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Bajo el signo del vínculo

Introducción

Debemos renunciar a la causalidad lineal. La invitación a


descubrir los hallazgos de los otros impide caer en el
dogmatismo. En una galaxia de determinantes, cada historia
de vida es una aventura mica!
El alma " el cuerpo son inseparables. #Los ojos de mi alma "
de mi cuerpo no tienen lenguajes di$erentes... %&n día, hace
"a muchos a'os, conocí a un grupo de sabios extra'os "
condescendientes. (uando me presente en el servicio de
neurocirugía parisiense, donde acababa de ser nombrado, vi
venir hacia mí al je$e " a su asistente. )mbos cojeaban.
&n poco despu*s llegaron el interno, el externo " las
en$ermeras. +ambi*n ellos cojeaban. o me atreví a expresar
mi sorpresa en voz alta pero puedo asegurar -ue resulta
bastante insólito ver a todo un servicio de m*dicos, de
investigadores " de psicólogos desplazarse de un lado a otro
ren-ueando todos al mismo tiempo
ase un a'o en ese servicio en contacto con gente
apasionante. (onocían todo sobre el cerebro/ su anatomía, su
$uncionamiento, las perturbaciones precisas provocadas por
las heridas ", a veces, el medio de remediarlas. 0abían utilizar
ma-uinas maravillosas -ue captaban la electricidad de las
neuronas " otras -ue trans$ormaban en colores las zonas
cerebrales en el momento en -ue esos sectores trabajaban
intensamente. odían predecir, con solo mirar la imagen del
cerebro, -ue movimiento se disponga a hacer la persona
observada o -ue emoción experimentaba 1uan antes de -ue
ella tomara conciencia

)l cabo de un a'o, una amable secretaria me comunicó -ue


no se me renovaría el contrato. En sus medias palabras creí
entender -ue se me reprochaba no cojear. 2elizmente,
conseguí de inmediato otro puesto en un 0ervicio de
psi-uiatría de )lpes3de 4aute3rovence. (uando me presente
en el lugar, vi avanzar desde el $ondo del corredor al je$e del
servicio " a su asistente, -ue venían a recibirme. +ambi*n
ellos ren-ueaban pero no del mismo pie. 5e resultó bastante
insólito comprobar -ue tantos m*dicos, investigadores "
psicólogos andaban uno junto al otro cojeando. 6 me pregunte
por -ue no cojeaban del mismo pie. )-uellos practicantes
eran apasionantes. (onocían todo del alma, del espíritu/ su
nacimiento, su desarrollo, sus con$lictos intrapsi-uicos, sus
aspectos subterr7neos " los medios de explorarlos.

ase un a'o en contacto con a-uellos sabios. ero cuando


una amable secretaria me dijo -ue no me renovarían el
contrato, en sus medias palabras creí comprender -ue, una
vez m7s, se me estaba reprochando no cojear. 5e sentí mu"
irritado. or lo tanto, decidí protestar ante el (onsejo nacional
de racticantes, presidido por el pro$esor 1oel 5ascotica, el
gran psicoanalista, " Donald 8rosslocher, el neurocirujano.
5ientras los esperaba en la pomposa sala del (onsejo, me
sentía mu" intimidado " cuando me puse de pie para
recibirlos, -uede estupe$acto al ver -ue ambos ren-ueaban,
pero uno del pie derecho " otro del iz-uierdo.
(uando $ue pronunciada la sentencia, oí -ue en e$ecto "o no
podía continuar ni en el servicio de neurología ni en el de
si-uiatría por-ue no cojeaba. Entonces dije/ #se'ores
acad*micos, deseng7'ense. &stedes creen -ue ando derecho
pero, en realidad, cojeo de los dos pies%.9 5i con$esión los
desconcertó e intrigo al pro$esor 5utter, de 5arsella, -uien
$ormaba parte del jurado " se sintió mu" interesado, pues
nunca había visto a nadie cojear de ambos pies. 0e preguntó
si esta manera extra'a de andar no podría existir, llegado el
caso, producir alguna idea nueva " me invita trabajar con *l.

(ada uno cojeaba de un pie di$erente, eso era todo. 6 se


apo"aba pre$erentemente sobre una pierna hipertro$iada al
tiempo -ue ignoraba la otra -ue se atro$iaba.
Este libro es el resultado del recorrido particular -ue siguieron
algunos caminantes -ue cojearon de los dos pies por
senderos de cabras.
#:uienes creen en la materialidad del alma piensan como
vacas. :uienes creen -ue el alma no tiene sustancia piensan
todavía peor.%
Desde la 8recia cl7sica, ;ccidente distinguió entre la energía
animal -ue impulsa el cuerpo " la opuso a la razón -ue
gobierna el espíritu. Esa posición $acilitó el estudio del cuerpo,
entendido este como una
elevadas concepciones de lascosa,
almas"et*reas.
$avoreció las bellas "
Descartes, acusado de dualismo, extendió una pasarela al
asegurar el alma sin sustancia a la bita de la epí$isis, situada
en medio del cerebro. Esta improbable ligadura convergió con
la representación del hombre cortado en dos/ la materia de su
cuerpo estaba vinculada por un delgado hilo a su alma
inmaterial. Los sorprendentes logros clínicos de las im7genes
del cerebro asociados a la clínica neurológica " a la psicología
ho" permiten abordar el problema de otro modo.

Interrogando a investigadores de di$erentes disciplinas, es


posible aclarar los siguientes problemas. )lgunas personas
parecen invulnerables. 0oportan con una sonrisa las perdidas
" heridas inevitables de la existencia. )caba de descubrirse
-ue esas personas poseen un gen -ue $acilita el transporte de
serotonina, un neuromediador, una sustancia -ue lucha contra
las emociones depresivas. Existir7 un gen de la resiliencia<
los pe-ue'os portadores de serotonina, serían capaces de
organizar un estilo de existencia apacible -ue no solo evitaría
la depresión sino -ue adem7s permitiría -ue la persona se
regocijara a pesar de todo. &n pensamiento $7cil nos hace
suponer -ue cuando uno es desdichado, basta con re$ugiarse
en los brazos de la $elicidad. La organización cerebral arroja
una sombra sobre esta idea demasiado simple. Los circuitos
neurológicos del dolor desembocan en zonas del cerebro
lindantes con las zonas de las emociones $elices. La
orientación de las in$ormaciones se desvía por el motivo m7s
mínimo. &n encuentro a$ectivo, una palabra o un circuito
neuronal trazado en la in$ancia pueden hacernos pasar de la
$elicidad a la pesadumbre.

(uando en el siglo =I= se descubrió el archipi*lago del


inconsciente, 2reud, al abordar la isla de la >epresión,
presintió -ue, en la bruna lejana, se per$ilaban los acantilados
de la #>oca de lo Biológico?. En a-uella *poca, las
neurociencias no permitían navegar a-uellas aguas distantes.
ero ho" las neuroimagenes " los datos etológicos envían
sondas a esas pro$undidades. El explorador descubre
entonces otro inconsciente, biológico, di$erente del
inconsciente $reudiano " sin embargo asociado a este de
manera con$lictiva, como dos caballos -ue tiran del mismo
carruaje en direcciones opuestas.

(uriosa imposición de la condición humana/ sin la presencia


de otro no podemos llegar a ser nosotros mismos, como lo
revelan en el esc7ner las atro$ias cerebrales de los ni'os
privados de a$ecto. ara poder desarrollar nuestras aptitudes
biológicas estamos obligados a apartar la atención de nuestro
centro a $in de experimentar el placer " la angustia de visitar el
mundo
debemos mental de los dem7s.
ser amados. ara llegar
El cerebro, -ue aera
ser lainteligentes,
causa del
impulso hacia el mundo exterior, se trans$orma en la
consecuencia de nuestras relaciones. 0in apego no ha"
empatía. El #"o% no puede vivir solo. 0in empatía nos
volvemos s7dicos, pero demasiada empatía nos conduce al
maso-uismo. La vejez -ue acaba de nacer "a no es lo -ue
era. La representación del tiempo se dilata cuando las
personas de edad avanzada se preocupan por lo in$initos "
recuerdan su largo pasado. 0u memoria di$erente re$uerza su
identidad, optimiza lo -ue "a sabían " renuncia al
conocimiento d*bilmente ad-uirido. Los ancianos redescubren
a Dios, -uien constitu"e para ellos una base de seguridad,
mientras -ue la neurosicología nos explica el misterio de un
hombre -ue debe ser a la vez neurológico, emocional "
pro$undamente cultural, con lo cual nos propone una nueva
teoría del 4ombre.
L;0 5;>BID;0
)2E(+I@;0

4asta el momento, hemos $abricado una representación del


hombre cortada en dos partes separadas. 0in embargo, es tan
inconcebible un hombre sin alma como un alma sin hombre.
)I $inal del libro, Aodr7 ese hombre andar sin cojear< El
pensamiento perezoso es un pensamiento peligroso
ues, al pretender haber encontrado la causa nica de un
su$rimiento, llega a la conclusión lógica de -ue lo nico -ue le
hace $alta es suprimir esa causa, lo cual rara vez es verdad.
Este g*nero de razonamiento es el -ue hacen -uienes se
sienten aliviados desde el momento mismo en -ue encuentran
un chivo expiatorio/ basta sacri$icarlo para -ue todo marche
mejor. El pensamiento del chivo expiatorio con $recuencia es
sociobiológico/ lo -ue ha" -ue hacer es encerrar a los
de$icientes o impedir -ue se reproduzcan, lo -ue ha" -ue
hacer es responsabilizar a las $amilias de lo -ue hacen mal, lo
-ue ha" -ue hacer es separar a los ni'os de la madre
mortí$era.

Los caminos de la biología del apego, -ue rene datos


procedentes de di$erentes disciplinas, pueden evitar
semejantes razonamientos tajantes. )simismo, la noción de
vulnerabilidad me permitir7 ilustrar de -u* manera esa palabra
pierde su poder de chivo expiatorio cuando es en$ocada tanto
desde un punto de vista biológico como sentimental. Desde
hace unos veinticinco a'os, encontramos en las publicaciones
especializadas en psicología un nmero creciente de trabajos
sobre la vulnerabilidad. >esulto pues conveniente re$lexionar
sobre su antónimo, la invulnerabilidad. 6a en el pre$acio a su
obra, el psicoanalista 1ames )nthon" escribe -ue #no existe
un ni'o invulnerable%
invulnerabilidad en lugar"de-ue pre$iriócon
resiliencia utilizar #El termino
el propósito de
sacudir el espíritu de los lectores%. 6 lo consiguió. +odos los
autores criticaron esta noción precisando -ue lo contrario de
#vulnerabilidad% no es #invulnerabilidad% sino #protección%.
(ada edad posee su $uerza " su debilidad " los momentos no
#vulnerados%, sin heridas, de la existencia se alcanzan
cuando la persona logra dominar $actores de desarrollo,
gen*ticos, biológicos, a$ectivos " culturales en permanente
reorganización. )$irmar -ue alguien es #invulnerable%
e-uivaldría a decir -ue es imposible herirlo Aes eso acaso
posible< 4asta los ni'os demasiado protegidos #pueden
mostrarse vulnerables, mientras -ue otros, sometidos a
acontecimientos traum7ticos, tienen la posibilidad de no
desorganizarse " de continuar constru"endo su personalidad
aparentemente sin perjuicio. La mejor protección consiste
tanto en tratar de eludir los golpes -ue destru"en como en
evitar protegerse demasiado. Los caminos de la vida se sitan
en una cresta estrecha, entre todas las $ormas de
vulnerabilidad, gen*ticas, de desarrollo, históricas " culturales.

Este dominio de las vulnerabilidades no se re$iere a la


resiliencia puesto -ue, por de$inición, para resiliar una
desgracia pasada hace $alta precisamente haber sido
vulnerado, herido, traumatizado, $racturado, desgarrado, haber
su$rido esas lesiones cu"os nombres traducen el verbo griego
tritsCo agujerear, atravesar!. )dem7s, uno puede descubrir en
sí mismo " en el ambiente -ue lo rodea algunos medias para
volver a la vida " retomar el camino del desarrollo,
conservando al mismo tiempo en la memoria el recuerdo de la
herida. Entonces si hablaremos de resiliencia.

La resonancia/ nexo entre la historia de uno " la biología del


otro

&n rasgo mor$ológico o una conducta determinada


gen*ticamente determinan a su vez las respuestas de los
padres. ero las r*plicas adaptativas dependen de la
signi$icación -ue el padre o la madre atribu"an a ese rasgo. La
apariencia mor$ológica o de comportamiento del ni'o
despierta un recuerdo de la historia parental " esta evocación
organiza la respuesta a$ectiva con la -ue el padre o la madre
rodean al ni'o.

&n segmento de lo real vibra de manera di$erente segn la


estructura del medio. &n rasgo anatómico o de temperamento,
un gesto o una $rase, resuenan de distinto modo segn el
signi$icado -ue ad-uieran en un espíritu " no en otro, en una
cultura " no en otra.

Los gemelos *ticas


per$ectamente realizan
pues noexperimentaciones naturales
es el observador -uien las
constru"o. (uando la se'ora D. dio a luz a sus gemelas no
sabía -ue las ni'as se dan tan di$erentes entre sí. Desde los
primeros meses, la joven madre comprobó -ue una era de
car7cter apacible " hacía con las manos delicados
movimientos de bailarina javanesa, mientras -ue la otra era
vivaz, $runza el ce'o " saltaba al menor ruido. Decidió llamar a
la bailarina #1ulie la Dulce% " a la din7mica, #8iuletta la
@ivaz%. Luego le explico a su marido -ue #1ulie la Dulce%
tendría m7s necesidad de a$ecto -ue #8iuletta la @ivaz%,
-uien le parecía m7s robusta. El marido acepto esta
predicción, -ue se hizo realidad como consecuencia de las
interacciones di$erentes -ue la madre mantenía con cada
beb*. ) 1ulie la Dulce se le brindo una gran atención, pues la
madre entendía -ue su delicadeza re-uería ma"or a$ecto " a
8iulietta la @ivaz se la mantuvo a cierta distancia.
&n día, el marido le con$eso a su mujer -ue tenía la impresión
de -ue ella no se ocupaba del mismo modo de las dos
gemelas. La se'ora D. le explico -ue esa di$erencia era
necesaria por-ue 1ulie la Dulce era m7s vulnerable. 6 agregó/
#5e veo a mi misma cuando era ni'a. 6 autom7ticarnente la
alzo en brazos... 8iuletta es m7s $uerte, no me necesita
tanto... 5e deja m7s espacio... (uando llora, sencillamente le
digo/ Duerme%. (ada una de las ni'as, nacidas de la misma
madre, en el mismo momento, en el mismo contexto parental,
se desarrollaba, sin embargo, en un mundo sensorial
di$erente. 1ulie la Dulce vivía en un ambiente donde siempre
recibía auxilio r7pidamente " estaba envuelta en un halo de
calidez, en tanto -ue 8iuletta se desarrollaba en un 7mbito en
el -ue el sost*n a$ectivo llegaba tardíamente " en el -ue el
cuerpo mantenía lo -ue la envolvía se mantenía a distancia.

AEl transporte desigual de serotonina, podría explicar la


diversidad de las reacciones a$ectivas " de conducta -ue
mani$iestan los ni'os abandonados< El pensamiento
dictatorial de (eaucescu provoco el abandono de numerosos
ni'os. Los -ue $ueron derivados al seno de $amilias -ue les
brindaron contención #alcanzaron un nivel intelectual normal "
lograron integrarse socialmente%. ero los -ue $ueron aislados
" enviados a una cuarentena de instituciones, casi en la
totalidad de los casos, su$rieron graves alteraciones
biológicas, emocionales " de conducta. Lo sorprendente es
-ue, en una misma situación de enorme privación a$ectiva,
entre un F " un GF por ciento continuaron expresando un
apego sereno cuando en la población general se registra un
HH por ciento!.

En conjunto, los ni'os alterados colocados en adopción en


una
casos$amilia retomaron
excelentes un desarrollo
" en algunos recipiente, enElalgunos
otros catastró$ico. transporte
de la serotonina, antidepresivo natural, Abasta para explicar
estas reacciones " estas evoluciones a veces opuestas<
0emejante explicación nos haría recaer en la causalidad
exclusiva -ue tanto criticamos. )l buscar otras explicaciones
en el 7mbito de otras disciplinas " con a"uda de otros
practicantes, nos $ue $7cil descubrir -ue ciertos ni'os
conseguían sentirse seguros recurriendo a actividades
rutinarias. ;tros, por el contrario, procuraban vivir situaciones
intensas " se cargaban de ese tipo de actividades. Estas
reacciones opuestas de adaptación respondían a estrategias
de existencia di$erentes.

En caso de p*rdida a$ectiva, los ni'os con bajos niveles de


serotonina reaccionan dolorosamente. 0u sensibilidad
extrema a la perdida los impulsa a buscar una manera de vivir
apacible -ue les permita e-uilibrarse tendiendo lazos a$ectivos
estables " tran-uilizadores. El menor acontecimiento es para
ellos un gran estimulante. En ese contexto sin sobresaltos
organizan una vida tran-uila.

Los adultos consideran -ue es $7cil amarlos " escolarizarlos.


En las mismas circunstancias, los grandes secretores del
antidepresivo natural se mueren de aburrimiento. Buscan
situaciones extremas con el propósito de -ue la intensidad
emocional -ue estas experiencias pueden proporcionarles los
haga sentirse vivos. La capacidad para su$rir una perdida lleva
al pe-ue'o transportador de serotonina a e-uilibrar su
vulnerabilidad mediante una vida estable " algunos vínculos
con$iables. 5ientras -ue el gran transportador mal
denominado invulnerable tendr7 necesidad de correr riesgos
para poder sentir -ue existe. )sí es como, a veces,
dese-uilibra su vida " rompe voluntariamente sus vínculos
por-ue no siente -ue los necesite demasiado. 5uchos
vulnerables logran organizar vidas a$ectivas pací$icas "
pro"ectos de existencia interesantes.

uestra cultura, -ue valora en exceso la escuela, aprecia ese


estilo de existencia. 6o mismo conozco a muchos
invulnerables -ue, a $uerza de ponerse a prueba, terminaron
agot7ndose o arruin7ndose psí-uicamente. Despu*s de una
juventud intensa, tienen ho" vidas solitarias, sin pro"ectos, sin
sentido, sin placer ni su$rimiento La palabra #vulnerable% -ue
se ha elegido para designar el descubrimiento del #34++
corto% gen*tico, el bajo nivel de transporte de serotonina es
una palabra tramposa. 0u elección implica una ideología
implícita de la reemplazar -ue pretende -ue los seres vivos
d*biles en serotonina estarían condenados a la in$erioridad,
mientras -ue los grandes transportadores estarían destinados
a convertirse en los je$es.
robablemente la palabra adecuada para designar este
descubrimiento de la gen*tica sea sencillamente
#sensibilidad%. Los pe-ue'os transportadores de serotonina,
sensibles a los acontecimientos " a las perdidas a$ectivas,
para ser $elices, tienen necesidad de organizar una vida
estable, en una $amilia, en una sociedad en paz. 5ientras -ue
los grandes transportadores, menos emocionales, m7s
di$ícilmente estimularles " menos heridos por las p*rdidas, se
desarrollan $elices en $amilias " sociedades inestables en las
-ue cada día sobrevienen situaciones " con$lictos -ue es
necesario superar.

El desarrollo de los monos est7 estructurado por el medio -ue


los $orma. &n mono gen*ticamente emocional estar7
orientado a una posición de sometimiento en la reemplazar
jer7r-uica. En cambio, los hombres modelan el medio -ue los
modela. &n ni'o gen*ticamente sensible podr7 desarrollarse
convenientemente en un medio estable " hasta podr7 llegar a
ocupar una posición dominante gracias al poder social -ue
dan los diplomas " el trabajo rutinario.

Entre los seres humanos, las estructuras sociales pueden


reorganizar estas aptitudes biológicas. &n ni'o sensible,
e-uilibrado por un medio estable, hasta puede convertir su
#vulnerabilidad Jen $uerza. (iertos ni'os amables "
agradables, $7cilmente -ueribles, experimentan el primer día
de clases como una separación angustiosa, casi traum7tica.
0us marcadores biológicos de estr*s est7n alerta por-ue el
alejamiento del medio $amiliar los sumerge en un ambiente
desconocido -ue los in-uieta hasta el punto de desorganizar
la secreción de sustancias como el cortisol " las
catecolaminas. ara poder hallar la calma, aumentan la
conducta auto concentrada, evitan mirar directamente a los
ojos, se chupan el pulgar, se balancean, se apartan del grupo,
se $rotan la nariz con un mu'eco de trapo, pierden el apetito "
su$ren molestias estomacales. ero, por la noche, en casa, en
el momento del reencuentro tran-uilizador con las $iguras de
apego " los objetos $amiliares, aumentan sus mani$estaciones
de a$ecto. Los padres, encantados, grati$icados en su papel de
protectores, dicen -ue el ni'o o la ni'a son adorables. 8racias
a ese recurso a$ectivo, el ni'o aprende poco a poco a sentirse
seguro en la escuela, a seducir al docente -ue antes le
inspiraba temor. +odos -uedan contentos " el ni'o se
desarrolla bien justamente por-ue es sensible " hasta,
probablemente, angustiado. El hecho de tener -ue
apaciguarse aumenta sus comportamientos de apego " su
regularidad en la escuela. 5ejora las relaciones sociales "
$amiliares " así los buenos resultados escolares terminan
siendo un bene$icio
problemas secundario
saco un bene$icio dede
susu angustia. Este ni'o
#vulnerabilidad%. 4a" sin
-ue
destacar -ue ser emotivo no signi$ica ser inseguro
a$ectivamente. 4asta podríamos decir lo contrario/ alertados
por su temperamento sensible, estos ni'os obtienen sus
recursos de la base a$ectiva parental. ara tejer los primeros
lazos del vínculo, Aser7 necesario acaso -ue el ni'o ha"a
estado angustiado " ha"a encontrado a la persona -ue pudo
darle paz< &na alerta apaciguada, un pesar consolado, al
darle a la $igura de apego un poder tran-uilizador, permiten
recobrar la con$ianza en uno mismo " experimentar el placer
de salir en busca de lo desconocido. &n doble movimiento -ue
explica la ambivalencia de las relaciones humanas/ tengo -ue
estar angustiado a $in de vincularme con la persona -ue me
hace sentir seguro " me da la $uerza para dejarla9 (uando los
padres abandonan a un hijo, lo privan de la base de seguridad
-ue Ie habría dado el placer de amar " de aprender. (uando
los padres, por el contrario, cercan al ni'o hasta el punto de
encerrarlo en una prisión a$ectiva, determinan una situación
de empobrecimiento sensorial -ue lo debilita
considerablemente. Esa persona vivir7 luego #toda
separación como una amenaza de perdida%. ero cuando un
ni'o sensible encuentra una base de seguridad a$ectiva, el
inevitable estr*s de la existencia se trans$orma en $uerza
a$ectiva " socializante. La conjunción de los datos gen*ticos,
emocionales " sociales nos impide hablar de un gen de la
vulnerabilidad, de un gen del je$e o de un gen de la resiliencia.

)un cuando el determinante gen*tico sea mu" marcado como


en el caso de la es-uizo$renia, la organización social puede
llegar a tener el e$ecto de un $actor de protección... o de
agravamiento (uando asistimos al derrumbe es-uizo$r*nico
de un joven, vemos -ue sus allegados se sorprenden/ Jera tan
amable, una persona tan educada9%. La $amilia, desesperada,
trata de salvar la imagen del joven mostrando una libreta de
cali$icaciones escolares excepcional, sobre todo en las
materias -ue re-uieren una inteligencia abstracta como la
matem7tica o la $iloso$ía. ero los hermanos atestiguan -ue
tenía di$icultades para establecer un vínculo de complicidad
a$ectiva " los compa'eros de clase describen su extra'o
car7cter de buen alumno -ue no sabía jugar ni hacer
tonterías.

odemos interpretar esta comprobación clínica diciendo -ue


el hecho de re$ugiarse en los libros, -ue le permitía mejorar
los resultados escolares, tambi*n lo resocializo " provoco su
derrumbe psicótico. ero tambi*n podemos decir -ue el ni'o,
$uturo es-uizo$r*nico, evitó la socialización dolorosa gracias a
una investidura excesiva de la escuela. El mero hecho de
re$ugiarse en su habitación para estudiar le permitía evitar las
relaciones
descubierto.sociales -ue habrían
En el momento puesto su
de in$lexión de vulnerabilidad al
la adolescencia,
cuando el joven debe apartarse de su $amilia para alcanzar la
autonomía e ir en busca de su desarrollo, la protección de los
libros se revela insu$iciente. 0in la escuela, les habría hundido
antes< le permitieron los libros sustraerse m7s $7cilmente al
trato social< La rutina necesaria para obtener buenos
resultados en la escuela, le enmascaro el empobrecimiento de
las interacciones a$ectivas<
La escuela, -ue en este caso constitu"e un $actor de
protección contra la es-uizo$renia, no puede considerarse un
$actor de resiliencia, puesto -ue no ha habido ni desgarro
traum7tico ni recuperación evolutiva. 6 hasta podría a$irmarse
lo contrario/ esta protección aislante -ue admiraba a los
adultos le impidió aprender la sociabilidad " los juegos
preparatorios del encuentro sexual, -ue ad-uirirían, $ormas de
desarrollo ,di$erentes segn el #envoltorio% sensorial, -ue est7
compuesto por las $iguras de apego -uienes prodigan
cuidados, los personajes signi$icativos, las instituciones "
relatos culturales!.

Los macacos pueden servirnos para ilustrar este


razonamiento. (uando se los aísla desde su nacimiento, es
posible predecir en esos pe-ue'os monos la aparición
cronológica de conductas auto centrada protesta,
desesperación, indi$erencia!. uede $otogra$iarse con el
esc7ner la atro$ia cerebral localizada $rontolimbica. 0e puede
medir la caída de las hormonas del crecimiento " de las
hormonas sexuales -ue cumplen una $unción esencial en el
aumento del tama'o " del peso " en la di$erenciación de las
mor$ologías, lo cual prueba, una vez m7s, -ue la mera
presencia de un compa'ero constitu"e un estimulante
biológico. Estos monos pe-ue'os con el desarrollo alterado
$ueron colocados luego en un grupo de compa'eros de la
misma edad " mejoraron. 57s tarde $ueron llevados a las
condiciones naturales de un grupo grande de su especie
donde pudieron relacionarse con otros macacos de su edad
criados normalmente en contacto con sus madres.

Desde el momento mismo en -ue se los reagrupa, los monitos


alterados por la privación se precipitan hacia sus compa'eros
" se abrazan con el propósito de darse mutuamente
seguridad. 0e puede entonces predecir " medir la disminución
nítida de las alteraciones biológicas, neurológicas " de
conducta/ las secreciones biológicas alcanzan la tasa normal
para la edad, el cerebro vuelve a henchirse " las actividades
auto centradas desaparecen. 0in embargo, cuando se
comparan las dos poblaciones, se advierte -ue los -ue
estuvieron aislados precozmente permanecen mu" apegados,
agarrados permanentemente uno de otro. En cambio, los
pe-ue'os
juguetones -ue $ueron
" m7s criados porLossusmonos
exploradores. madres
conson m7s
carencia
precoz juegan con menos $recuencia " menos tiempo " a
menudo esos juegos terminan en ruinas. El observador
ingenuo, -ue no sabe por-ue esos pe-ue'os son tan
excesivamente apegados, los juzga m7s a$ables -ue los
monos criados normalmente. 0olo el primatologo sabe -ue el
apego exagerado del pe-ue'o mono es la prueba, mediante la
conducta, de -ue la base de seguridad $unciono mal. Es
consciente de -ue el punto de partida a$ectivo $alto " -ue la
base de seguridad proporcionada por los compa'eros, si bien
permitió -ue el macaco retomara el desarrollo, es menos
e$icaz -ue la -ue puede o$recer, los seres humanos
experimentamos esta reacción cuando tenemos sed.
La $alta de agua interior nos pone en movimiento " saciar esa
necesidad nos produce gran placer. La satis$acción de una
carencia es lo -ue desencadena la $elicidad del deleite, pues
la misma agua, bebida m7s tarde cuando "a hemos saciado la
sed, nos provocara una sensación de desagrado. El mismo
proceso se da en el caso de la sal, del sue'o, de la presencia
humana o del a$ecto. La $elicidad intensa, el arrebato de
alegría -ue experimenta un ni'o -ue ha estado separado de la
persona por la -ue siente particular apego cuando se
reencuentra con ella, son un ejemplo. ero cuando el mismo
ni'o se siente asediado por la devoción amorosa de la madre,
corre el riesgo de experimentar una sensación de desagrado "
hasta de repulsión.
Los estudios neurobiológicos revelan -ue, en un ni'o -ue
estuvo aislado, el mero reencuentro produce una descarga de
opioides cu"os receptores privilegiados son los circuitos
límbicos " la cara in$erior del lóbulo $rontal. &na presencia
a$ectiva constante no solo suprime el placer de los
reencuentros sino -ue, como ocurre con el agua cuando uno
"a ha saciado la sed, termina por provocar rechazo. Entonces,
lo -ue provoca la sensación de alegría o de $elicidad extrema,
es el ritmo, la pulsación, la alternancia< ara, trans$ormarse
en un hecho de la conciencia, La $elicidad debe acoplarse con
la desdicha< Este curioso razonamiento, en apariencia ilógico,
$ue presentado por primera vez por dos investigadores de la
&niversidad 5ac 8ill cuando comprobaron -ue ratas -ue
habían recibido descargas el*ctricas en el cerebro se
precipitaban.

&na madre -ue brinda alegría.

La timidez podría constituir un indicador de transacción di$ícil.


&n ser vivo puede hacerse temeroso por-ue es
gen*ticamente emotivo o por-ue ha su$rido una carencia
a$ectiva precoz. El apego excesivo -ue da seguridad " alivia al
pe-ue'o carente, al mismo tiempo lo aprisiona. 0e siente
mejor, pero esta
socializarse manera
jugando. El desentimiento
hallar la pazdele seguridad
impide aprender
-ue lea
brindan los compa'eros provoca una resiliencia biológica,
pues las hormonas " las neuronas vuelven a ponerse en
$uncionamiento.
La resiliencia tambi*n se mani$iesta en la conducta puesto -ue
desaparecen las actividades auto centradas. ero no
podemos hablar de resiliencia emocional "a -ue el pe-ue'o
carente de a$ecto conserva en su memoria extremada
sensibilidad ante el otro. Lo $amiliar le brinda seguridad hasta
el punto de aprisionarlo, en tanto -ue lo desconocido lo
angustioso, lo hace sentir en peligro. El pe-ue'o se ha
trans$ormado en un jugador incompleto -ue no tiende a
con-uistar el mundo, -ue depende de -uienes le tran-uilizan "
-ue agrede por temor a -uienes se le acercan en actitud
agresiva... -ueriendo jugar.
4a" una con$luencia de causas -ue determinan este proceso.
(ada especie vive en un mundo -ue le es propio, cada
individuo tiene una sensibilidad gen*tica " ad-uirida -ue hace
-ue el mundo tenga para *l un gusto dulce o amargo, divertido
o enlo-uecedor, paci$ico o a$iebrado. Las circunstancias
determinan -ue un animal herido tenga una evolución
reparadora o -ue agrave su situación. En el hombre, la
reorganización del acontecimiento a trav*s de las im7genes "
de las palabras agrega una posibilidad de hacer un trabajo de
liberación ... o de alienación9 +odo esto e-uivale a decir -ue
un determinante gen*tico, por poderoso -ue sea, no predice
$orzosamente una patología biológica o psicológica pues la
articulación de los genes entre sí, sumada al medio ecológico
" a las circunstancias de la existencia, toma $ormas variables
de resiliencia o de agravamiento, segn las conjunciones.
Esto explica -ue un proceso -ue en un momento es de
adaptación, en otro ser7 de inadaptación.
El devenir de los ni'os aplicados no siempre predice una
$elicidad -ue tenían pues, con seguridad, intervendr7n en su
existencia conmociones -ue lo pondr7n a prueba,
.4abitualmente, los investigadores se sienten atraídos por las
patologías " es por ello -ue recientemente un grupo de
especialistas portugueses tuvieron una rara idea/ siguieron a
conjuntos de ni'os -ue iban bien9 Durante doce a'os se
preguntaron -u* problemas tenían los ni'os sin problemas. La
respuesta $ue, como era de esperar, -ue los ni'os aplicados "
tran-uilos se trans$ormaron en adultos bien socializados, sin
perturbaciones graves de la personalidad. ero grande $ue la
sorpresa cuando comprobaron -ue los ni'os modelo m7s las
ni'as -ue los varones! se habían convertido en adultos
ansiosos " m7s $recuentemente deprimidos -ue los ni'os
normalmente di$íciles, a-uellos -ue provocaban pe-ue'os
con$lictos
)ntes desin mani$estar perturbaciones
la adolescencia, en la personalidad.
los varones suelen ser
hospitalizados con m7s $recuencia -ue las ni'as por-ue
corren m7s riesgos. 0e les lleva m7s a la consulta psicológica
por-ue son m7s di$íciles. ero despu*s de la adolescencia, la
tendencia se invierte/ las mujeres consumen m7s cuidados
m*dicos " demandan m7s a"uda psicológica. or -u* las
mujeres suelen ser m7s $recuentemente ni'as modelo< Los
cromosomas $emeninos ==, Inducir7n un desarrollo m7s $7cil
como sugieren algunos genetistas< Las ni'as, se someten
m7s dócilmente a las normas sociales mientras -ue los
varones vacilan menos antes de rebelarse< 0e debe a -ue a
ellas se les oponen m7s obst7culos, como sostienen las
$eministas< 0e adaptan m7s apaciblemente a la escuela
por-ue son m7s temerosas, m7s sumisas e inteligentes o
por-ue est7n m7s determinadas a ad-uirir la autonomía -ue
les o$recen ho" los diplomas<
0ea cual sea la interpretación de estos datos estadísticos, el
precio de ser un ni'o dócil " diligente es elevado/ los
pe-ue'os transgresores el KF por ciento de las ni'as " el HF
por ciento de los varones! muestran una seguridad en sí
mismas -ue, si bien los hace m7s di$íciles de criar, los
trans$orma en adultos autónomos.
&n razonamiento transaccional permite comprender por-ue
una misma causa provoca una de$lagración en uno " la
indi$erencia en otro. El $enómeno de resonancia una vibración
se ampli$ica cuando concuerda con la $recuencia del medio
-ue la recibe! permite comprender por-u* un acontecimiento
provoca una cat7stro$e en un contexto " no provoca ninguna
reacción en otro momento.

2elicidad con nubes

#La muerte de 2abrice $ue para mí una maravillosa historia de


amor. l tenía catorce a'os " sabía -ue iba a morirM "o iba a
verlo todos los días " el esperaba mi visita. El hecho mismo de
verme llegar le provocaba un admirable arrebato de amor.
4abl7bamos tiernamenteM "o sentía $ísicamente el a$ecto -ue
despertaba en *l " me sentía conmovida ... @iví un dolor tan
intenso " una $elicidad tan extrema -ue, despu*s de su
muerte, deje de hablar con la gente normal. adie hubiera
podido comprenderme. Entonces entre en #;siris%, una
asociación donde pude conocer a otros padres -ue, como "o,
habían perdido a un hijo.% Los padres -ue hablan así son
sólidos " e-uilibrados, pero la intensidad de su desdicha,
entremezclada con accesos de $elicidad, plantea un problema
misterioso -ue la claridad excesiva de nuestros conceptos no
nos permite resolver.
La noción de $elicidad es reciente, un invento del diablo
2laubert! -ue extingue
desdicha cuando la angustia
no puede >enard!,
ser alcanzada -ue provoca
2ontenelle! la
" cu"as
recetas deben buscarse en la sociedad 0aint31ust! o en la
-uímica de los $iltros de amor de la Edad media o de los
laboratorios $armac*uticos de los tiempos modernos.

La $elicidad nunca es completa. or -u*, con tanta $recuencia,


una oleada de $elicidad provoca la angustia de perderla<
Expresiones como #;jala -ue dure9%, #)provechemos ahora%
o #crucemos los dedos9% dan una $orma verbal a la sensación
di$usa de -ue no ha" $elicidad sin nubes.
El su$rimiento insoportable siempre estuvo de moda " cada
cultura le dio una $orma di$erente. 0i el lector no me cree,
puede ir al Louvre " allí vera como los tormentos est7n
integrados en la aventura social desde -ue se los est*tico.
(risto en la cruz sangra bajo las espinas " La balsa de la
medusa representa como unos hombres agonizantes
continan teniendo esperanzas. En el 8ran al7is podría ver
como la belleza cura la melancolía -ue tortura a los seres
humanos " como el hombre culpable trata de redimirse
gracias a una bondad mórbida.

La idea de la $elicidad apareció mu" tarde pues, " durante


milenios hubo -ue admitir -ue los lugares de la $elicidad no se
hallaban sobre la +ierra. Bastaba con vivir en el mundo para
comprobar -ue cada día aportaba su ración de su$rimiento "
de malas noticias. El pensamiento de la $elicidad solo pasó a
ser terrenal cuando la >evolución $rancesa hizo de ella un
programa político. 4asta el siglo  ,.solo los aristócratas "
algunos representantes de la burguesía, es decir, un G por
ciento de la población, tenían la posibilidad de esperar la
$elicidad/ me parece mu" necesario -ue -uien -uiera entrar en
el gran comercio del mundo ha"a nacido gentil hombre. N... O 6
no es -ue "o -uiera excluir a a-uellos a los -ue la naturaleza
les negó la $elicidad. N... O Durante siglos, una casa con un
jardín cercado simbolizó la $elicidad privada, oculta, protegida
de la violencia social -ue surgía desde el momento en -ue
uno abría la puerta.
(uando en PQR 0aint31ust politizó ese sue'o invocando #el
derecho a la $elicidad%, cuando la burguesía se desarrolló
gracias al comercio " a la industria, el apartamento $amiliar
llegó a ser el lugar de la $elicidad posible. En el mundo exterior
uno sentía $rio " hambre " las relaciones humanas eran
violentas. La clausura $amiliar, en ese contexto social, tenían
el e$ecto de un puerto de a$ecto " de reposo.

