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PERMANECE
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Cfr. BOURDIEU, P., Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción, trad. Th. Kauf, Anagrama, Barcelona,
2007, p. 133.
1
transformaciones. Su historia varía al mismo tiempo que lo hace la sociedad en que se
inserta. Es un elemento activo de la sociedad que no permanece estacionaria, sino que
evoluciona con ella. La lógica consecuencia de que la familia sea una realidad social de
enorme vitalidad es la pluralidad de formas de uniones familiares.
Nuevas circunstancias, como las que se han señalado, han diversificado las
formas de desarrollo personal, que se canalizan en una gran variedad de realidades
familiares, cada vez más complejas. En la diversidad hay que encontrar los rasgos
comunes que identifican distintas realidades de convivencia como familias. No ya en su
estructura y composición, sino en sus funciones. La familia ha ido cambiando,
redefiniéndose tanto desde el punto de vista interno como en sus relaciones hacia el
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exterior, como un reflejo de los cambios sociales, de la pluralización de las formas de
vida y en relación a las propias demandas que genera. Hay una nueva cultura familiar
que se plasma en diversas alternativas familiares más iguales, más libres y más plurales,
pero siguen siendo familias. A la familia, declarada en crisis, no le sucede otra cosa más
que la familia. La institución familiar sigue siendo necesaria e insustituible para el
bienestar de la sociedad porque proporciona formas de solidaridad, funciones afectivas
y emocionales que no son suplidas en ningún otro ámbito o institución social. Sigue
siendo una institución fundamental en la protección y desarrollo integral de los
individuos, un ámbito de solidaridad, ayuda mutua y colaboración recíproca, de
protección y satisfacción de necesidades de aquellos que no pueden mantener una
existencia autónoma. Por eso, pese a los cambios en las formas de vida, la institución se
pluraliza y sobrevive, los vínculos familiares se renuevan y refuerzan constantemente,
se unen al margen de intereses y convenciones. Las familias han asumido el reto
constante de adaptarse a las diferentes circunstancias en que se desenvuelve su vida. Y
la sociedad debe ser capaz de integrar a las diversas familias.
Así las cosas, la referencia a la "familia" debe ser sustituida por las "familias",
como forma de reflejar la existencia de distintos modelos familiares. Partiendo de este
presupuesto, el establecimiento de medidas de protección a las familias se complica
extraordinariamente, siendo precisa una atención continua a los cambios que en las
mismas se producen. En este sentido, son lógicas las distintas preocupaciones que se
plantean en torno a la familia. La libertad y la igualdad de los individuos para elegir el
modelo familiar que mejor se adecúe al desarrollo de su personalidad es fundamental,
pero somos conscientes de las discriminaciones que sufren determinadas personas por
su pertenencia a determinadas estructuras familiares, o la imposibilidad de organizarse y
ser reconocidas como familias las uniones de determinadas personas. Tampoco nos
resulta ajena la importancia de la familia en la distribución de la riqueza o los riesgos de
exclusión social que conlleva su desprotección. Podemos concluir que el respeto y la
efectividad de algunos derechos depende de cómo se aborden públicamente las
cuestiones familiares.
2
BUTLER, J., Deshacer el género, trad. P. Soley-Beltrán, Paidós, Barcelona, 2008, p. 165
3
ROUDINESCO, E., La familia en desorden, trad. O. L. Molina, Anagrama, Barcelona, 2004, p. 217.
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Cada modelo familiar lleva aparejado ciertos riesgos, que implican afrontar los
retos a los que se enfrentan sus protagonistas, en sus propias condiciones de vida y su
diferente forma de organizar la vida familiar. Escribe Bourdieu que, actualmente, la
"precariedad" está en todas partes4. A dichas palabras no permanece ajena la familia. El
futuro de las relaciones familiares puede resultar impredecible y se dice que es preciso
aceptar como normal la "fragilidad" familiar5. Hay nuevos escenarios de necesidades,
retos y conflictos en el ámbito familiar que no pueden relegarse al ámbito
exclusivamente personal.
4
BOURDIEU, P., Contrafuegos. Reflexiones para servir a la resistencia contra la invasión neoliberal, trad.
J. Jordá, Anagrama, Barcelona, 1990, p. 120.
5
BECK-GERNSHEIM, E., La reinvención de la familia. En búsqueda de nuevas formas de convivencia, trad.
P. Madrigal, Paidós, Barcelona, 2003, p. 40.
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y de derechos cuyo ejercicio y protección han de de estar amparados por el Estado,
según las circunstancias específicas en las que se produce su desarrollo vital.
6
Cfr. SANZ CABALLERO, S., La familia en perspectiva internacional y europea, Tirant lo blanch, Valencia,
2006, p. 22. Ver también FLAQUER, L., Las políticas familiares en una perspectiva comparada, Colección
de Estudios Sociales, Nº 3, Fundación la Caixa, Barcelona, 2000.
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