; la emoción es la respuesta que aparece después de la percepción de
la sensación, se manifiestan de manera abrupta puesto que no interviene la parte racional,
en este concepto se pueden distinguir ocho emociones básicas, cuatro primarias y cuatro
secundarias que se manifiestan de manera diferente.
Las cuatro emociones básicas son: 1) alegría: diversión, euforia, gratificación, sensación de
bienestar; 2) Cólera: rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad; 3) miedo: anticipación
de un peligro, ansiedad, incertidumbre, inseguridad; 4) Tristeza: melancolía, soledad,
pesimismo.
Las emociones secundarias por su parte dependen de la cultura de cada persona y de su
propia historia existencial y son: 1) Amor: aceptación, afinidad, confianza, 2) Aversión:
disgusto, asco, repugnancia; 3) Sorpresa: asombro, sobresalto, desconcierto; 4) Vergüenza:
culpa, pena, remordimiento.
Todas estas emociones por lo regular se combinan entre si
El sentimiento a su vez es la expresión mantenida en el tiempo de las emociones, ya que se
vinculan a la percepción de las emociones a través de la mente.
Por lo que se puede decir que al simular pensamientos y emociones positivas el cerebro se
puede autoengañar para favorecer o huir de los estados emocionales que se estén viviendo,
teniendo el poder de cambiar la vida, y favorecer el equilibrio emocional.

Educación emocional versus educación curricular


Partiendo de la premisa, que necesitamos de la educación para conseguir que el individuo
aprenda a conocerse a sí mismo, y así poder entenderse y relacionarse armónicamente.
Se puede decir que en realidad la educación que se brinda en las escuelas no corresponde a
esto ya que la mayoría de las veces solo focaliza la atención en determinadas capacidades,
basadas regularmente en asignaturas.
Educar se ha convertido en un proceso de reproducción de contenidos que favorecen la
competencia, el individualismo, la discriminación, el materialismo, olvidándose de los
valores humanos en los que se debe basar: la amistad, solidaridad, armonía, bondad,
colaboración, equilibrio, generosidad, honestidad en fin, desafortunadamente los docentes
en la gran mayoría están incapacitados para brindar esta educación ya que nadie puede dar
lo que no tiene .
El objetivo entonces en cualquier sistema educativo debe ser encontrar el espacio donde el
alumno pueda crecer personalmente, que encuentre el camino hacia el desarrollo. La
escuela entonces debe promover el desarrollo de la capacidad de crear, observar, potenciar
la curiosidad, dejar de fijarse solo en el razonamiento, y dejarlos ser lo que ellos quieran
ser. Y pasar de una educación en la competencia a una educación que promueva las
relaciones sociales, el aprender por el placer de aprender.
Los padres además de proporcionar alimento, seguridad, amor deben participar en la
educación emocional de sus hijos así el niño no necesitara nada más para crecer y esto a su
vez es un apoyo a la escuela ya que de nada serviría que los maestros eduquen
emocionalmente si llegando a casa no se aplica.
Me emociono aquí y ahora
Vivimos preocupados por un pasado que no podemos cambiar e inquietos por un futuro
que desconocemos, olvidándonos del presente, que es eterno y desde donde pensamos,
sentimos y actuamos.
El pasado por su parte aporta la experiencia en que basamos el aprendizaje, mientras que en
el futuro apoyaremos las visualizaciones de nuestro desarrollo personal. La clave está en
aprender a gestionar el tiempo, saber quiénes somos, que nos idéntica y lo que queremos
para nuestra vida.
Por lo que es importante conocer de dónde venimos , lo que hemos vivido a través de
nuestra historia personal , tomar conciencia de nuestro pasado, que favorecerá el presente
como parte ya experimentada y por lógica nos ayuda a crecer y por lo tanto visualizar un
mejor futuro, esto también si empezamos a pensar de forma positiva.
Mindfulnes: atención y conciencia plena
Nuestro compromiso está condicionado por toda una serie de acontecimientos que rigen
cuerpo y mente. Todo lo que se vive tiene un pensamiento, que nos lleva a sentir y tener
esa conciencia plena, por lo tanto el mindfulnes se basa en el conocimiento que la persona
tiene de sí misma, al sincronizar cuerpo, mente y espíritu.
Por lo que puede entenderse como la presencia atenta y reflexiva de lo que sucede en un
momento concreto, aquí y ahora, aceptando la experiencia tal y como se da sin prejuicios.
Como dijo Albert Einstein “ten la mente abierta a todo y atada a nada”.
De acuerdo la filosofía Budista la concentración (samadhi), se entiende como la atención
dirigida a alguien o algo durante un tiempo específico, sin distracciones.
Comprensión profunda (prajña) entendida como la contemplación de lo que sucede con la
mayor profundidad posible

Desafortunadamente la educación que ha impartido en las escuela se ha preocupado de la


parte de los conocimientos y ha dejado por mucho a un lado la parte emocional como parte
de una sociedad que está acostumbrada a esconder sus sentimientos, generando así
malestares y frustraciones.
Para poder superar esa situación se hace necesario trabajar las emociones en el ahora
favoreciendo la descarga de tensión emocional, recuperando así la paz interior a través del
mindfulness (atención y conciencia plena).

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