La protección paterna " la devoción mantenían dibujaba la


nica imagen de $elicidad -ue aun ho" est7 adherida a nuestro
pensamiento. ero en las sociedades en las -ue la calle se
trans$ormó en un lugar m7s seguro " alegre, la morada
$amiliar se presenta
" de ahogo a$ectivo. como un lugar de opresión, de morosidad

Las mismas paredes, las mismas estructuras $amiliares,


evolucionaron en unas pocas generaciones " pasaron de la
$elicidad a la in$elicidad por-ue el contexto social mejoró. Este
cambio de orientación destacó la proximidad entre dos
sentimientos considerados hasta entonces opuestos. El sue'o
de la $elicidad en el -ue uno se re$ugia en los momentos
desgraciados regularmente se presenta seguido de un
sentimiento de p*rdida.
)penas nació la idea de la $elicidad en el siglo =@III, el
terremoto de Lisboa de P " el inmenso tsunami -ue
produjo entre ortugal, el S$rica occidental " las costas de
Brasil -ue mató a cien mil personas en algunos minutos "
destru"o una ciudad construida como una obra de arte,
pusieron de relieve la $ragilidad de la $elicidad. 4o" nuestros
#terremotos de Lisboa% son )uschTitz, 4iroshima o el
#desempleo%. Esas palabras signi$ican -ue la desdicha est7 al
acecho " -ue cual-uier cosa puede empujarnos a ella.

La percepción del riesgo no es de ningn modo una


apreciación objetiva del peligro, sino, sobre todo, la
consecuencia de pro"ectar una serie de sentidos " de valores
en ciertos acontecimientos.

4iroshima 3-ue el H de agosto de RU supuso una explosión


de alegría en ;ccidente pues signi$icaba el J$in de la guerra%
con un costo de cien mil víc timas en lug ar de los cua tro
millones de muertos -ue se esperaban da ho" la impresión de
haber sido un crimen tecnológico " político inverosímil.

uestras categorías demasiado claras " el abuso -ue


hacemos de algunas palabras nos hacen creer -ue la $elicidad
se opone a la desdicha " lucha contra ella. arece evidente
-ue esta $ormulación no designa un segmento coherente de
mundo. Debemos buscar en otra parte la explicación de esta
gran proximidad entre dos sentimientos di$erentes -ue nos
gobiernan ... como un par de opuestos.

>esulta -ue los descubrimientos de la neurología permiten


decir -ue nuestra organización cerebral pone en
$uncionamiento nuestras emociones " participa de nuestro
saber sobre el mundo. &n neurólogo no le teme a semejante
a$irmación pues comprueba $7cilmente -ue una lesión de la
parte posterior del cerebro derecho no impide percibir las
in$ormaciones procedentes del espacio iz-uierdo, pero si tener
una representación consciente de ellas.
El en$ermo evita los obst7culos " sostiene -ue no ha"
ningunoM se a$eita la mitad derecha del rostro " a$irma -ue se
ha
de rasurado
su plato "completamenteM
protesta por-uecome
no le lahan
carne del lado
servido derecho
las patatas
$ritas -ue todos pueden ver a la iz-uierda. Las emociones
tambi*n participan de ese saber ti'endo de alegría o de
tristeza el $enómeno -ue percibe, el en$ermo integra en su
memoria un hecho -ue, segn el lugar del cerebro en el -ue
este la lesión, tendr7 la connotación de un sentimiento de
$elicidad o de desdicha.
La primera vez -ue un neurólogo propuso este g*nero de
razonamiento provocó tanta incredulidad como ironía. En un
contexto cultural en el -ue se decía -ue la $elicidad o la
desdicha solo debían atribuirse a causas reales exteriores al
sujeto, los grandes $undadores de la neurología provocaron un
verdadero estupor cuando a$irmaron -ue una lesión localizada
en una zona precisa del hemis$erio derecho provocaba una
tendencia a la $elicidad.
La 0egunda 8uerra 5undial, al suministrar su lote de heridos
en el cerebro, permitió distinguir las lesiones -ue
desencadenan sensaciones de $elicidad o de in$elicidad, así
como di$erenciar una sensación provocada por una
percepción del sentimiento -ue despierta una representación
de palabras como, por ejemplo, una declaración de amor.
&n poco m7s tarde, los pioneros de la psi-uiatría,
sensibilizados por esos datos neurológicos, observaron -ue
una lesión del hemis$erio iz-uierdo, a di$erencia de las
lesiones del hemis$erio derecho, provocaba regularmente
accesos de melancolía.
o obstante, el verdadero punto de partida de la aventura
neuropsicológica $ue publicado en aris cuando dos m*dicos,
4ecaen " )juriaguerra, explicaron -ue una ausencia de
su$rimiento podía constituir la prueba de una patología9 El
dolor moral " la depresión est7n mu" justi$icados cuando uno
su$re una desgracia, pero -ue pensar cuando una lesión del
hemis$erio provoca una indi$erencia al duelo " hasta eu$oria
ante la tragedia< Lo cual no e-uivale a decir -ue pueda
explicarse la $elicidad por una lesión del cerebro en el
hemis$erio derecho, pero sí -ue ha" bienestares mórbidos9
+ambi*n ha" risas " llantos sin razón cuando pe-ue'as
lesiones vasculares del tronco cerebral provocan un arran-ue
de risa, lo -ue atestigua -ue el organismo "a no consigue
regular sus emociones " responde riendo sin alegría a toda
estimulación. or lo tanto, puede haber sensaciones de
$elicidad o de desdicha sin motivo, desencadenadas por la
respuesta de un sistema nervioso desorganizado.
La neurología de la $elicidad e in$elicidad no exclu"e
evidentemente el sentimiento de $elicidad ni el de desdicha
provocado por la representación mental de acontecimientos
-ue, en sí mismos, est7n cargados de signi$icaciones. El
esc7ner
pe-ue'ísimo precisa ese vascular
accidente razonamiento revelando
-ue necrosa la zona-ue un
dorsal
del ncleo tal7mico derecho provoca una sensación de
$elicidad sin motivo, lo cual no impide -ue los -ue ganan la
lotería experimenten un sentimiento de eu$oria debido a ese
golpe de suerte o, a veces, de angustia provocado por esa
$elicidad inmerecida.

En la *poca en la -ue, para explorar un tumor o una epilepsia,


se in"ectaban barbitricos en una carótida con el propósito de
anestesiar el hemis$erio correspondiente, los practicantes
habían notado modi$icaciones emocionales características.
(uando se anestesiaba el hemis$erio derecho, los pacientes
solo percibían el mundo con el hemis$erio iz-uierdo. 0e
volvían entonces no a$ectivos " rigurosos. (uando se les
dormía el hemis$erio iz-uierdo, su percepción del mundo, por
el contrario, se llena de emociones pro$undamente tristes.
El gusto del mundo no es el mismo segn el hemis$erio -ue
trate la manera de ser/ lucido " poco a$ectivo, en el caso del
hemis$erio iz-uierdo, el -ue hablaM $7cilmente conmovible "
hasta depresivo, en el caso del hemis$erio derecho, el -ue
siente.
&n razonamiento autom7tico sugiere -ue es lógico huir de lo
-ue nos hace in$elices para re$ugiarnos en los brazos de la
$elicidad. Los datos neurológicos nos hacen en$ocar la
cuestión de un modo di$erente/ la sensación de ser $eliz o
desdichado depende probablemente de la connotación
a$ectiva -ue le atribu"a nuestro aparato de percibir el mundo.

La aptitud para sentirse $eliz o desgraciado, seria pues el


resultado de una ad-uisición precoz, de una memoria viva -ue
explicaría nuestra tendencia a connotar los acontecimientos
de un sentimiento $eliz o in$eliz. Las palabras #$elicidad% e
#in$elicidad% no son e-uivalentes de realidades $ísicas, son su
representación. Esta tajante disección verbal es abusiva.
(reemos -ue cuando uno vive una situación en la -ue todo lo
hace $eliz no puede sentirse desdichado. ero la neurología
nos sugiere -ue a menudo nuestra manera de percibir el
mundo es lo -ue da el sabor de la $elicidad o de la in$elicidad
uestras palabras re$lejan bien esta incertidumbre.
0e supone -ue la palabra #dolor% designa una impresión
penosa tratada por el cerebro, mientras -ue el su$rimiento
pertenece al dominio de las representaciones. Esta claridad
desmedida no impide -ue a veces hablemos de la tristeza de
los -ue #su$ren% un #dolor% o -ue utilicemos sin vacilar las
expresiones #su$rimiento $ísico% " #dolor moral%.
El $lorecimiento de las neurociencias permite comprender
mejor esta imprecisión verbal. In$ormaciones procedentes de
$uentes opuestas, de naturalezas di$erentes, convergen para
crear un sentimiento -ue llamamos #$elicidad% o in$elicidad.
odemos observar clínicamente " manipular
experimentalmente el derrotero -ue siguen esas
in$ormaciones " la $ormación de esos sentimientos/ #objetivar
la subjetividad es pues un procedimiento cientí$ico%.

La biogra$ía de una lombriz relataría probablemente como,


durante toda su vida, la atracción hacia un tipo de in$ormación
-uímica o h*rnica le bastó para alcanzar la #$elicidad% " para
hacerla huir de la #in$elicidad%. En un ser humano, ese nivel
de reacción existe, pero asociado a muchas otras
in$ormaciones procedentes de representaciones de im7genes
" de palabras.
or consiguiente, para poder comprender la $ormula -uímica
de la $elicidad " la de la desdicha, debemos cosechar los
conocimientos en terrenos di$erentes e integrarlos. 6a no es
posible a$irmar -ue una simple estimulación provoca una
respuesta simple. i si-uiera las lombrices estarían de
acuerdo. (uando se priva de azcar a un organismo durante
mucho tiempo, la carencia interior hace -ue sus receptores se
vuelvan hipersensibles a toda mol*cula de glcido -ue perciba
en su medio exterior con una agudeza asombrosa. 0u sistema
nervioso, agudizado por la $alta, percibe la menor se'al de
azcar " pone el cuerpo en movimiento Los seres humanos
experimentamos esta reacción cuando tenemos sed. La $alta
de agua interior nos pone en movimiento " saciar esa
necesidad nos produce gran placer.

El medio ecológico con$orma un envoltorio sensorial -ue envía


a la base del hipot7lamo estímulos de luz o de calor -ue
modulan las secreciones de oxitocina " de vasopresina
amino7cidos -ue viajan en el cuerpo, lejos del cerebro!. La
oxitocina desencadena la contracción del tero " la liberación
de la leche. ero cuando se le introduce en el organismo una
sustancia -ue impide la acción de la oxitocina, una hembra "a
no se apega a su compa'ero. El producto no impide el acto
sexual, pero adormece las respuestas del sistema límbico.

El acto sexual mismo tambi*n estimula la secreción de


oxitocina, lo cual explica el car7cter espasmódico del placer
$ísico puesto -ue esta sustancia contrae el tero " algunos
otros msculos. 0i ha" un d*$icit de los circuitos límbicos de la
memoria o si la especie segrega sustancias antioxitocina,
despu*s del acto sexual, el compa'ero pasa a ser un
desconocido.

0ucede entonces -ue la hembra lo rechaza como a un intruso


o lo considera una presa " -uiere com*rselo. Los machos
segregan
sensibles amenos oxitocina,(uando
la vasopresina. pero se
son,
les en cambio, m7s
ha blo-ueado esta
hormona, "a no se apegan a la hembra, aun-ue continan
mostr7ndose agresivos con los machos intrusos.
Esta disección biológica permite comprender por -u* el amor
humano puede prescindir de un encuentro real con el
compa'ero o la compa'era/ puesto -ue respondemos sobre
todo a nuestras propias representaciones, podemos
enamorarnos de un ídolo -ue no podemos tocar o venerar a
un Dios -ue nunca veremos. El acto sexual responde a un
encuentro entre un estímulo extremo " una receptividad
interna. ero solo se prolongar7 en un vínculo de apego si
participa un mecanismo de memoria. (iertas personas no
poseen esta memoria a causa de $allas biológicas. ;tros
tienen miedo al vínculo por razones psicológicas, la cultura,
por su parte, organiza circuitos sociales -ue alientan ese
vínculo, como en ;ccidente, o -ue lo descali$ican, como en la
antigua >oma. (omo se ve, estamos lejos de la causalidad
nica -ue $acilita el pensamiento simple. ara complicar an
m7s las cosas, se ha podido medir -ue una caricia $ísica
aumenta en la mujer la secreción de oxitocina, tanto como una
caricia verbal, pero menos -ue el diluvio hormonal -ue
provocan el amamantamiento o el placer sexual. o ha" -ue
suponer -ue se trata de una receta -ue permitiría tejer un
vínculo determinado por una dosis de caricias, una cantidad
de palabras o una serie de actos sexuales. uesto -ue
nuestro cerebro tambi*n esta in$lamado por nuestras
representaciones, no es raro -ue algunas mujeres se sientan
dependientes del hombre -ue les provoca gran placer " le
reprochen lo -ue consideran un intento de sometimiento. 0us
historias personales o el contexto cultural las lleva a atribuir
gran valor a la autonomía social, cuando hace una o dos
generaciones lo -ue se glori$icaba era la dependencia/ la
mujer debía ser $iel " estar al servicio de la $amilia.
4o", cuando una mujer se siente dependiente de un hombre o
de un ni'o, experimenta esa $elicidad como una sumisión " se
vuelve hostil contra -uienes obstaculizan su libertad/ #:ue te
-uiera no signi$ica -ue va"a a hacer lo -ue deseas%.
>ecuperar su independencia, aun-ue sea pagando el precio
de la in$elicidad, la hace sentir orgullosa " le devuelve su
autoestima.

En *pocas todavía recientes, en las -ue se exigía a los


hombres -ue sirvieran a la $7brica a la $amilia " a la patria, se
los glori$icaba de tal modo -ue mu" pocos advertían -ue
tambi*n ellos estaban sojuzgados. Iban a descubrir una triste
libertad<

0exo " memoria

&na
puedesimple relación,
modi$icar segn lasdeemociones
las secreciones opi7ceos. -ue
Esto provo-ue,
explica
por-ue uno se siente eu$órico cuando habla con edro "
crispado cuando cena en casa de (arolina. &n placer
compartido aumenta la oxitocina, cu"o receptor m7s sensible
se encuentra en el hipocampo de los circuitos de la memoria.
Esto implica -ue el hecho de desear a alguien provo-ue una
emoción sexual al mismo tiempo -ue un mejoramiento de la
memoria/ #(uando ceno con ella, todo lo -ue me dice lo
aprendo de memoria%. La asociación del bienestar " la
memoria explica el poder eu$orizante de la $amiliaridad. El
encanto de ver a esa persona aumenta el modo en -ue me
impregno de ella por-ue esto" m7s atento. La espera del
placer de la msica acrecienta el placer de escucharla. La
esperanza de apaciguarme me apacigua. 6 si, por ventura,
me siento desdichado, el hecho de haber aprendido a esperar
-ue mi compa'era o mi compa'ero! me calme ampli$ica el
poder tran-uilizador de su apego.
El simple hecho de creer -ue el o ella! puede darme sosiego
le da ese poder " estimula mi a$ecto. Este razonamiento
implica dos condiciones previas/ es necesario -ue, mediante
las experiencias pasadas, "o ha"a podido impregnarme de
ella " es necesario tambi*n -ue "o este ansioso por esperarla.
(uando ella desea estar a mi lado, las condiciones del vínculo
han asociado el su$rimiento de la $alta con el placer del
reencuentro. )si como la sensación de $elicidad sin razón se
aproxima a la desdicha, es concebible -ue el temor se acople
a la seguridad, el apego a la angustia " el apaciguamiento a la
alerta " -ue constitu"an parejas de opuestos en las -ue uno
no puede existir sino en virtud del otro a -uien combate.
)sí como un animal asustado por el ata-ue de un depredador
contina corriendo sin su$rir por las heridas, la analgesia de un
hombre sumido en el temor o la pasión se trans$orma pronto
en eu$oria despu*s del pavor. Este paso del temor a la eu$oria
es $recuente entre los animales -ue acaban de escapar a un
peligro. 6 tambi*n se ve en el hombre -ue ha sobrevivido al
combate. La explicación est7 en una reacción biológica/ el
estado de alerta estimula la secreción de serotonina " de
opi7ceos naturales -ue permanecen en el cuerpo despu*s de
la agresión " provocan la eu$oria posterior al combate. Este
acoplamiento del temor " la eu$oria, el ;xímoron de la
$elicidad " la in$elicidad, explica por-u* tantos desesperados
provocan su propia desdicha esperando encontrar luego la
$elicidad, por -u* tanta gente muerta de aburrimiento corre
serios riesgos para sentirse viva " por -u* algunos
pendencieros buscan la ri'a a $in de crear algn
acontecimiento -ue lleve un poco de eu$oria a sus tristes
existencias.

El hemis$erio derecho es sensible a las emociones de los


dem7s, mientras
se coordinan para-ue
darlas dos aregiones
$orma anteriores
la expresión de lasdel cerebro
emociones
del sujeto. &n beb* -ue ha sido maltratado por la persona -ue
lo cuida, cada vez -ue percibe al agresor tendr7 su hemis$erio
derecho en estado de alerta. Inmediatamente mani$estar7 una
conducta de repliegue " evitar7 la mirada del otro... como si
su$riera de una lesión del hemis$erio derecho, -ue induce
$7cilmente un humor depresivo. or poco -ue se repita, si la
situación se ha dado en un momento sensible del desarrollo
del ni'o, se inscribir7 en su memoria implícit a " provocara un
h7bito de reacción -ue desde entonces caracterizara su estilo
interactivo.
&n acontecimiento signi$icativo ha puesto a ese ni'o en la
cinta transportadora -ue lleva a la depresión. Esta
vulnerabilidad precoz es totalmente ad-uirida. La aptitud para
retraerse " evitar al otro, impregnada desde los primeros
meses, ha creado con ese padre agresivo un vínculo particular
en el -ue el ni'o se adhiere a una base de inseguridad. Desde
ese momento, bastar7 -ue perciba esta $igura de apego -ue le
transmite inseguridad para -ue su hemis$erio derecho alertado
provo-ue la secreción de las hormonas del estr*s, cu"os
e$ectos biológicos modi$ican el desarrollo som7tico.

La reducción del volumen del hipocampo puede verse


$7cilmente gracias al esc7ner. El giro temporal aumentado
explica las di$icultades del ni'o para dominar su a$ectividad,
puesto -ue la alteración del cerebro de las emociones
conlleva modi$icaciones endocrinas tales como la caída de las
hormonas del crecimiento " de las hormonas sexuales. Esta
carencia hormonal explica la mor$ología del enanismo
a$ectivo/ los nietos son bajos miden menos de lo -ue
geneticamente les correspondería! " alternan una $rialdad
a$ectiva con explosiones sorprendentes de amor o de odio. En
ese caso, el cerebro de las emociones ha sido alterado no por
un tumor ni por una lesión, sino por la historia parental -ue, al
perturbar al padre o a la madre, perturba el desarrollo
org7nico de su hijo.

La memoria no es el retorno del pasado. 57s tarde, cuando el


ni'o haga el relato mental de su historia en busca de su
identidad, tendr7 tendencia a dejarse $ascinar por el trauma
impregnado en su memoria. Lo rememora sin cesar, lo sue'a
sin mencionarlo. (ual-uier acontecimiento trivial encuentra
una re$erencia en su pasado herido " se organiza así el
síndrome psicotraum7tico -ue termina por poseer a la
persona. #La desdicha de mi madre ha sido el lugar de mis
sue'os%, decía 5argarite Duras. (uando la existencia $amiliar
o cultural no aparta al ni'o de esa concentración en sí mismo,
la pendiente natural lo lleva a la morosidad pues su memoria
le ense'a reaccionar de ese modo.
(uando
elabore eldeni'osuha vivido momentos
identidad estar7di$íciles, el relato
cincelado por-uelos
acontecimientos dolorosos. ero cuando el ambiente $amiliar,
cultural o de amistades lo invita a salir de su centro " a
descubrir otras historias de vida u otras culturas, puede
desencadenarse $7cilmente un proceso de resiliencia verbal "
la memoria identitaria se compondr7 poco a poco de ritos
$elices " de acontecimientos agradables. Esta reorganización
de la memoria autobiogr7$ica tiene e$ectos de entrenamiento
cerebral. (uando un accidente lastima la cara pro$unda del
lóbulo temporal iz-uierdo -ue trata la palabra, el sujeto "a no
siente las emociones provocadas por las palabras aun-ue las
im7genes continan conmovi*ndolo.
Es por ello -ue, algunos a'os despu*s, conserva un excelente
recuerdo de las im7genes de a-uella *poca, pero su
indi$erencia a las palabras no le ha permitido ad-uirir una
memoria verbal, un relato de sí mismo. La alteración de la
memoria provocada por una herida cerebral no es
irremediable/ si se entrena al herido para -ue haga el relato
escrito o hablado de lo -ue le ocurrió, progresivamente,
palabra por palabra, emoción tras emoción, la persona
reconstru"e una memoria verbal despu*s del accidente. ) ello
se debe -ue el herido cerebral o la persona desollada
sentimentalmente, abandonada a su soledad, evolucionen
emocionalmente hacia la agonía psí-uica. 0in emociones
íntimas sin jalones exteriores, $amiliares o sociales, la
memoria permanece vacía. ara llenarla, es necesario -ue
una relación estimule la amígdala rinoence$alica, asiento de la
clasi$icación neurológica de las emociones -ue $acilita la
memoria de las im7genes " de las palabras.
La vida psí-uica se recupera lentamente " constru"e la
identidad narrativa del herido. ero como lo -ue orienta la
manera de llenar a-uel vacío es el estilo con el -ue el sujeto
se relaciona, podemos decir -ue los recuerdos -ue uno busca
en su pasado " las palabras -ue elige para darles $orma
constru"en autobiogra$ías di$erentes segn el compa'ero de
la narración. o es -ue uno mienta, solo obtiene
representaciones di$erentes inducidas por las relaciones. )si
es como vemos vuelcos notables del es-uema de sí mismo
-ue se ha $ormado un individuo cuando le sucede un
acontecimiento -ue lo conmociona. La desesperación acta
como un selector de recuerdos. El acontecimiento libera una
emoción -ue estimula el sistema amigdalohipocampico. )si
despertada, la memoria encuentra en el pasado las im7genes
" las palabras -ue dan $orma a lo -ue la persona siente en
ese instante. or eso decimos -ue todo es verdad, aun
cuando se diga lo contrario.

Biología de la separación

La separación de la madre, inevitable " necesaria, suele llegar


a ser toxica cuando provoca una inundación de corticoides.
La duración de la separación -ue se da a un ni'o, puede
estimular a otro, segn el estilo de la relación -ue cada uno
mantenía con su $igura de apego. (uando el pe-ue'o teme la
separación por-ue "a la ha su$rido en otra ocasión, su
organismo ha ad-uirido una aptitud para reaccionar a esa
pe-ue'a prueba como a una se'al de alerta " no como a una
aventura excitante. (uando las separaciones se repiten "
duran m7s de tres horas, las secreciones de las hormonas del
estr*s cortisol " )(+4! aumentan mucho. or el contrario, las
separaciones cortas seguidas del placer del reencuentro
tienen un e$ecto de acostumbramiento -ue limita esa reacción
biológica.

uesto -ue uno se entrena para razonar atendiendo a la


convergencia de $actores determinantes, ha" -ue se'alar -ue
ha" otros $actores -ue pueden atenuar o exacerbe e$ecto de
esas separaciones. Lo -ue ha"a ocurrido antes del nacimiento
aumenta la sensibilidad de un organismo para interpretar
ciertos estímulos biológicos. Las hembras pre'adas
estresadas dan a luz crías -ue reaccionan vivamente a todo
estimulo. Los machos son menos sensibles al estr*s materno.
La secreción abundante de oxitocina en el caso de las
mujeres " de vasopresina en el de los hombres explica
probablemente esta di$erencia de reacción ante una misma
situación. Estos experimentos biológicos " etológicos invitan
m7s -ue nunca a renunciar a la idea de las causas nicas " a
integrar los datos de di$erente naturaleza pero coordinados
entre sí.

&na madre en situación de estr*s comunica a sus hijas la


aptitud de reaccionar con emociones intensas a los
acontecimientos de la vida. Los varones, protegidos por la
vasopresina, reaccionan de manera agresiva ante los mismos
hechos. &na hija -ue es emocional a causa de la emoción de
su madre responde a cada separación con una inundación de
cortisol " de )(+4 -ue la extena " le altera las c*lulas
nerviosas del hipocampo, soporte de la memoria/ la ni'a
aprende menos por-ue su madre ... su$rió estr*s durante el
embarazo9

Los hijos nacidos de una madre segura segregan gran


cantidad de hormona del crecimiento, lo cual les otorga el
desarrollo m7ximo mor$ológico -ue le permiten sus
posibilidades gen*ticas. (uando la burbuja sensorial de los
reci*n nacidos es estable " tiene el ritmo -ue le imprime el
bienestar de la madre, la cría segrega m7s acetilcolina, lo cual
$acilita el desarrollo de las c*lulas del hipocampo. or otra
parte las lamidas
alternando regulares
con $ases de la sensorial
de reposo madre " "susdepataleos
breves
separaciones estimulan la sinaptog*nesis.

(uando el pe-ue'o segrega demasiado cortisol " una


cantidad insu$iciente de hormona de crecimiento por-ue su
madre no est7 bien, la consecuencia ser7 -ue aparezcan
alteraciones cerebrales, mor$ológicas " de la conducta. Estas
alteraciones son reversibles cuando el organismo est7 en
desarrollo " cuando las in$ormaciones sensoriales del medio
vuelven a tener una intensidad soportable " un ritmo de
proximidad de separación -ue estimule el cerebro. 0e podr7
hablar de reversibilidad si el cerebro " el organismo retoman
su curso normal. 0e hablara de resiliencia solo si, despu*s de
una atro$ia provocada por una larga separación o una
alteración producida por un estr*s intenso o crónico, el
organismo logra retomar otro tipo de desarrollo, un desarrollo
en expansión a pesar de todo, pero -ue conserva la impronta
del p*r$ido herido. Este razonamiento psicobiológico nos hace
pensar -ue probablemente no sea sana huir de la desdicha
para lanzarse en los brazos de la $elicidad. uestras
imposiciones neurológicas nos impulsan, antes bien, a
organizar un ritmo, una333// pulsación, una respiración en la
cual buscamos alternar la $elicidad " la in$elicidad

Las autopistas del a$ecto


La simple anatomía sustenta esta idea/ las vías neuronales
por las cuales se desplazan los avisos del dolor corren junto a
las -ue llevan las in$ormaciones del placer. Las palabras -ue
usamos nos hacen creer -ue estos son dominios opuestos,
cuando en realidad son vecinos en el cuerpo " en la corteza
cerebral. La reacción de evitar la $uente -ue provoca un dolor
$ísico " el extravio emocional desencadenado por una perdida
a$ectiva se separan en el momento de llegar al cerebro.
rimero, ha" un conjunto de $ibras neuronales mu" $inas,
carentes de la envoltura de mielina, -ue transportan el dolor
por la medula espinal. Esas $ibras corren junto a las $ibras del
tacto " del calor, veracillos de las in$ormaciones de la caricia.

En la base del cerebro,V esas in$ormaciones son tratadas en


las zonas pre ópticas ventrales " septales, el ncleo dorso
medial del t7lamo " las c*lulas grises periacueductalesM luego
este centro de clasi$icación las envía a la cara interna de la
corteza. La zona cingular anterior recibe las vías por donde
circula el su$rimiento ", exactamente recogen las
in$ormaciones -ue provocan eu$oria. Estos sentimientos son
opuestos en la representación verbal pero, en la )natomía, las
vías de la $elicidad " de la in$elicidad son vecinas.
Estas sensaciones se asocian $7cilmente pues la percepción
de
de una provoca
lo $eliz la necesidad
-ue era%, de la -ue
dice alguien otra.acaba
#o mededaba
su$rircuenta
una
desgracia. #(reía -ue lo normal era -ue a uno lo criaran así%,
dice el ni'o maltratado cuando logra escapar al su$rimiento.
&n cuerpo en el -ue toda in$ormación recorriera siempre el
circuito hacia la desdicha no permitir7 -ue la persona cobre
conciencia de ello. &n medio en el -ue solo hubiera $elicidad
llevada a experimentar un sentimiento de vacío, de no
$elicidad.

(uando se separa a un pe-ue'o conejillo de indias de su


madre, el animal lanza chillidos de angustia " la c7mara de
positrones revela -ue acaba de encender los circuitos del
su$rimiento/ la zona cingular anterior se conecta al ncleo
ventroseptal, a la zona pre óptica dorsal, al ncleo dorso
medial del t7Iamo " a la zona gris preacueductal. V 0i se le
pellizca con $uerza, las $ibras peri$*ricas del pe-ue'o roedor
recogen el mensaje del dolor mec7nico " lo transportan
nítidamente hacia lo alto de la medula espinal " asi llega a los
mismos ncleos de la base del cerebro -ue lo orientan luego
hacia la zona cingular anterior. Lo cual e-uivale a decir -ue,
entre los conejillos de indias, un pellizco doloroso $ísico " una
p*rdida a$ectiva convergen hacia la misma autopista neuronal.
Independientemente de -ue la in$ormación sea mec7nica o
a$ectiva, la misma región cerebral, alertada, provoca
sensaciones de su$rimiento.
El su$rimiento -ue nos hace in$elices, restaría asociado al
deseo -ue nos hace $elices< El sistema nervioso constitu"e,
sobre el $ilo de la navaja, la guía -ue permite, por una nadería,
por una palabra, por un encuentro, pasar de una sensación
dolorosa al sentimiento de $elicidad, de la angustia al *xtasis
como les ocurre a los místicos, de la desesperación a un
arran-ue de risa nerviosa, como sucede a veces, para
disgusto de muchos, durante los entierros.

o es raro -ue un absceso o una hemorragia localizada


destru"a las c*lulas de la amígdala rinoence$alicaV " deje en
su lugar un ori$icio o un blo-ue macerado -ue impide la
circulación de las in$ormaciones del dolor " de la perdida
a$ectiva. La misma alteración puede observarse en un ni'o
abandonado, despu*s de -ue ha su$rido un aislamiento
sensorial " "a no est7 estimulado por el mundo exterior. Ese
ni'o se autoestímela balance7ndose, girando sobre sí mismo
o agredi*ndose $ísicamente, actividades -ue le aportan una
$orma sustituta de existencia/ su$rir para, al menos, sentirse
vivo. Luego, la rutina adormece el e$ecto estimulante de los
su$rimientos " el ni'o se vuelve indi$erente, inerte, ni $eliz ni
in$eliz. (uando la agonía psí-uica apaga la amígdala
rinoence$alica, toda emoción desaparece/ "a no ha" di$erencia
entre
uestola -ue
muerte " la no vida.
el anuncio de una buena o una mala noticia puede
provocamos un sentimiento de alegría o de desespera a $in de
inducir un sentimiento de rechazo en el momento en -ue se
observa el cerebro del sujeto en una resonancia magn*tica,

Eseberg pidió a varios colegas -ue participaran en un juego


en el -ue debían pasarse una pelota por turnos dici*ndose
palabras amables. De pronto, a una se'al convenida, los
experimentadores continuaban pas7ndose la bola entre ellos,
evitando hablar " jugar con uno -ue era precisamente a-uel al
-ue se le media el $uncionamiento cerebral.
El simple hecho de prepararse para recibir la pelota "
-uedarse sbitamente excluido de la comunicación atizaba la
zona cingular anterior del mismo modo -ue cuando se
experimenta un dolor $ísico. (uanto m7s intenso es el
sentimiento de rechazo, mas sustancias energizantes
consume ese sector del cerebro -ue registra el dolor. ero, de
inmediato, se produce un e-uilibrio cerebral/ basta -ue el
sujeto $rustrado renuncie a jugar " se oriente hacia otra
actividad mental para -ue la zona pre $rontal se encienda e
inhiba. )si las in$ormaciones desagradables. Esta
coordinación de opuestos explica la posibilidad org7nica de
combatir el su$rimiento gracias a una psicoterapia o por e$ecto
de un nuevo pro"ecto de vida.
Los neuromediadores -ue participan en la sensación de la
in$elicidad explican las mani$estaciones som7ticas de
anorexia, abatimiento, dolores di$usos " hasta de parpados
hinchados. (uando la persona siente angustia, las endor$inas
se desploman, pero en cuanto encuentra un sustituto a$ectivo
mantiene una conversación agradable con alguien, la cantidad
de endor$inas se eleva de inmediato. El desdichado
experimenta asi un alivio $ísico adem7s de la $elicidad de
apegarse a la persona -ue le devuelve el placer de vivir al
a"udarlo a dominar su dolor.
El oxímoron cerebral hace $uncionar juntos a dos opuestos/
las in$ormaciones del su$rimiento desembocan en la zona
cingular anteriorV -ue casi de inmediato se conecta con una
delgada $ranja situada en la cara in$erior del lóbulo pre $rontal
derecho -ue, a su vez, alerta a la zona cingular posterior
vecina acción de llegan las in$ormaciones del placer.

Explora su mundo alej7ndose de esta $igura privilegiada hasta


el momento en -ue, asustado, vuelve precipitadamente " se
acurruca contra ella. El placer " la angustia de explorar lo
desconocido aumentan la $elicidad de reencontrarse con lo
conocido " de apegarse a ese ser -ue le da seguridad. El
agradable sentimiento de amar nicamente puede
desarrollarse si existe un peligro exterior -ue ese amor
permita aplacar. 0in base de seguridad, sin una $igura a -uien
amar, la perturbación
constante. ero en del
el pe-ue'o
extremo leopuesto,
haría vivirenunun
su$rimiento
mundo
adormecido, no tendría necesidad de amar.

)si como para hacer un nudo es necesario unir dos hilos


opuestos, para tejer un apego ha" -ue solidarizar dos
exigencias antagónicas/ la exploración " la seguridad. El
placer angustioso del descubrimiento debe asociarse al
placer adormecedor de la $amiliaridad. 0olo es posible
aprender lo desconocido partiendo de una base de seguridad
conocida. 6 para -ue un objeto llegue a constituir una base de
seguridad, es indispensable -ue una alerta le d* su $unción
tran-uilizadora. Es posible -ue tambi*n entre los adultos se de
ese mismo oxímoron a$ectivo< 4asta la 0egunda 8uerra
5undial, en una sociedad en la -ue no existían ni la 0eguridad
0ocial ni las cajas de jubilación, lo -ue aseguraba esa $unción
de base de seguridad era la pareja. artiendo de ese vínculo,
las personas experimentaban el placer angustiado de intentar
la con-uista del mundo ", en caso de desgracia, buscaban
re$ugio junto a su cón"uge, a $in de encontrar allí la $elicidad
de estar acompa'ado. Ello implica -ue, en un contexto de
paz, la exploración del mundo ser7 menos angustiosa, pero
-ue, en caso de in$elicidad, uno no habr7 aprendido a dado al
otro su poder de puerto seguro. (uando el contexto "a no nos
asusta, "a no estamos rodeados por la $amilia... estamos
encerrados en ella9
El mismo proceso se da en el psicoan7lisis cuando el paciente
se sorprende ante los cambios en su manera de pensar, de
sus h7bitos intelectuales " meditaciones. El alivio -ue le
produce este distanciamiento lo apega al practicante. La
trans$erencia a$ectiva, ese vínculo nuevo analizado durante
las sesiones, permitir7 controlar mejor las antiguas
repeticiones.

La proximidad neuronal de la $elicidad " la in$elicidad


corresponde probablemente a la necesidad arcaica de
supervivencia. (asi todos los seres vivos saben resolver el
problema del su$rimiento " del placer hu"endo del primero "
buscando el segundo. ara -ue estas dos pulsiones opuestas
se acoplen hace $alta inhibir r7pidamente la reacción de huida
o de atracción. &no no puede pasarse la vida hu"endo de la
desdicha, como tampoco puede atiborrarse de $elicidad.
Desde el momento en -ue ocurre una desgracia, soltamos con
la $elicidad. Desde el momento en -ue alcanzamos la
$elicidad, vencedores aletargados, perdemos la sensación de
estar vivos " buscamos el acontecimiento -ue nos la
devuelva. El par de opuestos es lo -ue permite la
supervivencia -ue ha provocado la intervención del analista "
-ue lo apartan de sus h7bitos intelectuales " meditaciones. El
alivio -ue le produce este distanciamiento lo apega al
practicante. La trans$erencia
analizado durante las sesiones,a$ectiva,
permitir7 ese vínculo
controlar nuevo
mejor las
antiguas repeticiones.

La proximidad neuronal de la $elicidad " la in$elicidad


corresponde probablemente a la necesidad arcaica de
supervivencia.
El delgado hilo -ue une el alma al cerebro cuando se altera la
zona cingular anterior, el animal "a no emite el grito de
angustia -ue estimula el auxilio materno.
)hora bien, un animal -ue "a no puede su$rir, muere
abandonado por allegados a -uienes "a no alarma. En
cambio, un ser vivo -ue expresa su su$rimiento inspira el
deseo de darle apo"o " se apega a -uienes se acercan a
salvarlo. 0in su$rimiento, les podría amar< 0in angustia " sin
p*rdida a$ectiva, tendríamos necesidad de seguridad< El
mundo sería insulso " probablemente no sentiríamos el gusto
de vivir.
Los organismos humanos no escapan al determinismo
biológico. ero la posibilidad de crear un universo de
representaciones les permite reorganizar el mundo -ue
perciben, mejorarlo o empeorarlo, bendecirlo o maldecirlo.
0ea cual sea ese nuevo sistema de orientación, el cerebro es
siempre el nexo entre las percepciones biológicas " las
representaciones mentales.
El caso de Benedetti ilustra esta idea. ) los treinta " dos a'os,
$ue hospitalizado por una -uemadura grave en un muslo. ) lo
largo de su vida, "a había su$rido varias $racturas indoloras "
solo al sentir olor a carne asada tomo conciencia de -ue se
estaba -uemando. En el hospital, se le diagnostico agenesia
cong*nita. Esta rara en$ermedad gen*tica se debe a -ue el
organismo no ha desarrollado los genes de las $ibras (
desprovistas de mielina -ue, habitualmente, transportan a
gran velocidad las in$ormaciones del dolor $ísico.

0in embargo, Benedetti había experimentado una vez un dolor


$ísico/ el día en -ue se enteró de -ue su hermano había
muerto en un accidente de automóvil. (uando le anunciaron la
terrible noticia, Benedetti, en el colmo de la desdicha, se
-uedó aturdido. ero, media hora despu*s, sintió una intensa
ce$alea " un dolor di$uso. ) causa de su anomalía gen*tica,
tanto dolor $ísico podía abrirse camino hasta el cerebro.
&na simple enunciación, una $rase/ #+u hermano ha muerto%,
había desencadenado un dolor $ísico completamente nuevo
para ella. Lo -ue le había provocado el dolor no era la
percepción de un golpe, ni la percepción de una $alta, pues su
hermano "a no vivía con ella desde hacía mucho tiempo. La
representación verbal de una perdida a$ectiva, al trastornar
por completo su mundo íntimo, produjo el su$rimiento $ísico.
Esta paciente no sabía -ue su anomalía neurológica " su
su$rimiento $ísico ilustraban una idea de 2reud/ #&na
ausencia, un objeto perdido, crea exactamente las mismas
condiciones de dolor -ue una parte herida del cuerpo%.
Decir -ue alguien se siente $ísicamente mal despu*s de la
muerte de un ser -uerido no es algo original. adie se
sorprendería si "o dijera -ue una buena noticia nos provoca
eu$oria " -ue una mala nos pone tristes. Lo nuevo consiste en
-ue ho" podemos analizar como una modi$icación del medio
real, tanto como el enunciado de algunas palabras, puede
modi$icar el $uncionamiento de un organismo humano. )hora
podemos comprender como una psicoterapia in$lu"e de
manera duradera en el $uncionamiento del cerebro. (uando
un ni'o se cría $amiliarizado con la representación
aseguradora de un papa protector " una mama recon$ortante,
experimenta el sentimiento -ue provoca esa representación.
&na simple evocación, durante una charla o al mirar una
$otógra$a $amiliar, basta para despertar la emoción. 4asta
podemos imaginar -ue, cuando miramos una película -ue nos
hace reír " llorar, nuestras zonas cingulares posteriores "
anteriores $uncionan intensamente. 0iempre nos sometemos a
las representaciones -ue nosotros mismos inventamos, "a
sea para el ma"or de los placeres o para una pro$unda
in$elicidad.
La nueva vida del di$unto

+ratare de ilustrar esta idea con el ejemplo del duelo. (uando


estaba vivo " se relacionaba conmigo, el otro marcaba su
huella en mi memoria biológica. 6o estaba acostumbrado al
sonido de su voz, a sus h7bitos de conducta, a su presencia
real. El día en -ue murió, mi mundo sensorial -uedo
totalmente trastornado por-ue el otro "a no estaba ahí .ero el
ser -uerido desaparecido existía hasta en mis recuerdos " en
mis $otogra$ías, así como en mis palabras, en los relatos -ue
su $amilia " su cultura hacían de la vida pasada de esa
persona.
Independientemente de -ue el punto de partida sea sensorial
o verbal, el dolor enciende la misma zona cerebral, lo cual
libera una emoción " modi$ica la biología de -uien su$re el
duelo.
Este modo de razonar permite decir -ue, cuando uno pierde a
un ser -uerido, la muerte le arranca una parte de si " se la
lleva con ella. En nuestro mundo sensorial, esa desaparición
ha dejado un vacío. ero cuando uno est7 contenido
a$ectivamente, el trato con los otros cierra un poco la brecha.
6 si la cultura da un sentido a la muerte, uno trata de darle
una nueva dirección a su vida, trata de hacer un pro"ecto en
el -ue en
exista el di$unto
lo real,tenga un lugar signi$icativo.
uno continua re$iri*ndose a)un
el/ cuando "a no
#5i padre
estaría orgulloso de lo -ue acabo de hacer... 0i mi madre
pudiera verme ahora ... %. El muerto est7 muerto, por
supuesto, pero continua existiendo de otra $orma cuando
pensamos en *l " cuando an gavieta una parte de nuestra
vida.
(uando en el momento de la p*rdida el duelo no cuenta con
apo"o a$ectivo ni le encuentra sentido a esa muerte, solo
puede encerrarse en sí mismo para su$rir menos. El dolor le
impide hablar, aprieta los dientes " se aísla. 4acemos lo
mismo cuando la cultura nos hace callar. La signi$icación de la
muerte organiza nuestras de$ensas/ cuando un hermano $ue
abatido por la policía por-ue había disparado un arma al azar
contra la multitud, cuando el padre nazi $ue ahorcado, los
parientes solo pueden callar. El acurrucamiento antológico
-ue impide compartir la pena " socializar la angustia exclu"e
al sobreviviente del mundo humano. En este caso, la p*rdida
no es un duelo, es un agujero en el alma, un vacío sin
representaciones, un -uiste, una cripta en un mundo íntimo
-ue se prepara para el clivaje o escisión del "o.
(uando se le impide realizar los ritos del duelo, el duelo se
trans$orma para sus allegados en una base de inseguridad.
La mera percepción del otro, silencioso " abatido, evoca la
desesperanza, la vergWenza la culpabilidad. Este reca do
explica por -u* el PF por ciento de las parejas -ue pierden a
un hijo se divorcian durante los dieciocho meses siguientes a
esa muerte, con lo cual agregan m7s su$rimiento al
su$rimiento. ero, en esas $amilias mudas, en las -ue el ser ha
desaparecido sin el rito del adiós, toda $elicidad se vive con
vergWenza por cuanto con $recuencia ad-uiere la signi$icación
de una traición/ #como te atreves a gozar de la vida cuando tu
hijo murió su$riendo<%. X//MtalY3X La p*rdida es individual, pero
el duelo es colectivo. Exige no solo el sost*n a$ectivo -ue
estimule sensorialmente al doliente, sino adem7s el trabajo de
duelo -ue permite -ue la cultura de sentido a la desaparición "
produzca así la reorganización de las representaciones/
#Desde -ue hice un cuadro con sus $otos " escribí su
biogra$ía, siento menos el vacío de la perdida por-ue aprendo
a vivir con *l, "a no con su presencia real, sino con su
representación%.
Este trabajo de duelo explica por -u* una p*rdida precoz en
un ni'o mu" pe-ue'o, cuando no existe un sustituto a$ectivo,
conduce a la catastro$e. En el estado pre verbal, las
representaciones son todavía inciertas. (uando una $igura de
apego desaparece, una parte enorme del mundo sensorial del
ni'o se extingue. El envoltorio biológico -ue rodea al beb*
pierde sus estímulos permanentes auditivos, t7ctiles, ol$ativos
" visuales pues el otro "a no est7 allí. La $igura de apego
desaparecida "a no puede proporcionar las in$ormaciones
perceptivas
límbico. ada" endónales
llega hasta-ue deber7n
la zona estimular
cingular, el cerebro
ni $elicidad, ni
desdicha, ni representaciones pues el pe-ue'o no sabe
organizar todavía un decorado de im7genes para representar
al di$unto ni contar algunas an*cdotas para hacerlo vivir
todavía un poco m7s. 0u mundo real este vacío, el circuito
límbico se apaga, lo cual explica la atro$ia cerebral provocada
por la ausencia de estímulos biológicos.
Esta manera de encarar el duelo, analizando separadamente
la p*rdida a$ectiva " la representación del ser amado perdido,
permite comprender -ue todos los duelos no est7n asociados
a la muerte. &n aislamiento a$ectivo a causa de la $alta de
estimulaciones biológicas atro$ia la zona $rontolimbica tan
intensamente como un d*$icit cultural priva de un trabajo de
representaciones -ue desemboca en las mismas regiones
cerebrales. &na perdida innombrable, por asesinato o por
guerra, corresponde a una perdida indecible cuando la $amilia
condena al silencio al ni'o, cu"o mundo íntimo -ueda
$ascinado por la muerte. Los $actores de resiliencia -ue
a"udan a no -uedarse estancado en la agonía psí-uica est7n
compuestos por el teatro de los $unerales " la reorganización
a$ectiva del medio
o todos los muertos son iguales
Esto permite comprender por -u* la muerte de la madre
provoca menos perturbaciones -ue la desaparición del padre,
lo cual es contra intuitivo. (uando muere la madre, el padre
a$ligido su$re, pero el mundo -ue rodea al ni'o cambia poco
pues ha" otras $iguras de apego -ue compensan la alteración
paternal/ tías, tíos, amigas " sustitutos atienden al ni'o
despu*s de la muerte de la madre. El ni'o siente -ue su
mundo "a no es el mismo, pero encuentra alrededor de
algunas estructuras a$ectivas -ue le permiten seguir un
desarrollo recipiente modi$icado por la ausencia mantenían.
aradojicamente, la muerte del padre cambia m7s el mundo
del ni'o por-ue, a partir de entonces, est7 obligado a
desarrollarse en contacto con una madre depresiva, aislada "
a veces desorganizada.
Este dato clínico subra"a la importancia del contexto $amiliar "
cultural en el trabajo de duelo " sus consecuencias
psicológicas " evolutivas. (uando la madre su$re el duelo
aislada, como ocurre en nuestra cultura individualista, llega a
ser una base de inseguridad para sus hijos. 5ientras -ue, en
las culturas en las -ue se da sentido a la muerte " se
comparta a la viuda, la constelación a$ectiva en la -ue est7
sumergido el no, si bien se reorganiza, no impide su buen
desarrollo.
La cultura no siempre es protectora. ) veces, el mito del duelo
a$irma -ue una mujer sin marido no es capaz de criar a un
ni'o. Las autoridades intervienen " deciden colocar al
pe-ue'o en una institución sin a$ecto. Esta cultura agrava el
duelo
su$re el" modi$ica el envoltorio
luto pues lo instala sensorial -ue rodea
en un medio a -uien
de indi$erencia
protectora pero no recipiente ..
Las circunstancias reales de una muerte contribu"en a
construir el sentido de -ue se impregna el hecho. &na muerte
brutal en un accidente de automóvil a menudo provoca un
atontamiento traum7tico, mientras -ue una muerte esperada,
$allecida como consecuencia de una en$ermedad grave,
induce un trabajo de tr7nsito a la otra vida -ue precede a la
muerte real. (uando llega la ltima hora, el grupo "a ha
preparado la reorganización de una $amilia -ue tendr7 -ue
continuar viviendo sin el di$unto. En estos casos, no es raro
-ue el anuncio de la muerte provo-ue un alivio culpable "
vagamente vergonzante. En ese momento, vemos surgir una
serie de con$lictos contenidos hasta entonces por la presencia
del moribundo. El duelo revela problemas ocultos "
reorganizadores a$ectivos de una $amilia -ue se prepara para
$uncionar sin ese ser -uerido.
(uando los sobrevivientes de la 0hoah $ueron reagrupados,
casi todos sentían vergWenza de haber sobrevivido/ se
reprochaban haber abandonado a sus allegados " dejarlos
morir sin darles sepultura. &no no puede tirar el cad7ver de
alguien a -uien todavía ama. Las circunstancias sociales los
habían obligado a cometer ese crimen al -ue sus $antasmas
secretos daban una $orma incon$esable/ #uesto -ue *l iba a
morir, tome su bollo de pan ... )l desviar la mirada, evite la
selección -ue me habría condenado a muerte. 6 se llevaron a
mi hermano en mi lugar9%. Este sentimiento de culpa atroz
esta con $recuencia en el srcen de $antasías inconscientes de
expiación, de amabilidad en$ermiza o de temor a la $elicidad.
La se'ora 5. de Sngel, -uiere tomar el autobs para regresar
a su casa. 0u hijita de cinco a'os, caprichosa, se arrastra por
el suelo " exige caramelos. Despu*s de algunas $rases
exasperadas, la madre le pide a la ni'a -ue conserve el lugar
en la cola mientras ella va hasta un comercio a comprar
algunas golosinas. (uando est7 en la tienda, una gran
explosión la lanza al suelo. )l salir ve -ue, en lugar de la cola
del autobs, ha" tan gran agujero. )tontada, contempla los
retazos de ropa " los trozos de cama dispersos. +iene en la
mano el pa-uete de caramelos, -ue acaba de cargarse de una
terrible signi$icación/ #5i hijita murió en mi lugar. 5e salvo la
vida.
o supe protegerla%. (uando sale del embotamiento, aparece
por $in el su$rimiento para castigarla por su #crimen% " la
se'ora 5. siente -ue toda $elicidad se ha vuelto vergonzosa,
insoportable. oco a poco, se dejó arrastrar hacia una
in$elicidad calmante. El atentado terrorista había trastrocado la
signi$icación -ue antes atribuía a las cosas ", con la ma"or
tran-uilidad del mundo, acepto su$rir de una cantidad
sorprendente de en$ermedades.
Las teoríascon
de $amilia delelapego, despu*spusieron
psicoan7lisis, de mantener algunas
de todos disputas
modos el pie
en la biología. 6, como lo deseaba 2reud, ho" permiten
comprender por-u* un duelo psí-uico no asociado a la
muerte, pero vinculado a la perdida #de una abstracción N... O
La patria, la libertad, un ideal N... O%,puede modi$icar los
circuitos cerebrales ", con ellos, provocar en$ermedades
org7nicas.
#La conducta del duelo se concibe como una serie de
mani$estaciones de apego/ llantos, agitación, biz-uea del
objeto perdido N... O (onservación de los recuerdos para
mantener dentro de sí a la persona viva N... O " luego rede$inir
la relación con el di$unto. JEn sorna, el trabajo de duelo
consiste en conservar un vínculo con el ser perdido,
reestructurando nuestra manera de amarlo.
Bien todos los seres vivos en los -ue el su$rimiento
encanalizado no se limita "a al dolor re$lejo -ue pasa por la
medula espinal, la p*rdida real de una persona -uerida recibe
el ritmo tratamiento -ue la degradación de una representación.
(uando un mono o un ele$ante pierden a un ser allegado,
su$ren por la modi$icación de su medio, -ue desde entonces
-ueda la Biología de la p*rdida a$ectiva
ero cuando algunos meses despu*s regresa al lugar de la
muerte, recubre el es-ueleto con hojas " mani$iesta en su
comportamiento los signos de la in$elicidad, podemos pensar
-ue responde a la representación de un hecho real pasado "
no "a a una percepción del presente. +odo esto nos revelan
-ue esa desesperación esta correlacionada con un $uerte
aumento del cortisol sanguíneo, lo cual atestigua -ue la alerta
biológica no es el resultado de la percepción del cad7ver -ue,
por lo dem7s, "a no est7 allí!, sino de la memoria del #ser
-uerido desaparecido%, evocado sencillamente por el lugar
donde murió.
(uando pudieron realizarse electroence$alogramas, estos
demostraron el anticipo del sue'o paradójico -ue se observa
en todos los seres desdichados, sea cual sea su especie
humano, perro o mono!. La angustia impide experimentar el
placer de dejarse ir aletargo de los primeros estados del
sue'o. :uien vive un duelo solo puede caer dormido cuando
est7 agotado, reduciendo así las $ases lentas iniciales. Este
adelanto del sue'o r7pido -ue se produce -uince o veinte
minutos despu*s del adormecimiento, en lugar de ocurrir a los
noventa minutos habituales en los seres humanos, acorta el
estado de las ondas lentas -ue constitu"en los estornudos
bioeIectricos de los ncleos grises de la base del cerebro.
Estos segregan pues menos hormonas de crecimiento "
menos hormonas sexuales. Las tasas de oxitocina " de
prolactina tambi*n se reducen, lo cual da prueba de una
aptitud d*bil del organismo para gozar de la vida pues los
níscalos receptores
su$icientemente de esas
embebidos como hormonas "a no
para provocar unaesplín
tensiónlo
$ísica agradable.
En un mono o en un ele$ante, el mero hecho de percibir el
lugar donde desapareció un ser de apego hace -ue la
angustia regrese ... 6 esto nos lleva a pensar -ue, en un ser
humano, cu"o mundo interior est7 cargado de
representaciones, ese g*nero de su$rimiento reaparece a la
menor se'al -ue recuerde al di$unto " al menor rito inventado
para recordarlo. En cada aniversario, el simple hecho de
pensar en el di$unto provoca una emoción. La percepción de
un objeto o de un acontecimiento cultural -ue evo-ue a la
persona desaparecida es su$iciente para provocar reacciones
emocionales cu"o impacto biológico puede evaluarse/ #N ... O
La memoria del acontecimiento puede engendrar un estr*s
postraum7tico, la respuesta inmunitaria puede traducirse en
una alergia " la respuesta normal al dolor, convertirse en dolor
crónico?. En los estados de angustia provocados por una
p*rdida a$ectiva real o por la representación de esa perdida,
se observa una caída de los lin$ocitos " una producción de
anticuerpos -ue explican la alergia tan $recuente en estos
casos. El aumento del cortisol " de las catecolaminas alerta la
amígdala rinoence$alica -ue es su receptor privilegiado "
recibe la menor in$ormación como se'al de peligro.
La viudez es una situación en la -ue es posible evaluar el
e$ecto biológico de una p*rdida a$ectiva. En 2rancia, ha" casi
cinco millones de personas -ue han perdido a su cón"uge la
ma"oría son viudas. Los hombres sobrevivientes tienen serias
di$icultades para continuar viviendo sin su mujer.

5uchas en$ermedades cardiacas aparecen durante los meses


posteriores a la perdida. +ambi*n se ha registrado un
aumento de c7ncer, de diabetes " de en$ermedades
pulmonares. (on esto no estamos diciendo -ue el matrimonio
proteja de la gripe, pero si, en cambio, -ue la estabilidad
a$ectiva provoca una regularidad de los metabolismos -ue la
viudez dese-uilibra. La inmunodepresión, atribuible al estr*s "
a la pena, hace -ue Jel organismo se de$ienda menos contra
las in$ecciones.

El estilo de apego -ue caracterizaba a la pareja permite


predecir el su$rimiento de la viudez. Las parejas $uncionales,
en las -ue cada uno servía al otro de base de seguridad
nica, vivir7n una soledad dolorosa. uesto -ue el apego
excesivo es casi siempre prueba de un vínculo inseguro en el
cual la presencia del otro es indispensable, la desaparición del
ser -uerido provoca un desgarramiento traum7tico tan grave
como el del beb* de pecho -ue pierde a su madre.
Los metabolismos desordenados " la desorganización del
mundo percibido hacen di$ícil la reestructuración a$ectiva del
trabajo de duelo. El organismo "a no est7 protegido contra las
en$ermedades.
La con$usión mental " el desinter*s explican el vacío nmero
de accidentes -ue su$ren los viudos -ue tuvieron una pareja
$uncional.
Inversamente, los apegos ambivalentes, en los -ue los
desacuerdos envenenan la vida cotidiana, componen la
cohorte de -uienes viven una viudez menos dolorosa. 0uele
darse el caso de personas de edad avanzada -ue,
angustiadas ante la idea de perder a su cón"uge, se
sorprenden al no su$rir la p*rdida real. ;tros, -ue imaginan la
desaparición del cón"uge con$lictivo como un alivio, se sienten
desconcertados por el inesperado su$rimiento -ue
experimentan.
)si golpea la ambivalencia, aun despu*s de la muerte, cuando
el vínculo a$ectivo con el di$unto persiste pero se modi$ica.
El esc7ndalo es an ma"or cuando se descubre -ue los
hombres -ue no su$ren por la p*rdida de su esposa se
convierten en hombres maduros resplandecientemente se
trata de grandes transportadores de serotonina, lo cuales hace
poco sensibles a la perdida a$ectiva. ; tal vez vivieron
dominados por una esposa a la -ue no amaban mucho " por
ello no su$ren la perdida. En general, los viudos se suicidan
m7s -ue las viudas, pero menos -ue los solteros, hombres "
mujeres.
Estos datos reunidos permiten decir -ue la pareja tiene un
e$ecto protector contra la depresión " la en$ermedad... )hora
bien, las $amilias donde circula el a$ecto est7n estructuradas
por las le"es sociales, las creencias " la tecnología. 4ace
algunas d*cadas, en 2rancia, el duelo era $amiliar " a la vez
colectivo. 0e exponía el cuerpo del di$unto, los transentes se
persignaban al paso del cortejo " las campanas sonaban
cuando la $amilia lo enterraba. En este comienzo del siglo ==I,
el rito se ha modi$icado/ los amigos se renen para decir
#adiós% " rodear a los parientes en la casa de alguien donde
se dan cita para #beber una copa%.
La p*rdida es una percepción de la $alta -ue depende del
temperamento de la persona " de su relación con el di$unto.
5ientras -ue el duelo es una representación de la $alta -ue
depende del ambiente $amiliar " cultural. La p*rdida es
irremediable mientras -ue el duelo evoluciona como un
trauma, segn lo -ue hagan de ella $amilia " la cultura. Las
consecuencias sentimentales " las modi$icaciones biológicas
-ue su$ren los dolientes dependen de la con$luencia de todos
estos $actores " no de una sola causa -ue pueda explicarlo
todo.
Esta manera de plantear la cuestión permite comprender -ue
una perdida precoz induce un trastorno del desarrollo al
trans$ormar radicalmente el ambiente sensorial del ni'o, en un
momento en el -ue ese ni'o aun no es capaz de hacer un
trabajo
un medio de sensorial
duelo. ero, en esealestado,
an7logo -ue le el restablecimiento
o$recía la madre lede
permite emprender un desarrollo recipiente. El trastorno
biológico " la ad-uisición de un estilo de desarrollo adaptado a
la perdida sensorial de la madre no producen una perturbación
de$initiva salvo en el caso en -ue la cultura deja al ni'o solo.
0e puede, por el contrario, poner en marcha un proceso de
resiliencia si la cultura establece -ue un sustituto est7
capacitado para reparar el duelo de un ni'o. El discurso
cultural organiza pues en envoltorio sensorial -ue $avorece la
recuperación de un desarrollo recipiente.
(uando interpretan las protestas de un ni'o hu*r$ano como
una prueba de su mal actuar, los adultos, cre"endo $ormar al
pe-ue'o, lo aíslan " lo castigan. El ni'o, en e$ecto, se calma
por-ue ha incorporado en su memoria una desesperanza
aprendida. ) la larga, se adapta gracias a la indi$erencia
a$ectiva, -ue le permite su$rir menos. El su$rimiento es pues
m7s sano -ue la indi$erencia, a la cual, sin embargo, la gente
-ue rodea al doliente ve con mejores ojos. Despu*s de un
pedido de trastornos del sue'o, de di$icultades alimenticias, de
explosiones en sus relaciones " de dolorosa angustia, el ni'o
"a no se siente tan mal cuando se deja ganar por la
indi$erencia.
Esta adaptación es una antirresiliencia pues impide desarrollar
buenas relaciones a$ectivas " sociales.
(uando el organismo ha aprendido a su$rir, incorpora todo
acontecimiento " todo encuentro en una connotación dolorida
-ue explica por-u* la persona vuelve a tener tan $7cilmente
recaídas depresivas, cuatro veces m7s $recuentes entre los
hu*r$anos precoces -ue en la población general.
4a" -ue descon$iar de la expresión del su$rimiento/ los -ue lo
expresan m7s abiertamente no son los m7s alterados puesto
-ue todavía tienen la $uerza de mani$estarlo. 5ientras -ue
a-uellos -ue se muestran anonadados perturban menos a
-uienes los rodean, pero est7n revelando una agonía
psí-uica.
La solución -ue les permitir7 retomar el desarrollo se
encuentra en la cultura m7s -ue en el sujeto. Los
neuromediadores abatidos, las hormonas desecadas, ti'en el
resto de la vida con el color de la tristeza por-ue un
estereotipo cultural dictó -ue había -ue enderezar a esos
nietos o aislarlos a causa de su ingratitud/ #despu*s de todo
lo -ue se ha hecho por unos9%.
uestra cultura con$undió la carencia a$ectiva " el trabajo de
duelo. El desconsuelo es recuperable cuando el medio
reorganiza estímulos sensoriales. El trabajo de duelo est7 mu"
próximo al mito/ es el -ue prescribe los ritos -ue rodean al
hu*r$ano o al doliente, estructurando así el ambiente sensorial
-ue arma sobre su cerebro.

Los dos inconscientes


Los caballos del inconsciente

El mundo acaba de tomar conciencia del inconsciente. arece


-ue en el siglo =@II, Leibniz hablaba de #pe-ue'as
percepciones de las -ue no tenemos ninguna conciencia%. En
el siglo =I=, el >omanticismo nos sumergió en #los reinos
crepusculares de la conciencia% (oloridle!, en #el m7s all7
del psi-uismo% 8oethe!, en #los secretos rincones del
corazón " de las sombras espirituales donde el sol nunca
penetra% ZoodTorth!.
En realidad, el concepto de inconsciente Ie debe mucho a (arl
8ustav (ams, un pro$esor de zoología de la &niversidad de
@iena -ue, en QF, escribió un libro titulado Das &nbeTusste
NEl inconscienteO. En *l, sostenía -ue los animales saben, pero
no saben -ue saben. )dem7s, hablaba de la vida del alma "
explicaba -ue entre la conciencia clara " el inconsciente
absoluto -ue conocemos con el nombre de aturaleza, un
inconsciente relativo permitía enviar algunas sondas
exploradoras. En la misma *poca, @on 4artmann escribía La
$iloso$ía del inconsciente QHR!, obra en la -ue distinguía el
inconsciente de la vida corporal " el inconsciente del espíritu
humano. Esta corriente de ideas, inspirada en gran medida
por ietzsche " 0chopenhauer, impulso numerosas tesis -ue
apuntaban a de$ender los conceptos de inconsciente. El
inconsciente cognitivo no sabe -ue sabe.
El inconsciente $reudiano se las arregla para no saber, la
clínica neurológica ilustra sin di$icultades la existencia del
inconsciente cognitivo, asi como la cura psicoanalítica
con$irma el inconsciente de la represión.
8ustave era jardinero cuando un accidente de automóvil le
hizo perder la memoria. 0u neurólogo se pasea con *l por el
campo de gol$ donde 8ustave trabajaba. Este, sin dejar de
charlar, toma una dirección, sigue determinados senderos,
dobla en cierta bi$urcación " llega... a la caba'a de las
herramientas9 Entra en ella ", siempre conversando,
encuentra las partes desperdigadas de un descocador " lo
arma sin vacilar.
(onscientemente, sostenía -ue nunca había estado en ese
campo de gol$ " -ue "a no se acordaba de su o$icio, pero su
cuerpo había conservado la memoria de los lugares " de los
gestos " de subconsciente. Durante la segunda mitad del siglo
se ve esta posición hasta es posible dar una interpretación
cognitiva al acto $allido. &n abogado entra en su automóvil
para dirigirse a su estudio, como lo hace todas las ma'anas.
En el momento de poner el motor en marcha advierte -ue no
puede conducir por-ue, sin darse cuenta, se dejó puestas las
pesadas botas de goma -ue utiliza para hacer jardinería. En
ese momento, comprende -ue la reunión prevista para a-uella
ma'ana
distraerse,lohace
angustia
tareaspor-ue, habitualmente,
de jardinería. cuando -uiere
)l cobrar conciencia de
su acto $allido, se ve obligado a reconocer -ue va a su trabajo
con desgano.
+odos hemos oído alguna vez decir a un colega al llegar a la
o$icina #hasta la vista% " luego tratar de enmendar el error
$ar$ullando nítidamente otra cosa. El lapsus linguae, acto
$allido de la palabra, expresó lo -ue sentía su cuerpo a pesar
de su voluntad consciente de no saberlo.
La #memoria inducida% suministra otra prueba del
inconsciente cognitivo. (uando uno no recuerda el nombre de
alguien a -uien -uiere citar, orienta primero su bs-ueda a la
msica de ese nombre/ #Lolala... no, algo asi como Lalada....
seguro -ue es con tres sílabas " con a%. &no busca en sus
impresiones un indicador $onológico, una armonía -ue podría
despertar las huellas cerebrales. De pronto/ #(avada, 0eera
el nombre9%. 6 la palabra asi hallada provoca un sorprendente
alivio corporal por-ue nuestra memoria acaba de llenar un
vacío. uestra representación cognitiva del mundo vuelve a
hacerse coherente/ el nombre encontrado nos brinda
seguridad9
EI inconsciente cognitivo se asienta sobre marcas de la
memoria biológica. ero esta memoria no consciente no
corresponde al inconsciente $reudiano, para el cual la
evocación es insoportable. En el inconsciente cognitivo, uno
no sabe -ue sabe, uno se entera de algo sin saber -ue se ha
enterado " responde a ello sin darse cuenta. 5ientras -ue, en
el inconsciente $reudiano, la memoria biológica est7 intacta, el
recuerdo podría estar alIí, pero uno se las arregla para no
dejarlo emerger a $in de conservar una relación apacible con
uno mismo, con -uienes lo rodean " con su cultura. 0abemos,
pero, para permanecer en paz, no hacemos nada con ese
saber.
En el síndrome de [orsaCo$$ los enlaces neurológicos de la
memoria est7n -uemados por el alcohol o lacerados por un
traumatismo. EI en$ermo, incapaz neurologicamente de buscar
recuerdos en su pasado, llena el agujero de sus
representaciones inventando historias a veces cómicas.
(laparede, un pionero de la investigación relativa a las
perturbaciones de la memoria, invento un experimento clínico
un poco s7dico/ cada ma'ana, estrechaba la mano de los
en$ermos atacados por este mal con una aguja disimulada en
la palma de la su"a. )l día siguiente, los en$ermos -ue habían
su$rido el pinchazo se negaban a darle la mano e inventaban
justi$icaciones aberrantes/ #En mi ambiente no se estila...
esto" cansado... no lo conozco a usted lo su$iciente%. Los
en$ermos -ue habían eludido el pinchazo no vacilaban. Lo
cual demuestra -ue los amn*sicos pueden aprender aun
cuando sostengan -ue no han aprendido nada
La memoria inducida revela -ue uno puede aprender sin darse
cuenta " esto
los juegos deprobablemente
palabras. &n expli-ue
analizadoel poder
cuentaterap*utico
-ue, en sude
sue'o, subía en bicicleta una empinada cuesta mientras su
esposa lo acompa'aba cómodamente instalada en un
automóvil descapotable. EI psicoanalista podría haber
interpretado ese sue'o diciendo -ue el paciente hacia
es$uerzos laboriosos mientras su mujer vivía a cuerpo de re".
ero pre$irió de construir la palabra #bicicleta% " decir/ #En
bicicle3ta Nen $ranc*s, bic"cletteO ha" anteojos Nen $ranc*s,
besiclesO, -uien Ie compro a usted su primer par de lentes<%.
La idea cuajo o, al menos, desconcertó al sorprendido
analizado de sus rutinas de pensamiento. 0u memoria
inducida por la palabra bes"cles lo oriento en e$ecto hacia una
relación particular -ue su madre establecia con el rostro del
ni'o, al cual deseaba dar una apariencia intelectual. o todo
el mundo es sensible a este tipo de disparador -ue trae a la
conciencia un $ragmento del pasado. El juego de palabras,
verdadero mec7nico verbal, trajo al plano consciente de este
paciente una relación particular -ue estaba en su memoria
pero de la cual no tenía conciencia.

La memoria de los recuerdos de los insectos " de los sabios,


la irrupción del inconsciente cognitivo tambi*n podría explicar
la comprensión sbita de los matern7ticos " los hombres de
ciencia. El estudioso $lota, gira alrededor de un problema del
-ue no tiene una representación clara, lo incuba " de pronto
un disparador inesperado da $orma a la bruma/
#EureCa, ahora lo entiendo9%. 2atigado despu*s de un largo
trabajo ine$icaz, oincare estaba subiendo a un autobs -ue
se dirigía a (outances cuando, sbitamente, estableció una
relación entre dos problemas separados. [eCule estaba
so'ando con una serpiente -ue se mordía la cola cuando se
despertó " -ue debía dar $orma cíclica a sus an7lisis -uímicos
del benceno. )dormecido, en el cine, 2rancois 1acob pensaba
en la batidora de verduras -ue acababa de comprar su mujer
cuando, como un rel7mpago, Ie surgió la idea de -ue esa era
la manera de separar los miedos pesados del resto de la
c*lula. Este inconsciente biológico, trazado en el cerebro por
una presión exterior, proporciona al organismo una memoria
sin recuerdos. En este sentido, la impronta etológica puede
considerarse como un prototipo del inconsciente cognitivo.
Las manipulaciones experimentales de impregnación de
patitos permitieron describir un $enómeno $7cil de observar/
entre las trece " las diecis*is horas posteriores a la rotura del
cascaron, el pe-ue'o a'ade se apega a todo objeto -ue pase
en ese momento por su campo visual. En un instante,
ad-uiere una percepción privilegiada de su madre o de
cual-uier objeto -ue se mueva " desde entonces se orientara
pre$eriblemente hacia *l. Ese objeto, percibido mejor -ue
cual-uier otro, se trans$orma para el reci*n nacido en una
$igura
seguir deadelante
apego cu"a
con presencia tran-uilizadora
sus desarrollos Ie permite
biológicos " de
comportamiento, en tanto -ue su ausencia blo-uea sus
ad-uisiciones " provoca trastornos biológicos.
El organismo ad-uiere una propensión hacia la seguridad " la
expansión de manera $ulgurante " duradera, en un periodo
preciso durante el cual el cuerpo segrega un pico de
acetilcolina, un neuromediador de la memoria.
Este $enómeno de impronta es universal en el mundo animal.
Entre los insectos, los peces " las aves, el organismo ad-uiere
una atracción pre$erente por una in$ormación simple, un olor,
un color o una $orma geom*trica. Entre los mamí$eros " los
primates no humanos " humanos!, el objeto exterior -ue se
impregna en la memoria intima es poli sensorial.
Desde -ue esa huella se marca en el cerebro, el reci*n nacido
percibe ese objeto de impronta mejor -ue cual-uier otro " eso
Ie da una re$erencia. En su presencia tran-uilizadora, el
mundo se vuelve excitante, es una $uente de exploraciones "
de aprendizajes. En su ausencia, el mismo mundo, las
mismas in$ormaciones sensoriales exteriores, ad-uieren un
valor de alerta puesto -ue la re$erencia -ue da seguridad "a
no est7 allí. 6 el pe-ue'o, desesperado, "a no puede
aprender nada.
4a" -ue destacar -ue el mero hecho de depender de un
objeto de re$erencia, de un signi$icante biológico, permite -ue
el pe-ue'o sobreviva. (uando la madre se ha impregnado en
la memoria del hijo, su visión, su olor, sus gritos " las maneras
de tocarlo tienen la $unción de reducir la distancia " de o$recer
una base de seguridad partiendo de la cual se hace divertido
explorar el mundo.
&na macaca beb*, durante los dos primeros meses de vida,
observa intensamente a su madre, responde
instant7neamente a sus gritos ", ante el menor estr*s, se
acerca para -ue ella lo acicale. Los puentes sensoriales -ue
tienden el vínculo de un pe-ue'o mono capuchino con su
madre son di$erentes.
o mira a la madre por-ue va colgado en su lomo " solo se
desliza contra el vientre para mamar. El vínculo sensorial de
un gatito es sobre todo sonoro/ en cuanto se aleja de su base
de seguridad, la madre emite una especie de dulce arrullo -ue
el pe-ue'o responde de inmediato acerc7ndose a la gata "
jugando a atraparle la cola o las orejas. (on el desarrollo, la
dependencia madre3hijo se di$umina/ el pe-ue'o capuchino
abandona el lomo de la madre alrededor del cuarto mes ", en
caso de alerta, se lanza a los brazos de un compa'ero para
encontrar allí la seguridad -ue busca. Los macacos tienen una
estrategia de independencia levemente di$erente/ durante
cuatro meses solo se sienten seguros en brazos de la madre "
se acurrucan contra ella tres veces m7s -ue los capuchinos.
Los
hastacompa'eros
el momentono entienen para ellos
-ue alcanzan un e$ecto lo
autonomía tran-uilizador
nico -ue les"
brinda seguridad es la dependencia de la madre. Entre los
gatos, se observa otra estrategia de distanciamiento.
)lrededor del tercer mes, la dependencia establecida por el
arrullo " los jugueteos se trans$orma en con$licto/ la madre
amenaza a los pe-ue'os " estos, rechazados, se ven
obligados a hacerse independientes.
Estas observaciones entre las distintas especies plantean
varios problemas, 1ohn BoTlb" pudo concebir su teoria del
apego partiendo de la observación de macacas, de gatitos "
de ratoncillos. ero si >obert 4inde Ie hubiese expuesto la
etología del capuchino o de otras especies -ue no tienen
necesidad del apego para desarrollarse, la re$lexión del
psicoanalista se habría encontrado con algunos escollos.

El envoltorio sensorial biológico


El m*todo etológico prohíbe hacer una extrapolación entre un
capuchino, un macaco, un gatito o cual-uier otra especie.
Aor-ue se supone -ue es posible extrapolar un
comportamiento al hombre< o obstante, este m*todo
comparativo plantea la cuestión $undamental/ Apodría un ser
humano vivir sin apego< El m*todo experimental permite
analizar cómo se teje, se trastorna o se desgarra un vínculo "
como, a veces, puede ser reparado. 5e servir* de los
ratoncillos " los seres humanos para desarrollar esta idea.
El envoltorio sensorial de un ratoncillo est7 compuesto por
estimulaciones biológicas -ue el animal no percibe al azar.
Desde su nacimiento, capta pre$erentemente el olor " las
presiones mec7nicas sobre el lomo " el abdomen. Estos
determinantes biológicos no Ie impiden agudizar sus
percepciones sensoriales. Durante los primeros nueve días, el
ratoncillo, -ue vive en un mundo de e$luvios, aprende a
distinguir el olor preciso de su madre como un $irma ol$ativa
-ue la caracteriza. Ese canal sensorial se impregna en su
memoria " constitu"e asi un elemento $uerte de la base de
seguridad -ue, exterior a *l, modi$icar7 sus comportamientos "
lo har7 audaz, explorador. 0i, experimentalmente, aislamos a
ese ratoncillo, la ausencia del envoltorio sensorial detendr7
todos los aspectos de su desarrollo biológico. El ratoncillo
sano en$ermara por-ue su medio ha -uedado
desestructurado.
i si-uiera podr7 digerir la leche de su propia madre -ue Ie ha
sido extraída " se Ie o$rece en una pipeta.
La #psicoterapia% consiste pues en darle unos golpecitos en el
lomo " unos leves pellizcos en la cola. 5u" pronto, el pe-ue'o
retoma sus exploraciones " digiere la leche9 Las
estimulaciones provocadas por las palmadas en el lomo " los
pellizcos son para el signi$icantes biológicos -ue habría
recibido
hubiese en el medioo natural
pisoteado si sumordis-ueado
Ie hubiese madre, al regresar al nido,
la cola para lo
apartarlo. Lami*ndole vigorosamente el vientre, la madre Ie
habría provocado una activación el*ctrica del cerebro -ue,
comunicada al hipot7lamo, habría aumentado la secreción de
norepire$rina de la cría, exactamente como lo hicieron los
experimentadores #psicoterapeutas%. Dado -ue retoma al
nido veinte veces por día " cada vez pisotea, mordis-uea "
amamanta a sus hijos, la madre estimula regularmente el
cerebro de sus m7s " lo hace sensible a ese tipo de
in$ormación -ue constitu"e asi un #e-uivalente $uncional de
impronta?. Las madres humanas no pisotean a su beb*, sino
-ue lo rodean de un envoltorio sensorial compuesto por el
brillo de los ojos, su olor, su voz " sus maneras de manipularlo
-ue constitu"e un an7logo de impronta. l beb*, asi envuelto
en un ambiente sensorial estable, impregna su memoria de
todos esos datos, lo cual $ran-uea en su cerebro las sinapsis
-ue desde entonces Ie permitir7n percibir pre$erentemente
ese tipo de in$ormación. (uando se coloca a un reci*n nacido
entre dos bolas de algodón, una de las cuales ha sido
impregnada con el olor de una persona desconocida, *l beb*
no reacciona. ero si, en ese momento, se Ie $rota
vigorosamente la espalda como lo haría al arroparlo una
madre, su cerebro estimulado se impregna r7pidamente del
nuevo olor -ue, de ese modo, se vuelve $amiliar. 6, a la
ma'ana siguiente, cuando se coloca nuevamente al beb*
entre los dos algodones, el volver7 la cabeza hacia el nuevo
olor " se pondr7 a mamar.

El envoltorio sensorial histórico

El problema en el caso de los seres humanos consiste en -ue


este envoltorio sensorial esta intensamente cargado de
historia.
0emejante razonamiento, -ue integra la historia de las
representaciones mentales abstractas en un envoltorio
sensorial concreto, es un argumento contra intuitivo. uestra
cultura de un dualismo preponderante nos ha ense'ado a
razonar separando las categorías, partiendo de la idea de -ue
el caballo del cuerpo " el caballo del alma galopan en mundos
di$erentes.
6 sin embargo... (uando la se'ora 4. recibió por primera vez
en sus brazos al beb* -ue acababa de traer al mundo, su
primer sentimiento $ue de cólera/ la ni'a era preciosa " para
ella era insoportable9
La se'ora 4. rompió a llorar ante la mirada estupe$acta de las
parteras. De entrada, rechazó a la ni'a. +uvo -ue hacer un
es$uerzo para alimentarla " la aseaba bruscamenteM nunca
sentía el placer de jugar con su beb*. :ue una madre se
sienta desesperada por-ue su beb* es preciosa no parece
lógico.
conoceLa situacióndesolo
la historia estapuede
madrecomprenderse
" sabe -ue sucuando
primer uno
hijo
nació con una mal$ormación, sin el brazo derecho " con el
iz-uierdo atro$iado. La madre se apegó a ese beb* maltrecho
como uno se apega a un ser pe-ue'o " vulnerable. 6, cuando
dos a'os despu*s, tuvo ante sí a un segundo beb* con los
dos brazos, se vía inundada por un sentimiento de injusticia.
0u historia, dolorosa " tierna con el primer hijo, la volvió hostil
con la segunda por-ue la ni'a era preciosa, por-ue tenía los
dos brazos, -ue injusticia. (ada pe-ue'a lamentación de la
ni'a provocaba reacciones agresivas/ #ADe -u* te -uejas< +
no puedes -uejarte, tienes los dos brazos%. (uando los ni'os
llegaron a la adolescencia, el varón había ad-uirido un apego
seguro, era buen alumno " estaba rodeado de un grupo de
amigos amables -ue lo a"udaron a socializarse a pesar de su
desventaja. La ni'a, rechazada a causa de su belleza, se
impregnaba de un apego inseguro de hijo mal -uerido, se
$ugaba con $recuencia " $racasaba en la escuela "
socialmente.

En el ser humano la impronta no es un determinante absoluto,


como creía Lorenz, pues cada estado de su desarrollo est7
gobernado por determinantes de di$erente naturaleza. 4ace
$alta -ue en cada nivel del crecimiento el cerebro establezca
transacciones con los envoltorios sensoriales, verbales "
culturales. La construcción del g*nero sexual puede ilustrar
este razonamiento integrador.

)l comienzo, todos los embriones son $emeninos pero, desde


las primeras semanas, la secreción de hormonas sexuales
comienza a di$erenciar los cuerpos " los cerebros.
Los $uturos órganos genitales ad-uieren $ormas especí$icas "
el cerebro se hace sensible a in$ormaciones -ue percibe mejor
un sexo -ue otro. Esta preparación biológica sexualizada se
encuentra con una situación exterior -ue tambi*n est7
sexualizada por las representaciones parentales " los mitos
culturales.
o tratamos a un beb* hembra del mismo modo -ue a un
beb* varón, con lo cual "a componemos envoltorios
sensoriales di$erentes -ue marcan ambos beb*s improntas
disirniles.
)lgunos a'os m7s tarde, el desarrollo corporal " el modelado
cerebral tendr7n -ue armonizar con los relatos culturales -ue
dicen cómo debe comportarse una ni'a " como un varón para
adecuarse a la condición social de su sexo. Desde entonces,
el mito organiza los circuitos -ue orientan la bs-ueda de las
ad-uisiciones de comportamiento sexuado/ #&n ni'o no debe
jugar a las mu'ecas... o es $emenino trepar a los arboles...
&n hombre debería avergonzarse de hacer tareas
$emeninas... %.
En este razonamiento, la construcción del g*nero, primero
biológico por e$ecto de determinantes gen*ticos " hormonales,
transmite gradualmente con el ambiente sensorial. )I
principio, las representaciones parentales organizan el
envoltorio de signi$ic antes en -ue est7 inmerso el ni'o " este
recibe la impronta de ellos. La mímica, los gestos de los
padres, sus prohibiciones pre verbales, sus exhortaciones,
proceden de sus propias historias " de la idea -ue tienen de la
condición sexual de su hijo. Desde los primeros a'os, la
historia de las costumbres dispone alrededor de los beb*s los
modelos de ser completamente aceptados. ) comienzos del
siglo xx, un varón de buena $amilia debía llevar trajes con
puntillas " peinarse con bucles a la inglesa hasta los siete
a'os. Luego, de un plumazo, se Ie rasuraba la cabeza, se Ie
vestía de hombre " se Ie ense'aba a luchar a $in de prepararlo
para las guerras inevitables -ue habría de soportar. En estos
comienzos del siglo ==I, nuestros relatos moralizadores
valorizan en cambio la paridad. ) las ni'as reci*n nacidas se
les atan sus tres pelos con grandes cintas de color " a los
varones se les vis te con ropa de $ajina " lueg o, de pron to,
cuando llegan a la adolescencia, se les dice a todos -ue no
ha" di$erencias entre los sexos " -ue es inmoral creer en la
disparidad.
0i a uno Ie preguntan #Acuantos sexos ha"<%, "a no puede
responder #dos%. 0i mi razonamiento es su$icientemente
convincente, tendremos -ue decir -ue ha" gradientes
sexuales -ue se han construido sobre $undamentos
biológicos, pero -ue $ueron orientados hacia $ormas
di$erentes, imaginarias " culturales. odemos citar el ejemplo
de Louisette, -uien, a los tres a'os, dijo/ #(uando sea grande,
ser* un papa%. La carcajada de los adultos hizo penetr ar la
in$elicidad en su vida. 0u sexo anatómico "a estaba disociado
de su sexo imaginario ", cuando Louisette se llenaba las
bragas de papel para convencerse de -ue podía llegar a ser
un papa, preparaba la pena inmensa -ue sentía luego por la
noche cuando, al desvestirse, volvía a encontrarse con su
anatomía real.
0eguramente Louisette se hubiera sentido menos desdichada
entre los inuits del extremo norte de )m*rica, -uienes piensan
-ue el sexo imaginario es m7s importante -ue el sexo
anatómico. Basta -ue una dama sue'e -ue durante la noche
Ie creció un pene para -ue todo el mundo considere
completamente normal -ue a la ma'ana siguiente se vista de
hombre " parta de cacería.
La enorme cantidad de culturas -ue podemos inventar con
nuestros relatos se conjuga con la cantidad inimaginable de
mundos mentales -ue podemos descubrir en cada persona.
4asta biologicamente, la vida ha ad-uirido una cantidad
$ant7stica de genoma.
codi$icable del $ormas odi$erentes
podemosgracias a todo
abordarlo la parte no
sin caer
en la con$usión. 6 adem7s, la vida es tan breve... Entonces,
para dar $orma al mundo " para sentimos seguros,
descubrimos rel7mpagos de verdad de los cuales hacemos
generalizaciones absurdas.
8racias a las t*cnicas de captación, la neurobiología
suministra un nmero elevado de im7genes -ue, al destacar la
plasticidad del cerebro, cambian nuestra mirada sobre los
determinismos -ue, casi en su totalidad, son de corto plazo.
#5il billones de conexiones neuronales nos permiten percibir,
construir nuestros recuerdos, pero tambi*n saber, decidir "
actuar. Juestros pensamientos perezosos nos invitaban a
creer -ue el cerebro, constituido de una vez " para siempre,
se desgastaba a trav*s de los a'os con los accidentes de la
vida. Los neurólogos tuvieron -ue trabajar arduamente para
-ue se aceptara la idea de -ue un aprendizaje espontaneo o
intencional podía nutrir " desarrollar las neuronas. 4o", los
cientí$icos aceptan naturalmente la idea de -ue las c*lulas del
hipocampo, las m7s sensibles a las experiencias emocionales,
modi$ican la e$icacia de las sinapsis, las mejoran o las alteran,
segn la manera en -ue las entrene el medio.

Los monos titíes criados en medios enri-uecidos por ramas,


cavidades " cascadas -ue pueden explorar " con
comportamiento a los -ue deber7n someterse a riesgo de no
estar en el punto correcto

El sue'o de los ciegos

ara explicar cómo $unciona el inconsciente cognitivo, uno


puede preguntarse como sue'an los ciegos. uesto -ue la
ma"or parte de nuestros sue'os est7n con$ormados por
im7genes " $uertes emociones, Acómo hacen los ciegos de
nacimiento para producir las im7genes de sus sue'os< Este
problema es importante "a -ue todos, hasta los hombres de
acción, pasamos un tercio de nuestra vida en una cama,
so'ando. or otra parte, el sue'o es un acto inmóvil -ue
corresponde a un momento en el -ue nuestro cerebro
consume una enorme cantidad de energía, poniendo en
cortocircuito los msculos del cuerpo -ue, en el momento en
-ue so'amos, est7n completamente $l7cidos. Es $7cil hacerle
un I>5 imagen de resonancia magn*tica! o un EE8GQa una
persona -ue duerme. En el I>5 de una persona -ue sue'a,
se ve sin di$icultad -ue las zonas occipitales -ue tratan las
in$ormaciones con las cuales hacemos las im7genes se ti'en
de rojo. En el EE8, despu*s de un breve estado crepuscular
de adormecimiento, se ven aparecer claramente amplias
ondas el*ctricas lentas -ue preceden la alerta cerebral en el
momento en -ue el cuerpo esta $l7cido " pro$undamente
dormido. Las $iguras
dibujan nuestras visuales
emociones no-ue surgen
del todo en este momento
conscientes, " revelan
asi, mediante im7genes simbólicas, los problemas de los -ue
hemos huido en estado de vigilia. &n acontecimiento real ha
abierto un circuito cerebral no consciente -ue, por e$ecto de la
alerta el*ctrica desencadenada mientras la persona dormía,
por la estimulación de un ncleo del tronco cerebral, despierta
esos surcos cognitivos " provoca una imagen.
Los ciegos de nacimiento con$irman esta hipótesis cuando
explican -ue sue'an sin im7genes. 0olo ven colores, arcos
el*ctricos " bordados luminosos, lo -ue nos ocurre cuando
hacemos presión sobre el globo ocular. uesto -ue la corteza
cerebral del ciego no $ue surcada por las in$ormaciones
visuales del día anterior, los sue'os no pueden despertar
ninguna imagen.
Las personas -ue perdieron la vista antes de los cinco a'os "
ven al so'ar cuadros abstractos un poco m7s elaborados -ue
los arcos " las puntillas luminosas de los ciegos de
nacimiento. 0olo cuando perdieron la vista despu*s de los
siete a'os, los ciegos pueden so'ar con las im7genes
impregnadas en su corteza occipital.
:uienes -uedan ciegos a la edad adulta o en la Yvejez no solo
tienen sue'os colmados de im7genes, sino -ue con
$recuencia tienen alucinaciones visuales
El I>5 plantea otra cuestión/ cuantas menos im7genes crea el
lóbulo occipital, como sucede en las personas -ue ven mal,
m7s energía consume, energía -ue enciende la parte
posterior del cerebro. &na persona sana -ue percibe con
precisión las longitudes de las ondas visuales -ue su cerebro
reorganiza en im7genes consume exactamente la energía -ue
necesita para poner en $uncionamiento la punta extrema del
lóbulo occipital, -ue se observa como una pe-ue'a mancha
roja.V
Entre los ciegos, la imprecisión del tratamiento de la
in$ormación " el gran consumo de energía les permiten ir a
buscar algunas in$ormaciones compensatorias en otras zonas
cerebrales. )si es como una imagen mal procesada,
di$undi*ndose hasta la parte anterior del lóbulo occipital,
alcanza las zonas del lóbulo parietal -ue habitualmente tratan
las in$ormaciones del tacto. Estos circuitos compensatorios se
establecen " explican por-u*, cuando un ciego lee en Braille,
palpando un libro, lo -ue se ilumina es su zona occipital, como
si la persona estuviera viendo im7genes/ el tacto hipertro$iado
ha ocupado el lugar de la visión $altante. La resiliencia es,
antes -ue nada, neuronal.
+uve ocasión de hacer un experimento en la m7s completa
oscuridad " -ued* sorprendido por la nueva manera de
percibir lo -ue me rodeaba " por-ue descubrí en mi un mundo
sensorial instant7neamente di$erente. or supuesto, no me
anime a andar " tuve -ue ser a"udado. Desde el primer
momento en -ue
-ue escuchar alguien me" dirigió
atentamente la palabra,
esta postura no pude m7s
de inmovilización
suprimió todas las sincronías mímicas " gestuales de mis
conversaciones. 5e había convertido en una oreja. +ambi*n
me trans$orm* en una nariz, pues bastó -ue un colega
descorchara una botella para -ue "o sintiera de inmediato,
con gran intensidad, un olor a 7cido ac*tico9 &n vino bueno,
en la oscuridad absoluta, olía a vinagre, lo cual me hizo
comprender -ue bebemos en parte con los ojos. 6 tambi*n
me había convertido en un captador de calor pues, cuando el
-ue había destapado la botella pasó detr7s de mí, sentí como
una identidad palpable, el calor de su cuerpo, su volumen " la
distancia a -ue se hallaba de mí. En la oscuridad tambi*n el
gusto de los alimentos había cambiado/ "o palpaba con la
nariz, olis-ueaba la $iebre de los dem7s " percibía con
agudeza la mínima vacilación de sus voces. Basto -ue
encendi*ramos la luz para -ue mi envoltorio sensorial, mu"
lentamente perdiera, ese poder de compensación. ens* en
los autistas " en los superdotados -ue asocian $7cilmente los
colores " los sonidos, la msica " los olores " creen -ue la
palabra es un objeto sensorial. uede existir acaso un modo
de reprogramar, de abrir de maneras di$erentes, de trazar,
otros circuitos cerebrales< La plasticidad cerebral es mucho
ma"or de lo -ue se creía, pero no es in$inita.
4a" podemos proponer razonamientos -ue integren los datos
cientí$icos en lugar de oponerlos/ Lo -ue desencadena el
sue'o paradójico sue'o de alerta, mientras el cuerpo se
desconecta del mundo exterior! es un ncleo del tronco
cerebral. El determinante es claramente gen*tico puesto -ue
cada especie duerme a su manera, segn su código. (iertas
en$ermedades del sue'o, comunes a los perros " a los seres
humanos, -ue al dormirse experimentan sobresaltos a cada
emoción $uerte, se transmiten geneticamente. )dem7s, la
impronta cerebral venida del mundo exterior ha abierto en el
cerebro circuitos neuronales -ue explican los rastros de
memoria sin recuerdos. En el momento de las alertas
cerebrales del sue'o, las ondas diel*ctricas pasan m7s
$7cilmente por esos circuitos -ue "a trazó la impronta de los
acontecimientos de los días precedentes. Esta estimulación
electro-uímica produce pues las im7genes, los calores, los
sonidos " las emociones $uertes del sue'o.
(uando despertamos, podemos tratar de recordar esas
extra'as tramas nocturnas, testigos de -ue algunas huellas
$ueron despertadas " revelaron lo -ue no estaba en el plano
de la conciencia. ara poder integrar esos argumentos a
nuestra vida cotidiana " descubrir una parte del inconsciente,
bastara con elaborar las tramas, hacer con ellas un trabajo
verbal, como nos ense'ó 2reud si suprimimos un solo punto
de ese sistema, el conjunto se derrumba/ sin tronco cerebral "
sin neuromediadores, con -ue podríamos so'ar< 0in la
apertura
exterior, de
mil circuitos
seria elsimipticos
contenido" sin
de lanuestros
improntasue'os<
del mundo0in
imagen " sin emoción por -u* so'aríamos<
6 sin -ue otro preste atención a nuestro relato, A-u* haríamos
con nuestros sue'os<
La oxitocina, la vasopresina " los opioides cumplen una
$unción esencial en la impronta " el estilo de socialización. En
un polluelo, la separación de la madre provoca un trastorno de
la conducta, un enlo-uecimiento tal -ue el pe-ue'o no puede
socializarse en el sentido gallin7ceo del t*rmino, -ue consiste
en aprender los ritos de interacción de su especie!.
ero in"ect7ndole un poco de esas sustancias es posible
trans$ormarlo en un pollito -ue no su$ra la perdida, -ue no
tenga necesidad de una $igura de apego " se socialice mal, de
la manera m7s eu$órica -ue pueda imaginarse. La asociación
de la angustia " del alivio -ue provocan los reencuentros Ie
dan a la gallina madre una jerar-uía sensorial, la destacan
como $igura de apego " el polluelo la adopta como base de
seguridad a partir de la cual ad-uiere el placer de socializarse/
lo -ue Ie ense'a esta agradable habilidad es un par de
opuestos.
Los caballos alados, otra vez, ahora entre los pollitos9
8racias a las neuroimagenes podemos ver como la oxitocina
se extiende en las #zonas de la $elicidad%/ el 7rea cingular
anterior de la cara interna de la corteza, el 7rea pre óptica de
la cpula dience$alica, el ncleo dorso medio del t7lamo " el
7rea gris periacueductales -ue conduce al tronco cerebral. En
el hombre, tanto como en la mujer, la oxitocina se srcina
como una secreción de los ncleos del hipot7lamo posterior "
de alIí se disemina en la sangre a trav*s de la hipó$isis. Lo
-ue estimula la emisión de esta hormona cu"os receptores
son di$erentes en el hombre " en la mujer es una relación
humana. En el momento de la relación sexual, los dos
segregan mucha oxitocina -ue los pone eu$óricos " sensibles
al compa'ero, con lo cual crean un periodo propicio para la
impronta mutua/ cada uno aprende de memoria -ue -uiere al
otro. En las mujeres, el parto, -ue no es $orzosamente una
excusión de placer, provoca al mismo tiempo un intenso
aumento de oxitocina eu$orizante. 0era por eso -ue tantas
mujeres dicen -ue ese momento de dolor $ue uno de los m7s
$elices de sus vidas< >ecuerdo a una mujer -ue aulló durante
todo el parto suplicando -ue alguien detuviera a-uella tortura
" -ue, una hora despu*s, calmada " "a acicalada, les contara
a sus padres -ue todo había sido per$ecto. El sentido -ue
atribuía, retrospectivamente, al hecho de haber traído un beb*
al mundo se agregaba a los opioides para modi$icar casi de
inmediato la representación del dolor pasado " trans$ormarlo
en un relato de $elicidad.

(uando la madre amamanta, la succión del beb* provoca a su


vez un aumento
en todo acto de de oxitocina
amor. " contracciones
+ampoco la historia dedel
la utero,
dama como
es
ajena a la secreción de esta neurohormona/ mientras ella
comparte un placer con el hombre -ue ama, segrega
colecisto-uinina, una sustancia -ue aumenta su bienestar. La
mera percepción de a-uel con -uien conjuga su goce
aumenta el placer de las estimulaciones -ue elle prodigue.
Esto probablemente expli-ue por -u* la masturbación provoca
una secreción menor de oxitocina -ue un verdadero encuentro
sexual.
ara coronar el conjunto est7 el e$ecto a$ectivo de la palabra
-ue libera emociones de pesar, de alegría, de sorpresa o de
tran-uilidad inducidas a su vez por modi$icaciones biológicas.
+reinta pacientes $ueron sometidos durante su depresión a un
estudio de resonancia magn*tica " a un control posterior a un
a'o de evolución. En el momento de la depresión, no ha"
di$erencias entre los hipocampos de las personas -ue su$ren "
los de los miembros de un grupo testigo de treinta personas
$elices. 0in embargo, #pasado un a'o, los -ue todavía su$rían
mani$estaban una reducción signi$icativa de las c*lulas del
hipocampo%, mientras -ue los -ue habían hablado " a veces
tomado medicamentos, "a no revelaban ninguna atro$ia. 4o"
es posible interpretar estas im7genes desde los puntos de
vista biológico " psicológico/ -uienes su$rieron sin poder
dominar sus emociones segregaron demasiado cortisol de
manera crónica. Las paredes de las c*lulas del hipocampo,
mu" sensibles a esta sustancia, se han edematizado. Los
canales dilatados de la pared dejaron entrar demasiado calcio
-ue, al invertir el gradiente iónico, in$lamaron las c*lulas hasta
la explosión. En el otro extremo, los -ue lograron dominar la
emoción con a"uda de un psicoterapeuta o de un
medicamento, elaborando relatos " teorías para tratar de
analizar las razones de su su$rimiento, sin -uedarse rumiando,
es decir, tomando cierta distancia " estableciendo una relación
a$ectiva con otro, aprendieron a controlar su desazón, poco a
poco, palabra por palabra, a$ecto tras a$ecto, mol*cula por
mol*cula, lo cual no solo disminu"o sus niveles de cortisol,
sino -ue adem7s evito la explosión de las c*lulas del
hipocampo.
+odo lo -ue pueda vencer la biología del su$rimiento
provocado por una percepción o una representación calma al
paciente " arma sobre su d*$icit de BD2. La atro$ia es por lo
tanto reversible pues, actuando en cual-uier punto del sistema
de relaciones sobre la c*lula nerviosa, sobre la manera de
#ver las cos as% sobre el medio -u e rodea al paciente, se
reanuda la secreción de ese $actor nutriente del cerebro.
(uando la narración vuelve a dar coherencia al mundo
alterado, cuando la relación instaura un vínculo -ue inspira
seguridad, se restablece el buen $uncionamiento de las
sinapsis. La biología encuentra una explicación del e$ecto
m7gico de las palabras9
5emoria prehistórica " recursos prohibidos

El gran problema -ue -ueda por resolver es el de la di$erencia


entre el inconsciente de los psicoanalistas " lo no consciente
de los cognitivistas. En el modelo hidr7ulico $reudiano, para el
sujeto las $uerzas en ebullición procedentes de las pulsiones
del Ello son insoportables, pues, para el medio, son
inaceptables. )hora bien, el sujeto las blo-uea gracias al
0per "o " de esta represión nacen los síntomas -ue deja
salir la v7lvula del 6; lo no consciente del apego no obedece
a un con$licto intrapsí-uico.
+iene sus raíces en un par de opuestos/ el temor del mundo
exterior desconocido subra"a el e$ecto tran-uilizador -ue
produce una $igura conocida " provoca el apego.
0in el pavor de lo desconocido, asociado a la $amiliaridad
consoladora, no se entreteje el apego. &n ni'o privado de una
base de seguridad no tiene a -uien apegarse. Igualmente,
-uien esta privado de pavor no tiene razón para apegarse.
EI con$licto no es intrapsí-uicoM la batalla se libra entre un
mundo exterior -ue se impregna en el mundo íntimo del sujeto
dejando surcos cerebrales. Esta memoria sin recuerdos crea
en la persona sensibilidades pre$eridas " habilidades para
relacionarse no conscientes, una especie de memoria del
cuerpo. odemos considerar -ue esas huellas, la primera
apertura de sendas de -ue hablaba 2reud, son #de tipo
traum7tico, del tipo -ue irrumpe con violencia. 0e producen
por la acción de excitaciones intensas procedentes del
exterior%. Esta memoria prehistórica no necesita recurrir a la
represión para $renar los recuerdos. La prohibición de llegar a
la conciencia no pesa sobre las evocadores por-ue, en ese
estado de desarrollo, la impronta es sin7ptica, se produce en
plena materia cerebral. 0emejante a lo -ue ho" los neurólogos
llaman #memoria implícita% o preconsciente, esta es una
memoria biológica a la -ue no sería hostil 2reud, -uien hablo
claramente del #entierro de las percepciones N... O En el -ue la
primera super$icie de inscripción se convierte en el ncleo de
la psi-ue%. EI contexto cientí$ico de comienzos del siglo xx no
Ie o$rece el concepto de sinapsis -ue seguramente. 2reud, 0.
QR!, #Es-uisse dYune ps"chologie scienti$i-ue%, en La
naissance de la ps"chanal"se, op. cit., pags. KFP3KRHM "
2reud, 0. RGF!, #)u3dela du principe de plaisir%
ero sus conocimientos de neurología " sus lecturas de
DarTin Ie permitían pulsar la noción de impronta " a$irmar -ue
#para la psi-ue, la biología hace las veces de piedra de
sustentación%.
De modo -ue ha" dos tipos de memorias inconscientes/ una
sin recuerdos posibles " la otra sin recuerdos evocados.
La memoria -ue caracteriza el inconsciente cognitivo es una
memoria
constituidaimpregnada
por huellasen laprocedentes
#roca de lodebiológico% Est7
in$ormaciones
exteriores, da una connotación a$ectiva al mundo percibido, es
pre psicoanalítica. La otra memoria inconsciente est7
constituida por recuerdos -ue la persona no utiliza para no
alterar la imagen -ue tiene de sí misma " no correr el riesgo
de su$rir un rechazo en sus relaciones interpersonales. Es una
memoria psicoanalítica " podría de$inir la represión. El
inconsciente cognitivo Ie da un sabor al mundo " el
inconsciente $reudiano, al impedir -ue ciertos recuerdos se
eleven al plano de la conciencia, explica por -u* tantas
personas est7n sujetas a la repetición. 0e trata de #dos
lógicas de inscripción di$erentes% -ue, sin embargo, participan
en la construcción del mundo psí-uico de una misma persona.
Los caballos -ue tiran en direcciones opuestas
EI problema -ue se nos presenta ahora es averiguar como
esos dos inconscientes consiguen coordinarse para tirar de un
mismo carro.
El simple acto de la madre de lamer el vientre de su cachorro
reci*n nacido desencadena la expulsión de una gelatina
azulada -ue libera el intestino " pone en movimiento las
contracciones digestivas del pe-ue'o. (uando una perra -ue
acaba de parir no lame el abdomen de uno de sus cachorros,
este muere por colusión intestinal. &na hembra puede no
lamer a su hijo por estar agotada, por-ue su propio desarrollo
se ha alterado o por-ue el cachorro reci*n nacido no estimula
sus comportamientos materiales. En todos estos casos, -ue
responden a causas di$erentes, la madre tiene miedo del hijo,
siente -ue es un agresor. Esta sensación de alerta aumenta la
secreción de las hormonas del estr*s " esto trastorna el
encadenamiento de los comportamientos. uede ocurrir
entonces -ue mordis-uee con $uria el cordón umbilical "
contine comi*ndose el vientre del pe-ue'o.
En la especie humana, evidentemente la dimensión biológica
existe, si no la madre no habría -uedado encinta, pero lo -ue
gobierna las actitudes de respuesta de la mujer es la
signi$icación -ue ad-uiere el ni'o para ella. Las m7s de las
veces, su historia Ie permite atribuirle un sentido al beb* -ue
acaba de dar a luz/ #or el vo" a interrumpir mi carrera de
cantante... %, #(uando veo la cara de este beb*, pienso en el
hombre -ue me violó%. Estas representaciones conscientes e
inconscientes organizan el estilo del comportamiento con -ue
esa madre rodea al ni'o. Los separadores entre madre e hijo
son necesarios a lo largo de toda educación, pero la manera
en -ue se separen " el estilo de los reencuentros depender7n
de la historia de cada uno. Durante las dos primeras semanas
de existencia, toda separación eleva la secreción de cortico
esteroides " eleste
-ue la madre menor reencuentro calma
su$icientemente serena.esta alerta,
Lo cual siemprea
e-uivale
decir -ue, si las separaciones duran demasiado, hasta el
punto de llegar a ser abandonos o de provocar aislamientos
sensoriales, la alerta biológica, nunca calmada, termina por
hacer estallar las c*lulas, lo cual explica la atro$ia del
hipocampo " la inestabilidad emocional -ue se registra en los
ni'os aislados.
+ambi*n puede decirse -ue, cuando nunca ha" separación, la
rutina -ue rodea al beb* suprime toda sensación de
acontecimiento. La ausencia de apertura de circuitos
sin7pticos de un cerebro no estimulado hace a esos ni'os
pasivos, incapaces de decidir. 0olo el acople de la tristeza de
la separación " la $elicidad de los reencuentros Ie ense'a al
ni'o como superar sus pe-ue'os pesares " Ie permite ad-uirir
un sentimiento de con$ianza.
(uando una madre demasiado devota entumece la
constelación a$ectiva -ue rodea al hijo, con $recuencia el ni'o
consigue tender un lazo -ue Ie aporte dinamismo con el
padre, con una tía, una hermano ma"or o un amigo del barrio.
&n ni'o maltratado puede establecer un vínculo ambivalente
con el padre o la madre -ue lo maltrata, pero al mismo tiempo
puede trazar en su memoria la posibilidad de un lazo c7lido
ad-uirido con algn otro pariente. Esta es la razón por la cual
es conveniente -ue los ni'os en riesgo est*n protegidos por
constelaciones $amiliares ampliadas en las cuales puedan
entretejer a la vez un vínculo di$ícil con un pariente " otro
vinculo tran-uilizador con un $amiliar -ue Ie brinde seguridad.
)mbivalente con un adulto, se vuelve seguro con otro. Los
beb*s de pecho desorganizados han desarrollado un apego
imprevisible por-ue la transacción entre su malestar íntimo "
el envoltorio a$ectivo de los adultos no permitió la
impregnación de un apego estable. (uando son observados a
partir de los dieciocho meses " se les compara con una
población de beb*s seguros, uno advierte muchos
comportamientos agresivos en la cuna. +res o cuatro a'os
despu*s, el P por ciento de esos ni'os desorganizados son
agresivos en la escuela, cuando en el grupo de beb*s seguros
ese índice es de solo el  por ciento. La impronta de un
ambiente en guerra o de una $amilia dis$un cional le ense'o a
ese beb* un apego desorganizado -ue preanuncia hostilidad.
0i detenemos nuestras re$lexiones en este trabajo, corremos
el riesgo de adoptar un determinismo inexorable. ero si
agregamos otras observaciones, por el contrario, deduciremos
-ue la plasticidad de las improntas es tan grande -ue con solo
cambiar el ambiente de crianza del pe-ue'o basta para
orientarlo a un desarrollo m7s agradable. En caso de
desgracia, un apego seguro o$rece grandes probabilidades de
resiliencia puesto -ue, antes de la herida, el pe-ue'o "a
ad-uirió la capacidad de trans$ormar a todo adulto en una
buena madre.
ser7 menos Despu*s
hostil del desastre,
pues sabr7 su$rir7
buscar el menos
sustituto -ueangustia
Ie hace "
$alta para regular sus a$ectos. )dem7s es necesario -ue del
medio surja alguien -ue -uiera servir de base de seguridad.
Lo -ue verdaderamente $acilita la recuperación evolutiva
recipiente es un encuentro, una transacción a$ectiva entre lo
-ue el ni'o es despu*s de la herida " lo -ue su $amilia " su
cultura disponen a su alrededor.
Los ni'os -ue $orjan apegos inseguros, con m7s di$icultades
para amar " dejarse amar, tienen una $uerte probabilidad de
su$rir depresión en la edad adulta. 0us angustias, su
agresividad inducida por el temor " sus di$icultades
psicosom7ticas son m7s $recuentes -ue en la población
general.
ero cuando un acontecimiento a$ectivo los conmueve
pro$undamente, "a sea el primer amor, son un encuentro con
un sacerdote, un artista, un psicoterapeuta o cual-uier otra
$igura signi$icativa, esa persona crea una nueva relación, un
nuevo periodo sensible/ m7s tarde podr7 impregnar en su
interior un estilo de apego di$erente.
Es posible de$ender la idea de -ue todos estos apegos son
improntas cognitivas, aprendizajes ignorados. El sujeto
aprendió a amar sin darse cuenta " hasta diciendo -ue nunca
aprendió. Lo -ue vemos del mundo es minsculo en
comparación con la inmensidad de lo real -ue somos
incapaces de percibir. 6 sin embargo, ese pe-ue'ísimo rincón
del mundo debe ser coherente para -ue podamos responder
al de manera igualmente coherente. 4asta la reducción de las
in$ormaciones, la amputación del mundo, nos permite dada
una $orma clara " menos angustiosa.
En QRR, )nton, un neurólogo, in$ormaba una observación de
un ciego -ue no era de ningn modo consciente de su
condición de tal. En la autopsia, los m*dicos descubrieron dos
pe-ue'as lesiones occipitales -ue explicaban por -u* el
en$ermo "a no podía ver. Los ojos estaban intactos, pero el
cerebro "a no era capaz de dar $orma de imagen a las
percepciones visuales. El ciego decía/ #o so" ciego, "o
podría ver si -uisiera%.
En RU, BabinsCi describe el mismo $enómeno pero
relacionado con una hemiplejia iz-uierda debida a una lesión
temporoparietal derecha en una persona diestra. El en$ermo
sostenía -ue no estaba paralizado " exigía -ue -uitaran esa
mano extra'a -ue alguien había apo"ado en su cama.
En RGK, Barre describe una hemiplejia iz-uierda de la -ue el
en$ermo no $ue consciente durante el tiempo -ue estuvo
paralizado. ero cuando se curó, su cerebro reparado Ie
permitió cobrar conciencia de la en$ermedad pasada " decir/
#Es espantoso, ahora me do" cuenta de -ue estaba
paralizado%. 4asta la memoria autobiogr7$ica puede hacerse
no consciente por razones neurológicas/ durante un accidente
de caza, el
)lgunos se'or
a'os +. perdiósu$re
despu*s, un ojouna
" seembolia
a$ligió enormemente.
parietooccipital
derecha ", para asombro de la $amilia, asegura
obstinadamente -ue no est7 paralizado " -ue ve con los dos
ojos. La alteración de las zonas de neuronas asociativas
alrededor de las zonas de percepción visual Ie impedía tener
la menor conciencia de su en$ermedad.
De modo -ue, por razones neurológicas, uno puede negar
heridas reales como tambi*n puede ocurrir lo contrario/ -ue
una persona tome conciencia de heridas -ue no existen. Los
miembros $antasma ilustran ese $enómeno/ una persona a la
-ue se Ie ha amputado un pierna siente -ue Ie duele. ercibe
con exactitud el dolor de un pie -ue en realidad no existe, pero
-ue persiste en su memoria. Los circuitos cerebrales del
su$rimiento $uncionan aun " recuerdan el dolor experimentado
en el pasado. Este $enómeno $recuente explica la
permanencia de las Im7genes de horror " del sentimiento de
p7nico -ue acosa a las personas -ue han su$rido un trauma/
#(omo si hubiese ocurrido hace un instante%. (ada día se
experimenta en la memoria el espanto, cuando su causa ha
desaparecido mucho tiempo antes. ruebas de la impronta, el
miembro $antasma " el aprendizaje implícito trazan en la
memoria un inconsciente cognitivo.
El test de la casa -ue se incendia nos har7 comprender como
una $alsa alegación puede dar $orma al inconsciente cognitivo.
En ciertos en$ermos una pe-ue'a alteración parietooccipital
derecha les hace ignorar el espacio iz-uierdo. 0abemos -ue
lo perciben por-ue evitan los obst7culos, pero al mismo
tiempo niegan -ue ha"a obst7culos. ) estas personas se les
muestra una l7mina donde se ha dibujado, a la derecha,
dentro del campo percibido " consciente, una casa verde ", a
la iz-uierda, en el campo percibido pero no consciente, una
casa roja -ue se incendia. (uando uno les pregunta/ #En este
dibujo, ha" una casa -ue se incendia<%, la respuesta es
siempre #o%. Luego se les muestra otra lamina con casas
verdes " casas rojas -ue no se incendian " se les pregunta/
#En -ue casas Ie gustaría vivir<%. +odos eligen vivir en las
casas verdes " dan explicaciones curiosas. La contra
experiencia consiste en invertir los colores " hacer -ue se
-uemen las casas verdes. Entonces todos eligen las casas
rojas " sostienen -ue nunca les mostraron casas verdes -ue
se incendiaran.
Es posible desenmascarar el inconsciente cognitivo en ciertas
situaciones signi$icativas. (uando se les pide a esos en$ermos
-ue ignoran el espacio visual de la iz-uierda -ue copie la
palabra )LDE) escrita en un letrero, ellos escriben DE). ero
si uno les pide -ue deletreen la misma palabra, no olvidan
ninguna letra, lo cual prueba -ue pueden responder a una
representación entera de la palabra #aldea%, aun-ue solo
puedan tomar conciencia de la mitad percibida.
Esta
-ue lonoción de huellas
sepamos es $7cilno
de conscientes -ue nos
veri$icar cuando gobiernan
se les pide a lossin
pacientes amn*sicos -ue armen un rompecabezas.
) cada repetición, mejoran su rendimiento, lo -ue prueba -ue
van ad-uiriendo experiencia, aun cuando sostengan -ue es la
primera vez -ue ven ese rompecabezas.
4asta los amn*sicos pueden aprender " decir -ue nunca
tuvieron ocasión de aprender9
Estos test pueden explicar adem7s la sinceridad de las $alsas
alegaciones de agresión sexual. En el momento en -ue se
presentan en la comisaria, esas mujeres responden a una
representación de agresión sexual en la -ue creen
$rancamente pues la experimentan con tanta precisión como si
realmente la hubieran su$rido. o siempre estamos ante una
mentira o una mitomanía. En la ma"or parte de los casos, ha
existido un dispositivo de relación en lo real -ue impregno en
el inconsciente cognitivo de esa mujer una sensación de
riesgo de agresión sexual. uede deberse a -ue un hombre,
por su manera de comportarse, la ha"a obligado a considerar
ese riesgo. ; tal vez esa idea se presentaba $7cilmente en su
mente por-ue la mujer se sentía violada cada vez -ue un
hombre Ie sonreía. 0ea cual sea el srcen de ese recuerdo de
agresión sexual, lo m7s probable es -ue ha"a habido un
acontecimiento real -ue se impregno en su inconsciente
cognitivo. La $alsa alegación lo testimonia el sentido a$ectivo "
maltrato
Las causalidades lineales son las m7s convincentesM l7stima
-ue tan a menudo sean adem7s arbitrarias. Lo evidente "
lógico sería pensar -ue, cuando un ni'o su$re maltrato, se lo
reproche a los padres " trate de huir, con lo cual ad-uiriría un
estilo a$ectivo es-uivo. ero resulta -ue las observaciones
longitudinales, el seguimiento de ni'os maltratados, llevan a
concusiones -ue est7n en contra de tal intuición. (on
$recuencia, despu*s de haber su$rido " haberse desarrollado
con di$icultad, esos ni'os perdonan a sus padres e intentan
reanudar los lazos desgarrados. +ambi*n es cierto -ue puede
ocurrir lo contrario, pues no es raro comprobar -ue ni'os
rodeados de cari'o mani$iestan trastornos de apego. Los
largos cuestionarios -ue se utilizan para evaluar el apego a la
madre " al padre se consideran bastante con$iables. 0ucede a
veces -ue los dos padres expresan un apego seguro " -ue la
observación, sin embargo, atestigua -ue el vínculo no es
bueno. Desde los primeros meses, cuando la madre se
acercaba, *l beb* rompía a reír de una manera excesiva -ue
pronto se trans$ormaba en llanto. En cuanto la veía, tendía los
brazos hacia ella " luego se volvía " mani$estaba sbitamente
intensas actitudes de repliegue. Era di$ícil suponer -ue
semejante apego desorganizado $uera la consecuencia de una
di$icultad de los padres. La expresión de las emociones del
beb* no hallaba el modo de ad-uirir una $orma comunicante.
odía acaso
Los ritos estar asustado
de interacción -ue de sus propias
permiten emociones<
comprender " esperar lo
-ue el otro se apresta a hacer en este caso no surtían e$ecto.
Los padres, aun-ue se sentían desorientados, perseveraron
acerc7ndose siempre con 7nimo tran-uilizador ", alrededor
del d*cimo mes, *l beb* se calma, dejo de sobresaltarse ante
el menor ruido " $inalmente acepto dejarse mimar. (omo
explicar la evolución $avorable de este panorama -ue se
presentó tan di$ícil durante los primeros diez meses<
La madre, Ahabía su$rido estr*s durante el embarazo< l
beb*, era un d*bil transportador de serotonina " esto lo hacía
sensible a todo acontecimiento imprevisto< 0ea cual sea la
causa biológica o ambiental, sería comprensible -ue los
padres hubiesen reaccionado mal. ermanecieron calmados
durante diez meses, por-ue eran $elices estando juntos " se
sentían socialmente seguros. or ello con$ormaban con sus
cuerpos un envoltorio sensorial estable " calmo -ue
$inalmente apaciguo al beb*. Imaginemos -ue el padre
hubiese tenido di$icultades en su lugar de trabajoM en ese caso
probablemente se habría sentido exasperado por el llanto
inconsolable -ue desvelaba cada noche a su hijo. Imaginemos
-ue la madre no tuviera una buena relación con su marido
-ue ese beb* agotador " poco grati$icante hubiera evocado en
ella una signi$icación de agresión/ los ritos de interacción
habrían terminado por dar $orma a una exasperación
recíproca.
#)-uel... no para de llora\,habría dicho la madre " *l beb*
habría aprendido nítidamente a esperar las mímicas
exasperadas " los gestos brutales -ue habrían agravación su
desorganización emocional.
Estos contrasentidos a$ectivos se mani$iestan a veces con uno
solo de los padres. El ni'o, desorganizado con la madre,
puede estructurar un lazo calmo con el abuelo o con el padre.
4abiendo tendido un vínculo de apego seguro, lejos de los
brazos de la madre, termina entretejiendo m7s tarde un lazo
sosegado con ella, con la condición de -ue la madre ha"a sido
contenida " -ue ha"a tenido -uien la a"ude a atravesar ese
cabo de tormentas sin ad-uirir h7bitos demasiado nocivos.
)ctualmente se admite -ue entre un  " un KF por ciento de
los ni'os maltratados terminan siendo a su vez padres -ue
maltratan a sus hijos. La variabilidad de las ci$ras obtenidas
por las encuestas prueba -ue no ha" una causa nica.
(uando los dos padres maltratan al ni'o en un hogar cerrado,
sin $amilia ampliada, sin amigos, sin actividades exteriores, las
perturbaciones ser7n importantes " la repetición de la historia
superara el KF por ciento. ero cuando un solo padre maltrata
al ni'o mientras -ue el otro Ie o$rece un apego seguro, la
probabilidad de repetir la propia historia cae a lo por ciento. 6
cuando, alrededor de ese hogar en di$icultades, la cultura
propone sustitutos a$ectivos " otros vínculos educativos, el
riesgo de repetición
Bill (linton se debilita
cu"o padre murióan m7s K cuando
ahogado por ciento!.
su esposa
estaba embarazada de Bill, $ue criado por un padrastro
extremadamente violento -ue maltrataba a todo el mundo "
disparaba su pistola delante de la esposa " los ni'os. La
evolución recipiente del pe-ue'o Bill $ue posible gracias a la
valentía de la madre " la cordialidad de los abuelos, -ue con
$recuencia llevaban al ni'o a pasar temporadas en su casa.
La cultura norteamericana $acilitaba los encuentros extra
$amiliares " las numerosas asociaciones deportivas, musicales
" culturales Ie permitieron al $uturo presidente desarrollo.
4a" una excelente sociabilidad a pesar de esas agresiones.
&na cultura -ue propone lugares de acción de encuentro " de
creatividad limita enormemente la repetición del maltrato.
ero si el pe-ue'o (linton hubiese tenido -ue desarrollarse
en un hogar aislado o en un barrio residencial donde nadie
habla con su vecino, seguramente su evolución habría sido
m7s di$ícil.
(uando una persona ha sido maltratada " permanece
prisionera de ese medio, aprende cognitivamente la violencia
$ísica " emocional. Esta es una tendencia, pero ciertamente no
es una $atalidad pues uno puede desbaratarla organizando
alrededor del pe-ue'o desdichado lugares de desarrollo -ue
lo orienten en otras direcciones " Ie ensenen a obtener
momentos de $elicidad, a pesar de todo.
En general, el agresor es intra$amiliar, el padre la madre, en
una proporción casi id*ntica. (uando el o$ensor no pertenece
a la $amilia, la resiliencia es m7s $7cil por-ue el ni'o puede
re$ugiarse en la protección de su hogar. ero este no siempre
es el caso, pues puede ocurrir -ue el ni'o se sienta
traicionado por los su"os, como si dijera/ #0i mis padres son
todopoderosos " "o $ui agredido, esto prueba -ue no hicieron
todo lo posible para protegerme. +al vez hasta sean
cómplices%. Los adultos suelen tener esta reacción paradójica
cuando se producen situaciones de cat7stro$es naturales o
humanos/ #uesto -ue Dios ha permitido tales horrores, est7
claro -ue no es bueno ni todopoderosoM Despu*s de
)uschTitz, como se puede creer todavía en El<%. :uienes en
esas situaciones de pesadilla consiguen $iarse todavía de l
se sienten protegidos pues hacen de Dios su base de
seguridad intima. :uienes, por el contrario, se sienten
traicionados por El, de -uien esperaban protección, se privan
de ese sentimiento de seguridad. 5uchos ni'os maltratados Ie
reprochan al padre amable no haber evitado -ue el otro lo
agrediera. 5uchos pueblos masacrados durante una guerra o
un genocidio reprochan a sus aliados no haber detenido la
masacre.
(uriosamente, -uienes culpan al padre carnoso, al pueblo
aliado o a Dios son -uienes, antes del descalabro, esperaban
la protección m7s $uerte. Demasiado apegados,
experimentaban un exceso de(uando
angustiosa vulnerabilidad. a$ectividad -ueeltestimoniaba
llegó su
golpe, solo
pudieron sentirse traicionados o abandonados. El odio -ue
sienten por -uienes antes amaron les permite conservar un
poco la autoestima, pero impide la resiliencia por-ue ese
aborrecimiento disminu"e la autonomía al atribuirles a otros la
causa del propio desamparo.
Los -ue en la desgracia habían aprendido a pedirle a"uda a
un adulto, un grupo o un Dios tuvieron una ma"or probabilidad
de resiliencia. En el momento de la calamidad, "a habían
ad-uirido una personalidad a$irmada, un apego seguro " una
empatía -ue les permitía representarse el mundo mental del
agresor " di$erenciarlo del de los no agresores. :uienes
generalizaron la agresión e inclu"eron a -uienes amaban "
por -uienes se sentían traicionados se privaron de su base de
seguridad. 4eridos por el agresor, se hicieron hostiles tambi*n
en su relación con -uienes deseaban a"udarlos.
>esonar no es razonar

)cabamos de desarrollar un razonamiento en resonancia " no


"a de causalidad. En lugar de pensar/ #0i mi padre me
maltrata, ir* a re$ugiarme en brazos de mi madre%, el ni'o se
dice/ #0i mi padre me maltrata, -uiere decir -ue mi madre es
cómplice por-ue, a pesar de su omnipotencia, no se lo impide
%. Esta reacción emocional tiene su explicación en un apego
excesivo " ansioso -ue existía antes del maltrato " había
impregnado en la memoria implícita, en el inconsciente
cognitivo del ni'o, un sentimiento de soledad a$ectiva, el
miedo a amar por temor a ser traicionado nuevamente. )ntes
del acto de maltrato, el ni'o in-uieto había hipercatectizado a
su madre, -uien solo Ie transmitía seguridad cuando estaba
presente. o había impregnado en su inconsciente cognitivo
la con$ianza primitiva -ue Ie habría permitido sentirse seguro
tambi*n cuando la madre estaba ausente. 57s tarde, el acto
de maltrato lo hizo vacilar en un mundo constituido por una
$igura aterradora " otra -ue lo abandonaba. 0emejante
envoltorio sensorial componía una biología peri$*rica -ue
estimulaba poco la secreción de serotonina, cu"a caída se
pudo medir en el lí-uido ence$alora-uideo. Este marcador
biológico no es pues la causa de la desesperación del sujeto
maltratado, sino -ue constitu"e la re$erencia metabólica de
una alteración a$ectiva de su medio.
En cambio, desde el momento en -ue un ser vivo es capaz de
hacer narraciones, apela a su memoria explicita, se
representa a si mismo con im7genes " palabras " constru"e a
una película -ue articula su identidad narrativa. Desde el
instante en -ue edi$ica un mundo de palabras, Ie da una
coherencia, lo siente, lo experimenta, lo ve ", por lo tanto,
puede responder a *l.
0olo entonces
amenazan conpuede
darle #dejar de lado%
una mala ciertosderecuerdos
imagen sí mismo-ueo
provocarle algunas di$icultades en sus relaciones. Los
recuerdos est7n alIi, pero la persona evita evocarlos a $in de
mantener la paz con la idea -ue se ha hecho de sí misma. Es
esto lo -ue podría llamarse #represión%< Ese trastorno de la
memoria íntima depende de las condiciones históricas en las
-ue cada persona debe $abricar su realidad intima.
o ha" dudas, #para la psi-ue, lo biológico hace las veces de
la piedra de sustentación?. 0olo partiendo de lo biológico se
puede $undamentar la condición humano " a$irmar -ue esos
dos inconscientes de naturaleza di$erente tiran juntos del
mismo carruaje/ #N... OLlegar7 el día en -ue la psicología de las
$unciones cognitivas " el psicoan7lisis se vean obligados a
$uncionarse en una teoria general -ue los mejorara a ambos%,
predecía el gran iaget.

&no est7 mal cuando el otro su$re


o es la primera vez -ue la neurología apuntala un concepto
$ilosó$ico. )l principio la conciencia $ue una idea abstracta
hasta -ue luego se convirtió en algo cu"os niveles pueden
medirse mediante un registro bioel*ctrico. El 5itsein de la
$enomenología ho" puede precisarse en virtud de estudios
biológicos -ue demuestran -ue un individuo solo puede
sobrevivir intercambiando in$ormaciones con el medio -ue lo
rodea, un &mTel$.
)l principio, la empatía designo un proceso de pro"ección de
los sentimientos humanos al mundo material hasta -ue un
$ilóso$o extendió su signi$icación al conocimiento del prójimo.
En un ni'o, el sencillo acto de imitar a los dem7s Ie provoca
un sentimiento. Luego, al madurar, di$erencia su propia
experiencia de la del otro " comprende -ue ha" dos
subjetividades di$erentes " asociadas. Esta evolución Ie
permitió a 2reud utilizar la empatía como una condición de
base de la cura analítica, un trabajo puramente intelectual del
conocimiento del prójimo. 4o", para la ma"oría de
psicoanalistas, la empatía es un proceso a$ectivo -ue permite
compartir una experiencia psí-uica íntima, mientras las dos
subjetividades permanecen separadas.
En la d*cada de RPF, 1ohn BoTlb", entonces presidente de
la 0ociedad Brit7nica de sicoan7lisis, trabajando con los
m*todos de la etología animal, sugirió -ue #la empatía
constitu"e el contrapunto de la agresión%. )si como dos notas
musicales se acompa'an " permanecen separadas, #la
agresión revela una alteración de la empatía N... O :ue, por su
parte, ampli$ica la coordinación a$ectiva, la identi$icación
emocional con los dem7s%. De modo -ue no es el lenguaje lo
-ue $unda la empatía interpretando el altruismo como un
c7lculo racional de costes " bene$iciosM es una aptitud
emocional para dejarse modi$icar por el mundo de otro, a
-uien el sujeto
los canidos " lasema"or
sienteparte
apegado. #Los
de los del$ines,
primates los ele$antes,
responden al
su$rimiento " la desdicha ajenos?. En estas especies, los
individuos -ue no tienen razones corporales para su$rir
mani$iestan sin embargo comportamientos alterados, con lo
cual atestiguan -ue se sienten trastornados por la in$elicidad
de un prójimo.
El apego es un vínculo biológico establecido en la memoria de
un individuo -ue trans$orma al ser patentizado en $igura
sobresaliente. ) partir de entonces, el su$rimiento de la 2igura
de apego provoca en el primero un su$rimiento de otra índole.
El malestar del animal observador es consecuencia de la
visión del su$rimiento del otro. 0e trata de una empatía
cognitiva, un contrapunto emocional por el cual, por ejemplo,
la madre primate expresa una mímica ansiosa al ver -ue su
hijo tiene una pata aprisionada. (uando el pe-ue'o su$re por
tener una pata atascada, la madre se siente alterada por la
imagen del su$rimiento de su hijo. )-uí podemos hablar de
representación puesto -ue en la madre se da #una actividad
mental -ue hace presente representa! N... O La imagen de un
objeto?. Lo -ue emociona a la madre es una construcción
sensorial de im7genes visuales " sonoras del pe-ue'o agitado
" gritando " no el dolor de la pata atrapada.
Esta aptitud para desorganizar el propio mundo íntimo cuando
el de un prójimo esta desorganizado constitu"e el punto de
partida, la base cognitiva de la moral. 0i bien consideramos
-ue la moral es un conjunto de conductas organizadas por el
propósito de hacer el bien " evitar el mal, no es di$ícil observar
este $enómeno en otras especies. +ambi*n entre los animales,
a"udar a los -ue est7n en desventaja, respetar los ritos de
interacción, o$recer alimentos a otro, amenazar al intruso para
proteger al d*bil " mani$estar conductas paci$icadoras son
tambi*n una manera de estar juntos organizados por la
bs-ueda de un bienestar. Este comportamiento promotora no
se $unda en representaciones verbales, en relatos de
persecución o injusticia, como sucede entre los seres
humanos, sino -ue se constru"e teniendo en cuenta lo -ue
experimenta el otro. Es por ello -ue, en ciertas especies, los
individuos mani$iestan síntomas de angustia o de
embotamiento cuando perciben en un ser cercano ese no
comportamiento -ue los seres humanos llamamos #muerte%.
os resulta $7cil comprender las reacciones de los
chimpanc*s ante la p*rdida de uno de los su"os. Los
investigadores describen, al igual -ue entre los seres
humanos, una $ase de protesta, un intento de estimulación del
cad7ver " luego una etapa de desesperación en la -ue el
comportamiento se hace m7s lento " se pierde el apetito " el
placer de jugar. 6a antes de la muerte, los adultos -ue rodean
al en$ermo o al herido no se comportan normalmente. 5iran
$ijamente al agonizante " dejan de jugar. En los zoológicos, los
cuidadores
recibimiento dan testimonio
sin alegría del asombroso
-ue observan al llevarlessilencio " el
los alimentos
el día despu*s de un deceso.
or supuesto, ha" -ue descon$iar del antropomor$ismo " no
debemos pensar -ue el duelo de una ballena es an7logo al
duelo de un ser humano. ero podemos decir -ue esos seres
vivos se sienten emocionalmente perturbados al percibir en el
cuerpo del otro una se'al extra'a -ue los lleva a elaborar una
representación in-uietante.
Este su$rimiento virtuoso no se registra en todas las especies.
6 cuando una especie tiene aptitud para la empatía, no
siempre esta se observa en todos los individuos ni en todos
los casos. 4a" muchos animales para los cuales la herida de
uno de sus cong*neres no signi$ica nada. El canibalismo no
es raro/ el #papa% pez traga a miles de alevines o la madre
gata puede devorar a su cría si la considera una presa. ara
comerse al propio hijo, es necesario percibir su cuerpo de una
manera -ue Ie atribu"a una signi$icación nicamente biológica
", nunca, un estado mental.

La empatía animal

La etología animal aporta su grano de arena a la construcción


de la idea de -ue es posible atribuir un estado mental al otro.
4asta los cuatro meses de edad, un beb* chimpanc* se
coloca en la postura de aseo, sin tener en cuenta la
disposición del cuerpo de su madre. Le basta con sentirse
motivación por un estimulante interno para orientarse hacia el
cuerpo de esta, parte. ero alrededor del duod*cimo mes, la
estrategia de interacción del pe-ue'o cambia por completo.
(uando una estimulación intima lo impulsa a la sesión de
aseo, mira a la madre " espera la postura -ue Ie comuni-ue
-ue ella puede verlo. 0olo entonces, adoptara la posición
correspondiente para hacerse espulgar. En este nivel de la
psi-ue, atribuir al otro una motivación no es un acto verbal
sino de postura. La interacción del aseo necesita -ue el
pe-ue'o ha"a ad-uirido la capacidad de esperar, es decir, de
no responder "a de inmediato a un estímulo " de comprender
-ue la postura de su madre indica, en el mundo de esa
hembra, un estado mental -ue Ie permitir7 responder al su"o.
La aptitud emp7tica necesita de un cerebro capaz de
descontextualizar una in$ormación, de percibir un indicador
-ue oriente hacia alguna cosa -ue uno no percibe. o es
extra'o ver a un gato situado delante del re$rigerador
observando atentamente la manilla de la puerta. &na c7mara
autom7tica nos ense'a -ue el gato solo adopta esta postura si
ha" algn ser humano en la cocina. (uando esa persona se
acerca al re$rigerador, el gato malla " #apunta con el hocico%
mirando alternativamente la manilla " el rostro de la persona.
odemos interpretar
ad-uirido el esa conducta
conocimiento diciendo
de -ue, detr7s de -ue el gatoha"
la puerta, ha
cosas interesantes a las -ue los humanos tienen acceso.
Lo -ue percibe en el presente lo extrae de su pasado para
representar el $uturo. (uando el ser humano parpadea, el gato
responde parpadeando a su vez. ero cuando se Ie vendan
los ojos a la persona, el comportamiento del gato no se
modi$ica en nada. o sucede lo mismo con los chimpanc*s
observan aun cuando ella Ie de la espalda o este mirando
hacia otros vacíos en situaciones an7logas. (uando el ser
humano tiene los ojos vendados, muchos se ponen a gemir "
algunos lo empujan hacia el tesoro alimenticio o Ie dan de una
mano. 6 algunos tratan de -uitarle la venda9 El gato emp7tica
con la postura del ser humano, mientras -ue el mono, al
percibir la venda, se pone en el lugar de la persona "
comprende -ue no puede ver a causa de a-uella.
Estas observaciones nos dejan suponer -ue ha" di$erentes
grados de empatía. (ada especie percibe ciertos índices
seleccionados por su sistema nervioso " se sirve de ellos para
componer representaciones de diversos niveles. (uando un
ar-uitecto se representa las masas de cemento
correspondientes al dise'o de un puente, realiza una
#empatía del puente%. Esta empatía de objeto desempe'o sin
duda un importante papel en la $abricación de los primeros
instrumentos -ue nos permitieron sosla"ar deltas imposiciones
de la naturaleza utilizando algunos de sus $enómenos con los
cuales empalizamos. El depredador animal e$ecta una
empatía de cuerpo cuando percibe " prev* un movimiento de
su presa.
El torturador experimenta el mismo proceso mental cuando
imagina lo -ue siente el hombre al -ue -uiere -uebrar.

)$ecto " empatía

uestros propios hijos mani$iestan mu" tempranamente una


empatía de emoción cuando, al percibir en el cuerpo del otro
un gesto o una mímica minscula, los utilizan para
representarse el estado mental de esa persona. La empatía
m7s alejada del cuerpo, la m7s abstracta, es a-uella -ue,
partiendo de una pizca de lo real, consigue representarse las
representaciones de otro. &n rel7mpago de imagen percibido
en otro cuerpo basta para elaborar su psi-uismo/ #0us
pensamientos, sus creencias, sus intenciones o sus deseos% .
El hecho de -ue el otro -uede pues separado de uno mismo
permite -ue la empatía establezca una pasarela intersubjetiva
sin la cual estaríamos escindidos de los dem7s.
)lrededor de los cuatro meses de edad, la ma"or parte de los
ni'os ad-uieren una nueva manera de manejar lo -ue
perciben a $in de hacerse una idea del mundo. El comprender
-ue cada uno de los otros responde a un mundo de creencias,
de intenciones
mundo, " de deseos
"a no basta -ue Ieloes
con percibir propio.
-ue ara entender
es, tambi*n ha" -ueel
adivinar lo -ue pasa en el invisible mundo mental de los
dem7s.
Esta #teoria del espíritu% no surge de una vez a los cuatro
a'os, sino -ue se desarrolla progresivamente en virtud de
transacciones incesantes entre el ni'o " su medio. Desde el
comienzo, un poco antes del nacimiento, su cuerpo sabia
percibir ciertas in$ormaciones, tratarlas " resolver los
problemas planteados por su medio. 0abia mamar, disponerse
a dormir, luchar contra la atracción terrestre cuando se
sentaba " jugar con las estimulaciones coloridas, dulces o
sonoras -ue Ie proponía su ambiente. )lrededor de los cuatro
a'os, el pe-ue'o descubre -ue los otros responden, a su vez,
a la idea -ue se hacen de una situación. Luego, entre los
cinco " los siete meses, el ni'o comprende la reciprocidad del
pensamiento/ #0* -ue sabes " s* -ue si sabes -ue "o s*%.
(uando un ni'o de cinco a'os Ie habla a su hermanito
#haci*ndose *l beb*% mani$iesta mediante esa conducta -ue
ha entendido -ue el menor comprende pero no de la misma
manera.
Esta proeza intelectual depende tanto de su desarrollo
neurológico como de las presiones del medio -ue lo rodea.
Basta -ue una sola articulación del sistema $alle para -ue todo
el resultado se altere. Los ni'os traumatizados por un
accidente o por un maltrato, por un abandono -ue empobrece
su medio o por una cateada excesiva -ue los aísla, se
encierran en sí mismos a veces hasta el punto de entumecer
el pensamiento. Di$ícilmente podían tener acceso a la #teoría
del espíritu%, a entender -ue el mundo íntimo de los otros
puede ser di$erente, por-ue una desgracia de la existencia ha
alterado su entorno o por-ue una anomalía neurológica impide
-ue sus organismos salgan a buscar en el medio las
in$ormaciones necesarias para su desarrollo.
5ediante pe-ue'os test cotidianos es posible saber si un ni'o
tiene acceso a la teoria del espíritu. &no de ellos consiste en
poner sobre una mesa una esponja con la misma apariencia
de una piedra. )I ver el objeto, todos los ni'os de cuatro a'os
dicen -ue se trata de un guijarro. (uando se les pide -ue lo
to-uen, los ni'os se sorprenden " uno debe explicarles la
di$erencia entre un mineral " un producto marino casi animal.
Luego se invita a otro ni'o al ver el objeto " se Ie pregunta al
"a iniciado/ #Dir7 .-ue es una piedra o una esponja<%. +odos
los -ue "a han tenido acceso a la teoria del espíritu
responden/
#Dir7 -ue es una piedra%. Estos ni'os piensan/ #El otro
piensa -ue es una piedra " "o s* -ue es una esponja%. Los
ni'os -ue an no comprenden -ue el mundo del otro es
di$erente del propio responden/ #Dir7 -ue es una esponja
por-ue "o s* -ue es una esponja%. Estos ni'os, todavía
incapaces de salirse
misma creencia. (on de sí mismos,
$recuencia, estaatribu"en a los
inmadurez otros sua
responde
una carencia en las relaciones/ cuando un padre o una madre
est7n angustiados, el ni'o tiene miedo de toda $orma de
exploración. ) veces, se debe a una alteración del lóbulo pre
$rontal -ue, al impedir todo trabajo de anticipación, no deja
-ue la persona cese de centrarse en sí misma. Los ni'os
cu"os padres temerosos son atemorizantes pues ellos mismos
est7n alterados por su propio trauma viven en ambientes
sensorialmente empobrecidos o en estado de alerta. 0i se los
deja solos, probablemente nunca podr7n tener acceso a la
teoria del espíritu.
:uiz7s puedan tenerlo m7s tarde si se disponen a su
alrededor algunos tutores de resiliencia -ue los a"uden a
retomar su desarrollo.
La empatía no es solo una operación intelectual. La capacidad
ad-uirida de atribuir una creencia, un pensamiento o una
intención a los dem7s organiza tambi*n el estilo de
relacionarse del ni'o. En la vida cotidiana, a veces sucede
-ue, como una broma, los padres simulan llorar, lo cual
emociona al pe-ue'o " despierta en *l un amable gesto de
consuelo. ero no siempre. ) veces el ni'o agrede a -uien
est7 $ingiendo el llanto.
&na experimentación etológica inspirada en la teoria del
apego pone en pr7ctica el siguiente dispositivo. &n adulto
levanta un mu'eco mec7nico ante un beb* de doce meses
-ue est7 acompa'ado por su madre. El experimentador ha
dispuesto las cosas para -ue el juguete no $uncione "
entonces $inge llorar. Esta situación se repite una serie de
veces.
Luego la madre responde a un cuestionario -ue evala su
humor " su estilo de apego.
)nte el llanto simulado del adulto, la ma"or parte de los ni'os
reaccionaron mim7ndolo o llev7ndole el mu'eco a la madre
para -ue lo reparara. )lgunos ni'os parecían indi$erentes " no
se acercaron a consolar al adulto " algunos incluso Ie
pegaron9 En este ltimo grupo de reacciones perturbadas,
todos los ni'os se habían desarrollado en medios
sensorialmente empobrecidos. La ausencia de adultos, la
muerte de un $amiliar cercano, la en$ermedad, la depresión o
una personalidad distante, al empobrecer el medio sensorial,
habían retrasado en esos ni'os el desarrollo de la empatía
llegar a ser emp7tico
5ejor -ue decir/ #Este trastorno psí-uico tiene srcen gen*tico
lo cual rara vez resulta verdadero, es tratar de comprender
como se desarrolla una ontog*nesis, el desarrollo de un
individuo desde el embrión hasta su muerte. Esta actitud nos
permite entender -ue el potencial gen*tico se va modi$icando
constantemente, modelado por las presiones del medio
sensorial, a$ectivo " hasta cultural.
odemos
emp7tico seconsiderar -ue elenpunto
desencadena virtuddedelpartida del proceso
$enómeno de las
neuronas espejo. &n dato trivial de la neurología nos ense'a
-ue, en la base de la zona $rontal ascendente de la corteza de
los monos zona 20!, V se activa un grupo de neuronas
motoras cuando el mono realiza una acción con su brazo
opuesto o con la boca. La sorpresa sobrevino cuando se
descubrió -ue el mono -ue, sencillamente, mira a otro mono
-ue est7 realizando una de esas acciones activa exactamente
la misma zona de neuronas.
La resonancia comienza desde la primera interacción
biológica, como si el mono dijera/ #(uando veo a un
cong*nere coger la banana, lo -ue *l hace me interesa tanto
-ue mi cerebro se prepara para realizar la misma acción%.
)ntes de mani$estarse en un gesto o un comportamiento, la
imitación es neurobiológica.
57s tarde, en el ser humano, la resonancia ser7 histórica,
como si la madre dijera/ #(uando veo a mi hijo comportarse
asi, me acuerdo de cómo era "o a su edadM cuando hacia ese
mismo gesto, mi mama se irritaba ... %. El comportamiento con
-ue la madre responde al hijo " lo envuelve sensorialmente
tiene su origen en su propia historia con su madre. En
realidad, se trata m7s de relatos espejo -ue de neuronas
espejo. (uando )ime (esaire habla de #negritud %,evoca un
$enómeno de resonancia, como si dijera/ #4ablo con este
hombre, trabajo con *l " de pronto percibo en su cara una
minscula expresión -ue, en un rel7mpago, me hace
comprender -ue, a sus ojos, 0o" un negro9
%. La $ulgurante pero inusual expresión $acial Ie permite al
poeta atribuirle al otro pensamientos " creencias. o se ha
pronunciado una sola palabra ", sin embargo, algo ha sido
claramente transmitido entre los dos mundos íntimos.
4abría pues una $ilog*nesis de la empatía identi$icable desde
los niveles elementales de la resonancia, cuando el mero
hecho de ver la acción de otro prepara al individuo -ue mira a
e$ectuar la misma )cton. Esta sugestión de comportamiento
-ue producen las neuronas espejo da la posibilidad de -ue los
monos compartan un miedo de monos. Las palomas
probablemente experimenten el mismo $enómeno de
resonancia neurológica. (uando una paloma se agacha antes
de levantar vuelo, su #postura de intención% provoca un
encogimiento an7logo en sus cong*neres. Esta imitación de
comportamientos por contagio permite -ue el grupo $uncione
conjuntamente, -ue levante vuelo cuando uno de ellos percibe
una se'al de peligro -ue los dem7s no percibieron " a la -ue,
igualmente, responden. )si es como los animales gregarios se
desplazan limitando los peligros, sincronizan las actividades
de comer " dormir del grupo, adaptan sus comportamientos
sexuales a la ecología, se aparean cuando los días se alargan
" herían a sus pichones antes de la migración.
4abría tambi*n
desde los una
niveles ontog*nesis
elementales dedela la empatía -ue
resonancia comienza
biológica de
las neuronas espejo. Los reci*n nacidos sincronizan
inmediatamente sus mímicas $aciales con las del adulto.
(uando una persona adulta hace con los labios el gesto de
dar un beso, *l beb* hace lo mismo casi instant7neamente.
robablemente esta habilidad expli-ue su per$ecta adaptación
al pezón, -ue, al apuntar hacia adelante, provoca el avance de
los labios del beb*. El hecho de estar juntos es indispensable
para la supervivencia, pero mu" temprano el mundo de las
emociones se vuelve contagioso gracias a las neuronas
espejo. 0i uno se sita ante un beb* de dos meses " se pasa
la mano delante de la cara, lentamente de arriba hacia abajo,
de modo tal -ue, allegar al mentón, se revele una expresión
de llanto " luego vuelve a subirla hacia la $rente de modo -ue,
al dejar la boca al descubierto, muestre una expresión
sonriente, advertir7 -ue *l beb* reproduce a la per$ección las
mímicas de tristeza " de alegría sincroniz7ndolas con las del
adulto. El 5itsein de los $enomenólogos, el #estar con% -ue
nos permite $uncionar juntos " compartir un mismo mundo,
persiste en el adulto cuando, al o$recerle una cucharada de un
alimento a su beb*, abre la boca antes de -ue el ni'o lo haga.
El punto de partida del proceso empírico se sita en la
resonancia neurológica -ue ha", gracias a las progresos de
las neuroimagenes, puede hacerse visible. uestras neuronas
espejo entran en resonancia con el gesto del otro -ue nos
toca. 0i su acción nos concierne, la resonancia magn*tica
muestra la activación de circuitos neuronales especí$icos/ la
zona occipital del observador, la -ue trata la imagen, envía
instant7neamente la in$ormación a la corteza $rontotemporal,
-ue prepara la misma acción. La sencilla acción observada
desencadena la alerta de las neuronas espejo como una
especie de re$lejo interindividual. (uando uno Ie pega un
golpecito en el tendón de la rótula a una persona, Ie provoca
la extensión re$leja de la piernaM en el caso de la empatía
neuronal, la vista del movimiento de alguien estimula en
espejo las neuronas motoras de otro. ero ese otro debe ser
signi$icativo.
(uando se toman registros de las activaciones temporales en
personas -ue est7n mirando películas de hombres o de
animales en un televisor, se comprueba -ue la visión de seres
humanos produce una alerta m7s intensa en las neuronas
espejo del observador.
La convergencia de estos datos plante a un problema
estimulante.
(uando un hombre observa a un ser signi$icativo -ue est7
e$ectuando una acción interesante, sus zonas $rontales
in$eriores se ponen en alerta como si el mismo se aprestara
hacer id*ntica acción, pero la inhibición pre $rontal impide el
paso al acto3alerta " al mismo tiempo la de contención como
cuando
de mano,aceleramos
lo -ue se un automóvil
pone en juego-ue
entiene activación
la corteza el $rena
se marca
principalmente en la base de la $rontal ascendente iz-uierda
-ue, en el ser humano, corresponde al lenguaje. Disponerse a
la acción e impedirlo simult7neamente $acilitaría una
preparación neuronal para la palabra. Las neuroimagenes
coinciden por completo con el psicoan7lisis/ el estado
neuronal de la empatía hace -ue la persona -ue observa el
comportamiento del otro " al mismo tiempo se impide hacer
esa acción sensibilice su propia zona del lenguaje. 0i uno
acta, tiene menos necesidad de la palabra. El e$ecto
intersubjetivo de la empatía da la posibilidad de salirse de uno
mismo " de prepararse para la palabra/ solo hace $alta pasar a
la conversión de los signos para aprender la lengua materna.
(uando la expresión del su$rimiento de uno provoca la
reacción emp7tica del otro, se teje un vínculo -ue puede
tomar direcciones variadas. ara ilustrar esta idea, podemos
preguntamos por -u* tantos seres vivos reaccionan mediante
vocalizaciones a un su$rimiento. 6a se trate de gritos de dolor,
"a de gemidos o sollozos provocados por la pena, siempre es
la zona periacueductal, el ncleo medio dorsal del t7lamo, el
sector -ue envía mensajes a la zona cingular anterior.
V (uando un pe-ue'o a'ade est7 herido $isicamente, lanza los
mismos chillidos de angustia, la misma $orma sonora, -ue
cuando se lo separa de su madre. (uando un gatito lanza un
grito semejante, la madre responde con un ronroneo en virtud
del cual el hijo la localiza en el espacio " se orienta hacia ella.
6, una vez -ue se restablece el contacto cativo, visual o t7ctil,
los dos miembros de la interacción dejan de vocalizar. &n
beb* reci*n nacido tambi*n deja de vocalizar cuando vuelve a
sentirse envuelto por el continente sensorial compuesto por
los brazos maternos, su pecho, sus vestidos, su olor " su voz.
#La ence$alizacion del dolor% es lo -ue nos hace escapar de
la inmediatez de los re$lejos " lo -ue pone en relación el
su$rimiento de uno con la empatía del otro. (uando el reci*n
nacido llora, provoca una emoción en el mundo del adulto,
-uien puede reaccionar o bien con un sentimiento de dulce
placer ante la idea de socorrer al pe-ue'o o bien con
irritación, lo cual depende de su propia historia " de su estado
de espíritu.
La expresión vocal de uno impresiona al otro " teje un vínculo
cu"a $orma est7 condicionada por la manera de gritar del
pe-ue'o " por el sentimiento -ue despierte en el adulto ..
En todos los mamí$eros, un electrodo colocado en la zona
cingular anterior provoca una vocalización. En situaciones
naturales, un dolor $ísico, una privación sensorial, una p*rdida
o una separación estimulan la misma zona " provocan la
misma vocalización. El adulto -ue percibe esta sonoridad rica
en $recuencias agudas desagradables pone tambi*n en alerta
su zona cingular, -ue transmite el mensaje a la base $rontal
ascendente.
#ronroneo% siEsta estimulación
uno es un gato o deproduce
palabrauna respuesta
si uno de
es un ser
humano. En todos los casos, es previsible -ue, cada vez -ue
se estimule esta zona motriz " lingWística del cerebro, se d*
una respuesta activa de rescate

ara amar primero ha" -ue ser salvado

0emejante observación plantea un problema psicoa$ectivo


enorme/ "a no podemos decir -ue, para aumentar el apego
a$ectivo del pe-ue'o, basta con satis$acer sus necesidades.
4asta podría decirse lo contrario/ lo -ue aumenta el apego es
el alivio de un su$rimiento " no la satis$acción de un placer.
Lo cual e-uivale a decir -ue, para experimentar la $elicidad de
amar, primero ha" -ue haber su$rido una perdida a$ectiva. La
$igura -ue aporta el consuelo ad-uiere un lugar sobresaliente
en la psi-ue del doliente. &n ser vivo -ue no su$riera ni dolor
$ísico ni pena por la $alta de algo no tendría ninguna razón
para apegarse a otro.
2elizmente, un beb* humano su$re desde su nacimiento.
(uando deja las aguas del lí-uido amniótico -ue estaba a
KP](, tiene $rio, est7 seco, " se siente maltratado por el nuevo
medio sensorial -ue lo rodea. La luz lo encandila, los sonidos
"a no Ie llegan $iltrados, cuando lo alzan en brazos, siente
topetazos por todas partes puesto -ue "a no lo ba'a la
suspensión hidrost7tica uterina " dolor en el pecho mientras
los pulmones se Ie despliegan para permitirle respirar.
En ese instante surge un enorme envoltorio sensorial -ue
llamamos #madre%. Ella Ie vuelve a dar calor, lo rodea de
olores, de caricias " de sonidos -ue *l beb* reconoce puesto
-ue "a los había percibido antes de nacer. 0alvación9
Desde entonces, cada vez -ue deba soportar un pe-ue'o
contratiempo, *l beb* sabe -ue el mismo objeto sensorial
aparecer7 en escena " esto Ie ense'a a esperar. )l apegarse
a ese objeto -ue Ie ha devuelto el bienestar, ad-uiere una
aptitud para sentirse seguro, no solo en contacto con un
objeto sensorial real, sino tambi*n ante la representación pre
verbal de ese contacto del cual espera el alivio. odríamos
esperar momentos mejores si no los hubi*semos perdido
antes<
uestra cultura lógica tiene tendencia a hacernos creer -ue
basta con -ue los padres sean cari'osos " -ue el ni'o sea
sano para -ue se extienda un lazo de apego de buena
calidad.
Este razonamiento lineal parece demasiado simple. (uando
no ha" nadie -ue prodigue cuidados por-ue -uien debía
hacerlo ha muerto o padece una en$ermedad grave o por-ue
un mito cuenta -ue ha" -ue aislar a los ni'os para -ue no se
vuelvan caprichosos, el pe-ue'o privado de alteridad solo
encuentra, como
hace girar la sustituto,
cabeza, su propio
se chupa cuerpo.
el pulgar o se0e balancea,
golpea para
sentirse un poco vivo. 0obreviviendo como puede, no
encuentra la ocasión de salirse de sí mismo para descubrir el
mundo de otra persona. 0u capacidad para la empatía no
puede desarrollarse pues, en semejante contexto, solo se
tiene a sí mismo.
De todas maneras, la empatía debe detenerse por-ue siempre
ha" un momento en el -ue uno "a no logra ponerse en el lugar
de los otros. Esos aborígenes, est7n demasiado lejosM esos
chinos, son tan numerososM esos marcianos, son demasiado
estra$alarios. (uando las representaciones del otro son
impensables " la empatía no puede ir m7s lejos, el sujeto se
vuelve auto centrado pues el mundo del otro Ie resulta
inaccesible.
) menudo es el sujeto mismo -uien teme descentrarse ", en
el vacío de la representación del otro, el hombre sin empatía
pone sus propias representaciones. #La pro"ección es un
proceso psí-uico intimo -ue se da entre dos organismos.%
Es #una operación por la cual un sujeto expulsa de sí mismo "
localiza en el otro la persona o cosa3cualidades, sentimientos,
deseos ... %.(uando "a no ha" di$erenciación entre uno mismo
" el otro por-ue no ha" un otro o por-ue el sujeto es $uncional,
tampoco ha" lugar para la empatía. El proceso de pro"ección
se hace pues inevitable " hasta puede ser adaptativo en un
desierto a$ectivo. La pro"ección revela un trastorno del
desarrollo cuando el sujeto, al no poder representarse el
mundo del otro, Ie atribu"e sus propios deseos de amor o de
odio, de protección o de persecución.
(uando se da el caso de -ue el otro no o$rece seguridad
por-ue tambi*n *l est7 en di$icultades a causa de una
depresión, de una personalidad in-uieta o de un trauma -ue Ie
atemoriza, el pe-ue'o se apega a un objeto perturbado -ue
se trans$orma asi en una base de inseguridad/ #) su lado me
siento mal. Lejos de *l me siento ansioso. Le temo " sin el
tengo miedo%, dicen con $recuencia los ni'os maltratados.
Esta proximidad en el $ilo de la navaja de la $elicidad " la
in$elicidad, de la seguridad " la inseguridad, explica por -u*
tantos ni'os maltratados se apegan a -uienes los vapulean.
La lógica indica -ue deberían huir de la in$elicidad "
precipitarse hacia la $elicidad. ero mu" pocos lo hacen. Lo
m7s $recuente es -ue no abandonen al padre golpeador " -ue
terminen protegi*ndolo cuando se vuelve viejo " $r7gil. )
veces se convencen de -ue han tenido padres comunes "
corrientes " sostienen, aun-ue ha"a pruebas -ue indi-uen lo
contrario, -ue nunca su$rieron maltrato. 2recuentemente se
preguntan por -u* no pueden dejar de ser hijos devotos de
una madre -ue los torturo/ #@o" a visitarla todos los días. Est7
mu" en$erma " es algo -ue me angustia, me aplasta por
completo es la hipótesis
ni'o privado de un lógica nos llevadaa$ectivo
apuntalamiento a suponerdesarrolla
-ue todo
de$icientemente su empatía. En e$ecto, una población de
ni'os aislados o maltratados se trans$orma en un grupo -ue
corre ma"or riesgo de caer en las drogas, la delincuencia, el
abandono escolar " los mecanismos de pro"ección mediante
los cuales atribu"en a los dem7s sus propias $antasías
persecutorias.

Los $actores determinantes de este trastorno son


heterog*neos. Existen dos m*todos para evaluar un posible
retardo en la ontog*nesis de la empatía/ el estudio de la
decodi$icación -ue hace el ni'o de las emociones de los
dem7s " el an7lisis de las representaciones de un ni'o -ue
trata de comprender lo -ue ve, lo -ue desea " lo -ue cree
otro. La respuesta es clara/ los ni'os -ue se desarrollan en un
medio empobrecido, tanto por la $alta de amor como por
exceso de atención, interpretan mal las mímicas $aciales de
las personas -ue los rodean. 2recuentemente les atribu"en
pensamientos, creencias e intenciones -ue esas personas no
tienen. 0"bellius, un ni'o de siete a'os, $ue descubierto en
>uanda en una habitación minscula sin ventanas, donde se
había escondido para protegerse de la masacre. Los vecinos,
sin decir una palabra, Ie habían arrojado un poco de comida.

(uando llegaron al lugar, los agentes de rescate estaban tan


en paz con uno mismo, contentos de haberle encontrado -ue
Ie tendieron los brazos. 0"bellius reacciono mordi*ndose "
golpe7ndose violentamente contra el suelo. 0u largo
aislamiento sin palabras, sin radio, sin lectura " sin
intercambio posible lo había retrogradado a un estado en el
-ue toda in$ormación se Ie había vuelto desconocida. &na
sonrisa o un brazo tendido provocaban una alerta -ue el solo
podía apaciguar recurriendo a una actividad auto centrada. El
mundo exterior lo aterrorizaba hasta tal punto -ue solo el dolor
Ie daba algo de seguridad al orientarlo $orzosamente hacia lo
-ue procedía de sí mismo. ) menudo los psicóticos
reaccionan de modo semejanteM se tran-uilizan gracias a un
su$rimiento -ue los obliga a reconcentrarse en su propio
cuerpo. Los ni'os maltratados, -ue se han hecho vigilantes
ante la menor amenaza, ante la menor se'al proveniente del
agresor, se vuelven $ríos para su$rir menos " se caIman
preocup7ndose nicamente por sus $ascinaciones mentales.
La empatía se detiene cuando el otro in$unde temor ", en un
mundo sin otro, el abismo es enlo-uecedor. ara un ni'o
privado de su base de seguridad, el mundo exterior es
aterrador. ara -ue podamos desarrollar la empatía,
necesitamos -ue otro nos atraigaM de lo contrario, lo nico -ue
nos protege de una alteridad imposible de a$rontar es el
narcisismo.

uede suceder -ue un ni'o maltratado perciba el mundo


como una alerta. 0e trata de un transportador de escasa
serotonina -ue, alarmado por todo encuentro, no puede
aprender a decodi$icar las mímicas $aciales de los dem7s. o
se trata de un ni'o -ue, al vivir con un padre o una madre
temerosos, aprende a percibir el mundo como algo
amedrentador.
Es lo -ue ocurre con la transmisión del miedo a las tormentas
mientras -ue en brazos del padre son de indi$erencia "
contina jugando.
uede tratarse tambi*n de un gran transportador de
serotonina, criado por padres serenos -ue, sin embargo,
heridos por un accidente de la vida, debieron aislarse " asi
ad-uirieron el temor a los dem7s. 4asta puede tratarse de una
cateada exagerada cuando el padre o la madre, a causa de
sus propias historias, desean con la ma"or dulzura del mundo,
convertirse en unos progenitores per$ectos. 0in -uererlo,
establecen con su hijo adorado una relación de dominio tal
-ue lo aíslan de los dem7s " lo someten a su amor exclusivo.
En el momento en -ue el surgimiento del apetito sexual apela
a toda la empatía del joven, -uien trata de percibir en el
cuerpo de la persona deseada la menor se'al -ue Ie
comuni-ue su disposición de espíritu a la sexualidad, el
adolescente demasiado contenido -ue nunca aprendió a
desconcentrarse de sí mismo no sabe cómo armonizar sus
deseos con los de la persona esperadantas/ el ni'o alla en
brazos de su madre enlo-uecida.

Empatía " cine

El simple hecho de apegarnos a alguien nos embarca en un


trabajo de desconcentración de nosotros mismos. Las
neuroimagenes de la empatía de las parejas nos permitir7n
ver " comprender como se inicia esta aventura. ostulemos
-ue en las parejas de enamorados cada miembro est7 atento
al otro. En una primera etapa, se coloca a la dama en una
m7-uina de resonancia magn*tica, se Ie da un suave shocC
el*ctrico en el dorso de la mano, lo cual nos permite ver la
zona cerebral alertada por el a$luir de las vías del dolor/ la
zona cingular anterior.V Luego, en presencia de la mujer se Ie
in$lige al varón la misma leve descarga/ observamos -ue en el
cerebro de la mujer -ue no ha recibido ninguna descarga se
ilumina la misma zona cingular. 2inalmente, escribimos en una
pizarra la intensidad de la descarga -ue se supone ha recibido
el amante " vemos -ue el mero enunciado, la ci$ra escrita,
tambi*n estimula la zona cerebral del dolor de la mujer. La
parte anterior de la zona cingular anterior, la ínsula, el t7lamo
" la parte parietal sensibleV -ue recibe las in$ormaciones
cut7neas de la mano pasan al rojo, como si la dama hubiera
recibido
dolor searealmente
percibidolaodescarga. Independientemente
representado, devías
-ue pase por las -ue el
neuro-uímicas o por la percepción de una palabra, la misma
zona cerebral, alertada, provoca una emoción -ue se siente
en todo el cuerpo. El hecho mismo de representarnos en
nuestro mundo psí-uico el su$rimiento de alguien a -uien
amamos nos provoca una dolencia biológica. (uando la
persona -ue amo su$re, "o no su$ro como ella, pero no puedo
ser $eliz. 5i bienestar depende de su $elicidad.

&no puede actuar sobre cual-uier punto del sistema del


su$rimiento, cu"as puertas de entrada son di$erentes. &n
medicamento puede modi$icar las sustancias -ue permiten
-ue las vías neuro-uímicas transporten el dolor. ero tambi*n
es posible reorganizar las representaciones de im7genes " de
palabras -ue, de todas maneras, estimularan la misma zona
cerebral.
&n cuadro, una novela, una película o una psicoterapia
modi$ican nuestros sentimien tos puesto -ue solemos llorar
aun cuando #sabemos -ue no es verdad% " puesto -ue
podemos #ver las cosas de otro modo% despu*s de un trabajo
verbal. El poder -ue tiene una representación sobre nuestro
cuerpo es tan grande -ue la espera de un dolor es "a en sí
misma un su$rimiento, asi como la esperanza del alivio nos
calma de inmediato. De modo -ue la palabra -ue permite
reorganizar las emociones puede ser tanto una bendición
como una maldición.

&na $rase nos hace sentir encantados " otra nos tortura. Los
relatos culturales en los -ue estamos inmersos pueden
hacemos sentir eu$óricos cuando lo real no o$rece esperanzas,
como tambi*n pueden derrumbamos en una situación de
calma.

El placebo -ue place! posee un e$ecto biológico, igual -ue el


nocivo -ue perjudica!. :uien espera el dolor los su$re mas,
como se veía en la *poca en -ue los relatos $amiliares "
culturales preparaban a las mujeres para #parir con dolor%.

La aparición del parto llamado #sin dolor% " de las t*cnicas de


dominio del su$rimiento gracias a las in"ecciones perdurables
ha logrado -ue ho" muchas jóvenes dominen los dolores del
parto... sin ninguna in"ección. El saber -ue es posible, lo hace
posible.

Las neuroimagenes nos permiten observar como una creencia


llega a modi$icar los circuitos neurológicos del dolor. &na
neuralgia de srcen $ísico pasa por los captadores mec7nicos
especializados, las $ibras nerviosas sin mielina, los cordones
posteriores
t7lamo -ue de la medula,sobre
la pro"ectan los centros de de
la corteza retransmisión del
la zona cingularV
-ue $inalmente se enciende despu*s de ese largo recorrido.
ero basta con inducir una creencia mediante un relato, una
película o suministr7ndole a la persona un placebo
condimentado con palabras para ver -ue esta estimulación
alerta con pre$erencia la zona pre $rontal -ue inhibe las vías
del dolor " se conecta directamente con la parte posterior de
la zona cingular, la región cu"a estimulación desencadena una
sensación de bienestar " a veces de eu$oria. Esta creencia en
el e$ecto de un medicamento o en una protección sobrenatural
no es su$iciente cuando el dolor es extremo o cuando el sujeto
no se deja sugestionar pero, con $recuencia, consigue
modi$icar la intensidad del su$rimiento ", a veces, hasta lo
hace de manera espectacular.

La carcajada desesperada.
En la vida cotidiana no es raro observar una reacción
paradójica durante un entierro o despu*s de una mala noticia.
La persona, aut*nticamente desdichada, lucha con todas sus
$uerzas contra la expresión de su su$rimiento. 6 asi estimula,
sin -uerer, el oxímoron neuronal, la zona pre $rontal, soporte
neurológico de la anticipación, conectada a la parte posterior
de la zona cingular, el soporte de las sensaciones eu$óricas.

Entonces nos encontramos con un miembro de una $amilia en


duelo, pro$undamente desgraciado, desternillarse de risa en el
cementerio o expresar una alegría de la -ue se avergWenza
pero -ue no puede impedir.

&n estudiante de medicina -ue hacia una guardia en un


hospital a"udo al cirujano a operar de urgencia a un
muchacho de -uince a'os -ue se había disparado una bala
de cobre en el abdomen. )l abrirlo, comprobaron -ue el
hígado " el brazo, completamente despedazados, $lotaban en
un mar de carne " sangre. El joven murió en la camilla de
operaciones.

)l salir del -uiró$ano, el estudiante se encontró con la $amilia


del muchacho -ue esperaba en un bancoM todos se pusieron
bruscamente de pie " se lanzaron hacia los m*dicos. El
estudiante, trastornado, estallo en una carcajada " tuvo -ue
huir para esconderse, avergonzado de a-uella reacción -ue
no había podido controlar. ) la ma'ana siguiente, tratando de
comprender lo -ue Ie había sucedido, explico -ue durante
toda su in$ancia había tenido -ue luchar contra la desdicha
cotidiana -ue reinaba en su $amilia. ara limitar el su$rimiento,
se había re$ugiado en una busca constante de humorismo, de
poesía " de belleza -ue Ie había permitido circunscribir la
desgracia. &no una
-ue percibía puede imaginarse triste
in$ormación -ue, siendo ni'o, cadapara
se entrenaba vez
combatirla mediante el humorismo " la poesía, lo cual había
estimulado las neuronas. Este circuito neurológico, abierto por
un mecanismo psicológico de de$ensa contra la angustia,
había trazado en su cerebro una memoria -ue $acilitaba las
respuestas eu$óricas a cada situación desgraciada. Los
miembros de la $amilia del joven suicida, al lanzarse en tropel
hacia el estudiante trastornado, estimularon ese surco -ue Ie
causaba una eu$oria paradójica.

La existencia del oxímoron neuronal con$irma -ue las


determinaciones gen*ticas pueden modi$icarse en virtud de
las interacciones tempranas. or e$ecto de las presiones del
medio, un beb* geneticamente sano ad-uiere una tendencia a
encausar las in$ormaciones con pre$erencia hacia una zona
cerebral -ue provoca una sensación de su$rimiento o hacia la
zona vecina -ue responde d7ndole una sensación de eu$oria.
La orientación se $acilita por-ue esos dos sentimientos,
aparentemente opuestos, se transmiten por vías neuronales
mu" cercanas. ^ona cingular, encargada de desencadenar las
sensaciones.

La historia da sentido a la empatía.


El hecho de -ue en un organismo se ha"an trazado mu"
tempranamente ciertas respuestas pre$eridas de tristeza o de
alegría no exclu"e las signi$icaciones psicológicas. Los
acontecimientos se cargan de un sentido -ue procede de
nuestra historia. (uando la mujer de mis sue'os son de
manera a$ectada s* -ue est7 en$adada " -ue no -uiere -ue se
Ie note.

Los dem7s, -ue est7n con nosotros, no tienen la $amiliaridad


-ue me permite saber -ue ella solo son de ese modo cuando
no est7 bien. Los dem7s creen -ue est7 $eliz, en tanto -ue "o
s* -ue esta triste " su malestar me crispan por-ue no puedo
sentirme $eliz si ella se siente desdichada. 0i en ese momento
"o pudiera observar su cerebro, observar cuando ella se
prepara para sonreír de ese modo, probablemente vería como
se iluminan sus dos polos temporales para desencadenar la
contracción de los msculos de la comisura de los labios, pero
al mismo tiempo descubriría la conexión instant7nea con la
banda in$erior de los lóbulos $rontales -ue encausan la
estimulación hacia la zona cingular anterior -ue libera una
sensación de malestar. 6o, -ue la conozco de memoria, no
tengo necesidad de ver la imagen tomada por el esc7ner para
saber -ue esta irritada. &na minscula se'al del
comportamiento percibida en sus labios me basta para
ponerme mal por-ue s* -ue ella no se siente a gusto.

0upongamos ahora -ue, a causa de mi propia historia, en mi


in$ancia ad-uirí un temor hacia las mujeres/ solo me siento
$uerte si ella es d*bil. 0u $ragilidad me da seguridad " me
provoca una reacción de cortesía -ue todos admiran. (uando
ella se siente mal, "o me siento tierno " deseoso de
con$ortarla por-ue "a no siento miedo de ella. 2uncionamos
juntos pre verbalmente ", sin embargo, es nuestra historia la
-ue, al atribuir a un hecho signi$icaciones di$erentes, armoniza
nuestros cerebros " nuestros sentimientos en un contrapunto
emp7tico. En la ma"or parte de las parejas, la $elicidad de uno
pone eu$órico al otro. ero no es raro -ue a causa de su
historia, un hombre se sienta m7s seguro con una mujer d*bil
-ue no lo intimida o -ue una mujer aterrada por los hombres
demasiado seguros de sí mismos experimente ternura por un
príncipe encantado vulnerable.
robablemente la empatía pre verbal constitu"a el punto de
partida de una manera de relacionarse. ara de$ender esta
idea, basta con organizar experimentalmente una especie de
juego de 5onopolio/ un jugador tiene la consigna de hacer
trampas ostensiblemente a $in de crispar a sus contrincantes
", cuando gana, provocar en ellos un sentimiento de injusticia.

Despu*s de la partida, se Ie solicita a otro jugador -ue se


someta a una resonancia magn*tica. Luego se hace sentar al
tramposo " a un jugador honesto a cada lado de la persona
cu"o $uncionamiento cerebral est7 siendo examinado.

(uando el experimentador envía una suave descarga el*ctrica


en el dorso de la mano del participante honesto, la zona
cingular anterior de la persona observada ad-uiere el color
rojo de las combustiones intensas, lo cual prueba -ue toma
parte emp7ticamente del dolor del otro. ero cuando se Ie
in$lige la misma descarga a la mano del embustero, el cerebro
de la persona observada conserva el color azul, es decir, el
color -ue indica reposo cerebral, lo cual revela -ue
permanece indi$erente ante el su$rimiento del -ue juega sucio.
En los hombres, esta detención de la empatía por un
compa'ero -ue no juega como es debido es m7s $recuente
-ue en las mujeres.

La proximidad a$ectiva -ue aumenta la empatía se impregna


en la memoria al ritmo de los encuentros cotidianos en los -ue
se va tejiendo el apego. 4asta podemos pensar -ue cada
cultura produce relatos placebos o nocebos en los cuales se
sumergen los individuos. )si es como las personas
experimentan sentimientos de eu$oria o de abatimiento
inducidos mas por lo -ue les han contado -ue por lo -ue es
real.
nocivoLas ideologías
de los extremas
relatos para utilizan
manipular el e$ecto
nuestros placebo Lo
sentimientos. o
angelical se opone a lo diabólico, los ma'anas venturosos
engendran una emoción maravillosa -ue contrasta con los
discursos sombríos de los apasionados del pasado. #La $orma
mítica est7 por encima del contenido del relato%, la manera de
decir modela la manera en -ue el prójimo experimenta el
mundo -ue se Ie presenta. 6 si por ventura creemos en un
mismo relato, este inoculara en cada uno de nosotros una
sensación de pertenecer a una misma $amilia, nos har7 sentir
a todos como #hermanos%, har7 -ue nos comprendamos "
nos amemos unos a otros. #La irritación N...O -ue pone el
acento en los aspectos gregarios de la humanidad% nos
permite existir juntos " compartir un mismo mundo de palabras
" de emociones.

La verbalización no es un mundo paralelo. Entre lo real " su


representación, el cerebro es el nexo -ue explica como la
empatía nos da la posibilidad de vivir juntos en las buenas "
en las malas.

5atrimonio de la 4istoria " el cerebro de La 4istoria @ejez


)nimal

(uando vi la luz por primera vez, un poco antes de -ue se


desatara la 0egunda 8uerra 5undial, el mundo estaba
poblado de viejos, de #personas ma"ores% como se decía.
)hora bien, estos ltimos a'os he comprobado -ue est7
poblado de jóvenes -ue me toman por su abuelo9 Es evidente,
es algo -ue cual-uiera puede veri$icar. o entiendo cómo se
atreven a decir -ue la población envejece.

+engo dos o tres sue'os realizados " algunos otros


$rustrados... conservo la esperanza " trabajo en mis pro"ectos.

)lrededor de mí, la gente tiene cada vez m7s a'os, pero


envejece cada vez m7s tarde. 5e pregunto cómo se las han
arreglado para lidiar con el inevitable envejecimiento biológico
-ue comienza desde la juventud " el ineludible relato -ue dice
-ui*nes son ancianos. La decadencia, el crepsculo de los
ancianos de -ue tanto se habla en ;ccidente, no tiene ningn
sentido en ;riente, donde la representación de un tiempo
cíclico prepara para el renacimiento " no para el nau$ragio.

0eriamos nosotros capaces de considerar el envejecimiento


como un proceso precoz -ue no tiene nada de atológico.

La noción de plasticidad cerebral nos ense'a -ue la persona


de edad optimiza lo -ue "a ha aprendido " compensa la
capacidad -ue ha disminuido seleccionando las actividades en
las cualesdistinguir
debemos an tieneelun buen desempe'o
envejecimiento sanoDede modo tal -ue
las patologías
asociadas, biológicas, psicológicas " culturales.

Los modelos animales nos a"udan a re$lexionar, pero no


podemos extrapolar los datos obtenidos a los seres humanos.
5ientras -ue, entre los ratones, la vacuna contra el )lzheimer
es totalmente protectora, en los seres humanos provoca
ence$alopatías $atales. El microcebo es un diminuto l*mur de
5adagascar -ue mide doce centímetros, pesa ochenta
gramos " solo vive entre tres " cuatro a'os. En cautiverio,
puede llegar hasta los doce a'os " nos o$rece asi un modelo
para estudiar los trastornos cerebrales -ue aparecen con la
edad.
)lgunos animales mu" maduros presentan lesiones
neurológicas comparables a las de una persona -ue su$re el
mal de )lzheimer, como las proteínas tau -ue se aglutinan en
$ilamentos con $orma de h*lice. +ambi*n se registran, en las
paredes de los vasos sanguíneos cerebrales, depósitos
amiloides -ue terminan por constituir placas. El cautiverio, al
multiplicar por cuatro la esperanza de vida de esos pe-ue'os
monos, hace aparecer una disolución de las neuronas en la
base del cerebro anterior. Las neuroimagenes revelan una
atro$ia de la materia cerebral. La alteración del circuito límbico
se identi$ica gracias a la disminución del ol$ato -ue
desemboca en esta zona. La perseverancia de los errores es
habitual, pues la memoria del animal esta hasta tal punto
alterada -ue "a no Ie permite corregir sus comportamientos
mal adaptados.

Los perros nos o$recen otro modelo -ue, sin -ue ello impli-ue
extrapolarlo a la especie humano, nos plantea algunas
preguntas. o todos los perros de una misma camada se
desarrollan de la misma manera " cada uno reacciona de
di$erente modo a los accidentes inevitables de su vida de
perro.

)l envejecer, pierden gran cantidad de habilidades $ísicas "


sus actividades de relación se reducen. El F por ciento de los
perros domesticados llegan a superar los -uince a'os, una
edad -ue nunca habrían alcanzado sin los seres humanos.

El envejecimiento normal se caracteriza, como en todos los


seres vivos, por una disminución de la velocidad motora " un
desinter*s gradual. La reducción de sus respuestas no debe
atribuirse a la sordera puesto -ue, si bien permanecen
indi$erentes al sonido del timbre -ue anuncia una visita, se
alzan de un salto cuando o"en el ruido del papel de una
golosina.

Buscan menos el contacto con los extra'os " se vuelven


temerosos, lo cual a menudo provoca un apego excesivo -ue
los due'os reciben con $elicidad/ #0e ha vuelto tan cari'oso.%.

Los trastornos mentales son cada vez m7s $recuentes/


accesos de con$usión, desorientación en el espacio " el
tiempo -ue el amo interpreta como una escapada, agresividad
sorprendente, inercia, repliegue en sí mismo, di$icultades para
masticar, problemas de desinter*s... como en los simios ven
los seres humanos. El esc7ner revela una $undición cerebral
con dilatación de los ventrículos. ero el an7lisis de las c*lulas
de la corteza muestra lesiones bio-uímicas di$erentes de las
dolencias de )lzheimer humanos.
En conjunto, los perros de edad avanzada libres de estas
a$ecciones degenerativas con $recuencia son de talla
pe-ue'a, han su$rido menos traumas en su existencia "
menos rupturas a$ectivas por cambio de adopción. (omo
sucede habitualmente, lo -ue es característico de una
población no lo es de todos los individuos de ese grupo.

(iertos perros grandes, multitraumatizados " -ue vivieron en


varios hogares adoptivos di$erentes envejecen mu" bien " asi
con$irman -ue ha" otros $actores biologicos o a$ectivos -ue
ejercieron una in$luencia protectora contra esta a$ección
degenerativa.

El desgaste de los cuerpos.

El mundo mental de los perros esta compuesto por


representaciones sensoriales, mientras -ue el de los seres
humanos esta principalmente cargado de representaciones
verbales -ue explican el destino variable de las personas
traumatizadas.

&n trauma puede marcar la vida de un perro o sencillamente


borrarse, segn la convergencia de $actores de protección
biologicos " del medio. &n hombre, en cambio, al superar sus
heridas " despertar con ello la admiración de -uienes lo
rodean puede experimentar el placer de la victoria " modi$icar
la idea -ue tenia de lo -ue Ie aconteció. @emos entonces
personas gravemente heridas en el momento de la desgracia
-ue, con el transcurrir de los a'os, consiguen elaborar una
experiencia constructiva de ese su$rimiento pasado, es decir,
hacen un trabajo de resiliencia. Los ex combatientes de la
0egunda 8uerra 5undial -ue pudieron utilizar sus
padecimientos para realizar un trabajo de re$lexión " de
compromiso social su$rieron menos síndromes postraum7ticos
" terminaron por organizar una vejez $eliz. En la vida real, sus
su$rimientos $ueron enormes
real, con la perspectiva pero,
-ue da en la representación
el tiempo " la busca dede
unlo
sentido -ue pueda ser compartido, la in$elicidad -ue sentían
evoluciono hacia un estado de $elicidad, a pesar de todo.
uesto -ue el paso de los a'os modi$ica las representaciones,
podríamos proponer una $iloso$ía del tiempo en las personas
a'osas, asociando la biología de la memoria con las
representaciones antropológicas.

Las le"es $ísicas se debilitan puesto -ue lo real se desgasta,


la vida biológica se debate contra la muerte ", curiosamente,
la vida psí-uica es la -ue se mantiene m7s tiempo " se opone
a la desaparición gracias a las representaciones transmitidas
a trav*s de los siglos o los milenios. (uando un individuo
muere $ísicamente, la idea -ue conservamos de *l persiste
durante mucho tiempo en nuestro interior. (uando morir es
una parte m7s de la vida, el apego -ue sentimos por los -ue
"a partieron inicia otras $ormas de vida íntimas " colectivas.
El medio m7s seguro de vivir mucho tiempo es elegir padres
-ue ha"an vivido mucho tiempo. 0i uno $uera olivo, podría
contar con una existencia de muchos miles de conocimientos.
0i $uera tortuga o loro, debería contentarse con apenas
algunos siglos. ero si somos ballena, cuervo o ser humano,
solo podremos esperar estar como mucho un siglo en este
mundo. Estamos mejor -ue los ratones o los monos ardilla,
-ue no superan los tres a'os, o -ue las moscas, -ue solo
veían tres días. La muerte est7 determinada geneticamente, lo
cual no -uiere decir -ue sea un destino inexorable pues la
biología no siempre cumple sus promesas. (uando la
tecnología " los derechos del hombre modi$ican la ecología "
la manera de vivir, la muerte no llega a la cita el día previsto.

4asta el siglo =I=, las mujeres morían mu" jóvenes " un ni'o
de cada dos decenas en el primer a'o, como lo atestigua el
caculo de la edad de los es-ueletos sepultados. 0olo los
aristócratas " algunos grandes burgueses, vale decir el dos
por ciento de la población, superaban los ochenta a'os -ue
normalmente alcanzamos ho".

En el siglo ==I, los pobres morir7n m7s tempranamente -ue


los ricos, los buenos alumnos se trans$ormaran en buenos
ancianitos " el F por ciento de las ni'as nacidas en el a'o
GFFF llegaran a ser centenarias. La caída de las hojas en
oto'o o la autodestrucción de las c*lulas desgastadas, a
pesar de su determinante gen*tico, varían segn el medio
ecológico " social. ) veces la apoptosis se desorganiza " las
c*lulas ejecutan en veinte a'os la cantidad de divisiones
celulares previstas para cien, como ocurre en los casos de
síndrome de Zerner en los -ue los ni'os se convierten en
viejitos a los preserva
organismos diez a'os.
el ero,
capitalenbiológico
general,eslo la-ue desgasta los
modi$icación de
la ecología " la manera de vivir cotidianamente.

La muerte tiene pues un valor creativo "a -ue la periodicidad


-ue elimina individuos, grupos " especies enteras o$rece una
oportunidad a otras maneras de vivir. 0in la muerte, el mundo
vivo seria viejo " desgastado. 8racias a la muerte celular, una
parte del cuerpo de los viejos jovenM gracias al desgaste,
ciertos elementos del cuerpo social dan lugar a la juventud " la
desaparición de las especies permite el $lorecimiento de otros
seres vivos.

(uando el encuentro sexual inventa individuos geneticamente


nuevos, las le"es sociales son uno de los principales $actores
-ue $aciliten u obstaculicen su desarrollo.
En dos generaciones, gracias a la tecnología, la esperanza de
vida de los hombres ha aumentado sensiblemente " la de las
mujeres ha experimentado una verdadera explosión.

ero la manera de vivir antes de los sesenta " cinco a'os


contribu"e a determinar esa nueva esperanza pues los
obreros gozan poco de su retiro mientras -ue los docentes se
bene$ician m7s. La mundialización del envejecimiento de la
población explica, en ;ccidente, el desplazamiento del poder
político " económico hacia los ancianos. +al vez hasta las
modi$icaciones culturales recientes -ue se caracterizan por la
explosión de la memoria histórica, los relatos de las guerras
del siglo xx " las condiciones de existencia de las
generaciones pasadas sean una manera de dar sentido a la
vida psí-uica de las personas de edad avanzada.

La larga memoria de las personas de edad.

La neurología permite imaginar lo -ue sería la condición


humana de un hombre desprovisto de sentido. Las tres mil
lobotomías realizadas anualmente en 2rancia como
consecuencia de accidentes de automóvil o de motocicleta o
las cien mil atro$ias $rontotemporales -ue con $recuencia se
con$unden con el mal de )lzheimer demuestran $7cilmente
como la incapacidad neurológica de anticipar modi$ica los
comportamientos emp7ticos. &n lobotomizado orina delante
de todos por-ue responde a la estimulación inmediata de su
vejiga sin -ue Ie moleste la morti$icación -ue su acto va a
provocar m7s tarde en el mundo mental de los dem7s. Los
comportamientos de conversación de -uienes su$ren
demencia $rontotemporal provocan malestar en sus
interlocutores pues estos pacientes sostienen la mirada de
manera
inmediato,indecente respondiendo
sin preocuparse solamente
por el e$ecto a su inter*s
-ue producen, como
lo hacen los beb*s -ue an no tienen acceso a la empatía.

Los a$7sicos, por su parte, pueden plani$icar una conducta, ir a


buscar una herramienta para trabajar en el jardín, preocuparse
por la reacción del otro, pero "a no pueden decirlo. Lo -ue
detiene la empatía es sin duda la incapacidad de
representarse el tiempo " no la $alta de la palabra.

&no constru"e la idea -ue se hace de sí mismo, uno da $orma


a su pasado con recuerdos precisos o recompuestos, a veces
con $alsos recuerdos -ue nos permiten gobernar nuestro
$uturo pues conocemos nuestros h7bitos pasados. 0olo
podemos hacer semejante trabajo si nuestro lóbulo pre $rontal
de la anticipación permanece conectado con el circuito límbico
de la memoria " si el medio nos rodea de algunas $iguras
destacadas " de acontecimientos sociales -ue jalonen nuestra
memoria intima.

La memoria de trabajo, la -ue trans$orma los acontecimientos


recientes en recuerdos, disminu"e a partir de los sesenta
a'os. 0e hace di$ícil repetir una serie de diez ci$ras o de
nombres elegidos al azar. La memoria de los relatos, en
cambio, mejora con la edad. 6 la gente en general hasta tiene
tendencia a creer -ue esas historias son edi$icantes "
constitu"en pruebas de sabiduría, cuando sencillamente se
trata del resultado de una estrategia de existencia mil veces
revisada, mil veces repetida -ue proporciona a la persona de
edad una certeza reiterada. or otro lado, los ancianos -ue
aun -uieren hacer realidad un sue'o terminar un pro"ecto
viven en la anticipación.

Desean pintar, descubrir, comprender " comprometerse en


acciones humanas. 0us relatos permanecen abiertos hacia el
porvenir, despiertan todavía una esperanza " crean un
sentimiento de $amiliaridad tran-uilizadora.

Las narraciones de las personas de edad avanzada alternan


los consejos del -ue da lecciones con las ideas del creativo en
busca de nuevos acontecimientos. En los dos casos, los
relatos opuestos preservan su identidad. 4asta en los casos
de restricción temporal de las demencias en las -ue el
en$ermo "a no puede anticipar lo -ue podría suceder ni buscar
Entre sus recuerdos, algunos $ragmentos resurgentes
mantienen la estructura de un "o es-uel*tico/ #(orta las
$rases bruscamente en medio de una charla como detiene sus
movimientos cuando va a buscar algo " se olvida de lo -ue iba
a buscar%, me decía la se'ora D. #0e siente mejor cuando
resurge
con todaalgn recuerdo.
mi $amilia 6 a menudo me
" mi comandante repite/
dijo/Llegue a Bizerte
Y6o no lo mande
llamarY. 6 sonde, " entonces me do" cuenta de -ue "a est7
calmado.%

+ambi*n suele ocurrir -ue uno cuente algo " olvide la $uente,
o -ue no sepa por -u* relata con tanta $recuencia una película
rom7ntica -ue todavía lo conmueve. 0encillamente por-ue
olvidó -ue $ue a verla con su primer amor cuando tenía -uince
a'os. &na percepción trivial desencadena una evocación
personal. &na antigua canción, un par de pantu$las gastadas,
un cuadro descolorido, provocan una reminiscencia visual.

(omo el sabor de la magdalena de roust, una imagen puede


evocar una situación pasada.

5omentos privilegiados de nuestras reminiscencias pero en


las personas de edad siempre ha" un #ico de
reminiscencias% &n momento de su biogra$ía evocado m7s
$7cilmente/ los acontecimientos vividos entre los diez " los
treinta a'os constitu"en la columna vertebral de nuestra
identidad. (uarenta o cincuenta a'os despu*s, vinculamos
pre$erentemente los objetos " los acontecimientos -ue
percibimos con este periodo sensible de nuestra juventud en
el -ue lo a$ectivo " lo social se disponían a dar sentido a toda
la aventura de nuestra existencia.
Los ejercicios $ísicos, los placeres intelectuales " las
relaciones a$ectivas tienen un e$ecto protector para nuestras
neuronas, lo cual explica por -u* durante mucho tiempo se
dijo -ue los ni'os genios se trans$ormaban en buenos
ancianos. En realidad, lo -ue protege sus neuronas no es la
eminencia de su coe$iciente intelectual, sino la consecuente
manera de vivir. La socialización -ue o$rece ho" la escuela les
ha dado responsabilidades, los ha entrenado para leer,
re$lexionar, viajar " descubrir numerosas actividades -ue
estimulan sin cesar el cerebro. Este estilo de existencia los ha
protegido del envejecimiento mórbido. Los pe-ue'os buenos
alumnos -ue nuestra sociedad mima ho", cuando sean viejos,
tendr7n menos atro$ia cerebral -ue la población general.

) la inversa, las rupturas a$ectivas precoces, al orientar al ni'o


hacia una existencia di$ícil, inducen #un trabajo de duelo no
elaborado -ue provocara la producción de amiloides " la
perdida celular en zonas como el hipocampo, prepar7ndolas,
el terreno para la demencia%. En este tipo de razonamiento
-ue asocia la clínica m*dica con la psicología de lo cotidiano "
la biología $undamental, se postula -ue lo -ue nos orienta
hacia la demencia o lo -ue nos aleja de ella es una cascada
de causas a la vez destructoras " protectoras. Lo -ue mejor
protege nuestras
los ejercicios $unciones
$ísicos, los cognitivas
es$uerzos esintelectuales,
la higiene delavida/
red
a$ectiva $amiliar " de amigos, las pe-ue'as presiones -ue nos
mantienen despiertos " las vacaciones -ue nos aletargan
crean una alternancia -ue -uiebra la rutina " proporciona una
sensación de vivir. Los deportes moderados, el matrimonio, la
amistad " los desacuerdos intelectuales son nuestros mejores
medicamentos. La herencia " los traumas tienen un e$ecto
d*bil en los envejecimientos mórbidos. 5ientras -ue el
taba-uismo, el sedentarismo, el sobrepeso o el peso
insu$iciente ", sobre todo, el aislamiento a$ectivo e intelectual,
constitu"en los principales riesgos de una vejez di$ícil.

El apego -ue organiza nuestra manera de amar " de socializar


esta en el centro de la vejez, asi como $ue el eje de los
primeros a'os de vida. La impronta a$ectiva inscribió en
nuestra memoria el sabor -ue cada uno le da al mundo.
(uando nuestro envoltorio a$ectivo nos ha dado seguridad a lo
largo de las interacciones tempranas, el sabor del mundo es
suave, agradable " per$umado. ero cuando hemos
experimentado un su$rimiento intimo o de alguien cercano, la
vida con $recuencia ad-uiere un sabor amargo. Esta tendencia
no es una $atalidad pues las improntas son aprendizajes
cognitivos -ue evolucionan como todas las memorias
borr7ndose o re$orz7ndose. )hora bien, ha" momentos de la
existencia en los -ue el apego es particularmente maleable.

Durante los primeros a'os, las impregnaciones son


$ulgurantes, todas las neuronas envían prolongaciones
sin7pticas en todos los sentidos a toda velocidad. (ada
encuentro posee un poder modelador.

Luego el organismo se calma ", cuando el medio es estable,


el ni'o establece sus relaciones aplicando el estilo a$ectivo
-ue aprendió de manera no consciente. La adolescencia
constitu"e un nuevo periodo sensible, "a -ue el $lujo hormonal
" los primeros amores avivan las neuronas " motivan nuevos
aprendizajes. La testosterona hace explosión en el varón " se
multiplica por dieciocho en unas pocas semanas, mientras -ue
en la ni'a el estrógeno aumenta lentamente en uno o dos
a'os.

Los traumas, las pruebas " los trastornos inevitables de la vida


in$lu"en en las improntas ejerciendo e$ectos -ue varían segn
el sexo, la edad, la receptividad biológica " la signi$icación de
los acontecimientos. En cada transacción, el gusto del mundo
cambia " modi$ica nuestra manera de relacionarnos con *l.

La tercera edad constitu"e un ltimo periodo sensible. El


envejecimiento
experimentar una de transacción
las neuronas obliga al suanciano
contradictoria/ a
identidad
narrativa, mil veces revisada, Ie da certidumbres históricas en
el momento en -ue, alrededor, el mundo cambia. 0e siente
m7s estable -ue nunca ", sin embargo, percibe lo -ue lo
rodea como una extrema novedad. Las interacciones tardías
deben negociar con estos datos de su realidad. El ni'o
experimenta el mundo como una evidencia encantada, en
tanto -ue para el anciano es algo -ue no reconoce
plenamente, a una edad en la -ue las aventuras exploratorias
"a no lo tientan.

uevas maneras de amar.

La constelación a$ectiva tambi*n cambia con el tiempo. Los


padres de las personas de edad han muerto, el compa'ero de
toda la vida "a no es compa'ero sexual, los viejos amigos se
extinguen, las nuevas relaciones se hacen di$íciles " los hijos,
llevados por su propia existencia, permanecen apegados a
sus ancianos padres, pero desde lejos. El mundo a$ectivo -ue
rodea a las personas de edad se empobrece pero, como el
relato de sí mismas est7 grabado en su memoria, las antiguas
$iguras de apego interiorizadas, recordadas a trav*s de
objetos " símbolos, evocan sin cesar en su $uero íntimo al
amado ausente. ueden mantener un vínculo a$ectivo intenso
con una $igura ausente record7ndola sencillamente por medio
de una $otogra$ía, una carta algn pe-ue'o objeto.
El poder simbólico es tan poderoso -ue puede trans$igurar
una nadería. (uando uno est7 solo en la vida, abandonado
por todos en un mundo irreconocible, puede acercarse a
Dios, dirigirse a un lugar de oración con la esperanza de
encontrarlo alIí, percibir los objetos o los símbolos -ue evocan
su presencia " participar de los ritos de interacción con El. La
plegaria, las posturas, los ritos, los sagrarios, los cantos o el
incienso materializan la interacción divina. Estos objetos
simbólicos $ueron colocados con el propósito de evocar a
)-uel -ue no podemos percibir " -ue, sin embargo, hace
nacer en nosotros un sentimiento de protección " de
seguridad, como lo hacía nuestra madre sesenta a'os antes.
El ser humano de edad avanzada responde a una
representación con$ortadora intenianlizada, impregnada en su
memoria.
Esto explica por -u* los ancianos -ue vuelven a acercarse a
Dios son en general a-uellos -ue de ni'os lo habían
$recuentado. 4asta -uienes nunca conocieron a Dios " lo
encuentran siendo "a personas de edad, experimentan la
eu$oria de los reencuentros. La psi-ue tiene horror del vacío,
por lo tanto, cuando una persona anciana trata de
representarse el m7s all7, siente una especie de v*rtigo en el
borde del abismo ", desde el momento en -ue sima a Dios en
ese lugar, se
El retorno tran-uiliza.
a Dios simboliza los reencuentros -ue permitían
superar la angustia de la separación. Lo -ue se consigue
dominar no es el miedo a la muerte, sino la pena por la
perdida de un hombre aun vivo. El contacto recon$ortante con
Dios "a no es $ísico como lo era el contacto con la madreM es
simbólico puesto -ue necesita la presencia de objetos de
culto, lugares de oración " de ritos interactivos -ue evo-uen al
+odopoderoso represent7ndolo. )ntes de la palabra, el beb*
se sentía recon$ortado por una percepción, un ruido $amiliar,
un olor, una caricia, pero, desde -ue comenzó a hablar, el
ni'o habitó un mundo de representaciones " ad-uirió la
capacidad de sentirse seguro sencillamente evocando la
$igura de apego ausente/ #5ama matara a los malos ... %.
Desde entonces, el menor indicio evocaba al ausente "
calmaba las penas del pe-ue'o. )hora bien, el mundo
sensorial -ue rodea a la persona de edad se empobrece
mientras -ue su mundo íntimo de representaciones se
enri-uece. 6a no es necesario -ue la $igura de apego este
presente puesto -ue ha sido intenianlizada/ cual-uier
pe-ue'ez la evoca " provoca un alivio. La gente anciana
nunca retorna a la in$ancia. Dios, en cuanto base de seguridad
intenianlizada, se trans$orma en un compa'ero de la
existencia cotidiana.
o en el mas all7, no despu*s de la muerte, sino -ue
comparte la vida de todos los días, da seguridad, dinamiza, da
sentido " organiza el estilo de relacionarse con los dem7s.
&no se apega a l, como se apega uno a la vida, de manera
con$iada " jovial, a veces rígida, ambivalente " hasta
temerosa.
4a" -uienes sostienen -ue nuestras maneras de amar
cambian en el curso del ciclo vital, pues se ha comprobado
una importante disminución del apego seguro -ue pasa del
HH por ciento en la población general a un KK por ciento en
personas de sesenta " ocho a'os. El estilo preocupado,
in-uieto " la chochez solo se registran en el K por ciento de
esta población, mientras -ue el apego temeroso -ue se
caracteriza por-ue los ancianos se sienten sometidos e
intimidados por -uienes les dan seguridad se eleva al G por
ciento. La modi$icación m7s notable se relaciona con el apego
distante, -ue asciende a un G por ciento cuando en la
población general es de solo el .
;tros investigadores han obtenido promedios de los estudios
comparativos entre $ranjas de edad de veinte a ochenta a'os
" comprobaron una evolución bastante moderada. Los
seguros continan dominando el  por ciento a los ochenta
a'os cuando a los veinte son el HH por ciento!, mientras -ue
los -ue evitan el apego aumentan netamente son un UF por
ciento entre los de ochenta a'os " solo un H por ciento entre
los de veinte!.

+odos coinciden en -ue los apegos ansiosos, ambivalentes,


desorganizados o con$usos pr7cticamente han desaparecido.
El apego de la persona de cierta edad se caracteriza por la
disminución de los seguros 3-ue siguen siendo ma"oría pero
mu" ajustada " por el aumento de los distantes.
robablemente los ancianos sean menos ansiosos por-ue
tienden menos a explorar " a proponerse pro"ectos extremos,
tendiendo incluso a limitarse a las actividades en las -ue
destacan " a los lugares -ue conocen, con lo cual re$uerzan
su base de seguridad intima. A0era eso lo -ue llamamos
#sabiduría!!< Las personas de edad "a no tienen la posibilidad
biológica de recibir nuevas improntas puesto -ue las sinapsis
son m7s lentas, pero pueden organizar la existencia de la
manera -ue m7s se ajuste a su nueva condición,
reencontrarse con amigos de la in$ancia impregnados en su
memoria, retomar con ellos la conversación interrumpida
sesenta a'os antes " dejarse distraer por amigos ocasionales
a los cuales se apegan poco.

Dios " el apego

La evolucion del apego depende en gran medida de las


culturas.
)lgunas brindan seguridad a las personas de edad madura,
mientras -ue otras los llevan a aumentar sus apegos distantes
a $uerza de herirlas. La indi$erencia llega a ser un $actor de
protección cuando uno ha su$rido una cascada de traumas,
cuando ha sido excluido por la cultura, cuando la $amilia se
desintegra o cuando disminu"e la a"uda social.
En Estados &nidos, la población a$ronorteamericana
evoluciona con m7s $recuencia QK por ciento en comparación
con el UF por ciento de los blancos! hacia el apego distante,
una especie de indi$erencia a$ectiva. )hora bien, -uienes se
apartan de los hombres por-ue est7n desgastados por la
miseria, heridos por el repudio " humillados por los prejuicios,
se alejan tambi*n de Dios. (uando los ancianos viven
rodeados por una constelación a$ectiva, conservan la $uerza
interior " el placer de creer alegremente en *l. En su conjunto,
los representantes de la tercera edad son m7s religiosos -ue
los jóvenes, el F por ciento de ellos enri-uecen su $e,
mientras -ue el Q por ciento la pierde. Los extraviados de Dios
se reclutan principalmente entre los melancólicos, los
abandonados " los grandes heridos de la vida. ara creer en
Dios, hace $alta $uerza " para sentirse $uerte, es necesario
estar rodeado " contenido. Independientemente de -ue el
punto de partida sea una carencia en los neuromediadores
3como en el caso de la melancolía o de -u e el d*$ icit
neurobiológico se deba a un aislamiento a$ectivo o a un
abandono social,
tiene la $uerza la persona
necesaria para herida en el
apegarse alma a veces no
a Dios.

La edad, el sexo, la cultura " el estilo de apego se conjugan


para imprimir en el cre"ente su manera de amar a Dios. Las
mujeres lo aman m7s -ue los hombres " el color de la piel es
un $actor menos determinante -ue la cultura -ue alienta o
desalienta la $e. La persecución es un buen medio de re$orzar
la creencia "a -ue obliga a los oprimidos a solidarizarse " a
replegarse en sus representaciones compartidas de un Dios
tran-uilizador " protector. &no se apega mejor a a-uel -ue
a$ronta al mismo enemigo.
La muchacha tenía diecis*is a'os " $lotaba en una vida
taciturna " sin sentido. &na tarde, mientras se moría de
aburrimiento " se convencia de -ue estaba estudiando para
un examen, se dejó caer en la cama con el mero propósito de
permanecer alIí, $l7cida " vacía. 0intió vagamente una
impresión curiosa, una mezcla de angustia " de eu$oria, como
cuando, transportado por la velocidad, uno experimenta al
mismo tiempo miedo " gozo. De pronto, como en un v*rtigo,
Dios entró en el la'o es raro -ue las personas adultas
encuentren a Dios despu*s de un periodo doloroso. EI
car7cter sbito del paso de la angustia al *xtasis les da una
sensación de iluminación interior -ue llama #revelación%. El
consuelo divino sobreviene a menudo despu*s de un intenso
dolor $ísico. 6, si en las personas de edad avanzada el *xtasis
es m7s moderado, ello se debe a -ue, biológicamente, sus
emociones no pueden ser violentas " los apegos -ue
construven son m7s bien livianos o es-uivos.
El apego a Dios permite re$lexionar sobre el sentimiento
religioso en cuanto experiencia emocional. o se trata de
aportar pruebas de su existencia ni de con$irmar un dogma.
0e trata sencillamente de comprender el e$ecto a$ectivo de
Dios como un #$ervor personal, una iluminación intima?,
mucho m7s -ue como una re$lexión sobre la religión. 6 si
globalmente los cre"entes se sienten mejor -ue los no
cre"entes, ello se debe a -ue a-uellos mantienen en su $uero
m7s íntimo una base de seguridad.

El hecho de encontrarse regularmente con otras personas -ue


comparten las misma creencias, con #hermanos% -ue vienen
a adorar al mismo #padre%, en los mismos lugares, con los
mismos ritos, estructura el envoltorio a$ectivo -ue sostiene a
las personas de edad avanzada.

+odas las religiones hablan de nuestras orígenes " de la


muerte, de la historia anterior a nuestro nacimiento " de lo -ue
vendr7 despu*s de nuestra desaparición, con lo cual crean
una representación dilatada del tiempo -ue corresponde a la
de los ancianos " -ue es la -ue da sentido a sus vidas. ero
ese apego a$ectivo
envoltorio a Dios nonecesario
solo tienecomo
e$ectossost*n
ben*$icos. EI
puede
trans$ormarse en dictadura del pueblo cre"ente. :uien no crea
como conviene -ue crea ser7 tratado de in$ielM -uien no se
someta al dogma, ser7 considerado blas$emo. 6 esa persona
provoca un esc7ndalo -ue merece la muerte por un
comportamiento injurioso -ue ma'ana ser7 olvidado.
0i la angustia " el *xtasis con $recuencia se asocian,
probablemente se deba a -ue las zonas del cerebro alertadas
son vecinas en la zona cingular " a -ue una estimulación
a$ectiva intensa se di$unde en la $ranja cercana " la enciende
a su vez.
)hora bien, los grandes místicos son grandes torturados -ue
por oleadas $luctan hacia el *xtasis divino .0e aíslan como lo
hace cual-uiera cuando su$re " se adhieren al menor rito
como a un $etiche talism7n. 0on rígidos pues tienen un gran
temor a despertar el su$rimiento " consideran la menor
indolencia como una transgresión escandalosa. 0e sienten tan
aterrorizados por a-uellos -ue saben amar calmamente -ue
tratan de ani-uilarlos hablando del amor de Dios al cual se
apegan desesperadamente.

Dios " el amor sublime

Los visionarios, los comatosos " los sumamente ansiosos


cuentan a menudo haber vivido un *xtasis sublime, una
sensación de abandonar el cuerpo, de levitar, de dilatarse en
el cosmos. (uando descienden nuevamente a la tierra, una
vez calmado el doble sentimiento de su$rimiento " *xtasis,
toman esta experiencia como una prueba de su elección, una
revelación -ue les permitió unirse a Dios. &n no cre"ente
tambi*n puede encontrar a Dios cuando, al oponerse con
todas sus $uerzas al su$rimiento, experimenta sbitamente la
sensación de una expansión de su alma en el universo, el
#sentimiento oce7nico% de -ue hablaban 2reud " >omain
>olland.
En este en$o-ue a$ectivo de la creencia, no se intenta oponer
la ciencia -ue diría la verdad a un Dios -ue solo sería una
ilusión recon$ortante. La ciencia aporta verdades tan breves
-ue en realidad solo sirven para plantear nuevas preguntas "
el apego a Dios analiza simplemente la manera en -ue somos
capaces de amar. uede tratarse de una estatua, de una
imagen, de un objeto, de un texto o de un signo -ue
representen lo no representable. La $orma percibida -ue
evoca a Dios produce, como toda base de seguridad, un
e$ecto apaciguador, dinamizante " organizador del 6o. El
seguimiento cientí$ico de la existencia de Dios en el cerebro
revela -ue el electroence$alograma segrega m7s ondas all7 a
ocho codos por segundo en los cre"entes. Este testimonio
bioel*ctrico de la atención calmada aumenta durante las
oraciones
desaparecen.mientras
4asta-uelaslosneuroimagenes
indicadores biológicos del estr*s
muestran -ue la
amígdala rinoence$alica disminu"e su $uncionamiento "
provoca la morosidad de la corteza parietal. V La t*cnica
permite observar lo -ue los místicos llaman #la inmersión
interior%M se revela, en e$ecto, una desconexión del mundo
exterior, mundo -ue -uien est7 sumergido no percibe durante
el tiempo -ue dura el acople de su$rimiento " *xtasis.
or supuesto, no estamos hablando de la localización cerebral
de Dios, sino de la prueba neurológica de -ue su mera
representación apacigua los marcadores biologicos del estr*s.
El enlo-uecimiento se calma, el sujeto desdichado recupera
un poco del dominio emocional evocando su bs-ueda de
protección " su sumisión a una poderosa " tran-uilizadora
base de seguridad intima.
+odo esto explica por -u* ha" mil " una maneras de amar a
Dios. &no se apega a l como se adhiere a una $igura de
apego " lo ama de la manera -ue aprendió a hacerlo mucho
antes. 2recuentemente, con un estilo amable " jovial, Ie
agradecemos el milagro de la vida o el habernos devuelto el
gusto por el mundo -ue habíamos perdido. ) veces se lo ama
de manera ambivalente/ ha" -ue crisparse en el amor de Dios
para no dejarse llevar por el diablo -ue nos tienta. +ambi*n
puede suceder -ue supli-uemos con $ervor -ue no nos
abandone, como el n7u$rago -ue se a$erra a su tabla de
salvación. Este hiperapego ansioso nos vuelve $7cilmente
agresivos contra a-uellos -ue tratan de -uitamos la tabla o
-uieren hacemos dudar de la calidad de nuestra $e. +enemos
tanta necesidad de creer -ue -uien nos haga vacilar se nos
presentara como un agresor.
Los $ervores sbitos de la adolescencia se registran con
ma"or $recuencia en una población de jovencitas -ue
anteriormente habían creado con sus madres un apego
distante GQ por ciento!.Durante varios a'os se hizo el
seguimiento de un grupo de ni'os con vínculos calmos,
criados en $amilias religiosas/ solo el  por ciento de ellos
descubrió a Dios en un arropamiento sbito. En cambio, en un
grupo de ni'os ambivalente experimento ese enamoramiento
el U por ciento.
) veces, los distantes encuentran a Dios a trav*s de una
revelación, mientras -ue los seguros continan am7ndolo
tran-uilamente.
Este $ervor constitu"e un acontecimiento psí-uico
considerable, un punto de in$lexión de la existencia a partir del
cual habr7 un antes " un despu*s. 6a se trate de un apego
ansioso, "a se trate de un rebote a$ectivo despu*s de algunos
a'os de $rialdad, el retorno del ardor pone al sujeto en riesgo
de caer en un misticismo mórbido, una especie de escisión/
una parte de la personalidad su$re " permanece helada,
mientras -ue la otra hace eclosión " vibra ante el encuentro
con
" lo la representación
real divina
son dos lugares de -ue Ie devuelve
su$rimiento, la vida.
mientras -ueElelcuerpo
alma
" sus representaciones llegan a constituir un espacio
paradisiaco. Los soldados -ue permanecían en las trincheras
durante la rimer a 8uerra 5undial con $recuencia ilustraron
esta idea. 5ientras lo real les imponía la constante tortura del
$rio, el hambre, las ratas, el horror de los cad7veres " los
trozos de miembros helados, gran nmero de jóvenes
aterrorizados vivían al mismo tiempo una maravillosa historia
de amor con Dios. (uando los ni'os en$ermos se dan cuenta
de -ue van a morir, a menudo sienten un verdadero
arropamiento por sus padres " su dulzura a$ectuosa ante la
muerte hace -ue todos admiremos su valentía. (uando un
cuerpo est7 siendo torturado por lo real " el alma esta
maravillada por el amor a Dios, la morti$icación " el *xtasis
$orman un par de opuestos. Despu*s de la guerra, cuando la
vida vuelve a ser soportable, a-uella escision se desdibuja en
las memorias. Esos hombres recobran el placer de lo real "
conservan la gratitud a )-uel -ue los salvo. Entonces, para
hac*rselo saber a los dem7s, pintan exvotos " constru"en
catedrales.
La solidaridad del grupo constitu"e un $actor de a$ecto, de
seguridad " de $ortalecimiento de la creencia.

(uando lo sublime se vuelve mórbido

Lo sublime llega a ser mórbido cuando ciertos sobrev ivientes


de las trincheras conservan el odio por lo real -ue tanto los
hizo su$rir. ara ellos, la salvación solo existe en el mas all7.
+odo lo -ue permite saborear la vida provoca un sentimiento
de disgusto o de vergWenza por ser $eliz. 8ozar en un cuerpo
corrompido se vuelve un acto obsceno " aceptar la $elicidad
en la tierra e-uivale a traicionar a -uienes murieron para
protegernos.
La $elicidad es un esc7ndalo " el odio del propio cuerpo
orienta a estos hombres hacia el integrismo, a someterse a la
le" del 0alvador a $in de combatir lo real inmundo.
Durante las interacciones tempranas, la $igura de apego debe
estar sensorialmente presente para marcar en el psi-uismo en
pleno desarrollo del ni'o una impronta -ue Ie de seguridad.
Durante las interacciones tardías la persona de la tercera
edad se retira progresivamente de lo real " habita cada vez
m7s en sus representaciones de Dios " de sus recuerdos.
En el transcurso de esas interacciones tardías, cuando lo real
se desdibuja " el mundo de los recuerdos -ue llena el espacio
íntimo ha sido pobre, el anciano tiene di$icultades para
apegarse. (uando en )uschTitz lo real era indecible " el
mundo íntimo estaba vacío, los reclusos "a no tenían una
base de seguridad ni en sí mismos ni $uera de sí. i hombres
ni Dioses, el nico alivio procedía de la esperanza de morir.
En un contexto
pudieron de paz,uncuando
desarrollar apegoloseguro
real es "agradable, -uienes
ad-uirieron en la
in$ancia la representación del Dios de su cultura experimentan
el placer " el asombro de conocer al Dios de otro grupo. o
renuncian al propio, pero, como a todo ni'o sereno, les gusta
explorar " aprender el mundo de las cosas " el de las
personas, aun cuando sean di$erentes. 5ientras -ue los -ue
ad-uirieron un apego ansioso solo se sienten bien cuando
est7n en contacto con su propio Dios. +ienen tendencia a
atribuirle plenos poderes hasta el punto de convertirlo en un
Dios totalitario. Los Dioses extremos no comparten. ara
poder o$recer seguridad a -uienes creen en ellos, exigen una
sumisión integra.

(uando el envoltorio a$ectivo de una persona de edad


avanzada se desgarra por-ue alguien mu" cercano se aleja o
muere, su mundo responde a un mejor a las representaciones
-ue esa persona conservo en su memoria. La viuda sabe
per$ectamente -ue su marido "a no existe en lo real, pero
siente -ue an existe en las representaciones -ue guarda de
*l. Entonces, contina habi*ndole, poniendo su plato " sus
cubiertos en la mesa e imaginando los pasos del hombre
cuando este regresaba del trabajo o su respiración cuando
dormía a su lado en la cama.

Los ancianos responden a sus representaciones mucho m7s


-ue a lo real -ue los rodea. iensan en los -ue "a no est7n,
les hablan a las $otogra$ías, de$ienden sus intereses o su
memoria, embarc7ndose asi en un proceso -ue los hace
sentir m7s seguros " les permite vivir en un mundo -ue les
resulta $amiliar. El mundo "a no los rodea, est7 dentro de
ellos, en su memoria. Esta evolucion psicobiologica explica el
retorno a Dios propio de los ancianos -ue lo veneraron siendo
ni'os.

Inversión de los apegos

Esta reorganización de la memoria -ue se opera con la edad,


una con$iguración en la -ue lo -ue nos rodea se desdibuja
mientras la normatividad intima se $ortalece, explica el retorno
de las improntas " el cambio radical de los apegos.
(uando las personas de mucha edad hablan a los -ue "a no
est7n " debaten con ellos un problema actual, como lo hacen
con $recuencia las viudas, uno -ueda maravillado ante el
poder tran-uilizador de esa situación imaginaria tan e$icaz
como la sesión de psicoterapia m7s lograda. >evivir el pasado
disminu"e el poder tran-uilizador de las bases de seguridad
extiende " aumenta el de las representaciones inscritas en la
memoria. o es raro entonces oír a una madre anciana llamar
#mama% a su propia hija de -uien ho" se siente m7s hija -ue
madre.
tenia deEsasí mujer
mismaest7enrespondiendo
su in$ancia a"laalrepresentación -ue
sentimiento de
$amiliaridad tran-uilizador -ue Ie aporta la hija, como lo hacía
antes su propia madre.

Este retorno de las improntas trazadas biológicamente en el


inconsciente cognitivo invierte pues los roles parentales "
otorga a los hijos el poder de -uien brinda seguridad/ J5e
siento m7s cómoda si esta mi hija presente... #Le preguntar e
a mi hijo ... %, suelen decir los ancianos cuando se les pide
-ue tomen una decisión.

(iertos hijos aceptan sin inconvenientes esta inversión de los


roles, otros se alejan angustiados " algunos no comprenden
por-u* se sienten obligados a ocuparse de la madre -ue los
maltrataba o del padre -ue los atemorizaba. Los hijos a los
-ue se les asigna el papel de padres se conectan en esta
nueva relación evocando el apego del pasado/ #Esto"
orgulloso de ocuparme de ella%, #or $in *l es el padre de mis
sue'os ... %, #or-ue no habr7 sido siempre tan cari'oso<%,
#6a no -uiero oír hablar del asunto ... Es demasiado tarde ...
%. Estas son algunas de las $rases $recuentes de -uienes
viven esa nueva relación en la -ue la inversión de roles
despierta el pasado.

Independientemente de la cultura a la -ue pertenezca el


sujeto, regularmente se da una distinción entre los apegos
impregnados padres, cón"uges, hermanos, amigos de la
in$ancia! " los apegos ocasionales vecinos, miembros de un
club, grupos de encuentro!.Los grupos ocasionales pueden
constituir un sost*n o una distracción, pero "a no tienen el
poder de aprendizaje. )ntes había una correlación entre el
apego parental " el modo de socializar del ni'o, pero "a no
ha" relación entre el apego de los primeros a'os de vida " la
manera de amar del anciano, lo cual prueba el car7cter
evolutivo de las improntas. ) lo largo de una existencia,
vivimos apegos di$erentes cu"a mezcla nos da un estilo
a$ectivo característico/ en una misma constelación a$ectiva,
podemos tener un vínculo inseguro con una madre
preocupada, otro seguro con un padre ausente, aprender el
aborrecimiento por un hermano ma"or " la ambivalencia por
una hermanita a -uien admiramos pero cu"o *xito nos
abruma. La convergencia de estas maneras de amar se
impregna en nuestra memoria " evoluciona con arreglo a
nuestros encuentros a$ectivos.

(uando una impronta no se ha modi$icado por-ue el sujeto


era psicorrigido o por-ue su medio no dispuso alrededor de
una constelación a$ectiva variada, la huella del pasado
resurge " hace reaparecer un su$rimiento -ue uno creía
olvidado.
2iguras -ue $ueron capitales en un momento de nuestra vida
han desaparecido de lo real o de nuestra memoria. (iertas
estrellas a$ectivas -ue uno creía secundarias, en otras
circunstancias, pasan a ocupar un lugar $undamental. El
universo a$ectivo cambia de $orma ", despu*s de los setenta
a'os, la restricción del espacio " de las con-uistas sociales
reduce la constelación del anciano a cinco o diez estrellas,
algunas impregnadas " otras ocasionales. El retorno de las
improntas explica -ue, en la persona de edad, la proximidad
a$ectiva de las interacciones tardías no se disponga de la
misma manera -ue la de las interacciones tempranas. &n ni'o
tiene necesidad de la proximidad $ísica " sensorial para
sentirse seguro. Debe tocar a su $igura de apego, mirarla,
apretujarse contra ella, sentirla " oírla a $in de incorporarla en
los circuitos cerebrales de su memoria " de sus emociones.
0olo entonces tendr7 la posibilidad de alejarse m7s tarde "
llevarla consigo, en su mundo íntimo. Las personas de edad,
en cambio, recobran esta impronta cuando se representan su
pasado " tienen intenianlizada esa $igura tran-uilizadora.

Durante d*cadas ad-uirieron el h7bito de responder a su


representación mucho m7s -ue a su percepción/
#0i mi padre me viera%. Es por ello -ue estas personas no
+ener ninguna di$icultad para responder a Dios.
inguno de nuestros hijos cree en Dios el día de su
nacimiento. i si-uiera cuando comienza a hablar " su
lenguaje solo puede designar, piensa todavía en Dios. 0olo
cuando su lenguaje llega a expresar representaciones, el ni'o
alcanza la capacidad de responder a algo totalmente ausente/
la muerte.

)ntes de los seis a'os, la palabra #muerte% evoca una región


lejana, un m7s all7 celeste. )lgunos a'os despu*s, el ni'o se
dice -ue la muerte es un m7s all7 no representable puesto
-ue, en vida, no es posible tener esa experiencia. 0olo se la
puede imaginar como un vacío, un lugar exterior, el in$inito
despu*s de la vida. ara no sentir un v*rtigo angustioso, es
necesario pues llenar esa nada. El ni'o nicamente adopta las
creencias de sus $iguras de apego cuando ha desarrollado
bien su empatía " siente el deseo de compartir la $e de
-uienes ama. )si es como reencontramos el es-uema de los
primeros vínculos/ #(uando el mundo -ue percibo me aterra,
me re$ugio en el cuerpo de la persona -ue me da seguridad%,
podría decir *l beb*. 57s tarde, al envejecer, dir7/ #(uando el
mundo exterior me aterra, me re$ugio en las representaciones
de -uienes todavía me hacen sentir segura%. Los ancianos
pueblan lo in$inito no representable con lugares de oración,
ritos, catedrales, templos, mez-uitas, canticos, palabras,
gestos,
musicales,vestidos,
relatos,actitudes, objetos" de
conversaciones culto, olores,
recitados. notas
+odos esos
signi$icantes percibidos llenan el vacío in$inito con
representantes -ue evocan lo no representable/ la instancia
todopoderosa -ue da muerte despu*s de haber dado vida.
Esos teatros místicos cu"as puestas en escena di$ieren segn
las culturas explican la geogra$ía de las creencias, los
continentes musulmanes " los continentes cristianos, los
barrios, las $amilias donde cada uno internaliza una manera de
creer en Dios -ue lo apega a a-uellos con -uienes comparte
una creencia. Ellos nos o$recen una base de seguridad -ue
lucha contra la angustia de la muerte disponiendo algunos
monumentos, algunos objetos o melopeas -ue evocan lo no
representable.
Esta actitud espiritual reproduce el procedimiento del lenguaje,
-ue pone en lo real un signi$icante con el propósito de evocar
un signi$icado imposible de percibir.
5orir no es perder la vida

+odo lo dicho permite comprender por -u* la representación


de #morir% se asocia con la de #perder la vida%, pero al
mismo tiempo se di$erencia de ella. La idea de morir implica
anticipar la nada, implica el concepto de no su$rir despu*s de
la vida.
0olo los -ue aman a Dios con ambivalencia piensan -ue
puede llevarlos o bien al in$ierno o bien al paraíso. Estos
imaginan el m7s all7 como un terrible terreno desconocido.
ero -uienes aman a Dios de un modo seguro experimentan
el sentimiento de -ue despu*s de la muerte no se su$re m7s
de lo -ue se su$ría antes de la vida. 4a" un m7s all7M eso es
todo, un sitio di$ícil de imaginar, pero -ue uno puede llenar con
im7genes " signos.

erder la vida es algo di$erente. Es separarse de a-uellos a


los -ue uno ama, es perder la casa -ue con tanto es$uerzo
logramos tener, es perder los paisajes en los -ue hemos
vivido, es perder la propia historia, como si esta nunca hubiera
ocurrido, es descali$icar los momentos de $elicidad, los sue'os
" los su$rimientos -ue habíamos aceptado por el mero hecho
de estar vivos. A+odo eso para nada< Es demasiado doloroso9
&no ama a Dios como ama a los hombres cuando los percibe
como una base de seguridad. 6 lo ama m7s -ue a los
hombres cuando estos lo hacen su$rir o cuando ha establecido
con ellos vínculos distantes o ambivalentes. En general, es un
Dios de amor -ue proporciona el placer de un vínculo
mantenían tran-uilizado " alegre -ue justi$icaría la plegaria/
#5adre de Dios -ue est7s en los cielos%.

ero puede ocurrir -ue ese amor se vuelva mórbido. &no


puede
su$rir oamar
nos alabandona.
+odopoderoso o detestarlo
La existencia decuando nos hace
)uschTitz es la
prueba de -ue Dios no existe. (uando alguien piensa asi, se
aparta de l pues, al no tener "a $uerzas para vivir, no
experimenta el placer de amado. 6a veces hasta puede Llegar
a adorarlo de manera odiosa cuando el impulso hacia *l
,separado de lo real, legitima el odio del cuerpo, de la belleza
" de los placeres, como lo hicieron los católicos de la
In-uisición en el pasado " lo hacen ho" los talibanes. Este
sentimiento sublime en$ermizo, -ue considera podredumbre
todo lo -ue es de este mundo, inventa una condición humana
en la -ue la vida es odiable. 4a" -ue morir por El ", si es
necesario, ha" -ue matar para poder ganarse el derecho de
compartir con *l ese m7s all7 invisible. Ese Dios mórbido es
un arma para los tiranos, -uienes, en su nombre, exigen -ue
su pueblo se someta, este dispuesto a matar " a matarse por
un ideal de pureza -ue ningn rastro de $elicidad habr7 de
manchar. Ese Dios tirano organiza la complaciente solidaridad
de -uienes Ie obedecen #a muerte% " conduce como a un
solo hombre a su grupo de adoradores, los cuales deben
ignorar, despreciar " hasta eliminar a los integrantes de otros
grupos -ue no creen en el mismo Dios. 0i admitimos -ue Dios
tiene un e$ecto psicológico comparable a una base de
seguridad interaliada " -ue necesitamos tener miedo para
poder experimentar la $elicidad de amar a a-uel -ue nos da
seguridad, volvemos a encontramos con la asociación del par
de opuestos/ lo desconocido -ue aterra " aumenta el e$ecto
de seguridad de lo conocido -ue recon$orta.

En los ancianos, el par de opuestos est7 constituido por el


miedo a morir " a encontrar lo desconocido, asociado al temor
de perder la vida " -uedar separado para siempre de su
mundo $amiliar. Las ideas de morir " de perder la vida asocian
un par de sentimientos/ una idea aterra " la otra desespera.
ero cuando la persona de edad avanzada puede sentirse
segura apelando a una representación divina " cuando su
grupo humano Ie proporciona los elementos rituales -ue lo
capacitan para soportar la perdida, el anciano puede abrirse
un camino a la espiritualidad -ue trans$igura lo real.

0i las personas de edad su$ren la angustia de la p*rdida m7s


-ue la idea de su propia muerte, ello probablemente se daba a
-ue el envejecimiento del cerebro " la representación del
tiempo del anciano permiten -ue las improntas del pasado
resurjan al plano de la conciencia. La neuropsicología de la
msica permite demostrar este palimpsesto de la memoria en
el -ue las primeras huellas se expresan m7s intensamente
-ue las recientes.

Interdicción de la neurosicología

Las herramientas nos proporcionan archivos solidos -ue


a"udan a comprender en -u* medida esos objetos
propulsaron la aventura humana. 4ace tres millones de a'os,
los trozos de sílex sabiamente tallados deben habernos
in$undido un sentimiento de seguridad al trans$ormarse en
armas -ue podían lanzarse contra los animales o en
herramientas -ue nos permitían obrar sobre la naturaleza "
comenzar a dominarla. (on el tiempo se abrieron talleres de
aprendizaje pro$esional para ense'ar a los jóvenes a tallar las
piedras.
Esa artesanía trans$ormo la vida cotidiana gracias a la caza de
presas pe-ue'as, al raspado de las pieles de los animales
muertos " al sentimiento de protección -ue suscitaba.
5ucho despu*s, hace -uinientos mil a'os, el descubrimiento
del $uego constitu"o otra revolución del arte de vivir cu"os
vestigios encontramos todavía ho" en los hogares.
4ace cuarenta mil a'os aparecieron las pinturas rupestres,
una prueba de -ue nuestros antepasados sabían actuar no
solo sobre lo real, sino tambi*n sobre el alma de los hombres.

En el caso de la msica, los archivos no son tan precisos.


arece -ue el se'or eandertal tocaba en pe-ue'as
or-uestas de $lautas de huesos " tamboriles. Estos
archeomusicos debían interpretar sus composiciones en el
momento en -ue sus compa'eros depositaban al di$unto
cubierto de p*talos de $lores en su sepultura de guijarros
coloreados, mientras todo el grupo lloraba " entonaba sus
plegarias. Este teatro de la muerte permite plantear el
problema de la neuropsicología de la msica. Los hombres de
eandertal, -ue no tenían exactamente el mismo cerebro -ue
nosotros un pe-ue'o lóbulo pre $rontal " un gran #rodete%
occipital, sabían construir utensilios, hacer msica "
pronunciar palabras. Lo cual e-uivale a decir -ue estructuras
cerebrales di$erentes de la nuestra pueden oír msica " no
solo ruidos. 8racias a este arti$icio, los artistas ponen en
escena una tragedia cu"a $unción es sincronizar las
emociones del grupo " poner a la luz de la conciencia un
acontecimiento, con el propósito de -ue, a partir de entonces,
ad-uiera sentido. @eamos de -u* manera la msica
neandertal podría plantear el problema. El lector se
sorprender7 al enterarse de -ue esta cuestión estuvo
prohibida durante mucho tiempo.
La preocupación por los orígenes es un peso pesado de la
ideología. 0i aceptamos la idea de -ue el se'or eandertal, a
pesar de su cerebro, su aparato $ónico " su biología
di$erentes, era capaz de producir palabras " msica "
expresar su espiritualidad, su desaparición plantea un
problema moral.
En QHH, la 0ociedad
investigación LingWística
sobre el origen del de aris "prohibió
lenguaje toda
recomendó
estudiar nicamente las lenguas civilizadas. Imaginemos -ue
alguien lograra demostrar -ue el lenguaje tiene sus raíces en
la materia del cerebroM tal conocimiento mancillaría su srcen
inmaterial, divino, " nos sugeriría -ue los no hombres tienen
un alma cu"a prueba es el verbo. Entre los no hombres se
clasi$icaba a los negros, los gorilas " algunos extranjeros
insoportables. 8racias a esta prohibición solo el hombre,
nuestro prójimo, conservaba su naturaleza sobrenatural. Las
investigaciones sobre los orígenes de la msica tambi*n
$ueron consideradas tab por razones an7logas. El dogma de
la *poca a$irmaba -ue la _nica msica natural era la
occidental " -ue la msica de las dem7s culturas era primitiva
o degenerada.
&n hombre sin lengua ni msica es inconcebible. ero puesto
-ue cerebros con estructuras di$erentes pueden producir
representaciones abstractas " artísticas, habr7 -ue admitir
-ue es posible una msica sin hombres

or una zoo musicología

0i consideramos -ue la msica es el arte de combinar los


sonidos en altura, intensidad, $recuencia, duración " silencios
-ue organizan series, podemos admitir -ue los gritos de los
animales componen una msica. &n zoo musicólogo se'ala
-ue los animales no $abrican instrumentos, no escriben
partituras ni cobran entrada para escuchar los conciertos -ue
organizan al aire libre. o obstante, muchas especies
combinan los sonidos -ue emiten. Los arrullos de lucimiento
sexual de una paloma macho -ue se pavonea " de una
hembra -ue se acuclilla " separa las alas $ueron preparados
por secuencias de cantos previos. La organización sonora
hasta puede designar un objeto o una situación. El macho
+"ranus +"ranus ave de )m*rica del orte! a veces emite un
grito cu"a ar-uitectura sonora solo se presenta ante un objeto
nuevoM de lo contrario, emite los gritos de rutina.
Entre los pinzones, el canto adulto dura dos segundos "
medio, est7 compuesto por sonidos comprendidos entre los
dos " los seis Cilohercios " dividido en tres motivos de varias
notas -ue terminan con una $loritura. &n pinzón pe-ue'o
criado en aislamiento conserva esta organización sonora pero,
privado del modelo auditivo, divide mal su trino " nunca
termina con la $loritura -ue algunos llaman la #$irma cantada%.
Este aspecto $uncional del canto de las aves " de los monos
gibones nos permite explicar las poli$onías entre vecinos. o
es raro -ue aves, monos o animales de especies di$erentes
armonicen sus cantos, independientemente de toda necesidad
de reproducción, de marcación de territorio o de agresividad.
odria el placer
inventados, explicar por" si
sorprendentes solo los repertorios
totalmente variados,
inutiles salvo por su
valor estetico<
La aptitud para cantar depende de una transacción entre un
sistema nervioso -ue posee una habilidad " el ambiente -ue
lo rodea, -ue lo trans$orma en actuacion. &n gallo -ue
-uedara sordo al nacer canta del mismo modo -ue cual-uier
gallo adulto. 0u sistema nervioso no tiene necesidad de un
modelo para aprender, mientras -ue un pardillo criado por otra
especie aprende a cantar como sus padres adoptivos. &na
gaviota marsellesa lanza un staccato triun$al cuando consigue
algn *xito en sus relaciones, o bien echando a un cong*nere
para ocupar su lugar, o bien expresando su satis$acción
despu*s de un encuentro sexual. ero cuando uno compara
su canto de triun$o con el de una gaviota inglesa, puede
comprobar $7cilmente -ue la imagen sonora de sus #tirolesas%
muestran dos ar-uitecturas estridentes di$erentes, como si no
tuvieran el mismo acento.
La misma aptitud neurológica ad-uiere $ormas variables segn
los diversos ambientes. Esta comprobación prueba la
plasticidad del sistema nervioso de las aves, modelado por los
canticos -ue lo rodean, como un cerebro humano se va
modelando en virtud de las palabras " los gestos en los -ue
est7 inmerso. (omo la msica modela el cerebro humano
Esta incursion en la etología animal ense'a -ue, en la
evolución del mundo vivo, la msica precede al lenguaje. Lo
mismo puede decirse del desarrollo de un ni'o -ue, desde el
decimo mes, baila al escuchar una msica, mientras aun no
consigue dominar su lengua. (uando un beb* llega al mundo,
la verbalización -ue lo rodea constitu"e un 7mbito sensorial
del -ue tiende a escoger las bajas $recuencias, -ue percibe
como una caricia. En ese estado de su desarrollo, las palabras
son todavía objetos sensoriales, pero a partir del primer a'o
comienza a percibir " a dar prioridad a los $onemas de la
lengua -ue escucha a su alrededor. or lo tanto, durante toda
la vida, oira las palabras de su lengua materna con m7s
precisión -ue todas las dem7s palabras, como si a-uellas
$ueran m7s sonoras, se recortaran m7s claramente, $ueran
m7s prominentes " se comprendieran m7s $7cilmente.

Del mismo modo, esteticamente, durante toda la vida percibir7


mejor la msica de su in$ancia, la cual desencadenara
emociones mas vivas -ue cual-uier otra msica. La
articulación entre el sistema nervioso " su medio permite
comprender por -ue las negociaciones son variables. La
msica de los seres humanos corresponde al es-uema de las
gaviotas -ue toman el acento de su ambiente pero -ue cantan
siempre en el lenguaje #gaviota%. ara crear una sensación
de acontecimiento, es necesario -ue los modos musicales
cambien, si bien estas novedades incesantes no impiden -ue
exista un programa comun a todos los seres humanos.
Los canticos a tres voces en los -ue una permanece inmóvil
mientras las otras dos encadenan los intervalos de cinco notas
aparecieron independientemente en gran cantidad de culturas/
los peuil bororo del iger, los paiTan de +aiTan, descubrieron
la misma estructura musical aun cuando nunca tuvieron la
posibilidad de encontrarse e in$luirse recíprocamente.

La msica siempre ha sido estudiada como mani$estación


cultural, lo cual indudablemente es, pero ello no exclu"e -ue
tambi*n se la estudie desde el punto de vista de la
organización de las estructuras cerebrales. )lgunos pe-ue'os
accidentes cerebrales a veces producen minsculas
disecciones neurológicas -ue van a permitir analizar la
neurosicología. Lo -ue llamamos el lenguaje musical es
di$erente del lenguaje hablado, aun cuando con $recuencia
uno desea asociarlos. En general, escuchamos msica con el
hemis$erio derecho " tocamos un instrumento con el
hemis$erio iz-uierdo. Esto explica por -u* los no msicos
tienden a escuchar con el oído iz-uierdo, -ue conduce las
in$ormaciones musicales hacia el hemis$erio derecho, mientras
-ue los instrumentistas escuchan con los dos oídos. La
prosodia, la melodía de las palabras, revela $ielmente si el
locutor se aburre o si est7 interesado, si lee poesía o el
reglamento del tren subterr7neo parisino. La percepción de las
palabras es di$erente por-ue el oído " el cerebro analizan
claramente la intensidad, el tiempo, el ritmo " todos los
componentes bonicos de la voz. 6, sin embargo, ciertos
imitadores consiguen reproducir la prosodia de una lengua de
la -ue no hablan una palabra/ uno di$erencia sin problemas la
melodía vocal de un chino de la de un 7rabe o la de un ingl*s.
4asta los beb*s de pecho, desde el d*cimo mes, comienzan a
balbucear con la melodía -ue caracteriza su lengua. 6 los
a$7sicos en proceso de cura tienen di$icultades para
pronunciar las palabras con la melodía con -ue hablaban
antes del accidente. Es $recuente la asociación entre las
palabras " su msica puesto -ue brujos " sacerdotes se sirven
de ella para inventar prosodias extra'as como los cantos
gregorianos, el tono de los or7culos o las plegarias religiosas.

El cerebro es lo -ue establece la di$erencia entre la msica "


el canturreo de las palabras. La red de neuronas -ue crea la
sensación musical transmite las in$ormaciones sonoras hacia
di$erentes zonas $ormando circuitos/ cuando uno escucha
msica, el giro temporal derecho se enciende " se conecta
con el lóbulo pre $rontal derecho. Las neuronas de estos
circuitos perciben pre$erentemente el contorno agudo de los
sonidos de las notas de msica " de la interacción de las
palabras.

El ritmo se percibe claramente gracias a la alternancia de los


silencios " los ata-ues de sonidos, pero #las localizaciones en
el cerebro de los msicos " de los no msicos% no son
iguales. Las im7genes neurológicas obtenidas de un pianista
-ue est7 tocando muestran un $uerte consumo de energía del
hemis$erio iz-uierdo del cerebro. En el momento en -ue ve las
notas, la lectura de la partitura ilumina su cerebro occipital -ue
trata las in$ormaciones de la imagen. (uando se apresta a
tocar, su anticipación motriz enciende la zona $rontal
ascendente, -ue enviara las órdenes a los msculos de las
manos. 6 cuando pasa al acto, el simple hecho de tocar las
teclas ilumina la zona motriz suplementaria -ue se conecta
con los circuitos pro$undos de la memoria. El pianista ha
armonizado varias capacidades cerebrales presentes,
pasadas " $uturas, solo para producir algunas notas de
msica.
(uando cada día repite este ejercicio, termina por construirse
un lóbulo temporal iz-uierdo alrededor de la zona del lenguaje
tres o cuatro veces m7s amplio -ue el de la de población
8eneral. &na msica et*rea, abstracta, producida por una
cultura, termino por implantarse en el cerebro " por hipertro$iar
una parte

5sicas o palabras
o todos los seres humanos son sensibles a las
in$ormaciones musicales -ue permean en su cultura. (iertas
personas no entienden la msica/ ha" amsicos, asi como ha"
disl*xicos -ue no leen la escritura. ara estas personas, la
msica es un sonido particular -ue las deja indi$erentes o
hasta les molesta.
0iempre se cita el ejemplo de ese general -ue, despu*s de un
pe-ue'o accidente vascular de su región auditiva derecha, no
podía reconocer La 5arsellesa " debía con$iar en la ba'era "
en las se'ales -ue Ie hallan los dem7s militares para ponerse
en posición de guardia. El (he 8uevara, en un entorno donde
la msica es un valor supremo, se sorprendía de -ue sus
amigos Ie atribu"eran tanta importancia9 (on$esaba -ue no
conseguía di$erenciar un )na de La ZalCma ," un tango de los
bajos $ondos.
La se'ora Brauner, me contó -ue sus padres, ricos vieneses
cultivados de la d*cada de RKF, invitaban a 0igmund 2reud a
los conciertos -ue o$recían en gran apartamento. El pro$esor
se sentaba en el sillón -ue había sido asignado, en primera
$ila, " hablaba en voz alta reía a carcajadas mientras la
or-uesta trataba de tocar delicadamente.

(uando la se'ora Bruner sugirió -ue no se hiciera ruido, el


buen doctor,-ue
molestaba, con*ltoda delicadeza,
podía continuara$irmo -ue la
hablando or-uesta no Ie
per$ectamente.
0igmund con$eso -ue lo -ue Ie interesaba de óperas como
Don 8iovanni o (armen era el problema del vicio " de la virtud
o el del amor no correspondido " no la $orma musical " su
e$ecto est*tico.

:uienes adolecen de una negación cong*nita para la msica


en realidad no su$ren por ello. Los daltónicos no se sienten
a$ligidos por no percibir el color rojo ni por con$undirlo con el
verde " ninguno de nosotros se tortura a causa de su
incapacidad para percibir los ultravioletas. Los #amsicos%
o"en la msica como si $uera una lengua extranjera, eso es
todo.
2reud " el (he 8uevara probablemente no pose"eran el
circuito neuromsical puesto -ue ambos habían estado
inmersos en la msica de sus culturas ", sin embargo, esta no
les había hecho ninguna impresión ni les había dejado ningn
surco en la memoria. Los amsicos no solo tienen vendado el
acceso a ese gran placer, sino -ue adem7s se privan de un
maravilloso tran-uilizante. La ma"or parte de los ansiosos #se
llenan de msica%, como dicen. 0e la implantan en el medio
de la cabeza para dejarse capturar por ella ", de ese modo, no
pensar. 5uchos dentistas la utilizan a manera de relajante ",
durante siglos, los militares se apropiaron del espíritu de sus
propios soldados hipnotiz7ndolos con el repicar de los
tambores, el sonido de los pianos " los cobres -ue,
magnetizando la marcha de paso rítmico, con-uistaba sus
espíritus " los protegía del miedo.

4a" un circuito previo de las zonas musicales del cerebro,


situadas un poco por detr7s de las zonas auditivas, -ue
explica por -u* a los sordos les gusta bailar siguiendo un aire
musical -ue perciben como un contacto, una vibración m7s o
menos intensa. #&n isle'o del aci$ico, un cantante de ópera
chino " un $an7tico del rap% perciben la msica en esas zonas
auditivas. ueden discernir #el contorno agudo del sonido -ue
hace intervenir el lado derecho del cerebro, la región del giro
temporal superior " la región $rontal%, como lo muestran las
neuroimagenes.

La comprobación clínica de auras musicales con$irma la


existencia de las redes neuronales de la msica. 0uele ocurrir
-ue una crisis de epilepsia se anuncie mediante una
alucinación musical. El en$ermo, sbitamente, o"e una msica
por-ue las neuronas de su zona temporal posterior derecha
emiten intensas descargas el*ctricas -ue estimulan la
memoria de msicas oídas anteriormente. Esta alucinación
musical Ie advierte -ue en cuanto la descarga el*ctrica se
di$umine habr7 de perder el conocimiento.
La existencia de di$icultades selectivas precisas, como la
imposibilidad de repetir las palabras de una canción, la
alteración del ritmo mientras uno percibe la melodía, la
incapacidad para escribir la msica cuando uno aun puede
leerla, son muestras de #disecciones% clínicas -ue llevan a
pensar -ue los soportes neurológicos de la msica est7n
cercanos a los del lenguaje pero no son los del lenguaje.

Extra'as memorias musicales

4a" ciertas $ormas de autismo -ue ilustran esta distinción, son


a-uellas en las -ue el paciente tiene una memoria musical
prodigiosa aun-ue no pueda comprender ni expresar ni una
palabra.
El síndrome de Zilliams es una en$ermedad determinada
geneticamente por una micro supresión en el cromosoma P.

El ni'o tiene el aspecto de un duende, mu" pe-ue'o, con una


$rente ancha, la boca grande, una nariz en $orma de trompeta
" un iris estrellado. Estos ni'os son alegres, anormalmente
sociables, se apegan a cual-uiera " canturrean sin cesar. El
$lujo de palabras es abundante " curiosamente elaborado, lo
cual contrasta con un coe$iciente intelectual reducido.

Los sonidos son un componente esencial de su mundo


sensorial/ se sobresaltan ante cual-uier ruido, miran
largamente a la gente cuando habla " son capaces de repetir
a la per$ección un disco de msica -ue o"eron una sola vez.

El síndrome de )sperger se mani$iesta de manera


completamente opuesta a la anterior. En esta $orma clínica de
autismo, las personas revelan una increíble aptitud para el
lenguaje/ pueden aprender varias lenguas extranjeras en unos
pocos meses " hablarlas sin acento, pero no se interesan
absolutamente por la msica " la perciben como un ruido de
$ondo.

)lgunos circuitos del desarrollo neurológico crean aptitudes


extra'as, incluso en personas -ue no son autistas " -ue, sin
embargo, mani$iestan una especial tendencia a experimentar
curiosas sinestesias. )rthur >umbad, -ue hablaba de la
#msica sorda?, ilustra el $enómeno de asociación de un
sonido " un color en su poema #@ocales%. #) negra, E
blanca, I roja%, en el cual la estimulación de una modalidad
sensorial provoca la respuesta inesperada de otra modalidad.
4u"smans creía -ue los armonios tenían un sabor, mientras
-ue Boris @iangozarían
maternaticos pre$ería eldelpiano a los cocCtails.
bene$icio de estasLos grandes
sinestesias.
(uando uno Ie plantea un problema, el maternatico genial
-ueda $lotando alrededor de la $ormulación escrita.

Luego, solo tiene -ue traducir esa imagen, semejante a una


cadena monta'osa, al lenguaje maternatico a $in de comunicar
su comprensión sbita. Las neuroimagenes tomadas durante
este es$uerzo intelectual muestran cómo se ilumina una
conexión inesperada entre las zonas vecinas -ue
habitualmente tratan las in$ormaciones del espacio " las de las
cantidades. El esc7ner ve como viran al rojo las zonas
temporales superiores del giro $usi$orme " del giro angular. V
Esta #activación cruzada%, esta sinestesia espacio3cantidad,
explicaría el don especial de algunos maternaticos
excepcionales.
o es extra'o -ue un msico declare sentir cierto sabor a
chocolate en la boca cuando o"e las primeras notas de un
concierto, pero la ma"or parte de ellos asocian los sonidos
musicales con una sin$onía de colores.

El consumo de L0D crea extra'as sinestesias en las -ue la


percepción del rostro se conecta sbitamente con la de los
pies, como si el cuerpo no existiera, mientras se ilumina la
amígdala rinoence$alica, testimonio de una llamarada
emocional.

Las modi$icaciones de las sinapsis por e$ecto de esta droga


explican por -u* uno puede sentir terror viendo una $lor o una
msica divina al escuchar el chirrido de los neum7ticos de un
automóvil.
El hecho de -ue cada uno oiga la msica a su manera no
impide -ue se $ormen $amilias de auditores/ los -ue aman las
canciones militares " los -ue las detestan, los -ue se dejan
invadir por los ritmos del jazz " -uienes se sienten irritados por
esos mismos sonidos, los -ue se deleitan con la msica
cl7sica " otros -ue se adormecen escuch7ndola. +odos
probablemente ad-uirimos estas pre$erencias sensoriales
junto con las improntas precoces -ue $ormaron sus circuitos
en las zonas correspondientes del cerebro.

odríamos vivir sin msica<

El ba'o musical temprano, al $ormar circuitos en ciertas zonas


cerebrales precisas, nos hace sensibles a determinada msica
" este amor compartido une a las personas -ue ad-uirieron
esas pre$erencias. Los -ue aman el jazz se renen con placer
alrededor de este g*nero musical -ue desde entonces cumple
la
con$unción de organizar
sus ídolos, el grupo.
se adhieren a unLos individuos
estilo se identi$ican
de vestirse, a una
manera de hablar, de estar juntos " a menudo hasta de dirigir
su existencia. Los raperos no se socializan del mismo modo
-ue los seguidores del minu*. (ada grupo, identi$icado por el
amor de su msica, inventa sus ritos de encuentros sociales "
sexuales. La $unción de sincronización de las emociones -ue
cumple la msica, ocupa un lugar central en la elaboración del
vínculo. El hecho de haber cantado juntos crea un sentimiento
de intensa intimidad. +ener implantada en el cerebro cierta
msica hace -ue sea m7s $7cil $ormar una pareja a trav*s del
baile " la sincronización de los deseos sexuales. Esa
implantación a"uda tambi*n a organizar los grupos en
reuniones artísticas o políticas. or todo ello, sorprende oír a
ciertos investigadores -ue a$irman -ue la msica es intil "
-ue, si desapareciera, el hombre se adaptaría de todos modos
a su ausencia. Es verdad -ue, hace tres millones de a'os, el
hombre hablaba mu" poco. +ambi*n es verdad -ue la especie
humano vivió un largo periodo sin herramientas. +ambi*n es
verdad -ue los seres humanos acaban de descubrir la ciencia.
Debemos deducir de todo esto -ue el lenguaje, las
herramientas " la ciencia son intiles por-ue el hombre pudo
vivir antes sin ellos<

2reud " el (he pudieron vivir sin la msica como los


daltónicos pueden vivir sin el rojo. ero cuando uno habla,
cuando hace uso de las herramientas " aprovecha los
adelantos de la ciencia, cuando percibe el color rojo, cuando
siente un impulso erótico " cuando se socializa gracias a la
msica, sencillamente, vive mejor.
La canción participa del retorno del pasado cuando el menor
sonsonete #traslada a cada uno a su propia historia?. La
msica de nuestra in$ancia, impregnada en el cerebro antes
-ue la palabra, resurge en los a'os dorados " trae consigo el
placer de la ni'ez. La canción in$antil -ue nos cantaba nuestra
madre nos vuelve a la memoria " mientras se la cantamos a
nuestros nietos recobramos la $elicidad provocada por la
misma canción... setenta a'os antes.

Los aires populares son los jalones temporales de nuestra


existencia. El estribillo, me recuerda a
Edith ia$ " la guerra de )rgelia ... ;nl" "ou, de aul )nCa, me
hace evocar las primeras in-uietudes sexuales. (omo la
magdalena de roust, #la canción permite retomar el hilo de
un sue'o% " -uitar el polvo de una identidad -ue se desdibuja.
Los en$ermos de )lzheimer -ue pierden el acceso a las
palabras con $recuencia recuperan sorprendentemente
vocablos -ue tarareaban a los veinte a'os. &na en$erma -ue
no podía comunicarse de otro modo -ue no $uera emitiendo
una sucesión autom7tica de silabas/ #CaCapu ... taCapeu ...
taCapeu...
aris ...  ",%,delante
;"e tararear #`l$e deux
de su marido amours, encadena
estupe$acto, mon,pa"s todas
et
las palabras hasta el $inal de la canción9?. El cuento del lobo
$eroz despierta la emoción de la dulce protección maternaM me
hace resurgir la imagen de un periodo en el -ue todo era
intenso, tanto la $elicidad como la tristeza.
#Estos retornos al plano de la conciencia de recuerdos idos
nos invitan a re$lexionar sobre la vejez atendiendo a otros
aspectos -ue no tienen -ue ver con la extinción. JEn e$ecto, la
aptitud musical puede servir de disparador para una memoria
declinante como vimos en el caso de 1Yai deux amours, en el
-ue cada palabra llama a la siguiente ", al hacer reaparecer la
canción completa, cambia la mirada del marido " la
autoestima de la paciente.
En los en$ermos de )lzheimer, la msica, implantada en el
cerebro mucho antes de -ue el ni'o aprenda a hablar,
permanece durante largo tiempo despu*s de -ue las palabras
han desaparecido. (ontinua estando allí, calmante " hasta
socializante, pues basta hacerle escuchar al en$ermo una
sesión de treinta minutos para -ue desaparezca la agresión "
el paciente deje de deambular. 57s tarde, cuando ha"an
desaparecido todas las palabras, tambi*n la msica se
apagara " el paciente, al no poder habitar "a el mundo de las
representaciones lejanas, volver7 a someterse a la inmediatez
de las $unciones de supervivencia/ beber, comer, dormir "
gritar para llenar su mundo vacío de humanidad.

@ejez 6 (ultura

El mal de )lzheimer es un en$ermedad de mujeres puesto -ue


el QF por ciento de las personas -ue lo padecen son mujeres "
tambi*n el QF por ciento de -uienes a"udan a estos en$ermos
pertenecen al sexo $emenino. La existencia de lesiones
-uímicas, la objetivación de regiones cerebrales -ue ho"
pueden verse en im7genes, el an7lisis clínico de los trastornos
del comportamiento, la desorientación en el espacio " el
tiempo la desemantizacion progresiva del mundo no bastan
para explicar toda la en$ermedad. La respuesta $amiliar a la
tragedia m*dica " la manera en -ue se re$iera a ella la cultura
participan de la producción misma de los síntomas.
Las $amilias -uedan desgarradas " la manera en -ue
reaccionen a la en$ermedad depende de la historia -ue ha"an
tenido con el pariente en$ermo. La actitud no consciente del
a"udante modi$ica los síntomas del en$ermo. (uando, en una
situación de conversación, una lingWista observa las
interacciones entre una mujer " su marido -ue su$re del mal
de )lzheimer, advierte claramente -ue la empatía de la
a"udante disminu"e los síntomas del marido en$ermo/ Ie da la
palabra, se calla cuando el intenta decir algo " lo acompa'a
con los gestos.
el en$ermo, +ambi*n
segn el mito-ue
el relato organiza las interacciones
la cultura con
hace de esta
situación di$ícil. El peso de la palabra #demencia% provoca
met7$oras negativas, de locura, de degeneración " de repudio
inducidas por la cultura occidental. El paisaje verbal organiza
los comportamientos " estructura los signi$icantes -ue rodean
al en$ermo, con lo cual terminan participando de la expresión
de sus trastornos.

El mito del medicamento mejora los síntomas, a veces


actuando sobre la biología del en$ermo ", con $recuencia,
descuIpabilizando a los -ue lo atienden " tran-uilizando a los
parientes.

;tras culturas, al concebir la en$ermedad de una manera


di$erente, organizan otras reacciones de las personas -ue
rodean al paciente " esto modi$ica sus síntomas. &n
neurólogo indio no comprende lo -ue dice un neurólogo
occidental/
#)$irma usted -ue un anciano cuesta mucho dinero " -ue
La $amilia est7 indignada por el precio -ue debe pagar< En la
India, decimos -ue es una vergWenza para la $amilia no
pagar... &stedes dicen -ue la persona de edad pierde sus
capacidades.

En la India, no podemos comprender eso por-ue no nos


interesa el rendimiento de un anciano%.
En una cultura -ue tiene una concepción lineal del tiempo,
como vemos en los relatos cristianos segn los cuales,
despu*s de la muerte, vamos a vivir a otra parte o en las
sociedades en las -ue la ideología cienti$icista lineal sostiene
-ue una sola causa provoca un solo e$ecto, la vejez es una
decadencia antes de la podredumbre terrestre. ero en una
cultura en la -ue se considera -ue el tiempo regresa, la vejez
solo representa un momento de ese ciclo. La senectud no
puede ser un nau$ragio pues solo hace $alta esperar el retorno
de la juventud. (uando, en 2rancia, el palimpsesto de la
memoria hace revivir los temores de la 0egunda 8uerra
5undial " la madre de ochenta " cinco a'os exclama/ #Los
oigo, son los soldados alemanes -ue suben la escalera%,
-uienes est7n con ella se indignan " tratan de corregirla,
por-ue lo -ue la anciana dice no es verdad/ #ero -ue dices,
mama<
La guerra terminó hace sesenta a'os9%. 6 la madre se siente
incomprendida, abandonada a su temor. En eCín, cuando
una se'ora de ochenta " cinco a'os exclama/ #Los
japoneses9
Llegan los japoneses9%, la $amilia, interesada, Ie pide -ue d*
m7s detalles/ #(u*ntanos, Acómo paso<?. En un mito de
tiempo
en$ermocíclico, los "a
por-ue viejos
no no pueden
puede degenerar/
correr nadie
los cien se siente
metros tan
r7pidamente como cuando tenía veinte a'os. 0er viejo no
signi$ica ser anormal. En ;riente, uno no regresa a la in$ancia,
se remonta hasta ella para volver a la vida en el estado de un
beb*.
uesto -ue todo, nuestro medio, nuestra biología " nuestra
historia, cambia sin cesar, estamos obligados a realizar
incesantes transacciones con las estrellas de la constelación
-ue rodean al sujeto para convertirlo en lo -ue es, en ese
momento preciso, en esa cultura particular.

5;>)LE1)
DE L) 4I0+;>I)
La moraleja de esta historia es -ue no ha" nada -ue elegir.
Durante milenios nos dijeron/ #Elige tu campo de acción/ el
cuerpo o el alma%. 6 luego debíamos combatir contra los -ue
se habían alistado en el campo contrario. Los combatientes
agrupados bajo el noble estandarte del alma despreciaban a
los adoradores de la materia, -ue mancillaban la condición
humana. ) $uerza de abstracciones, se trans$ormaron en
integristas del alma -ue tratan de suprimir a los exploradores
del cuerpo. 5ientras tanto, los de$ensores de la causa del
cuerpo recitaban a voz en cuello algunas teorías biológicas
ho" olvidadas.
) $uerza de obtener medidas -ue les daban la ilusión de ser
sabios, terminaron por denigrar a los agentes del espíritu con
el rotulo de #preciosas ridículas%. 0i bien los descubrimientos
eran reales, tanto los biologicos como los psicológicos, el solo
hecho de alistarse en un bando exigía limitar voluntariamente
los conocimientos de cada uno. Era un buen negocio -ue
permitía trabajar poco " hacer creer -ue uno sabía mucho de
su especialidad.
0e acumulaban las ideas, las experimentaciones " los
argumentos eran cada vez m7s sólidos, verdaderos "
de$endibles, " asi se constru"ó una $ortaleza biológica de la
cual $ue expulsada el alma. Entre tanto, los oponentes
describían un paraíso de pureza del cual se había desterrado
la carne.

ara tener certezas, lo mejor es ser ignorante. &no se siente


$uerte, se alista en un campo -ue de$iende una parte de la
condición humana coherente, argumentada por libros,
diplomas, movimientos de ideas " encuentros amistosos. Esta
alienación no hace $elices pues re$uerza nuestros vínculos con
a-uellos -ue comparten la misma creencia.
6 lo -ue debió ser un debate cientí$ico se trans$orma en
t*cnica de in$luencia cultural " de poderío político. El poder es
el $in tantas
uno, ltimo del
m7spensamiento nico.
oportunidades (uanto
tendr7 m7s se especializa
de pertenecer al grupo
de los mejores. ero esta estrategia de dominación provoca
un empobrecimiento del mundo. La ilusión de explicación -ue
da la descripción de un metabolismo #0e deprime por-ue su
cerebro segrega menos serotonina%3 puede ser combatida
con armas igualmente e$icaces por el diagnostico -ue asesta
una interpretación moralizante/ #Esta en$ermo por-ue su
madre es mortí$era%.

En esta estrategia del conocimiento, cuanto m7s claras


parecen las ideas, menos verdaderas son. ero tenemos los
medios de hacerlas cambiar/ #El principio dialógico signi$ica
-ue dos o m7s lógicas son di$erentes " est7n ligadas?. El
pensamiento complejo no es mu" complicado. odríamos
decir lo contrario, en el pensamiento _nico, cuando uno
pertenece al grupo de los mejores especialistas del mundo en
una enzima rara, experimenta la sensación de ser un iniciado
en un saber -ue ningn otro comprende.

La actitud opuesta -ue integra disciplinas di$erentes


obstaculiza la evolucion sectaria de todo poder -ue se
$ortalece exclu"endo a sus rivales. (uando uno procura
abrazar las in$ormaciones de naturaleza di$erente en un
mismo sistema, cada uno de los -ue participan se es$uerza
para hacerse comprender. Esto no solo es agradable, adem7s
hace surgir ideas imprevistas. (uando un neurólogo se
encuentra con un msico, los dos descubren -ue el arte
modela una parte del cerebroM cuando un veterinario se une a
una lingWista, entre los dos engendran un m*todo -ue
demuestra, en -u* medida la expresión de las emociones de
un individuo impresiona las emociones de otroM cuando un
psicoanalista intercambia ideas con un -uímico, ambos
descubren como la psicoterapia robustece el cerebro del
analizado $ran-ueando circuitos tran-uilizadores.

Invitar a descubrir los hallazgos de los otros $rena el


dogmatismo espontaneo de toda disciplina -ue se erige en
institución. En un grupo doctrinario, una _nica idea es buena/
la del je$e -ue distribu"e los puestos " los honores. (uando el
orden reina hasta tal punto, la vida intelectual se trans$orma
en un recitado, en una a$iagaza de pensamiento.

Las neurociencias plantean a los psicólogos problemas de


$icción cientí$ica/ como un mórbido a$ectivo inventa una
manera de vivir -ue lo lleva a la $elicidadM como la
organización per$ecta de una sociedad se trans$orma en una
$7brica de per$ectos s7dicosM como el urbanismo tecnológico
atrae a los condenados de la +ierra -ue se instalan en las
grandes ciudades
a trav*s de con sus
la violencia procesos
" como arcaicos
este nuevo de socialización
universo modela el
cerebro de los ni'os -ue se desarrollan en *l.
La conciencia "a no es lo -ue era. Las neuronas crean un
vínculo biológico en el vacío entre dos personasM las nuevas
galaxias a$ectivas esculpen $ormas extra'as con la arcilla
maleable de nuestros cerebrosM los determinantes humanos
son tan numerosos " de naturaleza tan variada -ue la
duración de una existencia apenas les da tiempo de emerger.
(ada historia de vida es una aventura humano _nica.

robablemente algn día las mejores condiciones de


existencia -ue brindan la tecnología " los derechos del
hombre hagan -ue la pareja " la $amilia sean innecesarias. En
las *pocas en -ue vivíamos en medios naturales poblados por
animales -ue nos atacaban, cuando el $rio nos torturaba " los
desastres clim7ticos nos mataban de hambre, el grupo
constituía el nico re$ugio a$ectivo, el _nico lugar de seguridad
-ue permitía sobrevivir. Desde -ue los progresos t*cnicos
controlan estas cat7stro$es naturales " agregan otras,
nuestras sociedades $acilitan la expansión de los individuos
hasta un punto en -ue el precio de la protección llega a ser
exorbitante.

(uando se tiene menos necesidad de la $amilia, los ni'os bien


desarrollados sienten el propio hogar como un lugar de
represión " no "a de protección. ierden asi el e$ecto
tran-uilizador del apego ", a pesar de -ue se desempe'an
mejor en muchos aspectos, se vuelven vulnerables ante el
menor acontecimiento.

Desde -ue dejo de ser sobrenatural el hombre "a no es


sagrado. La tecnología modi$ico en tal medida la condición
humana -ue termino por naturalizar su alma. :uiz7s ha"a sido
el hombre -uien Ie dio a Dios el poder de brindarle seguridad
modi$icando los circuitos biológicos de su cerebro. Desde -ue
el hombre dejo de construir lo social con su sexo " sus
msculos, su cuerpo "a no es un destino. 6a no hacemos el
amor para traer un alma al mundo, sino para unirnos con otro
" entretejer un vínculo íntimo. La valentía del padre o la
violencia de los hombres "a no provocan la admiración de
-uienes se bene$iciaban con ellas.

(uando el mundo es cruel, la $uerza de un cuerpo permite


a$rontarlo, pero cuando la cultura lo dulci$ica, lo -ue a"uda a
socializarse es la bondad de un alma. JLos ojos de mi alma "
de mi cuerpo no tienen lenguajes di$erentes...mi cuerpo est7
hecho de tu arcilla.%
Es por ello -ue solo se puede vivir revestido de un manto de
palabras.

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